Cómo perder la Casa Blanca en 2016

21 de Julio de 2013 Es facilísimo. No hay que romperse la cabeza. Lo único que tienen que hacer los republicanos en la Cámara de Representantes es votar en contra de la reforma migratoria o boicotear el proceso. Es todo. Con eso basta para que su candidato –el que sea– pierda las elecciones presidenciales en Estados Unidos en 2016.

A veces parecería que los congresistas republicanos están siguiendo al pie de la letra un plan ideado por su peor enemigo y que consiste en atacar e insultar al grupo político de más rápido crecimiento en el país: los hispanos. En lugar de aprovechar el enorme avance que lograron los republicanos en el Senado aprobando la legalización de la mayoría de los 11 millones de indocumentados, muchos miembros del Partido Republicano en la Cámara de Representantes se han dedicado en los últimos días a echarlo todo a perder.

A veces da la impresión de que algunos de ellos tienen un particular gusto por sonar como antiinmigrantes y prejuiciados. Quizás eso les da votos en las remotas partes del país donde no viven muchos extranjeros, pero es de una ceguera política impresionante. No se dan cuenta de que su odio puede ayudarles a ganar un distrito en Alabama, Arizona o Alaska, pero, al mismo tiempo, les garantiza una terrible derrota electoral nacional en tres años.

El propio expresidente George W. Bush rompió su voto de silencio en una entrevista para tratar de convencer a otros republicanos a que voten a favor de un camino a la ciudadanía para los indocumentados. “Es muy importante arreglar un sistema que está roto, tratar a la gente con respeto y tener confianza en nuestra capacidad de asimilar a más personas”, dijo a la cadena ABC.

Bush tiene razón en eso. Lástima que cuando él fue presidente no tenía esa misma urgencia para aprobar una reforma migratoria. Cuando la propuso en 2007 fue demasiado tarde y ya se había acabado todo su enorme capital político.

Bush también dijo en la entrevista que “la razón para pasar una reforma migratoria no es salvar al Partido Republicano”. Pero ahí W. peca de ingenuidad. A los republicanos les urge quitarse ese tema de encima. Mitt Romney perdió la pasada elección presidencial por su absurda y tonta idea de “autodeportar” a millones de indocumentados.

El líder de la Cámara de Representantes, John Boehner, no ha aprendido las lecciones de la historia reciente. Como decía un viejo sacerdote en mi escuela secundaria: “Ve la tempestad y no se hinca”.

Si Boehner, como amenazó recientemente, se rehúsa a llevar este tema a votación, estaría cometiendo un verdadero suicidio político para su partido.

Es muy desconcertante y desafortunado que Boehner, en un comunicado, haya llamado “equivocada” y “apurada” la propuesta migratoria del Senado. Parece estar desconectado de lo que quiere la mayoría del país, según las encuestas, después de casi tres décadas de espera. ¿De verdad Boehner quiere ser el nuevo villano de la comunidad hispana reemplazando al odiado sheriff Joe Arpaio? ¿En serio quiere ser parte del tristemente célebre grupo antiinmigrante conformado por Pete Wilson, Tom Tancredo, Jan Brewer y Ted Cruz? Ya lo veremos.

Mientras tanto, vamos a ponerle un poquito de aritmética e historia al argumento de que los republicanos perderán la Casa Blanca si boicotean la reforma migratoria.

En 2000 un pequeño grupo de votantes hispanos hizo que Bush ganara la Florida y la presidencia. En 2004 Bush sacó 44 por ciento del voto latino y repitió en la Casa Blanca. En 2008 un 67 por ciento de votantes hispanos ayudó a elegir al primer presidente afroamericano y en 2012 Obama arrasó con el apoyo de 71 de cada 100 votantes hispanos.

En 2016 los republicanos tienen la oportunidad histórica de compartir el crédito con los demócratas en el tema de la reforma migratoria y dejar atrás una maldición de años. Diez y seis millones de votantes latinos decidirán esa elección.

Pero si, a pesar de todo, los republicanos apelan a los instintos antiinmigrantes de los más extremistas, perderán la Casa Blanca en 2016 y se tardarán muchos años más en conseguir el perdón de los latinos. Como dice un sabio dicho mexicano: sobre advertencia no hay engaño.

El Salvador y la resistencia popular a los imperios

San Salvador, 21 de julio de 2013 El Salvador no puede aislarse del enfrentamiento global entre las resistencias populares y los imperios predominantes y emergentes. Esta es la característica más relevante del escenario internacional desde el derrumbe a finales del siglo pasado, de lo que se conoció como socialismo real. Nuestra inserción en este conflicto es ineludible además de urgente.

El conflicto mundial, con sus diferentes actores y escenarios, entre los que se encuentran los países del OCDE y del BRICS, así como los espacios de lo político, lo militar, lo financiero, las comunicaciones, lo tecnológico, y el control de los recursos naturales, influye, determina, y condiciona los límites y potencialidades de los procesos de cambio que se desarrollan en el mundo, incluyendo a El Salvador. A continuación se describen algunas facetas de esta amplísima pugna.

Rusia detiene en G-8 agresión contra Siria

La primera línea de enfrentamiento militar entre los imperios del atlántico norte y las resistencias del medio oriente está situada en las planicies de Siria, pero en este mundo globalizado fue en Irlanda del Norte, otro bastión de lucha antiimperialista, donde se postergó en la última reunión del Grupo G-8, el ataque imperial sobre este país árabe, que enfrenta una “guerra civil” prefabricada y la amenaza de una agresión imperial.

En el Medio Oriente, Siria es la antesala para atacar a Irán de la misma forma que en nuestro continente Venezuela es la antesala para golpear y controlar a Brasil y aislar a Cuba. Y la “guerra civil” emprendida contra el gobierno nacionalista sirio de Bashar Al Assad, está orientada a fortalecer el cerco contra Irán y avanzar así en la reconquista del Medio Oriente. En este panorama, Israel juega en aquella cancha el mismo papel subordinado que en la nuestra juega Colombia.

Ya los imperios del atlántico norte en este siglo XXI han avanzado en la reconstrucción del mundo colonial, al apoderarse de Irak (2001) y más recientemente de Libia (2012). Pero han fracasado en Afganistán. Y sus enemigos inmediatos a derrotar son Siria, Palestina (en particular la franja de Gaza) y el Hezbola libanés. La apuesta máxima es Irán. Y para esto cuentan con el apoyo de Arabia Saudita, Qatar, Turquía y hasta hace poco Egipto.

Aunque en el caso de Egipto, el derrocado gobierno de Morsi y los Hermanos Musulmanes, tuvieron que pagar caro el precio de su política entreguista frente a Israel y la OTAN y provocaron felizmente que de nuevo los sectores populares recuperaran la calle, creando una situación que momentáneamente debilita la estrategia de intervención militar hacia Siria.

El G-7 menos Rusia desean y sueñan invadir, ocupar, capturar, apoderarse de las riquezas de Siria. Y en su última reunión del G-8 en Irlanda del Norte, los representantes del mundo globalizador angloparlante Obama y Cameron, seguidos por los otros cinco gobernantes, de Japón, Canadá, Francia, Italia y Alemania, mostraron sus colmillos, pero felizmente el ruso Putin defendió enérgicamente el derecho a la independencia y a un arreglo negociado de la crisis en Siria.

Siria y El Salvador: Una historia compartida de lucha contra la opresión

Hay muchas diferencias entre nuestros dos países pero también semejanzas. Su capital es la milenaria Damasco y hablan árabe mientras nosotros hablamos español y nuestra capital es San Salvador. Son 20 millones de habitantes y nosotros somos 6. En su vecindario geográfico, al norte esta Turquía, al oriente esta Irak. Al sur esta Israel y Jordania. Al occidente el Líbano. Nosotros estamos en Centro América.

Son islámicos, y el grupo principal es el sunita mientras que nosotros somos cristianos y el grupo principal es el católico. Desde 1970 el país es dirigido por el Partido Baath Árabe Socialista y es un país productor de petróleo. En nuestro caso, desde el 2009 el país esta conducido por una coalición de centro-izquierda que incluye al Presidente Mauricio Funes y al FMLN.

Siria es la antigua Ugarit donde surgió el alfabeto y es el lugar donde también se descubrió el bronce. Son cinco mil años de historia antes de nuestra era. Son cinco mil años de luchas. Y en esta larguísima historia de resistencia del pueblo sirio aparecen las luchas en contra de la dominación de los sumerios, acadios, asirios y babilonios a partir del 2,260 a.n.e., después por los cananeos, fenicios, arameos, iniciando en el 1600 a.n.e., luego por los hititas a partir del 1430 a.n.e, hebreos, egipcios, persas, griegos, seleucidas, romanos, bizantinos, árabes en el siglo VII, francos en las cruzadas del siglo XII, mongoles en el siglo XIII, otomanos, del siglo XVI al XX y por último franceses, de 1922 a 1946.

En nuestro caso, son dos mil años de lucha y es una historia de resistencia que comprende otros imperios y naciones dominantes, incluyendo la olmeca, maya, azteca, del imperio español que va del 1524 al 1821, y coincide con la dominación otomana en Siria, luego la influencia inglesa en el siglo XIX, y la dominación norteamericana, que se vuelve hegemónica partir de 1941 y sigue vigente.
En 1922 la Liga de las Naciones, en una clásica postura imperial, al desaparecer el Imperio Otomano, repartió el dominio de la antigua Siria entre dos potencias: a Reino Unido le correspondió Transjordania y Palestina y a Francia, Siria y el Líbano.
Esto determinó que la última independencia fue lograda en 1946, después de la Segunda Guerra Mundial. En 1963 se instala el Concejo Nacional del Comando Revolucionario, cercano al Partido del Renacimiento Árabe Socialista , Baath. Cuatro años después, en 1967 se enfrenta la agresión militar de Israel que con el apoyo de las potencias occidentales, invade y se apodera de las Alturas del Golan. Hoy resiste exitosamente las embestidas imperiales de la OTAN y del gobierno de Estados Unidos.
La victoria de El Salvador sobre Australia
Ya que no logramos derrotar a los imperios en desarrollo económico, ni en ciencia y tecnología, ni en poderío militar, ellos nos permiten amablemente, de vez en cuando, que podamos derrotarlos en los estadios para que sepamos que este mundo es ancho y ajeno. Y también permiten bondadosamente que podamos vencerlos en espectáculos religiosos, deportivos y hasta musicales.
Pero cuidado con intentar superarlos en laboratorios de tecnología nuclear porque para los países emergentes como Brasil y los desahuciados como el nuestro, lo autorizado son los escenarios, las canchas y las iglesias. Y esto no significa que la victoria de la Sub-20 sobre Australia de 2 a 1 sea irrelevante sino que hay que colocarla en su justa dimensión al aplaudir a la “Azulita” y sin olvidar el “histórico” El Salvador 6 Italia 5 de nuestra Selecta de Playa en el 2011.
O nos veremos seducidos por la publicidad de los espectáculos y nos olvidaremos de las tareas de la resistencia popular global que hoy se expresa en Brasil, en Turquía, en Sudáfrica, en Egipto. Y que en nuestro país asume rasgos todavía débiles, borrosos, opacos, pero que puede estallar en cualquier momento como ha sucedido en el pasado. Hay que estar siempre a la expectativa.
Y no olvidemos que mientras los imperios imponen el silencio del temor, la resistencia popular asume la alegría de la palabra, consciente que el pan de la esperanza es el alimento de los que sueñan y luchan y que nunca debemos de aceptar el panem et circenses sino el ritual eterno del panem et pugnare.
Los pueblos duermen y despiertan, duermen y despiertan. Durante el sueño acumulan energías, aprenden, se fortalecen, se reconocen, se organizan. Y cuando se levantan, con la firmeza de sus pasos se construye el horizonte y con la profundidad de su mirada se levanta la dignidad del porvenir.
La lucha contra las minas, contra las bases militares, contra las represas, contra los asocios publico-privados, es parte de ese enfrentamiento global contra los imperios y sus corporaciones. Es una lucha global que se pelea en cada territorio y que se disputa en cada jirón de piel.
La lucha contra la opresión es también una pelea a muerte que transcurre al interior de nuestra mente. No podemos o no deberíamos pelear afuera sino hemos peleado adentro. La primera tarea y quizás la más difícil es desalojar, arrancar al opresor de nuestro cuerpo y de nuestra vida. Es detectar en nuestra cultura patriarcal y de clase, las raíces de la opresión y erradicarla. No es fácil, es cuesta arriba.
En nuestro caso como hombres, el desafío planteado es el combatir tanto el androcentrismo como la homofobia, así como la necesidad de construir una nueva masculinidad liberadora que nos permita nuevas relaciones con nuestras compañeras ( madres, esposas, hijas) y compañeros (amigos, compañeros de trabajo, vecinos) basadas en el respeto a la diversidad, la amistad sincera y la dignidad de todo ser viviente, que permita superar también la visión de dominación sobre la naturaleza por una visión de armonía, de comunidad, de respeto.
De no resolver estas cuestiones hic et nunc, vamos a llevar subidos en una carroza a la nueva sociedad los fantasmas autoritarios del viejo orden y estos se van apoderar de las banderas y van a definir las agendas de la militancia, como ya ha sucedido en el pasado. La experiencia de la URSS es aleccionadora.
Los puentes y los horizontes de la nueva sociedad se construyen hoy y se construirán mañana. Y deben de tener la solidez de los principios de la justicia social para evitar que la fuerza de los ríos de la política y la fuerza de los vientos del poder, los destrocen, como ha sucedido en otras experiencias históricas.
Los perdedores y ganadores de la nueva crisis intergubernamental
Nos encontramos a casi seis meses de las próximas elecciones presidenciales y por lo tanto, cada acción de las diversas fuerzas políticas y sociales en conflicto incide directamente en los resultados electorales, beneficia o perjudica a los tres principales candidatos. A continuación pasamos revista a tres de estas situaciones, a sus actores principales, intereses y posibles desenlaces. Y finalmente hacemos algunas consideraciones sobre la batalla electoral y el papel del movimiento popular, y algunas perspectivas.
Las temáticas seleccionadas son las del conflicto entre la Sala de lo Constitucional de la Corte Suprema de Justicia y la Asamblea Legislativa alrededor de la elección de magistrados de la Corte de Cuentas de la República, la controversial tregua entre pandillas y la prolongada crisis económica.
Sobre el conflicto entre la SC-CSJ y la AL. Es un conflicto inédito en el país. En el pasado la Corte Suprema de Justicia y la misma Asamblea Legislativa obedecía a la Presidencia. Así fue durante los 20 años de gobierno de ARENA (1989-1992). Durante los 5 años de gobierno de la Democracia Cristiana (1984-1989). Durante los 17 años de gobierno del PCN (1962-1979).
La existencia de este conflicto es el elemento central de la profunda reforma política que vive el país como resultado de la llegada de un gobierno de centro-izquierda en 2009 y será probablemente su herencia política histórica más destacada, incluso más que el elemento de lo social, que ya venía siendo cultivado por el ultimo gobierno arenero.
Lo interesante es que es la Embajada de Estados Unidos, la que hábilmente se coloca como principal impulsora de estos procesos así como la ANEP y el partido ARENA mientras que el Presidente Fuñes y el FMLN y hasta algunos sectores del movimiento popular, como sus adversarios.
Este conflicto es positivo y es un avance en la consolidación del proceso democrático iniciado a partir de los Acuerdos de Paz de 1992. Forma parte esencial de la sexta reforma política que vive nuestro país. La primera fue en 1841 con la fundación de la República; la segunda en 1886 con la Constitución liberal, la tercera en 1950 con la Constitución social; la cuarta en 1983, con el establecimiento del pluralismo político; la quinta con los Acuerdos de Paz de 1992 y la sexta es la reforma política iniciada en 2010 y todavía en marcha.
Lo paradójico de este proceso de reforma política es que sus principales iniciadores le han dado la espalda y se han colocado como detractores. Pero en la medida que esta reforma responde a la necesidad de modernizar el ejercicio democrático, puede avanzar incluso con la oposición de sus antiguos impulsores. Es una reforma política que comprende pero no se reduce a lo electoral. Y es una reforma política que despierta el apoyo de la población, la cual seguramente pasara la factura electoral a sus detractores. En esto el olfato de nuestro pueblo no se equivoca.
La tregua entre pandillas: peligros y oportunidades
En marzo de 2012 inicio un proceso novedoso y controversial. El Ministro de seguridad, Gral. Munguía Payés decidió realizar un viraje y modificar su enfoque inicial militarista de combate a las pandillas por un enfoque orientado a lograr una tregua. Y esto provocó una sustancial disminución de los niveles de homicidios, que andaban por la docena diaria. Asimismo generó un protagonismo de los “facilitadores” de la tregua así como de los principales dirigentes de las pandillas MS-13 y Barrio 18.
Por otra parte, la opinión pública y la mayoría de los sectores populares rechazaron esta tregua ya que el peso social de los sectores que han sido victimizados es inmenso y es un sector que se siente desprotegido y marginado del proceso. Y entonces existe la contradicción entre una medida que es positiva, ayuda, pero para la cual no existen las condiciones subjetivas en la población. La resolución de este dilema será la clave para el avance o retroceso de este complejo proceso de reconciliación nacional.
La crisis económica
La crisis económica afecta fuertemente la percepción ciudadana sobre el rumbo del país. El alto índice de desempleo sumado al creciente costo de la vida impacta sobre el estado de ánimo de la gente. Y a esto se suma la parálisis del crecimiento en la economía y el fuerte endeudamiento.
Por el momento la crisis empuja a nuestro pueblo a una actitud de resolver primero su sobrevivencia y luego refugiarse en la indiferencia y el desinterés político. Pero esto puede modificarse en cualquier momento. La realidad siempre se encarga de crear las motivaciones que golpean la conciencia de la gente y la impulsan a regresar a las calles para conseguir sus demandas. Así ha pasado en Egipto, y antes en Brasil, y en Turquía. Así pasará en El Salvador.
El movimiento popular y lo electoral
Lo fundamental es que habrá segunda vuelta. A ninguna de las tres fuerzas le alcanza la cobija para imponerse en el primer hervor. Esto modifica fuertemente el anterior esquema bipartidista vigente por casi veinte años. Y refleja la capacidad que tiene la derecha de renoverse y proyectarse.
Y si bien es cierto que el surgimiento de GANA divide a la derecha y la debilita, también lo es que abre el peligro real de que el FMLN pase a convertirse en una tercera fuerza, que es el sueño dorado de la derecha y de nuestros “aliados estratégicos” de Washington, desde los Acuerdos de Paz de 1992.
Estamos ya a casi seis meses de las elecciones presidenciales. Pronto iniciara la campaña electoral “legal” y pronto estaremos inundados por una propaganda superficial y escapista. Y el desafío del movimiento popular será el de exigir que el FMLN no continúe supeditando su agenda legislativa a las necesidades del partido GANA, como sucede con relación a la elección de magistrados de la Corte de Cuentas, PDDH, y la negativa al cumplimiento de resoluciones de la Sala de lo Constitucional de la CSJ.
Lo más preocupante es la actitud tanto de pragmatismo electoral como complaciente con los imperios que explica el apoyo “entusiasta” a la ley de Asocios Público Privado y últimamente al Acuerdo de Asociación con la Unión Europea, ADA. A esto hay que sumar la aparición pública con un sector de militares conducido por un cómplice del asesinato de los jesuitas.
Con esta última medida, el FMLN probablemente lograra atraer a sectores atrasados rurales de expatrulleros, pero seguramente perderá a sectores urbanos de las capas medias a los cuales les resulta inexplicable esta alianza con cómplices de atroces asesinatos, como fue el de los padres jesuitas. Si el movimiento popular y social no logra detener esta escalada del FMLN hacia el centro seguramente la derecha, en cualquiera de sus expresiones, lograra imponerse en el 2014,
Por lo tanto, el desafío principal para la izquierda social salvadoreña, organizada y no organizada, es el de evitar convertirse en espectador pasivo en la campaña electoral e insertarse en el debate con un claro programa antineoliberal – que incluye la desdolarización entre otra medidas- que permita mediante transformaciones antiimperialistas y antioligarquicas recuperar nuestra independencia y abrir el rumbo a un verdadero desarrollo social rechazando convertirnos en un país maquila, como parece ser el consenso alcanzado de los sectores dominantes locales e internacionales. El cumplimiento de esta tarea determinara nuestra incidencia real en el actual proceso electoral.
Perspectivas
Todo parece indicar que existe un consenso básico de la mayoría de fuerzas políticas, las cuales giran alrededor de entregar al país al capital internacional en sus diversas vertientes, tanto al que ya está aquí como al que está por llegar, confiando en que las “ventajas” de la inversión extranjera permita sacar a El Salvador de la profunda crisis en el que el modelo neoliberal lo ha hundido. Las diferencias radican en los ritmos y las modalidades de la entrega. Pero la decisión está tomada.
En este punto fundamental coinciden, con sus respectivos matices y discursos para justificarlo, desde el FMLN, pasando por el Presidente Funes, el poderoso Consejo para el Crecimiento –Bobby Murray Meza, Francisco de Sola, Francisco Calleja y Ricardo Poma-, Embajadas de EE.UU. y Unión Europea, ARENA, GANA, ANEP, FUSADES y hasta la UES en proceso de privatización.
Esto explica que las controversias electorales se desarrollen alrededor de nimiedades de los candidatos y no sobre plataformas programáticas. Es porque existe un consenso tácito y a veces explicito de caminar por esta vía.
Frente a esto como movimiento popular y en resistencia a los imperios, se precisa vincular la reforma política en marcha con la necesidad de impulsar la reforma económica, orientada a quebrar, romper el modelo neoliberal y fundamentada en la recuperación tanto de nuestra moneda mediante la desdolarización, como de nuestros recursos estratégicos, mediante la nacionalización de la energía, telecomunicaciones y fondos de pensiones, para empezar. El movimiento popular y social tiene la palabra…

La filosofía de los derechos humanos

Quiero agradecer la invitación a participar en estas Jornadas en homenaje al Dr. Germán Bidart Campos, quien durante toda su vida se dedicó a estudiar el derecho, centralizando en el derecho constitucional, abordándolo desde la filosofía, sociología jurídica y en la última etapa analizó la importancia de los derechos humanos, realizando aportes significativos en la materia, siendo hoy cita permanente en el ámbito académico, judicial y doctrinario.

Para pensar acerca de la filosofía de los derechos humanos, debemos
preguntarnos ¿Cómo nace la idea de que los seres humanos tenemos derechos?, ¿Por qué se idearon y sostienen estructuras jurídicas en base a desigualdades?, ¿Cómo se construye ese conocimiento de derechos?, ¿Después de conocerlos, podemos transformarlos?, ¿Qué relación debe darse entre Estado Constitucional de Derecho y Derechos Humanos?, parecen pocas preguntas, pero cada una de ellas podría derivar en un tratado, por ello la importancia de seminarios, donde podamos debatir, preguntarnos, aportar, reconstruir, porque los estudiosos del derecho debemos dar en este campo respuestas, que sirvan a las necesidades de nuestro tiempo. No podemos sentirnos satisfechos con describir la realidad
o interpretarla, sino que debemos comprometernos para cambiarlo y fundamentalmente desde la Universidad Pública.

Por ello no podemos analizar los derechos en el siglo XXI que iniciamos, sin advertir que el nacimiento del Estado de Derecho se produce a partir de 1789 con la Revolución Francesa, donde se impone la práctica de que los Estados adoptan sus cartas constitucionales con un contenido formal de proclamación de derechos, libertades y garantías, con una organización y distribución del poder, emanados sus contenidos del poder constituyente.

Este es el nacimiento de los derechos subjetivos. Con el inicio del constitucionalismo, las ideas del aseguramiento de las libertades individuales e imposición de los límites al poder constituían la centralidad.

  • Doctora en Ciencias Jurídicas y Sociales, Facultad de Ciencias Jurídicas y Sociales UNL, Doctora en Derecho, Facultad de Derecho, UNR. Profesora titular ordinaria de Derecho Constitucional II –Derechos Humanos y Garantías Públicas–, en la Carrera de Abogacía. Profesora titular de Derechos Humanos en la Especialización en Magistratura de la Facultad de Derecho de la UNR.

En el devenir se incorporaron a los derechos civiles, los políticos, luego de la Revolución Rusa se generalizaron los derechos económicos, sociales y culturales. En el siglo XX con la Carta de Naciones Unidas –1945– y la “
Declaración Universal de los Derechos Humanos” –1948–, nacerá el nuevo paradigma jurídico de los derechos humanos, aunque recién en este siglo hayamos advertido su nueva construcción teórica. Las declaraciones, pactos, tratados que se elaboran a partir de esta etapa constituyen una nueva legalidad internacional y del derecho interno, a partir de la cual esta diferente mirada de la sociedad controlará a los gobernantes y al derecho, por medio de la cual ya no habrá ningún acto de poder que pueda ser admitido ni aceptado como legítimo, si no pasa el test de los estándares mínimos en derechos humanos.

En la década del ’70, se comprendió que la proclamación de las independencias de los nuevos Estados y del tercer mundo, eran insuficientes para autodeterminarse, se comenzaron a construir nuevos esquemas teóricos sobre los derechos de los pueblos, como mecanismos para hacer frente a las mayores concentraciones del poder.

Paralelamente en este período se instauraron los autoritarismos en el Cono Sur, donde sectores de la sociedad civil, ONG, las/os ciudadanas/os comprometidas/os con los derechos humanos, militantes, opositores a las diversas modalidades de las derechas, usamos del discurso jurídico y la llave del monitoreo supranacional que prevén los tratados, para hacer frente a la ilegitimidad de los estados terroristas. Lejos de servir sólo como mecanismo para esa etapa, lo fuimos profundizando con la instauración de las democracias, prácticas que cada vez tienen más fuerza en el contexto regional y global.

Llegamos al final del siglo XX, donde fue creciendo la idea del neoconstitucionalismo, que constituye la superación de la concepción decimonónica del Estado Liberal de Derecho, por la etapa del Estado
Constitucional de Derecho, en donde el contenido es significativo, al decir de Luigi Ferrajoli que corresponden a dos modelos normativos diferentes:
el modelo paleoHiuspositivista del Estado legislativo de Derecho
(o Estado legal), que surge con el nacimiento del Estado moderno como monopolio de la producción jurídica, y el modelo neoHiuspositivista del Estado constitucional de Derecho (o modelo constitucional)1.

Esta nueva concepción del neoconstitucionalismo, va ampliando la incidencia del DIDH en las normas internas, como así también que los actos estatales deben aprobar el estándar de los derechos humanos para su validez y legitimidad, incorporará a la organización interna de los Estados una nueva práctica, que traerá discusiones y desequilibrios si pretendemos abordarla con las viejas concepciones jurídicas. De ello resultará una síntesis que abre paso a la incorporación de tipologías que modificarán lo
actuado hasta ahora.

1 FERRAJOLI, Luigi “Neoconstitucionalismo”, Edición de Miguel Carbonell, 2ª Ed. Madrid, Trotta, 2005, págs. 13 4. ISSN 1851-2844
www.centrodefilosofia.org.ar / Investigación y Docencia Nº 40

II. Desarrollo

1. Globalismo jurídico y derechos humanos

Iniciamos el siglo XXI con el paradigma de la globalización, el poder de los medios de comunicación masivos e Internet y el discurso único instalado. Convivimos con un sistema de mundialización de bienes y servicios en un mundo interdependiente, con bolsas y mercados de valores
que funcionan los 365 días y las 24 horas del año, dado que siempre existe por las diferencias horarias alguna bolsa abierta donde juegan en el gran casino mundial los ciudadanos globales, que son un porcentaje muy pequeño de seres humanos, apuestan y deciden la suerte de los más de seis mil millones que habitamos el planeta.

El flujo de capitales, transacciones, bonos y valores se mueve en un propio
estado supranacional, independientemente de los estados nacionales, en donde cotiza la comunidad económica multinacional y tiene como objetivo la optimización de sus recursos a escala planetaria del capital financiero, divisas, acciones, con el aval del FMI, OMC, Banco Mundial,Organización para la Cooperación y Desarrollo Económico, entre otras. Es un supra estado multinacional, sin sociedad política y sin ciudadanos, donde no
existe la democracia liberal del ejercicio de los derechos políticos, sino las decisiones económicas que condicionan la política, se toman sólo por los que cotizan, especulan y juegan en las bolsas, pero sus consecuencias las su
frimos los miles de millones de seres humanos que nos encontramos excluidos de ella. Ante el acrecentamiento del poder económico, se van degradando los DH.

Debe agregarse que no existen mecanismos ideados por las democracias para hacerles frente a la especulación financiera organizada, habiendo ejemplos, aún en nuestro país, de finalización anticipada de mandatos legítimos de gobernantes, cuando lo impone el poder económico. Se puede analizar así la fragilidad del Estado de Derecho y de las democracias ante al poder económico concentrado. El derecho interno también resulta ineficaz para el control.

Frente al ejercicio del poder económico transnacional y violento, donde la minoría que lo detenta lo hace a costa de la mayoría de la población mundial; que se caracteriza por su pobreza, vulnerabilidad, insuficiencia de alimentos, bienes y servicios y omisión de derechos esenciales, va creciendo la fuerza del globalismo jurídico, en donde los derechos corresponden a los seres humanos, como sujetos de derecho internacional, que nacen libres e iguales, independientemente de su nacionalidad, raza, condición social, educación, linaje, etnia, ciudadanía, género y que no reconoce ningún tipo de fronteras.

Este globalismo jurídicose encuentra contenido en las declaraciones, pactos, tratados, convenciones, internacionales y regionales, que a su vez cada uno de ellos tienen sus propios organismos políticos, jurídicos,
contenciosos y cuasi contenciosos de control para el cumplimiento del contenido de esos instrumentos, ratificados voluntariamente por los Estados que los suscriben.

El contenido de las normas del DIDH, se encuentran basadas en un consenso universal, poseen un positivismo convencional regulado en el contenido de los artículos respectivos en cada instrumento, que tienen en el caso de Argentina jerarquía constitucional, si se trata de los instrumentos contenidos en el artículo 75 inciso 22 de la Constitución Nacional –once instrumentos reconocidos en la Convención Constituyente en 1994 y dos posteriormente, por el mecanismo que la propia CN determina–, o superior
a las leyes internas –artículo 75 inciso 24 CN–, de manera que todas las normas y actos de los poderes del Estado se deben adecuar a éstos, de lo contrario la CSJN deberá resolver su inconstitucionalidad en ejercicio del
“control de constitucionalidad y convencionalidad” de las leyes y actos de gobierno.

En este sentido la CSJN ha venido sosteniendo en los casos “Giroldi
”, “Bramajo”, “Alvarez” y más extensamente a partir de su nueva conformación en “Arancibia Clavel” –24/08/2004–; “Simón” –14/06/2005– y “Riveros” –13/07/2007– que es su obligación interpretar las normas del derecho interno tomando como guía a la Corte Interamericana sobre Derechos Humanos –CIDH–, ya sea en sus fallos como en las opiniones consultivas –OC–.

Es interesante analizar las citas y la validez asignada por la CSJN
a los decisorios de la CIDH, especialmente de los casos “Barrios
Altos vs. Perú” –14/03/2001– y “Almonacid Orellano y otros vs. Chile
” –26/09/2006–, cuando debieron decidir cuestiones semejantes a las ya resueltas por la Corte Interamericana en las planteados ante el Superior Tribunal de Argentina, sobre la inconstitucionalidad de las leyes de impunidad 23492 y 23521 y la validez de la ley 25779; como así también sobre la inconstitucionalidad del indulto 1002/1989.

2. El nuevo paradigma de los Derechos Humanos

Como lo anticipara en la introducción, los derechos contenidos en el sistema convencional no constituyen un plus a los derechos subjetivos del constitucionalismo decimonónico, por lo que para su mejor comprensión
realizaré la diferencia acerca de la construcción epistemológica entre derechos humanos y derechos subjetivos.

a. En primer lugar posen una construcción epistemológica distinta, el origen de los derechos humanos surgen a partir de la Carta de UN y la
“Declaración Universal de los Derechos Humanos”, son construcciones convencionales realizadas entre los Estados que las elaboran en las primeras instancias con formato de declaraciones, donde se discutía su exigibilidad, hasta perfeccionarlas en Pactos y Convenciones exigibles por
quienes las ratifiquen. En la actualidad los derechos humanos son aceptados por sus características de supralegalidad interna, de orden
público, indivisibilidad, exigibilidad, irrenunciabilidad, no regresividad y se aplica el principio pro homine.

Los derechos humanos surgen entre las dos guerras mundiales, se formalizan a partir de las declaraciones universales y regionales de derechos humanos en 1948. Los sujetos que violan los derechos humanos son los estados o grupos de estados, organismos internacionales, organizaciones internacionales –Fondo Monetario Internacional, la
Organización Mundial del Comercio, Banco Mundial–, por lo que se debe reconocer una antijuridicidad objetiva ante la situación de desposesión.

Mientras que los derechos subjetivos surgieron con
el Estado Liberal de Derecho en 1789, como consecuencia del abstencionismo estatal, son positivizados en constituciones, normas, que consagran los derechos y libertades del ciudadano. Los sujetos de los derechos subjetivos son las personas, podemos afirmar que estos derechos
son vulnerados por los particulares entre sí en diversas relaciones: civiles, comerciales, laborales; o por grupos económicos, teniendo una base contractual privada.

b. En segundo lugar se diferencian en cuanto a la formalidad, los derechos
humanos son construcciones normativas convencionales que se realizan entre Estados ya sean de una misma pertenencia internacional o regional –
UN, OEA, Unión Europea, Unión Africana, que a pesar de las diferencias culturales, étnicas, geopolíticas, poder, se consensúa estándares mínimos de derechos, de maneraque si un Estado en su derecho interno tiene mayores reconocimientos, funciona el principio “pro homine” y se aplica siempre lo más favorable al ser humano, pero a la vez los Estados que lo ratifican no
pueden alegar cuestiones domésticas para incumplirlo, siempre deben respetar el piso mínimo. Estos instrumentos luego de ser sometidos a
su aprobación en el organismo internacional o regional que corresponda, posee otro proceso igualmente formal por los poderes de cada Estado para su positivización en elderecho interno y una vez que se logra el voto positivo, nuevamente vuelve al trámite internacional hasta culminar con el
depósito del instrumento ratificado.

Los derechos subjetivos de cada Estado sólo poseen un trámite interno para la sanción de las leyes ya sean constitucionales u ordinarias, son formulaciones generales que conforman las constituciones, legislaciones internas, normas del sistema jurídico, que contemplan las particularidades de cada país, que pueden ser cambiadas con mayor frecuencia dado que depende únicamente del poder político de cada Estado.

Pero, cuando esos mismos derechos se encuentran en
el texto de un tratado que el Estado ha ratificado, estamos en la órbita de los derechos humanos y en consecuencia se está reconociendo estándares mínimos universales para aplicarlos en el país. De manera tal que, si no se cumplen los preceptos convencionales se incurre en responsabilidad internacional, que es mucho más grave que violar una norma interna,
porque el incumplimiento genera la intervención de órganos supra nacionales que pueden derivar en sentencias condenatorias, exigiendo el cese de la violación, reparaciones o modificaciones de actos estatales2.

Los mecanismos de control son diversos, desde la presentación de informes de los Estados para establecer el grado de cumplimiento a los pactos, los contra informes de las ONG, las denuncias que los particulares realizan a los incumplimientos, entre otras.

En consecuencia la violación de una norma interna, aún constitucional, implica responsabilidades al Estado en el orden interno frente a los ciudadanos, pero cuando el mismo contenido normativo se encuentra positivizado en un tratado, genera además responsabilidad estatal internacional.
c. En tercer lugar se diferencian en cuanto al sujeto, los derechos humanos son violados por acción u omisión por los Estados, de manera que no sólo se incumple una convención cuando en sus prácticas las vulnera o desconoce directamente, sino también cuando frente a una situación de desposesión generalizada, no adopta políticas públicas para que las/os ciudadanas/nos tengan acceso a los derechos, reconociéndose la antijuricidad objetiva.

2 La Convención para la Prevención y Sanción del Delito de Genocidio, determina que sus controversias serán sometidas a la Corte Internacional de Justicia a petición de parte, artículo 9; la Convención Americana sobre Derechos Humanos establece dos órganos para conocer de los asuntos relacionados con los compromisos de la CADH –artículo 33– que son la Comisión Interamericana de Derechos Humanos–artículos 34/51– y la
Corte Interamericana de Derechos Humanos–artículos 52/69–; la Convención sobre la Eliminación de todas las formas de Discriminación contra la Mujer su monitoreo lo realiza el Comité sobre la Eliminación de la Discriminación contra la Mujer–artículos 17/22–; el Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturalesestablece que su monitoreo estará a cargo del Consejo Económico y Social –artículos 16/22–; el
Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticoses controlado por el
Comité de Derechos Humanos –artículos 28/43–y su Protocolo Facultativo
que reconoce la competencia del Comité para recibir y considerar comunicaciones de individuos; la Convención contra la Tortura y otros Tratos o Penas Crueles, Inhumanos o Degradantes encomienda al Comité contra la Tortura la tarea de control –artículos 17/24– y la Convención sobre los Derechos del Niño deja en manos del Comité de los Derechos del Niño –Artículos 43/45–.

En cambio los derechos subjetivos son vulnerados por particulares, personas físicas o jurídicas, grupos, sociedades, que se encuentran
en el circuito económico y poseen una base contractual privada o efectivizan una conducta disvaliosa tipificada como ilícito.

d. En cuarto lugar se diferencian en cuanto al objeto, los derechos humanos son derechos y garantías que constituyen necesidades humanas internacionalmente objetivadas en los respectivos instrumentos convencionales, se parte de la concepción que todo ser humano es un sujeto de derecho internacional y cada Estado, como parte integrante de la comunidad internacional debe velar por ellos, independientemente de su
capacidad de adquirirlos frente al mercado. Deben ocuparse los Estados del acceso al derecho, remover los obstáculos cuando los seres humanos no pueden tener derechos.

Los derechos subjetivos tienen como objeto la defensa y protección del derecho de propiedad, las cosas, los objetos susceptibles de una apreciación patrimonial, reconocidos por las leyes del sistema jurídico interno.

e. En quinto lugar se diferencian en cuanto al sistema de garantías, los derechos humanos contenidos en el sistema convencional, cuando son violados las/os ciudadanas/os disponen de un accionar jurisdiccional ante los tribunales de justicia de su país, pero si el reclamo no es receptado y se sienten agraviadas/os,subsidiariamente pueden reclamar ante el organismo de control de cada instrumento convencional, como fue referido en el
punto b.

Cuando la vulneración es de derechos subjetivos se pone en funcionamiento el aparato jurisdiccional reclamando por incumplimientos contractuales, obligaciones insatisfechas, turbación ilegítima de un derecho o frente a la desposesión arbitraria, porque se demanda la reposición al estado anterior al litigio, o en caso de imposibilidad, como es la muerte de una persona por otro particular, ya sea ante delitos o cuasi delitos, se reclamarán los daños y perjuicios o sanciones punitivas o ambas.

f. En sexto lugar se diferencian en cuanto a la legitimación, frente a la
vulneración de derechos humanos el particular lesionado, las ONG, los grupos sociales, el Estado y la comunidad internacional tienen legitimación para accionar ante la justicia para el cumplimiento de derechos convencionales, máximo cuando las investigaciones, juzgamiento y sanciones se refieren a crímenes de lesa humanidad.

La legitimación frente a los derechos subjetivos generalmente está reservado al afectado, a quienes tiene un interés legítimo y a funcionarios específicamente designados por la ley para asumir dichos roles.

g. En séptimo lugar se diferencian en cuanto a la jurisdicción, los derechos
humanos son subsidiariamente internacionales o regionales, según del instrumento convencional del que se trate. Se aplica la subsidiaridad porque primero deben reclamarse en el propio Estado donde se ha producido la violacióny una vez que se agotó la vía dentro del sistema jurisdiccional de cada país, se habilita el reclamo o demanda internacional.

En los derechos subjetivos la jurisdicción es interna, se judicializan en los
tribunales competentes de cada país, el superior tribunal de justicia es el que resuelve en definitiva y la sentencia es inapelable. Sólo cuando el litigio versa sobre cuestiones de derechos humanos es posible someter el decisorio a análisis de otro organismo supranacional, pero éste no podrá revisar un fallo de los tribunales de otro país, ni las leyes internas de ese, sino que sólo analizará si el caso viola o no normas convencionales.

Esta construcción acerca de los derechos humanos trae consecuencias en la
teoría de los derechos subjetivos, porque frente a determinadas violaciones sobre los primeros, no podemos analizar únicamente los contenidos del derecho interno, sino que debemos efectuar el control de convencionalidad.

III. Conclusiones

Con la reforma de la Constitución Nacional en 1994 y la jerarquía asignada a los tratados sobre derechos humanos, internacionales y de integración, se asumía una nueva filosofía política e iniciaba la etapa del neoconstitucionalismo, o del estado Constitucional de Derecho siendo ésta la coalición de Democracia, Constitución y Derechos Humanos.

El neoconstitucionalismo implica asegurar: Que el contenido de la Constitución debe ajustarse a los estándares del DIDH; el control de constitucionalidad y convencionalidad de las leyes y actos de gobierno; la subordinación de todos los órganos del Estado a los derechos humanos.

Este paradigma de derechos humanos constituye la cara progresista de la
globalización, impone un globalismo jurídico en donde por un lado protege a los seres humanos como sujetos de derecho internacional y por la otra podrán los ciudadanos utilizar nuevas herramientas de resistencia al poder económico concentrado y a los Estados más poderosos.

Posibilita que el derecho sea usado como un espacio más de resistencia y
construcción, dado que la globalización también puede ser encaminada hacia la creencia de que un mundo mejor es posible, con vigencia plena de los derechos humanos.

Diez días en Moscú Un reencuentro doloroso

¿Lo que sentiré en el reencuentro? La pregunta, mientras el avión corría por la pista del Aeropuerto Domodedevo, en Moscú, me incomodó por repetida. Desembocaba en un vacío.

Volvía a Moscú 15 años después de la última visita realizada como miembro de una delegación de la Asamblea Parlamentaria del Consejo de Europa. En esa época Rusia, en transición al capitalismo, vivía días caóticos.

Ahora, transcurridas 24 horas, aún tengo dificultad en organizar ideas e interpretar emociones, en insertar en una reflexión coherente lo que veo y siento.

Estoy en una explanada del Gum, en la Plaza Roja, enfrente del Mausoleo de Lenin. Sobre el Gran Palacio ondea la bandera actual de Rusia. En ella figura por decisión reciente el águila bicéfala de los Romanov. La guardia de honor que antes era permanente fue retirada.

Nada corresponde a lo esperado. Las sorpresas se encadenan en una cadena desordenada.

En la memoria lo que quedó grabado no fueron imágenes y sentimientos de pasajes por la ciudad en la agonía de la perestroika y en el inicio del consulado de Yeltsin. Lo que permanece como referencia, como punto de comparación, es la remembranza del Moscú que visite más de una docena de veces cuando era la capital de la URSS, un país que desapareció.

El día está luminoso, casi no hay nubes en cielo muy azul, y el sol caliente de la mañana incide sobre el cimborio de la catedral de San Basilio.

Hay poca gente aún circulando por la Plaza y en la lejanía adivino las cúpulas doradas de algunas de las blancas catedrales del Kremlin.

Pagamos, mi compañera y yo, 2500 rublos, el equivalente a 56 euros, por dos ensaladas, una cerveza –extranjera porque no servían rusa- un agua mineral y dos cafés.

Fue el primer alerta, para no olvidar que Moscú es hoy la ciudad más cara de Europa.

El Gum, que conocí como gigantesco centro comercial donde todo era barato, asumió la fisonomía de un shopping donde trasnacionales de la Unión Europea y de los EEUU venden productos de lujo.

En Arbat y la Nueva Arbat

Volví a Arbat en un domingo frío y con viento. Al entrar en la calle que aparecía a los forasteros como un ex libris de la vieja Moscú tuve inicialmente la sensación de que el tiempo había parado al visitar, viniendo del Metro Smolenskaya, el palacete verde donde Pushkin vivió tiempos de felicidad con su mujer, Natalia Goncharova.

La ilusión luego se deshizo.

Algunos artistas exponían, como antes, sus cuadros en medio de la calle y pintaban retratos de turistas. Pero la atmósfera de Arbat se modificó. La modernidad transformadora se exhibía en las terrazas de estilo francés de los cafés, de los restaurantes de cocina italiana, asiática, hasta norteamericana, en la decoración de establecimientos de souvenirs, pero también en la sequedad de los vendedores, en la frialdad de las empleadas de todas las tiendas.

Choque mayor fue el sentido después, al descender a la antigua avenida Kalinin. Cambió de nombre como muchas calles y ciudades. Ahora es Nueva Arbat. Reconocí ,inmutables, los enormes edificios de la época soviética. Pero caminando por los pasillos –tal vez los más largos del mundo- la sensación de que pisaba terreno desconocido fue inmediata. La publicidad antes inexistente, agrede hoy al forastero.

Los casinos de la avenida fueron cerrados recientemente por decisión de Medvedev en cumplimiento de una ley que no era respetada. El juego pasó a ser permitido solamente en cuatro ciudades del país. Pero las fachadas chillantes de los casinos aún no fueron modificadas. Allí se perdían y se ganaban millones en la ruleta, en el póker y las slot machines eran un sorbedero de dinero

Entré en dos centros comerciales lujosos donde las tiendas de los grandes costureros de París y de Roma y de perfumes famosos llaman la atención. Los precios son astronómicos. Vi expuesto abrigos de pieles cuyo costo excedía 500.000 rublos (11.200 euros). En una tienda de vinos –hay hoy decenas en Moscú- una garrafa de Bordeaux de nombre para mí desconocido era ofrecido por la bagatela de 45.000 rublos (1000 euros). Otras cuestan más de 20.000 rublos (445 euros). Algunos supermercados funcionan durante las 24 horas del día.

En un estacionamiento de la Nueva Arbat los carros top gama eran más numerosos que los comunes. Vi ahí Bentleys, Porsches, Mercedes, Jaguares, Ferraris, Volvos, BMW, Lexus e Infinitis japoneses, algunos de modelos inexistentes en Portugal. Me dijeron que en Moscú hay más Rolls Royce que en Inglaterra.

Para mi sorpresa hay hoy en circulación más carros importados que rusos. De las marcas tradicionales, según me informaron, solamente continúan en producción el Volga y el Lada.

Pero las contradicciones en la capital son de tal tamaño que en la Sodovaya, la primera circular, muy cerca de la Nova Arbat, otro supermercado vendía cerveza rusa barata, excelentes vinos chilenos a 200 rublos (4,4 euros) y legumbres, frutas a precios comparables a los portugueses.

¿Cómo fue posible?

No ocurrió en la historia contemporánea acontecimiento comparable al terremoto social que señaló la desaparición de la Unión Soviética.

La transición del capitalismo para el socialismo, difícil e imperfecta, se caracterizó por una exacerbada y prolongada lucha de clases. La transición del socialismo al capitalismo, esa fue rápida, caótica, salvaje.

Leí millares de páginas sobre ese periodo de barbarie. En dos visitas breves, en 1993 y 1994, testimonié el inicio de la transformación de la sociedad. Conocía los hechos, más no la herencia.

Con frecuencia veteranos comunistas preguntan en Portugal: “¿Cómo fue posible?”.

En reencuentro con amigos rusos –periodistas, ex-diplomáticos, traductores- escuché, en las respuestas a una infinidad de preguntas, versiones del sismo social no siempre coincidentes en los pormenores más que no diferían mucho en lo tocante a los efectos del vendaval contrarrevolucionario y al cuadro en que se desarrolló el capitalismo salvaje.

En la destrucción de las estructuras económicas del Estado Soviético fue todo tan rápido, absurdo y violento que la imaginación tiene dificultad en acompañar el proceso.

El Moscú de los billonarios y de los pobres, separados por una clase media anémica que sobrevive recorriendo al doble y triple empleo, nació en la atmósfera caótica de la barbarie social incentivada y tutelada por Yeltsin después del fin de la URSS.

La destrucción de la propiedad social, emprendida bajo la dirección de una burocracia que había renunciado a muchos principios y valores del socialismo, se concretó a través de mecanismos criminales concebidos para permitir la acumulación en tiempo brevísimo de fortunas colosales.

El sistema de vouchers fue presentado al Occidente como una opción democrática destinada a transformar a los trabajadores en propietarios de sus empresas. En la práctica funcionó como instrumento de creación de riqueza y poder en las manos de una clase dominante de tipo mafioso.

El desorden imperante, el desmoronamiento de la seguridad social, la desaparición de derechos y garantías, el desempleo galopante, el desabasto, carencias generalizadas contribuyeron para que en tiempo mínimo los trabajadores vendiesen por precio vil los vouchers recibidos, para ellos papeles sin valor.

Ex-directores de las empresas y ex–altos funcionarios del Estado fueron los principales beneficiarios del proceso de expoliación de los trabajadores. La venta de fabricas enteras al extranjero –muchas veces por menos de un décimo de su valor- en negociaciones escandalosas, auspiciadas por el Gobierno, facilitó también que apareciera una generación de millonarios. Los años 90 quedaron en la Historia como la década de las mafias, un periodo de caos social, durante el cual la criminalidad alcanzó el auge con los grupos mafiosos que controlaron el Poder Central en tanto se enfrentaban en el contexto del capitalismo salvaje. Casi todo en el fluir de la vida económica era ilegal. Pero la ilegalidad torrencial, por rutinaria y abarcante, era tolerada, aceptada como fenómeno casi natural.

Hombres y mujeres – Berezovsky, Abramovitch, la hija de Yeltsin Tatianja Diatchenko, entre muchos otros- que años antes vivían de modestos salarios tuvieron, de repente, sus nombres inscritos en la lista de las grandes fortunas del mundo. La nueva economía rusa se apoyaba en bases virtuales, tan desligadas de la producción que se desplomó casi instantáneamente.

En la crisis del año 98 vino todo para abajo. El rublo se tornó de un día para otro en un papel sin valor y la pobreza generalizada se agravó en todo el país, asumiendo proporciones alarmantes.

La ascensión de Putin a la Presidencia vino a señalar el inicio de una transformación del sistema. El sucesor de Yeltsin percibió que era urgente poner término a la fase del capitalismo salvaje, tutelado por las mafias, e instaurar en el país un capitalismo con reglas y otro rostro, inspirado en el modelo neoliberal occidental. ¿Que ocurrió?

La continuidad de una política antisocial, con la peculiaridad de ser aprobada y elogiada por los EEUU y por los gobiernos de la Unión Europea.

Se asistió, a partir del año 2001, a la legalización de aquello que fue robado. La corrupción en amplia escala no desapareció. Asumió nuevas formas. El Gobierno de Putin ganó la respetabilidad de que carecía el de Yeltsin.

Moscú, otro país

Moscú tiene oficialmente 10 millones y medio de habitantes. Es la más poblada ciudad de Europa después de la turca Estambul. Pero las estadísticas enmascaran la realidad. Pocos arriesgan números, pero se admite que en la capital vivan actualmente 13 millones de personas. ¿Por qué la diferencia?

Nadie puede habitar en las ciudades sin autorización de residencia y los ilegales no cuentan obviamente en el censo.

Oí repetidamente que Moscú es actualmente un país dentro de otro, diferente, que es Rusia. El comentario facilita el entendimiento de la contradicción: una prodigiosa concentración de la riqueza en la capital de un país empobrecido, tercerizado.

Moscú es un pulpo monstruoso que atrae y digiere la riqueza producida en la vastedad del mayor país del mundo. Allí se concentran en las manos de una clase de enemigos del pueblo los lucros del gas, del petróleo, de los diamantes, del oro, de gran parte de la plusvalía que el joven capitalismo ruso consigue acumular a costa del sudor y del sufrimiento de los pueblos del territorio del planeta más rico en recursos naturales.

Pero Moscú es una ciudad de desigualdades chocantes. La prosperidad arrogante de la urbe de nuevos ricos, que se exhibe como vitrina del Siglo XXI, es privilegio de una pequeña minoría. En la megalópolis la pobreza y la miseria coexisten con el mundo cerrado de la clase billonaria de raíces mafiosas.

En los estamentos más bajos de una clase media pauperizada son raros los que para sobrevivir no tienen que recurrir al doble empleo o a la chapuza. Casi todo lo que antes en los servicios públicos era gratuito o tenia un precio simbólico es ahora de pago.

La enseñanza en las Universidades del Estado –las privadas son por ahora inexpresivas- continua en teoría siendo gratuita. Pero el costo de las propinas alcanza niveles elevadísimos. En la Lomonossov, de Moscú, una escuela que gozaba de prestigio mundial, la anualidad de algunas Facultades anda por los 225 000 rublos (5000 euros).

La situación creada por la corrupción en la Enseñanza suscita tantas críticas que Medvédev, en una reunión con los líderes de los grupos parlamentarios representados en la Duma, sugirió hace días la constitución de una Comisión Especial con la tarea de estudiar el problema y proponer medidas que permitan el acceso a la universidad a los hijos de los trabajadores que hoy en ellas no pueden ingresar por falta de recursos. La enseñanza superior volvió a ser, como en la época imperial, privilegio de una elite.

En la salud el panorama no es muy diferente. El antiguo sistema se arruinó. Por ley los cuidados de salud son aún gratuitos. Pero los hospitales no la cumplen. Fuera de las urgencias casi todo es de pago. La corrupción envuelve a funcionarios administrativos, médicos, enfermeros, la totalidad de los servicios. Los medicamentos son carísimos.

¿Para qué sirve la Ley?

Una legislación abundantísima vino a señalar en Rusia la transición para el capitalismo. Fueron redactadas, aprobadas y promulgadas millares de leyes. La mayoría no se cumplen.

En lo que se refiere a los salarios, los trabajadores se encuentran en la práctica desarmados frente a la patronal. No existe un salario mínimo nacional. En su lugar el Poder Local, establece en cada región un mínimo de supervivencia que en la mayoría de las ciudades es inferior a los 3000 rublos mensuales (67 euros). Esa cantidad, no sirve ni para una mala alimentación.

La ley establece el 13° Salario. Pero en millares de empresas los trabajadores no lo reciben. Los lay off son frecuentes y muchos empresarios no pagan siquiera el salario del mes a los trabajadores que toman vacaciones.

Los despidos, colectivos o individuales, no son dificultados por mecanismos mínimamente eficaces. Los sindicatos son incapaces de de defender los derechos de los trabajadores. Fueron reducidos a condición de organizaciones de fachada que no cumplen una función social.

Intenté informarme con amigos sobre la escala de salarios en diferentes actividades profesionales. Pero no conseguí ir lejos. En primer lugar los salarios de Moscú son mucho más elevados de lo que en cualquier otra de las grandes ciudades, incluyendo Petersburgo, la antigua Leningrado.

Supe que la mayoría de las empresas, para evitar impuestos, paga una parte del vencimiento por fuera. Muchos patrones retienen porcentajes del salario estipulado con los trabajadores.

Las disparidades, entretanto, son enormes tanto en el sector público como en el privado. Un general de cuatro estrellas o un magistrado en el tope de la carrera pueden alcanzar unos 80 000 rublos (un poco más de 1800 euros). Un médico, un ingeniero o un profesor universitario ganan la mitad de eso.

De ahí la ampliación de la corrupción, una lava que escurre por el conjunto de la sociedad.

Hay control de precios en algunos productos. Pero es ficticio. Verifiqué que el mismo producto es vendido al público en cada supermercado por precios muy diferentes, en algunos casos por casi el doble o mitad de lo fijado en una tienda próxima.

Un amigo de Orel, ciudad a unos 360 kilómetros al sudoeste de Moscú, me mostró la hoja de los salarios pagados en el complejo azucarero local que emplea a cerca de 800 trabajadores. Allí el director tiene un salario de 35 000 rublos (780 euros); los cargadores de sacos de 50 kilos, en turnos de 12 horas , trabajo devastador para la salud, reciben 30 000 (unos 670 euros); el ingeniero-jefe gana 25 000 (550 euros); los economistas 17 000 (380 euros); los operarios de la refinería 8000 (180 euros); los capataces y los herreros también 8000, el mínimo es de 4000 (90 euros)

La disparidad con Moscú es considerable. Le pregunté como consiguen sobrevivir con salarios tan bajos, siendo tan alto el costo de la vida.

“Los que pueden –aclaró- tienen otro empleo; casi todos poseen allí casa propia. Mi hermano no tiene grandes problemas con la alimentación porque cría gallinas y cultiva hortalizas y frutas en un terreno que recibió cuando destruyeron el Sovjose local. Pero es casi unánime la convicción de que se vivía mucho mejor en la época de la Unión Soviética. Vea mi caso, tuve que emigrar para no caer en la miseria…”

La esperanza ausente en un presente sombrío

En mis diez intensos días moscovitas muchas horas fueron ocupadas por largos paseos por calles, plazas y lugares de la ciudad que yo conocía y había amado cuando era la capital de la Unión Soviética.

¿Qué procuraba al revisitar por la imaginación el pasado?

Es difícil responder. Intentaba tal vez comprender la Rusia actual, una sociedad atormentada, desconocida, resultante de aquello que me aparecía como una tragedia para la Humanidad.

Caminé mucho por la Plaza Roja, descendí y subí diariamente la Teverskaya, la gran avenida que fue para Moscú durante siglos lo que los Champs Elisées representan para Paris e a Avenida de la Liberdade para Lisboa.

Yo la descubrí cuando se llamaba Gorki en homenaje al autor de « La Madre». Físicamente poco en ella cambió. Son raros los nuevos edificios que sustituyeron a los derrumbados. Pero el rostro de la Tervskaya moldeado por el capitalismo no recuerda a Gorki.

Antes el ritmo de la vida era lento. Nadie parecía tener prisa. Ahora la multitud que la recorre, de la mañana al atardecer, en este Agosto azul poco difiere, hasta en el vestuario, de aquellas que en un flujo de contornos kafkianos se mueven en las grandes capitales de Occidente con miedo de perder cada minuto.

Entré en muchas tiendas. Me impresionó especialmente un supermercado que hace treinta años me llamó la atención por estar instalado en la planta baja de un antiguo palacio. La decoración de las paredes y techos, bellísima, fue mantenida. Pero hoy solamente se ofrecen al público productos de gran calidad, a precios prohibitivos. El establecimiento adquirió una marca de clase.

Consagre una tarde a revisitar hoteles donde me hospedé en mis frecuentes visitas a Moscú.

El viejo Minsk, en la Teverskaya, ya no existe. El Ucrania y el Leningrado remodelados, continúan siendo retoños en la ciudad, por haber surgido en torres de la época staliniana. El Movska, en Okthonyi Ryad, fue demolido para ser edificado uno igual en el antiguo espacio. El Metropol y el Nacional construidos en el inicio del Siglo XX, que conocí como confortables pero muy modestos, son hoy cinco estrellas muy solicitados por las personalidades del jet set internacional. El Oktiabrskaya II, que era el mayor de los hoteles del Comité Central, se llama hoy Presidente y es un cuatro estrellas muy solicitado por los hombres de negocios.

Volví a visitar, naturalmente, algunos museos.

En el de la Historia de Rusia, instalado en el gigantesco palacio rojo de estilo neogótico que cierra la Plaza Roja del lado opuesto a la Catedral de San Basilio, no cambió en la apariencia. Es un museo que siempre me encantó. Cada salón es en él una obra de arte, que envuelve a los visitantes en una atmósfera mágica en el paseo por la Historia de Rusia, desde el neolítico al fin de la autocracia zarista.

Dediqué también horas a recorrer el Museo de Historia Contemporánea de Rusia. Antes se llamaba Museo de la Revolución, pero un buen sentido elemental, excepcionalmente, impidió que los nuevos gobernantes osaran reescribir la Historia de las Revoluciones de 1905 y de 1917.

La tentativa de manipulación se limitó a algunos párrafos de pequeños textos en ingles colocados en la entrada de las salas.

En el Museo Pushkin tuve también la sensación de que el tiempo había parado. A la museología soviética le falta la tecnología y sofisticación de la francesa y británica. Pero aquel maravilloso museo, en las salas dedicadas a las antiguas civilizaciones, hace recordar al Louvre y al British Museum, empuja a los visitantes en cabalgata por el tiempo a Grecia, Roma, Egipto, a Asiria, a Persia de los Aqueménidas. La Pinacoteca es deslumbrante.

Estuve por primera vez en la Catedral del Salvador, un templo enorme, el mayor de Rusia. Fue resucitado en circunstancias que hacen de él una aberración. El zar Alejandro I, para conmemorar la victoria sobre Napoleón, decidió en 1814 edificar en Moscú una catedral gigantesca. Interrumpida varias veces su construcción, fue inaugurada en 1883. En 1931 fue demolida por decreto. En su lugar instalaron a cielo abierto una piscina de agua caliente en la cual se nadaba en pleno invierno. El último absurdo se consumó cuando Yeltsin decidió que la Catedral fuese reconstruida de acuerdo con el proyecto original. Rusia vivía entonces la fase del capitalismo salvaje con el pueblo sufriendo tremendas privaciones. La obra fue un derroche de dinero. Mármoles carísimos fueron importados de Italia y otros países; en el interior, un autentico museo con iconos antiquísimos, el oro de los altares y capillas es tanto que hiere la vista de los visitantes.

En la mañana que por allí pasé eran escasos los fieles. ¿Por qué reinventar una catedral como aquella, además sin tradición? ¿Para qué se derrocharon en aquel capricho de Yeltsin millones en una época de miseria?

Todas las personas con quien abordé la cuestión coincidieron en la conclusión de que la iniciativa confirma la irresponsabilidad que señaló el paso por el Poder del hombre que destruyó no solo la URSS, sino también Rusia, motor del Estado desaparecido.

Meditación en el Kremlin

Veinte años transcurrieron desde la última visita que hiciera al Mausoleo de Lenin, cuando la URSS estaba a punto de disgregarse.

Sentí el deseo de volver allí con mi compañera. La cola era enorme. Mientras esperábamos apareció una señora que se dirigió a nosotros y otros extranjeros para garantizar el acceso inmediato si le pagábamos cada uno diez euros. Algunos aceptaron.

En un cálculo sumario, evalué en un mínimo de 4000 euros mensuales lo que su actividad ilegal le puede proporcionar, cantidad colosal en un país de salarios muy bajos.

Cito el caso porque ilumina bien el funcionamiento de la máquina de corrupción en la Rusia contemporánea. La economía paralela garantiza hoy la supervivencia a muchos millones de personas. Sin ella, en el actual contexto, la mayoría de la población vegetaría hoy en la miseria. Mas el precio social de ese cáncer que corroe a la nación espanta.

Caminé durante una hora por el recinto del Kremlin, entre las viejas catedrales, y el Gran Palacio, el Palacio de los Congresos y otros edificios. Sentí más de una vez en aquel espacio, cercado por las murallas de ladrillo rojo de la fortaleza medieval, que el visitante atraviesa las paredes del tiempo en un viaje por la historia profunda de los pueblos de Rusia.

En mi caso, cada sector de la fortificación, cada torre, cada iglesia, cada palacio me confronta con épocas y personas cuyo paso por allí dejó marcas en la Historia de Rusia y de la humanidad. Pienso en Iván III, en el rey polaco invasor, en Pedro el Grande, en Catalina II, en Napoleón, en el último Zar, en Kerenski, Lenin y Stalin. Contemplando el reloj de la Torre del Salvador, tomo conciencia de que no volveré a Moscú, de que me despido en esta visita de la ciudad y de Rusia.

Fueron días intensos, en un reencuentro doloroso. Insuficientes para comprender la complejidad de la nueva vida en un país con una cultura sin similar en el mundo, muy diferente de cualquiera de las culturas de Europa Occidental.

Para sintetizar en un mínimo de palabras el sentimiento –balance de estos días moscovitas diré que regresé a Portugal con la convicción de que el pueblo de la gran ciudad perdió mucho de su antigua alegría de vivir. Es una impresión en apariencia absurda, pero muy fuerte.

Hablé con gente amiga y otra que conocí ahora. Esas conversaciones y lo que vi me llevan a la conclusión de que, exceptuada, en el vértice, la nueva clase de multimillonarios y los estamentos sociales de una burguesía en formación que lleva una existencia holgada, la aplastante mayoría de los moscovitas con más de 45 años siente ya la nostalgia de la vida antigua.

La gran ciudad se modernizó, adquirió la fisonomía de una megalópolis europea cosmopolita donde a lo largo del día, la circulación de autos y personas es permanente, alucinatoria a ciertas horas.

El Metro, que se degradara en los años de Yeltsin, recuperó la belleza y el aseo. Moscú volvió a ser una capital mucho más limpia que París o Roma. Mas sobre ella, invisible, se tiende un manto de tristeza.

La falta de perspectiva es real y evidente. Lo mismos –y son, repito, la mayoría- que en el paralelo entre el presente y el pasado esbozan un cuadro sombrío de la vida actual, no creen en un cambio en tiempo previsible. Recuerdan con agrado los años de seguridad en el trabajo, de la ausencia del desempleo, de las pensiones, salud y enseñanza garantizados, de las vacaciones pagadas. Pero no vislumbran siquiera la posibilidad de una humanización del capitalismo implantado en el país.

El deslumbramiento con el estilo de vida norteamericano, que en los años posteriores al fin de la URSS envolvió amplias capas de la juventud, cedió lugar a una visión realista de la cultura exportada por los EEUU. Sus efectos negativos continúan pesando mucho en la cotidianidad moscovita, pero la propia imagen del presidente Barack Obama, recibido con entusiasmo, perdió ya el poder de atracción inicial. Las guerras imperialistas de los EEUU inspiran hoy un repudio cada vez más generalizado.

En ese sentido, la política de recuperación de la dignidad nacional, transparente en el nuevo tipo de diálogo con Washington, contribuyó al prestigio de Putin y Medvédev.

No hablé, en cambio, con una sola persona que no manifestase desprecio y aversión por Yeltsin. Identifican en él no solo al enterrador de la Unión Soviética, sino a un político corrupto, sumiso frente a los EEUU, un aventurero ambicioso, un alcohólico degradado.

Con alguna sorpresa mía, poco se habla ya de Gorbachov y de Jruschov. Fueron casi olvidados, al contrario de Breznev recordado con afecto por mucha gente. ¿Se apagó totalmente la esperanza del pueblo ruso? No es esa mi convicción.

Más de una vez a viejos amigos y gentes jóvenes escuché, al comentar los males del presente, la afirmación de que la marcha del pueblo ruso por la Historia ha sido trágica, mas siempre, después de sufrimientos inenarrables, encontró la manera de salir de la obscuridad para la luz.

Pensé en la miserable, famélica y atrasada Rusia medieval, indefensa frente a las ininterrumpidas invasiones de los nómadas asiáticos, en el flagelo que fueron los tres siglos de ocupación de parte del país por las hordas de mongoles, en las invasiones de polacos y suecos, en la entrada de Napoleón en Moscú y sus posterior derrota, en los monstruosos crímenes cometidos por los alemanes en las dos guerras mundiales. Recordé los siglos de la servidumbre. Mas cuando nadie lo esperaba, fue también en Rusia donde surgió y venció la primera Revolución Socialista de la Historia.

Admito que el renacimiento de la nación rusa, inevitable, será dialécticamente facilitado por la decadencia del poder imperial de los EEUU. La actual crisis del capitalismo es estructural y no cíclica como las anteriores. Tiende a agravarse al contrario de lo que afirman Obama y los banqueros de Wall Street.

Ese naufragio, sin fecha en el calendario, creará condiciones favorables a la emergencia de un mundo multipolar. Y en el él pueblo ruso tendrá un papel insustituible que desempeñar.

Soy optimista. Al salir del túnel, Rusia, creo, reencontrara la luz y el calor del sol.

Traducido para La Haine por Pável Blanco Cabrera

Las izquierdas y Rafael Correa

Pablo Ospina Peralta
Las izquierdas y Rafael Correa
(lalineadefuego, 5 de diciembre 2012).

Hace pocos días, en el concierto de “todas las voces”, se produjo un incidente que dejó estupefactos a los artistas internacionales invitados. El grupo Quilapayún invitó al escenario a Rafael Correa. El auditorio quiteño, mayoritariamente formado por clases medias progresistas, se dividió fervorosamente entre quienes aplaudían y quienes chiflaban. Finalmente el presidente no se atrevió a subir. El viejo grupo musical ligado al Partido Comunista Chileno asumía, como muchos en la izquierda latinoamericana, que este presidente de discurso y acciones izquierdistas sería popular entre los adeptos a la vieja “nueva canción”.

En efecto, en toda América latina las izquierdas y los intelectuales progresistas siguen perplejos por la política ecuatoriana. ¿Cómo es posible que un gobierno que contó con el entusiasmo casi unánime de las izquierdas históricas del país, de prácticamente todas las organizaciones sociales y de la enorme mayoría de los intelectuales radicales, ahora lo haya perdido? La perplejidad aumenta cuando a la distancia y visto desde el prisma de otros gobiernos latinoamericanos, incluso progresistas, que se mantienen atados a la ortodoxia neoliberal, la revolución ciudadana parece herética en sus intervenciones internacionales y en muchas medidas económicas que levantan la santa indignación de Wall Street y de todos sus acólitos de la prensa económica del orden establecido.

No solo el discurso internacional de Rafael Correa, cuidadosamente radical, alienta la paradoja. Contribuye decisivamente el hecho de que no todas las izquierdas ecuatorianas se alejaron de Alianza País. Quedan todavía algunas dentro de la administración que siguen esgrimiendo la idea de que se trata de un “gobierno en disputa”. No importa que ellas sean cada vez menos orgánicas y hayan perdido su antigua influencia, como se refleja de manera tan elocuente en la selección del candidato a vicepresidente para las elecciones de 2012, donde Rafael Correa mostró un paladino desprecio por su ala izquierda.

En estas líneas quisiera exponer una hipótesis sobre las razones de esta diferencia que divide a las izquierdas ecuatorianas. Me alejo de razones puramente instrumentales que seguramente juegan su papel: algunos en el gobierno posiblemente disfrutan los privilegios del poder y la influencia lo suficiente como para minimizar políticas que en cualquier gobierno juzgarían inaceptables, como los ocho meses de prisión por terrorismo de diez jóvenes acusados de leer libros del Che Guevara. Otros, en el lado opuesto, hubieran querido privilegios de figuración que no alcanzaron y la frustración los habría llevado al sendero del resentimiento. Nadie vive, en la política de izquierdas o de derechas, en la edad de la inocencia. Sin duda la mezquindad tiene su peso en la actitud de algunos pero las conveniencias estrechas y el ansia de poder no son explicaciones satisfactorias.

Por supuesto, hay buenos argumentos para cada lado. Quienes se mantienen en el gobierno rescatan el discurso de soberanía, la política internacional, el crecimiento del peso del Estado, la prioridad a lo social, el enfrentamiento político con la banca y los medios. Quienes desde la izquierda lo cuestionan, resaltan su obsesión por la minería, su decepcionante política agraria, su desprecio por los ambientalistas, su persecución a las organizaciones indígenas, su arrogante y proverbial intolerancia, su enfrentamiento a los sindicatos, a los universitarios, y su militante fervor en contra de cualquier forma de democracia participativa. Mientras unos resaltan la importancia central de superar la agenda neoliberal centrada en las privatizaciones y en el imperio de la ley del mercado resaltando el fortalecimiento del Estado; los otros recuerdan que esa fase progresista llegó a su límite una vez que hay que definir qué educación pública se está construyendo, qué proyecto de salud para todos se impulsa, qué clase de calidad hablamos para la universidad, qué imagen de Estado radicalmente democrático tenemos en mente. Allí, en esas definiciones fundamentales, el caudillismo centralista y el tecnocratismo soberbio asfixia cualquier agenda emancipadora.

Como vemos, hay argumentos y evidencias para sostener ambos lados, tanto el costado progresista como el reaccionario del proyecto gubernamental. ¿Qué es lo decisivo para enfatizar una lectura o la otra? ¿Por qué una parte mira el vaso medio lleno mientras la otra lo mira medio vacío? ¿Qué hace que una parte de la izquierda y el progresismo ecuatorianos escogiera apoyar al binomio formado por Rafael Correa y Jorge Glas y otra parte muy significativa, en cambio, apoye a Alberto Acosta y Marcia Caicedo?

Mi hipótesis es que el factor fundamental que explica esa valoración final radicalmente distinta dentro de la izquierda y el progresismo ecuatorianos es la opinión que existe sobre quién es el sujeto y protagonista del cambio político y social.

Algunos de quienes se decantan a favor de la revolución ciudadana, especialmente quienes mantienen o mantuvieron algunos contactos y trabajos con organizaciones populares en el pasado, pueden objetar o incluso rechazar la política hacia las organizaciones populares o la forma torpe, humillante e impositiva con que se trata a los empleados públicos, a los universitarios, a los maestros o a los médicos; pero al final de cuentas esas actitudes pesan menos en su balance del sentido de la “revolución” o de las “tareas democráticas” de un gobierno progresista. Muchas otras personas, generalmente quienes no tienen la menor historia de compromiso con las organizaciones sociales, (el propio presidente Correa es el principal representante de esta opinión) creen sinceramente que el problema es la “cultura política” de la gente, su corporativismo y su estrechez de miras: los maestros y sus organizaciones no son un factor de cambio y revolución sino de conservadurismo y reacción.

Igual vale para los indígenas, los dirigentes barriales, los burócratas o los campesinos. La tradición jacobina de la izquierda militante se combina con la historia intelectual de unas clases medias ecuatorianas de origen aristocrático (o de pensamiento subordinado al de la aristocracia) que raras veces creyó sinceramente en el valor de la sabiduría popular. Aunque a veces pueda no gustarles el método pedagógico del látigo que tanto aprecia el presidente Correa, creen que, a fin de cuentas, es la única forma de hacer un cambio en un país de tradiciones cívicas endebles. El protagonista fundamental del cambio, al menos por hoy y por un tiempo indeterminado, es por lo tanto un conjunto de dirigentes comandados por un líder de suficiente vigor para enfrentarse a todo y a todos. En semejante panorama, los excesos de la lengua presidencial son apenas una cuestión de estilo y las medidas disciplinarias contra opositores en el campo popular, son el costo molesto pero pagable de un homenaje que el vicio de las masas rinde ante la virtud republicana de sus comandantes.

La izquierda en la oposición, en cambio, pone el acento en el protagonismo de los movimientos y organizaciones populares, con todas las debilidades y limitaciones que puedan exhibir. Es decir, las organizaciones sociales reales, tal como son en la actualidad. Esas organizaciones y movimientos resistieron al neoliberalismo y al neocolonialismo en el pasado, construyeron propuestas alternativas en la salud, en la educación, en la agricultura, en la administración pública y en temas ambientales. No esperan solamente que se acojan sus ideas sino que se respete su protagonismo y su autonomía. Durante los dos primeros años de gobierno mostraron su disposición a dialogar y a negociar posturas. Pero dejaron claro que no subordinarían sus aparatos organizativos ni aceptarían todas las políticas en paquete de todo o nada. La contra – ofensiva gubernamental fue implacable y dejó claro que no había disposición alguna a negociar ninguna política significativa, desde la plurinacionalidad hasta la evaluación docente pasando por la reforma universitaria o la política de salud.

Aunque algunos de los miembros de la izquierda opositora puedan ser acusados de románticos e idólatras de la bondad inmaculada del pueblo, la mayoría tiene la mejor vacuna contra semejantes espejismos: el trabajo organizativo concreto donde pueden juzgarse cotidianamente las potencialidades inmensas y las limitaciones obvias de cualquier política genuinamente popular. Una cosa es evitar la idealización romántica y otra muy diferente es aceptar el veredicto de mediocridad para calificar los saberes, los valores y las actitudes del pueblo ecuatoriano. No es raro, en tales condiciones, que las organizaciones populares más grandes y poderosas estén masivamente en la oposición de izquierdas mientras que junto al gobierno predominen los grupos organizados más pequeños y los intelectuales progresistas sueltos. Para la izquierda en la oposición el desprecio abierto y la política de destrucción militante que el gobierno emprende contra las organizaciones históricas y contra actores sociales que son aliados y protagonistas necesarios de cualquier proceso de cambio, no es una cuestión menor que pueda subsanarse con paños fríos sobre las heridas provocadas por el maltrato y el insulto. Constituye, por el contrario, una guerra contra los sujetos principales de cualquier cambio social verdadero y la destrucción abierta de cualquier posibilidad de avanzar más allá de lo que el gobierno decide que es el límite del cambio hoy en día. Debilitar a los protagonistas del cambio es asegurar un cambio más limitado.

Ante los mismos hechos las izquierdas ecuatorianas valoran el gobierno de Rafael Correa de maneras contrastantes. Despotismo ilustrado o movimientismo autonomista. Hubo momentos en el pasado en los que tal vez podría haberse encontrado una transacción. Pero el gobierno no estuvo dispuesto en su momento y quienes empujaban semejante opción ya no están allí y los que quedan ya no tienen poder de decisión sobre la estrategia general. El resultado es que se afirma un proyecto que realizó ya lo que tenía de progresista y que ahora se encuentra encaminado por la senda de la modernización conservadora del Estado y el disciplinamiento acelerado de la sociedad. Frente a semejante panorama solo nos queda resistir con todo lo que podamos y construir alternativas con la gente, no contra ella. Pero no podemos aceptar la idea de que nos enfrentamos a un gobierno totalitario o fascista como clama la derecha política y económica del Ecuador. Si ése fuera nuestro diagnóstico, se justificaría una alianza con la derecha democrática contra un peligro mayor. Pero no se justifica. Lo que está justificado es una política autónoma de una izquierda que recuperando lo mejor de sus tradiciones libertarias cree en la gente, en su sabiduría, en sus organizaciones y en la democracia radical como proyecto y como camino.

La deuxième étape de la révolution du peuple d’Egypte

Le régime des Frères musulmans est tombé Et les répercussions atteindront la région dans son ensemble La nouvelle étape de la révolution populaire en Egypte, à la suite du 30 juin, continue à soulever la controverse concernant son essence, son devenir et les différentes forces politiques qui y ont adhéré ou qui tournent dans son giron… à commencer par les forces de gauche, les salafistes et les différentes personnalités religieuses, pour aboutir au grand point d’interrogation sur le rôle des forces armées et les possibilités d’utiliser la nouvelle révolution afin de retourner au pouvoir après qu’elles en furent exclues par les « Frères musulmans ».

Cette controverse est compréhensible et légale, même si elle renferme parfois un peu d’exagération chez certains ou si d’autres se basent sur des réponses toutes faites et superficielles quant à l’analyse ou aux conclusions. N’a-t-on pas vu, durant les deux années passées et notamment à la suite de l’arrivée au pouvoir de Mohammad Morsi en tant représentant des « Frères musulmans », la majorité des analystes et des observateurs s’intéresser à l’étude des seuls phénomènes externes pour en tirer la conclusion suivante : « le printemps arabe » – nom donné aux révolutions – s’est transformé en son contraire puisque la bourgeoisie a pu reprendre les rennes du pouvoir, principalement en Egypte et en Tunisie, à travers les forces politiques religieuses qui sont partie intégrante de cette bourgeoisie ?

Il nous faut dire que ces observateurs sont allés très loin dans leur analyse des faits, à tel point qu’ils ont mis tous les mouvements révolutionnaires ainsi que les slogans qu’ils portent sous le manteau de la « théorie du complot » qui a pour base le projet du « Nouveau Moyen Orient » et le soutien direct des régimes réactionnaires implantés dans la région du Golfe. D’ailleurs, ils n’ont fait aucun cas du mouvement des masses ni de leurs revendications. Ils n’ont pas, non plus, pris en considération le fait que les Etats auxquels ils donnèrent le qualificatif d’ « opposants » aux politiques impérialistes, dont la République islamique en Iran, furent les premiers à accueillir positivement l’arrivée des « Frères musulmans » à la présidence en Egypte et en Tunisie, sous prétexte que cela signifiait le point de départ du « printemps islamique », et qu’ils stigmatisèrent le fait que le peuple égyptien se soit débarrassé de Mohammad Morsi.

Les répercussions de la chute des « Frères musulmans »

… de la Turquie et jusqu’en Israël

Ce qu’il est nécessaire de dire, aujourd’hui, c’est que les événements qui ont eu lieu le 30 juin 2013, même si toutes leurs répercussions ne sont pas encore bien connus, constituent un tournant important dans le processus révolutionnaire ininterrompu, non seulement pour l’Egypte mais aussi pour tout le Monde arabe et, même, pour la région tout entière… surtout si nous lions ce qui vient de se passer avec la révolte du peuple turc, qui s’étend et s’approfondit grâce à la rencontre des forces politiques progressistes autour d’un programme pour le changement démocratique laïc qui mettrait fin au gouvernement du « Parti de la justice et du développement » dirigé par Recep Erdogan. Et, n’oublions pas, non plus, que la « Révolution iranienne » fut obligée elle aussi à reconnaitre quelques concessions au mouvement revendicatif, surtout sur le plan de la mise à l’écart des « conservateurs » afin de reprendre les pourparlers avec les Etats-Unis et d’atténuer les conséquences négatives du blocus imposé à l’Iran.

Quel est ce tournant duquel nous parlons ?

Le coup porté par le peuple égyptien au régime des « Frères musulmans », après qu’ils aient pris le pouvoir dans son intégralité, montre que la tentative de remplacer les régimes dits « modérés », sur lesquels les Républicains US avaient misé, par des forces religieuses « modérées », promues par Barak Obama lors de son discours à l’Universités du Caire un an après sa première élection, ne fut pas un succès. Bien au contraire, cette tentative n’a pas empêché les forces populaires égyptiennes de poursuivre la voie qu’elle s’était tracée afin de réaliser son programme résumé dans quatre mots-d’ordre: pain, liberté, justice sociale, dignité humaine. Bien plus, et vu le recul du projet militaire ayant l’aval des forces religieuses au Pakistan, et à la lumière de ce qui se passe actuellement tant en Turquie qu’en Iran, ce coup ne concerne pas seulement les « Frères musulmans » de l’Egypte, mais il le dépasse pour toucher tous les modèles des régimes mixtes « religieux-militaires » que l’impérialisme étasunien tente de propager dans le Monde arabe et le Moyen Orient, Cela se traduirait sans doute par une remise en question de l’étape actuelle et des formes d’application du projet dit du « Nouveau Moyen Orient » élargi vers le Maghreb arabe et le Nord de l’Afrique… à commencer par la Tunisie, et le « Parti de la justice et du développement », et jusqu’en Israël et le projet d’en faire « l’Etat des juifs du monde ». Ce projet qui constitue la colonne vertébrale du projet du « Nouveau Moyen Orient », vu qu’il a pour but de transformer Israël en un noyau autour duquel tournent les mini Etats religieux et confessionnels qui seraient nés de l’effritement du Machreq et du Maghreb arabe et après avoir liquidé la cause palestinienne et mis fin au conflit israélo-arabe.

Cette vision de l’avenir, qui ne manquerait pas de naitre de la seconde étape de la révolution égyptienne, est liée sans aucun doute à la voie que cette révolution décidera de suivre, compte tenu de l’expérience des deux dernières années, en particulier des tentatives, mise en échec, de mettre l’Egypte sous la coupe des « Frères musulmans ». Parce qu’il faut prendre en considération qu’il y aura d’autres tentatives de la part des forces antirévolutionnaires, tant au sein de la bourgeoisie égyptienne, et de la bourgeoisie arabe en général, que parmi les groupes d’influence à la tête de l’armée, ou, encore, la possibilité d’user de l’arme « religieuse » (Musulmans-Coptes) et/ou « confessionnelle ». Ce qui nous mène à dire que les dangers sont nombreux devant la révolution, dont celui de l’usage de voitures piégées et même d’une guerre civile, que le président russe Vladimir Poutine a déjà prévue, afin de dérailler le changement. C’est dans cette perspective que nous lisons les combats sanglants dans les places du Caire, mais aussi d’Alexandrie et d’autres villes, en plus de l’explosion du gazoduc vers la Jordanie et de la mainmise des « Frères musulmans » sur certaines villes du Nord de Sinaï où les étendards noirs ont remplacé le drapeau national égyptien.

Comment poursuivre les tâches de la Révolution

A la lumière de ce qui précède, il est nécessaire de préciser que la victoire des forces qui avaient appelé, le 30 juin 2013, à la chute des « Frères musulmans » restera instable si elle n’est pas liée à la poursuite des tâches radicales que la Révolution du 25 janvier 2011 avait précisées à partir de ses quatre mots-d’ordre déjà cités (pain, liberté, justice sociale, dignité humaine). Parce que ces mots d’ordre constitue un programme qui précise le maillon central de l’étape qui vient, et que nous définissons comme suit : la liquidation de ce qui reste des institutions de l’ancien régime afin de pouvoir bâtir le régime nouveau et tant attendu. D’ailleurs ces deux processus vont de pair et se complètent.

Il est vrai que ce qui fut exécuté sur le plan de la destruction de l’ancien régime n’est pas peu, à commencer par la destitution de Hosni Moubarak et de son parti(le Parti national) et la saisie par la justice égyptienne des dossiers de Moubarak et des leaders essentiels. Nous n’oublions pas non plus les coups directs portés à l’appareil de l’Etat et aux organismes de la police… et, enfin, à la tentative de reproduire le régime à travers les « Frères musulmans ». Cependant tout cela reste fragile s’il n’est pas accompagné d’un projet politique et socio-économique à court et moyen termes. Un projet basé sur des plans de lutte et des priorités bien claires ; fait qui aiderait à faire émerger un leadership bien ancré dans l’alliance de classes qui fut à la base de la chute des régimes de Moubarak puis des « Frères musulmans ».

Les priorités telles que nous les voyons se résument ainsi :

Premièrement, refuser d’amender la Constitution de Moubarak avec les amendements introduits par les « Frères musulmans » et la remplacer par une nouvelle Constitution qui préciserait le régime politique et socio-économique à construire. Une commission de rédaction de la nouvelle Constitution doit être constituée par les représentants, élus, des forces sociales et politiques qui ont conduit à la révolution à travers des luttes cumulatives depuis plus de 10 ans ; à la tête de ces représentants les militants de la classe ouvrière, des paysans, des jeunes, des intellectuels démocrates et des femmes.

Dans ce domaine constitutionnel, et partant des deux slogans de la liberté et de la justice sociale prônés par les deux révolutions du 25 janvier 2011 et du 30 juin 2013, nous pensons que la suppression du régime présidentiel ainsi qu’une loi électorale démocratique et une nouvelle loi concernant la constitution des partis politiques et des syndicats ouvriers pourront constituer les bases d’un avenir meilleur. A cela devra s’ajouter une nouvelle vision économique, basée sur le développement des secteurs productifs… en plus de l’imposition des droits au travail, à l’instruction et à la santé.

La campaña electoral, fuerzas corrientes

Julio 15, 2013 Toda campaña electoral depende, en última instancia, de su contexto político, aunque el texto electoral pueda tener una relativa autonomía respecto a lo político; pero en pocas campañas aparece esta relación intensa como en la actual. En la coyuntura, es tan encendida la boda entre lo electoral y lo político, que lo prolongado de la misma no logra despegarse de la hondura y extensión de la crisis política e histórica que sacude al país.

Esta verdad aparece, casi gráficamente expuesta, en las tres fuerzas actuantes de manera fundamental. Hay que precisar antes que se trata de tres agrupamientos de derechas: uno, oligárquico, tradicional, que es ARENA, el otro, burgués oligárquico, que es el partido FMLN, y el agrupamiento de UNIDAD de Tony Saca, expresa una posición burguesa. Se trata de una campaña en la que no participan las izquierdas como partido político, pero sí en el contexto político.

La oligarquía tradicional expresada por ARENA es este sector que ha perdido el control del aparato del Estado; aunque una pequeña franja de esa oligarquía, donde se ubica gente como Ricardo Poma, los Simán, Murray, Callejas, integrantes del asocio para el crecimiento, son sectores con una cabeza política oligárquica muy atrasada, aunque con un capital vinculado a las poleas actuales del capital transnacional. Estos son los dueños de este partido. ARENA cuenta con el respaldo del gobierno estadounidense que prefiere a los más conocidos. Es cierto que este partido sufre una revuelta interna provocada, en primera instancia, por la resistencia al control partidario de estos sectores ya referidos, y además por visiones diferentes sobre la manera de construir alianzas y de hacer la economía en el país, es decir, la clase de país que se necesita.

El partido FMLN cuenta con una cúpula burguesa por el origen exógeno de su capital, por los nexos y sus vías de desarrollo. Por supuesto que los dos grandes sectores expresados por ALBA PETROLEOS y la empresa partidaria, son dos áreas que es necesario diferenciar para entender las correlaciones de fuerza volátiles y las alianzas inestables que el manejo requiere. Es evidente que estas empresas necesitan del control del aparato del Estado como cualquier empresa partidaria, porque la atención a su clientela electoral necesita repartir el botín de la cosa pública, pero sobre todo, usar el aparato del Estado en beneficio y al servicio de sus negocios e inversiones. Por cierto, esta es la historia inveterada del desarrollo del capitalismo. El control del Estado resulta ser un presupuesto del poder. Esta cúpula empresarial parece y aparece con un ejercicio del poder político oligárquico. Por un lado, por sus finanzas y su actividad económica puede entenderse como burguesía, pero en el terreno político se comporta como oligarquía, es decir, de manera primitiva y atrasada, muy atrás y muy lejos de lo que sería una democracia burguesa. Esto es lo que explica su confrontación inevitable con la Sala de lo Constitucional de la Corte Suprema de Justicia, porque su declarado propósito en el gobierno y con el aparato de Estado, todo lo que ARENA y la derecha hacen y han hecho, choca con la democracia constitucional – que es la posición de la Sala – que exige el sometimiento real a la Constitución.

Este es un puente que vincula a esta cúpula partidaria y empresarial con la cúpula de ARENA, que es también empresarial y partidaria. Por supuesto que el nexo entre estos dos sectores es la base para un eventual bipartidismo que resulta ser la mayor amenaza para el proceso político del país.

El agrupamiento de Tony Saca expresa una posición burguesa, no oligárquica, y su confrontación, hasta ahora no conciliable con ARENA, se alimenta de una historia de confrontación sobre la manera de relacionar el aparato del Estado con el mercado; así como sobre el sentido social, es decir, el compromiso público con la gente, y, en fin, con aspectos propios de la democracia burguesa.

La campaña electoral es el escenario en donde los sectores contendientes se enfrentan entre sí y con un pueblo lleno de dudas, temores y desconfianzas. En una atenta mirada, los tres sectores están diciendo lo mismo, evitando contaminar lo electoral con lo político, eludiendo hablar del país verdadero que vivimos, y evadiendo la presentación de proyectos políticos reales que determinen sus compromisos reales ante la gente real que decida votar. Las tres fuerzas han llegado a una meseta electoral cuya superación requerirá movimientos y alianzas más o menos audaces.

Sobre situación en Egipto.

Entrevista con el camarada Salah Adli, Secretario General del Partido comunista de Egipto por “Nameh Mardom”, órgano central del Comité Central del Partido Tudeh (comunista) de Irán. 06 de julio 2013 Quisiera en primer lugar expresar mi saludo al Partido Tudeh de Irán y mis deseos de éxito en su lucha. También me gustaría saludar el periódico “Nameh Mardom” por la oportunidad de aclarar los grandes acontecimientos históricos que tienen lugar en Egipto.

Q1 – En las recientes declaraciones del Partido comunista de Egipto (03 de julio) Ustedes se han referido al hecho de que el movimiento de protesta de masas se compone de diversas clases y estratos sociales. ¿Cuales eran las clases y las capas sociales de la sociedad egipcia que se movilizaron en la segunda ola de la Revolución del 30 de junio?

Salah Adly: Desde el estallido de la revolución del 25 de enero del 2011, el movimiento de protestacion no se habia disminuido. Las manifestaciones de miliones de personas no se han detenido, el estado revolucionario de las masas estaba siempre allí, bajando de intensidad a veces y estallando en otras ocasiones. Las protestas obreras y las huelgas también se intensificaron. Tras el éxito de Morsi los Hermanos Musulmanes llegaron al poder. Las masas descubrieron su naturaleza autoritaria, su caracter fascista, su preferencia a los intereses de los sectores más reaccionarios y parasitarios del capitalismo, y su incapacidad para dirigir un estado de la envergadura de Egipto. Mas todavia, su traición a los intereses de la patria y su voluntad de actuar como el principal agente para mantener los intereses de Estados Unidos e Israel en la región fueron revelados. Lograron la confianza hacia Gaza y dieron a Estados Unidos e Israel lo que el cliente Mubarak no les había dado. Su proyecto sectario y oscurantista que es hostil a la democracia, a la ciencia, la cultura y la tolerancia, se hizo muy evidente. Más importante aún, las masas descubrieron la mentira de su uso de consignas religiosas para disfrazar sus planes al servicio del proyecto del Gran Medio Oriente y del “caos creativo”.

Es por eso, que el número de protestas sociales (huelgas, ocupaciones, manifestaciones y piquetes de huelgas) alcanzó la cifra de 7.400 – según admite el propio Mohamed Morsi – durante el año pasado. La tasa de desempleo alcanzó el 32%, con el record de desempleados en las cualificaciones altas y medias. La deuda externa pasó de 34 billones US$ a 45 billones US$. La deuda interna se incrementó en 365 mil millones de Libras Egipcias durante el reinado de Morsi el año pasado. La proporción de personas que viven por debajo del umbral de la pobreza aumentó a más del 50% de la población. En resumen, la mayoria de las clases y de los sectores sociales de la sociedad – sus fuerzas politicas liberales, nacionalistas y de izquierda, así como los movimientos de jóvenes, en su mayoría orientados por los nacionalistas y la izquierda, ademas de las principales instituciones del Estado, especialmente el ejército, el poder judicial, los medios de comunicación y la policia – sentían como un grave peligro el mantenimiento en el poder de los Hermanos Musulmanes debido a su intensa búsqueda de monopolizar el poder y excluir cualquiera que no está con ellos, salvo sus aliados entre los grupos terroristas que manipulan la religion como una cubierta.

Incluso amplios sectores de la mediana y grande burguesía Egipcia en los sectores del turismo, la industria, el comercio, la agricultura y de la construccion, se sintieron muy asustados por sus intereses como resultado de la continuidad del reino de los Hermanos Musulmanes quienes crearon una atmosfera de caos, de inseguridad e inestabilidad.

El Movimiento “Tamarrud” (Rebelión) logró recoger mas de 22 millones de firmas para la retirada de la confianza en Morsi y en apoyo de la convocatoria a elecciones presidenciales anticipadas. Todos los partidos, los sindicatos y las organizaciones han participaron en la recogida de firmas, y la campaña se extendió en las calles de las ciudades, en los centros de trabajo, escuelas y universidades, y en las aldeas de todas las provincias de Egipto. La gran importancia de esta campaña es que fue capaz de implicar activamente los ciudadanos Egipcios en el movimiento revolucionario para derrotar el reino de los Hermanos Musulmanes. Tambien restauró el carácter pacifico y democratico de la acción revolucionaria, y ha creado las bases para la negacion y el retiro de la supuesta cobertura sagrada en la legitimidad erronea del sufragio electoral como supuesto único criterio para la legitimidad del sistema democrático. La convocatoria para la recogida de firmas fue acompañada por el llamado a las manifestaciones en todas las plazas principales de Egipto el 30 de junio como prueba principal de la credibilidad de esta campaña y bases fundamentales para la legitimidad revolucionaria de las masas para derrocar a este régimen fascista y contrarestar el proyecto de un estado teocratico.

La respuesta de las masas populares Egipcias era enorme, las mas grandes manifestaciones de la historia de Egipto, e incluso en la historia del mundo, aparecieron. Esto fue comprobado por el índice de “Google Earth”. Más de 27 miliones de manifestantes salieron al mismo tiempo en todas las provincias de Egipto, en representación de diversas clases y capas de la sociedad Egipcia. Frente a las protestas que no excedan de 200 mil manifestantes de los Hermanos Musulmanes y sus aliados en una pequeña plaza del Cairo . Por lo tanto, los Egipcios estaban de un lado, y por el otro lado los Hermanos Musulmanes y sus aliados que estaban aislados. Es la realidad del escenario. Es la realidad sobre la cual toda evaluación de la situación o todo analisis politico cientifico debe estar basado.

Creemos que lo que pasó el 30 de junio es una segunda ola de la revolución Egipcia que es mas potente y más profunda que la primera ola de 2011. Se ha llevado a cabo para corregir la trayectoria de la revolucion y alejarla de las fuerzas de la extrema derecha religiosa quien ha conspirado para acapararse de la revolución y conducir su ola para servir a sus objetivos fascistas y reaccionarios y los complotes del imperialismo mundial.

Q2 – ¿Cual es el nivel de participación de las clases trabajadoras y obreras en estas protestas? ¿Por qué los obreros participan en la batalla con el Islam politico para los derechos democraticos?

Salah Adly: Las consignas básicas de la revolucion de enero eran: pan – libertad – justicia social – dignidad humana. Es una orientación esencial de la revolución nacional democrática. Es producto de un largo periodo historico que se había iniciado a mediados de los años setenta del siglo pasado, con el reino del gran capitalismo dependiente y un ciclo completo de regresión, de atraso y de tiranía. Durante ese período, las fuerzas reaccionarias, en alianza con el imperialismo mundial y la reacción árabe, han actuado para fortalecer un ambiante que permitia el actual Islam político – en especial los Hermanos Musulmanes – para su extensión y asenso. Las fuerzas de la izquierda estaban debilitadas, los obreros estaban desplazados y las grandes empresas industriales eran liquidadas con el fin de asestar un golpe a todas las posibilidades para lograr un desarrollo completo.

De hecho, los trabajadores son participes en la mayoría de las protestas que tomaron envergadura desde el 2006 y participan en todas las manifestaciones populares como una parte del pueblo y no en forma organizada sobre una base de clase. Esto se debe a la ausencia de organizaciones, federaciones y organizaciones sindicales fuertes por causa de un largo legado de la tirania y de la represion del gobierno para controlar las federaciones y las organizaciones sindicales. Es también debido a los grandes cambios en el mapa de clase y a la naturaleza de la composicion de la clase obrera quien se ha constituido en los distintos sectores durante el periodo pasado. Empresas pequeñas y medianas controladas que dependian del sector privado, donde los trabajadores no tenian derecho de formar sindicatos. La clase obrera no surgio de una manera clara como clase en la revolución. Como resultado de la falta de unidad efectiva dentro de las fuerzas de izquierda y su debilidad durante el periodo pasado por muchas razones, que no hay espacio aquí para detallarlo, el movimiento obrero no aparecio de manera eficaz e influyente proporcionalmente al tamaño de su participación y de los grandes sacrificios en la revolución.

Es importante aclararlo, los trabajadores del sector público se dieron cuenta que las prácticas y actitudes de los Hermanos Musulmanes no se diferenciaban de las orientaciones del régimen de Mubarak. Eran mas bien peores. Los Hermanos Musulmanes aplicaron las mismas orientaciones sobre la continuación del programa de privatización y liberalizacion de los precios. No aumentaron el salario mínimo a pesar de que era una de las primeras demandas de la revolución. Se redujeron los impuestos a los especuladores, siguieron con la privatización de los servicios y se negaron a implementar el programa social de la salud. Insistieron en la venta e hipoteca de los bienes de Egipto y de sus instituciones a través del proyecto de “obligaciones islámicas”, que se apresuraron a aprobar en el Consejo de la Shura (la cámara alta del parlamento) la cual es controlada por los Hermanos Musulmanes. La situación más peligrosa fue su negativa a aprobar la ley para garantizar la libertad de formar sindicatos, que habían acordado con todas las fuerzas politicas y los sindicatos antes de la revolución. Pusieron nuevamente los hombres de Mubarak al lado de sus hombres en la Unión General de los Trabajadores Egipcios controlada por el gobierno. Esta es la base social y democrática para el bien de la clase obrera y a favor de la revolución contra el dominio de los Hermanos Musulmanes y de las fuerzas del Islam político, además de las otras razones que habiamos mencionado antes.

Cualquier persona que se imagina que los trabajadores se rebelan solamente por cuestiones que tienen un carácter sectario o razones economicas se equivoca. Los trabajadores son más vigilantes respecto a los peligros del proyecto de la ala religiosa de derecha y a sus prácticas de derecha y fascistas en todos los campos, democratico, político, económico, social y nacional.

Q3 – En su declaracion, el Partido comunista de Egipto caracteriza los desarrollos actuales como una revolución.. ¿Cuáles son la naturaleza, las tareas y la reivindicaciones de la revolución?

Salah Adly: Sí, lo que está sucediendo ahora es una revolucion. Para ser preciso, es la segunda gran ola de la revolución de enero 2011, ya que su primera ola fue abortada debido a que fue robada por los Hermanos Musulmanes a pesar del hecho que no participaron en ella, ni la habian pedido ni la hicieron. Es una revolución democrática con una orientación social y patriótica clara. Se continua, y amplios estratos sociales y diversas fuerzas políticas (liberales, nacionalistas y de izquierda) han participado en ella. Con la continuación del fervor revolucionarias, la verdad acerca de las distintas posiciones se ha vuelto más clara, y las intenciones de estas fuerzas y su voluntad de continuar por el camino de la revolucion se revelan.

Las primeras tareas democráticas de la revolución son la promulgación de una nueva constitución civil democratica que confirma los derechos humanos, los derechos de las mujeres y los derechos economicos y sociales de las clases laboriosas, y que nadie puede negar al pueblo el derecho de elegir su sistema político y económico en el futuro de acuerdo a la relacion de fuerzas. Por lo tanto, la tarea de derrocar la sectaria Constitución, reaccionaria y distorsionada, en lugar de su modificación, es una tarea fundamental para las fuerzas democraticas y progresistas por el momento.

Una de las tareas de la revolución democrática es también la libertad para formar organizaciones sindicales, partidos políticos y asociaciones sin injerencia del gobierno, el rechazo a la formación de partidos políticos sobre una base religiosa y sectaria, la plena igualdad entre los hombres y las mujeres en términos de derechos y deberes, la igualdad ante la ley y la criminalización de las formas de discriminación religiosas y otras.

Entre las tareas sociales está la elaboración de un plan de desarrollo social independiente y completo que se basa en el fomento de los sectores productivos, con la necesidad de una distribución equitativa del producto del desarrollo y de la riqueza en beneficio de los pobres y los sectores laboriosos, la satisfacción de las demandas sociales urgentes. Una primera prioridad entre estas demandas es la determinación de un salario mínimo y máximo y su vinculación a los precios, la cancelación de las deudas a los pequeños campesinos, la redistribución de las partidas presupuestarias para incrementar el gasto en salud y educación, la provisión de viviendas para personas de bajos ingresos, aumentar los impuestos a los ricos, recuperar la posesión de las empresas que fueron saqueadas del sector público y la lucha contra la corrupción.

Las tareas nacionales son: oponerse a la dependencia hacia los Estados Unidos, negándose a sucumbir a la hegemonía sionista, que modifica el acuerdo de Camp David, la restauración del papel de Egipto en el ambito árabe, africano, regional y international, y la profundización de las relaciones con los países y los pueblos del Tercer Mundo.

Q4 – ¿Acaso los acontecimientos actuales en Egipto significan el rechazo del Islam politico o sólamente el rechazo de los “Hermanos Musulmanes” por el pueblo Egipcio?

Salah Adly: Los Hermanos Musulmanes son la organización más eficaz e influyente dentro de las fuerzas del Islam politico. Todas las demas organizaciones, incluyendo los grupos Salafistas y Jihadistas, se han aliado a los Hermanos Musulmanes y han marchado con ellos en la última batalla para defender su régimen porque saben que su derrota significaría una derrota mayor para el proyecto islamista sectario quien esta apoyado por la administración norte americana como alternative a los regimenes autoritarios derrotados. Solo el Partido islamista Al-Nour ha sido excluido de la alianza en la ultima batalla debido a consideraciones relacionadas a su asociación con Arabia Saudita. Pero somos conscientes de que es un partido reaccionario y sectario que es hostil a los derechos humanos y a los derechos de las mujeres y las minorías, como otras sectas islámicas. Eso es evidente con su incitación al crimen con el asesinato de los Shiites arrastrando sus cuerpos en el horrible masacre que tuvo lugar en un pueblo el mes pasado.

Creemos que la batalla no ha terminado y que es necesario que sea una batalla política, social y cultural para aplastar su resistencia y cambiar el clima general que se ha expandido durante décadas.

Pero lo que queremos es llamar la atención sobre lo que se produjo en Egipto. No es ahora solamente una confrontación de los Hermanos Musulmanes, y sus aliados en las fuerzas de la derecha religiosa, con las instituciones de la seguridad del Estado. De hecho se han enfrentado a los Egipcios de todas las sectas y de todas las corrientes así como a todas las instituciones del Estado, incluida la del poder judicial, de los medios de comunicación y la cultura. En los barrios de la periferia y los pueblos, los Hermanos Musulmánes estan ahora enfrentados a las masas Egipcias, ya que sin duda han perdido el apoyo de grandes segmentos del pueblo durante los últimos dos años. Pero el Ejercito y la Seguridad tienen un papel importante en la confrontación contra sus milicias terroristas armadas.

En resumen, lo que ha ocurrido, lo hemos visto, es una gran derrota para el proyecto de la derecha religiosa en general, y no solamente para el proyecto de los Hermanos Musulmanes. Esto tendrá repercusiones mayores en la región y el periodo que viene.

Q5: ¿Cuál es su opinión sobre los argumentos que dicen que el derrocamiento de Morsi es antidemocrático porque fue elegido legalmente y que la nueva Constitución fue ratificada en referéndum. ¿Acaso Morsi fue derrocado por el ejército Egipcio?

Salah Adly: Los que han derrocado Morsi son los mas de 22 millones de ciudadanos de Egipcios que firmaron un documento conteniendo sus nombres y firmas, número de identificación (Cedula Nacional de Identificacion) y el nombre de su provincia, escrito a mano, en lugar de a través de Internet. Es un referendum sin precedente que se culminó en las “grandes concentraciones” en las principales plazas con mas de 27 millones de manifestantes el 30 de junio, continuando por cuatro dias consecutivos. Es Morsi quien derrocó la legitimidad cuando emitió su declaración constitucional dictatorial en noviembre del 2011. Es Morsi quien liquido los derechos humanos cuando sus partidarios terroristas habian sitiado la Corte Constitucional, cuando sus milicias torturaron los manifestantes delante del Palacio al-Ittihadyah (el palacio presidencial) como se muestró por las investigaciones llevadas a cabo por la oficina del procurador publico, y cuando sus hombres mataron a manifestantes frente a la sede del Partido de la Justicia (el brazo político de los Hermanos Musulmanes), de conformidad con las órdenes explícitas del líder del grupo y su diputado, a como lo confesaron los mismos matones ante el fiscal publico. Es Morsi quien renegó las promesas que había anunciado el día en que logró a modificar la Constitucion y formar un gobierno de coalición. Él y su grupo habian apoyado la sumision a las condiciones del Fondo Monetario Internacional. Fue él quien declaró también la Jihad contra Syria en la Conferencia de las fuerzas terroristas yihadistas sin consultar previamente con el ejército y con el Consejo de la Defensa Nacional.

Es por eso, que todos los partidos políticos y todas las fuerzas, e incluso el Partido Salafista Al-Nour, quienes se agarraron del barco antes de que se hundiera, han apoyado las elecciones presidenciales anticipadas. Este llamado no es un golpe contra la democracia, surge mas bien del corazón de la democracia popular cuando cualquier presidente traiciona sus promesas al pueblo y su programa de base sobre lo cual el pueblo lo había elegido.

Limitar la causa de la democracia solamente al “escrutinio electoral” es un saqueo completo de la esencia de la democracia y un rechazo explicito del derecho de los pueblos a rebelarse contra sus dirigentes autoritarios y los regimenes fascistas que utilizan la religión para ocultar su naturaleza reaccionaria y su orientación de la ala derecha capitalista.

La defensa de Morsi por los Estados Unidos y los Estados capitalistas occidentales y la interpretación de la cuestion de solamente como un “golpe de Estado militar” contra la “legitimidad constitucional” es una posición formal que esconde el hecho de que el mundo del imperialismo está aterrorizada por las revoluciones populares y su capacidad de transcender los limites estrechos de la democracia burguesía que representa, en esencia, la forma óptima para satisfacer los intereses de los grandes empresarios y de los monopolios y sus agentes locales con el afán de controlar el porvenir de los pueblos de los países del Tercer-Mundo.

Lo que ha sucedido no es, en ningun caso, un golpe de Estado militar, sino mas bien un golpe revolucionario del pueblo Egipcio para liberarse del reino fascista. Lo que el Ejército ha hecho responde a la voluntad de los pobladores para protegerlos de los complotes de los Hermanos Musulmanes y de sus aliados terroristas armados que quieren encender conflictos sectarios y guerras civiles, dividir el ejército Egipcio y destruir las instituciones del Estado Egipcio para servir los intereses del imperialismo y del sionismo en la región.

¿Qué tipo de golpe de Estado militar es cuando decenas de millones de personas estan en las calles?!

¿Qué tipo de golpe de Estado es cuando el dirigente de la Corte Constitucional ya asumió el poder, que es lo que fue solicitado por el Frente de Salvación Nacional, que incluye a todas las fuerzas de oposición con sus diversas orientaciones y el movimiento juvenil “Tamarrud” (Rebelión), respaldado por las masas Egipcias ??!!

¿Qué tipo de golpe de Estado militar es cuando un gobierno integrado por civiles nacionales calificados por el pueblo sera formado y que tendrá los plenos poderes durante un periodo de transición no superior a un año y que concluira con la promulgación de una constitución civil democratica, elecciones presidenciales y parlamentarias que cada uno espera con entusiasmo??

¿Qué tipo de golpe de Estado militar es cuando se permite el derecho a las protestas pacificas incluso de sus oponentes y no imponer el Estado de emergencia??

La declaración de Al-Sisi, el Jefe del ejército Egipcio, quien presentaba la hoja de ruta para la etapa de transición, fue anunciada solamente después de un diálogo y el consenso de los representantes del pueblo Egipcio, incluyendo el movimiento de los jóvenes de la “Tamarrud” (Rebelión), el Representante del Frente de Salvación, el Jeque del Al-Azhar, el Pope Copto y una representante de las mujeres. El pueblo Egipcio ha celebrado en las plazas principales, en los barrios y las aldeas esta grande victoria para los Egipcios y con el Ejército Nacional quien les aprobaba.

Deberiamos, como lo enseña el Marxismo, proceder a partir de la realidad concreta y no encerrarnos en nuestra vision de ideas predeterminadas y formulas todas listas. ¿Acaso no es notable que los medios de comunicación occidentales se hacen la vista gorda a todo esto, se niegan a ver la realidad e insisten que era un golpe de Estado militar???!!!

Sin embargo, nos apegamos mucho a la necesidad de estar en alerta y estar atentos al curso de la próxima fase para garantizar que el papel militar en esta etapa sea limitado a la protección del pueblo y la Seguridad nacional de Egipto y que este apegado a las promesas de no interferir directamente en los asuntos políticos, y la necesidad para el pueblo a permanecer en las plazas para garantizar el cumplimiento de sus reivindicaciones en la fase de transición.

Q6 – ¿Cuál es su evaluación de la posición de los Estados Unidos en relacion a los desarrollos en Egipto?

Salah Adly : EE.UU. fue tomado de sorpresa por la revolucion de enero de 2011, pero se había estado preparando para los escenarios de cambio en Egipto desde antes que cuando sienten que el régimen de Mubarak había envejecido. Así que intervinieron inmediatamente después que fue derrocado para crear una alianza entre el antiguo Consejo Militar y los Hermanos Musulmanes para asentar el camino hacia la toma del poder por los Hermanos Musulmanes después de que se comprometieron a velar por los intereses de los Estados Unidos, garantizando la seguridad de Israel y continuando la política económica neoliberal que está en contra de los intereses de las masas populares.

Pero los Estados Unidos descubrieron después de un momento la amplitud de la incapacidad de los Hermanos Musulmanes para ejecutar los asuntos de gobierno, su falta de competencia hacia el pueblo y su insistencia por una alianza con los grupos yihadistas en lugar de una alianza con las fuerzas liberales y la unificación de los diversos sectores de la clase de los grandes capitalistas en un sistema estable basado sobre una transferencia de poder que gira en la órbita de esta clase y que asegura los intereses de los norte americanos. Estados Unidos, estaban al mismo tiempo también, atentos en asegurar los intereses y los privilegios de la institución militar con el objetivo de garantizar su lealtad.

Pero Estados Unidos fueron asustados por la continuación de la situación revolucionaria en Egipto, la progresión de la escala de las protestas y la escalada del rechazo popular hacia el reino de los Hermanos Musulmanes. Es por esa razón que ejercieron una presión sobre los Hermanos Musulmanes para llevar a cabo reformas, y ejercieron tambien presión sobre las fuerzas de la oposición liberal, especialmente sobre aquellos que representan los intereses del gran capital en el Partido Wafd, del Partido de los Egipcios libres y del Partido de la Constitución para acelerar la ida a elecciones parlamentarias, poner fin a su alianza con las fuerzas de la izquierda y rechazar las orientaciones de izquierda de los movimientos de la juventud que creen que los objetivos de la revolución y el desarraigo del régimen de los Hermanos Musulmanes sólo pueden lograrse con una grande revolución popular contra ellos y el boycot de las elecciones.

Cuando el “Tamarrud” (Rebelión) y sus geniales ideas para retirar la legitimidad a Morsi tuvieron éxito, puso cada uno en un dilemna cuando los amplios sectores del pueblo y las fuerzas políticas respondieron a su llamado. Esto puso fin a la indecisión de todos los partidos y de todas las fuerzas. Se agruparon todos detrás de la opción popular para el derrocamiento de Morsi, lo que condujo a las elecciones presidenciales anticipadas. Esta demanda se intensificó para llamar al derrocamiento del régimen de los Hermanos Musulmanes, para cambiar la Constitución y corregir el curso de la revolución a través de una nueva legitimidad revolucionaria y una nueva fase de transición sobre una base correcta.

Los Hermanos Musulmanes, los estadounidenses, el Ejército, e incluso las fuerzas de la oposición politica no habian imaginado que la respuesta de la gente sea de esta potente envergadura que obligó cada uno a aplicar la voluntad del pueblo.

Sabemos que los Estados Unidos ejercieron presión de manera flagrante sobre los dirigentes del Ejército y las fuerzas politicas liberales no por derrocar a Morsi sino solamente para presentar grandes reformas. Pero ya era demasiado tarde y cada uno se dio cuenta de que la gente habia hablado y que la alternativa sería la escalada hacia la guerra civil, la escalada hacia el terrorismo y el conflicto sectario, y la puerta abierta a la intervención extranjera.

La llegada a este punto critico ha conducido al derrocamiento de Morsi y a la intervención del ejército de una manera que sirve los objetivos de la revolución en esta etapa. Lo que es admirable es que ese es la primera vez que el ejército Egipcio ha desobeido las órdenes de EE.UU porque se ha dado cuenta de la naturaleza de los grandes peligros que atormentaban a la patria, si se negaba a apoyar la revolución.

Las fuerzas nacionales y democráticas han comprendido que los dirigentes del Ejército tienen intereses y privilegios que quieren preservar, y ellos también quieren tener un papel en el poder sin injerencia política directa. Creemos que esto tiene que ser tomado en cuenta en esta etapa haciendo énfasis sobre la corrección de las cosas gradualmente en la proxima fase.

Estamos en la espera que los Estados Unidos, en el período crítico que sigue, fomentarán los complotes para iniciar la sedición y el conflicto y para alentar a estos grupos para atizar el caos con el fin de lograr los esquemas del “cao creativo”, esquemas para transformar a Egipto en otro Irak. Esto es lo que ha pasado y que fue revelado en el complote del viernes 5 de julio. Este complote ha sido llamado por la juventud “La tripartita, EE.UU. – Israêl – los Hermanos Musulmanes, Agresión” contra el pueblo de Egipto. El plan tenía como objetivo abortar la revolución, reinstalar Morsi, expandiendo el caos y el terror a traves de las manifestaciones que ocuparian las plazas liberadas mediante el empleo de las armas y el terrorismo, el lanzamiento de una campaña de rumores y una guerra de disinformación que sería sin precedente en Egipto con el fin de crear divisiones entre el pueblo y el ejército y dentro de los militares mismos, y conspirar con los grupos jihadistas en el Sinaí para declararlo zona liberada en colusión con Israël y los grupos islámicos de Gaza.

Egipto vivió horas críticas después del discurso del terrorismo y de la intimidación pronunciado por el dirigente del grupo fascista, los Hermanos Musulmanes, a sus seguidores de la plaza Rabi’a al-Adawiyya en Nasr City, en El Cairo. Esa fue la señal para el arranque de esta grande conspiración con el fin de girarse contra la voluntad popular. CNN así como el servicio árabe de la BBC de los canales de TV desempeñaron un papel peligroso en este complot. Pero el pueblo y el ejercito estaban a la altura para frustrar este complot y el papel vergonzoso de EE.UU y de los Hermanos Musulmanes para traicionar el pueblo y la patria fueron expuestos. Este fue un duro golpe para los planes de los Estados Unidos y el imperialismo en la región. El triunfo de la revolución y de la voluntad popular fueron reafirmados sobre las fuerzas de la contrarrevolución.

Q7 – ¿Cuál es vuestra evaluación sobre el nuevo presidente designado, Adly Mansour, y lo que debe hacer de inmediato?

Salah Adly : Él es un juez que es bien conocido por su integridad y competencia, que no había ejercido ningun cargo político o adoptado ciertos prejuicios. El discurso que pronunció después que prestó juramento y tomó posesión de su cargo como presidente para el período transitorio fue un discurso bueno y positivo. Subrayó en que era “solo el pueblo” quien lo había designado, y que los poderes que le han sido confiados son honoríficos, pero que la autoridad real reside en el primer ministro quien escogera por el consenso de las fuerzas nacionales y los jóvenes, y que será encargado de la implementación de las tareas aceptadas por las fuerzas nacionales, democráticas y sociales. Una prioridad mayor del gobierno sería de parar el hundimiento de la economíá, aplicar las demandas urgentes de los sectores trabajadores y dar la seguridad.

Vemos la necesidad de continuar la presión popular en las plazas, que fue confirmada por la declaración presentada por Al-Sisi, de proteger el derecho a la manifestación pacifica. Esto para asegurar que el ejercito no intervendrá salvo en los limites aceptados para asegurar el éxito de esta etapa de transición difícil.

Q8 – ¿Cuáles son los principales retos de su partido, particularmente en relación a las otras fuerzas políticas y para la creación de una alianza unida?

Salah Adly: El principal reto es la necesidad de unir las fuerzas de la izquierda en primer lugar para enfrentar las enormes tareas a las cuales hacemos frente en esta etapa. Las más importantes son:

1) Asegurar el cumplimiento de los objetivos y las tareas de la fase de transición.

2) Cumplir con el consenso por un candidato unico de las fuerzas nacionales y democraticas en la batalla de las elecciones presidenciales.

3) Formar un frente de las fuerzas de izquierda, Nasseritas, movimientos juveniles y organizaciones sindicales ; preparar listas conjuntas para la batalla de las próximas elecciones parlamentarias y locales ; ejercer una presión para garantizar que no haya retroceso en la corrección de la marcha de la revolución en la fase de transición.

4) Tratar de completar y desarrollar la estructura del partido, a renovar el partido con sangre nueva, y a desarrollar su programa de manera en que podamos hacer frente a los grandes desafíos a los cuales estamos enfrentados.

Egypt’s Sphinx casts eyes on Syria

Egypt’s Sphinx casts eyes on Syria
By M K Bhadrakumar

It looks increasingly that solving the Egyptian puzzle is going to take us all to Syria. How far the army’s coup in Egypt resets the geopolitics of the Middle East, or, conversely, whether the coup itself forms the commencement of a region-wide tectonic shift that is going to play out over time – this is the big question.

The cascading events this week indicate that the latter could well be the case. To be sure, even by the standards of the Middle East, the past week has been an extraordinary one.

There has been a strong expression of support from the United States and its Persian Gulf allies to the Egyptian military, which in turn is providing the political underpinning for a brutal crackdown

by the junta on the Muslim Brotherhood, which has implications for the “Arab Spring” as a whole.

Russia’s overture to the junta at such a point may come as quite a surprise but it is integral to the Russian strategy in Syria and the Russian skepticism of the “Arab Spring”.

The isolation of Qatar, Turkey and Iran on the regional chessboard has accentuated through the past week with the junta in Cairo ticking off these countries for their pretensions of being arbiters or opinion-makers in Egypt’s internal affairs. It so happens that these three countries have been deeply involved in the Syrian situation as well.

Meanwhile, Israel’s openness to accept Russian peacekeepers on the Golan Heights could not have surged to the surface this week without US acquiescence – or even approval – and the timing of the leadership changes both in Syria’s ruling Ba’ath Party and the Syrian National Coalition could be more than a coincidence.

There is a background to all this, lest it be forgotten amidst the cacophony of the coup in Egypt – Hassan Rouhani’s thumping victory in the Iranian presidential election and the promise of an impending thaw in the Saudi-Iranian relationship.

A seminal event
If a seminal event is to be identified in this torrential flow of events in regional politics, it must be the visit by the US Secretary of State John Kerry to Saudi Arabia on June 25, which was embedded within a regional tour of the Middle East and was a diplomatic initiative on Syria.

In hindsight it becomes apparent now that the slow-motion coup in Egypt was well under way by that time in end-June and the US was already in deep consultation with the military leadership in Cairo regarding a political transition in Egypt. Without doubt, Kerry’s talks with the Saudi leaders couldn’t have ignored the gathering storms in Egypt.

In the event, of course, Saudi Arabia’s King Abdullah became the first world leader to felicitate the overthrow of the Muslim Brotherhood government on July 2 – within hours of the coup unfolding – as if Riyadh had it all worked out in anticipation.

Again, the alacrity with which Saudi Arabia and the United Arab Emirates simultaneously announced on Wednesday a US$8 billion aid package for Egypt suggests that a blueprint was already prepared in consultation with the US.

Washington leaked to the press immediately thereafter that it too was going ahead with a planned supply of F-16 fighter aircraft to the Egyptian military, which means that despite the Obama administration’s posturing of prevarication, suspending military aid to Egypt is the last thing on its mind.

Curiously, another regional leader who promptly welcomed – alongside King Abdullah – the ouster of the Brotherhood from power in Egypt has been Syrian President Bashar al-Assad.

This wasn’t an isolated act, either. On Monday, Assad announced the replacement of the entire Ba’ath leadership, with all 16 members who have been in the high command since 2005, making way for new blood. A younger generation of leaders, including former diplomats, has been brought in as replacements. Parliament speaker Jihad al-Laham and Prime Minister Wael al-Halqi are among them.

In an interview with the Ba’ath party’s mouthpiece, Assad sought to explain that the leaders were removed from the high command because they made mistakes while in office. “When a leader does not solve a series of errors, this leader must be held accountable,” he said without elaborating. Of course, Assad continues as the party’s secretary-general, being the only top leader who didn’t make any mistakes.

In the same interview with the Ba’ath party’s organ, Assad also renewed his criticism of the Muslim Brotherhood, saying it “takes advantage of religion and uses it as a mask … and it thinks that if you don’t agree with it politically, that means you don’t stand by God.”

Assad strives to convey the message to the people that he is responsive to their grievances over social problems such as inflation and worsening public security. But the fact remains that he is strengthening his control of the ruling party at a time when the Syrian situation is evolving in political terms, given the military stalemate, and all protagonists – Syrian as well as outside powers – anticipate the inevitability of a political dialogue in the next several months.

Equally, what needs to be noted is that the Ba’ath Party purge coincides with a change of leadership of the opposition Syrian National Coalition (SNC). New SNC president Ahmad Jarba is a Saudi-US nominee and has the reputation of being a “secular-minded” tribal leader.

Following Jarba’s election, Ghassan Hitto, the prime minister and a businessman from America, who had enjoyed the backing of Qatar, Turkey and the US when he was appointed in last March, submitted his resignation.

In essence, the changes in the SNC signify – like in Egypt – an ascendancy of Saudi influence and the eclipse of the Qatari-Turkish axis. The Brotherhood’s clout within the SNC has also suffered a setback. Evidently, the US is backing the ascendancy of Saudi influence within the SNC – as is happening in Egypt.

Demise of Islamism
What is the Saudi-US game plan? Going by the Ramadan message by the Saudi King and the Crown Prince on Wednesday, Saudi Arabia “will not allow religion to be exploited by extremists who only work for their personal interests, and who harm the reputation of Islam.” The message said Saudi Arabia will “with God’s help, remain the defenders of Islam … and continue on our centrist, moderate approach.”

Evidently, these are barbs aimed at the Muslim Brotherhood in the prevailing context of both Egypt and Syria, and the movement’s principal backers in the region; namely, Qatar and Turkey.

On the other hand, Assad would find the Saudi King’s Ramadan message quite agreeable. He cannot but share the Saudi perspective (which the US and Russia also share) that the specter of radical Islamists haunting his country’s destiny is the core issue today.

Without doubt, these cross currents in regional politics have not gone unnoticed in Moscow, and they have prompted the Kremlin to lose no more time in making an overture to the Egyptian junta. Foreign Minister Sergey Lavrov said on Thursday,

We hope that all initiatives [by the junta], which are designed to launch the national dialogue, to stabilize the situation and hold free elections, will be successful.

Lavrov simply ignored that he was speaking while a violent crackdown on the Brotherhood by the Egyptian military was underway. He went on to propose that it could be business as usual between Russia and Egypt and, furthermore, that Russia’s priority lies in the impact of the developments in Egypt on regional stability and the politics of the Islamic world. Lavrov said,

As for cooperation projects [with Egypt], these projects are aimed at developing cooperation between the countries and peoples. Their implementation will benefit both the countries and the peoples.

We [Russia] want stability to be ensured in Egypt and in the entire region, which creates serious risks for international relations. Egypt is the region’s key country. The development of events in the region and in the Islamic world will depend on the situation in Egypt.

This is realpolitik at its best. Simply put, without drawing allegations of interfering in Egypt’s internal affairs, Lavrov has let it be known to the new leadership in Cairo, and an array of regional states – Saudi Arabia, Iran, Qatar, Turkey and Israel, in particular – and the “international community” as a whole that Russia is far from displeased with the turn of events in Egypt and its likely repercussions for regional security and stability.

Conceivably, Moscow, which never gave up its deep-rooted suspicions of the Muslim Brotherhood, may be feeling the winds of change to be quite conducive to the pursuit of its own interests and in harmony with its own assessments of the “Arab Spring”.

Meanwhile, the Saudi establishment daily Asarq Al-Awsat reported on Wednesday that there has been a meeting between Lavrov and Israel’s Justice Minister Tzipi Livni during which the latter indicated that Israel may allow Russian peacekeeping soldiers under the United Nations flag on the Golan Heights provided Moscow halted the transfer of advanced S-300 antiaircraft missiles to Syria.

President Vladimir Putin had proposed last month that Russia is ready to replace the 380-strong Austrian contingent in the 1,100-strong UN Disengagement Observer Force in Golan.

Neither Moscow nor Tel Aviv has contradicted the Saudi daily’s report. If it is true, as seems likely, it not only is in sync with the broad sweep of the above-mentioned developments but it unveils a tantalizingly new pattern of regional alignments involving Israel and Syria, with the US and Russia as the stakeholders – something unthinkable until now.

Clearly, the events in Egypt are increasingly finding the US, Saudi Arabia, Israel and Russia on the same page. All these four major protagonists are willing to wager that the controversial coup in Egypt might eventually stabilize the situation in that country and even strengthen democratic rule.

All these protagonists would agree that political Islam turned out to be the unwelcome beneficiary of the “Arab Spring.” Indeed, by the analogy of Egypt, as hinted in the Saudi King’s Ramadan message, big trouble seems to lie ahead for the Islamist movements in the region as whole, including the Syrian rebel groups.

As a former Israeli ambassador to the US, Zalman Shoval summed up in an article titled “New Dawn on the Nile” in Jerusalem Post,

All things considered, the possible demise of Islamism as the major political force in at least parts of the Arab world could eventually lead to a more secular, down-to-earth and less dogmatic and intolerant attitude on the part of our [Israel’s] neighbors.

All in all, the struggle that lies ahead in Egypt and the turns that the Syrian situation is poised to take in the coming months have not only some striking parallels, but could be inter-related.

Ambassador M K Bhadrakumar served as a career diplomat in the Indian Foreign Service for over 29 years, with postings including India’s ambassador to Uzbekistan (1995-1998) and to Turkey (1998-2001).

DECLARACIÓN CRISTIANA DE LA INICIATIVA PASTORAL POR LA VIDA Y LA PAZ, ANTE LA NACIÓN SALVADOREÑA, EN RELACIÓN AL PROCESO DE PACIFICCIÓN

DECLARACIÓN CRISTIANA DE LA INICIATIVA PASTORAL POR LA VIDA Y LA PAZ, ANTE LA NACIÓN SALVADOREÑA, EN RELACIÓN AL PROCESO DE PACIFICCIÓN.

Otro El Salvador es posible… desde Jesús de Nazareth

“Dios envió su mensaje, anunciando las Buenas Nuevas
de la paz por medio de Jesucristo que es Señor de todos,
cómo anduvo haciendo el bien y sanando a todos los que
estaban oprimidos por el diablo, porque Dios estaba con él ”
(Hechos 10,36. 38)

1. El Evangelio es el anuncio crucial que el Reino de Dios ha llegado en la persona de Jesús (Marcos 1, 14- 15), convocando a la conversión y a la fe. Conversión que supone una nueva condición espiritual ante Dios, ante el prójimo y ante la creación. Fe que se entiende como una nueva existencia que nace desde Dios a favor de la vida, la paz, la esperanza, la justicia y el amor. Todo esto fue encarnado en la persona de Jesús y se establece como criterio de genuinidad evangélica hoy, para los que afirmen ser sus discípulos.

2. El sueño de Dios en Cristo es la nueva humanidad, la nueva creación. Un mundo marcado por su gloria. Un mundo que refleje presencia de Dios. La presencia de Dios se manifiesta de diferentes maneras y trasciende nuestros dogmas, creencias y prácticas religiosas. La presencia de Dios se palpa cuando la vida se promueve, cuando la justicia corre como río, cuando la paz es plenitud de vida. En fin, cuando la vida abundante llena al ser humano. El Evangelio, pues, es caminar hacia una realidad nueva donde “según su promesa, esperamos un cielo nuevo y una tierra nueva, en los que more la justicia” (2 Pedro 3, 13)

3. Ante esta esperanza, nos consideramos deudores y, por tanto, empeñados en el arduo trabajo que significa encarnar el Evangelio en la realidad histórica concreta. Hemos trabajado y seguiremos trabajando en la transformación de nuestra nación de tal forma que vaya expresando el propósito divino de salvación, de sanidad y de reconciliación. Por lo cual, nos dirigimos a todo el pueblo salvadoreño para expresar nuestra fe, nuestro compromiso, nuestras preocupaciones y nuestro llamado vehemente a todos los sectores involucrados en que nuestro país pase de la muerte a la vida.

4. Estos últimos años han sido marcados por el derramamiento de sangre. Heridas profundas se han abierto en las familias salvadoreñas. En su gran mayoría –no toda- la violencia ha sido aportada por las diferentes pandillas y “maras” que operan en el territorio nacional. Este fenómeno pandilleril parece no ser entendido aún a plenitud. Esto ha conducido a un tratamiento parcial, ineficiente y generador de mayor violencia. Sus orígenes no se remontan a los Estados Unidos de América sino a las condiciones de pobreza, marginalidad, emigración, descomposición de la familia, que tienen agobiada durante décadas a la mayoría de la sociedad. La represión es sólo analgésico pero no cura la infección. “La violencia engendra violencia”. Nuestra estructuración social es generadora histórica de grupos que siempre buscan resolver sus necesidades por la vía de la expresión violenta, quizá por la crónica indiferencia que solo reacciona ante el golpe lastimero. Esto hace que las pandillas sean victimarios pero en un análisis más profundo también son víctimas. Siendo así, como victimarios deben ser procesados por sus delitos pero como víctimas deben ser parte de un proceso de humanización, de dignificación, de reinserción y de conversión.

5. La sola perspectiva represiva ha olvidado la justicia para las víctimas. La visibilización y la reparación del daño no están contempladas en los planes echados a andar hasta la fecha. Hay que sanar heridas, hay que reconciliar la sociedad, hay que abrir caminos a la verdad y al perdón. No solo las pandillas han herido a esta sociedad sino también la clase política, los gobiernos de turno y los sectores dominantes. Sin embargo, a las pandillas se les ha oído decir algo que no se ha escuchado en los otros sectores: “perdónennos y queremos cambiar”. Como cristianos, hemos partido de esta declaración que se ha dado en el marco del proceso de pacificación y que otros llamaron “Tregua entre pandillas” para trabajar esperanzadamente en un futuro más vivible para nuestros hijos. Mucho se ha criticado al gobierno por su rol pálido frente a este hecho, pero eso no deslegitima el valor que este acontecimiento puede significar como semilla de pacificación para toda la sociedad.

6. Hemos sido testigos, también, de un movimiento perverso de diferentes sectores que en común acuerdo han despotricado contra este esfuerzo que tiene enorme potencial de pacificación sin conocerlo a fondo y sin valorar sus aportes. No es la solución total pero es un comienzo muy significativo. A nuestro entender, este proceso revela la posibilidad que hasta los sectores que más se odian pueden sentarse a buscar entendimiento y crear nuevas condiciones de vida para la sociedad.

7. Pero también lamentamos la miopía electorera que ciega y turba a los partidos políticos que no ven este esfuerzo en profundidad sino simplemente en la lógica porcentual de estadísticas de encuestas. No es justo, no es ético, no es cristiano definir posturas ante esto a partir de intereses partidarios e ideológicos y no valorar la preservación de la vida humana.

8. La pacificación de la sociedad no es solo de consensos de sectores sino de rehacer el modo de ser sociedad, de abrir oportunidades, de aportar caminos para la generación joven que viene empujando y se encuentra que ante sí, tiene un vacío de futuro. Hay que repensar nuestra sociedad. Es necesario re-imaginar nuestros horizontes. Los gobiernos de turno deben aportar eficaz y estructuralmente a una nueva forma de distribuir los recursos y el poder.

9. Las pandillas tienen poder territorial, económico y social. Pero esto no se les reconoce para temerles ni para asegurarles poder político, sino para incluirlos como parte activa en el proceso de pacificación social. No se les puede ignorar, no se les debe marginar. Son interlocutores que han dado un paso en un rumbo esperanzador. Para desmovilizar este poder se deben crear alternativas de vida y producción. Pero no como formas folklóricas de sobrevivir y asistencialismo, sino como una reestructuración de medios de producción y de trabajo.

10. El gobierno debe asumir una definición explícita y comprometida frente a un esfuerzo que durante año y medio ha dado al país una tiempo de relativa calma. No debe temer, sino definir mejor su participación. Se debe abordar presupuestariamente este proyecto con seriedad. Los costos políticos no se comparan a los costos de pérdidas de vida humana.

11. Los partidos políticos no deben manipular este esfuerzo de paz para ganar porcentajes de aceptación ciudadana que no pueden ganar con capacidad propositiva y calidad humana.

12. Las iglesias no puede seguir siendo pueblo de Dios encerrado. Las calles se han vuelto violentas porque las iglesias han dejado las calles. Jesús no estaba en los templos, sino que andaba en ciudades, pueblos y aldeas. Jesús lanzó el anuncio de las buenas nuevas del Reino de Dios desde los excluidos: los pobres, los esclavos, las mujeres, los niños, los leprosos, las prostitutas, los publicanos y los gentiles. Se debe recuperar la radicalidad del compromiso evangelizador aún a costa de la vida misma.

13. La sociedad debe buscar justicia, no venganza. No nos centremos solo en el horror que las pandillas han provocado, sino también en los signos creíbles que muestran voluntad de dejar esos caminos y emprender nuevos. No nos concentremos solo en nuestro dolor por los daños irreparables que hemos padecido, caminemos hacia el perdón. Los que seguimos a Jesús de Nazaret, no podemos pasar por alto que en el momento más ignominioso de su sufrimiento, brotó de su boca las frases: “Padre, perdónalos, no saben lo que hacen”. La iglesia como comunidad perdonada por Dios debe trabajar duro por sanar la sociedad y enrumbarla en el sendero del perdón y la reconciliación. No debemos trabajar sobre la desinformación, el miedo o los intereses mezquinos de pequeños grupos de poder. El futuro se abre no temamos entrar allí.

14. Las pandillas deben mantener su acuerdo de no agresión a pesar de todo. Deben llevar el proceso a otro nivel para aumentar los signos de credibilidad ante la sociedad. Honrar su palabra. Sabemos que todo esto es un proceso pero queremos que ese proceso refleje progreso y no retroceso. No vuelvan atrás, busquen al Señor quien es fiel para perdonar y abrir nuevos caminos. Muéstrenle a la sociedad que su palabra va respaldada de hechos. Arrepiéntanse y crean en El Evangelio Mc 1:15.

15. Nosotros, los declarantes, afirmamos nuestro compromiso con la regeneración y la reconciliación de la vida humana. Creemos que todo esfuerzo de paz que busca la reconciliación, la defensa de la vida y evitar por todos los medios el derramamiento de sangre, es obra de Dios. En este sentido, queremos reafirmar nuestro decidido respaldo y acompañamiento al proceso de pacificación iniciado con el pacto de no agresión entre pandillas el nueve de marzo de 2012, con el humilde, pero valiente papel de mediación desempeñado por Monseñor Fabio Colindres y el Ciudadano Raul Mijango. Decidimos caminar en este espinoso sendero porque hemos visto señales valiosas que generan esperanza de una salida a esta vorágine de violencia. Al igual que los mediadores, no estamos aquí por enriquecimiento, ni por fama, ni por poder. Al contrario, ese proceso ha absorbido mucho de nosotros, pero estamos conscientes que no hay esperanza sin martirio, lo hacemos con gozo porque sabemos que Dios está en medio de todo esto. Sus caminos son imprevisibles pero resultan claros para quienes tiene ojos para ver y oídos para oír. Anhelamos y luchamos por ver un país que refleje los designios salvadores de Dios en Cristo Jesús.

San Salvador, 15 de julio de 2013