El puesto de mando ¿dónde está hoy?

(Segunda parte)
Entre la primera parte de esta historia y la segunda, pasaron cosas. La muerte de un amigo, la erupción de un volcán y una llovedera salvaje que dejó su triste huella de lágrimas y muerte. Además, por situaciones extrañas, como el insidioso ataque verbal del cual fui objeto en ausencia, por parte de un político de cierta notoriedad, estuve a punto de no escribir esta entrega.

Después de pensarlo un poco decidí, de todas maneras, escribirlo. Es una especie de compromiso con los lectores, a quienes de nuevo agradezco sus lindas notas, con la historia y conmigo mismo. Antes de entrar en materia quisiera poner algunas íes bajo los puntos.

La guerra en el país está contada de manera bastante manipulada y, en el mejor de los casos, idealizada. No creo que sea bueno que las futuras generaciones tengan una visión sesgada del más intenso capítulo de nuestra historia. Por ello lo que escribo no tiene el afán ni de ensalzar ni de atacar. Escribo lo que recuerdo, lo que vi y lo que viví tal como lo analizo, ahora, desde la distancia.

No es la mejor metodología para compilar la historia, pero el lector debe tener la certeza de que es un testimonio sincero de alguien que, como dije en la primera parte, estuvo donde se cocinó el arroz. No tengo ataduras con ningún partido o movimiento político. Eso es importante para escribir con libertad. Mi énfasis estará siempre puesto en los perfiles humanos de los protagonistas.

Los otros tres miembros de la comandancia general del Ejército Revolucionario del Pueblo fueron, sin duda, los de mayor peso político y militar. Sobre ellos recayó la conducción de los principales frentes de guerra y la toma de trascendentales decisiones políticas. Ellos son Jorge Meléndez, (Jonás); Juan Ramón Medrano (Balta) y Joaquín Villalobos (Atilio).

Conocí a Jonás en Morazán, a principios de 1982. Era moreno, delgado, de mediana estatura y muy dinámico. Una cabellera permanentemente desaliñada, un espeso bigote y una mirada intensa le daban un aire de idealismo y rebeldía. Lo recuerdo en las marchas, caminando rápido, no en el camino, sino al lado, con el fusil sobre el hombro, como un gladiador moderno. Empujando, ordenando, conduciendo. Siempre adelante. Parecía tener tres pulmones.

Cuando un combatiente se ahuevaba, Jonás lo agarraba de la mano y él mismo lo llevaba a la línea de fuego. Y disparaba, con medio cuerpo fuera de la trinchera. Su puesto de mando era una casa abandonada; su asistente, un niño llamado Gutiérrez; su compañera, una campesina de la zona; su pasión, planificar las operaciones y aniquilar, en combate cerrado, al enemigo. Era idolatrado por los combatientes, temido por el enemigo. Una leyenda.

A mediados de los 80 salió del frente de guerra. Le operaron las destrozadas rodillas en Moscú. Regresó a finales de esa década. Pero ya no volvió a ser el mismo. Se hizo prudente y cuidadoso. Ya no iba a las líneas de fuego. Alguien que lo conoció bien me dijo que Jonás había cambiado desde que había nacido su hijo en Managua.

Ahora vive con su compañera y su hijo, Jorge Mario, su máximo orgullo. En política vive en una confusa identidad entre los comunistas y los social demócratas.

Juan Ramón Medrano era el jefe del frente sur oriental. Le tocó conducir, sin ser un apasionado militar como Jonás, grandes y memorables batallas. Sin duda el más instruido de todos los comandantes y quizá el más frío al analizar situaciones concretas. Eso que podía haber sido su fortaleza, también fue su debilidad. Cuando los demás comandantes creían que el poder estaba a la vuelta de la esquina, Balta pronosticó una guerra larga, difícil y con pocas probabilidades de terminar en una insurrección triunfante.

A mediados de los 80, molestos por los demasiado objetivos análisis de Balta, que desmoralizaban a cualquiera, los comandantes lo acusaron injustamente de cualquier cosa y lo degradaron. Lo humillaron en público. El hombre aguantó el escarnio con la cara en alto

Y de simple combatiente escaló de nuevo la máxima dirección. En la actualmente dirige una fundación, tiene una licenciatura y dos maestrías y da clase en una universidad privada. Vive con Norma, su esposa, en una casa con un precioso jardín.

Joaquín Villalobos fue, sin lugar, a dudas el líder natural del FMLN. El más brillante comandante y el mejor estratega político. Nunca, ni en las peores condiciones, lo vi doblarse. Siempre a la ofensiva. Ni un cigarro, ni una taza de café. 24 horas al día pensando cómo destruir al enemigo para tomar el poder. Querido por los combatientes. Respetado por todos.

Después de la caída del Muro de Berlín y del fracaso de la ofensiva del 89, algo cambió en él y para siempre. Tras los Acuerdos de Paz, dilapidó su capital político. Actuó con inusitada indiferencia con los combatientes. Se metió en un vértigo de desaciertos políticos. Uno a uno, sus mejores amigos de lucha fueron rompiendo con él y su grupo. La izquierda lo odia. La derecha desconfía. El peor de los escenarios.

En la actualidad vive en Oxford, Inglaterra, y es asesor de partidos políticos y algunos gobiernos como el de Álvaro Uribe en Colombia. Su estrategia política en el país: cooptar un partido del llamado centro. Y lo está logrando.

25 Años, dos procesos y dos historias

La creación del Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional fue el Acuerdo Político más significante alcanzado nunca en nuestra historia, en esos años 80 del siglo pasado todo conducía a la guerra y la acumulación histórica venía avanzando desde 1932. Pero sólo 50 años después se crearon las condiciones adecuadas para que las organizaciones del pueblo se pusieron de acuerdo políticamente; esto supuso entendimiento sobre el enemigo, la forma de lucha principal, la etapa histórica, la clase de dictadura a enfrentar y la naturaleza de la guerra en desarrollo.
El FMLN no fue nunca una organización sino un Acuerdo de naturaleza política y no ideológica. De modo tal, que funcionó un diapasón que iba desde los comunistas hasta los anticomunistas; este enjambre fue el que se enfrentó a la dictadura sin concesiones ideológicas de ningún tipo pero adentro de una alianza que se llamó Unidad, no hay que olvidar que todo Acuerdo político con cemento político constituye una alianza y todo Acuerdo político con cemento ideológico constituye una unidad, así las cosas, logramos unificar las posiciones frente a la dictadura, las formas de lucha sin alterar los necesarios protagonismos ni las decisiones políticas partidarias internas, dicho de otro modo, el factor antidictadura se encargó de soldar los espacios ideológicos que nunca se juntaron durante la guerra; pero que no impidieron un desarrollo exitoso en el terreno político militar. En la guerra funcionaron, por eso, cinco lógicas diferentes, pero una sola racionalidad movida, como las turbinas de una central, por el mismo torrente represivo y criminal de la dictadura. Ni ésta ni sus aliados imperialistas fueron capaces de distinguir y diferenciar los grandes matices que actuaban al interior de nuestras fuerzas y cuando calificó Ronald Reagan de comunista al FMLN construyó un tejido corporal irreal pero útil a todo el cuerpo guerrillero del Frente.
El fenómeno de la guerra no empieza con la generalización de la lucha armada sino mucho antes de los primeros disparos del pueblo hacia sus opresores ni termina con unos Acuerdos de Paz, hemos de hablar y pensar en un proceso político de antes, durante y después del estallido bélico.
Durante la guerra se construyó la mayor fuerza política popular de nuestra historia, en los frentes, fuera de ellos, y en el exterior del país. Esta historia requiere ser pensada distinguiéndola de la que se inicia cuando el régimen político de derechas decide crear el partido FMLN, porque aquí se inicia un proceso político diferente.
Aquel Acuerdo político que caracterizó al FMLN había muerto, posiblemente antes del fin de la guerra, la institucionalización, que caracteriza todo partido, ya no pudo ser en relación con ese Frente desaparecido sino más bien, con un desacuerdo desaparecido. Veamos esto con atención: Los Acuerdos de Paz llevaron, entre otras cosas, a la autodisolución de las organizaciones políticas que constituyeron el FMLN y este paso no dio lugar al nacimiento de nuevos Acuerdos, de tal manera, que el partido creado, no fue más que una criatura institucional, decidida por el régimen político y contando con la ausencia total de Acuerdo alguno.
Aquí se rompe la continuidad del proceso político aunque se mantiene la continuidad del proceso histórico del país; pero la historia del partido FMLN no es ni remotamente la historia del FMLN: El continente del partido FMLN es el aparato del Estado y él es uno de sus contenidos, el continente del FMLN fue el pueblo salvadoreño y el fue su instrumento político más importante; para el partido FMLN la legalidad es un marco adecuado; para el FMLN la legitimidad fue su recurso mayor ; para el partido FMLN no existe posguerra sino que Paz; para el FMLN la continuidad es postguerra; para el partido FMLN lo político se subsume en lo electoral, para el FMLN lo político comprende lo militar y lo electoral; para el partido FMLN desaparecen las diferencias y se establece la uniformidad; para el FMLN las diferencias fundamentaron su fuerza y sabiduría; para el partido FMLN desaparece la producción del pensamiento político y el afán intelectual; para el FMLN producir pensamiento a través del debate permanente fue la savia de todos los días, el partido FMLN es objeto del sistema político y el FMLN fue el sujeto popular.
La historia del partido FMLN es el discurrir en un mundo áulico, de funcionarios y de gobiernos; la historia del FMLN es, finalmente, la de la lucha por el poder. La historia del partido FMLN es la misma del régimen. La del FMLN fue y es la del pueblo.
Los 25 años deben conmemorarse, es decir, deben verse con memoria, pero a la hora de celebrarse conviene, si se quiere mezclar dos historias diferentes, organizar una fiesta pero también un velorio.

ACj de El Salvador ayuda a comunidad del Bosque El Imposible

SAN SALVADOR, 14 de octubre de 2005 (SIEP) La Asociación Cristiana de Jóvenes (ACJ) de El Salvador entregó a representantes de la Comunidad San Alfonso, del Bosque El Imposible, un donativo de alimentos para ayudar a superar la crisis provocada por la tormenta Stan.

Las comunidades del Bosque El Imposible, cuyo acceso es difícil en época de normalidad, se encuentran aisladas debido a las tormentas que azotaron el país la semana pasada.

La Asociación Cristiana de Jóvenes mantiene una relación con estas comunidades desde hace algunos años, habiendo desarrollado caminatas y campamentos en sus terrenos, que hoy se encuentran inundados.

Crescencio Maldinera agradeció el gesto de la ACJ e indicó que “nos alegra mucho que se hayan acordado de nosotros ya que casi nadie se acuerda por estar tan refundidos, la ayuda no llega, así que gracias y los esperamos pronto por nuestro sitio.”

El pastor Santos Merches, de la Iglesia Luterana Popular expresó que “no vamos a olvidar que en este momento difícil ustedes se acordaron de nosotros, sepan que esta ayuda es muy valiosa, hay familias que ya están pasando hambre y esto les va a ayudar. Que Dios se los pague con creces.”

Por su parte, Julia Villalobos, secretaria general de la ACJ explicó que esta ayuda fue recogida por el papá de una voluntaria sueca, que se encuentra en El Salvador y “nos da mucha alegría que sirva para nuestros hermanos y hermanas del Bosque El Imposible, con quienes nos unen lazos de amistad.”

Explicó que han ayudado durante esta emergencia a diversas comunidades de Santo Tomas, Olocuilta, Comunidad Monseñor Romero de Suchitoto, y Cuisnahuat en Sonsonate, y hoy esta ayuda a la Comunidad San Alfonso del Bosque El Imposible.

BPS realiza protesta contra robo de ayuda para damnificados

SAN SALVADOR, 14 de octubre de 2005 (SIEP) Desafiando una fuerte presencia de antimotines de la PNC, dirigentes del Bloque Popular Social se manifestaron esta mañana frente al Ministerio de Gobernación para denunciar el robo de la ayuda internacional para los damnificados de la tormenta Stan.

Desde tempranas horas la Policía Nacional Civil desplegó a decenas de antimotines, abarcando varias cuadras en el perímetro del Ministerio de Gobernación.

Guadalupe Erazo, dirigente campesina, protestó por el irracional despliegue policiaco, afirmando que “sucede que el Ministro René Figueroa le tiene miedo a la verdad porque sabe que sus protegidos de la ANEP se están robando la ayuda internacional para los damnificados.”

“Durante –dijo-la tormenta Mitch en 1998 se robaron la ayuda, durante los terremotos del 2001 se robaron la ayuda, y hoy de nuevo el gobierno de Saca pone a la ANEP, a los empresarios, para que se roben la ayuda, es una desgracia este gobierno de ARENA para nuestro pueblo.”

“Protestamos porque se nos obstaculiza nuestro derecho a opinar, no se nos permitió hacer la actividad en la acera pública frente a Gobernación, nos están violando nuestros derechos. Y es que le tiene miedo a que les digan la verdad, saben que están manchados con sangre de la represión y con dinero de la corrupción. Y que no les tenemos miedo.”

Informó que “la protesta popular continúa, hemos instruido a nuestras bases para que le exijan al MOP la remoción de escombros en las comunidades, rechazar la militarización de los albergues, exigir la aplicación de la Ley de Prevención de Riesgos, denunciar la manipulación electoral de ARENA y responder a la prepotencia gubernamental y al robo de la ayuda internacional con la lucha organizada.”

Felicitó “a las comunidades del sur de San Salvador, del Cantón El Limón en Soyapango, de la carretera a Chalchuapa porque ya salieron a las calles, ya bloquearon la calle de Oro, la carretera al Aeropuerto para hacer oir sus planteamientos. La gente esta respondiendo al llamado a la lucha.”

La dirigente del BPS exhortó a “incrementar los niveles de lucha, debemos asegurar que si regresamos a nuestras viviendas lo hagamos en condiciones de seguridad, en los albergues organizarnos para exigir una vivienda digna y justa, no olvidar que solo luchando obtendremos victorias, nada será regalado, todo será conquistado con la pelea, con la lucha en las calles.”

¡Terminó la lluvia, la lucha continúa!

El Bloque Popular Social de El Salvador, ante la crisis nacional desatada por la tormenta Stan y la erupción del volcán Ilamatepec, consciente de su responsabilidad de orientar a los sectores populares, considera que:

1. El gobierno de Antonio Saca, mostró en esta crisis su total incapacidad para dirigir el país, y su completo desprecio por los sectores más humildes. Es un gobierno al servicio de los bancos.

2. La crisis provocada con su saldo de muertes y destrucción es el resultado de 16 años de un modelo neoliberal que ha destruido el país. Necesitamos salvar a El Salvador.

3. La pobreza de nuestro pueblo se ha incrementado, y va a crecer la exclusión social, el hambre y el desempleo. Y también va crecer la lucha.

4. Con este sistema capitalista, cada invierno y cada verano se constituyen en periodos de sufrimiento y muerte para los sectores populares.

Frente a esta situación, como sectores populares organizados, proclamamos ante la opinión pública nacional e internacional que:

1. Felicitamos a las comunidades que estan saliendo a las calles a exigir la remoción de escombros y obras de mitigación. Las calles se conquistan con lucha organizada.

2. Condenamos la militarización que se ha establecido en los albergues administrados por el COEN. No al militarismo.

3. Rechazamos que sea la empresa privada, la ANEP la que administre la ayuda internacional. No a la corrupción.

4. Denunciamos que los candidatos de ARENA estan instrumentalizando esta crisis. No a la demagogia electorera.

5. Exigimos se cumpla la Ley de Prevención de Riesgos.

6. Exigimos se permita el ingreso de médicos venezolanos y cubanos. Sí a la solidaridad internacional.

Estamos en pie de lucha, en cada albergue exijamos el respeto a nuestros derechos humanos. En cada comunidad la reparación y construcción de una vivienda digna. En cada vecindario la realización de obras de prevención y mitigación de riesgos.

El presente es de lucha, el futuro es nuestro

Coordinación Nacional del Bloque Popular Social

San salvador, 14 de octubre de 2005

Género, clase y lucha armada por el socialismo

Néstor Kohan
Revista América Libre

Néstor Kohan: ¿De todas las organizaciones que originariamente constituyeron el FMLN a cuál pertenecías vos y cómo te integraste a la lucha revolucionaria en El Salvador?

Comandante Rebeca: Yo llegué a formar parte de las Fuerzas Populares de Liberación (FPL), en el año 1973. Tenía entonces 17 años. Ingresé en la FPL porque originariamente estuve organizada en un movimiento católico que estaba orientado en los principios de la teología de la liberación. Entonces, a partir de una práctica más política, desde el compromiso religioso, pasé a la comprensión de la necesidad de la lucha armada y a un planteamiento político más integral, marxista leninista, que lo encontré en las FPL. Así entré yo a las FPL.

N.K.: ¿Fue fácil conjugar el cristianismo revolucionario y el marxismo?

Cmnte Rebeca: Bueno, hoy en día yo reflexiono sobre ello, pero en aquel tiempo, cuando yo ingresé a las FPL, no me cuestionaron que yo fuera católica. Pero teníamos un plan de formación muy estricto. Y entonces parte de nuestra formación consistía en estudiar un librito titulado ¿Qué es filosofía?. Y entonces a partir de allí nos introdujeron en el materialismo histórico y dialéctico, en la crítica de la religión, el porqué no había que ser idealista sino materialista, y bueno… me pareció lógico, y entonces le puse “borrador” a las ideas religiosas porque el peso del compromiso político y la convicción de que para el pueblo era necesario todo lo que estábamos haciendo y tener una explicación más científica me fue suficiente. Con el paso del tiempo yo he reflexionado más y creo que hay muchos valores dentro de la teología de la liberación, dentro del cristianismo, que si se aplican a la realidad social necesariamente necesitan del marxismo leninismo con toda su filosofía y entonces hoy yo digo que soy cristiana, no me hago problema si existe o no existe dios, pero creo que esos valores son válidos y que deben ser aplicados con un análisis correcto de la realidad y con una posición de clase, de género, muy definida, que nos permita avanzar hacia una sociedad justa. Entonces, como estaba jovencita, tenía entonces 17 años, pues no hacía entonces un gran conflicto… el conflicto me lo hice más de grande [risas].

N.K.: ¿En qué instancias religiosas participabas en esa época?

Cmnte Rebeca: Pues yo participaba de las juventudes estudiantiles católicas. Era un movimiento laico que había en toda América Latina que trabajaba por promover dentro de los estudiantes de secundaria una conciencia social y un sentido del compromiso. Además, estábamos bastante impactados por todo el planteamiento de la conferencia episcopal de Medellín del CELAM de 1968…

N.K.: Y por Camilo Torres…

Cmnte Rebeca: ¡Por supuesto que por Camilo Torres! Camilo era como una fuente de inspiración muy grande para nosotros; la gesta de los Tupamaros fue muy importante también, y todo lo que se presentó con la situación de Chile —se produjo justo en el año en que yo ingresé a la guerrilla— que en su conjunto conformaron un cuadro de mayor compromiso. Ese mismo año, en El Salvador, compitió la izquierda junto con la democracia cristiana… Por supuesto que en ese tiempo yo ya estaba en algo más radical, ya no estaba en la cosa electoral… Pero hubo un fraude tan extraordinario que para muchos jóvenes, sobre todo estudiantes, maestros y a algún sector obrero, terminó de darle sentido a la necesidad de contar con una estrategia político militar.

N.K.: ¿Cuándo nacieron las Fuerzas Populares de Liberación (FPL)?

Cmnte Rebeca: Las FPL nacieron el 1º de abril de 1970.

N.K.: Vos ingresaste en 1973…

Cmnte Rebeca: Sí, yo ingresé en la FPL en mayo de 1973. Ese año nos pusimos nombre. En 1972, cuando yo era colaboradora y todavía no militante, no teníamos nombre. En 1973 la organización pasa a denominarse FPL Farabundo Martí.

N.K.: ¿Cuál era la estrategia política de las FPL?

Cmnte Rebeca: Nuestra estrategia era de guerra popular prolongada. Se explicaba así: “Guerra” porque frente a una dictadura militar que había cerrado todos los espacios pacíficos y político-electorales había que combatir con las armas en la mano, había que combatir para derrocar a la dictadura militar que imposibilitaba a sangre y fuego cualquier vía de transformación revolucionaria en el país. Por eso era guerra. Porque aunque en ese momento promovíamos una estrategia político-militar su eje principal era la lucha armada. “Popular” porque partíamos de la premisa de que debía ser la guerra de todo un pueblo y no un foco guerrillero que se separara de la población. Debía incorporar a todo el pueblo a la lucha —en sus diferentes formas de lucha— teniendo como eje principal la lucha armada. Y “prolongada” porque partíamos de una correlación de fuerzas que la sabíamos absolutamente desigual y en contra nuestra. Y sabíamos que llegar a construir la capacidad de fuerza para derrotar al enemigo requería de un largo proceso de lucha político y militar. Entonces nuestra estrategia era una guerra popular y prolongada que tenía como objetivo llegar a una sociedad socialista.

N.K.: ¿Cuál era la base social con la que contaban o a la que apuntaban para realizar esa estrategia?

Cmnte Rebeca: Bueno, nos basábamos en la alianza obrero campesina como alianza principal con la hegemonía de la clase obrera pero también abierta a la participación de los sectores medios de la población.

N.K.: ¿Qué papel jugaba el enfrentamiento con el imperialismo dentro de esa estrategia de guerra popular prolongada?

Cmnte Rebeca: Nosotros conceptualizábamos que nuestra lucha debía ser necesariamente antiimperialista porque la burguesía criolla era aliada del imperialismo. No se podía comprender a la burguesía criolla desligada de su alianza con el imperialismo norteamericano. Nosotros considerábamos que “nuestra” dictadura militar tenía un carácter fascistoide, pues si bien aplicaba algunos métodos fascistas, dada la situación histórica del país no era un clásico gobierno o bloque en el poder de carácter fascista. Era más bien un capitalismo dependiente neocolonial con una dictadura militar a su servicio.

N.K.: Resulta interesante que ustedes le llamaran “burguesía criolla” y no “burguesía nacional”…

Cmnte Rebeca: Sí, es cierto, nosotros conscientemente le decíamos “criolla” porque no le atribuíamos ningún sentido “nacional” frente al imperialismo. Por ejemplo el proceso de industrialización en El Salvador nace de una gran alianza con los Estados Unidos. Anteriormente la explotación del café y otros productos fueron pensados como parte de una economía en función de las potencias imperialistas, particularmente de Estados Unidos.

N.K.: En el momento de ingresar a las FPL ¿qué influencia tuvieron el ejemplo del Che Guevara y toda la experiencia de la revolución cubana?

Cmnte Rebeca: Nosotros, verdaderamente, tomamos una gran inspiración tanto del Che Guevara como de la revolución cubana en su conjunto. En nuestros análisis nosotros planteábamos que el ejemplo del Che Guevara y el ejemplo de la revolución cubana lo retomábamos en varios sentidos. Primero, en el sentido de que la viabilidad de una lucha revolucionaria político militar podía ser exitosa a pesar de toda la ofensiva que el imperialismo había lanzado contra Cuba. Eso era realmente una gran inspiración. Por otro lado el carácter ético e internacionalista del Che Guevara era otro elemento que nos nutrió muchísimo a la hora de adoptar nuestras decisiones políticas de vida.

N.K.: ¿Por qué adoptaban el nombre de Farabundo Martí y cómo fue el proceso de integración con otras organizaciones revolucionarias de El Salvador bajo ese mismo nombre?

Cmnte Rebeca: Adoptamos el nombre de Farabundo Martí porque en nuestro país, en El Salvador, en 1932 se dio quizás la primera insurrección obrero campesina de América Latina. ¡Crearon incluso un soviet! Eso duró muy poco tiempo. Esa rebelión se dio en el marco de la depresión de los años 30 y fue liderada por el naciente Partido Comunista que entonces dirigía Agustín Farabundo Martí y lo que se llamaba La Regional que en El Salvador era como una confederación obrera campesina centroamericana que surgió en aquellos tiempos. Entonces Farabundo, junto a Feliciano Ama, un líder del movimiento campesino e indígena de El Salvador, Francisco Sánchez, Emiliano Zapata y seguramente algunas mujeres —que la escritura oficial de la historia no ha visibilizado pero seguro que debió haber mujeres— dirigieron esa gran gesta que fue masacrada y en la cual… ¡exterminaron a 30.000 campesinos en un mes! Lo hizo un dictador militar que prácticamente instauró el período de la dictadura militar en El Salvador. Entonces Farabundo Martí es para nosotros como el primer marxista, el primer revolucionario que se logró vincular con los sectores populares y llevar adelante la primera lucha obrero campesina en el siglo XX en El Salvador.

N.K.: Farabundo había militado y trabajado políticamente con Sandino…

Cmnte Rebeca: Efectivamente. Él había estado anteriormente con Sandino en Nicaragua. Farabundo fue desde siempre un hombre centroamericanista e internacionalista. Por eso nosotros nos identificamos con él y adoptamos ese nombre. Y nos llamamos Fuerzas Populares por lo mismo, por el carácter popular de nuestra lucha. Nos llamamos de liberación por el carácter antiimperialista de nuestro proyecto.

N.K.: ¿Cuál fue el momento de inflexión en la conformación de la unidad revolucionaria en El Salvador?

Cmnte Rebeca: Bueno, yo pienso que ya para 1980 nosotros logramos generalizar la lucha revolucionaria en nuestro país y llegamos a amplísimos sectores del pueblo. Pero también habían surgido otras organizaciones político militares. Estaban el Ejército Revolucionario del Pueblo (ERP), el Partido Revolucionario de los Trabajadores centroamericanos (PRTC), la Resistencia Nacional (RN) y el Partido Comunista que en 1978 se decide a apoyar los esfuerzos de lucha armada que había en el país. Entonces se da una crisis muy importante al interior del Ejército y la dictadura militar. Se produce mayor represión y al mismo tiempo un auge generalizado de las luchas. Esta situación nos llevó, a cada una de las fuerzas revolucionarias, a la comprensión de que deberíamos unificarnos para empujar juntos en la estrategia para el nuevo período que se avecinaba. Además ya se habían superado algunos elementos políticos que impedían la unidad. Por ejemplo, durante el período previo, el Partido Comunista (PC) no aceptaba nuestra estrategia de lucha político militar, por lo tanto no nos podíamos aliar ni unir.

N.K.: El PC tenía una estrategia más institucional y parlamentaria…

Cmnte Rebeca: Sí, totalmente. Tenía una estrategia electoral y parlamentaria. Además, por ejemplo, el ERP de aquel tiempo tenía una definición más prochina y nosotros, las FPL, teníamos una visión más autodeterminada. Entonces la práctica nos llevó a superar los problemas de la lucha ideológica. ¡Así fue! ¡En la calle superamos esos problemas que nos dividían! Y entonces se dieron las condiciones para crear el Frente Farabundo Martí de Liberación Nacional (FMLN).

N.K.: ¿El PRTC tenía una inclinación más trotskista?

Cmnte Rebeca: Pues mira, el PRTC y la RN son ramales desprendidos del ERP. En el PRTC había más influencia un poco más trotskista y marxista, mientras que la RN también tenía influencia marxista pero había más pluralidad en los planteamientos, al igual que en el ERP. La Resistencia Nacional surge después del asesinato de Roque Dalton. La RN es la organización que surge cuando es reprimida la orientación política de Roque Dalton, Milagros Ramírez y otros dirigentes que cuestionaban el militarismo del ERP. El ERP tenía una visión más militar que política y una visión más insurreccional.

N.K.: Vos mencionás a Roque Dalton, un compañero muy querido y admirado por todos nosotros. ¿Cuál es el papel de Roque en el surgimiento de estas organizaciones revolucionarias?

Cmnte Rebeca: Roque Dalton se incorpora al ERP y, desgraciadamente, muy tempranamente, es asesinado. Roque va a El Salvador a incorporarse a la lucha, en la clandestinidad. ¡Pero el poeta revolucionario cae, para colmo, en la organización más militarista!. Entonces yo me imagino, porque no estuve dentro del ERP, que las propuestas suyas más frescas, de relación con el pueblo, la orientación de desarrollar otros ámbitos de la lucha, entraron en contradicción con la visión más estrictamente militarista del ERP.

N.K.: Aún con diferencias con las visiones más militaristas, Roque propiciaba la lucha armada…

Cmnte Rebeca: ¡Por supuesto!. Roque se integra en la lucha armada porque comparte su necesidad y porque está de acuerdo en desarrollar una estrategia político militar pero tiene un enfoque más integrador, más integral. Cuando Roque es capturado, nuestra organización, las FPL, intercedió por él. Mi hermano estaba de jefe de todas las FPL en esos días porque Marcial [comandante de las FPL] estaba fuera del país. Entonces mi hermano me contó que a Roque lo tenían capturado y lo acusaban de ser “agente de la CIA”. Por entonces nosotros, las FPL y el ERP teníamos contactos de seguridad. Aunque no estábamos unidos nos pasábamos información, por ejemplo cuando sabíamos que el Ejército estaba vigilando casas y esas cosas. Entonces ellos, los del EP, le contaron a mi hermano que tenían capturado a Roque y a otro compañero que se llamaba Pancho por ser “agentes de la CIA”. Entonces mi hermano me contaba que las FPL le plantearon al ERP la cuestión de cómo demostraban que Roque era “agente de la CIA”… Le preguntaban si tenían pruebas, si habían hablado con Roque, si Roque había aceptado o había aclarado… Entonces le preguntaron qué juicio le iban a hacer, con qué defensa, con qué procedimiento… Por entonces nosotros, las FPL, aún en la clandestinidad, teníamos garantizado de que no hubieran juicios de ese tipo, juicios en los que terminemos matándonos entre nosotros mismos… entre los propios revolucionarios. Ellos respondieron que se le iba a hacer un juicio. Entonces las FPL solicitaron que, aunque no fuéramos integrantes del ERP, queríamos estar presentes en ese juicio a Roque. El ERP respondió que sí. Entonces cuando mi hermano fue al contacto, cuando fue a contactarlos ellos le respondieron “Fíjate que ya no va a haber juicio porque ya lo matamos”.

N.K.: ¿Sin juicio?

Cmnte Rebeca: Sin juicio… ¡Y eso a mí me consta porque mi hermano estaba metido en eso directamente! Mi hermano era, como te dije, de la dirección de las FPL y estaba en esas relaciones con el ERP. Mi hermano murió después. Por eso fue que nosotros, como FPL, fuimos muy reticentes a la incorporación del ERP al Frente Farabundo Martí de Liberación Nacional (FMLN). Porque nosotros conocíamos esas prácticas… A tal punto que más tarde, nosotros nos dedicamos a clandestinizar a los integrantes de la Resistencia Nacional (RN) que los del ERP querían matar… En el “divorcio” del ERP nosotros, las FPL, tuvimos que apoyar a las RN para que no los mataran. Finalmente les dijimos al ERP: “Ustedes matan solamente a un compañero más y nosotros vamos a denunciarlos públicamente y vamos a iniciar una campaña contra ustedes”. Porque ya andaban persiguiendo y emboscando a integrantes de la RN. Así fue esa historia triste.

N.K.: Antes de que lo acusen Roque ya había escrito ese libro maravilloso titulado Un libro rojo para Lenin… ¿no es cierto?

Cmnte Rebeca: Sí, es verdad, lo había escrito antes.

N.K.: ¿La militancia joven de El Salvador leía ese libro de Roque?

Cmnte Rebeca: ¡Claro! ¡Claro! Aun con la dictadura y la clandestinidad, Roque era muy leído por toda la juventud de nuestro país, por los estudiantes, los universitarios pero no sólo por la gente más radical. Roque tenía un ascendiente moral muy grande en toda la juventud progresista de El Salvador.

N.K.: Vos llegaste a ser comandante del FMLN

Cmnte Rebeca: Sí, fíjate que sí…

N.K.: ¿Ya eras comandante en las FPL antes de que se constituyera la unidad de las cinco organizaciones?

Cmnte Rebeca: Sí, en las FPL había ciertos criterios para ser comandantes. Yo creo que en total llegamos como 14 a ser comandantes. La comisión política era la comandancia general de nuestra organización. Todos los miembros de la comisión política eran comandantes revolucionarios y estaban dirigiendo el trabajo político militar. Los que cumplíamos uno de estos dos requisitos: haber dirigido militarmente un frente de guerra o haber dirigido militarmente un batallón en adelante…

N.K.: ¿Qué significa “en adelante”?

Cmnte Rebeca: Significa un batallón, dos batallones, una brigada, etc. Entonces los que cumplíamos uno de estos dos requisitos podíamos tener el grado de comandante. Yo fui jefa de dos frentes guerrilleros. Por un período fui jefa del frente para central y en otro período fue jefa del frente occidental. Entonces cumplía las condiciones de haber dirigido tropa, de haber dirigido el mando, de haber sido responsable de la defensa de una zona grande y de haber asumido ese trabajo. En esas condiciones me otorgaron el grado de comandante.

N.K.: ¿La comandancia del FMLN?

Cmnte Rebeca: La comandancia de las FPL.

N.K.: ¿Cuántos guerrilleros tenía cada uno de esos frentes?

Cmnte Rebeca: Bueno, eso depende. Fíjate que en el frente para central teníamos dos batallones de unidades móviles que podían desplazarse. Eso significa que eran como 1.000 (mil) personas, con el aparato logístico como 1.300 personas. Esas unidades móviles no estaban ligadas a la defensa del terreno. Eran unidades que podían concentrarse para golpear al enemigo en puntos clave sin problema de abandonar terreno porque su misión principal consistía en buscar las unidades del enemigo donde estuvieran y no tanto la defensa del terreno. Aparte de eso teníamos dos batallones y su logística, una unidad de armas de apoyo que podía acompañar, o bien a la guerrilla o bien a las milicias o bien a las unidades móviles. Allí teníamos camiones, ametralladoras, etc. Esa era una unidad como de 150 personas. En cada región del frente había un destacamento guerrillero. Entonces nosotros teníamos cuatro destacamentos guerrilleros, más o menos de 100 ó 125 personas que eran guerrilleros a tiempo completo en la lucha armada pero que operaban contra el enemigo en su zona. Se concentraban pero dentro de su zona. No podían moverse dentro del frente ni fuera del frente para otro tipo de operaciones. Emboscaban en carreteras, limpiaban los puestos de paramilitares de su zona, esos eran los destacamentos guerrilleros. Eran cuatro: 400 personas. Y además estaban las milicias de autodefensa, que eran personas que vivían dentro de las comunidades campesinas que había dentro de cada frente de guerra, participaban del poder local en cada una de sus comunidades, y eran directamente los encargados de la defensa de la población civil y de enfrentar todo lo que era la autodefensa para los grandes operativos militares. A su vez la milicia era una poderosa fuerza de apoyo junto con la población civil para el abastecimiento de las unidades guerrilleras y de las unidades móviles. Por todo el frente para central había en total unas 3.000 personas en armas, si se suman las 1.300 a todo el resto.

N.K.: ¿Todo esto que me relatás hace referencia a las FPL, antes de la unidad en el FMLN?

Cmnte Rebeca: Sí, las FPL. Y de ahí nos mandan al frente occidental, que era al revés… ¡Ahí teníamos cuatro gatos! [risas]. Ahí éramos como 60 (sesenta) y además muy móviles porque las zonas no eran controladas sólidamente. Se decían controladas pero yo que venía de San Vicente cuando llegué allí me sentí en el infierno [risas]. Había una gran movilidad. El enemigo entraba a cualquier rato, y entonces nos dieron una misión. A ese frente las Fuerzas Armadas del estado nunca le metían batallones de elite… porque operaban muy poco. Entonces mi tarea consistía en llevarme para esa zona un batallón de elite del enemigo al menos una semana una vez al mes. Entonces yo tenía que estar golpeando y golpeando hasta que llegaba el bendito batallón de elite [risas] y entretenerlo allí una semana para alivianar las zonas más de retaguardia. Esa misión la cumplimos bien. Al final del tiempo que estuve allí llegamos a tener, unos 700 guerrilleros y guerrilleras. Es decir que en la relación con la población llevamos adelante un trabajo de reclutamiento y entrenamiento y consolidamos una retaguardia propia. Eso nos permitió tener mayor incidencia y estar más seguros de tener cada mes al batallón elite y, por otro lado, tener un asentamiento para tener no sólo el trabajo militar sino también el trabajo político. El trabajo político se dirigía desde el frente hacia las zonas urbanas y hacia las zonas entre lo urbano y el frente. Allá teníamos gente trabajando que dependía de la dirección político militar de cada frente.

N.K.: ¿Había muchas comandantes mujeres?

Cmnte Rebeca: Bueno, hubo algunas. En mi organización es algo bastante cruel porque viva, sólo yo estuve en ese cargo, fíjate. A las demás se las nombró después de muertas que es una cosa como del machismo, ¿verdad? Porque hay como cuatro compañeras más que se desarrollaron bastante bien, dirigieron zonas importantes, fueron de los mandos superiores, y sólo llegaban al grado de capitán. Ya muertas, por su ejemplo y todo eso, obtuvieron el grado de comandantes. Allí están la compañera Ruth, la compañera Susana y la compañera Coralia, las más importantes que lograron en mi organización el grado de comandante.

N.K.: Eso a nivel de comandantes. Y en el plano combatiente: ¿había muchas mujeres guerrilleras?

Cmnte Rebeca: Sí, cuando las Naciones Unidas hicieron el censo de guerrilleros y guerrilleras, nosotras éramos el 35%.

N.-K.: ¿En las FPL o en todo el FMLN?

Cmnte Rebeca: En todo el FMLN. En las FPL había una mayor presencia de mujeres en los mandos medios y superiores de la guerra. Porque en las otras organizaciones que luego integraron el FMLN yo nunca conocí mujeres que dirigieran militar y políticamente zonas. ¡Nunca! ¡Nunca! ¡Nunca! Sin embargo, nosotras tuvimos el mando de la zona de Cinquera [¿?, inaudible], el mando de la zona militar de Chalatenango, el mando de la periferia inmediata de San Salvador bajo mujeres que se destacaron con excelencia en esas tareas y que cayeron en combate.

N.K.: En los relatos legitimantes de la sociedad patriarcal, por lo menos en América Latina, se suele asignar a la mujer el rol tradicional de “preservar la vida”, de “ser madre” y todo eso. ¿Cómo viviste vos esos temas con tu participación en la lucha armada por el socialismo?

Cmnte Rebeca: Mira, la guerra civil ya desatada duró 12 (doce) años en El Salvador. Entonces tuve diferentes experiencias. Primero a nivel personal. Porque yo tuve mi hijo al comienzo de la guerra, en 1974. Cuado estaba en la clandestinidad tuve a este hijo. Pero después, en plena guerra, tuve a mi segunda hija. Fueron vivencias diferentes pero tenían un común denominador: un gran renunciamiento de parte de las mujeres a poder desarrollar su maternidad con sus hijos. Tener hijos era “para un rato” porque sabías que después no ibas a poder atenderlo, lo colocabas en casa de algún pariente o de alguien. Tanto en el FMLN como en las FPL eso era una situación muy difícil porque las mujeres embarazadas salían del frente de guerra, iban a tener sus hijos afuera, cuando regresaban, volvían sin su hijo… eso se siente como si te hubiesen hecho una amputación sin anestesia. ¡Horrible! Cuando regresaban al frente, las mujeres casi siempre se encontraban al compañero ya acompañado de nuevo, con lo cual se encontraban sin compañero. Además, cuando regresaban al frente, la mayoría eran trasladadas a otras tareas. Normalmente las tareas que les eran asignadas eran de menor rango y además eran criticadas porque se deprimían al haber dejado a sus hijos o porque llegaban tristes. No había una claridad en lo que se podía vivir en todo este fenómeno. Y de esto ¡no escapaba nadie! Fíjate que yo estaba en un frente importantísimo y después que nació mi hija me mandaron al frente occidental, ya te conté. Claro que yo lo tomé como un desafío, como un reto, pero era una política muy sexista. Creo que durante la clandestinidad había menos sexismo que durante la guerra civil propiamente dicha.

N.K.: ¿A qué atribuís esa diferencia?

Cmnte Rebeca: Yo lo atribuyo a que al ser más fuerte el peso militar en esa fase de la lucha llevó a que las cualidades masculinas se consideraran como si fueran más revolucionarias que las femeninas. Eso sí es expresión del sexismo. ¿Cómo te explicás que nosotros tuviéramos 35% de combatientes guerrilleras, mujeres, y que hubiera tan pocas comandantes mujeres? Yo calculo que en el FMLN hay como unos 60 (sesenta) ó 65 (sesenta y cinco) comandantes, a un promedio de unos 11 (once), aproximadamente, por partido —eran cinco partidos los que integraban el FMLN—; unos más otros menos. Nosotros, el FPL, éramos muy grandes, éramos como el 40% de la tropa del FMLN. Y entonces andá a buscar a las mujeres comandantes… ya te dije, cuatro de nosotras, pero tres ya muertas; viva, sólo yo. Ahí estaban Ana Guadalupe, Lidia, Lisa, Mariana, Dalia y… paremos de contar. ¡Hasta ahí! ¡Es increíble! No había un reconocimiento del aporte que daban las mujeres.

N.K.: ¿Cómo era el trato con los compañeros varones?

Cmnte Rebeca: ¿En mi caso? Pues mira, sólo firmada la paz y reflexionando sobre la condición de género he podido retroceder y pensar que era increíble porque al principio yo creía que no era discriminada. ¡Yo no soy discriminada! ¡Yo mando hombres!… para empezar. ¡Soy la jefa del frente y todos los demás son hombres y yo los mando! Aparentemente… ¿cuál discriminación? Aparentemente… porque yo eso lo pude sostener a condición de actuar, conducirme y reflexionar en muchos temas de fondo como hombre. [Risas]. Es feo, ¿verdad? Pero esa es la conclusión a la que he llegado hoy en día. Y no digo “como hombre” en la opción sexual sino en lo que es la condición de género. Es decir, qué decisiones tomé en cada momento, cómo consideré a mis compañeras mujeres, qué tipo de justificaciones di como para que prevaleciera el sexismo, como prevaleció, en las filas del FMLN. Durante los últimos años, después que naciera mi hija, yo comencé a cambiar un poco, pero entonces no tenía una comprensión científica de lo que pasaba. Yo creía que era como una “desgracia”. El haber estudiado después algunas corrientes de pensamiento feminista me hicieron ver que era un problema tan estructural como la pobreza.

N.K.: En estas corrientes feministas que vos leíste ¿se le otorgaba suficiente atención a la participación de las mujeres, no en la política “en general”, sino a la militancia de las mujeres específicamente en la lucha armada? ¿O, por el contrario, se tendía a subestimar el análisis de esa problemática privilegiando una mirada centrada en la institucionalidad?

Cmnte Rebeca: Bueno, vos sabés que hay teorías de teorías sobre el rol que deben tener las mujeres en la sociedad y dentro mismo del feminismo existe una gran diversidad de corrientes de pensamiento. Desde algunas muy pacifistas, muy moderadas, muy posmodernas, hasta planteamientos más claros sobre cómo la opresión de género y su relación entre hombres y mujeres se vuelve funcional a la reproducción del sistema capitalista. O sea corrientes que analizan cómo la opresión de género y la reproducción capitalista se refuerzan mutuamente. El capitalismo como sistema es patriarcal, es racista, es sexista, y se refuerza con estas dominaciones para hacer más perfecta la dominación de los pueblos. Por ese lado yo me orienté más. Por otro lado leí algunos textos, algunos muy idílicos sobre las mujeres guerrilleras, por ejemplo los de Margaret Randall, quien ha escrito tanto sobre las mujeres en los procesos revolucionarios desde una perspectiva de una gran admiración y muy poca crítica hasta textos que decían que “las mujeres nunca más deberíamos andar pensando en guerras”. Yo creo que el tema consiste en que los pueblos no escogen los caminos. Esto sucede porque el nivel de selección que tienen es el que la realidad les da para lograr sus objetivos de transformación. En las condiciones de mi país, las mujeres y los hombres que tomamos las armas debíamos tomarlas en aquel momento. Y de no haberlo hecho El Salvador estaría en condiciones mucho más desgraciadas de las que nuestro pueblo vive y está ahora. Las mujeres no estaríamos ahora hablando de igualdad en El Salvador si todavía fuera el reino de los escuadrones de la muerte. Estaríamos hablando de otras cosas. Es por eso que yo no me arrepiento ni me desubico a la hora de pensar en el papel que nos tocó jugar en la guerra. Lo que sí creo es que pudimos tener una visión más integral, no sólo de clase sino también de género.

N.K.: ¿Pudieron haberla tenido?

Cmnte Rebeca: Sí, pudimos haberla tenido y no la tuvimos, porque éramos muy sectarios en reconocer este tipo de aportes que nos venían “del exterior”. Estábamos en guerra, nos estábamos dando duro, y entonces razonábamos así: “si esta persona no está con nosotros con las armas en la mano, ¿de qué nos viene a hablar?”. Pudimos haber tenido un enfoque mejor y más abarcador. Lo fuimos corrigiendo bastante. No todo lo que nos gustaría ni todo lo suficiente pero lo fuimos corrigiendo.

N.K.: ¿La represión del ejército era peor hacia las mujeres, por ejemplo cuando caían prisioneras de las fuerzas contrarrevolucionarias y contrainsurgentes?

Cmnte Rebeca: Bueno, vos sabés que los ejércitos burgueses siempre toman a las mujeres como trofeo de guerra y como una manera de terminar de humillar al pueblo. Muchas compañeras fueron violadas, torturadas, asesinadas por los militares. ¡En El Salvador el Ejército se ensañó en matar y asesinar a las mujeres, a la niñez y a los ancianos! Sobre todo porque los hombres jóvenes andaban en la guerrilla. Entonces la manera que tenían ellos de hacer desesperar a la guerrilla era invadir a la población civil que se quedaba en las aldeas y comunidades y allí arrasar. Era la política de tierra arrasada, bajo el lema de “quítemosle el agua al pez”. El “agua” de esos peces eran las mujeres, así como los niños y las niñas y los ancianitos. Entonces su objetivo consistía en arrasar con la gente y no sólo con ellos… También arrasar con los cultivos, las casas, con todo. ¡Era una política clara y deliberada para aislar políticamente al FMLN! ¡Eso no se logró! Era increíble… en San Vicente hubo un tiempo en que el Ejército ya había arrasado con las casas y con todo… la gente andaba con láminas de aluminio y zinc [en Argentina se las conoce como chapas]. Y entonces aunque el Ejército hiciera operativos, la gente se iba a huir a los montes. Y aunque el Ejército quemara las láminas, ahí quedaban las láminas… y luego la gente montaba de nuevo las láminas. Entonces hubo un tiempo en que el Ejército hasta realizó desembarco de helicópteros para llevarse las láminas en helicóptero… ¡Es increíble! ¡Un batallón de elite trasladando las láminas! Cuando nosotros escuchábamos las comunicaciones del enemigo que decían “Lleva las láminas” no lo podíamos creer…

N.K.: Esa era una estrategia deliberada…

Cmnte Rebeca: Era una estrategia deliberada de los gringos, de los norteamericanos, para que la gente de nuestro pueblo no tuviera nada, si siquiera algo con que taparse en invierno…

N.K.: Era una estrategia no sólo circunscripta a El Salvador, sino aplicada por los norteamericanos en todo el continente…

Cmnte Rebeca: ¡Por supuesto!. Esa política de tierra arrasada estaba impulsada por los asesores norteamericanos que tenían los militares salvadoreños, quienes se basaban en la teoría de guerra contrainsurgente denominada “guerra de baja intensidad”. Esa perspectiva era impulsada por los asesores norteamericanos y el Ejército salvadoreño la aplicó a rajatabla asesinando y arrasando a nuestro pueblo. ¡A pesar de todo ello no lograron derrotarnos!. Es importante subrayar esto para comenzar a recuperar la autoestima de nuestro pueblo y de los revolucionarios. ¡Ni siquiera con todo eso lograron derrotarnos! ¡No pudieron con nuestra lucha!

N.K.: Pensando en los desafíos actuales: ¿qué es lo que vos más rescatarías de los años en que participaste en la guerra revolucionaria en El Salvador?

Cmnte Rebeca: Mirá, yo rescataría varias cosas, algunas conclusiones que considero muy importantes. La primera es que si una estrategia es absolutamente justa a los ojos del pueblo no resulta posible derrotarla. Nosotros tuvimos la virtud de poder ganar en el imaginario y la conciencia de nuestro pueblo la idea de la justeza de nuestra lucha. Por eso logramos derrotar todos los esfuerzos que el imperialismo gringo y la dictadura militar en El Salvador intentaron implementar contra nosotros. La segunda conclusión es que el haber tenido la visión de que éramos una fuerza política y no solamente guerrillera nos permitió ser sensibles a los cambios de los tiempos y no quedarnos solos y aislados en el monte analizando los problemas del mundo. Esa perseverancia en mantener una visión política y el sentido de lo que estábamos haciendo es lo que le ha permitido al FMLN ser uno de los pocos movimientos guerrilleros que ha ingresado en la vida civil y no por haber sido derrotado. Un movimiento guerrillero que no ha realizado plenamente la victoria pero que no ha sido derrotado, un movimiento que va en ascenso con posibilidades, con respeto y con aceptación en gran parte de la población. Yo creo que eso tiene que ver con el profundo sentido político de nuestra actividad guerrillera. La tercera enseñanza que yo rescataría de ese tiempo es la cultura de solidaridad y de desprendimiento que nos llevó a la guerra. ¡Ese es un tesoro que no me lo quita nadie! Es como un “arma secreta” que uno tiene frente a los adversarios actuales, si es que uno lo ha reflexionado. Cuando yo soy diputada tengo como esa “arma secreta”… éstos no saben que yo puedo vivir sin ropa, éstos no saben que yo puedo vivir diez años sin cine, éstos no saben que yo puedo vivir sin carro y que todo lo que tengo ahora igual puedo no tenerlo. ¡No dependo de nada de eso! ¡Saber y sentir eso es como un “arma secreta” frente a la seducción del capital! Esa “arma secreta” es la autoestima de lo que hemos sido capaces de hacer moral y materialmente. Me queda y nos queda como un valor que no lo puede quitar nadie. Es un “arma secreta” frente a aquellos que no logran entenderlo y además es un potencial del movimiento revolucionario salvadoreño. En cuarto lugar, extraigo como enseñanza que la guerra saca lo más bello y lo más espantoso de los pueblos. Constituye algo dramático. Si bien el movimiento en su conjunto es un movimiento muy revolucionario, ya individualmente uno no puede ser ingenuo. Cada persona que estuvo en la guerrilla no tiene necesariamente esa “arma secreta” que yo te cuento. Los casos de dirigentes que estuvieron en la guerra y que luego, una vez que finaliza la guerra, se han alucinado con las posibilidades que te muestra la burguesía y la derecha simplemente te hacen ver que frente a una guerra donde el Ejército te está disparando… todos se unen, ya que el Ejército no pregunta “¿De qué ideología es usted?”, sino que razona así “De aquí para allá son todos guerrilleros y los mato a todos”. Pero cuando ya no hay disparos de fusiles de por medio las conductas se diversifican. Entonces debemos mantener el criterio de que ninguna persona puede ni debe olvidar su vida pero al mismo tiempo no puede vivir de las rentas de lo que hizo en el pasado. Cada día, cada día, cada día uno tiene que preguntarse si está actuando en consecuencia y de acuerdo a las necesidades de su pueblo y no fantasear diciendo “ya actué en la década pasada y por eso me quedo hasta que me muero”. Cada día hay que volver a plantearse si uno es o no consecuente con los principios de la revolución.

N.K.: A partir de toda esta experiencia militante revolucionaria que nos acabás de contar: ¿qué te gustaría decirle a las militantes jóvenes que hoy hacen sus primeros pasos en la lucha contra el capitalismo y el imperialismo, en El Salvador pero también en otros países del mundo?

Cmnte Rebeca: Yo creo que nuestra actual juventud tiene el gran reto de crear formas de lucha y de crear propuestas que den continuidad y no abandonen la herencia revolucionaria y al mismo tiempo adecuen a los tiempos las propuestas que hemos hecho los adultos cuando éramos jóvenes hace treinta años. Ese es un reto que tienen. No deben dejarse intimidar por las certezas y las fijaciones que tenemos los más adultos. Esa es una cosa. La otra es que no caigan en la trampa de no incorporar en sus luchas actuales el enfoque de género. Porque cuando una es jovencita normalmente tiene la ilusión de que va a ser eternamente jovencita y puede caer en el error de que la teoría de las relaciones de género “es algo para las mujeres viejas”. Pero te das cuenta de que si te discriminan desde chiquita te haces vieja más rápido. Además, pensando en el futuro, yo creo que en la sociedad no hay perspectiva hacia adelante para las ideas de izquierda, para las ideas revolucionarias y transformadoras, si no se incorpora el enfoque de género.

En Centroamérica, la guerra continúa por otros métodos y caminos

Monseñor Gregorio Rosa Chávez es obispo auxiliar de San Salvador y presidente de Cáritas para América Latina y el Caribe. Colaborador histórico de Óscar Romero, es un activo defensor de los derechos humanos y ha ejercido como mediador en todo tipo de conflictos, especialmente en las negociaciones durante la guerra de El Salvador. Ahora continúa ejerciendo como mediador en numerosos conflictos sociales. Esta entrevista se realizó en México D.F. en mayo de 2005, durante la celebración del III Encuentro Internacional de la Radio, organizado por el Servicio Latinoamericano de Radio Nederland y la Red Nacional de Radiodifusoras y Televisoras Educativas y Culturales. En ella, Rosa Chávez se muestra muy crítico con los procesos de paz centroamericanos porque, afirma, se han basado en el olvido y la impunidad, no han tenido en cuenta las exigencias de verdad y justicia que deben guiar la salida de cualquier conflicto armado y no han significado un final real de la violencia. El fin de las guerras civiles que asolaron Centroamérica en los años ochenta no logró abordar las causas de los conflictos, por lo que estos continúan, ahora por otras vías.

Usted ha recibido un premio por su labor en la defensa de los derechos humanos.

Sí, lleva el nombre de un joven que fue asesinado durante la guerra de El Salvador, Herbert Olaya Sanabria. Su esposa es actualmente una militante de derechos humanos y magistrada de la Corte Suprema. Otorgan un premio cada año y el año pasado me lo dieron a mí. En mi país los derechos humanos fueron un arma de guerra y, después de ella, la lucha continúa, porque se firmó la paz pero no se atacaron las raíces de la violencia. Esto hace que la guerra continúe por otros métodos y caminos.

¿Cuáles son los principales errores cometidos en el proceso de paz de El Salvador?

Hay un documento que yo cito siempre a este respecto. Cuando el Papa nos visitaba por segunda vez en El Salvador, en 1996, la Iglesia publicó un documento que planteaba “a qué país viene el Papa”. Y la respuesta era que venía un país que firmó la paz pero no tiene la vivencia cotidiana de la paz. Después de la guerra aumentó la extrema pobreza y el desempleo, y hay una tremenda inseguridad ciudadana. Yo añadiría un cuarto elemento: es un país que firmó la paz pero no está reconciliado. Hay un temor inmenso a la reconciliación, la verdad y la justicia. Se pretende que olvidemos lo que pasó. Ésa es la fórmula del gobierno: perdón y olvido. Esto hace que la gente se desespere y que la violencia estalle por todos lados.

El país sufre el problema de la violencia y también el de la emigración.

Muchos de los pandilleros de ahora son hijos de gente que combatió, murió o que huyó del país para buscar mejores condiciones de vida. Es un país que expulsa a sus hijos, y hay que insistir en el derecho a emigrar y el derecho a quedarse. Esto supone el derecho a una vida digna dentro del país. Pero no es ésta la visión del gobierno. Prefiere tener fuera a gente que mande dólares antes que fortalecer las familias dentro. La realidad obliga a que seamos permanentemente un país expulsor. Esto es intolerable pero es la realidad cotidiana, cada día quinientas personas intentan salir de El Salvador. Muchos llegan a su destino, otros no, y un buen número regresa con una deuda inmensa que pagar y sin poder hacerlo.

¿Se puede decir que no se está haciendo lo suficiente para atajar las causas de la violencia sino que las políticas se centran en los síntomas?

El Salvador es el país más violento de América Latina, rivalizando con Guatemala y Honduras pero en el primer lugar. Y el remedio sería muy sencillo. Si hubiera apoyo real a las personas y las familias, si tuvieran una vida digna y oportunidades de estudio y trabajo para sus hijos, en poco tiempo bajaría a la mitad la cifra de homicidios. Pero el gobierno, con su política neoliberal, no quiere imaginar dónde están las verdaderas causas ni las quiere atacar. Hay maquillajes como el combate a la pobreza que se ha anunciado, pero no se va al fondo del problema. El presidente actual, Antonio Saca (de la Alianza Republicana Nacionalista, ARENA) ganó la presidencia, en parte, con una promesa de dar seguridad, y puso a las pandillas, las “maras”, como la causa principal de inseguridad. Como resultado de la legislación que se aplicó, actualmente hay casi 4.000 muchachos en la cárcel pero el índice de homicidios ha subido, y hay poco debate sobre las causas de la violencia. Ahora hay una iniciativa del diario La Prensa Gráfica, llamada “Todos contra la violencia”, que pretende crear un espacio para ese debate y está insinuando que después de la ley antimaras la violencia ha subido. Creo que quizá se abren resquicios para hablar en serio sobre el problema.

El ex presidente de Costa Rica, Óscar Arias, ha planteado en varias ocasiones la idea de una Centroamérica sin ejércitos.

Ésa idea es muy interesante y Arias siempre cuenta el caso de su país. Cuando se abolió el ejército se pudo destinar más presupuesto para educación. Ahora hay una iniciativa para hacer de Centroamérica una zona de paz. Esto sería muy importante porque en El Salvador hay medio millón de armas en manos de civiles. Y según parece, en la venta hay implicados funcionarios del gobierno, a los que no interesa que se vendan menos armas. El 70 por ciento de los asesinatos son con arma de fuego y el año pasado se vendieron más de medio millón de municiones. Pero las armas no sirven: cuando uno tiene un arma para defenderse, tiene cuatro veces más posibilidades de que lo maten. Esta cultura del arma en manos de civiles es un negocio. En los últimos años, en los periódicos incluso se ven anuncios cuando llega el día del padre que dicen “haga un regalo que valga la pena a su papá: regálele este modelo de metralleta, fusil o pistola”. Esto indica la situación a la que estamos llegando.

¿Cree que la comunidad internacional ha ayudado lo suficiente a Centroamérica después de los procesos de paz?

A Centroamérica llegó mucho dinero que se deshizo como sal en el agua. Hubo mucho interés e iniciativas importantes. Creo que en el tema de ayuda internacional no estamos en la agenda como antes, pero en parte por culpa nuestra, por no saber aprovechar todas las oportunidades. Hay cosas muy interesantes, por ejemplo en el caso de España la cuestión de la ayuda autonómica, pero hay experiencias negativas respecto al canal oficial. En El Salvador un problema grave es que no tenemos una propuesta atractiva e interesante que implique a la sociedad civil. Ésta es vista desde muchos sectores como enemiga, no como un actor que tiene un proyecto. Esto nos lleva al problema de fondo: ¿Cuál es nuestro proyecto de país? ¿Qué país queremos? No tenemos mecanismos de redistribución de la riqueza ni de equidad, el gran drama de América Latina. Lo mismo ocurre con la democracia, que es formal pero no participativa, no práctica.

En Colombia se está viviendo ahora un proceso de desmovilización, con los paramilitares de las Autodefensas Unidas de Colombia (AUC), en el que se plantea que es necesario ofrecer bastante impunidad a cambio de lograr la paz. ¿Qué consejo les daría desde las experiencias de Centroamérica?

El presidente Álvaro Uribe repite la tendencia de otros gobiernos de promover una “historia oficial” que no responde a la realidad. El caso colombiano es muy complejo porque el elemento narcotráfico lo contamina todo, incluso las esferas militares. Si esto no se reconoce el análisis queda falseado. Pero la verdad y la justicia son irrenunciables, como hemos comprobado en El Salvador, donde el Gobierno apostó por la fórmula “perdón y olvido”. Recuerdo una anécdota impresionante. Estábamos celebrando la Jornada de la Paz y una señora campesina se levantó y dijo: “El ejército mató a mis dos hijos. Yo ya perdoné a los asesinos, pero quisiera saber quiénes son para decirles que los perdono”. La audiencia se quedó petrificada. Esto ilustra por dónde va el camino correcto. En Colombia queda mucho por recorrer en los campos de la verdad y de la justicia. Si eso no se logra, toda solución será frágil, endeble y muy provisional.

Como presidente de Cáritas para América Latina y el Caribe, ¿qué opina de la situación en el resto del continente?

La dinámica latinoamericana es muy impactante para Cáritas, quizá la cuestión más significativa es cómo acompañamos todo el proceso del Foro Social Mundial. A la última edición en Porto Alegre asistieron en torno a quinientas personas de Cáritas de América Latina y otros continentes. Acompañamos a la sociedad civil en sus luchas sociales. Dependiendo de los países la realidad es más o menos dramática, pero una cosa es clara: el continente necesita atacar las causas de la pobreza. En tiempos del Jubileo se planteó la condonación de la deuda externa y hubo un diálogo del más alto nivel entre el Vaticano, el Consejo Episcopal Latinoamericano (CELAM) y los organismos financieros internacionales. Nuestra postura fue: estamos a favor de la condonación pero a condición de que, primero, con ese dinero se combata la extrema pobreza; dos, se fortalezcan las políticas sociales y tres, se combata la corrupción. Estos son los parámetros clave para juzgar el estado de un país.

¿Cuáles son los principales problemas de los sistemas políticos latinoamericanos?

En este momento hay un profundo desencanto con la democracia, una total desilusión con la clase política y una crisis de los partidos políticos. Esta crisis y la falta de credibilidad de la clase política es la razón de la emergencia de la sociedad civil. Es muy importante el poder de las bases, por ejemplo las radios comunitarias, que educan a la gente. Cuando la gente tiene la información adecuada puede formarse una opinión y articular una propuesta. Actualmente hay un claro problema de falta de líderes. La política tiene como misión guiar los sueños colectivos de la población y, ahora, la gente no sueña, al ver a los políticos más bien tiene pesadillas. Ésta es una gran tarea, hay que formar una nueva clase política y líderes, personas que conduzcan los procesos. Proceso es la otra palabra mágica y en Cáritas lo tenemos muy claro, que no bastan las acciones aisladas sino que hay que impulsar procesos. En la visión de Cáritas hay cuatro momentos: primero la asistencia humanitaria, después la promoción humana. Esto es lo más fácil. Lo difícil viene después, cuando hay que preguntarse por qué hay pobres; esto nos lleva a la incidencia política. Y por último, para llegar a una verdadera reconciliación hay que rehacer el tejido social.

¿Qué expectativas se abren con el tratado de libre comercio que están firmando los países centroamericanos con Estados Unidos?

En esta cuestión la sociedad no fue consultada ni pudo opinar, y le han vendido una idea que es falsa. Hace poco decía el presidente salvadoreño que necesitamos empleos y los tendremos con el tratado de libre comercio. Pero no dijo qué tipo de empleo va a ser, y con cinco dólares diarios no se consigue desarrollo humano. Los gobernantes apuestan a esto y es una cuestión dramática, como muestra en Guatemala el tema de los medicamentos genéricos. Su legislación permitía que la gente tuviera acceso a estos medicamentos, más baratos, y el tratado no lo permite por las patentes farmacéuticas. Entonces los países vecinos presionan a Guatemala pidiéndole que, para poder firmar el acuerdo y por el interés de todos, suprima esa posibilidad. Esto dice mucho del tratado.

Actualmente, en varios países de América Latina los electorados se están inclinando hacia opciones de izquierda. ¿Puede abrir esta tendencia nuevas posibilidades para la región?

Un hecho claro ha sido la reciente elección del secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA). Es la primera vez no triunfa el candidato apoyado por Estados Unidos, el mexicano Luis Ernesto Derbez. Y el gigante del Norte tiene que soportar a José Miguel Insulza, un hombre que es muy moderado pero bastante independiente. Este dato es interesante. El Área de Libre Comercio de las Américas (ALCA) no se ha podido aprobar y está herido de muerte. Hay una dinámica global esperanzadora. Habría que hacer muchos matices porque no es lo mismo Venezuela que Argentina, Chile o Brasil, pero todo apunta una misma dirección. Parece que la esperanza ha renacido. Hubo una ola igual en Europa hace unos años, cuando había gobiernos socialistas en todas partes, y luego vino la oleada neoliberal. ¿Dónde está ahora la Europa social? Yo me asombro cuando oigo a líderes europeos que hablan de la Europa del capital y no de la Europa social. Eso indica una crisis de valores, ante la que países jóvenes como los nuestros pueden ser portadores de esperanza si logran tener líderes confiables. La sociedad civil está despertando y ése es un indicativo positivo. Una sociedad civil auténtica tiene un liderazgo que no busca poder y que puede articular respuestas y, si participa en política, lo hace como delegado de esa sociedad civil, sin perder la perspectiva ni la consistencia ética.

Ciudadanía Responsable. Elecciones argentinas de 2005

Este es un tiempo en el cual en el ejercicio de la ciudadanía los argentinos, en las provincias y en la ciudad autónoma de Buenos Aires, tenemos que tomar decisiones cívicas.

Elegir es la oportunidad de optar por esto o por aquello, que si bien terminará siendo una elección subjetiva, esta subjetividad estará compuesta por condicionamientos ideológicos y por la manera en que el contexto y las circunstancias que de éste se desprenden nos atraviesan. Elegimos desde nuestra visión de la realidad, desde nuestros anhelos de bienestar, concepto de justicia, desde nuestras necesidades insatisfechas, aunque en algunos casos, también se lo hace desde una construcción inconsciente de la dependencia y del miedo a tomar decisiones cualitativas, miedo al cambio. En el marco de la política decidimos y elegimos en función de los elementos y herramientas que tenemos para analizar el acto político y sus consecuencias.

Recuerdo que cuando cursaba la escuela secundaria el Prof. Céspedes, que nos daba Educación Democrática, nos enseñaba la importancia de la plataforma política de los partidos. Es decir que la decisión se realiza desde el lugar de la evaluación de las propuestas y compromisos que asumen los partidos políticos a través de sus candidatos. Por lo tanto si para elegir hay que conocer propuestas, elegir sin propuestas será un rasgo peligroso que se sustenta sólo en las apreciaciones superficiales y que de pronto, al no tener propuesta, tampoco habrá nada desde lo programático de lo cual pedir rendición de cuentas a aquellos que ejerzan el poder.

Ya en tiempos de Lutero (1) , el reformador hablaba de la relación armónica entre la prosperidad de la ciudad y la capacidad de los ciudadanos para generarla y sostenerla. Y si bien el concepto de democracia de Lutero habrá que entenderlo en su contexto posfeudal, no es menos cierto que desde la ética protestante hemos adquirido una concepción plenamente responsable de cómo se incorpora el concepto de el amor al prójimo, como eje sostenedor de la Teología, en la construcción de los postulados que hacen al gobierno temporal. ¿O acaso el gobierno temporal puede prescindir del amor al prójimo, con todas sus implicancias? Es una cuestión de elección y a la vez una cuestión de valores, como el planteo que Josué(2) hace al pueblo de Israel, “Pero si no quieren servir al Señor, elijan hoy a quien van a servir…Nosotros serviremos al Señor, pues él es nuestro Dios” (Josué 24:15) o como aquel otro que Jesús hace a los discípulos, luego que muchos que lo habían seguido lo dejaron, en San Juan 6:67,: “…ustedes también quieren irse?”. Las decisiones también serán parte de nuestra construcción de los valores. Por lo tanto no debiera haber elección posible entre quienes son mentirosos, corruptos o totalitarios en su concepción del poder, sin dejar de lado aquellos otros que pasan asistencia en los mitines políticos para comprobar “el pago” de la ayuda, como acto indigno de negociar con la necesidad de la gente, y que hacen uso del poder desde una concepción autoritaria que niega lo diverso. Menos aún de aquellos que se sostienen a través del clientelismo político creyendo erróneamente que los fondos que administran les pertenecen, por lo tanto al subvertir el valor de la democracia generan condiciones de dependencia. No es casualidad comprender el paradigma de que a mayor pobreza menor nivel de reacción frente a las tentadoras ofertas de comprar los votos por ilusorias seguridades económicas, estabilidades laborales o cualquier otra cosa que se le parezca. Será necesario advertir sobre la práctica del nepotismo(3), donde los primeros que se conchaban son los parientes con maniobras sutiles y groseras. Es indudable que desde nuestra ética cristiana no nos sentiríamos representados por ningún proyecto que favorezca “al mercado”(4) más que a las personas y que se desentienda de la administración de la cosa pública para ponerla en manos de algunos pocos para acumular riqueza.

Otra de las características de las campañas electorales, y en esto permítanme decir que no solamente alcanza al gobierno civil sino a otras organizaciones, es cuando los argumentos para conseguir el reconocimiento de lo propio y los votos, no se sustenta en las calidad de las propuestas sino en la desvalorización y ataque despiadado a los supuestos adversarios, generando en la conciencia colectiva la idea de que hay que cuidarse de supuestos malos e inmorales como única alternativa muchas veces miserable para sostener lo propio, que rehuye al debate de las ideas y se anquilosa en la chicana fácil y el chisme gratuito de la lengua, para ello basta oír los debates en los medios de los candidatos y en otras organizaciones, y el rol dado a “los punteros barriales” para sostener el poder, sin valorar los riesgos y sin estar dispuestos a rendir cuentas de sus actos.

También desde el lugar de la fe será importante decirle a los candidatos, estén éstos en el poder o no, que el ejercicio de la ciudadanía los compromete delante de Dios y del pueblo a rendir cuenta de aquellas cosas que son consecuencia de sus actos de gobierno y no confundir la justicia temporal de los hombres, necesaria en el plano democrático, con la justicia divina que una comprensión no acabada pretende convencernos que el único lugar donde se somete a juicio las injusticias y los actos de corrupción será en el cielo. Que gobernar no es cuestión de amiguismo ni que la generosidad del estado permite con sus dineros hacer una romería de obsecuentes que viven a costa del pueblo. Será cuestión de tener la honradez como valor y la capacidad de gestión como atributo; comprender que no alcanza con que haya leyes si éstas no van acompañadas de la decencia de los políticos para que estén al servicio de la comunidad.

Por lo tanto partiendo de que se elige desde un proyecto sobre el cual se pedirán rendiciones de cuenta; este proyecto para los cristianos tendrá que ver con el amor al prójimo y todo lo que se desprende de este sentir, consecuentemente elegiremos un proyecto económico que sirva para la vida y a las necesidades de todos, que nos animemos a desafiar las prácticas que convierten los dones de la creación de Dios en mercancías y ganancias, especialmente cuando esa actividad perjudica a los pobres. Como cristianos también estamos llamados a optar por una propuesta que promueva la justicia y los Derechos Humanos, y que asuma un compromiso serio con la educación y la salud. Será de actitud cristiana no votar a mentirosos ni a autoritarios, que hacen de la exclusión su forma de poder, ni a cualquier uno que quiera convencer a la comunidad que lo que se hace “son logros personales” y no el producto de la administración de los bienes y dineros que la Nación y el pueblo le han depositado.

Una sociedad adulta no le teme al debate de las ideas, ya que éste la enriquece, sólo los mediocres lo negarán por la incapacidad de sostener sus proyectos o porque sencillamente no los tienen. Habrá que valorar una propuesta que considere seriamente la dignidad de las personas, favoreciendo el conocimiento, la generación de recursos genuinos y presente un programa a favor de los sectores más excluidos de la sociedad. Habrá que no dejarse seducir, en nombre de la necesidad, por cualquier intento de transformar el tiempo previo a las elecciones en la navidad de las dádivas y los regalos para compensar el sufrimiento de la gente, no por la gente sino por los propio intereses de políticos que no hacen honor a la política, para seguir haciendo en nombre de la política más de los mismo.

Quedará a los ciudadanos pensar, por el presente y futuro de nuestros hijos, que Otra forma de hacer política es posible.

Ricardo Veira
Septiembre 2005

(1) Reformador de la Iglesia (1483-1546)
(2) Sucesor de Moisés, cf. Josué 1:1.
(3) Del latín nepoten. Concesión de los mejores empleos y los favores del estado a los sobrinos. Esa práctica terminó por impregnar la administración de los asuntos públicos, asociada a la corrupción y la falta de escrúpulos.
(4) Concepción filosófica dada a la comprensión que el neoliberalismo hace de la economía.

II Aniversario de Foro FMLN-California

Hoy se cumplen dos años de que abrimos nuestro foro FMLN-California.
Hoy hace dos años, iniciamos una posta permanente para denunciar las injusticias a la que el desgobierno de ARENA esta sometiendo a nuestro pueblo.
Hoy, hace dos años, iniciamos el compromiso de ser la voz de cientos de efemelenistas que deseaban expresarse y compartir la memoria de Farabundo.

En estos dos años, hemos acompañado a las distintas voces revolucionarias de America Latina y hemos compartido con los compas de todos los paises del mundo.
No ha sido facil esta jornada de dos años, pero me animaba mucho cuando me amenazaban por emails, o veia que la pagina de simpatizantes sufria ataques como el que acaba de sufrir, pues como me dijo Reverendo Pineda una vez que le dije que me habian amenazado por los mensajes que ponia en el foro y el simplemente me refirio una platica entre Sancho Panza y Don Quijote:
“Amo, los perros ladran…” .:señal que cabalgamos Sancho Amigo.”
O tambien las presiones para que cierre el foro, algunos me dicen que aqui no hago nada, que este medio nomas cubre un 5% , otros me dicen que porque sigo usando el nombre FMLN, si yo no soy de la directiva, yo les digo que las cuatro letras de la victoria no tiene copyright pues pertenece al pueblo. Otros me dicen que deberia de poner info. solo del partido, pero eso me anima mas a poner info. de otros compas latinoamericanos, pues una de las muestras de ser revolucionarios es que somos solidarios, igual que Jesus de Nazareth, les dijo a sus discipulos: “En eso los conoceran: en que se aman unos con otros”; y a los verdaderos revolucionarios se les conoce por esa solidaridad que despiden hasta por los poros!, entonces, seguire mostrando ese amor tan grande que se llama solidaridad!.

Quiero agradecer a todos los compas que han ayudado, todos hicieron posible que estos dos años, nuestro foro de California haya sido uno de los foros de mucho movimiento. Un saludo a Ever, a Ricardo, al compita Ams (que ahora esta en una gran calamidad y necesita nuestra ayuda), a RAFAMA, a todos los miembros que han puesto su ayuda para que sigamos denunciando a ARENA y apoyando a nuestro partido.

En este segundo aniversario, reafirmamos nuestro compromiso con el pueblo, y le decimos a ARENA que los efemelenistas en el foro de FMLN-California, seguimos de posta permanente, que no descansaremos hasta ver a nuestro pueblo viviendo en justicia social.

Farabundo Vive, La Lucha Sigue!!
Por La Vida de la Gente, la Lucha Continua!!!
Por La Memoria de Nuestros Martires, seguiremos adelante!!

Frankie Flores
Administracion FMLN-California

25 años del FMLN y el Foro de Sao Paulo

Con la erupción de un volcán, lluvias que dejaron a miles sin hogar y dos temblores con fuerza de 6 y 5 puntos en la escala Richter, El Salvador celebró los 25 años de fundación del Frente Farabundo Martí de Liberación Nacional. Y como si no fuera suficiente lidiar desde la pobreza con los exabruptos naturales, la forma en que El Salvador tiene que sufrir un gobierno casi tan colonialmente incapacitado para atender a su población como el de aquí, ayuda a comprender mejor la complicada agenda del frente FMLN, que de frente guerrillero se ha consolidado como un partido político de tendencias con gran apoyo popular y principal oposición a la claque administradora.

A manera de ejemplo, cuando el equipo científico que estudia los volcanes en el país notificó un día antes de la erupción que se debían subir los niveles de alerta, el gobierno los bajó y no se preparó al pueblo; el hecho de que la coordinadora de los vulcanólogos sea hija de Chafik Handal, líder principal del FMLN desde los años de la guerrilla, no puede ser elemento casual en esa conducta. Luego, cuando desde la reunión del Grupo de Trabajo del Foro de Sao Paulo (GT-FSP) reunido en El Salvador al momento se coordinó la confirmación de oferta de ayuda de Cuba, Venezuela y China para los damnificados por las lluvias, el gobierno lo que anunció fue que los niños en los refugios estaban enfermos y que recibirían la ayuda de Estados Unidos y países europeos, con mutismo respecto a la oferta de los otros tres países. Este patrón de sumisión a los capitales en prejuicio del pueblo había ocurrido ya en la reciente dolarización de la economía salvadoreña (con un cambio donde los pobres perdieron 2 de cada 8 colones) y luego frente a la iniciativa bolivariana de Petro Caribe: primero el presidente dice que El Salvador no estaba incluido en la oferta venezolana y luego se reúne con una delegación colombiana para negociar la compra de petróleo a Uribe… siguiendo el mismo libreto que aquí le tocó a Aníbal Acevedo Vilá.

En ese escenario, el FMLN mantuvo su compromiso de ser sede, del 5 al 9 del corriente mes, de una reunión del Grupo de Trabajo del Foro de Sao Paulo y el Seminario “El rol de los partidos políticos en la integración de los pueblos”. Así, mientras sus funcionarios y cuadros atendían la población más afectada (en muchos casos ellos mismos) también hospedaban y participaban de una serie de actividades que abarcaron tanto el seminario como actos de recordación de los combatientes nacionales e internacionales caídos en la guerra, los asesinados en los tiempos de “paz”, el ejemplo del Che en el aniversario de su muerte, una misa donde el sermón franciscano pareció una ponencia política a la izquierda de casi todo nuestro liderato político, junto a la renovación del compromiso con sus principios de apoyo a todo tipo de lucha de los pueblos y la superioridad del socialismo como modelo de organizar una sociedad. Conjuntamente, la autorreflexión crítica estuvo bien presente, en particular la preocupación que presentan muchos en el FMLN de cómo lograr crecer electoralmente sin erosionar sus bases ideológicas; al respecto dijo Chafick en una intervención: el FMLN no puede crecer en votos al costo de la formación política y compromiso revolucionario de su militancia; y como reiteró Blanca Flor Bonilla, diputada y representante del FMLN en el GT-FSP, al respecto de que los valores que formaron al FMLN los obligan a ser solidarios con todos los que siguen luchando, incluso con las armas, en toda Nuestra América (nota: en México, además de los zapatistas, hay otros 13 grupos armados al momento).

Grupo de Trabajo del Foro de Sao Paulo

Dentro de este marco de solidaridad, el Grupo de Trabajo del Foro de Sao Paulo algo renovado, en particular en las delegaciones del gobernante Frente Amplio de Uruguay, el PRD mexicano y la representación del fundador PT brasilero, aprobó una resolución de denuncia del asesinato del compañero Filiberto Ojeda Ríos y acordó atender en su próxima reunión la propuesta de una campaña de intensificar el apoyo de los países latinoamericanos por nuestra independencia en el año 2006. Julio Muriente, (MINH) y José Escoda (Frente Socialista) de Puerto Rico, acordaron iniciar acá el proceso para que en la próxima reunión del GT, que se celebrará en La Habana el próximo diciembre, se entregue un bosquejo de cómo implantar esta propuesta. En una coyuntura donde partidos miembros del FSP gobiernan en Brasil, Venezuela, Cuba, Uruguay, República Dominicana, Panamá y Chile; y cogobiernan importantes sectores o cuentan con representaciones legislativas importantes en países como Colombia, El Salvador, México, Costa Rica, Bolivia y Guatemala, entre otros, este apoyo puede convertirse en una nueva etapa de solidaridad continental a nuestra lucha.

En otros aspectos de las luchas latinoamericanas, tanto en el seminario como en las discusiones del GT-FSP se enfatizó en el alerta frente a la remilitarización yanqui del continente, la urgencia de seguir luchando contra el ALCA y sus diversas variantes de dominio yanqui en la región, la necesidad de una solución política y humanitaria a la guerra en Colombia, el apoyo al derecho de asilo de distintos combatientes en diversos países del continente (incluyendo el caso de los seis vascos en México) y el apoyo a la liberación de los cinco cubanos encarcelados por el gobierno norteamericano por hacer trabajo de inteligencia antiterrorista.

Como cierre cultural a la tríada de actividades, el domingo 9 se celebró una gran fiesta popular, en cuya entrada se recogían donativos para los damnificados, acto donde Puerto Rico pudo decir, de forma modesta pero clara, ¡Presente!