A TODA LA MILITANCIA DEL MOVIMIENTO NUEVO PAIS:

Estimados compañeros/as miembros del MOVIMIENTO NUEVO PAIS, reciban un fraterno y revolucionario saludo en nombre de la Directiva Nacional Provisional; el objetivo de la presente es compartir algunos elementos que creemos, es de vital importancia se transmitan:
– Estamos entrando a un periodo de dinamismo extraordinario en el marco del proceso electoral, con miras al cual hemos venido caminando con nuestros propios aciertos y desaciertos, pero con la claridad que somos la única fuerza política que está viendo el futuro con una visión de izquierda popular, de cara a los problemas de las mayorías que son las más vulnerables y desprotegidas; esto nos contrapone de manera frontal a los partidos políticos que se aprestan a la contienda, cargados de dólares pero faltos de compromisos reales con el pueblo, presentándose todos como continuadores del gobierno actual, dos dicen que son de derecha y ciertamente por lo menos en eso son sinceros y el otro se presenta como el partido de izquierda, referente de las luchas históricas del heroico periodo de guerra, usufructuando toda aquella gesta, a nuestros héroes y mártires, desaparecidos, torturados, exiliados y todo el sufrimiento que significo para el pueblo esa lucha, en realidad y en la práctica es un proyecto de derecha igual que los otros dos.

– Hemos sido notificados por el TSE de la negativa a nuestra petición de prorroga al plazo para recolección de firmas que solicitamos cuando entregamos los libros, con eso el proceso se cierra en lo que al TSE respecta y si queremos intentarlo de nuevo con el mismo nombre, podemos hacerlo hasta dentro de un año.

En este punto agradecemos y felicitamos a todos y todas por hacer suya esta iniciativa, ya sea integrados a la recolección de firmas, apoyando a los equipos de recolección o aportando su firma para la construcción del instrumento político partidario, fueron tres meses de encuentro con la gente, aquí en nuestro país como en Estados Unidos y Canadá, a lo mejor no lo hicimos de la mejor manera, a lo mejor no llegamos hasta todas las personas que estaban dispuestas a aportar su firma, a lo mejor nos quedamos cortos, lo cierto es que, con muy escasos recursos financieros, recogimos más de treinta y cinco mil firmas, sin pagar ni un centavo por cada una de ellas, esto fue posible solamente con la entrega decidida de todos/as ustedes que pasaron días y semanas en la calle bajo el sol, muchas veces sin comer, pero con la fe inquebrantable en que lo que se estaba haciendo era lo correcto, solo así fue posible recoger semejante cantidad de firmas, las que en base a la ley y a la decisión del TSE no alcanzaron para legalizar al partido; sin embargo la riqueza que nos queda es esa cantidad de compañeros y compañeras que de forma espontánea nos buscaban para aportar su firma y su apoyo solidario, con la confianza que estamos trabajando por un nuevo proyecto, al cual no hemos renunciado, ni renunciaremos. El MNP es reconocido en todo el país y fuera de él, el Nuevo País existe y eso es gracias a la gran labor realizada.

Hoy más que nunca, el llamado es más urgente, porque debemos estar al lado del pueblo de manera que no lo engañen con discursos demagógicos, aquí no urge una nueva derecha que venga a esquilmar mas a la clase trabajadora y a saquear mas las arcas del empobrecido y endeudado estado, aquí lo que se necesita son soluciones reales y urgentes a los graves problemas que nos aquejan, las que no saldrán de esos partidos sino desde nosotros mismos, desde el pueblo organizado y decidido a transformar el país y caminar por los senderos de una verdadera democracia con participación real en todas las decisiones que la vida exige. No se trata de cambiar presidente o partido, se trata de una vez por todas de cambiar el sentido de ser del estado, a quien éste se debe, con quien debe estar comprometido todo su aparato, a quien debe beneficiar, eso lo debemos resolver desde abajo, trabajando incansablemente todos juntos por construir un nuevo estado, UN NUEVO PAIS!!!!!!….

– Lamentamos el deceso del compañero FélixChávez, quien se entregó de lleno en este proceso de recolección de firmas ya sea en la Universidad de El Salvador, en el ISSS de Zacamil o en la plaza Cívica, o en cualquier otro lugar, todos los días salió al encuentro de personas dispuestas a abrazar el ideal de construir un nuevo país, hasta que un día domingo en la Plaza Cívica sufrió un accidente cerebro vascular en plena tarea de firmas, días después falleció a causa de una recaída fulminante.

¡Hasta la victoria siempre compañero Félix!
Nos legaste lo más grande: toda tu vida entregada a los intereses de los desposeídos, de los humildes y a las tareas de la organización en la que confiaste y no abandonaste jamás…
Vaya hasta su querida familia nuestras más sentidas condolencias.

– En asamblea realizada el 17 de febrero nos planteamos la continuidad de nuestra lucha como MNP, ya fuere que se legalizara o no, ahora ante la no inscripción como partido, reiteramos aquel acuerdo y hacemos un llamado a todos y todas a seguir llevando nuestro mensaje de lucha desde una visión de izquierda popular y desde la posición de defender los intereses de nuestra clase; debemos seguir creciendo en organización, llegar hasta el último rincón del país, crear estructuras fortaleciendo la conciencia y prepararnos para las luchas de hoy y de mañana.

– En los últimos días, hemos realizado reuniones con representantes de organizaciones y partidos políticos, abordando principalmente el tema de las elecciones presidenciales 2014, conversando sobre inquietudes, propuestas y perspectivas de nuestra participación, sin aceptar ni contraer ningún tipo de compromiso con nadie; llamamos a estar listos para decidir en cualquier momento que vamos a hacer ante una posible participación dentro de esta campaña.

– Una tarea que tiene mucha importancia es la realización de escuelas políticas que fortalezcan la capacidad de nuestro cuadros, contamos con ofrecimientos de apoyo para su ejecuciónen el más corto plazo, y es que no hay tiempo, debemos aprender a hacer las cosas con prisa pero bien hechas y por supuesto sin pausa.

Un abrazo para todos y todas y para sus queridas familias.

¡¡¡¡¡¡¡A LUCHAR POR NUEVO PAIS!!!!!!

17 de Marzo de 2013

Iglesias de Occidente reconocen trabajo de Procurador Oscar Luna

METALIO, Ahuachapan; 17 de marzo de 2013 (SIEP) “Le entregamos este reconocimiento por el respeto al trabajo que Usted realiza como Procurador de Derechos Humanos, siguiendo el ejemplo de Monseñor Romero…” expresó esta mañana el sacerdote Erick Cruz, párroco de la Iglesia Católica San José de esta localidad.

El Lic. Oscar Luna, Procurador de Derechos Humanos, junto con los periodistas Roberto Hugo Preza y Mélida Araniva, fueron reconocidos como Seguidores de Monseñor Romero por parte de las iglesias Católica, Bautista, y Luterana Popular del occidente del país.

La solemne actividad contó con la presencia del Lic. Darío Guadrón, Alcalde de Acajutla, y de los diputados del FMLN, Guillermo Oliva, Jaime Valdez y Kriscia Lujan. Y de los religiosos padre católico Erick Cruz; pastores luteranos Ricardo Cornejo, Roberto Pineda, Efraín Cerna; pastor bautista Alex Orantes; y la presidenta de la Asociación Cristiana de Mujeres, Revda. María Isabel Villegas.
Asimismo se disfrutó de las participaciones artística de la cantante de música clásica, Verónica Tochéz ; del Grupo Juvenil “Nueva generación” de la Parroquia Nuestra señora de Los Angeles de Sonsonate y el Testimonio de Lucha de las Comunidades de Base, del Hermano Sarbelio.

Por su parte el Procurador Oscar Humberto Luna agradeció el reconocimiento y manifestó su voluntad de “continuar cumpliendo con mi mandato constitucional de velar por el respeto y la garantía a los Derechos Humanos.”

Finalmente, el Rev. Ricardo Cornejo explicó que “este es el homenaje que realizamos en el 33 aniversario del martirio de nuestro Pastor y Profeta Monseñor Romero; para indicar que Monseñor vive en el corazón de los hombres y mujeres que en nuestra Patria luchan por la justicia.”

8 de marzo del 2013 Día Nacional e Internacional de las mujeres

Las organizaciones feministas, organizaciones de mujeres y mujeres feministas que conformamos la “Concertación Feminista Prudencia Ayala”, este día simboliza las luchas de las mujeres, lucha por la visibilidad, por el reconocimiento y el respeto de todos los derechos.

A partir del 2012, luego que entrarán en vigencia leyes que tienen el mandato de garantizar el ejercicio pleno de los derechos de las mujeres, se genera el reto al Estado de que estas leyes sean aplicadas de manera efectiva para la erradicación de la discriminación y violencia en que las mujeres vivimos cotidianamente.

Así, durante este período se han visibilizado varios casos relevantes ante la opinión pública, ya sea por su contenido o bien, por las personas involucradas. Entre los que podemos citar:

Caso del Diputado Rodrigo Samayoa
Como Concertación feminista, realizamos varias acciones de cabildeo y presión ante la Asamblea Legislativa, para que el diputado Samayoa fuera desaforado, ya que consideramos que no debe existir impunidad en los casos de Violencia contra las Mujeres, independientemente del cargo que ocupen. Además existe en nuestro país un marco normativo que establece que dichas conductas son delitos graves, si eso no es respetado por la institucionalidad, seguiremos denunciando, ya que, se debe evitar que los hombres con estos privilegios utilicen su poder para seguir naturalizando la violencia contra las mujeres.
Caso Dennis Alas
Otro de estos agresores es el futbolista y seleccionado nacional, Denis Alas de 27 años, según el proceso judicial que se le seguía por el delito de estupro, él se declaró culpable, por lo que se sometió a un proceso abreviado y se le impuso la pena de trabajos de utilidad pública. El hecho que se conoció a través de los medios de comunicación, refiere que mantuvo una relación sexual con una joven de 15 años. Lo más delicado de este caso es que él es una figura pública del deporte, referente para muchos jóvenes y niños. Y que, al ser un referente público, tiene la posibilidad de promover la naturalización de los hechos de violencia contra las mujeres, ya que ha sido apoyado por la institucionalidad del deporte, donde prevalecen los intereses deportivos antes que el respeto a los derechos de las mujeres.
Caso de funcionarias de la municipalidad del Congo
Funcionarias de la Alcaldía El Congo que están enfrentando violencia y acoso laboral, como una forma de limitar el trabajo que están haciendo a favor de las mujeres en las comunidades. Este es un claro ejemplo de cómo los funcionarios públicos incumplen sus obligaciones que por mandato de ley tienen que asumir.
Agresiones sufridas por mujeres sindicalistas: En el primer caso una compañera del sindicato de trabajadoras/es del ministerio de economía agresión cometida por el director de la DIGESTYC) y el segundo caso las compañeras del sindicato del registro de personas naturales, quien se han visto agredidas por el jefe de archivo registral, ambos casos han denunciado con las autoridades correspondientes, y hasta el momento lo que sabe del primero es que está suspendido, al otro no le han hecho nada.

Caso de la utilización de la imagen de la mujer por ALBA
En el marco legal actualmente establecido, se incorporó el concepto de violencia simbólica, con lo que busca eliminar las prácticas y mensajes que utilicen como objetos a las mujeres, en este caso, consideramos que la propaganda que está realizando ALBA es violatoria de los derechos humanos de las mujeres, por una parte utiliza a las mujeres como símbolo sexual para promocionar su combustible y por otra, utiliza al estereotipo de mujer madre para promover sus alimentos.
Aprobación de ley de partidos políticos:
Nuestro país, desde el año de 1981 mediante la ratificación de la CEDAW, asumió el compromiso de impulsar acciones afirmativas tendientes a eliminar las brechas de género existentes y, reconociendo que existe una baja representación de las mujeres en los cargos de toma de decisiones en las instancias públicas, la Concertación Feminista consideraba que se debían impulsar medidas afirmativas a fin de lograr la paridad, por ello, este tema fue retomado en la elaboración de la Ley de Igualdad pero no fue aprobada la propuesta de la paridad.
En el marco de la Aprobación de Ley de Partidos Políticos, se estableció un mínimo de un 30% de participación de mujeres, que consideramos insuficiente para lograr eliminar las desigualdades. Creemos que en la sociedad salvadoreña en general y a los tomadores de decisiones en particular, se debe eliminar la mala interpretación sobre lo que significan las medidas afirmativas, de forma que no se confunda como una concesión a las mujeres sino que, debe entenderse como una medida temporal y una acción de justicia para ir logrando una mayor participación de las mujeres en todos los ámbitos de la sociedad.
Política Nacional de Seguridad Alimentaria y Nutricional , la cual no esta siendo implementada con el enfoque de género necesario que pasa por reconocer el papel de las mujeres en esta temática. Siempre recordando que las mujeres somos sujetas de derecho y ser vista solo en el rol de cuidadoras y de garantes de bienestar familiar es discriminatorio para todas las mujeres salvadoreñas.
Política de salud Sexual y Reproductiva, La creación de una política es esta materia es un avance, no se puede concretar en acciones mientras con cuente con presupuesto lo cual impide que se operativice en los territorios.

Por lo anteriormente expuesto seguimos creyendo que existe un reto en la sociedad salvadoreña y un compromiso del Estado Salvadoreño para garantizar la igualdad real, por lo tanto exigimos que: – Exista un compromiso efectivo de las diferentes instituciones en el cumplimento de las leyes y el marco de respeto de los derechos humanos de las mujeres. – Estado fortalezca a las Instituciones que tiene la responsabilidad de dar seguimiento al cumplimiento del marco legal existente.
Estas exigencias se traducen en: – Presupuesto General de la Nación para el avance en la igualdad. – Se generen y funcionen los mecanismos garantes para la igualdad: Planes, Unidades, programas y personal sensible y especializado. – Homologación e implementación del enfoque de género en la legislación vigente y los reglamentos institucionales. – Incorporación en todas las campañas gubernamentales, la sensibilización a la población que fomenten la igualdad.
Exigimos a la Asamblea legislativa y al Grupo Parlamentario de mujeres que se pronuncie a favor de los derechos de las mujeres, que rechacen la impunidad independientemente de los privilegios del agresor.
Exigimos a ISDEMU que haga efectivo su rol rector de las políticas públicas dirigidas a garantizar los derechos humanos de las mujeres salvadoreñas

Reiteramos a los Medios de Comunicación el compromiso de eliminar de sus mensajes y cobertura la violencia simbólica, como lo exige la nueva legislación.
Nuestra labor como Concertación Feminista Prudencia Ayala continúa desde la contraloría social desde la lucha por los derechos que aún siguen pendientes de garantizar. Nuestra mayor aspiración es que las mujeres salvadoreñas vivamos nuestras libertades en todas sus dimensiones, libres de actitudes sexistas y discriminatorios.
Hacemos un llamado a las mujeres en general, que exijan el cumplimiento de las leyes, que vigilen y denuncien a las instituciones que están obligadas a cumplirlas.

San Salvador, 8 de marzo de 2013.

“El Frente Sandinista colapsó, ahora es la maquinaria política de una familia”

03 de Marzo de 2013 Dora Téllez. Una pregunta que a mí me hacen a menudo es ésta: ¿Cómo es que Daniel Ortega llegó hasta ahí? ¿Cómo es que el FSLN terminó así? Es una pregunta con una respuesta no simple. La involución del Frente Sandinista es un asunto mucho más complejo. Y el corto tiempo que tengo en esta conversación no alcanza para describir exactamente todo el proceso. Así que hablaré sólo de algunos rasgos que creo esenciales.

En la historia del Frente Sandinista ha habido varias etapas. La primera, la de la lucha revolucionaria contra la dictadura. En esa etapa el Frente fue una organización clandestina, altamente centralizada como corresponde a una organización clandestina, sumamente reducida, con una militancia reducida tal vez unas 300 personas y con una conexión con la sociedad bastante reducida también. Organizada para la lucha armada. Ese proceso duró desde que el Frente Sandinista se fundó en 1961 hasta 1978. Era una organización forjada en medio de la represión de la dictadura, una organización cerrada, donde no había debate democrático ni podía haberlo. Era absurdo que lo hubiera cuando ni siquiera podía haber comunicación por la clandestinidad. Eran tiempos de muy limitada comunicación en todo el país, tiempos en que aún había teléfonos de disco, incluso de manigueta, con telefonistas que enchufaban y desenchufaban clavijas en la central telefónica de Matagalpa y en la de otros lugares. Y ni siquiera los usábamos en el Frente, por razones de seguridad. Nuestra comunicación era mínima y elemental: nos comunicábamos con papelitos chiquitos escritos con letra diminuta que llevaban y traían algunos mensajeros.

Después de la ofensiva guerrillera de octubre de 1977, y del asesinato de Pedro Joaquín Chamorro en 1978, esa organización clandestina se conectó por fin con una enorme movilización social hasta que acabamos con la dictadura. Cuando eso sucedió el Frente Sandinista no era una única organización, eran tres. En 1975 el Frente se dividió en tres organizaciones distintas. No eran tendencias, como se decía entonces. Eran organizaciones distintas, cada una con su dirección, sus estructuras, su programa, su política, su filosofía de actuación. Cada una con su propio planteamiento ante la dictadura somocista. Lo que no cambió fue el nombre y se decía Frente Sandinista tendencia insurreccional tercerista, Frente Sandinista tendencia guerra popular prolongada, Frente Sandinista tendencia proletaria. A finales de 1978 a lo que llegan esas tres organizaciones no es a una unidad orgánica, sino a una unidad en la acción para el derrocamiento de la dictadura.

Con el triunfo de la Revolución en 1979 no se produjo tampoco una unidad orgánica como tal. Se fusionó la dirección de las tres tendencias y el Frente se rearticuló alrededor de las instituciones del Estado. Dirigiendo las instituciones clave se colocaron los miembros de la dirección nacional del Frente, que quedó como principal órgano político. Ése fue el mecanismo de rearticulación política que encontramos. Y había una corriente de quienes estaban en el ejército, otra de quienes estaban en el Ministerio del Interior, otra de quienes estaban en la reforma agraria, otra de quienes estaban en lo que se llamó “el partido” la organización partidaria propiamente dicha, otra de quienes estaban en las organizaciones de masas… Quienes estábamos en el aparato de “el partido”, decíamos que estábamos en el “ministerio de movilización de la Revolución”.

Esto significó que la articulación política no se produjo integradamente, sino alrededor de instituciones. En 1990 la derrota en las elecciones nos encuentra articulados alrededor de instituciones y teniendo que pasar a la oposición política. Dos desafíos enormes: articularnos como una organización política, como un partido político y pasar a hacer oposición.

Pero, ¿cuándo había sido el Frente oposición cívica, oposición política? Nunca. No teníamos ninguna experiencia. Años antes habíamos estado en la oposición armada. Además, nunca en Nicaragua un partido político en el poder había perdido las elecciones limpiamente. Nadie estaba habituado ni a ganar ni a perder elecciones limpiamente.

Todo era una novedad para el país… y para el Frente. Nadie entendía nada de la separación de poderes. La concentración de poderes en el Ejecutivo había sido en Nicaragua una tradición arraigadísima. Y la Constitución de 1987, la que hicimos durante la Revolución, había seguido ese mismo molde, no se apartó básicamente del sistema político anterior, basado en concentrar poder en el Presidente de la República y en restarle poder a todos los demás. Según la Constitución del 87, por ejemplo, el Presidente podía nombrar de dedo al presidente de la Corte Suprema de Justicia y al presidente del Consejo Supremo Electoral. La Constitución de 1987 consagró un sistema presidencialista bastante autoritario.

Al pasar a la oposición, el Frente Sandinista tenía otro dilema: cómo actuar en circunstancias tan difíciles, cómo hacer oposición ante quienes habían estado en contra de la Revolución y la habían combatido con las armas, cómo actuar ante la oleada conservadora que se nos venía encima. Y además, qué relación tener con las organizaciones sociales, con la ciudadanía, con la población. Eran muchos los desafíos, todo era nuevo. Esto agudizó los debates al interior del Frente, debates que ya teníamos antes de la derrota.

En el gran debate que se abrió con la derrota electoral surgió un elemento clave, que es el que más ha influido en la situación actual. Ese debate se centró en las causas de la derrota, en cuál sería la actuación del sandinismo en la oposición y en la demanda de democratización del partido. La corriente encabezada por Daniel Ortega insistió en tratar de retrasar o frenar el proceso de democratización interna del partido dada la situación adversa que atravesábamos. Para entonces, la democratización del Frente era ya una demanda bastante amplia. Se le sumaba el contexto interno, influido por los resultados electorales.

Después de la derrota electoral, la Dirección Nacional salvó su responsabilidad, delegándola en los cuadros intermedios del Frente. Los cuadros intermedios terminaron siendo los grandes culpables de todo. Y en todas partes les volaron la cabeza a todos. En esa tarea Daniel Ortega se empeñó a fondo. Así se preparaba el terreno para lo que sucedería después. Siguiendo a la dirección nacional, la base le echó también la culpa a los cuadros intermedios. Y como los cuadros intermedios era la gente que tenía más autoridad en el partido, la gente que podía debatir de tú a tú con la dirección nacional, una vez que fueron desapareciendo lo que fue quedando del Frente fue una dirección que tenía todo el poder y unos liderazgos de base con muchísimo menos poder.

El segmento que encabezaba Daniel Ortega también se oponía a una reforma constitucional que democratizara el sistema político, de corte presidencialista y autoritario. Eso también provocó rupturas. Finalmente, el grupo de Ortega terminó imponiéndose. Pudo hacerlo también porque cuando llegamos a 1990 Daniel Ortega había estado rodeado de un aparato de propaganda que trabajó mucho para cultivar y consolidar su personalidad.

El cultivo de su personalidad inició a partir de 1983. Primero bajo la tesis de que era necesario concentrar el poder para enfrentar la guerra contrarrevolucionaria. Y después, bajo la tesis de que había que fortalecer personalidades para enfrentar las campañas electorales, primero la de 1984 y después la de 1990. Poco a poco, la figura de Daniel Ortega fue concentrando más y más poder y también teniendo más relieve a nivel público, de manera que cuando perdemos las elecciones él es la personalidad del Frente Sandinista que tiene más ascendencia dentro y fuera del Frente.

¿Por qué fue Daniel y no fue otro dirigente del Frente Sandinista el que ocupó ese lugar? Mi respuesta a esa pregunta es tal vez un poco, un poco… exótica. Yo creo que él llegó ahí por eliminación. Cuando en 1978 se juntaron las tres tendencias del Frente Sandinista se dio un gran debate sobre cuántos miembros en la dirección conjunta que íbamos a formar le tocaban a cada tendencia. La tendencia tercerista reclamaba mayor participación que las otras dos tendencias porque era la más fuerte. Pero lograr eso se volvió un imposible y para volver posible la dirección conjunta se llegó al acuerdo de tres-tres-tres, tres dirigentes de cada tendencia para una dirección nacional de nueve. Naturalmente, la correlación de fuerzas no era tres-tres-tres y ahí comenzó la pugna. Y, obviamente, al triunfo de la revolución el tercerismo trató de ocupar las posiciones de poder más importantes.

El proceso de eliminación comenzó sacando a las dos figuras que tenían más relieve público al momento del triunfo de la revolución, Tomás Borge y Henry Ruiz. Luego se escogió a personalidades que no chimaran demasiado y tuviesen reconocimiento. Entre los que directamente estaban vinculados a cualquiera de las tres tendencias, se eligió a Moisés Hassan, un intelectual, profesor de física, bastante reconocido en los medios universitarios. Era de la tendencia guerra popular prolongada y gozaba de la confianza de los líderes de esa tendencia. Y no sacaba roncha. Luego, Sergio Ramírez, del Grupo de los Doce, un intelectual con prestigio, que gozaba de la confianza del liderazgo de la tendencia tercerista, pero tenía un perfil más amplio y un relieve importante.

Y de la Dirección Nacional del Frente, ¿quién estaría en la Junta de Gobierno? Se pensó en Daniel Ortega, de la tendencia tercerista, porque era un hombre tímido, callado, hábil en la maniobra, pero carente de liderazgo público. Parecía no representar una amenaza para nadie. Así, el tercerismo lograba imponer en la Junta de Gobierno una correlación favorable, acorde a la fuerza con la que contaba.

En la tendencia tercerista el que tenía vínculos en los frentes de guerra era Humberto Ortega y los que andaban en los frentes de guerra eran Víctor Tirado y Germán Pomares “El Danto”. Ésos eran los líderes. Como hombre retraído, no bueno en las relaciones públicas ni en la relación social ni en la relación con las estructuras, Daniel Ortega era la persona ideal. Daba la impresión de que no sería una amenaza para nadie. Ojo: casi siempre los que dan la impresión de no ser una amenaza terminan encaramándose. Fue, por ejemplo, el caso de Joaquín Balaguer en la República Dominicana. Tenía cara de baboso, era un secretario con ascendiente en el trujillato, pero nada más. ¿Por qué eligieron a Balaguer? Porque todo el mundo sintió que no iba a estorbar a nadie y que iba a mantener el estatus quo. Después, Balaguer demostró que tenía el colmillo bien guardado y se reeligió hasta cinco veces.

A Humberto se le consideraba un dirigente con colmillo. Humberto siempre ha tenido colmillo y además siempre lo ha enseñado. En ese sentido es un hombre transparente. Él manejaba los frentes de guerra durante la lucha contra la dictadura, se malmataba con nosotros, teníamos discusiones fuertísimas con él en medio de la guerra. Es un hombre de opiniones fuertes, un hombre que escribía, que tenía sus tesis, que se ocupaba de temas estratégicos… Humberto es como es: apasionado, explícito, de carácter agresivo, bueno a la maniobra, pero también bueno a la tercia. Muy distinto de Daniel.

Daniel Ortega fue cultivando otra personalidad en el camino. La fue cultivando durante los años 80, a medida que se va concentrando poder alrededor de él. Y eso sucede a medida en que va agudizándose la guerra con la Contra. El momento más crítico de la guerra fue 1983. Ese año encuentra a la revolución con una institucionalidad nueva, que ya era fuerte, pero que estaba bastante dispersa. En 1983 había tal desconexión institucional para enfrentar a la Contra y la Contra había avanzado de tal manera que la necesidad de concentración de poder y de concentración institucional fue generalizada. A nivel regional, a nivel departamental, a nivel municipal, a nivel nacional todo se organizó de arriba a abajo, todo se centralizó.

Se crearon entonces mecanismos para vincular las instituciones estatales al partido. Es entonces cuando comienza a apuntalarse el poder institucional de Daniel Ortega, que se coloca como coordinador del Frente Sandinista no recuerdo exactamente el nombre preciso de la figura y como coordinador de la Junta de Gobierno. Todo eso sucede antes de las elecciones de 1984.

En 1985, cuando se celebró una gran asamblea sandinista que revisó la relación del Frente con las organizaciones de masas, aparecieron muchas críticas por la relación vertical que había entre el partido y la base social, una relación de subordinación, una relación autoritaria, de ordeno y mando. Hubo también debate sobre la estructura interna del Frente. Pero la tendencia que se impuso de nuevo en aquel momento fue la de seguir concentrando el poder. Porque, en efecto, la guerra estaba cruda, Reagan había ganado de nuevo las elecciones y sabíamos que iba a cumplir su palabra de atacarnos con todos los fierros.

La elección de 1984 nunca la consideramos una elección desafiante. Porque el candidato que hubiera podido ser competitivo, Arturo Cruz, se bajó del caballo a mitad del camino y no quedó nadie con posibilidades. Participaron siete partidos y la abstención fue elevada, pero esas elecciones no las consideramos un desafío, como sí consideramos las de 1990.

Ya para 1990 se había avanzado bastante en la consolidación de la figura de Daniel Ortega. Entre otras cosas porque el producto que salió de la elección de 1984 fue un Presidente y un Vicepresidente. La Junta de Gobierno dejó de existir y la figura presidencial comenzó a pesar. Daniel ya no coordinaba la Junta, era Presidente y lo era con todos los poderes que tenía en ese momento, y con los que le daba la Constitución de 1987.

En la elección de 1990 sí hubo un juego de personalidades, una verdadera competencia. Y la apuesta del Frente fue la misma: Daniel Ortega sería el candidato. ¿Por qué él de nuevo? Porque cambiar la apuesta hubiera significado introducir en el Frente Sandinista un gran debate. Y si en 1989 alguien hubiera abierto el tema de quién sería el candidato, hubieran aparecido varios: Tomás Borge y algún otro. Si hubiéramos abierto esa discusión en 1989 dentro del Frente se hubieran producido agrupamientos en torno a candidaturas, una situación y un debate desconocidos para nosotros, a los que seguramente les temíamos.

El otro debate que estaba pendiente, el de la relación del Frente con las organizaciones de masas que volvió a surgir en ese momento se resolvió con el acuerdo de hacer un Congreso después de que ganáramos las elecciones. Así que decidimos ir a las elecciones con los mismos candidatos y después hacer un Congreso que revisara a fondo muchos temas, que estaban ahí, pendientes. Apuntalamos a las mismas personalidades, al Presidente y al Vicepresidente.

La campaña electoral de 1989, la de Daniel Ortega presentado a la población como “el gallo ennavajado” terminó de elevar su figura. Pero ya en ese título que se le dio, y en otros muchos mensajes de aquella campaña, se empezaba a expresar la opción del FSLN de hacer política como siempre se había hecho en Nicaragua.

Todos los partidos políticos, y todas las personas, queremos primero transformar la realidad y después viene la tendencia de acomodarnos a la realidad. Eso pasó también con el Frente Sandinista. De manera que el Daniel Ortega que llegó a las elecciones de 1990 estaba ya completamente instalado como una figura de poder político bastante tradicional. Dentro del Frente y fuera del Frente, pero sobre todo fuera del Frente. Dentro todavía había ciertos balances, pero fuera del Frente, la figura de Daniel era indudablemente la de mayor peso. Faltando los cuadros intermedios, se comenzó a desplegar y a establecer el modelo de caudillo y masas, el cultivo de una relación directa y subordinada. En ese modelo, el engranaje de partido que es necesario es uno que esté solamente al servicio del caudillo.

Después de la derrota electoral de 1990 Daniel Ortega va imponiéndose sobre el resto de líderes del Frente. Una parte de esos líderes se repliega. Algunos por razones obvias: tienen que buscar de qué comer. Otros se repliegan porque se repliegan. En el caso de los cuadros intermedios, a los que se les hizo la guerra, se repliegan también porque tenían que buscar un trabajo. Nadie quedó con un cargo, sólo los que quedamos de diputados. Y el ejército de profesionales que tenía el Frente Sandinista cuando perdimos las elecciones era enorme, poco menos de siete mil profesionales. Pero la inmensa mayoría no había terminado la carrera porque se había metido a la revolución, no tenían título de nada.

Y en 1990 había que salir a trabajar para comer. Pero, ¿a trabajar en qué? ¿Con qué título? “Yo soy especialista en organización del movimiento comunal”, “Yo soy especialista en organizar suministros para las milicias”… ¿Quién te va a dar trabajo con eso? Ésos no son oficios en una sociedad post-guerra. Entonces, unos a comprar y vender frijoles, otros a vender telas, otros a vender calzones, otros a buscarse un tramo en el mercado… El ejército de profesionales del Frente salió a buscar de qué vivir. ¿Quiénes quedaron solamente en el aparato del partido? Los que éramos diputados y Daniel Ortega. Nosotros teníamos un salario y él tenía recursos para mantenerse. Eso fue lo que quedó.

Daniel Ortega se ha dado a la tarea de decir que él fue el único que permaneció fiel después de la derrota electoral, el único que andaba del timbo al tambo con la gente. Ciertamente, él era el único que tenía recursos para andar del timbo al tambo. El resto tenía que buscar de qué comer y con qué vivir. Solamente los que habíamos quedado de diputados teníamos asegurado un salario para el debate político. Y exactamente eso fue lo que hicimos: el debate político.

Para mediados de los años 90 Daniel Ortega ya había logrado imponerse en el Frente Sandinista. Lo hizo por dos vías. Por tener el poder de ser la figura pública del Frente de mayor relieve. Y por la ya conocida estrategia de que cada vez que alguno no estaba de acuerdo con él le montaba la campaña: “traidor”, “vendido”, “agente de la CIA, del imperialismo, de la socialdemocracia internacional…” Esa campaña funcionó para mucha gente. Todavía me he encontrado, cinco o diez años después, a gente que me pide disculpas. Una vez un hombre me detuvo en la calle. “Yo quiero pedirle perdón a usted” “¿Y por qué?”, le dije. “Porque dije bascosidades de usted, diciendo que usted era traidora. Y ahora me doy cuenta de que era mentira, que usted tenía razón”.

Y es que la gente no ve argumentos, ve personalidades. Y si Daniel Ortega abre la boca y dice que acostarse con Arnoldo Alemán en la misma cama, desayunar, almorzar y cenar con él, es lo que necesita la revolución, hay mucha gente en el Frente que dice que eso es precisamente lo que necesita la revolución. Y si al día siguiente dice que ya no, mucha gente dirá que ya no. Porque cuando se deifica a una persona la referencia no es la realidad ni los principios ni el programa sino lo que esa persona dice y hace. Cuando Daniel Ortega se alió con Arnoldo Alemán, mucha gente en el Frente decía “Qué inteligente es el comandante, qué bárbaro ese maje, la sacó del estadio con esa alianza”. Pero si la Dora Téllez se aliara con Alemán dirían: “Qué traición la de la Dora Téllez, abandonó los principios y se fue a arrastrar con Arnoldo Alemán”. Así funciona mucha gente.

Lo que en 1995 no estaba completamente claro en el Frente era que Daniel Ortega no se detendría. Que Daniel Ortega estaba dominado por su afán de concentrar más poder. Y no se detuvo. Es más: no se ha detenido. Ni se detendrá por su voluntad. Habrá que detenerlo.

La primera oleada que salió del Frente fuimos nosotros, pero no cedimos. Salimos a formar un partido político, el Movimiento Renovador Sandinista. Para Daniel Ortega lo ideal hubiera sido que nos saliéramos, pero no a hacer un partido, sino que pasáramos a ser un grupo de hablantines dispersos. Después de nosotros vino una segunda oleada, y después la tercera oleada y después la cuarta oleada.Y en Jinotepe recientemente me encontré ya a la quinta oleada… Porque el proceso de concentración de poder incluye ahora a la familia de Ortega. Y eso requiere de la liquidación de los últimos vestigios de los líderes del Frente Sandinista que tienen que ver con el pasado. Les dicen “la chatarra de la revolución”. Ahora quienes forman el partido son jóvenes. ¿Y por qué jóvenes? ¿Porque son buenos? No. Porque ellos pretenden que esos jóvenes sean incondicionales con quienes los están poniendo ahí. Los empujan a no tener espíritu crítico, a obedecer.

El primer proceso que ha llevado a la involución del Frente Sandinista ha sido la concentración de poder, primero en la figura de Ortega, y ahora en la de su familia.

El segundo proceso que ha hecho involucionar al Frente Sandinista es el de pragmatización de la política. Ciertamente, los políticos tienen que ser pragmáticos y la política tiene que ser pragmática porque uno vive en la realidad con otros que no piensan como uno. Y en política siempre hay que negociar, siempre hay que transar para poder convivir. Y la convivencia tiene que ver con tolerancia y con un cierto nivel de transacciones para resolver problemas concretos. Siempre hay que negociar, pero hay que negociar sobre problemas concretos de la gente, sobre temas de fondo que afectan a la gente.

Ya en los años 90, y con fuerza, se percibió en el orteguismo la tesis de que todo era negociable, con tal de conservar, aumentar, mejorar las cuotas de poder, sin importar ni programa ni principios ni los intereses nacionales ni los intereses populares. Esa tesis llevó a Ortega hasta el pacto con Arnoldo Alemán en 1998. Un pacto que Alemán creyó que era como los que se hacían durante el somocismo, que se firmaban, se cumplían y ahí se quedaban: primero repartición de cuotas al 60-40, después al 50-50 y así… La equivocación de Alemán fue creer que el pacto quedaba fijo, como sucedió en los pactos que hizo el somocismo. Lo que para Alemán era un modelo de estabilidad, para Ortega era un trampolín.

Con una obsesión por el poder político, el orteguismo se ha ido quedando sin programa político. Ayer hablaron contra el TLC con Estados Unidos y hoy negocian en el TLC con Estados Unidos, sólo por mencionar un ejemplo. Igual con el FMI y con el Banco Mundial. Antes eran los demonios, ahora son sus “pofis”. Si analizan las decisiones del orteguismo en la Asamblea Nacional verán que un día dicen A y otro día dicen B, el completo opuesto, y no les parece importante ser contradictorios.

En manos de la familia Ortega-Murillo el Frente Sandinista ha quedado huérfano de programa político. La concentración de poder en los Ortega y la hiper-pragmatización de la política ha significado liquidar la tradición de dirección colectiva que tuvo el Frente Sandinista y la orientación política de ser una fuerza con la aspiración de transformar la realidad.

El tercer proceso en la involución y la descomposición del Frente Sandinista es lo que Sergio Ramírez llamó “el huevo de la serpiente”: el dinero. El dinero fue un factor que no entró a jugar en las correlaciones de fuerza en el Frente Sandinista, ni en general en la política nicaragüense de los últimos años, hasta ya adelantados los años 90. La diputada conservadora Miriam Argüello fue Presidenta de la Asamblea Nacional y el salario máximo que lograron los diputados cuando terminó su período creo que eran 1,400 dólares. Y nunca vimos en tiempos de Miriam Argüello ningún otro privilegio para los diputados. El golpe de salarios se produjo después del pacto entre Ortega y Alemán, cuando el salario de cada diputado llegó a casi 5 mil dólares, sumado a otras prebendas.

Con el pacto comenzó también la multiplicación de los altos cargos, la repartidera de cargos y de prebendas. Arnoldo Alemán descubrió que el clientelismo político podía seguir siendo rentable y que en el Frente Sandinista había una cantidad importante de gente que era corruptible y lo único que hacía falta era enseñarles el dinero. Y se los enseñó.

Un cuarto proceso que explica la involución del Frente Sandinista es que ya, previo al pacto de 1998 con Alemán, Daniel Ortega y su grupo habían llegado a la conclusión de que en Nicaragua la política, para ser exitosa, tenía que ser como la política que se había hecho siempre. ¿Y cómo se hizo siempre? Con pactos, con clientelismo, con prebendas, con corrupción y con impunidad. Ahora, en este último tramo, Ortega ha añadido un elemento clave: la familia. Así era la política en la dictadura somocista: familia, pactos, impunidad, corrupción, prebendas y clientelismo político. Y en aquella época, también poder militar. En esta época a Ortega sólo le es necesario neutralizar el poder militar. Y todos los días trata de avanzar en esa dirección.

Ése es el Frente Sandinista de hoy. El orteguismo ha llevado al Frente Sandinista a abandonar totalmente su afán transformador de la sociedad para convertirlo en una continuidad del modelo de actuación política de la dictadura somocista. El Frente Sandinista ha dejado de ser un factor de transformación de Nicaragua para convertirse en un partido que ha vuelto los ojos al modelo somocista para darle continuidad.

El orteguismo ha vaciado de contenido al Frente Sandinista, alejándolo de su propia trayectoria. Como dijo un día Saramago: Daniel Ortega es indigno de su propia historia.

El Frente Sandinista actual dejó de ser un partido revolucionario, dejó de ser un partido de izquierda, dejó de ser un partido con afán de transformar la sociedad nicaragüense. Y dejó de ser un partido. Lo que es ahora es una maquinaria política al servicio de una familia en el poder, con un único objetivo: conservar el poder a toda costa. ¿Para qué conservarlo? Eso ya no importa.

Lo que ha experimentado el Frente Sandinista no es propiamente un proceso de involución. Es un colapso. La involución se fue produciendo durante años. Y hay que reconocerle el mérito a Daniel Ortega: él ha sido la cabeza, el inspirador y el diseñador del proceso que llevó al Frente Sandinista de ser un partido revolucionario a ser un partido legítimamente somocista.

¿Ustedes oyen hablar de alguna dirección en el Frente Sandinista? Y lo digo a título de análisis sociológico y no a título de crítica política. ¿Alguien conoce la dirección del Frente Sandinista? ¿Se reúne el Congreso del Frente Sandinista a deliberar algo? ¿Cuáles son las reglas de ese partido? Lo último que vimos antes de las elecciones municipales de 2011 fueron los reclamos de bases del Frente en unos 40 municipios. Protestaban contra el “dedazo”, contra la imposición que Ortega hizo de los candidatos a alcaldes. ¿Y qué pasó con los que protestaron? Todos fuera, a todos les pasaron la cuchilla. El “dedazo”, la imposición de las candidaturas, sin consulta y sin debate, fue una expresión más de autoritarismo. Todo el que crea que un partido político autoritario dentro puede producir una sociedad democrática fuera, en la sociedad, es iluso. Si un partido político quiere producir transformaciones democráticas en la sociedad, tiene que ser democrático.

¿Qué hubiera hecho Sandino si hubiera seguido las mismas tesis del orteguismo? En febrero de 1934, Sandino se hubiera bajado de la avioneta en Campo Bruce, y en vez de ir a la casa presidencial a firmar la paz con el Presidente Sacasa, se hubiera cruzado la calle y hubiera buscado al embajador de Estados Unidos, Mister Hanna. Y se le hubiera cuadrado y le hubiera dicho: “Yo le voy a asegurar sus intereses en Nicaragua y a cambio déjeme ser Presidente en el próximo período”. Como había hecho Moncada, que se le fue a cuadrar a los gringos y terminó de Presidente.

Sandino pudo hacer eso. Ya le había ganado la guerra a los gringos y era en ese momento la persona más popular en todo el país. Pudo cuadrársele al embajador, pudo pedirle que le quitaran a Somoza de jefe de la Guardia Nacional, pudo pedirle ser él el jefe de la Guardia… Los gringos le hubieran comprado la idea, seguramente hubieran estado fascinados con esa solución… Pero, ¿a qué precio hubiera vendido Sandino “su primogenitura”?

Sandino no se vendía por cuotas de poder, no tenía una política pragmática, no miraba el dinero, quería otra política, otra Nicaragua. Cuando inició la guerra, ¿qué le había dicho Moncada a Sandino? “No seás caballo, te estás haciendo el sacrificado y los pueblos no agradecen”. Y entonces Sandino se le hizo el baboso a Moncada: “Está bien, general, pero ahora tengo que arreglar algo con unos levantiscos que andan por ahí, espéreme un momentito que ya vengo a firmar el papel”. Y Sandino se fue a encabezar a los levantiscos, a hacer la guerra, y después a enfrentar a los gringos, y ya nunca volvió donde Moncada. Y después, mientras Sandino estaba en la guerra, Moncada puso a todos los generales del Ejército Constitucionalista a escribirle cartas a Sandino. Y le escribían y le decían en julio del 27, en agosto del 27, en septiembre del 27: “General, bájese de ese caballo, los campesinos con los que usted anda son brutos, mire que ya nos estamos arreglando con los gringos, mire que los gringos lo van a joder a usted, mire que ya los liberales vamos para arriba, que ya nos dieron las cuotas que nos iban a dar, que usted puede ser jefe político de Matagalpa…”

¿Cómo se terminó la Guerra Constitucionalista? Con prebendas. ¿Qué pidió Moncada para terminar la Guerra Constitucionalista? Las jefaturas políticas de los departamentos considerados liberales. Y se las dieron. Pero Sandino no entró en eso y pasó a combatir a los gringos. Sandino no quería un cargo, una prebenda, quería otra Nicaragua.

¿Hubiera sido Sandino si sigue el camino pragmático de Daniel Ortega? Tuvo delante esa opción: me bajo del caballo, después me arreglo con los gringos, después agarro mi carguito, después voy subiendo en el Partido Liberal, me voy encaramando y después me tiro para Presidente… Pero eso no fue lo que él hizo. Si hubiera hecho eso no estaríamos hablando de él ahora. Él tomó una opción. Y por eso fue el Sandino que conocemos y admiramos.

Hay todavía gente que busca algo que se le parezca al Frente Sandinista de la clandestinidad, al Frente Sandinista que conocieron, al de la Revolución. Y eso ya no existe. El Frente Sandinista revolucionario es sólo historia, y está difunto. ¿Hay posibilidades de que resucite? ¿Pudimos nosotros hacer el cambio desde adentro? No, por eso nos fuimos. En el año 2000 hicimos un último intento, cuando se conformó la Convergencia Nacional, pero años después nos salimos de esa iniciativa, convencidos de que no había ningún camino por esa vía.

Algunos sostenían que se podía dar la pelea dentro. Herty Lewites y Víctor Hugo Tinoco decidieron darla, la dieron a fondo y los sacaron fuera. Todo el que ha querido dar la pelea dentro termina fuera. ¿Hay posibilidades de un cambio desde dentro de esa estructura que es hoy el Frente? Creo que ninguna. ¿Habrá otro candidato que le dé un giro al Frente? No. Mientras Daniel Ortega esté vivo será candidato a la Presidencia. ¿Cambiará Daniel Ortega y decidirá ser democrático y volver a sus principios? No, va a morir en su ley. ¿Alguien dentro del Frente hará el cambio, se atreverá alguien a levantar la mano para decir que no está de acuerdo con lo que está pasando? No, nadie lo hará, no veo a nadie que lo quiera hacer. Lo hizo Herty Lewites, lo hicieron los del “dedazo”. Resultado: nada cambió dentro y a todos los sacaron.

El proceso de involución del Frente Sandinista ha sido un proceso de opciones. Hay momentos en que las fuerzas políticas y las personas toman opciones. ¿Cuál es la opción? ¿Cambiar la sociedad para mejorarla, para que la gente más pobre mejore su condición, para que haya democracia, para que haya participación ciudadana verdadera? ¿O la opción es agarrar un cargo, tener una prebenda, conseguir un puesto, conservar el poder? Siempre es un asunto de opciones.

Nosotros decimos que el modelo en el que se ha instalado hoy Ortega es una dictadura. Hay gente que nos dice que no lo es porque no andan matando en las calles. ¿Y quién ha dicho que los Somoza siempre estuvieron matando en las calles? Eso fue en los momentos de crisis dura y, en especial, en los dos últimos años. En cada una de aquellas crisis, los Somoza reprimían ferozmente y luego se arreglaban con los conservadores y ya todo seguía tranquilo otra vez. Era una dictadura en la que ya la gente había aprendido a guardar silencio, a decir lo que tenía que decir para no buscarse problemas. El éxito de una dictadura es no tener necesidad de garrotear. Una dictadura es exitosa cuando ya uno dice lo que quieren que diga, el otro no dice lo que iba a decir y el otro pide que le paguen para no decir… Y eso ya está pasando en Nicaragua.

¿La política de Chávez y su dinero han influido en el aparataje de poder orteguista y en el modelo político actual? Sin duda. Estamos hablando de 2,500 millones de dólares en estos años, una cantidad de dinero considerable, que ha contribuido poderosamente a consolidar el actual modelo prebendario con el que funciona el orteguismo. Pero un modelo de esta naturaleza, prebendario, familiar, con impunidad, con corrupción, se monta donde una sociedad lo permite y lo soporta.

Chávez puede haber disparado 2,500 millones de dólares, pero si no hubiera habido en la Asamblea Nacional diputados orteguistas que consintieron que ese dinero no pasara por el presupuesto nacional, algo habría cambiado. Nuestros diputados se han quedado solos exigiendo que ese dinero pase por el presupuesto. Hasta cartas le hemos escrito al Presidente Chávez con ese reclamo. No, no tenemos el gobierno que nos merecemos, porque nos merecemos algo mucho mejor. Pero sí tenemos el gobierno que aguantamos.

El MRS tiene 16 años de ser un partido programático y no nos ha sido fácil. Porque siempre nos encontramos con la demanda de que seamos como son los otros partidos. Lograr que en el MRS no haya un estilo clientelista, cultivar la democracia interna, tampoco ha sido fácil. Porque todos en Nicaragua venimos de un molde autoritario en la familia, en la escuela, en la política. Y el molde autoritario es intolerante y sectario. Hoy, el ejercicio democrático al interior del MRS es un esfuerzo deliberado, empujado, pensado, todavía no es fluido. Acabamos de avanzar en un cambio generacional a nivel nacional, pero a nivel departamental tenemos resistencias para el cambio generacional. Porque en Nicaragua el relevo de figuras políticas es muy difícil y los dirigentes se hacen ancianos en el cargo y se mueren sin soltarlo.

En el MRS estamos claros que cambiar la manera de hacer política requiere tiempo y que es un camino más difícil. Lo más fácil hubiese sido votar por la reforma constitucional que quería Ortega para reelegirse legalmente y aceptar el dinero y prebendas que nos ofrecieron entonces. Pero hacerlo nos hubiera puesto en la acera de enfrente y con las mismas mañas.

Las opciones políticas de cambio se configuran en momentos críticos. El Frente Sandinista pasó de 1961 a 1978 siendo una absoluta, total y completa minoría. ¿Qué era el Frente Sandinista en enero de 1978, cuando mataron a Pedro Joaquín Chamorro? Una super-minoría, una ultra-minoría. Para darles una idea de la clase de minoría que éramos, a principios de 1980, a unos meses de iniciada la revolución, se decidió que íbamos a entregar carnets de militantes del Frente. ¿Y cuántos carnets repartimos? Solamente mil. Y tuvimos que hacer un esfuerzo sobrehumano para lograr repartir mil.

La minoría que fue el Frente Sandinista durante tantos años, ¿por qué se convirtió en un factor revolucionario? Porque había sostenido “el punto” y porque supo hacer un planteamiento en el momento de la crisis. No hay que tenerle miedo a ser minoría. Siempre han sido las minorías las que han impulsado los cambios. Decía Lenin que la política es también un asunto de números. Estamos claros de que es así, y especialmente lo es en la política electoral, que es asunto de números. Y el gran problema que tenemos hoy en Nicaragua es que en las urnas ya los números no valen, los votos no valen porque los cuentan siempre a favor de Ortega. Por eso, el primer objetivo es cambiar el sistema electoral.

Hay que decir en honor a la verdad que la oposición en Nicaragua no es una minoría. La elección municipal de noviembre pasado y la elección presidencial de noviembre de 2011 nos demostraron que el orteguismo sigue siendo una fuerza minoritaria en la realidad social nicaragüense. Si los votos se contaran bien, Daniel Ortega ya estaría fuera del poder por la vía cívica. Si el orteguismo fuera mayoritario ¿para qué necesitaría robarse las elecciones? Roba algo quien no lo puede tener legítimamente.

A pesar de todo, yo tengo una visión positiva y optimista de lo que pasa en Nicaragua. Las sociedades, como las personas, tienen procesos de crecimiento en los cuales aprenden, se van moldeando, van acumulando experiencia y energías. Esta sociedad, ciertamente, soporta el modelo orteguista. Pero también lo está cambiando. ¿Ha cambiado, por ejemplo, el papel de las mujeres en Nicaragua? Creo que sí. Es cierto que las siguen garroteando y matando, pero también es cierto que hay más denuncias, que hay más defensa, que hay más trabajo, que hay más conciencia. Y como ésa hay otras corrientes subterráneas en la sociedad que van cambiándonos a nosotros mismos, que cambian el papel con el que nos colocamos ante las realidades, que terminarán cambiando a la sociedad.

Creo, estoy convencida, que la sociedad nicaragüense está en una fase de acumulación, en una fase de maduración. Las revoluciones tienen una gran ventaja: borran el pizarrón, lo dejan limpio y llegamos a escribir en limpio. Pero llegas a escribir en limpio en materia legal, pero no en materia social. Las revoluciones tienen la ventaja de que provocan cambios radicales, pero tienen la desventaja de que esos cambios radicales no siempre son acompañados por el desarrollo propio de la sociedad.

La revolución sandinista produjo cambios profundos, cambió profundamente el diseño de esta sociedad. Desde la perspectiva de historiadora veo que nada de lo que existe ahora puede entenderse sin la revolución sandinista. Hoy estamos parados sobre los cambios que introdujo la revolución sandinista. Pero la hora de la involución, la ola del regreso al pasado, llegó.

Cambiamos leyes, cambiamos instituciones, pero no cambiaron los modelos mentales. Lo que la gente tiene en su cabeza no cambia tan rápido. Y hemos visto, por ejemplo, como en un modelo prebendario como el actual, una Policía que diseñamos para que estuviera al servicio de la comunidad, de la ciudadanía, y que de hecho lo estuvo durante años, se ha convertido ahora en una Policía política, en una Policía al servicio del engranaje de poder de una familia.

¿Qué hacer? Lo que hay que hacer es trabajar para hacer avanzar la conciencia de la gente, martillar sobre el mismo punto con perseverancia, con tenacidad. Hasta que llegue el momento en que el nivel de conciencia produzca resultados radicalmente distintos a los que vemos ahora. Que eso suceda tiene que ver muchas veces con los contextos. ¿Qué va a pasar el día en que el orteguismo no tenga ya dinero para más prebendas?

. Las condiciones económicas que favorecieron al orteguismo están cambiando, y se van a poner progresivamente difíciles. Los precios internacionales de los productos del campo, que han estado muy buenos, están bajando. Y en las ciudades va a golpear con más fuerza el alza de precios. Y el orteguismo se va quedar sin dinero para repartir. La sociedad tendrá que capitalizar políticamente estos cambios. ¿Cuál es la ventaja de optar por la vía cívica en estas circunstancias? Y lo repito: en estas circunstancias. La ventaja de la vía cívica es que se le da un plazo a la sociedad para que madure en otra dirección.

¿Qué hacer? Seguir haciendo lo que hemos hecho: fortaleciendo los liderazgos comunitarios, la organización de las comunidades, la organización de la sociedad. Y en lo que a nosotros nos toca como MRS construir una opción política consecuente con lo que andamos pregonando.

Tenemos la confianza de que todo se va a catalizar en un plazo más corto del que suponemos. Porque ésta es una sociedad agotada del profundo sectarismo que ha inundado el país. El sectarismo de una casta familiar, de castas familiares. El sectarismo en el municipio del secretario político y de su familia discriminando al resto de la gente. ¿Qué nicaragüense cree hoy que las instituciones del Estado nos sirven a todos? Ya nadie lo cree.

La gente está agotada del sistema de reparto prebendario a las castas de poder. Está agotada de hacer fila en el partido para que le den una beca, un trabajo, la matrícula…

La gente en Nicaragua está harta de ser tratada como personas sin dignidad. Cuando a un maestro le dicen que tiene que ir a la fila del orteguismo, ¿qué va a hacer? ¿Decir que no va? ¿Y si tiene cuatro hijos y sólo tiene ese salario? Se va a poner en la fila aunque por dentro proteste porque lo tratan con indignidad. El régimen de Daniel Ortega ha tratado de manera indigna a la inmensa mayoría del pueblo nicaragüense. La ha tratado como limosnera, como objeto, obligándola a hacer cosas contra su voluntad y contra su conciencia.

Eso todos lo tenemos guardado. Eso va a reventar. Eso está ahí. Eso son corrientes subterráneas que ahí van y como toda corriente subterránea buscará cómo salir fuera. Llegará la hora. ¿Qué es lo que tenemos que hacer? Seguir fortaleciendo la dignidad de las personas, seguir fortaleciendo su protagonismo, seguir fortaleciendo su posición, seguir fortaleciendo sus demandas y sus luchas justas. Y seguir organizándonos y actuando para hacer que llegue esa hora.

Dora María Téllez, Comandante guerrillera del FSLN, Ministra de Salud en los años 80, Diputada del FSLN en los años 90, historiadora, fundadora y dirigente del Movimiento Renovador Sandinista (MRS), reflexionó sobre la involución del Frente Sandinista en una charla con Envío que transcribimos.

Última actualización el Domingo, 03 de Marzo de 2013 14:22

El Salvador: autoritarismo y lucha por la democracia, justicia, independencia y socialismo

“Volverán los heroes, cantan los poetas,
volverán los mártires, gritan los profetas…”
Ya vienen los segadores. J.R. Sotuela

La rueda del tiempo

La lucha por la democracia, la justicia, la independencia y el socialismo han sido las banderas principales que han enarbolado a lo largo de la historia los sectores populares salvadoreños, organizaciones representativas, y sus dirigentes, en contra de situaciones de autoritarismo, explotación de clase y opresión nacional, racial y de género.

Las raíces, piedras y semillas de estas luchas se pierden en las arenas misteriosas del tiempo. Pero hay un río profundo de rebeldía que corre a lo largo de los siglos, porque donde existe opresión, siempre surge la resistencia. No contamos con la información pero tenemos la certeza que hubo resistencia lenca a las invasiones de los guerreros pipiles; aunque al final derrotados fueron empujados a la orilla oriental del Lempa.

Las poblaciones insurgentes de Jayaque, Tamanique y Talnique, en La Libertad, sobrevivientes en territorio pipil, son evidencias de estas lejanas batallas perdidas pero peleadas de esta primera desconocida guerra.

Unos siglos después cuando ya las divinidades aztecas y la toponimia nahuat coloreaban nuestra geografía con el apan y el tepet, y el control del Estado pipil permitía el control del Mercado de la Obsidiana , el Jade y las Plumas, surge la invasión ibérica, derrotando con la espada y la cruz la resistencia pipil y lenca. Dos guerras de resistencia de las cuales sabemos muy poco. Pero son raíces.

Al final los europeos “pacifican” el territorio y se imponen por trescientos años. Nos impone religión, idioma, cultura, economía, clases sociales, sistema político y le dan continuidad al autoritarismo patriarcal y político indígena. Tampoco poseemos datos sobre los niveles de esta resistencia ya dentro de la colonia.

Seguramente hubo lucha por la tierra. Y los dioses del universo indígena lograron mimetizarse en la nueva extraña religión y en sus cerrados templos, para sobrevivir la tormenta conquistadora y mantener encendida la sagrada llama de la rebeldía. Había que esperar a los nuevos guerreros que estaban por nacer.

Es hasta principios del siglo XIX cuando surge un sector de criollos añileros que asume la conducción política de la lucha por la independencia. Inicia así una tercera guerra de resistencia, que se manifestaba por medio de una estrategia de movilización popular, incluyendo brotes insurreccionales, y aprovechamiento de los espacios políticos arrancados a la Corona Española, incluso con presencia de diputados en las Cortes de Cádiz. Surgen los Maestro Pedro Pablo Castillo y José Santiago Celis.

Y esta confrontación nación imperio concluye en esta ocasión con una victoria simbolizada en el Acta de Independencia de 1821. Los criollos conquistaban el Estado para conquistar el Mercado del Añil, acaparado por los comerciantes guatemaltecos. Pero al fin, un triunfo de los sectores progresistas.

Un año después de la independencia de España, el Maestro José Matías Delgado asume la conducción de la resistencia popular y nacional, que incluyó una ofensiva diplomática y una ofensiva militar, frente a la invasión de tropas anexionistas mexicanas. Otra gran victoria popular.

Los criollos logran movilizar a los sectores mestizos y mulatos de las ciudades principales. Y lo hacen desde una visión de región centroamericana. Se convierten en los padres de la patria oligárquica. Los indígenas observan intrigados el cambio de sectores dominantes.

Unos años después de la independencia, esta vez son los indígenas los que asumen la iniciativa histórica y surge en Santiago Nonualco la figura legendaria de Anastasio Aquino que desafía no solo a la recién nacida república sino también a la religión y el derecho de los invasores. Inaugura la lucha por la tierra y la lucha contra el militarismo. En definitiva la lucha por la justicia social.

Inicia la lucha por arrancarle el poder político a los sectores dominantes. Y lo hace por medio de la construcción de un ejército indígena. Es una fuente inagotable de enseñanzas sobre las luchas populares. Es el Maestro Aquino que ocupa un puesto especial único en la historia de las ideas de cambio social en nuestro país. Estamos hablando de 1833. Marx andaba encumbrando piscuchas o jugando chibolas con sus amigos.

Por esos mismos años, pero representando otro sector social, se encontraba Francisco Morazán. Criollo nacido en Honduras. Simbolizó el sector radical del liberalismo enfrentado contra las fuerzas de la reacción conservadora. Y nos heredó el sueño de una patria centroamericana, laica, independiente. Y como Aquino también construyó un ejército, y también fue derrotado. El uno ahorcado y el otro fusilado. Son dos semillas del árbol popular. Es el Maestro Morazán. Inaugura el ideal unionista. El morazanismo.

El principal continuador de las ideas unionistas y liberales de Morazán fue Gerardo Barrios, quien profundizó las reformas sociales y enfrentó altivamente a los sectores aristócratas y eclesiales reaccionarios. Separó el estado de la iglesia e impulso la educación laica y la salud.

Impuso el cultivo del café. Su base social se concentraba en los sectores artesanales, en especial los del céntrico Barrio El Calvario. Es el Maestro Barrios. Promotor de la lucha por la justicia social. Prócer en la lucha por expulsar al filibustero Walker de Nicaragua.

A mediados de los años veinte del siglo pasado surgen los primeros grupos marxistas entre los obreros artesanales de San Salvador. En 1919 surgen las primeras huelgas, entre estas la de los sastres. En 1924 se crea la Federación Regional de Trabajadores Salvadoreños. En 1928 la tradición solidaria se expresa con la incorporación de Farabundo Martí a la lucha de Augusto Cesar Sandino por expulsar a los marines de Nicaragua. Es el Maestro Farabundo.

Pero antes de eso, en 1920 en Guatemala, el estudiante salvadoreño Ricardo Chamorro se había distinguido como jefe militar de las Milicias Obreras que durante las jornadas de abril de ese año lograron el derrocamiento del dictador Manuel Estrada Cabrera. Es el Maestro Chamorro.

En marzo de 1930, a la orilla del lago de Ilopango, se crea el Partido Comunista de El Salvador. Y surge la lucha por la democracia vinculada a la lucha por el socialismo. Dos años después de su creación enfrenta los desafíos casi simultáneos de impulsar una ofensiva electoral y una ofensiva insurreccional.

Es derrotado en ambas y se entroniza a partir de enero de 1932 una sangrienta dictadura militar. El PCS sobrevive muy debilitado, casi extinguido. La oligarquía y la derecha imponen sobre los sectores indígenas una fuerte agresión cultural que logra invisibilizarlos, les despoja de su vestimenta y de su idioma. El país se hunde en una larga noche de terror blanco. La iglesia bendice el genocidio. Surge de esta gesta la Maestra Julia Mujica y los Maestros Feliciano Ama y Francisco Sánchez.

Es 1930 Prudencia Ayala lanza su candidatura para la presidencia. Es un acto revolucionario. Y pocas voces se alzan para apoyarla. Prudencia es unionista y luchadora contra las dictaduras e injusticias. La Maestra Prudencia inaugura la lucha por los derechos de las mujeres.

En abril de 1944 surge una luz desde los cuarteles. Es apagada violentamente. Hay fusilamientos. Cae el Maestro Víctor Manuel Marín. Pero en mayo de ese año los estudiantes universitarios encabezan la protesta contra la tiranía y logran con una huelga de corazones levantados hacer huir al déspota de las aguas azules. En octubre regresan las tinieblas. En diciembre florece la dignidad en los Llanos del Espino. Es una luz que es ahogada en sangre. Surgen los Maestros Fabio Castillo, Raúl Castellanos Figueroa y Jorge Arias Gómez. Continuadores de la lucha por la democracia. Y por el socialismo.

En 1956 surge una generación de artistas comprometidos con las luchas populares. Es un nuevo sector que se integra a las batallas por la democracia y el socialismo. Y ponen el pincel y la pluma al lado de los oprimidos. Sobresalen por su palabra los Maestros Oswaldo Escobar Velado, Roque Dalton y por sus lienzos el Maestro Camilo Minero. Y a nivel de lucha sindical la Maestra Fidelina Raimundo y el Maestro Miguel Angel Cea.

En 1970 se crea la primera organización político-militar, las Fuerzas Populares de Liberación Farabundo Martí, y su conductor principal es el Maestro Salvador Cayetano Carpio. Luego se incorpora la Maestra Melida Anaya Montes. Continuadores de la lucha por el socialismo. En 1972 surge el Ejercito Revolucionario del Pueblo, conducido inicialmente por Alejandro Rivas Mira y por la Maestra Lil Milagros Ramírez.

En 1980 se unifican cinco fuerzas revolucionarias y se crea un puño popular llamado Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional. Se libra una guerra de doce años. Los principales dirigentes y Maestros fueron Schafik Handal, Salvador Sánchez Ceren, Eduardo Sancho, Joaquín Villalobos y Francisco Jovel.

En 1992 se logra derrotar a la dictadura militar y conquistar la democracia. En 2009 se logra derrotar al partido ARENA y conquistar la presidencia. Y las banderas rojas siguen flameando. Y los mártires y héroes seguirán naciendo.

Las pálidas gotas de la lucha social

Febrero ha sido un mes tranquilo para las clases dominantes, mediatizado por la artillería electoral y por el ya prolongado control hegemónico. Los médicos y trabajadores del Hospital Zacamil fueron de los pocos que mantuvieron este mes de febrero levantadas las banderas de la lucha por una salud integral. Realizaron un paro parcial de labores. Es una lucha que merece todo nuestro apoyo. Es una lucha por una salud al servicio de los sectores populares. En contra de la burocracia de la salud.

También la Federación Sindical de Trabajadores Municipales denunció una nueva ola de despidos en las alcaldías de San Salvador, Panchimalco y Mejicanos. Y a final de mes se sumaron los maestros aglutinados en Bases Magisteriales que realizaron una marcha en protesta por el decreto 268 de retiro voluntario que contempla únicamente una indemnización de seis meses, cuando la demanda es por un año. Asimismo los vendedores de medicamentos en los mercados lograron que el GOES les reconociera ese derecho y agradecieron la aprobación de la Ley de Medicamentos.

Por otra parte diversas organizaciones sociales, entre estas ARPAS y FESPAD, exigieron una democratización del espectro radioeléctrico, por medio de su digitalización, lo que permitirá la apertura de nuevas frecuencias y canales digitales.

El panorama internacional

El enfrentamiento entre los diversos imperios y los pueblos y gobiernos en resistencia adopta diversas facetas. Entre estas se encuentran las siguientes.

Pese a los pronósticos adversos el gobierno sirio se mantiene en pie. Las fuerzas del capital internacional no han logrado derrocarlo. Por otra parte, presenciamos una nueva ofensiva israelí contra Palestina y el resurgimiento de una Francia buscando colocarse de nuevo como potencia colonial en el país africano de Mali, bajo la excusa de combatir a “rebeldes islámicos” pero con la vista puesta en el uranio y en el oro.

En Europa la crisis financiera provoca fuertes movilizaciones populares en España y Portugal. Y el gobierno de Obama también enfrenta la necesidad de recortar su presupuesto social ante la negativa de los republicanos de llegar a un acuerdo.

La muerte del Comandante Chávez

A lo largo de la historia latinoamericana y caribeña la perdida de un dirigente como el Comandante Hugo Chávez influye poderosamente. Se cierra un ciclo. Y así será en esta ocasión, hacia dentro de Venezuela y hacia fuera, en el continente y en el mundo.

Así fue cuando cayó el cubano José Martí en 1895, el también cubano Julio Antonio Mella en 1929, el mexicano Emiliano Zapata en 1919 , el nicaragûense Augusto Cesar Sandino en 1934, cuando el guatemalteco Jacobo Arbenz es derrocado en Guatemala en 1954; el latinoamericano Ernesto Che Guevara en Bolivia en 1967; y Salvador Allende en Chile en 1973. Son momentos de tiniebla hasta que vuelve a salir el sol.

Los procesos sociales avanzan, se estancan e incluso retroceden, en la medida que el enfrentamiento entre opresores y oprimidos se desarrolla. En América Latina y el Caribe durante el siglo XX el centro de la revolución gravitó inicialmente en México, luego en Nicaragua, luego en El Salvador, luego en Guatemala, luego en Cuba, República Dominicana, en Chile, luego en Nicaragua, de nuevo en El Salvador, Chiapas, Honduras y hoy en Venezuela, Ecuador, Bolivia y Nicaragua.

Hugo Chávez logró en un corto periodo despertar la conciencia de dignidad de un continente y colocar el potencial petrolero al servicio de la unidad latinoamericana, y plasmando los sueños del Libertador Simón Bolívar cristalizo en proyectos estratégicos de integración latinoamericana como lo son UNASUR, la CELAC y el ALBA.

La izquierda venezolana bolivariana, en particular el PSUV, tiene la responsabilidad histórica de garantizar la continuidad del proceso revolucionario venezolano, iniciado en 1999. Vienen desafíos inmensos en los que la derecha venezolana y el imperio trataran de revertir el proceso. Asimismo trataran de romper el vínculo internacional. Viene tiempos de prueba.

La reforma política y electoral

Pedir y agradecer es la relación histórica con el Estado. Comprar y consumir es la relación histórica con el Mercado. Votar y no preguntar es la relación histórica con la mayoría de Partidos Políticos. Creer y obedecer es la relación histórica con la Iglesia. Escuchar y creer es la relación histórica con los Medios de Comunicación. Pedir y obedecer es la relación histórica con el Consultorio Médico.

Memorizar y repetir es la relación histórica con la Escuela. Pedir y agradecer es la relación histórica con la Familia. En definitiva las principales relaciones sociales de nuestra cotidianidad, en lo público y en lo privado, están determinadas por la obediencia ciega a la autoridad constituida. El autoritarismo social, religioso, familiar, educativo, médico, partidario es la regla de oro.

Romper este círculo nefasto es una tarea de largo aliento, pero hay que iniciarla. De eso trata precisamente la reforma política en general y la reforma electoral en particular. El fin es la construcción de hombres y mujeres con una mentalidad creativa y crítica.

Luchadores sociales en las diversas áreas de la vida. El hombre y la mujer nueva, construidos con el barro de este sistema capitalista, pero con la capacidad de remontarse a los cielos de la solidaridad y el compromiso. La construcción de una nueva masculinidad liberada. Y no es una utopía, es parte de nuestra historia. Los conocemos y las conocemos.

El panorama electoral

Al final el peso político y la capacidad de forjar alianzas, de la candidatura de Saca, anuló, bloqueó, eliminó la tímida candidatura de Segovia, que no llegó ni a revelarse públicamente. Es claro hoy que el Presidente Funes inclinará su prestigio hacia su “consejero principal” y esto puede influir decisivamente, inclinar la balanza, en el desenlace electoral. Funes de esta manera desafía a su “aliado estratégico” del Norte y le impone una fría política de hechos consumados. Lo toman o lo toman. ¿Es un cálculo correcto?

Está por verse si la fracción pro-norteamericana y brasileña de la Administración Funes acepta sumisamente esta decisión presidencial de respaldar a Saca y se suma a la campaña azul y blanco; si opta por un boicot silencioso e inofensivo; o decide renunciar a sus puestos y jugárselas por el proyecto que enarbolan hoy exclusivamente desde el PSD. El CD, la TR y la misma UNDPC tendrán que buscar nuevos derroteros.

Por otra parte, parece ser que los candidatos tanto de ARENA como del FMLN se han congelado. Han pasado ya seis meses y continúan en sus mismas posiciones. Y no sería extraño que lo mismo le sucediera a Saca. Su lanzamiento no llenó las expectativas. Y hoy acompaña a los otros dos candidatos en sus visitas territoriales, de manera adelantada e ilegal, en visitas programadas con sus votos duros. Situación preocupante para todos y todas.-
Por Roberto Pineda San Salvador, 7 de marzo de 2013

¡Comandante Chávez…presente…ahora y siempre!

SAN SALVADOR, 5 de marzo de 2013 (SIEP) “Con mucha tristeza hemos conocido la noticia del fallecimiento esta tarde de nuestro querido hermano venezolano, el Comandante Hugo Chávez…”indicó el Rev. Roberto Pineda, pastor de la Iglesia Luterana Popular de El Salvador.

“Expresamos desde esta tierra de Monseñor Romero nuestra solidaridad al pueblo venezolano por esta gran perdida y nuestra esperanza que el proceso que el presidente Chávez inicio continúe iluminando a la patria latinoamericana…” opinó el religioso salvadoreño.

Asimismo el Rev. Ricardo Cornejo, también luterano popular, manifestó que “tuve la oportunidad de conocer personalmente al presidente Chávez, y doy testimonio de su profunda humanidad y dedicación a su querido pueblo venezolano y latinoamericano.”

Concluyó que “los sueños bolivarianos del presidente Chávez de unir a Latinoamérica seguirán viviendo y hoy encarnan en grandes proyectos como la CELAC, UNASUR y el ALBA que son proyectos de vida, de una vida abundante a la que somos llamados como hijos e hijas de Dios.”

El Salvador: Crisis del Bloque Histórico. (1ra y 2da.Parte)

Febrero 11, 2013. Nuestro país es estremecido por una crisis que se caracteriza por el derrumbe de un régimen antiguo sin que aparezca el nuevo que lo sustituya. Lo que llamamos crisis está constituida, precisamente, por esta relación entre lo antiguo y superado y lo nuevo que no termina de constituirse.

Esta es una crisis histórica porque expresa la descomposición de lo que se llama bloque histórico, para cuya comprensión resulta necesario usar una metodología que apela a cierta arquitectura. Según ésta, en toda sociedad capitalista hay un diseño que, sin ser visible a simple vista, se compone de una base o infraestructura y de un nivel superior o superestructura.

La base está constituida por la realidad económica, por la relación de las clases sociales con los medios de producción, por todo el fenómeno de la producción de bienes, de la plusvalía y la explotación.

Aquí se encuentra lo que caracteriza a una sociedad en términos económicos; pero, tratándose de sociedades como las realmente existentes, en donde una minoría poderosa oprime y explota a una mayoría sometida, resulta necesario otro nivel que contiene todo el aparataje ideológico que permite a los sectores dominantes, dominar a través del control ideológico de las grandes masas de subordinados. Esto es lo que se conoce como superestructura. Y aquí en esta franja se encuentra el Derecho, el Estado, las llamadas instituciones, las religiones e iglesias, el arte, la cultura y el folklore.

La estabilidad de una sociedad y la seguridad de un control ideológico eficiente dependen de la armonía y relación orgánica entre esta base económica y su superestructura ideológica. Esto quiere decir, por ejemplo, que las leyes que se aprueban han de corresponder a la estructura y a la naturaleza de la economía real y han de estar a su servicio. Que una Corte Suprema de Justicia ha de responder, de la manera más armónica, a esta misma base económica, y sus resoluciones han de asegurar la ideología del sector dominante sobre los dominados. Aquí se trata del dominio, es decir, de asegurar que las ideas que viven en la cabeza de los dominados sean las del sector que domina, o, en otras palabras, que los dominados miren al mundo y entiendan la realidad con los ojos de los dominantes.

Cuando todo este andamiaje funciona, este sector dominante es, al mismo tiempo, dirigente. Pero para eso, necesita usar la figura del consenso y este es todo un aparato ideológico en el que intervienen la educación, la religión, la filosofía y los recursos ideológicos más refinados. Es a través del consenso que los dominados asimilan, aplican, se identifican, con los intereses de los dominantes, y resultan incapaces de toda resistencia y, mucho menos, de toda rebelión.

Cuando empieza a debilitarse este control ideológico y se producen manifestaciones de rebeldía o rebeliones interviene el aparato represivo del Estado que solo actúa cuando falla la ideología, pero funciona siempre como una especie de mano dura de reserva. También se desencadena el mecanismo del Derecho, de los tribunales, de las cárceles y de todo lo que se conoce como fuerzas del orden público.

Es necesario darnos cuenta que en cada rebelión y levantamiento del pueblo hay una derrota ideológica de este aparato, que no logro domesticar a los esclavos, y resulta necesario acudir a la maquinaria represiva. Sin duda que la mayor rebelión de nuestra historia es la guerra de 20 años; pero ésta no es sino la continuidad de un hilo histórico que pasa por la guerra contra los invasores europeos. Pasa por el levantamiento de Anastasio Aquino, por el levantamiento de 1932, y finalmente culmina con la guerra. Como podemos ver se trata de un proceso histórico de acumulación de una capacidad de resistencia y de rebelión y de un proceso de debilitamiento del control ideológico.

Es comprensible que lo que llamamos Estado se corresponda, junto con su Constitución, con una base económica o infraestructura, y una clase dominante es la beneficiaria del orden establecido a sangre y fuego.

Desde finales del siglo XIX, justamente en el marco de las luchas contra la dictadura de los Hermanos Ezeta, una nueva clase social se constituye como una oligarquía cafetalera dominante, y durante más de 100 años, el país, la economía, el Estado, el Derecho y la política toda, fue un reflejo de esta clase dominante. Pero, en el marco de la guerra de 20 años, los cafetaleros pierden el control de la economía y también del aparato del Estado. Aquí resulta necesario explicar que estos dos tipos de control, el económico y el del aparato del Estado, se complementan y se requieren, porque ese control estatal le garantiza al sector dominante los mejores negocios, las mayores utilidades, una legislación adecuada a sus intereses, los gobernantes conveniente y la capacidad de sofocar cualquier intento de alterar este orden de cosas. Para todo esto, necesitan el control del aparato estatal, y muy especialmente de sus fuerzas armadas y sus policias. Pero, este control solo es posible en la medida en que la economía esté controlada por este sector. Así ocurrió por largas décadas con el café, como un exclusivo producto de exportación, y con los cafetaleros como amos y señores, en nuestro pequeño país.

Cuando los precios internacionales del café se derrumban, todo el control clasista también se derrumbó, y entonces, la necesaria armonía entre una base económica y una superestructura, se quiebra.

Bloque histórico es el nombre que se le da a esa relación orgánica, armónica y dialéctica entre base y superestructura. Muy vinculado a este bloque histórico funciona lo que se llama bloque de poder que contiene el sistema de alianzas y acuerdos necesarios para ejercer ese poder.

Al romperse el poder oligárquico cafetalero, la base económica entra a una situación de deriva porque una parte de éstos se hacen banqueros, solo una parte, y aquí estamos frente al capital financiero, que diseña un país a su imagen y semejanza; pero luego, los bancos son vendidos a la banca internacional, y llegamos a un momento como el actual, en donde la riqueza del país es controlada por empresas transnacionales, y en todo este proceso resulta que el mundo superestructural es el mismo que se correspondió por décadas con una base económica cafetalera. Al desaparecer esta base, desaparece el encuentro necesario entre esa superestructura y su base económica. Al mismo tiempo, no aparece una nueva clase dominante que sustituya a los cafetaleros, y el bloque de poder que aseguraba su dominio, también se descompone. Esto es lo que explica los desencuentros hasta escandalosos entre una parte del aparato institucional y otras instancia, como el conflicto entre la Sala de lo Constitucional dela Corte Suprema de Justicia y la Asamblea Legislativa.

II

Febrero 26. La situación de crisis histórica del país nos presenta un panorama en donde la base económica no se corresponde con el universo superestructural y todo esto carece, entonces, de sustentación, hasta que la evolución y el desarrollo de esta crisis permitan que en el sector dominante se perfile una fracción que sea la que domine el bloque. Esto está pendiente, pero no totalmente, como veremos.

Es aquí, en la superestructura, donde reside la sociedad civil y la sociedad política. La primera es todo el sistema de dominio ideológico que permite al sector dominante o al dirigente, imponerse efectivamente al sector dominado. Cuando además de dominante resulta ser dirigente, no necesita de la represión porque en esas circunstancias se asegura lo que se llama consenso y éste es el instrumento que permite al dominante que el dominado lo sea efectivamente, sin ningún riesgo ni posibilidad de producirse ninguna rebelión e inclusive ninguna protesta o reclamo, porque cuando hay consenso, los dominados están de acuerdo en ser dominados por esos dominantes, por eso es que se habla de sector dirigente y no solo dominante.

Esta precisión nos permite darnos cuenta que en la historia política de nuestro país, los sectores dominantes nunca han sido dirigentes porque siempre la sociedad civil, que es el ámbito donde se afianza la hegemonía, ha usado de la represión, es decir, de la sociedad política o Estado, para imponer su dominio, y esto explica el permanente Estado de rebelión que caracteriza nuestra historia.

A esta relación de sociedad civil y sociedad política es justamente a lo que llamamos Estado porque el dominio ideológico y el domino represivo se conjugan, imponiendo lo que se llama orden público, que es el conjunto de leyes, reglamentos, acuerdos, providencias y decisiones tomadas para asegurar que un determinado orden sea alterado ni mucho menos sustituido por otro.

No es difícil darse cuenta que la guerra de 20 años expresa una significativa derrota ideológica del sector dominante, aunque al finalizar esta guerra, el país haya entrado en un momento especial en donde el poder político alcanza un dominio y control sobre la subjetividad de la población que no se había alcanzado en otro momento histórico.

Los sectores dominantes usaron para eso dos recursos ideológicos: el primero fue el de la paz y el segundo fue el de la idea que el pueblo estaba en el poder. Veamos esto más despacio.

La idea de la paz sirvió para eliminar a la post guerra que, al ser sepultada, en una especie de asesinato histórico, fue sustituida por la bandera de la paz superviniente de manera automática por el fin de la guerra, que fue convertida en un bien cuasi sagrado al que había que proteger de toda lucha, de todo reclamo, de toda turbulencia social, de tal manera que el pueblo debía cuidar esa paz como se venera a los dioses, aun a costa de sus propios intereses.

La segunda idea resulta también decisiva porque cuando el pueblo aparece tomando el poder en la figura de alcaldes y de diputados, se está construyendo una maquinaria como la que efectivamente se construyó, que maniató la inteligencia política, el espíritu y las manos del pueblo, que al creer que efectivamente estaba en el poder, renunció a sus luchas, desmanteló sus organizaciones y pasó a confiar en que arriba, en los órganos de poder, y en el cielo político, el pueblo estaba garantizado en sus intereses y ya no era necesaria ni la lucha ni la protesta.

Este aparato logró desmontar la psicología y la voluntad de lucha de todo el pueblo, mientras en el país se montaba, efectivamente, una economía, una educación, una salud, una agricultura, neoliberal, y cuando en el planeta se derrumba esta lógica y hay un quiebre del capitalismo estadounidense y del europeo, toda esta política queda descubierta.

Es, en estos momentos, cuando el partido FMLN, en medio del derrumbe neoliberal planetario, llega al gobierno, luego de ganar las elecciones presidenciales con la candidatura de Mauricio Funes, y ocurre que este candidato, ya como presidente, no entrega al partido FMLN el control del aparato del Estado, tampoco acepta ningún sometimiento ni dirección, y mucho menos funcionar como aliado o amigo de ese partido.

Es, en esas circunstancias, que el partido FMLN se hace un simple partido gubernamental, así como ARENA, el PCN o el PDC; en tanto que Mauricio Funes hace un gobierno que no altera ni la política ni la manera de hacer política de los anteriores gobiernos areneros, sin alterar ni la economía, ni la educación, ni la salud.

Es aquí, en este marco histórico, en el que movido por factores externos, se produce una acumulación de capital dentro del proyecto Alba petróleos, que permite a la cúpula del partido FMLN transformarse en una clase social burguesa que consolida cada día su poder económico y su control de distintas áreas de la economía, con varias características que pasaremos a referir en un próximo artículo.

Para una teoría jurídica de los indignados

Entrevista al académico portugués Boaventura de Sousa Santos: “El neoliberalismo facilitó el secuestro del derecho por las transnacionales, hasta el punto que la legalidad va a la par con la ilegalidad”

Si bien el sistema imperante en el mundo no tiene respuestas a los requerimientos sociales, como consecuencia de la crueldad del neoliberalismo, las luchas y las protestas de movimientos como los Indignados y los Ocupa, llaman al “optimismo trágico”, afirma el científico social portugués Boaventura de Sousa Santos…

…quien explica que en medio de las múltiples dificultades están surgiendo alternativas sustentadas en lo que denomina sicología de las emergencias y en los nuevos procesos de producción y de valoración de conocimientos válidos, científicos y no científicos que recoge en su teoría de la Epistemología del Sur.

Los presupuestos de la Epistemología del Sur son la ecología de los saberes y la traducción intercultural que proyectan un pensamiento alternativo basándose en experiencias prácticas, en luchas sociales y en trabajos de campo en diversos rincones del mundo.

La ecología de los saberes lo explica De Sousa Santos tanto en sus textos como en sus conferencias es “el diálogo horizontal entre conocimientos diversos, incluyendo el científico, pero también el campesino, el artístico, el indígena, el popular y otros tantos que son descartados por la cuadrícula académica tradicional”. En tanto que la traducción intercultural es el procedimiento que posibilita crear entendimiento recíproco entre las diversas experiencias del mundo.

De esta manera, señala, se pueden asimilar otras concepciones de vida productiva distintas a las del capitalismo reproducidas por la ciencia económica convencional, como por ejemplo el “swadeshi”, estrategia formulada por el mahatma Gandhi que plantea la autosuficiencia económica y el autogobierno; o el “sumak kawsay”, el concepto indígena del buen vivir incorporado en las constituciones de Ecuador y Bolivia y que significa reconocer y aprender de las sabidurías de los pueblos originarios que en América Latina han estado ligadas a la naturaleza y su buen aprovechamiento. Estas experiencias productivas se asientan en la sustentabilidad, solidaridad y reciprocidad.

Al mismo tiempo, este sociólogo andariego e intelectual militante como se define, considera que buena parte del mundo, sobre todo Occidente, está entrando en un proceso postinstitucional por cuanto la política olvidó a los ciudadanos y ello se evidencia en su activa presencia en las calles y plazas que “aún no han sido colonizadas por las transnacionales”.

Plantea por ello la refundación del Estado, pero también de los partidos políticos, sobre todo de los de izquierda, para cambiar no solamente el modelo económico criminal que está acabando con el planeta, sino para organizar de una manera más humana la vida, elevando los niveles de participación democrática y respondiendo de manera satisfactoria los requerimientos y necesidades sociales. Es que, agrega, “los conceptos jurídicos y sociológicos tradicionales o eurocéntricos son ahora muy débiles para enfrenta la realidad social actual”.

Caso patético es la consecuencia funesta generada por el neoliberalismo y su afán de ganancia desaforada al haber superado el ámbito jurídico hasta el punto que hoy no es claro definir lo legal de lo ilegal. “Según los criterios de poder se determina la ilegalidad o legalidad”, sostiene.

Para ahondar sobre estos y otros temas de la conflictividad social del mundo, el Observatorio Sociopolítico Latinoamericano www.cronicon.net entrevistó a Boaventura de Sousa Santos durante su última visita a Bogotá, invitado por la Facultad de Derecho de la Universidad de Los Andes que le hizo entrega de la distinción Sócrates por su aporte a la sociología jurídica, los derechos humanos y la transformación social.

En desarrollo de este acto académico el profesor portugués dictó la conferencia “Para una teoría jurídica de los indignados” .
De Sousa Santos, doctor en Sociología del Derecho de la Universidad de Yale y catedrático de la Universidad de Coímbra, es además director del Centro de Estudios Sociales de esta institución, así como profesor distinguido de la Universidad de Wisconsin-Madison y de diversos establecimientos académicos del mundo. Es uno de los científicos sociales e investigadores más importantes en el área de la sociología jurídica y cumple un papel de activista desde el Foro Social Mundial. Sus múltiples libros, ensayos y artículos periodísticos son referentes del pensamiento alternativo por cuanto analiza con visión aguda y hasta autocrítica temas como la globalización, la sociología del derecho y del Estado, los movimientos sociales, la epistemología y la geopolítica.

La irrupción de los Indignados, punto de partida del cambio social

– No obstante que como bien usted ha señalado los movimientos espontáneos de los Indignados y de los Ocupa no tienen una articulación política, ¿en ellos se estaría gestando un sujeto político que presione los cambios socioeconómicos que requiere el mundo? – Yo estoy seguro que sí, considero que esto es un comienzo, un punto de partida, y por eso varios de los análisis que miran a los Indignados como algo que ya está consolidado están equivocados, porque por el contrario, me parece que este es un síntoma de las cosas malas que están ocurriendo en nuestras democracias y es un inicio de algo que no sabemos cómo va a continuar. Estos movimientos que son de jóvenes no tienen vinculación con los partidos políticos porque muchos de los partidos progresistas perdieron a la juventud, no de ahora sino de mucho tiempo atrás. Ahora mismo vengo de Brasil y una de las discusiones que tuve con los dirigentes del Partido de los Trabajadores (PT) fue cómo renovar el partido con la participación de los jóvenes. También tuve un encuentro de hip hop, con los jóvenes de las periferias que me acogieron y con quienes trabajé y escribí cosas que después musicalizaron. La revuelta y la rabia de la juventud se expresa en la cultura hip hop de los suburbios de las ciudades y el PT no sabe quiénes son ellos, no conocen que es hip hop, no saben qué es la cultura urbana de nuestros tiempos, entonces hay aquí una distancia entre los partidos políticos y sobre todo de izquierda, con los jóvenes. El segundo elemento que me parece muy importante es que nosotros en la política de izquierda y en la teoría crítica siempre nos preocupó la sociedad civil organizada, nos centramos mucho en la relación partidos-movimientos porque la izquierda eurocéntrica nace como un movimiento que luego se transforma en partido. Después los partidos se desconectaron, asumieron que tenían el monopolio de la representación de los intereses de clase o de grupos sociales y no atendieron los intereses de los movimientos, pero todo ha cambiado en los últimos treinta años sobre todo cuando los nuevos movimientos sociales que defienden los derechos humanos y ciudadanos, de las mujeres, los indígenas, de los campesinos, el derecho a la vivienda, etc., empezaron a tener una presencia muy fuerte frente a los viejos, como el movimiento obrero y los sindicatos. Pero además, los movimientos terminaron compitiendo con los partidos, y ese es el camino que hemos recorrido hasta ahora. El Foro Social Mundial de alguna manera es un síntoma de que los partidos ya no tenían el monopolio de la representación, y al contrario, se daba una gran prioridad a los movimientos sociales y así hemos pasado la década pasada.

El fracaso de la Socialdemocracia – Y por eso la irrupción tan fuerte de los Ocupa y los Indignados… – Los movimientos de los Indignados y de los Ocupa lo que representan es algo nuevo, en el sentido de que nosotros en la teoría crítica y en la política de izquierda nos olvidamos mucho tiempo de que la gran mayoría de las personas no es militante de ningún partido ni se moviliza en movimientos sociales, consideramos que esta gente no es un actor político porque no se organiza para eso. Estos jóvenes han mostrado que hay momentos de definición y entonces surgen y se movilizan por cosas y causas que les merecen respeto, saliendo a la calle, arriesgando empleo, amigos y comodidades. En la izquierda no habíamos conocido cómo es esta dinámica y por esos estamos desarmados. La izquierda está totalmente desarmada porque estos movimientos, en su gran mayoría, están en contra de la política institucional y en rechazo a los partidos sin hacer distinción entre los de izquierda y derecha. Y esto es muy peligroso sobre todo para la izquierda, porque cuando no se hace la distinción sale favorecida la derecha que es la que domina nuestras sociedades, la política, la economía, los medios de comunicación, etc. Y esta crítica de no reconocer la distinción viene realmente de muchos errores institucionales de la izquierda en las últimas dos décadas, específicamente de la socialdemócrata que en Europa y en otros países adoptó lo que en Inglaterra se llamó la Tercera Vía impulsada por el Partido Laborista inglés que luego se propagó por otros continentes y que no fue otra cosa que aceptar el dogma del neoliberalismo. Con esto la izquierda socialdemócrata intentó que el neoliberalismo tuviera una fase humana mediante la aplicación de algunas políticas sociales, pero sustentada en el mercado y en la economía más que en el Estado.

– Un modus vivendi dentro del capitalismo que permitiera minimizar los costos sociales, como lo ha denominado usted en uno de sus libros… – Exactamente. Lo que pasó es que esta izquierda socialdemócrata que pensaba que había una alternativa dentro del marco neoliberal fracasó. Porque de hecho como lo hemos visto claramente en Europa, no hay alternativa alguna dentro del neoliberalismo, y la izquierda que aceptó las recetas y las condicionalidades del Banco Mundial, del Fondo Monetario Internacional y de las agencias que comandan este modelo financiero, terminó desarmada y lo hemos visto en Portugal, en España, en Grecia, con la caída de los partidos socialistas y en Inglaterra con el Partido Laborista del exprimer ministro Gordon Brown. O sea, hubo un colapso de la izquierda socialdemócrata en Europa que nos hace pensar. En contraste, los partidos progresistas que están gobernando algunos países latinoamericanos como Brasil, Argentina, Bolivia, Ecuador, Uruguay y Venezuela no han aceptada las recetas neoliberales y están haciendo lo que podríamos denominar capitalismo de Estado. O sea, un control mucho más grande por parte del Estado de los recursos económicos.
El enfoque económico de los gobiernos progresistas de América Latina

– Usted lo ha definido como una socialdemocracia de nuevo tipo… – Sí, porque se pensaba que podían seguir con el estilo de la socialdemocracia europea que fue un proceso de compatibilizar democracia con capitalismo a través de grandes redistribuciones de riqueza universales, lo que se denominó derechos económicos y sociales, o Estado de bienestar, que se desarrolló en Europa más que en otro continente. Los países latinoamericanos sabían que quizá no sería posible impulsar este tipo de derechos sociales y económicos universales y por eso fueron por otro tipo de políticas sociales que se han concretado en la política de los bonos que no son muy distantes de lo que proponía el Banco Mundial, pero que están dirigidos y enfocados a sectores vulnerables de la población que en los diversos países se distribuyen con diferentes nombres. En Brasil: bolsa familia; en Bolivia; Juancito Pinto; en Argentina: asignación universal por hijo, etc. Son políticas selectivas que no se presentan como derecho social. Pueden ser eliminados si no hay condiciones pero sobre todo no cambian el modelo económico, no hacen una regulación del capitalismo y no permiten, por ejemplo, que las personas vulnerables salgan por sí mismas de la pobreza, ni cuentan con una política, excepto Brasil, para desarrollar formas de economía solidaria ni cooperativa que puedan organizar a esta gente de manera que tenga capacidad de generar ingresos, hacer microempresas y de esta manera deje de necesitar los bonos. Este, entonces, es el modelo de socialdemocracia latinoamericana que hasta ahora ha dado resultado porque coincidió con un periodo de valorización de las materias primas de este continente debido al gran avance de China, lo cual ha permitido que países que tenían déficits comerciales ahora tengan superávit como son los casos de Brasil y Argentina.

– La socialdemocracia europea al poner en marcha políticas neoliberales traicionó su identidad ideológica y como dice el sociólogo argentino Atilio Borón, es mejor el original que la copia, por eso es dable que hayan retornado los gobiernos de derecha en el viejo continente que saben ejecutar de manera más drástica y sin ningún pudor el recetario del libre mercado, ¿no le parece? – Sí, sí, esa es nuestra lectura desde hace algún tiempo, nosotros criticamos este desvío de la socialdemocracia hace más de veinte años cuando todo esto empezó.

– ¿Y la Tercera Vía formulada por el sociólogo inglés Anthony Giddens es una concepción de derecha? – Sí claro, la Tercera Vía fue iniciada en Australia, y Giddens como asesor de Tony Blair después la teorizó para desarrollarla en Inglaterra, aunque fue aplicada en otros países por partidos laboristas y socialdemócratas. Propugna porque hay que aceptar todos los criterios de competencia que el mercado determina para las agencias públicas. Plantea, por ejemplo, un mercado interno para los servicios de salud y educación, fomentado la competencia so pretexto de reducir los costos de esos servicios, abriendo el espacio para que el sector público no se distinga del sector privado. Su objetivo es la ganancia mediante el sistema contributivo de las personas y por eso se inventaron las tasas moderadoras y los copagos que los ciudadanos deben hacer para poder acceder a una cirugía o a una consulta médica. De esa manera, legitimó la entrada del capital privado en los servicios públicos, sobre todo en la salud, en la seguridad social, en la educación y en el sistema de pensiones. Esto a mi juicio fue lo que destruyó toda la socialdemocracia en Europa y es por eso que yo pienso que tiene que refundarse. Vamos a ver lo que va a pasar con el candidato presidencial socialista François Hollande en Francia. Pueda ser que la gente que está descontenta con la políticas de austeridad de Sarkozy le dé la victoria a Hollande, pero éste no tiene ningún programa alternativo que vaya más allá de las condicionalidades del Fondo Monetario Internacional y de la ortodoxia de los capitales financieros no regulados.
El neoliberalismo que produjo la crisis está intentando “resolverla”

– Si bien es evidente que el sistema capitalismo está en una grave crisis, sin embargo el hecho del retorno de gobiernos de derecha en los países europeos y la ortodoxia económica aplicada en Estados Unidos y en no pocos países de América Latina demuestran que hay un robustecimiento del neoliberalismo que sigue favoreciendo a los capitales financieros y a las trasnacionales. ¿No le ve así? – Yo pienso que la crisis del capitalismo es de otro tipo. En términos de corto plazo no hay ninguna señal de crisis, al contrario, podríamos decir, lo que es sorprendente, que el neoliberalismo que produjo la crisis, la está intentando “resolver” entre comillas. Son los mismos banqueros culpables de esta crisis económica los que buscan resolverla. Miremos el caso del portugués Antonio Borges, director del Fondo Monetario Internacional para Europa y vicepresidente de la Goldman Sachs, fue el que organizó la trampa que esta banca de inversión le tendió a Grecia. Este mismo señor está ahora dictando las recetas del Fondo a Europa. Imagínese la promiscuidad entre el capital financiero y la democracia europea que a mi juicio está en suspenso porque el primer ministro griego Lucas Papademos; Mario Monti en Italia; Mario Draghi, presidente del Banco Central Europeo, al igual que el propio Borges, vienen de Goldman Sachs. No solo representan al capital financiero sino son de la misma firma, lo cual es algo trágico y pienso que la socialdemocracia ha contribuido por su omisión a un colapso de la Unión Europea que lo veo muy próximo si no hay realmente un acto de desobediencia que tiene que ser muy fuerte para lograr su relanzamiento.

– ¿Y eso ha dado paso a lo que usted llama “democradura” en Europa? – Sí, es eso lo que tenemos. Unas constituciones muy progresistas pero sus prácticas muy reaccionarias y oligárquicas. Constituciones como la portuguesa y la española garantizan todos los derechos pero todos los días esos derechos son eliminados, suspendidos y la Corte Constitucional no interviene, o sea hay una suspensión de democracia que la podemos llamar “democradura” o “dictablanda”. Estos procesos no tienen futuro para la democracia europea y los partidos políticos tiene que ver muy bien lo que está pasando para no caer en los mismos errores.

El neoliberalismo ha llevado a que la legalidad vaya a la par con la ilegalidad – Esta crisis del capitalismo ha dado lugar a lo que usted hacía referencia en su conferencia en la Universidad de los Andes de Bogotá a una confusión de la categorías de ilegalidad, legalidad y los sin ley en buena medida por el fenómeno de la acumulación por desposesión. ¿Cómo explicar esta situación generada por la voracidad capitalista? – Lo que hay es muy complejo porque la democracia en el siglo XX engañó al imaginario popular. Al inicio la democracia liberal no era muy democrática como sabemos porque en su origen solamente los propietarios podían votar, entonces la gran mayoría de la población no sabía que era la democracia. La democracia ganó credibilidad y captó el imaginario popular, como ahora vemos a los Indignados que piden democracia verdadera y real, debido en buena medida a que se institucionalizaron los conflictos sociales, se aceptó que hay divergencias en la sociedad entre capital y trabajo por ejemplo, y que las mismas se deben solucionar de manera pacífica cuya resolución se traduce en la ley y por eso se creó una legalidad, pues antes las clases populares solo conocían la legalidad represiva, no conocían ningún derecho. Se creó entonces un derecho facilitador, protector de los derechos sociales, económicos, auxilio al desempleo, y empezaron a ver que la legalidad era algo más amplio y beneficiosa para las clases populares, eso ha sido el gran engaño de la democracia representativa y liberal porque en las constituciones tanto de Europa y de América Latina se consagra una serie de luchas sociales como derechos, por ejemplo los derechos indígenas que antes eran desconocidos inclusive por la misma izquierda que los consideraba invisibles, lo cual cambió en los últimos veinte años precisamente debido al neoliberalismo, a la represión a los movimientos sociales y la criminalización de la protesta. Lo que ocurrió es que las transnacionales aprendieron la lección según la cual es posible presionar a los gobiernos, influenciar los congresos legislativos para producir leyes a su favor, y por eso ellas mismas produjeron una legislación que es tan legal como la otra, la que protege a las clases populares, pero ahora es una legalidad que les permite hacer cosas que antes no podían hacer. Y por eso se puede decir que lo hacen legalmente, no lo es totalmente legal porque si se observa muchas de esas leyes que se crearon para concesiones de minería y recursos naturales y todo lo referente al extractivismo, tienen una serie de condiciones que se olvidan después, como por ejemplo la protección ambiental, o las violaciones masivas a las consultas indígenas dispuestas en el Convenio 169 de la OIT. Es decir, la legalidad va a la par con la ilegalidad, esto es un gran engaño y lo vamos a ver próximamente en Río+20 en junio de 2011 con toda esta discusión sobre el capitalismo verde, la economía verde, de desarrollo sostenible que es el gran concepto de los últimos treinta años. Todo lo que vamos a observar en esta cumbre de Río no es más que el resultado de un secuestro del derecho por las transnacionales y por eso hablan del capitalismo verde. Para mí el capitalismo solo es verde en los billetes de dólar, no es verde en ningún otro sentido. De esta manera, la legalidad es poco apropiada, pero también porque aumenta la desigualdad social, se inventan amenazas de lucha social en que la seguridad en términos de seguridad militar y policial tiene una fuerza tan grande que se crean formas de estados de emergencia no declarados en muchos países, no es el caso de Colombia, porque este país ha tenido un pasado muy fuerte de estados de sitio o estados de excepción. Cuando estaba aquí realizando mis estudios los estados de excepción eran normales por eso es que Colombia no tuvo dictaduras como otros países de América Latina, eso lo analizábamos en ese entonces, pero ahora hay formas que van más allá de la legalidad, por ejemplo cuando los Estados Unidos matan a dos ciudadanos norteamericanos en Yemen a través de los drones, esto es legalidad, o ilegalidad, esto ya no tiene normas. Porque la ilegalidad exige una norma, digámoslo así, y esto es una cosa completamente nueva.

Extranjerización de tierras, nuevo colonialismo – ¿Como el caso del centro de concentración de Guantánamo? – Guantánamo es lo mismo, es una ausencia total de criterios de legalidad, es más que ilegal, es sin ley. Para entender esto hay que regresar a los siglos XVI y XVII cuando en este continente americano se produjo el exterminio de los indígenas que no era es propiamente ilegal, era sin ley. O sea, como existía la idea de que los indígenas no eran humanos, entonces los conquistadores no aplicaban los criterios de legalidad o de ilegalidad, eran cosas, esclavos. Hoy en el mundo hay rasgos en los que ya no podemos hablar de intervención política social porque a veces son tan crueles y agresivos en contra de ciertas poblaciones que por ser consideradas inferiores no se les aplican los criterios de legalidad, y por eso se presenta la arbitrariedad. Se pueden ver casos por ejemplo en África en este momento donde se viene dando con mucho énfasis la acumulación por despojo, también se da en India y en América Latina con la minería y el extractivismo. En el caso africano se presenta con mucha fuerza a través del acaparamiento y compra de tierras por parte de países como Brasil, China, Corea del Sur que están buscando tener una reserva de tierra fuera de sus respectivos Estados, este es un nuevo colonialismo que no hemos teorizado. La concesión es legal pero luego qué pasa con los campesinos desplazados de sus tierras y de un día a otro se convierten en ocupantes o invasores. ¿Esto es legalidad? Es una acumulación primitiva violenta que actúa de una manera en que no hay ninguna forma de rescate políticamente. Esto no es ilegalidad, es algo más grave, es sin ley, que ocurre dentro de Estados de derecho y de democracias, y este es otro gran reto para las izquierdas, sobre todo de raíz socialdemócrata, que creen en la institucionalidad.

– En medio de este oscuro panorama de la crisis civilizatoria originada por el capitalismo, usted que se confiesa un optimista trágico ha formulado una teoría jurídica de emancipación social así como un nuevo concepto de ciudadanía y de derechos humanos que paulatinamente no solo obtienen apoyo popular sino que se van abriendo paso. ¿Ese no es un motivo para ser moderadamente optimistas? – Sí, lo que ocurre es que el pesimismo es siempre conservador, porque yo puedo ser pesimista si tengo mi salario, tengo mi casa, mi habitación, yo puedo ser nihilista, hasta cínico, porque mi cotidianidad está garantizada. Pero qué pasa con la gente que tiene comida hoy para su familia pero no sabe si tiene para mañana; qué pasa con la gente que está viva hoy pero puede ser víctima de una violencia en la que no esté directamente involucrada; la mayor parte de la población del mundo está en condiciones en las que su supervivencia no está mínimamente garantizada; esta gente no puede ser pesimista. Esta gente tiene que salir a la calle a luchar, a encontrar formas de garantizar su sobrevivencia y la de su familia, no puede paralizarse, son activistas. El problema es que no son activistas políticos en nuestro sentido, son activistas de la vida. Entonces, lo que necesitamos es transformar ese activismo de la vida en activismo político, por eso trabajo mucho con los movimientos sociales y con gente que está en situaciones difíciles y gracias a mi actividad académica y a mi trayectoria los conozco bien por cuanto he compartido con ellos múltiples luchas. Por ello puedo decir que me anima el hecho de que estos sectores sociales no pueden ser pasivos, ellos tienen que tener esperanza. Tenemos que construir día a día la posibilidad de una nueva sociedad, y eso es lo que me da la idea de este optimismo trágico; es decir, la idea de que hay una alternativa pero también muchas dificultades. La tragedia es esa, que hay muchas dificultades que no podemos minimizarlas pero tenemos que saber que no todo está perdido, como decía la gran cantante argentina Mercedes Sosa. Cuando la gente piensa que estamos en el fin de la política, que no hay activismo, y que el neoliberalismo lo ha dominado todo, vienen los Indignados, vienen los Ocupa, la primavera árabe que derrumba a los dictadores, entonces hay siempre en la sociedad las emergencias, lo que llamo la sociología de las emergencias. El nuevo proyecto de investigación que estoy iniciando ahora busca analizar las emergencias para darlas a conocer, porque el problema es que muchas de las luchas maravillosas no son conocidas, de gente que resolvió el problema del agua, de la propiedad, de la ciudadanía, en comunidades de India, de Sudáfrica, y de otros países. La gente en el mundo sigue con esperanza buscando soluciones porque no tiene alternativa, vive una situación demasiado cruel y vergonzosa, por eso no puede cruzar los brazos. Un intelectual militante como me considero, no un teórico de vanguardia porque no lo soy ni quiero serlo, pero sí de retaguardia en el sentido de apoyar a estos movimientos, tiene que teorizar la esperanza en condiciones difíciles, por supuesto, generando un respeto por la gente. Nosotros tenemos una cultura en los partidos de izquierda según la cual la masa de la gente que no está organizada es una masa de maniobra, por lo tanto pensamos por ella y por eso vamos con consignas, con eslóganes para comandarla. No, eso no es así, hoy la gente que se moviliza es porque tiene razones que son suyas, hoy está más preparada. Eso se puede ver en países muy controversiales como Venezuela, donde la gente ha adquirido una cultura política muy interesante, que puede estar con Chávez o contra Chávez, pero está mucho más consciente de las condiciones, de lo que debería ser y lo que es, es mucho más exigente, no puede ser manipulada por ideas abstractas que no le dice nada sobre su cotidianidad. Ese es el respeto por la gente que la izquierda tiene que tener en el inmediato futuro.

Boaventura de Sousa Santos es sociólogo y profesor catedrático de la Facultad de Economía de la Universidad de Coímbra (Portugal).

No hay democracia sin protesta

Entrevista a Roberto Gargarella por Esteban Rodríguez.Roberto Gargarella es abogado y sociólogo, profesor de “Derecho Constitucional” en las universidades Torcuato Di Tella y la Nacional de Buenos Aires. Es autor de una prolífica obra, que
abarca libros como “Nos los representantes. Crítica a los fundamentos del sistema representativo” (1995); “La justicia frente al gobierno” (1996) y “Crisis de la representación política” (1997); “Teorías de la justicia después de Rawls” (1999); “Razones para el socialismo” (2002); “Derecho y grupos desaventajados” (2003) y “Nuevas ideas republicanas” (2004). Este año publico tres libros: “Los fundamentos legales de la desigualdad. El constitucio nalismo en América”; “Crítica de la Constitución: su zonas oscuras” y “El derecho a la protesta. El primer derecho” (publicado por la editorial Ad Hoc).

Lo que sigue es la conversación que mantuvimos con Gargarella con motivo de la presentación del libro “El derecho a la protesta”, a fines de septiembre en la facultad de Ciencias Jurídicas y Sociales de la UNLP, en un encuentro organizado por el colectivo “De eso no se habla” que integran distintas organizaciones de DDHH y académicas de la ciudad, entre ellas el CIAJ (Colectivo de Investigación y
Acción Jurídica), PMI (Pensamiento Mínimo Indispensable), INIDES y la revista virtual derechopenalonline.

-Empecemos con una pregunta un tanto obvia, o mejor dicho, que no debería ser tan obvia, pregunta que creemos saber de memoria, pregunta que ya no cabe formularla como pregunta, pero que en las condiciones que nos toca nos vemos llevadas a formularla otra vez. ¿Qué es la democracia?
-Bueno, primero hay que decir que el de democracia no es un concepto obvio. Se trata de un concepto que merece ser enmarcado dentro de una idea más general, que es el principio de que todos somos moralmente iguales. Al respecto, tiene
sentido pensar a la democracia no como un fin en sí mismo sino como es un instrumento que sirve pa ra honrar ese ideal de que somos todos iguales
moralmente, de que todos valemos lo mismo. Este compromiso se traduce, políticamente, y ante todo, en el principio de un hombre-un voto. Económicamente, sin embargo, el mismo no ha encontrado traducción, ya que en dicha esfera la decisión de algunos pesa muchísimo más que la de otros. De modo que si la democracia quiere honrar este principio de igualdad hay que decir que
tenemos una democracia imperfecta. Imperfecta no solo desde la economía sino también desde la esfera política porque la igualdad no se agota en el voto periódico. Puede ser que el voto universal sea un excelente comienzo pero es sólo eso, un comienzo.
-¿Por qué dice usted que el rasgo constitutivo de la democracia no es el consenso sino el disenso?
-Claro, en un sistema institucional como el nuestro delegamos la toma de decisiones, delegamos el control de los recursos económicos, delegamos el uso de la violencia, el monopolio de la fuerza en el Estado, lo mínimo que podemos hacer es preservarnos el derecho de criticar a aquellos en los que hemos delegado todo. Mucho de lo más importante de nuestras vidas está en manos de otros. Por
eso es que me parece importante reclamar el derecho a la protesta como un derecho esencial. De allí que lo podamos llamar el “primer derecho”.

-¿Por qué el derecho a la protesta es el primer derecho?

-Porque es la base para la preservación de los demás derechos, si esto falta hay razones para pensar que todo lo demás puede caer. Si esto no falta, uno puede reclamar por todo lo demás. En el núcleo esencial de los derechos de la democracia está el derecho a protestar, el derecho a criticar al poder público y privado. No hay democracia sin protesta, sin posibilidad de disentir, de expresar las demandas. Sin protesta la democracia no puede subsistir.
-¿Qué es la criminalización de la protesta social?

-Es pensar la protesta a partir del derecho penal y además pensarla dando una cierta respuesta que apunta al hostigamiento, la hostilidad institucional
hacia la protesta. A mi me parece que los dos puntos son errados, primero porque la protesta merece ser pensada desde otro lado, sobre todo cuando hablamos de protestas vinculadas con derechos fundamentales sistemáticamente violados. Y
segundo, y para aquellos que quieren pensar la protesta desde el código penal, lo que ya de por sí es un error, porque el código penal también prevé much
as herramientas y la selección de herramientas que se hace también es indebida. – Otra cosa que discute en el libro es el lugar que la justicia en general tiene que asumir frente a la protesta social. ¿Por qué la misión principal de los jueces es proteger a la protesta social? – Nuestro sistema institucional, con todas las imperfecciones que tiene, fue organizado para representar a las mayorías y a las minorías. Nosotros delegamos en el poder político la posibilidad de representar a las mayorías y hemos separado al poder judicial del poder político y de la ciudadanía porque nos interesa preservar a las minorías. La primera misión del poder judicial es la de proteger a las minorías. De allí que los jueces no estén sujetos a la elección ni a la remoción populares. Por más que el humor mayoritario cambie, debe haber instituciones destinadas a garantizar los derechos de las minorías. Por eso si el poder judicial no toma partido por las minorías desaventajadas, no hay razones para pensar que los vaya a proteger algún otro grupo o sector.
¿Cuáles son las teorías que se pueden utilizar para fundamentar esta posición?
-Muchas. Creo que la defensa robusta de un derecho a la protesta puede fundamentarse tanto desde una teoría de la democracia como desde una teoría de la justicia, como vimos recién. Pero también puede fundamentarse desde una teoría de los derechos, una teoría acerca de la necesidad de preservar ciertos intereses fundamentales o una teoría acerca de la interpretación constitucional.
-Mucho se ha escrito sobre la protesta social, pero me parece que una de las novedades de tu libro a la hora de pensar la protesta, uno de los aportes, tienen que ver con que no se necesitaría salirse de las reglas de juego para discutir la criminalización. Quiero decir, las argumentaciones que puedan utilizarse para defender a la protesta no necesitan recalar en teorías inscriptas en un paradigma
crítico, en el socialismo por ejemplo, sino que bastaría con hacer hincapié en las instituciones que tenemos. Se propone, si se puede decir en estos té
rminos, desde una suerte de liberalismo radical,
una defensa republicana de la protesta social.
-Bueno, sí, sucede que hay una pobreza en las respuestas que se dan frente al problema de la criminalización, respuestas que además son contradictorias con muchas cosas que dice la Constitución. Y son tan obviamente contradictoria
s que uno no necesita montarse en un discurso de ultra izquierda, ni embanderarse con nada para discutir la respuesta de la criminalización. Basta con pensar simplemente a la Constitución como un pacto básico. Esto no quiere decir que uno no tenga su propia ideología, pero como todo lo que ocurre, todo lo que se dice es tan escandaloso –escandaloso desde un punto de vista muy modesto, común y compartido que es cómo pensamos el pacto mínimo que tenemos frente a nosotros, que es la Constitución- que para discutir la criminalización basta con apoyarse en ese pacto básico. Por supuesto, si queremos ir más allá, podemos ir mucho más allá y podemos ser muchísimo más exigentes y muchísimo más duros respecto de lo que se está haciendo y lo que están diciendo nuestros doctrinarios y jueces. Pero como están las cosas, es tan malo lo que tenemos enfrente que con lo elemental es más que
suficiente para ser críticos.
-Uno de los argumentos más escuchados, que se utilizan para criminalizar, que aportan el consentimiento social para que el gobierno decida la criminalización de la protesta es “el derecho de uno termina donde empiezan los de los demás.” ¿Qué diría al respecto?
-Sí, es una consigna ridícula, es una frase que no dice absolutamente nada. Es más, alguien que quiera defender la protesta podría decir lo mismo: “coincido, sus derechos terminan donde comienzan los míos, entonces por qué usted no respeta mis derechos sociales.” Por eso digo que es una frase que no dice nada, es una frase que se puede usar para lo que se quiera. Todo lo que importa es lo que debe venir después de pronunciarla. Sin embargo lo notable es que muchos jueces, inclusive en
las más altas instancias de la magistratura, se apoyan en ella para dar por terminada la discusión apenas la han comenzado.

-Justamente en tu libro señalas que hay cierta pereza intelectual, cierto tipo de modorra teórica en los jueces y en los fiscales a la hora de caracterizar la protesta social, pero digo ¿no habría también un
ensañamiento de clase en la discrecionalidad de estos jueces?
-La idea de pereza es una idea generosa, en realidad habría que ser más drásticos. En muchos casos lo que hay es clasismo, prejuicios, ignorancia. Y esto se nota en las decisiones que toman las más altas instancias judiciales, pienso por ejemplo en algunos de los fallos de la Cámara de Casación Penal, son fallos clasistas. Uno no quisiera usar este término, pero no creo que haya una buena alternativa al mismo. Basta leer esos fallos para darse cuenta de la ausencia de argumentos, de la falta de esfuerzo por ser claros, por ser persuasivos, para hacernos entender cómo es que piensan los derechos. Basta leer esos fallos, también, para darnos cuenta de la brutalidad con la que muchos jueces piensan la idea de democracia, la tosquedad con la que se acercan a la idea de Constitución.

Son problemas, a mi juicio, que parten entre otras razones, del pensar el derecho desde el punto de vista del derecho penal. Típicamente, cuando se piensa
la protesta social con el código penal en la mano la pregunta que uno comienza a hacerse (desde la derecha o desde el progresismo penal) es qué nivel de castigo es el nivel de castigo adecuado. Por el contrario, cuando se la piensa desde la Constitución la idea es exactamente la contraria, o sea, qué nivel de protección requieren ciertos derechos y ciertos sectores que carecen de ellos, qué derechos queremos priorizar, cómo queremos vivir juntos. Son preguntas totalmente distintas, por más que las respuestas que se dan, aún desde el derecho constitucional, puedan ser muchas veces malas respuestas. Pero, en general, si desde la Constitución se busca proteger la libertad de expresión, el derecho a protestar, la crítica de la minoría, desde el código penal por el contrario lo que se bu
sca es pensar sobre los niveles adecuados del reproche y la represión estatal.
-Sabido es que la justicia no es un terreno para resolver los conflictos sociales, sin embargo, puede la justicia transformarse en un mecanismo institucional para fomentar el diálogo entre el gobierno y estos sectores desaventajados.
-Bueno, como la interpretación de la Constitución da margen para todo, como la interpretación del código penal da margen para todo, como el poder de
los jueces es tan extraordinariamente amplio, hay márgenes de maniobra amplísimos. Hay espacio para que los jueces no razonen o que razonen brutalmente, como hay espacio para que digan algo in teresante. La justicia está en condiciones de
hacer cosas muy distintas pero no las hace, entre otras razones, por como está compuesta, no lo hace por los incentivos que tiene, no lo hace por
las tradiciones que la anteceden, por los precedentes por los que alega estar constreñida (lo que no es cierto, porque también hay precedentes para todo). O sea, la justicia tiene margen para situarse de una manera totalmente distinta, pero no lo hace. Si los jueces se preocuparan por estudiar teoría de la democracia, teoría de los derechos, teoría de la interpretación constitucional, teoría de la justicia, fácilmente llegarían a conclusiones opuestas a las que hoy llegan.
-Qué piensa de la actitud que está tomando el gobierno actualmente con los piqueteros? ¿Se puede hablar de una militarización o una tendencia a militarizar a la protesta social?
-Este gobierno no es un gobierno principista, como no lo ha sido casi ninguno. Es, como otross, oportunismo con desdén hacia los derechos fundamentales. Es preocupante, por no decir indignante, que el problema que se plantee tenga que ver con los niveles de queja que hay y no con las razones de la queja, con las formas de salir a rescatar a aquellos que tienen legítimas demandas en nombre de derechos constitucionales.

La protesta social: estado, genocidio económico y demanda de ciudadanía.
Por Esteban Rodríguez

La protesta social en la Argentina contemporánea,
en sus diferentes expresiones, se trate de un
piquete, de una toma de tierra, de la ocupación
y recuperación de fábricas
, de los escraches de
HIJOS, o las huelgas de los empleados estatales, puede ser percibida de tres maneras que no son
excluyentes.
En principio, puede ser entendida como una disputa
por el sentido que eventualmente puede llegar a
asumir el Estado en las relaciones sociales. Más allá de que tome o no tome el poder, siempre
estarán en juego el sentido que asume las relaciones sociales que componen eso que solemos llamar
Estado. Prohibir la protesta social, sea a través de la
cooptación, la criminalización o la judicialización,
sea a través de la represión (con la “saturación policia
l”), es excluir a la masa marginal de la disputa
por el “color” que puede asumir el Estado.
En segundo lugar, puede ser percibida como una denuncia del genocidio económico. En efecto, el
telón de fondo de la irrupción de la multitud es la
violencia que sistemáticamente ejerce el Estado
cuando gestiona la vida que no vale, esto es, cuando administra la muerte. De allí que la protesta
social pueda ser percibida, también, como una de
nuncia del genocidio económico llevado a cabo por
el Estado Malestar; una protesta que está para echa
r luz sobre la muerte en vida, para visualizar la
muerte que llega todos los días un poco. Porque como decía Michel Foucault, muerte no es
solamente la muerte directa sino todo aquello que estaría creando las condiciones para la muerte.
Muerte, también, es la muerte indirecta.
La muerte entonces, no es solamente
la muerte que llega con la desa
parición, el gatillo fácil, los
escuadrones de la muerte o la tortura, que sigue al orden del día en las comisarías y en las prisiones
argentinas. Muerte también, es todo aquello que está creando las condiciones para actualizar la
muerte. La falta de salud (de medicamentos, insumos o camas en los hospitales o de salitas
sanitarias o primeros auxilios, de médicos o enferm
eros), la falta de trabaj
o digno (el hambre, la
desnutrición), la falta de vivienda, de previsión soci
al (seguros de desempleos o jubilaciones dignas),
la falta de infraestructura urbana (agua potable, luz,
gas, red cloacal, desagües, etc.), la falta de
equipamiento (escuelas, espacios de recreación y es
parcimiento), todo eso es muerte porque está
creando y reproduciendo las condiciones para actualizar la muerte.
Cuando la muerte se vive en cámara lenta, va calando los huesos de a poco, la protesta social es la
manera de hacer visible lo que sucede de una manera invisible, o mejor dicho, lo que tiende a pasar
desapercibido tanto para los medios masivos de comuni
cación como para su interlocutor favorito, la
opinión pública que, entrenada por generaciones frente al televisor, sabrá tomar distancia hasta la
indolencia, o muñirse de prejuicios hasta la descalif
icación. Al fin y al cabo, la pobreza solo merece
televisarse cuando se muestra compungida, resignada; pero cuando muestra los dientes o se tapa el
rostro, cuando se mues
tra masiva, se organiza, entonces pa
sará a ser el enemigo número uno, una
clase peligrosa, y el periodismo nos invitará una vez más a prestar nuestro consentimiento para que
el Estado tome cartas sobre el asunto. Porque no habrá Estado malestar sin consenso social. El
consentimiento que la opinión pública presta diariamente ante la interpelación del periodismo
consensual que no deja de asediar con sus cobertu
ras desconstextualizadas, crea las condiciones
constitutivas para la gestión de la exclusión social y la disolución de la puesta en común.
Finalmente, en tercer lugar, la protesta social
puede ser percibida como una demanda de ciudadanía.
Esta es la opinión de Roberto Gargarella en su lib
ro “El derecho a la protesta”. Según Gargarella, la
protesta social constituye una demanda concreta de ciudadanía. Cuando la marginalización social,
esto es, la desindustrialización, la ruptura de la sociedad salarial, la desindicalización, sumada al
desmantelamiento del Estado Social, constituye un proceso de desafiliación o desenganche que se
materializa en una pérdida de derechos (que nosotros llamamos proceso de desciudadanización), la
protesta social puede ser percibida, antes que nada,
como el derecho a tener derechos, la posibilidad
5
de volverse ciudadanos otra vez.
“El derecho a protestar aparece así, en un sentido importante al
menos, como el primer derecho: el derecho a exigir la recuperación de los demás derechos.”
1
Se sabe que la democracia es el gobierno del pueblo, pero para que el pueblo pueda autogobernarse
es necesario, por un lado, el
activismo cívico, esto
es, la posibilidad de comprometerse en los
problemas que involucra en tanto ciudadano. En segundo lugar, esa ciudadanía para poder
comprometerse tiene que tener la posibilidad de expr
esarse concretamente, sea para manifestar sus
demandas, sea para controlar a las instituciones. Ah
ora bien, la pregunta que se hace Gargarella es
la siguiente: ¿cuáles son las cond
iciones institucionales que tiene el pueblo para expresarse? Está
claro que una posibilidad es a través del sufragio, las “piedras de papel”. Sin embargo, en una
sociedad con los problemas sociales y políticos que tiene no se puede acotar la democracia al
sufragio electoral. Sobredimensionar el lugar que tiene el voto en la democracia contemporánea,
implica clausurar o excluir de la discusión a
las minorías mayoritarias. En un contexto de
pauperización, de pobreza, se produciría un déficit de representación que redundaría en un
agravamiento de la actual crisis de
gobernabilidad. En ese sentido el si
stema electoral se vuelve torpe
para canalizar las demandas.
Otra manera que tiene el pueblo de expresarse es a través de los medios masivos de comunicación.
Sin embargo, en una sociedad donde los medios masivos de comunicación resultan prácticamente
inaccesibles para las grandes mayorías minorita
rias, la manera de hacer visible las demandas
sociales tampoco puede quedar circunscripta a la re
cepción por parte de los medios. Dice Gargarella:
“Aquellos que no controlan la televisión o la radio, aquellos que no tienen la capacidad económica
para expresar sus ideas a través de los periódicos o
hacer circular elaborados panfletos, puede llegar
a tener un acceso muy limitado a los funcionarios públicos.” “Es claro que quienes cuentan con
mayores recursos cuentan con mayores capacidades
expresivas y que ello influye necesariamente a
la hora de discutir cuestiones de interés común. Es claro que si la comunicación pública se organiza,
como hoy en la Argentina, a partir de la cantidad de dinero que tenemos o que somos capaces de
generar, entonces, las ideas populares, por definici
ón, van a tener problemas para circular (…)
Resulta claro que los políticos que tienen más chances de llevar sus mensajes más lejos y a más
personas son aquellos que cuentan con un mayor respaldo económico detrás, y no los que tienen
ideas potencialmente más activas.”
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Ante esas circunstancias, según Gargarella, la manera de expresar la demanda de ciudadanía, de
reclamar los derechos que formalmente alguna vez prom
etió el Estado, es a través de la constitución
de foros públicos, que a veces podrán celebrarse en determinados recintos pero otras veces dicha
reunión se realizará en la calle o en una plaza pública. De hecho, estas formas de expresión, no son
una invención de los piqueteros. Hay una larga tradición de lucha en la Argentina que ha hecho de
estos lugares una caja de resonancia para canaliz
ar las demandas. Vaya por caso los trabajadores
organizados en la FORA a principios del siglo XX pero también los trabajadores movilizados por
Perón y la CGT o las movilizaciones de los estudi
antes en la década del 70. En definitiva, según
Roberto Gargarella, la protesta social contemporáne
a, sobre todo, el corte de rutas, la ocupación de
espacios públicos, constituye la posibilidad concreta que tienen los sectores desaventajados de
expresar sus demandas. De allí que el derecho a la
protesta sea el primer derecho, es el derecho que
llama a los otros derechos, la oportunidad que tienen las mayorías minoritarias de ser tomadas como
actores sociales otra vez, de recuperar una
voz que los vuelva a ser tenidos en cuenta.
1
Roberto Gargarella
;
El derecho a la protesta. El primer derecho
, Ad Hoc, Bs. As., 2005, p. 19.
2
Roberto Gargarella
,
El derecho…,
p. 31 y 142 respectivamente.

El Salvador: el reino de arena y la princesa desairada

25 de febrero de 2013 “La princesa está triste…Qué tendrá la princesa?
Los suspiros se escapan de su boca de fresa…” Rubén Darío

El propósito principal de la última convención de Arena del 14 de febrero fue el de legitimar hacia futuro una posible alianza de la derecha con el hasta hace poco nasciturus Antonio Saca. Esta es la condición sine qua non impuesta por los donantes areneros para respaldar la débil, complicada y hasta el momento desfinanciada campaña de Norman Quijano, a la que se suma René Portillo Cuadra.

Y esto obligó a una profunda recomposición de la cúpula partidaria, abriéndole la puerta a una mayor presencia de las fracciones vinculadas a Calderón Sol principalmente, pero también a Flores y al sector vinculado al holding Poma y reduciéndole el margen de maniobra a Cristiani.

Se equivocan los que piensan que ARENA ha quedado debilitada. Al contrario, se prepara hoy de manera unificada y con una clara visión estratégica a enfrentar el desafío de evitar a toda costa un segundo gobierno del FMLN, incluso negociando con Saca. Esto explica la telenovela.

La princesa desairada

¿Quién manda en ARENA? les gritó Ana Vilma indignada al conocer que Quijano finalmente cedió por presiones de Cristiani a colocarla en el nuevo COENA como se había comprometido a hacerlo. Lo mismo le pasó a Salguero Gross, una de las principales matronas areneras, que cuestionó acremente la presencia de los tres expresidentes en la nueva CP.

Ni su mismo paisano hoy ocupando la presidencia del COENA, pudo abrirle la puerta. Ni el mismo candidato Quijano. El veto era inamovible. Ana Vilma se ha convertido en una amenaza para la dirección arenera, y esta al borde del precipicio, por lo que es y por lo que representa. Fue el choque de dos planetas.

En los partidos y las iglesias, y en la sociedad en general, se prefiere la dulzura de las fieras domesticadas a la belleza de las fieras salvajes. Y de esto puede dar testimonio fiel el teólogo Ratzinger. Pero violinistas somos y en la orquesta tocamos. Y la derecha tendrá seguramente Ana Vilma para rato.

El monarca desplazado

Cristiani logró revivir a un muerto llamado Arena y es una gran hazaña. Históricamente los partidos de gobierno al fracasar, perecen. Esa fue la historia del PRUD, del PCN, del PDC, vinculados los dos primeros a la dictadura militar y el último a la guerra de contrainsurgencia. Pero en el caso de ARENA la savia oligárquica le permitió al fénix renacer de sus cenizas.

Pero se niega Cristiani a aparecer negociando con Saca, aunque aprueba el hacerlo. Aquí es donde entra Jorge Velado para jugar ese papel. Es un delicado rol que lo puede condenar a la gloria o al cadalso. Suerte tienen Cristiani y Velado que ya no está al frente el Mayor.

El dragón de dos cabezas

La solución encontrada en Arena para resolver la crisis de representatividad no parece ser la más feliz, pero es lo decidido: construir un dragón con dos cabezas que vomite fuego contra sus adversarios políticos y que tienda una mano amistosa hacia sectores de la sociedad civil.

Velado necesitara poner a prueba sus destrezas ejecutivas y sus seguros respaldos para garantizar que su espíritu de empleado se trasforme en espíritu de jefe, y que pueda enfrentarse de manera adecuada al “príncipe de la paz” y salir triunfante de esta lid. Esto es un reto para la derecha empresarial porque a contrario sensu el cambio sería meramente formal.

El peligro radica en que una cabeza del dragón “ en campaña” vomite fuego contra la otra y terminen enredados en una pugna intestina que termine hiriéndolos y desangrándolos hasta conquistar la derrota. Ojala que así sea pero no está asegurado.

El castillo del Mayor

Hay un reacomodamiento de fuerzas al interior de ARENA, que al igual que el FMLN, es una federación de diversas agrupaciones unidas por un origen histórico común, en este caso por orientación ideológica de derecha, por un acuerdo político de posiciones programáticas y por una línea de acción táctica y estratégica.

Las principales fracciones actuales al interior de ARENA se aglutinan alrededor de los tres primeros expresidentes y de una fracción vinculada a un sector oligárquico, el holding Poma. La fracción hegemónica hasta este mes fue la de Cristiani y continúa manteniendo una fuerte presencia, desafiada hoy por la alianza entre la fracción de Calderón Sol y la del Grupo Poma. En el periodo anterior a Cristiani, la fracción del expresidente Saca era la hegemónica.

En el caso del FMLN, su origen histórico se encuentra en las cinco fuerzas político-militares de principios de los años setenta que se unificaron en octubre de 1980. El 11 de noviembre de 2004 con la elección de Milton como Coordinador General se consolida como fuerza hegemónica la alianza entre sectores del PCS y de las FPL, aglutinados en la antigua Corriente Revolucionaria Socialista, con presencia simbólica de las otras tres fuerzas fundadoras del FMLN. Y pronto vienen elecciones.

Regresando a ARENA, sus orígenes mediatos se encuentran en la respuesta combativa de sectores terratenientes y de la oligarquía agro-exportadora al intento que realiza en 1976 el presidente Molina, del PCN, por impulsar una tímida “transformación agraria.”

Es en este momento que surge FARO y otras instancias de naturaleza reaccionaria. Es en estos espacios que hacen sus primeras experiencias los que después serían los fundadores de ARENA, ya bajo la conducción combativa del Mayor Roberto DAubuisson.

Estos sectores observaron preocupados en los siguientes años el surgimiento de un poderoso movimiento de masas que crecía y se radicalizaba. Y a partir del golpe de estado del 15 de octubre encontraron un líder que supo encausar la necesidad de enfrentar a las fuerzas de la revolución: DAubuisson.

Y lo hicieron a dos niveles: mediante el apoyo a fuerzas paramilitares desde los mismos cuerpos de seguridad (escuadrones de la muerte) y a través de la construcción de frentes políticos como el Frente Amplio Nacional, y finalmente ya en septiembre 30 de 1981con la creación de ARENA.

En ARENA como fuerza política podemos identificar seis grandes periodos: el periodo inicial desde su fundación (1980) hasta la conquista del gobierno en 1989; el periodo del primer gobierno presidido por Cristiani (1989-1994), el periodo del segundo gobierno presidido por Calderón Sol (1994-1999); el periodo del tercer gobierno presidido por Francisco Flores (1999-2004); el periodo del cuarto gobierno presidido por Antonio Saca (2004-2009); y este último periodo de regreso a la oposición (1989-1913).

El núcleo inicial de ARENA estuvo formado por terratenientes y militares, sometidos a la voluntad mesiánica de DAubuisson. En 1982 el Mayor logra el control de la Asamblea Legislativa pero luego es derrotado en 1984 en su intento de conquistar la presidencia, por el democristiano José Napoleón Duarte.

Ese mismo año de 1984 surge un nuevo sector aglutinado alrededor de Alfredo Cristiani, quien proviene del partido Acción Democrática. Este sector logra que DAubuisson se aparte y permita la candidatura presidencial de Cristiani en 1988. Ceder para sobrevivir. Y Cristiani se convierte en el primer presidente arenero en 1989 al derrotar al democristiano Fidel Chàvez Mena. Aunque le imponen en la vicepresidencia al “duro” Francisco Merino.

Hay un desplazamiento del grupo fundador y logra hegemonizar el Grupo Cristiani. Esto se fortalece en 1991 con la enfermedad terminal de DAubuisson que lo lleva a la tumba al año siguiente, a los 45 años. Cristiani proyecta una nueva imagen, moderada, modernizante.

Y en su presidencia logra cinco grandes proyectos con un profundo impacto sobre el rumbo del país: el principal fue firmar la paz en 1992 con el FMLN. El segundo sanear la banca estatal y luego privatizarla, y en el proceso apoderarse del Banco Cuscatlán. El tercero cerrar el IRA para favorecer a sus compadres de los supermercados. Cuarto, hundir la agricultura para propiciar la importación de granos básicos. Y por último vacunarnos con el IVA para favorecer a la oligarquía.

Pero también enfrentó el embate de los “duros” de su partido que intentaron a finales de julio del 89 darle un golpe, debido a que rechazo al general Bustillo como Ministro de Defensa y se decantó por su amigo el coronel Ponce. Así era “mi Mayor.”

Pero ya en 1993 el entonces alcalde de San Salvador, Armando Calderón Sol, nieto de un conocido militar genocida del 32, irrumpe con fuerza y se convierte en el segundo presidente de ARENA. Cristiani le declara una guerra silenciosa desde dentro del aparato gubernamental. Pero se crea un nuevo grupo de poder, en disputa con Cristiani y con los “hombres de DAubuisson” ahora llamados maneques.

Calderón Sol impone a Juan José Domenech, el entonces dueño de La Despensa de Don Juan como presidente del COENA y es asesorado por los economistas Juan José Daboub, hoy un funcionario del Banco Mundial y Manuel Enrique Hinds, columnista de La Prensa Gráfica.

Calderón Sol junto con estos “brillantes economistas” privatizaron servicios esenciales como son la telefonía, la distribución de la energía, y los fondos de pensiones, y mediante estas medidas debilitaron profundamente al estado, en sintonía con la doctrina neo-liberal.

En 1998 Calderón Sol se adelanta y sorprende al Grupo Cristiani al proponer a Francisco Flores como candidato. Flores luego se libera del yugo calderonista y forma su propia corriente. Gana la presidencia y durante su represivo gobierno se pretendió privatizar el sistema de salud, pero la actitud beligerante de los médicos y sectores populares le privaron de esta hazaña. Pero si logró imponernos la dolarización así como un lesivo tratado de libre comercio con los Estados Unidos.

En el 2003 Antonio Saca, locutor deportivo, lanza su candidatura en ARENA y logra derrotar en primarias incluso a Calderón Sol. Y también luego derrota en los comicios presidenciales de 2004 al líder histórico de la izquierda, a Schafik Handal. Es un gobierno que inicia un proceso profundo de endeudamiento del estado, el cual disfraza mediante programas de subsidios a sectores populares.

Saca impone en 2008 como candidato presidencial de ARENA al exdirector de la PNC, Rodrigo Ávila, que enfrenta al candidato del FMLN, el periodista Mauricio Funes, y es derrotado. ARENA pierde la presidencia y esto provoca un cisma que incluso comprende la expulsión de Saca de ARENA y la llegada de Alfredo Cristiani a tomar de nuevo el timón partidario. Saca se ve forzado a crear el partido GANA.

En septiembre de 2012 Norman Quijano, alcalde reelecto de San Salvador es proclamado como candidato presidencial de ARENA para las elecciones de 2014. En febrero de 2013 se proclama al secretario general de la UTEC, René Portillo Cuadra, como su compañero de fórmula.

Los bienaventurados bancos

Un antiguo proverbio oriental enseña que si conoces quienes son los dueños de tus bancos, sabrás en que país vives. Y en El Salvador los dueños de los bancos, al menos de tres de los cinco principales son de capital colombiano.
Representan el 53 % de los activos totales del sistema financiero.

El Banco Agrícola es desde el 2006 de Bancolombia. El BAC Credomatic Centroamérica es desde 2010 del Banco de Bogatá. Y en 2012 Davivienda compró el HSBC, que antes se llamó Banco Salvadoreño.Los otros dos son de capital canadiense ( Scotiabank) y estadounidense (Citibank). Los ingleses (HSBC) vendieron y se fueron.

Y la principal línea aérea es la colombiana Avianca. Y ASESUIZA fue comprada por el Grupo Sura. Y hasta Dipsa es hoy propiedad del Grupo Carvajal. Eso significa que como movimiento popular tendremos que empezar a pensar en planificar marchas hacia Bogotá.

Y es que como resultado de la visión “nacionalista” del expresidente Flores nos impusieron el TLC con Estados Unidos y desde entonces, la oligarquía se desprendió de sus bancos como en un barco que se hunde. Y sorpresivamente no vinieron al rescate los mexicanos, ni los brasileños, sino que fueron los bondadosos colombianos.

Horizonte electoral

Parece ser que el próximo derbi electoral no será de tres, sino de cuatro contendientes. Interesante. Es una apuesta a romper con el bipartidismo predominante desde 1994. Los dos nuevos personajes que se lanzan al ruedo son el expresidente Saca y el secretario técnico de la presidencia; Alex Segovia.

En el caso de Segovia parece que va respaldado por una coalición de tres partidos: el CD, el PSD y posiblemente la TR. En el caso de Saca va también respaldado por una coalición de tres partidos: GANA, PCN y PDC. Quijano de ARENA y Sánchez Ceren del FMLN prefirieron ir solos que bien acompañados. Competirán dos fuerzas de derecha y dos de izquierda.

Al presidente Funes se le plantea la disyuntiva de respaldar a su secretario técnico Segovia, a su aliado estratégico Saca, o a su aliado táctico Sánchez Ceren o ver el partido desde las alturas del Olimpo. Pronto sabremos que decide.

Este panorama determina a esta altura de doce meses que seguramente habrá segunda vuelta porque ninguno de los contendientes podrá superar la marca de millón y fichas de votantes. Esto hará que la carrera sea más reñida y las posibilidades de alianza luego de la primera vuelta imprescindibles. Ojala que la izquierda tenga la suficiente madurez para coaligarse y poder derrotar a la derecha. Ojala que la lluvia…

Lo más adecuado sería que esta alianza entre fuerzas revolucionarias y democráticas cuajara incluso antes de las elecciones de febrero 2014, pero seguramente esto no será posible ya que la primera vuelta mostrara en números el valor electoral de cada proyecto. Dime cuantos votos tienes y te diré cuanto vales.

Es muy interesante que en el campo de la izquierda se ubican las dos opciones de disputa latinoamericana, el ALBA y Asocio para el Crecimiento. Esto se explica por la existencia en Washington de un gobierno presidido por Obama. Venezuela por un lado y Estados Unidos por el otro, en el mismo campo. Desconcertante.

La derecha no cuenta con ningún aliado internacional importante, a excepción de Israel y Taiwán. Saca cuenta con el apoyo de algunos sectores del capital internacional. El enemigo principal a derrotar es ARENA que representa los intereses de la hoy oligarquía importadora y hotelera. Y lo adecuado es una gran alianza de fuerzas democráticas y revolucionarias mayor que la del 2007-2009, para derrotar a la derecha.

Ninguno de los cuatro padece de calvicie electoral. Al contrario, todos cuentan con sendas bases de apoyo. Pero para ganar en primera vuelta se necesitaría un poco más de un millón de votos, cantidad que no respaldan los “votos seguros” de ningún partido. Así que coaligarse o perecer será la canción de moda.

La historia de las ideas políticas en El salvador

En la historia de las ideas políticas en El Salvador hay épocas, situaciones y personajes que simbolizan las diversas corrientes ideológicas que se han disputado el rumbo histórico del país. Entre estas corrientes ideológicas se encuentran el liberalismo, el conservatismo, el marxismo, la socialdemocracia, el social cristianismo, el feminismo y la teología de la liberación.

En el siglo XIX las figuras de Francisco Morazán y Gerardo Barrios encarnan el liberalismo unionista radical, anticlerical, progresista; mientras que Francisco Dueñas las posiciones ideológicas conservadoras, reaccionarias de la naciente oligarquía.

En el siglo XX Alberto Masferrer con su doctrina vitalista se enmarca ya en el pensamiento socialdemócrata, después retomado por Arturo Romero y Guillermo Manuel Ungo. Farabundo Martí y Schafik Handal simbolizan la visión marxista; Prudencia Ayala y Norma Herrera fueron precursoras de la visión feminista; José Napoleón Duarte y Julio Adolfo Rey Prendes la visión democratacristiana; los militares General Maximiliano Martínez y Mayor Roberto DAubuisson la posición nacionalista anticomunista; y los sacerdotes Rutilio Grande y Monseñor Romero las ideas de la teología de la liberación.-