“Las clases dominantes arcaicas de la sociedad boliviana han penetrado al Movimiento al Socialismo”.

“Las clases dominantes arcaicas de la sociedad boliviana han penetrado al Movimiento al Socialismo”.

Entrevista

Entrevista realizada por el programa Piedra Libre de La Colectiva a María Galindo, de cara a las elecciones generales del 12 de octubre en Bolivia. Galindo, psicóloga y fundadora de la organización Mujeres Creando, nos acercó desde La Paz un panorama a partir de la entrada en vigencia de la Constitución del Estado Plurinacional a la fecha, con una perspectiva de género.

Piedra Libre: En el 2009 la Constitución Plurinacional generó expectativas no solo en Bolivia, sino también en los alrededores ¿Podremos hacer un balance desde la mirada de género?

María Galindo – Creo que lo más destacable es entender que la nacionalización de los Recursos Naturales para Bolivia ha representado un paso muy, muy importante y el manejo del Estado de una cantidad muy grande de recursos. Bueno ahora en lo que nosotras como feministas estamos indignadas, es que ese manejo tan grande de recursos, no se ha volcado a la mejora de los servicios que el estado le tiene que ofrecer a los ciudadanos y las ciudadanas en salud, educación, básicamente, y en servicios de justicia. Entonces, por ejemplo Bolivia da en este momento tres tipos de bonos de lucha contra la pobreza. Uno es a los y las estudiantes de colegios, otro es a las personas adultas mayores, pero el tercer bono que es a las mujeres embarazadas, es el mas bajo, el que peor que se está entregando. Es un bono que además no llega a las mujeres que debería llegar, es un bono dirigido a volver a reforzar esa visión de las mujeres como aparato reproductor, es un bono que está solo alrededor del parto, para nada alrededor de la crianza de los niños y de las niñas que siempre es una carga de las mujeres. En ese sentido sí vemos una de las políticas concretas como los bonos, las formas como son dirigidos a las mujeres, no solo es la peor, sino la más humillante, la más denigrante y la que es políticamente más destructiva de las mujeres.

Pero otra política que es muy importante, que no surge con el proceso constituyente, sino que es una política que viene con todo el modelo neoliberal, es la idea de las cuotas y la paridad de las mujeres en los partidos políticos. Entonces en ese sentido, el partido de gobierno de Evo Morales cumple a rajatabla con la ley de cuotas, con la paridad y con la alternancia y tú tienes en el aparato gubernamental un cincuenta por ciento de mujeres en cargos de gestión, en candidaturas para la próxima legislatura. Sin embargo ha habido una cuidadosa selección de mujeres de manera que se garanticen mujeres tremendamente sumisas, mujeres que le brindan un apoyo fanático, un apoyo cerrado al machismo del Presidente Evo Morales y del Vicepresidente Álvaro García Lineras y entonces la cantidad de mujeres termina siendo tremendamente funcional al aparato y a las lógicas patriarcales del poder y no resulta ser un ingrediente de cambios en términos de participación o dignificación de las mujeres.

Otras de las políticas importantes de este tiempo ha sido la elaboración de una nueva ley, que dice que garantiza a las mujeres una vida sin violencia, pero es una ley tremendamente retórica, que no tiene ningún tipo de recursos reales para su implementación, pero sobre todo es una ley punitiva que le da mucha importancia la policía, que es la institución más corrupta y más violenta del Estado Boliviano. Entonces es una ley que en los hechos no esta sirviendo para nada y las mujeres que denuncian violencia machista, las mujeres que denuncian el femicidio de sus hijas, de sus madres, las mujeres que denuncian la violación, no hallan justicia en los estrados judiciales.

PL – Lo que tú nos estas relatando no implica ningún cambio efectivo con relación con los aparatos del Estado.

MG – No y es muy lamentable; si bien en Bolivia el proceso de cambio que soñábamos no es un proceso de cambio generado por el partido de gobierno, sino que es al revés, es un proceso generado por una revuelta popular muy importante, que tenía una composición social muy grande de todos los sectores populares para concretar el gobierno. Evo Morales, entonces, es más un beneficiario de la revuelta popular que una suerte de productor de esa revuelta. El tenía la obligación por lo menos de responder a esa agenda política, la de la revuelta que le llevó al poder. Sin embargo en este momento en Bolivia, toda esta bonanza, todo este momento de buenos precios en las materias primas, esta sirviendo para que engorde una burocracia estatal muy grande, pero la estructura de privilegio, la banca , la agroindustria, la minería privada depredadora, son los sectores más privilegiados del gobierno del Movimiento al Socialismo. De alguna manera podríamos decir que las clases dominantes arcaicas de la sociedad boliviana han penetrado al Movimiento al Socialismo y han logrado importantes acuerdos políticos internos de manera que el gobierno no toque ninguno de sus intereses.

PL – ¿En qué momento se delegó hasta ese punto una revuelta de cambio compuesta por tantas organizaciones sociales?

MG – No es que sea un momento, fue una especie de trabajo muy largo de Evo Morales. Él se concentró en dos cosas; por un lado la relación con los movimientos sociales fue clientelar y de cooptación de las dirigencias, entonces tu tienes hoy en día una central obrera boliviana, que está llamando al voto por Evo Morales, que ha recibido el ultimo 1ª de Mayo un hotel, que es lo que menos podría necesitar una central obrera boliviana. Entonces, tienes un central obrera boliviana que está dividida. Tienes un movimiento campesino en su cúpula cooptado, pero en sus bases dividido.

Tienes un movimiento indígena del oriente boliviano de las sierras bajas, que no son lo mismo que los indígenas Quechuas y Aymaras que son los que se han empoderados con el acceso de Evo Morales al poder, cuyas organizaciones están destruidas, divididas y cooptadas con una serie de pequeños regalos y de prebendas. El gobierno ha hecho una acción de muchísima inteligencia, porque el que mejor conocía los movimientos sociales, era un gobierno como el de Evo Morales. Con ese conocimiento se dedicó a destruir, a cooptar y hoy el movimiento popular está muy silenciado en Bolivia. Te diría que Mujeres Creando es un poco una de las organizaciones que están en pie, que no ha sido cooptada, que no está en las listas electorales y que nosotras estamos intentando generar un espacio político de resistencia y eclecticidad, porque creemos que es aquello que hay que hacer en este momento. Y por otro lado la derecha se dedicó a buscar espacios de lobby con Evo Morales y los logró. Evo decidió un paso importante con la derecha boliviana, con los sectores de la clase dominante, para mantenerse en el poder.

PL- ¿Que horizonte le ves a esta lucha descolonizadora- despatriarcal, dicho así como una sola idea?

MG- Yo creo que el horizonte principal es trabajar por fuera del Estado y en la base de la sociedad. Creo que esto es lo que las organizaciones sociales tenemos que tener claro, ese pro-estatalismo, esa noción tan falsa de que si no es a través del acceso a una ley, del acceso a un cargo público, no vamos a lograr transformaciones en nuestra sociedad, yo creo que es una cosa que deberíamos repensar. Creo que hay que trabajar afuera y abajo, hay que trabajar además a nivel a una serie de sectores que nuestras sociedades latinoamericanas no están organizadas, porque las grandes organizaciones sociales del movimiento popular no logran aglutinar lo que son el surgimiento de sectores sociales populares, fruto del Neoliberalismo. Son sectores de auto sostenimiento, de sobrevivencia, son los sectores informales que están en los bordes de todas nuestras ciudades y yo creo que es muy importante repensar la organización de otros sectores sociales populares por fuera de los sectores tradicionales sindicales que vienen de los ochenta.

La oligarquía financiera contra Brasil

La oligarquía financiera contra Brasil

Raúl Zibechi

El año comienza con señales que indican una creciente ofensiva del capital financiero internacional contra los países a los que considera sus principales competidores. Una de las armas que utilizan en esta guerra son las agencias calificadoras de riesgo, las tres principales (Standard & Poors, Moody’s y Fitch) están al servicio de los Estados Unidos como señaló semanas atrás Guan Jiangzhong, presidente de la calificadora china Dagong.

El estribillo que vienen recitando las calificadoras y los principales medios vinculados al sector financiero, es que las economías emergentes están en problemas. Standard & Poors hace especial hincapié en que a lo largo de 2014 varios de los BRICS (Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica) pueden tener su calificación de riesgo degradada, con lo que su acceso a créditos será más oneroso.

Las mismas agencias, que nunca alertaron sobre la inminente crisis de 2008, señalan ahora que India y Brasil enfrentan una situación delicada por un supuesto deterioro de sus cuentas públicas. En el mismo reporte que recoge el diario brasileño O Globo (31 de diciembre de 2013), Jim O´Neill, ex economista jefe de S&P quien acuñó la sigla BRIC, ahora destaca el papel que juegan cuatro países en los que deposita gran confianza: México, Indonesia, Nigeria y Turquía, a quienes denomina MINT.

Varios de ellos son firmes aliados de los Estados Unidos. El caso de México es sintomático, ya que las agencias de riesgo pretenden instalar al país desquiciado por una guerra interna como modelo a seguir, mientras colocan a Brasil –donde el nivel de vida ha mejorado consistentemente y no enfrenta graves problemas- como un país al borde de la crisis. The Economist se ha destacado en el ataque al gobierno de Dilma Rousseff. Aunque reconoce que el desempleo está en mínimos históricos y que los ingresos aumentan, advierte que “la inflación está fuera de control” y que “sin un cambio de rumbo su nota será degradada” (The Economist, 7 de diciembre de 2013).

En Brasil se registra un debate intenso sobre la política económica, en un año electoral en el que el sector financiero global parece haber apostado por la derrota de Rousseff para poner fin al ciclo de gobiernos del Partido de los Trabajadores. Los empresarios y el sector financiero muestran un claro distanciamiento con el gobierno, del cual desconfían, a diferencia de la confianza que depositaron en Lula. ¿Cómo explicar este cambio?

Uno de los análisis más lúcidos fue hilvanado por el economista Luiz Gonzaga Belluzzo, quien fuera profesor de la presidenta, en una larga entrevista publicado en el conservador Folha de São Paulo. En su opinión la clave del estancamiento relativo de Brasil está en la industria, cuyos empresarios se convirtieron en importadores por la valorización del real. La tasa de cambio, que registra un desfasaje del 30%, sería la clave de la falta de competitividad de los productos manufacturados brasileños.

Belluzzo saca conclusiones para Brasil de la crisis europea, de la que responsabiliza al mercado financiero. Al principio de su gobierno, dos años atrás, Dilma intentó enfrentar el desafío que le planteaba el sector financiero, pero luego dio marcha atrás. “El gobierno está perdiendo la batalla ideológica y política con el mercado financiero, que hoy en el mundo es un sector cuyo funcionamiento está dedicado al enriquecimiento de sus participantes” (Folha de São Paulo, 29 de diciembre de 2013).

La “derrota” del gobierno comenzó en realidad bajo los dos gobiernos de Lula (2003-2006 y 2007-2010). En junio de 2002, en plena campaña electoral, Lula emitió la “Carta al Pueblo Brasileño” para calmar al capital financiero ya que el riesgo país había trepado a 2.400, la inflación se disparaba y el dólar había alcanzado 4 reales (ahora está en 2,37) ante el temor de los banqueros de que Brasil siguiera los pasos de Argentina, que había declarado el cese de pagos en diciembre de 2001.

Pese a las notables diferencias y a que Brasil tiene hoy reservas monetarias de 370 mil millones de dólares que lo ponen a salvo de cualquier inestabilidad y de ataques especulativos a su moneda, el capital financiero está agitando las aguas. Es cierto que el país tiene la tasa de interés real más elevada del mundo, que el superávit fiscal del período Lula se evaporó y que hace años entró en déficit comercial por el retroceso de las exportaciones industriales.

Aún así, la economía no va nada mal. En 2013 el crecimiento fue del 2% y el éste será algo mayor. Insuficiente, pero no catastrófico. Antonio Delfim Netto, uno de los más respetados economistas, ex ministro de la dictadura militar pero acérrimo defensor de los gobiernos Lula y Rousseff, criticó con dureza a quienes promueven la desconfianza, acusándolos de tener “propensión al mesianismo iluminado” (Valor, 3 de diciembre de 2013).

En octubre pasado se le vieron las orejas al lobo. Por primera vez Brasil subastaba uno de los principales campos de petróleo en la “capa pre-sal” (por estar debajo de una gruesa capa de sal en el fondo de la plataforma marítima). Pese a tratarse de un negocio garantizado sin ningún riesgo, tanto que fue criticado por el movimiento sindical, las grandes petroleras estadounidenses no se presentaron, mostrando que la política sigue siendo clave para interpretar los pasos del gran capital.

La estatal brasileña Petrobras, la cuarta petrolera del mundo, líder en exploración y explotación en aguas profundas, la empresa que realizó los mayores descubrimientos en la última década, sigue bajo acoso del mercado financiero y sus acciones cayeron más del 10% en 2013. Está realizando gigantescas inversiones –el año pasado instaló nueve plataformas marinas, una cada cuarenta días- como parte de un plan que le permitirá triplicar la producción convirtiendo a Brasil en el quinto productor de hidrocarburos del mundo. En la lógica del mercado financiero, ese paso es un problema porque lo está dando un país emergente, no tan controlado como quisieran.

En diciembre Brasil aumentó su distancia de la oligarquía financiera cuando el gobierno descartó la compra de aviones cazas a Boeing, que había realizado enormes presiones desde que Lula firmó un acuerdo para la construcción de submarinos convencionales y nucleares con Francia en 2009. La opción por el caza Gripen de la sueca Saab estuvo guiada por estrictos intereses nacionales, ya que es la única que le permite desarrollar un modelo desde cero, producirlo en el país con traspaso de todo el paquete tecnológico y luego venderlo en la región sudamericana que, de ese modo, podrá contar con un avión de combate regional.

Las empresas multinacionales no se comportan con una lógica económica a secas, sino sobre todo geopolítica, al igual que los estados que las hospedan y que, a menudo, son sus rehenes. La economía está subordinada a la política (o sea a la lógica del poder) y ésta a la geopolítica (o sea al poder anclado en ciertos territorios). Para ellas, los gobiernos nacionales no cuentan, menos aún el interés nacional, salvo el de las grandes potencias, en particular los Estados Unidos.

Lo más notable, como señala Belluzzo, es el poder que siguen teniendo las agencias calificadoras, hijas de Wall Street y parte de la oligarquía financiera: “Después de lo que esas agencias de riesgo hicieron en la pre-crisis, es impresionante que las personas hablen de ellas con respeto. Deberían estar en la cárcel”. Lo dice quien figura entre los cien mayores economistas heterodoxos del siglo XX. Los mercados, claro, no se inmutan.

(*) Raúl Zibechi es autor, entre otros trabajos, de Brasil potencia. Entre la integración regional y un nuevo imperialismo (Bajo tierra ediciones /JRA, 2012).
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El marxismo hediondo
El mundial de la FIFA y el dirigente del PT
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El mundial de la FIFA y el dirigente del PT

El mundial de la FIFA y el dirigente del PT

Silvio Schachter

“Dilma, viste a alguien en el estadio con cara de pobre? No había ningún moreno”. Declaro Luiz Inácio da Silva, en respuesta a los abucheos e insultos a la presidenta Dilma Rousseff, en el partido inaugural, que él atribuyó a los sectores más ricos de la población. Tiene razón Lula (lula es calamar en portugués) el mundial de fútbol que él patrocinó entusiastamente hasta lograr su designación, el 30 de octubre de 2007, cuando ejercía la presidencia del país, no tiene pobres en los estadios. Él sabe que no es un evento para los pobres, porque lejos están los “morenos favelados” de poder abonar los hasta más de mil dólares que pagó el público por un sitio en el estadio paulista.Este no es el mundial de los pobres, ni tampoco de Brasil. Es el mundial de la FIFA, que se realiza en Brasil. País cuyo gobierno aceptó de manera humillante todas y cada una de las imposiciones que la multinacional del negocio del fútbol le exigió.

Al pueblo brasilero esta “fiesta del deporte más popular” le costó más de 15.000 millones de dólares, que si se toman todos los gastos realizados desde el 2008 llegarían a los 30.000 millones. Más que lo gastado en los mundiales de Alemania y Sudáfrica juntos. A Lula no debería extrañarle entonces la genuina indignación de la mayoría del pueblo, no los asistentes a la inauguración, incluidos quienes lo eligieron por dos periodos presidenciales.

Este no es el mundial de los pobres, es el negocio de las corporaciones encabezadas por la FIFA, entidad atravesada por la corrupción de sus dirigentes, involucrados en todo tipo de maniobras ilícitas, cuyo punto más relevante es la designación de Qatar para el mundial del 2022. La “fiesta” de la Copa 2014 le dejará a la Federación la ganancia de 4.000 millones de dólares.

Para garantizar el éxito de su empresa, la FIFA impuso durante los días del fútbol su propia ley, que el gobierno federal aprobó en junio del 2012 (Ley 12.663) que entre otras cuestiones establece el monopolio concedido a la FIFA en todo lo referente a la Copa de 2014. De acuerdo a ella todas las personas –físicas o jurídicas– deberán tener cuidado de no incurrir en ninguna infracción que la FIFA considere tal, o serán punidos por ello (ver artículo en www.pavio.net). Esta forma de operar se empezó a aplicar en el mundial de Alemania, siguió en el de Sudáfrica y continuó en Brasil. Así pues, Lula y Dilma sabían con quién trataban, e hicieron los deberes.

El costo de las entradas, el tipo de estadios, los criterios de admisión, fueron pensados con la lógica propia de la rentabilidad y el lucro propios de una multinacional. Por lo que no hay lugar para sorpresas.

El absurdo para defender el negocio mundialista llega hasta el punto de lograr la suspensión durante junio y julio del estatuto del torcedor, la ley que prohibe la venta de alcohol en los estadios. La FIFA privilegia su contrato con la cervecera Budweiser e impuso la excepción. “Voy a pelear hasta el final para que la FIFA no cree un Estado dentro del Estado”, declaró el ex jugador y actual diputado Romário. Su esfuerzo no alcanzó.

Esta no es la Copa de los pobres y del pueblo, es el evento de las marcas: Coca-Cola, Mc Donals, Adidas, Nike, Puma, empresas automotrices, bancos, aerolíneas, de publicidad, comunicaciones y las cadenas de televisión, que compraron la atención de millones en el evento más visto del planeta.

No es el mundial de lo pobres, porque a los reclamos de mejoras en la salud, educación, transporte, que explotaron en junio del 2013 en todo Brasil, se les respondió con leyes y acciones represivas, que en estos días incluyen requisas y detenciones de personas que hicieron conocer su rechazo a la Copa.

No es el mundial de los pobres, porque favorecieron a las empresas que se adjudicaron las obras, que manifiestamente demoraron los trabajos para extorsionar sobre las fechas perentorias, para obtener sobre-precios que llegan al 100 por ciento de las licitaciones originales.

No es el mundial de los pobres, porque significó la remoción violenta de viviendas en barrios humildes para garantizar el cumplimiento de las exigencias de la FIFA y abrir el paso a los operadores inmobiliarios.

No es el mundial de los pobres porque las ciudades sede fueron objeto de la limpieza social de los sin techo que “ensuciaban” las calles.

No es el mundial de los pobres porque mientras se construyeron estadios faraónicos, como el de Manaos en el corazón del Amazonas, se reprimió brutalmente a los nativos de esa región, que se manifestaron en Brasilia con el argumento que con sus trajes típicos llevaban peligrosos arcos y lanzas.

No es el mundial de los pobres porque el modelo socio-cultural que se les ofrece a los jóvenes, es el de tratar de imitar a una elite de exitosos jugadores que ganan millones de euros por mes.

No es el mundial de los pobres porque el fútbol, hermoso juego colectivo, que solo requiere una simple pelota para divertirse, el que juegan millones de pobres en todo el mundo, se ha transformado en una mercancía que lo envilece.

No es el mundial de los pobres porque degrada el patriotismo, para convertirlo en una parodia exitista, donde el himno se canta con la mano en logo de Adidas o Nike. Tampoco es la selección de todos y todas, es el seleccionado de la AFA, presidida por el capo mafioso don Julio, designado en el cargo por el vice-almirante de la dictadura, Carlos Lacoste en 1979. Don Julio es el actual vicepresidente de la FIFA en su estratégica área de finanzas.

No es el mundial de los pobres porque exuda machismo y sexismo, que exalta a las mujeres adorno llamadas “botineras” y a las “bellezas” de la tribuna, festejando al periodista que dijo “lo mejor que pueden hacer las mujeres en casa, es no tapar el televisor durante los partidos”.

No es el mundial de los pobres porque sus reclamos y reivindicaciones son opacados por la abrumadora propaganda mundialista.

Así es Lula, no había ni habrá pobres negros en ninguno de los estadios de la Copa, con palcos fastuosos y amplias y prolijas butacas para los ricos que profirieron “vaias” –abucheos– e insultos a Dilma. Aunque festejen y con razón cada gol de la verdeamarela, e incluso el campeonato, los mundiales desde hace mucho tiempo dejaron de ser una fiesta popular. Usted lo supo siempre.

Una cumbre del feminismo continental

Del 22 al 25 de noviembre, la ciudad de Lima, Perú, albergará el 13º Encuentro Feminista Latinoamericano y del Caribe (Eflac). Tres ejes marcarán las reflexiones y acuerdos y desacuerdos de estos intensos días: interculturalidad crítica, sostenibilidad de la vida y el cuerpo como territorio. Jóvenes, trans y movimientos indígenas amazónicos buscan ampliar la agenda tradicional, en el mayor punto de debate del movimiento de mujeres. El acoso político, la nueva barrera a la participación de las mujeres.

***

Jóvenes, trans y movimientos indígenas amazónicos son los grupos que llegarán para ampliar la agenda feminista tradicional. “Necesitamos, ellos y nosotras, hacer alianzas. Está la convicción de que solas no podemos hacer otro mundo posible”, resume Diana Miloslavich Túpac, integrante de la comisión organizadora, a pocos días de que el proyecto de encuentro que vienen planificando, trabajando y soñando desde hace dos años, se haga realidad.

Es la segunda vez que el Eflac tendrá como sede esta ciudad. La primera fue en 1983. Hacía dos años, en Colombia, se había creado este espacio de reflexión y crecimiento para el movimiento feminista continental. Allí se había instituido el 25 de noviembre como el Día Latinoamericano de la No Violencia hacia las Mujeres. Diana Miloslavich Túpac fue una de las protagonistas de esa historia. Ella integra la organización feminista Flora Tristán, que tiene casi 30 años de vida y que nació muy vinculada con el activismo feminista en los ’80. “Luego nos fuimos institucionalizando. Hemos trabajado en diferentes aspectos temas de incidencia política, capacitación, derechos de las mujeres, rurales, empoderamiento”, relata en un bar sobre el malecón del barrio Miraflores, en la costa de Lima.

Ahora es integrante del Grupo Impulsor del 13º Eflac y responsable de la Comisión de Cultura y Kontracultura. Tuvieron una preinscripción de 1200 feministas de toda la región para este encuentro y se espera que todas se descubran en el Parque de las Exposiciones, el 22, para la apertura. El 22, 23 y 24, de 9 a 11 de la mañana, los tres ejes se presentarán con exposiciones breves. De 11 a 13, habrá talleres más pequeños. Y ya en la tarde, eventos autogestionarios. También prepararon dos foros paralelos y un festival de cortos y videos.

El 25 se lo clausurará al mediodía, luego de una plenaria donde se decidirá cuándo será el próximo encuentro y “luego salimos a una marcha por la ciudad, llamando la atención sobre el 25 de noviembre, día de no más violencia contra las mujeres”. Las similitudes con los Encuentros Nacionales de Mujeres de Argentina no son casuales. Los Eflac fueron inspiradores para éstos. Así como en las premisas que los rigen: autogestión y autofinanciamiento, autonomía y horizontalidad.

Si bien Diana estudió literatura e hizo un doctorado en historia, en Flora Tristán se dedicó al trabajo de participación política. “Ahora estamos apoyando una iniciativa de ley de acoso político. A partir de una investigación que hicimos con Calandria, organización de comunicaciones, sacamos que de cada cinco autoridades mujeres, dos vivían situaciones de acoso político por parte del alcalde, del consejero, del presidente regional, o sea dentro de su ámbito laboral, de competencia política. Acabamos de hacer una muestra con el Jurado Nacional de Elecciones, que es el ente electoral máximo del Perú, en el proceso electoral de 2014. Lo que ha salido es que de cada diez candidatas mujeres, cuatro vivieron situaciones de acoso. Entonces nosotros vemos como una barrera nueva que ha surgido en los últimos años a la participación política de las mujeres. Identificamos el acoso como todo aquello que impida, menoscabe y restrinja el derecho a la participación política de las mujeres. Esto, sumado a lo que ya sabíamos de la doble jornada que tienen las mujeres políticas, porque todas siguen haciéndose cargo de las responsabilidades familiares”, cuenta.

–¿Qué otros temas son preocupantes para las mujeres en Perú?
–Un tema actual es que durante el fujimorismo una de las denuncias más fuertes fueron las esterilizaciones forzadas que se les hizo a las mujeres, sobre todo de zonas rurales. El fiscal que tenía el caso acaba de archivar la investigación, entonces hemos interpuesto una “tacha”: lo que decimos las organizaciones de mujeres es que este señor, después de haber archivado el caso, ha sido promovido dentro del ministerio público a otro cargo. ¿Cómo pueden promover a alguien que archiva una demanda pendiente, que fue un compromiso incluso del actual presidente de la república en su campaña electoral? El compromiso de Ollanta Humala con las mujeres víctimas de las esterilizaciones es lo que hace que gane puntos frente al debate de la hija de Fujimori. Y sin embargo, tanto en el tema justicia como reparaciones, no ha habido grandes avances. No se puede ir este gobierno sin haber avanzado en el tema reparaciones.

–En este escenario viene el Eflac…
–Sí, y de alguna manera es un momento complicado porque el enfoque progresista acaba de perder las elecciones en Lima metropolitana, que sigue afectando la tercera parte de la población del país (10 millones de habitantes). La pérdida de la reelección de la alcaldesa de Lima, Susana Villarán, es un proceso complejo donde no se concretó una unidad de los sectores de izquierda progresista. Es una pérdida. Ha sido una ciudad que estuvo en manos de una alcaldesa, la primera elegida por voto popular, que en los cuatro años sufrió una revocatoria y dos elecciones; estuvo permanentemente acosada por la derecha. Entonces, a pesar de avances que pudo haber, no ganó. Y la mayoría de la gente de Lima que no la votó, dicen las últimas encuestas, igual vota porque se continúe la reforma iniciada por ella: de transporte; de abastecimiento, porque sacó un mercado del centro de la ciudad; hubo una política cultural muy importante para recuperar los espacios públicos; una apuesta fuerte por los jóvenes; en el caso de las mujeres se creó un área de la mujer…

–¿Cuáles son los ejes centrales del encuentro?

–Son tres ejes. Uno tiene que ver con interculturalidad crítica. Ha habido una explosión de movimientos indígenas, amazónicos, en diferentes secciones de América latina. Entonces hay un diálogo iniciado con las mujeres indígenas, amazónicas, rurales; eso está vinculado no sólo al tema de los derechos, sino de las alianzas. Porque países como el nuestro han terminado enfrentados por el tema de la minería. Las mineras han entrado en confrontación con las comunidades rurales, indígenas, amazónicas, entonces hay una tensión fuerte. Tenemos organizaciones de mujeres defendiendo el agua en Cajamarca en un conflicto minero, por ejemplo. La empresa insiste en sacar mineral del fondo de las lagunas, poniendo en riesgo todo un sistema hídrico que la población rural necesita para la sobrevivencia. Y el otro tema es la sostenibilidad de la vida, que también tiene que ver con el sistema en que estamos viviendo, que ha puesto en riesgo el futuro de la humanidad. Que tiene que ver con temas vinculados con el medio ambiente, pero también con la soberanía alimentaria y, fundamentalmente, pensamos que como feministas tenemos que decir algo al propio modelo económico y a cómo el patriarcado ha encontrado nuevas formas de dominación en este período. Por ejemplo, terminamos comiendo lo que nos imponen.

Nos han expropiado de lo que comemos y ha sido sustituido por otro tipo de alimentación, que está más en función de intereses privados del capitalismo, de las propias empresas y no de lo que las personas, las mujeres, necesitamos.
–¿Y el tercer eje?

–Tiene que ver con nuestros cuerpos, nuestros territorios. Sin dejar de seguir levantando que la sexualidad es fundamental para las feministas, pero también con la mirada de que los cuerpos son nuestros territorios y también son cuerpos que han sido expropiados por políticas, como en las esterilizaciones forzadas, o que han sido vendidos como mercancía, como en la trata, por ejemplo. Se ha vivido con una naturalidad la heteronormatividad sin reconocer derechos a quienes son diferentes. Esto está muy cuestionado por los grupos trans y las lesbianas. Entonces también éste es un tema central que tiene que ver con los cuerpos.
–¿Qué es lo que distingue a este encuentro?, ¿qué es lo nuevo?

–Este encuentro recupera algunas cosas interesantes que están relacionadas con el encuentro en México: recuperar el espacio urbano de las ciudades, en el marco de muchas cosas que se han hecho para reducir la violencia hacia las mujeres.
–¿Otros años eran en lugares alejados?

–En hoteles. Además creo que hay una generación de jóvenes feministas contestatarias que está más en la lógica de la autogestión, de la transgresión, y más que estar en un hotel era estar en la ciudad. Entonces lo nuevo es la presencia de las jóvenes y de las trans, que han interpelado nuestras agendas en los últimos años de manera radical. Lo otro es el tema de los movimientos indígenas amazónicos que van a estar en el encuentro. Necesitamos, ellos y nosotras, hacer alianzas, si es que queremos hacer otro mundo posible. Está la convicción de que solas no podemos hacer otro mundo posible. Que tenemos que establecer diálogos, puentes, con otros movimientos sociales. Por eso el primer y el segundo eje son los más consensuados con los movimientos sociales.

Fuente: Página/12.

La violencia sexual, el cuerpo de la mujer y los asentamientos coloniales de Israel

La violencia sexual, el cuerpo de la mujer y los asentamientos coloniales de Israel
Suhad Dahir-Nashif

La violación y otras formas de violencia sexual contra las mujeres palestinas han conformado siempre uno de los elementos de los intentos del estado de asentamientos coloniales para destruir y eliminar de su tierra a los indígenas palestinos. Además de la violación y otras formas de violencia sexual, la lógica racial de la violencia sexual activa el imaginario y proyecto mismos de conquista y cultivo de la tierra palestina para transformarla en la polis judía. De ahí que nuestra discusión sobre la violencia sexual esté incardinada no sólo en las prácticas y políticas sexualizadas del Estado sionista, también en la naturaleza misma de la violencia de los asentamientos coloniales. Sostenemos que la agresión a los cuerpos y sexualidad de las mujeres palestinas es estructural en la lógica de eliminación de carácter racial del proyecto de asentamientos coloniales de Israel.

Sólo invadieron nuestro hogar, se apoderaron de nuestro espacio vital expulsándonos, también me arrestaron y me llevaron a la maskubya (comisaría). Me metieron en la celda número cuatro y allí me dejaron durante mucho tiempo. Después, un hombre alto y grande, un oficial de policía, entró para interrogarme. Estaba sola y empecé a temblar de miedo cuando cerró la puerta y empezó a mover cosas por la habitación y a examinarme de pies a cabeza. Me sentía aterrorizada y mi corazón latía a toda velocidad. Sus ojos taladraban mi cuerpo mientras abría cajones como buscando algo. Luego salió de la habitación y volvió cinco minutos después sosteniendo una caja. Sacó de ella un par de guantes de plástico azul y se los colocó en las manos mientras me miraba y decía: “… Ven aquí…”. Debo decirles que cuando asaltaron mi casa y nos echaron me asusté muchísimo. Que me sentí también muy angustiada cuando arrestaron a mi hijo. Pero mis miedos a ‘ya saben qué’… a que abusara de mí, a que me violara con sus grandes manos azules y más… fueron los momentos más aterradores de mi vida”.[1]
Estas fueron las palabras de Sama, una mujer palestina de treinta y seis años que había perdido el espacio físico íntimo familiar de su hogar para pasar a experimentar nuevos terrores ante la amenaza de abusos sexuales. La narrativa de Sama no es infrecuente porque las mujeres colonizadas que viven bajo graves condiciones de privaciones y desposesión están sometidas a ataques directos contra su sexualidad y los derechos de sus cuerpos. La violencia sexual es fundamental en la estructura global del poder colonial, en su maquinaria de dominación de carácter racial y en su lógica de eliminación. Esto se ve de inmediato en la historia de los contextos colonizadores, donde la maquinaria de la violencia se dirige explícitamente contra la sexualidad de las mujeres nativas y la seguridad de sus cuerpos, considerándolas como “enemigos internos” de orden biológico, al ser quienes producen la siguiente generación.
El colonialismo como “estructura, no como suceso” actúa a través de la “lógica de la eliminación” tratando de erradicar la presencia indígena de un territorio específico (“elemento irreducible” de los asentamientos coloniales). El colonialismo de asentamientos “destruye para reemplazar”. La invasión del territorio indígena busca borrar la presencia indígena sobre la tierra de forma permanente, para sustituirla con una nueva sociedad y un sistema de gobierno de colonos. Los expertos sostienen que la lógica de la eliminación utilizada por el colonialismo de asentamientos puede culminar en el genocidio indígena. En sus formaciones europeas, tanto el colonialismo de asentamientos como el genocidio han “empleado la gramática organizadora de la raza”. Desde sus comienzos, el Estado judío ha estado incrustado por una lógica colonial de carácter racial. Esta lógica presenta al palestino como un ser peligroso en oposición al sujeto blanco/judío y a la polis blanca/judía. Como han señalado numerosos autores, esta configuración racial se articula a través de los pensadores sionistas de la ideología orientalista que presentaba al pueblo judío como mantenedor de la civilización europea frente a una región y a un pueblo culturalmente atrasados. Tal proyecto “modernizador” o misión “civilizadora” se apoyaba en un imaginario sionista de trabajo exclusivamente judío cultivando una tierra vacía y yerma, haciendo que “el desierto floreciera”. Los primeros dirigentes sionistas intentaron actualizar el mito fundacional sionista de una “tierra sin pueblo para un pueblo sin tierra” mediante una limpieza étnica sistemática de los palestinos indígenas en 1948. La entidad sionista continúa expulsando hoy en día a los nativos palestinos. Las masacres en Gaza de julio y agosto de 2014, y las políticas represoras “de puño de hierro” contra los jerosolimitanos palestinos en el momento de escribir este artículo, son modos contemporáneos de expulsión colonial de los nativos palestinos.
Sostenemos que la agresión a los cuerpos y sexualidad de las mujeres palestinas es estructural en la lógica de eliminación de carácter racial del proyecto de asentamientos coloniales de Israel. La violación y otras formas de violencia sexual contra las mujeres palestinas han conformado siempre uno de los elementos de los intentos del estado de asentamientos coloniales para destruir y eliminar de su tierra a los indígenas palestinos. Además de la violación y otras formas de violencia sexual, la lógica racial de la violencia sexual activa el imaginario y proyecto mismos de conquista y cultivo de la tierra palestina para transformarla en la polis judía. De ahí que nuestra discusión sobre la violencia sexual esté incardinada no sólo en las prácticas y políticas sexualizadas del Estado sionista, también en la naturaleza misma de la violencia de los asentamientos coloniales.
Como feministas palestinas, afirmamos que el imaginario del movimiento sionista de conquista y colonización del cuerpo palestino es inseparable del proyecto de conquista y colonización de la tierra palestina y erradicación de la presencia indígena. Aquí nos apoyamos en la afirmación de la estudiosa Andrea Smith de que la lógica de la violencia sexual colonial “establece la ideología de que los cuerpos nativos son intrínsecamente violables y, por extensión, que las tierras nativas son también intrínsecamente violables”. Es en la lógica de la violencia sexual de los asentamientos coloniales en la que nos centramos para nuestro análisis de la continua Nakba a la que está sometido nuestro pueblo. Rastreamos la lógica de la violencia sexual en su contexto histórico y actual como maquinaria, oculta y evidente, del patriarcado colonial contra las comunidades indígenas en Palestina. La lógica de la violencia sexual intenta fragmentar la familia palestina y la vida comunal a la vez que amputa la conexión con la patria palestina. El proyecto sionista está intrínsecamente basado en la destrucción de los cuerpos y la tierra nativos palestinos, lo cual no puede separarse de la lógica colonial de la eliminación. La violencia sexual no es simplemente un subproducto del colonialismo sino que “el colonialismo está en sí mismo estructurado por la lógica de la violencia sexual”.

La violencia sexual y el genocidio palestino a partir de la Nakba
Para poder entender los incrementados ataques contra los cuerpos de las mujeres palestinas en unos momentos en los que el régimen de asentamientos coloniales intensifica su acoso, es necesario llevar a cabo un análisis feminista. Tal análisis toma la Nakba como punto de partida analítico. Israel se levantó sobre las ruinas de la patria palestina, sobre su territorio, dolor y desplazamiento. Se construyó sobre la destrucción de nuestros lazos sociales comunitarios, a partir de la violación e invasión de nuestros hogares y cuerpos. Violar y matar a las mujeres palestinas era un aspecto fundamental de las sistemáticas masacres y expulsiones llevadas a cabo por las tropas israelíes durante la destrucción de los pueblos palestinos en 1948. Por ejemplo, durante la masacre de Deir Yasin:
“Dieron la orden de que todos los habitantes se encaminaran a la plaza del pueblo. Allí, les alinearon contra un muro y les dispararon. Un testigo dijo que a su hermana, que estaba embarazada de nueve meses, le dispararon en la nuca. Sus asaltantes le abrieron después el vientre con un cuchillo de carnicero y le sacaron el feto. Cuando una mujer árabe trató de recoger al bebé, le dispararon… A las mujeres las violaron ante los ojos de sus niños antes de matarlas y arrojarlas a un pozo.”
David Ben Gurion, al igual que otros dirigentes sionistas, habló abiertamente sobre la violación y tortura sexual de las mujeres palestinas en las anotaciones que hizo en su diario durante 1948. Al mismo tiempo que abogaba por la matanza de mujeres y niños palestinos, les representaba como una amenaza para la política de asentamientos coloniales judíos y premiaba a todas las madres judías cuando tenían su décimo hijo. Ben Gurion se aseguraba de que la Agencia Judía, no el Estado, administrara esos incentivos a la natalidad para garantizar la exclusión de los árabes [2]. La fetichización de la fertilidad ha convertido a los palestinos, especialmente a las mujeres, en objeto de la retórica nacionalista que politiza profundamente su reproducción. Para los sionistas, las mujeres palestinas han sido siempre, y así continúan siendo como hemos visto en los últimos ataques contra Gaza, objetivos de la maquinaria de matar sionista.
Las investigadoras feministas han sugerido también que el Estado sionista moviliza la violencia contra los cuerpos y la sexualidad de las mujeres palestinas a fin de reforzar las estructuras patriarcales indígenas y ayudar a expulsar a los palestinos de su tierra. Los abusos sexuales por parte del ejército israelí han sido rampantes bajo la ocupación israelí. El Estado israelí y sus fuerzas militares han explotado la amenaza de la violencia sexual contra las mujeres palestinas y las percepciones patriarcales de sexualidad y “honor” para “reclutar a palestinos como colaboracionistas” durante los períodos de levantamientos y disuadir así de los intentos de resistencia organizada. Esta práctica ha sido históricamente tan prevalente que ha conseguido tener su propio término en la lengua árabe: isqat siyassy, que significa abuso sexual de los palestinos por razones políticas. El aparato de la seguridad estatal prosigue utilizando las identidades sexuales palestinas y las concepciones orientalistas de la “cultura árabe” para reclutar colaboradores y fragmentar la sociedad palestina. Recientes revelaciones de la Unidad 8200 de la inteligencia militar secreta de Israel han puesto de nuevo de relieve este hecho. La “violación” literal y figurada de los cuerpos de las mujeres palestinas, concebidos como intrínsecamente violables por la entidad sionista, está inherentemente estructurada por la misma lógica de violencia sexual que anima la violación y continuada confiscación del territorio nativo palestino del proyecto de asentamientos coloniales.

Desenmascarando la lógica de la violencia sexual
El silencio sobre el uso de la violencia sexual contra las mujeres palestinas [3] y sus comunidades por parte de la maquinaria sionista ha quedado aún más patente desde el inicio de las operaciones militares más recientes del Estado. La lógica de la violencia sexualizada, que estructura el proyecto de asentamientos coloniales de Israel, se ha hecho más visible durante el último período de la invasión militar.Eslóganes como “Muerte a los árabes” y “Árabes fuera” se han vuelto más utilizables y tolerables en la esfera pública israelí, revelando la deriva necropolítica contra los nativos palestinos en el núcleo mismo de la supuesta democracia judía.
El 1 de julio, justo después del descubrimiento de los cuerpos de los tres jóvenes colonos judíos que habían desaparecido en la Cisjordania ocupada, el profesor israelí Mordechai Kedar, del Centro Begin-Sadat para Estudios Estratégicos, subrayó en la radio pública: “Lo único que puede disuadir a… quienes han secuestrado a los adolescentes israelíes y les han matado, la única vía para detenerles es que sepan que van a violar a su madre y hermana cuando las cojan… esa es la cultura del Oriente Medio”. Sus comentarios sugerían que violar a las mujeres palestinas era la única forma de disuasión frente a la resistencia y el “terrorismo” palestinos.
A nosotras, como feministas palestinas, no nos sorprendió oír a Kedar defendiendo la violación como antídoto frente a la resistencia anticolonial. Al hacer esos comentarios en la radio pública, en abierto, donde iba a escucharle un amplio público judío israelí, tanto mujeres como hombres, incluidas las feministas judías israelíes, refleja la mentalidad y socialización del colono hacia los palestinos. Hablar de la violación de las mujeres palestinas como estrategia militar por parte de un supuesto académico de una de las universidades importantes de Israel revela el modo en el que los colonizadores retratan a las mujeres colonizadas. La presentación de un discurso orientalista sexualizado coloca a los palestinos como culturalmente “atrasados”, esos Otros no-humanos.
En caso de que los discursos sexualizados que Kedar activó parezcan una aberración, es importante señalar que no fue el único actor en este reciente teatro de violencia sexualizada. Los soldados israelíes que se aprestaban a matar palestinos en Gaza leían eslóganes de apoyo preparados por sus compañeros civiles israelíes judíos que afirmaban: “Id a machacar a sus madres y regresad con vuestra madre”. Los judíos israelíes se congregaban en lo alto de las colinas para observar y dar vivas cuando el ejército arrojaba bombas sobre Gaza. Una joven judía publicó en Facebook un mensaje sobre el placer sexual que se sentía contemplando el linchamiento colectivo: “¡Qué orgasmo ver a las Fuerzas de Defensa de Israel bombardear edificios en Gaza con niños y familias dentro. Boom, boom!” Incluso el Primer Ministro Netanyahu recibió un correo, que circuló ampliamente por las redes sociales israelíes, en el que se mostraba a una mujer velada, desnuda de cintura para abajo, con un cartel que ponía “Gaza” y el siguiente mensaje: “¡Bibi, acaba dentro esta vez! Firmado: Ciudadanos a favor de un ataque terrestre”. Esto además de la declaración pública de la diputada de la Knesset Ayelet Shaked que dijo que había que matar a las madres palestinas.
La violación de la tierra, al igual que la violación de los cuerpos de las mujeres, ha pasado a primer plano en los más recientes ataques de eliminación de Israel contra el pueblo palestino. Mientras proseguía la masacre del pueblo palestino en Gaza, la naturaleza sexualizada de la invasión israelí y el terror racial contra los nativos palestinos se pusieron también al frente de la política y discusiones nacionalistas en la esfera pública dentro de Palestina. Las mujeres palestinas tomaron las calles con sus comunidades a través de la Palestina histórica para manifestarse contra las continuas masacres en Gaza. Las manifestaciones públicas adoptaron un giro de carácter sexual, mientras los llamamientos de las muchedumbres de “Muerte a los árabes” se transformaron rápidamente en el grito de “¡Hanin Zoabi es una zorra!”, en alusión a una diputada palestina del parlamento israelí que defendía el derecho a existir de su pueblo. La policía israelí atacó los cuerpos de las mujeres palestinas, también los cuerpos de sus compañeros, y les arrastraron fuera de las protestas en Haifa y Nazaret, donde fueron arrestados o golpeados por muchedumbres racistas. Destacadas personalidades religiosas y militares a sueldo del Estado emitieron edictos religiosos en los que se afirmaba que en tiempos de guerra estaba permitido bombardear a los civiles palestinos a fin de “exterminar al enemigo”. El consejo municipal de Or Yehuda, un asentamiento en la región costera de Israel, colgó una pancarta en apoyo de los soldados israelíes en el que se sugería la violación de las mujeres palestinas: “¡Soldados israelíes, los vecinos de Or Yehuda estamos con vosotros! ¡Machacad a sus madres y volved sanos y salvos a casa con vuestra madre!” [4].
Sostenemos que la lógica de la violencia sexual exhibida durante los ataques contra los nativos palestinos por toda la Palestina histórica, tanto a lo largo de la historia como durante las últimas agresiones israelíes, impregna tanto el Estado de asentamientos israelí como la sociedad colonial. En efecto, el Estado y la sociedad colonial son entidades inseparables, conectadas a través de un imaginario visceral psicológico y político que supera la división habitualmente enmarcada entre Estado/sociedad civil. Como Lorenzo Veracini señala, los colonos “llevan su soberanía con ellos”. Tanto los aparatos estatales (incluyendo los funcionarios electos y las instituciones académicas y militares) como la sociedad colonial (incluyendo el público israelí, situado a lo largo del continuo de la ideología sionista) encarnan la maquinaria de la violencia de los asentamientos coloniales. Así pues, no resulta sorprendente que tanto los aparatos oficiales del Estado como las esferas no oficiales de colonos hayan estado exhibiendo graves ataques contra la sexualidad, cuerpos y vidas de las mujeres palestinas en el contexto de las últimas invasiones contra nuestro pueblo en Gaza, en los ataques que a diario se están produciendo actualmente en Jerusalén y a través de toda la Palestina histórica.
Las políticas y la incitación represiva de las autoridades israelíes contra el pueblo palestino para empoderar y envalentonar a la sociedad de colonos israelíes encarnan el poder del Estado y la brutalidad de los ataques a los palestinos. Esto se muestra claramente en los ataques a los cuerpos de las mujeres palestinas que se producen estas últimas semanas en Jerusalén dentro de la mezquita de Al-Aqsa, tanto por parte del público de colonos, empoderado por la protección militar estatal, como por los miembros de las fuerzas de seguridad estatales. Un reciente ejemplo de escenario de violencia sexual es laactuación de la policía de fronteras israelí golpeando y arrestando violentamente a Aida, una mujer palestina de la Ciudad Vieja de Jerusalén. Le arrancaron el hiyab y se la llevaron agarrada por el pelo, mientras seguían golpeándola a través de las calles de la Ciudad Vieja hasta meterla en el furgón policial. Fue conducida a la comisaría, donde fue violentamente interrogada, golpeada de nuevo y acusada de atacar a un oficial de la policía. La brutalización y violación del cuerpo de Aida por las fuerzas de seguridad y los intentos de estigmatizarla como alguien inherentemente criminal son una forma de violencia sexual y de género. La legalización de esas formas de violencia caracteriza el mismo sistema legal israelí como profundamente incardinado en la maquinaria de eliminación del proyecto colonial de asentamientos.
La brutalización y violación de las mujeres palestinas por el estado colonial de asentamientos adopta también formas más mundanas. Cuando Samira fue arrestada por participar en una manifestación en la ocupada Jerusalén Este, las autoridades decidieron que su liberación estaba condicionada a que llevara a cabo lo que denominaron “servicio comunitario”. El “servicio comunitario” de Samira le exigía fregar los baños de una instalación para los soldados y policía de fronteras israelíes. Así nos lo explicaba:
“No podía permitirme pagar una multa tan enorme y necesitaba que me dejaran libre para poder volver con mis niños. No tenía otra opción que la de fregar sus baños… Pero al estar allí, en los baños de los hombres, en estado de constante terror, temiendo ser víctima de abusos sexuales, temiendo que me utilizaran como si fuera el papel higiénico de los baños…”
Las palabras y el análisis de Samira ilustran los aspectos de violencia sexual y de género de la compleja maquinaria de la violencia de los asentamientos coloniales. No obstante, como Samira concluía: “Algunas veces siento que era su esclava pero otras veces me digo a mí misma que no, esto es resistencia, esto es sumud, esto es poder… Lo que necesitaba era volver con mis niños, sin que me tocaran ni violaran sexualmente… sí, es duro, es complejo… nuestra situación es compleja”. Incluso frente a tan violenta inscripción de la violencia de los asentamientos coloniales, los actos diarios de resistencia y supervivencia de las mujeres palestinas demuestran su poder y sumud o resolución.
En resumen, la violencia sexual y de género no es una mera herramienta de control patriarcal, el subproducto de la guerra o de la intensificación del conflicto. Las relaciones coloniales son en sí de género y de carácter sexual. Sostenemos que la violencia sexual, una lógica incrustada en el proyecto israelí de asentamientos coloniales, sigue dos principios contradictorios que actúan de forma simultánea: invasión/violación/ocupación y supremacía/purificación/demarcación. Es decir, la invasión, violación y ocupación del proyecto sionista colonial de asentamientos de los cuerpos, vidas y tierra de los palestinos nativos están íntimamente entrelazadas con su demarcación de los límites físicos y geográficos de carácter racial entre la ciudadanía judía y los nativos palestinos, al igual que los intentos de “purificar” el organismo nacional judío del organismo palestino, al que se define como contaminante a nivel biopolítico. Es así como la lógica de la violencia sexual incrustada en el régimen sionista vigoriza los ataques históricos y continuos contra las vidas y cuerpos palestinos.
Por tanto, nuestra lucha como feministas por la soberanía indígena dentro del activismo anticolonial se sitúa necesariamente en la protección de la seguridad corporal y de la sexualidad de las mujeres palestinas, de la familia y del derecho comunal a la vida. Es una lucha contra el hipermasculino ejército sionista y los aparatos coloniales que sitúan a las mujeres palestinas como las Otras, intrínsecamente amenazantes y racializadas, cuyos cuerpos deben ser violados y destruidos como enemigos internos y “reproductoras de palestinos”. Esta lógica es inseparable de la lógica de eliminación del colonialismo de asentamientos.
Como feministas preocupadas por la seguridad de los cuerpos y las vidas de las mujeres, la continuidad de nuestro pueblo y de nuestras generaciones futuras, hacemos un llamamiento local e internacional a las feministas para que se unan a nuestra lucha, desafíen la cultura de impunidad de los asentamientos coloniales y alcen sus voces contra los crímenes en curso del Estado israelí.

Notas:
[1] Esta cita se tomó de un grupo de discusión con mujeres palestinas celebrado en 2104 en Jerusalén.
[2] En la década de 1950 de Ben Gurion, el primer ministro de Israel convirtió la cuestión de la fertilidad de las mujeres en una prioridad nacional, sosteniendo que “aumentar la tasa judía de natalidad era una necesidad vital para la existencia de Israel” y que “una mujer judía que no trae al mundo al menos a cuatro hijos está defraudando la misión judía”. Véase Sharoni, s. (1995): “Gender and the Israeli-Palestinian Conflict: the Politics of Women’s Resistance”. Syracuse University Press. Véase también Davis, U & Lehn, W. (1983): “And the Full Still Lives: The Role of the Jewish International Fund in the Determination of Israel’s Land Policies”, Journal of Palestine Studies, Vol. 7 (4), pág. 3, pár 4-6 (1978).
[3] Aunque centramos nuestro análisis en las mujeres palestinas, también señalamos el uso de la violencia sexual por parte del Estado sionista como táctica para frenar la “amenaza demográfica” de algunos cuerpos de mujeres judías, incluidas las mujeres judías negras (de la comunidad etíope) y las mujeres judías pobres, una práctica que analizamos está conectada con proyecto racial de frenar la reproducción y vida palestinas, Israel ha buscado al mismo tiempo aumentar el nacimiento de judíos de origen europeo mediante prácticas modernizadas como la compra de óvulos a mujeres pobres de Europa del Este para clonar la reproducción humana. Además, el Estado israelí sugirió que la ley para impedir la clonación reproductiva de seres humanos (1999) había expirado y que muchos médicos, políticos e investigadores sociales de Israel están abrazando está práctica como una estrategia más para mantener la ventaja demográfica judía sobre la tierra palestina.
[4] Además de los mensajes y declaraciones contra las madres palestinas, las mujeres y chicas judías animaban a los hombres para que se enrolaran en las Fuerzas de Ocupación de Israel enviándoles fotos pornográficas con chicas semidesnudas como expresión de amor y apoyo (véase: http://www.pitria.com/israeli-girls-support-zahal).

Nadera Shalhoub-Kevorkian, nativa palestina, es desde hace mucho tiempo activista feminista antibelicista y académica. Ocupa la cátedra Lawrence D. Biele de Derecho en la Facultad de Derecho-Instituto de Criminología y la Escuela de Trabajo Social y Bienestar Social en la Universidad Hebrea de Jerusalén. Sus investigaciones se centran en el feminicidio y otras formas de violencia de género, en los crímenes por abusos del poder en los contextos de los asentamientos coloniales, vigilancia, securitización y control social, y trauma y recuperación en zonas colonizadas y militarizadas. El libro más reciente de la Dra. Shalhoub-Kevorkian es: “Militarization and Violence Against Women in Conflict Zones in the Middle East: The Palestinian Case Study”, publicado por Cambridge University Press, 2010. Su próximo libro es: “Security Theology, Surveillance and the Politics of Fear,” que publicará asimismo Cambridge University Press.
Sarah Ihmoud está realizando estudios de doctorado en antropología social en la Universidad de Texas, Austin. En estos momentos centra sus investigaciones en los temas de sexualidad, intimidad y asentamientos coloniales en Palestina/Israel. Con anterioridad, había investigado formas de organización de las mujeres para impedir el feminicidio y otras formas de violencia de género en el período posterior a la guerra en Guatemala.
Suhad Daher-Nashif es profesora e investigadora en Al-Qasimi College for Education and Oranim College for Education. Tiene un doctorado en Antropología social y médica por la Universidad Hebrea de Jerusalén. Sus actuales investigaciones se centran en prácticas de muerte dentro de la sociedad palestina, incluyendo el feminicidio y el suicidio, y en las experiencias de las mujeres palestinas en Israel respecto a la educación superior, participación en el servicio civil y acceso a la justicia. Una de sus más recientes publicaciones es “Femicide and Colonization: Between the Politics of Exclusion and the Culture of Control” (2013), publicado en Violence Against Women con la Dra. Shalhoub-Kevorkian.

(*) Este ensayo fue escrito en colaboración con el Programa para Estudios de Género de Mada al-Carmel, el Centro Árabe para Investigaciones Sociales Aplicadas de Haifa.
Traducido del inglés para Rebelión por Sinfo Fernández.
Fuente: www.jadaliyya.com

Escrito en el tronco de un Olivo

Escrito en el tronco de un Olivo

Tawfiq Ziyad

Tawfiq Ziyad, poeta comunista palestino nacido en Galilea en 1922. Fue miembro del Parlamento y alcalde de Nazaret hasta su muerte, en 1994. Es uno de los exponentes más importantes del movimiento de la resistencia palestina. Aquí reproducimos uno de sus poemas más conocidos, y emblema de la lucha y la resistencia del pueblo palestino.

Escrito en el tronco de un olivo

Por: Tawfiq Ziyad

Porque yo no hilo lana
porque yo estoy expuesto cada día
a órdenes de arresto
y mi casa está expuesta a las visitas policíacas
a las pesquisas, a las “operaciones de limpieza”
porque me encuentro en la imposibilidad
de comprar papel
grabaré todo lo que me sucede, grabaré todos mis secretos
en un olivo del patio de mi casa
yo grabaré mi historia y el retablo de mi drama
y mis suspiros en mi jardín
y las tumbas de mis muertos
y grabaré
todas las amarguras que borrará un décimo de las dulzuras por venir
grabaré el número
de cada caballería despojada
de nuestra tierra
el emplazamiento de mi aldea, sus límites
las casas dinamitadas, mis árboles arrancados
cada florecita aplastada, los hombres de los que se han regodeado
en descomponer mis nervios y mi hálito
los hombres de las prisiones, las marcas de todas las esposas
cerrada en mis puños
las botas de mis carceleros
cada juramento arrojado a mi cabeza
y grabaré Kafr Kassem*
yo no lo olvidaré
y grabaré
Deir Yassin*
tu recuerdo me devora
y grabaré
hemos alcanzado la cima de la tragedia
la hemos alcanzado
grabaré todo lo que me descubre el sol
me murmura la luna
lo que me narra la tórtola
en los pozos
cuyos enamorados se han exiliado
para que lo recuerde
me quedaré de pie para grabar
todo el retablo de mi drama
y todas las etapas de la derrota
de lo infinitamente pequeño
a lo infinitamente grande
en un tronco de olivo
en el patio de mi casa.

  • Kafr Kassem es el pueblo donde se detuvo el avance del ejército israelí en el centro de Palestina durante la guerra árabe-israelí de 1948. En 1949, Israel anexó la ciudad en concordancia con los acuerdos del armisticio, los cuales terminaron la guerra. El 29 de octubre de 1956, la policía de fronteras de Israel (MAGAV) asesinó a 49 civiles (incluyendo a un niño no nacido) en lo que se conocería como la masacre de Kafr Qasim.
  • El 9 de abril de 1948, grupos armados sionistas ingresaron a la aldea palestina de Deir Yassin en el distrito de Jerusalén y dieron muerte a 254 aldeanos palestinos, principalmente mujeres, niños y ancianos. La masacre fue encabezada por Menahem Begin en su calidad de jefe de las fuerzas terroristas Irgun, grupo responsable de varios actos de terror, incluida la voladura del Hotel King David en Jerusalén. El Irgun fue apoyado por el Haganah, brazo armado de la Agencia Judía que luego constituyó la base para el ejército israelí, y el Lehi, encabezado por Yitzhak Shamir. La masacre de Deir Yassin fue parte del Plan Dalet cuyo objetivo era obligar a los palestinos a abandonar Palestina con el propósito de conseguir una mayoría judía en el recién establecido estado-ocupación de Israel.

“Poder popular como práctica de construcción del Socialismo Societal”: conversación con Miguel Mazzeo

“Poder popular como práctica de construcción del Socialismo Societal”: conversación con Miguel Mazzeo
20/04/2015

Seguel: Compañero Miguel, me gustaría preguntarte algunas cosas. Fuiste militante del Frente Popular Darío Santillán durante muchos años y, después de una experiencia enriquecedora, de mucho debate y construcción, llegó un momento en el que tuvieron que buscar referencias teóricas para proyectar la experiencia de lucha y construcción y, en un determinado momento, surge el tema del poder popular. Me gustaría preguntarte, ¿cómo fue ese proceso de búsqueda, a nivel militante y teórico?

Mazzeo: Lo primero que corresponde destacar es que el concepto de poder popular es relativamente nuevo en la cultura política argentina. Al intentar hacer una historia del concepto de poder popular, seguramente, uno va a encontrar referencias al mismo en otros periodos históricos. Pero de todas maneras nunca fue una consigna central en la cultura política de la izquierda argentina. Otros conceptos emparentados con el de poder popular sí tuvieron más presencia. Por ejemplo, el concepto de poder obrero, que supo ser reivindicado por algunas organizaciones populares a comienzos y mediados de los años setenta.1 También, en diferentes momentos históricos, se debatió sobre el poder dual o el doble poder.

El concepto de poder popular aparece con mucha fuerza en Argentina entre fines de la década del noventa y principios del dos mil; concretamente en torno a lo que fue la rebelión popular del 19/20 de diciembre 2001. Es allí precisamente, en ese contexto de auge de la lucha popular, que cobra sentido el concepto de poder popular. Particularmente en algunas organizaciones de trabajadores desocupados o del movimiento piquetero, más concretamente en aquellas organizaciones que fueron parte de la denominada corriente autónoma.2 También en el marco del auge de las asambleas barriales o del movimiento de fábricas recuperadas.

El concepto de poder popular, en esos días, fue inseparable de otros, por ejemplo, el de autonomía y el de horizontalidad. ¿Quién o quiénes lo introducen? Eso es algo imposible de determinar. Y tampoco tiene demasiado sentido intentarlo. Yo creo que surge espontáneamente en la militancia popular con un sentido muy extenso y general. Inicialmente no hay ninguna referencia teórica, aunque hay que tener presente que esa militancia era portadora de una memoria histórica popular que contenía elementos cercanos a la idea de poder popular. Es más, yo creo que en ese momento el concepto de poder popular fue resignificado y, de algún modo, refundado.

El trabajo de vincularlo a una cultura política, o mejor, a unas culturas políticas, vino después. Justamente cuando nosotros empezamos a plantear lo siguiente: dado que el concepto, la noción, la idea y la consigna del poder popular estaba en nuestros labios todo el tiempo y era prácticamente el eje de nuestras definiciones políticas e ideológicas, era necesario encarar una tarea de sistematización y era importante determinar con cierta claridad qué entendíamos por poder popular. Partiendo, claro está, de lo que ya se entendía espontáneamente por poder popular.

Empezamos a ahondar en varias tradiciones emancipatorias y nos encontramos (algunos nos reencontramos) con la Teología de la Liberación, que era y es para nosotros una corriente emancipatoria muy importante en Nuestra América. La Teología de la liberación, sobre todo en la década del setenta, había avanzado muchísimo en la sistematización del concepto de poder popular. Eso se puede apreciar en los trabajos clásicos como el de Gustavo Gutiérrez3, o en los trabajos de Enrique Dussel4 y, aquí en Argentina, más concretamente en la obra de Rubén Dri,5 quien, además, era un compañero bastante cercano a nosotros en los años noventa y especialmente en el contexto de auge de las luchas y movilizaciones anteriores y posteriores a la rebelión popular de diciembre de 2001.

La Teología de la libración, en su arsenal teórico-político, le otorgaba un sitio privilegiado al concepto de poder popular. Buena parte de las reflexiones en torno al poder popular provenían de espacios cercanos a la Teología de la liberación. Por ejemplo, la Teología de la Liberación identifica componentes “quiliásticos” en la historia. Y algunos de nuestros planteos se podían relacionar fácilmente con esos componentes. Los componentes quiliásticos remiten a un proyecto en que la comunidad de “fieles” –esto último es para nosotros una metáfora– se estructura a partir de los patrones que desea y promueve para el “reino” futuro –otra metáfora–. O sea: hay un reconocimiento a la comunidad concreta, está presente la idea de la construcción del “reino” en este mundo, la idea de que el “reino” es utopía pero también presente, el “reino” como vínculo y lazo social. Es decir, utopía concreta.
¿Hace falta aclarar que “reino” puede traducirse como socialismo o comunismo?

Seguel: eso es lo que en sus libros y los de los otros compañeros ligados al FPDS han referido como la dimensión anticipatoria, o prefigurativa…

Mazzeo: exactamente. En este contexto, lo quiliástico no tiene una carga teológica, le damos un uso absolutamente profano. Evidentemente lo quiliástico remite a lo anticipatorio, a lo prefigurativo y se relaciona con otras culturas políticas que no tienen absolutamente nada que ver con la Teología de la Liberación o el cristianismo. Además, recuperábamos otro concepto fundamental aportado por la Teología de la liberación, el concepto de diakonia que remite a una dimensión de la autoridad y el mando bajo la forma de servicio, la idea del poder obedencial,6 tan pero tan parecida al “mandar obedeciendo” del neozapatismo.7

Como se puede apreciar, la Teología de la liberación se nos impuso cuando nosotros empezamos a ahondar, sin preconceptos dogmáticos de ninguna especie, en la cuestión del poder popular. Ahora bien, algunos pueden pensar en influencias de compañeros o compañeras que provenían del cristianismo. No fue así. Si bien había compañeros y compañeras que tenían antecedentes de militancia cristiana –tengamos presente que la corriente autónoma del movimiento de trabajadores desocupados eran muy amplia, muy heterogénea–, no fue una importación. Fue más bien una búsqueda colectiva la que hizo que nos topemos con la Teología de la liberación. En esa búsqueda la redescubrimos y, creo, la resignificamos en una clave nueva.

Lo que nosotros queríamos lograr era una definición mínima de poder popular para, a partir de ella, seguir reflexionando sobre el mismo. Considero, además, que la reflexión sobre el poder popular es inagotable, porque el concepto de poder popular se va ir enriqueciendo con la propia lucha de los pueblos, con las experiencias concretas de poder popular. Es, entonces, un concepto inasible y no tiene ningún sentido la prescripción, el intento de darle un cierre o una forma más o menos definitiva. Estamos hablando de producir una definición mínima, nada más.

En relación al carácter dialéctico del poder popular, hay que tener presente que en aquellos años iniciales nos quedó afuera la experiencia de la Revolución Bolivariana de Venezuela, hoy por hoy, un proceso histórico clave para repensar el poder popular, un proceso que viene aportando formidables insumos prácticos y teóricos.8

Pero retomemos el eje de la conversación. La Teología de la liberación nos aportaba una serie de elementos que, para nosotros, valían más como metáforas políticas que como conceptos teológicos. Podríamos decir que, en este sentido, imitábamos a Carlos Marx quien supo recurrir a las metáforas teológicas para explicar el funcionamiento del sistema capitalista.

En la Teología de la Liberación encontrábamos una tradición emancipatoria geopolíticamente situada, arraigada en la historia de Nuestra América. Una tradición que nos ofrecía sus formulaciones sistematizadas y sus reflexiones teóricas pero, además, agregaba el ejemplo y el testimonio de una serie de prácticas sociales, políticas y vitales de cristianos revolucionarios y cristianas revolucionarias que también aportaron a una definición mínima del poder popular: la experiencia histórica de las Comunidades Eclesiales de Base, la experiencia de la militancia popular cristiana a lo largo de la historia de Nuestra América.

También vale decir que el cristianismo de liberación tuvo esto de que “al principio fue la práctica”. De ahí el énfasis puesto en la práctica –un énfasis guevarista– y la teoría concebida como una reflexión sobre esa práctica. Una reflexión que debía producir insumos o nuevos instrumentos que retornaran a la práctica para enriquecerla, proyectarla o, por lo menos, para celebrarla. En nuestro caso, por supuesto, también estaba presente esa concepción.

Por supuesto, la tarea de dar con una definición del poder popular nos impuso una relectura del marxismo. Es imposible elaborar un pensamiento emancipador sin el marxismo. Como filosofía abierta, como filosofía de la praxis,9 sigue siendo un componente central de cualquier pensamiento emancipador. Por supuesto, un pensamiento emancipador debe exceder al marxismo, debe ponerlo a dialogar con otras tradiciones.

En el fragor de aquellos experimentos, nosotros percibíamos que había toda una tradición marxista muy rica pero con escaso peso en la cultura política de la izquierda argentina. Un marxismo “societal”, para llamarlo de algún modo. Un marxismo que ponía el eje en ciertos aspectos en los que usualmente la izquierda argentina y la izquierda de buena parte de Nuestra América casi nunca habían reparado. Ese marxismo societal presentaba varios clivajes. Un marxismo consejista, del que rescatábamos los aportes del joven Antonio Gramsci, y del Gramsci no tan joven también. También, contribuyó mucho la obra Antón Pannekoek, un marxista holandés prácticamente desconocido en los medios políticos e intelectuales de la Argentina, salvo en pequeños grupos.

Por supuesto, la impronta fundamental era luxemburguista. A veces pienso que todos y todas fuimos espontáneamente luxemburguistas. Rosa Luxemburgo estaba presente en nuestras formulaciones tendientes a trascender la dicotomía reforma-revolución, estaba presente cuando asignábamos un peso determinante a la experiencia popular en el proceso de formación de la conciencia revolucionaria, cuando nos negábamos a escindir medios de fines, cuando apostábamos al protagonismo de la bases, cuando desconfiábamos del centralismo democrático y cuando pensábamos en términos de contra-hegemonía y democracia socialista. Toda esa veta, luego, la articulamos con otros autores marxistas como Ernst Bloch. Su trabajo El Principio esperanza, nos aportó muchísimo y también nos planteaba un diálogo con el cristianismo. En paralelo tomamos contacto con la obra de Itsvan Mészáros que nos ayudó a repensar la transición al socialismo bajo nuevas coordenadas. Otros autores fueron importantes, por lo menos para mí: Henri Lefevre, Jean Paul Sartre, Nicos Poulantzas, René Zabaleta Mercado, Ralph Milliband, Göran Therborn, entre otros y otras. A José Carlos Mariátegui, Franz Fanon, Ernesto Che Guevara o John William Cooke, ya los tenía prácticamente internalizados. Por supuesto, la situación ofrecía la posibilidad de releer la obra íntegra de Marx en clave societal. Incluso la de Federico Engels, V.I. Lenin y León Trotsky.

Tampoco descuidamos el análisis y el estudio de algunas experiencias históricas donde el concepto de poder popular funcionó como eje articulador de prácticas y como orientador estratégico de los grupos revolucionarios. Yo recuerdo haber visto varias veces, en nuestras actividades de formación militante, el documental La batalla de Chile, de Patricio Guzmán; sobre todo la Parte II que se llama, precisamente, “El Poder Popular”. Esa parte de La batalla de Chile era –y es– para nosotros impecable desde lo político-pedagógico, porque ahí teníamos al poder popular en acto, exhibido y narrado en todo su potencial y con una belleza inusual.

Y en un escenario no tan lejano en el tiempo y en un país con el que teníamos y tenemos afinidades de todo tipo. Ya no se trataba de una reflexión abstracta sobre el poder popular, sino que ahí estaba el poder popular en las fábricas, en los campos, en las poblaciones, en los cordones, en los comandos; en Chile, a comienzos de la década del setenta, en el tiempo de la Unidad Popular y el gobierno de Salvador Allende. Nos encontrábamos también con la experiencias del MIR chileno y con sus originales formulaciones en torno al poder popular.

La batalla de Chile, visionada en ese contexto argentino de la inmediata post-rebelión popular, generó discusiones antológicas. ¿Quién o quiénes construyen poder popular?, ¿Cómo se construye poder popular? ¿Puede un gobierno construir poder popular? ¿Es tarea de un gobierno popular, de un gobierno revolucionario construir poder popular? ¿Qué relación deben tener las organizaciones que construyen poder popular con un gobierno popular? ¿Cuál es el vínculo más adecuado entre una organización política revolucionaria y las diversas instancias de poder popular? Poco tiempo después comenzamos a pensar la Revolución Bolivariana de Venezuela bajo coordenadas que tomaban en cuenta la experiencia de la Unidad Popular.

Así como abrevamos en experiencia de la Unidad Popular, nos pusimos a buscar experiencias de poder popular “en acto”. Experiencias que, en muchos casos, no habían estado atravesadas por una conciencia socialista. Esto era y sigue siendo una especie de anatema, de herejía, para la izquierda dogmática.
Seguel: ¿cómo a cuales se referían?

Mazzeo: Varias, las experiencias de los palenques, quilombos y mocambos de esclavos en Brasil, Venezuela y Colombia, las republiquetas de guerrilleros, la comuna de Morelos, el ayllu warisata, entre muchas otras. También experiencias como las del Movimiento Sin Tierra de Brasil, los caracoles y las juntas de buen gobierno neozapatistas, las distintos movimientos de las clases trabajadoras, indígenas y populares de Bolivia, los consejos comunales en la Venezuela bolivariana. Buscábamos rescatar principalmente la vivencia de las bases en todo aquello en dónde nosotros creíamos y creemos se construyó poder popular, más allá de las mediaciones de una conciencia socialista… Aquí quiero destacar los aportes del colombiano Orlando Fals Borda.10

Seguel: ¿qué otras experiencias se podrían agregar?

Mazzeo: las experiencias cercanas a la “democracia obrera y popular” que uno ya conocía de Argentina, las que se desarrollan entre los años cincuenta y los setenta. Muchos compañeros y compañeras rescataban la experiencia de lo que fue la Resistencia Peronista en la década de 1950.11 Pero sin dudas, puntos muy altos fueron el sindicalismo combativo y clasista de las décadas del sesenta y el setenta, las coordinadoras interfabriles inmediatamente anteriores al golpe de 1976,12 junto con algunos planteos teóricos de organizaciones revolucionarias como las Fuerzas Armadas Peronistas y el Peronismo de Base o la Organización Comunista Poder Obrero.13 Otros compañeros y otras compañeras se remitían a los pueblos originarios, donde, de algún modo, las tradiciones comunitarias ofrecían un acervo fecundo, casi inexplorado –y sistemáticamente negado por una matriz eurocéntrica– para pensar el poder popular.

Los pueblos originarios ofrecen una veta importante. Y nos obligan a descolonizar muchas de nuestras categorías y paradigmas. Nosotros trabajamos en la línea de algunos aportes de José Carlos Mariátegui, marxista peruano de la década del veinte que mencionábamos hace un rato. Mariátegui supo acuñar un concepto que suele pasar desapercibido en su obra, el concepto de socialismo práctico o de elementos de socialismo práctico.14 La idea de que puede haber un tipo de socialismo en acto nos parece clave porque introduce unas dimensiones fundamentales del socialismo: la dimensión societal y relacional, la que remite a la autogestión y al autogobierno popular. Además, la idea del socialismo práctico puede considerarse altamente compatible con la idea universal del socialismo. Nos parecía muy atractiva esa idea del socialismo práctico. Nosotros, además, de algún modo, estábamos cerca de experiencias que tenían algo de socialismo práctico.

Seguel: en el movimiento de trabajadores desocupados…

Mazzeo: exactamente. Pero no solo allí. Había otros espacios. Nos parecía que pensar el socialismo como un proyecto de dimensiones universales era mucho más factible si se partía de los elementos del socialismo práctico; es decir, era posible pensar la transición a un sistema poscapitalista o socialista, si uno partía de esos elementos a veces difusos, a veces vagos, de socialismo en acto.
Se trata de pensar el socialismo con un principio más societal –valga la redundancia– que político. Algo que no suele ocurrir, porque los usos de la vieja izquierda tienden a ser más politicistas e ideológicistas. Lo que reivindicábamos hace quince años era un principio societal, la idea de pensar la política emancipatoria con un fundamento social, algo tan sencillo y tan básico como eso. Seguimos reivindicando lo mismo, ahora un poco más a contramano, por lo menos en Argentina.

Recuerdo que los compañeros y las compañeras decían que la política, como la naturaleza, aborrece al vacío. Había un rechazo visceral a todo tipo de construcción y praxis política superestructural. En argentina de la década del noventa había una cultura política muy superestructural, muy estado-céntrica y delegativa, mas centrada en de lucha de aparatos que en la lucha de clases; una cultura política que, lamentablemente, ha retornado en los últimos tiempos. La consigna del poder popular no dejaba de ser una reacción frente a esa idea de la política superestructural, estado-céntrica y delegativa. Una reacción a la política como gestión. Los compañeros y las compañeras sabían decir que la política estaba en otra parte y que debía ser una práctica cotidiana, de todos y todas. Una práctica ajena a toda profesionalización o experticia, una práctica integral.

Una franja del activismo de izquierda asumió la tarea constante y permanente de romper la escisión entre dirigentes y dirigidos. El poder popular también tiene que ver con eso. El poder popular tiende a romper esa escisión omnipresente en las izquierdas y en las iglesias. Por un lado los poseedores de la doctrina, los poseedores de saberes teóricos, los administrados del ritual (los dirigentes) y por el otro los legos, pasivos y receptores (dirigidos). Nosotros creíamos que el poder popular solamente podía construirse si se rompía con esa escisión entre dirigentes y dirigidos, entre conocedores y legos. Yo sigo pensando igual.

Seguel: La búsqueda que se inicia no es una búsqueda individual, sino que una búsqueda colectiva en el marco de una militancia política. Sobre todo, con un sentido de urgencia de buscarle la proyección a la experiencia de los trabajadores desocupados en el contexto del 2001. ¿Qué rol crees tú que juega, en ese sentido, la generación de inteligencia colectiva y de un marco de reflexión colectiva que posibilita estas formalizaciones? Porque en el fondo yo creo que algunos trabajos de los compañeros del Frente Popular Darío Santillán, reflejan un momento en el que se formaliza un aprendizaje que es colectivo en el contexto de una organización.

Mazzeo: absolutamente, es así, es así. Más allá de que nuestros trabajos aparecen con una firma, con un nombre y un apellido, son el resultado de la sistematización de una experiencia y un debate que fueron colectivos. Sus insumos fueron las luchas y las movilizaciones, las asambleas, los plenarios, las reuniones de las mesas y de las distintas áreas, los talleres de formación, los ámbitos cotidianos; en fin, los ámbitos de una praxis colectiva. Ese saber político, su lenguaje y su mística correspondientes, se elaboraron de manera colectiva. Sin dudas, se trató de una de las escasas oportunidades históricas en las que me ha tocado participar de un proceso de gestación de saberes políticos colectivos. Saberes políticos colectivos que, aunque un tanto devaluados en la política argentina actual, no dejan de ser patrimonio del pueblo argentino. Esa devaluación, tal vez, sea responsabilidad de una parte del activismo (nuestra, por supuesto) por no haber encontrado las formas más adecuadas de administrar y re-actualizar esos saberes. De todos modos yo creo que será muy difícil construir en el futuro una fuerza emancipadora, ignorando todo ese bagaje de sabiduría política plebeya y popular.

Creo que también había en un sector de la militancia popular una necesidad de conformar un campo identitario. Eso lo pienso ahora, a la distancia. Entiendo que la generación militante y el espacio político que emergen de las luchas sociales en torno de la rebelión popular de 2001, y que luego se sentirán contenidos en el Frente Popular Darío Santillán y en el más extenso y difuso campo de la izquierda independiente, se sabían distintos y ajenos al espectro político tradicional. Entonces querían saldar cuentas con la izquierda dogmática, con la izquierda eurocéntrica, con la izquierda unidimensional, pero también con otras tradiciones políticas, como el nacionalismo revolucionario o el peronismo de izquierda. Entonces, en esa necesidad de delimitar un campo identitario, se fue conformando ese pensamiento de la izquierda independiente, en debate con viejas culturas políticas pero sin dejar de asumir algunas herencias.

Seguel: entrando un poco más en fino en lo que correspondería al poder popular en términos de las reflexiones que ustedes han dado, sería interesante que partiéramos con un tema que sin duda es imprescindible al momento de entrarle al poder popular y se refiere a la cuestión del poder y de lo popular. Específicamente, me gustaría preguntarte respecto de la composición de lo popular. Porque, por ejemplo, uno puede observar que las trasformaciones que se generan en las relaciones salariales, las trasformaciones que se van generando en los sistemas de estratificación social, en las clases sociales, van modificando el contenido de lo popular, los espacios en los que se produce el sujeto. Me imagino que ustedes han afrontado esto, porque no deja de ser un asunto menor el confrontar a la tradición marxista que nos plantea que la construcción de la fuerza social se genera en torno al proletariado industrial y que de su seno debe surgir una organización que la represente. Pero hoy en días esa relación se modifica un poco, en el contexto de expansión de los servicios sociales en desmedro de las actividades más industriales, de precarización y flexibilización de las relaciones de trabajo, de retroceso y modificación de las relaciones en el agro. ¿Cómo fue entonces que ustedes comprendieron lo popular y de ahí la creación de un tipo de poder específico que estamos denominando como poder popular?

Mazzeo: Al inicio de este proceso de recomposición del campo popular en Argentina, a mediados de los noventa, aparece el debate respecto del sujeto y muchos compañeros y compañeras, y amplios sectores de la izquierda dogmática, sostenían que el sujeto seguía siendo el sujeto clásico, compuesto por la clase trabajadora industrial, por el proletariado. Nosotros veíamos que, dado los cambios que habían tenido lugar en Argentina y en el mundo, esa concepción debía cuestionarse o complejizarse al menos un poco. En líneas generales, la clase trabajadora industrial –por obra y gracia del desarrollo desigual y combinado, entre otras cosas– no había sido el sujeto protagónico en la historia de Nuestra América.

En el caso de Argentina, sin dudas por su historia particular, esta clase sí supo tener centralidad estratégica, pero esa condición se había modificado sustancialmente, a partir de la última dictadura militar y, sobre todo, durante la década del noventa, como consecuencia de la aplicación de las políticas neoliberales. La vieja izquierda insistía en que nuestras concepciones reivindicaban al lumpen proletariado, o lo que en la cultura política italiana se llamó los “lazzaroni”.15

Nosotros entendíamos que los desocupados, los compañeros y compañeras de los barrios populares, eran parte de esa clase trabajadora, pero definida ahora en una forma mucho más extensa. Nosotros partíamos de sostener esto: la clase trabajadora industrial había perdido centralidad estratégica. Ya no se parecía a clase obrera de las décadas del sesenta y el setenta. Esta idea mecánica de la centralidad estratégica de la clase trabajadora industrial llevó a la vieja izquierda a cometer errores bastante importantes.

Para referirnos a la pérdida de centralidad estratégica de la clase trabajadora industrial utilizábamos otra definición, menos dura y más descriptiva políticamente: “la pérdida de su capacidad para dinamizar el conjunto de las luchas populares”. Y ahí veíamos a otros sujetos que comenzaban a tener mayor preponderancia. Entonces, como un elemento importante de nuestra definición mínima del poder popular, decíamos que el sujeto popular debía ser pensado como un sujeto plural. Por supuesto, en esa pluralidad no va en contra del carácter clasista del sujeto. Obviamente ese sujeto plural integra a la clase que vive de su trabajo (que ya bastante heterogénea de por sí), a la que apenas vive de su trabajo y a la clase expulsada del trabajo: proletariado, precariado y pobretariado.16 Por supuesto que ese sujeto no está integrado por los dueños de medios de producción, ni por los que gestionan a alto nivel los medios de producción. O sea, la burguesía está afuera y en contra. Por otra parte, convivíamos con ese sujeto y era demasiado evidente su condición diversa, plural, heterogénea.

Seguel: en la construcción cotidiana…

Mazzeo: Efectivamente. Ese sujeto estaba muy lejos de ser una clase homogénea. Existían compañeros y compañeras de la vieja izquierda que prácticamente sostenían que había que luchar para conseguir trabajo formal para todos y todas y así recomponer la sociedad salarial y, junto con ella, al sujeto tradicional para hacer posible una política socialista. Nosotros decíamos que eso era un determinismo absurdo, delirante.

La noción del sujeto popular plural fue una idea-fuerza asumida por este espacio de la izquierda independiente y que también sirvió para diferenciarla de la vieja izquierda. Esa idea aportó a la tarea de articular componentes de clase con componentes culturales, la clase social con la diferencia. Digo: en pleno auge de las narrativas posmodernas, había como una exaltación de la diferencia y no era nuestro caso; nosotros considerábamos la diferencia, pero la articulábamos con un componente de clase.

Al mismo tiempo comenzamos a asignarle una relevancia cada vez mayor al territorio, como relación social, como espacio de subjetivación y articulación del sujeto popular plural, como campo de la lucha de clases…

Seguel: en relación a eso, ¿cómo pensaban la organización? Si se enfrenta a una transformación de lo popular, al sujeto que va a conducir este proceso, ¿cómo estaban pensando la organización o cómo afrontaron esta tensión que se puede generar entre movimientos sociales diversos, heterogéneos, con una organización que apuesta a insertarse y que bien puede potenciar esa diferencia y generar cierto grado de unidad en torno a la lucha pero también puede hacer todo lo contrario?

Mazzeo: Esa tensión nunca se resolvió. Estuvo presente desde el principio y sigue siendo un problema. Recuerdo que nosotros decíamos que, si había organizaciones políticas participando en los espacios de los movimientos sociales y las organizaciones populares, lo que esas organizaciones políticas podían hacer, su mejor aporte, pasaba por politizar el colectivo y aportar recursos ideológicos, organizativos e identitarios. Es decir, la propuesta de meter toda la política en la base, nunca reservar la política para una elite. Hay una cultura política, prácticamente hegemónica y hasta diría transideológica, que alimenta las lógicas en las que la política queda reservada para una minoría mientras que las bases se dedican a otras tareas despolitizadas.

Nosotros planteábamos que lo mejor era asumirse como organizaciones biodegradables. Lo mejor que le podía pasar a una organización era disolverse en un colectivo más amplio. Por supuesto, después había necesidades concretas donde tenías que dar con formas organizativas que te permitieran resolver tareas puntuales y ahí es donde aparecen otros problemas.

Seguel: ¿qué tipo de problema específicamente?

Mazzeo: se puede estar en contra de cualquier forma de especialización específicamente política, pero las necesidades prácticas pueden llevan a asumir formas de especialización. Esas formas de especialización generan permanentes de hecho que, más temprano que tarde, hacen que se concentre poder decisorio en un núcleo, para peor, con un discurso antipolitico y sin ninguna posibilidad control.
Seguel: el problema del burocratismo que puede estar presente constantemente.

Mazzeo: lo interesante es que no surge de una conducta burocrática, una especie de ser burocrático inherente a los sujetos sino que, a veces, hay necesidades y situaciones concretas que indirectamente conducen a ciertos vicios burocráticos. Se puede pensar en una secuencia: la situación lógica de tener que resolver problemas puntuales, la conformación de grupos que se abocan esa tarea, la rutina que los convierte en especialistas y les permite acumular información y saberes, finalmente, los azares de la coyuntura hacen que esa tarea devenga estratégica, por lo tanto ese grupo aventaja al resto, se diferencia y comienza a concentrar poder. Se convierte en grupo dirigente y reedita la escisión entre dirigentes y dirigidos. Pero fueron las necesidades prácticas las que desencadenaron esa secuencia. Partamos de suponer que nadie pretendía concentrar poder en un núcleo, incluso todo lo contrario.

Luego, también existe la dificultad de sostener en el tiempo un tipo de militancia integral. Muchas veces los compañeros y las compañeras no pueden sostener en el tiempo un mismo grado de compromiso militante. El interés político y la predisposición a asumir compromisos militantes radicales, van de la mano de ciertas coyunturas de politización masiva. En los tiempos de reflujo los compañeros y las compañeras vuelven a su vida cotidiana, siguen militando pero en tareas que, de repente, tienen menos implicancias políticas, menos proyección política, y ahí es donde otra vez aparecen las elites, donde ciertos grupos empiezan a asumir roles dirigenciales. Esto lo señalo como una dificultad histórica general para los espacios de la izquierda independiente que se han propuesto modelos de organización alternativos.

Me gustaría agregar algo respecto de la concepción de la política de los compañeros y las compañeras que estructuraron su praxis en torno del concepto de poder popular. La política para ellos y para ellas supo ser concebida como apuesta. A diferencia de lo que ocurría con la vieja izquierda, para la cual la política siempre es la concreción de alguna verdad preestablecida. Para la vieja izquierda, la política siempre es la concreción de un plan preelaborado, la interpretación de un libreto que ya fue escrito por otros y otras. Sólo nos queda ser más o menos hábiles en la ejecución del plan y en la interpretación del libreto pero, finalmente, la política no es más eso, la concreción de una verdad prefabricada.
Esta concepción sirve además para entronizar núcleos de dirección y fomenta el elitismo. Nosotros confiamos en otros itinerarios, en un proceso de politización masivo y constante. Entendemos la política emancipatoria como apuesta, en realidad como “apuestas”, que deben formularse colectivamente y reactualizarse constantemente.

Seguel: me imagino que llegan a una concepción de la organización heterogénea, flexible.

Mazzeo: sí, una de las palabras más reiteradas en la discursividad del espacio de la izquierda independiente, en sus comienzos y respecto del tipo de organización fue, precisamente, “flexibilidad”. Se buscaba dar con un tipo de estructura organizativa flexible. Era necesario experimentar, no había un modelo que copiar. Se buscaba un tipo de estructura con responsabilidades rotativas, estructuras abiertas y democráticas; en fin, estructuras organizativas lo más alejadas posibles de la idea de un comité central.

Seguel: y, por ejemplo, ¿nociones de dirección colectiva?

Mazzeo: sí, la idea era gestar una organización democrática en su funcionamiento cotidiano. La idea siempre fue que el trazo grueso de la política se estableciera en los espacios de mayor participación, en los espacios más colectivos, más amplios. Una vez que el conjunto asume el trazo grueso, se supone que habrá menos dificultades en la implementación y ejecución descentralizada de las políticas. Para cuestiones puntuales y urgentes no podés, ni necesitás, hacer una asamblea. Porque también se presenta un tema de eficacia política. ¿Cómo conciliar esa eficacia con la democracia más profunda? Sigo pensando que la clave está en que las decisiones estratégicas se tomen colectiva y democráticamente. Luego, las decisiones más prácticas, más inmediatas, pueden recaer en colectivos o personas puntuales, para eso resulta fundamental generar estructuras organizativas basadas en la confianza y en soportes identitarios sólidos.

Cuando se piensa en estructuras organizativas tienden a surgir visiones extremas. Por una parte, una idea de la organización formal, pulcra, que funcione como un reloj a partir de los reglamentos, los organigramas y las sanciones. Por otra parte, una idea de la organización basada en la confianza y en la capacidad y la libre iniciativa de sus miembros. Los espacios de la izquierda independiente, en un comienzo, apostaron a las organizaciones basadas en la confianza. Puesto en una fórmula quedaría así: mayor democracia y participación en los trazos estratégicos y toda la confianza a la hora de las decisiones prácticas; y otro elemento fundamental para que esto funcione, la formación política de base. La formación política no como una instancia donde ciertos saberes políticos son socializados –eso también, por supuesto–. La formación política como la única forma de hacer factible la democracia de base. La única forma de que el conjunto de los compañeros y compañeras participen en las decisiones estratégicas. Una forma apta para romper con la escisión dirigentes-dirigidos. Tuvieron –tuvimos– éxitos y fracasos. El hecho de que una organización se funde en la confianza y en la identidad no es garantía de buen funcionamiento, aunque sigo pensando que son un punto de partida imprescindible.

Seguel: Claro, porque en última instancia una dirección es la acumulación de un saber específico…

Mazzeo: es saber, es información, es poder decisorio y capacidad de conducción política. Eso es una dirección. La idea es que sea lo más colectiva posible. Sobre todo si pensamos en un proceso de emancipación de las clases subalternas y oprimidas.

Seguel: y, por ejemplo, ¿los problemas sobre el alcance de la política? Me refiero a la tensión que se puede llegar a generar entre cierto nivel de universalización, en el sentido de tener que salir a disputar los términos de una política de incidencia nacional. Pero también, está esta necesidad de que la política tenga un fuerte anclaje hacia lo concreto, sectorial o territorial. Acá se me figura la tensión entre la universalización y la concreción. En el fondo, la tensión entre la construcción y la disputa de una política específica. En ese sentido ustedes cómo abordaron ese problema.

Mazzeo: ese problema sigue presente. Te diría que cada vez es más acuciante. Sobre todo porque para los espacios de la izquierda independiente, en una primera etapa, primó lo particular y lo universal estaba prácticamente vedado o abandonado. Pero a medida que se consolidaron los particulares y se percibió que tenían proyección, que eran potencialmente universalizables, que existían elementos que podían convertirse en el sostén de un proyecto social y político alternativo, se generó una enorme tensión.

Mientras no se sale de lo particular, cuando tu política es –digamos– el socialismo en un solo barrio, cuando tu horizonte no se aparta del corporativismo, el trayecto puede parecer apacible, aunque sea un trayecto que lleva a la autodisolución o a la integración sistémica. Pero cuando te das cuenta de que eso que estás construyendo tiene la posibilidad de proyectarse, de universalizarse, ya aparecen otros problemas.

También puede ocurrir que, por distintos factores históricos, los particulares pierdan fuerza y dejen de ser un lugar de enunciación legítimo de la política emancipatoria.

Seguel: Ya vimos la tensión entre movimientos sociales y organización, luego vimos la tensión entre universalización y particularidad. Sería interesante en ese contexto, referirnos a eventuales tensiones que se pueden ir generando entre formas de construcción de poder popular y formalizaciones en términos de organización con la institucionalidad. Cómo se piensa la construcción en ese contexto específico, en el cual una organización y los movimientos sociales salen a disputar la política nacional, pero también manteniendo la construcción en los barrios, en los liceos, en las universidades, en las fábricas.

Mazzeo: eso, de alguna manera, estaba presente en estas organizaciones. Hablo del Frente Popular Darío Santillán, que es la organización que conocí más directamente, y que deriva en buena medida de la experiencia de las corrientes autónomas del movimiento piquetero.

El movimiento piquetero se estructuró a partir de la lucha por planes de empleo. Esto planes eran obtenidos ejerciendo alguna forma de presión colectiva y organizada frente al Estado. Era el Estado el que otorgaba estos planes de empleo. Esto generó, en el comienzo, la idea de que era compatible mantener un proyecto de transformación radical de la sociedad, con una lucha social para obtener reformas, pero siempre con la clara conciencia de que no se trataba de una simple negociación con el Estado sino de una disputa política. También se pensaba que cualquier conquista, aunque parcial y transitoria, cobraba valor sí era parte de un proceso de lucha y un proyecto más amplio.

Desde un comienzo se planteó la importancia y la necesidad de acciones reivindicativas. Infinidad de acciones reivindicativas. De ningún modo eran consideradas incompatibles con una lucha en una escala más elevada. Conciente o inconcientemente asumíamos que la democracia es un campo contradictorio. Puede ser el campo del enemigo, un campo de integración sistémica, pero también puede ser un campo que nos permite tensionar al sistema, que nos permite luchar por más democracia, que nos permite los procesos de subjetivación popular.

Esa tensión entre lo reivindicativo y lo político, no creo que haya planteado tantas dificultades. Creo que fue la cuestión electoral fue la que planteó más inconvenientes. Porque no se dio con una forma de intervención en lo electoral que no implique aceptar las reglas del juego del sistema político. Una acción gremial, con objetivos más claros e inmediatos, donde los compañeros y las compañeras se organizan y luchan para conseguir algo, genera menos tensiones que la participación en el juego electoral. Porque el juego electoral te obliga, de cierta manera, a seguir ciertas reglas y eso sí generó muchas contradicciones en el espacio de la izquierda independiente. En buena medida esa cuestión generó una crisis que, en realidad, respondía a otros motivos más de fondo como la pérdida de arraigo territorial, la falta de desarrollo en el campo sindical y la pérdida de presencia en el movimiento estudiantil, etc. Es decir, la generación de un vacío al que, sabemos, aborrece la política emancipatoria. Es lo que señalaba recién, los particulares perdiendo fuerza y dejando de ser un lugar de enunciación legítimo de la política emancipatoria. Paralelamente el Estado, la política convencional, la política como gestión, la política delegativa, recuperaron terreno. La crisis llevó a la fragmentación del espacio de la izquierda independiente.

El ingreso al terreno electoral de los distintos fragmentos que componían el espacio de izquierda independiente, tiende a realizarse bajo el imperio de los modos que reproducen la política burguesa convencional. Aunque la experiencia militante acumulada se basó en prácticas bien alejadas de las lógicas de la política burguesa convencional, a la hora de asumir el juego electoral, lo primero que aflora es una fuerte tendencia reproducir esas lógicas. A aquellos grupos que pensaban que podían reinventar la política se les presenta el problema del fetichismo del poder. Desde mi punto de vista, de cara a un proyecto emancipatorio, la tensión principal se da entre la reinvención de la política y el fetichismo del poder. El Poder Popular es un concepto emparentado con la reinvención de la política emancipatoria, no tiene absolutamente nada que ver con el fetichismo del poder.

Seguel: según esta forma de comprender el conflicto no resuelto entre disputar y construir, que lugar le corresponde a la militancia integral, a una ética militante determinada. ¿Circula por ahí alguna manera de contener las tendencias hacia la burocratización? ¿Cómo se piensa eso? Me imagino que en parte las tensiones a las que nos estamos refiriendo fueron parte de las tensiones del Frente Popular Darío Santillán.

Mazzeo: Bueno, sí, como te decía, durante mucho tiempo estuvo presente la ida de una militancia integral. La idea de un militante alejado de la especialización, de la profesionalización de la política. Eso te remite a la figura del militante integral. Y a una situación en la que no existe una separación tajante entre la política y la vida cotidiana. Una de las grandes utopías de la izquierda independiente en sus etapas iniciales fue hacer que la política forme parte de lo cotidiano, que no sea un asunto de elites y expertos. En términos marxistas: hacer que las funciones separadas y concentradas del Estado, lo que usualmente se denomina política, sean absorbidas por la sociedad civil popular, preferentemente bajo algún formato comunal. En este sentido, la figura del militante más funcional es la del militante integral. Un militante organizador de la hegemonía, de la coerción, investigador, educador; en fin, la figura del “intelectual orgánico” o el “político crítico”. Claro, el proceso de producción de esta figura no resulta sencillo, porque la realidad, el sentido común imperante, nos conducen a otros sitios. La realidad del orden burgués genera división del trabajo, diferenciación, especialización. Lo político tiende a escindirse de lo cotidiano.

Seguel: Volviendo un poco a la relación entre tradición y elaboración, que siempre entendemos que está presente en el momento que nos planteamos el problema de la construcción. La política no nace foja cero. ¿Cómo inscribirían ustedes en la experiencia del Frente Popular Daría Santillán de la cultura montonera, de la cultura del errepé?17

Mazzeo: eso fue interesante, porque cuando emergen estas organizaciones, prácticamente en su prehistoria, se da toda una discusión sobre los setenta. En los noventa, en Argentina, comienzan a debatirse seriamente los setenta.
Podríamos decir que las organizaciones y movimientos que luego conforman el espacio de la izquierda independiente, nacen en el marco de un debate sobre la década de los setenta. No es casual. Siempre se va al pasado desde el presente. No existe una fuerza antigua que condicione nuestros pasos.

Más allá de los debates académicos, folklóricos y, por lo general, abstractos, en el marco de los movimientos sociales y las organizaciones populares tiene lugar una reivindicación en bloque de la lucha revolucionaria de los setenta. No hubo reivindicaciones retrospectivas puntuales por parte de los compañeros y las compañeras.

Además la mayoría eran muy jóvenes, y no vivieron esas experiencias. Si bien participaban del espacio compañeros y compañeras más grandes que habían militado en organizaciones revolucionarias de los sesenta y los setenta, no van a promover ninguna identificación retrospectiva. Insisto: se da una reivindicación en bloque de parte de estos movimientos, de la experiencia montonera, de la experiencia del errepé, de la experiencia de la FAP, la experiencia de los sindicatos clasistas, etc… Pero, fundamentalmente, la identificación histórica es con una tradición de lucha popular radical, con un pueblo en rebelión que gestó una pluralidad de organizaciones.

Lanús Oeste, Gran Buenos Aires. Argentina
Miércoles 6 de agosto de 2014.
Fuente: http://contrahegemoniaweb.com.ar/
Bibliografía de Miguel Mazzeo.
Libros.
1. Mazzeo, Miguel (2014). Introducción al poder popular. El sueño de una cosa. Santiago: Tiempo Robado editoras. (primera edición 2007)
2. _____________ (2014). Piqueteros. Breve historia de un movimiento popular argentino. Buenos Aires: Editorial Cuadrata del Incunable SLN. (primera edición de 2004)
3. _____________ (2014). Entre la reinvención de la política y el fetichismo del poder. Cavilaciones sobre la izquierda independiente argentina. Rosario: Puño y Letra ediciones.
4. _____________ (2014). ¿Qué (no) hacer? Apuntes para una crítica de los regímenes emancipatorios. Buenos Aires: Anarres. (primera edición 2005)
5. _____________ (2013). El socialismo enraizado. José Carlos Mariátegui: vigencia de su concepto de “socialismo práctico”, Lima: Fondo de Cultura Económica.
6. _____________ (2012). Conjurar a Babel. La nueva generación intelectual argentina a diez años de la rebelión popular de 2001. Bueno Aires: Editorial el Colectivo.
7. _____________ (2011). Poder Popular y nación. Notas sobre el bicentenario de la Revolución de Mayo. Buenos Aires: Editorial el Colectivo & Herramienta ediciones.
Capítulos de libros:
1. Miguel Mazzeo y Fernando Stratta (2014). “Introducción”. En Varios Autores, Reflexiones sobre el poder popular (pp. 17-28). Santiago: Tiempo Robado editoras (primera edición 2007)
2. Miguel Mazzeo (2015). “Poder Popular y memoria” En GESP (Coor.), Movimientos sociales y poder popular en Chile. Santiago: Tiempo Robado editoras.
3. _____________ (2013). “Requisitos estratégicos”. En Varios Autores, socialismo desde abajo (pp. 83-94). Buenos Aires: Ediciones Herramienta
4. _____________ (2009). Los “elementos del socialismo práctico”: un concepto necesario para pensar el socialismo del siglo XXI. A propósito de la vigencia de José Carlos Mariátegui y la actualidad de los Siete Ensayos de interpretación de la realidad peruana. En Varios Autores, Vigencia de J.C. Mariátegui. Ensayos sobre su pensamiento (pp. 49-66).Buenos Aires: Dialektik.
5. ____________ (2008). “La globalización neolibral. Algunas definiciones generales”. En Varios Autores, Historia Argentina Contemporánea. Buenos Aires: Dialektik.
1 Entre las organizaciones políticas de la izquierda argentina es el Partido Revolucionario de los Trabajadores-Ejército Revolucionario del Pueblo (PRT-ERP) la que dio mayor desarrollo a esta orientación estratégica. Según el historiador Sebastián Leiva, en torno a la noción de Poder Obrero y Popular se conjugaron una concepción estratégica de Guerra Popular Prolongada, cercana a la experiencia China, con un modelo de complejo partidario propio de la experiencia vietnamita (la concepción de Pueblo en Armas de Vo Nguyen Giap), bajo una conceptualización de dualidad de poder. Véase: Leiva, Sebastián. Revolución socialista y poder popular. Los casos del MIR y PRT-ERP 1970-1976. Concepción: Escaparate ediciones, 2010. Así también lo ratifican historiadores argentinos. Véase: De Santis, Daniel. “El único camino hasta el poder obrero y el socialismo”, La historia del PRT-ERP por sus protagonistas. Buenos Aires: a formar filas editora guevarista, 2010, pp. 97-121. Mattini, Luis. Hombres y mujeres del PRT-ERP. La Plata: De la campana, 1996. Pozzi, Pablo. Partido Revolucionario de los Trabajadores-ERP. Concepción: Escaparate, 2013.
2 Mazzeo, Miguel. Piqueteros. Breve historia de un movimiento popular argentino. Buenos Aires: Editorial Cuadrata del Incunable, 2014.
3 Gutiérrez, Gustavo. Teología de la Liberación. Perspectivas. Salamanca: Ediciones sígueme, 1975. Gutiérrez, Gustavo. La fuerza histórica de los pobres. Lima: CEP, 1979.
4 Dussel, Enrique. Caminos de liberación latinoamericana I: Interpretación histórico-teológica de nuestro continente latinoamericano. Buenos Aires: Latinoamericana, 1972. Dussel, Enrique. Caminos de liberación latinoamericana II: teología de la liberación y ética. Buenos Aires: Latinoamericana, 1974.
5 Dri, Rubén. La revolución de las asambleas. Buenos Aires: Diaporía, 2006. Dri, Rubén. Movimientos sociales: la emergencia del nuevo espíritu. Buenos Aires: Ediciones Nuevos Tiempos, 2008. Dri, Rubén. Racionalidad, sujeto, poder. Buenos Aires: Biblos, 2002.
6 Para una profundización de la relación entre el componente quliástico y la diakonia en la construcción política, véase: Mazzeo, Miguel. “Poder popular, utopía y teología de la liberación”, Introducción al poder popular. El sueño de una cosa. Santiago: Tiempo Robado Editoras, 2014, pp. 165-223.
7 Para profundizar la relación entre el mandar obedeciendo y la construcción de poder popular, véase: Ernst, Ricardo. “Notas sobre un ejercicio de poder popular en América Latina. El EZLN y su mandar obedeciendo”, en GESP (coor.). Movimientos Sociales y Poder Popular en Chile. Santiago: Tiempo Robado Editoras, 2015.
8 Mazzeo, Miguel. “La revolución Bolivariana y el poder popular”. Introducción al poder popular. El sueño de una cosa. Santiago: Tiempo Robado Editoras, 2014, pp. 243-275. Zendejas, Diego. “Poder Popular, la vía bolivariana al socialismo. Los Consejos Comunales: entre autonomía y subordinación”, Estudios Latinoamericanos, Nueva Época, no. 34, Julio-Diciembre, 2014, pp.137-164. Es necesario además señalar la importancia de la noción de poder popular en el desarrollo del estado cubano desde la década de 1970. Véase: Flordelisio Coll, Mariana. Poder Popular y autogobierno en Cuba. La revolución desde el municipio. México: ITACA, 2007.
9 Para profundizar sobre la importancia del concepto de praxis en el desarrollo del marxismo latinoamericano, véase: Sánchez Vásquez, Adolfo. De Marx al marxismo en América Latina, México: ITACA, 2011.
10 Vease: Fals Borda, Orlando. Ciencia, compromiso y cambio social. Buenos Aires: Editorial el Colectivo, 2013.
11 Véase: James, Daniel. Resistencia e integración. El peronismo y la clase trabajadora argentina. Buenos Aires: Siglo XXI editores, 2010. Guillispie, Richard. Soldados de Perón. Historia crítica sobre los montoneros. Buenos Aires: Sudamericana, 2011.
12 Para una revisión en extenso de las coordinadoras interfabriles en Argentina. Véase: Werner, Ruth y Aguirre, Facundo. Insurgencia obrera en la Argentina. Clasismo, coordinadoras interfabriles y estrategias de la izquierda. Buenos Aires: Ediciones IPS, 2007.
13 Para un panorama de la guerrilla marxista en Argentina: Santucho, Julio. Los últimos guevaristas. La guerrilla marxista en la Argentina. Buenos Aires: Byblos, 1994.
14 Véase: Mazzeo, Miguel. “No violentar la realidad, artificios no: la noción de elementos de socialismo práctico. Algunos de sus significados e implicancias teóricas y políticas”, El socialismo enraizado. José Carlos Mariátegui: vigencia de su concepto de “socialismo práctico”, Lima: Fondo de Cultura Económica, 2013, pp. 233-292.
15 Marx se identifica a los lazzaroni dentro de la categoría del lumpen proletariado en el 18 de brumario de Luis Bonaparte. En la edición de la Fundación Federico Engels, se aclara el concepto de Lazzaroni utilizado por Marx, señaladno “Lazzaroni: sobrenombre que se daba en Italia al lumpemproletariado, elementos desclasados. Los lazzaroni fueron utilizados reiteradas veces por los medios monárquico reaccionarios en la lucha contra el movimiento liberal y democrático”. Nota al pie de página número 80. Marx, Karl. Dieciocho de brumario de Luis Bonaparte. Madrid: Fundación Federico Engels, 2003, p. 64.
16 Para una ampliación de la heterogeneidad de actores que compones las clases subalternas latinoamericanas que viven de su trabajo, véase: Antunes, Ricardo. ¿Adiós al trabajo? Ensayo sobre la metamorfosis y rol central del mundo del trabajo. Buenos Aires: Ediciones Herramienta, 2003. Antunes, Ricardo. Los sentidos del trabajo. Buenos Aires: Ediciones Herramienta, 2013.
17 Me refiero a la cultura política del PRT-ERP.

“Hay que aprovechar todas las contradicciones posibles y concentrar la mira en la oligarquía”: Entrevista a Marta Harnecker

“Hay que aprovechar todas las contradicciones posibles y concentrar la mira en la oligarquía”: Entrevista a Marta Harnecker
20/03/2015
Miguel Carmona, Vicente Medel y Nicolás Slachevsky

A fines del año pasado Marta Harnecker estuvo en Chile presentando su último libro, Un Mundo a Construir: Nuevos Caminos. El libro, publicado en Chile por Lom Ediciones, se empezó a escribir un mes después del fallecimiento de Hugo Chávez, y muchas de las ideas que se exponen en él están relacionadas con su pensamiento y con la idea de un socialismo propiamente latinoamericano del siglo XXI.

Marta Harnecker, con más de 75 años y 86 libros en su haber, fue formada en Francia por Louis Althusser, y ha tenido, a su vez, un rol fundamental en la formación militante en Latinoamérica desde los años 70 hasta nuestros días, teniendo como hito la escritura de los Cuadernos de Educación Popular publicados durante la Unidad Popular. Habiendo nacido en Chile, parte al exilio con la dictadura, y participa en lo seguido de diversas experiencias socialistas en América Latina. Del año 2002 al 2006 es cercana asesora del presidente Chávez.

La entrevista, a propósito de su último libro, la realizamos en casa de su hermana, donde se hospeda durante sus días en Chile. Si bien es reacia a pronunciarse sobre la realidad local, habla con entusiasmo y optimismo de la actualidad de los procesos latinoamericanos, y en todo momento saca a relucir su ímpetu pedagógico en su modo de presentar las coyunturas y sacar sus conclusiones políticas. De esta manera nos va mostrando, de manera crítica, que el rol intelectual dentro del proyecto revolucionario, si bien es importante, es uno de los tantos trabajos necesarios para poder articular el instrumento político necesario. Así, el trabajo intelectual junto con el trabajo técnico y el conocimiento histórico de los procesos políticos se conjugan en un instrumento político administrado por el pueblo, constituido para generar espacios de organización y autogobierno.

Perspectivas Latinoamericanas.

Carcaj: El título de tu último libro, que viene de ser publicado, pone inmediatamente en el tapete la novedad de los procesos actuales que se están dando en América Latina. Sin embargo, es innegable que ha habido una cierta continuidad en la vigencia de los proyectos emancipadores latinoamericanos (y aún dentro los gobiernos más de punta en estas transformaciones hay personeros que vienen de esos caminos anteriores, como Álvaro García Linera, en Bolivia, por ejemplo, quien hizo parte de experiencias guerrilleras anteriores, etc.). En ese sentido, nos surge la pregunta por dónde ves tú la continuidad, y dónde la ruptura, que identifica la novedad de estos nuevos caminos.

Marta Harnecker: Yo te diría que la diferencia es sobre todo en cuanto a la forma, aunque también en cuanto a proyecto. Porque, claro, primero nosotros nos proponíamos el socialismo como ahora, pero en ese momento, teníamos una visión del socialismo como una sociedad fundamentalmente igualitaria, de justicia social, en el que todos y todas (aunque entonces solo decíamos todos) gozasen de la riqueza social; y entendíamos que para eso se requería un Estado, fuerte en un comienzo, que destruyese el Estado burgués, tomase en sus manos los medios de producción, planificase la economía centralmente, evitando la anarquía capitalista, y por supuesto suprimiese la pobreza, etc. Bueno, todo eso, que era un ideal, se materializó fundamentalmente en el proyecto socialista soviético, que era el que nosotros teníamos como faro; pero en él hubo una cantidad de deformaciones.

En primer lugar, la visión que en ese momento había del Partido, el partido revolucionario, el Partido Bolchevique, como un partido dueño de la verdad, que por lo tanto conducía el Estado (de hecho se transformó en partido de Estado), y que desde arriba resolvía los problemas de la gente, porque sabía lo que había que hacer. Pero lo que ocurrió de ese modo es que la planificación se volvió en una planificación burocrática; que algunos por allá arriba planificaban, y los consumidores, digamos, los que gozaban de los bienes de esa planificación, muchas veces no se sentían identificados con lo que se estaba ofreciendo.

Entonces el socialismo, la meta nuestra de hoy en día, es muy diferente. Tiene, por supuesto, lo primero: la justicia social, el que todos y todas gocen de la riqueza social, etc… Pero se entiende como un socialismo que tiene que ser construido con la gente, porque es una democracia radical. Y en las democracias radicales, para ser realmente democracias, tiene que ser el pueblo el que construya, el que gobierne. Entonces, el tema de la participación popular es central, cuestión que antes no lo era. Y esa es una de las autocríticas que yo más hago; yo misma en ese momento no difundí este socialismo.

Y luego, esta reflexión se plasma también en una forma de llegar al poder que es diferente. Porque en el pasado, las experiencias históricas del socialismo han sido fundamentalmente experiencias guerrilleras, o más bien experiencias armadas, que han surgido o de guerras imperialistas, interimperialistas, o de guerras civiles… Y luego, claro, hubo la innovación que hace Cuba de la lucha guerrillera, pero siempre eran armados. Entonces, estos grupos armados que llegaban al poder, o ejércitos rojos, destruían el aparato de Estado, destruían lo heredero, y podían empezar a construir, si bien no de cero, algo bastante cercano de eso: un aparato de Estado distinto, relaciones de producción distintas, sistemas educacionales distintos, culturales, etc…

Hoy en día, para nosotros, el camino para llegar a esta meta de plena participación popular y pleno desarrollo humano que es justamente lo que estaba en Marx, la idea de la sociedad de los productores asociados, donde el hombre se transformaba a sí mismo transformando sus circunstancias, y donde no se trataba de aplicar la ley burguesa, sino de que cada uno recibiese de acuerdo a sus necesidades, y aportase a la sociedad de acuerdo a sus capacidades, ese objetivo, que es el que nosotros nos proponemos, tiene que ser alcanzado a través de la vía institucional. Y si nuestro caminar es a través de esta vía, tenemos que empezar, como primer paso, por cambiar las reglas del juego institucional.

Ese es un poco el camino de hoy. Un camino al cual hay que acercarse teniendo gobiernos progresistas o gobiernos de izquierda que preparen las condiciones; porque muchas veces esos gobiernos llegan con correlaciones de fuerza demasiado estrechas que no les permiten tener amplias mayorías para ganar procesos constituyentes. Entonces, tampoco es cuestión de poner la tarea de la constituyente como el primer paso en los casos en que se puede llegar al gobierno y desde el gobierno aunar fuerzas para ganar procesos constituyentes.

Pero bueno, el tema de la constituyente para mi es esencial. Y yo digo que este socialismo democrático por la vía institucional, se inició con Allende: el primer socialista del siglo XXI fue Allende, en el siglo XX, que se propuso un proyecto de transito democrático, por lo tanto lento, y que no fue comprendido por los sectores más tradicionales de la izquierda. Creo que Arrate es el que dice: “éramos demasiado ortodoxos para la visión heterodoxa que tenía Allende del proyecto”. Y bueno, esto significa que el proceso es mucho más lento, que tú tienes que ir ganando los pasos que hay que dar por vía democrática.

Carcaj: En tu libro está presente la idea que América Latina cumple hoy, a nivel global, un lugar de punta, como una suerte de vanguardia de las nuevas perspectivas socialistas, ahí donde en Europa, por ejemplo, la mayoría de los gobiernos son de tendencia liberal, y la contestación a estos, se produce desde movimientos de carácter trasnacional pero menos fuertes localmente. ¿Qué perspectivas ves que abre a nivel global este nuevo camino latinoamericano?

MH: Bueno, si tú vas a eventos internacionales o visitas otros países te das cuenta de que todo el mundo está mirando a América latina. ¿Por qué? Porque, como yo te decía, nosotros, durante muchos años, sabíamos más lo que no queríamos del socialismo que lo que queríamos. Y hoy día se está viendo en América Latina que hay experiencias exitosas de avances hacia esa nueva sociedad. En Europa, en Asia o África, ellos están todavía en la situación de resistencia al neoliberalismo… y entonces a veces hay multitudes en las calles que quieren cambios pero que no ven cambios, y mirando a América Latina dicen: bueno, ahí están pasando cosas muy interesantes. Y de hecho, yo creo que Chávez es más popular en esos países que en América Latina. Quizás porque los medios de comunicación han transmitido menos hacia allá, deformando las propuestas de Chávez, que acá, donde, por supuesto, EEUU y las trasnacionales de la información han deformado completamente el proceso. Pero cuando la gente tiene oportunidad de ver u oír las propuestas de Chávez se entusiasma. Entonces, sí, yo creo que somos, diríamos, la vanguardia. Aunque el término de vanguardia… porque claro,están estas vanguardias que en realidad no eran vanguardias, que no tenían retaguardia. Pero bueno, estamos entre los más avanzados en ese tránsito hacia esta nueva sociedad.
Carcaj: A propósito de los medios de comunicación…. Si bien es evidente dónde están los intereses de los grandes grupos de prensa que se han ocupado de denunciar el “caudillismo” de los presidentes de la izquierda latinoamericana, pareciera no obstante ser real una fuerte dependencia de estos procesos hacia los líderes como Evo, o en su momento Chávez, y en el caso de éste último, por ejemplo, su muerte provocó de inmediato una situación de inestabilidad. A nuestro parecer esto supone un problema táctico. ¿Cómo lo ves tú?
MH: Mira, los líderes en nuestros procesos son fundamentales. ¿Por qué? Porque hemos sufrido una estrategia de fragmentación del movimiento popular y de todos los sectores: sujeto social, partidos, etc., de parte del neoliberalismo. Y a este capitalismo neoliberal no le importa que crezcan muchos grupos, porque como dice el historiador Hobsbawm, minorías no hacen mayorías. ¿Y qué es lo que más temen las fuerzas conservadoras de nuestros procesos? Es la organización popular, la unidad. Entonces, hay una estrategia de fragmentación, de distintas maneras: desde las maneras objetivas del proceso de producción en el que se fragmenta la clase obrera, se transforma a unos en contratados, otros en subcontratados, a otros en desempleados, etc., hasta en la promoción de formas indirectas de surgimiento de grupos organizados. Y ahí no importa que haya muchos grupos. Tú podrías decir, porqué no importa que hayan muchos grupos: y bueno, porque no hay peligro donde hay muchos grupos que no se organizan. Y tanto mejor para ellos si estos se enfrentan los unos a los otros. Ustedes lo están viviendo, y eso es triste en Chile. Yo creo que uno de los problemas para avanzar es ese constante surgimiento de nuevos grupos, donde cada uno piensa que va a ser Él grupo. Y bueno, el enemigo mira feliz este tipo de cosas. Entonces, se necesitan líderes para ser aglutinadores de estos procesos, es decir, convocantes y organizadores de un esfuerzo común. Ahora bien, estos líderes tienen que tener claro que su paso es circunstancial, que ellos mismo tienen que ir creando las condiciones para desaparecer. Hay otra imagen que Chávez ponía sobre el líder, para decir que estos líderes no surgen porque surgió una persona carismática, que surgen porque hubo una realidad social que hizo que una figura surgiera. El decía, y creo que en esto repetía a Bolívar: “soy como una débil paja que lleva el huracán”. O sea, los horrores del neoliberalismo, que causaron mayor pobreza, mayor contraste entre ricos y pobres, mayor destrucción de la naturaleza, desempleo, etc., produjeron un estado de ánimo en la gente, en los pueblos, de resistencia y luego de lucha. Y estos líderes surgen de eso, de esa persistencia y de esos movimientos… aunque muchas veces, en los momentos en que se vota y hay elección, esos movimientos no están de auge. Pero esa memoria histórica de las luchas se conserva. Por eso que esa es para mí la explicación del liderazgo.
Ese líder sin embargo, tiene que tener una relación no populista con el pueblo. Porque hay líderes populistas y líderes revolucionarios, y muchas veces se ha hablado de que Chávez y todos estos gobiernos son populistas. ¿Por qué? porque hay dos cosas que son comunes a los populistas y los revolucionarios: que tienen una gran capacidad de relacionarse con el pueblo, y que resuelven problemas fundamentales del pueblo. Esas son cosas comunes. Pero luego son diferentes, porque el líder populista usa al pueblo, y lo hace para crecer él, mientras que el líder revolucionario trata de, a través de este proceso, hacer que el pueblo crezca, que el pueblo se vaya desarrollando y convirtiendo en protagonista, y no en simples receptos de regalos desde arriba. En esto yo siempre pongo el ejemplo de Chávez: cuando él iba por Venezuela (y a mi muchas veces me tocó ir con él), cuando él iba, tu veías que mucha gente se le acercaba con papelitos para pedirle cosas. Porque la cultura paternalista, la cultura de la demanda, estaba en Venezuela y está en muchos otros países. Y entonces Chávez, ¿qué hacia? Por ejemplo, un campesino se le acercaba y le decía “Ay presidente, necesito un camioncito para sacar las cosas al mercado”. Ahí Chávez no le decía: “oye mira, ponte en la lista, le voy a decir a mi gente que te dé el camioncito”. Él decía: “mira, ¿Cuánta gente hay a tu lado que tiene esa misma circunstancia, otros campesinos?”, “Bueno, hay varios”. Entonces él decía: “organícense en una cooperativa, y cuando ya estén organizados, entonces van a tal lugar y van a tratar de conseguir el camión”. Es decir, siempre trataba Chávez de fortalecer el poder popular. Y en eso consistían los consejos comunales, que son estas organizaciones territoriales, de 300 o 400 familias, en el campo de 20 a 150; Chávez planteaba darles recursos, pero solo del modo siguiente: organícense, hagan un plan de trabajo, vean cuales son las prioridades dentro de ese plan de desarrollo de la comunidad, y presentan el proyecto. Y solo entonces se le darán los recursos.
Carcaj: El libro está principalmente enfocado a los nuevos caminos que se abren a partir de los gobiernos de izquierda que se han consolidado en el continente, acompañados en la mayoría de los casos por fuertes movimientos sociales o populares. Ahora bien, en el caso de países como Chile, donde no hay perspectivas de gobierno desde los movimientos sociales existentes, ¿qué estrategias se pueden pensar a partir de estos mismos movimientos, sobre todo en contextos en que el gobierno, cuando las demandas son fuertes, parece tener cierta capacidad de cooptarlas?
MH: Bueno, yo puedo decirles más o menos lo que hicieron en el caso de Bolivia, que es el más paradigmático, y también Ecuador. El asunto es que cuando surgen estos movimientos campesinos indígenas, que no habían nunca estado en el escenario político antes, surgen como movimientos, en el caso de Bolivia particularmente, de federaciones campesinas, es decir de formas más bien sindical de luchas campesinas. O sea que eran movimentistas, movimientos sociales en lucha. Pero prontamente ellos entienden la limitación del movimiento social aislado de lo político, es decir de la lucha por el poder. Porque entienden que es necesario pasar de la lucha reivindicativa, corporativa de sus movimientos, a una lucha por propuestas nacionales… Y eso es lo que hace que las luchas que llevaban en su momento, la lucha por el gas, o por el agua, no sean luchas gremiales, sino luchas que lograron convocar a toda la sociedad. Entonces, en la lucha misma va surgiendo la necesidad de un salto a las conquistas generales. Por eso, pasar de las conquistas corporativas a las conquistas generales es fundamental. Pero para consolidar esa visión, necesitas crear un instrumento político. Y eso lo entienden ellos: que para la lucha por el poder se necesita tener un instrumento que te permita consolidar esa visión de sociedad. Entonces crean el MAS, y en el caso de Ecuador el Pachakutik. Y ahí llevan a Evo de candidato, a diputado primero, y luego de candidato a presidente muy rápidamente. Entonces, tener un instrumento político es fundamental como estrategia. Digo instrumento porque a mí no me gusta hablar de partido: puede ser tanto un partido como un movimiento, puede ser un frente, depende de las circunstancias.
En todo caso, lo primero es que hay que unificar al movimiento. Y ahí es donde a mí me da pena saber que habiendo estado tan unidos los estudiantes chilenos en las grandes movilizaciones, lo que vuelve a verse es el afán hegemónico, sectario, etc., por el que empiezan a dividirse en lugar de consolidar esos avances.Cuando yo vine hace 2 años y entrevisté a Boric y a otros compas de los autonomistas, ellos decían: “necesitamos un espacio donde podamos dialogar, sentarnos a pensar juntos, largamente, qué hacer”. Parece que ese “sentarse juntos”, y aunque me puedo equivocar en esto,no se ha dado. Sentarse, pero no pensando en fuerzas y en alianzas para elecciones, sino en proyectos: qué vamos a hacer, cuál es nuestra estrategia. O sea, ir creando, quizás, las bases de un nuevo instrumento. Por supuesto que el instrumento político que queremos construir tiene que ser completamente distinto a los viejos instrumentos. Y esta cuestión, que el movimiento estudiantil chileno reivindica tanto, que es que los delegados estén directamente controlados por la base, es por eso fundamental. Porque las desviaciones son históricas. Y el poder corrompe, eso es cierto. Entonces hay que tener una vigilancia del movimiento hacia las personas que cumplen funciones delegadas. En cuanto a la estrategia de construcción misma, y yo diría que ahí Carlos Ruíz tiene un papel importante en la reflexión, el tema va en juntarse a construir los centros de alumno, juntarse a construir un municipio distinto, etc. Esa construcción territorial, y no puramente de debate intelectual, es también fundamental para avanzar. Aunque también les decía que es importante juntarse en una mesa a pensar, porque justamente el instrumento político es el que tiene que levantar el programa. El programa no surge de la mera movilización de la gente que tiene más bien intereses corporativos. El programa político tiene que juntar en grandes objetivos los intereses de todos estos movimientos. Entonces, para hacer un programa en el mundo de hoy, que no es estar cultivando una papa con la lluvia, tienes que tener conocimientos técnicos, tienes que conocer la historia de otros procesos, aprender de esos procesos, etc. Y se requiere también un trabajo intelectual por supuesto.
Luego, a nivel general del país, pero eso se aplica a cualquier nivel, hay que elaborar una plataforma de lucha para la crisis, o para la situación concreta. A veces elaboramos programas teóricos bonitos, pero tenemos que saber cuáles son los objetivos más sentidos por el pueblo, y concentrarnos en esos objetivos. Y así aglutinar a todo el mundo que se pueda en esos objetivos. Para la plataforma de lucha en un país en crisis, digamos, a nivel nacional. Ahí, en eso, lo que nosotros planteamos en ese librito, es que pueden caber sectores de la pequeña y mediana burguesía, porque hay que entender que en este mundo globalizado y trasnacionalizado, los pequeños propietarios, y los medianos, están afectados por los grandes. Tenemos que aprovechar esas contradicciones, todas las contradicciones posibles, y concentrar la mira en las trasnacionales, la oligarquía. Aquí no se usa ni está presente el concepto de oligarquía como en otros países. En Venezuela era clarísimo, pero aquí ha habido un retroceso. En un momento en la época de Allende éramos uno de los países que tenía menos diferencia entre los ricos y los pobres. Ahora estamos entre los que tienen más diferencia. Hay que ver qué significa eso.
Pedagogía revolucionaria.
Carcaj: Siguiendo con Allende, para cambiar un poco el tema. Tuviste durante los años setenta un rol importante en la formación de los militantes que en América Latina se involucraban en la lucha política ¿cómo evalúas la experiencia ocurrida en esos años?
MH: Mi tema fue la formación política. Eso es lo que yo sé ¿cómo llegamos nosotros a hacer lo que hicimos? Bueno, yo trabajé en la universidad, y fue terrible porque era tildada de reformista por considerar que el gobierno de Allende era entonces la forma de transitar al socialismo que teníamos. Había muchos sectores de la izquierda que planteaban que lo que había que hacer era destruir el Estado burgués, y que la Unidad Popular no servía para nada; es decir, lo que había ahí era un poco la política del MIR, que no entendió que no había fuerzas para expropiar todas las empresas y se puso a expropiar pequeñas empresas, con lo cual la estrategia de Allende, que era mantener un amplio bloque de apoyo social donde también estaban los pequeños empresarios, etc., se rompió. Entonces yo tenía en la universidad este problema. Y vivía un constante ataque ideológico.
Cuando entramos al Partido Socialista nosotros tuvimos, después de ganar Allende, la responsabilidad de formar a la gente, y entonces empezamos a crear escuelas de formación para obreros y campesinos. En ese momento las industrias estatizadas del área social permitían a sus trabajadores, sin perder el salario, ir a formarse. Entonces se iban una semana, y en Rancagua hacíamos las escuelas. Ahí, primero, me di cuenta de la diferencia que suponía formar obreros y campesinos; que ellos estaban ahí con la necesidad de aplicar inmediatamente en sus luchas, y no para decir que el otro era reformista, o más revolucionario, etc. Entonces, la experiencia era fundamental: partir de la historia, y antes que de la historia de la situación política. Es decir, la primera intención que nosotros teníamos era que empezaran a ver qué representan los actores políticos. Qué intereses representan. Antes de hablarles de clases y antes de hablarles de conceptos teóricos, partir de lo que ellos ven, de la coyuntura política. Yo siempre pienso que de ahí, de lo más concreto, uno puede empezar a decir “bueno, pero estos grupos ¿por qué están unidos así?”, y ahí empiezas a explicar el concepto de clase, y de las clase empiezas a explicar el sistema productivo que crea las clases, etc. Ir de esa manera. En las experiencias que nosotros tuvimos, para que la tomen en cuenta, la primera cosa que hicimos fue hacer unas pequeñas cartillitas, porque la derecha decía que Allende iba a quitar la libertad, la propiedad, que no era una democracia, etc. Entonces hicimos 3 cartillitas,¿Libertad para Quién?, ¿Democracia para Quién?, y Medios de Producción y Medios de Consumo, para que la gente sepa que no es lo mismo tener un refrigerador que tener una fábrica. Las cartillitas eran pequeñitas, y unos dibujantes, Palomo y su equipo, empezaron a ponerle muñequitos. Y una vez que yo voy a una fábrica, los compas me dicen “compañera, por favor, no somos niñitos, no queremos muñequitos, queremos libritos”. Entonces ahí empezamos a hacer la colección de libros de los Cuadernos de Educación Popular. Esos cuadernos supimos que habían sido reproducidos en muchos países de América Latina, y llegaron a Angola incluso, increíble, a lugares así. Y también en Holanda hubo un grupo que lo tradujo al holandés. Los italianos, en los sindicatos, que les dieron horas de trabajo libre para estudiar, los tradujeron al italiano. Bueno, hubo una difusión. ¿Por qué? Porque por desgracia los intelectuales muchas veces no logran comunicar sus ideas a la gente. Y más bien, te diría yo, hay una especie de creencia en que mientras más complicados son los textos que escriben, más importantes son ellos. Entonces es poca la gente que se dedica a la pedagogía.
Carcaj: Bueno, para finalizar, una pregunta respecto a un tema que ha salido a lo largo de toda la entrevista, que es el rol del intelectual. La llegada del intelectual a las bases aparentemente ya no es la misma que la que tenía en los años 70, ¿Cómo ves tú la importancia y el rol del intelectual en la actualidad?
MH: Bueno, una cosa es el deber ser y lo que se es, ¿no? Yo creo que hay intelectuales muy ligados a los movimientos sociales, a los sectores populares y hay otros que están mucho más en la academia. Y que los de la academia tienen grandes problemas para entender los procesos que estamos viviendo hoy, y de hecho en el caso de Bolivia y en el caso de Venezuela ha habido una cierta marginación de los intelectuales. En el caso venezolano, por ejemplo, al comienzo la izquierda tradicional no entendió el proceso. Porque ¿cómo iba a ser revolucionario un proceso de un militar que no tenía un partido? Entonces fue descalificado. ¿Cuándo empezó la izquierda (y no sólo en América Latina sino también en el mundo) a darse cuenta que ahí había algo que había que seguir? Fue cuando le dieron el golpe de estado a Chávez. Entonces la gente dijo, bueno, una práctica contrarrevolucionaria, para que haya eso tiene que haber una revolución, porque sino no se da este tipo de cosas. Matus, un intelectual chileno que nos hacía leer Chávez, dice que hay siempre un problema entre los políticos que gobiernan y los intelectuales, porque el intelectual ve los matices de las cosas; no entiende las correlaciones de fuerza y entonces quiere aplicar sus ideas, que son más puras, porque la realidad es mucho más impura digamos, y empieza a criticar, y ahí empieza a separarse. Por eso yo creo que los gobernantes deben tener una especial política hacia los intelectuales para involucrarlos, porque lo que pasa también es que no se los involucra, y si se los deja afuera la cosa empeora. Hay que involucrar al intelectual, decirle mira, estas ideas tuyas, a ver, sugiéreme cosas concretas, a ver qué hago: qué hago para no extraer el petróleo en el Yasuni, tengo esta situación financiera, tengo esta cantidad de pobreza, bueno qué hago, etc… Entonces, también es fundamental el contacto del intelectual con la gente, con el pueblo; no quedarse en la academia sino vivir, convivir con los sectores populares. Eso ayuda muchísimo. Y hay que hacer este tipo de cosas. Yo creo mucho en lo de los chinos, cuando ellos mandaban a sus cuadros a la base, o sea, dirigentes del partido que tenían que pasar un tiempo viviendo en el campo y trabajando en la fábrica. Esas son cosas que ayudan muchísimo a evitar este tipo de intelectualismo. Pero por supuesto también que se necesita lo que Tito Marín llamaba el conocimiento indirecto y el directo. Y el indirecto lo tienen los llamados intelectuales, que tienen que llegar a ser intelectuales orgánicos. Y ahí yo te diría que no me siento intelectual, aunque me califican de intelectual. Pero bueno, mi aporte ha sido mucho mejor en este momento no siendo militante de ningún partido. No quiero decir que los intelectuales no militen, sino que yo he tenido la oportunidad, por razones históricas, por mis libros (porque de hecho yo milité) de ser puente, puente porque todos me leen. Yo siempre he tratado de conservarme, por eso no quiero pronunciarme sobre realidades concretas donde hay disputas, yo prefiero decir “estas son las ideas que tengo sobre estas cosas, ustedes interprétenlas”. Porque yo quiero seguir siendo puente entre las distintas corrientes.
Fuente: http://www.carcaj.cl/

CEM reproduce Programa General del Partido Comunista de El Salvador (1964)

SAN SALVADOR, 8 de abril de 2015 (SDIEP) “Todavía hoy, medio siglo después, el Programa General del PCS, aprobado por su V Congreso en marzo de 1964, constituye políticamente el programa histórico más avanzado de la izquierda salvadoreña…”afirmó Roberto Pineda, Coordinador del Centro de Estudios Marxistas “Sarbelio Navarrete.”

Añadió que “como CEM nos sentimos muy alegres y orgullosos en reproducirlo para conocimiento de las nuevas generaciones de revolucionarios salvadoreños y como un homenaje al 85 aniversario de fundación del PCS y 35 de las Fuerzas Armadas de Liberación, FAL.”

Agregó que en este documento del PCS se indica como metas finales las de “la implantación de la sociedad socialista, en la que desaparecerá la explotación del hombre por el hombre, y la construcción ulterior del comunismo, en el que desaparecerán por completo y para siempre, las diferencias económicas y sociales, las clases sociales mismas y toda forma de opresión.”

El Programa General del PCS, de 18 páginas, considera que “El Salvador es un país donde se desarrolla el capitalismo conservando fuertes remanentes feudales y dentro del deformador marco de la dependencia económica respecto de los países capitalistas desarrollados, en primer lugar los Estados Unidos.”

Estima que “para que la lucha anti feudal y antiimperialista sea verdaderamente democrática y verdaderamente revolucionaria, para garantizar que la revolución saldrá adelante en el cumplimiento de sus grandes tareas y que no capitulará en ningún momento por entendimientos con el imperialismo yanqui o la oligarquía interna, el papel de vanguardia debe ser ejercido por el proletariado. Esta es ahora la clase más numerosa en nuestro país y es además la mas consecuentemente revolucionaria porque sus intereses concuerdan, más que los de ninguna otra clase, con los intereses generales de la sociedad, y pugna por una transformación mucho más avanzada y completa: la transformación socialista.”

“Fueron estas ideas las que estuvieron a la base de los sueños, sacrificios y luchas de incontables revolucionarios que a lo largo de 90 años, desde la creación de los primeros círculos marxistas en 1925, en el movimiento obrero salvadoreño entregaron sus vidas por un El salvador Socialista…” concluyó Pineda.

PROYECTO DE PROGRAMA GENERAL (1964)

PROYECTO DE PROGRAMA GENERAL
DOCUMENTOS APROBADOS

NOTA

Por acuerdo del Quinto Congreso (MARZO DE 1964) , el presente Programa General del Partido fue aprobado como Proyecto del Congreso.

Entre las razones que se tuvo en cuenta para aprobarlo en dicho
Sentido se hallan las siguientes:
1ª) Que el proyecto de Programa General debe ser enriquecido con análisis más profundo e investigaciones exhaustivas en la medida de lo posible; y
2ª.) Que el documento es de interés no solo para el Partido, sino que también para todas las fuerzas progresistas, de las cuales es importante conocer su opinión.

En tal forma, y por mandato del Quinto Congreso, el presente documento queda sometido a la discusión dentro de nuestro Partido; y el mismo será distribuido en forma amplia y ordenada entre el pueblo a fin de compulsar su opinión.

La aprobación de este Proyecto en forma definitiva, se hará en el Sexto Congreso ordinario de nuestro Partido o, si se considera necesario, en un Congreso Extraordinario que, al efecto, se convoque.

PROYECTO DE PROGRAMA GENERAL DEL
PARTIDO COMUNISTA DE EL SALVADOR

INTRODUCCION

Las metas finales del Partido Comunista de El Salvador son: la implantación de la sociedad socialista, en la que desaparecerá la explotación del hombre por el hombre; y la construcción ulterior del comunismo, en el que desaparecerán por completo y para siempre, las diferencias económicas y sociales, las clases sociales mismas y toda forma de opresión.

Antes de precisar el programa que el PCS propone aquí para la actual etapa de la revolución, conviene examinar las características fundamentales de la presente situación nacional.

1.- El Salvador es un país donde se desarrolla el capitalismo conservando fuertes remanentes feudales y dentro del deformador marco de la dependencia económica respecto de los países capitalistas desarrollados, en primer lugar los Estados Unidos.

El desarrollo del capitalismo en este país, que se produce en las condiciones propias de la fase imperialista del capitalismo mundial, si bien ha traído la elevación de la técnica, el incremento de las vías de comunicación y la formación del mercado interno, también ha ocasionado una gran deformación de la economía nacional en su conjunto, imponiéndole un desarrollo unilateral, hacia la exportación de materias primas agrícolas, un incremento industrial lento y orientado a la transformación de materias primas importadas, la mayor penetración del capital monopolista yanqui y con ello una mayor dependencia, el estancamiento de numerosas ramas enteras de la producción agropecuaria e industrial, la miseria lindante con la muerte por hambre
Para la mayoría de la población, y la consolidación de numerosos remanentes feudales en el campo y la ciudad.

Mientras se produce un desarrollo veloz en algunas ramas de la producción, como en el caso del algodón, otras inclusive entran en franco proceso de liquidación, como en el caso de la ganadería. El desarrollo industrial se encuentra entrabado por el miserable nivel de vida que depara a las masas la tremenda explotación que sufren y por las limitaciones y el rumbo, inconvenientes en país , que le impone el capital imperialista norteamericano, los intereses de la oligarquía interna y la dependencia económica en general.
Como resultado de todo esto, la economía nacional crece a un ritmo inferior al del crecimiento de la población, y anualmente llegan a la edad de trabajo miles de jóvenes sin que la mayoría pueda encontrar colocación.

El nuestro es, por todos estos rasgos, un país semi-feudal, semi-colonial y con un desarrollo capitalista deforme.

2.- El proceso de desarrollo del capitalismo tiene sus antecedentes en el incremento del cultivo del añil durante la Colonia, como una producción destinada a la exportación. Este cultivo constituyó hasta finales del siglo pasado el renglón principal de la producción mercantil, y en él fue donde aparecieron primero las relaciones de salario. Al iniciarse el cultivo y la exportación del café a mediados del siglo XIX, el desarrollo del capitalismo tomo una mayor extensión y velocidad.

El cultivo capitalista del café se desarrolló como resultado de los factores siguientes:
a) La liquidación de las formas colectivas de propiedad sobre la tierra que aún subsistían (comunidades indígenas y ejidos), y el surgimiento del monopolio privado sobre la tierra.

b) La formación de una gran masa de trabajadores desposeídos de todo medio de producción, con su fuerza de trabajo para vender por un salario, como único medio de subsistencia, y

c) La inversión en ese cultivo de importantes capitales monetarios originados en el negocio del cultivo y exportación del añil, que con la eliminación de impuestos gravosos y trabas para su libre comercio con Europa que la independencia trajo consigo, se convirtió en una actividad muy lucrativa.
También se invirtieron en el café capitales provenientes de la malversación de los fondos público.

3.- De acuerdo a los datos del Censo Agropecuario de 1961, solamente 2058 unidades de explotación agrícola que constituyen apenas el 0.92 % de todas, abarcaban 1,031.735 manzanas, el 46.27% de toda la tierra. Entre tanto, 175,615 pequeñas explotaciones de menos de 4.28 manzanas, es decir el 78.30% de todas, abarcaban solamente 245,853.87 manzanas, apenas el 11.03% de toda la tierra. En los hechos dos o mas explotaciones grandes o pequeñas pertenecen a un mismo terrateniente, por lo que, según cálculos realistas, no más de mil grandes terratenientes son dueños de las dos terceras partes del territorio agrícola nacional, es decir, de cerca de un millón y medio de manzanas.
La formación del monopolio de la tierra ha sido al mismo tiempo un proceso de proletarización de las masas campesinas. Los campesinos despojados fueron transformados en parceleros arrendatarios o colonos, solo en una medida muy pequeña.
La inmensa mayoría fueron convertidos en braceros para el cultivo y recolección del café y más tarde para el algodón y la caña de azúcar.
El desarrollo del capitalismo y proletarización de las masas rurales recibió un gran impulso con el cultivo del algodón. El cultivo del café, por ser de carácter permanente y precisar, por tanto, de inversiones importantes en la tierra misma, necesitaba de la propiedad privada sobre la tierra. Pero al desarrollarse el cultivo del algodón, cuyo ciclo vegetativo es de un año, se extendió el arrendamiento capitalista de la tierra.

4.- El desarrollo del capitalismo en la agricultura ha provocado el incremento de la producción mercantil y la extensión de las relaciones de salario en las ciudades.
Los talleres artesanales se fueron transformando en empresas capitalistas que laboran con un personal asalariado y cuya producción se realiza íntegramente con destino a la compra-venta, utilizando además materias primas adquiridas en el mercado, en su mayor parte importadas. Tomó así gran impulso durante algunos decenios, de manera especial, la producción artesanal de calzado, de pan y de ropa. El desarrollo reciente de la industria fabril ha puesto en liquidación a miles de talleres, incrementando la proletarización en las ciudades y el arribo a ellas de masas de trabajadores procedentes del campo.

Este proceso de aparecimiento y desarrollo del capitalismo se ha producido y se produce actualmente, conservando todo lo que del feudalismo es compatible con la explotación capitalista.

En las haciendas y fincas cafetaleras, algodoneras y cañeras, que son las de mayor desarrollo capitalista, se conservan celosamente la relaciones de trabajo propias del feudalismo, en las que las masas trabajadoras se encuentran carentes de derechos (en primer lugar del derecho a la libre organización), obligadas a distintas formas de trabajo gratuito y sometidas a una intensa y permanente intimidación y represión. Por otra parte en esas haciendas y fincas se combina el pago del salario en dinero con el pago en especie (comida), las medidas modernas con las arbitrarias medidas feudales, lo mismo que se combina el trabajo asalariado libre con el sistema de colonos y mozo-colonos.

En la parte de la agricultura que no está dedicada a producir para la exportación, predominan los remanentes del feudalismo, tanto en los instrumentos y técnicas de trabajo (arado de madera, tracción animal, ausencia de abonos e insecticidas, etc.), como en las relaciones de producción (la colonia, el pequeño arrendamiento, la propiedad campesina minifundista, etc.). Las relaciones de salario y en general de compraventa se han extendido también en esta parte, pero aun son minoritarias.

En la producción manual y fabril se conservan también fuertes residuos feudales, tanto en lo que se refiere a las fuerzas productivas (herramientas, procedimientos técnicos, etc.) como en las relaciones de producción. En este último terreno se destacan la limitación de la legislación laboral, la exclusión de los trabajadores ¨ a domicilio¨ y domésticos de gran parte de las conquistas laborales, y distintas formas de trabajo gratuito que subsisten en talleres y fábricas.

5.- El desarrollo del capitalismo ligado a la producción de materias primas agrícolas para la exportación ha empujado a nuestra agricultura por el camino del monocultivo.
Los renglones destinados a la exportación concentran las mejores tierras, las mejores vías de comunicación, los mejores implementos y técnicas, el volumen principal de los créditos, la mayor parte de la actividad del Estado hacia la agricultura, etc. Lo peor y más raquítico de todo esto prevalece en el resto de la producción agropecuaria.
El desarrollo del capitalismo en estas condiciones nos ha hecho mas dependientes que antes , ha reforzado nuestra condición de apéndice agrario de los países capitalistas industriales.
La producción de alimentos ha sido la primera en sufrir las consecuencias de la deformación mono cultivista. Nuestra población crece constantemente, mientras la producción alimenticia disminuye o se mantiene estancada.

6.- La acumulación y concentración de capital en el cultivo y la exportación de café , determinó la formación, entre los monopolistas de la tierra, de una pequeña capa de grandes exportadores, compradores monopolistas internos de la cosecha y habilitadoras de crédito a los medianos y pequeños finqueros. Estos grandes exportadores se convirtieron en los grandes importadores de mercancías industriales para abastecer al mercado interno.
En estos negocios acumularon enormes capitales que les permitieron mas tarde organizar un sistema bancario y de empresas aseguradoras de su propiedad.
El control sobre el sistema bancario dio a esta pequeña capa el control monopolista de enormes sumas de dinero, en la forma de depósitos a la vista y a plazo, procedentes no solo de las ganancias de los demás capitalistas sino incluso de una parte de los salarios y sueldos. En otras palabras, este puñado de multimillonarios adquirió el control monopolista de los recursos financieros del país. En le transcurso de ese proceso, fue además invirtiendo capitales en la creación de grandes empresasindustriales, las más de las veces para elaborar materias primas importadas y en conexión con sus negocios de importación.
A esta pequeña capa de multimillonarios monopolistas de la tierra, del comercio exterior, de las finanzas y de la gran industria, es a la que se ha dado en llamarlos ¨14 grandes¨ , la denominación es grafica y por ello muy útil.

7.- Por lo que se refiere a su economía, El Salvador no ha sido nunca verdaderamente independiente. Después de independizarse de España, en 1821, la nación fue cayendo en una situación de dependencia respecto de Inglaterra, y más recientemente de Estados Unidos. El sometimiento por el imperialismo norteamericano se intensifica en los últimos treinta años, y sobre todo a raíz de la segunda guerra mundial. En la actualidad esta dominación tiende a la destrucción de todo vestigio de independencia nacional y a la conversión de El Salvador en una completa colonia de los Estados Unidos.
En nombre de la llamada ¨Alianza para el progreso¨, programa que ha sido trazado con la pretensión de salirle al paso al proceso revolucionario de los pueblos latinoamericanos y que se acompaña de la mayor penetración del capital inversionista yanqui en nuestros países, está en marcha acelerada la subyugación completa de esta nación .la ¨ayuda¨ que representa la mencionada Alianza no impulsa en modo alguno el desarrollo del país ni puede conducir a la solución de los graves problemas nacionales, sino al contrario sirve solamente para que la tiranía militar pueda desarrollar alguna demagogia social y para comprometer aún más la economía y la soberanía Salvadoreña.

En grandes trazos, el cuadro actual del sometimiento de nuestro país por el imperialismo yanqui, se presenta así:
a) La economía Salvadoreña, por estar amoldad a los intereses de los monopolios norteamericanos y no a las necesidades de nuestro pueblo, sufre una deformación profunda.
b) En el comercio exterior, los Estados Unidos controlan un 36% de nuestras importaciones, y adquieren un 34% de nuestras exportaciones (año 1962) , a lo cual se agrega que compran nuestros productos a precios cada vez más bajos y nos venden cada día mas caro, además de que traban deliberadamente el comercio con los países socialistas, resultando de todo ello que los términos del intercambio internacional representan una carga cada vez más gravosa para la economía nacional.
c) Las inversiones directas yanquis aumentan rápidamente y se concentran en renglones fundamentales de la economía nacional, empresas de transporte marítimo, aéreo y ferroviario; empresas de electricidad, puertos marítimos, refinerías y agencias de distribución de derivados del petróleo; y un numero creciente de empresas de comercio y de la industria de transformación (cigarrillos, café soluble, pinturas, etc.).
d) Los empréstitos usurarios concedidos por instituciones ¨financieras norteamericanas¨ constituyen una larga y pesada cadena para el país.

La dominación imperialista de los Estados Unidos se manifiesta así mismo, atreves de los siguientes hechos:

a) Numerosas misiones ¨técnicas¨ yanquis de todo tipo actúan libremente en el país y penetran las mas diversas dependencias civiles, policiacas y militares del Estado Salvadoreño, al mismo tiempo que diferentes instituciones estatales son descentralizadas para quedar sometidas al control y dirección creciente de agencias yanquis.
b) La política crediticia y la política tributaria del gobierno salvadoreño están directamente dictadas desde Washington.
c) La interna influencia ideológica del imperialismo se produce atreves del cine , las noticias y diversas secciones de los periódicos, la radio, la televisión, la música , los libros, revistas y otros elementos, y tiene por resultado deformar la mente y el espíritu de grandes sectores de la población en los que impulsa la desesperación, la disipación, los vicios y el crimen, y en general tiende a la destrucción de la cultura nacional y del espíritu patriótico popular.
d) Posiciones claves de las fuerzas armadas se encuentran en manos de agentes directos de la Agencia Central de Inteligencia de los Estados Unidos, y el imperialismo fomenta la armamentizacion del país, lleva a esto a la competencia armamentista con otros países vecinos, alienta las tendencias militaristas internas, y trata de embarcar a la Fuerzas Armadas en agresiones directas contra Cuba y otros pueblos que pugnan por su liberación.
e) La embajada salvadoreña en Washington se encargo de recibir y transmitir las instrucciones del departamento de estado y la Embajada yanqui en San Salvador estos muchas veces por encima de lapropia autoridad del presidente de la Republica. Toda la política exterior de El Salvador y su voto en los organismos internacionales no responden al interés de nuestra nación sino que siguen servilmente los dictados de Washington y hacen el juego en toda su amplitud a la línea de provocación y de guerra del imperialismo yanqui.

8.- Al entrar en el proceso de industrialización, los ¨14 grandes ¨ salvadoreños se emparentaron con los monopolistas yanquis en la inversión conjunta de capitales para crear las llamadas ´ empresas mixtas ¨ , y de la mano con ellos han impulsado la formación del mercado común Centroamericano y los planes llamados de Integración Económica de Centroamérica . Ambos planes (el mercado común y la integración) persiguen un mayor mercado para la industria de transformación y ampliar el campo para la inversión de capitales en las condiciones más provechosas.

En esta forma se ha incrementado enormemente la penetración del capital imperialista yanqui en nuestro país. Las inversiones directas de capital norteamericano han aumentado, según datos oficiales, de 16 millones de colones en 1953 67 millones en 1962, aunque seguramente estas cifras no expresan toda la realidad.

Los imperialistas yanquis sacan desde luego, la mayor tajada en su asociación con los multimillonarios salvadoreños y centroamericanos. Los hacen correr con la cuenta de algunas reformas sociales demagógicas. Obtienen un trato privilegiado en materia de impuestos. Al mismo tiempo los monopolistas yanquis manipulan los precios de las materias primas y de producción nacional y le causan así también un golpe a sus ¨aliados¨ millonarios criollos.

9.- Todo el proceso de desarrollo de la economía nacional ha producido grandes transformaciones en la composición de clase de nuestra población.

Las clases mas numerosa en nuestro país hoy día es la de los asalariados, al proletariado rural y urbano. Según datos del Censo de Población de 1961, de 806,590 personas que forman nuestra población económicamente activa, 540.080 son asalariados y solamente 15.100 son patronos.
Entre los asalariados 305.810 son rurales y entre los patronos 8.970 se dedican a la agricultura.

Al lado de las dos clases propias del capitalismo ( empresarios capitalistas y asalariados), se conservan en el campo los grandes terratenientes, que forman unas cuantas centenas; y los campesinos minifundistas que laboran parcelas propias o ajenas sin contratar mano de obra, o solamente contando con la ayuda de familiares.
Según el mismo censo de Población de 1961, estos campesinos ( o ¨trabajadores por cuenta propia ¨ como les llama el lenguaje estadístico) son 111.530 y los trabajadores familiares que les ayudan 58.880.

También en las ciudades hay al lado de las clases fundamentales del capitalismo 63.470 ¨trabajadores por cuenta propia¨ , es decir, propietarios de pequeños talleres y comercios, ayudados por 5.210 familiares. De estos pequeños propietarios 28.500 lo son de talleres y 27.930 se dedican al comercio menudo. Los demás se encuentran en el transporte y en diversos servicios.

Entre los patronos existe una capa mediana, formada en el campo principalmente por finqueros del café y algodoneros medianos, que soportan distintas formas de extorsión por parte de los grandes terratenientes , de grandes capitalistas nacionales y de los monopolios yanquis; pagan altos cánones de arrendamiento por la tierra ( esto es sobre todo para el caso de los algodoneros), pagan altos intereses por los créditos , los cuales además obtienen con dificultad, ven impotentes reducidas los precios de sus cosechas y reciben por ellas precios inferiores a los del mercado mundial ( sobre todo en el caso de los finqueros del café ), y compran a precios elevados los aperos, abonos e insecticidas importados.

En las ciudades los medianos capitalistas son por lo general propietarios de medianos talleres y comercios. Igual que los del campo, soportan dificultades en materia de crédito y pagan elevados intereses y compran a precios altos las materias primas y en general las mercancías, que son en su mayor parte importadas.

Gran parte de las ganancias que los medianos capitalistas extraen al trabajo de los asalariados va a dar a manos de los grandes terratenientes y propietarios de edificios y viviendas, en la forma de cánones de arrendamiento, o a manos de los grandes capitalistas nacionales y extranjeros, en la forma de intereses bancarios o usurarios, o en la forma de súper ganancia comercial en el negocio de la exportación y la importación.

Todo ello redunda en un nivel miserable de los salarios. Sobre todo de los salarios en el campo.

Los grandes terratenientes y la alta burguesía monopolista de la Banca, del comercio de exportación e importación y de la gran industria, integran la oligarquía interna, y el grupo más rico y poderoso de esta oligarquía está formado por los llamados ¨ 14 grandes ¨.

10.- En nuestro país han surgido poderosas e impetuosas fuerzas productivas nuevas, capaces de transformarlo completamente, capaces de proporcionarle a su población un alto nivel de vida material y cultural. Somos un pueblo cuya inmensa mayoría está constituida por trabajadores de la ciudad y el campo, que han asimilado en grado apreciable la técnica moderna y que están en condiciones de hacer rápidos progresos en este terreno, pero que al mismo tiempo se mantienen en la miseria y el atraso cultural.

Que es lo que impide que el desarrollo sea completo y armónico, que nuestro pueblo trabajador disfrute de un elevado nivel de vida, que la cultura florezca? Lo que impide todo esto es la condición semi colonial y semi-feudal de nuestro país, y los interesados en mantenerlo así son los imperialistas yanquis y la oligarquía interna que es su aliada. Son ellos los que obtienen jugosas ganancias explotando a nuestro pueblo, son ello los grandes negociantes del monocultivo, son ellos los que sacan provecho de la subsistencia de remanentes feudales, son ellos los que se conjugan en las empresas mixtas para explotar el mercado centroamericano.

Las masas asalariadas, los campesinos, los pequeños propietarios de la ciudad y el campo, los medianos capitalistas urbanos y rurales, unos mas que otros , soportan la explotación , la opresión y la extorsión de los imperialistas yanquis y de la oligarquía interna. Todas esas clases y capas tienen interés en el progreso del país, ganarían enormemente con su desarrollo armónico y general.
El conflicto histórico principal de nuestro país es, por tanto, el que existe entre los intereses del imperialismo yanqui y la oligarquía interna, por una parte, y los intereses de la nación, por la otra. Hay que destacar, además, que el aspecto principal de ese conflicto principal de la contraposición entre el imperialismo y la mayoría de la nación , de suerte que en ciertas cuestiones y en determinados momentos inclusive los ¨14 grandes¨ pueden situarse, y de hecho se sitúan , en el bando contra el imperialismo, por sus contribuciones con éste.

Por lo demás, las contradicciones en el seno de las clases gobernantes se agravan porque el camino que el imperialismo propicia no es el camino que lleva a la solución de los problemas nacionales, sino a su empeoramiento. Se agravan las contradicciones entre el imperialismo y sus aliados; entre los mismos aliados del imperialismo; entre el pueblo y sus opresores. En una palabra, el camino del imperialismo determina la agudización de todas las contradicciones, y la complicación de sus diversos problemas económicos y políticos del país.

11.- De 1958 a 1962, el país sufrió una crisis económica cíclica, principalmente como consecuencia de la baja de los precios del café en el mercado internacional, fenómeno que a su vez se debió a la superproducción del café en escala mundial y a las maniobras de especulación por parte de los monopoliosnorteamericanos.
En el segundo semestre de 1963 se registró ya francamente una reanimación de la actividad económica, manifestada en diferentes renglones de la industria y el comercio, esto a pesar de que los precios del café mantenían una tendencia a la baja hasta fines de 1963. Si en esta ocasión ha sido posible absorber y compensar al pueblo de la superproducción cafetera, entrando a la fase de la reanimación en el ciclo económico, se ha debido a tres factores principales: el desarrollo de la producción algodonera, el incremento de la deuda publica externa y de las inversiones directas norteamericanas, y el aumento de la exportación de camarón de azúcar. El análisis de estos mismos factores demuestra que el país no ha salido de la crisis resolviendo los problemas producidos por el desarrollo unilateral de la agricultura y la dependencia del imperialismo yanqui, sino reforzando todos los rasgos negativos de la economía nacional. Esta depende más ahora del comercio internacional, está por tanto más expuesta a las repercusiones del ciclo del capitalismo mundial , y además soporta la carga mucho más pesada de las deudas con los Estados Unidos y de las inversiones directas mayores de los monopolios del mismo país.

En otras palabras, el camino por el que el país está saliendo de la crisis no es un camino de liberación nacional, sino de sometimiento mayor al imperialismo, al mismo tiempo es verdad que el proceso de la crisis y su salida ha forzado cambios que hacen más maduras las condiciones objetivas para la revolución, acrecientan sus fuerzas sociales y abren la perspectiva para una rápida maduración de las condiciones subjetivas.

12.- Hace más de treinta años, en 1931, ante el desarrollo del movimiento popular y del fermento revolucionario, frente al desorden administrativo del gobierno nacional, y en medio de la crisis mundial del capitalismo y el desarrollo de la lucha anti-imperialista en el Continente (Sandino peleaba en Nicaragua con las armas en la mano), la oligarquía interna se decidió por el implanta miento de una tiranía militar.

Se produce así, el 2 de Diciembre de aquel año, el golpe instala en el poder al General Maximiliano HernándezMartínez y a ello sigue inmediatamente un genocidio monstruoso: el asesinato de alrededor de 30 mil campesinos, que ponen los cimientos del nuevo régimen de terror. Desde entonces, el militarismo no ha abandonado el poder un solo día, y sus constantes métodos de represión solo se han suavizado en determinados momentos, cuando a ello han obligado las luchas de nuestro pueblo o las contradicciones internas del mismo régimen.

En estos tres decenios últimos –tres decenios de elecciones fraudulentas- han cambiado las figuras en el gobierno; pero la tiranía militar se ha mantenido la misma.
A Martínez siguieron Castañeda, Osorio, Lemus, Cardón, ahora Rivera, e intercaladas algunas juntas Militares para garantizar la continuidad del régimen.

Después de la caída de Lemus, tras un periodo de intensas lucha popular, el nuevo gobierno, con su actitud de respeto a ciertas libertades y por el incremento de la movilización popular, representó un motivo de preocupación para las fuerzas reaccionarias. Finalmente, los agentes del imperialismo, actuando abiertamente de la mano con miembros prominentes de la oligarquía criolla, promovieron el golpe del 25 de enero de 1961 y reinstauraron la irania militar. La camarilla golpista una vez más quitó al ejército la careta de la apoliticidad y legalidad, mostrándolo como un instrumento opresivo principal del imperialismo y de la oligarquía.

A raíz de ese golpe, el aparato del Estado, que anteriormente era el instrumento de opresión de la oligarquía sobre el pueblo, sometido, desde luego, al imperialismo yanqui ha pasado a ser compartido directamente por el mismo imperialismo, a través de sus propios agentes. Es propio decir, inclusive, que el aparato del Estado Salvadoreño está hoy en primer lugar al servicio de los intereses del imperialismo norteamericano.

13.- Sin resolver el conflicto histórico principal de nuestro país, antes descrito, no se podrán resolver completamente nuestros agobiantes problemas económicos, sociales y políticos , y la nación no podrá ser independiente de verdad. Esta tarea trascendental está confiada a la revolución. La revolución que corresponde a la presente etapa de nuestro desarrollo debe ser democrática por su esencia popular; anti-feudal por sus transformaciones económicas, y de liberación nacional por su contenido anti-imperialista.

Esta será una revolución de las grandes masas de población, para favorecer a las grandes mayorías de salvadoreños. Abogara con amplitud a todos los salvadoreños – civiles o militares- que sepan cumplir con su deber patriótico al lado de la lucha liberadora del pueblo. Los enemigos irreconciliables de la revolución serán el imperialismo yanqui, la minoría oligárquica parasitaria y los traidores que les sirven de instrumentos para la opresión, el pillaje y el crimen.

Las fuerzas motrices de esa revolución son los obreros, los campesinos, los pequeños propietarios de las ciudades, los capitalistas medianos de la ciudad y del campo, es decir , las clases sociales duramente afectadas por la política del imperialismo y de la oligarquía. Incluso algunos grandes capitalistas de pensamiento patriótico pueden formar en las filas revolucionarias.

Para que estas clases y capas sociales puedan combinar sus esfuerzos, concentrar sus golpes contra los enemigos comunes, será necesaria la construcción del Frente Democrático de Liberación Nacional. La construcción de este frente es una tarea central de la estrategia y la táctica en esta etapa de la revolución, y para hacerla posible nuestro partido empeña sus mejores esfuerzos.

La integración del Frente Democrático de Liberación Nacional, como la forma más consecuente de la unidad de todas las fuerzas progresistas y anti-imperialistas, será el resultado de un proceso de acciones comunes y esfuerzos unitarios concretos, y no de un solo acto definitivo. Consciente de su deber de contribuir a la construcción de este frente, el Partido Comunista de El Salvador está, por tanto, en favor de la concertación de alianzas amplias y de largo alcance, o de la realización de simples acciones comunes, incluso por determinado punto o por una demanda concreta y temporal, en la lucha contra el imperialismo y la oligarquía , y por la democracia.

14.- Esta revolución solo podrá ser realizada plenamente mediante la instauración de un Gobierno Democrático de Liberación Nacional que, bajo la hegemonía de la clase obrera, sea la expresión política de la alianza de las clases interesadas en el progreso y la liberación del país.

Para que la lucha anti feudal y antiimperialista sea verdaderamente democrática y verdaderamente revolucionaria, para garantizar que la revolución saldrá adelante en el cumplimiento de sus grandes tareas y que no capitulará en ningún momento por entendimientos con el imperialismo yanqui o la oligarquía interna, el papel de vanguardia debe ser ejercido por el proletariado. Esta es ahora la clase más numerosa en nuestro país y es además la mas consecuentemente revolucionaria porque sus intereses concuerdan, más que los de ninguna otra clase, con los intereses generales de la sociedad, y pugna por una transformación mucho mas avanzada y completa:
La transformación Socialista.

La hegemonía en la revolución la conquista el proletariado con sus acciones y organización de vanguardia, y el Partido Comunista de El Salvador se esfuerza, y se esforzará aun más, en que ello se cumpla plenamente en nuestro país.

Militantes de la instauración de un gobierno democrático de liberación nacional se forma en el país, como es posible, ningún otro gobierno de tendencias democráticas de nuestro partido mantendrá una posición de firme apoyo a todas sus bases anti feudales y anti-imperialistas, y a toda transformación que emprenda de acuerdo con el progreso del desarrollo nacional; y al mismo tiempo nuestro partido luchará con fuerza sin vacilación, contra todo intento de entrega al imperialismo y a la oligarquía .

15.- En esta etapa, nuestro partido se propone luchar tesonera y diariamente para armar la acumulación de fuerzas necesarias al triunfo de la revolución.

Por su propio fortalecimiento y el de todas las organizaciones revolucionarias y democráticas.
Por las libertades democráticas, contra todo atropello individual y colectivo de los derechos ciudadanos, contra las leyes antidemocráticas y de tendencias racistas , por la libertad de los reos políticos, y contra toda manifestación del régimen de tiranía.

Por la unidad sindical, por el cese de la intromisión del gobierno y el imperialismo en los sindicatos; por la democracia sindical ; por la ampliación y aplicación de los derechos laborales; por la ampliación de las prestaciones sociales y del seguro social; por la reforma de todo aspecto legal que vaya contra los intereses de los trabajadores; por el aumento de los salarios; contra la desocupación; contra el alto costo de la vida; contra la crisis económica que sufren las inmensas mayorías del pueblo.

Por el fortalecimiento de la alianza obrero-campesino; por la libertad de organización sindical de los trabajadores del campo; por mejores salarios; por mejores condiciones de trabajo; por la supresión de las relaciones sami feudales que sufren los asalariados del campo; por la extensión de los derechos laborales y sociales de los trabajadores agrícolas; por tierras, créditos, aperos y asistencia técnica para los campesinos pequeños y medianos. Por mejores condiciones sanitarias, de atención medica, de vivienda, educacional y social de la población del campo.

Por créditos en buenas condiciones para los pequeños y medianos productores de la industria y comerciantes; por la protección, y fomento efectivo de la industria nacional.

Por la defensa de los derechos de la mujer, de la juventud y de la niñez.

Por la defensa de la soberanía y de la independencia nacional; contra todas las manifestaciones de la dominación imperialista en nuestro país, y contra todos sus intentos de mantener y profundizar el sami-colonialismo; por la libertad de comercio con todos los países del mundo.

Por la paz mundial y la coexistencia pacifica.

16.- Nuestro pueblo y nuestro Partido no pueden ser y no son partidarios de la violencia para la solución de sus problemas fundamentales, y a lo largo de la historia del país han sido persistentes los esfuerzos en la lucha pacífica, conquista de un régimen democrático. Sin embargo, ahora las masas populares mas desarrolladas han adquirido conciencia de que la vía pacífica para la Revolución ha sido bloqueada en el país por el imperialismo y la oligarquía. Largos años consecutivos de asesinatos en masas , de terror constante, de negación de los derechos democráticos mas elementales , de tiranía militar ininterrumpida, de farsas electorales, de persecución implacable contra las organizaciones democráticas, la negación del derecho de organizarse a los trabajadores del campo que representan los dos tercios de la población nacional, de constante burla de la libertad de expresión, de golpes militares contra los gobiernos que intentaron desarrollar alguna gestión democrática, han demostrado que la violencia la emplean las clases dominantes y han convencido al pueblo de que debe prepararse a responder a ello con la violencia, y que por dolorosa que resulte su acción hacia la conquista de un gobierno democrático de liberación nacional, siempre lo será menos que el sufrimiento constante y la perdida de millares de vidas y el ultraje a la soberanía nacional que significan al país la dominación del imperialismo yanqui y de la oligarquía criolla.

La línea de conseguir la unidad de todo el pueblo alrededor de la lucha contra la tiranía y los intereses oligárquicos e imperialistas que éste sirve, teniendo como objetivo el triunfo de la Revolución Democrática Anti feudal y de Liberación Nacional, utilizando para ello todos los medios legales y clandestinos, pacíficos y violentos , desarrollando un fuerte movimiento cívico popular, pero tomando como camino fundamental el de la lucha armada del pueblo salvadoreño para la conquista del poder, tal es la línea general de nuestro partido.

El presente periodo de acumulación de fuerzas implica insoslayablemente la combinación acertada entre la preparación para la insurrección armada del pueblo y las acciones masivas de todo tipo, la organización y movilización popular en todos los terrenos, y el aprovechamiento de todas las condiciones y posibilidades concretas de lucha, ya sea en lo legal o en lo clandestino.

Si en el país , por circunstancias internas y por la influencia de la situación internacional y los triunfos crecientes del Socialismo y los éxitos de la lucha de Liberación de los pueblos, llegaran eventualmente a crearse condiciones favorables para el transito pacifico a un gobierno democrático de liberación nacional , nuestro partido y seguramente también nuestro pueblo no persistirían en recurrir a la violencia sino marcharían por la vía pacífica determinada por la nueva situación histórica.

17.- Las condiciones internacionales son cada vez más favorables para el desarrollo y el triunfo de la lucha revolucionaria del pueblo salvadoreño.
Mientras el sistema capitalista se debate en mediode crisis que lo conducen inevitablemente a su destrucción definitiva, el sistema socialista está imponiendo de manera categórica su supremacía en los diversos terrenos, de forma que ya la correlación de fuerzas en el campo mundial favorece decididamente al socialismo, los movimientos de liberación nacional, y las fuerzas de la paz, la democracia y el progreso. A estas alturas, el Socialismo se está convirtiendo aceleradamente en el factor determinante de los cambios históricos que se registran en esta época, y el prestigio de la Unión Soviética y los demás países socialistas es ahora una estrella que orienta los pasos de todos los pueblos en el camino de su liberación.

Un hecho grandioso de los últimos años ha sido el despertar a la vida independiente de los pueblos coloniales de Asia y África. La mayor parte de ellos han obtenido ya su independencia en dura lucha contra los colonialistas (alrededor de 60 países que cuentan más de mil trescientos millones de seres humanos), y la reafirman sentando rápidamente las bases de su desarrollo industrial gracias a la ayuda múltiple que les prestan los países socialistas. El derrumbamiento del mundo colonial es un hecho definitivo que se confirma día a día.

Latinoamérica, por su parte, se ha incorporado decididamente a la lucha por su liberación y ha ocurrido un acontecimiento de trascendencia histórica para esta parte del mundo y de gran resonancia internacional: en Cuba, tras consolidarse la revolución anti feudal y antiimperialista, ha surgido el primer Estado Socialista Latinoamericano. Este hecho significa un revés formidable para el imperialismo yanqui, al mismo tiempo que representa un ejemplo y un estímulo para todos los pueblos del continente.
Esta situación internacional contribuye a confirmar que nuestro pueblo puede alcanzar el triunfo de su revolución, tomar el poder en sus manos y destruir la vía de la maquinaria en que se asienta el poder de la oligarquía y del imperialismo.
Además es un hecho indiscutible que, el triunfo de un gobierno democrático de Liberación Nacional, podrá nuestro país obtener la solidaridad y la ayuda poderosa de todos los pueblos del mundo, y en primer lugar de los países socialistas, para consolidar su revolución , hacer avanzar las transformaciones económicas y políticas fundamentales, elevar rápidamente el nivel de vida de su población, emprender un acelerado desarrollo industrial y económico en todos sentidos, sacar a las masasdel oscurantismo e impulsar su desarrollo cultural, y frustrar cualquier intento del imperialismo y sus fuerzas títeres por intervenir en nuestros asuntos internos, sabotear la revolución e imponer la contrarrevolución.

18.- La revolución del pueblo Salvadoreño no se detendrá en la etapa del poder democrático y de liberación nacional. Las condiciones de nuestro desarrollo histórico, que en lo fundamental son las mismas que rigen para todos los pueblos, conducirán en seguida al pueblo salvadoreño a una meta nueva y mas alta: la de la Revolución Socialista y la construcción de la sociedad socialista, más elevada y prospera e incomparablemente más justa que todas las formaciones sociales anteriores, porque en ellas desaparece por completo la explotación de unos hombres por otros y se garantiza el pan, el trabajo, la cultura y el bienestar para todos los ciudadanos.

Es importante destacar que, de acuerdo con la experiencia de Cuba y de otros pueblos en las presentes condiciones históricas los países que se liberan del colonialismo y del sami-colonialismo, después de realizar su revolución democrática de liberación nacional y dentro de ciertas condiciones internas, pueden saltar la etapa del capitalismo y pasar en breve plazo a la construcción de la sociedad socialista, contando para ello con la poderosa ayuda del campo mundial del socialismo.

El Partido Comunista sostiene que ese tránsito al socialismo, al operarse, podría ser un proceso no coercitivo, que se apoyaría fundamentalmente en la persuasión. Esta tesis tiene su base en las consideraciones siguientes:
1ª) La aplicación exitosa del programa que aquí se presenta descubrirá que sus resultados conducen firmemente a la solución de los graves problemas nacionales.
2ª) En el desarrollo de este programa se pondrá de manifiesto plenamente la vitalidad y fuerza progresiva de la propiedad colectiva sobre los medios de producción, tanto como se evidenciara que las formas privadas de propiedad que subsisten son, por su naturaleza misma, lentas e incapaces de transformar a fondo toda la vida social.
3ª) Dentro de la nueva vida propiciada por el régimen democrático de liberación nacional ya tendrán que florecer los más altos sentimientos de solidaridad humana, rompiendo todo estrecho egoísmo.

Así se rodeará de las mejores condiciones la tarea de persuadir a las clases no proletarias, a los sectores atrasados del proletariado, y en general a todos los elementos no socialistas, en favor de pasar en forma pacífica y a breve plazo a la construcción de la sociedad socialista. Destrozados por la realidad misma los prejuicios anti socialistas que hoy alimenta el imperialismo en las clases no proletarias, seguramente la inmensa mayoría de la sociedad se incorporará voluntaria y conscientemente a la construcción del socialismo y encontrara en ello una fuente de honrada inspiración patriótica y humana.

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Con base en el anterior análisis, el Partido Comunista de El Salvador adopta, para la presente etapa de la revolución, el Programa que se expone en seguida. Su realización completa será obra del Gobierno Democrático de Liberación Nacional que surja de la lucha de nuestro pueblo.

TARNSFORMACIONES REVOLUCIONARIAS DEL ESTADO Y DEL DERECHO

Para realizar las grandes metas de la Revolución Democrática de Liberación Nacional en nuestro país, es absolutamente indispensable la sustitución del actual régimen reaccionario y pro-imperialista por un régimen revolucionario. Limitarse al simple cambio de hombres en el Gobierno, sería un error gravísimo de la Revolución, que la expondría inmediatamente a la contraofensiva de la reacción interna y del imperialismo. El aparato estatal del imperialismo y de la oligarquía será destruido y substituido por el Estado Revolucionario de la clase obrera, los campesinos, las capas medias de la población y la burguesía anti-imperialista.

El gobierno que sobre esta base se forme será un gobierno de coalición de las clases revolucionarias de la actual etapa. Estará dirigido por las fuerzas más consecuentes y sin vacilaciones de estas clases. La alianza obrero-campesina, encabezada por la clase obrera, será la columna vertebral de la coalición revolucionaria.

La constitución política y aquellas leyes secundarias que ahora protegen los intereses reaccionarios de las clases en el poder, deberán ser igualmente sustituidas por una nueva Constitución y nuevas leyes que faciliten y enmarquen el ejercicio del poder revolucionario.

Las medidas que el triunfo de la revolución deben ponerse en práctica, para la destrucción del aparato estatal del imperialismo y de la oligarquía, son:

a) Derogación de todas las leyes, decretos, códigos, reglamentos, ordenanzas, tc., que consagren la explotación sami-feudal y la opresión imperialista o estorben la democratización del país y su transformación revolucionaria.
b) Disolución de la Asamblea Legislativa.

c) Depuración completa del Poder Judicial, destituyendo a todos los elementos que se han prestado para encubrir las arbitrariedades y crímenes de las tiranías.

d) Rescate de los bienes nacionales malversados y usurpados en todas las épocas valiéndose de las posiciones en el poder.

e) Confiscación de los bienes de todos aquellos que han traicionado los intereses del país al coadyuvar activamente a la disminución del imperialismo norteamericano por medio de tiranías sangrientas.

f) Destitución de todos aquellos funcionarios que han colaborado con las tiranías para mantener al régimen de opresión sobre el pueblo.

g) Liquidación completa de todas las formas de control e influencia del imperialismonorteamericano sobre las Fuerzas Armadas, mediante la expulsión de la misión militar norteamericana y la anulación de todos aquellos convenios o tratados que establecen esa influencia y control.

h) Expulsión de los jefes y oficiales que se hayan distinguido como elementos motores al servicio de las tiranías y de la dominación imperialista o que sean responsables de delitos contra el pueblo.

i) Abolición del código y reglamentos militares existentes.

j) Disolución de los actuales ¨cuerpos de seguridad¨

k) Supresión de todo el sistema de comandancias locales y patrullas, por ser innecesario en la nueva situación.

l) Juzgamiento y castigo de los culpables de crímenes, atropellos y arbitrariedades contra el pueblo.

Medidas para la creación del Estado y del Gobierno Revolucionario:

a) Instauración del Gobierno Revolucionario encabezado por las fuerzas de vanguardia en la revolución.

b) Colocación en los puestos de dirección de la administración pública de los hombres mas honestos, capaces y leales a la causa de la revolución del pueblo, que se hayan destacado en sus luchas, y los cuales devengaran sueldos modestos.

c) Promulgación de leyes revolucionarias que normen la transformación de la estructura económica, política y social del país.

d) Creación de todos los organismos estatales necesarios para realizar las transformaciones revolucionarias del país.

e) Reorganización del poder Judicial sobre la base de las necesidades del nuevo derecho revolucionario.

f) Reestructuración de las Fuerzas Armadas sobre las bases siguientes:

Primera:
Participación de las masas populares en las nuevas fuerzas armadas.

Segunda:
Formación de los nuevos cuadros militares provenientes de las filas del pueblo, mediante una educación basada en la lealtad a la Revolución. Los oficiales y jefes del actual ejército, a quienes se considera aptos para incorporarse a las nuevas Fuerzas Armadas, conforme a las nuevas normas, podrán hacer uso de ese derecho a voluntad.

Tercera:
Promulgación de una nueva legislación militar a tono con el nuevo papel de instrumento del pueblo que debe jugar el ejército.

Cuarta:
Establecimiento de una disciplina basada en la conciencia revolucionaria y democrática y no solamente en la obediencia.

g) Creación de cuerpos de seguridad revolucionarios, y de organismos de vigilancia revolucionaria integrados por el pueblo.
h) Promulgación de una nueva Constitución Política que consagre la nueva estructura económica, política, jurídica y social creada por la Revolución.

La constitución estatuirá la forma republicana de gobierno, y establecerá una estructura estatal completamente democrática cuyos órganos representan en forma genuina los intereses de los obreros, los campesinos, la pequeña burguesía y la burguesía nacional.

Tanto la constitución como la legislación secundaria consagraran la propiedad capitalista, la propiedad personal y familiar, la propiedad corporativa y la propiedad estatal, como las cuatro formas básicas de la propiedad dentro de la nueva estructura económica.

La Constitución Revolucionaria establecerá un régimen ampliamente democrático de derechos y libertades para el pueblo, que haga posible su participación activa y su influencia permanente sobre toda la marcha del Estado.

POLITICA EXTERIOR DEL GOBIERNO REVOLUCIONARIO

La política exterior del gobierno Democrático de Liberación Nacional tendrá como orientaciones fundamentales la defensa de la soberanía y la independencia nacional, la solidaridad con todos los pueblos que luchan contra el imperialismo norteamericano y el apoyo a las aspiraciones libertarias de todos los pueblos; el desarrollo de relaciones amistosas con todos los países sobre la base del respeto mutuo y la mutua conveniencia; la no agresión, la no intervención de unos estados en los asuntos internos de otros estados; la defensa del derecho de autodeterminación de los pueblos, la solución de todos los conflictos internacionales por la vía de la negociación, y la preservación de la paz mundial. En consecuencia, aquella política llevará a la práctica las siguientes medidas concretas:

a) Liquidación de toda intromisión extranjera en los asuntos internos del país y especialmente de la que ejerce el imperialismo yanqui a través de su embajada diplomática y sus diversas agencias.

b) Expulsión de todas las misiones militares, policiacas, culturales, económicas y técnicas norteamericanas que vulneran la soberanía salvadoreña.

c) Anulación de todos los tratados y convenios internacionales que de alguna manera lesionan la soberanía nacional, estorban nuestro desarrollo económico y cultural, o comprometen al país en la política de agresión del imperialismo.

d) Mantenimiento y desarrollo de las relaciones diplomáticas, económicas y culturales con todos los países del mundo, inclusive los Estados Unidos, sobre la base del mas estricto respeto a nuestros derechos y a nuestra independencia.

e) Política Centroamericanita orientada a la unificación del Istmo atendiendo tanto a los intereses populares y la lucha por la liberación nacional, como los derechos de los cinco países y las necesidades del desarrollo multilateral de los distintos pueblos y nacionalidades que componen la familia centroamericana.

f) Aplicación en los organismos internacionales, mundiales y regionales de una línea independiente que sirva a los intereses de nuestro pueblo, al progreso de la humanidad, y a la defensa de la paz entre todas las naciones.

g) Apoyo firme a los planes que aseguran el cese de la carrera armamentista y el desarme general y completo.

h) Prescripción y castigo de toda propaganda de guerra dentro del país.

TRASNFORMACION REVOLUCIONARIA DE LA ESTRUCTURA ECONOMICA

El desarrollo económico nacional estará basado en la transformación revolucionaria de la actual estructura económica.
Esa transformación responderá a los intereses de la mayoría de la nación , y aprovechara la capacidad creadora del pueblo trabajador y el impulso de la iniciativa privada patriótica.
La nueva estructura económica descansará sobre cuatro formas básicas de propiedad:
1)Estatal , que dentro del nuevo régimen representará una propiedad de todo el pueblo, a diferencia de la actual propiedad estatal que por corresponder a un Estado al servicio de las clases explotadoras internas y del imperialismo, constituye un instrumento en las manos de estas fuerzas y no de todo el pueblo.

2) Cooperativa: Propiedad colectiva organizada voluntariamente en la producción, la distribución o el consumo, en la ciudad y en el campo, y cuyos beneficios habrán de repartirse entre asociados de acuerdo con sus aportes en trabajo o en bienes.

3) Personal y Familiar, sobre los objetos de uso personal, la vivienda y los medios de producción no utilizados para la explotación de otras personas.

4) Capitalista, Propiedad de los medianos y grandes propietarios de la ciudad y el campo , cuyos intereses coinciden con el desarrollo económico nacional independiente y con la necesidad de elevar las condiciones de vida del pueblo.

Contrariamente a lo que sostienen tesis reaccionarias, el desarrollo económico nacional liberador de un país como el nuestro es perfectamente posible , apoyándose de manera fundamental y decisiva, en los acuerdos internos y , en segundo termino, en la ayuda económica y técnica proporcionada por países mas desarrollados sobre la base del mas estricto respeto a la soberanía nacional y de la efectiva conveniencia a los intereses del país.

Principios para emancipar la economía nacional del dominio de la oligarquía y el imperialismo

a)Aplicación de la Reforma Agraria que liquide el monopolio feudal de las tierras y las relaciones sami-feudales de producción, terrajes , trabajo gratuito atributos diversos al terrateniente, deudas, etc.,. Se expropiara la tierra a los grandes terratenientes para entregarla en propiedades a los campesinos pobres y medios que no tengan en cantidad suficiente, a los arrendatarios, mozos, colonos y obreros agrícolas. Se expropiará la tierra que pase un límite que en todo caso no será mayor de 100 hectáreas (143 manzanas).
Las tierras menores de ese limite no serán expropiadas; y a los latifundistas que quieran colaborar en le reconstrucción nacional, se les dejará esa extensión para que lo trabajen.
A cada campesino se le entregara un mínimo de tierra de acuerdo con la zona y al grado de fertilidad de los suelos; se les proporcionará ayuda técnica, así como ayuda crediticia a baja tasa de interés y largo plazo para la adquisición de instrumentos de labranza, abonos y semilla seleccionada. El estado podrá formar y administrar granjas cuando, lo considere necesario para impulsar el desarrollo de la agricultura. Se fomentará las cooperativas agrícolas, sobre la base del principio de la voluntariedad. La ley de Reforma Agraria seguirá y desarrollará estos principios fundamentales.

b) Nacionalización del sistema bancario, para garantizar que esta funcione al servicio del desarrollo económico nacional. A los depositarios se les garantizará la propiedad de sus depósitos.

c) Racionalización y diversificación del comercio exterior, para romper con el monopolio que sobre estas actividades ha venido ejerciendo la oligarquía en perjuicio del pequeño y mediano productor y de los intereses nacionales, y por otra para destruir al control del imperialismo yanqui y su bloqueo sobre las relaciones con el mundo socialista, y para comerciar con todos los países del mundo sobre la base de la conveniencia mutua.
d) Nacionalización de la industria eléctrica, de los ferrocarriles, de los puertos, de las empresas monopolistas y de todas las grandes empresas de servicios públicos, con el objeto de mejorar y aumentar los servicios que prestan e impedir la fuga de divisas. Las utilidades provenientes de estas empresas se destinaran íntegramente a impulsar el desarrollo del país y el bienestar del pueblo.

Técnicas para lograr un acelerado desarrollo económico nacional.

a) Creación de un organismo estatal encargado de la planificación y dirección del desarrollo económico integral de la nación. Partiendo de los puntos pertinentes establecidos en este programa, ese organismo movilizará y aprovechará impulsar al máximo la organización de los recursos nacionales y los que nos proporcionan otros países más desarrollados.
b) Impulsar la industrialización nacional, dando preferencia, de acuerdo con los recursos disponibles, a la industria básica, y tratando al mismo tiempo de fortalecer nuestra independencia económica y de satisfacer las necesidades provenientes del pueblo. Para este fin se dará protección económica y se concederá reducciones , exoneración de impuestos a las industrias atendiendo a su importación económica y así evitará la importación de artículos extranjeros
c) Diversificación y mecanización de la producción agrícola. Mejorar los niveles de vida de nuestro pueblo.
d) Aplicación de una reforma tributaria que alivie progresivamente a las grandes mayorías de la población de las cargas impositivas, comenzando por la disminución gradual de los impuestos indirectos. El sistema tributario se basará fundamentalmente en el impuesto directo progresivo de acuerdo con el principio de que ¨paguen mas los que tienen más¨.
e) Formulación de un presupuesto estatal de las necesidades del desarrollo económico nacional y del mejoramiento de las condiciones de vida materiales y culturales del pueblo. Se pondrá termino al despilfarro y se garantizara estrictamente la honestidad en el manejo de los dineros del pueblo. La ley de salarios establecerá una escala justa de salarios, poniendo fin a la marcada desproporción actual.
f) Creación de un Instituto Nacional del café , que agrupe a diversas instituciones cafetaleras ahora existentes. El Instituto se encargará del fomento de la industria cafetalera, manejara sus propios beneficios y monopolizará la exportación del café . Asimismo, facilitará el crédito a todos los productores, liberándolos de la opresión y la explotación a que los ha tenido sometidos la oligarquía. Fijará en fin, el precio interno del café y el precio de su beneficio. El café será defendido como una riqueza nacional, al mismo tiempo se regulará la extensión de las tierras dedicadas a este cultivo. Los impuestos sobre el café serán reformados, buscando:

a) Estimular la mayor productividad,
b) Distribuir con justicia las cargas tributarias entre los productores.

g) Creación de un Instituto de Comercio Exterior a cuyo cargo estará la orientación de las transacciones internacionales de acuerdo con las necesidades del desarrollo económico independiente.
h) Protección y fomento de la pequeña y mediana empresa industrial agrícola comercial.

Las grandes transformaciones revolucionarias en el campo, las medidas revolucionarias para el sustancial y rápido mejoramiento de las condiciones de vida de las grandes masas del pueblo y la completa liquidación del desempleo en un plazo relativamente breve, multiplicaran la capacidad de compra de todo el pueblo, impulsando el rápido crecimiento e las ventas para el pequeño y mediano comercio y la pequeña y mediana empresa agrícola e industrial. Pero además de estas naturales consecuencias positivas que las grandes transformaciones revolucionarias producirán por sí solas, se tomaran entre otras las siguientes medidas en favor de esas empresas:

a) establecimiento de un variado y ágil sistema crediticio que contempla todas las formas del crédito a corto, mediano y largo plazo, con la participación de Bancos nacionalizados y los nuevos que se creen al efecto.

b) ayuda técnica para el mejoramiento de la producción de la mediana empresa industrial y agrícola.

c) asistencia técnica, crediticia y de planificación a los pequeños industriales, artesanales o fabriles, para la modernización de su equipo y de sus métodos de producción.

d) Especial estimulo, mediante ayuda de todo tipo, al desarrollo y modernización de la pequeña industria alfarera, jarciara, textil manual, de calzado y panadera.

e) Aplicación inmediata de un programa de protección y ayuda al pequeño comercio de los mercados y plazas, que contemple básicamente las medidas siguientes:

1) Crédito fácil y de bajo interés
2) Construcción de mercados modernos con amplios y suficientes puestos de venta para todas las locatarias, en todas las zonas populosas de las grandes ciudades y en todas las poblaciones
3) Reducción del alquiler de los puestos en los mercados a lo estrictamente necesario para cubrir los gastos de administración, aseo y otros servicios.
4) Creación de guarderías infantiles, escuelas, clubes y clínicas asistenciales para atender el cuidado y educación de toda la población infantil de los mercados y a la salud y esparcimiento de la población adulta de los mismos.

TRANSFORMACION REVOLUCIONARIA DE LAS CONDICIONES
DE VIDA MATERIALES Y CULTURALES DEL PUEBLO

Un objetivo fundamental de la Revolución Democrática de Liberación Nacional es el mejoramiento radical de las condiciones de vida materiales y culturales de la población.

En materia religiosa, el Gobierno Revolucionario respetará la libertad de creencias y de cultos.

Para alcanzar el objetivo de mejoramiento de las condiciones de vida material y cultural del pueblo, el programa Revolucionario de nuestro Partido incluyó las siguientes medidas:

a) Elevación de los ingresos de la población trabajadora, mediante la aplicación de una escala justa de remuneración que parta de un salario mínimo capaz de satisfacer las necesidades materiales y espirituales de la familia.
b) Mejoramiento efectivo de las condiciones generales de trabajo, y aplicación de una política de avanzadas prestaciones sociales.
c) Creación de un régimen de absoluta igualdad de derechos y oportunidades para la mujer, en los campos políticos, laboral, cultural y familiar. Deberá desaparecer todo tipo de discriminación contra la mujer. Se reconocerá en forma amplia su derecho al trabajo, sobre la base del principio ¨a trabajo igual, salario igual¨.
La mujer tendrá igualdad de oportunidades para su formación profesional.
Se brindará protección a la maternidad, garantizando los derechos de la mujer en estado de embarazo y estableciendo una amplia red de clínicas de maternidad. Se dará ayuda a las madres con numerosa prole.

d) Creación de un régimen efectivo de derechos de la niñez. Eliminación progresiva del trabajo de la infancia que impide su educación y desarrollo. Establecimiento de un sistema de ¨gotas de leche¨, jardines de infancia, guarderías infantiles y alimentación complementaria en las escuelas.
e) Reforma radical del régimen de la vivienda, que contempla una drástica disminución del monto de los alquileres y se oriente a convertir a cada familia en propietarios de su casa. Con objeto de resolver el problema de la escasez de vivienda y el de su insalubridad e incomodidad actuales, se pondrá en práctica un amplio e intensivo programa estatal de construcción de edificios multifamiliares con todos los servicios y comodidades. Al mismo tiempo se impulsará la actividad privada de construcción de viviendas y se les proporcionará las mayores facilidades crediticias.
f) Transformación del sistema hospitalario y sanitario general, de manera que esté en capacidad de atender a toda la población del país.
g) Acción para erradicar el flagelo de la desnutrición. Prevención y lucha contra las enfermedades provenientes de las actuales condiciones de miseria e insalubridad, especialmente enfermedades como la tuberculosis, el paludismo, los parásitos intestinales, etc.
h) Transformación del sistema educacional, comprendiendo sus fines, métodos y programas. Rápida y total liquidación del analfabetismo. Creación de una amplia red de escuelas primarias que absorba a toda la población escolar.
Impulso a la educación técnica, media y superior, para atender a las tareas del desarrollo de la agricultura, de la industria y de la cultura nacional.
Apoyo estatal a la educación científica superior con el fin de incorporar al país al movimiento científico internacional.

i) Reforma universitaria que convierta a la Universidad en una Institución al servicio del desarrollo cultural y científico del país, cuyas puertas estén abiertas a las amplias masas de la población.
j) Reforma de los sistemas judicial-penal, penitenciario y carcelario con vistas a transformar a los delincuentes en personas útiles a la nueva sociedad.
k) Especial atención a la creación de parques, balnearios, casas de reposos para el disfrute de las grandes mayorías.
l) Desarrollo del deporte y la cultura física en todas sus manifestaciones, mediante la construcción de canchas, estadios, gimnasios, etc., tanto en la ciudad como en el campo, y dotándolos de instrumental y los equipos necesarios.
m) Estímulo a la cultura y el folklore nacionales, mediante la creación de centros e instituciones adecuados.
n) Estímulo al trabajo intelectual mediante el apoyo a los escritores, investigadores y artistas, procurando especialmente aprovechar el extraordinario caudal de valores que surgen del pueblo.

EL PAPEL Y LA LUCHA DEL PARTIDO COMUNISTA DE EL SALVADOR

El Partido Comunista de El Salvador, surgido del seno de la clase obrera salvadoreña tiene más de treinta años de vida, más de treinta años que han sido de lucha heroica, de abnegación , de sacrificio. El partido fue fundado en Marzo de 1930 en el marco de un gran ascenso del movimiento popular, por un grupo de los más destacados y experimentados dirigentes de la clase trabajadora. Su creación respondió a una necesidad histórica imperativa, y constituyó sin duda un acontecimiento de capital importancia para todo el desarrollo del movimiento revolucionario en el país.

El PCS es el partido de la clase obrera, representa los intereses fundamentales de esta clase que es la más avanzada de la sociedad salvadoreña y la única capaz de llevar hasta sus últimas consecuencias la revolución anti feudal y anti-imperialista, y proseguir hasta la construcción de una nueva sociedad en la que ya no existan las clases. Debido a esto mismo, el PCS representa en general los intereses básicos de todas las clases y capas revolucionarias y progresistas del país. Es su vanguardia organizada y el abanderado de sus luchas.

El PCS está constituido por el conjunto de organismos en que se hallan agrupados, conforme los principios leninistas de organización, los elementos revolucionarios de la clase obrera, de la clase campesina y de las demás clases sociales que luchan por el socialismo y el comunismo como metas últimas. La base ideológica del PCS es el Marxismo-Leninismo, la teoría científica del proletariado internacional, y aquel se esfuerza en aplicarla creadoramente a la realidad concreta de nuestro país.

Desligado del pueblo el Partido se convierte en una secta sin perspectivas. No puede conocer las necesidades de las masas, ni las realidades de la situación nacional, y no le es posible en tales condiciones trazar líneas y planes correctos.

Por ello, para cumplir con su papel de dirección, es norma fundamental para nuestro Partido la de recoger en el seno de las masas el conocimiento de la realidad.