Ms sobre los sucesos de 1932

A fines de enero de 1932 ocurri en El Salvador una insurreccin indgena-campesina, la cual se desarroll fundamentalmente en el occidente del pas, de la que sobrevino una matanza inaudita realizada por integrantes del ejrcito y dems cuerpos represivos, as como algunos representantes del poder econmico de la poca.

Esos hechos dejaron una huella indeleble en muchos salvadoreos que presenciaron o se enteraron de alguna manera de lo ocurrido, lo cual repercute hasta nuestros das. El gobierno de ese entonces, encabezado por el general Maximiliano Hernndez Martnez, trat de ocultar y tergiversar lo acontecido. Se asesin segn distintas versiones, entre 20 mil y 30 mil salvadoreos. Desde entonces han aparecido diversas publicaciones pocas por cierto que narran e interpretan los sucesos, como es de esperarse, desde la ptica, intereses e ideologa de sus autores.

En ltimas fechas han aparecido nuevas opiniones a travs de disertaciones y/o publicaciones que se nos presentan como “descubrimientos reveladores” que tratan de dar un giro interpretativo a lo hasta entonces escrito o narrado. Se nos dice, por ejemplo, que ha habido invencin y manipulacin cuando se alude al libro escrito por Roque Dalton y publicado en 1971, que recoge los testimonios de Miguel Mrmol, de oficio zapatero, dirigente del Partido Comunista de El Salvador (PCS) por esos aos y protagonista de primera lnea de los sucesos que comentamos.

Una de las publicaciones referidas es la realizada por Rafael Lara Martnez intitulada “Indigenismo y encubrimiento testimonial. El 32 segn Miguel Mrmol. Manuscrito. 37 pginas de Roque Dalton”. Dicho escrito concluye a partir del examen de los originales proporcionados por los hijos de Dalton, con no poca sorna, de all el ttulo, que de unas cuantas pginas manuscritas existentes en un cuaderno, como resultado de la entrevista a Mrmol realizada en Praga en 1966, Roque, a travs de su “creatividad potica e inventiva” lo que termina publicando no es un testimonio, sino una novela cercana a las 400 pginas (14 veces repite a lo largo del texto Lara Martnez, que se trata de ese gnero literario para intentar convencer a sus lectores). Nada ms lejos de la realidad creemos. Las novelas si los diccionarios no nos mienten, tratan ficcin pura aunque estn basadas en hechos histricos.

Es claro que Roque no slo transcribe lo que Mrmol narra, sino que utiliza otras fuentes de informacin complementarias para construir el texto aunque no las cite. Apuntemos adems, que Dalton no era un investigador social ni un historiador, era un escritor, reconocido como uno de los ms grandes que hayan nacido en este pas. Roque tambin hace su propia interpretacin de hechos que obviamente no vivi, bajo la influencia de su formacin poltica-ideolgica y de su militancia comunista de ese entonces. Ello no deslegitima, desautoriza, demerita o roba autenticidad a su obra, como pretende Lara Martnez realizar con su texto.

Afirmar que el libro de Mrmol y Roque es fruto de la invencin es peligroso y adems ofende la memoria de dos hombres que lucharon incansablemente por sus ideales y de los miles de asesinados durante esos aciagos meses de 1932. El primero de ellos, en oportunidades, cuando comentaba los hechos horrendos que vivi en esos momentos, mostraba sin camisa y con orgullo, las huellas de su fusilamiento, al que milagrosamente sobrevivi y que le destroz parte de su pecho. Ello no fue ficcin, ni fruto de su imaginacin.

Por otro lado, cuando Eric Ching y Lara Martnez afirman que la voz indgena se ha dejado ausente en los escritos y referencias a los hechos comentados, es una verdad a medias. S creemos que no se han estudiado a fondo las razones, motivos, rol y envergadura de su participacin en la insurreccin y los aspectos culturales relacionados con su determinacin y arrojo en la lucha. Uno esperara aportes en esa direccin en los escritos y disertaciones de ambos autores, pero no aparecen por ninguna parte.

Es David Browning en su excelente estudio, quien nos da algunos atisbos reveladores para poder comprender el profundo y ancestral significado que para el indgena tena su ms preciado bien: la tierra, de la cual haba sido paulatina y despiadadamente despojado desde el arribo de los espaoles a las tierras de Cuscatln. En 1882, dcadas despus de concluido el periodo colonial se inicia el remate al proceso confiscatorio y de usurpacin de sus propiedades, con la aprobacin y aplicacin de las leyes de extincin de comunidades y ejidos. Ello a la vez que persegua ampliar la propiedad privada en pocas manos para incrementar la produccin de caf, lanzaba masivamente a quienes haban sido propietarios de ese medio de produccin, a la condicin de desocupados, subocupados u ocupados temporales. Con ello se busc acrecentar el ejrcito de reserva de mano de obra y a la vez, pagar ms bajos salarios.

El indio aprendi a respetar su medio ambiente y a considerar todos los rboles, plantas, cosechas y animales en la creencia de que stos, junto con l, formaban parte del mundo natural y sobre natural. No intent cambiar el mundo, simplemente quiso representar el papel que crey le haba sido destinado, y pagar su contribucin al incesante ciclo de la existencia con un modelo de vida que respetaba la comunidad del hombre, plantas, tierra y clima como un todo nico y armonioso

Rafal Menjivar , este s, un autntico cientfico social y ex rector de la Universidad de El Salvador, seala en su anlisis,marxista por cierto como causa central del levantamiento del 32 el despojo de tierras y como elementos catalizadores el desarrollo del movimiento popular y la crisis de los aos treinta

Otro aspecto que pretende ser cuestionado por los mencionados autores, es el rol y protagonismos jugado por los comunistas de ese entonces. Para el momento de la insurreccin, el PCS no haba cumplido an los 2 aos de creado, es decir era un partido bisoo con una capacidad organizativa sumamente dbil como era de esperarse y reconoce Mrmol, y cuyos dirigentes no escapaban a comportamientos sectarios y dogmticos influidos en parte, por las lneas que trazaba la Tercera Internacional Comunista en ese momento (organizacin que aglutinaba a la mayora de partidos comunistas del mundo). Eso no quiere decir que las ideas marxistas y el anlisis desde la perspectiva de la lucha de clases se inici con la fundacin del PCS, pues ya en 1924 se haba fundado la Federacin Regional de Trabajadores de El Salvador (FRTS), con algunos de sus dirigentes que ya abrazaban la causa comunista. Dicha Federacin lleg a tener una fuerte influencia entre los trabajadores tanto de la ciudad como del campo. Segn Mrmol cont en un momento con cerca de 75 mil afiliados.

Los comunistas de ese entonces decidieron involucrarse decididamente en la insurreccin, a pesar de que las condiciones eran inmensamente adversas. Los distintos escritos revelan que el levantamiento no haba sido planificando ni preparado con antelacin. Hubo incluso, como se ha narrado por Mrmol, una fuerte discusin en el seno de la Direccin del PCS y dentro de ella no fueron pocos los que se opusieron a dicha accin, pues advertan que no existan condiciones favorables para esperar un xito en tan compleja y arriesgada empresa. Entre ellos se encontraba el ms connotado lder de los trabajadores de ese entonces, Agustn Farabundo Mart, quien como sabemos fue capturado antes del estallido insurreccional y fusilado a las pocas semanas.

Finalmente se impuso en el seno de la Direccin del PCS, el argumento de que si no se asuma la conduccin, ocurriran levantamientos espontneos y las masas sin orientacin, quedaran a merced de las fuerzas represivas.

Los estudios y datos recopilados de la poca, tambin revelan que el nimo insurreccional en los trabajadores del campo era ya indetenible. Para ellos, las condiciones de vida en los ltimos aos se haban tornado insoportables y desesperantes. Ello nos lo resume con gran precisin Menjivar en otra publicacin : Mayores prdidas de tierras por los campesinos a manos de los productores-exportadores o de las instituciones bancarias, cuyo proceso de despojo se haba acentuado como ya la hemos sealado en el siglo anterior y principalmente desde 1880; el proletariado y semi-proletariado agrcola experiment en mayor grado los efectos ante el aumento de la desocupacin, que llegara casi al 100% en 1930-33 ante la decisin de la oligarqua de no cortar caf, y la drstica disminucin de salarios reales y nominales.

Recordemos que el pas no era ajeno a los efectos de la profunda crisis econmica del mundo capitalista iniciada en 1929. El proletariado urbano enfrent los mismos problemas de desocupacin y disminucin de los salarios reales, ante la disminucin de la demanda efectiva y la reduccin de la capacidad de importacin; Las capas medias urbanas, especialmente aqullas relacionadas con el aparato administrativo del Estado, experimentaron no slo desocupacin, sino una disminucin nominal del 30% de sus ingresos (mayor en trminos reales); Artesanos, pequeos industriales y las incipientes manufacturas enfrentaron el problema de financiamiento e importaciones

A lo anterior habra que sumar como causas de esa enorme irritacin y desesperacin, la serie de provocaciones contra el movimiento popular realizadas por Martnez: Fraude en las recientes elecciones municipales que haban sido ganadas por candidatos comunistas en muchas partes (Soyapango, Guazapa, Izalco, Nahuizalco, Coln, y San Salvador); represin violenta (con asesinatos de por medio) a distintos movimientos huelgusticos de cortadores de caf; encarcelamiento de lderes populares; creacin entre el Ejrcito y terratenientes de las llamadas Guardias Blancas para defender sus propiedades, las cuales tuvieron decisiva participacin en la masacre de campesinos e indgenas despus del fracaso de la revuelta. A la vez, Martnez necesitaba como han sealado diversos autores, contar con el respaldo total de la oligarqua que an desconfiaba de l, y tambin legitimarse ante los gobiernos extranjeros, particularmente los EEUU, quienes no reconocan al gobierno producto del reciente golpe de Estado.

Que el alzamiento fue fundamentalmente indgena y campesino y que el PCS tuvo una participacin importante, pero no decisiva, tanto en la preparacin como en el desencadenamiento de los hechos, es algo conocido. El propio Roque lo reconoce en su monografa cuando dice :

Los comunistas y otros sectores democrticos comprendan la inmensa tragedia: saban que los acontecimientos se haban desencadenado merced a una provocacin reaccionaria minuciosamente elaborada y saban, asimismo, que no tenan la organizacin capaz de controlar a las masas, ni capaz de detener la provocacin o de aplastarla por la fuerza. De tal manera que, entre la espada y la pared, los comunistas escogieron el camino heroico de la espada, el camino de morir junto a su pueblo, a la cabeza de su pueblo.

Se deduce de ese prrafo que Roque Dalton le atribuye al PCS el papel decisivo y dirigente en la insurreccin? Por supuesto que no. Entonces, cul es el descubrimiento de Erik Ching y Lara Martnez? No estarn repitiendo lo que hace tiempo se dijo? Es vlido pensar que lo que pretenden ambos autores es levantar una polmica sobre lo escrito por Roque, para buscar notoriedad y estimular voces anticomunistas.

Volviendo a los hechos del 32, lo que seguramente no fue previsto por quienes decidieron encabezar la rebelin ni por sus participantes, fue la magnitud y brutalidad de la respuesta gubernamental y de elementos de la oligarqua, que se convirti en un autntico genocidio ante el fracaso de la insurreccin.

Si algo hay que criticar a los comunistas de esa poca, es talvez su falta de previsin, su ingenuidad y su romanticismo al creer que se poda jugar a la insurreccin sin una slida preparacin. Pero tambin debemos saludar su tesn, firmeza, disciplina, entrega y acompaamiento a la causa y lucha de los oprimidos. Mrmol reconoce en su testimonio que el componente militar no haba sido considerado con la importancia debida. Se haba confiado a las sublevaciones que supuestamente ocurriran en varios cuarteles y unidades militares, a travs de las cuales se obtendran las armas para los insurrectos. Los conspiradores fueron detectados con antelacin y no es remoto pensar que algunos hayan respondido a un trabajo organizado del rgimen, pues algunas acciones que se preparaban ya haban sido advertidas por las fuerzas gubernamentales.

Finalmente, consideramos importante profundizar en la investigacin objetiva y novedosa de los sucesos de 1932, pues tales hechos marcaron una profunda huella en la poblacin y dieron inicio a una dictadura militar que dur, baj distintas modalidades, alrededor de 60 aos. La comprensin del 32 permite conocer mejor los hechos posteriores.

Los tentculos informticos del imperialismo

Es bien conocida la estrecha asociacin existente entre el gobierno norteamericano y en especial sus servicios de inteligencia, por ejemplo la CIA, y organizaciones como la Fundacin Ford, IBM o Microsoft. Pero son casi desconocidas las relaciones de cooperacin entre las mismas y el Foro Social Mundial de Porto Alegre. La penetracin del aparato de inteligencia norteamericano en lo que aparece como un espacio hostil al Imperialismo se inscribe como un capitulo ms de una vieja modalidad operativa.

La agenda de la sociedad informacional lleg al Foro Social Mundial. La puja por controlar la libertad en nuestras redes tcnicas y sociales est instalada de la mano de las organizaciones que controlan los flujos de informacin del Foro de Brasil.

La penetracin es clara: las bases de datos, los sitios de Internet y la informtica estratgica del Foro Social Mundial est en servidores de organizaciones financiadas directamente por actores internacionales como la Fundacin Ford (1) y multinacionales como IBM y en formatos cerrados controlados exclusivamente por corporaciones como Microsoft.

Esto pasa mientras escuchamos alegres cantos esperanzados sobre la democratizacin de las TICs (Tecnologas de la Informacin y la Comunicacin) y la inclusin digital.

La lucha tiene muchos matices, pero uno de los principales pretende ser la instalacin de la ignorancia. La perpetuacin de la ignorancia es el principio de toda esclavitud.

No da lo mismo una opcin tecnolgica que otra, las formas de construccin y distribucin de nuestra tecnologa, nuestras herramientas y nuestro saber no es un hecho neutral sino poltico. Existiendo un mundo de tecnologas libres, podemos y debemos elegir: ignorar este principio es firmar la rendicin anticipada en la lucha por otro mundo posible.

Entremos en tema

Existe, segn Armand Mattelart, una nueva doctrina estratgica de la comunicacin (2), donde -la hegemona de la hiperpotencia se da a travs del softpower, el poder blando: pensar que se puede atraer a la gente fijando una agenda. Esa agenda es efectivamente el ltimo bastin de defensa de los monopolios anquilosados que pretenden el control de la informacin y del conocimiento. El Foro Social Mundial no es ajeno.

La agenda de la sociedad de la informacin marca que la conectividad y el acceso a las nuevas tecnologas de la informacin y comunicacin son la panacea del desarrollo y la democratizacin pero a la vez, esa panacea slo sera posible en un entorno propicio para la inversin (3). Y as se entroncan los discursos y acciones de los actores de esta historia.

Sin dudas, la fuerza blica y econmica sigue siendo la forma ms visible de dominacin poltica, pero mientras tanto, otra forma de dominio se teje de manera silenciosa, compulsiva, amenazante y con la venia y a pedido de quienes deberan resistir: las ONGs de la sociedad de la informacin, un cmulo de organizaciones que piden ms acceso, ms conectividad y ms inversin.

Imposible no preguntar: En qu punto de la historia estamos para que partes y contrapartes reclamen esencialmente lo mismo, slo divergente por matices discursivos lgicos de la funcin de cada uno en el juego socio-poltico?

Muchos han alertado sobre las trampas detrs del concepto de sociedad de la informacin, pero muy pocos han indagado los discursos que se esconden detrs de quienes aparecen como contrapartes. La misma agenda delineada en los ltimos aos por los pases y las organizaciones ms poderosas del planeta para defender sus decadentes intereses, trae en paralelo la conformacin de un cuerpo de voces de lo socialmente aceptable en materia de sociedad de la informacin y conforma, con fondos de financiacin y eventos pblicos, su cuerpo de interlocutores.

Ser el Foro Social Mundial de Porto Alegre un mbito complementario para la creacin del proyecto de Sociedad Global de la Informacin que delinearon los pases del G8 durante la Cumbre de Okinawa del 2000? Si el manejo de la poltica informtica del Foro sigue en las mismas manos que hasta ahora, la respuesta es SI.

Revisemos la historia

El concepto de sociedad de la informacin apareci alrededor del ao 1975 y fue cobrando fuerza apoyado por los pases ms ricos del planeta. En paralelo, las tecnologas libres se desarrollaron a la luz de la comunidad cientfica y universitaria generando un tejido distribuido y abierto de redes. Esa revolucin sustantiva dio rienda suelta a la posibilidad de compartir, construir y distribuir libremente conocimiento. Esa es la revolucin que se anticipa al proyecto reaccionario de sociedad de control (4).

La misma red, ubicua, annima y libre es hoy la mayor estaca en el corazn de los gigantes (5).

Pero la complejidad tcnica y conceptual jaquea nuestra lucha. En un mundo de confusin, los poderes afectados por la libre distribucin y la red libre pujan por retomar el control a travs de:

Control y regulacin de las redes

Refuerzo de copyrights (derechos de propiedad intelectual).

Patentamiento de software, seres vivos y mtodos de negocios

Control monoplico del conocimiento

Vigilancia global y arquitecturas de control silencioso a travs de hardware y software

De la guerra a la postguerra

1. El derrumbe del socialismo de estado en Europa Oriental produjo efectos de largo alcance en la izquierda Latinoamericana, en la medida que la lgica capitalista aprovecha, aceleradamente el flanco abierto en la cabeza y el espritu para avanzar su trayecto, sus ideas y su diseo de sociedad.

2. La globalizacin como fenmeno histrico de la humanidad, nos afect desde hace 500 aos y actualmente sirve de cabalgadura al neoliberalismo que camina, tropezando, en el mundo entero.

3. Este fenmeno concentra en lo internacional y disgrega en lo nacional, construye poder y anula poder; anula al estado en sus funciones publicas y lo adecua para la desregulacin y privatizacin. Un estado fuerte pero no interventor es el que se proclama.

4. Estados Unidos se alza en el mundo como el mayor polo militar y la mayor economa; pero en ria abierta con otras economas igualmente poderosas y en proceso de armamentizacin. El mundo asiste a un reforzado proceso de armamentismo con la mayor tecnologa y la mayor impunidad; el fin de la guerra fra es el inicio y desarrollo de las guerras calientes. En este escenario la ONU pierde su significado de Organismo Internacional o Asegurador de la Paz.

5. Los Estados son sustituidos por grandes compaas que dictan reglas observables en el mundo mientras archiespeculadores (G. Soros), hacen caer economas no dciles. En tanto que la crisis de la economa mundial parece un engendro que escapa al control de los Centros Mundiales de Poder.

6. Amrica Latina sufre la prdida de valor de sus materias primas y tambin de sus emigrantes que poco a poco valen menos como fuerza de trabajo barata en la medida que salen caras frente a la automatizacin.

7. Centroamrica se debate entre una devastacin ambiental, sin lmite y una desconocida

dependencia y sumisin. El acuerdo regional sucumbe ante el entendido nacional con la metrpoli; la desesperacin crucifica la soberana y la alternativa necesaria se entrega ante el dictado del centro, la receta uniforme sustituye la realidad local, la sabidura regional desaparece ante los saberes transnacionales y la macroeconoma feliz no se entiende con la microeconoma infeliz.

8. En Amrica Latina la izquierda como sentido de transformacin desde lo popular hasta la

sociedad, y con lo popular cruza un momento de crisis de identidad, de teora y de alternativa, con mas o menos matices, el momento vivido a finales de siglo. Devela una realidad real y otra virtual, una prisa privatizadora, un centro que somete y una periferia dcil.

9. El Salvador es escenario de una paz decretada, una democracia establecida por acuerdo, un modelo presentable en el mundo, una guerra terminada y un conflicto continuado, semejante pas asegura un discurso oficial confrontado, cada segundo por una realidad tenaz, que siempre se impone.

10. La izquierda en El Salvador, comprende una franja poltica y una franja partidaria. Esta realidad aparece como expresin de la diferencia entre el partido poltico y la organizacin social no partidarista, en la dcada anterior el partido: ilegal y clandestino era una especie de estado mayor que diriga, desde su estructura, casi todo el hacer sociopoltico de los organismos partidarios.

11. Este fenmeno se acenta durante la guerra y el FMLN con toda la autoridad legtima era un real conductor del trabajo poltico de la izquierda partidaria y tambin social. Esta conduccin era poltica

y orgnica, poltica e ideolgica, siendo la guerra el fenmeno ms abarcante, era tambin el ms decisivo y determinante el sujeto central que en ella actuaba.

12. Los Acuerdos de Paz, terminan la guerra pero no el conflicto, adviene la postguerra; pero no la paz. La transicin que camina en la postguerra es trnsito (mecnica) y lucha, que no tiene una meta nica; pero que en todo caso, la meta posible depende del poder que la asiste. La transicin es un proceso de luchas y poder.

13. La situacin poltica negociada de la guerra finaliza la guerra con una serie de acuerdos sobre aspectos polticos del ejercicio del poder en la sociedad, algunos de ellos, verdaderos pasos civilizatorios como el papel de la Fuerza Armada, otras necesarias medidas como la tierra para los protagonistas de la guerra y, por supuesto, la renovacin del Sistema Electoral. Todos los Acuerdos constituyen lo que pudiera ser los fundamentos de un buen gobierno.

14. Para la fuerza insurgente (ilegal clandestina, subversiva, guerrillera). El paso de lo ilegal o lo legal de lo clandestino a lo abierto de lo armado a lo poltico de lo subversivo a lo sistmico fue un verdadero salto al vaco entrando a un terreno nuevo y desconocido, con reglas establecidas previamente sin participacin insurgente.

15. Este paso se da en momento en que se cae, finalmente sin derrumbarse, el socialismo real y el mundo se torna, peligrosamente unipolar y pluricentrista, estos acontecimientos tienen una envergadura cuyo impacto aumenta con el paso de los aos. La izquierda mundial toma distintos caminos atajos y veredas, para resolver de distinta manera la apremiante misin de renovarse defendindose y de defenderse renovndose, en algunos casos la decisin parece ser: ni defensa, ni renovacin, y esto se parece a capitulacin.

16. Este mundo capturado por el capitalismo imperial, es el escenario mayor del fin de la guerra en nuestro pas y el paso de la legitimidad a la legalidad requera un nuevo pacto a la luz del nuevo perodo pacto a la luz del nuevo perodo abierto por la guerra, este pacto definira la nueva naturaleza del FMLN, sus nuevas identidades, su condicin de unidad o de alianza, su visin del pas y del perodo de postguerra, sus nuevos fundamentos de postguerra, la definicin poltica frente al Sistema Poltico, determinando la posicin sobre estos “en” o “adentro” del sistema y la relacin con la sociedad; en definitiva se trataba de estar adentro de la sociedad y adentro del Sistema o adentro del sistema y afuera de la sociedad.

17. La conversin de la insurgencia en partido poltico transcurri “naturalmente” es decir, “extraordinariamente” y la lgica, los ritmos, intereses propios de la vida sistmica, determinaron la prdida de la continuidad histrica del proceso poltico del pas y varios aos despus del fin de la guerra la antigua insurgencia es un eficiente partido sistmico, sin diferenciacin del establecimiento y con ritmos y lgica extraa al sentido real del pueblo.

18. La izquierda poltica acelera, mientras tanto, su propio pensamiento, proyecto y accin ganando distancia de la izquierda partidaria en un proceso que contiene la mayor potencia poltica imaginable.

19. La izquierda partidaria es un abanico que va desde lo social cristiano hasta lo revolucionario, pasando por lo social demcrata y esto puede parecer tan natural dado los tiempos que vivimos, que no resulta fcil entender porque en algunas reas, como la social democracia, no siempre aparecen los dueos de la definicin poltica.

20. Es necesario establecer la situacin de crisis de la izquierda en las siguientes reas: identidad, teora proyecto, sujetos de transformacin, correlacin de fuerzas, esta situacin larvada en la entraa social confronta hoy en nuestro pas, una realidad de hegemona de la derecha, una globalizacin neoliberal y una democracia electoral.

21. La izquierda poltica necesita establecer, definindose, su posicin ante el sistema poltico, y ante la crisis de la poltica a manos de la economa. Sin duda alguna, los factores antisistmicos, con sus manifestaciones han de llamar la mayor atencin para descubrir una poltica que se necesita a la hora de confrontar, el cambio real con el virtual.

22. El marxismo, como toda ciencia supone una confrontacin con la vida y ms all de los

mensajes luctuosos de la derecha y de alguna izquierda, sigue preocupando y entusiasmando, sus luces siguen ayudando con otros saberes a encontrar caminos nuevos. Se requiere cabeza global y pies locales y transitar los corredores globales para acercar la alternativa.

23. La negociacin con que termin la guerra es una excepcin histrica que supuso fuerza

equilibrada, presin de Washington y cambio de correlacin mundial. Esta experiencia no se ha repetido en la postguerra, ni se repetir en tanto no se recupere el equilibrio perdido, y nuevas relaciones de poder aparezcan en el escenario.

24. La izquierda poltica necesita desatar el sentido de la opcin, frente a la afiliacin de la izquierda partidaria y ahondar, o si se quiere aprender a situar la subjetividad como tesoro de la izquierda. El punto dbil de la derecha es su punto fuerte, la falta de alternativa a su modelo se confronta con los resultados del mismo.

25. Para la derecha el tiempo apremia, por eso trabaja el sndrome de la violencia, la necesidad de la fuerza la ley como frontera, el sistema como mbito en lugar de la sociedad como escenario.

26. Para la izquierda la visin antisistmica implica trabajar: la temtica ambiental, la teora de gnero, derechos humanos, movimiento cristiano. Se trata de incorporar lo socio-biosfrico a lo socio poltico y social econmico.

27. Se abre paso con urgencia, la construccin de nuevos sujetos polticos, no partidarios, pero ms polticos y ms sociales, desde abajo y desde adentro, hacia los lados y no slo hacia arriba; constructores del poder, y no slo de cargos, plurales y no slo diferentes; revolucionarios y no slo de izquierda; de izquierda y no slo revolucionarios; posibles pero necesarios; necesarios y posibles.

Comunidades indgenas en El Salvador

Los ltimos grupos nahuas que llegaron a El Salvador fueron llamados Pipiles, quiz, haciendo alusin a un carcter nobiliario y significando el vocablo, prncipes. Vinieron en varias oleadas migratorias, desde el ao 800 d. De C.; de acuerdo a diversas causas: sequas, hambres y dificultades con otros pueblos. Las primeras expediciones espaolas llegaron a principios del siglo XVI a esta tierra con elevada poblacin indgena, estimada entre 116,000 y 130,000 habitantes, que poco a poco fueron diezmados. Slo al tercer intento de Pedro de Alvarado se pudo someter a Cuscatln, incorporndola en 1542 a la Capitana General de Guatemala. El pueblo indgena que no muri en la guerra, fue encomendado a los conquistadores espaoles, quienes se los distribuyeron en sus haciendas. As, los trabajos y migraciones forzados, las nuevas condiciones de vida y el abatimiento moral, terminaron por exterminar otra gran cantidad de indgenas. Otras causas de muerte masiva entre ellos fueron las enfermedades introducidas por los invasores, como la malaria, fiebre amarilla, viruela, sarampin, tuberculosis y sfilis. El tiempo continu su curso y las condiciones no mejoraron, a pesar de que en 1832 y en 1932 los pueblos indgenas salvadoreos se levantaron en armas para reclamar sus derechos. En la dcada de los 80, el conflicto armado los coloc en un alto riesgo de vulnerabilidad y desaparicin, por lo que se vieron obligados a replegarse y disgregarse por todo el territorio nacional. En los aos 90, motivados por las celebraciones de los 500 aos de la llegada de los conquistadores a Amrica, se dieron tendencias por parte de los pueblos indgenas, gobiernos y comunidad internacional, a la reafirmacin de la identidad, la recuperacin de las culturas autctonas tradicionales y el fortalecimiento de las organizaciones indgenas. Desde los albores de ese decenio, las poblaciones indgenas nacionales se han organizado, contndose con una amplia gama de lderes comunales, los cuales trabajan con sus comunidades en luchas de carcter existencial, as como por su supervivencia cultural. Las Naciones Unidas proclamaron el ao 1993 como Ao de la Poblacin Indgena e instituyeron el Da Internacional de los Pueblos Indgenas del Mundo, el 9 de agosto de cada ao. Adems, siguiendo las recomendaciones de la Conferencia Mundial sobre Derechos Humanos, celebrada en Viena en 1993, la ONU proclam tambin el perodo de 1994 al 2004 como la Dcada Internacional de los Pueblos Indgenas. La meta del decenio es fortalecer la cooperacin internacional para la solucin de los problemas con que se enfrentan los pueblos indgenas en cuestiones como los derechos humanos, el medio ambiente, el desarrollo, la educacin y la salud. Ante todas estas iniciativas mundiales, en el ao 1995 se crea en el seno de CONCULTURA una Unidad de Asuntos Indgenas, dependencia de la Direccin Nacional de Espacios de Desarrollo Cultural, para considerar las condiciones socioculturales de los mismos a nivel nacional, hecho que mostr una

Ante todas estas iniciativas mundiales, en el ao 1995 se crea en el seno de CONCULTURA una Unidad de Asuntos Indgenas, dependencia de la Direccin Nacional de Espacios de Desarrollo Cultural, para considerar las condiciones socioculturales de los mismos a nivel nacional, hecho que mostr una apertura del Gobierno de El Salvador, bajo la administracin del Dr. Armando caldern Sol, por enfrentar esta problemtica especial de la nacin.

Es difcil en El Salvador actual, distinguir una persona indgena. El vestido tpico ya no existe. Con excepcin de las cofradas, las ceremonias religiosas asociadas a la elaboracin de alguna artesana, los/las indgenas tienen poco que los/las distinga del resto de la poblacin.

Indiscutiblemente, los pueblos indgenas de El Salvador no muestran las caractersticas culturales externas y observables de otros pueblos y culturas, como su traje e idioma. La sociedad salvadorea de hoy tiene un alto grado de mestizaje y es un rasgo fundamental el desconocimiento de la existencia de pueblos con raigambre indgena, desde el punto de vista oficial.

En el pas, los ciudadanos indgenas constituyen el 10% de la poblacin total, que de acuerdo con el ltimo Censo de Poblacin y Vivienda de 1992, significa aproximadamente 600,000 habitantes.

De acuerdo con datos del antroplogo Dagoberto Marroqun, la poblacin indgena salvadorea est radicada principalmente en el rea rural de 38 municipios. No obstante, en la Segunda Jornada Centroamericana sobre Tierra, Medio Ambiente y Cultura, realizada en el pas del 26 de julio al 1 de agosto de 1999, se manifest que las comunidades indgenas no se localizan en ms de 27 municipios. De cualquier manera que sea, en El Salvador existen ncleo de poblacin indgena a lo largo de todo el pas, principalmente asentados en las serranas de los departamentos de Ahuachapn y Sonsonate, La Costa del Blsamo en el departamento de La Libertad, en los alrededores de San Salvador, en los departamentos de La Paz y Morazn.

As, independientemente que la clasificacin sea desde una perspectiva netamente geogrfica o de identidad cultural, lo cierto es que la poblacin indgena no muri en 1932.

En este pas, el criterio para el reconocimiento de los pueblos indgenas ha sido su cosmovisin y su cultura espiritual y material, sus valores, usos y costumbres, diferentes a otros sectores de la poblacin. Se es indgena en El Salvador, en relacin a la cultura urbana y ante aquella otra cultura campesina que no representa rasgos culturales tradicionales. Los pueblos indgenas han perdido sus idiomas ancestrales (nahua y cacaopera) casi en su totalidad. Existen, nicamente, cerca de unos cien nahuahablantes , sobre todo en Santo Domingo de Guzmn y en Cuisnahuat, Sonsonate.

Por otra parte, la identidad de los salvadoreos se ha desarrollado desde que se constituyeron los estados nacionales, a partir del siglo XIX, con la Independencia de Espaa y la creacin de las Repblicas Independientes. De esta manera, los cuscatlecos se sienten diferentes a los guatemaltecos, hondureos, nicaragenses y otros, por su propio pasado histrico y socio-cultural. No tienen mayor relevancia sus rasgos tnicos, pertenecientes a una raza que se define biolgicamente; sino ms bien, los rasgos adquiridos dentro de esta nacin.

Carlos Benjamn Lara Martnez, autor del documento Las identidades socioculturales de los salvadoreos, redactado para CONCULTURA en 1998, supone que toda poblacin salvadorea es mestiza, en un sentido biolgico y cultural. Lo particular es que los pueblos indgenas no desean mostrar la hibridacin sino rescatar y resaltar las diferencias.

Ahora se cuenta con personalidades indgenas sobresalientes en las sociedades contemporneas, desempendose como altos funcionarios y funcionarias dentro de los Estados Nacionales (Ministros y Ministras de Estado en Venezuela y Belice); as como en organismos internacionales (Banco Mundial, Fondo Indgena, Instituto Indigenista Interamericano); Premio Nobel de la Paz (Guatemala), congresistas (Colombia), maestros y oficiales de Universidades Indgenas (Nicaragua y Costa Rica) y otros. Es una nueva experiencia y los pueblos indgenas se convierten hoy en da en protagonistas de su desarrollo. Y esa debe continuar siendo la meta en El Salvador. Coadyuvar a la capacitacin de lderes y profesionales indgenas al ms alto nivel, pues sin duda alguna, ellos tienen mucho para ofrecer a este pas que tambin es suyo.

Luca G. Len Q.

Centro de Informacin y Documentacin

Agosto/2000

CONCULTURA

Cronologa de un asesino: Luis Posada Carriles

> 15 de febrero de 1928: Luis Posada Carriles nace en la

> ciudad de Cienfuegos, Cuba.

> 1954: Se traslada a La Habana y establece relaciones con polticos

> afines al dictador Fulgencio Batista.

> 1955: Colaborador secreto de la polica de la dictadura batistiana.

> 1957: Mantiene contactos con el FBI.

> 1959: Se vincula a grupos contrarrevolucionarios que

> protagonizan diversos sabotajes en la Isla.

>

> 1960: Se asila en la embajada de Argentina, alegando ser

> un perseguido poltico.

>

> 25 de febrero de 1961: Viaja con salvoconducto a Miami.

> Una semana despus se vincula por rdenes de la CIA con

> las organizaciones contrarrevolucionarias que se preparan para la

> invasin a Playa Girn.

>

> Marzo-abril de 1961: Sirve como instructor de los que en Guatemala se

> preparaban a integrar los equipos de infiltracin y sabotajes a

> territorio cubano en Baha de Cochinos. No participa en la invasin

> pues su barco no llega al lugar antes del fracaso de la fuerza

> mercenaria.

> 1961-1962: Se vincula en Estados Unidos a la organizacin terrorista

> Movimiento Nacionalista Cubano (MNC)

> 1964-1965: Involucrado en actividades contra la

> Revolucin Cubana en los Estados Unidos, la Repblica Dominicana y

> Puerto Rico. Mayo de 1965: El FBI informa que Posada Carriles estaba

> asociado con una conjura para derrocar al gobierno de

> Guatemala.

> Junio de 1965: Un memorando desclasificado por la CIA lo

> ubica junto a Jorge Ms Canosa en Veracruz, Mxico, en el

> intento de volar un barco sovitico.

> Octubre de 1967: La CIA traslada a Posada Carriles a

> Venezuela, donde se incorpora a la Direccin de los

> Servicios de Inteligencia y Prevencin (DISIP). Bajo el

> seudnimo de “Comisario Basilio” participa en la represin

> a grupos progresistas venezolanos y latinoamericanos.

>

>

> 1967-1976: Trabaja simultneamente por orientaciones de la CIA para

> los servicios secretos de Venezuela, Guatemala, El Salvador, Chile y

> Argentina.

>

> 1971: Organiza un intento de asesinato al Comandante en

> Jefe Fidel Castro, aprovechando un viaje del lder cubano

> a Chile, Per y Ecuador.

>

> 21 de enero de 1974: Est implicado en la colocacin de artefactos

> explosivos en las embajadas cubanas en Argentina, Per y Mxico.

>

> Julio de 1974: Enva cartas y libros con bombas a varios consulados de

> Cuba en Amrica Latina.

>

> 7 de noviembre de 1974: Ubica bombas en el Instituto de Estudios

> Brasileos y en la Embajada de Bolivia en Ecuador.

>

> Junio de 1975: Crea en Caracas, Venezuela, la Empresa de

> Investigaciones Comerciales e Industriales CA (ICICA), que utiliza

> como fachada para sus actividades terroristas en pases de la regin.

>

> 1976: Funda, junto a Orlando Bosch, la organizacin terrorista

> anticubana Comit de Organizaciones Revolucionarias Unidas (CORU).

>

> 22 de abril de 1976: Involucrado en la detonacin de una bomba contra

> la Embajada de Cuba en Portugal, hecho en el que pierden la vida dos

> funcionarios diplomticos cubanos.

>

> 1ro. de julio de 1976: Pone una bomba en el Centro

> Cultural Costa Rica-Cuba, en Costa Rica.

>

> 9 de julio de 1976: Bomba en equipajes de vuelo de Cubana

> de Aviacin en Jamaica.

>

> 10 de julio de 1976: Bomba en la Oficina de la lnea area Cubana de

> Aviacin, en Barbados.

>

> 11 de julio de 1976: Bomba en las oficinas de la Air

> Panam, en Colombia.

>

> 4 de octubre de 1976: El CORU se adjudica haber colocado

> una bomba contra un canal de televisin en San Juan,

> Puerto Rico, donde se proyectaba la pelcula cubana La

> Nueva Escuela.

>

> 6 de octubre de 1976: Es identificado como el principal planificador y

> autor intelectual, junto a Bosch, del atentado contra un avin cubano

> en pleno vuelo, frente a las costas de Barbados, donde pierden la vida

> 73 personas. Ambos criminales son detenidos en Caracas, y se somete a

> proceso judicial junto a Hernn Ricardo y Freddy Lugo,

> autores materiales del atentado.

> 1976-1985: Permanece preso en una crcel venezolana a la

> espera del fallo de un dilatado proceso judicial.

>

> 18 de agosto de 1985: Durante un cambio de guardia, sale

> por la puerta de la prisin. Despus de 15 das en

> Caracas, es trasladado a Aruba, en un barco camaronero. De all vuela

> en un avin privado a Costa Rica y posteriormente a El Salvador. Todas

> las operaciones son financiadas por la Fundacin Nacional

> Cubano-Americana

> (FNCA) e indirectamente por la CIA.

>

> Se incorpora en la base area de Ilopango al grupo que organiza a los

> suministros a la contrarrevolucin nicaragense. Forma parte de la red

> de trfico de armas controlada desde Washington por Oliver North,

> asesor para la seguridad interna del entonces presidente de Estados

> Unidos, Ronald Reagan.

>

> Octubre de 1986: Al desatarse el escndalo Irn-Contras se vincula a

> un grupo de instructores venezolanos que asesoran a la polica

> salvadorea en tcnicas contraguerrilleras y de interrogatorio.

>

> 1988: Se traslada a Guatemala, donde trabaja como asesor

> de seguridad de la Empresa de Telfonos de Guatemala (GUATEL).

>

> 1992: La FNCA crea un “ala militar”, encargada de preparar

> y ejecutar acciones terroristas contra Cuba y sus

> principales lderes. En estas actividades participan activamente

> Guillermo e Ignacio Novo Sampoll y Luis Posada Carriles.

>

> 1993: El grupo terrorista de la FNCA adopta el nombre de Frente

> Nacional Cubano.

>

> 1994: En Cartagena de Indias, Colombia, Posada Carriles organiza un

> atentado fallido contra el Presidente cubano en momentos en que este

> recorra el casco histrico de la ciudad junto al Premio Nobel de

> Literatura, Gabriel Garca Mrquez.

>

> 1994-1997: Se dedica a reclutar mercenarios de pases centroamericanos

> para ejecutar atentados terroristas contra diversos objetivos en Cuba,

> especialmente en el sector turstico.

>

> 12 y 13 de julio de 1998: En entrevista con el diario The

> New York Times se adjudica la autora de los ataques con bombas a

> instalaciones tursticas cubanas y afirma que son financiados por la

> FNCA.

>

> 5 de noviembre de 2000: Arriba a Panam con pasaporte salvadoreo a

> nombre de Franco Rodrguez Mena, uno de sus alias para organizar un

> atentado con explosivos en el Paraninfo de la Universidad Nacional,

> donde hablara Fidel.

>

> 17 de noviembre de 2000: Fidel Castro denuncia una conjura para

> asesinarlo en una cumbre iberoamericana en Panam. Funcionarios

> panameos encuentran explosivos y arrestan a Posada junto a Gaspar

> Jimnez Escobedo, Pedro Remn y Guillermo Novo Sampoll.

>

> 20 de abril de 2004: Los implicados en el caso son

> condenados a penas entre ocho y cuatro aos de crcel.

>

> 26 de agosto de 2004: La entonces presidenta de Panam, Mireya

> Moscoso, indulta a los cuatro terroristas. En la madrugada, tomando

> extremas precauciones, son extrados de la prisin “El Renacer” y

> conducidos al aeropuerto de Albrook, donde toman una avioneta hasta el

> aeropuerto de Tocumen.

>

> All montan en un jet particular que parte con rumbo a Honduras, donde

> se baja Posada Carriles, mientras los otros siguen vuelo hacia Miami,

> Estados Unidos.

>

> Marzo de 2005: Posada entra a los Estados Unidos, y sus abogados dicen

> que busca asilo. 11 abril de 2005: En la primera de una serie de

> comparecencias especiales, el Presidente cubano denuncia

> la complicidad del Gobierno norteamericano con el

> terrorismo, al revelar que se pretende dar cobija en ese

> pas a Posada Carriles. Noticias llegadas hace ms de 10

> das informaron que ese terrorista internacional est en

> Miami y se hacen gestiones para darle asilo.

> 17 de abril de 2005: Fidel advierte que a Posada Carriles

> podran desaparecerlo en Estados Unidos. Que no lo maten

> ahora, que no lo envenenen, que no digan que muri de un

> infarto o derrame cerebral, estamos dispuestos a mandar

> mdicos para cuidar su salud, para que cuente lo que sabe

> y vaya a juicio, seala el Presidente cubano.

> 1 de mayo de 2005: En su discurso ante ms de un milln

> 300 mil cubanos reunidos en la Plaza de la Revolucin Jos

> Mart para celebrar el Primero de Mayo, Fidel aporta otras

> pruebas acerca de la presencia de Posada Carriles en Miami

> y la evidente negativa de la Casa Blanca de actuar ante

> tal cmulo de evidencias.

> 4 de mayo de 2005: El canciller de Venezuela, Al

> Rodrguez, pide a Estados Unidos cumplir con los acuerdos

> firmados y extraditar a Luis Posada Carriles para ser

> juzgado en Caracas.

> 10 de mayo: En nombre de la credibilidad, la consistencia

> y la justicia, el gobierno de Estados Unidos debe arrestar

> y extraditar al terrorista Luis Posada Carriles, afirma en

> un editorial el peridico The New York Times.

> 11 de mayo: El Presidente cubano cita un informe del Bur

> Federal de Investigaciones (FBI) el cual reconoce que los

> terroristas Luis Posada Carriles y Orlando Bosch estn

> vinculados al asesinato del ex Canciller chileno Orlando

> Letelier y su secretaria norteamericana en 1976.

> 12 de mayo: Fidel acusa al gobierno de Estados Unidos de

> ocultar informacin, pues un da despus de la voladura de

> un avin cubano frente a las costas de Barbados, el FBI y

> la CIA tenan conocimiento de los autores materiales e

> intelectuales del criminal suceso, segn un documento

> ledo por el mandatario durante su alocucin especial de

> este da.

> 13 de mayo: Venezuela solicita oficialmente a Estados

> Unidos la extradicin de Posada Carriles.

> En una conferencia de prensa en Washington, familiares de

> vctimas del terrorismo, acadmicos, abogados y lderes de

> organizaciones sociales y religiosas en EE.UU. exigen al

> Gobierno de ese pas el arresto y extradicin a Venezuela

> de Posada Carriles.

> 15 de mayo de 2005: En un artculo titulado La guerra que

> Posada Carriles no pudo ganarle a Fidel Castro, el Nuevo

> Herald asegura que ese terrorista est derrotado.

> 17 de mayo de 2005: Ms de un milln 200 mil habaneros

> desfilan en Marcha del Pueblo Combatiente frente a la

> Oficina de Intereses de Estados Unidos para demandar que

> cese el terrorismo y se haga justicia. Esta es una marcha

> a favor de la vida y de la paz, de nuestro pueblo y del

> pueblo hermano de Estados Unidos, afirma Fidel poco antes

> de comenzar la histrica protesta.

> Posada Carriles es arrestado por agentes federales y

> llevado a un centro de detencin en el sur de la Florida,

> donde recluyen a personas con problemas migratorios. El

> Departamento de Seguridad Interna dice que analizara la

> situacin del detenido y en 48 horas comunicara el

> siguiente paso del proceso.

> Horas antes, el criminal haba ofrecido una conferencia de

> prensa en la cual confirm su peticin de asilo poltico a

> la Administracin Bush; pero poco despus Eduardo Soto,

> abogado del terrorista, inform que este haba decidido

> retirar la solicitud de asilo poltico y abandonar el

> territorio norteamericano.

> 18 de mayo: Fidel llama a las fuerzas progresistas del

> mundo a exigir que Estados Unidos entregue a Luis Posada

> Carriles a Venezuela para que all sea juzgado.

> Fuentes: Peridico Juventud Rebelde, agencias PL y AP,

> Cubadebate.

Llamado urgente a la oracin y la solidaridad con el pueblo salvadoreo!

El huracn Adrin golpear dentro de algunas horas el territorio de El Salvador. Es un fenmeno natural caracterizado por intensa lluvia y fuertes vientos. En la poblacin hay mucho temor. La gente se moviliza para proteger su vida y sus pertenencias.

En el pasado reciente, durante el huracn Mitch en 1998 y en los terremotos del 2001 hubieron muchos muertos y daos materiales. La pobreza de nuestro pueblo lo vuelve una vctima de estos fenmenos naturales. No es por voluntad de Dios, es por el tipo de sociedad.

Es el pueblo pobre el que ve daadas sus cosechas y destruidas sus viviendas. Es el pueblo pobre el que vive a lo largo de la costa y a las orillas de los ros. Es el pueblo pobre el que debe prepararse para enfrentar esta amenaza. Nos corresponde acompaarlo.

Lo poderosos aprovechan estas crisis para vender ms y a precios ms altos. Los supermercados estan abarrotados de gente comprando lo que encuentran para defender su vida y su familia. El gobierno debera de garantizar que no se aproveche la situacin para hacer ganancias.

Como Iglesia Luterana Popular denunciamos a los que se aprovechan del temor y del dolor de nuestro pueblo. Es hora de unir fuerzas y lograr por medio de la organizacin popular la defensa de la vida de nuestro pueblo, garantizar su seguridad, fortalecer su esperanza.

Hacemos un llamado a activar las redes organizativas en la ciudad y el campo, en particular en las zonas costeras, para salirle al paso a esta peligrosa amenaza. Unidos y organizados superaremos este momento de temor y angustia. Dios nos acompaa siempre.

Como Iglesia Luterana Popular hacemos un llamado a nuestros hermanos y hermanas de la solidaridad internacional a ponerse en cadena de oracin por nuestro pueblo y a canalizar cuanta ayuda puedan para socorrer a los miles de damnificados y damnificadas que provocar este huracn.

Hemos tomado la decisin de recuperar la gloriosa tradicin del Socorro Luterano Salvadoreo, que ha sido abandonada por la iglesia luterana oficial, para encabezar nuestros esfuerzos de ayuda y socorro a las poblaciones damnificadas.

Estamos seguros que nuestro pueblo, el pueblo de Monseor Romero y Prudencia Ayala, va a superar esta difcil prueba y que nuestro Seor Jesucristo nos va a proteger.

Estamos ya trabajando en cooperacin con alcaldas y organismo de socorro en las siguientes comunidades y municipios:

Ahuachapan: San Alfonso, Cara Sucia, Atiquizaya, Guaymango y Jujutla.

Santa Ana: El Porvenir, Chalchuapa.

Sonsonate: Nahuizalco, San Julian, Acajutla, Izalco.

Chalatenango: Las Minas, Concepcin Quezaltepeque.

La Paz: Zacatecoluca, Santiago Nonualco

San Salvador: San Salvador (La Chacra), Cuscatancingo, Mejicanos, Soyapango, San Marcos.

La Libertad: Puerto La Libertad, El Mahagual

La Unin: Puerto la Unin, Santa Rosa de Lima.

San Salvador, 19 de mayo de 2005

Rev. Efran Cerna

Director Ejecutivo

Socorro Luterano Salvadoreo

No a los desalojos de familias campesinas pobres en Tonacatepeque!

Sras. / Sres.

Asamblea Legislativa

Presente.

El Bloque Popular Social de El Salvador, integrado por organizaciones campesinas, sindicales, comunales, magisteriales, religiosas, indgenas, estudiantiles, de mujeres y de excombatientes, profundamente preocupado por las numerosos desalojos impulsados por el presidente del Fondo Social para la Vivienda, Sr. Enrique Oate Muyshondt, considera lo siguiente:

1. El Sr. Muyshondt se ha convertido en un cruel verdugo de las comunidades campesinas y urbanas pobres, amenazando con desalojos a familias humildes de nuestro pueblo.

2. Esta conducta de este funcionario choca con las promesas demaggicas del presidente Saca de realizar un gobierno con rostro humano. Es un rostro fro y desalmado.

3. Es una practica inconstitucional ya que estas propiedades del estado se encuentran ociosas como es el caso de la Comunidad Monseor Romero, ubicada en Tonacatepeque.

4. En esta comunidad que se instal el pasado 29 de marzo habitan 186 familias amenazadas por el Sr. Oate con el desalojo y la represin. Son decenas de nios y nias, de ancianos y ancianas, que estan amenazados.

Frente a esta grave situacin, como Bloque Popular Social venimos a solicitar a la Comisin de Obras Pblicas:

1. Que se interpele al Sr. Enrique Oate Muyshondt, presidente del Fondo Social para la Vivienda (FSV) para que explique las razones que lo han conducido a amenazar a esta comunidad con el desalojo de sus viviendas.

2. Que se cumpla con la Constitucin Poltica y se respete el derecho de estas comunidades a una vida digna y a una vivienda segura como ciudadanos salvadoreos que son.

3. Que la Asamblea Legislativa ordene a este funcionario detener cualquier tipo de accin agresiva contra estos humildes pobladores, que lo que necesitan es ayuda y solidaridad, no castigos y represin.

Como Bloque Popular Social vamos a continuar denunciando esta grave violacin a los derechos humanos de esta comunidad que lleva el nombre de nuestro profeta y mrtir Monseor Oscar Arnulfo Romero.

El presente es de lucha, el futuro es nuestro

San Salvador, 19 de mayo de 2005

Coordinacin Nacional del Bloque Popular Social de El Salvador

FIRMAS:

ILPES exige a presidente Saca abogar por libertad de hermano Tobi

SAN SALVADOR, 18 de mayo de 2005 (SIEP) “Le exigimos, le corresponde al presidente Saca abogar por la libertad del pastor Edgar Lopez Bertrand, detenido injustamente por las autoridades migratorias norteamericanas en Houston”opin esta maana el pastor Rev. Ricardo Cornejo, de la Iglesia Luterana Popular de El Salvador.

Lopez Bertrand que dirige la mega iglesia Tabernculo Bblico Bautista Amigos de Israel fue detenido el lunes y es acusado de proporcionar informacin falsa para lograr una visa norteamericana para su sobrina. Este pastor particip en los actos de toma de posesin del presidente Antonio Saca en junio del ao pasado.

El Rev. Cornejo agreg que “as como el presidente Saca estuvo cabildeando la semana pasada en Washington para que se aprobara el CAFTA as debera de hacer gestiones para lograr la libertad de este pastor salvadoreo. Este caso va a demostrar a que lado se encuentra su corazn. Con los poderosos del norte o con los salvadoreos.”

“Este caso pone de nuevo en evidencia la prepotencia con que acta el imperio. Le fue quitada la visa de entrada al dirigente del FMLN, Schafik Handal, vino Condoleeza Rice a ordenar que se recibiera en nuestro territorio a Posada Carriles, se organizan grupos paramilitares de derecha para matar a nuestros compatriotas cuando cruzan la frontera, pretenden imponernos el CAFTA y obligan a los presidentes centroamericanos a ir a hacer el ridculo a Washington a defender lo indefendible”dijo.

“Y hoy esto: la captura y encarcelamiento del Rev. Lopez Bertrand, del Tabernculo Bblico Bautista, con quien tenemos serias diferencias teolgicas y polticas pero a quien respetamos como pastor evanglico, conductor de una importante iglesia de nuestro pas.”

“Son miles los salvadoreos que se ven expulsados de nuestro pas hacia Estados Unidos por este sistema capitalista que les niega un empleo y son sometidos a tratamientos discriminatorios y son perseguidos y son encarcelados. Hoy el pastor Lopez Bertrand hace esta experiencia de sentirse golpeado por la prepotencia del imperio. Sabemos que ser una experiencia que fortalecer su fe. ”

“Se le estan violando flagrantemente a nuestro hermano Lopez Bertrand el derecho a la libre movilizacin, el derecho a comunicarse con su familiares y congregacin religiosa. Es una violacin al derecho a la libertad religiosa, que esta precisamente en los orgenes del proyecto de nacin en los Estados Unidos.”

“Como Iglesia Luterana Popular nos encontramos en oracin para que este caso se resuelva y pronto y expresamos a nuestros hermanos y hermanas del Tabernculo Bblico Bautista nuestra solidaridad en este momento difcil y nuestra confianza en que el Seor Jesucristo doblegar la espada prepotente del imperio” concluy el pastor Cornejo.

La Iglesia Luterana Popular, de reciente formacin, surge ante el proceso de derechizacin que vive el Snodo Luterano Salvadoreo y dedica sus esfuerzo a la proclamacin del Evangelio de Jesucristo, al acompaamiento del movimiento popular y a la denuncia de las violaciones a los derechos humanos en El Salvador y el mundo.

No por que hablan espaol significa que son de Espaa: La sobrevivencia de la cultura Tana en la Repblica Dominicana

Introduccin

Histricamente, la identidad nacional de la Republica Dominicana ha sido basada en los relatos del Colnialismo Espaol acerca de la extincin de la gente indgena y en las ideologas del progreso y la civilizacin que estn ubicadas dentro de la visin de la Hispanidad y Catolicismo. As que los dominicanos estn desconectados de sus antepasados y de su herencia cultural indgena, africana y afro-mestiza criolla. [1]

En esta ponencia, estoy evaluando la sobrevivencia de la cultura Tana basando el trabajo en dos estudios importantes: “La Herencia Indgena en la Cultura Dominicana de Hoy” de Bernardo Vega (1981), e “Indigenismo, Arqueologa, e Identidad Nacional” de Manuel Garca Arvalo (1988). Mis estudios sugieren que hay herencia cultural significativa de origen Tano que ha persistido hasta hoy en da. Esta herencia, junto a las pruebas histricas de la sobrevivencia Tana presentada por mis colegas Lynne Guitar y Jorge Estvez, me han llevado a la conclusin de que el pueblo Tano nunca ha sido extinguido, pero sobreviva en los mrgenes de la sociedad colonial hasta el presente. [2]

En resumen, la historia de la extincin Tana nunca ha sido verdadera. Ms bien, la cultura Tana es la raz ms fuerte de la mezcla Afro-Mestiza Criolla Dominicana. Antropologa nos ensea que no existe una raza “pura” ni una cultura “pura”—con cada generacin la composicin de una poblacin cambia. Entonces, podemos decir que aunque el fsico de los Dominicanos es “mezclada,” “mestizada,” o “mulattada”—multi-biolgica—todos de ellos comparten una herencia comn, simplemente al practicar las formas culturales tradicionales. Aunque los Dominicanos hablan espaol, no significa que sus races vienen de Espaa. Adems, aunque la gente no use plumas en su pelo, no significa que no son indgenas. Y, aunque una persona quiere celebrar sus races Tanas, no significa que ellos quieren negar sus antepasados africanos o europeos. [3]

Hoy en da, como profesores, investigadores y estudiantes, tenemos que tomar la responsabilidad de re-examinar crticamente la historia de la extincin Tana desde un punto de vista lejos de la poltica racista y agendas nacionalistas. En esta manera, podemos abrir la puerta para que todos los dominicaos puedan entender su propia historia, identificar con sus propios ancestros, celebrar su cultura tradicional, y utilizar esta conociencia pare encontrar un camino que conduce a un futuro post-colonial. [4]

Herencia Cultural Tana

Mi conocimiento de la herencia cultural Tana viene de cinco aos trabajando en el Cibao, en la regin noroeste de la Republica Dominicana. Yo vine por primera vez a la Repblica Dominicana en 1992 para hacer investigaciones sobre la conmemoracin del quintocentenario de Coln. En aquel tiempo, yo asum que lo que lea en los libros y revistas sobre la extincin de los Tanos era la verdad. Se ve los indios en formas romantificados, petrificado en el pasado pre-Colombino, congelado en tiempo (Figura 1). Entonces yo me sorprend cuando vi muchas formas culturales fuertemente Tano en la vida cotidiana dominicana, en particular en el campo (Figura 2). Pero tambin me di cuenta de la irona y contradiccin de muchos Dominicanos quienes practican y viven en maneras culturales Tanas pero no estn identificados con esa cultura. De hecho, esa gente tena vergenza de esta cultura porque pensaba que la cultura indgena es primitiva y subdesarrollada. Al mismo tiempo, la herencia arqueolgica estaba destruda y olvidada (Figura 3), la historia y la cultura eran tpicos de inters solamente para la gente de clase alta, y haba pocos recursos disponibles con que las comunidades podan desarrollar sus actividades culturales tradicionales. Comenc a entender como la cultura tradicional de Quisqueya exista en oposicin a las realidades econmicas de la “modernizacin”. En otras palabras, desarrollo hacia una economa moderna significa movimiento fuera de la cultura tradicional dominicana y la herencia Tana.[5]

“Herencia” puede definirse como el legado cultural y biolgico que la gente contempornea ha llevado en su pasado ancestral y que forma una parte de su identidad comunal en el presente. La herencia Tana esta ubicada en la Republica Dominicana en muchas formas, incluyendo el idioma, agricultura, comida tradicional, conocimiento medicinal y de las hierbas, tecnologas, artesanas, arquitectura, creencias espirituales, vida familiar, fiestas, cultura popular y genes sanguneos (Ferbel 1995;Garca Arvalo 1988; Vega 1980; Weeks y Ferbel 1994). Esta herencia Tana ha sido pasada de generacin en generacin con orgenes de gente de lengua Arahuaca quienes emigraron al Caribe desde el valle del ri Orinoco unos 1,500 aos antes de la colonizacin Espaola. Los arquelogos creen que haba una cultura Tana distinta, desarrollada en el Caribe por el ao 600 B.C. y floreci por 900 aos antes de Coln (Rouse 1992; Weeks y Ferbel 1994). Con el entendimiento de esta escala de tiempo, no es sorprendente que los Tanos tenan una cultura bien plantada con un entendimiento profundo del paisaje y medioambiente del Caribe. El impacto de la Colnizacin Europea del siglo XV fue devastador para los Tanos y cambio drsticamente la estructura de sus modos de vida. Confrontados con enfermedades mortales extranjeras, forzados en sistemas dominantes de poder social, econmico y poltico, se les perdieron sus derechos a la tierra, a la expresin libre y en muchos casos a la misma vida, los Tanos tenan que crear maneras radicales para sobrevivir. La resistencia tenia muchas formas. Muchos Tanos peleaban contra los invasores que tenan ventaja, pues venan con armas de fuego, espadas, caballos, perros, y trampas. Muchos Tanos se escondieron en comunidades aisladas cimarrones, junto con esclavos Africaos fugados, lejos de los pueblos Colniales y plantaciones. Otros estaban forzados en esclavitud y posiciones de trabajo, y vivian lado a lado de los africaos y espaoles. Una estrategia para sobrevivir es la invisibilidad. Los Tanos no mostraban su identidad y as podan sobrevivir en su nueva situacin. [6]

El historiador dominicano Frank Moya Pons (1992:137) muestra que durante el perodo de la colonizacin Espaola, comenz un proceso de “transculturizacin” donde los Tanos se mezclaron con la poblacin espaola, junto con esclavos Africanos, dando luz a una nueva cultura criolla. Se muestra en el censo de los archivos de 1514 que 40% de los hombres espaoles tenan esposas Tanas (Moya Pons 1992:135). Interacciones entre Africanos y Tanos estn documentadas en archivos de plantaciones y en descripciones de comunidades cimarrones (Garca Arvalo 1990:275). Ms all, la historiadora Lynne Guitar (1998) muestra la marginalizacin histrica de los Tanos, comenzando con los escritos del Padre de Las Casas en el siglo XVI. Se declararon extintos los Tanos en documentos oficiales—con el propsito de legitimar el control colonial y para racionalizar la importacin de esclavos Africanos. Al mismo tiempo, referencias de indios y Tanos continuaban apareciendo en testamentos y procedimientos legales, mostrando su sobrevivencia en la sociedad colonial.[7]

A travs del tiempo, una poblacin campesina, pobre pero con tierra, se desarroll del grupo original de indgenas, Africanos y Europeos. Ellos continuaban compartiendo cultura y sangre, haciendo sus propias comunidades. Como stas comunidades estaban luchando para sobrevivir en la tierra, ellos tenan que usar todo su conocimiento cultural. Naturalmente ellos buscaban su herencia Tana, porque representaba muchas generaciones de sabidura, tradicin, e historia oral de la tierra. Esto an sigue para los dominicanos de hoy, especialmente en el campo agrario. La prxima seccin de este papel intenta dar un resumen parcial de la herencia Tana para mostrar la fuerza cultural que sigue existiendo. [8]

Ejemplos Lingsticos de la Herencia Tana

La Repblica Dominicana usa el nombre indgena “Quisqueya” como referencia a su pas. A los Dominicanos les gusta llamarse “Quisqueyaos”. Este nombre tambin aparece en las primeras palabras del Himno Nacional Dominicano: “Quisqueyanos valientes…” [9]

El idioma espaol tiene unos centenares de palabras que vienen del idioma Arahuaca indgena del Caribe. Esas palabras son ms que nombres de objetos, lugares, flora y fauna que no existan en el idioma espaol, por ejemplo canoa, huracn, hamaca, caimn, barbacoa, tabaco, maraca, iguana, manat. Tambin hay muchas palabras y expresiones que son indgenas en origen y que se usan comnmente, como; mab (un jugo natural), macana (arma de polica), y macuto (mochila de mano). La frase Tana “un chin” o “chin-chin” significa una cantidad pequea, y es tan comn como la frase espaola “un poquito”. El uso de esas palabras y expresiones sugieren una relacin compleja entre las culturas. [10]

Muchos, o tal vez la mayora, de las ciudades, campos, ros, y lomas de la isla llevan nombres indgenas, incluyendo: Amina, Bao, Bonao, Cotu, Cutupu, Dajabn, Damajagua, Guajaca, Guayubn, Inoa, Jacagua, Licey, Magua, Maguana, Mao, Nagua y Saman. La majara de los ros tienen nombres Tanos, incluyendo: Haina, Maimn, Ozama, Sosua, Tireo, y Yaque. La mayora de los rboles y frutas tienen nombres Tanos como: Anacajuita, Caimito, Cajuil, Cana, Caoba, Ceiba, Cuaba, Guacima, Guao, Guao, Guayaba, Guanbana, y Guayacn. Adems de flora, hay cientos de insectos, aves, peces, y otros animales conocidos por nombres Tanos. Incluyendo: Bibijagua (hormiga), Comejn (termita), Carey (tortuga marina), Hicotea (tortuga de ri), Guaraguao (guila) y Haiba (cangrejo). [11]

A travs del proceso de mestizaje, donde los hombres espaoles colonizadores buscaban esposas Tanas, se form un sistema de patriarqua. Por esta razn los apellidos Tanos no sobrevivieron. Pero los Dominicanos usan nombres histricos de los Tanos para sus hijos. Ejemplos incluyen los polticos Caonabo Polanco y Hatuey Deschamps; y el msico Guarionex Aquino. [12]

Muchos Dominicanos pueden distinguir un nombre Tano por su sonido. Puede ser que el dialecto Dominicano de transformar palabras con terminacin “-ado” hacia el sonido “ao” es un vestigio de pronunciacin Tana (colorado = colorao). Sin embargo, de su verdadera historia, es cierto que existe una asociacin romanizada con estas pronunciaciones de los campesinos y Tanos. Otro ejemplo es el uso de la “i” con palabras que terminan con una “r” (calor = caloi). [13]

Es interesante que algunas palabras Tanas que se usan en otras partes del Caribe no se usan en la Repblica Dominicana—se usan palabras espaolas. Lechosa es un ejemplo. La palabra indgena es papaya. Aqu se usa la palabra espaola pia, y no la palabra indgena, yayama, y la palabra espaola cotorra en lugar de la indgena iguaca. Sin embargo, mucha gente sabe los nombres indgenas aunque no las usan. Hay algunos ejemplos donde se usan las dos palabras—indgenas y espaolas—intercambiablemente, como la palabra espaola tarntula y la palabra Tana cacata (Figura 4). [14]

Algunas palabras indgenas han cambiado a travs de los aos, por ejemplo, un batey que originalmente describi una plaza ceremonial Tana, hoy da se refiere al lugar residencial de los Haitianos en un ingenio de azcar. Gucara originalmente se refera a una cueva o caverna y ahora describe un lugar o cosa de antigedad. [15]

Agricultura

Muchos trminos de agricultura tradicional tienen orgenes Tanos. La palabra conuco, aunque perdi su significado como un mtodo de cultivo mixto parecido a la milpa indgena de Amrica Central, ha retenido el concepto como un pedazo de tierra que se usa para la agricultura. Es lamentable que los Dominicanos no han retenido el uso Tano de montones o de agricultura elevada, y sufren de uno de los peores casos de prdida de subsuelo en el Caribe (Ferguson, 1992). Tambin es lamentable que los Dominicanos han usado demasiado la tcnica “corta y quema”.[16]

Muchos agricultores Dominicanos usan lo que se llaman los misterios o secretos espirituales de las plantas, incluyendo sembrando con el ciclo de la luna. Los Tanos tambin tenan un alto entendimiento de los ciclos de la naturaleza. Ese conocimiento agrcola se pasa de generacin a generacin. Es interesante ver que en algunas regiones, el da de la semana en particular influencia cuando es un buen da para sembrar. Esta practica puede ser una manera transcultural de entender la divisin espiritual del mundo humano. Un ejemplo final de la agricultura que viene de tiempos precolombinos es el uso de la coa, que es la palabra indgena para un palo de sembrar que se usa hoy en da, aunque con punto de metal. [17]

Yuca y Casabe

El tubrculo almidonado yuca es una parte central de la dieta contempornea dominicana. Yuca dulce es un vvere, sancochada y servida por el desayuno y la cena muchas veces con huevos o un poquito de carne. Yuca crece bien en el suelo y tambin en la vida del Caribe. Puede crecer en lugares ridos y en las colinas. Este se conserva en el suelo por unos meses sin pudrirse. Esta era la clave para la sobrevivencia de los Tanos. Si vena un huracn, la yuca no era afectada bajo de la tierra. Uno de los dioses principales de los Tanos era Yucahuguama mariocati—su nombre muestra la importancia de la yuca a los Tanos. Los Dominicanos modernos se identifican con la yuca como lo ms dominicano de sus vveres, al igual que los Tanos en el pasado. [18]

Preparando pan de casabe de la harina de yuca amarga es una tradicin dominicana que tiene una fuerte conexin al pasado Tano. Aunque era comn en el pasado preparar casabe en las casas particulares, hoy la produccin de casabe es principalmente para panaderas y pequeas industrias que llevan su casabe a bodegas locales para todo el pas. La tecnologa en la produccin de casabe no ha cambiado mucho a travs de los aos, y mucho de la terminologa es igual que la de los Tanos. Se ralla con guayos (hoy usan cucharas y cuchillos para pelar la yuca y ralladores mecnicos), se cuela en un saco de cana (capacho) para eliminar el cido ciognico (anaiboa o almidn), que se colecciona dentro de hojas de palma en forma de canoa. La masa se pone a secar. Se cierne en un cedazo para preparar la harina (la catiba). Despus, la harina se extiende encima de un burn con fuego abajo por diez minutos cada lado, hasta que este bien quemadita (Figura 5). Se puede conservar casabe en esta forma por muchos meses. As es un buen producto alimentario en un medioambiente hmedo tropical. Siempre hay casabe por la temporada navidea y la pascua, y est presente en la mesa dominicana. Es importante notar que en aos recientes la disponibilidad de pan hecho de harina de trigo ha Usos alternativos de harina de yuca han bajado en los ltimos aos, aunque unos productos todava estn en uso. Panecicos son palitos de harina de yuca con manteca de puerco, y se consideran una especialidad del Cibao. Las empanadas dominicanas se hacen muchas veces con masa de harina de yuca. Bolas de yuca se preparan fritas. Jojaldras son polvorones hechos de almidn de yuca. [20]

Cultura de la Comida y Uso de Tabaco

Mas all de yuca hay muchos frutos y vegetales de origen indgena que se usan en la dieta dominicana. Esos incluyen guayaba, guanbana, pia, lechosa, yauta, batata, man y ame. Otros frutos y vegetales que la gente come, pero son menos comunes, son el ann, mamn, caimito, jagua, jobo, y muchos otros. Ajes son un ingrediente esencial para las habichuelas, y el popular salcocho dominicao que parece relacionado con la sopa indgena que se llama ajiaco. Arepas parecen que son de orgen indgena, y la sazn bija (achiote) es puramente indgena. El uso de esta especia roja ha bajado con la disponibilidad de sazones en paquetes y salsa de tomate enlatado. [21]

Cocinando en ollas de barro parece ser un estilo Tano, aunque es ms y ms raro hoy. Es una manera de cocinar en que las habichuelas salen con mas sabor. La palabra bucn describe la tcnica de ahumar carne, y la palabra barbacoa es bien conocido como una manera de cocinar carne. Todas las tcnicas vienen de los Tanos. [22]

Vega (1987:100-101) documenta el uso de otra raz indgena. Igual que la yuca, con la guyiga se prepara un pan que se llama cholo, popular en el sur. Otra raz, guayaro o ame silvestre, aparece por todo el Cibao, aunque es poco conocido. [23]

Los trminos mab y cacheo describen bebidas sin alcohol que tienen origen indgena que se producen con bejucos y palmas fermentadas. [24]

El tabaco viene de la cultura indgena y tiene un uso muy amplio en la Republica Dominicana, especialmente en el campo hoy en da. El tabaco es una parte integral de las ceremonias espiritistas. Fumndolo es como una ofrenda para los muertos y los santos. Tambin se usa en los cementerios y para adivinar el futuro. La industria del tabaco es una industria fuerte en la Repblica Dominicana, y el consumo es alto por todo el pas. Dominicanos fuman cigarros, puros y pipas; muchas tradiciones del uso de tabaco incluyen enrollar su propio tabaco (tubanos), o fumarse un tabaco compacto llamado anduyo en una pipa (cachimbo) o enrollado en papel de maz (pachuche). [25]

Medicina Natural

El conocimiento de la medicina natural viene por tradicin oral. Mucho entendimiento de las propiedades de las plantas y maneras de saneamiento tienen una asociacin Tana. Ejemplos de usos son numerosos, incluyendo el uso de hojas de calabaza para el dolor de dientes e hinchazn, el jugo de la cepa del maguey como antibitico, y la hoja de guayaba para nausea. El tnico popular, mamajuana, tiene ingredientes como el bejuco de indio que tiene propiedades energticas y estimulantes. Hay yerbalistas y curanderos en cada campo, pero tambin casi todos los viejos saben algo de su propia experiencia con las plantas medicinales. Lamentablemente, en los aos recientes, la gente esta buscando drogas alopticas y tratamientos rpidos en vez de los naturales. [26]

Pesca

Las maneras de pescar indgena han sido bien documentadas por Vega (1987:105-106). Estas incluyen el uso de corales, envenenamiento temporneo de ros pequeos y charcos (algunas veces con el almidn de la yuca amarga), el uso de redes (nasas), y otras tcnicas para localizar pescados y mariscos en aguas bajitas. Los siguientes peces y animales marinos tienen nombres Tanos: Carite, menjua, conjinua, jurel, dajao, guabina, macabi, tiburn, guatapana, lamb, burgao, y juey. En los ltimos aos, la pesca ha disminuido en su importancia debido a las presas, erosin de suelo y contaminacin en general. [27]

Artesanas y tecnologa

Cermicas locales usan formas bsicas de orgenes transculturales. Muy popular en el campo contemporneo es el uso de tinajas, que son envases grandes para guardar agua. Alguna gente todava conserva la tradicin de poner una piedra indgena (piedra de rayo) en el fondo de la tinaja para proteger la casa y para mantener el agua limpia. Hay tambin vasijas redondas para cocinar, que se llaman ollas. Con la disponibilidad de cubos plsticos, y envases y ollas de metal, el uso de cermicas en la cultura dominicana est bajando. [28]

Los Tanos tenan una tradicin muy fuerte de carpintera y artesana de madera. Los Dominicanos se les pierden, progresivamente, sus habilidades de trabajar con la madera. Esa realidad es debido a la deforestacin y la falta de muchas maderas finas, como la caoba y el bano. An hay una produccin de muebles finos que incluye mecedoras, que son bien conocidas, y sillas que estn disponibles para visitantes y en las casas hasta los ms pobres. [29]

Bateas son envases planos que se usan para cargar frutas. Su origen es Tano y muchas veces estn asociados con la lavo de oro en los ros. Estas se siguen usando cuando el precio del oro sube. Las bateas, iqual que las cermicas, se usan menos por la llegada de envases plsticos. Los artesaos de bateas no tienen madera dura, y por eso tienen que hacer bateas de menos calidad que antes. Algunos estn experimentando para el mercado turstico, haciendo cucharas y tenedores decorativos de madera. Es interesante ver que la palabra batea an se usa para las poncheras plsticas. [30]

Hay lugares por la costa y cinega donde gente todava fabrica canoas y cayucos, embarcaciones chiquitas. La manera de hacer una canoa de una palma real, como un abrevadero para las vacas y puercos, est todava en practica en algunos campos. Esta tecnologa es ms y ms rara porque es ms fcil cortar ruedas de camin para la misma funcin. Es tambin interesante que esos abrevaderos se llaman canoas (Figura 6). [31]

disminudo el uso de casabe en la dieta dominicana. [19]

Calabazas que se llaman higeros, el nombre indgena, son de diferentes tamaos y formas, y los campesinos los usan como vasos para agua, tazones y evases (Figura 7). Macutos, bolsas de fibra de guana o cana, an se usan, pero son menos apreciados por la disponibilidad de sacos de plstico y papel. Canastas hechas de bejuco, palmas, cabuya, y otras fibras nativas, se usan para envases. Fibras de cabuya an se usan para hacer sogas y ltigos, pero fibras sintticas son cada vez ms populares. El uso de algodn nativo ha desaparecido con la importacin de tela. Las hamacas estn hechas hoy con hilo de niln, y las venden a los turistas. Para Dominicanos, las camas han desplazado las hamacas. Finalmente, los carniceros usan fotutos, las “trompetas Tanas” que son caracoles de lamb, para indicar que tiene carne fresca y de que tipo. Pero eso tambin est desapareciendo como una forma cultural. [32]

Arquitectura

La palabra boho describe una casa campesina con techo de cana y paredes de yagua (palma real), que tiene orgenes Tanos. Tambin describe un rancho, patio o estructura que tiene techo de cana o palma tpica. Los bohos tienen forma circular, como el caney indgena. Pero tambin pueden ser construidos en una forma rectangular. Cana se usa, si est disponible, porque resiste el agua y dura hasta veinte aos; adems tiene propiedades de ventilacin. Tambin un techo indgena se aprecia por su belleza y se usa en discotecas, restaurantes, hoteles, y galleras. Bejucos pueden ser usados para enganchar una estructura, pero los clavos son ms comunes. Ademas casa hecho de yagua de la palma real son Taina en origen (Figura 8). [33]

Folclor y Espiritualidad Popular

Hay muchas asociaciones con la herencia indgena en el folclor y la espiritualidad popular de los Dominicanos. Espritus Tanos se reportan bandose en ros y caminando en las cuevas por todo el pas. Muchos lugares de belleza natural o particularidad geolgica estn asociados con lugares indgenas o lugares de saneamiento. Muchos charcos en los ros tienen nombres como El Charco de los Indios, y cuevas tienen nombres como Cueva de los Indios. A veces hay folclor alrededor de esos lugares, que son sitios peligrosos o sitios de saneamiento, y hay que respetarlos. [34]

Los sistemas de creencias sincrticas combinan imgenes indgenas dentro de ofrendas, altares y ritos. En botnicas se venden estatuas y velas con formas de indios para atraer suerte. Hierbas y flores como el copei y el tabaco se queman como incienso en contextos espirituales.Se usan pulseras en los bebs para proteccin. Piezas arqueolgicas de los indgenas se usan en altares. [35]

Hay muchos cuentos de orgenes indgenas como la ciguapa, espritu con pelo largo y con pies al revez, que camina por las noches asustando a la gente. [36]

Arte, Poesa y Literatura

En los campos de arte, poesa y literatura, los Dominicanos han usado muchos temas indgenas (Garca Arvalo 1988). Trabajo de pintores cibaos como Luis Mus, Bottn Castellanos, y Gina Rodrguez usan temas Tanos y tecnologa indgena en sus expresiones artsticas. Temas indgenas tambin aparecen en obras de poesa, literatura teatral y danza moderna. El merenguero Juan Luis Guerra, por ejemplo, usa muchos temas indgenas en su msica—por ejemplo, hay una obra reciente que se llama Areito, nombre Tano para una fiesta. En muchas canciones hace referencias a los Tanos, incluyendo los caciques Enriquillo y Anacaona. No podemos olvidar que el merengue y la bachata llevan instrumentos y ritmos indgenas, como es el uso de la gira. [37]

Identidad Popular

Tal vez la asociacin ms fuerte con el pasado indgena viene con el rasgo biolgico conocido como el color “indio”. Muchas cartas de identidad oficiales usan el trmino trigueo para describir el color de la mayora de los Domicanos. Pero la palabra indio es el concepto ms comn para la tez Dominicana y de la raza de su gente. Este trmino, popularizado por Trujillo para separar los dominicanos de sus vecinos Haitianos, no es una palabra que trata de la herencia indgena, sino es una definicin de la manifestacin de ser criollo o multibiolgico. [38]

Dobal (1989:25) escribi sobre cualidades fsicas indgenas, temperamentos y sensualidad del origen Tano, y sugiere que el pelo largo y lacio, ojos marrones y grandes, y la piel suave de las campesinas son de origen Tano. Aunque estas descripciones parecen obvias por Dobal, las caractersticas fsicas son subjetivas y no son confiables para interpretar generalizaciones culturales. Tambin es muy difcil usar las descripciones que nos dejaron los espaoles para describir la belleza fsica de los Tanos y entender como ellos parecan. Sin embargo, los rasgos fsicos de una comunidad cultural son muchas veces conocidos por sus miembros. Muchos Dominicanos piensan como Dobal que saben la fisonoma de los Tanos y la herencia biolgica en los Dominicanos de hoy. Dobal sigue explicando que el Dominicano tiene la herencia indgena por su amor a la libertad, la falta de ambicin, el amor a su patria y el lugar de su nacimiento (Dobal 1989:26). La fortaleza y bravura es una cualidad de los Tanos asumido por los Dominicanos, y muchos campos que se conocen por el coraje de su gente son sitios donde se dice haba mucha gente indgena. La matrifocalidad es una caracterstica descrita en documentos sobre los Tanos y que an existe. Tal vez es el amor matrifocal que sugiere Dobal de estar en el lugar donde naci y creci. [39]

En la Republica Dominicana, las oportunidades histricas y contemporneas de casamientos entre individuos de diferentes herencias Africanas, indgenas y Europeas han sido muy altas y han producido muchas mezclas biolgicas en la poblacin. Hay variaciones tremendas en rasgos “raciales”, por ejemplo, textura de pelo, color de piel, y forma de cara. Los Dominicanos conocen y hablan de la biologa, diciendo que algunos parecen mas “Negros”, otros mas “blancos”, y otros mas “indios”. En este sentido, los Dominicanos sonparecen como un pueblo multibiolgico. No obstante, muchos dominicanos tienen combinaciones de rasgos raciales que lo hacen muy difcil saber su linaje biolgico. Los dominicanos han inventado nombres de mas de veinte diferentes apariencias fsicas incluyendo: trigueo, indio, indio claro, indio oscuro, canelo, pinto, etc. Estas descripciones fsicas no estn basadas en ningn conocimiento de su descendencia biolgica. O sea, en la misma familia apareces personas de diferentes colores. Es decir, no existe una cultura distinta negro-dominicana, indio-dominicana o blanco-dominicana. Si, existen diferencias regionales, pero en general las diferencias culturales son ms fuertes dentro de los Dominicanos ricos y pobres, y dentro de los Dominicanos de la ciudad y del campo, y esas diferencias no son tan grandes cuando se busca una identidad cultural comn. En conclusion, podemos ver que la cultura es mas fuerte que el color de la piel. Y asi es en otras comunidades indigenas contemporaneas como los Lumbee, Haliwa, Pequot, Lakota, Cherokee etcetera, donde gente mezclada son igualmente indigena como los de supuestamente “sangre pura.” [40]

Cultura Popular

La imgen del Tano se romantiza en la cultura nacionalista y capitalista Dominicana. El gobierno usa caciques Tanos como hroes nacionales en sellos y en la moneda. Hay imgenes que se usan en esculturas, en edificios, que muchas veces muestran esclavos encadenados. Los indios son denigrados como mascotas vendiendo los siguientes productos: Soda Enriquillo, saladitas Guarina, ron Sibonei, galletas Hatuey…. El nombre Tano es un adorno para los negocios. Una cerveza popular se llama Quisqueya. Para muchos Dominicanos esos productos son la asociacin ms conocida de su pasado indgena. Al mismo tiempo, haba imgenes hispanas para promover la identidad Dominicana. Cristbal Coln es un hroe nacional oficialmente (Figura 9). [41]

Pero tambin muchos Dominicanos piensan que es mala suerte (un fuk) decir el nombre de Coln. La Isabela, una de las primeras Colnias Espaolas, fundadas por Coln en la costa norte de la isla, tiene espritus malos espaoles. Estos ejemplos pueden ser interpretados como rechazos de la identidad espaola. Durante una protesta contra el quintocentenario, haba literatura distribuida que deca “…vamos a conmemorar la resistencia indgena, negra y popular en la llegada de Coln” (Ferbel 1995:202) En ese tiempo yo vi una imagen que pareca simblica de la identidad popular: San Miguel, vestido como un indio, con pelo largo y piel de color indio, estaba peleando contra el diablo, el cual tena la cara de Coln y sus alas eran banderas de Espaa y los Estados Unidos (Figura 10). [42]

Conclusin

En un sentido, la colonizacin espaola estaba victoriosa: declaraban que los Tanos estaban extintos y surgi una ideologa nacionalista hispana que ha dominado discusiones de la identidad del pas. Pero, con una reexaminacin mas enfocada en la persistencia de formas culturales con orgenes Tanos, vimos su fortaleza. Las races de la cultura tradicional Dominicana son verdaderamente Tanas. Los Dominicanos quienes reflexionan sobre la extincin de los Tanos que aprenden en las escuelas y en la cultura nacionalista, entienden que es un cuento parcial de su identidad. El profesor Dominicao Antonio de Moya (1993:10) escribi que “El genocidio Tano es la gran mentira de nuestra historia… los Tanos dominicanos siguen viviendo 500 aos despus del contacto europeo”. [43]

El camino que tomar la identidad Tana en la Republica Dominicana depender en dos factores: primero, la resistencia de los elementos culturales indgenas en contra de la cultura del Oeste, la cultura de desarrollo y globalizacin, y segundo, el trabajo de individuos y comunidades motivadas de examinar crticamente la composicin de su identidad. [44]

Mi entendimiento es que la identificacin con la herencia tradicional viene de la enseanza de las madres y abuelas a sus hijos y nietos, del compromiso de los individuos en su comunidad, y del amor y respeto por el espritu de la tierra donde la gente nace y ama a su hogar. Tal vez no es una cosa fcil para los Dominicanos, Colonizados por aos, viviendo en una nacin “subdesarrollada” bajo un orden global. Como dicimos en el Cibao, “No es facil, compai’!” Pero para “Quisqueyaos valientes” con gran espritu y siglos de resistencia, es tan natural decir, “No hay ms na. Hay que echar pa’lante!”[45]

Referencias

Antonio de Moya, E. (l993). Animacin sociocultural y polisntesis en la transformacin del sistema educativo Dominicano. La Revista de Educacin 1(2): 6-10.

Barreiro, Jose (1989). Indians in Cuba. Cultural Survival Quarterly 13(3):56-60.

Dobal, Carlos (1989). El retrato de Espaillat y otros estudios histricos. Publicaciones ONAP, Santo Domingo.

Ferbel, Peter J. (1995). “The Politics of Tano Indian Heritage in the Post-Quincentennial Dominican Republic: When a Canoe Means More than a Water Trough.” Ph.D. Diss., University of Minnesota, Minneapolis.

Ferguson, James (1992). The Dominican Republic Beyond the Lighthouse. Latin American Bureau, Washington D.C.

Garca Arvalo, Manuel (1988). Indigenismo, arqueologa, e identidad nacional. Museo del Hombre Dominicao y Fundacin Garca-Arvalo, Santo Domingo.

Guitar, Lynne (1998). “Mything in Action”. Native Peoples. Vol. 12(1): 75-76.

Moya Pons, Frank (1992). The Politics of Forced Indian Labour in La Espanola 1493-1520. Antiquity 66:130-139.

Rouse, Irving (1992). The Tanos: Rise and Decline of the People who Greeted Columbus. Yale University Press, New Haven.

Thomas, D.H., Ed. (1990). “Transculturation in Contact Period and Contemporary Hispaniola”. In Columbian Consequences, Volume 2: Archaeological and Historical Perspectives on the Spanish Borderlands’ Past, pp 269-280. Smithsonian Institution Press. Washington D.C.

Vega, Bernardo (1981). La Herencia Indgena en la Cultura Dominicana de Hoy. In Ensayos Sobre Cultura Dominicana, pp. 9-53. Museo del Hombre Dominicano, Santo Domingo.

(1987). Santos, shamanes y zemes. Fundacin Cultural Dominicana, Santo Domingo.

Weeks, John M., P. J. Ferbel, K. Liss, F. Rosario, V. Ramirez (1994). Chacuey Archaeological Project: Report of the 1993 Investigations. Manuscript on file at the Museo del Hombre Dominicano, Santo Domingo.

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Autor

Dr. Pedro J. Ferbel Azcarate, estadounidense, es antroplogo y arquelogo, doctorado por la Universidad de Minnesota, Estados Unidos. Desde 1993 hasta 1999 trabajaba en la Repblica Dominicana como investigador principal, instructor y curador del Archivo Histrico de Santiago, y director de muchos proyectos arqueolgicos y ecolgicos, como el Proyecto Arqueolgico de Chacey, Caballo Loco Tours, y La Ruta de Coln. Actualmente es profesor de la Universidad de Prtland, co-redactor del website Caribbean Amerindian Centrelink y co-redactor de su revista electrnica Kacike. Es un charlista y escritor de la herencia tana y est muy activo en su comunidad con la cultura latina y asuntos sociales.

La utopa del relacionamiento de iguales

La seora Garca tiene cuatro hijos. En la tarea de educar a sus nios muchas veces dice:

“Donde hay mujer, el hijo hombre no ayuda en las tareas de casa “;

“No llores hijo mo, pues los hombres no lloran”.

A partir de este pequeo fragmento, quiero tan slo provocar una reflexin sobre la utopa del relacionamiento de iguales. Antes que nada, quiero aclarar que existe detalles del texto de arriba que tienen que ser descifrados, puesto que vehiculan realidades que condicionan nuestro universo relacional. Una primera pregunta es aclarar si la mam de los cuatros nios tiene o no nombre propio. Otra sera saber si de hecho hay apenas nios a ser educados, o si dentro de la palabra “nios” estaran incluidas tambin a las nias.

El texto encima tiene la intencin de explicitar, como ya deca, el tipo de lenguaje cotidiano, donde sin darnos cuenta, somos sometidas al anonimato y a la sumisin como mujeres. El nombre propio dice respecto a nuestra identidad, sin embargo, en algunas culturas, el nombre de la esposa es suprimido por el apellido del esposo. Refirindonos al ejemplo anterior, el nombre propio de la seora Garca fue sustituido por el apellido del esposo.

No obstante, el proyecto de Dios es de parejas iguales. “… Hombre y mujer, Dios los cre a su imagen y semejanza” (Gn 1,27). Por la descripcin, la mujer tiene la tarea de educarse segn aquella otra frase que escuch cuando era nia “donde Hay mujer, el hijo hombre no ayuda en casa…”

De hecho, lo que ocurre es que dentro de la palabra “nios” tambin hay nias que desde pequeas son sometidas a la categora masculina del lenguaje y los deberes propios del hombre y de la mujer.

En lo referente a la ltima frase, a saber, “Los hombres no lloran” tambin se observa un fuerte obstculo a la formulacin de la utopa del relacionamiento entre iguales. Con todo esto, surge una tercera cuestin. Dentro de una mentalidad tal, de aparente superioridad masculina, es posible que exista un relacionamiento de iguales?

Continuando con nuestra reflexin, creo que es necesario deshacer algunos de nuestros conceptos lingsticos, an cuando con absoluta certeza, ser una tarea difcil. Sin embargo, como mujeres, debemos empezar a salir del anonimato de las terminologas masculinas que nos describen ms como “el otro” que como “mujer”.

En la primera parte, pretendo hacer una distincin bsica entre el gnero y el sexo. Pues, dentro de la perspectiva de reciprocidad en la pareja, hay mucha confusin con estos trminos. Buscando entonces en la Palabra revelada dentro de las comunidades de fe, encontramos modelos paradigmticos donde se vislumbra la posibilidad de un sano relacionamiento de iguales. A pesar del dominio del lenguaje androcntrico presente en la escritura de la experiencia de Dios vivida individual y comunitariamente.

En la segunda parte, a partir de las provocaciones hechas por la Teologa feminista, analizaremos nuestra realidad celebrativa y nuestros avances y retrocesos en la produccin teolgica.

Dentro de ese contexto, debemos insistir con firmeza en la reconceptualizacin de nuestro lenguaje y de nuestros cuadros intelectuales, de tal forma que las mujeres puedan como los hombres, transformarse como sujetos de cultura humana y de discurso cientfico.

Tenemos que hacer surgir a las mujeres, histricamente ocultas dentro de los anlisis pretenciosamente universales o genricos que vivimos, porque la manera como las mujeres y los hombres se insertan en el espacio pblico de produccin, las formas de explotacin a las que estn sujetas y las modalidades de resistencia se diferencian.

CONTENIDO

1 – PROFUNDIZANDO LA MISMA CUESTIN

Para un buen relacionamiento de iguales, se hace necesario aclarar que el trmino gnero viene siendo usado para indicar la construccin socio-cultural de la mujer y del hombre, en cuanto dependientes de condiciones sociales que determinan y explican las relaciones de ambos. Tenemos que precisar que los problemas de gnero no slo incumben a las mujeres, pues en los ltimos aos se multiplica la preocupacin masculina por este tipo de preguntas, problemas y bsquedas…

Recientemente en Mxico se llev a cabo un encuentro de hombres para discutir las cuestiones que ataen las nuevas situaciones derivadas de esta problemtica.[1]. La masculinidad como un asunto de rescate de las races del hombre y de su espiritualidad, vista como algo intrnseco, como ncleo esencial del hombre.

Desde una visin histrica social, la masculinidad es algo que se construye en lo cotidiano, y que se va haciendo constantemente en funcin de las relaciones que se establecen consigo mismo, con los otros y con la sociedad. De ah que lo masculino pertenece al campo de lo social y no al campo de la naturaleza biolgica.

La prctica de las relaciones entre los gneros implica la transformacin de las estructuras simblicas que, en este proceso, revalorizan el papel social de la mujer. De tal forma que el imaginario del masculino requiere tambin reconstruir una nueva identidad que permita a los hombres asumir una relacin equilibrada con las mujeres. Todo esto depende de la construccin de una nueva cultura que libere tanto a los hombres como a las mujeres de las estructuras sociales de poder que imponen condiciones autoritarias entre los gneros.

Lo que intento de plantear es que las transformaciones culturales que van dando forma a las nuevas identidades genricas tanto de las mujeres como de los hombres, estn ms all de una conciencia de gnero. En este sentido podemos decir que una persona nace mujer o hombre segn el sexo, pero se torna mujer o hombre segn el gnero.[2]

CONTENIDO

1.1 – GENERO Y SEXO

La distincin entre sexo y gnero es muy importante. Percibimos las caractersticas naturales biolgicas de hombres y mujeres, pero tambin las que fueron construidas por la sociedad.

El sexo se refiere a las diferencias biolgicas en los rganos sexuales, a la capacidad de engendrar una creatura y de fecundar de una mujer. En cambio, el gnero ms a los diferentes tipos de comportamiento que se esperan de los hombres y de las mujeres, desde la manera de hablar hasta el modo de vestir. No entanto, el uso “indiferenciado” del sexo o del gnero apenas como dos palabras diferentes para expresar la misma cosa es una tendencia fuertemente presente en nuestra sociedad. Dada la confusin creada por esta situacin, creemos necesario y urgente este esfuerzo de delimitacin.

El gnero es una construccin social. Al considerar nuestra propia historia personal, podemos percibir cunto fuimos condicionados socialmente. En el mundo del trabajo, por ejemplo, la discriminacin de gnero es evidente. Ciertos tipos de trabajo son determinados para ser desempeados exclusivamente por hombres y consecuentemente sucede con las mujeres. Por tanto, las mujeres como los hombres son vctimas de estereotipos del gnero.

Las creencias y los mitos con respecto al gnero pasan a ser normas aceptadas “por todos”. Ms an, muchas veces, estas creencias y mitos se justifican en la cultura o la religin, incluso mediante el uso de la Biblia para as reforzar la desigualdad en el relacionamiento de gnero.

Como los estereotipos son creados por nosotros y no por Dios, estos pueden ser cambiados. Es necesario que mujeres y hombres conjuntamente se unan para enfrentar a este dragn.

A partir de la experiencia vivida por la “seora Garca”, podemos decir que nuestra historia es predominantemente marcada por el patriarcalismo y machismo donde la mujer siempre fue considerada inferior al hombre, a quien ella debe ser siempre sumisa.

Tanto el hombre como la mujer fueron creados a imagen y semejanza de Dios, no para entrar en una estructura de “moldes” sea sociales, sea culturales, sino para establecer relaciones de solidaridad y de reciprocidad. Por eso, la utopa del relacionamiento de iguales entre mujer y hombre servir, con certeza, en el esfuerzo por construir una sociedad ms justa e igualitaria.

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1.2 – RECIPROCIDAD

…La seora Garca…

La reciprocidad entre mujer y hombre no es tanto estar frente a frente uno del otro, como seres incompletos necesitando del complemento del “otro”. El hombre tiene en su interior a “la mujer” y viceversa.

El relacionamiento entre ellos no se establece primeramente del exterior para el interior sino al contrario. Es a partir de su mujer “interior” que el hombre se relaciona con una mujer concreta y a travs de ella, encuentra un trazo de su propia profundidad. Sucede igualmente para la mujer.

En Amrica Latina y el Caribe podemos percibir la “emancipacin corporal de la mujer” como un camino de superacin del exclusivismo de la razn y de la voluntad sobre la sensibilidad y la receptibilidad. El punto de partida es la experiencia de vida y del trabajo con las mujeres pobres en su lucha por la sobrevivencia. La reflexin sobre esta emancipacin nos lleva a considerar la “corporeidad femenina” como punto de partida de una gran tarea tica que rescate el verdadero sentido de ser mujer o ser hombre, como seres creados a imagen y semejanza de Dios (Gen 1,27).

Esta emancipacin corporal se concretiza en el ideal receptivo del (de la) otro (a) dentro del sentido conceptivo del “tero” entendido como posibilidad de superar el mundo masculinizado y competitivo. Se habla ms de colaboracin que de subordinacin y ms de mutualidad que de complementaridad, sin embargo, las estructuras de toda cultura continan llevando marcada la masculinidad.

En los nuevos avances que la mujer viene haciendo, algo peculiar es que, en medio de la “ opresin de las minoras”, ella descubre que constituye “la mitad de la humanidad” presente en todas las mayoras y en todas las minoras tanto religiosas, culturales, raciales, como econmicas y sociales. A partir de esta constatacin, se hace necesaria y urgente la creacin de nuevas “claves de lectura” de la realidad social y de la Palabra Sagrada que permitan una produccin teolgica y prctica eclesial, principalmente en relacin a las cuestiones referentes al relacionamiento de gnero.

Los “patrones masculinos – blancos” – exclusivos de comprensin del mundo y de las interpretaciones de la realidad, son hoy percibidos como inadecuados para responsabilizarse de la totalidad de la experiencia humana. El discurso de mujeres en la sociedad, en general, dentro de la iglesia y en las instituciones acadmicas, en particular, constituye un discurso masculino sobre las mujeres y para ellas.

Las lgrimas de las mujeres, es decir, las experiencias diferenciadas segn su clase, raza y cultura son, por as decir, un lugar epistemolgico apropiado para hacer teologa. Percibiendo a las mujeres no solamente como oprimidas, sino tambin capaces de resistir y organizarse, de hecho, como merecedoras de sus derechos sociales y de un lugar digno dentro de las estructuras sociales existentes. Existe un gran esfuerzo de bsqueda de s misma, sea individual, sea colectiva, en la perspectiva de la comprensin de su propio “yo” independientemente de las definiciones preestablecidas.

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1.3 – Y LAS SAGRADAS ESCRITURAS?

Dios se revela en la persona humana que se torna un espejo Dios3. Mujeres y hombres en comunin recproca desde el inicio de la creacin; representan igualmente la imagen de Dios sobre la tierra (Gn1,27). Por tanto, siendo un Dios que se revela de manera femenina y masculina, l no puede ser representado en nuestros proyectos evanglicos nicamente mediante smbolos masculinos.

En las Sagradas Escrituras aparecen ciertos simbolismos en torno de la figura femenina para colocar en relieve la realidad de la mujer olvidada durante siglos patriarcales. Las figuras femeninas de Agar, Sara, Tamar, Hulda, Miriam, Ana, Noem, Ruth, Judith, Esther, Magdalena y por supuesto, Mara… son, al mismo tiempo, imgenes de mujeres y imgenes de un pueblo que, independientemente de la veracidad de su historia, realizaron acciones extraordinarias, contribuyendo a la salvacin del pueblo de diferentes formas y situaciones. Podemos ver como a travs de sus acciones heroicas se revela no nicamente la resistencia y el combate de las mujeres, sino de todo el pueblo excludo.

Pues la historia no es de los grandes hombres y mujeres, sino un tipo de tejido artesanal de diferentes colores, dibujos, hilos entrelazados. Es de esta forma que captamos y alimentamos el deseo, como Latinoamericanos y Caribeos, por una vida religiosa insertada en la vida del pueblo; es decir, que se exprese a travs de sus cantos, oraciones, cosmovisin y que tenga una participacin directa en sus penas y alegras.

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2 – GNERO Y ETNIA- SINCRETISMO EN NUESTRAS RACES

Considerando nuestro origen mestizo del cual somos fruto, vale la pena resaltar que aceptarse como negra o negro es por sobre todas las cosas una postura poltica frente a la tentativa de “blanqueamiento”a la cual estamos sujetos. Es un hecho que la epidermis clara favorece un cierto status social, la participacin de la mujer y del hombre “negro (a) claro (a) o mulato (a)” en determinados espacios culturales, sociales, polticos y religiosos. En contraposicin, creemos que ser negra o negro implica un compromiso radical con una causa de un pueblo que es nuestro. La cuestin de la negritud est en ciernes en la formacin social y religiosa de nuestro continente y de las exigencias de los cambios estructurales que se requieren.

El racismo y el sexualismo como formas de exclusin de mujeres y negros estn fuertemente presentes en la sociedad presente5, incluso entre nosotros. No obstante, creci significativamente la conciencia de que podemos superar todas estas ideologas, mediante un serio esfuerzo de reeducacin en la perspectiva de relaciones de reciprocidad.

Si el hombre negro sufre todo tipo de discriminacin racial, las mujeres negras son an doblemente vctimas. De esta forma, ser negra es sumergirse en una realidad cruel, sobre todo frente a los modelos y referencias positivas de la mujer blanca.

Para las personas negras, es decir de piel oscura, de cabello crespo y subsecuentemente las dems caractersticas negras, relacionadas a los aspectos sociales y culturales, se genera toda una simbologa de aspecto negativo, en trminos de preto, sujo, lutuoso, triste, en contraposicin a la raza blanca asociada a conceptos de finura, pureza, bondad, paz, serenidad. Para los negros, los preconceptos de fealdad son asociados, por lo dems, sea consciente o no, a la nocin de subalternidad.

La mujer negra se sita con bastante ambigedad dentro de esa situacin. Por un lado, es excluida por causa de su piel; por otro, especialmente la morena, es vista como seductora, “buena para el amor”, en detrimento de sus sentimientos, deseos e sueos.

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2.1 – LA EXPERIENCIA RELIGIOSA DE NUESTRAS MADRES Y PADRES

La esclavitud vivida por nuestros antepasados en tierras extranjeras: Amrica Latina, Caribe y otros, es marco referencial en el proyecto de nuestra identidad colectiva en construccin. Somos constantemente impulsados a probar que somos capaces de enfrentar el complejo de inferioridad impuesto a la mujer y al hombres negro. Siendo as, apostando en las relaciones de intercambio, que es peculiar del ser humano, creemos firmemente en la posibilidad de un enriquecimiento mutuo. Pues la manera especfica de ser hombre o mujer influencia considerablemente nuestra visin del mundo.

Como pueblo profundamente comunitario y heredero de tradiciones matriarcales y patriarcales, nos queda a nosotros la tarea y el desafo de colocarnos con nuestra herencia al servicio de la posibilidad de recrear las experiencias vividas por nuestros ancestros, procurando crear relaciones ms armoniosas o equilibradas entre mujer y hombre.

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3 – GNERO Y LITURGIA- LAS SUBJETIVIDADES EN LA COMUNIN.

En su reforma Litrgica, el Concilio Vaticano II (1962-1965) intent remontarse a la liturgia de la Iglesia primitiva, de ndole profundamente comunitaria, en sintona con la recuperacin de la imagen eclesiolgica paulina de “Pueblo de Dios”. Reformulados los libros oficiales para todas las formas de celebracin, surgirn entonces nuevos conceptos y un uso ms intenso de la Biblia. Hasta la reforma litrgica, las iniciativas accesibles a las mujeres tenan que limitarse sobre todo a formas paralitrgicas de devocin, como por ejemplo el rezo del rosario comn.

Estimuladas por la crtica que las feministas hacen a la liturgia, las mujeres comenzaron a percibir que en el lenguaje del culto, de los cantos, de las oraciones y de los textos bblicos utilizados en la liturgia, ellas nunca o casi nunca aparecan [6]…

Lo que la liturgia dice y hace en relacin a la mujer Cmo se habla de la mujer o se la ignora? Qu mujeres son recordadas y cuales son olvidadas? De qu maneras son las mujeres includas o excludas de las acciones litrgicas?

Aunque siempre se afirme la unidad bautismal de todos los cristianos, muchas veces, la liturgia siempre ha reconocido apenas los dotes de liderazgo de los hombres.

Aunque se presente una visin de integridad humana, muchas veces en trminos abstractos, el culto de la Iglesia no ha llevado en serio las luchas de da a da de la mujer por la sobrevivencia, por la dignidad, por el derecho de controlar nuestro cuerpo, nuestra sexualidad y nuestro futuro.

La liturgia ha exaltado la obediencia, la humildad y la abnegacin. Los bancos de la Iglesia son ocupados en su mayora por mujeres, pero a pesar de eso, en el lenguaje de la liturgia, lo femenino es siempre visto como una excepcin o minora.

Los textos que hablan de las mujeres fueron incluidos en el leccionario por causa del lugar de la mujer en la historia de algn hroe o actor masculino.

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3.1 – IDEAS CONTRADICTORIAS, PROVENIENTES DE LAS MATRICES DISCURSIVAS HETEROGNEAS

Por un lado hay la propuesta de la Iglesia progresista proponiendo integrar a la mujer en el mundo a travs de las luchas sociales y de la participacin en la comunidad, sugiriendo la igualdad en la familia y el respeto en lugar de la sumisin. De otro lado, a travs de varias corrientes de pensamiento que reclamaron del feminismo, el tema de las mujeres como personas iguales y, sin embargo, diferentes en su cuerpo, en la maternidad, pero subordinadas en la relacin con la sociedad y en la relacin con los hombres.

Estamos convencidos de que los discursos feministas fueron importantes para llamar la atencin sobre la discriminacin social tanto cuanto para la subordinacin personal de las mujeres, en su sexualidad y en las relaciones familiares.

La liturgia es un espacio ldico que favorece experimentar anticipadamente la utopa del Reino, respetando la singularidad de cada persona, compartiendo la vida, la comida, la bebida, el perfume que sube en alabanza a Dios, y el compartir juntos el pan preparado por tantas mujeres, las cuales infelizmente en el banquete permanecen lejanas a la mesa.

Sin embargo, hemos registrado en nuestra memoria afectiva la diaconisa que fue y que contina siendo en nuestras madres que, al repartir el pan, primero alimenta sus hijos y sus hijas, y slo despus es que ella se alimenta, cuando esto es posible; pues tenemos experiencias de madres y padres que viven en condiciones infrahumanas, en que el alimento no es suficiente ni para los hijos y las hijas.

Este dato social y antropolgico nos interpela a rescatar, en nuestras experiencias litrgicas inculturadas, la presidencia compartida entre mujeres y hombres en la ardua aventura de compartir. Retomo el verso de una cancin: “pueblo negro quiere formar una rueda diferente….”, en esa rueda hay lugar para todas las personas, sin sexismo; pues nuestra historia es parte de una historia que heredamos con elementos especficos que nos particularizan frente a otros grupos.

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4 – CUESTIONES DE GNERO Y TEOLOGA

En una clase de teologa con 70 alumnos, hay solamente dos telogas. Ser que la academia no es un espacio para el relacionamiento de iguales? La produccin teolgica a partir de la hermenutica femenina y masculina no sera un camino de superacin de esa crisis de identidad que vivimos?

La constitucin del saber como espacio masculino por excelencia se articula con la cuestin de la exclusin femenina del poder en la sociedad, en general, y en las iglesias, en particular. En el caso de la institucin eclesial, el hombre es el detentor del poder sagrado de establecer la mediacin entre las personas humanas y la divinidad por el sacerdocio ministerial. Con todo, heredamos de las tradiciones culturales africanas la visin del mundo en que la mujer y el hombre se comprenden como seres envueltos por Dios. Dios es madre y padre que cre de una sola vez la familia humana en su totalidad, junto con la naturaleza con la cual el hombre y la mujer establecen una relacin de interaccin.

El pensamiento androcntrico defini a las mujeres como “lo otro del hombre”, y nos redujo a meros “objetos” de la ciencia masculina. De ah la palabra recuperada por las mujeres de constituirse, como una propuesta de reformulacin de los paradigmas tradicionales y de comprensin de anlisis de la realidad.

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4.1 – TEOLOGA FEMINISTA – TF

Se trata de un movimiento teolgico que surgi en Europa del Norte y en los EUA paralelamente a la teologa negra y a la teologa de la liberacin en Amrica Latina. En esa teologa, la experiencia personal es tambin un lugar teolgico y punto de partida para la teologa. La TF es un hacer teolgico abierto a la complejidad del relacionamiento humano que incluye lo plural, lo diferente, el otro, la otra.

El hacer teolgico pasa a ser marcado por el “yo” de mujeres y hombres empobrecidos, vctimas de ideologas excluyentes. La TF apunta para la necesidad de nuevos conceptos, formulacin, imgenes y lenguaje relacionados a la cuestin de Dios.

Para la TF, Dios es fuente de libertad, de inquietud, de accin creativa, de relacin amorosa e impulso a lo nuevo.

Esta teologa cuestiona la imagen del Dios viril y busca recuperar el Dios de la revelacin de ISRAEL, que se dio a conocer, Aqul que hace ser, que se desdobla en el ser creado, que se relaciona con la creacin, como un Ser Humano en una reciprocidad ofrecida y recibida. Tal una visin antropolgica de la relacionalidad, pues acoge la diversidad en el modo de creer y de relacionarse con el Misterio divino, siendo ampliamente ecumnica.

Es una teologa holstica que busca recuperar las dicotomas cuerpo-espritu, cielo- tierra, hombre-mujer, naturaleza-historia, para revelar el valor en s de cada ser existente. La TF se sustenta en una antropologa unitaria que concibe al Ser Humano como un todo.

La TF igual a otros movimientos teolgicos como el movimiento negro, el movimiento indgena y ecolgico, est sustentando una reelaboracin de las prcticas religiosas con nuevos valores con base en la vida, en los sentimientos, en la subjetividad y en las relaciones basadas en la igualdad y la reciprocidad.

En el intento de gestar una teologa en que el hablar de Dios sea una fuente de vida, emanando, brotando, cada vez, con ms fuerza, nace la necesidad de cambiar la idea de un Dios que est en nuestro imaginario religioso que heredamos. Salir de las consideraciones de principios absolutos y entrar en la relatividad, en las circunstancias; salir de la lgica del fuerte e introducirse en la existencia de la fragilidad.

De ah, la pluridimensionalidad a partir de la valorizacin de las diferencias, del dilogo y del reconocimiento de las diversidades. La salvacin como restauracin de la existencia de la historia, no como algo mas all de la historia.

“La TF es por tanto una teologa de liberacin para hombres y mujeres. La reconstruccin de las relaciones igualitarias entre mujeres y hombres tendr inevitablemente interferencia en la economa, en la poltica, en la ecologa,en la justicia, en la guerra y en la paz….”[7]

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5 – VIOLENCIA CONTRA LA MUJER

Hablar de violencia racial en Brasil es hablar de una pasado de opresin, ms tambin de luchas, donde la mujer negra tuvo y contina teniendo una participacin decisiva para la liberacin de su pueblo.

La condicin de esclava nunca fue sinnimo de sumisin. La mujer esclavizada era, antes de todo, un ejemplo de rebelda, sea a travs de acciones organizadas o de revueltas cotidianas y espordicas.

A pesar de enfrentarnos hoy con la ausencia de datos estadsticos que nos permita calificarla, una vez que la variable tnica no es contemplada en los datos oficiales o no oficiales, tenemos elementos suficientes para considerar al racismo como un factor fundamental en la produccin de las varias formas de violencia contra la mujer negra. De las ms sutiles a las ms visibles, manifestndose a travs de:

La discriminacin en el mercado de trabajo bajo el clsico: “se exige buena presentacin”.

De la descalificacin de su imagen, vehiculada de forma negativa en los medios de comunicacin y en los libros didcticos.

De la esterilizacin masiva de mujeres negras, principalmente en el Norte y Noroeste del pas.

De la invisible violencia domstica as como tambin sexual.

La violencia debe ser combatida a un nivel pblico as como tambin privado, como forma de construir juntos, de hecho, una sociedad igualitaria y solidaria.

Para Brasil, se estima que entre 20% y 25% de las familias son dirigidas por mujeres. Los indicios de que la mayora de estas mujeres son negras son muy fuertes, en particular por el hecho de que “casi siempre las jefas de familia son empleadas domsticas y, en general, analfabetas”. Basta que crucemos los datos sobre educacin y trabajo para constatar que “ser empleada domstica y ser analfabeta” casi siempre son condiciones vivenciadas como exclusivas de mujeres negras.

Segn datos estadsticos, considerando el promedio salarial de todo el pas, los hombres blancos reciben 6,3 salarios mnimos, los negros y mestizos 2,9, las mujeres blancas reciben 3,6 salarios mnimos, y por ltimo, las mujeres negras y mestizas reciben nicamente 1,7 salarios mnimos.

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6 – CONSIDERACIONES FINALES

Mujer, en tu pecho, el placer del ser.

La vida, tu historia,

marcada por el deseo de ser

Simplemente mujer!

En tu cuerpo cargas como nadie

El secreto de la vida!

En tu historia el trazo de la indiferencia,

de la discriminacin, de la opresin…,

en ti el amor ms lindo,

La belleza ms trasparente,

el afecto ms puro

Que me hace hombre!

Eliomar Ribeiro de Souza8

Muchas cosas que decimos diariamente reflejan las normas de nuestra sociedad. Sin embargo, existen reglas sociales que perjudican personas, grupos sociales, an sin haber sido creadas con este objetivo. Pues las normas adems de informarnos sobre cmo debe ser cada persona – lo que es ser una mujer, un hombre, una seora, un seor, una religiosa, un padre… – nos indican tambin los caminos de vida que debemos seguir.

Estos modos producen en nuestra sociedad valores diferenciados para lo que es masculino y lo que es femenino. Las normas de gnero producen para las mujeres pocas esperanzas y posibilidades, como por ejemplo, tener en el casamiento un destino. A pesar de todos los cambios, el casamiento y la maternidad an son dominantes en la vida de las mujeres.

Hoy en da las mujeres pueden hacer otras cosas – estudiar, trabajar, participar en el sindicato- y estas actividades pueden ser hasta valorizadas, sin embargo, todava es fundamental que sean esposas y madres. Para los hombres, las opciones son muchas y variadas. matrimonio y paternidad, ambos importantes, no son necesarios en la vida de ellos.

Con todo, la teora de las relaciones sociales de gnero que traspasa las varias formas de subordinacin de la mujer al hombre en el sentido patriarcal, en el feudalismo, en el capitalismo y en la actual divisin internacional del trabajo, est modificando incluso la prctica de los grupos feministas en el sentido de dejar de hablar de mujeres para mujeres, pero encontrar medios ms eficaces de cuestionar el poder establecido. La tendencia hoy es de que las mujeres creen espacios autnomos con conciencia de gnero y propuestas claras.

Una sociedad dividida en gnero de personas precisa de un derecho, que parta de esa realidad. En la elaboracin de ese nuevo derecho, nosotras mujeres, tendremos que participar con ms que lamentos sobre la injusticia de nuestra condicin. Precisamos de una teora jurdico feminista bien articulada, que no tenga necesidad de apelar a la buena conciencia de un juez, pero que se mantenga por su propia fuerza.

En otras palabras, precisamos reflexionar para poder crear una nueva doctrina jurdica a partir de nuestra ya vasta experiencia latinoamericana en el campo de la defensa de los derechos de la mujer. Contra el carcter machista del Derecho, las mujeres precisan de una teora jurdico-feminista articulada para mantenerse por su propia fuerza.

La sociedad ser ms justa y armoniosa cuando derechos y deberes sean igualmente compartidos por las mujeres y los hombres. Una sociedad en que los sexos-gneros viven realidades mucho distintas, difcilmente tienen condiciones de producir un derecho neutro dentro de ese mbito, especialmente si es apenas uno de esos sexos el que define el derecho o, por otro lado, la realidad de uno de ellos es llevada en cuenta como modelo para determinar las reglas de su promulgacin y aplicacin.

La quilombola madre negra Aparecida nos anteceda y nos confirme en esa largo camino por la liberacin.

BIBLIOGRAFIA

GEBARA, Ivone. As Incmodas Filhas de Eva, So Paulo, Ed. Paulinas, 1989

___________. Vida Religiosa, da Teologia Patriarcal Teologia Feminista, So Paulo, Ed. Paulinas, 1992

___________Cristologia: Ressurreio, relatrio/ Kunaite, seminrio, Faculdade N. S. da Assuno, Ipiranga, So Paulo, maio 1992

RESS, M. Judith et ali, Edits., Del Cielo a la Tierra. Santiago, Quatro Vientos, 1994

SANTISO, M.Tereza P. A mulher espao de Salvao, So Paulo, Ed. Paulinas, 1993

FIORENZA, E. S. , As Origens Crists a partir da Mulher. Paulinas, 1992

BIEL, J. G. , De igual para igual. Vozes, 1987

ALVES, Ruben. Variao sobre a vida e a morte, So Paulo, ed. Paulinas, 1982

ALCANA, Manoel “ A emancipao feminina: Desafios Teologia e a Reforma Eclesial ”, in: Concilium, 154-1980/4, Vozes, Rio de Janeiro

SALISBURY, Joyce E., Pais da Igreja, Virgens Independentes, Scritta, 1995

SOBERAL, J. D., O ministrio Ordenado da Mulher, Paulinas, 1998

REVISTAS:

_____________TEMPO E PRESENA, ano 11 n 248, Publicao do CEDI, Dezembro 1989

_____________REVISTA UTOPIAS MAYO DE 1999, AO VII N64

_____________CONCILIUM/ 202 – 1985/6 TEOLOGIA FEMINISTA

_____________RIBLA 15, Por mos de mulher, Vozes, 1993

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NOTAS

[*] Snia Querino, originaria de Salvador Baha, lleva en su experiencia religiosa los trazos de la espiritualidad de los “orixs”. Ella desempea junto a las comunidades negras un trabajo de promocin de la espiritualidad litrgica afro, en diferentes rincones del inmenso quilombo denominado Brasil. Actualmente, junto con otras religiosas de congregaciones diferentes, est intentando plantear una experiencia de VR Afro en la Dicesis del Valle de Ribeira- SP, regin marcada pela presencia resistente de los resurgentes de Quilombo. En fin, ella es miembro del equipo de coordinacin de VR afroamericana e Caribea- CLAR.

[1] Rafael Montesinos. Profesor de la universidad Nacional Autnoma de Mxico – UNAM

[2] Simone de Beauvoir, O segundo sexo. Fatos e Mitos

[3] II Cor 3,18 ; Puebla 32-39

[5] Aparece “abrangente” en el texto original.

[6] Diccionario Feminista

[7] Manuel Alcana

[8] Poema extrado do Manual da Campanha da Fraternidade, ano 1990, CNBB- Brasil