Los dados eternos

Para Manuel Gonzales Prada, esta
emoción bravía y selecta, una de las
que, con más entusiasmo, me ha aplau-
dido el gran maestro.

Dios mío, estoy llorando el sér que vivo;
me pesa haber tomádote tu pan;
pero este pobre barro pensativo
no es costra fermentada en tu costado:
¡tú no tienes Marías que se van!

Dios mío, si tú hubieras sido hombre,
hoy supieras ser Dios;
pero tú, que estuviste siempre bien,
no sientes nada de tu creación.
¡Y el hombre sí te sufre: el Dios es él!

Hoy que en mis ojos brujos hay candelas,
como en un condenado,
Dios mío, prenderás todas tus velas,
y jugaremos con el viejo dado.
Tal vez ¡oh jugador! al dar la suerte
del universo todo,
surgirán las ojeras de la Muerte,
como dos ases fúnebres de lodo.

Dios míos, y esta noche sorda, obscura,
ya no podrás jugar, porque la Tierra
es un dado roído y ya redondo
a fuerza de rodar a la aventura,
que no puede parar sino en un hueco,
en el hueco de inmensa sepultura.

Mensaje a la Tricontinental

Mensaje a los pueblos del mundo a través de la Tricontinental

Ernesto Che Guevara

Crear dos, tres… muchos Vietnam, es la consigna.
Es la hora de los hornos y no se ha de ver más que la luz.
José Martí

Ya se han cumplido ventiún años desde el fin de la última conflagración mundial y diversas publicaciones, en infinidad de lenguas, celebran el acontecimiento simbolizado en la derrota del Japón. Hay un clima de aparente optimismo en muchos sectores de los dispares campos en que el mundo se divide.

Ventiún años sin guerra mundial, en estos tiempos de confrontaciones máximas, de choques violentos y cambios repentinos, parecen una cifra muy alta. Pero, sin analizar los resultados prácticos de esa paz por la que todos nos manifestamos dispuestos a luchar (la miseria, la degradación, la explotación cada vez mayor de enormes sectores del mundo) cabe preguntarse si ella es real.

No es la intención de estas notas historiar los diversos conflictos de carácter local que se han sucedido desde la rendición del Japón, no es tampoco nuestra tarea hacer un recuento, numeroso y creciente, de luchas civiles ocurridas durante estos años de pretendida paz.

Bástenos poner como ejemplos contra el desmedido optimismo las guerras de Corea y Vietnam.

En la primera, tras años de lucha feroz, la parte norte del país quedó sumida en la más terrible devastación que figure en los anales de la guerra moderna; acribillada de bombas; sin fábricas, escuelas u hospitales; sin ningún tipo de habitación para albergar a diez millones de habitantes.

En esta guerra intervinieron, bajo la fementida bandera de las Naciones Unidas, decenas de países conducidos militarmente por los Estados Unidos, con la participación masiva de soldados de esa nacionalidad u el uso, como carne de cañón, de la población sudcoreana enrolada.

En el otro bando, el ejército y el pueblo de Corea y los voluntarios de la República Popular China contaron con el abastecimiento y asesoría del aparato militar soviético. Por parte de los norteamericanos se hicieron toda clase de pruebas de armas de destrucción, excluyendo las termonucleares pero incluyendo las bacteriológicas y químicas, en escala limitada. En Vietnam, se han sucedido acciones bélicas, sostenidas por las fuerzas patrióticas de ese país casi ininterrumpidamente contra tres potencias imperialistas: Japón, cuyo poderío sufriera una caída vertical a partir de las bombas de Hiroshima y Nagasaki; Francia, que recupera de aquel país vencido sus colonias indochinas e ignoraba las promesas hechas en momentos difíciles; y los Estados Unidos, en esta última fase de la contienda.

Hubieron confrontaciones limitadas en todos los continentes, aun cuando en el americano, durante mucho tiempo, sólo se produjeron conatos de lucha de liberación y cuartelazos, hasta que la Revolución cubana diera su clarinada de alerta sobre la importancia de esta región y atrajera las iras imperialistas, obligándola a la defensa de sus costas en Playa Girón, primero, y durante la Crisis de Octubre, después.

Este último incidente pudo haber provocado una guerra de incalculables proporciones, al producirse, en torno a Cuba, el choque de norteamericanos y soviéticos.

Pero, evidentemente, el foco de las contradicciones, en este momentos, está radicado en los territorios de la península indochina y los países aledaños. Laos y Vietnam son sacudidos por guerras civiles, que dejan de ser tales al hacerse presente, con todo su poderío, el imperialismo norteamericano, y toda la zona se convierte en una peligrosa espoleta presta a detonar.

En Vietnam la confrontación ha adquirido características de una agudeza extrema. Tampoco es nuestra intención historiar esta guerra. Simplemente, señalaremos algunos hitos de recuerdo.

En 1954, tras la derrota aniquilante de Dien-Bien-Phu, se firmaron los acuerdos de Ginebra, que dividían al país en dos zonas y estipulaban la realización de elecciones en un plazo de 18 meses para determinar quienes debían gobernar a Vietnam y cómo se reunificaría el país. Los norteamericanos no firmaron dicho documento, comenzando las maniobras para sustituir al emperador Bao Dai, títere francés, por un hombre adecuado a sus intenciones. Este resultó ser Ngo Din Diem, cuyo trágico fin —el de la naranja exprimida por el imperialismo— es conocido de todos.

En los meses posteriores a la firma del acuerdo, reinó el optimismo en el campo de las fuerzas populares. Se desmantelaron reductos de lucha antifrancesa en el sur del país y se esperó el cumplimiento de lo pactado. Pero pronto comprendieron los patriotas que no habría elecciones a menos que los Estados Unidos se sintieran capaces de imponer su voluntad en las urnas, cosa que no podía ocurrir, aun utilizando todos los métodos de fraude conocidos.

Nuevamente se iniciaron las luchas en el sur del país y fueron adquiriendo mayor intensidad hasta llegar al momento actual, en que el ejército norteamericano se compone de casi medio millón de invasores, mientras las fuerzas títeres disminuyen su número, y sobre todo, han perdido totalmente la combatividad.

Hace cerca de dos años que los norteamericanos comenzaron el bombardeo sistemático de la República Democrática de Vietnam en un intento más de frenar la combatividad del sur y obligar a una conferencia desde posiciones de fuerza. Al principio los bombardeos fueron más o menos aislados y se revestían de la máscara de represalias por supuestas provocaciones del norte. Después aumentaron en intensidad y método, hasta convertirse en una gigantesca batida llevada a cabo por unidades aéreas de los Estados Unidos, día a día, con el propósito de destruir todo vestigio de civilización en la zona norte del país. Es un episodio de la tristemente célebre escalada.

Las aspiraciones materiales del mundo yanqui se han cumplido en buena parte a pesar de la denodada defensa de las unidades antiaéreas vietnamitas, de los más de 1,700 aviones derribados y de la ayuda del campo socialista en material de guerra.

Hay una penosa realidad: Vietnam, esa nación que representa las aspiraciones, las esperanzas de victoria de todo un mundo preterido, está trágicamente solo. Ese pueblo debe soportar los embates de la técnica norteamericana, casi a mansalva en el sur, con algunas posibilidades de defensa en el norte, pero siempre solo. La solidaridad del mundo progresista para con el pueblo de Vietnam semeja a la amarga ironía que significaba para los gladiadores del circo romano el estímulo de la plebe. No se trata de desear éxitos al agredido, sino de correr su misma suerte; acompañarlo a la muerte o la victoria.

Cuando analizamos la soledad vietnamita nos asalta la angustia de este momento ilógico de la humanidad.

El imperialismo norteamericano es culpable de agresión; sus crímenes son inmensos y repartido por todo el orbe. ¡Ya lo sabemos, señores! Pero también son culpables los que en el momento de definición vacilaron en hacer de Vietnam parte inviolable del territorio socialista, corriendo, así, los riesgos de una guerra de alcance mundial, pero también obligando a una decisión a los imperialistas norteamericanos. Y son culpables los que mantienen una guerra de denuestos y zancadillas comenzada hace ya buen tiempo por los representantes de las dos más grandes potencias del campo socialista.

Preguntemos, para lograr una respuesta honrada: ¿Está o no aislado el Vietnam, haciendo equilibrios peligrosos entre las dos potencias en pugna?

Y ¡qué grandeza la de ese pueblo! ¡Qué estoicismo y valor, el de ese pueblo! Y qué lección para el mundo entraña esa lucha.

Hasta dentro de mucho tiempo no sabremos si el presidente Johnson pensaba en serio iniciar algunas de las reformas necesarias a un pueblo —para limar aristas de las contradicciones de clase que asoman con fuerza explosiva y cada vez más frecuentemente. Lo cierto es que las mejoras anunciadas bajo el pomposo título de lucha por la gran sociedad han caído en el sumidero de Vietnam.

El más grande de los poderes imperialistas siente en sus entrañas el desangramiento provocado por un país pobre y atrasado y su fabulosa economía se resiente del esfuerzo de guerra. Matar deja de ser el más cómodo negocio de los monopolios. Armas de contención, y no en número suficiente, es todo lo que tienen estos soldados maravillosos, además del amor a su patria, a su sociedad y un valor a toda prueba. Pero el imperialismo se empantana en Vietnam, no halla camino de salida y busca desesperadamente alguno que le permita sortear con dignidad este peligroso trance en que se ve. Mas los “cuatro puntos” del norte y “los cinco” del sur lo atenazan, haciendo aún más decidida la confrontación.

Todo parece indicar que la paz, esa paz precaria a la que se ha dado tal nombre, sólo porque no se ha producido ninguna conflagración de carácter mundial, está otra vez en peligro de romperse ante cualquier paso irreversible e inaceptable, dado por los norteamericanos. Y, a nosotros, explotados del mundo, ¿cuál es el papel que nos corresponde? Los pueblos de tres continentes observan y aprenden su lección en Vietnam. Ya que, con la amenaza de guerra, los imperialistas ejercen su chantaje sobre la humanidad, no temer la guerra es la respuesta justa. Atacar dura e ininterrumpidamente en cada punto de confrontación, debe ser la táctica general de los pueblos.

Pero, en los lugares en que esta mísera paz que sufrimos no ha sido rota, ¿cuál será nuestra tarea? Liberarnos a cualquier precio.

El panorama del mundo muestra una gran complejidad. La tarea de la liberación espera aún a países de la vieja Europa, suficientemente desarrollados para sentir todas las contradicciones del capitalismo, pero tan débiles que no pueden seguir ya seguir el rumbo del imperialismo o iniciar esa ruta. Ahí las contradicciones alcanzarán en los próximos años carácter explosivo, pero sus problemas y, por ende, la solución de los mismos son diferentes a las de nuestros pueblos dependientes y atrasados económicamente.

El campo fundamental de la explotación del imperialismo abarca los tres continentes atrasados, América, Asia y África. Cada país tiene características propias, pero los continentes, en su conjunto, también las presentan.

América constituye un conjunto más o menos homogéneo y en la casi totalidad de su territorio los capitales monopolistas norteamericanos mantienen una primacía absoluta. Los gobiernos títeres o, en el mejor de los casos, débiles y medrosos, no pueden imponerse a las órdenes del amo yanqui. Los norteamericanos han llegado casi al máximo de su dominación política y económica, poco más podrían avanzar ya. Cualquier cambio de la situación podría convertirse en un retroceso en su primacía. Su política es mantenerlo conquistado. La línea de acción se reduce en el momento actual, al uso brutal de la fuerza para impedir movimientos de liberación de cualquier tipo que sean.

Bajo el slogan, “no permitiremos otra Cuba”, se encubre la posibilidad de agresiones a mansalva, como la perpetrada contra Santo Domingo o, anteriormente, la masacre de Panamá, y la clara advertencia de que las tropas yanquis están dispuestas a intervenir en cualquier lugar de América donde el orden establecido sea alterado, poniendo en peligro sus intereses. Esa política cuenta con una impunidad casi absoluta; la OEA es una máscara cómoda, por desprestigiada que esté; la ONU es de una ineficiencia rayana en el ridículo o en lo trágico; los ejércitos de todos los países de América están listos a intervenir para aplastar a sus pueblos. Se ha formado, de hecho, la internacional del crimen y la traición.

Por otra parte las burguesías autóctonas han perdido toda su capacidad de oposición al imperialismo —si alguna vez la tuvieron— y solo forman su furgón de cola.

No hay más cambios que hacer; o revolución socialista o caricatura de revolución.

Asia es un continente de características diferentes. Las luchas de liberación contra una serie de poderes coloniales europeos, dieron por resultado el establecimiento de gobiernos más o menos progresistas, cuya evolución posterior ha sido, en algunos casos, de profundización de los objetivos primarios de la liberación nacional y en otros de reversión hacia posiciones proimperialistas.

Dado el punto de vista económico, Estados Unidos tenía poco que perder y mucho que ganar en Asia. Los cambios le favorecen; se lucha por desplazar a otros poderes neocoloniales, penetrar nuevas esferas de acción en el campo económico, a veces directamente, otras utilizando al Japón.

Pero existen condiciones políticas especiales, sobre todo en la península indochina, que le dan características de capital importancia al Asia y juegan un papel importante en la estrategia militar global del imperialismo norteamericano. Este ejerce un cerco a China a través de Corea del Sur, Japón, Taiwan, Vietnam del Sur y Tailandia, por lo menos.

Esa doble situación: un interés estratégico tan importante como el cerco militar a la República Popular China y la ambición de sus capitales por penetrar esos grandes mercados que todavía no dominan, hacen que el Asia sea uno de los lugares más explosivos del mundo actual, a pesar de la aparente estabilidad fuera del área vietnamita.

Perteneciendo geográficamente a este continente, pero con sus propias contradicciones, el Oriente Medio está en plena ebullición, sin que se pueda prever hasta dónde llegará esa guerra fría entre Israel, respaldada por los imperialistas, y los países progresistas de la zona. Es otro de los volcanes amenazadores del mundo.

El África ofrece las características de ser un campo casi virgen para la invasión neocolonial. Se han producido cambios que, en alguna medida, obligaron a los poderes neocoloniales a ceder sus antiguas prerrogativas de carácter absoluto. Pero, cuando los procesos se llevan a cabo ininterrumpidamente, al colonialismo sucede, sin violencia, un neocolonialismo de iguales efectos en cuanto a la dominación económica se refiere. Estados Unidos no tenía colonias en esta región y ahora lucha por penetrar en los antiguos cotos cerrados de sus socios. Se puede asegurar que África constituye, en los planes estratégicos del imperialismo norteamericano su reservorio a largo plazo; sus inversiones actuales sólo tienen importancia en la Unión Sudafricana y comienza su penetración en el Congo, Nigeria y otros países, donde se inicia una violenta competencia (con carácter pacífico hasta ahora) con otros poderes imperialistas.

No tiene todavía grandes intereses que defender salvo su pretendido derecho a intervenir en cada lugar del globo en que sus monopolios olfateen buenas ganancias o la existencia de grandes reservas de materias primas. Todos estos antecedentes hacen lícito el planteamiento interrogante sobre las posibilidades de liberación de los pueblos a corto o mediano plazo.

Si analizamos el África veremos que se lucha con alguna intensidad en las colonias portuguesas de Guinea, Mozambique y Angola, con particular éxito en la primera y con éxito variable en las dos restantes. Que todavía se asiste a la lucha entre sucesores de Lumumba y los viejos cómplices de Tshombe en el Congo, lucha que, en el momento actual, parece inclinarse a favor de los últimos, los que han “pacificado” en su propio provecho una gran parte del país, aunque la guerra se mantenga latente.

En Rhodesia el problema es diferente: el imperialismo británico utilizó todos los mecanismos a su alcance para entregar el poder a la minoría blanca que lo detenta actualmente. El conflicto, desde el punto de vista de Inglaterra, es absolutamente antioficial, sólo que esta potencia, con su habitual habilidad diplomática —también llamada hipocresía en buen romance— presenta una fachada de disgustos ante las medidas tomadas por el gobierno de Ian Smith, y es apoyada en su taimada actitud por algunos de los países del Commonwealth que la siguen, y atacada por una buena parte de los países del África Negra, sean o no dóciles vasallos económicos del imperialismo inglés.

En Rhodesia la situación puede tornarse sumamente explosiva si cristalizaran los esfuerzos de los patriotas negros para alzarse en armas y este movimiento fuera apoyado efectivamente por las naciones africanas vecinas. Pero por ahora todos sus problemas se ventilan en organismos tan inicuos como la ONU, el Commonwealth o la OUA.

Sin embargo, la evolución política y social del África no hace prever una situación revolucionaria continental. Las luchas de liberación contra los portugueses deben terminar victoriosamente, pero Portugal no significa nada en la nómina imperialista. Las confrontaciones de importancia revolucionaria son las que ponen en jaque a todo el aparato imperialista, aunque no por eso dejemos de luchar por la liberación de las tres colonias portuguesas y por la profundización de sus revoluciones.

Cuando las masa negras de Sudáfrica o Rhodesia inicien su auténtica lucha revolucionaria, se habrá iniciado una nueva época en el África. O, cuando las masas empobrecidas de un país se lancen a rescatar su derecho a una vida digna, de las manos de las oligarquías gobernantes.

Hasta ahora se suceden los golpes cuartelarios en que un grupo de oficiales reemplaza a otro o a un gobernante que ya no sirva sus intereses de casta y a los de las potencias que lo manejan solapadamente pero no hay convulsiones populares. En el Congo se dieron fugazmente estas características impulsadas por el recuerdo de Lumumba, pero han ido perdiendo fuerza en los últimos meses.

En Asia, como vimos, la situación es explosiva, y no son sólo Vietnam y Laos, donde se lucha, los puntos de fricción. También lo es Cambodia, donde en cualquier momento puede iniciarse la agresión directa norteamericana, Tailandia, Malasia y, por supuesto, Indonesia, donde no podemos pensar que se haya dicho la última palabra pese al aniquilamiento del Partido Comunista de ese país, al ocupar el poder los reaccionarios. Y, por supuesto, el Oriente Medio.

En América Latina se lucha con las armas en la mano en Guatemala, Colombia, Venezuela y Bolivia y despuntan los primeros brotes en Brasil. Hay otros focos de resistencia que aparecen y se extinguen. Pero casi todos los países de este continente están maduros para una lucha de tipo tal, que para resultar triunfante, no pueda conformarse con menos que la instauración de un gobierno de corte socialista.

En este continente se habla prácticamente una lengua, salvo el caso excepcional del Brasil, con cuyo pueblo los de habla hispana pueden entenderse, dada la similitud entre ambos idiomas. Hay una identidad tan grande entre las clases de estos países que logran una identificación de tipo “internacional americano”, mucho más completa que en otros continentes. Lengua, costumbres, religión, amo común, los unen. El grado y las formas de explotación son similares en sus efectos para explotadores y explotados de una buena parte de los países de nuestra América. Y la rebelión está madurando aceleradamente en ella.

Podemos preguntarnos: esta rebelión, ¿cómo fructificará?; ¿de qué tipo será? Hemos sostenido desde hace tiempos que dadas sus características similares, la lucha en América adquirirá, en su momento, dimensiones continentales. Será escenario de muchas grandes batallas dadas por la humanidad para su liberación.

En el marco de esa lucha de alcance continental, las que actualmente se sostienen en forma activa son sólo episodios, pero ya han dado los mártires que figurarán en la historia americana como entregando su cuota de sangre necesaria en esta última etapa de la lucha por la libertad plena del hombre. Allí figurarán los nombres del comandante Turcios Lima, del cura Camilo Torres, del comandante Fabricio Ojeda, de los comandantes Lobatón y Luis de la Puente Uceda, figuras principalísimas en los movimientos revolucionarios de Guatemala, Colombia, Venezuela y Perú.

Pero la movilización activa del pueblo crea sus nuevos dirigentes: César Montes y Yon Sosa levantan la bandera en Guatemala, Fabio Vázquez y Marulanda lo hacen en Colombia, Douglas Bravo en el occidente del país y Américo Martín en El Bachiller, dirigen sus respectivos frentes en Venezuela.

Nuevos brotes de guerra surgirán en estos y otros países americanos, como ya ha ocurrido en Bolivia, e irán creciendo, con todas las vicisitudes que entraña este peligroso oficio de revolucionario moderno. Muchos morirán víctimas de sus errores, otros caerán en el duro combate que se avecina; nuevo luchadores y nuevos dirigentes surgirán al calor de la lucha revolucionaria. El pueblo irá formando sus combatientes y sus conductores en el marco selectivo de la guerra misma, y los agentes yanquis de represión aumentarán. Hoy hay asesores en todos los países donde la lucha armada se mantiene y el ejército peruano realizó, al parecer, una exitosa batida contra los revolucionarios de ese país, también asesorado y entrenado por los yanquis. Pero si los focos de guerra se llevan con suficiente destreza política y militar, se harán prácticamente imbatibles y exigirán nuevos envíos de los yanquis. En el propio Perú, con tenacidad y firmeza nuevas figuras aún no completamente conocidas, reorganizan la lucha guerrillera. Poco a poco, la armas obsoletas que bastan para la represión de pequeñas bandas armadas, irán convirtiéndose en armas modernas y los grupos de asesores en combatientes norteamericanos, hasta que, en un momento dado, se vean obligados a enviar cantidades crecientes de tropas regulares para asegurar la relativa estabilidad de un poder cuyo ejército nacional títere se desintegra ante los combates de las guerrillas. Es el camino de Vietnam; es el camino que deben seguir los pueblos; es el camino que seguirá América, con la característica especial de que los grupos en armas pudieran formar algo así como Juntas de Coordinación para hacer más difícil la tarea represiva del imperialismo yanqui y facilitar la propia causa.

América, continente olvidado por las últimas luchas políticas de liberación, que empieza a hacerse sentir a través de la Tricontinental en la voz de la vanguardia de sus pueblos, que es la Revolución cubana, tendrá una tarea de mucho mayor relieve: la de la creación del segundo o tercer Vietnam o del segundo y tercer Vietnam del mundo.

En definitiva, hay que tener en cuenta que el imperialismo es un sistema mundial, última etapa del capitalismo, y que hay que batirlo en una gran confrontación mundial. La finalidad estratégica de esa lucha debe ser la destrucción del imperialismo. La participación que nos toca a nosotros, los explotados y atrasados del mundo, es la de eliminar las bases de sustentación del imperialismo: nuestros pueblos oprimidos, de donde extraen capitales, materias primas, técnicos y obreros baratos y a donde exportan nuevos capitales —instrumentos de dominación—, armas y toda clase de artículos, sumiéndonos en una dependencia absoluta. El elemento fundamental de esa finalidad estratégica será, entonces la liberación real de los pueblos; liberación que se producirá, a través de la lucha armada, en la mayoría de los casos, y que tendrá, en América, casi indefectiblemente, la propiedad de convertirse en una revolución socialista.

Al enfocar la destrucción del imperialismo, hay que identificar a su cabeza, la que no es otra que los Estados Unidos de Norteamérica.

Debemos realizar una tarea de tipo general que tenga como finalidad táctica sacar al enemigo de su ambiente obligándolo a luchar en lugares donde sus hábitos de vida choquen con la realidad imperante. No se debe despreciar al adversario; el soldado norteamericano tiene capacidad técnica y está respaldado por medios de tal magnitud que lo hacen temible. Le falta esencialmente de motivación ideológica que tienen en grado sumo sus más enconados rivales de hoy: los soldados vietnamitas. Solamente podremos triunfar sobre ese ejército en la medida en que logremos minar su moral. Y ésta se mina inflingiéndole derrotas y ocasionándole sufrimientos repetidos.

Pero este pequeño esquema de victorias encierra dentro de sí sacrificios inmensos de los pueblos, sacrificios que debe exigirse desde hoy, a la luz del día, y que quizás sean menos dolorosos que los que debieron soportar si rehuyéramos constantemente el combate, para tratar de que otros sean los que nos saquen las castañas del fuego.

Claro que, el último país en liberarse, muy probablemente lo hará sin lucha armada, y los sufrimientos de una guerra larga y tan cruel como la que hacen los imperialistas, se le ahorrarán a ese pueblo. Pero tal vez sea imposible eludir esa lucha o sus efectos, en una contienda de carácter mundial y se sufra igual o más aún. No podemos predecir el futuro, pero jamás debemos ceder a la tentación claudicante de ser los abanderados de un pueblo que anhela su libertad, pero reniega de la lucha que ésta conlleva y la espera como un mendrugo de victoria.

Es absolutamente justo evitar todo sacrificio inútil. Por eso es tan importante el esclarecimiento de las posibilidades efectivas que tiene la América dependiente de liberarse en formas pacíficas. Para nosotros está clara la solución de esta interrogante; podrá ser o no el momento actual el indicado para iniciar la lucha, pero no podemos hacernos ninguna ilusión, ni tenemos derecho a ello de lograr la libertad sin combatir. Y los combates no serán meras luchas callejeras de piedras contra gases lacrimógenos, ni de huelgas generales pacíficas; ni será la lucha de un pueblo enfurecido que destruya en dos o tres días el andamiaje represivo de las oligarquías gobernantes; será una lucha larga, cruenta, donde su frente estará en los refugios guerrilleros, en las ciudades, en las casas de los combatientes —donde la represión irá buscando víctimas fáciles entre sus familiares— en la población campesina masacrada, en las aldeas o ciudades destruidas por el bombardeo enemigo.

Nos empujan a esa lucha; no hay más remedio que prepararla y decidirse a emprenderla.

Los comienzos no serán fáciles; serán sumamente difíciles. Toda la capacidad de represión, toda la capacidad de brutalidad y demagogia de las oligarquías se pondrá al servicio de su causa. Nuestra misión, en la primera hora, es sobrevivir, después actuará el ejemplo perenne de la guerrilla realizando la propaganda armada en la acepción vietnamita de la frase, vale decir, la propaganda de los tiros, de los combates que se ganan o se pierden, pero se dan, contra los enemigos.

La gran enseñanza de la invencibilidad de la guerrilla prendiendo en las masas de los desposeídos. La galvanización del espíritu nacional, la preparación para tareas más duras, para resistir represiones más violentas.

El odio como factor de lucha; el odio intransigente al enemigo, que impulsa más allá de las limitaciones del ser humano y lo convierte en una efectiva, violenta, selectiva y fría máquina de matar. Nuestros soldados tienen que ser así; un pueblo sin odio no puede triunfar sobre un enemigo brutal.

Hay que llevar la guerra hasta donde el enemigo la lleve: a su casa, a sus lugares de diversión; hacerla total. Hay que impedirle tener un minuto de tranquilidad, un minuto de sosiego fuera de sus cuarteles, y aún dentro de los mismos: atacarlo donde quiera que se encuentre; hacerlo sentir una fiera acosada por cada lugar que transite. Entonces su moral irá decayendo.

Será más bestial todavía, pero se notarán los signos del decaimiento que asoma.

Y que se desarrolle un verdadero internacionalismo proletario; con ejércitos proletarios internacionales, donde la bandera bajo la que se luche sea la causa sagrada de la redención de la humanidad, de tal modo que morir bajo las enseñas de Vietnam, de Venezuela, de Guatemala, de Laos, de Guinea, de Colombia, de Bolivia, de Brasil, para citar sólo los escenarios actuales de la lucha armada, sea igualmente gloriosa y apetecible para un americano, un asiático, un africano y, aún, un europeo.

Cada gota de sangre derramada en un territorio bajo cuya bandera no se ha nacido, es experiencia que recoge quien sobrevive para aplicarla luego en la lucha por la liberación de su lugar de origen. Y cada pueblo que se libere, es una fase de la batalla por la liberación del propio pueblo que se ha ganado.

Es la hora de atemperar nuestras discrepancias y ponerlo todo al servicio de la lucha.

Que agitan grandes controversias al mundo que lucha por la libertad, lo sabemos todos y no lo podemos esconder. Que han adquirido un carácter y una agudeza tales que luce sumamente difícil, si no imposible, el diálogo y la conciliación, también lo sabemos. Buscar métodos para iniciar un diálogo que los contendientes rehuyen es una tarea inútil. Pero el enemigo está ahí, golpea todos los días y amenaza con nuevos golpes y esos golpes nos unirán, hoy, mañana o pasado. Quienes antes lo capten y se preparen a esa unión necesaria tendrán el reconocimiento de los pueblos.

Dadas las virulencias e intransigencias con que se defiende cada causa, nosotros, los desposeídos, no podemos tomar partido por una u otra forma de manifestar las discrepancias, aún cuando coincidamos a veces con algunos planteamientos de una u otra parte, o en mayor medida con los de una parte que con los de la otra. En el momento de la lucha, la forma en que se hacen visibles las actuales diferencias constituyen una debilidad; pero en el estado en que se encuentran, querer arreglarlas mediante palabras es una ilusión. La historia irá borrando o dándoles su verdadera explicación.

En nuestro mundo en lucha, todo lo que sea discrepancia en torno a la táctica, método de acción para la consecución de objetivos limitados, debe analizarse con el respeto que merecen las apreciaciones ajenas. En cuanto al gran objetivo estratégico, la destrucción total del imperialismo por medio de la lucha, debemos ser intransigentes.

Sinteticemos así nuestras aspiraciones de victoria: destrucción del imperialismo mediante la eliminación de su baluarte más fuerte: el dominio imperialista de los Estados Unidos de Norteamérica. Tomar como función táctica la liberación gradual de los pueblos, uno a uno o por grupos, llevando al enemigo a una lucha difícil fuera de su terreno; liquidándole sus bases de sustentación, que son sus territorios dependientes.

Eso significa una guerra larga. Y lo repetimos una vez más, una guerra cruel. Que nadie se engañe cuando la vaya a iniciar y que nadie vacile en iniciarla por temor a los resultados que pueda traer para su pueblo. Es casi la única esperanza de victoria.

No podemos eludir el llamado de la hora. Nos lo enseña Vietnam con su permanente lección de heroísmo, su trágica y cotidiana lección de lucha y de muerte para lograr la victoria final.

Allí, los soldados del imperialismo encuentran la incomodidad de quien, acostumbrado al nivel de vida que ostenta la nación norteamericana, tiene que enfrentarse con la tierra hostil; la inseguridad de quien no puede moverse sin sentir que pisa territorio enemigo; la muerte a los que avanzan más allá de sus reductos fortificados, la hostilidad permanente de toda la población. Todo eso va provocando la repercusión interior en los Estados Unidos; va haciendo surgir un factor atenuado por el imperialismo en pleno vigor, la lucha de clases aún dentro de su propio territorio.

¡Cómo podríamos mirar el futuro de luminoso y cercano, si dos, tres, muchos Vietnam florecieran en la superficie del globo, con su cuota de muerte y sus tragedias inmensas, con su heroísmo cotidiano, con sus golpes repetidos al imperialismo, con la obligación que entraña para este de dispersar sus fuerzas, bajo el embate del odio creciente de los pueblos del mundo!

Y si todos fuéramos capaces de unirnos, para que nuestros golpes fueran más sólidos y certeros, para que la ayuda de todo tipo a los pueblos en lucha fuera aún más efectiva, ¡qué grande sería el futuro, y qué cercano!

Si a nosotros, los que en un pequeño punto del mapa del mundo cumplimos el deber que preconizamos y ponemos a disposición de la lucha este poco que nos es permitido dar: nuestras vidas, nuestro sacrificio, nos toca lanzar alguno de estos días el último suspiro sobre cualquier tierra, ya nuestra, regada con nuestra sangre, sépase que hemos medido el alcance de nuestros actos y que no nos consideramos nada más que elementos en el gran ejército proletario, pero nos sentimos orgullosos de haber aprendido de la Revolución cubana y de su gran dirigente máximo la gran lección que emana de su actitud en esta parte del mundo: “qué importan los peligros o sacrificios de un hombre o de un pueblo, cuando está en juego el destino de la humanidad”.

Toda nuestra acción es un grito de guerra contra el imperialismo y un clamor por la unidad de los pueblos contra el gran enemigo del género humano: los Estados Unidos de Norteamérica. En cualquier lugar que nos sorprenda la muerte, bienvenida sea, siempre que ese, nuestro grito de guerra, haya llegado hasta un oído receptivo, y otra mano se tienda para empuñar nuestras armas, y otros hombres se apresten a entonar los cantos luctuosos con tableteo de ametralladoras y nuevos gritos de guerra y de victoria.
Abril de 1967

25 Aniversario de masacre de religiosas estadounidenses

San Salvador, Viernes 2 de Diciembre- Hoy se cumplen 25 años del vergonzoso y cruel asesinato de las cuatro religiosas estadounidenses en El Salvador. Nadie olvidara aquel dia dos de Diciembre, cuando las monjitas fueron interceptadas por los militares salvadoreños varios de ellos graduados en la nefasta Escuela de Las Americas (WHINSEC). La religiosa Ursulina Dorothy Kazel y su compañera seglar Jean Donovan, regresaban del aeropuerto de recoger a las hermanitas Mariknolls Ita Ford y Maura Clark.

La manera como ellas fueron asesinadas conmociono al mundo entero pero su crimen sigue en la impunidad igual que el de Monseñor Romero y el de decenas de Sacerdotes y miles de salvadoreños que aun lloran a los que fueron asesinados por el simple hecho de ser civiles.

Recuerdo en este dia tan especial a Hermana Dorothy y a Jean Donovan, recuerdo sus visitas a la parroquia de Lourdes para impartirnos los talleres de salud, los mismos talleres de salud que me ayudaron a aprender a inyectar a los niños de mi pueblo y que tambien sirvieron para despertar sopechas contra el gobierno y por el cual fui capturado y torturado por la Guardia Nacional. Meses despues de mi liberacion, cuando apenas alcanzaba la frontera con Mexico, caian ellas en manos de los militares para ser violadas, torturadas y cruelmente asesinadas.

En este 25 aniversario de su martirio, 25 años despues, he regresado a El Salvador para rendir homenaje a estas santas, a estas martires por la justicia, con la pancarta que las monjitas Ursulinas hicieron en su honor y que fue presentada en los portones de la Escuela de Las Americas en Fort Benning, Georgia el pasado 19 de Noviembre, para decirle al gobierno Estadounidense que la sangre de nuestros martires no se olvida, en donde exijimos el cierre de la Escuela de asesinos y de todas las Escuelas llamense WHINSEC o ILEA como la que acaban de abrir en El Salvador, para seguir reprimiendo a este pueblo por el que Jean, Dorothy, Ita y Maura murieron.

En este dia tan especial, unamonos en oracion, pero tambien en accion para cerrar la ILEA en El Salvador, para cerra la Escuela de Las Americas en Georgia, el Fort Huachuca en Arizona y todas las escuelas en donde se entrenan los asesinos de los pueblos. Y decirle a los gobiernos asesinos que por mas que traten de esconder nuestra memoria historica no lo lograran, nuestros martires viven ahora mas que nunca, jamas pidieron asesinar su voz y su ejemplo.

Romería de Artistas

ROMERIA DE ARTISTAS
Por Miguel Ángel Chinchilla Amaya

En 1989, 24 de marzo cayó viernes santo. En aquel año de la gran ofensiva guerrillera del FMLN en El Salvador y de la invasión gringa a Panamá, mi esposa y yo formábamos parte del movimiento católico Familia Nueva, y recuerdo que en una reunión previa a dicha cuaresma yo traje a cuenta la coincidencia de ambos martirios: el de Jesucristo y el de Monseñor Romero; pero a los hermanos y hermanas de aquel grupo cristiano no les gustó mucho la comparación, ya que no volvimos a tocar el tema ni en esa reunión ni en las dos o tres siguientes a las cuales todavía asistimos antes de retirarnos definitivamente.
En torno a ese viernes santo de 1989, se dio entonces el génesis de este poemario titulado Romero Crucis, y no había que darle muchas vueltas a la imaginación para percatarme sobre lo que debía escribir.
Se trataba de descubrir las analogías entre la pasión de Cristo y le pasión de Monseñor, y la primera analogía que encontré fue que Oscar Arnulfo Romero Galdamez había sido hijo de un carpintero (Santos Romero), igual que Jesús, hijo de José, esposo de Maria Santísima.
La segunda fue que tres años predicó Cristo y tres años fue arzobispo Oscar Romero; el 23 de febrero de 1977, Monseñor Romero asumió como arzobispo de San Salvador hasta el día de su asesinato aquel fatídico 24 de marzo de 1980.
La tercera analogía es que a Jesús lo precedió en el martirio su primo el profeta Juan Bautista, mientras que a Romero lo precedió en el martirio su gran amigo y hermano del alma, Rutilio Grande.
La cuarta analogía es que Jesús fue cuestionado y amenazado por las autoridades de su época, igual que Monseñor Romero señalado constantemente por los poderosos de El Salvador y sus medios de comunicación.
Una quinta analogía esencial es que el aniversario del martirio de Monseñor Romero coincide con la cuaresma cuando esta cae en marzo, como en 1989 que veinticuatro de marzo fue viernes santo, o este año 2005 que cayó jueves santo.
La sexta analogía es que Jesús se opuso al antirreino, a los antivalores, al sistema de muerte, al egoísmo exacerbado, prometiendo el reino del Padre a los pobres, lo mismo que hizo Monseñor Romero que siempre estuvo a la defensiva de los más desamparados, de los sin voz.
Y la ultima analogía, la séptima, viene a ser como el fundamento de todas las demás comparaciones entre Cristo y Romero, el martirio, la crucifixión, la redención, el testimonio, el profetismo y la resurrección. Como decía Ignacio Ellacuría (otro de los grandes mártires nacionales) con Monseñor Romero, Dios pasó por El Salvador.
Con aquel cúmulo de coincidencias históricas, exegéticas y escatológicas, me puse luego a sustituir el contenido del vía crucis que se reza los viernes santos (con fondo de Chopin interpretado por banda regimental), con la vida, pasión, muerte y resurrección de Monseñor Oscar Romero, nuestro San Romero bueno y milagroso. El resultado fue entonces Romero Crucis, que con algo de suerte al año siguiente (1990), obtuvo un premio en el Certamen de Poesía Reforma de la Iglesia Luterana de nuestro país.
El Salvador como la gran mayoría de países en América Latina, es un país facturado por los curas. Su mismo nombre: El Salvador, posee una innegable connotación religiosa. En 1777 el terciario franciscano Silvestre García, esculpe la imagen del Salvador del Mundo (conocida popularmente como el Colocho) que tiene su sede en catedral metropolitana. Esta imagen del “colocho” es el verdadero símbolo oficial de la nación, no así la escultura del Salvador del Mundo ubicada en colonia Escalón. Luego, en 1821, el cura José Matías Delgado, con las ideas de la Ilustración aprendidas en la Universidad San Carlos de Borromeo en Guatemala, se convierte en el líder salvadoreño de la causa independentista, así como años más tarde el padre José Simeón Cañas se convierte en el libertador de los esclavos. En 1855 el presbítero Isidro Menéndez escribe por encargo del gobierno su “Recopilación de Leyes Patrias”, y a finales del siglo XIX y principios del XX, los salesianos y los jesuitas inician su grande labor educadora en El Salvador, luego de un proceso escabroso de tira y encoge entre gobiernos e iglesia.
Esta cercanía histórica de la iglesia con el poder político proporciona especial relevancia al clero en El Salvador, sobre todo en los periodos colonial y post-colonial, ya que la jerarquía católica se codeaba y regodeaba con las altas esferas de la clase dominante y también del Estado; y tal era el poder político de la iglesia católica, que en 1822 la Junta de Gobierno de la provincia erigió la diócesis de San Salvador, nombrando a José Matías Delgado como primer obispo en contravención al papa León XII, quien no veía con agrado la desobediencia de San Salvador.
En 1843 el papa Gregorio XVI establece por fin la diócesis de San Salvador, nombrando obispo a monseñor Jorge Viteri Ungo, con cuya llegada se acentúan los conflictos entre iglesia y Estado. En 1860, el gobierno de Gerardo Barrios decreta una ley regulando las relaciones con la iglesia en la búsqueda de un mejor control de sus finanzas, pero el entonces obispo monseñor Tomas Miguel Pineda y Zaldaña, manifestó que aquel decreto era atentatorio contra los derechos de la iglesia. Es decir, la iglesia oficial por entonces defendía sus derechos seculares y patrimoniales, mientras el Estado despojaba a los indígenas de sus tierras ejidales a favor de la propiedad privada y de las grandes plantaciones de café, lo cual ocasionó levantamientos campesinos en varias oportunidades. En este contexto, sostiene el jesuita Rodolfo Cardenal, la iglesia salvadoreña “fue un aliado eficaz para controlar las masas manteniéndolas fieles al Estado”.
En tiempos del dictador Maximiliano Hernández Martínez, nos encontramos a una iglesia católica, apostólica y romana, que ofrece una misa de acción de gracias luego de la cruenta masacre de 1932; el obispo en aquella época era monseñor José Alfonso Belloso y Sánchez.
Es así que en ese contexto de iglesia corrupta y desgastada, y a raíz de las encíclicas de Juan XXIII y Paulo VI, la iglesia católica de América Latina comienza a crear el concepto de Teología de la Liberación, que es la misión evangelizadora que tiene como opción preferencial a los pobres según las Bienaventuranzas bíblicas, preferencial mas no exclusiva como sostiene Gustavo Gutiérrez, porque Dios es de todos y para todos. “Dios esta en todas partes –dice Leonardo Boff citando a Fray Damiam Argentino- pero convénzanse de que esta más cerca de los pobres que de los ricos”.
Es en este punto crucial de la iglesia en América Latina, surge en El Salvador providencialmente la figura de Monseñor Romero, quien llegó para reivindicar el quehacer pastoral haciendo del sacerdocio una misión digna a favor de los más desposeídos y su iglesia popular en resistencia siempre desde las antiguas cofradías.
Pero como bien dice el Evangelio, Jesucristo no vino a traer la paz sino la espada, y lo mismo podemos decir de Monseñor Romero, ya que a partir de su inmolación se desató en nuestro país una cruenta guerra civil que duró la friolera de doce años, y cuyas principales causas a pesar de haberse firmado los famosos acuerdos de paz en 1992, siguen ahí tan latentes como hace veinticinco años cuando lo asesinaron.
Ergo, a raíz del martirio de nuestro pastor, se inicia en El Salvador y en diferentes partes del mundo una ola creativa entre artistas de variadas manifestaciones, quienes a través de la inspiración artística plasman su adhesión estética a la memoria de este santo hombre que ofrendó su vida por nosotros.
En un articulo titulado “El cielo derramado” de Francisco Andrés Escobar, publicado en el numero 497 de la revista ECA, correspondiente a marzo de 1990, el autor consignaba parte de la obra artística realizada en memoria de Monseñor Romero registrada hasta ese momento, en diferentes manifestaciones del arte y en varias partes del mundo.
A continuación haré una relación parcial de los diferentes artistas que según el escritor Francisco Andrés Escobar y mis pesquisas personales, hemos rendido tributo creativo a Monseñor Romero durante estos veinticinco años de romería. Debo reiterar que se trata de una lista parcial, cuyo contenido sería necesario desarrollarlo a través de una investigación con miras a la realización de una tesis o la publicación de una monografía.

En pintura: Benjamín Cañas, Miguel Ángel Orellana, Michael Walter Carrasco, Miguel Antonio Bonilla, Isaías Mata, Fernando Llort, Armando Solís, Marvin Quintanilla, Renato Mira, Josué Villalta, Rafael Escamilla y Juan Héctor Ponce; sin dejar de mencionar la muralística popular anónima producida en diferentes partes del mundo. Además, en el XXV aniversario la Fundación Romero monto en marzo pasado la exposición titulada “Monseñor Romero, Arte y Palabra”, en la Sala Nacional de Exposiciones del Parque Cuscatlan en San Salvador.

En escultura: Leonidas Ostorga, esculpió el busto colocado en el exterior del Centro Pastoral Monseñor Romero de la UCA; también Napoleón Alberto Romualdo creo la imagen de Monseñor Romero colocada en plaza Monseñor Romero en colonia Escalón; en la abadía de Westminster, uno de los edificios mas célebres de Londres, otra escultura de Monseñor Romero se yergue entre grandes personajes de la humanidad; y Paolo Borghi fundió en bronce la escultura yacente colocada en el sepulcro de Monseñor Romero en la cripta de catedral metropolitana, la cual fue donada por la comunidad romana de San Emigdio.

En novela: Mario Ben Castro publicó en 1990 “Un disparo en la catedral”, así como Renan Alcides Orellana menciona a Monseñor Romero en su novela autobiográfica “Allá al pie de la montaña”

En cuento: Miguel Ángel Chinchilla publicó en el año 2000 su libro “San Salvador Gaviota y otros cuentos” que contiene entre sus relatos “el cuento de San Romero que propuso un día cambiarle nombre a la plaza”.

En poesía: se han escrito y publicado infinidad de poemas sueltos y también libros, comenzando por el obispo brasileño Don Pedro Casaldaliga, también Carmen Gonzáles, Matilde Elena López, Alfonso Velis, Rafael Rodríguez Díaz, Salvador Juárez, Joaquín Meza, Roberto Quezada, Otoniel Guevara, Ricardo Guevara, Mario Noel Rodríguez, Jorge Vargas Méndez, Darío Villalta Baldovinos, Julio Iraheta Santos, José Roberto Cea y Miguel Ángel Chinchilla. En este género de la lírica debo decir que Oscar Arnulfo como un hombre sensible también escribió poesía, recordamos aquí que en sus años juveniles, Oscar Arnulfo tenia inclinación por la música, es decir, Monseñor fue también un artista y para muestra traigo aquí un poema suyo que vendría a ser –continuando con las analogías- como su oración en el huerto, y dice así:

Se que mi hora se acerca y presiento
Que mi misión no acaba sino que comienza
Hasta el fin del mundo
Quiero permanecer en la tierra
Junto a los hombres
Luchando con ellos por la liberación
No puedo gozar y no quiero descansar
Mientras haya hombres a quien liberar
Cuando la historia acabe
Y la liberación sea total
Entonces reposaré con todos los elegidos
Y gozare eternamente de la alegría de Dios.

En teatro: se conocen por lo menos cinco dramas que son: “La ofrenda escarlata” del francés Jean Pierre Norte; “El martirio del Pastor” del costarricense Samuel Rovinsky, sobre la cual Miguel Ángel Chinchilla produjo una versión radiofónica; también “golpes a mi puerta” del venezolano Juan Carlos Gene; “Oscar Romero” de Gehard Fries de origen alemán; y, “Romero un sendero de Justicia” producida por Fundación Huellas.

En música académica, se conoce un oratorio titulado “Réquiem e Invocación” con letra de Desire Levertov y música de Newel Hendricks. Además se conoce una opera que se estrenó hace años en Londres y la obra “Ofertorio” del músico salvadoreño Arturo Corrales, radicado en Suiza, y la cual se estreno en San Salvador el 8 de mayo de 2005, en el contexto del XXV aniversario. Asimismo el músico brasileño Jorge Antunes, escribió en 1980 una “Elegía Violeta para Monseñor Romero” para coro infantil, dos niños solistas, piano y orquesta.

En música popular, el panorama parece mucho más florido, comenzando por varios corridos anónimos y la gran cantidad de canciones producidas por artistas nacionales e internacionales, entre los cuales mencionamos a : Rubén Blades, Compay Segundo, Luis Enrique Mejía Godoy, Luis López, Yolocamba Ita, Daniel Rivas, grupo Morazán, los Farabundo de Guazapa, Saúl López, Exceso de Equipaje, grupo Mensaje de Amor, grupo Horizontes, grupo Sierra Madre, Roberto y Franklin Quezada, Jorge Palencia, Alvar Castillo, José Roberto Gómez Menjivar, Julio Herrera y Nancy White.

En danza el grupo de la Universidad de El Salvador, Danza Contemporánea, bajo la dirección de Julio Mejia ha montada la coreografía titulada “Plegaria”.

En el arte de la biografía quizá el libro mas difundido es el de monseñor Jesús Delgado, pero también han escrito sobre la vida de Monseñor Romero: James Brockman, Jon Sobrino, Douglas Marcouill, Maria López Vigil, Grupo Maíz, Placido Endorzain, Carlos Barraza, William O’Mally, Dermot Keogh, Ludwig Kaufmann y Roberto Morozzo della Roca.

En cine la película más conocida es “Romero” de John Duigan, protagonizada por Raúl Julia, un filme un tanto truculento que fue censurado en El Salvador por el poder tiranosaurico que por sécula nos ha gobernado. Además, se han producido a nivel nacional varios documentales rubricados por la UCA, el arzobispado y la Fundación Romero, que a decir verdad no logran la magnitud fílmica que amerita nuestro santo.

En torno a lo que significa la figura de Monseñor Romero para la expresión artística y cultural, nacional e internacional, hago alusión a las vigilias de la Asociación Salvadoreña de Trabajadores del Arte y la Cultura, ASTAC, que a lo largo de once años han venido realizando los compañeros y compañeras de esta asociación cultural, identificada profundamente con los sentimientos más cristianos y romeristas del pueblo salvadoreño.
Toda esa veneración hacia Monseñor Romero sostenida a lo largo de estos veinticinco años, ha dejado también una estela de carteles, camisetas y artesanías, que indican el grado de espiritualidad con que este pueblo camina conectado con su Pastor.
En ese coro universal de artistas y artesanos que han rendido, rinden y seguirán rindiendo tributo a Monseñor Romero, mi poemario Romero Crucis que el mago Francis Fanci llama devocionario, es apenas una humilde contribución histórica, para que la voz de este santo varón que entregó su vida por nosotros, se expanda por todos los vientos y crezca y crezca y no deje de crecer por los siglos de los siglos.

El “giro a la izquierda” a nivel mundial es evidente

Es muy significativo, el que nuestro encuentro tenga lugar en la antigua tierra de la “Hellada”, en la hermosa y acogedora Grecia. Es magnifico que vayamos recuperando la vieja tradición de encuentros entre partidos comunistas, para el debate de los acuciantes problemas del mundo contemporáneo.

Nuestros camaradas griegos tienen amplia experiencia en la organización de este tipo de eventos. No es casual que nos hayamos reunido en esta cita de Atenas 73 delegaciones de partidos hermanos, comunistas y obreros.

Desde aquí, desde la vieja tierra de Grecia, estamos a un paso de aquellas regiones del mundo actual, donde se deciden hoy los destinos de la humanidad. Desde esta pequeña península, estamos muy cerca de Oriente Próximo, donde se está derramando sangre. Quiero desear al pueblo de Palestina que salga victorioso en su lucha por la independencia, y la creación de un estado propio. Deseo al pueblo iraquí éxito en la colosal lucha que le toca enfrentar para recuperar su soberanía. Quiero también desear al pueblo chipriota la victoria en la lucha por la reunificación del país, por una convivencia pacífica.

Desde tiempos remotos los pueblos griego y ruso están unidos por una fe común, la ortodoxa., que se inspira en el amor, la verdad y la paz. Siempre hemos sido y seguiremos siendo fieles a estos valores auténticamente humanistas.

Al mismo tiempo es especialmente simbólico, que el relevo del fuego olímpico pase de Grecia a la China socialista, donde tendrán lugar en Pekín los próximos Juegos Olímpicos. La República Popular China es hoy una gran potencia, con los mayores índices de crecimiento económico en el mundo. Los camaradas chinos han logrado una grandiosa hazaña histórica, sacando de la miseria a 400 millones de personas, colocando al país a la par de los estados más desarrollados.

Tampoco estamos lejos de África. En este continente las úlceras del capitalismo son especialmente sangrientas y repulsivas. Siempre hemos apoyado, apoyamos y seguiremos apoyando la lucha de los pueblos de este continente por el derecho a la vida, al futuro, a un lugar digno en el seno de la civilización contemporánea.

Aquí en Grecia, son especialmente sensibles con los problemas e inquietudes de América Latina. Es un continente al que estamos viendo “enrojecer” a marchas aceleradas. No debe sorprendernos, aunque solo sea porque allí viva y resista el patriarca del movimiento comunista y de liberación nacional, Fidel Castro, quien frente a viento y marea prepara a las nuevas generaciones de luchadores por la justicia y la felicidad de las gentes del trabajo. Saludamos a los dirigentes de los estados de América Latina, que han dado calabazas al presidente Bush y sus intentos de humillar su dignidad nacional y soberanía.

Posiblemente haya sido la primera vez en la historia de América Latina, en que el presidente de los EE.UU. se haya topado con la resistencia solidaria de prácticamente la totalidad del continente.

Estamos muy agradecidos al Partido Comunista Griego por la organización de este encuentro.

Es especialmente emotivo para mi, que he dado clase durante años de matemáticas y filosofía, encontrarme en tierra griega. Una formación que se precie, es indivisible del conocimiento de la historia de la Antigua Grecia, de sus grandes pensadores, científicos, y personalidades como Pitágoras, Arquímedes, Sócrates, Pericles, Platón, Aristóteles y otros muchos. Estoy convencido de que en esta vetusta tierra, el debate de los más importantes problemas que enfrenta la humanidad, alcanzará el más alto nivel.

Época de confrontación entre el trabajo y el capital

Todo el s.XX ha sido escenario de la más aguda confrontación entre capital y trabajo. La URSS se convirtió en personificación del trabajo durante esa centuria. Nacida de la Revolución de Octubre y creada por el trabajo. Siempre defendió a los trabajadores. En los 10 años que precedieron a la Segunda Guerra Mundial, en la URSS se levantaron más de 9000 fábricas. Este potencial industrial del estado de trabajadores, fue el que aseguró la victoria sobre el fascismo mundial, peste del siglo XX. De no haber sido por la URSS, aquella plaga hubiese infectado y destruido la civilización mundial.

El esfuerzo de los trabajadores permitió a la humanidad salir al espacio, aseguró un avance nunca visto de la ciencia, la cultura, la educación, la sanidad.

El derrumbe traicionero de la URSS destruyó el equilibrio de fuerzas en el planeta, nacido del esfuerzo del trabajo de los pueblos.

Por su parte, el capitalismo del s.XX condujo al planeta a dos guerras mundiales. Engendró una violencia nunca antes vista, la explotación despiadada, condenando a la miseria y a la humillación a miles de millones de personas.

Tras la caída de la URSS el capital puso todo su empeño en la creación de un mundo unipolar, que garantizase el dominio absoluto de los EE.UU y sus aliados. No es casualidad que en 1992, los EE.UU se negasen a firmar la resolución de la cumbre de Río de Janeiro sobre el principio de equidad en las relaciones interestatales.

Hoy los EUA, un país que apenas supone el 5% de la población mundial, no escatima esfuerzos para sacar el jugo vital de todo el resto del mundo. Estados Unidos se apropia del 40% de los recursos mundiales de materias primas, produciendo el 50% de residuos industriales, envenenando cada vez más nuestro planeta.

Hoy día, en el siglo XXI están creando un nuevo imperio, forjado sobre la base de un campo de concentración electrónico, que somete a la humanidad a un control total, y convierte a los pueblos en esclavos y bestias.

Los que se resisten a mostrar su afecto por Bush y Rice, y no desean entregarles sus intereses nacionales, son declarados fuera de la ley y son perseguidos del modo más cruel e inhumano.

No a la dictadura y al caos

El PCFR lleva años advirtiendo de que hay tres escenarios posibles para el desarrollo mundial: o el dictado de los EE.UU, o el equilibrio de intereses, o el caos total.

No cabe duda de que los EE.UU. apuestan decididamente por el primer escenario. La OTAN se expande por el mundo como un tumor cancerígeno. El FMI y los demás institutos financieros internacionales, que se encuentran bajo control directo estadounidense acorralan a pueblos enteros en la fosa de la deuda. Hollywood y los medios de comunicación americanos se dedican al lavado permanente de cerebros, imponiéndonos su estilo de vida.

Sin embargo cualquier dictadura y ansia de dominio mundial están

Irremediablemente condenadas al fracaso. Por eso generan caos. La salvación de la humanidad y de sus posibilidades de desarrollo, irremediablemente pasa por la lucha por la realización del segundo escenario: el del equilibrio de culturas, de tradiciones, de intereses vitales.

Este es un objetivo inalcanzable en el capitalismo. Solo una sociedad socialista, una sociedad justa, es capaz de lograrlo.

La historia ha querido que ese papel de fuerza niveladora del equilibrio mundial recayese sobre Rusia. Precisamente sobre ella se han lanzado las guerras más destructivas. Y precisamente Rusia ha sido la que tarde o temprano ha acabado derrotando a todos los agresores y aspirantes a dominar el mundo.

Pero para asumir ese papel hoy y en el futuro, Rusia debe convertirse de nuevo en una gran potencia, fuerte y auténticamente democrática. Algo que de nuevo solo será capaz de lograr una reestructuración socialista de la sociedad rusa. Además en esta gigantesca tarea, de reconstrucción, un papel predominante deberá tener la refundación de un estado unitario, como ha sido tradición para nuestros pueblos. Un primer paso en este camino estará marcado por la formación de una Unión compuesta por Rusia, Bielorrusia y Ucrania. Estoy convencido de que esto es algo en lo que están interesados las fuerzas de izquierda de todo el mundo, todos los pueblos de la Tierra.

Tenemos todo lo necesario para la refundación de esa nueva Unión. La aspiración de nuestros pueblos hermanos a la reunificación, unos colosales recursos naturales y la complementación de nuestras economías, la experiencia de las viejas tradiciones populares, el talento creador del pueblo, un sistema de valores forjado durante siglos.

La crisis del fundamentalismo liberal

Estamos viendo como el neoliberalismo fundamentalista está resultando un fiasco en todo el planeta. Es algo que ha quedado claro en el ejemplo de Nueva Orleáns. El país más rico del mundo, es incapaz de auxiliar a sus propios ciudadanos. La debilidad de los EE.UU también se puede ver en Iraq, frente a la resistencia de un pueblo que no se resigna a verse sometido, que no acepta la ocupación depredadora de su tierra.

El modo de vida americano es cada vez más rechazado en América Latina, donde el grito de guerra “los Yanquis no pasarán” se convierte en el lema de la vida y de la lucha.

Sin embargo Rusia se convierte en objetivo especial de los globalistas estadounidenses. La actual dictadura liberal significa la muerte de Rusia.

Durante los diez años de reformas que se han impuesto a nuestro país, el pueblo ha perdido 10 millones de personas, 9 de los cuales eran rusos. Es decir, la nación que representa la columna vertebral del estado, está muriendo.

Los ancianos y niños han sido abandonados a su suerte. La población activa queda en un estado semi-marginal, sin un trabajo pleno ni perspectivas de desarrollo profesional. Regiones enteras de Rusia están muriendo.

El Caúcaso Norte se desangra.

Mientras, la mísera Rusia de Putin ocupa el segundo lugar, tras los EE.UU, en número de millonarios y multimillonarios.

Todo esto mientras al lado tenemos ejemplos de desarrollo exitoso y humanista. Me refiero a la enorme China socialista y a la pequeña Bielorrusia popular. Si tomamos como ejemplo a la Rusia de hoy y la comparamos con el último año soviético de 1990, veremos que apenas si llega al 82% de la producción de entonces. Ucrania se ha quedado atascada en el 60%, mientras Bielorrusia ha pasado de la barrera del 120%.

Vemos con que empuje se desarrolla el Vietnam socialista, a un ritmo superior al 8% anual. Con que brillantez resiste Cuba, a cuya delegación quiero mandar un saludo especialmente afectuoso. Cuba ayuda hoy a 70 países del mundo, donde trabajan más de 30 mil de sus mejores médicos, maestros, especialistas, demostrando un ejemplo único de cumplimiento de su labor internacionalista.

El anticomunismo no pasará

En el mundo se agudiza el enfrentamiento de dos tendencias: la globalización a la americana y la socialización a lo soviético.

La globalización a la americana es igual a: fundamentalismo liberal más terrorismo, más terrorismo de estado, más la guerra informativa psicológica contra todo el planeta.

Los partidos comunistas y obreros personifican en esta lucha la tradición soviética de justicia social e igualdad. Gradualmente se está definiendo un giro global hacia la izquierda. El movimiento comunista se ha recuperado de la conmoción originada por el derrumbe de la URSS y la prohibición del PCUS. La gente no quiere que triunfe una filosofía globalizadora, que predica el egoísmo y la propiedad privada, que obliga a las gentes a ponerse dólares en lugar de ojos y una piedra en lugar del corazón. No nos deben de extrañar por consiguiente, los continuos ataques contra el movimiento comunista internacional que se suceden uno tras otro.

Podemos hacerle frente solo si conseguimos que las fuerzas de izquierda del planeta permanezcan unidas.

Es algo que quedó demostrado en el enfrentamiento que se produjo en la Asamblea Parlamentaria del Consejo de Europa, cuando se propuso a debate un informe preparado por los servicios secretos y las fuerzas más reaccionarias, que pretendía criminalizar el comunismo.

Hemos repartido entre los asistentes de este encuentro el texto de mi intervención en el “PACE”, donde en concreto se hace hincapié en demostrar que los juicios farsa como ese, siempre han fracasado. El ideal comunista es algo que pretendieron juzgar Hitler en Alemania, McCarthy en EE.UU, Yeltsin en Rusia y muchos otros. No consiguieron nada. Igual que no lo harán ninguno de los intentos sucesivos.

Por lo que podemos ver, el anticomunismo se mueve en tres direcciones. La primera es la utilización de la tribuna de la PACE para difamar el ideal comunista. La segunda, la descalificación y difamación de los logros de la China socialista. Ya hay un informe preparado de cuarenta páginas sobre los crímenes del comunismo en este país. En tercer lugar, asistimos a nuevos y feroces intentos de ajustar cuentas con la historia soviética y los símbolos de la URSS, con el fin de borrar de la conciencia de la gente la imagen de la gran superpotencia soviética, como alternativa histórica al capitalismo.

Las delegaciones de los partidos comunistas de Rusia, Ucrania y Bielorrusia incluimos un proyecto de resolución en esta cumbre, en defensa de la historia soviética y sus lugares sagrados: la Plaza Roja, el Mausoleo de Lenin y la necrópolis junto a la muralla del Kremlin.

Nuestra posición

El movimiento comunista en el territorio de la Unión Soviética se coordina hoy día por la Unión de Partidos Comunistas (UPC-PCUS), que aúna a 17 partidos de las antiguas repúblicas de la Unión RSS.

Nuestra lucha se desarrolla en tres direcciones: La primera es el desarrollo y fortalecimiento del movimiento de protesta en defensa de los trabajadores. La segunda, la celebración de un referéndum popular por la variación del curso de la política estatal y el apoyo al programa de salida de la crisis, propuesto por los comunistas. La tercera, la imbricación de los partidos comunistas en la sociedad a través de las campañas electorales. Concedemos especial importancia a las elecciones legislativas del 2007 y las presidenciales del 2008 en Rusia, a las parlamentarias del 2006 en Ucrania, y al apoyo total al curso del presidente de Bielorrusia, A. Lukashenko, en las próximas elecciones presidenciales en este país.

El PCFR es un hueso atravesado en la garganta de la reacción rusa y mundial. En los últimos 3 años se han producido 46 operaciones especiales contra nuestro partido. Pueden conocer los detalles leyendo los materiales del XI congreso del PCFR celebrado recientemente. Hemos distribuido entre los asistentes el periódico Pravda, con el informe político y las resoluciones aprobadas en nuestro congreso.

Estamos muy satisfechos de haber podido tomar parte en la multitudinaria manifestación de nuestros camaradas griegos contra la OTAN y los crímenes de los “coroneles negros” y sus amos americanos. Estamos muy agradecidos por esta oportunidad.

La delegación del PCFR apoya las propuestas del Sec.Gral del Partido Comunista de Grecia, A.Paparigui, expuestas en las 13 tesis, iniciativas, sobre las acciones conjuntas de los comunistas para lo que resta del 2005 y para el 2006.

Estas propuestas serán estudiadas por el Presidium del CC del PCFR y el Comité Ejecutivo de la UPC-PCUS.

Convocamos a los participantes del encuentro de Atenas a respaldar los proyectos de resolución, propuestos por el PCFR, en defensa de la Plaza Roja, del Mausoleo Lenin, y de los símbolos de la época soviética. Pedimos adoptar una resolución en defensa de nuestra querida Bielorrusia, contra la que los EE.UU han desatado una “cruzada”.

Nuestra delegación respalda todas las resoluciones en defensa de los presos políticos allá donde se encuentren. Esto incluye la campaña en defensa de los 5 patriotas cubanos, encarcelados en cárceles de los EE.UU. Tampoco olvidamos las acciones en defensa de los estudiantes rusos, que en protesta simbólica contra la política del gobierno, ocuparon la sala de recepción del presidente Putin y del ministro Zurabov, y fueron acusados de crimen de estado e intento de toma del poder.

Proponemos adoptar una resolución en apoyo del presidente de Serbia Slobodan Milosevic, encarcelado en la Haya, así como una resolución en apoyo de la lucha de los pueblos de Oriente Próximo y de los Balcanes, por una vida digna y libre.

Estamos muy agradecidos a los camaradas griegos por su propuesta de incluir en el plan de acciones conjuntas, la campaña en apoyo de la perspectiva socialista en relación con la celebración del 90 aniversario de la Gran Revolución Socialista de Octubre.

La solidaridad es nuestra principal arma. Deseémonos éxitos mutuos en nuestro trabajo y nuestra lucha.

CONCASIDA 2005: Centro América se une contra VIH

Reforzar los esfuerzos para disminuir el número de personas infectadas con vih/sida y mejorar los programas de atención son dos puntos del proyecto de Declaración de San Salvador, documento que suscribieron los siete países de Centroamérica en el marco del III Congreso Centroamericano de ITS/VIH/SIDACONCASIDA 2005, evento que se realizó en la capital salvadoreña entre el 7 y 11 del presente mes.

Al respecto, el Presidente de El Salvador, Elías Antonio Saca, dijo que buscarán en bloque la manera de obtener los medicamentos antirretrovirales a costos más económicos y de esta forma asegurar el acceso de las personas que viven con vih/sida (PVVS).

A su turno, el presidente guatemalteco, Oscar Berger, respaldó a Saca e insistió en la preocupación de atender a las PVVS.

En la declaración se acordó reenfocar los esfuerzos en la prevención del vih/sida, a través de programas dirigidos y diseñados con la participación activa de los grupos más vulnerables y de las PVVS, así como acciones de prevención orientadas a la población en general y basadas en la abstinencia, la fidelidad y el uso del condón.

Finalmente, los firmantes hicieron un llamado a la cooperación internacional a nivel bilateral y multilateral, al Fondo Global de Lucha contra el Sida, la Tuberculosis y la Malaria , y a los países amigos para que se redoblen los esfuerzos de apoyo a la región con el objetivo de disminuir el impacto del vih y mejorar la atención de las PVVS.

Prevención:
“Un desafío que exige esfuerzos”
Países que firmaron
la declaración

Costa Rica, El Salvador, Guatemala, Honduras, Nicaragua, Panamá y República Dominicana.

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Según datos de UNICEF

En América Latina y el Caribe unas 50 mil personas menores de 15 años viven con VIH.
Cada hora, 33 personas
se infectan.
De esos casos, dos se da durante el parto transmisión vertical y 17 son personas entre 15 y 25 años.

Respecto de la falta de medicamentos, el director del Grupo de Cooperación Técnica Horizontal para América Latina, Pedro Chequer, indicó que si no se logra el acceso universal se pondrán en aprietos todas las metas de las naciones. Precisó que “estamos frente a un desafío que exige esfuerzos y que se garantice poner instrumentos que asegure el acceso a tratamientos antirretrovirales a precios justos”.

En materia de prevención, Chequer señaló que una de las estrategias clave de prevención es la educación de los menores desde los primeros años escolares. Considera que a los niños se les debe informar qué es el sida, la formas de transmisión y cómo prevenirlo. De esta forma se abren posibilidades para anticiparse a la expansión de la epidemia.

En cuanto al uso del condón, del cual Chequer es partidario, el Presidente de Costa Rica, Abel Pacheco señaló que siempre hay obstáculos como la Iglesia. No obstante, el mandatario considera que a través del diálogo se pueden obtener resultados conjuntos. / Ir al inicio

Las PVVS se hicieron escuchar

Travestis, gays, hombres y mujeres que viven con vih pidieron el cumplimiento de sus derechos.

“Sin retrovirales me muero” y “No a las recetas rechazadas de El Salvador” fueron algunas de las consignas que mostraban los carteles que llevaron al recinto del evento las PVVS que asistieron a la sesión de clausura. Los demandantes esperaron el momento en que dieran las palabras de cierre del evento y comenzaron a caminar hasta la mesa principal.
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Hablamos con…

Jaime Argueta, de la Asociación Aguabuena en El Salvador, considera que la agenda del evento no incluyó algunos temas que facilitarían la apertura del diálogo con las autoridades de salud y los mandatarios.

Según Argueta, la protesta hizo evidente que los activistas no están dormidos y que están a la vanguardia. “Los gobiernos deben estar más dispuestos al diálogo con la organizaciones de base y la sociedad civil”, precisó.

Calificó como productiva la conformación de un comité de activistas y sociedad civil para dar seguimiento a los proyectos del Fondo Global en la región, de tal manera que sus solicitudes e inquietudes lleguen a las diferentes instancias del organismo mundial.

De otro lado, denunció que el médico Julio Segueda, del Seguro Social de El Salvador, quien participó en CONCASIDA, es acusado de promover las protestas y de atentar contra la seguridad de los presidentes y funcionarios estatales que asistieron al evento. En este sentido, CONASIDA estudia qué tipo de sanción aplicará al señor Segueda.

Para Estela Carrizo, de la Red de Personas Viviendo con VIH/SIDA del Mar del Plata (Argentina), el congreso reflejó el malestar y la necesidad de hacer una denuncia pública de lo que sucede respecto del acceso a tratamientos en Latinoamérica. Asímismo, señaló que se debe hacer seguimiento de lo que sucedió en CONCASIDA.

Finalmente, dijo que “El Salvador no tiene para hacer estudios de CD4”, aunque los gobierno afirme que se están dando los tratamientos. Agregó que en ese país están hablando de fidelidad y abstinencia, al manifestar su preocupación por la no visibilización del uso del preservativo en Centroamérica y la posición negativa de la Iglesia frente al tema precisó que no están hablando del uso correcto del preservativo.

Costa Rica: no podemos votar por nuestros enemigos

En medio de la gran lucha que estamos preparando desde los sectores populares contra el Tratado de Libre Comercio (TLC) con los Estados Unidos, no hay que perder de vista que los empresarios y los políticos de este régimen cada vez más corrupto de ”democracia burguesa”, enfilan sus baterías para sacar el máximo provecho de las elecciones a realizarse el primer domingo de febrero del 2.006. Los Oscar Arias, Ricardo Toledo, Otto Guevara, Otton Solís, Alvarez Desanti, aparentan y tienen algunas posiciones distintas, pero todos son en realidad de “la misma pelota”, representan distintas variaciones de lo mismo, representan distintas alternativas burguesas.

Oscar Arias, rodeado de la oligarquía más rancia, está empeñado en sacar la mayor tajada, Otto Guevara “modera” un poco su discurso, pero no hay duda que representa a la extrema derecha, Toledo y Alvarez Desanti son en realidad del mismo equipo a favor del TLC. Otton Solís se disfraza de “anti-neoliberal”, pero en la realidad al proponer remendar algo que no tiene remiendo como es el TLC, demuestra que es cómplice al fin del mismo modelo de explotación, y sus poses de oposición no van más allá de las palabras, como lo ha demostrado el papel que a jugado el PAC en torno al nefasto Pacto Fiscal. Todos se maquillan, pero como dice el refrán popular: “son el mismo mono con distinto rabo”

Por otro lado están los nostálgicos del pasado socialdemócrata, que buscan potabilizar una alternativa de centro-izquierda, reformista, que no enfrenta con claridad al sistema capitalista, sino que busca quedar entre “camagua y elote”, poner algunos parches, pero no atacar la raíz de los males que aquejan a nuestro pueblo.

Izquierda Unida, pese a sus modestos recursos, levanta con firmeza en estas elecciones la bandera roja de las transformaciones profundas y revolucionarias. Izquierda Unida habla sin tapujos a los trabajadores y el pueblo, indicando que no hay solución de fondo a nuestros problemas sino tomamos el camino de la acción directa en las calles. Izquierda Unida no alimenta falsas ilusiones en esta “democracia para ricos”, pero batalla en estas elecciones por llevar a la Asamblea Legislativa y a las municipalidades a representantes auténticos e insobornables del movimiento obrero, popular y estudiantil que luchan cotidianamente contra las injusticias y por los derechos del pueblo. Izquierda Unida tiene un programa consecuentemente anticapitalista y antiimperialista: educa y pregona con claridad que los grandes desafíos y necesidades que se acrecientan para el pueblo, solo tienen solución de fondo con un Gobierno Obrero Campesino y Popular, que rompa con la sujeción al imperialismo yanki y empiece a socializar y distribuir las riquezas que hoy y cada vez más se concentran en manos de los grandes capitalistas y terratenientes.

Costa Rica: Gran Marcha de la Verdad contra el TLC

LA GRAN MARCHA DE LA VERDAD CONTRA EL TLC
Y EL FIN DEL GRAN ENGAÑO

A la memoria imperecedera de Parmenio Medina.
Por José Luis Amador
18/11/05

La marcha del 17 de noviembre contra el TLC ha sido gigantesca. Un mar humano ha inundado San José. No era una mancha amarilla esta vez. Era una mancha multicolor, era un arco iris humano, maestros de rojo, ecologistas de verde, indígenas de bronce, artistas vestidos de luz, zancos, comparsas, miles; tantos y tantas que era imposible verlos a todos.
Gente venida por su propia voluntad, no instigada por sus patronos. Era tal cantidad que únicamente los profesionales de la mentira, podrían no haberlos visto. Me pregunto: ¿cómo harán esta vez, los profesionales de ese insano oficio, para intentar ocultar esta Gran Marcha? ¿Intentarán persuadirnos de que padecimos una alucinación colectiva o se verán obligados a publicar la realidad?
Es curioso, pero en las listas de los oficios poco se habla de aquellos que tienen como suyo el arte de mentir, o mejor aún “maquillar” verdades, o bien, puesto en elegante, aquellos que se encargan de construir imágenes de la realidad adecuadas al gusto de sus clientes, de sus intereses o de su visión de mundo. Estos profesionales practican una especie de arte macabro que consiste en tomar la realidad y vestirla con un ropaje diferente, para devolvérsela al público diciéndole que determinados hechos no fueron como los vivieron sus protagonistas, sino como ellos dicen. Así de fácil.
Estos modernos hechiceros de la comunicación, han asumido el oficio de sembrar su visión de la realidad, construir las “representaciones sociales”, hacernos ver bonito al que así quieran y horrible y tonto al que no sea de su agrado, o vaya contra sus intereses. Eso es lo que hoy están haciendo con el TLC: Tratan de vendernos por bueno “un diez con hueco”, ¡y puede que lo logren¡, por las sencilla razón de que ellos tienen ventaja: son dueños del micrófono, los periódicos y la pantalla. Sin embargo, algunas cosas inesperadas están pasando y esta situación puede empezar a cambiar.
Para explicarme mejor, permítanme por un instante ir al pasado. Era el año de 1976 cuando un grupo de trabajadores en huelga cantaba el Himno Nacional, en una pequeña elevación frente al edificio del ICE de la Sabana. Mientras esto ocurría una escuadra de policías se fue ubicando a 75 metros al este de los trabajadores. Nada más se oyeron sordos sonidos y de sus lanza-proyectiles, salieron granadas de gas lacrimógeno que cayeron cerca de los trabajadores(as). La gente corría en dirección contraria a donde estaban los policías, pero por supuesto, los tienen bien entrenados, y esa era la dirección del viento, de modo que el gas seguía tras ellos por más que corrían.
Atacados, mientras cantaban el Himno Nacional. La situación fue tan bochornosa, que el gerente general del ICE, Ing. Rodrigo Suárez Mejido, bajó a conversar con los jerarcas policíacos y a intentar frenar lo que a todas luces, era una agresión sobre los desarmados trabajadores (as), pero un policía le reventó un garrotazo sobre la cabeza rompiéndole el cuero cabelludo.
Cuál fue la sorpresa y el sentimiento de indignación de quienes vivimos esa experiencia, cuando al día siguiente escuchamos, reiteradamente por la radio, una cuña en la que el propio presidente de la República, Daniel Oduber Quirós, informaba a la ciudadanía que la policía había actuado en legítima defensa y ante la provocación de los trabajadores. En aquella oportunidad, siendo muy joven, experimenté por primera vez el embate abusivo y manipulador de los medios de comunicación, actuando bajo las manos de los profesionales de la mentira.
Son momentos en que uno dice, pero ¿cómo?, si yo estuve allí. Dan ganas de salir a la calle, hablar con todos y decirles que no es cierto. Te sentís impotente porque ellos tienen los medios. Ellos apelan a la democracia, invitan al diálogo, a que se expresen todos, pero ellos son los únicos dueños de la palabra, del micrófono y la pantalla. Ellos son los formadores de opinión y se presentan como defensores de la libertad de expresión. ¡Igual que ocurre hoy con el TLC¡.
Los profesionales de la mentira son los que dicen a la ciudadanía lo que no fue, para obtener los resultados políticos de su conveniencia. Son los que varios minutos antes del cierre de una elección popular, se atreven a decir a los electores que una encuesta ha dado como ganador al candidato de su interés, cuando no es cierto, logrando así que muchos electores desistan de votar en su contra. Son los mismos que están diciendo hoy que el TLC es bueno para todos.
Para el ciudadano común, hombre, mujer, que está inmerso en su cotidianidad, y que de buena fe enciende un radio, abre un periódico para accesar una fuente de información, es difícil sospechar siquiera que lo que está leyendo no sea cierto. Este es el GRAN ENGAÑO: que los medios, que se suponen son la fuente de información, y se presentan como una voz supuestamente neutra, investida de autoridad, verdad y conocimiento, portadora del interés común; funcionen en realidad como un mecanismo para llevar la opinión pública hacia posiciones derivadas de sus propios intereses o de los intereses de quienes los financian. Pero lo verdaderamente inaceptable es que se presentan ante los sectores más humildes, bajo el manto de quien defiende los intereses de la Patria.
Durante estos 15 años en que el ICE y el Estado Social de Derecho, han sido defendidos desde las trincheras de los trabajadores, con el valioso y vital apoyo de los ecologistas, los estudiantes y por qué no decirlo, los sectores más progresistas y lúcidos de la Iglesia; si algo hemos aprendido al calor de este proceso es a desconfiar de la prensa y a reconocer la “mano peluda” que se mete en la opinión pública y maquilla la verdad.
Pero esta ha sido una gran lección, porque cuando los trabajadores se lanzan multitudinariamente a manifestarse en las calles, único espacio posible de expresión, y al día siguiente escuchan y leen a los periódicos y los telenoticieros diciendo que aquella inmensa multitud eran solo cuatro gatos, y tratando de demostrar esta realidad con tomas parciales de los desfiles; entonces, estos trabajadores(as), pueden decir, como el pájaro de la fábula: no es cierto, yo estuve allí. Y ya nunca más creerán en los profesionales de la mentira.
Lo cierto es que muchas cosas están pasando y hay que mencionarlas, y a propósito de todo esto, el importante papel que ha jugado la Internet. El correo electrónico nos ha permitido ponernos en contacto entre nosotros. Expresar lo que hemos visto con nuestros propios ojos y contrastarlo con lo que ellos nos están diciendo que ocurrió. Confrontar nuestra experiencia con la imagen construida en sus periódicos amañados, en sus portadas parcializadas, en sus titulares calculados, en sus fotografías tendenciosas, donde la realidad está apenas dicha con solo la mitad del labio.
No señores, en la Marcha de este jueves 17 de noviembre, varios miles de trabajadores del ICE, apenas se vieron. Era muy grande la cantidad de trabajadores de todas partes del País: gente de la cultura, ecologistas, indígenas, personas de partidos políticos honestos, era tan grande el mar humano en San José, que los trabajadores del ICE, llegados(as) de todos los rincones, pudieron haberse ido para las casas satisfechos, seguros de que no estaban solos: había una multitud, un mar de corazones costarricenses diciendo NO AL TLC, “sí a mi país, sí a mi raíz”.
Lo malo de la mentira es que quienes la practican pueden terminar creyéndola. Y como la mentira surge también de la ideología, de la visión del mundo, donde se dice lo que se quiere ver, los mentirosos terminan construyendo en sus mentes realidades que ya no son las que estamos viviendo, ni las que están viviendo nuestros pueblos. Y por eso, hay quienes se la pasan EN VELA, periodistas insomnes, en crisis incontenibles de histeria, porque no logran comprender que en este País, están pasando cosas, y hay verdades del tamaño de la manifestación de hoy, (17 de noviembre) que ya no se pueden maquillar.
Primero decían que éramos solo cuatro gatos gatos, después que solo los sindicatos, ahora tienen la consigna –buenos asesores- de decir, que es la izquierda, qué dirán después, ¿que la ciudad de San José fue inundada por gente de izquierda? ¡Qué poder el de la izquierda¡ ¡Un diputado libertario dice que solo vio veinte personas frente a la Asamblea Legislativa. ¡No perturbe su siesta, diputado!
En pocos días habrá una marcha de “los camaradas” (de las Cámaras, quiero decir), los que aspiran a ser ganadores del TLC, esos que no se atreven a decir de dónde sale el dinero, que financia la millonaria campaña con la que pretenden engañar a los costarricenses. La marcha de los que sí han tenido acceso a los medios, a las páginas de los periódicos. La marcha de los “dueños” del País. La marcha de los empresarios. Vendrán con sus empleados. No conocen sus barrios, ni saben dónde viven, ni van a sus fiestas, ni sufren sus alegrías ni sus penas ni congojas, les reprimen sus sindicatos y sus demandas. Pero los traerán con ellos. Participación no siempre voluntaria, de personas que no han podido escuchar los argumentos contra el TLC, porque los medios de dominación están secuestrados. Gente humilde que teme perder su trabajo. ¡Qué injusto¡ Hermanos nuestros, de nuestro pueblo y de nuestro barrio. En esa marcha los profesionales de la verdad a medias, se darán gusto tomando fotos, ese día funcionarán sus cámaras, ese día sus helicópteros podrán hacer tomas de la totalidad de los desfiles.
Sin embargo, a pesar de la falsedad de los medios, miles y miles de costarricenses ya empiezan a comprender en qué consiste el penoso oficio de los profesionales de la mentira. Y así como aquel muchacho que una vez, hace muchos años, escuchó al propio Presidente de la República desfigurando la verdad ante un micrófono y supo a partir de ese día, que no se puede confiar de los medios, de igual modo, miles y miles de costarricenses están aprendiendo, día con día, que los medios de comunicación mienten: que el TLC no es bueno para todos(as), que hay una mano peluda financiando la campaña, que no son cuatro gatos los que estamos en contra, y que este país está despertando de un gran engaño.
Pero no podemos confiarnos. No hemos podido llegar como quisiéramos a mucha gente de las fábricas, los barrios y los campos. Y todos, las organizaciones sociales incluso, debemos comprender que esa es la tarea pendiente. De boca en boca, de puerta en puerta y de barrio en barrio. Porque si no tenemos los medios de comunicación, la prensa, el micrófono, la pantalla, tenemos en cambio dos cosas: corazón y verdad. La fuerza que esto nos da, no se puede comprar con dólares.

Hay un país en el mundo

Hay un país en el mundo colocado
en el mismo trayecto del sol.
Oriundo de la noche.
Colocado en un inverosímil archipiélago
de azúcar y de alcohol.
Sencillamente liviano,
como un ala de murciélago
apoyado en la brisa.
Sencillamente claro,
como el rastro del beso en las solteronas antiguas o el día en los tejados.
Sencillamente frutal. Fluvial. Y material.
Y sin embargo
sencillamente tórrido y pateado
como una adolescente en las caderas.
Sencillamente triste y oprimido.
Sencillamente agreste y despoblado.

En verdad.
Con tres millones suma de la vida
y entre tanto cuatro cordilleras cardinales
y una inmensa bahía y otra inmensa bahía,
tres penínsulas con islas adyacentes
y un asombro de ríos verticales
y tierra bajo los árboles y tierra
bajo los ríos y en la falda del monte
y al pie de la colina y detrás del horizonte
y tierra desde el canto de los gallos
y tierra bajo el galope de los caballos
y tierra sobre el día, bajo el mapa, alrededor
y debajo de todas las huellas
y en medio del amor.
Entonces es lo que he declarado.
Hay un país en el mundo
sencillamente agreste y despoblado.

Algún amor creerá
que en este fluvial país en que la tierra brota,
y se derrama y cruje como una vena rota,
donde el día tiene su triunfo verdadero,
irán los campesinos con asombro y apero
a cultivar cantando su franja propietaria.

~

Este amor
quebrará su inocencia solitaria.
Pero no.Y creerá que en medio
de esta tierra recrecida,
donde quiera, donde ruedan montañas por los valles como frescas monedas azules,
donde duerme un bosque en cada
flor y en cada flor la vida,
irán los campesinos por la loma dormida
a gozar forcejeando con su propia cosecha.
Este amor doblará su luminosa flecha.
Pero no.
Y creerá de donde el viento asalta
el íntimo terrón y lo convierte en
tropas de cumbres y praderas,
donde cada colina parece un corazón,
en cada campesino irán las primaveras cantando entre los surcos su propiedad.

Este amor alcanzará su floreciente edad.
Pero no.

Hay un país en el mundo
donde un campesino breve,
seco y agrio muere y muerde
descalzo su polvo derruido,
y la tierra no alcanza para su bronca muerte.
¡Oidlo bien! No alcanza para quedar dormido.
Es un país pequeño y agredido.
Sencillamente triste,
triste y torvo, triste y acre. Ya lo dije:
sencillamente triste y oprimido.

~

Procedente del fondo de la noche
vengo a hablar de un país.
Precisamente pobre de población.
Pero no es eso solamente.
Natural de la noche soy producto de un viaje.
Dadme tiempo
coraje para hacer la canción.

Plumón de nido nivel de luna
salud del oro guitarra abierta
final de viaje donde una isla
los campesinos no tienen tierra.

Decid al viento los apellidos
de los ladrones y las cavernas
y abrid los ojos donde un desastre
los campesinos no tienen tierra.

El aire brusco de un breve puño
que se detiene junto a una piedra
abre una herida donde unos ojos
los campesinos no tienen tierra.

Los que la roban no tienen ángeles
no tienen órbita entre las piernas
no tienen sexo donde una patria
los campesinos no tienen tierra.

No tienen paz entre las pestañas
no tienen tierra no tienen tierra.

~

Miro un brusco tropel de raíles
son del ingenio
sus soportes de verde aborigen
son del ingenio
y las mansas montañas de origen
son del ingenio
y la caña y la yerba y el mimbre
son del ingenio
y los muelles y el agua y el liquen
son del ingenio
y el camino y sus dos cicatrices
son del ingenio
y los pueblos pequeños y vírgenes
son del ingenio

~

Es verdad que en el tránsito del río,
cordilleras de miel, desfiladeros
de azúcar y cristales marineros
disfrutan de un metálico albedrío,

y que al pie del esfuerzo solidario
aparece el instinto proletario.
Pero ebrio de orégano y de anís

y mártir de los tórridos paisajes
hay un hombre de pie en los engranajes.
Desterrado en su tierra. y un país

en el mundo, fragrante, colocado
en el mismo trayecto de la guerra.
Traficante de tierras y sin tierra.
Material. Matinal. Y desterrado.

~

Quiero ver su amargura necesaria
donde el hombre y la res y el surco duermen
y adelgazan los sueños en el germen
de quietud que eterniza la plegaria.

Donde un ángel respira.
donde arde una súplica pálida y secreta
y siguiendo el carril de la carrera
un boyero se extingue con la tarde.

Después no quiero más que paz.
Un nido de constructiva paz en cada palma.
Y quizás a propósito del alma
el enjambre de besos
y el olvido.

1949

Haiti: sangre y dolor

Haití: sangre y dolor

Haití fue el primer país de Nuestra América que alcanzó su independencia. Fue el refugio elegido por el Libertador Simón Bolívar cuando derrotado por los españoles en la Primera Campaña Libertadora, debió huir de Venezuela. Fue el Presidente Alexandre Petion quien proporcionó armas y dinero al Libertador para que emprendiera la definitiva campaña de independencia del dominio español en su Patria.

Sin embargo la historia de Haití es un camino de sangre y dolor desde hace doscientos años. Luchas por el poder entre negros y mulatos, invasiones de Francia e Inglaterra (1869/1872), intervención de Alemania (1877), ocupación norteamericana (1915/1935), masacre de haitianos refugiados en la República Dominicana (1937), dictaduras de los Duvalier y de Raoul Cedrás. Sangre, dolor, torturas, asesinatos, desapariciones, pero también resistencia y obstinación de numerosos sectores de la sociedad que pagaron con sus vidas y el exilio sus sueños de un Haití justo, libre y soberano.

En 1999 y en el 2000, dos integrantes del CEMIDA, los Cnls® Horacio P. Ballester y José Luis García fueron designados por la ONU y la OEA, en forma conjunta, como peritos militares a fin de colaborar con la incipiente democracia haitiana en el juicio que se desarrollaba en ese país contra integrantes del Ejército y de las fuerzas paramilitares conocidas como el FRAPH ( Frente Revolucionario para el Avance y Progreso del Pueblo Haitiano), acusados de cometer delitos de lesa humanidad en un pequeño pueblo haitiano llamado RABOTEAU.

En el juicio realizado en Gonaives en el año 2000, aparte de otras sanciones menores, se impusieron 49 condenas a prisión perpetua y trabajos forzados a los ejecutores de la matanza de RABOTEAU y “en ausencia” a 37 integrantes de la cúpula militar incluído el ex – Tte Gral Cedrás y conspicuos integrantes del FRAPH. Todos ellos, serían puestos en libertad durante la nueva invasión y ocupación de Haití por EE UU en febrero de 2005.

¿Qué había sucedido en Haití? En 1990 en las primeras elecciones libres casi en 200 años de independencia, asumió la Presidencia el sacerdote tercermundista Jean Bertrand Aristide, quien a los pocos meses fue destituído por un golpe militar organizado por el Comandante en Jefe de la Fuerza Armada Tte Gral Raoul Cedrás que instaló una sangrienta dictadura al estilo Duvalier. Los “Tonton Macoutes” disueltos oportunamente fueron reemplazados por otra organización no menos sangrienta: el FRAPH.

En 1994, EE UU invadió Haití y repuso al Presidente Aristide quien fue sucedido al término de su mandato por René Preval. Fue durante el gobierno de este último que el CEMIDA fue llamado a Haití.

En el año 2000, Aristide fue elegido nuevamente Presidente como candidato de su partido LAVALAS (La Avalancha) en medio de un clima de sospechas de fraude electoral. Pero el Presidente había cambiado. A su tolerancia religiosa, nacida de su militancia en el grupo de los sacerdotes tercermundistas, que proponía un sincretismo religioso entre el catolicismo y los ritos africanos del vudú opuso una férrea intolerancia; a sus promesas de elevar el nivel de vida de su pobre pueblo rompiendo con los lazos del Imperio y el discurso neoliberal contrapuso sus compromisos con quienes lo repusieron en sus funciones y él, personalmente, se corrompió adoptando los hábitos de las antiguas dictaduras: las duvalieristas y la militar de Cedrás.

El pueblo haitiano buscó otros cauces políticos para continuar una resistencia social que se vigorizaba día a día mientras intentaba resguardar los incipientes elementos de la vida democrática tan difícilmente lograda agrupándose en una oposición llamada Plataforma Democrática. Para el Imperio Aristide ya no era útil pues las masas populares se organizaban contrariando sus normas y apoyando reivindicaciones más cercanas a las de sus vecinos cubanos, cuyos médicos y maestros ayudaban a los sectores más desprotegidos de Haití, que a la teoría liberal globalizada de sus poderosos mentores. Y pese a que esos sectores propugnaban una solución pacífica resguardando la democracia, los EE UU prefirieron volver a sus antiguos métodos.

Para evitar esos “peligros” en una zona tan estratégicamente vulnerable para el gobierno de Bush y ya que no se contaba con la Fuerza Armada, disuelta por Aristide, y la Policía, fiel al Presidente, pese a sus desvaríos e inconductas, se organizaron desde la República Dominicana “fuerzas populares”, verdaderas bandas de forajidos reclutados entre ex – integrantes del ejército de la dictadura de Cedrás, antiguos miembros del FRAPH y aún de los Tonton Macoutes, que recibieron armamento y dinero provenientes directamente de los EE UU e iniciaron, desde ese país contiguo, una descarada invasión con el objetivo de derrocar a Aristide.

Como éste resistía y la Plataforma Democrática se oponía al accionar de estas bandas terroristas, la solución fue enviar una avanzada de los depredadores “marines”, irrumpir por la fuerza en el Palacio de Gobierno, exigir a Aristide que renunciara, y como éste se negó a hacerlo, embarcarlo hacia la República Centroafricana, lejos de todos sus apoyos. Semanas después se instaló en Jamaica y luego, ante la posibilidad de su asesinato, Sudáfrica le ofreció asilo. Allí recibe honores correspondientes a un Presidente en ejercicio.

Francia, Chile y Canadá se sumaron sumisamente a semejante accionar que, según la Editorial del New York Times respondió a “la abierta presión de la Administración Bush, demasiado dispuesta a ignorar la legitimidad democrática, para permitir que se removiera a un líder que no le gustaba y de quien desconfiaba.”

La nueva invasión y ocupación terminó con todo atisbo de democracia y convivencia. Las bandas de delincuentes organizadas para la revuelta, que aspiraban a ser el núcleo del próximo ejército haitiano, (esa fue la promesa que el gobierno de EE UU les hizo) se enfrentan hoy por despecho a las tropas de ocupación y se cobran venganza en los sectores democráticos que lograron su enjuiciamiento y castigo.

Estos últimos se han quedado sin referentes, la mayoría de ellos están encarcelados, desaparecidos y asesinados, sin el manejo de los mecanismos de poder. Luchan por su supervivencia, cada día más difícil, pero no bajan los brazos, continúan resistiendo, reclamando el regreso de Aristide, que complete su mandato, y elecciones libres.

Las fuerzas de la ilegal ocupación tratan inútilmente de resguardar el orden perdido y aspiran a tener el pomposo título de “Fuerzas de las Misiones de Paz de las Naciones Unidas”, ponerse los cascos azules y que todo quede perdonado y olvidado, como son los usos y costumbres. Pero nada será olvidado y perdonado. ¿Pueden acaso ser olvidadas las torturas, vejaciones, asesinatos, desapariciones, humillaciones, las matanzas como la de la cárcel de Puerto Príncipe y las barriadas de Cité Soleil que esa fuerzas de ocupación ejecutan a diario contra el pueblo de Haití ¿ Las denuncias sobre las violaciones a los derechos humanos en el país hermano se acumulan y crecen día a día en el Tribunal Internacional de la Haya. Son crímenes de guerra, crímenes de lesa humanidad. Esperemos que haya justicia para Haití. Se han acallado las voces de los periodistas. Se persigue a los luchadores populares, se los mata, tortura, desaparece, masacra. El país se ha transformado en una gigantesca maquila, llamada “zona franca”, donde por un dólar diario, cientos de haitianos explotados producen, en condiciones de verdadera esclavitud, elementos como los jeans Levis que en el mercado alcanzan precios que oscilan entre los 100 y 200 dólares cada prenda. Cada euro de ayuda que le envía Europa, incrementa los intereses y el volumen de la deuda externa del país que no ha sido perdonada. Haití recibió últimamente 34.000.000 de euros como ayuda y debió pagar una semana después…. ¡52.000.000 de euros de intereses de su deuda externa! ¿Quién ayuda a quién? Haití, sangre y lágrimas. Haití, sangre y dolor. ¿Hasta cuándo?.

Haití no está solo. Frente a la complicidad de la mayoría de los gobiernos del Continente a la invasión, Venezuela, Jamaica y los países del CARICOM solicitaron una reunión urgente de la OEA para exigir el retiro de las tropas norteamericanas y el regreso de Aristide, que jamás renunció a su cargo. Las presiones de EE UU impidieron que la reunión se llevara a cabo. También Venezuela, Jamaica, los países del CARICOM y Cuba, hicieron presentaciones ante la ONU que tuvieron el mismo resultado por decisión del Consejo de Seguridad, no debemos olvidar que junto a EE UU, Francia participó de la invasión. La mayoría de las naciones asiáticas, la Organización de Estados Africanos y algunos países europeos, no reconocen al tirano impuesto, traído de Miami, Gerard Latortue como Presidente Provisional de Haití. Siguen reconociendo a Aristide y exigen devolver el poder de decisión al pueblo haitiano. Organizaciones sociales y de derechos humanos del Continente y del mundo acompañan esta lucha.

Es lamentable que el Gobierno Argentino no se haya sumado al reclamo por la libertad y democracia del pueblo haitiano y que haya enviado efectivos para presuntas “Misiones de Paz” que son un engaño vil y que constituyen un procedimiento para avalar un nuevo Golpe de Estado del imperialismo norteamericano y que exige la complicidad, entre otros, del gobierno de nuestro país. Hoy es Haití. ¿ Y mañana? ¿Cuba? ¿Venezuela? ¿O quizás nosotros? Se ha consumado una nueva traición contra una nación hermana de Nuestra América. ¡Que esa traición no quede impune!

  • Investigadora del CEMIDA