La construcción de la teoría revolucionaria en El Salvador

La construcción de la teoría revolucionaria en El Salvador Roberto Pineda San Salvador, 5 de mayo de 2015

A lo largo de 90 años (l925-2015) los revolucionarios y las revolucionarias han reflexionado desde la teoría marxista sobre las características de la sociedad salvadoreña y los principales problemas de la estrategia y la táctica de las luchas populares para derrotar a la dictadura militar, a la oligarquía y el imperialismo así como para construir la democracia y el socialismo.

Muchas de estas reflexiones y discusiones han quedado soterradas bajo el manto de la represión, la cárcel, el exilio o la clandestinidad. Una severa derrota en enero de 1932 y 60 años de dictadura militar (1931-1992) lograron reducir estos debates a la opacidad del murmullo. En pocas ocasiones hemos logrado conceptualizar la riqueza de nuestras formas de lucha y los perfiles, sujetos y territorios de nuestra lucha de clases y la densidad de la lucha de clases nos sofoca muchas veces el aliento teórico.

Y lamentablemente la herencia teórica que conocemos de Agustín Farabundo Martí (Teotepeque 1893-1932) principal referente del pensamiento de los primeros siete años del movimiento revolucionario del siglo XX (1925-1932) es muy limitada, se reduce a algunas cartas. Es más su simbología, su ejemplo militante de internacionalista y de revolucionario, que su palabra, la que nos ha servido de sustento y horizonte.

Lo mismo puede decirse de Alfonso Luna, Mario Zapata, Moisés Castro y Morales (+1982 San José, CR) Miguel Ángel Vásquez (circa 1904-1990 Ciudad de México), de los profesor Víctor Manuel Angulo y Juan Campos Bolaños. Del pensamiento de esa generación heroica inicial conocemos muy poco. Y lo poco que se conoce esta por lo general teñido de anticomunismo. Pero la historia siguió marchando.

Después del 32, en los años treinta y cuarenta destacan las figuras de los intelectuales marxistas Julio Fausto Fernández (1913-1981) y Alejandro Dagoberto Marroquín (1911-1917), ambos dirigentes principales en un periodo de la historia del PCS. El primero escribió una interesante obra filosófica en 1950 que fue publicada en la Editorial Pueblos Unidos de Montevideo, Uruguay, titulada “El existencialismo, ideología de un mundo en crisis.”Pero ese mismo año es expulsado del PCS por “aceptar cargos diplomáticos de la dictadura militar” en Brasil y se convierte posteriormente en un cuadro intelectual de la dictadura militar.

En el caso de Marroquín no deserta pero si abandona la lucha popular, aunque deja una importante herencia sociológica, que incluye las obras Panchimalco, Apreciación Sociológica de la independencia salvadoreña. Estudio sobre la crisis de los Años 30 en El Salvador, etc. Otro intelectual de esa época, el periodista Jacinto Castellanos Rivas, secretario privado de Martínez y luego dirigente del PCS, lamentablemente nos privó de conocer sobre las últimas horas de la vida de Farabundo. Asimismo destaca el Dr. Miguel Ángel Flores, originario de Usulutan, el médico Antonio Díaz, de Berlin, y el abogado Toni Vassiliu Hidalgo, dirigente del PCS a principios de los años 50. Durante esta época es en las páginas de Opinión Estudiantil donde se puede rastrear la huella marxista.

Otra figura destacada es el intelectual marxista y participante del levantamiento popular de 1932, Abel Cuenca Martínez (1909-1975 Ciudad de México), originario de Tacuba, exilado en Honduras y luego exilado en Guatemala, donde en mayo de 1951 es nombrado Administrador del Instituto Guatemalteco de Seguridad Social. Regresa en enero de 1957 y ese año escribe la obra Una democracia cafetalera, en la que hace un singular planteamiento marxista de análisis de país y estrategia revolucionaria. Además escribe sobre Francisco Morazán. Su padre, Leopoldo Cuenca, fue fusilado en el 32 en Nahuizalco, y lo fueron también sus hermanos Alfonso y Leopoldo. Otro hermano, Efraín, fue ahorcado.

Otro hermano, Max Ricardo Cuenca (+1965 Santiago de Chile), químico, escribe en 1947 La reforma agraria democrática en Guatemala, publicada por la Confederación de Trabajadores, CTG. En septiembre de 1954 ambos abandonan Guatemala y son exiliados a Chile, donde fueron confinados a un campo de concentración en el “árido norte chileno” (Díaz Castillo 1998). Otra intelectual marxista, Matilde Elena López, en 1940 integrante de la Liga de Escritores Antifascistas, también estuvo en Guatemala y luego en 1954 salió al exilio.

José Celestino Castro, originario de Arcatao, fue un intelectual progresista, biólogo, que enfrentó a la dictadura osorista y escapó de la cárcel en 1952, muere exiliado en Chile. De esta época es el Dr. Gabriel Gallegos Valdés, abogado, dirigente del PCS. Pedro Geoffroy Rivas (1908-1979), periodista, lingüista e intelectual marxista, exilado primero en México y en 1944 en Guatemala, regresa al país en 1956 y publica un combativo periódico, pero unos años después abandona la lucha popular. En 1951 el jurista Napoleón Rodríguez Ruiz (1910-1987), Rector de la UES de 1959 a 1963, publica Historia de las instituciones jurídicas salvadoreñas. Un año antes había publicado la novela Jaraguá. Carlos Lobato (Zacatecoluca 1911-1999) que vivió la mayor parte de su vida en Europa. Juan José Vides, militante del PCS, dirigió Opinión Estudiantil.

El dirigente del PCS y luego fundador de las FPL, Salvador Cayetano Carpio (Santa Tecla 1918-1983 Managua) publica en 1951 Principios Elementales del Sindicalismo; en 1962 su testimonio de las cárceles de la dictadura osorista, Secuestro y Capucha; en 1964 el artículo Corrientes Sindicales en el Movimiento Obrero, así como La huelga general obrera de abril de 1967; en 1982 publica El partido marxista-leninista del proletariado y La lucha de clases, motor del desarrollo del Ejército Popular de Liberación. Y el que es considerado como su testamento político, su discurso en el XII Aniversario de fundación de las FPL (abril de 1983). Y su última carta del 12 de abril de 1983: Palabras al heroico pueblo de El Salvador, a mí querida clase obrera y a la gloriosa FPL Farabundo Martí.

En enero de 1962 el intelectual marxista y militante del PCS, Mauricio de la Selva (Soyapango 1930) escribe en la revista mexicana Cuadernos Americanos El Salvador: 30 años de lucha. El dirigente del PCS, Jorge Arias Gómez (1923-2002) escribe en 1964 su obra Anastasio Aquino: recuerdo, valoración y presencia y posteriormente su obra cumbre en 1972, Farabundo Martí, así como Sandino, semilla de revolución (1995). El intelectual marxista, Rector de la UES (63-67 y 91-95) y fundador del PRTC, Fabio Castillo Figueroa (1920-2012) dejo poca obra escrita. En 1989 escribió Centroamérica: Zona de Paz. Mario Salazar Valiente (1927-2012) publica en 1988 la obra Saltar al Reino de la Libertad.

El intelectual marxista y poeta Roque Dalton (1935-1975), militante primero del PCS y luego del ERP, pública en 1963 en Cuba, El Salvador. Monografía; en 1969 El intelectual y la sociedad; en 1970 ¿Revolución en la revolución? y la críti¬ca de derecha; en 1972 Miguel Mármol. Los sucesos de 1932 en El Salvador, así como Partido revolucionario y lucha armada en la formación social contemporánea de El Salvador, en 1973 Imperialismo y revolución en Centroamérica. El dirigente del PCS y luego del FAPU y la RN, José Napoleón Rodríguez Ruiz publicó en 1965 junto con Roberto Armijo la obra Francisco Gavidia, la Odisea de su Genio.

El intelectual marxista Jorge Bairez (1943-2007) escribe desde la Comisión Militar del PCS de los años sesenta sobre aspectos de estrategia militar. Escribe en 1982 sobre El valor histórico de los testimonios de Miguel Mármol acerca de la insurrección de 1932. Los intelectuales marxistas y dirigentes del PCS, Raúl Castellanos Figueroa (+1970 Moscú) y Roberto Castellanos Calvo (+1994) , periodista uno y economista el otro, lamentablemente producen muy poca teoría, y orientada más hacia la coyuntura.

En 1971 David Alejandro Luna publica Manual de Historia Económica de El Salvador y Algunas facetas esenciales en la vida de Farabundo Martí. En 1972 Mélida Anaya Montes (1929-1983), intelectual marxista y dirigente de ANDES 21 de Junio, luego de las FPL y del BPR, escribe en 1972 La segunda gran batalla de ANDES.
En julio de 1972 Rafael Menjívar Larin (1935-2000), entonces Rector de la UES es exiliado a Costa Rica. En 1976 viaja a México, becado por el Consejo Latinoamericano de Ciencias Sociales (CLACSO) para obtener un doctorado en ciencias políticas, que completó en 1979. En ese periodo y como militante de las FPL, escribe dos obras fundamentales en el desarrollo del pensamiento marxista salvadoreño, que son Acumulación originaria y desarrollo del capitalismo en El Salvador y Formación y lucha del proletariado industrial salvadoreño.

En 1977 un intelectual de origen democristiano, Eduardo Colindres publica la destacada obra Fundamentos económicos de la burguesía salvadoreña. Otro intelectual marxista en esa época, Rafael Guidos Vejar, publica en 1980 su magistral obra El ascenso del militarismo en El Salvador.

El economista marxista Santiago Ruiz Granadino ha escrito desde los años setenta sobre temáticas vinculadas al agro, finanzas y relaciones comerciales. Asimismo Luis Argueta Antillón, economista y ex Rector de la UES ha publicado La economía salvadoreña en 1984. Algunos elementos de análisis. También el economista y militante revolucionario Hugo Molina (1944-2014) , pública en 1980 la obra Contenido político e ideológico de la Integración Centroamericana. Liliam Jiménez (1923-2007), poeta y periodista exiliada en México, publica en 1980 El Salvador, sus problemas socioeconómicos y El salvador: un proceso de lucha irreversible. En febrero de 1980, semanas después de haber regresado al país de su exilio en Costa Rica es asesinado el intelectual comunista Roberto Castellanos Braña.

En 1984 el economista Aquiles Montoya (1942-2012) publica Los elementos ideológicos de la clase dominante en El Salvador en 1932 y Antes del 32 y se publica en 2012 su Manual de Economía Solidaria. En 1986 el arquitecto Mario Lungo (1943-2005) escribe El desarrollo de las ciencias sociales en El Salvador y su aporte al conocimiento de la realidad del país; en 1987 publica La lucha de masas en El Salvador; así como El Salvador 1981-1984, la dimensión política de la guerra, en el año 2000 La tierra urbana. El sociólogo Pablo Castro publica en 2004 Sociología y transformaciones de la sociedad salvadoreña: transición hacia el siglo XXI (1960-2003).

En diciembre de 1986 Eduardo Sancho (1951…) , entonces Ferman Cienfuegos, dirigente máximo de la RN y miembro de la Comandancia General del FMLN, desarrolla una charla que después es publicada en 1989 como Veredas de la Audacia (Fundación y desarrollo de la vanguardia dispersa). En 1986, Joaquin Villalobos ( 1951…) , dirigente del ERP y de la Comandancia General del FMLN publica El estado actual de la guerra. En 1990 Antonio Cardenal (1950-1991) , entonces Jesús Rojas, dirigente de las FPL publica Al tope para negociar: La estrategia del FMLN. En 1992 Víctor Marroquín publica el Manual de Economía Agrícola Salvadoreña. En 1995 Víctor Aguilar publica junto con Joaquin Arriola la obra Globalización de la economía. En 1997 Pedro Juan Hernández, dirigente del MPR-12 publica Tierras, Deuda Agraria y Políticas Agrarias.

En 1993 el dirigente del PCS y luego de la TR, Dagoberto Gutiérrez (Chalchuapa 1944…) publica La persona, la fe y la revolución; en el 2007 Nadie quedara en el olvido; en el 2012 Sobre los movimientos sociales. El economista Salvador Arias (1945…) publica en 2003 Mundialización y las dos globalizaciones; en 2008 Derrumbe del Neoliberalismo Lineamientos de un modelo alternativo en 2010 ANTA 25 años de lucha campesina; en 2010 Mapa de la Pobreza y la Opulencia en El Salvador; en 2012 la trampa de la deuda. En 2014 Manual de la corrupción de ARENA. En 1995 Roberto Cañas (1950…) , dirigente de las RN y del FMLN, publica La Universidad hacia el siglo XXI.

Asimismo en el año 2001se publica la obra del principal historiador marxista salvadoreño, que vivió exiliado en Costa Rica desde 1972, Juan Mario Castellanos (1936-2013 San José, C.R.) : El Salvador: 1930-1960 y en el 2010 la continuación de esta magistral obra: El Salvador: 1960-1968. Lamentablemente quedo sin publicarse la tercera parte de este esfuerzo que va del 67 al 72.

En la primera década del 2000 sobresale el esfuerzo del dirigente del PCS Domingo Santacruz que publica Antecedentes del movimiento popular de masas y papel del Partido Comunista en las luchas políticas y populares antes y después de 1970 y en un foro realizado en 2005 por el FMLN para su 25 aniversario Santacruz y Nidia Díaz hablaron respectivamente del PCS y del PRTC, bajo el tema La construcción del Partido FMLN y el aporte de las cinco organizaciones históricas que lo constituyeron. Eugenio Chicas, dirigente de la RN publica Partidos militares de la década de los 70, creadores e impulsores del movimiento de masas. En 2013 Américo Araujo, dirigente del PCS, publica Un tiempecito después de terminada la guerra.

En el 2000 el economista Raul Moreno publica Reforma Fiscal en El Salvador: una exigencia impostergable; en 2003 Derechos Laborales y Tratados de Libre Comercio y El Tratado de Libre Comercio Estados Unidos-Centroamérica. Implicaciones Económicas y Sociales; en 2004 La Globalización Neoliberal en El Salvador. Un análisis de sus impactos e implicaciones; en 2005 El marco jurídico para la privatización el agua en El Salvador; en 2006 CAFTA-DR y Deuda Externa en Centroamérica y CAFTA-DR, agricultura y soberanía alimentaria y en 2011 Una mirada desde El Salvador.

En el caso de Schafik Handal (1930-2006) , su producción político-teórica abarca casi cinco décadas y es indudablemente uno de los más destacados teóricos marxistas del movimiento revolucionario salvadoreño. Y su pensamiento puede estudiarse desde cuatro vertientes principales en los que se interesó y analizó: escritos relacionados con la construcción y fortalecimiento partidario (primero del PCS luego del FMLN) ; análisis de la coyuntura nacional e internacional, análisis acerca de la estructura de clases del país y elaboración teórica sobre problemas estratégicos de la conducción revolucionaria salvadoreña e internacional.

En términos del último apartado, Schafik inicia con la elaboración en 1961 de la Plataforma Programática del FUAR, continúa con la producción teórica orientada al V Congreso del PCS de marzo de 1964 (Programa General, Programa Agrario, incluso Estatutos); publica en 1964: La proletarización orgánica e ideológica del Partido; en 1968 Reflexiones sobre algunos problemas de la revolución latinoamericana; en 1974 Por un gobierno democrático, antiimperialista y antioligarquico; en 1975: La experiencia del PCS, el más rico patrimonio de la clase obrera y del pueblo salvadoreño así como El Fascismo en América Latina; en 1974-76 Nuestra polémica con la ultraizquierda; en 1977 Tesis y Fundamentos de la Línea del PCS; en 1979 Experiencias de la Revolución Nicaragüense; en 1981 El Poder, el carácter y la vía de la revolución y la unidad de la izquierda; en 1982: Un partido que supo ponerse a la altura de la historia; en 1983: Consideraciones acerca del viraje del Partido Comunista de El Salvador hacia la lucha armada; en 1988: El Salvador: Partido Comunista y guerra revolucionaria; en 1990: PCS: 60 años jóvenes en la lucha por la democracia y el socialismo; en 1991: El socialismo: ¿Una alternativa para América Latina?; Discurso durante la Ceremonia de la Firma del Acuerdo de Paz de Enero de 1992; Discurso pronunciado en el Acto de Fin del Proceso de Paz Armada; en 1993 Problemas teóricos políticos y trazos del modelo de desarrollo económico – social de la revolución democrática en El Salvador”, en 1994 El capitalismo no es la estación terminal del desarrollo de la humanidad; en 1997: El Salvador: La lucha continúa; en 2003: Erradiquemos la pobreza, saquemos al país de la crisis económica y garanticemos una efectiva democracia para todos y todas; en 2004: El debate de la izquierda en América Latina; en 2004: El FMLN y la vigencia del pensamiento revolucionario en El Salvador; en el 2012 se publica póstumamente Teoría de la situación revolucionaria así como en 2014 Legado de un Revolucionario.

La hora de la verdad para el PRD

La hora de la verdad para el PRD
Paco Ignacio Taibo II

Coloque en el centro, en el único centro de su vida, sagrado y unidimensional, la lucha electoral. No lo diga, pero en el fondo de su corazón mantenga la firme creencia de que las luchas sociales estorban los momentos claves y definitorios de la vida del partido, los verdaderos, que tiene que ver con la selección de candidatos, las campañas electorales, las reu¬niones para medir las fuerzas y repartir las cuotas, el reparto de zonas de influencia y el reparto de botines salariales.

2) Convierta a una buena parte de los militantes en asalariados, que dependan para su supervivencia del aparato y la jerarquía. Salve a esa militancia de trabajos mal pagados de maestros, chambas de medio tiempo, ventas de miel de colmena que manda la abuelita o enciclopedias británicas a domicilio. Aproveche que toda una generación de militantes, la de los 60-70, está quemada económicamente, que deben la renta y están tres meses atrasados con la pensión alimenticia. Construya un partido moderno de empleados y no de activistas.
Conviértase usted mismo y toda la dirección nacional en asalariados de lujo, con prebendas, asistentes, choferes paseadores de esposas y esposos, ayudantes que hacen el súper. Dé por buena la teoría de que un diputado tiene derecho a ganar 50 veces lo que gana un obrero.
Reparta cargos de elección popular, de administradores públicos en términos de cuotas (aunque alguno sea narco), ni se le ocurra pensar en perfiles profesionales, técnicos o políticos; cree centenares de asalariados del propio partido a escala municipal, delegacional, estatal, nacional. Distribuya infatigablemente empleos y no apoyos económicos para la realización de tareas. Reparta esos empleos generando lazos de afinidad con los que los reciben, deudas a ser pagadas, fidelidades, servidumbres.
Construya paulatinamente una situación en la que en la cabeza de los militantes aparezca la idea de eternidad asociada a la idea de chamba. Establezca que la única continuidad en la vida es la del empleo que ofrece el partido. Que en la realidad política mexicana se puede construir una rueda de la fortuna donde nomás se va cambiando de asiento: de regidor de ayuntamiento a miembro de dirección estatal, a diputado, a senador, a viceministro.
3) Abandone cualquier radicalismo. No sólo el radicalismo no es moderno sino que espanta. En la realpolitik lo políticamente correcto no tiene aristas. Ponga de moda la noción de que lo ideal es el centro, que el centro atrae votos indecisos, gana elecciones. Dé por buena la idea muy estedunidense de que se gobierna con las encuestas, que no se trata de convocar a la población y llevarle visiones, reflexiones, ideas, sino que se trata de adoptar sus dudas, sus miedos, sus prejuicios. Declárese ferviente partidario de la búsqueda del centro, aunque no lo diga. No permita que por ahí se ande diciendo que en política el centro es la nada.
4) Convierta todo debate de ideas en un debate de posibilidades. Ponga siempre por delante la idea de que el objetivo es alcanzar el poder. ¿Para hacer qué con el poder? Eso no importa.
Despolitice la política, vuélvala un juego de posibilidades donde los principios se desvanecen, las ideas del cambio profundo pasan al rincón de los juguetes viejos, la utopía es considerada una mala palabra, los muchachos de Ayotzinapa, un estorbo. Declare abolido el trabajo de formación política. Declare difuntos a Marx y a Sandino, a Ho Chi Minh y a Pancho Villa, al cura Hidalgo (excepto en ceremonias) y a Bakunin. Simplemente no son modernos.
Acepte pragmáticamente cualquier tipo de alianza, con quien sea, con tal de medio ganar una elección. Alíese con el que despide electricistas, con el que está en contra de las leyes progresistas del aborto o el matrimonio homosexual, con el que declara al Fondo Monetario Internacional su santo patrón, con los que quieren desnacionalizar el petróleo. Ignore esas pequeñas diferencias con tal de ganar-perder una elección.
5) Dé por buena la idea de que una pequeña parte de corrupción es admisible, no mucha, no saqueadora, apenas funcional; que no tiene nada de malo recibir apoyos económicos de un gobernador priísta o que un alto funcionario panista le ofrezca a su grupo tres camionetas. Poco a poco adopte la idea de que la corrupción es un mal del sistema y por lo tanto aprovéchese de ella, total (como dijo la sumadora), si todos le caen, por qué uno no.
6) Adquiera los estilos y las formas del poder, conviva respetuosamente con el enemigo, reúnase frecuentemente con él en hoteles, restaurantes y cantinas, salúdelo amablemente cuando lo tenga en el asiento de al lado de una cámara de senadores. No les crea a los que andan diciendo que existe el contagio por contacto. Acepte consejos de priístas y panistas de dónde comprar corbatas italianas o cómo leer una carta de vinos.
7) Haga suya y de corazón toda norma burocrática. Donde manda la normatividad, que le valga verdaderamente madre el sentido común, el pensamiento racional, la sensatez. No permita de ninguna manera que la sensibilidad estorbe el procedimiento. Olvídese de cualquier intento de simplificación administrativa. Diga frecuentemente cosas como: Ni modo, así hay que hacerlo. Si se lo encuentran en una escalera no permita que nadie sepa si sube o baja.
8) Cambie el lenguaje, hable de canicas y de recursos. Cuando le hablen de Programa responda: ¿En qué canal?
9) Viva en un país en una de las más profundas crisis de su historia y logre que a pesar de ello, le valga absolutamente sombrilla. Convierta la política en un acto reac¬tivo y no propositivo. Viva como en un clóset cerrado y sin público, preocúpese sólo de lo que ahí sucede, desconéctese del exterior.
10) Reviva las prácticas internas de fraude electoral. No importa que ese haya sido uno de los demonios cuya necesidad de abolición les dio origen. Si no las practica, al menos consiéntalas, explíquelas, perdónelas. Haga lo mismo con la presión del voto a través de la despensa o el saco de cemento, la compra de conciencia. Construya detrás de cada tendencia un apoyo social corporativo (por ejemplo: un proyecto habitacional de 40 casas con 400 peticionarios). Declare la moral abolida y la vergüenza inexistente. No son modernas.
11) No conceda a las demás tribus ni el aliento, practique la lucha interna con estilo de emperador romano, o de auxiliar de Stalin (Beria o Yhezov sirven para los efectos), chínguese al de al lado a la menor oportunidad.
12) No realice congresos ni elecciones de comités abiertas, a no ser que cuente con el ferviente apoyo del gobernador de Puebla que les va a mandar a los trabajadores de limpia transmutados en perredistas, a los trabajadores de la delegación Iztapalapa que votan con lista y amenaza de desempleo.
13) Procure que no se hable demasiado del pasado militante de cada quien. Ese es un terreno peligroso, bien por la ausencia de tal pasado, bien por la incoherencia entre ese pasado y el triste presente.
14) Tenga de uno a 20 cargaportafolios, no le hace que sólo posea un portafolio, la medida del poder la da el número de ayudantes inútiles que andan rondando.
15) No vaya jamás a una manifestación, mítines sólo en lugares cerrados y con cámaras de televisión. Eso sí, apoye el Teletón. Odie con vehemencia a los moneros de La Jornada.
Bien, más o menos ya lo tiene. Ahora asuma el problema: ¿quién quiere militar en una lata de sardinas?, ¿quién se siente representado por una lata de sardinas?, ¿quién va a votar por una lata de sardinas?
16) Prepárese para el descalabro.

  • Dieciséis de las muchas maneras de convertir un partido político de izquierda en una lata de sardinas.

Este artículo está dedicado a mis amigos Alejandro Encinas, Gilberto Ensástiga, Roberto Rico, reiterándoles la pregunta de ¿Si no son como ellos, qué siguen haciendo ahí?

Planeta Tierra. Movimientos antisistémicos

Planeta Tierra. Movimientos antisistémicos

Gilberto Valdés Gutiérrez *

La civilización con que soñamos, será “un mundo en el cual caben muchos mundos”
(según la bella fórmula de los zapatistas), una civilización mundial de la solidaridad y de
la diversidad. De cara a la homogeneización mercantil y cuantitativa del mundo, de cara
al falso universalismo capitalista, es más que nunca importante reafirmar la riqueza que
representa la diversidad cultural, y la contribución única e insustituible de cada pueblo,
de cada cultura, de cada individuo.
Michael Löwy y Frei Betto

No hay otros mundos. Todos los otros mundos están en éste.
Paul Eluard

El Sistema de Dominación Múltiple del capital

Si se piensa en alternativas reales, de trascendencia desenajenadora, a la civilización rectoreada por el capital, es imprescindible determinar las formas históricas de opresión que se entrelazan en la crisis civilizatoria de fines de siglo XX y principios del XXI. Nos parece oportuno, en esta dirección, asumir la categoría de Sistema de Dominación Múltiple (SDM) . Su análisis debe realizarse teniendo en cuenta sus dimensiones económica, política, social, educativa, cultural y simbólica. El campo económico y social del capital completa su fortaleza con su conversión en capital simbólico. Mientras enfrentábamos su poder visible con las armas de la crítica reflexivo-racional, sus tentáculos estetizados contactaban con los subvalorados rincones del inconsciente social e individual de sus víctimas, logrando incorporarlas, en no pocas ocasiones, al consenso de sus victimarios.

1.- Véase Raúl Leis, “El sujeto popular y las nuevas formas de hacer política”, Multiversidad,
n. 2, Montevideo, marzo de 1992, y Gilberto Valdés Gutiérrez, El sistema de dominación
múltiple. Hacia un nuevo paradigma emancipatorio, Tesis de doctorado, Fondo del Instituto
de Filosofía, La Habana, 2002. La categoría operacional de Sistema de Dominación Múltiple
ha sido enriquecida a lo largo de los Talleres Internacionales sobre Paradigmas
Emancipatorios, convocados desde 1995 cada dos años por el Grupo GALFISA del Instituto
de Filosofía en coauspicio con otras organizaciones e instituciones cubanas e
internacionales, como el Centro Memorial Dr. Martin Luther King, Jr.

  • Grupo GALFISA Centro Memorial Dr. Martin Luther King, Jr

Con esta categoría podremos integrar diversas demandas y
prácticas emancipatorias que hoy aparecen contrapuestas o no
articuladas, y evitar de esta forma viejos y nuevos reduccionismos
ligados a la predeterminación abstracta de actores sociales a los que
se les asignan a priori mesiánicas tareas liberadoras.
El contenido del SDM abarca las siguientes prácticas de:
•Explotación económica y exclusión social (Aparecen
nuevas formas de explotación de las empresas transnacionales de
producción mundial, a la vez que se acentúan las prácticas
tradicionales de explotación económica y a esto se agrega la
exclusión social que refuerza las primeras)

•Opresión política en el marco de la democracia formal
(Política-espectáculo neoliberal: contaminación visual y
“pornografía” política, irrelevancia decisoria del voto ciudadano,
vaciamiento de la democracia representativa, corrupción
generalizada y clientelismo político, secuestro del estado por las
élites de poder ).
•Discriminación sociocultural (étnica, racial, de género, de
edades, de opciones sexuales, por diferencias regionales, entre
otras).
•Enajenación mediático-cultural (Alta concentración de los
medios como forma de dominio del capital sobre la sociedad, su
conversión en espacios de toma de decisiones políticas y de
contrainsurgencia frente a las alternativas y las resistencias
populares que pongan en peligro su hegemonía, su papel como
puerta “estetizada” del mercado capitalista, antesala visual de la
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Gilberto Valdés Gutiérrez
2.- “La “clase política” actúa en la práctica como una elite unificada, en la que la división en
diferentes partidos obra sólo como una formalidad necesaria para la distribución de cargos
vía elecciones y la consiguiente legitimación que ello produce, pero no encarna proyectos
diferentes ni pretensiones serias de transformación del orden social existente. Se aprecia una
situación de “partido único virtual”, en la que el lugar de gobierno y oposición puede
intercambiarse sin mayores consecuencias, y sin frenar ni atenuar la tendencia persistente al
empeoramiento de la calidad de vida de las mayorías, y al deterioro de las instituciones
políticas. El gran compromiso realmente eficaz de la dirigencia política es con el gran capital
y sus instituciones, compromiso que se toma a veces con entusiasmo y otras con resignación
frente a lo que se considera una valla infranqueable para la realización de políticas más
“progresistas”, pero se asume y ejecuta invariablemente por parte de quienes tienen a su
cargo la conducción del aparato estatal”. (Daniel Campione, “Los problemas de la
representación política y el movimiento social. Algunas reflexiones críticas”, Periferias, a. 5,
n. 8, Buenos Aires, segundo semestre de 2000.)
2
plusvalía, paralización del pensamiento crítico a través de la
velocidad de la imagen fragmentada y del simulacro virtual,
hiperrealista de las televisoras, lo que el Subcomandante Marcos
llama, con razón, “el Canal Único del neoliberalismo”).
•Depredación ecológica (en el sentido de que la especie
humana, colocada como “responsable” y no como “dueña” de la
tierra, ha contraído una deuda ecológica, al no haber podido impedir
la proliferación de modelos utilitarios de intervención en la
naturaleza, que han destruido los ecosistemas ).
El despliegue de esta categoría nos facilita el análisis integral
de las prácticas de dominación, y por ende, permite debatir los
problemas de la emancipación en clave más compleja. De ahí la
necesidad de abordar la crítica a las prácticas de dominio y sujeción
acendradas en la sociedad contemporánea vinculadas al examen de
los problemas actuales de la articulación de las demandas libertarias
y emancipatorias en el movimiento social y popular de América
Latina y el Caribe. Resulta necesario contextualizar, a la luz del
imperialismo transnacional y de los aportes de la teoría social
contemporánea, aquellos conceptos teórico-críticos surgidos de
Marx: explotación económica, exclusión social, opresión política,
alienación individual y colectiva, con el propósito de sistematizar
las múltiples perspectivas de lucha y demandas emancipatorias que
se dan a diario y simultáneamente en los lugares más diversos del
planeta, y determinar las bases de una voluntad proyectiva mundial
que otorgue condiciones de posibilidad a la superación de la
dominación capitalista.
La esencia de la categoría de sistema de dominación múltiple

3.- “La utilización de los recursos naturales, tal como se está llevando adelante en esta forma
de capitalismo, tenemos que modificarla, hay que empezar a encontrar otra lógica. La lógica
del capitalismo es utilizar los recursos, sean naturales o humanos, para maximizar sus
ganancias; nosotros pretendemos encontrar una lógica que utilice los recursos naturales y
humanos para maximizar la felicidad de la gente. (…)Necesitamos construir una forma nueva
de relación con los recursos que respete, por ejemplo, lo que pregonan los pueblos originarios
desde hace más de 500 años en América, de que somos parte de un todo y si nos comemos las
montañas y los ríos y el aire nosotros tampoco vamos a estar, o no van a estar nuestros hijos o
nuestros nietos. El tema es que cada vez está más cerca -y no de los que van a ser nuestros
nietos sino de nuestros hijos y de nosotros mismos- que el agua se acaba, el aire se acaba, la
tierra se acaba. La pelea por construir un nuevo modelo no es sólo por una visión romántica de
la naturaleza y el mundo, ni es sólo por querer plantear una alternativa al capitalismo tal cual
lo conocemos, sino que hoy por hoy es una urgencia de vida.” (Entrevista a Juan Vita, de la
Central de Trabajadores Argentinos, www.rebelion.org, 06-09-2007)
3
coincide con la formulación que realiza István Mészáros para
caracterizar la civilización del capital: “El capital – apunta con razón
4.- István Mészáros, “La teoría económica y la política: más allá del capital”

“ellas no lograron conformar un sistema hegemónico que globalice
las reglas de vida de toda la humanidad, como lo ha hecho el sistema
capitalista porque no son su esencia sino la diversidad ”. La
dirección antisistema (antihegemónica) está ligada en su
razonamiento al avance de las emancipaciones, mas no de la noche a
la mañana, ya que “no se puede vivir una mutación genética
sociopolítica de manera inmediata, espontánea y radicalmente
distinta al sistema hegemónico capitalista, sino como parte de un
desprendimiento de la vieja piel para cubrirse de otra alternativa.
Esta transición implica por tanto incoherencias, contradicciones,
pero con una direccionalidad por medio del desprendimiento para
dar origen y parir otros mundos ”.
Al analizar la presunta crisis de los paradigmas, Franz
Hinkelammert se pregunta si existe realmente una pérdida de los
criterios universalistas de actuar con capacidad crítica beligerante
frente al triunfo del universalismo abstracto propio del capitalismo
de cuartel, actualmente transformado en sistema globalizante y
homogeneizante. Este sistema, arguye, está lejos de ser afectado por
la fragmentación. Todo lo contrario: aparece como un bloque
unitario ante la dispersión de sus posibles opositores. Su conclusión
es que no podemos enfrentar dicho universalismo abstracto
mediante otro sistema de universalismo abstracto, sino mediante lo
que define como una “respuesta universal”, que haga de la
fragmentación un proyecto universal alternativo:

Fragmentarizar el mercado mundial mediante una lógica de lo
plural es una condición imprescindible de un proyecto de liberación
hoy. No obstante, la fragmentación/pluralización como proyecto
implica, ella misma, una respuesta universal. La fragmentación no
debe ser fragmentaria. Si lo es, es pura desbandada, es caos y nada
más. Además, caería en la misma paradoja del relativismo. Sólo se
transformará en criterio universal cuando para la propia
fragmentación exista un criterio universal. La fragmentación no
13.- Frei Betto aboga por no minimizar las diferencias de modelo. Si pretendemos pulsar los
intereses inmediatos de los sectores populares (y su representación en la conciencia cotidiana
de las masas), que el capitalismo salvaje deja de satisfacer, es preciso distinguir, sin ninguna
idealización, las diferencias entre las vías “incluyente” y “excluyente” adoptadas por el
sistema de acuerdo con sus cálculos de beneficio: “Todos sabemos que el neoliberalismo es
una nueva fase del capitalismo. Nosotros sentimos en nuestras vidas, en la piel, en el bolsillo,
debe ser fragmentaria. Por eso esta “fragmentación” es
pluralización.

En similar perspectiva epistemológica, Jorge Luis Cerletti
aporta su propia visión crítica sobre la reproducción del
universalismo abstracto en el proyecto alternativo: “La totalidad es
una eminente cuestión política que, además de lo que abarca, exige
decidir en nombre de qué y de quiénes se plantean las luchas. Si se
exalta la universalidad de los mismos, se puede enunciar un sujeto
ideal y privilegiado, sea la clase obrera, la nación, la humanidad o
también la muchedumbre. Caso contrario, marchamos hacia la
valorización de las partes que en sentido amplio connota la
pluralidad. Y ésta exige un cambio sustantivo de mirada que
contradice la cultura política que tenemos introyectada ”.
Ese cambio de cultura política lo ubica el autor argentino en
una visión diferente del poder y la organización. A partir
precisamente de esa apuesta por las partes surgen interrogantes que
Cerletti se formula: ¿cómo se expresa el todo en cada parte?; ¿cuál
sería el hilo conductor que haría lazo entre las múltiples
“inmanencias” de cada situación?; Y si no hay tal lazo, ¿en qué
consistiría el “todo”?, ¿en la pura diversidad? La tensión entre los
lazos de poder y el tipo de organización que sea capaz de evitar la
estructura piramidal es resuelta acá mediante la propuesta de
construcción política en red:

La red no sólo se liga a través del hilo sino que éste conforma
los nudos que se vinculan entre sí. O sea, el vínculo es de la
misma naturaleza de lo que relaciona. Luego, se podría decir
que los principios y la orientación política constituyen las
múltiples hebras del hilo, y de sus cualidades dependerá la
fortaleza de la red. Pero ésta es obra del tejido que transforma
el hilo en red. Esto exige ir construyendo los nudos al tiempo
que se los va ligando (metodología de construcción).
Traducido en términos políticos, la red es producto de las
cuál es la diferencia entre el capitalismo liberal y el capitalismo neoliberal: Pequeñas pero
significativas diferencias. Porque antes el capitalismo hablaba de desarrollo. Y había una
esperanza de que mucha gente iba a ser beneficiada por ese desarrollo. Por ejemplo, en los
años 60 la Alianza para el Progreso era un esfuerzo de preocupación por el bienestar de toda la

acciones constitutivas de los nudos (las partes) pero que si no
se vinculan pierden su razón de ser (potenciación de los
cambios colectivos). Y al hacer centro en la organización
necesariamente debemos precisar a qué tipo de hilo nos
referimos, pues se pueden construir redes afines al orden
establecido (conexiones interempresarias), como redes de
autoayuda, de políticos tradicionales, de mafias, etc. etc. Pero
en este caso hablamos de una red emancipatoria.

Entonces, el problema se revierte sobre la condición constitutiva de la red. Y para que la misma no se convierta en la que emplea el pescador que es quien la maneja, el pode debe circular entre los distintos nodos que componen la red y al interior de los mismos. Queda establecida así la condición fundante a que debe responder semejante construcción para que no se constituya, bajo una apariencia distinta, en otra
variante de una estructura piramidal a imagen del Estado.

Este esbozo metafórico, plantea simultáneamente la
necesidad de crear organizaciones políticas junto a la
modalidad asumida para establecer sus relaciones internas.
De lo dicho se desprende tanto la autonomía de las partes en
aptitud de decidir las situaciones que la involucran así como
sus vínculos que deben corresponder a la orientación política
que define tal metodología de construcción.
Si nos colocamos desde la mirada antisistémica, observamos
que la categoría de exclusión social deja en ocasiones en la
opacidad, fuera de la crítica radical a la categoría central de
explotación, independientemente de la necesidad de develar las
prácticas presentes de explotación en el capitalismo transnacional.
Pero si miramos el tema desde el ángulo de las posibles alternativas
intrasistémicas, la crítica a la exclusión asume competencia
beligerante en el enfrentamiento a la forma prevaleciente de
capitalismo salvaje. Lo mismo ocurre con la opresión política. El
Estado neoliberal se ha convertido en un mercado de intereses
población de América Latina. Hoy el neoliberalismo no habla de desarrollo. Habla de
modernización. Y modernización no incluye a la mayoría de la gente. Modernización es este
proceso creciente en que las inversiones no se hacen teniendo en vista las necesidades del
pueblo, sino teniendo en vista la tecnología de punta. (…) En el liberalismo se hablaba de

particulares al desaparecer las conquistas democráticas que hicieron
de la cosa pública un espacio en disputa entre las clases. Por ello, la
batalla por la ciudadanización tiene un contenido político
convergente con la izquierda en la medida en que se enfrenta a la
desarticulación o “secuestro” de la cosa pública por las élites de
poder. En el ámbito global, la existencia de un Gobierno mundial de
facto, no regulado por la sociedad civil internacional, es también
otro argumento en favor de este tipo de ciudadanización activa.

Hoy es impensable lograr la emancipación del trabajo vivo
únicamente con los asalariados formales. Existen dos fenómenos
contradictorios que se desarrollan simultáneamente en el
capitalismo: por un lado la evolución socioeconómica y cultural de
los trabajadores vinculados al proceso económico, en particular a
los sectores tecnológicos más evolucionados, y por otro lado la
super explotación, la marginalización y exclusión de los
trabajadores desvinculados del proceso económico principal o
directamente expulsados a la desocupación. Ambos son explotados
económicamente y excluidos socialmente a través del trabajo
asalariado y semiasalariado, y a través del desempleo, subempleo
invisible y visible. El trabajo y el “no trabajo” (la fuerza de trabajo
que ha dejado de ser necesaria a la producción capitalista) encarnan
la verdadera universalidad que el capital usurpa.

Los núcleos de trabajadores vinculados a los sectores
económicos más avanzados pueden constituirse en células
autogestionarias de un futuro en el que el capital perderá su cetro
como dueño de las condiciones de trabajo. Las experiencias de
cooperación, de economía solidaria y trueque, así como otras
prácticas altermercantilistas de los sujetos excluidos y precarizados
complementan esa fisonomía del modo de producción alternativo al
hoy hegemónico. Una versión formalista de la categoría de
marginalización. Una persona que está marginalizada en una iglesia, en una escuela, tiene la
esperanza de volver al centro. Ahora no, ahora se habla de exclusión. Y uno que está excluido
no tiene más cómo volver al centro. El neoliberalismo es la canonización de la exclusión”.
(Frei Betto, “Luchadores de un mundo nuevo”, América Libre,No. 10, enero 1997, pp. 7-8.).
14.- A propósito del sentido del juego “democrático” dentro de la sociedad neoliberal,
podrán citarse muchos estudios críticos. Pero, como ya sabemos, con Martí, que el arte es la
forma más rápida de llegar a la verdad, el autor de este texto, en una reciente estancia en un

trabajador (ocupado) sería políticamente inoperante para entender,
por ejemplo, la naturaleza del nuevo sindicalismo argentino
presente en la Central de Trabajadores Argentinos y la de
movimientos sociales, como pueden ser los piqueteros, en el caso de
Argentina, y otros donde el peso de los trabajadores “no ocupados” o
excluidos marca la radicalidad política de sus acciones, tal como
reconocemos en el Movimiento de los Sin Tierra, de Brasil. Dónde
colocar desde una perspectiva reduccionista a los pueblos indígenas
de nuestro continente y de otras regiones del planeta, cuya
resistencia, cosmovisión y modos de entender el relacionamiento
con la naturaleza y el “tiempo político” desafían no sólo a la
civilización productivista, consumista y disipatoria, al servicio de
las superganacias de las transnacionales y de los bloques
imperialistas, sino a las nociones de cierta “izquierda”, cuyas
prácticas no van más allá del “juego democrático” y de la ilusión
de humanizar el orden del capital.

La significación histórica y epistemológica de la noción de
Sistema de Dominación Múltiple radica en la superación del
reduccionismo y la consecuente comprensión de que las luchas
contra el poder político del capital están íntimamente vinculadas a la
creación no sólo de un nuevo orden político-institucional
alternativo al capitalista, sino a la superación histórica de su
civilización y su cultura hegemónicas.

Si concordamos en que este orden económico y político
hegemónico está ligado íntimamente a una civilización excluyente,
patriarcal, discriminatoria y depredadora, que impulsa la cultura de
entrañable país latinoamericano afectado profundamente por ese “sentido”, no pudo dejar
de meditar cada noche, en la soledad de su habitación, escuchando la impresionante
canción de Luis Eduardo Auté, “La belleza”. Vale la pena recordar algunas frases: Y ahora
que ya no hay trincheras / el combate es la escalera / y el que trepe la más alta / pondrá a salvo
su cabeza / aunque se hunda en el asfalto / la belleza…”, y también, por supuesto, “Míralos
como reptiles al acecho de la presa / negociando en cada mesa ideologías de ocasión”.
15.- Cf. José Luis Rebellato, Antología mínima, Editorial Caminos, La Habana, 2000.
16.- Cf. Jorge Luis Cerletti, El poder bajo sospecha, De la Campana, Buenos Aires, 1997.
17.- Raúl Zibechi: “La emancipación como producción de vínculos”, en Los desafíos de las
emancipaciones en un contexto militarizado, Op. cit., p.125.
18.- Sobre el papel de la utopía en estos procesos véase Yohanka León del Río: Sobre el papel

la violencia e impide el propio sentido de la vida humana, habrá que
reconocer que la absolutización de un tipo de paradigma de acceso al
poder y al saber, centrado en el arquetipo “viril” y “exitoso” de un
modelo de hombre racional, adulto, blanco, occidental,
desarrollado, heterosexual y burgués (toda una simbología del
dominador), ha dado lugar al ocultamiento de prácticas de dominio
que, tanto en la vida cotidiana como en otras dimensiones de la
sociedad, perviven al margen de la crítica y la acción liberadoras.
Nos referimos, entre otros temas, a los millones de hombres y
mujeres que son expulsados de la producción, el mercado y la
política, que sobran por no ser redituables, a la discriminación
histórica efectuada sobre los pueblos y las culturas indígenas, los
negros, las mujeres, los niños y niñas y otras categorías socio—
demográficas que padecen prácticas específicas de dominación.
Son expresiones de una civilización excluyente, patriarcal y
depredadora que el capital encierra en su Pensamiento Único. José
Luis Rebellato sintetiza lo que queremos expresar con certeras
palabras: “Patriarcado, imperialismo, capitalismo, racismo.
Estructuras de dominación y violencia que son destructivas para los
ecosistemas vivientes ”.

Dichas prácticas de dominio, potenciadas en la civilización (y
la barbarie) capitalista, han penetrado en la psiquis y la cultura
humana . No de otra manera se explica la permanencia de patrones
de prácticas autoritarias racistas, sexistas y patriarcales que irradian
el tejido social, incluso bajo el manto de discursos pretendidamente
democráticos o en las propias filas del movimiento anticapitalista.
Podría objetarse que existen discriminaciones y violencias
mucho antes de la hegemonía del capital sobre la sociedad, lo cual es
de la utopía en el pensamiento social crítico contemporáneo, Fondo instituto de Filosofía, La
Habana, 2006.
19.- Helio Gallardo: “Intervención en el VII taller Internacional sobre Paradigmas
Emancipatorios, La Habana, abril 2007, Sitio web: Pensar América Latina:
http://www.heliogallardo-americalatina.info
20.- Cf. Fernando de la Riva: En la encrucijada, inédito.
21.- Isabel Rauber, Construcción de poder desde abajo. Claves para una nueva estrategia,

absolutamente cierto. Sin embargo, el régimen del capital las
potencia y generaliza como nunca antes. Un ejemplo de ello
podemos verlo con los feminicidios en la actualidad. Se sabe que
cada cultura patriarcal mantiene nichos de violencia y criminalidad,
es el caso de la quema de mujeres como resultado del
incumplimiento del tributo de la dote en la casta de los Brahmā de la
India. Esas prácticas de violencia sobre las mujeres fueron incluso
esgrimidas por los ingleses para justificar como “civilizadora” la
invasión colonialista. Las mujeres que luchan hoy contra esa
herencia patriarcal en la India aducen que, con el neoliberalismo y la
mercantilización de la vida, lo que era privativo de la casta
“superior” devino una práctica generalizada en la sociedad
globalizada.

Según un cable de EFE fechado en Nueva Delhi el 23-05-
2007, casarse en la India sigue siendo una losa para miles de mujeres
que, al no poder pagar las altas cantidades que exige la dote, una
tradición ilegal pero aún vigente, se suicidan o mueren a manos de
sus maridos. Los últimos casos de jóvenes muertas por esta causa
han puesto en evidencia que la costumbre de la dote, lejos de
extinguirse, sigue a la orden del día más allá de barreras de clase o
casta. De acuerdo con la Comisión de Mujeres de Delhi (DCW), son
aún muchas las muertes por este motivo que pasan desapercibidas:
sólo el año pasado se denunciaron más de 9.800 casos relacionados
con violencia por la dote, según datos de la Policía de Nueva Delhi
difundidos recientemente por The Times of India. La tradición no se
limita al mero desembolso económico en el momento de la boda, ya
que, en los meses y años siguientes, es posible que el marido y su
familia sigan pidiendo dinero o bienes a la esposa por concepto de
gastos vinculados al matrimonio, o como confirmación de un cierto
status social.

Así cualquier hombre de esa sociedad puede ejercer la
violencia sobre la mujer si considera que no ha recibido lo que de
suyo le pertenece a cuenta de esa figura ancestral, hoy
“democratizada” en la sociedad mercantil. “No nos dejan
enfrentarnos críticamente a los nichos de violencia de nuestra
Pasado y Presente XXI, Santo Domingo, p. 123.
22.- Ibídem.
23.- La vinculación entre los actores políticos y sociales no puede ser casual ni coyuntural

cultura tradicional, una vez que la sociedad neoliberal los
generaliza”expresaba Madhu, activista del CIEDS de Bangalore al autor de este texto, en el marco del VI Foro Social Mundial en Mumbai.

Mas no es necesario ir tan lejos para comprobar cómo la lógica totalizadora del capital subsume y recicla este tipo de violencia: el caso de las jóvenes asesinadas en Ciudad Juárez en México es otro ejemplo de feminicidio multicausal en el que se
entrelaza la cultura de la violencia del patriarcado con el narco, el
tráfico de órganos por la frontera norte y la injusticia como norma
del orden neoliberal.

El alto grado de explotación/exclusión, de prácticas de
saqueo, de opresión política y de discriminación sociocultural, así
como de densidad de enajenación (económica, social, política,
cultural, mediática) común a los modelos de capitalismo neoliberal
dependiente en América Latina, hace que se condensen todas las
dimensiones y las consecuencias de lo que hemos llamado Sistema
de Dominación Múltiple del capital; a saber: la muerte de los sujetos
subalternos como “destino” (ya sean pobladores urbanos o rurales,
trabajadores ocupados, no ocupados, jubilados o excluidos,
indígenas, mujeres, jóvenes, personas LGTB) (lesbianas, gays,
personas transgénero y bisexuales) y la destrucción del entorno
ambiental, como efectos sociales, humanos y ecológicos en el Sur
periférico de la implementación de las nociones de “crecimiento”,
“desarrollo” y “competitividad” de la globalización imperialista.

Vertientes de resistencia y lucha: Hacia un modo “no tramposo” de articulación

La existencia de múltiples redes de movimientos sociales y prácticas contestatarias en el seno del movimiento social-popular en América Latina, las que se constituyen en torno de demandas puntuales (en muchos casos ancestrales e históricas) por la equidad y/o por el reconocimiento, obliga, en principio, a describir los ámbitos arquetípicos de dichas prácticas y movimientos de la manera siguiente:

1. Movimientos reivindicativos/redistributivos (equidad social)
•Barriales y sindicales (por demandas reivindicativas locales
y sectoriales)
•El nuevo sindicalismo radical que trasciende el
economicismo y comprende una noción más amplia de trabajador
(trabajadores ocupados, no ocupados, jubilados, excluidos/as). De
las luchas por trabajo y los derechos básicos de subsistencia estos
movimientos avanzan hacia la subversión de las relaciones sociales
del capital, la promoción de experiencias autogestionarias y de
economía solidaria (popular). Alternativas y propuestas de nueva
socialidad

2. Movimientos por el Reconocimiento (identitarios)
•Movimiento indígena (autonomía cultural, derechos como
pueblos, reconocimiento de saberes y cosmovisiones)
•De género (movimientos feministas y de mujeres)
•Personas LGTB
•Movimientos contraculturales y juveniles en contra de la
moral tradicional y la mercantilización de la vida en el capitalismo.
Al luchar contra las prácticas racistas, discriminatorias
(patriarcales y homofóbicas) desde una dimensión utópico-
liberadora, muchos de estos movimientos llegan a enfrentarse a los
poderes hegemónicos, causantes supremos de la opresión
sociocultural y política de los grupos humanos que representan, a la
vez que irradian y co-construyen con otras fuerzas alternativas
nuevos patrones civilizatorios de interacción social.

3. Movimientos ambientalistas, conservacionistas y en defensa
de la biodiversidad.
“No es lo habitual – argumenta Raúl Zibechi en su ensayo “La emancipación como producción de vínculos”-, ciertamente, que un
movimiento haya desarrollado de forma pareja todos los aspectos
que hacen a la emancipación y a la creación de un mundo nuevo. (…)
Existen, por lo tanto, grados diversos de ruptura con lo viejo, siendo
a mi modo de ver el zapatismo la ruptura más completa y explícita
tanto en el hacer como en el pensar con las viejas formas de cambiar
el mundo (…) Las diferencias anotadas entre los movimientos, y
otras tantas que pudiéramos sumar, no deberían ocultarnos las
cuestiones en común de estos sujetos territorializados que, mientras
resisten, se empeñan en convertir sus emprendimientos para la
sobrevivencia en alternativas al sistema ”.

La mayoría de estos movimientos tributan a la dimensión
utópico-liberadora del pensamiento social crítico latinoamericano,
frente a las consecuencias genocidas (humanas, ecológicas,
socioculturales) del paradigma depredador de la modernidad
capitalista potenciado por la globalización neoliberal: indígenas,
campesinos, feministas, comunidades eclesiales de base (teología
de la liberación), juveniles, de excluidos/as urbanos y rurales, etc.
De sus vertientes de lucha se desprenden, entre otras, las visiones
analíticas de la crítica al Desarrollo y la Economía (del capital), la
ecología social, el ecosocialismo, la soberanía alimentaria, los
proyectos autogestionarios de fundamento ecológico, así como
otras dimensiones utópicas positivas de nueva socialidad, nueva
economía y nueva relación con el entorno . Esto ya implica un salto
de lógica, una racionalidad diferente, no absolutamente
identificable con la que ha prevalecido dentro de la modernidad.
En consecuencia, si existe un sistema múltiple de prácticas de
dominio y sujeción entrelazadas, podemos representarnos al
movimiento social-popular como la integración compleja y
dinámica de todas las demandas emancipatorias y perspectivas de
resistencia, lucha y creación alternativa a ese Sistema de
Dominación Múltiple del capital. Sin embargo, este es un tema que
sigue estando pendiente en la agenda práctica de los movimientos y
redes, por más que se han logrado avances en determinadas
campañas articuladoras de defensa de los intereses fundamentales
de nuestros países, como ha sido la exitosa Campaña hemisférica
contra el ALCA.
Para Helio Gallardo el sistema de dominaciones provee a los
sectores populares de identificaciones inerciales: “Tú ocuparás el
lugar de mujer o hembra, tú el de niño, tú el de anciano, tú el de
obrero, tú el de indígena, tú el de LGTB, el de desplazado o migrante
no deseado…” y estas identidades “forzadas” los ha tornado
vulnerables, discriminados y rebajados en su autoestima por la
dominación patriarcal machista y adultocéntrica.
17.- Raúl Zibechi, “La emancipación como producción de vínculos” en Los desafíos de las
emancipaciones en un contexto militarizado, op. cit., p.125.

La identidad autoproducida de los sujetos subalternos que
enfrentan, resisten y combaten las identidades inerciales que
le confiere el sistema para aislarlo y destruirlo material y
simbólicamente, comprende su autonomía y autoestima: esta
última consiste en aprender a quererse a sí mismo para
ofrecerse a otros. La autoestima no se liga con narcisismo ni
con egoísmo. Pasa por cuidar de sí, integrarse, quererse a uno
mismo, aprender a asumirse como parte de un
emprendimiento colectivo (de la familia, de la especie, del
sistema de vida)… y se sabe que uno la posee porque se la
testimonia en la existencia cotidiana, o sea en la vida de todos
los días, en cada acto, todo el tiempo. Es factor decisivo de la
identidad autoproducida. Y puede ser muy complicado y
riesgoso testimoniar esta autoestima, irradiarla, porque, ya
hemos visto, puede darse en un sistema de poder que no la
admite, que la invisibiliza, la persigue y acosa para destruirla.
Es así que – en la reflexión de Gallardo – para los movimientos
sociales populares los puntos de referencia decisivos son su
autonomía, la autoproducción de identidad efectiva, la conversión
de sus espacios de encuentro y discusión, de sus movilizaciones en
situaciones de aprendizaje, el testimonio, la irradiación de
autoestima. Sin autoestima – arguye -, ninguna aproximación social
o humana resulta positiva.

Esto vale tanto para las relaciones de pareja como para el
movimiento campesino o para un movimiento ciudadano por
instituciones democráticas Con autoestima, cualquier propuesta o
acción, venga de amigos, de adversarios o de enemigos, será juzgada
como conveniente o inconveniente por la competencia y eficacia
que el actor social popular ha ido ganando, es decir
autotrasfiriéndose, mediante su lucha.

Mucho se ha discutido acerca de las dificultades para
construir un modelo de articulación que no esté preestablecido por
una u otra fuerza política, o por las expectativas corporativistas o
gremiales de uno u otro actor social. Este tipo de modelo
18.- Sobre el papel de la utopía en estos procesos véase Yohanka León del Río, Sobre el papel
de la utopía en el pensamiento social crítico contemporáneo, Fondo instituto de Filosofía, La
Habana, 2006.

“colonizador”, pretendiendo un universalismo poscapitalista, ha
dado lugar, en ocasiones, a consensos “fáciles” o pseudoconsensos
que ocultan las contradicciones, liquidan las visiones distintas y
desplazan los puntos conflictivos entre los sujetos involucrados en
la construcción de un proyecto compartido. Aquí aparece un
problema central que resolver:

¿En qué medida la nueva articulación sociopolítica por la que
abogan los movimientos devendrá garantía para asumir, respetar y
desplegar la emergencia de la diversidad sociocultural, étnico-
racial, de género, etánea, de opciones sexuales, diferencias
regionales, entre otras que son objeto de manipulación y diversas
formas discriminatorias por el actual orden enajenante del
imperialismo global, no como signo de dispersión y atomización,
sino de fortaleza y como la propia expresión de la complejidad del
sujeto social-popular en las dimensiones micro y macrosocial?

La preocupación anterior se formula con mucha frecuencia
ante cada propuesta de articulación sugerida desde cualquiera de las
fuerzas políticas del campo popular.

Mientras un componente del sujeto social y popular se erija en
designador omnipotente del lugar del otro, habrá normatividad de
roles, e identidades adscriptivas. Esta especie de desvergüenza
epistemológica legitima el juego del “elogio y el vituperio” en el
plano político. Si el actor que sufre tal designación trata de vivir
como si pudiera hacer abstracción de las designaciones de que es
objeto por el otro, y pretende autodefinirse desde su propia
experiencia subalterna, no hace sino seleccionar de nuevo, por
cuenta propia, los aspectos del mundo que ya han seleccionado para
él, y resignificar el lenguaje mismo que lo destina a una forma de
vida y de comportamiento que debe acatar, dentro de un espacio
ausente de actividad crítico-reflexiva.

Una totalidad “tramposa”, en consecuencia, sería aquella que
conciba al proyecto como sinónimo de rasero nivelador para un
denominador común. Desde la perspectiva popular, es primordial
19.- Helio Gallardo, “Intervención en el VII taller Internacional sobre Paradigmas
Emancipatorios”, La Habana, abril 2007, Sitio web: Pensar América Latina:
http://www.heliogallardo-americalatina.info

que los sujetos demanden y constituyan al proyecto, y no a la
inversa. Nadie pone en duda la necesidad de un proyecto y la
viabilidad de éste, que dé credibilidad a las masas populares, que
supere, en sentido positivo, la crisis de valores existente. Pero no
debe ser concebido como la idealización y la autoconciencia, en sí
mismas. La experiencia política propia, labrada sobre las prácticas
socioclasistas y de otros géneros, ha sido y es la que constituye al
sujeto, y en ella éste, a su vez, valida al proyecto. Cualquiera de estas
dos partes que falte hace que el sujeto real se transforme en virtual, y
que un proyecto virtual se presente como real y verdadero, propio
para ese sujeto; pero nunca, por ese carácter, puede hacerlo
completamente suyo.

La práctica más severa confirma que el carácter de un proceso
sólo está determinado por las contradicciones sociales que resuelve
y no por un supuesto protagonista que puede ser virtual (como lo ha
sido en la mayor parte de la historia), y que ha defendido un proyecto
como suyo, pero que en realidad lo han convertido, por exclusión
participativa, en algo que nada o muy poco tiene que ver con él,
anteponiendo una utopía “alcanzable”, como velo de un proyecto
del y para el poder de otros.

Lamentablemente, muchas experiencias frentistas en Latinoamérica reprodujeron estos viejos esquemas, y al final llegaron al fracaso. Por eso se produjo una crítica al estrategismo, es decir, a la visión que tenían algunas fuerzas de izquierda de que una
vez que se tomara el poder, se iban a resolver, de la noche a la mañana, el problema del medio ambiente, el de la mujer, el de las poblaciones indígenas, de los barrios, etc., y no incorporaron temas de estas demandas en la construcción de la propia lucha, desde el
mismo comienzo del camino hacia una sociedad humanizada. La sociedad deseada, por supuesto, tiene mucho que ver con el camino que recorramos para llegar a ella, y de la capacidad para no desvincular fines y medios, para no reproducir viejas o generar
nuevas formas de dominación.

El conocimiento mutuo, la superación de prejuicios, el
desarrollo de la confianza mutua entre personas y entre
organizaciones es clave en este proceso. Compartir el análisis que
hacemos de la realidad dentro de la diversidad. Fijar objetivos
comunes, claros, concretos, posibles; que sea un espacio (con
procedimientos claros) para la participación de las organizaciones y
personas. Evitar desequilibrios (unos, siempre mucho; otros,
siempre poco). Si hay desequilibrios, que sean razonados,
“conscientes”, asumidos y solidarios. Así como evaluar, revisar
conjuntamente, responsablemente la acción común y el
funcionamiento de la coordinación. Vamos a tener que apostar por el
mestizaje, dice Fernando de la Riva, por las mezclas que nacen
desde la identidad de cada uno, pero se convierten en algo más
cuando incorporan la fuerza y las capacidades de los otros.

Debemos estar preparados para una nueva estrategia liberadora, que implica ensanchar el continente y el contenido de lo político, percibir la política implícita en lo social, y no sólo en las estructuras concebidas habitualmente como tales, incorporar con ello más actores sociales que asuman posiciones contestatarias frente a las discriminaciones de todo tipo, tal vez dispersas y no sistemáticas, pero igualmente válidas. “El proceso de lucha es,
escribe Isabel Rauber, a la vez que construcción (reconstrucción),
articulación y puente, un proceso educativo-formativo de
construcción de sujetos, de conciencias, de contrahegemonías y de
poder ”.

La posibilidad de elaborar un nuevo proyecto que represente
y sintetice las actuales aspiraciones y necesidades de los pueblos
latinoamericanos y caribeños, apunta dicha autora, está
directamente relacionada (y condicionada) por la capacidad de la
teoría, del pensamiento de y para la transformación. Capacidad que
presupone la actualización de la propia teoría, asunto que en nuestro
caso pasa, en primer lugar, por asumir el mestizaje étnico y cultural
de los pueblos y, por tanto, de la teoría de la transformación.

Desde el ángulo de esta convocatoria, esto supone “mestizar” el marxismo, asumir sus aportes junto a los de otras corrientes del pensamiento latinoamericano y nacional: con el pensamiento de los independentistas, con las propuestas de los pueblos originarios, con los aportes de la educación popular y de la Teología de la Liberación, con las reflexiones de las experiencias de resistencia y construcción de los movimientos urbanos y rurales desarrollados en las últimas décadas, etcétera.

En este sentido, parece hoy más importante encontrar una matriz política, ética y simbólica, que permita integrar, sin exclusiones, todas las demandas emancipatorias, libertarias y de
20
20.- Cf. Fernando de la Riva, En la encrucijada, inédito.
reconocimiento que dan sentido a las luchas de los actores sociales
que están hoy frente a un sistema de dominación concreta, y que
arrastran como sucede particularmente con las mujeres, ancestrales
opresiones y discriminaciones de difícil y/o incómodo
reconocimiento para la cultura patriarcal. Para ello es clave
reconocer estos cuatro nódulos de referencia: el género, la raza, la
etnia y la clase. Estas cuatro categorías han padecido diversos usos
reduccionistas.

Es tan perjudicial preterir el enfoque de género en aras de una
visión estructural o económica de la sociedad, como asumir la lucha
contra la cultura patriarcal haciendo abstracción de la denuncia y el
enfrentamiento a los poderes económicos y políticos de clase,
responsables de la explotación, la exclusión y la llamada
feminización de la pobreza. Lo mismo puede suceder con la raza o la
etnia, o con la clase. Los que vienen de una tradición marxista en
América Latina conocen el itinerario del reduccionismo de clase a la
hora de elaborar las tácticas, las estrategias, los modos de
acumulación. Claro está que la crítica al reduccionismo de clase ha
llevado también a una postura nihilista: desconocer la clase como
categoría fundamental de análisis.

La apuesta por la articulación social-política de estos sujetos
y actores subalternos no constituye un fin en sí mismo, sino una
condición de la emergencia de lo que István Mészáros llama
movimiento radical de masas, germen a su vez de alternativas
emancipatorias antiimperialistas y anticapitalistas. Sin embargo, la
articulación de las resistencias y luchas no debe ser identificada con
la noción idílica de “unidad aglutinante”, supeditada a intereses
virtuales de pretendidas “vanguardias” ajenos a la experiencia
política propia de los actores sociales involucrados.

No es ocioso recordar que el nuevo sentido político de las
articulaciones será resultado de la experiencia política propia de los
actores. Cada cual (organización, movimiento y redes sociales)
deberá y podrá traer todo lo suyo: sus prácticas y tradiciones de
21.- Isabel Rauber, Construcción de poder desde abajo. Claves para una nueva estrategia,
Pasado y Presente XXI, Santo Domingo, p. 123.
22.- Ibídem.

resistencia y lucha, las visiones civilizatorias y perspectivas
libertarias y la diversidad de “epistemes” y saberes construidos
96
Gilberto Valdés Gutiérrez
23
23.- La vinculación entre los actores políticos y sociales no puede ser casual ni coyuntural
afirma Alberto Pérez Lara, sino que tiene que darse de manera necesaria y continuada sobre la

político-cultural contrahegemónico, distinto del reduccionismo
estrategista o “vanguardista”.
Lo anterior requiere, en consecuencia, la búsqueda de un eje
articulador que pasa, inevitablemente, por la creación de un nuevo
modelo de acumulación política. Esto presupone, al menos:

•El reconocimiento de la especificidad cultural y la
competencia simbólica y comunicativa de cada sujeto o actor
social, la realización de acciones comunicativas de rango
horizontal, que permitan develar las demandas específicas,
integrando solidariamente las de otros sectores, sobre la base
de la confrontación teórica y práctica con las formas de
dominio de clase, género, etnia y raza. Aquí es importante
concebir no sólo las problemáticas fundamentales de los
trabajadores formales y no formales (ocupados y no
ocupados), de los excluidos del sistema, sino la aparición, o
nuevos desarrollos, de problemáticas antes no consideradas
por las fuerzas contestatarias: las de género, las étnicas, el
cuestionamiento de la moral tradicional, la politización de
ciertos movimientos juveniles, etc. Sigue vacante la
construcción de una articulación política para todas esas
líneas de iniciativas populares que se forman en torno a
diferentes cuestiones particulares y evolucionan, en muchos
casos, hacia un cuestionamiento global del sistema
económico, social y cultural. Ese papel lo puede cumplir
solamente una organización horizontalista, plural y
democrática en su interior. Horizontalista en cuanto no acepte
liderazgos permanentes e indiscutibles, y plural en cuanto a
base de un conjunto de principios: una relación de respeto mutuo a la identidad de ambos y a la
autonomía, un impulso y respeto a la democracia; tolerancia y flexibilidad; fijar áreas de acción
común que garantice el paso de las reinvidicaciones inmediatas a la construcción de poder
político; la construcción en común de un pensamiento crítico impugnador del neocapitalismo.
El paradigma de emancipación, en consecuencia, debe ser construido por todos/as con
expresión del contenido plural y el protagonismo debe basarse en la participación efectiva y
real y no en la pretendida superioridad de una organización respecto a la otra. (Alberto Pérez
Lara, Nuevo sujeto histórico y emancipación social en América Latina, Fondo Instituto de
Filosofía, La Habana, p. 14.)

no convertirse en una organización centralizada que aspire a
la homogeneidad ideológica y tenga, además, capacidad de
incorporar organizaciones preexistentes que no renuncien a
su identidad propia.

•La aceptación de la pluralidad de maneras de acumular y
confrontar, propias de cada tradición política dentro del
movimiento popular.
•La necesidad de un modo horizontal de articulación de los
movimientos sociales, de los partidos y otras fuerzas sociales
y políticas de la sociedad civil. Lo cual no quiere decir
renunciar a la organización, sino a la concepción elitista,
verticalista de ella. De lo que se trata es de imaginar el
movimiento político como una organización que debe
asumirla doble tarea de promover el protagonismo popular y
contribuir efectivamente a crear las condiciones para que sea
posible, como una fuerza nueva capaz de integrar las más
diversas tradiciones y las formas organizativas más variadas,
y articular horizontalmente, no unificar verticalmente.

El sujeto del cambio es plural demandante de expectativas emancipadoras de distinto carácter, y no una entidad preconstituida.

Su autoconstitución implica, en consecuencia, una intencionalidad múltiple, construida desde diversidades (no siempre articuladas) y dirigida a transformar los regímenes de prácticas características de explotación y dominio del capitalismo contemporáneo. Ello será posible en la medida en que se constituyan como agentes alternativos por vía de la plasmación de otros patrones de interacción social opuestos a los hoy institucionalizados. Esta
situación no debe interpretarse como un simple “basismo” o como
propuesta a favor de la “gradualidad” de las transformaciones
requeridas para que se impongan dichos patrones alternativos.

Una articulación “no tramposa”, tal y como hemos
examinado anteriormente, entraña alternativas acompañadas de
visiones diferentes sobre la significación de la vida humana a
aquellas que prevalecen en la modernidad capitalista. Se trata de ir
más allá, de trascender la lógica antihumanista de la
mercantilización de la vida, del trabajo, de la naturaleza, del amor,
del arte, del compañerismo, del sexo, que impulsa la
transnacionalización irrefrenable del capital. Descartemos la
ilusión de poder promulgar un salto ahistórico hacia una nueva
civilización, puesto que existen alternativas viables que están
encapsuladas por las formas y los poderes económicos e
institucionales hegemónicos. La creación y generalización de
nuevos patrones de interacción social, desde la vida cotidiana, el
despliegue de las nuevas estructuras y subjetividades y sus praxis
contrahegemónicas, harán variar la relativa poca capacidad de
interpelación o interlocución de dichas alternativas con la situación
social general.

Se impone hacer un registro lo más abarcador posible de las
prácticas de resistencia y lucha a diversas escalas (local, nacional,
regional, global), no para decirnos sólo “lo que le falta a cada una”,
sino “lo que tiene de interesante, lo que aporta ya, lo que promete
potencialmente”. En otras palabras, sistematizar mejor las
experiencias alternativas emprendidas por los sujetos sociales que
se enfrentan a los patrones de interacción social hegemónicos, y
cuyo accionar multifacético se orienta hacia la creación de
regímenes de prácticas colectivas, características y recurrentes
(comunitaria, familiar, clasista, educacional, laboral, de género,
etnia, raza, etc.), alternativas al patrón capitalista neoliberal,
depredador y patriarcal, que usurpa la universalidad humana de
nuestra época.

Ello nos permitirá, en principio, ensanchar la noción de sujeto
social-popular alternativo con la diversidad de movimientos
sociales (barriales, feministas y de mujeres, étnicos y campesinos,
de trabajadores excluidos, sindicales, ambientalistas, juveniles,
contraculturales), de identidades y culturas subalternas amenazadas
por la homogeneización mercantil y la “macdonalización” del
entorno y el tiempo libre; cosmologías preteridas, perspectivas
liberadoras que se enfrentan, cada cual desde su propia visión y
experiencia de confrontación, al pensamiento único del
neoliberalismo global.
La desesperación ante la falta de reales, efectivas, viables y
24.- Cf. Daniel Campione, “Los problemas de la representación política y el movimiento
social. Algunas reflexiones críticas”, Periferias, a. 5, n. 8, Buenos Aires, segundo semestre de
2000.

radicales propuestas y acciones políticas alternativas que engloben
a todos los actores sociales comprometidos en construir ese otro
mundo posible, mientras los dueños del mundo que se quiere
cambiar siguen actuando impunemente contra los pueblos y las
personas, destruyendo su entorno identitario y natural, es y será
legítima, siempre que, desde esa insatisfacción, se avance creativa y
audazmente en la búsqueda del verdadero centro de gravedad
político en cada país, región y a escala planetaria. Ese centro no se
diseña “desde arriba” ni se declara a partir de una sola de las fuerzas
beligerantes, por muy buenas intenciones y capacidad
“representativa” y teórica que tenga. No se puede prever en sus
detalles, pero sí captar a tiempo su posibilidad y apostar por ella sin
temor a dejar en el camino cualquier signo o seña particular que nos
haya acompañado en la lucha, por muy amada que sea, en aras de la
emancipación y la dignificación social que nos involucra a todos y
todas.

La tarea estratégica implica construir un enfoque ético-político que reconozca la multiplicidad y diversidad del sujeto social alternativo (y la legitimidad de sus respectivos epistemes), que dé lugar a un nuevo modelo de articulación política en el
movimiento popular, en el que esté representado el conjunto de
demandas emancipatorias y libertarias, independientemente de las
tendencias cosmovisivas confrontadas, para llegar a un consenso
que admita puntos de conflictos. No se trata de negar los
desencuentros, incomprensiones y visiones diferentes sobre
diversos asuntos, entre las distintas vertientes del movimiento
social-popular, entre las tradiciones marxistas, socialistas,
comunistas, religiosas, indígenas, feministas, sindicales,
ambientalistas, comunitaristas, etc., y sus modos actuales de
25.- Ibídem.
26.- Concuerdo con Pedro Luis Sotolongo en que debemos, en primer lugar, asumir nuevas
pautas teóricas, epistemológicas y prácticas que permitan captar los modos del registro
subjetivo sus componentes inconsciente o arreflexivo, tácito o prerreflexivo y consciente del
sistema de sujetos-actores sociales alternativos. En otros términos, para calar ulteriormente,
en toda la complejidad de esa mediación aportada por la praxis interpersonal, social e
histórica, la relación entre los seres humanos y el mundo por conocer y transformar por ellos,
hace falta articular nuestros tratamientos tradicionales de la dimensión social clasista,
consciente e ideológica (con su sentimiento de pertenencia a ella) con, por lo menos, la
dimensión del inconsciente, vinculada a ámbitos prerreflexivos tales como el deseo, el saber
cotidiano tácito, los plastos prerreflexivos del poder microsocial (micropoderes) y el ámbito

afrontar los poderes hegemónicos desde sus organizaciones, redes y
movimientos sociales. Lo importante es no encapsularnos en
corazas corporativas y abrirnos hacia la identidad social-humana en
el compromiso emancipatorio, en la defensa de la vida, en la
solidaridad.

La actitud de los movimientos sociales ante la nueva etapa
posneoliberal en América Latina resulta hoy un tema de primer
orden. “La dificultad con los movimientos sociales es que – refiere
Emir Sader-, no logran construir opciones políticas (…) la
autonomía es fundamental para defender los intereses del pueblo, de
la masa, pero no es absoluta. La política tiene un momento
institucional y si se le rehúye, si se insiste en preservar su autonomía
como una categoría absoluta, si se oponen autonomía y hegemonía,
los movimientos se relegan y pueden adquirir rasgos corporativos ”.
El tránsito de lo social a lo político conlleva numerosos retos y
peligros que deben ser afrontados, a riesgo de hacer retroceder la
actual ola antiimperialista en la región. Pero, como ya hemos
apuntado, el paso a lo institucional que hace dejación de la lógica
emancipatoria, antisistémica, hace el juego a la política que se
pretende superar.

En consecuencia, ¿reconocemos la necesidad de
(auto)constitución de movimientos políticos alternativos? Si
admitimos esta necesidad, ¿nacerá éste de la articulación de y desde
los movimientos sociales y otras fuerzas? ¿Cuáles son los sentidos
éticos y políticos que se deberían encarnar en estos procesos de
articulación? ¿Cómo tomar en cuenta la reclamada autonomía de lo
social y los movimientos que lo expresan? Y en el caso en el que
estas problemáticas puedan ser respondidas positivamente, en el
que un movimiento social rico y diverso se dé a sí mismo una
expresión política, y llegue hipotéticamente al gobierno, ¿cómo
vivir entonces la autonomía en esas nuevas condiciones, hasta qué
punto convertirla en un coto cerrado? ¿Cómo construir esa nueva
política realmente emancipatoria, en la que los fines no son
indiferentes a los medios, en la que la postura ética personal y el
enunciativo o del discurso, que han sido puestos en evidencia por diversos pensadores y
corrientes de conceptualización social contemporánea. (Ver: Pedro Luis Sotolongo Codina,
Hacia un nuevo paradigma epistemológico, Fondo del Instituto de Filosofía, La Habana.)

compromiso con las mayorías son intransferibles? ¿Se enajenan el movimiento político y el movimiento social?

O en el caso de quienes tienen una reconocida trayectoria y liderazgo en organizaciones y movimientos sociales y a la vez poseen una militancia partidaria, ¿cómo viven como individuos (sujetos) esa aparente contradicción?

Tendremos que enfrentar – apunta con razón Joel Suárez – estas y otras interrogantes e intentar hallar pistas y caminos que nos
orienten en la constitución de un (nuevo) bloque histórico y una
(nueva) hegemonía emancipatoria.

Sabemos que este tema es complejo y está sujeto a
interpretaciones disímiles, no se ajusta a una fórmula preconcebida
para todas las coyunturas políticas nacionales y regionales.
El horizonte de nuestras luchas no se reduce a un mero cambio
de gobierno. La aspiración es por la justicia, la equidad, pero desde
un verdadero y significativo tránsito civilizatorio-cultural, de un
nuevo modo de relacionamiento social y con la naturaleza.

Convenimos en que si desde hoy no impregnamos al camino de
resistencia, lucha y construcción alternativas con esos valores, si no
lo aplicamos en nuestro accionar cotidiano, en las articulaciones
políticas y sociales que hacemos, no aparecerán por simple
generación espontánea.

En América Latina existe una tensión entre la lógica de la
lucha política (antineoliberal, antiimperialista, antisistema: la
nueva emancipación política) y la emergencia civilizatoria derivada
de las prácticas y visiones utópico-liberadoras de los movimientos
sociales (sus desafíos y propuestas frente a la civilización del
capital: la contextualización contemporánea de lo que Marx llama
emancipación humana). Esta tensión se ha hecho tradicionalmente
explícita desde una visión instrumentalista de la política y de la
lucha por el poder como demiurgo de lo social. Mas desde una visión
más amplia de lo político, ella reaparece como algo imposible de
obviar. La actitud más productiva para intentar superar dicha tensión
no radica, salvo que nos contentemos con un consenso “fácil” e
igualmente estéril, en desplazar los puntos conflictivos que suponen
ambas lógicas.

Al caracterizar las líneas de discusión entre las estrategias
liberadoras contenidas en las prácticas y conceptos de las llamadas
“contrahegemonías” (dirigidas a la construcción de un poder
alternativo) y las “emancipaciones”, entendidas esquemáticamente
como procesos tendientes a la liquidación de las propias relaciones
de sujeción y poder, Raúl Ornelas reseña las antinomias de las que
pueden ser presa ambas lógicas. “Desde la perspectiva de la
emancipación – nos dice el autor mexicano – el sujeto que se
construye es también múltiple pero caracterizado por la diversidad y
anclado más en la sociedad civil (o si se prefiere, en las luchas
populares) que en la esfera política. La diferencia esencial con el
proyecto contrahegemónico es que la emancipación privilegia y
pone el énfasis en la recuperación del control de la reproducción del
sujeto transformador. Por encima de cualquier otro objetivo, el
proyecto emancipador parte de enfrentar las dependencias y
opresiones que viven cotidianamente los individuos y sus
comunidades ”.

El proyecto emancipador, a diferencia de la estrategia política
del proyecto contrahegemónico de las fuerzas de izquierda, asume
la política como proceso de autoafirmación, lo que Helio Gallardo
caracteriza como identidad autoproducida e irradiación de
autoestima popular.

La demonización del Estado, como representación de la
dominación, por parte de la visión “emancipadora”, deviene un
punto de no entendimiento y de conflicto entre ambas concepciones.
De igual manera el pragmatismo y el peligro de reproducir o
continuar la cadena de dominaciones en los proyectos
contrahegemónicos que queden truncos y no se propongan
trascender el sistema y superar la civilización y el orden cultural del
capital, constituye el principal cuestionamiento que puede hacerse a
la perspectiva lineal contrahegemónica. Con razón Ornelas plantea
que “los esfuerzos que se realizan actualmente en ambas direcciones
están encerrados en callejones sin salida aparente en lo inmediato ”.
27.- Emir Sader, “El posneoliberalismo será anticapitalista, no socialista”, La Jornada,
viernes 12 de octubre de 2007, p. 7.

Ni las emancipaciones han logrado quebrar desde la cotidianidad y
territorialidad de sus emprendimientos la hegemonía capitalista, ni
las contrahegemonías son tales si no incluyen en sus estrategias de
orden el perfil emancipatorio, libertario y autogestivo de los
movimientos sociales.

La predisposición de muchos movimientos sociales hacia la
impronta de las formalizaciones políticas (el temor al verticalismo y
a la nivelación de lo heterogéneo, a la visión tradicional de cierta
izquierda, que concibe la diversidad como un lastre qué superar y no
como riqueza y potencialidad qué articular sobre la base del respeto
a la autonomía de los distintos movimientos) y la advertencia de los
partidos de izquierda sobre la posibilidad de agotamiento (o
cooptación) del movimiento social que no avance hacia la
construcción colectiva de alternativas políticas contrahegemónicas
de verdadera direccionalidad antineoliberal y anticapitalista
poseen, a su turno, razones atendibles, base de los debates
necesarios en la actualidad.

Ninguna de estas lógicas debe ser supeditada una a la otra,
sino armonizadas y complementadas, lo que implica asumir sus
puntos de tensión como desafíos creativos de aprendizaje de los
sujetos involucrados. En otras palabras: si en aras de la presunta
toma del poder se abandonan las demandas libertarias y de
reconocimiento por las que han luchado muchos movimientos, el
nuevo poder contrahegemónico pudiera derivar en una entidad
ficticia o desnaturalizada. De igual forma, negarse a participar en el
movimiento radical de masas que se constituya en una nación
determinada ante la crisis del modelo hegemónico, colocando las
demandas específicas (por muy legítimas que sean) por encima de
las de la inmensa mayoría de la población, implica signar la noción
de “diferencia” con un alto rango de universalidad excluyente.

Habría que reconocer, en principio, que la confluencia de los
movimientos sociales y populares para generar alternativas social-
políticas en una dirección anticapitalista, no implica hacer dejación
28.- Estas interrogantes surgen en el debate acerca de la propuesta de investigación
participativa “Diversidad, Identidad y Articulación en las organizaciones, redes y
movimientos sociales en América Latina y el Caribe” realizada por GALFISA y el Centro
Memorial Dr. Martin Luther King, Jr.

de sus demandas específicas (libertarias y de reconocimientos) ni
posponerlas para etapas posteriores, aunque se modifiquen sus
objetivos y métodos en cada coyuntura. La lógica geopolítica
antiimperialista que avanza hoy en América Latina no es
incompatible con la lógica de los movimientos sociales. Las razones
de los movimientos son tantas como los atributos del mundo que es
posible conquistar: dignidad para personas y pueblos, equidad,
igualdad de género, medio ambiente, diversidad sexual,
multiculturalismo, soberanía alimentaria, biodiversidad. El
“programa máximo” emancipatorio y libertario de la revolución
política anticapitalista (pospuesto en las experiencias
protosocialistas del siglo XX) se convierte en “programa mínimo”
de las luchas de los movimientos sociales y populares.
Hoy, como nunca antes, la izquierda requiere tensar sus
instrumentos de análisis y de creación, puesto que “es necesario
pensar en una empresa muchísimo más difícil: la labor histórica de
superar la lógica objetiva del capital en sí, mediante un intento
sostenido de ir más allá del capital mismo ”. Pero esas alternativas
sociopolíticas no serán obra de gabinetes, ni fruto de ninguna
arrogancia teórica o política. Serán construidas como proyectos
colectivos y compartidos, desde y para el movimiento social-
popular.

No tenemos, en esto, dudas: necesitamos construir una ética
de la articulación , no declarativamente, sino como aprendizaje y
desarrollo de la capacidad dialógica, profundo respeto por lo(a)s
otro(a)s, disposición a construir juntos desde saberes, cosmologías
y experiencias de acumulación y confrontación distintas, potenciar
identidades y subjetividades. Tal ética ha de moverse dentro de las
coordenadas de un paradigma de racionalidad crítica, organizada
mediante el diálogo de los sujetos implicados y orientada a descubrir
29.- Raúl Ornelas, “Contrahegemonías y emancipaciones. Apuntes para un inicio de debate”
en Los desafíos de las emancipaciones en un contexto militarizado, Ana Estehr Ceceña
Coordinadora, Consejo Latinoamericano de Ciencias Sociales, Colección Grupos de
Trabajo, Buenos Aires, 2006, p. 102.
30.- Cf. Helio Gallardo, “Intervención en el VII Taller Internacional sobre Paradigmas
Emancipatorios, La Habana, marzo 2007, www.heliogallardo-americalatina.info
31.- Raúl Ornelas, “Contrahegemonías y emancipaciones. Apuntes para un inicio de debate”,
op. cit,p.113.

el significado auténtico de la realidad humana.

El horizonte no es un muro que podamos saltar de una vez

Las luchas y resistencias del movimiento social popular en
América Latina han producido el quiebre de la otrora hegemonía del
neoliberalismo y del dominio absoluto de nuestras soberanías por el
imperialismo norteamericano. Todo lo que parecía aplastado,
acallado, luego de épocas de profundo malestar, de saqueo y
humillación, se levanta desde el Sur. La presencia de una amplia y
diversa corriente alterglobalizadora (portadora de tres momentos
distintos pero complementarios: la negatividad de la resistencia, las
propuestas concretas y la utopía de otro mundo ), devino nuevo
fenómeno político mundial, visible en las resistencias y luchas
multivariadas que convergen a partir de este siglo en la experiencia
del Foro Social Mundial en Porto Alegre y sus sucesivas ediciones
regionales y mundiales. Nuevos gobiernos populares emergen en
nuestro continente modificando el escenario geopolítico a favor de
los pueblos.

El Sub Comandante Marcos ha expresado: “el capitalismo agonizante ha puesto los ojos en nuestras selvas, desiertos, bosques, montañas, ríos, aguas, vientos, mares, playas, maíces, saberes que durante miles de años hemos aprendido, defendido, alimentado,
cuidado ”. El ecocidio, etnocidio, feminicidio y genocidio son enfrentados hoy por trabajadores ocupados y no ocupados del campo y la ciudad, excluidos de las redes de reproducción del capital, mujeres, jóvenes e indígenas de nuestro continente que
protagonizan las luchas más variadas y creativas contra la recolonización imperial.

Estos nuevos escenarios no deben dar lugar a la creación de falsas expectativas de ruptura del sistema, como resultado inminente de sus contradicciones internas, del acercamiento de una “hora cero” en la que se producirá el estallido esperado. Tal punto de vista sigue siendo un sustituto mesiánico o escatológico de la necesidad de estudiar el movimiento real del capitalismo. No para satisfacer un prurito académico, sino para captar en todos los aspectos posibles las estrategias y los reacomodos del capital y estar
así en mejores condiciones para oponer las alternativas concretas que aconseje cada vuelta de tuerca de la época, en función de los intereses de las mayorías populares. La postura escatológica, al contrario, fija una línea inmóvil de salto en el horizonte que, al
desplazarse, hace que la perspectiva revolucionaria pierda credibilidad y eficacia.

Las posibilidades reconstructivas, sin embargo, no son
eternas, ni mucho menos endógenas al sistema. Los elementos que
previsiblemente pondrán tope a la reproducción actual del
capitalismo, hoy se anuncian en la crisis de civilización y de vida
que se agudiza ya entrado el nuevo milenio. Pero resulta imposible
aún prever el modo de desenlace, ni las formas institucionales y
civilizatorias sustitutivas que sobrevendrán. La globocolonización
del capital obliga a pensar las alternativas emancipatorias en
términos de globoliberación . Frente a los poderosos que acumulan
depredando al género humano y a su entorno, una pluralidad de
sujetos intenta, a partir del entrelazamiento de sus prácticas y sus
rutas específicas entrelazadas, conformar colectivamente un
“nuevo mapa cognitivo” para acceder al puerto donde los hombres y
las mujeres comenzarán a fabricar su verdadera historia. Lo que
hagamos en la travesía no será indiferente al Fin-Comienzo
anhelado: el puerto es, en mucho, la travesía. De ella depende que
lleguemos y que no tengamos que volver otra vez a preguntarnos
extrañados: ¿qué nos pasó?

CEM revela listado de CIA de 1954 sobre comunistas salvadoreños

CEM revela listado de CIA de 1954 sobre comunistas salvadoreños

SAN SALVADOR, 28 de abril de 2015 (SIEP) “En un memorándum desclasificado en el 2003 por la Agencia Central de Inteligencia (CIA) del gobierno estadounidense aparece un amplio listado de 125 personas salvadoreñas calificadas como comunistas…”expresó Roberto Pineda, Coordinador del Centro de Estudios Marxistas “Sarbelio Navarrete.”

Agregó que “este memorándum secreto con fecha 16 de febrero de 1954, está dirigido al “Jefe, Lincoln” por parte del Jefe de Estación de la CIA (Charles F. Rennel). Trata sobre información proporcionada por el “enlace” de nombre JURANT y su número de referencia es A-404. Consta de 5 numerales. En el primero, se informa que Jurant le solicito el 6 de febrero a Carles F. Rennel sostener una reunión para que le pudiera entregar información. La reunión tuvo lugar a las 3 pm. del 10 de febrero en la oficina de JURANT.”

“En el segundo, Jurant manifiesta: a) Guatemala ha acuartelado en Jutiapa 2,000 milicianos y 1,000 efectivos del ejército b) el Teniente Coronel Juan Pablo Duran es un exilado guatemalteco que se sospecha trabaja para e gobierno de su país. C) entrega una lista de comunistas salvadoreños confirmados, ha marcado con un asterisco aquellos confirmados como más peligrosos peor advierte que todos son confirmados comunistas y que luego entregar otra lista de sospechosos. Es de notar que José Blanco Corpeño aparee en el listado.”

“En el tercer numeral Jurant le pregunta Rennel si sabe acerca del movimiento anti-Guatemala en Honduras y Nicaragua. Manifiesta que al gobierno salvadoreño se le ha solicitado asistencia pero no está interesado en involucrarse. Rennel le manifiesta desconocer de esas actividades. En el cuarto numeral Jurant manifiesta estar interesado en saber todo lo que se pueda acerca de José Ramón Almea, debido a que ha estado recibiendo y distribuyendo literatura contra la Conferencia de Caracas y se sospecha fuertemente que sea el contacto entre Romulo Batancour y los comunistas locales. En el numeral 5 “la estación” comenta que Jurant estuvo mucho más colaborador y cooperativo que en la visita anterior. Los interesados en consultar el texto original en inglés puedan ingresar a: http://www.foia.cia.gov/sites/default/files/document_conversions/89801/DOC_0000913362.pdf

LISTA DE COMUNISTAS CONFIRMADOS ENTREGADA POR JURANT 9 de febrero de 1954

Antonio ABREGO, Sincicato (sic) de la Construccion
Pablo ACSUN, barbero, originario y vecino de Tacuba
Marcelino ACUNA, albañil. Ahuachapan ( desde 1932)
Rafael AGUILAR, Ahuachapan ( hay otra persona de mismo nombre que es ferrocarrilera
Adrian ALCANTARA Portillo, en Guatemala
Arturo Alonso ALVARADO Br. Est. Derecho
Carlos ALVARADO * Lic. reside en Mexico
Mauricio ALVARADO * Lic. en Economia, vive en Mexico
Tu1a ALVARENGA * exilada en Guatemala ( Contacto principal entre comunistas de Guatemala y El Salvador)
José AMANCIO en Ataco y Tacuba and Sal.
Víctor Manuel ANGULO Hacienda can Francisco El Porfiado, Dept. de la Paz.
Pablo ARAUZ sastre
Ramon ARGUETA obrero
Jorge ARIAS Gomez Br. Est. Derecho
Antonio ARTIGA Portillo
Antonio ASCENCIO campesino Ahuachapan
Antonio ASFURA Lic. Derecho vive en Mexico
Jesús AVALOS Pleitez albanil Santa Ana
Joaquín AZAHAR mecánico ferrocarrilero
Francisco E. BARAHONA tipografo
Ricardo BARAHONA sastre
Juan BARRERA Urrutia sastre y mortista (sic) Deportado a Honduras
José BERTIN Miranda obrero
Leocadio BERRIOS vivio en B La Esperanza, Pasaje Bojorquez
José BLANCO Corpeno
Manuel H. BLANCO zapatero
Pilar BOLANOS profesora y escritora vive en Costa Rica
María Luisa BONILLA locataria en Mercado Amaya
Floricelda Pozas de CABRERA*hondureña vive San Salavdor (sic)
Felipe CACERES Linares Abogado, milito en el PCS en 1932, la actualidad no se
Bernardo CAMPOS a) El Tigre, Sonsonate tienen referencias
Eduardo CAMPOS Reales Santa Ana, hoy probablemente en San Salvador
Antonio CAMPOS Ancheta, Br. Est. Derecho, exilado en Costa Rica
Eligio Antonio CANALES, sastre
Roberto CARIAS Delgado, Abogado
Juan Frigido CARDONA
Salvador CARPIO, jardinero
Salvador Cayetano CARPIO *, panificador
Amparo CASAMALHUAPA_de Marroquin,* en Mexico , professora
Daniel CASTANEDA * sastre
Virgilio CASTENEDA, obrero, actualmente en Guatemala
Elena CASTELLANOS Figueroa de Mora Valverde, en Costa Rica
Jacinto CASTELLANOS Rivas
Julia CASTELLANOS, professora
Raul CASTELLANCS Figueroa
Roberto CASTELLANOS Calvo*
Roberto CASTELLANOS Figueroa
Carlos CASTELLO (sic), fue expulsado a Honduras en 1932, no se noticias de el
Celestino CASTRO Profesor, hoy en Chile
Moisés CASTRO y Morales, abogado
Luis Felipe CATIVO, zapatero
Miguel Angel CEA, carpintero
Mauricio CLAUDE
Enrique CONDE CONDE, sastre
Humberto CONTRERAS, ferrocarrilero
Corado ARRIAZA, medico, Ahuachapan
C ON Cea Br. Est. Derecho
Edmundo CORDOVA, carpintero
Manuel CORDOVA, albañil
Oswaldo COrDOVA *, obrero de textiles
Angela CORTEZ
Hernan CORTEZ, pintor y barbero
Hernan CORTEZ., contador
Ramon CORTEZ Argueta sastre
Felix Segundo COSTA Garcia, colombiano, tecnico en Censos
Abel CUENCA Martinez, en Guaetmala (sic)
Jose CHACON, obrero
Alfonso CHAVEZ, Zapatero , antes en Santa Ana hoy en San Salvador
Waldo CHAVEZ Velasco, escritor
David del CID, terrerista, vivio En Col. America y despues en Santa Ana
Manuel de LEON Sind. Construccion Sta, Ana( expulsado?)
Alberto DIAZ, pintor, hoy en Guatemala
Antonio DIAZ, ex-director de Sind. Foa. La Estrella en 1952
Bose Antonio DIAZ, carpintero
Jose Antonio or Juan Antonio DIAZ, medico infieri, en Mexico
Luis DIAZ, carpintero, en Costa Rica
J. Antonio DONO, zapatero
Rafael ELENA, jornalero ,
JULIO FAUSTO Fernandez* abogado – Carlos FLORES , obrero en 1952, en La Favorita
Miguel Angel FLORES * abogado, en Guatemala
Mario FLORES Macall, Br. Est. Derecho
Ulises FLORES, Br. Est. Derecho, (a) “La Pepa. Flores”
Vicente FLORES, campesino, Canto Primavera, Santa Ana
Jose Roberto GALDAMEZ Molina, sastre
Gabriel GALLEGOS Valdes, en Costa Rica
Daniel GAMERO, tipografo
Rodrigo Antonio GAMERO, Br.
Carlos GANUZA Moran *, Abogado
Ernesto GARCIA Castellanos, mecanico, trabaja en Cromeria ITA
Graciela GARCIA, estuvo en Mexico en Celula Pancho Villa
Juan GARCIA Mendoza, en Santa Ana en 1951
Salvador M. GARCIA, tipografo
Pedro GEOFFROY Rivas * Abogado
Angel GOCHEZ Castro,* Abogado
Carlos Alex GOMEZ, carpintero, trabajo en IRCA hoy en Guatemala
Miguel Angel Gonzalez Tte. ( Lt. in the Army)
Carlos A. GRANDE, sastre Chalchuapa
Virgilio GUERRA, en Guatemala
Jose Inocente GUERRERO, zapatero
Rafael GUERRERO * sastre
Maria Luisa de GUIROLA esposa Prof. V. M. Guirola
Victor Manuel GUIROLA, Profesor
Benjamin GUZMAN, periodista
David Handal HERNANDEZ, en Chile
Jorge Shaufick HANDALL * Br. E t. Derecho
. . . . . . . . . . . . .HASBUN, en liexic5
Manuel Atilio HABBUN; Br. Est. Derecho, En Guatemala
Alfonso HERNANDEZ Zapatero, 1 Av. Norte, Ahuachapan
David HERNANDEZ Echegoyen, *, Br. Est. Derecho , en Costa Rica
Efrain HERNANDEZ Escobar, obrero, comisionista
Guadalupe HERNANDEZ de Alvarado ( esposa Lic. Mauricio Alvarado en Mexico
Ismael HERNANDEZ, obrero
Jose HERNAI’HJEZ , obrero, San Miguel
Nicasio HERRERA, residio en 27a (1, Poniente no 11, hoy en USA
Rogelio HERREFA
Victor Manuel HERRERA, mecanico
Antonio HUEZO Cordova , Profesor
TRansito RAMIREZ do Huezo Cordova, Profesora
Cristobal H. IBARRA) * Br. Est. Derecho
Miguel Angel Ibarra, carpintero
Alberto JIMINEZ , obrero on Costa Rica
Ricardo JIMINEZ. Castillo, Abogado, en Canada
Rodolfo JIMENEZ Barrios, Abogado
Jose Antonio JOYA, empleado auana (

Los peligros de la negación. Sobre el genocidio armenio

Los peligros de la negación. Sobre el genocidio armenio
Robert Fisk · · · · ·

25/04/15

A las siete de la noche de hoy, un grupo de hombres y mujeres muy valientes se reunirán en la plaza de Taksim, en el centro de Estambul, para organizar una conmemoración sin precedentes y conmovedora. Los hombres y las mujeres serán turcos y armenios, y se reunirán para recordar el 1,5 millón de cristianos armenios hombres, mujeres y niños asesinados por los turcos otomanos en el genocidio de 1915. Ese Holocausto armenio –el precursor directo del Holocausto judío– comenzó hace cien años a sólo media milla de Taksim, cuando el gobierno de la época sacó a cientos de intelectuales y escritores armenios de sus hogares y los preparó para la muerte y la aniquilación de su pueblo.

El Papa ya molestó a los turcos llamando a este acto malvado –la más terrible masacre de la Primera Guerra Mundial– un genocidio, que lo era: el deliberado y planificado intento para erradicar a una raza de gente. El gobierno turco –pero, gracias a Dios, no todos los turcos– mantuvieron su negación petulante e infantil de este hecho de la historia sobre la base de que los armenios no fueron muertos según un plan (la antigua pavada de “caos de guerra”), y que de todos modos la palabra “genocidio” fue acuñada después de la Segunda Guerra Mundial y por lo tanto no puede aplicarse a ellos. Sobre esa base, la Primera Guerra Mundial no fue la Primera Guerra Mundial, ya que no fue llamada ¡la Primera Guerra Mundial en el momento!

Dos pensamientos vienen a la mente, entonces, en este centenario de la carnicería, la violación masiva y los asesinato de niños en 1915. El primero es que para un poderoso gobierno de una fuerte –y valiente– nación europea y de la OTAN, como Turquía continúe negando la verdad de esta masiva crueldad humana está cerca de una mentira criminal. Más de 100.000 turcos descubrieron que tienen abuelas armenias o bisabuelas –las mismas mujeres secuestradas, esclavizadas, violadas en las marchas de la muerte de Anatolia al desierto de Siria en el norte– y los propios historiadores turcos (por desgracia, no los suficientes) ahora presentan la prueba documental detallada de las órdenes siniestras de exterminio de Talat Pasha emitidas desde lo que entonces era Constantinopla.

Sin embargo, cualquiera que se oponga a la negación del genocidio del gobierno sigue siendo vilipendiado. Durante casi un cuarto de siglo, he recibido correo de turcos acerca de mi propia escritura sobre el genocidio. Comenzó cuando cavé los huesos y cráneos de armenios masacrados fuera del desierto de Siria con mis propias manos, en 1992. Unos pocos corresponsales querían expresar su apoyo. La mayoría de las cartas eran casi malignas. Y me temo que la continua negación por el gobierno turco podría ser tan peligrosa para Turquía, como lo es la indignación de los descendientes armenios de los muertos. Recuerdo una señora armenia anciana describiéndome a mí cómo ella vio milicianos turcos apilando los bebés vivos unos sobre otros y prendiéndoles fuego. Su madre le dijo que sus gritos eran el sonido de sus almas yendo al cielo. ¿No es esto –y la esclavitud de las mujeres– exactamente lo que el Estado Islámico (EI) está perpetrando contra sus enemigos étnicos justo al otro lado de la frontera turca hoy? La negación está llena de peligros.

Y preguntémosnos qué pasaría si el actual gobierno alemán afirmara que cualquier demanda de reconocer los “eventos” de 1939-1945 –en los que seis millones de judíos fueron asesinados– como un genocidio sería “propaganda judía” y “mutilación de la historia y le ley”. Sin embargo, eso era más o menos lo que el gobierno turco dijo cuando la semana pasada la UE pidió que reconociera el genocidio armenio. La UE, el Ministerio de Relaciones Exteriores dijo en Ankara, había sucumbido a la “propaganda armenia” sobre los “eventos” de 1915, y fue “mutilando la historia y la ley”. Si Alemania hubiera adoptado tales imperdonables palabras sobre el Holocausto judío, no habría sido capaz de ver por los gases de los caños de escape en Berlín, como los embajadores del mundo se dirigían al aeropuerto.

Sin embargo, al día siguiente de la pequeña conmemoración valiente prevista para la plaza Taksim de esta semana, la grande y la buena parte del mundo occidental se reunirá con líderes turcos a pocos kilómetros al oeste de Estambul para honrar a los muertos de Gallipoli, la extraordinaria y brillante victoria de Mustafá Kemal en 1915 sobre los aliados en la Primera Guerra Mundial. ¿Cuántos de ellos recordarán que entre los héroes turcos luchando por Turquía en Gallipoli había cierto capitán armenio, Torossian, cuya propia hermana moriría pronto en el genocidio?

Tengo la intención de informar sobre la conmemoración de la próxima semana en compañía de amigos turcos. Pero el segundo pensamiento que viene a mi mente –y los amigos armenios me deben perdonar– es que no estoy muy interesado en lo que los armenios dicen y hacen en este 100º aniversario. Quiero saber lo que planean hacer al día siguiente del día del 100º aniversario. Los sobrevivientes armenios –los que podría recordar– ahora están todos muertos. En unos 30 años, los judíos de todo el mundo van a sufrir la misma tristeza profunda cuando sus últimos sobrevivientes desaparezcan del mundo del testimonio vivo. Pero los muertos siguen viviendo, sobre todo cuando su estado de víctima se niega –una maldición que los obliga a morir una y otra vez–. Los armenios seguramente debe ahora elaborar una lista de los valientes turcos que salvaron sus vidas durante la persecución de su pueblo. Hay por lo menos un gobernador provincial, y los soldados individuales turcos y policías, que arriesgaron sus propias vidas para salvar a los armenios en este momento horrible en la historia turca. Recep Tayyip Erdogan, primer ministro triunfalista de Turquía, habló de su dolor por los armenios, sin dejar de negar el genocidio. ¿Se atrevería a negarse a firmar un libro en conmemoración por el genocidio armenio que lleve una lista de los valientes turcos que trataron de salvar el honor de su nación en su hora más oscura?

He estado insistiéndoles a los armenios sobre esta idea durante años. Le dije lo mismo a los armenios en Detroit la semana pasada. Honra a los buenos turcos. Por desgracia, todos aplauden. Y no nadie hace nada.

Robert Fisk es el corresponsal del diario británico The Independent en Oriente Medio

Se lleva muy mal que te pregunten todo el rato por la situación política cubana. Entrevista a Leonardo Padura · · · · ·

Se lleva muy mal que te pregunten todo el rato por la situación política cubana. Entrevista
Leonardo Padura · · · · ·

26/04/15

Cuando un periodista de una democracia liberal habla con un escritor cubano como Leonardo Padura (La Habana, 1955), puede correr el riesgo de pensar que está hablando con una especie de sujeto exótico de la Historia, igual que le ocurre a un turista occidental que se pasea extasiado por las calles de La Habana porque todavía quedan chevrolets del 55 o murales llenos de viejas consignas políticas que ya no se escuchan en casi ningún sitio. Pero luego, la realidad es mucho más normal: que si tú te pides un café y yo un té, que si tú traes tabaco negro y yo te robo un pitillo, que si vamos a esa terraza, que está más tranquila, que si ese toldo parece que se va a caer, que si vamos a hablar de literatura y no de política…

Y así empezó la conversación con Padura, el escritor de novelas y cuentos, el periodista, el guionista, que a principios de los ochenta comenzó a trabajar como un sencillo corrector en la revista cultural cubana El Caimán Barbudo, y que ahora es un imprescindible del catálogo de la editorial Tusquets, con la que acaba de publicar una recopilación con sus mejores relatos, Aquello estaba deseando ocurrir. Justo ahora también, su personaje, el detective Mario Conde, está a punto de saltar a la pantalla de la mano del director Félix Viscarret, en un proyecto de cuatro películas en cuyos guiones ha estado trabajando con su esposa. Y por si fuera poco, se acaba de estrenar en España la película Regreso a Ítaca, del director Laurent Cantet, con guión suyo e inspirada en una de sus novelas, que fue retirada del cartel del Festival de Cine de La Habana por su tono crítico, pero que finalmente se estrenará en Cuba, según El País. Y es que a veces se hace difícil zafarse de las cuitas de la política, como refleja la propia obra de Padura, aunque siempre de un modo personal y elaborado…

¿Cómo se lleva que a uno le pregunten siempre por la situación política de Cuba cuando le entrevistan?

Pues se lleva muy mal. Yo escribí hace cuatro o cinco años una larga crónica que se titula Yo quisiera ser Paul Auster. Estaba en una gira que coincidió con el momento de transición entre Fidel y Raúl, y todo el mundo me preguntaba quién iba a mandar. Entonces me leí una entrevista que le hacían a Paul Auster en una revista, y vi que le preguntaban por literatura, cine y béisbol, y me dije: “Coño, qué felicidad ser Paul Auster, que está hablando de las cosas que a mí me gusta hablar y nadie le pregunta por su Gobierno”. La política está siempre en el subtexto del escritor, y es siempre una preocupación en el caso de los cubanos. Pero es algo desgastante, porque tienes que volver al mismo tema y explicar cosas para las cuales ni tú mismo tienes respuesta. En el caso de España, a veces te preguntan de Cuba como si fuera un tema doméstico, como si fueras catalán y te estuvieran preguntando sobre Cataluña.

Pero los periodistas insistimos… ¿Le llega a molestar?

A veces, porque hay periodistas que empiezan la entrevista diciendo: “Y el régimen castrista…”. Cuando uno empieza la entrevista calificando al Gobierno cubano como régimen, tú ya sabes que viene con una visión muy prejuiciada de la realidad cubana. O lo mismo cuando te dicen: “El compañero general Raúl Castro…”. Eso limita el espacio del diálogo. Yo creo que la opinión política del periodista debe estar en un nivel que permita al entrevistado expresar sus opiniones, sin inducirlo, porque no estás entrevistando a un político, estás entrevistando a un escritor. Si yo fuera el responsable de un Estado en México donde está floreciendo el crimen, por supuesto que entendería que empezaran por ahí, pero yo soy un escritor, escribo libros y no hago política. No milito.

Pero supongo que es consciente de que, de que de alguna manera, representa a la Cuba contemporánea, ¿no?

A mí no me gusta que me identifiquen con nada. Yo soy un escritor que escribe de manera individual, solitaria, que hago mucho esfuerzo con cada libro. Lo que después los libros representan es el resultado de mi trabajo, pero también el efecto que el propio libro crea en su vida comercial, editorial, cultural. El otro día, Paco Ignacio Taibo decía algo muy simpático: “A mí no me digan que vengo representando a nadie, porque malamente me represento a mí mismo”. Y a mí un poco me pasa lo mismo. Y aunque soy consciente que implica algo de responsabilidad que me identifiquen como el escritor de una posible visión de la Cuba contemporánea, hay otras visiones en otros escritores, como Juan Gutiérrez o Wendy Guerra.

Vamos al libro de relatos: la guerra de Angola está muy presente en alguno de los cuentos. No era consciente de que hubiera tenido tanto impacto en algunas generaciones de cubanos…

Mi generación fue la generación que asistió a Angola como soldado, no como altos grados militares, que fueron las generaciones anteriores. Los jóvenes que fueron a Angola eran gente de veintitantos años en los 70. Aunque no se puede decir que fuera algo traumático en primer lugar, porque ganamos la guerra; y en segundo lugar, porque hubo muy pocas bajas cubanas, y las que hubo, fueron por accidentes y enfermedades, sí dejó huellas psicológicas: yo estuve en Angola en el 85 y 86, trabajando como periodista, y fue una experiencia muy fuerte en muchos sentidos. Fue la primera vez que yo estaba fuera de Cuba. Por primera vez, veía la miseria en su grado más supremo. Por primera vez, convivía con personas a las que yo no conocía. El primer día que llegué a Luanda nos llevaron a un entrenamiento, y luego, nos dijeron: “Tú duermes con fulano, mengano y ciclano (en la España peninsular, zutano)”. Y me dieron un fusil y un cargador. Estaba separado de toda la familia, y aquello me afectó mucho. Sin embargo, también nos tomábamos aquello como lo más normal del mundo. Te decían: “Tú has sido seleccionado para ir a Angola como periodista, o como combatiente…” Y la gente se iba.

En ese tipo de circunstancias complicadas, el amor y el sexo parecen el verdadero sustento de los relatos, en lugar de los grandes discursos… Parecen los únicos elementos verdaderamente liberadores de algunas historias

Yo creo que el amor y el sexo son siempre liberadores. Y en el caso cubano, mucho, porque Cuba es un país con un alto nivel de sensualidad. Eso en Cuba es algo que está a flor de piel en las personas. Y crea conflicto, ayuda a tener una relación dinámica a los personajes y pueden ser motivo literario. Por eso están tan presentes en mi obra, porque en Cuba se manifiestan de una manera muy diáfana, con muy pocos prejuicios en comparación, por ejemplo, con la sociedad española, donde tú sientes que todavía hay determinados elementos que frenan la sexualidad de las personas.

Y además, describe escenas sexuales para todos los gustos, de todas las maneras…

Claro, es que como es algo que se expresa con absoluta naturalidad, pues aparece desde las manifestaciones más escatológicas o agresivas, hasta las más normales y las más románticas, por decirlo de alguna manera.

Otra constante de estos relatos es el gusto por el arte. Algunos de los personajes de estos cuentos sueñan con ver a Velázquez en el Prado o visitar Venecia. Son como pequeños placeres cosmopolitas…

Eso personajes son desprendimientos míos, de mis preocupaciones, de mi forma de entender la vida, la cultura, el conocimiento del mundo a través de la creación artística. Y no es casual que aparezcan en mis historias los fantasmas de Velázquez, de Salinger o de Hemingway, porque son fantasmas que me acompañan a mí también.

¿No hay una cierta tensión entre esas ambiciones culturales de los personajes y la imposibilidad de la mayoría de los cubanos de visitar este tipo de lugares?

Sí y no. Porque aunque en el Museo del Prado haya una cola permanente, la cantidad de personas en el mundo que pueden entrar a ver las obras de Velázquez es ínfima. Aunque es cierto que en Cuba hay limitaciones culturales que son de tipo político y económico. En lo económico, un cubano no puede comprarse un billete de avión para ver la Acrópolis en Grecia, como tampoco puede gastarse 20 euros en comprar un libro importado, porque es lo que cobra en un mes. Y en lo político, porque hasta hace muy poco no podíamos salir si no era con permisos oficiales.

Y sin embargo, en Cuba hay mucha gente que conoce a Velázquez…

Claro, es que estamos hablando de un país con un nivel cultural muy alto. Y el nivel de consumo cultural es elevado a pesar de todas las limitaciones, porque aunque se publiquen poco libros, se importen pocos libros, las cosas se comparten. Los ejemplares de Paul Auster que hay en mi casa lo han leído 25 personas. Una película que aquí ve uno con su familia en Cuba se convierte en un producto social. Y eso nos ha salvado en muchos casos.

Le voy a contar una anécdota que tiene implicaciones políticas: una amiga mía cubana que estaba haciendo una estancia en Ecuador porque era profesora de universidad no conocía quién era Cabrera Infante. ¿Extraño?

En Cuba, todo el que realmente ha querido leer a Cabrera Infante lo ha leído. En los años 70, cuando nosotros estábamos en la universidad y nos encontrábamos en el periodo más ortodoxo políticamente hablando, donde todo era blanco o negro, de una forma o de otra leímos Tres Tristes Tigres o La Habana para un infante difunto. En mi caso, fue un escritor que me descubrió un universo lingüístico del que yo me he apropiado a mi manera: el lenguaje habanero literario. Si te impones leerlo, lo lees. Los escritores cubanos, todos, han leído a Cabrera Infante.

Pero, ¿y la población general, los que no son escritores?

Menos, menos… Pero creo que tiene que ver con un problema de acceso, porque sus libros no se publican en Cuba. Como cuando yo escribí sobre Paul Auster: todo el mundo me preguntaba dónde se podían conseguir sus novelas.

En uno de los relatos de este libro, hay un escritor que imparte talleres literarios de manera rutinaria para ganarse la vida, mientras una sus alumnas, una ancianita, espera ansiosa el taller y la oportunidad de enseñar lo que escribe. ¿Por qué ese personaje?

En Cuba, en los años 70 y 80 se creó una estructura burocrática del trabajo cultural, y recuerdo que había un plan del Ministerio de Cultura para la creación por el que debía haber 10 instituciones culturales básicas en cada municipio: un museo, una casa de la cultura, un taller literario, etc. Daba igual que en un sitio hubiera buenas condiciones para tener un coro y en otro para tener un taller literario: en los dos tenía que haber ambas cosas, era una ordenanza. Yo juego con esa burocratización, porque además muchos de mis compañeros trabajaron como asesores literarios en ellos talleres. Yo también estuve a punto, pero salió lo de la revista. Lo que quiere ese personaje es escribir y estar con su mujer, y lo del taller es un trabajo como quien viene a esta cafetería a servir café y té. Nada más. Pero después estaba la gente que iba a esos talleres con mucha ilusión. En el relato hay un juego entre esa ilusión inocente y el conocimiento cínico del escritor.

¿Puede decirse que entre el exilio de algunos escritores cubanos y el exceso de burocratización en la isla ha faltado un cierto fermento para los escritores más jóvenes?

Yo no creo que fuera así del todo. Estaban estos talleres a los que iba gente aficionada… Y es cierto que cuando tú burocratizas la cultura, la congelas. Pero también había otras cosas. Nosotros, por ejemplo, creamos un taller en la universidad entre estudiantes de Humanidades que teníamos una preparación y un interés literario mucho más definido. Fue un lugar de intercambio de ideas y de surgimiento de relaciones que duran hasta hoy entre muchos narradores y poetas. Ahora, en Cuba, desde hace 10 años existe una escuela para escritores donde se dan talleres literarios que dirige un escritor que se llama Eduardo Heras León, y es increíble la cantidad de gente joven que está saliendo de ahí y que escribe cosas notables.

En uno de sus cuentos, hay un personaje que mira desde su oficina a un niño que juega al béisbol. Entonces se da cuenta que sus sueños han sido sepultados por un cierto seguidismo político… ¿Es una crítica a la militancia revolucionaria en Cuba?

Yo creo que estos cuentos son mucho más universales que mis novelas, a pesar de ser historias muy pequeñas. Lo que ocurre aquí es que este personaje ha llegado a un punto de su madurez y se da cuenta de que se ha convertido en un burócrata de mierda. Porque entre los propósitos de las personas y lo que al final logran por limitaciones sociales, económicas, políticas, personales y familiares siempre hay una distancia, siempre. Este personaje ve en ese niño al niño que él mismo fue, y que se llenó de sueños que no pudo lograr. Esto está contextualizado en Cuba y tiene razones cubanas, pero se puede leer de manera universal, porque puede ocurrir en cualquier lugar del mundo, le puede ocurrir a un francés, a un español, a un finlandés.

Por cierto: hay dos suicidios en estos relatos. ¿Le preocupa especialmente el tema?

Para mí, el suicidio es una obsesión puramente literaria. En Cuba sabemos que hay un índice de suicidio bastante alto, pero no sabemos los datos. Hay muchas estadísticas en Cuba que no se conocen, a pesar de que en los últimos años se han empezado a publicar más. Esta es una de las que se desconocen, creo. Pero mi interés en el suicidio probablemente tenga más que ver con la importancia de Hemingway en mi formación. En Hemingway, el suicidio está muy presente. También en Salinger: el genio de la Familia Glass se suicida en una playa de La Florida.

También describe usted muy bien el mundo de la marginalidad en La Habana. ¿Tiene mucho contacto con esos ambientes?

En Cuba, ese mundo marginal es bastante visible si tú quieres verlo. Hay muy pocas personas que vivan en niveles donde no tienen contacto con este mundo. Yo vivo en un barrio de La Habana, un barrio normal, un barrio de toda la vida, y ahí yo me conecto muy fácilmente con las personas. Y aunque es un barrio popular, no es un barrio marginal, pero sí hay actitudes y personas marginales a las que yo conozco y con las que converso. No es algo exótico para mí, no tengo que salir a buscarlo sino que viene a mí, y tengo una relación dinámica y normal con él.

Es usted una referencia en la novela policiaca… Me preguntaba cuáles fueron los autores fundamentales para su formación en este género…

Hammet y Chandler los primeros. Pero una influencia catalizadora fue la de Vázquez Montalbán. Descubrí una literatura policiaca escrita en lengua española en un país de la periferia del centro de la novela policiaca, que estaba en el mundo anglosajón y Francia. Era una literatura de una gran calidad y con una perspectiva social muy evidente. Y fue como un catalizador que me dijo: “Este es el camino por el que puedes entrar y seguir”.

En ese camino hay también mucha tendencia a la melancolía, ¿no?…

La melancolía y la nostalgia son muy literarias, y a medida que va pasando el tiempo, me voy volviendo más melancólico porque me voy volviendo más viejo. En el caso de Mario Conde, es un elemento esencial de su personalidad, porque también lo es de la mía. Yo soy un hombre con una gran nostalgia por un pasado en el que fui joven, tuve sueños, disfruté de cosas de las que ya después no pude disfrutar… A pesar de eso, soy una persona bendecida por lo que haya allá arriba, porque todo lo que yo pude soñar que iba a conseguir con mi trabajo es ínfimo al lado de lo que he conseguido. Nunca habría pensado que iba a conseguir el Premio Nacional de Literatura de Cuba o que iba a publicar con Tusquets, pero no dejo de sentir nostalgia por una época en la que éramos más pobres y más felices, como decía Hemingway …

Y hasta aquí llegó la charla, porque además el sol se iba desplazando, y al final, el fresquito de la incipiente primavera madrileña se metía con facilidad en el cuerpo. Se fue Padura con su esposa por la calle, pero al poco tiempo, Raúl Castro y Obama se encontraron en la Cumbre de las Américas para abrir una nueva etapa en la historia de las relaciones entre Cuba y EEUU. De nuevo, la política. Pero el momento merecía la pena, y había que mandarle un correo al escritor con una pregunta, que él volvió a contestar con toda la amabilidad del mundo.

Después de ver las imágenes y escuchar los históricos discursos de Obama y Castro, ¿qué sensación ha tenido? ¿Qué le ha venido a la cabeza?

He pensado muchas cosas, he sentido muchas cosas. Me he congratulado por estar vivo para ver algo así, algo que jamás pensé que vería… Y he pensado en el futuro. Ojalá que esos estrechones de mano de Raúl y Obama –que fueron varios- de verdad comiencen a cambiar una historia y el diálogo se imponga a la hostilidad, la comprensión a la prepotencia, la cercanía a la lejanía. Siento que no va a ser nada fácil, pero que podemos estar al principio de algo mejor. De un tiempo de diálogos… ¡esa es la palabra clave!: diálogo.

Leonardo Padura, escritor y periodista cubano, galardonado con el Premio Nacional de Literatura 2012. Sus novelas han sido traducidas a más de 15 idiomas, y su obra El hombre que amaba a los perros, tiene como personajes centrales a León Trotski y a su asesino, el militante estalinista catalán Ramón Mercader. Su más reciente novela es Herejes.

En ocasión del 50 Aniversario del Levantamiento Armado de 1932 en El Salvador

En ocasión del 50 Aniversario del Levantamiento Armado de 1932 en El Salvador
Roberto Pineda San Salvador, 22 de abril de 2015

Cada generación de revolucionarios y revolucionarias salvadoreños vinculados al Partido Comunista ha realizado su particular lectura sobre los acontecimientos relacionados con el levantamiento indígena-popular de enero de 1932. La generación de comunistas inmediatamente posterior a estos acontecimientos realiza por lo general una lectura negativa y critica fuertemente los errores de aventurerismo que la habían caracterizado.

La generación de principios de los años ochenta, por el contrario, analiza y asume esta gesta como altamente significativa y fuente simbólica de su lucha armada contra la dictadura. A continuación reseñamos algunas de estas últimas ópticas. La primera es una reflexión partidaria medio siglo después del levantamiento (enero de 1982), la segunda un mensaje en el 52 aniversario del PCS (marzo de 1982) y la tercera es un trabajo de Federico Bairez (Antonio), sobre el valor de los testimonios de Miguel Mármol (marzo de 1982).

En ocasión del 50 Aniversario del Levantamiento Armado de 1932 en El Salvador

El comité central del PCS dio a conocer este manifiesto relativo a la insurrección indígena-campesina de enero de 1932. Inicia explicando que “los acontecimientos del mes de enero de 1932 tuvieron a la base el catastrófico impacto de la crisis del sistema capitalista mundial en nuestro país y expresaron la resuelta disposición de las masas trabajadoras y populares en general a resolver el problema de la toma del poder que surgía al primer plano de la exigencia del momento.”

Añade que “a 50 años de distancia no podemos tener de aquellos sucesos solamente la impresión de la horrible matanza que la oligarquía y el ejército desataron sobre los humildes que intentaron conquistar la liberación social con sus propias manos, aunque ciertamente es este uno de los aspectos que nos aproximan a una reflexión valedera en los momentos actuales…Los comunistas de hoy inclinamos nuestras banderas ante los heroicos fundadores de nuestro Partido y de los luchadores de todo un pueblo que supieron cumplir con su deber.”

Establece que “fue en aquel cuadro de agudas contradicciones y vuelcos políticos, que el recién fundado Partido Comunista de El Salvador supo hacer frente a la máxima prueba de toda organización revolucionaria: conducir a las masas populares a la lucha armada por el poder con los resultados históricamente conocidos y aún no suficientemente enjuiciados.”

Reconoce que “la insurrección de 1932 que correspondiendo al atraso social imperante, fue principalmente una rebelión campesina, contó para su estallido con los fuertes factores objetivos ya señalados, aunque no contó, porque no podía contar, con la adecuada dirección político-militar del Partido Comunista, teniendo en cuentas que este tenía apenas menos de dos años de edad y carecía por tanto, de la suficiente experiencia y capacidad para dar organización y dirección eficiente a la insurrección.”

No obstante esto considera que “no se puede ignorar…que aún antes de la fundación de su partido, los comunistas realizaron un extenso y ramificado trabajo de organización de la masas de la ciudad y del campo, difundiendo las ideas de la revolución social, educando políticamente al pueblo, elevando en definitiva su conciencia. Esto es lo que explica porque la insurrección popular surgió indisolublemente vinculada a los comunistas.”

Agrega que “es incuestionable que el problema del poder ocupó un puesto central en la insurrección de 1932; incluso se probó a constituir “soviets” en algunos lugares de las zonas insurrectas, pero el carácter de la revolución por la que se luchaba no estuvo suficientemente clarificado.”

Aclara que “según el testimonio de compañeros que vivieron esa experiencia, el Partido había definido que aquella era la etapa de la “revolución democrático-burguesa”; pero es sumamente dudoso que tal definición fuera todavía comprendida por su militancia de base y, mucho menos, por las masas. En realidad, hacer una acertada definición del carácter de la revolución es un problema nada fácil, que el PCS no pudo resolver durante decenios, sino hasta tiempos bastante recientes.”

Considera que “la derrota de la insurrección y sus duraderas consecuencias negativas en la historia de nuestro país, llevaron incluso a algunos comunistas, a conclusiones alejadas de todo juicio histórico justo en las cuales la insurrección de 1932 aparecía como un tremendo y catastrófico “error cuyo precio fue necesario pagar durante décadas.”Tales conclusiones influyeron en alejar por demasiado tiempo al PCS de la elaboración de una línea revolucionaria, basada en su propia experiencia revolucionaria. Incluso en un tiempo llegó a prohibirse a la militancia hablar de la existencia de su Partido Comunista supuestamente para “asegurar su desarrollo fuera del peligro de la represión.”

Añade que “el 1932 el pueblo oprimido y le naciente Partido Comunista respondieron al reto de la historia y se lanzaron a la lucha armada contra el enemigo de clase; de la derrota de la insurrección y sobre los cadáveres de los treinta mil trabajadores asesinado durante la bestial matanza que la siguió, surgió la dictadura militar que hoy está llegando a sus últimos días, bajo los golpes del puño popular.”

“En 1982 –proclama este manifiesto- 50 años después, el pueblo y sus organizaciones de vanguardia también responden al reto de la historia, nos enfrentamos con los herederos de aquellos que en 1932 cazaron millares de revolucionarios y pacíficos ciudadanos y, saludaron la matanza como una “sagrada necesidad” para defender “el orden y la ley.” Nuestros enemigos de hoy son nuestros enemigos de ayer.”

Aclara que “también hay diferencia de presente con respecto a 1932: el pueblo salvadoreño construye la más poderos empresa unitaria de su historia y las banderas que el FMLN levanta en los frentes de la guerra popular revolucionaria, expresan los intereses, la conciencia, la acción combativa, organizada y experimentada de inmenso sectores del pueblo, directamente incorporados a la lucha: los heroicos revolucionarios de 1932 no pudieron contar con la enorme y calurosa solidaridad internacional que hoy aporta a nuestra lucha.”

“Agustín Farabundo Martí, fundador emérito del PCS y el más destacado dirigente de aquella alborada revolucionaria, está para siempre en el corazón del pueblo trabajador y su nombre es el de la vanguardia unificada que dirige hoy su lucha; los nombres de otros mártires y héroes de 1932, humildes trabajadores todos ellos, son estandartes de combate y denominan nuestros actuales frentes de guerra: Modesto Ramírez, Francisco Sánchez, Feliciano Ama.”

Indica que “la derrota infringida al movimiento popular en 1932, inició largos años de sangrienta dictadura militar. El Partido Comunista pese al aplastante golpe recibido, se convirtió en el único y solitario luchador por las ideas del marxismo-leninismo; en su seno aparecieron tendencias que, evaluando la insurrección a partir únicamente de sus resultados, renunciaban a la lucha armada, dando pie así al nacimiento y perduración de posiciones reformistas. Pese a todo ello, el Partido Comunista fue la única organización revolucionaria capaz de resistir durante décadas las embestidas represivas de los distintos gobiernos que fueron eslabonando la cruel cadena de la dictadura castrense reaccionaria.”

Subraya que “en el seño del PCS fueron formadas generaciones enteras de revolucionarios, fue el partido la fuente primicial donde adquirieron las nociones de marxismo-leninismo destacados revolucionarios, dirigentes sindicales y estudiantiles, dirigentes campesinos, activistas y dirigentes políticos, jefes guerrilleros y combatientes, algunos de los cuales engrosaron las filas de organizaciones revolucionarias hermanas.”

Enfatiza que “a partir del 28 de febrero de 1977, luego de la masacre en la Plaza Libertad, se produjo el vigoroso encuentro de las masas populares mayoritarias con el camino iniciado 7 años atrás por las organizaciones revolucionarias hermanas y por sectores populares avanzados; y dio comienzo también el complicado viraje del PCS hacia la lucha armada y la consiguiente creación de su brazo armado; las Fuerzas Armadas de Liberación (FAL). Se ha sintetizado unificadoramente así la larga y rica experiencia de nuestro partido, con la guerra ´popular revolucionaria que se desarrolla ascendentemente en nuestro país.”

Advierte sobre la intervención militar estadounidense que “si tales planes son ejecutados por el imperialismo yanqui y la dictadura militar fascista, pueden prender las llamas de la guerra en toda Centro América e incluso extenderla regiones del Caribe, con todos los riesgos que hay en ello para la paz mundial, pero no lograran derrotar al pueblo Salvadoreño ni a ningún otro pueblo de esta parte tensa y sensible de la tierra.”

Reconoce que “nuestros héroes del 32 no pudieron formar un ejército revolucionario que batallara y dirigiera militarmente las luchas que las masas del pueblo desplegaron contra el ejército oligárquico, ahora, en cambio, hemos logrado construir su ejército popular revolucionario, expresión fiel de sus intereses y verdadero y único garante del triunfo de la revolución y de su efectiva defensa.”
Explica que “si hace 50 años los trabajadores del mundo se compadecieron de un pueblo masacrado y vejado y deploraron la suerte de una vanguardia revolucionaria que, aun sabiendo cumplir hasta el final con su deber fue derrotada, hoy presencia y apoya la culminación de aquel esfuerzo heroico, con un pueblo que ha aprendido ya a golpear y a derrotar a sus enemigos. La sangre derramada por nuestro mártires durante más de 50 años germina hoy en estas luchas y en la victoria que no está lejana.”

Concluye que “la insurrección popular del 32 y la fundación de nuestro Partido, son acontecimientos estrechamente vinculados que han tenido honda repercusión en la historia política del país y la derrota sufrida a manos de los oligarcas tuvo a su base la debilidad del destacamento revolucionario de vanguardia, pese a la razón y la justicia que le asistió al pueblo insurrecto. Contamos ahora con la razón y la fuerza para triunfar, con el ánimo inquebrantable de vencer. Nuestro pueblo avanza incontenible hacia el logro de su liberación definitiva.”

Saludo del CC del PCS a los Combatientes de las FAL y a todo el Partido en Ocasión del Año Nuevo. 31 de diciembre de 1981

Es el primer saludo oficial del PCS a sus combatientes. Expresa que “el Comité central del PCS y la Comandancia General de las FAL se dirige a ustedes: militantes, candidatos a miembros y simpatizantes de nuestro Partido; combatiente guerrilleros de la ciudad o del campo, combatientes políticos (clandestinos y no clandestinos) de la resistencia popular, cuando dentro de pocas horas concluirá el año de 1981, que se ha caracterizado por la riqueza de los acontecimientos sucedidos a lo largo de sus doce meses.”

Considera que “en el corto período de un año nuestro Partido no solo ha logrado consolidar sus Fuerzas Armadas sino desarrollarlas y ampliarlas. Ha crecido la calidad de sus mandos y combatientes expresado en su capacidad, disciplina, disponibilidad y moral combativas; aparecieron las Escuelas Militares, se consolidaron los Estados y Planas Mayores , se realizaron cientos de operaciones de pequeña, mediana y gran envergadura, se mejoró nuestra armamentización, comunicaciones militares ,el aseguramiento logístico y el dominio por nuestro mandos y combatientes de la técnica de combate; aparecieron- en conjunción con las otras organizaciones hermanas del FMLN- las primeras columnas combinadas móviles; con nuestra decidida participación se formaron en varios frentes los Mandos Conjuntos del FMLN.”

Agrega que “grandes avances ha habido en a construcción orgánica del Partido dentro de las FAL, nuestros trabajadores políticos demostraron su temple comunista en las tareas encomendadas dentro de los frentes de guerra, nuestra milicia creció y se desarrolló. Creció así el prestigio de nuestro Partido ante nuestro pueblo y el Movimiento Comunista Internacional, el peso y el importante papel de las FAL en la guerra popular revolucionaria.”

Expresa que “todo esto nos satisface. Sin embargo, no podemos dejar de señalar que no siempre todo lo que hicimos fue lo mejor, que no siempre tuvimos la suficiente visión revolucionaria, que no siempre actuamos con suficiente audacia y firmeza comunista y que hubo casos aislados de militantes que mostraron flaqueza y vacilación ante las dificultades que el enemigo y la lucha misma nos impone. Tendremos que hacer renovados y redoblados esfuerzos para darle una mayor dimensión a nuestra lucha político-militar.”

Menciona que “Cada golpe militar que el enemigo recibe, cada fracaso en sus planes, cada derrota política y diplomática termina por socavar más y más la moral del ejército enemigo desde su más altos mandas hasta el último oficial y soldado. El Puente de Oro, el Puente del Guajoyo, las emboscadas en las carreteras Panamericana y del Litoral, Perquín, La Guacamaya y Arambala serán las sombras que los perseguirán continuamente en el futuro próximo.”

Puntualiza que “especial homenaje quiere rendir la Dirección del PCS a los comunistas que en este año ofrendaron sus vidas a la noble e irrenunciable causa de nuestro pueblo, que es la misma de todos los pueblos del mundo. Ellos murieron y vivieron como comunistas. Nuestras rojas insignias siempre flamearan alto sobre sus tumbas. Su recuerdo se conjuga con el de aquellos que en 1932, hace 50 años, vivieron, lucharon y murieron de la misma manera. Ellos forman un legado de nuestra lucha y de nuestra historia. Juramos ser fieles siempre a la causa por la que ellos lucharon y murieron.”

Concluye asegurando que “este nuevo año será de triunfos y grandes éxitos revolucionarios. A nuestros militantes y combatientes expresamos la confianza en que cada uno de nosotros será en 1982 un mejor revolucionario, un mejor combatiente, un mejor comunista. Saludamos con especial cariño a los comunistas que desde las prisiones conocidas y desconocidas continúan combatiendo al enemigo. Hasta ellos extendemos nuestros brazos y nuestra convicción de que el pueblo más temprano que tarde romperá los barrotes que ahora los encierran y sojuzgan. Saludamos a cada uno de los militantes y combatientes e todas las otras organizaciones hermanas del FMLN.”

El valor histórico de los testimonios de Miguel Mármol acerca de la insurrección de 1932

Jorge Federico Bairez (1943-2007) fue un destacado intelectual revolucionario salvadoreño, presidente de AGEUS en 1970, originario de Usulután. En este escrito profundiza sobre el significado de los testimonios de Miguel Mármol y se adelanta a condenar ya en ese momento a aquellos que basados en el anticomunismo abierto o encubierto, desde la investigación académica nacional e internacional, pretenden disminuir o negar el papel de los comunistas y su partido en los acontecimientos de enero de 1932.

Plantea que “durante mucho tiempo los escritores e ideólogos al servicio de la burguesía criolla y del imperialismo, falsificaron a su antojo todo lo relacionado con la insurrección. En esa nefasta tarea han coincidido en los objetivos, aunque variado en los métodos, desde los burdos y enfermizamente anticomunistas de antaño como Schlesinger, hasta los más cautelosos y aparentemente objetivos de hoy día como Anderson.”

Frente a esta situación opina Bairez que “no encontraban mayor oposición en las filas revolucionarias. Era cuestión de tiempo, sin embargo, para que esa oposición llegara, comenzaron a aparecer trabajos tan valiosos como polémicos, entre los muchos trabajos que fueron, poco a poco, develando los mitos reaccionarios, un lugar especial llegó a ocupar , con indisputable mérito, el conjunto de testimonios de Miguel Mármol y de otros camaradas sobrevivientes del 32.”

Sobre las valoraciones de la insurrección Bairez opina que muchas veces se cae en el subjetivismo ya que “no se examina la insurrección de acuerdo a las condiciones históricas concretas existentes en la época. Se asimila, por ejemplo, a los dirigentes como putchistas, y al hecho insurreccional mismo como una aventura sin sentido. Putchistas los dirigentes porque no fueron capaces de organizar el gigantesco torrente espontaneo de la masas; aventura la insurrección porque se decidió y ejecutó en unos cuantos días; tales, juicios, unas veces se sientan como premisas y otras como conclusiones.”

Añade que “el Partido Comunista de El Salvador, al momento de acometer la inmensa tarea insurreccional no había cumplido dos años de existencia. Este hecho clave ignorado por algunos o examinado incorrectamente por otros, explica las insuficiencias en la dirección política y militar. La Historia Revolucionaria, desde la Comuna de Paris hasta nuestros días registra situaciones insurreccionales similares a las de 1932, con idénticos resultados, es decir, situaciones revolucionarias maduras donde la vanguardia no pudo forjar la victoria, al ser sorprendida en periodo de plena gestación.”

Considera que “es válido afirmar que el PCS era, en 1932, un partido marxista-leninista embrionario, y que la prueba de fuego a la que lo sometió la historia tan prontamente, fue demasiado severa para que hubiera podido descifrarla e otros términos que no fueran los del heroísmo, la valentía y la decisión de combatir hasta morir. Ciertamente el poder era la meta. Pero qué lejos estaba la posibilidad de consumar ese ambicioso y, a la vez justo y legitimo, propósito revolucionario.”

Opina que “los testimonios de Miguel Mármol y de otros camaradas sobrevivientes de 1932, la información disponible, los resultados de las investigaciones realizadas hasta la fecha, ponen fuera de toda duda a existencia entonces de agudos desajustes económico-sociales. De crisis del poder político, y de exacerbamiento del espíritu insurreccional de las masas, componentes típicos todos, de las condiciones objetivas de una situación revolucionaria madura.”

Pero por otra parte “también está, fuera de toda duda, la ausencia o débil presencia en 1932, de otros factores que resultaban indispensables para el triunfo, estos del carácter subjetivo, como decir, el escaso grado de organización de las masas y, fundamental y decisivamente, el bajo nivel de desarrollo político, ideológico y militar del partido como en Rusia de 1905, el heroísmo ilimitado de los insurrectos no bastaba para resolver los problemas extraordinarios y desconocidos que sólo la buena organización era capaz de afrontar con éxito.”

De todo esto Bairez concluye que “aun cuando el Partido no alcanzó el fin propuesto, el Poder, el juicio histórico no puede, ni debe descansar en una especie de reclamo “paternal” aunque en unos caso se disfrace de magnanimidad, y en otros, se inyecte de mordacidad.”

Agrega que “a diferencia del Partido de Rusia de 1917, donde el dilema histórico era tomar o no el poder, el Partido en El Salvador de 1932, se fijó además, el propósito de enfrentar y resolver positivamente el dilema de encabezar y dirigir a las masas enardecidas que, con o sin el Partido, estaban dispuestas a combatir.”

Pero a la vez “a semejanza de la Rusia de 1917, donde el Partido con un Lenin firme al frente, asumió la posición correcta y tomó el Poder., en El salvador de 1932 , el Partido, con un Farabundo Martí imperturbable a la cabeza, también adoptó la posición correcta, encauzando, hasta donde era posible hacerlo en aquellas circunstancias , un levantamiento masivo, una insurrección campesina que, al margen de cualquier tipo de juicios atenuantes o estigmatizadores, bien puede calificársele de heroica, grandiosa y necesaria.”

Valora Bairez que “la decisión del Comité central del Partido reflejó una actitud: la actitud de heredar, con el sello de la sangre combatiente, un brillante e incuestionable ejemplo de consecuencia de una dirección revolucionaria que no sólo se precia de ser tal, sino que también actúa como tal.”
Concluye que “destacar este rasgo esencial de a insurrección de 1932, sin caer en la visión “heroica” de la historia constituye, para nosotros, un requisito indispensable para hacer una valoración general justa y objetiva del más grande acontecimiento de nuestra historia revolucionaria.”

Subalternidad, antagonismo y autonomía en los movimientos sociopolíticos de México y Latinoamérica

Subalternidad, antagonismo y autonomía en los movimientos sociopolíticos de México y Latinoamérica

Massimo ModonesiPablo Seguel Gutiérrez

En esta entrevista, Massimo Modonesi repasa los procesos de subjetivación política y antagonismo social, al tiempo que revisa críticamente el concepto de movimiento social y su (des)vinculación de una perspectiva clasista. Además, analiza la noción de poder popular a la luz de las actuales condiciones de la lucha de clases en el continente. “Soy escéptico respecto a las prácticas del poder popular pensadas desde el Estado. Personalmente tengo más afinidad con una idea que podríamos llamar del contrapoder popular, que no es tan lejana de esa, pensando la dualidad de poderes no como una condición transitoria, sino como una condición permanente”.

1. Subjetivación política subalterna

— Seguel: Usted en su libro, Subalternidad, antagonismo y autonomía (2010) coloca una tesis sobre la subjetivación política que es muy interesante. En ella plantea que la tríada Subalternidad, antagonismo y autonomía pueden captar diferentes manifestaciones de la experiencia de los sujetos en lucha, inclusive, el carácter de los procesos sociopolíticos, en términos de relaciones de fuerza, de construcción de poder. ¿Qué elementos teóricos nos llevan a plantear que las condiciones “dominación/ conflicto/ emancipación”, que están de fondo en la triada subalternidad, antagonismo y autonomía, delimitan la experiencia de la subjetivación política?

Modonesi: Esas son tres dimensiones muy concretas. Las relaciones de dominación son las relaciones en las cuales estamos insertos cotidianamente. Es una triada clásicamente marxista, en el fondo hay que estudiar las condiciones existentes de la dominación. La noción de dominación también tiene una pendiente weberiana, pero también tiene una pendiente marxista. Gramsci insistía mucho en eso, tratando de mostrar las condiciones sociopolíticas de la existencia material que se da en sociedades capitalistas. O si queremos, incluso, cuáles son las formas de la dominación burguesa, de una dominación de clase, que se expresa en el terreno sociopolítico cultural, donde la dimensión estatal existe pero no es la única que manifiesta -en esa idea de Estado ampliado muy gramsciana. Ahora, toda estructura o relación de dominación implica relaciones conflictivas. La conflictividad es una dimensión que existe y que atraviesa las relaciones de dominación. La dominación no es homogénea, monolítica, está atravesada de conflicto. Es el conflicto mismo por medio del cual se impone la dominación, pero el conflictotambién a través del cual se puede resistir la dominación o se puede trascender cierta forma de dominación y ahí viene la dimensión de la emancipación. La emancipación se puede ver de dos maneras. Una es como la realización de espacios y de ámbitos e de libertad, de liberación.

Seguel: Como el carácter anticipatorio o prefigurativo…

Modonesi: Bueno, esa es la otra dimensión, la de una superación de la dominación. La dominación ya no existe y lo que queda es liberación. Pero en realidad, la historia nos enseña que lo que tenemos son procesos emancipactorios que se anidan, que se insertan en estructuras de dominación, que no logran trascenderlas en su totalidad, pero logran subvertir aspectos parcialmente, temporalmente. Entonces, lo que me parece importante es pensar el conflicto y la emancipación como dinámicas o lógicas que se sobreponen y se trenzan con la de la dominación. Es decir, asumiendo que podemossostener distintas hipótesis. La dominación es el fondo o lógica sobre la que se montan las dinámicas de conflicto o emancipación, tres lógicas que se trenzan y conviven. Y yo lo que trato de hacer ante eso que es bastante concreto, qué corresponde en término de posibilidades de subjetivación políticas, es ver la contraparte más subjetiva. Eso que acabo de decir es algo más bien objetivo, todavía no mencioné a los actores y sujetos que la habitan. O sea la dominación, es un dato real. El conflicto es un dato real y también el proceso y la emancipación es un dato real. Ahora, tienen una dimensión subjetiva o por lo menos intervienen y configuran subjetividades esas realidades sociopolíticas.

Seguel: Pero en ese sentido, estas dimensiones de qué forma se relacionan con la subjetivación política. ¿Hay una que sobredetermine?, es más importante el antagonismo…

Modonesi: Yo creo que esas dimensiones son clásicas del estudio del marxismo, el capitalismo, la lucha de clases y el socialismo. En el fondo, dominación es capitalismo y sociedad burguesa. Conflicto es lucha de clases. Emancipación es hipótesis u horizonte socialista. Ahora, yo creo que hay correspondencia con tres dimensiones subjetivas: subalternidad, corresponde a dominación. Antagonismo corresponde a conflicto o lucha y autonomía corresponde a emancipación. Creoademás que hay coexistencia de esas tres dimensiones. No es que una se come a la otra. Todo proceso de subjetivación política es una combinación desigual de esas tres dimensiones. Toda subjetivación política se nutre de estas tres dimensiones, pero de forma distinta, hay una que sobredetermina a las otras. En unas condiciones pésimas del movimiento social, la Subalternidad es la que domina y la resistencia es lo que marca las prácticas socio-políticas. Entonces las dimensionesantagónicas y autónomas quedan en un segundo plano. No desaparecen nunca, porque la misma resistencia se nutre de ideales de rebelión, de un deseo de rebelión que no logra manifestarse plenamente y ese deseo de rebelión se proyecta hacia alguna idea emancipatoria o de relativa autonomía, pero hay condiciones que no lo permiten. El antagonismo mismo nunca es pleno y puro, porque siempre viene con inercias subalternas.Poniéndolo en otras palabras, la rebelión siempre se nutre de la resistencia, y entonces de alguna manera se ancla a las relaciones de dominación previas. Entonces el antagonismonunca es puro, lamentablemente tampoco es permanente. Es un momento de confrontación y de repliegues. Y luego, la propia autonomía son saldos a favor, en términos de capacidad de ir construyendo ámbitos de liberación, ámbitos de emancipación, que pueden ser mínimos como tener un periódico o tener una asamblea, tener una organización, tomar decisiones en diversos ámbitos de la vida colectiva. Pero, tampoco podemos verlos aislados. Siempre son producto de la lucha, se defienden con la lucha esas conquistas y nunca son plenas y totales. Y ahí es cuando yo creo que, lamentablemente soy de una generación que lamentablemente no tiene elementos para creer que la plena emancipación se realice, en el corto plazo por lo menos, por eso pienso en procesos de liberación en clave prefigurativa, como procesos inacabados, con inevitables inercias subalternas. Es decir, no he podido observar sociedades plenamente liberadas de todo resabio de dominación y, por lo tanto, de subalternidad de los propios actores que quieren liberar a la sociedad. Tampoco he visto procesos de subjetivaciónpuros y acabados, que no estén contaminados, porque además la contaminación es inevitable si es que se realizan y se mantienen en una sociedad que es fundamentalmente regida por estructuras y relaciones de dominación. Entonces, uno puede tener e lcolectivo más avanzado, pero no deja de reproducirse en condiciones que le obligan a negociar su vida cotidiana. Todos, hasta el militante más lúcido, tiene que finalmente convivir con un ámbito familiar, con relaciones en la calle, tiene que adoptar medidas de convivencia que le obligan a negociar su propio margen de liberación, que lo puede llevar de forma muy sostenida en ciertos ámbitos a moverse, a zigzaguear en las sociedades clasistas. Ahora, para darte un ejemplo individual, pero la idea es más bien colectiva. Los mismos grupos revolucionarios inevitablemente están también insertos en relaciones subalternas, por lo que tendrán su dejo –aunque sea mínimo- de subalternidad, no será su rasgo distintivo pero no dejan de tenerlo. Por lo tanto, siempre es importante interrogar los procesos de subjetivación polìtica desde esos tres conceptos que también son tres preguntas. ¿En qué medida es subalterno? ¿en qué medida es antagonista?, ¿en qué medidaes autónomo?

Seguel: Revisando su texto, en el libro ya citado, en el fragmento de los cuadernos de la cárcel en la que Gramsci se refiere a la formación de las clases subalternas en relación a la dinámica de la hegemonía, usted nos recuerda que el antagonismo por sí mismo no funda un espacio de autonomía que posibilite el surgimiento de un campo de acción política. Es decir, la pura resistencia no constituye subjetivación política, el puro antagonismo no constituyen subjetivación política. ¿Es posible leer en ello una hipótesis de la importancia de las mediaciones partidarias en los procesos de subjetivación política?

Modonesi: Yo creo que todo contribuye al proceso de subjetivación política, pero no todo se resuelve en una clave de subjetivación política. O sea lo que yo no creo es que haya una subjetivación estrictamente antagonista o estrictamente autónoma, sino subjetivaciones híbridas y en donde hay elementos dominantes. Eso por una parte. Por otro lado, sí efectivamente creo que la resistencia marca cierto límite de los procesos de subjetivación política. La resistencia es un sello de subalternidad, con la resistencia va siempre acompañada una aceptación relativa de la dominación. Al mismo tiempo la resistencia marca un límite, se acepta hasta aquí, se resiste tratando de renegociar las condiciones de la dominación. Yo no quiero menospreciarla, pero se resiste en la medida en que uno no se puede o no quiere rebelarse, que no le dan las condiciones subjetivas y objetivas para ir a más. Si hay ciertos límites y es necesario ver esos límites. Yo no creo en esa exaltación de la subjetividad antagonista y autónoma que han acompañado ciertos ciclos de lucha latinoamericanos y europeos. Hay como cierto culto, cierta apología del sujeto, sin ver esos pliegues más problemáticos. El principio de subalternidad creo que es muy útil para ver esos pliegues. Ahora, cuando dices mediación partidaria, yo por una cuestión generacional no creo mucho en el partido con la P mayúscula, pero sí creo en la fórmula del partido con p minúscula. Un poco usando esa fórmula que usaba Marx en un carta, hay partido histórico y partido efímero. Partido efímero es esa organización cristalizada en un momento determinado y yo creo que hay organizaciones que cristalizan en un momento dado, además creo que tienen que ser muchas, no creo en el partido único, creo en un pluralismo de izquierda. Pero también creo en los principios de organización que habitan en las organizaciones sociales y populares que son siempre formas de organización. Creo en principio en una forma de organización, no forzosamente le llamaría a eso partido, históricamente se le llamó partido y en ese sentido reivindico formas partidarias del pasado. Pero no necesariamente estoy de acuerdo en que las formas partidarias del pasado sean las formas partidarias o de organización que necesitaremos en el futuro. Pero sin duda mediaciones organizacionales, o si se quiere seguir diciendolo así, partidarias. Sin mediaciones organizacionales no hay acción colectiva, no hay estados puros de antagonismo que no pasen por mediaciones que permitan el despliegue de la subjetivación política.

Seguel: A su juicio, cómo se puede articular la noción de Bloque Histórico que HughesPortelli sistematiza en los trabajos de Gramsci, con la noción de clases subalternas, entendiendo que la noción de Bloque Histórico sólo se encuentra en algunos textos, no es una noción transversal. ¿Usted cree que la noción de Bloque Histórico tiene rendimiento político?

Esa es una pregunta muy delicada, porque en realidad Gramsci usaba la noción de bloque histórico para hablar de cómo una clase dominante y dirigente logra articular estructura y superestructura, como forma de realización concreta y espiritual de la hegemonía, no como una idea de construir alianzas, digamos, de un conjunto de alianzas sociales que construyen un macrosujeto capaz de hegemonía. Entonces, hay que ver, porque la idea de bloque histórico como esa capacidad de concreción de la hegemonía, de hacer corresponder estructura y superestructura, es una idea muy interesante. Da cuenta de cómo cuaja la hegemonía en un momento determinado, pero no es la manera en cómo se usa abitualmente. La otra acepción, que es cercana al concepto clásico –pre-gramsciano- de hegemonía, y Gramscino la usa así, habría que revisar bien, es la que se construye un bloque entorno a una clase y un proyecto político con capacidad de ser hegemónico, que sería una vieja idea de hegemonía que tenían los bolcheviques, que Gramsci recupera, incorpora y supera, de que la clase obrera tendría la capacidad de construir a su alrededor una alianza sólida y construye ese macrosujeto de la trasformación. Es delicado porque yo no creo que eso sea una idea gramsciana o, mejor dicho, una idea original de Gramsci. Que es una idea importante, lo es. Necesitamos pensar en la forma de constitución de un macrosujeto clasista y popular y pensar desde la diversidad de las subjetividades, cómo se pueden articular políticamente en bloque para producir efectos políticos contundentes. No sé si la idea de bloque, que repito no es gramsciana en este sentido y que suena algo rígida y monolítica, por eso Gramsci la usaba para dar cuenta de la cimentación que sostenía el edificio base-superstrutura en clave hegemónica, tenga rendimiento teórico-político, porque si de articulación en clave subjetiva estamos hablando por supuesto que es una problemática vigente y sumamente importante.

Seguel: Como usted se refiere, precisamente, a esta heterogeneidad que compone en términos de sujeto a las clases subalternas. Desde su perspectiva, ¿la noción de clase subalternas empalma con una noción de movimientos sociales? En el sentido, que si hay movimientos sociales no clasistas, al margen de subjetivaciones antagonistas, quiere decir que estás expresiones no dan cuenta de espacios de subjetivación política o dan cuenta de otras relaciones? ¿Quérelación existe, entonces, entre la noción de clases subalternas y movimientos sociales?

A mí no me gusta la noción de movimientos sociales porque está muy cargada de ciertas perspectivas sociales que “desclasifican”, que le quitan una noción clasista a los movimientos sociales, son movimientos que tienden a perder esa perspectiva de clase y esa politicidad. A mi parecer, la noción de movimientos sociales tiene esa pendiente, esa laguna. Es pospolítica, incluso, Melucci lo decía y lo reinvindicaba así. Muchos de los teóricos parten de la idea que una cosa son los movimientos obreros, de clase, y otra cosa son los movimientos sociales. Además le ponen el apellido de sociales para quitarles el de político. Por eso yo siempre digo, movimientos sociopolíticos para salir del paso. Que quede claro que no uso la noción de MS, que tampoco estoy diciendo algo muy distinto pero recupero ideas de clase, de política o, cuando quiero ser más preciso, digo movimientos antagonistas, porque ahí introduzco la dimensión del antagonismo que me parece que caracteriza de cierta manera a los movimientos políticos, a aquellos movimientos sociales con fuertes cargas políticas. No cualquier movimiento antagonista o movimiento sociopolítico es un movimiento antisismtémico, pero al menos se piensan claramente en clave de lucha y confrontación, no sólo de negociación y resistencia, desbordan ese marco reivindicativo inmediato. Yo lo hago de esa manera y salgo un poco del callejón sin salida del problema conceptualpropio de la noción de movimiento social. En ese sentido, retomando tu pregunta, me parece que no hay correspondencia entre la noción de movimiento social y clases subalternas. Además porque las clases subalternas tienden o debería tender a dejar de ser subalternas, y de hecho lo hacen en tanto comienzan a configurarse como sujetospolíticos desde el momento que introducen elementos de antagonismo y autonomía. La pura subalternidad es pasividad. Los elementos de la acción colectiva intervienen cuando en la subalternidad comienzan a aparecer elementos de la resistencia, elementos antagonistas, de autonomía que enriquecen las clases subalternas, le dan politicidad, le dan proyección y la activan. Entonces, la tensión entre activo y pasivo es muy importante aquí, porque sí tenemos actividad y tenemos pasividad en la acción colectiva. Entonces, la pregunta es ¿clases subalternas es una noción de acción colectiva o es también una noción de la pasividad colectiva? Yo creo que un poco de las dos cosas, lo que Gramsci plantea, el subalterno tiene que dejar de ser tal. Entonces, hay que seguir a la subalternidad porque es el punto de partida de la pasividad que se trasforma en actividad. La bisagra que da lugar a la subjetivación política, donde la subalternidad es el lugar de subordinación, donde comienzan a darse elementos de insubordinación. Entonces, en ese sentido, sí hay movimiento de las clases subalternas, movimientos sociopolíticos antagonistas en donde la subalternidad empieza a dejar de ser. Podría decirse un poco provocadoramente que nunca deja de ser, pero en el proceso deja tendencialmente de ser subalterno, siendo antagonistas y autónomos, se constituyen contrapoderes y con eso podríamos pasar a hablar de poder popular.

2. Poder Popular y subjetivación política antagonista

Seguel: Hace un tiempo atrás, revisando materiales sobre poder popular me topé con una tesis de la UNAM. Usted dirigió el trabajo de Mariana Fiordelisio Coll sobre poder popular y autogobierno en Cuba, que luego terminó siendo un libro por la Editorial Itaca. En ese sentido, ¿cómo entiende la noción de poder popular a la luz de la experiencia latinoamericana?, ¿cómo la definiría?

Esa tesis era una buena apología del poder popular en Cuba, que comparto por bien hecha pero no en términos de justificación apologética, yo soy más escéptico que Mariana respecto a esas cristalizaciones institucionales del poder popular. Personalmente creo que hay una tradición de eso en América Latina, es muy válida y que es una forma de pensar una alternativa real de toma del poder desde abajo. Pero yo personalmente creo que no hay condiciones reales de realización de este formato o modelo desde el ciclo ascendente de la década de los sesenta e inicio de los setenta, no hay condiciones para pensar un proceso de poder popular desde abajo primero como poder dual y después como quiebre en un proceso de revolución socialista que además lo sostenga como principio de organización estatal o post-estatal. Yo soy muy escéptico respecto a las prácticas del poder popular pensadas desde el Estado. Entonces, yo personalmente tengo más afinidad con una idea que podríamos llamar del contrapoder popular, que no es tan lejana de esa. Pensando la dualidad de poderes no como una condición transitoria, sino como una condición permanente, por lo menos a mediano plazo. Digo, ojalá que me equivoque, yo no niego la hipótesis ni la posibilidad abstracta de una revolución socialista basada en el crecimiento y generalización duradera del poder popular, de hecho, además la deseo. Lo que siento es que la realidad se nos configura más bien como, en la mejor de las hipótesis, de asentamiento y crecimiento progresivo de contrapoder popular. Construcción de poderes populares, de ámbitos autónomos, de autodeterminación, de espacios de decisión, de construcción de fuerzas que se constituyan como contrapoderes. Y que sí le rasquen hasta donde le puedan rascar, pero en sí creo que también hay un límite. En ese sentido, soy más clásico, hay un momento donde esas autonomías locales y parciales, ese autonomismo de los espacios chocan contra la pared y creo que constituyen espacios muy importantes, que sirven como contrapeso a las tendencias a la mercantilización capitalista, pero ese contrapeso en un momento dado no creo que se puede construir como una autonomía tal que podemos pensar que allí se realiza la emancipación integral, societal. No creo en la emancipación aislada en una comuna, en una montaña, en una ciudad o en un barrio. El socialismo en un solo barrio, el socialismo en una sola ciudad… Creo que hay un nivel sistémico que requiere de un quiebre a nivel estatal, un quiebre a nivel capitalista, inclusive un quiebre a nivel del mercado internacional y creo que estamos muy lejos de eso. Y al creer que estamos muy lejos de eso, no quiere decir que sea imposible, que no haya que luchar todos los días por eso, pero no estamos cerca. Creo que la estrategia justa para luchar en esa dirección sin hacerse ilusiones cortoplacista de un quiebre socialista y revolucionario es pensar en clave de contrapoder popular, de apostar a la construcción de espacios de construcción y acumulación de fuerza en forma de prácticas autónomas pero no olvidar que esta fuerza, para poder ser cabalmente antisistémica tiene que, en algún momento, desafiar el sistema, ser antagonista. Todas las construcciones autónomas suman, son positivas, fortalecen y modifican una correlación de fuerzas, que para Gramsci es molecular, progresiva, y hay coyunturas donde eso que es progresivo y paulatino se vuelve o puede volverse un salto hacia delante. En ese estira y afloja andamos construyendo trincheras y construcciones que nos van a servir para coyunturas más favorables, para dar saltos hacia delante, para que los pasos hacia atrás sean menos dolorosos y no resbalemos todo el camino que hemos recorrido. En ese sentido creo que en América Latina hay muchas experiencias y en eso soy muy poco sectario. Siento que todas son importantes, hay mucha experiencias comunitarias hoy en día de resistencia, movimientos de minería, luchas socioambientales, las respeto todas y todas creo que suman a esa lógica de contrapoderes. Ahora sí, a las que le apuesto, por tradiciones y filiaciones políticas más personales, es a las que sean más ideologizadas, politizadas, más claramente conscientes de ciertas situaciones sistémicas, claramente anticapitalistas y eventualmente también animadas y sostenidas por cierto proyecto socialista y cierto conocimiento de teoría marxista, etc. Esas son con las que me siento más cómodo, más afín. Creo en ese sentido que no sean las únicas que valen la pena, creo que hoy en día América Latina está llena de experiencias de luchas que son válidas. Creo que están bastante dispersas y no están todas lo suficientemente politizadas, no todas se asumen con esa perspectiva de contrapoder popular y se articulan las unas con las otras y se ven en el mediano plazo histórico.

Seguel: Entendiendo también esa centralidad que puede llegar a tener la noción de contrapoder popular o poder popular como una perspectiva de ruptura con el orden capitalista que se reproduce en distintas dimensiones, ¿usted cree que la noción de contrapoder popular abre un campo de subjetivación política subalterna o no se constituye como un espacio de construcción de poder?

Modonesi: Yo creo que puede tenerlo y es un pasaje que además articula subalternidad, antagonismo y autonomía. Arranca desde esa condición de subalternidad, de reconocer que se es subordinado, pero vía lucha, vía insubordinación se construyen espacios de poder y autonomía. Yo creo que funciona. Lo único que no hay que confundirlo. Existen ideas y nociones de poder popular instaladas más desde un ejercicio institucional o más desde una noción de amplio alcance. La noción de poder popular tiene una diferencia, respecto a la que estoy sosteniendo de contrapoder popular. La cuestión es que la noción de poder popular tiene una historia en Chile, que tiene un pie en un proceso de institucionalización y un pie en un proceso de autoorganizacion desde abajo. Están los cordones industriales y está el gobierno de Allende y entre esa bisagra… los cordones industriales fueron reconocidos finalmente a nivel institucional, pero surgen desde abajo. Está en la constitución cubana y está en la experiencia del chavismo. A mí esa experiencia institucional pensada como una estructura de organización de lo social me parece que no es lo mismo que cuando se lo piensa como una experiencia de lucha, con espacios de autonomía desde abajo. No quiere decir que no hay que pensar en clave de esa proyección a futuro, pero por lo pronto hoy en día, si uno habla de poder popular, lo primero que sale a la mente es la referencia a la Unidad Popular, a los mil días del presidente Allende, a Cuba o Venezuela y no estoy seguro si es lo mismo que se quiere sostener en la actualidad. En ese caso, no estoy tan seguro de que sea tan útil si es que genera confusión.

Seguel: Usted cree que es lo mismo esta noción que está entendiendo de poder popular con la noción de dualidad de poder o dualización de poder, que es una distinción que hacen algunos intelectuales para diferenciarse un poco de una noción tan mecánica de dualidad de poder, entendiendo que dualización de poder implica el surgimiento de un contrapoder y de un momento de ruptura.

Modonesi: No sé, no lo he pensado mucho, entonces lo que voy a decir no es producto de una reflexión previa, a diferencia de algunas cosas que he dicho antes. Me parece que sí, si tiene que ver con eso. Obviamente hay que conceptualizar la dualidad de poderes, pero también la dualidad de poderes arranca de un principio de relativo equilibrio en una correlación de fuerzas, mientras yo creo que estamos en un momento de desequilibrio muy fuerte. Siento que no hay que dar ese salto al vacío. Pensar la dualidad de poder y el poder popular en una clave de un momento de “asedio recíproco”, como Gramsci decía, en nuestros días ellos nos asedian a nosotros pero nosotros los estamos realmente asediando a ellos, salvo algunas coyunturas latinoamericanas de la últimas dos décadas que me temo que ya no están a la orden del día. Sólo en momentos de ascenso del movimiento popular realmente estamos rozando condiciones de eso y además de forma muy efímera, muy coyuntural y después inmediatamente de repliegue. En ese sentido la idea de dualidad de poder implica una situación de equilibrio que me parece que no se está dando, que no refleja la correlación de fuerzas que estamos teniendo, no tenemos una situación de empate, ni siquiera catastrófico. Yo creo que en algunos países como Argentina, Venezuela o Ecuador se dieron esas condiciones en unos pasajes históricos precisos, pero ese ciclo pasó, aunque volveremos a tener otro sin duda, pero no lo estamos viviendo ahora. Siento que esa concepción tiene un riesgo, de dar por hecho una condición que es una condición efímera, transitoria, pasajera y que no es la que rige normalmente a las sociedades capitalistas latinoamericanas. La dualidad de poderes es una teorización que sirve para situaciones prerrevolucionarias y hay que ver cuáles son las situaciones prerrevolucionarias o potencialmente revolucionarias que se vivieron o se están viviendo en América Latina hoy.

3. La izquierda mexicana en la coyuntura

Seguel: Le voy a hacer algunas preguntas sobre la izquierda mexicana en la coyuntura. Leyendo el nuevo número de la revista Memoria (250), uno de los elementos que me llamó la atención y que fue un aspecto transversal en varios textos, incluyendo el suyo, es que para muchos Ayotzinapa marca un hito de ruptura en la coyuntura. ¿Desde qué perspectiva se está leyendo esta ruptura en la coyuntura?

Modonesi: Así lo estamos viendo, pero habrá que ver si es cierto. Sin duda es una coyuntura de indignación, es un quiebre simbólico respecto a cierto orden, respecto de la barbarie, de la impunidad. Un quiebre simbólico que hay que ver si es que se vuelve un quiebre político. Lo de quiebre simbólico, podríamos argumentar por qué lo es y sería bastante fácil hacerlo, se trata de decir en qué medida se ponen al desnudo ciertas prácticas, se revelan las miserias del régimen actualmente imperante en México. Sobre eso se ha insistido mucho y no voy a insistir más, voy a decir algo sobre la idea, un poco más problemática, un poco más polémica, de que no estoy seguro de que sea un quiebre político aunque lo puede ser. Entonces, ¿por qué lo puede ser?, porque esa indignación y ese proceso de movilización que acompañó la petición, la demanda de que aparezcan los cuarenta y tres con vida, etc., genera ciertas dinámicas de agregación y de acción colectiva de una juventud que ya se había movilizado el dos mil doce, en torno a las elecciones en el movimiento #yo soy 132. Así como por ejemplo en Chile, en dos periodos un poco más distantes, hubo dos oleadas de movilización, aquí también tenemos dos oleadas de movilización protagonizadas por las mismas personas. Es decir, es muy importante eso por una cuestión generacional. Primero, es una generación que no se había movilizado antes, es la generación postzapatista, que sigue a la generación zapatista que se movilizó entre 2004 y 2001. Después hay como un vacío, un bache, hay una desmovilización a nivel juvenil, se pierden referentes. En 2006 se vuelve a vivir una coyuntura de protesta en México, sin duda, pero no son tanto los jóvenes los que se movilizan. Hay dinámicas en Atenco, en la APPO, contra el fraude electoral aquí en la ciudad, pero no se trata de una movilización masiva de la juventud y de los estudiantes mientras que entre 2012 y 2014 esto ocurre, esta generación vive dos coyunturas de intensa movilización masiva. ¿Por qué puede no ser un quiebre político? No creo yo que en el corto plazo se arme un gran movimiento de una izquierda alternativa, falta un polo de izquierda antagonista en México, hay una sensibilidad a flor de piel y eso, no creo que se aglutine, pero no deja de ser un recurso importante. Por ejemplo, en esas elecciones, nadie está convencido que en esas elecciones intermedias sean relevantes para la historia de México. Todo mundo piensa que la democracia electorera, electoralista o partidocrática en México está en crisis. O sea, hay algo antisistémico que se respira en el aire y que lamentablemente no parece tener pegamento político, pero es un clima político y esa generación respira ese clima político y eso es muy importante. Porque, podría no respirarlo, podría quedarse dispersa, apática. Un poco como la experiencia de Chile. Fíjate, son tres países que son gobernados por derechas o izquierdas que no dejan de operar como derechas, Chile, Colombia y México. Pero se viven procesos de subjetivación política centrados en la emergencia de generaciones de jóvenes y estudiantes combativos que se forjan en el antagonismo y buscan construir ámbitos autónomos. En Chile el movimiento estudiantil, en Colombia también con menos intensidad y extensividad, en México también los jóvenes y los estudiantes generaron y vivieron un clima de politización muy importante. No tengo certeza si tengan la capacidad de convertirse en un referente político, de activar un ciclo político, de ser una generación que transforme el país, en términos de agrietar o quebrar la estructura de dominación y la partidocracia, el tripartidismo de estado. Creo que tienen, cierta fuerza política que pudiera impulsar la gestación de un polo de izquierda antagonista en México, que es lo que yo quisiera. O, visto de otra manera, si algún día se generan las condiciones para construir un polo de izquierda antagonista en México, esto pasa por coyunturas como éstas y, en particular, por la juventud, poruna generación viva un proceso de politización y radicalización y que sepa sedimentarlo, consolidarlo y proyectarlo en términos políticos, de capacidad antagonista, acumulación autónoma y capacidad de construir alternativas.

Seguel: En ese sentido, ¿cuál es el estado de la izquierda marxista en México?

Modonesi: En México hay una gran tradición intelectual de izquierda marxista pero escaso arraigo de masas del socialismo, incluso en la década de los setenta respecto a otros países. Esto se explica en parte por el peso de la tradición de la Revolución Mexicana, el nacionalismo revolucionario que logró desactivar el socialismo revolucionario en las heroicas épocas fundacionales como en la década de 1920, que fue una década de construcción fuerte de esas tradición,y también el pico de los sesenta, setenta, el punto más alto de la historia del socialismo revolucionario en el mundo. Pero sí hay tradición intelectual marxista, porque además México fue el espacio de recepción de todos los exilios. Entonces tenemos una universidad nacional que es unavitrina desfasada respecto de la realidad nacional. Si uno ve a la UNAM aún quedan significativos espacios para el pensamiento progresista, para el pensamiento de izquierda. Hay ciertos márgenes, hay ciertas tradiciones, hay ciertos márgenes, pero eso no se traduce en términos sociales y políticos significativos. Pero en México no tenemos organizaciones marxistas con base social fuerte, tenemos algunos interesantes y válidos esfuerzos estudiantiles o en algunos otros sectores. Este vacío de referente socialistas es lamentable, porque sectores que vienen de esas tradiciones, que tienen esas ideas, en afán de mantenerse activos y de incidir políticamente terminan siendo la izquierda de MORENA, sin que MORENA abandere ninguna de las ideas del marxismo revolucionario. En verdad hay varios socialistas en la izquierda de MORENA,lo cual en buena medida indica que, para ellos, no hay otro lugar más atractivo para hacer política de izquierda. Yo difiero de esta posición por muchas razones que no puedo desagregar aquí pero entiendo que algunos compañeros la sostengan. También hay que reconocer que no es fácil construir polos de izquierda marxistas y socialistas en los tiempos que vivimos. No es solo lamentar que no exista, sino también reconocer las condiciones objetivas que existen en nuestras sociedades y en particular en México. Tanto es así que movimientos antagonistas muy poderosos produjeron o propiciaron la gestación de formas, que yo llamo revoluciones pasivas, en Ecuador, Venezuela, procesos que en realidad tienen tintes progresistas, pero que en realidad desactivaron procesos de movilización y que construyeron formas partidarias muy mediadas, que no apostaron a la participación desde abajo, sino que más bien desmovilizan, despolitizan y buscar tener y ejercer control social, movilización controlada, más que respetar o fomentar las formas autónomas de movilización.

Seguel: En ese sentido, qué elementos requiere la izquierda mexicana para convertirse en una alternativa hegemónica, de ruptura democrática.

Modonesi: No sé, yo no comparto mucho esa tesis de que el gran problema de la humanidad es la dirección revolucionaria, yo creo que si hay problemas de dirección, pero creo que también hay problemas de condiciones sociales generales. Las experiencias griegas y española nos dicen algo de esta relación entre condiciones materiales y politización antagonista, pero otros casos europeos se desatan tendencias involutivas, derechistas, xenófobas, etc. No digo que necesitamos la crisis y hundirnos todos para poder reaccionar para romper de esta manera la inercia conformista del sentido conservador que nos rodea, pero sí necesitamos cierta condición de agrietamiento del orden existente tal que permita que florezcan posturas antisistémicas. Las posturas antisistémicas no florecen porque haya un grupo de dirigentes revolucionarios lúcidos, ni florecen porque hay contradicciones del capitalismo salvaje. Que haya contradicciones y que haya dirigentes nos garantiza que haya resistencia, rebeliones esporádicas e instancias inorgánicas y fragmentadas de contrapoder. Para que eso se expanda, se profundice y se masifique se requiere de un elemento de crisis orgánica diría Gramsci. ¿Cómo se quiebra eso? yo no sé, espero que no sea vía catástrofe, pero no estoy seguro que tengamos otro camino, aunque haya que explorarlos todos los días.

Entrevista realizada el 3 de marzo de 2015, México D.F.

(*) Massimo Modonesi es historiador, sociólogo y latinoamericanista. Estudioso de movimientos socio-políticos en México y América Latina así como de conceptos y debates marxistas relacionados con el análisis de los procesos políticos contemporáneos. Profesor titular del Centro de Estudios Sociológicos de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM). Director de la revista Memoria del Centro de Estudios del Movimiento Obrero y Socialista (CEMOS) Autor de los libros Subalternidad, antagonismo, autonomía. Marxismo y subjetivación política (2010), El Partido de la Revolución Democrática (2009) y La crisis histórica de la Izquierda Mexicana (2003).

(*) Pablo Seguel es estudiante de Historia y sociología en la Universidad de Chile. Asistente de Investigación Proyecto Bicentenario Movimientos Sociales: memoria y poder, dirigido por Gabriel Salazar y Miguel Urrutia (Universidad de Chile). Coordinador con Matías Ortiz del libro Poder popular, militancias y movimientos sociales. Desarrollo del proyecto de la Unidad Popular, 1970-1973 (Escaparate, 2015. En prensa).

Raúl Zibechi: “El progresismo tal como lo conocimos ya se acabó”

Raúl Zibechi: “El progresismo tal como lo conocimos ya se acabó”

Sebastián Orrego

En diálogo con Marcha, el escritor y periodista uruguayo Raul Zibechi analiza el panorama que se abre con el regreso de Tabaré Vázquez a la presidencia. Vaticina un mayor acercamiento a EEUU y el retroceso en ciertas políticas progresivas. Explica por qué Uruguay es la excepción en el continente en materia de movimientos sociales. Y afirma: “Esta transición hacia otro ciclo implicará tensiones muy fuertes, donde la última palabra la va a tener el pueblo, si la gente se moviliza se abrirán las puertas a algo nuevo”.

– ¿Cómo comienza a configurarse esta nueva etapa a partir de la asunción de Tabaré en contraste con lo que fue la gestión de Mujica?

– El gobierno del Pepe se puede caracterizar de dos maneras: por un lado, la figura del Pepe, que es una persona con un pasado militante, con un estilo de vida muy sencillo, un discurso a flor de piel, relacionado con la forma de hablar de los sectores populares, alguien que puede ser criticado por “pupalachero” pero es auténtico. Una personalidad que se manifiesta no sólo en su persona sino en muchas decisiones de gobierno. Siempre estuvo con las dos piernas afirmadas en la región, buenas relaciones con Dilma y buenos intentos de relacionamiento con Argentina a pesar de todas las dificultades que siempre existen entre los dos países.
Por otro lado, tenemos la política pura y dura de su gobierno, basada en un modelo extractivista, que se sostiene de la exportación de commodities, gran producción de soja y celulosa, intento de abrir la minería a cielo abierto en forma masiva, fuerte especulación inmobiliaria urbana (o sea extractivismo urbano). Y ahora viene Tabaré, un oncólogo claramente tecnócrata, un hombre muy volcado a una cultura clásica, un típico miembro de la masonería. Tiene además una personalidad muy distinta a la del Pepe, nunca fue militante, ni antes ni durante la dictadura militó ni tuvo presencia política en nada, recién dos años antes de ser intendente de Montevideo tuvo una participación política en el voto verde, esa fue su primer experiencia cuando ya tenía más de 50 años. Si hablamos de características personales diría que Tabaré es la contracara del Pepe. Y ya desde el primer momento aparecen figuras destacadísimas de su primer gabinete que prevén muchas continuidades: en la política extractivista, en la preocupación por la educación, en las políticas de la salud.

– ¿Dónde podemos visualizar sus principales diferencias?

– Probablemente habrá un par de inflexiones preocupantes. La que más me preocupa es que Uruguay modifique su alineamiento en política exterior, ya Tabaré en su primer mandato intentó un Tratado de Libre Comercio con EEUU, argumentando que era nuestro primer mercado (ya no lo es). Además, Rodolfo Nin Novoa, el nuevo canciller, un hombre de su confianza muy cuestionado en la izquierda, ya dijo que en materia de política exterior “se acabó la ideología, ahora viene el pragmatismo”. El pragmatismo aquí quiere decir pro-EEUU.

– ¿Qué rol ocupará Uruguay en la región?

– Creo que Uruguay puede pedir el ingreso formal a la Alianza del Pacífico, lo que generará un conflicto muy fuerte con Brasil en el Mercosur. Además, el escenario global y regional es muy distinto de cuando asumió por primera vez, en ese momento comenzaba a verse el declive de EEUU, hoy es patente, y la violencia de la política exterior norteamericana es indudable en todo el mundo. La Alianza del Pacífico es el proyecto estratégico de EEUU para enfrentar al Mercosur y creo que Uruguay dejará de alinearse con el gobierno de Venezuela, un viraje muy pesado y a mi modo de ver muy negativo.
Uruguay probablemente llegue a cumplir un rol de visagra entre estos dos grandes proyectos de la región. No nos olvidemos que Uruguay nació como país visagra hace dos siglos, de la mano del imperio británico con el objeto de ser el estabilizador entre la colonia española y la portuguesa. Lord John Ponsonby, quien escribió el tratado de Rio de Janeiro por el cual se crea el Uruguay, en su carta a Londres escribe: “Coloqué un algodón entre dos cristales”. Y este papel, geopolíticamente, sigue estando latente.

– ¿Es posible que el nuevo gobierno dé marcha atrás en algunas políticas y medidas progresivas implementadas durante el anterior mandato?

– Tabaré no tiene chance de oponerse a la despenalización del aborto, aunque en su anterior gobierno vetó lo votado por el Parlamento y el Frente Amplio (FA), tuvo un costo político para él, pero hoy el costo sería impensadamente mas elevado ya que está totalmente consolidado, la ley ya está en funcionamiento. Con respecto a la regulación de la marihuana, asumo que Tabaré está en contra pero va a tomar un camino más suave, va a optar porque el proyecto se muera. Si el gobierno no le mete fuerza, eso se muere, hay que impulsar la siembra, las cosechas, los circuitos de comercialización, y eso está todo en el aire. Tabaré puede llegar a dejar pasar un tiempo y, apoyado en organismos internacionales conservadores, dejar morir ese proyecto. Al menos la regulación del autocultivo (que sí ya comenzó) me parece positivo y realizable, pero que el Estado se encargue de producir y comercializar lo veo muy difícil. El gobierno de Tabaré se dedicará a realizar una fuerte campaña contra el alcohol, en similitud a la realizada en su pasada gestión contra el tabaco.

-¿Cómo analizas la campaña de Unidad Popular y de las fuerzas que están a la izquierda del FA?

– Hace un siglo aquí gobernaba el batllismo, un gobierno muy progresista bajo el cual nacieron los dos partidos que luego conformaron el FA, comunistas y socialistas. Hoy en día están acomodándose las dos fuerzas que serán en un futuro los relevos del FA, que son los que representan por un lado el programa fundacional del ´71 (Unidad Popular), y por otro los que representan los debes del extractivismo, o sea los ecologistas (Partido Ecologista Radical Intransigente), que estuvieron muy cerca de conseguir un diputado. Crecieron mucho las dos fuerzas, si sumamos los votos nulos o blancos hubieran conseguido hasta algún senador. Recordemos que Unidad Popular es un partido clásico, escisión del FA que recoge la gran cantidad de descontentos con el gobierno. Por primera vez hay un diputado a la izquierda del FA y están las condiciones para que crezcan mucho más, ya que el Frente está sufriendo una ruptura que con Tabaré se agudizará aún más.
El escenario político entonces se vuelve a conformar como un bipartidismo imperfecto. El FA por un lado y los blancos con buenos resultados a nivel municipal por el otro. En mi hipótesis, el Partido Colorado seguirá en decaimiento (recordemos que este partido gobernó nuestro país durante un siglo). Y el Partido Independiente se perfila a recolectar a los colorados progresistas. Los cambios se darán muy lentamente y a la uruguaya, o sea en el terreno electoral.

– ¿Qué pasa con los movimientos sociales en el Uruguay?

– Uruguay es la excepción en América latina. En la crisis de 2002, el sistema de partidos no quebró, no hubo tampoco quiebre institucional como sucedió en otros países. Hubo un relevo suave, el FA tenía antes de la crisis el 45% de los votos y luego de la crisis llegó al 51%. Uruguay es un país de un fuerte Estado y una fuerte institucionalidad, y es el único país en donde durante los últimos 60 años el principal movimiento social es el sindical. Ha sido, es y será el principal movimiento. Hay cooperativas de viviendas, algunas radios, pero no tenemos movimiento territoriales fuertes como en otros lugares de Latinoamérica. Habría que remontarse a la historia del país para ver porqué tenemos una cultura clasemediera tan potente y no una cultura popular y plebeya potente. En Uruguay, hasta el carnaval, que es una manifestación popular de la cultura, es sumamente clasemediero tanto en su público como en sus artistas. Pero esta es la realidad, experiencias como las de los movimientos piqueteros, los sin techo, sin tierra, indígenas, zapatistas, están muy alejadas de nuestra realidad. El movimiento sindical se ha fortalecido como nunca en los últimos diez años, y ha conseguido conquistas importantes para los trabajadores gracias a tener un gobierno afín.

– ¿La falta de conflictividad es lo que anula la posibilidad de conformar organizaciones que construyan poder popular?

– Seguramente la falta de conflictividad se debe a que el Estado funciona. Obviamente funciona porque somos tres millones, los niveles de pobreza y desafiliación social son crecientes (sobre todo en los servicios sanitarios y educativos) pero existen mecanismos de intermediación muy fuertes todavía aunque algunos se están deteriorando. Y en la historia política del Uruguay el conflicto no tiene buena prensa. No está bien vista la conflictividad ni siquiera en los sectores populares, enfrentarte y gritar no está bueno… Pero además funcionan otros mecanismos sustitutorios del conflicto, por eso el movimiento sindical es el hegemónico, por sus instancias de diálogos, y cuando hay conflictos no son destituyentes sino que son para reforzar esas políticas de diálogo. Esto se instaló de forma muy fuerte en nuestra cultura política y hoy por hoy no hay fuerzas sociales y políticas que la impugnen.

Es difícil entenderlo y podríamos discutir horas, pero muchos historiadores afirman que en Uruguay no ha existido oligarquía. Por diversas razones, como el poblamiento tardío, ser un país fronterizo que no logró consolidar la propiedad privada de los estancieros, débil presencia de la Iglesia, esa alianza que hubo en toda América Latina entre la espada la cruz y la tierra, en Uruguay no se ha dado. Además, el modelo extractivista fortalece a las derechas por ser altamente concentrador de riquezas, y esto nos dice que las relaciones de fuerza tiendan a favorecer a la derecha es producto de las elecciones tomadas por todos estos gobiernos. Crearon polarización, mucho desempleo y después de 12 años de gobierno no se puede echarle la culpa a la derecha, la derecha hace su juego, ¿y vos que hacés?
Creo que el progresismo tal como lo conocimos (gobiernos que desarrollaban algunas políticas favorables a los sectores populares pero sin redistribuir riquezas) ya se acabó, sobre todo por la baja en el precio de las commodities y por el cambio en el escenario mundial. Ahora, para seguir desarrollando esas políticas tenés que entrar en conflicto y no creo que ni Argentina ni Brasil estén en condiciones para entrar en conflicto. Esta transición hacia otro ciclo implicará tensiones muy fuertes, donde la última palabra la va a tener el pueblo, si la gente se moviliza se abrirán las puertas a algo nuevo. No sabemos qué vendrá pero será fundamental ver qué hace la gente en Venezuela, en Bolivia, en Argentina, en Brasil, en Uruguay y en toda América Latina. La última palabra no será de los gobiernos sino de la gente.

Fuente: www.marcha.org.ar
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Poder popular y memoria
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Huérfanos y sin Vaticanos: entrevista a Néstor Kohan

Huérfanos y sin Vaticanos: entrevista a Néstor Kohan

Marcela PisarelloSilvia Acevedo Montilla

Hace 20 años nadie, pero ni los más radicales, se animaban a mencionar dos palabritas clave: “socialismo” e “imperialismo”. Hoy son moneda corriente. Todo está en discusión, pero lo que está claro es que el imperialismo sigue existiendo, vigilando, controlando, violando la soberanía de otros países y reforzando el dominio del capital donde quiera que esté, mientras continúa de manera irracional y enloquecida destruyendo nuestro planeta. También está fuera de discusión que el neoliberalismo no va más, que otro mundo es posible, y que ese mundo es y debe ser el socialismo. ¿Cuál socialismo? Eso es lo que, al menos por ahora, no está resuelto.

M.P. y S.A.M.: ¿Qué papel juegan hoy en día los medios alternativos de comunicación frente a la dominación planetaria del capital?

N.K.: Un papel fundamental. Vivimos una dictadura mediática sin precedentes en la historia. Los medios masivos se han monopolizado a un límite que hubiera sido inimaginable tan sólo hace medio siglo. Las compañías de TV por cable, por ejemplo, varían el número de canales que ofrecen. La que yo tengo acceso en Argentina tiene más de 70 canales, pero en sólo dos o tres se puede ver algo diferente…. y encima con limitaciones institucionales, porque estas escasas excepciones dependen a su vez de estados y de su diplomacia externa. En otras compañías hay más de 300 canales, sin embargo los alternativos son no más que tres o cuatro. La relación asimétrica es abrumadora y aplastante. Las páginas webs alternativas existen, pero con sinceridad debemos asumir su marginalidad extrema. Padecemos un totalitarismo de la información y la comunicación abrumador, disfrazado de “pluralismo” y “democracia”. La “sociedad abierta” que pregonaba Karl Popper y muchos otros cómplices de su banda delictiva del pensamiento oficial occidental durante la guerra fría es un mito y de la peor calaña.

M.P. y S.A.M.: ¿Qué opinas del discurso del Presidente Obama frente a las nuevas medidas en torno a Cuba? ¿Se abre una esperanza?

N.K.: Nicolás Maquiavelo, un muchacho de mi barrio, solía recordar que los poderosos se manejan con la zorra y el león, con la astucia y la violencia, con el consenso y la represión. Jamás abandonan ninguno de los dos medios de dominación. Todos los imperialismos y sistemas totalitarios reprimieron y al mismo tiempo intentaron crear consenso. Obama sonríe y sonríe, impasible, vendiendo pasta dentífrica. Se disfraza de “policía bueno” hacia Cuba, al mismo tiempo amenaza con castigar duramente a Venezuela bolivariana y a cualquier otro disidente (externo o interno) que lo desafíe. Promete erradicar definitivamente la tortura pero termina reconociendo que la tortura sigue. Ahora la llaman “interrogatorio fuerte”. Obtiene el premio Nobel de la paz, mientras tanto invade países, derroca gobiernos populares, asesina líderes opositores, soborna, compra, interviene descaradamente en otras sociedades sin respetar su soberanía, espía y vigila cada gesto cotidiano de su propio pueblo norteamericano como lo hace con todos los demás pueblos del mundo. Algunos de sus propios agentes (ya asqueados) y algunos pocos de sus propios intelectuales que no han perdido la dignidad lo denuncian públicamente. Desde Snowden hasta Assange y Chomsky.

Cada quien, entonces, es libre de ofrecer la otra mejilla. Pero nosotros también tenemos el derecho y la posibilidad de no creerle.

La nueva política anunciada hacia la Revolución Cubana expresa un reconocimiento de hecho de que los matones de la cuadra, los gorilas del barrio, los gánsters y mafiosos del “mundo libre”, no han podido arrodillar al pueblo cubano, insumiso y rebelde. No hay que perderlo de vista ni por un segundo. Todo nuestro abrazo a ese heroico pueblo que resistió a la potencia más poderosa, cínica, desfachatada e impiadosa del planeta. Todo nuestro cariño y nuestro reconocimiento. Todo nuestro respeto.

Pero sospechamos que el Pentágono, los círculos del complejo militar-industrial, los grandes fabricantes y traficantes de armas de la elite estadounidense, el Departamento de Estado y los pulpos de la oligarquía financiera estadounidense se proponen arrodillar y engullirse a Cuba por otros medios. No creen en la paz, el diálogo ni el pluralismo. Tan sólo han cambiado un alfil por un caballo, pero no han abandonado la intención de dar jaque mate. La estrategia sigue siendo contrarrevolucionaria y está destinada a controlar –en una situación de crisis capitalista mundial y escasez de recursos naturales— todo el “patio trasero” a escala continental minando las defensas enemigas. Golpeando donde más duele y atacando el lado más flaco de la revolución, su economía. Quien quiera creerle al lobo, tiene derecho. Quien pretenda “hacer teoría”, legitimando una situación de hecho con grandes malabarismos verbales y citas doctrinales sacadas de la manga, que lo haga. ¿Por qué no?

Quienes amamos la vida y no queremos que el lobo nos engulla, también tenemos derecho a usar la cabeza y a tener un poquito de memoria. Adolfo Hitler se dio el lujo de hacer pactos de entendimiento con la Unión Soviética. ¿Fue para garantizar la paz y respetar la diversidad de sistemas sociales? No, a continuación hubo 20 millones de muertos del pueblo soviético. El pueblo cubano y su gobierno revolucionario estuvieron medio siglo preparados y entrenados para enfrentar, con el fusil en la mano y el ojo en la mira, cuadra a cuadra, casa a casa, una posible y previsible invasión militar de los gringos. No sólo los militares. Cada cocinera, cada maestra, cada médico, cada albañil, cada chofer, sabía manejar su arma y sabía donde tenía que apostarse para disparar al invasor militar imperialista si éste ponía su sucia bota sobre la isla.

¿Estará ese pueblo preparado para resistir la invasión de dólares y artículos de consumo? ¿Habrán hecho ejercicios de pertrechamiento para resistir una invasión de turistas con dinero, los disparos misilísticos de remesas millonarias, los ataques sorpresivos y nocturnos de las inversiones de capitales, prostíbulos, casinos, y la importación de todo un estilo de vida –donde el dinero manda y el ser humano obedece– del american way of life? ¡Ojalá que sí, lo deseamos de todo corazón! Por ellos y ellas, pero sobre todo por nosotros y nosotras. Si Cuba es deglutida y fagocitada por el imperio, sería un golpe durísimo al imaginario rebelde de Nuestra América y el Tercer Mundo y a las esperanzas de nuestros pueblos.

Pero si Cuba no logra resistir este otro tipo de invasión (más sutil pero no menos agresiva), mucho cuidado con acusarlos livianamente de “traición”. Si hacen esto es porque quedaron aislados, porque no triunfaron otras revoluciones socialistas (anticapitalistas y antiimperialistas) en el continente. Nosotros también somos responsables de los retrocesos eventuales que pudiera sufrir la transición al socialismo en la isla. Si hubiéramos triunfado contra nuestras burguesías y su patrón imperialista, hoy el escenario sería bien distinto.

M.P. y S.A.M.: Según reconocieron los presidentes de Cuba y EEUU el Papa Francisco jugó un papel central en esta nueva relación. ¿Se siente orgulloso de que el nuevo Papa sea argentino?

N.K.: No sólo no me siento orgulloso. Siento mucha vergüenza. Este Papa es muy reaccionario, que nadie se engañe. Viene a cumplir la obra que comenzó Woytila volteando los países del Este europeo y apuntalando la contrarrevolución en Nicaragua sandinista. ¿Por qué en aquel entonces eligieron un Papa polaco cuando Polonia siempre fue en el concierto europeo de naciones un país de segunda o tercera línea, que nunca pudo tener ni siquiera una independencia nacional que se precie de tal? Pues porque a través del catolicismo tradicionalista polaco se podía golpear duramente a esos gobiernos burocráticos, impopulares, debilitados por sus problemas sociales internos y por la carrera armamentista impuesta por Reagan y Thatcher, ambos amigos de Juan Pablo II. A través de la retórica oficial del catolicismo vaticano, jerárquico, tradicionalista y eurocéntrico, se le daba cobertura “decente” a la contra nicaragüense, financiada con el narco tráfico y las armas sucias de EEUU.

¿Por qué 30 años después los poderosos eligen un Papa latinoamericano cuando todo el mundo sabe hasta el cansancio el eurocentrismo galopante que siempre ejerció el Vaticano, hacia dentro y hacia afuera? Porque necesitaban poner en vereda a Venezuela, resquebrajar a Cuba, subordinar al movimiento campesino en Brasil (de fuerte raigambre religiosa) y neutralizar a todo el movimiento popular latinoamericano, una de las reservas rebeldes a escala mundial potencialmente más explosiva y “peligrosa” para la geopolítica del patio trasero yanqui.

El Papa Bergoglio-Francisco no viene a liberar a nadie. Que nadie le crea sus gambetas a lo Garrincha [jugador de fútbol de Brasil que amagaba ir para un lado y terminaba yendo para el otro] ni sus meditadas guiñadas de ojo. Sencillamente es un pícaro jugador de truco [juego de naipes argentino que donde gana el que sabe mentir mejor]. Con su tradicionalismo disfrazado de “renovador” Bergoglio-Francisco viene a modernizar, aceitar y renovar la dominación, espiritual y material, de nuestros pueblos. No solo se calló la boca de manera escandalosa y vergonzosa en tiempos sangrientos del general Videla (aunque a posteriori han pretendido construir historias “honorables” escasamente creíbles para gente mínimamente informada en el terreno de los derechos humanos en Argentina).

Además no tiene nada que ver con el mensaje profético y rebelde de las comunidades de base de aquel muchacho barbudo de origen judío que andaba a pie y con sandalias humildes enfrentando al poderoso Imperio romano, cuestionando a los grandes mercaderes del templo y denunciando el fetiche del dinero y el mercado, mientras socializaba y compartía el pan entre sus compañeros y compañeras. Bergoglio-Francisco, que yo sepa, no disolvió el Banco Ambrosiano ni repartió las fortunas incalculables de la Iglesia Católica entre nadie. Con dos o tres gestos intrascendentes, minimalistas y microscópicos, que no cambian una estructura jerárquica y sacerdotal de fondo (con milenios de historia del lado de los poderosos, desde las Cruzadas y la Inquisición, la caza de brujas y Colon hasta Hitler, Videla y Pinochet), Bergoglio viene a poner en vereda no sólo a Cuba sino a todos los rebeldes latinoamericanos y del Tercer Mundo.

Debo confesar que lo que más me duele es ver a algunos pensadores de la teología de la liberación que yo respetaba y quería profundamente (los sigo respetando, aunque me duele verlos así), en una actitud sumisa y obediente, deshaciendo y destejiendo todo lo que se había acumulado desde Fray Bartolomé de las Casas hasta Camilo Torres. En fin, el mensaje profético resurgirá, no tengo ninguna duda. Hasta el poder más absoluto (militar, económico o simbólico) es pasajero y transitorio en la historia. El poder del Vaticano, en apariencia hoy inexpugnable, no es una excepción. Las iglesias empresariales y televisivas (que compran cines millonarios y carísimos canales de televisión con dinero de ….¿?…. ) y la autoayuda no son tampoco ninguna alternativa. El respeto auténtico por las personas humanas y la verdadera espiritualidad está –tiene que estar- más allá del mercado, el dinero y el capital. Sigo creyendo que la verdadera espiritualidad vendrá con el socialismo como proyecto integral, plural y revolucionario, donde creyentes y ateos luchemos juntos, codo a codo, mano a mano, hombro a hombro, contra los grandes molinos de viento del capital y sus instituciones.

M.P. y S.A.M.: En este nuevo contexto mundial, ¿cuáles son los retos y desafíos de las luchas de los pueblos en la transformación de América latina?

N.K.: ¡Seguir resistiendo! No desmoralizarse ni perder la brújula en medio de la tormenta y la neblina. Aferrarse con tenacidad, con terquedad, con convencimiento y, ¿por qué no?, con fe (como nos reclamaba José Carlos Mariátegui) a la verdad histórica, a los proyectos revolucionarios culturales, sociales, integrales y radicales, a la revolución mundial socialista. La confusión y la desmoralización son, si las evaluamos en términos de larga duración, pasajeras. El poder de los capitalistas, aunque hoy parezca inexpugnable, tiene fecha de vencimiento a corto plazo, como la mayonesa. Viven para el día a día, arruinando el planeta en forma acelerada. Nuestro proyecto, en cambio, es de largo plazo y largo aliento. No debemos retroceder. No debemos entregarnos. Que las sirenas sigan cantando e intentando seducir, nosotros debemos seguir caminando en busca de la tierra prometida de Moisés y tratando de encontrar el hogar común (sin mercado ni explotación) que perseguía Ulises, compartiendo el pan como predicaba Jesús. A largo plazo eso es lo que perdura en la historia. No se trata de qué lado “hay más dinero” sino de qué lado está el deber. A los tibios los vomita Dios. Los confundidos, los cansados, los que vacilan, los que nadan con la corriente del momento y se acomodan siempre donde calienta el sol o se pliegan a la onda de moda con la mejor cara de cumpleaños y cajita feliz se pierden en el polvo gris, borroso y difuso de la historia. Espartaco, Tupac Amaru y Rosa Luxemburg, en cambio, siguen al lado nuestro… nítidos y en relieve, con dignidad y de pie. ¿Quién se acuerda hoy de los que vacilaron y se entregaron?

El movimiento popular de Nuestra América debe –debemos- seguir luchando a partir de nuestras propias historias y tradiciones, cada uno a su modo, manejando y preparándose para todas las formas de lucha sin atarse a ninguna. Aprendiendo de todas las trampas y maniobras sucias con que asesinaron a Emiliano Zapata y a Augusto César Sandino, a Martin Luther King y a Malcolm X.

M.P. y S.A.M.: ¿Qué papel ha jugado el marxismo en los últimos 30 años en Argentina, desde que se retiraron los militares del general Videla y el almirante Massera hasta hoy?

N.K.: Nuestro marxismo ha sido, primero, aplastado, aniquilado, quemado, en las personas, en los libros y producciones culturales. Nuestro marxismo no perdió ningún debate de ideas, fuimos aniquilados y asesinados de la forma más perversa, que es algo completamente diferente. Luego de la fogata, la tortura, la violación, el aniquilamiento y los desaparecidos, vinieron las becas, los puestitos poliqueteros, las editoriales prestigiosas, la cooptación. Pero hoy hay una nueva generación que ronda los 20 años y que está a la búsqueda. Reaparecen, dispersos, pero reaparecen los ecos nunca apagados del todo, los signos y símbolos de la tradición insurgente y del marxismo rebelde. Algo nuevo está naciendo. Nuestro modesto y microscópico papel es apuntalar eso nuevo que nace, tratar de orientar, brindar elementos para que esa nueva generación haga su camino, construya su experiencia, desoiga y desobedezca la voz del amo. Y sobre todo se entere que la lucha no parte de cero. Antes que todos nosotros naciéramos y anduviéramos en pañales o sacándonos los mocos de la nariz ya había mucha pero mucha gente luchando. Hay que conocerlos y conocerlas. Hay que estudiarlos para poder aprender y recrear un nuevo imaginario rebelde, radical, insurgente y revolucionario, a escala nacional, continental y mundial. Sin memoria y sin historia, sin fortalecer nuestra identidad y nuestra cultura, estamos perdidos antes de comenzar.

M.P. y S.A.M.: ¿Cómo visualiza al marxismo latinoamericano a escala continental?

N.K.: ¡Mucho mejor que hace 20 años! Hace 20 años nadie, pero ni los más radicales, se animaban a mencionar dos palabritas clave: “socialismo” e “imperialismo”. Hoy son moneda corriente. Todo está en discusión, pero lo que está claro es que el imperialismo sigue existiendo, vigilando, controlando, violando la soberanía de otros países y reforzando el dominio del capital donde quiera que esté, mientras continúa de manera irracional y enloquecida destruyendo nuestro planeta. También está fuera de discusión que el neoliberalismo no va más, que otro mundo es posible, y que ese mundo es y debe ser el socialismo. ¿Cuál socialismo? Eso es lo que, al menos por ahora, no está resuelto. ¿Será socialismo con capitales privados, mercado generalizado, consumo desenfrenado y competencia entre las empresas o será en cambio una planificación socialista y participativa de los recursos sociales, ecológico, antipatriarcal, antimperialista y anticapitalista? Es evidente que la disputa está abierta y el marxismo de Marx y del Che Guevara tienen muchísimo que decir al respecto… ¿O es impensable hoy una sociedad que no esté regulada por el mercado?

Causa escozor y hasta un poco de lástima, por no decir vergüenza ajena, escuchar o leer apologías del mercado en mil tonos, melodías y colores, realizadas en nombre del socialismo. El modelo mercantil del “cálculo económico” contra el cual batalló pacientemente el Che Guevara en los años ’60 hoy es un juego de niños al lado de las argumentaciones que circulan citando a las autoridades más disímiles, dese Nicolás Bujarin a Deng Xiaoping, desde Charles Bettelheim a Alec Nove, entre muchos otros y otras. Uno de los grandes desafíos pendientes del marxismo del siglo XXI consiste en desmontar la falsa homologación de mercado y democracia. Para poder concretarlo, como mínimo, hay que ESTUDIAR. Las consignas ya no alcanzan. Y para descifrar los enigmas irresueltos hay que superar el divorcio entre un marxismo académico (erudito pero impotente e inoperante, que vibra y baila según la última música de la academia parisina o neoyorkina) y un saber militante abnegado, esforzado y sudoroso pero que no estudia, no lee, no está informado y suplanta la falta de formación de la militancia de base con consignas efectistas o con la importación acrítica o mágica del “modelo chino”, el “modelo yugoslavo” o cualquier otro ensayo de gabinete.

M.P. y S.A.M.: ¿Han caducado las formas de lucha radicales en el nuevo contexto regional y mundial?

N.K.: Estoy muy mal y muy poco informado. Casi no veo la TV ni escucho la radio ni leo los periódicos ni miro internet. Pero…. según las pocas noticias que llegan a mi barrio y me cuentan mis vecinos en la verdulería, el Pentágono no se disolvió. La CIA no jubiló a nadie. La NSA no envió a sus miles de agentes a veranear y tomarse unos tragos. Las fuerzas armadas no desaparecieron, La policía se multiplica. Las cárceles no se han transformado en ámbitos para ir a bailar y hacer fiestas. Las leyes “antiterroristas” no se han derogado. Quizás todo esto pasó y yo no lo vi en la tele, pero sospecho que no sucedió. Entonces…. ¿por qué el movimiento popular debe resignarse a la mansedumbre?

Hay datos históricos innegables. No podemos hacer como el avestruz que esconde la cabeza y simula no enterarse. Nuestros hermanos (porque no son sólo amigos, compañeros y camaradas, son nuestros HERMANOS con mayúsculas) de Cuba disolvieron el antiguo Departamento de Liberación Nacional, luego denominado Departamento América, desde donde actuaban Manuel Piñeiro Losada, popularmente conocido como Barbarroja, junto con muchos amigos. Bien, tienen todo el derecho del mundo. Los seguimos queriendo, admirando y respetando. No juzgamos. No opinamos. No abrimos la boca.

Pero el resto del movimiento rebelde, popular, insurgente y radical de Nuestra América ¿por qué tiene que disolverse? Hoy hay mucha más pobreza, explotación, desempleo y exclusión que en los años ’60. ¿Por qué deberíamos renunciar a la perspectiva, al proyecto, a la estrategia de la revolución si nuestros enemigos siguen firmes sin abandonar sus posiciones? Tengo la sensación de que hoy ya no tenemos ni padres ni abuelos, ni Mecas ni Vaticanos ideológicos (utilizo ahora estas expresiones en sentido metafórico). Estamos “huérfanos”. Con toda la historia en la espalda, a la que reivindicamos con orgullo y con honor, sin renegar absolutamente de nada de nada, pero ya sin “estados guías” ni Vaticanos ideológicos. Ni Moscú, ni Pekín, ni Albania, ni La Habana, ni París. Perdón, no queremos ofender a nadie, lo decimos con todo el respeto del mundo. Y quien quiera aconsejar, que lo haga, está en todo su derecho. Pero nosotros simplemente escuchamos, no obedecemos.

Hoy hay nuevas potencias “emergentes” (así se las llama en los noticieros) que quizás puedan brindar apoyo circunstancial a los enemigos de sus enemigos, pero ninguna de estas potencias tiene un proyecto anticapitalista ni antiimperialista serio. En el mejor de los casos tienen disputas geoestratégicas y geopolíticas, pero de ningún modo se proponen construir una sociedad socialista o comunista a escala planetaria. ¡Ni por asomo! No hay que confundirse.

Si somos realistas hoy el movimiento popular sólo puede contar con sus propias fuerzas. Debemos recrear el imaginario rebelde y revolucionario preparándonos y mentalizándonos para una lucha larga y difícil que no se resolverá dentro de seis meses. Aquel chico de mi barrio del que les hablaba, Nicolás Maquiavelo, sostenía que luchar de este modo es mucho más difícil. Cuesta muchísimo más construir una fuerza propia sin muletas ajenas. Pero cuando uno logra construirla se vuelve indestructible, porque no se depende de nadie.

M.P. y S.A.M.: ¿Cuáles son en tu opinión las tareas de las nuevas generaciones de jóvenes militantes en Nuestra América y el mundo?

N.K.: Precisamente esa es la principal tarea para las nuevas generaciones. Aprender del pasado, apropiarse de toda la historia de lucha, resistencia, internacionalismo, heroísmo y abnegación; valorar, conocer, reconstruir, pero ya sin Vaticanos. Necesitamos construir una fuerza popular y revolucionaria de alcance, como mínimo, continental, que sea propia. Sin aplicar ya “modelos” de pizarrón, ni el ataque súbito al palacio de invierno, ni la larga marcha, ni el internacionalismo centrado únicamente en París y Bruselas, ni el foco rural caribeño ni el sindicalismo economicista, ni la izquierda exclusivamente parlamentaria e institucional. Pensar una estrategia para los nuevos tiempos, quizás incluso combinando y articulando todas esas formas, sin atarnos mecánica ni dogmáticamente a ninguna de ellas de modo excluyente como si fuera un catecismo. Nuestros enemigos manejan todas las formas de lucha. ¿Por qué nosotros no tenemos derecho a hacer algo análogo? ¡Manejar y prepararse entonces para todas las formas de lucha! Esa es la tarea de la nueva generación. Una tarea inmensa, pero apasionante.

Y finalizaría diciéndole a un chico o una chica de 20 años: esta tarea pendiente, si se quiere, no sólo es necesaria y urgente, también es una experiencia “divertida” y “atractiva”. Mucho más atractiva y sugerente que cualquier experiencia mediocre y opaca que ofrece el capitalismo para nuestra vida cotidiana. El marxismo rebelde de Nuestra América y las aventuras y desventuras de la revolución socialista hoy ofrecen muchísimo más que 3 bolsas de droga, que 5 iglesias evangélicas, que 17 libros de autoayuda, que 35 jueguitos electrónicos y que 8 camiones de cerveza. Nosotros tenemos tareas estratégicas que sólo pueden ser realizadas por los jóvenes y las jóvenes del siglo XXI. Tenemos toda la confianza del mundo que podrán asumir semejante tarea. Si lo logran, nosotros los seguiremos y los apoyaremos contentos y felices.

CIPEC (www.cipec.nuevaradio.org)