El español que se habla en El Salvador

El español que se habla en El Salvador y su importancia para la dialectología hispanoamericana
John M. Lipski
The Pennsylvania State University

Introducción

Entre las zonas dialectales del español mundial, Centroamérica sufre de la escasez más aguda de investigaciones lingüísticas y literarias. Asimismo la literatura centroamericana, si bien cuantiosa en comparación con la población del istmo, no se ha dado a conocer lo suficiente como para facilitar las
aproximaciones comparativas. Y dentro del ámbito centroamericano, el habla de El Salvador sufre de una crítica escasez de trabajos descriptivos y teóricos, ya que en las últimas décadas la dialectología en El Salvador no ha podido avanzar al compás de los trabajos comparativos en otras naciones
hispanoamericanas.

En los próximos comentarios, mencionaré brevemente algunas de las
características más notables del español hablado en El Salvador, para luego situarlas dentro del marco de la dialectología contemporánea. El objetivo de esta exposición es de reanimar a los estudiantes salvadoreños a que realicen estudios empíricos sobre las variedades del español habladas en El Salvador y los países vecinos, para así remediar algunas de las deficiencias que entorpecen el conocimiento del castellano centroamericano.

En particular, enfocaremos la matización del sistema pronominal (la compleja distribución de tú, vos y usted), algunas construcciones sintácticas
características del habla salvadoreña, las modificaciones fonéticas del lenguaje popular, y la representación gráfica del habla espontánea.

El voseo en El Salvador

Empecemos con el aspecto morfosintáctico más significativo, el empleo de los pronombres personales de segunda persona singular (Baumel-Schreffler 1989, 1994, 1995; Castro-Mitchell 1991; Gaínza 1976; Lipski 1986c, 1989b; Pinkerton 1986; Rey 1994, ms.; Solano 1986; Vargas 1974;
Villegas 1965 para Centroamérica; Lambert y Tucker 1976, Brown y Gilman 1960 para casos generales).

El Salvador, igual que los demás países centroamericanos, es una nación eminentemente voseante, es decir que se prefiere el empleo del pronombre vos (y las formas verbales correspondientes) frente al tú que aparece como único ocupante del paradigma pronominal de segunda persona singular en los manuales de gramática. A diferencia de algunos otros dialectos centroamericanos, el habla salvadoreña presenta un sistema pronominal que da cabida a los tres pronombres singulares del castellano: tú, vos y usted.

En Nicaragua se puede afirmar que el pronombre tú no existe en el lenguaje cotidiano, aunque hasta hace muy poco, era la forma preferida en
el discurso literario, así como en la correspondencia amistosa entre personas de clase media. El filólogo nicaragüense Carlos Mántica (1973: 55) declara contundentemente que `“El voseo” (tratar de “vos”) es la única forma de tratamiento en el habla popular nicaragüense.’

El lingüista estadounidense Charles Kany (1969: 112) indica que `idéntico empleo confuso rige en Nicaragua … parte de la confusión en las formas, sobre todo el empleo del tú con el verbo en plural, se debe indudablemente
… al deseo que ciertos iletrados sienten por conformarse con el uso social correcto.’

El investigador venezolano Iraset Páez Urdaneta (1981: 81) observa que `Hablantes nicaragüenses afirman que en su país se vosea más rápida y fácilmente a una persona desconocida que en otros lugares de Centro
América; creen así mismo que el tuteo no tiene “muchas posibilidades” en Nicaragua.’

Para el vecino país de Costa Rica, observa Kany (1969: 110) que `El voseo es tan general en Costa Rica, que se puede oír incluso en las escuelas, siendo tachados de pedantes y presuntuosos quienes hacen uso del tú.’ Páez Urdaneta (1981: 83) dice que en Costa Rica `el voseo es general socialmente hablando. A diferencia de otros países voseantes el voseo se utiliza aquí en tratamientos
extra-clase ascendientes.’ Villegas (1965: 613) dice que `El uso de tú indicará en Costa Rica procedencia extranjera, afectación, pretenciosidad o pedantería. Puede incluso implicar afeminación.’

Hablando de Honduras, dice Kany (1969: 113) que `prevalece aproximadamente el mismo uso popular que en el resto de Centroamérica,’ mientras que para Guatemala, dice el mismo autor (p.116) que `el voseo es más general en Guatemala que en El Salvador.’ Alberto Rey (ms.) descubre un complejo sistema de trato pronominal en el habla hondureña contemporánea, que incluye una alta preferencia por el usted para personas desconocidas y encuentros callejeros, y una notable variación
entre tú y vos para compañeros de trabajo. Es en el dominio familiar y entre los amigos íntimos donde prevalece el voseo casi exclusivo. Páez Urdaneta (1981: 80-81) nota que `Hay cierto tuteo presente en el español hondureño, al menos en el habla de Tegucigalpa,’ mientras que en Guatemala `Con amigos o con desconocidos, vos puede ser usado y algunas veces, como un distanciante relacional, puede sustituírsele por un TU esporádico + {formas verbales de vos}’ (p. 79).

Nuestras propias observaciones realizadas en tierras centroamericanas confirman los apuntes de Kany y Páez, quienes se basaban principalmente en fuentes literarias y lexicográficas.

La situación de los pronombres personales en El Salvador es más matizada, pues además de la dicotomía pan-centroamericana vos-usted, existen casos de tuteo interno, es decir entre interlocutores salvadoreños sin pretensiones extranjerizantes (Baumel-Schreffler 1989, 1994; Lipski 1986c, 1989b).

Algunos salvadoreños—pero no todos—aceptan el empleo ocasional de tú como variante intermedia: significa amistad pero sin el grado de confianza que requiere el voseo. Este trato tridimensional se encuentra sobre todo entre los individuos de mayor preparación escolar, pero se puede afirmar que el
uso esporádico de tú no es tan ajeno a las normas salvadoreñas como el mismo pronombre en territorio nicaragüense. Kany (1969: 114) nota que `El Salvador no constituye excepción en lo referente al voseo popular. De hecho, el voseo está allí enormemente extendido en la conversación familiar. Menos general que en Argentina, su uso (no sus formas) es tal vez más comparable con el de
Chile. En las clases altas se usa ocasionalmente “de una manera velada,” si bien el uso social educado impone el tú.’ Kany (1969: 116) también observa la alternancia de formas propias de tú y vos en el habla salvadoreña popular.

Páez Urdaneta (1981: 79-80) afirma que `Nacionalmente, el tuteo … es
raro … En comparación con Guatemala y Nicaragua y Costa Rica, El Salvador y Honduras presentan cierto tuteo verbal que sin ser intenso no deja de ser algo evidente. En el trato familiar, vos es “universal” … el voseo es intenso en cada una de las clases sociales salvadoreñas.’
En mis propias encuestas, realizadas entre salvadoreños residentes en los Estados Unidos, mis informantes (que representaban casi todas las capas socioeconómicas del país) indicaban una preferencia extraordinaria por el pronombre vos para el trato familiar, aunque casi todos reconocían el empleo de tú, sobre todo cuando existe una distancia profesional o un grado menor de confianza entre los interlocutores (véase el Cuadro 1). Estos resultados fueron confirmados por Baumel-Schreffler (1994), quien efectuó una encuesta entre salvadoreños residentes en Houston, Texas, casi todos de la clase trabajadora.

Los hombres preferían el pronombre vos (50%) o usted (37.5%) frente a tú
(12.5%) al hablar a otro hombre; para dirigirse a una mujer, los mismos hombres optarían por vos (44%), usted (33%) y tú (22%). Las mujeres no demostraban un trato diferencial; preferían el usted deferencial tanto para interlocutores femeninos como masculinos.

En cuanto a las actitudes, un 71% de los informantes salvadoreños afirmaban que tú era más refinado que vos (un 20% no encontraba ninguna diferencia, y un 10% indicaban que vos era más refinado); sin embargo, un 61% pensaban que vos era un trato más amistoso, frente a 20% que se inclinaban hacia el tú y un 20% que no detectaba ninguna diferencia.

Además de su valor como pronombre de solidaridad, vos también puede establecer una igualdad forzada, para insultar, menospreciar, o repudiar una actitud de superioridad real o imaginada de parte del interlocutor. Así es, por ejemplo, que unos combatientes guerrilleros salvadoreños describieron sus intercambios verbales con un oficial del ejército que mantenían en condición de prisionero de guerra (López Vigil 1991: 180): `Los combatientes, por orden de la comandancia y para bajarle un poco los humos, lo trataban de “vos”. Nada de “mi coronel”. Sin ofenderlo, pero achicándolo con el voceo. Son detallitos, pero cuentan.’

Estos estudios piloto dan cuenta de la complejidad del trato pronominal dentro de El Salvador y entre los salvadoreños que viven en el extranjero, pero todavía hace falta un estudio multidimensional del voseo salvadoreño. Hay que aclarar, por ejemplo, la gama de formas verbales (especialmente las
formas compuestas a base de has/habías y el tiempo futuro a base de -ás/-és), la posibilidad de formas híbridas (pronombre vos con formas verbales que corresponden al pronombre tú), la posibilidades de emplear el pronombre tú entre interlocutores salvadoreños, las actitudes de los distintos sectores
socioculturales hacia el voseo, los efectos del sistema educativo y los medios de comunicación sobre el trato pronominal, y las variables que rigen la oposición vos-usted. Como se ve, es un tema fructífero para investigaciones futuras,

Además del empleo de vos como pronombre de segunda persona singular, existen otras facetas que circunscriben el comportamiento del voseo en Centroamérica. En El Salvador, y en grado menor en Honduras y Guatemala, se coloca vos (y a veces usted) al final de las frases para reiterar la
participación del interlocutor; esta construcción es apenas conocida en los otros países centroamericanos. Algunos ejemplos derivados de la literatura salvadoreña y guatemalteca son:
(1) está rica esta babosada, vos (Argueta 1981: 98)
Si se juera pasando, bos Nachóo? (Ambrogi 1961: 184)
_Quién, vos? (Ramón González Montalvo `La cita’ [Barba Salinas 1959: 232])
_vamos a trer las bestias, vos? (Peralta Lagos 1961: 26)
encendé la fogata, vos (Rodríguez Ruíz 1961: 89)
_nos habrá reconocido, vos? (Rivas Bonilla 1958)
qué friyo, vos (Salarrué 1970, v. 1: 291)
de veras, vos, qué bonito (Salarrué 1970, v. 1: 424)
de juro ques el mar, vos (Salarrué 1970, v. 1: 426)
_por qué, vos? (Salarrué 1970, v. 1: 337)
amonós, vos (Salarrué 1970, v. 1: 330)
_te dolió, vos? (Salarrué 1970, v. 1: 326)
_Y el pueta, vos? (Dalton 1976: 222)

Es que a mí me gusta la música, ustedes. (López Vigil 1991: 122)
_Es que lo desenterraron, usted! (López Vigil 1991: 128)
—-_Qué, vos? —- le preguntamos sin hacerle mucho caso … (Ramírez 1973; t. II, , 407 [Luis de Lión, Guatemala])
_A saber, vos! (Ramírez 1973; t. II, , 410 [Luis de Lión, Guatemala])
_Es que yo vivo aquí, usté! (Lara Figueroa 1984: 140) [Guatemala]

Hasta ahora no se ha realizado ningún estudio empírico sobre este fenómeno, a pesar de que representa un regionalismo casi exclusivo de El Salvador y las áreas limítrofes de los países vecinos. Se trata, en efecto, del empleo `libre’ del pronombre, es decir, desvinculado de todos los argumentos
de la oración en que aparece. En español, al igual que las demás lenguas indo-europeas, se puede
desplazar un sintagma nominal hacia el comienzo o el final de una oración para topicalizarlo: Tiempo, no tenemos; Es bien difícil, ese problema; El trabajo lo hice ayer. En todo caso el sustantivo desplazado corresponde a uno de los argumentos del verbo: sujeto, complemento directo, etc. No es
posible topicalizar un elemento que no corresponda a uno de los argumentos de la oración.

El idioma chino por ejemplo, junto con otras lenguas asiáticas, permite los `tópicos sin huellas’ [en inglés: nongap topics], es decir, se construyen oraciones del tipo: El Salvador, me gustan las pupusas, donde el elemento desplazado no corresponde a ningún argumento del verbo, sino que encuentra su antecedente pragmático en el discurso circunvecino. _Cuál es el origen de los pronombres pospuestos en el habla salvadoreña? El español mundial permite frase del tipo _Tú qué piensas? (o _Vos qué pensás?) y aun Yo lo que pienso es que esto es absurdo, pero el pronombre siempre está vinculado a
la estructura fundamental de la oración, siendo en efecto un sujeto topicalizado.

No parece que las lenguas indígenas de El Salvador hayan influído en la posposición de los pronombres, de manera que hay que buscar sus orígenes en la gramaticalización de los actos de habla. Tampoco se conocen los
parámetros pragmáticos que circunscriben su empleo en el lenguaje cotidiano. _Con qué finalidad discursiva se agrega el pronombre pospuesto (acto de solidaridad, para mitigar una petición, en forma imperativa, etc.)? _Se limita su uso a ciertos sectores sociales o generacionales? _Existen diferencias
regionales? _En qué época histórica surgió esta construcción por primera vez? Queda mucho por hacer para resolver estos interrogantes.

Los ejemplos extraídos de la literatura costumbrista centroamericana en general reproducen fielmente los matices sociolingüísticos que rigen el empleo de los pronombres de trato personal, evidenciando la muy arraigada ambivalencia que despierta el tema del voseo en Centroamérica. Si bien las clases populares emplean el voseo sin complejos ni reparos, los intelectuales centroamericanos y de otras naciones voseantes en su gran mayoría han rechazado el pronombre vos en el discurso culto, llegando algunos escritores al extremo de repudiar cualquier empleo de este pronombre y aun los pueblos que han caído en semejante `vicio.’

Así el autor guatemalteco José María Bonilla Ruano (1939: 11-13) vociferaba en contra de este `craso barbarismo,’ `repugnante vos,’ infamante vos,’ `el denigrante voseo.’ El filólogo nicaragüense Alfonso Valle (1972: 298) ofrece la siguiente crítica del voseo: `Tratamiento vulgar y plebeyo, que para desgracia y vergüenza nuestra es común a todas nuestras clases sociales. El tú y el usted han sido sustituidos por el villano vos, y este cáncer idiomático ha alcanzado a todos los verbos de la lengua castellana.’

El lexicógrafo guatemalteco Lisando Sandoval (1942: t. II, 603) describe el voseo como `solecismo’ y `barbarismo,’ pero `tan usado entre personas
de confianza, como en la correspondencia familiar.’ El costarricense Carlos Gagini (1919: 244) dijo que las formas híbridas del voseo `ponen los pelos de punta a los peninsulares que las oyen …’ Otro costarricense, Abelardo Bonilla, dijo en una ocasión (Láscaris 1975: 186) que el voseo `responde a la mayor facilidad de dicción que proporciona a la pereza mental, como lo demuestra el empleo que de esa forma hacen los indios y los niños cuando comienzan a hablar …’

El escritor hondureño Froylán Turcios vapuleaba el voseo constantemente (Kany 1969: 86); su compatriota Alberto Membreño (1982: 204-5) escribía en su diccionario de Hondureñismos que `el solecismo ha nacido ahora después que aprendimos á conjugar los verbos, y que el pronombre vos no ha querido ceder su puesto al tú.’

Fuera de Centroamérica, el argentino Arturo Capdevila (1940: 77 ss.) considera que el voseo rioplatense es `sucio mal, negra cosa, horrendo voseo…’ Podemos mencionar también las muy conocidas críticas de Andrés Bello y Rufino José Cuervo; para este último, el voseo era `repugnante,’ y las formas mixtas forman un `menjurge que encalabrina los sesos’ (Kany 1969: 87), mientras que para Bello el voseo (de Chile y otras naciones) era `una vulgaridad que debe evitarse, y el construírlo con el singular de los verbos una corrupción insorportable’ (Sandoval 1942: t. II, 603). El costarricense
Arturo Agüero (1962: 167) observa acertadamente que `… es además, un tratamiento de menosprecio, y aunque alguien no tuviera esa intención al vosear a una persona, esta podría considerarlo así. Según a quien se trade de vos, esto podría constituir asimismo una falta de educación…’

Por supuesto, no todos los intelectuales centroamericanos tienen sentimientos tan negativos ante el voseo popular. El costarricense Constantino Láscaris (1975: 186) opina que `en un pueblo donde todos vosean … no puede haber nobleza’ para luego concluir que `Costa Rica, país de poco folklore, debería cuidar el “voseo”.’ Aun el antes citado costarricense Abelardo Bonilla reconoce que `entre nosotros es, además, una característica de la familiaridad democrática …’ (Láscaris 1975: 186) Otro costarricense, Víctor Manuel Arroyo (1971: 71) afirma sin comentarios emotivos que `en Costa Rica
el `tú’ lo usa un número reducidísimo de personas—algún profesor universitario, algún académico …’ El lexicógrafo guatemalteco Francisco Rubio (1982: 240) observa que `actualmente poco se utiliza el tú
en Guatemala. Si no hay confianza o existe respeto se emplea “usted”, de otro modo se usa el “vos.”’

En una encuesta sociolingüística realizada en Costa Rica hace unos años (Vargas 1974: 23), los informantes contestaban a la pregunta ficticia “_Qué pensaría y qué haría usted si la Academia Costarricense de la Lengua declara que en adelante es obligatorio usar tú en lugar de vos?” Y aunque algunos costarricenses dijeron que se conformarían mansos y sumisos, otros no fueron tan tolerantes: `Es una solemne babosada y por supuesto hablaría como a mí me diera la gana.’ `Me reiría a carcajadas y pensaría que es ridículo.’ `_Quién acataría esa disposición?’ `Es un irrespeto a la idiosincrasia del pais.’ `Me importa un bledo; lo seguiría usando lo mismo, pues para mí es imprescindible dentro de la graduación de mis amistades.’ Y lo más directo: `Son unos locos.’

Por fin un personaje en la novela Pobrecita poeta que era yo de Roque Dalton (1976: 172) dice sencillamente: `Mirá tú no tenemos.’ Conviene preguntar por qué tantos intelectuales de renombre han considerado que un trato pronominal tan legítimo como el voseo—que se daba en España en siglos pasados y que se encuentra hoy en día en todos los países hispanoamericanos con excepción de Puerto Rico y la República
Dominicana—debe ser extirpado de la lengua nacional. Será, en muchos casos, que los autores ignoraban la verdadera extensión geográfica del voseo, su aceptación amplia en algunas naciones sudamericanas, y su ilustre trayectoria histórica, que remonta a los períodos más antiguos de la lengua castellana hasta llegar al latín clásico. Puede ser que al no encontrar el pronombre vos en los manuales de gramática, algunos centroamericanos hayan equiparado la ausencia de dicho pronombre en los pronunciamientos oficiales y el parentesco ilegítimo que deja marginados a los registros sociales menos
favorecidos por su alcance económico. A otros les produce consternación la combinación de formas verbales derivadas del paradigma de vosotros y el clítico te, propio del pronombre tú; las construcciones híbridas les parecen aberrantes y por lo tanto poco dignas. Sean las que fueran las razones, lo cierto es que el voseo lleva el estandarte de las clases populares, y por lo tanto los que prefieren mantener su condición privilegiada mediante las barreras lingüísticas encuentran un poderoso aliado en la distribución socioeconómica de vos y tú.

Otras facetas morfosintácticas del español salvadoreño

Otra combinación sintáctica que ocurre con frecuencia en el dialecto salvadoreño es la yuxtaposición del artículo indefinido y el posesivo antepuesto: una mi amiga, una mi tacita de café.

Muy raras veces el posesivo se combina con un demostrativo en vez del artículo: aquella su idea. Aunque esta construcción se daba ocasionalmente en el español antiguo y se oye hasta hoy en día en el español sefardí, su prominencia en los dialectos de El Salvador y Guatemala se debe a la existencia de estructuras homólogas en el idioma maya (Martin 1978, 1985; Maxwell 1980): (2)
un su cipotío chelito (Salarrué 1970, v. 2: 22)
tenía unos sus 2 años (Salarrué 1970, v. 2: 32)
hijo de un su papá (Salarrué 1970, v. 2: 40)
tenía un su hambre (Salarrué 1970, v. 2: 71)
un su palito de lata (Salarrué 1970, v. 2: 105)
una su herida (Salarrué 1970, v. 2: 122)
un su barquío cacho de sorbete (Salarrué 1970, v. 2: 159)
dé un su bocadito (Ambrogi 1973: 202)
pasé un tiempo sirviendo donde un mi patrón que se murió (Rodríguez Ruíz 1961: 199-200)
Y en una tu nalga pálida te pondría un cartelito: “English Spoken” (Dalton (1976: 155)
Con esa su terquedad característica … (López Vigil 1991: 54)
_Y el … enemigo hablando paja por aquella su RADIO VERDAD (López Vigil 1991: 144)
Ductor, tengo de años estos mis dolores (Manuel Aguilar Chávez `La dentadura de oro’ [Barba Salinas 1959:
300])
Pobre la señora Petrona con ese su dolor … (Ambrogi 1961: 75)
Di’un su bocadito. (Ambrogi 1961: 103)

Queda como tarea urgente el estudio sociolingüístico de esta construcción, para determinar las variables que rigen su uso; por ejemplo: _se puede combinar con cualquier sustantivo? _es posible la expresión de pluralidad dentro de esta combinación? _Qué grupos de hablantes emplean esta
construcción con las frecuencias más elevadas y en qué circunstancias locucionales? _Está en retroceso esta construcción frente al lenguaje normativo, o se está ampliando su alcance entre la juventud? _Cuál es la estructura sintáctica de los sintagmas nominales en que aparece esta
combinación, ya que el español mundial sólo permite una palabra en la posición del determinante: artículo, posesivo, demostrativo (véase Ishikawa 1996)?

El español salvadoreño, así como los dialectos vecinos de Honduras y Guatemala, emplea la palabra _va? (aparentemente derivada de _verdad?) como muletilla o comodín, a veces sin la intención de pedirle reconocimiento al interlocutor. Esta combinación—que no se utiliza en Nicaragua y
Costa Rica—raras veces aparece en la literatura costumbrista, aunque es ampliamente reconocida entre los dialectos vecinos que no manifiestan esta construcción.

Como ejemplo extraído de la cultura popular, en la década de los años 80 una carnicería en Houston, Texas anunciaba sus productos en una emisora local cuya audiencia era principalmente de origen mexicano, pero que contaba con un número cada vez mayor de inmigrantes salvadoreños. Al final de un anuncio el locutor—imitando exageradamente la entonación centroamericana—intentó saludar a los clientes salvadoreños mediante la siguiente parodia:
Hay menudo a sólo 30 centavos la libra. _Menudo! O como dicen nuestros amigos salvadoreños:
“Bueno, pué, yo le dije a mi ehposa, va, pué, vaya pué le dije, andate ya a la Matamoros le dije yo,va, pa que comprara … carnita, va, pa ajer un mondongo, va.”

Aunque sufre de muchos defectos, esta imitación da cuenta de varios fenómenos auténticos que separan el habla salvadoreña del español mexicano `norteño’ que prevalece en Houston: la aspiración de la /s/,
el voseo, el uso de pues y vaya pues, y el estribillo va. Al igual que los otros fenómenos morfosintácticos antes mencionados, el empleo de _va? merece un estudio detallado.

Su uso es más frecuente en El Salvador, Honduras y Guatemala, pero todavía no se conoce sus límites geográficos ni sociolingüísticos. Es aun más importante estudiar sus dimensiones pragmáticas, pues este estribillo reúne una seria de funciones ilocutivas que varían según el nivel sociocultural del hablante y las circunstancias en que se produce el discurso correspondiente.

Los dialectos centroamericanos del español se formaron en contacto estrecho con una variedad de lenguas indígenas, siendo los dialectos nahuas y mayas las fuentes mayores de compenetración léxica.

La posible influencia sintáctica de las lenguas mesoamericanas se limita a unas construcciones marginales que no alcanzan el habla culta, y que van desapareciendo de los dialectos contemporáneos a medida que se eleva el nivel de escolaridad de las capas sociales menos favorecidas. Uno de los
fenómenos más llamativos del contacto del español y las lenguas indígenas de América es el desdoblamiento de los clíticos de complemento directo, generalmente mediante la forma invariable lo, y aun el empleo del mismo clítico con verbos intransitivos.

En el español mundial, es imposible emplear un clítico si el complemento directo tiene forma sustantival, sobre todo si se trata de un objeto
inanimado; usando un asterisco para indicar combinaciones agramaticales, tenemos el siguiente esquema de variación pronominal:
(4)
Lo veo.
Lo veo a él/*Veo a él.
Lo veo a Juan {gramatical en algunos dialectos del Cono Sur}
Lo veo el libro {gramatical en la zona andina y algunas otras áreas bilingües}
Lo veo las casas {gramatical sólo en los sociolectos marginales del español andino y algunas áreas mexicanas}

En ninguna variedad monolingüe del español se permite la combinación de un clítico acusativo y un verbo intransitivo, pues el clítico tiene que representar uno de los argumentos internos del verbo, y los verbos intransitivos sólo tienen un argumento externo, es decir el sujeto de la oración. El empleo del
clítico junto a los complementos directos inanimados (Lo veo el libro) puede deberse a una variedad de congruencias estructurales entre el español y el quechua, el aymara, el náhuatl, el maya, y el guaraní (Lipski 1994, 1996).

En Centroamérica, existen casos del clítico invariable lo en combinación con
verbos transitivos e intransitivos: (5)

NICARAGUA (YCAZA TIGERINO 1980: 6):
lo hay una mata de lirios
lo temo que se muera
por cierto que lo sois rico

HONDURAS (VAN WIJK 1969):
te lo fuistes de mí
se lo fue de viaje
me lo pegastes
EL SALVADOR—PIPIL (BARATTA V. 2, 611; DEODANES 1972: 1-4):
lu alistás tus caites, te lu ponés tu sombrero vieju
yo no lu tengu milpa
No lu traigo nada qué dar
no lu sabemus quién es Esa Persona que esté en lus cielus
ya me lo voy a mi casa
dicen que lo nacio en Belén
yo lo hey venido
No lu quiere el quilite, pué, patroncita (Napoleón Rodríguez Ruíz `El domador de culebras’ [Barba Salinas 1959: 262)

EL SALVADOR—LENCA (BARATTA 1959: 342-3):
Santo Señor San Pegru, te lu estamos celebrando tu día … `Saint Peter, we are celebrating your day’
Tan bonito que te lo sois con esa tus naguas juajiado, te lo pareceis mi calabazo con su correa amarrado …
_Ah, jiero! Voish sólo te lu sois güeno para …
Yo soy lu jindio juancijise Que lu vengo de tierra frijia … (Comité de Investigaciones 1944: 255)
Adiós lu Mariyita que no lu tienes La compasión de este pobre jindiu Que nu lu tiene calzón … (Comité de Investigaciones 1944: 295)

El desdoblamiento de los clíticos tiene alcance muy limitado en Centroamérica, a diferencia de la zona andina y el Paraguay, donde ocurre aun en los sociolectos cultos. Los ejemplos centroamericanos se
dan principalmente entre las comunidades indígenas menos privilegiadas, y son desconocidos por la mayoría de los residentes urbanos de los mismos países. En la obra de Juan Felipe Toruño por ejemplo aparecen personajes indígenas, pero su manera de hablar no se diferencia de la de los demás
campesinos. Hay una excepción: en El silencio (125) un viejo indio `habló con el mozo de Andrés una jerigonza que no entendieron los otros. El mozo tradujo la pregunta del anciano.’ El autor nos da a entender que el anciano hablaba un idioma indígena y no una variedad mestiza del castellano.

Fonética y fonología

El lingüista norteamericano Lincoln Canfield (1960: 32), que describía el habla de El Salvador en los años ’50, señala que `Además de ser la tierra de buir a trer, andate y _primero Dios! El castellano de El Salvador tiene ciertos rasgos fonéticos que saltan al oído del extranjero …’

Los principales hilos fonéticos de El Salvador son bien conocidos entre los dialectólogos, aunque no todos reciben un trato adecuado en las imitaciones literarias. El Salvador, al igual que el resto de Centroamérica—velariza la /n/ final de palabra y frase, realiza la jota como una ligera aspiración que
puede desaparecer en el habla rápida, realiza la /b/ como oclusiva después de consonante (ceiba, alba, etc.), y le da a la /y/ intervocálica una pronunciación muy relajada, hasta el punto de eliminar la /y/ en contacto con las vocales /e/ e /i/. Es frecuente la presencia de una [y] ultracorrecta o antihiática en los
hiatos que llevan como primera vocal una /e/ o /i/: María > Mariya, vea > veya, etc. La reducción de la /y/ intervocálica en contacto con vocales anteriores es patrimonio común del español centroamericano (Lipski 1990), y casi nunca aparece como indicador sociolingüístico en la literatura
regionalista.

En El Salvador así como en los demás países centroamericanos, la inserción de una [y] antihiática alcanza todas las capas sociales en determinados momentos, pero sobresale por su frecuencia alta entre los sectores rurales, y figura prominentemente en los textos costumbristas del istmo: (6)

JUAN FELIPE TORUÑO, DE DOS TIERRAS:
Seya como seya, me las paga. Yo no queriyun … (71)
ses tán cuatro diyas rempujando en claro … (92)
Pero veya, compadre, ha de ser desos dolores pasajeros. Tenemos una boteya todaviya … (94)

JUAN FELIPE TORUÑO, EL SILENCIO:
Nue terminado todaviya (54)
… los patrones lo queriyan … Otro diya mes plicarás eso … (55-6)
_Nuhay tu tiya con él! (117)
No siento más que decayimiento … (138)
… en cuanto pasen los nueve diyas … (140)
_Seya lo que seya! (161)
Estuvo un hombre renco que deciya yamarse Juan … hace diyas que se fue (186)

OTROS ESCRITORES:
Tan, esos caminos bien feyos (Salarrué 1969: 49)
_Qué feyo este baboso (Salarrué 1969: 277)
_No creya, Padre, entuavía sioye un bisbiseyo! (Salarrué 1969: 289)
ai veya, mano (Salarrué 1969: 290)
él la veiya desde el taburete (Salarrué 1969: 301)
… con un perjume que mareya (Salarrué 1969: 301)
con su cuerpo de guineyo pasado (Salarrué 1969: 299)
Esos han sido los Garciya (Salarrué 1969: 293)
Que se lo teniya merecido, pué (Rodríguez Ruíz 1968: 73)
Alabado seya Dios (Rodríguez Ruíz 1968: 127)
Usté ya lo sabiya (Rodríguez Ruíz 1968: 170)
Apéyense … descansen un rato (Peralta Lagos 1961: 33)
Andariyas enseñando el trasero (Ramón González Montalvo, `La cita’; Barba Salinas 1959: 229)
Si desconfía de yo, leya esta recomienda … (Ricardo Martel Caminos, `La fuga’; Barba Salinas 1959: 419)
Usté nu’es nada miyo. (Ambrogi 1961: 25)
S’enfriya el trago, don Rafáil (Ramírez 1973: t. I, 163 [Arturo Ambrogi, El Salvador])

Unos ejemplos de la elisión de /y/ intervocálica en contacto con vocales anteriores son: (7)
… blanco de todas las burlas y jugarretas del blanquío (Salarrué 1969: 369)
el hijío de la maistra! (Salarrué 1969: 69)
sólo por quitarle la golía a ese chapín … (Rodríguez Ruíz 1968: 187-8)
un su cipotío chelito (Salarrué 1970, v. 2: 22)
un su barquío cacho de sorbete (Salarrué 1970, v. 2: 159)
Vámolos de aquí. Robertío, papacito … (Dalton 1976: 320)

Pedro Geoffroy Rivas (1975: 202) encontraba en la inserción de la [y] antihiática la huella del substrato nahua: `La LL del castellano se cambió por una Y bien marcada, que no sólo substituyó a aquel fonema sino que se introdujo donde no existe: no sólo decimos cabayo, eya, estreya, gaviya,
sino que introducimos la Y para separar el diptongo IA, diciendo habiya, diya, teniya.’ No es posible rechazar del todo la hipótesis substratista (aunque mencionamos de paso que ninguna variedad del español mexicano—de fuerte estampa nahua—recurre a la [y] antihiática), pero creemos que no se debe
a la casualidad que la [y] no etimológica se dé precisamente en los contextos que más favorecen la elisión de la /y/ intervocálica.

Ya en los años 50 Canfield (1960: 50) observaba que `La [y] es tan débil que a veces es difícil saber si se dice [kapía] o [kapiya], [gaína] o [gayina] … le preguntamos un día a un joven analfabeto cuál era la diferencia entre [sía] y [siya]. Respondió que la primera era de montar, la segunda de casa.’ Ahora bien, en el español centroamericano la [y] intervocálica es tan débil que a veces se emplea una [y] ultracorrecta, igual que los españoles incultos pueden decir Bilbado por Bilbao o bacalado por bacalao, mientras que los caribeños dicen fisno por fino y catorces año por catorce años.

Aunque hay otros dialectos del español que realizan la [y] intervocálica como una semivocal débil (el norte de Nuevo México, algunos dialectos colombianos), ninguna variedad alcanza las tasas de elisión del español centroamericano, y por lo tanto es de esperarse que los casos de ultracorrección sean más frecuentes precisamente en estos países. Si hay que buscar una contribución del nahua, es más probable que sea la eliminación de la /y/ intervocálica, que en Hispanoamérica coincide con la zona de habla náhuatl (aunque también se produce en otras áreas). La tendencia natural del español de evitar el hiato, así como la reacción hipercorrectiva, dan paso a la [y] intrusiva.

De las características fonéticas de los dialectos de Nicaragua, Honduras y El Salvador, así como las áreas limítrofes de los países vecinos, la que más llama la atención es la aspiración de la /s/ final de sílaba/palabra. En Nicaragua, las tasas de aspiración de /s/ son de las más elevadas en toda
Hispanoamérica (Lacayo 1954, 1962; Lipski 1984, 1985, 1986b, 1989a).

Algunos datos comparativos se encuentran en el Cuadro 3. Tan fuerte es la reducción de esta consonante entre los nicaragüenses que les merece el apodo de mucos `toro de un solo cuerno’ en el vecino país de Honduras. La aspiración de la /s/ en Nicaragua se ha representado en algunas narrativas nicaragüenses mediante la letra j: (8)
JOSÉ ROMÁN, COSMAPA (1978):
le vua decir, puej … sólo yo y usté lo sabemoj … si voj se lo decís a naides … (53)
lo que tengo ej brama tancada, que me case, y ej verdá … _Pa qué quiero maj? (71)
ésta e’ la última vez que vení … a lo que te arrimá aquí vos (Silva 1982: 100; habla un cantinero “turco”)

A pesar de estos ejemplos, la /s/ aspirada aparece raras veces en la literatura nicaragüense, precisamente por ser una característica tan arraigada entre todas las capas sociales que no sobresale como marcador sociolingüístico dentro de Nicaragua. En los países vecinos, sobre todo en Costa Rica, donde la /s/ final es muy resistente, la realización de la /s/ en Nicaragua figura en la literatura
costumbrista: (9)

DE MAMITA YUNAI DE CARLOS LUIS FALLAS (1975):
Buenos diaj, muchachoj … hablaba despacio, acentuando graciosamente el peculiar dejillo de los nicas …
(116)
_Hey, cartagoj, cuidao los ajujtan laj bruujaj! (159) _Adentro, Cachuchita, ají me gujta! (163)
_Hey, catracho’el diablo, jodidóo! _Todaviilla hay quien je acuerda’e laj pijiadaj qu’hemoj daoo! … nojotroj, en Laj Grietaj, cuando noj dimoh cuenta’e l emb ojcada … _Choocho! _Je corrieron como cipotej! … y cuando el General Japata gritó … (164)

La reducción de la /s/ en español comenzó en la posición final de palabra para alcanzar rápidamente las posiciones preconsonánticas interiores de palabra. Es difícil establecer con exactitud la época en que la /s/ empezaba a aspirarse por primera vez, pero es muy probable que el dialecto andaluz haya manifestado una articulación relajada de la /s/ implosiva por lo menos en el siglo XVII (Lipski 1995a).

La propagación de este fenómeno a tierras americanas coincidía con su difusión en las áreas meridionales de España, ya que el denominado `español atlántico’ era una gama de variantes dialectales que vinculaban los puertos andaluces y canarios con las principales ciudades del litoral hispanoamericano.

Pedro Geoffroy Rivas (1975: 202) opina que `los nahuas modificaron la pronunciación del español, suprimiendo toda diferencia entre S, C y Z, y substituyeron estos sonidos por una S breve y aspirada, muy parecido al fonema del nahuat que en inglés se representa por H … generalmente
decimos nohotros en vez de nosotros.’

Es lógico pensar que el substrato indígena haya sido responsable por las idiosincrasias fonéticas de los dialectos centroamericanos, pero nos permitimos cuestionar el planteamiento antes expuesto. La aspiración de la /s/ final de sílabas tiene raíces claramente andaluzas, donde comenzó hacia finales del siglo XVI, es decir, cuando empezaba a florecer la colonización española de El Salvador y el resto de Centroamérica. Hoy en día la reducción de la /s/ abarca toda Andalucía, Extremadura, Murcia y provincias vecinas, las Islas Canarias, toda la cuenca del Caribe, el litoral pacífico de Sudamérica, y la zona del Río de la Plata, además de caracterizar el habla de Honduras, Nicaragua, y parte de Costa Rica y Belice.

Es más, en la cuna de la civilización nahua, es decir México, la /s/ final de sílaba resiste la aspiración con una tenacidad que sobrepasa casi todos los otros dialectos hispanoamericanos.

La reducción de la /s/ preconsonántica y ante pausa tiene una explicación puramente fisiológica, ya que la posición implosiva facilita la erosión de gestos articulatorios que culmina en la desvinculación de toda obstrucción oral, es decir, una simple aspiración. El próximo paso en la evolución de la /s/ final de palabra es la extensión de la aspiración a contextos prevocálicos (los amigos). En este contexto, la resilabificación natural del español coloca la /s/ aspirada en posición inicial de sílaba, y por lo tanto la reducción de /s/ no se puede atribuir al desmantelamiento de gestos articulatorios en un contexto
desfavorable.

Más bien se trata de una extensión analógica. Sabemos que el proceso de aspiración y elisión de /s/ surgió por primera vez en posición preconsonántica, sin alcanzar todavía los contextos prevocálicos; todavía existen dialectos del español (por ejemplo, el habla semiculta de Buenos Aires, Montevideo, Lima y algunas ciudades españolas) en que la /s/ final de palabra se aspira sólo ante
consonante y nunca ante vocal—no existen dialectos con la configuración opuesta. El factor que más influye en la extensión de la /s/ aspirada a posiciones prevocálicas es la eliminación del polimorfismo; se logra así la realización como [h] de toda /s/ final de palabra sin importar el contexto siguiente.

Este proceso no tiene nada de motivación puramente fonética; es más bien el resultado de una presión morfológica hacia la eliminación de variantes condicionadas por el contexto fonético.

En El Salvador y Honduras, la /s/ final de sílaba/palabra también se aspira, aunque las tasas de reducción son menores que las que se dan en Nicaragua, sobre todo entre las capas socioculturales más altas. En Honduras la realización de /s/ está notablemente regionalizada, mientras que en El
Salvador la variabilidad de la /s/ gira alrededor del eje CIUDAD-CAMPO (Canfield 1953, 1960; Lipski 1983b, 1985, 1986a, 1986b, 1986c, 1987, 1989b; Maxwell 1980).

Otra faceta de la reducción de /s/ en El Salvador y Honduras es la aspiración de /s/ en posición INICIAL de palabra, sobre todo después de vocal (la semana, cincuenta centavos, y aun El Salvador) (Cuadro 2). La aspiración de la /s/ intervocálica interior e inicial de palabra ha sido señalada como fenómeno esporádico en las capas sociales más humildes en varias áreas del mundo hispanoparlante, tanto en España como en Hispanoamérica (es muy frecuente, por ejemplo, en el español tradicional de Nuevo México), pero en
ninguna descripción tenemos noticas de un proceso tan avanzado en todos los niveles socioculturales como el que podemos observar en el español salvadoreño (y hondureño).

Todavía es imposible postular con exactitud la motivación de esta circunscripción geográfica, pero creemos que no se debe
enteramente a la casualidad que tanto en El Salvador como en Honduras entre las palabras que más se oyen con /s/ inicial aspirada sea centavos, junto con los numeros cincuenta, sesenta y setenta, por ejemplo en las combinaciones tipo uno cincuenta.

En los dos países es muy frecuente que los precios se expresan con fracciones, utilizando las combinaciones antes mencionadas; basta pasear por cualquier
mercado, calle, autobús u otro lugar donde se practique el comercio interpersonal para observar la reducción fonética en estas palabras.

La /s/ interior intervocálica también suele aspirarse en el español salvadoreño, pero en la mayoría de los casos se trata de un verdadero prefijo (p. ej. presupuesto) o una combinación fonética que presenta la forma de un prefijo (presidente), así que desde un punto de vista morfofonético podemos describir la aspiración de la /s/ intervocálica interior como una extensión—motivada por un proceso de analogía popular—de la reducción de la /s/ final de palabra/fin de morfema. Lo cierto es que el español salvadoreño no ha alcanzado el nivel de reducción de /s/ final de sílaba y palabra ante vocal que caracteriza los dialectos caribeños (aunque las tasas de reducción de /s/ en Nicaragua están
más cerca de las cifras antillanas); por otro lado la aspiración innovadora de la /s/ inicial de palabra se debe precisamente a la reducción de esta misma consonante al final de las palabras.

Finalmente, hay que mencionar que en El Salvador es frecuente la realización interdental [È] de /s/ en el habla rural, aunque esta pronunciación tan marcada no tiene representación literaria. Canfield ya reconocía esta pronunciación en los años ’50, pero no dio detalles de su distribución. Es evidente que no corresponde a la zeta etimológica del castellano peninsular, ya que la distinción /s/-zeta nunca arraigó en suelo americano. Aunque se dan noticias esporádicas de una /s/ interdentalizada en otras regiones de Hispanoamérica, es en El Salvador donde existen las mayores posibilidades de una investigación pormenorizada, que aclare las múltiples facetas sociolingüísticas y geográficas de esta pronuciación.

Por la misma razón que explica la escasez de indicaciones de la /s/ aspirada en la literatura nicaragüense—es decir, el hecho de ser una pronunciación que alcanza casi toda la población—hay pocas indicaciones de la reducción de /s/ en la literatura salvadoreña. En los escasos ejemplos en que aparece un reflejo de este fenómeno, consiste en la eliminación del grafema s al final de la palabra: (10)
_Lléveme, pué! (Salarrué 1970: 48)
Estirate, pue (Salarrué 1970: 284)
Aligere, pué (Salarrué 1970: 290)
Sí, pué, pobrecita (Salarrué 1970: 320)
Entonces juguémola … (Salarrué 1970: 338)
_Qué mirá, cheró? (Salarrué 1970: 362)
Al belorio an’dir pué. (Ambrogi 1961: 9)
Voy pué (Francisco Herrera Velado, `La piedra’ [Barba Salinas 1959: 129])
Pué, y lo que antes te papreciyan lindos ora te semejan güeyes (Ramón González Montalvo `La cita’ [Barba Salinas 1959: 229])
Que yo creo que estoy empreñada, pué (Rodríguez Ruíz 1968: 9)
Nas tarde, tío Cande (Rodríguez Ruíz 1968: 117)
Ya lo dije, pue (Ibarra 1957: 60)
_Y el padre Claras, qué no estaba en La Herradura, pué (Ibarra 1957: 168)
_Si é infalible …! (Peralta Lagos 1961: 56)
Pué, y lo que antes te pareciyan lindos ora te semejan güeyes (Ramón González Montalvo, `La cita’; Barba Salinas 1959: 229)
_Y por qué no lo vergueamos, pue? (Dalton 1976: 211)
Al belorio an’dir, pué (Ramírez 1973: t. I, 145 [Arturo Ambrogi, El Salvador])

Son aun más insólitos los ejemplos de reducción de /s/ en la literatura hondureña: (11)
_Vámole pué! _Yo ya me empujé el primer trago! (Amaya Amador 1974: 164.

En la narrativa de Juan Felipe Toruño la reducción de la /s/, tan categórica en Nicaragua y muy destacada en El Salvador, ocurre muy escasamente, en la novela El silencio: (12)
Ay lo van a ver en el corral. Adió. (41)
_Ay tá que nos arruinamos! (49)
yaytá pagando su mal gobierno (66)
_Monó [< vámonos] Chón …! (73)
_Tá tan enferma la pobre! (81)
los perritos que so nuna fiera, acorrala na la nimal … (129)
Entonce que se conmiendia … (140)
Puejúmb [< pues hombre]... yo creo que será difícil … (163)
entonce los bejuco sestiran … (237)

Existe otra faceta de la modificación de la /s/ implosiva en el habla rural salvadoreña: la realización de la /s/ final de sílaba como fricativa prepalatal, representada ortográficamente mediante el grafema -sh. Esta realización, de origen nahua-pipil, ocurre ocasionalmente en el habla campesina, y en
tono semiserio, también en el habla urbana: (13)
No te resbalés, _oíshte? (Salarrué 1970: 440)
Llegó a la escuela y buscó al maishtro, pero el maishtro se había acostado … (Salarrué 1970: 441)
pero el mal estaba en su querencia egoishta (Salarrué 1970: 436)
Aishtá ese baboso (Salarrué 1970: 419)
_Quiay debajo de los cerros, pué, maishtroó …? (Rodríguez Ruíz 1968: 16)
con un maishtro que es un primor de las manos para trabajar los metales … (Dalton 1976: 70)

Existen varios indigenismos en el español salvadoreño que incorporan el mismo sonido, de manera que Carlos Bonilla (1950) sugirió la adición de la letra sh a la lengua español escrita en El Salvador. La realización de /s/ final de sílaba tiene obvias repercusiones sociolingüísticas, ya que se contrapone al proceso más frecuente de aspiración o elisión. Es evidente que no es lo mismo decir maishtro que maestro (en México, por ejemplo, se efectúa la misma distinción sociopragmática diciendo máistro y
maéstro, respectivamente), pero quedan otras incógnitas: _A qué palabras se aplica esta realización de la /s/? _Qué grupos de personas emplean esta variante, con qué interlocutores, y en qué circunstancias? _Qué matices pragmáticos se vinculan a la realización de /s/ como -sh? Aquí hay materia prima para muchos trabajos de investigación.

En El Salvador, la /n/ final de palabra ante pausa (muy bien) o vocal siguiente (bien hecho) tiene realización velar, igual que en el resto de Centroamérica, el Caribe, gran parte de la zona andina, algunos enclaves mexicanos, las Islas Canarias, Andalucía, Extremadura, Galicia y León. Aunque en algunos países este fenómeno responde a parámetros de estratificación sociolingüística, en El Salvador es mínima la diferencia de las tasas de velarización entre las varias capas socioculturales (Cuadro 4).

En el Cuadro 5 se dan datos comparativos, que sitúan el español salvadoreño entre las variedades más velarizantes del español mundial. Otro fenómeno arraigado en el español centroamericano es el desplazamiento del acento hacia
el final de las palabras vocativas; este fenómeno se da en todo el istmo centroamericano a nivel popular: (14)
_Monó [< vámonos] Chón …! (El silencio, 73); hombré (El silencio, 113); Parrandá, Berrinché (El silencio, 138)
_Qué jué que les cogió la noche, hombré? (Salarrué, 319)
Amonós (Salarrué, 290)
_Qué aguacero, hijó! (Salarrué, 320)
_No mestás tirando, hombré? (Salarrué, 321)
_Qué mirá, cheró? (Salarrué, 362)
_Oyó, Chaliyó! (Salarrué, 377)
_Quiay debajo de los cerros, pué, maishtroó …? (Jaraguá 16)
_De verdá son míos, Braulió? (Jaraguá 6)
Questás loco, hijó (Jaraguá 18)
Chicó, ganate el caldo’e gallo (Jaraguá 35)
vos no sabés, manó (Jaraguá 36)
Hola don Pedróóó (Jaraguá 44)
_no, Ciracó? (Jaraguá 59)
Hombré, _qué amolada! (Brochazos, 22)
_Tanchó! _Qué no tenés un traguito para los señores? (José María Peralta Lagos, `Pura fórmula’ [Barba Salinas 1959: 76])
Monós direuto, don Rafáil. (Ambrogi 1961: 5)
Ursuláaa, Ursuláaa … Aquí te busca la comadre Eduvígis (Ambrogi 1961: 228)

Aunque se conoce el mismo fenómeno en otras zonas dialectales, alcanza sus dimensiones máximas en Centroamérica. El desplazamiento del acento es de importancia primordial para la fonología teórica, pues rompe con todos los análisis métricos que asignan el acento de intensidad mediante un algoritmo
uniforme. Es importante saber, por ejemplo, si el proceso es igualmente frecuente con las palabras esdrújulas como con las palabras llanas (aquí sólo tenemos los ejemplos de (v)amonós y Ursulá), si importa el número de sílabas de la palabra original, si la entonación cambia en las palabras naturalmente
agudas (p. ej. José) en la construcción vocativa.

Además de los rasgos puramente regionales, el español salvadoreño vernacular comparte muchas características fonéticas con otras variantes populares. Un fenómeno que alcanza todas las variedades rurales del español, pero que goza de una prominencia especial en Centroamérica, es la
realización de /f/ como [h] ante la vocal /u/ y la semivocal [u]. En El Salvador aun se dan casos de la aspiración de /f/ en grupos consonánticos, inovación que apenas se conoce en otras zonas dialectales: (15)
_Nade juerte, chero, hay que salir! (Salarrué, 307)
Cayeron jlores (Salarrué, 303)
quería sacar ajuera el ñudo que se le bía hecho en la garganta (Salarrué, 302)
Cuando estaba projunda, él se acercaba … (Salarrué, 301)
… con un perjume que mareya (Salarrué, 301)
… jumando su puro se agachaba dormilón (Salarrué, 296)
… hasta que el golpe se jue en blanco (Salarrué, 295)
… a saber si jué Mincho de la señá Fabiana (Salarrué, 293)
… una muñeca con aljiler en el mero corazón (Salarrué, 367)
Es que se le va el jluido en los niños (Salarrué, 355)
en una escurana jría que desembocaba en el río (Salarrué, 352)
… aquel era su ojicio (Salarrué, 353)
… en la aljombra de la ansiedad (Salarrué, 347)
Dicen que tienen juego, el juego del injierno (Jaraguá 16)
ta jresquesito, no lo vu cortando, pué (Napoleón Rodríguez Ruíz `Domador de culebras’ [Barba Salinas 1959: 262])
El Chipe no le quiso hacer caso y se jué (Arturo Ambrogi, `La sacadera’; Barba Salinas 1959: 103)
Sabe, Toñita, que si no juera porque me gusta … (Ricardo Martel Caminos, `La fuga’; Barba Salinas 1959:
421)
dijunto < difunto (Toruño, De dos tierras, 18)
juera < fuera (Toruño, El silencio, 66)

El cambio [f] > [h] ante [u] y [o] se debe a la equivalencia acústica y articulatoria de la la /f/ bilabial (típica del español americano) y una vocal labial preaspirada, es decir [h] mas [u] y [o]. En algunas variedades del español caracterizadas por la combinación de contacto de lenguas y un alto índice de analfabetismo (partes de la zona andina, el litoral ecuatoriano, la región amazónica peruana y colombiana, los enclaves afromexicanos) la /f/ puede descomponerse en [hw] aun ante vocales no redondeadas: café > cajué, familia > juamilia; también se da la equivalencia opuesta: Juan > Fan,
juego > fego, etc. (Lipski 1995b).

Justamente en Panchimalco, y tal vez en otros poblados indígenas de El Salvador, se han recogido palabras como ajuán < afán (Dedonanes 1972: 3) que ejemplifican el mismo fenómeno producto del contacto lingüístico. En el habla popular salvadoreña, la evolución de infierno a injierno, alfiler a aljiler, oficio a ojicio y fluido a jluido se da en la ausencia de una vocal redondeada, lo cual puede implicar una prolongada etapa de bilingüismo en zonas de fuerte presencia indígena.

En efecto, la conversión masiva de /f/ en j ante consonante se reconoce en Panchimalco, de acuerdo a los textos folclóricos recogidos en ese pueblo. De momento dejamos esta sugerencia sin resolver por falta de datos concretos.
Otra modificación que tipifica el habla rústica de muchos países hispanoamericanos es la neutralización de /b/ y /g/ ante la [u] semivocálica:
(16)
… caiba otragüelta (< otra vuelta) desfallido (Salarrué, 365)
Lo gua (< voy a) descabezar diún machetazo (Salarrué, 363)
… hay que darle una güena fregada (Salarrué, 328)
sobre la cama descansaba ya muerto el morigundo (Salarrué, 323)
… tá … güeno (Jaraguá 14)
… la que lleva es güena (Brochazos, 56)
Está güena. Pero el dulce del ño Liandro está mero ishcaque (Arturo Ambrogi, `La sacadera’; Barba Salinas 1959: 101)
Ay le guá’bisar, ño Nacho, in cuantito nomás me desida a bender. (Ambrogi 1961: 180)
A saber pa qué condenados te sirven esos ojos de güey (Ramón González Montalvo, `La cita’; Barba Salinas 1959: 229)

Una vez más se trata de la equivalencia acústica y articulatoria, ya que la [w] combina un gesto labial (reflejado en la consonante [b]) y una articulación velar (presente en la [g]). Al igual que el supuesto par mínimo juego-fuego (que para muchos hablantes del español popular son completamente
equivalentes), desaparece la oposición entre [bu] y [gu] en el habla vernacular, dando tanto güeno por bueno y gomitar por vomitar como abuja por aguja.

En algunas áreas todavía se dan vestigios del interlenguaje hablado por los pueblos indígenas, donde se encuentran modificaciones fonéticas además de las compenetraciones morfosintácticas ya mencionadas. El proceso más frecuente en la realización de /e/ como [i] y de /o/ como [u] (tesoro >
tisuru, Pedro > Pidru, etc.), igual que en la zona andina y otros regiones en que el substrato indígena suele distinguir sólo tres fonemas vocálicos. Por supuesto, se puede producir la ultracorreción en sentido contrario, dando mesa por misa. Es imprescindible la recolección de materiales dialectológicos
que permitan el estudio del interlenguaje indígena, que hoy en día está en vías de extinción.

Un recurso literario que emplean muchos autores centroamericanos para representar el habla vernacular es la eliminación de fronteras entre palabras y la fusión vocálica. La configuración más frecuente es la sinéresis de vocales medias átonas (es decir, la conversión de /e/ y /o/ en semivocales): (17)

JUAN FELIPE TORUÑO:
siaburre < se aburre (De dos tierras, 62); si lioyen < si le oyen (De dos tierras, 92); A quioras < a qué horas
(De dos tierras, 101); esperé quia maneciera < esperé que amaneciera (De dos tierras, 116); luin cuentrual
caer < lo encontré al caer (El silencio, 31); digüeso < digo eso, tia liviés < te aliviés, ochua ños < ocho años (El silencio 49); esues lu extraño < eso es lo extraño, cuandui ba < cuando iba (El silencio, 54); nues
< no es (El silencio, 56); nuhay < nohay, comu él < como él (El silencio, 66); tengües tas < tengo estas (El
silencio, 112); sia garraba, quiha cer < que hacer, luestá < lo está, li oyí < le oí (El silencio, 117); quihay <
que hay (El silencio, 142); no biero curri dueso < no hubiera ocurrido eso (El silencio, 161)

DE SALARRUÉ (1969):
Tihacía (< te hacía) en Cojute (49)
Lian (< le han) dado dos puñaladas (63)
Ay, no, sies (< si es) increíble (63)
La vide ai bocabajo en el charcuesangre (< charco de sangre). No mianimé (< me animé) a tentarla
…jueraser (< fuera a ser) que nos creyeran … no lemos (< le hemos) movido ni tantito (64)
El patrón se arremacha con la Aranda, de lo que nuai (< no hay) quihacer (< que hacer) (103)
Qués (< que es) nicesario que tioficiés (< te oficiés) en algo, yastás (< ya estás) indio entero (277)
En las aradas se incuentran catizumbadas. También se hallan botijas llenas dioro (< de oro) (278)
y yastuvo (< ya estuvo); tihacés (< te hacés) de plata (278).

DE OTROS AUTORES:
Esta plaza es de la Catedral y nu’es del Cuartel … Yo estoy muy rendida di’andar pa’rriba y pa’bajo vendiendo güebos (González Zeledón 1947: 177 [Costa Rica])
Estoy di’alta en el Prensipal dende hace ya un chorro di’años (González Zeledón 1947: 178 [Costa Rica])
… no l’arranca ni l’uña y queda más blanca qui’azucena y jasmín del cabo; hágale caso a Fuan … (González
Zeledón 1947: 193 [Costa Ria])
_Eh, Fuan Barranca! _Dionde salís com’un enlustrao? … mañana tengo qu’encalar esa tapia … pero
sol’uno; porque en casa m’está esperando la mujer … (González Zeledón 1947: 193 [Costa Rica])
Nu’ay qui’acer. Hoy’ay “ojo” (Ramírez 1973: t. I, 149 [Arturo Ambrogi, El Salvador])
Y qu’ai, pué? (Ramírez 1973: t. I, 151 [Arturo Ambrogi, El Salvador])
Ande la barra s’echa a bramar nu’ay más quiescapar (Ramírez 1973: t. I, 179 [Arturo Ambrogi, El Salvador])
_Si quia muerto, m’ijo, sí quia muerto! … Ya l’ostaba pensando, Juan … (Ramírez 1973: t. I, 280 [Carlos Wyld Ospina, Guatemala])
El lingüista salvadoreño Pedro Geoffroy Rivas opina que la fusión de palabras tiene sus orígenes en el sustrato nahua/pipil: `En el aspecto morfológico, los nahuas trasladaron al español los patrones, formas
y procedimientos propios del polisintetismo. Unieron dos o más palabras, suprimiendo fonemas, para formar nuevas palabras, surgiendo así en el habla mestiza formas como vapué (vaya pues), puesí (pues sí), vuá (voy a) …’ Sin excluir una posible contribución indígena, lo cierto es que la misma fusión de palabras se da en todas partes del mundo hispanoparlante, ya que no responde al contacto de lenguas sino al proceso universal de enlace silábico, combinado con la sinalefa, la sinéresis y la diptongación; el resultado final de estas modificaciones silábicas es la fusión de palabras y la eliminación de linderos entre palabras propia del habla rápida y espontánea.

Los autores centroamericanos han recorrido a la representación gráfica de la fusión fonética más que cualquier otra literatura regional, tal vez debido a la
escasez de otras características dialectales que se presten a la alteración ortográfica. En la obra narrativa de Juan Felipe Toruño, encontramos abundantes ejemplos de la fusión de palabras: (18)

DE DOS TIERRAS:
quen paz descanse … (18)
por qué siaburre (62)
_Porqué no vael chancletudo, ese? (68)
_Ya testá silvando el güesista! (68)
Tenéal muchacho aquí (71)
voyir a trer los periódicos … (98)

EL SILENCIO:
en cuanto me mejorun poco (49)
se paró a ver querel ruido (53)
nunca tenemos siquiera parir allá a la ciudad (55)
se quiere venir contrel chavalo (66)
_Ya sí tirusté patrón? (131)
_Qué bua saber? (168)

Juan Felipe Toruño, quien empleaba casi todos los recursos lingüísticos ya mencionados en su obra narrativa, también se extendió más allá de la fusión silábica para crear una nueva técnica literaria, al representar el carácter libre del habla coloquial mediante nuevas divisiones ortográficas que no
corresponden ni a las fronteras entre palabras ni a la natural división silábica ocasionada por el enlace.

He aquí algunos de los muchos ejemplos de esta técnica ortográfica, que no encuentra paralelo en la literatura regionalista hispanoamericana: (19)

DE DOS TIERRAS:
yos taba por hay (18)
Hijó; esos ta pelis (18)
quel padre Noriega quiere quel domingo naide se quede si nir a ser fajina porques tá muy enmontada la plaza (68)
Mi mujer está yá y yos toy aquí (92)
Y yo … ques peraba irme al principio del otro mes! (98)
No meé quivocado … pero los tigre sestán más para allá … (105)

EL SILENCIO:
_Son ochua ños de padecer! En cuanto me mejorun poco, vuelvia inflamarses ta chochadi viene la calentura … nos vamo sotra parte y dejamo sestos montes que ya también me tiene naburrido … lop zancudos yestamo sacostumbrados; pero cuando ses case y el maíz y no siembro porque vo sestás enferma… (49)
Cuando yo teniya quincia ños … habiyan matado a u nombre … aquellal men pena saliya los viernes quera el diya en que bian matado al hombre (53)
Yes que la sánimas de lo sombres que han sido matados no se va nal infierno … (54)
en miu milde modo de pensar … (55)
Ya me ve sa mí _qué mal lia go a nadie, ques lo que yecho en mi vida? (56)
_A saber si por ese descreyimiento tuyes que Dios no sa castigado! … Siempres tas informe … siempre con
esa tu ideyen la cabeza de que no nos demeos ir dia quí … (80)
Por vo ses que me yecho hasta baboso … y no te das cuenta que yes mucho aguantar eses pinen mi cabeza.
Me levanto mia cuesto … (96)
Acordate que yas tamos en abril y que pronto va na venir la saguas. (97)
_Y no sia cuerdan cómo domua “Pirriimplín”, pues? … _Y cómo sia garraba con los zambo sesos de la
cocinera y de la molendera? _Desde chiquitue ra bien fragado! Y va dar quih cer aquí … (117)
Mi mujer sufrió po rél; también po rél mihija, porque si no me biera fregado, no biero curri dueso … _Y yo me
vua queda rasí no más? (161)
Si estos fragmentos se leen en voz alta, sin hacer pausa entre las palabras, resulta un lenguaje poco notable, propio del estilo coloquial. Desde luego ningún hablante del español centroamericano coloca linderos fonéticos en las divisiones indicadas por la representación ortográfica; Toruño emplea este
procedimiento gráfico para dar cuenta de la espontaneidad del discurso rústico, que si bien no se aproxima a las normas gramaticales contenidas en los manuales académicos, está dotado de una riqueza propia, adornado de metáforas y refranes, fortalecido por el robusto léxico de la faena agrícola, y
enmarcado dentro de una fonética segmental y suprasegmental irreproducible mediante los escasos recursos ortográficos de la lengua castellana. El desplazamiento de las divisiones ortográficas se combina con rasgos fonéticos propios del habla rural para crear una imagen visual que requiere la lectura en voz alta, de esta manera involucrando al lector en los actos locutivos de los grupos que no tienen voz propia: los campesinos más marginados del agro centroamericano.

Esta técnica experimental antecede a las maniobras semióticas del “boom” novelístico hispanoamericano, anticipando las obras de Cortázar, Donoso, Fuentes, y Vargas Llosa en las cuales el lector es cómplice inseparable del acto creativo.

Conclusiones y cuestions pendientes

El español hablado en El Salvador presenta nuevas fronteras para la dialectología contemporánea, por ser una de las variedades menos conocidas fuera del país, y aun dentro de El Salvador hay facetas del habla vernacular que pasan desapercibidas entre la población urbana. Entre los principales retos para la dialectología salvadoreña figuran los siguientes temas:
(1) La delimitación de las principales zonas dialectales, sobre todo en las áreas fronterizas, donde la variedad salvadoreña hace frente a los dialectos cuantitativamente diferenciados de Guatemala y Honduras. En muchas dimensiones, el español salvadoreño representa una zona de transición entre el dialecto fonológicamente conservador de Guatemala (sobre todo en cuanto a la tenaz retención de la /s/ final de sílaba) y los dialectos más evolucionados de Honduras y Nicaragua. Más que los países vecinos Guatemala y Honduras, El Salvador recibió influencias lingüísticas mayas y nahua/pipiles en proporciones semejantes.
(2) Un perfil sociolingüístico del español salvadoreño, delimitando las principales diferencias que enmarcan las distintas capas socioculturales, y recogiendo materiales que den constancia del habla culta, el habla media, y el habla popular de las principales ciudades.
(3) Una descripción pormenorizada de las variedades bilingües, producidas por el contacto entre el castellano y el pipil o el lenca. En particular, hay que estudiar profundamente las modificaciones vocálicas, el comportamiento de los clíticos, y la concordancia nombre-adjetivo.
(4) Un análisis cuantitativo y sociolingüístico de la interdentalización de /s/, fenómeno que sobresale en el habla rural salvadoreña.
(5) Un estudio exhaustivo del léxico campestre salvadoreño, muchos de cuyos vocablos han quedado fuera de los glosarios y diccionarios de regionalismos.

El Salvador constituye un campo abierto para la investigación dialectológica. A pesar de los trabajos muy valiosos realizados hasta ahora, quedan muchas tareas para las próximas promociones de investigadores. Hoy en día se produce en El Salvador un renacimiento de interés en los trabajos lingüísticos, y se vislumbra un futuro muy prometedor en que El Salvador—junto con los demás países centroamericanos—recibirán la atención que merecen dentro del marco de la lingüística hispánica.

Espero que esta combinación de comentarios, sugerencias, especulaciones, y sueños sirva para despertar la curiosidad de la juventud salvadoreña, ya que El Salvador pertenece al eje central del ámbito centroamericano. Espero también que esta exposición facilite el intercambio de perspectivas sobre el español centroamericano en toda su multidimensionalidad étnica, regional, y social.

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Palabras que caracterizan a un Salvadoreño

Palabras que caracterizan a un Salvadoreño:
No se puede considerar Salvadoreño si no se ocupa al menos una palabra al dia del siguiente vocabulario:

ABUSIVO,VA. adj. Cambio semántico. Atrevido, que se propasa.
ACHICAR. Humillar.
ACHIS. Exclamación. Nahuatismo.
ASHISHA, orina. Asco o protesta.
ACHORCHOLADO,DA. adj. Neologismo. Amodorrado, alicaido.
ACHUCUYARSE. Neologismo. Arrimarse a otra persona.
AGUADO,DA. De aguar. Cambio semántico. Desfallecido. Sin aliento, sin caracter. Blando.
AGUAMBADO,DA. adj. Neologismo. Tonto, lerdo.
AGUITADO,DA adj. Neologismo. Aburrido.
AHUEVADO,DA. De ahuevar Cambio sem~ntlco. Avergonzado, acobardado.
ALEBRESTADO,DA. adj. Cambio semántico. Aizado, rebelde.
AMONTONAR. Cambio semántico. Abrazar y acariciar a otra persona.
ANIMALA. Cambio semántico. Mala jugada.
ARRECHO,CHA. adj. Cambio semántico. Bueno, bonito, valiente, alegre.
ATARANTADO,DA. De atarantar. Cambio semántico. Alocado. Medio ebrio.
ATENIDO,DA. De atener. Cambio semántico. Confiado, indolente.
ATOLADA. Reunion en que se bebe atol, generalmente en paseos al campo.
AVERIGUATA. Barbarismo. Cambio semántico. Discusión.
AVIADA. Barbarismo. Impulso. velocidad.

BABOSO,SA. Cambio semántico.Tonto, candido.
BAJADO,DA. De bajar. Cambio semántico. Provinciano, campesino, recien llegado a Ia ciudad.
BAYUNCO,CA. Adj. Cambio semántico. Ridiculo, de mal gusto.
BEBA. Barbarismo. Reunión en que se toma licor.
BERECO,CA. adj. Neologismo. Bobo, tonto.
BICHO,CHA. Cambio semántico. Niño,ña. Novio, novia.
BIRRIONDO,DA. Barbarismo. Verriondo.
BIRUSCO,CA. Adj. Neologismo. Avispado, listo, inquieto.
BOLO,LA. Adj. Cambio semántico Ebrio.
BOTANICA. Cambio semántico. Botella de licor.
BOTARATE. Barbarismo. Manirroto.
BURUCA. Barbarismo. Boruca.

CABUDA. Cambio semántico. Hacer la cabuda: hacer Ia vaca, contribuir para una compra.
CABUYA. Caribismo. Cambio semántico. Colilla.
CACASO. Neologismo. Que no sirve.
CACHA. Anglicismo. De “TO CATCH”,coger. Cambio semántico. Hacer la cacha: hacer la lucha, tratar de conseguir algo.
CACHETE. Cambio semántico. Favor.
CACHIMBAZO. Cambio semántico. Golpe. Monton. Trago.
CACHIMBON,NA. Adj. Cambio semántico. Bueno, bonito, valiente.
CACHIRULO. Camblo semántico. Remiendo hecho aplicando un pedazo de tela.
CAPEAR. Cambio semántico. Estar preocupado, pendiente de una resolucion. Faltar a la ascuela.
CAPIRUCHO. Cambio semántico. Balero (juguete). Volar capirucho: efectuar el coito.
CAPULIN. Nahuatismo. De CAPULIN. Prunus capuli, Amigdaiacea. Capulin de monte, crasta de gallo. Cambio semántico. Hacer un capulin: hacer un favor.
CARAJADA. Barbarismo. Cosa. Provocacion. Mentira.
CARAMBADA. Ver carajada.
CAYTE. Nahuatismo. De CACTI, sandalia. Cambio semintico. “Doblar el cayte”: morir.
CIGUANABA. Nahuatismo. De CIHUAT, mujer; NAHUAL, espanto.
CIPITIO. Nahuatismo. De Xipe Totec. Dios de la fertilidad y las sementeras.
CIPOTE. Nahuatismo. Posiblemente de SEPOCTI, desvalido, entumido. Nombre que se les da a los niños.
CLAREAR. Cambio semántico. Desvelarse toda Ia noche.
COCO. Cambio semántico. Cabeza. Inteligente.
CODO. Cambio semántico. Tacaño.
COMAL. Nahuatismo. Da CUMALI, disco de barro donde se hacen las tortillas.
COMPA. Apocope de compañero, ra.
CONQUE. Cambio semántico, Comida.
COYOL. Nahuatismo de CUYULI. Acrocomia Vinifera. Cambio semántico. Testiculo.
COYOTE. Nahuatismo. De CUYUT. Canis Latrans. Carnivoro da la familia de los canidos. Cambio semántico. El que se dedica a comprar y vender de todo.
CUCA. Apocopa de cucaracha. Cambio semántico. Banqueta de madera. Automovil pequeño.
CUCAR. Cambiosamantico. Provocar, molestar.
CUCHUMBO. Neologismo. Recipiente.
CUILIO. Nahuatismo de CUILIA. robar. Cambio semántico. Agente de policia.
CULERO,RA. Adj. Cambio semántico. Afeminado, homosexual. Cobarde.
CULIO. Cambio semántico. Miedo.
CUTO,TA Nahuatismo de CUTUCTIC, pedazo. Cambio semántico. Corto. A quien le falta una extremidad.

CHABACAN,NA Adj Apocope de chabacano.
CHACALELE. Posiblemente nahuatismo. Juguete hecho con un boton y un hilo. Cambio semántico. Corazon. Reloj.
CHACHALACA. Nahuatismo. De CHACHALAC: parlanchin.
CHAJAZO. Posiblemente nahuatismo. Herida, cicatriz.
CHAMBON. Neologismo. Inutil, poco diestro.
CHANCE. Anglicismo. De CHANCE, ocasion, oportunidad. Cambio semántico. Trabajo, empleo.
CHANEQUE. Nahuatismo De CHANEQUET, vecino, guia.
CHAPANDONGO. Neologismo. Desorden, enredo.
CHAPARRO. Cambio semántico. Aguardiente.
CHAPUDO, DA. Barbarismo, chapeado.
CHELE. Nahuatismo. De SELIC, verde, tierno. Cambio semántico. Blanco, rubio.
CHERO, RA. Galicismo. De CHER, querido. Cambio semántico. Amigo Intimo.
CHICAGUITA. Barbarismo. Rueda de Chicago pequena. Cambio semántico. Subirse a la chicaguita: ser engañado.
CHICHA. Caribismo. Bebida fermentada hecha con malz tostado, cascara de pina, salvado, dulce de panela, etc.
CHICHE. Nahuatismo. De CHICHIHUALI, pecho, mama. Cambio semántico. Es chiche: facil.
CHICHIPATE. Nahuatismo de CHICHIC, amargo; PAHTI, medicina. Cambio semántico. Ebrio consuetudinano.
CHIFLON. Cambio semántico. Fuerte corriente de aire.
CHIFURNIA. Posible nahuatismo. Lugar alejado o agreste. Casa o habitación vieja o ruinosa.
CHILATE. Nahuatismo. Atole simple de maiz tostado.
CHILIPOSO. Nahuatismo. Leganoso.
CHILLAR. Cambio semántico. Delatar.
CHIMAR. Nahuatismo. De SHIMA, raspar. Cambio semántico. Ejecutar el coito.
CHIMBIMBA. Neologismo. Moneda pequefla de veinticinco centavos.
CHINTO. Posible nahuatismo. Menstruacion.
CHIO. Neologismo. Deuda.
CHIPUSTE. Nahuatismo de CHIPUCTIC, chich6n. Protuberancia. Bodoque.
CHIRAJO. Posible nahuatismo. Andrajo.
CHIRUSTE. Neologismo. Bodoque. Pedazo de materia blanda.
CHIVA. Cambio semántico. Cobija de lana.
CHIVO. Cambio semántico. Juego de dados. Club, el que explota mujeres. Bueno, bonito.
CHOLERO, RA. Posible nahuatismo. Sirviente.
CHOLOTON, NA. Nahuatismo. De SHULUTUN, gordo, grande.
CHOTO. Neologismo. Descanso, Vacacion. Hacer algo de choto: gratis. Ir de choto: no obtener el resultado deseado.
CHOYUDO, DA. Posible nahuatismo. Lento, perezoso
CHUCHO, CHA. Nahuatismo de CHICHITU, perro. Cambio semántico.
Tacano. Exclamacion de asombro o de protesta, ¡A la chucha!
CHUECO, CA. Nahuatismo de Shuecue, cojo. Cambio semántico Torcido, con mala suerte. Inutil. Enfermizo. Mal hecho.
CHULON, NA. Neologismo. Desnudo.
CHUMPA. Anglicismo de JUMPER, chaqueton.
CHUMPIPE, PA. Onomatopeya. Pavo americano.
CHUNCHUCUYO. Nahuatismo. De TSUNTSUNE, con pelos o plumas, CUYUC, agujero. El ano de las aves.
CHUÑA. Neologismo. Descalzo.
CHURRIA. Neologismo. Diarrea.

DENTRAR. Afaresis. Entrar.
DENTRO. Afaresis. Adentro.
DERECHO, CHA. Cam bio semántico. Estar derecho, tener suerte.
DESCAMBIAR. Descambiar.
DESMADRE. Cambio semántico. Cosa mal hecha. Acto mal organizado.
DESTEÑlRSE. Cambio semántico. Morirse.
DIOS. Aferesis. Adios.
DILATARSE. Cambio semántico. Tardarse.
DOMAR. Cambio semántico. Engañar. Someter, dominar.
DORMIDO, DA. Cambio semántico. Engañado.
DROGA. Cambio semántico. Deuda. Anda a la droga: vete al diablo.
DUNDO, DA. Neologismo. Tonto.

EJOTE. Nahuatsimo. De ESHUT, judia.
ELOTE. Nahuatismo. De ELUT, mazorca de maiz tierno.
EMBROCAR. Cambio semántico. Alentar a alguien. Engañar.
EMBUCHACAR. Cambio semántico. Meter a Ia carcel.
ENCACHIMBADO, DA. Cambio semántico. Enojado.
ENCLENQUE. Neologismo. Enfermizo.
ENCUMBRAR. Cambio semántico. Llevar a la carcel.
ENCHIBOLARSE. Cambio semántico. Enredarse, confundirse.
ENCHUTAR. Anglicismo. De TO SHOOT, meter, poner.
ENSUCUNADO, DA. Neologismo. Encerrado.
ESTOCADA. Cambio semántico. Mal olor.

FAROLAZO. Cambio semántico. Trago de licor. Golpe.
FILO. Cambio semántico. Tener filo: tener hambre.
FORRARSE. Cambio semántico. Hartarse.
FRESCO. Ap6cope. Refresco.
FUFURUFO, FA. Neologismo. Bien vestido. Presumido.

GACHO, CHA. Neologismo. Malo, que no sirve. Feo. Latoso.
GAFO, FA. Cambio semántico. Estar sin dinero.
GALAN, NA. Cambio semántico. Bueno. Alegre. Guapo.
GARDUÑA. Cambio semántico. Ambicioso, voraz. Ladrón. Tirar a la garduña: arrojar algo para que lo gane quien lo coja.
GOLILLERO. Cambio semántico. Que asume actitudes retadoras.
GOMA. Cambio semántico. Resaca. Malestar al dia siguiente de una borra-
chera.
GUACAMOL. Nahuatismo. De AGUACAT, palta; MULI, salsa.
GUACHIMAN, NA. Anglicismo de WATCHMAN, vigilante, criado.
GUATE, TA. Nahuatismo. De CUAT, gemelo.
GUAYABEAR Cambio semántico. Aprender de memoria
GUIMBA. Neologismo. Panza, barriga.
GUIRIGUIRI. Neologismo. Habladera
GUISHTE. Nahuatismo De HUITSTI, espina, TET, piedra Pedazo de vidrio puntiagudo.

HARAGANA. Cambio semántico Silla de descanso.
HUACAL. Nahuatismo. De HUACTI, guaje; CALl, caja. Recipiente hecho con Ia mitad de un guaje. Por extensión cualquier recipiente de hojalata, peltre, etc. que sirve para agua.
HUECO, CA. Cambio semántico. Orgulloso.
HUESO. Cambio semántico. Trabajo, empleo.
HUEVAZO. Cambio semántico Golpe.
HUEVEAR. Cambio semántico. Robar.
HUEVO. Cambio semántico. A huevo, por huevos: a fuerza Huevos!, exclamación de protesta. Meterse en un huevo; meterse en problemas.

IDO, DA. Cambio semántico Distraío.
INCACHABLE. Neologismo. Inútil, poco hábil.
ISPIAR. Barbarismo. Espiar.
IYENDO. Yendo.

JACHA. Neologismo. Diente
JALON. Arcalsmo. HaIón. Cambio semántico. Llevar en un vehículo.
JARANA. Cambio semántico. Hacer jarana: hacer trampa. Tener jaranas: tener deudas.
JAYAN, NA. Cambio semántico. Grosero, mal educado.
JODARRIA. Barbarismo. Molestia.
JUMA. Neologismo. Borrachera.
JUNTAR. Cambio semántico. Recoger.
JUTE. Nahuatismo. De SHUTI, caracolillo. Cambio semántico. Moco.

LADRILLO, LLA. Cambio semántico, ladrón. Ladrillo seco: bebedor.
LANA. Cambio semántico. Dinero.
LECHE. Cambio semántico. Tener leche: tener suerte.
LENGON, NA. Cambio semántico. Hablador.
LIGERO. Cambio semántico. Rapido.
LISO, SA. Cambio semántico. Mal educado. Atrevido.
LOGA. Neologismo. Regaño.

MA. Apócope de toma. Toma.
MACIZO, ZA. De edad.
MACOLLA. Cambio semántico. Estar en la macolla. Estar bien.
MADRAZO. Cambio semántico. Golpe.
MAJE. Neologismo. Tonto.
MALETA. Camblo samantico. Bueno para nada.
MANDADO. Cambio semántico. Compra que hacen las cocineras en el mercado. Encargo, encomienda.
MANDRIO, A. Neologismo. Persona poco hábil.
MANUDO. DA. Cambio semántico. Ebrio.
MAÑA Camblo semántico. Mentiras. Malas costumbres.
MARIMBEADA. Cambio semántico. Golpiza.
MATANCINGA. Barbarismo. Matanza.
MATATA. Nahuatismo. De MATAT, red, cebadera.
MATES. Cambio semántico. Visajes, gestos.
MATON, NA. Cambio semántico. Fornido.
MECATAZO. Nahuatismo. De MECAT, cuerda. Cambio semántico. Golpe. Caida. Trago de aguardiante.
MELCOCHA. Cambio samantico. Hacerse una melcocha: adular. Amelcochados: enamorados.
MENGALA. Neologismo. Mujer de la clase obrera.
MEQUE. Apócope de mequetrefe.
MICO, CA. Cambio semántico. Coqueto. Vulva. Mica: gato; instrumento que sirve para levantar un vehiculo.
MIGUELEAR. Neologismo. Enamorar.
MOLOTE. Nahuatismo. De MOLOT, gorrión. Cambio semántico. Alboroto, tumulto.
MONOS. Barbarismo. Vamonos.
MORONGA. Posible nahuatismo. MorcilIa. Cambio samantico. Pene.
MUELA. Cambiosamantico. Inutil, poco habil.
MUMUJA. Nahuatismo. De MUMUSHTIC, cosa desmenuzada.
MURUSHO, SHA. Nahuatismo de MULUCHTIC, lana mullida, cabello crespo.

NACO,CA. Nahuatismo. Apócope de NAGUILON. Afeminado, Ilorón, cobarde.
NAGUA. Caribismo. Afaresis. Enagua.
NANA. Nahuatismo. DeNANTI, madre. Apelativo carinoso a cualquier mujer, especialmente a las niñas.
NARANJA. Cambio semántico. Madre. Nada.
NICA. Aferesis. Bacinica.
NIGUA. Caribismo. Cambio samantico. LIorón, cobarde.
NIQUEL. Moneda fraccionaria.

ÑANGO,GA. Adj. Neologismo. Gangoso.
ÑEQUE. Neologismo. Fuerza, energia. Caracter fuerte.
ÑOLA. Neologismo. Cabeza. Pena.

OCUPAR. Cambio semántico. Dar trabajo.
OJO. Cambio semántico. Ojo de agua: lugar donde hay licor.
OREJA. Cambio semántico. Confidente de la policia.

PACHANGA. Neologismo. Fiesta. Desorden.
PAISA. Adj. Apócope. Paisano.
PAJA. Cambio semántico. Hablar paja: decir tonterlas. Volarse la paja: masturbarse.
PALANCON, NA. Cambio samantico. Grande, canillón.
PANDO. DA Adj. Cambio semántico. Estar pando: tener mala suerte.
PANUDA. Cambio semántico. Mujer que tiene grande la vulva.
PARCHERO, RA. Cambio semántico. Curandero.
PATUDO, DA. Cambio semántico. Descalzo. Persona qua tiene grandes los pies.
PATULECO. CA. Adj. Neologismo. Con algun defecto en los pies, que camina mal. Mueble que no asienta bien todas las patas.
PECHE. Nahuatismo. De PECHTIC, delgado, flaco. Cambio semántico. Peche Trini: puñal.
PEGAZON. Barbarismo. Arrimo, apego.
PEGOSTE. Epéntesis. Pegote. Cambio semántico. Persona da poca estatura. Niño.
PENQUEADO, DA. De penquear. Cambio semántico. Dificil, trabajoso.
PEPERECHA. Neologismo. Prostituta.
PERICA. Cambio semántico. Exclamación de asombro.. ¡A la perica!. Cocaina
PETATE. Nahuatismo. De PETAT, estera.
PETATEARSE. Cambio semántico. Morirse.
PICARSE. Cambio semántico. Ansia de seguir bebiendo, comiendo o haciendo algo que ha comenzado.
PINCHE. Posible nahuatismo. Inutil, insignificante, malo.
PIRICHE. Neologismo. Pedigueno.
PISCUCHA. Neologismo. Barrileta.
PISTO. Cambio semántico. Dinero.
PLENGUEN. Onomatopeya. Golpe, caida.
POLVO. Cambio semántico. Coito.
PUCHICA. Exclamación. Puta.
PUPU. Anglicismo. De POOH POOH. Mierda.
PUPUSA. Nahuatismo. De PUPUSHAHUA. Hinchado. Tortilla rellena de queso, chI.charr6n, frijoles, etc. Cambio semántico. Vulva.

QUERQUE. Especie de gallinacea, rey de los zopilotes.

RALEADO. Cambio semántico. Lesionado con cuchillo.
RAZON. Cambio semántico. Recado. Dar raz6n: informar.
RECOVECO. Neologismo. Curvas, angulos, revueltas de un camino. Complicaciones.
REVIRAR. Cambio semántico. Rebotar.
RISPA. Neologismo. Prisa.
RUCO, CA. Neologismo. Ruin. Viejo.
RUNRUN. Neologismo. Rumor.

SACON. Neologismo Delator, acusador
SALIDO, DA. Da salir. Cambio semántico. Atrevido, hablador.
SAPURRUCO, CA. Adj. Diminuto de sapo.
SELEQUE. Nahuatismo. De SHELIUHQUI, cosa hendida o partida a lo largo. Cambio semántico. Flaco, delgado.
SEMITA. Barbarismo. Acemita. Nombre de una especie de pastel formado por dos capas de pan con miel en medio.
SHIPE. Nahuatismo. De SHIPEHUA, desollar. Cambio semántico. Pelon. Desnudo.
SHO. Exclamación. Epentesis de SO. Cambio semántico. Guardar silencio.
SHUCO. Nahuatismo. Da SHUCUC, agrio, fermantado.
SIMAS. Neologismo. Casi, por poco.
SIRINDANGA. Neologismo. Borrachera.
SOCO. Neologismo. Catarro de las aves de corral.
SORECO, CA. Adj. Neologismo. Tonto.

TABANCO. Nahualismo. Da TAPANGO, altillo.
TACUAZIN. Nahuatismo. Da TACUA, comer; TSIN, diminutivo. El Comeloncito. Didlephys Mesamericana. Marsupial. Cambio semántico. Ladr6n.
TALEPATE. Nahuatismo. De TALl, tierra; EPAT, zorrillo, mofeta. Chinche comun.
TAMAL. Nahuatismo. De TAMALI, especie da pastel hecho con masa de maiz relleno de came, frijoles, etc.
TAMBACHE. Nahuatismo. Lb envottono.
TANATE. Nahuatismo. De TANAT. Envoltorio, atado.
TANTEAR. Engaflar. Probar, intentar.
TAPISCAR. Nahuatismo. Cosechar, especialmente maiz.
TATA. Nahuatismo. De TAHTI, padre. Usado generalmente entre el campesinado. Nombre cariñoso que se les da a los niños.
TAYUDO, DA. Barbarismo. Duro, macizo. Persona aguantadora, desvergonzada.
TECOMATE. Nahuatismo. Da TECUMAT, calabaza.
TEMBELEQUE. Epentesis. Tembleque.
TETELQUE. Nahuatismo. De TETELQUIC, acre.’
TETUNTE. Nahuatismo. De TETUNTI, piedra paquefla.
TILE. Nahuatismo. De TILl, hollIn.
TIRICIA. Cambio semántico. Pereza.
TOCAYO. Nahuatismo. De TOCAYOTIA, nombrar. El que tiene nuestro mismo nombre.
TOLOLO. Posible nahuatismo. Tapón de cualquier materia qua obstruya un orificio.
TOTORECO. Posiblanahuatismo. Torcido. Tonto.
TRAPEADA. Cambio semántico. Ragaño.
TUMBLIMBLI. Onomatopeya deTu madre.
TUSA. Nahuatismo. Hoja seca de Ia mazorca del malz.
TUSH. Posible mayismo. Gordura, especialmante los abultamiantos an al estómago.

UJULE. Exclamación. iQue barbaridad!
UNTAR. Cambio semanuco. Complicar a otro an algun asunto. Untar Ia mano: sobornar.
UTUAL. Barbarismo. Actual. En este momento.

VAINA. Cambio semántico. Dificultad, contratiampo, molestia.
VAYA. Exclamación. Camblo semántico. Palabra comodin que cambia de sentido segun Ia entonación. Respuesta a “gracias”. Vaya los dulces : lleve los dulces. Vaya pues. amenaza o advertencia. Ah vaya: ya entendi.
VERGAZAL. Cambio semántico. Monton
VIRADO, DA. Cambo sematitico. Rapido
VOLADO. Cambio semántico. Palabra comodin. Cualquier objeto. Hacer un volado: hacer un favor Tener un volado tenar un negocio, una novia. Ir volado: ir rapidamente.
VUELTO. Dinero que sobre al hacer un pago con billetes.

ZACATE. Nahuatismo De TSACAT. hierba, pasto.
ZAPOTAZO Cambio semántico caida.
ZOPE. Nahuatismo. Apocopa de zopilota. Cambio samantico. Echar a zopa: vomitar.
ZUMBA. Cambio semántico. borrachera.
ZUMBADO. Cambio semántico. De prisa.
ZURUMBO, BA. Apócope de zurumbatico.
(Fuente: queondas.com)
Posted by El Salvador at 3:17 PM

La última cena

LA ULTIMA CENA ALEGORIAS RELIGIOSAS
CONTINUA SUFRIENDO CENSURA EN ESTA OCASIÓN EL EL DIARIO CO LATINO
comentario de Mario Castrillo censurado

LA ULTLIMA CENA

Mario Castrillo.

La última cena es la interpretación pictórica de un momento místico. Es la conmemoración de la salida de los israelitas de Egipto. Se celebra el día 14 Nisán, la noche anterior a la salida de la luna llena al comienzo de la primavera en el hemisferio norte.
En el latín la palabra cena designaba la comida que se servía después de la jornada laboral; se le conocía como la hora nona.
En esa cena Jesús se refiere a lo que va prontamente a acontecer: la traición y la mentira. La traición de Judas, que lo vendió por 30 monedas de plata, y la mentira que dirá Pedro al negar tres veces a Jesús antes de que cante el gallo esa noche funesta. Jesús augura en esa cena. El Augurio consiste en la anticipación del futuro. El augur nos remonta a la Roma Antigua, En Roma, el Augur era un sacerdote que practicaba la adivinación. El término Augurio proviene del latín Augurium.
La Última cena de Leonardo da Vinci (1452-1519), mide 4.6 metros de alto por 8.8 metros de largo y se encuentra en el refectorio de la iglesia conventual de Santa María delle Grazie, en Milán, Italia. La pintura fue un encargo del Ludovico Sforza (1452-1558), duque de Milán. La pintura de da Vinci fue realizada entre los años 1495 y 1497.
Este suceso, descrito en tres de los cuatro evangelios: Lucas, Marcos y Mateo, y que no figura en el Evangelio de Juan, es interpretado por siete artistas salvadoreños: Antonio Bonilla (1954), César Menéndez (1954), Mauricio Mejía (1955), Hernán reyes (1960), Mayra Barraza (1966), Juan Carlos Lazo Tablas (1970) y Salvador de La Mancha (1972).

Antonio Bonilla desarrolla su obra con el sello que lo caracteriza: la ironía. Nos presenta imágenes que distan de ser los plasmados siglos atrás, la Edad Media y el Renacimiento. Sus personajes son seres comunes y corrientes de nuestro pueblo, con vestimenta de la actualidad. De actualidad es también la problemática que presenta: la violencia social –no la violencia política- entre extraños conciliábulos alrededor del mesías y personajes de maras. No falta el autorretrato del autor. Jesús, la figura central, tiene sobre su testa una paloma –la del Espíritu Santo- y un corazón sangrantes rodeado de espinas. En el mantel hay una serie de ojos, significando que todo esto sucede a vista y paciencia de todo el mundo.

La interpretación de César Menéndez es más sobria. Presenta seres sombríos, rapados al estilo de las maras, luciendo camisetas. Sus rostros son anónimos, sin rasgos específicos, a excepción del de Jesús y el de Judas, que lo traicionó. La escena se desarrolla entre contrastes de colores oscuros y cálidos.

Mauricio Mejía nos presenta la escena a través del dibujo, fundamentalmente, Únicamente poseen pigmentación cálida y fría Jesús, un par de aves que revolotean en la escena y un costado del cayuco en que navega un pescador. Los personajes son de índole popular entre los cuales figura una mujer. Su estilo es el del realismo mágico. Los platos flotan sobre la mesa a excepción del cáliz de Jesús, y el saquito de las 30 monedas por las cuales Judas vendió a Jesús. Sobre la cabeza de Jesús un campesino navega en un cayuco que a un lado posee los colores del emblema patrio, imagen simbólica; a los lados, se hace referencia a escenas bíblicas de nuevo testamento: el lavatorio de los pies de los discípulos y la negación de Jesús, por parte de Pedro. Sobre estas imágenes figura una serie de cortinas que dan la impresión de ser un telón recogido.

Mayra Barraza interpreta La Última Cena con figuras de Marcel Duchamp (1887-1968), artista dadaísta incorporado posteriormente al surrealismo. Dos mujeres figuran en la escena. La imagen centra corresponde a la Gioconda que pintara Leonardo da Vinci entre 1503 y 1517. Al fondo, obras significativas de Duchamp: Desnudo bajando una escalera (1912), inspirada en una fotografía que “gráfica” el movimiento humano, la otra, es la rueda de Bicicleta (1913) con la cual Duchamp incorpora objetos de fabricación industrial y anónima, al mundo del arte, descontextualizándolos. Mas allá, grafitis sígnicos de las maras salvadoreñas. Al lado derecho del centro, empleando la Ley de la Compensación de Masas, la Eucaristía levita sobre un Cáliz. Los personajes están sentados alrededor de una mesa donde figura un tablero de ajedrez, jugo preferido de Duchamp.

Juan Carlos Lazo Tablas presenta su pintura al estilo del Pop Art, con personajes de historietas cómicas y deidades prehispánicas. Un mundo alucinante y surreal es el que presenta Juan Carlos Lazo Tablas en esta Última Cena de rico colorido. Jesús, en el centro del lienzo deja ver su corazón enredado en un arbusto sin hojas que brota de un cáliz verde. Se me figura una especie de “Bosco” moderno, con sus seres transfigurados, entre monstruos y seres humanos en una atmósfera fantástica y extraña.
Hernán Reyes desarrolla la pintura a partir de una Última Cena que realizara Rodolfo Reyes Cerrato, su padre, La Última Cena está rodeada de trazos texturales y gestuales, dinámicos y espontáneas que imprimen dinamismo a su pintura. En la parte baja, dos seres contemporáneos diminutos sostienen un diálogo en un ambiente solitario.
Salvador de La Mancha presenta una Última Cena en la cual la figura central es Monseñor Oscar Arnulfo Romero, asesinado por un francotirador proporcionado por Mario Molina, hijo del ex presidente Arturo Armando Molina. Roberto D´aubisson, fundador del Partido Alianza Republicana Nacionalista (ARENA). Monseñor, beatificado por el Vaticano, muestra su corazón sangrante. A su alrededor, de La Mancha a incorporado a doce personajes de la cultura salvadoreña que han influido en su formación como artista.
La abrupta decisión de la Secretaría de Cultura de la Presidencia, conducida por la poeta Silvia Elena Regalado (1961), de suspender la exposición a presentarse en la Sala Nacional de Exposiciones Salarrué, en medio de declaraciones realmente inaceptables, obligó a los artistas y al coleccionista Gerardo Martínez, a exponer las obras en la acera de la avenida Rooesvelt en horas de la noche del 28 de abril, día de la inauguración. Este evento en gran medida improvisado fue todo un éxito.
Sucesos como éste no se produjeron ni siquiera durante las más crueles y canallas dictaduras militares de nuestro país, y ha sentado un precedente nefasto para la cultura nacional. Silvia Elena Regalado, quien no tiene ni siquiera seis meses de estar al frente de la Secretaría de Cultura de la Presidencia, nombrada por el presidente Salvador Sánchez Cerén el 22 de enero del año en curso como la máxima autoridad dentro de la cultura gubernamental, ha dejado mucho que desear con esta actitud que no inspira confianza dentro de la comunidad de artistas. No solo dentro de los artistas dedicados a la plástica, sino dentro de las demás manifestaciones del arte salvadoreño. De ahora en adelante, ¿quién va a confiar en sus palabras?
Lo que queda en claro es que a nivel de Estado, el Gobierno del Cambio, carece de una política cultural. Es más, el partido Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN) carece así mismo de una política cultural, pese a contar en sus estructuras con una Comisión de Cultura que ha guardado un silencio indignante.
Pareciera ser que con estas actitudes la Secretaría de Cultura de la Presidencia involuciona, camina para atrás, como el cangrejo. Ante estos sucesos, la Secretaría de Arte y Cultura de la Universidad de El Salvador abrió sus puertas de inmediato a los expositores e inauguró la muestra de los artistas en la Pinacoteca Roque Dalton del Alma Mater el día 11 de mayo, exposición que estará abierta hasta el 4 de junio. Y no podía ser de otra manera, la Universidad de El Salvador se ha distinguido a través de la historia de nuestro país por la libertad de cátedra, su lucha por la libertad de expresión y por la libertades democráticas, preceptos que le han llevado al cierre de sus instalaciones por regímenes oscurantistas y retrógradas.
La Universidad de El Salvador hace honor a su lema “HACIA LA LIBERTAD POR LA CULTURA”, ojaló asumiera también como suyo este lema el FMLN y la Secretaría de Cultura de la Presidencia.

Sobre el poder popular

Introducción
Miguel Mazzeo* y Fernando Stratta**

  • Docente de la Universidad de Buenos Aires (UBA) y Lanús (UNLa). Participó en

diversas cátedras libres y fue coordinador de la Cátedra Universidad y
Movimientos Sociales (UNLP, 2005) y la Cátedra Abierta América Latina
(UNMdP, 2006). Escritor. Autor de diversos libros, entre otros, ¿Qué (no) hacer?
Apuntes para una crítica de los regímenes emancipatorios y El Sueño de una cosa
(introducción al poder popular). Es militante del Frente Popular Darío Santillán.

  • Sociólogo egresado de la UBA. Ha publicado artículos en distintas revistas y

escrito, en colaboración, Las nuevas organizaciones populares: una metodología
radical y El tizón encendido. Apuntes sobre las experiencias de construcción territorial
(inédito). Participó en el libro Venezuela, ¿la revolución por otros medios?
Es militante del Frente Popular Darío Santillán.

“El obrero tendrá algún día que conquistar
la supremacía política a fin de organizar el trabajo
siguiendo líneas nuevas: tendrá que derrotar
a la vieja política que apoya a las viejas instituciones”
Carlos Marx
“La actitud ante este algo no decidido, pero
decidible por el trabajo y la acción mediata,
se llama optimismo militante”
Ernst Bloch

Sobre lo popular

Lejos de toda idealización romántica hay que reconocer que lo popular es un campo heterogéneo y contradictorio. Está habitado por las predisposiciones que contribuyen con la reproducción del sistema de dominación como también por aquellas que lo cuestionan, por las “patologías mórbidas” y las “orientaciones sanas”, al decir de Paul Ricoeur.
En el medio se extiende una zona gris que, según las coyunturas históricas, es más o menos ancha, una faja cuyos confines pueden progresar hacia uno u otro espectro. Toda política que tenga como horizonte la transformación radical de la sociedad debe cabalgar esa contradicción y transitar
una región barrosa, remisa a los purismos metodológicos y las rémoras dogmáticas.

Zona media, confines y espectros son aquí metáforas estrictas, remiten a una geografía de la conciencia. Estamos muy lejos de toda composición binaria, típica de los esquemas militares y de la izquierda más tosca. Hablamos de una
contradicción dialéctica, constitutiva de lo popular y de la condición subalterna: la humanidad deshumanizada, la insubordinación subordinada, la definición indefinida.

De esta manera lo popular remite a un locus donde imperan múltiples paradojas, que suelen ser negadas, o padecidas como un abismo insondable, por una parte del activismo de izquierda que se aferra a la falsa seguridad de sus parámetros idealistas. A su vez, existen diferencias al interior de las predisposiciones reproductivas y las cuestionadoras.

Podemos identificar entonces un modo populista y un modo popular de la intervención política popular. Para no confundir, denominaremos al segundo modo socialista.

Pero aclaramos que, en sentido estricto, se trata de modalidades con proyección socialista, del socialismo como latencia y esperanza. No estamos hablando de definiciones ideológicas, programas políticos, planes, consignas, etc. De todas formas, suponemos que queda claro de qué hablamos cuando decimos campo popular, una cualidad extensible pero no por eso ilimitada.

Ambos modos parten de la identificación de dicotomías. Pero en el caso del populismo se instituye un conflicto falso o de segundo orden, o un conflicto cuya politicidad termina siendo velada, preservando la armonía de fondo y la reproducción del sistema. Por el contrario, en el caso del socialismo las dicotomías que valen son las sustantivas, aunque los polos puedan presentar delimitaciones un tanto indefinidas.

Los procesos sociales y políticos son dinámicos y pueden redefinir esas fronteras, pueden ampliarlas o achicarlas, pero siempre dentro de límites más estrictos. Esos límites son sociales y se fundan en la certeza de que la burguesía no tiene afinidades sustantivas con las clases subalternas.
Precisamente uno de los rasgos definitorios del modo socialista de la política popular es la necesidad de articular lo político con lo social (subalterno), de pensar y hacer política con un fundamento social, de ahí la idea de enlazar y proyectar experiencias de socialismo práctico desarrolladas por las clases subalternas, de ahí el trabajo tendiente a develar la politicidad de los conflictos, incluyendo los cotidianos. Por cierto, se trata de una preocupación ajena al populismo, que concibe al pueblo como sujeto prepolítico y recurre al esencialismo o a las articulaciones meramente discursivas.

Las intervenciones políticas populistas buscan resolver las contradicciones sustantivas en función de los intereses estratégicos y de largo plazo de las clases dominantes. Despliegan un conjunto de maniobras digestivas, instauran
mediaciones. No otro es el papel histórico de los árbitros de la paz social, aunque ocasionalmente alimenten algún conflicto o restituyan algún derecho popular conculcado. Por lo general la invocación a lo popular constituye una forma de celebrar alguna alienación y de ocultar la manipulación.

Para el populismo, pueblo es la fórmula que conjura la lucha de clases.
La intervención populista instituye formas de pseudoparticipación o participación en áreas marginales, sin poder decisorio, y exige por lo tanto la mediación de caudillos o elites. El populismo es una aventura vertical, y por lo tanto sus formas no crean capital social. Para el populismo la significación universal “viene de afuera” (lo mismo que el “horizonte”) y sirve para reforzar la hegemonía burguesa. El populismo es la atracción de las clases dominantes para la “profunda penetración” de las clases subalternas. Es evidente que populismo es un concepto menos ambiguo que popular.

El socialismo trabaja para resolver la contradicción en función de los intereses de las clases subalternas; pretende la reestructuración radical de las relaciones sociales, por lo tanto la participación popular directa es clave. Para el socialismo, pueblo es la fórmula que articula pluralidades subalternas;
el hilván de luchas, construcciones y resistencias de los de abajo; el nombre de un sujeto revolucionario autoconstituido en la lucha de clases. La significación universal viene de una particularidad de base organizada y se erige en contrahegemónica.

La construcción del horizonte es colectiva. El marco de la acción del pueblo no se concibe como patológico, el pueblo no es el sujeto destinado a corear las tragedias y las apoteosis. El socialismo es una aventura horizontal.

Cuando se lo invoca desde alguna tarima se lo pervierte. El camino del socialismo está jalonado por los despojos del populismo. En sus flancos yacen las imágenes de lo que lo popular hubiese llegado a ser en el caso de asumir la deriva populista. Pero esos despojos ponen en evidencia que el socialismo no es un camino recto y fácil, por el contrario está plagado de encrucijadas, de trayectos que se bifurcan. Todo el tiempo hay que elegir. Y tratar de ir más lejos de lo posible.

Populismo y socialismo son dos modos antagónicos de construcción de las demandas globales, de representación de la totalidad mítica. Básicamente son dos modos antagónicos de inscribir las demandas. Por ejemplo, el populismo
es compatible con el clientelismo y el paternalismo, con una división de roles cuya función es evitar los contactos violentos entre las clases, una división entre los que mandan y obedecen, entre los que dan y los que reciben (repartir para el populismo es reproducir el orden social). El socialismo al
que aspiramos es incompatible con estas prácticas, bajo cualquier circunstancia.

Además el populismo y el socialismo invisten objetos parciales
diferentes. ¿Queda claro cuándo la izquierda incurre en el populismo? Las declamaciones clasistas del maximalismo mecánico no son antídoto suficiente para evitar caer en posiciones populistas.

Los significantes del populismo pueden ser hegemonizados por un discurso y una política de derecha, es decir por una política antipopular, porque en el fondo desean la preservación del orden burgués. Esto no pasa con los significantes socialistas: contrahegemónicos y antisistémicos, pretenden la descomposición del orden burgués. Por ejemplo, en la crisis de 2001 lo popular se expresó bajo la forma de un populismo antiinstitucional, pero también bajo formas antisistémicas.

El populismo también puede concebirse como el conjunto específico de estrategias de dominación desplegadas por la burguesía. En general todas estas estrategias les sirven a las clases dominantes para ocultar su rotundo particularismo. Por eso el populismo recurre a una máscara de universalidad que se autoconstruye. Esa máscara le permite desarrollar una inserción en el campo popular.

Un movimiento popular, si aspira a la condición de revolucionario y socialista, no puede clasificar a las “masas” por niveles de conciencia. Por el contrario, los sujetos dinamizadores que lo integran, los que han desarrollado mayor potencial multiplicador, los que impulsan las acciones que se transforman en varias acciones (los que en los términos tradicionales suelen denominarse dirigentes) deben aceptar esos niveles disímiles como ineludible punto de partida y trabajar en pos de la consolidación del piso más alto de conciencia posible. Se trata de incidir políticamente en el campo popular, no de trascenderlo. Una praxis popular debe articular el realismo de las condiciones con la audacia innovadora derivada de un espíritu utópico siempre desmesurado.En efecto, no se puede pensar una revolución sin un factor de desproporción.

Sobre el poder popular

El poder popular es el proceso a través del cual los lugares de vida (de trabajo, de estudio, de recreación, etc.) de las clases subalternas se transmutan en célula constituyente de un poder social alternativo y liberador que les permite ganar posiciones y modificar la disposición del poder y las relaciones de fuerza y, claro está, avanzar en la consolidación
de un campo contrahegemónico. Se trata de espacios de anticipación social y política, donde habita lo real posible (el poder popular consuma una transformación y a la vez posibilita la apertura a nuevas transformaciones), espacios cuyos modos se contraponen a los ejes principales de la política burguesa, tanto en sus versiones de derecha como en las “progresistas”: la administración de lo dado y la gestión sin fondo utópico.

El poder popular es también asumir el potencial liberador de la propia fuerza. El poder popular es la potencia latente de las clases subalternas. El poder popular es praxis, por lo tanto, exige adhesiones práxicas.

El poder popular no se puede otorgar desde arriba, tampoco puede extraerse o conquistarse de las nubes. Ahora bien, la consolidación de posiciones permanentes de poder popular exige resolver la cuestión del poder estatal. Si el Estado constituye una porción del poder, si es parte de una totalidad compleja, la lucha de clases también se expresa al interior del Estado. Es necesario observar que el ejercicio del poder estatal por parte de las clases subalternas constituye un momento instrumental en el proyecto por crear un nuevo bloque hegemónico.

Por supuesto, esto nada tiene que ver con una política de arribismo de ciertos dirigentes devenidos en funcionarios, ni con una supuesta lucha
“desde adentro”, en las entrañas mismas del edificio burocrático.

Pensar el poder popular desde el Estado es un infantilismo equivalente a pensarlo sin él. El poder popular tiene que asumir la necesidad de
ampliar la conciencia gubernamental del pueblo, de lo contrario podemos contribuir a que esta conciencia sea patrimonio exclusivo de las elites o se ponga de manifiesto solamente en el gobierno de unidades mínimas. La conciencia gubernamental del pueblo, desde un punto de vista socialista, es el primer momento de la lucha por la abolición del Estado.

Es necesario apartarse de cualquier concepción que vea en la noción de poder un aliciente para la corrosión de la especie humana. Toda relación entre los hombres es una relación de poder en tanto “el sujeto es un ensamble de relaciones sociales”. Negar el carácter desigual de las relaciones sociales es despojarlas de todo contenido humano.

El poder popular requiere el desarrollo de formas de mando. Pero un mando horizontal, democratizado, heterárquico. En ese camino, las prácticas que construyen poder popular son portadoras de una nueva institucionalidad que preanuncia las formas de la sociedad por venir. El poder popular es un poder para desactivar las potencias que objetivan,
manipulan y explotan, un poder que le permite al pueblo disfrutar de sus acuerdos, de su cohesión, de su realización, en fin, un poder que le permite “vivir”.

Así como todo Estado se sostiene en una idea de nación, pensar el poder es pensar un territorio en el que se desenvuelven determinadas relaciones sociales. El poder popular erige una territorialidad social donde se expresan las capacidades autoemancipatorias de las clases subalternas.

Pensar el poder popular, desde nuestra condición periférica, lleva a pensar en un sujeto plural, multisectorial, un sujeto social múltiple capaz de articular a un conjunto amplio de sectores sociales. El sujeto popular no es un dato de la realidad; por el contrario, es una construcción que se trasluce en proyecto. En la complejidad por articular ese sujeto múltiple reside la posibilidad de crear instancias de poder popular. Sin embargo, la articulación no es un hecho mágico. La burguesía opone obstáculos a todo lo que puede
dañar sus intereses. La dominación capitalista no se deriva directamente de sus propias estructuras sociales, existe una hegemonía burguesa que es necesario socavar.

No es posible pensar el poder desde abajo sin dar forma a una narración que otorgue sentido a las luchas populares, una historia propia que reconozca el sentir y el pensar de las clases dominadas. Pensar el poder popular implica, parafraseando a Walter Benjamin, el empeño por “cepillar la
historia a contrapelo”.

El poder popular no es populista. En la construcción de poder popular se vislumbran los cimientos de un proyecto propio de las clases subalternas que disputa hegemonía a los sectores dominantes.

Actuar, no padecer

Esta compilación tiene como uno de sus objetivos exhibir la realidad de una nueva literatura política de izquierda en Argentina. Literatura negada por todos aquellos que producen pastiches frívolos en serie; por los que prefieren la historia del arte al arte mismo, la ciencia política a la política; por los profetas falaces, huérfanos de paisaje e impermeables a la experiencia porque ya han tomado partido; por los que defienden la cultura en lugar de hacerla. Las terminologías oficiales se desvanecen en el despliegue de la propia palabra, una palabra ornamental y castrada. El trabajo con lo ficticio o lo inerte los lleva a dilatar al extremo sus poco originales pensamientos.

Carlos Marx y Federico Engels, en La ideología alemana sostenían: “Filosofía y estudio del mundo real se comparten entre sí como el onanismo y el amor sexual”. Y nosotros, por cierto, optamos por lo segundo. Para pensar el poder popular con el objetivo de construirlo y consolidarlo no alcanza con pensar otros pensamientos. Hay que extraer los materiales de otro lugar: de la misma experiencia popular, de sus conclusiones, sus síntesis, de los aportes–poco reconocidos– de sus maravillosos teóricos de base, muchas veces reacios a la literatura, otras veces imperceptibles. Por supuesto también hay que tener en cuenta los mitos colectivos y todas las regiones de penumbra.

En fin, hay que extraer los materiales de la propia vida, de la vida que se pretende cambiar a través de la lucha en los planos más diversos. Hay que huir de toda condición superflua. Ésta es la única posibilidad de alumbrar un pensamiento propio y verdadero y una teoría (aplicable) que encuentre su fundamento en la práctica. Una teoría revolucionaria es la antítesis de un liber secretus, de las cartas divinas y de los textos caídos del cielo. Hay que asumir todos los riesgos y quitarles el respirador artificial a las ideas moribundas. La
imaginación es una de las cualidades revolucionarias más importantes, más en estos tiempos de exangüe capacidad onírica. Justamente, hoy se torna necesario creer para ver.

Sin confianza en el pueblo la mirada es claudicante o autoindulgente, sin esperanza revolucionaria disminuyen las chances de descubrir y de inventar.
Los trabajos que aquí presentamos no se arrogan la condición de portadores de certezas infalibles o verdades cerradas.

Transitan sobre un campo minado de incertidumbres y posibilidades, que es la propia experiencia de las organizaciones populares. Proponen, para ese camino aciago, recorridos distantes de las rigideces de pirámide, de la angustia: apuestan a la seriedad y la alegría. Pretenden transmitir un conjunto de sensaciones derivadas del contacto con experiencias que expresan algo radicalmente nuevo.

Sin dudas, esta nueva literatura política remite a una tradición de pensamiento argentino que presenta como hitos a Manuel Ugarte, John W. Cooke, Silvio Frondizi, entre otros. Una tradición que se caracteriza por asumir la centralidad de la realidad a transformar –aunque desde ciertos parámetros
proclives al exotismo padezca una suerte de déficit escénico o alegórico–; por la reflexión en torno a los indicios concretos de esa transformación y por la vocación de consolidarlas en el presente y proyectarlas de cara al futuro. El
momento normativo resulta aquí insoslayable. La reflexión desde las prácticas concretas del campo popular (un “desde” que en muchos casos es un “entre”), la atención puesta en lo que comunican las luchas populares, los requerimientos exigidos por la elaboración de un proyecto popular, operan
como campo decodificador (o filtro) de autores, teorías, etc.

Es decir, pensamos la política desde la necesidad de intervención
concreta para hacer que nuestra vida nos pertenezca. Repudiamos toda teoría que tenga al desencanto como punto de partida. Hemos de consignar finalmente que estos textos no quieren preservar prácticas que hace tiempo han perdido su horizonte y su sentido. Por lo tanto promueven la renovación teórica de la izquierda argentina. Su desarrollo no es
ajeno al saldo de las luchas populares de los últimos años y, por qué no, de las ilusiones puestas en juego con más ímpetu en 2001 y 2002. Pero tampoco es ajeno a las síntesis realizadas por un conjunto de organizaciones populares,
protagonistas de las luchas del período 1999-2003. Por eso nosotros hoy estamos reflexionando sobre el poder popular y no sobre las alternativas para refundar el capitalismo argentino, o para construir el “auténtico” partido de la clase obrera, o sobre los caminos adecuados para constituirnos en amos, vigilantes, verdugos, tramposos o especies similares.

No somos los hijos del desastre y estas reflexiones no son fruto de la desintegración. Creemos en las posibilidades de un nuevo rumbo para la deriva popular. Aquí cabe el contraste con las organizaciones populares
que por taras casi fisiológicas no han acumulado experiencias y saberes políticos. Por cierto, muchas de ellas han retrocedido a las certezas más ancestrales e improductivas.

En fin, han ratificado su fe en los antiguos dioses. Pero, como decía Emil Cioran: “No se libran batallas en nombre de una nostalgia”. Además, su presente hace que el pasado sólo les arroje insignificantes vestigios. Y decimos insignificantes porque esos vestigios ya no sirven como tabla para
sobrevivir al naufragio.

Todo un saber político popular (inmaterial y práctico) se ha gestado al calor de las luchas de la última década. El desarrollo teórico puede servir para consolidar las prácticas más significativas y para proyectarlas al conjunto de las clases subalternas.

Estudios canónicos del español salvadoreño (2004)

Estudios canónicos1 del español salvadoreño

Por: Raúl Ernesto Azcúnaga López2 Universidad de El Salvador raulazcunaga@uesocc.edu.sv
Ponencia del Congreso Nacional de estudiantes de Letras de la Universidad de El Salvador, 1 de octubre de 2004.

I. ¿Qué son los estudios canónicos del español salvadoreño?
A manera de sentencia se repite que “la ciencia que no se aleja de sus orígenes no ha avanzado”; este enunciado es un intertexto del mito griego del necesario parricidio para pasar al frente. La lingüística del siglo XX, ciertamente, ha dado muestras de esto reinventándose como ciencia en más de una ocasión, desde la publicación del Cours de linguistique genérale de Saussure (1915 ), hasta llegar hoy en día, principios del siglo XXI, a toda una polifonía de teorías tratando de encontrar el tono adecuado para cantar a la lengua. A poco más de cuatro décadas de haber salido a la luz el trabajo de Saussure, un joven de menos de treinta años estaba echando al traste, sin dejar piedra sobre piedra el estructuralismo (norteamericano), Noam Chomsky (Syntactic structures, 1957), y después del fugaz paso de Chosmky por Vietnam las aguas otra vez se movieron, en la dirección de las tesis de la escuela de Praga de 1928 (Travaux du cercle lingüistique de Prage,1929): el funcionalismo. En la actualidad la torre de Babel no sólo es entre las lenguas, sino entre los lingüístas. En El Salvador, como en un mundo paralelo, sin lo vertiginoso de la teoría lingüística general, con el mutismo que raya en el contra sentido de la historia y la vida, han surgido intentos por visualizar ese objeto de estudio que es la lengua, antaño privilegio de monjes, eruditos e iniciados. Sin la coraza virtual que la teoría moderna brinda para atacar la realidad, en el cuerpo a cuerpo de la batalla, distintos estudiosos salvadoreños pelearon con el ángel de la lengua salvadoreña por una bendición.
1. Según el diccionario por canon se entiende la regla o precepto; el conjunto de normas o reglas establecidas por la costumbre como propias de cualquier actividad. Par nuestro caso los estudios canónicos del español salvadoreño son los estudios que tradicionalmente se han considerado como la explicación para nuestra forma de hablar, y que con el paso de los años se ha tomado como la explicación dada, como el modelo, sin más.
2. Profesor de Lingüística en la Facultad Multidisciplinaria de Occidente, candidato a Doctor en Artes y Letras de América Central con énfasis en Lingüística Teórica por la Universidad Nacional de Costa Rica.
En términos generales se presentan en la investigación sobre nuestro español dos momentos claramente diferenciados que se relacionan con el desarrollo mismo del estudio de la lengua (la teoría) en esta parte del mundo (Cfr. Azcúnaga 2003: 5): los estudios de índole normativo-academicista de finales del siglo XIX y principios del siglo XX, y los de mayor rigurosidad científica de la segunda mitad del siglo XX en adelante. Los primeros se desarrollaron con la pretensión de señalar y corregir todas aquellas expresiones que se alejaban de la norma culta; entre los principales trabajos se destaca el Diccionario de provincialismos y barbarismos centroamericanos y ejercicios de ortología clásica (1910) de Salazar García. Dentro de los segundos, de tipo descriptivista, los trabajos de Geoffroy Rivas (1969, 1975, 1978, 1987, 1998) son los estudios más relevantes. Geoffroy Rivas basa sus investigaciones en los principios de la relación entre el lenguaje y la sociedad de Sapir enmarcan (1921). Geoffroy Rivas (1901-1979) sobresale entre el grupo tan selecto, como desconocido, de estudiosos del español salvadoreño, tanto por sus por sus publicaciones como por lo controvertido de su vida política, poética y periodística. Tomado del “Diccionario de autoras y autores de El Salvador” Cañas Dinarte (2002).

Geoffroy Rivas es uno de los estudiosos más citados y quizás más conocidos cuando se habla del náhuat de El Salvador y del español salvadoreño en el país. En los estantes de bibliotecas públicas y de casas de la cultura, el único. El trabajo lingüístico de Don Pedro se ha vuelto en una especie de libro del pueblo del habla salvadoreña: Toponimia náhuat de Cuscatlán (1961), El español que hablamos en El Salvador (1969,1975,1998) y La lengua salvadoreña (1978,1987,1998).

Entre la vasta producción periodística, académica y poética de Geoffroy Rivas, para Lara Martínez (2001, ponencia) “en el terreno de la antropología, sus trabajos más elaborados son los que se centran en la lingüística descriptiva. Sus aportes más originales son varios léxicos o diccionarios sobre el náhuat o pipil de El Salvador, y sobre el español coloquial o lengua hablada”. Ciertamente, Geoffroy Rivas es quizás el único académico salvadoreño en estudiar los distintos niveles del español salvadoreño y tener dos publicaciones al respecto. Además, de que sus libros hayan sido reeditados y sus teorías y explicaciones a la mejor manera de un Dionisio de Tracia no se discutan, sino se admiren y repiten. Geoffroy Rivas es el fundador y pionero de los estudios del español salvadoreño, si bien hay trabajos anteriores, que hoy se pueden tildar (algunos) de mayor rigor aún que los de Geoffroy Rivas (Bonilla (1950), González Rodas (1963); Canfield (1953,1960); la labor de Geoffroy Rivas lo ha situado en este sitial para la posteridad.

II. Relectura de los estudios canónicos del español salvadoreño

Geoffroy Rivas en sus estudios parte del reconocimiento del español salvadoreño como variante del idioma español “La lengua salvadoreña es una de las variantes del español que se habla a lo largo del continente americano” (1987: 7) y en su producción lingüística general, se entrecruzan los estudios del náhuat y del español, esto lleva a una correspondencia entre sus publicaciones, como se observa en las fechas de sus escritos (cfr. Lara Martínez 2001):
-Algunas toponimias salvadoreñas, Sábados de Diario Latino, 9 de noviembre de 1957. -¿Pipil versus nahuatl? Sábados de Diario Latino, 30 de noviembre de 1958. -Origen y evolución de las lenguas romances, La Universidad, Revista Trimestral de La Universidad de El Salvador, Año LXXXII, Nos. 3-4, julio-diciembre de 1958: 207-214. -El pipil de la región de los Itzalcos por el Profesor Próspero Arauz. En: Próspero Arauz. El pipil de la región de los Itzalcos. San Salvador: Departamento Editorial del Ministerio de Cultura, 1960: 7-14. -Toponimia nahuat de Cuscatlán. San Salvador: Editorial Universitaria, 1961. Segunda edición, aumentada y corregida: Dirección de Publicaciones, 1973. -Toponimia nahuat de Cuscatlán de Geoffroy Rivas. Tribuna Libre, 12 de noviembre de 1961. -Discurso pronunciado en la Academia Salvadoreña de la Lengua. Cultura, Revista del Ministerio de Educación, No. 39, enero-febrero-marzo de 1966: 13-26. -Fonología del masiewalli de nahuatl de Tetelcingo. Anales, Publicación del Patrimonio Cultural, Nos. 42-48, 1968-1975: 83-99. – El nawat de Cuscatlán. Apuntes para una gramática tentativa. Salvador: Dirección de Publicaciones, 1969. – El problema del origen y evolución del lenguaje. Centroamericanos, Nos. 305-306, Año 29, 1974. – El español que hablamos en El Salvador. San Salvador. Dirección de Publicaciones, 1975. – La lengua náhuat. La Cofradía, Publicación de la Administración del Patrimonio Cultural, No. 8, agosto de 1977. – La lengua salvadoreña. San Salvador: Dirección de Publicaciones, 1978.

Los trabajos de Geoffroy Rivas sobre el español salvadoreño, como ya se mencionó, se enmarcan en la explicación del español americano propuesta por el humanista dominicano Pedro Henríquez Ureña, según la cual:
“en América hay cinco zonas dialectales: el carácter de cada una de las cinco zonas se debe a la proximidad geográfica de las regiones que las componen, los lazos políticos que las unieron durante la dominación y el contacto con una lengua indígena principal” (Henríquez Ureña 1921:357-390).

El Salvador, junto a México, Nuevo México y la mayor parte de América Central pertenecen a la primera zona (de norte a sur) bajo la influencia del náhuat. Sin embargo, en las notas de La lengua salvadoreña no se hace referencia alguna al dominicano y El español que hablamos en El Salvador carece de cuerpo bibliográfico. Al hacer una lectura integrada del trabajo de Geoffroy Rivas, como un solo texto, se encuentra que en el discurso de incorporación a la Academia salvadoreña de la lengua (1966) –que sirvió de base para la publicación de El español que hablamos en El Salvador(1969)-, Geoffroy Rivas desarrolla su concepción teórica lingüística básica:
1. Crítica a la concepción purista de la lengua, léase a la gramática tradicional.
“Los gramáticos suelen protestar airadamente por los atropellos que hablantes y escritores cometemos a diario, violando las sagradas normas que rigen el hablar y escribir correctamente el idioma.” (…) Quienes luchan inútilmente por la “conservación del idioma” olvidan que están frente a un fenómeno histórico, cambiante y multiforme, que sólo puede ser conservado cuando ha muerto” (1966). Texto repetido en El Español que Hablamos en El Salvador, (EEHES en lo que sigue) (1969: 3-4).
2. Relación entre lenguaje, pensamiento, cultura y sociedad. Geoffroy Rivas, con base a ideas Sapir (Lenguaje; introducción al estudio del habla 1921) escribe:
“…el lenguaje, tiene desde luego, un escenario (…) este escenario posee, a su vez, un marco perfectamente delimitado: el marco cultural, la cultura del grupo (…) esto no quiere decir que exista una relación forzosa entre lengua, sociedad y cultura. Tampoco significa que haya una relación de causa a efecto entre cultura y lenguaje” (1966). Texto repetido en EEHES (1969: 4).
3. Conceptos de “substrato”, “superestrato” aparejados a la vinculación sociedad, cultura y pensamiento.
“Los lingüístas han estudiado las consecuencias del contacto (…) la observación ha demostrado que una lengua que extiende a expensas de otra conserva sus rasgos fundamentales, desde el punto de vista fonético, morfológico y lexicográfico, pero que evoluciona de manera distinta, según sea la lengua con la cual entra en contacto. Muchas de las características adquiridas en el curso de esta evolución, pueden, por tanto, atribuirse a la persistencia de hábitos de pensamiento, de pronunciación y de expresión de los individuos que adquieren el nuevo idioma” (1966). Texto repetido en EEHES (1969: 6).
4. El español de América sujeto a una serie de procesos de tipo sociocultural, de mestizaje y cambio.
Si bien Geoffroy Rivas parte del reconocimiento de factores diversos en la conformación del español de América (marinerismos, voces caribes, conformación de una lengua franca o de compromiso en España) (La Lengua Salvadoreña 1987: 7-14) es en la influencia de las lenguas indígenas en donde visualiza el pilar para la comprensión del español americano. Refuta a Amado Alonso la consideración de la nivelación realizada por todos los expedicionarios en el siglo XVI como la base de los modos de hablar el español en América, señalando que:
“El ilustre maestro español soslaya considerar la participación de las lenguas indígenas en los cambios sufridos por el español en América” (1987: 10).
De la influencia de las lenguas indígenas –dice en la Lengua salvadoreña- en la misma argumentación:
“sí es necesario hablar, porque no se trata solamente de la incorporación de indigenismos sino también de importantes modificaciones introducidas por los indígenas en el español, no sólo enriqueciendo el vocabulario, sino también alterando radicalmente la morfología y la sintaxis, provocando cambios semánticos determinados por las formas de pensamiento y las maneras de vida de los pueblos americanos” (1987:10) .
5. La influencia del náhuat en el español (nahuatización del español) tiene dos grandes momentos: 1) cuando los españoles asimilaron vocablos nahuas al español y 2) cuando los náhuas comenzaron a hablar español. La asimilación de palabras indias al español es general al español en toda América continental y del Caribe; Geoffroy Rivas reconoce que a nivel léxico (conformación de palabras) y en el fonético mediante la persistencia (sustrato) del sonido fricativo palatal sordo del pipil en muchas expresiones de uso cotidiano en la población salvadoreña3, como en las palabras “shuco”, “alguashte”, “guishte”, “pashpa”. Y cómo muchas palabras derivan por hibridación de palabras náhuat españolizadas, como en las que llevaban ts, sh, tl y terminaciones en t, en tl, o en c; en las que sh pasó a j y se produjo acajutla en vez de acashutla, ejote por eshut, jilote por shilut (1966: discurso de incorporación a la Academia Salvadoreña de la Lengua). Para Geoffroy Rivas “la segunda corriente es la más importante y la que más decisiva influencia ha ejercido en el español que hablamos en El Salvador” (1969: 17-23; 1987: 16-33).
3 Un estudio urgente en nuestro español es la retención de ch en las palabras de origen náhuat, pues con los procesos acelerados de intercambio cultural muchas de esas palabras han ido cayendo en desuso.

Entre las influencias correspondientes al segundo momento en el nivel fonético destaca: 1. seseo: cambio de c y z por h4 “Los nahuas modificaron la pronunciación del español, suprimiendo toda diferencia entre S, C y Z, y substituyendo estos sonidos por una s breve y aspirada, muy parecida al fonema nahua que en inglés se presenta por H” (1966, 1969: 18).
“… suprimieron toda diferencia entre S, C y Z, y substituyéndolas por el fonema nahua velar, fricativo, no sonoro que suena como una j suave, que aún usamos al decir, por ejemplo, nojotros” (1987: 17).
Geoffroy Rivas observa el fenómeno de la reducción de z, c y s a s reconocido como “seseo” y además la aspiración de s en el español salvadoreño, sin embargo este fenómeno como lo demuestra, entre otros autores, Lapesa en su Español de América, no se debe a influencia indígena alguna. Señala Lapesa al refutar las tesis de Lenz sobre la influencia del araucano en el español chileno: “Es muy discutido el posible influjo de las lenguas indígenas en la pronunciación del español de América.
Su más destacado paladín fue Rodolfo Lenz, quien, estudiando el habla vulgar de Chile, llegó a afirmar que era «principalmente español con sonidos araucanos. Pero su tesis ha ido perdiendo terreno; en realidad, casi todos los hechos alegados como pervivencia o resultado de la fonética india corresponden a fenómenos similares atestiguados en España o en otras regiones de América; y, por tanto, es lógico suponer que haya habido desenvolvimientos paralelos dentro del español, sin necesidad de recurrir al substrato indio. Conforme ha mejorado el conocimiento de la pronunciación hispánica, normal y dialectal, ha sido rechazado el supuesto araucanismo de las fricativas [b], [d], [g], del paso de /s/ final a [h], de la existencia de [ϕ] bilabial por /f/ labiodental y de otros rasgos que Lenz creía característicos de Chile.”
4 Que bien podría definirse cono heseo o s/heseo.
En otras zonas tanto americanas como españolas en donde no se habló el náhuat se dio el mismo fenómeno. 2. La aspiración de s como una realización el fonema nahua velar, fricativo no sonoro. La aspiración de s es un fenómeno reconocido y documentado en mayor o menor proporción en todos los países de Hispanoamérica, por lo que tampoco se trata de sustrato nahua. Por otra parte, tal realización de s aspiración se caracteriza como su nombre lo indica por ser faríngea no velar; es decir, que z, c y s se redujeron a una serie de alófonos de s (seseo) entre los que están el fricativo, alveolar, sordo; el fricativo faríngeo sordo y otros en el español salvadoreño. 3. Yeísmo por influencia náhuat Según Geoffroy Rivas “La ll del castellano se cambió por una y bien marcada, que no sólo substituyó a aquel fonema sino que se introdujo donde no existe” (1969: 18, 1987: 17-18) Este fenómeno, también, ha sido reconocido en zonas en donde no se habló el náhuat, por una parte, y por la otra , sobre su incorporación en “donde no existe”–y epentética- cabe dentro de la explicación de Quilis (1987) sobre la tendencia antihiática del español5.
5 conforme a las frías y rígidas normas (…) sino observando los cotidianos cambios que el pueblo –ese genial modificador de las lenguas- va introduciendo en ellas” (Geoffroy Rivas;1966:7).
Sin embargo, los trabajos de Geoffroy Rivas tienen un carácter relevante por ser los únicos que se proponen como objeto el español salvadoreño en su totalidad (estudio global), porque se alejan de la tradición prescriptiva (que da normas para hablar y escribir correctamente); abordan los diversos niveles de la lengua y no se sustentan sólo en la literatura costumbrista. Como el mismo autor señala en el discurso de su incorporación a la Academia Salvadoreña de la Lengua en 1966: “Me he dedicado desde hace años al estudio del idioma, no en su aspecto académico, no

Para Quilis, la tendencia en el español es transformar toda secuencia vocálica heterosilábica en secuencia vocálica tautosilábica (diptongo o triptongo) o a introducir una consonante entre los dos elementos vocálicos: V – V > VV (diptongo) o V – V > VCV (cfr. Quilis 1987: 56).

Pese a que hoy en día se puede demostrar que muchos de los fenómenos considerados influencia del náhuat por Geoffroy Rivas, y otros suscriptores de la teoría sustratista-indigenista, también ocurren en zonas lingüísticas de toda América en las que nunca se habló aquella lengua, y algunos hasta en la misma España, los trabajos de Geoffroy Rivas en el contexto de su producción encierran una doble subversión académica en el país: primero, porque Geoffroy Rivas se atreve a presentar explicaciones de cómo el español salvadoreño tiene una influencia de la lengua indígena, y no hay que perder de vista que después de los sucesos de 1932 a la población indígena se le negó en el país hasta el derecho de hablar su lengua, hablar náhuat era motivo de persecución. Este respeto admiración por lo indígena va a ser una constante en otros ámbitos de su trabajo: en poesía, ensayística, etc.
Segundo, Geoffroy Rivas visualiza la necesidad de una descripción del español salvadoreño desde el habla de los hombres y mujeres de a pie; desde el pueblo en su expresión llana, desde quienes viven “por la volunta de Dioh”; “abriéndose camino a pehcosada”; “echándose talaguashtasoh” y anunciando a todo pulmón “usah…” en medio del humo de los buses, el polvo y el calor o, ya en nuestros días, trabajando en la maquila con la música del buky mayor de fondo.
Los trabajos de Geoffroy Rivas, sin embrago, se deben dimensionar y contextualizar para poder avanzar más allá del punto en donde aún nos encontramos, ya que como apunta Lipski (2000) “dentro del ámbito centroamericano, el habla de El Salvador sufre de una crítica escasez de trabajos descriptivos y teóricos, ya que en las últimas décadas la dialectología en El Salvador no ha podido avanzar al compás de los trabajos comparativos en otras naciones hispanoamericanas”. Los meritos que encontramos en el trabajo de Geoffroy Rivas debemos matizarlos y reconocer que nuestro maestro, retoma a mediados de los setenta la tesis sustratista de Enríquez Ureña de los años veinte, y que se dedica a presentar como el español salvadoreño está marcado por la influencia del pipil mediante su lista de nahuatismos en el español y en el lexicón de salvadoreñismos, cuando curiosamente era ya una teoría superada en la Dialectología hispanoamericana de la época. Como botón de muestra cito nada más los trabajos de Lope Blanch en México a finales de los años sesenta. Así también,
Geoffroy Rivas, según Henríquez (cfr. 2001: 45-47), “axagera” al afirmar que fenómenos generales a toda América y a buen aparte de España como el seseo (sustitución de S, C y Z por S); el yeismo (sustitución de Y por LL) y otros relacionados con la formación de palabras (diminutivo, etc.), formas verbales y sintácticas tienen como motivación el contacto con las lenguas indígenas.
Por otra parte, presentar como característica central del español salvadoreño sendos listados de palabras de origen náhuat no deja de tener serios inconvenientes de tipo metodológico-teóricos como los son: que el porcentaje de estas palabras es muy reducido en relación a los usos coloquiales de otras; que la lengua cambia y que lo característico se construye en momentos determinados (estudios sincrónicos) y no sólo proviene de los orígenes; que en un diccionario de salvadoreñismos se deben considerar variaciones dialectales de todo el país y reconocer las influencias de otras lenguas indígenas (lenca, etc.), se debe considerar al describir el español salvadoreño las variaciones originadas por el uso de la lengua en el país y su relación con los usos en otras zonas hispano hablantes. Se debe considerar, también, qué rasgos compartimos con las variantes andaluzas del español, con Centroamérica y el resto de América Hispana.
Pero quizás, el reto mayor de estos trabajos y los que están por venir en el país es sustentar las observaciones sobre nuestro español en un sólida investigación de campo. Anunciando el método de trabajo, la forma como se recogen los datos, las comunidades con las que se trabaja y las visiones teóricas que respaldan los análisis. Mas, para mientras esas investigaciones no se hagan o no salgan al debate público no nos queda más que intentar refutar con trabajos de investigación las palabras de Lara Martínez (2001) al referirse a los trabajos de Geoffroy Rivas: “No sería descabellado afirmar que la lingüística salvadoreña no ha avanzado mucho más allá de ese trabajo pionero”.
Bibliografía – Azcúnaga López, R. A. (2003): “Atlas lingüístico pluridimensional de El Salvador” Proyecto de Tesis para optar al grado de Doctor en Artes y Letras de América Central, Universidad Nacional, Costa Rica. -Bonilla, C. (1975): “Necesidad de SH en nuestra lengua hispanosalvadoreña”, en La Universidad, marzo-abril de 1975, pp.12-13. San Salvador: Imprenta Universitaria. -Canfield, D. L. (1962): La pronunciación del español en América. Bogotá: ICC. – Geoffroy Rivas, P. (1966): Discurso de su incorporación a la Academia Salvadoreña de la Lengua, en Centenario de la Academia salvadoreña de la lengua 1876-1976, San Salvador: publicaciones del Ministerio del Interior. – Geoffroy Rivas, P. (1978): La lengua salvadoreña, 2a. ed., San Salvador: Dirección de Publicaciones e Impresos del Ministerio de Educación, 1987. – Geoffroy Rivas, P. (1975): El español que hablamos en El Salvador, San Salvador, San Salvador: Dirección de Publicaciones e Impresos del Ministerio de Educación. – Geoffroy Rivas, P. (1973): Toponimia nahuat de Cuscatlán, Ministerio de Educación. -Henríquez, J.R. (2001): Antología Lingüística IX. Estudios sobre el español salvadoreño, San Salvador: ediciones Maquilishuat. -Lara Martínez, R. : Bibliografía crítica sobre Pedro Geoffroy Rivas. (personal) -Lara Martínez, R. (2001): Pedro Geoffroy Rivas, la poetización de la ciencia. (Ponencia magistral en el Encuentro de la Red Centroamericana de Antropología, Universidad Tecnológica, San Salvador, 21-24 de febrero de 2001) -Lipski, J. M. (1994): Latin American spanish, New York, Longman Linguistics Library. -Lipski, J. M (2000): El español que se habla en El Salvador y su importancia para la dialectología hispanoamérica, en Científica, Universidad Don Bosco, año 1, número 2, 2000. -Lipski, J. M (1987): Fonética y Fonología del español de Honduras, Tegucigalpa: Guaymuras, s.a. -Lópe Blanch, J. M. (1989): Estudios de lingüística hispanoamericana, México: Universidad Autónoma de México. -Quilis, A. (1987): Lengua española I Madrid: Universidad Nacional de Educación a Distancia. – http://www.nortropic.com -http://www.dpi.gob.sv -http://www.etnologue.com

Una muestra pintoresca del español salvadoreño

Una muestra pintoresca del español salvadoreño
Raúl Azcunaga (septiembre de 2009)

Hace unos días una buena amiga, la directora de la biblioteca de la Facultad Multidisciplinaria de Occidente, me mandó una muestra pintoresca de nuestro español, muestra ingeniosa, burlona e irreverente de la muy conocida Loteria de Atiquizaya, transcribo fielmente (copio en la realidad el archivo) y pongo a disposición de todos esta joya de una corona tan grande como lo es el español salvadoreño. Lo hago no sin antes dar una opinión incial y no muy profunda sobre el tema.

El lenguaje soez en la sociedad occidental-cristiana es un tabú lingüístico, un asunto de irreverencia de los grupos marginales ante la rigidéz de los discursos de la iglesia, la tradición y el despotismo académico. Es decir, las personas expresan un especie de liberación lingüística por lo disonante de sus frases. Lo soez se vuelve un ataque a la estética burguesa clerical ilustrada. Hay quienes hasta llegan a sentir disfrute erótico con estas palabras. Las palabras se vuelven objeto de deseo, sobre todo en personas que han padecido altos niveles de represión en la familia, la iglesia o la escuela.
Hay sociedades en las que estas palabras no tinen el mismo esfecto, ni fascinación. En España por ejemplo, aunque tienen otras, claro está.

Las palabras soeces no se pueden considerar como “piedra angular de la cultura pupular” pues es una mera exageración, hay cierto folklorismo burlón entre quienes alavan estas formas. Bajtin, estudioso ruso, ubica este tipo de juegos verbales en “lo grotesco del carnaval” y “la risa”. Se busca causar risa, humor; la carcajada viene siendo una especie de liberación final de lo seremonioso, de todo lo solemne, principamente de la misa y la clase. Aunque hay cada cura… y cada profesor…
En estas muestras la estructura del verso es muy sencilla y las rimas son bastante corrientes, no hay sorpresa, ni sutileza. Es un lenguaje naturalista, con formas muy sencillas. Característico del folklore.
Sin embargo, no se puede decir que algo como esto es “malo” o “bueno” más allá del bien y del mal, lo importante en estas expresiones culturales (son culturales aunque no se crea) es el ingenio popular, el juego, lo que los mexicanos llaman “albur”. Además, en su mayoría son construcciones colectivas que se mantienen mediante la oralidad y dan identidad a una práctica ritual (el juego de lotería) específico de Atquizaya. Cito:
LA LOTERIA DE ATIQUIZAYA
No obstante su vulgaridad, la Lotería de Atiquizaya es una de las piedras angulares de la cultura popular salvadoreña. Escribir tanto verso “sexy” requiere de un talento asombroso y una imaginación quevedesca. A los que piensen que es una leperada lo que van a leer, los invito a que lo piensen dos veces y traten de hacer aunque sea un verso y verán que la Lotería de Atiquizaya es digna de un Premio de Literatura para adultos

Muy buenas noches señores
Fuera manos va pelota
Aquí están sus niños cantores
Dándole vuelta a la urnota.

Anoten bien sus cartones
Presten atención cabrones
Que todos van a escuchar
Cositas que han de gustar.

La rana se fue a bañar,
el sapo la fue a vigiar.
La rana que se desliza
y sapo que se la PIZA
El Sapo
Adelante va la iguana
más atrás va la taltuza,
la mujer de nalgas pachas
tiene grande la pupusa!
La Iguana

AL CENTRO SEÑORES
QUE VA PELOTA!
Cantarito de agua helada
Que vas a lomo de mulo
Cuando la miras parada
Hasta se te encrespa el culo
El cantarito

Viste el rey su leva cuta
Y luego hace desfilar
Cuatro mil hijos de puta
Y a la orilla de la mar
La chalupa no se cansa de remar.
La chalupa

El día que yo me muera
La cabeza de mi mona
Será por dentro y por fuera
La calavera pelona
La calavera

Si es larga topa
Si es gruesa rosa
Si es chiquita retoza
Pero el culo siempre goza
La rosa

Cierra las piernas mujer
Le dijo el indio a la indiana
No ves que te pueden ver
La estrella de la mañana
La estrella

Tengo cachetes de gringo
Dicen todos los cipotes
Soy bueno para las flores
y reviento los cerotes.
El sol
Estos versos sí son nuevos
Y hay que decirlos con maña
No es lo mismo huevos de araña
Que si me arañas lo huevos.
La araña

Me cago en Sydney, Canberra
Luxemburgo y Barcelona
Y me cago en la corona
De la reina de Inglaterra
La corona

Melón y melambes
Fueron a coser un guiso
Melón cocinó los huevos
Y Melambes el chorizo
El melón

Un árabe repetía
Jara jara jara muta
Y un cristiano respondía
Coman mierda hijos de puta!
Las jaras

Soldado de casco nuevo
Que vives en el cuartel
Mejor me agarras un huevo
Y te diviertes con el.
El soldado

Anoche estaba tu hermana
En una hermosa haragana
Con aquel su novio guapo
Que la tenía como rana
Y le quitaba la gana
Con un garganteo de sapo.
La rana

No importa que el bronce gima
Al son de la campanada
Una verga bien templada
Hasta el corazón lastima
El corazón

Estaba Santa Teresa
Subida en un alto pino
Mamándole la cabeza
A Santo Tomás de Aquino
El pino

Negrito, negrito chulo
Dijo la negra Leonor
Negrito tenes el culo
Le contesta Salvador
El negrito

El que se cagó en la estaca
Y no la pudo limpiar
Toda la llenó de caca
Y nunca ha aprendido a hablar
El cotorro

Esta cipota cochina
La torta no se ha lavado
¿Que no ves que la cocina
Te va a apestar a pescado?
El pescado

En lo mejor de la juerga
Llegó el músico y su orquesta
Y la reina de la fiesta
Se le prendió de la verga.
El músico

El catrín sale a paseo
De levita y de bastón
Yo pienso cuando lo veo
Que hijueputa mas cabrón.
El catrín

Afila tu yatagán
Le dijo el sastre al barbero
Y pisate en el zaguán
Al valiente cuchillero.
El valiente

Una niña con acierto
Y no menos disimulo
Dispuso meterse abierto
Un paraguas en el culo.
El paraguas

El indio apache del norte
Guapo y valiente el norteño
A su preciosa consorte
Le ensarta tamaño leño
El indio

Que hermosas se ven la peras
Cuando cuelga de la rama
Así se me ven los huevos
Cuando te tengo en la cama
La pera

Ay qué tristeza ha de dar
Ver la mujer que uno estima
Con un hijueputa encima
Y no podérselo quitar
La dama

Aunque seya feya feya
Mi vecina la doncella
Me la cojo día y noche
si me empino una botella.
La botella

Del gallo quisiera el canto
y del burro su instrumento
Pa’ metértela hasta adentro
Hoy que es día de tu santo.
El gallo

Dándole gusto a tu culo
Hiciste una gran fortuna
El primero fue Virulo
te cogió bajo la luna
La luna

Quien del ruido del tambor
Siente placer y disfruta
Es porque tiene valor
O porque es un hijueputa!
El tambor

Yo tengo un bicho pelón
Que de noche usa un gran gorro,
si te ve de culumbrón
Bien te hace pedir socorro
El gorro

Un disparo oyó Colón
Y dijo con mucho enfado
Que hijueputa mas cabrón
Ya se tiró mi venado
El venado

Prendido como cotuza
Encontramos a un cabrón
Sin pensar que la pupusa
Le apestaba a camarón
El camarón

Lo viene chiniando a lomo
Al que le dicen Sansón
Tiene los huevos de plomo
El muchacho culerón
Y de venirlo chiniando
Hasta se viene cagando
El mundo

Recuerda la noche triste
La noche en que me lo diste
Por salir a la carrera
Tropezaste en la escalera
La escalera

A la sombra de aquel árbol
de tu jardín fui a cagar
Sin saber que con mi plasta
Te habría de conquistar
El árbol

No importa que el bronce gima
Al son de la campanada
Una verga bien templada
Hasta el corazón lastima
La campana

La sirena llora y llora
En el fondo de la mar
Porque su pupusa añora
El tufito a calamar.
La sirena

No hay suplicio mundano
Ni dolor mas espantoso
Que te metan en el ano
Un nopal verde y hermoso
El nopal

La garza es un ave rara
Con tamaño pescuezote
Así de largo deseara
Que se hiciera mi garrote
La garza

Meta y saque, saque y meta
Estas hijas de maceta
Si el culo se les inquieta
Aunque les arda la jeta
La quieren toda completa.
La maceta

La bota rechinadora
Me la dio una mi cipota
Que era una gran mamadora
Pero se hacía la idiota.
La bota

La que regala la torta
Y no toma su pastilla
A la larga o a la corta
Desarrolla su sandía
La sandía

Hoy la suerte me ha fallado
dijo el culero Virulo,
por andar prestando el culo
a la muerte me he encontrado
La muerte

Que baboso más vergón
El que toca en esta orquesta
Cuando toca el bandolón
La verga se le alebresta.
El bandolón

En el cazo me cagué
Creyendo que me querías
Hoy que sé que no me quieres
Dame la caca que es mía.
El cazo

Barrilito de cerveza
de cerveza nacional,
súbeteme a la cabeza
pero no te digo a cuál
El barril

La francesa del can-can
le dijo al Sargento Angulo
como braza queda el culo
si te pica un alacrán.
El alacrán

Así como sos de fea
que nadie te puede ver,
hacé pacto con el diablo,
talvez te venga a coger
El diablo

Las cuerdas del arpa suenan
en un armonioso son,
así gemía tu hermana
cuando le bajé el calzón.
El arpa

Un pájaro se metió
por la ventana a un convento,
qué alegres están las monjas
Con el pajarito adentro
El pájaro

Marcelo con violoncelo
Ramón con el bandoleón
Y tu prima la Marielo
Se caga de la emoción
El violoncelo

El sacristán bien borracho
me ha venido a preguntar
si tiene tremendo cacho
el que se lo va a pisar
El borracho

Esa bicha pupusuda
Que está a punto de cagar
Quiere la venga a limpiar
La mano negra y peluda
La mano

En la palma de tu mano,
te lo leyó la adivina,
la cogida con Cipriano
fue la cosa mas divina
La palma

La lotería ha acabado
Ya no encuentro qué rimar
Y al que no le haya gustado
Que me la venga a mamar.

La cususa, ese deleite prohibido

La cususa, ese deleite prohibido

“Procura bebidas fuertes al que va a perecer,
vino, al corazón colmado de amargura:
¡que beba!, ¡qué olvide su miseria!
¡que no recuerde más su pena!”

Proverbios XXXI, 6-7

Algunos especialistas en mercadotecnia tratan de hacernos creer que el ron es algo muy nuestro, pues se originó cerca de aquí y llegó a esta tierra para formar parte de nuestra identidad. Es indiscutible que la historia del ron es fascinante, desde sus orígenes en Barbados en el siglo XVII, cuando todavía era el Kill-Devil o Rumbeillon, convirtiéndose luego en un símbolo de marineros y piratas; hasta su posterior diseminación en todas las Antillas y el nacimiento, bajo un nido de murciélagos, de la fábrica Bacardí en Cuba, finalizando luego en su diseminación en toda América. De esta forma el sabor del ron lleva de manera intrínseca el espíritu del mar y la aventura. No obstante, hay otra bebida cuyos orígenes están envueltos en una aura de misterio y mucho más cerca de nosotros; una bebida que está ligada a lo prohibido, a lo clandestino, a lo conspirativo y que por su arraigo en la mayoría del territorio nacional, por su carácter artesanal y hasta cierto punto folklórico tiene una mayor representación de la cultura nicaragüense que cualquier otra bebida alcohólica: la cususa.

Es indudable que la introducción del alambique en el país representa un hito cuya relevancia los historiadores no han sabido resaltar en toda su dimensión. Ese artilugio que lograba transformar un caldo de fermento, de color y olor desagradables, en un líquido cristalino y embriagante, no dejaba de representar algo mágico para la gente. De tal manera que después de estudiar su funcionamiento por varios años en las primeras fábricas de aguardiente del país, era inevitable su clonación. Al inicio, se empezó a improvisar destilando fermentos provenientes de la caña de azúcar para obtener a nivel casero el preciado aguardiente o guaro, sin embargo, el ingenio del nicaragüense asoció el fermento del maíz, que en forma de chicha representó una bebida cultural de los pueblos indígenas, con el fermento de la caña y decidieron jugar con estos elementos resultando de esta forma la cususa.

Respecto al nombre, no existe ninguna investigación profunda y precisa sobre su origen, solamente se conoce que el vocablo es de origen maya y según algunos curiosos, tal vez bajo el influjo de esta bebida, aseguran que en alguna ramificación de la lengua maya, en particular la que hablan los pueblos ´mames, cususa significa “agua loca”, aunque en realidad el que se pone loco es el que la ingiere sin medida.

En el siglo XIX se registra una proliferación de alambiques en todo el territorio nacional, en especial en las zonas rurales. En donde se producía maíz y había un trapiche cerca, de seguro había un alambique, convirtiéndose así la cususa en la bebida que acompañaba a la población en sus principales celebraciones. Es importante señalar que históricamente la producción de alcohol en el Nuevo Mundo estuvo controlada y prohibida al pueblo por repetidas Cédulas Reales, bajo el amparo de un paternalismo que cuidaba el estado mental de los indígenas que no tenían la entereza de los hidalgos para beber con templanza. En la vida republicana, el alcohol continuó siendo objeto de prohibiciones, pues por ejemplo el 26 de febrero de 1918 el Gobierno de Nicaragua emitió una Ley que declaraba ilícito el comercio de aguardiente de caña, frutas y otros, si el gobierno no lo autorizaba de previo y que estaba dirigida en forma específica a frenar la producción de cususa a fin de proteger el monopolio del guaro, que estaba en manos del gobierno y cuya comercialización estaba concesionada a los amigos del régimen de turno. También es curioso que el General de Hombres Libres, en una ordenanza prohibiera la fabricación de cususa, manifestando literalmente: “He observado que muchos jefes se han envolado y esto nos hace un gran daño, pues al que le gusta el guaro lo vusca, por consiguiente los responsables son los cususeros”.

La cususa se obtiene a través de la fermentación del maíz, mediante un proceso que varía de acuerdo a cada región del país y del ingenio y experiencia del cususero. Es un proceso simple, sin embargo, si no se realiza como debe ser puede producir una cususa de mala calidad o bien que conduzca a serias intoxicaciones. En un saco de bramante o harinero se pone a “nacer” o germinar un medio de maíz, regándolo regularmente y a los cuatro días que empiezan a brotar las plántulas se quiebra sobre una tabla de madera, preferiblemente con una piedra. Luego en una tinaja de barro, aunque algunos utilizan un tonel de madera, se pone el maíz ya machacado, se le agrega el dulce de rapadura, que algunos prefieren del dulce blanco de ocho a doce atados, o bien este último mezclado con guarapo y luego de 25 a 30 litros de agua. En los lugares en donde no hay trapiche cerca, se utiliza el azúcar. El recipiente se tapa con malla cielo y se pone a fermentar por tres o cuatro días, según el clima de la región y cuando la chicha está “muerta”, es decir cuando se calma la ebullición o se pasan los “calambres” como dicen, evidenciado esto porque sale una burbuja a la superficie cada dos minutos, entonces quiere decir que ya está lista la “sopa” para su destilación.

Algunos cususeros imprimen su sello particular en esta parte del proceso. Quienes desean un producto fuerte con un sabor dulcete le agregan cinco sobres de levadura Fleishman a la sopa. En cambio si se desea una cususa extra seca, al estilo vodka, se le agrega arroz. Para obtener un toque parecido al whisky, con un carácter denso y aromático, se le agrega cebada, sin embargo, el sorgo millón le otorga cierto toque amargo como el ajenjo.

Luego sigue el proceso de destilación en el alambique. Es importante resaltar que de las características del alambique depende en gran medida la calidad de la cususa a obtener. La mayoría de los alambiques artesanales de cususa son de barro o de cobre. En algunos casos algunos improvisados en este menester utilizan o bien pichingas de leche o latas de aceite, obteniendo un producto de pésima calidad que fácilmente conduce a la intoxicación. Las serpentinas en donde se condensa el alcohol generalmente son de cobre y se sumergen en barriles llenos de agua fría.

A lo largo de toda la república puede encontrarse una diversidad de estilos de alambique, desde los más sencillos de barro, hasta aquellos con un toque de originalidad como los que tienen el cuello elevado de bambú, cuyo sello de las uniones es de masa de guineo verde. Tal vez el alambique más impresionante ha sido el de los Román en Carazo, cerca de El Rosario, que estaba fabricado a partir de una cisterna de bomberos, de las que todavía eran de cobre, con serpentinas de 70 vueltas y enfriada en un tonel de barco. La llave de salida era enorme, como de pipa de agua y tenía puesto un calcetín de boy scout para que no salpicara.

Al igual que todos los alcoholes, el proceso de destilación va dando diferentes calidades del producto. En la destilación de la cususa, primero se obtiene lo que se conoce con el nombre de cogollo y que tiene una graduación cercana a los 70 grados, luego viene una segunda calidad que en algunos lados se conoce con el nombre de aguarrala y en otras partes como mixtura y se utiliza con fines medicinales y al final sale la charbasca. La sabiduría del buen cususero se refleja en la identificación de estas tres etapas, para lo cual se requiere de una gran experiencia, olfato, mucho ojo y a veces mucho dedo, pues hacen una prueba que consiste en mojarse el dedo y acercarlo al fuego y dependiendo de si levanta llama y de qué intensidad, saben el contenido alcohólico y la calidad.

La cususa no debe envasarse inmediatamente, sino que debe dejarse reposar, algunos la dejan reposar en toneles de roble lo que ayuda a mejorar su sabor. Es muy usual que una vez lista la cususa, se realicen preparados o “curados” como también se les conoce. En algunas partes maceran limón en cususa, igual al proceso del célebre Limoncello en Italia, otros le agregan cáscaras de cidra o de mandarina. Sin embargo, el más famoso es el “Morir Soñando” preparado cuya invención se disputan varias localidades entre ellas Camoapa, Juigalpa y Estelí. El Morir Soñando se prepara con cususa, clavo de olor, canela, ciruelas y raíces de limón indio, otros le agregan ron, miel de azúcar y hasta colorante.

Una buena cususa supera por mucho al ron y podría decirse que se acerca mucho al vodka, al whisky o al tequila. No obstante, una cususa mal preparada puede causar intoxicaciones severas o mínimo un dolor de cabeza intenso y mal aliento. Los estragos de la cususa mal preparada están fielmente reflejados en el relato de Pío Martínez: “Goyita del Espíritu Santo”, en su blog “Aquellos tiempones”.

Ahora bien, si la cususa se preparara, en lugar de los artesanales alambiques del campo nicaragüense, en un alambique Coffey, seguramente que se obtendría un producto que no tendría nada que envidiarle a los más finos espíritus del mundo.

Generalmente la cususa se bebe sola, como dicen al “estraik” y servida en guacal, algunos valientes, sin embargo, se la pasan con cerveza. Por su graduación alcohólica es como se decía antes, un trago de hombre viejo. Sin entrar en discusiones de carácter sexista, un hombre de pelo en pecho, aún acostumbrado al trago, con dos o tres rielazos de cususa se pone como Roberto Rivas, no millonario, sino cachetón y con cuatro ya puede echarse un discurso bolivariano. Si la cususa es de mala calidad, al segundo ya siente ocho megatones en la cabeza, se pone llorón y desconoce hasta su progenitora, con tres o cuatro puede empezar a imitar a José Feliciano. Las mujeres en general le huyen a la cususa, en especial aquellas que a la mitad del primero sienten que se le subieron las copas y empieza a flaquear su voluntad.

Con el tiempo han surgido algunos cocteles que vale la pena mencionar acá, bajo la advertencia que cualquier agregado dulce a la cususa le eleva invariablemente al octanaje, de por sí considerable. El Quiebraplata, que lleva cususa de maíz blanco, dulce y limón que le llega fácil a un Tom Collins. El Cadejo que se prepara con Kola Shaler. El Pétalo de Rosas que lleva fresco de mamón y obtiene un color peach. El Pinki Pinki de la Costa Atlántica que lleva anís y colorante rosado. El “Bailarina” preparado con jugo de naranja, baturro de consagrar, ensa blanca y gajos de la naranja, es sumamente fuerte y al segundo coctel el sujeto empieza a bailar como Shakira. Existe una variación del Sunrise, preparado con la ayuda de un raspadero pues es una especie de frapé, se le pone hielo cepillado, jugo de naranja, la cususa, un trozo de piña en forma de abanico y se rellena con sirope de raspado del rojo, en algunas partes se le conoce como “Bicolor” y en otras partes como “Payasito” y al segundo mecatazo se realiza una imitación del Hombre de la Máscara de Hierro. Para estas épocas navideñas se estila un Ponche, preparado con jugo de cítricos, cususa extra dry, Kola Shaler, Vermuth Condor, cerveza, azúcar y hielito pi-picado y muchos juran que al segundo han visto la estrella de Belén y se sienten Reyes Magos. Dicen que pasando Santa María de Ostuma había una cantina disfrazada de pulpería propiedad de unos intelectuales conocidos como “Los chichones” que tenían unos cocteles de cususa llamados “Lo Fatal” y “A Margarita Debayle”, sin embargo no pasaban corriente y nadie nunca supo la receta de esos preparados tan darianos. Cuentan que fueron muchos que con dos tragos de “Lo Fatal” no sabían ni de dónde venían ni hacia dónde iban.

Es importante resaltar los aportes de la cususa a la gastronomía nicaragüense, pues en muchas regiones, especialmente en el norte se utiliza para cocinar. Por su alta concentración alcohólica es ideal para preparar carne de “monte” como se conoce a los animales silvestres: jabalí, cusuco, conejo, guardatinaja, gallina de monte, en cuya preparación la cususa es un coadyuvante efectivo para eliminar el chicuije, propio de estas especies. Otro de los usos que se le da es para realizar un preparado con la mixtura de la cususa, miel, pimienta, comino, canela y clavo de olor y que se le administra a las parturientas hasta finalizar la cuarentena, sin embargo, la dosis de mixtura debe ser exacta, pues de lo contrario puede resultar contraproducente.

Al igual que en el deporte, en este oficio de preparar la cususa debería existir un Salón de la Fama en donde se rinda tributo a aquellos artesanos del espíritu que se han distinguido por la calidad de su cususa. Estoy seguro que cada quien conoce a algún exponente de su región, sin embargo, es importante resaltar el trabajo de Tata Beto en Jinotega, Colacho Fonseca en Carazo, Don Henríquez en Santa Cruz, “Cara de León” adelantito de Sébaco, La Hortensia en la carretera vieja a Masaya, “Gonzalo Cacho” cerca de La Pólvora en Granada, “Pizón” en León que se mantiene en la más grande clandestinidad, “Cara Limpia” en El Sauce, Doña Mila entre Masaya y Tipitapa, entre otros.

Así pues, la cususa tiene una relevancia indiscutible dentro de la cultura nicaragüense y sería muy pertinente que las autoridades y/o asociaciones turísticas del país convocaran a un concurso nacional a fin de seleccionar al verdadero trago nacional a partir de esta bebida, pues al no estar involucrada ninguna marca en especial, su representatividad sería más transparente.

Deseo hacer patente mi agradecimiento a mi hermano Eduardo, experto en esta materia, más por espíritu investigativo que por otra cosa, cuyos aportes hicieron posible profundizar en este tema.
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23 comentarios

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23 Respuestas a “La cususa, ese deleite prohibido”

Pio
diciembre 19, 2009 en 7:27 pm

¡Qué bárbaro Orlando! Otra vez la sacás del cuadro, tal y como nos tenés acostumbrado. Sólo estoy esperando sacarme la lotería de fin de año, que son unos varios milloncitos de euros en este país en que vivo, para ofrecerte un contrato por un plazo indeterminado, a tiempo completo y bien pagado, para que te dediqués a investigar y escribir sobre estas cosas que nos regalás en cada post tuyo.

Leyendo tu post he recordado que cuando yo era un cipote mi papá a veces le enviaba o le llevaba de regalo a Guillermo Sevilla Sacasa, quien era como sabrás el eterno embajador de Somoza en Washington, un galón de una cususa finísima que producía un hombre, amigo de mi padre, allá en la isla de Ometepe. Según me contaba mi padre, Sevilla Sacasa ofrecía la cususa como una exquisitez, a los más selectos (y más bolos seguramente) de sus visitantes, contándoles que aquel era el licor nacional.

Seguí maestro, investigando sobre estos asuntos (y que siga Eduardo también) y seguí contándonos, que estos tus post arrojan más luz sobre quiénes somos que muchos estudios que se hacen por ahí.

Saludos

Pio
Responder
A.L. Matus
diciembre 19, 2009 en 9:25 pm

Excelente post Maestro. En realidad no había encontrado nada tan completo sobre esa bebida tan injustamente vilipendiada por el Gobierno. Cerca de Camoapa yo probé una cususa de muy buena calidad, pero en realidad con dos tragos uno queda fuera de combate. También ahí probé el Morir Soñando, muy sabroso pero llegador. Coincido con Pío de que debe seguir ilustrándonos sobre estos temas tan nuestros y que de otra forma se van perdiendo en el tiempo. Felicidades.
Responder
Aristides
diciembre 20, 2009 en 3:19 pm

Hombre, que bueno ese artículo, hasta se me hizo agua la boca. Yo secundo tu propuesta de volver a hacer el concurso para elegir el trago nacional, pues eso del Macuá es una estafa. Tal vez debería regularse el contenido alcohólico de la cususa, para evitar excesos y que además las damas tengan acceso sin temores a dicha bebida, pues yo tengo una amiga que con un reatazo de cususa se le suben las copas, pero del brasiere.
Responder
Julio S.
diciembre 20, 2009 en 5:27 pm

Orlando: Buenísimo, ya se nos está haciendo costumbre. Yo recuerdo un alto mando de la gaurdia que mandaba a sus guarditas a traer sábado a sábado su galón de cususa. Se la surtía “chonela” adelante del empalme a Boaco, este aprovechaba la preferencia para tener el alambique en el patio de su casa, junto al baño de tablas. Se convirtió en un sujeto con mucha influencia dentro de la GN, eso sí su cususa era dorada, con un sabor inigualable.
Feliz navidad y un buen año 2010.
Responder
Yolanda
diciembre 20, 2009 en 5:57 pm

Muy completo el artículo, sin embargo, a pesar de la advertencia, no deja de tener un tono sexista. Eso de que las mujeres no podemos o no debemos tomar es una actitud puramente machista. El hecho de que sea más difícil que una mujer tenga mayor control sobre su forma de beber no significa que no disfrute de un buen trago o que no lo aguante. Yo me he deleitado con un trago de buena cususa y para muestra un botón, así que no hay por qué seguir buscando la pérdida de conciencia con el exceso. Ah y no se me suben “las copas”
Responder
Tito
diciembre 20, 2009 en 7:03 pm

Excelente su artículo, no le vi lo sexista. En Ocotal la cususa la guardan en vejigas de vaca y por lo general las esconden enterradas. La cususa mal elaborada puede dejarte ciego. Vamos impulsando el concurso de esta bebida que es representativa de nuestra tierra. Me gustó el detalle del general de hombres libres. Yolanda las mujeres cuando beben cususa se ven más lindas y sensuales.
Felicidades.
Responder
Mariano Solís
diciembre 22, 2009 en 3:20 pm

Muy interesante y completo su artículo. Como un modesto aporte al mismo, es necesario recordar que en el proceso de destilación se producen además del etanol, cantidades mínimas de metanol, alcoholes superiores, aldehídos, ésteres, furfural y otros componentes, los cuales deben mantenerse en un mínimo, de lo contrario traen consecuencias graves sobre la salud de quien ingiere el destilado. Una concentración de etanol mayor a 30 mg. por cada 100 ml. a 80 grados proof, produce desde fuertes dolores de cabeza hasta la pérdida de la visión. Me imagino que de ahí es que usted sacó el vacilón con la imitación de José Feliciano.
En cuanto a la ingesta de alcohol de alta graduación alcohólica de parte de las damas, las consideraciones al respecto no se realizan bajo una óptica sexista, sino científica, pues se ha comprobado que el hígado de la mujer tiene una capacidad de procesar ciertos alcoholes a menor velocidad que el hígado del varón. Lo anterior provoca una mayor propensión a la intoxicación si la bebida se ingiere con un ritmo acelerado. Por lo anterior es que ciertas féminas acostumbran, muy sabiamente, a “campanear” su trago. En la otra mano, se tiene que mientras que en el varón la libido se inhibe con la ingesta de alcohol, en las féminas ocurre todo lo contrario, de ahí como dijo un lector se le suben las copas y hay una seria afectación en las piernas.
Responder
Oswaldo Ortega
diciembre 22, 2009 en 9:02 pm

A este artículo únicamente le faltó una advertencia que no te haces responsable por eventuales adicciones que pudiesen desencadenarse entre tus lectores . Yo me pongo a salvo pues por estas latitudes conseguir un trago de cususa es como encontrar las minas del Rey Salomón , de todas formas,tengo una botella de Bourbon “Barrel Proof” a la que esta tarde bajaremos un par reatazos para saludar tu cumpleaños y brindar por la fortuna de tenerte como hermano.
Responder
barrunto
diciembre 23, 2009 en 2:03 am

Yo digo salud con imitación de cususa, ya que no encontré una olla de cobre lo suficientemente grande para obtener un destiladito y brindar por su cumpleaños. Felicidades mi hermano, extraño aquellas celebraciones donde mirábamos subirse las copas.
Responder
Melba
diciembre 26, 2009 en 1:41 am


EXCELENTE artículo. Siempre aprendo algo nuevo con tus investigaciones. En este caso, extensivas felicitaciones para tu hermano.

Salud♥s
Responder
Chepeleón Argüello U
diciembre 27, 2009 en 12:58 am

Orlando; antes que nada, gracias por la cátedra… en mi juventud, había probado con los amigos cususa en Jocote Dulce, después de leer tu artículo, lo comprendo; fue de mala calidad, porque al día siguiente, el dolor de cabeza y el sabor inigualable a excusado, pón pón o mier… me impidió a que la volviera a probarla por muchos tiempo. Años más tarde, encontré una botella de cususa en el ropero de mi mama, fue la última vez, que la vieron me supo extraño porque era de un color rosado, con olor dulce y de sabor distinguido, gracias porque ahora entiendo, la diferencia y no me daría tanto miedo “un” traguito de cususa de la buena…
Es un placer leer tus artículos. Te felicito.
Abrazos
Responder
Mauricio Robleto Abaunza
enero 1, 2010 en 3:35 pm

Estimado Poeta.
Ave Orlando. Leyendo tu Blog, me traslado de Suecia a Nicaragua en cosa de milésimas de segundo, un viaje de ida y regreso. Te agradesco que hagas posible ese desplazamiento. En mi vida he sido muy curioso y prueba de ello es que descubrí un sitio donde yo personalmente, probé la mejor Cususa de Nic. Queda en el Barrio de la Cruz, frente al campo de Footboll de dicho Pueblo, es una casa muy humilde de madera y con pintura blanca. Nada indica que en ese sitio se venda Cususa, pero sí, se puede consumir y disfrutar de tan famoso licor.
Tengo que provar la Cususa de Roman en el Rosario y tambien el famoso “Lo Fatal” a ver si vamos juntos. Un fuerte abrazo.
Responder
Frank
enero 24, 2010 en 7:48 pm

Senor Ortega;
Gracias por traerme de regreso a mi ninez
en Managua. Me da hasta escalofrio recordar mi managua.
Por favor no pares de escribir este tesoro valioso de todos los Nicas.
Un abrazo de hermano. Gracias te mereces un OSCAR !
Responder
jose
octubre 26, 2010 en 8:33 pm

pues la verdad es que si la cususa es buenisima lo unico malo es que en el norte del pais en matagalpa donde he estado en numerosos municipios y he degustado esta maravilla etilica no explican a como antes y por eso varios jovenes le huyen a la cususa pensando que les va dejar la tapas hediondas jajajajajajajajaj a mi me paso cuando la compre por primera ves cerca de la terminal de buses de matagalpa la cotran y un señor muy amable me ofrecio a oler la cususa yo gustoso la oli la primera no olia a mal asi que dije si no huele mal esta bien me la llevo pues me pege una de las mas cabronas mamadas de esos tiempos tenia como 17 años y al dia siguiente un dolor de cabeza un door de estomago y como efecto resultante las tapas a mainhold no eran de esperarse ni con listerine se me quito y hasta me lo llegue a tragar con el tiempo aprendi cual era la buena y hasta la ofrecia a mis amigos de managua igua que la chicha e´coyol de la gateada y el vino e´papa de la patriota cosas buenas que son unica de mi tierra felicidades por recordarme mis buenos y no tan lejanos tiempos de bebedor de cususa
Responder
Nestor Ortega Cruz.
octubre 4, 2011 en 10:48 pm

Buenísimo su artículo Sr. Ortega. Somos hijos del Maíz. Esta exquisita bebida la disfruto como Tequila. Siii! Nada que envidiarle a los otros rones…cuando ofrezco a los amigos un trago les hago saber antes que lo que beberan es lo que yo llamo ¨Tequila mays¨ ( de Zea mays). Invitoles a que no desprecien un buen trago de ¨agua loca¨.
Responder
Sergio Aburto
enero 17, 2012 en 9:26 pm

Excelente Artculo….de veras me gusto como estuvo la redacción y la muy buena información. Felicidades…
Responder
Matt Smith – Detour Travel
abril 3, 2013 en 5:15 pm

Orlando – gracias por compartir todo esto. Voy a Nicaragua por primera vez, y estoy leyendo tus articulos antes para no ser tan ignorante.
Responder
topo
junio 7, 2013 en 1:28 am

Necesito la receta como elaborar cususa paso a poso por favor, es para un proyecto artesanal que tengo que presentar.
Responder
lais guimara hernandez carrio
septiembre 2, 2013 en 9:21 pm

mmmmmmmmmm…………………………….. que rico
Responder
Carlos Melzer
enero 21, 2014 en 9:27 pm

Excelente articulo!!
Existen fotografías de los Román en Carazo y de la cisterna de bomberos?
Responder
A. Bolivar R . Murillo
julio 2, 2014 en 7:52 pm

Muy ilustrativo, aqui en Costa Rica y tambien por herencia centroamericana se fabrica la cususa de forma artesanal, y como en los otros paises se promugaron leyes para perseguir a aquellos que no se acomodan al hecho de que de un plumaso se quieran eliminar tradiciones, bqjo la excusa de protejer la salud del pueblo, cuando en realidad lo que se proteje son monopolios que en este pais los maneja el estado,de ahi la persecusion que se hace, con campañas publicitarias donde se desvirtua la calidad y los efectos en la salud que puede padecer quien lo consuma, empesando por llamarlo guaro de contrabando, que con ese solo nombre se le da un toque ilegal, y por desconocimiento del grueso de la poblacion del nuevo siglo se le hace caso a otros nombres como pedo de chancho o chirrite, que a pesar de ser nombres muy folkloricos logran que las gentes le teman por asco u otros conceptos, a decir verdad esos nombres mensionados yo se los achaco a licores hechos con amaño y malas recetas, adicionandoles ingredientes toxicos para acelerar el proceso, asi como fabricarlo en sitios insalubres y con implementos inadecuados, la palabra cususa ya esta casi extinta en el vocabulario tico, de no ser en algunos libros de escritores ya tambien extintos como Don Fabian Dobles, en ( Los Cuentos de Tata Mundo, o El Sitio De las Abras ) o algunos otros como Ramirez Saizar, de mi parte me he dado a la tarea de divulgar tanto la palabra como la degustacion de la cususa, ya que durante una temporada me retire a las montañas de Turrialba en donde se fabrica a mi concepto la mejor cususa que he probado, y aprendi su elaboracion con los mejores cususeros de la zona, y aprendi a estabilizar y limpiar de metanoles, malos olores, y malos sabores, asi como a darle el contenido alcoholico deseado y a variar el sabor de mismo ,o sea como buen alumno mejore a mis maestros a los cuales les di a manera de pago los tips necesarios para mejorar la calidad del producto, de manera que se vuelva a llegar a restablecer la confianza en los licores de manofactura casera de exelente calidad y que el termino cususa sea aplicado solo a estos.
Responder
Julio Ruiz Galeano
octubre 11, 2014 en 12:12 am

Es lo mejor que he escuchado en mis 66años relacionado con la cususa.En cuanto alconcusrso nacional seria bueno pedirle a Leon Nuñes que prepare las bases del mismo.
Julio Ruiz Galeano.
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Beno
enero 12, 2015 en 8:58 pm

Excelente post, yo había escuchado hablar de la cususa e indudablemente lo que me causaba más curiosidad era el porqué de su prohibición, mi abuelo era devoto de la cususa, tuvo un yerno que le regalaba Whisky, pero él (mi abuelito) lo votaba y llenaba de cususa la botella. En cierta ocasión recuerdo que enfermó (mi abuelito Lucas) y mi padre (Lucas Jr) le dijo que no bebiera más alcohol porque su salud estaba quebrantada y se podía morir, al poco tiempo de esta advertencia mi padre le sintió un olor raro y se fue al cuarto de mi abuelo para revisar si por ahí tenía guaro y en efecto en una botellita de algún tipo de jarabe para la tos había una sustancia que mi papa no podía probar (pues era AA), reconoció sin embargo por su olor lo que era, le pregunto a mi abuelo que es esto y éste le respondió ¨es un remedio¨ entonces mi papa le replico con molestia ¨remedio? esto es cususa¨ y procedió a vaciar la botella tirando su contenido al suelo, mi abuelo molesto le dijo ¨sos solamente un borracho balurde¨ (porque mi papa ya no bebía) y yo me reí a mas no poder por todo lo que se decían, lo recuerdo como si fuera ayer y de esa discusión pasaron ya 25 años. Eventualmente mi abuelito falleció (también mi papa) víctima de un infarto al corazón una semana exacta después de la muerte del gran Sucre Frech, para ser preciso el 03 de febrero del año 1991 en Estelí, ese día yo cumplía 13 años de edad y lo último que mi abuelito me dijo fue ¨feliz cumpleaños hijo¨. Siga escribiendo señor lo felicito.

Crisis brasileña era estrategia golpista

Crisis brasileña era estrategia golpista

Emir Sader

ALAI AMLATINA, 12/05/2016.- La larga crisis brasileña, que algunos dicen que ha empezado con las manifestaciones callejeras de junio del 2013, otros que recién concluidas las elecciones del 2014, gana contornos definidos, conforme desemboca en un golpe blanco. No se puede decir que todo ha sido meticulosa y fríamente calculado, pero es cierto que han terminado siendo piedras de la arquitectura de una estrategia golpista con el objetivo, a como sea y con quien sea, sacar el PT del gobierno.

Ese es el objetivo de la derecha brasileña, así como es la de los otros países con gobiernos progresistas de la región: cerrar el ciclo de gobiernos populares, sacar a esas fuerzas del gobierno, de la forma que sea posible, restablecer el modelo neoliberal. Es lo que ha pasado y está pasando en Brasil ahora.

Hubo quienes creyeron que las manifestaciones del 2013 eran democráticas, que criticaban al gobierno y al PT desde un punto de vista de izquierda. Tremendo engaño: era el comienzo de la onda de descalificación de la política, primer paso para la ofensiva de la derecha.

Hubo quienes, desde la ultra izquierda, saludaban el final de los gobiernos del PT, su fracaso, el final del ciclo de gobiernos progresistas en América Latina, como si hubiera llegado la hora a la ultra izquierda. Enorme engaño: la alternativa al PT y a los gobiernos progresistas está en la derecha. La misma crisis demostró que el único gran liderazgo popular en Brasil es el de Lula. Que las grandes manifestaciones populares tienen en la CUT –Central Única de Trabajadores, cercana al PT– su más grande puntal.

Hubo quienes se han dejado llevar por los medios brasileños y creyeron que el tema central de la crisis era un tema de corrupción del PT. Cuando la crisis se ha profundizado y los medios internacionales mandaron sus corresponsales, todos, unánimemente, se dieron cuenta que los corruptos están del otro lado, son exactamente los golpistas. Que no hay ninguna prueba concreta en contra de Dilma o de Lula, mientras los dirigentes del golpe y más de 200 parlamentarios que lo han votado, son reos de procesos de corrupción en el Supremo Tribunal Federal.

Total, la larga y profunda crisis brasileña es la estrategia de la derecha para recuperar el gobierno y, desde ahí atacar los avances de los últimos casi 13 años en Brasil. Atacar la destinación constitucional de recursos para la educación y la salud, atacar los derechos de los trabajadores, atacar los patrimonios públicos, imponer un durísimo ajuste fiscal, desatar la represión en contra de los movimientos populares, establecer una política internacional de subordinación a los intereses de los Estados Unidos. Esos son los objetivos del golpe blanco, que se fue gestando a lo largo de los últimos años en Brasil.

Pretenden sacar al PT y restablecer el modelo neoliberal, el Estado mínimo y la política externa subordinada a los EEUU, y terminar con los gobiernos del PT que dieron prioridad a la lucha en contra de la desigualdad, al rescate del rol activo del Estado y a la política externa soberana. Esos son los objetivos de la larga crisis de desestabilización en Brasil.

La izquierda en su conjunto y todos los movimientos sociales lo han comprendido muy bien, se han unido en defensa de la democracia, en contra del golpe, a sabiendas que lo que viene, como en Argentina, es una venganza en contra del pueblo y de sus derechos.

Pero a diferencia de un golpe militar o de una victoria electoral, la derecha brasileña tiene que enfrentarse al más grande movimiento de masas que el país haya conocido, con su falta absoluta de propuestas que pudieran darle legitimidad y apoyo popular, con el liderazgo de Lula, el único con enorme respaldo popular.

Son tiempos de lucha, de disputa, de inestabilidad, de crisis hegemónica profunda. El juego no ha terminado, al contrario, se ha profundizado, los enfrentamientos de clase han quedado mucho más visibles. Brasil ya no será el mismo después de esta crisis. La derecha ya no se disfrazará de civilizada, de democrática, de reformista, para aparecer como es: neoliberal, corrupta, golpista (El gobierno de Temer, por primera vez, desde la dictadura, tendrá apenas a hombres, blancos, desde luego, adultos, reaccionarios, corruptos).

Mientras que la izquierda está comprometida con volver al gobierno para desatar los nudos que han bloqueado sus gobiernos y han llevado al golpe, principalmente la democratización de los medios, el quiebre de la hegemonía del capital especulativo, la reforma del sistema electoral, entre tantas otras reformas. Esa disputa es la que caracteriza al nuevo período político abierto hoy en Brasil.

– Emir Sader, sociólogo y científico político brasileño, es coordinador del Laboratorio de Políticas Públicas de la Universidad Estadual de Rio de Janeiro (UERJ).

Presentan en Santa Ana libro de Roberto Pineda sobre el PCS

Presentan en Santa Ana libro de Roberto Pineda sobre el PCS

SANTA ANA, 7 de mayo de 2016 (SIEP) “Es para nosotros clave el rescate de la memoria histórica, de nuestras raíces de lucha…” enfatizó el Lic. Oscar Rodríguez, Coordinador Departamental del FMLN en la presentación realizada esta mañana en el Museo Regional de Occidente, del libro Ideas Emancipadoras y Tradiciones de Lucha. El Partido Comunista de El Salvador (1930-1995) de Roberto Pineda.

Por su parte, el pintor Alex Orantes, subrayó que “conocí a Roberto Pineda en la lucha popular, enfrentándose a las fuerzas oligárquicas que pretenden mantener este país en la miseria; lo conocí junto a obreros y campesinos en las luchas del Bloque Popular Social por la democracia y la justicia…”

Asimismo, Julio Mena, responsable de la Secretaría Departamental de Memoria Histórica del FMLN dijo que “para nosotros es importante que las nuevas generaciones establezcan puentes con las tradiciones de lucha de nuestro pueblo santaneco, por esto es la presencia aquí de Romeo Granadino y otros viejos luchadores sociales, que hay que rescatar como Eduardo Camporreales, Pedro Yan y muchos otros”
Por su parte, Roberto Pineda expresó que “existen variadas fuentes de este libro, entre estas está la de mi regreso al país en 1973, de los Estados Unidos a los 14 años, y mi incorporación a la Asociación de Estudiantes de Secundaria, AES y luego a la Juventud Comunista, JC.”
Agregó que “a la vez a finales de 1976 me incorpore en una brigada de la JC para fortalecer la campaña electoral de la Unión Nacional Opositora, UNO, que llevaba como candidato al Coronel Ernesto Claramount Roseville, y pude conocer a participantes del levantamiento de enero de 1932, me acuerdo de un indígena que vivía la orilla del río Caluco, Bartolo, que hablaba todavía nahuat, sobreviviente que vivió y murió siendo comunista.”
Indicó que “existen dos santanecos que fueron los pilares, los que mantuvieron ondeando la bandera roja y permitieron la continuidad del PCS luego de la derrota de 1932, me refiero a Daniel Castaneda y a Virgilio Guerra. Ellos junto a Miguelito Mármol en Usulutan, fueron los que reconstruyeron al PCS luego de la matanza…”
Finalmente, el veterano comunista Romeo Granadino opinó emocionado que “la lucha siempre va ser nuestra, de nosotros…de los que quieran que nuestro país cambie.”

¿Y el Plan El Salvador Seguro?

¿Y el Plan El Salvador Seguro?
Mientras que el gobierno está empeñado en controlar el vapor que sale de la olla hirviente, el Plan El Salvador Seguro es una propuesta para apagar el fuego que hace hervir a la olla.
Por Mario Vega*28.abr.2016 | 19:39

La responsabilidad del Estado de perseguir el delito es irrenunciable. Su deber es proteger la vida y los bienes de los ciudadanos tomando las medidas que sean necesarias y suficientes para ello. Ese deber no debe delegarlo o trasladarlo a los ciudadanos pues, tal cosa, sería una renuncia a su responsabilidad y un signo peligroso de debilitamiento de la institucionalidad. El límite para las medidas de persecución al delito son el respeto a los derechos humanos, los cuales son inalienables. También el respeto a la legalidad, a los protocolos y a los tratados internacionales. En medio de la vorágine violenta que vivimos es escandaloso que no se hagan esfuerzos por frenar, investigar y mucho menos castigar las evidentes y múltiples violaciones a esos principios.

No se puede resolver la barbarie con más barbarie, no se puede resolver la impunidad con más impunidad, no se puede resolver la crueldad con más crueldad, no se puede vencer la violencia con más violencia. Mientras tanto, el trabajo de prevención de la violencia sigue siendo una materia siempre postergada. Por muchos intentos que los funcionarios hacen por afirmar que las medidas extraordinarias son una extensión del Plan El Salvador Seguro, del Consejo Nacional de Seguridad y Convivencia Ciudadana, nada más alejado de la verdad. El plan no contempla medidas específicas de carácter punitivo ya que no es su función y tampoco lo que se le ha pedido hacer. El Plan El Salvador Seguro es una propuesta a favor de la prevención de la violencia yendo a las raíces que la provocan. Mientras que el gobierno está empeñado en controlar el vapor que sale de la olla hirviente, el Plan El Salvador Seguro es una propuesta para apagar el fuego que hace hervir a la olla.

La impresión de estos meses es que el Plan El Salvador Seguro ha sido dejado de lado para priorizar el aspecto represivo. Como ya se dijo, la prevención no sustituye y tampoco es opuesta a la represión. Pero, dado que no se percibe la misma contundencia en el tema de la prevención ni se decretan medidas extraordinarias de prevención de la violencia, el sabor que queda es que se está postergando todavía más el esfuerzo que debió haberse iniciado hace dos décadas atrás. De esa manera, se nos conduce por un callejón sin salida en donde los supuestos logros en el campo represivo no podrán ser sostenibles en el tiempo. El incremento del aprisionamiento y el endurecimiento de las leyes nos conducen a un colapso mayor del sistema penitenciario y deteriora mucho más la ya casi nula capacidad del Estado para rehabilitar a los reclusos.

Mientras tanto, las condiciones de marginalidad y desarraigo continúan incrementándose y fortaleciendo el ciclo migratorio que conduce a más hogares rotos y éstos a mayor negligencia infantil y ésta a mayor incorporación a las pandillas y éstas a mayores migraciones. La verdad es que no se está haciendo nada significativo ni sostenido para romper con ese ciclo que alimenta interminablemente a las pandillas. El Plan El Salvador Seguro es una apuesta limitada en su alcance y en el tiempo. Pero es un primer paso para comenzar. Pero si ni siquiera se comienza por allí, no hay motivos para que las personas sensatas puedan abrigar algún tipo de esperanza de solución cierta.

*Pastor general iglesia Elim