EL TROTSKISMO HARTIANO

Gran novedad fuera de Cuba es la conversión de Celia Hart al trotskismo. Una vedette que escribe irresponsablemente y que goza del consentimiento oficial, ya es estrella favorita de entrevistadores internacionales y de plumíferos contrarrevolucionarios. Quien mejor ha saludado este hecho es nada menos que el enemigo de Fidel, Carlos Alberto Montaner: “…me parece interesante que en Cuba haya una vertiente trotskista dentro de la aburrida ortodoxia ideológica del régimen. Precisamente, los primeros marxistas que se opusieron a Castro fueron los trotskistas…”.

Para quienes apoyamos el socialismo cubano frente a las embestidas del capitalismo (bloqueo externo) y del burocratismo (bloqueo interno), esta penetración trotskista no significa “democracia” ni “pluralismo”, sino descomposición ideológica. El recetario trotskista poco tiene que aportar en un país donde hace tiempo se pasó a la socialización de los medios de producción y a la economía socialista. El discurso de la revolución permanente, eufemismo retórico que se entiende como el tránsito ininterrumpido al socialismo, no tiene lugar allí donde ya se consiguió. Quieren predicar el carácter internacional de la revolución a quienes siempre lo practicaron. ¿Alguien pretende demostrar que la Revolución Cubana alguna vez renunció al internacionalismo proletario para consagrarse al socialismo en un solo país? Como dice bien Harry Villegas: “No hay como describir la heroicidad y la grandeza de todos los internacionalistas cubanos con un espíritu de sacrificio y desinterés absoluto”.

Otros elementos del trotskismo clásico pueden poner en riesgo la unidad del partido y la unidad del pueblo. Pero esta doctrina llega tarde allí donde menos se la necesita. No en vano vimos en la Feria Internacional del Libro (La Habana, febrero del 2005) tres stands de libros trotskistas a los cuales el público cubano no le prestaba la menor atención. Tres editoriales que no vendieron lo que esperaban vender, porque el pueblo es sabio. Simultáneamente en la revista Casa de las Américas menudearon artículos filo-trotskistas, para sorpresa de sus lectores habituales. De forma paralela, Hugo Chávez se pronunciaba favorablemente sobre Trotski, cuyas obras demás está decirlo no conoce.

Mientras el marxismo-leninismo se sigue demostrando como el mínimo común múltiplo de todos los partidos revolucionarios, el trotskismo sigue siendo el máximo común divisor. El centralismo democrático y la fórmula unidad-crítica-unidad no son compatibles con la libertad de fracción dentro del partido que predican los trotskistas. De otro modo no pueden explicarse las constantes divisiones del mismo movimiento trotskista, la diáspora fragmentada en micro organelas y su atomización. ¿Eso se pretende para Cuba?

¿A qué trotskismo se remite Celia Hart?… ¿A la línea de Moreno, Pablo, Lora, Posadas, Mandel? ¿Al Secretariado Unificado, la Liga Comunista, la reconstrucción de la Cuarta Internacional? Le podemos agregar los nombres de otros taumaturgos de última hora que polemizan entre sí por la revolución que nunca hicieron. Y nunca harán. El trotskismo combate en múltiples frentes, de los cuales destacan tres: contra el capitalismo (del cual dependen), contra el estalinismo y contra otros trotskistas.

Vale la pena que recorran las páginas web en donde critican a la Revolución Cubana endilgándole todos los defectos del estalinismo. El trotskismo nunca fue prosélito de Fidel Castro, sino todo lo contrario. Lo acusaron de burocratismo, autoritarismo, militarismo, guerrillerismo, etc. Por eso es que los lacayos del imperialismo están tan contentos con las desviaciones de Celia Hart.

No es casual que el trotskismo en América Latina y Europa sea el opio de los intelectuales burgueses, de los estudiantes rebeldes por tiempo breve y de castas privilegiadas. Tampoco es casual que los hijos de la casta dirigente se enamoren de la figura egregia de Lev Davidovich Bronstein, el líder incomprendido y sacrificado, el profeta que anunciaba el fin del socialismo real. Desde Cubanacán o desde otros barrios residenciales de La Habana, bien puede pensarse en trotskismo. Consulte el zahorí lector la guía telefónica de La Habana y sabrá a qué me refiero. Pronto aparecerán anarquistas, anarco-sindicalistas y otros especimenes bajo el manto de un gran apellido. Ya hay hijos de dirigentes que son impulsores del Proyecto Varela y todos saben en Cuba que nunca pasaron las necesidades que padece el pueblo llano.

EL TROTSKISTA EMBOSCADO

Hay quienes se asombran de esta conversión tardía y más si leen pasmados que su padre, Armando Hart, le suministró a Celia los primeros libros de Isaac Deutschter. Por eso ahora nos podemos explicar el prólogo de Mr. Hart en el libro de Deutschter sobre Stalin. Para compensar cualquier asombro recordemos que Armando siempre fue admirador de Trotski, tal como lo testimonia el Che en una de sus cartas. Veamos la carta que el Che le escribe a Armando Hart [recién pubicada en Cuba en septiembre/1997 en Contracorriente, año 3, N° 9], cuando había salido con el contingente cubano de la guerrilla del Congo y se encontraba en Tanzania, antes de volver a Cuba y de allí marchar a Bolivia.

Primero dice en el punto V°:

“Aquí sería necesario publicar las obras completas de Marx y Engels, Lenin, Stalin [subrayado por el Che en el original] y otros grandes marxistas. Nadie ha leído nada de Rosa Luxemburgo, por ejemplo, quien tiene errores en su crítica de Marx (tomo III) pero murió asesinada, y el instinto del imperialismo es superior al nuestro en estos aspectos”.

Luego dice en el punto VI°:

“Aquí vendrían los grandes revisionistas (si quieren pueden poner a Jruschov), bien analizados, más profundamente que ninguno, y debía estar tu amigo Trotsky, que existió y escribió, según parece”.

¿No se entiende todavía?… Expliquemos lo evidente. El Che subraya el nombre de Stalin en plena era de desestalinización de la URSS por Jruschov, y a éste último lo incluye en la lista de “grandes revisionistas” junto a Trotski “tu amigo que existió y escribió según parece”. El Che demuestra una vez más su filiación marxista-leninista, anti-revisionista, anti-jruschoviana, como también confiesa su ajenidad al trotskismo. También deja en evidencia el trotskismo de Hart: “tu amigo”.

En artículos que circulan por el espacio cibernético, esta carta se reduce a una sola frase para ocultar la admiración del Che por Stalin. Citar a Stalin en reiteradas ocasiones también fue hábito del Che, no precisamente para criticar el estalinismo, en sus artículos de 1964. Véase “Sobre el sistema presupuestario de financiamiento” y “La banca, el crédito y el socialismo”, por citar sólo dos. En síntesis cuando hacen gala de la carta a Hart, no citan el punto V° y recortan el punto VI° a un párrafo. Grueso contrabando, carnada confusionista para sorprender a iletrados.

Hay otro contrabando con el que se intenta abusar de nuestra ingenuidad: El Che era en realidad trotskista aunque fue el último en enterarse. ¡Por favor! ¡A otro perro con ese hueso!

Igualmente hay que aclarar que cuando el Che dice: “revolución socialista o caricatura de revolución”, no estaba invocando a la revolución permanente de Trotski. Ya la Revolución Cubana había culminado etapas y se dirigía en tránsito ininterrumpido hacia el socialismo.

VOLVER AL MARXISMO-LENINISMO

En momentos críticos de la Revolución Cubana, no se le hace ningún favor a ésta con desviaciones ideológicas. El pueblo cubano reclama unidad de criterio a su dirigencia. Reclama asimismo veracidad y consecuencia. Cuando los parientes de Miami tienen licencia de retornar a sus hogares cargados de regalos, cuando el capitalismo se inserta de manera no tan subrepticia en la economía de la isla, cuando se despotrica de la Revolución en cada esquina, no es posible confundir a la gente con otros lineamientos ajenos al partido. El trotskismo siempre será tema de bohemia ilustrada, ludibrio de exquisitos, galimatías de bibliómanos. El pueblo no pierde el tiempo en polémicas bizantinas, tiene que sobrevivir a las carencias que le impone un bloqueo infame y no pocos burócratas inoperantes. La solución a ambos males está en el retorno a las tesis originales de Marx y de Lenin, en el combate intransigente contra el revisionismo que les dejó como herencia Jruschov y sus continuadores. Releer al Che es redescubrir su anti jruschovismo y sus predicciones sobre la caída de Europa del Este si seguía en el camino burocrático. Allí está su férrea oposición a la convivencia pacífica y al tránsito pacífico al socialismo, prédicas favoritas de Jruschov y la desestalinización. Caricaturizar al Che, como trotskista inconfeso, es traicionar los ideales fundamentales de la Revolución Cubana. Y si esto sucede ante la vista y paciencia del Comandante en Jefe, vale preguntarnos: ¿cuál es el juego?…. ¿Glasnot?… ¿Solidarnosc?… A todo eso apostaron los trotskistas, por si no lo sabe.

A treinta años del asesinato del “Chele” Aguiñada

Este 26 de septiembre se cumplen 30 años del asesinato de Rafael Aguiñada Carranza, quien al momento de su muerte era Secretario General de la Federación Unitaria Sindical (FUSS), hecho ocurrido en el centro de San Salvador, a pocas cuadras del antiguo edificio de la Policía Nacional.
Aguiñada Carranza, quien a la vez era diputado a la Asamblea Legislativa por el partido Unión Democrática Nacionalista (UDN), se distinguió por sus ideas y práctica revolucionarias a favor de la unidad de la clase obrera y por la defensa de los intereses de los desposeídos en El Salvador.
En el año 1975 se vivía en nuestro país una escalada represiva de corte fascista, en contra de las organizaciones populares y sus dirigentes, a través de los llamados cuerpos de seguridad y los grupos paramilitares auspiciados por el régimen que se ocultaban en el anonimato y la impunidad.
En fechas recientes ya habían ocurrido asesinatos deleznables como el del sindicalista Alberto Morán Cornejo en Apopa y masacres como las del cantón La Cayetana en Tecoluca y San Agustín 3 Calles contra sectores campesinos, y la perpetrada contra indefensos estudiantes que se manifestaban pacíficamente por las calles de San Salvador, el 30 de julio de ese mismo año.
Los restos de Aguiñada fueron sepultados el 29 de septiembre de 1975 en el Cementerio Central y fueron acompañados por miles de trabajadores, estudiantes y representantes de sectores populares. La crónica del sepelio publicada en el semanario “Voz Popular”, narraba que ante sus restos hicieron uso de la palabra dirigentes sindicales y de organiza-ciones populares, así como de partidos políticos, entre ellos el Diputado Mario Zamora Rivas, quien el 4 de marzo de 1980 también sería masacrado por esbirros al servicio del régimen, siendo Procurador General de la República y alto dirigente del Partido Demócrata Cristiano.
El “Chele” Aguiñada como cariñosamente se le conocía, perteneció a una familia de revolucionarios que fue víctima como pocas, de la barbarie asesina y contra insurgente registrada en El Salvador en las pasadas décadas.
En febrero de 1968 fue asesinado por integrantes de la Guardia Nacional su hermano Oscar Gilberto Martínez Carranza junto a Saúl Santiago Contreras, obreros de la construcción, después de ser capturados por solidarizarse con la huelga reivindicativa que en ese entonces efectuaban maestros pertenecientes a ANDES 21 de Junio. El 11 de abril de 1981 fue asesinado su hijo Rafael Aguiñada Deras, “Lito” como le llamaban sus compañeros, cuando se disponían a capturarlo miembros de un Escuadrón de la Muerte en San Salvador. En diciembre de 1989 fue muerta en combate en la zona guerrillera de Guazapa su hija menor, Margarita. Años antes fue herido en combate, capturado vivo y desaparecido, su sobrino Alex.
En honor a este insigne luchador comunista, las Fuerzas Armadas de Liberación del Partido Comunista de El Salvador, bautizaron con su nombre, Rafael Aguiñada Carranza, al batallón creado por esa organización durante el recién pasado conflicto armado, el cual posteriormente fue disuelto para impulsar la lucha guerrillera en pequeñas unidades.
A 30 años el crimen sigue impune, como lo están los de miles de salvadoreños que lucharon por librar a este pueblo del yugo y la opresión. Honremos su memoria, su firmeza, entrega y valentía, redoblando esfuerzos y luchando por las causas por las que Rafael ofrendó su vida, que aún siguen vigentes.

El día “D” hasta el tope

Managua, Nicaragua. 11 de noviembre de 1989. Son las siete y cuarto de la noche cuando Joaquín Villalobos, comandante del ERP, escucha por radio que sus unidades, en El Salvador, ya han tomado sus respectivas posiciones. “Ya la hicimos”, dice para sí.

Los primeros disparos sucedieron frente a la comandancia del Ejército en Ayutuxtepeque, San Salvador. Una columna de insurgentes de las Fuerzas Populares de Liberación (FPL) había desviado el camino y la confusión permitió que los soldados, a pesar de la oscuridad reinante, la descubrieran y le comenzaran a disparar.

La unidad miliciana respondió lanzando dos cohetes de RPG- 7.
“Aunque los descubrieron antes de tiempo, venían con mucho poder de fuego y lograron controlar la situación”, recuerda Facundo Guardado, entonces coordinador de las FPL en San Salvador durante la ofensiva.

El enfrentamiento de Ayutuxtepeque fue el primero de una ofensiva militar que el FMLN había gestado durante casi un año, cuando varios acontecimientos nacionales e internacionales indujeron a la comandancia general del Frente a entrar en acción.

En su lógica, era imprescindible realizar una incursión de gran envergadura sobre las principales ciudades de El Salvador antes de sentarse a negociar con el gobierno del Presidente Alfredo Cristiani.

La conclusión de la comandancia se daba en tres contextos. Primero, finalizaba la década de los ochenta y el bloque de países socialistas en Europa comenzaba a ceder ante presiones internacionales para permitir una apertura democrática. Este hecho abría un nuevo orden mundial que, sin duda, afectaría al FMLN.

Segundo: a nivel regional, en Nicaragua, el gobierno del Frente Sandinista para la Liberación Nacional (FSLN) celebraría elecciones libres después de una década de gobierno continuo. De perder los sandinistas, el FMLN se quedaría sin el más importante apoyo estratégico.

Y, tercero, El Salvador era escenario de cambios: Alfredo Cristiani había sido electo como el primer presidente arenero, hecho que daba fin al reinado de la Democracia Cristiana. “Es importante tomar en cuenta que se fue configurando un clima propicio para poder acercarse a una negociación”, asegura Guardado.

La estrategia

Julio de 1989. Managua, centro de operaciones de la comandancia general del FMLN. En una casa enorme, con salones grandes, Joaquín Villalobos, Salvador Sánchez Cerén, Francisco Jovel, Eduardo Sancho y Schafik Handal estaban sentados en torno a la mesa de la sala principal. Preparaban el plan estratégico para la ofensiva que dirigirían. Esa era apenas una de las largas y extenuantes jornadas de trabajo que tuvieron el resto de semanas hasta noviembre.

El plan que discutían partía de dos factores: necesitaban contar con tiempo y territorio suficientes para llevar a cabo con éxito la acción militar. Joaquín Villalobos les explicaba que la conjunción de ambos aspectos debía ocasionar crisis en el Ejército y el Gobierno.

¿De qué forma lo conseguirían? “El principio que planteamos fue penetrar la ciudad y fortificarnos en las zonas populares. Así, cuando el Ejército intentara sacarnos no iba a poder. Pasarían los días y pronto íbamos a estar en CNN y otros espacios de prensa internacional. Todo eso iba a provocar un impacto, de tal forma que se tradujera en una intervención de los cascos azules de la ONU y entonces se iba a generar una verdadera negociación con la intervención de la ONU”, explica Villalobos.

insurrección

Aunque toda la comandancia coincidía en el objetivo, las reuniones se volvían agrias cuando se discutía la posibilidad de una insurrección popular.

Francisco Jovel asegura que Joaquín Villalobos era el más entusiasta con esa idea. Sin embargo, este último explica que esa posibilidad sencillamente no era viable y que, por lo tanto, nunca la visualizó: “Eso simplemente fue un mito.

Tanto el FMLN como el Ejército se habían desarrollado militarmente, eran ejércitos empatados, pero no se podía poner a combatir a la población porque no estaba militarmente preparada para enfrentar al Ejército”.
Eduardo Sancho coincide con Villalobos y agrega que el tema de la insurrección era algo muy subordinado al objetivo original… que era demostrar fuerza de combate.

Pese a las divergencias que surgían, la comandancia general terminaba por sobreponer el objetivo común.
Para poder llevar a cabo las acciones previas a la ofensiva, desde enero hasta octubre de 1989 la dirigencia manejó un fondo común y otro individual que sirvió para pagar la logística. Y aunque ninguno de los entrevistados recuerda una cifra exacta del monto, casi todos coinciden en que éste sobrepasaba los $2 millones.

Cada una de las cinco organizaciones manejaba sus propios fondos, procedentes de los rescates que cobraban por secuestros a empresarios del país y del aporte que les daba la solidaridad internacional.
La ayuda más importante provenía de una campaña permanente que se realizaba en la República Federal de Alemania llamada “Armas para El Salvador”.
Pero ese dinero no bastaba. La magnitud de la incursión obligó a que los cinco comandantes dispusieran todos sus recursos a disposición. Parte de los fondos se gastó en la compra de zapatos, uniformes, alimentos, mochilas y municiones. Porque lo que venía no era una batalla más. Era la más importante de todo el conflicto.

Detalles afinados

Durante los días previos al ataque, el FMLN comenzó a trasladar las tropas, más de 2,000 hombres, desde el interior del país hacia los centros urbanos, incluyendo la capital.

Mientras el FMLN trataba de mantener ocultos sus movimientos, avanzando durante la noche, sus planes eran un secreto a voces para todos, incluso para el mismo Ejército.

“Cuatro días antes había un silencio casi total de los radios del FMLN; eso nos indicaba que algo iba a pasar”, recuerda el general Mauricio Ernesto Vargas, que en 1989 era comandante del Ejército de la zona oriental. Pero días antes de la incursión la historia dio un giro inesperado. El ERP detectó que de una de sus unidades se filtraba información que iba a parar al Estado Mayor.

Para identificar al “soplón”, la dirigencia del ERP lanzó una información falsa.
“Desinformaríamos al Ejército y además íbamos a identificar de dónde venía la fuga”, explica Claudio Armijo, coordinador del ERP en San Salvador durante la ofensiva.

La estrategia dio resultado: una semana antes de la ofensiva, René Emilio Ponce, jefe del Estado Mayor Conjunto, apareció en los periódicos afirmando que la comandancia general del FMLN había abortado una ofensiva militar.
La noticia provenía de sus fuentes de inteligencia, reconoce el mismo Ponce.

“Una de las fuentes principales de información que teníamos eran las infiltraciones que se hacían, no solamente al ERP o a la RN, sino a todas las filas del FMLN”, afirma sonriente.

Pero aquella información era falsa.

“Era una acción de contrainteligencia que se debía soltar para cuidar el plan”, dice Armijo. El cuidado tenía su razón: no sería un simple enfrentamiento; militarmente, la ofensiva planteaba un cambio estratégico, pues llevaría la guerra del campo a la ciudad.
Como San Salvador sería el ojo del huracán cada organización movilizó a lo mejor de sus tropas hasta las colonias populares de la capital.

Los demás combatientes quedaron en los terrenos que mejor conocían: sus zonas de combate tradicionales.
Ese sentido común permitió que, por ejemplo, las unidades del ERP llegaran a tiempo a los sitios establecidos.
Por eso fue también que aquella noche de noviembre Joaquín Villalobos quedó menos preocupado después de escuchar que sus guerreros estaban listos para la acción.

A las 7:15 de la noche de aquel sábado, el comandante se tomó un trago de whisky. Quince minutos después, El Salvador se volvía escenario de la mayor ofensiva guerrillera.

El plan en marcha

Norte de San Salvador. Sábado 11, 19:30 horas. Las unidades del resto de las organizaciones terminaban por tomar posición.
Algunos vecinos de dicha zona ya esperaban visita. Se trataba de los colaboradores y milicianos del FMLN que durante semanas habían trabajado en la logística del plan, preparando el terreno.

El área metropolitana estaba sitiada por las fuerzas insurgentes y en medio enfrentamientos, mientras el resto de la población permanecía en casa, temerosa.
En el interior del país también había enfrentamientos. La ofensiva pretendía afectar los centros militares más importantes de El Salvador.

Los combates continuaron más de lo esperado por los militares. Ellos, en un primer momento, creían que todo se trataba de una simple incursión guerrillera; pero, 72 horas después del inicio de los enfrentamientos, los alzados en armas seguían parapetados en los mismos lugares. Y, sobre todo, continuaban atacando la retaguardia del Ejército: San Salvador.

Fue en ese momento cuando, a juicio de todos los ex guerrilleros entrevistados por Vértice, el Ejército, a través de la Fuerza Aérea, comete su primer gran error. Las zonas populares del norte de la capital comenzaron a ser bombardeadas.

“Las colonias populares fueron ametralladas y bombardeadas de manera cruel porque pensaban que eran gente de la guerrilla. El panorama era caótico”, recuerda Roberto Orlando Cruz, director Ejecutivo de Comandos de Salvamentos.
La tarde del 15 de noviembre, durante una reunión, el Estado Mayor y los jefes de los comandos militares replegados en el área metropolitana llegaban a la conclusión de que “era necesario emplear todos los recursos que tenían para evitar que San Salvador cayera en manos del FMLN”, recuerda el General Ponce.
“La población había sido evacuada a escuelas y al Estadio Flor Blanca, eran como 80 mil personas. Para nosotros, los que habían quedado en las zonas eran simpatizantes del FMLN”, añade.

La respuesta a los bombardeos fue un cambio en la estrategia del único plan que existía. Desde Managua, Joaquín Villalobos se comunicó con Armijo para preguntarle si existía un corredor seguro que conectara desde donde estaban combatiendo hasta las colonias Escalón y San Benito.

Ante la respuesta positiva de Armijo, Villalobos dictó que unidades de las FPL y el ERP incursionaran en tales colonias. Al menos así lo plantea él. Pero Francisco Jovel y Eduardo Sancho, de la comandancia general, aseguran que dicha incursión era parte del plan original.

Vértice no pudo contrastar esta información con Schafik Handal y Salvador Sánchez Cerén (también de la comandancia). El primero, envió un mensaje diciendo que “no le interesaba hablar de este tema, pues no tenía tiempo”. Sánchez Cerén explicó que podía dar entrevista después, a partir del lunes 8 de noviembre.

Improvisación o no, tanto Villalobos como Sancho aseguran que conocían el terreno de antemano. “Tuvimos de manera permanente una unidad en el volcán de San Salvador y varias veces incursionamos en esas zonas. Por eso no nos costó entrar”, reafirma Facundo Guardado.

¿Qué pretendían con llegar a esas colonias? En primer lugar, distraer al Ejercito pues en esos sectores había puntos neurálgicos como la Residencia Presidencial, el Estado Mayor y la Embajada de Estados Unidos, entre otros.
En segundo lugar, el bombardeo a las zonas populares y la muerte de los jesuitas, el 16 de noviembre, mostraba la desesperación en que habían caído los militares. Y eso, a juicio de la comandancia general, ubicaba al FMLN en una mejor posición para negociar.

Llegar a la Escalón tenía otra intención: la madrugada del 21 de noviembre, 11 días después de haber comenzado la ofensiva, fuerzas de las FPL y el ERP se tomaron la torre del Hotel Sheraton, ahora Radisson, donde se encontraba un grupo de asesores norteamericanos y Joao Baena Soares (Secretario General de la OEA).

Eduardo Sancho y Villalobos aseguran que la presencia de esos personajes en el lugar fue una casualidad.

Esta postura es compartida por el comandante de la RN Roberto Cañas, quien en ese momento estaba en México como parte de la comisión negociadora del FMLN: “Cuando supimos que estaban ellos adentro nos comunicamos inmediatamente con los contactos que teníamos en Washington para explicarle al Departamento de Estado que la cosa no era contra ellos”.

Las unidades de las FPL y el ERP estuvieron solamente pocas horas en el hotel; sin embargo, esa acción fue —de acuerdo con los entrevistados— la pauta para posicionar al FMLN en la prensa internacional, después de la muerte de los jesuitas.

La misión no duró pues fue interrumpida por fuerzas especiales del Ejército, que sacaron a los guerrilleros del hotel.
Al día siguiente, el 22, los insurgentes comenzaron a replegarse hacia sus retaguardias. Si bien hubo posteriores enfrentamientos no fueron de gran magnitud.

Desde entonces, la ofensiva “Hasta el tope y punto” comenzó a ser parte de la historia.
Hoy, después de 15 años, todos los entrevistados por Vértice coinciden en que era necesario una ofensiva de esa envergadura para poder sentarse a negociar. “De lo contrario, esta guerra todavía estuviera”, sentencia Francisco Jovel. Sus ex compañeros coinciden con él.
Los misiles que no lograron lanzar
Durante la guerra, el FMLN no usó misiles tierra aire.
Trato entre EE.UU. – URSS

Por acuerdo de George Bush (padre) y de Mijail Gorbachev, presidentes de Estados Unidos y de la Unión Soviética, respectivamente, el Frente nunca pudo obtener misiles tierra-aire. Durante la planificación de la ofensiva de 1989, Joaquín Villalobos negoció con Fidel Castro para que le consiguiera algunos. Sin embargo, Castro no agilizó los trámites. Poco antes de que terminara la incursión, salió de Managua un avión y un barco con cargamento bélico, incluyendo los misiles… pero de fabricación norcoreana.

Sin embargo, segundos antes de tocar tierra salvadoreña, el avión cayó y se perdió el cargamento. Y los que llegaron por barco no sirvieron. Fue hasta después de las elecciones en Nicaragua que un alto mando de la Fuerza Aérea de ese país le vendió al ERP una importante dotación de misiles rusos. Fueron los que usaron durante la poco conocida ofensiva de 1990.

The remaking of the left

Fifteen years after the collapse of the Soviet bloc, few would expect western Europe’s once-powerful communist parties and their various successor organisations to have anything more than the weakest of pulses. But increasingly there are surprising signs of life. The latest is the German Linkspartei, which nine days from the German election stands at 9% in nationwide opinion polls and is the most popular choice for easterners facing high unemployment and low wages. At the moment this party is an alliance of the Party of Democratic Socialism (PDS) of eastern Germany and the mainly west German Social Justice party, a trade-union-led split from the Social Democrats. They are committed to forming a new party within two years.

In Italy, where Silvio Berlusconi’s government appears to be terminally discredited, Rifondazione Comunista (PRC), a product of the last decade of Italy’s radical social movements along with different left groups from the historic Italian Communist party (PCI), is part of the Romano Prodi-led L’Unione, a coalition with the larger and much less radical Left Democrats (from the moderate wing of the PCI) and the Margherita party. Next spring L’Unione will most likely win the Italian general election.

The French Communist party has a high membership on paper, but the efforts of its leader Marie-George Buffet to break with an authoritarian past and to overcome a deep distrust have until recently been limited. In the past year, however, the party’s role in the popular campaign for a “left no” to the European constitution has strengthened attempts to open up the party and make it part of a wider international realignment of the left.

The revival is still patchy. In Spain the United Left, in which the Communist party is the leading partner, is still losing seats in parliament; and in Greece the innovative Synaspismos, a breakaway from the orthodox Greek Communist party, remains small. But the German PDS and Italian PRC have the social weight and commitment to break with the past and make a difference to modern European politics. PDS membership is ageing, but electorally the party appeals disproportionately to the young. Until the formation of the Linkspartei it was stuck in an eastern ghetto. But cooperation with the Social Justice party and its leader Oscar Lafontaine, a former finance minister and star of the west German left, has allowed it to go national – even if its transformation from a former party of state to a party rooted in local social movements, genuinely open to feminism, ecology and other influences, is an unfinished struggle.

The reform process faces a particular problem in that, in many east German cities and regions, the PDS is running underfunded governments facing deep economic problems. The party ends up implementing policies that alienate the very constituencies with whom it is trying to work.

In Italy the strength of the PRC lies in its credibility among strong social and radical trade-union movements and municipal councils. In this spring’s regional elections the L’Unione coalition won 12 out of the 14 regions, including Puglia, where Rifondazione’s gay, communist, Catholic candidate Niki Vendola was elected governor after 10 years of rule by the right. The Italian party’s reforms and democratic culture are proving contagious. Its experience of helping to build a political force beyond itself and in which is it is only one actor among many has been an important influence on the German PDS.

What the German and Italian parties have in common is a readiness to support the militancy that broke out across Europe in the early 90s when unregulated markets hit people’s livelihoods. The PDS, after a difficult process of internal reform, became the only voice of protest at Chancellor Kohl’s brutal annexation of the east. Similarly the PRC’s politically agile leader, Fausto Bertinotti, led the party to work with the militant trade-union and wider social movements that went on to the streets of Italy in the mid-1990s. In France, by contrast, when grassroots trade-union organisations formed alliances with the homeless and the unemployed to protest at the policies of prime minister Alain Juppé, the Communist party was instead preoccupied with the realpolitik of an alliance with the Socialists.

The PCF’s active and non-sectarian involvement in the campaign against the European constitution signalled a significant change of direction. But French political institutions reinforce the party apparatus. Even now, nearly two years before the 2007 presidential elections, prospects for a left realignment are held back by the pressure on each party to have its own candidate. The left in France is also deeply divided by the implications of full recognition of the rights of French Muslims – 10% of the population – to equal citizenship. Sections of the PCF still hold strongly to an interpretation of France’s secular republican tradition, which denies Muslims religious rights, such as the right to wear the hijab in schools. This is another factor that continues to alienate important social movements, on issues of racism and human rights, from the party.

When two of the leading parties from the communist tradition are able to combine electoral success with a readiness to drop claims to vanguard status, however, it marks an important stage in the remaking of the left. But whether political cultures rooted in the routines of party life can adapt to such a degree of experimentation remains an open question.

This article was originally published in The Guardian on 9 September 2005

Tercera vía y posmodernidad

Los problemas de fondo planteados se podrían resumir en una cuestión: cuando la alternativa revolucionaria se ha esfumado, ¿debe la izquierda reformista abandonar el terreno del capitalismo social al que se había adscrito tras la Segunda Guerra Mundial (el keynesianismo) para someterse al capitalismo liberal anglosajón, en cuyo seno lo social es una variable en el ajuste de las tasas de beneficio y no una condición sine qua non de la cohesión social?

Ésta es, efectivamente, la cuestión planteada por la teoría de la tercera vía; el núcleo de la estrategia de Clinton-Blair-Schröder, cuya quintaesencia se encuentra en el manifiesto Blair/Schröder, hecho público el 7 de junio de 1999.

Es imposible analizar a fondo este problema en un artículo de prensa; limitémonos, pues, a definir los términos en que se plantea. El manifiesto consta de cuatro tesis, y todas confirman sin reservas su orientación hacia el modelo económico anglosajón.

1. La afirmación del apoyo mayoritario a las fuerzas del mercado: “El Estado debe sostener a las empresas, pero no sustituirlas (…). Las empresas deben tener suficiente margen de maniobra. No deben verse asfixiadas por las regulaciones. Los mercados de trabajo, de capital y de bienes deben ser flexibles”.

Ello significa que el Estado renuncia a regular la competitividad en la batalla entre empresas. Las más poderosas pueden aplastar tranquilamente a las más débiles. En realidad, al desentenderse, el Estado se convierte en la más poderosa palanca de la desregulación.

En lugar de buscar el mantenimiento del equilibrio económico en función de consideraciones que no siempre obedecen a la economía, abandona ese equilibrio societal en “las manos invisibles del mercado” que, como es sabido, lleva siempre a la victoria de los más fuertes. A nivel nacional, ello implica favorecer a las empresas más competitivas en detrimento del resto.

Poco importa que éstas provean puestos de trabajo: el empleo, en la óptica Blair/Schröder, se percibe como una variable secundaria del desarrollo económico; a nivel internacional, las multinacionales podrán sin temor eludir y dominar a las empresas nacionales. Y los mercados de trabajo deberán, por su parte, adaptarse: a eso se llama flexibilidad. Se contrata cuando se necesita, se despide cuando es útil para mantener los márgenes de beneficio.

2. De ahí la segunda tesis: la precarización del trabajo. “Un trabajo para toda la vida es un concepto superado…”; la precariedad se convierte así en un elemento estructural del sistema.

Ninguna seguridad para el trabajo, toda la seguridad para los detentadores de riqueza: esto significa una serie de pequeños curros de por vida. La inseguridad social se convierte, pues, en la norma; la seguridad para las inversiones, en la regla. Poco importa que, a lo largo del siglo xx, el mundo asalariado se haya construido contra ello.

Blair y Schröder decidieron que el trabajo para toda la vida está “superado”… Frente a ello, no se trata de defender la preservación de los logros sociales. Si bien éstos son defendibles aunque sólo sea porque generaciones de asalariados se han sacrificado para adquirirlos, también es sabido que la revolución tecnológica introduce modificaciones sustanciales en el ámbito de la organización del trabajo.

Contrariamente a lo que dicen Blair y Schröder, la respuesta no está ni en la precariedad ni en la rigidez social, sino en la innovación: reducción y reparto de las horas de trabajo, trabajo alterno, creación de nuevas actividades, relanzamiento de grandes trabajos a través de una política europea común…

No son soluciones lo que faltan cuando se pone el crecimiento económico al servicio del desarrollo social. Pero éste no parece ser fundamental para los teóricos de la tercera vía.

3. Para que esta visión del mundo (Weltanschauung) sea natural, en el centro del contrato social debe situarse la ideología individualista. Así, “el sentido del esfuerzo personal y de la responsabilidad han sido ignorados o no han sido recompensados, y la socialdemocracia se vio asociada al conformismo y a la mediocridad en lugar de encarnar la creatividad, la diversidad y la capacidad”.

Dicho de otro modo, para escapar a la grisura del bienestar social hay que convertirse en nietzscheano: el riesgo, la lucha y que gane el mejor. Como si en el mercado del trabajo los asalariados estuvieran en las mismas condiciones que el capital.

En una sociedad que se rige por la ley de la oferta y por una superproducción estructural (como es el caso de la economía occidental desde mediados de los años setenta), el trabajo es escaso y la oferta de mercancías, excesiva. Su consecuencia directa es el paro.

Y no entro en la destrucción de la cohesión social que la naturalización del individualismo como modo de ser social implica. Toda la tradición sindical del siglo xx se liquida de un plumazo.

4. De ello resulta sin remedio el cuestionamiento de la protección social: “Un sistema de seguridad social que termina por entorpecer la capacidad de encontrar empleo debe ser reformado. Los socialdemócratas modernos quieren transformar la red de seguridad compuesta por los logros sociales en un trampolín para la responsabilidad individual”.

Lo social se ve, pues, reducido a una “red de seguridad”, pero, ¿qué hay de los miles de asalariados que no son expertos en funambulismo? Dicho de modo más serio, esta idea significa una auténtica inversión del lugar que ocupa lo social en el pensamiento de la izquierda: hasta ahora, lo social era el fin de la emancipación, encarnaba el objetivo de liberación de los asalariados frente al mundo de la economía que los ata a la dominación y la alienación. Lo social pasa a ser un servidor de la economía. No cuenta la sociedad sino el mercado.

5. Todo esto lleva a la conclusión lógica siguiente: hay que acabar con lo que constituía el corazón de la lucha de los movimientos reformistas, la igualdad. “En el pasado, se ha confundido con frecuencia la promoción de la justicia social con la exigencia de igualdad. (…)

La opinión según la cual el Estado debe corregir las deficiencias del mercado ha llevado con demasiada frecuencia a una extensión desmesurada de la administración y la burocracia.” Notemos cómo la exigencia universal de igualdad, no sólo de oportunidades, sino también de condiciones, se asimila a la burocracia.

Es fácil ver a lo que se apunta tras esta tesis: la desigualdad es una condición del desarrollo económico liberal, que, como es sabido, es un axioma del viejo liberalismo del siglo xix. Los que no quieran creerlo pueden convencerse con la explicación que da el propio Gerhard Schröder: “No creo que sea ya deseable una sociedad sin desigualdades” (Le Monde, 20 de noviembre de 1999).

He aquí un buen programa “social” demócrata para el tercer milenio. Se podría hablar hasta el infinito sobre esta idea de igualdad. Limitémonos aquí a decir que nuestros teóricos de la tercera vía la han entendido especialmente mal (¿a propósito?): jamás, ni en Marx, ni en Proudhon, ni en Jaurés, ni en Lasalle, ni en los tradeunionistas ingleses, ni en los comunistas italianos, ni en Keynes, ni en Willy Brandt, la igualdad se confundió con el igualitarismo estúpido y primario.

La igualdad, en la tradición reformista, es una norma moral a la que toda sociedad justa debe tender, precisamente para remediar tanto la desigualdad natural de la fuerza y de la inteligencia como la desigualdad social engendrada por un sistema que la transforma en estructura de dominación. Si la izquierda renuncia a ello deja de ser la izquierda.

El manifiesto Blair/Schröder se publicó en vísperas del escrutinio europeo.

Dicho escrutinio demostró que allí donde la izquierda se presentó bajo los colores de la tercera vía fue derrotada. Inglaterra, Austria, Alemania y, en diferentes grados, Suecia, Holanda e Italia.

Los electores pusieron de manifiesto un viejo teorema de la “ciencia política popular”: prefieren el original (el pensamiento de una derecha afirmado sin ambages) a la copia (el pensamiento de una izquierda que se sitúa en las filas de la derecha sin decirlo abiertamente).

Sin embargo, hay que felicitar a Blair y a Schröder por haber clarificado tan crudamente el campo de batalla de los conflictos del siglo xxi: sabemos ya que, a diferencia de la época de César, en la que Roma estaba siempre en Roma, en la época de la tercera vía la derecha está cada vez más en la izquierda.

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  • Sami Nair es eurodiputado, profesor de ciencias políticas en la Universidad de París, Francia.

Race, Class and Katrina

Refugees flee to a country outside of their own and are afforded the kindness of strangers in a foreign land. African American leaders are making a point of emphasizing that those people left starving and dying of thirst in New Orleans for five days or more after the hurricane were and are not refugees. They are citizens of the USA! With thousands of people in desperate need, why is this an important point?

It’s simple. The Bush administration may be able to justify a delay in sending aid to a foreign land even though too much of a delay may not be acceptable in the international community or even here at home. But how does President Bush justify an unexplainable delay in sending aid to his own citizens in one of his own major cities? No one has satisfactorily answered that question.

The mayor of New Orleans argues that, when all is said and done, the question will be how many died as a result of the hurricane, and how many died as a result of the delay in rescue and relief efforts and outright neglect. He suggests that the death toll from the neglect and the aid delay may be well into the thousands. The mayor’s question is: why were citizens of these United States of America allowed to suffer for so long?

African Americans have been fighting for the full rights of citizenship since the time of slavery. To refer to African Americans as refugees is to casually use a term that does not sufficiently convey that full-fledged citizens were abandoned to rot in the heat without food, water or electricity, in a facility where thousands were left in the dark in conditions worse than those provided for animals. The people of the USA are hard-pressed to believe that our own citizens would be treated so, but they were.

Why the delay and neglect? In New Orleans, those who could afford to get out did. Those left behind were the poor, who are largely African American. Kanye West, the young preppy rapper and highly regarded music producer, blurted out on the NBC telethon that President Bush does not care about Black people. Is he right? Even though West is under harsh fire for making such remarks on national television, many appreciate his audacious courage and believe he is closer to being right than wrong.

The class-versus-race debate is interesting. African Americans are mainly of the working class, and many are of the poorer sections of the working class as a result of racist discrimination. These defining characteristics are a product of the infusion of race and racism into the class dynamics of our capitalist society. Slavery served as an adjunct socioeconomic system to developing capitalism during the early history of this country.

All African Americans are not poor, and all poor people are not African Americans. However, if our government has a policy of neglect towards poor people, it will have a direct impact on African Americans. And, if our government has a policy of neglect towards African Americans, it will have a direct impact on all of the poor, including on the whole of the working class who may not be aware of the fact that they, too, are poor.

Were the poor people of New Orleans neglected because they are African American? Indisputably, one could argue that the fact they are African American made the situation no more of a concern to the Bush administration.

The powers that be consistently want to do two things. They want to obscure the ingredient of race; therefore, we must raise the real significance and role of race as a factor in economic, social and political activity in this country. They also want to hide the very existence of poor whites; therefore, we must uncover their reality and bring them into the light. The actual dynamics of each can be important to mapping out the most fitting course ahead.

We should not let this story die. What is the federal government’s responsibility when there is a disaster of this magnitude? What could the federal government have done to avert such a disaster? To place responsibility for such a huge catastrophe at the local level is a diversion from a focus on how our federal tax dollars are spent versus how they should be spent.

Why were the people not rescued and provided with relief immediately? Why did the Red Cross delay going into New Orleans? What kinds of services are being provided to those who have been relocated and what is the plan to get them back home? Will the homes and land of the poor (just because they are poor does not mean they do not own homes and land) be confiscated (looted) by big developers?

What are the plans for the reconstruction of the areas affected in Louisiana, Mississippi and Alabama, and who’s going to get those contracts? What happened in Mississippi, which took a more direct hit from the hurricane, and other areas beyond New Orleans? What needs to be done to prevent such a travesty from happening again in that area and other coastal cities?

Hurricane Katrina has brought fundamental contradictions to the fore, and we should leave no stone unturned in exposing the real truth, no matter how ugly.

Dee Myles is a Chicago educator.

El procer ponceño: Pedro Albizu Campos

Pedro Albizu Campos, el personaje histórico es, en realidad, historia contemporánea de Puerto Rico. Con el transcurrir del tiempo el verdadero significado de su gestión patriótica va agigantándose y la vigencia de su pensamiento y de su acción comienza ya a perfilarse de manera definitiva en la conciencia de nuestras juventudes. Su sombra hoy se extiende no sólo sobre su isla sino que adquiere funciones continentales y universales. Y no podría ser de otra manera.
Porque más allá de su martirologio en pro de la independencia de Puerto Rico, se halla Albizu Campos el portador y ejecutor de un principio que ha cobrado validez universal en este siglo que vivimos: el principio de que el colonialismo está condenado a desaparecer y de que todos los pueblos del mundo tienen el derecho a ser libres. En ese sentido el prócer ponceño fue un adelantado, un precursor de las fuerzas sociales que hoy luchan en todo el mundo contra el colonialismo y el neocolonialismo. En el desarrollo de la conciencia nacional de nuestro pueblo en el siglo XX se sitúa como continuador de la gran obra patriótica de De Diego y rescata a la lucha por nuestra independencia y nuestra nacionalidad del olvido en que la habían sumido los políticos oficiosos que disfrutaban y aún disfrutan del reparto colonial.
Alrededor de su figura cristalizará en la década crucial de los años treinta el auténtico espíritu de resistencia nacional de nuestro pueblo. Y luego la sexta década le hallará en el papel de despertador de conciencia que clama en el desierto creado por quienes se habían aupado hasta el poder cabalgando la cresta de la ola independentista para luego repetir, aquí en Puerto Rico, los mismos desatinos y atropellos perpetrados en la metrópoli por las nefastas fuerzas del maccarthysmo contra todo lo que oliese a “izquierdista” con la salvedad de que quienes tal cosa hacían aquí lo perpetraban contra aquellos que luchaban por la independencia de Puerto Rico.
Si la historia de los pueblos y de sus luchas libertarias fueran escritas de una vez para siempre `por quienes determinadas circunstancias históricas y sociales han colocado en posiciones de poder, aquellos que se han sacrificado y que han sufrido persecución cárcel y muerte por servir a fines superiores estarían siempre relegados al papel de locos y criminales. Afortunadamente la historia de los pueblos -así como la de la humanidad – está aún por escribirse. Muchas páginas inéditas, muchos silencios deliberados, muchas mentiras y verdades a medias encontramos a diario en las historias oficiales acerca de los que han ido en contra del orden establecido.
Pero la reivindicación histórica no tarda en llegar. Y no tarda porque el mundo que vivimos es escenario de la lucha entre fuerzas que pretenden perpetuar la explotación del hombre por el hombre y de unos pueblos sobre otros y de aquellos que laboran en pro de la abolición de todo sistema predicado por dichas clases. Albizu Campos fue portavoz y actor de estas fuerzas progresistas, de las que hoy representan los mejores intereses de la inmensa mayoría de la humanidad. En la justa medida en que Puerto Rico es también “parte de la bola del mundo”, como diría De Diego, nuestra patria está inmersa en esta lucha sin cuartel que tiene proyecciones mundiales.
Albizu Campos como personaje histórico fue el abanderado de todas aquellas fuerzas dentro de nuestra sociedad que concibieron y aún conciben su solidaridad de intereses con los pueblos subdesarrollados del tercer mundo y en contra del sistema imperialista mundial capitaneado por los Estados Unidos. Puede decirse en ese sentido que el ideario nacionalista de Albizu Campos -en la medida en que es a su vez antiimperialista – tiene una dimensión indiscutiblemente internacionalista. Dimensión que va cobrando un significado cada vez mayor a medida que pasa el tiempo, sobre todo cuando se le compara con la gestión de otras figuras históricas del Puerto Rico actual.
Albizu Campos vive 73 años. Es una vida realmente extraordinaria y llena de vicisitudes. En esa vida que comienza el 12 de septiembre de 1891, en Ponce, vemos reflejado el dilema y el destino de nuestro pueblo. Pues es en el caso de los hombres de dotes excepcionales como el Maestro Nacionalista que los programas y perspectivas de una sociedad logran cobrar un carácter más acusado, más patente. El dilema de Albizu Campos es esencialmente el dilema de nuestra patria bajo la dominación norteamericana: colaboración o no colaboración, entrega o resistencia, asimilación cultural o afirmación nacional, colonialismo o independencia.
Hombre de gran sensibilidad y de agudo intelecto capta con perfecta claridad aquello que la mistificación y el engaño impiden ver a otros. Su compromiso existencial con la lucha por la independencia de Puerto Rico es uno de carácter radical. Sus palabras: “En la cárcel o frente a la muerte renovamos nuestros votos de consagración a la causa de la independencia patria”, publicadas en la revista Puerto Rico en septiembre de 1945, pueden servir a manera de resumen en cuanto a su compromiso con la causa que sirvió de norte a su vida.
Lo que Manrique Cabrera ha llamado “el trauma del 98” y Pedreira el comienzo del período de “indecisión y transición” en nuestra historia acontece mientras el joven Albizu Campos cuenta unos siete años. Sin duda era demasiado joven en aquel entonces para conocer la labor insurreccional de Betances, de la solidaria antillana de un Martí, de la genialidad fervorosamente revolucionaria de un Hostos.
Ni tampoco le sería dable conocer el oportunismo de Muñoz Rivera, el larvado anexionismo de Barbosa y de Iglesias, el entreguismo colonial que aceptaría jubiloso la nueva dominación sin percatarse de que, como diría Martí, “cambiar de dueño no es ser libre”. Albizu Campos hubiera tenido el clamor de Eugenio María de Hostos al ocurrir lo que hoy algunos denominan con el eufemismo del “cambio de soberanía” y que no era otra cosa sino el comienzo del nuevo proceso de colonización de nuestra patria por el imperio norteamericano. Nos dice Hostos en su Diario:

Sentí por ella y con ella su hermosura y su desgracia. Pensaba en lo noble que hubiera sido verla libre por su esfuerzo, y en lo triste y abrumador y vergonzoso que es verla salir de dueño sin jamás serlo de sí misma, y pasar de soberanía en soberanía sin jamás usar de la suya… Echaba de menos aquel ferviente placer con que en los días primeros respiraba yo lo que llamaba brisa de la patria, que me parecía la más pura, más regeneradora y más restauradora de las brisas: echaba de menos la fuerza de afecto con que amaba yo a mi suelo: en realidad, echaba de menos la patria. No era, por cierto, a causa de la bandera española, símbolo que no me hacía ninguna falta; ni tampoco a causa de la bandera americana, símbolo que, limitado por tiempo a representar la estabilidad del derecho vivido, no vería sin devoción; pero era porque no veía en las cosas ni en los hombres los símbolos y el sentimiento de la personalidad nacional y de la dignidad social que no he visto caer, ¡yo desgraciado!, en la hora misma en que después de años de esfuerzos, cuando creía verlos levantados por la fuerza de la sociedad nativa, los veo caídos por desmayo de la fuerza con que yo había contado.

Pensar la realidad para transformarla…

SAN SALVADOR, 24 de agosto de 2005 (SIEP) “Pensar la realidad para transformarla es el punto”indicó esta mañana el ecologista Dagoberto Gutierrez en el acto de inauguración del IV Encuentro de la Red Mesoamericana de SERPAJ-AL, que se realiza en esta capital.

A la actividad asiste el argentino Adolfo Perez Esquivel, premio Nóbel de la Paz 1980, el costarricense Gustavo tejada, la uruguaya Ana Juanche y como invitados nacionales las magistradas Victoria Aviles y Mirna Perla, de la Corte Suprema de Justicia, el Dr. Angel Ibarra, de la Unidad Ecológica Salvadoreña, Carlos Valle y Claudia Zaldívar, de SERPAJ-EL SALVADOR, Licdo. Guillermo Campos, coordinador de la Maestría en derechos Humanos de la UES, y los presbíteros Ricardo Cornejo y Roberto Pineda, de la Iglesia Luterana Popular.

Agregó Gutierrez que “siempre es bueno encontrar noticias que nos den razones para pensar, como esta mañana el debate por televisión de dos magistrados de la Corte Suprema de Justicia sobre una decisión vinculada con los bancos. Es algo insólito. Y debemos prestarle mucha atención.”

“Muchas veces el pensar duele y puede ser hasta peligroso. Pensar la realidad para transformarla es el punto. Hay que tomar conciencia que vivimos en el mundo y vivimos el mundo y lo vivimos al derecho y al revés. Vivimos el mundo al revés o al derecho. El mundo como es y como debe ser. Tu mundo al revés es el mundo al derecho de los otros. Todo depende de donde nos situemos.”

“Estamos en guerra y habitamos un mundo hobbsiano. Prevalece el despotismo de la ley. Es un poder que actúa ilegalmente y logra después que lo legalicen. Todo es legal, se habla del libre comercio y no es comercio libre. Hay una estrecha relación entre el libre comercio y los planes militares.

Los tratados de libre comercio no son comercio libre

“Los tratados de libre comercio no son comercio libre, una parte del planeta le impone a otra parte su mundo, ese mundo que esta al revés pero al derecho para el que lo impone. Para eso necesitan la fuerza militar. El mercado lleva adentro a la guerra. Siempre ha existido una relación muy armoniosa entre el comercio y la guerra. La guerra esta adentro del mercado y el mercado está adentro de la guerra.”

“¿Por qué los Estados Unidos tienen tropas en Paraguay? Por el acuífero guaraní. El mercado amenaza al comercio. Uno siempre piensa que hay una armonía intensa entre mercado y comercio. Y así es. En cada jarro de aceite que los griegos exportaban iba su cultura, su lenguaje, sus dioses. No solo se exportan cosas. Hoy cuando hablamos de mercado hablamos de construcción política, económica, cultural, hasta religiosa.”

“Lo militar es parte de la noción de mercado. En esta época de globalización el mercado cubre el planeta y mientras el mercado se hace grande el planeta se hace pequeño. ¿Quién compra? Aumenta la producción pero no aumentan los consumidores, los compradores no crecen. Sos comprador si adquirís lo que necesitas y consumidor si adquirís lo que deseas.”

“ ¿Cómo se resuelve esta contradicción? No se resuelve. Por eso el mercado necesita producir consumidores sobre la base del deseo y no de la necesidad. Porque las necesidades son limitadas, yo no necesito mil pantalones, mil camisas, las necesidades son limitadas. Los deseos son infinitos.”

“Esto plantea la necesidad de un reparto del planeta. Esto produce la confrontación al interior del mercado y se resuelve por la guerra. Esta se expresa en los tratados de libre comercio. Se expresó en las discusiones para la aprobación del CAFTA. Hubo una clara derrota política para Bush. El ganar el CAFTA con dos votos es una grave derrota política. Y así hay que entenderla. El TLC no es solo comercial. Esta al servicio del control del territorio en lo político, en lo económico y en lo militar.”

“¿Qué vamos a exportar? En El Salvador ya no producimos. Se trata del control jurídico y político. Hay peligros inmensos. Como no existe el estado de derecho sino que se ha establecido el estado de mercado, es el mercado el que norma al estado, el que regula y establece criterios, límites, parámetros. El centro normativo del planeta es la Organización Mundial del Comercio. Es el centro más fuerte, ineludible e indiscutible.”

El uso de la fuerza es signo de debilidad del imperio

“El control aparece como necesidad y se vuelve necesario el uso de la fuerza militar, es un requerimiento planetario debido a la debilidad del imperio estadounidense. Sí, a su debilidad. Cuando no se usa la fuerza el control se llama hegemonía, cuando uno se ve obligado a usar la fuerza es porque es débil. Cuando la política se hace avanzar con otro tipo de recursos como el militar es porque se es débil, no se tiene control. Y eso le esta pasando a Bush.”

“Hay que ver la realidad cara a cara. El pesimista de nuestros días es el optimista bien informado. Debemos estar bien informados para desarrollar la resistencia, la alternativa, el poder distinto, para construir un mundo al revés que para nosotros será un mundo al derecho.”

Adolfo Perez Esquivel inaugura Taller de SERPAJ-AL en San Salvador

SAN SALVADOR, 24 de agosto de 2005 (SIEP) “La Paz no se regala, es una conquista…”aseguró esta mañana el argentino Adolfo Perez Esquivel, premio Nóbel de la Paz 1980 en la inauguración del IV Encuentro Mesoamericano del Servicio Paz y Justicia América Latina.

Carlos Valle, coordinador de SERPAJ-EL SALVADOR expresó que “esperamos con esta actividad fortalecer las luchas populares mesoamericanas, alimentar las raices de la resistencia frente a los tratados comerciales como el CAFTA, ALCA, PPP.”

Reveló que “la idea inicial de construir SERPAJ-EL SALVADOR surgió en el año 2001 cuando organizamos el I Encuentro Internacional por la Paz en Colombia, invitamos en esa ocasión a Adolfo Perez Esquivel y no pudo asistir, pero vino el compañero Gustavo cabrera, con quien iniciamos un diálogo e intercambiamos experiencia y reflexiones sobre la resistencia no violenta, que hoy da su fruto.”

“Nos impactó –dijo- la idea de Adolfo en el sentido que “si no sabemos adonde vamos, regresemos para saber de donde venimos. La memoria histórica no e s par vivir en el pasado sino para proyectarnos al futuro.” Ese es el testimonio de los mártires de la no violencia activa como Monseñor Romero, Martin Luther King, Mahatma Gandhi y otros.”

Por su parte Perez Esquivel explicó que “es importante siempre saber donde estamos parados. Y si no sabemos adonde vamos, regresemos de donde venimos porque ahí vamos a descubrir nuestra identidad, nuestras raíces para poder proyectarnos al futuro.”

Paren el mundo…me quiero bajar.

“Hace ya mucho tiempo, cuando iniciaban los cines con grandes pantallas, recuerdo que vi una película de la cual no me acuerdo el argumento ni los actores, pero si el título, se llamaba: Paren el mundo…me quiero bajar. La pregunta es ¿dónde vamos? Nos imponen palabras. Dicen que somos del tercer mundo. Como si hubieran varios mundos. ¿Qué nos caracteriza? Un solo mundo mal distribuido, unos pocos concentrando el poder y la mayoría se encuentra marginada.”

“¿El capitalismo salvaje? No existe, yo no conozco ningun capitalista que sea salvaje. Los salvajes viven en la selva. Mientras que los capitalistas viven en grandes mansiones con muchos recursos y visitan hoteles lujosos. NO hay capitalistas salvajes. Nos imponen la palabra. Y para eso tenemos que liberar la palabra para poder liberar el pensamiento. La sociedad nos impone el pensamiento único.”

“EL desafío es la resistencia en la construcción de pensamiento propio. En esto se necesita conocer las necesidad y los deseos, como nos decía Dagoberto.”

“La paz no se puede confundir con la pasividad. La paz es dinámica y promueve la lucha por la vida y el respeto a la diversidad. Si hay guerra es porque hay mercados de armas, porque hay países que se benefician de la venta de armas. Se estan privatizando las guerras. Hay ejércitos privados en Irak, Afganistán y Colombia. Existen dos grandes centros de reclutamientos de fuerzas armadas que se alquilan: Estados Unidos y Gran Bretaña. Los contratos los realizan grandes empresas transnacionales.”

“Tenemos el control de los alimentos. Los alimentos estan vinculados a la cultura de los pueblos, a su identidad. Y la cultura alimentaria se esta destrozando. México, la cuna del maiz, al entrar al NAFTA pierde la soberanía alimentaria. Surge el control de los alimentos como arma estratégica para la guerra. Las semillas de los transgénicos sirven par a una cosecha y no par ala otra, porque se vuelven estériles. Las corporaciones estan destruyendo la vida del planeta.”

En el pasado, la doctrina de la seguridad nacional fue un mecanismo para imponer un proyecto político de dominación. Hoy tenemos gobiernos condicionados. Tenemos que relacionar, que vincular los derechos humanos a la construcción democrática.

El cuento del niño que arregló el mundo

“¿Les gustan los cuentos? Sí, con sus imágenes nos ayudan a abordar las problemáticas. Tienen un sentido muy profundo. Había una vez un niño que entra al gabinete de su padre que es investigador y le dice: Papá, vengo a ayudarte. El papá sorprendido le responde: No, ve a jugar porque yo estoy muy ocupado. El niño insiste y el papá no sabe que hacer y de pronto ve una revista con el mapa del mundo, la toma y corta el mapa en pedacitos pensando que su hijo no sabe de geografía y no va saber donde quedan los países. Llama a su hijo y le dice: trata de arreglar el mundo. Al rato llega el niño y le dice: papá, ya arregle el mundo. El papá se sorprende: no puede ser, este niño no conoce los países. Pero ve el mundo y efectivamente esta arreglado, cada pedacito en su puesto. Le pregunta: ¿cómo hiciste? Le responde el niño: papá, del otro lado había un hombre, y primero arregle al hombre y al darle la vuelta había arreglado el mundo. Si perdemos de vista el ser humano lo que hacemos no sirve.

“En 1848, un luchador de la resistencia civil, Henry Thoreau, que después influyó fuertemente en el Mahatma Gandhi, escribió: “todo patriota amante de la libertad debe ser respetuoso de la ley, ejercerla, no puede haber sociedad sin leyes. Pero…no toda ley es justa y las leyes injustas deben ser resistidas hasta lograr su nulidad.”Esto fue muy importante como principio. Henry Thoreau fue coherente con este pensamiento y se negó a pagar impuestos para sufragar la guerra de Estados Unidos contra México. En todas las épocas la paz no se regala, es una conquista. Y no puede haber paz sin derecho, sin justicia, sin dignidad.”

“Tenemos que hacerle frente a las injusticias. El terrorismo lleva al miedo y el miedo a la cobardía y entonces dejamos de ser personas y nos convertimos en objetos. En todo esto tenemos que descubrir los signos de la esperanza de los pueblos. Fito Paez tiene una canción con un profundo significado: No todo esta perdido, yo vengo a ofrecer el corazón. Hay esperanza, hay lucha, hay construcción, hay valores, hay resistencia.”

“En nuestra esperanza, en nuestra resistencia, la presencia de la mujer tiene un fuete impacto, es muy esperanzador, la mujer rompió la situación impuesta por las concepciones machistas. Y otra referencia importante son los pueblos originarios. Han recuperado la memoria, y la memoria nos ilumina el presente y nos proyecta hacia el futuro. La situación en nuestra América es preocupante. Haití es un país devastado. Empobrecido, saqueado, se lo han acabado. Tienen que pagar altos intereses por la deuda externa y además hay tropas extranjeras.”

“Nuestros países no necesitan ejércitos. Necesitan recursos para educación y empleos. Tenemos que elegir: o asumimos nuestra responsabilidad en la defensa de nuestros derechos o nos sometemos como esclavos. La lucha por los derechos humanos es la lucha por la vida, no podemos claudicar.”

SERPAJ-AL realizan encuentro en San Salvador

SAN SALVADOR, 23 de agosto de 2005 (SIEP) El luchador argentino por los derechos humanos, y Premio Nóbel de la Paz 1980, Adolfo Perez Esquivel, inaugurará mañana en la Universidad de El Salvador el IV Encuentro Mesoamericano del Servicio Paz y Justicia América Latina.

Claudia Zaldívar, una de las organizadores del evento informó que “esperamos contar con cerca de 400 personas de los diferentes países mesoamericanos, todas ellas vinculadas a la lucha por los derechos humanos y la construcción de una Cultura de Paz desde la No Violencia Activa.”

Agregó que “como grupo SERPAJ-EL SALVADOR estamos en proceso de formación y es para nosotros muy importante esta encuentro ya que realizaremos un taller sobre “Uso , manejo y aplicación del Sistema Interamericano de Derechos Humanos ante los TLC, ALCA, PPP y Plan Colombia.”

Indicó que “hemos definido tres ejes fundamentales para este encuentro que son los de construir una Cultura de Paz desde el respeto a los derechos humanos, impulsar la Resistencia Popular ante los tratados comerciales como el TLC, el PPP, el ALCA y el Plan Colombia, y el manejo de herramientas de promoción y protección de los derechos humanos.”

Informó que “este encuentro nos permitirá el intercambio de experiencias de luchas no violentas contra los tratados comerciales, así como de alternativas organizativas frente a la represión y el modelo neoliberal que se estan construyendo desde la base.”

“Trabajamos –dijo- como SERPAJ en 10 países: Brasil. Argentina, Uruguay, Ecuador, Paraguay, Chile, Panamá, Costa Rica, Nicaragua y México y estamos organizándonos en Guatemala, Colombia y El Salvador.”

“Las redes temáticas-amplió- en las que trabajamos son las de Desmilitarización, Educación para la Paz, Defensa y Promoción de los Derechos Humanos, Tratados Comerciales y llevamos a cabo cuatro Campañas Continentales: por la Paz y no a la Guerra, por la Desmilitarización, contra el ALCA/TLC/PPP y por el No pago de la Deuda Externa.”

Por su parte, el Rev. Ricardo Cornejo, invitado al evento, expresó que “ es un honor como país contar con la presencia de Adolfo Perez Esquivel y de tantos otros luchadores por la paz y los derechos humanos, les damos la bienvenida a la patria de Monseñor Romero y de Prudencia Ayala.”

“Estamos seguros- opinó el pastor luterano- que esta importante reunión contribuirá a mayores niveles de coordinación para impulsar al desobediencia civil en su expresión no violenta como método de lucha para enfrentar la arremetida del imperio contra nuestros pueblos mesoamericanos.”

El Maestro Guillermo Campos, Coordinador de la Maestría en Derechos Humanos y Educación para la Paz de la UES, precisó que “reuniones como estas coadyuvan a mayores niveles de coordinación entre instituciones y movimientos sociales con el fin de enfrentar los desafíos de una globalización neoliberal.”

Calificó la reunión de SERRPAJ-AL como “clave para encauzar todo el torrente de descontento que existe entre la juventud y sectores populares contra la exclusión de este modelo así como para recuperar la utopía de que otro mundo es posible.”