Los pueblos salvadoreños indígenas siempre han existido

Los pueblos salvadoreños indígenas siempre han existido
Jorge E. Lemus*
El Faro / Publicado el 23 de Junio de 2014

“¡Ya olvidémonos del indígena de museo, con taparrabos y plumas!”, propone el doctor en lingüística y Premio Nacional de Cultura 2010, quien reconoce como un hito la reforma al artículo 63, aprobada por la Asamblea Legislativa el pasado 12 de junio. Sin embargo, propone que el gesto no se quede en lo simbólico y que el Estado reivindique los derechos que por años le han sido negados a estos pueblos.

El nombre que utilicemos para referirnos a ellos no importa: “pueblos indígenas”, “pueblos originarios”, “poblaciones tribales”, “indios”, “pueblos autóctonos”, “primeros pueblos” (First Nations), y otros. Aunque en El Salvador son muy pocos los que aún se pueden llamar indígenas, en el mundo son un grupo social que suma más de 370 millones de personas distribuidas en más de 70 países. Habitaron estas tierras, que ahora llamamos salvadoreñas, mucho antes de la venida de los españoles. Con su trabajo y sudor han contribuido a la construcción de este país. Con su sangre han escrito algunos de los capítulos más tristes de la historia salvadoreña. Su lengua ha enriquecido con numerosos vocablos y topónimos al español que todos hablamos cotidianamente. Su sangre corre por las venas de la mayoría de salvadoreños gracias al mestizaje salvaje del que fueron víctimas durante la conquista y colonia españolas, que se prolongó con los criollos en tiempos de la república. Sin embargo, la Constitución de la República nunca los reconoció. Es decir, el Estado salvadoreño los ha ignorado desde su fundación. Siempre han sido un pueblo invisible, no porque no se ven, sino porque nunca han contado para el país. Por lo tanto, nunca han tenido derechos.

En la sesión plenaria del pasado jueves 12 de junio, la Asamblea Legislativa de El Salvador reformó la constitución al modificar el artículo 63 de la misma para agregar un inciso en el que se reconoce la existencia de los pueblos indígenas en El Salvador: “El Salvador reconoce a los Pueblos Indígenas y adoptará políticas a fin de mantener y desarrollar su identidad étnica y cultural, cosmovisión, valores y espiritualidad”. Este reconocimiento es un hito en la historia de El Salvador y en la lucha de los derechos indígenas, pero ¿llega demasiado tarde? No. Aún es tiempo de reivindicar los derechos que se les han negado por siglos.

En la discusión de la Asamblea Legislativa hubo oposición por llamarles “pueblos”. Esta oposición surge de la ignorancia y la falsa concepción que se tiene en El Salvador sobre la homogeneidad de la población y, por lo tanto, el rechazo a la diversidad étnica y cultural. El término “pueblo” se utiliza para referirse tanto a los pobladores de una aldea pequeña como a los habitantes de un país entero. El “pueblo estadounidense”, por ejemplo, incluye a todos los ciudadanos de aquel país del norte. Pero el pueblo estadounidense está formado por otros pueblos que tienen características propias y que por lo tanto forman un grupo social que, aun siendo parte del crisol estadounidense, mantiene su identidad. Los amerindios, por ejemplo, son parte del pueblo estadounidense pero forman, étnica y culturalmente, un pueblo propio; es decir, un grupo social propio, diferente de los otros grupos sociales (étnica y culturalmente hablando) que conforman la gran nación estadounidense.

Cuando en El Salvador los partidarios del concepto de nación como una sociedad homogénea, en términos lingüísticos, étnicos y culturales, se oponen a la existencia de grupos minoritarios con características propias, están tratando, como se ha hecho históricamente en el país, de borrar de un plumazo la existencia de todas las minorías, quitándoles su identidad y, por lo tanto, quitándoles la posibilidad de exigir sus derechos como grupo social. Los que piensan así están equivocados, ya que el mundo es diverso por naturaleza. Por otro lado, estamos los que creemos en una nación multicultural, en donde cada quien mantiene su identidad pero todos somos parte de la misma nación. Esto se puede ilustrar con el siguiente ejemplo. En los Estados Unidos, los partidarios del English Only y el Melting Pot consideran que todos los inmigrantes que históricamente han llegado a tierras estadounidenses pasan a formar parte del crisol estadounidense al fundirse unos con otros y perder su idioma y su identidad cultural al cabo de unas tres generaciones o menos y convertirse en “Americans”. Sin embargo, en una visión multicultural, se puede hablar de que la nación no es un crisol (melting pot) en el que todos se funden, perdiendo su identidad, sino un plato de ensalada, en el que todos los ingredientes se mezclan pero mantienen su identidad: el rábano sigue siendo rábano, el tomate sigue siendo tomate y la lechuga sigue siendo lechuga, pero juntos forman la ensalada. ¿Queremos que nuestra sociedad sea un crisol o un plato de ensalada? De la misma manera que la diversidad biológica mantiene la salud del planeta, la diversidad cultural, étnica y lingüística mantiene saludable a nuestra especie: el homo sapiens-sapiens.

Desafortunadamente, nuestros pueblos indígenas han perdido casi todas las manifestaciones tangibles de su identidad, como la vestimenta, la religión y el lenguaje, que encontramos en otras poblaciones indígenas alrededor del mundo (no en todas). Esto no quiere decir, sin embargo, que han dejado de existir como pueblo. Cualquier antropólogo que haya trabajado con los indígenas salvadoreños sabe lo difícil que es identificarlos y diferenciarlos de otros grupos sociales. Ser difícil no significa ser imposible. Yo mismo he propuesto algunos criterios que pueden servir de base para identificar al indígena del no indígena (ver Lemus 2011). Otros autores, como Alejandro Marroquín (1975) y McChapin (1991), han propuesto parámetros antropomorfos y socioeconómicos para su identificación, tales como la pobreza heredada y el color de piel. En realidad, estos criterios no son válidos ya que, debido al mestizaje, el color de piel moreno lo tienen tanto indígenas como ladinos, y la pobreza en este país es generalizada.

Con la reforma al artículo 63, el Estado adquiere, ante la nación y el mundo, el compromiso con los pueblos indígenas de “…mantener y desarrollar su identidad étnica y cultural, cosmovisión, valores y espiritualidad”. ¿Qué significa este compromiso? Primero, hay que definir qué significan los términos identidad étnica, identidad cultural, valores, cosmovisión y espiritualidad. ¿Se puede incidir estatalmente en el desarrollo de una identidad cultural o étnica? La cultura, al igual que el lenguaje, no es estática. Se encuentra en constante cambio, por lo que cada generación modifica su cultura debido al contacto con el medio, que incluye otras culturas que poseen valores distintos. Es imposible comparar a los indígenas contemporáneos con los indígenas del tiempo de la conquista y la colonia. Ni siquiera podemos compararlos con los indígenas que participaron en el levantamiento de 1932. Esa cultura ya no existe. Los indígenas de ahora poseen sus propios rasgos culturales, en gran medida similares a los del resto de la población debido a un prolongado sincretismo cultural.

De la misma manera, la cosmovisión es una visión de mundo compartida por todo un grupo social, que sirve para explicar la realidad, tanto física como espiritual. Es decir, la cosmovisión ya incluye los valores de un pueblo y su espiritualidad. ¿Difiere la explicación de la realidad que tienen los pueblos indígenas salvadoreños de la del resto de la población? Prefiero no contestar esta pregunta con un sí o un no. Prefiero discutirlo. Gracias a la religión católica, originalmente, y ahora, gracias a las iglesias evangélicas, las creencias religiosas originales de los indígenas salvadoreños se han perdido. El panteón indígena ya no existe y muchas tradiciones propias de los pueblos indígenas han desaparecido. Tlaloc, Ehecatl, Quetzalcoatl y otros dioses indígenas dejaron de ser adorados desde hace mucho tiempo. Los pocos autodenominados “tatas” o “sacerdotes” indígenas que encontramos en el país hacen referencia en sus rituales a dioses mayas (NB: todos han sido formados en Guatemala). No hay una religión indígena en El Salvador. La fe cristiana y los valores cristianos son los predominantes. La espiritualidad de los indígenas se manifiesta en cualquier religión que ellos profesen. No hay contradicción entre ser indígena y ser cristiano, o musulmán o judío. La contradicción sería tratar de que el indígena cristiano, o musulmán o judío se convirtiera a una religión indígena (sin nombre). Semejantes pretensiones nos podrían llevar a la adopción de visiones identitarias perversas, racistas, como la supremacía aria. La diversidad cultural que el Estado debe apoyar y promover en la sociedad es la tolerancia, el respeto y la comprensión de otras formas de ver la realidad, de otros estilos de vida, de otros idiomas, de otras costumbres, de otras religiones, etcétera. Todos somos salvadoreños pero todos somos diferentes. Puedo pertenecer a un pueblo indígena sin dejar de ser salvadoreño, y puedo ser salvadoreño sin pertenecer a un pueblo indígena.

En segundo lugar, y con base en la discusión anterior, lo que el Estado debe hacer es reivindicar a los pueblos indígenas. Pero, ¿cómo se hace eso? Obviamente no hay recetas prefabricadas. Cada sociedad tiene su propia historia y cada pueblo tiene sus propios derechos que reclamar. En el caso de El Salvador, a los indígenas se les negó el acceso a todos los beneficios de la sociedad moderna que el Estado podía proveer, como educación, salud, vivienda y trabajo digno. El efecto de esa negación de derechos ha condenado a los pueblos indígenas a estar, en su mayoría, bajo la media nacional en prácticamente todos los indicadores de desarrollo socioeconómico (ver Lemus 2009 para una comparación estadística). Además, la negación y folclorización de lo indígena provocó la negación de su identidad y, por lo tanto, el abandono de sus creencias, costumbres, idioma y todas las manifestaciones culturales que los identificaba como pueblo. Esta negación se vuelve evidente en el último censo nacional (2007) en el cual solamente alrededor de 9 mil personas se identifican como indígenas. Es decir, no basta parecer indígena o autoproclamarse indígena. Hay que sentirse indígena y ser aceptado por los demás indígenas como tal.

A continuación resumo algunas áreas en las que el Estado debe intervenir para resarcir parte de lo que por derecho les pertenece a los pueblos indígenas y cumplir con el nuevo mandato constitucional de establecer políticas estatales para este grupo social.

i) Tierra. Los ejidos y las tierras comunales les fueron arrebatadas a los indígenas por los españoles y los criollos. Obviamente, en este momento de la historia, el Estado no puede expropiar a unos para devolverles a los indígenas sus tierras. Lo que sí puede hacer es, en las comunidades que aún tienen presencia indígena, darles tierras que puedan ser trabajadas por la comunidad para su propio beneficio y bajo la administración de ellos mismos. En la actualidad, muchos indígenas y campesinos alquilan tierras para sembrar sus cosechas, generalmente para consumo propio, aunque el excedente se venda. También puede el Estado tomar el camino de los Estados Unidos, que ha abierto fideicomisos cuyas ganancias se distribuyen entre algunos de los pueblos indígenas (no a todos, solo entre aquellos pueblos que tenían recursos naturales, como agua, minerales, etcétera, que eran, y siguen siendo, explotados por el Estado). Para El Salvador, ya que los indígenas no son dueños de ningún recurso natural explotable, podría ser a través de una compensación económica una sola vez en la vida o, ya que están de moda, a través de subsidios focalizados.

ii) Educación. Ya Kant y Martí lo dijeron, de diversas formas: un pueblo educado es un pueblo libre y un pueblo ignorante es un pueblo esclavizado. La falta de recursos y oportunidades obliga a los niños y jóvenes indígenas (como a muchos otros grupos sociales sumidos en la pobreza) a abandonar la escuela por el trabajo. El acceso de la población a la educación básica, media y superior debe ser un hecho que se dé por sentado en el país. El Estado debe facilitarle a los grupos indígenas, a través de becas o subsidios, el acceso a educación de calidad. El indígena debe tener la oportunidad de ser abogado, médico, profesor, enfermera, antropólogo, lingüista, ingeniero, científico, etcétera. ¡Ya olvidémonos del indígena de museo, con taparrabos y plumas! El Estado podría tener un fideicomiso a favor de los pueblos indígenas para financiar su educación y, por ende, su inserción a los beneficios de la sociedad del siglo XXI.

iii) Lengua. El nivel de deterioro de las lenguas indígenas salvadoreñas es grave. De las alrededor de ocho lenguas originales que se hablaban a la llegada de los españoles (v.gr., pipil, lenca, kakawira, chortí, pokomam, mangue, popoluca y chontal), solo una ha sobrevivido, aunque en estado precario, hasta nuestros días: el idioma náhuat o pipil. Hay menos de 200 hablantes vivos en la actualidad, todos ellos adultos mayores. Los hablantes más jóvenes rondan los 60 años. La revitalización lingüística es la única alternativa que nos queda para impedir que el náhuat se extinga igual que las demás lenguas originarias. Ya existe un programa exitoso de revitalización lingüística impulsado por la Universidad Don Bosco. Hay más de 5 mil niños y jóvenes aprendiendo náhuat como lengua extranjera en alrededor de 40 centros escolares y un grupo pequeño de niños que participan en un programa de inmersión lingüística temprana, conocido como la Cuna Náhuat, en Santo Domingo de Guzmán, Sonsonate. El Estado debe financiar programas como este en todas las comunidades en las que aún hay presencia indígena reconocida. La UDB y el MINED mantienen un convenio de cooperación desde el año 2010 a través del cual el MINED subsidia parte del programa de revitlización (NB: no es necesario enseñar náhuat en todo el país para la revitalización, la revitalización siempre es focalizada). Es necesaria la formación y contratación de maestros especializados en un enfoque multicultural de la educación y bilingües (español-náhuat), la inclusión de la enseñanza del náhuat en el currículum de los centros escolares ubicados en zonas con marcada presencia indígena, la producción de textos para el aprendizaje de la lengua y literatura en náhuat (no sobre el náhuat), y la creación de espacios sociales para el uso del idioma.

iv) Cultura. Ya mencioné al principio de este artículo que la cultura no es estática y no es algo que se pueda enseñar en la escuela (excepto la alta cultura); es algo que se adquiere de la cotidianeidad, principalmente a través del lenguaje y la imitación, lo que nos permite comportarnos de acuerdo a las expectativas de los demás y predecir el comportamiento de otros y, así, evitar el caos. Lo que quiero decir es que sería artificial y contranatural tratar de “revivir” la cultura indígena precolombina, porque esa ya no existe, igual que el náhuat hablado antes de la conquista. Hoy se habla un náhuat diferente y se practica una cultura diferente. El trabajo de antropólogos y lingüistas es determinar el estado de ambas (lengua y cultura) para su mantenimiento y difusión. De inmediato, sin embargo, se puede iniciar el proceso de reconocimiento de los pueblos indígenas incluyendo en el currículo educativo nacional injertos programáticos culturales como un eje transversal en los cuales se revaloren, se estudien y se promuevan las manifestaciones culturales tangibles e intangibles aún presentes en los pueblos indígenas, además de conocer su historia y estado actual.

La aprobación a la reforma del artículo 63 de la Constitución es solamente el principio en la larga lucha de los pueblos indígenas para que se les reconozcan sus derechos como individuos y como grupo social. Aprobada la reforma constitucional, la siguiente fase es su aplicación. El Estado debe asesorarse con los expertos, dialogar con los indígenas de las comunidades, y no solo con las asociaciones indígenas, para proponer la mejor hoja de ruta para hacer cumplir el nuevo mandato constitucional. Recordemos que los pueblos indígenas salvadoreños siempre han existido sin necesidad de reconocimiento constitucional pero ahora es tiempo de hacer valer sus derechos.

*Jorge E. Lemus es el Director de Investigaciones de la Universidad Don Bosco, creador y director del proyecto de revitalización de la lengua náhuat, miembro de número de la Academia Salvadoreña de la Lengua, y doctor en Lingüística por la Universidad de Arizona. En 2010 fue reconocido con el Premio Nacional de Cultura.

Azuzar recuerdos junto a Silvio Rodríguez

Azuzar recuerdos junto a Silvio Rodríguez
autoretrato con silvio, después de conversar

“¿Tú no eres Juan Triana?”, pregunta Silvio Rodríguez con unos papeles en las manos cuando tomamos asiento. Su interrogante me deja pensando, porque Juan Triana es el nombre de quien fuera mi profesor de Problemas de la Economía Cubana, un eminente y popular economista desde que sus conferencias dieran la vuelta a Cuba como aquellas carreras de bicicletas, aunque gracias a la solidaridad de los cubanos que nos hace ir pasando de memoria flash en memoria flash una información cuando parece relevante. Me quedo pensando porque las entrevistas son como las sesiones en el espiritismo. Uno invoca algo, que evidentemente debe ser el lado más sincero del entrevistado, y según estado anímico y circunstancia así serán las respuestas.
Lo había esperado con un libro de Ricardo Piglia en las manos, tumbado en un asiento en el fondo del lobby del hotel Pernik donde se hospedaba junto a su esposa, la clarinetista y flautista Niurka González. Silvio Rodríguez viajó hasta el oriente del país para cantar en tres pueblos distantes de la cabecera provincial, siguiendo así el propósito de ofrecerle su música al público más desfavorecido, ese que habita zonas marginales, lo cual no implica solo la conceptualización sociológica del término. En el hotel también descansan los músicos de Trovarroco, tres excelentes guitarristas villaclareños que junto al percusionista Oliver Valdés confieren en los últimos tiempos otra sonoridad a su obra.
Al verlo, me pongo de pie y lo saludo. Responde amable estirando el brazo y lo primero que se impacta contra mi visión es el famoso tatuaje de la rosa y la calavera que se hiciera entre el pulgar y el índice de la mano derecha en los que fueran días trascendentales a bordo del Playa Girón. El trovador, nacido el 29 de noviembre de 1946, en San Antonio de los Baños, viste jeans y pulóver azul turquí con bandera cubana sobre el lado izquierdo del pecho. Suele llevar ese tipo de prenda, quizá para dejar claras muchas ideas que con solo ver una bandera cubana vienen a la mente. Ando sin fotógrafo, pues no quiero interrupciones en el diálogo.
Le advierto que carezco de cuestionario. Aborrezco las entrevistas preconcebidas. Me parecen interrogatorios policiales. Mi estilo es el de la gente común, prefiero conversar pese a los inconvenientes de la memoria.
-Mejor, asiente él.
También debo ser sincero y le ofrezco otro dato.
-Ni siquiera debía entrevistarlo, le digo algo inquieto, pues al fin y al cabo es una confesión: De la gente a la cual uno ha admirado su obra más vale permanecer lejos, pues ocurre un poco como el poema: No debe volverse a los lugares adonde se ha sido feliz.
Las canciones de Silvio Rodríguez me ha hecho feliz muchas veces. Estoy habituado a ellas desde la temprana adolescencia, cuando con entusiasmo empecé a escucharlo a él, y a Pablo Milanés, y me hice seguidor de la Nueva Trova y por ende de la trova tradicional y de todo cuanto se les relacionara. Más de un tema suyo me ha propiciado fuerzas para enfrentar un día problemático, aunque después ciertos comportamientos del hombre me llevaran a revalorizar al artista.
-Lo que pasa es que siempre hay curiosidad, indica luego de mi lamento.
Lo ha dicho con calma, en ese tono en que le he escuchado tantas veces, bien al llegar al escenario y luego de ubicarse en la banqueta donde cantará, bien ante colegas de todas partes que hacen lo mismo que yo intento ahora: Conocer un poco más su mundo interior, empresa compleja si se tiene en cuenta que a lo largo de su carrera debe haber escuchado todas las preguntas posibles, debe haberse encontrado a entrevistadores inimaginables. Coloca sobre una mesa la pequeña grabadora con micrófono que me quedo mirando.

-¿Graba sus conversaciones?
-Las suelo grabar de hace un tiempo para acá.
-¿Le han tergiversado muchas veces?
-Me gusta tener un registro. A veces me han tergiversado, bastante. No me parece que vaya a ser el caso. Me ha pasado más bien fuera de Cuba, en algunos lugares. También aquí me ha pasado. Me ha pasado incluso que han querido hacer un libro gente que tiene pensado irse del país. Han querido hacer un libro y me han hecho una cantidad de preguntas, nos hemos visto varias veces y de pronto han desaparecido y han aparecido en otro lado queriendo publicar el libro.
-Es como tener un pasaporte cultural o algo semejante, corroboro, pensando en ese tipo de personas que gusta abrirse camino escudándose en la vida de los demás.
-Parece, asiente él, y pone atención en mis palabras. Quizá trate de adivinar qué quiero preguntarle, de qué quiero hablar, para qué lo he sacado de su refugio. Prosigue: Son cosas extrañísimas. En fin, esas cosas pasan. Y por supuesto, sé absolutamente que no es el caso. Pero, en fin. Me gusta tener un registro, porque también estoy viajando. Estoy en otro lugar y es una forma de recordar las cosas que me pasaron. A veces olvido. Son muchas cosas ya, muchos años…
-Casi setenta, lo pincho.
-Casi setenta, repite, y cavila: Bueno, realmente no llego. Tengo sesenta y siete. En noviembre cumplo sesenta y ocho. Pero mañana, por ejemplo que es el concierto número cincuenta y ocho de la gira, cumplo también cuarenta y siete años de vida profesional. Debuté un 13 de junio.
-¿Fue en la televisión?
-En un programa que se llamaba Música y Estrellas, que dirigía Manolo Riffat.
-¿Se siente viejo?
-Chico, tú sabes que no me siento viejo. En primer lugar, nunca me han gustado los espejos. Dicen que la muerte presume. Es lo único que te hace recordar que el tiempo pasa, en realidad. – En Nicaro vi, por ejemplo, que había mucho público, pero solo un grupito cantaba. Ese grupito estaba compuesto por gente adulta sobre todo. ¿Siente que su público ha envejecido con usted, con la revolución? ¿Siente que ha envejecido todo?
-Veo que hay mucha gente vieja. Ahora hay más gente vieja en mis conciertos. Generalmente…
-Bueno, es la muestra de que el público ha envejecido
-Sí, pero hay jóvenes también. En mi público inicial había muchos más jóvenes que viejos. Ahora hay de todas las edades. Están los jóvenes atraídos por los padres, porque algunos escuchan la trova y escuchan lo que uno hace, o porque saben de uno, porque uno es más o menos famoso y sale en la televisión o en la radio, o se habla de uno. Y están los de media edad, que tuvieron tiempo de participar en esa época en la que uno todavía tenía una presencia más energética, sobre todo en los medios de aquí de Cuba. Y están la gente que son más o menos de la edad de uno, y que gustaron o gustan todavía de lo que uno hace.
-¿Y por qué una gente “más o menos famosa” decide ir a los barrios marginales, incluso ubicados en la periferia del país?
-Quizá de afuera se ve así, pero realmente uno no es ni famoso, ni exitoso, ni ningún oso. Uno es sencillamente una persona que desde que comenzó a trabajar ha tenido un propósito, ha tenido una visión de la cultura, de la canción; ha tenido una visión, aunque no me gusta usar palabras muy altisonantes, del compromiso. Pero sí, indudablemente hay compromiso, hay gustos, afinidades, atracciones, hay simpatías. La ley de la simpatía, las cosas que se atraen y se juntan van creando un universo, una gravedad. Otra razón más por la que uno no piensa en los años. En ese sentido uno sigue siendo el mismo. Sigue pensando de la misma manera, sigue sintiendo los mismos compromisos, sigue sintiendo que lo que uno hace es parte de la sociedad y de una manera determinada, que no es la búsqueda de la fama, del dinero, de la celebridad; es la búsqueda de otras cosas que están en todo el mundo, pero que están en uno. ¿Y qué es lo que está en todos nosotros? Ni más ni menos que la sensación de estar vivo, de que te haya tocado una época y un tiempo, y que es una dádiva, un don, una suerte que tuviste al haber estado vivo y haber pasado por esta experiencia. Y tratas de aprovecharla lo más intensamente posible, darle una utilidad pasajera en este mundo de los vivos. No lo digo porque crea que haya un mundo de los muertos; sino, en este mundo de la conciencia, de la percepción y de que uno se da cuenta de las cosas y puede actuar. Es así. Me considero el mismo. Por eso estoy aquí y por eso hago estas cosas. También hay razones un poco más específicas. Hay tiempos en que te impulsan más a hacer determinadas cosas que otros. Este momento de cambios de Cuba en que hay muchas cosas a favor y muchas cosas en contra, y donde gran parte de la población es probable tenga que pasar por una serie de vicisitudes y trabajos y problemas y carencias que se suman a muchos trabajos, vicisitudes y carencias que durante tantos años hemos tenido. Hace años, con otra perspectiva y visión del mundo. Ahora resulta que con otra. – ¿Y eso no ha mellado lo que se llama “futuro” o “porvenir” o “esperanza del futuro”?
-Oye, en todos los países, en todos los tiempos y circunstancias la gente tiene más o menos los mismos problemas. Está viva y en una sociedad, quiere progresar, ser mejor, quiere tener más posibilidades de vida, gozar más plenamente de la existencia y quiere un mejor futuro para sí y para los suyos. Es normal. Nos pasa a todos, en todas las sociedades que he conocido, en todas; unas más desarrollas, otras menos; unas gobernadas de una manera, otras gobernadas de otras.
-Pero antes, por ejemplo, había una esperanza: Se llegaría al comunismo.
-Antes sí, al comunismo o no se sabía. Cuando uno cantaba: “Te convido a creerme cuando digo futuro” realmente uno no pensaba que este era el futuro. Uno pensaba que el futuro iba a ser otro.
-Y viendo este futuro, ¿qué piensa?
-Viendo este futuro… hay que ir a los barrios, hay que seguir andando, hay que seguir trabajando.
-Silvio, pero ir a los barrios no quiere decir estar en los barrios, ¿usted ha estado? ¿Qué ha aprendido?
-He aprendido que la gente está jodida, muy jodida, mucho más jodida de lo que pensaba. Y bueno, eso es una manera de conectarse con la realidad de tu país, de seguir constatando las cosas como son. Es verdad, no vivo en un barrio; es verdad, tengo una vida mucho más cómoda que la inmensa mayoría de los cubanos. Pero no me viro de espaldas, continúo. No solo aquí en Cuba. También pudiera continuar en Cuba y no hacer eso. Pero bueno, lo hago porque me parece que es mi manera de hacer una contribución, de estar comprometido con mi realidad, con mi gente, con mi pueblo.
-También lo veo como una cruzada cultural en tiempos en los que advierto una especie de conspiración contra la cultura por la que pasa Cuba y el mundo, la gente no lee, escucha una mala música…
-Mira, yo fui adolescente y me hice hombre en una época en que había muchas condiciones para que la cultura germinara. Para empezar, se hizo una campaña de alfabetización, se fundó una Editora Nacional y empezaron a proliferar los libros y la literatura universal. Entró el cine de arte como arte, se le empezó a dar una relevancia a la literatura latinoamericana, hubo instituciones, organismos, reuniones, concursos, una serie de manifestaciones sociales y todo apuntaba a un compromiso con la cultura, que es también un compromiso con la historia, con lo que ha sembrado el hombre, con lo que ha construido en el mejor sentido. En aquel momento aquí en Cuba había distintos organismos culturales. A mi modo de ver, a la manera en que yo lo sentía, unos más culturales que otros. Unos eran más mediáticos, te hacían entrar en la popularidad y en el gusto más rápidamente. Otros trabajaban más mesuradamente, más tranquilamente, a más largo plazo. Yo siempre tuve afinidad con esos organismos culturales que trabajaban a más largo plazo, para los que la cultura implicaba también estudio, superación y una autosuperación. Me refiero específicamente a dos organismos, a Casa de las Américas y al ICAIC. Lo que había fuera de eso eran el ICRT y el Consejo Nacional de Cultura.
-¿En los tiempos de Pavón?
-Antes de Luis Pavón, que había Consejo Nacional de Cultura.
-Claro, desde 1961.
-Luis Pavón entró tarde y estuvo pocos años. Eso fue como un amago de Ministerio de Cultura, que nunca fue Ministerio de Cultura hasta que después del llamado Quinquenio Gris pusieron a Hart, y fue Hart el que fundó el Ministerio de Cultura. Esos organismos que trabajaban más concienzudamente, menos populistamente, creo fueron los organismos que fundaron cosas que han durado más. Todo lo demás era más efímero: La fama de una canción que aparece por la radio, un rostro que aparece y desaparece por la televisión, o que está en los cabaret, en fin… Siempre tuve la percepción de que era como la lucha de dos maneras de ver la cultura, de ver el mundo, la realidad y también de ver el futuro. Uno, en palabras muy rápidas, pudiera caracterizarse como algo más chabacano, el otro como más estudioso; uno con más prisa, otro con menos prisa. Yo me di cuenta de que había una especie de guerra, de que todo aquello era una especie de guerra entre dos concepciones de ver y estar en el mundo. Hoy por hoy parece que lo que yo consideraba en frente es lo que ha ganado la guerra. Pareciera que gano la lentejuela, el oropel, la superficialidad, el mal gusto, el populismo. Pero todavía hay gente que trabaja con otra visión de la cultura, con una visión parecida a la que tuvimos nosotros. Y creo siempre se ha manifestado, siempre ha estado y siempre estará. Incluso, si siguen ganando, esta otra visión estará.
-¿Aun con todo el apogeo de la internet y eso? Como decía Phillip Roth, refiriendo el problema del libro y la lectura: Las pantallas nos han derrotado.
-No es solo la internet; en general, la tecnología, que suele democratizar las cosas. Por ejemplo, cuando yo tenía 17 años solo los fotógrafos profesionales o personas con un poder adquisitivo alto podían comprarse una cámara no profesional, porque además la gente buscaba una cámara no profesional, una camarita Kodak que tirara y después ibas a la tienda, te revelaban tu rollo y te daban tu foto. Hoy día casi todo el mundo tiene una cámara, todos hacemos fotos, cualquiera que esté en un lugar con un dispositivo que recoja la luz hace una foto, y puede ser de primera página en los más grandes diarios del mundo. En mi época, cuando yo era adolescente, un joven, era muy difícil tener un dispositivo para grabar una canción. De hecho cuando me pidieron la primera vez un trabajo para el ICAIC tuvieron que prestarme una grabadora, porque como yo en esa época todavía no escribía música, tenía que memorizar las cosas que iba haciendo y me era muy fácil con una grabadora. Se me ocurría una melodía, tocaba en la grabadora, después lo reproducía y sabía que eso quedaba ahí. Hoy día todas las personas, quienes lo necesitan y quienes no lo necesitan, llevan teléfonos, que lo mismo hacen fotos, que graban, y te comunicas desde cualquier punto en que estés. O sea, que la tecnología ha democratizado, le ha dado oportunidad a todo el mundo. También por eso hay tantas manifestaciones musicales, porque hoy en día realmente para grabar una canción no se requiere de un estudio. Se ha puesto hasta de moda grabar en los garajes con cualquier dispositivo. A veces una cosa que queda mal grabada es hasta un detalle simpático y se transforma en una moda grabar con un teléfono, y de pronto se convierte en un boom mundial grabar canciones con un teléfono. Creo que no ha pasado, pero puede pasar. Esa democratización implica una inundación de expresiones poco acabadas en todos los sentidos. Los escritores, ahora por internet, hacen sus libros. Cualquiera publica cualquier cosa, en cualquier sentido. En el siglo XIX para que te publicaran un libro pasabas… en primer lugar porque imprimir un libro era un costo, un gasto, había una serie de tamices por lo que pasaba un libro, editores, especialistas, revistas con un prestigio, no publicaban cualquier cosa. Hoy en día cualquiera escribe un reportaje de lo que sea, cualquiera publica una foto de lo que sea, cualquiera escribe una canción de lo que sea.
-¿Eso no ha llevado a una abulia, a que todo pierda su valor o que al final gane la frivolidad?
-Exactamente. Esa es una de las cosas que ha introducido la democratización de los avances tecnológicos en el mundo moderno. Yo lo veo así. Esto hace que proliferen las elites. ¿En qué sentido? Los que son más exigentes, ante esta invasión inmisericorde de expresiones enloquecidas, los más exquisitos, los que tienen gustos más refinados, más sofisticados, tienden a aislarse y a crear guetos. Estamos ante un fenómeno cultural que empieza a manifestarse universalmente y ante el que nosotros no escapamos, porque ya tenemos encima la tecnología, nos guste o no nos guste, nos convenga o no nos convenga, nos agrade o no nos grade. Ya todo el mundo anda con un teléfono, se comunica… hasta los espías. En la década de los sesenta yo me acuerdo que cuando el G2 agarraba a un espía, lo agarraba con un aparto sofisticado de mandar señales. Están las películas de la Segunda Guerra Mundial, los espías andaban con una maletica y unos aparatos de onda corta para mandar señales en una frecuencia especial, emitían sus informes y todo eso. Hoy en día nada de eso hace falta. Marcas cero, cero, uno y estás comunicándote con los Estados Unidos.
-Y es más difícil prohibir.
-Más difícil no, es más loco además. Es mucho más difícil. La diversidad ha llegado. La tecnología ha permitido que esa diversidad, que esa exuberancia de posibilidades nos arrastre.
-Cualquiera puede ver cualquier cosa, y en cualquier lugar. Creo que en Nicaro se encontró con alguien que escribe a su blog.
-Sí, lo que pasa es que ahí hay una familia que se comunica conmigo. Ellos tienen un trabajo en el que hay un poquito de internet, y a veces se comunican un poquito y logran entrar al blog. Pero, en realidad lo que hacen es que algunas personas que también participan del blog, que son extranjeros, se comunican con ellos, les pasan los post y los mensajes que hay y las participaciones, y entonces ellos responden por esa vía. – Cuánto trabajo pasamos, ¿no? Y todavía hay una resistencia a la internet.
-Sí… Bueno, en fin… Se plantea que tecnológicamente está toda esa discusión de famoso cable de Venezuela, toda esa cosa. Es verdad, hay que crear una infraestructura aquí, que cuesta dinero. Pero los cables telefónicos están desde hace muchos años echados en Cuba y el sistema inalámbrico es una cosa que sí, debe costar su dinero, pero cada vez debe costar menos, cada vez es una cosa más común. Veremos qué hacer cuando Google ponga en órbita los 180 satélites esos que tiene pensados poner para darle internet a la parte del mundo que no tiene, cubanos incluidos supongo. Vamos a ver las nuevas generaciones a quiénes les agradecen el internet. Es uno de los grandes problemas que tenemos ahora mismo. El joven que no está pensando en otra cosa que mirar lo que le interesa, en resolver, en conectarse con la página del reguetonero no sé quién, lo que sea, lo que tenga en mente, y que de pronto, de un día para otro haga así, pácata, y con su telefonito se conecte con cualquier lugar del mundo. ¿A quién se lo va a agradecer?: ¿A nosotros?, ¿a nuestro país?, ¿a su gobierno?, ¿o a Google?
-Además, ese individuo será como el cuento del hombre dominado por el pececito al que observa, cada vez es más vulnerable culturalmente.
-Sí, sí. Imagínate. Ese reguero tecnológico indiscriminado es también un reguero de dominación, de dominación ideológica, de dominación cultural.
-¿Entonces qué han ganado aquellas instituciones culturales que iban por la instrucción del individuo hasta convertirlo en alguien con pensamiento crítico?
-Ha ganado eso, ha ganado la formación de gente que piensa críticamente, y que ha pagado un precio por pensar críticamente.
-Y es la minoría.
-Sí, es una minoría, sin lugar a dudas. Y va a seguir siendo una minoría. A mí no me cabe dudas de eso. Mientras más democrática sea la posibilidad expresiva más valioso va a ser lo exclusivo.
-Para esta gira usted ha hecho un alto en un disco que graba, ¿creo que es un descarte de las canciones del Descartes o algo así? ¿Se llama Amoríos?
-No es un descarte, son canciones que nunca había grabado.
-¿Pero, no estuvieron pensadas alguna vez para Descartes?; por cierto, el disco suyo que más me gusta.
-No, no estuvieron pensadas para Descartes. En realidad Descartes es un disco con canciones que salen de los descartes de otros discos. – Claro, pero yo pensé que este eran descartes del Descartes.
-Le iba a poner Sobras, pero me pareció demasiado fuerte. Estas son canciones que nunca grabé, que nunca toqué. Toqué otras y esas las dejé. Son canciones de relaciones de pareja, todas.
-En Descartes hay una frase que me resulta fascinante, una de Vida y otras cuestiones: “¿Cómo sabrá la cerveza que el sepulturero se beberá cuando acabe de darme abrigo?” Me gusta mucho. A través de ella intuyo cierta preocupación por ese asunto de lo que ocurrirá luego, como individuo y como parte de la sociedad.
-A veces uno mira las nubes y añora la vida. A veces uno mira las nubes y dice: Qué maravilla, nuestros aborígenes levantaron los ojos y vieron pasar las mismas formas, u otras, pero vieron el mismo paisaje que vemos nosotros ahora. Y cuando uno no esté habrá quien levante los ojos y lo vea. Eso es fascinante, ¿no? Se trata de eso, no de otra cosa, dicho a través de la cerveza que se va a tomar…
-Pero es excelente. Es una frase que se relaciona mucho con mi preocupación filosófica.
-Sí, es… ¿qué pasará al minuto siguiente a la muerte?
-También me lo he preguntado: Cómo seguirá la vida sin uno, si pudiera verla. ¡Tremendo…!, exclamo, y me hubiera volcado a una reflexión existencialista de no ser porque recuerdo que esta entrevista también tiene como objetivo ser publicada en el periódico para el cual trabajo y al cual, más que de filosofía, para mi pesar, le interesan declaraciones directas sobre la visita. Recapacito y, rompiendo el trance, le hago otro comentario: Estas presentaciones en Mayarí, Nicaro y Moa tiene que ver mucho con su relación con Frank Fernández, una amistad muy antigua.
-Sí, esto lo planificamos desde hace rato. Hace rato hablamos de la posibilidad de que yo fuera a Mayarí y el a San Antonio, de hacer ese intercambio. Somos amigos desde hace muchos años.
-¿Y qué es la amistad para usted?
-La amistad es una cosa imprescindible. No en balde Martí dijo que era la joya mejor. Hay otras joyas, buenas también. Pero sin dudas la amistad es lo que uno funda con personas a fines. Estábamos hablando ahorita de las afinidades, de esas leyes gravitacionales que hacen que cosas, que ideas, que personas giren en torno a cosas comunes, a identidades.
-Pequeños detalles invisibles.
-A veces pequeños, a veces más grandes. Detalles, detalles de la existencia. Y coincidencias, porque tú sabes que, como dice el dicho, cada gente es un mundo. Y dentro de ese mundo de tanta gente uno encuentra aquí, allá, a cuyá esos detallitos que te van uniendo con los demás. En el caso de Frank, lo conocí cuando él volvía de Rusia, de la Unión Soviética, con su diploma de oro del Chaikovski. Entonces era la joven promesa, extraordinario. Estaba muy vinculado al Comité Nacional de la Juventud Comunista, y yo tenía un amigo allí. Ese amigo nos presentó. Fuimos a su casa y empezamos a hacer colaboraciones. Era cuando se hacían aquellas galas por el 4 de abril. Él empezó también a trabajar con nosotros, a planificar las galas, a dirigirlas. Nos pedía canciones. Hicimos canciones para algunas galas. Después fue productor de mi primer disco.
-Tienen pensado volver a Holguín, creo, en agosto.
-No sé si en agosto. ¿En agosto…? No, jamás en agosto. Hicimos Mayarí, Nicaro y Moa. Es lo que teníamos planificado. Más adelante nos pidieron hacer algo aquí también, en Holguín, en la ciudad. Me gustaría en un barrio de Holguín. Para eso me voy a asesorar bien, porque tendría que ser en un barrio de los que necesitan más esto que hacemos. Me gustaría en esa ocasión ir también a Gibara. Fui el otro día y es un lugar fascinante.
-¿No tiene pensado cantar en teatro, para el otro público?
-El público que va al teatro puede ir al barrio.
-Claro, pero hay quien necesita espacios más cómodos.
-Llevo tres años sin tocar en teatro. Solo en barrios.
-¿Y se siente cómodo?
-Me siento más a gusto.
-¿Sí?
-Me siento más a gusto porque me parece que es un trabajo más útil, y un reto.
-Pero, para un hombre tan exigente con el público como usted…
-Es un reto también, porque es un público que a veces no está acostumbrado al tipo de trabajo que uno hace, a lo mejor están acostumbrados a escuchar otro tipo de música. Siempre la gente corea algunas canciones. Incluso jóvenes. Es fantástico. No sé cómo se la saben.
-Sé de anécdotas, ahora leyendas famosas, en las que usted enfrenta al público, le pide silencio. Y en un barrio se grita, hay bulla… ¿No lo sacan de paso?
-Eran cosas que ocurrían cuando uno empezaba. Yo nunca me vi como cantante. Siempre me vi como un compositor que exponía lo que hacía. Y como no cantaba cosas…o pensaba yo que no cantaba tonterías, a lo mejor también cantaba tonterías. En definitiva, todos caemos en tonterías de una u otra forma. A veces, pensando que no somos tontos somos los más tontos del mundo. Pero, empezaba, y veía con tanto respeto lo que yo hacía, y me parecía que mucha gente iba realmente a comulgar con la canción de la manera en que yo la asumía. Y de pronto, que hubiera gente más acostumbrada a la cosa farandulera o lentejuelezca me molestaba. Y gente que pedían, y que hablaban, pues mandaba a callar a la gente. En alguna ocasión me levanté y me fui también. Lo hice. En otros lugares me botaron. Varias veces me botaron de los lugares. Pero fueron cosas más relacionadas con los inicios.
-Eso ayudó a tejer una leyenda de un Silvio que no sea quizá el Silvio real, ¿es muy difícil ser el Silvio verdadero?
-Yo nunca he sido una persona agresiva, para nada. Todo lo contrario. Si me agreden, trato de defenderme; pero no es que sea mi naturaleza. ¿Sabes qué pasa? Como yo, y no solo yo, sino alguno de nosotros éramos un poco contraculturales, hacíamos un poco de contracultura, contracultura convencional, se tejió también alrededor nuestro, por cuestiones políticas, de defensa de esa cultura entre comillas, una leyenda un poquito, no voy a decir que negra porque sería demasiado, pero sí gris con pespuntes negros. Es lo que yo pienso. Hubo un momento incluso en que se decía que la Nueva Trova se quería adueñar de la cultura, y que quería que todo fuera como ella. Nada más alejado de la realidad. A nosotros se nos hicieron campañas dentro de ese mundo lentejuelezco. En el fondo eran campañas políticas porque eran campañas que miraban el arte como pedestal, no como ara.
-¿Por eso ustedes alguna que otra vez combatieron ese arte, aquella otra forma de hacer canción?
Realmente yo no me dediqué a eso. Yo hice una sola canción que habla de eso.
-Pero digo, en entrevistas, a través de comentarios públicos.
-Si me das una referencia yo te la respondo, porque ahora no recuerdo haber combativo nada en ese sentido. Sí creo que hice una canción, La Masa, que habla de eso, de las distintas maneras de asumir el arte, en mi caso la canción. Pero no insistí. No fue un cruzado tampoco. Mi cruzada era hacer canciones buenas, de calidad. Esa ha sido mi única cruzada en la vida, hacer canciones diferentes, incluso en contrapunto de mis propias canciones, porque no me gusta que ninguna canción mía se parezca a otra. – A propósito, qué le ha parecido la versión que grabó Shakira de La Masa para el disco de Mercedes Sosa.
-Me parece muy bien. Estoy acostumbrado a que Mercedes cante canciones mías. Cantó muchas. Recuerdo especialmente dos, arregladas por Charly. Hizo una versión de Unicornio preciosa para un disco. Y la otra era La Masa, en una versión de Charly García. Los arreglos son así… bueno, ella es un clásico, pero los arreglos de Charly son fabulosos. No me acuerdo cómo se llama el disco. Y bueno, esta joven… me parece maravilloso. Me sorprendió, porque evidentemente no está en esa línea de trabajo.
-¿Su elección para colaborar con otros artistas de qué depende? Recuerdo cuando estaba prohibido José Feliciano aquí, y usted fue como la puerta para que volviera a escucharse en los medios.
-Es que aquí, como en todas partes, se tejen leyendas sobre artistas. Hemos estado muy aislados durante muchos años, y aquellos años eran de gran aislamiento. No existía internet. No había forma de saber qué era la verdad detrás de todo eso. También a veces los artistas en determinadas coyunturas saben qué es lo que se está cocinando, le hacen una pregunta y hacen una concesión, sueltan una cosita un poquito pesada para contentar el ambiente que los está entrevistando. Aquí a veces nos tomamos esas cosas demasiado a pecho. Y son cosas a veces circunstanciales. Son cosas de las que después los artistas ni se acuerdan. Hay otros que sí, que tienen una postura y una forma de pensar muy definida y son defensores de una forma.
Silvio se queda pensativo, y me mira como si otra vez tratara de averiguar qué pienso, y yo a su vez lo miro a él.
-Hay una cosa que te quiero decir antes de que te vayas, dice: Me parece muy importante. Ayer me llamó Gerardo Hernández, ¿sabes quién es Gerardo?
Lo observo con sospecha, porque quién no conoce en Cuba a Gerardo Hernández, si en cada esquina hay un afiche donde se puede ver su rostro junto al de los otros cuatro que han pasado a conocerse como: Los Cinco.
-Sí, respondo.
-Yo nunca había hablado con él. Cuando estuve en Estados Unidos hace tres o cuatro años tratamos de hablar pero no fue posible. Hablé con otros dos o tres compañeros suyos, pero con él no pude. Primera vez que hablo con él y fue una conversación extraordinaria. Y es porque en Mayarí sentí que el teléfono me sonaba cuando estaba cantando las últimas canciones. Me tapaba el atril y lo saqué disimuladamente. Vi que habían unas cuantas llamadas. Lo desconecté porque estaba sonando y tenía miedo de que se metiera por el micrófono. Cuando terminé volví a fijarme. Era una llamada de los Estados Unidos porque tenía un uno delante. Y sonó otra vez. Era una emisora de los Ángeles que hacía un programa especial para Gerardo por el día de su cumpleaños. Me hicieron una entrevista. Hablé un ratico con la muchacha que me entrevistó y él oyó la entrevista. Entonces localizó mi teléfono y me llamó, por supuesto que era para agradecerme. Uno habla con esos hombres que están pasando tantas vicisitudes, que han sido tan maltratados, y tratados con tanta injusticia y realmente le dan lecciones a uno de supervivencia, uno se queja… Yo había llamado a alguien para que me mirara el aire acondicionado, porque no estaba funcionando bien. Y me dije: Caballero, le ronca. Uno está preocupado porque no funciona bien el aire acondicionado y este hombre lleva 16 años presos, tiene dos o tres condenas de por vida y te habla con un optimismo, con una seguridad, con una firmeza, con una fe tan grande en que se va a hacer justicia, en que va a estar un día aquí. Realmente es muy conmovedor. Y nos hace pensar mucho. Me preguntó: ¿Dónde tú estás? Le digo: Estoy en Holguín. Entonces dice: Coño, Holguín, ¿tú sabes, por cierto, que Holguín es una de las provincias de Cuba de las que yo recibo más cartas? Digo: ¿De verdad? Dice: Sí, no te puedo decir ahora que es la que más porque tendría que contarlo, pero te garantizo que es una de las provincias de Cuba de las que más cartas recibo. Tú pudieras transmitir de mi parte… Me dijo eso y por eso te lo estoy trasmitiendo: Tú pudieras transmitir de mi parte mi gratitud al pueblo holguinero por no olvidarse de nosotros. Así que tienes para mí esa mínima misión.
-También una prima mía le escribía a uno. A Antonio, creo.
-Hay mucha gente del pueblo que les escribe. Y de otros pueblos. Ellos reciben una cantidad de cartas. Yo no sé qué harán con tantas cartas. Cómo las tendrán metidas. No sé cómo resolverán ellos ese problema.
-¿Y su relación con el pueblo holguinero cómo ha sido?
Mi relación con el pueblo holguinero ha sido maravillosa, con el público y con gente que he conocido en la calle.
-Ya que nos referimos a Amoríos, ¿amores holguineros ha tenido?
-Sí, dice como quien primero lo piensa un poco.
-¿Hay canciones que tienen que ver con esos amoríos?
-Sí, responde en el mismo tono.
-¿Una mujer con sombrero tiene que ver con esos amoríos?
-No, dice rápido, y para salir del tema, pues me interesa más dejar el misterio que descubrir el nombre de la que debe ser una bella mujer, le aseguro que estamos como en Escriba y Lea. Silvio sonríe, ríe, repite: Estamos como en Escriba y Lea. Piensa y murmura varias veces la palabra “Sí” antes de soltar: Hay un amor holguinero bastante intenso. Puedes publicarlo además. Le escribí un poema una vez. Es probable que también esté en alguna canción.
-¿Entonces Camino a Camagüey pudo haber sido camino a Holguín?
-Sí, dice él: Una vida ya, unos cuantos años. Pasan muchas cosas en una vida.
Después hablamos un rato sobre pintura, sobre la posibilidad de que algún día sea nominado al Premio Nacional de Literatura debido a que galardones semejantes, le digo, recibieron cantautores como Leonard Cohen o Bob Dylan. Responde que eso solo sucede en el primer mundo. “En el tercer mundo no, donde todos tienen que defender sus predios de publicación. Imagínate, si todo aquí se confunde, además de las pocas publicaciones de poesías que hay que también los trovadores empecemos a usurparle espacios a los poetas. Yo prefiero, al menos por ahora, hasta que no haya posibilidades de publicar más, que sigan los poetas en lo suyo, y los trovadores en lo suyo.”
También hablamos del escritor argentino Ernesto Sábato, a quien admiro, y con quien Silvio mantuvo una buena amistad de la cual queda al menos una pista en las palabras de presentación para Descartes, escritas por el autor de Sobre Héroes y tumbas. “Era un hombre atormentado”, me dice.
-Creo que todo artista lo es, digo: Usted también debe tener sus tormentos.
-Mis tormentos y mis tormentas, dice: Todos las tenemos.
Al final Silvio me regala un ejemplar del libro Por todo espacio, por este tiempo. Con Silvio Rodríguez en los barrios de La Habana, de Mónica Rivero y Alejandro Ramírez. Porque casualmente ando con mi único libro publicado decido reciprocarle el gesto con el ejemplar. Y para no ser menos, se lo dedico. Entonces no sé por qué me sale una dedicatoria torpe, totalmente intolerable por culpa de una rima que no hubiera escrito ni cuando empezaba a escuchar sus canciones previo a la adolescencia. Recordando esas palabras pienso que, al fin, en la conversación no invocamos ni a la economía ni a los conciertos que hacía por el oriente de Cuba, tan solo convocamos recuerdos de un entrevistador, recuerdos de los cuales Silvio Rodríguez forma parte y, sin saberlo, tuvo a bien azuzarlos.

Lucha de masas, lucha electoral y represión política en El Salvador de 1975

Lucha de masas, lucha electoral y represión política en El Salvador de 1975 Roberto Pineda 16 de junio de 2014

A mediados de la década de los setenta del siglo pasado surgen poderosas organizaciones revolucionarias de masas como el Frente de Acción Popular Unificada, FAPU y el Bloque Popular Revolucionario, BPR, así como se despliegue una estrategia de lucha electoral por medio de la Unión Nacional Opositora, UNO. Al finalizar la década ambas visiones se complementan y originan el Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional, FMLN, no sin antes realizar una intensa y a veces encarnizada lucha ideológica, la cual cuarenta años después, es muy valiosa a la luz de los desafíos de un segundo gobierno de izquierda.

A continuación rescatamos elementos de este debate desde la óptica del Partido Comunista de El Salvador, PCS, y su semanario Voz Popular. Se incluye contexto histórico y breves biografías de Mario Aguiñada Carranza y Dagoberto Sosa. Anteriormente se había tratado el período de marzo a mayo de 1975.

Ligarse a las masas es un problema de acción concreta y no de palabras

En el numero 37 de VP de junio de 1975 se reseñan los diversos aportes que las campañas de la UNO han realizado para contribuir a la educación política de los sectores populares, en particular se subrayan los aspectos positivos derivados de la participación de la UNO en las elecciones de marzo de 1974.

Se apunta que “pese al fraude gubernamental y a la abstención de los electores, la votación a favor de la UNO fue de alrededor de los 270,000 votos, lo cual significó un poco más del 40% de la votación real. Es decir, que de cada 100 votantes, 40 votaron por la UNO. ¿no es acaso ese porcentaje de votantes a favor de la UNO evidencia de que la realidad nos esta indicando que las masas sí desean dar batallas dentro de un marco de posibilidades de ganar el Poder por la vía de las urnas?”

Agrega que “fueron liquidados, en la práctica, el PPS y el FUDI, lo que ha conducido a la absoluta polarización entre el PCN y la UNO. Esto se vio claramente en el proceso del periodo de propaganda eleccionaria y se sigue observando hasta el momento. Las fuerzas siguen polarizadas.”

Considera que “La polarización UNO-PCN, es demostrativa de que la UNO es objetiva y subjetivamente la alternativa política para nuestro país. La posibilidad de que la UNO llegue al gobierno, tiene así una sólida base objetiva. Esto plantea a las fuerzas revolucionarias serias responsabilidades, abriendo interrogantes sobre cuestiones cardinales: ¿Cómo puede la UNO conseguir el gobierno? ¿Cuál será el papel de las elecciones en el esfuerzo de la UNO por alcanzar el gobierno? ¿Cómo defenderá la UNO su eventual triunfo electoral?”

Opina que “en las últimas elecciones tuvo lugar un fraude electoral más extenso mucho más complejo que los anteriores. El gobierno y su partido necesitaron recurrir a la anulación de planillas, a la “ruda de caballitos”, al relleno de urnas, al robo de estas y al manoseo de los escrutinios en una escala y una combinación no utilizados antes. Esto reflejo que el PCN es mucho más débil que antes.”

Subraya que “en la votación en los lugares donde se anularon las planillas de candidatos de la UNO ( principalmente Santa Ana y San Marcos ) se puso de manifiesto el alto nivel de politización de las masas y su gran identificación con la dirección política de la UNO.” Además “la unida de los partidos de la UNO fue reforzada, tanto por la base como a nivel de dirección. “

Analiza que “la UNO, que no es aún el frente único, como aspiración máxima organizativa y aglutinante de todas las fuerzas populares, revista ya la característica de ser un importante embrión de dicho frente. Esto es de extrema importancia.”

Concluye que “los que pretendan, como los ultra-izquierdistas, ir más delante de las masas, van al aislamiento. Los que pretendan ir a la zaga de las masas, también se quedan aislados. La vida, vale decir la experiencia propia y ajena, demuestra, en definitiva, que con las masas organizadas todo puede lograrse; y sin ellas, por el contrario, nada puede construirse en beneficio colectivo.”

¿Cuál debe ser la actitud popular frente a la Fuerza Armada?

En el numero 38 de VP de junio de 1975 continua el debate, esta vez sobre la actitud frente a los militares. Se considera que “para el país la unidad de las fuerzas populares es la verdadera alternativa política en este momento de la historia salvadoreña. Lo que corresponde a la realidad objetiva. Esta la constituyen los votos, cada vez más en ascenso, que la UNO ha obtenido en las elecciones, lo cual pone en evidencia algo sumamente importante: el lado subjetivo o sea la voluntad de las masas populares que quieren dar batallas dentro del marco de posibilidades de ganar el gobierno por la vía de las urnas.”

En el artículo se cita partes de la Bases Programáticas de la UNO sobre el rol de las Fuerzas Armadas. Y se evalúa que “la política que ha venido haciendo la Fuerza Armada y , principalmente, sus altos mandos , ha sido y es favorable a los intereses egoístas y minoritarios de la oligarquía del imperialismo, y de lo que se trata es de hacer política, pero política a favor de las mayorías, vale decir del pueblo.”

Concluye que “a la par del fortalecimiento orgánico e ideológico de las fuerzas populares, debe correr un línea clara y precisa de ganar a las Fuerzas Armadas, a las filas de los que luchamos por los cambios históricos que nuestro pueblo necesita.”

Esta temática continúa en el número 39 de VP. Se plantea que “nosotros debemos partir de una cuestión objetiva a saber: que la Fuerza Armada no es un todo monolítico ideológicamente hablando. Si observamos claramente lo que se trasluce en el campo político, se advierten dos tendencias fundamentales: la que propugna la escalada fascista y es la que se nota dominando en estos instantes. Pero también existe otra tendencia, que ven en el reformismo visto con algún sentido progresivo, la salida a la situación deplorable que vive el pueblo salvadoreño.”

“No ver estas dos tendencias conduce al error de echar en el mismo saco a todos los cuadros del Ejército, renunciando a toda tentativa de análisis. En cambio, hacer esta distinción es una obligación, de todo aquel que quiera hacer política realista. Nosotros sostenemos que las organizaciones populares deben saber, ante la Fuerza Armada, saber distinguir entre quienes están contra el país y el pueblo, y quienes están en contra de los mismos.”

Considera que “la unidad que defendemos y por la cual luchamos significa ligarse a las masas, luchar junto con ellas en todas sus demandas y aspiraciones legítimas; llegar a ellas para trabajar junto con ellas y no adoptar la actitud del prepotente, que al bajar de su torre hasta las masas, quiere llegar como quien da limosnas de conocimiento y centavos de ideología, rehuyendo el trabajo diario y sostenido. En la gran tarea histórica de la unidad de las fuerzas patrióticas y democráticas, la atracción de aunque sea una parte de elementos de la Fuerza Armada, es un trabajo que forma parte del proceso unitario.”

El abstencionismo electoral ¿es una cuestión de principios?

En el numero 41 de VP se trata sobre el abstencionismo electoral “adoptado como cuestión de principio de parte de los grupos ultraizquierdistas y, concretamente, por el FPL y el ERP” en su documento conjunto de febrero de 1974, titulado “Posición conjunta de las organizaciones del pueblo FPL-ERP ante el proceso electoral.”

Coincide el articulista de VP que “los objetivos del régimen con el sistema de elecciones persigue es la perpetuación del sistema” pero agrega que “una cosa es que el régimen planifique sus objetivos, y otra cosa es que la respuesta de las organizaciones populares, les este desbaratando, sus planes y sus objetivos.”

Evalúa que el “aumento cada vez más creciente de votos en las elecciones a favor del programa unitario de la UNO” significa que “la alternativa histórica del presente, es la unidad popular en torno al objetivo de conquistar un gobierno democrático capaz de impulsar los cambios estructurales que el país necesita.”

Concluye que “tomar como principio la abstención eleccionaria, en circunstancias en que es inaplicable, equivale a abandonar a las masas, a renunciar a orientarlas y
dirigirlas; equivale a dejarlas a merced del espontaneismo y de los intereses de las clases dominantes. El camino…de la cimentación de las condiciones subjetivas para el cambio revolucionario no es el bulevar de Los Héroes, bien pavimentadito y recto, sino que es difícil y lleno de obstáculos y de incomprensiones.”

En el número 42 de VP se continúa tratando este tema. Se argumenta que “si las masas favorecen más y más con su voto en las elecciones a la UNO ¿acaso este hecho, no nos esta indicando que ellas apoyan conscientemente el programa de cambios propuesto por este frente electoral? Además que “la búsqueda de la unidad de las fuerzas populares, como cuestión de principio que sustentamos, está reñida con la irracionalidad y el voluntarismo. Pretender en la práctica política partir de nuestros propios deseos, elevándolos a la categoría de dogmas para imponérselos a las masas, es irracional.”

La masacre estudiantil del Seguro Social. 30 de julio de 1975

El miércoles 30 de julio de 1975 la dictadura militar reprime a una manifestación estudiantil a la altura del Seguro Social. La manifestación era para repudiar la intervención militar en el campus universitario de Santa Ana. La respuesta popular es impresionante y de manera conjunta, todas las fuerzas de izquierda realizan la toma de Catedral Metropolitana y durante una semana se mantiene tomada como foro de denuncia contra la dictadura. Fue una expresión de unidad de la izquierda ante la represión. Esta masacre aceleró fuertemente la toma de conciencia de amplias masas acerca de la necesidad de terminar con la dictadura militar.

Condenamos masacre de estudiantes

La comisión política del PCS “condena enérgicamente la masacre de que fuera objeto la manifestación de estudiantes universitarios y de secundaria el 30 de julio en horas de la tarde, por agentes de la Guardia Nacional Policía Nacional y Policía de Hacienda, que dejara un elevado saldo de muertos y heridos y decenas de capturados.”

Agrega que “con la misma energía repudia las declaraciones del Coronal Molina en las que justifica la masacre cometida cobardemente por los cuerpos mencionados contra indefensos estudiantes…la desfachatez del Coronel Molina llega hasta el invento de un complot subversivo…”

“Compatriotas: esta bestial forma de mantenerse en el poder es típico del fascismo y hacia su implantación se dirigen los actuales gobernantes. Detener ese peligro es el deber de todos los salvadoreños dignos en este momento. Los comunistas como verdaderos patriotas estamos incorporados a esa lucha.”

En el número 43 de VP de agosto, se plantea que “el fascismo es la forma de dominación más bestial que ocupa el gran capital para mantenerse en el poder…” pero “el fascismo no es invencible y el pueblo salvadoreño logrará derrotarlo.”

Quien manda: Romero o Molina?

Asegura el articulista de VP 43 que “para todos esta claro que el principal responsable de los hechos que comentamos es el Coronel Romero, quien como Ministro de la Defensa ejerce el control real, imponiendo sus decisiones sobre el Ejército y los llamados cuerpos de seguridad.

Afirma que “el Coronel Molina…no ha hecho más que avalar la conducción impuesta por el Ministro Romero. Sostiene que “de esta manera la corriente fascista dentro del Gobierno adquiere mayor fuerza y se torna más peligrosa. Por esta vía, El Salvador se conduce hacia un régimen al margen de toda legalidad y que pretende silenciar con el asesinato y la represión las voces de protesta del pueblo organizado.” Concluye alegando que “el fascismo no podrá imponerse a nuestro sufrido pueblo.”

Masacre del 30 de julio: Parte del plan terrorista del grupo fascista

En la VP número 44 se considera que “la masacre del 30 d julio es parte de la escalada del grupo fascista de militares y civiles, que trata de someter al pueblo salvadoreño.”Alerta que “percibimos claramente que el próximo paso que se quiere dar, es el de proceder a la cancelación de los movimientos políticos de oposición…”

Se pregunta el articulista ¿podríamos decir que es el Ejército responsable de esta masacre? Y responde: rotundamente NO. Los responsables directos son solamente los altos jefes de los cuerpos represivos que tomaron parte en el crimen. Son el Ministro de Defensa, el Director d ele Guardia Nacional y el Director de la Policía de Hacienda. Es asimismo responsable, el propio Coronel Molina…Sobre ellos es que el pueblo descarga la responsabilidad de la masacre; ellos son los que están conduciendo al fascismo a la República.”

Necesidad de la unidad en la lucha del pueblo

En el número 47 de VP de septiembre de 1975 se trata sobre la unidad popular. Plantea que “condición importante y decisiva para el triunfo de la causa popular es la UNIDAD de todos los protagonistas que se lanzan a la consecución de reivindicaciones económicas políticas o para hacer triunfar la revolución transformadora de una sociedad caduca…”

Considera que “se ha detenido transitoriamente la ofensiva fascista gracias ala enorme movilización de masas pero no se ha avanzado lo suficiente par su aislamiento completo, a causa de la actitud negativa de algunos dirigentes de ciertas organizaciones que hacen gala de sectarismo y enseñoramiento, quines por su incapacidad política, no se dan cuenta que para cortarle las uñas al fascismo y eliminar su peligro, precisa la mayor unidad y la creación de un vasto frente popular en el que se incluya organizaciones y elementos de diversas clases y sectores sociales que se dispongan a luchar contra ese peligro inmediato y a favor de reivindicaciones democráticas.”

Evalúa que “al pretende profundizar su ofensiva reaccionaria con el asesinato de estudiantes, el equipo fascistoide que domina el país no previo el repudio y la oposición a esos planes por parte de la inmensa mayoría de salvadoreños…En estas condiciones, el grupo fascistoide trata inútilmente superar el aislamiento político en que se encuentra y de rehacer su esquema.”

Los orígenes y la conducta del actual gobierno

En el número 48 de VP aparece un extenso análisis de la realidad nacional y el gobierno del Coronel Molina. Establece que “para asumir la Presidencia, Molina hubo de contraer muchos compromisos: entregó posiciones las fuerzas oligárquicas, derechistas al mismo tiempo que hizo compromisos con sectores reformistas del capital nacional.; accedió a las exigencias reformistas del BID y prometió a la inquieta oficialidad de la Fuerza Armada llevar a la práctica una reforma agraria.”

Considera que “este doble tipo de compromisos de Molina era la consecuencia de la madurez de la crisis estructural que padece El Salvador y de las consiguientes contradicciones dentro de las clases dominantes y se reflejaron en la composición de su primer gabinete en el cual llegaron a predominar los Ministros Reformistas.”

Posteriormente enumera seis consecuencias de las elecciones municipales y legislativas de marzo de 1974 sobre la conducta del equipo gobernante. En primer lugar, señala que “Molina, habiendo fracasado en demostrar poseer fuerza propia, se entregó más en brazos de la derecha militar y oligárquica como el único sostén para su gobierno.”

En segundo lugar “se impuso la tendencia hacia la supremacía de la ORDEN en el aparato político del régimen como parte del esquema fascista, y se ahondaron las contradicciones, entre los jefes de la mencionada organización ilegal y los directivos del PCN.” A continuación “se pasó a asegurarla base militar d apoyo, mediante numerosos traslados y cambios en las jefaturas de las unidades y los servicios, y a realizar preparativos para una escalada represiva sistemática.”

En cuarto lugar “se paso en los hechos a la represión escalonada, la cual se ha distinguido por su crueldad y su carácter sangriento: Chinamequita, Jorge Alberto Moran Cornejo, La Cayetana, Tres Calles, 30 de julio. Punto importante en esta escalada de terror es la formación de bandas de asesinos que cuentan con garantía de impunidad” los que posteriormente serían conocidos como Escuadrones de la Muerte.

En quinto lugar “todo el equipo gobernante, militar y civil, se ha precipitado en una desesperada carrera de enriquecimiento personal “ y por último “consignar algunas medidas que desentonan con la tendencia principal…indican que aún quedan dentro del gobierno restos de los sectores interesados en reformas aunque es evidente, su insignificancia y su debilidad cada vez mayor.”

Concluye que “la experiencia del gobierno de Molina demuestra…que son totalmente vanos los intentos de avanzar con reformas dentro del poder tradicional, representativo de la oligarquía, del predominio imperialista y de la derecha militar. La tesis de que la tarea más importante y decisiva que tiene planteada el pueblo salvadoreño, para abrir paso a los cambios que nuestro país necesita urgentemente consiste en sustituir a ese viejo poder reaccionario por un joven poder democrático y popular, cobra así una fuerza lógica irrefutable.”

Origen y contenido del Plan de Fascistización

En el número 49 que por cierto marca el primer aniversario de VP se trata sobre el plan de fascistización. Se considera que “a fines de 1973 y comienzos de 1974 se conjugaron dos factores –uno exterior y otro interno- para determinar el viraje definido del gobierno hacia la fascistización.”

Estos factores son “la ofensiva contra-revolucionaria del imperialismo yanqui en América Latina durante 1973, para rehacerse de las sucesivas derrotas sufrida desde 1968 (pronunciamientos militares nacionalistas de izquierda en Perú, Panamá, Bolivia, Ecuador; instalación por vía electoral del gobierno hacia el socialismo encabezado por Salvador Allende en Chile, auge del movimiento popular revolucionario de masas en Uruguay encabezado por la clase obrera. Esa ofensiva tenía la misión de reemplazar a los gobiernos progresistas por dictaduras fascistas.”

Y además “la derrota electoral del régimen en marzo de 1974 condujo a reforzar en la alta jefatura militar la convicción de que las futuras tres confrontaciones electorales (1976, 1977 y 1978) no solo serán nuevos y mayores reveses para el régimen, sino también momentos de estallido de la crisis política latente desde hace muchos años en nuestro país, la que es directa consecuencia de la antigua crisis estructural, que no tenido una salida real.”

Entre los objetivos concretos del plan de fascistización se mencionan los de “desarticular los partidos aliados dentro de la UNO, llegando incluso a ilegalizarlos; destruir el movimiento sindical unitario e independiente, y a las organizaciones no oficiales de campesinos y asalariados agropecuarios; destruir las organizaciones estudiantiles y la ANDES; callar la prensa opositora; aplastar al sector progresista del clero católico y modificar radicalmente el sistema de derechos y libertades constitucionales…Estos objetivos deben conseguirse antes de las elecciones presidenciales de 1977.”

Analiza que “las masacres de La Cayetana y Tres Calles fueron tanteos para conocer cual podría ser la dimensión de la respuesta popular, y fueron también acciones de guerra psicológica para atemorizar a núcleos activos en la promoción organizativa y combativa de las masas.” Pero se considera que con la masacre del 30 de julio “los fascistas equivocaron sus cálculos: subestimaron la capacidad de respuesta del pueblo capitalino; subestimaron la indignación que podría provocar un acto vandálico y sangriento en sectores habitualmente marginados de la actividad política.”

No obstante esto se alerta que “alentado por la división en el movimiento popular que han propiciado los dirigentes ejecutivos de ANDES y de ciertos otros agrupamientos, y por la reducción de las proporciones de las manifestaciones y concentraciones de masas, el gobierno ha empezado de nuevo a pasar a la ofensiva.”

Amenazas, parches y migajas en discurso de Molina el 15 de septiembre

En el número 50 de VP se analiza el discurso del presidente Molina el 15 de septiembre de 1975. Se considera que es parte “de los esfuerzos que hace para crear condiciones que permitan superar las secuelas adversas de la matanza del 20 de julio y proseguir la marcha hacia la dictadura fascista.”

Advierte que “la táctica de su gobierno consiste en atraerse a neutralizar a importantes sectores populares mediante concesiones económicas, para aislar al movimiento obrero, a los partidos populares de oposición y a todas las fuerzas democráticas y revolucionarias con el objeto de zafarse de una derrota segura en la próximas elecciones de diputados y alcaldes, abrir paso a su proyectada reforma constitucional y a los demás objetivos del plan fascista.”

“¿Tendrá éxito esta táctica? Nosotros estamos convencidos d que no triunfara porque desprecia los grandes avances logrados por el pueblo salvadoreño y en particular por los trabajadores. El pueblo salvadoreño hace tiempo comenzó a comprender por su propia experiencia, que todo lo que obtiene, aún las más pequeñas migajas, son un fruto de su lucha y no un dádiva.”

Mario Aguiñada Carranza

Mario Aguiñada Carranza nace en Sonsonate en 1942. A finales de los años cincuenta del siglo pasado se incorpora a las lucha contra la dictadura de Lemus desde la Asociación Juvenil 5 de Noviembre. En 1960 ingresa al Partido Comunista y forma pate del FUAR. Es electo en el V Congreso del PCS de marzo de 1964 como integrante de su dirección nacional. Luego participa en la escuela de Cuadros del PCUS. Al regresar a El Salvador asume la secretaría de Propaganda y publica La Verdad y Tribuna Popular. A finales de los setenta asume la conducción del partido Unión Democrática Nacionalista, UDN. Forma parte en representación de este partido, del Foro Popular. Al constituirse el FMLN en octubre de 1980 pasa a integrar la Dirección Revolucionaria Unificada, DRU, de este, en representación de PCS, junto con Schafik Handal y Américo Araujo. En 1984 pasa a formar parte de la Comisión Político-Diplomática, CPD, del FMLN. En 1988 regresa al país y asume la dirección del UDN. En 1990 se separa del PCS. Es electo en 1991 diputado por Convergencia Democrática, coalición en la que se fusiona el UDN.

Dagoberto Sosa Cuenca

Dagoberto Sosa nace en San Salvador. En 1962 se integra a Vanguardia de la Juventud Salvadoreña, VJS. Y por medio de la VJS participa en el FUAR. En 1963 ingresa al Partido Comunista, reclutado por Rubén Cuenca y juramentado por Julio Cesar Castro Belloso. Participa en la campaña presidencial del PAR Nueva Línea que llevaba como candidato al Dr. Fabio Castillo en 1967. En octubre de 1967 es electo secretario general de la Unión de Jóvenes Patriotas, UJP. En el VI Congreso de agosto de 1970 es electo al Comité Central del PCS y pasa a formar parte de las comisiones de Organización, CNO, y Militar, CM. En el VII Congreso del PCS de abril de 1989 es ratificado como dirigente nacional y asume la responsabilidad de impulsar la creación de lo que luego se llamaran las Fuerzas Armadas de Liberación, FAL. En marzo de 1980 es nombrado Jefe del Estado Mayor de las FAL. En octubre de 1981 es capturado y enviado al penal de Mariona, donde asume la coordinación del Comité de Presos Políticos, COPPES. En octubre de 1984 forma parte de la delegación del FMLN a la primera ronda de diálogo en La Palma. Actualmente es el coordinador del municipio de San Salvador del FMLN.

Como era el FMLN hace 29 años

Como era el FMLN hace 29 años
Added by No Author on October 12, 2009.
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Por Salvador Guerra

Hace 29 años era difícil imaginar como sería el proceso de lucha que iniciamos como FMLN, desde 1980 con el proceso insurreccional y de guerra; hasta los Acuerdos de Paz de 1991; para luego convertirnos en partido político en 1992 y como se llegaría de manera pacífica y por medios políticos al gobierno en el 2009.

En el año 79 estaba planteada la lucha contra la dictadura militar, y en ese entonces habían surgido las organizaciones político-militares FPL, ERP, RN, PRTC, y el partido clandestino PCS mantenía la lucha política; mientras por el lado de las organizaciones populares estaban el BPR, el FAPU, las LP 28, el MLP y el partido político UDN.

Cuando iniciamos el proceso de acercamiento entre las organizaciones político-militares en 1979, teníamos ante nosotros el reto de derrotar la Dictadura Militar y buscar una solución negociada que transformara al país mediante una Revolución Socialista y Democrática.

Al fracasar la posibilidad de una solución negociada, la estrategia principal que nos trazamos fue derrotar la Dictadura por la vía armada e insurreccional, ya que para ese año la lucha de calles y la de los comandos urbanos había rebasado la estrategia tradicional de llegar al gobierno por la vía de las elecciones, que había sufrido derrotas en 1972 y 1977 mediante la imposición de fraudes electorales.

Primero iniciamos un proceso de unidad en diciembre de ese año en donde constituimos la Coordinadora Político Militar (CPM) y la Coordinadora Revolucionaria de Masas (CRM).

Luego en mayo de 1980 se consolida el proceso de coordinación y abrimos paso a una etapa superior, que fue la unidad de todas las organizaciones revolucionarias mediante la constitución de la Dirección Revolucionaria Unificada (DRU).

Esta la constituimos con representantes de todas las organizaciones y entre los 12 fundadores estuvimos 3 representantes por cada organización.

Por el ERP estuvieron Joaquín Villalobos, Ana Guadalupe Martínez y Jorge Meléndez.

Por las FPL estuvimos Cayetano Carpio, Mélida Anaya Montes y Salvador Guerra.

Por el PCS estuvieron Shafick Hándal, Américo Araujo y Mario Aguiñada Carranza.

Por la RN estuvieron Ernesto Jovel, Eduardo Sancho y Alberto Ramos.

Luego en septiembre del 80 decidimos dar el siguiente paso para constituir el FMLN como una sola organización revolucionaria, en donde discutimos el nombre, la bandera, las consignas y los detalles del primer comunicado a la nación.

El nombre de Farabundo Martí lo propusieron las FPL, el color de la bandera roja el PCS, y la estrella blanca el ERP.

Las consignas que acordamos fueron:

UNIDOS PARA COMBATIR HASTA LA VICTORIA FINAL y

REVOLUCION O MUERTE VENCERMOS

Ambas consignas reflejaban la aspiración de la Unidad, la decisión de hacer la Revolución y Vencer o Morir frente a la dictadura.

El proceso de unidad no fue fácil, ya que habían fuertes rivalidades en el liderazgo de las organizaciones, principalmente entre las FPL y el PCS por un lado, y por otro entre el ERP y la RN. Esto provocó también entre otras razones, que el PRTC se incorporara hasta el mes de diciembre.

Sin embargo anteponiendo los intereses particulares acordamos que el 10 de octubre de 1980, haríamos público a la nación y el mundo la integración del Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN).

Las FPL de ese entonces nos hicimos cargo de los preparativos para una conferencia de prensa clandestina en un local de seguridad de la organización. Convocamos a diferentes medios de prensa nacional e internacional y los trasladamos en vehículos polarizados al local en esa mañana de octubre donde los principales de la Comandancia General recién constituida leyeron el comunicado.

Se anunció la lucha de todo el pueblo contra la dictadura y el llamado a constituir el Gobierno Democrático Revolucionario. Esto produjo un gran impacto a nivel nacional y por supuesto en el plano internacional, ya que se habían agotado los medios políticos y diplomáticos y se iniciaba una nueva etapa de insurrección y guerra.

Posteriormente con la incorporación del PRTC se completó la organización del FMLN y se estructuró la dirección nacional con 15 miembros.

La Comandancia General encargada de la conducción diaria y cotidiana del Frente, se integró con los comandantes Cayetano Carpio, Joaquín Villalobos, Shafick Hándal, Francisco Jovel y Eduardo Sancho.

El Estado Mayor Conjunto que se encargaría de la dirección militar, la planificación, la logística y las comunicaciones; la cual se integró con Salvador Guerra, Jorge Meléndez, Jacinto Sánchez, Eduardo y Américo Araujo.

La Coordinadora Política, integrada por Mélida Anaya Montes (Salvador Sánchez Cerén en el interior), Alberto Ramos, Mario López, Mario Aguiñada y Sonia Medina.

Posteriormente se organizó la Comisión Político Diplomática con representantes en diferentes países a nivel internacional.

Con esto se completaban la Dirección Nacional y los tres grandes frentes de lucha, el Frente Militar, el Frente Político y el Frente Diplomático.

Se iniciaron todos los preparativos de planificación, dirección y logística de la primera gran Ofensiva Militar que se lanzó en enero de 1981, prácticamente 49 años después de la gran insurrección de 1932 planificada y dirigida por Agustín Farabundo Martí.

A 29 de años de la fundación del FMLN, es necesario reflexionar sobre las condiciones de éxito del Frente y sus principales enseñanzas.

La primera fue la unidad como condición básica para la victoria.

En lo militar la valentía, la decisión de vencer y la creatividad en la estrategia.

El apoyo popular y la creatividad en la organización de la población.

Las amplias relaciones diplomáticas y la solidaridad internacional.

En cuanto a los sujetos revolucionarios, la composición de los fundadores del FMLN reflejaba lo mas avanzado del liderazgo, político y social de la época. En donde hay que destacar que de los 15 fundadores iniciales, 12 éramos de clase media entre estudiantes y maestros, y 3 provenían del sector obrero.

Otro aspecto a destacar fue el papel de la principal fuerza motriz masiva e indispensable de la insurrección, constituida por el sector campesino y cristiano quienes fueron decisivos en el futuro de la guerra.

En cuanto a la estrategia política del Frente, se destaca en todo el período desde su fundación hasta los Acuerdos de Paz, la propuesta de un Gobierno Democrático Revolucionario (GDR) y posteriormente el Gobierno de Amplia Participación (GAP).

Finalmente, esos gobiernos iniciarían transformaciones profundas en el país, mediante un proceso de Revolución Democrática hacia un Socialismo del Siglo XX.

Salvador Guerra es uno de los comandantes fundadores del FMLN.

11 de Noviembre Al Tope Febe Elizabeth Vive!

11 DE NOVIEMBRE AL TOPE FEBE ELIZABETH VIVE.

Me encontraba en el quinto frente de guerra Pedro Pablo Castillo éramos cuatro presos políticos en el penal de Gotera Morazán, a pesar de nuestra poca presencia numérica el Tavo como se le llamaba a la cárcel lo teníamos insurrecto, teníamos buena coordinación con los compañeros combatientes de la zona y nuestros correos de las compañeras del comité de madres y familiares de desaparecidos y asesinados políticos COMADRES, sabíamos que en Morazán no habría enfrentamientos de gran envergadura y que todo por la zona estaría a partir del puente Urbina en San Miguel.

El golpe recibido el 31 de octubre no detuvo a FENASTRAS para desarrollar el 11 de noviembre por la mañana su congreso que se convirtió en los preparativos y la despedida para incorporarse a la mayor ofensiva militar que lanzamos y veníamos preparando desde muchos meses, bajo los escombros se desarrollo el Congreso y pude enviar un saludo a los compañeros en donde les recordé que Febe (Seudónimo Jacinta), Tatiana, Rosita, Daniel, Cestoni, Salvador eran dignos de imitar con su ejemplo de lucha y que era el momento de irnos al tope.

Las casas de seguridad ya estaban provistas de materiales y medios suficientes, se desarrollaron fiestas de quince años, matrimonios para concentrar a bases y dirigentes sindicales en su mayoría miembros de la Resistencia Nacional, todos dispuestos a tomar el poder por medio de la insurrección popular, nuestra zona como RN era Soyapango .

Nos fuimos con todo, y hoy es merecido recordar a nuestros compañeros Sindicalistas caídos en combate, Abel Antillón, de Textilera de Izalco, Juan Antonio Ingles, de la Fabrica Etiquetas y Elásticos, el Pelón Masi, de la UNTS, los hermanos Miranda del Sindicato de la Construcción, Natividad del Sindicato de la Construcción, compañero Leonardo de Confitería Americana, compañero Andres Garcia Prieto Secretario General del Sindicato de ANDA SETA, a todos ellos nuestro Respeto y Homenaje por su ejemplo de Lucha y Entrega, ellos al igual que todos los mártires no han Muerto Viven en el corazón de las Luchas de los Trabajadores.

Breve testimonio del compañero Juan José Huezo (Seudónimo Arnulfo) a 21 años de la ofensiva al tope.

Construyendo la Juventud Comunista…

Construyendo la Juventud Comunista…
Entrevista con Rolando Orellana (II) (revisada, corregida y ampliada)

SAN SALVADOR, 17 de mayo de 2014 (SIEP) “Cuando en 1970 ingrese a trabajar como docente en la Universidad de El Salvador, me encontré con un esfuerzo colectivo por que la educación superior sirviera al país y a los sectores populares. Ya se habían recorrido varios años de la Reforma Universitaria iniciada en los años de la década de 1960…”.

“La Reforma Universitaria había sido abrazada e impulsada por el PCS; Schafik (Handal) y otros compañeros participaban decididamente en apoyo a esa Reforma Universitaria, la cual fue fortalecida con la llegada a la Rectoría del Dr. Fabio Castillo Figueroa, propuesto y respaldado por organizaciones estudiantiles que abogaban por mejorar la enseñanza universitaria.”

“Llegue a trabajar al departamento de Filosofía de la Facultad de Ciencias y Humanidades, que estaba dirigido por el Dr. Humberto Velásquez, conocido popularmente en aquellos tiempos como “Pirrimplin”, por su naturaleza traviesa y ocurrente y luego como sabes, como Gato Sabio. El Departamento de Filosofía quedaba en unos salones que estaban luego de la entrada del IVU, al lado izquierdo, al final de un pasillo, ahí tenía su local.”

“La Universidad entonces se había abierto a los sectores populares. Anteriormente era sumamente elitista, se ponían requisitos para ingresar y si ingresabas, el estudio era costoso, y no podían costearlo los que terminaban bachilleres que eran de familias pobres.”

Antes, los estudiantes sin posibilidades económicas y que avanzaban al bachillerato lo que hacían era ponerse a trabajar. Los que llegaban a la UES tenían que dedicarle tiempo completo al estudio. Con la Reforma, la Universidad aplicaba una política de puertas abiertas. Para esa época se crearon los centros regionales universitarios en Santa Ana y San Miguel. En San Salvador, con la idea de la “democratización de la educación universitaria” se contaba con un programa de becas para estudiantes de escasos recursos económicos y se había construido las residencias estudiantiles, también había un comedor universitario…

La Reforma Universitaria reformuló los planes de estudios, se establece para todos los estudiantes de nuevo ingreso las Áreas Comunes que tenían materias básicas comunes, como la Filosofía y las Matemáticas. Y esto permitió sensibilizar al estudiante de nuevo ingreso, acercarlo a la comprensión de la realidad nacional. Los estudiantes sin excepción cursaban Filosofía, con un nuevo enfoque se realizaba el estudio del mundo y de la vida, cercano a la realidad, con pensamiento crítico. No en las nubes, sino en esta tierra.

Cuando convocan a concurso para plazas de docentes en el departamento de Filosofía participo, y una parte de las exigencias era saber no solo de la Filosofía sino también de la realidad del país. Y ambos aspectos me favorecen. Venía de Moscú, había leído a los clásicos, a Hegel (la Filosofía del Derecho), a Kant; David Ricardo, Adam Smith; Malthus; etc. Bueno, había estudiado a Carlos Marx, Federico Engels y Lenin y yo, ya tenía años de experiencia como luchador social, conocedor de la realidad de nuestro país. El examen me permite ganar la plaza. Me nombran instructor de cátedra, era el que daba los laboratorios. Fui instructor de Filosofía General. Por cierto me acuerdo que Rafael Arce Zablah fue alumno mío, muy inteligente y amigable, pero cuando se entero que yo había estudiado en la URSS cambió completamente, el anticomunismo lo cegó.

Entre los docentes de Filosofía se encontraban Alma América Aguilar de Miranda, Jorge Arias Gómez, Carlos Inocente Gallardo, el Dr. Velásquez, y habían dos profesores españoles: Mariano García Villas, padre de Marianella García Villas y Juan Serrano. Los dos eran muy cultos, políticamente eran republicanos y salieron de España con la irrupción del General Francisco Franco que derrotó militarmente a la República e instauró una dictadura militar fascista que apoyó a Hitler.

Y también estaban Oscar Acevedo y José Luís Quan Pineda, que luego fueron dirigentes de la Resistencia Nacional; Rafael Duran Barraza, que fue presidente del Consejo Nacional de la Judicatura; Ricardo Menjivar, Roberto Domínguez, Moisés Urbina, Saúl Escamilla, Rolando Napoleón Martínez, Rhina Toruño, Miriam Medrano, que luego se casa con Oscar Acevedo. Entre los profesores esta un francés. Jean Paul Coussin, quien vivía en la colonia Escalón y viajaba a la Universidad en bus; él nos contaba que ciertos vecinos le daban “aventón” hasta la Universidad porque le decían que alguien que viviera en esa colonia no podía andar en bus, era un desprestigio para los habitantes de la colonia Escalón verlo salir de una buena casa y subirse a un bus donde van los empleados de esas casas.

Aunque la mayoría de docentes era progresista, en esa época únicamente Jorge y yo militábamos. Para esa misma época Raúl Castellanos Figueroa era docente en Periodismo y Miguel Ángel Sáenz Varela era docente en Medicina, que luego fue Secretario General de la UES, en la Rectoría del Dr. Rafael Menjivar. Por ahí andaban otros compañeros, en la Facultad de Economía: Santiago Ruíz, Roberto Góchez, Roberto Castellanos, Antonio Osegueda; en la Facultad de Derecho: Napoleón Rodríguez Ruíz (Pepe), Miguel Ángel Parada, Rodolfo Castro, Renan Rodas Lazo, Gabriel Gallegos Valdez.

Fíjate que la primera vez que enfrente a mi grupo de trabajo tuve stress escénico. Me puse muy nervioso, pero pude pasar rápidamente la prueba. Los estudiantes no creían que era docente porque estaba muy joven, tenía 24 años, cumplí 25 en 1970. Me decían bachiller. Rápidamente aprendí a dar clases o sea la metodología de la enseñanza superior. Y me pusieron ya de profesor de filosofía.

Los grupos de clase eran numerosos, de 80, 100 estudiantes. El atractivo era que todo lo hacíamos con un enfoque de realidad nacional, no eran divagaciones abstractas sino análisis de la realidad. Y hacíamos uso de la libertad de cátedra para orientar los contenidos programáticos.

Muerte de Raúl Castellanos Figueroa

En octubre de 1970, incrédulo recibí la noticia de la muerte de Raúl Castellanos en Moscú. A Raúl lo conocí cuando milite en la VJS, acompañándolo en los mítines en el parque Libertad. Lo volví a ver en la Universidad donde era Jefe del Departamento de Periodismo de la Facultad de Ciencias y Humanidades, platicábamos seguido. Era un compañero muy suave para tratar a las personas, educado, respetuoso.

Para 1970 había muchas contradicciones internas en el PCS y con los primeros grupos de izquierda universitaria no anuentes con los comunistas. Había discusiones, fuertes, pero Raúl era ecuánime, no perdía la calma y defendía con firmeza sus puntos de vista; era un buen orador y admiraba su forma de polemizar. Nos hicimos un poco amigos y conocí a su esposa, Rosita.

Como ya estaba incorporado a las estructuras de dirección de la Juventud, se decide formar una Comisión para visitar a Rosita y darle el pésame a nombre de la Juventud, voy con Armando Herrera y me delegan a mí para expresarle nuestra solidaridad lo cual hice con dificultad, pues la emoción me embargó al hablarle a Rosita subrayando las cualidades y virtudes de revolucionario que percibí en Raúl. Luego se organizaron actividades para recibir las cenizas de Raúl en el aeropuerto de Ilopango y posteriormente realizar un acto de homenaje en el auditórium de la Facultad de Derecho.
Docente en San Miguel

Acepte ir a dar clases al centro universitario de oriente, en San Miguel, viajábamos un grupo de docentes los fines de semana, allá nos alojábamos en un hotel construido frente a un bosque de arboles tropicales y cafetales, ya que no había suficientes docentes para atender la demanda estudiantil. Pero tuve que desistir de ir a Oriente porque me afectó en la salud. Yo padezco de rinitis alérgica, eso me ha acompañado toda mi vida, produciéndome infecciones en las vías respiratorias.

Cuando estudie en Moscú me enferme seriamente, que fui a parar a un hospital; me hicieron estudios de todo tipo para preparar el diagnóstico médico, al final recomendaron operación por tener una severa sinusitis, se decidió una fecha y se pidió la firma de compañeros estudiantes salvadoreños autorizando la intervención del cirujano; se preparo todo el papeleo y estuve listo para el día señalado; ese día en el hospital hizo una ronda un científico especialista y al llegar a mi cama le informaron los médicos de mi caso; ese doctor le prestó mucha atención a mi enfermedad, quizás porque era el único extranjero en ese momento en el hospital.

Recomendó suspender la operación y hacer otros estudios. Al final, ese doctor ordeno un tratamiento alternativo a la operación a base de medicamentos y rayos ultravioleta, tratamiento que fue largo pero que dio sus frutos, en los últimos cuatro años en ese país no me enferme más de las vías respiratorias. Recibí una buena atención médica sin gastar un tan solo centavo; me dieron el mismo trato que le daban a cualquier ciudadano soviético que necesitaba los servicios médico-hospitalarios.

Pues bien, en 1971 me enferme nuevamente y fui a parar con un médico otorrino, quien al finalizar el ciclo universitario me hizo una pequeña cirugía en el tabique nasal para mejorar la circulación del aíre, luego de lo cual viaje a San Miguel a cumplir como docente, pero una fuerte recaída de rinitis alérgica, provocada por el polen de las flores me obligó a desistir de la docencia universitaria en San Miguel.

Durante mi estadía en San Miguel se desató la segunda huelga de ANDES, me acuerdo que realizamos diversas actividades en apoyo a los maestros que se tomaban las escuelas y desde ahí se mantenía el paro. Una vez me llegaron a buscar unos estudiantes para que fuéramos a apoyar a una escuela que comenzaba a flaquear. Fuimos y hablamos con los maestros acerca de la importancia del sacrificio que realizaban, logramos que se mantuvieran en paro. Ese acto lo convertimos en una práctica y salía con los estudiantes en sus carros a visitar las escuelas ubicadas fuera de la ciudad de San Miguel para mostrarles a los maestros la solidaridad con su lucha.

La casa donde se impartía Filosofía era una casa grande, colonial, de grandes balcones con defensas de hierro forjado, con habitaciones que daban a la calle. Y para la segunda huelga de ANDES en 1971, era conocida la posición del estudiantado universitario en apoyo a los maestros y cuando estaba dando clase noté que llegaban a colocarse a los balcones dos tipos que se ponían a escuchar la clase, miraban hacia adentro del salón constantemente como ubicando personas. Eran dos agentes de la Policía Nacional, de la Sección de Investigaciones Especiales, que así se llamaba entonces la policía política. No sé si me reconocían pero yo si los identifique.

Cuando tenía quince años los conocí y ya eran agentes. Vivíamos en un mesón que estaba frente a lo que hoy es La Tiendona. Ahí alquilaban los dos un cuarto. Cuando no estaban de turno se quedaban departiendo frente al zaguán y ahí nos hicimos amigos. Una vez bromeando con uno de los dos, le saque el carnet que andaba en la bolsa de la camisa y vi que era de la SIC de la PN. Y me los vuelvo a encontrar diez años después, en San Miguel, vigilando a su antiguo amigo.

Y también realice trabajo político. Donde quiera que fuera dejaba organización de Juventud (Comunista). En las jornadas de apoyo a los maestros en huelga se incorporaron muchos jóvenes estudiantes, con algunos de los cuales se formaban grupos de estudios políticos clandestinos en cuyas reuniones analizábamos la situación política del país y la huelga magisterial. En esos núcleos estudiantiles participó el actual Coordinador del FMLN, Medardo González, que después se incorpora a las FPL, lo mismo hizo Juan Ramón Medrano, que después fue dirigente del ERP.

Hace cinco años estuve viajando a San Miguel como capacitador de la Escuela de Capacitación Judicial, dependencia que pertenece al Consejo Nacional de la Judicatura; impartía unos cursos exclusivos para los Jueces de la zona oriental. En uno de esos cursos se me acercó un Juez que tiene su jurisdicción en La Unión y me dijo. “¿Licenciado Orellana, se acuerda de mí? Usted fui mi profesor de Filosofía en 1971”. Entablamos una amena plática. Me contó que todavía guarda entre sus libros una publicación que hizo el Departamento de Filosofía que contiene textos de diferentes autores que servían de apoyo bibliográfico a las clases de Filosofía, documento que yo se lo había firmado con una dedicatoria para él.

Organizando la Juventud Comunista, JCS

Por otra parte, a nivel político al regresar de la URSS recibí la tarea de participar en la organización de la Juventud Comunista. La organización juvenil en la que yo milite antes, la VJS, había dado lugar a otra: Unión de Jóvenes Patriotas (UJP) que desarrollaba un trabajo más abierto. En este esfuerzo coordinaba con Armando Herrera, que en ese entonces dirigía el Frente de Acción Universitaria, FAU y se desarrollaba trabajo de organización con los estudiantes de secundaria que luego dieron frutos creando la Asociación de Estudiantes de Secundaria (AES); así mismo se trabajaba con grupos de obreros.

El trabajo de organización revolucionaria de los jóvenes se había extendido bastante en San Salvador, Santa Ana, Santiago Nonualco, San Miguel y Usulután, después del trabajo y los sábados y domingos me dedicaba a esa labor. Había algo subjetivo que motivaba además a los jóvenes: las reuniones eran clandestinas, con medidas de seguridad para entrar y salir de las casas donde nos reuníamos; se veían caras alegres, animadas de los jóvenes que iban haciendo suya la causa de luchar por una sociedad más justa y contra la dictadura militar.

Me correspondió atender políticamente a un grupo de jóvenes obreros que trabajaban en la fábrica Carrocería Superior, cerca de la terminal de occidente. Entre estos jóvenes obreros estaba José Luís Merino (Ramiro). Otro de sus integrantes era un joven muy alegre, conocido como el Mapache; se convirtió en dirigente sindical y cayó en la guerra.

También trabaje con un grupo de universitarios, que estudiaban Medicina o ya habían egresado, entre los que estaba Roberto Vargas, el hermano del General “Chato” Vargas, Coronel contrainsurgente. Roberto era muy disciplinado pero a la vez muy crítico del Partido, le gustaba utilizar el término de “tozudos” para calificar a uno que otro compañero con quien no concordaban sus ideas y planteamientos. Roberto dejo al Partido. Hace unos años supe de él, por medio de la Doctora Isabel Rodríguez, quien me conto que Roberto vive en Estados Unidos.

El año de 1971 formamos la primera organización de docentes universitarios, la Asociación de Educadores Universitarios, AEU, que participo en la elección del Dr. Rafael Menjivar como Rector de la Universidad. Pero dura poco tiempo, hasta el 19 de julio de 1972 cuando intervienen la UES. Fui de su primera y única directiva.

Con Torrijos en Panamá

Fíjate que en 1971 se intensifica la lucha del pueblo panameño por recuperar el Canal y se recibe una invitación para que una delegación universitaria vaya a Panamá y se solidarice con los nuevos esfuerzos conducidos por el General Omar Torrijos, que por cierto había estudiado aquí en la Escuela Militar y se había graduado como Sub-Teniente de infantería. La invitación de una forma u otra llega al FAU y se arma la comitiva. Íbamos 25 jóvenes. Nos fuimos en un avión militar saliendo de Ilopango.

Estuvimos varios días, fuimos atendidos por oficiales panameños que nos hablaron de su meta de recuperar el canal de Panamá, para lo cual nos organizaron una visita a las instalaciones del canal. Nos reunimos con Torrijos en Río Hato, escuchamos muy atentos su proyecto de soberanía sobre el canal de Panamá, era un conversador muy ameno, pero también muy necesitado de que la soberanía de Panamá sobre el canal se regionalizara en Centro América, no quería estar solo en la lucha contra el imperio norteamericano.

Regresamos al país muy convencidos de la lucha del pueblo panameño y la causa panameño se convirtió también en nuestra causa. Torrijos logro su cometido al firmar en septiembre de 1977 el Tratado Torrijos Carter, con lo cual el canal pasa a ser de Panamá. Pero los enemigos no perdonan y 4 años más tarde en julio de 1981 hacen estallar la avioneta en que se conducía el General Torrijos, muriendo en ese acto terrorista.

Ubicado y seguido por la policía.

Fíjate que la casa donde vivía estaba vigilada. Vivía por la zona del antiguo Cine Terraza, en la Rábida. En la 33 Calle Oriente bis. Era una casa de apartamentos. Uno de mis vecinos era el músico Chando Orellana. Y el vecino a mi lado era un misterio. Nunca lo había visto, aunque sabía que ahí vivía alguien. No se comunicaba, y siempre pasaba cerrado. La vigilancia la hacía un policía que se paraba frente a la casa por largos periodos, luego se iba y volvía a regresar. Su presencia era ya habitual. Luego me entere que mataba tres pájaros de un solo tiro: vigilaba la casa de la familia de Sáenz Varela, que quedaba arriba en una calle paralela donde yo residía, me vigilaba a mí y al apartamento donde vivía Lil Milagro Ramírez, que era el apartamento misterioso, claro, de esto me entere ya en la guerra. A los tres nos seguían.

Después de la segunda huelga de ANDES, se vino la campaña electoral de la UNO que llevaba al Ing. Napoleón Duarte como candidato a la presidencia. Esa lucha electoral incorporó a muchos jóvenes a nivel nacional, un amplio y extendido movimiento político antigubernamental resultó de esa contienda política, a pesar de las acciones represivas contra los activistas de la UNO.

En ocasión de un caravana al interior del país un franco tirador asesino al motorista de uno de los vehículos que acompañaban la caravana. De estas jornadas nuevos jóvenes enrumbaron sus vidas por la lucha popular y revolucionaria, sumándose a la organización embrionaria de la Juventud Comunista. Como ya se sabe la dictadura impuso a su candidato el Coronel Arturo Armando Molina.

Los acontecimientos del 25 de marzo de 1972

El régimen militar con el fraude mantuvo el control del poder, pero estaba muy debilitado políticamente. En ese ambiente me despierta una nutrida balacera cerca de mi casa el 25 de marzo de 1972. Por medidas de seguridad, me había cambiado de casa, vivía en los linderos de la colonia Atlacatl; las ráfagas se oían detrás de mi casa sobre la 20 avenida norte. El descontento popular había llegado a los cuarteles, un grupo de militares demócratas se alzaron en armas exigiendo el respeto a la constitución, desconocieron y capturaron al Presidente.

Los enfrentamientos alrededor de mi casa se dieron entre tropas del cuartel San Carlos y de la Guardia Nacional, en un intento de los alzados por dominar el cuartel de la Guardia Nacional. Como era día sábado no me moví y espere un rato para buscar contacto con el Partido. No lo logre y me fui para el centro de San Salvador a la Cruz Roja para obtener información. En el camino me fui topando con gente que se expresaba muy contenta, contando los acontecimientos: habían derrocado al General Sánchez Hernández. Al llegar a la Cruz Roja noto mucho movimiento y me topo con el Presidente de la institución en aquel año, Baltazar Llort, a quien emocionado le digo: es un golpe de Estado!

Don Baltazar me lanzo una mirada fría, de pocos amigos y entendí que no simpatizaba con los alzados en armas. Al regresar a mi casa me doy cuenta que tres guardias se habían posesionado de la entrada, no ingrese inmediatamente y al observar que la casa estaba normal termine por llegar, los guardias se apartaron, ingrese a mi casa, todo estaba en orden y platique con los guardias quienes estaban eufóricos por haber rechazado a los soldados del cuartel San Carlos; su presencia en la entrada de mi casa se debía que habían adelantado una línea defensiva y habían escogido mi casa por el muro que tenía a la entrada.

Uno de los alzados, el Mayor Pedro Guardado vivía en la colonia Atlacatl lindante con el cuartel de la Guardia, Cristi, su esposa, no sabía nada de los movimientos conspirativos del Mayor Guardado y el día de los hechos, cuenta ella, que sonando los balazos en el cuartel de la Guardia una vecina le habla y le dice que hay un golpe de Estado y que por eso son los balazos; la vecina la pregunta por Pedro y le responde que no está y ella concluye que Pedro “está metido en eso”; pasado un tiempo Pedro le llama por teléfono y le dice que se fuera de la casa; sin pensarlo dos veces, toma a sus hijos y a pie sale en dirección a la colonia San Joaquín, donde se encuentra con un chofer de la ruta 10 que la reconoce, porque ella trabajaba de enfermera en la clínica de San Miguelito, ubicada por la calle 5 de noviembre y todos los días abordaba el bus de la ruta 10.

El chofer le ofrece ayuda y en el bus la lleva hasta Ciudad Delgado donde un familiar. El movimiento militar no tuvo éxito, el régimen aprovechó la situación y reprimió a todos los que apoyaron a los oficiales insubordinados; tres de los alzados son enviados al exilio, al otro extremo del continente: Argentina. En 1979 conocí a Pedro en una reunión privada en casa de Lilian Jiménez; había viajado a México como delegado del PCS al Congreso de los Comunistas mexicanos y tenía la tarea de conversar con Pedro, luego nos volvimos a ver en 1982, Pedro (Claudio) era miembro de las Fuerzas Armadas de Liberación (FAL), brazo armado del PCS.

Asalto a la Universidad

Neutralizada la asonada militar, el régimen se endureció y lanzó una contraofensiva hacia el movimiento popular. La ultraderecha académica comenzó a preparar condiciones para asaltar la universidad. El asalto militar a la Universidad había tenido de respaldo una resolución de la Corte Suprema de Justicia, quien atendiendo los intereses gubernamentales emitió una resolución declarando ilegales a las autoridades universitarias electas en 1971, luego de lo cual se captura al Rector, al Fiscal de la Universidad y al Secretario General y los expulsó hacia Nicaragua.

Luego de la intervención militar a la UES quedo desempleado. Solo nos pagaron un salario. Me pongo a buscar trabajo. La ex jefa del departamento de Filosofía, Licenciada Alma América Aguilar de Miranda, me dice que su cuñado trabaja como gerente de CAESS y que me conseguiría una cita con él para lograr trabajar ahí, diciéndome: “él piensa igual que Usted y seguramente le va dar trabajo”. Me consiguió la cita, llegue a la oficina y me recibió el Gerente, quien era un abogado graduado en la Universidad de El Salvador y que en sus tiempos de estudiante universitario se unió a la lucha contra la tiranía militar.

Inmediatamente que me recibió me dijo: sabe que esta es una empresa capitalista ¿cómo se va acomodar? Le respondí que ese no era problema porque el trabajo es profesional. Me respondió: aquí le damos trabajo pero tiene que renunciar públicamente a su ideología, haga una declaración, publíquela en algún periódico para que la gente se entere que usted ya no va andar en esas cosas. Al escuchar sus palabras la sangre me hervía de indignación. Me quede viéndolo fijamente, le dije que yo no iba hacer eso que me pedía; a lo que él respondió: yo era igual que usted, hice una declaración, la publique y hoy estoy aquí trabajando tranquilo. Le agradecí por el tiempo que me dedicó y me fui, no volví a saber de él hasta hace unos años cuando fue propuesto en elecciones de segundo grado y lograr dos cargos públicos.

Para enfrentar la situación de desempleo me ayudó José Luís Merino (Ramiro). Me explicó que a su fábrica llegaban a vender el día de pago, diversos productos, ropa, pantalones, zapatos. Llégate –me dice- y nosotros te vamos a conseguir los clientes. Les das como enganche el crédito en diez pagos. Me fui a buscar a Reynaldo Hernández, compañero y amigo que estudió en la Patricio Lumumba, quien tenía una Tía que traía zapatos fabricados en Nicaragua y le pedí que me diera una docena en consignación, y que le iba a pagar conforme fuera vendiendo. El primer sábado los vendí todos y hasta me faltaron. Y así la fui pasando.

Por otra parte Schafik había hecho gestiones por medio de los comunistas del Partido de Panamá, para que me consiguieran empleo como docente en la Universidad de su país durante un tiempo, mientras se normalizaba la situación aquí. Y me dice Schafik que le habían respondido positivamente y que saque los papeles para irme, que saque el pasaporte. Lo hago y solo me faltaba la constancia de la policía. Y la fui a sacar. Era cuestión de días para salir del país. En esas vueltas andaba cuando me encuentro con un amigo, Manuel de Jesús Castro Ramos, ingeniero mecánico que estudió en la Unión Soviética. Y decidimos ir al cine, vamos al Majestic a ver que exhiben, me dice.

Secuestrado por la Guardia Nacional

Y agrega: mira vamos al UDN y allá vemos el periódico para ver que películas están exhibiendo. Fuimos al local que estaba sobre la Avenida España al costado sur del hoy Teatro Roque Dalton. Salimos y solo habíamos caminado unos treinta metros cuando de un vehículo que estaba parado salen tres tipos armados con fusiles y nos obligan violentamente a meternos al carro, a mi me lanzan al piso y empiezan a golpearnos. Nos llevan a la Guardia Nacional. Esposado con las manos atrás me suben a un lugar y dos personas me dan una golpiza de patadas tan fuerte, que me hizo perder el conocimiento. Al despertarme estaba encapuchado y con una venda en los ojos; me costaba respirar.

Era el 12 de febrero de 1973. Cuando comienzo a tomar conciencia de lo sucedido descubro que estoy en una azotea y que hay otras personas además, por las voces logro reconocer a Carlos Ruiz y a Mario Aguiñada Carranza. Resulta que había tenido lugar una secuencia de acciones represivas en contra del movimiento popular.

El sábado anterior habían sido asesinado José Dimas Alas, obrero sindicalista, ex Secretario General de la FUSS y ex miembro del PC, junto a Ernesto Morales ex miembro de la Juventud, quienes se habían incorporado a la organización construida por Salvador Cayetano Carpio. A los dos los conocía personalmente y con Dimas Alas además estaba muy agradecido por el gesto humano que tuvo con motivo de una grave enfermedad de mi madre; ella fue ingresada de emergencia en el Hospital Rosales y necesitaba urgentemente sangre, Dimas Alas me dijo yo doy la sangre y nos fuimos al hospital.

La Guardia Nacional capturó activistas del UDN, obreros, sindicalistas, maestros en San Salvador, Santa Ana y San Miguel. Con mis oídos me orientaba de lo que sucedía a mi alrededor y me di cuenta que uno por uno se iban llevando a los capturados para interrogarlos, a lo lejos se escuchaban los gritos de los compañeros que eran torturados y escuchaba sus quejidos de dolor al regresar a la azotea. Estando tirado en el suelo cierto día llegan dos sujetos me quitan la capucha y bajan un poco la venda de mis ojos y uno de ellos dice: ¡A esta garra yo la conozco! Y me dio un fuerte golpe en la cabeza.

En otra oportunidad llegan otros dos sujetos, me quitan la capucha y uno de ellos dice: ¡este hijo de puta ya lo conozco, quiere irse para Panamá! ¿Cómo sabían eso? Claro, por la constancia que fui a pedir a la Policía, ahí había que dar los datos, de para que se quería el documento. En otro momento llega un fulano, me quita la capucha, me pone algo de metal helado en la sien derecha y oigo el click del gatillo de una pistola que se activa; el tipo ese inmediatamente se tira una gran carcajada y se aleja riendo. Dos días des pues de mi captura, en la noche escucho que los guardias estaban haciendo un gran relajo ya que les habían permitido celebrar el “día de la amistad” con prostitutas de la “Avenida”.

Esposado, encapuchado e indefenso me pongo a pensar en mi familia, lo que estará sufriendo al no saber de mí, me preocupaba mucho porque yo sabía dónde estaba pero ellos no sabían nada de mí, fueron días muy difíciles. Unos tres días después de mi captura, jueves creo que era, me levantan me conducen hacia abajo y me llevan a un lugar donde presiento hay personas, me quitan la capucha y la venda de los ojos y oigo que se cierra una puerta de hierro, me encuentro en una celda y poco a poco al irme adaptando al lugar y a la luz de un foco comienzo a ver caras conocidas.

Se trataba del Tío Julio (Salazar), Carlos Ruiz, Guillermo Ramirios, Mario Aguiñada, don Lito Sandoval (dueño de la Tenería El Búfalo de Santa Ana) y otros. Al vernos e identificarnos nos sentimos más fuertes. Nos preguntábamos: ¿qué había pasado? ¿Por qué estábamos capturados? Nos habían sacado de nuestras casas y de nuestros trabajos. Presentí también que no estaban en esa celda todos los que habían estado en la azotea. ¿Qué fue de ellos? ¿Quiénes eran? ¿Dónde estarían? ¿Continuaban en la azotea?

Preguntas sin respuestas. Más tarde se presentó un oficial y nos dijo que estábamos en la Guardia Nacional, que él era el responsable de nosotros y que aquí no nos iba a pasar nada. El cautiverio era compartido con un grupo de luchadores sociales, aislados en esos momentos del mundo y de nuestras familias.

Exiliado en Guatemala

El sábado en la madrugada llega un grupo de guardias nos sacan de la celda uno por uno, me esposan y me ponen de nuevo la capucha; nos trasladan rápidamente a un lugar de asfalto y nos suben a un bus. Viajamos unos 15 o 20 minutos y nos llevan a un edificio, no sé donde nos tienen. Pasado un tiempo nos ordenan: Pónganse de pie. Nos sacan, me quitan la capucha y me doy cuenta que estamos en el aeropuerto de Ilopango frente a un avión de hélices. Al ir subiendo me profieren una última amenaza, uno de los guardias me aprieta el brazo fuertemente y me dice. “Fíjate bien en mi cara, si te vuelvo a ver en la calle, te mato hijueputa”. Viajaba por segunda vez en un avión militar, pero esta vez no era un vuelo de amigos.

Fue un viaje corto, que concluí que llegamos a Guatemala. Al aterrizar nos recibe la Policía Nacional de Guatemala. Nos llevan al Cuartel Central de la PN en pleno centro de la capital. Nos ubican en las cuadras de los agentes, en sus dormitorios. Nos registran. Pedimos comida y bañarnos. Lo conceden y nos ofrecen un –me acuerdo- delicioso desayuno. Y luego de comer, ante nuestra sorpresa, nos tiran a la calle, a que nos arregláramos por nosotros mismos. Nos fuimos a la Zona 1, a buscar un hotel.

Conseguimos un hotel allá por la terminal de trenes, el Hotel Guatemala. Pagábamos un dólar por día con derecho a habitación y comida. El dueño del hotel estaba feliz por nuestra llegada. Comenzamos a movernos. Nos fuimos para la Universidad a buscar contactos; organizamos una conferencia de prensa e hicimos la denuncia de cómo nos habían sacado de nuestro país. Se arma un gran escándalo nacional en Guatemala. Éramos la noticia principal, con fotos y entrevistas.

Guatemala tenía un antecedente político muy doloroso. En septiembre del año anterior las fuerzas represivas secuestraron al Secretario General del Partido Guatemalteco del Trabajo y una parte de la Comisión Política. Todos fueron asesinados. No era entonces nada bueno estar en Guatemala. Nos pusieron vigilancia fuera del hotel y teníamos que ir a firmar diariamente al Cuartel Central de la PN. Nos dispusimos a tramitar el asilo político para evitar tener que estar yendo a la PN. El embajador salvadoreño en Guatemala era el Coronel Eduardo “El Chato” Casanova. Era un tipo vulgar, una vez me invita a la embajada y me aconseja que no regrese a El Salvador, que me fuera para otro país. Me dice: mirá porque no te vas para Cuba, yo te pago el pasaje…pero ¡ya no regreses!

Un día aparecieron por el hotel un grupo de abogados guatemaltecos y preguntan por mi, los recibo y me dicen que vienen de parte del Colegio de Abogados de Guatemala, que se sienten avergonzados por este hecho y muy solidarios con todos nosotros, y aquí esta ésta bolsa de dinero, recogida con todos los abogados de nuestra institución, por favor acepte este gesto de solidaridad. Y esto nos dio la idea de realizar colectas; con Manuel de Jesús Castro Ramos nos fuimos a la Universidad de San Carlos visitamos los salones de clases: somos exiliados salvadoreños, pedimos solidaridad. Los estudiantes y profesores colaboraron, nos dieron dinero, pudimos así pagar el hotel. Al pasar los días la firma que tenía la obligación de estampar en la PN se fue relanceando. Y finalmente dejamos de firmar porque obtuvimos el asilo político.

De regreso al país

Reanudamos el contacto con el PCS. Manteníamos reuniones secretas. Una vez llego Vanzetti y pide hablar conmigo. Me dice: el Partido lo necesita, vengo a llevarlo. Sí esta de acuerdo, nos vamos. Salimos para San Salvador. Al llegar a la frontera pasamos por un punto ciego. Pasamos a la par de la caseta de la policía aparentando ser gente de la localidad, con una bolsa de comprados. Regrese a San Salvador en abril de ese año, pase unos dos meses en Guatemala. Al pasar la frontera, del lado de El Salvador, en una calle rústica estaba Dagoberto Sosa (Lucio) esperándome en un vehículo para trasladarme a San Salvador.

Vivía en la más absoluta clandestinidad. Me aísle de mi familia, de mis amigos, de mis ex compañeros de trabajo con quienes guardaba una buena relación. Solo me comunique una vez con mi hermano mayor, Tito. Lo cite a un lugar y llegue un poco disfrazado y no me reconoció. Al saludarlo, me reconoció y nos abrazamos muy alegres de volvernos a ver. A mi hermano, días después de mi secuestro, lo habían capturado también en vías de investigación, lo sacaron de su casa y lo tuvieron tres días en la Policía Nacional. Y es que cuando me capturan, vivía en su casa, él me había dado posada y entonces sospechaban, pero él no militaba.

La tarea para la cual el Partido me necesitaba era la de contribuir a la fase final de organización de la Juventud Comunista, la JCS. Para darle un impulso importante a la formación de la Juventud Comunista se constituye, en 1971, un equipo operativo. Esta Schafik, en ese entones Emilio, Armando Herrera (Palmiro) y mi persona, preparábamos propuestas, analizábamos documentos que luego se presentaban a la Comisión Política y a la Dirección de la Juventud. Al regresar de Guatemala, me dedico a tiempo completo a ese trabajo organizador.

Llegaba a los lugares de reunión con medidas de seguridad, siempre con un acompañante me movilizaba en vehículos del partido. A la par de las actividades organizativas, elaborábamos documentos para fundamentar la creación de la JC. Así, se reformaron los estatutos del PCS para abrirle espacio en las estructuras del Partido a la Juventud Comunista. El tiempo paso rápido y por el mes de julio de 1973 tuvo lugar su constitución. Al realizarse el Congreso de Fundación de la JCS, asumo la Secretaría General, mi pseudónimo era Estrada. Se elige además un Comité Central y un Comité Ejecutivo. Al crearse la JCS mi vida sigue siendo clandestina.

Armando Herrera

Creo que hay un compañero que fue pilar en todos los años de trabajo por organizar la Juventud Comunista: Armando Herrera a quien conocí en 1962. Él siempre andaba bien arregladito en su ropa a tal grado que le pusimos “el planchadito”, era jovial y muy fraterno. En 1969 al regresar de la URSS y retomar contacto con la Juventud me reencuentro con Armando realizando trabajo juvenil con la Unión de Jóvenes Patriotas (UJP). Él era un formador político de jóvenes, se sentía como el hermano mayor que orientaba a los demás en sus inquietudes políticas; siempre tenía una respuesta o una recomendación para los compañeros. Fue Director del Instituto Obrero “José Celestino Castro”, cantera de adolescentes que se incorporaban a las luchas sociales.

Ahí se graduaron de bachiller, por ejemplo, Benito Lara, Salvador Corado (Ítalo), Rafael Aquino (El Indio) Rafael Montalvo, Víctor Ramos,etc. Al decidir la Dirección del PCS pasar a la construcción de la JCS, Armando, por su perseverancia, es convocado a participar en ese esfuerzo definitivo. Tenía además un placer: era poeta y disfrutaba de la literatura; un gran fumador, nos acostumbró a verlo fumar con pipa; era un intelectual comunista. Al fundarse la JC, Armando deja de trabajar con los jóvenes y se dedica más al trabajo partidario. El “Zarco”, como era más conocido, cerró sus ojos en el 2009 dejando un precioso legado: su ejemplo de luchador y organizador de generaciones de jóvenes revolucionarios. No me equivoco, si digo que muchos lo recordamos con cariño y admiración.

Schafik consideraba que con la creación de la JC se daba un paso importante en la lucha revolucionaria del pueblo salvadoreño. Se tenía un instrumento de organización y lucha con las características propias de la juventud, que impulsaría con su propio estilo la lucha social. Nos reuníamos frecuentemente con Schafik, estaba muy interesado en los avances como en las dificultades de la JC. Cuando nos visitaban de otros partidos hermanos, hacíamos una reunión única PCS-JCS, como cuando una vez vinieron los comunistas mexicanos. Schafik informó del desarrollo del PCS y la JCS, y le preguntaron a Schafik ¿y quién es el Secretario General de la JCS? Este que esta aquí. Y me señala. Reaccionaron con sorpresa, bastante joven comentaron.

Recuperando la vida pública

Poco a poco fui dejando las casas de seguridad y el andar siempre acompañado por alguien, para volver a mi vida normal. Fui restableciendo mis nexos familiares y me entere que uno de mis hermanos, Edgardo, se fue con su familia a Nicaragua, a quién volví a ver en 1982 en un viaje que hice ese país; lo cite a un lugar en Managua y para mi sorpresa llego con uniforme militar, mi hermano era sandinista, con el grado de Sub-Teniente comandaba un batallón de la reserva del ejército sandinista.

Mi primera participación en un acto político público fue en septiembre de 1973, en un mitin en el parque Libertad, de condena a Pinochet, el General traidor que había conspirado y derrocado al Presidente socialista de Chile Salvador Allende, y de solidaridad con el pueblo chileno. La convocatoria a esta acción de masas contó con la participación de la Juventud Comunista. Uno de los oradores en el mitin fue Dagoberto Gutiérrez, miembro, en ese entonces, de la dirección de la JC.

Al ir retomando la normalidad visite a otros familiares. Agripina (Pinita) Azucena, prima por parte de papá, se alegró y lloró al verme y me pidió que le acompañara a Coatepeque, Santa Ana, para cumplir con una penitencia. Ella me contó que había rezado mucho por mí y que le había pedido al Santo Niño de Atocha que me cubriera con su manto y me protegiera cuando estaba desaparecido y que nadie sabía de mí y que gracias al Santo Niño yo estoy de regreso con mi familia; le había prometido al Santo Niño que al regresar yo a mi casa, le haríamos una visita a su Iglesia en Coatepeque. Así es que, viajamos a ese pueblo a cumplir con la penitencia, frente a la imagen del Santo Niño de Atocha rezamos y le dimos gracias por mi retorno a la familia.

Una de las luchas que impulsó y dirigió la Juventud Comunista fue la reapertura de la Universidad, 13,000 estudiantes estaban afectados por la ocupación militar y cierre de la Universidad, al mismo tiempo nos dedicamos a la reactivación del movimiento estudiantil. La lucha contra la dictadura se entabló con el movimiento pro reapertura de la UES que atrajo cientos de jóvenes en acciones de calles; era una forma de reivindicar el derecho a la educación superior y de enfrentar a la tiranía militar y reconstruir, al mismo tiempo, el movimiento estudiantil fuera de las instalaciones universitarias.

Para tomar contacto con los universitarios se utilizaron diferentes formas sociales; en el interior del país organizamos asociaciones de estudiantes pro-reapertura, se formaron equipos de fútbol con estudiantes universitarios y se programaron torneos de fútbol con la idea de mantener la relación con el estudiantado que forzosamente no asistía a sus clases en la Universidad; eso fortaleció mucho a la JC, aumentando el número de sus militantes.

Nuestro pueblo oprimido por la dictadura militar tenía que sacudirse el sometimiento y luchar por sus derechos y libertades ciudadanas. Desde la Juventud Comunista nos volcamos a organizar a los estudiantes de secundaria y universitarios, creamos frentes de masas para encausar las luchas estudiantiles. Por el carácter tirano de los gobiernos militares, toda lucha reivindicativa era catalogada de subversiva y comunista y era reprimida.
La Asociación de Estudiantes de Secundaria (AES) en la lucha contra el alto costo de la vida, reivindicaba la rebaja del pasaje de los buses para los estudiantes, la rebaja de las cuotas de escolaridad, se involucraba en los conflictos estallados en las instituciones de enseñanza media exigiendo la separación de profesores y Directores de instituciones donde se maltrataba a los estudiantes; durante la huelga de los maestros de ANDES fueron solidarios con sus profesores; salían a las calles en manifestaciones con sus uniformes escolares en solidaridad con los obreros en huelga.

Los estudiantes universitarios tenían más presencia política en los acontecimientos del país, y su protagonismo en las políticas universitarias era infaltable. Trazaban una lucha directa con la tiranía militar en las calles y lucharon duro por la reapertura de la Universidad ante una constante amenaza de represión. En esas luchas estudiantiles se involucran: Manuel Franco, asesinado en 1980, Evelio Ruano, Antonio Martínez Uribe, el Chele Guillen, Carlos Ruíz, Rolando Gutiérrez, Toño Cabrera, Norma Guevara, Juan Carlos Mendoza, Fonchin, Carlos Calles, Salvador Cárcamo (El Cacho), mi hermano Fredy, Rolando Mata, Rafael Aguiñada Deras (asesinado en 1981), su hermana Dinora, su prima Sonia Aguiñada, Benito Lara, Tito Bazán, Shafikito Handal, Carlos Jacobo Handal, solo para mencionar algunos compañeros.

Se realizó trabajo en el movimiento sindical con la Juventud Obrera Salvadoreña, JOS, , nuestros jóvenes actuaban solidariamente en todas las fábricas donde estallaba una huelga y como las fabricas eran tomadas por los huelguistas, nuestros militantes les acompañaban en las noches. Formábamos una nueva generación de luchadores sociales y políticos que darían un gran aporte en el siguiente eslabón de la lucha revolucionaria contra la oligarquía y la dictadura militar.

La universidad recupera medianamente su normalidad; la derecha profesional y progubernamental ocupa estratégicamente la dirección de la Universidad; como Secretario de la Facultad de Ciencias y Humanidades actúa un militar con título de Licenciado en Filosofía, Alfonso Castro Sam, él era el verdadero poder en esa Facultad y decidía quien de los docentes reingresaba o no a trabajar; se nombra Rector al Dr. Juan Alwood Paredes, que al año renuncia.

Luego se elige al Ingeniero Agrónomo Alfaro Castillo, profesional de derecha, de hueso duro. Hay una lucha constante en los recintos universitarios, la derecha que gobierna el demos universitario no puede revertir totalmente los logros de la Reforma Universitaria y poco a poco se van recuperando espacios. El estudiantado se reunifica y orientado por los cuadros de la JC, no cede terreno y se abren nuevos espacios. En ese ambiente de lucha, a mediados de 1974, me reincorporo a la UES como docente…

Los ochenta años de Berta Deras

Los ochenta años de Berta Deras
junio 10, 2014

Una lluvia pertinaz mojaba silenciosamente las calles silenciosas, los perros callejeros dormitaban en los aleros, de repente el silencio era cortado por un tropel de personas que corrían y a las once de la noche, nació Berta Deras, era el 4 de julio de 1934, dos años apenas después de la mayor matanza de nuestra historia, todavía el miedo se abrazaba en los rincones.

Dagoberto Gutiérrez

La muchacha, de pequeña estatura y menudita de cara más bien redonda y de mirada viva y despierta se gradúa de maestra en 1953 y en 1954 se casa con Rafael Aguiñada Carranza, Berta era hija de artesanos, gente que se movía y vivía en el lado izquierdo de la creación y Rafael era un dirigente obrero y del Partido Comunista.

En 1958, ingresa al Partido Comunista de El Salvador y se hace parte de la confrontación histórica entre explotados y explotadores, entre los débiles y poderosos, entre los máximos y mínimos y se mantiene en ella. En 1967 estudia en la escuela de cuadros de Partidos Comunistas de la Unión Soviética, y todo estaba dispuesto para el desarrollo de la confrontación.

Previamente había participado en las luchas contra José Maria Lemus en la década de los 60, saboreó la amargura del derrocamiento, en enero de 1969, de la Junta Democrática de Gobierno, en ese momento supo que las mujeres eran peligrosas para el régimen porque la policía le disparo a una manifestación de mujeres.

Silenciosamente, así como avanza la luz en la sombra, la vida iba caminando y Berta también caminaba dentro de ella, pero siempre supo que el vivir no asegura ni debe asegurar la vejez, sino una juventud prolongada, y esto siempre fue clave en su vida, porque la juventud es la manera fresca y oxigenada de entender la vida, de explicarla y de vivirla, en cambio ser joven es un tema de la biología que es pasajero y transitorio y pasa como pasan las aves al vuelo, en cambio la juventud te puede acompañar toda la vida si la cuidas, defiendes y fortaleces; Berta siempre supo esto y, lo que se llama inteligencia emocional, la ha acompañó siempre, esto le permite escuchar a la gente, apoyarla en momentos difíciles, entenderla y saber siempre que yo soy el otro y la otra, en eso consiste la inteligencia emocional y esto le permitió enfrentar los más amargos momentos.

En 1975 Rafael Aguiñada Carranza es asesinado, era el 27 de septiembre, siendo diputado de la Unión Nacional Opositora y el crimen expresó el tejido áspero con que se construía, con hiel y sal la lucha de clases del país, la muerte apenas comenzaba a tocar las puertas, porque en 1981, en plena guerra su hijo Rafael Aguiñada Deras, Lito, es asesinado, por un delator frente al hospital de maternidad de San Salvador, en pleno sábado de gloria el 11 de abril. Dos días después le dijeron “mataron a Lito” en la morgue buscaba el cadáver del hijo, lo conoció por los zapatos, por una camisa mil rayas de color rojo y ahí tenía el nombre de Antonio Mena Meléndez. Lito se preparaba para subir al cerro de Guazapa para incorporarse a las Fuerzas Armadas de Liberación (FAL), ese sábado se tronchó una vida hermosa de este país.

Periódicamente Lito llevaba claveles rojos a la tumba de su padre Rafael y cuando Berta fue a comprar los mismos claveles al mismo vendedor que se los vendía a Lito, este le preguntó ¿y el muchacho?, Berta dijo “estos claveles son para él” y el vendedor le dio más claveles.

Pocos años después y al final de la guerra, muere en Guazapa su hija menor Galia también combatiente de las FAL, y así la cuota de sangre, de dolor aumenta, pero nada amarga su vida por que este junio cuatro, al cumplir 80 años la vida la encuentra y ella encuentra a la vida llena de optimismo, confianza y en capacidad de enfrentar y afrontar al orden que hay que sustituir.

A los 80 años Berta sabe que de lo que se trata es de darle a la vida el sentido más hermoso, sabe que la vida requiere dignidad y que esta consiste en saber que cada persona es un fin y un proyecto y que nunca una persona ha de ser un medio de nadie, aunque si instrumento sobre todo de sus propias ideas y convicciones. Esta convicción mantiene a Berta fresca, juvenil con una gran capacidad de lectura y reflexión, con una extraordinaria memoria y conspirando contra la luz desde la sombra y contra la sombra desde la luz, tal como debe ser.

Este pasado sábado 7 de junio, nos reunimos un grupo de amigos para celebrar la juventud prolongada de Berta y todos supimos que la vida apenas empieza y que siempre está empezando en cada mirada y en cada pupila y así será siempre.

CELEBRAN CUMPLEAÑOS 80 DE REVOLUCIONARIA BERTA DERAS

CELEBRAN CUMPLEAÑOS 80 DE REVOLUCIONARIA BERTA DERAS

SAN SALVADOR, 7 de junio de 2014 (SIEP) Familiares junto con compañeros y compañeras de lucha, celebraron esta tarde en el Centro Cultural Nuestra América el cumpleaños 80 de la revolucionaria y feminista salvadoreña Berta Deras.

Dinora Aguiñada, explicó que “mi mamá siempre ha sido un hermoso ejemplo para mí y mis hijas, ella me enseñó el amor a las plantas, el amor a la lectura, el amor a la lucha por la justicia y la igualdad, el amor a las artesanías, el amor a la belleza…”

Por su parte Berta, militante del Partido Comunista de El Salvador, PCS, desde 1958, compartió diversas anécdotas, entre estas de cuando visitaban comunidades como parte de las labores organizativas de Fraternidad de Mujeres Salvadoreñas, organización de la cual fue directiva.

Indicó Berta que “les agradezco a mis hijas y nietas, y a mis queridas amigas por este homenaje y les comparto que sigo activa, caminando, corriendo, espero llegar a los 100 años, sigo yendo a marchas, sigo cosiendo, sigo leyendo para entender lo que está pasando, sigo soñando con un nuevo país.”

Discurso del Presidente Salvador Sánchez Ceren en la Toma de Posesión

Se siente, estamos ante nuestro laborioso pueblo salvadoreño, este es nuestro pueblo, alegre, feliz.

Muy buenos días a todos y todas.

Quiero comenzar diciendo la presencia del ex Presidente Mauricio Funes, que lamentablemente perdió ayer a su madre.

Mauricio jamás olvidaré el gesto que has tenido al acompañarme en esta ceremonia en un día tan triste para tu familia, que el afecto del pueblo salvadoreño pueda darte paz en este momento de dolor.

Después de largos años de lucha por la justicia y la democracia en mi país, recibo con humildad y profundo respeto la banda presidencial. La recibo con el compromiso de ejercer la Presidencia para todos los salvadoreños y todas las salvadoreñas, aquí y en el exterior. Ejerceré la Presidencia con honradez, austeridad, eficiencia y transparencia.

Trabajaré incansablemente para alcanzar los grandes acuerdos de nación que nos permitan resolver los principales problemas del país y que faciliten la construcción de los cambios estructurales que El Salvador necesita.

La participación ciudadana será fundamental en mi gobierno. Porque el derecho y la responsabilidad de construir este país es de todos.

Queremos una ciudadanía activa, que haga contraloría social, que exija principios éticos a sus funcionarios.

Lo he dicho muchas veces y debo dejarlo claro: Los recursos del pueblo son sagrados y sólo se utilizarán para favorecer el desarrollo y el bienestar del mismo. Tal como se hizo en este gobierno, continuaremos el compromiso de NO MÁS CORRUPCIÓN.

Vamos a garantizar una gobernabilidad fundamentada en el crecimiento, en la distribución social del ingreso, en el respeto y la promoción de la institucionalidad democrática y de la seguridad jurídica y ciudadana. En síntesis, en la búsqueda permanente del desarrollo y el compromiso irrenunciable con la justicia social.

Para alcanzar los grandes acuerdos de país, hemos promovido instancias de concertación. Estamos trabajando en la formación de núcleos ciudadanos conformados por sacerdotes católicos, pastores evangélicos, empresarios, trabajadores, académicos, y una lista de personas que contribuyen a este gran acuerdo. Porque unidos crecemos todos.

Buscamos el respaldo de toda la sociedad para la creación de políticas públicas encaminadas a las prioridades del país: seguridad, empleo y educación.

En atención a esos ejes, estamos trabajando por una mayor integración de nuestro país al mundo. Esta cercanía es fundamental para ampliar las relaciones comerciales, la cooperación bilateral y estrechar lazos culturales y de amistad.

En la gira que hice en Centroamérica, platiqué con los Presidentes de la región sobre temas que son de gran relevancia política, económica y social. Tenemos raíces comunes, historias compartidas, problemas que nos afectan a todos, y retos mutuos. Por eso continuaremos nuestra apuesta en el Sistema de Integración Centroamericana. La integración es el mejor camino.

Un ejemplo es el esfuerzo que El Salvador, Honduras y Nicaragua, tres naciones hermanas, estamos haciendo en la región del Golfo de Fonseca. Trabajamos en un importante acuerdo, que convertirá a esa región en una zona de paz y beneficio económico para todos.

Centroamérica unida se fortalece mediante el acercamiento con los demás países de Latinoamérica.

Pero nuestros vínculos internacionales van más allá. Hay un gran número de salvadoreños que tienen su hogar fuera de El Salvador. Nosotros ya les garantizamos el derecho al voto desde el exterior, y trabajaremos junto con los demás gobiernos en el respeto de sus derechos. Ustedes están lejos pero son una parte importante de nuestra nación. Somos un solo pueblo.

Las relaciones con Estados Unidos, donde viven 2 millones de compatriotas, también son de fundamental importancia, y por eso vamos a profundizarlas en el campo económico y social.

El Asocio para el Crecimiento representa un eficaz plan que le brinda a El Salvador más posibilidades de hacer crecer su economía, reducir sus vulnerabilidades, disminuir la inseguridad y generar mayor inclusión. También estamos trabajando para formalizar la aprobación del Fomilenio II.

Para abrir nuevos mercados debemos mirar hacia todo el continente, América Latina y el Caribe, Europa, Asia y el mundo entero.

En el esfuerzo de hacer crecer la economía de nuestro país, estamos en avanzadas conversaciones respecto al ingreso de El Salvador a Petrocaribe. Estos acuerdos nos darán más oportunidades de desarrollo a través de plazos e intereses más favorables e impulsarán nuestro comercio exterior.

En ese mismo orden he dado instrucciones al canciller para que en un corto plazo estén en funcionamiento las consejerías económicas y comerciales con el fin de promover el comercio y la inversión.

El Salvador, el pulgarcito de América, nada tiene de pequeño en sus sueños y en sus retos. Sabemos que las soluciones requieren esfuerzo y compromiso. Por ello, las buscamos junto con las otras naciones. Porque unidos crecemos todos.

Estimado pueblo salvadoreño:

El proceso de modernización del Estado tendrá como base un férreo combate a la corrupción, a la evasión de impuestos y a la elusión fiscal.

Vamos a modernizar los mecanismos de profesionalización y formación permanente de nuestros funcionarios, a fin de garantizar mayor eficiencia y mejor atención en los servicios que dan las entidades gubernamentales.

La modernización del Estado será responsabilidad directa de la Secretaría Técnica de la Presidencia, para que la administración pueda responder de manera más rápida y eficiente a las demandas y necesidades de la población.

Crearemos la Secretaría de Participación Social y Transparencia, para elevar el estatus de estas características fundamentales de un gobierno dialogante y honesto.

Al Ministerio de Gobernación lo convertiremos en Ministerio de Desarrollo Territorial, porque la vocación principal del gobierno es territorializar sus políticas y garantizar que todo el país tenga las mismas oportunidades de progreso.

Vamos a transformar la Secretaría de Asuntos Estratégicos en Secretaría de Gobernabilidad y Comunicaciones. Queremos ampliar el diálogo y mantener una negociación permanente hacia la búsqueda de acuerdos con todas las fuerzas de la sociedad. Porque Unidos Crecemos Todos. Esa es mi convicción. Solo unidos podemos crecer, solo juntos podemos sacar adelante a El Salvador.

A partir de 2015, vamos a crear el Ministerio de Cultura para fortalecer nuestra identidad y potenciar la cultura y las artes como fundamentos de la transformación del país.

Y también, los de la sinfónica están felices, y también crearemos el Ministerio de la Mujer. Seguiremos ampliando, desde hoy, las acciones en beneficio de las mujeres en todas las carteras económicas y sociales.

Estoy convencido que debemos de trabajar por generar políticas de Estado más que políticas de gobierno. Porque debemos garantizar que nuestras proyecciones de cambio sean irreversibles.

Juntos romperemos el círculo de la pobreza.

Pueblo salvadoreño:

Este gobierno lo iniciamos con mucha esperanza y alegría.

Esto sólo es posible por la labor de nuestros héroes y mártires. Aquellos hombres y mujeres, personas visionarias, que entregaron su vida y soñaron con un país en democracia.

Por eso rindo tributo a los hijos e hijas de este pueblo que derramaron su sangre luchando por la justicia. Merecen especial reconocimiento los campesinos, obreros, estudiantes, sindicalistas, intelectuales, artistas y profesionales, que se organizaron y entregaron todo por una patria libre.

Reconozco también a los soldados y oficiales del ejército que murieron en cumplimiento de su deber.

Rindo un homenaje especial al querido líder Schafik Jorge Handal y a mi maestra y compañera de lucha Mélida Anaya Montes.

Su lucha permanente fue por los más pobres y excluidos. Eso es lo que identifica a mi partido, el FMLN: La Justicia Social. En ella se asientan los principios éticos y el sentido de mi gobierno.

Hoy, más que nunca, se cumplen las palabras de nuestro poeta Roque Dalton, cuando decía:

“Mi país que se levanta desde la pequeñez y el olvido para finalizar su vieja prehistoria de dolor y sangre”.

Deseo que ésta y las futuras generaciones valoren y comprendan nuestra historia. Que estimen los logros alcanzados y se comprometan en trabajar por desaparecer por completo la injusticia, el odio y el miedo.

Este día reivindicamos la paz, la democracia y el derecho que logramos como pueblo para decidir sobre nuestro propio destino y progreso.

Este nuevo tiempo comenzó a hacerlo realidad nuestro querido presidente Mauricio Funes, a quien brindo mi más sincero reconocimiento por haber dirigido dignamente la República de El Salvador. Estoy orgulloso de haberlo acompañado en la calidad de Vicepresidente.

Gracias por haber iniciado el proceso de cambio más grande en la historia de nuestro país. Como Mauricio ya lo ha manifestado, su trabajo ha sido guiado por nuestro obispo mártir Monseñor Romero, quien también guiará a este nuevo gobierno.

Queridos jóvenes:

Los invito a ser partícipes de este gobierno. No sólo porque ustedes son el presente y el futuro, sino porque ustedes deben ser la fuerza dinamizadora del quehacer de las políticas públicas. El bienestar de la niñez y de la juventud es el bienestar de toda la sociedad.

En mi reciente encuentro con el Papa Francisco compartimos la visión de que los jóvenes deben encontrar respuestas a sus inquietudes y necesidades.

El Papa lo expresaba en Brasil con la fuerza moral que lo caracteriza: “¡Queridos jóvenes, tengan un corazón grande! ¡No tengan miedo de soñar cosas grandes!…Por favor, no dejen que otros sean los protagonistas de los cambios. Ustedes son el futuro”.

Les extiendo mis manos para que con su juventud, sus capacidades, sus renovadas y distintas visiones del mundo, podamos construir juntos un país para ustedes y para las próximas generaciones. Porque Unidos Crecemos Todos jóvenes. Jóvenes unámonos para hacer crecer este país.

Mujeres salvadoreñas:

Durante el pasado gobierno ustedes tuvieron un importante reconocimiento gracias a las leyes que se aprobaron y a la construcción de espacios como Ciudad Mujer, que vamos a llevar a todos los departamentos. También entregamos el nuevo Hospital Nacional de la Mujer, a quien yo nominaré: “Doctora María Isabel Rodríguez”.

Fueron logros importantes pero debemos ir hacia adelante. Queremos que El Salvador quede libre de violencia hacia las mujeres. Que sea un país que avance en el cumplimiento de sus derechos. Por eso voy a trabajar, con ustedes, por más y mejores oportunidades.

Para ello, contaré con el apoyo decidido de mi esposa Margarita. Junto a ella cumpliré con este compromiso. Le agradezco por ser siempre mi compañera, el gran amor de mi vida, con quien he soñado y luchado por una patria en progreso y dignidad.

Aprovecho este momento para saludar a mis hijos y nietos, que además de colmar mi vida de alegrías, me han acompañado y apoyado en todo momento.

Amigos y amigas:

Hace cinco años asumimos el gobierno de El Salvador en medio de una profunda crisis financiera internacional. Había un déficit fiscal de más del 6% y un decrecimiento de menos 3.1%. A pesar de ese adverso escenario, rescatamos los empleos perdidos y creamos muchos más.

Iniciamos el proyecto más grande y ambicioso de programas sociales en la historia de nuestra nación, a través de la redistribución del ingreso con la que logramos ampliar la base productiva.

Estamos caminando hacia una economía más inclusiva. Hemos recuperado sectores esenciales, como la agricultura. Iniciamos la construcción de un nuevo país. Sentamos las bases del desarrollo y de la inclusión.

Agradezco a la Asamblea Legislativa que haya aprobado la Ley de Protección Social Universal, una iniciativa del gobierno para que no haya marcha atrás en estos programas.

Pero todavía hay un largo camino por recorrer.

Compartimos la esperanza de ver tiempos mejores para El Salvador. Y lo hacemos con los pies en la tierra y reconociendo que aún tenemos grandes desafíos que enfrentar, como un bajo crecimiento, un alto endeudamiento, poca inversión y falta de infraestructura.

Juntos podemos crear grandes oportunidades para el país. A través de la unión de todas las fuerzas productivas, económicas, políticas y sociales podremos hacer frente a estos temas. Porque, les vuelvo a repetir, unidos crecemos todos.

Nuestra primera apuesta es en el desarrollo económico. Vamos a poner énfasis en la transformación productiva y en una economía inclusiva. Impulsaremos una logística comercial que responda a la demanda de crecimiento y de generación de empleos.

A través de la inversión en infraestructura, y con una visión enfocada en el desarrollo del país, vamos a consolidar la Estrategia de Movilidad, Logística, Transporte y Puertos.

En ese marco, continuaremos con el proceso de ampliación del aeropuerto monseñor Romero, ampliaremos el puerto de Acajutla, construiremos el baipás de San Miguel, modernizaremos las aduanas en las fronteras terrestres. Esto nos permitirá ampliar el comercio y hacer una apuesta sólida en el sector exportador.

Para generar más confianza en los empresarios, vamos a seguir fortaleciendo las instituciones, trabajando con reglas claras y continuaremos garantizando la seguridad jurídica del país.

Sabemos que el apoyo al sector privado permitirá multiplicar de manera acelerada el empleo, dinamizar la economía y fortalecer el tejido empresarial. Nuestro sueño compartido debe ser un El Salvador productivo y competitivo, presente en los mercados globales.

A los trabajadores les digo que fortaleceremos las condiciones para generar empleos dignos con salarios justos y que defenderemos su dignidad y sus derechos laborales. Reconocemos en ustedes uno de los actores más importantes del crecimiento con equidad y justicia que buscamos para El Salvador.

Vamos a crear mecanismos de formación y capacitación que les permitan convertirse en un recurso humano más calificado y mejor preparado para las oportunidades que construiremos juntos.

Estamos seguros de que la unión entre gobierno, empresarios, trabajadores y las fuerzas políticas, generará más inversiones y empleos. Porque unidos crecemos todos.

Para poner a El Salvador en una mejor posición de competitividad, vamos a trabajar para atraer más inversión. Fomentaremos la producción nacional de valor agregado, incentivaremos a las empresas exportadoras e invertiremos en ciencia y tecnología.

Bajo esas mejores condiciones, el país será más atractivo para la inversión privada nacional y extranjera. Queremos ver también a nuestros compatriotas exitosos en el exterior invertir aquí en El Salvador.

En el campo está una parte de nuestra identidad nacional. Debemos dar pasos firmes hacia el fortalecimiento del sector y pasar de una agricultura de subsistencia a la agroindustria. Junto con los caficultores haremos realidad el pacto por el café para generar más producción y más empleo.

Nuestras políticas de desarrollo serán compatibles con la protección de los bienes naturales del país. Estamos conscientes de que debemos actuar en contra del impacto de la crisis ambiental y del cambio climático. Solo con una agenda de sustentabilidad ambiental podremos mejorar la calidad de vida de los salvadoreños.

El desarrollo económico debe ir de la mano del desarrollo social. Reconocemos que el acceso a la vivienda digna es una de las principales demandas del pueblo salvadoreño. En nuestro gobierno vamos a fortalecer e integrar las instituciones del sector para aumentar la construcción de vivienda y superar gradualmente este déficit.

Si queremos progreso también debemos garantizar inversión en salud y educación, que en los últimos cinco años tuvieron reformas trascendentales. En ambos rubros logramos la plena gratuidad eliminando las llamadas cuotas voluntarias. Los servicios públicos deben ser para todos.

Estamos comprometidos con la profundización y consolidación de la reforma de salud. Todos los niveles requieren de una mejora sustancial en la atención, y vamos a promoverla. Garantizaremos aquellos mecanismos que promuevan y faciliten la participación social y comunitaria, la intersectorialidad y la contraloría social.

La educación es también un pilar de la sociedad. Como maestro y ex Ministro de Educación, conozco de primera mano los retos. Vamos a trabajar para que todos los salvadoreños tengan acceso a la formación para la vida y la competencia laboral. Por ello, vamos a continuar con la reforma educativa, y a hacer realidad, en todo el país, el programa “Vamos a la Escuela”.

Hoy, con nuestro programa de paquetes escolares, brindamos zapatos, uniformes y útiles escolares para más de un millón trescientos mil estudiantes de parvularia y educación básica. Y llevaremos los paquetes escolares hasta el bachillerato.

Continuaremos el esfuerzo por erradicar el analfabetismo y trabajaremos por la formación superior y permanente de los maestros. Haremos realidad el programa “Un niño, una computadora”, y la instalación de internet en los centros escolares. Estamos comprometidos con el acceso a las tecnologías de la información.

También vamos a apoyar a la Universidad de El Salvador para iniciar el programa Universidad en Línea, e iniciaremos la formación tecnológica superior. Las universidades jugarán un rol importante en la formación para el desarrollo.

Pero el desarrollo no es posible si no se garantiza la seguridad ciudadana. Para alcanzarla, necesitamos de una gran unión de país que nos permita combatir a la delincuencia de forma eficaz. Debemos superar cualquier diferencia y unirnos por el interés común: vivir en paz, libres de violencia.

La seguridad ciudadana requiere que trabajemos unidos contra el crimen organizado, el narcotráfico, las extorsiones y toda expresión de violencia. Vamos a combatir la delincuencia en todas sus formas, con todos los instrumentos legales y coercitivos del Estado. La Fuerza Armada continuará acompañando las labores de la Policía Nacional Civil.

Fortaleceremos y continuaremos la depuración de la PNC. Articularemos y coordinaremos los esfuerzos institucionales a nivel nacional e internacional. Necesitamos de la participación activa de los gobiernos y liderazgos locales, de las organizaciones sociales, de empresarios, iglesias, comunidades y familias. Sólo juntos podremos superar la inseguridad y el miedo.

Pero debemos atacar también sus causas estructurales y brindar más oportunidades para la gente. Con educación, empleo e inversión en las comunidades, vamos a llevar tranquilidad y una vida digna a las familias salvadoreñas.

Nos comprometemos a implementar la política de justicia, seguridad y convivencia ciudadana. A fortalecer el Estado social y democrático de derecho protegiendo la vida, los derechos, y los bienes de las personas. Favoreceremos las condiciones de inversión y desarrollo mediante la construcción de un país seguro.

Vamos a fortalecer las instituciones que tienen el mandato constitucional de prevenir, combatir y castigar el crimen, y juntos garantizaremos la paz en cada uno de los territorios.

Modernizaremos el sistema penitenciario para revertir las condiciones de hacinamiento y convertir a nuestros centros penales en verdaderos espacios de rehabilitación. Combatiremos el ocio carcelario con un esquema de trabajo que capacite a los internos para que puedan incorporarse a actividades laborales y a una plena reinserción en la sociedad.

Veo un El Salvador donde la vida esté libre de riesgos, donde las ciudades sean espacios seguros de convivencia, donde los ciudadanos se encuentren protegidos.

A partir de hoy, me pongo al frente del Sistema Nacional de Seguridad Ciudadana.

Todos estos retos que tenemos que enfrentar sólo podremos resolverlos con unión, diálogo y plena reconciliación.

Ya hemos dado un gran ejemplo al mundo con los acuerdos de paz. A través de ellos pudimos terminar con una cruenta guerra. Los acuerdos constituyen el principio de una nueva transición en El Salvador para la construcción de los pilares más firmes de la democracia.

Pero el país tiene una deuda moral con los desaparecidos y sus familias que debe ser solventada.

Mi gobierno se compromete a reivindicar la memoria histórica.

Impulsaremos iniciativas de manera conjunta, que acompañen y ayuden a que las familias conozcan la verdad.

Es tiempo también de asumir la responsabilidad con las personas lisiadas y los excombatientes. Nuestro gobierno afirma hoy el compromiso de atender y dar los beneficios necesarios para que ellos y los familiares de los combatientes caídos puedan reincorporarse plenamente a la vida social y laboral.

Estoy consciente que los problemas y los enfoques son diversos y que tenemos una sociedad plural. Yo, como firmante de los Acuerdos de paz, sé que su eje transversal es promover una sociedad abierta a la negociación, al diálogo y al debate permanente y respetuoso de las ideas.

Debemos encontrar siempre los puntos que tenemos en común, las necesidades colectivas y las oportunidades de construir juntos un país en donde vivamos en progreso, con dignidad, donde tengamos justicia y paz duradera. Solo así lograremos una verdadera reconciliación nacional.

Los salvadoreños no debemos mirar hacia un horizonte esperanzador, debemos avanzar juntos hacia él.

La realidad que vive y que vivimos nos exige consensuar, buscar acuerdos y soluciones porque insisto solamente porque unidos crecemos todos.

Estoy convencido, lo hicimos en los Acuerdos de Paz, nos unimos y sacamos el país adelante, ahora en este momento requiere que pongamos todas nuestras voluntades, todas nuestras fuerzas aunque tengamos pensamientos diversos, pero somos salvadoreños y queremos a nuestra patria El Salvador.

No olvidemos que somos un solo pueblo. Una sola patria, donde cada uno de nosotros merece la oportunidad de vivir feliz y en paz.

Es preciso que seamos solidarios, que nos unamos por nuestras familias y por el país. Es tiempo de entendernos, de avanzar, de dialogar, de concertar para el bien de todos.

No importa de dónde venimos, dónde vivimos, si somos jóvenes o adultos, en este país todos tenemos un lugar. El Salvador es de todos y para todos.

Estoy aquí para trabajar con Oscar Ortiz, el vicepresidente, junto a ustedes. Porque unidos crecemos todos.

Estoy dispuesto a dar lo mejor de mí.

Que Dios nos bendiga a todos y bendiga a El Salvador en esta nueva etapa de su historia.

Muchas gracias.

Gracias infinitamente, se los agradezco de todo corazón a nombre de mi esposa, a nombre de Oscar.

Les agradezco su presencia, y esta energía y esta alegría que le han imprimido a este acto.

Muy buenas tardes.

«Díganle a mi hija que morí luchando…»

“Díganle a mi hija que morí luchando”

Recuerdo que esa noche me desperté por los sonidos incesantes, parecían cohetes navideños, pero poco a poco me di cuenta que era algo más. En plena oscuridad mis padres se levantaron y en secreto murmuraban algo, luego nos levantaron y de manera improvisada crearon una especie de refugio dentro de la casa: unieron los colchones de las diversas camas y nos metieron a mi hermano y a mí, luego ellos dos entraron. Así comenzó aquel episodio de mi vida, a mis diez años conocí un personaje del cual había escuchado historias terribles, pero que en realidad no conocía: La guerra.

En noviembre de 1989 vivíamos en un suburbio de Soyapango, al oriente de la Capital salvadoreña. Años después, por mis propios medios investigué y logré conocer que, justamente la noche del 11 de noviembre, columnas de combatientes del Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN), que venían de Guazapa y otras zonas del norte del país entraron a Soyapango, por el Río Sucio o el Río Las Cañas, que justamente lindaba con la colonia en la que vivíamos.

En efecto, cuando las balas cesaron (no recuerdo cuánto tiempo pasó) y logramos salir brillaba un sol radiante y en lo alto del pasaje habían personajes extraños, pero muy interesantes para la curiosidad infantil. Todos los cipotes fuimos subiendo hasta la punta del pasaje y nos acercamos, poco a poco, a un amable señor de gran barba y traje verde olivo, sobre su hombro un arma muy larga, junto a él unas jóvenes de pelo alborotado, sonreían muy tranquilas. Conversaron con los cipotes más grandes y a los pequeños nos regalaron dulces, creo que la señora de la tienda, la niña Martha les regaló cosas y ellos compartieron con nosotros. Todo parecía en calma.

Luego de un rato y de satisfacer la curiosidad infantil, de ver “un guerrillero” en vivo y en directo y darnos cuenta que eran jóvenes normales como cualquiera, pasamos a las labores cotidianas. Mi hermano y yo a comprar las tortillas, donde la niña Leti, cuya casa quedaba justo arriba del pasaje. De repente zumbaron las balas, algunas atravesaron las laminas de la humilde tortillería, y todos los que nos encontrábamos ahí instintivamente nos agachamos, yo levantaba la cabeza, porque quería ver qué pasaba.

Pero el señor barbudo nos gritó: “todos al suelo y cúbranse… estos hijos de puta nos están disparando”. Los Hijos de Punta se transportaban en el avión y disparaban contra los combatientes, estuviese, quien estuviese presente. Por suerte, el asunto no paso a más y todos salimos ilesos, por lo menos ese día, y mi hermano y yo salimos en guinda hasta la casa.

No estoy segura cuántos días y noches pasaron, pero tengo la impresión que fueron muy pocos. Entre esos días hubo una noche cruel, sellada con el toque de queda y donde el avión pasó disparando y disparando, zumbaban las balas en los techos. Cuando el avión había cesado su amenaza, a lo lejos, con vos quedita una desesperada voz femenina decía “ayúdenme, déjenme entrar, ando perdida…”, alguien tocaba las puertas y portones, pero creo que nadie abrió.

Cuando amaneció se escuchaba un pesado silencio. Como era lógico los cipotes del pasaje comenzaron a salir de las casas y formamos un grupo grande, yo era la única niña, que recuerde que se unió al grupo. Hasta el pasaje llegaron rumores que habían unos muertos en la entrada de la colonia, cerca del obraje y decidimos ir a ver.
Cuando terminamos de subir la cuesta (Bosques del Río es una colonia de eternas colinas) llegamos y pude ver que había dos cuerpos, una mujer y hombre. La escena era impactante: primero se encontraba un joven, muy joven, casi como nosotros, sin barba y de piel blanca, acostado, como si descansara mirando al cielo, pero estaba inmóvil frente a un sol caliente, su uniforme roto y la mezcla del verde con un café oscuro sobre la tela era una señal de la sangre que brotó hacia horas, debido a los múltiples disparos que había recibido. Su rostro estaba descubierto, la gorra que llevaba estaba zafada, como que si su cabeza hubiese golpeado el suelo sin mayores cuidados, sus ojos y su boca abiertos mirando hacia arriba, pero apagados, sin luz, ni aliento.

A unos metros estaba una joven. Lo primero que me llamó la atención fue su cabello negro totalmente alborotado, salvaje, su uniforme verde, sus botas negras y su pantalón dentro de ellas. Ella se encontraba hincada y recostada sobre sus piernas desangradas y el asfalto, a un costado tenía el fusil, o no sé qué era, pero era un arma grande, casi del largo de su cuerpo (ahora que analizo la escena daba la impresión que estaba en posición de defensa y que ahí habían sido sorprendidos por un ataque aéreo).

A su alrededor y sobre sus piernas habían varias bolsas de sal, parecía que intentaban cubrir la sangre, pero mi mente infantil no comprendía ¿Para qué la sal? Pensé. En ese momento una señora que pasaba por ahí dijo: “niño no dejes que la niña vea esto, se va a traumar” y mi hermano, que era un par de años mayor, intentó infructuosamente taparme los ojos, pero la verdad es que estábamos frente a una realidad que nos tenía absortos y continuamos observando.

De repente, algo llamó mucho mi atención, se trataba de un pedazo de cartón que la joven tenía colocado sobre su pecho y en él había una frase escrita con un color rojo oscuro, casi café, que decía “Díganle a mi hija que morí luchando”. Desde ese instante y con el pasar de los años surgieron miles de dudas o interrogantes ¿Quién era la hija? ¿Qué lucha era esa? ¿Quién era esta joven madre? ¿Por qué murió así? ¿Dónde está esa hija? ¿Se habrá enterado la hija de lo sucedido a su madre? ¿Pudo alguien llevar ese último y sentido mensaje?

Siempre he mantenido esa inquietud de saber quién era esa hija y poderle decir el último mensaje de su madre y contarle que sus restos, junto a los de aproximadamente 20 combatientes, en su gran mayoría jóvenes, fueron enterrados por la comunidad en una fosa común, ubicada en un predio baldío de la Colonia Los Ángeles, frente a la entrada de la Colonia Monte Blanco, de Soyapango.

Años después, en ese mismo lugar se construiría un local para ANTEL, que luego pasó a ser TELECOM, y que fue ahí cuando encontraron y extrajeron los restos, de esos muchachos, luego no sé qué pasaría con ellos.

Hoy, muchos años después, esa frase ha marcado mi corazón y siempre pienso si esa hija conoció el heroico legado de su madre. Quizás justamente por ese mensaje, que no estaba dirigido para mí, pero que de alguna manera me provocó empatía a pesar de mi ignorancia infantil, años después comencé a trabajar en la búsqueda de personas desaparecidas durante la guerra.