Lilian Navas, una ausencia muy presente

Lilian Navas, una ausencia muy presente
mayo 28, 2014 Voces Comentar
Publicado en: Contracorriente – Dagoberto Gutiérrez, Nacionales, Voces Ciudadanas

El tambor de la tormenta sacudía el techo de la pequeña habitación, la luz de los focos de la calle se filtraba por una pequeña ventana medio abierta que daba a la calle mientras el resto permanecía totalmente oscuro. Las calles empezaban a llenarse del agua de la lluvia y en una pequeña cama en cuya cabecera se levantaba una especie de muro de diarios, libros y revistas, una mujer de cerca de 80 años respiraba gruesamente.

Dagoberto Gutiérrez

Son las doce de la noche y es un día jueves, es este jueves recién pasado 22 de mayo, la respiración inunda la pequeña estancia y se abraza con la oscuridad y con la soledad, nadie sabe que a esa hora, en ese día y en ese lugar una vida se fuga con la muerte y Lilian Navas deja de ser para empezar a ser.

La vida resulta ser un regalo y cada quien aprende a usar este regalo de la mejor manera, a nadie le enseñan a vivir y cada quien tiene que aprender a hacerlo a costa de su propio pellejo. Siendo muy joven Lilian aprendió a vivir en el lado izquierdo de la vida, a moverse en la esquina clandestina, en el árbol de la resistencia y en el callejón de una existencia y una vida enfrentada a los poderes, a los opresores y a todo aquello que significara injusticia y opresión sobre los humildes.

La Lilian era muy pequeña de estatura, con una carita redonda, una risa entre nerviosa y desafiante, con una palabra que intentaba cortarle las alas al aire y que siempre fijaba posición. Parecía que pesaba las palabras en una balanza de plata y media la letra con un metro de diamante, escuchaba con atención y aprobaba con entusiasmo cuando estaba de acuerdo y se oponía con cautela en el desacuerdo. Aprendió a vivir de su trabajo y a trabajar para vivir, siempre pareció y apareció solitaria, pero siempre en medio de la muchedumbre, en las manifestaciones de protesta, en los primeros de mayo, en las campañas electorales de oposición y de resistencia. Supo que votar no decide nada que todo depende de elegir y de quien elija.

No se le conocieron amores rutilantes ni amoríos clandestinos, aunque no tenia mal concepto de los hombres, pero sin duda, era muy cuidadosa en el arte de jugar con el amor y con el corazón, pero siempre fue una muchacha alegre, dueña de la vida y sobre todo, dueña de la independencia tanto en lo que tiene que ver con las ideas como en lo relacionado al pensamiento.

La guerra la encontró en la calle vendiendo y distribuyendo los periódicos clandestinos y siempre parecía y aparecía como alguien inofensiva y nada digna de peligro, pero no se sabía que ahí, en esa pequeña mujer estaba expresada y encerrada toda la resistencia, toda la indignación y toda la claridad y firmeza que algún día encontraremos en toda la gente, en todas las calles y los caminos.

Los años y la edad la fueron sorprendiendo así como nos sorprende a todos porque avanzando lentamente, como si fueran hormigas tenaces, los años aprenden a enamorarse de la vida y la vida aprende a fugarse con los años en las noches más oscuras y en las madrugadas más fría y así, la vida aprende a desaparecer.

Una anemia aparentemente insuperable invadió lentamente el organismo de Lilian y los dolores de cabeza, los dolores en los píes, los dolores en el alma, los dolores en la vida toda, hasta los dolores en el mismo dolor, hicieron residencia en esta pequeña mujer que siempre aparecía sonriente y desafiante, enfrentada a la vida y convidada a la existencia.

Aprendió a vivir sola, pero nunca aprendió a vivir en soledad porque su relación con los diarios, con las revistas era algo parecido al vínculo que se da entre las hojas de un árbol y el viento que las hace danzar. Así era la Lilian, muy bien informada de los acontecimientos nacionales, bien enterada de lo internacional y siempre descubriendo el camino verdaderamente popular, aprendiendo a establecer la diferencia entre la popularidad y lo popular, aprendió, por eso, a pagar costos porque supo rápidamente que pensar resulta, casi siempre peligroso en un mundo donde la oscuridad de la cabeza, el miedo y la falta de voluntad te puede llevar a un cargo público.

Su cabellera gris y sus ojos grises parecieron entrar en un remolino y la soledad de la hora y del lugar ahuyentó los dolores y todo pareció como un sueño prolongado y un sueño profundo. Todo parece ser que la muerte termina, porque es el límite de los límites y nosotros somos seres mortales no tanto porque morimos sino porque tenemos conciencia de la muerte, nos distanciamos de los otros animales desde el momento en que en algún lugar y en algún momento y por alguna razón, empezamos a enterrar a nuestros muertos, aquí empezó todo.

Pero la relación de la vida y la muerte siempre resulta para nosotros un sueño laberíntico y cuando se mueren así como Lilian Navas, en la cama en la que siempre ha dormido, en el lado que siempre has dormitado, con los dolores que has conocido, esta muerte que sigue siéndolo es, al mismo tiempo, el anuncio de una nueva vida y sobre todo, en el caso de Lilian es el paso a una ausencia que siempre estará presente, porque es el ejemplo de una mujer que siempre supo encontrar el camino donde estaba la gente, donde estaban sus intereses, siempre supo que para transformar la realidad hay que ser subversivo y hay que aprender a mirarla sin bajar la cabeza. La Lilian supo esto siempre y por eso todos los días y todas las mañanas seguirá caminando, seguirá sonriendo con desafío y su cabellera gris seguirá moviéndose al viento como amplia bandera.

Nunca nos sorprenderá su ausencia, pero siempre sentiremos su presencia.

¿La Revolución ciudadana tiene quién la defienda?

¿La Revolución ciudadana tiene quién la defienda?

Boaventura de Sousa Santos
Blog Público

Los intelectuales de América Latina, entre los que me considero por adopción, han cometido dos tipos de errores en sus análisis de los procesos políticos de los últimos cien años, sobre todo cuando contienen elementos nuevos, ya sean ideales de desarrollo, alianzas para construir el bloque hegemónico, instituciones, formas de lucha, estilos de hacer política. Por supuesto, los intelectuales de derecha también han cometido muchos errores, pero aquí no me ocuparé de ellos. El primer error ha consistido en no hacer un esfuerzo serio para comprender los procesos políticos de izquierda que no encajan fácilmente en las teorías marxistas y no marxistas heredadas. Las primeras reacciones a la Revolución cubana son un buen ejemplo. El segundo tipo de error ha consistido en silenciar, por complacencia o temor de favorecer a la derecha, las críticas de los errores, desviaciones y hasta perversiones por las que han pasado estos procesos, perdiendo así la oportunidad de transformar la solidaridad crítica en instrumento de lucha.

Desde 1998, con la llegada de Hugo Chávez al poder, la izquierda latinoamericana ha vivido el período más brillante de su historia y tal vez uno de los más brillantes de la izquierda mundial. Obviamente, no podemos olvidar los primeros momentos de las Revoluciones rusa, china y cubana ni tampoco los éxitos de la socialdemocracia europea durante la posguerra. Pero los gobiernos progresistas de los últimos quince años son particularmente notables por varias razones: se producen en un momento de gran expansión del capitalismo neoliberal ferozmente hostil a proyectos nacionales en divergencia con él; son internamente muy diferentes, dando cuenta de una diversidad de la izquierda hasta entonces desconocida; nacen de procesos democráticos con una elevada participación popular, ya sea institucional o no institucional; no exigen sacrificios a las mayorías en nombre de un futuro glorioso, sino que tratan, por el contrario, de transformar el presente de quienes nunca tuvieron acceso a un futuro mejor.

Escribo este texto siendo muy consciente de la existencia de los errores mencionados y sin saber si tendré éxito en evitarlos. Además, me centro en el caso más complejo de todos los que constituyen el nuevo período de la izquierda latinoamericana. Me refiero a los gobiernos de Rafael Correa en Ecuador, en el poder desde 2006. Para empezar, algunos puntos de partida. En primer lugar, se puede discutir si los gobiernos Correa son de izquierda o de centroizquierda, pero me parece absurdo considerarlos de derecha, como pretenden algunos de sus opositores de izquierda. Dada la polarización instalada, creo que estos últimos sólo reconocerán que Correa fue en última instancia de izquierda o centroizquierda en los meses (o días) siguientes a la eventual elección de un gobierno de derecha. En segundo lugar, es opinión ampliamente compartida que Correa ha sido, “a pesar de todo”, el mejor presidente que Ecuador ha tenido en las últimas décadas y el que ha garantizado mayor estabilidad política después de muchos años de caos. En tercero, no cabe duda de que Correa ha emprendido la mayor redistribución de la renta de la historia de Ecuador, contribuyendo a la reducción de la pobreza y al fortalecimiento de las clases medias. Nunca tantos hijos de las clases trabajadoras llegaron a la universidad. ¿Pero por qué todo esto, que es mucho, no es suficiente para tranquilizar al “oficialismo” y convencerlo de que el proyecto de Correa, con o sin él, proseguirá después de 2017 (próximas elecciones presidenciales)?

Aunque Ecuador vivió en el pasado algunos momentos de modernización, Correa es el gran modernizador del capitalismo ecuatoriano. Por su amplitud y ambición, el programa de Correa tiene algunas similitudes con el de Kemal Atatürk en la Turquía de las primeras décadas del siglo XX. Ambos están presididos por el nacionalismo, el populismo y el estatismo. El programa de Correa se basa en tres ideas principales. La primera es la centralidad del Estado como conductor del proceso de modernización y, vinculada a ella, la idea de soberanía nacional, el antiimperialismo estadounidense (cierre de la base militar de Manta; expulsión de personal militar de la embajada de Estados Unidos; lucha agresiva contra Chevron y la destrucción ambiental que ha causado en la Amazonia) y la necesidad de mejorar la eficiencia de los servicios públicos. La segunda, “sin perjudicar a los ricos”, es decir, sin alterar el modelo de acumulación capitalista, consiste en generar con urgencia recursos que permitan llevar a cabo políticas sociales (compensatorias, en el caso de la redistribución de la renta, y potencialmente universales, en el caso de la salud, la educación y la seguridad social) y construir infraestructuras (carreteras, puertos, electricidad, etc.) con el fin de volver la sociedad más moderna y equitativa. En tercer lugar, por estar todavía subdesarrollada, la sociedad no está preparada para altos niveles de participación democrática y ciudadanía activa, que pueden resultar disfuncionales para el ritmo y la eficacia de las políticas en curso. Para que esto no ocurra, hay que invertir mucho en educación y desarrollo. Hasta entonces, el mejor ciudadano es aquel que confía en el Estado, que conoce bien cuál es su verdadero interés.

¿Este vasto programa choca o no con la Constitución de 2008, considerada una de las más progresistas y revolucionarias de América Latina? Veámoslo. La Constitución apunta a un modelo alternativo de desarrollo (e incluso a una alternativa al desarrollo) fundada en la idea de buen vivir, una idea tan nueva que sólo puede formularse correctamente en una lengua no colonial, el quechua: sumak kawsay. Esta idea presenta desdoblamientos muy interesantes: la naturaleza como ser vivo y, por tanto, limitado, sujeto y objeto de cuidado, y nunca como recurso natural inagotable (los derechos de la naturaleza); la economía y la sociedad intensamente pluralistas, orientadas por la reciprocidad, la solidaridad, la interculturalidad y la plurinacionalidad; Estado y política con un carácter altamente participativos, involucrando diferentes formas de ejercicio democrático y de control ciudadano del Estado.

Para Correa (casi) todo esto importante, pero se trata de un objetivo a largo plazo. A corto plazo, y de manera urgente, es necesario crear riqueza para redistribuir los ingresos, realizar políticas sociales e infraestructuras esenciales para el desarrollo del país. La política tiene que asumir un carácter sacrificial, dejando de lado lo que más valora para que un día pueda rescatarlo. Así, es necesario intensificar la explotación de recursos naturales (minería, petróleo, agricultura industrial) antes de que sea posible depender menos de ellos. Para ello, es preciso llevar a cabo una agresiva reforma de la educación superior y una vasta revolución científica basada en la biotecnología y la nanotecnología para crear una economía del conocimiento a medida de la riqueza de la biodiversidad del país. Todo esto sólo dará frutos (tenidos como ciertos) muchos años después.

A la luz de esto, el Parque Nacional Yasuní, tal vez el más rico en biodiversidad del mundo, tiene que ser sacrificado y la explotación petrolera realizada, a pesar de las promesas iniciales de no hacerlo, no sólo porque la comunidad internacional no colaboró en la propuesta de no explotación, sino sobre todo porque los ingresos previstos derivados de la explotación están vinculados a inversiones en curso y su financiación por países extranjeros (China) tiene como garantía la explotación petrolera. En esta línea, los pueblos indígenas que se han opuesto a la explotación son vistos como obstáculos al desarrollo, víctimas de la manipulación de dirigentes corruptos, políticos oportunistas, ONG al servicio del imperialismo o jóvenes ecologistas de clase media, ellos mismos manipulados o simplemente inconsecuentes.

La eficiencia exigida para llevar a cabo tan amplio proceso de modernización no puede verse comprometida por el disenso democrático. La participación ciudadana es bienvenida, pero sólo si es funcional y eso, de momento, sólo puede garantizarse si recibe una mayor orientación del Estado, es decir, del Gobierno. Con razón, Correa se siente víctima de los medios de comunicación que, como ocurre en otros países del continente, están al servicio del capital y la derecha. Trata de regular los medios de comunicación y la regulación propuesta tiene aspectos muy positivos, pero a la vez tensa la cuerda y polariza las posiciones de tal modo que de ahí a la demonización de la política en general hay un corto paso. Periodistas son intimidados, activistas de movimientos sociales (algunos con una larga tradición en el país) son acusados ​​de terrorismo y la consecuente criminalización de la protesta social parece cada vez más agresiva. El riesgo de transformar adversarios políticos, con los que se discute, en enemigos que es necesario eliminar, es grande. En estas condiciones, el mejor ejercicio democrático es el que permite el contacto directo de Correa con el pueblo, una democracia plebiscitaria de nuevo tipo. Al igual que Chávez, Correa es un comunicador brillante y sus habituales apariciones semanales en los programas de radio y televisión de los sábados (“sabatinas”) son un ejercicio político de gran complejidad. El contacto directo con los ciudadanos no tiene como objetivo que estos participen en las decisiones, sino más bien que las ratifiquen mediante una socialización seductora que se presenta desprovista de contradicción.

Con razón, Correa considera que las instituciones del Estado nunca han sido social o políticamente neutrales, pero es incapaz de distinguir entre neutralidad y objetividad en base a procedimientos. Por el contrario, piensa que las instituciones estatales deben involucrarse activamente en las políticas del Gobierno. Por eso es natural que el sistema judicial sea demonizado si toma alguna decisión hostil al Gobierno y celebrado como independiente en caso contrario; que la Corte Constitucional se abstenga de decidir sobre cuestiones polémicas (como en el caso de la comunidad de La Cocha en materia de justicia indígena) si las decisiones pueden perjudicar lo que se juzga el interés superior del Estado; que un dirigente del Consejo Nacional Electoral, encargado de verificar las firmas para una consulta popular sobre la no explotación de petróleo en Yasuní, promovida por el movimiento Yasunidos, se pronuncie públicamente contra la consulta antes de efectuar la verificación. La erosión de las instituciones, típica del populismo, es peligrosa sobre todo cuando estas no son fuertes desde el principio debido a los privilegios oligárquicos de siempre. Y es que cuando el líder carismático abandona la escena (como ocurrió trágicamente con Hugo Chávez), el vacío político alcanza proporciones incontrolables debido a la falta de mediaciones institucionales.

Y esto resulta aún más trágico en cuanto es cierto que Correa ve su papel histórico como la construcción del Estado-nación. En tiempos de neoliberalismo global, el objetivo es importante e incluso decisivo. No obstante, se le escapa la posibilidad de que este nuevo Estado-nación sea institucionalmente muy diferente del modelo de Estado colonial o Estado criollo y mestizo precedente. Por eso la reivindicación indígena de la plurinacionalidad, en vez de ser manejada con el cuidado que la Constitución recomienda, es demonizada como peligro para la unidad (es decir, la centralidad) del Estado. En lugar de diálogos creativos entre la nación cívica, que consensualmente es la patria de todos, y las naciones étnico-culturales, que exigen respeto por la diferencia y autonomía relativa, se fragmenta el tejido social, centrándose más en los derechos individuales que en los colectivos. Los indígenas son ciudadanos activos en construcción, pero las organizaciones indígenas independientes son corporativas y hostiles al proceso. La sociedad civil es buena siempre que no esté organizada. ¿Una insidiosa presencia neoliberal dentro del postneoliberalismo?

Se trata, por tanto, del capitalismo del siglo XXI. Hablar del socialismo del siglo XXI es, por el momento, y en el mejor de los casos, un objetivo lejano. A la luz de estas características y contradicciones dinámicas que el proceso dirigido por Correa contiene, centroizquierda es quizá la mejor manera de definirlo políticamente. Tal vez el problema resida menos en el Gobierno que en el capitalismo que él promueve. Paradójicamente, parece componer una versión postneoliberal del neoliberalismo. Cada remodelación ministerial ha producido el fortalecimiento de las élites empresariales vinculadas a la derecha. ¿Será que el destino inexorable del centroizquierda es deslizarse lentamente hacia la derecha, tal y como ha sucedido con la socialdemocracia europea? Si esto ocurriese, sería una tragedia para el país y el continente. Correa generó una megaexpectativa, pero perversamente la manera en que pretende que no se convierta en una megafrustración corre el riesgo de apartar a los ciudadanos, como quedó demostrado en las elecciones locales del pasado 23 de febrero, en las que el movimiento Alianza País, que lo apoya, sufrió un fuerte revés. Cuesta creer que el peor enemigo de Correa es el propio Correa. Al pensar que tiene que defender la Revolución ciudadana de ciudadanos poco esclarecidos, malintencionados, infantiles, ignorantes, fácilmente manipulables por políticos oportunistas o enemigos procedentes de la derecha, Correa corre el riesgo de querer hacer la Revolución ciudadana sin ciudadanos, o lo que es lo mismo, con ciudadanos sumisos.Los ciudadanos sumisos no luchan por aquello a lo que tienen derecho, sólo aceptan lo que les es dado. ¿Puede aún Correa rescatar la gran oportunidad histórica de llevar a cabo la Revolución ciudadana que se propuso? Pienso que sí,pero el margen de maniobra es cada vez más reducido y los verdaderos enemigos dela Revolución ciudadana parecen estar cada vez más cerca del Presidente. Para evitar esto, y en solidaridad con la Revolución ciudadana,todos debemos contribuir a impulsarla.

A tal efecto,identifico tres tareas básicas. En primer lugar, hay que democratizar la propia democracia, combinando democracia representativa con verdadera democracia participativa. La democracia que se construye únicamente desde arriba siempre corre el riesgo de convertirse en autoritarismo en relación a los de abajo. Por mucho que le cueste, Correa tendrá que sentirse suficientemente seguro de sí mismo para, en lugar de criminalizar el disenso (siempre fácil para quien tiene el poder), dialogar con los movimientos, las organizaciones sociales y con los jóvenes yasunidos, aunque los considere “ecologistas infantiles”. Los jóvenes son los aliados naturales dela Revolución ciudadana, de la reforma de la educación superior y de la política científica, si esta se lleva acabo con sensatez. Alienar a los jóvenes parece un suicidio político.

En segundo lugar, hay que desmercantilizar la vida social, no sólo a través de políticas sociales, sino también a través de la promoción de economías no capitalistas, campesinas, indígenas, urbanas, asociativas. Ciertamente, no está en consonancia con el buen vivir entregar bonos a las clases populares para que se envenenen con la comida basura que inunda los centros comerciales. La transición al postextractivismo se hace con cierto postextractivismo y no con la intensificación del extractivismo.El capitalismo,abandonado a sí mismo,sólo conduce a más capitalismo, por trágicas que sean las consecuencias.

En tercer lugar, hay que compatibilizar la eficiencia de los servicios públicos con su democratización y descolonización. En una sociedad tan heterogénea como la ecuatoriana, hay que reconocer que el Estado, para ser legítimo y eficaz, tiene que ser un Estado heterogéneo, conviviendo con la interculturalidad y, de manera gradual, con la propia plurinacionalidad, siempre en el marco de la unidad del Estado garantizada por la Constitución. La patria es de todos, pero no tiene que ser de todos de la misma manera. Las sociedades que fueron colonizadas todavía hoy están divididas en dos grupos de poblaciones: los que no pueden olvidar y los que no quieren recordar. Los que no pueden olvidar son aquellos que tuvieron que construir como suya la patria que comenzó siéndoles impuesta por extranjeros; los que no quieren recordar son aquellos a los que les cuesta reconocer que la patria de todos tiene en sus raíces una injusticia histórica que está lejos de ser eliminada y que es trabajo de todos eliminarla gradualmente.

Fui docente de la UES en 1970… Entrevista con Rolando Orellana (II)

Fui docente de la UES en 1970…
Entrevista con Rolando Orellana (II)

SAN SALVADOR, 17 de mayo de 2014 (SIEP) “Cuando en 1970 ingrese a trabajar como docente en la Universidad de El Salvador, me encontré con un esfuerzo colectivo por que la educación superior sirviera al país y a los sectores populares. Ya se habían recorrido varios años de la Reforma Universitaria iniciada en 1960…” nos comenta Rolando Orellana, revolucionario salvadoreño.

Agrega que “como PCS por medio de Schafik (Handal) y otros compañeros participamos en el diseño e implementación de esa Reforma Universitaria, la cual fue fortalecida con la llegada a la Rectoría del Dr. Fabio Castillo Figueroa, propuesto y respaldado por organizaciones estudiantiles que abogaban por mejorar la enseñanza universitaria.”

“Llegue a trabajar al departamento de Filosofía de la Facultad de Humanidades, que estaba dirigido por el Dr. Humberto Velásquez, conocido popularmente en aquellos tiempos como Pirrimplin, por su naturaleza traviesa y ocurrente y luego como sabes, como Gato Sabio. El Departamento de Filosofía quedaba en unos salones que estaban luego de la entrada del IVU, al lado izquierdo, al final de un pasillo, ahí tenía su local.”

“La Universidad entonces se había abierto a los sectores populares. Anteriormente era sumamente elitista, se ponían requisitos para ingresar y si ingresabas el estudio era costoso, y no podían costearlos los que terminaban bachilleres pero eran de familias pobres.”

Antes, los estudiantes sin posibilidades económicas y que avanzaban al bachillerato lo que hacían era ponerse a trabajar. Los que llegaban a la UES tenían que dedicarle tiempo completo al estudio. Y entonces la Universidad aplicaba una política de puertas abiertas. Para esa época se crearon los centros regionales en Santa Ana y San Miguel, contaba con un programa de becas para estudiantes de escasos recursos económicos, y había construido las residencias estudiantiles.

La Reforma Universitaria significó la transformación de la Facultad de Humanidades, que impartía Filosofía, Letras, Psicología, Educación, Periodismo y que estaba alejada del resto de carreras. La Reforma Universitaria transformó la Facultad de Humanidades en Facultad de Ciencias y Humanidades, vinculando las Humanidades con las Ciencias como dos áreas de trabajo. Y las Humanidades eran tratadas con un nuevo enfoque basado en el estudio de la Realidad Salvadoreña mientras que en la otra área, se crea el Instituto de Ciencias (Matemáticas, Física, Biología y Química).

Se establece para todos los estudiantes de Nuevo Ingreso las Áreas Comunes que tenían como materias básicas la Filosofía y las Matemáticas. Y esto permitió sensibilizar al estudiante de nuevo ingreso, acercarlo a la comprensión de la realidad nacional. Los estudiantes sin excepción cursaban Filosofía, con un nuevo enfoque, el estudio del mundo y de la vida cercano a la realidad. No en las nubes, sino en esta tierra.

Cuando convocan a concurso para plazas de docentes en el departamento de Filosofía participo, y una parte de las exigencias era saber no solo de la Filosofía sino también de la realidad del país. Y ambos aspectos me favorecen. Venía de Moscú, había leído a los clásicos, a Hegel (la Filosofía del Derecho), a Kant, a los Enciclopedistas, etc. El examen me permite ganar la plaza. Me nombran instructor de cátedra, era el que daba los laboratorios. Fui instructor de Filosofía General que la impartía el Dr. Velásquez. Por cierto me acuerdo que Rafael Arce Zablah fue alumno mío, muy inteligente y amigable, pero cuando se entero que yo había estudiado en la URSS cambió completamente, el anticomunismo lo cegó.

Entre los docentes de Filosofía se encontraban América Aguilar de Miranda, Jorge Arias Gómez, Carlos Inocente Gallardo, el Dr. Velásquez, que era muy bromista, pero también progresista ya que le gustaba el PR, y habían dos profesores españoles: Mariano García Villa, padre de Marianela García Villa y Juan Serrano. Los dos eran muy cultos, políticamente eran republicanos y salieron de España con la irrupción del General Francisco Franco que derrotó militarmente a la República e instauró una dictadura militar fascista que apoyó a Hitler.

Y también estaban Oscar Acevedo y José Luís Quan Pineda, que luego fueron dirigentes de la Resistencia Nacional ; Rafael Duran Barraza, que fue presidente del Consejo Nacional de la Judicatura; el Chele Rafael Menjívar, Moisés Urbina y Miriam Medrano, que luego se casa con Oscar Acevedo. Antes estuvo casada con Reynaldo Hernández, médico graduado en la URSS con especialidad en Psiquiatría.

Por cierto, Miriam fue amiga muy cercana de Lil Milagro Ramírez. Blanco Gallo ya sonaba pero era todavía estudiante. Aunque la mayoría de docentes era progresista, en esa época únicamente Jorge y yo militábamos. Para esa época Raúl Castellanos Figueroa era docente en Periodismo y Miguel Ángel Saenz Varela era docente en Medicina, y luego fue secretario general de la UES, con la administración de Lito Menjívar.

Fíjate que la primera vez que enfrente a mi grupo de trabajo tuve stress escénico. Me puso muy nervioso, pero pude pasar rápidamente la prueba. Los estudiantes no creían que era docente porque estaba muy joven, tenía 24 años, cumplí 25 en 1970. Me decían bachiller. Rápidamente aprendí a dar clases o sea la metodología de la enseñanza superior. Y me pusieron ya de profesor de filosofía.

Los grupos de clase eran numerosos, de 80, 100 estudiantes. El atractivo era que todo lo hacíamos con un enfoque de realidad nacional, no eran divagaciones abstractas sino análisis de la realidad. Y hacíamos uso de la libertad de cátedra para orientar los contenidos programáticos.

Docente en San Miguel

Acepte ir a dar clases al centro universitario de oriente, en San Miguel, Viajábamos un grupo de docentes los fines de semana, allá nos alojábamos, ya que no había suficientes docentes para atender la demanda estudiantil. Y también realice trabajo político. Donde quiera que iba dejaba organización de de Juventud (Comunista). Pero tuve que desistir de ir a Oriente porque me afectó en la salud, tuve una fuerte recaída de rinitis alérgica, provocada por el polen de las flores.

Esto fue en 1971 durante la segunda huelga de ANDES, me acuerdo que realizamos diversas actividades en apoyo a los maestros, los que se tomaban las escuelas y desde ahí se mantenía el paro. Una vez me llegaron a buscar unos estudiantes para que fuéramos a apoyar a una escuela que comenzaba a flaquear. Fuimos y hablamos con los maestros acerca de la importancia del sacrificio que realizaban.

En estas jornadas se nos incorporaron muchos jóvenes estudiantes, que se incorporaban a la Juventud Comunista, incluido el actual Coordinador del FMLN, Medardo González, que después se pasa a las FPL. Estuvo en Círculos de Estudio nuestros, lo mismo Juan Ramón Medrano, que después fue dirigente del ERP. En aquel tiempo la UES alquilaba casas donde se daban las clases. Se había comprado un terreno para hacer el campus pero este quedaba lejos de la ciudad y no estaba construido.

La casa donde se impartía Filosofía era una casa grande, colonial, de balcones, con habitaciones que daban a la calle. Y para la segunda huelga de ANDES en 1971, era conocida nuestra posición en apoyo a los maestros y cuando estaba dando clase note que llegaban a colocarse a los balcones dos tipos que se ponían a escuchar la clase. No me miraban, solo escuchaban. Eran dos agentes de la Policía Nacional, de la sección de Investigaciones Criminales, que así se llamaba entonces la policía política. Ellos quizás no me reconocían pero yo si.

Cuando tenía quince años los conocí y ya eran agentes. Vivíamos en un mesón que estaba frente a lo que hoy es La Tiendona. Ahí alquilaban los dos un cuarto. Cuando no estaban de turno se quedaban departiendo frente al zaguán y ahí nos hicimos amigos. Una vez bromeando le saque el carnet que andaba en la bolsa de la camisa y vi que era de la SIC de la PN. Y me los vuelvo a encontrar en San Miguel y en 1971 vigilando a su antiguo amigo.

Organizando la Juventud Comunista, JCS

Por otra parte, a nivel político al regresar de la URSS recibí la tarea de organizar la Juventud Comunista. En este esfuerzo coordinaba con Armando Herrera, que en ese entonces dirigía el Frente de Acción Universitaria, FAU y se estaban organizando iniciativas de estudiantes de secundaria (AES) y de grupos de obreros (JOS), que había que encauzar. Me correspondió atender políticamente a un grupo de jóvenes obreros que trabajaban en la Carrocería Moderna. Entre estos jóvenes estaba el Chelito, José Luís Merino. Con ellos trabajamos hasta que estalló el conflicto. Uno de sus integrantes de apellido Morán, conocido como el Mapache, cayó en la guerra.

También trabaje con un grupo de universitarios, que estudiaban Medicina o ya habían egresado, entre los que estaba Roberto Vargas, el hermano del Chato Vargas, que era muy crítico del Partido y que le gustaba utilizar el término de “tozudos” para calificar algunas acciones. También estaba Salvador Moncada que era de nacionalidad hondureña, también crítico.

Ese año de 1971 organizamos la primera organización de docentes universitarios, la Asociación de Educadores Universitarios, AEU. Pero dura poco tiempo, hasta el 19 de julio de 1972 cuando intervienen la UES. Fui de su primera y única directiva.

Después de la segunda huelga de ANDES, se vino la campaña de la UNO para llevar a la presidencia al Ing. Napoleón Duarte. Y después se vino el golpe de estado de marzo de 1972. En cada una de estas jornadas se incorporaban nuevos jóvenes a la lucha popular y a la organización juvenil comunista.

Yo llevaba el registro de la militancia juvenil y lo tenía en mi oficina de la UES, pero el 18 de julio decido sacarlo porque se escuchaban ya rumores de una posible intervención, el día siguiente intervienen, y los militares en sus declaraciones de los hallazgos hablaban de haber encontrado “el archivo de los comunistas” con nombres y direcciones. A saber que fue lo que encontraron porque el archivo estaba seguro.

Luego de la intervención militar a la UES quedo desempleado. Solo nos pagaron un salario. Me pongo a buscar trabajo. Para ese entonces estaba de jefa del departamento de Filosofía Alma América Aguilar de Miranda. Y me llama y me dice: consiga una entrevista con el gerente de CAESS, él piensa igual que Usted y seguramente le va dar trabajo. Fui y me recibió. Le explique done había estudiado.

Me dijo: sabe que esta es una empresa capitalista ¿cómo se va acomodar? Le respondí que ese no era problema porque el trabajo es profesional. Me respondió: aquí le damos trabajo pero se le exige que renuncie públicamente a su ideología, y publíquelo en algún periódico para que la gente se entere, lo mismo hice yo. Al escuchar sus palabras la sangre me hervía de indignación. Me quede viéndolo fijamente, le agradecí por el tiempo y me fui.

Para enfrentar la situación de desempleo me ayudó José Luís Merino. Me explico que a su fábrica llegaban a vender el día de pago diversos productos, ropa, pantalones, zapatos. Llégate –me dice- y nosotros te vamos a conseguir los clientes. Les das como enganche al crédito en diez pagos. Me fui a buscar a Reynaldo Hernández, un amigo que traía zapato fabricado en Nicaragua y le pedí que me diera una docena en consignación, y que le iba apagar conforme fuera vendiendo. El primer sábado los vendí todos y hasta me faltaron. Y así la fui pasando.

Por otra parte Schafik había hecho gestiones por medio del Partido del Pueblo de Panamá, PPP, para que me consiguieran empleo allá en la Universidad. Y me dice Schafik que le habían respondido positivamente y que saque los papeles para irme, que saque el pasaporte. Lo hago y solo me faltaba la constancia de la policía. Y la fui a sacar. Era cuestión de días para salir del país. En esas vueltas andaba cuando me encuentro con un viejo amigo, ingeniero mecánico que estudio en la Unión Soviética, a Manuel de Jesús Castro. Y decidimos ir al cine, vamos al Magestic a ver que exhiben me dice.

En la Guardia Nacional

Y agrega: mira vamos al UDN y allá vemos el periódico para ver que películas están exhibiendo. Fuimos al local que estaba sobre la Avenida España al costado norte del hoy Teatro Roque Dalton. Salimos y solo habíamos caminado unos treinta metros cuando se detiene un vehículo y se bajan tres tipos armados con fusiles y nos obligan violentamente a meternos al carro. Y empiezan a golpearnos. Nos esposan y nos dan una gran paliza dentro del carro, de puñetazos y patadas. Nos llevan a la Guardia Nacional.

Era el 12 de febrero de 1973. De la gran golpiza perdemos el conocimiento, al despertar estamos vendados y con capuchas. Cuando comenzamos a tomar conciencia descubrimos que en la celda donde nos encontramos hay otras personas además de nosotros. Cuando se oye que abren la puerta y entra un sujeto y me señala y dice:¡este hijo de puta aquí quiere irse para Panamá y no se lo vamos a permitir! ¿Cómo sabían? Claro, por la constancia que fui a pedir, ahí había que dar los datos para que se quería el documento. Otro agente entra y señalando a Manuel dice. ¡ A esta garra yo la conozco! Y le da un golpe. Esa noche escuchamos que los guardias estaban haciendo un gran relajo ya que les habían permitido celebrar el “día de la amistad” con prostitutas de la Avenida.

El siguiente día que era jueves, al sentirme solo, logro levantar la venda que cubría mis ojos y reconozco a las personas que me rodeaban, se trataba del Tío Julio (Salazar), Carlos Ruiz, Guillermo Ramirios, Mario Aguiñada, Do Lito Sandoval (de Santa Ana) y otros. Luego llegan y nos quitan las capuchas. Al vernos e identificarnos nos sentimos más fuertes. Nos preguntábamos: ¿qué había pasado? ¿Por qué estábamos capturados? Nos habían sacado de nuestras casas y de nuestros trabajos. El sábado llegan de nuevo y nos vuelven a esposar y a poner las vendas. Pónganse de pie. Nos sacan. Sentimos de nuevo el calor del sol. Nos meten a un camión. Vamos hacia el oriente. Seguimos vendados. Llegamos a un lugar y nos quitan las vendas. Estamos en el aeropuerto de Ilopango. Van para Guatemala nos dicen. Nos alegramos que no nos han matado.

Fue un viaje corto. Al aterrizar y pasar a migración nos recibe la Policía Nacional de Guatemala. Nos llevan al Cuartel Central de la PN en pleno centro de la capital. Nos ubican en las cuadras de los agentes, en sus dormitorios. Nos registran. Pedimos comida y bañarnos. Lo conceden y nos ofrecen un –me acuerdo- delicioso desayuno. Y luego de comer, ante nuestra sorpresa, nos tiran a la calle, a que nos arregláramos por nosotros mismos. Nos fuimos a la Zona 1, a buscar un hotel.

Conseguimos un hotel allá por la terminal de trenes, el Hotel Guatemala. Pagábamos un dólar por día con derecho a habitación y comida. El dueño del hotel estaba feliz por nuestra llegada. Comenzamos a movernos. Nos fuimos para la Universidad a buscar contactos. Ahí organizamos una conferencia de prensa e hicimos la denuncia de cómo nos habían sacado de nuestro país y como el gobierno guatemalteco estaba involucrado. Se arma un gran escándalo.

Éramos la noticia principal, con fotos y entrevistas. Nos pusieron vigilancia fuera del hotel y teníamos que ir a firmar diariamente al Cuartel Central de la PN. Nos dispusimos a tramitar el asilo político para evitar tener que estar yendo a la PN. El embajador salvadoreño en Guatemala era el Coronel Eduardo “El Chato” Casanova. Era un tipo vulgar, una vez nos invita a la embajada y nos aconseja que no regresemos a El Salvador, que nos fuéramos para otro país. Nos dice: miren porque no se van para Cuba, yo les pago el pasaje…pero ¡ya no regresen!

Un día aparecieron por el hotel un grupo de abogados guatemaltecos y preguntan por mi, los recibo y me dicen que viene de parte del Colegio de Abogados de Guatemala, que se sienten avergonzados por este hecho y muy solidarios con todos nosotros, y aquí esta ésta bolsa de dinero, recogida con todos los abogados de nuestra institución, por favor acepten este gesto de solidaridad. Y esto nos dio la idea de realizar colectas y nos íbamos para los mercados: somos exiliados salvadoreños, pedimos solidaridad. La gente colaboraba, nos daban dinero, pudimos así pagar el hotel. Incluso lo de la firma en la PN se fue relanceando. Y finalmente obtuvimos asilo político.

Además reanudamos el contacto con el PCS. Manteníamos reuniones secretas. Una vez llego Vanzetti y pide hablar conmigo. Me dice: el Partido lo necesita, vengo a llevarlo. Sí esta de acuerdo, nos vamos. Salimos para San Salvador. Pasamos por un punto ciego. Pasamos a la par de la caseta de la policía aparentando ser gente de la localidad, con una bolsa de comprados. Regrese a San Salvador en abril de ese año, pase casi un mes en Guatemala.

Vivía en la más absoluta clandestinidad porque había orden de matarme (matarnos) si regresaba. Me aísle de mi familia, solo me comunique una vez con mi hermano mayor, Tito. Llegue al lugar disfrazado y no me reconoció. Al saludarlo, me reconoció. A mi hermano lo habían capturado en vías de investigación, y lo tuvieron capturado tres días en la Policía Nacional. Y es que cuando me capturan vivía en su casa, él me había dado posada y entonces sospechaban, pero él no militaba.

La tarea para la cual el Partido me necesitaba era la de contribuir a la fase final de organización de la Juventud Comunista, la JCS. Para crear la Juventud Comunista se crea una comisión. Esta Schafik, en ese entones Emilio, Armando Herrera (Palmiro) y mi persona. Al realizarse el Congreso de Fundación de la JCS, asumo la secretaría general, mi pseudónimo era José. Se elige además un comité central y un comité ejecutivo. Al crearse la JCS mi vida sigue siendo clandestina.

Schafik consideraba que con la creación de la JC se daba un paso importante en la lucha revolucionaria del pueblo salvadoreño. Nos reuníamos frecuentemente, estaba muy interesado en los avances como en las dificultades de la JC. Cuando nos visitaban de otros partidos hermanos, hacíamos una reunión única PCS-JCS, como cuando una vez vinieron los mexicanos, del PCM. Y le preguntaron a Schafik ¿y quien es el secretario general de la JCS? Este que esta aquí. Y me señala. Bastante joven comentaron.

Fíjate que la casa donde vivía estaba vigilada. Vivía por la zona del antiguo Cine Terraza, en la Rábida. En la 33 Calle Oriente bis. Era una casa de apartamentos. Uno de mis vecinos era el músico Chando Orellana. El otro vecino era un misterio. Nunca lo había visto aunque sabía que ahí vivía alguien. No se comunicaban, y siempre pasaba cerrado. La vigilancia la hacía un policía que se paraba frente a la casa por largos periodos, luego se iba y volvía a regresar. Su presencia era ya habitual. Luego me entere que mataba tres pájaros de un solo tiro: vigilaba la casa de la familia de Saénz Varela, que quedaba arriba, me vigilaba y la casa donde vivía Lil Milagro Ramírez, que era el apartamento misterioso, claro, de esto me entere ya en la guerra. A los tres nos seguían.

Con Torrijos en Panamá

Fíjate que en 1971 se intensifica el esfuerzo del pueblo panameño por recuperar el Canal y se recibe una invitación para que una delegación universitaria vaya a Panamá y se solidarice con estos esfuerzos conducidos por el General Omar Torrijos, que por cierto había estudiado aquí en la Escuela Militar. La invitación de una forma u otra llega al FAU y se arma la comitiva. Íbamos 25 jóvenes. Nos fuimos en un avión militar saliendo de Ilopango. Llegamos y nos reunimos con Torrijos y visitamos el canal. Fue un gesto de solidaridad con esta lucha antiimperialista, que lograba incluso el apoyo de sectores militares salvadoreños. Por otra parte, en 1974 abren la UES y me reincorporo como docente…

“Colonialidad del poder, eurocentrismo y América Latina”: Aníbal Quijano

“Colonialidad del poder, eurocentrismo y América Latina”: Aníbal Quijano
19/07/2012 Deja un comentario Go to comments

La globalización en curso es, en primer término, la culminación de un proceso que comenzó con la constitución de América y la del capitalismo colonial/ moderno y eurocentrado como un nuevo patrón de poder mundial. Uno de los ejes fundamentales de ese patrón de poder es la clasificación social de la población mundial sobre la idea de raza, una construcción mental que expresa la experiencia básica de la dominación colonial y que desde entonces permea las dimensiones más importantes del poder mundial, incluyendo su racionalidad específica, el eurocentrismo. Dicho eje tiene, pues, origen y carácter colonial, pero ha probado ser más duradero y estable que el colonialismo en cuya matriz fue establecido. Implica, en consecuencia, un elemento de colonialidad en el patrón de poder hoy mundialmente hegemónico. En lo que sigue, el propósito principal es abrir algunas de las cuestiones teóricamente necesarias acerca de las implicancias de esa colonialidad del poder respecto de la historia de América Latina

I. América y el nuevo patrón de poder mundial

América se constituyó como el primer espacio/tiempo de un nuevo patrón de poder de vocación mundial y, de ese modo y por eso, como la primera identidad de la modernidad. Dos procesos históricos convergieron y se asociaron en la producción de dicho espacio/tiempo y se establecieron como los dos ejes fundamentales del nuevo patrón de poder. De una parte, la codificación de las diferencias entre conquistadores y conquistados en la idea de raza, es decir, una supuesta diferente estructura biológica que ubicaba a los unos en situación natural de inferioridad respecto de los otros. Esa idea fue asumida por los conquistadores como el principal elemento constitutivo, fundante, de las relaciones de dominación que la conquista imponía. Sobre esa base, en consecuencia, fue clasificada la población de América, y del mundo después, en dicho nuevo patrón de poder”. De otra parte, la articulación de todas las formas históricas de control del trabajo, de sus recursos y de sus productos, en torno del capital y del mercado mundial.

Raza, una categoría mental de la modernidad

La idea de raza, en su sentido moderno, no tiene historia conocida antes de América. Quizás se originó como referencia a las diferencias fenotípicas entre conquistadores y conquistados, pero lo que importa es que muy pronto fue construida como referencia a supuestas estructuras biológicas diferenciales entre esos grupos.

La formación de relaciones sociales fundadas en dicha idea, produjo en América identidades sociales históricamente nuevas: indios, negros y mestizos y redefinió otras. Así términos como español y portugués, más tarde europeo, que hasta entonces indicaban solamente procedencia geográfica o país de origen, desde entonces cobraron también, en referencia a las nuevas identidades, una connotación racial. Y en la medida en que las relaciones sociales que estaban configurándose eran relaciones de dominación, tales identidades fueron asociadas a las jerarquías, lugares y roles sociales correspondientes, como constitutivas de ellas y, en consecuencia, al patrón de dominación colonial que se imponía. En otros términos, raza e identidad racial fueron establecidas como instrumentos de clasificación social básica de la población.

Con el tiempo, los colonizadores codificaron como color los rasgos fenotípicos de los colonizados y lo asumieron como la característica emblemática de la categoría racial. Esa codificación fue inicialmente establecida, probablemente, en el área britano-americana. Los negros eran allí no solamente los explotados más importantes, pues la parte principal de la economía reposaba en su trabajo. Eran, sobre todo, la raza colonizada más importante, ya que los indios no formaban parte de esa sociedad colonial. En consecuencia, los dominantes se llamaron a sí mismos blancos.

En América, la idea de raza fue un modo de otorgar legitimidad a las relaciones de dominación impuestas por la conquista. La posterior constitución de Europa como nueva id-entidad después de América y la expansión del colonialismo europeo sobre el resto del mundo, llevaron a la elaboración de la perspectiva eurocéntrica de conocimiento y con ella a la elaboración teórica de la idea de raza como naturalización de esas relaciones coloniales de dominación entre europeos y no-europeos. Históricamente, eso significó una nueva manera de legitimar las ya antiguas ideas y prácticas de relaciones de superioridad/inferioridad entre dominados y dominantes. Desde entonces ha demostrado ser el más eficaz y perdurable instrumento de dominación social universal, pues de él pasó a depender inclusive otro igualmente universal, pero más antiguo, el inter-sexual o de género: los pueblos conquistados y dominados fueron situados en una posición natural de inferioridad y, en consecuencia, también sus rasgos fenotípicos, así como sus descubrimientos mentales y culturales. De ese modo, raza se convirtió en el primer criterio fundamental para la distribución de la población mundial en los rangos, lugares y roles en la estructura de poder de la nueva sociedad. En otros términos, en el modo básico de clasificación social universal de la población mundial.

Undécima carta a las izquierdas: ¿ecología o extractivismo?

Undécima carta a las izquierdas: ¿ecología o extractivismo?
12 dic 2013
Compartir: facebook twitter meneame

En la décima carta a las izquierdas afirmé que al inicio del tercer milenio las izquierdas se debaten entre dos desafíos principales: la relación entre democracia y capitalismo; y el crecimiento económico infinito (capitalista o socialista) como indicador básico de desarrollo y progreso. En este texto voy a centrarme en el segundo desafío.

Antes de la crisis financiera, Europa era la región del mundo donde los movimientos ambientalistas y ecologistas tenían más visibilidad política y donde la narrativa de la necesidad de complementar el pacto social con el pacto natural parecía gozar de una gran aceptación pública. Sorprendentemente o no, con el estallido de la crisis estos movimientos y esta narrativa desaparecieron de la escena política y las fuerzas políticas más directamente opuestas a la austeridad financiera reclaman crecimiento económico como única solución, y excepcionalmente hacen alguna declaración algo ceremonial sobre la responsabilidad ambiental y la sostenibilidad. De hecho, las inversiones públicas en energías renovables fueron las primeras sacrificadas por las políticas de ajuste estructural. Antes de la crisis el modelo de crecimiento en vigor era el principal blanco de crítica de los movimientos ambientalistas y ecologistas precisamente por insostenible y producir cambios climáticos que, según los datos la ONU, serían irreversibles a muy corto plazo, según algunos, a partir de 2015. Esta rápida desaparición de la narrativa ecológica muestra que el capitalismo no sólo tiene prioridad sobre la democracia, sino también sobre la ecología y el ambientalismo.

Hoy, sin embargo, resulta evidente que, en el umbral del siglo XXI, el desarrollo capitalista toca los límites de carga del planeta Tierra. En los últimos meses se han batido varios récords de peligro climático en Estados Unidos, la India, el Ártico, y los fenómenos climáticos extremos se repiten cada vez con mayor frecuencia y gravedad. Prueba de ello son las sequías, las inundaciones, la crisis alimentaria, la especulación con productos agrícolas, la escasez creciente de agua potable, el uso de terrenos agrícolas para agrocombustibles, la deforestación de bosques. Poco a poco se va constando que los factores de la crisis están cada vez más articulados y son, en última instancia, manifestaciones de la misma crisis, que por sus dimensiones se presenta como crisis civilizatoria. Todo está relacionado: la crisis alimentaria, la ambiental, la energética, la especulación financiera sobre las commodities y los recursos naturales, la apropiación y concentración de tierra, la expansión desordenada de la frontera agrícola, la voracidad de la explotación de los recursos naturales, la escasez de agua potable y su privatización, la violencia en el campo, la expulsión de poblaciones de sus tierras ancestrales para dar paso a grandes infraestructuras y megaproyectos, las enfermedades inducidas por la dramática degradación ambiental, con mayor incidencia de cáncer en determinadas zonas rurales, los organismos modificados genéticamente, el consumo de agrotóxicos, etc. La Conferencia de Naciones Unidas sobre Desarrollo Sostenible, Rio+20, celebrada en junio de 2012, fue un fracaso rotundo debido a la complicidad mal disfrazada entre las élites del Norte global y las de los países emergentes para dar prioridad a los beneficios de sus empresas a costa del futuro de la humanidad.

La valoración internacional de los recursos financieros permitió en varios países de América Latina una negociación de nuevo tipo entre democracia y capitalismo. El fin (aparente) de la fatalidad del intercambio desigual (las materias primas siempre menos valoradas que los productos manufacturados) que encadenaba a los países de la periferia del sistema mundial al desarrollo dependiente permitió que las fuerzas progresistas, antes vistas como “enemigas del desarrollo”, se liberasen de este fardo histórico, transformando el boom en una ocasión única para llevar a cabo políticas sociales y de redistribución de la renta. Las oligarquías y, en algunos países, sectores avanzados de la burguesía industrial y financiera altamente internacionalizados, perdieron buena parte del poder político gubernamental, pero a cambio vieron aumentado su poder económico. Los países cambiaron sociológica y políticamente hasta el punto de que algunos analistas vieron el surgimiento de un nuevo régimen de acumulación, más nacionalista y estatista: el neodesarrollismo basado en el neoextractivismo.

Sea como sea, este neoextractivismo tiene como base la explotación intensiva de los recursos naturales y plantea, en consecuencia, el problema de los límites ecológicos (por no hablar de los límites sociales y políticos) de esta nueva (vieja) fase del capitalismo. Esto resulta más preocupante en cuanto que este modelo de “desarrollo” es flexible en la distribución social pero rígido en su estructura de acumulación. Las locomotoras de la minería, del petróleo, del gas natural, de la frontera agrícola son cada vez más potentes y todo lo que interfiera en su camino y complique el trayecto tiende a ser aniquilado como obstáculo al desarrollo. Su poder político crece más que su poder económico, la redistribución social de la renta les confiere una legitimidad política que el anterior modelo de desarrollo nunca tuvo, o sólo tuvo en condiciones de dictadura.

Dado su atractivo, estas locomotoras son magníficas para convertir las señales cada vez más perturbadoras de la inmensa deuda ecológica y social que crean en un coste inevitable del “progreso”. Por otro lado, privilegian una temporalidad afín a la de los gobiernos: el boom de los recursos no va a durar siempre, y eso hay que aprovecharlo al máximo en el menor espacio de tiempo. El brillo del corto plazo ofusca las sombras del largo plazo. Mientras que el boom configure un juego de suma positiva, cualquiera que se interponga en su camino es visto como ecologista infantil, campesino improductivo o indígena atrasado de los que a menudo se sospecha que se trata de “poblaciones fácilmente manipulables por Organizaciones No Gubernamentales no se sabe al servicio de quién”.

En estas condiciones, resulta difícil activar principios de precaución o lógicas a largo plazo. ¿Qué sucederá cuando termine el boom de los recursos? ¿Cuando sea evidente que la inversión en “recursos naturales” no fue debidamente compensada por la inversión en “recursos humanos”? ¿Cuando no haya dinero para generosas políticas compensatorias y el empobrecimiento súbito cree un resentimiento difícil de manejar en democracia? ¿Cuando los niveles de enfermedades ambientales sean inaceptables y sobrecarguen los sistemas públicos de salud hasta volverlos insostenibles? ¿Cuando la contaminación de las aguas, el empobrecimiento de las tierras y la destrucción de los bosques sean irreversibles? ¿Cuando las poblaciones indígenas, quilombolas y ribereñas expulsadas ​​de sus tierras cometan suicidios colectivos o deambulen por las periferias urbanas reclamando un derecho a la ciudad que siempre les será negado? La ideología económica y política dominante considera estas preguntas escenarios distópicos exagerados o irrelevantes, fruto del pensamiento crítico entrenado para pronosticar malos augurios. En suma, un pensamiento muy poco convincente y en absoluto atractivo para los grandes medios.

En este contexto, sólo es posible perturbar el automatismo político y económico de este modelo mediante la acción de movimientos sociales y organizaciones lo suficientemente valientes para dar a conocer el lado destructivo sistemáticamente ocultado de este modelo, dramatizar su negatividad y forzar la entrada de esta denuncia en la agenda política. La articulación entre los diferentes factores de la crisis deberá llevar urgentemente a la articulación entre los movimientos sociales que luchan contra ellos. Es un proceso lento en que la historia particular de cada movimiento todavía pesa más de lo que debería, aunque ya son visibles articulaciones entre luchas por los derechos humanos, la soberanía alimentaria, contra los agrotóxicos, los transgénicos, la impunidad de la violencia en el campo, la especulación financiera con los alimentos, luchas por la reforma agraria, los derechos de la naturaleza, los derechos ambientales, los derechos indígenas y quilombolas, el derecho a la ciudad, el derecho a la salud, luchas por la economía solidaria, la agroecología, la gravación de las transacciones financieras internacionales, la educación popular, la salud colectiva, la regulación de los mercados financieros, etc.

Al igual que ocurre con la democracia, sólo una conciencia y una acción ecológica robusta y anticapitalista pueden enfrentar con éxito la vorágine del capitalismo extractivista. Al “ecologismo de los ricos” hay que contraponer el “ecologismo de los pobres”, basado en una economía política no dominada por el fetichismo del crecimiento infinito y del consumismo individualista, sino en las ideas de reciprocidad, solidaridad y complementariedad, vigentes tanto en las relaciones entre los seres humanos como en las relaciones entre los humanos y la naturaleza.

“Calibán y la bruja”: Reseña de Amparo Moreno Sardà

“Calibán y la bruja”: Reseña de Amparo Moreno Sardà
04/03/2012 Deja un comentario Go to comments

En 1984, Silvia Federici y Leopoldina Fortunati publicaron Il Grande Calibano. Storia del corpo social rebella nella prima fase del capitale (Milán, Franco Agneli). Veinte años después, Silvia Federici publicó Caliban and the Witch Women. The Body and Primitive Accumulation. Esta obra, traducida al castellano en 2010 como Calibán y la bruja. Mujeres, cuerpo y acumulación originaria, merece algo más que una reseña convencional.

En el Prefacio, Federici explica las diferencias entre las dos obras. Il Grande Calibano, fruto de un proyecto de investigación iniciado a mediados de los setenta con la feminista italiana Leopoldina Fortunati, fue un intento de repensar el análisis de la acumulación primitiva de Marx desde un punto de vista feminista, y una crítica a la teoría del cuerpo de Foucault, que ignora el proceso de reproducción, funde las historias femenina y masculina en un todo indiferenciado y se desinteresa por el “disciplinamiento” de las mujeres hasta el punto que nunca menciona la caza de brujas. La tesis que se defendía era que la historia de las mujeres requiere analizar los cambios que el capitalismo introdujo en el proceso de reproducción social y especialmente en el de reproducción de la fuerza de trabajo. Caliban y la bruja responde a un mayor conocimiento sobre la historia de las mujeres y a un contexto social diferente. En consecuencia, se propone repensar el desarrollo del capitalismo desde un punto de vista feminista evitando las limitaciones de una “historia de las mujeres” separada del sector masculino de la clase trabajadora.

Poco después de la publicación de Il Grande Calibano, Federici se desplazó de Estados Unidos a Nigeria donde trabajó como profesora entre 1984 y 1986, años que constituyeron un “punto de inflexión para la mayoría de los países africanos”. La autora explica así su experiencia. En respuesta a la crisis de la deuda, el gobierno nigeriano entró en negociaciones con el Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial y adoptó “un programa de ajuste estructural, la receta universal de Banco Mundial para la recuperación económica en todo el planeta”. Conseguir que Nigeria llegase a ser competitiva en el mercado internacional suponía “una nueva ronda de acumulación primitiva y una racionalización de la reproducción social orientada a destruir los últimos vestigios de propiedad comunal y de relaciones comunales, imponiendo de este modo formas más intensas de explotación”. Presenció en directo procesos similares a los que había estudiado en Il Grande Calibano. “En Nigeria comprendí que la lucha contra el ajuste estructural formaba parte de una larga lucha contra la privatización y el “cercamiento”… de las tierras comunales… y de las relaciones sociales, que data de los orígenes del capitalismo en Europa y América en el siglo XVI”. En 1986 regresó a Estados Unidos: su participación como docente en un programa interdisciplinario le llevó a detectar otro tipo de “cercamiento”: “la creciente pérdida entre las nuevas generaciones, del sentido histórico de nuestro pasado común”. Con Calibán y la bruja, Federici se propone “revivir entre las generaciones jóvenes la memoria de una larga historia de resistencia que hoy corre el peligro de ser borrada”.

Nos hallamos ante una obra fundamental para comprender una parte decisiva de la historia de Europa occidental: los siglos anteriores y posteriores a la implantación del capitalismo y el inicio de la expansión oceánica y la conquista de América. Federici se centra en las formas de resistencia populares a estos proyectos, uno de cuyos episodios más sangrientos fue la caza de brujas, fenómeno que la mayoría de historiadores ha silenciado y al que las feministas sí han prestado atención. Pero más allá de los datos, esta obra nos ha suscitado un interés especial por las aportaciones que hace a un modelo de análisis no-androcéntrico, cuestión que debería ser objeto de un debate.

En el Capítulo I (El mundo entero necesita una sacudida. Los movimientos sociales y la crisis política en la Europa medieval), Federici plantea que, para comprender el papel que jugaron las mujeres en la crisis del feudalismo, y los motivos que llevaron a la persecución de las brujas durante tres siglos, hay que examinar las luchas que libró el proletariado medieval contra el poder feudal; por tanto, tener en cuenta además de los terrenos clásicos de la lucha de clases, la transformación de las relaciones de género.

¿Por qué las acciones del proletariado medieval para “poner el mundo patas arriba” no condujeron a una alternativa al feudalismo y al capitalismo?, se pregunta la autora.

La respuesta le lleva al desarrollo de la servidumbre en Europa en los siglos V y VI, y a las herejías y los conflictos del campesinado contra los terratenientes en la Edad Media.

Se convocó a Cruzadas contra los herejes y para liberar la Tierra Santa de los “infieles”, y el Papa creó la Santa Inquisición. El colapso demográfico de la Peste Negra puso las jerarquías sociales patas arriba. Pero a finales del siglo XV se inició una contrarrevolución que degradó a todas las mujeres, cualquiera que fuera su clase, insensibilizó a la población frente a la violencia contra las mujeres y preparó el terreno para la caza de brujas.

El Capítulo II (La acumulación de trabajo y la degradación de las mujeres. La construcción de la “diferencia” en la “transición al capitalismo”) nos parece fundamental, porque en él explica la autora los conceptos clave que utiliza.

El proceso revolucionario desarrollado a lo largo de la Edad Media llegó a su fin, dice, con la implantación del capitalismo como respuesta a la crisis del poder feudal, a la derrota de las revueltas campesinas que se agravaron con la caza de brujas, y a la expansión colonial. En menos de tres siglos, la clase dominante europea lanzó una ofensiva que cambió la historia del planeta, estableciendo las bases del sistema capitalista mundial, en un intento sostenido de apropiarse de nuevas fuentes de riqueza, expandir su base económica y poner bajo su mando un mayor número de trabajadores.

La violencia fue el principal medio en este proceso de acumulación primitiva. Sostiene que “éste es el contexto histórico en el que se debe ubicar la historia de las mujeres y de la reproducción en la transición del feudalismo al capitalismo, en Europa y América”.

Y para argumentarlo, rastrea dos temas clásicos: la privatización de la tierra, iniciada en Europa a fines del siglo XV, coincidiendo con la expansión colonial; y la “revolución de los precios” atribuida a la llegada del oro y la plata de América. Pero esta explicación, añade, hay que completarla tratando las políticas que la clase capitalista introdujo con el fin de disciplinar, reproducir y ampliar al proletariado europeo, comenzando con el ataque que lanzó contra las mujeres que desembocó en un “nuevo orden patriarcal”, el “patriarcado del salario”, la “esclavitud del salario”.

La crisis de población de los siglos XVI y XVII convirtió la reproducción y el crecimiento poblacional en objeto de debate intelectual y asunto de Estado. Para regular la procreación, y quebrar su control por parte de las mujeres, se intensificó la persecución de las “brujas”, se demonizó cualquier forma de control de la natalidad y de sexualidad no-procreativa, y se impusieron penas severas a la anticoncepción, el aborto y el infanticidio. El resultado fue que se esclavizó a las mujeres a la procreación: “Sus úteros se transformaron en territorio político controlado por los hombres y el Estado: la procreación fue directamente puesta al servicio de la acumulación capitalista”. La desposesión de la tierra y la devaluación del trabajo asalariado femenino condujo también a la masificación de la prostitución, tolerada en la Edad Media pero, desde el siglo XVI, sujeta a nuevas restricciones y criminalizada. Se formó, así, dice, una “nueva división sexual del trabajo”, un “nuevo contrato sexual” que definía a las mujeres –madres, esposas, hijas, viudas – en términos que ocultaban su condición de trabajadoras, y daba a los hombres libre acceso a sus cuerpos, a su trabajo y a los cuerpos y el trabajo de sus hijos. En esta “nueva organización del trabajo”, subraya, “todas las mujeres (excepto las que habían sido privatizadas por los hombres burgueses) se convirtieron en bien común”. Esta fue una derrota histórica para las mujeres. Para hacer cumplir la “apropiación primitiva” masculina del trabajo femenino, se construyó un “nuevo orden patriarcal” que redujo a las mujeres a la doble dependencia de sus empleadores y de los hombres. “Las mujeres mismas se convirtieron en bienes comunes”, ya que su trabajo fue definido como un recurso natural excluido de las relaciones de mercado. La familia, dice, comenzó a separarse de la esfera pública y se configuró en la institución más importante para la apropiación y el ocultamiento del trabajo de las mujeres: en la clase alta, la propiedad daba al marido poder sobre su esposa e hijos, mientras que la exclusión de las mujeres del salario daba a los trabajadores un poder similar sobre sus mujeres. Hubo consenso, más allá de las divisiones religiosas y culturales, y desde finales del siglo XVII surgió un “nuevo modelo de feminidad”: la mujer y esposa ideal, casta, pasiva, obediente, ahorrativa, de pocas palabras y siempre ocupada con sus tareas, valorizada por el “instinto materno”.

Federici considera que la respuesta a la crisis de población en la América colonial, donde se exterminó al 95 % de sus habitantes, fue la trata de esclavos. La inmensa cantidad de plustrabajo que permitió acumular el sistema de plantaciones fue decisivo para el desarrollo capitalista porque estableció un modelo de administración del trabajo, de producción orientada a la exportación, de integración económica y de división internacional del trabajo que se convirtió en el paradigma de las relaciones de clase capitalistas. En las metrópolis, el salario se transformó en el vehículo por medio del cual los bienes producidos por los trabajadores esclavizados iban a parar al mercado y adquirían valor. De este modo, igual que el trabajo doméstico femenino, el trabajo esclavizado se integró en la producción y en la reproducción de la fuerza de trabajo metropolitana. El salario se redefinió como instrumento de acumulación, medio para movilizar tanto el trabajo de los trabajadores que se paga, como el de una multitud de trabajadores, que queda oculto debido a sus condiciones no salariales. Las vidas de los trabajadores esclavizados en América y las de los asalariados en Europa estaban estrechamente conectadas. Pero, argumenta, sería un error deducir que el ajuste del trabajo esclavo a la producción del proletariado asalariado europeo creó una comunidad de intereses entre los trabajadores europeos y los capitalistas de las metrópolis, a partir del deseo común de artículos importados baratos. Esta situación cambió a partir de 1640, cuando la esclavización en las colonias del sur de Estados Unidos y del Caribe estuvo acompañada de la construcción de jerarquías raciales que frustraron posibles complicidades.

Federici recurre a la conspiración organizada por Calibán, el rebelde nativo hijo de una bruja, y sus aliados, los proletarios europeos Tríncalo y Stéfano, representada por Shakespeare en La Tempestad (1612), que da título a esta obra, para preguntarse si el fatal desenlace podría haber sido diferente. “¿Y si los rebeldes no hubieran sido Calibán sino Sycorax, su madre, la poderosa bruja argelina que Shakespeare oculta en el fondo de la obra, ni Tríncalo y Stéfano, sino las hermanas de las brujas que, en los mismos años de la conquista eran quemadas en la hoguera-Europa?”. Esta pregunta retórica, aclara, permite cuestionar la naturaleza de la división sexual del trabajo en las colonias y de los lazos que podían establecerse allí entre las mujeres europeas, indígenas y africanas en virtud de una experiencia común de discriminación sexual. Y explica que la institucionalización de la esclavitud, que disminuyó la carga laboral para los trabajadores blancos, hizo cambiar la situación. “Fuera cual fuera su origen social, las mujeres blancas fueron elevadas de categoría, esposadas dentro de las filas de la estructura de poder blanco. Y cuando les resultó posible, ellas también se convirtieron en dueñas de esclavos, generalmente mujeres, empleadas para realizar el trabajo doméstico”.

Igual que el sexismo, advierte Federici, el racismo, además de un bagaje cultural que los europeos llevaron a América, fue una estrategia para crear las condiciones para una economía capitalista, y ambos tuvieron que ser legislados e impuestos. Y concluye que la acumulación primitiva, la construcción de un “nuevo orden patriarcal”, que hacía que las mujeres fueran sirvientas de la fuerza de trabajo masculina, fue fundamental para el desarrollo del capitalismo. La “nueva división sexual del trabajo”, junto con la división internacional del trabajo, favoreció la acumulación capitalista. A menudo, los trabajadores varones han sido cómplices, pero al precio de la autoalienación y de la “desacumulación primitiva” de sus poderes individuales y colectivos. Este proceso de desacumulación lo trata en los capítulos siguientes a partir de tres aspectos que considera claves en la transición del feudalismo al capitalismo.

El primer aspecto, la constitución del cuerpo proletario en una máquina de trabajo, es el tema del Capítulo III (El gran Calibán. La lucha contra el cuerpo rebelde). Coincide con Foucault en que una de las condiciones para el desarrollo capitalista fue el proceso de “disciplinamiento del cuerpo”, un intento por parte del Estado y de la Iglesia para transformar las potencias del individuo en fuerza de trabajo. En el siglo XVI, explica, en las zonas de Europa occidental más afectadas por la Reforma Protestante y por el surgimiento de una burguesía mercantil, emergió un nuevo concepto de persona en cuyo interior se escenificaba una batalla entre las “fuerzas de la Razón” y los “bajos instintos del Cuerpo”. La racionalización capitalista del trabajo requería destruir el cuerpo como receptáculo de poderes mágicos, tal como era considerado en el mundo medieval, de ahí el ataque contra la brujería y contra la visión mágica del mundo. Y subraya: “La primera máquina desarrollada por el capitalismo fue el cuerpo humano y no la máquina de vapor, ni tampoco el reloj”. En esta obsesión por controlar el cuerpo, Federici ve la misma pasión con que la burguesía trató de “colonizar” al proletariado: el gran Calibán de la época que personificaba los “humores enfermos” que se escondían en el cuerpo social, comenzando por los monstruos repugnantes de la vagancia y la borrachera.

El segundo aspecto es La gran caza de brujas en Europa, objeto del Capítulo IV. Sitúa el punto de partida en el siglo XV, con la publicación de tratados sobre brujería que culminó con el Malleus Maleficarum (1486), sancionado por la bula Summis Desiderantes (1484) del Papa Inocencio VIII. Y localiza el punto álgido entre 1580 y 1630, cuando las relaciones feudales daban paso a instituciones económicas y políticas típicas del capitalismo mercantil. La caza de brujas, afirma, se basó en una vasta organización oficial y usó propaganda multimedia para generar una psicosis de masas. Y no fue solo producto del fanatismo papal o de la Inquisición de Roma; en su apogeo, las cortes seculares llevaron a cabo la mayor parte de los juicios. Las naciones católicas y protestantes, en guerra entre sí, compartieron argumentos para perseguir a las brujas.

“La caza de brujas fue el primer terreno de unidad en la política de las nuevas Naciones-Estado europeas, el primer ejemplo de unificación europea después del cisma de la Reforma”.

Federici advierte que a partir de la asociación entre anticoncepción, aborto y brujería, en la Bula de Inocencio VIII, los crímenes reproductivos ocuparon un lugar prominente en los juicios. Y concluye que la caza de brujas fue un intento de criminalizar el control de la natalidad y de poner el cuerpo femenino, el útero, al servicio del incremento de la población y la acumulación de fuerza de trabajo, promovido por una clase política preocupada por el descenso de la población y motivada por la convicción de que una
población grande constituye la riqueza de una nación. En consecuencia, “del mismo modo que los cercamientos expropiaron las tierras comunales al campesinado, la caza de brujas expropió los cuerpos de las mujeres, los cuales fueron así “liberados” de cualquier obstáculo que les impidiera funcionar como máquinas para producir mano de obra”.

La caza de brujas fue, por tanto, una guerra para degradar, demonizar y destruir el poder social de las mujeres. En las cámaras de tortura y en las hogueras se forjaron los ideales burgueses de feminidad y domesticidad. Las prácticas perseguidas en la caza de brujas coinciden con las prohibidas en las leyes que regularon la vida familiar y las relaciones de género y de propiedad en Europa Occidental. También advierte una correspondencia entre la imagen degradada de la mujer forjada por los demonólogos, y la imagen de la feminidad que canonizaba a una mujer débil de cuerpo y mente que justificaba el control masculino sobre las mujeres y el nuevo orden patriarcal. Se santificó, así, la supremacía masculina que inducía a los hombres a ver a las mujeres como destructoras del sexo masculino. La producción de la “mujer pervertida” fue un paso hacia la transformación de la vis erotica femenina en vis lavorativa, primer paso para transformar la sexualidad femenina en trabajo. Concluye el capítulo abordando la relación entre la caza de brujas y el nacimiento de la ciencia moderna. La persecución de la curandera del pueblo expropió a las mujeres de un patrimonio de saber empírico que habían acumulado y transmitido de generación en generación. Pero el principal factor de la instigación de la caza de brujas, sostiene, fue la necesidad de las élites europeas de erradicar un modo de existencia que a finales de la baja Edad Media amenazó su poder político y económico. Cuando, hacia finales del siglo XVII la disciplina social fue restaurada y la clase dominante consolidó su hegemonía, los juicios a las brujas llegaron a su fin, la creencia en la brujería se despreció como superstición y pronto se borró de la memoria.

El tercer aspecto, lo trata en el Capítulo V titulado La colonización, la cristianización y la caza de brujas en el Nuevo Mundo. Parte del supuesto de la continuidad entre la dominación de las poblaciones del Nuevo Mundo, y la de las poblaciones en Europa durante la transición al capitalismo. En ambos casos tuvo lugar la expulsión forzosa de poblaciones enteras de sus tierras, el empobrecimiento a gran escala, y el lanzamiento de campañas de “cristianización” que socavaron la autonomía de la gente y las relaciones comunales. En el Nuevo Mundo, la caza de brujas constituyó “una estrategia deliberada, utilizada por las autoridades con el objetivo de infundir terror”, destruir la resistencia colectiva, silenciar a comunidades enteras y enfrentar a sus miembros entre sí. “También fue una estrategia de cercamiento” aplicada a la tierra, los cuerpos o las relaciones sociales. Al igual que en Europa, la caza de brujas fue el paradigma que justificó la esclavitud y el genocidio.

Federici explica que inicialmente, la imagen de los colonizados como adoradores del Diablo coexistió con una imagen positiva de los “indios”, pero a medida que avanzó la conquista se puso en marcha una máquina ideológica complementaria a la máquina militar que retrataba a los “indios” como seres que practicaban todo tipo de abominaciones bajo el dominio del Diablo, justificando, así, que podían ser privados de sus tierras y de sus vidas. Este cambio coincide con la decisión de la Corona Española de introducir un sistema más severo de explotación, a partir de 1550, para responder a la situación interna de España y financiar la expansión europea de la Corona. Las mujeres defendieron el antiguo modo de existencia y se opusieron a la nueva estructura de poder.

Las deidades femeninas en las religiones precolombinas indican que habían tenido una posición de poder. Los españoles, con sus creencias misóginas, reestructuraron la economía y el poder político a favor de los hombres, y convirtieron a las mujeres en sirvientas de los encomenderos, sacerdotes y corregidores, tejedoras en los obrajes, o las forzaron a seguir a sus maridos a las minas. Sin embargo, la lucha de las mujeres, el vínculo de los indios americanos con la tierra, las religiones locales y la naturaleza, sobrevivieron a la persecución y proporcionaron una fuente de resistencia anticolonial y
anticapitalista durante más de 500 años, y no se logró aislar a las brujas del resto de la comunidad ni convertirlas en parias. A finales del siglo XVII la caza de brujas en América continuó desarrollándose, pero la disminución demográfica y la creciente seguridad política y económica del poder colonial pusieron fin a la persecución. Se consideró la idolatría y las prácticas mágicas como debilidades de gente ignorante menospreciada por la “gente de razón”. La preocupación por la adoración al Diablo migró entonces hacia las plantaciones de esclavos en Brasil, el Caribe y América del Norte donde los colonos ingleses justificaron las masacres de los indios americanos nativos calificándolos de sirvientes del Diablo.

Para concluir, Federici advierte que la abolición de la esclavitud no hizo desaparecer la caza de brujas del repertorio de la burguesía. La expansión global del capitalismo implantó esta persecución en otras sociedades colonizadas. De ahí las lecciones del pasado al presente: la reaparición de la caza de brujas en tantas partes del mundo en los años ochenta y noventa del siglo XX significa que nos encontramos en un nuevo proceso de “acumulación primitiva”, y que la privatización de la tierra y de otros recursos comunales, el masivo empobrecimiento, el saqueo y el fomento de la división de comunidades antes cohesionadas, vuelven a formar parte de la agenda mundial. Y concluye con Arthur Miller en su interpretación de los juicios de Salem: si despojamos a la persecución de las brujas de su parafernalia metafísica, podemos reconocer en ella fenómenos muy próximos a nosotros.
reseña-economia critica -caliban.pdf
Reseña de Amparo Moreno Sardà, catedrática emérita de Historia de la Comunicación de la UAB, en el núm. 11 de la Revista Economía Crítica
Libro: Il grande Calibano
Fuente: http://www.traficantes.net/index.php/

Al preclaro unionista Dr:José de Jesús Zamora

Al preclaro unionista Dr:José de Jesús Zamora

Por el Dr: Roberto Celis

Cuando reparamos en la prensa diaria las noticias y los acontecimientos de Nicaragua, El Salvador y el resto de Centro América, nos viene a la memoria el recuerdo imperecedero de un gran centroamericano,nacido en la “Tierra de los lagos” que dio los frutos de su vida útil a El Salvador, de corazón sensitivo y mente clara, dedicado con toda la fuerza de su espíritu a las más nobles causas en favor de sus semejantes y principalmente,a la gran causa de la unión centroamericana me refiero al ilustre Dr José de Jesús Zamora, médico de profesión y hombre integro, en la verdadera expresión de la palabra.

En su juventud, el Dr;Zamora sirvió a la causa libertaria del gran nacionalista y patriota. General de los hombres libres. César Augusto Sandino, a quien acompañó con sus huestes en el propio corazón de la jungla segoviana. Por sus conviciones democráticas luchó en su país de origen y como era natural sufrio las persecusiones que le hicieron peregrinar por su soñada Centro América, sentando reales en El Salvador, donde formó distinguida familia. Ejerció la profesión de médico con devoción hipocrática, para curar y aliviar sin ánimo de explotación.

Su espiritu rebelde lo hacia derrochar afanes de unionista que soñaba con los desvelos de Morazán,Barrios, y Mendieta, entregando su tiempo libre a actividades que tenían por objetivo ayudar al prójimo y alentar los esfuerzos de amigos y agrupaciones civicas y politicas, que perseguian el mejoramiento de los pueblos. Pertenecia a varias asociaciones y era puntual asistente a sus llamados, a tal grado que hacia viajes expresos desde San Vicente, en un tiempo lugar de su domicilio,para asistir con puntualidad a las sesiones del Partido Unionista Centroamericano y a otras reuniones civicas que lo reclamaban, en donde las ideas expuestas con claridad y llevadas a la prensa por la pluma del Dr: Zamora, iluminaban senderos de optimismo,que podian ser verdaderos ejemplos para la juventud.

Fueron muchos años de vida ejemplar del Dr: Zamora y al emprender su partida a la eternidad,las organizaciones civicas lamentaron el silencio de aquella voz orientadora y sus amigos y el pueblo centroamericano, sin poder llenar el vacío del hombre integro,del profesional responsable y del defensor de todas las nobles causas en favor de los pueblos oprimidos, cuyo más grande anhelo fue la comprensión y unidad de esta tierra,corazón de América, desde el Suchiate hasta el Darién,la Patria Grande. En esta hora para Centro América, el recuerdo imperecedero en memoria de uno de sus preclaros hijos.

San Salvador,Enero de 1982.

Estuve en Guazapa con las FAL en 1982… Entrevista con la Teniente Yuri

Estuve en Guazapa con las FAL en 1982…
Entrevista con la Teniente Yuri

SAN SALVADOR, 16 de abril de 2014 (SIEP) Conversamos con la Teniente Yuri, única oficial mujer de las Fuerzas Armadas de Liberación, FAL; el brazo armado del Partido Comunista de El Salvador, PCS, durante la Guerra Popular Revolucionaria que vivió El Salvador de 1980 a 1992.

“Fíjate que hubieron – nos dice-diversas generaciones de oficiales, de personal con estudio en academia militar, en diversos países. El primero que estuvo en Vietnam creo que fue el Comandante Simón (Schafik Handal). Luego en los años 79-80 fue un primer grupo también a Vietnam, entre los que estaba Logan, Lucio, Marcelo y Eduardo. Luego fue otro grupo a Cuba en los años 80-81. Iba Ramiro, Fabián, Víctor Manuel, Octavio, Ítalo y mi persona, la única mujer. Después vinieron en 1981 los Esquimales, con estudios en las academias militares de la URSS…Al sacarnos a formación en el exterior, se pretendía formar cuadros para que luego formáramos parte de los mandos militares de las FAL…”

“Me acuerdo que cuando regreso y me voy para el Frente de Guazapa, me encuentro con el Tío Julio (Salazar) que era Comisario Político en la zona baja y se pasaba bromeando conmigo y me decía: Yuri, Usted puede, tiene la autoridad para poner firme al Jefe del Campamento y con gusto le va a hacer caso porque esta enamorado. ¡No lo haga sufrir! ¡Déle una oportunidad!

Y a él le decía: decile algo a la compañera, ni siquiera una florcita le has traido. No seas tímido. Anda conseguile un cusuco. Decile: para contentarte te traigo este cusuco…que no tiene cola, que solo es ñuñuco. Esto se llama la conquista por cusuco. Y se carcajeaba…todo esto en medio de los aviones que pasaban amenazando con bombardear.”

Por las mañanas luego del infaltable Matutino (Ejercicios) se hacía una parada en las que se daba el parte oficial y la orden del día. Al frente estaban René Armando, Responsable del Frente de Guazapa, Yuri (Sección Político-Ideológica) y el Comandante Miguel (A. Chicas). La CP era la autoridad máxima. También se cantaba La Internacional y el Himno del FMLN. Luego cada quien se iba a cumplir las tareas asignadas.

Al salir de la cárcel de Mariona llega Lucio a Guazapa y asume el mando de las FAL. Era el Jefe del Estado Mayor. Chepón era el Jefe de las Fuerzas especiales, las FES y luego del Batallón Rafael Aguiñada Carranza, el BRAC. Luego el Jefe de las FES fue Arnulfo.

A principios de 1982 Simón nos reúne a siete oficiales formados en Cuba y nos mete a un taller de cuatro días para “actualizarnos” sobre la situación internacional, y el desarrollo de la guerra en sus vertientes militar, política, diplomática, de masas y conspirativa y luego para asignarnos grados militares y misiones de combate.

A Wenceslao se le nombra Comandante del Frente Occidental Feliciano Ama en Santa Ana; a Víctor Manuel Capitán y se la manda a Guazapa; a Octavio Comandante y se le manda para el Volcán de San Salvador junto con Fabián que es nombrado Teniente; a Ramiro, Comandante y Jefe del Estado Mayor ( ya que Lucio estaba preso); a mi se me nombra como Teniente y Pedro como Capitán. Grados conferidos: tres comandantes, dos capitanes y dos tenientes.

Y se decide que en mi caso se me trasladaba a trabajar en el Estado Mayor, en Managua, junto con Ramiro. Se me asigna como tercera en la Sección de Operaciones del EM, que era dirigida por Marcelo, y que tenía como segundo responsable a un Esquimal, que había sido estudiante de Medicina. Fíjate que este compañero se volvió loco. Fue una experiencia muy dura, te la cuento. Fíjate que el compañero era políticamente muy capaz, brillante y tuvimos que encarcelarlo, privarlo de su libertad. Esto me partió el alma. Me acuerdo que al verme pasar me decía: teniente Yuri, sáqueme de aquí. No soy ningún peligro. No comía, lloraba y suplicaba. Y le respondía: no puedo hacerlo. Al final se lo llevaron para Cuba para curarlo

¿Cómo pasó? Fíjate que nosotros estábamos en una casa grande, de esas casas señoriales que abundan en Nicaragua y ahí teníamos nuestra habitación como Sección de Operaciones. Y pasábamos juntos porque Marcelo estaba siempre en reuniones. Y el tenía por costumbre caminar leyendo, por horas, pero observe que no pasaba la pagina y esto me intrigó. Y comencé a observarlo con mayor detenimiento. Y hablaba solo, incoherencias. Y se lo comente a Marcelo. Y tuvimos que informarlo. Y la decisión fue retenerlo.

En el 83 avanza el proceso de construir un mando único y a nivel de los Estados Mayores de las cinco fuerzas se decide integrar una Sección de Operaciones Conjunta. Y entonces Marcelo me delega para ir a reunirme con los representantes de l RN, que era Mateo, que lo había conocido en el Curso de Oficiales en Cuba, y por las FPL se me olvida el nombre. Pero después vino la consigna de “todos para adentro.”

Meses después se dio la orden que todo el mundo hacia dentro, “la dirección para dentro” había que ingresar al país, “estar en la guerra…” Los primeros en irnos fuimos nosotros, solo se quedo el personal indispensable. Llegaron Darío, Ramiro y Logan al campamento de Guazapa. Ramiro fue de los primeros en llegar al puesto de mando. Jefe de Estado Mayor y de la CP, con Chepón de la BRAC; René Armando, jefe de la tropa en Guazapa. Logan es de los últimos que entran.

Una vez recibimos en Guazapa la orden de trasladarnos hacia Chalatenango, iba a realizarse en La Palma el primer encuentro de diálogo entre Duarte y el FMLN. Era el año 1984. Bajamos del cero de Guazapa y de noche pasamos por La Bermuda, llegamos a La Escopeta. Estábamos cerquita del enemigo, podíamos ver como estaban ubicados, identificar a los que estaban fumando, casi los olíamos…pero no nos detectaron. En la noche siguiente comenzamos a desplazarnos para Tenancingo…

Íbamos todos, se pasaba por bejucos, subíamos un peñón al que parecía que nunca íbamos a llegar, nos sujetábamos a las ranuras de los muros, seguíamos una saliente del peñón, un borde que se iba derrumbando mientras pasábamos, y abajo pasaba un río pero estábamos a gran altura, íbamos siguiendo lo que hacía el guía, con un pie dentro del sendero y el otro en el aire…y cargando nuestras mochilas y fusiles.

Rumbo a Tenancingo

Al final logramos pasar y llegar a una planicie, y caminamos toda la noche, a medianoche se viene una fuerte tormenta, con truenos y rayos, era un temporal…A las 3 a.m. logramos llegar a Tenancingo, íbamos muy cansados, se ordena descanso a la columna y estamos en el filo de un cerro, bajando, quedo a media cuesta, me acurruco y saco mi plastiquito, luego me siento en el suelo aunque esta mojado, enlodado. Siento la correntada de agua con lodo bajando del cerro, cubriéndome, me levanto, no te podías ni sentar ni mucho menos dormir por el agua que bajaba caudalosa…y tengo la ropa totalmente mojada pero aún así me quede dormida, hasta que me despiertan para continuar la marcha…

Al llegar a Tenancingo esta amaneciendo, empiezan a distinguirse las casas, la vegetación. He estado antes y logro reconocer la casa de mi suegro, del papá de Chamba (Salvador Sánchez Hidalgo, dirigente del PCS desaparecido por la dictadura. RP). Las casas están destruidas, enmontadas, como un pueblo fantasma. Nos adentramos en una casa y la usamos como cuartel. Luego de cumplir la misión regresamos a La Escopeta y luego subimos de nuevo el Cerro. El regreso estuvo conducido un trecho por Miguel y Ramiro. Luego Ramiro se nos separo y Miguel queda con el mando de la tropa.

En el cerro de Guazapa llegamos a finales de diciembre y al llegar a la zona de El Quemado, encontramos que habían destruido nuestro campamento y nos dirigimos entonces a la zona baja, rumbo hacia El Paisnal, donde las FPL y el PRTC tenían campamentos. En aquel momento, la RN no tenía ni unidades ni campamento en la zona.

En diciembre de ese año volvimos a estar en La Escopeta, esta vez huyendo de los bombardeos de los aviones… ahí fue que pasamos la Navidad 1984. La pasamos alegres. La Escopeta era una zona para desplazarse, difícil, peñascosa, árida, peligrosa por su alta visibilidad, eran los territorios de Locadio…

Esa vez llegan todas las fuerzas. Llega Chepón y la BRAC. Se arma una alegre fiesta guerrillera, un encuentro de tropas guerrilleras. Iniciamos un con una gran parada militar, formamos las tropas en una gran planicie. Para decirte que hasta hubo un singular torneo futbolístico. Se formaron varios equipos guerrilleros con sus respectivas camisolas y calzonetas, y cuando aparecían las avionetas se suspendía el partido y los jugadores corrían a esconderse en los árboles y cuando se retiraban se reiniciaba el partido como si nada hubiera sucedido. Era la normalidad de la guerra. Hasta fútbol se jugó en la guerra…

A principios de 1985 y hasta 1986 soy nombrada junto con Roberto como responsables del trabajo político-ideológico de las FAL en el Cerro de Guazapa. Fíjate que con Roberto ¿vos lo conociste? (En 1973 en el Instituto Cervantes, su nombre era Nelson Guevara. RP). Con él entre a Jucuarán. Fijate que me movilice a Jucuaran por transporte aereo y ahí nos conocimos. Llegue y seguí las instrucciones y salí del pueblo caminando y entre a una tienda señalada para hacer el contacto. Me encontré a un joven que me preguntó: ¿Teniente Yuri? –Si ¿cómo fue el viaje? Bien, sígame. Lo acompañaba una escuadra guerrillera. Me dieron un arma y pedí que me esperaran para poder cambiarme. Me contó Roberto que recién llegaba de la URSS, que había estado estudiando Ingeniería pero decidió venirse a combatir.

Llegamos al campamento, Roberto me presenta con Ramón, responsable del campamento. Ramón me presenta a un Esquimal (peludo) que era el jefe de operaciones. Me pone a trabajar con él y a Roberto en Inteligencia. Otro Esquimal, el Capitán Ulises era el encargado de Expansión. Ulises me lleva a conocer la zona. Vamos a Los Manglares, que es un cantón algodonero, del otro lado de El Espino. Nos quedamos ahí por tres días. Ulises era muy respetado, era oriundo de la zona, la gente lo conocía.

Luego llega la orden para que Roberto se moviera para Guazapa. Y meses después sigo la misma suerte. Nos volvemos a encontrar con Roberto en Guazapa. La misión es la de crear Partido al interior de las FAL. Dábamos formación militar y educación política. Le dábamos respaldo político-ideológico a la labor de conducción de René Armando. Remiro llegaría meses después a asumir la conducción.

La noche que Roberto murió comienza una reunión. Ramiro estaba reunido con René Armando y Chepón. Cada quien debajo de su árbol en su respectivo lugar de descanso. Iniciando la reunión estaba cuando escuchamos que se acercaba el A-37, entre y arroja una bomba, se oye el ruido seco trac. Y el sálvese quien pueda. A Ramiro lo meten en un tatu y nosotros nos vamos a una vaguada, Roberto va adelante y cuando la bomba cae lo hace exactamente en el puesto de mando. El bombardeo fue como a las 9 y media de la noche.

Es precisa la información y no nos da tiempo de protegernos. Veo que Roberto en pleno bombardeo medio se levanta y me dice:¿Yuri, estas bien? –Si, pero cubrite. Vuelve a levantarse y al hacerlo le cae una esquirla y lo vuelve a levantar y vuelve a caer…ahí muere Roberto. Me quedo petrificada al verlo, me duele mucho al recordarme, un muchacho tan joven, tan lleno de vida, Se preocupó por mí, se levantó para verme. Tirate Roberto le grito cuando veo que es levantado en los aires por la esquirla.

¿Qué pasó después? Todo aquello quedo con olor a plomo, destruido, quemado, desolado, y Roberto tirado ahí, no sabía si levantarlo. Pero no lo podía mover, era pesado, no sabía que hacer con su cadáver pero no quería irme, no podía dejarlo solo, al fin tomo fuerzas y me levantó y en eso llegan los otros compañeros. Oigo voces, dicen: pasen, pasen, vayan a la quebrada. Allá nos estaos concentrando.

Pregunto: ¿y Roberto? Déjalo no te preocupes, nosotros nos encargaremos de él. Dice Ramiro: vamos a esperar que entierren a los compañeros. Logística era la que enterraba. Lo primero que se movía era la Logística (cocina) iba adelante, claro después de exploración. Tenían que llegar arriba para preparar los alimentos, el hospital iba separado, las bajas era Roberto y tres heridos. Los heridos venían con el Mando en hamacas. Ahí es donde encuentro a Damián, muy tranquilo con una gran serenidad que ayudaba a tranquilizarnos.

Voy junto con Damián y Ramiro. Íbamos a salir por una zona complicada por lo peligrosa. Ramiro nos informa que el ejército ya viene…empezamos a caminar rumbo al Paisnal, es una zona de muy poca vegetación. Íbamos a pasar como dos kilómetros medio pelados, empezamos a coger ramitas para medio cubrirnos, había una parte rocosa como de 100 metros, y vemos pasar una avioneta moviendo las ramas de los árboles, y veníamos con heridos. Ordenan: si la avioneta nos divisa, tírense al suelo.
Era una situación crítica. La avioneta iba seguramente a regresar. Estábamos todos muy nerviosos esperando lo peor, y con heridos. Cuando volteo a ver a mi lado y está el flaco de Damián recostado en el paredón con su radio transistor y sus audífonos y alcanzo a escuchar que se mueve y canta: ¡Susana, Susana, no llores por mi! Y pienso: ¿Cómo puede estar cantando cuando todos vamos a morir? ¡Ni que estuviéramos en una discoteca! El Damián estaba emocionado: cantaba, bailaba y movía la ramita mientras todos estábamos preocupados por la posibilidad de morir. Pero después me da risa el verlo, y la avioneta no regresa…aunque seguramente andaba buscándonos.

Al final hemos pasado el camino que conduce al Roblar, dejamos en el lugar un grupo de combate y seguimos avanzando. Al final logramos pasar y llegamos a unos cafetales ya fuera de peligro. Los cafetos eran fríos y boscosos, llegamos a acampar. Luego Ramiro me da la orden de integrarme a una Unidad de Exploración del Volcán de Guazapa. Era una misión complicada de alto riesgo, no era como estar en el campamento haciendo postas, se trataba de estar a la intemperie y de ver pasar todos los días al enemigo.

No sabía si se trataba de un premio o de un castigo pero lo cumplí. Aunque pensaba si no se relacionaba con truncar mi ascenso a nivel de mando militar, al no permitirme la conducción directa de tropas en combate, para lo cual había sido adiestrada adecuadamente. Viéndolo amablemente me parecía un gesto de paternalismo. Me sacaban de los niveles de dirección militar.

Ya en la Unidad de Exploración a veces estábamos tirados en el zacatal y podíamos ver las botas de los soldados a dos metros de nosotros. El nivel de contactos con el enemigo era muy cercano, inmediato. Ahí o morías o te capturaban. Estabas en medio de la boca del lobo, del enemigo y con una fuerza pequeña, pero por otra parte, en contacto con la población. Y este contacto no era tampoco ninguna garantía porque te podían engañar, traicionar, entregarte, era muy riesgoso.

Nuestra unidad era la primera en recibir la información sobre los planes del enemigo, éramos el primer escalón de lucha para defender nuestro territorio y zonas bajo nuestro control. Éramos los que asegurábamos las vías de acceso para los insumos, los caminos de entrada y salida de nuestros dirigentes del Partido, los senderos donde pasaban los dirigentes populares, donde se creaban las condiciones para la salida de nuestros combatientes y su ingreso a los frentes guerrilleros, par asegurar el apoyo al trabajo militar de las unidades guerrilleras a los campamentos.

La gente nos informaba sobre el movimiento del enemigo y les dábamos e dinero para que ellas nos compraran alimentos, zapatos, medicinas, hasta uniformes, y la gente era la que se ingeniaba para burlar al enemigo y trasladarnos estos insumos. Esta fue una de las experiencias más exitosas de trabajo político e incluso Ramiro me ha pedido que escriba al respecto.

Luego de un tiempo a Damián lo nombran responsable de trabajo en la zona y de la unidad militar de expansión política. Entonces Damián baja del cerro y se queda con nosotros viviendo y entonces lo comienzo a presentar con nuestra red de colaboradores, como parte de la dirección del Partido y de las FAL. Damián llegaba a la zona y nos esperaba. Nuestro centro de operaciones estaba en la mejor casa del cantón.
Ahí vivía la Niña Lina con su esposo, eran una pareja de ancianos, atrevidos, solidarios, se exponían por nosotros, además cariñosos ambos. Sus hijos no sabían nada del contacto de sus padres con la guerrilla, no sabían que sus papas eran colaboradores de las FAL. Tenían cuatro hijos, entre estos un agrónomo y una enfermera que ahí vivían. Un día me dice la Niña Lina: hoy n vayan a venir, no se vayan a acercar porque van a estar mis hijos. También a veces llegaba el ejército y ella nos avisaba que no llegaramos.

Pero un día yo llegue y nos ponemos de acuerdo con la Niña Lina y hable con el hijo agrónomo y lo convencí que colaborara. Le dio un gran susto saber que su mamá era colaboradora del FMLN. Se vuelve colaborador nuestro, pero se asustaba, pero aún así nos ayudaba y al final nos resuelve muchos problemas de abastecimiento: maíz, fríjol, arroz, etc. Y nadie sospechaba porque era muy conocido y nos ayuda hasta para sacar heridos.

Y después logramos convencer a la hija que era enfermera y esto nos sirvió para canalizar medicinas e implementos médicos. Y así fuimos armando la red de apoyo popular al Partido, a las FAL: información de movimientos del enemigo, alimentos y medicinas. Claro, nosotros pagábamos por los insumos. Al final la familia entera colaboraba con las FAL. Después la casa que ellos tenían en San Salvador también nos la proporcionaron par reuniones y contactos. Y no se metían en nada, pero colaboraban y esa colaboración era muy valiosa.

El éxito de esta experiencia de trabajo político nos permite ser una fuerza influyente en el pueblo, aunque éramos clandestinos, pero nuestra opinión era escuchada con mucho respeto. Nos permitían a nosotros y a veces a nuestras tropas que durmieran dentro de sus terrenos, en sus milpas, en sus huertas. Nos aseguraban el aprovisionamiento de agua. Había un trabajo de acercamiento político permanente aunque nos identificaban como guerrillero de las FAL, habían perdido el miedo y nos tenían respeto.

A la gente que visitábamos le decíamos: siga apoyando al ejército cuando los visite, pero no diga que nos ha visto, que nosotros los visitamos. Era la disputa por el corazón de la gente y nosotros llevábamos la ventaja. La gente nos daba de comer, y hasta los tres tiempos, preparaban el tambache y nos lo llevaban adonde nosotros estábamos escondidos durmiendo. Nos lo mandaban con niños, con sus hijos que también colaboraban y mantenían el secreto de nuestra presencia. Comíamos caliente, frijoles y tortillas, y queso y a veces huevos, a veces hasta nos ponían dulces que habían comprado en San Martín.

Era su forma de contribuir a la victoria de nuestra causa. Era lindo todo aquello, la colaboración de la gente, su creatividad. Era tanta la relación con la población que logramos construir que hasta nos ponían quejas de conflictos intra familiares, hasta de adulterios. También cuando estaba tranquilo y calculábamos que no se iba aparecer el ejercito hacíamos bajar al médico del campamento para que les diera consulta a la población. Éramos un poder.

Me acuerdo que para unas fiestas de fin de año, la población nos invita a celebrar con ellos, pero tienen que venir, hicieron que nos comprometiéramos a llegar. Va a aber tamales y panes de gallina. Queremos que venga su Comandancia que esta en el cerro porque los queremos conocer y que nos den permiso para hacer esta fiesta. Y manden unos diez muchachos y muchachas para que vengan a bailar. Pero una señora colaboradora me consulta: fíjese que mi hijo es soldado y va estar de descanso y dice que quiere venir a la fiesta y va traer un amigo. Pero ¿y entonces cómo hacemos? Le pregunto sobre la invitación a nuestro comandante. Me responde la señora: Usted tráigaselo al Comandante y yo me encargo aquí de mi hijo.

Se arma la fiesta y llegan los dos jóvenes soldados. Pero la mamá les había contado sobre la situación. Y más noche llegaron mis compañeros, los guerrilleros y la gente bien linda nos protegió, y fue un gran fiestón toda la noche…Y los soldados dándose los tragos y bailando con las guerrilleras, hasta enamorándolas. No pasó nada.

Abrimos un extenso corredor en la zona. Y tuvimos una fuerte presencia. Discutíamos las propuestas de candidatos a alcalde de los diversos partidos, del PCN, del PDC, buscábamos los candidatos a alcaldes. Y hasta tocamos lo religioso, las iglesias. Fuimos a hablar con el sacerdote del pueblo que era de derecha, conservador, terco, y que solo llegaba una vez por semana al pueblo.

Había que ganar también a la iglesia o neutralizarla. Bueno, me puse un delantal, un canasto con su respectivo yagual y la infaltable pistola y me fui a hablar con el cura. Estaba dando misa, la escuche, al terminar se quitaba los hábitos y se iba, esta desvistiéndose en al sacristía y entro, me mira y le digo: padre, quiero confesarme con usted. Me mira como extrañado y me explica que ya se va.

Pero al final accede, y nos hacemos a un lado y entonces me identifico, le digo: padre, yo soy integrante de la unidad guerrillera de Guazapa de las Fuerzas Armadas de Liberación. El sacerdote se pone pálido, verde, asustado, nervioso, temblando, casi por desmayarse. –Cálmese, padre…no se ponga así.-Yo no quiero problemas. Escuchemos, lo que quiero pedirle es que no venga una vez por mes sino todos los sábados. Se quedo pasmado de la solicitud pero accedió. De esa forma se volvió colaborador nuestro ya que cuando él llagaba quitaban los retenes militares y esto nos permitía mayor libertad de meter cosas y movilizarnos. El control de los retenes era nuestro propósito y lo logramos. Y se favoreció la iglesia y nos favorecimos nosotros.

Al tiempo Ramiro me manda a llamar de nuevo. Me informa que voy a salir de Guazapa. Que a Fabián y a mi nos mandaban para San Salvador. Estamos ya en 1988. Protesto de nuevo, me sacan de lo militar para lo cual me había adiestrado. Primero me sacaron de lo militar a tareas de expansión política, y hoy me mandan reactivar el movimiento popular y estudiantil.

Me explica Ramiro que esto es en el contexto de las tareas iniciales de la Ofensiva Hasta el Tope, que se realizaría hasta noviembre del siguiente año. Había que preparar las condiciones en la población para esta nueva etapa. Protesto pero acato. Nos vamos con Fabián para la capital. Había que partir de cero. Establezco contacto con Vinicio Peñate, presidente de AGEUS y con Marina de la FES. Iniciamos el trabajo con el movimiento estudiantil y los sindicatos. Luego envían a Damián para que se encargue del trabajo de expansión política de las FAL en san salvador. Le traslade los contactos ya realizados.

Una vez de casualidad leo una noticia en el periódico: el terrorista Elías Bonilla ha sido capturado y su responsable es la jefe guerrillera Ana Gladis Mendez. ¿Seré yo Señor? Claro. Y acababa de pasar lo de la hija de Duarte. Estoy en medio de las brasas. Y después de esto ¿qué hago? Solicito una reunión con la dirección del Partido. Se me autoriza salir del pais…

Con Roberto

Recuerdo que con Roberto nos subíamos a un cerrito desde donde se veía la iglesia de San José Guayabal, así como los soldados en el pueblo. Y él me decía: así como nosotros los estamos viendo ellos nos ven, deben de tenernos miedo y nosotros les tenemos miedo; mirá Yuri cuando la bala trae tu nombre te llega y ahí quedas para siempre y esa tarde, eran como las 6 p.m. me decía: yo no se que va pasar cuando la bala traiga mi nombre, me gustaría que después me recordaran. Esta es la bala de Roberto, tampoco me quiero morir. Si nos toca, nos toca. Estamos decididos, pero me gustaría que me recordaran.

Estuve en la Resistencia Nacional en 1975… Entrevista con Oscar Fernández (II)

Estuve en la Resistencia Nacional en 1975…
Entrevista con Oscar Fernández (II)

SAN SALVADOR, 26 de diciembre de 2013 (SIEP). Platicamos con Oscar Fernández, Comandante Julián, destacado dirigente de la Resistencia Nacional, una de las cinco organizaciones que constituyeron en octubre de 1980 la alianza de izquierda, Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional, FMLN. Oscar es actualmente asesor en seguridad pública en la Asamblea Legislativa.

“Fíjate que me impactó fuertemente cuando en Vietnam nos mostraron dos fotografías. En una se observaba a un ejército muy disciplinado, con uniformes planchados, nítidos, rasurados, con pose marcial y en la otra imagen se veía a soldados en harapos, con muletas, que les faltaban piernas o brazos, mujeres ancianas, sucios, polvorientos.”

“Y nos indica el camarada vietnamita que la primera imagen se trataba del ejército francés derrotado en 1954 luego de la batalla de Dien Bien Fu que abandonaban humillados el país mientras que la otra era del ejército victorioso, que conducido por Vo Nguyen Giap, los había vencido y que penetraba en Hanoi triunfante.”

“Nos explicaban que los revolucionarios no debemos deslumbrarnos por el brillo de las charreteras sino dilucidar, analizar y no dejarse confundir por las primeras impresiones. Ese ejército popular que veíamos en la fotografía había vencido y humillado a un imperio. Esos campesinos con su creatividad y heroísmo eran los vencedores. No hay que dejarse llevar por las apariencias, hay que buscar la esencia de los fenómenos y comprender las leyes generales y particulares de la guerra y de la lucha política. Esto nos sirvió mucho para enfrentar los desafíos que teníamos por delante”

“Fíjate que yo llego el año 74 al Frente Universitario de Estudiantes Revolucionarios Salvador Allende, FUERSA, cuando este ya estaba constituido. Me buscan para que los apoye con la lucha de los estudiantes de nuevo ingreso. Antes en el 72, nos habíamos tomado la Facultad de Medicina para sacar a la Decano Rodríguez. En el 74 creamos el CENI, la Coordinadora Estudiantil de Nuevo Ingreso y desarrollamos una campaña para rechazar los exámenes de admisión y exigir el ingreso masivo a la UES. Alba Amaya, la mujer de Víctor Amaya me busca para que les ayude a boicotear estos exámenes. Es ella la que me invita a organizarme en FUERZA. Todavía Lil (Milagro Ramírez) estaba viva. El FUERSA era la expresión pública, abierta de la Resistencia Universitaria, la REU.”

En esa época se atendía a FECCAS por parte de la Resistencia Nacional, que ya existía al interior del ERP. Después le cae a FECCAS las FPL. La ruptura en el ERP en e 75 hizo que perdiéramos el contacto y lo retomaran los camaradas de las FPL. Se decía en esa época que nosotros como RN teníamos una línea más obrerista mientras que las FPL eran más campesinistas. Como RN fuimos los que mejor organizamos al movimiento obrero y FENASTRAS se convirtió en vanguardia de su sector, con presencia de los trabajadores de las principales áreas estratégicas de la economía, incluyendo el sector eléctrico, STECEL, agua, puertos, etc. Fuimos la vanguardia efectiva del proletariado en la práctica.”

Me integro a la Sociedad de Estudiantes de Medicina Emilio Álvarez, SEMEA, como directivo, en el segundo ciclo de mi primer año de Medicina, cumpliendo una tarea de la REU. Me acuerdo que como REU estudiábamos mucho a Gramsci, por lo del fascismo. Fíjate que nosotros aplicamos aquí las tesis frentistas de Gramsci mediante el Frente de Acción Popular Unificada. El FAPU era el frente antifascista. Hacíamos escuelas políticas para estudiar los Cuadernos de la Cárcel de Gramsci. Las categorías de Gramsci nos ayudaron a entender la realidad salvadoreña.”

En ese marco también en 1975 establecimos una coalición con las FPL o sea con el UR-19 y le disputamos AGEUS al FAU del PCS. Y para su sorpresa les ganamos las elecciones. Milton (Medardo Gonzalez) del UR quedó de Presidente de AGEUS y Cheo (Eliseo Ortiz) compa nuestro de FUERSA, de Vicepresidente. Yo iba también en esta planilla. Chamba Guerra (Atilio Montalvo) era el de Conflictos. El candidato del FAU al que derrotamos era Toni Martínez. Nos estrenamos como AGEUS con la marcha del 30 de julio, nosotros la convocamos.

Antes de Medardo estuvo de presidente de AGEUS, Manuel Franco, gran camarada del PCS y del FAU, que lo matan en diciembre del 80 siendo del comité ejecutivo del Frente Democrático Revolucionario. Manuel era amigo de mi hermano Mario Ernesto, el que también mataron. Me acuerdo que llegó a darme el pésame.

La ruptura con el ERP

El 12 de mayo de 1975, por los pinos de Derecho, me encuentro al Chino (José Luís) Quan y con su característico modo de hablar, que lo escupía a uno, me dice: ¿Con quién te vas ir vos? ERP o RN. Le respondo: con la RN. Y días después en un bus me encontré con el Seco Beto, conocido como El Vaquerito a quien había conocido en la U. Me dice: tenemos la orden que a todos los de la RN hay que darles mecha, pero vos me caes bien. Vos también. Vio que tenía la mano en una mariconera en la que guardaba una Colt 45, que había sido la de Lil Milagros Ramírez.

Nos miramos, nos medimos. El Vaquerito toca el timbre y se baja por los cines España, Salú. Me bajo poco después…Fíjate que yo tenía alquilado un cuarto en la Col. E Refugio y una noche al llegar me tiraron dos balazos…El Primer Congreso de la RN lo celebramos en 1976, en una casa antes de llegar a Los Planes, fue después de la ruptura por lo de Roque (Dalton).

Ahí construimos la definición del partido y diseñamos la línea táctica y estratégica, discutimos sobre las relaciones entre partido y ejército popular, lucha armada y lucha de masas, el frente antifascista, la insurrección. La RN era el partido clandestino, que dirige al ejército, las FARN y cuenta con una organización de masas, el FAPU. Y entre la lucha armada y la lucha de masas se encuentra el GASMAS, los Grupos Armados Selectos de Masas.

Hubo documentos al respecto porque existía la conciencia de la necesidad de construir un marco teórico propio, adaptado a nuestro país La tesis frentista antifascista fue elaborada por Lil (Milagro Ramírez) con base a sus lecturas de Gramsci y a partir de este enfoque general creamos el FAPU.

Estuvieron Lil, Ernesto (Jovel), Carlos Arias, la Gorda Julia (Rodríguez), Roberto (Cañas), Eduardo (Sancho), y fue conducido por Lil y Ernesto. Éramos 30 personas encapuchadas como en un ritual. Pero algunos nos conocíamos por la voz o la figura. Pude identificar a Carlos Arias, Julia, Víctor Amaya, Beto Ramos, y otros. Se define estrategia pero no se eligen autoridades.

El II Congreso años 78 o 79 lo realizamos en La Habana, Cuba. Fue un congreso de mucho tensionamiento, con una fuerte presencia de la línea obrera. Fue coordinado por Neto (Jovel) y de segundo Ferman (Cienfuegos). El III Congreso fue en diciembre de 1980 en Guazapa en un campamento de la RN. Fue una reunión muy tensa. Ferman lo coordina como el nuevo primer responsable de la organización.

Se define ahí a Sergio como responsable de Oriente; y a Martín del Frente Sudoriental. Paso a formar parte del comité central , me eligen en ausencia porque no asistí. La estructura de dirección era: dirección nacional, comité central y consejo nacional. Se me encomienda dirigir el Frene Norte junto con Ramón (El Doctor) que era Cabañas-Chalatenango. Después se deshizo este frente y se me envía a Guazapa y luego a la Frontera con Honduras.

El 30 de julio de 1975

Fíjate que el 30 de julio de 1975 estuve en la marcha, iba operado del bazo pero fui, iba detrás de la manta de AGEUS, con Miltón y Cheo. Llevaba mi pistola una 38, aunque sin balas. También Chamba Guerra iba armado. Al empezar la balacera vi caer a Sergio Hasbun, camarada que también era de SEMEA, y que estaba por casarse. Era seco alto, lo vi cuando se dobló… cuando salgo corriendo suenan ráfagas y se arma el desparpajo, todo es un caos, veo a una cipota que había sido mi novia y corremos juntos, me jala hacia el Externado, el vigilante no nos quería dejar entrar, y al subir la mirada vemos a una avioneta que esta rociando veneno, se sienten los efectos del gas lacrimógeno, vemos a una tanqueta en el paso a dos niveles y a gente tirándose del muro, se oyen sirenas, gente viendo desde El Petate…a Carlos Fonseca lo matan al doblar ahí y tratar de escapar…Al salir del externado nos vamos hacia la U y allá me encuentro a mi papá que andaba preocupado buscándome…Ese 30 de Julio era el día de Miss Universo.

Mario Ernesto, el Capitán Carlos, mi hermano

Mi hermano se llamaba Mario Ernesto, el Capitán Carlos. Era el Jefe de los Comandos Urbanos de la zona norte de San Salvador, de las Fuerzas Armadas de la Resistencia Nacional, FARN. Guerrillero nato, “paloma”, yo lo reclute, él era menor, había salido del Externado.

Mi hermano cayó en la Zacamil en el 76, tenía 24 años cuando muere, cae porque le “ponen el dedo” lo siguen y se enfrenta, es capturado herido y se lo llevan, a los quince días se encuentra su cadáver, yo no estaba aquí y no pude verlo, se iba a ir esa semana para el frente y mis padres lo enterraron…nos llegaron a avisar que estaba en el juzgado de Apopa con otros tres cadáveres. Llego un señor a la casa a avisarnos y le dijo a mis papás: este muchacho que ustedes han sacado la foto en el diario, vayan a traerlo. Fueron momento de mucho dolor, de mucho sufrimiento Mario murió por un ideal, por un sueño de justicia por el que seguimos luchando…

Era audaz, una vez lo vi en una acción que realizamos en la Embajada de Guatemala, la volamos, y el salio de un pick up, se me quedo viendo metralleta en mano, una Uzi andaba, y entonces un carro se paro en la esquina con policías y el camino hacia ellos, con una gran frialdad, recogió una bolsa del suelo y se las tiro, y los del carro pensaron que era una bomba y se tiraron y ahí los agarraron a balazos y luego regreso al pick up tranquilamente y se fueron. Después le dije bromeando: no vuelvo a salir con vos. Todavía cuando pienso en Mario, en su juventud, en su audacia, se me salen las lágrimas…

Presidente de FUERSA

En 1980 paso a ser el segundo presidente de FUERSA. El primero fue el Chele Beto, originario de Ahuachapan y que era también presidente de la AED. En mi caso, era el también presidente de la SEMEA. FUERSA junto con el UR-19 de las FPL eran a esa altura las principales organizaciones de los estudiantes de la UES.

Ataque a la Guardia Nacional en enero del 81

Fíjate que atacamos a la Guardia Nacional. Llegamos por la Colonia Guatemala. Llevábamos un FAL y un G-3, que por cierto yo lo llevaba. 2 Uzis, granadas y una pistola. Era una acción conjunta con las FP. Nosotros íbamos entrar por el Bulevar Alemania. Las FP estaban enfrente. Cuando empieza el “despije” la gente sale a vernos desde los balcones de los edificios de la Col. Atlacatl. Cuando vemos aparecer una tanqueta que venía en nuestra dirección, le digo a un compañero que tenía una punto cincuenta: ¡disparale! Y lo hace.

Y se oye el “talegazo.”- Mirá le diste, ¡le diste! la destruyó. Y vemos que la tanqueta retrocede. Fue un momento glorioso, inolvidable. Logramos captura varias M-30 y hasta M-60. Y logramos retirarnos. Todos vamos cargados, pero felices. Caminaos por veredas, esta amaneciendo, empiezan a verse los picos de Guazapa, hacia allá vamos. N sabíamos que íbamos pasar diez años en ese cerro. Nos dicen: ¡cuidado sale el helicóptero!

Y se oye un ruido ensordecedor y al voltear a ver ahí esta el helicóptero ¡y puedo ver la cara del piloto! Y nos colocamos detrás de un árbol y no nos ven, vamos rodando el árbol mientras se aleja…nos quedamos atónitos. En pocas horas habíamos hecho l experiencia de enfrentar al ejército, a sus tanquetas, a sus helicópteros. La guerra recién comenzaba…

Con Fidel y Marcial

Fíjate que una vez estábamos en La Habana en un apartamento, quizás en el 89 o 90, en una reunión del FMLN, y habíamos colocado en la pared un mapa de El Salvador y ahí habíamos puesto las zonas bajo control nuestro y las del enemigo. Como a las diez terminamos la reunión y ya nos estábamos despidiendo cuando suena el teléfono y nos avisan que el Comandante, o sea Fidel quería pasar a saludarnos. Nos alegramos y esperamos y como a los diez minutos tocan la puerta y entra. Su presencia era imponente. Dijo: ¿Cómo están? solo quiero saludarlos unos momentos…

Pero cuando vio el mapa le brillaron los ojos y comenzó a caminar y hacer preguntas, y otras preguntas, y otras preguntas y escuchaba y volvía a preguntar y nos demostró lo enterado que estaba del desarrollo de la guerra. En un receso, Marcial lo llevo aparte y le mostró un boletín de su organización, Fidel lo vio, lo hojeo, leyó unos párrafos, se acaricio la barba y le dijo: Chico, si nosotros cuando iniciamos hubiéramos publicado algo como esto, allá estaríamos todavía en la sierra…Marcial le sonrió agradecido y regreso al grupo. El Comandante nos abandonó cuando penetraban los primeros rayos de sol a la habitación.

En la solidaridad en Italia con la lucha del pueblo salvadoreño Entrevista con Mauricio El Sólido (III)

En la solidaridad en Italia con la lucha del pueblo salvadoreño
Entrevista con Mauricio El Sólido (III)

SAN SALVADOR, 14 de julio de 2013 (SIEP) “Salí del Frente a curarme a mediados de 1987, me ingresaron al Hospital Bautista, estaba bastante complicado de salud…” nos comparte Mauricio El Sólido, destacado integrante de las Fuerzas Armadas de Liberación, FAL, brazo armado del Partido Comunista de El Salvador, PCS.

Luego de salir del hospital pude rehabilitarme gracias a la hospitalidad recibida en la casa de Any Castellanos. De ahí salí para la Terminal de Occidente donde me esperaba Armelio, aprendiz de zapatero, hermano de Leo y Mario, hijos de La Abuela, cocinera de las FAL. Leo que era explosivista salió herido cuando explotó un taller en Cerros de San Pedro. Ahí salieron heridos también William y Juliancito.

Junto con Armelio nos vamos para Guatemala, pasamos la frontera sin contratiempos y nos estuvimos unos días, lleve a Armelio a comprar ropa porque no había traído. Luego compramos los boletos aéreos y nos fuimos para Managua. Ahí nos separamos, a él lo llevaron para una casa de seguridad en El Crucero y a mí a una Clínica. En la Clínica se encontraba mi esposa, Teresa. Y como éramos compañeros decidieron enviarnos a El Crucero, en esa casa había heridos o gente que venía para el Frente. Me vuelvo ahí a encontrar con Armelio.

También estaba ahí Santa que era correo y brigadista; que por cierto murió hace poco; a Simón El Chacal que hoy trabaja en la Asamblea Legislativa; a la Arely, a Amelia, a Ramón que hoy esta en Suecia, casado con una chilena; al Negro Osvaldo. Había estado William, el hermano de Armelio. Había una escuelita política y Norma Guevara era la maestra.

También estaba mi compañera Tere, su nombre es Linda y es de origen ítalo-belga. ¿Cómo la conocí? Una vez en el campamento allá en Guazapa, veo que estaba una extranjera sentada sobre su mochila, como triste y deprimida. Solo los extranjeros se sientan sobre su mochila. Y le digo: mire usted tiene que hablar conmigo, yo soy el de Personal. Necesito sus datos. Me responde. ¡si ya me los pidieron allá en Chalate! Le digo: Chalate es una cosa y aquí es otra.

Y me cuenta que venía mandada por el Profesor Miguel Ángel Ayala, que era el Representante del FMLN en Bélgica, te hablo del papá de Werner Ayala. Y que venía de Managua. Vivía en Bélgica y su papá era italiano y su mamá belga. Había llegado con una ONG francesa llamada Socorro Popular, vino a trabajar en los campamentos de refugiados en Honduras y de ahí pasó a un campamento de las FAL en Chalatenango como ayudante en salud luego para acá en Guazapa.

En El Crucero estuvimos parte del 87 y todo el 88. En el 89 salgo para Italia. Estaba trabajando en Logística y una vez Hugo me manda a llamar y me dice: mira hay una invitación de Italia de la CGIL, para que tengamos presencia allá y se ha decidido que vos vayás. No había nada más que hablar. Salimos el 1 de marzo junto con Tere rumbo primero a Bruselas, para visitar a la familia de ella. El 23 de junio nos casamos, para poder así legalizar mi situación, y obtener un permiso de residencia.
Luego me voy para Italia, para Roma. Busco a un compañero del ERP, de nombre Carlos. Yo entendía que la invitación comprendía casa, oficina con fax, y teléfono. El mismo Profesor Ayala había estado como Representante antes pero luego se había regresado para Managua. También había estado Antonio Cabrera, El Bigote y se había dedicado a atender el Parlamento y el Senado.

En las oficinas de Roma de la CGIL trabajaba un compañero de la RN al que incluso le permitían un espacio para una oficina de FENASTRAS. Llego solicito una cita con el secretario general de la CGIL. Me recibe y le explico que llego como representante del PCS y del FMLN. Me responde molesto: lo que pasa es que todos ustedes los del FMLN son unos terroristas que impulsan la llegada al poder por la vía violenta, a través de la lucha armada. Nosotros no apoyamos esos métodos anti-democráticos y definitivamente no podemos ayudarlos. Le respondo indignado: y entonces por que nos invitan y luego al llegar nos cierran las puertas. Me responde: ¿y quien los ha invitado?-Ustedes.

Salgo de esa oficina enojado, triste, derrotado. Al salir me encuentro al salvadoreño de FENASTRAS, que por cierto se llamaba Francisco Flores, junto con un italiano y me dice: Hola ¿qué tal? –Por aquí. Le dice al italiano: te presento a un amigo ¿salvadoreño? ¿Del Frente? Si, es el representante político-diplomático del FMLN. ¿De gira? No, viene a quedarse. Y me invita para vernos al día siguiente en una radio que coordina. Llégate, queremos que participes, que nos hables de El Salvador, vamos a poner micrófono abierto. ¿Y cómo se llama la radio? Radio Proletaria del Movimiento por la Amistad y la Paz. Vamos a tener mitin el 21, mañana, en apoyo al FMLN con organizaciones populares y sindicales italianas. ¿Y que andas haciendo por aquí en la CGIL? Y le echo el rollo…

Y me dice: no me extraña en lo absoluto lo que te dijeron. Cada vez están más a la derecha, renunciando a los valores del proletariado, al valor de la solidaridad. Desde el año 45 comenzaron a desmovilizarse ideológicamente y no han parado.

Cuando llego a la radio al día siguiente me encuentro con otro ambiente, más popular, mucha gente solidaria y posters de El Salvador, de Nicaragua, de Chile, una gran camaradería. Me dice el presentador: habla lentamente, pausado, y todo el mundo te va entender. Tomo el micrófono y explico la situación de guerra de mi país, de El Salvador. Y al terminar el discurso oigo que grita alguien:¿qué quiere el Frente de nosotros?

Me dice el moderador: respóndele ¿qué quieren? Le digo: fax, teléfono y un lugar para dormir. Cinco personas suben a la tarima para ofrecer su ayuda. Me dice uno: yo tengo una computadora McIntosh que te la voy a regalar. Otro me ofreció un fax y se realiza una colecta y me dieron plata para vivir y movilizarme. Estaba emocionado ¡esta era la solidaridad del pueblo italiano!

Francisco Flores me consigue donde quedarme los primeros días y luego los de esta radio Proletaria me consiguen un apartamento en un edificio que ellos se habían tomado. Recuerdo que para la Ofensiva del 89 me buscan de todos los medios de prensa, solicitando avances noticiosos. Incluso viene a buscarme Donato Di Santos, que era el responsable de relaciones internacionales del PCI y con quien nos hicimos muy amigos.

En 1990 pude traer a Italia al Ing. Mario Cabrera, que era el director ejecutivo de FUNSALPRODESE, viajamos por toda Italia e incluso por la parte italiana de Suiza, explicando el trabajo que desarrollaba esta ONG vinculada en El Salvador al PCS. Bueno, luego vinieron los Acuerdos de Paz y ya el papel de la solidaridad internacional se fue debilitando…estoy de representante del FMLN hasta el 1994 pero ya después de 1992 no me llegaba nade de información y tenía que rebuscarme para mantenerme al día, actualizado sobre la situación del país. Incluso los Acuerdos de Paz los conseguí mediante otros compañeros de ONGs salvadoreñas con presencia en Italia y así pude compartirlos con diputados y senadores…

Fíjate que una vez me encontré con un salvadoreño que hacía artesanías, de nombre Antonio Jovel, hacía imitaciones de artesanías peruanas y platicamos y decidimos llevar productos al Festival de LUnita, el periódico del PCI, que reunía cientos de miles de personas. Era para el 500 aniversario de la invasión y diseñamos una camiseta con la figura de Quetzalcoatl y le pusimos: 500 años contra la opresión, y mira se vendió como pan caliente. Las hicimos con colores fosforescentes.

En el 92 llega a visitarme Frido (Sigfrido Reyes) como encargado de relaciones internacionales del PCS. Y después volvió a llegar esta vez junto con Schafik y Domingo Santacruz, y una mujer, parecida a Cecilia Bosso. Y luego llegaron una caravana de visitantes: el Memfís, Toño Cabrera, Dagoberto, Montano, Roberto Cañas, Gladis Jovel, Emilio Mena Sandoval, etc.

Un año después de los acuerdos de Paz, fijate que juramente para que ingresaran al PCS a tres italianos: a Linda Ferrero, exsecretaria de la representación del FMLN, un hijo de ella y Armando. Me dijeron: la Refundación Comunista no nos convence, preferimos organizarnos en el PCS. Y después ya en 1995 un trosco me dijo cagándose de la risa que el PCS había desaparecido en agosto y yo no le creía, hasta enojado me puse, pero tenía razón, estaba bien informado…¿Y entonces, como quedaba esta célula del PCS?

A finales de 1994 envié una carta a la dirección el PCS renunciando a la representación, les decía: ustedes me han abandonado. Me fui para Bélgica a buscar contactos…regreso a El Salvador hasta el 2011, ya bajo el gobierno de Mauricio Funes.