Estuve en Guazapa con las FAL en 1982…
Entrevista con la Teniente Yuri
SAN SALVADOR, 16 de abril de 2014 (SIEP) Conversamos con la Teniente Yuri, única oficial mujer de las Fuerzas Armadas de Liberación, FAL; el brazo armado del Partido Comunista de El Salvador, PCS, durante la Guerra Popular Revolucionaria que vivió El Salvador de 1980 a 1992.
“Fíjate que hubieron – nos dice-diversas generaciones de oficiales, de personal con estudio en academia militar, en diversos países. El primero que estuvo en Vietnam creo que fue el Comandante Simón (Schafik Handal). Luego en los años 79-80 fue un primer grupo también a Vietnam, entre los que estaba Logan, Lucio, Marcelo y Eduardo. Luego fue otro grupo a Cuba en los años 80-81. Iba Ramiro, Fabián, Víctor Manuel, Octavio, Ítalo y mi persona, la única mujer. Después vinieron en 1981 los Esquimales, con estudios en las academias militares de la URSS…Al sacarnos a formación en el exterior, se pretendía formar cuadros para que luego formáramos parte de los mandos militares de las FAL…”
“Me acuerdo que cuando regreso y me voy para el Frente de Guazapa, me encuentro con el Tío Julio (Salazar) que era Comisario Político en la zona baja y se pasaba bromeando conmigo y me decía: Yuri, Usted puede, tiene la autoridad para poner firme al Jefe del Campamento y con gusto le va a hacer caso porque esta enamorado. ¡No lo haga sufrir! ¡Déle una oportunidad!
Y a él le decía: decile algo a la compañera, ni siquiera una florcita le has traido. No seas tímido. Anda conseguile un cusuco. Decile: para contentarte te traigo este cusuco…que no tiene cola, que solo es ñuñuco. Esto se llama la conquista por cusuco. Y se carcajeaba…todo esto en medio de los aviones que pasaban amenazando con bombardear.”
Por las mañanas luego del infaltable Matutino (Ejercicios) se hacía una parada en las que se daba el parte oficial y la orden del día. Al frente estaban René Armando, Responsable del Frente de Guazapa, Yuri (Sección Político-Ideológica) y el Comandante Miguel (A. Chicas). La CP era la autoridad máxima. También se cantaba La Internacional y el Himno del FMLN. Luego cada quien se iba a cumplir las tareas asignadas.
Al salir de la cárcel de Mariona llega Lucio a Guazapa y asume el mando de las FAL. Era el Jefe del Estado Mayor. Chepón era el Jefe de las Fuerzas especiales, las FES y luego del Batallón Rafael Aguiñada Carranza, el BRAC. Luego el Jefe de las FES fue Arnulfo.
A principios de 1982 Simón nos reúne a siete oficiales formados en Cuba y nos mete a un taller de cuatro días para “actualizarnos” sobre la situación internacional, y el desarrollo de la guerra en sus vertientes militar, política, diplomática, de masas y conspirativa y luego para asignarnos grados militares y misiones de combate.
A Wenceslao se le nombra Comandante del Frente Occidental Feliciano Ama en Santa Ana; a Víctor Manuel Capitán y se la manda a Guazapa; a Octavio Comandante y se le manda para el Volcán de San Salvador junto con Fabián que es nombrado Teniente; a Ramiro, Comandante y Jefe del Estado Mayor ( ya que Lucio estaba preso); a mi se me nombra como Teniente y Pedro como Capitán. Grados conferidos: tres comandantes, dos capitanes y dos tenientes.
Y se decide que en mi caso se me trasladaba a trabajar en el Estado Mayor, en Managua, junto con Ramiro. Se me asigna como tercera en la Sección de Operaciones del EM, que era dirigida por Marcelo, y que tenía como segundo responsable a un Esquimal, que había sido estudiante de Medicina. Fíjate que este compañero se volvió loco. Fue una experiencia muy dura, te la cuento. Fíjate que el compañero era políticamente muy capaz, brillante y tuvimos que encarcelarlo, privarlo de su libertad. Esto me partió el alma. Me acuerdo que al verme pasar me decía: teniente Yuri, sáqueme de aquí. No soy ningún peligro. No comía, lloraba y suplicaba. Y le respondía: no puedo hacerlo. Al final se lo llevaron para Cuba para curarlo
¿Cómo pasó? Fíjate que nosotros estábamos en una casa grande, de esas casas señoriales que abundan en Nicaragua y ahí teníamos nuestra habitación como Sección de Operaciones. Y pasábamos juntos porque Marcelo estaba siempre en reuniones. Y el tenía por costumbre caminar leyendo, por horas, pero observe que no pasaba la pagina y esto me intrigó. Y comencé a observarlo con mayor detenimiento. Y hablaba solo, incoherencias. Y se lo comente a Marcelo. Y tuvimos que informarlo. Y la decisión fue retenerlo.
En el 83 avanza el proceso de construir un mando único y a nivel de los Estados Mayores de las cinco fuerzas se decide integrar una Sección de Operaciones Conjunta. Y entonces Marcelo me delega para ir a reunirme con los representantes de l RN, que era Mateo, que lo había conocido en el Curso de Oficiales en Cuba, y por las FPL se me olvida el nombre. Pero después vino la consigna de “todos para adentro.”
Meses después se dio la orden que todo el mundo hacia dentro, “la dirección para dentro” había que ingresar al país, “estar en la guerra…” Los primeros en irnos fuimos nosotros, solo se quedo el personal indispensable. Llegaron Darío, Ramiro y Logan al campamento de Guazapa. Ramiro fue de los primeros en llegar al puesto de mando. Jefe de Estado Mayor y de la CP, con Chepón de la BRAC; René Armando, jefe de la tropa en Guazapa. Logan es de los últimos que entran.
Una vez recibimos en Guazapa la orden de trasladarnos hacia Chalatenango, iba a realizarse en La Palma el primer encuentro de diálogo entre Duarte y el FMLN. Era el año 1984. Bajamos del cero de Guazapa y de noche pasamos por La Bermuda, llegamos a La Escopeta. Estábamos cerquita del enemigo, podíamos ver como estaban ubicados, identificar a los que estaban fumando, casi los olíamos…pero no nos detectaron. En la noche siguiente comenzamos a desplazarnos para Tenancingo…
Íbamos todos, se pasaba por bejucos, subíamos un peñón al que parecía que nunca íbamos a llegar, nos sujetábamos a las ranuras de los muros, seguíamos una saliente del peñón, un borde que se iba derrumbando mientras pasábamos, y abajo pasaba un río pero estábamos a gran altura, íbamos siguiendo lo que hacía el guía, con un pie dentro del sendero y el otro en el aire…y cargando nuestras mochilas y fusiles.
Rumbo a Tenancingo
Al final logramos pasar y llegar a una planicie, y caminamos toda la noche, a medianoche se viene una fuerte tormenta, con truenos y rayos, era un temporal…A las 3 a.m. logramos llegar a Tenancingo, íbamos muy cansados, se ordena descanso a la columna y estamos en el filo de un cerro, bajando, quedo a media cuesta, me acurruco y saco mi plastiquito, luego me siento en el suelo aunque esta mojado, enlodado. Siento la correntada de agua con lodo bajando del cerro, cubriéndome, me levanto, no te podías ni sentar ni mucho menos dormir por el agua que bajaba caudalosa…y tengo la ropa totalmente mojada pero aún así me quede dormida, hasta que me despiertan para continuar la marcha…
Al llegar a Tenancingo esta amaneciendo, empiezan a distinguirse las casas, la vegetación. He estado antes y logro reconocer la casa de mi suegro, del papá de Chamba (Salvador Sánchez Hidalgo, dirigente del PCS desaparecido por la dictadura. RP). Las casas están destruidas, enmontadas, como un pueblo fantasma. Nos adentramos en una casa y la usamos como cuartel. Luego de cumplir la misión regresamos a La Escopeta y luego subimos de nuevo el Cerro. El regreso estuvo conducido un trecho por Miguel y Ramiro. Luego Ramiro se nos separo y Miguel queda con el mando de la tropa.
En el cerro de Guazapa llegamos a finales de diciembre y al llegar a la zona de El Quemado, encontramos que habían destruido nuestro campamento y nos dirigimos entonces a la zona baja, rumbo hacia El Paisnal, donde las FPL y el PRTC tenían campamentos. En aquel momento, la RN no tenía ni unidades ni campamento en la zona.
En diciembre de ese año volvimos a estar en La Escopeta, esta vez huyendo de los bombardeos de los aviones… ahí fue que pasamos la Navidad 1984. La pasamos alegres. La Escopeta era una zona para desplazarse, difícil, peñascosa, árida, peligrosa por su alta visibilidad, eran los territorios de Locadio…
Esa vez llegan todas las fuerzas. Llega Chepón y la BRAC. Se arma una alegre fiesta guerrillera, un encuentro de tropas guerrilleras. Iniciamos un con una gran parada militar, formamos las tropas en una gran planicie. Para decirte que hasta hubo un singular torneo futbolístico. Se formaron varios equipos guerrilleros con sus respectivas camisolas y calzonetas, y cuando aparecían las avionetas se suspendía el partido y los jugadores corrían a esconderse en los árboles y cuando se retiraban se reiniciaba el partido como si nada hubiera sucedido. Era la normalidad de la guerra. Hasta fútbol se jugó en la guerra…
A principios de 1985 y hasta 1986 soy nombrada junto con Roberto como responsables del trabajo político-ideológico de las FAL en el Cerro de Guazapa. Fíjate que con Roberto ¿vos lo conociste? (En 1973 en el Instituto Cervantes, su nombre era Nelson Guevara. RP). Con él entre a Jucuarán. Fijate que me movilice a Jucuaran por transporte aereo y ahí nos conocimos. Llegue y seguí las instrucciones y salí del pueblo caminando y entre a una tienda señalada para hacer el contacto. Me encontré a un joven que me preguntó: ¿Teniente Yuri? –Si ¿cómo fue el viaje? Bien, sígame. Lo acompañaba una escuadra guerrillera. Me dieron un arma y pedí que me esperaran para poder cambiarme. Me contó Roberto que recién llegaba de la URSS, que había estado estudiando Ingeniería pero decidió venirse a combatir.
Llegamos al campamento, Roberto me presenta con Ramón, responsable del campamento. Ramón me presenta a un Esquimal (peludo) que era el jefe de operaciones. Me pone a trabajar con él y a Roberto en Inteligencia. Otro Esquimal, el Capitán Ulises era el encargado de Expansión. Ulises me lleva a conocer la zona. Vamos a Los Manglares, que es un cantón algodonero, del otro lado de El Espino. Nos quedamos ahí por tres días. Ulises era muy respetado, era oriundo de la zona, la gente lo conocía.
Luego llega la orden para que Roberto se moviera para Guazapa. Y meses después sigo la misma suerte. Nos volvemos a encontrar con Roberto en Guazapa. La misión es la de crear Partido al interior de las FAL. Dábamos formación militar y educación política. Le dábamos respaldo político-ideológico a la labor de conducción de René Armando. Remiro llegaría meses después a asumir la conducción.
La noche que Roberto murió comienza una reunión. Ramiro estaba reunido con René Armando y Chepón. Cada quien debajo de su árbol en su respectivo lugar de descanso. Iniciando la reunión estaba cuando escuchamos que se acercaba el A-37, entre y arroja una bomba, se oye el ruido seco trac. Y el sálvese quien pueda. A Ramiro lo meten en un tatu y nosotros nos vamos a una vaguada, Roberto va adelante y cuando la bomba cae lo hace exactamente en el puesto de mando. El bombardeo fue como a las 9 y media de la noche.
Es precisa la información y no nos da tiempo de protegernos. Veo que Roberto en pleno bombardeo medio se levanta y me dice:¿Yuri, estas bien? –Si, pero cubrite. Vuelve a levantarse y al hacerlo le cae una esquirla y lo vuelve a levantar y vuelve a caer…ahí muere Roberto. Me quedo petrificada al verlo, me duele mucho al recordarme, un muchacho tan joven, tan lleno de vida, Se preocupó por mí, se levantó para verme. Tirate Roberto le grito cuando veo que es levantado en los aires por la esquirla.
¿Qué pasó después? Todo aquello quedo con olor a plomo, destruido, quemado, desolado, y Roberto tirado ahí, no sabía si levantarlo. Pero no lo podía mover, era pesado, no sabía que hacer con su cadáver pero no quería irme, no podía dejarlo solo, al fin tomo fuerzas y me levantó y en eso llegan los otros compañeros. Oigo voces, dicen: pasen, pasen, vayan a la quebrada. Allá nos estaos concentrando.
Pregunto: ¿y Roberto? Déjalo no te preocupes, nosotros nos encargaremos de él. Dice Ramiro: vamos a esperar que entierren a los compañeros. Logística era la que enterraba. Lo primero que se movía era la Logística (cocina) iba adelante, claro después de exploración. Tenían que llegar arriba para preparar los alimentos, el hospital iba separado, las bajas era Roberto y tres heridos. Los heridos venían con el Mando en hamacas. Ahí es donde encuentro a Damián, muy tranquilo con una gran serenidad que ayudaba a tranquilizarnos.
Voy junto con Damián y Ramiro. Íbamos a salir por una zona complicada por lo peligrosa. Ramiro nos informa que el ejército ya viene…empezamos a caminar rumbo al Paisnal, es una zona de muy poca vegetación. Íbamos a pasar como dos kilómetros medio pelados, empezamos a coger ramitas para medio cubrirnos, había una parte rocosa como de 100 metros, y vemos pasar una avioneta moviendo las ramas de los árboles, y veníamos con heridos. Ordenan: si la avioneta nos divisa, tírense al suelo.
Era una situación crítica. La avioneta iba seguramente a regresar. Estábamos todos muy nerviosos esperando lo peor, y con heridos. Cuando volteo a ver a mi lado y está el flaco de Damián recostado en el paredón con su radio transistor y sus audífonos y alcanzo a escuchar que se mueve y canta: ¡Susana, Susana, no llores por mi! Y pienso: ¿Cómo puede estar cantando cuando todos vamos a morir? ¡Ni que estuviéramos en una discoteca! El Damián estaba emocionado: cantaba, bailaba y movía la ramita mientras todos estábamos preocupados por la posibilidad de morir. Pero después me da risa el verlo, y la avioneta no regresa…aunque seguramente andaba buscándonos.
Al final hemos pasado el camino que conduce al Roblar, dejamos en el lugar un grupo de combate y seguimos avanzando. Al final logramos pasar y llegamos a unos cafetales ya fuera de peligro. Los cafetos eran fríos y boscosos, llegamos a acampar. Luego Ramiro me da la orden de integrarme a una Unidad de Exploración del Volcán de Guazapa. Era una misión complicada de alto riesgo, no era como estar en el campamento haciendo postas, se trataba de estar a la intemperie y de ver pasar todos los días al enemigo.
No sabía si se trataba de un premio o de un castigo pero lo cumplí. Aunque pensaba si no se relacionaba con truncar mi ascenso a nivel de mando militar, al no permitirme la conducción directa de tropas en combate, para lo cual había sido adiestrada adecuadamente. Viéndolo amablemente me parecía un gesto de paternalismo. Me sacaban de los niveles de dirección militar.
Ya en la Unidad de Exploración a veces estábamos tirados en el zacatal y podíamos ver las botas de los soldados a dos metros de nosotros. El nivel de contactos con el enemigo era muy cercano, inmediato. Ahí o morías o te capturaban. Estabas en medio de la boca del lobo, del enemigo y con una fuerza pequeña, pero por otra parte, en contacto con la población. Y este contacto no era tampoco ninguna garantía porque te podían engañar, traicionar, entregarte, era muy riesgoso.
Nuestra unidad era la primera en recibir la información sobre los planes del enemigo, éramos el primer escalón de lucha para defender nuestro territorio y zonas bajo nuestro control. Éramos los que asegurábamos las vías de acceso para los insumos, los caminos de entrada y salida de nuestros dirigentes del Partido, los senderos donde pasaban los dirigentes populares, donde se creaban las condiciones para la salida de nuestros combatientes y su ingreso a los frentes guerrilleros, par asegurar el apoyo al trabajo militar de las unidades guerrilleras a los campamentos.
La gente nos informaba sobre el movimiento del enemigo y les dábamos e dinero para que ellas nos compraran alimentos, zapatos, medicinas, hasta uniformes, y la gente era la que se ingeniaba para burlar al enemigo y trasladarnos estos insumos. Esta fue una de las experiencias más exitosas de trabajo político e incluso Ramiro me ha pedido que escriba al respecto.
Luego de un tiempo a Damián lo nombran responsable de trabajo en la zona y de la unidad militar de expansión política. Entonces Damián baja del cerro y se queda con nosotros viviendo y entonces lo comienzo a presentar con nuestra red de colaboradores, como parte de la dirección del Partido y de las FAL. Damián llegaba a la zona y nos esperaba. Nuestro centro de operaciones estaba en la mejor casa del cantón.
Ahí vivía la Niña Lina con su esposo, eran una pareja de ancianos, atrevidos, solidarios, se exponían por nosotros, además cariñosos ambos. Sus hijos no sabían nada del contacto de sus padres con la guerrilla, no sabían que sus papas eran colaboradores de las FAL. Tenían cuatro hijos, entre estos un agrónomo y una enfermera que ahí vivían. Un día me dice la Niña Lina: hoy n vayan a venir, no se vayan a acercar porque van a estar mis hijos. También a veces llegaba el ejército y ella nos avisaba que no llegaramos.
Pero un día yo llegue y nos ponemos de acuerdo con la Niña Lina y hable con el hijo agrónomo y lo convencí que colaborara. Le dio un gran susto saber que su mamá era colaboradora del FMLN. Se vuelve colaborador nuestro, pero se asustaba, pero aún así nos ayudaba y al final nos resuelve muchos problemas de abastecimiento: maíz, fríjol, arroz, etc. Y nadie sospechaba porque era muy conocido y nos ayuda hasta para sacar heridos.
Y después logramos convencer a la hija que era enfermera y esto nos sirvió para canalizar medicinas e implementos médicos. Y así fuimos armando la red de apoyo popular al Partido, a las FAL: información de movimientos del enemigo, alimentos y medicinas. Claro, nosotros pagábamos por los insumos. Al final la familia entera colaboraba con las FAL. Después la casa que ellos tenían en San Salvador también nos la proporcionaron par reuniones y contactos. Y no se metían en nada, pero colaboraban y esa colaboración era muy valiosa.
El éxito de esta experiencia de trabajo político nos permite ser una fuerza influyente en el pueblo, aunque éramos clandestinos, pero nuestra opinión era escuchada con mucho respeto. Nos permitían a nosotros y a veces a nuestras tropas que durmieran dentro de sus terrenos, en sus milpas, en sus huertas. Nos aseguraban el aprovisionamiento de agua. Había un trabajo de acercamiento político permanente aunque nos identificaban como guerrillero de las FAL, habían perdido el miedo y nos tenían respeto.
A la gente que visitábamos le decíamos: siga apoyando al ejército cuando los visite, pero no diga que nos ha visto, que nosotros los visitamos. Era la disputa por el corazón de la gente y nosotros llevábamos la ventaja. La gente nos daba de comer, y hasta los tres tiempos, preparaban el tambache y nos lo llevaban adonde nosotros estábamos escondidos durmiendo. Nos lo mandaban con niños, con sus hijos que también colaboraban y mantenían el secreto de nuestra presencia. Comíamos caliente, frijoles y tortillas, y queso y a veces huevos, a veces hasta nos ponían dulces que habían comprado en San Martín.
Era su forma de contribuir a la victoria de nuestra causa. Era lindo todo aquello, la colaboración de la gente, su creatividad. Era tanta la relación con la población que logramos construir que hasta nos ponían quejas de conflictos intra familiares, hasta de adulterios. También cuando estaba tranquilo y calculábamos que no se iba aparecer el ejercito hacíamos bajar al médico del campamento para que les diera consulta a la población. Éramos un poder.
Me acuerdo que para unas fiestas de fin de año, la población nos invita a celebrar con ellos, pero tienen que venir, hicieron que nos comprometiéramos a llegar. Va a aber tamales y panes de gallina. Queremos que venga su Comandancia que esta en el cerro porque los queremos conocer y que nos den permiso para hacer esta fiesta. Y manden unos diez muchachos y muchachas para que vengan a bailar. Pero una señora colaboradora me consulta: fíjese que mi hijo es soldado y va estar de descanso y dice que quiere venir a la fiesta y va traer un amigo. Pero ¿y entonces cómo hacemos? Le pregunto sobre la invitación a nuestro comandante. Me responde la señora: Usted tráigaselo al Comandante y yo me encargo aquí de mi hijo.
Se arma la fiesta y llegan los dos jóvenes soldados. Pero la mamá les había contado sobre la situación. Y más noche llegaron mis compañeros, los guerrilleros y la gente bien linda nos protegió, y fue un gran fiestón toda la noche…Y los soldados dándose los tragos y bailando con las guerrilleras, hasta enamorándolas. No pasó nada.
Abrimos un extenso corredor en la zona. Y tuvimos una fuerte presencia. Discutíamos las propuestas de candidatos a alcalde de los diversos partidos, del PCN, del PDC, buscábamos los candidatos a alcaldes. Y hasta tocamos lo religioso, las iglesias. Fuimos a hablar con el sacerdote del pueblo que era de derecha, conservador, terco, y que solo llegaba una vez por semana al pueblo.
Había que ganar también a la iglesia o neutralizarla. Bueno, me puse un delantal, un canasto con su respectivo yagual y la infaltable pistola y me fui a hablar con el cura. Estaba dando misa, la escuche, al terminar se quitaba los hábitos y se iba, esta desvistiéndose en al sacristía y entro, me mira y le digo: padre, quiero confesarme con usted. Me mira como extrañado y me explica que ya se va.
Pero al final accede, y nos hacemos a un lado y entonces me identifico, le digo: padre, yo soy integrante de la unidad guerrillera de Guazapa de las Fuerzas Armadas de Liberación. El sacerdote se pone pálido, verde, asustado, nervioso, temblando, casi por desmayarse. –Cálmese, padre…no se ponga así.-Yo no quiero problemas. Escuchemos, lo que quiero pedirle es que no venga una vez por mes sino todos los sábados. Se quedo pasmado de la solicitud pero accedió. De esa forma se volvió colaborador nuestro ya que cuando él llagaba quitaban los retenes militares y esto nos permitía mayor libertad de meter cosas y movilizarnos. El control de los retenes era nuestro propósito y lo logramos. Y se favoreció la iglesia y nos favorecimos nosotros.
Al tiempo Ramiro me manda a llamar de nuevo. Me informa que voy a salir de Guazapa. Que a Fabián y a mi nos mandaban para San Salvador. Estamos ya en 1988. Protesto de nuevo, me sacan de lo militar para lo cual me había adiestrado. Primero me sacaron de lo militar a tareas de expansión política, y hoy me mandan reactivar el movimiento popular y estudiantil.
Me explica Ramiro que esto es en el contexto de las tareas iniciales de la Ofensiva Hasta el Tope, que se realizaría hasta noviembre del siguiente año. Había que preparar las condiciones en la población para esta nueva etapa. Protesto pero acato. Nos vamos con Fabián para la capital. Había que partir de cero. Establezco contacto con Vinicio Peñate, presidente de AGEUS y con Marina de la FES. Iniciamos el trabajo con el movimiento estudiantil y los sindicatos. Luego envían a Damián para que se encargue del trabajo de expansión política de las FAL en san salvador. Le traslade los contactos ya realizados.
Una vez de casualidad leo una noticia en el periódico: el terrorista Elías Bonilla ha sido capturado y su responsable es la jefe guerrillera Ana Gladis Mendez. ¿Seré yo Señor? Claro. Y acababa de pasar lo de la hija de Duarte. Estoy en medio de las brasas. Y después de esto ¿qué hago? Solicito una reunión con la dirección del Partido. Se me autoriza salir del pais…
Con Roberto
Recuerdo que con Roberto nos subíamos a un cerrito desde donde se veía la iglesia de San José Guayabal, así como los soldados en el pueblo. Y él me decía: así como nosotros los estamos viendo ellos nos ven, deben de tenernos miedo y nosotros les tenemos miedo; mirá Yuri cuando la bala trae tu nombre te llega y ahí quedas para siempre y esa tarde, eran como las 6 p.m. me decía: yo no se que va pasar cuando la bala traiga mi nombre, me gustaría que después me recordaran. Esta es la bala de Roberto, tampoco me quiero morir. Si nos toca, nos toca. Estamos decididos, pero me gustaría que me recordaran.