“Díganle a mi hija que morí luchando…”

“Díganle a mi hija que morí luchando”

Recuerdo que esa noche me desperté por los sonidos incesantes, parecían cohetes navideños, pero poco a poco me di cuenta que era algo más. En plena oscuridad mis padres se levantaron y en secreto murmuraban algo, luego nos levantaron y de manera improvisada crearon una especie de refugio dentro de la casa: unieron los colchones de las diversas camas y nos metieron a mi hermano y a mí, luego ellos dos entraron. Así comenzó aquel episodio de mi vida, a mis diez años conocí un personaje del cual había escuchado historias terribles, pero que en realidad no conocía: La guerra.

En noviembre de 1989 vivíamos en un suburbio de Soyapango, al oriente de la Capital salvadoreña. Años después, por mis propios medios investigué y logré conocer que, justamente la noche del 11 de noviembre, columnas de combatientes del Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN), que venían de Guazapa y otras zonas del norte del país entraron a Soyapango, por el Río Sucio o el Río Las Cañas, que justamente lindaba con la colonia en la que vivíamos.

En efecto, cuando las balas cesaron (no recuerdo cuánto tiempo pasó) y logramos salir brillaba un sol radiante y en lo alto del pasaje habían personajes extraños, pero muy interesantes para la curiosidad infantil. Todos los cipotes fuimos subiendo hasta la punta del pasaje y nos acercamos, poco a poco, a un amable señor de gran barba y traje verde olivo, sobre su hombro un arma muy larga, junto a él unas jóvenes de pelo alborotado, sonreían muy tranquilas. Conversaron con los cipotes más grandes y a los pequeños nos regalaron dulces, creo que la señora de la tienda, la niña Martha les regaló cosas y ellos compartieron con nosotros. Todo parecía en calma.

Luego de un rato y de satisfacer la curiosidad infantil, de ver “un guerrillero” en vivo y en directo y darnos cuenta que eran jóvenes normales como cualquiera, pasamos a las labores cotidianas. Mi hermano y yo a comprar las tortillas, donde la niña Leti, cuya casa quedaba justo arriba del pasaje. De repente zumbaron las balas, algunas atravesaron las laminas de la humilde tortillería, y todos los que nos encontrábamos ahí instintivamente nos agachamos, yo levantaba la cabeza, porque quería ver qué pasaba.

Pero el señor barbudo nos gritó: “todos al suelo y cúbranse… estos hijos de puta nos están disparando”. Los Hijos de Punta se transportaban en el avión y disparaban contra los combatientes, estuviese, quien estuviese presente. Por suerte, el asunto no paso a más y todos salimos ilesos, por lo menos ese día, y mi hermano y yo salimos en guinda hasta la casa.

No estoy segura cuántos días y noches pasaron, pero tengo la impresión que fueron muy pocos. Entre esos días hubo una noche cruel, sellada con el toque de queda y donde el avión pasó disparando y disparando, zumbaban las balas en los techos. Cuando el avión había cesado su amenaza, a lo lejos, con vos quedita una desesperada voz femenina decía “ayúdenme, déjenme entrar, ando perdida…”, alguien tocaba las puertas y portones, pero creo que nadie abrió.

Cuando amaneció se escuchaba un pesado silencio. Como era lógico los cipotes del pasaje comenzaron a salir de las casas y formamos un grupo grande, yo era la única niña, que recuerde que se unió al grupo. Hasta el pasaje llegaron rumores que habían unos muertos en la entrada de la colonia, cerca del obraje y decidimos ir a ver.
Cuando terminamos de subir la cuesta (Bosques del Río es una colonia de eternas colinas) llegamos y pude ver que había dos cuerpos, una mujer y hombre. La escena era impactante: primero se encontraba un joven, muy joven, casi como nosotros, sin barba y de piel blanca, acostado, como si descansara mirando al cielo, pero estaba inmóvil frente a un sol caliente, su uniforme roto y la mezcla del verde con un café oscuro sobre la tela era una señal de la sangre que brotó hacia horas, debido a los múltiples disparos que había recibido. Su rostro estaba descubierto, la gorra que llevaba estaba zafada, como que si su cabeza hubiese golpeado el suelo sin mayores cuidados, sus ojos y su boca abiertos mirando hacia arriba, pero apagados, sin luz, ni aliento.

A unos metros estaba una joven. Lo primero que me llamó la atención fue su cabello negro totalmente alborotado, salvaje, su uniforme verde, sus botas negras y su pantalón dentro de ellas. Ella se encontraba hincada y recostada sobre sus piernas desangradas y el asfalto, a un costado tenía el fusil, o no sé qué era, pero era un arma grande, casi del largo de su cuerpo (ahora que analizo la escena daba la impresión que estaba en posición de defensa y que ahí habían sido sorprendidos por un ataque aéreo).

A su alrededor y sobre sus piernas habían varias bolsas de sal, parecía que intentaban cubrir la sangre, pero mi mente infantil no comprendía ¿Para qué la sal? Pensé. En ese momento una señora que pasaba por ahí dijo: “niño no dejes que la niña vea esto, se va a traumar” y mi hermano, que era un par de años mayor, intentó infructuosamente taparme los ojos, pero la verdad es que estábamos frente a una realidad que nos tenía absortos y continuamos observando.

De repente, algo llamó mucho mi atención, se trataba de un pedazo de cartón que la joven tenía colocado sobre su pecho y en él había una frase escrita con un color rojo oscuro, casi café, que decía “Díganle a mi hija que morí luchando”. Desde ese instante y con el pasar de los años surgieron miles de dudas o interrogantes ¿Quién era la hija? ¿Qué lucha era esa? ¿Quién era esta joven madre? ¿Por qué murió así? ¿Dónde está esa hija? ¿Se habrá enterado la hija de lo sucedido a su madre? ¿Pudo alguien llevar ese último y sentido mensaje?

Siempre he mantenido esa inquietud de saber quién era esa hija y poderle decir el último mensaje de su madre y contarle que sus restos, junto a los de aproximadamente 20 combatientes, en su gran mayoría jóvenes, fueron enterrados por la comunidad en una fosa común, ubicada en un predio baldío de la Colonia Los Ángeles, frente a la entrada de la Colonia Monte Blanco, de Soyapango.

Años después, en ese mismo lugar se construiría un local para ANTEL, que luego pasó a ser TELECOM, y que fue ahí cuando encontraron y extrajeron los restos, de esos muchachos, luego no sé qué pasaría con ellos.

Hoy, muchos años después, esa frase ha marcado mi corazón y siempre pienso si esa hija conoció el heroico legado de su madre. Quizás justamente por ese mensaje, que no estaba dirigido para mí, pero que de alguna manera me provocó empatía a pesar de mi ignorancia infantil, años después comencé a trabajar en la búsqueda de personas desaparecidas durante la guerra.

Cinco Tesis para un Análisis Crítico de la Gestión Económica Gubernamental 2009-2014

Cinco Tesis para un Análisis Crítico de la Gestión Económica Gubernamental 2009-2014
mayo 30, 2014 Voces Comentar
Publicado en: Actualidad, Economía, Foro de opiniones, Nacionales, Voces Ciudadanas

La evaluación de la gestión económica de un gobierno es una tarea compleja. No por las cifras, hechos y/o relaciones multicausales que esta tarea implica, sino sobre todo, por la posición desde la cual se realiza esta tarea.

Julia Evelyn Martínez

No es lo mismo analizar el desempeño de un gobierno desde el mismo gobierno, que analizar esa misma gestión desde la oposición política. Imaginemos por un momento cuál sería hoy la interpretación que los economistas orgánicos del partido FMLN, harían sobre la tasa promedio de crecimiento de PIB en el quinquenio 2009-2013, sí el triunfador de las elecciones presidenciales de 2009 hubiese sido el partido ARENA y no el FMLN, y sí estos mismos intelectuales tuvieran que analizar esta tasa de crecimiento desde la oposición política y no desde su colaboración con el gobierno.

¿Continuarían insistiendo que la principal responsabilidad de esa tasa de crecimiento promedio del 0.8% debe atribuirse a la recesión económica mundial, y que en este contexto, esa tasa de crecimiento debería considerarse más bien un éxito? ¿O estos economistas tenderían a restar importancia a los factores internacionales y a centrar su análisis en las restricciones estructurales al crecimiento y a los desequilibrios macroeconómicos de la economía salvadoreña, que no fueron removidas durante la gestión económica evaluada?

Seguramente les pasaría algo similar a lo que les ocurre a los intelectuales orgánicos del partido ARENA que se expresan a través de FUSADES. Estos economistas en su evaluación económica de la presidencia Funes, ponen ahora su énfasis en aspectos económicos y sociales estructurales, como el sub empleo, la pobreza multidimensional y la brecha comercial, que fueron olvidados en sus análisis de las cuatro gestiones presidenciales del partido ARENA.

Tampoco da lo mismo evaluar el desempeño de las políticas económicas gubernamentales desde los intereses de la clase dominante, que evaluar ese desempeño desde los intereses de la clase dominada. Menos aún se puede pretender que este análisis económico será el mismo sí se realiza desde una perspectiva feminista o desde una postura que no tome en cuenta las asimetrías en el funcionamiento de la economía entre hombres y mujeres.

Por todo lo anterior, es una ingenuidad clasificar los análisis económicos de una gestión gubernamental en términos binarios: correctos o equivocados; objetivos o subjetivos; profundos o superficiales. Esto debido a que es inevitable que tenderemos a considerar correctos, objetivos y/o profundos, a aquellos análisis que correspondan a nuestros intereses de clase, género o de partido, y en cambio, tenderemos a considerar como equivocados, subjetivos y/o superficiales, a los que estén en contra o que no correspondan a nuestros intereses de clase, género o de partido.

Establecido lo anterior, a lo que sí podemos aspirar es a elaborar un análisis crítico de la estrategia económica de un gobierno. Entendiendo por análisis crítico una postura de inconformidad con la realidad económica actual y de búsqueda de soluciones alternativas y estructurales a los problemas que produce esta realidad económica.

Un análisis de este tipo, debe realizarse a partir de tesis, que deben ser sometidas a la crítica intensa, al debate argumentativo, y sobre todo, a la confrontación con los hechos y cifras que refuten o refuercen dichas tesis.

En este artículo, y desde una postura definida (marxista, anti-capitalista, feminista, anti-imperialista, no gubernamental y no partidaria), se esbozan algunas tesis que podrían contribuir a un debate crítico sobre la gestión económica gubernamental en el período 2009-2014.

Tesis No 1: La gestión económica de la administración Funes se convirtió desde el inicio hasta el final, en una pieza importante de la estrategia del imperialismo estadounidense por detener el declive de su hegemonía en América Latina y el Caribe.

El Presidente Funes realizó a lo largo de todo su mandato, los mayores esfuerzos por ser recocido por el gobierno de Estados Unidos como un aliado confiable y por formar parte de la revitalización de la estrategia de control político, económico y territorial de Estados Unidos en Mesoamérica. La búsqueda compulsiva de este reconocimiento, llevó al gobierno de Funes a asumir posturas que lo distanciaron de los gobiernos progresistas y anti- imperialistas de sur América y el Caribe y lo acercaron a gobiernos conservadores y pro-imperialistas.

En lo económico, esto implicó la decisión del gobierno de no realizar ninguna revisión a las condición de comercio e inversión impuestas por el Tratado de Libre Comercio con Estados Unidos(TLC); la decisión de incorporar a El Salvador como observados de la Alianza para el Pacífico y mantener alejado al país del ALBA y de Petrocaribe; las gestiones para la firma del Asocio para el Crecimiento con Estados Unidos, y su absoluta disponibilidad para aceptar la creciente condicionalidad del gobierno de ese país para conceder una donación de $277 millones de la Cuenta Reto del Milenio (MCC), incluyendo la formación de una Comisión Nacional por el Crecimiento integrada por los miembros más destacados de la oligarquía neoliberal salvadoreña y principales financiadores del partido ARENA.

Tesis No 2: La gestión económica 2009 – 2014 se vio obligada inicialmente a proseguir con la inercia neoliberal heredada por los veinte años de gobiernos del partido ARENA, pero terminó por asimilarla e incorporarla a su discurso de cambios.

Por inercia neoliberal se entiende la trayectoria de políticas y de reformas económicas inspiradas en el llamado Consenso Neoliberal (privatización, concesiones de bienes y servicios públicas, acuerdos de libre comercio e inversión, fortalecimiento de derechos de propiedad, etc.) que tienen como objetivo principal crear condiciones favorables para que las empresas capitalistas nacionales y extranjeras puedan ampliar sus opciones para invertir capital al mismo tiempo que reducen sus costos y aumentan sus ganancias. Esta trayectoria de políticas supone entre muchas otras cosas, el despojo de la sociedad de sus bienes comunes y de sus bienes públicos, la pérdida de capacidad de los pueblos de controlar las cadenas agro alimentarias así como la pérdida de la capacidad de los gobiernos de decidir sus propias políticas para el desarrollo.

En un primer momento, la incorporación del gobierno de Mauricio Funes a la inercia neoliberal estuvo determinada por factores coyunturales.

En primer lugar, los efectos macroeconómicos de la recesión económica mundial de 2008 y la necesidad de mantener acuerdos de entendimiento con el Fondo Monetario Internacional (FMI), condicionaron al gobierno a aceptar el “blindaje” de las reformas económicas de los 20 años anteriores y abortar cualquier intento de reversión de estas reformas.

En segundo, lugar el reclutamiento y la conformación de los equipos técnicos que dieron soporte al gabinete económico, representaron obstáculos prácticos para que el gabinete económico dispusiera de capacidades para interpretar de una manera diferente los problemas económicos y para pensar en soluciones alternativas a las soluciones propuestas por el consenso neoliberal. No se podía esperar que las cosas se hicieran de manera diferentes a cómo se hacen en el neoliberalismo, sí se encomendó esta tarea a personas que piensan en términos neoliberales y/o personas a las que les es indiferente trabajar para una entidad como FUSADES, para un gobierno de ARENA o para un gobierno del FMLN.

En el mediano plazo, y ante la incapacidad de articular en la teoría y en la práctica un proyecto económico contra hegemónico, el gobierno terminó por asumir la revisión y la profundización del proyecto neoliberal, como su propio proyecto.

La revisión se llevó adelante mediante la adopción de políticas económicas sectoriales, y el incremento del gasto social focalizado a los grupos más vulnerables y más afectados por las dinámicas económicas impulsadas desde el año 1989.

La profundización del modelo se logró a su vez por la vía de las reformas a las leyes de inversión, la ratificación del Acuerdo de Asociación con la Unión Europea, y la identificación de la Ley de Asocios Público Privado (APP) como la “madre de todas las reformas” para el crecimiento y el desarrollo.

Tesis No 3: Un importante sector de economía popular (cooperativas, asociaciones agropecuarias, etc.) logró incidir en el diseño de políticas sectoriales encaminadas a fortalecer a sectores económicos populares. Sin embargo, los beneficios potenciales de estas medidas terminaron siendo neutralizados por la incapacidad e inexperiencia de funcionarios y funcionarias responsables de áreas claves de este ámbito de la gestión económica.

La falta de vinculación orgánica entre el gobierno de Funes y el partido FMLN en el ámbito del diseño de políticas públicas, fue compensado mediante el establecimiento de alianzas con sectores de la economía popular y con organizaciones con base territorial, que tradicionalmente han sido bases del FMLN o en menor medida de partidos como el PDC y el PCN.

Con estos grupos el gobierno pudo conformar el sector social del Consejo Económico Social (CES) y pudo crear las mesas sectoriales sobre diversas temáticas que le procuraron el oxigeno y la legitimidad necesaria en momentos críticos de la gestión económica, como la aprobación de la Ley de Asocios Público Privados y las protestas sindicales. En gran parte, estos grupos que se movilizaron en calles y actos públicos multitudinarios para mostrar la fuerza y el apoyo popular a la gestión gubernamental, a pesar de su distanciamiento con el partido FMLN.

Estas alianzas conllevaron algunos cambios en las políticas sectoriales, en especial en el sector agropecuario, tales como medidas para fortalecer la capacidad de producir alimentos y semillas nacionales, y la canalización de fondos no reembolsables para el desarrollo productivo de empresas pequeñas y medianas, en particular, empresas asociativas y cooperativas. Estas medidas tenían la potencialidad no solo de democratizar la base productiva territorial de la economía salvadoreña sino también de promover la emergencia de relaciones de poder contra hegemónicas a las relaciones de poder económicas basadas en la explotación del capital sobre el trabajo y/o en la expoliación de productores no capitalistas por parte del sector de empresas capitalistas nacionales y transnacionales.

Sin embargo, la falta de perspectiva de Economía Política por parte de funcionarios y funcionarias responsables de estas áreas de la gestión económica, representaron un serio obstáculo para que estas reformas económicas se tradujeran en el fortalecimiento de nuevos actores económicos y de nuevas relaciones económicas en los territorios.

Un ejemplo de esta incapacidad durante este quinquenio fue la desafortunada labor de la CONAMYPE-MINEC que se plegó a la visón de la USAID en el diseño y ejecución de los proyectos de asociatividad y encadenamientos productivos de la micro, pequeña y mediana empresa. Estos proyectos tuvieron como meta la vinculación de las iniciativas económicas populares a las cadenas productivas dominadas por grandes empresas capitalistas (Walmart, Super, Sab Miller, etc.), ya sea en calidad de proveedoras de materias primas y otros productos a precios bajos, como en calidad de distribuidoras de los bienes y servicios producidos por estas empresas.

De esta manera, los mínimos avances logrados en materia de desarrollo de la capacidad productiva del sector popular de la economía terminaron siendo canalizados a beneficiar a las empresas capitalistas nacionales y transnacionales, mediante el abaratamiento de sus costos de producción y de distribución de bienes y servicios, y en el afianzamiento de su capacidad de controlar en su propio beneficio las cadenas productivas nacionales, en particular, las cadenas agroalimentarias.

Tesis No 4: La gestión económica del período 2009- 2014 se realizó sin cumplir con el compromiso contenido en el Plan Quinquenal de Desarrollo de incorporar el enfoque de género en el ciclo de las políticas económicas y terminó reduciéndose a acciones puntuales y aisladas de promoción de iniciativas económicas de mujeres pobres.

Incorporar el enfoque de la igualdad de género en la gestión económica de un gobierno no puede limitarse al financiamiento y/o ejecución de proyectos económicos para mujeres ni tampoco se puede limitar a ejecutar acciones de discriminación positiva o acciones afirmativas para beneficiar económicamente a las mujeres pobres.

Incorporar el género en la gestión económica de un gobierno es convertir la preocupación por la desigualdad de género y el interés por equilibrar las oportunidades de acceso a recursos productivos, a empleo, ingresos y a incentivos económicos entre hombres y mujeres, en las líneas maestras de TODAS las políticas económicas, sean estas políticas fiscales, políticas comerciales, políticas de industrialización, políticas de desarrollo rural, entre muchas otras.

Desafortunadamente, durante la gestión económica del quinquenio, las políticas económicas continuaron siendo ciegas a las relaciones de género y se limitaron a los discursos de buenas intenciones hacia las mujeres y a la ejecución de pequeños proyectos en favor de la “autonomía económica de las mujeres”.

Un ejemplo de la ausencia de esta perspectiva de género en las políticas económicas se puede encontrar en la política de desarrollo rural.

En los principales programas de desarrollo productivo que se ejecutaron desde el Ministerio de Agricultura y Ganadería (MAG) en estos años, se estableció que la propiedad de la tierra sería una de las condiciones indispensables para que las organizaciones rurales pudieran obtener los beneficios de los fondos de inversión no reembolsables para el desarrollo de negocios rentables. Sin embargo, esta condicionalidad excluyó en la práctica a las mujeres rurales, ya que ellas representan una minoría en las organizaciones rurales que poseen tierras y porque las organizaciones de mujeres rurales se caracterizan por no tener acceso a la tierra.

Esto obviamente no fue un resultado intencional de los responsables de estas políticas, sino más bien fue el producto de la ausencia de capacidades para colocar la problemática de género como un tema relevante para el desarrollo rural y para el diseño de estas políticas.

Un diagnóstico de género les hubiera advertido a la administración Funes que las mujeres solo representan el 15% de los propietarios de tierra de vocación agrícola mientras que los hombres representan el 85% de estos propietarios. En consecuencia, esto les habría permitido saber que sí realmente aspiraban a un desarrollo rural con inclusión de las mujeres, debían ejecutar de manera simultánea a estos programas de desarrollo rural, acciones de compra y adjudicación de tierras a las organizaciones rurales de mujeres, para que ellas tuvieran las mismas oportunidades que las organizaciones de hombres de ser beneficiadas con las medidas de promoción a la diversificación y a la competitividad rural.

Ejemplos similares se pueden identificar en otras áreas de política económica.

Tesis No 5: La gestión económica gubernamental 2009-2014 se caracterizó por un estilo autoritario, errático y patriarcal.

Hace exactamente cuatro años, el Doctor Manuel Sevilla presentó su renuncia como Ministro de Agricultura y Ganadería. En su carta de renuncia justificaba su decisión aduciendo que después de casi doce meses encontraba imposible continuar en el MAG por varios motivos, entre ellos porque profesionalmente le era difícil trabajar en un ambiente de “poca coordinación y debilidad de liderazgo, especialmente a nivel de área económica”. Según Manuel Sevilla, los funcionarios del Gabinete Económico carecían en ese entonces de los espacios de análisis y discusión indispensables para convertir al conjunto del Gabinete en un equipo efectivo que le brinde al mandatario la asesoría y el apoyo necesario para gobernar. Asimismo, denunció en ese momento “el estilo centralista y poco participativo que el equipo presidencial ha adoptado en sus relaciones con el Gabinete provoca que las decisiones y equipos se están concentrando en las instancias inmediatas a la presidencia, debilitando la autoridad y capacidad de los ministerio, restringiendo la iniciativa y creatividad de muchos ministros”. (LPG, 12.05.2010)

Dos años después, el Doctor Héctor Dada Hirezi, tomó la decisión de renunciar al cargo de Ministro de Economía debido a la falta de condiciones para crear una política inclusiva dentro del gobierno. Según sus declaraciones, como titular de economía no solo no tenía comunicación directa con el Presidente sino que no participaba en la construcción de la política económica. En sus palabras: “Venían ya cocinadas desde Casa Presidencial y no había oportunidad de opinar” (CP, 30.05.2014)

Estos casos son apenas algunos ejemplos que ilustran el talante autoritario y excluyente que caracterizó el liderazgo del Presidente Fune en todas las áreas de la gestión gubernamental, y en particular, la gestión económica.

A esto debe agregarse el estilo patriarcal de la presidencia Funes, que se tradujo en la conformación de un gabinete económico sin participación de mujeres y con un discurso sexista según el cual, la fortaleza y capacidad de su gobierno tenía como causa principal el hecho de tener “bien puestos los pantalones”.

Un debate sobre estas y otras tesis, es importante y necesario, sobre todo de cara a la nueva gestión económica gubernamental que está por iniciarse. Entre otras cosas, porque como decía Albert Einstein, no se pueden lograr resultados diferentes si se insiste en seguir haciendo las cosas de la misma manera.

Realidades e ilusiones del segundo gobierno del FMLN

Realidades e ilusiones del segundo gobierno del FMLN
Por Roberto Pineda 30 de mayo de 2014
El comienzo de un segundo gobierno del FMLN este próximo 1 de junio, genera diversas interrogantes y desafíos, de algunos los cuales únicamente encontraremos las respuestas a medida que el proceso avance. No obstante esto, para el movimiento popular es crucial definir los indicadores que marcaran el rumbo y darles seguimiento, en el marco del inicio de una aguda pelea por la agenda del país, en la cual la izquierda representada en el FMLN mantiene hasta hoy la iniciativa estratégica, en una compleja dinámica de realidades e ilusiones, de hechos y apuestas, de fuerzas e intereses.
Es una pelea en la cual influyen aspectos internos y del entorno internacional. Es una pelea que se mide por la fuerza y la visión estratégica de cada contrincante, en su definida calidad de enemigo social y no de adversario electoral. Es una pelea con profundas raíces de enfrentamiento de proyectos históricos antagónicos.
A continuación abordamos algunas de estas interrogantes y las respuestas dadas por cada fuerza social a partir de sus intereses de clase. Iniciamos con una valoración sobre la marcha del 1 de mayo.

La CUSS y el Primero de mayo de 2014

El surgimiento de una nueva instancia de coordinación del movimiento popular, social y sindical, a partir de este 1 de mayo, la Coordinadora Unitaria Social y Sindical, CUSS, de la cual participamos como Comunidades de Fe y Vida, COFEVI, de llegar a consolidarse, lo cual no es fácil por las desconfianzas existentes, constituye un importante avance en general, en el camino a la unificación de los sectores populares.
Y en particular, para exigir reivindicaciones socio-económicas a la vez que se respalda políticamente al segundo gobierno del FMLN. Ojala que este respaldo de la CUSS no sea incondicional y tenga como guía fundamental incidir para que la agenda de país priorice la defensa de los intereses de los trabajadores.
El 1 de mayo explica al 1 de junio. Es el peso político del movimiento social y popular que respalda al FMLN y que se expresa en las calles cada 1 de mayo, lo que le permite continuar derrotando a la derecha en general y a ARENA en particular. Son esas decenas de miles de personas organizadas junto con la maquinaria electoral del FMLN el ejército político del actual proceso.
Pero la realidad es que es un movimiento sindical y popular altamente desmovilizado, ideológica y políticamente. Ese despliegue de fuerza popular del 1 de mayo podría ser mayor y es más una celebración pero ha dejado de ser un pronunciamiento de indignación ante la injusticia del capitalismo, ha perdido desde hace varios años, su naturaleza subversiva proletaria de exigir el avance social, de ser voz de revolución, de socialismo.
Recuperar ese espíritu rebelde para poder así incidir en este nuevo momento que se abre el 1 de junio es fundamental. Una contribución importante del movimiento obrero y popular debe ser la crítica fraternal a su propio gobierno. Combinar el respaldo con la crítica. Lo peor que puede pasarnos es convertirnos en un incondicional equipo de aplausos. Lo peor que puede pasarnos es dejar de luchar y permitir la pax del imperio.
Y entre las nuevas ventanas que hay que abrir de esta nueva casa esta la de entender que hay un desplazamiento de la oligarquía como el sector hegemónico del Estado y de la Economía, por lo que la contradicción principal pasa a ser entre los sectores populares y las corporaciones transnacionales, dueñas de la banca, de la energía, de las telecomunicaciones y pujando por apoderarse del agua, de la educación, de la salud, de la seguridad social. Son los nuevos dueños y buscan nuevos empleados. Y aunque no controlan, si tienen presencia en este segundo gobierno.
Las ultimas pinceladas del presidente Funes: confrontativo con la oligarquía pero complaciente con el imperio
El presidente Mauricio Funes representa en el siglo XX-XXI, el mayor enfrentamiento desde el presidente Gerardo Barrios entre el Estado y la oligarquía, y este es un mérito histórico indiscutible. Se merece una estatua y poemas. El presidente Funes se plantó y bien plantado frente a la ANEP y FUSADES. En esto respondió al enérgico llamado de Monseñor Romero.
Pero por otra parte, no afectó sino que fortaleció la esencia del modelo neoliberal y promovió la transnacionalización del capital, y se transformó en un gobierno dócil, sumiso ante los dictados de Washington. En esto no respondió al antiimperialismo de Monseñor Romero. Por cierto su ultima apuesta fue la de ceder desde la SIGET un canal de televisión a un magnate mexicano, siempre en la ruta de confrontar, de disputarle espacios a la oligarquía, de buscar alianzas con las transnacionales para sus patrocinadores.
Fue un presidente que amplió los subsidios y los programas sociales, es otro mérito. Bien ganado. Y su última batalla de guerrero por la justicia, fue memorable, inolvidable, logró humillar y convertir en prófugo de la justicia a un ex presidente arenero, a Francisco Flores, al padre de la dolarización. Y la oligarquía no perdona ni olvida a sus enemigos. Pero el pueblo tampoco.

Los desafíos del segundo gobierno del FMLN
1. “Respetar” o sustituir el modelo económico neoliberal

Desmontar el modelo económico neoliberal debería de ser una de las tareas principales de este segundo gobierno. Es urgente que el estado recupere su papel y se sustituya este modelo nefasto que nos impuso la dolarización y las privatizaciones. Pero por otro lado se escuchan discursos basados en la trillada tesis del “rebalse económico.” Se nos dice que lo fundamental es el crecimiento de la economía.
Primero hay que crecer para que después podamos repartir repiten algunos futuros funcionarios asemejándose a los flamantes funcionarios del primer gobierno arenero de Cristiani en 1989. Pareciera que han estudiado en la Escuela Superior de Economía y Negocios, ESEN. Hay que apretarse el cinturón hoy para que mañana vivamos en la abundancia predicaban antes los sacerdotes del neoliberalismo, del Banco Mundial y del FMI. Es una falacia. La realidad fue que crecieron sus empresas pero nunca repartieron.
La realidad es que este modelo neoliberal lleva en su matriz un chip que bloquea toda posibilidad de redistribución de la renta. Esta ideado para reproducir desigualdad. Es un modelo nefasto. No es un instrumento neutral. Es una navaja diseñada para cortar, para sacar plusvalía y de la absoluta. La ilusión es pretender que este es el camino para el desarrollo. Será el camino pero de las corporaciones transnacionales, incluso de la oligarquía y no de los intereses populares.
Una economía dolarizada no debería ser parte de los 8 compromisos en defensa del sistema asumidos por este segundo gobierno del FMLN. Ver “Respeto a sistema monetario.” (Manifiesto a la Nación de la Formula Presidencial del FMLN. 18 de febrero de 2014).
2. Las alianzas internacionales: Alianza del Pacífico o Alba; Fomilenio II o Petrocaribe.

Dime con quien te alías y te diré quien eres. Pretender mantenerse al margen de la disputa existente entre la Alianza del Pacífico y Alba no es realista. La estrategia agresiva del gobierno de Obama contra el gobierno de Maduro obligara tarde o temprana a asumir una posición. Ojala que esta no sea la de apoyar al “aliado estratégico” alegando la presencia de una tercera parte de nuestra población en territorio del imperio.
La realidad es que existe una fuerte disputa por quien define la agenda de cooperación. Y esto esta vinculado a la definición del modelo de desarrollo que buscamos. ¿Cuál es la apuesta de país? ¿Será acaso convertirnos en un enclave turístico mediante la construcción de hoteles en nuestra costa? ¿O le apostamos a la agricultura? ¿A los servicios? ¿A la maquila? ¿A la industria?
La obediencia o la dignidad frente al imperio y sus centros financieros es el dilema. La realidad es el proceso de aprobación del II Fomilenio y la voluntad de aceptar las condiciones impuestas por los “bondadosos” donantes. La ilusión parece ser la de pensar en independencia y soberanía.
3. ¿Es posible en El Salvador la unidad nacional?
La realidad es que la sociedad salvadoreña es una sociedad altamente polarizada en la que la mayoría de la población vive en situación de extrema pobreza mientras que una minoría oligárquica controla la riqueza el país. La realidad es que los intereses de estos dos sectores son antagónicos ya que pretender buscar la armonía entre las clases explotadoras y explotadas es un discurso ilusorio.
El discurso de la búsqueda de la estabilidad social y de la “gobernabilidad” al final únicamente beneficia a los sectores poderosos, ya que les permite desarrollar sus negocios en tranquilidad, explotar con mayor seguridad y los que tendrán que “ajustarse el cinturón”, hacer sacrificios, serán los sectores populares.
Una derecha derrotada pero no vencida
Es ingenuo pensar que como dicen en algunas camisetas de moda, la oligarquía ya fue terminada. El llamado es a que busquen los estados financieros de las empresas transnacionalizadas de los Kriete, dueños de Avianca, o los del Grupo Poma para ver si en realidad ya se terminó la oligarquía.
Es un hecho que la oligarquía como grupo socio-económico controla todavía importantes franjas de la vida nacional. Y esto incluye a los partidos de derecha, en particular a ARENA. Y esto incluye la cultura predominante del espectáculo. Incluye las variadas y activas iglesias y universidades de la derecha religiosa y académica.
Durante 60 años, desde 1932, la oligarquía le cedió al Ejército la administración del Estado. Fue hasta 1980 que se vieron obligados a construir de nuevo un instrumento político de lucha electoral y fue un instrumento muy exitoso, ya que ARENA derrotó a la Democracia Cristiana en 1989. Y luego ganó otras tres elecciones presidenciales, aunque perdió las dos siguientes: de 2009 y de 2014.
ARENA representa los intereses económicos de la oligarquía pero además llena las expectativas políticas e ideológicas de amplios sectores, incluyendo a núcleos de capas medias así como sectores rurales y urbanos de extracción popular. No debemos de confundir nuestros deseos con las realidades. Son una fuerza nacional poderosa. Y aunque esto pueda cambiar en el futuro, hoy por hoy, ARENA sigue siendo una fuerza política mayoritaria, experimentada y con recursos, el enemigo político a derrotar por la izquierda.
La hegemonía financiera colombiana

El segundo gobierno del FMLN se encontrara con que la globalización neoliberal permite que en oficinas de Medellín, Colombia se tomen decisiones que afectan la banca en El Salvador. De acuerdo a la revista El Economista de marzo de este año, un 53 % de sistema bancario esta controlado por la banca colombiana. Entre los cinco principales bancos del país, al cierre de 2013, el Banco Agrícola propiedad de Bancolombia, va a la cabeza con un 28.1 de activos del sistema, y con una envidiable cuota de utilidades que alcanza el 41% de todo el sistema financiero.

Le siguen el también colombiano Davivienda, el canadiense Scotiabank, el estadounidense Citibank y en la quinta posición, otro colombiano, el Banco de América Central. Y este año, veremos a la oligarquía salvadoreña que regresa sus andadas financieras con el inicio de operaciones del Banco Azul.

De estos cinco bancos señalados, únicamente el colombiano Banco Agrícola logra ingresar para ocupar la última posición entre los 15 bancos más grandes de la región centroamericana, que esta encabezada, al cierre de 2013, por el gigante panameño Banco General, con un total de activos que suman 11,121 millones de dólares. Le siguen el Banco Nacional de Costa Rica con 9,774; el Banco Nacional de Panamá con 9,069; el también panameño Banitsmo con 8,051 y en quinto lugar el guatemalteco Banco Industrial, con 7,957. Los activos del colombiano Banco Agrícola suman 3,996 millones de dólares.

En el ranking bancario salvadoreño en relación al año 2012 hay un cambio de posiciones. En la primera posición se mantiene el Banco Agrícola con activos que suben de 3,833 a 3,995 millones de dólares. En la segunda posición el colombiano Banco Davivienda Salvadoreño con 2,051 desplaza en 2013 al canadiense Scotiabank El Salvador que tenía 1,951; en tercer lugar se encuentra Scotiabank El Salvador con 2,020 y desplaza al estadounidense Citibank que tenía 1,877 ; en cuarto lugar se encuentra Banco Citibank de El Salvador con 1,690, que desplaza al colombiano Davivienda que tenía 1,865, y en quinto lugar el colombiano Banco de America Central, se mantiene en el quinto lugar creciendo de 1,376 a 1,534. El guatemalteco Banco Industrial, que ocupa el quinto lugar en el rankink centroamericano, ocupa la onceava posición en el ranking salvadoreño, con 240 millones de dólares en activos. Estas son realidades.

El imperio complacido pero prudente
La ventaja que la Administración Obama en Estados Unidos coincidiera con el inicio del primer gobierno de izquierda, conducido por el presidente Funes, permitió alcanzar acuerdos de cooperación en diversas áreas. Los Estados Unidos se sintieron tranquilos y confiados en que este primer gobierno de izquierda no iba a impulsar ningún tipo de cambios que pusiera en peligro su dominación. Funes les inspiraba confianza y no estaban equivocados.
Y es que la lucha contra los sectores oligárquicos representados en ARENA incluso les favorecía, porque le permitía abrir más el mercado interno a sus voraces empresas estadounidenses. Walmart disputando el mercado al salvadoreño Super Selectos y AES controlando la distribución de energía, entre otros. Había intereses coincidentes y estos siguen existiendo, son la base sobre la que descansa las relaciones entre nuestros dos países, aunque hay también diferencias.
La jugada maestra es desplazar a la oligarquía para abrirle las puertas a las empresas estadounidenses o de otros países, particularmente Colombia, fiel aliado regional y dueños de la banca en El Salvador, y México, dueño de Claro, Maseca, Jumex, etc. Perú y Chile, también de la Alianza del Pacífico, están muy lejos.
Y en este escenario participa también Alba Petróleos, los intereses de Venezuela, disputándole a las transnacionales de los hidrocarburos y ganándose un espacio desde la izquierda, desde el FMLN, del mercado nacional. Y pronto participará Petrocaribe. Para esto sirve la Ley de Asocio Público Privado y sus reformas. No obstante esto, parece que hay una política en el Departamento de Estado de esperar y ver. Parecen decir en Washington: muéstrenme lo que son, queremos verlos actuar. No deseamos ser burlados.
Perspectivas
Existen hacia futuro dos tendencias principales: que la misma dinámica de confrontación política con ARENA, de cara a las elecciones municipales y legislativas del próximo año, obligue a este segundo gobierno del FMLN a profundizar este proceso, radicalizarlo y realizar vitales transformaciones pendientes y esperadas como las de nacionalizar el sistema de pensiones. De ser así el movimiento popular lo acompañara entusiastamente.
La otra posibilidad es ceder a la tentación de dejar hacer, dejar pasar y terminar administrando este sistema capitalista, injusto y caduco. De ser así las corporaciones multinacionales y la Administración Obama lo apoyara entusiastamente, mientras el movimiento popular se paralizara o incluso puede salir a las calles. Confiamos y trabajamos para que sea la primera opción la que prevalezca. Es un problema de opciones y correlación de fuerzas.
Desde una óptica de izquierda el concepto de victoria estará determinado en gran parte, por la capacidad de este segundo gobierno del FMLN, de garantizar los intereses populares y nacionales, por encima de las presiones del capital transnacional y de la oligarquía para continuar abriendo nuestra economía.
Estamos seguros que en cada una de las áreas de gestión gubernamental, pero particularmente en seguridad (maras) agricultura (semillas) hacienda (reforma fiscal) y economía (APP), se dará la disputa entre los que creen que en esta época de globalización lo más recomendable es cobijarse bajo la poderosa sombra imperial de Obama y aquellos que todavía sostienemos que hay que mantener alzadas las banderas rojas y multicolores de la rebelión y la resistencia planetaria. Esta pelea esta por comenzar…y podemos pero no debemos ser espectadores. Cest la vie!

Lilian Navas, una ausencia muy presente

Lilian Navas, una ausencia muy presente
mayo 28, 2014 Voces Comentar
Publicado en: Contracorriente – Dagoberto Gutiérrez, Nacionales, Voces Ciudadanas

El tambor de la tormenta sacudía el techo de la pequeña habitación, la luz de los focos de la calle se filtraba por una pequeña ventana medio abierta que daba a la calle mientras el resto permanecía totalmente oscuro. Las calles empezaban a llenarse del agua de la lluvia y en una pequeña cama en cuya cabecera se levantaba una especie de muro de diarios, libros y revistas, una mujer de cerca de 80 años respiraba gruesamente.

Dagoberto Gutiérrez

Son las doce de la noche y es un día jueves, es este jueves recién pasado 22 de mayo, la respiración inunda la pequeña estancia y se abraza con la oscuridad y con la soledad, nadie sabe que a esa hora, en ese día y en ese lugar una vida se fuga con la muerte y Lilian Navas deja de ser para empezar a ser.

La vida resulta ser un regalo y cada quien aprende a usar este regalo de la mejor manera, a nadie le enseñan a vivir y cada quien tiene que aprender a hacerlo a costa de su propio pellejo. Siendo muy joven Lilian aprendió a vivir en el lado izquierdo de la vida, a moverse en la esquina clandestina, en el árbol de la resistencia y en el callejón de una existencia y una vida enfrentada a los poderes, a los opresores y a todo aquello que significara injusticia y opresión sobre los humildes.

La Lilian era muy pequeña de estatura, con una carita redonda, una risa entre nerviosa y desafiante, con una palabra que intentaba cortarle las alas al aire y que siempre fijaba posición. Parecía que pesaba las palabras en una balanza de plata y media la letra con un metro de diamante, escuchaba con atención y aprobaba con entusiasmo cuando estaba de acuerdo y se oponía con cautela en el desacuerdo. Aprendió a vivir de su trabajo y a trabajar para vivir, siempre pareció y apareció solitaria, pero siempre en medio de la muchedumbre, en las manifestaciones de protesta, en los primeros de mayo, en las campañas electorales de oposición y de resistencia. Supo que votar no decide nada que todo depende de elegir y de quien elija.

No se le conocieron amores rutilantes ni amoríos clandestinos, aunque no tenia mal concepto de los hombres, pero sin duda, era muy cuidadosa en el arte de jugar con el amor y con el corazón, pero siempre fue una muchacha alegre, dueña de la vida y sobre todo, dueña de la independencia tanto en lo que tiene que ver con las ideas como en lo relacionado al pensamiento.

La guerra la encontró en la calle vendiendo y distribuyendo los periódicos clandestinos y siempre parecía y aparecía como alguien inofensiva y nada digna de peligro, pero no se sabía que ahí, en esa pequeña mujer estaba expresada y encerrada toda la resistencia, toda la indignación y toda la claridad y firmeza que algún día encontraremos en toda la gente, en todas las calles y los caminos.

Los años y la edad la fueron sorprendiendo así como nos sorprende a todos porque avanzando lentamente, como si fueran hormigas tenaces, los años aprenden a enamorarse de la vida y la vida aprende a fugarse con los años en las noches más oscuras y en las madrugadas más fría y así, la vida aprende a desaparecer.

Una anemia aparentemente insuperable invadió lentamente el organismo de Lilian y los dolores de cabeza, los dolores en los píes, los dolores en el alma, los dolores en la vida toda, hasta los dolores en el mismo dolor, hicieron residencia en esta pequeña mujer que siempre aparecía sonriente y desafiante, enfrentada a la vida y convidada a la existencia.

Aprendió a vivir sola, pero nunca aprendió a vivir en soledad porque su relación con los diarios, con las revistas era algo parecido al vínculo que se da entre las hojas de un árbol y el viento que las hace danzar. Así era la Lilian, muy bien informada de los acontecimientos nacionales, bien enterada de lo internacional y siempre descubriendo el camino verdaderamente popular, aprendiendo a establecer la diferencia entre la popularidad y lo popular, aprendió, por eso, a pagar costos porque supo rápidamente que pensar resulta, casi siempre peligroso en un mundo donde la oscuridad de la cabeza, el miedo y la falta de voluntad te puede llevar a un cargo público.

Su cabellera gris y sus ojos grises parecieron entrar en un remolino y la soledad de la hora y del lugar ahuyentó los dolores y todo pareció como un sueño prolongado y un sueño profundo. Todo parece ser que la muerte termina, porque es el límite de los límites y nosotros somos seres mortales no tanto porque morimos sino porque tenemos conciencia de la muerte, nos distanciamos de los otros animales desde el momento en que en algún lugar y en algún momento y por alguna razón, empezamos a enterrar a nuestros muertos, aquí empezó todo.

Pero la relación de la vida y la muerte siempre resulta para nosotros un sueño laberíntico y cuando se mueren así como Lilian Navas, en la cama en la que siempre ha dormido, en el lado que siempre has dormitado, con los dolores que has conocido, esta muerte que sigue siéndolo es, al mismo tiempo, el anuncio de una nueva vida y sobre todo, en el caso de Lilian es el paso a una ausencia que siempre estará presente, porque es el ejemplo de una mujer que siempre supo encontrar el camino donde estaba la gente, donde estaban sus intereses, siempre supo que para transformar la realidad hay que ser subversivo y hay que aprender a mirarla sin bajar la cabeza. La Lilian supo esto siempre y por eso todos los días y todas las mañanas seguirá caminando, seguirá sonriendo con desafío y su cabellera gris seguirá moviéndose al viento como amplia bandera.

Nunca nos sorprenderá su ausencia, pero siempre sentiremos su presencia.

¿La Revolución ciudadana tiene quién la defienda?

¿La Revolución ciudadana tiene quién la defienda?

Boaventura de Sousa Santos
Blog Público

Los intelectuales de América Latina, entre los que me considero por adopción, han cometido dos tipos de errores en sus análisis de los procesos políticos de los últimos cien años, sobre todo cuando contienen elementos nuevos, ya sean ideales de desarrollo, alianzas para construir el bloque hegemónico, instituciones, formas de lucha, estilos de hacer política. Por supuesto, los intelectuales de derecha también han cometido muchos errores, pero aquí no me ocuparé de ellos. El primer error ha consistido en no hacer un esfuerzo serio para comprender los procesos políticos de izquierda que no encajan fácilmente en las teorías marxistas y no marxistas heredadas. Las primeras reacciones a la Revolución cubana son un buen ejemplo. El segundo tipo de error ha consistido en silenciar, por complacencia o temor de favorecer a la derecha, las críticas de los errores, desviaciones y hasta perversiones por las que han pasado estos procesos, perdiendo así la oportunidad de transformar la solidaridad crítica en instrumento de lucha.

Desde 1998, con la llegada de Hugo Chávez al poder, la izquierda latinoamericana ha vivido el período más brillante de su historia y tal vez uno de los más brillantes de la izquierda mundial. Obviamente, no podemos olvidar los primeros momentos de las Revoluciones rusa, china y cubana ni tampoco los éxitos de la socialdemocracia europea durante la posguerra. Pero los gobiernos progresistas de los últimos quince años son particularmente notables por varias razones: se producen en un momento de gran expansión del capitalismo neoliberal ferozmente hostil a proyectos nacionales en divergencia con él; son internamente muy diferentes, dando cuenta de una diversidad de la izquierda hasta entonces desconocida; nacen de procesos democráticos con una elevada participación popular, ya sea institucional o no institucional; no exigen sacrificios a las mayorías en nombre de un futuro glorioso, sino que tratan, por el contrario, de transformar el presente de quienes nunca tuvieron acceso a un futuro mejor.

Escribo este texto siendo muy consciente de la existencia de los errores mencionados y sin saber si tendré éxito en evitarlos. Además, me centro en el caso más complejo de todos los que constituyen el nuevo período de la izquierda latinoamericana. Me refiero a los gobiernos de Rafael Correa en Ecuador, en el poder desde 2006. Para empezar, algunos puntos de partida. En primer lugar, se puede discutir si los gobiernos Correa son de izquierda o de centroizquierda, pero me parece absurdo considerarlos de derecha, como pretenden algunos de sus opositores de izquierda. Dada la polarización instalada, creo que estos últimos sólo reconocerán que Correa fue en última instancia de izquierda o centroizquierda en los meses (o días) siguientes a la eventual elección de un gobierno de derecha. En segundo lugar, es opinión ampliamente compartida que Correa ha sido, “a pesar de todo”, el mejor presidente que Ecuador ha tenido en las últimas décadas y el que ha garantizado mayor estabilidad política después de muchos años de caos. En tercero, no cabe duda de que Correa ha emprendido la mayor redistribución de la renta de la historia de Ecuador, contribuyendo a la reducción de la pobreza y al fortalecimiento de las clases medias. Nunca tantos hijos de las clases trabajadoras llegaron a la universidad. ¿Pero por qué todo esto, que es mucho, no es suficiente para tranquilizar al “oficialismo” y convencerlo de que el proyecto de Correa, con o sin él, proseguirá después de 2017 (próximas elecciones presidenciales)?

Aunque Ecuador vivió en el pasado algunos momentos de modernización, Correa es el gran modernizador del capitalismo ecuatoriano. Por su amplitud y ambición, el programa de Correa tiene algunas similitudes con el de Kemal Atatürk en la Turquía de las primeras décadas del siglo XX. Ambos están presididos por el nacionalismo, el populismo y el estatismo. El programa de Correa se basa en tres ideas principales. La primera es la centralidad del Estado como conductor del proceso de modernización y, vinculada a ella, la idea de soberanía nacional, el antiimperialismo estadounidense (cierre de la base militar de Manta; expulsión de personal militar de la embajada de Estados Unidos; lucha agresiva contra Chevron y la destrucción ambiental que ha causado en la Amazonia) y la necesidad de mejorar la eficiencia de los servicios públicos. La segunda, “sin perjudicar a los ricos”, es decir, sin alterar el modelo de acumulación capitalista, consiste en generar con urgencia recursos que permitan llevar a cabo políticas sociales (compensatorias, en el caso de la redistribución de la renta, y potencialmente universales, en el caso de la salud, la educación y la seguridad social) y construir infraestructuras (carreteras, puertos, electricidad, etc.) con el fin de volver la sociedad más moderna y equitativa. En tercer lugar, por estar todavía subdesarrollada, la sociedad no está preparada para altos niveles de participación democrática y ciudadanía activa, que pueden resultar disfuncionales para el ritmo y la eficacia de las políticas en curso. Para que esto no ocurra, hay que invertir mucho en educación y desarrollo. Hasta entonces, el mejor ciudadano es aquel que confía en el Estado, que conoce bien cuál es su verdadero interés.

¿Este vasto programa choca o no con la Constitución de 2008, considerada una de las más progresistas y revolucionarias de América Latina? Veámoslo. La Constitución apunta a un modelo alternativo de desarrollo (e incluso a una alternativa al desarrollo) fundada en la idea de buen vivir, una idea tan nueva que sólo puede formularse correctamente en una lengua no colonial, el quechua: sumak kawsay. Esta idea presenta desdoblamientos muy interesantes: la naturaleza como ser vivo y, por tanto, limitado, sujeto y objeto de cuidado, y nunca como recurso natural inagotable (los derechos de la naturaleza); la economía y la sociedad intensamente pluralistas, orientadas por la reciprocidad, la solidaridad, la interculturalidad y la plurinacionalidad; Estado y política con un carácter altamente participativos, involucrando diferentes formas de ejercicio democrático y de control ciudadano del Estado.

Para Correa (casi) todo esto importante, pero se trata de un objetivo a largo plazo. A corto plazo, y de manera urgente, es necesario crear riqueza para redistribuir los ingresos, realizar políticas sociales e infraestructuras esenciales para el desarrollo del país. La política tiene que asumir un carácter sacrificial, dejando de lado lo que más valora para que un día pueda rescatarlo. Así, es necesario intensificar la explotación de recursos naturales (minería, petróleo, agricultura industrial) antes de que sea posible depender menos de ellos. Para ello, es preciso llevar a cabo una agresiva reforma de la educación superior y una vasta revolución científica basada en la biotecnología y la nanotecnología para crear una economía del conocimiento a medida de la riqueza de la biodiversidad del país. Todo esto sólo dará frutos (tenidos como ciertos) muchos años después.

A la luz de esto, el Parque Nacional Yasuní, tal vez el más rico en biodiversidad del mundo, tiene que ser sacrificado y la explotación petrolera realizada, a pesar de las promesas iniciales de no hacerlo, no sólo porque la comunidad internacional no colaboró en la propuesta de no explotación, sino sobre todo porque los ingresos previstos derivados de la explotación están vinculados a inversiones en curso y su financiación por países extranjeros (China) tiene como garantía la explotación petrolera. En esta línea, los pueblos indígenas que se han opuesto a la explotación son vistos como obstáculos al desarrollo, víctimas de la manipulación de dirigentes corruptos, políticos oportunistas, ONG al servicio del imperialismo o jóvenes ecologistas de clase media, ellos mismos manipulados o simplemente inconsecuentes.

La eficiencia exigida para llevar a cabo tan amplio proceso de modernización no puede verse comprometida por el disenso democrático. La participación ciudadana es bienvenida, pero sólo si es funcional y eso, de momento, sólo puede garantizarse si recibe una mayor orientación del Estado, es decir, del Gobierno. Con razón, Correa se siente víctima de los medios de comunicación que, como ocurre en otros países del continente, están al servicio del capital y la derecha. Trata de regular los medios de comunicación y la regulación propuesta tiene aspectos muy positivos, pero a la vez tensa la cuerda y polariza las posiciones de tal modo que de ahí a la demonización de la política en general hay un corto paso. Periodistas son intimidados, activistas de movimientos sociales (algunos con una larga tradición en el país) son acusados ​​de terrorismo y la consecuente criminalización de la protesta social parece cada vez más agresiva. El riesgo de transformar adversarios políticos, con los que se discute, en enemigos que es necesario eliminar, es grande. En estas condiciones, el mejor ejercicio democrático es el que permite el contacto directo de Correa con el pueblo, una democracia plebiscitaria de nuevo tipo. Al igual que Chávez, Correa es un comunicador brillante y sus habituales apariciones semanales en los programas de radio y televisión de los sábados (“sabatinas”) son un ejercicio político de gran complejidad. El contacto directo con los ciudadanos no tiene como objetivo que estos participen en las decisiones, sino más bien que las ratifiquen mediante una socialización seductora que se presenta desprovista de contradicción.

Con razón, Correa considera que las instituciones del Estado nunca han sido social o políticamente neutrales, pero es incapaz de distinguir entre neutralidad y objetividad en base a procedimientos. Por el contrario, piensa que las instituciones estatales deben involucrarse activamente en las políticas del Gobierno. Por eso es natural que el sistema judicial sea demonizado si toma alguna decisión hostil al Gobierno y celebrado como independiente en caso contrario; que la Corte Constitucional se abstenga de decidir sobre cuestiones polémicas (como en el caso de la comunidad de La Cocha en materia de justicia indígena) si las decisiones pueden perjudicar lo que se juzga el interés superior del Estado; que un dirigente del Consejo Nacional Electoral, encargado de verificar las firmas para una consulta popular sobre la no explotación de petróleo en Yasuní, promovida por el movimiento Yasunidos, se pronuncie públicamente contra la consulta antes de efectuar la verificación. La erosión de las instituciones, típica del populismo, es peligrosa sobre todo cuando estas no son fuertes desde el principio debido a los privilegios oligárquicos de siempre. Y es que cuando el líder carismático abandona la escena (como ocurrió trágicamente con Hugo Chávez), el vacío político alcanza proporciones incontrolables debido a la falta de mediaciones institucionales.

Y esto resulta aún más trágico en cuanto es cierto que Correa ve su papel histórico como la construcción del Estado-nación. En tiempos de neoliberalismo global, el objetivo es importante e incluso decisivo. No obstante, se le escapa la posibilidad de que este nuevo Estado-nación sea institucionalmente muy diferente del modelo de Estado colonial o Estado criollo y mestizo precedente. Por eso la reivindicación indígena de la plurinacionalidad, en vez de ser manejada con el cuidado que la Constitución recomienda, es demonizada como peligro para la unidad (es decir, la centralidad) del Estado. En lugar de diálogos creativos entre la nación cívica, que consensualmente es la patria de todos, y las naciones étnico-culturales, que exigen respeto por la diferencia y autonomía relativa, se fragmenta el tejido social, centrándose más en los derechos individuales que en los colectivos. Los indígenas son ciudadanos activos en construcción, pero las organizaciones indígenas independientes son corporativas y hostiles al proceso. La sociedad civil es buena siempre que no esté organizada. ¿Una insidiosa presencia neoliberal dentro del postneoliberalismo?

Se trata, por tanto, del capitalismo del siglo XXI. Hablar del socialismo del siglo XXI es, por el momento, y en el mejor de los casos, un objetivo lejano. A la luz de estas características y contradicciones dinámicas que el proceso dirigido por Correa contiene, centroizquierda es quizá la mejor manera de definirlo políticamente. Tal vez el problema resida menos en el Gobierno que en el capitalismo que él promueve. Paradójicamente, parece componer una versión postneoliberal del neoliberalismo. Cada remodelación ministerial ha producido el fortalecimiento de las élites empresariales vinculadas a la derecha. ¿Será que el destino inexorable del centroizquierda es deslizarse lentamente hacia la derecha, tal y como ha sucedido con la socialdemocracia europea? Si esto ocurriese, sería una tragedia para el país y el continente. Correa generó una megaexpectativa, pero perversamente la manera en que pretende que no se convierta en una megafrustración corre el riesgo de apartar a los ciudadanos, como quedó demostrado en las elecciones locales del pasado 23 de febrero, en las que el movimiento Alianza País, que lo apoya, sufrió un fuerte revés. Cuesta creer que el peor enemigo de Correa es el propio Correa. Al pensar que tiene que defender la Revolución ciudadana de ciudadanos poco esclarecidos, malintencionados, infantiles, ignorantes, fácilmente manipulables por políticos oportunistas o enemigos procedentes de la derecha, Correa corre el riesgo de querer hacer la Revolución ciudadana sin ciudadanos, o lo que es lo mismo, con ciudadanos sumisos.Los ciudadanos sumisos no luchan por aquello a lo que tienen derecho, sólo aceptan lo que les es dado. ¿Puede aún Correa rescatar la gran oportunidad histórica de llevar a cabo la Revolución ciudadana que se propuso? Pienso que sí,pero el margen de maniobra es cada vez más reducido y los verdaderos enemigos dela Revolución ciudadana parecen estar cada vez más cerca del Presidente. Para evitar esto, y en solidaridad con la Revolución ciudadana,todos debemos contribuir a impulsarla.

A tal efecto,identifico tres tareas básicas. En primer lugar, hay que democratizar la propia democracia, combinando democracia representativa con verdadera democracia participativa. La democracia que se construye únicamente desde arriba siempre corre el riesgo de convertirse en autoritarismo en relación a los de abajo. Por mucho que le cueste, Correa tendrá que sentirse suficientemente seguro de sí mismo para, en lugar de criminalizar el disenso (siempre fácil para quien tiene el poder), dialogar con los movimientos, las organizaciones sociales y con los jóvenes yasunidos, aunque los considere “ecologistas infantiles”. Los jóvenes son los aliados naturales dela Revolución ciudadana, de la reforma de la educación superior y de la política científica, si esta se lleva acabo con sensatez. Alienar a los jóvenes parece un suicidio político.

En segundo lugar, hay que desmercantilizar la vida social, no sólo a través de políticas sociales, sino también a través de la promoción de economías no capitalistas, campesinas, indígenas, urbanas, asociativas. Ciertamente, no está en consonancia con el buen vivir entregar bonos a las clases populares para que se envenenen con la comida basura que inunda los centros comerciales. La transición al postextractivismo se hace con cierto postextractivismo y no con la intensificación del extractivismo.El capitalismo,abandonado a sí mismo,sólo conduce a más capitalismo, por trágicas que sean las consecuencias.

En tercer lugar, hay que compatibilizar la eficiencia de los servicios públicos con su democratización y descolonización. En una sociedad tan heterogénea como la ecuatoriana, hay que reconocer que el Estado, para ser legítimo y eficaz, tiene que ser un Estado heterogéneo, conviviendo con la interculturalidad y, de manera gradual, con la propia plurinacionalidad, siempre en el marco de la unidad del Estado garantizada por la Constitución. La patria es de todos, pero no tiene que ser de todos de la misma manera. Las sociedades que fueron colonizadas todavía hoy están divididas en dos grupos de poblaciones: los que no pueden olvidar y los que no quieren recordar. Los que no pueden olvidar son aquellos que tuvieron que construir como suya la patria que comenzó siéndoles impuesta por extranjeros; los que no quieren recordar son aquellos a los que les cuesta reconocer que la patria de todos tiene en sus raíces una injusticia histórica que está lejos de ser eliminada y que es trabajo de todos eliminarla gradualmente.

Año 1975 en El Salvador: a más represión, mas lucha

Año 1975 en El Salvador: a más represión, mas lucha.

En esta parte se continúa recorriendo el año 1975, con énfasis en la celebración del 45 aniversario del PCS, la denuncia del asesinato de Roque Dalton y la continuidad de la polémica con las organizaciones político-militares, en el marco del pensamiento y la praxis del PCS en el año1975, reflejado en el periódico Voz Popular. Es un debate muy significativo a la luz de la llegada al país, cuarenta años después, de un segundo gobierno de izquierda. Incluye contexto histórico y breves biografías de Roberto Castellanos Calvo y Domingo Santacruz. Anteriormente se había tratado el período 1974-1975.

PCS: 45 años de sacrificada lucha revolucionaria 1930-1975. Marzo de 1975.

El comité central del PCS divulga el 28 de marzo de 1975 una extensa declaración, en la cual hace un balance de 45 años de su historia. Considera que “el Partido Comunista de El Salvador (PCS) ) , ha recorrido un largo y difícil camino, que comienza con la formación de los primeros grupos marxistas (1924-28) , llegando hasta los días actuales, cuando nuestro Partido es la organización de izquierda más fuerte y experimentada en el país.”
Agrega que “el Partido Comunista de El Salvador (PCS) fue fundado el 28 de marzo de 1930; se formó como una necesidad histórica, en medio del impetuoso movimiento obrero surgido después de la Primera Guerra Mundial, bajo la influencia de la Gran Revolución de Octubre en Punja (l917) y de los indiscutibles triunfos del primer país socialista, del primer estado obrero y campesino: la Unión de repúblicas Socialistas Soviéticas. El PCS se ha guiado siempre por la doctrina del marxismo-leninismo y se ha educado en los principios del internacionalismo proletario.”
Subraya la declaración que “el PCS ha llegado a ser la organización revolucionaria más significativa del país y con mayor influencia en la clase obrera, sobreponiéndose a los sangrientos y pérfidos ataques del régimen militar reaccionario que impera desde 1931 y realizando una lucha de principios contra las corrientes oportunistas y revisionistas, tanto de izquierda como de derecha, que han amenazado y amenazan desviar al movimiento obrero y revolucionario.”
“La historia del PCS es la historia del desarrollo de la lucha política y reivindicativa de los trabajadores; es la historia del inicio de la organización y lucha revolucionaria de los campesinos; la historia de la lucha de nuestro pueblo por la democracia y por la emancipación de la dependencia del imperialismo; es la historia de la lucha por el socialismo; la historia del señalamiento y búsqueda del poder político para las masas trabajadoras y para el pueblo salvadoreño en general; del entrelazamiento consciente de la lucha de nuestro pueblo con la de otros pueblos de diversas razas y continentes; la historia de la conquista de derechos sindicales, de prestaciones sociales y económicas; la historia de la organización del movimiento obrero, del crecimiento de la influencia de las ideas del socialismo, de la divulgación y defensa del marxismo-leninismo en las peores condiciones de terror y persecución.”
Explica que “la lucha reivindicativa y revolucionaria de los trabajadores desde los años veinte, la promoción y la orientación de la lucha política popular, la mayor incorporación de sectores de las capas medias al campo de la revolución en nuestros días, han sido y son la cotidiana actividad del Partido de la clase obrera, el Partido Comunista de El Salvador, que ha entregado innumerables mártires y héroes en sus 45 años de vida.”
El documento describe los primeros años de vida del PCS y sobre la insurrección de enero de 1932 explica que “correspondió al PCS, conciente de su responsabilidad histórica, encabezar aquel levantamiento campesino y obrero en circunstancias extremadamente difíciles, en las que las masas estaban dispuestas a la acción armada y el partido no tenía la adecuada preparación ni experiencia política suficiente, dada su reciente fundación de hacía apenas 22 meses; y en condiciones en que la oligarquía y el gobierno martinista decidieron jugar la carta del terror reaccionario armado, como medio para aniquilar el formidable ascenso revolucionario de las masas que se venía operando desde principios de la década del 20.”
Añade que “el PCS, antes de la insurrección, trató de impedir el sangriento desenlace, incluso buscando una negociación con el propio General Hernández Martínez, tendiente a que cesara la represión sangrienta que estaba cobrando vidas en varios lugares del occidente del país ( especialmente en el Departamento de Ahuachapán) , pero el tirano eludió y de hecho rechazó, la negociación. El plan del gobierno estaba trazado: llevar adelante la represión, hasta desesperar a las masas, y justificar así, la matanza que luego realizaría, como el medio elegido para conservar el predominio y el poder de la Oligarquía, históricamente caducado ya.”
Asegura que “los comunistas fueron entonces a la insurrección para no dejar solas a las masas, a merced de la criminal re presión que las sangraba en casi toda la zona occidental del país y para no abandonarlas a su suerte cuando el gobierno militar derechista había decidido ya avanzar de todas formas hacia la masacre; y, por otra parte, cuando las mismas masas, llevadas a la desesperación, se encontraban lanzadas por el camino de la insurgencia, como su única esperanza.”
Señala que “ahora, 43 años después del levantamiento de 1932,cuando el Partido tiene una mejor visión de los errores ,deficiencias y debilidades cometidas entonces, no podemos, sin embargo, dejar de rendir tributo ferviente a aquellos camaradas y revolucionarios verdaderos que intentaron, por vez primera, conquistar el poder para loo obreros y campesinos, e iniciar la construcción de una nueva sociedad, libre de explotadores y explotados.”
“El reconocimiento de sus obligaciones revolucionarias ante las masas populares, su convicción firme, su abnegada lucha ,su lealtad a los trabajadores hasta el sacrificio, son enseñanzas imperecederas de la primera generación de comunistas salvadoreños. A manera de representantes de esa lucha, mencionaremos algunos nombres de nuestros héroes y mártires: Agustín Farabundo Martí, Feliciano Ama, Alfonso Luna, Mario Zapata, Alberto Gualán , Francisco Sánchez, quienes simbolizan la abnegación y sacrificio de los pioneros de la revolución socialista en El Salvador.”
Apunta que “en 1934, el PCS, que había quedado prácticamente aniquilado, daba muestras de haber reiniciado su vida orgánica y se reponía lentamente. En 1936, se cumplió la etapa de la reestructuración del Partido al fusionarse los grupos de camaradas sobrevivientes que se encontraban dispersos en varios Departamentos del país, con el núcleo principal del Partido que funcionaba en San Salvador.
Indica que “luego de ese lapso dedicado a su reestructuración el PCS impulsó la lucha contra la tiranía martinista. La activación de la lucha de los trabajadores alrededor de sus demandas económico-sociales también ocupó la atención del Partido, impulsando la formación de uniones mutualistas de trabajadores según la rama de la producción o los servicios a que se dedicaran, dado que los sindicatos estaban prohibidos.”
La lucha contra la dictadura martinista
Expresa que “en las tareas conspirativas para derrocar al General Maximiliano Hernández Martínez y terminar con la sangrienta dictadura de los 13 años, tuvo activa participación el Partido en el terreno de la propaganda y de la preparación de las organizaciones de masas para las tareas políticas que estaban previstas. Asimismo, cumpliendo los acuerdos del Partido, numerosos comunistas tuvieron participación directa en las acciones armadas del 2 de abril de 1944 y en la preparación y desarrollo triunfante de la huelga general política (conocida como Huelga de Brazos Caídos) que consiguiera el derrocamiento del tirano de “las aguas azules” el 9 de mayo de 1944.”
Continua el documento evaluando que “en esta década de los años cincuenta, fue cuando el PCS, dando muestras de completa recuperación y de comprensión del papel que debía asumir como guía revolucionario de la clase obrera y del pueblo trabajador, se esforzó por crear los variados instrumentos de lucha que vinieron a dar una nueva configuración a la actividad política en el país y a estructurar un movimiento independiente de la izquierda. Esos avances organizativos y esas luchas son los basamentos en los cuales se fundamenta la lucha política actual de nuestro pueblo.”
Sostiene que “tales cambios en la dinámica del proceso revolucionario llevaron al PCS a plantearse el problema de la toma del poder político. Con el propósito de dar respuesta a esa necesidad histórica, el Comité Central del partido, en su reunión ampliada de abril de 1961, trazó en líneas generales la estrategia y la táctica de la Revolución de Liberación Nacional Salvadoreña, determinando las fuerzas motrices de la misma y señalando la vía armada como la más probable; y reconociendo, como cuestión de principio, la necesidad de formar el frente democrático al mismo tiempo que elevar a la clase obrera a su papel de vanguardia.”
Considera que “fue el V Congreso del Partido, celebrado en febrero de 1964, el que se encargó de proseguir la elaboración de la estrategia del Poder que había sido iniciada por el Comité Central en 1961. El Congreso modificó la calificación que se hacía del país, caracterizándolo como país dependiente en desarrollo capitalista; cambió su apreciación sobre el tipo de revolución que está planteada en la presente etapa histórica, definiéndola como Nacional Liberadora, Agraria, Democrática y Popular; previó el transito rápido al socialismo, con la condición de que la clase obrera sea clase hegemónica de la revolución; asentó la eventualidad de un régimen de transición previo a la Revolución Nacional Liberadora. El V Congreso también dotó al Partido, por primera vez en su historia, de un Programa General y un Programa Agrario que, en calidad de proyectos, fueron aprobados.”
Plantea que “la causa del magisterio nacional ha tenido en el PCS un incondicional apoyo, primero en las tareas grises, duras y anónimas, por la formación de la asociación de maestros y posteriormente, en las huelgas del gremio, realizadas en 1968 y 1971. En la primera, ofrendaron sus vidas, cumpliendo con su deber de comunistas, los queridos camaradas Saúl Santiago Contreras y Oscar Gilberto Martínez Carranza.”
“Por su destacada actividad política al frente de la lucha popular, encontraron la muerte a manos de los carceleros de nuestro pueblo, los militantes de nuestro Partido: Dr. Alberto Vásquez Cárcamo (en 1968) , el Ingeniero Agrónomo Carlos Humberto Rivera y el pequeño agricultor Juan Pío Aparicio (en 1971) y el joven dirigente sindical Jorge Alberto Morán Cornejo (en 1974).”
“Actualmente, el PCS ha formulado, el planteamiento de la lucha por un gobierno democrático, anti-oligárquico y anti-imperialista, como la salida de contenido popular y revolucionario para sacar al país de la crisis, liquidar la dependencia y el subdesarrollo y mejorar las condiciones de vida de la población salvadoreña. Formando parte de este planteamiento sostenemos la necesidad de formar un frente democrático antiimperialista, con la mayor amplitud, en el que deben tener cabida organizaciones o individuos representativos de la clase obrera, los campesinos, las capas medias y la pequeña burguesía. Dentro de esa amplitud, los comunistas valoramos altamente lo que pueden hacer los militares con pensamiento democrático e innovador, para que la Fuerza Armada marche efectivamente del brazo del pueblo en su lucha hacia la liberación y hacia la conquista de sus metas de democracia y progreso social.”
Afirma que “el PCS esta conciente de que la lucha anti-fascista puede llegar a convertirse en la tarea central, sino también única, para todo el movimiento revolucionario y para todo el movimiento democrático, pero considera que estando hoy a la orden del día la necesidad de obstruir y detener la escalada en que están empeñados los fascistas la tarea central continúa siendo la lucha por conquistar un gobierno democrático, anti-imperialista y anti-oligárquico y que un prematuro planteamiento del anti-fascismo como tarea única tal como lo exige cierto sector da la ultra-izquierda , conduciría en la práctica a malograr las posibilidades revolucionarias que vienen implícitas en el desarrollo de la crisis económica y política del sistema capitalista, a nivel internacional y nacional.”
Aprender de los aciertos, pero también de los errores
Considera que “en la vida de nuestro Partido se han registrado desviaciones, errores y debilidades. La superación de tales errores y debilidades ha sido una tarea ardua y de naturaleza compleja: política, ideológica y organizativa. El PCS ha aprendido y aprende no sólo de sus aciertos, de sus éxitos, sino que también de sus reveses, de sus equivocaciones. Por ello, el PCS, no tiene la menor intención de ocultar sus errores.”
“En los primeros pasos de nuestro Partido, asomaron cabeza rasgos de sectarismo y economicismo que, bruscamente, se tornaron en errores del tipo opuesto, en errores de izquierdismo infantil. Para ese entonces, esta desviación izquierdista estaba justificada por la corta edad política de los comunistas y de su Partido y además, reflejaban en cierta manera, la influencia ideológica que en aquellos años desplegaba el trotskismo en algunos sectores del movimiento comunista internacional.”
Reconoce que “en el período siguiente a la masacre, hasta el derrocamiento de la tiranía martinista, el. PCS tuvo una vida orgánica precaria, en la que predominaba un clandestinismo casi absoluto que, en muchos momentos, lo mantuvieron aislado de las masas. Los éxitos del trabajo da los comunistas en esos años estén ligados a los esfuerzos que algunos de sus miembros y organismos realizaron para vincularse al trabajo organizativo de las masas, a su orientación política, creando organizaciones que hoy constituirían, por su naturaleza, formas muy atrasadas, como las asociaciones mutualistas. Sin embargo, en esos tiempos, bajo al férula de la tiranía martinista, eran casi la única posibilidad de agrupar a los obreros.”
Sostiene que “durante este período se disputaban la orientación del Partido dos corrientes ideológicas y políticas sustentadas dentro de su membresía. Una de esas corrientes tenía su fundamento en la nueva generación de comunistas llegados a las filas del PCS después de la masacre. Entre ellos se destacaba un influyente núcleo de estudiantes universitarios e intelectuales que ingresaron imbuidos de pretensiones teorizantes, propias de su extracción social y que no supieron ayudar a los antiguos miembros obreros y campesinos, en muchos casos artesanos, en el conocimiento de la teoría, sino que les reprochaban su poco dominio de la misma, culpándolos de todos los reveses sufridos. Se abrió así una lucha interna, que debilitó durante años la capacidad organizativa y de acción del PCS, y en la cual se manifestaron tendencias divisionistas de variado tipo.”
Además “la composición social del PCS, se tornó predominante pequeño-burguesa y, con ello, las desviaciones de derecha alentadas por las conciliadoras concepciones del dirigente comunista norteamericano Earl Browder, a fines de la II Guerra Mundial, encontraron por poco tiempo un punto do apoyo dentro del PCS. Ello no obstante, la luche contra Martínez fue un factor unificador decisivo y el PCS pudo hacer un considerable aporte al derrocamiento y a la reorganización del movimiento obrero y popular en los cinco meses y medio que siguieron a su caída. Es muy importante señalar que las disensiones ideológicas internas no condujeron, como en otros Partidos Comunistas latinoamericanos en esos mismos años, a la división de nuestro Partido.”
Reconoce que “durante todos esos años, hasta comienzos de la década del cincuenta, fue una característica muy sobresaliente del PCS su inestabilidad orgánica. Muchos de aquellos “brillantes” intelectuales que llegaron a sus filas e incluso alcanzaron los primeros cargos de dirección, los abandonaron después, algunos en franca y repugnante deserción y hasta traición.”
Establece que “es a partir de los primero años del cincuenta que avanzó el proceso de la consolidación orgánica del PCS, en medio de parciales retrocesos. Sin embargo siguió siendo predominantemente pequeño-burguesa y artesanal la composición de su membresía hasta 1970, año en el que, después del VI Congreso, dio comienzo una sistemática rectificación en todos los aspectos de la vida y la política del Partido, que han conducido a un radical cambio en su composición social.”
“Ahora, nuestro Partido tiene una composición predominantemente proletaria (63%) y entre su militancia proletaria predominan los obreros fabriles y agrícolas y no los de taller artesanal; el segundo lugar en la composición del PCS corresponde a las capas medias urbanas asalariadas y en tercero y último lugar se encuentra la militancia procedente de la pequeña burguesía, propiamente tal, es decir, de la capa de pequeños propietarios, urbanos y rurales.”

La posición del PCS en el conflicto Honduras-El Salvador
Acepta este documento del 45 Aniversario que “durante el conflicto con Honduras en 1969, la Comisión Política del Comité Central incurrió en graves errores de derecha, bajo la forma de concesiones al nacionalismo reaccionario burgués. Aunque el PCS denunció el peligro y la naturaleza reaccionaria, burguesa, de la guerra que se preparaba y realizó una campaña de mítines, asambleas obreras de discusión, charlas y mesas redondas, etc., en las que se llamaba a impedir la guerra y a buscar una justa solución pacífica y negociada, no desenmascaró consecuentemente las causas verdaderas del conflicto y, una vez iniciada la invasión sobre Honduras, cesó nuestro partido de condenar aquella guerra, dejando a las masas a merced de la propaganda patriotera del gobierno y de las clases dominantes.”
Pero “estos errores fueron deliberadamente exagerados por los izquierdistas, que ya habían formado fracción en el Partido. Ocultaban todo lo que el Partido hizo contra esa guerra, incluso corriendo graves riesgos para su vida de parte de los comunistas que fueron a las plazas públicas (los miembros de la C. P. entre ellos); y únicamente reconocían las debilidades y errores, basándose ,con perfidia, en documentos que no llegaron a circular fuera de nuestras filas.”
“Los izquierdistas no estaban tan interesados en corregir esos errores, sino en utilizarlos como bandera para dividir al PCS. Así quedó demostrado después, cuando a pesar de que el Comité Central hizo un balance en que se señalaron y condenaron esos errores, la fracción izquierdista continuó empeñada en su labor divisionista. Pero los izquierdistas fracasaron en sus planes de dividir al PCS; sus pretensiones fueron rechazadas, prácticamente, por toda la membresía y ellos optaron por renunciar del Partido y retirarse a formar grupo aparte.”
Considera que “entre los pocos que se fueron, había algunos elementos valiosos que habrían sido salvados si la lucha ideológica se hubiera realizado consecuentemente contra el economicismo y, luego, contra el izquierdismo, desde fines de 1967. El PCS es ahora blanco de los ataques, no sólo de la reacción, sino también de los diversos grupos ultra-izquierdistas; pero la defensa de nuestro Partido la concebimos, ante todo, como un esfuerzo por desarrollarlo y superar sus defectos y no como una defensa ciega que no reconoce los errores propios. No es casual, por ello, que el PCS esté creciendo y desarrollándose en cantidad y calidad, poniéndose en condiciones de hacer un aporte más decisivo a la lucha revolucionaria de nuestro pueblo.”
Evalúa que “el PCS es ahora, más que en ningún otro momento, más fuerte y unido, conoce mejor los problemas del país y del mundo, tiene más variados y sólidos vínculos internacionales de hermandad y solidaridad proletaria; posee una línea más correcta y clara, más ampliamente aceptada; posee variadas y amplias alianzas políticas y relaciones amistosas con las diversas fuerzas democráticas y populares en nuestro país. Si en 1932 el PCS no pudo ser destruido, ni siquiera con aquella brutal matanza, menos puede ser destruido hoy. El PCS es un firme e imperecedero bastión y destacamento de combate del proletariado y del pueblo salvadoreño; es un destacamento probado del proletariado mundial.”

Enseñanzas históricas del PCS
Estima que “los 45 años de la lucha abnegada y valerosa del PCS, están llenos de enseñanzas y lecciones, las que deben ser estudiadas por comunistas y revolucionarios en general. Su vida es la historia de la revolución social en El Salvador; su teoría es la teoría más revolucionaria de la emancipación de la clase obrera y nuestro pueblo. Su rica experiencia conoce la utilización de las más diversas y variadas formas de lucha. No cabe ninguna duda, que la lucha del PCS es una escuela viva de comunismo, de lucha por la vigencia de los principios internacionalistas del proletariado y de militante solidaridad en la lucha de los diversos sectores y organizaciones populares del país. De esas enseñanzas, ahora enumeramos las principales que deben tenerse en cuenta para el desarrollo ulterior del proceso revolucionario.”
Se enumeran cuatro enseñanzas: “1. La lucha del proletariado salvadoreño en contra de su opresores, obtuvo un cambio cualitativo notable con el surgimiento del Partido Comunista, ampliando su perspectiva fuera de los marcos estrechos de la lucha puramente económico y concibiendo la necesidad de la toma del poder político, como condición para construir una vida mejor sin explotados ni explotadores.”
“2. El proletariado únicamente puede avanzar en la lucha cuando une las reivindicaciones económicas a los objetivos políticos y cuando cuenta con un Partido revolucionario intransigente frente a los revisionistas y oportunistas; lo mismo que, audaz y valiente contra la burguesía y sus instrumentos de poder.”
“3. El partido de la clase obrera, no puede cumplir su misión de vanguardia de la clase obrera, de dirigente y organizador de la revolución, si no posee y domina la teoría marxista-leninista, si no cuida de su pureza, sin convertirla en dogma.”
“El marxismo da al Partido la posibilidad de orientarse dentro de cada situación histórica determinada, ante un hecho o fenómeno social concreto; de descubrir sus nexos con los demás fenómenos y situaciones, de descubrir su esencia y prever la marcha y desenlace de los acontecimientos. El Partido del Proletariado que no domina la teoría marxista-leninista o la practica esquemática o dogmáticamente, vaga a tientas, se desorienta y, por tanto, se ve imposibilitado de dirigir a la clase obrera en sus luchas.”
“4. El Partido revolucionario del proletariado debe ser capaz de arrastrar tras de sí a los trabajadores y puede defenderse de los ataques de la burguesía, de todos sus intentos por destruirlo, únicamente cuando tiene fuertes vínculos con las masas, que le permita fortalecerse constantemente, escucharlas y aprender de ellas.”
El extenso documento del PCS concluye con una cita de V. I. Lenin: “El Partido es invencible si sabe vincularse, aproximarse y hasta cierto punto si queréis, fundirse con las más grandes masas trabajadoras, en primer término con la masa proletaria, pero también con la masa trabajadora no proletaria”

Posición de “Voz Popular” ante el asesinato de Roque Dalton. Junio de 1975
En el número 36 de VP de junio de 1975 se informa que “nos ha llegado la infausta noticia del asesinato del escritor y poeta Roque Dalton García. El crímen se ha dado a conocer en unos párrafos de un comunicado firmado por el Estado Mayor del Ejercito revolucionario del Pueblo.”
Agrega que “si nos atenemos a las hojas clandestinas que han estado circulando últimamente, el asesinato es consecuencia de la lucha interna desatada dentro del denominado E.R.P. entre la “Dirección Nacional” y lo que estos mismos llaman “camarilla militarista” de procedencia pequeño burguesa, lucha que das las circunstancias del crímen cometido en la persona de Roque Dalton García, es a muerte.” A continuación se realizan citas de los comunicados tanto de la Dirección Nacional como del Estado Mayor del ERP.
“Voz Popular quiere dejar senada su posición en los siguientes términos: 1. En el marco de la lucha de los grupos ultra-izquierdistas, para quienes el terrorismo es su arma fundamental, la cosas se presentan de vida o muerte; sí resulta comprensible el caso de Roque Dalton García. Pero esto mismo obliga a sus “ejecutores” a presentar las pruebas concretas de la labor traidora que venía ejerciendo, así como los documentos del juicio y el texto de su defensa. Sin esto, el “fusilamiento” de Roque Dalton García no pasará de ser un vil asesinato condenable desde todo punto de vista.”
Se agrega que “la conclusión primera que puede sacarse de este asesinato es que las más bajas miserias han invadido la conciencia de sus asesinos que, incapaces de llevar adelante una lucha ideológica, han recurrido hasta el crimen.”
“2. La irracionalidad de los victimarios es tal, que…será el motivo de la intensificación del desangramiento inútil y estúpido. 3. Ese mismo espejo de Argentina, nos enseña asimismo, que la ultraderecha se aprovecha al máximo para cebar sus odios en contr de elementos progresistas y revolucionarios que nada tienen que ver con los delirios ultraizquierdistas.”
Concluye que “aquí en El Salvador, no debemos concebir que la lucha interna de una facción de ultraizquierda se quedara dentro de sus límites, sino que estos podrían ser rebasados, utilizados por los sectores ultraderechistas que aspiran a dar un baño de sangre sin precedentes en contra de las fuerzas que aspiran a un cambio en el país.” Y efectivamente, el 26 de septiembre de este año es asesinado el dirigente comunista Rafael Aguiñada Carranza.
Los puntos sobre las íes. Nuestra polémica con la ultraizquierda. Mayo de 1975
En el número 32 de VP de mayo de 1975 continúa el debate comenzado en enero. El artículo se titula Se perfila coincidencia entre nosotros y el FAPU y trata del suplemento sobre el Primero de Mayo del numero 2 del periódico del FAPU, Pueblo. Se hacen extensas citas de este suplemento relacionadas con la caracterización de la etapa del proceso y sobre la unidad de los sectores populares.
Opina el articulista de VP que “nosotros estamos en general de acuerdo con el contenido de este documento. Creemos que estos planteamientos son una buena base para dialogar y buscar un entendimiento, ya que contienen pronunciamientos expresos sobre problemas fundamentales del proceso revolucionario salvadoreño, lo que se expresa una notable coincidencia con nuestras propias tesis sobre esos mismos problemas.”
Y refiere que “concordamos en lo esencial en la caracterización que el FAPU hace de la actual etapa del proceso revolucionario de nuestro país…Esta es una coincidencia decisiva que por sí sola abre el camino a un entendimiento político práctico entre nuestros dos movimientos.”
“Coincidimos en señalar al proletariado (urbano y rural), a los campesinos y a las capas medias (incluida la pequeña burguesía) como las fuerzas motrices o motoras del proceso revolucionario en la presente etapa…Cuando nosotros hemos mencionado que puede contarse con la participación de importantes sectores militares hemos tenido en cuenta…que ellos pertenecen a las capas medias o a la pequeña burguesía (oficiales y jefes); o al campesinado o el proletariado (soldados y clases).”
Añade que “para aislar al enemigo principal es necesario delinear no sólo el cuadro de las fuerzas revolucionarias motrices, entre los cuales puede y debe concertarse una alianza permanente o a muy largo plazo, sino también el cuadro de aquellas fuerzas que es indispensable atraer, aunque sea temporalmente, aunque solo sea en torno de un punto aislado el programa o alrededor de algún problema coyuntural; pensamos que hay que elaborar también el cuadro de aquellas fuerzas que no pudiendo ser atraídas, ni siquiera temporalmente, pueden y deben ser neutralizadas, para que así no fortalezcan al enemigo principal.”
Agrega que “dentro del campo enemigo hay en cada momento un sector más peligroso y es a éste al que ante todo hay que aislar, combatir y derrotar. En la actual situación de nuestro país y de la América Latina en general, el enemigo más peligroso es el sector fascista del imperialismo yanqui y de las oligarquías burguesas-terratenientes, junto con sus agentes e instrumentos dentro de las Fuerzas Armadas, los partidos derechistas, los medios de propaganda, etc.”
“Coincidimos en que el proletariado y el campesinado deben constituir la alianza hegemónica en la dirección del proceso revolucionario. Pensamos que el logro de este principio estratégico constituye un proceso de unidad y lucha por la unidad con los demás aliados permanentes, a largo plazo o temporales, el cual no puede impulsarse de otro modo que por medio de alianzas concretas y prácticas; que es también un proceso de lucha ideológica y organizativa, por unir al proletariado ( por lo menos a su parte decisiva), alrededor de la línea política revolucionaria y de la orientación ideológica propia de su clase, por unir en la acción y orgánicamente al movimiento obrero…”
Puntualiza que “estamos de acuerdo con Ustedes “en que es necesaria la más completa unidad de las fuerzas populares y progresistas.” Pero francamente no entendemos porque dicen que “el FAPU constituye esa alternativa política.”Este planteamiento esta en abierta contradicción con el primero…el FAPU no es, ni puede llegar a ser el frente de la más amplia alianza de todas las fuerzas populares y progresistas. Nosotros penamos que el FAPU debe ser parte integrante, infaltable, del poderoso y amplio FRENTE POLITICO POPULAR, pero que la exigencia que todas esas fuerzas vayan a ponerse bajo la dirección de ustedes no es realista.”
Enfatiza que “en su planteamiento hace falta algo que es en realidad esencial y de valor estratégico…no dicen nada acerca de cual es en concreto el objetivo político central de poder, que ustedes proponen al pueblo conquistar…Dicho de otro modo, ustedes no fijan cual el tipo de gobierno que hay que conquistar y tampoco dicen nada acerca de la vía para lograrlo.”
“Nosotros hemos dicho y seguimos sosteniendo que ha madurado la necesidad y están madurando las condiciones para que las fuerzas populares nos propongamos conquistar el poder y establecer un GOBIERNO DEMOCRATICO, ANTIIMPERIALISTA Y ANTIOLIGARQUICO integrado por quines concurran en el amplio frente popular y sostenemos que en la marcha hacia ese objetivo el pueblo salvadoreño puede hacer uso de la lucha electoral, pero que tiene derecho a utilizar otra vía al serle cerrada ésta.”
Y subraya que “no somos ingenuos para creer que en este reinado del fraude y la imposición van las clases dominantes a entregar el poder , aceptando su derrota en las urnas, todos sabemos por experiencia nacional que ello no es posible aquí, pero esa misma experiencia nos da una sólida base para sostener que la lucha electoral es muy útil para el pueblo salvadoreño en su marcha hacia la conquista del poder y que tal instrumento no debe por tanto ser desechado sólo porque aquí no se respeta el voto.”
Concluye que “creemos que este instrumento de la lucha política puede ser inutilizado por el mismo enemigo para quien las elecciones han sido desde 1967, y sobre todo desde 1972, un proceso de desmoronamiento de su política de sustentación; en consecuencia sostenemos que las fuerzas populares no debemos dar al enemigo, directa ni indirectamente, a destruir en definitiva el derecho electoral, que sea el enemigo solo quien lo haga y con ello se aísle aún más.”
Destruir la UNO: objetivo de la reacción y de la ultra-izquierda
En el número 34 de VP de mayo de 1975 continúa el debate. El artículo se titula Destruir la UNO: objetivo de la reacción y de la ultra-izquierda. Explica que “a fines de 1971, cuando recientemente había sido creada la UNO y daba comienzo la campaña electoral presidencial, se inició en el movimiento estudiantil universitario un debate acerca de la participación o no en las elecciones. El grupo dirigente de la AGEUS en aquel entonces, encargo a cierto “ideólogo” Ultra-izquierdista la elaboración de un documentos que le sirviera para fundamentar su posición anti-electoral.”
“Años mas tarde, (en diciembre de 1973), en vísperas de la siguiente campaña electoral, ese mismo documento fue publicado en el folleto de amplia distribución, bajo el título de “¿TU ARMA ES EL VOTO?”…haciéndole además algunos otros arreglos…El contenido esencial de este documento fue vaciado después en el folleto conjunto de las FPL y el ERP, publicado en febrero de 1974, un mes antes de las elecciones de diputados y munícipes…Desde entonces, los ultra-izquierdistas no han hecho otra cosa que repetir las tesis de ese documento, bajo una forma u otra.” Luego se copian algunas partes del mencionado documento.
Considera el artículo que “la pretensión ultra-izquierdista se concreta en los puntos siguientes: hay que destruir a la UNO; para lograr ese objetivo, hay que concentrar el ataque contra la UNO y no “correr el peligro” de “concentrar o iniciar los ataques contra los demás partidos” porque las masas podrían sacar la conclusión de que la UNO es su propia salida y que la lucha por destruir a la UNO se justifica porque así sería destruido el proceso electoral mismo y porque “l UNO es la vanguardia y la síntesis de todas las posiciones burguesas.”
“Los ultra-izquierdistas nunca han demostrado, ni pueden demostrar, que la UNO se un agrupamiento de la burguesía y, mucho menos su vanguardia. La UNO es un frente unido de fuerzas democráticas con un Programa cuyo objetivo principal es constituir un gobierno democrático, que realice las hondas transformaciones económico-sociales dirigidas contra la oligarquía y la dominación imperialista y aseguren un desarrollo independiente para nuestro país. En la dirigencia de la UNO hay elementos y grupos representativos de las capas medias, del proletariado y de las masas trabajadoras en general (de la ciudad y del campo).”
Concluye asegurando que “ustedes amigos, subestiman a las masas: creen poder ganarlas con su palabrería seudorevolucionaria, con sus invocaciones ala revolución, pero no lo han conseguido ni lo conseguirán, porque el pueblo salvadoreño ha aprendido a distinguir en todas las circunstancias y bajo cualquier ropaje, las posiciones que de un modo u otro, con o sin intención, ayudan a la oligarquía, al imperialismo o a su gobierno.”
Roberto Castellanos Calvo
Nace en San Salvador. Muy joven aún participa en las jornadas de abril y mayo de 1944 que llevan al derrocamiento del General Maximiliano Hernández Martínez. Sale al exilio en octubre de 1944 hacia Guatemala. En 1948 regresa a El Salvador y se incorpora al Partido Comunista. En 1950 ingresa a la Facultad de Economía y forma parte de la Acción Estudiantil Universitaria, AEU.
Es electo en el V Congreso del PCS de abril de 1964 como miembro del comité central y la comisión política, asumiendo Bobby la responsabilidad de las Finanzas. En el VI Congreso del PCS de agosto de 1970 es electo como subsecretario general del PCS. En el VII Congreso de abril de 1979 es reelecto como miembro de comité central y de comisión política. En 1980 sale al exilio en México. Regresa a El Salvador luego de los Acuerdos de Paz. En el VIII Congreso de abril de 1993 es declarado Miembro Emérito del PCS. Nando muere en 1997.
Domingo Santacruz Castro
Nace en Ahuachapan. En 1959 influenciado por el triunfo de la Revolución Cubana funda el Movimiento Revolucionario 2 de Abril, MR2-4. El MR2-4, luego del golpe de estado del 25 de enero de 1961, se incorpora como Columna al Frente Unido de Acción Revolucionaria, y Domingo pasa a formar parte de la dirección del FUAR.
El 15 de mayo de 1964 ingresa al PCS, reclutado por Saúl (Salvador Cayetano Carpio). En 1966 es electo como responsable del Comité Departamental de San Salvador del PCS. En 1967 viaja a la Unión Soviética a la Escuela Superior de Cuadros del PCUS y regresa en 1969.
En agosto de 1970 es electo en el VI Congreso del PCS como miembro del comité central y de la comisión política, asumiendo la Secretaría de Educación. Durante la guerra Eduardo tuvo bajo su cargo el trabajo clandestino de conducción en el Frente Metropolitano, del movimiento popular influenciado por el PCS. Posteriormente asume la responsabilidad de las Finanzas del PCS. Al finalizar la guerra, en marzo de 1992, crea y conduce la Coordinadora para la Reconstrucción y Desarrollo, CDR, de la cual fue Director Ejecutivo. En el 2000 es electo presidente del Tribunal de Honor del FMLN. Actualmente es Embajador de El Salvador en Cuba.

Fui docente de la UES en 1970… Entrevista con Rolando Orellana (II)

Fui docente de la UES en 1970…
Entrevista con Rolando Orellana (II)

SAN SALVADOR, 17 de mayo de 2014 (SIEP) “Cuando en 1970 ingrese a trabajar como docente en la Universidad de El Salvador, me encontré con un esfuerzo colectivo por que la educación superior sirviera al país y a los sectores populares. Ya se habían recorrido varios años de la Reforma Universitaria iniciada en 1960…” nos comenta Rolando Orellana, revolucionario salvadoreño.

Agrega que “como PCS por medio de Schafik (Handal) y otros compañeros participamos en el diseño e implementación de esa Reforma Universitaria, la cual fue fortalecida con la llegada a la Rectoría del Dr. Fabio Castillo Figueroa, propuesto y respaldado por organizaciones estudiantiles que abogaban por mejorar la enseñanza universitaria.”

“Llegue a trabajar al departamento de Filosofía de la Facultad de Humanidades, que estaba dirigido por el Dr. Humberto Velásquez, conocido popularmente en aquellos tiempos como Pirrimplin, por su naturaleza traviesa y ocurrente y luego como sabes, como Gato Sabio. El Departamento de Filosofía quedaba en unos salones que estaban luego de la entrada del IVU, al lado izquierdo, al final de un pasillo, ahí tenía su local.”

“La Universidad entonces se había abierto a los sectores populares. Anteriormente era sumamente elitista, se ponían requisitos para ingresar y si ingresabas el estudio era costoso, y no podían costearlos los que terminaban bachilleres pero eran de familias pobres.”

Antes, los estudiantes sin posibilidades económicas y que avanzaban al bachillerato lo que hacían era ponerse a trabajar. Los que llegaban a la UES tenían que dedicarle tiempo completo al estudio. Y entonces la Universidad aplicaba una política de puertas abiertas. Para esa época se crearon los centros regionales en Santa Ana y San Miguel, contaba con un programa de becas para estudiantes de escasos recursos económicos, y había construido las residencias estudiantiles.

La Reforma Universitaria significó la transformación de la Facultad de Humanidades, que impartía Filosofía, Letras, Psicología, Educación, Periodismo y que estaba alejada del resto de carreras. La Reforma Universitaria transformó la Facultad de Humanidades en Facultad de Ciencias y Humanidades, vinculando las Humanidades con las Ciencias como dos áreas de trabajo. Y las Humanidades eran tratadas con un nuevo enfoque basado en el estudio de la Realidad Salvadoreña mientras que en la otra área, se crea el Instituto de Ciencias (Matemáticas, Física, Biología y Química).

Se establece para todos los estudiantes de Nuevo Ingreso las Áreas Comunes que tenían como materias básicas la Filosofía y las Matemáticas. Y esto permitió sensibilizar al estudiante de nuevo ingreso, acercarlo a la comprensión de la realidad nacional. Los estudiantes sin excepción cursaban Filosofía, con un nuevo enfoque, el estudio del mundo y de la vida cercano a la realidad. No en las nubes, sino en esta tierra.

Cuando convocan a concurso para plazas de docentes en el departamento de Filosofía participo, y una parte de las exigencias era saber no solo de la Filosofía sino también de la realidad del país. Y ambos aspectos me favorecen. Venía de Moscú, había leído a los clásicos, a Hegel (la Filosofía del Derecho), a Kant, a los Enciclopedistas, etc. El examen me permite ganar la plaza. Me nombran instructor de cátedra, era el que daba los laboratorios. Fui instructor de Filosofía General que la impartía el Dr. Velásquez. Por cierto me acuerdo que Rafael Arce Zablah fue alumno mío, muy inteligente y amigable, pero cuando se entero que yo había estudiado en la URSS cambió completamente, el anticomunismo lo cegó.

Entre los docentes de Filosofía se encontraban América Aguilar de Miranda, Jorge Arias Gómez, Carlos Inocente Gallardo, el Dr. Velásquez, que era muy bromista, pero también progresista ya que le gustaba el PR, y habían dos profesores españoles: Mariano García Villa, padre de Marianela García Villa y Juan Serrano. Los dos eran muy cultos, políticamente eran republicanos y salieron de España con la irrupción del General Francisco Franco que derrotó militarmente a la República e instauró una dictadura militar fascista que apoyó a Hitler.

Y también estaban Oscar Acevedo y José Luís Quan Pineda, que luego fueron dirigentes de la Resistencia Nacional ; Rafael Duran Barraza, que fue presidente del Consejo Nacional de la Judicatura; el Chele Rafael Menjívar, Moisés Urbina y Miriam Medrano, que luego se casa con Oscar Acevedo. Antes estuvo casada con Reynaldo Hernández, médico graduado en la URSS con especialidad en Psiquiatría.

Por cierto, Miriam fue amiga muy cercana de Lil Milagro Ramírez. Blanco Gallo ya sonaba pero era todavía estudiante. Aunque la mayoría de docentes era progresista, en esa época únicamente Jorge y yo militábamos. Para esa época Raúl Castellanos Figueroa era docente en Periodismo y Miguel Ángel Saenz Varela era docente en Medicina, y luego fue secretario general de la UES, con la administración de Lito Menjívar.

Fíjate que la primera vez que enfrente a mi grupo de trabajo tuve stress escénico. Me puso muy nervioso, pero pude pasar rápidamente la prueba. Los estudiantes no creían que era docente porque estaba muy joven, tenía 24 años, cumplí 25 en 1970. Me decían bachiller. Rápidamente aprendí a dar clases o sea la metodología de la enseñanza superior. Y me pusieron ya de profesor de filosofía.

Los grupos de clase eran numerosos, de 80, 100 estudiantes. El atractivo era que todo lo hacíamos con un enfoque de realidad nacional, no eran divagaciones abstractas sino análisis de la realidad. Y hacíamos uso de la libertad de cátedra para orientar los contenidos programáticos.

Docente en San Miguel

Acepte ir a dar clases al centro universitario de oriente, en San Miguel, Viajábamos un grupo de docentes los fines de semana, allá nos alojábamos, ya que no había suficientes docentes para atender la demanda estudiantil. Y también realice trabajo político. Donde quiera que iba dejaba organización de de Juventud (Comunista). Pero tuve que desistir de ir a Oriente porque me afectó en la salud, tuve una fuerte recaída de rinitis alérgica, provocada por el polen de las flores.

Esto fue en 1971 durante la segunda huelga de ANDES, me acuerdo que realizamos diversas actividades en apoyo a los maestros, los que se tomaban las escuelas y desde ahí se mantenía el paro. Una vez me llegaron a buscar unos estudiantes para que fuéramos a apoyar a una escuela que comenzaba a flaquear. Fuimos y hablamos con los maestros acerca de la importancia del sacrificio que realizaban.

En estas jornadas se nos incorporaron muchos jóvenes estudiantes, que se incorporaban a la Juventud Comunista, incluido el actual Coordinador del FMLN, Medardo González, que después se pasa a las FPL. Estuvo en Círculos de Estudio nuestros, lo mismo Juan Ramón Medrano, que después fue dirigente del ERP. En aquel tiempo la UES alquilaba casas donde se daban las clases. Se había comprado un terreno para hacer el campus pero este quedaba lejos de la ciudad y no estaba construido.

La casa donde se impartía Filosofía era una casa grande, colonial, de balcones, con habitaciones que daban a la calle. Y para la segunda huelga de ANDES en 1971, era conocida nuestra posición en apoyo a los maestros y cuando estaba dando clase note que llegaban a colocarse a los balcones dos tipos que se ponían a escuchar la clase. No me miraban, solo escuchaban. Eran dos agentes de la Policía Nacional, de la sección de Investigaciones Criminales, que así se llamaba entonces la policía política. Ellos quizás no me reconocían pero yo si.

Cuando tenía quince años los conocí y ya eran agentes. Vivíamos en un mesón que estaba frente a lo que hoy es La Tiendona. Ahí alquilaban los dos un cuarto. Cuando no estaban de turno se quedaban departiendo frente al zaguán y ahí nos hicimos amigos. Una vez bromeando le saque el carnet que andaba en la bolsa de la camisa y vi que era de la SIC de la PN. Y me los vuelvo a encontrar en San Miguel y en 1971 vigilando a su antiguo amigo.

Organizando la Juventud Comunista, JCS

Por otra parte, a nivel político al regresar de la URSS recibí la tarea de organizar la Juventud Comunista. En este esfuerzo coordinaba con Armando Herrera, que en ese entonces dirigía el Frente de Acción Universitaria, FAU y se estaban organizando iniciativas de estudiantes de secundaria (AES) y de grupos de obreros (JOS), que había que encauzar. Me correspondió atender políticamente a un grupo de jóvenes obreros que trabajaban en la Carrocería Moderna. Entre estos jóvenes estaba el Chelito, José Luís Merino. Con ellos trabajamos hasta que estalló el conflicto. Uno de sus integrantes de apellido Morán, conocido como el Mapache, cayó en la guerra.

También trabaje con un grupo de universitarios, que estudiaban Medicina o ya habían egresado, entre los que estaba Roberto Vargas, el hermano del Chato Vargas, que era muy crítico del Partido y que le gustaba utilizar el término de “tozudos” para calificar algunas acciones. También estaba Salvador Moncada que era de nacionalidad hondureña, también crítico.

Ese año de 1971 organizamos la primera organización de docentes universitarios, la Asociación de Educadores Universitarios, AEU. Pero dura poco tiempo, hasta el 19 de julio de 1972 cuando intervienen la UES. Fui de su primera y única directiva.

Después de la segunda huelga de ANDES, se vino la campaña de la UNO para llevar a la presidencia al Ing. Napoleón Duarte. Y después se vino el golpe de estado de marzo de 1972. En cada una de estas jornadas se incorporaban nuevos jóvenes a la lucha popular y a la organización juvenil comunista.

Yo llevaba el registro de la militancia juvenil y lo tenía en mi oficina de la UES, pero el 18 de julio decido sacarlo porque se escuchaban ya rumores de una posible intervención, el día siguiente intervienen, y los militares en sus declaraciones de los hallazgos hablaban de haber encontrado “el archivo de los comunistas” con nombres y direcciones. A saber que fue lo que encontraron porque el archivo estaba seguro.

Luego de la intervención militar a la UES quedo desempleado. Solo nos pagaron un salario. Me pongo a buscar trabajo. Para ese entonces estaba de jefa del departamento de Filosofía Alma América Aguilar de Miranda. Y me llama y me dice: consiga una entrevista con el gerente de CAESS, él piensa igual que Usted y seguramente le va dar trabajo. Fui y me recibió. Le explique done había estudiado.

Me dijo: sabe que esta es una empresa capitalista ¿cómo se va acomodar? Le respondí que ese no era problema porque el trabajo es profesional. Me respondió: aquí le damos trabajo pero se le exige que renuncie públicamente a su ideología, y publíquelo en algún periódico para que la gente se entere, lo mismo hice yo. Al escuchar sus palabras la sangre me hervía de indignación. Me quede viéndolo fijamente, le agradecí por el tiempo y me fui.

Para enfrentar la situación de desempleo me ayudó José Luís Merino. Me explico que a su fábrica llegaban a vender el día de pago diversos productos, ropa, pantalones, zapatos. Llégate –me dice- y nosotros te vamos a conseguir los clientes. Les das como enganche al crédito en diez pagos. Me fui a buscar a Reynaldo Hernández, un amigo que traía zapato fabricado en Nicaragua y le pedí que me diera una docena en consignación, y que le iba apagar conforme fuera vendiendo. El primer sábado los vendí todos y hasta me faltaron. Y así la fui pasando.

Por otra parte Schafik había hecho gestiones por medio del Partido del Pueblo de Panamá, PPP, para que me consiguieran empleo allá en la Universidad. Y me dice Schafik que le habían respondido positivamente y que saque los papeles para irme, que saque el pasaporte. Lo hago y solo me faltaba la constancia de la policía. Y la fui a sacar. Era cuestión de días para salir del país. En esas vueltas andaba cuando me encuentro con un viejo amigo, ingeniero mecánico que estudio en la Unión Soviética, a Manuel de Jesús Castro. Y decidimos ir al cine, vamos al Magestic a ver que exhiben me dice.

En la Guardia Nacional

Y agrega: mira vamos al UDN y allá vemos el periódico para ver que películas están exhibiendo. Fuimos al local que estaba sobre la Avenida España al costado norte del hoy Teatro Roque Dalton. Salimos y solo habíamos caminado unos treinta metros cuando se detiene un vehículo y se bajan tres tipos armados con fusiles y nos obligan violentamente a meternos al carro. Y empiezan a golpearnos. Nos esposan y nos dan una gran paliza dentro del carro, de puñetazos y patadas. Nos llevan a la Guardia Nacional.

Era el 12 de febrero de 1973. De la gran golpiza perdemos el conocimiento, al despertar estamos vendados y con capuchas. Cuando comenzamos a tomar conciencia descubrimos que en la celda donde nos encontramos hay otras personas además de nosotros. Cuando se oye que abren la puerta y entra un sujeto y me señala y dice:¡este hijo de puta aquí quiere irse para Panamá y no se lo vamos a permitir! ¿Cómo sabían? Claro, por la constancia que fui a pedir, ahí había que dar los datos para que se quería el documento. Otro agente entra y señalando a Manuel dice. ¡ A esta garra yo la conozco! Y le da un golpe. Esa noche escuchamos que los guardias estaban haciendo un gran relajo ya que les habían permitido celebrar el “día de la amistad” con prostitutas de la Avenida.

El siguiente día que era jueves, al sentirme solo, logro levantar la venda que cubría mis ojos y reconozco a las personas que me rodeaban, se trataba del Tío Julio (Salazar), Carlos Ruiz, Guillermo Ramirios, Mario Aguiñada, Do Lito Sandoval (de Santa Ana) y otros. Luego llegan y nos quitan las capuchas. Al vernos e identificarnos nos sentimos más fuertes. Nos preguntábamos: ¿qué había pasado? ¿Por qué estábamos capturados? Nos habían sacado de nuestras casas y de nuestros trabajos. El sábado llegan de nuevo y nos vuelven a esposar y a poner las vendas. Pónganse de pie. Nos sacan. Sentimos de nuevo el calor del sol. Nos meten a un camión. Vamos hacia el oriente. Seguimos vendados. Llegamos a un lugar y nos quitan las vendas. Estamos en el aeropuerto de Ilopango. Van para Guatemala nos dicen. Nos alegramos que no nos han matado.

Fue un viaje corto. Al aterrizar y pasar a migración nos recibe la Policía Nacional de Guatemala. Nos llevan al Cuartel Central de la PN en pleno centro de la capital. Nos ubican en las cuadras de los agentes, en sus dormitorios. Nos registran. Pedimos comida y bañarnos. Lo conceden y nos ofrecen un –me acuerdo- delicioso desayuno. Y luego de comer, ante nuestra sorpresa, nos tiran a la calle, a que nos arregláramos por nosotros mismos. Nos fuimos a la Zona 1, a buscar un hotel.

Conseguimos un hotel allá por la terminal de trenes, el Hotel Guatemala. Pagábamos un dólar por día con derecho a habitación y comida. El dueño del hotel estaba feliz por nuestra llegada. Comenzamos a movernos. Nos fuimos para la Universidad a buscar contactos. Ahí organizamos una conferencia de prensa e hicimos la denuncia de cómo nos habían sacado de nuestro país y como el gobierno guatemalteco estaba involucrado. Se arma un gran escándalo.

Éramos la noticia principal, con fotos y entrevistas. Nos pusieron vigilancia fuera del hotel y teníamos que ir a firmar diariamente al Cuartel Central de la PN. Nos dispusimos a tramitar el asilo político para evitar tener que estar yendo a la PN. El embajador salvadoreño en Guatemala era el Coronel Eduardo “El Chato” Casanova. Era un tipo vulgar, una vez nos invita a la embajada y nos aconseja que no regresemos a El Salvador, que nos fuéramos para otro país. Nos dice: miren porque no se van para Cuba, yo les pago el pasaje…pero ¡ya no regresen!

Un día aparecieron por el hotel un grupo de abogados guatemaltecos y preguntan por mi, los recibo y me dicen que viene de parte del Colegio de Abogados de Guatemala, que se sienten avergonzados por este hecho y muy solidarios con todos nosotros, y aquí esta ésta bolsa de dinero, recogida con todos los abogados de nuestra institución, por favor acepten este gesto de solidaridad. Y esto nos dio la idea de realizar colectas y nos íbamos para los mercados: somos exiliados salvadoreños, pedimos solidaridad. La gente colaboraba, nos daban dinero, pudimos así pagar el hotel. Incluso lo de la firma en la PN se fue relanceando. Y finalmente obtuvimos asilo político.

Además reanudamos el contacto con el PCS. Manteníamos reuniones secretas. Una vez llego Vanzetti y pide hablar conmigo. Me dice: el Partido lo necesita, vengo a llevarlo. Sí esta de acuerdo, nos vamos. Salimos para San Salvador. Pasamos por un punto ciego. Pasamos a la par de la caseta de la policía aparentando ser gente de la localidad, con una bolsa de comprados. Regrese a San Salvador en abril de ese año, pase casi un mes en Guatemala.

Vivía en la más absoluta clandestinidad porque había orden de matarme (matarnos) si regresaba. Me aísle de mi familia, solo me comunique una vez con mi hermano mayor, Tito. Llegue al lugar disfrazado y no me reconoció. Al saludarlo, me reconoció. A mi hermano lo habían capturado en vías de investigación, y lo tuvieron capturado tres días en la Policía Nacional. Y es que cuando me capturan vivía en su casa, él me había dado posada y entonces sospechaban, pero él no militaba.

La tarea para la cual el Partido me necesitaba era la de contribuir a la fase final de organización de la Juventud Comunista, la JCS. Para crear la Juventud Comunista se crea una comisión. Esta Schafik, en ese entones Emilio, Armando Herrera (Palmiro) y mi persona. Al realizarse el Congreso de Fundación de la JCS, asumo la secretaría general, mi pseudónimo era José. Se elige además un comité central y un comité ejecutivo. Al crearse la JCS mi vida sigue siendo clandestina.

Schafik consideraba que con la creación de la JC se daba un paso importante en la lucha revolucionaria del pueblo salvadoreño. Nos reuníamos frecuentemente, estaba muy interesado en los avances como en las dificultades de la JC. Cuando nos visitaban de otros partidos hermanos, hacíamos una reunión única PCS-JCS, como cuando una vez vinieron los mexicanos, del PCM. Y le preguntaron a Schafik ¿y quien es el secretario general de la JCS? Este que esta aquí. Y me señala. Bastante joven comentaron.

Fíjate que la casa donde vivía estaba vigilada. Vivía por la zona del antiguo Cine Terraza, en la Rábida. En la 33 Calle Oriente bis. Era una casa de apartamentos. Uno de mis vecinos era el músico Chando Orellana. El otro vecino era un misterio. Nunca lo había visto aunque sabía que ahí vivía alguien. No se comunicaban, y siempre pasaba cerrado. La vigilancia la hacía un policía que se paraba frente a la casa por largos periodos, luego se iba y volvía a regresar. Su presencia era ya habitual. Luego me entere que mataba tres pájaros de un solo tiro: vigilaba la casa de la familia de Saénz Varela, que quedaba arriba, me vigilaba y la casa donde vivía Lil Milagro Ramírez, que era el apartamento misterioso, claro, de esto me entere ya en la guerra. A los tres nos seguían.

Con Torrijos en Panamá

Fíjate que en 1971 se intensifica el esfuerzo del pueblo panameño por recuperar el Canal y se recibe una invitación para que una delegación universitaria vaya a Panamá y se solidarice con estos esfuerzos conducidos por el General Omar Torrijos, que por cierto había estudiado aquí en la Escuela Militar. La invitación de una forma u otra llega al FAU y se arma la comitiva. Íbamos 25 jóvenes. Nos fuimos en un avión militar saliendo de Ilopango. Llegamos y nos reunimos con Torrijos y visitamos el canal. Fue un gesto de solidaridad con esta lucha antiimperialista, que lograba incluso el apoyo de sectores militares salvadoreños. Por otra parte, en 1974 abren la UES y me reincorporo como docente…

“Colonialidad del poder, eurocentrismo y América Latina”: Aníbal Quijano

“Colonialidad del poder, eurocentrismo y América Latina”: Aníbal Quijano
19/07/2012 Deja un comentario Go to comments

La globalización en curso es, en primer término, la culminación de un proceso que comenzó con la constitución de América y la del capitalismo colonial/ moderno y eurocentrado como un nuevo patrón de poder mundial. Uno de los ejes fundamentales de ese patrón de poder es la clasificación social de la población mundial sobre la idea de raza, una construcción mental que expresa la experiencia básica de la dominación colonial y que desde entonces permea las dimensiones más importantes del poder mundial, incluyendo su racionalidad específica, el eurocentrismo. Dicho eje tiene, pues, origen y carácter colonial, pero ha probado ser más duradero y estable que el colonialismo en cuya matriz fue establecido. Implica, en consecuencia, un elemento de colonialidad en el patrón de poder hoy mundialmente hegemónico. En lo que sigue, el propósito principal es abrir algunas de las cuestiones teóricamente necesarias acerca de las implicancias de esa colonialidad del poder respecto de la historia de América Latina

I. América y el nuevo patrón de poder mundial

América se constituyó como el primer espacio/tiempo de un nuevo patrón de poder de vocación mundial y, de ese modo y por eso, como la primera identidad de la modernidad. Dos procesos históricos convergieron y se asociaron en la producción de dicho espacio/tiempo y se establecieron como los dos ejes fundamentales del nuevo patrón de poder. De una parte, la codificación de las diferencias entre conquistadores y conquistados en la idea de raza, es decir, una supuesta diferente estructura biológica que ubicaba a los unos en situación natural de inferioridad respecto de los otros. Esa idea fue asumida por los conquistadores como el principal elemento constitutivo, fundante, de las relaciones de dominación que la conquista imponía. Sobre esa base, en consecuencia, fue clasificada la población de América, y del mundo después, en dicho nuevo patrón de poder”. De otra parte, la articulación de todas las formas históricas de control del trabajo, de sus recursos y de sus productos, en torno del capital y del mercado mundial.

Raza, una categoría mental de la modernidad

La idea de raza, en su sentido moderno, no tiene historia conocida antes de América. Quizás se originó como referencia a las diferencias fenotípicas entre conquistadores y conquistados, pero lo que importa es que muy pronto fue construida como referencia a supuestas estructuras biológicas diferenciales entre esos grupos.

La formación de relaciones sociales fundadas en dicha idea, produjo en América identidades sociales históricamente nuevas: indios, negros y mestizos y redefinió otras. Así términos como español y portugués, más tarde europeo, que hasta entonces indicaban solamente procedencia geográfica o país de origen, desde entonces cobraron también, en referencia a las nuevas identidades, una connotación racial. Y en la medida en que las relaciones sociales que estaban configurándose eran relaciones de dominación, tales identidades fueron asociadas a las jerarquías, lugares y roles sociales correspondientes, como constitutivas de ellas y, en consecuencia, al patrón de dominación colonial que se imponía. En otros términos, raza e identidad racial fueron establecidas como instrumentos de clasificación social básica de la población.

Con el tiempo, los colonizadores codificaron como color los rasgos fenotípicos de los colonizados y lo asumieron como la característica emblemática de la categoría racial. Esa codificación fue inicialmente establecida, probablemente, en el área britano-americana. Los negros eran allí no solamente los explotados más importantes, pues la parte principal de la economía reposaba en su trabajo. Eran, sobre todo, la raza colonizada más importante, ya que los indios no formaban parte de esa sociedad colonial. En consecuencia, los dominantes se llamaron a sí mismos blancos.

En América, la idea de raza fue un modo de otorgar legitimidad a las relaciones de dominación impuestas por la conquista. La posterior constitución de Europa como nueva id-entidad después de América y la expansión del colonialismo europeo sobre el resto del mundo, llevaron a la elaboración de la perspectiva eurocéntrica de conocimiento y con ella a la elaboración teórica de la idea de raza como naturalización de esas relaciones coloniales de dominación entre europeos y no-europeos. Históricamente, eso significó una nueva manera de legitimar las ya antiguas ideas y prácticas de relaciones de superioridad/inferioridad entre dominados y dominantes. Desde entonces ha demostrado ser el más eficaz y perdurable instrumento de dominación social universal, pues de él pasó a depender inclusive otro igualmente universal, pero más antiguo, el inter-sexual o de género: los pueblos conquistados y dominados fueron situados en una posición natural de inferioridad y, en consecuencia, también sus rasgos fenotípicos, así como sus descubrimientos mentales y culturales. De ese modo, raza se convirtió en el primer criterio fundamental para la distribución de la población mundial en los rangos, lugares y roles en la estructura de poder de la nueva sociedad. En otros términos, en el modo básico de clasificación social universal de la población mundial.

Undécima carta a las izquierdas: ¿ecología o extractivismo?

Undécima carta a las izquierdas: ¿ecología o extractivismo?
12 dic 2013
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En la décima carta a las izquierdas afirmé que al inicio del tercer milenio las izquierdas se debaten entre dos desafíos principales: la relación entre democracia y capitalismo; y el crecimiento económico infinito (capitalista o socialista) como indicador básico de desarrollo y progreso. En este texto voy a centrarme en el segundo desafío.

Antes de la crisis financiera, Europa era la región del mundo donde los movimientos ambientalistas y ecologistas tenían más visibilidad política y donde la narrativa de la necesidad de complementar el pacto social con el pacto natural parecía gozar de una gran aceptación pública. Sorprendentemente o no, con el estallido de la crisis estos movimientos y esta narrativa desaparecieron de la escena política y las fuerzas políticas más directamente opuestas a la austeridad financiera reclaman crecimiento económico como única solución, y excepcionalmente hacen alguna declaración algo ceremonial sobre la responsabilidad ambiental y la sostenibilidad. De hecho, las inversiones públicas en energías renovables fueron las primeras sacrificadas por las políticas de ajuste estructural. Antes de la crisis el modelo de crecimiento en vigor era el principal blanco de crítica de los movimientos ambientalistas y ecologistas precisamente por insostenible y producir cambios climáticos que, según los datos la ONU, serían irreversibles a muy corto plazo, según algunos, a partir de 2015. Esta rápida desaparición de la narrativa ecológica muestra que el capitalismo no sólo tiene prioridad sobre la democracia, sino también sobre la ecología y el ambientalismo.

Hoy, sin embargo, resulta evidente que, en el umbral del siglo XXI, el desarrollo capitalista toca los límites de carga del planeta Tierra. En los últimos meses se han batido varios récords de peligro climático en Estados Unidos, la India, el Ártico, y los fenómenos climáticos extremos se repiten cada vez con mayor frecuencia y gravedad. Prueba de ello son las sequías, las inundaciones, la crisis alimentaria, la especulación con productos agrícolas, la escasez creciente de agua potable, el uso de terrenos agrícolas para agrocombustibles, la deforestación de bosques. Poco a poco se va constando que los factores de la crisis están cada vez más articulados y son, en última instancia, manifestaciones de la misma crisis, que por sus dimensiones se presenta como crisis civilizatoria. Todo está relacionado: la crisis alimentaria, la ambiental, la energética, la especulación financiera sobre las commodities y los recursos naturales, la apropiación y concentración de tierra, la expansión desordenada de la frontera agrícola, la voracidad de la explotación de los recursos naturales, la escasez de agua potable y su privatización, la violencia en el campo, la expulsión de poblaciones de sus tierras ancestrales para dar paso a grandes infraestructuras y megaproyectos, las enfermedades inducidas por la dramática degradación ambiental, con mayor incidencia de cáncer en determinadas zonas rurales, los organismos modificados genéticamente, el consumo de agrotóxicos, etc. La Conferencia de Naciones Unidas sobre Desarrollo Sostenible, Rio+20, celebrada en junio de 2012, fue un fracaso rotundo debido a la complicidad mal disfrazada entre las élites del Norte global y las de los países emergentes para dar prioridad a los beneficios de sus empresas a costa del futuro de la humanidad.

La valoración internacional de los recursos financieros permitió en varios países de América Latina una negociación de nuevo tipo entre democracia y capitalismo. El fin (aparente) de la fatalidad del intercambio desigual (las materias primas siempre menos valoradas que los productos manufacturados) que encadenaba a los países de la periferia del sistema mundial al desarrollo dependiente permitió que las fuerzas progresistas, antes vistas como “enemigas del desarrollo”, se liberasen de este fardo histórico, transformando el boom en una ocasión única para llevar a cabo políticas sociales y de redistribución de la renta. Las oligarquías y, en algunos países, sectores avanzados de la burguesía industrial y financiera altamente internacionalizados, perdieron buena parte del poder político gubernamental, pero a cambio vieron aumentado su poder económico. Los países cambiaron sociológica y políticamente hasta el punto de que algunos analistas vieron el surgimiento de un nuevo régimen de acumulación, más nacionalista y estatista: el neodesarrollismo basado en el neoextractivismo.

Sea como sea, este neoextractivismo tiene como base la explotación intensiva de los recursos naturales y plantea, en consecuencia, el problema de los límites ecológicos (por no hablar de los límites sociales y políticos) de esta nueva (vieja) fase del capitalismo. Esto resulta más preocupante en cuanto que este modelo de “desarrollo” es flexible en la distribución social pero rígido en su estructura de acumulación. Las locomotoras de la minería, del petróleo, del gas natural, de la frontera agrícola son cada vez más potentes y todo lo que interfiera en su camino y complique el trayecto tiende a ser aniquilado como obstáculo al desarrollo. Su poder político crece más que su poder económico, la redistribución social de la renta les confiere una legitimidad política que el anterior modelo de desarrollo nunca tuvo, o sólo tuvo en condiciones de dictadura.

Dado su atractivo, estas locomotoras son magníficas para convertir las señales cada vez más perturbadoras de la inmensa deuda ecológica y social que crean en un coste inevitable del “progreso”. Por otro lado, privilegian una temporalidad afín a la de los gobiernos: el boom de los recursos no va a durar siempre, y eso hay que aprovecharlo al máximo en el menor espacio de tiempo. El brillo del corto plazo ofusca las sombras del largo plazo. Mientras que el boom configure un juego de suma positiva, cualquiera que se interponga en su camino es visto como ecologista infantil, campesino improductivo o indígena atrasado de los que a menudo se sospecha que se trata de “poblaciones fácilmente manipulables por Organizaciones No Gubernamentales no se sabe al servicio de quién”.

En estas condiciones, resulta difícil activar principios de precaución o lógicas a largo plazo. ¿Qué sucederá cuando termine el boom de los recursos? ¿Cuando sea evidente que la inversión en “recursos naturales” no fue debidamente compensada por la inversión en “recursos humanos”? ¿Cuando no haya dinero para generosas políticas compensatorias y el empobrecimiento súbito cree un resentimiento difícil de manejar en democracia? ¿Cuando los niveles de enfermedades ambientales sean inaceptables y sobrecarguen los sistemas públicos de salud hasta volverlos insostenibles? ¿Cuando la contaminación de las aguas, el empobrecimiento de las tierras y la destrucción de los bosques sean irreversibles? ¿Cuando las poblaciones indígenas, quilombolas y ribereñas expulsadas ​​de sus tierras cometan suicidios colectivos o deambulen por las periferias urbanas reclamando un derecho a la ciudad que siempre les será negado? La ideología económica y política dominante considera estas preguntas escenarios distópicos exagerados o irrelevantes, fruto del pensamiento crítico entrenado para pronosticar malos augurios. En suma, un pensamiento muy poco convincente y en absoluto atractivo para los grandes medios.

En este contexto, sólo es posible perturbar el automatismo político y económico de este modelo mediante la acción de movimientos sociales y organizaciones lo suficientemente valientes para dar a conocer el lado destructivo sistemáticamente ocultado de este modelo, dramatizar su negatividad y forzar la entrada de esta denuncia en la agenda política. La articulación entre los diferentes factores de la crisis deberá llevar urgentemente a la articulación entre los movimientos sociales que luchan contra ellos. Es un proceso lento en que la historia particular de cada movimiento todavía pesa más de lo que debería, aunque ya son visibles articulaciones entre luchas por los derechos humanos, la soberanía alimentaria, contra los agrotóxicos, los transgénicos, la impunidad de la violencia en el campo, la especulación financiera con los alimentos, luchas por la reforma agraria, los derechos de la naturaleza, los derechos ambientales, los derechos indígenas y quilombolas, el derecho a la ciudad, el derecho a la salud, luchas por la economía solidaria, la agroecología, la gravación de las transacciones financieras internacionales, la educación popular, la salud colectiva, la regulación de los mercados financieros, etc.

Al igual que ocurre con la democracia, sólo una conciencia y una acción ecológica robusta y anticapitalista pueden enfrentar con éxito la vorágine del capitalismo extractivista. Al “ecologismo de los ricos” hay que contraponer el “ecologismo de los pobres”, basado en una economía política no dominada por el fetichismo del crecimiento infinito y del consumismo individualista, sino en las ideas de reciprocidad, solidaridad y complementariedad, vigentes tanto en las relaciones entre los seres humanos como en las relaciones entre los humanos y la naturaleza.

“Calibán y la bruja”: Reseña de Amparo Moreno Sardà

“Calibán y la bruja”: Reseña de Amparo Moreno Sardà
04/03/2012 Deja un comentario Go to comments

En 1984, Silvia Federici y Leopoldina Fortunati publicaron Il Grande Calibano. Storia del corpo social rebella nella prima fase del capitale (Milán, Franco Agneli). Veinte años después, Silvia Federici publicó Caliban and the Witch Women. The Body and Primitive Accumulation. Esta obra, traducida al castellano en 2010 como Calibán y la bruja. Mujeres, cuerpo y acumulación originaria, merece algo más que una reseña convencional.

En el Prefacio, Federici explica las diferencias entre las dos obras. Il Grande Calibano, fruto de un proyecto de investigación iniciado a mediados de los setenta con la feminista italiana Leopoldina Fortunati, fue un intento de repensar el análisis de la acumulación primitiva de Marx desde un punto de vista feminista, y una crítica a la teoría del cuerpo de Foucault, que ignora el proceso de reproducción, funde las historias femenina y masculina en un todo indiferenciado y se desinteresa por el “disciplinamiento” de las mujeres hasta el punto que nunca menciona la caza de brujas. La tesis que se defendía era que la historia de las mujeres requiere analizar los cambios que el capitalismo introdujo en el proceso de reproducción social y especialmente en el de reproducción de la fuerza de trabajo. Caliban y la bruja responde a un mayor conocimiento sobre la historia de las mujeres y a un contexto social diferente. En consecuencia, se propone repensar el desarrollo del capitalismo desde un punto de vista feminista evitando las limitaciones de una “historia de las mujeres” separada del sector masculino de la clase trabajadora.

Poco después de la publicación de Il Grande Calibano, Federici se desplazó de Estados Unidos a Nigeria donde trabajó como profesora entre 1984 y 1986, años que constituyeron un “punto de inflexión para la mayoría de los países africanos”. La autora explica así su experiencia. En respuesta a la crisis de la deuda, el gobierno nigeriano entró en negociaciones con el Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial y adoptó “un programa de ajuste estructural, la receta universal de Banco Mundial para la recuperación económica en todo el planeta”. Conseguir que Nigeria llegase a ser competitiva en el mercado internacional suponía “una nueva ronda de acumulación primitiva y una racionalización de la reproducción social orientada a destruir los últimos vestigios de propiedad comunal y de relaciones comunales, imponiendo de este modo formas más intensas de explotación”. Presenció en directo procesos similares a los que había estudiado en Il Grande Calibano. “En Nigeria comprendí que la lucha contra el ajuste estructural formaba parte de una larga lucha contra la privatización y el “cercamiento”… de las tierras comunales… y de las relaciones sociales, que data de los orígenes del capitalismo en Europa y América en el siglo XVI”. En 1986 regresó a Estados Unidos: su participación como docente en un programa interdisciplinario le llevó a detectar otro tipo de “cercamiento”: “la creciente pérdida entre las nuevas generaciones, del sentido histórico de nuestro pasado común”. Con Calibán y la bruja, Federici se propone “revivir entre las generaciones jóvenes la memoria de una larga historia de resistencia que hoy corre el peligro de ser borrada”.

Nos hallamos ante una obra fundamental para comprender una parte decisiva de la historia de Europa occidental: los siglos anteriores y posteriores a la implantación del capitalismo y el inicio de la expansión oceánica y la conquista de América. Federici se centra en las formas de resistencia populares a estos proyectos, uno de cuyos episodios más sangrientos fue la caza de brujas, fenómeno que la mayoría de historiadores ha silenciado y al que las feministas sí han prestado atención. Pero más allá de los datos, esta obra nos ha suscitado un interés especial por las aportaciones que hace a un modelo de análisis no-androcéntrico, cuestión que debería ser objeto de un debate.

En el Capítulo I (El mundo entero necesita una sacudida. Los movimientos sociales y la crisis política en la Europa medieval), Federici plantea que, para comprender el papel que jugaron las mujeres en la crisis del feudalismo, y los motivos que llevaron a la persecución de las brujas durante tres siglos, hay que examinar las luchas que libró el proletariado medieval contra el poder feudal; por tanto, tener en cuenta además de los terrenos clásicos de la lucha de clases, la transformación de las relaciones de género.

¿Por qué las acciones del proletariado medieval para “poner el mundo patas arriba” no condujeron a una alternativa al feudalismo y al capitalismo?, se pregunta la autora.

La respuesta le lleva al desarrollo de la servidumbre en Europa en los siglos V y VI, y a las herejías y los conflictos del campesinado contra los terratenientes en la Edad Media.

Se convocó a Cruzadas contra los herejes y para liberar la Tierra Santa de los “infieles”, y el Papa creó la Santa Inquisición. El colapso demográfico de la Peste Negra puso las jerarquías sociales patas arriba. Pero a finales del siglo XV se inició una contrarrevolución que degradó a todas las mujeres, cualquiera que fuera su clase, insensibilizó a la población frente a la violencia contra las mujeres y preparó el terreno para la caza de brujas.

El Capítulo II (La acumulación de trabajo y la degradación de las mujeres. La construcción de la “diferencia” en la “transición al capitalismo”) nos parece fundamental, porque en él explica la autora los conceptos clave que utiliza.

El proceso revolucionario desarrollado a lo largo de la Edad Media llegó a su fin, dice, con la implantación del capitalismo como respuesta a la crisis del poder feudal, a la derrota de las revueltas campesinas que se agravaron con la caza de brujas, y a la expansión colonial. En menos de tres siglos, la clase dominante europea lanzó una ofensiva que cambió la historia del planeta, estableciendo las bases del sistema capitalista mundial, en un intento sostenido de apropiarse de nuevas fuentes de riqueza, expandir su base económica y poner bajo su mando un mayor número de trabajadores.

La violencia fue el principal medio en este proceso de acumulación primitiva. Sostiene que “éste es el contexto histórico en el que se debe ubicar la historia de las mujeres y de la reproducción en la transición del feudalismo al capitalismo, en Europa y América”.

Y para argumentarlo, rastrea dos temas clásicos: la privatización de la tierra, iniciada en Europa a fines del siglo XV, coincidiendo con la expansión colonial; y la “revolución de los precios” atribuida a la llegada del oro y la plata de América. Pero esta explicación, añade, hay que completarla tratando las políticas que la clase capitalista introdujo con el fin de disciplinar, reproducir y ampliar al proletariado europeo, comenzando con el ataque que lanzó contra las mujeres que desembocó en un “nuevo orden patriarcal”, el “patriarcado del salario”, la “esclavitud del salario”.

La crisis de población de los siglos XVI y XVII convirtió la reproducción y el crecimiento poblacional en objeto de debate intelectual y asunto de Estado. Para regular la procreación, y quebrar su control por parte de las mujeres, se intensificó la persecución de las “brujas”, se demonizó cualquier forma de control de la natalidad y de sexualidad no-procreativa, y se impusieron penas severas a la anticoncepción, el aborto y el infanticidio. El resultado fue que se esclavizó a las mujeres a la procreación: “Sus úteros se transformaron en territorio político controlado por los hombres y el Estado: la procreación fue directamente puesta al servicio de la acumulación capitalista”. La desposesión de la tierra y la devaluación del trabajo asalariado femenino condujo también a la masificación de la prostitución, tolerada en la Edad Media pero, desde el siglo XVI, sujeta a nuevas restricciones y criminalizada. Se formó, así, dice, una “nueva división sexual del trabajo”, un “nuevo contrato sexual” que definía a las mujeres –madres, esposas, hijas, viudas – en términos que ocultaban su condición de trabajadoras, y daba a los hombres libre acceso a sus cuerpos, a su trabajo y a los cuerpos y el trabajo de sus hijos. En esta “nueva organización del trabajo”, subraya, “todas las mujeres (excepto las que habían sido privatizadas por los hombres burgueses) se convirtieron en bien común”. Esta fue una derrota histórica para las mujeres. Para hacer cumplir la “apropiación primitiva” masculina del trabajo femenino, se construyó un “nuevo orden patriarcal” que redujo a las mujeres a la doble dependencia de sus empleadores y de los hombres. “Las mujeres mismas se convirtieron en bienes comunes”, ya que su trabajo fue definido como un recurso natural excluido de las relaciones de mercado. La familia, dice, comenzó a separarse de la esfera pública y se configuró en la institución más importante para la apropiación y el ocultamiento del trabajo de las mujeres: en la clase alta, la propiedad daba al marido poder sobre su esposa e hijos, mientras que la exclusión de las mujeres del salario daba a los trabajadores un poder similar sobre sus mujeres. Hubo consenso, más allá de las divisiones religiosas y culturales, y desde finales del siglo XVII surgió un “nuevo modelo de feminidad”: la mujer y esposa ideal, casta, pasiva, obediente, ahorrativa, de pocas palabras y siempre ocupada con sus tareas, valorizada por el “instinto materno”.

Federici considera que la respuesta a la crisis de población en la América colonial, donde se exterminó al 95 % de sus habitantes, fue la trata de esclavos. La inmensa cantidad de plustrabajo que permitió acumular el sistema de plantaciones fue decisivo para el desarrollo capitalista porque estableció un modelo de administración del trabajo, de producción orientada a la exportación, de integración económica y de división internacional del trabajo que se convirtió en el paradigma de las relaciones de clase capitalistas. En las metrópolis, el salario se transformó en el vehículo por medio del cual los bienes producidos por los trabajadores esclavizados iban a parar al mercado y adquirían valor. De este modo, igual que el trabajo doméstico femenino, el trabajo esclavizado se integró en la producción y en la reproducción de la fuerza de trabajo metropolitana. El salario se redefinió como instrumento de acumulación, medio para movilizar tanto el trabajo de los trabajadores que se paga, como el de una multitud de trabajadores, que queda oculto debido a sus condiciones no salariales. Las vidas de los trabajadores esclavizados en América y las de los asalariados en Europa estaban estrechamente conectadas. Pero, argumenta, sería un error deducir que el ajuste del trabajo esclavo a la producción del proletariado asalariado europeo creó una comunidad de intereses entre los trabajadores europeos y los capitalistas de las metrópolis, a partir del deseo común de artículos importados baratos. Esta situación cambió a partir de 1640, cuando la esclavización en las colonias del sur de Estados Unidos y del Caribe estuvo acompañada de la construcción de jerarquías raciales que frustraron posibles complicidades.

Federici recurre a la conspiración organizada por Calibán, el rebelde nativo hijo de una bruja, y sus aliados, los proletarios europeos Tríncalo y Stéfano, representada por Shakespeare en La Tempestad (1612), que da título a esta obra, para preguntarse si el fatal desenlace podría haber sido diferente. “¿Y si los rebeldes no hubieran sido Calibán sino Sycorax, su madre, la poderosa bruja argelina que Shakespeare oculta en el fondo de la obra, ni Tríncalo y Stéfano, sino las hermanas de las brujas que, en los mismos años de la conquista eran quemadas en la hoguera-Europa?”. Esta pregunta retórica, aclara, permite cuestionar la naturaleza de la división sexual del trabajo en las colonias y de los lazos que podían establecerse allí entre las mujeres europeas, indígenas y africanas en virtud de una experiencia común de discriminación sexual. Y explica que la institucionalización de la esclavitud, que disminuyó la carga laboral para los trabajadores blancos, hizo cambiar la situación. “Fuera cual fuera su origen social, las mujeres blancas fueron elevadas de categoría, esposadas dentro de las filas de la estructura de poder blanco. Y cuando les resultó posible, ellas también se convirtieron en dueñas de esclavos, generalmente mujeres, empleadas para realizar el trabajo doméstico”.

Igual que el sexismo, advierte Federici, el racismo, además de un bagaje cultural que los europeos llevaron a América, fue una estrategia para crear las condiciones para una economía capitalista, y ambos tuvieron que ser legislados e impuestos. Y concluye que la acumulación primitiva, la construcción de un “nuevo orden patriarcal”, que hacía que las mujeres fueran sirvientas de la fuerza de trabajo masculina, fue fundamental para el desarrollo del capitalismo. La “nueva división sexual del trabajo”, junto con la división internacional del trabajo, favoreció la acumulación capitalista. A menudo, los trabajadores varones han sido cómplices, pero al precio de la autoalienación y de la “desacumulación primitiva” de sus poderes individuales y colectivos. Este proceso de desacumulación lo trata en los capítulos siguientes a partir de tres aspectos que considera claves en la transición del feudalismo al capitalismo.

El primer aspecto, la constitución del cuerpo proletario en una máquina de trabajo, es el tema del Capítulo III (El gran Calibán. La lucha contra el cuerpo rebelde). Coincide con Foucault en que una de las condiciones para el desarrollo capitalista fue el proceso de “disciplinamiento del cuerpo”, un intento por parte del Estado y de la Iglesia para transformar las potencias del individuo en fuerza de trabajo. En el siglo XVI, explica, en las zonas de Europa occidental más afectadas por la Reforma Protestante y por el surgimiento de una burguesía mercantil, emergió un nuevo concepto de persona en cuyo interior se escenificaba una batalla entre las “fuerzas de la Razón” y los “bajos instintos del Cuerpo”. La racionalización capitalista del trabajo requería destruir el cuerpo como receptáculo de poderes mágicos, tal como era considerado en el mundo medieval, de ahí el ataque contra la brujería y contra la visión mágica del mundo. Y subraya: “La primera máquina desarrollada por el capitalismo fue el cuerpo humano y no la máquina de vapor, ni tampoco el reloj”. En esta obsesión por controlar el cuerpo, Federici ve la misma pasión con que la burguesía trató de “colonizar” al proletariado: el gran Calibán de la época que personificaba los “humores enfermos” que se escondían en el cuerpo social, comenzando por los monstruos repugnantes de la vagancia y la borrachera.

El segundo aspecto es La gran caza de brujas en Europa, objeto del Capítulo IV. Sitúa el punto de partida en el siglo XV, con la publicación de tratados sobre brujería que culminó con el Malleus Maleficarum (1486), sancionado por la bula Summis Desiderantes (1484) del Papa Inocencio VIII. Y localiza el punto álgido entre 1580 y 1630, cuando las relaciones feudales daban paso a instituciones económicas y políticas típicas del capitalismo mercantil. La caza de brujas, afirma, se basó en una vasta organización oficial y usó propaganda multimedia para generar una psicosis de masas. Y no fue solo producto del fanatismo papal o de la Inquisición de Roma; en su apogeo, las cortes seculares llevaron a cabo la mayor parte de los juicios. Las naciones católicas y protestantes, en guerra entre sí, compartieron argumentos para perseguir a las brujas.

“La caza de brujas fue el primer terreno de unidad en la política de las nuevas Naciones-Estado europeas, el primer ejemplo de unificación europea después del cisma de la Reforma”.

Federici advierte que a partir de la asociación entre anticoncepción, aborto y brujería, en la Bula de Inocencio VIII, los crímenes reproductivos ocuparon un lugar prominente en los juicios. Y concluye que la caza de brujas fue un intento de criminalizar el control de la natalidad y de poner el cuerpo femenino, el útero, al servicio del incremento de la población y la acumulación de fuerza de trabajo, promovido por una clase política preocupada por el descenso de la población y motivada por la convicción de que una
población grande constituye la riqueza de una nación. En consecuencia, “del mismo modo que los cercamientos expropiaron las tierras comunales al campesinado, la caza de brujas expropió los cuerpos de las mujeres, los cuales fueron así “liberados” de cualquier obstáculo que les impidiera funcionar como máquinas para producir mano de obra”.

La caza de brujas fue, por tanto, una guerra para degradar, demonizar y destruir el poder social de las mujeres. En las cámaras de tortura y en las hogueras se forjaron los ideales burgueses de feminidad y domesticidad. Las prácticas perseguidas en la caza de brujas coinciden con las prohibidas en las leyes que regularon la vida familiar y las relaciones de género y de propiedad en Europa Occidental. También advierte una correspondencia entre la imagen degradada de la mujer forjada por los demonólogos, y la imagen de la feminidad que canonizaba a una mujer débil de cuerpo y mente que justificaba el control masculino sobre las mujeres y el nuevo orden patriarcal. Se santificó, así, la supremacía masculina que inducía a los hombres a ver a las mujeres como destructoras del sexo masculino. La producción de la “mujer pervertida” fue un paso hacia la transformación de la vis erotica femenina en vis lavorativa, primer paso para transformar la sexualidad femenina en trabajo. Concluye el capítulo abordando la relación entre la caza de brujas y el nacimiento de la ciencia moderna. La persecución de la curandera del pueblo expropió a las mujeres de un patrimonio de saber empírico que habían acumulado y transmitido de generación en generación. Pero el principal factor de la instigación de la caza de brujas, sostiene, fue la necesidad de las élites europeas de erradicar un modo de existencia que a finales de la baja Edad Media amenazó su poder político y económico. Cuando, hacia finales del siglo XVII la disciplina social fue restaurada y la clase dominante consolidó su hegemonía, los juicios a las brujas llegaron a su fin, la creencia en la brujería se despreció como superstición y pronto se borró de la memoria.

El tercer aspecto, lo trata en el Capítulo V titulado La colonización, la cristianización y la caza de brujas en el Nuevo Mundo. Parte del supuesto de la continuidad entre la dominación de las poblaciones del Nuevo Mundo, y la de las poblaciones en Europa durante la transición al capitalismo. En ambos casos tuvo lugar la expulsión forzosa de poblaciones enteras de sus tierras, el empobrecimiento a gran escala, y el lanzamiento de campañas de “cristianización” que socavaron la autonomía de la gente y las relaciones comunales. En el Nuevo Mundo, la caza de brujas constituyó “una estrategia deliberada, utilizada por las autoridades con el objetivo de infundir terror”, destruir la resistencia colectiva, silenciar a comunidades enteras y enfrentar a sus miembros entre sí. “También fue una estrategia de cercamiento” aplicada a la tierra, los cuerpos o las relaciones sociales. Al igual que en Europa, la caza de brujas fue el paradigma que justificó la esclavitud y el genocidio.

Federici explica que inicialmente, la imagen de los colonizados como adoradores del Diablo coexistió con una imagen positiva de los “indios”, pero a medida que avanzó la conquista se puso en marcha una máquina ideológica complementaria a la máquina militar que retrataba a los “indios” como seres que practicaban todo tipo de abominaciones bajo el dominio del Diablo, justificando, así, que podían ser privados de sus tierras y de sus vidas. Este cambio coincide con la decisión de la Corona Española de introducir un sistema más severo de explotación, a partir de 1550, para responder a la situación interna de España y financiar la expansión europea de la Corona. Las mujeres defendieron el antiguo modo de existencia y se opusieron a la nueva estructura de poder.

Las deidades femeninas en las religiones precolombinas indican que habían tenido una posición de poder. Los españoles, con sus creencias misóginas, reestructuraron la economía y el poder político a favor de los hombres, y convirtieron a las mujeres en sirvientas de los encomenderos, sacerdotes y corregidores, tejedoras en los obrajes, o las forzaron a seguir a sus maridos a las minas. Sin embargo, la lucha de las mujeres, el vínculo de los indios americanos con la tierra, las religiones locales y la naturaleza, sobrevivieron a la persecución y proporcionaron una fuente de resistencia anticolonial y
anticapitalista durante más de 500 años, y no se logró aislar a las brujas del resto de la comunidad ni convertirlas en parias. A finales del siglo XVII la caza de brujas en América continuó desarrollándose, pero la disminución demográfica y la creciente seguridad política y económica del poder colonial pusieron fin a la persecución. Se consideró la idolatría y las prácticas mágicas como debilidades de gente ignorante menospreciada por la “gente de razón”. La preocupación por la adoración al Diablo migró entonces hacia las plantaciones de esclavos en Brasil, el Caribe y América del Norte donde los colonos ingleses justificaron las masacres de los indios americanos nativos calificándolos de sirvientes del Diablo.

Para concluir, Federici advierte que la abolición de la esclavitud no hizo desaparecer la caza de brujas del repertorio de la burguesía. La expansión global del capitalismo implantó esta persecución en otras sociedades colonizadas. De ahí las lecciones del pasado al presente: la reaparición de la caza de brujas en tantas partes del mundo en los años ochenta y noventa del siglo XX significa que nos encontramos en un nuevo proceso de “acumulación primitiva”, y que la privatización de la tierra y de otros recursos comunales, el masivo empobrecimiento, el saqueo y el fomento de la división de comunidades antes cohesionadas, vuelven a formar parte de la agenda mundial. Y concluye con Arthur Miller en su interpretación de los juicios de Salem: si despojamos a la persecución de las brujas de su parafernalia metafísica, podemos reconocer en ella fenómenos muy próximos a nosotros.
reseña-economia critica -caliban.pdf
Reseña de Amparo Moreno Sardà, catedrática emérita de Historia de la Comunicación de la UAB, en el núm. 11 de la Revista Economía Crítica
Libro: Il grande Calibano
Fuente: http://www.traficantes.net/index.php/