Las ideas políticas en El Salvador. El antiimperialismo

Las ideas políticas en El Salvador. El antiimperialismo
Por Roberto Pineda San Salvador, 22 de mayo de 2014

4. El antiimperialismo

Orígenes

En junio de 1494 firmaron el Tratado de Tordecillas los reyes Fernando II de Aragón, Isabel I de Castilla y Juan II, de Portugal, con el noble fin de repartirse las zonas de conquista y anexión en el Nuevo Mundo. Muy pronto, Inglaterra, Holanda y Francia se unen a este esfuerzo de asegurarse posesiones coloniales, y dirigen sus miradas hacia el Medio Oriente, India, Indonesia, China, y Australia. Europa, una civilización y sus imperios, se apoderaba así del mundo conocido y por conocer, las otras civilizaciones que frente a esta agresión, organizaron sus respectivas resistencias.

Algunos siglos después, de noviembre de 1864 a febrero de 1865 se celebra en Berlín, Alemania, una Conferencia en la que las distintas potencias coloniales europeas se repartieron el continente africano. Posteriormente, las principales iglesias cristianas de esas potencias también se reunieron en 1910 en Edimburgo para diseñar una campaña evangélica mundial y luego en 1916 en Panamá, para repartirse el trabajo misionero en América Latina y el Caribe. Eso explica la llegada de bautistas a nuestras costas.

En la reunión de Berlín participaron catorce naciones: Inglaterra, Francia, Imperio Alemán, Portugal, Holanda, Imperio Austrohúngaro, Bélgica, Dinamarca, Reino de Italia, España, Rusia, Suecia, Imperio Otomano y Estados Unidos. No participa ningún estado africano. Uno de los acuerdos principales fue el derecho de los participantes para reclamar cualquier porción de la costa africana solo si dicho territorio se ocupaba efectivamente y se comunicaba de este hecho a otros estados. Era el nacimiento del derecho imperial. Pero donde hay opresión hay resistencia.

En febrero de 1927 se realiza en Bruselas, Bélgica, el Congreso Mundial contra el Imperialismo y la Opresión Colonial. A nombre de la sección salvadoreña, mexicana y panameña de la Liga Antiimperialista de las Americas, asiste el líder revolucionario cubano Julio Antonio Mella. Un honor histórico que Mella nos representara.

En este evento se evalúa la situación de la resistencia popular y nacional contra los imperios a nivel internacional así como se toman acuerdos para redoblar la lucha antiimperialista. En esta reunión también se produce la separación entre la visión antiimperialista pero reformista del partido APRA del peruano Raúl Haya de la Torre y la visión marxista de la III Internacional, que comprendía la defensa militante de la Unión Soviética.

Y es que el surgimiento del imperialismo a finales del siglo XIX como un desarrollo del capitalismo de libre competencia, plantea nuevos desafíos para los movimientos revolucionarios a nivel internacional, en particular para los partidos obreros de los centros imperiales. Así como también provoca el nacimiento de la resistencia popular y nacional, expresada en el surgimiento de movimientos de liberación nacional en Asia, África y América Latina.

Esta resistencia incluso se manifiesta dentro de los mismos centros imperiales. En 1898 el escritor estadounidense Mark Twain crea en Boston la Liga Antiimperialista que condena vigorosamente la invasión a Cuba. Por su parte, el revolucionario cubano José Martí, representa una de las primeras voces que se lanzan contra el expansionismo imperialista de Estados Unidos. Sus escritos y su práctica política configuran los antecedentes del pensamiento antiimperialista latinoamericano y caribeño.

Asimismo el argentino José Ingenieros, el uruguayo José Enrique Rodó y el mexicano Vicente Lombardo Toledano. E incluso el peruano reformista Víctor Raúl Haya de la Torre, fundador del APRA y que estuvo en El Salvador en 1928, donde pronuncia una conferencia sobre la reforma universitaria de Córdoba de 1918 y deja establecido un comité local.

Personajes

En nuestro caso como país habíamos sido colonia española por trescientos años, de 1524 a 1821. Esto nos marca profundamente (idioma, religión, cultura) y es la principal huella de nuestra identidad cultural. Y posteriormente en 1823 enfrentamos victoriosamente al Imperio Mexicano de Agustín de Iturbide. Y luego las pretensiones imperialistas inglesas y estadounidenses. Pero nunca tuvimos una situación de ocupación militar extranjera como la tuvo Nicaragua, Honduras y Panamá. Esto también forma parte de nuestra identidad.

José Matías Delgado y Manuel José Arce

El primer antecedente antiimperialista lo constituyen las gestas independentistas contra el yugo español y luego contra el efímero imperio de Iturbide. Y sobresalen las figuras del jefe político José Matías Delgado y del jefe militar Manuel José Arce. Estas jornadas de defensa militar, política y diplomática de nuestro territorio son parte de nuestras primeras raíces antiimperialistas.

General Ramón Belloso

Un según momento es la participación de tropa salvadoreña bajo el mando del General Ramón Belloso, nombrado General en Jefe del Ejército Aliado Centroamericano que enfrenta y en 1857 derrota al Filibustero William Walker, que representando los intereses de sectores esclavistas del sur de Estados Unidos, se había proclamado presidente de Nicaragua. Es muy interesante y paradójico que fue este mismo militar liberal y antiimperialista, el que en 1833 estuvo al mando de las tropas que derrotaron al combatiente indígena anti-oligárquico Anastasio Aquino. Son las paradojas de la historia.

Manuel Enrique Araujo

Un tercer momento surge con el presidente Manuel Enrique Araujo, de pensamiento liberal y ferviente unionista, que gobernó de 1911 a 1913, y que denuncia las pretensiones imperialistas de Estados Unidos, pero sospechosamente es asesinado. Araujo le escribe al presidente William Taft una carta en la que defiende enérgicamente la soberanía de Nicaragua y exige el respeto a la independencia de nuestras naciones. Además en 1912 ordena la adopción de un nuevo escudo y de una nueva bandera con los colores de la República Federal de Centro América, para sustituir a los vigentes desde 1865, y que en el caso de la bandera era similar a la de Estados Unidos, con barras y estrellas.

Carlos Meléndez

En octubre de 1913 el sucesor de Araujo, Carlos Meléndez aunque represivo y antidemocrático, pro oligárquico, rechaza categóricamente la pretensión del gobierno de Estados Unidos de establecer una base militar en el Golfo de Fonseca. Un año después, en 1914, al iniciar la primera guerra mundial, Meléndez asume una política exterior de neutralidad “benévola” lo que le permite continuar su relación con sus socios comerciales europeos, incluyendo a los adversarios Inglaterra y Alemania.

En 1915 Meléndez rechaza categóricamente la firma del tratado Bryan-Chamorro, entre Nicaragua y Estados Unidos, mediante el cual se le permite a Washington construir una base militar en el Golfo de Fonseca, al considerar que constituye una violación a la soberanía del país. Los internacionalistas salvadoreños Francisco Martínez Suárez y Reyes Arrieta Rossi elaboran la “Doctrina Meléndez” y la presentan ante la Corte de Justicia Centroamericana.

La Liga Antiimperialista

El 21 de noviembre de 1926 se constituye la Liga Antiimperialista, en casa del nicaragüense Rosendo Argüello, con un claro programa de denuncia a la intervención de Estados Unidos en Nicaragua. La junta directiva estaba encabezada por el director del Diario Latino, Miguel Pinto, los doctores Argüello, José de Jesús Zamora, Salvador Ricardo Merlos; José Dutriz, director de La Prensa y el General J. Ernesto Alvarado. Semanas después se crea la sección salvadoreña de la Liga Antiimperialista de las Américas, LADLA, encabezada por el sindicalista de la FRTS, Manuel de Jesús Mena, y otros representantes de los sectores populares como Manuel A. Leiva, los entonces estudiantes Alfonso Rochac, Alfonso Cañas, Víctor Manuel Noubleau, Concepción Anaya, y Simón Zapata.

La creación casi simultanea de estos dos organismos de solidaridad, pone de relieve la disputa que existía en ese momento entre sectores democráticos y revolucionarios salvadoreños, que no lograron ponerse de acuerdo en este punto, lo que revela la posterior separación entre sectores influenciados por el laborismo unos y otros por el marxismo.

Dr. José Gustavo Guerrero

En 1928 el Dr. José Gustavo Guerrero como canciller salvadoreño denuncia las posiciones intervencionistas de Estados Unidos en el marco de la VI Conferencia Panamericana, realizada en La Habana, Cuba, e incluso desafía al secretario de estado estadounidense. Al regresar al país, fue destituido por el presidente Pío Romero Bosque por temor a represalias del imperio, por la actitud patriótica de su hasta entonces canciller.

Agustín Farabundo Martí

En junio de 1928 Agustín Farabundo Martí se integra al Ejercito Defensor de la Soberanía de Nicaragua dirigido por Augusto Cesar Sandino, reafirmando así su profundo sentido antiimperialista. Pero también entre los sectores reformistas impacta el antiimperialismo.
Alberto Masferrer, Prudencia Ayala y Sarbelio Navarrete

Es el caso del pensador Alberto Masferrer, quien desde su periódico Patria se manifiesta en contra del intervencionismo de Estados Unidos en Nicaragua. La feminista Prudencia Ayala también se manifiesta como pensadora y luchadora antiimperialista. El académico y jurista Sarbelio Navarrete también se solidariza públicamente con la lucha de Sandino, el General de Hombres Libres.

En los años cincuenta, sesenta y setenta del siglo XX las organizaciones populares de izquierda y el PCS asumieron el antiimperialismo como parte integral de su programa político. Por otra parte, la Guerra Popular Revolucionaria realizada por el FMLN entre 1980 y 1992 tuvo un fuerte componente antiimperialista, ya que enfrenta la ayuda militar de la Administración Reagan a los gobiernos títeres salvadoreños.

El Movimiento Salvadoreño por la Paz

El 23 de octubre de 2004 personalidades políticas, religiosas y sociales constituyen el Movimiento Salvadoreño por la Paz, MSP y se adhieren al Consejo Mundial de la Paz, organismo que desde 1948 ha jugado papel relevante en la defensa de la paz mundial. Entre los firmantes de la Carta de Constitución del MSP se encontraba los líderes históricos del FMLN, Schafik Handal y Salvador Sánchez Ceren.

Por otra parte, luego de los Acuerdos de Paz de 1992, el movimiento popular ha denunciado la aprobación legislativa por parte del partido ARENA de la Base Militar de Comalapa en julio de 2000; del Tratado de Libre Comercio CAFTA en diciembre de 2004; y de la Escuela Internacional de Policía, ILEA en marzo de 2007.

Con la llegada del primer gobierno de izquierda en 2009 lamentablemente no se denunciaron estos acuerdos sino se ha fortalecido paradójicamente la relación con Estado Unidos creándose un Consejo para el Crecimiento e implementándose el Fomilenio I y se espera que el segundo gobierno de izquierda de Salvador Sánchez Ceren implemente el Fomilenio II.

En conclusión, el pensamiento antiimperialista ha constituido parte esencial de la identidad de la izquierda política y de los sectores populares. Y la conquista de una verdadera independencia pasa necesariamente por la adopción de una política antiimperialista y no por la supeditación a los dictados de Washington. Esta es la tendencia predominante en el Sur reflejada en los gobiernos de Venezuela, Ecuador y Bolivia. Esta es nuestra tradición histórica como sectores populares.

Lucha ideológica y lucha por la unidad de la izquierda en El Salvador, años 1974-1975.

Lucha ideológica y lucha por la unidad de la izquierda en El Salvador, años 1974-1975.

En esta parte se aborda la lucha ideológica y lucha por la unidad de la izquierda, con énfasis en las temáticas de programa político, política de alianzas y formas de lucha, en el pensamiento y la praxis del PCS en los años 1974-1975, reflejado en el periódico Voz Popular. Es un debate muy significativo a la luz de la llegada al país, cuarenta años después, de un segundo gobierno de izquierda. Incluye contexto histórico y breves biografías de Alfredo Acosta Díaz y Américo Mauro Araujo. Anteriormente se había tratado el período de 1972 a 1974.

La construcción de un Programa Democrático, Antioligárquico y Antiimperialista

En el numero 11 de Voz Popular, de noviembre de 1974 se continua con la quinta parte de Elaboremos un Programa Democrático Antioligárquico y antiimperialista. Se habla sobre las características del gobierno democrático y del poder popular. Entre estas estarían que “la gestión del gobierno democrático estaría apoyada por una asamblea legislativa con una amplia mayoría de diputados representativos del frente unido anti-oligárquico y anti-imperialista.”

“La misión principal del gobierno democrático sería la de hacer realidad el Programa de transformaciones económicas, sociales y políticas abanderado por el frente unido anti-oligárquico y antiimperialista…El gobierno democrático será firme e implacable frente a las maquinaciones subversivas de la reacción interna y del imperialismo.”

Y se retoma la experiencia chilena: “en Chile el pueblo conquistó el gobierno, pero no conquistó todo el poder. Una parte decisiva del poder permaneció a disposición e la oligarquía y el imperialismo…La experiencia chilena nos señala: a) que las fuerzas populares deben avocarse ineludiblemente a la solución total del problema del poder, antes o después de la conquista del gobierno, y que deben hacerlo resueltamente b) que la unidad de las fuerzas democráticas y populares debe ser todo lo amplia que sea posible y c) que la unidad de las fuerzas populares y, ante todo, de sus destacamentos más avanzados, debe mantenerse férreamente.”

Y el articulista de VP se hace las siguientes preguntas: “¿Cuál ha de ser la vía para conquistar el gobierno democrático? ¿Cuál es el papel de las elecciones y de otras formas de lucha en la conquista del gobierno democrático?” Y promete responder a estas interrogantes en el último artículo de esta serie.

En el número 12 de VP continúa esta serie de artículos y trata sobre la necesidad de crear un “Área Social de la Economía Nacional” que comprenda tanto al Sector estatal de la Economía como la Propiedad Cooperativa y otras modalidades de la propiedad privada.

En el numero 13 de VP se continua sobre esta propuesta programática y trata sobre la “Realización de una Reforma Agraria” que debe fijar límites de extensión máximo y mínimo para la propiedad privada de la tierra; ser universal y afectar a todas las tierras; dar origen a varias formas de propiedad; ir acompañada de un vasto plan de desarrollo agropecuario; comprender un periodo breve, no mayor de 2 a 3 años; apoyarse en la más amplia participación de las masas trabajadoras del campo y el pago deberá efectuarse por medio de bonos.” En el numero 14 de VP se trata de la Reorientación del Desarrollo Industrial. Y aquí concluye esta serie de artículos. Nos queda debiendo la parte relativa al poder y la vía de la revolución, que será retomada en otra serie posterior. La masacre de La Cayetana en noviembre parece haber alterado ese propósito.

PCS condena crimen de La Cayetana. Pretenden repetir un nuevo 1932. Unidad popular para detener a los fascistas. 10 de diciembre de 1974.

La CP del PCS por medio de la VP No. 15 se pronuncia sobre la cruel masacre cometida por el ejército el 29 de noviembre en el caserío “La Cayetana”, cantón León de Piedra, municipio de Tecoluca, departamento de San Vicente.

Considera que “el rumbo que van tomando las medidas represivas del Gobierno nos hace recordar los hechos anteriores a la insurrección campesina de 1932. Al profundo descontento de los trabajadores provocado por la crisis mundial que abatió al país, se le respondió con medidas represivas hasta lograr el aborto del movimiento insurreccional. Este fue ahogado en un río de sangre. Sobre los cadáveres de varias decenas de miles de campesinos se consolido la dictadura militar al servicio de la oligarquía.”

Agrega que “los únicos que están interesado en conducir al país al despeñadero fascista, son los grupos ultraderechistas. Por eso el Movimiento Popular tiene como cuestión de principio que la unidad de acción de las fuerzas de izquierda y de los sectores progresistas de nuestra sociedad, es una condición básica para detener la escalada fascista.”

“Por ello es que a los ultraizquiedistas los llamamos a meditar sobre sus erróneas concepciones tácticas que no solo debilitan las posibilidades de aislar al enemigo principal del proletariado y del pueblo en esta etapa de la revolución, sino que en ultima instancia hacen el juego a la ultraderecha introduciendo la dispersión y favoreciendo la culminación de sus reaccionarios planes.”
Los puntos sobre las íes. Nuestra polémica con la ultraizquierda. Enero-Abril 1975
En el primer número de VP del año 1975, el 16, inicia una segunda serie de artículos, esta vez orientados al debate ideológico. Inicialmente se titulan Los puntos sobre las ies y luego Nuestro polémica con la ultraizquierda. Este primer artículo lleva el título de Una clásica lección de sectarismo. El artículo trata sobre el X Congreso de ANDES 21 de Junio, celebrado en diciembre de 1974 en Ahuachapan, en el cual se presenta y aprueba un documento titulado “Posición de ANDES 21 de Junio ante las alianzas populares.” El artículo de VP critica los posicionamientos del Comité Ejecutivo de ANDES 21 de Junio, que respondían alas posiciones de esa época de las FPL.
Estuve presente en este congreso de ANDES, como representante de AES junto con Francisco Osorio, Jorge Molina, Benito Lara y otros, y me acuerdo que el debate principal era entre Mélida Anaya Montes por parte del Comité Ejecutivo y el representante del Comité Departamental de Santa Ana , militante del PCS, Orlando Guerrero Chamul. Era un enfrentamiento abierto entre las tesis del PCS y las de las FPL. Y nos reuníamos con Schafik y me acuerdo que incluso participó en el debate como invitado.
Regresando al artículo, se pregunta el autor: “¿puede ser ANDES la vanguardia del proletariado, tal como lo pretenden sus teorizantes? Sobre esto hay muchísima tela que cortar. Y se hace otras preguntas: ¿Es una clase social la masa magisterial? Si la respuesta es negativa ¿a que capa o sector pertenece dicha masa magisterial? ¿Cuál es la ideología dominante en esa capa o sector a que pertenecen los maestros? ¿Cuáles son los intereses que han logrado movilizar a la masa magisterial en su conjunto? ¿Los económicos? ¿Los políticos?”
Y sobre el problema de las alianzas populares opina que “el pequeño burgués, que desespera ante las dificultades, y que todo lo quisiera servido en la mesa, de la noche a la mañana, desearía ver una alianza popular químicamente pura, marchando como un reloj suizo y con ideología proletaria, con solo decir: “¡Abracadabra!”
Los argumentos del Comité Ejecutivo de ANDES 21 de junio son resumidos en cuatro ideas: “se pronuncian en contra de un trabajo de unidad popular indiscriminado y amplio; la pluralidad ideológica es calificada de ideología pequeño burguesa que enarbola el imperialismo yanqui; que reunir dentro de un Frente a todas las fuerzas que quieren luchar aunque sea por un objetivo concreto “responde a una política castrada” y que la finalidad del Frente debe ser la de erradicar el sistema capitalista, que es un principio correspondiente a la ideología del proletariado.”
Concluye que “los ideólogos de ANDES sostienen, como cuestión de principio, en forma absoluta, que “el terreno de la lucha de ANDES es el ideológico.”Pues bien, recogemos el guantelete a la vez que les decimos que las páginas de este periódico, VOS POPULAR, están abiertas al debate y que esperamos sus argumentaciones exhaustivas a fin de que el pueblo en general y a masa magisterial en particular, comprueben quienes están errados y quienes están en la línea correcta.”
En el siguiente número de VP, el 17, continúa la polémica con la dirigencia de ANDES centrada en la experiencia del FAPU y sobre la unidad de acción. Plantea el articulista que el 7 de febrero de 1974 varias centrales sindicales se reunieron y decidieron luchar para ponerle freno al alza de los artículos de amplio consumo popular; luego ANDES 21 de JUNIO el 1 de mayo propuso luchar por una Ley Reguladora del Costo de la Vida.
Agrega que “posteriormente, a instancias de organizaciones campesinas y un sector del clero progresista y con participación de representaciones estudiantiles, magisteriales, campesinas, etc., se formó el FAPU. ANDES participó en la integración del Frente. Sin embargo, poco después, ANDES daba el paso atrás ya mencionado: se retiraba del FAPU porque estar en él equivalía a hacerle el juego al revisionismo y traicionar la ideología proletaria.”
Considera que “el FAPU era, propiamente hablando inspiración del principio de unidad de acción, del aunamiento de esfuerzos para le logro de objetivos muy concretos, específicos y limitados, cual era el alto costo de la vida como centro de lucha. La unidad de acción es, precisamente, la concertación de fuerzas y esfuerzos en pos de problemas concretos y relativamente limitados.”
“Sin embargo, el sectarismo de los ideólogos de ANDES no alcanza a concebir lo que es la unidad de acción y exige UNIDAD IDEOLOGICA concretamente, la UNIDAD EN LA IDEOLOGIA PROLETARIA. Por ello es que, olímpicamente, abandonaron el FAPU.”
Añade que “los ideólogos del Comité Ejecutivo de ANDES no quieren entender que existen alianzas a diversos niveles y en diversos terrenos. Su sectarismo les hace creer que solamente puede haber alianzas fundamentalmente políticas y no logran entender que alianzas, dentro de la unidad de acción, meramente económicas, como es la lucha por el alto costo de la vida, pueden en determinado momento ser transformadas en luchas políticas. Las experiencias de ANDES son de este tipo, precisamente. Esto que entiende cualquier reaccionario, y que es parte del ABC revolucionario, no cabe en las mentes de los ideólogos de ANDES.”
Considera que “en este sentido, se encuentra la típica desviación pequeño-burguesa, dogmática y sectaria, del todo o nada: o todos los que se unen, tras un objetivo concreto, participan de la ideología proletaria o no se hace ninguna unión, ninguna alianza. Los ideólogos de ANDES nos están dando una desgraciada muestra de educación política que han de aplaudir, hasta hincharse las manos, los sectores oscurantistas y retardatarios del país.”
Opina que “a lo que conduce la posición incorrecta del Comité Ejecutivo de ANDES es al aislamiento de su propia organización por una parte; por la otra, a mantener desorganizados a sectores y capas que podrían organizarse en pos de sus intereses inmediatos; y, en fin, a mantener desunidas las filas populares. Estos hechos constituyen un servicio, en bandeja de plata, a la política de la oligarquía y del gobierno de dividir el movimiento popular.”
Confusión, ignorancia y contradicciones en argumentos ultraizquierdistas
En el número 21 de VP de febrero de 1975 continúa el debate. Con el título Confusión, ignorancia y contradicciones en argumentos ultraizquierdistas se discute esta vez con el periódico Por la Causa Proletaria del ERP. Inicia el artículo informando que “el editorial del periódico “Por la causa proletaria” (número 14 de diciembre de 1974) viene dedicado a atacar los planteamientos de VOZ POPULAR a favor de la integración de un amplio frente democrático, anti-oligárquico y antiimperialista.
“Según el mencionado editorial esos planteamientos son “conciliadores” y no revolucionarios. “Por la Causa Proletaria” plantea, en cambio, la necesidad de formar un “frente anti-fascista combativo.” Según ese periódico el prototipo de tal “frente anti-fascista combativo” es el Frente de Acción Popular Unificada (FAPU) el cual se pretende contraponer a la UNO, a la que supuestamente hay que destruir “en aras de la revolución.”
En el artículo se hace un “justo reconocimiento” que se habla de “fracción fascista del ejército” en vez del acostumbrado ataque a toda la Fuerza Armada…Este es un verdadero progreso del pensamiento político de estos amigos, que nosotros reconocemos y por el que los felicitamos. Pero es curioso que esto lo dicen ahora sin hacerse la menor autocrítica, sin reconocer que era un craso error suyo el haber venido sosteniendo una línea anti-militarista primitiva e infantil. Hace unas cuantas semanas nos atacaban furiosamente por sostener que hay en la fuerza armada sectores democráticos y patrióticos.”
Sobre el “frente anti-fascista combativo” argumenta que “no cuesta trabajo describir que para estos amigos fascismo es lo mismo que capitalismo y que fascista es lo mismo que burgués. Ellos no saben, o no comprenden, que el fascismo no es ni ha sido siempre la política de la burguesía, ni es ni ha sido la política de todos los sectores y capas de la burguesía en un mismo momento.”
Concluye que “saber hacer esta elemental distinción es una cuestión clave y decisiva en la lucha contra el fascismo, porque de lo contrario no podría concentrarse “la punta de la lucha” contra los fascistas (según la expresión vietnamita) terminaríamos como Don Quijote, luchando inútilmente contra molinos de viento y ayudándoles a los fascistas a reunir en su apoyo fuerzas que no podrían conquistar por sí mismos o a contar con la neutralidad cómplice de otras, para entronizarse y consolidarse.”
En el siguiente número de VP, el 22, aparece el título Nuestra polémica con los ultraizquierdistas (II). En este se hace un resumen de las experiencias internacionales de construcción de frentes amplios, incluyendo los casos de Vietnam, Chile, Portugal, el derrocamiento del General Martínez en mayo de 1944, Guatemala de Arévalo, China. El planteamiento básico es el siguiente: “ la experiencia internacional enseña invariablemente que la política de frente anti-fascista debe ser amplísima, que debe abarcar no solo a todas las fuerzas que están por el socialismo o por la revolución democrática anti-imperialista, sino también a todos los demócratas, a todos los que están contra el fascismo, aunque no sean revolucionarios.”
En Nuestra polémica con los ultraizquierdistas (III) VP continua el debate con el periódico del ERP, Por la Causa Proletaria sobre el “frente anti-fascita combativo.”Opina que “cuando el periódico “Por la Causa Proletaria” escribe a favor de su esquema de “frente anti-fascista combativo” lo hace con el tono y la seguridad de estar abogando por una estrategia más avanzada, mas revolucionaria que la que se expresa en el esquema del frente democrático, anti-oligárquico y anti-imperialista.”
Pero sostiene la VP que “los redactores del mencionado periódico no han formulado ni publicado el programa por el que ellos luchan. El FAPU que ha sido presentado como el modelo de “frente anti-fascista combativo” únicamente ha enarbolado que sepamos, la bandera de la lucha contra el alto costo de la vida, propugnando la emisión, por la Asamblea Legislativa, de una ley que regule automáticamente el costo de la vida, subiendo periódicamente los salarios.”
Subraya la VP que “la ausencia de Programa es común a todos los demás grupos ultraizquierdistas que por cierto mantienen discrepancias con el que publica “Por la Causa Proletaria” y a las cuales nos referiremos oportunamente. No obstante, todos ellos, expresa o tácitamente, sostienen que luchan por el socialismo como el paso inmediato siguiente en el proceso histórico de nuestro país, sin escalones o etapas intermedias.”
Justifica que “el frente democrático, anti-imperialista y anti-oligárquico que nosotros propugnamos, posee un programa definido, se propone realizar los objetivo ya maduros de: la conquista de un gobierno democrático, la conquista de la independencia económica y la total independencia política de nuestro país, emancipándolo de la hegemonía del imperialismo, se propone poner fin al dominio económico y político de la oligarquía para todo lo cual deben realizarse radicales cambios estructurales, económicos y sociales y, ante todo, tomar la dirección del Estado.”
Agrega que “nosotros sostenemos que el frente democrático, anti-imperialista y anti-oligárquico y su programa son más avanzados ,más revolucionarios y más factibles que un frente anti-fascista en la actual situación de nuestro país, pero al mismo tiempo comprendemos que las fuerzas populares que lo integran deben realizar, y están realizando ya, un trabajo por forjar una alianza más amplia con otra fuerzas democráticas que no son revolucionarias, y sin exigirles ingenuamente que lo sean, en torno del objetivo de cerrar el paso al proyecto fascista que avanza en nuestro país, empujado por la CIA y el Pentágono, por la parte más recalcitrante de la reacción interna y los agentes militares de ambos.”
“Pensamos que la acción más importante y radical para atajar y derrotar al peligro fascista es la de llevar a la victoria el frente y el programa democrático, anti-imperialita y anti-oligárquico, porque los sectores más recalcitrantes del imperialismo y la oligarquía son la fuente del peligro fascista que avanza en El Salvador.”
Argumenta que “la UNO es el paso más eficaz, más trascendental que se ha dado en nuestro país para unir a las fuerzas democráticas opuestas a la hegemonía imperialista y oligárquica y posee un programa con esa orientación. Pero los amigos de “Por la Causa Proletaria” no miran esta verdad que tiene el tamaño del volcán de San Salvador y lo que proponen es prescindir de la UNO y de su Programa que, según estos, “contiene las reformas económicas que no han podido hacer los elementos burgueses más avanzados.”
Concluye preguntándose: “¿han discutido Uds., seriamente –amigos- acerca de todo el daño que pueden causar a esta tarea con sus tesis elaboradas tan descuidadamente, y con toda la propaganda que Uds., hacen, concentrada mucho más contra nosotros y contra las fuerzas democráticas agrupadas en la UNO, que contra el imperialismo, la oligarquía y los fascistas?
Nuestra polémica con los ultraizquierdistas (IV)
En el numero 24 de VP de marzo de 1975 prosigue el debate. Se afirma que “hemos dicho que la conquista de un gobierno democrático popular es la más eficaz acción para atajar a los fascistas en nuestro país y abrir el camino al sucesivo progreso histórico revolucionario. Sostenemos que esta es una posibilidad objetiva, que ha venido siendo preparada por todo el curso del proceso político social y, en particular, por los últimos 20 años de la historia de nuestro país, de la América Latina y el mundo.”
“Pero convertir esa posibilidad en realidad exige una gran claridad y cohesión en las filas revolucionarias y populares en general y demanda una extensa y disciplinada organización de masas, una lucha preñada de sacrificios y heroísmo, un amplio frente que abarque a todas las fuerzas democráticas, anti-imperialistas y anti-oligárquicas civiles y, sin falta, a todo lo que hay de progresista y democrático en las filas de la Fuerza Armada.”
Señala que “nosotros aspiramos a que también los agrupamientos ultra-izquierdistas, como representativos que son de sectores revolucionarios de la pequeña burguesía y de otros sectores populares, comprendan los fundamentos sólidos de este esquema y decidan dar su aporte para que triunfe. Pero también estamos seguros de que si ellos, a pesar de todo, no lo entienden o no lo quieren entender por no dar “su brazo a torcer” o dicho de otro modo, por puro engreimiento pequeño burgués, por pura pedantería y soberbia de intelectuales “académicos”, serán progresivamente debilitados y marginados del torrente principal de la lucha popular.
Explica que “es justo reconocer que no todos los grupos ultra-izquierdistas sustentan el mismo esquema en esta cuestión del frente único…Los amigos de “Por la Causa Proletaria”, por ejemplo, no exigen (al menos en teoría) que todos los componentes de su “frente anti-fascista combativo” deben sustentar la misma ideología para ser admitidos o para permanecer dentro de él.”
Añade que “sin embargo, y aun cuando cueste creerlo, hay otro grupos ultraizquierdistas que acusan a los de “Por la Causa Proletaria” de “conciliadores “y “revisionistas.”Para estos otros ultras (¡ultrísimos!) la única alianza revolucionaria posible es aquella que concierta entre los que piensan exactamente igual, o mejor dicho, con sus propias palabras, la alianza “entre los que tienen ideología proletaria.”
“Para estos ultrísimos fue ese el argumento central para salirse del FAPU y declararle la guerra; a nosotros nos consideran parte del bando enemigo, al que hay que destruir: ¡Incluso insinúan que hay que destruirnos primero a nosotros…para destruir luego al imperialismo y la oligarquía…! He aquí algunas líneas que ilustran lo dicho…tomadas de El Rebelde No. 27 (enero 1975) y están dirigidas contra el FAPU:
“Este frente, creado como un medio de alianza basado en el trabajo conjunto con los dirigentes oportunistas de los organismos tradicionales de masas, proclamó la necesidad de unirse en un solo canal orgánico con diversos sectores, incluyendo a los revisionistas., para la lucha por reivindicaciones económicas y democráticas…La práctica demostró lo equivocado de tal concepto de alianzas.”
Y también cita líneas del No. 6 de Juventud Rebelde (enero de 1975) dirigidas contra el PCS:
“La lucha que hemos de librar contra el revisionismo debe ser permanente para lograr con ello su destrucción o reducir al mínimo los efectos dañinos que puedan causarle al avance de la revolución….Esto es solo un aspecto de la lucha que el proletariado y sus aliados libran contra sus enemigos de clase.”
Concluye el artículo de VP: “la estrategia de estos otros ultra-izquierdistas es “mucho más radical” consiste en que los únicos revolucionarios son ellos, su pequeño grupo, que lucha por “la revolución” contra todos, empezando por los “conciliadores” que predominan en el FAPU, contra nosotros (que somos “parte de sus enemigos de clase”) contra todos los partidos, sindicatos, y organizaciones de masa en general, que no estén uniformados con su propia ideología, revolucionarista pequeño burguesa, a la que ellos califican de “proletaria” por “añadidura” contra el imperialismo y la oligarquía…Saque el lector sus propias conclusiones.”
En el número 25 de VP continúa el debate. Se plantea que “la estrategia del frente único es plenamente revolucionario y las alianzas que le son propias están dictadas por el proceso objetivo del desarrollo histórico; por causas que son ahora muy conocidas para las ciencias sociales, este desarrollo histórico se dirige en todas partes hacia una misma meta próxima: la sociedad socialista.”
Razona que “ninguno (absolutamente ninguno) de los países que ahora forman parte del campo socialita, llegó en su hora a esa meta por una vía inmediatamente directa, sin pasar por un “puente” sin transitar vía de aproximación, o dicho de otro modo, sin cumplir primero algunas tareas políticas anteriores, planteadas por su propia historia concreta.”
Expresa que “de este terreno objetivo, concreto, material y vivo, es que surge la necesidad y la posibilidad de una estrategia de frente único la cual no puede realizarse de otra manera que por medio de una políticas de alianzas….Para los ultraizquierdistas en general todo queda reducido al tema de las alianzas; es decir, confunden el medio con el fin, como veremos en futuros artículos, ellos reinciden constantemente en este error de concepción y de método en todos los temas.”
Reconoce que “una parte de los ultraizquierdistas, ha comenzado a comprender que es necesario aplicar una política de alianzas, pero solo la explican en base del reconocimiento de que el enemigo es más fuerte, la restringen a unos límites estrechos y le asignan objetivos confusos.”
Pero existe “otro sector de los ultraizquierdistas, que están en posiciones políticas más atrasadas y sectarias. Es el grupo que tiene como núcleo rector a las FPL y realiza su propaganda por medio de “El Rebelde” y por varias otras publicaciones, dirigidas a sectores diversos que conservan ese apellido de “rebelde.”Para este grupo las alianzas son una especie de maldición. Son revolucionarios –según ellos- únicamente quienes no admiten como sus aliados más que a revolucionarios, y consideran que ellos son los únicos “verdaderos revolucionarios” en nuestro país, de donde se desprende el absurdo de que la única alianza que ellos aceptan es la de ellos ¡con ellos mismos!”
Añade que “las FPL y sus publicaciones “rebeldes” sostienen que el proletariado únicamente puede hacer alianzas cuando es más fuerte y organizado que las demás clases sociales, porque solo así puede ser él la fuerza hegemónica y dirigente…En la práctica, este grupo no tiene influencia significativa en el proletariado salvadoreño, pero es necesario analizar sus tesis pretendidamente proletarias en el terreno teórico, por la confusión que esta llevando a otros sectores populares.”
Concluye que “los ultraizquierdistas, que representan una desviación de izquierda en el movimiento revolucionario, coinciden en este punto con los economicistas, que representan una desviación de derecha en el movimiento obrero. Unos y otros exigen, en nombre de una “línea clasista” que el proletariado luche por encima de todo por sus propios intereses, incluso por encima de los “intereses del desarrollo social en conjunto.”
En el numero 26 de VP continua el debate. Expresa que “para terminar, por hoy, con el tema del frente único y las alianzas y antes de pasar a examen del tema, más esencial, de la definición de la etapa histórica que vive nuestro país y del carácter de la revolución que hoy madura aquí, queremos decir a nuestros lectores que la furiosa oposición de los ultraizquierdistas salvadoreños, en el umbral de la última cuarta parte del siglo veinte, no es nada original ni nuevo en la historia del movimiento revolucionario mundial.”
Explica que “en realidad el ultra-izquierdismo es más antiguo que el marxismo y después de surgido el marxismo no ha cesado de disputarle la influencia entre la clase obrera y las masas populares en general, ni tampoco ha cesado desde entonces de venir perdiendo terreno frente a la ofensiva del marxismo.” Posteriormente en el artículo se hacen citas de Engels y Lenin.
Concluye que “las “brillantes” y “muy nuevecitas” ideas de nuestros ultraizquierdistas y sus feroces ataques contra las alianzas, las etapas, los compromisos, etc., son las mismas antiguallas, las mismas polvorientas piezas del museo histórico del pensamiento de la pequeña burguesía y la intelectualidad revolucionaristas, que se viene repitiendo hasta con las mismas palabras desde hace más de un siglo y que hace mucho fueron derrotadas por el pensamiento revolucionario científico del proletariado, es decir, por el marxismo-leninismo.”
En el número 27 de VP continua la polémica. Esta vez se le da respuesta a acusaciones vertidas por el periódico Pueblo del FAPU y el periódico Por La Causa Proletaria del ERP. El periódico Pueblo acusa a VP de pretender vincular al FAPU a una organización clandestina, lo que sería una muestra de “la traición a que los lleva su línea de componendas ideológicas y políticas con las clases explotadoras.”
Concluye con respecto al FAPU y adelantándose a los procesos unitarios de finales de esta década que hay “aspectos interesantes que comentaremos en artículos futuros. Algunos de tales enfoques se acercan o coinciden bastante con los nuestros y ellos nos afirman en la convicción de que el debate actual puede aclarar muchas cosas y promover la unidad de fuerzas revolucionarias ahora dispersas, a pesar de la virulencia con que se nos ha atacado.” (Subrayado del autor de esta reseña R.P.).
Posiciones sectarias, estrechas y anti unitarias del FAPU
En el numero 28 de VP continua el debate, este vez con el periódico Pueblo (No. 1) del FAPU. Se hacen varias citas del periódico Pueblo y se opina que “consideramos que estos planteamientos significan una apertura positiva a favorecer la construcción de un amplio frente popular considerando con realismo y paciencia la labor que habrá que realizarse en tal dirección. Nosotros estamos dispuestos a ir en la práctica al encuentro de estos planteamientos.”
Por otra parte critica el planteamiento del FAPU sobre la hegemonía proletaria en cualquier tipo de frente, la cual no puede lograrse por decreto, sino ganarse en la lucha. Afirma la VP que “el proletariado jamás conquistara la hegemonía en el frente único exigiendo que todos los que lleguen a integrarse a ese frente la acepten como requisito de ingreso y menos si se les exige luchar sólo por sus intereses y los intereses de los campesinos, porque lo que mueve a las clases y sus sectores a tener una acción política cualquiera, son ante todo sus propios intereses y no los de otra clases.”
Sostiene que “lo que objetivamente permite la construcción de un frente único en la actualidad salvadoreña es la coincidencia de una parte importante de los intereses decisivos de varias clases y sectores sociales en un sentido anti-oligárquico y anti-imperialista… La lucha antifascista es un aspecto de esta misma lucha, porque los sectores más recalcitrantes del imperialismo y la oligarquía son los promotores del fascismo como su salida ante la crisis.”
“La conquista de la hegemonía por el proletariado, no es, pues, un punto de partida, un pre-requisito de la política del frente único y de las alianzas que esa política trae implícitas, sino un proceso que únicamente puede avanzar en medio de tales alianzas, al través de ellas, construyendo el frente único.
Aclara que “muchos son los casos en los que el proletariado no pudo conquistar esa hegemonía antes del derrocamiento del poder oligárquico e imperialista, como por ejemplo en Cuba, y fueron sectores revolucionarios de la pequeña burguesía y la intelectualidad quienes encabezaron esa parte del proceso revolucionario. Esto puede ocurrir por errores del partido del proletariado, por la debilidad de este partido a causa de derrotas anteriores aniquilantes, o porque en un país determinado, el propio proletariado, como clase social, sea aún joven; pero en estas situaciones el proletariado y su partido están en la obligación revolucionaria de apoyar la revolución anti-imperialista y anti-oligárquica, o simplemente democrática, aunque la encabecen otras fuerzas, para proseguir en el curso de esa misma revolución y después de ella su lucha por adelantarse a la cabecera rectoral de la sociedad.”
“Los bolcheviques y el proletariado ruso no tenían la hegemonía en febrero de 1917, al realizarse la revolución democrática dirigida por la burguesía que derrocó al zarismo e instauró la República, una aspiración centenaria de todo el pueblo ruso; pero conquistaron la hegemonía en los meses siguientes y encabezaron la Gran revolución Socialista de Octubre.”
No obstante esto, “el proletariado y su partido no deben resignarse de antemano a jugar un papel secundario y su obligación principal consiste en ganar el derecho a ser vanguardia del proceso revolucionario antes de que se configure la situación revolucionaria.”
Concluye que “por lo que se refiere a nosotros, aunque con muchos defectos, con debilidades y cometiendo errores que procuramos superar, estamos trabajando con esa orientación desde hace años. Nosotros no trabajamos “espontáneamente” de acuerdo a “lo que va saliendo”, sino que tenemos una línea general y un Programa por los que nos hemos venido guiando desde hace años y, por cierto, no sin éxito.”
Respondemos a quienes creen que no es conveniente nuestra polémica con los ultraizquierdistas
En el numero 29 de VP se informa que “nos han comenzado a llegar algunas opiniones, en su mayoría procedentes de personas cercanas a los agrupamientos ultra-izquierdistas, en el sentido de que no hacemos bien en sostener esta polémica, porque con ello estamos favoreciendo la división del movimiento revolucionario salvadoreño.”
Con respecto a esta polémica, señala el articulista de VP que “no fuimos nosotros quienes la iniciamos. En realidad nosotros guardamos silencio por más de dos años frente a los continuos y cada vez más calumniosos ataques, verbales y escritos, de parte de las organizaciones y algunos elementos ultraizquierdistas. Nos limitábamos a hacerles llamamientos a la unidad y a pesar de las críticas, los invitamos muchas veces a dialogar, sin resultados positivos.”
“Esta insidiosa campaña…comenzó a dar por resultado la confusión dentro de la capa popular políticamente avanzada, aquella que constituye lo que pudiéramos llamar el eslabón que une a las organizaciones revolucionarias con las grandes masas del pueblo. El resultado no era el que esos grupos atrajeran al grueso de elementos politizados avanzados, sino era que los confundían y los neutralizaban; estaban logrando apartarlos de la vida política activa.”
Explica que “llegamos por eso al convencimiento de que era indispensable hacer un esfuerzo por explicar nuestro pensamiento del modo más claro que nos fuera posible, para crear una base de análisis que nos permitiera a todos comparar y hacer sus propias conclusiones. Esto no podría realizarse sino en polémica con los planteamientos ultraizquierdistas y, después, en polémica con las posiciones economicistas. Estas últimas, estamos convencidos, le dan alimento y justificación en gran medida a las primeras.”
Considera que “nosotros hemos mantenido la altura de la polémica, hemos esgrimido ante todo principios y análisis amplios; hemos desechado los insultos y las calumnias. Lamentamos, en cambio, que nuestros contendores se hayan desbocado más por el camino de los insultos virulentos…A pesar de los insultos y calumnias, nosotros continuaremos considerando a los ultra-izquierdistas como integrantes del bando popular y no como enemigos. Ellos dicen que nosotros estamos en el bando enemigo y han declarado expresamente su propósito e destruirnos “como una tarea revolucionaria de la lucha de clases.”¡Pero ni ellos ni nadie puede destruirnos!”
Establece que “nosotros cesaremos esta polémica solamente cuando surja la posibilidad práctica de un diálogo franco y directo, encaminado a encontrar los puntos comunes en que podamos ponernos de acuerdo para impulsar unidos la lucha del pueblo salvadoreño por su liberación.”
Expresa que “viene el Primero de Mayo y nosotros los invitamos a que participen unidos con las organizaciones obreras y demás organizaciones populares en los actos de masas de ese día. ¡Los hechos son mejores que las palabras amigos del FAPU!”
Concluye que “nosotros seguiremos adelante y esperaremos con paciencia a que surjan las posibilidades de una unidad basada en principios y en objetivos comunes, y creemos que a la causa de la unidad pueden contribuir mucho todos aquellos que…tienen la justa convicción de que unificar al movimiento popular es una necesidad vital.”
La clase obrera ha ganado el derecho de gobernar y dar al país un nuevo rumbo histórico
El numero 30 de VP de finales de abril de 1975 contiene tres extensos artículos de fondo político-ideológico. El primero se titula la clase obrera ha ganado el derecho de gobernar y dar al país un nuevo rumbo histórico. Se hace una reseña histórica del movimiento obrero desde su nacimiento en los años 20 del siglo pasado, y sus diferentes expresiones FRTS (1924-1932), Comité Coordinador del movimiento Sindical (1946) Comité Pro Confederación de Trabajadores (1947) Comité de Reorganización Obrera Sindical (1948) Comité pro Defensa de los Derechos Laborales (1952) Confederación General de Trabajadores Salvadoreños (1957) y Federación Unitaria Sindical Salvadoreña (1965).
Concluye que “la clase obrera salvadoreña ha demostrado, más que fehacientemente, a través de más de cincuenta años, de lucha firme, tenaz, inflexible, prolongada y difícil, tener el derecho histórico de encabezar la lucha por las transformaciones profundas de nuestro país. Tiene en pocas palabras, el derecho a gobernar y darle el rumbo histórico que necesita El Salvador.”
El segundo artículo se titula La unidad del movimiento obrero es una lucha ideológica y política. Y es el quinto artículo de una serie titulada Contra el economismo iniciada en el número 26 de VP. El primer artículo de esta serie llevaba el título de “Por la orientación revolucionaria del movimiento obrero.”
En el artículo reseñado se considera que “la UNIDAD del movimiento sindical…es un paso decisivo hacia el forjamiento de todas esas armas de lucha y liberación del pueblo salvadoreño; y es también un paso decisivo para la lucha inmediata por mejorar las condiciones económicas y sociales del pueblo trabajador.”
Estima que “la lucha por la unidad del movimiento obrero se ve atacada en estos momentos , también por grupos y elementos que, utilizando una encendida palabrería “revolucionaria” argumentan que solo puede haber unidad entre aquellos que “ tienen ideología proletaria” , los cuales deben mantenerse alejados de los que nos aceptan esa ideología y del partido de la clase obrera, al que ellos califican de “revisionista”…Es realmente triste que se invoque la ideología del proletariado para hacer el juego divisionista.”
Concluye que “las armas para alcanzar la victoria de la lucha liberadora del pueblo salvadoreño son: la unidad del movimiento obrero y el fortalecimiento de su partido; la alianza obrero-campesina y el frente amplio, anti-oligárquico y anti-imperialista.”
El tercer artículo aparece bajo el título Inconsistencia teórica y política en posición antielectoral de ultraizquierdistas. Trata sobre las formas de lucha. Señala que “un punto clave en la argumentación de los ultra-izquierdistas de todos los matices, es su rechazo y condena de la participación en las elecciones. Es aquí donde encuentran el argumento supremo para atacarnos y demostrar que supuestamente estamos “a la cola de la burguesía”; pero es en este punto también donde se pone de manifiesto con mayor fuerza su inconsistencia teórica y política.”Y cita el artículo los planteamientos del folleto titulado “Posición conjunta de las Organizaciones del Pueblo, FPL-ERP ante el proceso electoral” de febrero de 1974, así como del periódico Pueblo del FAPU.
Concluye que “nosotros, creemos saber lo que puede y lo que no puede hacerse con las elecciones y estamos claros también en que hay coyunturas políticas en las que la única posición revolucionaria ante las elecciones es boicotearlas…Nosotros no somos, como afirman los ultra-izquierdistas, partidarios de participar en todas las elecciones, pero tampoco somos, como ellos exigen, partidarios de rechazar toda participación en ellas, cualquiera que sean las circunstancias. Ya iremos poniendo todo esto en claro.”

Alfredo Acosta Díaz
Nace en Chalchuapa en 1928. El 3 de abril de 1944 se incorpora al Comité Juvenil Romerista, del partido Unión Democrática, PUD, del Dr. Arturo Romero. En los años 47-48 cumple con el servicio militar obligatorio en San Miguel y experimenta el violento rigor de “la platada.”
En 1956 se incorpora al Partido Acción Nacional, PAN, que llevaba como candidato a la presidencia al cafetalero Roberto Edmundo Canessa. En 1959 es impactado por el triunfo de Fidel Castro y el Movimiento 26 de Julio en Cuba. A finales de ese año es reclutado por su hermano Humberto Negro, de oficio carpintero. Es juramentado como militante del PCS en Santa Ana el 7 de enero de 1960. Se integra a una célula junto con Víctor Gregorio Rivera, Eduardo Camporreales, Pedro Yan. A veces –cuenta- llegaba de San Salvador a atendernos Raúl Padilla Vela.
En enero de 1962 viaja a la Habana, Cuba, presidiendo una delegación invitada al tercer aniversario del triunfo de la Revolución Cubana, junto con Guadalupe Carpio, Dimas Alas, Lety Castro, Claudia Lechuga y Patricio (sindicalista de Ciudad Delgado).
En 1963 viaja a estudiar a la Escuela de Cuadros del PCUS en Moscú, junto con Rafael Aguiñada Carranza, Dagoberto Gutiérrez, Tirso Canales, Chiquitín García, Miguel Ángel Cea y después se incorpora el Dr. Antonio Díaz. En 1965 regresan a El Salvador. Es integrado al Comité Departamental de Santa Ana del PCS y abiertamente trabajaba con el Partido Revolucionario Abril y Mayo, PRAM. En 1969 es trasladado a la capital
En el VI Congreso del PCS de agosto de 1970 es electo al comité central, comisión política y secretariado. Asimismo pasa a formar parte de la Comisión Nacional de Organización, conducida por Rafael Aguiñada Carranza. En noviembre de 1970 participa en la organización de las actividades vinculadas al entierro de Raúl Castellanos Figueroa, muerto en Moscú el 30 de octubre de ese año. En esas jornadas el PCS por primera vez desde 1932 aparece públicamente.
En 1972 es candidato a diputado por Santa Ana por la Unión Nacional Opositora, UNO, lleva como suplente a Dagoberto Gutiérrez. En 1974 es electo diputado suplente por la UNO, y esta vez Dagoberto es el propietario. Luego del asesinato de Rafael Aguiñada Carranza el 26 de septiembre de 1975, asume la conducción de la CON del PCS.
En 1976 es electo secretario general del partido Unión Democrática Nacionalista, UDN, el rostro legal del PCS. Es el tercer secretario general, antes había estado Mario Inclan, simpatizante del PCS y el primer secretario general, militante del PCS, fue Carlos Rivera, asesinado en 1970 y también originario de Chalchuapa.
En abril de 1979 por decisión partidaria, no asiste al VII Congreso sino que junto con Raúl Vargas, “nos quedamos al frente del Partido mientras este sesionaba.” Alfredo fue ratificado en el VII Congreso como miembro de comité central, comisión política y secretariado. En el VIII Congreso de 1993 fue homenajeado. Neri sigue a sus 86 años firme en sus convicciones revolucionarias.

Américo Araujo
Américo Mauro Araujo Ramírez, nace en San Salvador el 21 de noviembre de 1944. Fallece de 68 años el 1 de abril de 2012 en La Habana, Cuba.
En 1958 se convierte en un simpatizante de los barbudos que combatían en la Sierra Maestra contra la dictadura de Batista en Cuba. Participa en enero de 1959 en un Acto en celebración del triunfo de la Revolución Cubana realizado en la UES. Ese año conoce a Federico Baires en el INFRAMEN. Juntos participan en las jornadas populares contra Lemus en 1960, incluyendo la marcha del 2 de septiembre que es reprimida y donde capturan y encarcelan a Lico Baires.
En enero de 1961 se incorpora a la Unión Nacional de Estudiantes de Educación Media, UNEEM,. En abril de ese año ingresa a la Vanguardia de la Juventud Salvadoreña, VJS. Y por medio de la VJS participa en el FUAR y forma parte de su III Asamblea realizada en mayo de 1962 en la azotea del Edificio Chahín.
Ingresa al PCS el 26 de diciembre de 1961 junto con Diana Minero, Américo Duran, Federico Baires y Guadalupe Carpio. Son juramentados por Raúl Castellanos Figueroa y se constituyen como célula. En agosto de 1962 acepta una beca para ir a estudiar Medicina a la URSS. Regresa al país en 1969.
En el VI Congreso del PCS en agosto de 1970 es electo para integrar el comité central. En el VII Congreso del PCS en abril de 1979 es electo subsecretario general del PCS. En mayo de 1980 forma parte de la Dirección Revolucionaria Unificada, DRU, que aglutinaba a la RN, FPL, ERP y PCS.

En agosto de 1985 es capturado, desaparecido y posteriormente enviado al Penal de Mariona, de donde es luego liberado por una acción de las FAL. Luego de los Acuerdos de Paz fue Director Ejecutivo de FUNSALPRODESE. Al momento de su muerte se desempeñaba como Embajador de El Salvador en República Dominicana.

Día de la Madre

Día de la Madre
Editorial UCA
07/05/2014

Nos acercamos al Día de la Madre, con la consiguiente lluvia de publicidad que intenta convencer de que el cariño solo se demuestra con regalos, consumiendo más. Una práctica que tiene esa mezcla característica de afecto personal e hipocresía social con la que acostumbramos celebrar ese día. El cariño es indudable. La madre es el vínculo más sólido en las familias. En los casos de abandono de hogar, los padres lo hacen en una proporción tres veces superior a las madres. La incondicionalidad del amor materno se vive en los momentos difíciles con más intensidad. La aportación al hogar ha ido creciendo sustancialmente en la medida en que cada día más madres se encargan de las faenas domésticas y tienen también un trabajo remunerado afuera. Ese doble esfuerzo de la mujer ha sido uno de los factores principales para que muchas familias salgan de la pobreza.

Pero la hipocresía es también relevante. Se ensalza a la madre, pero no se asumen igualitariamente los trabajos del hogar. Se exalta el sentimiento maternal, pero no se combate con energía el machismo. Una mujer podrá tener diez hijos, especialmente en el campo, y ser fundamental para sacarlos adelante con gran esfuerzo y sacrificio, pero su trabajo no le da derecho a pensión. La ensalzamos al máximo, pero la mantenemos como esclava del trabajo reproductivo, viendo esa actividad más como una obligación que como un verdadero trabajo que contribuye al desarrollo de todos. La celebramos un día para después devolverla a las labores de mayor sacrificio y esfuerzo.

El Día de la Madre debemos celebrarlo recordando los derechos de la mujer. No se puede exaltar la maternidad como maravilla de amor generoso y aprovecharse de este casi parasitariamente. La falta de realización plena de los derechos de la mujer debería ardernos. Su situación es triste, pues las encontramos frecuentemente con inferiores salarios que los hombres, con menos participación política, con peores prestaciones, sufriendo acoso en muchos empleos, soportando gritos y amenazas, cuando no golpes, a pesar de la legislación vigente. Separar el Día de la Madre de la celebración y promoción de los derechos de la mujer no es más que una expresión de hipocresía social y, por supuesto, la explotación de un sentimiento profundo para lucro del mercado. Es difícil creer en el amor a las madres y no pedir una ampliación del permiso laboral de maternidad y paternidad, especialmente en estos tiempos en los que una buena proporción de madres trabaja (y en muchos casos, más de 8 horas al día).

Nadie duda, pues, de la calidad y hondura de sentimiento con que la gran mayoría de hijos celebran a su madre. Pero el amor hay que reflejarlo más en obras que en palabras, más a lo largo de todo el año que durante un solo día. Y el amor personal, individual y dirigido a una madre concreta debe tener también una dimensión estructural. Amar a las madres debe significar también amar a todas las mujeres, y especialmente amar la maternidad. En otras palabras, la de la madre debe ser, además de una fiesta íntima, una celebración colectiva en la que se defiendan y amplíen los derechos de esas mujeres que trabajan el doble, que se responsabilizan el triple y que nos enseñan el camino de la ternura y la solidaridad.

El PCS y las luchas por la democracia en El Salvador

El PCS y las luchas por la democracia en El Salvador Por Roberto Pineda 9 de mayo de 2014

En esta parte se aborda las jornadas populares por la democracia, con énfasis en el pensamiento y la praxis del PCS en el periodo 1972-1974. Incluye contexto histórico y breves biografías de Rafael Aguiñada Carranza y Schafik Jorge Handal. Anteriormente se había tratado el período de 1964 a 1971.

Por cierto, en 1970 se publica la primera novela de Manlio Argueta, El valle de las hamacas y este mismo año José David Calderón realiza la película Los peces fuera del agua. En 1971 surge el Grupo Literario La Cebolla Purpura con Jaime Suarez Quemain y David Hernández. En 1974 funcionaban los grupos de teatro Tecolote con Arturo García Vásquez (El Bello) y Sol del Río 32 con Fernando Umaña, Leopoldo Argûello, Roberto Salinas, Saúl, y Fidel Cortez. En títeres estaba el Grupo Pequebú de Roberto Franco.

El planeta de los cerdos de Carlos Aragón, Tamba

En 1971 surge la primera canción de protesta salvadoreña, El Planeta de los cerdos, que se origina en la ya mítica Banda del Sol y su único álbum Unidad, y es creación de Carlos Francisco Aragón, conocido por sus amigos como Tamba, que era estudiante en la rama de Musica del Bachillerato en Artes (Echeverría 2011) y que después se convierte en el Comandante Sebastián, de las fuerzas especiales de las FPL, y que cae en combate en Chalatenango en septiembre de 1981.

Los versos tronaban así: “estamos dominados/por los cerdos disfrazados/ con armas y garrotes/ para poder asustar. Izquier, dos, tres, cuatro…Oink, oink, oink, oink…No son cerditos simples/ hasta saben pensar/ saben que no conviene/ (Oh nooo…)/que el hombre vaya a despertar/ urrrrrggggg…puuuusshhhhhhh/ y así nos dan estadios/ les gusta vernos jugar/ Les gusta el maquillaje/ el wisky y la maternidad/ y por los cerdos rubios/ se dejan impresionar/ (yeaaa, pardon me…oh yeah…) /y gritan y prometen /no es más que un blah, blah, blah…”

Anteriormente las canciones del movimiento popular salvadoreño, procedían de la Revolución Cubana e incluso hasta de la Guerra Civil Española. Después de la Banda del Sol de 1971 surge el Duo Etcétera de los hermanos Herodier, el grupo Mahucutah de 1972 con su Pelea hombre pelea de Virginia Peña, la trova subversiva de William Armijo de 1973-74, luego viene la Banda Tepeuani de 1977 de Francisco Astacio y Godofredo Echeverría, con Canción para un niño y El Torito Pinto.

Con Yolocamba Ita de los hermanos Franklin y Roberto Quezada, Cutumay Camones de 1982 con su Patria chiquita mía, Los Torogoces de Morazán, hasta llegar a Gûinama, Nuevamerica y el legendario Grupo El Indio de FENASTRAS de 1987, con Chiri y rolas como la adaptación revolucionaria de La yerba se movía, se movía…Y luego el Grupo Teosinte. Regresando al PCS, comenzamos esta parte con el siguiente documento de 1972.

Breve análisis de la situación nacional. Agosto de 1972
En el pleno de agosto de 1972 el comité central del PCS considera que “desde finales de 1970 nuestro país ha entrado en un periodo de grandes conmociones que configuran una crisis política en la cual llegó a peligrar gravemente la estabilidad del tradicional régimen militar derechista.”
“He aquí una somera reseña:-Ruptura de 1a unidad en los mandos superiores de la Fuerza Armada que condujo a la destitución y posterior captura de Medrano y el caso Regalado (diciembre-febrero 1970);-Segunda huelga de ANDES (julio-agosto 1971);-Campaña electoral de la U. N.0. ( octubre 71-marzo 1972);-Alzamiento militar fallido (25 de marzo 1972 )-Ocupación Militar de la Universidad, destitución y captura de sus autoridades, abolición de su autonomía (19 de julio 1972). Si se observa bien esta secuencia, se vera que la ocupación de la Universidad constituye un esfuerzo del régimen por realizar una contra-ofensiva, después de año y medio de conflictos intestinos y ofensiva popular.”
Evalúa que “en el trasfondo de esta crítica situación política se encuentra una economía nacional fuertemente deteriorada y un modelo de desarrollo atascado. Existe en marcha una crisis económica coyuntural (del momento) y también una crisis estructural, más profunda, que es permanente.”
Asimismo se considera la “crisis del modelo de desarrollo… Para este modelo no se incluían, ni se consideraban necesarias, reformas a la estructura económica atrasada, propia de país agrario. La creación y el desarrollo del Mercado Común Centroamericano se consideraba suficiente punto de apoyo y de estimulo para esta industrialización sustitutiva de importaciones, con las características ya dichas y, por lo contrario, se ve en el Mercomún la puerta de escape a la necesidad de realizar cambios estructurales.”
Se opina que “frente al agotamiento de este modelo de desarrollo, el imperialismo yanqui y un importante sector de la burguesía grande y mediana de nuestro país, pugna, por introducirle variantes para inducir una segunda fase del proceso de la dependencia moderna la cual vendría a ser una tercera etapa del desenvolvimiento de El Salvador por la vía del capitalismo dependiente”
Distingue el documento del PCS “Tres fases de la presente crisis política. Primera fase: Desde la destitución de Medrano de la Guardia Nacional en diciembre de 1970 (con lo cual empezaron a salir a la superficie las contradicciones dentro de las clases dominantes y dentro del Ejercito), hasta el comienzo de la huelga de ANDES (7 de julio de 197l). En esta primera fase, el factor inmediato que más impulsaba el avance de la crisis política eran esas contradicciones entre las clases dominantes. Las masas permanecían bastante frías y ocho meses atrás le hablan dado un fuerte respaldo electoral al gobierno (8 de marzo de 1970).”
“Segunda Fase: Desde el inicio de la huelga de ANDES hasta el alzamiento militar del 25 de marzo de 1972. En esta segunda fase de la crisis política su centro motor lo fue la creciente y amplia lucha de masas. Las contradicciones entre las clases dominantes continuaron presentes, se perfilaron con más claridad e incluso se agudizaron, pero pasaron a jugar un papel secundario. Las contradicciones en el Ejército se volvieron muy activas hacia el final de esta fase y pasaron después con el alzamiento del 25 de marzo, a ocupar el primer plano.”
“Tercera fase: En la cual nos encontramos desde el 25 de marzo. Como ya dijimos, la lucha de masas sufrió una súbita paralización…Las contradicciones entre los militares, que reflejan las contradicciones entre las clases dominantes y también las contradicciones entre pueblo y gobierno pasaron a ser el factor determinante y más activo de la crisis política, hasta la toma de posesión de Molina (1ro. de julio).”
“En relación con la ocupación militar de la Universidad, han comenzado a producirse ciertos síntomas que indican que el reflujo popular está llegando a su fin y que dará comienzo una nueva ola ascendente, la cual habrá de desarrollarse en las complejas condiciones de la disputa por las masas que hemos dejado apuntadas. En el bajón del estado de ánimo de las masas jugó un papel muy importante la frustración del impetuoso movimiento electoral, ante la incapacidad de las fuerzas opositoras y de las fuerzas revolucionarias, principalmente, para organizar la defensa eficaz del triunfo logrado en las elecciones presidenciales.”
“La pequeña dimensión de nuestro Partido, en particular su débil raigambre orgánica en la clase obrera, además de ciertas deficiencias de su Dirección para apreciar correctamente el grado de madurez de las condiciones favorables a la huelga general política, fueron las causas más influyentes que impidieron a ésta alcanzar la dimensión y la firmeza iniciales, que eran indispensables para poner en marcha el desarrollo progresivo de la misma.”
El peligro del fascismo
Sostiene que “es necesario que tomemos la más clara conciencia de que el asalto a la Universidad forma parte de una escalada hacia el entronizamiento de una tiranía fascista, para la cual existen planes que maneja la alta jefatura militar, que es la que en realidad toma las mas importantes decisiones en el gobierno actual. La tendencia hacia el fascismo surge de la desesperada situación de deterioro en que se ha visto colocado el tradicional régimen militar derechista, por sucesivos flujos de la lucha popular, que han sido cada vez más poderosos, la guerra contra Honduras, como sabemos, le permitió al régimen un alivio de la presión popular y le proporcionó el espejismo de una consolidación duradera, que pronto fue roto por un flujo todavía más potente, el de 1971 y comienzos de 1972.”
“Todo indica pues, que no debemos subestimar ni en lo mínimo el peligro fascista. Sin embargo, no debemos tampoco sobreestimarlo. No debemos partir de que ya se ha entronizado una tiranía fascista, sino que debemos ser realistas, y entender que está en marcha el plan de fascistización, pero no ha logrado todavía entronizarse. Una descuidada caracterización de éste gobierno de una vez como tiranía fascista, podría hacernos perder la perspectiva de la lucha, llevarnos a exagerar el papel de la lucha clandestina en la actualidad, y a abandonar y debilitar el amplio trabajo abierto y llevar confusión y fatalismo a las masas.”
Concluye que “se hace necesario trazar un lineamiento táctico que, teniendo en cuenta las características y condiciones de la actual situación, nos permita enfrentarnos a los planes de fascistización del gobierno y, lo que es más importante, asegurar el avance del movimiento popular hacia las metas de la. Revolución Nacional Liberadora. Agraria, Democrática y Popular. Al elaborar nuestra táctica debemos tener muy presente que la disputa por las masas adquiere en la actual situación una relevancia central, que en esa disputa tendrá una influencia decisiva el reformismo oficial y la política de nuestras organizaciones frente a ese reformismo.”
Schafik Handal electo secretario general del PCS. Abril de 1973
En abril de 1973 se nombra a Schafik Handal (Emilio) como secretario general y a Roberto Castellanos Calvo (Bobby) como sub-secretario general, y surge el 15 de julio la Juventud Comunista, JCS, con Dagoberto Gutiérrez (Camilo) como primer secretario general, acompañado en el Comité Ejecutivo, por Rafael Aguiñada Deras y José Luís Merino.

El PCS impulsa en 1970 el surgimiento de la coalición política Unión Nacional Opositora, UNO, llevando al democristiano José Napoleón Duarte como candidato a la presidencia en febrero de 1972. Se ganan las elecciones y el gobierno recurre al fraude, dando lugar a una profunda crisis política que incluye la toma del Parque Libertad y su desalojo el 28 de febrero, en marzo un golpe de estado fallido, dado por sectores democráticos del ejercito conducidos por el coronel Benjamín Mejía, el Mayor Pedro Guardado, (que luego en los años ochenta se convertiría en el Comandante Claudio de las FAL) y el Ing. Manuel Reyes, que también luego ingresaría al PCS.

Lamentablemente en ese momento, no se pudieron crear las condiciones para una coordinación entre sectores revolucionarios y militares demócratas y el presidente Coronel Arturo Armando Molina, del PCN, toma posesión, y una de sus primeras medidas es el cierre el 19 de julio de la Universidad de El Salvador.

La rectificación orgánica y la construcción del Partido. 17 de junio de 1973.

El 17 de junio de 1973 el comité central del PCS realizo un pleno dedicado exclusivamente a los problemas internos de rectificación orgánica y crecimiento dirigido del Partido. Se aprueba una amplia reforma de los estatutos a ser presentada en el VII Congreso, para su ratificación, pero a ser implementadas inmediatamente. Inteligente decisión ya que el VII Congreso, se retrasa por seis años, hasta abril de 1979. El antecedente inmediato de este énfasis en lo organizativo fue el pleno de julio de 1971.

En el Pleno surge la pregunta: “¿Porqué nuestro Partido no se ha desarrollado de un modo correspondiente a la amplitud que él mismo ha logrado en el impulso de la lucha de masas? No pocas veces, ni pocos compañeros, han insistido en señalar que en algunas ocasiones no sólo no creció el Partido en medio de los grandes auges de la lucha popular, sino que, por lo contrario, su funcionamiento orgánico se vio seriamente afectado durante esos periodos, en los cuales los miembros del Partido actuaron intensamente, como individuos, al servicio de las organizaciones abiertas de masas, mientras que los organismos partidarios no fueron capaces de hacerlo como tales. Estas opiniones y señalamientos subrayan la gravedad de la interrogante planteada.”

Agrega que “creemos que ha llegado el momento de intentar una respuesta sistemática, basada en un análisis lo más profundo posible. Para comenzar, nos parece que el problema no consiste únicamente en la falta de reclutamiento, sino que arranca de serios defectos en la estructura de base y a todos los niveles de nuestro Partido. Si los organismos no pueden funcionar o debilitan su funcionamiento en las épocas de más intensa lucha popular, eso quiere decir que tales organismos no están estructurados de la manera más adecuada y conveniente para impulsar y dirigir la lucha. Se ha insistido en señalar que éste es un prob1ema de indisciplina, pero nosotros, aún cuando comprendemos que existe el fenómeno de la indisciplina y que habrá de ser enfrentado, sostenemos que fundamentalmente existe una defectuosa estructura orgánica que no facilita y a veces obstruye la labor de los organismos del Partido entre las masas.”
“Sostenemos asimismo, que junto a la defectuosa estructura orgánica existen en nuestro P. fenómenos ideológicos negativos que también actúan para obstaculizar su desarrollo. Si vamos a proponernos el crecimiento y desarrollo del Partido, es indispensable por tanto que a la par del impulso al reclutamiento emprendamos la rectificación orgánica ó ideológica, Así pues, el desarrollo del Partido exige dos trabajos fundamentales: a-. Rectificación orgánica e ideológica; b-. Crecimiento dirigido.”
En términos de la rectificación orgánica, considera el documento entre “los más determinantes defectos de nuestra estructura orgánica:- falsa estructura celular;-débil organización intermedia;organización superior atrasada, artesanal; ausencia de correcta división en el trabajo y de sentido práctico, a todo nivel;- ausencia de dirección política-administrativa concreta en las Células y organismos intermedios;-confusión de la dirección política y administrativa a nivel superior. Otros problemas como el de la escasez de cuadros y la falta de formación permanente de los mismos son, a nuestro juicio efectos y no causas.”
Sobre la estructura celular establece que “con algunas excepciones, nuestros organismos de base están formados como simples grupos, compuestos en atención a los más variados motivos y no son verdaderas Células organizadas a la manera leninista. En algunos períodos el agrupamiento celular ha obedecido exclusivamente a razones de subsistencia, bajo la represión, tras el único objetivo de mantener en relación a los miembros y encargarles algunas tareas, tales como la distribución de propaganda impresa o la obtención de fondos.”

Se concluye que “la Célula sólo puede cumplir su misión de organismo de vanguardia y escuela de comunistas, si tiene vínculos vivos y permanentes con las masas populares, ante todo, con la clase obrera y las masas trabajadoras en general. Esos vínculos deben quedar asegurados no por el simple llamamiento a los miembros para que los busquen, sino por la estructuración misma de este organismo básico. El Partido Comunista es el partido de la clase obrera y por eso fue la Célula de Empresa el primer tipo de Célula surgido históricamente en el movimiento comunista internacional, la cual se forma por los obreros comunistas que trabajan en la misma fábrica. Lenin hablaba de convertir así a cada fábrica en una fortaleza de la revolución…”

Célula de calle y célula de empresa

“El otro tipo de Célula, aparecido históricamente en el movimiento comunista internacional, es la CELULA DE CALLE. Se forma por los comunistas que viven en un mismo lugar y tienen la misión de promover la lucha y la organización de la masa que vive en su respectivo barrio, población, caserío, etc…Estos dos tipos de Células son en realidad los únicos que pueden asegurar un vinculo vivo del Partido con las masas y dar fundamento a su desarrollo y crecimiento.”
Añade que “es natural que con una estructura Celular tan distorsionada se encuentre enfermo todo el andamiaje orgánico del Partido. Esto se refleja particularmente en su organización intermedia, crónicamente endeble. En apariencia, una gran parte de la estructura intermedia es débil únicamente a causa de su reciente formación; pero, sin despreciar que la corta edad influye fuertemente en la inestabilidad de algunos C. D., debemos poner nuestra atención en la persistente debilidad, que se cuenta en varios lustros, del C. D. de San Salvador, y, aunque en mucha menor escala, del C. D. de Santa Ana.”
Subraya que “la distorsionada estructura celular, la organización intermedia defectuosa y la ausencia de una política definida de promoción y desarrollo de cuadros, han impedido contar con el número y calidad suficientes de éstos para construir una organización auxiliar del C. C. sólida; esta falta de cuadros incluso ha afectado a la calidad y solidez del mismo C. C. Además, el trabajo fraccionalista en 1969-70 y sus antecedentes en 1968, malograron a un grupo de cuadros en proceso de formación o desarrollo, que poseían buenas y, en ciertos casos, hasta excelentes cualidades, abriendo una discontinuidad que se hace sentir todavía.”
En relación a la dirección del PCS se indica que “nuestra organización partidaria superior adolece de marcadas deficiencias que permanecen más o menos ocultas en los tiempos “pacíficos”, pero surgen a la vista de todo el Partido y en general del movimiento revolucionario y popular cada vez que, nos enfrentamos a un periodo de agudización de la lucha de clases y de tensión, al lado de numerosos y significativos aciertos políticos que han ayudado enormemente al avance de todo el movimiento revolucionario, nuestra Dirección se hace acreedora en dichas ocasiones a criticas y señalamientos tales como “incapacidad”, “falta de agilidad”, “falta de sensibilidad y combatividad”“falta de previsión,”“improvisación”, “falta de planificación”, etc., etc.”
“En los Estatutos aprobados por el V Congreso del Partido (1964) se introdujo un nuevo esquema orgánico para los órganos superiores. Antes del V Congreso, el organismo de dirección superior, aparte del Congreso, era el Comité Central, el cual organizaba de su seno un Secretariado y elegía un Secretario General; no había Comisión. Política y el C. C. se componía de 8 a 9 miembros. Por su tamaño aquel C. C. se asemejaba a la actual C. P. y cuando ésta fue creada en los nuevos Estatutos, en el marco de un C. C. mas numeroso (20 propietarios y 10 candidatos), de hecho fue convertido en C. P. lo que antes era el C. C. con las mismas personas y trayendo consigo la norma de elegir al Secretariado dentro de sus miembros.”
“Hay que decir que en los marcos del pequeño CC existente hasta el V Congreso y cuando el Partido no desplegaba actividad más que en la Universidad, en un pequeño movimiento sindical y en una incipiente organización femenina, aquella estructura superior de Dirección resultaba suficiente y hasta cierto punto ágil (más o menos hasta 1958). Pero las cosas comenzaron a cambiar cuando el movimiento sindical creció, cuando el Partido avanzó en el trabajo juvenil fuera de la Universidad y en el terreno de la lucha política abierta, dando origen a las correspondientes organizaciones de masas, y se volvieron aún más complejas cuando creamos y desarrollamos el FUAR, con sus 7 “Columnas”, al tiempo que pretendíamos impulsar organismos abiertos de los estudiantes de secundaria, de los maestros, de las mujeres, iniciábamos la marcha hacia el campo y dábamos al Partido un fuerte impulso en su crecimiento numérico (periodo l958-1964).”
“No es casual que, en tales condiciones, reapareciera la práctica de los “ampliados” cuando la vida nos coloco en el centro del tempestuoso periodo l967-1968 y el C. C. surgido del V Congreso demostró sus limitaciones y hasta su ineptitud, erróneamente atribuidas en forma exclusiva a la falta de dominio de la teoría del marxismo-leninismo por parte de sus miembros, a su falta de iniciativa, etc. La confusión entre la dirección administrativa y la dirección política en la Dirección Superior, expresada en la reunión del Secretariado y la C. P. en un mismo núcleo de cuadros, impide que los atributos y deberes de la autoridad superior abarquen a un número mayor de miembros del C. C.”
Una de las conclusiones fue que para “conseguir una interrelación correcta y un desempeño eficiente de la dirección política y la dirección administrativa será necesario: i- Separarlas en dos organismos que hasta cierto punto no estén integrados por los mismos cuadros: El órgano de. la Dirección política permanente es la C. P. y el de la Dirección Administrativa es el Secretariado del C. C. El Secretariado no debe integrarse exclusivamente con miembros de la C. P. La autoridad de la C. P es superior a la del Secretariado. ii- Definir lo más concretamente posible las atribuciones de la C. P. y las del Secretariado del CC. Entre las atribuciones del Secretariado debe incluirse cierto margen definido de autoridad política para que pueda dentro de los acuerdos del C. C. y de la C. P. impulsar su cumplimiento.”
Asimismo “otro factor que engendra deficiencias en el funcionamiento de los organismos Superiores de Dirección es la ausencia de la Secretaria General. Este es un asunto que en nuestro Partido tiene su historia…Antes del V Congreso existía el cargo de Secretario General aunque sin especificar sus atribuciones, pero la práctica de los años anteriores el Congreso hicieron de la Secretaria General algo inútil, cuyas funciones se reducían a presidir las reuniones de aquel pequeño CC. y de Secretariado, representar a nuestro Partido internacionalmente (conste que ese fue un periodo de muy escasas relaciones internacionales).”
Se asegura que “el compañero que fue electo Secretario General del C. C. surgido del V Congreso, tampoco hizo nada por dar al cargo su verdadera dimensión en la práctica y cuando se enfrascó más tarde (1969-1970) en sus actividades fraccionalistas, conocidas por todos quiso utilizarlo para sus fines. Además, durante la lucha contra el fraccionalismo, hubo circunstancias y mañosas acusaciones, que permitieron generalizar hasta cierto punto la falsa apreciación de que en el fondo del problema había una lucha personalista y de ambiciones por el cargo de Secretario General.”
Concluye que “nos pronunciamos, pues, a favor del restablecimiento de la Secretaría General, de la creación de la Sub-secretaria General y de que se definan sus atribuciones dentro de los Estatutos.La Comisión Política debe concentrarse muchos más en sus funciones como órgano permanente de la dirección política del Partido y adoptar medidas que permitan elevar su calidad. La principal de tales medidas, creemos, seria la de especializar a sus componentes en distintos renglones concernientes al estudio del proceso político nacional e internacional.”
La grave situación del país y los problemas del pueblo exigen una solución a fondo y sin demora. Noviembre de 1973.
En noviembre de 1973 el comité central del PCS evalúa que “después de más de un año del actual gobierno, se ha agravado la situación de las masas populares. No se advierte salida al estancamiento, ni mucho menos una fórmula que conduzca al desarrollo económico. El Plan Quinquenal del gobierno, llamado en parte a cubrir en parte esa necesidad, no ha sido aplicado en sus aspectos esenciales debido, ante todo a la oposición del sector agroexportador de la oligarquía que saldría afectado con algunas de las medidas contenidas en él ( la reforma agraria para el caso). Los actuales gobernantes, por su parte, han sido inconsecuentes con ellos mismos, ya que han cedido a todas las presiones conservadoras y retenido la puesta en marcha de su propio plan quinquenal desarrollista.”

El documento analiza la situación de estancamiento económico, a partir del crecimiento del PTB, estancamiento de la industria y el comercio, desocupación, ingreso per cápita, producción de alimentos, crisis del Mercado Común ye inflación.

A nivel político considera que “a 15 meses de su administración, el actual gobierno ha logrado hacerse de cierta base social atrayéndose a sectores de la pequeña y mediana burguesía, con la política de fomento y financiamiento, impulsada a través de diversas instituciones especializadas tales como: El Instituto Sa1vadoreño de Fomento de las Cooperativas (INSAFOCOOP) el Banco Agropecuario y el Fondo de Garantía para la Pequeña Empresa (FIGAPE). Estos logros significan un avance del gobierno en el afán por consolidarse…Este esfuerzo por volver simpática la figura del Coronel Molina ante los ojos del pueblo trabajador no le ha dado el resultado deseado a no ser el de convertir el “gobierno móvil” en una continuación de la campaña electoral, que ha mantenido activos a sus cuadros medios; presente la figura del oficialismo y de moda los ofrecimientos y promesas.”

Estima que “el Plan de Desarrollo Económico Social, fue desde el primer momento atacado por el sector más reaccionario de la oligarquía que, haciendo uso de su poder económico y de su influencia política en el Estado y el Ejército, ha bloqueado aquellas medidas que dan relevancia al papel del Estado en la Economía y otras, como la Reforma Agraria, que debilitarían la influencia. De que este sector ha tenido éxito en su propósito, no cabe ninguna duda…Habiendo cedido terreno, e1 Coronel Molina ante esas presiones, sólo se aplicaran como hasta ahora, aquellas medidas que no producen conflictos con ellos y cuentan con su venia como son los estímulos para 1a pequeña, mediana y gran empresa.”

Con relación a la situación del movimiento popular y revolucionario, plantea que “a la fecha del último Pleno (junio de 1973), se constataba que el reflujo en el movimiento de masas seguía latente pero que las actividades alrededor del primero de Mayo habían sentado premisas que podrían darle salida. En el presente podemos registrar algunos hechos que indican una pronta y favorable superación de la lucha popular.1.- En las masas en general se advierte un creciente descontento, en la medida en que el costo de la vida ha venido subiendo. Fuente principal de este descontento ha sido la aplicación de las nuevas tarifas del servicio de agua, que ha aglutinado a diversos sectores comenzando en la zona occidental del país y desarrollándose en estos momentos en San Salvador.”

Enfatiza que “la grave situación del país y los problemas del pueblo exigen una solución a fondo y sin demora. Su postergación acarrearía males a la economía y mayores calamidades para nuestro pueblo. La época de los parches ha pasado y sólo queda abierto el expediente de las radicales transformaciones…En. ese marco, es que precisa ubicar las siguientes orientaciones tácticas, que regirán la actividad del partido en el período inmediato. Dichas orientaciones tácticas engarzan armónicamente con los objetivos generales de la revolución que en el presente tiene planteada nuestro pueblo.”
Considera “1.- Oponer activamente la solución revolucionaria al modelo desarrollista dependiente que difunde el actual gobierno y su partido. La denuncia de la esencia clasista reaccionaria del proyecto, así como los compromisos del gobierno no con los diversos segmentos de la oligarquía como con el imperialismo es una tarea indispensable para que el pueblo no sea víctima de la demagogia y podamos ganarlo a la lucha por las transformaciones radicales que el país necesita. Dar esta orientación a la lucha popular, significa al mismo tiempo enfrentar el peligro del reformismo, corriente burguesa que pretende ilusionar a las masas con reformas superficiales e introduce la división en el movimiento revolucionario.”
Balance político de participación en elecciones de diputados y alcaldes de marzo de 1974. Abril de 1974.
El comité central del PCS en abril de 1974 “ante todo consideró necesario tener presentes para este balance los objetivos que nuestro Partido se propuso al decidir su participación en el reciente proceso electoral. Esos objetivos, que conocen todos nuestros organismos, son los siguientes:1. Fortalecer y desarrollar la unidad de los partidos de la UNO y otras organizaciones que aspiran y/o luchan por los cambios. 2. Elevar el actual nivel de combatividad de las masas populares y su grado de organización y 3. Fortalecer y desarrollar las bases de los partidos de la UNO, sin perjudicarse unos a otros, en el entendido de que el enriquecimiento orgánico y político de cada uno contribuye al fortalecimiento de la lucha de todos ellos.”
Se considera que se logró avanzar ya que “1. La unidad de los partidos de la UNO resultó indudablemente reforzada por el reciente proceso electoral, tanto por la base como a nivel de dirección. Estos pasos de avance se expresaron: a) En una mayor consecuencia y profundidad en los planteamientos políticos de nuestros aliados. El tema antiimperialista, que estuvo casi ausente en la campaña presidencial de 1971-72, fue ahora objeto de reiterada atención en la propaganda general, (radial, impresa, televisada, oratoria, perifoneo, casa a casa, etc.,), polemizando con el pretendido “nacionalismo” proclamado por el gobierno y su partido.” Pero además, en términos concretos, el PCS logra llevar a la Asamblea Legislativa a dos miembros de su Comisión Política: a Dagoberto Gutiérrez y a Rafael Aguiñada Carranza.
Una de las valoraciones es que “el regreso de Duarte puso de manifiesto que su liderato se encuentra muy enraizado entre las grandes masas y que su figura tiene una gran fuerza movilizadora. Al analizar la enorme acogida que dieron las masas a Duarte, no debe dejarse de lado el gran trabajo agitativo que precedió a su llegada, el cua1 indudablemente preparó a las masas para recibirlo, pero al mismo tiempo debemos tener claro que su figura aporta una cuota de mucho peso.”

“En general podemos decir que si en 1971-72 las elecciones fueron la culminación del flujo iniciado en julio de 1971 con la huelga de ANDES, ahora las elecciones son el comienzo de un flujo que, habida cuenta del gran descontento preva1eciente y de la continua agravación de problemas muy sensibles como el costo de vida y el desempleo, promete ser mucho más alto y combativo que aquel existente, pues existen las condiciones para que podamos impulsar el sucesivo avance de la movilización y combatividad populares y, por tanto, para cerrar el paso al fenómeno de la frustración, la desmoralización y desmovilización.”

Actitud hacia la Fuerza Armada

Con respecto a la actitud hacia la Fuerza Armada se preguntan “¿Es fatal que la lucha por un gobierno de transición como el que plantea el programa de la UNO tenga que desarrollarse contra la Fuerza Armada y que sólo podría instalarse si ella fuera derrotada? ¿Puede aspirarse a contar, para el logro de ese objetivo, con una parte e incluso con la mayoría de la Fuerza Armada?. Estas son interrogantes que han madurado objetivamente en nuestro país y a las cuales debemos dar sin evasivas una respuesta concreta…Los grupos ultra-izquierdistas han definido ya su respuesta: ellos consideran que la revolución sólo puede avanzar y triunfar derrotando a la Fuerza Armada. ¿Es esto correcto? ¿apoyará el pueblo salvadoreño ese camino?.”

Se aclara que “no se trata de que hagamos a un lado el programa de la UNO y nos dediquemos a trabajar por uno más radical. Eso sería un grave error que conduciría a romper el frente único y o frustrar la posibilidad de su victoria, más o menos cercana. Se trata de otra cosa: llevar a las masas, principalmente a los sectores políticamente más activos de la clase obrera, la ideología revolucionaria del proletariado, la conciencia revolucionaria de la lucha por el socialismo, como la meta a alcanzar después de cumplir las tareas del programa de “Democracia, Independencia, Cambios y Progresos’ es decir, después de realizar las tareas anti-imperialistas y anti-oligárquicas.”

Sobre los ultraizquierdistas

Concluye que “únicamente los ultra-izquierdistas contraponen la lucha por el socialismo a las metas democráticas y anti-imperialistas, intentando conducir el proceso revolucionario por un camino voluntarista y caprichoso, que no toma en cuenta el estado real de nuestro país en el que, habiendo madurado objetivamente, para la inmensa mayoría del pueblo, las tareas anti-oligárquicas y anti-imperialistas, no han madurado sin embargo las tareas anti-capitalistas totales, las tareas socialistas. Los ultras no comprenden, ni quieren comprender, el intimo y total vinculo histórico que une a estas dos etapas de la revolución en nuestro país y por eso acusan a la UNO de “burguesa” y a nuestro partido de “oportunista de derecha.”

“La vida, sin embargo, esta demostrando que nosotros y no ellos, tenemos la razón. No es casualidad que el pueblo se agrupe en torno de la UNO y su Programa; ello indica, precisamente, que esas son las tareas maduras, que la revolución puede avanzar efectivamente en la práctica, desplazar a las clases dominantes del poder y crear un gobierno popular, precisamente alrededor de ese programa y no de otro. Mientras, los ultras se ven relegados a un trabajo de pequeños grupos, aislados de las grandes masas, cuyas acciones son también incomprendidas por la mayoría del pueblo.”
“Por eso mismo es que la consigna de los ultras de abstenerse en las elecciones no fue acatada por las masas que son activas políticamente en nuestro país. Todo lo contrario, allí donde hay más politización (departamentos de San Salvador, Santa Ana, La Libertad y ciertos lugares de otros departamentos, como algunos de San Vicente, La Paz, Cuscatlan, Usulutan, etc.,) la UNO obtuvo un altísimo respaldo en la votación; en algunos casos por encima del nivel alcanzado en 1972.”
“Debe destacarse que los éxitos que los ultras consiguieron en los primeros días entre agrupamientos de elementos avanzados (del movimiento de “los cristianos por el socialismo” y los maestros), en el sentido de que no debía participarse en el proceso electoral, fueran rápidamente revertidos por el empuje de nuestro trabajo ideológico y político de réplica dentro de esos mismos grupos; de manera que al final eran muy pocos los que se mantuvieron en las posiciones abstencionistas recomendadas por los ultras y por los directivos magisteriales que les son adictos.”
“Esto nos dice dos verdades: la primera es que el peligro de la desviación “izquierdista” debe considerarse seriamente; la segunda es que podemos vencer ese peligro si trazamos una táctica acertada, si nos lanzamos a su decidida aplicación práctica y si, al mismo tiempo (y sin dejarnos arrastrar a convertir nuestro trabajo en una maratón de discusiones), desarrollamos una lucha ideológica sistemática y ágil en contra de tales concepciones erróneas, en defensa de la línea de nuestro Partido.”
Concluye definiendo “algunas de las tareas más importantes que se nos plantean después del proceso e1ectoral reciente:1. Ampliar y consolidar el frente único: determinar bien cuáles son las nuevas fuerzas que deben y pueden ser atraídas a formar parte de él y determinar para cada una, una política concreta y método concreto de relación. Resolver los problemas orgánicos que esto plantea, partiendo del principio de que las incorporación al frente único democrático, anti-imperialista y anti-oligárquico quiere decir en todos los casos y necesariamente la incorporación a la UNO.”
“2. Conseguir un crecimiento numérico sustancial del Partido y la Juventud Comunista y un notable mejoramiento de su eficiencia, lo mismo que un mayor dominio de la línea general y táctica; para lo cual es condición decisiva consolidar ideológicamente nuestras filas, defendiendo la línea del Partido de los ataques “ultra-izquierdistas” y de las desviaciones economistas.”
Aparece el semanario Voz Popular en septiembre de 1974

En septiembre de 1974 el PCS inicia la publicación del semanario Voz Popular. En este semanario, que aparecía bajo la responsabilidad de Dagoberto Gutiérrez (no. 3 del 26 de septiembre de 1974) comienza una serie de artículos sobre la situación nacional y la propuesta estratégica del PCS. El primer artículo se titula El Salvador se hunde en una grave crisis, y señala como sus elementos “el desastre cafetalero, el traspiés algodonero, la falta de liquidez en el sistema bancario, los estragos de la inflación, los estragos del “fifí”, y la actitud de gobierno ante la crisis.”

Frente a esta situación el PCS plantea que “la inmensa mayoría de la nación, están hoy avocadas a la necesidad urgente de concertar una amplia alianza alrededor de una política popular y nacional para enfrentarse a la crisis económica y al fascismo. Es urgente impedir que la oligarquía, el imperialismo y este gobierno entreguista hunda al país y al pueblo para salvarse ellos. ”

En el siguiente numero de Voz Popular, del 3 de octubre de 1974, aparece el artículo Busquemos una salida popular y nacional para la crisis. Se opina que “si no se rompe el control de la oligarquía salvadoreña y del imperialismo sobre el estado y sobre la economía nacional, es imposible salir de la dependencia, dejar atrás el subdesarrollo, superar la crisis en beneficio de la mayoría, ni dar vigencia a una democracia de autentico contenido popular y nacional.”

Agrega que “en El Salvador ha madurado la necesidad, y están madurando las posibilidades, para un VIRAJE HISTORICO que ponga a la nación sobre una nueva ruta, distinta esencialmente, y no solo formalmente, a la que ha venido recorriendo, con tan graves consecuencias.”

En el número del 10 de octubre, aparece el artículo Tarea decisiva: la conquista del poder por un Frente Democrático Amplio, en el que se argumenta que “la experiencia de nuestro país ha demostrado que los amagos reformistas, que pretenden avanzar “dentro” del poder tradicional, gradualmente, sin romperlo, son por completo ineptos y terminan en una política entreguista y capituladora…”

Añade que “para cumplir con esta decisiva tarea de crear un nuevo poder en manos de la mayoría de la nación, un poder popular, es indispensable reunir una fuerza social y política superior a la que sostiene al poder tradicional de la oligarquía y el imperialismo a los cuales hay que derrotar….es preciso crear un BLOQUE O FRENTE UNIDO amplio y poderoso, con suficiente organización y capacidad de acción, combativo y resuelto a conquistar el Poder del Estado.”Posteriormente describe algunas de las características de este frente amplio.

Concluye que la victoria de los dos proyectos en disputa, el popular y el fascista “depende sobre todo, de la unidad, la agilidad, la intrepidez, la claridad programática, con que actúen las fuerzas populares organizadas. La implantación del fascismo no impediría a la larga el triunfo popular, pero lograría aplazarlo a costa de sangre y dolor…”

“Tal aplazamiento de la victoria popular no debe ser permitida, la crisis actual puede y debe tener una salida popular y nacional, el fascismo no es inevitable. Y todo esto depende de la voluntad de lucha y de la claridad de todos nosotros. El sectarismo oscurece la visión de esta realidad y de estas brillantes posibilidades y puede hacer el juego al advenimiento del fascismo.”

En el número de la 4ta. Semana de octubre: Hacia un programa común de las fuerzas democráticas, se sostiene que “la tarea Principal y decisiva es LA CONQUISTA DEL PODER DEL STADO POR UN AMPLIO FRENTE DEMOCRATICO.” Y para la construcción de este se frente amplio se necesita un programa de medidas inmediatas y de fondo aceptadas por todas sus fuerzas.

“Existe desde 1971 un programa que llena estas cualidades básicamente: nos referimos a las “Bases Programáticas” lanzadas por la Unión Nacional Opositora, UNO, con motivo de la campaña electoral presidencial encabezada por el Ingeniero José Napoleón Duarte.”

En el número de la 5ta. Semana de octubre aparece un artículo de Jorge Arias Gómez sobre Raúl Castellanos Figueroa y además como artículo de fondo Elaboremos un Programa Democrático, Antioligárquico y Antiimperialista. Asimismo un artículo sobre el Sindicalismo Clandestino, en el que se critica fuertemente la propuesta del ERP (sin mencionar su nombre) de que el movimiento sindical se lance a la clandestinidad.

En el artículo de fondo se hace una propuesta programática de medidas inmediatas en el terreno político que comprende las siguientes:
1. Debe ponerse fin a toda acción represiva anti-democrática contra los partidos de oposición y contra el movimiento social. Debe otorgarse garantías para el libre retorno al país del Ingeniero José Napoleón Duarte y para todos los exiliados políticos.
2. Debe otorgarse garantías para la libre organización legal de los trabajadores agropecuarios y campesinos.
3. Deben ser depurados los cuerpos de seguridad, limpiándolos de esbirros y asesinos, y poniéndolos bajo la jefatura de militares demócratas.
4. Debe removerse a los tres miembros actuales del Consejo Central de Elecciones.
5. Debe garantizarse que la Fuerza Armada no continuará interviniendo en los procesos electorales para asegurar el continuismo oficialista mediante el fraude y la imposición.
6. Deben ser ampliamente reformados los Códigos Penal y procesal Penal de reciente promulgación.
7. El Ministerio de Defensa y otros altos mandos deben ponerse en manos de militares demócratas.
8. Debe ser reorientada la política exterior de nuestro país, desligándola por completo del dictado de los EE.UU. o de sus instrumentos en América Latina.
9. Deben darse pasos audaces tendientes a una pronta, pacífica y justa solución del conflicto con la hermana República de Honduras.

Se considera que “algunas de estas medidas pueden y deben ser conquistadas mediante la lucha popular aún bajo el presente gobierno…En la lucha por estas medidas inmediatas podemos en la práctica forjar l amplio frente democrático. Aquí hay tareas decisivas pata las fuerzas democráticas populares, tanto para sus masas civiles, como para los sectores militares demócratas.”

En el numero de VP de la Primera semana de Noviembre, aparece la segunda parte de Elaboremos un Programa Democrático, Antioligárquico y Antiimperialista. Se propone a nivel de Demandas económicas inmediatas:
1. Decreto legislativo ordenando un aumento general de salarios, sueldos y pensiones acorde con el crecimiento experimentado por el costo de la vida.
2. Establecer un sistema de control efectivo para garantizar el cumplimiento de los salarios mínimos en el campo y la ciudad y de los aumentos salariales que se decretan.
3. Riguroso control de precios sobre el comercio de los productos de amplio consumo.
4. La importación de fertilizantes e insecticidas o de las materias primas destinadas a su fabricación en el país, debe pasar a directo control estatal.
5. Al mismo tiempo que se decreta el aumento general de salarios, sueldos y pensiones, debe dictarse medidas que permitan a las pequeñas y medianas empresas cumplir dicho aumento, sin sufrir el quebrantamiento de su rentabilidad y estabilidad.
6. Aplicar efectivamente la disposición legal reciente que orden que el canon de arrendamiento de las viviendas nos debe ser superior al que había en diciembre de 1973.
7. Estatizar la CAESS, la CLESA y otras granes empresas distribuidoras de energía eléctrica en el país.
8. Adoptar una serie de medidas para defender el interés nacional en el terreno del comercio exterior, que es la puerta de entrada mayor de la inflación foránea.
9. Dejar de lado el plan para crear las “zonas francas” porque constituye un grave atentado contra la independencia económica y política de nuestro país.
10. Frente a la crisis crónica del Mercado Común Centroamericano, El salvador debe reorientar su política integracionista general.

En el número de VP de la segunda semana de noviembre de 1974 se continua abordando el tema del programa, esta vez en relación al tema del petróleo. Se considera que “la causa de la elevación del precio de la gasolina y demás derivados de el petróleo no esta en el aumento del precio del crudo, sino en el desmesurado aumento de las ganancias de las compañías petroleras norteamericanas y en general transnacionales.” Se propone lo siguiente:
1. El Estado debe asumir directamente la compra del crudo en el mercado internacional, aprecios competitivos.
2. Reducir la importación del petróleo crudo y el consumo de sus derivados, estableciendo el racionamiento de su venta al público especialmente en lo que se refiere a los automóviles particulares.
3. Deben ser modernizados y electrificados los ferrocarriles y una parte sustancial del transporte urbano.
4. debe reducirse los actuales precios de la gasolina y otros derivados del petróleo en todo lo que sea posible.
5. El Salvador debe emprender la prospección y explotación petrolera de su suelo marítimo donde se presumen existen depósitos de ese mineral.
6. El Salvador debe buscar un acuerdo de cooperación y acción conjunta con los países de Centro América y el Caribe en materia petrolera.

En el numero de VP de la tercera semana de noviembre de 1974 se trata sobre los “Cambios Fundamentales que nuestro país necesita.”Entre estos están los siguientes:
1. Primero que todo, es imprescindible la conquista de un NUEVO PODER ESTATAL… Constituye una ilusión el creer que este Programa de cambios profundos puede ejecutarse avanzando gradualmente dentro del viejo poder. Este camino, que es en esencia el camino del reformismo, ha fracasado en nuestro país.
II. Será necesario crear un sector social de la economía nacional, formado por un grupo de grandes empresas que deben pasar a propiedad del Estado y otro grupo de grandes, medianas y pequeñas empresas que deben pasar a organizarse como propiedad cooperativa y bajo otras modalidades de propiedad colectiva.

III. Con el fin de estructurar la nueva economía, será necesario: a) una serie de nacionalizaciones de grandes empresas privadas de capital extranjero y nacional en los distintos campos de la economía.”

Rafael Aguiñada Carranza

Rafael Aguiñada Carranza, nace en Sonsonate el 10 de agosto del año 1931.Es asesinado el 26 de septiembre de 1975 a inmediaciones del Mercado Cuartel. Su padre: Mariano Aguiñada Orellana, era maquinista de tren, Su madre: Antonia Carranza, panificadora. Estudió la primaria en la escuela “Salvador Díaz Rodas” en Sonsonate.

Trabajó como aprendiz de carpintería en la confección de ataúdes; posteriormente, ingresó al taller de carpintería de Ferrocarriles de El Salvador. En donde vivió la primera huelga de ferrocarrileros del año 1946, con sus 15 años, se destacó en la lucha para hacer triunfar la huelga. Pronto emigró a Santa Tecla, posteriormente a San Salvador en donde trabajo como obrero de la construcción y por la noche estudió dibujo arquitectónico.
En el año 55 se casa con Berta Deras y nace su primer hijo: Rafael, Lito. En el año 56 ingresa a las filas del Partido Comunista de El Salvador y conjuga varias actividades laborales, estudiantiles y políticas, vinculadas a la organización estudiantil, En la Escuela de Artes Gráficas promovió la formación de la Organización de Dibujantes de El Salvador (O.D.E.S.), y contribuyó a la elaboración del periódico. Junto a otros jóvenes obreros, estudiantes y artistas crearon la Asociación de la Juventud 5 de Noviembre.
Para ese entonces ya había nacido su segunda hija: Dinora. También participa y se destaca como dirigente del Partido Revolucionario (PRAM), como activista en la campaña presidencial 66-67 del Partido Acción Revolucionaria, PAR. En esos momentos nace su tercera hija: Tania. Meses después junto con Dagoberto Gutiérrez, viaja a la URSS para participar dos años, en la Escuela de Cuadros del PCUS.

En la URSS, fue delegado como responsable de dar atención política a los estudiantes universitarios salvadoreños que cursaban sus estudios en las universidades de ese país. En esa calidad visitaba las Universidades, los fines de semana para participar en las asambleas de estudiantes salvadoreños. A principios de los años 70 participa en la lucha política y de alianzas con los partidos PDC y MNR, que lleva a construir la Unión Nacional Opositora, UNO.

Con el nacimiento de su hija Galia completa su familia. En el año 1973, Rafael pasa a conducir la Comisión Nacional de Organización del PCS. En el año 74 asume la conducción de la Comisión Sindical, con la tarea de avanzar hacia la construcción de la Central Ünica de Trabajadores Salvadoreños: la CUTS, mediante procesos de unidad entre la FUSS, FESTIAVCES, FENASTRAS y sindicatos independientes como el STIUSA. Esta tarea significaba imprimirle al movimiento sindical una visión revolucionaria y dar la lucha interna para liberarlo del economicismo y del legalismo incrustados en ese momento.

Rafael juega un papel destacado en el movimiento sindical, porque tenía una visión política estratégica, contribuye a trascender a la lucha política, más allá del economismo, logrando que los sindicalistas asumieran tareas políticas, En marzo de 1974, fue electo diputado de la UNO junto con Dagoberto Gutiérrez, y allí cumplió con firmeza, su cometido de insobornable político obrero revolucionario. A la Asamblea Legislativa llegaban trabajadores de la ciudad y del campo demandando solución a sus problemas, buscando protección contra los desmanes patronales o gubernamentales y siempre encontraron en Aguiñada a uno de sus más resueltos defensores.

Rafael Aguiñada desde el año 1962 fue objeto de vigilancia por orejas y enfrenta diversos allanamientos en su vivienda ubicada en al Col. IVU, varias veces escapa por apoyo de amistades y compañeros. Muchas veces vivió en la clandestinidad para continuar con sus tareas y evitar ser apresado.

En 1972, bajo el gobierno del Coronel Arturo Armando Molina, se le captura y es torturado por la Guardia Nacional, permanece secuestrado por 9 días y luego es expulsado hacia Managua, de donde regresa a los 40 días, para retomar sus responsabilidades en la dirigencia del PCS, el UDN y la FUSS.

En 1973, 10 días después del 1ro. de mayo, fecha en la cual pronuncia un inflamado discurso de denuncia de la dictadura militar, agentes de la Guardia Nacional le capturan violentamente, frente al local de la FUSS en el 630 de la Avenida Cuscatlan. Lo destierran a Estelí, Nicaragua, pero esta vez regresa más rápido, a los 24 días estaba ya asumiendo sus responsabilidades como dirigente del PCS.

En su entierro, Schafik Handal, profundamente conmovido, indica que “Rafael, “El Chele” cayó cobardemente abatido por la metralla de sus asesinos en medio de sus presurosos movimientos por cumplir sus obligaciones de dirigente obrero, celoso de no dejar para mañana las tareas de hoy… El Chele Aguiñada estaba entregado con ardor y pasión a la tarea de construir la unidad sindical. Estaba profundamente convencido que solamente unido, el pueblo puede defender con eficacia los intereses de los trabajadores, lograr su mejoramiento y aportar la contribución más decisiva a todo el pueblo salvadoreño en su histórica brega por instaurar un gobierno verdaderamente suyo.”
Agrega Schafik que “hasta el momento lo recuerdo, como un hombre de aguda inteligencia, apasionado (algunos dicen que era temperamental), firme en defender sus ideas y opiniones pero al mismo tiempo atento “oidor” de las opiniones ajenas y maduro para aceptar otros puntos de vista, diferentes al suyo, cuando estos eran sustentados con fundamentos de peso. Fuerte crítico de las incoherencias partidarias, duro e intransigente con las faltas éticas y la moral política. Franco, llano y certero interlocutor.”

Explica Schafik que “su lucha sindical se apoyaba en su profundo conocimiento adquirido de la realidad del sindicalismo en El Salvador, de reconocer que, a partir de esa realidad, habría que convivir con algunas formas y medios y con la legislación sindical vigente. Pero que la lucha tendría que llevar a cambiar algunas de esas realidades. Para hacerlo posible habría que sobrepasar obstáculos y dar una inmensa batalla de ideas, muchas veces, contra sus propios camaradas”.

Schafik Jorge Handal
Schafik Jorge Hándal nace el 13 de octubre de 1930 en la ciudad de Usulután. Muere el 24 de enero de 2006 al regresar de Bolivia d ela toma de posesión de su amigo Evo Morales. Es el mayor de 6 hermanos, a él le siguen, en orden cronológico, Farid, Betty, José Orlando, Antonio Abdala y Miriam.Cursó sus estudios de primaria en los colegios usulutecos “Reymundo Lazo” y “Manuel de J. Chávez”. Terminada la primaria viaja a San Salvador e inicia sus estudios de secundaria en el colegio “García Flamenco” y los concluye en el colegio “Francisco Gavidia” donde se gradúa como Bachiller en 1948.
En 1944, a los 14 años, inicia su lucha apoyando la “Huelga Nacional de Brazos Caídos” que derrocó al dictador Maximiliano Hernández Martínez, el 9 de mayo de ese año. Como estudiante de derecho 1949 participa en la lucha por la reforma universitaria y la consagración de la autonomía universitaria en la nueva Constitución de la República de 1950. En 1950 se incorpora al PCS.
En 1951 se traslada a Chile huyendo de la represión desatada por la dictadura osorista. En ese país milita en el Partido Comunista. En 1954 nace en Santiago su hijo Jorge Schafik. En 1956 regresa al país y se reintegra a las filas del PCS. En 1957 es electo como responsable del Comité Departamental de San Salvador del PCS. En 1959 participa en el diseño y conducción del Movimiento Revolucionario Abril y Mayo, que después se convierte en el PRAM. En enero de ese año pasa a formar parte del comité central del PCS.
Toma parte activa en las luchas por el derrocamiento del Coronel José María Lemus, en la conducción del Frente Nacional de Orientación Cívica, FNOC, por lo que es capturado en agosto de 1960 y exiliado a Guatemala. Regresa en octubre de ese año luego del golpe contra Lemus. En 1961 al establecerse el Directorio Cívico Militar, Juan impulsa la creación en marzo de 1961 y luego asume la coordinación del Frente Unido de Acción Revolucionaria, FUAR.
En el periodo 1963-67 Sánchez participa en la reforma universitaria de la UES impulsada por el Dr. Fabio Castillo, y posteriormente en la campaña presidencial del mismo Dr. Castillo y el PAR, en particular en la elaboración de su programa político resumido en al fórmula: “5 soluciones para 5 grandes problemas.” Elabora el Programa Agrario que es aprobado por el V Congreso del PCS en 1964. En 1965, bajo el pseudónimo de Alberto Gualan, escribe en la Revista Internacional, un artículo de mucha profundidad sobre el 35 Aniversario del PCS. En 1967 encabeza la delegación salvadoreña a la Conferencia de la Organización Latinoamericana de Solidaridad, OLAS.
A principios de 1970 encabeza la fundación del Partido Revolucionario 9 de Mayo, PR-9M, pero a este se le niega su inscripción legal. Posteriormente impulsa la creación de una alianza con el MNR y el PDC llamada Unión Nacional Opositora, UNO; que lleva en 1972 como fórmula presidencial al Ing. José Napoleón Duarte y al Dr. Guillermo Manuel Ungo. Es capturado en 1971 y enero de 1972. En marzo de 1973 Emilio asume la secretaría general del PCS hasta diciembre de 1994. En agosto de 1973 es apresado a su regreso de Chile y expatriado a Panamá. Durante las celebraciones del 45 Aniversario del PCS pronuncia el discurso titulado La experiencia del PCS, el más rico patrimonio político de la clase obrera y del pueblo salvadoreño.
En diciembre de 1979 participa en La Habana en las reuniones que conducen a la creación de la Trilateral: la unidad del PCS, FP y RN. A partir de marzo de 1980 pasa a ser el Comandante en Jefe Simón, de las Fuerzas Armadas de Liberación, FAL. En marzo de 1980 durante el 50 aniversario del PCS pronuncia el discurso La unidad de las fuerzas revolucionarias es una necesidad estratégica de la lucha por el triunfo de la revolución.
En diciembre de 1980 pasa a formar parte de la Comandancia General del Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional, FMLN, junto con Salvador Cayetana Carpio (FPL), Ernesto Jovel (RN) Joaquín Villalobos (ERP) y Roberto Roca (PRTC) hasta su disolución en diciembre de 1992. En 1982 publica El poder, el carácter y la vía de la revolución y la unidad de la izquierda. En 1983 publica Consideraciones acerca del viraje del Partido hacia la lucha armada.
Por parte del FML, conduce el esfuerzo político-diplomático que concluye en los Acuerdos de Paz de enero de 1992. En enero de 1981 nace su hija Xenia de su matrimonio con la revolucionaria rusa Tania Bichkova. En 1992 preside la Comisión para el Cumplimiento de los Acuerdos de Paz y de la Comisión Nacional para la Consolidación de la Paz, COPAZ. En diciembre de 1992 es electo como Coordinador General del partido político FMLN.
Es Candidato a Alcalde por San Salvador en 1994. Es Coordinador de la Fracción Legislativa del FMLN desde mayo de 1997 hasta enero de 2006. En 2002 crea la Tribuna Legislativa para informar cada viernes por la tarde en la Plaza Cívica, a los sectores populares sobre la situación del país y palpar el sentir y la opinión popular. Es candidato a la presidencia en el 2003-2004 y logra acumular 812 mil votos, aunque es derrotado por el candidato de la derecha, Antonio Saca.
En el 2004 forma parte del Movimiento Salvadoreño por la Paz, MSP. En septiembre del 2004 publica lo que puede considerarse su testamento político, titulado El FMLN y la vigencia del pensamiento revolucionario en El Salvador. Plantea como idea fundamental que “abandonamos las armas, entramos en el sistema, para cambiar el sistema, no para que el sistema nos cambie a nosotros.”
Schafik Jorge Handal fue el más destacado marxista del siglo XX. Destacándose durante 56 años como dirigente estudiantil universitario, brillante orador, político, organizador, ideólogo y teórico de la lucha revolucionaria contra la dictadura militar y el imperialismo, principal dirigente del PCS, artífice de la lucha electoral del PAR y luego de la UNO entre 1967-1977; comandante en jefe de las FAL.
Estratega político-militar de la Guerra Popular Revolucionaria, hábil diseñador de la estrategia político-diplomática que desemboca en los Acuerdos de Paz de 1992; e inclaudicable parlamentario defensor de los intereses populares; y como constructor y unificador del partido político de masas FMLN. Su obra teórica revolucionaria que abarca casi seis décadas, basada en el marxismo aplicado a El Salvador, es patrimonio valioso de los revolucionarios salvadoreños y latinoamericanos.

El alfaguara de Hernández La reivindicación de las Letras

El alfaguara de Hernández
La reivindicación de las Letras

Los autores contemporáneos salvadoreños son el reflejo de todo un abanico de experiencias,puntos de vista y estilos que descubren el importante legado de los grupos literarios que dejaron huella en la historia del siglo pasado.
Manlio Argueta *
vertice@elsalvador.com

La novela de David Hernández es en cierta forma una historia emocional de “La Cebolla Púrpura”, grupo al que perteneció el autor; poetas cuya juventud coincidió con el conflicto bélico y por ello se vieron inmersos en la tormenta que nos envolvió desde 1972 hasta 1992. Quizás por ello apenas llegaron a publicar poemarios de provincia, en papel de pobre y tinta desteñible; pero en la novela se hacen visibles e invencibles, a pesar de todo.

Sobreponiéndose a dolores propios del extrañamiento y ante el recuerdo de sus compañeros poetas muertos, Cebolla púrpura es un homenaje a ellos, los que nunca llegaron a viejos y que para beneficio social seguirán siendo jóvenes. La novela habla, sustituye al silencio de las practicidades políticas que no concede espacio para saludar a los anti-héroes en sus tumbas desconocidas. La memoria se graba en piedra en un canto de nostalgia y de profundo amor a la patria extrañada. Ese grupo cuya revista sólo se aceptaba por alguna librería, allá por los años setenta, porque su nombre era atractivo para la sección de cocina.

Putolión refuerza la saga del exilio iniciada por Hernández con Salvamuerte (UCA Editores, 1993) y que se proyecta en una tercera obra, aún inédita, “Fuero de fuego”, para construir un mundo narrativo. Fundador del grupo literario “La Cebolla Púrpura”, Hernández escribió su primera novela una vez que inició sus estudios de doctorado en lenguas germánicas (1992). No cabe duda que en nuestro país, tan escaso de narrativa, ese corto ciclo literario es muestra de responsabilidad y disciplina; mucho más si se retoma la literatura como instrumento de cambio en la conciencia, con la “emergencia del descubridor: si yo no nombro nadie nombrará; si yo no escribo todo será olvidado; si todo es olvidado, dejaremos de ser”. (Carlos Fuentes, Épica, utopía y mito en la novela hispanoamericana, México, 1994, p. 285). Pero Putolión no es sólo nostalgia que se refleja en el recuerdo de los poetas caídos en la guerra, sino también alegría compartida, triunfos y desafueros, por quienes siguen viviendo dentro del país o en el exilio; pero sobre todo, es conflicto humano inagotable.

Ante esa situación la saga viene siendo un imperativo. David Hernández, uno o dos de los que quedaron vivos, tendría la misión de resucitar a los muertos. Y el novelista logró sobreponerse para cumplir con sus compañeros luego de un largo periplo de aventuras, lindando con lo maldito, en el infierno gélido de Siberia, en las quemantes arenas de Afganistán o en la bella Ucrania, todo lo cual conforma su mundo literario.

Un consejo oportuno

Me encontré a Hernández en Costa Rica, su primera diáspora, cuando era casi un adolescente; veinte años después lo descubro, casi escondido, extraviado, en los metros de París o en los trenes hacia Colonia, Bonn y Hannover. Ello, antes de escribir Salvamuerte y recién salido de una crisis existencial que lo había acercado a la autoinmolación. En una de esas oportunidades preparaba sus maletas para dirigirse a Egipto a sembrar naranjas en el desierto. Lo convencí que se olvidara de la agronomía porque él era poeta: “agrónomos hay muchos, los poetas somos el gremio más raquítico y el más pobre, tenés que ayudar a enriquecerlo”. Pero el racionalismo europeo hacía difícil ese recambio de ingeniero agrónomo a estudiante de letras. “Van decir que estoy loco”, me dijo. No importa, le respondí, también los alemanes han tenido sus poetas muertos y sus poetas locos, van a entenderte.

Sin embargo, David no llevó el drama personal del exilio a la extensión de su poesía, sino a descubrir la novela, género en el que ha comenzado a echar raíces profundas: erotismo y sexo, pasión glandular, expresado con palabras directas, en lo cual se realiza el camino en espiral hacia un romanticismo de la postmodernidad. Pero sobre todo hay amor, angustia, frente al país que se quiere recuperar, a través de la propia recuperación literaria.

Está confirmado que la novela es también poesía y que seguirá siendo el medio para rescatar, con el auxilio de la imaginación, los acontecimientos trascendentes. Esto vale en especial para nuestro país que no termina de perfilar sus límites y donde los escritores deben jugar el papel de historiadores o cronistas testimoniales ante los vacíos que hay en otras áreas del pensamiento. ¿Acaso no fue el poeta Roque Dalton quién rescató la memoria del 32 antes que se la hubiera llevado a la tumba Miguel Mármol? La faena no es fácil en estos tiempos de avalancha pragmatista, de globalización económica y absorción de la cultura propia por una cultura electrónica universal.

En Cebolla púrpura vemos pasar por nuestros ojos esa generación de poetas que David Hernández plantea como personajes: Jaime Suárez, Rigoberto Góngora los principales; Mauricio Vallejo, Nelson Brizuela, Chema Cuéllar, Alfonso Hernández, Chito Silis; el abuelo de ellos: César Masís, muertos en el vórtice de una realidad trágica; y otros que permanecen en el exilio de la desilusión o el sueño, ya sea dentro o afuera del país: Francisco Rivera, Morasán, Manuel Luna, Jobal Arrozales, Calderón, R. Menjívar 0., M. Bencastro, Santana, Quijada Urías, los Armijos. Y también aquellos que como agujas se encubren en el pajar caótico de la patria: Castro Rivas, Iraheta Santos, Uriel Valencia, Santana, Masís el joven, Mendoza, medio vivos y medio muertos, como dice el poeta Dalton. Y también los otros artistas que se unen a esa generación maldita de la guerra, solitarios unos, apasionados todos, aquí y allá, pero sin dejar de representar la lucidez de El Salvador; algunos con más suerte que otros: los Crespines, Meme Sorto el cineasta que sueña, Bonilla, Dago el escultor, Chico Aragón el periodista, la diva Gilda Lewin, el ceramista Carlos Mejía, Eduardo Valenzuela, Roger Lindo, Villafuerte, Chamba Juárez, Norman Douglas –“hijo secreto de Kirk Douglas”-, William Armijo, cantante en los subterráneos de París y doctor en teatro: todos con una locura cercana a Rimbaud, a Miller, a Genet, a Vukovski, a Orlando Fresedo, al Pipo Escobar Velado, al viejito Gavidia en joven. Son el vivo retrato del conflicto.

Inmersos en historia desesperada del oficio, donde prevalece como punto de referencia y salvación la unidad generacional. Tratan de resucitar lo insalvable de la patria o lo rescatable del naufragio, aunque sea en sueños, como Sorto; o pretendiendo alzarla de los escombros, aún a costa de la autoinmolación, como Fresedo.
Así transcurre la vida de los jóvenes entre humo de cigarrillos, cuchilladas, putas, cafetines sucios, hongos alucinantes, LSD y el “guaro” genocida; para mitigar la amargura existencial en una patria que trata de salir del laberinto.
Tema de generaciones

La historia novelada de la generación del setenta tiene su enlace con la historia poética de los jóvenes del noventa. Y ¿por qué no decirlo? Con los del 56, sensibilidad más, pesadilla menos, los jóvenes de siempre han tenido la palabra cuando el silencio comienza a mutilar. No hay pretextos para permanecer callados, si queremos que subsista la sensibilidad creativa, especialmente cuando el vórtice sigue siendo tan huracanado como siempre. Nunca hemos sido ángeles, pero tampoco satánicos. El escritor debe ser caja de resonancia o no es nada, no importa que su imagen sea invisible, como esos personajes de Putolión. Nos enseñaron a respetar a los héroes vivos sin reparar que sólo puede haber héroes muertos porque así no pueden reconvertirse en seres asediados por la degeneración social. Para la obra de Hernández, los poetas son los anti-héroes.

La intención clara es resucitar el grupo generacional “La Cebolla Púrpura”, “La Masacuata” y otros, como antes ya hiciera para diferente período la novela Pobrecito poeta que era yo…, de Roque Dalton. Entre la generación de la década del cincuenta y la de los setenta, la historia sigue siendo la misma. Una especie de virus africano que corroe por dentro y hace desintegrar los huesos y la carne: el anti-virus es la poesía. Poco hemos avanzado, pero la literatura sigue adelante. Los escritores deben mantenerse desde sus guaridas de hombres lobos con el ojo en la mira de la realidad nacional. “Nuestra fidelidad al lenguaje en suma, implica fidelidad a nuestro pueblo y fidelidad a una tradición que no es nuestra totalmente sino por un acto de violencia intelectual” (Octavio Paz, El laberinto de la soledad, México, 1994, p. 178).

Y Hernández reafirma su idea novelística diciendo que los poetas no imaginaban que el destino del azar y la historia en aquellos “años de sed y sombras”, si es que existen y coinciden, los pondrían a las puertas de la vida y de la muerte: “Todo era pobreza, lluvia y austeridad. Pero a pesar de todo éramos felices y existíamos. Los sueños estaban en embrión y comenzaban a gestarse en medio de aquella atmósfera que presagiaba malos tiempos”. Aunque ese pasado sea un eterno presente y un impredecible futuro para los jóvenes que deben escoger entre la muerte en vida camino abierto- y la creatividad vía cerrada: pero que puede abrirse siendo fiel al lenguaje —como dice Paz-; a la poesía, que no sólo está hecha de palabras -según Dalton. Como se expresa en Cebolla púrpura.

  • Director de la Biblioteca Nacional.

El planeta de los cerdos

Por Manuel Sorto

Que bien la reciban los golpistas civiles y militares de Honduras, de parte de quien se las dedica

y a Tamba, por supuesto

BAYONA, PAÍS VASCO FRANCÉS- La canción El Planeta de los cerdos de la Banda del Sol fue en su época un garrotazo para los dueños de los garrotes y los gobiernos militares de la región centroamericana, una explosión de energía y claridad en sus enunciados. Pienso que es la canción protestaria por excelencia de esos jóvenes en plena transición del hipismo a la guerrilla. De tanto pedir y gritar amor y paz y recibir solo palos, cárcel y balazos, gran parte de la juventud pasó a la siguiente fase, y cada cual desde sus capacidades, talentos o elección, trabajaron en crear, dinamizar y solidificar las organizaciones político-militares como única salida y respuesta a lo que fue la larga noche salvadoreña.

La letra y música de El planeta de los cerdos es de Carlos Aragón, conocido no solo en el medio artístico cultural como « Tamba ». Tamba murió combatiendo conocido como el Comandante Sebastián, jefe de las Fuerzas Especiales de las Fuerzas Populares de Liberación Farabundo Martí (FPL). El planeta de los cerdos es proclama y denuncia política, pero también es poesía.

Intentaré compartir algunas señas sobre el grupo y el disco en que apareció El planeta de los cerdos, aunque no me cabe duda que quedarán vacíos o habrán equivocaciones, que quizás algunos de ustedes puedan ayudar a rellenar.

Para mi, que veo símbolos por todas partes, lo que me parece más que interesante es el misterio con que la Historia, y no solo la salvadoreña, engancha o teje muchas cosas a veces, dando luces para aquellos que sabén o atinan a interpretar los signos. Es como si hechos o sucesos, aparentemente sin la mínima relación, hubiesen sido cuidadosamente planificados para funcionar coordinadamente en tiempo y espacio, cual si fueran parte de un « plan » que rigiera la historia de los pueblos y sus hombres. Aunque ni nos damos cuenta mientras los vivimos. ¿La conciencia colectiva?

Para empezar, el disco Unidad es de 1971, el mismo año en que se fundaron las dos primeras organizaciones político-militares salvadoreñas. Es decir, fecha justa de la declaración de guerra del pueblo salvadoreño. Pienso que El planeta de los cerdos, premonitoriamente o no, ha sido en nuesta historia « la canción » que anunció públicamente, oficialmente si se quiere, la rebelión no solo política de la juventud salvadoreña: « Y ahora está pasando/lo que el cerdo no vio/el hombre está cansado/de jugar al ratón »

El Planeta de los cerdos es, y creo que no solo desde mi alborotado juicio (y esto no tiene nada que ver con « nacionalismos »), es, creo, la canción salvadoreña antimilitarista, antioligárquica y antimperialista por excelencia y que guarda a la vez lo mejor que dejaba el movimiento hipie: « Estamos despertando/con la luz del amor. », « Juntos tenemos/que estar. », rezan sus estribillos finales.

Y vuelvo al hipotético « plan maestro » que mencioné antes, y dentro del cual encuentro también en El planeta de los cerdos otra de las « hermosas contradicciones » de las que está lleno nuestro país: Max Martínez, el guitarrista lider de la Banda del Sol (el George Harrison del grupo, según Julio Molina), es nieto nada menos que del general Maximiliano Hernández Martínez.

Sí, del mismo General. Aquel de 1932. El misterio. El Plan. Dicen bien que los caminos de Dios son imprevisibles. Aunque no inaudibles en este caso.

Bueno, a la hora de la grabación de El planeta de los cerdos estuvieron presentes, Fernando Llort en la primera voz, Max Martínez en la guitarra leader, el autor, Carlos Tamba Aragón, en las segundas guitarras y voces, en el contrabajo Joseph Koessner (profesor estadunidense del Bachillerato en Artes), Pedro Portillo en la armónica, los « chinchines » son de Carlos Peraza, las percusiones de Fiebre Amarilla (si alguien se acuerda de los nombres… ), expresiones y ronquidos de ambiente de Ricardo Archer, el mismo que me ha pasado buena parte de estos datos sobre los ejecutantes y cuándo y dónde.

La Banda del Sol dejó grabadas otras dos canciones aparte de El planeta de los cerdos: Abriendo camino, música del Bolo Martínez y letra colectiva y El perdedor, letra y música de Tamba Carlos Aragón. Las tres fueron grabadas en el « Estudio Doble V » para el disco Unidad, una Antología de lo que valía la pena en el momento de la época (o con lo que se pudo), según los criterios (creo) del productor Willie Maldonado. Incluye a otros grupos y músicos como la Fiebre Amarilla, los Kiriaps, Sal Laroche (conocido como Jorge Delgadillo), el cantante alemán Rolf… y algún grupo más que se escapa. Si dejo a alguien afuera es por ignorancia u olvido: hace casi 40 años. Lo que puedo confesar es que Unidad, es « de antología ».

La Banda del Sol fue formada al orígen por dos tríos: Carlos Aragón (Tamba), composición y guitarra, Manuel Martínez Daglio (El Bolo), composición y teclados, y Ricardo Archer Díaz (Toto), bajo. A ellos se fusionan la primera voz de Fernando Llort y la guitarra leader de Max Martínez (el tecladista Oscar Dada « no apareció » a la hora de grabar y parece que se retiró de la música).

Solo para curiosos e historiadores

Por otra parte, la Banda del sol en todas las grabaciones siempre tuvo músicos o/y amigos invitados: el colaborarse entre músicos y grupos era casi la regla. Participaron por ejemplo, entre las tres canciones que se grabaron para Unidad: Carlos Peraza, Pedro Portillo, Sal Laroche, Tony Martínez (hoy colaborador de ContraPunto), los estadunidenses (?)….. Kosicky y Joseph Kossner (profesores en el Bachillarato en Artes), o Manuel y Enrique Vásquez Amory (colaboraron y fue en su casa donde se escribió la letra de Abriendo Camino) y en las voces femeninas Elizabeth Archer y Marina Tilic, una femina de la Yugoslavia de Tito. En la partitura de Abriendo Camino colaboró también Alejandro Bella, según afirma un texto de Sal Laroche.

Se recomienda regular volumen o ponerse los « cascos »

Ahora bien, este texto en verdad es un pretexto para compartir con ustedes este pedazo de historia salvadoreña que se titula El Planeta de los Cerdos. Con dedicatoria a los golpistas hondureños. Civiles y militares, faltaba más.

Basta con puyar o pinchar el enlace abajo (cruzo los dedos). Espero que la disfruten. ms

CALUFA

A los camaradas del Partido Vanguardia Popular
Humberto Vargas Carbonell

El próximo 7 de mayo se cumplirán 48 años del fallecimiento del camarada Carlos Luis Fallas.
Esta fecha dolorosa es una ocasión propicia para recordar a Calufa, tanto en su inmenso valor como luchador del Partido Vanguardia Popular y como insigne literato.
Carlos Luis fue en realidad el fundador del movimiento obrero revolucionario. Desde el cimiento de la brutalidad del monopolio yanqui él levantó el primer gran movimiento de lucha del proletariado costarricense: LA HUELGA BANANERA DE 1934.
El PARTIDO VANGUARDIA POPULAR fundado en 1931 se unió al movimiento obrero con lazos indisolubles en la primera la gran lucha de los obreros bananeros.
En aquellos años Carlos Luis era un joven de 25 años pero ya destacado militante del Partido.
Sus experiencias de luchador y de obrero las plasmó en una extraordinaria obra literaria. Sus libros educan porque están cargados de sentido proletario y de un profundo conocimiento de la vida de los trabajadores y de todos los pobres. Es un amor infinito por los que sufren convertido en obra literaria.
La grandeza de su obra artística nunca lo separó de sus obligaciones como dirigente del PARTIDO VANGUARDIA POPULAR.
Cuando su obra había sido traducida a muchos idiomas, Calufa se mantenía como un disciplinado integrante de la dirección del partido. Jamás reclamó ningún privilegio, se comportaba como los más humildes y severos militantes.
En esos años fue el responsable del trabajo con los campesinos, hasta el día de su muerte.
Pedimos a todos los militantes de VANGUARDIA POPULAR y a todos nuestros simpatizantes y amigos, rendir homenaje de recordación a nuestro querido camarada, Carlos Luis Fallas. Organizar actos pequeños en cada célula, en las organizaciones de la JUVENTUD VANGUARDISTA y en otras expresiones del movimiento popular.
El ejemplo de Calufa es la mejor lección que puede aprender lo que luchan por cambiar el mundo de injusticias por una nueva sociedad de justicia social y de verdadera democracia.
30 abril 2014

La Revolución, 35 años después

La Revolución, 35 años después

Por Carlos Fernando Chamorro
Publicado el 19 de Marzo de 2014

A la memoria de mis hermanos Javier “El Chele” Guerra, Juan Carlos “La Foquita” Herrera, y Francisco “Félix” Meza, que cayeron antes del triunfo de la insurrección

I—Una mirada al presente

El 19 de julio se cumplirán 35 años del triunfo de la revolución sandinista que derrocó a la dictadura de Somoza en 1979. Después de 10 años de revolución, guerra de agresión y guerra civil, el 25 de febrero de 1990 el FSLN fue derrotado en un proceso electoral. Posteriormente se negoció el desmontaje del modelo revolucionario, implementándose un programa de reformas neoliberales que prevalece hasta hoy.

Sin embargo, desde que el comandante Daniel Ortega regresó al poder en el 2007, ganando unas elecciones con el 38% de la votación en primera vuelta, el FSLN proclama que Nicaragua está viviendo una segunda etapa de revolución llamada “cristiana, socialista y solidaria”

La revolución de 1979 representó un hito histórico. Fue la última revolución armada triunfante del siglo XX que expulsó del poder a una dictadura militar dinástica que durante más de cuatro décadas contó con el apoyo de Estados Unidos.

Con la revolución se abrió una expectativa de liberación, cambio social y democratización. Paradójicamente, con la derrota de la revolución en 1990, también se abrió una segunda oportunidad de democratización en Nicaragua, apuntalada en el pluralismo y en las fuerzas políticas y sociales que surgieron de la revolución, tras el fortalecimiento de instituciones clave para dirimir los conflictos y la competencia política como el Consejo Supremo Electoral, el Ejército Nacional y la Policía Nacional, y las reformas constitucionales de 1995 que establecieron un contrapeso fundamental entre los poderes del estado.

Al cumplirse los primeros 20 años de la revolución, publiqué un texto sobre este mismo tema titulado “Las huellas del 79” (El Nuevo Diario, 19 de julio 1999) en el que destacaba con optimismo el legado político de la revolución, asociándolo a las instituciones antes mencionadas y al peso político del sandinismo, ya no como un partido monolítico, sino como un conjunto de fuerzas dispersas, dentro y fuera del partido FSLN, en las organizaciones sociales, o en la sociedad civil, con el potencial de promover procesos de cambio social y político. Exceptuando la creación de una nueva clase de pequeños propietarios y cooperativas en el campo, el legado económico-social de la revolución había sido barrido por la guerra, la hiperinflación y el ajuste económico de los 90, y en consecuencia, su principal huella era eminentemente política, a pesar del gobierno de turno de Arnoldo Alemán.

Quince años después, no existen bases objetivas para mantener ese optimismo. Por el contrario, en Nicaragua se ha instalado un proceso de regresión autoritaria encabezado por un nuevo FSLN, privatizado por Daniel Ortega y Rosario Murillo, mientras las instituciones estatales como el Consejo Supremo Electoral o el Ejército Nacional que antes parecían conquistas irreversibles, han sucumbido a la cooptación del caudillismo.

El nuevo régimen de Ortega, en proceso de consolidación, se presenta como una versión del “socialismo del siglo XXI”, cobijado bajo los símbolos rojinegros de Sandino y la revolución sandinista. Pero su trayectoria en estos seis años no representa un proyecto de cambio revolucionario o de reformas sociales. Por el contrario, revela la conformación de un régimen corporativista en alianza con el gran capital nacional e internacional, que ejerce un alto grado de control social sobre importantes grupos organizados de la población, sindicatos, cooperativas, y jóvenes.

En lo político, actúa como un régimen autoritario de ordeno y mando, que invoca la democracia directa pero no admite ningún contrapeso o sistema democrático de rendición de cuentas. Un régimen centralizador del poder que se maneja con un estilo extremadamente personalista. Esta es quizás su principal debilidad a corto plazo.

En lo económico, es un modelo pro negocios privados en una economía de mercado tutelada por el Fondo Monetario Internacional. Su particularidad ha sido la privatización de la cooperación venezolana, que representa más de 3,300 millones de dólares entre 2007 y 2013, manejados de forma discrecional fuera del presupuesto. Esto le ha permitido a Ortega, sin tener que recurrir a una verdadera reforma fiscal que afecte la alianza con los empresarios, disponer de fondos para financiar programas gubernamentales, pero también para desviarlos hacia actividades partidarias y la creación de un emporio económico privado de negocios familiares al margen de toda supervisión estatal.

En lo social, el régimen impulsa una política asistencialista de transferencias directas y expansión de la cobertura de algunos servicios públicos, a través de mecanismos de participación que promueven el clientelismo político, anulando cualquier iniciativa de gestión de derechos y promoción de ciudadanía.

En el ámbito internacional, el régimen mantiene una retórica antimperialista, mientras colabora con la política de EEUU en los temas de seguridad, drogas y comercio. Y al mismo tiempo, mantiene un alineamiento con las políticas del ALBA y un acercamiento con Rusia, y ahora con China al otorgar a un empresario chino una concesión obscenamente lesiva a la soberanía nacional para promover el megaproyecto del canal interoceánico.

En lo ideológico, el régimen invoca una retórica revolucionaria, pero practica el culto a la personalidad en torno a Daniel Ortega y su esposa Rosario Murillo, cobijados por un mesianismo religioso ultra conservador.

A estas tendencias estructurales, se agregan la recién aprobada reforma constitucional y la reforma al Código Militar, que despejan el camino para el continuismo y la reelección presidencial indefinida, con el sometimiento de las instituciones armadas a la voluntad política del caudillo. De esta manera el régimen empieza a asemejarse al de Somoza que fue derrocado por la revolución de 1979, por lo que a Daniel Ortega le calzaría muy bien aquella frase de Marx en “El 18 Brumario de Luis Bonaparte” cuando dijo que “algunos personajes de la historia aparecen dos veces, primero como tragedia y después como farsa”.

Analizar este proceso que Mónica Baltodano ha llamado “las mutaciones del FSLN” (revista Envío, UCA febrero 2014) y la consolidación del liderazgo familiar de Daniel Ortega ocurrido en las últimas dos décadas, tiene una importancia fundamental para entender la evolución de Nicaragua y su futuro. Estas son algunas de las preguntas que estamos obligados a responder, y ojalá formen parte del debate de las nuevas generaciones

a) ¿Cómo se produjo esta involución del FSLN que pasó de ser un partido revolucionario a una maquinaria electoral, al estilo del PRI de México, pero con un liderazgo continuista y ahora familiar?

b) ¿Cómo ocurrió la “toma del Estado” por el FSLN, empezando por el pacto bipartidista con Arnoldo Alemán en 1999, para llegar ahora al control del poder total, del sistema electoral, la justicia, del ejército y la policía, y de todas las instancias autónomas del estado?

c) ¿Cuál es la ideología de este proyecto, si es que tiene alguna, y qué relación tiene con la cultura política tradicional nicaragüense y con el legado de la revolución sandinista y su memoria histórica?

d) ¿Cuál es el sustento económico de este proyecto de alianza con el gran capital, en el que el FSLN mantiene el control de la base social, con la migración como válvula de escape? ¿Qué niveles de pobreza y desigualdad social resultan compatibles en este modelo?

e) ¿Es éste un proyecto sostenible a mediano plazo? ¿Puede tolerar el surgimiento de una oposición política y social que le haga contrapeso y plantee un desafío de poder democrático, o inevitablemente derivará en un nuevo ciclo de violencia en Nicaragua?

II- Una mirada al pasado

Permítanme ahora compartir algunas reflexiones sobre la revolución de 1979 y la década revolucionaria, desde la perspectiva de un protagonista que asume la revolución con todos sus aciertos y sus errores, para intentar encontrar algunas claves explicativas desde el pasado.

Así como hoy se suele incurrir en simplificaciones sobre lo que representa el régimen de Daniel Ortega, y se cuestiona el hecho de que siendo éste un régimen autoritario cuente con apoyo social y después de seis años en el poder se haya convertido en una mayoría política, padecemos de una cultura reduccionista sobre lo que fue la dictadura de Somoza y la revolución. Es imperativo, por lo tanto, evitar a toda costa las simplificaciones.

A lo largo de 45 años, la dictadura se mantuvo en el poder combinando cooptación social y represión, con la lealtad de una guardia pretoriana y el respaldo de EEUU, pero también generó apoyo en importantes sectores emergentes. El genocidio ocurrió durante la crisis de la dictadura en 1978 y 1979, pero antes hubo períodos de alto crecimiento económico durante dos décadas. Crecimiento sin desarrollo social; crecimiento sin democracia y con fraudes electorales; crecimiento económico en alianza con los grandes capitales, frente a los cuales Somoza practicaba una máxima que Ortega esta empenado en replicar: “Hagan plata, que de la política me encargo yo”. Antes y ahora, en Nicaragua el hombre fuerte mantiene el monopolio de la política.

La crisis de la dictadura fue el resultado de una acumulación de contradicciones y una combinación de factores: a) El cierre de los espacios políticos electorales y la imposición del continuismo de Somoza; b) El degaste de legitimidad del régimen causado por la represión y las violaciones a los derechos humanos y la corrupción; c) Las luchas sociales y sindicales desatadas tras las tensiones económicas y sociales post terremoto de 1972; d) La “competencia desleal” entre Somoza y otros grupos económicos; e) La pérdida del apoyo de EEUU a raíz de la política de derechos humanos de Carter; f) La persistencia de la lucha y el desafío político-militar planteado por el FSLN en la ciudad y el campo y su estrategia de alianzas nacionales e internacionales; g) La presión del movimiento de masas insurreccional, desatado a raíz del asesinato de mi padre, Pedro Joaquín Chamorro en enero de 1978; h) Por último, la enconada resistencia de Somoza a abandonar el poder, impidiendo una sucesión reformista del régimen, durante la crisis de 1979.

El derrocamiento de la dictadura representa el momento de mayor consenso nacional que alguna vez se haya alcanzado en la historia de Nicaragua. El objetivo común era erradicar el régimen dictatorial y abrirle paso a una nueva era de democratización y justicia social. El resultado inmediato de esos cambios quedó registrado en grandes movilizaciones como la Cruzada de Alfabetización. Pero ese consenso y la alianza nacional se perdió rápidamente después de la caída de Somoza, no solamente por las contradicciones intrínsecas que conlleva todo proceso de cambio revolucionario, sino además porque el concepto de poder del liderazgo revolucionario era intrínsecamente divisivo.

Aunque el FSLN se distanció de la ortodoxia de la izquierda mundial y planteó una plataforma innovadora basada en el pluralismo político, la economía mixta y el no alineamiento, en la práctica recurría a un esquema de poder total para poner en práctica ese programa. Un esquema hegemónico en el cual la fusión estado-partido-ejército-organizaciones de masas-aparatos ideológicos, respondía a un mando único. Un concepto vanguardista del poder, bajo la premisa voluntarista de que el sobreesfuerzo de la conciencia política y el alineamiento con el bloque socialista, compensarían las limitaciones materiales objetivas en un país pequeño en transición al socialismo, para emprender las reformas nacionales —educativa, agraria, electoral— que la burguesía no podía desarrollar.

La revolución promovió la democracia participativa y el pluripartidismo, pero subestimó el principio democrático de rendición de cuentas del poder y el papel de las instituciones democráticas autónomas que funcionan como contrapeso del poder. Por una parte, apelaba a la legitimidad del poder revolucionario afirmando que la revolución era fuente de derecho, y por la otra, el esquema ideológico revolucionario despreciaba al Estado de Derecho estigmatizado como un concepto de falsa democracia burguesa. Una creencia que fue reforzada por la experiencia histórica del derrocamiento del gobierno democrático y socialista de Salvador Allende en Chile en 1973.

El modelo de transformación económica, con un fuerte peso de la hegemonía del Estado, generó contradicciones no solo con la clase empresarial, sino también con el campesinado y las etnias de la costa atlántica. De esa resistencia y la intervención de las operaciones encubiertas financiadas por Estados Unidos, surgió el germen de lo que sería una desastrosa combinación de guerra de agresión externa y guerra civil.

Es inútil intentar reescribir el curso de la historia. Pero cuando se analiza el proceso nicaragüense, resulta terriblemente doloroso observar el peso de la ideología de la inevitabilidad de la guerra, al calor de la guerra fría. Del lado sandinista, prevalecía el convencimiento de que la revolución generaría su propia contrarrevolución y la agresión externa, y se proyectaba en la revolución salvadoreña una esperanza para contener y derrotar la agresión de Estados Unidos. Del otro lado, el fundamentalismo ideológico de la Administración Reagan hizo de la guerra en Nicaragua un factor estratégico de su política exterior hacia el tercer mundo. Defender la revolución era, en consecuencia, un parto violento y necesario: una misión de dimensiones históricas. Pero el desenlace de la guerra sería la muerte de decenas de miles de personas, la hiperinflación y el descalabro de la economía nacional.

Nada resume mejor este dilema que una hermosa canción que hizo Salvador Cardenal del Dúo Guardabarranco en 1983. “Guerrero del Amor” se convirtió en un himno generacional para los jóvenes que fueron a la guerra en los 80 y dice en una de sus partes: “Te cambio una canción por el coraje de tus jóvenes manos combatientes fundidas al metal con que nos salvas….Autor anónimo de la alborada, venado silencioso en la montaña, guerrero del amor. Hijo de este tiempo, remolino, pobre niño parido pues en plena selva, para llegar al fin a la victoria. Te cambio estos 20 años duplicados a causa de esta guerra necesaria, por la carnosa flor de la esperanza”. Cada vez que escucho esa canción en esta Nicaragua del siglo XXI, me cuestiono en medio del dolor por el sacrificio de esa generación por una utopía que hace mucho tiempo dejo de ser, en un país donde hoy tampoco existe una esperanza.

Aunque el FSLN nunca se propuso construir la democracia representativa, sino más bien promover la justicia social, al aceptar la derrota en las urnas en 1990 sentó las bases de la democracia electoral. Veinticuatro años después, incluso esa conquista básica e insuficiente para la democracia se está perdiendo. Emulando a Somoza, Daniel Ortega regresó al poder enarbolando un proyecto que desprecia la transparencia electoral, aboga por el continuismo, y ha instaurado el clientelismo político en el ejército y la policía. Una vez más, la rueda de la historia de Nicaragua está regresando al mismo punto de partida.

Ante este callejón sin salida, urge un reformismo radical o un radicalismo necesariamente democrático. La construcción democrática no solo requiere fijar reglas del juego, afianzar instituciones, y promover una cultura democrática, sino además emprender las reformas económicas y sociales que no se hicieron en las últimas tres décadas, empezando por la reforma fiscal. Pero nada de esto será posible sin la presión política y el contrapeso de fuerzas sociales que conduzca primero a la reforma electoral. Una democracia inclusiva con instituciones democráticas y reformas económicas y sociales, representa una utopía menos heroica que la que abrazamos hace 35 años, pero está más cerca de los cambios duraderos, irreversibles, que también soñaron los que cayeron por la revolución.

*Este texto, publicado originalmente en Confidencial, está basado en una presentación para la conferencia “Archiving the Central American Revolutions”, organizado por el Centro de Estudios Latinoamericanos (LILLAS) de la Universidad de Texas en Austin , el 19 de Febrero 2014.

Señas de identidad: tres poetas y una ciudad

Ricardo Bogrand

Señas de identidad: tres poetas y una ciudad

El Salvador, en la América Central, es uno de los países más pequeños del Continente americano. Con una superficie aproximada de 20 mil kilómetros cuadrados, es también uno de los más poblados. Así como no hay una cifra exacta de su extensión territorial, debido a la falta de definición, hasta el momento, de sus límites con la vecina Honduras,1 tampoco se sabe con exactitud el número de habitantes. Los datos del último censo, levantado en 1992, no son muy confiables. Se habla de una población total que fluctúa entre seis y seis millones y medio de habitantes. Pero esta cifra deja fuera más de dos millones de salvadoreños que han emigrado, especialmente a los Estados Unidos de Norteamérica.

No obstante la pequeñez territorial, existe acuerdo en dividir el territorio en tres zonas. De los catorce departamentos, tres corresponden a la Zona Occidental; siete a la Central y cuatro a la Oriental. Posteriormente, algunas secretarías de Estado, especialmente el Ministerio de Salud Pública, probablemente obedeciendo a razones de carácter administrativo, estableció dentro de la Zona Central la que se ha designado como Zona Paracentral. De las tres zonas geográficas tradicionales, dos tienen un carácter histórico (Occidente y Oriente) y una (Oriente) sería la única que podría considerarse, desde el punto de vista histórico-geográfico, una región.2 En cada una de las tres zonas existe una ciudad importante, que, desde la época colonial, juega el papel de metrópoli regional. La ciudad de San Salvador, además de ser la capital de la República, es la más importante no sólo de la Zona Central, sino del país; San Miguel, en la Zona Oriental, y Santa Ana, para la Occidental.

A Santa Ana, coloquialmente, se le llama la “ciudad morena”. Ha sido, desde hace mucho, la puerta de arribo tradicional de los viajeros guatemaltecos, debido a su ubicación a pocos kilómetros de la frontera con Guatemala. Este carácter de ciudad fronteriza, como lo es también la cercana ciudad de Ahuachapán, ha jugado, para bien o para mal, un papel importante: ser vía casi obligada para el comercio entre El Salvador y Guatemala; y el haberse visto más de una vez invadida y ocupada por tropas del vecino país; especialmente en la segunda mitad del siglo XIX, durante las guerras generalmente entre liberales (salvadoreños) y conservadores y a veces también liberales (guatemaltecos).

Santa Ana, ciudad cantada por sus músicos —David Granadino y su conocido vals Bajo el almendro; y por sus poetas—, es la cuna de tres importantes intelectuales: los poetas Serafín Quiteño (1906-1987), Pedro Geoffroy Rivas (1908-1979) y Carlo Antonio Castro (1926). Cada uno, en su momento y en su estilo, ha expresado su amor por la ciudad; por su paisaje, siempre verde y florido; por sus cuidados cafetales y por esa pupila perennemente azul mirando al cielo y reflejando nubes, que es el lago de Coatepeque.3

Gran parte de la literatura y el arte salvadoreños permanece ignorada fuera de las fronteras del país. Sin embargo, las expresiones literarias y artísticas; la creación poética ha estado presente desde la época colonial. Juan Ramón Uriarte habla de una corriente neoclásica que “se inicia con las últimas décadas del coloniaje y concluye con la primera mitad del siglo XIX” (cit. en Gallegos, 1987). Miguel Álvarez Castro (1795-1856) es el primer poeta que registra la historia de la poesía salvadoreña, al mismo tiempo que el primer neoclásico. Este poeta nació en una hacienda cercana a la ciudad de San Miguel; estudió en Guatemala; fue partidario de las ideas y luchas unionistas del general Francisco Morazán, a quien acompañó en más de una ocasión por Centroamérica y Perú. Murió pobre y víctima de la tuberculosis en una hacienda del Departamento de San Miguel (Gallegos, 1987: 33).

Ese desconocimiento de una parte de la literatura y de la poesía salvadoreña en el exterior podría deberse, entre otras causas, a la escasez de casas editoriales y a la deficiente distribución de los pocos libros publicados. Situación agravada en los últimos años por la crisis económica y por los elevados costos que ocasiona el envío de libros al exterior. Aún así, tanto la Dirección de Publicaciones del Ministerio de Educación, como algunas editoriales universitarias, sobre todo UCA Editores de la Universidad Centroamericana José Simeón Cañas, desarrollan una modesta labor editorial. Ambas dan prioridad a la publicación de obras sobre ensayo y narrativa; no así a los libros de poesía. La editorial de la Universidad de El Salvador no ha podido recuperarse de la destrucción y saqueo de que fue objeto por parte del ejército y los llamados cuerpos de seguridad pública, al ser bombardeada y ocupadas las instalaciones de la Ciudad Universitaria antes y durante la guerra civil, desde 1980 hasta 1992.

Pero al reanudar el tema de la ciudad de Santa Ana y sus tres poetas, es necesario también volver la mirada a un momento de la historia de la literatura y, en especial, de la poesía salvadoreña. Dentro del proceso evolutivo seguido por la literatura se designa con el término “Vanguardia” a las obras producidas, sobre todo en Europa, en el periodo que se sitúa entre el final de la Primera Guerra Mundial y mediados del siglo XX. Y quizás por lo indiscriminado del término, ha cabido holgadamente dentro del mismo el legado de “ismos” surgidos en el lapso anotado: cubismo, futurismo, dadaísmo, surrealismo, etcétera.

En un reciente como importante trabajo, María José Bustos Fernández (1996), investigadora argentina, sobre la producción vanguardista del también argentino Macedonio Fernández (1874-1952), del colombiano José Félix Fuenmayor (1885-1966) y del mexicano Jaime Torres Bodet (1902-1974), hace las siguientes consideraciones acerca del “vanguardismo”:

La palabra “vanguardia” acarrea ciertas connotaciones inmediatas: La metáfora militar que implica cualquier movimiento que tomando una valiente iniciativa adelanta sus pasos hacia una “batalla”, el conjunto de movimientos estéticos europeos surgidos después de la Primera Guerra Mundial que se conocen como los “ismos” (futurismo, dadaísmo, expresionismo, ultraísmo etc.), un grupo de artistas que conscientemente y como grupo se enfrenta a la tradición cultural dominante y, en el sentido más lato, cualquier manifestación artística que se opone y desafía una tradición con un gesto “escandaloso”, etc. Todas y cada una de estas connotaciones tienen su validez e iluminan el campo de estudio. La dificultad se acrecienta al comprobar la internacionalización del movimiento, lo cual da cuenta de manifestaciones “vanguardistas” surgidas en diferentes contextos políticos, geográficos y sociales. [Szabolcsi, 1972: 4-17, citado en Bustos, 1996: 11-12] El término vanguardia viene a ser, entonces, “el pez enjabonado” de la historia literaria, [Rama, 1982: 20-26, en Bustos, 1996: 12] metáfora con la cual Ángel Rama designó a la novela latinoamericana. Uniendo así la metáfora en ambos conceptos se concluye que “la narrativa latinoamericana de vanguardia” es doblemente un “pez enjabonado” que se resiste a cualquier intento de definición. (Subrayado nuestro).

Las manifestaciones “vanguardistas” europeas, aunque un poco tardíamente, tuvieron eco en América Latina. Aproximadamente desde 1919, en México empezó a tomar forma el Estridentismo. En 1924, Manuel Maples Arce (1900-1981) da a la estampa Andamios interiores y también publica Urbe, poemas interdictos, obra de mayor definición vanguardista; el chileno Vicente Huidobro (1893-1947), que vivía en París, se adhirió a las nuevas corrientes y, en 1925, dio a conocer su Manifiesto en el que establecía las líneas directrices de su tendencia bajo el título de “Creacionismo”. No es el caso referir el contenido del Manifiesto, baste con citar expresiones como que se “crea un poema como se siembra un árbol”, o, en sus concepciones sobre estética que “El poeta es el hombre que recuerda los sueños seculares que los demás han olvidado”. Su obra fundamental de ese momento fue Altazor.

Uno de los pocos estudiosos de la literatura salvadoreña, Juan Felipe Toruño (1958), al plantear las manifestaciones del postmodernismo en El Salvador, lo hace considerando como iniciador de este movimiento al poeta Julio Enrique Ávila (1892-1968). Aunque Ávila pertenece a la generación de 1915, aparece incorporado a la del 20, junto con los poetas Carlos Bustamante y Manuel Andino, quienes fundaron la revista literaria Cenit. Julio Enrique Ávila era conocedor de las innovaciones literarias que se daban en Francia, y comenzó a elaborar una poesía que se apartaba de los moldes de creación comunes en las letras salvadoreñas de ese momento. Podría decirse que con él se daba una poesía de ruptura de los metros tradicionales, aunque conservando el consonante, la rima. Es importante mencionar estas formas iniciales en la poesía de Julio Enrique Ávila porque, años más tarde, entre 1930 y 1945, aparecerán nuevas generaciones de poetas que darán a su creación tímidas formas “vanguardistas”.

En la generación que parte de 1930, afirma Toruño (1958: 344), “había dos tendencias: la conservadora y la que viraba hacia el futuro, removiendo las causas y ateniéndose más a éstas que a paramentos”. De acuerdo con este autor, no tuvieron entrada en El Salvador las por él denominadas “formas extravagantes y quienes utilizaron diferentes ritmos no se atrevieron a oscurecer completamente los contenidos ni urdir adivinanzas”. (Toruño, 1958: 344)
Serafín Quiteño

Aunque Serafín Quiteño, como se dijo, nacido en la ciudad de Santa Ana, elabora una inicial poesía postmodernista y gusta de formas sencillas, más bien tradicionales, que se acercan más a su naturaleza retraída, sentimental, elegíaca, su poesía participa de buena manera de las nuevas corrientes creadoras. Este poeta, prácticamente de un solo libro, Corasón con S (Quiteño, 1941), representa, junto con Pedro Geoffroy Rivas, la más importante expresión de la poesía salvadoreña de 1930. Serafín Quiteño, con tonalidades diferentes, que se acomodan mejor a una temática más bien sentimental, es probable que represente, en cierta manera, la vertiente conservadora a que se refiere Juan Felipe Toruño. Dedicó gran parte de su vida al periodismo, primero en el Diario de Occidente, publicado en su ciudad natal, y posteriormente en El Diario de Hoy, de San Salvador, en cuyas páginas mantuvo por más de quince años una columna, “Ventana de colores”, firmada con el seudónimo de Pedro C. Maravilla. En 1955 se celebró en El Salvador el Primer Certamen Nacional de Cultura, y junto con el poeta nicaragüense Alberto Ordóñez Argüello, participó Serafín Quiteño con el libro de poemas Tórrido sueño, que ganó el Segundo Premio y fue publicada en 1957 (Quiteño y Ordóñez, 1957).

La obra de Serafín Quiteño, a pesar de ser más bien modesta, ha dado lugar a comentarios críticos positivos. A los análisis de Toruño y Gallegos Valdés se han unido las autorizadas expresiones de Claudia Lars (1969), la más importante voz de la poesía femenina de El Salvador, para quien Quiteño “en Corasón con S, nos entrega la tierra de Cuscatlán, y con ella a la mujer-amante, a la mujer-esposa, a la mujer-madre… Su provincialismo tiene la fresca gracia de lo auténtico. El paisaje lírico que nos regala es húmedo y verde, o seco y esplendente como ciertos días de nuestro mes de abril.”

Si en Corasón con S vuelca Serafín Quiteño poemas donde la ironía y el humor muestran sus señales, a menudo laten en esos versos, desde raíces profundas, el dolor cotidiano y la nostalgia evocada desde los sentimientos más nobles y mas hondos. La obra contiene notables poemas, como “Evocación de la madre”:

Atlántida de lágrimas. Paraíso de niños.
Mujer hecha de arrullos y de trinos.
Su voz venía en círculos celestes
empujando mi canto desde antes que naciera.

De harina eran sus manos, de pan tibio
fácil para los huérfanos y para los mendigos.
Eran de cal —de cal blanca de amor, de cal tranquila
pegada sobre el frío de los cuartos de hospicio.

O como el poema titulado “Aquella muchacha de la joyería”, en el que el humor y la ironía se ponen de acuerdo, como en el siguiente fragmento:

Aquella muchacha de la joyería
¡que bien estaría
fulgiendo en la clara vitrina del día!
[…]

Las gentes normales:
señores de rango, damas conventuales,
representativos del tanto por ciento
y orgullos enormes como catedrales
(¡glorias de cemento!)
llegan y no saben del deslumbramiento.

En Tórrido sueño, el poemario del que es coautor con el nicaragüense Ordóñez Argüello, vuelve Serafín Quiteño al paisaje familiar del terruño. “Son juegos de color y de luz —expresa Gallegos Valdés (1987: 262)—, persecución de los verdes, tan matizados en el trópico; ambos poetas, conservando su personalidad, han logrado fundir sus modos de ver en una sola mirada, que se pasea por los montes, por el mar, captando como un pintor impresionista los reflejos de la luz y los cambios más sutiles del color en la naturaleza.”

Finalmente, del libro Corasón con S, un fragmento del poema “Canto íntimo a Santa Ana (Regreso a la ciudad nativa)”:

Ciudad —puerto del alma—,
refugio del cansancio y del olvido.
Manos claras de novia deshojando
dalias en el crepúsculo amarillo.

Ciudad mía en la noche sin clemencia
lámpara familiar de la terneza:
¡qué suave en ti la suavidad del tiempo!
¡Qué suavidad de sombra tu voz queda!

[…]

De tu recuerdo se llenó mi verso
como el campo, de oro atardecido.
Vino el primer amor de tu añoranza
y el último también llegó contigo.

Pedro Geoffroy Rivas

La otra voz importante de la generación de 1930 fue la del poeta Pedro Geoffroy Rivas. Nació en Santa Ana el 16 de septiembre de 1908 y murió en San Salvador, el 10 de noviembre de 1979. En una entrevista, poco tiempo antes de su muerte, Pedro Geoffroy declaró: “Mi primer verso titulado ‘La búsqueda’ lo escribí cuando aún era un adolescente, en mi tierra natal, Santa Ana. Era estudiante. Dicho verso lo leyó Jacinto Castellanos y lo publicó en el Diario de Santa Ana en noviembre de 1927 y me apenaba cuando por la calle me decían poeta.” (Gallegos, 1987: 264)

Luego de un frustrado intento de estudiar la carrera de medicina en la Universidad de El Salvador, en 1931 se marchó a Guatemala y posteriormente a la Ciudad de México. En la Facultad de Derecho de la Universidad Nacional Autónoma de México cursó la carrera de abogado y se recibió en 1937. La situación económica y política de El Salvador, para esas fechas, era sumamente difícil. En enero de 1932, había ocurrido el alzamiento campesino; como consecuencia, en parte, de la crisis de los años 29-30, y en parte como una respuesta por los despojos de que habían sido objeto los campesinos a manos de los hacendados cafetaleros, a fines del siglo XIX. Pedro Geoffroy ya no pudo regresar a El Salvador. Después de la masacre de campesinos, indígenas y mestizos, la recién instaurada dictadura de los trece años del general Maximiliano Hernández Martínez persiguió y reprimió la más leve manifestación en contra de su régimen. Prácticamente en el exilio, Geoffroy Rivas aprovechó su estancia en México para, además de trabajar, continuar su formación académica. A la caída de la dictadura martinista, como consecuencia del alzamiento cívico-militar del 2 de abril de 1944, y de las jornadas de mayo del mismo año, que culminaron con la “huelga general de brazos caídos”, Pedro Geoffroy regresó a El Salvador y fundó el periódico La Tribuna, el citado año 1944. Pero la dictadura militar, reafirmada con otro hombre fuerte, el coronel Osmín Aguirre y Salinas, y apoyada por la oligarquía agro-exportadora, se consolidó nuevamente en el poder. De manera reiterada se agudizaron los problemas políticos y el poeta se vio obligado a regresar a México. En la década de 1950 aprovechó para estudiar lingüística en la Escuela Nacional de Antropología e Historia. Formó parte de la generación de Guillermo Bonfil Batalla, Mercedes Olivera, Leonel Durán, Mario Vázquez Rubalcaba, entre otros. El régimen del coronel José María Lemus decretó una amnistía general, y regresó al país en 1957.

Como Serafín Quiteño, Pedro Geoffroy Rivas inició la creación de su poesía en el ambiente provinciano de Santa Ana. De esa época son los primeros versos dedicados a la novia quinceañera, como aquellos que dicen:

Novia,
te quiero como quiero a mis zapatos viejos.

Porque estás hecha a mi medida,
porque no me estorbas,
porque no me aprietas.

Porque cuando estoy contigo
siento como cuando estoy descalzo.
Por eso te quiero,
novia,
como quiero a mis zapatos viejos.

Si Julio Enrique Ávila, para 1916, había introducido cambios en el hacer literario y sobre todo poético en El Salvador de esa época, sin lograr que variaran ciertos cánones tradicionales, en su trayectoria cambiante, Geoffroy Rivas sí sacrificó la forma, abandonó todo aquello que significara pasado; se alzó contra sistemas, destruyó criterios apergaminados dentro del arte y orientó hacia rumbos renovadores su poesía. Desterró su pasado de señorito hijo de terrateniente y se afilió al alba, a todo lo que significara un avance hacia una nueva sociedad, más justa y más digna del hombre. Su militancia dentro de las filas de la izquierda entró en contradicciones más de una vez; sin embargo, fue con su verso que, dejadas atrás las expresiones sentimentales de su juventud, enfiló hacia la denuncia de una sociedad insensible y ajena al dolor lacerante del pueblo.

Fuera de sus trabajos antropológicos en el campo de la lingüística, Geoffroy Rivas publicó Rumbo, México, 1934; Canciones en el viento, 1936; Solo amor, San Salvador 1963; Yulcuicat, San Salvador, 1965; Los nietos del jaguar, San Salvador, 1977. Algunas muestras de su poesía son los siguientes fragmentos. Del poema “Santa Ana”:

Santa Ana:
te agradezco las mañanas
que le diste a mi niñez atónita.

Te agradezco tu cerro y tu barranca
y tus tardes de octubre
llenas de barriletes.

Te agradezco tus parques soñolientos
donde hay pomuncios locos
y almendros de cristal.

Tus calles empedradas
y tus techos de teja,
tus campanarios tristes
y tus largos crepúsculos.

Te agradezco la escuelita aquella
donde había una pila con pecesitos rojos
y un amate con pájaros.

Te agradezco la tristeza que dejaron en mi alma
tus noches cundidas de estrellas y luciérnagas.

Te agradezco el amigo que se llevó la muerte
y la novia morena
que aún llena mi vida.

Y hasta mi primer gran dolor
a ti te lo agradezco
mi Santa Ana.

Pedro Geoffroy escribió en México una colección de poemas que reunió bajo el título de Cuadernos del exilio. En esa colección figura el celebrado poema “Vida, pasión y muerte del antihombre”, dividido en cinco partes. De la parte cinco reproducimos el siguiente fragmento:

Vivíamos sobre una base falsa,
cabalgando en el vértice de un asqueroso mundo de mentiras,
trepados en andamios ilusorios,
fabricando castillos en el aire,
inflando vanas pompas de jabón,
desarticulando sueños.

Y mientras,
otros amasaban con sangre nuestro pan,
otros tendían con manos dolorosas nuestro lecho engreído
y sudaban para nosotros la leche que sus hijos no tuvieron nunca.

Ah, mi vida de antes sin mayor objeto
que cantar, cantar, cantar,
como cualquier canario de solterona beata.
Ah, mis veinticinco años tirados a la calle.
Veinticinco años podridos que a nadie le sirvieron de nada.
Pobrecito poeta que era yo, burgués y bueno.
Espermatozoide de abogado con clientela,
oruga de terrateniente con grandes cafetales y millares de esclavos,
embrión de gran señor violador de mengalas y de morenas siervas
[campesinas.

Carlo Antonio Castro

La primera noticia que tuve de Carlo Antonio Castro fue cuando encontré, en 1960, en la vieja biblioteca del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), en las calles de Moneda en la Ciudad de México, algunos de los volúmenes de la serie “Papeles de la Chinantla”, producto de una importante investigación etnográfica realizada por Carlo Antonio Castro, en colaboración con el recordado antropólogo Roberto J. Weitlaner, en comunidades indígenas chinantecas. Después, en conversaciones con compañeros y amigos, o maestros y estudiantes de antropología, en las tertulias entre clase y clase en el café Moneda, punto de reunión obligado a pocos pasos del edificio colonial que albergaba entonces a la Escuela Nacional de Antropología e Historia (ENAH), encontré el nombre de Carlo Antonio Castro, con el correr de los años, en más de alguna publicación de la Universidad Veracruzana, especialmente en las páginas de la revista La palabra y el hombre, de cuyo Comité Editorial sigue siendo miembro titular (Bogrand, 2002).

A fines de 1992, con motivo de la conmemoración del V centenario del “Encuentro de dos mundos”, como también se le ha designado al llamado descubrimiento de América, nos encontramos con Carlo Antonio Castro en la Universidad Veracruzana. Varios miembros del Colegio Mexicano de Antropólogos y de la Sociedad Mexicana de Antropología viajamos desde la Ciudad de México hasta Xalapa, y junto con los colegas de la UV, organizamos y presentamos un coloquio. Aunque habíamos intercambiado alguna correspondencia y algunos libros, no conocíamos personalmente a Carlo Antonio.

Carlo Antonio Castro Guevara nació el 18 de julio de 1926 también en Santa Ana, El Salvador, como Serafín Quiteño y Pedro Geoffroy Rivas. Se vio obligado a emigrar junto con su padre y el resto de su familia, en 1938, presionados por los conflictivos años de la dictadura martinista. Llegó a la república mexicana el 19 de diciembre de 1938, donde encontraron protección y asilo.

Yo me atrevería a decir que existe no uno ni dos, sino varios Carlo Antonio Castro. El etnólogo y el lingüista; el maestro y el investigador; el narrador y traductor, y también el reconocido poeta. Es muy corta una exposición como ésta para referirme nada más a una de las facetas de Carlo Antonio: la del poeta. Su poesía la encontramos en libros como Íntima fauna (1962), del que ha escrito un importante como detenido análisis V. Antonio Tejeda-Moreno (2000), de igual manera que del resto de la obra de Carlo Antonio Castro. En cambio, de lo muy poco que se ha publicado sobre Carlo Antonio en El Salvador, es Luis Gallegos Valdés (1987) quien dedica, sin mayor análisis, algunos párrafos a Íntima fauna:

Carlo Antonio Castro, aunque su actividad se ha desarrollado en México, ha mantenido vínculos con El Salvador. Íntima fauna (poema, prólogo de Ermilo Abreu Gómez, Universidad Veracruzana, Xalapa, México, 1962), extrae del mundo maya, del silencio maya, el tierno hábitat de sus animalitos como el “tlaquatl cierto animalejo” que dijo Fray Alonso de Molina. Busca las claves vitales de ese mundo, a ras del suelo, de bestezuelas que remueven la maleza tras su alimento, o de aves nocturnas como el búho.

En la edición de abril-junio de 1995 de La palabra y el hombre, Revista de la Universidad Veracruzana, Carlo Antonio Castro publicó “Imagen primigenia”; un extenso poema repartido en catorce sonetos. Se trata de un poema autobiográfico, que arranca desde la niñez santaneca del autor, y, aunque no menciona por su nombre a Santa Ana, sí refiere hazañas infantiles en rincones queridos de la ciudad, como Santa Lucía; parques con sombras de almendros y, sobre todo, algunas personas queridas, como los padres, la abuela, la niñera (la China) quiché venida desde Chichicastenango. Referencias a hechos históricos, como la lucha de Sandino y su “pequeño ejército loco” para echar a los yankees de Nicaragua; la Guerra Civil española, y la masacre de campesinos en Izalco, Juayúa y otras comunidades del Occidente de El Salvador, ordenada por el teósofo ametrallador, el dictador Martínez. Al final, en el soneto número 14, el abandono obligado del país, y el encuentro con el padre en tierra chiapaneca, en el hospitalario y seguro territorio mexicano. Son catorce sonetos creados con maestría, con seguro manejo del arte de la rima. El poeta buscó la forma más difícil de escribir una autobiografía. Me recuerda un poco, aunque en un contexto bastante diferente, el poema autobiográfico de León Felipe, quien escogió la posiblemente más flexible y cómoda vía del verso libre.

Se la puede ubicar geográficamente a la mayor producción literaria y poética de Carlo Antonio Castro, sin mayor análisis, en los estados mexicanos de Chiapas y Veracruz, en donde ha permanecido más tiempo, dedicado a la investigación antropológica. Desde finales de la década de 1950 reside en Xalapa, ciudad capital de Veracruz, dedicado a la investigación y la docencia universitaria. Sin embargo, la nostalgia de la “ciudad morena”, Santa Ana, siempre lo ha acompañado, de ello dan testimonio diversas piezas literarias, elaboradas con una fresca prosa poética, que enmarcan pasajes de la vida cotidiana santaneca, sin faltar personajes del barrio y, sobre todo, el reiterado tema familiar de los años de infancia. Aunque, como se anotó, los poemas relacionados con la ciudad natal se han publicado en La palabra y el hombre, también han aparecido en la revista Cultura de El Salvador, cuando era dirigida por Claudia Lars.4

No he hablado de la también excelente narrativa y de otras obras poéticas de Carlo Antonio Castro. En esta ocasión, he tratado de hablar de una morena ciudad salvadoreña y de tres de sus hijos más distinguidos. Espero que mi deseo, por lo menos, se haya acercado al cumplimiento de mi sincera intención. LC
Notas

1 Después del fallo de la Corte Internacional de Justicia de La Haya, de fecha 16 de septiembre de 1992, las fronteras entre El Salvador y Honduras no han sido totalmente demarcadas.

2 A diferencia del resto del país, lo que hoy es la Zona Oriental estuvo habitada, entre otras etnias, por indígenas lencas, cuyos dominios se extendían ampliamente dentro de la actual República de Honduras; y en donde, más que en El Salvador, en que prácticamente desaparecieron, hay una considerable presencia étnica que lucha por sobrevivir. La parte salvadoreña habitada en la época prehispánica por los lencas es conocida también como Provincia de Chaparrastique, separada por el río Lempa del resto del territorio nacional.

3 Topónimo de origen náhuatl: Coatepec.

4 Cultura, una publicación salvadoreña de larga tradición y prestigio, prácticamente ha desaparecido.
Bibliografía

Bogrand, Ricardo (2002), “Derivaciones. Una obra, una vida, un hombre”, Tres mil, Suplemento Cultural de CoLatino, San Salvador, Núm. 610, 16-02-2002.
Bustos Fernández, María (1996), Vanguardia y renovación en la narrativa latinoamericana, Madrid, Editorial Pliegos.
Castro, Carlo Antonio (1962), Íntima fauna, Serie “Ficción”, Xalapa, Universidad Veracruzana, Núm. 49, [Pról. de Ermilo Abreu Gómez].
Gallegos Valdés, Luis (1987), Panorama de la literatura salvadoreña. Del período precolombino a 1980, San Salvador, Universidad Centroamericana José Simeón Cañas, UCA Editores.
Lars, Claudia (1969), “Reseña bibliográfica”, Cultura, San Salvador, Ministerio de Educación, Núm. 54, octubre-diciembre.
Quiteño, Serafín (1941), Corasón con S, San Salvador.
_____ y Alberto Ordóñez Argüello (1957), Tórrido sueño, San Salvador, Ministerio de Cultura-Departamento Editorial.
Rama, Ángel (1982), “La formación de la novela latinoamericana”, en La novela en América Latina. Panorama 1920-1980, Bogotá, Procultura.
Szabolcsi, Miklós (1972), “La ‘vanguardia’ literaria y artística como fenómeno internacional”, Casa de las Américas, La Habana, Vol. XII, Núm. 74, septiembre-octubre pp. 4-17.
Toruño, Juan Felipe (1958), Desarrollo literario de El Salvador, San Salvador, Ministerio de Cultura-Departamento Editorial.

En recuerdo de Marcial, mi compañero de vida y lucha

En recuerdo de Marcial, mi compañero de vida y lucha
Wed, 04/09/2014 – 21:14
by editor1
FPL

Así a grandes rasgos… yo lo que les quiero decir es que a Marcial, lo han presentado, como diría…como un monstruo, lo que él no era, él era un hombre amoroso, tierno, todos los compañeros lo querían. Marcial solo odiaba la injusticia y por eso el luchó hasta el último instante de su vida.

TulitaSan Salvador. Domingo, 14 Abril 2013.

Por Tula Alvarenga

Sean todos muy bienvenidos compañeras y compañeros a este acto en conmemoración del 30 aniversario de mi compañero, de mi esposo y compañero de lucha Salvador Cayetano Carpio conocido por nuestro pueblo como Comandante Marcial.

Hace 30 años yo tuve un día trágico para mí, fue un día imposible de poder expresar pero tuve la satisfacción de traer los restos de mi compañero Marcial que estaban sepultados en Nicaragua. Me costó mucho trabajo, fue muy doloroso para mí porque yo nunca había asistido a una exhumación y realmente es renovar ese dolo, venciendo tantas dificultades que me exigían allá para traer esos restos, pero al fin lo logré y aquí están. Yo ahora me siento muy emocionada, siento la enorme alegría de ver la presencia de la clase obrera aquí. Yo creo que mi compañero Marcial ha de sentirse muy feliz de estar aquí con la visita de ustedes. Quiero contarles un poquito sobre la vida de Marcial. Yo lo conocí en el movimiento sindical allá por el año 48, cuando yo era dirigente de una asociación de trabajadores, porque en aquel tiempo no se permitían los sindicatos, así nos conocimos y así emprendí junto a él mi camino de lucha hasta el final.

Marcial en VietnamBueno aquí en El Salvador muchos compañeros no lo conocen, su origen…Era un hombre humilde, nació en un hogar muy humilde, su madre se ganaba la vida lavando ropa ajena, su padre era un obrero de zapatero que murió cuando él tenía 3 años. Yo les voy a contar esto porque estoy viendo en algunos libros muchas deformaciones acerca de su vida. Cuando el padre murió, a los pocos tiempos su madre volvió a contraer matrimonio, tuvo nuevos hijos y de su primer matrimonio solo quedaron dos: Lola y Salvador. Cuando la madre murió, su tía los llevó a internar al colegio Santa Cecilia. En aquel tiempo allí recibían niños pobres para ensenarles a leer y a escribir a cambio de trabajo. Pero pronto la tía los sacó de ahí y los llevó a vivir a una casa de las hermanas de San Vicente de Paul. Estando ahí las hermanas lo matricularon en una escuelita que tenían y allí comenzó a aprender sus primeras letras.

Como veían que tenía facilidad de aprender, le dijeron a la tía que le iban a conseguir una beca para que fuera a estudiar al colegio Emiliani, donde se podría preparar para ser cura. Pero un día de tantos, él era un niño muy rebelde, lo quisieron pelonear y saltó el muro y se fue. No quiso llegar a la casa de la familia porque lo podían castigar y se quedó cortando café en El Cafetalón. De allí con lo que le pagaron siguió rumbo a Guatemala. Un día que íbamos nosotros en bus para ver si llegaba a Guatemala. Un día que íbamos nosotros en bus para Ahuachapán, me enseñó la finca donde él había estado cortando café, y con lo que ganó allí tuvo para el pasaje para llegar a la frontera de Guatemala, la pasó a pie y se encontró con un señor al que le preguntó que si tenía trabajo, ya que lo necesitaba pues venía de El Salvador y no tenía ni donde dormir. Le dijo el señor que le daba trabajo pero en Antigua Guatemala, que tenía allí una panadería. Entonces aprendió a ser panadero.

Primero fue aprendiz de zapatero, allí lo trataban muy mal, porque antes a los aprendices los trataban muy mal. los castigaban…y él como era rebelde pues se iba y lo mismo le pasó en las panaderías, pero el si aprendió el oficio de la panadería.

Cuando regresó de Guatemala vino a trabajar a una panadería, y en aquellos tiempos el oficio de la panadería era bien artesanal, no había nada de maquinaria, ni nada. Los salarios miserables y un trato pésimo. Entonces empezó a tener conciencia de la necesidad de organizarse y así fue como se incorporó a una sociedad de obreros panificadores que había allí. En ese tiempo eran sociedades con presencia del patrón. Eran unas sociedades que les llamaban “enterradoras de muertos”, porque lo que hacían era contribuir todos cuando un compañero se moría, le ayudaban para la caja, si se enfermaba le daban para los alimentos. Así se fue iniciando y comenzó a ver que no había ninguna combatividad estando en una asociación donde el patrón que los explotaba era el que dirigía esa asociación.

Poco a poco los compañero fueron tomando conciencia y dejaron ese tipo de organización y formaron la Unión de Obreros Panificadores de la que él fue fundador y dirigente toda la vida.

Logo FPLDesde muy jovencito se inició en la lucha obrera, después poco a poco se fue dando a conocer, ya no solo como dirigente de la Unión de Obreros Panificadores, sino que también era muy solidario y colaboraba con los demás compañeros obreros en sus organizaciones. Y así poco a poco él fue dándose a conocer como un dirigente obrero, hasta que el, un día ya durante los años de la dictadura militar, cuando estaba el General Salvador Castañeda Castro, que fue un gobierno bien represivo, donde a la clase obrera masacró, morían compañeros en las manifestaciones, fue una persecución muy fuerte. En esas luchas del 46 fue la primera vez que a él lo capturaron, lo acusaron para detener la huelga obrera de los panificadores, lo tuvieron seis meses en la cárcel, acusado de amenazas de muerte al presidente de la republica y que se yo…los testigos eran policías y por eso el jurado lo absolvió por que no encontró culpa para su detención, esa fue la primera captura que Salvador Cayetano Carpio tuvo.

Después la segunda captura fue cuando por primera vez nosotros estábamos eligiendo a dos representantes obreros ante el consejo del Seguro Social. El Tuvo que salir antes de que terminara la reunión cuando ya habíamos elegido a los compañeros porque el tenia otro compromiso en la Unión de Trabajadores Ferrocarrileros. Al salir del local lo capturaron, lo sacaron inmediatamente del país y aprovechando esa captura, se fue a Honduras, después México y allá los compañeros de la Confederación de Trabajadores de América Latina le consiguieron para que fuera a estudiar a la escuela del Partido Socialista Popular en Cuba en tiempos de Prio Socarras. Estuvo seis meses estudiando allí.

El ya venía con más conocimientos, con conciencia política y el realmente cuando el golpe de la Junta que derrocó a Castañeda Castro, que se formó la Junta Revolucionaria de Gobierno y el gran boom de la Junta Revolucionaria, hubo un espacio político muy grande que nosotros aprovechamos para salir a la calle a exigir nuestras demandas, libertad de organización sindical para los trabajadores de la ciudad y del campo, también seguro social, código de trabajo … bueno todo eso costo grandes luchas y vino la represión precisamente para detener el movimiento sindical independiente que se fortalecía cada día más.

Un día 26 de septiembre nos capturaron a los dos junto con muchos compañeros, obreros, estudiantes universitarios, profesionales…armaron una gran mentira diciendo que nos capturaban porque habían descubierto un complot comunista para derrotar al gobierno y estuvimos ahí secuestrados. Como no pudieron demostrar el famoso complot comunista optaron por tenernos secuestrados durante el tiempo que quisieron. Por ejemplo yo estuve allí 11 meses secuestrada, después me sacaron del país, hasta llegar a Guatemala en tiempo de Arbenz. En ese tiempo había allí un gobierno democrático que nos acogió y nos apoyó.

Yo quería decirles, pues, que la trayectoria de Marcial viene de muchos años, de muchos años de sufrimiento, persecuciones, capturas…. yo les estoy hablando del Marcial obrero que se dió entero, entero a la clase trabajadora, era muy querido por la clase trabajadora, porque él tenía tiempo para todos.

-Mire compañero Marcial, necesitamos que nos haga un proyecto de estatutos.

-Como no.

Porque era muy estudioso de las leyes laborales, él se sabía el código de trabajo, el estudiaba todo lo relacionado con las leyes obreras, entonces el tenía como ayudarles a otros compañeros y él así se fue haciendo un dirigente sindical muy reconocido y muy querido por la clase trabajadora y pueblo en general porque la línea del movimiento obrero era la solidaridad con cualquier movimiento obrero. Allá estamos nosotros apoyando, saliendo a pedir a las calles dinero, llevándoles a los obreros comida buena. Era un tiempo muy lindo, que como quisiera que volviera a verse en el movimiento obrero, ¿verdad?.

Marcial en huelga de hambre

Foto: San Salvador 1968. Salvador Cayetano Carpio, en huelga de hambre por el cumplimiento de demandas de trabajadores del pan.

Ese trabajo tan importante como es la solidaridad. Así a grandes rasgos… yo lo que les quiero decir es que a Marcial, lo han presentado, como diría…como un monstruo, lo que él no era, él era un hombre amoroso, tierno, todos los compañeros lo querían. Marcial solo odiaba la injusticia y por eso el luchó hasta el último instante de su vida. Entonces, él era así pues, como ser humano para mí era un hombre bueno, ejemplar, un padre ejemplar y un esposo ejemplar, yo jamás, jamás sufrí un maltrato de él, siempre me trató como compañera de lucha, ¿verdad? Y yo… por eso él luchó hasta el último instante de su vida. Entonces, él era así pues, como ser humano para mí era un hombre amoroso, ejemplar, yo como compañera de él puedo decirles, que como ser humano tiene que haber tenido sus defectos, para mi sobresalía lo bueno. El fue un hijo ejemplar, un padre ejemplar y un esposo ejemplar, yo jamás, jamás sufrí un maltrato por él, siempre me trató con mucho cariño, me trató como esposa, me trató como compañera de lucha, ¿verdad? Y yo… por eso que me duele tanto cuando oigo tanta, tanta tergiversación como la difamación que han hecho de su vida y de todo…

Pero ahora veo que…me da esperanzas pues, creo que algún día su figura va a ser reivindicada, se va a conocer la verdad de lo que sucedió porque realmente Marcial se lo merece, porque fue un hombre que entregó su vida, su vida total a su pueblo, a la clase obrera muy en especial, como él solía decir: mi querida clase obrera. Porque él era un obrero, el sentía en carne propias las necesidades, las angustias, las miserias, las arbitrariedades, todo lo que sufrimos los obreros.

Entonces, compañeros yo quiero decirles que cuando yo vine aquí y vi…ahora que van a hablar de Alejandro, un compañero muy infatigable luchador de la clase obrera, que ha sido una pérdida irreparable, un obrero consciente, también buen padre de familia, con un gran amor a su clase obrera, que no le importaba su enfermedad, ni eso lo doblegó para estar hasta el último instante de su vida al pie de la lucha.

Entonces mi homenaje también, mi reconocimiento para Alejandro yo creo que Marcial jamás se imaginó que iba a estar acompañado aquí de un compañero tan formidable como fue Alejandro. Yo me siento feliz de que eso suceda.

Cuando yo vine aquí la primera vez a visitar, estaba aquí en la tumba y encontré una manta que decía: En homenaje al compañero Marcial de los Obreros panificadores. Yo sentí una gran alegría y era Alejandro y partir de allí Alejandro no faltó un solo día a esta sepultura.

Era un compañero increíble, se lo merece todo, ojala que muchos de los compañeros de las maquilas y de todas las fábricas sigan el ejemplo de Alejandro. Un hombre digno y consecuente.

Compañeros yo estoy muy agradecida y muy contenta de verlos aquí. Es primera vez que yo veo un numero grande de compañeros aquí en esta sepultura, muchos años atrás hemos estado siendo casi los mismos, pero ahora yo me siento muy feliz y les agradezco mucho su presencia en este día, yo se que la perdida de Marcial, su muerte, su desaparición física, porque yo creo que…, yo siento que él no está muerto, ellos viven en nuestros corazones y en el pueblo, viven en el corazón del pueblo y también en las prácticas revolucionarias. Yo veo ahora que hay compañeros que están tomando conciencia de la necesidad de seguir adelante en esta lucha, no desmayar hasta lograr el objetivo por el que los compañeros dieron su vida. Muchas gracias.
INVITACIÓN A LA CONMEMORACIÓN DEL 31 ANIVERSARIO DE LA PARTIDASICA DEL COMPAÑERO SALVADOR CAYETANO CARPIOCOMANDANTE MARCIAL”.
Lugar: Cementerio General de Santa Tecla
Hora: 10:00 A.M.
Fecha: Sábado 12 de Abril de 2014

(Palabras pronunciadas en el acto en memoria de Salvador Cayetano Carpio “Comandante Marcial”, ante su tumba en el Cementerio de Santa Tecla. Domingo 14 de Abril de 2013).
Fuente: Federación Sindical de El Salvador FESS – See more at: http://marcialteniarazon.org/blog/en-recuerdo-de-marcial-mi-companero-de-vida-y-lucha#sthash.PfGXGJzd.UXSOu1Q4.dpuf