BPS exige presupuesto justo y participativo

SAN SALVADOR, 21 de octubre de 2004 (SIEP) El Bloque Popular Social con sus 60 sectores representativos, como fuerza viva del pas demanda mejores tratos para el pueblo salvadoreo, dijo el pastor lutrano Ricardo Cornejo. Agreg que  estamos aqu como iglesia para acompaar a este pueblo que sufre toda imposicin  de leyes injustas, como el decreto 347 que nos dice que nuestros hombres y mujeres deben trabajar mas aos para jubilarse y no puedan gozar de sus ahorros, es injusto, le suben el precio del pasaje publico y no aumentan el salario por aos a los obreros en este pas, suben la canasta bsica  de alimentos y el pueblo esta sufriendo hambre, imponen leyes totalitarias de captura contra el pueblo joven solo por andar tatuados, pero hay una gran impunidad para los ministros en el gobierno,  que  desfalcan  el erario publico, la iglesia tiene que solidarizarse en oracin y accin con los que ms necesitan saber que no estn solos  que  la iglesia  les acompaa y denuncia este pecado estructural  para que Dios nos cambie  y podamos caminar como pueblo, no permitamos que Can siga asesinando a su hermano Abel.
 
Por su parte, Guadalupe Erazo, lder campesina pidi que el presupuesto para el 2005, sea equitativo y que sirva para reducir los altos ndices de pobreza que azota al pas, y que sirva para apoyar a los pequeos agricultores y que el agro sea reactivado y tengan programas especiales  de financiamiento. Mario Chvez del sector comunal expreso que el alto costo de vida y el aumento a todos los insumos como son el agua, la energa elctrica y hoy el aumento al pasaje nos llevan a una muerte lenta pero segura, nos quieren llevar a otra guerra pero el pueblo esta luchando por una democracia real y donde no exista violencia, sino dialogo y entendimiento expreso el lder comunal.
 
Carlos Rodrguez, lder histrico campesino y secretario general de ANTA, expreso que la lucha la van intensificar si las demandas no son escuchadas y que vern a los campesinos en exigencias ms de hecho, ya que no han sido tomados en cuenta en las mesas de negociaciones y el campesino debe ser escuchado y respetado en su dignidad. Efrn Meja, miembro de la coordinacin del BPS responsabiliza al gobierno de las polticas que solo favorecen a minoras y que dan dolor y padecimiento a las grandes mayoras de este pueblo, solo el gobierno y las organizaciones de poder sern los responsables de todo lo que pueda suceder en un futuro muy cercano, expreso. Y insto al pueblo en general para que acompae en las luchas paraque el presupuesto sea de beneficio para todos los salvadoreos y agradeci a Dios y a las Comunidades de Fe y Vida por el acompaamiento que realizan con el movimiento social.

Iglesia y Movimiento Social en El Salvador

Deseo Agradecer la invitacin de la Comunidad Cristiana Mesoamericana para compartir con ustedes algunas ideas sobre el camino recorrido como Consejo Nacional de Iglesias en nuestro acompaamiento al Movimiento Social y Popular salvadoreo. El perodo que voy a cubrir es el de estos ltimos doce aos, a partir de la firma de los Acuerdos de Paz en 1992 que pusieron fin a  la guerra.
 
Antecedentes.
 
Los doce aos que  van desde 1992 hasta nuestros das los dividiremos en cuatro perodos a partir del criterio principal que orient las acciones de la iglesia comprometida y del movimiento social. El primer perodo se relaciona con el cumplimiento de los Acuerdos de Paz, el segundo con el debate sobre  la reconstruccin del pas, el tercero con los desastres naturales y el cuarto y ultimo, con la globalizacin y los tratados comerciales.
 
Debemos sealar como antecedente que como iglesias y movimiento social iniciamos este nuevo perodo histrico de construccin de la paz con una rica herencia de trabajo ecumnico y de lucha por la justicia heredada del perodo anterior, del perodo del conflicto armado, que se prolonga tambin por doce aos, de 1980 a 1992 y que marc a los actores bsicos que seguimos actuando en el escenario ecumnico y progresista de las iglesias vinculadas al movimiento social. El gran referente ecumnico, evanglico y proftico  de nuestro trabajo fue Monseor Romero. Y lo sigue siendo.
 
Como iglesias comprometidas durante esta etapa del conflicto armado, de manera unificada construimos espacios y generamos procesos para la humanizacin del conflicto armado, para la atencin humanitaria a las vctimas que iban desde torturados y desaparecidos hasta poblacin desplazada de sus lugares de origen; y para la lucha por una solucin poltica a la guerra y las labores de denuncia de la represin y la ingerencia de estados Unidos en nuestros asuntos internos. Es con estos presupuestos que llegamos al 16 de enero de 1992, fecha de los Acuerdos de Paz, a los que contribuimos desde el Comit Permanente del debate Nacional por la Paz (CPDN).
 
Momento uno: el cumplimiento de los Acuerdos de Paz.
 
Como iglesias y sectores populares nos sentamos muy felices de haber conquistado la paz. Habamos logrado la paz luego de doce aos de conflicto armado. Era un sentimiento generalizado. Pensbamos que ibamos a construir un nuevo pas. Y para eso era necesaria una nueva institucionalidad. Definimos como tareas prioritarias de nuestro trabajo la democratizacin, la desmilitarizacin, la reconstruccin y la reconciliacin. Eran los cuatro pilares de nuestro esfuerzo en esta momento post Acuerdos de Paz.
 
Le apostamos con mucho entusiasmo a la creacin de una nueva polica: la Polica Nacional Civil. Totalmente diferente, esperbamos, pensbamos,  a los anteriores cuerpos de seguridad existentes, a la Polica Nacional, la Polica de Hacienda y Guardia Nacional que eran organismo profundamente represivos, pilares de la dictadura militar que torturaban y secuestraban. Fueron el ncleo de  donde surgen los escuadrones de la muerte.
 
Tambin participamos en la configuracin de la Procuradura para la Defensa de los Derechos Humanos, un organismo del estado que iba a tutelar, a vigilar para que se respetaran los derechos humanos en nuestro pas. En un pas con sesenta aos de dictadura militar y de doce aos de conflicto armado la creacin de esta institucin era una conquista importantsima, pensbamos.
 
 
Y fuimos testigos de otros procesos, de la creacin de un Tribual Supremo Electoral, de una nueva Corte Suprema de Justicia, de la legalizacin del FMLN y su  transformacin de fuerza poltico-militar en un partido poltico. Presencibamos la creacin de una nueva institucionalidad democrtica, novedosa. Y pensbamos que el pas iba a cambiar.
 
Fuimos testigos de la depuracin y reduccin de las fuerzas armadas. El pas se desmilitarizaba ante nuestros ojos. Y una institucin que dirigi los destinos del pas por sesenta aos era obligada a jugar un papel subordinado, incluso con una nueva doctrina militar, de naturaleza civilista. Haba una nueva institucionalidad. Esto nos llev alrededor de dos aos, del 92 al 94. Como iglesias acompaamos a los sectores populares en este momento de transicin. Lo fundamental era el cumplimiento de los Acuerdos de Paz.
 
 
 
Segundo Momento: la lucha por la reconstruccin.
 
A medida que se iban agotando las tareas vinculadas  a la democratizacin y desmilitarizacin, iba surgiendo con fuerza creciente  el debate sobre la reconstruccin del pas. La discusin era entre dos posiciones: la gubernamental que planteaba que la reconstruccin estaba vinculada a la creacin de una infraestructura-carreteras, aeropuertos- que permitiera mayores niveles de inversin extranjera.
 
Y por parte de los sectores populares se discuta la necesidad de  poner como centro la satisfaccin de las necesidades de la poblacin, proporcionando crditos para los sectores agropecuarios. Dos visiones totalmente opuestas. Me acuerdo que en 1993 hicimos una Consulta Nacional para el Desarrollo con participacin de ONGs, sectores rurales, sectores comunales e iglesias. Al final predomin la visin neoliberal de sectores de la ANEP, de ARENA y del GOES.
 
En este periodo surgen experiencias de autogestin comunitaria realizadas por poblaciones vinculadas al FMLN, entre las que sobresale las experiencias de la Comunidad Segundo Montes en Morazn, Guarjila en Chalatenango y la Ciudadela Manuel Ungo en las faldas del cerro de Guazapa. Exista la visin de un modelo alternativo de desarrollo, superior al modelo capitalista. Como iglesias acompaamos este proceso de bsqueda de nuevas formas de organizacin social y econmica.
 
Este momento va desde 1993-1994 hasta finales de 1998. En su ultimo tramo, y bajo el impulso de FUNDE, UNES, ASDI, FUNSALPRODESE y el CNI se forma la red SAPRIN, vinculada a un esfuerzo de cuestionamiento de las poltica del Banco Mundial. Con este esfuerzo adems de aglutinar a una gran cantidad de ONGs y organizaciones sociales pudimos vincularnos orgnicamente al movimiento mundial antiglobalizacin que se preparaba para la batalla de Seattle. Alfonso Goitia y luego Roberto Rubio fueron claves en este proceso.
 
Tercer momento: la lucha por la gestin de riesgos en las comunidades.
 
A finales de 1998 se abri una nueva coyuntura en las luchas de los sectores sociales centroamericanos a partir de la tormenta Mitch que golpe duramente a la economa y a poblaciones enteras de Honduras, Nicaragua y El Salvador. Esta tormenta nos revel la fragilidad de nuestros sistemas de proteccin frente a desastres naturales y la necesidad que asumiramos el reto de denunciar esta situacin, de supervisar la ayuda millonaria que empezaron a recibir los gobiernos as como la urgente tarea de capacitar a nuestras comunidades en la gestin y elaboracin de mapas de riesgo.
 
Este momento nos permiti coordinar a nivel centroamericano y conformar la organizacin Centro Amrica Solidaria (CAS) que incluso realiz labores de cabildeo en Europa para gestionar fondos de ayuda para damnificados y reconstruccin. A nivel de nuestro pas, como fruto de esta experiencia surge el Foro de la Sociedad Civil, que posteriormente asume perfiles de coalicin popular contra el modelo neoliberal.
 
En enero y febrero de 2001 suceden dos terremotos que configuran una nueva situacin de emergencia nacional. Alrededor de esta nueva situacin se configura una nueva coalicin de ONGs y sectores populares, la Concertacin Ciudadana para la Reconstruccin. En este esfuerzo juega un papel orientador el Obispo auxiliar de San Salvador, Monseor Gregorio Rosa Chvez.
 
Cuarto momento: la lucha contra los tratados comerciales
 
La amenaza de tratados comerciales como el Plan Puebla Panam y el Tratado de Libre Comercio con los Estados Unidos (CAFTA) abren un nuevo momento en el desarrollo de las coaliciones de sectores populares y sociales, con presencia de la iglesia comprometida.
 
Frente a estos tratados existen dos visiones: hay un sector del movimiento social que rechazan los acuerdos pero consideran que es posible y factible realizar modificaciones que reduzcan los principales elementos de riesgo y que para esto hay que participar en el proceso de discusin, mientras otro sector piensa que hay que desplegar un rechazo frontal a tales tratados porque son nocivos para nuestros pueblos y no se deben de legitimar. En ambos sectores hay crculos de la iglesia comprometida.
 
Asumen la primera visin diversos sectores no solo nacionales sino a nivel centroamericano aglutinados en la Iniciativa Mesoamericana CID. Por otra parte, los que se oponen categricamente a los tratados comerciales se aglutinan en diversas coaliciones que todava no logran unirse. Una de estas es la Red de Accin Ciudadana Sinti Techan, surgida en el ao 2000 y que aglutina a importantes ONGs como son la UNES, DIGNAS, FESPAD y CDC.
 
En el ao 2003 surgen dos agrupaciones populares con una clara vocacin de lucha contra los tratados comerciales. El Bloque Popular Social y el Movimiento Popular de Resistencia 12 de Octubre. Ambos con presencia de sectores religiosos comprometidos con la paz y la justicia. En agosto de este ao surge el Movimiento Ciudadano por la Vida con Justicia Social, una nueva coalicin popular comprometida con la lucha por el cambio social.
 
En todos estos esfuerzos hemos participado. Esta es la riqueza de nuestra experiencia, de nuestra lucha. Somos una iglesia comprometida con la paz, con la justicia, con la democracia, con la verdad, con la confianza de la victoria de Jess de Nazaret sobre todo lo que esclavice a los seres humanos.
 
*Ponencia presentada por Rev. Roberto Pineda, a nombre del Consejo Nacional de Iglesias de El Salvador en Taller de Capacitacin del Consejo Mundial de Iglesias y de la Comunidad Cristiana Mesoamericana  realizado este 21 de octubre de 2004 en la Universidad Luterana, San Salvador, El Salvador.
 
 
 
 
 
 
 
 

Comunidades afectadas por Anillo Perifrico protestan contra Saca

SAN SALVADOR, 20 de octubre de 2004 (SIEP) Representantes de diversas comunidades que sern afectadas por la construccin de la segunda fase del Anillo Perifrico se concentraron esta maana frente a las oficinas del Ministerio del Medio Ambiente para denunciar a la administracin Saca por este nuevo atropello contra los residentes del oriente y sur de esta ciudad.
 
A la actividad asistieron representantes de comunidades de Ciudad Delgado, Soyapango, San Roque, Santa Marta y Brisas de San Jacinto, que sern directamente afectadas por esta segunda fase del proyecto, que est vinculado al Plan Puebla Panam.
 
Gloria Rivas, dirigente de la Asociacin de Comunidades Afectadas por el Anillo Perifrico (ACAP) expres que nos van a matar, estn daando con esta carretera las bases del Cerro San Jacinto, lo que va a provocar muchos deslaves en nuestras comunidades.
 
Agreg que cuando nos enteramos del llamado hecho por el Ministerio del Medio Ambiente dando a conocer que el MOP ha solicitado el permiso ambiental supimos que era hora de dar la batalla para detener este proyecto autopista Comalapa como le llaman y aqu estamos.
 
Denunciamos dijo-a Hugo Barrera, ministro del medio ambiente, conocido ultraderechista arenero porque estamos seguros que va a autorizar esta carretera, y solo estn llenando la formalidad de la consulta pblica con esta publicacin, pero aqu estamos para decirles que estamos en pie de lucha.
 
La tambin dirigente del Bloque Popular Social agreg que denunciamos al gobierno de Antonio Saca por esta barbaridad, por su terquedad de continuar con la ejecucin de un proyecto que ya s demostr con estudios tcnicos que es daino para el medio ambiente y viola la esencia del artculo 25 de la Ley de Medio ambiente.
 
Finaliz haciendo un llamado a todos los ciudadanos del gran San Salvador, empezando por sus alcaldes, para que nos pronunciemos y nos unamos para evitar que se realice el tramo oriental  sobre el Cerro San Jacinto, que es la porcin ms peligrosa del anillo perifrico.
 
Si no nos unimos y protestamos enfatiz- va a aumentar la escasez de agua en las comunidades, van a haber ms deslaves e inundaciones, y toda para beneficio del comercio trasnacional, del Plan Puebla Panam, del Tratado de Libre Comercio con los Estados Unidos. La lucha por la vida es la lucha por la defensa del Cerro san Jacinto.
 

Iglesia Luterana La Resurreccin realiza taller de evaluacin

SAN SALVADOR, 17 de octubre de 2004 (SIEP) Con el propsito de fortalecer el trabajo de evangelizacin, los miembros de la Iglesia Luterana la Resurreccin realizaron este domingo un Taller de Evaluacin Estratgica , dirigido por el Obispo Medardo Gmez.
 
La actividad inici con una Oracin realizada por el Rev. Ricardo Cornejo, quien expres que te pedimos Seor que nos des fuerza y sabidura par seguir acompaando a nuestro pueblo como comunidad de fe y vida y no ceder alas tentaciones del poder y la riqueza, para ser consecuentes con tu Santo Nombre.
 
Ese mismo da haba predicado el Rev. Jos Parada sobre Lucas 18:1-8 sobre la necesidad de ser perseverantes en la oracin y no desmayar en el trabajo que nuestro seor Jesucristo nos ha encomendado de predicar el Evangelio y dar testimonio de nuestra fe.

Interpretar al mundo o hacerlo de nuevo?

Por Luis Mattini
La Fogata
La existencia del Estado y de la esclavitud son inseparables
                                                                                          (Karl Marx)
Convengamos que hoy no existe una organizacin poltica que posea una estrategia revolucionaria para transformar al mundo. Pero agrego: no existe tal organizacin porque no existe una estrategia revolucionaria.
Este enunciado da pie a la siguiente hiptesis: la ausencia de tal estrategia no obedece a la falta de buena voluntad de quienes se dicen revolucionarios, no se trata tampoco de la falta de determinadas condiciones (objetivas o subjetivas) sino que no hay necesidad de esa estrategia.
Siempre siguiendo esta hiptesis, tal innecesidad se debe al agotamiento del paradigma emancipador que cristaliz tras la no llegada de la esperada revolucin mundial despus de la revolucin rusa: cuerpo de creencias que se sostena en el mito del progreso. Segn este mito, al capitalismo le sucedera necesariamente el socialismo. El comunismo estara al final de un largo camino en el que se integrara todo lo conquistado desde aquel arranque en la comunidad primitiva. Por lo tanto la tarea de los sujetos los revolucionarios consista en ordenar la lucha de clases, tal como se ordena una guerra. De all el uso, sub-uso, y sobre todo, abuso de esa equvoca palabra estrategia.
Este paradigma confundi una postura tica, ontolgica, perenne, de Marx (la que asumimos a mucha honra como tal) la Tesis 11, no slo interpretar sino transformar al mundo con su puesta en prctica mediante una hiptesis que sirvi de impulso a ciento cincuenta aos de lucha, apostando a la revolucin proletaria: el carcter objetivamente revolucionario del proletariado como emancipador de la humanidad en la crisis del capitalismo. Sin embargo, al asumir como ley lo que era un cuerpo de creencias, una buena hiptesis, se olvid que Marx afirm tambin que, si al momento de la crisis capitalista, el proletariado no haca tal revolucin, la humanidad podra regresar a la barbarie.
Este es el momento actual; el de la crisis capitalista.
En efecto: la crisis del capitalismo se expresa en la actual crisis de la civilizacin, no en su sentido mezquinamente economicista, sino en un modo de vida, a punto tal que sin revolucin a la vista, con aquel hipottico sujeto dispersado por el post-fordismo la humanidad puede dirigirse hacia una especie de Edad Media tecnologizada.
Esto es una posibilidad, no un determinismo . Como tambin fue posibilidad y no determinismo la hiptesis de la revolucin proletaria a la que apostamos siguiendo a Marx. Por ello es posible tambin intentar ahora otra hiptesis gua bajo la inspiracin de la misma Tesis 11.
No se trata de interpretar al mundo sino de hacerlo de nuevo.
Cules son las consecuencias de este enunciado?
Primero que, salvo que se acepte la mano de Dios, no hubo estrategia en la formacin del mundo. De modo que para hacerlo de nuevo no necesitamos estrategia
Segundo, no concebir al socialismo como automtico sucesor material del capitalismo en donde la ruptura sera slo un acto poltico (revolucin) de captura del Estado, puesto que el capitalismo no es un simple sistema econmico cuyo aparato de dominacin es slo el Estado, sino una relacin social que interacta; la sociedad de mercado reproduce la relacin social y viceversa, tal relacin reproduce el mercado. El ciudadano, el sujeto se troca consumidor. Por lo tanto, todo progreso tcnico cientfico est condicionado por este juego. Todo producto de ese progreso es, en principio, sospechoso de trocar al sujeto en consumidor, real o virtual. El socialismo implica, entonces, no slo reparto ya de la riqueza, sino tambin una profunda ruptura con una forma de producir y consumir.
Tercero, esto contiene como insospechada consecuencia, una resistencia que aparece como conservadora, toda vez que la dominacin no reside slo en la propiedad de los medios de produccin, sino en el carcter mismo de esos medios. ( resistencia que, de hecho, estn haciendo los sectores ms radicales en el mundo) Este aspecto es el hueso ms duro de roer. Asumir que el progresismo conceptual es el primer sostn del capitalismo actual porque el progreso es atributo del capitalismo.
Marx explic muy claro en el Manifiesto comunista que la burguesa es una clase que no puede existir sino revolucionando constantemente, en esa revolucin creaba a su pesar las bases materiales para el comunismo. Pero de all no puede deducirse como se ha hecho que la supuesta esencia de la humanidad es vivir revolucionando de modo constante los medios de produccin. El hombre no es esencia sino potencia, por tanto puede revolucionar o no. Hoy queda claro que la humanidad debe regular (y hasta conservar) los cambios en los medios de produccin reservando aquellos ptimos y sustentables a la satisfaccin del reino de la necesidad. La revolucin permanente es en el reino de la libertad. (Es posible que este concepto se pueda aprehender mejor desde el arte que desde la ciencia, porque en el arte no hay progreso sino constante resignificacin)
Hoy las bases materiales para la socializacin universal estn harto satisfechas y la revolucin de la burguesa contina, no slo explotando sino amenazando la vida. Nunca, en la historia hubo mayor revolucin tecnolgica y a la vez mayor diferencia entre ricos y pobres; y por primera vez en riesgo el planeta. Ya no se trata slo de emancipar la esclavitud asalariada, sino de defender la vida misma. Capitalismo salvaje? Si, claro, eso, pero no slo eso. Miremos a China: es evidente que las consecuencias sociales de su crecimiento econmico estn ms cerca del neoliberalismo que del comunismo, ni siquiera de la timorata socialdemocracia. Adems no es mrito exclusivo, recurdese aquel portentoso desarrollo de la economa sovitica de preguerra, tambin con frrea dictadura pero mayor igualdad social que la China actual Por lo dems, el control estatal de la economa no es invento marxista. Lenn tom de modelo al estado prusiano recalcando que lo que se institua con la NEP era capitalismo de estado.
Por eso la resistencia de los desposedos aparece como conservadora frente a esta ofensiva capitalista que ya no extrae plusvala slo de la fuerza de trabajo, sino tambin de la vida. De ah que algunos pensadores insistan con el concepto de biopoltica
Cuarto, el paradigma anterior olvidando al Marx de la gemeinweser, al Marx comunalmente comunista de: La Comuna no fue una revolucin contra una forma cualquiera de poder de Estado, legitimista, constitucional, republicana o imperial. Fue una revolucin contra el Estado como tal, contra este aborto monstruoso de la sociedad consideraba lo magno, en tanto supuestamente colectivo, como lo superior, la apologa de los Estados Nacionales avanzando hacia los Estados multinacionales: despus de la URSS vendra la Federacin de Estados Socialistas de Europa La Unin de los Estados Socialistas de Amrica. Hoy ese reagrupamiento de estados, diluyendo los Estados Nacionales, lo est haciendo el capitalismo. En el caso de Amrica Latina y Europa con el entusiasta apoyo de las izquierdas. Al menos reconozcamos la paradoja: que la resistencia radical a estas tendencias del capitalismo son conservadoras: el regreso a la comuna.
El paradigma de lo magno cubra toda la vida humana, a tal punto de ser el autor de esa gran abstraccin llamada mundo. Abstraccin que, facilitada por la televisin, se transforma en la ms grande de las ilusiones que ha conocido la humanidad: la ambigua ilusin de, por un lado conocer e incidir en ese mundo y por otro, la impotencia de no poder hacerlo. Si lo que hago en mi barrio no sale en TV no incide en el mundo, por lo tanto no vale nada. La pantalla es la realidad, an para los protagonistas. Slo cuando ocurren cosas como las del 19 y 20 de diciembre se descubre, con estupor, la vida, lo que emergi debajo de la superficie.
El mismo paradigma de lo magno se planteaba en la organizacin: grandes partidos o movimientos de millones de personas nacionales y proyectados de la misma manera hacia lo internacional. Las huestes del proletariado preparando la batalla decisiva contra las hordas del capitalismo. Vanguardia y homogeneidad ideolgica que, no por casualidad, fue sistemticamente homogeneidad en la obediencia. El stalinismo fue su expresin ms extrema y perversa, mas no la nica. Hoy la resistencia radical se organiza en miles de grupos heterogneos, quienes intuyen cada da ms que en que en la multiplicidad est la vida y la creatividad, al mismo tiempo que buscan formas de articular, sin que ninguna batalla sea decisiva y todas son importantes. El universal abstracto en el universal concreto. La labor de la revista Tesis 11 vale tanto como la lucha piqueteros autnomos o la Intifada.
El paradigma anterior, hijo dilecto de las ciudades no poda menos que ser urbano. El campo era sinnimo de barbarie. La cultura agraria (irnicamente la base de la civilizacin) era considerada, romntica, retrgrada por ser medioeval, individualista, antisocial, deba ser reemplazada por la tecnologa. El socialismo estaba llamado a liquidar la contradiccin campo-ciudad urbanizando a los campesinos. Hoy eso lo est cumpliendo el capitalismo con creces, slo que hacinando en la periferia de las ciudades a los agricultores.
Por ltimo el paradigma interpret la exigencia de transformar, como hacerlo desde arriba, es decir desde el Estado.
Hacerlo de nuevo, en cambio, contendra la idea del regreso a la concepcin de la gemeinweser, la conviccin de que la sociedad, como pensaba Marx, slo puede transformarse desde abajo (el abajo no descarta alzamientos insurreccionales) El desafo de hoy es cmo hacerlo de nuevo: la base material, la riqueza material y espiritual, est aqu, a nuestro lado, entre y con nosotros, hay que preservarla, conservarla de la destruccin capitalista, repartirla, porque hemos llegado al punto de partida. El comunismo est en el aqu y ahora. .
 

No imponer, sino convencer

Marta Harnecker
1. Los movimientos populares y, en general, los diferentes actores sociales que hoy estn en las principales trincheras de lucha contra la globalizacin neoliberal tanto a nivel internacional como en sus propios pases rechazan, con razn, las conductas hegemonistas. No aceptan la actitud de aplanadora que solan usar algunas organizaciones polticas y sociales que, aprovechndose de ser las ms fuertes y acaparando cargos de direccin, pretendan instrumentalizar al movimiento. No aceptan que se intente imponer en forma autoritaria la direccin desde arriba; que se pretenda conducir al movimiento por rdenes por muy correctas que stas sean.

2. Una actitud hegemonista en lugar de sumar fuerzas produce el efecto contrario. Por una parte, crea malestar en las otras organizaciones: stas se sienten manipuladas y obligadas a aceptar decisiones en las que no han tenido participacin alguna, y por otra, reduce el campo de los aliados, ya que una organizacin que asume una posicin de este tipo es incapaz de captar los reales intereses de todos los sectores populares y crea en muchos de ellos desconfianza y escepticismo.

3. Pero luchar contra el hegemonismo no significa renunciar a luchar por ganar la hegemona que no es otra cosa que tratar de conquistar, de persuadir a los dems de lo correcto de nuestros criterios y de lo vlidas que son nuestras propuestas.

4. Para ganar la hegemona no se requiere inicialmente ser muchos, basta con unos pocos. La hegemona lograda por el Movimiento 26 de Julio conducido por Fidel Castro en Cuba, nos parece una prueba suficientemente convincente de esta afirmacin.

5. Ms importante que crear un poderoso partido con un gran nmero de militantes es levantar un proyecto poltico que refleje las aspiraciones ms sentidas del pueblo y, por eso mismo, conquiste su mente y su corazn. Lo importante es que su poltica sea respaldada por las masas, que concite consenso en la mayora de la sociedad.

6. Hay partidos que se vanaglorian del gran nmero de militantes que tienen, pero, de hecho, slo conducen a sus afiliados. Lo central no es, entonces, que el partido sea grande o pequeo, lo que interesa es que la mayora de la gente se sienta identificada con sus propuestas.

7. En lugar de imponer e instrumentalizar, hay que convencer y sumar a todos los que se sientan atrados por el proyecto que se pretende realizar. Y slo se suma si se respeta a los dems, si se es capaz de compartir responsabilidades con otras fuerzas.

8. Hoy, sectores importantes de la izquierda han llegado a la comprensin de que su hegemona ser mayor cuando logren que ms gente siga sus propuestas, aunque stas no aparezcan bajo su sello. Hay que abandonar la antigua prctica equivocada de pretender cobrar derechos de autor a las organizaciones que osan levantar sus banderas.

9. Si se logra conquistar para esas ideas a un nmero importante de lderes naturales, se asegura con ello que sus ideas lleguen en forma ms efectiva a los distintos movimientos populares. Es importante tambin conquistar para el proyecto a personalidades destacadas en el mbito nacional, porque ellas son formadoras de opinin pblica y sern eficaces instrumentos para divulgar las propuestas y conquistar nuevas adhesiones.

10. Pensamos que una buena manera de medir la hegemona alcanzada por una organizacin es examinar cuntos lderes naturales y personalidades han asumido sus ideas y, en general, cuntas personas se sienten identificadas con ellas.

11. El grado de hegemona alcanzado por una organizacin poltica no puede medirse entonces por la cantidad de cargos que se logre conquistar. Lo fundamental es que quienes estn en cargos de direccin en las diversas organizaciones y movimientos hagan suyas e implementen las propuestas elaboradas por esa organizacin, aunque no sean militantes de ella.

12. Una prueba de la consecuencia de una agrupacin poltica que se declara no hegemonista es justamente ser capaz de proponer para los diferentes cargos a los mejores hombres, sean estos de su propio partido o sean independientes o de otros partidos. De las figuras que la izquierda sea capaz de levantar depender en gran medida la credibilidad que el pueblo tenga en su proyecto.

13. Por supuesto que esto es ms fcil de decir que de practicar. Suele ocurrir que cuando una organizacin es fuerte sta tienda a subvalorar el aporte que puedan hacer otras organizaciones y que tienda a imponer sus ideas. Es ms fcil hacer esto que arriesgarse al desafo que significa ganar la conciencia de la gente. Mientras ms cargos se tiene, ms atento hay que estar de no caer en afanes hegemonistas.

14. Por otra parte, el concepto de hegemona es un concepto dinmico, la hegemona no se gana de una vez y para siempre. Mantenerla es un proceso que tiene que ser recreado permanentemente. La vida sigue su curso, aparecen nuevos problemas, y con ellos nuevos retos.

Exigimos un Presupuesto 2005 justo y participativo!

El Bloque Popular Social de El Salvador, preocupado por el agravamiento de la crisis econmico-social y el desinters de los sectores dominantes de buscarle una salida y en el marco de la discusin del Presupuesto General de la Nacin para el prximo ao, expresamos ante la opinin pblica nuestras valoraciones y definimos nuestras banderas de lucha:
 
1.     Consideramos que el Presupuesto General de la Nacin debe tener como prioridad el enfrentamiento a la pobreza generalizada que vive nuestro pueblo. O sea que debe focalizarse en la educacin, la salud, la recreacin, la vivienda, el empleo, la seguridad y la previsin social.
 
2.     Rechazamos y denunciaremos cualquier intento de utilizar el presupuesto para aumentar los ya escandalosos salarios de funcionarios areneros, as como para seguir impulsando la ilegal campaa poltica adelantada que est realizando el rgimen oficialista de Antonio Saca.
 
3.     Consideramos que una medida fundamental es la derogatoria de la reforma 347 de  la Ley SAP que condena a miles de salvadoreos y salvadoreas a ms aos de trabajo y atrasa su justa jubilacin.
 
4.     Consideramos que es urgente una financiamiento para los sectores rurales que permita la reactivacin del aparato productivo en el campo y as generar empleos para la familia campesina.
 
5.     Consideramos que es urgente un aumento general de salarios para los trabajadores pblicos y privados que permita enfrentar el creciente aumento en el costo de la vida.
 
6.     Consideramos que la firma del Tratado de Libre Comercio con los Estados Unidos va a aumentar la crisis social del pas, por lo que desde ya rechazamos esta medida.
 
7.     Hacemos un llamado a los diversos sectores sociales del pas a pronunciarse por un Presupuesto 2005 Justo y participativo ya  sumarse a  las actividades que estaremos realizando para conquistarlo.
 
San Salvador, 21 de octubre de 2004
 
Coordinacin del Bloque Popular Social de El Salvador
 
 

Multitudinaria marcha pro inmigrantes en Los Angeles

Por Frankie Flores

Los Angeles, CA, 17 de Octubre, 2004 (SIEP). Mas de doce mil inmigrantes de todos los condados de California se dieron cita ayer en el Este de Los Angeles, para marchar hacia la alcaldia de Los Angeles y protestar ante el gobierno estatal y el gobierno de Bushpor las medidas post 9/11.

La marcha se origino en la Avenida Cesar Chavez en el este de Los Angeles, lugar historico en luchas por los derechos humanos, desde los aos 60s cuando el ser chicano o mexicano era un delito, en donde se reprimia a los jovenes por el solo hecho de ser joven de piel cobriza. Esta vez, la marcha fue en contra de la politica del gobernador Arnold Schwarzenegger de negarse a firmar la ley para dar la licencia a los indocumentados, y por los recortes a la educacion, por las redadas llevadas a cabo por la patrulla fronteriza, por el alto a las bandas paramilitares en la frontera, promovidas por grupos de derecha, bandas paramilitares que no tienen nada que envidiarles a los paramilitares en Colombia, pues estan bien armados hasta con fusiles M-16,

por el fin de la invasion a Irak, por el respeto de los derechos mas elementales de todos los californianos.

Hace diez aos, marchamos en contra de las politicas de grupos republicanos de ultra-derecha, pero los ataques en contra de nosotros continuan, afirmo Angela Sambrano del Centro de Recursos Centroamericanos, CARECEN, quien enumero la perdida de derechos de los inmigrantes con medidas en contra de los jovenes universitarios, la educacion bilingue y la rechazada medida de English Only promovida por el grupo Save Our State S.O.S (Salvemos Nuestro Estado). La guerra contra el terrorismo se ha vuelto una guerra en contra de los inmigrantes, dijo. Angela Sambrano critico tambien la inversion estimada de 133.000 millones de dolares en la invasion a Irak. Nosotros hemos venido a crear riquezas para la quinta economia del mundo y queremos que paren estos ataques dijo.

En la marcha podria observarse la gran riqueza cultural de California, pues negros, asiaticos, y gente de todas las regiones de America latina conformaban esa gran ola de inmigrantes unidos, cantando juntos l Pueblo Unido jamas Sera Vencido, Arnold Ignorante, vos tambien sos Inmigrante, y no cesaban de gritar vivas a los maximos lideres de las diferentes comunidades en las que se destacaban Zapata, Mons/ Romero, Bert Corona y Cesar Chavez, quien fuera el defensor de los campesinos en todo California.

En la marcha podian verse familias enteras, jovenes de casi todas las escuelas de Los Angeles, quienes gritaban que querian escuelas mas dignas y que se firmara la ley de licencias para indocumentados. Una nia de escuela intermedia no cesaba de gritar: Bush, si a mi hermano lo obligas a manejar tanques de guerra, dale una licencia para que maneje un carro.

Cadenas humanas por la Soberana Alimentaria realiza BPS

APOPA, 15 de octubre de 2004 (SIEP) Con una Cadena Humana y distribucin de volantes, en el centro comercial Pericentro a la entrada de esta ciudad as como en Plaza Mundo en Soyapango, miembros de  Bloque Popular Social conmemoraron el Da Mundial por la Soberana Alimentaria.
 
Guadalupe Erazo, manifest que con esta accin nos hacemos presentes para explicarle a nuestro pueblo como este modelo neoliberal est destruyendo nuestra agricultura y la necesidad que defendamos nuestra semilla criolla.