No me arrepiento de la Revolución, más allá del desengaño

13/07/13 1959. Tenía dieciséis años cuando salí de mi pueblo natal, Masatepe, para matricularme en la Escuela de Derecho en León. Mi padre nunca dudó que yo sería abogado. Yo sí tenía esa duda. O una certeza, quería ser escritor. Pero de todas maneras fui el primero en obtener un título universitario entre mis 56 primos hermanos.

Acababa de triunfar la revolución cubana y había manifestaciones diarias de estudiantes. Yo también estuve pronto en las calles, otro mundo distinto de aquel de donde yo venía, porque mi familia era leal al partido liberal de los Somoza. Me veo subido a una balaustrada arengando a los estudiantes en imitación del discurso radical de mis compañeros. Levantábamos a la gente y se sumaban cientos de personas. Hasta que llegó aquel 23 de julio.

El cuartel de la Guardia Nacional estaba a dos cuadras de la Universidad, en una de las esquinas de la plaza central. Un pelotón de soldados nos cerraba el paso y pocos segundos después escuché el estallido de una bomba lacrimógena. Vi correr por el pavimento las latas rojas humeantes que estallaban y quedé cegado por el gas. Oí los primeros disparos de los fusiles Garand, luego el tableteo de una ametralladora y comencé a correr. A escasos metros me topé con la puerta de servicio de un restaurante. Empujé la puerta y cedió. Subí a un dormitorio de la segunda planta que daba a la calle, donde había dos niñas en una cama, acompañadas de una empleada.

“Estamos solas aquí”, me dijo la mujer con voz temblorosa.

Me asomé por el balcón y los soldados estaban colocados en tres posiciones: de pie, de rodillas y acostados, todos con los fusiles humeantes. Uno con una ametralladora de trípode se hallaba echado en la esquina, en la banda izquierda. En la banda derecha yacía un montón de cuerpos. Alguien gritaba: “¡Una ambulancia!, ¡una ambulancia!”.

La mujer me dijo que no había un teléfono. El aire se había vaciado de ruidos y todo me parecía en cámara lenta. Vi llegar a un cura que daba los sacramentos a los heridos, un cura norteamericano que de casualidad se hallaba en León, y luego supe se apellidaba Kaplan.

En ese momento estalló la banda de sonido en la película muda y escuché la sirena de las ambulancias y desde el balcón vi que la guardia no las dejaba pasar. Fernando Gordillo, con quien dirigí la revista Ventana donde él publicaba poemas y yo cuentos, envuelto en una bandera marchaba resuelto ofreciendo el pecho al pelotón de soldados.

Parecía, me parece un sueño. Bajé corriendo, le grité que se detuviera.

No me hizo caso, no me oía. El pelotón abrió sus filas en ese momento para darle paso a las ambulancias, y luego retrocedió hacia el cuartel. Olía pólvora. Erick Ramírez, mi compañero de banca, estaba tendido en el suelo. Tenía un orificio en la espalda. Me arrodillé a su lado para decirle que lo llevaríamos al hospital y cuando lo volteé vi que tenía el pecho desflorado por el balazo.

Subimos a los heridos y a los muertos en taxis y en vehículos particulares para trasladarlos al hospital. Era la primera vez que entraba a una morgue. Ahí descubrí sobre una de las losas a otro compañero de banca, Mauricio Martínez.

Erick y él tendidos sobre las losas esperando para ser lavados con una manguera. La cuenta total fue de setenta heridos y cuatro muertos. Ese fue el día que mi vida cambió para siempre.

1968.

La década de los sesenta, la que no se repetirá, y sin la que nada de lo que está por venir en mi vida sería posible, ni lo que me tocó vivir ni lo que me ha tocado escribir. Aprendí que la más lúcida de las compatibilidades es que podía ser un escritor y un revolucionario, alguien que piensa y que hace, y que encuentra que su sensibilidad para escribir es la misma que le sirve para pensar que otro mundo es posible en la realidad y en la narración, tierra y cielo, el yin y el yang. Entré en el Club de la Serpiente, fui cronopio de primera fila y no apretaba el tubo de pasta dentífrica desde abajo. Cortázar y Frantz Fanon, el Che y Janis Joplin, Martin Luther King y los Beatles, Ben Bella y los Rolling Stones, Lumumba y Bob Dylan, Woodstock el gran campo de batalla lo mismo que lo era la cordillera de los Andes, Argelia y el Congo, las calles de París en mayo y la plaza de Tlatelolco en octubre de 1968.

Ser joven por primera vez en la vida es una carga seria, la barricada cierra la calle pero abre el camino. Es necesario explorar sistemáticamente el azar, dicen también los grafitis, una frase que parece escrita por Cortázar. Sin los sesentas no habrá setentas, querido Perogrullo, sin esa explosión de locura y esperanzas no habrá revolución en Nicaragua, todos esos ríos azarosos y revueltos que van a dar a la mar, que es el vivir. Los guerrilleros en sus escondites leían Rayuela y leían La ciudad y los perros, el boom también era una rebelión armada; un primo mío comandante guerrillero se puso por seudónimo Aureliano, por Aureliano Buendía, y otro vino a llamarse directamente Macondo. A nadie hubiera extrañado ver a un Ixca Cienfuegos con el fusil en la mano en busca de la región más transparente del aire.

1979.

En el mismo Paraninfo de la Universidad de donde salimos en manifestación la tarde de la masacre veinte años atrás, en otro mes de julio, soy juramentado como miembro de la Junta Revolucionaria de Gobierno de cinco miembros. León liberado, capital provisional, una trinchera en cada bocacalle, bulle este 19 de julio de guerrilleros adolescentes que se pasan el santo y seña.

Somoza ha huido a Miami con su familia y sus secuaces y la Guardia Nacional se ha desbandado. En las pantallas de televisión Sandino se quita y se pone el sombrero en una vieja toma de archivo de Movietone de pocos segundos. Y al día siguiente estamos ya en Managua, un viaje bajo un cielo ardiente sin nubes a bordo de unos Mercedes negros quitados a jerarcas del régimen.

Y otra vez, la sordera. No hay sonidos en el aire cuando subidos a un camión de bomberos rojo encendido, avanzamos por las calles desiertas hacia la plaza donde está todo el mundo y de pronto estalla el bullicio y las campanas de la Catedral repican. La historia seguirá siendo escrita por los sobrevivientes porque quienes tejieron la urdimbre de este día quedaron en el camino, empezando por Erick y Mauricio, mis dos compañeros de banca, y Jorge Navarro, mi otro compañero de banca que dejó el aula para irse a la guerrilla y murió en las selvas de Bocay con los pies engusanados. Son miles atrás en el camino.

Esta es una revolución de los muertos que pesará sobre las espaldas de los vivos ahora que pretendemos un mundo que no se parezca a ningún otro del pasado. Improvisación y locura. Hay que alfabetizar en pocos meses, acabar con la poliomielitis, repartir la tierra hoy, no mañana. El futuro es concreto y lo imposible no existe: tomemos en serio la revolución pero no nos tomemos en serio a nosotros mismos, decían las paredes de la Sorbona, y esa fue una regla de oro que seguimos con alegría desde el nuevo poder hasta que llegamos a olvidarla. Cada vez que un ideal se convierte en decreto, algo de ese ideal se pierde, y cuando ese decreto se aplica, se pierde aún más, advertía Pasternak. Nadie estaba para oír advertencias pero l a burocracia es un animal sordo y ciego que se alimenta de papeles, leyes, decretos, reglamentos, circulares.

2013.

En una reunión de conspiradores en San José de Costa Rica se planeaba el ataque al cuartel de San Carlos en el río San Juan en 1977, y entre quienes iban a participar en la acción se hallaba el Chato Medrano, fugado del hospital donde convalecía después que le habían cortado medio intestino grueso, y mientras señalaba con una mano un mapa con la otra se sostenía la bolsa por la que defecaba y así se fue al combate donde lo mataron. Santidad, si es que no tiene otro nombre.

De él me acordé cuando perdimos las elecciones en 1990, aturdido entre la bruma de la derrota inesperada, porque cómo iba el pueblo a votar en contra de una revolución popular; y cuando la revolución se fue por el caño de otra derrota peor que fue la derrota ética, me acordé de Panchito Gutiérrez muerto mientras disparaba una ametralladora .50 contra el cuartel de Rivas en 1978 y dejó huérfanos a sus tres hijos; más muertos que recordar sólo que ahora no había remedio.

Cayó el muro de Berlín, la ciudad dividida donde yo viví en los setenta, y se acabó el fementido socialismo real. Esos noventa cuando mueren los sesenta, los sueños colectivos hechos trizas y el pensar en los demás se convierte en el pensar solamente en uno mismo que es la gran derrota de la aventura humanista, el futuro tan luminoso de los himnos de victoria que pervirtió el egoísmo.

He visto a los más valientes de mi generación destruidos por la codicia, guerrilleros heroicos convertidos en millonarios, protagonistas de la más grande de las tragedias éticas de esa historia. Envilecidos por el poder y por la idea de poder para siempre. Pero también he visto a otros que también estuvieron a la cabeza de la revolución y jamás tocaron un centavo ajeno y viven en digna pobreza: esos son los imprescindibles.

Si miro atrás me veo como fui entonces, y me digo que volvería a hacer lo mismo que entonces hice. Nunca podré arrepentirme de haber creído porque sería arrepentirme de haber vivido, ni tampoco cedo a la tentación de corregirme a mí mismo. Pero, ay, no puedo regresar a cobijarme bajo la sombra del lozano árbol dorado de la juventud, y las teorías, tan grises que fueron siempre y ya ni hablemos de las tétricas ideologías mamotréticas, ideologías redentoras que cuando terminan en maquinarias de poder transforman en bagazo los ideales.

Siempre rechazaré el poder malévolo que se disfraza de benefactor para oprimir, esa rueda que da siempre las mismas vueltas y muele las mismas palabras engañosas y numerosas porque la mentira es siempre exuberante. La verdad que no cambia en mi vida sigue siendo un compañero de aula tendido en una losa de la morgue esperando ser lavado por una manguera.

Entré en una revolución, no en la política, qué importante se vuelve a estas alturas la semántica, y lo hice abandonando mi oficio de escritor que luego recuperé cuando ya no hubo más revolución, mi territorio para siempre donde vivo a gusto y el más libre que uno pueda imaginar. Piensas, luego existes; existes, luego imaginas. Pero el viaje por el otro territorio de la revolución me trajo una experiencia de vida inolvidable, y recogí tantas cosas que aún no acabo de vaciar mi equipaje. Me haría falta otra vida para escribirlas y describirlas todas.

En 1981 fui de las FAL en Chalatenango (II) Entrevista con Mauricio El Sólido

SAN SALVADOR, 19 de mayo de 2013 (SIEP) “El campamento de las Fuerzas Armadas de Liberación, FAL, en Chalatenango estaba al lado de un talud, era una serie de casas. Y quedaba en alto, lo que permitía a la posta observar los movimiento tanto de Las Vueltas como de Las Minas…” comparte Mauricio El Sólido, militante revolucionario salvadoreño.

“Esto nos permitía observar cuando salían los guardias de la Comandancia en Las Vueltas, así como la calle hacia Los Ayalas y Los Alas. Y contiguo al campamento quedaba el Caserío El Caraguito, donde pasaba un río en el que nos bañábamos. Ahí vivía El Prautico o sea Rutilio, el jefe de nuestros Milicianos.
Cerca estaba la Iglesia Católica del Jícaro, que era una iglesia sin cura de planta, que estaba en medio de un territorio en disputa. Y muy cerca , a unos cinco minutos de distancia, estaba el campamento de las FPL, pero no tenía la visibilidad del nuestro.

Este campamento de las FAL se creo en 1980-81 para la “Ofensiva General” como un movimiento de repliegue. Su primer responsable fue Byron, guatemalteco, que luego cayó en esta primera Ofensiva en Chalatenango en enero de 1981. Luego llegó Moisés como Jefe, que había sido dirigente sindical en San Salvador y se había entrenado militarmente en Cuba, como la mayoría de mandos superiores de las FAL. Hablaba como militar, caminaba como militar, actuaba como militar.
Moisés había sido capturado por la Policía de Hacienda, y logró saltarse por la ventana de un tercer piso del edificio donde lo tenían incomunicado, y cayó en un arenal, se fracturó la pierna pero cojeando logró huir y se vino a refugiar a Chalatenango.

El campamento inicia también con Omar, el hermano del Prautico, con unas pocas carabinas, y dos M-16. Algunos dicen que se establecieron desde 1979. Y las FPL ya estaban ahí. Toma en cuenta que mucha de esta gente había ya sido trabajada políticamente por los compañeros de ATACES desde mucho antes. Pero luego llegaron catequistas de FECCAS y se jalaron a algunas gentes.

Pero el Prautico se mantuvo fiel al Partido Comunista y este le envió gente y armas. Y se armó una estructura interna de campamento. Moisés quedo de jefe de campamento. Héctor de segundo, aunque cayó poco después. De Logística, Toño, el hermano de Gerardo. Como Operativo el Chino Ramón, o sea el encargado de organizar exploraciones, definir misiones para cada unidad, colocar hombres en el terreno, y necesitas para este cargo tener un alto sentido de improvisación.

Teníamos una posta fija, de día y de noche, además de contar con un “impresionante” refugio anti-aéreo, que consistía en dos líneas de tablas de barillo, una consumada obra de ingeniería con su claraboya cubierta, que estaba ubicado enfrente de Las Vueltas.

Contábamos con un certero puesto de observación, desde el cual era cuidadosamente chequeado el movimiento de los Guardias Nacionales, que iniciaban sus actividades a las 5 de la mañana, ya que había entre 15 a 20 agentes. Los teníamos cuadriculados.

Y esta posta especial nos permitía conocer y reconocer a los “orejas”, y las rutinas: cuando habían combates recios salían a patrullar; y que solo entraban a nuestros campamentos si había invasión; así como que tenían un ancianito para a la vez observar nuestros movimientos. Los vigilábamos y nos vigilaban, sin atacarnos, así era esta guerra de curiosa.

Al ancianito que nos enviaron de espía logramos reclutarlo, y le pusimos de pseudónimo por su edad y sin animo de ofender, La Reliquia. Lo pusimos a trabajar en la cocina, y feliz con nosotros porque nos explicaba que aquí si le daban de comer…y lamentablemente murió con nosotros, cayó en un bombardeo…

Como Jefe de Disciplina del campamento en Chalate

Cuando me envían para Chalatenango, Luís Hernández me dice: “vos vas para algo especial.”Y entonces al llegar a Chalate y presentarme con Moisés, me pregunta: y ¿para que venís? Le respondo: me dijeron que vengo para algo especial. Y me dice: ¿Y que es? Y no logro responderle y terminó la guerra y no logre averiguarlo. Son los misterios de la lucha guerrillera.

Entonces Moisés –lo sentí sarcástico- decide nombrarme como Jefe de Disciplina. Y le pregunto sorprendido ya que es un cargo que no existe en la jerarquía militar: ¿y cual va ser mi función? Y me responde categórico: tu función va ser la de sancionar.

Para esos días llegó Jonathan y asumió el cargo de Jefe Segundo, sustituyendo a Héctor. Me advirtió: te van a odiar. Jonathan, que se llamaba Francisco, era todo un personaje: anteojos tipo Ray-Ban, flaquito, con una mentalidad de calidad humana profunda, y tomador de decisiones, alta preparación militar, eficiente, con muy buen trato con la gente, con visión estratégica y táctica, complementaba a Moisés, y cuando este sale herido del frente, Jonathan toma el mando. Fue el tercer jefe del campamento: Byron, Moisés y Jonathan.

Y efectivamente todo jefe de escuadra y de pelotón cuando tenía algún problema con algún combatiente, me lo enviaba. Pensé que iba convertirme en el hombre más odiado, pero no fue así. El primer caso que atendí fue el de gente dormida en la posta, se trataba de una muchachita, de nombre Silvia, indisciplinada. La sanción fue que hiciera pechadas.

Otras sanciones que eran comunes eran la de enviarlos a ayudar a moler el maíz en la cocina, como sanción leve. Por suerte no tuvimos casos de sanciones drásticas. Para esta época también llega al campamento Pedro, que había sido estudiante en Leningrado.

Contábamos con tres escuadras de 7 combatientes cada una. Luego tuvimos cuatro escuadras. El Chino Ramón era el jefe de la primera escuadra. Rolando, de la segunda. Roberto el hermano de Laura, de la tercera. Me meten a la de Rolando, y al salir este asumo la jefatura. Esta integrada por Laura, Gonzalo, Fredi, y Robertón, que después fue jefe de escuadra.

Y nuestra fuerza miliciana que oscilaba entre 25 y 30 hombres. Los milicianos eran muy activos, nos garantizaban la comida. Y cuando la Guardia nacional venía y se llevaba nuestro ganado, ellos iban al pueblo a recuperarlo. La táctica empleada nos contaban riéndose era apoderarse del toro y traérselo y luego las vacas se venían solas de regreso, a buscarlo…
Así pasó el año 81. Había poca relación con las FPL, aunque estábamos cerca. No estaba muy definido donde estaba el territorio de ellos y el nuestro. Ellos tenían bastante población. Nos coordinábamos cuando había invasión enemiga. Ante el primer choque ya se sabía por donde venía el operativo. Cuando entraba por el lado de ellos la invasión se profundizaba.
Y en esto no dejábamos de repetir que la posta es la seguridad del campamento, es la clave de la sobrevivencia. Por eso hay siempre posta de medio día y posta de una hora por la noche. Y como Jefe de Disciplina era el responsable de las postas. En el campamento teníamos tres postas. Y estábamos arriba de un cerro de donde controlábamos nuestro territorio. Desde una posta veíamos el río que va por toda la calle hasta la orilla de Chalate…
Una vez la posta nos informó que la GN estaba penetrando, y pasó un grupo de refuerzo. Me acuerdo que estábamos comiendo, habíamos matado a una vaca, era un festín…y lo interrumpimos para organizar una emboscada, para golpearlos cuando estuvieran en movimiento, cada quien se ubicó en su puesto. Había un puente de hamaca que atravesaba el río y como un farallón. Y la GN pasó la calle arriba del farallón…Venían con defensas civiles, incluyendo a mujeres en caballo, y la “famosa” mujer que combatía, eran paramilitares que les daban seguridad a la GN. Pero cayeron en la emboscada, aunque unos trataron de resistir.

Eran 15 Guardias y solo uno quedo herido…la mujer cayó combatiendo con su fusil, guerreadora, se enfrentó con uñas y dientes…Me acuerdo que como estábamos comiendo, salí del campamento todavía con una tortilla en la mano que deje colgada en un cerco para después al regreso buscarla, pero ya no la encontré, Moisés me contó que se la había hallado y se la había comido.
Durante el combate, Santiagón, moreno, alto, indión nonualco, muy listo en el combate, agarró el cuerpo de un Guardia y se lo puso de parapeto y así avanzó hasta lanzarles unas granadas y así cayeron. Y logramos capturar a un teniente, era nuestro trofeo de guerra, nuestro primer prisionero de guerra capturado en combate, un gran orgullo, tanto que lo anduvimos paseando y en varias ocasiones trató de escapársenos.
Otra vez logramos en un combate recuperar varios fusiles, y esto nos permitió que toda nuestra gente anduviera armada con sendos G-3 y M-16, y hasta con uniformes de Guardias, nuevitos. Estábamos felices. Lo que nos sorprendió fue que días después llegaron unos mensajeros del jefe del campamento El Jícaro de las FPL, o sea de Felipòn, exhortándonos para que les entregáramos las armas decomisadas. Les preguntamos: ¿Cuáles armas? Las que recogieron después del combate. Y ¿Por qué? Porque las recogieron en territorio nuestro, nos explicaron. Nos pusimos a reír: díganle a Felipón que si las quiere…que él venga a traerlas, que aquí lo esperamos.
La guinda de septiembre
En septiembre de ese año tuvimos una invasión militar. Y la gente tuvo que abandonar sus caseríos y salir en guinda con nosotros. Nos fuimos hacia El Pepeto, caminando cinco días, llegamos a La Montañona, me acuerdo de un rotulo que decía: prohibido cazar a los monos. Pero nunca vimos a ningún mono. Luego nos movimos a Los Naranjos, cruzamos la calle y salimos a Las Vueltas, hacia el lado de La Laguna.
Estábamos sitiados y había que romper el cerco. Y había mucha gente, calculo unas mil personas, con sus respectivos sacos de maíz, frijoles, colchas, un tunquito o perro, el gato, el perico, la tortuga, el espejo, con los canastos llenos de sus pertenencias… Cada quien cargando su cacaxtle. Y todo esto pesaba, lo que hacía la marcha lenta como dice la canción. Les exhortábamos a votar lo que pudieran para aligerar el paso, pero eran sus pertenencias y las cuidaban. Pero cuando ya no podían las abandonaban e iban quedando en el camino. Yo iba en la retaguardia y contemplaba lo dejado.
Había gente que se quedaba en el camino vencida por el cansancio y el hambre. Decían: hasta aquí llegamos, ya no podemos más. Y teníamos que convencerlas: sigan, sigan, hágalo por sus hijos, se los van a matar…Otras se imaginaban obstáculos: ahí hay un hoyo y no se puede pasar. Y había que comprobarles que ahí no había tal barranco y que podían pasar.
Era una marcha masiva nocturna, en plena oscuridad, y cuando salía el sol corríamos a encharralarnos para que el enemigo no nos ubicara. Y los aviones y los helicópteros rondándonos, tratando de ubicarnos para disparar. Se escuchaba a veces: aquí no hay nada, pasen y al momento plosh, la persona caía dentro del hoyo, si hay hoyo, sáquenme por favor…
Al sexto día se decide que vamos hacia El Conacaste. Y el hambre nos obligaba a buscar para comer cogollos de papillos y hojas de tomate crudas así como a cocinar el tallo del papayo, cocerlo y comerlo como yuca, y sopa de hojas de tomate con ucula, una flor blanca como campanilla, que era una delicia de la cocina guerrillera, al agregarle el sabrosador Maggi.
Fíjate que cuando te quitabas las botas para descansar todo era normal, lo trágico y doloroso era cuando te quitabas los calcetines porque la piel se te despegaba…y había que poner los pies al sol para que se orearan…y untarlos con sebo de vaca para que las moscas no te molestaran.
En una de esas identificamos la presencia cercana de las tropas enemigas. Era ya de tarde y el cielo estaba claro. Si nos descubrían nos aniquilaban porque éramos mucha gente y ellos contaban con una poderosa capacidad de fuego. Cuando estábamos esperando ya el golpe final, empiezan a soplar fuertes vientos y se viene una gran tormenta con truenos y rayos. Y la oscuridad se apodera de todo… ¡Y el enemigo abandona el terreno!
El Mando nos informa: que el enemigo ya no avanza, que ya podemos salir y también que ya la gente se fue. La gente en medio de la tormenta se fue caminando por el río y regresó a sus casas… ya no encontramos ni sus huellas. Decidimos avanzar acompañados de los últimos relámpagos. Y del arcoiris que surgía imponente en los cerros aledaños. En el camino de regreso nos encontramos con un palo de jocote cargado, la tormenta los había botado en el suelo, de donde los recogimos directo para nuestras bocas, hasta atragantarnos.
Al ir camino al campamento, me pidieron que le prestara mis botas a un combatiente para ir a cumplir una misión de exploración. Se las di. Pero pasaron las horas y las botas no regresaban. Y entonces mande al Checo, que era un cipote aventado, para que fuera a decirles que me enviaran mis botas. Y las botas me regresaron. El Checo después cayó como parte de las Fuerzas Especiales. Al llegar al campamento la comida ya estaba hecha solo para servir, porque aunque las cocineras llegaran de último, la unidad que ingresaba primero aseguraba la comida de los demás. Esas fueron las primeras guindas.
La caída de Héctor
Otra vez detectamos desde el Cerro de las Cebadillas, que permite ver hacia Las Vueltas, que venía un camión lleno de soldados dispuestos a invadir. Me mandan con Héctor a darles la bienvenida. Llevábamos el RPG-2 y yo iba a disparar. Pasábamos por un cerco de piedra y luego bajábamos para ubicarnos en posición de tiro. Tire pero falle y los soldados lograron esconderse.
Decidimos regresar y al ir subiendo para llegar al cerco de piedra, cuando solo faltaban unos quince metros, escuche atrás de nosotros un boooom, el proyectil picó atrás de Héctor y sus esquirlas me lograron herir. Estaban tirando con obuses desde 11 kilómetros de distancia. Pasamos el cerco de piedra. Y Héctor entonces se detiene y me dice: les voy ir a tirar y se regresa. Le digo: no, vamos, venite. Regresemos. No me escucha.
En eso cae otro papayazo y golpea el cerco de piedra y las esquirlas le caen en su cuerpo y veo que siembra el fusil en el lodo…estaba muerto. Fui y me le acerque y lo coloque para traerlo al campamento, en ese momento llegaron otros compas y les explico: acaba de caer. Me dicen: oímos el vergazo. Lo sacamos ya muerto, a velarlo y lo enterramos en el cementerio de El Jícaro. Hay que ir a ver, a visitar, porque le hicimos una cruz. Fue un fuerte golpe, fue muy llorado por las muchachas de las FAL porque las enamoraba. Era novio. Y también muy sentido por todos los combatientes. Me acuerdo que le hicimos posta en el cementerio.
En La Escopeta, el campamento de Leocadio
Después de Navidad de ese año 81 recibimos la orden de irnos para Guazapa. El Mando nos llamaba para concentrar fuerzas, se clausura el campamento provisionalmente mientras cumplimos esta tarea, luego sería reabierto. Yo me quedo en un nuevo campamento localizado al atravesar el lago Suchitlán. Era el campamento de Leocadio, que tenía como centro su propia casa y quedaba a tres kilómetros del lago. Me quedo para ayudarlo. Había aterrizado en La Escopeta. Ya estaba ahí Mafalda (Ángel o Benito Lara), pero días después lo trasladan.
Leocadio era un campesino de la localidad, muy hábil, responsable, inspiraba confianza, y rápidamente simpatizamos, hicimos amistad. Tenía dos hermanos, Miltón y El Cabo. Y dos primos, Ciriaco y otro que se me olvida el nombre. Leocadio se levantaba temprano para ir a sembrar y chapodar su milpa y luego se iba a combatir. Era jefe militar, campesino y combatiente. Se había adiestrado militarmente en Cuba. Era un militar nato. Me dijo una vez: yo doy órdenes, vos hablás.
Leocadio tenía don de mando: tómense ese cerro, suban allá, bajen aquí…observen esa posición…el iba personalmente a buscar al enemigo, a buscar combate, era tan loco, atrevido…audaz. Decía: que vaya fulano y zutano a esta misión, y preparaba emboscadas para el enemigo y los buscaba y los golpeaba y luego regresaba victorioso. Y había que ir a buscar combate porque el sitio estaba un tanto aislado. Todos los días se salía explorar, y explicaba que de esa manera se controla el territorio, por medio del movimiento de nuestra tropa. A veces me decía: yo me voy a quedar, vos llévate la tropa. Llevalos despegados, a cinco metros de distancia.
Cerca de ahí había también un campamento de las FPL. Y más allá, en Copapayo, un campamento de las RN, ya cercano a Suchitoto. Me acuerdo que una vez venía invadiendo el enemigo y les montemos una emboscada, con poca gente, pero nos resultó exitosa. Salieron huyendo y logramos requisar una ametralladora y quince fusiles. Schafik que estaba en Guazapa supo de esta acción y mandó a llamar a Leocadio para conocerlo. Llegó Leocadio y platicaron.¿Cómo esta la situación? ¿Hay movimiento de tropas enemigas? Le responde Leocadio: normal. Todos los días hay movilización, todos los días. Schafik sugirió después al Mando: ¡manden gente donde Leocadio a prepararse!
Leocadio tenía varias lanchas para atravesar el lago y esto lo convertía en el jefe indiscutido –bromeábamos- de la Marina de Guerra de las FAL. Y había momentos en que se usaban mucho estas lanchas.
En La Escopeta habían cuatro escuadras donde estaban los combatientes Juancho, un excelente tirador con su carabina; Chicas, que era un cipote colaborador, Gerber, Jefe de Escuadra, de nombre José y hermano de Avalos, Omar, Milton, El Obispo, El Sacristán, Giovanni, que era muy amigo de Gerber y que hoy vive en Suchitoto y trabaja de guía de turistas. Y también había organización de Partido, una célula, y lo mismo hubo allá en Chalatenango.
Nos pasábamos pendientes de movimientos del enemigo para salir a su encuentro y enfrentarlos. Era importante identificar su procedencia, si eran de Cinquera o de Jutiapa, o era una invasión desde el otro lado del Cerro, e iban a entrar por Palo Grande y se iban a mover hacia Cabañas. O iban a entrar por El Franco sin tocar Palo Grande. O por el cerro de Azacualpa, donde estaba otro campamento de las FPL. Dime por donde vienen y te diré por donde pasan.
En Palo Grande, en el campamento de Joel
Pase todo el 82 junto con Leocadio. A finales de año me mandan a llamar. Y me ubican en el campamento de Joel Sánchez en Palo Grande. Ahí estaba también Chepón como segundo al mando, y al salir este, quedó Jonathan. Mi función era de político de la unidad militar. Claro, si el militar caía el político asumía y la tropa tenía que estar preparada para aceptarlo como jefe. Y estar al mando de un político, que era el que daba la línea del Partido.
Por esos días de principios de 1983 las FAL en Guazapa tenía dos expresiones territoriales: el campamento de Palo Grande al mando de Joel y el campamento de La Fuente al mando de Chepón, con Adolfo (La Garroba) como su segundo al mando. Se trataba de Medardo París, hermano de Job. Aunque Joel en ese entonces era el jefe en el Cerro de toda la FAL, de lo militar, de lo logístico, del hospital, de todo. Me voy donde Joel y Jonathan es ahí el jefe de operaciones. Estaba también Mario, El Tigre, aguerrido jefe militar.
Como político era mi responsabilidad garantizar todas las mañanas la charla ideológica. Y no de conceptos abstractos sino hablar de asuntos terrenales tales como que a fulano de tal le sacaron tal cosa de la mochila, por favor entréguenlo, eso no debemos de hacerlo, no podemos dejarnos condicionar por el sistema, somos compañeros en una lucha por una nueva sociedad donde no caben estas actitudes y por ahí me iba…O que hay que respetar las relaciones de pareja establecidas. Hasta teníamos local del Partido, una sede con murales y posters. Ahí pasaba el Chele Douglas de responsable.
Fíjate que desde Chalate veníamos con problemas de indisciplina. Habían dos muchachas muy bonitas, que habían desertado de la RN y se habían cobijado en las FAL, eran de San Salvador. Y eran muy indisciplinadas, tanto que una vez me sacaron algo de mi mochila y lo negaron. Y les puse una sanción y no la hicieron. Las amenace con denunciarlas públicamente y la cumplieron. Eran muy hábiles para garantizar su comodidad en medio de la dureza de la vida guerrillera. Evitaban la fatiga. En el Campamento de Palo Grande lograron que las ubicaran en la sede del partido y ahí pasaban tomando cafecito con quesadilla junto con Douglas. Mira las chulas decían los combatientes.
Ese año 83 fue creciendo la unidad militar, llegaba gente desde San Salvador a integrarse y también incorporábamos a jóvenes lugareños. Fíjate que era frecuente la llegada al campamento de combatientes de las FPL o de la RN, que venían huyendo de sus respectivos mandos y pedían: denme protección. Y al rato llegaban a traerlos y se entablaba una fuerte discusión.
Cuando esto sucedía en los territorios liberados de Leocadio, me acuerdo que les decía a los que llegaban a reclamar para tranquilizarlos: no se preocupen, al rato les llega uno de los nuestros y quedamos a mano. Lo que nunca sucedía.
Hablando de Leocadio una vez le ordenaron del Mando que se moviera a ocupar una nueva posición en El Paso. Pero Leocadio no obedecía, se hacía el suizo. El peleaba y peleaba bien y casi todos los días pero en su terreno y desde su casa. Tenía una gran capacidad para combatir tanto que fue de los primeros que requisaron. Pero era localista. Me recordaba a Chepayev, un personaje que se les salió del huacal a los ruso en su guerra civil. Al final se terminó optando por convencerlo que cediera una escuadra y el encargado de esta tarea era Marco Tulio, que se lo habían enviado como político. Estaba difícil y no pudo lograrlo. Leocadio era toda una personalidad.
Contaban que una vez Leocadio subió al Cerro, y el Mando de las FAL le preguntó que como se hacía para requisar y él tranquilamente les respondió: con huevos ¡hay que hincharlos! En ese momento Guazapa estaba en pañales, era fuerza nueva, no tenían experiencia.
En El Campamento El Paso
Me mandan para convencer a Leocadio que cediera una escuadra. Y me toma como dos meses convencerlo. Por cierto antes que yo llegara como enviado diplomático Marco Tulio cae. Una vez ya por costumbre, le digo: hemos sido amigos, dame la escuadra, no te compliques la vida. Se me queda viendo a los ojos y me dice: está bien. Y me pregunta: ¿Y a quienes te llevas? Ingenuamente le digo: dame vos unos que respondan. Y el muy hábil selecciona cuidadosamente a la gente que antes le habían enviado de Guazapa, y que venían de las FPL y de la RN, me entrega seis, entre estos al Sargento Carlos y me dice que pida otros seis al Cerro. Te llevas estos y estos otros, me dice. El se deshizo de ellos. Y yo logre una escuadra de doce.
Y con estos doce nos retiramos hacia una nueva posición, cerca de Cinquera y Tenancingo. Era un lugar cerca de un río. Estábamos además cerca de un campamento de las F y teníamos buenas relaciones con su jefe de nombre Jesús. A veces bajábamos al río para recoger jutes y prepararnos una deliciosa sopa. Enfrente de nuestro campamento estaba también una casa paradisiaca con muchos árboles frutales que nos dejaban cortar: mangos, papayas, nances, nísperos, jocotes, etc.
El campamento El Paso era para que pasaran combatientes sea hacia Cerros de San Pedro o hacia Chalatenango. Era un punto de paso de tropa, alimentos y logística. Ahí pasaba la gente, descansaba, dormía, comía. Como un hotel de cinco estrellas en plena guerra, con servicio de restaurante aunque no de alojamiento. Nuestra misión era garantizar el paso.
Cada cierto tiempo teníamos que ir a abastecernos con dos mulas y traerlas cargadas de maíz y otros víveres. Y teníamos a las compañeras cocineras, que eran las que echaban las tortillas y preparaban las comidas. Eran tres: Aminta, Marlene, que era la mujer de Raimundo y la mamá de Lito. La molida del maíz la realizábamos nosotros. Las cocineras no combatían aunque algunas podían hacerlo y cuando había necesidad tenían que asumir.
Una vez estoy en mi campamento esperando que la Guardia Nacional venga a atacar ya que Cinquera quedaba al otro lado, y llega Lucano, el paramédico y me dice: yo no se que tiene Usted en la cabeza, como lo utilizan…le han dejado doce heridos, y cuatro de ellos de hamaca. Y yo no sabía. Me los habían dejado sin avisarme. Voy a verlos. Les explico a los de hamaca que en subida los vamos a cargar pero que en plan deben de caminar.
Horas antes había estado Joel Sánchez luego de fracasar en la toma de Cinquera. El me había dejado estos heridos…luego que le dije que me enviaban donde el enemigo no iba a llegar, donde no cae nada ni la siguanaba…sin decirme me los dejó. Le digo a Abraham el radista: llama a Joel. Sánchez y decile que la mercancía que me dejaron no la puedo asegurar. Me responde: ¿de que mercancía habla? Le digo: aquí no hay lugar seguro. Me dice: ahí téngala. Le digo: si, yo los voy a llevar de la mano y les tiro el radio. Me llama. Quiero hablar con él. No le respondo.
Al día siguiente íbamos en guinda con Lucano y los heridos. Y logramos llegar a orillas del Lago, y conseguimos las embarcaciones y los pasamos al otro lado, a Chalate. En el camino tuvimos un encuentro con el Diablo, pero con El Diablito( Carlos Ruiz). Le preguntamos: ¿Nos pueden ayudar? –Vamos a ver, lo más duro es subir en Chalate…nos dice. Que alivio, ellos se los llevaran, pensamos.
Y regresamos, y al llegar al campamento nos preguntan. ¿Y los heridos? Llama al Diablo. Resulta que solo los apartó del camino y había que irlos a traer. Me dan a Ulises y a Ochoa para irlos a traer. Y nos vamos, en el camino – que parecía ser muy transitado por diversas fuerzas- me encuentro al chapin Cesar Montes de la RN, era amigo de Jonathan. Al final encontramos a los heridos y resolvimos, pero me encolerice. Casi siempre me peleaba con los jefes por lo que fui creándome la fama de gruñón. Pero con la tropa era diferente, les levantaba la moral.
En una ocasión tuvimos la sorpresiva llegada de Chepón, acompañado por unos sesenta hombres a los que había que garantizarles servicio de comida. Y solo tenía en mis “bodegas” para doce raciones. Envié a mis ayudantes a rebuscarse: mejor no regresen si no traen nada. Marlene llega y me dice: solo tenemos 15 tomates. Le digo: ponelos a coser, y luego échalos en un tazón, y les agregás sal, cebolla, ajo, y harina para que queda como una masa para espesar. Y que chuponeen con tortilla…
Hablando estábamos cuando ella me dice: mire ahí esta el Comandante Chepón comiéndose los tomates. Voy y le reclamo: se tiene que asegurar el abastecimiento.-Mire yo soy jefe. Le respondí: usted es jefe de su unidad, pero en mi campamento mando yo. Se va enojado. Al día siguiente la tropa llega por la comida. Les decimos que no hay comida porque el Comandante Chepón se la comió anoche. Y se fueron y al rato escuchamos los fusiles disparando Le pregunto a Jacinto qué pasaba. Y me responde: cuando la mara se encachimba, los jefes no cuentan…
Como a las 10 de la mañana aparece Hilario, el Viejo Hilacha, que era el político de la unidad de Chepón, y me dice: vengo a hablar con vos. Le respondo: que vergón, te acordaste al fin. Me dice: vos te pasaste. Le respondo: Él (Chepón) tampoco trato de resolverlo. Me dice: vos no pensás en la guerra pensás en las batallas…Le respondo: sin los tomates la guerra no se gana. Al paso, ustedes van de paso. ¿Estamos perdiendo o ganando la guerra? Se retira el Viejo Hilacha enojado. En el fondo pasaba que Chepón estaba molesto porque siendo él comandante y yo teniente, me le había plantado.
La toma de Cinquera
Pero también de El Paso salíamos a cumplir misiones, como “darle riata” a Tenancingo o intentar tomarnos Cinquera. Tomarnos Cinquera nos costó mucha sangre, sudor, sacrificios. Hicimos dos intentos y tuvimos heridos, muertos. La moral de la Defensa Civil y de la Guardia Nacional ahí era elevada. Y estaba el Coronel Ochoa Pérez respaldándolos con sus soldados desde Sensuntepeque.
Hasta que finalmente logramos derrotar la estrategia enemiga: mortero contra mortero, les hicimos un tiro parabólico que hasta las esquirlas nos rebotaron, estábamos combatiendo muy cerca el uno del otro, a 150 metros de distancia. Metimos todo lo que teníamos: cañones, bazucas, fusiles, ametralladoras. Y logramos vencer pero con un costo elevadísimo.
Ahí perdimos a valiosos combatientes, a Gonzalo, Macarela, Santiagón, que habían venido de Chalatenango. Fogueados en decenas de batallas. Ahí cayó El Chamo, Fabricio, el papá creo de dos gemelas, de apellido Ochoa, ahí cayó, era internacionalista, comunista venezolano.
La batalla de Tenancingo había sido antes…y fue ahí que murió Gonzalo y no en Cinquera. Y no lo mató el enemigo sino un compa por accidente. Gonzalo se atravesó y él no alcanzó a distinguirlo y le disparó. Logramos tomar Tenancingo. Los paramilitares lograron salvarse, huyeron. Dejaron abandonadas sus economías, sus negocios. Y compramos entonces mucha comida, hasta para regalar, incluso les compramos a algunos orejas.
Después de Tenancingo y Cinquera me desmovilizan de El Paso, me sacan del campamento. Y me pasan a las afueras de Tenancingo, con la misión de garantizar la comida para nuestra gente. En esto Rolando aparece con dos tunquitos, y René Armando que requisa una vaca.
Y al estar disfrutando de comida que nos habían enviado me dicen: agarra tu fusil, tu mochila y las medicinas y te venís…me llevan de médico, junto con una muchachita, Carmencita, que iba de brigadista. Nos preguntábamos en el camino ¿adonde vamos? Formamos y nos despidieron. Nos dicen: van hacia una gran misión. Presumo que ha terminado mi etapa de El Paso. Esto fue después de la toma de Tenancingo. Íbamos para Cerros de San Pedro en San Vicente. O quizás incluso más allá, como que se estaba preparando algo grande y efectivamente así fue, estaba por nacer la BRAC.
Hacia Cerros de San Pedro en San Vicente
Por cierto en el camino íbamos todos con el estomago rugiendo debido a la gran comilona que nos habíamos pegado. Permiso para ir a hacer mis necesidades, ya no puedo… y salían de la columna y corrían hacia el monte bajándose los pantalones. Andá pues. Era generalizado.
Cuando íbamos caminando, nos sorprendió el grito orden de Federico: ¡que nadie se salga de la columna en la calle asfaltada¡ De una casa al lado de la calle comienzan a dispararnos y nos matan a un compañero. Nos hicimos al lado de un talud y en actitud defensiva. Estábamos en el Paso de los Conejos, un lugar entre San Rafael Cedros y Santo Domingo.
Nos indica Federico ( Schafik hijo) que el último pase primero la calle y que el primero pase de último. Me sonó un tanto bíblico pero obedecimos. Fuimos pasando la calle ante la segura mirada de francotiradores enemigos. Al pasar, veo tirado en el suelo al compañero caído y veo que no esta muerto, tiene solo un rozón en el pie. Lo reconozco. Lo levantamos y lo pasamos. Era Luís Gálvez Trejo, un esquimal. Y en memoria de este momento una vez le dijo a su hija señalándome: por vos es que esta tiene tata. Luís había llegado al frente como periodista y fotógrafo, pero sus peticiones de cámara y acceso a lugares donde se combatía no siempre se cumplían, lo que lo incomodaba.
Camilo (El Puma) era jefe ya para esa época, y ya usaba su eterno sombrero. Era un improvisador nato, nunca planificaba pero su ingenio militar, su creatividad ilimitada le permitía casi siempre sortear las dificultades del combate y salir invicto…
Una vez nos avisan que se acercaba el Batallón Atlacatl e íbamos a hacer contacto. Entonces Federico mueve una unidad y la coloca al frente para que choque con el enemigo, mientras que Pelsón, José (el Dominicano) y Reynaldo cuidaban la vaguada. La unidad adoptó la forma de una ele. Federico dispuso retirar a la gente.
Nosotros nos quedamos, junto con Wilfrido, hermano de Sigfrido Reyes, al que luego el enemigo le dispara y lo capturan. Por cierto tenía dos días de haber ingresado al frente. Antes del combate hay nerviosismo. Se oyen voces allá por la vaguada. Alguien grita: ¡hay vienen! Federico grita: ¡cálmense! Pero José dispara y comienza el combate…nunca había estado en un combate y entonces sentía miedo, no sabes que los otros se han ido, estas frente al enemigo, sentís miedo y disparás también, se te sube la adrenalina, sentís cólera, rabia, y se te pasa el miedo…
Les oímos que dicen los soldados: aquí esta uno. Pero ahí no hay nadie de los nuestros. Pero luego supimos que se referían a Wilfrido. Y escuchas el sonido fuerte y cadencioso de las ráfagas. Propongo: zafémonos. Y salimos en zigzag, corriendo por el campo pelado, que es plano, sin milpa, sin oportunidad de parapetarse, cuando veo a un grupo detrás de un cerco de alambres y paso ligero al otro lado por suerte sin quedar trabado. Y entonces nos dicen: ustedes dejaron a un compa nuestro allá atrás. Nos sorprende la información. Les respondemos: no sabíamos que estaba ahí…
Seguimos nuestro camino, íbamos en realidad hacia Jucuaran. Dejamos el campo vacío, no combatimos. Pasamos por La Carbonera, que es un lugar tan pero tan caliente que la hierba agarra fuego sola; Arcadio me comentaba alegre: ya va ver compa que ya vamos a llegar…El era el jefe del segundo pelotón de la segunda compañía de la BRAC. Era hermano de la Capitana Ileana, de Mirna y de Alejandra. Era un gran familión y todos de la FAL. Y la mayoría cayó, el mismo Arcadio murió después que le amputaron una pierna, porque le explotó una mina.
Íbamos a la fundación del Batallón Rafael Aguiñada Carranza, BRAC. Todo un acontecimiento. Era la época de las grandes concentraciones de tropa de las fuerzas que integraban el FMLN. EL ERP tenía la BRAZ. Y lo mismo las FPL, la RN y el PRTC.
Le dimos la vuelta al volcán…pasando por La Cajeta, por el Infiernillo y a caer al Chinchontepec. Esperando, descansando, buscando hacia el Chaparrastique…El Jiboa, San Carlos Lempa, San Marcos Lempa, y luego hacia arriba buscando el Chaparrastique, se pasa Las Placitas…
En el campamento de Jucuaran
Pasan los días y seguimos caminando, la mayoría va en estos momentos desarmada y después regresara con fusiles… y caminás hacia Usulutan, a un lugar como silla turca. Después pasamos El Taburete. Y después de atravesar una cordillera llegamos cerca de Jucuaran. Y aquí el jefe ya no era Federico sino el mando pasó a Ramón Suárez (Rafael Benavides o Barba Roja).
Ya cerca de Jucuaran nos envía Suárez a la primera misión: cuidado, van ir en grupos a sacar quesos que hemos encargado. Es gente simpatizante. Es un queso fresco sabroso en capas. Al llegar el queso era tanto que hubo que partirlo y cada quien guardo en sus mochilas una parte. Pero al llegar ya no lo querían ceder porque alegaban que ellos lo habían traído. Reacios, pero hubo que ceder.
Me gustaba el estilo de conducción de Suárez, había acumulado mucha experiencia y sabía trasmitirla. No era prepotente como otros. Lo admirábamos porque trataba de enseñarte, que aprendieras el rudo oficio de guerrillero. Una vez vimos unas milpas sembradas y entonces nos dijo:
Bueno, hoy van a aprender a hacer trabajo de expansión. Si quieren comer hay que hablar con la gente. Cada escuadra va recibir un colón y van ir a comprar. Dependiendo de como hablen así van a comer. Los que hablen mejor comerán mejor. Hicimos la experiencia, comimos elote cocido, atol, y hasta le pusimos un fresquitop al atol y ¡con el colón en la bolsa casi todos! Después me afligí cuando al orinar note que me salía un líquido rojo ¿y esto? Y me acorde aliviado que era el fresquitop.
Al fin llegamos al campamento que estaba entre manglares y una brisa marina, nos recibieron con los respectivos honores: tortillas tostadas y pescado frito con arroz. Una delicia, un banquete para nuestros estómagos guerrilleros. Ahí pasamos varios días descansando. Había bastante gente, de ahí y la que había llevado Chepón de Guazapa, de Cerros de San Pedro y nosotros. Calculo bien unos 350 combatientes. O sea un batallón.

En determinado momento la sorpresa fue revelada: fueron a abrir los tatus y trajeron las armas, algunas enlodadas. Se trataba del armamento entregado por los vietnamitas que ellos le habían arrebatado a los invasores yanquis, y que entregaron en solidaridad con nuestra lucha, con la lucha del pueblo salvadoreño. Y llega toda la fuerza a quitarles el lodo y a recibir las que iban a ocupar. Cada quien recibió un fusil y otro más para llevar, y municiones de servicio, 5,000 a 6,000 cartuchos, además una ametralladora punto cincuenta con su respectiva mula para llevarla.
Y ya armados y bien armados, comidos y bien comidos, alegres e invencibles, emprendimos el regreso hacia el volcán Chaparrastique… pasamos por el Infiernillo, donde antes estuvo un campamento de las FAL, dimos un golpe en San Cayetano Ixtepeque; pasamos por Guadalupe, y llegamos a La Quesera en Cabañas. En este lugar la Comandancia local tenía acaparados todos los quesos y los atacamos. Íbamos con suficiente munición y con una moral altísima. Ahí salió herido El Chele, pero le hizo huevo, caminó…se atacó también Ciudad Dolores.
Y llegamos al Chinchontepec. Al ir subiendo por el volcán, te perdías. Y los paramilitares nos agarraban para prácticas de puntería, con checos nos disparaban desde abajo. Hacia el lado de Guadalupe y Verapaz había ya pedazos de montaña que se habían desprendido, eran lugares donde te hundías en el lodo. La bajada era difícil, se bajaba por La Cayetana. Al fin llegamos a Cerros de San Pedro y ahí descansamos. Veníamos armados y cuidando la mula que traía nuestra Tostona, la punto cincuenta.
Al acercarnos al paso de Los Conejos decidimos cobrarles la factura por el ataque, por la emboscada que nos habían hecho anteriormente, cuando pasamos a la ida. Antes nos atacaron, hoy les vamos a caer, dijimos. Diseñamos una estratagema: nos íbamos a vestir de verde olivo y les íbamos a llegar fingiendo ser guardias. Rene Armando, que se había preparado militarmente en Cuba, iba como el jefe. Había estado al mando de la tropa en Guazapa, pero el jefe superior era Joel Sánchez.
En atrevido desfile militar atravesamos de día entre Santo Domingo y San Rafael Cedros. Todos los campesinos nos observaban, en especial los defensas civiles. René Armando les habló con voz de mando: llamamos a todos nuestros apoyos que se presenten a la Comandancia con sus respectivas armas. Y fueron llegando. Odir se encargó de ir revisando y requisando cada fusil que le entregaban. Y hasta se permitía hacerles observaciones: Mirá, en el lodo lo has tenido…mirá lo tenes arruinado…mirá no te da pena el estado del arma…No lo has cuidado.
Al final los paramilitares estaban todos desarmados y preocupados. Pongan todas las armas aquí y nadie se mueve le dijo René Armando. Y entonces una mujer le alcanzo a decir a su marido: Isidro, sos un tonto, estos no son soldados , que no ves que no tienen las jinetas en los hombros… Pero ya estaban desarmados… sin un solo disparo. Se decidió dejarlos libres para que explicaran al ejército la forma en que perdieron sus armas. Y finalmente llegamos a Guazapa, el lugar de donde habíamos salido unas semanas antes.
La creación del Batallón Rafael Aguiñada Carranza
Ya en Guazapa y en el marco de la constitución del Batallón Rafael Aguiñada Carranza, el BRAC, se formaron tres compañías: la primera integrada por personal de Guazapa, la segunda por personal de Cerros de San Pedro y la tercera revuelta: por un pelotón de Guazapa, un pelotón de Cerros de San Pedro y otro de Jucuaran. Esta última estaba dirigida por el Sargento Felipe, El Yuca, un indio nonualco entrenado en Cuba, malencarado, pero que formaba buenos combatientes y se interesaba por el bienestar de la tropa, era justo y por eso lo respetábamos.
Posteriormente, solo quedaron dos compañías: la primera y la segunda. Y en la segunda se integró el pelotón de Jucuaran. La primera compañía estaba bajo el mando de Oscar y era gente más fogueada en el combate, estaba en el puesto de mando y la integraban gente de la capital, de la zona central, de Chalate, y algunos antiguos de Cerros de San Pedro; la segunda bajo el mando de Manuelón, de gente de Cerros de San Pedro. Yo estuve en esta segunda.
Interesantemente ambos jefes de las compañías venían de la RN. El jefe máximo de la BRAC era Barba Roja. Al llegar a Guazapa se formaron los pelotones. Eran seis pelotones. La desintegración de la tercera compañía estuvo vinculada a que una escuadra de gente de Leocadio, desertaban y se regresaban a su lugar de origen, se iban para sus casas. Predominaba en ellos el localismo.
En el cerro de Guazapa, de La Fuente al Franco hay tres kilómetros en línea recta. Se hace en media hora con una columna y cargados, una sola vereda nos unía. Arriba y abajo del cerro estaba la Fuerza Armada. La primera compañía estaba en La Fuente y la segunda en El Franco. Eran movimientos de grandes concentraciones, que posteriormente se modificó.
Y empezamos a desconcentrarnos. Era un proceso que había que asimilar porque estábamos ya habituados a las grandes concentraciones de tropa. Entonces Manuel el responsable de la segunda compañía, sale con permiso. Yo estaba de segundo de Manuel, además de ser el responsable de salud. Y tenía la responsabilidad de formar brigadistas de primeros auxilios. Al salir Manuel quedo de responsable de la segunda compañía. Ítalo estaba de segundo de la primera compañía.
Tenía la responsabilidad de mantener a la gente activa en calidad de combatiente, de mantener la moral combativa. El Comisario Político era Ochoa (Santacruz). Y él me apoyaba para evitar el aburrimiento y que no nos faltaran acciones de emboscadas, golpes de mano, sabotaje a la energía. Me acuerdo que realizamos emboscadas en Calle Nueva, y en la Troncal. Y activábamos en Pinar, Nejapa, Santa Inez (Guayabal). Luego Darío (Orestes Ortez) fue asumiendo esta responsabilidad y yo la de Personal.
Al otro lado estaba la Columna Jacobo Campos Valle (Columna de La Fuente), que había venido de Chalate. Los otros trabajaban en expansión. Una vez realizamos una acción con Horacio (Jefe de escuadra) en el Pinar. La primera compañía en esos momentos se había trasladado hacia el Volcán, para realizar trabajo de expansión.
Activábamos bastante en la Troncal, dando golpes de mano, emboscadas, requisando. Una vez en un combate oíamos por radio que un oficial pedía ayuda para que lo sacaran. Y su jefe le decía: espérate. Y él explicaba: estoy herido pero tengo un cañón y la radio y no quiero que se pierdan. Y nuestros compas buscándolo afanosamente. Y tuvo suerte, se salvo el militar, porque no pudimos encontrarlo, no buscamos donde debíamos, en una cuneta al otro lado de la calle.
Y por otra parte, en este mismo combate, existía la presión de Orlando (Pajita) para actuar no obstante que el era contención. Orlando era un viejo amigo y camarada, originario de San Juan Chiquito, hijo de Porfirio. Orlando me presionaba para que lo dejara atacar. Le repetía que él era contención. Pero insistió tanto – ahí están agazapados y los tengo en la mira, tené confianza no te voy a defraudar-que no obstante la oposición de varios, le dije: dale, pero no me vayás a salir con un muerto.
Y efectivamente Orlando logró requisar cuatro fusiles, ante los reclamos de los demás compañeros que él era contención. Si requisabas cuatro fusiles podías quedarte con uno y entregar el tuyo. En el fondo estaba celoso que otros iban a requisar y no su grupo. Requisar –el botín de guerra- era uno de los deleites del combatiente, ancestral, insustituible, anhelado. Mira mis botas, mira este uniforme, mira este fusil.
La emboscada de la Panamericana
A veces la búsqueda de requisar provocaba tragedias. Como una vez que fuimos a Santa Elena, en Cerros de San Pedro, a poner una emboscada en la Panamericana. Yo era el responsable entonces de la medicina de la segunda compañía, que dirigía Manuelón. Y participaba Joaquín, que era jefe de medicina de la primera compañía.
Íbamos a golpear a un convoy de camiones con tropa de la III Brigada de Infantería que pasaba por el lugar. Era una actividad realizada en conjunto con el PRTC. El RPG-7 lo llevaba alguien del PRTC. La emboscada consistía en que al pasar, se le pegaba a un camión y luego se atacaba. Y el PRTC haría la contención. Dicho y hecho.
Pero al momento que nuestros compañeros se preparaban para atacar y requisar –me acuerdo de la Chele Mayra saliendo a requisar- los del PRTC comienzan a dispararnos y nos matan a Lico, a Edwin, y hieren a tres más incluyendo a Herbert, que le atravesaron el hígado y perdió la pierna.
Bajamos e íbamos caminando por la calle quemada y a los lados la hierba quemada también por la explosión, cuando llegan unos helicópteros y aviones que comienzan a dar vueltas sobre nosotros y a dispararnos. Se da la orden que nadie corra, que todo el mundo parado para que los aviones no nos detectaran. Pasamos así como una hora pero un miliciano corrió y se armó el despelote, empiezan a tirar y ametrallar. Dan la orden de guarecernos y seguir hacia los campamentos.
Una brigadista iba conmigo, de unos doce años, nunca había estado en un combate y bombardeo y temblaba descontrolada. Le dije: cálmese, mire no vamos a correr, vamos a aguantarlo. Me dice: mejor vamonos. Y comienza a llorar. Las bombas caen a 50 metros. El otro tiro iba para nosotros. Aquí quédese. Quiere salir corriendo. Al suelo, tírese al suelo, No lo hace y la agarro del pelo y nos lanzamos al suelo. Yo encima de ella y ella llorando.
Y pum atrás de nosotros a 30 metros. Y la explosión nos baña de tierra y piedras. Ya pasó, le digo para tranquilizarla. El otro será más lejos. Nos sentamos. Y veo que tiene la cara toda llena de tile. Y le digo: esta como un payaso. No comprende y más se llenaba de tile al tratar de limpiarse. Le digo: mirese en el espejo. Lo saca y al verse me grita: ¡por Usted! Se calma y podemos irnos.
Vemos que va herido otro compañero. En el camino de regreso al campamento, antes de pasar el puente Amatitan Abajo, viene un avión que pasa tirando y la bomba cae a 75 metros. De nuevo nos tiramos al suelo. Y me veo con sangre, una esquirla me había herido. Me venda y me dice: al llegar al hospital lo voy a curar. La esquirla e arrancó un pedacito de piel, un cholloncito, era la primera vez.
Sobre nuestros compañeros caídos y heridos en la emboscada, sucedió que un tal Cande, jefe de pelotón del PRTC, se creyó el mito que él siempre requisaba, y llegado el momento tenía que regresar con algo, fuera un fusil e incluso una cinta de zapato, cualquier cosa, pero algo del enemigo. Con su mente enfermiza dio la orden de disparar contra nuestros compañeros para evitar que requisaran. Y al final, dada su descomposición ideológica, terminó yéndose con el enemigo y anduvo poniendo dedos, ya totalmente vendido…
Las famosas minas
Una vez salí herido y decidieron enviarme a la capital para la curación. Y me metieron al Hospital de Diagnóstico y justifique que había caído en una mina de la guerrilla. Salí herido en el 84 y en el 85. Los médicos que me atendieron se portaron a la altura y pude recuperarme para regresar a Guazapa. Nunca se imagino la inteligencia enemiga que a veces nos curábamos en sus narices en los hospitales de San Salvador.
Fíjate que el Comandante Hugo hizo un estudio que un 72 por ciento de nuestras bajas eran causadas por minas nuestras, no por el enemigo. Una vez le pregunte a Gabino: ¿dónde pusiste las minas? Y me responde: por ahí. Creo que ni él sabía…Todas las noches se ponía una mina por seguridad cerca de donde dormíamos.
Y una vez se me olvida en la mañana quitar la mina. Se trataba nada más de quitar el separador, que hace contacto con un chuchito de ropa y si te pasas llevando el hilo eso hace explotar la mina. Me llegó por atrás sino me hubiera volado la pata, como les pasó a muchos.
Otra vez fue durante el Operativo Fénix, iba con Joaquín el medico, íbamos de retirada, cargando las cosas del hospital y pasamos por el campamento de la FES, que era totalmente compartimentado y ahí habían dejado una mina. Y pum. Joaquín se cae. La mina a mi me daña. Se ha roto la columna. Me recogen y me llevan en hamaca. No se salgan del camino ¡Cuidado!
Me llevan de El Franco, pasando por La Fuente, el campamento de las FES, la Aldea (donde el ERP tuvo su campamento) y fue de ahí de donde me enviaron para el Hospital de Diagnóstico para que me operaran. Antes había recibido la visita de Marcelo quien me había propuesta ante mi mirada de sorpresa, operarme en el campamento y realizarme una ¡laparostomía exploratoria! Fíjate que hasta los soldados en El Roblar oyeron la explosión y se comunican por radio. Entre a los cuatro meses de nuevo, ya recuperado.
Había sido el político de la segunda compañía además de responsable de la medicina, y trabaje también como sacamuelas, con los dientes. Llegaban a buscarme de la primera, y de la segunda compañía y también de las columnas. Hice rellenos, raspados, endodoncias. El año 86 la pase de dentista. Tenía mi maquinita, sentado en un tronco de árbol. Y hasta tenía ayudantes.
En el 87 salgo del frente. Salgo cuando se empezaba ya a preparar lo que fue la Ofensiva de Noviembre de 1989. Ya se estaba fabricando una variada fauna que incluía los famosos tepescuintles. Y se miraban caras nuevas, que entraban y salían del campamento. Salgo de nuevo herido, y se necesitaba operarme. En tres días me sacaron, con sonda en la nariz. Me llevaron esta vez al Hospital Bautista.
Me pregunta el medico: ¿Cómo estás? Le respondo: jodido. Me hacen cuatro operaciones en menos de un mes. Luego comencé a recuperarme, estuve por dos meses en casa de Any Castañeda. Mi agradecimiento dondequiera que se encuentre. A mediados del 87 salgo a cumplir una misión al exterior. Salgo del frente junto con Armelio, que todavía vive en la Ciudadela Ungo con la legendaria Abuela de las FAL, la gloriosa jefa de cocineras…una verdadera heroína.-

En 1972 fui del Partido Socialista Puertorriqueño

SAN SALVADOR, 1 de julio de 2013 (SIEP) A principios de 1971 junto con mi mamá (Adela) y mi sobrino (Carlos Ernesto) salimos rumbo a la ciudad de Nueva York. Abandonaba el tercer piso del edificio D de la Colonia Atlacatl, donde había vivido por tres años. Antes vivía en la Colonia La Rábida, en la 10 ma. Avenida Norte No. 1615, en el Taller de Mecánica Pineda.

Me acuerdo que me fui con un saco verde cuadriculado comprado para la ocasión en el almacén Schwartz del centro de San Salvador y con zapatos nuevos color tabaco de hebilla al lado. Salimos del viejo aeropuerto de Ilopango en un avión de TACA hacia Miami. Empezaba lo que fue la mayor aventura de mi vida. En Miami abordamos un avión de Eastern y ya la comida y el idioma eran diferentes. A mediodía de ese viernes estábamos en Estados Unidos. Y al comenzar la noche en el Aeropuerto Kennedy de la Ciudad de Nueva York.

Al llegar nos estaba esperando mi hermana junto con su compañero panameño de nombre Frank, que desayunaba con bananas. El frío invernal y el viento golpeador impactó sobre mi saquito verde tropical y también el sonido de una tonada de los Jackson Five, que se escuchaba en la radio del vehiculo que todavía no logro identificar. Y al salir de las grandes autopistas nos fuimos acercando a lo que sería por dos años mi hogar: el tercer piso del edificio 245 de la Avenida Cromwell y la Calle 167 de El Bronx.

Y lo interesante era que las piscinas y jardines imaginados se iban transformando en basureros y rincones oscuros cubiertos de graffiti. Esa primera noche compartí un camarote con mi sobrino Carlos Ernesto. Yo arriba con la amenaza de caerme. Y algunas veces me pasó pero caía parado No costó dormirnos porque frente a nuestra ventana pasaba el tren número 4 rumbo a Woodlawn y podía escucharse la voz del maquinista: one hundred sixty seven street. Al despertarnos descubrimos la nieve y abrimos la ventana para tocarla. Estábamos en otro mundo.

Ese sábado me entregaron un abrigo amarillo de corduroy y nos llevaron de paseo al Parque Central. Me impresiono la roca que competía con la tierra. Nueva York era de roca. Nos compraron los famosos hot dogs y soda de almuerzo. A la gaseosa se le llamaba soda. Y en el parque escuche por vez primera otros acentos, en especial los caribeños, puertorriqueños, cubanos, dominicanos. Y vi otras razas que no conocía: los afroamericanos, los europeoamericanos, los asiaticoamericanos. Descubrí que no éramos blancos, éramos latinos o hispanos. Y me sorprendió la prisa de la gente, la gente caminaba en un ritmo extraño, apresurada. Y es un ritmo que se le pega por toda la vida.

El lunes empecé la escuela, me pusieron en sexto grado. La clase era en inglés y no entendía absolutamente nada. La maestra blanca me preguntaba y los demás se reían. Pero había un puertorriqueño de nombre Jimmy que me traducía, es el boricua con el pelo más negro que jamás haya visto. Y luego otro puertorriqueño de nombre Junior que le decían Bacalao y vivía a la vuelta de mi casa, se hizo mi amigo. Ese lunes salí por la noche por primera vez solo, con mi pantalón acampanado y de rayas a colores, y recorrí un parque que quedaba frente a mi escuela y me fume un primer cigarro de dos cajetillas de Delta que había llevado escondidas.

Al regresar a la casa notaron que había fumado. Estuve poco tiempo en esa escuela porque luego me trasladaron a una que quedaba un poco más lejos, como a seis cuadras de distancia, pero que contaba con un Programa Bilingüe, y los maestros eran cubanos y puertorriqueños. El director se llamaba Franklin Irizarry, puertorriqueño, que estudiaba Leyes. Era muy serio, disciplinado. Había un maestro cubano de literatura, de nombre Jorge.

Y mis amigos y amigas venían de todos los rincones de América Latina y el Caribe. Jorge y Sergio eran argentinos, Pedro era cubano, Edelmiro era puertorriqueño, Iván era ecuatoriano. Mi primera novia fue una puertorriqueña de nombre Evelyn pero estuve enamorado de otra puertorriqueña de nombre Rosa Rodríguez y nunca pude ser su novio, ella me miraba muy intelectual y que no podía bailar y muy metido en política. El papá la llevaba a la escuela por las mañanas, pero a veces me le pegaba a platicar. Y la acompañaba a la salida cerca de donde vivía. Pero nunca me aceptó.

Tenía la costumbre de subir a las estaciones de los trenes subterráneos y pasarme leyendo periódicos de otros países latinoamericanos. Me gustaban los artículos históricos de la revista mexicana Alarma. Y si algún periódico me interesaba lo compraba, fuera colombiano, ecuatoriano, mexicano, dominicano o puertorriqueño. También me gustaba recorrer las bibliotecas públicas en búsqueda de la nueva novelística latinoamericana. Era un reto descubrir una nueva biblioteca y caminar hasta encontrarla.

Y a la par de mi apartamento vivía un poeta del Grupo Guajana y la vez que vi su biblioteca, un cuarto entero con las cuatro paredes tapizadas de libros y una mesa de trabajo al centro, quede impresionado, maravillado y soñé con tener una parecida y creo que lo logre en diversos momentos. Los libros siempre me han llamado la atención. El color y diseño de su portada, el tipo de letra, el olor, y me hubiera gustado trabajar en una biblioteca porque he sido conejo de bibliotecas. Me gusta leer los títulos de los estantes.

Durante el receso para el almuerzo que duraba dos horas siempre aprovechábamos para salir y viajar con nuestros pases estudiantiles por buses o trenes. Íbamos a veces hasta Manhatan. Una vez con Iván nos fuimos hasta el parque del Shea Stadium que queda al final de Queens. Un viaje como de hora y media por tren desde nuestro punto de salida. Hubo un maestro con el que nos hicimos amigos. Puertorriqueño, intelectual, olvido su nombre, déjame ver..Arnaldo Rodríguez, conversábamos y se admiraba que estuviera organizado en el PSP, él era simpatizante independentista, muy culto y desenvuelto, muy seguro de si mismo.

Una vez me propuse visitar el lugar que habíamos visitado un fin de semana, o sea el Parque Central. Quería ver de cerca de los hippies, conocerlos, intercambiar impresiones. Era un sábado y comence a caminar: pase el Yankee Stadium que quedaba en la calle 161 a unas cuadras de mi casa, luego llegue a las 149, cruce un puente que une el Bronx y Manhatan, llegue a la 125 en pleno Barrio puertorriqueño, y camine al oeste hacia el Harlem Negro, y luego hacia downtown, llegue a la 86 y descubri el Museo Metropolitano, y segui bajando estaba ya en la Quinta Avenida, en la 62 me interne al parque y logre llegar al lago y a la plaza donde estaban algunos fumando marihuana y disfrutando.

Pero comprendí que había una barrera cultural inmensa ya que la mayoría eran blancos, aunque había negros y latinos, estaba por medio el idioma y la edad. Era apenas un niñote doce años. Pero este viaje lo repetí algunas veces, llegando incluso hasta Washington Square, en pleno Village. Y también camine hasta Fordham Avenue en el Bronx.

Mi regalo de cumpleaños: la Obra Revolucionaria del Che Guevara

En el día de mi cumpleaños de ese año 1971 (doce años) fui con mi hermana Esther a comprar mi regalo ansiado a una librería de la calle 14 en Manhatan. Era la Obra Revolucionaria del Che Guevara y me lo empecé a devorar en el tren de regreso y no pare hasta concluirlo. Había encontrado muy temprano la lámpara que me daría las respuestas a mi vida. El prólogo era de Roberto Fernández Retamar. Y el primer libro los Pasajes de la Guerra Revolucionaria.

Y ahí comprendí los sacrificios realizados por el pueblo cubano para conquistar su liberación. El segundo libro La Guerra de Guerrillas. Y luego estaban sus discursos y escritos. El Socialismo y el hombre en Cuba. Y me impactó fuertemente El Mensaje a la Tricontinental. Hay que crear dos, tres Vietnam…y En cualquier lugar que la muerte nos sorprenda, bienvenida sea… Y me gustaron sus cartas, a sus hijos, a Fidel: Otros pueblos necesitan el concurso de mis modestos esfuerzos…Lo leí y lo releí. Me formó políticamente y definió mi vida.

En junio de 1971 y no en agosto como recordaba, leí en el semanario Claridad que compraba religiosamente en la estación del tren de la calle 125 una invitación para participar en el contingente independentista del Desfile Puertorriqueño. Lo hice y esto cambiaría mi vida por completo porque me permitió pasar de la lectura al activismo político
Mi primera experiencia política la viví con el Partido Socialista Puertorriqueño, el PSP. Los conocimientos que había adquirido con mi lectura del Che Guevara, los enriquecí con el ejemplo y las enseñanzas del Maestro puertorriqueño Pedro Albizu Campos: la Patria es valor y sacrificio. Y del Apóstol cubano José Martí: la carta a Manuel Mercado: ya estoy en peligro de dar mi vida… Fue una experiencia inolvidable, aprendí de cada uno de los compañeros y compañeras que integraban el comité del Barrio del PSP.
Me acuerdo que había sábados que los dedicábamos a visitar a simpatizantes y amigos, íbamos como misioneros del independentismo, a los edificios, platicar, a concientizar. Y los miércoles luego d elas reuniones pasábamos a tomar café con leche a un restaurante cubano. O vendiendo el periódico Claridad. Me acuerdo también de las marchas contra la guerra en Vietnam y mi curiosidad por la diversidad de la izquierda estadounidense. Nuestro corazón estaba en la Isla, en la Patria ocupada que había que liberar…pero otra Patria me esperaba.
El primer Primero de Mayo en el que participe fue en 1972, una marcha que salió de la calle 125 y Séptima Avenida. Me acuerdo que al salir de la estación del subway presencie ya los diversos destacamentos, estaba una afroamericano con un cartel: el pode rnace del cañón de un fusil y la foto clásica de Mao. Banderas puertorriqueñas. Banderas negras-verdes y rojas del Black Power. Y los veteranos de Vietnam con sus medallas y algunos en sillas de ruedas. Consignas en español e inglés. Me gustaba en las marchas hacer una recopilación de periódicos y boletines: Daily World, Palante, The Socialist, Workers World, el Comité MINP, Desafío/Challenge, etc.
Una vez llevaron al local del PSP una revista de la OCLAE con un artículo sobre las luchas estudiantiles en El Salvador y mi corazón se estremeció al ver en una foto a estudiantes salvadoreñas con los uniformes del Central de Señoritas y que se solidarizaban con los maestros en huelga y también al ver la actitud agresiva de los agentes de la Policía Nacional. Miles de ideas y recuerdos se agolparon en mi mente. Pensé como el Che que había otro pueblo –el mío- que demandaba el concurso de mis modestos esfuerzos. Y me fui preparando mentalmente para regresar a El Salvador a luchar. En mi familia no comprendieron pero respetaron mi decisión. Llame a mi hermano Carlos para pedirle que me recibiera. Lo note sorprendido pero accedió.

Siempre me llamó la atención el proceso de construcción del sentido de nacionalidad del puertorriqueño. Es más, pienso que adquirí conciencia de nacionalidad primero como puertorriqueño que como salvadoreño. En mi caso el nacionalismo era un pensamiento reaccionario, en su caso ser nacionalista era ser patriota, ser independentista. En su caso significaba despojarse de una poderosa argolla ideológica colonial.
En mi experiencia era diferente, nací salvadoreño, incluso había hasta un rechazo de los símbolos nacionales que habían sido expropiados por los militares como la bandera, el escudo y el himno. El azul y blanco eran los colores oficiales de la dictadura militar. Y las gestas independentistas del yugo español habían concluido hace mucho tiempo. En su caso, se trataba de construir la nacionalidad y el Maestro Albizu y el Partido Nacionalista y luego el Partido Socialista era símbolo de este proceso. El valor supremo del hombre es el valor, decía.
También me encantaba como habían logrado construir un poderoso movimiento cultural alternativo a la colonia, en pintura, teatro, literatura y en música. Estaba el Grupo Taoné. El Jíbaro de Orocovis, El Topo, Roy Brown. El rescate cultural de la plena y la música tradicional. En El Salvador no se había vivido esa experiencia.
El primer regreso a la Patria
Regreso un domingo de principios de 1973, había estado fuera por dos años, pero me parecían siglos. Todo había cambiado. Regreso de nuevo por Ilopango. Al salir del avión siento la bocanada de dragón, el golpe del típico calor de mediodía. Pero es un calor seco, diferente al de Nueva York. Regreso al mismo apartamento que había dejado. Mis compañeros de infancia han crecido. Entablo conversación. Reinicio con ellos el hábito de fumar y aprendo también con ellos a echarme los tragos. Puro Muñekof con boca de mango. También ellos han realizado su experiencia política. Y la mayoría de familias de este edificio D son progresistas, opositores al régimen militar.
Me cuentan de la huelga de los maestros de ANDES 21 de Junio en la que han participado, de la lucha por llevar a la presidencia al Ing. José Napoleón Duarte y el fraude descarado cometido por el ejército; del golpe de estado del 25 de marzo de 1972 y los combates entre la Guardia Nacional y los soldado de la 1ra. Brigada de Infantería. Y también de la llegada de Santana y el concierto entre nubes de humo de marihuana en el Cine Terraza. Entre los amigos más cercanos de esa época estaban Víctor Hugo Cruz, Alfonso Padilla (Foncho) y su hermano Alejandro; y Nelson Jovel. Era mi núcleo del barrio, la cherada.
Me matricule en el Instituto Cervantes en noveno grado. Era otro escenario. El director era de apellido Retana, y hablaba con acento español. El subdirector era Roque Castaneda, fumador empedernido. Y quizás por esto permitía que fumáramos en los recreos. Los reyes de la clase eran mis compañeros basketbolistas. Los profesores se esmeraban en pasarles las materias. Los nerds eran despreciados y humillados. Y yo estaba en la categoría de los políticos, los que sabían de historia y literatura. Había organizado el Consejo de Alumnos y en ese esfuerzo conocí a un amigo de toda la vida, Guillermo Campos y a un amigo que después fue camarada, a Nelson Guevara, que cayó en los años ochenta combatiendo en las filas de las FAL. Guillermo ya desde esa época se especializaba en conseguir novias soñadas y Nelson era un poeta social que le publicaban en El Mundo.
El 1ro. de mayo de 1973 asisto a la marcha. Tengo 14 años y es mi primer primero de mayo en El Salvador. La marcha sale del reloj de Flores de la Avenida Independencia. Todo me parece interesante y revelador. Están los sindicatos con siglas que desconozco, algunas parecen trabalenguas, como FESTIAVTCES, esta la FUSS, FENASTRAS, el SUEP. Están las mujeres costureras. Me llama mucho la atención el contingente del Bachillerato en Artes. Son muy llamativos por sus ropas negras de anarquistas. Y van cantando: cuando querrá Dios del Cielo, que la tortilla se vuelva, que la tortilla se vuelva, que los pobres coman pan y los ricos mierda, mierda! Y lo gritan apasionadamente:¡mierda! Son canciones de la Guerra Civil española. Increíble. Y también me impacto esta consigna combativa: ¡Gorilas Hijos de puta…los estudiantes somos vergones!
Voy emocionado tratando de leer cada manta y captar cada consigna. El pueblo unido, jamás será vencido. La marcha concluye en la Plaza Libertad. Me impresionan dos discursos, de alguien de tez blanca, que hace un análisis político de la dictadura militar y del gobierno de Molina, se trataba de Rafael Aguiñada Carranza del UDN y de alguien de tez morena, que sacó una Constitución y fue artículo por artículo leyéndolo y preguntándose: cual independencia? Cual democracia? Cual derecho a la salud? Cual derecho a la educación? Era Julio Cesar Castro Belloso, secretario general de la FUSS.
El contacto con AES
Al llegar a mi casa les comento a mis amigos que asistí a la marcha de los trabajadores y uno de ellos, Nelson Jovel me propone presentarme a una compañera de donde él estudia, del Nuevo Liceo Centroamericano, de nombre Vladimira Landaverde, que esta relacionada con los sindicatos. Acepto. Para esa época surgió la moda de quitarse el pelo rapado y Nelson lo hizo y yo también. Así que cuando llego a conocerla llego rapado y explicando que recién había llegado de Estados Unidos. Notó sus hermosos ojos verdes un poco sorprendidos por el aspecto, pero se atreve a invitarme a una reunión de la Asociación de Estudiantes de Secundaria, AES, que se iba a realizar por la tarde de un día de esa semana en el edificio del ACUS, cerca de la Embajada de Estados Unidos.
Voy a la reunión y soy el primero en llegar como ocurrirá a lo largo de mi vida. Poco a poco van apareciendo. Llega una joven delgada, de anteojos, blanca, pecosa, de nombre Dinora Aguiñada, que estudiaba en el Central de Señoritas y su prima Sonia, morena, gordita, colocha, que me acuerdo le pregunte indiscretamente si estaba mal de la garganta y me dijo: no, así hablo yo. Luego llegó Vladimira y me presentó. Me miraban intrigados y confundidos cuando les hable sobre la necesidad de integrarse a la lucha por la independencia de Puerto Rico. Llegó Guillermo Castro, del INSFRAMEN. Éramos la comisión de organización de AES y se estaba planificando una asamblea general para el próximo mes de julio. Reuniones: los miércoles a las 4 p.m.
La Asamblea General se realizó en un salón del Instituto Técnico Ricaldone. Rafael Aguiñada Deras, Lito, presentó un informe del trabajo realizado. Habíamos alrededor de 25 participantes. Ahí conocí a amigos y amigas de toda la vida y a amigos y amigas que cayeron luchando. Entre los asistentes me acuerdo de Agustín Najarro, Guillermo Castro, Rafael y Dinora Aguiñada, Vladimira Landaverde, Tito Bazán, Ramón Portillo, Schafik Jorge Handal . Se elige un nuevo comité ejecutivo, entrega su cargo como secretario general Rafael Aguiñada ( INSFRAMEN) y se elige en ausencia a Rogelio Cacerez (Instituto Orantes). De Organización queda Tito Bazán, de Propaganda, Agustín Najarro, de Finanzas Dinora Aguiñada, y de Conflictos Roberto Pineda. Cuando íbamos ya de salida apareció Rogelio y le contamos que había sido electo secretario general, pero no le sorprendió.
Supe entonces que AES fue formada en 1968 para apoyar la primera huelga de ANDES 21 de Junio y que su primer secretario general fue Ernesto Morales del INSFRAMEN. Me acuerdo que en esa época había mucha convivencia, una vez hicimos una excursión en tren a Amapulapa y otra vez fuimos a una atolada al cantón El Limón de Soyapango. Hacíamos rifas para obtener fondos y nos reuníamos en la iglesia de la Miramonte, en la cancha de fútbol de la Iglesia Episcopal, o en el Ricaldone, o atrás del edificio de ACUS.
Mi primera actividad como secretario de Conflictos la hice acompañado por Guillermo Campos. Es más, él fue el que me aviso que cerca de su casa, él vivía en Las Colinas en el Instituto República de Corea de la Zacamil, los estudiantes del tercer ciclo se habían tomado el edificio y se habían declarado en huelga exigiendo la destitución del director por represivo y corrupto. Decidimos ir a expresarles nuestro apoyo como AES. Llegamos, nos identificamos y solicitamos hablar con la conducción de la huelga.
Nos entraron al edificio y en la reunión cuando escuchaba hablar al líder del grupo le notaba un acento familiar y su rostro también me resultaba conocido. Y en el desarrollo de la reunión le pregunte como se llamaba y me dijo René Francisco Pineda. Era mi hermano. Hermano por parte de papá. Hubo un tiempo que incluso vivimos juntos. Fue una gran alegría encontrármelo luchando. Y dos años después volvimos a coincidir en el Nuevo Liceo Centroamericano pero estaba ya tranquilizado, indiferente a la política.
Una vez Rogelio me invita a su casa y vamos. Vive en la Colonia Santa Lucía. Pero ahí viven también Agustín, Guillermo, Ramón y Tito. Entonces una visita equivalía a un recorrido por las diversas casas, en especial la de Guillermo y Tito. Ramón vivía donde Tito, le habían dado posada junto con su perrita. Y Rogelio entraba en la sacristía de la Iglesia Católica como Juan por su casa. Y el recorrido completo incluía entonces también visitar la iglesia católica.
Y también ellos a su vez me visitaron en la Colonia Atlacatl. Se cultivaba una amistad muy fuerte. En especial en ese periodo fui amigo de Rogelio, de Guillermo y de Ramón. Rogelio era originario de La Unión y vivía junto con su hermana. Una vez un fin de semana viajamos a visitar a su familia a La Unión, nos fuimos en tren, salimos a las 6 de la mañana y llegamos a las 6 de la tarde. Fueron doce horas de pláticas, siestas, discusiones, lecturas, comidas típicas. En el puerto el calor era insoportable, muy parecido al de Nueva York en verano. Húmedo. Se dormía en tijera de lona sin abrigarse. Fuimos al muelle. Y visitamos a un viejo luchador comunista, zapatero, que orgullosos nos sacó un Estado y la Revolución de Lenin y conversó sobre la realidad internacional y los triunfos del socialismo. Rogelio murió en 1978 debido a complicaciones con el cerebro.
Ramón era un joven campesino y se enorgullecía de serlo. Y una vez nos invitó a Guillermo y a mi para visitar a su familia en Chalatenango, fuimos y cultivaban sandía dulcísimo a la orilla del río Lempa, que fue cruzado a nado por Guillermo. Otra vez me llevó a Cara Sucia, donde su papá era mandador de una finca de café, y me acuerdo de los campesinos en cuclillas conversando durante la noche, y de una tormenta que nos cayó y no pudimos guarecernos, y del local de ATACES y de los camaradas campesinos que también hablaban de Cuba y de socialismo. Y un día fuimos donde el Poeta Campesino, que se llamaba Manuel y que recitaba sus poemas largos y rurales. Por cierto luego me visitó en San Salvador y establecimos una cálida amistad. Ramón hoy vive en Canadá desafiando al frío con una finca salvadoreña.
Guillermo era un joven muy activo que después de bachillerato estudiaba Ingeniería en la UES, y fue el que nos involucró con el Movimiento Estudiantil Cristiano, MEC. Muchas veces me quede a dormir en su casa, que era posada también para muchos. En febrero de 1980 regresando de una actividad de la FUMEC en Panamá es detenido en la frontera y desaparecido. Guillermo siempre estaba invitando a actividades.
1974: AES y la marcha por la reducción del pasaje al transporte público
A principios del año 1974 se nos presentó en AES una coyuntura muy favorable como resultado de la decisión del gobierno de aumentar el pasaje al transporte público de 10 a 15 centavos. Esto generó un descontento generalizado. Y las reuniones se volvieron asambleas. Y a finales de febrero convocamos a una marcha en contra del aumento. La convocatoria fue para el Parque Cuscatlán. En ese año me había pasado a estudiar al Nuevo Liceo Centroamericano porque ya no me recibieron en el Cervantes por mis actividades “subversivas.”
Y para nuestra sorpresa fueron llegando grupos y grupos de estudiantes, del INSFRAMEN, de la ENCO, todo el Bachillerato en Artes, de los colegios del centro de San Salvador, incluso hasta de Mejicanos, Ciudad Delgado y Soyapango. Y realizamos una marcha como de cinco mil estudiantes que como un gigantesco gusano llegó al centro y primer se pasó al Ministerio de Economía y entró una comisión a reunirse, el ministro era y la marcha siguió hasta Educación donde entró otra comisión. Y se comprometieron a darnos carnets a los estudiantes para que pagáramos 10 centavos ¡Lo habíamos logrado! ¡El pueblo unido, jamás será vencido!
De esta coyuntura AES salió fortalecida con la incorporación de nuevos cuadros. Una nueva generación de líderes estudiantiles surgidos al fragor de esta batalla. Entre estos se encontraba Benito Lara , Mafalda, que venía del Instituto Obrero José Celestino Castro, Jorge Molina, el famoso Candelita, del Colegio David J. Guzmán; un fuerte contingente del Bachillerato en Artes incluyendo a líderes que después abrazaron el ERP y las FPL, como Oscar Arevalo y Denis Belloso .
La conducción de AES pasó a manos de Francisco Osorio, estudiante de teatro del Bachillerato en Artes, conocido como Bigote Chuco o Cicuta por su destreza en la ironía y sus comentarios ácidos, quizás aprendidos de sus maestros argentinos del grupo Once Al Sur. Los miembros del grupo de teatro Sol del Río 32: Saúl, Fidel, Leo Arguello, el Chele Fernando Umaña, Roberto Salinas. Y también Fernando Segura, teatrero pero no de los Soles. Llegaron Napoleón Rodríguez y Edgar Nuñez del Instituto José Manuel Arce. Llegaron Godofredo Echeverría y Francisco Astasio, músicos del bachillerato en Artes.
Llego Amilcar Estrada del Bachillerato Pedagógico, que luego fue un destacado agitador para el tiempo de la Coordinadora Revolucionaria de Masas y termino desaparecido. Llegó Darold Veliz del Colegio Simón Bolívar. Y su amigo Cesar, y las inseparables Maritsa y Blanca del Alberto Masferrer, la primera trigueña y la segunda casi albina, El Gordo Rodolfo “Fofo”, que después fue del MERS. Rodolfo Bazaglia, Víctor Ramos, Silvia “La Negra”, el Indio Rafael Aquino, también del Celestino. Toni Sosa del Liceo Cristiano, que después se integró al PRTC. Roberto Zepeda de Acción Cívica Militar. Víctor Quintanilla “Pucho” y Oscar “Media lata.”Víctor que también era teatrero y cantante, muere en 1980 en la toma por las LP-28 del local del PDC, habíamos ingresado juntos a la JCS.

Y desde entonces se asume el local de la FUSS, Avenida Cuscatlan No. 630, como local oficial de AES. Ahí vivíamos…nos reuníamos, hacíamos mantas, nos prestaban el mimeógrafo para imprimir nuestros boletines, nos quedábamos a dormir, fumábamos… Asistíamos a los cursos de marxismo que daba Raul Padilla Vela, me acuerdo de Roberto Salinas que era padillista; además ibamos religiosamente a las tomas de posesión de las juntas directivas de los sindicatos, en especial Benito Lara,en la antigua UTF o frente a la iglesia de Concepción, en el local del sindicato de Bebidas y Gaseosas. Y a veces hasta en la misma FUSS.

Nos habían prohibido hcer reuniones de base (cèlula) pero muchos ahi las hacíamos. Y conocimos y nos hicimos amigos de Matías, que se suponía era oreja pero muy fraternal, a Darío de los panificadores; a Constanza. Cristina Avilez, fallecida recientemente y diputada al PARLACEN, era la secretaria de la FUSS. Y estaban las costureras.Y frente a la FUSS el Comedor de la despues compañera Olimpia, y su hija Elida, que se casó luego con Candelita, y que en los ochenta a los dos los desaparecieron. Y ahi conocimos a Daniel Castaneda, que llegaba a visitar, era elegante.

Y cuando abrieron la UES a mediados de año también nos trasladamos como AES hacia los locales de la SECE con Julio Martínez, de la SECH con Toni Martínez, y del FAU, con Evelio Ruano, Roberto Ceballos, Gladis Méndez, Norma Guevara y luego llegó Carlos Ruiz.

Y durante ese año estuvimos en AGEUS ya que el presidente era Manuel Franco. El local de AGEUS quedaba la final de un pasillo que conduce a los laboratorios de Matemática. A veces conseguíamos vales para ir a almorzar en el Comedor Universitario. Las residencias estudiantiles ya habían desaparecido. El FAU tenía dos expresiones internas, evidentes pero negadas. El Ala –Cran, o sea los duros, los ortodoxos, que aglutinaban a Manuel Franco, Norma Guevara, Rolando Mata, y al que se incorporo por afinidad el Diablito Carlos Ruiz, en el 74, al regresar de la URSS. Y estaba el Ala Chevere, los fumadores y amantes de fiestas, los poetas donde estaba Abraham, Roberto Ceballos, el Chele Melcocha, Luis Castro (que sigue en la UES), etc. A estos últimos la dirección de la Jotace periódicamente los ponían a estudiar el útil folleto Contra el Liberalismo, del camarada Mao.

Una vez en AGEUS nos encontramos con Carlos Arias, del FUERSA, y era muy simpático, hiperactivo y ahí mismo sacó las tijeras para reclutarnos, nos estuvo enamorando, era muy atrevido, per amablemente le explicamos que nuestro corazón ya tenía dueño. Andaba sobre…buscando sangre joven para lo que se venía…

Un pasatiempo muy frecuente era la requisa de libros. La leyenda cuenta que fue Rogelio Cacerez el iniciador de esta tradición juvenil que se ejercitaba en las principales librerías del centro y de la cual no pude librarme, ya que fue luego fue aprendida por Guillermo Castro y elevada al rango de ciencia por los jóvenes de AES, en especial Jorge Molina, Darold Velis, y mi persona. Cada día como víctimas de una adicción incurable organizábamos safaris a las librerías Universal, San Pablo, incluso se rumoraba que ni el esmero de Domingo Santacruz para proteger las obras marxistas de la Librería Pablo Neruda resistió oso embates de esta tropa saqueadora de libros.

Al final nos ubicaron y ya no nos permitían ingresar, por lo que tuvimos que extender nuestras actividades hacia las librerías de las universidades entonces existentes, aunque aquí era más riesgoso porque revisaban a la salida. “Joven, levántese la camisa.” Incluso reclutamos a Mauricio Lizama, un estudiante del David J. Guzmán, de anteojos, de barba y de hablar acatarrado, que luego fue el líder máximo del MERS.

Luego de esta coyuntura nos invitaron a una reunión en Suchitoto, era para crear el Frente de Acción Popular Unificada, FAPU. Fuimos con compañeros de la FUSS. Era muy interesante. Estaban sacerdotes coordinando la reunión, estaba Chencho y su hermano Higinio Alas, y creo que también Tilo Sánchez, pero estaban vestidos de civil, no ensabanados. Y con un lenguaje radical. Venían de vivir o estaban viviendo la experiencia de enfrentarse junto con comunidades campesinas de Chalatenango a la inundación de sus propiedades para construir el lago artificial Cerrón Grande.

Primera vez que presenciábamos a curas progresistas en el movimiento popular y esto nos animaba mucho, en especial a los que en la JC estaban vinculados al MEC. Luego las reuniones fueron en la Basílica, creo que el cura de la iglesia era Monseñor Ricardo Urioste. Ya para el 1 de mayo del 1974 participó el FAPU, el primer FAPU que fue unitario, porque luego la Resistencia Nacional lo asumió como su frente de masas.

A finales del 73 Ramón Portillo me había entregado los estatutos de la Juventud Comunista para que los estudiara, “hay me decís si tenés alguna pregunta…” y me había hablado del Partido. Pero fue hasta mediados del 74 que Guillermo Castro me informó que nos iban a juramentar. El acto iba a tener lugar en la sacristía de la Iglesia de la Col. Santa Lucía. Llegó y me encuentro con Guillermo, Rogelio, que supongo militaban en la misma célula y el que nos iba a bautizar era un personaje salido de la clandestinidad, hijo nos contaban del mismísimo Miguel Mármol, era Guillermo Ramirios.

Hablaba, habla pausadamente y con voz modulada, y con mucha seguridad nos impuso el compromiso de luchar por el socialismo y defender los intereses de la clase obrera a Víctor Quintanilla, a Oscar y a mi persona. Éramos ya militantes de la Juventud Comunista. Asumo el pseudónimo de Renato por el Discurso del Método de Descartes. Era ya la segunda organización política a la que ingresaba: PSP y luego PCS.
Me enviaron a una célula de calle (había también de empresas) que estaba ubicada en Ciudad Delgado. El responsable se llamaba Luis García y era de una familia de sastres comunistas comenzando por su papá que era a la vez síndico de la alcaldía municipal por el UDN. Y el local de este partido se convirtió en nuestro lugar para reuniones ya que estaba ubicada frente a la farmacia La Salud, en plena calle Juan Bertis.

En la célula militaba también Carlos García, y Reyes Martínez, conocido luego en las FAL como Raiponi. Eran los miembros locales. Los García vivían en un hoyo cerca de la Escuela Juana López. Y eran sastres por lo que estudiaban en la noche. No fumaban ni tomaban. Pero doy testimonio que Luís – bajo de estatura, moreno, pelo liso y con anteojos culo de botella- era un gran bailarín de rock and roll. Me han contado que a Luís para la guerra lo desaparecieron mientras que a Carlos lo vi en los ochenta con las FAL en el Volcán. Y en un principio estuvo Carlos Luna, también sastre, del FAU, que vivía en Paleca, que después cayó combatiendo en las FAL, creo como Capitán Alex.

En aquellos tiempos tempestuosos había un inmenso esfuerzo por adquirir una cultura general y una formación política marxista sólida, y los diversos frentes universitarios y sociedades estudiantiles publicaban en grandes tirajes las obras principales del pensamiento marxista así como de la teoría de la dependencia.
En ese periodo leí mucho a Lenin. Había compañeros que iban a México a traer literatura revolucionaria marxista. Me devore El Estado y la Revolución, Tres fuentes y tres partes integrantes del marxismo, La enfermedad infantil del izquierdismo en el comunismo,. El imperialismo, fase superior del capitalismo, Dos tácticas de la socialdemocracia en la revolución democrática, las tesis de Abril, Cartas desde lejos, etc., etc. Y naturalmente Locs Conceptos elementales del Materialismo Histórico de la chilena Marta Harnecker, que era libro de cabecera. Ah y hay que agregar Acerca de la Contradicción del Presidente Mao, el amado por los camaradas.

Había un inusitado renacimiento cultural que luego desapareció y que se expresaba en la proliferación como hongos luego de una tormenta de grupos musicales y de teatro. Estaba en un inicio Mahu-Cutah, luego la banda Tepehuani, el Sol del Río 32, el grupo experimental de teatro, TEC., etc. En 1974 AGEUS presidida por Manuel Franco, que estudiaba simultáneamente derecho y relaciones Internacionales y vivía en San Jacinto, organizó el 1er. Festival Latinoamericano de Teatro y vinieron grupos de Guatemala, Costa Rica y de Colombia, incluyendo a La Candelaria, que presentó Ciudad Dorada, la historia de una familia campesina que emigra a la ciudad. Cada día del festival circuló un boletín de noticias muy bien elaborado, artístico. Ojala se conserven copias. También estuvo para esa época el grupo musical argentino Quinteto Tiempo. Se imaginan el Auditórium de Derecho repleto y escuchando:
“Por qué me preguntas compañera ¿Donde fue mi sangre si lo sabes?
Una sola esperanza nos decía adelante adelaaaaaaaaante!
Fue por vos mujer por nuestros sueños que cayó a mi pecho el estandarte
una sola esperanza Nos deciiiiiiiia adelante adelaaaaaaaante!
Pero ellos triunfaron sin pena ni gloria el sable silencia y huye a las sombras
del rio coral que inundó las calles su gloria llamaba dicieeeeeeeeeeeendo adelante adelaaaaaaaaaante! Dame tu ternura en estos dias que la calma huele a tempestades
si la lucha es larga si la lucha es larga el río está llamando y
sieeeeeeeempre adelante adelaaaaaaaaaante…
(RECITADO) ADELANTE COMPAÑERA SALGAMOS A LAS CALLES, NO NOS DETENGAMOS Y HAGAMOS QUE ESTO ANDE… Adelante Adelante Adelante Adelante…”

Me estremezco al recordar, eso nos daba una fuerza inmensa para entregar nuestras vidas. Y al final las entregamos, unos podemos contarlo y otros nos dejaron. También estuvo de moda: te recuerdo Amanda, la calle mojada…la cantaba tanto que estuve a punto de perder mí nombre oficial de El Chileno por el de Calle Mojada.

El teatro estaba en auge tanto que junto con Toni Sosa, que nos conocíamos desde pequeños ya que vivimos un tiempo en el mismo edificio D de la Colonia Atlacatl, nos integramos a las clases del teatro Universitario dirigido por el Maestro Edmundo Barbero. Los ensayos eran donde esta hoy la Escuela de Relaciones Internacionales. El nos platicaba de la España del Año 36 y como tuvo que exilarse. Era un republicano español al que admirábamos mucho por su consecuencia, por sus principios.

Olvidaba mencionar a Chile. El golpe contra Allende del 11 de septiembre de 1973 nos golpeó fuertemente. En el primer aniversario en 1974, salimos en manifestación para denunciar a los militares traidores y hablábamos de Chile pero pensábamos en El Salvador. La solidaridad con Chile fue mi segunda escuela de cariño hacia un pueblo en lucha, antes había sido por Vietnam. Incluso desde entonces la música chilena se impuso como el estilo dominante de las agrupaciones musicales progresistas. Y desde entonces cantamos como himno oficial de la izquierda salvadoreña: “De pie cantar que el pueblo va triunfar, avanzan ya canciones de unidad, y tu mujer vendrás junto a mí, y en tu cantar mil voces de combate se alzaran, dirán canción de libertad…”

En esa marcha del primer aniversario, que por cierto salió en la portada del primer número de Voz Popular, me acuerdo que marchamos desde el Parque Cuscatlan por la calle Arce, y a la altura del edificio de ANTEL, un vigilante disparó e hirió en una oreja a Víctor Quintanilla.No fue de gravedad y continuamos la marcha hacia el Parque Libertad donde realizamos un mitin de solidaridad con el pueblo chileno.

En AES la Junta Directiva se había modificado en 1974: Roberto Osorio era el secretario general, Tito Bazán, el de organización, yo seguí un tiempo en Conflictos y luego pase a Organización, Darold en propaganda, Benito en Finanzas, Amílcar Estrada en Educación, Jorge Molina en Relaciones. Estaban también del Celestino Castro pero he olvidado sus nombres. Y en 1975 se vuelve a modificar. Tito Bazán asume como secretario general, Roberto Pineda como secretario de organización, Jorge Molina de Conflictos, Víctor Ramos, de educación, Jorge Montalvo(a) Pato Baleado, de Cultura, Benito Lara, Finanzas. Hay ya una fuerte presencia del Celestino Castro.

Como AES marchamos el 1 de mayo de 1974. Incluso unos días antes fui capturado junto con otros compañeros porque habíamos tapizado de invitaciones a la marcha el Palacio Nacional. Fue una marcha convocada por FUSS, FESTIAVTCES y FENASTRAS.
En agosto del 74 experimente mi primer asesinato político. Se trataba de un joven sindicalista y militante del PCS, originario de Apopa, Jorge Alberto Moran Cornejo. Lo asesinaron en el arenal del río Acelhuate a una cuadra y media al sur del local de la FUSS, donde lo velamos y de donde salimos a enterrarlo al cementerio. Esa misma semana realizamos un reparto a medianoche en la Colonia Santa Lucía de un manifiesto del PCS condenando este asesinato.

A finales del 74 y principios del 75 AES dejó de ser la tienda común de las diversas expresiones de la izquierda en secundaria. Los primeros en irse fueron los del ERP y constituyeron el Frente Revolucionario de Estudiantes Luís Moreno, el FRELM. Luego se fueron los de la FPL para formar el Movimiento de Estudiantes Revolucionario de secundaria, MERS. Y la última escisión fue a finales del 75 con la salida de Darold Velis, Toni Sosa y Cesar que trabajaban ya con la Liga para la Liberación, núcleo abierto de lo que después fue el PRTC. Luego la RN crea ARDES.
De estas diversas expresiones organizativas que reflejaban diversos núcleos ideológicos, es el MERS, el que tiene un desarrollo extraordinario tanto en cantidad como en calidad, o sea en presencia territorial y en despliegue de creatividad y espíritu combativo. Su vinculación con el Bloque Popular Revolucionario y en particular con ANDES 21 de Junio, les permitió crecer y desarrollarse en todo el país. Sus núcleos básicos estaban en el Instituto Damián Villacorta de Santa Tecla y en el Instituto de San Sebastián, en San Vicente.
La lucha ideológica a partir de finales de 1974 fue intensa. Estaba en el equipo de “los revis” y los del PCS y JCS éramos acusados de electoreros y reformistas mientras a las otras fuerzas de izquierda (FPL, ERP, RN y PRTC) las acusábamos de “los ultras”: hegemonistas y aventureros pequeño burgueses. Durante un periodo se publico en nuestro semanario Voz Popular, que vendíamos religiosamente tipo Testigos de Jehová, Nuestra Polémica con la Ultra Izquierda, escrito me imagino por Schafik. Y por otra parte, en El Rebelde y Por la Causa Proletaria, nos llovían puteadas. Al final fue de este licuado cinco años después que surgió el FMLN.

Me acuerdo que estudiábamos bastante para poder debatir y defender nuestra línea política…pero a veces nos superaban. El caso de Darold fue ejemplar. Con el Evangelio según Lenin (el Que hacer?) en determinado momento nos acusó de reformistas, siendo miembro de la Comisión Nacional de Secundaria de la JCS. Con Tito Bazán y mi persona, nos ganó la discusión. Y llegó Lito Aguiñada al rescate, y nos ganó la discusión. Llegó José Luís Merino al rescate, y nos ganó la discusión. Y tuvo que llegar al cuarto round, el mismísimo Emilio (Schafik)- por cierto a reunión fue en mi casa en la Col. Atlacatl- y tampoco pudo rebatirle. A las semanas nos abandonó orgánicamente porque ideológicamente lo había hecho mucho antes. Algunos años después me lo encontré en una casa de seguridad, y le pregunte: ¿qué ondas? ¿Qué andas haciendo? A reunión. Reunión de la Comandancia General con Marcial y Simón incluidos.

Nosotros en AES seguimos creciendo, incluso llegamos a tener presencia en doce departamentos e impulsamos importantes huelgas estudiantiles en los institutos nacionales de Aguilares, Quezaltepeque. Nosotros teníamos base en el IBNSAFRAMEN, INSA, el Isidro Menéndez de San Miguel. Y en especial en Chalchuapa, Santa Ana y san Miguel , donde había JC y AES.

En 1975 conmemoramos “el 28 de marzo” el 45 aniversario de fundación del PCS. Hicimos pegas de un póster alusivo al aniversario. Y fui seleccionado por mi célula de la Jotace para participar en un acto solemne y clandestino que se desarrolló en la Colonia La Esperanza, con la presencia como invitada de honor de Rosita Castellanos, una camarada tica muy elegante que fue la esposa de Raúl Castellanos Figueroa, dirigente histórico del PCS que murió en Moscú en octubre de 1970. En la Mesa de Honor y como oradores estaban Emilio (Schafik Handal) Camilo (Dagoberto Gutiérrez) y Rosita. Y creo que también Miguelito Mármol, Daniel Castaneda y . El discurso de Schafik, al que llamábamos El Chafo, fue memorable, muy documentado.
Y como AES participamos en la marcha del 1 de mayo, que de nuevo salió del Reloj de Flores. Tengo entonces 16 años. Fue una marcha dedicada al triunfo del pueblo vietnamita y a su victoria y a la lucha de las trabajadoras en huelga de Texas Instruments. En el sector de la Juventud se adoptó el estilo universitario de detenerse, dejar que la marcha avanzara y luego salir corriendo gritando UUUUUUUUUU!

Seguimos como AES en la FUSS donde habitaban pintorescos personajes. Como Miguelito Cea, viejito enojado, fumador, alcohólico frustrado. Se dedicaba a empastar libros y había estado en la URSS, en la RPCh y exilado en la Argentina a principios de los años 50. Nos hablaba mucho sobre Europa y los sindicatos soviéticos. Como Raúl Padilla Vela, profesor de física en colegios de secundaria, conocedor y divulgador del marxismo en diversas generaciones de obreros. Padilla Vela tenía un club de fans, en su mayoría jóvenes, que se llamaba Círculo de Estudios Francisco Gavidia, entre los que estaban jóvenes de la JOS y Roberto salinas, del Bachillerato en Artes.

Como Chamba, que era mongolito pero publicaba un periódico mensual llamado La Semilla. Como Matías, simpático y amigable, que era el secretario general del Sindicato de Empleados Particulares, del cual se sospechaba públicamente que era “oreja” pero manejaba con destreza la línea política partidaria. Y muchos llegaban a preguntarle por el famoso “informe político.”Víctor (a) Dientefrío, el Conserje, que nos acompañaba en las desveladas antes de las marchas. Y que fue desaparecido en San Marcos. Como el Gordo Constanza, especialista in fieri de derecho sindical. Y compartíamos espacio con la Juventud Obrera Salvadoreña, dirigida por José Luís Merino, quien había regresado el 74 de la Escuela de Cuadros del PCUS, y creo que al regresar Chepe Luis le tocó el turno a Lito Aguiñada.

El 30 de julio de 1975

A finales de julio nos enteramos que el ejército había reprimido a los universitarios en Santa Ana, que en el marco de las fiestas patronales habían organizado un desfile bufo, incluso habían violentado la autonomía universitaria. Eran nuestros compañeros del FAU conducidos por El Cacho o sea Salvador Cárcamo.
El día siguiente nos convocaron como AES para una reunión por la tarde en el local de la Orquesta Filarmónica para consensuar una respuesta unificada. Por el FAU llegó Roberto “Esquizofrenia” y por AES mi persona. Estaba también compañeros de UR-19 y de FUERZA que habían ganado AGEUS; y de la Liga para la Liberación. El acuerdo básico fue convocar para una marcha el próximo miércoles 30 de julio conducida por AGEUS, de la UES hacia la Plaza Libertad para denunciar la intervención militar en el CUO. Cada quien se llevo el acuerdo para su respectiva organización. Por cierto era una época de intensa pugna política por la conducción del movimiento popular. Como AES nos reunimos el lunes para planificar nuestra participación en la marcha. A esta altura era ya el encargado de Organización de AES.

Ese miércoles me levante temprano y me dirigí hacia la Universidad, estuve ahí hasta cerca de las 11 de la mañana cuando salí para ir al Tercer Ciclo, que quedaba a la par de la U, arriba de Derecho. En cada local de las organizaciones estudiantiles había una actividad febril de impresión de boletines y elaboración de mantas condenando la intervención militar en el CUO. Al llegar al tercer Ciclo entre y busque a mi contacto, el presidente del Concejo de Alumnos, de nombre Rafael …. Lo ubique y empezamos a ir de salón en salón agitando para que salieran, logramos sacar un buen contingente y lo llevamos para el auditórium de Derecho.
Estaban bastante entretenidos porque en el auditórium había ensayo de la Danza Universitaria y el ensayo se convirtió en presentación. A mediodía hubo que comer churritos y los que podían gaseosa. Pero había mucho movimiento. Gente que iba y venía. Como a las 2 y media empezamos a movernos para el portón del IVU. La marcha la encabezaba AGEUS. Como AES íbamos en medio, después del FAU que iba después del UR-19, que por cierto a la salida hubo un conato de pelea. Salimos, el cielo estaba nublado con amenaza de tormenta. Al pasar por la Embajada gringa les dimos los respectivos saludos: ¿Qué le pasó a Superman? Le dieron verga en el Vietnam! Y ¡UUUUUUUUU!

Luego de la Embajada empezó una lluvia fina que refrescaba y empezaron a circular rumores que adelante estaban los animales. Nos pusimos nerviosos pero seguimos caminando, lo que si con nuestra manta de AES decidimos adelantarnos y nos fuimos detrás de la manta de AGEUS. Al llegar ya cerca del triangulo del paso a desnivel pudimos distinguir claramente las tanquetas. La autodefensa comenzó a funcionar. Y se inició la balacera.

Unos compañeros se tiraban por el paso a desnivel, otros corrían hacia la Tutunichapa, y en mi caso, decidí correr hacia el Central de Señoritas, pero luego al ver tropa del ejército en ese lado regrese y me salte el muro del Seguro. Unas enfermeras estaban ayudando a los que caíamos al otro lado y nos ingresaron al edifico, subimos al sexto piso. Estaban conmigo Francisco Osorio y Benito Lara. Pasamos como media hora y luego salimos con medicinas que nos regalaron para fingir que éramos pacientes.

Al salir vimos sangre en las calles. Nos fuimos caminando hacia la FUSS. Ahí nos estábamos reagrupando sin haberlo planificado. Empezamos a ver quienes faltaban. No estaba Candelita. Fuimos a buscarlo, y ya estaba en su casa. Faltaba Amílcar. Fimos a buscarlo. No estaba en su casa pero había llamado que estaba bien. Hasta el siguiente día nos enteramos que había caído Roberto Miranda, estudiante de arquitectura y militante de la JCS. Asimismo habían capturado a Efraín Mejía del Celestino Castro.

Nelson Domínguez: “ detrás de los cipotes del triciclo que iban adelante de la manifestacion íbamos los del inframen que también llegaron a sacarnos los compás de la u cuando aparecieron las tanquetas sobre la 25 de sur a norte yo logre meterme a uno de los chalets que estaban frente a la policlinica y me heche todo el rollo de una soberana taleguiada que les metieron unos gorilas a unas compas y me recuerdo de un compañero que andaba con un perro a ese compa lo masacraron los gorilas creo que eran de la primera brigada…”

Luego nos fuimos para la U, al local del FAU y ahí supimos que el siguiente día iba a ver una manifestación de mujeres, de luto por los caídos. Esta marcha concluyó en la Plaza Gerardo Barrios y al llegar ¡Catedral había sido tomada! Había integrantes de todas las fuerzas e izquierda. Por el FAU creo que estaba Antonio Martínez, que era estudiante de Sociología y el presidente de la SECH. Nos quedamos ahí. Llevamos aparatos de sonido y comenzó una inmensa jornada de educación y movilización popular.
Había una manta gigantesca que decía: GOBIERNO ASESINO. Había tribuna abierta y los integrantes de las diversas organizaciones populares se turnaban para dar sus mensajes. Fue una semana agitadísima. Como AES nos trasladamos afuera de Catedral. Ahí nos reuníamos y desde ahí activábamos. Hacíamos colectas populares y pedíamos sprays en las ventas de pintura para hacer pintas. La gente estaba en la calle y exigía juicio y castigo para los criminales, para el presidente Molina y el ministro de justicia Romero. ..
Continuara…

Brasil: Mensaje de las calles

Las manifestaciones en las calles del Brasil traen de cabeza a los analistas y cientistas políticos. Dirigentes partidarios y líderes políticos se preguntan perplejos: ¿quién lidera ese movimiento si nosotros no estamos en él?

Recuerdo cuando dejé la cárcel a fines de 1973. Al entrar en ella, cuatro años antes, predominaba el movimiento estudiantil en la contestación a la dictadura. Al salir encontré un movimiento social comunidades eclesiales de base, oposición sindical, grupos de madres, lucha contra la carestía que me sorprendió. Desde lo alto de mi vanguardismo elitista me hice la pregunta: ¿cómo es posible si nosotros los líderes estábamos encarcelados?

Con esa misma perplejidad encaró Marx la Comuna de París en 1871; la izquierda francesa el Mayo de 1968; y la izquierda mundial la caída del muro de Berlín y la desintegración de la Unión Soviética en 1989.

“La vida sobrepasa a la idea”, decía mi hermano de hábito santo Tomás de Aquino en el siglo 13. Ahora aquí, en el Brasil, todos los liderazgos políticos encaran confusos y despechados las recientes manifestaciones de la calle. Con el mismo interrogante envidioso con que la izquierda histórica del Brasil miró el surgimiento del PT en 1980: ¿qué historia es ésa de que ahora los proletarios quieren ser la vanguardia del proletariado?

Históricamente éramos los líderes de la izquierda brasileña hombres oriundos de la clase media (Astrogildo Pereira, Mario Aves y João Amazonas), de los círculos militares (Prestes, Gregorio Bezerra, Apolonio de Carvalho) y de la intelectualidad (Gorender y Cayo Prado Junior). Marighella fue uno de los pocos líderes de las clases populares.

El mensaje de las calles es sencillo: nuestros gobiernos se alejaron de la base social. Para usar una categoría marxista, la sociedad política se divorció de la sociedad civil, peligro al que ya aludí en el libro “La mosca azul. Reflexión sobre el poder”, en el año 2005.

La sociedad política ejecutivo, legislativo y judicial se convenció de que representaba de hecho al pueblo brasileño y mantenía bajo control a los movimientos representativos de la sociedad civil, como sucede hoy con la UNE y la CUT.

No sólo de pan vive el hombre, indicó Jesús. Aunque diez años de gobierno del PT hayan mejorado las condiciones sociales y económicas del país, el pueblo no vio saciada su hambre de belleza (educación, cultura y participación política).

El gobierno del PT optó por una gobernabilidad asegurada por el Congreso Nacional, en el que todavía perduran los “300 pícaros” denunciados por Lula. Se despreció la gobernabilidad apoyada en los movimientos sociales, como hizo Evo Morales, con éxito, en Bolivia.

De ese modo nuestro gobierno poco a poco perdió los anillos para conservar los dedos. Creyó que todo permanecería como antes en el cuartel de Abrantes. Sea porque la oposición está deteriorada por sus propios pleitos internos, sea porque considera a Eduardo Campos y a Marina Silva meros instrumentos de ensayo.

Lo que ni la Abin (ojos y oídos secretos del gobierno) previó fue el súbito tsunami popular invadiendo las calles del país en pleno período de la Copa de Confederaciones, cuando se esperaba que todos estuvieran con su atención puesta en los juegos.

Ahora el gobierno inventa el discurso de que sin partidos no hay política ni democracia. Pero basta con una hora de clase de enseñanza media para aprender que la democracia nació en Grecia muchos siglos antes de la era cristiana y mucho antes aún de la aparición de los partidos políticos.

Hoy la mayoría de los partidos niega la democracia al impedir un gobierno del pueblo con el pueblo. No basta con pretender gobernar para el pueblo y ya considerarse demócrata. El pueblo en las calles exige nuevos mecanismos de participación democrática, mientras manifiesta su desconfianza en los partidos. Éstos están obligados a renovar sus métodos políticos o serán atropellados por la sociedad civil.

He ahí el mensaje de las calles: democracia participativa, no sólo delegativa, o sea gobierno del pueblo con el pueblo y para el pueblo. Eso no es utopía, desde que no se considere modelo perpetuo el pluripartidismo y se admita que el régimen democrático puede y debe generar nuevos estilos de participación popular en las esferas del poder.

Pronunciamiento No. 2 del Movimiento NO a la Privatización de la UES

¡POR UN 30 DE JULIO EN DEFENSA DE LA AUTONOMIA UNIVERSITARIA! ¡NO A LA PRIVATIZACION DE LA UES! A la comunidad universitaria y pueblo salvadoreño: El pasado mes de mayo nuestro Movimiento NO a la Privatización de la Universidad de El Salvador, ante la amenaza de incluir a la UES en la Ley de Asocios Público Privado, hizo un llamado a la Comunidad Universitaria PARA MOVILIZARSE que fue atendido y que incluyó una combativa y significativa marcha hacia la Asamblea Legislativa.

Pudimos juntos y abandonando diferencias, detener esta amenaza externa y lograr eliminar de esa nefasta ley la inclusión de nuestra Alma Máter. Pero la tarea no ha concluido. El enemigo privatizador sigue actuando porque vivimos en un mundo y en una sociedad capitalista en donde la educación es vista como una mercancía. Y la UES esta en la mira.

En los últimos veinte años nuestra Universidad ha estado sometida a un peligroso proceso de dispersión ideológica y de debilitamiento del pensamiento y la organización de izquierda, que ha permitido el desarrollo de diversas expresiones de privatización, como la concesión de servicios, que desde las facultades y desde las mismas autoridades centrales amenazan la autonomía universitaria, fomentan la corrupción y justifican un presupuesto insuficiente.

El tomar conciencia de esta realidad de avance de la derecha en la UES, demanda una visión crítica de nuestra pasividad, y la exigencia de denunciar y exigir que se respete el carácter público de nuestra Universidad, así como de reivindicar su rol histórico de conciencia social y de acompañamiento a las luchas populares..

La tendencia privatizadora que debemos denunciar y combatir se expresa en la actualidad tanto en el área de la visión filosófica como en lo académico y lo administrativo. Exponemos a continuación algunas de sus manifestaciones.

A nivel filosófico:

1. En el planteamiento curricular, herencia de las diversas intervenciones militares, que privilegia el libre mercado y que prepara empleados calificados y obedientes al servicio del capital nacional y de las corporaciones transnacionales.
2. En la visión mercantilista y elitista de la educación, que promueve la venta de servicios y la lógica empresarial como los pilares básicos de su quehacer educativo, liberando al Estado de su responsabilidad constitucional.
3. En el fomento del emprendedurismo como la “estrategia” para alcanzar el desarrollo nacional y lograr un empleo adecuado. La visión es convertir a los profesionales en “exitosos” empresarios neoliberales.
4. El mismo proceso de selección para ingresar a la UES es un proceso viciado y elitista, orientado a descalificar a miles de estudiantes, lo que niega su carácter público y refleja una institución discriminatoria y sesgada.

A nivel académico y de proyección:

1. En la Facultad de CCHH se implementa desde hace algunos años un lucrativo “negocio” de clases de inglés para sectores populares, que debería de ser parte de la extensión universitaria. Y este “ejemplo” se esta ya implementando en las multidisciplinarias.
2. Los programas de maestría y doctorado se realizan desde la modalidad de “autofinanciables” Esto significa que no están contemplados en los presupuestos de las facultades, se cobran altas cuotas y sus docentes son horas clase y víctimas de la flexibilización laboral.
3. El Equipo de Fútbol se conduce desde una visión mercantilista y elitista, y con el “desinteresado” patrocinio de Canal 4 de TCS y otras empresas. Y aunque cuenta con una inversión millonaria no tiene un solo estudiante universitario entre sus integrantes.
4. La sospechosa entrega propuesta por la Facultad de Agronomía de un Doctorado Honoris Causa al Embajador de Corea del Sur.
5. El elitista programa de Jóvenes Talentos y sus millonarios recursos en una Universidad con un presupuesto exiguo.

A nivel administrativo:

1. En el esfuerzo por favorecer los intereses de las grandes cadenas de comida rápida como el Biggest, por encima del Comedor Universitario y de las ventas de comida populares.
2. En el esfuerzo por favorecer agencias privadas de seguridad por encima de fortalecer la Seguridad institucional, como en el caso de la Facultad de Ingeniería y Arquitectura.
3. En el esfuerzo por favorecer agencias de limpieza privadas sobre esta función administrativa institucional, como ha sido propuesto por las facultades de Agronomía y Ciencias naturales y Matemática.
4. El reciente incremento del cobro del parqueo para el sector estudiantil y para particulares.
5. Nos preocupa que al final la administración de los Portones sea entregada a manos “privadas” para su administración y rechazamos que alegando problemas de “delincuencia” se este cerrando las puertas a los sectores populares. Pretenden las Autoridades Centrales convertir a la UES en una gran fábrica, cerrada, callada y vigilada. Solo faltan los grilletes.

Frente a esta situación, como Movimiento NO a la Privatización de la UES hemos iniciado una campaña educativa con mantas en las facultades, y expresamos públicamente nuestra decisión inquebrantable de defender el carácter público de nuestra Universidad, y de luchar contra aquellos y aquellas que pretenden convertir a nuestra gloriosa Alma Máter en una universidad domesticada y al servicio del capital nacional e internacional. Es por estas razones que te exhortamos a convertir este 30 de Julio en una Jornada Universitaria contra la Privatización. ¡Por un verdadero cogobierno estudiantil!

CES SETUES MRDUES APTUES MPTIES MOTUES
Ciudad Universitaria, 4 de

Ingredients for a movement that can transform our country

June 28 2013 I have written before that the people’s movement that is now emerging doesn’t yet possess the transformative power of the movement of the 1930s. That movement set in motion an era of broad, deep-going, democratic, anti-corporate restructuring of our political and economic institutions – and also changed the thinking of tens of milliions.

But what today’s movement does possess is the potential to develop in that direction. All of which begs the question:

How do we accelerate this transition from a movement with transformative potential to a movement with transformative power and capacity?

Here are a few thoughts:

  • Contrary to what some on the left think, the starting point of transformative politics isn’t political desires and wish list, but a sober and concrete assessment of the balance of class and social forces on the ground, not least of which is the political consciousness of the majority of working-class people and what they are ready to fight for.

And by this measure, a movement with transformative hopes must be up to its ears in the struggle for jobs, a higher minimum wage, immigration reform, gun control, infrastructure renewal, abortion rights, protecting the climate, preserving earned-benefit programs, marriage equality, voting rights, saving public education, reversing the sequester, winning a federal budget favoring people’s needs, cutting the military budget, and many more issues at the federal, state and local level.

It should also be an energetic part of the struggle to give the Republican Party a licking in next year’s congressional elections. Defeating right-wing extremist candidates is the key link in moving the whole chain of struggle forward. It will take an expansive coalition of voters, including independents, centrists and even some moderate Republicans.

Far from a diversion, these democratic struggles to protect, extend and deepen political, economic and social reforms and change the balance of forces in our nation’s capital and beyond are the incubator of a movement that possesses the necessary unity, understanding and capacity to effect more basic changes, which I will come back to below.

I realize that many people feel frustrated with the Democratic Party. Who doesn’t?

In the past 30 years the top layers of the Democratic Party have not fundamentally resisted the main direction of neoliberalism – that is, the supremacy of capitalist markets, deregulation, financialization, the pruning of government’s role, and an economics that redistributes wealth upward.

In fact, at many important turning points, Democratic Party leaders have brokered deals and greased the skids for neoliberal policies.

It was Bill Clinton who campaigned for NAFTA, squeezed the heart out of the safety net welfare program, lobbied hard for bank deregulation, and famously said, “The era of big government is over.”

At the same time, the Democratic Party has been a necessary, albeit inconsistent, component (at this stage of struggle) of the broad “small d” democratic coalition blocking the imposition of some of the worst features of the extreme right’s agenda, not to mention its more ambitious effort to gain unchallenged dominance over the federal government, thereby enabling the right to impose an authoritarian and austere form of capitalism on the American people.

Moreover, since 2008 the Obama administration has advanced many positive reform initiatives which the movement would be foolish not to welcome and support – the latest of which is the administration’s new efforts to curb carbon emissions.

Finally, the mass base of the Democratic Party includes major sections of the people’s movement and a substantial layer of progressive elected representatives who, while not completely happy with the centrist positions of its top leaders, are still not ready to bid goodbye and join a new political/electoral party.

In these circumstances, it would be foolhardy to refuse in advance to cooperate with the Democratic Party as a whole or sections of it under any conditions. That would be a prescription for marginalization.

Nor would it bring the movement any closer to building a new political vehicle that consistently speaks for a broad array of people and organizations who feel the crushing weight of the corporate class and its political sponsors. In fact, it would move its realization further away.

  • Vital to building a transformative movement is an understanding of which social forces have to be brought together for progressive and radical change. Not any kind of movement can make fundamental change; it takes more than the left, more than progressives, more than radicalized youth. A transformative movement will only materialize to the extent that it is able to attract the working class and its organized sector, people of color, women and youth into its center.

New movements like Occupy can have a dramatic impact on the political discourse of the country and stimulate a surge of activity, but to see them as the hub of a broader movement with progressive and radical aspirations, as some did, betrays any understanding of the power relationships in capitalist society.

  • A commitment to participate in every arena of struggle, flexible tactics, a readiness to employ various forms of struggle, and robust use of social media are imperative. The allergy that some on the left display toward electoral forms of struggle – sometimes dismissively called “electoralism” – is wrongheaded. As I see it, a movement that entertains transformative objectives will leave a larger and larger and increasingly independent electoral footprint on the political landscape going forward.
  • A constant struggle for unity in all its forms is an overriding task. At its core is the fight against racism, male supremacy, nativism, homophobia and other forms of inequality and oppression.

The search for common ground and a common program of action is not at loggerheads with the fight for equality. In fact, the common ground will be wider, deeper and more durable to the degree that the broader movement vigorously fights for equality in all its forms.

In recent decades vast political, economic, social and demographic transformations have occurred, but the fight for full racial equality retains its overarching importance. And white people and white workers in their own interests should be in the middle of this fight.

  • The revitalization of the movement’s own political and organizational capacities to reach, mobilize, and unite millions is an essential part of the mix. For a number of years people’s organizations and the left – all of which are too small and not yet fully attuned to the times in which we live (and I include the Communist Party here) – have been exploring new ways of thinking and organizing in order to expand their size, influence, and power. Some successes have been achieved no doubt, but this process of renewal and growth has a still considerable distance to go.
  • A vision of deep-going democratization (radical reforms) of our economic and political institutions has to be combined with small bore reform struggles. In this era of economic stagnation, multiple crises and shrinking democracy, the reforms applied in the post-World-War-II period no longer suffice. What is needed is a program that breathes new life into our democracy and challenges the logic, profits, prerogatives and growth imperative of corporate capitalism. Among other things, some public ownership is in order at the level of the commanding heights of economy (for example, the financial sector) and an expansion of worker/locally owned and operated businesses.
  • A willingness to challenge the harmful growth of the coercive powers of the state and the military-industrial complex with its far-flung network of bases, both of which are rationalized in the name of fighting the “war on terror,” can’t be sidestepped.
  • Transforming the economy along sustainable lines and make the world a habitable for human beings and other species is an existential imperative. In the words of the notable climate scientist James Hansen, we are facing a “planetary emergency.”
  • “Keep Hope Alive.” The three-decades-old neoliberal corporate offensive, ramrodded first of all by right-wing extremism, galvanized resistance. But it also crushed the hopes of countless numbers of people in the possibility of social change. Thus a task of a movement with transformative desires is to articulate a compelling and hopeful narrative that convinces millions that collective avenues of action will bring changes for the better in their everyday lives.

The above is not meant to be exhaustive, but only to outline in broad strokes some directions that the people’s movement should consider in order to qualitatively ramp up its transformative power and capacity. I’m sure readers of People’s World have other ideas on this subject that merit close consideration as well. So let’s compare notes and in the meantime continue to fight the good fight.

The left needs to stop self-marginalizing

For too long the left has not been a major player on our political scene. It hasn’t been sitting on its hands, but it can’t claim the same political authority that the left commanded in earlier periods of the last century, which not coincidentally were marked by major social advances.

But that could well change in the coming decade. The left has the opportunity in the coming years to move from the margins into the mainstream of political life, to leave its distinctive stamp on the nation’s politics.

I say this because the socio-political environment is changing in left-friendly ways.

The era of relative capitalist stability and broadly shared prosperity is long behind us. Slow growth, stagnation, growing inequality, and multiple and interlocking crises – some global in scope – have become the main markers of capitalist development.

The thinking of substantial sections of the American people is changing. While these changes go in contradictory directions, one current runs in a democratic, progressive and even radical direction on a range of issues from marriage equality to taxing the rich to cutting the military budget to climate change to socialism.

The labor movement, facing a crisis of survival, is renewing and renovating itself. While the process is uneven and its outcome uncertain, labor’s new directions are already blowing fresh winds into the working class and democratic struggles.

New alliances on the people’s side of class and democratic struggles are cropping up in reaction to the increasingly apparent need for deeper and broader unity.

A rising anger is evident among growing numbers of people. Emblematic of this trend is the growth of mass, nonviolent civil disobedience actions by broad sections of the people’s movement.

Millions have engaged in the political arena in dramatic fashion in the past two presidential elections, despite systematic Republican efforts to block them.

Anti-racism is gaining ground, and is doing so in the face of an amped-up racist offensive coming from right-wing extremism and its corporate backers.

Most importantly, a loosely organized, multi-leveled movement – maybe coalition is a better term – is slowly maturing within the nation’s body politic. It doesn’t yet have transformative capacity, that is, the ability to realign politics, institutions, and mass thinking in a consistently progressive, anti-corporate direction, but it has the potential to grow in that direction.

But to take full advantage of this new opportunity the left can’t simply rewind and play the same tape that has guided its thinking and activity for longer than I care to remember.

To begin with, it requires shedding some modes of thinking – a mentality and practice of self-marginalization – that have either outlived their day or never had much value.

I would include:

  • The belief that the danger of co-optation is a reason to keep a distance from reform struggles and electoral politics. As I see it, if the left doesn’t put itself in a position where it stands a chance of actually being co-opted, it isn’t really serious about mass politics.
  • The view that politics has few complexities, change is driven only from the ground up, and stages of struggle are for the faint-hearted and “reformists.”
  • A notion that differences within elite circles on foreign and domestic policies is of no strategic or tactical significance. A recent example was the sweepingly negative reaction of too many on the left to President Obama’s speech on the “war on terrorism,” a speech which in my view – and that of other sober-minded progressives – showed some retreat from past policies and provided some openings for mass struggle that were not formerly there.
  • A “logic” that holds that because capitalism as a system can’t be reformed in the sense of eliminating its crisis tendencies and contradictions, no grounds exist to struggle for reforms within capitalism’s framework.
  • A view that the two main parties of capitalism are carbon copies of one another – this in an era when right-wing extremism has taken over the GOP and imposition of an authoritarian form of capitalism has become its overarching political project.
  • An attitude that the role of the left is always to double the bet. So that I’m not misunderstood: left demands have a place in class and people’s struggles, but they are neither the takeoff point for united action nor the singular thing that the left brings to mass struggles.
  • A habit of looking for political purity which might exist in theory, but has never found a place in broad coalitions – the only reliable vehicle of social change – where people of varied views and interests gather, contest their views, but in the end struggle against a common foe.
  • A pronounced predisposition to under-appreciate the role of labor and its growing layer of progressive leaders.
  • A tendency to create false oppositions between electoral forms of action and direct action, or, to put it differently, between struggles against the state and struggles within the state. In its crudest form, it smugly declares, “Politics are of no importance, only struggle around issues matters.”
  • A penchant to elaborate tactics – that is demands, forms of struggle, attitudes toward compromise and alliances, and so on – apart from a concrete estimate of the balance of class and social forces at any given moment.
  • A new and growing view that the corporate hold on the federal government is so all-encompassing that struggles over policies and direction at that level are no longer viable.
  • An attitude that the main task is to simply resist unrestrained corporate power, rather than addressing the harder task of making strategic and tactical linkages to move, not a handful of people, but millions forward – incrementally and to the next stage of struggle.
  • An underestimation of the importance of the fight for equality in general and racial equality in particular. The search for common ground and a common program of action is not in contradiction with the fight for equality. In fact, the common ground will be wider, deeper and more durable to the degree the broader movement vigorously fights for equality in all of its forms.

While in recent decades vast political, economic, social and demographic transformations have occurred, the fight against racism retains its overarching importance.

Anyone who devalues this struggle limits the sweep of any victory at best. At worst, it provides an opening to the most backward sections of our ruling class to gain ascendancy. And racist filth has ramped up since Barack Obama’s election five years ago.

A firm and broad rebuff to this counteroffensive is imperative. White people, in particular white workers, in their own interests should be in the middle of this fight.

  • An under-appreciation that the struggle for reforms and democracy is the ground on which higher and deeper levels of unity and understanding emerge, which in turn are the necessary scaffolding of any movement that hopes to be the agent of fundamental progressive and radical change.

Shedding these old modes of thinking is only a first step for the left in becoming a major player in U.S. politics. It also has to be combined with the articulation of and fight for an expansive, unifying, and forward-looking politics that has an eye to meeting millions on the ground they occupy and moving with them to higher ground, where the wellsprings of economic security, political democracy, substantive equality, durable peace, and human freedom can fully open up.

It is a challenge, but a challenge the left must meet.

«Al FMLN le quedan camisetas del Che, pero las convicciones de izquierda las perdió»

Por David Ernesto Pérez SAN SALVADOR – Julia Evelyn Martínez, economista y catedrática de la Universidad Centroamericana (UCA) está muy pendiente de las protestas sociales en Brasil. Dice que los acontecimientos en el coloso del Sur deben ser un espejo para todos los partidos de izquierdas de América Latina.

La ex directora del Instituto Salvadoreño para el Desarrollo de la Mujer (ISDEMU), tiene su propia explicación del dicho malestar social: el modelo de desarrollo brasilero profundizó la brecha entre los más ricos y los más pobres.

Claro, la feminista admite que Brasil, durante la presidencia de Luiz Inácio Lula Da Silva, sacó de la pobreza a 23 millones de brasileños, empero, lo hizo ejecutando programas sociales que no son la solución real a los problemas de las sociedades latinoamericanas.

Además, señala que el Partido de los Trabajadores (PT) – el cual sirvió de plataforma a Lula y a la actual presidenta, Dilma Rousseff – ahora que está presente la efervescencia, lamenta dos cosas: haberse alejado de sus bases y empeñarse en ser una maquinaria electoral.

Martínez traslada ese lamento al oficialista Frente Farabundo Martí (FMLN), y cree que está en la misma ruta: lejos de los ideales de los partidos de izquierdas, pero cerca de ser un instituto político obsesionado con los periodos electorales, las encuestas y la sonrisa en la televisión.

“Esa cúpula (FMLN), de principios y valores de la izquierda le quedan muy pocos, creo que no le quedan más que discursos, alguna que otra camiseta del Che Guevara o de Farabundo Martí, que deben usar los fines de semana, pero la ideología, las ideas, las convicciones de izquierda, las han perdido, las han debilitado, porque han puesto, ante todo, el tema de ganar elecciones”, expresa la feminista.

En entrevista con Cruzcalle, Martínez hace una revisión a su salida del ISDEMU, los cambios en la garantía a los derechos de las mujeres de este gobierno y las perspectivas del Frente rumbo a la carrera presidencial.

¿Qué fue lo primero que pensó el día de su destitución?

A mí no me sorprendió, la destitución se venía manejando desde hace días atrás, a mí directamente nunca, de frente, me informaron que estaba en un proceso de destitución, ni siquiera me habían dicho que pusiera mi renuncia, al contrario, diez días antes de la destitución se me había ratificado en mi cargo, en el pleno de la junta del ISDEMU, inclusive, se habían hecho algunos señalamientos del buen trabajo que estaba realizando y como el ISDEMU había logrado elevar su perfil y sacarlo de la oscuridad y el anonimato.

Sin embargo, yo sabía que desde la situación del Consenso de Brasilia, donde tomé la decisión de no poner observaciones al Consenso, de aceptar la necesidad de hacer un debate en el país sobre las leyes restrictivas de interrupción del embarazo y las implicaciones en la salud de las mujeres…

¿Desde ahí comienzan las desavenencias?

Empezó una especie de problema entre algunas autoridades gubernamentales y mi persona, le doy un caso: en ese entonces se dijo que Cancillería había enviado una carta a CEPAL desdiciéndose y poniendo reservas al Consenso de Brasilia, yo me di cuenta, por información de la CEPAL, que tal carta nunca se envió, y si ustedes preguntan a CEPAL o Cancillería dónde está la carta que enviaron a CEPAL, les dirán que no existe tal carta, entonces yo reclamé: muéstrenme la carta, quiero saber cómo es que me han desautorizado, pero no había tal carta.

Luego hubo otro problema: cuando ratifiqué el Consenso de Brasilia, he señalado que lo hago amparada en que, El Salvador, ha quitado las reservas al Plan de Acción de la Conferencia del Cairo, que los gobiernos de ARENA habían puesto reservas en el tema de los derechos sexuales y reproductivos de la mujer.

Yo sabía que, un mes antes, también Cancillería había enviado una carta al Secretario General de Naciones Unidas solicitando que El Salvador retiraba esas reservas y adoptaba plenamente el Plan de Acción del Cairo en donde se reconocen los derechos sexuales y reproductivos, entonces me amparé a eso, y luego sale Cancillería desdiciéndose que no ha retirado tales reservas, cuando yo tenía la carta y se las mostré a las autoridades.

Ya la tensión estaba llegando al límite…

Había muchas, no sé si llamarlas diferencias, porque este Gobierno creo que sí tenía las buenas intenciones de trabajar en favor de los derechos de las mujeres, de avanzar en los temas de la igualdad, de equidad de género, y también creo que este Gobierno tenía las buenas intenciones de adoptar todos los instrumentos internacionales en materia de derechos humanos que, los gobiernos anteriores de ARENA, se habían opuesto a aplicar.

Estaba convencida de esto y por ello, cuando a mí me convocan a formar parte del ISDEMU, inmediatamente digo que sí, porque quería ser parte de este gran proceso de transformaciones que yo miraba, en el lado de la izquierda no le miraba, a las reformas económicas esperanzas, porque sabía quienes están en el Gabinete económico, de ese lado sabía que no habría avances.

Lamentablemente, esas buenas intenciones fueron rápidamente perdiéndose en la realidad y al chocar con los grupos de poder, aquí en El Salvador, quien define la agenda de género del Gobierno es el Arzobispo de San Salvador (José Luis Escobar Alas), es la Nunciatura Apostólica, los grupos provida, los editoriales del Diario de Hoy, de la Prensa Gráfica, son las cámaras empresariales, en otras palabras son los sondeos de opinión pública,

¿Pero desde la trinchera de los derechos de la mujer?

Sí estaba convencida que habría avance, de cambiar este modelo machista, patriarcal y avanzar en una sociedad en donde los derechos de hombres y mujeres fueran respetados, y en donde la erradicación a la violencia y los derechos contra las mujeres, no fuera solamente un discurso, sino una práctica.

Lamentablemente, esas buenas intenciones fueron rápidamente perdiéndose en la realidad y al chocar con los grupos de poder, aquí en El Salvador, quien define la agenda de género del Gobierno es el Arzobispo de San Salvador (José Luis Escobar Alas), es la Nunciatura Apostólica, los grupos provida, los editoriales del Diario de Hoy, de la Prensa Gráfica, son las cámaras empresariales, en otras palabras son los sondeos de opinión pública, y este Gobierno, desafortunadamente, así como está sucediendo a muchos gobiernos progresistas de Suramérica, gobierna y toma sus decisiones de políticas públicas, a partir de lo que son sus eh…

Su imagen, los sondeos de opinión pública…

Sí, su popularidad, entonces, cuando saben que un tema les va a quitar puntos, o una persona está restando esa popularidad, entonces hacen el cambio y adaptan su política pública esa cuestión, entonces lamentablemente, me tocó experimentar en carne propia esa realidad; yo no me arrepiento para nada haber pasado (administración Funes), fue una de las mejores experiencias que he tenido, eso equivale, yo digo, a una maestría en políticas públicas, porque logré ver, en vivo y en directo, lo que es el poder, y no en los libros de textos.

¿Qué destaca más en su gestión?

Se puede ver un antes y un después en mi gestión en el ISDEMU: antes era un instituto desconocido, irrespetado, no se le reconocía su labor, siempre se creyó que sólo atendía a las mujeres víctimas de violencia intrafamiliar y cosas como esas.

Con mi gestión, no digo con mi persona porque no creo en protagonismos, gracias a esa junta directiva y el plan quinquenal donde estaban definidas ciertas políticas públicas y la necesidad de una nueva política en favor de la mujer, se avanzó mucho

¿Cuáles son esos avances?

Fue haber una nueva política de la mujer con una perspectiva de género, más integral y se incluyeron temas anteriormente no considerados, por ejemplo la autonomía económica y de mujeres rurales, entre otros.

Adicionalmente, durante mi gestión se hizo todo un proceso de articulación del rol de rectoría de políticas públicas, con el resto de ministerios y otras instancias para asegurar y monitorear, que realmente en las agendas de las instituciones se incorporara el tema de la igualdad de género y la no discriminación.

Y mire, quiero decirle que esto no dejó de incomodar a muchos funcionarios; durante esta gestión fue que, por ejemplo, los señalamientos a dos expresidentes de la Lotería Nacional, a quienes se les abrió expedientes por acoso sexual; se logró, además, detener unas acciones de apoyo a acosadores y a hombres que ejercían violencia sexual contra mujeres en el Instituto Salvadoreño del Seguro Social (ISSS).

En tercer lugar fue que se le dio impulso a la Ley Especial Integral para una Vida Libre de Violencia contra las Mujeres, y a la Ley de Igualdad y no Discriminación contra las Mujeres; yo solamente pude vivir la primera, es decir, en mi gestión, pero en ambas me siento parte del proceso.

¿El Gobierno avanzó en el reconocimiento de los derechos sexuales y reproductivos de las mujeres?

No, para nada, ese es el gran… pero antes, quiero reconocer que se ha avanzado mucho, y cualquiera que diga que el tema de los derechos de las mujeres, en este Gobierno, y no digo en mi administración del ISDEMU, sino hasta el momento, no se ha avanzado, creo que no tiene una visión clara de la realidad, porque se han hecho grandes avances, y se sigue avanzando.

En este momento se está aplicando la nueva Política Nacional de la Mujer, yo también reconozco que hay un plan para la igualdad, que tiene medidas sustantivas e importantes, y bueno este modelo de Ciudad Mujer, que contribuye grandemente a llevar servicios a mujeres madres, y especialmente de los sectores más pobres de la población.

Pero, lamentablemente eso no basta, porque para transformar esta realidad de violencia y discriminación, no bastan leyes, políticas o servicios, se necesita transformar la cultura salvadoreña que implica cambiar estos estereotipos, cambiar los programas de televisión que ponen a la mujer en papeles, los anuncios publicitarios…

¿Qué implicaría cambiar eso?

Chocar con el sector privado, implica entrar con la Asociación de Medios Publicitarios y con las agencias de publicidad, no tanto con las empresas, sino que con estos dos sectores que son poderosísimos y que no están dispuestos a ceder.

Segundo: necesita cómo reducir embarazos adolescentes, en estos momentos, en el país son una tercera parte de todos los embarazos a nivel nacional.

De esos, un 40 por ciento, de acuerdo a un Estudio del Banco Mundial, no son embarazos consensuados, sino que son violaciones, ¿y quiénes las están agrediendo? Son personas en los entornos más próximos.

Viene el restante 60 por ciento, que es porque las niñas inician su vida sexual de manera temprana, pero no tienen información sobre el uso de métodos de planificación familiar, para no quedar embarazadas, y porque desconocen qué implicaciones puede tener una relación sexual y que pueden quedar embarazadas, entonces se necesita educación sexual.

Desde temprana edad…

Se necesita desde la primaria, y una educación explicita, que diga las cosas como son, y no ande hablando de las abejitas, las mariposas y las flores.

Pero eso provocará que la Iglesia se escandalice

Sí, también que las niñas tengan acceso a método anticonceptivos y, cuando queden embarazadas por una violaciones, darles acceso a la posibilidad de interrumpir ese embarazo, porque de lo contrario esas madres adolescentes tienen mayores dificultades de ingresar al mercado laboral en condiciones, digamos, adecuadas, y sus hijos e hijas tienen una alta probabilidad de crecer en la pobreza y la marginación.

Y se entra en el círculo vicioso de la pobreza…

Pero uno dice: si eso es así, ¿por qué no se hace? No se hace porque, si lo quiere hacer el Ministerio de Educación, el Ministerio de Salud, el presidente, entonces ya llama el Arzobispo de San Salvador, o el Nuncio Apostólico y empiezan a recordarles que eso no se hace, que eso no se debe y empiezan a atacar…

¿Y esto de la llamada es literal?

Literalmente, bueno… no sé si lo llama o se reúnen a almorzar, pero sí hace… la Iglesia Católica o la figura del Arzobispo, tiene una gran influencia sobre la Casa Presidencial.

¿Pierde el Gobierno una oportunidad histórica?

Sí, una gran oportunidad histórica, pero si me permite terminar, en el embarazo en adolescentes, solo si se reconoce el problema; yo he escuchado a la primera Dama (Vanda Pignato), a la directora del ISDEMU (Yanira Argueta) hablando que eso es un problema, ¡pero a nosotros no nos sirve que nos digan que eso es un problema, porque ya lo sabemos! La cuestión es ¿cómo se hará para solucionar ese problema? Eso implica entrar de frente a estos grupos de poder, y eso no se hace, entonces, se queda en discurso y se atienden a todas las niñas madres en Ciudad Mujer.

Entonces, el Gobierno está perdiendo la oportunidad, le queda todavía un año, pero creo que puede rectificar, todavía puede, yo espero cosas importantes y como va de salida, creo que las presiones de estos grupos de poder van a ir disminuyendo y debería enviar una propuesta de reformas al Código Penal que le haga cumplir con lo comprometido en el Consenso de Brasilia y las recomendaciones de los organismos de Naciones Unidas.

El Gobierno no llegó solo al poder, el FMLN también es parte de él. ¿Ve coherencia en el actuar del partido oficialista con el pensamiento de izquierdas?

Al FMLN, creo que le ha sucedido lo mismo que le pasó Partido de los Trabajadores (PT), de Brasil, que se ha separado en dos vertientes: una, las bases territoriales, las comunidades, organizaciones militando, que mantienen, en un gran porcentaje, esos valores, esos principios y esa coherencia de los valores de la izquierda, entre estos valores está la igualdad de género, y la no discriminación de género, entonces esa gente es la que pone los votos, la que pone la cara, la que moviliza, esa gente sí está.

La otra vertiente es la electoral, es la que tiene algunos cuadros medios, y la Comisión Política, y esa lamentablemente, a esa cúpula, de principios y valores de la izquierda le quedan muy pocos, creo que no le quedan más que discursos, alguna que otra camiseta del Che Guevara o de Farabundo Martí, que deben usar los fines de semana, pero la ideología, las ideas, las convicciones de izquierda, las han perdido, las han debilitado, porque han puesto, ante todo, el tema de ganar elecciones.

Entonces, es una cúpula que todas las decisiones las toman en base a una coyuntura: cuántos votos gana, cuántos votos pierde.

Lamentablemente, eso le puede funcionar ganando elecciones, pero no le sirve cuando está en el gobierno, porque estando ahí no se puede seguir, indefinidamente, con la popularidad o ganando votos, sino que se deben asumir los retos del país, la sociedad, y las demandas de los sectores sociales que han depositado la confianza, y esa confianza se traduce en votos.

Se ha vuelto pragmática…

Se ha moderado, dicen algunos, pero no creo eso, más bien se ha transformado, ahora es una cúpula con ideología y práctica de la socialdemocracia, y sabemos que ésta es una corriente de pensamiento que cree que es posible lograr el desarrollo de la sociedad, que se puede humanizar el capitalismo y, que se pueden lograr algunas concesiones, de tipo social sobre todo, y por eso hacen tanto énfasis en los zapatos, vasos de leche, etcétera.

Creo que esta vertiente electoral se ha transformado en una vertiente socialdemócrata, y en ese sentido, hace ya bastante tiempo dejó de ser izquierda; sin embargo, ahí hay un problema: usted tiene las bases que siguen siendo de izquierdas, porque son de izquierda, y mire, se lo digo porque, gracias a mi trabajo yo me reúno para dar charlas, seminarios, talleres, es decir, voy mucho a las comunidades, la gente que milita en el FMLN, realmente es gente de izquierda, por eso insisto, y no tienen absolutamente, o sea, están totalmente separadas de las cosas y las prioridades, entonces esa es una brecha, entre las bases de izquierda y una dirigencia socialdemócrata; más temprano que tarde, esa incoherencia tendrá que resolverse, yo esperaría, porque soy una optimista, ¿cómo se llama?

Persistente…

Irremediable, quiero ser así, creo que es posible que esa cúpula vuelva a reencontrarse con esas bases.

¿Estas bases le hacen comentarios sobre la cúpula?

Sí.

¿Qué le comentan?

Comentarios críticos, sin embargo, son bases disciplinadas, saben eso que se llama disciplina de partido; pueden expresar postura críticas, por ejemplo, hay un caso, no mencionaré la comunidad, pero estaba dando un taller sobre soberanía alimentaria, y entonces alguien me decía: “mire, el problema es que quien está afectando la soberanía alimentaria en el país es Alba Alimentos, porque nos está dando créditos, y los créditos nos los dan en insumos, y los insumos no son agroecológicos, sino que son insumos tradicionales (fertilizantes, insecticidas), todo derivado del petróleo. Por otra parte, los créditos los tenemos que pagar con la cosecha, y nos limita la disponibilidad que tenemos en las comunidades para nuestra alimentación”.

Se ha moderado, dicen algunos, pero no creo eso, más bien se ha transformado, ahora es una cúpula con ideología y práctica de la socialdemocracia, y sabemos que ésta es una corriente de pensamiento que cree que es posible lograr el desarrollo de la sociedad, que se puede humanizar el capitalismo

Tiene la gente la capacidad de decir: esto que queremos, la soberanía alimentaria, nos lo están afectando Alba Alimentos, o los Asocios Público – Privados, tienen esas reflexiones.

Cuando llega el momento, estas personas van con disciplina a votar por el FMLN; yo no las veo como personas domesticadas…

Aferradas al proyecto histórico…

Creen en el proyecto histórico, están convencidas que este es un proceso de transición, y que esto va a dar lugar a un cambio, a crear condiciones para que próximo gobierno ya liderado por el proyecto histórico revolucionario y socialista del FMLN, vaya a hacer este cambio.

Ojalá, yo espero que así sea, no por el bien de la dirigencia, sino porque estas personas se lo merecen, estas bases tan disciplinadas, tan coherentes, tan solidarias entre sí, pero también El Salvador se merece un partido de izquierda que pueda ser conductor de toda esta lucha, contra el neoliberalismo en primer lugar, y después contra el capitalismo y pueda promover en el país esa otra sociedad, por la cual tantas personas han ofrendado sus vidas.

Hagamos un ejercicio: ¿qué piensa Julia Evelyn cuando en un spot televisivo escucha la oferta electoral de Sánchez Cerén y Óscar Ortiz?

¡Ja, ja, ja! ¿Cómo así?

¿Qué interpreta de la oferta electoral?

Primero: no veo mayor diferencia de la oferta de la derecha, entre lo que ofrece Tony Saca y su partido UNIDAD, o lo que ofrece ARENA. Primero, creo que están partiendo de diagnósticos totalmente equivocados, que no son los correctos, todo lo reducen a… por ejemplo, en la economía, todo lo reducen a un problema de crecimiento económico. ¿Cuál es la oferta del FMLN?

Crecimiento económico…

Más que eso, ¿ARENA? Cómo lograr el crecimiento económico. ¿Saca? El crecimiento económico. Están ofreciendo lo mismo, poca claridad sobre cuáles son los problemas y los desafíos; sin embargo, en el caso del FMLN, creo que hay que tener un poco de comprensión porque todavía están haciendo las consultas, y todavía está en proceso de elaboración la propuesta económica y social.

Pero como usted me pregunta qué siento, siempre digo “¡que desperdicio de espacio, de esfuerzos, de dinero y que poca diferenciación con la oferta de la derecha!”

¿Está el país saliendo del neoliberalismo?

Al contrario, ahí es donde me vuelvo pesimista, porque si usted ve todo lo que ha hecho este gobierno en la parte económica, es profundizar el modelo neoliberal, no solo lo ha profundizado sino que lo modernizado, y eso no lo hace cualquiera, es decir, el neoliberalismo que tenemos en este momento no es el mismo que tenía Cristiani (Alfredo) o Calderón Sol (Armando), es diferente, por ejemplo, con esta figura de los asocios públicos, es uno de los mecanismos mediante los cuales el neoliberalismo trata de aumentar la tasa de ganancia del capital, posibilitando no privatizaciones, sino que las concesiones de 50 a cien años estando en manos privadas.

Ahora, al FMLN mantener esta separación con las bases, y solo utilizarlas en momentos electorales, o para apoyarse solo con los sectores de extrema pobreza, es peligroso porque se distancian de otros sectores que, tradicionalmente, son los apoyos de los partidos de izquierdas

Entonces, eso es parte del neoliberalismo superior, yo lo llamo el “neoliberalismo recargado”, y eso no solo lo digo yo, el Dr. Carlos Acevedo lo dijo con mayor claridad y mayor conocimiento.

Y uno dice, “bueno, pero ya vamos a terminar y va a venir un nuevo gobierno de izquierda, el gobierno del profesor Sánchez Cerén y Óscar Ortiz y no van a permitir más neoliberalismo”, pero mire apoyaron la ley de Asocios Públicos – Privados, están la próxima semana por aprobar el ADA (libre comercio con Europa), están creando una serie de condiciones que, después un gobierno de izquierda, un gobierno que quiera realmente cambiar este modelo neoliberal, no pueda hacer realmente estos cambios, porque ya van a estar hechas las concesiones, el FOMILENIO, el Asocio para el Crecimiento, vamos a estar con el CAFTA y el ADA, y a mí me preocupa que, en lugar de ver y de volcarnos a la integración del proyecto ALBA, nos acabamos de integrar como observadores a la Alianza del Pacífico.

¿Cree que si el FMLN llega al poder luchará, de verdad, contra la acumulación de la riqueza?

Es que depende de qué FMLN llegue al poder, porque si llega el FMLN socialdemócrata no va a hacer nada de eso, al contrario, promoverá una mayor concentración de la riqueza, a lo mejor va a tener menos gente pobre, porque en Brasil eso es lo que ha pasado, con políticas sociales como por ejemplo con la Bolsa de la Familia, han logrado sacar en diez años a 23 millones de brasileños de la pobreza, pero la desigualdad se ha incrementado: la brecha entre los que tienen mucho y tienen muy poco se incrementa, y eso polariza la sociedad, la desintegra, la fragmenta, entonces un gobierno del FMLN con el corte socialdemócrata va a seguir con el neoliberalismo, solamente que con mucho gasto social.

Pero si llega un FMLN realmente, yo no quiero decir que llegue a hacer la revolución socialista o instaurar la dictadura del proletariado, no soy ingenua, no es eso, pero si un gobierno del FMLN con una plataforma, con un proyecto histórico revolucionario, anticapitalista si puede, poco a poco, ir haciendo esos cambios que vayan desmontando, primero el neoliberalismo, y después, poco a poco, el capitalismo; yo sí creo que se pueda hacer, pero debe ser un FMLN que haya recobrado su mentalidad de izquierda y su práctica de izquierda, entonces todo dependerá de qué es lo que llegue.

¿Qué consecuencias le podrá traer al FMLN alejarse de su proyecto histórico?

Las mismas consecuencias que le están pasando al PT de Brasil, en este momento toda la izquierda latinoamericana debería enfocar la situación en Brasil.

El PT logró, con una amplia base popular, el gobierno de Lula (Luiz Inácio) y ahora de Dilma Rousseff, sin embargo lo que hizo el PT fue separarse de las bases, y lo reconoció Lula, que se volvieron casi una empresa electoral, entonces, ¿qué pasa en las calles? De pronto hay una cantidad de demandas, de movilizaciones, de gente que está expresando su descontento y a decirles a los partidos políticos, especialmente al PT, que no quiere nada más con los políticos.

Ahora, al FMLN mantener esta separación con las bases, y solo utilizarlas en momentos electorales, o para apoyarse solo con los sectores de extrema pobreza, es peligroso porque se distancian de otros sectores que, tradicionalmente, son los apoyos de los partidos de izquierdas; en un mediano plazo, las demandas de estos sectores que se sienten abandonados y no representados, simplemente explotan, pero sin ninguna dirección.

¿Cree que el resto de pequeños partidos de izquierda si representan esos ideales que supuestamente abandonó el FMLN?

Eh, no. ¿Dígame uno?

Por ejemplo, el Movimiento Nuevo País de Dagoberto Gutiérrez en próxima alianza con Jorge Meléndez del PSD…

Mire, en el momento que Dagoberto se alíe con ese Partido Socialdemócrata, de este señor Jonás, en ese momento dejo de ser de izquierda, porque se convertiría en un instrumento de la socialdemocracia.

No mire, es como que me dijera que CDU, o cómo se llama

Cambio Democrático…

Que ese es un partido de izquierda, es socialdemócrata, y ya dijimos que estos partidos lo que buscan es una cosa que, Antonio Gramsci llama la “revolución pasiva”, que es: que las masas no hagan la revolución, sino que los cambios que necesita el capitalismo para mejorar, los haga la burguesía con el apoyo de estos partidos.

En el momento (concrete pacto con Jonás), y ojalá que no lo haga Dagoberto, en ese momento dejo de ser de izquierdas. Pero usted puede decir que él tiene discurso, es más, yo a él lo admiro y le tengo mucho aprecio, pero aquí no se trata de buenas intenciones, sino que a la gente se le reconoce por sus frutos, y creo que ese partido no dará buenos frutos.

¿Cree que el FMLN pueda recibir el “voto de castigo” por estos años en el poder?

No, ¿cómo se le va castigar? ¿Qué haríamos? ¿Votar por la derecha? Yo jamás votaría por la derecha, y lo más cercano que tengo en el país es el FMLN, y se lo digo con esa sinceridad, cuando realmente una está interesada en mejorar, o en que las cosas no empeoren en el país, se lo voy a poner en esos términos, yo estoy interesada en que, para las próximas elecciones, las cosas no empeoren en el país, así se lo digo, y sé que para que no pase hay que evitar que ARENA regrese al gobierno y evitar que, el partido ese de UNIDAD, gane.

Si para evitar eso debemos buscar otras opciones, pues hagámoslo, pero que tristeza que debamos de pensar así en el FMLN, un partido que puede evitar que las cosas empeoren.

Es hora que el gobierno se alíe con el pueblo:MST

25 de junio de 2013 En entrevista, Joao Pedro Stédile, integrante de la directiva del Movimiento de los Trabajadores Rurales Sin Tierra, habla sobre el significado y las perspectivas de las movilizaciones en Brasil.

–¿Cómo analiza usted las recientes manifestaciones que vienen sacudiendo a Brasil en los últimos días? ¿Cuál es la base económica que las ha producido?

–Hay diversas evaluaciones de por qué están ocurriendo estas manifestaciones. Me sumo al análisis de la profesora Erminia Maricato, que es nuestra mayor especialista en temas urbanos y que actuó en el Ministerio de Ciudades en la gestión de Olivio Dutra. Ella defiende la tesis de que existe una crisis urbana instalada en las ciudades brasileñas, provocada por la actual etapa del capitalismo financiero. Hubo una enorme especulación inmobiliaria que elevó 150 por ciento los precios de los alquileres y de los terrenos en los últimos tres años. El capital financió –sin ningún control gubernamental– la venta de automóviles y el envío de esos dineros al exterior, lo que transformó nuestro tránsito en un caos. Mientras, en los últimos 10 años no hubo inversión en el transporte público. El programa habitacional Mi Casa, Mi Vida, empujó a los pobres hacia las periferias, sin adicionar condiciones de infraestructura.

“Todo eso generó una crisis estructural y que las personas estén viviendo en un infierno en las grandes ciudades, perdiendo tres o cuatro horas por día en el tránsito, cuando podrían estar con sus familias, estudiando o participando en actividades culturales.

A eso se suma la pésima calidad de los servicios públicos, en especial los de salud y también los de educación, desde la escuela primaria y la enseñanza media, de la que los estudiantes salen sin saber redactar. Y la enseñanza superior cambió locales de ventas de diplomas por una de prestaciones donde están 70 por ciento de los estudiantes universitarios.
–Y desde el punto de vista político, ¿por qué sucedió?
–Los 15 años de neoliberalismo, más los últimos 10 años de un gobierno de convivencia de clases, transformaron el modo de hacer política en apenas un referente de los intereses del capital. Los partidos políticos envejecieron sus prácticas políticas y se transformaron en meras siglas que aglutinan, en su mayoría, a oportunistas que quieren ascender en sus cargos o entrar a la disputa por los recursos públicos.

“Todos los jóvenes nacidos después de las ‘directas ya’ [N de la R: 1984, al final de la dictadura] no tuvieron oportunidad de participar en política. Hoy, para disputar cualquier cargo, por ejemplo de edil, el candidato precisa tener más de 3 millones de reales; un diputado cuesta alrededor de 10 millones [un dólar equivale a 2.24 reales]. Los capitalistas pagan y después los políticos obedecen. La juventud está hasta la madre de esa forma de política burguesa, mercantil. Pero lo más grave fue que los partidos de la izquierda institucional, todos ellos, se amoldaron a esos métodos. Envejecieron y se burocratizaron. Y, por tanto, generaron en la juventud ojeriza, distanciamiento, con esa forma de actuar. Y tienen razón: la juventud no es apolítica, al contrario; tan es así que sacó la política a las calles, aunque no tuviera definida conciencia de su significado. Sin embargo, está diciendo que no aguanta más ver en la televisión esas prácticas políticas, que secuestran el voto de las personas basándose en la mentira y la manipulación. Es que los partidos de izquierda precisan reaprender que su papel es organizar la lucha social y politizar a la clase trabajadora. Si no, caerán en la fosa común… de la historia.”

¿Por qué ahora?

–¿Y por qué las manifestaciones estallaron hasta ahora?

–Probablemente haya sido la suma de diversos factores del carácter de la sicología de masas, más que de una decisión planeada. Se sumó todo el clima que comenté, más las denuncias de la superfacturación de las obras de los estadios, lo que resultó en un acicate para el pueblo. Observen algunos episodios. La red Globo recibió del gobierno del estado de Río de Janeiro y del municipio de la ciudad 20 millones de reales de dinero público para organizar el showcito de apenas dos horas del sorteo de la Copa Confederaciones. ¡El estadio de Brasilia costó mil 400 millones, en tanto no existe transporte público en la ciudad! La dictadura de la FIFA y la Confederación Brasileña de Futbol (CBF) es explícita y se impuso –junto con las pillerías–, y los gobiernos se sometieron. La reinauguración de Maracaná fue una venda que intentaron poner al pueblo brasileño. Las fotos eran claras: ¡en el mayor templo mundial no había ningún negro o mestizo! Y entonces, lo del aumento de las tarifas de ómnibus fue apenas la chispa para encender el sentimiento generalizado de revuelta, de indignación. La gasolina para la chispa vino del gobierno paulista de (Geraldo) Alkmin que, protegido por los medios de comunicación que financia, está acostumbrado a golpear al pueblo impunemente, como hizo en (el barrio de) Pinheirinho (en la ciudad de San José dos Campos) y en otros sitios rurales y urbanos, mandando a la policía a cometer una barbarie. Ahí fue que todo mundo reaccionó.

Ahora bien: la juventud despertó. En eso hay mérito del Movimiento Pase Libre, que supo capitalizar esa insatisfacción popular y organizó las protestas en el momento justo.

–¿Por qué la clase trabajadora aún no ha salido a las calles?
–Es verdad; la clase trabajadora aún no está en las calles. Quienes están en las calles son los hijos de la clase media, los de clase media baja y también algunos jóvenes de los que André Singer llamaría subproletariado, que estudian y trabajan en el sector de los servicios, que vieron mejoradas las condiciones de consumo, pero que además quieren ser oídos. Estos últimos aparecieron en algunas capitales estatales y en las periferias.
“La reducción de la tarifa del transporte público interesaba mucho a todo el pueblo y ese fue el acierto del Movimiento Pase Libre, que supo convocar movilizaciones en nombre de los intereses más generales. Y el pueblo apoyó esas manifestaciones y eso está expresado en los índices de popularidad de los jóvenes, sobre todo cuando fueron reprimidos.

La clase trabajadora demora en moverse, pero cuando lo hace afecta directamente al capital, lo cual todavía no ha sucedido. Creo que las organizaciones que hacen los enlaces con la clase trabajadora aún no han comprendido el momento y tienen un comportamiento tímido. Pero la clase, como clase, creo que está dispuesta a luchar. Fíjese que las huelgas por temas reivindicativos salariales ya recuperó la ocurrencia de los 80. Entiendo que se trata de una cuestión de tiempo para que los enlaces con la clase trabajadora acierten en las banderas que la hagan mover. En los últimos días se percibe que en algunas ciudades menores y en las periferias de las grandes ya comienzan a haber manifestaciones con banderas de reivindicaciones bien formalizadas. Eso es muy importante.
–¿Y las voces del MST y los campesinos?

–Es verdad. En las capitales donde tenemos asentamientos y agricultores familiares más próximos a lo urbano, ya estamos participando. Incluso doy testimonio de que fuimos muy bien recibidos con nuestra bandera verde y nuestra reivindicación de reforma agraria y alimentos saludables y baratos para todo el pueblo. Entiendo que en las próximas semanas podrá haber una adhesión mayor, incluso realizando manifestaciones de campesinos en las terminales y municipios del interior. Entre nuestra militancia está todo el mundo loco por entrar en la lucha y movilizarse. Espero que se muevan rápido…

–¿Cuál es su opinión acerca de la violencia que ha ocurrido en algunas manifestaciones?
–Bueno, primero hay que relativizar. La burguesía, a través de sus televisoras, ha empleado la táctica de asustar al pueblo colocando imágenes de desaforados rompiendo alguna cosa. Son los menores casos, que resultan insignificantes ante los millares de personas que se movilizaron. A la derecha le interesa incrustar en el imaginario de la población que esos son actos impulsados por vagos, y al final, si hubiese caos, imputar la culpa al gobierno y exigir la presencia de las fuerzas armadas. Espero que el gobierno no cometa la bestialidad de llamar a la guardia nacional y a las fuerzas armadas para reprimir las manifestaciones. ¡Eso es todo lo que la derecha sueña!
“Quien está provocando los actos de violencia es la forma de intervención de la policía militar. La PM fue preparada desde la dictadura militar para tratar al pueblo siempre como enemigo. Y en los estados gobernados por los tucanos (N de la R: Partidos de la Social Democracia Brasileña: Sao Paulo, Río de Janeiro y Minas Gerais) aún cuenta con las promesas de impunidad.

Hay grupos derechistas organizados, con orientación de hacer provocaciones y cometer saqueos. En Sao Paulo actuaron grupos fascistas y contrataron marginales del campo. En Río de Janeiro actuaron los grupos de choque organizados que protegen a los políticos conservadores. Y claro, hay también un substrato de lúmpenes que aparecen en cualquier movilización popular, sea en los estadios, carnaval, hasta en la fiesta de una iglesia, intentando sacar provecho.

–Entonces, ¿hay lucha de clase en las calles o es sólo la juventud manifestando su indignación?
–Es claro que hay una lucha de clases en la calle, envuelta, todavía, en una disputa ideológica. Lo que es más grave es que la propia juventud movilizada por su origen de clase no tiene conciencia de que está participando de una lucha ideológica. Vean: ellos están haciendo política de la mejor forma posible, en la calle. Y ahí nos escriben: ¿estamos contra los partidos y la política? Es por eso que han sido tan diversas y difusas sus expresiones. Está sucediendo en cada ciudad, en cada manifestación; hay una disputa ideológica permanente de lucha de los intereses de clase. Los jóvenes están siendo disputados por las ideas de la derecha y por la izquierda, por los capitalistas y la clase trabajadora.

“Por otro lado, son evidentes las señales de la derecha, mucho mejor articulada, y de sus servicios de inteligencia, que usan Internet, se esconden detrás de distintas máscaras o intentan generar círculos concéntricos con noticias y opiniones en las redes sociales. De repente, un mensaje extraño genera millares de otros. Y de ahí se pasan a difundir resultados como si ellos fuesen una expresión mayoritaria. Esos mecanismos de manipulación fueron usados por la CIA y el Departamento de Estado estadunidense en la primavera árabe, en las tentativas de desestabilización en Venezuela, en la guerra de Siria. Y es claro que ellos están operando aquí también para alcanzar sus objetivos.”
Protestas manipuladas

–¿Cuáles son los objetivos de la derecha y cuáles sus propuestas?
–La clase dominante, los capitalistas, los intereses imperialistas de los estadunidenses y sus portavoces ideológicos que aparecen en televisión todos los días tienen un gran objetivo: desgastar al máximo el gobierno de Dilma, adelgazar las formas organizativas de la clase trabajadora, derrotar cualquier propuesta de cambio estructural en la sociedad brasileña y ganar las elecciones de 2014 para recomponer una hegemonía total al frente del Estado brasileño, lo que ahora está en disputa.

“Para alcanzar esos objetivos ellos están aún tanteando, alternando sus tácticas. Hay veces que provocan la violencia, para descolocar las metas de los jóvenes. Otras veces incrustan sus mensajes en las consignas de los jóvenes. Por ejemplo, la manifestación del sábado, aunque pequeña, en Sao Paulo fue totalmente manipulada por sectores derechistas que pautaron la lucha sólo contra la Propuesta de Enmienda Constitucional (PEC) 37 –que reduce las atribuciones del ministerio público– con una terminología extrañamente escrita de forma similar y en el mismo orden. Ciertamente, la mayoría de los jóvenes ni siquiera sabían de qué se trataba. Y es un tema secundario para el pueblo, pero la derecha está intentando levantar banderas de moralidad, como hizo en el pasado la UDN (partido de la derecha, fundado en 1945). Eso es lo que están haciendo en el Congreso, luego, para llevarlo a las calles.

“He visto en las redes sociales que controla la derecha, además del PEC 37: pedidos de expulsión en el Senado o transparencia en los gastos; declarar la corrupción como un crimen hediondo y el fin del fuero especial de los políticos. Ya los grupos más fascistas gritan ‘¡Fora Dilma!’ y abajo firman por su impeachment. Felizmente, esas banderas no tienen nada que ver con las condiciones de vida de las masas, aunque ellas puedan ser manipuladas por los medios: objetivamente pueden resultar en un tiro en el pie. Al final, es la burguesía brasileña, sus empresarios y políticos quienes son los mayores corruptos y corruptores. ¿Quién se apropió de los gastos exagerados de la copa?: ¡la red Globo y las empresas empresariales!”
Los desafíos
–¿Cuales son los desafíos de tienen ante sí la clase trabajadora y las organizaciones populares y los partidos de izquierda?
–Los desafíos son muchos. Primero debemos tener conciencia de la naturaleza de esas manifestaciones e irnos para la calle, a disputar corazones y mentes para politizar esa juventud que no tiene experiencia en la lucha de clases. Segundo, la clase trabajadora precisa movilizar, salir a la calle, manifestarse en las fábricas, campos y construcciones, como diría Geraldo Vandré. Levantar sus demandas para resolver los problemas concretos de clase desde el punto de vista político y económico. Tercero, precisamos explicarle al pueblo quiénes son sus principales enemigos. Y, ahora son los bancos, las empresas trasnacionales que tomaron cuenta de nuestra economía, los latifundistas del agronegocio y los especuladores.

“Precisamos tomar la iniciativa de pautar el debate en la sociedad y exigir la aprobación del proyecto de reducción de la jornada de trabajo a 40 horas; exigir que la prioridad de inversiones públicas sea en salud, educación, reforma agraria. Pero para eso el gobierno debe recortar porcentajes de ganancia y redefinir los recursos del superávit primario, aquellos 200 mil millones que todos los años van para los apenas 20 mil ricos, rentistas, creadores de una deuda interna que nunca hicimos, aportar en inversiones sociales y productivas. Y eso es lo que la lucha de clase pone enfrente del gobierno de Dilma: ¿los recursos públicos se volcarán para la burguesía rentista o para resolver los problemas del pueblo?

“Aprobar en régimen de urgencia –para que esté vigente en las próximas elecciones– una reforma política de gran aliento, que por lo menos instituya el financiamiento público exclusivo de la campaña; derecho a revocación de mandato y plebiscitos.
“Se precisa una reforma tributaria que vuelva a cobrar impuestos a las exportaciones primarias e impacte los ingresos de los más ricos, reduzca los impuestos de los más pobres, que son los que más pagan.

“Es necesario que el gobierno suspenda las licitaciones sobre el petróleo y todas las concesiones privatizadoras de minas y otras áreas públicas. De nada sirve aplicar royalties en el petróleo para financiar educación, si esos impuestos representan apenas 8 por ciento de la renta petrolera mientras el 92 por ciento va a dar a las empresas trasnacionales que se quedarán con el crudo en las licitaciones.

“Una reforma urbana estructural es necesaria para que vuelva a priorizarse el transporte público, de calidad y con tarifa cero. Ya está probado que no es caro ni difícil instituir transporte gratuito para las masas de las capitales. Asimismo, controlar la especulación inmobiliaria.
“Finalmente, precisamos aprovechar y aprobar el proyecto de conferencia nacional de comunicación, ampliamente representativa, de democratización de los medios y acabar con el monopolio de la Globo, y para que el pueblo y sus organizaciones populares tengan amplio acceso a comunicarse, a crear sus propios medios con recursos públicos. Oí de diversos movimientos juveniles que están articulando las marchas, que tal vez esa sea la única bandera que unifica a todos: ¡Abajo el monopolio de la Globo!
Pero que esas banderas tengan eco en la sociedad y presionen al gobierno y a los políticos solamente ocurrirá si la clase trabajadora se moviliza.
Enfrentar a la clase dominante

–¿Qué debiera hacer el gobierno ahora?

–Espero que el gobierno tenga la sensibilidad y la inteligencia de aprovechar ese apoyo, ese clamor que viene de las calles –que es apenas una síntesis de una conciencia difusa de la sociedad– de que es necesario cambiar. Y cambiar a favor del pueblo. Para eso el gobierno precisa enfrentar a la clase dominante en todos los aspectos. Enfrentar a la burguesía rentista, desarticulando lo que recibe por intereses y aplicando el capital en inversiones en áreas que resuelvan los problemas de la gente. Promover, de inmediato, las reformas políticas, tributarias. Conducir la aprobación del proyecto de democratización de los medios de comunicación. Crear mecanismos para grandes inversiones en transporte público que conduzcan al final a la tarifa cero. Acelerar la reforma agraria en un proyecto de producción de alimentos aportados para el mercado interno.

“Garantizar de inmediato la aplicación de 10 por ciento del PIB en recursos públicos para educación en todos los niveles, desde las estancias infantiles en las grandes ciudades, enseñanza fundamental de calidad, y hacer universal el acceso de los jóvenes a las universidades públicas.
Sin eso, cundirá la decepción y el gobierno entregará a la derecha la iniciativa, se harán nuevas manifestaciones intentando desgastar al gobierno hasta las elecciones de 2014. Es hora de que el gobierno se alíe con el pueblo o deberá pagar la factura en el futuro.

–¿Qué perspectivas le ve a las movilizaciones en los próximos meses?

–Todo aún es una incógnita frente al hecho de que los jóvenes y las masas están en disputa. Por eso las fuerzas populares y los partidos de izquierda precisan involucrar todas sus energías en salir a la calle: manifestarse, colocar las banderas de lucha por las reformas que interesan al pueblo. La derecha va a hacer la misma cosa y también levantará sus consignas, conservadoras, atrasadas, de criminalización y estigmatización de las ideas de cambios sociales. Estamos en plena batalla ideológica, que nadie sabe cuál será el resultado. En cada ciudad, cada manifestación, precisamos disputar corazones y mentes. Quien se quede fuera se quedará fuera de la historia.

*Entrevista realizada por el diario brasileño Brasil de Fato para su edición del 25 de junio. Se publica simultáneamente en La Jornada con la autorización de Joao Pedro Stédile, integrante de la directiva del Movimiento de los Trabajadores Rurales Sin Tierra.

Aquiles Montoya, el economista marxista

Falleció este viernes a la 11 am. Antes de morir envió su último artículo para ContraPunto, en un mensaje a los jóvenes a cultivarse intelectualmente, como todo un Maestro SAN SALVADOR –27 de enerop de 2012. No lo conocí personalmente mucho; una vez llegó a mi casa para recoger un chihuahuita que le regalamos a Julia Evelyn y a él, y la conversación sobre temas de mutuo interés se prolongó por largas horas. Eso fue hace casi dos años. Aquella noche suscribimos el compromiso para que se convirtiera en colaborador de ContraPunto, compromiso que cumplió hasta unas horas antes de morir.

Audaz en su planteamiento económico en contra del capitalismo y ni se diga contra el neoliberalismo; impulsor de la teoría de la economía solidaria y polémico en el desarrollo de sus teorías políticas.

Todo esto fue reflejado en sus escritos y en sus ideas que divulgó desde la UCA, donde fue académico y últimamente en ContraPunto.

Yo le decía Maestro. Alguna vez tuvimos encontronazos en privado, pero él siempre fue respetuoso, aunque padecía de “la terquedad del izote”.

Este viernes en horas de la mañana, como a las 7 am había un mensaje suyo en mi buzón:

Juan

Este quizà sea mi ùltimo artìculo

Adios

El registro de envío decía: 00:10 (hace 7 horas)

Me dije: ahí está Aquiles con sus bromas, aunque él mismo me había enviado varios mensajes en el que me advertía que estaba muy mal de salud.

Aquiles Montoya fue un Maestro en todo momento y se preocupó por enseñar a sus alumnos. Su último artículo, que a continuación reproducimos, es una de sus cátedras.

He quedado profundamente impresionado con su fallecimiento porque algunas personas de su entorno me cuentan que estaba sumido en una profunda depresión y tristeza, lo cual no refleja en su último artículo, sino todo lo contrario: llama a luchar.

Nos duele y nos dolerá en ContraPunto su ausencia.

Nuestro homenaje al Maestro es continuar siendo críticos de la realidad que vivimos, pero forjarnos cada vez más con intelectuales al servicio de la sociedad.

Con este postulado, Maestro, te decimos adiós.

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La importancia de poseer una mente abierta

Aquiles Montoya (*)

SAN JOSÉ VILLANUEVA – Siempre he manifestado ser un economista marxista y pienso que, en lo poco que me queda de vida, no encontraré una teoría que me permita comprender de mejor manera el capitalismo. Actualmente, hasta los más acérrimos enemigos de Marx, recomiendan su estudio para comprender la crisis actual del capitalismo. Pero si encontrara una mejor teoría, sin ninguna duda que la abandonaría, como abandoné la máquina de escribir por la computadora.

Ahora bien, lo antes dicho, no significa que yo sea marxista, porque eso del ¨marxismo¨, o del ¨socialismo científico¨, yo aún no lo alcanzo a comprender. Me explico. Si Stalin se declaraba marxista, y sus acciones se justificaban con el marxismo, yo, ciertamente no soy marxista. Como tampoco comparto las ideas políticas de Marx en cuánto al cómo transformar el capitalismo, por ejemplo, lo de la dictadura del proletariado. Aunque si comparto su ideal comunista. Pero ese ideal, esa utopía, no era exclusiva de Marx. También lo fue de los llamados socialistas utópicos: de Pruodon, de quien Marx, hasta se burló en su obra ·La miseria de la filosofía·, o de los anarquistas como Bakunin, y Kropotkin, cuyas ideas, cuyos planteamientos, deberían, al menos, conocerse. Al igual que los de Rosa Luxemburgo, en su lucha contra el reformismo de Berstein y los dirigentes de la socialdemocracia alemana.

Pero, desafortunadamente, en nuestro medio, en este paísito nuestro de mierda, cualquier fulano que sabe leer y escribir, que no es lo mismo que comprender, se atreve a manifestar que yo los quiero ¨salvequear¨, cuando recomiendo leer a Rosa Luxemburgo, como si la problemática económica, social y política de la que me ocupo, fuese un vulgar juego de poquer.

Estoy viejo en edad, pero mi mente sigue joven y abierta a las nuevas y a las viejas ideas, por tal razón es que en esta ocasión deseo compartir con los jóvenes y los viejos, de mente joven, algunas ideas de los anarquistas. No para que se hagan anarquistas –aunque esa es una decisión muy personal- sino para que se percaten, si es que no lo han hecho, de que así como el ¨Mundo es ancho y ajeno¨ en términos de propiedad, también el mundo de las ideas es ancho y ajeno, en términos de conocimiento.

Citaré en esta ocasión algunos planteamientos de Kropotkin, anarquista ruso, a quien Lenin guardaba mucho respeto, aunque fuese su adversario político, pero que tienen gran actualidad. Así escribía Prokoptin:

“A los jóvenes”

Quizás se esté resignando. Como no ve salida a la situación, es posible que se diga a sí mismo: “¡Ya generaciones enteras sufrieron la misma suerte, y yo que no puedo cambiar nada, tengo que sufrirla también! Pues a trabajar, y a vivir de la mejor manera.

¡Vale! Pero la misma vida se va a encargar de que usted se dé cuenta.

Algún día estallará la crisis, una de esas crisis, ya no pasajera como antes, sino que fulmina toda una industria, que echa a la miseria a millares de trabajadores, que diezma las familias. Usted luchará, como los demás, en contra de esta calamidad. Pero pronto se dará cuenta cómo su esposa, su hijo, su amigo, sucumben poco a poco por la escasez, se debilitan bajo sus ojos y, por faltar la comida, acaban por morir en un camastro, mientras que la vida, despreocupándose de quienes perecen, pregona sus alegres ondulaciones en las calles de la gran ciudad, risueña de sol. Usted comprenderá entonces lo asqueroso de aquella sociedad, pensará en las causas de la crisis y la mirada de usted sondeará toda la hondura de esa iniquidad que expone millares de seres humanos a la codicia de un puñado de gandules; entenderá que los socialistas [anarquistas] tienen razón cuando dicen que la sociedad actual tiene que ser, y puede ser transformada totalmente.

Otro día, cuando su amo le busque, para una nueva reducción de sueldos, para quitarle aún algo de dinero para redondear más su fortuna, usted protestará; pero le contestará con prepotencia: “Vaya a pacer hierba, si no quiere trabajar por este precio.” Comprenderá entonces que el amo no sólo quiere esquilmarle como un cordero sino que le considera además como de raza inferior; el amo, que no se conforma con mantenerle entre sus garras con el sueldo, aspira aún a que se convierta usted en esclavo total. Entonces, o tendrá que plegar las espaldas, o renunciará al sentimiento de la dignidad humana y acabará por sufrir todas las humillaciones; o la sangre le subirá a la cabeza, tendrá horror a la pendiente por la que resbala, reaccionará, despedido y echado a la calle, comprenderá entonces que los socialistas [anarquistas] tienen razón cuando dicen: “¡Rebélate! ¡Rebélate contra la esclavitud económica, porque ella es la causa de todas las esclavitudes!” Entonces usted vendrá a tomar su sitio en las filas socialistas y obrará con ellos para libertar a todos los esclavos: económicos, políticos y sociales.¨(Fin de cita)

¿Qué les parece? ¿Tenía o no razón Kropotkin? Aunque éste y otros autores no aparezcan en los manuales, que han sido como el catecismo para algunos, dizque intelectuales de izquierda. Los planteamientos de este viejo intelectual ruso tienen tanta actualidad, que me ha parecido una responsabilidad política el desempolvarlos y darlos a la luz, en un medio como el nuestro, que poco o nada conoce de las ideas anarquistas.

Y a los indignados de nuestra época que ocupan plazas y parques, Kropotkin les dice:

¨Tomar posesión, en nombre del pueblo de los depósitos de trigo, de las tiendas atiborradas de vestimentas, de las casas habitables. No despilfarrar nada, organizarse de inmediato para llenar todos los vacíos, atender todas las necesidades, satisfacer todas las necesidades de producir, ya no para dar beneficios a nadie sino para que la sociedad viva y se desarrolle. […] “¡Pan, la revolución necesita pan! ¡Que otros se ocupen de lanzar circulares de versos rimbombantes! ¡Que otros se cuelguen todos los galones que sus hombros puedan soportar! ¡Que otros finalmente hagan peroratas sobre las libertades políticas! […] Nuestra tarea específica será la de obrar de manera tal que desde los primeros días de la revolución y mientras ésta dure no haya un sólo hombre en el territorio insurrecto a quien le falte el pan.

La idea burguesa consistió en perorar acerca de los grandes principios, o más bien acerca de las grandes mentiras. La idea popular consistirá en asegurar pan para todos. Mientras los burgueses y los trabajadores se harán los grandes hombres en los corrillos, mientras la “gente práctica” discutirá indefinidamente acerca de las formas de gobierno, nosotros, los “utopistas”, tendremos que pensar en el pan cotidiano.

Tenemos la audacia de afirmar que cada uno debe y puede comer según el hambre que tenga, que la revolución vencerá a través del pan de todos.

Como se sabe, somos utopistas, tan utopistas, en efecto, que llevamos nuestra utopía hasta creer que la revolución deberá y podrá asegurar a todos la vivienda, el vestido y el pan; esto no les gusta nada a los burgueses rojos o azules, porque saben perfectamente que un pueblo que comerá según el hambre que tenga será dificilísimo de dominar.¨(Fin de cita)

Y en cuanto a la igualdad de género Kropotkin, manifiesta:

¨Los mismos que desean la emancipación del género humano no han incluido a la mujer dentro de su sueño de emancipación y consideran indigno de su elevada dignidad masculina pensar “en esos asuntos de cocina”, que han cargado sobre los hombros del gran paño de lágrimas: la mujer.¨

Emancipar a la mujer no es abrirle las puertas de la universidad, de los tribunales y del parlamento. La mujer así emancipada desplaza siempre hacia otra mujer los trabajos domésticos. Emancipar a la mujer es liberarla del trabajo embrutecedor de la cocina y del lavadero; es organizarse de tal manera que pueda alimentar y criar a sus hijos, si así le parece, sin perder la posibilidad de asumir la parte que le corresponde en la vida social.¨(Fin de cita).

Generalmente cuando se habla de anarquismo en nuestro medio, se hace de manera despectiva, pero no porque se conozcan sus ideas, su filosofía, sus planteamientos, sino porque en nuestro medio los pocos que se autodenominan marxistas, ni siquiera conocen a Marx, sino que los manuales, ya no digamos el pensamiento de Rosa Luxemburgo, de Gramsci, de los socialistas utópicos, etc.

Para un intelectual político y revolucionario, pienso yo, que es necesario no quedarse, no conformarse con las lecturas de Marx o de Lenin, ya no digamos con el maestro de muchos políticos modernos, como el tal N. Bobio que, no es ni siquiera revolucionario. Y por otra parte, atender a la realidad y ser creativos, esto es, aprender a pensar y proponer sus ideas, pueden ser aceptadas o no. Pero eso es lo menos importante, por eso, cito a Kropotkin, alguien que ha sido ignorado a pesar de tener gran racionalidad y actualidad en su pensamiento.

Adiós muchachos, los quiero mucho, pero por favor cultívense!