Lucha Libre en El Salvador: Leyendas y Anécdotas. Aleyda Reyes.

La Lucha Libre en El Salvador ha generado varias leyendas de luchadores. Su disciplina y espectáculo han sido el entretenimiento para muchos salvadoreños que gozan de esta práctica.

La Lucha Libre Profesional, o pancracio, es un deporte considerado como un espectáculo. Este es famoso y practicado en varios países como Estados Unidos y México. La práctica en este último país influenció a la lucha libre en El Salvador. El enmascarado de plata “El Santo”, Huracán Ramírez, Blue Demon, Black Shadow, Médico Asesino. Son parte de la lista de luchadores mexicanos que fueron modelos de los luchadores salvadoreños.

La Lucha Libre en El Salvador: Inicios

La lucha libre en El Salvador tuvo sus inicios a mediados de los años 50. Su época de oro fue durante los 60 y 70. Su escenario principal fue la Arena Metropolitana, que se ubicó en la calle Concepción de San Salvador.

Según la historia, el padre de la lucha libre en El Salvador fue Salvador Guandique. Él era propietario del gimnasio Gym London, donde se preparó a los atletas en diversas disciplinas, como: lucha olímpica y grecorromana, gimnasia olímpica, físicoculturismo, boxeo, entre otros.

El primer instructor de esta disciplina fue conocido como el Turco Ocón. Reclutó jóvenes talentos para el pancracio y los instruyó, para luego, subirlos al ring. Estas acciones correspondían a un plan presentado por Jorge Panameño, quien venía de México con su licencia de promotor y poseedor de los derechos de franquicia de la lucha libre mexicana para desarrollarla en El Salvador.

Las primeras luchas profesionales en el país fueron realizadas en el antiguo Gimnasio Nacional, que se ubicaba sobre la Segunda Calle Oriente de San Salvador. Después de ser demolido, las funciones se trasladaron al viejo Cine Popular, conocido como “El Pulgoso” (llamado también Cine Libertad).

Con el tiempo surgieron otros escenarios de combate como la Arena Metropolitana y la Arena Santa Anita. En estas, cada fin de semana se realizaban enfrentamientos entre luchadores locales y extranjeros. Los aficionados podían presenciar estos combates o, incluso, ver las funciones por la televisión.

Leyendas de la Lucha Libre en El Salvador

La lucha libre salvadoreña entretuvo a grandes y chicos. Vio nacer y crecer a luchadores que tiempo después se hicieron famosos convirtiéndose en leyenda.

El Salvador logró formar luchadores con calidad internacional. Entre ellos, Tony Jackson, quien destacó en la Arena Coliseo de México y en cuadriláteros de toda Centroamérica. Otros luchadores salvadoreños que obtuvieron fama y que son recordados son: El Gran Chema, Kaly Valdés, El Zas I, el Águila Migueleña, Tío Tigre Cardoza, Sordomudo Cruz, entre otros.

Ellos fueron quienes en cada pelea en el cuadrilátero brindaban un espectáculo de gran nivel. Sorprendían con sus maniobras: aplicación de llaves, saltos desde las cuerdas, topes “suicidas”, candados al cuello, “doble Nelson”, patadas voladoras, quebradoras, piquetes a los ojos, mordidas en las manos, y toda clase de malabares en duelos individuales o en parejas a dos de tres caídas, sin límite de tiempo.

Tony Jackson: Una Leyenda Salvadoreña

El salvadoreño Mario Rafael Membreño Hasbún, conocido en el mundo de la lucha libre como Tony Jackson, es una leyenda de este deporte (1936-2021). Estuvo activo en las décadas de los años 50, 60 y 70, tanto en los cuadriláteros locales como extranjeros.

Desde joven practicaba lucha olímpica y grecorromana, disciplinas que le ayudaron para abrirse un lugar y una carrera exitosa en el pancracio. Uno de sus logros durante su carrera fue el premio de Campeón Nacional de Peso Ligero.

También obtuvo reconocimiento del público por hacer dupla (pareja) con el luchador el Santo (mexicano) cuando se enfrentaron en el cuadrilátero contra el dúo Gory Casanova y El Bucanero. Este fue un gran espectáculo en esa época. Otra de sus parejas en el ring fue el luchador The Tempest.

En una entrevista a un periódico local, Tony Jackson contó que cuando buscaron aspirantes para la lucha libre se presentó de inmediato. Y narró que fue el instructor Turco Ocón quien le dio el visto bueno. Después de su retiro en 1981 quiso ser instructor, pero su personalidad exigente no parecía conjugar con los aspirantes.

Anécdotas de los Seguidores

Muchos salvadoreños recuerdan aquellas jornadas en las arenas donde se desarrollaban duelos de lucha libre. Allí se dio vida a las leyendas salvadoreñas de esta práctica.

Como muestra, Fernando López rememora: “En los años 80 visitaba la arena Santa Anita, en el barrio del mismo nombre en San Salvador. Los aficionados a la lucha libre íbamos a ver las peleas. Recuerdo que a los malos les llamaban rudos, y a los buenos técnicos”.

“Entre los buenos recuerdo: el Sordomudo Cruz, el Rebelde, el Fantasma, el Vikingo y el Ringo.Los aficionados casi siempre apoyábamos a los buenos”. Y continúa: “También había otro lugar que se llamaba Arena Coliseo estaba por la Tiendona siempre en San Salvador. Luego desaparecieron”.

Recuerde con el siguiente video esta memorable práctica, la cual se resiste por extinguirse: y que aún se organizan duelos, por ejemplo en la Arena Gladiadores y la Arena Triple C.

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