La màs perversa violaciòn a los derechos humanos es la pobreza

SAN SALVADOR; 30 de julio de 2006 (SIEP) En el marco del 10mo. Aniversario de creación de la Maestría en Derechos Humanos y Educación para la Paz de la Universidad de El Salvador, el Dr. Marco Antonio Sagastume, académico centroamericano, realizo una exposición magistral.

Compartió que “las armas para la revolución de 1948 en Costa Rica fueron dadas por Guatemala. Mi padre fue el que llevó lar armas a Costa Rica…Y se abolió el ejército. En Costa Rica no hay ejército. Y se le dio un gran impulso a la educación.”

“Y me podrían decir: ¿de que sirve la educación? Sirve de mucho…fíjense que el único pueblo en Centro América que esta en contra del TLC es Costa Rica. En El Salvador, y en Guatemala son pequeños grupos, universitarios, sindicalistas, que están en contra del TLC, en Costa Rica es la mayoría del pueblo… ¿por qué será?”

“En Guatemala estos días los estudiantes están saliendo a las calles. El Ministerio de Educación pretende aumentar un año más la carrera de magisterio. ¿Qué va a pasar cuando el padre de familia tenga que pagar por un año más de estudio para su hijo?”

“Lo más perversa violaciòn a los derechos humanos es la pobreza. Y si hay pobreza no hay chance para la educación…En Guatemala en la Constitución se dice que la educación será gratuita… Es cierto que educación podríamos no tener pero cultura si tenemos. Mucha cultura. En Guatemala hay 23 idiomas, que antes decían que eran dialectos por ser de los indios, pero solo el Cachiquel tiene más fonemas que el español. En Guatemala el pueblo maya ha rescatado su espiritualidad. Pero como hemos pasado colonizados tanto tiempo pensamos que lo que no es cristiano es satánico. ¿Qué satánico?

“Recientemente fui invitado a dar una conferencia en la Universidad Javeriana de Bogotá, Colombia. Querían que la conferencia fuera sobre un sistema axiológico de los derechos humanos. Y yo les dije que el único sistema que podríamos construir para los derechos humanos es un sistema ético. Por que si tomamos como punto de partida la visión de la Iglesia Catòlica Romana a la cual respeto mucho, tendríamos que dejar fuera a las mujeres, y a los homosexuales…y a cuantos otros…y otras…”

“Hace poco fui invitado a Nicaragua para dar un taller sobre derechos humanos para profesores universitarios. Y cuando estaba hablando me le acerque a un profesor y empecé a acariciarlo en el hombro…Y note como me miraban y se sonreían y se preguntaban: ¿y qué ondas con este Maco? Y yo seguía hablando y acariciando al profesor que ya estaba rojo como tomate…”

“Al final el profesor acariciado no pudo resistir la presión y me gritó molesto: ¡ya…profesor! ¡Es muy molesto! Entonces le dije: mirà, en la noche nos vamos ir a tomar unos tragos…y les aseguro que me lo voy a tener que quitar de encima. Y es cierto, ya nosotros los hombres con algunos tragos nos volvemos cariñosos. ¿Qué había pasado? No practicamos la ternura y cuando lo hacemos es mal visto… o sea que la ternura como varòn hacia otro varòn no la puedo tener…”

“En El Salvador como hombre ¿puedo tener amigas? no, no puedo tenerlas. Ya se va pensando mal. ¿Puedo tener amigos? amigos si, es permitido. Tener amigos varones. Y ¿por qué no puedo tener amigas? En Europa las mujeres tienen amigos, que no son ni novios ni maridos, solo amigos. A ella no me le puedo acercar a él si. ¿Cómo puedo tener relaciones académicas si es mujer?”

“El problema con las revoluciones es que hubo gente que nos traicionó. En Guatemala, durante la dictadura, le decían a uno: mirà aquel que va allá es del ORPA, aquel otro es del EGP. Si nos ponemos a revisar quienes fueron nuestros enemigos nos encontramos con muchas gentes que compartían nuestra misma ideología…

“¿Qué es la dignidad? ¿Qué nos merecemos como seres humanos? Es un derecho inherente a nuestra presencia en este planeta. Y la dignidad esta vinculada al sentido de pertenencia y de identidad. Cada quien tiene su identidad. La gente del Quiche tiene su identidad. Qui quiere decir muchos y Che árboles. Muchos árboles. Hace poco estuve en San Francisco, California con la comunidad guatemalteca…”

“Y la pase muy bien, me hicieron chuchitos, tamales, comida popular. Y note que ellos viven en casas y los salvadoreños en edificios. Les pregunte porque y me dijeron que porque ellos trabajan demasiado. Pero les dije las ventas de ropa típica están del lado salvadoreño. Es que ellos me dijeron son buenos para el negocio. Son los estereotipos. Nos llenamos de estereotipos y hasta somos crueles cuando hablamos del hombre salvadoreño, de la mujer salvadoreña. Debemos por lo tanto fomentar las relaciones de amistad entre nuestras naciones, nos conocemos poco…”

Maestrìa en Derechos Humanos UES celebra 10mo. aniversario

SAN SALVADOR; 28 de julio de 2006 (SIEP) “Es para nosotros motivo de honda satisfacción llegar a diez años de formar profesionales comprometidos con los derechos humanos, dijo el Maestro Guillermo Campos al inaugurar el Acto en Homenaje al 10 Aniversario de creación de la Maestría en Derechos Humanos y Educación para la Paz.

Agradeció el Maestro Campos “la visión de futuro de las autoridades de aquella época, del periodo 1995-1999, maestros Oscar Arévalo y Homero Yánez, aquí presentes, que se lanzaron contra viento y marea, a crear esta Maestría. Les decimos con mucha alegría que hemos cumplido y seguimos trabajando…”

“Agradecemos también la presencia de nuestro querido amigo guatemalteco y centroamericano Marco Antonio Sagastume que con su entusiasmo combativo siempre estuvo dispuesto a acompañar este esfuerzo académico, confiando en nosotros y dándonos mucho apoyo. Gracias.”

“Y es en este espíritu –enfatizó- que presentamos oficialmente nuestra propuesta para la creación de un Doctorado en Derechos Humanos y Educación para la Paz, para que sea revisado, discutido y esperamos en un futuro próximo, aprobado por nuestras autoridades académicas.”

En la Mesa de Honor del evento se encontraban presentes el Ing. Francisco Marroquín, Director de Postgrados de la UES, los doctores Adolfo Bonilla, Ramón Rivas, Marco Antonio Sagastume y el Maestro Guillermo Campos.

En su ponencia el Dr. Sagastume narró que “en 1970 fui invitado a la inauguración de una radio comunitaria en un pueblito de Guatemala que se llama Tecolitan. Iba a ser la primera radio de lugar. Y llegamos una noche antes y había una gran celebración, con comida y bebidas, y fuimos a ver la cabina con unas grandes grabadoras comos e usaban en aquel tiempo, y todo era alegría y fiesta.”

“Al día siguiente, se iba a prender una luz cuando saliera al aire. Y se iba a decir –estamos al aire. Pregunte sobre el alcance de la radio y me dijeron que un kilómetro. A las 5 y media de la mañana estábamos medio engomados temblando, por la noche anterior. ¿Están listos los micrófonos? prendió la luz y el locutor emocionado dijo: ¡Buenos días, Latinoamérica! Esas fueron las palabras que dijo esta Maestría en su época, el Lic. Arévalo fue un visionario así como lo fue el rector de esa época, un odontólogo de apellido López Guillen.”

“Y debemos de reconocer el esfuerzo realizado por nuestro amigo Guillermo Campos porque el merito principal no es de crear sino de mantener, han sido diez años de trabajo encomiable el realizado, de aporte a la democratización de este lindo país.”

“Les comparto dos palabras desde el corazón de Centro América: muchas gracias por invitarme, porque en esta tierra morena, con ojos de estrellas…recuerdo que mi abuela es de Ahuachapan, y estudie mi primaria en Santa Tecla…Soy un centroamericano nacido en Ahuachapan.”

“En 1950 se inicia en Europa el postmodernismo. Se plantea que tipo de educación necesitaba el mundo. Y me pongo a investigar cual era el planteamiento cincuenta años antes, al inicio de siglo. En 1900. Y resulta que en 1899 se consideraba que el máximo aporte de la educación era la razón, el conocimiento. Lo máximo era la razón. El conductismo. El aprender de memoria el mundo. La razón lo era todo. Y nos fuimos a los presocráticos. A Heraclito que decía que nadie se baña dos veces en un mismo río.”

“Cincuenta años después, en 1950, ya no es así…y es por el tema de los derechos humanos. Si los derechos humanos los maneja de memoria eso no sirve. Los derechos humanos no sirven sino se sirve a los demás. Y esto me lo enseño un indio que no sabía leer ni escribir. Podemos aprender mucho de la gente humilde que no entra a la Universidad y no tiene títulos académicos… Yo le pedí al pueblo maya que me diera la oportunidad de convertirme, de graduarme de ser humano…Y lo hice después de haber escrito más de cincuenta libros y tener dos doctorados…pero siento que todavía no me he graduado de ser humano…”

Una Obispo Valiente

Una Obispo Valiente

Por Håkon Gundersen /LIOWLB-Morgenbladet/ENKIDU, Noruega

Traducción Agustín Villalpando

La obispo Rosemarie Köhn ganó la batalla. A los Gays se les permite dar el sermón. Con el libro gudsforgiftning, (Envenenando-Por-Dios / God-Poisoning) ella da a sus opositores un último golpe.

“Pregunta si es lesbiana”. Sí, así es. “Tienes que preguntar si es lesbiana”. Claro que lo es. Pero entonces te encuentras tú mism@ sentado junto a ella en Hamar, comiendo panecillos. ¿Se cepilla los dientes, Madam? No puedo continuar preguntando sólo de manera casual. Es exactamente esta parte aburrida de la Iglesia, pues se ha colocado a sí misma en una posición donde tiene la obligación [must] de hablar sobre sexualidad todo el tiempo. Sin embargo, la Iglesia es mucho más competente sobre la vida y la muerte. Permite que este asunto sobre ser Lesbiana llegue con apariencia natural.

– No es una enfermedad estár en desacuerdo conmigo, ya sabes, asegura Rosemarie Köhn.

¿Por qué dice esto? El libro Gode Gud? Gudsforgiftning og gudsbilder ” [¿Dios Bueno?, Enveneado-por-Dios y las Imágenes de Dios] puede invocar la impresion de que Köhn piensa que aquellos que se oponen a la existencia de sacerdotes gay deben [must] estar enfermos. Envenenados por su propia imagen de Dios. Y por lo tanto, escribió VG [Verdens Gang], uno de los periódicos más importantes de Noruega, en la crítica a su libro, Rosemarie Köhn utiliza las mismas municiones contra sus críticos, de igual manera en que ella ha debido enfrentar proveniente de ellos: “Para la Obispo Köhn. Eres una persona horrible.” O como expresó una carta de una persona empática: “Usted es una dama muy hábil, pero cuán trágico es que haya sido engañada por Satanás para destruir a la gente.”

– No pude tomar esa revisión con seriedad. No me reconocí en ella, declaró Köhn.

El Servicio de Salud Pública

Estaba en mi camino a la punta del territorio [headland] en el Lago Mjösa donde se sitúan las ruinas de la catedral medieval de Hamar.

El Priorato de la Catedral de Hamar, fundado en este lugar por la Iglesia Episcopal en 1152-53. Tras la Reforma, la Sede de Hamar [See of Hamar] fue colocaba en Oslo, la iglesia perdió su posición e importancia e inició su declive. En 1567, durante la Guerra Escandinava de los Siete años, la catedral fue incendiada. Todos lo que quedó fueron algunas columnas y arcos del pasillo. Hoy este es un museo al aire libre y una zona de excavación arqueológica. El obispado de Hamar fue reestablecido en el s. XIX, pero la Catedral antigua nunca ha sido reconstruida.

Pensé que Rosemarie Köhn vivía en las ruinas, como un druida. Sin embargo, este ser humano terrible, esta dama muy hábil, esta ex-profesora de Hebreo, tiene su oficina en una villa de estilo suizo, una de las grandes, del tipo que después se convierten en kindergarten. Además, las localidades del Obispo Sede [Bishop See] de Hamar me recordó de las oficinas del Servicio de Salud Pública o cualquier oficina de servicio público noruego. La invitación la conferencia de un compañero de trabajo a los ministros de la parroquia en el obispado estaba en su escritorio. “Pensé que deberíamos discutir las condiciones de trabajo, asuntos salariales y pensamientos sobre nuestro trabajo en una perspectiva del desarrollo de la vida [walk-of-life perspective]”.

– Aquí nosotros administramos la economía, pagamos salarios y funcionamos como todos los otros servicios públicos. No es necesario que la Iglesia tenga tales esfuerzos inmensos a fin de distinguirse a sí misma del resto del “mundo” como solía ser en los viejos tiempos. Después de todo, somos el servicio público que enfrenta a los asuntos más importantes, como la vida y la muerte, y por lo tanto, administramos un misterio.

– Es extraño que sea una experta en el Viejo Testamento. Parece tanto al Nuevo Testamento y totalmente orientada a Jesús, aun cuando algunos la consideran terrible.

– Desarrollé un primer sentido para lo Hebreo, el lenguaje del Antiguo Testamento. Ahora con frecuencia no tengo mucho tiempo, pero sucede que doy un vistazo a la Biblia Hebrea y disfruto del lenguaje. La atracción que significa para mí tiene relación con el sentimiento inherente en el leguaje y sus formas de expresión. No se trata de un idioma para charlar. Es muy fuerte.

Envenenado-por-Dios

Rosemarie Köhn misma no es más dispuesta a la charla como el Jesaja. Köhn y su co-autora Susanne Sønderbo utilizan su libro las cartas enojadas que la obispo ha recibido durante el debate sobre Siri Sunde, la primer sacerdote lesbiana en la Iglesia de Noruega que vive en una relación registrada [esto es, legalmente reconocida]. Suende fue nombrada sacerdote por Rosemerie Köhn hace cinco años, un acto que significó una crítica muy fuerte por parte de los Círculos Cristianos Fundamentales. Estas cartas apoyan una teoría psicológica: Aquellos que han sido adoctrinados con una imagen negativa de Dios, se arriesgan a vivir con una imagen demoniaca y corrupta de Dios, donde el aspecto del castigo es exageramente enfatizada. Tal individuo tendrá, como adulto, un celo agresivo, de que todo lo sabe, forzado, hacia Dios y su causa. ¿Es de buen gusto dar tal diagnosis a los opositores de uno?

– Discutimos con amplitud si deberíamos utilizar este material. Pero cuando alguien escribe que soy hija de Satanás, se ha cruzado una barrera. Vale la pena intentar encontrar la razón para tales reacciones y encontramos una explicación en el concepto “Envenenado por Dios” [ “God-Poisoning”] un término acuñado por el psicólogo alemán Tilman Moser. De forma que uno podría decir que encontramos una explanación psicológica a tales declaraciones, que no podemos tomar con seriedad como un argumento.

– ¿Es posible estar en desacuerdo contigo en relación a los sacerdotes gay sin estar envenenado-por-Dios?

– Si. Estoy acostumbrada a los desacuerdos entre la gente. Sin embargo, numerosas cartas de este tipo fueron mucho más allá de cualquier cosa que pueda ser llamada “normal.” Pensamos que esto muestra cómo una imagen de Dios puede engarzarse a sí misma en el cuerpo y en la mente como un veneno. Se desarrolla hasta convertirse en una enfermedad en la vida, y uno se arriesga a vivir con temor por toda la vida.

– ¿Alguno de sus compañeros obispos está envenenado?

– No, no diría eso. Ellos fueron opositores con una perspectiva diferente.

Gro y Dios

La ex Escuela de Ferrocarriles Nacionales [School of the National Railways], que hoy funciona como Facultad de Teología en la Universidad de Oslo es, de manera desmesurada un planeta en sí mismo en relación con los sujetos lingüísticos e históricos derivados de la teología. En la biblioteca, uno encuentra los escritos de la joven Rosemarie Köhn, en la forma de esténciles y libros de inicios de los 1970s sobre perspectivas estructuralistas así como históricos-críticos hacia las Escrituras.

La versión corta de la historia sobre el camino de Köhn hacia la Sede de Obispo [Bishop See] inicia en 1989 cuando ella, siendo amanuense de la Facultad de Teología de la Universidad de Oslo, fue promovida Rectora del Seminario para Teología Aplicada [Seminar for Applied Theology], una posición que el gabinete de Harlem Brundtland deseaba que fuese una base muy sólida para Köhn, permitiendo que este gabinete tuviera una candidata adecuada que podría ser nombrada la primer obispo femenina en la Iglesia Nacional Noruega. ¿Acepta Rosemarie Köhn esta versión de la historia donde aparece como una herramienta de Gro Harlem Brundtland, así como de Dios? Recordemos que Gro fue la primer mujer Primer Ministra en el país, y fue re-electa numerosas veces y representó al Partido Social Demócrata. Ella logró popularidad increíble en periodos y se le hacía referencia en los medios de comunicación por su primer nombre: Gro.

– Yo misma no participé en ese proceso y no puedo decir nada sobre lo que ocurrió de verdad. Sin embargo, es cierto que el gabinete deseaba una mujer. Para mí, sin embargo, la vida continúo como se esperaba en la universidad. Tarde o temprano obtienes la promoción siempre y cuando te comportes más o menos. De manera personal, no fue algo peculiar ser nombrada rectora. Los estudiantes hacían bromas sobre la inscripción en mi tumba: “Ella, quien nunca fue nombrada Obispo.” Sin embargo, en ese momento, nunca consideré posible que hubiera una mujer obispo durante mi tiempo de vida. Pensé que aún no había llegado el momento. Con todo, cuando me llamaron del Consejo del Obispado [Council of the Bishopric] y me preguntaron si yo, junto con otra mujer, aceptaría la nominación, me di cuenta de que podría convertirse en una realidad. En ese momento, yo era presidenta de la Asociación Noruega de Mujeres Teólogas [Norwegian Association of Female Theologians] y trabajaba para sacerdotes mujeres, así que sentí que fue una decisión acertada decir si a las obispos mujeres. Por lo tanto acepté la nominación, al menos a fin de hacer tal posibilidad visible.

– ¿Es Lesbiana? No, no lo pregunté ahora. No era el momento. Ella anticipaba la pregunta ofreciéndome otro biscuit. Pero no existe razón para esperar que se exaspere. Ella no se mueve hacia adelante cuando se muestra entusiasmada por un asunto, pero se mueve hacia atrás con aún menos gestos a fin de elucidar los asuntos y motivos religiosos, con sumo cuidado pedagógico. Rosemarie Köhn posee una gran serenidad. Cuando ella lo infunde en otros, puede ser porque adopta las palabras en sí misma, de forma que la persona con la que habla pronuncia sin reflexionar. ¿Tal ves es un hábito como consejera espiritual?

Venganza

Me pregunto porqué ella, después de todo el debate, escogió publicar un libro que invita a otra lucha con los fundamentalistas, y le pregunté si se trata de una venganza. Tras esto, la Obispo habla de manera exhaustiva sobre la venganza y sus fuentes.

– No creo que los medios de comunicación se hayan dado cuenta de verdad, pero después del debate sobre Siri Sunde hace cinco años, he nombrado a otro sacerdote gay que vive en una relación de pareja registrada [registered partnership]. Creo que fue hace un año. Es el sacerdote párroco en Trysil. Ambos son muy buenos muchachos, asegura y ríe Köhn.

– Cuando hice una visita al área, los opositores me dijeron que lo que hice fue crear algunas heridas.

– ¿Pero está dispuesta a hacer eso?

– Considerando que esto es un asunto de derechos humano y del valor que tienen los seres humanos, uno debe arriesgarse.

– ¿Tiene alguna otra manía [kjepphest – manía en el sentido de un asunto que le está quemando a un@ mism@ – craze in the sense of a matter one is really burning for]?

– En realidad no tengo tal cantidad de manías. Pero tengo algunas venganzas, y me levantaré cuando quiera que el valor de los seres humanos se encuentre comprometido. La oficina del Obispo es con frecuencia la corte de instancia superior [court of the last instance], por ejemplo cuando se niega a los refugiados residencia porque no cubren con los criterios noruegos para otorgarles permiso de estancia. También me volví un poco agresiva durante la guerra en Irak. No creo que debiéramos haber participado en ninguna instancia. [Noruega envió una fuerza de ayuda humanitaria, pero armada, en apoyo a las tropas británicas en el Sur de Irak. Aunque el gobierno niega con vehemencia que el contingente noruego pudiera contarse como parte de las fuerzas de coalición.]

Cuando declaré esto, Bondevik, el Primer Ministro noruego, del Partido Cristiano-Demócrata, me ordenó asistir a un debate en NRK [Norsk Rikskringkastning – Compañía Pública Nacional de Radio-Televisión Noruega], a temprana hora de la mañana. El sintió que había sido demasiado dura con él cuando le llamé un “yielding”, en el sentido bíblico. El sintió la urgente necesidad de defenderse contra esto.

– ¿La Obispo de Hamar no está votando por los Cristiano-Demócratas?

– No, no lo hace.

– Así que nos preguntamos, ¿ella es una Social-Demócrata?

– Eso es mejor.

The Personified Argument

Se trata de un debate que continúa sobre la disolución de la Iglesia de Noruega como Iglesia del Estado. Rosemarie Köhn es nombrada como un argumento para mantenerla como parte del Estado. Y esto no viene de los participantes más frecuentes a la iglesia, sino de aquellos que encuentran sensible que la sociedad mantenga una institución que cuide de las necesidades religiosas.

– Las autoridades políticas han estado empujando en numerosos asuntos de la iglesia y algunas personas encuentran que esto es una interferencia inapropiada desde el exterior [outside]. Esto me irrita enormemente cuando se arguye en los círculos de la iglesia, que alguien en el exterior decide sobre asuntos internos de la iglesia. Cuando se da un vistazo más cercano a quienes tienen un voto en el exterior, uno ve que son miembros actuales de la Iglesia. Y como tales, ellos deben tener el derecho a expresar su opinión.

– ¿También alguien que sólo va a la iglesia en Navidad?

– Si, estoy comprometida con una forma de pensar, en la que la Iglesia debe estar abierta para todas las personas. Con frecuencia pienso en el Evangelio de la Navidad y en el mensaje de los Angeles cuando dicen: “Les traigo buenas nuevas…, que lo serán para todas las gentes.” No existen límites, las buenas nuevas son para todos. Entonces creo que la Iglesia debe ser tal hogar, tal empresa que reúna a todas las personas que la buscan, sin importar si hacen qué o cómo. En este obispado hablamos de la Gente de la Iglesia [People’s Church] con gran entusiasmo.

– ¿De modo que usted concluye que la Iglesia del Estado es una institución apropiada?

– Ahora lo estamos evaluando, pero la conclusión preliminar, hasta que lo opuesto sea probado, es que creo que por el momento, la Iglesia del Estado verdaderamente funciona, que esta es la forma de la iglesia que es lo más cercano al ideal de una iglesia abierta.

– ¿Pero existe una intensidad más fuerte en las iglesias que son independientes del Estado, como por ejemplo en Estados Unidos?

– Si, pero la baja intensidad – si prefiere ese término – es una impresión que obtienes a la distancia. Podría parecer pálido, pero dentro hay actividad y movimiento.

– ¿No se trata de una declaración fundamental en su beneficio?

– No, se trata de una respuesta pragmática. Estoy pensando en Lutero, quien clamaba que el tipo de orden en la Iglesia que uno tiene, no importa, siempre y cuando permita el curso libre de los Evangelios. Para Lutero, la cuestión de la organización de la Iglesia era lo que puedes llamar “adiáfora”, un asunto que no tiene relación con la verdadera fe.

Espectáculo y Purificación

– Siempre he pensado que “los predicadores de fuego [fire and brimstone preachers] era algo que sólo Dagbladet, diario liberal y tradicionalmente muy progresista, pero politicamente correcto de Noruega, mantenía vivo para proveerse de un propósito, sin embargo, este no es el caso.

– No es algo más que en 1997, creo, que me invitaron a celebrar la misa en Bergen junto con Maria Jebsen, quien más adelante se convirtió en Obispo de Hamburgo. La Iglesia estuvo llena, pero se convirtió en un espectáculo. Tuvimos que vestirnos en un centro de congregación cruzando la calle, y cuando íbamos en procesión hacia la iglesia, necesitábamos protección policíaca. Al tiempo en que ingresamos a la iglesia, la gente estaba con lágrimas en los ojos. La situación era tan tensa que de verdad hicimos una impresión verdadera en las mentes de la gente cuando estábamos entrando. Sin embargo, no ha sido públicamente conocido que algunos de aquellos quienes eran los mayores opositores con posterioridad llevaron a cabo algún tipo de ceremonia de purificación, pues habíamos contaminado la iglesia.

– ¿Esta era la Iglesia del Estado?

– Si. Desconozco la manera en que realizaron la purificación, pero hicieron algo.

Rosemarie Köhn ingresó a Noruega en un barco que llegó al Fiordo de Oslo [Oslo Fjord] el día de navidad de 1946, proveniente de la Alemania devastada. Ella tenía 7 años de edad y llegó junto con su madre, quien tenía un pasaporte noruego. El papá fue un soldado alemán prisionero de las fuerzas aliadas durante la batalla de NorAfrica y regresó a Alemania un par de años después de la guerra. Tanto él como la madre contrajeron nupcias con nuevos cónyuges y Rosemarie Köhn tiene dos medias hermanas, una en Noruega, la otra en Alemania. Hasta que llegó a Hamar, su hogar había sido Gjerderum, a corta distancia, al sur de Gardermoen, donde vivía junto con su madre en el mismo terreno campestre donde se encuentra la familia de su hermano.

– Puesto que no tengo hijos propios, soy muy entusiasta sobre los hijos de mi hermano y con sus nietos.

– ¿Es lesbiana?

– Profetismo

– ¿Profestismo?

– Sí, el tipo de movimiento que representaban Amos, Jeremiah, Jesajah, Mika…

Textos De Consuelo

No es Rosemarie Köhn quien evita la cuestión. Soy quien no hizo la pregunta. Lo que pregunté fue que habría hecho si se hubiese mantenido en una esfera puramente académica. Ella habría estudiado a los profetas. ¿Por qué?

– Ellos hablaron contra las cosas. Criticaron a sus sociedades, criticaron a la religión organizada, y fueron muy grandes.

– Y parecían locos.

– Si, pero muy grandes. He trabajado mucho con Amos y Jeremiah. Mi favorito, sin embargo, es Jesajah. Habla sobre juicio. Pero también habla fuertemente sobre el futuro, y sobre la esperanza. Las profesías han funcionado como textos de consuelo [comforting texts] para muchas personas.

– ¿Qué le gustaría estudiar sobre ellos?

– Habría estudiado sus sermones. ¿Cuál era su mensaje para el mundo contemporáneo?

– ¿Su interés en Jesajah y en otros depende de su fe?

– No, pero para mí personalmente. Es muy significativo para mi fe que ellos creían en un Dios que administraba un futuro. Una vez, cuando estaba en una visita [visitation], un niño de la escuela me preguntó: “¿Por qué te molestas en creer en Dios?

– ¿Cuál fue tu respuesta?

– Las escrituras me fascinan. Sin embargo, cuando digo que yo me molesto en creer en Dios, es porque veo un amor en Cristo, que no veo en ningún otro lugar. Si nosotros, como una iglesia, podrían implementar algo de ese amor, me mantendré como un miembro.

– Usted combatió por las mujeres sacerdote durante 25 años antes de que se le nombrara Obispo. ¿Quienes le nominaron en ese entonces también sabían que obtuvieron una promotora de los gays al interior de la iglesia?

– No, no sabían eso, de hecho yo tampoco. Mi posición respecto a los gays es algo que se ha desarrollado durante un largo tiempo. Era un ambiente muy abierto en la universidad, y se hizo claro que había personas ahí luchando por su orientación sexual. Por lo tanto, conocía el problema, y yo había tenido una de las personas que pensaba en una solución.

– ¿Su conocimiento de Hebreo le ha permitido encontrar pasajes en las Escrituras que le den una experiencia que Abra Sus Ojos [eye-opening experience] en este campo?

– Si, en la traducción noruega de la Biblia podemos leer: Gud skapte dem til mann og kvinne “Dios los creó como hombre y mujer”. Está bien, pero en el texto en Hebreo dice: “Dios los creó como varón y hembra” [God created them as male and female]. De esta forma, la perspectiva de género cristalizó ya desde el mero inicio. Además podemos leer que Dios los creó a su propia imagen, como varón y hembra. Eso me hace pensar que no es descabellado asumir que la dimensión de género, la dimensión combinada, él y ella, es parte de la naturaleza de Dios. Esto provee ambos sexos con una dignidad específica.

– ¿Usted es lesbiana?

– No, no lo soy. Pero usualmente no respondo a esa pregunta, pues creo que las personas no necesitan responderla.

– ¿Así que esto no ha sido un asunto de prioridad personal para usted?

– No, no se trata de un asunto personal.

Rosemarie Köhn

Nació el 20 de October de 1939 en Rathenow no lejos de Berlín.

Recibió un Grado Honorífico [Honour’s Degree] en Teología (teologisk embedseksamen, cand. Theol.) en la Universidad de Oslo en 1966

Obispo de Hamar desde 1993.

Cristianismo y revoluciòn

Escribo estas palabras con ocasión del merecido reconocimiento que el Recinto de Río Piedras de la Universidad de Puerto Rico hace al Dr. Samuel Silva Gotay con motivo de la traducción al

alemán de su importante trabajo El pensamiento cristiano revolucionario en América Latina y el Caribe.

La obra de Silva Gotay es la mejor presentación histórica de la teología de la liberación. El autor desarrolla la idea de que la teología liberacionista constituye una síntesis entre la fe cristiana y el pensamiento marxista. Algunas ideas europeas tuvieron gran importancia en la gestación del movimiento de los cristianos revolucionarios. Entre ellos está obviamente el movimiento de diálogo entre cristianos y marxistas. Pero lo que en Europa fue un diálogo, en América Latina, nos dice Silva Gotay, es una síntesis entre cristianismo y marxismo.

Las teologías de avanzada como la teología política de Metz, la teología de la esperanza de Moltmann, inspirada en la filosofía de la esperanza del neomarxista Ernest Bloch, también tuvieron su impacto en la génesis de la teología de la liberación. Silva Gotay nos dice que influyó también la crisis de la Doctrina Social de la Iglesia Católica. Esta había sido, junto con el neotomismo de Jacques Maritain, la inspiradora de los partidos de formación cristiana, especialmente los demócrata cristianos. Pero a la postre se vio que su programa era reformista, y se buscó una respuesta más radical como la que América Latina necesitaba.

En cuanto a la situación en América Latina, influyó la segunda conferencia del episcopado latinoamericano en Medellín, en la cual se hacían planteamientos importantes sobre la realidad de la Iglesia en un continente azotado por problemas sociales radicales, como la miseria y la violencia. También la revolución cubana y toda la discusión teórica y las tomas de posición que desencadenó tuvo mucho que ver con el desarrollo del pensamiento cristiano revolucionario. Finalmente, otro hecho influyente fue la decisión del sacerdote colombiano Camilo Torres de ingresar en la lucha guerrillerra. Esto mostraba que no se trataba sólo de una cuestión teórica sino fundamentalmente de un compromiso práctico llevado hasta sus últimas consecuencias.

La teología de la liberación insiste en la tesis según la cual la teología medieval se desarrolló teniendo como marco teórico la filosofía griega la cual era pagana. Además, constituía una mentalidad muy diferente al pensamiento hebreo-cristiano. Hasta tal punto que se necesitaron muchos siglos para que esa síntesis entre fe cristiana y filosofía griega cristalizara en una obra como la de Santo Tomás de Aquino. El pensamiento griego era esencialista, estático. Y en dichas categorías fueron insertados los contenidos de la fe cristiana. La teología de la liberación rompe con el esquema de esencias universales platónicas y afirman esta realidad histórica como la única historia real. El Dios bíblico es el Dios de la historia.

De modo que los teólogos de la liberación creen necesario pensar la fe dentro de un marco teórico distinto, que ya no es el del helenismo. De hecho, mientras que la ontología griega era estática, la filosofía marxista es histórica y se presta mejor a una convergencia con el pensamiento judeo-cristiano que también es histórico.

Desde luego, el primer punto difícil para un acercamiento entre cristianismo y marxismo es el problema de la existencia de Dios. Pero los teólogos liberacionistas no se hacen demasiado problema con este punto. Piensan que la fe se muestra en el compromiso histórico. Jesús se deja reconocer en el pobre, el marginado, el hambriento, el oprimido. Así lo dice explícitamente el evangelista Mateo «lo que hiciste a uno de estos mis hermanos, a mí me lo hiciste». Ahí no se piden pruebas de la existencia de Dios, ni argumentos ontológicos. «Yaveh no está ni entre los entes ni en los existires, ni en el unívoco, ni en el ser análogo, sino en el implacable imperativo moral de justicia…Sólo se deja conocer en el acto humano de realizar justicia y compasión para con el prójimo». (Porfirio Miranda)

El pensamiento cristiano revolucionario es una fe más que una reliogión. La religión se da siempre dentro de un marco ideológico, mientras que la fe no es necesariamente ideología.

La religión cristiana convivió con la ideología durante el régimen económico feudal y luego con la ideología de la era capitalista. Nada tiene de malo que la religión trate de adaptarse a la futura sociedad socialista. Los liberacionistas piensan que hay una convergencia entre catolicismo y feudalismo, protestantismo y capitalismo, de modo que tratan de buscar una nueva convergencia: cristianismo y socialismo.

El CRISTIANISMO es una fe, no una ideología, ni siquiera una teoría. Por eso puede buscarse en el pensamiento contemporáneo un marco teórico en el cual darle desarrollo intelectual a la fe cristiana. La teología de la liberación encuentra en el marxismo ese marco teórico apropiado para una convergencia. En primer lugar es importante la metodología marxista, el socioanálisis. O lo que es lo mismo, el materialismo histórico. Este implica el recurso a las bases materiales de la sociedad y de la historia para comprender mejor la dinámica de la sociedad. El cristianismo puede recuperar también ese aspecto, pues hay necesidades humanas básicas que la fe no puede desatender, a menos que se caiga en una ideología alienante. El materialismo histórico nos permite una visión realista de la sociedad y la historia. El materialismo histórico se muestra como una exigencia de realismo. Hace recordar al cristiano que hay unas exigencias materiales del reino de la justicia: el pan, la vivienda adecuada, la salud, etc.

Pero la convergencia de cristianismo y marxismo no es sólo metodológica. El esfuerzo de transformar la realidad social une a la fe cristiana y a la praxis marxista. La fe no puede quedarse en la buena voluntad sino que tiene que traducirse en un compromiso histórico de transformación de la sociedad. Pero la fe no es una ideología y necesita recurrir a los modelos de cambio que muestren una mejor convergencia con las exigencias de esa misma fe. El socialismo es esa ideología y esa praxis que nos permite transformar la sociedad de un sistema de explotación a un sistema de sociedad sin clases. Esto muestra, pues, que la relación cristianismo y marxismo no se queda en la metodología de comprensión de la realidad sino que penetra mucho más profundamente en los fines y estrategias de cambios radicales.

Ahora bien, si el marxismo aporta la metodología, la estrategia de lucha y hasta fines transformadores, cabe la pregunta de qué aporta el cristianismo en ese proceso. El cristianismo revolucio-nario aporta una visión más humanista y ética del proceso de liberación. Valores como el amor, la esperanza, la fe en el ser humano concreto son esenciales para una visión humanista de la liberación. Al marxismo se le ha criticado por una falta de claridad en la ética, pero el cristianismo la aporta desde los valores esenciales del Evangelio. La inspiración del amor llevaría humanidad a la lucha revolucionaria, y llevaría humanismo a la nueva sociedad. Algunos se preguntan, sin embargo, si la lucha de clases no es incompatible con el amor que predica el cristianismo. Gustavo Gutiérrez responde que la lucha de clases es una manera de dar concreción al mandato del amor. Participar en la lucha de clases es el tránsito necesario hacia la sociedad sin clases, sin opresores y sin oprimidos. La justicia debe ser animada por la ley del amor.

Una de las aportaciones más importantes de este trabajo de Silva Gotay es un replanteamiento de la sociología de la religión. El piensa, a la luz del pensamiento cristiano revolucionario, que el análisis que Marx hace de la religión es insuficiente. Para Marx la religión es el opio del pueblo. Pero la teología de la liberación tiene preferencia por los capítulos del Éxodo en que se describe el proceso de liberación del pueblo hebreo con respecto a la esclavitud faraónica en Egipto. Esto muestra un Dios comprometido en un proceso de liberación, y no en uno de enajenación. Muestra también que la religión no necesariamente tiene que ser alienante. Los cristianos revolucionarios señalan que Federico Engels tuvo conciencia de esta posibilidad no alienante de la religión, pues mostró que el cristianismo se desarrolló en los estratos sociales más bajos del imperio romano, siendo para el mundo esclavo una posibilidad de liberación, al menos una esperanza. Del mismo modo, en su análisis de la revolución campesina en la Alemania de la Reforma, Engels subrayó la presencia de ideas religiosas revolucionarias.

Silva Gotay piensa, pues, que es necesario reenfocar toda la sociología de la religión de inspiración marxista. Silva Gotay lanza la siguiente hipótesis: si la crisis es coyuntural pero no definitiva, la religiosidad se evade hacia los supramundos, pero si la crisis es definitiva tal que afecta a la totalidad del modo de producción, entonces se crea la posibilidad de una nueva explicación del mundo, una nueva legitimación partiendo de la deslegitimación del orden cristiano. «De aquí que yo postule que con la crisis del modo capitalista de producción, con el advenimiento del socialismo, no tiene necesariamente que darse la desaparición del Cristianis-mo, sino de la religión del cristianismo burgués: el cristianismo como tal se transforma al incorporar la nueva visión del mundo que es más afín a su cosmovisión de origen».

Al subrayar las luchas transformadoras, la teología de la liberación se mantiene, sin embargo, en una dialéctica de presencia/ausencia. El reino de Dios no se agotaría en estructuras históricas espacio-temporales, porque no se limita a una mera esperanza terrena. Viceversa, el que el reino de Dios sea una espe-ranza superior y en cierto modo inagotable, no implica que no puedan darse com-promisos históricos, esfuer-zos liberadores. El reino de Dios se hace aquí y sin embargo siempre más allá.

El concepto del «hombre nuevo» converge con el ser humano comunitario del cristianismo. Lo que interesa es el ser humano. El bien es el «bien del otro». Dios se muestra en el amor al otro. Nada sabemos de Dios fuera de su manifestación en Jesús.

El socialismo al que se tiende debe estar inspirado en una práctica humanista, de la cual los socialismos reales no han dado suficiente importancia. Sus vicios son la dictadura burocrática, el culto a la personalidad, el abuso del poder, la falta de libertad en la creatividad revolucionaria. No es en el conflicto ateísmo/teísmo donde se presenta el conflicto entre cristianos y revolucionarios, sino precisamente en esta práctica humanista. (268) En otras palabras, no se trata de trasvasar un modelo rígido de socialismo, sino de humanizarlo a la luz de los valores cristianos y humanos de participación, amor y diálogo. No es el problema teórico lo que puede ser el eje de la discusión sino la práctica libertaria y justiciera. En esta visión humanista, los cristianos revolucionarios se alinean con el marxismo humanista de autores como Garaudy, Mandel, Goldman, Shaff, Gramsci, Mandel, etc.

Otro de los méritos de la obra de Silva Gotay es su espíritu ecuménico. El autor subraya que en este compromiso libertario está presente tanto el catolicismo como el protestantismo. Puesto que lo esencial es la praxis transformadora, las discusiones puramente teóricas que llevaron a católicos y protestantes se hacen menos importantes. El acercamiento entre cristianismo y socialismo promueve a su vez un acercamiento entre las posiciones de protestantes y católicos.

Junto con la teología de la liberación se ha desarrollado también una filosofía de la liberación. Esta se piensa desde una fundamentación ética. La ética viene a ocupar el lugar que antes ocupaba la filosofía primera o metafísica. La ética de la liberación es una ética de la totalidad abierta y dinámica. Se hace una crítica de las filosofías clausuradas en un europeísmo prácticamente etnocéntrico. Los griegos se consideraban a sí mismos como «el animal racional». Los demás pueblos y culturas son considerados bárbaros. En la «totalidad» se incluían a sí mismos denegando toda humanidad y racionalidad a cualquier otro pueblo. Se sabe que al inicio de la conquista de América, se discutió acerca de la humanidad del indio, al menos en principio se tuvo la intención de excluirlo de la humanidad y la racionalidad. Europa se configura como la totalidad cerrada excluyendo al «otro». El «otro» es sólo objeto de «explicación», de discriminación, de margi-nación y de explotación. La ética de la liberación ha de ser la de una totalidad abierta y dinámica. Se trata de comprender la humanidad en toda su universalidad, pero ello implica una lucha contra quienes creen tener el monopolio de la humanidad.

Otro aspecto que Silva Gotay subraya es el carácter comunitario, grupal de la reflexión cristiano-revolucionaria. No se trata de la ideología de una persona, sino de un proyecto común en el cual han participado teólogos (católicos y protestantes), filósofos, científicos sociales marxistas, cristianos, obispos, sacerdotes y laicos. Ha sido un esfuerzo de reflexión continental que dió la pauta del pensamiento latinoamericano de la segunda mital del siglo XX.

La lectura del libro de Silva Gotay hoy produce una reacción anímica muy profunda. Esto es debido al contraste del radicalismo y utopismo con que los cristianos revolucionarios, los teólogos de la liberación, enfrentaron el reto histórico en un momento crucial de la historia latinoamericana y de la historia mundial. La correlación de fuerzas en el mundo actual ha cambiado casi completamente debido al colapso del socialismo real bajo la égida de la Unión Soviética. Es verdad que la teología de la liberación fue crítica con respecto al socialismo soviético, cuestionando el burocratismo autoritario; también es verdad que promovió una visión humanista del socialismo. Finalmente, no es menos cierto que la mejor muestra de su radicalismo estuvo en el hecho de que la Iglesia oficial desautorizara el nuevo movimiento y que lo reprimiera. Pero hoy todo ha cambiado. Las voces que se escuchan como si fuera un nuevo evangelio hablan del «fin de la historia» y del «fin de las ideologías». Evangelio neoliberal que domina doquier y que pregona el triunfo frente a las encanecidas ideas socialistas. No es casual que un japonés-americano vocifere ese pregón que anuncia la instauración definitiva de la democracia liberal y del mercado libre. Más allá la historia no podría ir y habríamos llegado al fin de los tiempos. Los pueblos que no han llegado a la libertad del mercado o de la democracia todavía están en la «historia», y la historia viene a tomar un giro despectivo, como lo ha sido el de subdesarrollo. Mucha palabrería para defender el curso triunfante del neoliberalismo. Pero como recuerda Jacques Derrida, analizando precisamente el discurso ideológico de Fukuyama, ese optimismo neoliberal pasa por alto las «usuras» o plagas que siguen rondando nuestro planeta y que ninguna máscara demoliberal puede pasar por alto. El hambre sigue cobrando millones de víctimas a lo largo y ancho de todos los países; las luchas interétnicas recobran una inusitada fuerza; el derecho internacional sigue estando en condición precaria; la deuda de los países pobres sigue creciendo y se hace cada vez más difícil de pagar; el neocolonialismo no ha concluido, simplemente adopta nuevas formas. Y así se podría seguir la lista de las plagas que desacreditan el optimismo neoliberal. El fin de las ideologías se muestra como una nueva ideología.

En América Latina los grandes problemas que dieron lugar a los planteamientos socialistas y liberacionistas no han cambiado mucho, por más que la política mundial haya cambiado. El neoliberalismo de nuestros gobiernos favorece a un veintiocho por ciento de la población —en el mejor de los casos— y el resto mayoritario de la población queda marginado de las políticas ciegamente individualista y ajenas a todo programa de justicia social. Los programas de la época en que surgió el movimiento de los cristianos revolucionarios y la teología de la liberación se reputan hoy utópicos y radicalistas y, sin embargo, los problemas siguen ahí, sólo que sin saber cómo resolverlos, o con la única respuesta ideológica neoliberal.

El pensamiento cristiano revolucionario en América Latina y el Caribe fue escrito en ese ambiente de entusiasmo y de lucha comprometida. Samuel Silva Gotay quizá debería darnos hoy el contraste con nuestro mundo finisecular, para muchos apocalíptico.

El orìgen de los judìos

EL ORIGEN DE LOS JUDÍOS

Yossi Schwartz

Introducción

Recientemente, el primer ministro malayo, Mahatir Mohamed, declaró: “Hoy los judíos gobiernan este mundo por poderes. Consiguen que otros luchen y mueran por ellos”. Esta es una expresión clara de antisemitismo. Por toda Europa estamos viendo no sólo violencia verbal antijudía, sino también ataques físicos. Un informe del Comité Jurídico de Derechos Humanos, publicado el año pasado y titulado Fuego y cristales rotos, describe los asaltos a judíos y población presumiblemente judía en Europa. Los atacantes gritaron consignas racistas, apedrearon a escolares y a fieles y rabinos que asistían a los servicios religiosos. Casas, escuelas y sinagogas judías fueron incendiadas. Se rompieron ventanas y se profanaron cementerios. Hubo ataques con cócteles molotov contra estudiantes, sinagogas, escuelas y casas judías francesas. En Marsella incendiaron una sinagoga y en París hubo agresiones a manos de encapuchados. Según la policía, en esta ciudad hubo diariamente cerca de una docena de incidentes antijudíos durante los meses que siguieron a la Pascua.

En Ucrania, cabezas rapadas atacaron a trabajadores judíos y al director de una escuela judía. En Holanda, los manifestantes portaban esvásticas y fotos de Israel, mientras coreaban “¡Sieg heil!” y “¡judíos al mar!”. En Salónica fue destrozado el monumento en memoria del Holocausto. En Eslovaquia se arrojaron bombas incendiarias en los cementerios. En Berlín hubo agresiones a personas y aparecieron esvásticas en monumentos judíos, y en una sinagoga apareció la siguiente pintada: “Seis millones no son suficientes”.

Todo esto es una terrible expresión del odio a los judíos, contra el que la clase obrera debe luchar. Demagógicamente, los defensores de los crímenes cometidos por el Estado israelí contra los palestinos están presentando la condena de dichos crímenes como la más peligrosa expresión de antisemitismo. El objetivo de esos nacionalistas judíos de derechas no es luchar contra el antisemitismo, sino justificar la opresión de los palestinos en nombre de la lucha “contra el terrorismo mundial”, que otorga al gobierno de EEUU el derecho a ocupar y saquear cualquier país que él considere que apoya al terrorismo.

Para la clase obrera es importante comprender la diferencia entre el horrible antisemitismo y la lucha contra el imperialismo y el colonialismo, incluido el del Estado de Israel. Por esta razón, una breve historia de los judíos y del antisemitismo, incluido el papel del movimiento sionista, es importante.

Contrariamente a la creencia común fomentada por los sacerdotes cristianos y los rabinos judíos, según la cual el antisemitismo está arraigado en la religión judía, en realidad donde está arraigado es en las contradicciones de la sociedad de clases, empezando por la sociedad esclavista. No son las diferentes colecciones de dogmas religiosos las que han estado luchando entre sí durante miles de años, sino los intereses de clases sociales contrapuestas.

Dado que la historia de la humanidad está determinada, en última instancia, por el desarrollo de las fuerzas productivas —las cuales sustentan la superestructura política, las leyes y las ideas—, estamos obligados a buscar las raíces del antisemitismo en el lugar que los judíos han ocupado en las diferentes sociedades, es decir, su papel en los diferentes modos de producción y en las diferentes etapas de la evolución de esas sociedades.

¿Cuál es el origen de los judíos?

Una idea bastante común es que la historia de los judíos comenzó durante la Edad del Bronce Medio (siglo –XVIII), cuando las tribus nómadas hebreas se asentaron en Canaán. Según la tradición judaica, el padre de los judíos fue Abraham, que en aquella época emigró desde el Creciente Fértil, la parte del mundo donde comenzó la civilización humana hace menos de 10.000 años. El Creciente Fértil abarca desde el Nilo hasta el Tigris y el Éufrates, pasando por Israel/Palestina. Hace seis o siete mil años, la sociedad evolucionó desde la caza a la recolección, desde una sociedad que pasaba todo el día buscando comida a otra capaz de domesticar animales. Esto permitió la cría de ganado para obtener alimentos y pieles, y la cosecha de granos.

Cuando esto se produjo, apareció también un excedente de comida. Fue la primera forma de plusvalía, que provocó el aumento de la población y la división del trabajo. La sociedad se empezó a dividir entre los que trabajaban (artesanos, guerreros…) y los que estaban exentos del trabajo (sabios, sacerdotes…). Esto a su vez llevó al desarrollo de las ciudades.

El Creciente Fértil es el resultado de tres grandes ríos, responsables de la fertilidad y del consiguiente atractivo de la región. El Nilo es el río más grande del mundo. Sin él, Egipto sería un desierto. En la antigüedad, el 3 por ciento de Egipto era tierra cultivable y el 97 por ciento, desierto. Los ríos Éufrates y Tigris recorren la histórica región de Mesopotamia, que en griego significa “entre ríos”.

Existe cierto debate sobre si la primera civilización apareció en Egipto o en Sumer (sur de Mesopotamia), pero la mayoría de los antropólogos creen que la escritura tuvo su origen en el Creciente Fértil.

La escritura fue un tremendo avance social que permitió a las personas comunicarse mejor y recoger la información necesaria para sus actividades, es decir, para la supervivencia. Comenzó con la pictografía. Por ejemplo, un palote significaba “hombre”. Más tarde, los dibujos evolucionaron hacia símbolos más abstractos que representaban sonidos fonéticos, hasta que finalmente se convirtieron en un sistema de tres “letras”, cada una de las cuales representaba un sonido y que se combinaban entre sí para formar palabras que expresaban una idea.

En apariencia, la tradición judaica tiene sentido. Pero realmente no sabemos por qué un grupo de personas abandonan Ur Kasdim (la Ur de los caldeos), encontrada por los arqueólogos en el actual Iraq. ¿Por qué abandonan una civilización desarrollada para asentarse en la más atrasada de Canaán? ¿Por qué se establecen en una zona menos fértil, es decir, en Canaán o en las montañas centrales? La mayoría sabemos, por supuesto, que la Biblia no es un libro de historia, sino de teología. Por esta razón estamos dispuestos a razonar que la Biblia, incluida la historia de Abraham, es un intento de demostrar la relación mítica entre los judíos y la Tierra Prometida. Sabemos que, a diferencia de Egipto, que está protegido por un desierto, Mesopotamia no tenía montañas ni desiertos que le sirviesen de defensas naturales, y que su fértil tierra era muy apetecible. Era una gigantesca llanura donde confluían las grandes corrientes migratorias de todos los pueblos antiguos. Cualquier conquistador proveniente de Asia o de Europa pasaba por allí. Por esta razón estamos dispuestos a aceptar la posibilidad de que los hebreos se convirtieron en nómadas después de escapar de Mesopotamia para salvar sus vidas.

¿Y si esta epopeya es sólo un mito?

La versión judía de su propia historia nos dice que el próximo capítulo importante es el éxodo de los esclavos hebreos desde Egipto.

En el año -1440, Egipto estaba gobernado por el faraón Amenofis II. La primera mención a los hapiru se encuentra en los textos egipcios. Algunos consideran que el término se aplicaba a los hebreos. Sin embargo, la palabra no significa “nómadas”, sino “indeseables”, y se usaba para definir a diferentes grupos sociales que no eran del agrado de los gobernantes egipcios. “Hebreo”, como palabra para describir a gente que vivía en Egipto, no ha aparecido ni siquiera una vez en los hallazgos arqueológicos.

En -1365 llegó al poder Amenofis IV (Akenatón), que intentó infructuosamente promover una forma de culto monoteísta, con Ra (el sol) como dios creador. Si Moisés fuese una figura histórica real, la Biblia indica que esta época podría ser la de su nacimiento. Pero nuevamente en los restos arqueológicos no aparece ninguna mención a una rebelión y huida masiva de esclavos.

¿Es posible, entonces, que un grupo de esclavos cananeos escapara de Egipto en ese período y se fuera a Canaán? Sabemos que en Egipto había esclavos cananeos (la palabra egipcia para cananeo también significaba esclavo) y también que algunos escaparon. Pero, ¿es plausible que un grupo de esos esclavos huidos fuera el grupo original del “Éxodo” y que su historia se convirtiera en la historia bíblica?

Un experto en la cuestión ha escrito: “Oscura e incierta como es la historia hebrea de la época de los patriarcas, no cabe duda de que la migración desde Egipto aproximadamente en -1250 es el acontecimiento más importante de la historia hebrea. Más que cualquier otro hecho histórico, este acontecimiento dio a los hebreos una identidad, una nación, un fundador y un nombre, utilizados por primera vez en la primera línea del Éxodo, el relato bíblico de la migración: bene yisrael (‘los hijos de Israel’)” (Richard Hooker, World civilization, web de la Washington State University).

Por supuesto, estos eruditos son conscientes de que no hay ninguna evidencia de sus afirmaciones. El propio Richard Hooker escribe unos renglones después: “¿Cómo ocurrió esto? ¿Cómo estos diversos grupos tribales que adoraban a un dios al que llamaban Dios, de repente forman un grupo nacional más o menos unificado? ¿Qué ocurrió en Egipto que no ocurrió con otros extranjeros que vivían allí? Realmente no podemos responder a esta pregunta porque no tenemos ningún registro de los hebreos en Egipto, ni siquiera en la historia hebrea. A pesar de la gran trascendencia que, para los hebreos, tuvieron los acontecimientos de la migración y la naturaleza dramática de la liberación, incluidas las plagas y las catástrofes que asolaron Egipto, parece que los egipcios no repararon en ello e incluso que ni siquiera sabían que vivían en su país. Disponemos de varios registros egipcios sobre grupos extranjeros durante el Nuevo Reino, pero son registros de grupos expulsados por los egipcios por sentirlos como una amenaza o por su excesivo poder. Los hebreos no aparecen nunca en estos registros, ni ninguno de los acontecimientos relatados por la historia hebrea” (Richard Hooker, op. cit.).

Según la Biblia, Moisés sacó a los hebreos de Egipto, que durante cuarenta años deambularon por el desierto hasta que, finalmente, llegaron a la tierra prometida de Canaán (Palestina). Moisés murió antes de entrar en ella y Josué se convirtió en el siguiente patriarca, un líder brillante que derribó las murallas de Jericó. Los registros arqueológicos nos dicen que en el siglo –XIII, el momento histórico al que se refiere la Biblia, Jericó no tenía murallas. No sólo esto, sino que muchos documentos de la Edad del Bronce Tardío (-1550 a -1150) nos proporcionan informes detallados de que los egipcios, que en ese momento eran muy poderosos, gobernaban Canaán como una colonia y no permitirían que unos hapiru la conquistaran sin una lucha importante, y por supuesto nada se ha encontrado en Egipto sobre tal acontecimiento.

¿Y qué pasa si todo es un mito creado mucho más tarde?

Es evidente que la historia narrada en la Biblia acerca de la victoria de los hebreos sobre los cananeos y su posterior asentamiento en el territorio no es cierta. De hecho, existen pruebas de que, en realidad, los hebreos vivieron en la región montañosa del centro del país y en algunos lugares cercanos al valle del río Jordán, intentando defenderse de los cananeos y de los poderosos filisteos, algunos de los cuales poseían carros y guerreros pertrechados con armas de hierro, frente a las cuales poco podían hacer.

La Biblia nos habla de los grandes reyes de la casa de David. Nos dice que Salomón creó el gobierno central hebreo más rico y poderoso jamás visto, y que lo hizo a un coste extremadamente alto. La tierra proporcionaba lo suficiente como para pagar sus extravagancias, y la población estaba sujeta a trabajos forzados en Tiro, al norte.

Sin embargo, esta historia es imposible. El sur de las montañas (Judá, donde gobernaron los reyes David y Salomón) estaba mucho menos desarrollado que el norte, donde se encontraba Shomrón, la capital del reino de Israel. De haberse unido ambos reinos en el siglo -X, como nos cuentan, habría sido bajo la égida de Israel, no bajo la de la más atrasada Judá.

Sabemos que el rey David fue un personaje real. En 1993 se descubrió en Dan una tumba con una lápida en arameo que relata la historia de un rey arameo que derrotó a los reyes de la casa de David.

Pero aunque hay evidencias de la existencia del rey David, la historia de su gran reino es claramente un mito. De manera similar, sabemos que existió el rey Salomón. Sin embargo, él no pudo ser el constructor de un gran templo para el dios judío. Incluso la Biblia nos dice algo muy diferente: que Salomón no adoraba sólo a Yahvé, sino a muchos otros dioses. Así que el monoteísmo no era la ideología común ni siquiera en los tiempos del rey Salomón. A lo que parece, en esa época Yahvé era un dios más entre muchos otros:

Empero el rey Salomón amó, además de la hija de Faraón, muchas mujeres extranjeras: a las de Moab, a las de Ammón, a las de Idumea, a las de Sidón, y a las Hetheas;

Gentes de las cuales Yahvé había dicho a los hijos de Israel: No entraréis a ellas, ni ellas entrarán a vosotros; porque ciertamente harán inclinar vuestros corazones tras sus dioses. A éstas, pues, se juntó Salomón con amor.

Y tuvo setecientas mujeres reinas, y trescientas concubinas; y sus mujeres torcieron su corazón.

Y ya que Salomón era viejo, sus mujeres inclinaron su corazón tras dioses ajenos; y su corazón no era perfecto con Yahvé su Dios, como el corazón de su padre David.

Porque Salomón siguió a Astaroth, diosa de los sidonios, y a Milcom, abominación de los ammonitas. (Primer Libro de los Reyes, 11, 1-6).

No sólo esto, también la historia de que los judíos fueron monoteístas desde el siglo –XIII o incluso el –XVIII no se sostiene. La Biblia está llena de referencias a que los hebreos adoraban a otros dioses, como El (Saturno), Júpiter y Astarté (Venus). Mencionaremos sólo unos cuantos.

La historia de un carnero en el sacrificio de Isaac señala a Júpiter. El carnero era el animal que representaba a ese planeta. Debemos tener en cuenta que el nombre del sumo sacerdote de Jerusalén en la época del patriarca Abraham, Melquisedec, indica que el principal culto de la ciudad era al planeta Júpiter (Sedek, en hebreo). Melquisedec significa “Júpiter es mi señor (rey)”. Muchos de los salmos reflejan ideas que se encuentran en la religión astral. Los salmos del Hallel podrían haber sido adoptados de la adoración “pagana” al lucero del alba (Venus). Las visiones del Señor atravesando el cielo con rayos saliendo de su cuerpo, como en el libro del profeta Habacuc, no son monoteístas. Estos pasajes, como los pasajes de la Torá que nos hablan de los sacrificios a un Ser Supremo, contradicen la creencia de que los judíos eran monoteístas.

En realidad, ni el monoteísmo ni el panteísmo (muchos dioses con un dios central, como creían los griegos) pudieron surgir antes del período en que el desarrollo de las fuerzas productivas permitió la aparición de ciudades-estado, reinos e imperios. En el siglo –XIII encontramos rastros de los hebreos en Canaán, pero no existía un centro o ciudad para la adoración de Yahvé, al igual que no existía un gobierno central en forma de reino; cada tribu tenía sus propios dioses. Esto es de conocimiento general incluso entre los historiadores de esa época:

“Los propios hebreos, sin embargo, no parecen haberse asentado confortablemente en la religión de Yahvé. Según la historia hebrea, los hebreos abandonan regularmente la religión de Yahvé por cultos locales, particularmente los cultos cananeos. La religión cananea se centraba en el dios Baal, y los hebreos con frecuencia desmantelaban sus altares a Yahvé y construían altares a Baal. Aquellos hebreos que se establecieron en las ciudades cananeas desaparecieron literalmente en la religión cananea; la religión de Yahvé parece haberse mantenido principalmente entre los grupos nómadas de las montañas del país” (Ibíd.)

¿Desde dónde y cuándo llegaron los judíos a Canaán?

Los eruditos han debatido durante muchos años esta cuestión. Sin embargo, no es sólo una pregunta tendenciosa, sino engañosa.

Los arqueólogos que aceptaron la historia de la ocupación de Canaán por Josué intentaron descubrir restos de la cultura hebrea en las ruinas de las ciudades de Jericó, Biet El, Lachish y Hatzor. Encontraron muchas cosas interesantes de ese período, pero nada relacionado con los primeros israelitas. Esas ciudades están localizadas a lo largo de la costa y en los ricos valles, lejos de las montañas boscosas donde ellos residían, entre el valle de Israel y el de Beersheba, un territorio bajo ocupación israelí desde 1967. Aquí los arqueólogos encontraron los restos de muchas aldeas.

Estas aldeas son mucho más primitivas que las ciudades cananeas. No aparecieron palacios ni joyas refinadas, pero sí muestras de una cerámica muy basta. Estas aldeas indican una etapa del desarrollo social intermedia entre la cría de ovejas y la agricultura, el inicio de asentamientos permanentes que pueden volver a la cría de ovejas durante las malas cosechas.

Estas personas tenían también sus creencias religiosas. Sin embargo, Yahvé no pudo ser un dios traído por Abraham desde Ur. Según la historia bíblica, Moisés empezó a adorar a Yahvé en el Sinaí, tras la huida de Egipto. Tampoco puede haber sido el mismo dios de los últimos reyes hebreos. Yahvé sólo puede haber sido un dios local, uno entre otros muchos.

Este dios del siglo –XIII era antimonárquico. Según cuentan los libros primero y segundo de Samuel, los hebreos se acercaron a Samuel, el “juez” de Israel, y le exigieron un rey. El relato deja claro que tanto Samuel como Yahvé consideraron el deseo de un rey como un acto de desobediencia a Yahvé; el pueblo hebreo, según Samuel, sufriría enormemente por esa desobediencia. El conflicto entre Yahvé y los monarcas hebreos nos trae a la mente otro acontecimiento similar que tuvo lugar en Egipto, el del faraón Akenatón, que inició el culto a Ra como dios principal y fue por ello asesinado por los sacerdotes.

¿De dónde tomaron los hebreos su mitología?

Los elementos mitológicos que encontramos en la Biblia son parte de la mitología de toda la región. Además, debemos señalar otro descubrimiento interesante. La oleada de nómadas que se hicieron sedentarios en el siglo –XIII no fue la primera ola de este tipo, sino la tercera.

La primera fue en la Edad del Bronce Antiguo (-3500 a -2200 ) y terminó en torno al año -2100, cuando los colonos reanudaron la vida nómada. La segunda tuvo lugar durante la Edad del Bronce Medio (-2000 a -1550) y terminó después de una crisis en la Edad del Bronce Tardío (-1550 a -1150). Esta pauta, contrariamente a lo que relata la Biblia (que intenta dar la impresión de que los hebreos destruyeron las ciudades cananeas), indica que los colonos hebreos dependían de dichas ciudades, por lo que durante la crisis de éstas volvieron a convertirse en nómadas. Es posible que la última oleada de colonos cananeos, que acabaría por convertirse en los hebreos, tomara sus mitos de las dos oleadas anteriores.

Yahvé se convierte en el único soberano

Este conflicto, que finalmente llevó a la victoria de los reyes sobre la casta sacerdotal, formaría la base de un gran cambio en la naturaleza de la religión hebrea.

Más tarde, en los siglos –VIII y –VII, los últimos reyes de ambos reinos hebreos —Israel y Judá— se dieron cuenta de que el desarrollo histórico de los grandes imperios iba en contra de la independencia de los pequeños estados. La sociedad esclavista, como otras sociedades de la historia, sufría una importante contradicción. La economía se expandía y se convertía en una economía regional, pero la existencia de pequeños estados bloqueaba esa expansión. Cada imperio intentaba controlar toda la economía conocida. Para poder llevar a cabo esta tarea, los pequeños estados tenían que ser convertidos en colonias. Este proceso no alcanzaría su punto culminante hasta el Imperio Romano, que no sólo sería la etapa superior del modo de producción esclavista, sino también su etapa final.

En -722, el reino de Israel fue derrotado por Asiria, y muchos de sus habitantes fueron obligados a trasladarse a otras partes de su imperio. Al mismo tiempo, repoblaron con asirios el territorio conquistado. Los nuevos pobladores fueron los samaritanos. Esta nueva población de Samaria se adaptó a las condiciones locales. La prueba de ello es que, al principio, adoraban a Yahvé y a otros dioses, pero en un par de siglos se convertirían en adoradores exclusivamente de Yahvé. Esto causó un gran cisma en la religión de Yahvé entre los samaritanos y los judíos, que cambiaron algunos aspectos de sus creencias religiosas.

Los israelitas expatriados desaparecieron permanentemente de la historia y son conocidos como “las diez tribus perdidas de Israel”. La razón no es difícil de entender. Los asirios no los trasladaron a un solo lugar, sino que los desperdigaron en pequeños grupos por todo el Oriente Medio. Eran campesinos que se integraron fácilmente en otras culturas.

La advertencia estaba clara para los gobernantes de Judá: la falta de un estado centralizado fuerte había ayudado a que los asirios conquistasen el reino israelita con sus muchos dioses.

Yahvé cambiaría su perspectiva política. El dios antimonárquico de la época de Samuel se tendría que convertir en el dios de una monarquía fuerte. Sin embargo, contrariamente a lo que relata la Biblia, esto no ocurrió bajo David o Salomón, sino trescientos años después. Fue quinientos años más tarde de que Dios supuestamente hablara a Moisés, al escribirse la Biblia en el siglo –VII, cuando Yahvé se convirtió en el jefe y dios único de los hebreos de Judá. La Biblia también se reelaboró en esa época para explicar la mitología judía desde el punto de vista ideológico de los sacerdotes monárquicos de Judá. Estos sacerdotes pretendían que había existido un reino unido de la casa de David, para así justificar un intento de organizar tal reino.

En -701, el rey asirio Senaquerib le arrebató territorios a Judá, y los judaítas habrían sufrido el destino de los israelitas de no haber sido porque en -625 los babilonios, bajo Nabopolassar, reafirmaron su control de Mesopotamia, creándose un vacío de poder. Josías, el rey judaíta, intentó extender su territorio aprovechando ese vacío, y en su intento de crear un poder central fuerte se armó con la ideología del único y supremo Dios, lo que condujo al monoteísmo y al tema fundamental de la Biblia: o adoráis a un solo Dios, o seréis castigados y exiliados.

La Biblia nos dice que Josías redescubrió el libro de las leyes de Moisés y destruyó los demás cultos. Así, hizo lo correcto a los ojos de Dios:

Y a los dieciocho años del rey Josías, fue que envió el rey a Saphán hijo de Azalía, hijo de Mesullam, escriba, a la casa de Yahvé, diciendo:

(…)

Entonces dijo el sumo sacerdote Hilcías a Saphán escriba: El libro de la ley he hallado en la casa de Yahvé. E Hilcías dio el libro a Saphán, y leyólo.

Viniendo luego Saphán escriba al rey, dio al rey la respuesta, y dijo: Tus siervos han juntado el dinero que se halló en el templo, y lo han entregado en poder de los que hacen la obra, que tienen cargo de la casa de Yahvé.

Asimismo Saphán escriba declaró al rey, diciendo: Hilcías el sacerdote me ha dado un libro. Y leyólo Saphán delante del rey.

Y cuando el rey hubo oído las palabras del libro de la ley, rasgó sus vestidos.

Luego mandó el rey a Hilcías el sacerdote, y a Ahicam hijo de Saphán, y a Achbor hijo de Michaía, y a Saphán escriba, y a Asaía siervo del rey, diciendo:

Id, y preguntad a Yahvé por mí, y por el pueblo, y por todo Judá, acerca de las palabras de este libro que se ha hallado: porque grande ira de Yahvé es la que ha sido encendida contra nosotros, por cuanto nuestros padres no escucharon las palabras de este libro, para hacer conforme a todo lo que nos fue escrito. (Segundo Libro de los Reyes, 22, 3, 8-13).

Entonces el rey envió, y juntaron a él todos los ancianos de Judá y de Jerusalén.

Y subió el rey a la casa de Yahvé con todos los varones de Judá, y con todos los moradores de Jerusalén, con los sacerdotes y profetas y con todo el pueblo, desde el más pequeño hasta el más viejo; y leyó, oyéndolo ellos, todas las palabras del libro del pacto que había sido hallado en la casa de Yahvé.

Y poniéndose el rey en pie junto a la columna, hizo alianza delante de Yahvé, de que irían en pos de Yahvé, y guardarían sus mandamientos, y sus testimonios, y sus estatutos, con todo el corazón y con toda el alma, y que cumplirían las palabras de la alianza que estaban escritas en aquel libro. Y todo el pueblo confirmó el pacto.

Entonces mandó el rey al sumo sacerdote Hilcías, y a los sacerdotes de segundo orden, y a los guardianes de la puerta, que sacasen del templo de Yahvé todos los vasos que habían sido hechos para Baal, y para el bosque, y para todo el ejército del cielo; y quemólos fuera de Jerusalén en el campo de Cedrón, e hizo llevar las cenizas de ellos a Beth-el.

Y quitó á los camoreos, que habían puesto los reyes de Judá para que quemasen perfumes en los altos en las ciudades de Judá, y en los alrededores de Jerusalén; y asimismo a los que quemaban perfumes a Baal, al sol y a la luna, y a los signos, y a todo el ejército del cielo.

Hizo también sacar el bosque fuera de la casa de Yahvé, fuera de ejército, al torrente de Cedrón, y quemólo en el torrente de Cedrón, y tornólo en polvo, y echó el polvo de él sobre los sepulcros de los hijos del pueblo.

Además derribó las casas de los sodomitas que estaban en la casa de Yahvé, en las cuales tejían las mujeres pabellones para el bosque.

E hizo venir todos los sacerdotes de las ciudades de Judá, y profanó los altos donde los sacerdotes quemaban perfumes, desde Gabaa hasta Beersheba; y derribó los altares de las puertas que estaban a la entrada de la puerta de Josué, gobernador de la ciudad, que estaban a la mano izquierda, a la puerta de la ciudad. (Segundo Libro de los Reyes, 23, 1-8).

Vemos cómo, según los sacerdotes de Yahvé, el rey hizo lo correcto. Pero también descubrió, para su asombro, que hacer lo correcto a los ojos del dios supremo no significa hacer lo correcto a los ojos de la historia.

El rey Josías declaró la guerra a Egipto y fue derrotado. Los sueños de grandeza de este rey eran sólo eso: grandes ilusiones. Es verdad, por supuesto, que cuando una clase progresista se atiene a las leyes de la historia es probable que eso la lleve a la victoria. Sin embargo, Josías no era el líder de una clase progresista ni tampoco se atuvo a las leyes de la historia. Actuó contra estas leyes, y fue derrotado.

Judá pronto cayó víctima de las luchas de poder entre asirios, babilonios y egipcios. Cuando el hijo de Josías, Joacaz, se convirtió en rey (puesto en el trono por los asirios), el faraón Necao atacó Judá y lo derrocó. Judá se convirtió entonces en un estado tributario de Egipto.

Después de que los babilonios derrotaran a los egipcios en -605, Judá se convirtió en un estado tributario de Babilonia. Pero cuando en -601 los babilonios fueron a su vez derrotados, el entonces rey de Judá, Joaquín, se puso del lado de los egipcios. Por esta razón, el rey babilónico Nabucodonosor ocupó Judá en -597. Joaquín le entregó Jerusalén y Nabucodonosor nombró un nuevo rey, Sedecías. Siguiendo la práctica mesopotámica, Nabucodonosor deportó a unos 10.000 judíos —elegidos entre los profesionales, los artesanos y los ricos; la gente corriente pudo quedarse en Judá— a su capital en Babilonia. Esta deportación fue el principio del exilio. Este período, que comenzó en -597 (aunque tradicionalmente se data en -586) y es conocido en la historia judía como la Diáspora, terminó cuando los persas conquistaron Babilonia en -538.

En el destierro, los judíos ricos establecieron comunidades separadas y desarrollaron un comercio internacional. Al mismo tiempo, desarrollaron su religión conforme a la nueva situación. El destierro era inexplicable para la teología hebrea porque ésta se basaba en la promesa de Yahvé de proteger a los hebreos y utilizarlos como el instrumento de sus propósitos para la historia humana. La pérdida de la tierra prometida por Yahvé hizo pensar a los judíos que toda la fe depositada en su promesa era inmerecida.

El nuevo dios judío ya no sería más un dios local de las guerras tribales por la tierra. La nueva religión judía del período posterior al exilio en Babilonia incluiría elementos de la nueva religión persa.

Esta religión, llamada zoroastrismo, era dualista y se basaba en que el universo estaba formado por dos partes distintas. Una era dios y la luz; la otra, el mal y la oscuridad. La historia cósmica era simplemente la batalla épica entre estas dos fuerzas divinas. Al final de los tiempos, una batalla culminante decidiría, de una vez y para siempre, cuál de ambas fuerzas dominaría el universo. Los seres humanos, en todo lo que hacían, participaban en esta lucha. Todos los dioses y religiones también eran parte de esta épica, casi eterna batalla. Si te viene a la mente El señor de los anillos, no es de extrañar. Este dualismo fue integrado en la nueva religión judía.

Los primeros hebreos creían que sólo Yahvé dominaba el universo. Después del exilio, los nuevos sacerdotes judíos adoptaron la idea persa de que el universo estaba formado por dos fuerzas diametralmente opuestas: una buena y otra mala. Ahora existía una fuerza maligna, Satán, que se oponía a Yahvé, como recoge la historia de Job.

Otro nuevo aspecto adoptado fue la creencia en una vida eterna dual. Antes del exilio, los hebreos creían que después de la muerte el alma era enviada a un lugar de polvo llamado sheol, donde morarían por un tiempo breve antes de que su existencia se apagase para siempre. Esta creencia era idéntica a todas las otras versiones semíticas de la vida después de la muerte. Los persas, sin embargo, creían que las almas buenas se reunirían con el principio de la bondad en la dicha eterna, y las almas malas se reunirían con el principio del mal para sufrir hasta la derrota final del mal. Esta visión de la vida después de la muerte explica el sufrimiento en la vida terrenal, como la diáspora; la justicia cósmica se hace evidente solamente tras la muerte del individuo, no durante su vida.

Antes del destierro, Judá e Israel eran reinos; ahora Judá se había convertido en un estado teológico y, al mismo tiempo, en una colonia persa. Yahvé había encontrado finalmente su lugar en este mundo. Se convirtió en el Ser Supremo y Creador de todo y, al mismo tiempo, en un criado al servicio del imperio persa. El templo fue reconstruido bajo la dirección de Zerobabel y, más tarde, de Ezra. La nueva sociedad hebrea perseguía y expulsaba a los no judíos, especialmente a quienes profesaban religiones extranjeras. Durante el período persa y posteriormente, Judá fue el estado donde se adoraba a Yahvé y solamente a él.

Durante los doscientos años de dominación persa de todo el Oriente Medio y Egipto, Palestina fue un estado tributario de Persia. Tras la conquista de ésta por Alejandro Magno (-332), pasó a ser una colonia griega. El imperio griego no duraría mucho más que la breve vida de Alejandro, cuyos generales se lo repartieron a su muerte. Antígono, y más tarde Tolomeo, heredaron Egipto; Seleuco se hizo con el Oriente Medio y Mesopotamia. Después de dos siglos de paz con los persas, el estado judío se encontró de nuevo en medio de una lucha de poder entre dos grandes imperios: al norte, el estado seléucida, con capital en Siria; al sur, el estado lágida, con capital en Egipto. Una vez más, Judea fue conquistada, primero por uno y después por el otro, pasando de ser un estado vasallo seléucida a ser un estado vasallo ptolemaico. Entre -319 y -302, Jerusalén cambió siete veces de manos.

En -168, una revuelta judía, encabezada por los macabeos como apoyo a Roma en su guerra contra los griegos, derrotó a los seléucidas. Durante un breve período, Judea se convirtió en un estado semi-independiente y, finalmente, en colonia romana.

Durante este período, los judíos vivieron en varias regiones, incluyendo Judea, Mesopotamia y otras partes del Oriente Medio, y también en Asia y Egipto y zonas del norte de África. La diáspora judía comenzó con el destierro en Babilonia. Grandes y poderosos grupos de judíos vivían por todo el imperio persa, y más tarde en los reinos helenísticos y el Imperio Romano.

Dado que bajo los griegos era posible que los extranjeros se convirtieran en ciudadanos de las polis, también fue posible que por todo el Oriente Medio los judíos se convirtieran en ciudadanos de otros estados, además de Judea. Esto es vital para comprender la dispersión judía. Los derechos de ciudadanía (o casi ciudadanía, llamados polituemata) permitieron a los judíos permanecer y prosperar fuera de Judea.

El estado judío desapareció en -70, cuando los romanos aplastaron las rebeliones judías. En -63, Judea se convirtió en un protectorado de Roma. Sin embargo, la diáspora había comenzado mucho antes, al menos desde que los asirios conquistaron Israel en -722 y Nabucodonosor deportó a Babilonia a los habitantes de Judá en los años -597 y -586. Otro grupo de habitantes de Judá huyó a Egipto, donde se estableció en el delta del Nilo. Desde -597 hubo tres grupos distintos de judíos: el de Babilonia y otras regiones de Oriente Medio, el de Judá y el de Egipto. Un gran número de los judíos egipcios se convirtieron en mercenarios en la isla Elefantina, situada en el curso alto del Nilo. Desde ese momento, la historia de los judíos es la historia de la diáspora y del papel cambiante de Yahvé.

Los orìgenes de la religiòn hebrea

5. La religión.

El surgimiento de un monoteísmo ético como religión característica de los hebreos de época histórica sienta un precedente único en la historia del Oriente Próximo. Tal vez, el único ejemplo válido anterior a la reforma mazdeísta que Zoroastro instaura en la Persia del siglo VI a.C. sea la herejía de Amenofis IV, pero esta forma de monoteísmo solar, de adoración panteísta a través del disco solar que baña a sus criaturas, dista mucho de parecerse al monoteísmo hebreo, fundado en la creencia de un dios único principio cosmogónico innombrable que se revela a su pueblo y le manifiesta el destino reservado a éste, con puntos de acercamiento/alejamiento de su pueblo “elegido” oscilantes y coincidentes con el acercamiento/alejamiento de esta fe única.
No faltaron opiniones referentes a una posible influencia amarniana en los orígenes del monoteísmo hebreo, máxime teniendo en cuenta la tradición bíblica con el consabido “cautiverio en Egipto”: no existe documento histórico alguno que corrobore el paso del conjunto total de las tribus hebreas en Egipto, ya sea en mención de fuentes aloctonas, como así tampoco existe evidencia de este hecho en fuentes arqueológicas, ni en vestigios humanos comprobables a través de la antropología física. Este ha sido siempre uno de los puntos más álgidos sobre los cuales historiadores partidarios de una u otra opinión se han expedido. Más allá de posicionamiento alguno, referente a este punto, los pocos datos que tenemos extra-bíblicos de la errancia de tribus nómades, presumiblemente identificables con los hebreos, es la Estela de Israel, que poco dice al respecto.
Ni siquiera la pretendida antigüedad de la entrada del pueblo de Israel en Egipto, que siempre se quiso asociar con el fenómeno de las invasiones hicsas durante el Segundo Período Intermedio (1785-1570 a.C.) puede pensarse ni como una evidencia de esta antigüedad ni cuanto menos de este origen. Las excavaciones de Avaris (actualmente, Tell el-Daba) llevadas a cabo por los austríacos en el último decenio han dejado claramente sentado que tanto por la evidencia arqueológica (cerámica importada de fenicia), cuanto por las pruebas de la antropología física (cráneos semíticos, asociados a un contexto fenicio, con un ajuar de cotas de cuero en forma de lengua, típicamente fenicio) son la prueba contundente, al momento, de que el conjunto de pueblos identificados como hicsos serían un grupo semítico dirigidos por una aristocracia de origen fenicio. Esto echaría por tierra la visión tradicional apoyada por los relatos bíblicos.

La religión en los orígenes.
En cuanto a los orígenes de este monoteísmo, sin entrar en las características del mito (las sucesivas alianzas de Yavhé-Jehová-El-Eloín, con su pueblo, y las prescripciones éticas enumeradas en cada una de los códigos que Dios le entrega a su pueblo) es fácilmente deducible a través de la liturgia hebrea los puntos de contacto con la religión cananea. La sola nominación de El para designar a este dios único nos manifiesta claramente una tradición que pertenece al sustrato semita desde los orígenes protohistóricos. El ha sido siempre el principio activo masculino de las distintas cosmogonías semíticas, cambiando a veces su designación por las de Dumusi (súmero), Enlil (acadio)/Marduk (babilónico), Baal (amorreo), Masera (cananeo/arameo), que conservan siempre los mismos atributos cósmicos: principio masculino, dios de la guerra, dominador de los fenómenos cósmicos, dios fálico, y cuyo culto, con leves modificaciones, se mantiene a lo largo de las distintas culturas y períodos históricos: cultos en lugares altos, donde se les rinde sacrificio (el templete de la zigurat, por ejemplo; la pira de sacrificio a Baal en montañas o sobre las murallas de la ciudad). Como así también la institución de la prostitución sagrada, en las fiestas de Año Nuevo en Babilonia y su correlato en Canaán: Baal/Anat, Asur/Ishtar, Baal/Astarté, Asheba/Masera, que representan esta pareja divina cuyo culto es llevado a cabo por la sacerdotisa y el sumo sacerdote, que muchas veces coincide con el jefe de estado.
La aparición de estas formas de culto en la religión hebrea es frecuente, como así también, la reacción que muchas veces Patriarcas, Jueces y Profetas interponen como resistencia hacia esta aculturación, por cuanto, ella significa no solamente un deterioro de la fe monoteísta, sino por el peligro que entraña la pérdida de poder político y económico, si se cede progresivamente en favor de la fe de los cananeos.

La baalización/desbaalización de la religión hebrea.
Ya en los tempranos relatos del libro del Génesis, particularmente en Gen. XII-XIII, encontramos alusiones que indican claramente un origen cananeo: “Y apareció Jehová a Abraham y le dijo: A tu descendencia daré esta tierra. Y edificó allí un altar a Jehová, quien le había aparecido. Luego se pasó de allí a un monte al oriente de Bet-el, y plantó su tienda teniendo a Bet-el al occidente y Hai al oriente; y edificó allí altar a Jehová e invocó el nombre de Jehová…”. Vemos como desde la temprana época de los Patriarcas, Abraham instaura un altar de culto en un lugar alto, en un monte cercano a Bet-el; lugar alto por excelencia del culto cananeo. Asimismo, la onomástica nos señala la presencia cananea en el nombre de la ciudad, Bet-el (casa del dios El). Esto quizás es comprensible en tiempos anteriores a la conquista de Palestina, pero observaremos más adelante que el sustrato cananeo permanece, que su población no es pasada por el herem y que tanto la toponimia de la zona como la onomástica hebrea conservan los nombres precedentes, incluso el del aborrecido El cananeo enemigo de Jehová.
En el Libro de Deuteronomio, capitulo XII, encontramos los llamados artículos de reforma. Si bien el redactor deuteronomista es muy posterior —el Deuteronomio fue puesto por escrito en la época del cautiverio babilónico y el exilio, siglo VII a.C.— nos muestra a través de esta nueva normativa el interés por conservar la tradición y luchar contra el relajo de las costumbres asociadas a este proceso de baalización que se manifestaba preferentemente en el culto de Asheba y Masera y en la elección de los lugares altos: “Destruiréis eternamente todos los lugares donde las naciones que vosotros heredareis sirvieron a sus dioses, sobre los montes altos, y sobre los collados, debajo de todo árbol frondoso. Derribareis sus altares y quebrareis sus estatuas, y sus imágenes de Aseara consumiréis con fuego; y destruiréis las esculturas de sus dioses, y raeréis su nombre de aquel lugar…”. Observamos en estos versículos que hay un imperativo absoluto de Jehová para destruir los lugares de culto de las naciones conquistadas —sabemos por otra fuente que esto no fue así, por lo menos no en un sentido general—; asimismo, la intención de abandonar los sitios altos, como lugar de culto, sobre todo debajo de los árboles —materialización por excelencia del fálico Masera, quien a veces se representa con un árbol y más frecuentemente como una columna o pira de madera, esto se refuerza unos versículos más adelante: “Quebrareis sus estatuas” (quebrareis los troncos, o sea a Masera) “…y sus imágenes de Asera consumiréis con fuego…“—, en esta condena por parte del narrador vemos algunas características típicas de la liturgia cananea.
Con respecto a las prescripciones rituales de la religión hebrea, más allá de los elementos particulares relativos a los códigos éticos, el culto no es muy disímil del resto de los cultos del Cercano Oriente, se caracteriza por ofrendas de alimentos (liturgia de antigua tradición en las culturas orientales, baste como ejemplo, la ofrenda diaria de alimentos de la religión egipcia, aunque en este caso no se hacía para alimentar al Ka). Asimismo, la ofrenda de las primicias de la tierra, elemento común de la mayoría de los cultos a la fertilidad en el Próximo Oriente y en el Mediterráneo; “..y allí llevaréis vuestros holocaustos, vuestros sacrificios, vuestros diezmos, y la ofrenda elevada de vuestras manos, vuestros votos, vuestras ofrendas voluntarias, y las primicias de vuestras vacas y vuestras ovejas; y comeréis allí delante de Jehová vuestro Dios, y os alegraréis, vosotros y vuestras familias, en toda obra de vuestras manos en la cual Jehová tu Dios te hubiere bendecido”.
La reacción del narrador deuteronomista contra el relajamiento de las costumbres al entrar en contacto con el mundo cananeo se puede ver en el Versículo 8 del mismo Libro del Deuteronomio: “…no haréis como todo lo que hacemos nosotros aquí ahora, cada uno lo que bien le parece…”. Este versículo alude al desorden propio de la vida nómadica, ya que al entrar en la “Tierra Prometida”, debían respetar estrictamente la Ley, pero alude también a la no observación de la Ley por la posible influencia cananea. Es claramente ilustrativo el pasaje contra la idolatría que representa la baalización el Versículo 29 al 32 del Capítulo XII del Deuteronomio: “…cuando Jehová tú Dios haya destruido delante de ti las naciones a donde tú vas para poseerlas, y las heredes, y habites en su tierra, guardate de que no tropieces llendote en pos de ellas, después que sean destruidas delante de tí…”, clara imprecación en contra de las costumbres cananeas y aún de sus posesiones materiales, y más adelante “…no preguntes acerca de sus dioses, diciendo: de la manera en que servían aquellas naciones a sus dioses, yo también les serviré. No harás así a Jehová tú Dios; porque toda cosa abominable que Jehová aborrece, hicieron ellos a sus dioses; pues aún a sus hijos y a sus hijas quemaban en el fuego a sus dioses”.
Esta misma intención del narrador deuteronomista se observa con la elección de Jerusalén como lugar único de culto, aludido en los Versículos 4 a 6 del Capítulo XII del Deuteronomio: “…no haréis así a Jehová vuestro Dios, sino que el lugar que Jehová vuestro Dios escogiere de entre todas vuestras tribus, para poner allí su nombre, para su habitación, ese buscaréis y allá iréis…”.
A tal punto las tradiciones culturales cananeas permanecieron conviviendo y fusionándose con la tradición patriarcal que las mismas tribus por momentos hacían convivir en forma sincrética el culto a Jehová con una forma de religiosidad más popular de origen cananeo como la tradición de Asheba. Esto se observa en la Capítulo XVI del Libro de Deuteronomio en los Versículos 21 y 22: “…no plantarás ningún árbol para Asera cerca del altar del Jehová tú Dios, que tú te habrás hecho ni te levantarás estatua, lo cual aborrece Jehová tú Dios”.
La preocupación del autor deuteronomista que relata hechos muy anteriores a su contemporaneidad (casi quinientos años), si bien combate la idolatría de la baalización de influencia cananea, específicamente, está aludiendo a una idolatría mucho más preocupante y cercana en el tiempo: la aculturación producida por largo período del exilio babilónico durante el cautiverio. Aquí se ve una doble intencionalidad historiográfica por parte del autor.

6. Establecimiento de los hebreos en Palestina y surgimiento de la monarquía. Nuevos aportes críticos.

La monarquía surge en Israel a fines del siglo XII a.C.
Saúl unifica la región montañosa, y David conquista y crea un estado poderoso.
Por primera vez se establece en la región una entidad política local independiente —un estado étnico nacional con una identidad ideológica y religiosa distintiva.
Finkelstein propone un criterio arqueológico para delinear el proceso de asentamiento y consolidación: el estudio de los patrones de asentamiento en la región montañosa de Israel —área donde tuvo lugar el proceso que llevó al surgimiento de la monarquía—. Modelos de asentamiento de la Edad del Hierro.

La teoría de la presión filistea.
Un elemento externo: la amenaza filistea, produjo el surgimiento de la monarquía.
La idea de monarquía era extraña a la sociedad israelita, la cual funcionaba, en el período de los Jueves con una estructura tribal, con un liderazgo carismático y pocas instituciones centrales. La monarquía es el paso forzado por causas externas.
Durante la mayor parte del período, las amenazas externas fueron breves y limitadas geográficamente, por lo que se pudieron manejar localmente. La amenaza filistea fue diferente, ya que desafió a toda la sociedad israelita durante un período prolongado de tiempo. Fue una amenaza política, religiosa y económica. Su ventaja radicaba en una avanzada organización militar; con superioridad tecnológica en metalurgia.
La presión filistea fue mayor durante el siglo XI: Israel fue vencida en Eben-ezer; se destruyó su centro de culto y administración de Siloh, y se deterioro el liderazgo tribal. Esto derivó en el establecimiento de fortalezas filisteas en el corazón de la región montañosa; y que los estados de Amón y Amalec, sacaran ventaja de la situación.
Saúl surgirá como jefe militar, actuando a la vez como juez y rey. Un jefe carismático con poder permanente.
La monarquía surge en el territorio de Benjamín, ya que era el foco de la amenaza filistea.
Han surgido cinco puntos acerca de las razones que causaron el choque entre Israel y los filisteos:

La expansión filistea fue expresión de su ambición de dominación política del país entero (Hermann).
La agresión filistea apuntó a impedir la expansión israelita a la planicie costera (Mayes, Abaroni, Bright).
Los filisteos reaccionaron frente a los ataques israelitas sobre las principales rutas comerciales (Albright, Gottwald).
La expansión filistea hacia el este partió de un crecimiento poblacional (Malamet).
El objetivo filisteo era la explotación económica de la región montañosa (Gottwald).
A esta última opinión se agrega la de Frick, quien ve el conflicto como resultante de una combinación del intento filisteo de controlar los productos agrícolas de la región montañosa y de la necesidad israelita de tierras causadas por el incremento poblacional.
Las nuevas tendencias cuentan con el avance de teorías sociológicas adaptadas a los estudios bíblicos: punto de vista sociopolítico, acentuando los factores sociales y económicos internos (Frick, 1985).

El análisis sociopolítico.
Hay dos temas a tratar para poder analizar el desarrollo sociopolítico del surgimiento de los estados:
1. Diferencias entre estado primario y estado secundario.
Los estados primarios surgen de un vacío de poder, es decir, sin entidades políticas contemporáneas o desarrolladas previamente en su vecindad: Egipto antiguo, Mesopotamia, costa peruana, valle del Indo.
Los estados secundarios emergen del colapso de otros estados a causa de la influencia de estados vecinos: monarquía israelita (esto está reflejado en el pedido de los ancianos de un rey a que los juzgue: “…he aquí tu has envejecido, y tus hijos no andan en tus caminos; por tanto, constitúyenos ahora un rey que nos juzgue, como tienen todas las naciones.” Sam. VIII, 5.
Si bien las influencias externas influyen en la creación de un estado secundario, sin duda la influencia interna es muy importante.
2. Definición del status sociopolítico de Israel en los diferentes estadios que conducen al establecimiento de la monarquía.
Según Service hay cuatro fases para llegar a la constitución del Estado: bandas, tribus, sociedades de jefatura y estado. Para el estudio del surgimiento de la monarquía en Israel, las etapas importantes son la jefatura y el estado.
La jefatura se caracteriza por tener cargos en manos de familiares del jefe, con un gobierno central no demasiado fuerte y una sociedad que tiende a la fragmentación; mientras, en el estado, los cargos públicos son manejados por especialistas, no necesariamente familiares del líder. Su economía es especializada y la sociedad está estratificada.
Finkelstein toma como fuente a la Biblia, ya que la arqueología no permite distinciones sociopolíticas en el corto espacio de tiempo del estadio formativo de la monarquía.
El reino de Saúl se caracterizará por una administración poco desarrollada, no había una capital central. Saúl gobernó sobre un territorio étnicamente homogéneo. Es una jefatura o estadio temprano de un estado primitivo.
En contraposición, el reino de David se constituye a partir de una expansión territorial, es un estado multiétnico heterogéneo, su administración está plenamente desarrollada. Posee una capital, el Estado está plenamente desarrollado.

Modelos y teorías para el surgimiento de la monarquía y el estado en el Israel antiguo.
Modelo de urbanización de V. Gordon Childe.- Se llega a la urbanización por el excedente agrícola; lo que permite que parte de la población se dedique a la artesanía.
El excedente agrícola crea un excedente o riqueza (sobre todo en templos), alrededor de los cuales se levantan asentamientos. Producción especializada de bienes para el comercio; desarrollo gradual de sociedades estratificadas.
El comercio requiere una administración, lo que acarrea la invención de la escritura.
Modelo bélico o de circunscripción de Carneiro.
Para este modelo la guerra era un factor esencial, no suficiente, para el surgimiento del Estado.
El crecimiento de la población se daba por la necesidad de tierras para la agricultura, lo que provocaba la lucha entre comunidades locales, la creación de jefaturas en territorios vencidos, lo que lleva al surgimiento del estado, que en algunos casos puede llevar al surgimiento de un imperio.
Se dan cambios internos en la sociedad, administración de territorios conquistados, y cesiones de tierras; lo cual crea: estratificación social, tributos, concentración urbana.
Esta teoría fue ampliada con los siguientes puntos:
1.Cuando una superficie extensa es ocupada por distintos grupos con diferencias demográficas asentados en subregiones de distinta productividad.
2. Cuando el potencial agrícola es suficiente para producir excedentes
3. El aumento de la población provoca un flujo migratorio hacia la periferia.
Los jefes intentaban adquirir recursos adicionales por medio de la conquista, la creación de un liderazgo militar estable, estimulando la estratificación social. Como consecuencia se llegaba a una intensificación de la producción agrícola y a la especialización económica.

Teorías del rol del comercio interregional o intraregional en el surgimiento del Estado (Johnson).
Para la teoría del comercio interregional, ciertos productos no están disponibles en una región determinada, lo que lleva a producir excedentes para proveerse de ellos. Esta especialización desarrolló la estratificación socio-administrativa
En cambio para la versión intraregional de este modelo, la especialización en subregiones para producir excedentes, se da a través de variaciones demográficas y ambientales en diferentes parte de la misma región.

Relación nómades-sedentarios (Oppenheimer, Flannery, Service, Cohen).
Según Oppenheimer grupos nómades poderosos, atacaban regiones fértiles, convirtiendo ataques en conquistas, y su líder se convertía en señor de las tierras agrícolas.
Este jefe actuaba como mediador entre nómades y sedentarios. Los nómades era utilizados para suprimir los levantamientos sedentarios a cambios de bienes agrícolas.
Las teorías más actualizadas contraponen al factor movilizador inicial de Oppenheimer una causalidad múltiple.

Aplicación de los modelos a la monarquía israelita.
Diversas teorías actuales han cambiado los postulados anteriores, jugando con los factores externos e internos y las innovaciones tecnológicas.
Pero es la teoría de Firck (1985) la que ha presentado la más completa reconstrucción del surgimiento de la monarquía.
Los filisteos eran un estimulador necesario, pero no suficiente, en el pasaje de jefatura a estado.
La creación de la jefatura por intensificación de la producción agrícola fue necesario para resolver los temas de integración y cooperación, problemas causados por la presión del aumento de la población sobre los limitados recursos de tierras.
Se plantearon soluciones técnicas para evitar los riesgos agrícolas (sequías): terrazas, para las cuales se necesitó dirección y control, para llegar al excedente.
El líder concede ventajas económicas a su círculo cercano lo que provoca: uso desigual de recursos y estratificación social.
A este sistema se le ha llamado: Sistema económico redistributivo.

Los datos arqueológicos.
Es importante el estudio de los patronos de asentamiento, fundamentales para el desarrollo político, económico y social.
Para el estudio del surgimiento de la monarquía, los estudios se han apoyado en asentamientos del Hierro I y II, en el territorio de Efraín.
El territorio de Efraín de tres subregiones geográfica-ambientales:
1. Franja de cultivos de secano y ganadería: borde desértico, secciones orientales de la cordillera central y pestes occidentales de las colinas.
2. Áreas de cultivos de secanos y horticultura: cordillera norteña, cordillera central sureña.
3. Región hortícola: laderas sureñas.

Hay que señalar, por otra parte, la importancia de la vegetación natural.
En la época del Hierro I la mayor parte de la población vivía en las unidades orientales de la región. Con el crecimiento de la población hubo una expansión hacia el oeste: laderas y colinas.
A partir del siglo VIII a.C. la balanza demográfica se inclina hacia unidades occidentales. El incremento del uso del hierro facilitó la penetración en áreas de maleza densa.
¿Cuál es la significación de este proceso demográfico para el surgimiento de la monarquía?.
La expansión hacia el oeste significó una lucha con una topografía hostil, formaciones rocosas y una densa cubierta de vegetación.
Algunas zonas estaban desprovistas de aguas permanentes. La expansión hacia el oeste requirió del desmonte del terreno rocoso y de la foresta, cavar cisternas de agua y la formación de terrazas en las laderas.
Esto también necesitó el contacto con áreas vecinas —el excedente de productos hortícolas era intercambiado por grano y productos de animales no fácilmente encontrados en la zona occidental—.
El proceso de asentamiento inicialmente tuvo lugar mayormente en los bordes desérticos y en la cordillera central entre Jerusalén y el valle de Jezreel.
En las últimas etapas del siglo XI, se encuentran mejores tierras densamente pobladas, asentamiento en la región montañosa occidental y extensión a las zonas de Judea y Galilea.
Según los últimos estudios se dio durante el Hierro I un incremento de la población asentada; crecimiento emanado del crecimiento natural y del incremento derivado por el proceso de sedentarización entre grupos pastoriles:
Hierro I temprano 20.000 habitantes
No se incluyen a los nómades.
Finales del siglo XI 55.000 habitantes
Siglo VIII a.C. 135.000 habitantes

La expansión de los asentamientos israelitas en el siglo XI empujó a un número relativamente grande de personas a las áreas ecológicamente fronterizas de Palestina: zona montañosa y cuenca de Beersheba.
Las necesidades de asentamiento rompió con las estructuras en las que estaban formados los pequeños grupos familiares, desembocando en una economía especializada con importantes implicaciones sociales (búsqueda de mayores excedentes).
La situación, que se desarrolló principalmente en el siglo XI, ayudó a la población a superar las barreras geográficas entre las diferentes subregiones de la zona montañosa y a establecer un fuerte flujo interregional de bienes.
Cierto nivel de organización administrativa, estratificación de la sociedad:

Campesinos.
Administradores.
Villas prósperas y pobres.
Sitios centralizados con mercados y mercaderes.
El factor externo contribuyó. Fricciones entre la región montañosa y la llanura costera.
La actividad en los márgenes occidentales de las colinas, sobre el borde de la llanura costera aceleró el conflicto.
El asentamiento en esta última área se debió, presumiblemente, no solamente al crecimiento de la población en el área montañosa, sino también, a la demanda de grano y productos animales, lo que a su vez había sido puesto en movimiento por el incremento de producción de las áreas hortícolas en la zona montañosa occidental.
La expansión israelita amenazaba a los señores de las planicies, y el desarrollo de la economía hortícola en la zona montañosa creó un incentivo para los filisteos; estos dos eventos condujeron al enfrentamiento entre hebreos y filisteos. Éstos últimos estaban mejor preparados, luego de la derrota y destrucción de Siloh (mediados del siglo XI), el centro político-económico de la región montañosa, los filisteos buscaron disminuir el poder israelita y controlar la región. El paso siguiente era crear una guarnición de tropas en el centro del territorio de Benjamín, centro de la actividad israelita después de la destrucción de Siloh.
Por otra parte, la expansión de la actividad agrícola en la llanura sureña, llevó a los habitantes de la región montañosa a confrontarse con los habitantes del Neguev (Amalecitas y otros grupos).
La zona montañosa del Neguev y el valle del Beersheba fueron escenario de importantes cambios sociales; sedentarización, surgimiento de un centro urbano, estratificación social.
A finales del siglo XI se da una estructuración política: jefatura local, desarrollándose en dirección a un estado pleno. Es el choque entre israelitas y poblaciones del Beersheba como dos entidades emergentes que estaban creando un sistema económico-político desarrollado.
La penetración israelita amenazó el monopolio comercial de los habitantes. La victoria de Saúl sobre Amalec:”…yo castigaré lo que hizo Amalec a Israel…”; “…ve, pues, y hiere a Amalec, y destruye todo lo que tiene….”; “…y Saúl derrotó a los amalecitas desde Havila hasta llegar a Shur, que está al oriente de Egipto”, y la política sureña de David: “…puso luego David guarnición en Siria de Damasco, y los sirios fueron hechos siervos de David, sujetos a tributo…”; determinó el resultado de esta lucha. Subsecuentemente, tuvo lugar un cambio económico y social adverso —la declinación del rol de los pueblos sureños en el comercio—; un abandono gradual de Tel Masos (centro comercial del valle del Beersheba); un retorno a las formas nómades pastoriles en las montañas del Neguev y el abandono de los sitios sedentarios. Por el siglo X, ya encontramos a la joven monarquía norteña profundamente enraizada en el valle del Beersheba.
Las luchas y tensiones con los filisteos en el oeste, con Amalec en el sur y con Amón en el este requerían de un liderazgo centralizados (especialmente en lo militar).
No fue un cambio drástico, como fue demostrado más arriba, ya que en la segunda mitad del siglo XI los tempranos sistemas de administración estaban ya operando en la zona montañosa israelita. Los eventos que condujeron a la monarquía están centrados en Benjamín porque, a causa de la destrucción de Siloh, los sitios israelitas más importantes se trasladaron a esta región, y porque la población de esta parte de la región sufrió en mayor medida la ocupación hostil filistea.
El liderazgo militar de Saúl rescató a Israel de los peligros del sur y el este, y expulsó a los filisteos del corazón de las montañas. Pero fue solamente en el reinado de David que la amenaza filistea fue completamente eliminada. En sus días, la jefatura o estado nacional de Saúl se convirtió en un estado poderoso y territorialmente amplio. La expansión de la monarquía a la planicie costera, los valles fértiles norteños y Galilea unificó a la mayoría de la región por primera vez bajo un gobierno local. La posibilidad del cultivo de grano en las tierras bajas llevó a su pico la especialización agrícola, ya que bajo un estado era ahora posible exportar óptimamente los varios nichos ecológicos —las tierras bajas para cultivos de secano y la zona montañosa para horticultura.
Para la reconstrucción del surgimiento de la monarquía, se incluyeron elementos característicos del surgimiento del estado:

Incremento de la población presionando a la expansión de las fronteras para cultivos.
Intensificación de la actividad agrícola que produce excedente y la creación de una estratificación social.
Comercio intra e inter regional entre grupos especializados en diferentes nichos ecológicos que contribuyen a la aparición de una administración avanzada.
Conflictos externos que unen a la población bajo un liderazgo militar.
7. La toma de Jerusalén. Legitimación de la monarquía de David. Permanencia de aculturación cananea en la cultura hebrea.

La conquista de Jerusalén, antigua ciudad jebusea, situada en territorio neutral, ajena al conflicto filisteo, fue interpretada como un acto de inteligencia política de David. Por un lado, hacerse de una ciudad de antigua civilización, es un hecho importante para la política interna del reino, implica una legitimación de su figura real; por otro lado, la elección de Jerusalén como capital, es un hecho estratégico para la lucha contra los filisteos: Jerusalén representa una ciudad de antiguo prestigio, lejana al área de conflicto —lugar seguro como asiento de la capital del reino— y al mismo tiempo, es un sitio prácticamente inexpugnable, altamente fortificado, por murallas y con una ciudadela en un territorio elevado. La justificación de la legitimidad de David se ve reforzada por el traslado del Arca de la Alianza a Sión, con la implícita consecuencia de que Yahvé pasase a ser de dios de las tribus a dios de la nueva monarquía, de la Casa de David, esto lo observamos en Deuteronomio XXXIII, 2; y también en el Salmo CXXXII, 13-14.
El culto jebuseo convivió con el culto yahvista, las formas culturales de Jerusalén no desaparecen, los lugares de culto jebuseo pasan a ser israelitas y las tradiciones de dichos santuarios se incorporan a la religión de Israel.
La monarquía en Israel comporta caracteres distintos de las variantes conocidos en el Próximo Oriente Antiguo, el rey no es un dios encarnado como en Egipto, ni un siervo elegido de los dioses como lo era en Mesopotamia. Su autoridad deriva de atributos personales, del carisma y valor militar y es una característica transmitida consanguíneamente, entroncándose con una tradición propia de los pueblos nómades, de compartir una historia común y avatares propios de esa historia en un período de errancia, lo que le da a la estirpe real un carácter de pertenencia con un fuerte anclaje en la tradición, acercándola al período tribal.
El rey no es sino el mismo líder carismático encarnado antes en el patriarca de la tribu o el juez de las tribus unificadas que suma ahora, otro rasgo más de poder, el carácter militar. Esto es evidente en la monarquía hebrea, por lo menos hasta Salomón, momento en el cual debido al fin de la guerra de conquista, la institución de la monarquía cambia radicalmente acercándose a la figura típica de la monarquía oriental: un rey fuerte, opulento y autocrático, rodeado de una corte, de un nutrido grupo de nobles y un cuerpo administrativo acorde al manejo de cuantiosos recursos económicos, al tiempo que, las formas sociales de la corte toman características de refinamiento, acompañadas de un desarrollo artístico sin precedentes en la austera historia de Israel y de una literatura floreciente evidenciada en los testimonios bíblicos, particularmente en el Libro de los Salmos y en el Cantar de los Cantares.
El rey hebreo es un hombre, en ningún momento es deificado, ni en vida ni muerto, a diferencia de Egipto y como así tampoco cumple función sacerdotal alguna, como lo hace de rigor el rey mesopotámico.

8. Conclusión.

Quizás Jerusalén no fuera la más venerable ni la más poderosa ciudad-estado de Canaán, pero en comparación con el reinado advenedizo de David contaba con una antigüedad considerable y con una ubicación fortificada sólida y estratégica que con el correr del tiempo se había ganado la reputación de ser inexpugnable. Los jebuseos estaban convencidos de que David nunca podría conquistar su ciudad “…no entrarás aquí; porque hasta los ciegos y los cojos bastan para rechazarte”. No se puede saber exactamente como se produjo la conquista de Jerusalén, la Biblia nos atestigua la promesa de David de nombrar comandante de su ejército al primer hombre que matase a un jebuseo. Destino deparado a Joab, hijo de Seruya, quien presumiblemente subió por el “túnel de Warren”, conducto de agua que llevaba al manantial de Gijón, situado dentro de la ciudad. Esto nos ilustra la típica estructura de las ciudades-estado cananeas, sitios fortificados que se aprovisionaban de agua a través de un pozo cisterna con conductos de irrigación que la atravesaban.
Hasta ese entonces Jerusalén había tenido una importancia más que secundaria en el contexto de las ciudades-estado cananeas. La conquista de David se produce en el 1000 a.C. Jerusalén no había pertenecido hasta entonces ni a Judá ni a Israel, lo que la convertía en un punto neutral estratégico. David la conquista a título personal, rebautizandola “Ir David” (ciudad de David). La ciudad pasaría a ser por su fortaleza un enclave importante contra los filisteos, las tribus nómades del Sinaí y el
Neguev y los nuevos reinos de Amón y Moab.
David no conquista toda la ciudad, sino que se hace de la ciudadela o “fortaleza de Sión”. La incursión de David se puede equiparar a un golpe militar, ya que se hace del poder, dejando la estructura administrativa y religiosa jebusea, y en ningún momento condena al exterminio a los habitantes de la ciudad. No hay exilio ni deportación, los jebuseos y los israelitas interactuaron creativamente en la ciudad, y hasta es posible que la toma del poder por parte de David se haya producido con la anuencia de grupos jebuseos contrarios al poder imperante. La primera vez que se menciona a Jerusalén en la Biblia, el autor dice que jebuseos y judaítas vivían todavía juntos en la ciudad.
El establecimiento de los hebreos en Palestina, la instauración del reino hebreo, la entronización de Jerusalén bajo el reinado de David, inauguran una etapa nueva en la historia del Próximo Oriente Asiático durante el Primer Milenio a.C. Allí se da un estado territorial fuerte que interactúa con las potencias vecinas del Medio Oriente, una religión original, única en toda la historia del Próximo Oriente Medio, basada en un fuerte monoteísmo ético, que no descarta la influencia sincrética de otras religiones semíticas cuyos vestigios se pueden rastrear a través de la exégesis bíblica. El ejemplo de Jerusalén, la cultura jebusea conviviendo con la hebrea y los puntos de alza y baja de la baalización en la religión de Israel son un claro exponente de lo hasta aquí citado, y el objetivo de nuestra investigación.

Mapas e Ilustraciones

9. Bibliografia.

ALBRIGHT, W. F.: Arqueología de Palestina. Eds. Garriga S.A. Barcelona.
CASSIN, E./BOTTÉRO, J./VERCOUTER, J.: Los Imperios del Antiguo Oriente. II. El fin del Segundo Milenio. Tomo III. Historia Universal Siglo XXI. Siglo XXI Eds. 18º edic. en español. México, 1988.
CASSIN, E./BOTTÉRO, J./VERCOUTER, J.: Los Imperios del Antiguo Oriente. III. La primera mitad del Primer Milenio. Tomo IV. Historia Universal Siglo XXI. Siglo XXI Eds. 18º edic. en español. México, 1988.
FINKELSTEIN, Israel: En busca de Israel. Universidad Bar Ilan. Publicación Nº 43, septiembre/octubre, 1988, pp. 34-45
FINKELSTEIN, Israel: El surgimiento de la monarquía en Israel, aspectos socioeconómicos y ambientales. Universidad Bar Ilan. Israel, 1989.
FRANKFORT, Henri: Dioses y reyes. Alianza Universidad. 1º edic. en “Revista de Occidente, S.A.”, 1976; 2º reimpresión en “Alianza Universidad”. Madrid, 1983.
GARELLI, Paul: El Próximo Oriente asiático. Desde los orígenes hasta las invasiones de los pueblos del mar. Ed. Labor, S.A. Barcelona, 1980.
GARELLI, P./NIKIPROWETZKY, V.: El Próximo Oriente asiático. Los imperios mesopotámicos. Israel. Ed. Labor. Barcelona, 1985.
LODS, Adolphe: Israel desde los orígenes hasta mediados del siglo VIII a.C. Unión Tipográfica Hispano Americana. México, s/fecha.
MOSCATI, Sabatino: Las antiguas civilizaciones semíticas. Ed. Garriga. Barcelona, 1960.
ROSENVASSER, Abraham: Egipto y Palestina en la antigüedad. Universidad de Buenos Aires. Facultad de Filosofía y Letras. Instituto de Historia Antigua Oriental – 1964.
ROSENVASSER, Abraham: Yahve en Jerusalem. (2º edic., revisada y ampliada). Universidad de Buenos Aires. Facultad de Filosofía y Letras. Instituto de Historia Antigua Oriental – 1978.
ROSENVASSER, Abraham: Egipto e Israel y el monoteísmo hebreo. A propósito del libro “Moisés y la religión monoteísta” de Sigmund Freud (2º edic., revisada y ampliada). Universidad de Buenos Aires. Facultad de Filosofía y Letras. Instituto de Historia Antigua Oriental – 1982.
ROSENVASSER, Abraham: Jeremías y el Deuteronomio. Universidad de Buenos Aires. Facultad de Filosofía y Letras. Instituto de Historia Antigua Oriental – 1982.
Fuentes.

FUENTE EGIPCIA Nº 39/1983: Estela de Sehetep-ib-ra (Estela de Israel). Universidad de Buenos Aires. Facultad de Filosofía y Letras. Instituto de Historia Antigua Oriental – 1983.
LA SANTA BIBLIA. Antiguo y Nuevo Testamento. Antigua versión de Casiodoro de Reina. Revisión de 1960. Escocia, 1960.

Las poblaciones pre-hebreas en Palestina

Las poblaciones pre-hebreas en Palestina
—Del Bronce Antiguo al reino de David—
Indice
1. Introducción.
2. Palestina protohistórica
3. Dinámica de los movimientos migratorios entre el 3000 y el 1000 a.C.: acadios-amorreos-arameos.
4. Establecimiento de los hebreos en Palestina.
5. La religión.
6. Establecimiento de los hebreos en Palestina y surgimiento de la monarquía. Nuevos aportes críticos.
7. La toma de Jerusalén. Legitimación de la monarquía de David. Permanencia de aculturación cananea en la cultura hebrea.
8. Conclusión.
9. Bibliografia.

1. Introducción.

En este trabajo intentaremos plantear la problemática de los pueblos cananeos, hasta la llegada de los hebreos. Somos conscientes de la complejidad del problema, y es por eso que en estas páginas intentaremos solamente detallar las características de estos pueblos, el estudio de los procesos de aculturación y la interacción entre nómadas y sedentarios en un sistema de retroalimentación (con los hebreos). Cuando hablamos de complejidad, nos referimos a una región (Palestina) que dio origen a religiones aún vigentes; nos referimos a sus problemas políticos y administrativos, y por otra parte, el tener que abordar, modestamente, el estudio de las Sagradas Escrituras.
Es por eso, que, cautos, avanzaremos sobre la historia de los cananeos, nos introduciremos en sus creencias y formas de organización socio-políticas; observaremos la interacción con otros pueblos, hasta la llegada de los hebreos, previo paso por Egipto. Y a partir de ahí estudiaremos el asentamiento en Palestina de éstos (los hebreos) y cómo tomaron características de los pueblos sedentarios, enfocándonos principalmente en el punto de vista religioso.
Confieso que no se a que conclusión llegaremos, o si nuestra expedición se perderá en medio de las arenas del desierto y la bibliografía; pero al observar el camino que emprendieron dichos pueblos y los obstáculos que tuvieron que vencer para subsistir como tales o terminar asimilados o destruidos, bien vale la pena realizar este viaje.
Buenos Aires, diciembre de 1998.
Al presentar la historia de Palestina, desde el Bronce Antiguo (principios del Tercer Milenio a.C.), hasta el reino de David (1010 – 970 a.C.), creemos necesario destacar las características de los pueblos, que agrupados en tribus, ciudades; en fin, constituyendo sociedades, que interactuaron con los aportes culturales de las tribus hebreas, conformarían las características esenciales del desarrollo histórico de los reinos de Judá e Israel durante el Primer Milenio.
Para realizar dicha descripción comenzaremos con el estudio de la Palestina Protohistórica, a través del desarrollo de la cultura material del Bronce y del Hierro Temprano, apoyándonos en la tipología cerámica y en los caracteres urbanos de las plantas de las ciudades-Estado fortificadas de Canaán; basándonos para esto en el estudio hecho por W.F. Albright en su libro Arqueología de Palestina.
Veremos como se dio la situación político-internacional (entre el 3000 y el 1000 a.C.) a través de la dinámica de los movimientos migratorios, con las sucesivas oleadas semíticas: acadios, amorreos, arameos; para desembocar en el continuum cultural cananeo: su organización social y política; la vida nómada, teniendo en cuenta la dinámica de interacción nómade/sedentarios, y su contactos con tribus semi-nómades (entre las cuales posiblemente se encontraban los hebreos); su contacto con las “altas civilizaciones”, y su religión; pudiendo rastrear a través de fuentes autóctonas —la Biblia— y aloctonas —fuentes egipcias: Estela de Israel/Estela Triunfal de Merneptah, 1220 a.C.— tanto los elementos para visualizar la instalación de los hebreos en Palestina; como través de fuentes autóctonas—la Biblia, Jueces V, Cantar de Débora y Jueces I,1 y II,5—, y a través de éstas rastrear los procesos de aculturación cananeos en la religión hebrea. Es a través de ella (de la religión), con su culto a la fertilidad: Asheba – Masera, por donde nos introduciremos en el estudio de los hebreos; su origen, su contacto con los grandes Estados, su llegada al Canaán, su asentamiento, la constitución de su Estado. Y a partir de allí visualizaremos los diversos pasajes bíblicos donde se plasmó la problemática de una búsqueda de identidad religiosa y nacional; el proceso de desbaalización, los cambios sociales con respecto a la caridad, la esclavitud, etc.; el punto de vista historiográfico (visión deuteronomista), de la instalación y conquista por parte del pueblo hebreo de Palestina.
Por último nos introduciremos en la conformación de la monarquía hebrea hasta el reino de David.

2. Palestina protohistórica

(Del Bronce Antiguo al período del Hierro Antiguo: Tercer Milenio al 600 a.C.).-
Según el estudio de Albright, es posible datar cada una de las secuencias del Bronce Antiguo con la cronología de las dinastías egipcias.

PERIODO
FECHADO

(siglos)
DINASTIAS EGIPCIAS

Bronce Antiguo I
XXXIXXIX
Último período predinástico

Bronce Antiguo II
XXIXXXVI
Final del la I dinastía

Bronce Antiguo III
XXVIXXIII
Dinastías III a la V

Bronce Antiguo IV (o III B)
Fase de transición hasta el siglo XXI a.C.

Para el autor, en el denominado Bronce Antiguo I hubo una bifurcación de la cultura cerámica, que dividió a Palestina en dos: norte y sur; zonas del país a ambos lados del Jordán. En el norte se encontraron grandes cantidades de jarras decoradas con motivos paralelos o entrecruzados (bandas de engobe), un sitio característico es Beisán.
Casi contemporánea a la cerámica del norte es la cerámica pintada del sur (fig. 1) . Esta se caracteriza por un amplio uso de bandas de líneas paralelas y onduladas, pintadas en rojo o marrón sobre toda la superficie del recipiente, los sitios predominantes donde se hallaron estas cerámicas son el grupo de Tumbas de Ofel (Jerusalén), las cuevas de Gezer, la necrópolis de ‘Ay, Jericó VI y VIII y las sepulturas primitivas de Tell el-Nasbeh. Vasijas de todo este período se exportaban a Egipto, encontradas en yacimientos de los últimos tiempos predinásticos, hacia el 3000 a.C.
Hacia el siglo XXIX, mientras en Egipto se establecía la I Dinastía, surge en Palestina la cultura cerámica del Bronce Antiguo II. no cabe duda alguna acerca de la correlación de este período y la dinastía de Menes, ya que numerosas vasijas y fragmentos de dicho período se han hallado en las tumbas reales de la I Dinastía en Abidos y en Saqqarah. Durante la última parte de este período Palestina y Fenicia experimentaron influencia egipcia, y al parecer los poderosos reyes del período tinita extendieron su imperio hasta Asia.
En Egipto discurría la época de las tumbas de Gizeh (III a V Dinastías, siglos XXVI-XXIII a.C.), cuando en Palestina comienza el Bronce Antiguo III (fig. 2). En ambas regiones se encontraron hallazgos arqueológicos pertenecientes al otro país. Este período representa el apogeo de la civilización del Bronce Antiguo tanto en Palestina como en Egipto. Las ciudades de la época estarán fortificadas, pero se encontrarán todavía muy espaciadas unas de otras. La cerámica es pulimentada en rojo y negro, y en el período siguiente (el Bronce Antiguo IV —o III B), dicho pulimentado decayó rápidamente; será una fase suplementaria del período anterior, con una duración apenas superior a doscientos años (siglos XXIIIXXI a.C.). No obstante, será un período en el que una crecida cantidad de ciudades de la región de colinas del sur fueron ocupadas por vez primeras durante este período. En Transjordania se da un rápido incremento de la densidad de población: es el período correspondiente a la VI Dinastía y comienzos del Primer Período Intermedio.

Palestina durante el Bronce Medio y Reciente.-
La denominada cultura del Bronce Medio (siglos XXI a XIX a.C.) procedía de Siria. Es conocida con el nombre de caliciforme, debido a la forma de cáliz de dicha cerámica. Su llegada a Palestina está fechada alrededor del siglo XXI a.C., mientras que en la Transjordania meridional parece que jamás desplazó por completo los tipos anteriores. “No es preciso suponer que este movimiento cerámico estuviera ligado a un cambio de pueblos; más bien debió tratarse de un desplazamiento cultural asociado a la difusión de la cultura siromesopotámica del período inmediatamente anterior a la III Dinastía de Ur (hacia 2070-1960 a.C.)”.
Fue una época turbulenta para Palestina, levantamiento de tribus, ciudades destruidas y abandonadas, caracterizaban la geografía del lugar. Los documentos que nos dejó la XII Dinastía dejan ver que a fines del siglo XX a.C. tanto la Palestina oriental como la occidental estaban en parte ocupadas por tribus nómadas y seminómadas.
Estos documentos egipcios son denominados Textos de Execración, están sobre vasijas y estatuillas que llevan inscritos los nombres de rebeldes de Egipto y países vecinos, que de este modo se les creía a merced del faraón; él cual, en caso de verse amenazado por una rebelión, sólo tenía que romper, en el curso de una ceremonia mágica, los objetos sobre los que estaban los nombres y las correspondientes fórmulas, para que sus enemigos fueran vencidos.
En relación con los hebreos, el Bronce Medio pertenece a la época de los Patriarcas bíblicos, aunque es díficil el fechado preciso de la emigración de Abraham de Mesopotamia y de la de Jacob a Egipto. Según la opinión de Albright, el movimiento de los terahitas desde Ur hacia Harán y hacia el oeste debió de producirse en los siglos XX y XIX a.C., y la emigración a Egipto debe situarse en el XVIII ó el XVII a.C., en relación con el movimiento de los hicsos.
En esta época Egipto dominará la Palestina occidental, Fenicia y ciertas regiones de Siria. Biblos es uno de los exponentes de este dominio, donde el arte y el artesanado fenicios estaban influidos por Egipto. Durante este período la población de Transjordania pasó a ser casi por entero nómada. (fig. 3)
Con la finalización de la XIII Dinastía las provincias asiáticas se independizaron, aunque una breve restauración del poder central egipcio hacia 1750 a.C. ocasionó un restablecimiento parcial de la influencia de los faraones en Biblos y, probablemente, en otros lugares. No obstante, Egipto estaba demasiado débil para mantener un imperio, de manera que los semitas del noroeste, que para ese entonces ocupaban parte de Siria y de Palestina, se vieron libres para desarrollar su poderío económico y militar sin intervención del exterior. Este proceso está testimoniado por las cartas y tablillas halladas en Mari, en el Éufrates medio, donde se mencionan numerosos estados y ciudades de Siria, entre ellas Biblos y la Damascena (Apum). En Palestina sólo citan la ciudad de Hasor, que no sólo estaba más lejos sino que era mucho más pobre que Siria. Sin embargo, es probable que de Palestina partieran los primeros semitas precursores de la invasión de los hicsos, mucho antes de acabar el siglo XVIII a.C.
Siglo XVII a.C., nuevos nubarrones asoman en el horizonte, una gran migración de hurritas e indoeuropeos se traslada hacia el sur. En el siglo XV, príncipes y nobles indoeuropeos y hurritas estaban establecidos en Palestina casi por todas partes. Para la misma época se introdujo el carro tirado por caballos como el más importante instrumento bélico; y, por otra parte, comienza a desarrollarse la construcción de fortificaciones con tierra apisonada, de planta rectangular. Dichas fortalezas están mencionadas por las fuentes babilónicas a principios del siglo XVII.
Será en este siglo cuando Palestina se transforme en centro de un imperio de los semitas del noroeste, dirigido desde la capital de los hicsos en Avaris. Época de gran prosperidad local; el número de asentamientos y tumbas aumentó constantemente.
Al finalizar la XV Dinastía (principios del siglo XVI a.C.), el imperio hicso comienza a desmoronarse. Antes de que terminara el reinado de Amosis I, los hicsos habían sido expulsados de Egipto y las fortalezas meridionales de Palestina habían sido tomadas por asalto tras una gran resistencia. Resistencia que se halla ilustrada por el relato egipcio del asedio de tres años de la fortaleza de Saruhén (en el límite del desierto meridional). Con la conquista de Palestina por los egipcios en los reinados de Amosis I y Amenofis I, llegamos al umbral del Bronce Reciente.
Una característica importante que se halla en el Bronce Medio, a través de los estudios arqueológicos, es con respecto a las fortificaciones. Las fortificaciones de Bronce Medio II tienen una puerta fortificada, con dos o tres entradas. Este tipo de puerta surgió en Mesopotamia. Este tipo de puerta ha sido hallado en Siquem y Megiddo; puertas eficaces para la defensa, estaban flanqueadas por torres y se entraba por ellas a través de una rampa que subía desde el valle.
Si bien, como vimos anteriormente, el Bronce Medio II fue un período de relativa prosperidad, también fue un período agitado. En el mismo período, Megiddo experimentó al menos cinco destrucciones totales, más un número no determinado de destrucciones parciales. El país se hallaba en manos de varios jefes en guerra constante entre sí, los cuales rodeaban sus residencias de fortificaciones, como los grandes muros de Siquem y Jericó (fig. 5).
Vayamos por un momento a como se desarrollaba la vida de estos jefes. Éstos jefes cananeos se rodeaban de parientes y vasallos nobles; la masa de siervos semilibres debían habitar en chozas corrientes.
Todos los palacios y casas nobles constaban de un patio y varias habitaciones que daban a él; las de los dueños estaban en el segundo piso.
En cuanto a los objetos de la época fueron hallados en tumbas; sepulturas familiares en cuevas subterráneas, o individuales que consistían en un pozo vertical que desde la superficie llega hasta una cámara subterránea, con la cual comunica con una puerta baja. Armas y joyas se han encontrado en estas tumbas, así como abundante cerámica (fig. 6). Un rasgo característico de la cerámica del Bronce Medio II es que prácticamente toda ella está hecha a torno, pues el modelado a mano se limita a los tipos más baratos de recipientes. Algunas de estas vasijas servían para contener perfumes, y se difundieron hasta muy lejos por las rutas comerciales.
En lo que respecta al arte del período, los hallazgos hechos en Palestina, en Biblos y en Fenicia han demostrado que el arte cananeo dependía muchísimo de las fuentes de inspiración egipcias. Si bien esto se dio con gran fuerza durante las últimas décadas del Reino Medio de Egipto; en la época de los hicsos la originalidad es mayor, encontrándonos ante un arte independiente y superior, como se plasma, por ejemplo, en estelas como la diosa serpiente de Tell Beit Mirsim (fig. 7). Los cananeos ya sobresalían en la fabricación de tejidos, y teñían sus telas de lana con colores rojos o azules con un tinte preparado a base del molusco múrice.
Llegamos al siglo XVI, Palestina es conquistada por los egipcios, es la época del Bronce Reciente, el cual fue dividido en
“Bronce Reciente I A” y “Bronce Reciente II A”. La cerámica del primer subperíodo es extremadamente homogénea, con decoración pintada en dos colores y caracterizada por frisos divididos en paneles como si tratara de métopas arquitectónicas (fig. 8). Estuvo muy difundida en el litoral cananeo, donde había llegado procedente de Chipre y de donde más tarde se exportó a Egipto y al interior.
Por lo que respecta a la segunda fase se subdividió a su vez en Bronce Reciente II A (siglo XIV aproximadamente) y II B (siglo XIII aproximadamente). El primero corresponde a la época de Tell el-Amarna y al cambio de la dinastía XVIII a la XIX en Egipto; el segundo al reinado de Ramsés. Presencia de cerámica micénica hasta el 1230 a.C., aproximadamente; fecha en la que cesó la importación de dicha cerámica (fig. 9).
Tenemos en Palestina, durante el período, una cultura dependiente de la cananea de Fenicia y del sur de Siria; la cual de no haber sido por la influencia que llegó del norte, habría de perderse convirtiéndose solamente en un reflejo de la egipcia.
Fue un período en el que Palestina estuvo bajo el cetro egipcio, si bien existió un gran número de rebeliones, las que provocaron un sinnúmero de destrucciones de ciudades: Megiddo, Beisán, entre otras.
En lo que respecta al arte de fortificar, durante el Bronce Medio cambio poco. Pero existe un aspecto de crucial importancia: el uso cada vez más frecuente de la escritura. Los cananeos del Bronce Reciente estaban familiarizados, por lo menos, con cinco escrituras:

La cuneiforme acadia (mesopotámica).
Los jeroglíficos egipcios.
El alfabeto lineal.
El alfabeto cuneiforme de Ugarit (fig. 10).
La escritura silábica de Biblos.
No obstante la utilización de estas escrituras, los cananeos del Bronce Reciente utilizaron frecuentemente la escritura y lengua acadia, tomadas de Mesopotamia en el Bronce Medio; la escritura se realizaba en tablillas de arcilla y era cuneiforme, algunas de las cuales han sido halladas en Tell el-Amarna, las cuales incluyen cartas, documentos comerciales y listas administrativas.
Los egipcios levantaron estelas y estatuas en muchas ciudades y fortalezas de Palestina, de las cuales Beisán es característica. La ciudad fue durante la dominación egipcia una guarnición, y proporcionó algunos ejemplares de estelas y documentación (figs. 11/12).
Pasemos a un punto que será crucial para el desarrollo de la religión de los hebreos una vez establecidos en Palestina: templos, santuarios y objetos religiosos. Se encontraron templos en Lakis, Megiddo, Beisán, con sucesivos estratos. La estructura de piedra originariamente debía sostener dos o más pisos en adobes. Estas construcciones se reflejan más tarde en los oratorios domésticos de Beisán, también de varios pisos.
Por otra parte, el “lugar alto” de Gézer, según Albright, fue utilizado más bien como oratorio funerario, más que como santuario, y las alineación de piedras erguidas se comparan con las contemporáneas massebot del templo de Dagón en Ugarit. Los “lugares altos” de la Edad de Hierro, citados en la Biblia, eran también instalaciones al aire libre, como los “lugares altos” nabateos de Petra.
Por lo que respecta a los objetos religiosos, los grupos más corrientes son las llamadas “placas Astarté (fig. 13); placas de cerámica ovaladas, sobre las que se imprimía (mediante un molde de cerámica o metal) la imagen de la diosa desnuda Asheba; la cabeza de la diosa se adornaba con dos bucles en espiral, idénticos a los de la diosa egipcia Hator. Dichas placas procedían de Mesopotamia.
La mayoría de las localidades palestinenses de este período eran sede de jefes muy pobres, sometidos constantemente a exacciones egipcias.
Como vimos más arriba, el arte palestino estaba fuertemente influenciado por el egipcio, asimismo, existía, también, una gran influencia egea, sobre todo en cerámica. Existía, además, una fuerte importación de Siria.
“Durante el Bronce Medio y Reciente la costa entre el monte Casius (cerca de Antioquía, al norte de Siria) y el extremo sur de Palestina estuvo ocupada por un pueblo de origen mixto, que hablaba y compartía una cultura religiosa y material, común.
En el sur de Siria y en Palestina, llegaron a alcanzar el límite de la ocupación sedentaria. Pese a diferencia locales, estos “cananeos” —así los denominaban sus vecinos y ellos mismos acabaron por llamarse así— eran tan completamente homogéneos como los hititas a los griegos primitivos. …En ciertos aspectos, la civilización cananea estaba bien desarrollada, mientras que en otros era sorprendentemente tosca.
Con la llegada de los hebreos en el siglo XIII y la invasión de los Pueblos del Mar a comienzos del XII, la historia de la Palestina cananea llega prácticamente a su fin, aunque los valles fluviales y las llanuras del norte de Palestina siguieron ocupadas durante dos siglos más por ciudades-estado cananeas. Sin embargo, los cananeos habían agotado su energía cultural que hasta entonces les había sostenido; tras un largo eclipse y gracias a una nueva transfusión de sangre, habrían de reaparecer como un nuevo pueblo lleno de vitalidad, los fenicios, que habría de compartir con Israel las realizaciones materiales de la Palestina de la Edad del Hierro”.

Palestina en la Edad del Hierro.
Sólo a partir del siglo XIV a.C. empezó el uso intensivo del hierro para fabricar armas. Los hititas monopolizaran la explotación
de este metal hasta la destrucción de su imperio, hacia el 1200 a.C.
A continuación el hierro va desplazando al cobre y al bronce en la fabricación de utensilios y armas.
Los filisteos fueron los primeros en usar el hierro en los siglos XII y XI y los israelitas lo adoptaron más lentamente, entorpecidos por el monopolio filisteos de dicho metal: “Y en toda tierra de Israel nos se hallaba herrero; porque los filisteos habían dicho: Para que los hebreos no hagan espadas o lanza”.
La cronología de la Edad del Hierro fue gravemente perturbada por los excavadores de Gézer y Jericó, y más recientemente se ha visto oscurecida por cuestiones de nomenclatura.
En cuanto a los estudios bíblicos también presentan confusión.
Precisamente cuando se estaba fijando la cronología cerámica, un conflicto de nomenclatura introdujo nueva confusión en la
arqueología de la Edad del Hierro. En 1921 las tres escuelas oficiales de arqueología en Jerusalén (inglesa, francesa y norteamericana), en colaboración con el Departamento de Antigüedades, establecieron un sistema de períodos arqueológicos en el que la Edad del Hierro estaba clasificada de la siguiente manera:

Hierro Antiguo (Palestinense) 1200-600 a.C.
a) filisteo; b) israelita.

Hierro Medio (Palestinense) 600-100 a.C.
a) judío; b) helenístico.
En sus primeras excavaciones el autor adoptó este sistema oficial, subdividiéndolo en “Hierro antiguo I” (1200-900 a.C.) y “Hierro antiguo II” (900-600 a.C.); más adelante introdujo el “Hierro antiguo III” para los períodos babilónico y persa.
Posteriormente Clarence S. Fisher sustituyó el primitivo sistema oficial por otro: “Hierro antiguo” (1200-900 a.C.), “Hierro medio” (900-600 a.C.) e “Hierro reciente” (600-300 a.C.). Consecuencia de este cambio fue que los excavadores de Megiddo, por ejemplo, usaban la expresión “Hierro antiguo II” para designar el período entre 1050 y 900, mientras que el autor usaba esta misma expresión para todo el período que media entre, aproximadamente, el 900 y el 600 a.C. Tal confusión había de resultar caótica a no ser que los períodos fueran sustituidos por siglos. Este fue el motivo de que el autor abandonara por completo el uso de los términos “antiguo-medio-reciente” y los sustituyera por los de “I-II-III”:

PERIODO
CRONOLOGIA
HISTORIA BIBLICA

Hierro I
Siglos XII-X inclusive
Jueces y Monarquía única.

Hierro II
Siglo IX a comienzos del VI
Monarquía dividida

Hierro III
Hacia 550-330 a.C.
Exilio y Restauración.

Aquí ocuparemos solamente del período del Hierro I, ya que es el correspondiente al desarrollo del pueblo hebreo estudiado en este trabajo.

Hierro I (siglos XII-X).- La ocupación israelita al parecer fue lenta al principio (por ejemplo, Jericó) pero se aceleró poco a poco (tras un importante intervalo en Betel, pero con poco o ningún intervalo en Tell Beit Mirsim). A fines del siglo XIII probablemente ya estaban asentados en la región de colinas a ambos lados del Jordán. Sin embargo no fueron capaces de atravesar las líneas de carros cananeos para asaltar las ciudades fuertemente fortificadas de las llanuras y valles fluviales; las excavaciones de Megiddo y de Beisán ha indicado que esas ciudades resistieron a los israelitas durante generaciones. Por otra parte, la población israelita aumentaba rápidamente en las colinas. Gracias a la rápida expansión del arte, entonces reciente, a la construcción de cisternas revestidas con un revoque de cal impermeable en lugar de usar como antes maga calcárea o un revoque de arcilla calcárea, los israelitas pudieron establecerse en cualquier lugar en que lloviera, mientras que sus predecesores cananeos en general, habían tenido que limitarse a ocupar lugares próximos a manantiales o a corrientes perennes.
A comienzos del siglo XII a.C. las costas de Palestina se vieron inundadas por una oleada de pueblos marineros procedentes de las islas y litorales del Mediterráneo septentrional. Al parecer toda la llanura costera de Palestina fue ocupada por los Pueblos del Mar, entre los cuales los más conocidos son los filisteos y los tjikal, que ocuparon la región entre Gaza y ‘Eqrón, y la costa al sur del Carmelo, respectivamente. Los filisteos trajeron su propia cultura, a quienes habían conquistado, y debido a poseer la región más rica de Palestina no tardaron en dominar a los demás Pueblos del Mar. Hacia mediados del siglo XI los filisteos derrotaron a los israelitas, se apoderaron del Arca y destruyeron Silo. Pruebas de destrucción en otras ciudades de Judá, aproximadamente de la misma época, indican que también devastaron buena parte de Palestina occidental, reduciendo a servidumbre a los israelitas. Saúl sacudió el yugo filisteo a principios de su reinado (hacia 1020 a.C.). pero a su muerte los filisteos recuperaron el dominio del país, que no habrían de perder hasta bien entrado el reinado de David (hacia 900 a.C.). A partir de ese momento, sólo desempeñaron un papel muy secundario, especialmente comercial.
En las primeras décadas del siglo XII, en la llanura filistea apareció un tipo de cerámica muy característico, que siguió usándose hasta fines del siglo XI, y después de esta fecha parece que sólo quedaron huellas.
El conocimiento de la prehistoria de los filisteos bíblicos ha aumentado considerablemente gracias a las excavaciones realizadas en 1947 en Chipre oriental. Se halló cerámica de estilo micénico, casi idéntica a la más antigua cerámica filistea de Palestina. Esta cerámica chipriota se parece a la micénica de Argos, y debió venir de Grecia. Cuando estos pobladores, que quizás fueran pelasgos, invadieron Palestina hacia 1175 a.C., siguieron fabricando la misma cerámica con el nombre de filistea (fig. 14).
Exactamente antes de que los filisteos invadieran Palestina, los cananeos habían empezado a adoptar la costumbre egipcia de enterrar a los difuntos en ataúdes antropomorfos de arcilla, en cuya parte superior se modelaban rasgos humanos y a veces otros detalles. Dicho tipo de ataúdes aparecen en diversas tumbas junto a cerámicas filisteas, de lo que puede deducirse que es probable que la popularidad de este tipo de enterramiento en este período se deba, al menos en parte, a influencia filistea.
Mediante la ensambladura de pruebas arqueológicas y literarias es posible fijar fechas con mucha mayor precisión.
Por ejemplo, la batalla entre Baraq y Sisera’, descrita en el triunfal Canto de Débora, se libra en “Ta’anak, junto a las aguas de Megiddo”. Al comparar los períodos durante los cuales Megiddo y Ta’anak (a menos 10 km, al sudeste) estuvieron ocupadas, se aprecia que la ocupación de las dos ciudades tendía a ser complementaria pero no simultánea. Ta’anak fue una ciudad floreciente en el Bronce Antiguo III y IV, cuando Megiddo estaba desocupada; y, así mismo, era la capital de una gran ciudad-estado a mediados del siglo XV, mientras que Megiddo era sede de una pequeña guarnición egipcia. Esta falta absoluta de referencias a la misma Megiddo, mientras Ta’anak se convierte en capital del distrito, hace prácticamente evidente que Megiddo se hallaba entonces en ruinas.
Si examinamos la arqueología del período de los Jueces, no podemos evitar que nos sorprenda la extraordinaria sencillez y
falta de sofisticación cultural de los siglo XII y principios del XI.
El contraste entre los bien construidos cimientos cananeos y los sistemas de desagüe del siglo XIII y los toscos edificios de piedra, sin desagües, que los sustituyen en el siglo XII, sobre todo en Betel, es realmente notable. Esta decadencia de las artes de la vida material obedece a dos causas. En primer lugar, las tribus israelitas invasoras constituían una horda salvaje, seminómada, muy diferente de otras hordas similares del desierto a causa de la rapidez con que se asentaron. En segundo lugar, los israelitas se hallaban en un estadio patriarcal, casi democrático, de vida de clan, y la antigua diferencia entre patricios y campesinos semilibres en buena parte había sido borrada por la conquista de Canaán. Cuando ocupaban una casa patricia cananea mantenían la antigua planta de los cimientos con pocos cambios; pero la manera de construir y los detalles del plan resultante eran tan diferentes como el contenido de la casa. Ante todo, es evidente que la familia israelita que ocupaba la arruinada mansión solía vivir en la planta baja en vez de reservar ésta para almacenes y esclavos y utilizar el piso superior como vivienda. El muro macizo de la antigua fortaleza se dejaba en pie, aunque se hacían algunas reparaciones; los israelitas eran hombres libres y no podían ser obligados a realizar un trabajo forzado.
No se han descubierto santuarios israelitas de este período, y únicamente unos pocos amuletos. De estos, los más interesantes son las placas de arcilla, hechas con molde, que representan una mujer desnuda con el abdomen distendido y convulsivamente comprimido con sus dos manos (a punto de dar a luz). No lleva ningún emblema de diosa, como ocurría en las placas y figurillas cananeas, anteriores o contemporáneas.
En los santuarios cananeos de la Edad de Hierro de Beisán había numerosísimos incensarios o floreros.
La más antigua fortificación israelita del Hierro I que puede fecharse, es la ciudadela de Saúl en la cumbre de Tell el-Ful, 5 km, al norte de Jerusalén (1020 – 1000 a.C.) (Fig. 15). El muro con casamata es un magnífico ejemplo de un tipo que gozó de gran popularidad en Palestina en los siglos XI y X, y que siguió usándose, aunque esporádicamente, hasta la última parte del Hierro II. Este tipo de muro surgió en el Bronce Reciente de Asia Menor, los hititas lo llevaron a Siria, de donde se difundió hacia el sur en el período de transición entre el Bronce y el Hierro. Este recurso de la casamata era un recurso ingenioso de conseguir gran fuerza real —aun mayor en apariencia— con el menor esfuerzo posible. Más ingeniosa era todavía la manera de utilizar todo el espacio posible dentro de los muros de la ciudad para almacenamiento.
En la época de Saúl y de David, Israel era todavía un estado agrícola y pastoril bastante primitivo, aunque progresó mucho hacia un nivel industrial y mercantil más complejo antes de la muerte de David, hacia 960 a.C. hay motivos para creer que Tiro y Sidón, que formaban el reino de Hiram (hacia 969 – 936), el amigo de David y Salomón, se estaban aprovechando plenamente del colapso del imperio filisteo bajo los golpes de David para extender su imperio comercial hasta el Mediterráneo occidental.
Es probable que la expansión del imperio mercantil de Sidón fuera repentina, en los cincuenta años que siguieron a las grandes victorias de David sobre los filisteos (entre 990 y 980 a.C.). Entre los hallazgos que confirman esta teoría se encuentra una tumba fenicia en Chipre (siglo IX a.C.).
La época de Salomón fue uno de los períodos más florecientes de la civilización material de la historia de Palestina.

3. Dinámica de los movimientos migratorios entre el 3000 y el 1000 a.C.: acadios-amorreos-arameos.

El origen.
La aparición de tribus semíticas, documentada por la onomástica en los archivos súmeros, data desde principios del Tercer Milenio.
Su ámbito de procedencia sería la periferia del desierto sirio-árabigo, según las teorías de poblamiento manejadas en los últimos años —Postgate, Deshayes—. Éstos pueblos, en interacción permanente, con las culturas sedentarias del sur de Mesopotamia —Súmer y Elam— se mantienen en estrecha relación de intercambio. Factores climáticos de cambio en el nicho ecológico provocan un acercamiento sostenido y cada vez mayor de los grupos semíticos hacia los sedentarios, movidos por la necesidad de tierras de pastoreo; éstos permiten este uso de sus recursos naturales a cambio de mano de obra retribuida, utilizada tanto para el ejército como para el campo y la construcción urbana.
La clasificación lingüística de los pueblos semíticos reconoce dos ramas: el semítico occidental y el semítico oriental.
El semítico oriental está integrado solamente por el acadio, en sus distintas formas dialectales; mientras que el semítico occidental es una amplia familia lingüística comprendida por pueblos que actuaron en el Próximo Oriente Medio desde el 3000 hasta los primeros siglos del Primer Milenio a.C. Éstos son: el amorreo, el arameo, el hebreo, el ugarítico, los dialectos cananeos-semíticos (moabita, edomita, etc.), el fenicio y el árabe, como así también las lenguas hamito-semitas (egipcio, cushita, dialectos beréberes).

El Protodinástico.
Hay que destacar la importancia de los súmeros como fundadores de civilización en Mesopotamia al descubrir la escritura. Las inscripciones reales más antiguas permiten narrar la historia como historia política. El reinado de Mebaragesi de Kish es el punto de orientación más antiguo. Los reyes de esta dinastía llevan en su gran mayoría nombres semitas.
La convivencia entre súmeros y semitas determinó la historia mesopotámica hasta la desaparición del sumerio como lengua hablada a principios del Segundo Milenio; grupos amorreos que interactúan con los acadios llegan a fundar dinastías en Isin, Larsa y Babilonia.
La entrada de oleadas migratorias nómadas semitas en el Iraq es característica de la historia del país. Desde el siglo XIV hay testimonios del paso de nómadas arameos en Mesopotamia.
El acadio perduró como lengua escrita hasta la época de Cristo (solamente en el uso diplomático). En tiempos de la dinastía de Akad aparece citado por primera vez un pueblo semita nómada: martu (en súmero) o amurru (en acadio); amorreos. Siglo y medio más tarde los martu amenazaron el reino de Ur III. En época babilónica antigua los martu usurparon el poder de muchos lugares de Mesopotamia.
La lengua acadia, sin embargo, era aun lo suficientemente fuerte para asimilar a los invasores y evitó la transformación de la lengua del país.
La oleada semítica alcanzó también la parte occidental del Creciente Fértil.
Los acadios (Akad – fundada por Sargón), constituyen la más antigua capa semita registrada en Mesopotamia.
Es probable que la capa acadia se trasladara del norte Siria al sur, estableciéndose en la región de Diyala y en el norte de Babilonia, con centro en Kish. Para la época (protodinástico), Mari fue un importante centro acadio, cuya importancia perduró hasta la época de Hammurabi.
El asentamiento de los acadios se llevó a cabo en el Protodinástico.
El encuentro entre sumerios y semitas provocó préstamos recíprocos. El sumerio fue fundamentalmente parte donante en este intercambio cultural.
Si bien pudieron existir enfrentamientos entre súmeros y acadios, fue la oposición entre pueblos sedentarios y nómadas lo que prevaleció. La única solución satisfactoria del problema nómade era, para los sedentarios, la asimilación de la tribu nómade hostil, pues rechazarla y aislarla únicamente era viable por cierto tiempo. Tanto los sumerios como los semitas sedentarios intentaron resolver el problema tomando a sueldo tropas nómades y asignándoles territorios para establecerse.
La particular conformación geográfica de Mesopotamia, sin barreras naturales posibilitó este flujo permanente de pueblos y esta dinámica de relación nómade-sedentario.

El Segundo Milenio en Siria y Palestina.
La interacción de las grandes potencias (Egipto y Hatti) que al fundar sus imperios se disputan el ámbito de poder sobre el corredor sirio-palestinense genera una coyuntura política particularmente favorable a la formación de pequeños estados independientes en la zona, aprovechando la tensión entre estos dos grandes imperios y los momentos de debilidad de uno u otro, aliándose en una política estratégica ya sea a favor de un bando u otro. En este sentido la política internacional egipcia deja cierta autonomía a los reyes de las ciudades-estado aliadas, los cuales deben tributar al imperio egipcio.
Las disputas entre los reyes locales, casi siempre de bandos enfrentados, favorecen una militarización de dichas ciudades-estado, lo que las convierten en enclaves poderosos llegando algunas de ellas a formar reinos autónomos en los momentos de debilidad política de los imperios; por ejemplo, Ugarit norte de Siria, o los reinos de Damasco. Dichas ciudades-estado, altamente militarizadas, utilizan tropas nómades mercenarias, entre las que se encuentran los llamados apiru. Esto se corresponde con el fortalecimiento de las dinastías arameas en Siria, particularmente en Ugarit, que cobra un importante impulso económico, aprovechando los enfrentamientos entre Egipto, Hatti y Mitanni.
En una situación menos ventajosa se encontraba el reino de Amurru, que durante largo tiempo fue un estado tapón entre Egipto y Hatti. Este reino, apoyado por los apiru, se consolida como un estado poderoso con dominio, incluso, sobre los puertos mediterráneos, desde Biblos hasta Ugarit. El reino de Ugarit incluso se vio obligado a pagarles tributo.
Por su parte, los fenicios, establecidos en la costa de Siria, fundan importantes ciudades-estado puertos: Biblos, Sidón, Tiro, Beirut, Sumur y Acco. En general, las ciudades costeras fenicias mantuvieron la fidelidad al faraón. Sus príncipes, enemistados entre sí, pedían a menudo ayuda a Egipto para combatir a sus vecinos, sobre todo al reino de Amurru y a las temidas bandas de apiru.
También Palestina permaneció bajo el dominio egipcio. La relación de Egipto para con esta región se limitaba en su interés en recaudar el tributo correspondiente, sin interferir en las luchas internas entre estas ciudades, lo que llevó al fortalecimiento de estas ciudades-estados.
Las fuentes documentales para el estudio de este período están constituidas mayormente por los archivos de el-Amarna, para lo que respecta a la relación con las ciudades-estado palestinas y los archivos de Rash-Shamra (hititas), para lo referente a los estados de Siria y Ugarit.

Palestina y Siria en el siglo XIII.
Las luchas político-religiosas de fines de la XVIII Dinastía egipcia, posibilitan un vació de poder en la región de Palestina y Siria cuya consecuencia es la consolidación hitita en el norte de Siria, como así también la entrada de elementos nómades semíticos que se establecieron en las regiones cultivadas.
Pese a los esfuerzos egipcios de Horemheb y de los faraones de la XIX Dinastía, el dominio egipcio en Asia no tuvo la magnitud de los Tutmosidas. Ya Sethi I realizó campañas contra los príncipes rebeldes de Canaán y contra las tribus nómades shasu que aparecen en las regiones periféricas del sur y en las montañas, al tiempo que contiene la expansión hitita en el norte de Siria.
La semitización de la cultura del Próximo Oriente Medio en este período tiene una enorme expansión, llegando incluso a influenciar, cuando no, a incidir directamente en la cultura egipcia. La XIX Dinastía reconoce su origen en el dios Seth, según manifiesta la Estela del Año 400. Este reconocimiento e identificación con un dios que representa el desierto, y que no es precisamente uno de los dioses hegemónicos del panteón egipcio, por el contrario, se lo asocia con el adversario, el opositor, el nómade, el asiático, es un síntoma excepcional de un cambio de mentalidad en la cultura egipcia que está delatando profundos cambios demográficos de influencia asiática. La representación del dios Seth en esta Estela del Año 400, incluso abandona las formas tradicionales de dicho dios en el panteón egipcio para representarlo con formas asiáticas, a saber: se lo representa como una figura dotada de un largo rabo y con barba, formas ajenas a la cultura egipcia, más cercanas a las características de El, el dios semita del principio activo masculino.
Las campañas de Sethi I en Palestina, documentadas en las inscripciones del templo de Amón en Karnak y en las estelas triunfales de Betshan, dan un panorama claro de la situación política de la región. En la llamada estela grande de Betshan se menciona la insurrección del príncipe de Hamat que se alza contra Sethi con la ayuda de nómades. La estela menor conmemora la victoria sobre los apiru que se habían hecho fuertes en los montes de Galilea, donde amenazaban a la población local. Esto nos muestra la incursión de grupos nómades en Galilea que podrían considerarse precursores de las tribus israelitas de la Palestina septentrional, hechos documentados en las listas topográficas de Sethi, donde se menciona por primera vez a la tribu Aser, nombre que se aplica, posteriormente, a una de las doce tribus de Israel.
Ramsés II sucede a Sethi I, en este período se agudiza la lucha por la supremacía de Siria entre Egipto y Hatti. Ramsés emprendió una campaña en la costa fenicia, con Amurru de su parte, hecho que marcará el preludio de la lucha por Kadesh. El fracaso de Egipto en la lucha por Kadesh hizo tambalear su poder en Palestina, donde se suceden numerosas insurrecciones que el faraón deberá aplacar. Emprendió una expedición contra Moab, donde se apoderó de ciudades y fortalezas. Por primera vez se menciona en los relieves una campaña egipcia en aquellos lejanos territorios.
La fuente más importante para el período es el papiro de Anastasi I, en el cual se describe la situación y las características naturales y humanas del país. Por otra parte, describe las dificultades a las que se tenía que enfrentar el gobierno egipcio y la inseguridad de las montañas, debida a las bandas de los shasu, entre las que probablemente, como se menciona más arriba, se incluían las tribus de Israel, que por aquel entonces comenzaban a asentarse en el territorio. Bajo este aspecto es interesante la mención de una hazaña del jefe de la tribu de Aser (isr), que es seguramente la tribu israelita de Aser, que recuerda las proezas heroicas contenidas en el Libro de los Jueces bíblico.
Las acciones bélicas entre Egipto y Hatti, concluyeron con un tratado de paz y no agresión, reforzado mediante el matrimonio diplomático del faraón con una hija del rey hitita. En el tratado no se menciona el límite norte entre las dos potencias; pero puede cotejarse con la Biblia. La frontera estaba marcada al norte de Biblos, lo que dejaba a Damasco bajo el dominio egipcio y a Amurru bajo el hitita, que según datos de la Biblia se extendía desde el Líbano hasta el Éufrates.
Siria y Palestina se mantendrán bajo el dominio de las potencias durante el reinado de Merenptah y del rey hitita Tukhaliya, y los lazos que unían a estos dos imperios se estrecharon con la llegada de los Pueblos del Mar.
La Estela de Israel es la primer fuente extra bíblica que menciona a los hebreos con una aparición histórica concreta, datable. Allí se hace una lista de enemigos de Egipto vencidos por Merenptah, en la que se mencionan Canaán, Ascalón, Yenoam, entre otros pueblos. Dice la fuente: “Israel está asolado, su cimiente no existe…”. Lo interesante de esta fuente, más allá de la mención explícita de Israel, que por primera vez aparece mencionada en un documento escrito, es que, según la mecánica de la lengua egipcia cada uno de estos pueblos aparecen citados con el determinativo geográfico y su correspondiente jeroglífico que caracteriza sus rasgos esenciales. Así pues al nombre Ascalón, le sigue el determinativo ciudad, Gezer es seguido del determinativo lugar montañoso, Israel es seguido del determinativo gente del desierto, representado en la escritura jeroglífica por la figura de un hombre y una mujer. Esto nos indica claramente que estos pueblos de Israel no estaban sedentarizados, que eran seminómades y que todavía no podemos hablar de un territorio o un reino hebreo, elemento que hecha por tierra las pretensiones de una temprana historicidad territorial de Israel, como se observa en el Libro de Jueces y casi en toda la tradición deuteronomista.
El fin XIX Dinastía nos muestra un período de caos en el estado egipcio. El apoderamiento del trono por parte de Khusán Risathaim, proveniente de Siria septentrional, se relaciona con la historia de los hebreos durante la época de los Jueces.
La situación conflictiva que inaugura la llegada de los Pueblos del Norte y del Mar hacia el –1200, será otros de los factores que contribuyan a la debacle político egipcio de fines del Segundo Milenio y que colabora para la autonomía de los nómades semitas y su fortalecimiento político-militar en la región. Esta irrupción catastrófica cambia el mapa del Próximo Oriente Medio: los filisteos —de los cuales se ignora su procedencia, pero que se supone que han estado en estrecho contacto con los indoeuropeos del Egeo, dado el dominio de la metalurgia del hierro y la utilización del carro y el caballo en la tecnología militar— se instalan en la franja costera de Palestina fundando poderosas ciudades-Estado que se organizan, interactuando, como una confederación (la Pentápolis filistea de Ascalón, Ashot, Gaza, Ecrón, Gazer). Hacia oriente, los reinos cananeos de Amón, Edón y Moab, como así también las ciudades-Estado cananeas (de entre las cuales es de capital importancia la ciudad jebusea de Jerusalén) configuran un mapa político heterogéneo con el cual las tribus hebreas deberán interactuar, a veces violentamente, otras en convivencia pacífica y con préstamos culturales continuos en su proceso de instalación en Palestina.

4. Establecimiento de los hebreos en Palestina.

La visión tradicional de la llegada de las tribus hebreas a Palestina esta descrita en el Libro de Jueces. Allí se detalla la lucha contra los pueblos sedentarios establecidos en el valle del Jordán, las características de esta lucha, el imperativo religioso y el apoyo divino a favor del pueblo “elegido”, como así también una severa prescripción de usos y costumbres para evitar cualquier posible contaminación cultural de las tribus hebreas por parte de las culturas urbanas de Canaán.
La instalación, en esta vertiente, sería un mandato de Yavhé a su pueblo y dicha instalación necesariamente implicaría el exterminio total —herem— de los habitantes precedentes y la destrucción de su cultura material y religiosa. En Jueces I, se ve que por mandato de Jehová, la tribu de Judá tiene la misión de emprender la conquista de Canaán, vemos allí como esta conquista se hace con el apoyo militar de la tribu de Simeón y como el cronista nos relata la derrota del cananeo Adoni-Bezec y de los fereceos. De la fuente deducimos que esta conquista no la realizan las doce tribus unificadas, sino que solamente algunas emprenden la conquista de Canaán.
En Jueces I, 8 se relata la conquista de Jerusalén y Ebrón. Jerusalén es tomada de una sola vez y sus habitantes son aniquilados: “Y combatieron los hijos de Judá a Jerusalén y la tomaron, y pasaron a sus habitantes a filo de espada y pusieron fuego a la ciudad”.
En Jueces IV se relata la derrota de Sisara en manos de Barac, con una coalición de 10.000 hombres de la tribu de Neftali y de la de Zabulón. Esta victoria había sido profetizada a Barac por la jueza Deborá. Barac derrota al ejército de Sisara, observamos allí una minuciosa descripción de la tecnología militar de dicho ejército en la que aparecen carros herrados, y una ostensible supremacía cananea, sin embargo, Barac derrota el ejército de Sisara, pasando al herem a todos sus hombres “Barac siguió los carros y el ejército hasta Haroset-Goim, y todo el ejército de Sisara cayó a filo de espada, hasta no quedar ni uno”.
Podríamos continuar rastreando el relato de los distintos enfrentamientos entre hebreos y cananeos, encontrando en ellos el mismo denominador común en el narrador de Jueces: la conquista se da por completo en un determinado momento histórico, es una conquista total, se extermina a todos los habitantes y se destruye todo vestigio de su civilización material.
El Cantar de Débora en el capítulo V del Libro de Jueces, relata en forma completa este proceso de conquista y las características del mismo. Enumera las tribus que participan en la conquista: Abinoam, Efraín, Amalec, Benjamín, Maquir, Zabulón, Isacar. No acuden a la conquista las tribus de: Rubén, Galaad, Dan, Aser. “Entre las familias de Rubén, hubo grandes resoluciones del corazón. ¿Por qué te quedaste en los rediles, para oír los balidos de los rebaños? Entre las familias de Rubén hubo grandes propósitos del corazón. Galaad se quedó al otro lado del Jordán; y Dan, ¿por qué se estuvo junto a las naves? Se mantuvo Aser en la ribera del mar, y se quedó en sus puertos…”.
Así se ve como el narrador de Jueces nos presenta la conquista de Palestina por parte de las tribus hebreas, observamos, claramente, que las doce tribus no acuden al llamamiento de Débora para la conquista, Rubén se queda en la región montañosa del norte, Galaad, en la región de Transjordania, y Dan y Aser en la costa. Es claro que cada una de estas tribus responde a su situación política local y que no tenían necesidad alguna de conquista territorial, particularmente los asentamientos costeros que gozaban de una situación económica privilegiada debido a los contactos comerciales con el mundo mediterráneo. Esto pondría en tela de juicio la unidad político-religiosa de las tribus y marcaría un contraste evidente con otros pasajes bíblicos, en particular, los de la tradición deuteronomista, que nos presentan una visión más historiográfica de la conquista en la cual la intencionalidad del autor se hace manifiesta. Estas dos vertientes bíblicas puestas en contraste con estudios contemporáneos sobre las características de la instalación en Palestina manifiestan discrepancias notorias. La exégesis bíblica deja claras evidencias de un proceso de aculturación mucho más prolongado y nunca definitivo, con marchas y contramarchas que están marcando momentos de alzas políticas y de decadencia por parte de las tribus de Israel. Así pues, vemos como en los estudios realizados por Abraham Rosenvasser, particularmente en Egipto y Palestina en la Antigüedad, Yavhé y el monoteísmo hebreo, y en especial, Yavhé en Jerusalén, el historiador nos señala estos préstamos culturales y su proyección en la evolución y desarrollo de la religión hebrea. Por otra parte, una revisión de las más modernas teorías sobre poblamiento (Postgate, Deshayes, Rowton, Finkelstein), nos presentan un plano más claro y completo de esta interacción nómades-sedentarios, de los móviles económicos y de las determinantes demográficos, como así también del impacto climático que modificó el equilibrio de la situación nómades-sedentarios en Siria-Palestina hacia fines de la Edad del Bronce.

¿Grupo de los siete, de los ocho o de los trece?

ALAI AMLATINA, 26/07/2006/, Río de Janeiro.- Hace bastante
tiempo, venimos trabajando sobre el rol creciente del llamado
Tercer Mundo en la rearticulación de la economía mundial. No
encaramos el llamado Tercer Mundo como una expresión de
pobreza y atraso. Por el contrario, reafirmamos el sentido original
de este término, creado por el importante demógrafo francés,
Alfred Sauvy, que hacía un paralelo entre el Tercer Estado en la
Francia absolutista – que asumió el liderazgo de la economía
moderna capitalista – y el grupo de países que fueron objeto de la
dominación colonialista y que se liberaban en la Post Guerra para
ocupar un lugar fundamental en un nuevo orden económico
mundial.

La Conferencia de Bamdung, en 1955, reunió los líderes de China,
India, Egipto, Indonesia y Yugoslavia para reivindicar una política
de no alineamiento, cuyos principios básicos anti guerra fría, se
convirtieron progresivamente en los verdaderos ordenadores de la
conciencia universal en el final del siglo XX. El crecimiento del
Movimiento de los No-alineados, la creación de la OPEP, la
expansión de las propuestas socialistas en las zonas post
coloniales llevó a la reacción de los centros hegemónicos
mundiales en torno a la Comisión Trilateral que reunió EE.UU.,
Europa y Japón para detener la ofensiva socialista y del llamado
Tercer Mundo.

Uno de los productos más elaborados de esta contra-ofensiva ha
sido la creación del Grupo de los Siete. Este articulaba lo que en
su época eran considerados los mayores PBIs del mundo:
EE.UU., Alemania, Francia, Japón, Inglaterra, Italia y Canadá. El
Grupo de los Siete tuvo un rol esencial en el restablecimiento de la
hegemonía mundial centrada en Europa y sus discípulos (entre los
cuales se incluye el Japón a partir de la dinastía Meiji y, después
de desviaciones antes y durante la Segunda Guerra Mundial, y
finalmente bajo la ocupación estadounidense después de la
Segunda Guerra). La Tríada asumía su rol central en la economía
mundial

El gobierno Reagan modificó muy duramente esta realidad,
restableciendo la hegemonía norte-americana sobre el grupo de los
Siete o abandonándolo en varias ocasiones en nombre del poder
incontratable de los EE.UU. Estratégicamente, la guerra de las
estrellas y los programas de investigación de la Gran Ciencia
pretendían asegurar el poder absoluto del hegemón. La caída de la
URSS abrió el camino para la formación del Grupo de los Ocho,
con la integración de Rusia al grupo gestor del mundo, recuperado
en buena parte durante el período del gobierno Clinton.

Pero los hechos no confirmaron los planes de los centros
hegemónicos mundiales. Durante estos años de fuerte imposición
del programa económico neoliberal, los centros hegemónicos
mundiales fueron perdiendo posición a cada día. La crisis de largo
plazo iniciada en 1967, alcanzó su primero momento de auge en
1973, después de una recuperación económica altamente
comprometedora, entre 1983 y 1987, se profundizaron las
inestabilidades del sistema económico mundial y entre 1987 y
1994 la crisis retornó con enorme violencia generando las
condiciones para una reactivación del desarrollo en escala
mundial. Es decir, ingresamos en un nuevo ciclo largo a la manera
que descubrió el economista ruso Kondratiev.

El nuevo ciclo largo de crecimiento, iniciado en 1994, mostró que
los centros dinámicos de la acumulación internacional del capital
generaban nuevos polos de crecimiento que operaban en una
nueva realidad regional. Europa se fortaleció a costa de su
unificación y en detrimento de la independencia de sus economías
nacionales. Países como Inglaterra y en parte Alemania y más
claramente Italia y Francia fueron perdiendo posición en la
economía mundial abriendo espacio para la fuerte expansión del
sudeste asiático. Ahí, Japón pierde posición con respecto a China
que gana un enorme poder de articulación de una vasta y poderosa
economía regional e inicia una carrera para una fuerte participación
en la economía mundial. El refuerzo de India, cambia la inercia del
Asia Central y refuerza un relación aún en marcha con el Oriente
Medio, antes llamado el Oriente Próximo (de Europa…).

América Latina, absorbida en los ochenta y principio de los
noventa por el pago de una deuda externa colosal y una sumisión
extrema al FMI, se libera de gran parte de su deuda y restablece
poco a poco las condiciones para una recuperación del
crecimiento. Brasil asume el rol más activo en este proceso al
buscar la confirmación de la experiencia del MERCOSUR,
pasando del marco defensivo de una política de liberación de
mercados hacia la idea de un bloque regional de toda América del
Sur y hacia la conformación del Grupo de los 20.

En este nuevo contexto el Grupo de los Siete y aún el de los Ocho
pierde totalmente su rol hegemónico. No hay ninguna posibilidad
de generar un verdadero centro de decisiones significativas en el
plano internacional en el presente momento si no se incluye a
China, India, Brasil y también a África del Sur en este bloque de
articulación mundial Por esto la propuesta de Blair en este sentido,
además de otras propuestas que incluyen a México y Congo se
van consolidando en el cuadro político internacional. Como fase de
transición, en la presente reunión se incluye estos países en un
reunión especial del Grupo de los Ocho.

Mucho más cambios vienen por ahí. La creciente eficacia del
Grupo de los 20 que logró la aceptación de Europa de una rebaja
de 50% en sus aranceles agrícolas indica que el llamado Tercer
Mundo sale de la inercia a que llegó en los años 80s y 90s y
vuelve a ejercer su papel en la economía mundial. Se habla de una
reforma del FMI para aumentar la participación de sus miembros a
partir de sus Productos Brutos Internos. Se dimensiona más
seriamente el peso de las potencias demográficas y se siente
cada vez más el peso de la articulación de las empresas
productoras de energía y de materias primas claves del Tercer
Mundo para enfrentar el período de relativa escasez de los mismos
durante la expansión capitalista mundial aún en curso.

– Theotonio dos Santos es profesor titular de la UFF y director del
REGGEN (www reggen.org.br).

Calendario de Actividades del BPS. 23 al 29 de julio de 2006

CALENDARIO DE ACTIVIDADES
SEMANA DEL 23 DE JULIO AL 29 DE JULIO

23 de julio
2do día de Caminata por la Vida
Salida de Aguilares hacia Apopa 8 a.m.

24 de julio
3er día de Caminata por la Vida
Salida de Apopa a Ministerio de Economía (sobre Blvard. Juan Pablo II) 8 a.m.
Audiencia y Acto en Ministerio de Hacienda 11 a.m.

Acto en Parque Bolívar de conmemoración de 222 aniversario de natalicio de Libertador Simón Bolívar.
Ofrenda floral y acto. Organizado por Congreso Bolivariano de los Pueblos

Audiencia en tribunales de Ricardo Monge. 3p.m. Centro Judicial Isidro Menéndez. Invita: Sindicato del Instituto Salvadoreño del Seguro Social.

25 de julio

SANTA ANA. Marcha en protesta por el alto costo de la vida. 8 a.m. Punto de salida: Facultad Multidisciplinaria de Occidente (UES). Mitin en Parque Libertad. Convoca: BPS

26 de julio

Marcha de comunidades hacia el ViceMinisterio de Vivienda, exigiendo la legalización de sus terrenos. 8 a.m. Punto de salida: Salvador del Mundo. Convoca: BPS

Marcha en conmemoración del 53 aniversario del asalto al cuartel Moncada en santiago de Cuba. 10 a.m. Punto de salida: Plaza Cívica. Mitin en Parque José Martì en san Miguelito.

28 de julio

Vigilia Ecuménica en solidaridad con el pueblo palestino y libanés. 6 p.m. Lugar: Embajada de Israel: Edificio Dell (frente a Salvador del Mundo). Invita: Iglesia Luterana Popular y Bloque Popular Social

29 de julio

SAN MIGUEL. Marcha de Vendedores Populares en contra de TLC y decomiso de mercadería por PNC. 9 a.m.
Lugar de salida: parque central. Invita: BPS

Asamblea General de Comunidades que viven en Línea Férrea. 9 a.m. Local de CCC

Marcha en conmemoración del 31 aniversario de la masacre de estudiantes del 30 de julio de 1975. 2p.m. Punto de salida: entrada de Ciencias y Humanidades (frente a ANDA). 5 p.m. Culto Ecuménico y Acto Político-Cultural.

Realizan grandiosa marcha en solidaridad con Revoluciòn Cubana

SAN SALVADOR; 26 de julio de 2006 (SIEP) Una grandiosa manifestación en solidaridad con la Revolución Cubana recorrió las calles de esta capital y concluyó con un mitin en el Parque José Martì, de San Miguelito.

La actividad conmemoró el 53 aniversario del ataque al Cuartel Moncada dirigido por Fidel Castro y que marca el inicio de la Revolución Cubana, que construye el socialismo a 90 millas del imperialismo norteamericano y se mantiene firme y soberana.

El poeta Tirso Canales, del Comité de Solidaridad con el Pueblo Cubano, indicó que “ le agradecemos a Cuba su espíritu solidario, durante la guerra, cuidaron de nuestros combatientes heridos, y supieron rodearlos de cariño, del cariño de un pueblo hermano como el cubano… y por eso les decimos: gracias Cuba, gracias Fidel, gracias Revolución Cubana…”

El jefe de la fracción parlamentaria del FMLN, Salvador Sánchez Ceren dijo que “ la revolución cubana encendió la llama de la resistencia al imperialismo en América Latina y al calor de su ejemplo surgieron muchos movimientos revolucionarios…hoy le rendimos homenaje a Cuba, a Fidel que pronto cumplirá 80 años.”

Héctor Berrìos, del Comitè por la Autodeterminación de los Pueblos, hizo un llamado a “comprometernos en al defensa de Cuba y en lograr la liberación de los cinco héroes cubanos presos en las cárceles del imperio. Como pueblo salvadoreño exigimos la libertad de Fernando González, Gerardo Hernández, Ramón Labañino, Antonio Guerrero y René González.”

El Rev. Roberto Pineda, de la Iglesia Luterana Popular expresó que “ Cuba es una bendición para los pueblos latinoamericanos y caribeños. Nuestro pueblo salvadoreño esta agradecido con el pueblo y gobierno cubano, con Fidel y la revolución cubana, porque como lo expresó Jesús de Nazaret en Mateo 25 la solidaridad es la clave de la vida.”

“Y el pueblo y gobierno cubano han sido solidarios, muy solidarios con nuestro pueblo. Hay cientos de jóvenes becados estudiando Medicina, mucha de nuestra gente humilde, vendedora de los mercados, jornaleros, han recuperado la vista…”

“Y cuando tuvimos hambre, nos dieron de comer en Cuba, y cuando tuvimos sed, nos dieron de beber en Cuba, y cuando anduvimos forasteros, exilados, nos dieron alojamiento en Cuba, y cuando nos falto ropa, nos dieron ropa en Cuba, y cuando estuvimos enfermos nos atendieron en los hospitales cubanos, y cuando estuvimos en la cárcel, nuestros hermanos y hermanas cubanas se solidarizaron con nosotros.”

“¡Qué ejemplo más grande de espíritu evangélico, de espíritu cristiano, de espíritu revolucionario es el ejemplo de este pueblo, el pueblo de Martì y de Fidel! ¡Libertad para los cinco héroes cubanos preso en las cárceles del imperio! ¡No al bloqueo yanqui contra Cuba!”