La crisis boliviana. Vladimir Mendoza Manjón. Noviembre 2024

Bolivia enfrenta una crisis económica y política marcada por un estancamiento en el crecimiento y un alto déficit fiscal, agravados por la caída en los precios del gas, principal producto de exportación. La inflación y el desempleo han aumentado, afectando la calidad de vida, mientras la deuda externa sigue creciendo.

A nivel político, las tensiones se han intensificado, sobre todo al interior del MAS, con intentos de eliminar política y físicamente a Evo Morales, todo esto en medio de un bloqueo de caminos de sectores campesinos que ya lleva casi un mes de duración.

Las fisuras internas del MAS se fueron abriendo paso a través del bullicio intrascendente. Las acusaciones cruzadas de actos de corrupción e involucramiento con el narcotráfico eran reflejo de una lucha sórdida entre aparatos políticos. La escenificación empezó con la burocracia gubernamental, liderada por el presidente Luis Arce, afanándose por arrebatar el control del instrumento político de las manos de Evo Morales y las dirigencias del movimiento campesino.

Por la calidad de los intereses expresados, se trata de una trifulca de muy baja calidad ajustada a las pasiones mezquinas que acarrea el control de los cargos en el Estado. Independientemente de la voluntad de los contendientes, la pugna fue adquiriendo dimensiones sociales cada vez más amplias; primero, la crisis partidaria devino en crisis de gobernabilidad. Viendo amenazada su candidatura de 2025, Evo usó su bancada para sabotear al gobierno en la Asamblea Legislativa y Arce usó a las camarillas judiciales para paralizar al legislativo y tratar de proscribir electoralmente al exjefe.

Después, con el malestar económico, el desmadre llegó a escalas mayores. Todos los ingredientes de la implosión estaban a la espera de un detonante. La cosa estalló cuando Arce sufrió un intento de golpe militar el pasado 26 de junio. Si bien la asonada naufragó el mismo día, empujó a delinear un nuevo rumbo político en el gobierno. Convencidos de su debilidad, de su carencia de una base social de apoyo, Lucho y su cuadrilla fueron los últimos en enterarse de que el eslogan de «estabilidad económica» que venían vendiendo estaba hecho girones.

Apelando a su cerebro reptiliano —esa parte de encéfalo que emana conductas ante situaciones desesperadas—, decidieron apostar por canalizar el antievismo de la sociedad boliviana y llevar la confrontación contra su exlíder a ámbitos judiciales y violentos.

Límites del proyecto histórico del MAS

El 2004, un año antes de asumir la presidencia Evo, la economía boliviana registraba un PIB de 4 mil millones de dólares. En los diez primeros años del gobierno evista, se ensanchó hasta llegar a 33 mil millones, resultando en un inédito crecimiento de 723%.

Semejante expansión permitió, entre otras cosas, sacar a franjas significativas de la población de la pobreza extrema y moderada, aunque encontró límites para cumplir nuevas tareas; entre ellas, la de mejorar las tasas de empleo de calidad, aspecto que es imposible lograr sin una sólida base industrial.

El subempleo crónico en Bolivia nunca fue menos del 80% de la fuerza laboral disponible. Pese a que el MAS insistió con la retórica del «cambio de la matriz productiva» (pasar de ser un país exportador de materia prima a industrializador de la misma), esta transformación no tuvo visos de hacerse realidad. Y esto, fundamentalmente, debido a un impedimento estructural: las desigualdades en el intercambio que padece la modestísima economía boliviana respecto al mercado global capitalista.

Este obstáculo para el desarrollo del país no pudo ser afrontado por el proceso político boliviano vivido el último cuarto de siglo, pues este cerró su etapa de reformas después de estatizar parcialmente una sola fuente de ingresos sustanciales: el gas.

Obligada a vender hidrocarburos sin mayor elaboración, Bolivia utiliza sus ingresos para comprar bienes de capital y tecnología proveniente de los países centrales. Además, gran parte del excedente económico se usa para fomentar procesos de acumulación privada no reinvertidos completamente en el mercado interno.

La burguesía boliviana —minera, financiera pero principalmente agroindustrial—, ha sido parasitaria de la renta hidrocarburífera; ni siquiera en los mejores años del boom internacional fue capaz de tener una balanza comercial positiva, siendo gran parte de sus importaciones costeadas por el Estado.

En el ámbito social y político, las escrupulosas reformas implementadas por el MAS enfrentaron, desde un inicio, una oposición extremista y muchas veces violenta de parte del bloque dominante conformado por la gran empresa privada, sus medios de comunicación, las organizaciones políticas de derecha y las clases medias acomodadas.

Para enfrentar los embates más agresivos de esta oposición, al MAS no le bastó el poder coercitivo del Estado, y fue la acción del movimiento de masas la que jugó un rol indispensable.

A diferencia del gobierno de Hugo Chávez en Venezuela, el MAS boliviano nunca vislumbró con seriedad la posibilidad de un futuro poscapitalista. El «gobierno de los movimientos sociales», como se autodenominó en sus mejores épocas, no abordó cuestiones como el del poder obrero y popular, el poder comunal indígena, ni siquiera las cooperativas sociales campesinas. Se aprobó una nueva Constitución, pactada con la derecha, concebida más como una proclama: una suerte de manifiesto retóricamente refundacional antes que una hoja de ruta o diseño legal para producir cambios sociales emancipadores y concretos.

El proyecto histórico del MAS, en términos estrictos, siempre se enmarcó en la promoción de un desarrollismo capitalista con contenido social. Por su parte, la derecha denunció continuamente el modesto proyecto como una amenaza comunista y organizó asonadas de diferente intensidad (2008, 2019, 2024) con el fin de cerrar abruptamente el proceso político.

La mayor parte del tiempo, sobre todo en el período 2006-2010, la correlación de fuerzas fue favorable al movimiento popular. Pero la dirección política del MAS se negó a pasar a la ofensiva y utilizó su apabullante respaldo social para obligar a la reacción a aceptar sus recatadas reformas.

Así, se desaprovechó la situación —como en 2008— de llevar adelante una verdadera modificación del uso, tenencia y producción de tierras que ponga fin (o al menos límites reales) al poder latifundista, uno de los sectores más reaccionarios de la burguesía. El resultado práctico de esta orientación fue que la concentración y especulación con el uso de suelos ha crecido exponencialmente durante el proceso de cambio.

Las derrotas sucesivas del proyecto maximalista de la derecha —echar al gobierno y aplastar la movilización popular— fueron complementadas con la autolimitación estratégica del Movimiento Al Socialismo. Recatarse de impulsar reformas más profundas terminó consolidando un programa asentado en la administración del excedente proveniente de una sola fuente: los hidrocarburos.

Aunque suene extraño, se cayó en la ingenuidad de creer en la duración eterna de los pozos de gas y de los buenos precios internacionales. Esta ilusión generó otra fantasía análoga y ajustada al círculo de poder de Evo Morales: el mito del caudillo eterno e insustituible. Ambas cosas abrieron el camino a la actual crisis económica y política que atraviesan Bolivia y el MAS.

Mucho se dice que el error fundamental de Evo Morales y su partido fue insistir tercamente con la reelección indefinida desde el 2015 y que desconocer los resultados del referéndum donde una mayoría lo inhabilitó para el propósito fue el punto de inflexión hacia la caída y la decadencia actual. Pero muy poco se habla de que este error político reflejaba mucho más que cinismo, ambiciones personales y grupales: reflejaba el empequeñecimiento del conjunto del proceso de cambio.

El fracaso de Luis Arce

La recesión pandémica, el desastre legado por el gobierno de facto, el agotamiento del «ciclo del gas» y un proceso de cambio sin intención de hacer más cambios fueron las condiciones con las que Luis Arce asumió el gobierno en 2020. Arce calculó que su tarea consistía en enmendar administrativamente los «errores» heredados. Su método, al menos durante los tres primeros años, fue levantar empresas estatales medianas con el fin de dinamizar el mercado interno, pero el impacto macroeconómico de esta medida fue insignificante.

A partir de 2023, agobiado por la carencia de dólares en el mercado, las presiones inflacionarias, la falta de combustibles y las pugnas políticas en el MAS, el «cajero» de la otrora bonanza económica ha nadado en el infortunio. Luis Arce siempre fue dado a mostrarse como un tecnócrata, una suerte de gestor ejemplar que maneja el Estado con aires de eficiencia. En sus mejores años, como ministro de Economía, salía arropado de cifras y estadísticas, pavoneando la «bonanza» del 2008 al 2014. Ahora, cada vez que trata de hacer lo mismo, en lugar de brillo, las cifras lo vuelven más opaco.

El putsch militar del 26 de junio marcó un punto de inflexión para su gestión. En aquella jornada, un grupo de generales de las fuerzas armadas desplegaron en la Plaza Murillo un operativo con francotiradores, algunas centenas de soldados y tanquetas. Su intención era desplazar a Luis Arce y actuar severamente contra Evo Morales, es decir, dirimir la crisis política a punta de balazos. Aunque la operación fracasó en sus objetivos inmediatos, dio el cimbronazo para una reorientación política del gobierno.

A partir de ese momento, con la certeza de un escenario de inestabilidad donde no se podía descartar otra intentona militar o policial, al Poder Ejecutivo se le planteó un rotundo dilema: enfrentar nuevas asonadas apoyados en las bases sociales del MAS, cuyo liderazgo recae en su adversario Evo Morales, o aventurarse a buscar la representación de todas las corrientes que quieren aplastar al núcleo fundamental del MAS. Con la evolución de los acontecimientos, queda claro que Luis Arce y compañía optaron por la segunda opción.

Evidenciando el fracaso de su administración económica, el gobierno cifra sus esperanzas de contener la debacle procurando dólares a través del endeudamiento externo, mientras implora a los exportadores privados que no fuguen todo el dinero. Hasta ahora no ha logrado ni lo uno ni lo otro. Primero, porque su exigua representación parlamentaria, paralizada por el evismo y la oposición de derecha, le impide acceder al oxígeno del crédito externo.

Segundo, porque pese a haber dispuesto 2500 millones de pesos bolivianos para programas de financiamiento a la patronal y quitar cepos de varios productos de exportación, no ha logrado que los privados dejen de fugar divisas. El gobierno les ha concedido incluso la posibilidad de producir biodiesel (una prebenda gubernamental a las clases dominantes con hondas consecuencias, puesto que los grandes ganaderos y agroindustriales son responsables del 90% del bosque incendiado este 2024, donde alcanzaron a quemar a más de 10 millones de hectáreas, afectando de forma crónica la situación ambiental y salud pública, ennegreciendo durante dos meses prácticamente todo el cielo boliviano).

Este collar de capitulaciones no ha sido suficiente para conceder un respiro económico al país y ha llevado al gobierno a una orientación política suicida: convertir el antievismo (con todas las connotaciones racistas y reaccionarias que conlleva) en su principal bandera para llegar a las elecciones nacionales del 2025. Paulatinamente, Luis Arce ha ido bajando el perfil, y personajes como Eduardo del Castillo, ministro de Gobierno, han declarado abiertamente la guerra a Evo Morales, reactivando procesos por estupro, iniciando otros por causas similares y ensalzando la represión policial contra los bloqueos campesinos. Este es el contexto en el que se puede analizar el significado del atentado policial contra la vida de Evo Morales.

Evo y las bases sociales del MAS

El evismo retiene la fuerza social del MAS con la idea de que este movimiento político representa los intereses subalternos, intereses que habrían sido «traicionados» por Arce y sus ministros. Si alguien ayuda a confirmar la validez de esta idea es el propio gobierno que, convencido de la reducción social y electoral del «MAS histórico», está dispuesto a perder este segmento social persiguiendo a Evo Morales y reprimiendo con saña los bloqueos de caminos.

Pero si hay algo que sostiene el bloqueo de caminos es la convicción sobre la necesidad de evitar que la salida a la crisis económica signifique el retorno paulatino o violento a las políticas antipopulares de libre mercado (como la devaluación de la moneda, el levantamiento de la subvención estatal de hidrocarburos y otras). Evidentemente, sus actores, que hace pocas semanas realizaron también una marcha hacia la ciudad de La Paz, vinculan sus aspiraciones al liderazgo de Evo Morales, pero ambos son elementos que un sensato análisis debería saber distinguir.

Todo alineamiento ideológico de los sectores populares responde a una interpretación de la realidad material. Es evidente que el gobierno ha acoyuntado sus fracasos económicos con una mayor hostilidad no solo contra Evo Morales sino contra el «núcleo duro» del MAS. Es la construcción exacta para adquirir un perfil antipopular. Así las cosas, los sectores campesinos que bloquean las rutas tienen todo el derecho a declarar como enemigo al gobierno y como hostiles sus políticas, más aún si saben que los personajes que los tratan de «terroristas» y «grupos irregulares», les deben básicamente el cargo.

Si todavía hay razones —pese a un notable desgaste— que dan vigencia al caudillismo de Morales, se debe a que él encarna una construcción política inédita en la historia de Bolivia. En un país cuyos trazos históricos parecen repetirse hasta la desesperación, la novedad fulgurante de un movimiento como el MAS, de composición abrumadoramente plebeya, es haber construido una herramienta política que ocupó durante casi dos décadas el gobierno y sirvió para mediar, con mayor efectividad práctica que el sindicato, la relación entre las aspiraciones populares y su posibilidad de concreción real. El papel de Evo en esta construcción sigue siendo (aunque en menor medida que ayer) relevante.

Poco antes de que Arce y sus ministros concibieran la genial idea de salvar su gestión desatando una cacería contra el evismo, algunas encuestas daban el primer lugar en las intenciones de voto al caudillo indígena. La sorpresa se la dejamos a los necios. Si la derecha boliviana, cada vez más tirada al extremo, está excitada por el experimento de Milei en Argentina y habla de achicar el Estado, si el gobierno mostró disposición de levantar la subvención estatal de combustibles —es decir, disparar el proceso inflacionario—, a nadie debería extrañarle que Evo, simplemente con refugiarse en las añoranzas de lo que fue su pasada gestión de gobierno, sea todavía una alternativa legítima para evitar el infierno neoliberal. Aunque Evo no tiene un programa y estrategias para enfrentar el ajuste económico, su actual perfil, facilitado por la derechización de todo el espectro político, le posibilita presentarse como si los tuviera.

Lo seguro es que, al contrario de lo que creen algunos, cualquiera que analice la coyuntura boliviana en función de la lucha de clases sabe que el gobierno y la extrema derecha no les alcanzará con eliminar física o políticamente a Evo Morales para cerrar el ciclo político. Tendrán que pasar antes por la prueba de fuego: derrotar a los sujetos sociales que definieron la historia de este primer cuarto de siglo veintiuno en Bolivia.

¿Qué es una carta astral?

Durante milenios, la humanidad ha estado empleando la astrología y la carta astral como una forma de adivinar el futuro y registrar el paso del tiempo. El Viejo y Nuevo Testamento de la Biblia, del mismo modo que el Corán, hacen referencia a las fases lunares para marcar ciertos meses y fechas durante el año, una práctica también empleada en la Antigua China, y en las civilizaciones Maya y del Sur de Asia.

Mientras tanto, en una cueva de Croacia, fue encontrado el que podría ser el más antiguo de los dibujos de una carta astral, con fecha de hace más de 2000 años, lo que sugiere un interés muy temprano en dominar la astrología como una herramienta para ganar conocimiento sobre el individuo. En la era moderna, utilizamos las cartas astrales como una vía para comprendernos mejor a nosotros mismos, nuestra relación con los demás y nuestro lugar en el mundo.

¿Qué es una carta astral?

Una carta astral es un mapa que muestra la alineación planetaria en el momento exacto en el que naciste, así que nunca dos cartas son iguales. Hay 12 signos en el zodíaco — Aries, Tauro, Géminis, Cáncer, Leo, Virgo, Libra, Escorpio, Sagitario, Capricornio, Acuario y Piscis — y 12 casas en una carta astral (la 1a Casa, la 2a Casa y así sucesivamente).

Cada signo zodiacal tiene una energía diferente, y cada casa representa un aspecto y un área distinta de nuestra vida (educación, familia, amor, salud, trabajo).

¿Para qué sirve la carta astral?

Como el sol y la luna, existen 10 planetas que los astrólogos toman en cuenta para comprender mejor la psique de una persona: Mercurio, Venus, Júpiter, Marte, Saturno, Urano, Neptuno, Plutón, y los Nodos Norte y Sur (de los que hablaremos más adelante)

Al elaborar el mapa de la ubicación de los planetas y signos zodiacales en las casas astrológicas al momento de tu nacimiento, puedes tener una mayor comprensión de quién eres.

¿Cómo hacer y calcular una carta astral?

Si te preguntas cómo sacar la carta astral, digamos que naciste el 1 de agosto de 1995 a las 9:30 a.m. en Londres. Lo primero que tienes que hacer es proyectar la carta. Necesitas saber la fecha y hora de nacimiento, así como el lugar exacto. Una vez tengas eso, puedes interpretar la información. De hecho, existen sitios web para calcular tu carta astral automáticamente.

La carta astral está representada en forma de rueda. Así que comenzaremos en modo anti-horario, con las letras ‘AC’ (del ascendente) como el punto de partida de la carta.

¿Cómo leer mi carta astral? ¿Y qué significa el ascendente en mi carta astral?

En este caso de la persona nacida el 1 de agosto de 1995 a las 9:30 a.m. en Londres, el ascendente en la 1a Casa es regido por Virgo, cuyo regente planetario natural es Mercurio. Esto denota una personalidad analítica y paciente. El planeta de acción Marte está también en la 1a Casa en Libra. Esto crea una vibración energizante y activa.

La 2a Casa está regida por Libra, lo que significa que los temas financieros se manejan con cuidado y que las ganancias vienen dadas a través de asociaciones.

La 3a Casa es regida por Escorpio, lo que denota una necesidad por la verdad en toda comunicación. Esta energía se siente también a través de la presencia de Plutón en Escorpio en la 3a Casa. Júpiter reside en la Tercera Casa por un grado en Sagitario, lo que muestra el deseo de hablar con el incentivo de encontrar un entendimiento de sí mismos, a través de la discusión profunda de los asuntos.

Continúa alrededor de la rueda usando la guía de las casas más arriba y tendrás tu carta astral.

¿Cuáles son las 12 casas en una carta astral?

La carta astral tiene 12 secciones diferentes, llamadas ‘casas’. Cada casa representa un área diferente de la vida. Todas tienen un signo natural y un regente planetario que eleva la casa.

1a Casa (también conocida como ascendente o AC)

La primera Casa en la carta astrológica te representa a ti. Muestra cómo te conduces y lo primero que la gente nota de ti. Si tienes planetas en tu 1a Casa, estos tendrán un efecto significativo en tu personalidad en general, tu energía y tu vibración.

2a Casa

La 2a Casa representa las finanzas personales y la salud. Muestra cuánto dinero puedes ganar, tu deseo material innato y tu confianza y autoestima.

3a Casa

Aquí es donde vas a ver la forma en que te comunicas con los demás y tu educación. También describe el tipo de relación que tienes con tus hermanos y las personas con las que vives.

4a Casa

¿Cómo son tus valores y tu familia? Observa la 4a Casa y verás cuál es tu fundación personal, así como la forma en la que amas y cuidas de tu prole y tu vida hogareña.

5a Casa

Esta es la casa del placer, de lo lúdico, de la creatividad y las citas casuales. Es donde puedes ver quién te atrae, cómo y dónde y el tipo de citas que te gusta tener.

6a Casa

La sexta casa representa la salud, la rutina diaria y el autocuidado. Si estás buscando una excusa para ese día de spa, entonces este es el lugar para ver qué fecha te conviene más, para obtener el máximo resultado.

7a Casa

A quién y cómo amas viene definido por esta área de tu carta astral. Al echar un vistazo por aquí, puedes encontrar la persona ideal que quieres para comprometerte e invertir a largo plazo.

8a Casa

La transformación personal aparece aquí, y puedes ver cómo evolucionarás en el tiempo. Aquí encontrarás pistas sobre tu relación con la deuda de la tarjeta de crédito, el préstamo educativo y los aumentos de sueldo.

9a Casa

Educación superior, viajes, filosofía y aventura aparecen todos en la 9a Casa. Mirando aquí podrás saber qué es lo que disfrutas estudiar y cómo se forma tu ideología personal.

10a Casa

Esta es la casa de la imagen pública: lo que compartes y le entregas a los demás, y cómo quieres que te perciba el mundo. También representa tu llamado profesional y tu estatus.

11a Casa

Esta casa define los tipos de amistades, grupos, comunidad y asociaciones que haces. Aun más importante, los miembros de tu equipo, los que te apoyan y luchan por las mismas causas.

12a Casa

Busca aquí cuáles visiones y sueños guardas dentro de tu corazón. Esta parte de tu carta te muestra que al aclarar tus pensamientos y apoyarte en tu intuición, puedes encontrar respuestas a todos tus dilemas y desafíos.

¿Cuáles son los 12 signos del zodiaco?

Hay 12 signos del zodiaco basados en las 12 constelaciones en el cielo. Cada signo representa el periodo en el que el sol ilumina cada constelación. Estas constelaciones revelan el ego del individuo nacido durante ese periodo.

Aries

Aries es un signo cardinal de fuego y el primero del zodíaco. Los arianos son conocidos por su actitud impulsiva y valiente.

Tauro

Tauro es un signo fijo de tierra, conocido por su lado sensual y artístico y por ser obstinado.

Géminis

Géminis es un signo de aire, conocido por su naturaleza dual y su intelecto.

Cáncer

Cáncer es un signo cardinal de agua, muy sensible emocionalmente.

Leo

Leo es un signo de fuego conocido por su histrionismo, su generosidad y su lealtad.

Virgo

Virgo es un signo de tierra mutable, conocido por su naturaleza analítica.

Libra

Libra es un signo cardinal de aire que encuentra balance, armonía y paz en las leyes y las relaciones.

Escorpio

Escorpio es un signo fijo de agua, transformador y apasionado.

Sagitario

Sagitario es un signo mutable de fuego conocido por su sensibilidad filosófica y positiva.

Capricornio

Capricornio es un signo cardinal de tierra que es reflexivo, disciplinado y trabajador.

Acuario

Acuario es un signo fijo de aire conocido por su mente progresista y su lado humanitario.

Piscis

Piscis es un signo mutable de aire, intuitivo, creativo y sentimental.

¿Cuáles son los planetas más importantes en astrología?

Cada planeta representa un área diferente de nuestra psique y nos ayuda a crear y construir lo que somos. Nos muestran la manera en la que actuamos y reaccionamos ante las situaciones y las personas, y las pasiones y motivaciones que tenemos para realizar nuestros sueños.

Puedes tener uno, varios o ningún planeta en una casa (todo esto es bastante común). Piensa en los planetas como en los condimentos de las casas: les agregan sabor. Cada planeta es el ‘regente natural’ de un signo. Esto significa que tienen un signo zodiacal en el que de verdad les gusta estar. El planeta puede habitar de la manera más pura y auténtica en el signo que rige.

El sol

Para decirlo de una manera muy simple, el sol es nuestro ego, determinación y voluntad. El sol orbita todos los signos del zodíaco en un año calendario.

La luna

La luna cambia de signo cada 2 días y medio. Representa esa parte de nosotros mismos que no podemos expresar: nuestras emociones, recuerdos y sentido de seguridad. También nos muestra cómo nos nutrimos. La luna puede ayudarte a encontrar un modo sencillo y relajante de descomprimirte. Utiliza su ubicación en la carta para saber cómo aprovechar las fases lunares y reduce tu grado de estrés armonizando con sus ritmos.

Mercurio

Mercurio es el planeta de la comunicación, los viajes y las noticias. Es la forma en la que expresamos nuestras opiniones a los demás. En un mal día, Mercurio también representa el chisme y los rumores que no son completamente ciertos.

Venus

Venus es el planeta del amor, el afecto, la sensualidad, el romance y el dinero. Nos permite comprender cómo amamos y cuidamos de los demás, en qué lujos nos gusta invertir nuestro dinero y qué es lo que enciende nuestras pasiones emocionales más internas. Si estás buscando cómo mejorar tu régimen de belleza, observa la ubicación del signo Venus y de su casa. Te mostrará cómo cuidar mejor de tu piel y cómo hacer evolucionar tu look a través del maquillaje.

Júpiter

Este planeta expansivo y afortunado nos enseña a expandir nuestras mentes. También representa la evolución espiritual, el viaje y las creencias de nuestra mente. Miramos a este planeta para encontrar una respuesta inteligente a los problemas emocionales.

Marte

A este planeta de sangre caliente le gusta actuar, discutir y pelear. La otra cara de esta energía es que Marte se activa con el drama y el caos y siempre está buscando más confrontación para satisfacer su deseo sexual.

Saturno

Este planeta kármico representa el compromiso, la estabilidad, el orden social y las limitaciones o restricciones que se nos imponen. Puede ser también algo ahorrativo y poco dado a entregar más de lo que recibe cuando se trata de amor y dinero.

Urano

Si queremos hablar de las revoluciones personales y sociales y de los cambios, veamos al rebelde Urano, que protesta y nos muestra las injusticias a un nivel global.

Neptuno

El ilusorio Neptuno puede crear confusión, pero si somos conscientes de nuestros sueños innatos nos permitirá ver y usar nuestra creatividad y sensibilidad artística. Las emociones se profundizan con este planeta, que brinda poesía para el alma.

Plutón

El cambio es algo positivo. Sin embargo, el miedo puede frenar nuestro crecimiento y el alcance de nuestros objetivos. Plutón nos sacude y nos obliga a transformarnos, aun cuando nos resistamos.

Nodo Norte o Nodo Real

El Nodo Norte o Nodo Real representa nuestro auténtico llamado. Nos muestra lo que queremos conseguir, lo que puede hacernos sentir algo incómodos, porque se trata de un nuevo viaje para nuestra alma.

Nodo Sur

Representa lo que fuimos y quisimos ser en nuestras vidas pasadas. Es lo que estamos soltando en esta vida para convertirnos en la mejor versión de nosotros mismos.

¿Qué planeta rige cada signo zodiacal?

¿Quieres saber qué planeta influye en tu signo zodiacal? Descubre en este artículo la influencia planetaria en cada uno de los signos del zodiaco. ¡No te lo pierdas!

La astrología se basa en la influencia de los planetas y astros en nuestras vidas y personalidades. Cada signo zodiacal está regido por un planeta principal que influye en las características y rasgos de cada persona. En este artículo, te contaremos qué planeta rige cada signo zodiacal y cómo influye en cada uno de ellos.

Planeta regente de Aries

Marte es el planeta que rige el signo de Aries. Marte es conocido como el planeta de la acción y la energía, lo que se refleja en la personalidad de los Aries, quienes son valientes y enérgicos.

Planeta regente de Tauro

Venus es el planeta que rige el signo de Tauro. Venus es el planeta del amor y la belleza, lo que se refleja en la personalidad de los Tauro, quienes son románticos y aprecian las cosas bellas.

Planeta regente de Géminis

Mercurio es el planeta que rige el signo de Géminis. Mercurio es el planeta de la comunicación y la inteligencia, lo que se refleja en la personalidad de los Géminis, quienes son curiosos y hábiles en la comunicación.

Planeta regente de Cáncer

La Luna es el planeta que rige el signo de Cáncer. La Luna es el planeta de las emociones y la intuición, lo que se refleja en la personalidad de los Cáncer, quienes son sensibles y emocionales.

Planeta regente de Leo

El Sol es el planeta que rige el signo de Leo. El Sol es el planeta de la vitalidad y el brillo, lo que se refleja en la personalidad de los Leo, quienes son seguros de sí mismos y llenos de energía.

Planeta regente de Virgo

Mercurio es el planeta que rige el signo de Virgo. Como mencionamos anteriormente, Mercurio es el planeta de la comunicación y la inteligencia, lo que se refleja en la personalidad de los Virgo, quienes son analíticos y perfeccionistas.

Planeta regente de Libra

Venus es el planeta que rige el signo de Libra. Al igual que en Tauro, Venus es el planeta del amor y la belleza, lo que se refleja en la personalidad de los Libra, quienes valoran la estética y la armonía.

Planeta regente de Escorpión

Plutón es el planeta que rige el signo de Escorpio. Plutón es el planeta de la transformación y la regeneración, lo que se refleja en la personalidad de los Escorpión, quienes son intensos y profundos.

Planeta regente de Sagitario

Sagitario está regido por Júpiter, el planeta de la expansión y el crecimiento. La influencia de Júpiter se ve en la naturaleza optimista, aventurera y generosa de Sagitario, que busca la sabiduría y la experiencia.

Planeta regente de Capricornio

Capricornio está regido por Saturno, el planeta de la estructura y la disciplina. representa la estructura, la disciplina, la responsabilidad, la restricción y la madurez.

Planeta regente de Acuario

El planeta que rige a Acuario en la astrología es Urano. Urano es considerado el planeta de la innovación, la libertad y la revolución, y se cree que influye en las características y personalidad de los individuos nacidos bajo este signo zodiacal. Se asocia con la originalidad, la creatividad y la independencia, así como con el pensamiento progresista y la rebelión contra las convenciones establecidas.

Planeta regente de Piscis

El planeta que rige a Piscis en la astrología es Neptuno. Neptuno es considerado el planeta de la imaginación, la espiritualidad y el arte, y se cree que influye en las características y personalidad de los individuos nacidos bajo este signo zodiacal. Se asocia con la sensibilidad, la intuición y la compasión, así como con la confusión y el escapismo. También se cree que tiene una fuerte influencia en el mundo de los sueños y la creatividad artística.

¿Para qué sirven los planetas zodiacales?

Cada uno de los planetas tiene una energía y una influencia única que se asocia con diferentes aspectos de la vida. En la astrología, cada signo zodiacal está asociado con un planeta regente, lo que significa que la energía de ese planeta tiene una influencia particular en las características, personalidad y experiencias de las personas nacidas bajo ese signo.

En la astrología, es importante conocer el planeta regente de tu signo zodiacal, ya que esto puede ayudarte a comprender mejor tu personalidad y las energías que te rodean. Además, conocer los planetas regentes de otros signos zodiacales puede ayudarte a entender mejor a las personas que te rodean y las energías que influyen en sus vidas.

Après la victoire de Trump, quelles leçons pour la gauche ? Pierre Khalfa. Novembre 2024

La victoire de Trump est porteuse de leçons pour la gauche à condition de dépasser le niveau superficiel de l’analyse qui met l’accent sur le personnage et son comportement. Loin de s’y réduire, sa victoire, comme les autres montées de l’extrême droite, pose des questions qui, pour ne pas être nouvelles, sont plus que jamais d’actualité.

Il parait difficile dans le flot de commentaires qui a suivi la victoire de Trump d’y ajouter un point de vue tant soit peu original.

Néanmoins, il parait nécessaire d’y revenir pour essayer d’aller au-delà de l’écume de l’évènement. Il faut pour cela distinguer trois niveaux de réflexions.

Le premier, le plus superficiel, concerne les méthodes employées par Trump lors de la campagne électorale : tout a été dit sur le sujet : invectives, mensonges, démagogie, violence des propos. Trump a fait du Trump en portant à l’incandescence un discours de haine.

Mais ce constat n’explique strictement rien. Pourquoi cela a-t-il marché en 2024 et pas lors de l’affrontement avec Biden ? Qu’est-ce qui lui a permis, non seulement de remporter les swings states, mais aussi, résultat a priori inconcevable, largement le vote populaire?

Le deuxième niveau de réflexion a été parfaitement résumé par Bernie Sanders : « Cela n’a rien d’étonnant que le parti démocrate, qui a abandonné la classe ouvrière, voie que la classe ouvrière l’a abandonné ».

Et d’ajouter : « nous n’avons même pas présenté de législation visant à augmenter le salaire minimum, malgré le fait que quelque 20 millions de personnes dans ce pays travaillent pour moins de 15 dollars de l’heure. Aujourd’hui, en Amérique, nous n’avons pas présenté de loi qui faciliterait l’adhésion des travailleurs aux syndicats. Nous ne parlons pas des régimes de retraite à prestations définies pour que nos personnes âgées puissent prendre leur retraite en toute sécurité. Nous ne parlons pas de la hausse du plafond de la sécurité sociale afin de prolonger sa solvabilité et d’augmenter les prestations. En fin de compte, si vous êtes un travailleur moyen, pensez-vous vraiment que le parti démocrate va se battre pour vous, qu’il va s’attaquer à des intérêts particuliers puissants et se battre pour vous ? Je pense que la réponse écrasante est non, et c’est ce qui doit changer ».

En fait donc Trump a bénéficié du décalage entre une bonne santé affichée de l’économie américaine et ce que vivait concrètement une grande partie des salarié.es des États-Unis. Comme l’explique Romaric Godin, « la croissance a changé de nature. Elle ne reflète plus aussi clairement le bien-être social […] l’accélération de la croissance a un coût social croissant ». Ainsi, la croissance économique s’est accompagnée d’une hausse importante des dépenses contraintes des ménages et des denrées alimentaires, alors même que le discours officiel de l’administration Biden était focalisé sur la maitrise de l’inflation. Pire même, la croissance économique a généré plus d’inégalités sociales rendant encore plus illusoire le « rêve américain » de promotion sociale et entretenant ainsi le cauchemar du déclassement. Dans cette situation, la désignation par Trump de boucs-émissaires a joué à plein.

C’est là où la campagne menée par Harris a été catastrophique. Non seulement elle n’a absolument pas tenu compte de cette situation, ni proposé de remèdes pour y faire face, mais elle a mené une campagne centrée sur la personnalité de Trump, pensant ainsi profiter d’un rejet de l’électorat.

Si ce n’est sur la question de l’avortement, il est difficile de savoir ce qu’Harris a proposé pendant cette campagne. Elle est apparue, de fait, comme la candidate de la continuité, alors même qu’une majorité voulait un changement.

Multipliant de plus les apparitions avec des vedettes de la chanson et des stars d’Hollywood, elle est apparue comme déconnectée des réalités sociales d’une partie même de son électorat. Enfin, son incapacité à prendre en compte la sensibilité de la communauté arabo-musulmane et son soutien sans fard à la politique israélienne lui a aliéné des votes dans un certain nombre d’États clefs, alors même qu’elle ne pouvait pas concurrencer Trump sur ce soutien et que la communauté juive était elle-même très divisée sur le sujet. Bref une campagne électorale tournée vers la droite, comme le montre les « signaux » envoyés notamment quand on l’a vue valoriser le port d’armes.

Dans cette situation, Trump a réussi à dessiner une vision du futur pour les États-Unis, vision certes détestable, mais qui face au vide de la campagne d’Harris, a pu occuper l’espace de l’imaginaire collectif.

C’est là le troisième niveau de réflexion. Il faut revenir ici sur les transformations profondes qui se sont produites dans les sociétés occidentales ces dernières décennies. Une révolution anthropologique est en cours qui remet en cause des centaines de siècles de rapports d’oppression et les représentations sociales correspondantes, que ce soit sur la place des femmes, de l’homosexualité ou des minorités discriminées et plus globalement sur la conception de la famille. Il serait naïf de croire qu’un tel processus puisse se faire sans résistance.

En ce sens Trump représente probablement la forme la plus construite et la plus décomplexée de la contre-révolution dont l’objectif clairement assumé est celui d’un retour en arrière. Il ne s’agit pas seulement d’une réaction conservatrice, le backlash, mais d’une volonté d’imposer un nouvel imaginaire social.

Ce dernier fait certes la part belle aux masculinistes blancs mais est loin de s’y réduire au vu du résultat beaucoup moins important que prévu d’Harris chez les femmes et les minorités. La victoire sans appel de Trump tient à la conjonction qu’il a réussi à opérer entre cet imaginaire dont on peut penser qu’il reste minoritaire aux États-Unis – comme le montrent les résultats d’un certain nombre de référendums sur l’avortement dans des États ayant voté Trump – avec l’angoisse du déclassement social d’une partie de l’électorat démocrate qui a ainsi basculé.

Les caractéristiques individuelles du personnage étaient en symbiose avec le récit qu’il entendait imposer : homme fort, providentiel, volontariste capable de résoudre rapidement le problèmes.

Quelles leçons peut-on en tirer pour la gauche en France ? La première est que la précondition pour pouvoir gagner est d’affirmer clairement un programme de rupture, partant des besoins des classes populaires et se donnant les moyens politiques et économiques de les concrétiser.

En ce sens, les tentatives à gauche des revenants du néolibéralisme, les Cazeneuve, Hollande, Delga, etc. qui, n’ayant rien appris ni rien oublié, rêvent de détruire le NFP et fantasment sur le retour à la domination d’une offre politique centriste, ne peuvent que mener à la catastrophe face à l’extrême droite. La débâcle d’Harris, après d’autres du même type, prouve une nouvelle fois que la gauche néolibérale est incapable de répondre aux défis du moment.

Cependant, cette précondition pour indispensable qu’elle soit, n’est pas suffisante. Comme dans le cas de Trump, la force de l’extrême droite est de développer une vision du futur nourrissant un imaginaire social s’appuyant sur les angoisses diverses de l’électorat.

Face au ressentiment qui nourrit l’extrême droite, le pire serait d’essayer de la battre sur son propre terrain en s’emparant de ses thèmes, croyant ainsi la cantonner alors que cela ne fait que la légitimer. Le laminage de la droite dite républicaine par le RN et l’épisode de la déchéance de nationalité par Hollande sont là en France pour nous le rappeler.

Il faut au contraire être capable de porter l’espoir d’une société désirable en mettant en avant la recherche de l’égalité, l’exigence de la solidarité, la nécessité de la justice sociale et écologique, l’impératif de la démocratie.

Et de même que le profil de Trump est correspond au projet politique qu’il porte, de même, la gauche doit adopter des comportements qui correspondent à son projet d’émancipation, la morale politique et le réalisme stratégique correspondant dans ce cas. La question du programme effectif, c’est-à-dire le détail des mesures préconisées, pour importante qu’elle soit, n’est pas la plus décisive.

Ce qui importe c’est comment les électrices et électeurs ressentent le projet dont le NFP est porteur. Ainsi, quand on propose un projet de rupture, il faut rassurer et non pas inquiéter par des propos et des comportements brutaux, ce d’autant plus quand la société en question est angoissée quant à son avenir et que l’extrême droite essaie de se banaliser.

De plus, l’exigence démocratique ne peut être renvoyée à des jours meilleurs. Elle doit imprégner le rapport que les partis politiques entretiennent avec les classes populaires et avec leurs propres militant.es et adhérent.es. Enfin une politique de gauche ne peut donner à voir simplement une concurrence entre les différentes forces politiques. Même s’il est naturel que chaque parti défende ses positions, la recherche permanente de l’hégémonie est un obstacle à la construction commune qui ne peut reposer que sur le respect de la diversité.

Pierre Khalfa

Ancien coprésident de la Fondation Copernic, membre du Conseil scientifique d’Attac.

https://blogs.mediapart.fr/pierre-khalfa/blog/121124/apres-la-victoire-de-trump-quelles-lecons-pour-la-gauche

Il marxismo e l’era multipolare – Parte I. Leonardo Sinigaglia. Novembre 2024

Negli ultimi decenni il “marxismo occidentale” ha mostrato un’arretratezza teorica tanto profonda da impedire qualsiasi presa di coscienza sulla reale portata e natura dei cambiamenti delle grandi trasformazioni in corso a livello internazionale, derubricate a “scontro tra opposti imperialismi” quando non direttamente viste attraverso gli occhi di Washington come “aggressione degli autoritarismi contro la democrazia».

Per i marxisti del resto del mondo è in realtà chiaro come la nostra epoca segni una cesura profonda rispetto al passato, essendo caratterizzata da cambiamenti mai visti da almeno un secolo capaci di stravolgere profondamente l’architettura internazionale portando al superamento della fase imperialista del capitalismo attraverso la costruzione di un mondo multipolare e di una comunità umana dal futuro condiviso.

La comprensione di ciò non è solo necessaria per afferrare correttamente la situazione presente, ma anche per rispondere politicamente in maniera organizzata ponendo correttamente le contraddizioni in ordine gerarchico e identificando quello che è il campo di battaglia principale, ossia quello collegato alla lotta per l’indipendenza nazionale dell’Italia, senza la quale qualsiasi progetto di riforma sociale non è altro che un vaneggiamento a-storico e slegato dalla realtà.

Questa serie di articoli mira a discutere di alcuni dei principali nodi teorici per arrivare a una migliore comprensione della fase presente e della natura degli attori che la caratterizzano.

1- L’evoluzione storica del socialismo

Il materialismo dialettico concepisce l’universo come  “un movimento della materia, retto da leggi”, che si riflette nella nostra conoscenza, “prodotto superiore della natura”[1]. Il pensiero è riflesso di questa realtà, ed è perciò anch’esso in un processo di continuo movimento e trasformazione. Al modificarsi della realtà materiale non può che corrispondere una trasformazione del pensiero.

Essendo il nostro pensiero il riflesso della realtà materiale, noi possiamo arrivare alla comprensione oggettiva di questa. Il pensiero umano è espresso però da singoli individui, che non possono che avere una conoscenza relativa, limitata dal tempo e dallo spazio, oltre che dallo stato di sviluppo della società e delle sue forze produttive e scientifiche.

La realtà oggettiva può essere conosciuta come somma di verità parziali, che storicamente si perfezionano in un’approssimazione sempre più esatta. Come espresso da Friedrich Engels nell’Anti-Dühring, la contraddizione “tra il carattere del pensiero umano, che ci sembra necessariamente assoluto, e la sua effettuazione in individui il cui pensiero non è che limitato” può essere risolta “solo per mezzo delle generazioni umane”[2], arrivando alla verità assoluta per mezzo dell’accumulo di verità relative che si susseguono nello sviluppo storico.

Dal punto di vista marxista è innegabile l’esistenza di una verità  oggettiva, che si riflette nel pensiero umano, come è innegabile che il carattere approssimativo delle nostre conoscenze goda di limiti sempre più vicini alla completa verità. In questo senso la dialettica marxista abbraccia il relativismo, ma senza limitarsi ad esso, ossia senza unire la comprensione della relatività di tutte le cose la negazione della verità oggettiva, ma affermando “la relatività storica dei limiti dell’approssimazione delle nostre conoscenze”[3] alla verità oggettiva. Ogni sistema di pensiero è quindi storicamente relativo, e riesce ad approssimarsi alla realtà all’interno di limiti determinati dalle circostanze materiali.

Il socialismo non è differente. Esso nacque cinquecento anni fa dai grandi utopisti dell’era moderna, che seppero unire la mai svanita immagine di una società egualitaria, reminiscenza del comunismo primitivo, alla prefigurazione di una piena emancipazione dell’essere umano, resa possibile dall’accelerazione impressa ai fenomeni storici dall’incipiente sviluppo capitalistico. Ma queste immagini, come i progetti di riforma universale della società che sarebbero stati varati, non erano che debolmente collegati alla realtà materiale, di cui non si comprendevano i processi di trasformazione.

Ma proprio sulla base di questa produzione si poté costruire l’analisi marxista, che vi unì i contributi dati dall’economia politica classica e dalla filosofia tedesca, creando così un formidabile strumento capace di portare a un grado maggiore di consapevolezza dei processi storici e della natura dello stesso universo. Il marxismo non è solo il frutto di menti geniali, ma è anch’esso un prodotto della Storia che non avrebbe potuto comparire se non in determinate contingenze e come tappa precisa del percorso dello sviluppo umano.

Non si tratta di una buona “intuizione”, di una formula per la società ideale che avrebbe potuto fare la propria comparsa nel mondo un millennio prima così come cinque secoli dopo, ma del frutto della maturazione di una certa coscienza data dalla trasformazione oggettiva del mondo materiale.

“La dottrina di Marx è onnipotente perché è giusta. Essa è completa e armonica, e dà agli uomini una concezione integrale del mondo”[4]: questa “onnipotenza” non è ricavata dal possesso di qualche verità esoterica o da una particolare benedizione divina, ma è data dal suo carattere scientifico.

Il marxismo è una scienza, e come tale si fonda sull’analisi della realtà materiale e storicamente evolve secondo un processo di maturazione che lo porta a una sempre maggiore aderenza alla realtà oggettiva e una sempre più raffinata capacità di descriverne la trasformazione. La traiettoria storica del marxismo può infatti essere vista come un percorso d’apprendimento fondato sul costante confronto con la realtà materiale, una lotta senza quartiere contro tutte le incrostazioni metafisiche e le influenze ideologiche reazionarie che gli ha permesso di catalizzare il processo di sviluppo umano, galvanizzando la lotta per l’emancipazione in ogni parte del globo e con risultati sempre più grandi e manifesti.

In primo luogo, il marxismo ha superato tramite l’analisi scientifica del capitalismo il socialismo cosiddetto “utopistico”, sottomettendo i  vari progetti di trasformazione sociale alle leggi oggettive dello sviluppo storico e riconoscendo la lotta di classe come base dell’evoluzione dialettica delle società umane.

Attraverso la riflessione sul potere politico e la necessità di una sua conquista da parte delle forze progressive del proletariato, il marxismo ha superato le deformazioni in senso anarchico e sindacalista del pensiero socialista. Con l’ingresso del capitalismo nella sua fase imperialista il marxismo è passato dalla riflessione sulla presa del potere alla sua concreta conquista.

La Rivoluzione d’Ottobre, resa possibile dal carattere di “anello debole” nella catena dell’imperialismo dell’impero zarista e dalla correttezza della linea politica dei bolscevichi, ha simbolicamente aperto l’era della rivoluzione socialista e proletaria, intesa non come singolo evento circoscrivibile a un dato paese, ma come salto qualitativo globale, processo concreto e oggettivo che coinvolge tutte le forze progressive e le oppone ai disperati sforzi reazionari di quelle regressive.

Il confronto con la realtà della gestione del potere e della costruzione del socialismo ha permesso al marxismo di compiere un’ulteriore tappa nel suo processo d’apprendimento, liberandosi dei lasciti utopistici presenti in certe minoranze legati al miraggio di una rapida instaurazione del “regno della libertà”, del dileguare del denaro, dei confini, dello Stato, del mercato e finanche delle varie nazionalità.

La costruzione del socialismo in Unione Sovietica liquidò le correnti trotskiste e “libertarie”, da quel momento in poi passate da essere tendenze errate all’interno del partito comunista a veri e propri strumenti anticomunisti dell’imperialismo.

Il grande merito di Lenin e del suo allievo Stalin non consiste solo nell’aver compreso, a differenza degli opportunisti della Seconda Internazionale, il nesso tra la rivoluzione democratica e quella proletaria, ossia come “la rivoluzione democratica borghese si trasforma nella seconda”, che “risolve cammin facendo  problemi della prima”[5], e che costruendo la dittatura del proletariato, “forma particolare dell’alleanza di classe tra il proletariato, avanguardia dei lavoratori, e i numerosi strati non proletari dei lavoratori”[6], ossia contadini e settori inferiori della borghesia, ma anche nell’avere impostato la questione nazionale e coloniale nella fase imperialista del capitalismo nella maniera più corretta, riconoscendo lo strettissimo legame tra la lotta della classe lavoratrice dei paesi avanzati dell’Occidente con quella dei popoli oppressi e subordinati agli Stati imperialisti.

Mao Zedong partì da questa base teorica per un ulteriore sviluppo teorico e pratico, dando un grande esempio di adattamento alle concrete condizioni nazionali delle verità universali del marxismo-leninismo, riuscendo tramite la guerra popolare di lunga durata, la tattica della “campagna che circonda la città”, l’applicazione della linea di massa e l’obiettivo strategico della creazione della Nuova Democrazia come passo verso il socialismo a guidare alla vittoria la più grande rivoluzione anticoloniale della Storia.

Il Pensiero di Mao Zedong, pur avendo, similmente al leninismo, una valenza internazionale indiscutibile, mostra un carattere decisamente cinese. Questo non solo in termini di «sinizzazione» del marxismo, ma anche in quanto primo esperimento originale di costruzione del socialismo in un contesto extra-europeo, risultato di processi di sviluppo non riducibili agli schematismi evolutivi eurocentrici che costituirono un limite anche per il marxismo-leninismo sovietico, per quanto in misura assai inferiore rispetto al messianesimo “social-sciovinista” occidentale delle correnti trotskiste e bordighiste[7].

La rivoluzione cinese ha dimostrato il carattere multilineare dello sviluppo storico umano, e ha rappresentato un fondamentale salto dall’internazionalismo astratto a una reale estensione globale dei processi rivoluzionari. La nazionalizzazione del marxismo è stata lo strumento essenziale per una sua reale internazionalizzazione.

L’approfondimento di questa dimensione specificatamente nazionale, necessario per rispondere alle questioni poste dalla costruzione del socialismo in Cina, portò alla sviluppo della Teoria di Deng Xiaoping, anch’essa ricca di contributi allo sviluppo globale della teoria socialista, non in ultimo luogo quelli legati al rapporto tra socialismo ed economia di mercato.

Come l’analisi leninista rispondeva alle questioni poste dall’epoca dell’imperialismo maturo, pronto a esplodere nella conflagrazione bellica del 1914-1918, così quella di Mao Zedong e di Deng Xiaoping rifletteva le trasformazioni in corso a seguito dello sviluppo del bipolarismo della Guerra Fredda e dell’ingresso degli Stati Uniti e di tutto il loro sistema in una fase di crisi progressiva e irreversibile. La maturazione di questo processo di decadenza ha portato direttamente alla fase attuale, quella della multipolarizzazione del mondo e della costruzione di una comunità umana dal futuro condiviso.

Il prodotto teorico dell’evoluzione del marxismo in questa nuova epoca è il Pensiero di Xi Jinping, vero “marxismo del XXI Secolo”, capace di affrontare correttamente e proficuamente le questioni poste dai nostri tempi e di assicurare all’edificazione di un ordine internazionale multipolare il rafforzamento della sua natura rivoluzionaria e progressiva tramite il ruolo guida dei comunisti.

Il Pensiero di Xi Jinping non è solo tra le principali bussole teoriche di quest’epoca, ma è anche il marxismo del periodo in cui inizia il definitivo superamento della fase imperialista del capitalismo a favore dell’evoluzione in senso socialista dell’intero Pianeta, nuova tappa fondamentale della rivoluzione proletaria iniziata nell’Ottobre del 1917.

Il multipolarismo e la globalizzazione rappresentano le due tendenze prevalenti dei nostri tempi. Il cammino d’evoluzione, apprendimento e auto-correzione del marxismo lo ha reso in grado di affrontare le sfide poste da ciò in maniera profonda e completa, come espresso massimamente dal Partito Comunista Cinese e dal suo Comitato Centrale con al centro il segretario Xi Jinping. Da Oriente a Occidente la multipolarizzazione del mondo è un fatto oggettivo e incontrastabile, e tutti, compresi i detrattori, non possono ormai che fare i conti con questo processo. Gli oppositori del multipolarismo, da destra e da “sinistra”, lo qualificano come un vero e proprio “assalto” delle autocrazie al cosiddetto “ordine internazionale basato sulle regole” di matrice liberale e americanocentrica, o al più come un semplice “cambio della guardia” all’interno dello stesso sistema di dominazione: concezioni sbagliate che dimostrano la totale subalternità alla penetrazione ideologica dell’imperialismo o la pervasività di certa falsa coscienza anche in ambienti “radicali”.

Allo stesso tempo vi sono diversi sostenitori del processo di multipolarizzazione del mondo che evidenziano solo la pars destruens, l’opera di liquidazione dell’egemonia statunitense, senza rilevare il profondo cambio di paradigma e l’ingresso in una fase inedita della Storia umana: una visione, per quanto sicuramente non errata, unilaterale e incapace di cogliere l’intera portata dei processi in corso.

L’analisi marxista, maturata nei suoi due secoli di sviluppo, è in grado di dare la lettura più esauriente dei processi che si svolgono sotto i nostri occhi nella loro complessità e direzionalità storica. Anche in questo senso il multipolarismo è inconcepibile senza il marxismo.

(Ogni Venerdì, per le prossime 8 settimane, vi proporremo un importante lavoro di analisi e approfondimento di Leonardo Sinigaglia dal titolo «Marxismo e Multipolarismo»)


[1] V. Lenin, Materialismo ed empiriocriticismo, Milano, Sapere Edizioni, 1970, p. 137.

[2] F. Engels, Anti-Dühring, Mosca, Progress, 1947, p. 52.

[3] V. Lenin, Materialismo ed empiriocriticismo, Milano, Sapere Edizioni, 1970, p. 110.

[4] V. Lenin, Tre fonti e tre parti integranti del marxismo, in Prostvestscenie, n. 3, marzo 1913.

[5] V. Lenin, Per il quarto anniversario della Rivoluzione d’Ottobre, in Opere scelte in due volumi, Vol. II, Mosca, Edizioni in lingue estere, 1948, p. 726.

[6] V. Lenin, Prefazione alla pubblicazione del discorso “Ingannare il popolo con slogan su libertà ed eguaglianza”, in Collected Works, Vol. XXIX, Mosca, Progress, 1965,  p. 381.

[7] La sbrigativa liquidazione del modo di produzione asiatico propria del marxismo sovietico contribuì alla secolare egemonia in tutto l’Occidente dell’idea di un’evoluzione storica lineare necessariamente fondata su tappe determinate unicamente dalla stessa esperienza storica europea. Lo schema schaivismo-feudalesimo-capitalismo-socialismo non solo si dimostra falso, ma una sua universalizzazione “occidentalizzante” non può che essere dannosa per la costruzione socialista proprio in quei contesti dove maggiormente ha dato frutti e speranze, ossia quelli esterni all’Occidente. Il riconoscimento della multilinearità dei processi di sviluppo è essenziale al fine di garantire all’analisi (e alla prassi) marxista una maggiore aderenza alla realtà e per sviluppare gli “anticorpi” necessari a prevenire qualsiasi degenerazione che, sotto la bandiera dell’intransigenza e dell’ortodossia, si faccia portatrice degli interessi imperiali di Washington.

Comentario de novela 200 escrita por salvadoreño: “El viaje a San Salvador”, de Roberto Pineda, 2024.

De Roberto Pineda había leído su primera novela titulada “El viaje a Moscú”, un entretenido, jocoso y deleitable relato donde Víctor, personaje principal de esa historia trata de cumplir una tarea designada por el Partido Comunista, haciendo un largo viaje de muchos días, kilómetros y aventuras, hasta cumplir su misión, aunque demasiado tarde.

En esta novela “El Viaje a San Salvador”, inicia en el prólogo, donde se hace un resumen de la muerte de Víctor en Rusia y su entierro en Tbilisi, pues no pudo regresar a El Salvador. Víctor es el padre de tres hijos: Boris el mayor, Sergei el mediano y Ernesto el menor. Ernesto, sabiendo que su padre no era ruso, sino salvadoreño, emprende un viaje largo y misterioso para conocer sus raíces.

La novela es un relato crónico, quizá porque Roberto Pineda es también periodista, y su obra literaria tiene una mezcla de texto periodístico y novelado, que narra una serie de hechos vividos por Ernesto en su recorrido desde Moscú hasta San Salvador.

Es una crónica de hechos reales o ficcionados, vaya usted a saber. Lo seguro es que hay un orden cronológico del viaje. El autor incorpora recursos literarios desde su punto de vista e imagino que él conoce muy bien los lugares descritos, desde luego hace un excelente retrato de todos esas ciudades, pueblos y aldeas que Ernesto visita en la ruta a San Salvador.

Ernesto y sus dos hermanos mayores viven en Moscú, pero al conocer del fallecimiento del abuelo, la familia decide trasladarse a Tbilisi, lugar donde queda sepultado Víctor el padre. Y ahí comienzan las bellas descripciones de los lugares referidos, Ernesto, en un viaje imaginario describe El palacio de invierno de los zares y aquí retomo textualmente una parte de esa descripción:

“La forma exterior predominante de la arquitectura del Palacio de invierno, con su decoración en forma de estatuas y opulentos trabajos de estuco en los frontones sobre las fachadas y ventanas, en barroca. El salón Nicolás es la sala de recepción principal y queda en el centro de la Enfilada del Neva. En esta sala se celebraban los lujosos bailes de la corte imperial, muchos de estos bailes con disfraces y máscaras, así como el infaltable valet ruso”.

Es de esta manera que Ernesto va admirando en su viaje cada lugar visitado como lo son: Estambul, Turquía, Grecia, Roma, Nueva York, La Habana, México, hasta su arribo a El Salvador. En cada uno de esos lugares Ernesto tiene encuentros con amigos, la mayoría de ellos perteneciente a los partidos comunistas de los lugares visitados.

Asimismo, va conociendo personajes importantes del Partido Comunista, con quienes hace una relación estrecha. Sin embargo, no podía quedar de lado las relaciones amorosas que desde adolescente Ernesto tiene con cada una de sus enamoradas, pero son encuentros pasajeros que aparte del amor brindado al momento y la relación sexual que muy bien se detalla con literatura erótica, no hay heridas amorosas que lo aten a quedarse con cada una de sus amantes, hasta que llega a El Salvador y en el pueblo de Santa Ana conoce a Victoria, con quien definitivamente se casa y procrea tres hijos.

El viaje a San Salvador es una novela crónica que trata sobre un viaje, un viaje ameno de lectura que al final le deja a uno un sabor a querer continuar leyendo una tercera parte. Esperamos que Roberto Pineda lo logre.

5:00 a.m. de un miércoles 13 de noviembre, 2024…

Roberto Pineda, el terco deseo de  novelar o la memoria retroactiva. Luis Antonio Chávez. 14 de noviembre de 2024

“No es lo que te ocurre, sino cómo reaccionas”. Graham Green

Enfrentarse a lo virginal de una página para recrear apreciaciones sobre un libro recién publicado, no es tarea fácil, sobre todo cuando se nos invita a decir algo, y escribimos un texto en el que podemos quedar como héroe o villano…

Presentar la novela El viaje a San Salvador, escrito por nuestro dilecto amigo Roberto Pineda, me invita a plasmar la experiencia de la lectura poniéndome entre la espada y la pared, pues debo sopesar su amistad y mis apreciaciones sobre un libro recién salido del horno.

Antes de entrar al tema intentaré pergeñar el significado de NOVELA. La Real Academia de la Lengua detalla que “es aquella que narra una acción fingida en su totalidad o en parte, cuyo fin causa placer estético al lector con la descripción de los hechos”.

La misma describe a los personajes, pasiones y costumbres que nos hacen reflexionar o nos introyectan la historia sacándonos, sin proponérnoslo, sonoras carcajadas o lágrimas a borbollones.

Esta narración se distingue por su carácter abierto y la capacidad para contener elementos diversos en un relato complejo, dándole libertad al autor a expresarse e integrar personajes en historias cruzadas o subordinadas entre sí.

También presenta hechos en un orden distinto al que se produjeron o incluye textos variados, ya sea de carácter epistolar, bélica, romántica, testimonial… insertándole poemas, documentos, leyendas, todo ello bien urdido que gozará de la complejidad que el autor presente a los demás.

Dicho en otras palabras, la novela es una narrativa de cierta extensión, un “género literario que precede a la Antigüedad grecolatina y se desarrolla a partir de la Edad Moderna”.

Reseñaré que antes había leído del mismo autor Viaje a Moscú, texto que me dejó -como decimos los salvadoreños- “picado”, donde se narra la vida de Víctor, padre del personaje de esta historia que trataré de hilvanar, quien abandona el país por cumplir una misión del Partido Comunista en los años 30 durante el Martinato, pero muere en Tbilisi al no poder regresar a El Salvador.

Mientras Víctor vive en Rusia se dedica a diversas actividades para subsistir, pero también es el lugar donde se casa y procrea tres hijos: Boris (hijo mayor), Serguei y Ernesto, personaje principal de esta nueva aventura que se ve envuelto en infinidad de hechos donde aprenderemos sobre la historia, costumbres y culturas alimenticias en el lejano oriente.

“Ernesto, el menor, adoraba su vida en Moscú (y) a la vez se sentía atraído (igual que su padre) por el espíritu de aventura de viajar a otro país, aunque éste estuviera en la misma URSS, y en particular, el Cáucaso”. (Pág. 16)

La novela El viaje a San Salvador posee una memoria retroactiva del autor, pues con sus escritos Roberto nos lleva por parajes insospechados -utilizando la técnica de la crónica periodística-, a ciudades sacadas como de ensueño.

El autor perfila anécdotas muy fuertes, como el desprendimiento de rocas en plena carretera y la osadía del conductor cuando le dicen que se detenga optando por meter hasta el fondo el acelerador.

“Al haber avanzado unos kilómetros escucharon un ruido ensordecedor… muchos pasajeros emitieron gritos de terror, hasta descubrir que era una avalancha de piedras que se estaba desgajando de la montaña… le gritaban al conductor que detuviera el vehículo, pero éste más avezado desatendió el llamado y metió hasta el fondo el acelerador”. (Pág. 81)

También nos ilustra en pocas líneas el Leiv Motiv de la novela Un día en la vida de Iván Denisovich cuyo tema central es la denuncia de la miserable vida que llevaban los deportados en los campos de concentración en la Siberia.

“…subió a una cuesta que le llevó al patio de una mezquita adornada con seis minarre…

dornada con seis minarretes que se encuentra frente al museo Hagia Sofia”. (Pág. 95)

Cada escritor plasma sus vivencias o historias narradas por terceros pero que dejaron en él un sabor agradable o llenos de malinchismo aprendió a vivirlas cual si fuese él el autor de esas mismas historias.

“Se adentró por una de sus calles laterales y se encontró con la parte trasera del jardín botánico, por lo que regresó sobre sus pasos y pudo ingresar a través de su pórtico rodeado de altas palmeras, era como haberse trasladado a otro mundo, se trataba de una verdadera selva tropical en medio de la ciudad”. (Pág.106)

En El viaje a San Salvador el amigo lector conocerá sobre las diferentes culturas turcas, árabes, griegas, italianas, neoyorquinas, rusas, germanas…

“Fue en idioma griego -le indicó Elena-, que se escribieron los textos fundacionales de la filosofía occidental, como los diálogos de Platón o las obras de Aristóteles, e incluso el Nuevo Testamento de La Biblia se escribió en griego”. (Pag.110)

Cabe mencionar que El viaje a San Salvador es una novela donde se muestra todo un bagaje de conocimientos de vistas y oídos pero que hacen vivir cada episodio cual si se estuviese viendo en 3D.

Roberto nos lleva de la mano por lugares paradisíacos “En Knossos recorrieron  lo que pudo considerarse como la cuna de los palacios europeos, en unas ruinas descubiertas en 1878. Asimismo Knossos es considerado como el más antiguo antecedente de la cultura griega… “ese reinado y su palacio de mil habitaciones alcanzó su mayor poder hacia 1600 aC”. (Pág.116)

Pero no sólo eso nos refresca Roberto, sino que invita a leer, (algunos hemos visto la película) a acercarnos a obras maestras como la Ilíada donde el autor nos narra el porqué del título, así como de La Odisea, aquí da muestras de su sapiencia y su sagacidad en la narración.

“La Ilíada trataba sobre el asedio militar de la ciudad de Troya por los aqueos a fin de rescatar a Helena, esposa del Rey Menelao, la cual fue raptada por París, príncipe Troyano… Por su parte La Odisea versa sobre la aventura de Odiseo. También conocido como Ulises, en su viaje de regreso a su patria, Ítaca”. (Pág. 109)

Este libro de Roberto Pineda destila cultura, experiencia que invita -sutilmente- a conocer esos lugares paradisíaco, pero no sólo eso, sino que nos lleva a lugares inhóspitos como Turquía, Grecia, Italia, Estambul, Roma, Jamaica, Nueva York, La Habana, México… hasta su arribo a El Salvador.

“Llegó a Piazza Duomo (Italia) y le llamó mucho la atención las arcadas del pórtico dei Cavalieri Templari, un edificio medieval con grandes columnas, que funciona como museo. Cuenta la leyenda que ese edificio estuvo ocupado por la Orden de Los Templarios durante el Siglo XII” (Pág. 133)

En cada uno de esos lugares Ernesto tiene encuentros con amigos, la mayoría pertenecientes al Partido Comunista, asimismo conoce personajes importantes.

Me detendré hasta aquí, pues no deseo hacer un anecdotario de El Viaje a San Salvador, sino que este escrito sirva como una invitación a leer a Roberto y sus memorias.

Luis Antonio Chávez

San Salvador, noviembre de 2024

Presentan en UTEC novela El viaje a San Salvador de Roberto Pineda

SAN SALVADOR, 14 de noviembre de 2024 (SIEP) Esta tarde fue presentada en el auditórium del  Museo de Antropología de la Universidad Tecnológica, UTEC, la novela El viaje a San Salvador del escritor Roberto Pineda. Los comentaristas fueron el Dr. Ramón Rivas, el escritor Luis Antonio Chávez  y la apertura fue realizada por la poeta Silvia Elena Regalado.

En su comentario , el Dr.  Rivas indicó que “ esta obra que se inscribe en el genero de relatos de viaje y quede impresionado por el nivel de detalle con el que mencionan lugares, que es como si pudiéramos visitarlos nosotros mismos mediante la lectura.”

Al reseñar la obra, el escritor Chávez expresó que “La novela El viaje a San Salvador posee una memoria retroactiva del autor, pues con sus escritos Roberto nos lleva por parajes insospechados -utilizando la técnica de la crónica periodística-, a ciudades sacadas como de ensueño. El autor perfila anécdotas muy fuertes, como el desprendimiento de rocas en plena carretera y la osadía del conductor cuando le dicen que se detenga optando por meter hasta el fondo el acelerador.”

Por su parte, Roberto Pineda señaló que “ esta obra es un homenaje al siglo XX, al siglo de los ideales y la rebeldía, a los años sesenta, a diversas ciudades que conocí y que viven en mi memoria, a la Generación Comprometida, al seco Roque, en fin a San salvador y Santa Ana.”

Sobre esta obra, el escritor William Martínez había escrito que “Es una crónica de hechos reales o ficcionados, vaya usted a saber. Lo seguro es que hay un orden cronológico del viaje. El autor incorpora recursos literarios desde su punto de vista e imagino que él conoce muy bien los lugares descritos, desde luego hace un excelente retrato de todos esas ciudades, pueblos y aldeas que Ernesto visita en la ruta a San Salvador.

Un país en busca de autor. José Napoleón Rodríguez Ruiz. Mayo 16, 1990

Ya no podemos vivir por vivir, sino

para crear lo nuevo. Ese es el himno

de la época moderna que sobreviene

como nueva necesidad cuando la

estrella y el fuego, la rosa y el tigre

murieron dentro de nosotros.

Erich Gutkind

¡Sí! Había muerto el tigre y el fuego dentro de nosotros. Hace mucho tiempo empezaba a morir … al Wurm y al Wisconsin siguen la tibieza y el calor, la nueva vida; al austroloide americano, los olmecas, los mayas, los aztecas, los incas, los izalcos, la nueva vida; a la comunidad primitiva, la comunidad agraria y un esclavismo especial, la vida nueva. Y ya en la deformidad de la Conquista, la Colonia y un empezar a morir casi de golpe.

Pero aún ante la muerte, la alegría de vivir nos embriaga y destruye la agonía, el miedo.

En un instante desaparecía un mundo que había tardado milenios en formarse, los viejos dioses mayas se convertían en demonios, la tierra en algo extraño, ajeno, de repente todo fue pasado y nada fue pasado y todo miedo. Pero aún ante la destrucción, la alegría de vivir nos invade e intentamos resucitar el sol que nos robaron.

En la conjunción se produjo el aplastamiento, la tortura del grillete, de la hacienda y de la mina. Un trotar más rápido hacia la muerte.

Pero aún ante los dioses inventados, la alegría de vivir nos invade e

intentamos resucitar el fuego que nos prohíben encender.

No era el temor al rayo, a la lluvia torrencial o a la tierra seca, a los volcanes o a su lava. No, era un miedo nuevo al hombre, al diferente, al colono, al hacendado. Pero aún ante el conquistador, la alegría de vivir nos embriaga y buscamos despertar al tigre.

Y de repente fue un ayer que agonizó para la Historia. Los ídolos navegaron en el tiempo como animales que se ahogan, los templos mugieron bajo la tierra, su nueva sepultura. Las pirámides quedaron desiertas, estáticas, mudas. También en este caso las cosas mostraban su rostro, el más feo.

Por mirar al futuro nos convertíamos en estatuas de sal.

Sin embargo, entre las ruinas surgían hombres que buscaban crear lo nuevo. Resucitar la estrella, el fuego, la rosatigre que todavía estaban allí para romper dimensiones y asaltar el cielo. ¡Sí! Allí estaban.

¿Por qué tanto dolor en esta tierra tan hermosa, como la primera lluvia que cayó sobre el planeta, como la vida en su primer asomo, como un antropoide erguido?

II

El territorio salvadoreño es en gran parte de origen volcánico y en buena parte, volcanes, en pleno trópico. Formó parte de Mesoamérica.

Por ello desde cualquier sitio se divisan sus montañas y sus cerros.

Y desde cualquiera de estos se mira siempre el mar, los cafetales rojos, los algodonales, los cañaverales.

Verdes, rojos, azules, blancos, muy apretados en un pequeño territorio de apenas veinte mil kilómetros cuadrados. Y ahora, también desde cualquier sitio se oye, se siente, se sufre, la guerra, una guerra que ya dura veinte años … en su última fase.

Tal vez la historia de El Salvador, su gloria y su tragedia, como la de muchos pueblos, encuentre una síntesis periodizada en la vida de algunos hombres verdaderos navegantes o descubridores del alma nacional, acusadores de las fuerzas antihumanas que impiden el cambio.

Nos encontramos así con Atlacatl y Tekij, cuando la Conquista; con Alfonso y Martín, dos negros ahorcados para una Semana Santa, en plena Colonia; con Pedro Pablo Castillo, Júpiter y Anastasio Aquino a buscar la verdadera independencia, la que todavía no llega; con Farabundo Martí, Luna, Zapata, Chico Sánchez o Miguel Mármol en este siglo, quienes intentaron la primera gran revolución en Centroamérica.

En El Salvador los años sesenta son el preludio de la sinfonía revolucionaria que estaba por componerse, inconclusa por de pronto, o que tal vez desembocará alguna vez en el gran canto a la alegría.

Los años sesenta son para El Salvador una década que contiene, que anuncia, todo lo que estaba por suceder. Que da y hace madurar rápidamente los individuos indispensables para cumplir las tareas históricas urgentes. Los nombres son innumerables: Raúl Castellanos, Schafíck Handal, Rafael Aguíñada, Daniel Castañeda, Salvador Carpio y los jóvenes que más tarde se convirtieron en miembros del ejército que formó el pueblo y que aún sostiene la guerra.

En las letras -y las letras en este caso no están divorciadas de la política ni de la guerra- está la figura síntesis, la que en muchos sentidos resume y asume nuestra tragedia, la gloria y el dolor de dos o tres décadas: Roque Dalton.

(Por supuesto que los nombres de Roberto Armijo, Manlio Argueta y Alfonso Quijada Urías son sujetos plenos de este proceso social complejo que hemos vivido en El Salvador.)

Roque murió a punto de cumplir los cuarenta años, el 10 de mayo de 1975. Mucho se escribió entonces sobre él. Mucho se ha escrito desde entonces sobre Dalton.

Pero los análisis merecen y exigen una revisión exacta y objetiva. Así llegaremos a comprobar probablemente su dispersión, fragmentarismo y superficialidad, la de los análisis, por supuesto. Desde luego, los hay de una importancia tan grande como los de Benedetti y Galeano.

Pero aún sumados los mejores, no encontramos un resultado que permita, por un lado, entender El Salvador de aquellos años, mucho menos del actual, ni siquiera los aportes literarios y políticos de Roque Dalton. Las acusaciones y reproches de Octavio Paz, desde luego, merecen una consideración, aun cuando desde muchos puntos de vista son vulnerables, a la luz de lo que se entienda por poesía y de la relación general, en arte, entre forma y contenido.

Queremos simplemente recordar un breve párrafo de Eduardo Galeano en la revista Casa de las Américas No. 94: «La poesía de Roque era, como él, cariñosa, jodona y peleadora. En la cara y en la poesía de Roque, una guiñada se convertía en un puño en alto. Le sobraba valentía y por lo tanto, no necesitaba mencionar el coraje. Nada más ajeno a la retórica del sacrificio que la obra de este militante que nada ahorró de sí ni quiso nada para sí».

Así como para el burgués el dinero no significa nada si no se transforma en fuerza de trabajo; así como al campesino lo separan de la tierra para llevarlo hasta las fábricas; y así como separan la tierra del campesino para convertirla en materia prima; así como el imperio asalta el planeta y convierte continentes en colonias; así como el despojo es el ahorro del capitalismo, así El Salvador está especialmente unido al dolor a ser tierra irredenta, como dice el campesino.

Hablar de esa esencia y su catarsis es en buena cuenta hablar de Roque Dalton; y hablar de Roque Dalton es, sin duda alguna, hablar de esa catarsis. Porque Roque no se conformó como Durrel, con odiar a su país de una manera creadora sino se hundió en él hasta palpar su tuétano maligno, hasta apurar todo su cáliz.

Nosotros que tuvimos la oportunidad, no solamente de conocer a Roque, de ser grandes amigos, de acompañarlo al escribir conjuntamente dos piezas teatrales, de sostener correspondencia cuando su estadía en Praga, de conversar con él en La Habana, en 1972, poca antes de su retorno a El Salvador para ingresar al ERP, organización polítíco-militar; y de verle una vez, en plena clandestinidad en 1974, poco antes de morir, comprendemos a cabalidad la importancia que tendría un estudio profundo de su obra y de su vida. Pero un estudio de verdad profundo vendría a ser como descubrir verdaderamente a El Salvador, tal vez el prólogo de la guerra, que en parte sufre ya Centroamérica y que podría convertirse en el canto a la alegría, pese a los aires de «Pax romana» que soplan por el mundo.

III

A mediados de los sesenta Dalton se encontraba en Praga y trabajaba en la revista Problemas para la paz y el socialismo, que se había convertido o estaba por convertirse en revista internacional. Allí publicó un artículo sobre la problemática de la revolución en Latinoamérica (parece ser que el artículo fue previamente discutido con Maydanik, un conocidísimo analista social soviético). Creernos que anticipaba una de las rutas de la revolución que probablemente seguirían nuestros pueblos.

Comprendía las siguientes necesidades: a) la incorporación de grandes masas al torrente revolucionario, b)la voluntad real y colectiva para superar la creciente destrucción de las economías nacionales por obra de los grandes monopolios por todas las vías, c) la necesidad de empuñar las armas, d) un alerta hacia la acción de los intereses imperialistas en las siguientes direcciones: 1) penetrando al máximo con sus agentes de seguridad a los ejércitos de las burguesías u oligarquías criollas, 2)si lo anterior no fuese suficiente, asumir las funciones de los ejércítos, especialmente las represivas, directamente.

Ahora que signos de una paz muy especial aparecen en Centroamérica, debemos comprender que la situación es la siguiente. Objetivos de los enemigos del pueblo: a) aplastar los ejércitos del pueblo o desmantelarlos, b) sustituir en toda la medida posible las funciones de los ejércitos de la clase dominante, c)en ciertos sitios sustituir por completo a los ejércitos en su conjunto o a las fuerzas de seguridad: Panamá y Costa Rica. Y a la base de todo ello, como lo anticipó Dalton en aquel artículo, la destrucción de las economías nacionales.

La consigna de la reducción de los efectivos militares justa por principio implica el grave riesgo que indicamos, de donde al mismo tiempo que se lucha por la desmilitarización deben redoblarse los esfuerzos en la lucha antiimperialista y denunciar sus planes de ocupación.

El artículo, de una gran lucidez, anticipaba al mismo tiempo la conducta de Roque, que tras unos años en La Habana se trasladó al corazón de la lucha, y a la muerte.

En nuestras conversaciones en La Habana, me narró los argumentos o el argumento de su último libro, que había hecho del conocimiento de todos, su título: «Un libro rojo para Lenin». Resulta que Lenin resucita y empieza a recorrer las calles de Moscú. Como es un genio, después de visitar las fábricas y de conversar con la gente, llega a la conclusión de que las fuerzas contrarrevolucionarias han triunfado en la Unión Soviética, y como es un revolucionario, inmediatamente intenta fundar un nuevo partido que tenga por objeto recuperar el poder para el pueblo.

Al principio, las fuerzas de seguridad no le hacen caso, pero a medida que transcurre el tiempo, gana más y más adeptos hasta convertirse en una verdadera fuerza nacional. Le capturan e internan en un manicomio. Solo un espíritu libre y revolucionario pudo escribir ese libro que parcialmente permanece aún inédito.[1]

IV

El nivel filosófico de un ideólogo no depende de la profundidad con que sepa penetrar en los problemas de su tiempo, de su capacidad para saber elevarlos a la altura «suprema» de la abstracción filosófica, de la medida en que las posiciones de clase cuyo terreno pisa le permitan ahondar hasta lo profundo de esos problemas y llegar hasta el final de ellos solamente. Roque lo comprendió así y por eso fue a militar allá abajo, donde los problemas se engendran y donde una práctica consecuente puede alcanzar su solución. Pero comprendía exactamente los límites y alcances de el «solamente». Por ello se preparaba en mil novecientos setenta y cuatro al análisis de la ideología de la clase dominante salvadoreña, desde diversos puntos de vista, entre ellos, el siquiátrico.

Con Dalton habíamos conversado mucho sobre lo que era una clase enferma. Comprendíamos cuanta razón tenía Lukacs, al señalar que con Hitler se llegó en Alemania a la popularización demagógica de todos los motivos especulativos de la reacción filosófica más descarada, a la coronación ideológica y política del proceso de desarrollo del irracionalismo, y que si aplicábamos creativamente su pensamiento vertido en el Asalto a la razón al proceso social salvadoreño, tendríamos que descubrir hasta el fondo un irracionalismo esquizofrénico en los Barones del café.

(Ahora que probablemente habrá una «paz», al menos firmada, en El Salvador, las fuerzas sociales conscientes deberán tomar en cuenta una clase -la dominante- ebria de locura, que de cierto modo continuará guiando los destinos del país y volver los ojos al caso Colombia).

(Recordemos también las palabras de Kierkegaard en su Mensaje literario, sobre que cada cual debe trabajar por sí solo para obtener su propia salvación o el mundo dejaría de persistir, que parecen informar a los asesinos de tanta gente, de Ellacuría, Montes o Monseñor Romero).

Bretch ha señalado que en los grandes procesos revolucionarios es difícil establecer cuanta destrucción es necesaria. Ahora bien, la destrucción es un producto de la acción violenta de las masas, o de la actividad reaccionaria y brutal de ciertas minorías; pero también de la acción de sus escritores.

Roque Dalton nos ofrece hasta los cuarenta años una producción dura, llena de amargor, muchas veces, con agruras literarias o repleta de un júbilo trágico, frente a una Patria desnudada que duele, con su corona de espinas; que sufre y sufrirá, sabrá el diablo por cuánto tiempo más. La ironización de la realidad es alcanzada en su prosa y en su verso casi siempre.

Pero aparecía siempre levantado el dedo acusador hacia una clase dominante que Roque conocía muy bien, y cuya brutalidad es evidente.

Ahora bien, queremos en este momento referirnos a un plan suyo, insinuado en una carta inédita dirigida a un gran siquiatra salvadoreño, quien nos hizo el favor de proporcionarla.

«Ahí te van los primeros materiales de estudio. Te iré enviando los que vaya recortando (para comenzar con una determinada unidad vamos a ver primero todos los aparecidos en el año 73). Aunque te propusimos le entraras al problema desde tu terreno, desde tu especialidad, es evidente que se trata más de ubicar una sicología, de ubicar una ideología ( en el mero sentido marxista: conciencia falsa). Tú ubicarías las connotaciones psicopáticas de esa ideología y de los individuos que las publicitan.

Por eso es que además de los tipos más evidentemente “malígno-tataratas” (tatarata, en salvadoreño significa: alocado y bobo) (C. y Ramírez, Castellanos, Aguilar, Clares, etc.)

Te envío materiales de otros que los circundan y que le ponen a la ideología básicamente fascista los aderezos del misticismo… cree que independientemente de la importancia que podrá llegar a tener este trabajo, nos vamos a divertir mucho porque hay cada tipo que es para que Julio Cortázar lo meta en su próxima colección de «piantados» (sobados del closh, en salvadoreño)… Se parte de un concepto irracional de la cultura, que prescinde de un criterio científico básico: se le mezcla la superstición, el oscurantismo, los delirios, con conocimientos científicos y filosóficos mal digeridos o mal comprendidos.

Esto es muy bueno para ellos en la tarea de desorganizar la cabeza de la clase obrera…!

Además de la carta, Roque se había preocupado por la disparatada ideología de los escritores burgueses, entre ellos, por monseñor doctor Francisco José Castro y Ramírez, del cual tenía recortados unos ciento cincuenta pequeños artículos. En muchos de ellos, el sacerdote clamaba en contra de los comunistas, pidiendo su liquidación moral y física, en otros, contra las minifaldas, en contra de la guerra, por ser castigo del pecado.

Únicamente vamos a transcribir un párrafo de uno de sus artículos del 23 de junio de 1973, subrayado por Roque, y en el cual aparecen notas de su puño y letra que señalan «sexo y delirio». Apareció en El Diario de Hoy, uno de los de mayor circulación en El Salvador. El artículo fue titulado así: «¿Phainoméridas con sombreros eclesiásticos ?»:

«Para contestar satisfactoriamente la pregunta del epígrafe, tuve que consultar a helenistas de renombre que bucean en viejos palimpsestos. Pero solamente aseguran que existieron muchachas que preferían exhibir los muslos desnudos … Entonces, urge correr hacia el tiempo de la cibernética, de los vuelos espaciales y del post-Concilio (se refiere a Medellín), cuando reina la autodemolición denunciada por Paulo VI; se filtra el humo de Satanás por resquicios sigilosos de expertos y peritos; cuando algunos clérigos truecan atavíos y también su crucifijo por el breviario de Mao y la metralleta de los pistoleros …» Y prosigue el artículo condenando a la Iglesia progresista con invocaciones grietas y a los curas que utilizaban sotanas cortas. Otro artículo seleccionado es de un señor Barón Ferrufino sobre Chile, su título: «Se ha salvado una Patria o más vale tarde que nunca», que inicia así: “Al fin y gracias a Dios, a las mujeres, al numeroso y sufrido gremio de los transportistas, a las gloriosas tres armas de las Fuerzas Armadas Chilenas, a los Carabineros y al pueblo responsable se salvó Chile de las garras de la bestia apocalíptica llamada vulgarmente comunismo.» El artículo compuesto de tres partes elogia las matanzas de Pinochet y reclama la profundidad de la represión con expresiones místicas y religiosas.

De esa forma, en El Salvador se mata, se tortura, se asesina en nombre de Dios y de una serie de valores como libertad, catolicismo, paz social, el mundo libre, etc.

No es el objeto de esta intervención agotar este tema, de suyo complejo y difícil, pero sí señalar que a base de la guerra y el genocidio yace la más desaforada mística oscurantista y que es muy difícil cambiar un pensamiento que se ha venido cimentando durante largos años, e imposible que ese cambio se produzca en corto tiempo.

V

El Salvador está en busca de muchas cosas. A punto de crear grandes revoluciones en diversos momentos de su historia, diversas circunstancias han impedido el triunfo.

Roque Dalton, cuando llegó por última vez a El Salvador, creía que «esta vez sí». ¡Llegó por fin el turno del ofendido! Y se disponía

a ser el autor que tanto ha buscado El Salvador. Su autor literario y su autor social. La muerte truncó todos sus planes. Como en un mundo kafkiano empapado de sangre, donde los personajes no solamente hablan sino matan, donde se proclama la ruptura, una ruptura espantosa que no viene a ser sino la continuación de escombros para unos y poder y riqueza para otros.

No es raro en ese mundo que un director de un diario importante tenga como filósofos preferidos a Nieztche y Wittgenstein. Y tácitamente tiene como consigna las conocidas frases de este último: «El pensamiento es el gran transformador y casi podríamos decir que el gran tentador. El acto mismo, el pensamiento se convierte en la gran responsabilidad, en el pecado esencia del hombre».

A nosotros los que todavía vivimos a pesar de ser salvadoreños toca hacer algo: continuar en la gran tentativa de crear lo nuevo, de resucitar la estrella, el fuego, la rosa y el tigre, que no han muerto del todo entre nosotros.

Mayo, 16, de 1990

La Universidad, Número 28 (enero-marzo, 2016)


[1] El presente texto fue escrito en 1990

Pepe Rodríguez Ruiz ¡Hasta la victoria siempre!

SAN SALVADOR, 20 de octubre de 2024 (SIEP) “Uno de los principales intelectuales de la izquierda salvadoreña  ha fallecido, José Napoleón Rodríguez Ruiz, nuestro querido Pepe, valioso integrante de la Generación Comprometida…” expresó el escritor Roberto Pineda.

“Tuve el honor de entrevistarlo para esta agencia de prensa a finales de 2008, luego de platicar largo y tendido en varios momentos sobre política y literatura, e incluso dimos un paseo por las calles céntricas de Ayutuxtepeque…”

Agregó que Pepe nació en esta ciudad en 1930, en 1950 en la UES se integró a la AEU  y a los 24 años, en 1954 se integró al Partido Comunista de El Salvador, PCS, reclutado por Raúl Padilla Vela, del cual llegó a ser uno de sus dirigentes más destacados en las décadas de los cincuentas y sesentas. Cuando se dio la ruptura en marzo de1970 decidió mantenerse al margen, y no se fue ni con Cayetano ni con Schafik…

Pero a mediados de los años setenta, se integra a la Resistencia Nacional, RN. En enero de 1980, representado al FAPU, pasa a integrar la dirección de la Coordinadora Revolucionaria de Masas, CRM y posteriormente del Frente Democrático Revolucionario, FDR.

Pero también su vida esta vinculada a la Universidad de El Salvador, UES, ya que fue presidente de AGEUS, directivo de la AED, director de Opinión estudiantil, redactor de La Jodarria, decano de la Facultad de Ciencias y Humanidades, docente de la facultad de Jurisprudencia y Vice-Rector durante el periodo del rector mártir, Félix Ulloa padre.

Y Pepe junto con Manlio, con Roberto Armijo, con Miguel Ángel Parada, Roque Dalton, Tirso canales, José Roberto Cea,  eran huéspedes predilectos de las ergástulas de la Policía Nacional, del famoso Palacio Negro, ahí compartieron múltiples carceleadas  y también exilios…en el caso de Pepe este se enorgullecía de sus 23 carceleadas…

Se dedicó también a la literatura y a la jurisprudencia, en 1961 publica una colección de cuentos, titulada Las Quebradas Chachas, y en 1969 aparece La abertura del triángulo. También incursionó en el teatro con la obra San Matías destrabado y punto, Anastasio Rey, entre otras…

Con Roberto Armijo publicaron el ensayo Francisco Gavidia y la Odisea de su genio, así como múltiples ensayos jurídicos, como el de Derecho Civil Moderno. Por cierto, uno de sus últimos aportes a la nación fue como magistrado de la Corte Suprema de Justicia (1999-2007).

Querido Pepe, nos dejas la tarea de despertar al tigre, que la tierra te sea leve…

Relato de una aproximación al náhuat desde los sentimientos y la corporalidad

SAN SALVADOR, 12 de octubre de 2024 (SIEP) “El idioma náhuat supera al español por su diversidad de formas para nombrar el beso…” explicó Josué Ramos, joven arqueólogo salvadoreño, en una breve pero magistral conferencia sobre “Los aspectos socioemocionales del idioma náhuat: los sentimientos y la corporalidad”.

La ponencia fue realizada esta mañana en el Museo Universitario de Antropología (MUA) de la Universidad Tecnológica, dirigido por el antropólogo Ramón Rivas, y su presentadora fue la escritora Silvia Elena Regalado.

En un comentario inicial a la presentación, el Dr. Rivas indicó que el idioma náhuat es parte esencial de la cultura salvadoreña, por lo que es realmente preocupante que quizás únicamente queden alrededor de 60 nahua-hablantes en el país.

Por su parte, el Arq. Ramos inició su presentación señalando que “el náhuat salvadoreño es un idioma emparentado con el náhuatl mexicano, ya que ambos descienden de una lengua madre…Los idiomas inician como dialectos de una lengua culta…”

Existen más o menos 200 personas que hablan el náhuat. De estos 80 viven en Santo Domingo de Guzmán, Sonsonate, personas que lo hablan y lo entienden, y sus hijos no lo hablan pero sí lo entienden, o sea son hablantes pasivos.

Mediante la lengua se expresan sentimientos, ya que la lengua es el vehículo de la cultura. Y es por esto que cuando una lengua se pierde, cuando una lengua desaparece, se pierde una manera de ver el mundo, una cosmovisión, una forma de expresar sentimientos, emociones…

En los idiomas, unas palabras al usarlas se desgastan, y surgen nuevas expresiones, la lengua siempre está cambiando, siempre está fluyendo…porque las personas somos seres de contacto…Y en el caso de la aparición de nuevos términos, estos tienen que ser validados por la comunidad de hablantes.

Fue hasta hace 500 años que va empezarse a hablar castellano en nuestro territorio, mientras que históricamente el náhuat es anterior, lo precede…

Podemos decir que el náhuat es un idioma aglutinante y es un idioma verbal, en el que las partes del cuerpo son inalienables, tienen sentido de pertenencia, a diferencia del español. En español se puede mencionar la cabeza en general, en náhuat se refiere a la cabeza de alguien, requieren de un posesivo…Y además adquieren intensidad y pueden  reduplicarse…

Un ejemplo de la naturaleza aglutinante del nahuat es tempate, el árbol, la leche de tempate para curar el fuego en la boca, se deriva de tem: boca y de pacti (medicina, remedio). Asimismo siguanaba, viene de sihuat: mujer y nahual: bruja, o sea  mujer bruja.

Otro aspecto es que en español se dice sembrador  mientras que en náhuat: el que siembra. Cantante en náhuat es el que canta. Un ejemplo de  reduplicación, es en español re-lejos, en náhuat:  lejos lejos.

Siguiendo con los verbos en náhuat, agua es at, y morir es miki. Tener sed se expresa como amiki, ó sea morir por agua. Ijiyu es aliento, voz, y morir es miki. Ijiyumiki es suspirar, literalmente morir por el aliento, de donde se deriva el hijillo, el aroma del muerto, y también de los vivos…Sesek: frío, miski: morir. Semiki: tener frío, literalmente morir por frío.

En una lamina titulada: dinámica de la lengua, el Arq. Ramos anotó las palabras en latín cor, cordis para relacionarlas con perder la cordura y recordar/acordar. Y lo vinculó con la clásica figura del hombre de Vitruvio de Leonardo da Vinci,  que refleja las proporciones ideales del cuerpo humano es un famoso dibujo de realizado alrededor de 1490.

En contraste con esta figura eurocéntrica, en la cosmovisión náhuat el ser humano se concibe en posición sedente, así como se retoman partes del cuerpo para entender los sentimientos. Y mediante una lamina el arq. Ramos explicó las diversas partes del cuerpo. El cuerpo en náhuat se asocia con los arboles o con las plantas. 

Tzun, es la cabeza, la extremidad superior. Como ejemplo colocó el de Atzumpa, una caída de agua y balneario en Ataco, Ahuachapán, en el que el agua fluye de lo alto (Tzun) de la montaña. Tzuntecun es cabeza.

Ish, es la cara, el rostro. Kech es el cuello. El es el pecho. Yul es corazón, sapuyulo es el corazón del zapote. Ma es extremidades. Tzin, es el trasero, la base. Metz es regazo, piernas. Kechpan es hombros. Mapipil es dedos. Tunal podría aproximarse al concepto europeo de espíritu.

Explicó Ramos las partes de la cara: ish es ojo, ten es boca, kamak es mejilla, nakas es oreja, de donde deriva conacaste, nacaspil. Ish+kal (casa)+yu: ishkalyu, literalmente significa casa invernadero de los ojos.   También kamak +nantzin, corresponde a kamantzin, o sea camanances, literalmente señora, madre de la mejilla.

Verbos con ish: ish-mati, significa saber las apariencias de alguien, conocer, saber. Ish-welita significa quitar las apariencias de alguien, o sea agradar. Welita es gustar. Tultic es amarillo, ish-tultic es que no esta maduro, se usa para frutas.

En español decimos besar la mejilla. En náhuat existen una diversidad de formas para nombrar el beso, que incluyen entre otros, el lugar, la modalidad y la intensidad. Veamos el mundo de los besos:  kama-kwa es besar en la mejilla, pero literalmente es comer mejilla. El plural se forma mediante duplicación:  el plural de kama-kwa es ka-kama-kwa. Ten-kwa es ten-tenkwa.

Ten-kwa es comer boca, besar en la boca con pasión. Ten-namiki es encontrar la boca, besar discretamente. Ten-pipina es chupar la boca, como una fruta.

El recordar y olvidar: el-namiki  significa encontrar en el pecho, o sea recordar. El-kawa, significa sacar del pecho, o sea olvidar. El corazón en las acciones: yul-taketza significa hablar con el corazón, o sea pensar, hablar después de meditar. Yul-paki es alegre el corazón, o sea regocijar. Yul-kukua es doler el corazón, o sea lamentarse,  sentirse triste, sufrir.

Y finalmente refirió el Arq. Ramos que existen en la actualidad diversas variantes del náhuat, entre estas el de Nahuizalco, Izalco, Cuisnahuat y el de Santo Domingo de Guzman, el cual por tener la mayor cantidad de hablantes en la variante hegemónica.

Así como lamentó que hemos perdido a lo largo de la historia una gran riqueza cultural y lingüística manifiesta en las variantes de náhuat que fueron habladas en Tacuba, Jicalapa, Teotepeque, las cuales se han perdido, están ya extintas. Y esto lo sabemos por los trabajos del lingüista Lyle Campbell, que realizo trabajo de campo en estos lugares.  

Para concluir expresó que existen variantes perdidas como las de los pueblos nonualcos, pero por otra parte expresó simpatía con el actual proceso de revitalización del náhuat que vive el país, y que se expresa en diversos proyectos  desde distintas instituciones, entre estas la Universidad Tecnológica, UTEC.