Dimas, comandante, humano y amigo

Dimas, comandante, humano y amigo
Martes, 22 Diciembre 2009

Por Bernardo Menjívar (*)

Su presencia inspiraba seguridad, pero sobre todo destacaba su humanismo, su calidez y la sencillez

SAN SALVADOR – Conocí a Dimas allá por 1981, en La Montañona, Chalatenango, cuando yo apenas era un cipote de unos doce años, tuve el privilegio de acompañarle por un periodo aproximado de dos años en el estado mayor de las FPL, como mensajero (correo) y después como parte del equipo de comunicaciones, y a pesar de mi corta edad percibía que él depositaba bastante responsabilidad y confianza en mi.

Su presencia inspiraba una gran seguridad a los que le acompañábamos, pero sobre todo destacaba su humanismo, su calidez y la sencillez que lo caracterizaba, sin que eso disminuyera su carácter fuerte y enérgico a la hora de dirigir las batallas más importantes en los frentes de guerra, pero por supuesto, siempre evaluaba los aspectos humanos. Al dar una orden de combate, trataba de poner lo menos posible en riesgo a los combatientes y celebrara con sencillez y serenidad las victorias.

Tenia una memoria impresionante, en medio de centenares de combatientes casi siempre se dirigía a la mayoría de ellos por su nombre al saludarlos, siempre estaba muy atento a todos los detalles de alimentación, salud y estado de ánimo de las tropas.

En mi caso tuve el privilegio de tener una relación personal de amistad y muy familiar con Dimas, quizás por lo joven que era cuando lo conocí tuve la sensación de que me trataba como a un hijo y durante todo el periodo de la guerra siempre que visitaba los lugares donde me encontraba, tenia el detalle de preguntar por mi, visitarme y darme consejos.

Uno de esos sitios donde me visitó fue en un lugar llamado Guanabo, en La Habana, Cuba, cuando me encontraba en rehabilitación de una lesión de guerra; y no olvido lo que en esa ocasión me expresó. A pesar de verme en una silla de ruedas sin poder caminar me planteó lo siguiente: “Tenés que recuperarte lo más pronto posible y prepararte para el futuro, y espero que cuando triunfemos te conviertas en uno de los oficiales de nuestro ejército”. No he olvidado nunca esas palabras de aliento por la inyección de optimismo que significaron en mi estado de ánimo de aquel momento, y no sólo fueron palabras, también les pidió a los jefes encargados de aquel lugar brindarme todo el apoyo para mi pronta rehabilitación.

A pesar de la seriedad que debía mantener, por sus altas responsabilidades en el frente, siempre tenía tiempo para las bromas, conmigo el principal motivo de las bromas era el hecho de que durante mucho tiempo aparentemente no crecía, supongo que se debía a que nos alimentábamos de vez en cuando, o dicho de otra manera, comíamos salteado, además es muy probable que los alimentos que consumíamos no tenían las calorías necesarias para que nos desarrolláramos con normalidad, pues había que comer lo que cayera, por lo cual constantemente me preguntaba: “¿Javiercito cuantos años tenes? Tengo 12, le contestaba yo. Entonces soltaba la carcajada y me decía, “hace como dos años que te vengo preguntando y siempre me decís que tenés 12 ó 13 años, o creo que hasta te los estás quitando pero yo veo que no pasás de ahí”.

Al final siempre me daba una palmada en la espalda y me animaba: “no te preocupés Javiercito que ya te vas a dar un buen estirón”.

Cuando nos trasladábamos de un campamento a otro o debíamos movernos entre diferentes frentes de guerra, realizábamos caminatas de noches enteras o a veces días y noches continuas, Dimas siempre iba pendiente de mi resistencia, quizás por ser el más pequeño del grupo y por padecer ciertos síntomas asmáticos, me tenía mucha consideración y en el camino siempre me preguntaba: “¿Cómo te sentís, todavía aguantas?” Si, compa Dimas, todavía aguanto démosle, le respondía yo. Entonces el me decía: “vamos a ir a tu ritmo cuando ya no aguantés avísame”. Está bien compañero Dimas, contestaba yo con mucho respeto y continuábamos la marcha.

El último encuentro que sostuvimos tuvo lugar en un foto estudio en las proximidades del 7 Sur, en Managua Nicaragua, en agosto de 1989, unos meses antes de su muerte. Me mandó a llamar con otro compañero sin que me dijera de que se trataba de Dimas, por las mismas medidas de compartimentación que se acostumbraban en aquellas circunstancias; hasta que llegué al lugar supe de quién se trataba, nos saludamos con mucha emoción sin saber que aquella sería la última vez que nos encontraríamos.

Platicamos de los caídos en combate en los fretes guerra, de los que aún quedaban vivos, de la situación de aquel momento, de mi familia que también él conocía… En realidad hablamos de todo un poco, mientras esperábamos que el fotógrafo revelara las fotografías que él se había tomado para un documento de viaje, pero lo que más lamento de esa última vez que nos reunimos es que estando frente al fotógrafo no se me haya ocurrido tomarme una foto con aquel extraordinario amigo.

Hace 20 años, el 12 de diciembre de 1989, en las faldas del volcán de San Salvador después de haber dirigido con éxito aquella heroica batalla perdió la vida un extraordinario ser humano, uno de los más destacados y experimentados comandantes guerrilleros de nuestra gesta histórica y un ejemplar maestro de la vida: Nicolás Hernán Solórzano Sánchez, “Comandante Dimas Rodríguez”.

Los que le recordamos y conocimos a Dimas no terminaremos nunca de rendirle homenaje y no nos cansaremos de divulgar el ejemplo de valentía, humildad y audacia de aquel incansable luchador de causas justas que seguirá vivo en nuestro espíritu y en las nuevas generaciones.

Gloria eterna a Dimas y a todos los que ofrendaron sus vidas sin esperar nada a cambio, simplemente por el bien común y una vida digna para todos. Ahora que vemos algunos frutos de su sacrificio, honrémoslos y hagamos las cosas lo mejor posible como ellos lo habrían hecho. Es la mejor manera de homenajearlos y tomar su legado.

(*) Ex guerrillero, lisiado y colaborador de ContraPunto

Breve historial de nuestro camarada Ricardo que venció a la muerte y continúa en pie de lucha

Breve historial de nuestro camarada Ricardo que venció a la muerte y continúa en pié de lucha!.

Compañeros y compañeras
Me da mucha alegría saber que nuestro companero Ricardo Martinez salio una vez mas victorioso ante la muerte. Lean el foward del correo enviado por la companera Lara.

Desde aquí en este lugar del mundo le deseamos a Ricardo su pronta recuperación para que continúe con nosotros con la alegría de siempre y las fuerzas recuperada .

El companero Ricardo Martinez , conocido en El Salvador, por sus companeros revolucionarios, antes de la guerra, como el “Chele Formost”.

Ricardo forma parte parte de nuestra memoria histórica ya que fue un líder militante de ese gran movimiento sindical obrero y trabajador de nuestro país en los años finales del 60 y durante los 70,

Ricardo se destacó por capacidad ideológica y política así como por su experiencia organizativa a escala nacional . Características que le permitieron formar parte y ser miembro Fundador e impulsador para la constitución de una de las federaciones sindicales mas grandes de nuestro país, la Federación Nacional “FENASTRAS” de la cual fueron posteriormente dirigentes hombres y mujeres como lo fue la compañera Febes desde la cual los compañeros impulsaron sus reinvindicaciones desde una posición de lucha de clases:

Ricardo continua impulsando la lucha obrera durante el periodo de la guerra pese a que los fatídico escuadrones de la muerte que cobraban la vida a todos los que les parecieran “Subversivos”. Con mucha disciplina revolucionaria y fiel a sus principios ideológicos los dirigentes obreros como Ricardo se mantuvieron durante este periodo en clara resistencia organizada la cual trabajada en la semi clandestinidad cumpiendo así sus tareas revolucionarias de resistencia en la lucha de la clase obrera contra la oligarquía y el imperialismo.

Ricardo luego de ser víctima de la persecución y la cárcel que se desataba en contra de los lideres del movimiento obrero y social en El Salvador sale hacia Australia, Su salida del país es una muestra mas de esas injusticias, desigualdades y medidas antidemocráticas con las que la oligarquía burguesa reprimió en ese periodo de nuestra historia a aquellos que siempre soñaron construir en El Salvador una patria con justicia e igualdad social, en armonía y en paz: contruir una patria con una sociedad socialista.

Ahora el compañero fiel a sus principios y convicciones revolucionarias continua militando en las filas de nuestro glorioso FMLN y esperamos que así siga junto a nosotros y nos alegramos que haya salido adelante de su grave estado de salud en el que se encontró.

Ahora el companero además de sus tareas militantes dentro del FMLN, administra de manera personal la bella PAGINA WEB por su calidad y contenido: “SIMPATIZANTESFMLN.ORG” desde donde sigue dando su aporte a la educación popular y a la unidad de la diáspora salvadoreña en el mundo, recoge los retazos de nuestra memoria histórica y contribuye solidariamente con todos los pueblos del mundo particularmente a los pueblos latino americanos agrupados en el ALBA. las noticias de ultimo minuto siempre están en su pagina sin importar la diferencia de horas y fecha.

Estamos Ricardo con Usted, su esposa y sus hijos en estos momentos difíciles en su salud.

Salvador Sánchez Hidalgo a un año más de tu asesinato que aún sigue en la impunidad (1979,2009)

Salvador Sánchez Hidalgo a un año más de tu asesinato que aún sigue en la impunidad

Tanto en mi corazón como en mi memoria, han quedado gravados tus más profundos sentimientos de amor hacia tu familia, hacia tu partido, hacia la revolución y hacia el pueblo por el cual luchaste con profunda convicción, Chamba.

Moriste y nunca traicionaste tus ideales ni a tus compañeros de lucha. En mi memoria guardo tu sonrisa, tu carácter jovial y alegre así como tu voz sonora, firme y varonil con las que expresabas tu pensamiento acerca de la realidad nacional y tus convicciones ideológicas.

Todo ese engranaje forma parte de tu carismática personalidad, que te convertían en un dirigente querido, respetado, que inspiraba confianza y valentía a los que te rodeaban. En esos que de manera cariñosa te bautizaron “El Hombre Biónico.” Pero ese calificativo no fue por gusto, te lo ganaste con tu resistencia en las cámaras de tortura. Después de haber sobrevivido las operaciones que te dejaron la mitad de tu estómago, de tu páncreas y de tus intestinos pero que aun así volviste más fuerte, por eso los que te quisieron mucho te bautizaron “El Hombre Biónico.” No en un tono burlesco sino en el tono que daba con el mismo hecho. Eso sucedió durante el régimen del gobierno del coronel Arturo Armando Molina, que fuiste víctima de las bestiales torturas por sus cuerpos de seguridad. Y nos duele aún que de tales esbirros todavía tengamos en nuestro gobierno, el tal Ciro Cruz Zepeda, quien dirige al Partido de Conciliación Nacional, un partido ya acabado.

El 18 de diciembre el sol iluminaba la tierra de Farabundo Martí, Feliciano Ama y del Indio Anastasio Aquino. Con ese resplandor característico de las mañanas salvadoreñas, vos Chamba, vestías la ropa que marcaba tu varonil figura, caminando rápido atravesabas el salón de la casa y con la alegría que te caracterizaba a tus veintiséis años. Partiste de casa soñando con un mundo mejor para tu pueblo. Ibas a cumplir con tus tareas sindicales que el movimiento obrero te había encomendado en esos días. Como siempre cumplías tus tareas con abnegación, con todo tu empeño, tu inteligencia y disciplina. También seguías con fidelidad y aplicabas la estrategia con la habilidad requerida, del Partido Comunista de El Salvador, organización revolucionaria en la cual militabas. Eran momentos difíciles, de represión y persecución. De manera selectiva y a diario desaparecían líderes del movimiento popular, del pueblo trabajador, militantes revolucionarios.

No obstante, tu pueblo avanzaba con firmeza, ejecutando sus acciones combativas frente a las medidas fascistas del gobierno de turno y las acciones intervencionistas del imperialismo que cada vez eran evidente. En todo ese accionar estabas vos Chamba, como todo un dirigente de la organización que impulsaba la lucha para derrocar la dictadura e instaurar un régimen que abriera las puertas a la democracia participativa para la construcción de la nueva sociedad socialista en El salvador. La idea del socialismo ha sido abrazada por todos aquellos hombres y mujeres que a través de los tiempos han ido madurando hasta llegar a donde ahora han llegado y donde vos, Chamba querías llegar.

Ahora estos ideales hacia el socialismo se reafirman en la militancia del FMLN, en su resolución de la XXV Convención Ordinaria del pasado 13 de Dic. 2009 en la cual se aprobó continuar nuestra lucha por construir el socialismo en El Salvador y apoyar el llamado hecho en Caracas, Venezuela a fortalecer la alternativa de la Quinta Internacional Socialista. Es por eso que hoy te recuerdo y te recuerdan tus compañeros de lucha. Pues tus ideales por los que luchaste y moriste siguen vivos aunque tu ya no estés con nosotros.

Yo te seguiré recordando como el último día que te vi partir y que no regresaste, ese día del sol resplandeciente como resplandeciente era tu frente en alto. Chamba, partiste con ese espíritu revolucionario tan alto como el infinito, partiste de tu casa esa mañana de diciembre para hacerle frente a las medidas represivas, de hostigamiento y persecución con las que los fascistas oligarcas apoyados por el imperialismo pretendían detener el avance del pueblo y de sus dirigentes.

La oligarquía organizaba y financiaba los grupos de asesinos a sueldo bajo las fatídicas estructuras de ORDEN en las zonas rurales y en las zonas urbanas y los nefastos escuadrones de la muerte. Estos grupos sanguinarios actuaban desde la más impune clandestinidad cometiendo asesinatos selectivos para sembrar el terror y la muerte. Mientras que a los ojos del mundo las fuerzas militares y policíacas bajo las órdenes de los gobiernos asesinos de los partidos derechistas ejecutaban la represión masiva en contra del pueblo organizado que se manifestaba desafiando el miedo y la muerte. De este clima de represión e incertidumbre fuiste víctima, Chamba, pero nunca temiste. En tanto que militante y dirigente obrero estabas consciente del riesgo. Ya, en otros años habías sido encarcelado, torturado de la forma más dramática al punto dañar gravemente parte de tu cuerpo. Quebrantaron tu salud pero no así tu heroísmo y tu ánimo de seguir luchando.

Formaste parte de la Comisión Nacional de Educación del Partido Comunista de El Salvador, contribuyendo con tu experiencia sindical y obrera a la formación de nuevos líderes que se formaban en la escuela de Cuadros del Partido. En abril de 1979 cuando se realiza el VII congreso del PCS, vos Chamba, junto a las otras intervenciones de tus compañeros congresistas, contribuiste al debate político e ideológico que dio como resultado la decisión del PCS de dar el viraje hacia la lucha político-militar, como vía para abrir un espacio democrático para la construcción de la nueva sociedad socialista. Fuiste miembro de la Comisión Política de la PCS y máximo dirigente obrero encargado de la Secretaria de Organización de la Confederación Unitaria de Trabajadores Salvadoreños-CUTS- primera organización unitaria que se constituye en 1979 al interior del Movimiento obrero.

La construcción de la Central Única de Trabajadores era parte de la estrategia impulsada por el PCS en su objetivo de unificar la clase obrera en esa época, en la conducción de tal esfuerzo, estuviste Chamba. Otros esfuerzos por lograr la unidad de las fuerzas democráticas y progresistas del país se realizaron también ese mismo año. Se buscaba conformar la organización de una amplia fuerza de unidad que desembocó en la formación de un Foro Popular que luchó contra la dictadura fascista que encabezaba el Gral. Carlos Humberto Romero. Romero, había llegado a la presidencia en 1977, producto de uno de los tantos fraudes electorales. Sus crueles y antidemocráticas medidas represivas dejaron un saldo de más de diez mil muertos. Un movimiento de la Juventud Militar derroca al General Romero y se instaura una Junta Revolucionaria de Gobierno.

Al anochecer del 18 de diciembre, luego de haber finalizado un encuentro con los trabajadores municipales de la alcaldía de Santa Ana, Chamba saliste con el compañero Gerardo Erazo. Ambos fueron capturados esa noche para luego ser torturados y asesinados. Por la mañana del 19 de diciembre cuando el sol volvía a alumbrar con la misma belleza natural del día anterior en que te vi partir, sólo que esta vez fue para poner al descubierto con su luz tu cuerpo y el de Geraldo ya exánimes. Es una escena que no quiero recordar y si lo recuerdo y lo digo es para que no quede tu historia en el anonimato. Pero Tu cuerpo y el de Gerardo estaban con señales de torturas a la orilla de la carretera que de Santa Ana conduce a Texistepeque. Tu asesinato por las fuerzas oscuras de los Escuadrones de la muerte financiados por la oligarquía y el imperialismo siguen en la impunidad al igual que sigue el asesinato de tu compañero Gerardo y el de tantos otros que abonaron nuestra lucha.

Acontecimientos importantes que no tuviste la oportunidad de ver Chamba y de los cuales fuiste protagonista para su cristalización, te los voy a narrar: Diez días después de tu partida sin retorno, el Partido Comunista de El Salvador decide, el 29 de Diciembre de 1979, abandonar las estructuras de la Junta Revolucionaria de Gobierno, la participación en dicha junta se volvió un esfuerzo de complicidad por derrotar a los fascistas del poder que tanto llanto, pobreza y luto estaban ocasionando a las familias del pueblo salvadoreño. Pero nuestras convicciones ideológicas revolucionarias nos reafirmaban que nuestra unidad era con todas las fuerzas revolucionarias de la izquierda en nuestro país y el momento de esa unidad había llegado por lo que era necesario abandonar las estructuras del sistema para combatirlas desde afuera. Enero de 1980 tres semanas después de tu muerte se organiza la primera conferencia de la Coordinadora Político Militar, unos días mas tarde se da a conocer la constitución de la Coordinadora Revolucionaria de Masas. El 22 de Enero una espectacular e inmensa marcha popular estremeció los cuatro puntos cardinales de la ciudad de San Salvador. Esta presencia popular que se expreso con mucha combatividad puso a temblar a los oligarcas e imperialistas. Yo allí iba Chamba con una gran alegría al punto que te sentía presente en las arterias de San Salvador. Fue evidente que el pueblo estaba definiendo el rumbo de la lucha desafiando las medidas fascistas de la oligarquía y el imperialismo. Noté tu ausencia y la de Gerardo, ya no iban gritando, ya no iban marchando pero sí tu voz y la de Gerardo se sentían y la hacían vibrar en esa marcha los miles de obreros, campesinos, trabajadores, estudiantes por los que tú luchaste y por los que no te importo entregar tu vida. Todo ese esfuerzo dio por resultado la conformación de la fuerza popular revolucionaria más grande que se haya visto en la historia de los pueblos de América Latina enarbolada la bandera de la unidad de la izquierda salvadoreña y sus organizaciones, el Frente Farabundo Marti para la Liberación Nacional, FMLN. Al grito de nuevo de Patria o Muerte, Venceremos! ¡Lucha Armada hoy! ¡Socialismo mañana! ¡Unidos en la Lucha Venceremos! ¡Unidos para Combatir hasta la Victoria Final! ¡Venceremos!, allí ibas Chamba y ahí iras ahora por que continuamos en la lucha por construir el socialismo en El Salvador.

Ana Gladys Méndez

Ottawa, 2 de Diciembre del 2009.

EXILIO

EXILIO

A Archibald MacLeish

Puertas abiertas sobre las arenas, puertas abiertas sobre el exilio,
Las llaves a las gentes del faro, y el astro enrodado vivo sobre la piedra del umbral:
Huésped mío, déjame tu casa de vidrio en
las arenas. . .
El Estío de yeso aguza sus puntas de lanza
en nuestras llagas,
Elijo un lugar flagrante y nulo como el osario
de las estaciones.
Y, sobre todas las playas de este mundo, el espíritu del dios humeante deserta su lecho
de amianto.
Los espasmos del relámpago son para el arrobamiento de los Príncipes en Taurida.

EXIL

Portes ouvertes sur les sables, portes ouvertes sur l’exil,
Les clés aux gens du phare, et l’astre roué vif sur la pierre du seuil :
Mon hôte, laissez-moi votre maison de verre sur les sables…
L’été de gypse aiguise ses fers de lance dans nos plaies,
J’élis un lieu flagrant et nul comme l’ossuaire des saisons,
Et, sur toutes grèves de ce monde, l’esprit du dieu fumant déserte sa couche d’amiante.
Les spasmes de l’éclair sont pour le ravissement des Princes en Tauride.

Resolución sobre el XXX Aniversario de creación del FMLN

RESOLUCION SOBRE EL XXX ANIVERSARIO DE CONSTITUCION DEL FRENTE FARABUNDO MARTI PARA LA LIBERACION NACIONAL FMLN.

LA CONVENCIÓN NACIONAL DEL FMLN, CONSIDERANDO: 1- Que el próximo 10 de Octubre de 2010, se cumplen 30 años del surgimiento del Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional –FMLN-, lo cual expresó la maduración de la lucha del pueblo salvadoreño contra los regímenes oligárquicos y militares y dio inicio al histórico proceso de construcción de la unidad de pensamiento y acción de las fuerzas revolucionarias y progresistas: el Partido Comunista de El Salvador-PCS-, las Fuerzas Populares de Liberación Farabundo Marti FPL, la Resistencia Nacional-RN-, el Partido Revolucionario de los Trabajadores Centroamericanos-PRTC- y el Ejército Revolucionario del Pueblo-ERP.

2- Que desde el momento de su constitución, el FMLN, ha estado integrado por las mejores hijas e hijos del pueblo, luchadoras y luchadores sociales, que con su invaluable esfuerzo, amor, trabajo y sacrificio, inspirados en un conjunto de elevados valores y principios éticos, morales y políticos, abonan el camino de la liberación nacional, la democracia y el socialismo. El ejemplo de héroes y heroínas de la calidad de Rafael Arce Zablah, Melida Anaya Montes, Camilo Turcios, Ernesto Jovel y Schafik Handal, de mártires de talla universal como Monseñor Oscar Arnulfo Romero y Agustín Farabundo Martí, y de miles y miles de salvadoreños asesinados y desaparecidos, perseguidos y exilados, encarcelados y torturados, ha inspirado y seguirá inspirando las luchas presentes y futuras de generaciones de patriotas y la solidaridad de los pueblos del mundo.

3- Que en el transcurso de la guerra popular revolucionaria combinamos creativamente en la estrategia revolucionaria legítimas y diversas formas de lucha: políticas, sociales, diplomáticas y militares, impulsando alianzas como la pactada con el Frente Democrático Revolucionario- FDR-. Esta hazaña de lucha ininterrumpida e inclaudicable, derrotó a la dictadura y al proyecto contrainsurgente y finalmente abrió el camino del diálogo y la negociación, dando lugar a la solución política del conflicto armado, expresada en los Acuerdos de Paz de 1992. Con ellos se dio inicio a la época que ahora vivimos en el país, conquistando libertades y derechos que estuvieron conculcados por décadas de intolerancia y brutal represión.

4- Que este próximo trigésimo aniversario se dará en un contexto novedoso, pues por primera vez el FMLN ha ganado la Presidencia de la República de El Salvador y en el Gobierno del país concurren fuerzas políticas y personalidades de variado signo ideológico, que optaron en su momento por un objetivo común: el Cambio. Ahora la Patria nos demanda ponernos a la altura de las circunstancias para enfrentar los retos de la crisis global, regional y local, e iniciar con decisión firme la superación de la pobreza, la exclusión social, la inseguridad, el uso patrimonialista del Estado y la devastación ambiental.

5- Que para arribar a estos logros, junto al esfuerzo y sacrificio del pueblo salvadoreño, fueron indispensables el cimiento ideológico y político que nos heredó Farabundo Martí y la unidad interna del FMLN, así como la de éste con su pueblo, condiciones que son así mismo la garantía de la continuidad futura de las transformaciones sociales y políticas que han iniciado en el país.

EN BASE A LO ANTERIOR, ESTA CONVENCION RESUELVE:

1- Declarar el próximo año 2010 como el AÑO DEL XXX ANIVERSARIO.

2- Mandatar a la Comisión Política a crear la Comisión Nacional Preparatoria del XXX ANIVERSARIO DEL FMLN, la cual deberá formular y ejecutar un Plan de Trabajo, que incluya, entre otros:

a) Construir un Monumento Nacional a Farabundo Martí,

b) Fundar un Museo dedicado a honrar su memoria en su Casa Natal en Teotepeque,

c) Destacar un contingente de Héroes y Heroínas del FMLN caídos en la lucha para estimular la formación político-ideológica de afiliados y militantes,

d) Actualizar el Balance de la Historia del FMLN (en base al Documento preparado para el XXV aniversario),

e) Institucionalizar la Medalla Farabundo Martí XXX Aniversario.

3- Autorizar las erogaciones presupuestarias para la ejecución del Plan de Trabajo citado en el numeral anterior.

4- Profundizar el estudio y discusión del significado histórico del legado de Farabundo Martí, como eje permanente de la educación política partidaria.

CONVENCIÓN NACIONAL

San Salvador, 13 de diciembre de 2009

Banquet Speech

Banquet Speech

Saint-John Perse’s speech at the Nobel Banquet at the City Hall in Stockholm, December 10, 1960

Your Majesties, Your Royal Highnesses, Your Excellencies, Ladies and Gentlemen.

J’ai accepté pour la poésie l’hommage qui lui est ici rendu, et que j’ai hâte de lui restituer.

La poésie, sans vous, ne serait pas souvent à l’honneur. C’est que la dissociation semble s’accroître entre l’œuvre poétique et l’activité d’une société soumise aux servitudes matérielles. Ecart accepté, non recherché par le poète, et qui serait le même pour le savant sans les applications pratiques de la science.

Mais du savant comme du poète, c’est la pensée désintéressée que l’on entend honorer ici. Qu’ici du moins ils ne soient plus considérés comme des frères ennemis. Car l’interrogation est la même qu’ils tiennent sur un même abîme, et seuls leurs modes d’investigation différent.

Quand on mesure le drame de la science moderne découvrant jusque dans l’absolu mathématique ses limites rationnelles; quand on voit, en physique, deux grandes doctrines maîtresses poser, l’une un principe général de relativité, l’autre un principe quantique d’incertitude et d’indéterminisme qui limiterait à jamais l’exactitude même des mesures physique; quand on a entendu le plus grand novateur scientifique de ce siècle, initiateur de la cosmologie moderne et répondant de la plus vaste synthèse intellectuelle en termes d’équations, in­voquer l’intuition au secours de la raison et proclamer que «l’imagination est le vrai terrain de germination scientifique», allant même jusqu’à réclamer pour le savant le bénéfice d’une véritable «vision artistique» – n’est on pas en droit de tenir l’instrument poétique pour aussi légitime que l’instrument logique?

Au vrai, toute création de l’esprit est d’abord «poétique» au sens propre du mot; et dans l’équivalence des formes sensibles et spirituelles, une même fonction s’exerce, initialement, pour l’entreprise du savant et pour celle du poète. De la pensée discursive ou de l’ellipse poétique, qui va plus loin et de plus loin? Et de cette nuit originelle où tâtonnent deux aveugles-nés, l’un équipé de l’outillage scientifique, l’autre assisté des seules fulgurations de l’intuition, qui donc plus tôt remonte, et plus chargé de brève phosphorescence. La réponse n’importe. Le mystère est commun. Et la grande aventure de l’esprit poétique ne le cède en rien aux ouvertures dramatiques de la science moderne. Des astronomes ont pu s’affoler d’une théorie de l’univers en expansion; il n’est pas moins d’expansion dans l’infini moral de l’homme – cet univers. Aussi loin que la science recule ses frontières, et sur tout l’arc étendu de ces frontières, on entendra courir encore la meute chasseresse du poète. Car si la poésie n’est pas, comme on l’a dit, «le réel absolu», elle en est bien la plus proche convoitise et la plus proche appréhension, à cette limite extrême de complicité où le réel dans le poème semble s’informer lui-même. Par la pensée analogique et symbolique, par l’illumination lointaine de l’image médiatrice, et par le jeu de ses correspondances, sur mille chaînes de réactions et d’associations étrangères, par la grâce enfin d’un langage où se transmet le mouvement même de l’Etre, le poète s’investit d’une surréalité qui ne peut être celle de la science. Est-il chez l’homme plus saisissante dialectique et qui de l’homme engage plus? Lorsque les philosophes eux-mêmes désertent le seuil métaphysique, il advient au poète de relever là le métaphysicien; et c’est la poésie, alors, non la philosophie, qui se révèle la vraie «fille de l’étonnement», selon l’expression du philosophe antique à qui elle fut le plus suspecte.

Mais plus que mode de connaissance, la poésie est d’abord mode de vie – et de vie intégrale. Le poète existait dans l’homme des cavernes, il existera dans l’homme des âges atomiques parce qu’il est part irréductible de l’homme. De l’exigence poétique, exigence spirituelle, sont nées les religions elles-mêmes, et par la grâce poétique, l’étincelle du divin vit à jamais dans le silex humain. Quand les mythologies s’effondrent, c’est dans la poésie que trouve refuge le divin; peut-être même son relais. Et jusque dans l’ordre social et l’immédiat humain, quand les Porteuses de pain de l’antique cortège cèdent le pas aux Porteuses de flambeaux, c’est à l’imagination poétique que s’allume encore la haute passion des peuples en quête de clarté.

Fierté de l’homme en marche sous sa charge d’éternité ! Fierté de l’homme en marche sous son fardeau d’humanité, quand pour lui s’ouvre un humanisme nouveau, d’universalité réelle et d’intégralité psychique … Fidèle à son office, qui est l’approfondissement même du mystère de l’homme, la poésie moderne s’engage dans une entreprise dont la poursuite intéresse la pleine intégration de l’homme. Il n’est rien de pythique dans une telle poésie. Rien non plus de purement esthétique. Elle n’est point art d’embaumeur ni de décorateur. Elle n’élève point des perles de culture, ne trafique point de simulacres ni d’emblèmes, et d’aucune fête musicale elle ne saurait se contenter. Elle s’allie, dans ses voies, la Beauté, suprême alliance, mais n’en fait point sa fin ni sa seule pâture. Se refusant à dissocier l’art de la vie, ni de l’amour la connaissance, elle est action, elle est passion, elle est puissance, et novation toujours qui déplace les bornes. L’amour est son foyer, l’insoumission sa loi, et son lieu est partout, dans l’anticipation. Elle ne se veut jamais absence ni refus. Elle n’attend rien pourtant des avantages du siècle. Attachée à son propre destin, et libre de toute idéologie, elle se connaît égale à la vie même, qui n’a d’elle-même à justifier. Et c’est d’une même étreinte, comme une seule grande strophe vivante, qu’elle embrasse au présent tout le passé et l’avenir, l’humain avec le surhumain, et tout l’espace planétaire avec l’espace universel. L’obscurité qu’on lui reproche ne tient pas à sa nature propre, qui est d’éclairer, mais à la nuit même qu’elle explore; celle de l’âme elle-même et du mystère où baigne l’être humain. Son expression toujours s’est interdit l’obscur, et cette expression n’est pas moins exigeante que celle de la science.

Ainsi, par son adhésion totale à ce qui est, le poète tient pour nous liaison avec la permanence et l’unité de l’Être. Et sa leçon est d’optimisme. Une même loi d’harmonie régit pour lui le monde entier des choses. Rien n’y peut advenir qui par nature excède la mesure de l’homme. Les pires bouleversements de l’histoire ne sont que rythmes saisonniers dans un plus vaste cycle d’enchaînements et de renouvellements. Et les Furies qui traversent la scène, torche haute, n’éclairent qu’un instant du très long thème en cours. Les civilisations mûrissantes ne meurent point des affres d’un automne, elles ne font que muer. L’inertie seule est menaçante. Poète est celui-là qui rompt pour nous l’accoutumance. Et c’est ainsi que le poète se trouve aussi lié, malgré lui, à l’événement historique. Et rien du drame de son temps ne lui est étranger. Qu’ à tous il dise clairement le goût de vivre ce temps fort! Car l’heure est grande et neuve, où se saisir à neuf. Et à qui donc céderions-nous l’honneur de notre temps? …

«Ne crains pas», dit l’Histoire, levant un jour son masque de violence – et de sa main levée elle fait ce geste conciliant de la Divinité asiatique au plus fort de sa danse destructrice. «Ne crains pas, ni ne doute – car le doute est stérile et la crainte est servile. Ecoute plutôt ce battement rythmique que ma main haute imprime, novatrice, à la grande phrase humaine en voie toujours de création. Il n’est pas vrai que la vie puisse se renier elle-même. Il n’est rien de vivant qui de néant procède, ni de néant s’éprenne. Mais rien non plus ne garde forme ni mesure, sous l’incessant afflux de l’Etre. La tragédie n’est pas dans la métamorphose elle-même. Le vrai drame du siècle est dans l’écart qu’on laisse croître entre l’homme temporel et l’homme intemporel. L’homme éclairé sur un versant va-t-il s’obscurcir sur l’autre. Et sa maturation forcée, dans une communauté sans communion, ne sera-t-elle que fausse maturité? …»

Au poète indivis d’attester parmi nous la double vocation de l’homme. Et c’est hausser devant l’esprit un miroir plus sensible à ses chances spirituelles. C’est évoquer dans le siècle même une condition humaine plus digne de l’homme originel. C’est associer enfin plus largement l’âme collective à la circulation de l’énergie spirituelle dans le monde … Face à l’énergie nucléaire, la lampe d’argile du poète suffira-t-elle à son propos? Oui, si d’argile se souvient l’homme.

Et c’est assez, pour le poète, d’être la mauvaise conscience de son temps.

From Les Prix Nobel en 1960, Editor Göran Liljestrand, [Nobel Foundation], Stockholm, 1961

SAN SALVADOR: CIUDAD SIN MEMORIA Por Tirso Canales

SAN SALVADOR,26 de noviembre de 2009 (SIEP) “El poeta Tirso Canales describe magistralmente las luchas populares para derrocar al Coronel José María Lemus en el año 1960 en esta novela Ciudad Sin Memoria publicada en 1996, de la cual publicamos un capítulo” señaló el Lic. Roberto Pineda, del Centro de Estudios Marxistas “Sarbelio Navarrete.”

CIUDAD SIN MEMORIA

Todo aquello ocurría ante los ojos de Isabel, Reina de ‘Todas las Españas”: En la entrada oriental del Palacio Nacional, era testiga de la barbarie. Por cierto que ella no era ninguna santa, en materia de “verguiar” pueblos, bastante práctica tuvo a lo largo del continente latinoamericano que nuestros pueblos no olvidarán jamás.

En 1524 se ¿irritaría? con los informes de Pedro de Alvarado, acerca de la indomabilidad del Pueblo Pipil, asentado en el soleado Valle de Cuscatlan? Ahora, en 1960 lo ve con sus propios ojos. Sin perder detalle, desde un lugar destacado en la parte más alta de las escalinatas de mármol amarillento del Palacio Nacional de San Salvador. En ese edificio tiene su sede la Asamblea Legislativa y varios Ministerios del “gobierno democrático” por gracia de sus majestades los fraudes, las imposiciones y la matanza ordenada por su excelencia, el Coronel Calduevidrio.

Cuando los grupos de personas de todas las edades que asistían al desfile “del 15 de septiembre”, topaban con la Policía de Hacienda y corrían en busca de otra salida en el extremo.

La Policía Nacional atajaba en plena bocacalle “con topeka” en mano y las bazucas lanzadoras de gases… Corrían para otro lado, pero luego iban a topar con las bayonetas de la Guardia Nacional. En otra dirección la Policía Militar los reviraba contra la Policía de Aduana. Luego los “choriceros” de la Policía Municipal aplicaban “vainazos” a cuanto maje estaba zampado en la “bayuncada” del desfile. Aquella plaza se convirtió en hervidero donde lo único distinguible era el humo negro azuloso de la pólvora y el asfixiante olor a gases “saca mocos”. La tronazón de disparos y la gritería desesperada de los ayes despavoridos corriendo de un lado a otro, hacían temblar…

La Catedral Metropolitana había cerrado sus puertas después de que el Coronel Calduevidrio asistió al Tedeum, en “acción de gracias por la independencia”. Monseñor Chéver y Cabrales, ofició la misa y cuando terminó acompañó hasta la puerta a las “Damas de Buen Corazón”, entre quienes se encontraba la Primera Dama, Doña Pura. Vestida de negro riguroso, en el acto consagratorio entregó su óbolo para que continuara la esforzada construcción de la Catedral traga millones que estaba proyectada para el año de nunca jamás, como decía el pueblo.

Más que correr saltaba el grupo de la Policía Nacional del “desfile de la Independencia”. Por las cuatro esquinas de la Plaza Barrios, los camiones de la Policía Especial, o sea la política, se agolparon y luego empezaron a señalarle a la guardia, a personas conocidas.

– ¡Asesinos! -gritaban los estudiantes.

La gente se apiñaba en las esquinas tratando de salir sin conseguirlo. Desde las azoteas del edificio, “Dueñas”, del Casino Salvadoreño, de Goltri y del “Hipotecario”, llovían balas, gases, bombas de mal olor, bombas de humo negro pegajoso. El Coronel Calduevidrio había estado ofreciendo en sus discursos de las últimas semanas, esas “sorpresas”.

Todo el mundo buscaba salir de la Plaza Barrios que se había transformado en un infierno. Los militares corrían persiguiendo mujeres. Los camiones del Ejército aturdían. El pueblo gritaba y protestaba por los atropellos.

Los oficiales, soldados, guardias, policías de hacienda, policías nacionales, policía militar, cadetes de la Escuela Militar, policía de Aduana, la policía Municipal, la policía política, la policía bancaria, la policía motorizada, la policía civil y la policía secreta, convirtieron el centro de la capital en “plaza de armas”.

No pararon de disparar y de culatear al pueblo. “Eso le pasaba por andar asistiendo al circo donde los animales no estaban domesticados y que además andaban sueltos y borrachos de fetichismo”.

-Con esas palabras apreció los sucesos, Ana Rosa, con su famoso humor cáustico, del que no se escapaba nadie. Bastante hemos presenciado de esta tragedia que parece estar compuesta por infinidad de capítulos observó el Capitán General. Es como una maldición que nos salpica de sangre hasta la coronilla. ¡Cuántos recuerdos desagradables. Como aquel 24 de diciembre de 1922, ¡estoy viendo lo de hoy!. Las salvadoreñas molinistas de aquellos años corrieron con la misma desesperación que las mujeres que estoy viendo, impotente, correr de un lado a otro, procurando salir del alcance de las balas.

Entonces fueron masacradas por ser ‘constitucionalistas” ¡hoy por ‘subversivas’! Cómo si fuera sólo una cosa de palabras. Hubo numerosas mujeres muertas y heridas entonces. Muchos hombres cayeron tratando de defender a sus mujeres y compañeras. La misma saña siempre contra el pueblo, los mismos asesinos de 1932, de 1944, de 1952, y de 1960. ¿Es qué no tiene efecto el tiempo sobre ellos? ¿Cuántas veces se me ha erizado la piel? ¿Y es que tendré tantos más tormentos?. Eduardo advirtió que tanto el Héroe Salvadoreño como su cabalgadura, lloraban gruesas lágrimas alrededor del pedestal.

El pueblo había corrido hacia arriba. Grupos de gente se habían quedado en las Plazas, ‘Dos de Abril” y “Catorce de Julio”.

El General Perales, director de Policía Nacional, ordenó a los batallones anti-motines equipados con modernos “topekas’ que cargaran contra ellos. Todas las personas que habían quedado atrapadas en la zona corrieron hasta la Biblioteca Universitaria. Un grupo numeroso entró primero.

Centenares más se habían refugiado en el Paraninfo Universitario. Entraron por la 7a avenida sur. cerca del Garaje Mundial, y también por la 5 avenida, famosa por sus vendedoras ambulantes que te venden agujas de coser a mano en un canastillo tan chiquito como la palma de la mano, de la niñita descalza que lo lleva con sólo media docena, y te ofrece su mercancía diciéndote que son las últimas, pero en realidad son las primeras porque esa fue la cantidad que logró comprar en las tiendas de mayoreo de la “quinta avenida” que te venden todo a precio de docena; y le ponen a todo, otras formas de engatusar a los clientes. Y la bullanga sigue y bajo el sol bruto te puedes quitar la enorme sed que te rompe la garganta con un buen vaso de ensalada que da gusto, y que de verás te llega hasta el propio sabor con lechuga, mamey, naranja, chan y hasta berro y aquello es toda la gloria, en fin.

Ese día de la “Independencia”, ellas utilizaban creativamente su florido léxico de mentadas de madre, para condecorar a los militares porque se lo merecían, “con gruesos cordones de oro y medallas al mérito, con putiadas de aquellas que están arriba de las sesenta mil putas”.

Eran, de acuerdo a las palabras de Eduardo:

Mentadas de madre en grado superlativo que sólo podían ser creadas por aquellas lenguas gloriosas que sí saben para qué fueron inventadas las putiadas de varios ceros; y esto es, cuando todavía el sesenta por ciento de salvadoreños analfabetos tienen que contar con los dedos, con granos de maíz o con piedritas ¡Imagínense cómo van a ser de largas las putiadas cuando estas gloriosas vendedoras ambulantes sepan, además de leer y escribir, operar computadoras de cuarta o quinta generación!

La zamotana fue de las “más buenas’. Aunque los materiales contundentes y manchantes como tomates, huevos podridos, guineos y otros, se les habían acabado, las canteras de putiadas estaban aún vírgenes, robustas y pariendo más y más y hasta el infinito. Esa es materia inagotable decía Eduardo. Esa es la lengua salvadoreña.

Esas calles hirviendo de sol, son las verdaderas academias que hacen florecer las más brillantes imágenes de contenidos profundos. Esas mujeres deben ocupar asientos de número en la Academia Salvadoreña de la Lengua.

Ante las arremetidas de las vendedoras, los militares corrieron a reagrupar sus fuerzas y volvieron a la carga. Las mujeres haciendo uso de su social ingenio, arremetían por sorpresa aculándose contra las paredes de la Iglesia “El Calvario” y les cantaron a putiadas limpias, hasta de lo que iban a morir el día en que el pueblo despertara.

El General Perales, ante la derrota que estaban experimentando los militares a mano de las vendedoras ambulantes, ordenó sacar los carros blindados con ametralladoras y cañones, y los apostó en la entrada del Telégrafo y en la esquina de la 7ª. Avenida Sur, cerca de la Facultad de Humanidades, donde estaban refugiados cientos de personas. Entre ellas se hallaban las… alumnas del colegio “La Divina Familia” que participaban en el desfile de la Independencia. Ellas corrieron por rutas distintas, pero tampoco las niñas del aristocrático Colegio fueron respetadas por “la bravura” de las tropas.

El pueblo les gritaba “ladrones!”, “¡cobardes!”… Y como para demostrar que no eran cobardes, la emprendieron contra las mujeres que agitaban banderas y que bocabiertiaban por las orillas de las calles como quien mira un circo por los huecos de la carpa, rota y deschirajada, es decir, por andar de mironas” de la “babosada esa que ni gracia tenía”.

Eduardo, llegó sudoroso a donde Ana Rosa. Allí estaba el Chele Escoto, quien lo saludó con un “¡quiubomano, traes las tripas en la boca!”. Mientras se secaba el sudor de la cara y el cuello con su pañuelo blanco grande. Empezó a relatarles lo sucedido en el relajo del desfile.

La tirazón continuaba por las zonas del Mercado Central, el Calvario, el Garaje Mundial, por la esquina que forma la 7 Avenida Sur y la Calle Arce. De todos aquellos lugares se levantaban columnas de humo negro y partían estruendosas ráfagas.

La Rectoría de la Universidad acogió a millares de personas que procuraban ponerse a salvo de la furia de los militares. La gente corría desesperada hacia aquel lugar, considerado como el único a donde los militares no entrarían. Aquellas ideas pronto se vinieron al suelo, cuando los oficiales colocaron frente al viejo portón de madera, un tanque “Sherman” que al primer acelerón tumbó las carcomidas mochetas que sostenían los cuerpos de la anchurosa puerta, y pasó sobre ella como si lo hiciera en carretera llana. Tras el empuje del tanque, penetraron las tropas armadas de “topekas”. Desde el principio la emprendieron garrote en mano contra toda persona que estuviera dentro.

El Rector salió de su despacho asustado y confundido por los sorpresivos acontecimientos. En la entrada de la Rectoría, frente a la tropa que lanzaba gases y repartía garrotazos, se presentó diciendo:

— ¡Señores de la autoridad! ¡Soy el Rector de la Universidad y protesto de modo enérgico por este allanamiento al Alma Mater!… y la violación de la autonomía universitaria garantizada por la Constitución de la República!.

No había terminado de pronunciar sus palabras el Rector, cuando uno de los capitanes que comandaba el asalto le dijo a boca de jarro:

— ¡Qué Constitución ni qué mierda! ¡A vos te andamos buscando comunista hijueputa!… Tras decir aquellas palabras le descargó “el terciazo” en la frente con la pistola desenfundada… Los anteojos del Rector, volaron por el aire lleno de humo.

Luego de presenciar el ejemplo de su jefe, los policías se encimaron asestando garrotazos en la cabeza y la espalda. Entre una lluvia de leñazos lo sacaron a rastras. En vilo lo tiraron adentro de un automóvil sin placas que partió con rumbo desconocido. Dentro de la U. los policías no paraban de repartir leñazos, lanzar gases, romper vidrios, persianas, escritorios… Una sola máquina de escribir, no quedó sobre su mesa, ni un sólo teléfono quedó conectado. Papeleras y papeles, fueron lanzados al suelo con una furia increíble. Numerosos estudiantes y otras personas refugiadas en el recinto universitario que se pasaron del segundo piso a los techos de las casas vecinas, fueron perseguidas por los policías que tenían órdenes de “verguiar a todo el mundo metido allí”.

—“¡No quiero quejas de nadie!”—advirtió el General Perales.

Camiones, ambulancias y todo tipo de vehículos militares, sacaron de la U. a centenares de personas y las llevaron de prisa.. Tras la acción policíaca, cundió el escándalo en la Capital, los golpeados y heridos en el asalto sumaron centenares. El escándalo se transformó pronto en noticia del momento. Los habitantes de San Salvador comentaban los sucesos de distintas formas y los calificaban de diversas maneras. Las vendedoras ambulantes por su proximidad a la U. asaltada eran quienes en masa hablaban de las tropelías y los nombraban con adjetivos que ellas han creado en su larga, esforzada y dolorosa faena. Esos adjetivos que se vuelcan con grandeza y alcanzan su magnitud en la boca franca de las locatarias, que es como decir el pez nadando en su agua viva. El gobierno japonés, cuando hizo el “donativo, desinteresado y de amistad”, aseguró que con los garrotes “topeka”, las autoridades podían flagelar, incluso el rostro y cualquier otra parte sensible, sin dejar huellas. Aunque se usaran sin destreza.

La verdad fue que donde pegaron los “topeka” no quedó señal alguna, pero eso sí, “el dolor subcutáneo era tan bruto que vos no imaginas cabrón”. Los heridos fueron los que sufrieron ataques con culatas de fusil y bayonetas caladas. En cambio los “topeka” o porras japonesas no dejaron ni señas o sea que la tecnología japonesa en materia de “dar verga” había demostrado que era sofisticada de veras. La policía sacó hasta la última persona de las instalaciones.

En el Paraninfo de la Universidad arrancaron las paredes de tablas y abrieron los archivos para llevarse los expedientes de los estudiantes. Después de los muebles despedazados en el suelo, nada faltaba por registrar dentro del recinto. En la parte dominante del Paraninfo, colgados a tres metros quedaban dos grandes retratos pintados al óleo por el maestro Valero Lecha, y correspondían al Doctor Juan Lindo, fundador de la Universidad de El Salvador, y otro a Francisco Gavidia, uno de los grandes poetas salvadoreños, símbolo de la literatura nacional.

Los retratos estaban intactos, pero el Coronel Palomar que comandaba la acción, ordenó “apiarlos de inmediato”.. En cuanto cayeron al suelo, los policías con las bayonetas caladas en sus fusiles los “atacaron” hasta dejarlos tasajeados, tal como ordenó su jefe. Aquellas obras de arte tenidas por joyas de enorme valor histórico, cultural y memoria de la ciudad, nada pudieron hacer como simples objetos ante la embestida. Allí quedaron convertidas en simples chirajos de tela metidos en marcos semi desarmados, junto a los numerosos vitrales de colores que servían de tragaluces.

-Sus órdenes han sido cumplidas, mi General! -informó el Coronel Palomar, haciendo sonar los talones de sus botas, mientras se cuadraba y saludaba a su superior… Diciendo aquello continuó la ceremonia:

— ¡Con su permiso, mi General, puedo retirarme?

— Sí, Coronel, y lo felicito, por saber cumplir con su deber.. Puede retirarse!. El Coronel Palomar, saludó a su jefe. Dio media vuelta golpeando los talones que sonaron como si hubiera golpeado tablas de madera dura muy seca y se retiró hacia el casino de oficiales del cuartel.

Eduardo fue pronto a buscar a Raúl en el “Avispón” del Chele Escoto. En casa de Javier lo encontró esperando ansioso los materiales que debían ser incluidos en el periódico Abril y Mayo, que ya estaba “hirviendo” en la imprenta.

– ¡No contradiga mis órdenes, Coronel Infante! -gritó el General Perales, cuando el tercer Jefe le dijo que entre las mujeres estaba un numeroso grupo de niñas del Colegio “La Divina Familia.” Ella entraron a las instalaciones universitarias para protegerse de los disparos que se producían en la zona, cuando regresaban del desfile.

-Disculpe mi General, digo esto, porque se trata de niñas de colegio, y meterlas en la misma celda con ladrones incorregibles podría ser peligroso.

-He ordenado que las meta allí —gritó el General Perales y

-agregó—, ¡cumpla las órdenes Coronel, y nada más!.

—Como usted ordene, mi General!…

El Coronel Infante saludó a su Jefe, pidió permiso para retirarse y fue a cumplir las órdenes.

Los ladrones “rematados”, muchos de ellos desnudos por completo y con el pelo crecido sobre el pecho. Llevaban años guardando prisión en aquellas inmundas celdas de la Policía Nacional. Cuando metieron a las mujeres a las bartolinas, varios individuos se inquietaron, pero uno de ellos se puso al frente del grupo de los “presos de por vida” a quienes ordenó con voz enérgica.

– ¡Se van todos hasta el rincón!

-¡Y les advierto: “deben ser respetuosos con las señoritas que han metido aquí”!

El hombre corpulento y de gruesos brazos velludos, conocido en el hampa como “Superman”, dijo aquellas palabras de modo cortante y con aplomo de líder.

Una de las mujeres recién introducidas a la celda de los ladrones rematados, explicó que eran estudiantes universitarias, y que habían sido capturadas en el asalto a la Universidad por la Policía. La mujer dijo a los ladrones, “no hemos cometido ningún delito”…

No había terminado de hablar cuando “Superman”, que hablaba como jefe de los “ladrones rematados”, les dijo:

– ¡Señoritas!, no tengan miedo que nadie les hará daño. Les digo que nadie aquí se comportará mal, con ninguna de ustedes. No tengan miedo que nada les sucederá…

Diciendo eso, “Superman”, repitió para los presos:

— ¿Entendido?

Y casi a coro los “ladrones rematados” respondieron al liderazgo de “Superman” y dejaron el espacio junto a la puerta para que se alojaran las mujeres.

Con un reguero de publicaciones impresas unas y otras mimeografiadas, expuestas en dos mesas, en el salón azul de Casa Presidencial, el Coronel Calduevidrio, mostró a los periodistas, las “evidencias subversivas”.

—Todo esto demuestra que la Universidad no es centro de estudio, sino de indoctrinamiento comunista. -Decía ante las cámaras de televisión y las numerosas grabadoras que le acercaban los periodistas.. -Esta es prueba de que el oso moscovita acecha la democracia, continuó el Coronel Calduevidrio tratando de justificar el asalto.

La mayoría de periodistas, con interés inusitado tomó fotografías de los “increíbles planes” expuestos en aquellas dos mesas por “el señor presidente”.

El Coronel Calduevidrio dio por terminada la “conferencia de prensa”, e invitó a los periodistas a tomar el acostumbrado bocadillo”. En el salón Crema, fueron atendidos por el Jefe del Estado Mayor, quien departió con ellos, como su amigo y conocido…

Carta de duelo por Leonel Gómez

Carta de duelo por Leonel Gómez

Dagoberto Gutiérrez

Eran tiempos difíciles, de mucho miedo y represión, en el campo empezaba a nacer la resistencia organizada y la guardia nacional apretaba, con saña, el cordón de la muerte. Fue en esos tiempos cuando nos conocimos, en casa amiga, con el doctor Leonel Gómez en la Ciudad de Santa Ana. Ambos santanecos, yo comprometido con los que estaban comprometidos, él recién llegado de los Estados Unidos y con un proyecto en su cabeza, alto, blanco y de barba poblada, con discurso intelectual y anteojos parpadeantes, muy seguro de si mismo y con muchos sueños, vinculado a la civilización del norte, pero amarrado a la realidad de su país; siempre parecía moverse entre dos aguas, aunque un cierto remolino lo aspiraba hacia el vórtice quemante de El Salvador.

Proponía en ese momento cambiar la realidad de los centros penales del país y esto chocó con el modus operandi de la época, eran los años puente, entre las décadas 60 y 70 del siglo pasado, y Leonel, miembro de una familia vinculado al cultivo del café, entraba quizás sin saberlo, en el torbellino histórico que llevaría a la guerra popular.

Con mucha inteligencia y capacidad analítica, con cierto desenfado en su lenguaje y una manera ligera de vestir, Leonel siendo como era, dueño de una sensibilidad humana que le permitía estar cerca de los más humildes y desposeídos y conociendo, como conocía, a los potentados y a su lógica de enriquecimiento; estaba destinado a tomar bando y ser parte de la confrontación histórica mas importante de nuestro país. A punto estuvo de pagar caro su compromiso, pero el aviso oportuno de algún amigo o amiga salvó su vida en el último instante.

Salió al exterior y en los Estados Unidos completo su visión del mundo, pero la visión de su propio país siempre empezaba y terminaba en su propio país, por eso su pálpito fundamental estuvo situado junto a las cocinas con menos comida y a las alforjas mas vacías.

Leonel era amante de los perros y sufrió mucho por uno de ellos al que llamó chucho que murió de cáncer; este parecía prestar atención a las conversaciones pero al final siempre terminaba profundamente dormido debajo del sofá.

Leonel era dueño de un sentido misterioso de la vida y parecía vivir en el claro oscuro de los acontecimientos, su cabeza organizada le permitía dejar siempre cosas pendientes en las reflexiones, dando la impresión permanente de que siempre había algo más allá de la última palabra.

Su trabajo de investigador con senadores del partido Demócrata de los Estados Unidos le llevó a conocer las sinuosidades y humedades de los casos más tensos pendientes de ser investigados en el país y, el narcotráfico, el asesinato de los Jesuitas y sus empleadas, la muerte de Monseñor Gerardi en Guatemala y la de un sindicalista salvadoreño en Usulután, contaron decisivamente con su capacidad analítica.

Leonel se relacionaba con todo mundo y hablaba con todos los colores y siempre contó con información variada, por eso al oír su voz en el teléfono yo sabía que tenia algo que valía la pena escuchar y entender.

Su corazón empezó, lenta pero inflexivamente a resentirse y Leonel con más de 60 años, con mucha experiencia de la vida, con muchos proyectos en su cabeza y mucho conocimiento de su mundo, no redujo nunca, ni su ritmo ni su estilo.

Al final, su corazón cesó de danzar sus sístoles, y aunque sabíamos de su dolencia, siempre fuimos sorprendidos sus amigos por la noticia de su muerte y esta siempre pareció, como una invitada inoportuna aunque tenaz.

Murió como había vivido y por eso, luego de ser incineradas, sus cenizas fueron esparcidas al viento, como pañuelos blancos llenos de llanto, en la zona guerrillera de la Mora, al norte del heroico cerro de Guazapa, junto a las antiguas trincheras de la guerrilla y otras fundidas con el suelo al pie de la clínica que él ayudó a fundar. Sus cenizas rubrican el compromiso determinante de su vida y confiesan al viento, a quien perteneció, con quien estuvo y con quienes se fuga hacia la luz.

Breve Biografia de Dagoberto Gutiérrez

Biografia Dagoberto Gutiérrez

Nací en Chalchuapa el 12 de Diciembre de 1944, en medio de la huelga general contra el dictador Osmín Aguirre salinas. Este llegó al poder luego del golpe de estado contra el general Ignacio Menéndez en octubre del 44, en mayo de ese mismo año fue derrotado y expulsado del poder, mediante una huelga general de brazos caidos el dictador Maximiliano Hernández Martínez.

Estudié mi primaria en Chalchuapa en la escuela Francisco I. Cordero, y la secundaria en el Instituto Nacional de la Localidad; pero el bachillerato lo hice en el Instituto Nacional de Santa Ana (I.N.S.A).

A estas alturas de mi vida ya era la realidad económica, social y política de mi comunidad y mi país lo que conmovía, preponderantemente, mi atención.

Estudié derecho, en la Facultad de Derecho de Universidad de El Salvador, a partir de mil novecientos sesenta y dos. Aquí me incorporo a la izquierda estudiantil y al Partido Comunista de El Salvador.

Desde ese momento, mi vida ha sido el cruce constante de los espacios abiertos y clandestinos; pero en todo momento dedicando mucha energía a la organización de la parte mas débil y vulnerable de la población. En esta década se inicia el aprendizaje político en las luchas electorales hasta llegar a la década encendida de los años 70. Aquí se sitúa la Unión Nacional Opositora como la alianza política más importante del país.

En eso años fui Secretario General de la Juventud Comunista y presidente del Consejo Estudiantil Provisional (SEP), que dirigió la lucha por la recuperaron de la Universidad ocupada militarmente en 1972.

La matanza de febrero de 1977 en la Plaza Libertad, abrió plenamente el camino a la guerra popular. Y la creación del FMLN en 1980 aseguró la unión, mas bien la alianza, de la 5 organizaciones político militares que llevaron victoriosamente la guerra hasta su fin negociado en 1992
La década de los 90 del siglo pasado, abre el periodo de post-guerra y luego del rompimiento con el partido FMLN, a la altura de 1997, mi lugar a estado y está en el terreno de la resistencia, para hacer política, construir alternativas y hacer fuertes y con poder a los que lo van a necesitar para transformar revolucionariamente la sociedad.

Ahora las energías, la experiencia y el estudio están al servicio de una agenda popular, política, ambiental que parte de los intereses de las comunidades de los que resisten a la dictadura de mercado, a la política neoliberal y lucha por impedir que sean los más pobres los que paguen los costos mayores de la crisis global del capitalismo.