ACJ -ACF de El Salvador respaldan a Sihuat Tutut para Nobel de Paz

SAN SALVADOR, 23 de agosto de 2005 (SIEP) “La propuesta de una luchadora por los derechos de los pueblos indígenas para el premio Nóbel de la Paz nos parece muy adecuada y la respaldamos” dijo la Licda. María Isabel Villegas, presidente de la Asociación Cristiana de Jovenes (ACJ) de El Salvador.

La Rev. Sihuat Tutut, de 50 años, pastora de la Iglesia Luterana Popular fue propuesta la semana pasada para este reconocimiento, por parte de la organización ecuménica Comunidades de Fe y Vida, que aglutina a iglesias luteranas y bautistas, así como a comunidades de base católicas e indígenas.

En todos los países del mundo, por iniciativa de una organización de mujeres en Suiza, se realizan campañas para seleccionar mujeres destacadas, hasta alcanzar la meta de 1000 mujeres del planeta que serán propuestas al Comité de Oslo del premio Nóbel de la Paz.

Indicó la Licda. Villegas que “la propuesta de la Rev. Sihuat Tutut hace justicia a las miles de mujeres indígenas salvadoreñas que fueron discriminadas, golpeadas, violadas, torturadas por los poderosos, por los conquistadores, por los terratenientes, por los militares, por los capitalistas, en la calle, en la fábrica, en la finca, en la escuela, en el partido, y también en la iglesia y en el hogar.”

Por su parte, Carolina Letona, secretaria general de la Asociación Cristiana Femenina (ACF) hizo un llamado a sus hermanas “alrededor del mundo para acompañar esta propuesta de Sihuat, que es muy significativa y nos llena de orgullo como mujeres y como jovenes salvadoreñas.”

Tanto la ACJ como la ACF, YMCA y YWCA en sus siglas en ingles, son organizaciones internacionales con millones de miembros en todo el orbe que trabajan en temáticas vinculadas al empoderamiento de las mujeres y los jovenes en la sociedad.

Estados Unidos: el difícil mantenimiento de su hegemonía

Traducido por Juan Pablo Arango P.

La siguiente entrevista fue concedida exclusivamente por Walden Bello para Deslinde. El doctor Bello es un prestigioso teórico y analista económico-político filipino, conocido a nivel mundial. Analiza los problemas enfrentados por la globalización, el intervensionismo militar y económico estadounidense, el papel de China en la economía mundial, la competencia económica entre las potencias mundiales, la confrontación Norte-Sur, los tratados de libre comercio, las repercusiones orbitales de las próximas elecciones en Estados Unidos, y el creciente movimiento de resistencia tercermundista y universal contra el hegemonismo norteamericano. Deslinde

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DESLINDE: ¿Qué puede contarle a nuestros lectores sobre sus actividades y las de Foco sobre el Sur Global (Focus on the Global South)?

Walden Bello: He estado trabajando sobre todo a partir de Filipinas y la Universidad de Filipinas, a la cual he estado vinculado durante aproximadamente diez años. En 1995 creamos el instituto Foco sobre el Sur Global, ubicado en Bangkok, Tailandia. Desde el mismo principio nos involucramos con el fenómeno de la globalización en su integridad. A través de los años nos hemos enfocado en campañas relacionados con la Organización Mundial del Comercio, OMC, y adelantado mucho trabajo sobre temas relacionados con el comercio. Durante la crisis financiera asiática nos concentramos en el impacto de los flujos especulativos de capital especialmente en el sudeste asiático, el cual realmente no se recobrado de su crisis financiera.

Otro aspecto de nuestro trabajo es observar el ascenso financiero en el contexto de la dinámica del capitalismo global, algo que se ha tornado cada vez más pronunciado en los últimos 25 a 30 años. Otra dimensión de nuestro trabajo examina los asuntos de la militarización y el imperio. Inicialmente habíamos realizado estudios sobre la presencia militar estadounidense en nuestra región del sudeste asiático. Sin embargo, después de septiembre 11 de 2001 y de la extensión de las misiones policíaco-militares norteamericanas en la región, nos enfocamos más intensivamente en ella. Desde que la guerra de Irak comenzó, hemos emprendido mucho trabajo alrededor de Irak, especialmente en términos de tratar de materializar actividades globales coordinadas para forzar el retiro de Estados Unidos.

También hemos adelantado mucho trabajo sobre acuerdos económicos alternativos, en los niveles nacional, regional y global. Personalmente, estoy terminando un libro sobre la articulación de la estrategia militar de Bush con la crisis del proyecto globalizador. En Filipinas, hasta hace un año solía encabezar el Partido Acción Ciudadana (Citizens Action). Acabamos de participar en el proceso electoral filipino, logrando el máximo número de curules que podíamos obtener en el sistema de representación proporcional. Diría que el sistema filipino de democracia electoral se encuentra muy deteriorado, existiendo en el país una seria crisis política.

D.: Usted ha mencionado una crisis de la globalización. ¿Cuáles son algunos de los elementos de esa crisis desde su punto de vista?

W. B.: El proyecto globalizador en su conjunto llegó a su clímax en la década de 1990, impulsado por personas como Clinton, Summers (Banco Mundial) y Rubin (Departamento del Tesoro estadounidense). Simultáneamente, promocionaban ideológicamente la globalización, los mercados libres y la movilidad de capitales, que supuestamente despejarían el camino hacia la prosperidad, presumiblemente acompañada por la reestructuración de las economías. Pero lo que hemos visto desde finales de los 90 ha sido una serie de crisis. La crisis financiera asiática probablemente constituyó la primera crisis de gran envergadura de la globalización. Con ella llegó una grave crisis de legitimidad para el FMI, de la cual realmente nunca se ha recuperado. Se hicieron esfuerzos para reformar lo que ellos llamaban la estructura financiera internacional, pero nada resultó de ello. En efecto, en su último libro Rubin dice que debemos prepararnos en el futuro para una serie todavía más grave de crisis financieras. Toda esta época de finanzas, de flujos de capital muy desestabilizadores, de carencia de controles de cualquier tipo sobre los capitales, especialmente a la luz de las experiencias más recientes en Brasil y Argentina, constituyen los asuntos básicos donde veremos crisis más numerosas y serias.

También existió todo el proceso de ajuste estructural al que en los 80 y 90 se sometió aproximadamente a noventa países del mundo en desarrollo. A finales de los 90 ya se aceptaba casi omnímodamente que todo el asunto había sido un fracaso. Muy pocos países experimentaron el ideal de un crecimiento alto, reducción de la pobreza, morigeramiento de la inequidad, e incluso aquellas naciones mostradas como ejemplos de éxito, como Chile, realmente planteaban dudas sobre si constituían ejemplos positivos. El descrédito del ajuste estructural era tal que hasta el Banco Mundial se vio compelido, por lo menos retóricamente, a abandonar esa terminología y usar términos nuevos como Documentos Estratégicos sobre Reducción de la Pobreza (Poverty Reduction Strategy Papers). Tales Documentos compendian un gran giro retórico sobre las mismas políticas macroeconómicas implementadas anteriormente. El Foco sobre el Sur Global ha demostrado que dichos Documentos básicamente han estado “reacondicionado” las mismas estrategias creadoras de pobreza.

Asimismo presenciamos dos crisis mayores de la OMC, los colapsos de Seattle y Cancún, que debilitaron severamente a la OMC, la cual se suponía debía ser la más importante institución globalizadora. Estas crisis inyectaron una dosis muy severa de credibilidad al proceso, en razón de que los países en desarrollo se han opuesto en todos los campos al engañoso y contradictorio propósito de la OMC de manejar lo inmanejable; esto es, la combinación del libre comercio y del control de los monopolios. Aunque algunas políticas de la OMC aparentan ser librecambistas, cuando nos encontramos con los Derechos Comerciales relacionados con la Propiedad Intelectual (Trade Related Intellectual Property Rights, TRIPS) y con la agricultura, todo el esfuerzo realmente muestra que se trata consolidar los monopolios. Y para colmos, la estructura de toma de decisiones de la OMC es bastante feudal. Por lo tanto, creo que va a ser bastante difícil que la OMC realice un encuentro ministerial exitoso en Hong Kong.

En resumen, mi sentimiento es que el proyecto de globalización ha sufrido una crisis tanto estructural como de legitimidad. Las instituciones multilaterales que han sido las agentes claves del proceso se encuentran colmadas por crisis de credibilidad y legitimidad. La administración Bush representa, de hecho, un retroceso de la globalización. Con Bush Estados Unidos disfruta de la “protección para nosotros y del libre comercio para los demás”. Washington ha sido muy descarado sobre este doble patrón. Sumando todas estas cosas, a lo que usted llega es a una crisis del proyecto globalizador.

D.: Si la legitimidad ha disminuido, ¿la militarización emprendida por Bush constituye una forma de contrarrestar la crisis enfrentada por Estado Unidos?

W. B.: Primero, creo que bajo el mandato de Bush hemos observado que el unilateralismo se ha tornado mucho más pronunciado, tanto en términos de política económica como de política militar. Una de las formas de lidiar con los problemas económicos en Estados Unidos ha sido la militarización. Mientras que el llamado complejo militar-industrial sólo representa alrededor de 3-4% del PIB estadounidense, durante el último año ha representado 15-16% del crecimiento económico. En términos de administrar la supuesta recuperación, el papel del gasto militar realmente ha sido clave en, por lo menos, crear la ilusión que Estados Unidos está saliendo de la crisis.

Existe una tendencia hacia el estancamiento de la economía estadounidense, que trataron de superar en los 90 con un “keynesianismo del mercado accionario”, lo que ocasionó toda una nueva serie de contradicciones. El actual gasto militar constituye otra forma de tratar, por medio de un gasto deficitario, de contrarrestar el estancamiento, pero no estoy seguro exactamente qué tan lejos puede llegar. Podemos incluir lo anterior dentro de la crisis de la globalización, debido a la importancia de la economía estadounidense. El militarismo norteamericano es parte de un esfuerzo por encontrar una solución a la crisis.

D.: ¿Qué opina del papel del crecimiento económico en China, dentro del contexto de la situación económica mundial?

W. B.: El fenómeno chino tiene dos facetas. Por ejemplo, si usted mira la economía japonesa en este momento, la llamada recuperación nipona realmente es impulsada externamente por la demanda china, más que por la demanda interna. La economía doméstica japonesa todavía se encuentra en recesión; y hasta cierto punto las economías del sudeste asiático son dependientes del crecimiento chino. Entonces el crecimiento chino ha constituido una vigorosa contrafuerza al estancamiento. Pero también observamos un fenómeno muy preocupante de sobre-inversión y sobre-capacidad en China, porque hay mucha capacidad manufacturera industrial que realmente ha sido añadida sin que la haya estimulado la capacidad de consumo china. Cuando las empresas multinacionales se establecieron en China desde la década de los 80, existía la esperanza de que realmente se pondrían al servicio del emergente mercado chino, pero lo que ha sucedido es que la mayoría de su producción, que abarca todo el espectro de baja y alta tecnología, se orienta hacia el mercado internacional, agravando entonces el problema de sobre-capacidad a nivel global. Creo que el problema radica en el carácter de la economía política china, la cual realmente no está orientada a crear un consumo masivo próspero. En buena medida, China todavía es una economía dependiente, de trabajadores baratos, donde la mitad de la población devenga anualmente en promedio 285 dólares. Este aspecto es algo que preocupa al mundo empresarial. Me parece que los líderes chinos todavía creen que China constituye una plataforma exportadora más que tener una visión de un mercado doméstico en crecimiento, porque de lo contrario tendrían que comprometerse con alguna forma redistribución del ingreso y menor crecimiento, pero no están siguiendo tal camino.

D.: ¿La crisis es impulsada por las diferentes potencias, por la competencia entre ellas, por la competencia interimperialista?

W. B.: No hay duda que la competencia “intercapitalista” se ha intensificado. Existe –y con fuerza– desde comienzos de los 80, pero recientemente tanto la competencia como la interdependencia han aumentado todavía más. Durante el periodo de Bush se han producido nuevos desarrollos. La formación de la Unión Europea como unidad económica, está muy ligada a un esfuerzo por equipararse económicamente con Estados Unidos. Adicionalmente, bajo Bush ha aparecido una dimensión política de la competencia. En este momento la vieja alianza trasatlántica se encuentra realmente muerta. La competencia entre Estados Unidos y Europa, junto al más viejo aspecto económico, ahora también ha adquirido una dimensión política, incluso una dimensión político-cultural.

Es interesante constatar que muchos escritores de derecha estadounidenses están realmente preocupados por los desacuerdos entre Estados Unidos y Europa, especialmente en relación con toda la crisis iraquí. Por ejemplo, en una edición reciente de Foreign Affairs Robert Kagan escribió –en esencia– que Estados Unidos realmente cuenta con muy poca capacidad de legitimidad a nivel global, donde lo visualizan como un gran matón, que el único grupo de países que podría legitimar a Washington es el europeo, y que Europa no lo está haciendo en este momento. La amplia competencia intercapitalista es una de las características de los últimos cuarenta años, y claramente se ha intensificado, pero creo que no deberíamos perder de vista una serie de otras contradicciones que afectan al sistema, tales como la sobre-producción, la sobre-acumulación y el conflicto Norte–Sur, el cual creo es muy crucial actualmente. También la muy volátil base de la economía global, dirigida sobre todo por los sectores financiaros. Pero lo que realmente resulta interesante es que todos estos conflictos se están integrando y articulando entre sí.

D.: ¿Cuál es su opinión sobre el futuro de las negociaciones comerciales agrícolas y el surgimiento de grupos como el Grupo de los Veinte?

W. B.: El Grupo de los 20 que surgió en Cancún estaba centrado en cambiar las reglas comerciales en la agricultura. Lo que ellos querían básicamente era acabar los subsidios o de lo contrario no habrían ningunas negociaciones viables.

El Grupo de los 20 se ha convertido en un actor que Estados Unidos y la Unión Europea han tenido que tomar en consideración. Después de Cancún, Washington inició una vendetta y trató de aplastar al G-20, en la forma más evidente de declararle una guerra económica, tratando por todos los medios de presionar a los países que lo integraban. Tuvieron éxito en lograr que unos pocos países se separaran del grupo. La Unión Europea utilizó un enfoque mucho más inteligente. En vez de tratar de aplastar al G-20, dijeron que se esforzarían por lograr que los países africanos se unieran al Grupo. No obstante, el Grupo ha sobrevivido en los últimos pocos meses, y ahora la posición de la Unión Europea es tratar de negociar con él como representante del mundo en desarrollo. Estados Unidos también ha estado inclinándose hacia esta posición. Entonces su plan ahora consiste en desarrollar un acuerdo agrícola para discutirlo principalmente entre el G-20, la Unión Europea y Estados Unidos. Esta es la estrategia vigente y ellos esperan que las concesiones estadounidenses y europeas se hagan realidad en las negociaciones de julio.

Pero existe una gran preocupación por parte de otros países en desarrollo, porque el G-20 está integrado por los países más grandes. Dado que muchas de estas naciones –como Brasil– son exportadores agrícolas mayores, los países más pequeños están preocupados de que las concesiones en términos de acceso a los mercados puedan “suavizar” a los países más grandes como Brasil. Entonces la actual estrategia de Estados Unidos y la Unión Europea es tratar de ablandar al G-20. Mi sensación es que –en razón de la situación política enfrentada por Lula, quien está liderando el G-20, tanto en términos de la política interna brasileña como de las negociaciones con el FMI– el G-20 se mantendrá firme y no cederá en las intensivas conversaciones de julio sobre lo que aparentan ser concesiones cosméticas. En conclusión, no espero mayores cambios en esta área del comercio agrícola, pero mucho depende de Brasil y Lula.

Estados Unidos sostiene que realizará muchos acuerdos bilaterales, algunos de los cuales ya se han firmado. Pero creo que lo que los puede sorprender es que, constatando lo malos que son los actuales acuerdos bilaterales en términos de lo que conceden a los intereses de los países en desarrollo, habrá más y más países del Sur que no concordarán con firmar acuerdos bilaterales con Estados Unidos. Pienso que Washington puede emprender negociaciones con muchos países pero puede fracasar en concluir muchos. Estados Unidos puede encontrar costoso e incómodo negociar acuerdos país por país. En ello radica la ventaja de los acuerdos multilaterales. Los países con los cuales Estados Unidos realmente desea los acuerdos son los países grandes.

En América Latina, Estados Unidos realmente está tras el Mercosur, y éste está liderando la oposición a Estados Unidos. Los países más pequeños que están desesperados por conseguir algún tipo de asistencia por parte de Estados Unidos podrían firmar los acuerdos, pero ello resultará mucho más difícil con los países más grandes. Por tanto, opino que la presión de Washington por firmar acuerdos bilaterales generalizados no constituye más que una amenaza vacía. Más bien espero que Estados Unidos continúe trabajando con la OMC, tratando de inclinarla más definidamente en pro de sus intereses.

D.: ¿Cuáles son algunos de los desarrollos políticos y económicos que espera ver en el futuro próximo, en términos de la conducta estadounidense y de la situación global? ¿Cuál es su apreciación sobre las próximas elecciones en Estados Unidos?

W. B.: Actualmente existe una muy seria crisis de sobre-extensión por parte de Estados Unidos. América Latina se está levantando contra el neoliberalismo. Estados Unidos incluso planeó un golpe de Estado en Venezuela. Entonces el “patio trasero” está estallando en llamas y no pueden lidiar con él debido a su obsesión con el Medio Oriente. También están totalmente enredados no solamente en Irak sino por atarse tan apretadamente a Israel. Hablando en términos estratégicos, se presenta una sobre-extensión en los niveles político y militar, además de la crisis económica.

Si existe algún país que haya salido beneficiado en los últimos cuatro años, probablemente es China. No soy un admirador de los líderes chinos y de su modelo de desarrollo, pero China ha logrado hacer todo correctamente sin inmiscuirse en ningún conflicto externo. Administraron bien su relación con Estados Unidos, lograron que Bush dejara de respaldar a Taiwán diciendo “ustedes no van a tener ese referendo”. Entonces pienso que China ha sido un gran ganador, a varios niveles.

En contraste, Estados Unidos está sobre-extendido y atrapado en varios líos simultáneos. En consecuencia, pienso que en el futuro se reducirá significativamente la habilidad estadounidense para desplazar su poderío militar en intervenciones tercermundistas. Si la resistencia en Irak no hubiera jugado el papel que ha jugado, Washington podría haber buscado una política más agresiva en Siria e Irán. Y la confianza antiestadounidense mostrada por muchos países en Cancún podría haber sido imposible, por lo menos psicológicamente, si no fuera por el ejemplo inspirador del movimiento de resistencia iraquí. Creo que en Irak la resistencia se acrecentará. La oposición global se traslapa parcialmente con la lucha contra el proyecto globalizador, a medida que muchos activistas antiglobalización se dan cuenta que enfrentan un enemigo común en ambas luchas.

Entretanto, el Grupo de los 20 no es un contrincante despreciable; va a emerger, lentamente, como un posible mecanismo de interacción y cooperación Sur-Sur. Las formaciones del tipo G-20 no son meros acuerdos comerciales, sino reales asociaciones económicas regionales, por lo cual constituyen fuerzas significativas.

En síntesis, el alcance militar y político estadounidense se sumerge cada vez más en problemas, y las contradicciones entre Estados Unidos y la economía global le harán crecientemente difícil a Washington mantener su nivel de hegemonía. China, a pesar de estar contribuyendo a acrecentar la sobre-capacidad global, probablemente se convertirá en un actor significativo en la economía global. Europa se convertirá todavía más en una fortaleza económica. La competencia política y militar entre el Viejo Continente y Estados Unidos, se acrecentará porque Europa tratará de conseguir una capacidad militar independiente.

El bando de Bush no está prestando mucha atención a tratar de relegitimar las instituciones multinacionales. Continuará usando a las organizaciones multilaterales, pero para amoldarlas incluso más de lo que ya están a los intereses norteamericanos. En tal sentido, el FMI y el Banco Mundial han sido traídos a Irak y Afganistán para supervisar los programas de privatización, en forma que beneficia principalmente a los intereses de los monopolios estadounidenses.

Mi punto de vista es que las políticas derechistas de Bush se encuentran descuadernadas actualmente. Lo mejor para el capitalismo global en el presente, probablemente sea tener a un demócrata en la Casa Blanca, porque los demócratas tienden a ser más “sensitivos” a las dimensiones sociales de manejar el imperio. Opino que si Bush es reelecto la crisis se acelerará. También veo mucho más “suaves” a personas como Soros y Kerry. Por su parte, Clinton era muy bueno para administrar el imperio. Estados Unidos está sufriendo la enfermedad de todos los imperios: la sobre-extensión imperial. Si los demócratas ganan, Washington dispondrá de un grupo más astuto y diestro para administrar su imperio.

El problema con la campaña de comercio de Oxfam (II)

Respuesta de Oxfam a Walden Bello
Angus Cleary (*)

Oxfam valora mucho el trabajo de Walden Bello. Ha desempeñado un papel clave al desafiar la legitimidad de las instituciones globales que anteponen los beneficios de las corporaciones y el interés de los gobiernos del norte frente al imperativo de reducir la pobreza. Así mismo, reconocemos la enorme contribución de Focus al movilizar apoyo para el cambio. En su crítica a la campaña de Oxfam, Walden concluye observando que “sólo con el debate y el diálogo entre contrapartes y aliados podemos trazar una ruta sólida hacia delante”. Esta respuesta es escrita con ese mismo espíritu.

1 El punto inicial de la campaña de Oxfam. En un debate anterior con Philippe Legrain de la OMC, Walden Bello escribió: “El comercio puede ser bueno o malo par el desarrollo nacional —- todo depende de las reglas que lo guían”. Nosotros compartimos esa visión.

Como deja en claro nuestro informe “Cambiar las reglas: comercio, globalización y lucha contra la pobreza”, creemos que el comercio tiene el potencial para actuar como una fuerza poderosa para reducir la pobreza. Y pasamos a argumentar que este potencial no se hace realidad precisamente porque las reglas son diseñadas para beneficiar a los ricos y marginar a los pobres. Nosotros resaltamos el papel de los gobiernos del norte y de las compañías transnacionales en la creación de un sistema de reglas de comercio mundial que sistemáticamente refuerzan las ventajas y las desventajas, y presentamos propuesta para cambiar esas reglas. Esta propuesta descansa sobre un principio que algunos de nuestros críticos rechazan: que a los mercados internacionales, como a los mercados nacionales, se los puede hacer trabajar para los pobres si se desafían las relaciones de poder. A escala global, esto significa desafiar el dominio de los actuales mandatos del FMI-Banco Mundial-OMC. En el ámbito nacional, significa emprender reformas redistributivas.

En ningún momento del informe argumentamos a favor de modelos de crecimiento neoliberales orientados a la exportación, menos aún recetas para el libre mercado en países en desarrollo. De hecho, claramente argumentamos que bajo la globalización el crecimiento produce crecientes desigualdades. Tampoco decimos que el crecimiento de las exportaciones es un sustituto de estrategias efectivas para reducir la pobreza. Sería claramente un absurdo decir que un país como Brasil puede utilizar el comercio para la reducción de la pobreza, en ausencia de cambios fundamentales en la distribución de recursos y oportunidades. Sería igualmente absurdo endosar modelos de exportación que generan destrucción ecológica. Sin embargo, por las razones puestas en el informe, sí creemos que las exportaciones pueden jugar un papel en las estrategias de apoyo a la reducción de la pobreza, tanto a través de la generación de empleo como por la creación de condiciones más amplias de crecimiento económico.

2. Acceso al mercado. Mucha de la crítica de Focus se basa en una lectura equivocada de la campaña de Oxfam. En su primer párrafo, Walden argumenta que la campaña de Oxfam es “una campaña global para promocionar un mayor acceso de los productos de los países en desarrollo en los mercados del norte”. Esto es un error.

El acceso al mercado es un tema entre muchos. Como deja en claro nuestro informe, la campaña de Oxfam apunta a desafiar y cambiar las reglas del comercio mundial en un amplio rango de áreas. Llamamos a hacer reformas fundamentales del Acuerdo sobre Derechos de Propiedad Intelectual en la OMC. Junto con otros, Oxfam ha desafiado consistentemente el abuso del poder de las corporaciones multinacionales y los intereses que se auto-otorgan los países del Norte detrás de ese acuerdo. Como Focus, también rechazamos el hecho de usar a la OMC para premiar con mercados abiertos a los inversionistas extranjeros, liberalizar los mercados de servicios, o forzar dentro de la agenda de la OMC una cantidad de nuevos aspectos incluyendo la competencia y la política de adquisiciones. Uno de los principales temas, en el primer año de la campaña, será la crisis en los mercados internacionales de productos provenientes del Sur, en el que estamos argumentando a favor de mecanismos internacionales para estabilizar los precios a niveles más remunerativos. Un capítulo entero del informe critica la condicionalidad a los préstamos por parte del FMI/BM que apuntan a imponer la liberalización de importaciones en los países en desarrollo. Y un tema principal en la campaña es la acción para prohibir cualquier condición sobre los préstamos, que requiera tal liberalización.

Dicho esto, no nos disculpamos por darle mucha importancia a un mejor acceso a los mercados a los productos del Sur. El proteccionismo del Norte es excesivo y arbitrario, precisamente en aquellas áreas, como las de textiles y la agricultura, donde los países en desarrollo en general y los pobres en particular es donde ganarían más.

La liberalización en esta área ha sido nefasta, desviando masivamente los beneficios del comercio internacional hacia el mundo industrializado. Creemos que es esencial resaltar el aspecto del proteccionismo del norte, no como la primordial o exclusiva causa de la pobreza, pero sí como uno de los más claros ejemplos de cuán corrupto y profundamente distorsionado es el sistema internacional de comercio contra las economías pobres. Los gobiernos de los países en desarrollo están intentando usar las negociaciones de comercio para cambiar este desbalance y nosotros, sin reservas, apoyamos sus esfuerzos. Nosotros consideramos indefendible la gestión de Canadá, EE.UU., Japón y la UE en áreas como la eliminación en fases del Acuerdo sobre Multi-Fibra y la reforma agrícola. La campaña de Oxfam continuará otorgando una alta prioridad a los dos aspectos.

3. Agricultura orientada a la exportación. Focus cita con una aparente aprobación una respuesta de Food First al informe de la campaña de Oxfam, insinuando que nosotros favorecemos “el paradigma del crecimiento orientado a las exportaciones”. Esta presunción aparece como si sólo los intereses monopólicos de la agricultura de exportación se beneficiarán del acceso a los mercados del norte. ¿Significa esto que el mundo industrializado estaría justificado al prohibir las importaciones de arroz de Vietnam y Tailandia, té de India, o azúcar de Mozambique? Seguramente el aspecto real es si los gobiernos nacionales adoptan – o no- políticas que prevengan el surgimiento de estructuras monopólicas. Compartimos muchas de las preocupaciones de Food First respecto al patrón actual de crecimiento agrícola para la exportación en los países en desarrollo. Sin embargo, rechazamos los contrastes simplistas entre “cultivos para el mercado” y “cultivos de auto-abastecimiento”, y entre producción para el mercado nacional y para la exportación. En realidad, vemos que esas dicotomías desvían la atención del tema real de las políticas nacionales y las políticas de las instituciones internacionales que dan forma a la distribución de los beneficios a partir de la participación en los mercados. Después de todo, el mismo modelo de “crecimiento anti-pobreza”, que evita que los pobres se beneficien de las exportaciones, es evidente en muchos mercados domésticos. Estos desequilibrios deben ser enfrentados a través de políticas nacionales que promuevan el empleo y la seguridad alimentaria en las economías pobres. Lo que no compartimos con Food First es la idea de que el modelo actual es incambiable, o la idea paralela de que las exportaciones agrícolas son, inherentemente contrarias a los sectores más pobres.

4. En defensa del Grupo Cairns. Según Focus, Oxfam es actualmente un defensor, desde la sociedad civil, de la posición del grupo Cairns. Esto es un error. Nosotros rechazamos categóricamente el acercamiento del Grupo Cairns a la liberalización del mercado. Como lo argumentamos con bastante detalle en el informe, todos los países en desarrollo debieran tener el derecho a proteger sus sistemas alimentarios, no sólo en los campos en que la seguridad alimentaria y la reducción de la pobreza son un imperativo según su derecho, sino también porque los mercados mundiales están severamente distorsionados. Es por ello que nos hemos unido a otros en el llamamiento a favor de una “Caja de Desarrollo”. Lograr reglas que respeten el derecho de los países en desarrollo a proteger la agricultura es una prioridad principal de la campaña, como especificamos claramente en nuestro informe.

La crítica de Focus a la posición de Oxfam sobre agricultura levanta una importante pregunta táctica que va al corazón de un dilema mayor que enfrentan los gobiernos de los países en desarrollo. Esa pregunta es si al entrar a las negociaciones para un mejor acceso al mercado, los países en desarrollo serán forzados a unos acuerdos desiguales bajo los cuales estarán obligados a abrir sus propios mercados en sectores como la agricultura, la banca, los servicios y otros sectores. Los peligros son obvios y se extienden más allá de la OMC. Sin embargo, seguramente el desafío real aquí, como lo sugiere Focus, es que los gobiernos y la sociedad civil del Sur tienen que trabajar juntos para restringir el ámbito y el mandato de la OMC. Una campaña que expone a los líderes de los países ricos como hipócritas con un doble discurso, es una ayuda en este objetivo. Será mucho más difícil para los líderes de estos países ricos demandar a los países pobres una segunda fase de liberalización si ellos han quedado expuestos por mantener firmemente cerrados sus mercados. Nuestra campaña ha sido concebida con esta mira.

5. Mala imagen en los medios de comunicación. Comentando un informe de prensa sobre el lanzamiento de nuestra campaña, Focus describe como “perfectamente entendible” un artículo del Washington Post calificando a Oxfam como perteneciente al campo del libre mercado. Por encima de cualquier criterio equilibrado y objetivo, el artículo en cuestión constituyó un muy mal ejemplo, como también, el uso altamente selectivo de frases literales del informe de Oxfam. El mismo día en que se publicó el artículo del Washington Post, Oxfam fue condenado por el Herald Tribune por ser “antimercado, antil ibre comercio y antiglobalización”. Otro artículo describió al informe de la campaña como “keynesiano radical”.

Finalmente, Focus critica a Oxfam por acusar a “un gran sector del movimiento contra la globalización dirigida por las corporaciones como “globofóbicos”“. De hecho, aclaramos que no nos estamos refiriendo a los significativos e importantes movimientos antiglobalización y por un comercio justo, de los cuales somos parte, sino más bien a la variedad de pequeños grupos políticos, principalmente en países industrializados, que están fundamentalmente opuestos al comercio con los países en desarrollo. Algunas de estas agrupaciones son de la extrema derecha, mientras otras representan una minoría extrema que favorece la autarquía.

Hemos recibido muchos muchos comentarios sobre el Informe de Comercio en las últimas semanas. Algunos de ellos han sido muy desafiantes; sin embargo damos la bienvenida al debate que se ha generado. Las fuerzas a las que nos enfrentamos son enormemente poderosas, y sólo trabajando con nuestras posiciones y estrategias podemos tener la esperanza de conseguir cambios reales en el mundo. Esperamos que los debates que se están produciendo ahora mismo a través de nuestras redes en todo el mundo ayuden a construir un movimiento por la justicia social más fuerte.
(*) Responsible de Campañas de Oxfam (Gran Bretaña).

El problema con la campaña de comercio de Oxfam (I)

Introducción: Bruno Kervyn
La Insignia. Bélgica, noviembre del 2002.

Hace unos meses, OXFAM International publicó un fascinante informe, Cambiar las reglas: comercio, globalización y lucha contra la pobreza (1); un documento sobre el comercio internacional, sus reglas injustas, sus consecuencias negativas sobre los países pobres y las maneras de corregirlas. Este informe, bien documentado, claramente escrito y aparentemente progresista (pues milita en favor de la justicia social y de la equidad entre los países) ha provocado violentas críticas provenientes de diversos grupos ubicados a la izquierda de OXFAM.
Los artículos que siguen una crítica de Walden Bello (conocido director filipino de la ONG Focus on the Global South, con sede en Bangkok), la respuesta de OXFAM y una contra respuesta de Bello resumen un debate muy importante para el conjunto del movimiento crítico a la globalización neoliberal. De un lado, OXFAM asume una posición “reformista” que cree que el sistema actual puede y debe ser mejorado; del otro lado, Bello representa los movimientos antiglobalización que se oponen a cualquier acuerdo multilateral (es decir un acuerdo que imponga a todos reglas comunes) sobre comercio mientras que los países ricos tengan el poder y la voluntad de imponer unilateralmente sus normas. No se trata aquí de un debate entre defensores u oponentes al comercio justo, sino entre reformistas (OXFAM) y radicales (Focus), sobre la mejor estrategia a seguir en el terreno del comercio internacional para promover el desarrollo de los países pobres, la equidad y el respeto del medio ambiente. Cualquiera que sea la conclusión que se pueda sacar de las opiniones en este debate, les recomendamos vivamente la lectura del informe de Oxfam: saca a la luz pública el funcionamiento real y profundamente injusto del comercio internacional actual.

Agradecemos a los amigos de Focus on the Global South (2) la autorización de publicar en La Insignia este importante debate.

El problema con la campaña de comercio de Oxfam
Walden Bello (*)

Oxfam Internacional lanzó recientemente una campaña global para promover un acceso más amplio de los productos de los países en desarrollo a los mercados del norte. Tengo mucho respeto por Oxfam, y estoy de acuerdo con buena parte de su informe, pero siento que está mal enfocado y apunta en una dirección equivocada dentro del movimiento contra la globalización corporativa durante este período crítico.

En primer lugar, el enfoque sobre el acceso a los mercados lleva la gente a creer que el acceso a los mercados del norte es el principal problema y necesidad del sistema comercial global. Nada que ver. El problema central es el paradigma de libre comercio que la Organización Mundial de Comercio (OMC) viene imponiendo implacablemente al sistema comercial global. El reducido acceso para los productos del sur y los subsidios agrícolas del norte representan problemas para las economías del sur, pero más destructivas aún son las medidas indiscriminadas de liberalización comercial, industriales, agrícolas y de servicios impulsadas por la OMC. Los llamados “nuevos temas” o más bien los esfuerzos de la OMC por liberalizar y controlar las políticas de inversiones, competencia, contrataciones gubernamentales y facilitación de comercio representan la punta de lanza del esfuerzo actual de la OMC de someter todo al libre comercio; y la oposición a estos temas debe ser el esfuerzo principal de la sociedad civil internacional

Segundo, como el grupo activista de EE.UU Food First notó en su respuesta al Informe de Oxfam, el énfasis sobre el acceso a los mercados promueve el paradigma del crecimiento con base en las exportaciones, y son los intereses monopólicos agrícolas los que serán los principales beneficiarios de un mayor acceso a los mercados agrícolas del Norte. Incluso en el caso de los alimentos principales como el maíz y el arroz, no son los pequeños agricultores los que se benefician sino los grandes intermediarios. Enfatizando el acceso de los productos agrícolas del Sur a los mercados del Norte, también aumentará la presión sobre los países en desarrollo para que abran sus mercados a cambio de la apertura acelerada de los mercados del Norte. Así, esta estrategia simplemente socava el esfuerzo de muchos movimientos de campesinos del Sur para cambiar la orientación de la agricultura, de un énfasis en la producción para la exportación basada en grandes extensiones de tierra e intereses corporativos, a un sistema productivo que descanse en el pequeño agricultor, que produce principalmente para el mercado local, y que es protegido por aranceles y cuotas contra la competición desleal de los productos subvencionados de los países ricos.

Para ser justo, en su informe Oxfam dice estar preocupada por el futuro de sistemas agrarios que descansan sobre los pequeños productores, y creo que es así. Sin embargo, el hincapié que su campaña hace sobre el acceso a los mercados del Norte le resta importancia a esta preocupación.

El acceso a los mercados no es el objetivo principal de ningún país o grupo de países en desarrollo, en sus esfuerzos por reformar el sistema comercial mundial. Hasta donde sé, es promovido principalmente por el Grupo Cairns, y dentro del Grupo de Cairns por el trío de Australia, Nueva Zelanda y Argentina. De hecho, funcionarios principales de Filipinas e Indonesia ahora hablan de la posibilidad de sacar a sus países del Grupo Cairns, en parte porque se sienten que la agenda ha sido “secuestrada” por los miembros obsesionados por el problema de acceso a los mercados. Es incongruente que Oxfam haya surgido dentro de la sociedad civil como defensor de la posición del Grupo de Cairns.

The Washington Post ha insinuado que el acento puesto por Oxfam en el acceso a los mercados indica que esta ONG se ha unido a los defensores del libre mercado. No estamos de acuerdo. Al mismo tiempo, el concepto erróneo del Washington Post se entiende perfectamente dado el argumento de Oxfam de que el acceso a los mercados es el “mal a ser superado”.

El problema que enfrentamos es complejo: un esfuerzo enérgico de imponer un orden comercial neoliberal por parte de una organización poco representativa, antidemocrática, no transparente y dominada por las superpotencias comerciales. El apoyo a los esfuerzos de gobiernos de los países en desarrollo y los movimientos de la sociedad civil para detener esta aplanadora por medio de la agenda de implementación, la toma transparente de decisiones, el respaldo a la soberanía alimentaria y el freno a la jurisdicción de la OMC hacia los nuevos temas, debe constituir el contenido y la fuerza de una campaña de la sociedad civil internacional. La campaña Sur-Norte Nuestro mundo no está en venta adoptó esta posición. Yo recomendaría que Oxfam tome la misma ruta.

Es una desgracia que, en su informe, Oxfam acusara a un gran sector del movimiento contra la globalización corporativa como “globófobos”. Este juego de insultos es poco útil. De hecho, han sido los llamados “globófobos” quienes crearon el movimiento dinámico que sacudió a las instituciones financieras y comerciales y les obligó a prestar atención a los puntos de vista de organizaciones como Oxfam. Sería bueno que Oxfam lo reconozca, en vez de promover caricaturas de otros actores del movimiento contra la globalización corporativa.

Siento tener que disentir públicamente con Oxfam sobre este problema, especialmente porque tengo mucho respeto por su trabajo humanitario y de desarrollo. Pero sólo a través del debate y diálogo entre compañeros y aliados será posible trazar un camino sólido hacia adelante.

Notas

(*) Walden Bello es director ejecutivo de Focus on the Global South.

(1) El documento en español esta disponible en el sitio web: www.comercioconjusticia.com , el impreso puede ser solicitado a Intermom Oxfam, Roger de Llúria,15 08010-Barcelona (España), o a la representación de Oxfam en su país.
(2) www.focusweb.org

La izquierda sudamericana: De rebeldes y moderados

Con socialistas como éstos ¿quien necesita liberales?
Bernardo Neustadt, periodista argentino de derechas,
en un reportaje a Felipe González en los primeros 80’.

Dos imágenes emparentadas marcan el acaecer de los últimos meses en el Cono Sur de América Latina. En el centro del foco, Lula da Silva acorralado por denuncias de corrupción contra los dirigentes de su partido, de nombre y origen obrero, al parecer volcado en cuerpo y alma a los enjuagues de la política tradicional. Apenas un poco de costado, Tabaré Vásquez apostándolo todo al impacto ‘modernizador’ de las inversiones extranjeras, aún a costo de romper lanzas con asambleas vecinales y agrupaciones ecologistas de ambas orillas del río Uruguay.

El neoliberalismo ya no es una ideología de moda, sus opositores han ganado elecciones en la mayoría de los países, pero la imposibilidad de contrarrestar los intereses del gran capital y las prácticas políticas de la década de los 90’ parece seguir inamovible en lo sustancial, incluso con el arribo de partidos y figuras con trayectorias de izquierda a la cúspide formal del aparato estatal.

Entre 2002 y 2004 se produjeron dos resultados electorales que muchos apreciaron como novedades de alcance histórico: a) El triunfo en los comicios presidenciales de Brasil de un obrero y dirigente sindical al mando de un partido de trabajadores desarrollado un poco a contrapelo de la historia de los años 80’ y 90’, a partir de uno de los nucleamientos de obreros industriales más importantes de América Latina. b) La victoria por primera vez de una fuerza por fuera de un bipartidismo con más de un siglo y medio de vigencia en Uruguay, a través de una coalición de la que formaban parte, entre otros, los dirigentes supérstites de uno de los movimientos guerrilleros más respetados de la región.

Mucho se subrayó el potencial disruptor de ambas ‘irrupciones’ en el desgastado juego de los sistemas políticos de la época del neoliberalismo. Y algunos analistas visualizaron la posibilidad de un torrente transformador que se asociara a experiencias ya en vigencia, como la de Venezuela, e incluso la de Cuba. Todo esto aparecía plausible, a condición de olvidar un ‘detalle’: Ambas fuerzas habían llegado al gobierno tras largas décadas de atravesar las ‘horcas caudinas’ de la democracia representativa, en un contexto histórico signado por la creciente capacidad económica, política y de construcción hegemónica del poder del capital y sus aliados estructurales. El Frente Amplio había perdido comicios presidenciales desde 1972, con el largo interludio de la dictadura. El PT, con Lula de candidato, llevaba tres derrotas consecutivas en el mismo terreno. Las fuerzas conservadoras, ante la perspectiva de triunfo de las izquierdas, fueron transitando del rechazo histérico de los comienzos, a un rango de actitudes que fueron desde el moderado beneplácito hasta una actitud entre resignada y expectante, encuadrados ambos en un consecuente esfuerzo dirigido al ‘transformismo’ de ambas fuerzas, promoviendo sus vínculos con el sistema empresarial, y ‘vetando’ implícitamente a las organizaciones y personalidad que mantuvieran posiciones radicales. El PT y el FA colaboraron, con sus propias modalidades, ‘limando’ progresivamente sus programas y ‘redefiniendo’ una y otra vez, en sentido regresivo, su relación con las organizaciones de las clases subalternas. Había que mostrarse como ‘partidos de gobierno’, alejados de extremismos y utopías.

Finalmente, ambas fuerzas quedaron en posición de ganar las elecciones con relativa facilidad, contemporáneamente al estallido de rebeliones populares que colocaban en serios aprietos las instituciones representativas de países cercanos como Argentina, Ecuador, Bolivia o Perú. Tanto en el pequeño país rioplatense como en el gigante de la región, la existencia de agrupaciones políticas con posibilidades de acceder al gobierno nacional, provistas de credenciales radicales y vínculos amplios con las clases subalternas, contribuyeron a amortiguar la posibilidad de que ocurrieran alzamientos masivos (no en vano en Argentina, el ‘centroizquierda’ lloró a lágrima viva la inexistencia de un ‘Lula’ local para resolver la crisis). Por el contrario, en ambos países, pero en especial en Brasil, la llegada al gobierno coincidió con un momento de baja movilización social.

Las ‘izquierdas’ triunfantes lo lograron gracias a haber abandonado previamente, con suficiente antelación, claridad y persistencia, los puntos centrales de un programa de izquierda. Y una vez llegadas al gobierno, se apresuraron a garantizar que sus políticas fundamentales se ajustaran con creces a la progresiva moderación de sus propuestas y prácticas. Los espacios de innovación (siempre limitados) quedaron recluidos a la política exterior, la de derechos humanos, y algunas iniciativas de ‘política social’ que no tocaran ni de lejos las relaciones de propiedad.

Este resultado de pago puntual de la deuda, cortejo a la gran empresa y seguimiento de las instrucciones del FMI conducido por fuerzas de izquierda, no autoriza a albergar expectativas de reversión favorable, al menos en lo inmediato. Lo más probable es que el desprestigio del PT y el Frente Amplio no den lugar al crecimiento de opciones más radicalizadas, dentro o fuera de ellos, sino que sea presentado con éxito a las sociedades respectivas (y al conjunto latinoamericano) como el ‘fracaso de la izquierda’ en función de gobierno, y constituyan la vía de salida hacia experiencias volcadas hacia la derecha, arraigadas en la política tradicional y con menos vinculaciones con el movimiento social, que a su vez podrán incubar un retorno de la ‘izquierda’, cada vez más moderada y alejada de sus bases iniciales. De la monotonía del pensamiento único se habrá pasado a la alternancia con el ‘progresismo posible’.

Un análisis de las perspectivas de los capitalistas y sus fuerzas aliadas a comienzos del siglo XXI parecía indicar a los partidos y coaliciones de izquierda como una interesante ampliación de las bases del sistema de partidos, en una época de desprestigio generalizado de éstos. El establishment podía proseguir la ‘colonización’ progresiva de las propuestas políticas crecidas como potenciales alternativas a su dominio, y expandir su visión del mundo hacia la izquierda sin poner en riesgo ni en un ápice sus intereses fundamentales. La apuesta entrañaría con toda probabilidad el enriquecimiento del discurso y la composición social en el sustento al orden capitalista en general y a la democracia representativa en particular. Sin embargo, al menos en el caso brasileño, la opción de la mayoría de los sectores con poder aparenta ser la vuelta al orden político tradicional. Hoy discuten si impulsar el juicio político contra Lula o dejarlo completar su período e inhabilitar su reelección. La ‘visión del mundo’ de las clases dominantes sigue apuntando a la humillación de la izquierda, quizás a construir finalmente bipartidismos ‘a la anglosajona’, como el que hasta ahora avanza con éxito en Chile.

Cualquiera sea el desemboque de ambos procesos, lo que debería estar claro es que abre oportunidad para importantes reflexiones, en particular desde el ángulo de la izquierda radical.

Se puede reprochar a la izquierda de los 60’ un abordaje lineal y esquemático de las relaciones entre economía y política, entre clase dominante y estado, entre posesión de los medios de producción y hegemonía. Pero debiera reconocérsele un núcleo de acierto en ver los vínculos entre esos diferentes órdenes, en el haber percibido, siquiera en grado de intuición, la unidad sustancial de planos que la ideología del capital ‘separa’ para dominar mejor. La aceptación del capitalismo como horizonte inamovible, al menos para una larga época; la renuncia a cuestionar en profundidad la democracia representativa junto con las nociones de nación, estado y ciudadanía que propaga el poder del gran capital, la obturación del propósito de transformación radical de las relaciones sociales en su conjunto, han llevado finalmente a abandonar no sólo la perspectiva revolucionaria, sino incluso la posibilidad efectiva de desarrollar reformas profundas.

Cabe la conclusión de que lo que se presentó como ‘renovación’ del pensamiento de izquierda latinoamericano a partir de los 80’ adolece de fallas fundamentales. Ha sido un instrumento útil para viabilizar el acceso al gobierno, pero a costa de abdicar, a cualquier efecto práctico, de la pretensión de transformar a sociedades que se vuelven cada vez más injustas y desiguales. Como en la Europa de las primeras décadas del siglo pasado, corrientes de origen socialista superan vetos y fraudes, y llegan laboriosamente al gobierno, para evidenciar de inmediato que el contacto con el poder se ha alcanzado a costa del alejamiento del socialismo.

Una lección a extraer es que es cierto que la perdurabilidad y efectos de las instituciones parlamentarias no deben ser subestimadas, que las elecciones y los órganos representativos son terreno de disputa insoslayable; pero que es asimismo verdad que no deberían convertirse en la vía principal de acción, y en el receptáculo de ilusiones singularmente paralizantes: Las de que se puede transformar la sociedad con las reglas impuestas por las clases dominantes, con éstas en el uso del silbato del árbitro y dueñas de la posibilidad, en caso de emergencia, de ‘llevarse la pelota’ y terminar con el reglamento y con el juego mismo, si es necesario.

La rebelión latinoamericana que brota aquí y allá en los últimos cinco años, mantiene vivo el impulso de confrontar con el conjunto de la arquitectura social y política y no sólo con sus manifestaciones más ostensiblemente ominosas. Se asienta en organizaciones de masas, se expande rápidamente por el ‘abajo’ social, no rechaza las elecciones pero tampoco abreva confiadamente en la superstición parlamentaria. Alberga el embrión de un lenguaje, unas reglas y unas prácticas diferentes, mensurables en democracia directa, autonomía frente a las clases dominantes y el estado, y voluntad de terminar con el reino de la explotación y la alienación instaurado por el despiadado capitalismo, apenas ataviado en algunas partes por el diminuto e inestable taparrabos del ‘cambio posible’…

Parece claro a dónde orientar las miradas, para quiénes miden el progreso social en mejor vida y más poder para las clases subalternas y no sólo en escaños parlamentarios o carteras ministeriales ocupados por ‘progresistas’, que a menudo se hallan en tránsito a dejar de serlo.

Puerto Rico: detener el desparrame urbano

El partido ambiental Puertorriqueos por Puerto Rico (PPR) seal como primer paso hacia la restauracin social de Puerto Rico el poner fin al desparrame urbano en su nivel actual.

Segn Rogelio Figueroa, presidente del PPR y candidato a la gobernacin por nominacin directa, “el urbanismo fundamentado en la urbanizacin cerrada construida en reas verdes destruye el ambiente y acenta la separacin social de los puertorriqueos. stas encierran en ambientes artificialmente privilegiados y seguros a los grupos ms pudientes, mientras que relegan a espacios hostiles y abandonados a cientos de miles de familias puertorriqueas. Este tipo de segregacin social, apoyada por la infraestructura fsica que se construye con fondos pblicos, nos empobrece a todos pues crea condiciones que contribuyen al ambiente de violencia que se vive hoy en Puerto Rico”.

El presidente del PPR asever que “es imperativo para nuestra salud social y ambiental que no se construya una sola urbanizacin o centro comercial ms en las reas verdes de Puerto Rico. Al mismo tiempo debemos dar incentivos a los desarrolladores y banqueros para que dirijan su inversin, que hoy separa comunidades y destruye el ambiente, a la reconstruccin de nuestros centros urbanos y otras reas ya construidas. Esta estrategia creara ambientes de ms integracin y interaccin social entre los puertorriqueos, y detendra la deforestacin, inundacin de comunidades, escasez de agua, afeamiento del paisaje y tapones que tanto lamentamos hoy”.

“Es hora de detener el gasto de dinero pblico en ms y ms carreteras e infraestructura cuyo nico propsito es abrirle paso al desparrame urbano. Mientras gastamos cientos de millones de dlares en carreteras para apoyar proyectos que slo enriquecen a unos pocos, el resto del pas se empobrece por la carencia de recursos para mantener las estructuras existentes y atender la crtica situacin social. Estas enormes cantidades de dinero que hoy se gastan en ms y ms infraestructura de cemento se deben redirigir a mejorar las condiciones escolares, dar apoyo social, crear espacios culturales, asegurar acceso al conocimiento y generar un nuevo conjunto de oportunidades que alejen a nuestra gente de la dependencia, trfico de drogas y la violencia”, afirm Figueroa.

“Nuestro voto es una herramienta para que se tomen importantes decisiones fiscales y de planificacin ahora. Hasta el da de hoy, no podamos apoyar estos reclamos de cambio directamente, porque los partidos tradicionales nos limitaban a votar por un estatus y relegaban a un segundo trmino muchos asuntos sociales y ambientales urgentes. En estas elecciones, gracias a los partidos nuevos, podemos votar por soluciones concretas a nuestros problemas. Hoy podemos votar por modelos especficos de urbanismo, alternativas para terminar con el tapn y cambios en la administracin de los fondos disponibles para atender la lamentable situacin social que vivimos, todo esto libre de ataduras de estatus”, termin diciendo el candidato a gobernador.

19 de agosto de 2004

Amrica Latina: notas para entender qu significa, hoy, «izquierda»

Hay ocasiones cuando las ideas y los conceptos bsicos que nos permiten volver inteligible la realidad parecen no tener la agudeza necesaria como para brindarnos una comprensin cabal de lo que sucede. Hay momentos histricos en los que no es fcil distinguir entre los distintos proyectos sociales y polticos defendidos por uno u otro grupo partidario y/o social. Segn percibo, la nocin de “izquierda” est actualmente entrampada en cierta opacidad. Es de izquierda un movimiento social que derroca a uno o varios presidentes, como en Bolivia en el 2003, en Argentina a fines del 2001, en Ecuador en el ao 2000, y no se propone tomar el poder? Es de izquierda una propuesta poltica partidaria que nos propone contemporizar los intereses de ciertas fracciones del capital nacional, negociar los niveles de saqueo transnacional y atender en alguna medida necesidades bsicas de la poblacin?

En las siguientes lneas presentar algunas notas esquemticas para bosquejar un mapa que, espero, nos permita orientarnos en el panorama poltico y social de Amrica Latina hoy. Siendo un tema tan amplio, tendr que manejarlo en un nivel bastante alto de abstraccin lo cual, espero que no sea una debilidad demasiado grande.

Lo que el neoliberalismo ha hecho de y con los pueblos, de y con la riqueza social, de y con los derechos colectivos

Un primer elemento consiste en visualizar con claridad algunos rasgos de ese fenmeno al que llamamos “neoliberalismo” o “globalizacin neoliberal”, y que a veces, esconde ms que aclara. La intencin de precisar lo que entendemos por neoliberalismo, est en que slo as sabremos qu esperar de la lucha por “derrotar al neoliberalismo”, que es a fin de cuentas aquello en lo que cualquier izquierda que se respete debiera concentrarse.

Ms all de la apertura de los mercados de bienes y capitales, de los mltiples mecanismos de supuesto “adelgazamiento del Estado” y “reformas estructurales”, de reformas fiscales y monetarias y de la construccin paulatina de un entramado legal – nacional e internacional- que busca la preservacin del orden imperante; hay cuando menos tres elementos abstractos que permiten entender la lgica interna de la contempornea ofensiva general del capital contra el trabajo que toma el nombre de neoliberalismo:

Por un lado, el neoliberalismo ha sido una ofensiva poltica y econmica en toda la lnea contra la poblacin trabajadora de todos los pases de Amrica Latina. Con el neoliberalismo se ha establecido una nueva forma de “uso de la fuerza de trabajo” basada en su ms radical depreciacin, en su ampliacin bajo modalidades anmalas e informales, en formas intensas de sobre-explotacin que combinan maneras que parecan ya superadas de elevacin de la plusvala absoluta, con nuevos mecanismos de elevacin de la plusvala relativa. Es decir, el neoliberalismo se despliega en una sistemtica y permanente pelea por imponer condiciones inadmisibles para el uso de la fuerza de trabajo y es, en este sentido, una continua accin de sometimiento de la capacidad de trabajo.

El neoliberalismo ha consistido, tambin, en una gigantesca accin de despojo, de acaparamiento y monopolizacin de la riqueza social acumulada por generaciones. La ola de privatizaciones de empresas estratgicas de petrleo, energa elctrica y agua anteriormente pblicas, de la seguridad social y los fondos de pensiones, de la tierra y los servicios en todos los pases de Amrica Latina, con sus variantes locales de “capitalizacin”, “apertura de mercados” o directamente entrega al capital transnacional, es la forma como se ha llevado a cabo el saqueo.

Adems, el neoliberalismo ha ido de la mano con el desmantelamiento de las estructuras sociales que garantizaban la posibilidad de ejercicio de determinados derechos colectivos anteriormente reglamentados y que habilitaban ciertas formas de participacin poltica, a travs de los cuales no slo se garantizaban algn nivel de participacin social en el conjunto de la riqueza social sino que tambin, jugaban un papel en la posibilidad de los distintos segmentos sociales de influir en las polticas nacionales. A travs de una sistemtica destruccin del tejido social, el neoliberalismo ha buscado convertir a la sociedad en un conjunto controlable de ciudadanos aislados, manipulables e impotentes, concordantes con los planteamientos bsicos de la democracia liberal formal. Tal destruccin e impotenciacin ha ido paralela a innumerables esfuerzos de contencin legal de la protesta, de limitacin de los derechos de participacin poltica por la va de la partidizacin de la sociedad y de criminalizacin de la lucha social que pueden rastrearse en las distintas leyes de “seguridad” y reformas polticas promulgadas en casi todos nuestros pases en los ltimos 10 aos.

As, estas son las cuestiones que considero centrales para entender el significado de la ofensiva neoliberal: sorda guerra por imponer cierta forma de uso de la fuerza de trabajo, acaparamiento y despojo de la riqueza social acumulada y vaciamiento y anulacin de la capacidad poltica de la sociedad.

Lo que la sociedad trabajadora est haciendo a partir de lo que han hecho con y de ella

Tras el desconcierto y parlisis producidos a raz de esta violenta ofensiva neoliberal iniciada en los 80s en todo el continente, alrededor del ao 2000 podemos situar una especie de punto de inflexin histrico, marcado por la reconstitucin de cierta capacidad de respuesta social para movilizarse y oponerse al rgimen de inseguridad y empobrecimiento creciente que acarrearon las polticas de “reforma estructural”. Si el alzamiento zapatista de 1994 en Mxico, que coincidi con la entrada en vigor del TLCAN anunci tempranamente con su estruendoso Ya basta!, que la resistencia a los planes del capital segua presente; es ms o menos en el 2000 cuando comienzan a brotar con mayor fuerza mltiples acciones de lucha a lo largo de Amrica Latina. El 10 de enero de 2000 se iniciaron los bloqueos de caminos en torno a Cochabamba, Bolivia, donde una subsidiaria de la trasnacional Bechtel acababa de apoderarse del agua, tradicionalmente escasa en la regin. Once das despus, el 21 de enero, 12,000 indgenas ecuatorianos rodeaban el Palacio de Justicia y el edificio del Congreso en Quito, exigiendo la salida de la presidencia de Jamil Mahuad, el nefasto presidente “dolarizador”, sucesor de otro presidente, Bucaram, tambin destituido unos aos antes.

Esto fue el preludio de la Guerra del Agua en Bolivia, de la reactivacin de la insurgencia indgena aymara, de la expansin de la capacidad de accin de la CONAIE y del Movimiento Nacional Pachakutik y del posterior levantamiento de Arequipa que defendi la empresa municipal de electricidad de la voracidad del capital. Igualmente en el 2000, los piqueteros se consolidaron en Salta y Jujuy y comenzaron a aparecer en el Gran Buenos Aires. En Brasil, el MST ocupaba nuevas haciendas y a travs de l, como en muchas otras ocasiones, se movilizaban miles de personas.

En los aos siguientes, hemos presenciado la expansin de esta tendencia. En Argentina, antes del estallido de diciembre de 2001, cuando un gigantesco motn civil destituy a varios presidentes y estableci claramente que la sociedad argentina estaba dispuesta a poner lmites al atraco transnacional de su poblacin, hubo ms de 300 acciones colectivas de corte de ruta, implementadas por esos anmalos y tumultuosos conglomerados humanos que son los piqueteros, esa especie de sans- coulottes , de personajes hbridos, ex obreros ahora pequeos comerciantes, en medio de redes familiares que se dedican a la produccin en pequea escala de alguna mercanca sin futuro en el mundo global; o jvenes y mujeres lanzados al empobrecimiento ms abyecto pero que an as se las ingenian para sacar, cada da, un poco de alimento con el cul sobrevivir: los nuevos pobres urbanos comenzaban, tambin, al igual que los indios mexicanos, bolivianos y ecuatorianos, a rebelarse.

Y esto suceda cuando otra oleada de malestar indgena sacuda Bolivia: nuevamente los bloqueos aymaras en el 2002, nuevamente la insurgencia cocalera. Y el MST, silencioso y tenaz, organizando y realizando sus ya incontables tomas de tierra, pero ms importante an construyendo de a poco sitios donde se pretende vivir, convivir y sobrevivir de manera diferente, digna y autnoma. Y en Mxico la movilizacin y tenacidad de los ejidatarios y pobladores de Atenco ech a la basura el ms grande proyecto econmico del sexenio foxista: la construccin del nuevo super- aeropuerto de la ciudad de Mxico.

El 2003 hemos visto una inusitada aunque todava no muy definida movilizacin en Per contra las polticas de Toledo y acudimos a la gigantesca accin de lucha por la defensa del gas que el pueblo aymara y boliviano protagonizaron en septiembre y octubre hasta hacer caer al emblemtico presidente neoliberal, Snchez de Lozada.

As, resulta que si observamos todo este panorama, el balance no es malo: en tres pases de Amrica Latina han cado presidentes que han pretendido aplicar proyectos socialmente inadmisibles a partir de la decisin social de no soportar ms sus decisiones; en otros ms sin llegar a crisis polticas tan extremas, se han fondeado planes econmicos de enorme importancia, en algunos ms se han llevado a cabo amplias acciones de recuperacin de tierras y territorios. En fin, a partir del 2000 presenciamos una nueva oleada de participacin social, de movilizacin poltica a travs de movimientos sociales de muy diversas clases y con creciente capacidad de intervencin en el asunto pblico.

Sin entrar a describir los rasgos que caracterizan a estos llamados “nuevos movimientos sociales”, como su carcter territorial y su horizontalidad, su flexibilidad y su distancia a los cnones clsicos e institucionales de la poltica, pongo a consideracin dos aspectos de su forma de accin poltica que me parecen relevantes para el objetivo de este trabajo:

En primer lugar, los movimientos sociales en toda Amrica Latina parecen ir consolidando una gran capacidad de veto, es decir, si algo tienen en comn las acciones de movilizacin social desarrolladas desde Argentina hasta Mxico, pasando por Bolivia, Per y Ecuador es que hombres y mujeres de las asociaciones ms diversas y de mltiples sectores sociales, logran enlazarse en un determinado momento para expresar contundentes NOs! contra partes significativas de los proyectos polticos y econmicos de las elites gobernantes: no a la privatizacin del agua!, no a la poltica de enajenacin del ahorro privado propuesta por De la Rua!, No a la privatizacin de la Empresa municipal de electricidad en Arequipa!, No a la construccin del aeropuerto en las tierras colectivas de Atenco, Mxico!, No a la venta del gas en las condiciones impuestas por las transnacionales!

As, un elemento comn de todas estas luchas es su capacidad de vetar, de impedir el desarrollo de especficos proyectos de las transnacionales auspiciados por los distintos gobiernos locales. En cierto sentido, cada una de estas irrupciones de lucha social es una reactualizacin del Ya basta! Zapatista de 1994. Todas ellas son acciones de movilizacin tumultuosa, multitudinaria y contundente que expresa que la poblacin no est dispuesta a aceptar ms la continuacin de los planes neoliberales de saqueo y que tiene capacidad de defender lo que sabe que colectivamente le pertenece.

En segundo lugar, un segundo rasgo que aparentemente comparten todos estos movimientos, es la ausencia de un proyecto estructurado de un futuro distinto ms all de la enrgica oposicin a aspectos puntuales de los planes del capital. En los casos de Argentina en 2001-2002 y de Bolivia en 2003 esto es notable. La sociedad movilizada se dota de una finalidad especfica, la consigue aunque sea a medias a travs de su tenaz y esforzada movilizacin y una vez asentada su capacidad y presencia tras “hacerse sentir” como expresaba la gente de El Alto en octubre la energa social parece nuevamente disiparse y la cohesin de la multitud, a primera vista, se debilita.

Cabe aqu hacernos la pregunta de si este rasgo de las movilizaciones, percibido como ausencia de un proyecto poltico ms ntidamente visible, no es una mera apariencia que brota de la falta de agudeza de nuestros propios esquemas de inteleccin del acontecimiento real. Pienso que si entendemos la poltica slo como el conjunto articulado de mltiples acciones desplegadas con el fin de hacerse cargo de la administracin y el control del Estado, por cualquier va, electoral o no; entonces inmediatamente salta la consideracin de tal elemento como ausente de las ambiciones y perspectivas polticas puestas en marcha a travs de las movilizaciones en ciertos pases como Bolivia, Argentina y el zapatismo en Mxico.

Sin embargo, si entendemos por poltica de izquierda ante todo, la masiva intervencin colectiva en la definicin de lo que ha de hacerse a nivel pblico; si consideramos poltica la confrontacin social que busca establecer nociones distintas de lo que debe entenderse por bien comn , entonces las luchas de estos movimientos tienen un contenido altamente poltico y, ms bien, es posible que a travs de algunos de sus rasgos constitutivos lo que estn planteando sea un cambio de civilizacin: el “mandar obedeciendo” que se replica explcitamente en Argentina y que de alguna manera se encuentra en la movilizacin boliviana reciente, habla de una ruptura con un fundamental principio liberal de la poltica que es la delegacin de la soberana colectiva en un representante. Adems, los esfuerzos para llevar a cabo la resistencia o bien han tensado, politizado y conseguido la autonoma de ciertas estructuras sociales anteriormente manipuladas clientelarmente por las elites, o bien han empujado a la construccin y consolidacin de nuevos organismos sociales para habilitar la intervencin poltica de los ciudadanos que funcionan de manera no vertical, con casi ninguna jerarqua y donde se establecen formas de asociacin y participacin flexibles y muy comprometidas. Todo esto insina una especie de reconfiguracin autnoma de la sociedad que fortalece y garantiza su capacidad de intervencin en el asunto pblico.

As, sumando la capacidad de veto ya alcanzada y el reforzamiento de estas redes sociales de participacin y accin poltica, encontramos que quiz lo que vamos presenciando es el despliegue de una estrategia poltica del movimiento social que podemos denominar como de “cerco y construccin”: se ponen cercos al poder, fsicos como en Bolivia o polticos como en Argentina, de tal manera que la posibilidad social de vetar partes especficas de los planes neoliberales se acrecienta y, al hacerlo, se construye capacidad social de intervenir en el asunto pblico, de dotarse de fines, de hacer poltica.

Ahora bien, una y otra vez he insistido en que los nuevos movimientos sociales vetan, impiden y obstaculizan a travs de su movilizacin, puntos especficos de los planes neoliberales en marcha. Sin embargo, una debilidad suya est en la dificultad para lograr dotarse de nuevos fines polticos comunes y autnomos, una vez conquistado el objetivo inicial de la movilizacin. En cierta medida, esto sucedi en Argentina tras los levantamientos del 20 y 21 de diciembre: unos meses despus se llevaron a cabo elecciones donde compitieron las elites partidarias y si bien Kirchner se ha visto empujado por los altsimos niveles de indignacin y desconfianza social, a renegociar las condiciones de la sumisin y expoliacin argentina frente al capital transnacional, todo esto marcha lenta y confusamente y no toca los aspectos fundamentales del dominio neoliberal de la sociedad argentina. En Bolivia sucede otro tanto: a casi siete meses de la huida de Snchez de Lozada, el movimiento social no consigue obligar a Mesa a cumplir con el mandato que le dio cuando tom posesin, si bien los planes de exportacin del gas tampoco logran avanzar.

En este escenario se contraponen dos presencias polticas claramente diferenciadas. Por un lado, el mbito de lo formal, con los institutos electorales reformados y crebles en casi todos los pases, que impulsan la contienda electoral como forma fundamental de participacin poltica, y ah dentro, ciertas versiones partidarias de izquierda ciertamente descoloridas. Y, por otro, los amplsimos espacios abiertos por las luchas sociales, que son vigorosas por momentos, aunque tambin discontinuas en el tiempo y, sobre todo, sostenidas por asociaciones flexibles y cambiantes que vetan proyectos, cercan al poder y tendencialmente construyen formas de socialidad y de intervencin poltica distintas.

Ninguno de estos dos mbitos parece tener propuestas polticas explcitas de por donde avanzar. Por el lado de lo que podemos llamar “izquierda partidaria”, ni en Mxico ni en Brasil donde tenemos expresiones ntidas de esta tendencia, en un gobierno local y en el gobierno federal respectivamente, los partidos en cuestin presentan proyectos donde se propongan caminos de superacin del neoliberalismo, entendido en sus mltiples significados de ofensiva global del capital. Tanto el PRD mexicano como el PT en Brasil, van ajustndose a lo que consideran “posible”, intentando negociar lmites y ambicionando quiz lo que se podra entender como un “capitalismo regulado”. Estos partidos, y aqu presento una afirmacin fuerte que someto a discusin, no tienen si quiera un programa reformista: se limitan a negociar modalidades menos duras de vehiculizacin de la poltica y los proyectos del capital transnacional.

Ahora bien, por el lado de lo que se viene llamando “izquierda social”, y especficamente, en el terreno de la poltica de los movimientos sociales que han estado poniendo en jaque a distintos gobiernos latinoamericanos en los ltimos aos, tras las explosiones recurrentes de furia contenida, tras la accin de veto e impedimento de ciertos planes, la formulacin de propuestas estratgicas de superacin del neoliberalismo parece avanzar con gran dificultad, aunque no la accin prctica de construir desde la base relaciones sociales y polticas distintas, potencialmente preadas de vigorosas posibilidades de transformacin.

Si tal ausencia de una propuesta poltica ms general, tendencialmente superadora del dominio neoliberal es cierta, tanto en los movimientos sociales como en la llamada “izquierda partidaria”, lo que busco en la tercera parte de este trabajo es sugerir un criterio para, colectivamente, irle dando cuerpo a un posible horizonte de deseo comn que pueda dar contenido a una poltica de izquierda.

La reapropiacin social de la riqueza colectiva y de la vida como eje principal de un programa de izquierda

El elemento comn que se expresa en casi todas las movilizaciones sociales en el continente, es que surgen de una pelea, de una conflagracin por la propiedad y destino de ciertos recursos bsicos, ya enajenados o en disputa: el agua en Cochabamba, la electricidad en Arequipa, los ahorros de los ciudadanos y otros recursos pblicos en Argentina, el gas en Bolivia entera, la tierra y el destino de sta en Atenco, Mxico. Algunas de estas luchas son por evitar un despojo Cochabamba, Argentina, Atenco, Arequipa; otras son por impedir nuevas acciones de despojo que se sostienen en un saqueo anterior Bolivia, 2003.

As, la propiedad de los recursos naturales o econmicos est en el fondo de las ms importantes movilizaciones recientes; y si bien, no es todava la propiedad de los bienes saqueados lo que se ha puesto en entredicho a travs de la lucha, o al menos no explcitamente y ms bien los diversos movimientos han tenido como contenido la defensa de lo que todava es, cuando menos, propiedad pblica o colectiva; pareciera estar apareciendo una tendencia, al menos en Bolivia, hacia la disputa de la propiedad de los recursos naturales -que fue enajenada anteriormente.

En Bolivia actualmente, a partir de la crtica de la Ley de Hidrocarburos, es decir, de la ley que permiti el ingreso de las transnacionales al sector energtico y que afianz la entrega de tales recursos al capital extranjero, se comienza a bosquejar y a discutir la necesidad de la reapropiacin social del petrleo y el gas; igual que se luch por la reapropiacin del agua en el 2000.

La idea de re-apropiacin social de los recursos saqueados, como horizonte movilizador tiene enorme fuerza pues alude a los criterios bsicos de lo que es moralmente admisible: no es moralmente admisible que en la explotacin de un recurso natural como el gas, al pueblo boliviano slo le corresponda el 18% del rendimiento, mientras que las transnacionales acaparan el 82% restante en forma de ganancia. Esto en el caso concreto de Bolivia, pero la idea de re-apropiacin de la riqueza social puede sintetizar tambin la lucha de los obreros argentinos que ocupan fbricas, de los trabajadores mexicanos de la energa que impugnan la modalidad especficamente local de privatizacin de este sector industrial, etc.

Adems, por expresarlo de alguna manera, la lucha por la re-apropiacin colectiva de la riqueza social es una “consigna flexible”, es decir, no necesariamente se compromete con un programa de re-nacionalizacin aunque puede incluirlo; puede amparar un terreno previo de disputa de las condiciones del saqueo impuestos a las transnacionales, modalidades de participacin de capital extranjero, etc. y puede tambin llegar a adquirir un contenido de mayor radicalidad como la “transformacin social de la empresa recuperada” como se plante para el Servicio Municipal de Agua (SEMAPA) en Cochabamba tras la guerra del Agua. De lo que se trata a partir de reflejar las mltiples luchas locales en el espejo de la pelea general por la re-apropiacin social de la riqueza y de la vida, es de diagramarnos colectivamente una idea fuerza que nos permita reconocernos y distinguirnos entre luchadores de izquierda.

Un partido que no explica a sus militantes y a la poblacin en general, los pasos que ha de dar para re-apropiar para usufructo pblico la riqueza social, que no se propone claramente la re-apropiacin de derechos colectivos desmantelados o amenazados, es decir, que no se compromete con la reapropiacin de la decisin sobre las condiciones de uso de la fuerza de trabajo, sencillamente no es de izquierda. Y aqu vale la pena una observacin crtica sobre la poltica en Mxico: las movilizaciones obreras ms grandes del ltimo periodo, aquellas en defensa del sector elctrico nacionalizado, expresan su lmite en la medida en la que no se proponen explcitamente la recuperacin, la reapropiacin de lo que ya ha sido expropiado por las transnacionales en trminos de contratos de servicios mltiples ya firmados y de plantas de generacin de energa ya entregadas. Y este lmite lo encarnan, lastimosamente, tanto los parlamentarios del PRD como los compaeros del SME.

La lucha por re-apropiarse de la riqueza social, en sus mltiples formas, hoy acaparada por el capital transnacional, es sin duda una pelea llena de obstculos y de dificultades. El neoliberalismo, en este sentido, es un sistema cerrado de afianzamiento de la propiedad privada: los convenios internacionales, los tratados comerciales, las leyes de proteccin a la inversin son autnticos candados del capital extranjero para protegerse de la eventualidad de que los pueblos se propongan recuperar lo que ha sido rematado.

En Bolivia hay ya una experiencia, aunque pequea: el agua de Cochabamba, recuperada para el municipio en la Guerra del Agua del 2000, haba sido ya entregada a la transnacional Bechtel unos meses antes. Hoy, Bolivia como estado enfrenta una multimillonaria demanda en tribunales internacionales por “ganancias no devengadas”, que presentaron los ejecutivos de dicho consorcio. Adems, en los aos 2001 y 2002 se hicieron amplios esfuerzos por empujar la transformacin social de la empresa “recuperada”, que dejaron ms preguntas pendientes que xitos concretos acerca de cmo emprender este camino.

Pese a todo, y sobre todo viendo ahora la aguda crisis energtica que est surgiendo en los pases ms australes de Amrica, considero que la consigna de re-apropiacin de los recursos pblicos enajenados por el neoliberalismo est en el centro de la posibilidad de que articulemos, desde el movimiento social, y tambin desde la izquierda partidaria, un nuevo proyecto de izquierda, hoy.

Si la izquierda partidaria contina simplemente ambicionando la ocupacin del aparato del Estado por s misma, sin tomar posicin contundente sobre lo que es necesario hacer para viabilizar algn tipo de posibilidad de ampliar el bienestar social hoy sometido completamente a la lgica de la ganancia, sus propuestas seguirn sonando huecas al conjunto de la poblacin y sus organizaciones se vern atrapadas en la ms sucia corrupcin.

Si los movimientos sociales esforzados y contundentes en sus batallas de resistencia cada vez ms frecuentes y duras no comienzan a pasar a la ofensiva, afianzando el tejido social que han reconstruido en las acciones de resistencia, corren el riesgo de verse subordinados por los tiempos polticos del Estado y de la democracia formal y por la dispersin que siempre amenaza las acciones colectivas.

La estrategia de cerco y construccin que, considero, nos permite entender el conjunto de acciones que, como una gigantesca coreografa de la lucha, van desplegando los pueblos de Amrica Latina, necesita un nuevo acorde que imprima un nuevo ritmo: la reapropiacin de la riqueza enajenada, la recuperacin social de los recursos pblicos, de los derechos colectivos y polticos, bajo diversas modalidades, de muy diferentes maneras, puede actualmente servirnos de criterio para entender el contenido de la lucha de izquierda y avanzar en el cerco, que necesariamente tendremos que poner entre toda la poblacin sencilla y trabajadora de nuestros pases.

Necesitamos, considero, salir de la paradoja de la “cercana al poder” expresada con claridad por el presidente de la CONAIE, Leonidas Iza, cuando explicaba la ruptura de la alianza poltica que esta organizacin hizo con el presidente Gutirrez: “nunca hemos sido ms dbiles que cuando estuvimos en el gobierno”. Y en este asunto de la cercana con el poder, si los movimientos sociales no tienen una serie de ideas estratgicas bsicas de por donde avanzar, su acercamiento al poder, sus alianzas con otros partidos o incluso la formacin de “instrumentos polticos” desprendidos de y controlados por los propios movimientos como se ha ensayado en Ecuador y en Bolivia, no darn los frutos esperados.

Necesitamos pues, colectivamente discutir qu significa “terminar con el neoliberalismo”? Y responder a esta pregunta de la manera ms concreta posible.

Hacernos tal interrogante es equivalente a preguntarnos, qu queremos como sociedad? Ese mundo que sabemos que es posible porque estamos dispuestas/os a construirlo… cmo creemos que tendr que ser? Y como comenzamos a hacerlo hoy, en lo pequeo, en lo local, en la convivencia diaria; pero tambin en la lucha general por recuperar lo que ha sido producido por nosotros, por nuestro trabajo y que hoy, controlan y disfrutan slo unos cuantos.

Ciudad de Mxico-La Habana, abril-mayo de 2004

Ponencia presentada en el Foro sobre izquierda en Amrica Latina, sbado 8 de mayo, Ciudad de Mxico.

El Socialismo: Ese unico mundo mejor

Volvi Caracas a ser reina de la izquierda mundial. El Encuentro de Intelectuales con centenas de los mejores representantes de las ideas “progre” del mundo le dieron juntos bienvenida a Diciembre. All estuvieron los representantes de mil y una tendencias tratando de llegar a un acuerdo en relacin al porvenir tico del mundo. Los necesitamos; para ver si de una buena vez dirigimos la brjula hacia el lugar preciso. Ando llena de expectativas que se mezclan con un escepticismo crnico. Tanta retrica de cumbres, congresos y asambleas mundiales han apagado mi fe en el uso de esos mtodos. Quizs esta vez no nos quedaremos en el verso de la denuncia de las calamidades del mundo; de la violacin de las leyes humanas y divinas; y de la perversidad del enemigo. Se trata ahora de buscar cmo implementar nuestra lucha, de saber cules son los resortes que ofrecen un contraste rotundo a las intenciones del imperialismo. Si no logramos encontrar repuestas especficas y acabar de una vez de salir del paraguas de la academia, nuestros descendientes calificarn esta generacin de pensadores como un grupo de contempladores intiles.

Dijo James Petras en el Tercer Seminario Internacional de Pedagoga celebrado recientemente en Per. “En primera instancia los foros sociales eran positivos, reunir, discutir, encontrarse, formar redes, aprobar alguna declaracin, pero han pasado a ser casi rituales, como un encuentro social, donde la gente se junta, invita a algunos personajes, realizan una marcha y todos “van a la casa”. Creo que ya perdieron este filo de rebelin, de crtica. Analizando de manera retrospectiva, no ha tenido ningn efecto.

Estoy de acuerdo. Y como muchas otras cosas hay una bandera que pareca ausente en las convenciones mundiales de izquierda, de la cual se ha temido hablar y se le clausura en restringidos partidos polticos. Me refiero al socialismo. Muchos compaeros con honestidad proclaman el fin de los “ismos”. Pattico. Pues el fascismo, el militarismo, el imperialismo estn en nuestras vidas desde el alba hasta el ocaso. Estas tendencias que vienen siendo como un “fukujamaismo de izquierda” declaran a calzn quitado la tragedia de la izquierda actual. El enemigo es el dueo de los “ismos” y los partidos polticos. Nosotros deberemos conformarnos con rezos, descripciones y proclamas. Confieso que el lemita “Un mundo mejor es posible” me sabe a resignacin. Claro que es posible un mundo mejor!…Pero tambin uno peor. El lema nos limita a la posibilidad. Suena como si algn extraterrestre fuese a venir a fabricarlo, o peor aun: como si existiese la mnima probabilidad de que estas tiernas palabras conmoviesen a los enemigos en una maana de verano, mientras engullen su zumo de naranjas.

Chvez lo dijo: “Un mundo mejor es posible…si nosotros lo hacemos posible” Al fin: Pues ya me parecera irnico que frente a este escenario dantesco de guerra, mentiras, y miserias, estuvisemos hablando de un mundo mejor.

Hace ms de una dcada que se cay el muro de Berln y no logramos curarnos de los trastornos psquicos que nos ha causado el “socialismo real”.Tendremos que convocar a todos los analistas del mundo a ver si nos libramos de esta maldicin. Espero que no gastemos en esto otros setenta aos. Mientras vamos al analista el enemigo erige montones de muros ms perversos y caen sobre nosotros los trminos apocalpticos como guerra preventiva, eje del mal y otras idioteces. Y por si no bastase el mismo enemigo alcanza la mayora de los votos en Estados Unidos de Amrica.

Y me pregunto: qu otra bandera puede ser ms pertinente que la bandera del socialismo? Ahora que la globalizacin nos impone redondear el mundo definitivamente, qu mejor que retomar las ideas socialistas, estrujarlas, combinarlas, manosearlas y brindarle al enemigo a cambio de la globalizacin capitalista, una verdadera Internacional?“Con todos y para el bien de todos”, pero como lo dijera Jos Mart realmente, con todos aquellos con los que sea posible sumar lea a la caldera Y que sinceramente aspiren a un mundo, que tiene que ser no slo mejor, sino cualitativamente distinto.

Hay una sola alternativa a la barbarie. Lo dijo Federico Engels: el socialismo. S, ese socialismo que a decir de Rosa de Luxemburgo “no es, precisamente, un problema de cuchillo y tenedor, sino un movimiento de cultura, una grande y poderosa concepcin del mundo”

Sea bienvenida cualquier bandera, siempre que sea autntica. Bolvar, Hidalgo, San Martn, Jos Mart y todos aquellos de los que se enorgullece la historia del hombre en los distintos continentes. Tan slo y por respeto a ellos mismos, debemos ser consecuentes.

Julio Antonio Mella hizo vivir a Mart porque lo asumi con valenta a partir de los nuevos descubrimientos cientficos de Carlos Marx. Y de alguna manera convirti a Mart en fundador del primer partido comunista de Cuba Dijo Mella: que “para realizar la revolucin en este siglo habr que contar con un nuevo factor: las ideas del socialismo, que con un matiz u otro, se arraigan en todos los rincones del globo.”

Fidel Castro y sus compaeros volvieron a salvar a Jos Mart del enemigo porque lo convirtieron de facto en el autor intelectual de una revolucin socialista. Basta ya de romanzas! Por eso vive Mart, porque de haber hablado con Carlos Marx, no slo se hubiese puesto de acuerdo en la primera taza de caf, sino porque le hubiese sealado algunas pautas en relacin a Amrica; hubiese Mart comprendido mucho mejor los “sucesos de Chicago” y de seguro hubiera alertado a Marx sobre el surgimiento del Imperialismo, por haber vivido en sus entraas. Slo con una visin socialista y de lucha clases con una adaptacin creadora y heroica para estos tiempos y lugares como solicitaba Jos Carlos Mariategui, podremos lograr que Bolvar y tantos antepasados no vuelvan a arar en el mar. Nuestra responsabilidad es enorme. Ya no podremos culpar a Stalin y al socialismo real de nuestros fracasos y nuestros prejuicios. Es hora de desenvainar la espada y la pluma, volver a conquistar y a enamorar a los pueblos con los nicas banderas que harn mejor nuestro mundo y el de nuestros hijos.

Es cierto que el enemigo est en crisis. Pero si no tomamos conciencia rpido estaremos siendo arrastrados con l irreversiblemente

Y cul es la salud actual del socialismo? Me atrevo a proponer una “medicin” bien simplificada.

La revolucin es un proceso. Los procesos en la naturaleza se miden por magnitudes variables temporales (A travs de un incremento o un decremento de alguna magnitud concreta en el transcurso del tiempo). En Matemticas se llama derivadas parciales con respecto al tiempo Intentemos medir de igual manera un proceso social.

Hagmoslo de la siguiente forma: Llamemos SOC a una magnitud, que mide cun socialista es una revolucin determinada en un instante de tiempo dado:. Tomemos tres ejemplos.

Primero: La revolucin socialista de Cuba ha demostrado su permanencia frente al hostigamiento del imperialismo. Demostr su fortaleza en la dcada de los noventa al persistir despus de derrumbarse el socialismo europeo, y cuando tuvo que enfrentar el recrudecimiento del bloqueo yankee. Este hecho concreto habla de la salud de nuestra revolucin socialista. El trmino SOC es incrementado considerablemente. .

Sin dudas que el proceso de despenalizacin de la tenencia de divisa; el establecimiento de comercio en esta moneda; el incremento acelerado del turismo y empresas mixtas que se desenvuelven internamente con parmetros capitalistas, ha sido un trago muy amargo para la revolucin. Mucho ms que el llamado perodo especial. Parte de los cubanos comienzan a pensar necesariamente con mentalidad capitalista. Sin que pretenda compararla con la NEP que tuvo que imponer Lenin en el joven estado sovitico, sus motivaciones pueden ser parecidas. Pero esta medida conlleva a un decremento considerable de nuestra variable en cuestin. Al igual que en la URSS, aqu la variable dinmica SOC se contrae.

Analicemos entonces la llamada batalla de ideas, que se inicia con la campaa por regreso del nio Elin Gonzlez a nuestra patria. A partir de ese momento Fidel comenz a desarrollar una impresionante revolucin dentro de la otra: la formacin de trabajadores sociales, maestros emergentes, personal paramdico, la revolucin indita en la enseanza, en la cual en un par de aos se redujo el nmero de alumnos a veinte por maestro No slo se ha mejorado la calidad de la enseanza sino, y segn mi criterio ms importante, se han implicado en el proceso revolucionario a decenas de miles de jvenes que hasta ese momento estaban ociosos, incluso muchos slo pensaban en los dlares, o en emigrar, como consecuencias directas de la despenalizacin de esa moneda. No se me escapa que es un proceso convulso y que por supuesto no todos estn o estaran dado el caso con la revolucin. La batalla ideolgica tambin se ha revolucionado. Las mesas redondas diarias, las tribunas abiertas semanales, universidad para todos, donde aunque sea de pasada usted escucha hablar de historia de la filosofa, ballet, o ciencias, el establecimiento de dos canales educativos, los cuales contrastan, y compiten con los canales tradicionales y donde la programacin es escogida por criterios culturales y no comerciales; las constantes apariciones de Fidel en la televisin hablando con el pueblo; etc. ha contribuido a que el nivel poltico, la cultura del debate, y el discurso pblico haya elevado su nivel amn de que a veces caemos en repeticiones innecesarias o abuso del slogan. Pero como quiera esto es un decisivo incremento de la variable SOC.

S. A Fidel y a los revolucionarios cubanos no les est dado construir el socialismo. Sencillamente porque el socialismo en un solo pas es imposible. Lo que s les es posible es aumentar la magnitud SOC en la revolucin socialista. O sea garantizado las fuerzas necesarias para contrarrestar las posibles tendencias restauradoras del capitalismo, enfermedad que contrajimos concientemente para poder sobrevivir en 1994 con la despenalizacin del dlar. Son dos fuerzas en pugna dentro de la misma revolucin… A esta batalla le dedica Fidel la mayor cantidad de su tiempo y todos sus esfuerzos. Esta nueva revolucin se desarrolla a partir de proyectos especficos, donde se involucran las capas sociales ms revolucionarias. De la campaa contra el mosquito trasmisor de la fiebre amarilla, por ejemplo, se construy una campaa poltica, donde los estudiantes de la secundaria llevaban el papel protagnico.

Con todo el escaso valor que pueda tener nuestra moneda nacional, los despidos no existen. Los obreros azucareros que quedaron excedentes cobran el mismo sueldo por superarse. Nuestra “pobreza” econmica no ha impedido que Cuba ostente los ndices de salud , educacin y deporte de una nacin desarrollada.

Habra que verle el rostro a Fidel Castro el da que le gan una pequesima batalla a las fuerzas restauradoras del capitalismo. Cuando dej de circular el dlar y comenz el peso convertible. Aunque era slo un papel por otro, el simbolismo de que la moneda verde no “rozara” las manos de los jvenes cubanos le pintaron una indeleble sonrisa, con todo y su lamentable accidente.

Y el internacionalismo?: Decena de miles de compatriotas estn de mdicos, maestros o tcnicos en general en los pases de Amrica Latina. Cunado la tragedia del pobre Hait las organizaciones internacionales se asombraron que por cada mdico de los pases desarrollados, haba una centena de cubanos. En esos jvenes va (independientemente de sus conciencias) un pedazo exportado de la revolucin cubana. No crea tampoco que es gratis. La cantidad de personal que ayuda a Venezuela sale de los que tienen que atender a la poblacin de Cuba. El internacionalismo “nos cuesta” como debe ser. No damos lo que nos sobra, damos lo que ms queremos.

Paralelamente al Encuentro de Intelectuales y Artistas de Caracas se celebr en La Habana el VIII Congreso de la Unin de Jvenes Comunistas. La UJC ha sido la lder en la batalla de ideas junto a Fidel.

El da de la clausura del congreso aparece Fidel…caminando con su tradicional uniforme verde. En sus palabras pudimos respirar la palabra revolucin hecha en la prctica. La batalla de ideas le ha costado al pas menos del 2% de los ingresos en cinco aos. Le ha proporcionado, sin embargo centenas de miles nuevos camaradas. Una eficiencia revolucionaria sin precedentes.

En las palabras finales sigue Fidel invitndonos a la lucha. A los que critican al rgimen cubano de burcrata, le invito a que escuche tan solo una vez a un Presidente de cualquier pas hablando del gasto elctrico de un televisor, de esos que en la cifra de un milln forman parte de los hogares cubanos, o de la merienda en la escuela, o que las madres de los discapacitados cobrarn su salario tan slo por cuidar de sus hijos. No, nadie habla tratando de cambiarlo todo. Claro con la bendita excepcin del compaero Hugo Chvez.

Es una prueba ms que estamos en revolucin. A la que no renunciaremos por ms daado que est el mundo. Tenemos prisioneros de combate. Nuestros cinco compaeros detenidos en Estados Unidos son luchadores internacionalistas por defender la revolucin contra el Imperialismo y sus lacayos de Miami. Es se otro ejemplo de la permanencia de nuestra revolucin socialista, tenemos presos polticos precisamente en crceles norteamericanas. Termina Fidel sus palabras repitiendo: Viva por siempre el Socialismo! y al ritmo de “Arriba los pobres del mundo”…de la Internacional que se canta en Cuba, miles de jvenes levantaban las manos y daban fe de esta eterna continuidad.

El segundo ejemplo es la legendaria China, donde segn mi criterio ocurre exactamente el contrario. El Partido Comunista? de China dice que est construyendo el socialismo. Socialismo en un solo pas? No, de nuevo no! En lugar de disminuir la propiedad privada de los chinos se aumenta continuamente. Segn he ledo China es actualmente el destino favorito de los grandes capitalistas: El pas se ha convertido en una tremenda mquina exportadora: las exportaciones totales de China crecieron ocho veces a ms de 380,000 millones de dlares entre 1990 y 2003; 500 de las multinacionales ms importantes del planeta mantienen negocios e inversiones en este pas. Adems a fin de mitigar la tensin causada recientemente por los despidos masivos en las empresas estatales 45 millones de trabajadores en los ltimos cinco aos, Beijing ha permitido que extranjeros coloquen 450,000 millones de dlares en su economa Es la Economa Socialista de Mercado una transitoria NEP? No me lo parece. Si es tanto el poder econmico por qu razn 58 000 obreros se lanzaron a una huelga con todo y que son ilegales? Por qu se estima que el desempleo afecta a 23 por ciento de la fuerza de trabajo china, unos 170 millones de personas que han sido afectadas por las polticas de privatizacin, los ajustes en las empresas estatales por su baja productividad y las tendencias del incremento poblacional? Por qu asegura la Organizacin Mundial de la Salud que siete de las diez ciudades ms contaminadas del planeta se encuentran en la Repblica Popular China?. Ser que el medio se convirti en fin? Se corresponden los ndices sociales de China con su podero econmico? Y si vuelven a manifestarse las protestas de la Plaza Tiananmen de 1989 A quin apoyaremos? Al Partido Comunista de China, por el sofisma de llamarse Comunista? Puedo entender que coyunturalmente se encuentran resortes de eficiencia econmica, de hecho ya explique que Cuba lo est haciendo en algn sentido. Pero dnde est el antdoto de China? Cuntos chinos estn dando clases o curando enfermos en el continente asitico? Cul es su posicin antiimperialista? Esta es la diferencia con mi pas. En Cuba estn en pugna estas dos tendencias con amplsima ventaja para el Socialismo. En China el Partido Comunista invita a los empresarios a ser miembros del mismo. Lo que habr que reconocerle a China es que se haya convertido en la potencia capitalista mundial ms eficiente del planeta. Mas eso es un logro que no me apetece aplaudir. En China no se vive una revolucin socialista. Esto es independientemente que mantenga relaciones justas con pases en desarrollo (o subdesarrollados como debiera decirse). Siguen siendo relaciones comerciales. Tengo fe que la historia no se repita con China. Deca Carlos Marx que la primera vez los acontecimientos se presentan como tragedia (ya lo supimos) y la segunda como farsa. No estamos en condiciones para soportar una farsa

Mi tercer ejemplo es el de Venezuela. Ha triunfado en Venezuela una revolucin socialista? Esto lo sabremos en varios aos, cuando el proceso de la revolucin se vaya consolidando. Pero la pregunta que debemos hacer es la siguiente Se han radicalizado las posiciones del gobierno de Venezuela en el de cursar del tiempo? S. Lucha ese gobierno contra los males de la sociedad burguesa, buscando soluciones de otro carcter? S. Se verticaliza la revolucin bolivariana en los conflictos con el Imperialismo? S. Entonces es socialista la revolucin en Venezuela? Todava no lo podemos saber. No ha transcurrido el tiempo necesario, y tiene todava que saldar muchos obstculos. Cada uno de nosotros tendr sus anhelos, esperanzas y dudas en relacin a esta pregunta. Lo que importa es que hasta el momento cada intervalo de tiempo que transcurre en Venezuela es ms radical y menos capitalista que el instante anterior.

En Cuba fue una avalancha. Fue un trnsito abrupto que vena perfilndose desde mucho antes. Vivimos en otras dcadas , mucho ha llovido desde la milagrosa dcada del 60. Chvez y su proceso deben cargar con el mal sabor del fallecimiento del socialismo real.

Tienen compensaciones por supuesto. Como paradigma en el mundo emerge solamente la revolucin socialista cubana y no la URSS estalinista. Adems el antecedente de Bolvar es ms que oportuno. Bolvar ar en el mar por tener en su contra las nacientes burguesas nacionales. Hoy son stas aliadas abiertas del Imperio. Basta que Hugo Chvez aspire a arar la tierra que dej el libertador y automticamente se radicaliza el proceso… Lo mismo que sucedi en Cuba con Jos Mart. Para ser bolivariano hasta sus ltimas consecuencias, Chvez no podr pasar por alto las enseanzas de Lenin, Trosky, el Che y Fidel. No le ser posible trazar un puente del siglo XIX al XXI sin toparse con este pensamiento.

Si es cierto que este hombre se propone realizar una obra cristiana, no le quedar alternativa posible que aumentar cada da ms la magnitud que definiramos como SOC dentro de la revolucin bolivariana. De esta forma algn da como dijera el Che una vez “sin darnos cuenta” estaremos observando una autntica revolucin socialista con un marcado carcter internacional.

Por otra parte la revolucin diseada a travs de las mltiples misiones ( Robinson, Barrio Adentro, y muchas ms) confieren una especial semejanza con la batalla de Ideas desarrollada en mi pas.

La lucha abierta contra el latifundio que fue desplegada durante la campaa electoral del 31 de Octubre sumada a la guerra abierta contar la burocracia le confiere un alto valor al trmino SOC que definiramos previamente.

Entonces, hay buenas noticias. Contamos con dos revoluciones que se profundizan en Amrica Latina y abren nuevas esperanzas. Necesitamos muchas ms. Dos revolucionarios probados estn a la cabeza de ellas. Entonces es hora de volver a decir las cosas por sus nombres. Le tememos al vocabulario radical. Los que apelan al fin de los ismos e istas…no dicen si socialismo o revolucin socialista o partido comunista estn incluidos en la censura.

Por su parte Chvez dijo precisamente en su intervencin en el encuentro de Caracas: “Uno percibe el resurgimiento de una fuerza creciente cada da, en todas partes. Un resurgimiento moral, humano y poltico (…) En Argentina, Brasil, Espaa, Libia, Mosc, Irn estn ocurriendo cosas () hablan ruso, persa, espaol, portugus, pero es el mismo brillo, es la misma fuerza”…

De qu fuerza habla el Comandante Chvez? Cul es la nica fuerza en el mundo que puede presentarse como comn denominador por los humildes? El fantasma del Manifiesto Comunista, ese fantasma que recorri Europa en el siglo XIX y principios del XX, retoma vuelo en este siglo como nica alternativa a las desgracias por las que atraviesa la humanidad.

Precis el Presidente Chvez que, ante esta realidad, “es deber de todos los revolucionarios del mundo darle cohesin a un movimiento de ofensiva internacional y crear una red de organizaciones sociales y polticas”

Por otro lado reflexion: “No hay soluciones nacionales. Nos estn tratando de imponer la frmula de la globalizacin en su concepto o fase ms salvaje, que es el neoliberalismo, el problema es mundial y la solucin trasciende las fronteras de un pas”.

Y propuso, en ese camino de la ofensiva para salvar la humanidad, “organizar una red de pensadores y de pensamientos que vayan conformando una fuerza crtica, creadora, transformadora, que levanten las antorchas que iluminen el nuevo tipo de pensamiento que requiere la humanidad”.

Tres cosas! Fin de las fronteras nacionales para entender la lucha; cohesin y madurez de las fuerzas de izquierda (partidos polticos y movimientos sociales), y ofensiva del pensamiento radical. Basta ya de la fraseologa anquilosada del enemigo (terrorismo, derechos humanaos, democracia) En nuestro discurso debe aparecer con nuevas fuerzas las palabras de revolucin, socialismo…y lucha de clases. Para ser sincera sueo con la palabra Internacional. Frente a la globalizacin imperial solamente una palabra con esta fuerza puede ayudarnos.

Hugo Chvez acaba de lanzar un proyecto histrico en la reunin de Intelectuales, nos est invitando al sueo americano, pero al verdadero. En contrate con el de Bush que propone que Norteamrica se convierta en un territorio de propietarios, Chvez nos convoca a la creacin de la Patria Latinoamericana. Una patria latinoamericana que ser patria de todos los trabajadores del mundo. Y para hoy, para empezar a trabajar hoy. Las verdaderas metas son aquellas que nos proponemos ver cumplidas, aunque no lo logremos La Patria de Simn Bolvar, la Amrica nuestra de Jos Mart… Tiemblo al pensar en el proverbio que reza “A la tercera va la vencida”.

Dijo Chvez: “Este siglo es el de la verdad para nosotros, en este siglo tendremos patria y la patria es la Amrica Latino caribea; nuestra Amrica. Es tiempo de pensar y de hacer, la batalla es hoy y no maana, no perdamos tiempo, aprovechemos el tiempo. Nosotros estamos llamados a inventarla, a crearla libre, a liberarla definitivamente para bien de nuestros pueblos”.

Para este empeo no bastar aprender la historia americana y encontrar los resortes para la movilizacin de nuestros pueblos. Necesitamos mucho ms. Ms bien un ejrcito de pensadores y luchadores. En primer lugar debemos convocar la herencia del pensamiento socialista. Y como suele repetir Armando Hart hasta la saciedad “En beneficio de Inventario” Porque ellos tambin erraban, tienen esa licencia. Pero la herencia positiva de estos hombres le dar la mano a “nuestro nuevo presidente” en la batalla final americana.

Entonces solamente por hoy y tomando como referencia un reciente artculo de Carlos Alberto Montaner, me permito destacar en este tribunal de pensadores revolucionarios a Len Trosky.

Trotsky ostenta el record Gines del revolucionario ms difamado de la historia. En relacin a su persona muchos, incluso comunistas, sostienen sin querer una estrecha colaboracin con el enemigo. Trosky ha sido acusado de todo absolutamente: fascista, imperialista, asesino, de frenar la revolucin, de sectario… En el mejor de los casos al pensamiento trotskista se le considera innecesario, pues “es cosas de viejos”. Y entonces ahora hay que soportar que Carlos Alberto Montaner connotado enemigo de la revolucin cubana, lo acuse nada ms y nada menos que de haberse arrepentido en sus ltimos das de la revolucin y del socialismo, y haber abrazado la bandera del mercado y la democracia representativa. Es el colmo! Pero tenemos la culpa por restringir su figura a los llamados partidos “trotskistas”, como si no formara parte del elenco de actores de la Revolucin, como si no fuese el pensador marxista que ms nos haya alertado sobre el fin de la URSS. Mas que ningn otro, Trosky estudi los resortes que pueden llevar a liquidar una revolucin con todo y un partido comunista en el poder. El derrumbe del socialismo real es imposible de analizar y de entender si no se lee a Len Trosky. Y ese anlisis no est pasado de moda. Est a la orden del da. Vivi en carne propia los desmanes de la burocracia de un estado socialista en el poder, fue el que dise tericamente uno de los conceptos ms vitales para el pensamiento revolucionario. La revolucin permanente. No slo es injusto no colocarlo al lado de los mejores comunistas, sino que esto constituye una ausencia sensible en nuestra prctica revolucionaria. El internacionalismo, la revolucin permanente, y la inviabilidad del socialismo en un solo pas, son aspectos claves para la revolucin… Pero adems, de muchas cosas puede acusrsele, no de revisionista del marxismo. Si pec de algo es exactamente de lo contrario. El Che y Fidel han seguido sus pasos, aunque ellos no lo hayan sabido. La consigna “de crear dos, tres… muchos Vietnam” es la concrecin en la prctica latinoamericana de la Revolucin Permanente y el Internacionalismo.

Considerar a Trotsky en el pensamiento revolucionario es un deber de los comunistas, y no tan solo de los trotskistas. Dgase comunista y ya deber estar Len Trosky incluido. El trotskismo no es una corriente particular del marxismo. James Cannon, uno de los dirigentes fundadores del movimiento comunista de Estados Unidos dijo en 1942 “El trotskismo no es un nuevo movimiento, una nueva doctrina, sino la restauracin el renacimiento del marxismo genuino, tal como se expuso y se practic en la Revolucin Rusa y en los primeros das de la Internacional Comunista”

Dice Montaner: “en sus ltimos tiempos en Mxico, antes de que Ramn Mercader, hijo de una enloquecida cubana lo asesinara, Trotsky comenzaba a rechazar la idea de la tirana y descubra el valor de la libertad econmica y poltica y la importancia de la democracia formal”.

Y Trotsky haba dicho, en 1932 : “Slo un poderoso aumento de las fuerzas productivas y una organizacin justa, planificada , es decir socialista , de produccin y distribucin puede asegurar a los hombres a todos los hombres-un nivel de vida digno y confiarles al mismo tiempo el sentimiento inefable de la libertad frente a su propia economa”

Oh si! Si es esta libertad a la que se refiere Montaner… Trotsky le dio importancia mucho antes. En nombre de ella organiz el ejrcito rojo, trabaj al lado de Lenin, y a ltima instancia en nombre de esta libertad entreg sus mejores aos y su vida entera.

Pero sabemos que no, que se refiere a la libertad e impunidad que gozan los explotadores. A dnde habremos llegado en la injusticia con Len Trosky para que uno de los mayores enemigos del socialismo pueda hablar en estos trminos! Si permitimos que esto siga ocurriendo le estaremos acertando el verdadero golpe de muerte al pensador revolucionario Un golpe peor que el que le proporcionara Mercader en 1940. Y un golpe de esta naturaleza a Trosky es un golpe irreparable a las ideas del socialismo.

Por suerte Hugo Chvez nos regocij con la otra cara de la moneda. En la sesin de clausura del Evento de Caracas pronunci las siguientes e histricas palabras, al referirse a un libro de Len Trosky que compr en Madrid: “La revolucin permanente”, donde el revolucionario

bolchevique plantea que los problemas de cada pas no tienen soluciones

nacionales, sino que incluyen al resto de los pueblos” tesis que dijo

compartir plenamente.

Dicen que la mentira corre cien aos y la verdad la alcanza en un da. Esto demuestra que cuando se busca el camino con honestidad…..Todos esos caminos conducen….al socialismo. Se establecer en Caracas una oficina permanente anti-globalizacin. Quizs sea esta la primera oficina de la permanente revolucin

Por ltimo debo referirme de nuevo al artculo de Carlos Alberto Montaner, pues creo que de nuevo agarra los rbanos por las hojas. El seor protesta adems porque le llam terrorista. Y puede que tenga razn. Si el imperialismo llama terroristas a mis hermanos palestinos que luchan por la autodeterminacin de su pueblo en contra del sionismo; l no es terrorista, si los luchadores iraques en Faluya son terroristas por enfrentarse valientemente al ejercito mas fuerte y mas cobarde del mundo; entonces l no es terrorista, si los revolucionarios cubanos que se opusieron a un dictadura criminal y pro yankee, y en menos de siete aos conquistaron el poder y establecieron un autentica revolucin socialista eran terroristas; entonces l no lo es. Pero este seor es enemigo del pueblo de Cuba. Pretende que despus de cuatro dcadas conociendo cual es la dignidad volvamos atrs. Despus de que aprendimos a conocer el decoro de ser libres es imposible que el pueblo de Cuba se convierta “pacficamente” en una repblica corrupta fiel al imperialismo. Sus pretensiones de que mi patria se regrese medio siglo atrs y vuelva a ser el casino de los Estados Unidos son casi infantiles. Fidel dijo ms o menos que primero triunfar una revolucin socialista en los Estados Unidos, que una contrarrevolucin en Cuba.

Y en cuanto a mi persona y mi “revisionismo” le digo lo siguiente: Tengo la esperanza de que en Cuba no se instaurar jams aquella democracia formal, tan viciada y corrompida que l propone. Pero si as fuese, si por alguna razn la revolucin cubana fracasase, si aquellas fuerzas restauradoras de las que hablbamos arriba aventajasen a la impronta revolucionaria de nuestra batalla de ideas, entonces no se me ocurrir revisar otra cosa que no sean el nmero de balas de mi cargador y el can de mi fusil, y la nica corriente que tendremos los comunistas de Cuba y del mundo ser la corriente de aire que sople nuevamente en la Sierra Maestra Y le aseguro al seor Montaner que junto a m adems de Fidel, el Che, Marx y Lenin estar como el primer soldado de fila Len Trotsky. Ingresar con mucho orgullo las filas de los “terroristas” de Montaner.

Breve historia de Marcelo el alemn Gelman, su esposa Mara Claudia Garca Iruretagoyena y su agitada poca

Durante 1968, el ao del Mayo francs, del auge de la beatlemana, de Los Gatos y de Moris, en la Argentina el movimiento estudiantil secundario estaba bajo el control de la Fede (FJC, Federacin Juvenil Comunista). Y al conmemorarse el primer aniversario de la muerte del Che Guevara, a travs de la Coordinadora de Agrupaciones Estudiantiles Metropolitana (CAEM) la Fede convoc… a un pic-nic combativo en el parque Pereyra Iraola. La indignacin por tanta desfachatez menche1 motiv que un puado de alumnos del Colegio Nacional N 7 Juan Martn de Pueyrredn, lectores y distribuidores del peridico Con Todo2 y admiradores del MLN-Tupamaros hizo que nos conformramos como oposicin cuando al ao siguiente, el del Cordobazo, qued conformado el centro de estudiantes.

Por entonces, los alumnos del Pueyrredn ramos especialmente reprimidos por la polica a cambio de una confusin auditiva. Sucede que al manifestarnos bulliciosamente por las calles por ejemplo, en el ya mencionado da del estudiante cantbamos Pueyrredn, Pueyrredn, bom bom y de lejos pareca que decamos Pern, Pern, por lo que solan tirarnos gases y balas de goma.[3]

En 1968 fue abortado por la polica en Taco Ralo (Tucumn) un intento de foco guerrillero rural.[4] Se llamaba Destacamento Montonero 17 de Octubre y perteneca a una organizacin, las Fuerzas Armadas Peronistas (FAP) que a partir de ese fracaso se abocara a la guerrilla urbana.

Ese mismo ao, en la casa de un preceptor vinculado a las FAP5, que nos invit a su casa de Villa Urquiza, me reencontr con unos primos polticos a los que no vea hacia lo menos cuatro aos, cuando tena diez: Rosita y Guillermo Pags Larraya, hijos de un ex ministro radical.[6] Ambos eran alumnos del Nacional de Buenos Aires.

Un ao ms joven que yo, Guillermo estaba acompaado por algunos condiscpulos, entre ellos Mike Masnatta,[7] un tal Kauffman y Carlos El Ingls Ocampo.

A los del Pueyrredn, los del Buenos Aires nos parecan demasiado intelectuales y resabidillos: se la pasaban citando a Lenin e incluso a otros autores que jams habamos odo nombrar. Pero a pesar de estas prevenciones, rpidamente hicimos buenas migas, y en la poca del Cordobazo que sirvi de catalizador y a partir de nuestra comn pasin por la lectura,[8] terminamos conformando una pequea agrupacin llamada Accin Revolucionaria Estudiantil Nacional (AREN).

Gracias a nuestros vnculos con la CGT de los Argentinos9 y particularmente con dos de sus gremios puntales, la Federacin Grfica Bonaerense y la Federacin de Obreros y Empleados Telefnicos de la Repblica Argentina (FOETRA), conseguimos un cuarto en el entrepiso del local que tena la Accin Sindical Argentina (ASA).[10]

Fogueados en manifestaciones relmpago11 y en furtivas excursiones pictricas kuwait12 en mano, en aquel cuartito de ASA,[13]pintamos con gran emocin una enorme y roja estrella federal de ocho puntas y adentro el PV (Pern vuelve) con la v hecha con una tacuara y un fusil cruzados.[14]

AREN era una especie de Club de Tobi hiperpolitizado, pero a pesar o a causa de su nombre tan lleno de resonancias misginas como sugerente de pletrica carnalidad- carecamos absolutamente de chicas.[15]

Despus de contactarnos con almas gemelas de Rosario, Santa Fe, Crdoba y Tucumn y organizar una reunin de mochileros en el paquetsimo piso de los Masnatta en Alvear y Quintana, decidimos firmar nuestras acciones y documentos de una misma manera, alejada de las rimbombancias recontrarrevolucionarias de tantas siglas plagadas de erres: Movimiento de Accin Secundario.[16]

Gracias al espritu de la poca y a nuestra pasin por el meloneo17 el MAS creci mucho en 1970, y mucho ms al ao siguiente. Fue entonces cuando el MAS se refund en el Nacional de Buenos Aires del que mi primo Guillermo y el Ingls Ocampo haban sido expulsados y/o raleados.

De aquella camada recuerdo a Marcelo Ariel El Alemn Gelman, a Leo Churruca Rozjman, a Luis Coco Barone y La Negra Eugenio, a Ramn Momma Cesaris18 y seguramente me olvido de otros muchos que se incorporaron semanas o meses ms tarde. Haba, adems, bastantes pibes del Pellegrini. Y algunos del Moreno, e individualidades de otros colegios, pero no todava mucho ms.

La relacin entre el Buenos Aires y el Pueyrredn era muy estrecha, casi simbitica. No slo porque haban sido los dos colegios en los que se haba originado la movida original sino por razones de cercana fsica: para los del Pueyrredn era rutina tener que ir a volantear a las salidas del Buenos Aires, cosa que sus alumnos no podan hacer sin correr el riesgo de ser expulsados.[19]

Para 1971 habamos pasado a reunirnos en la Fundacin General Mosconi20 donde expulsamos a mi primo por jetn y de all en ms slo lo mencionbamos como El Rprobo o El Oprobioso.[21] Poco despus abrimos la unidad bsica Felipe Vallese en la frontera de Villa Pueyrredn y Villa Devoto.[22]

Fue la primera que tuvo la tendencia revolucionaria del peronismo en la Capital Federal. Y fue all desde donde decidimos que la mayora del MAS se disolviera en la Juventud Peronista territorial, de modo de hacer trabajo de base.

Para entonces yo haba terminado el secundario y pasado a los grupos intermedios de unas FAP que haban entrado en crisis. Fue en la Felipe Vallese cuando trab estrecho contacto con Marcelo, que era uno de los responsables del frente secundario el MAS junto con el Ingls Ocampo y Churruca Rozjman. Ellos tres, Ral Agustn Blanco y yo en nombre de los Grupos Intermedios(GI, reserva de las FAP) Hernndez y mi mejor amigo de entonces, Enrique Osvaldo Berroeta23 en nombre de las divisiones mayores de la FAP oscura (el sector ms peronista) y mi hermano Luis que viva en el local comenzamos a debatir a qu orga nos incorporaramos.

Haba tres opciones: Fuerzas Armadas Revolucionarias (FAR), Descamisados y Montoneros, pero a pesar de que los montos haban mandado a un grupo de cristianuchis a colaborar, encabezados por Clark Kent24, a nadie le convencan, no por ellos, sino por sus jefes: demasiada gomina, demasiado aroma a incienso y a sacrista.

El Alemn y el Ingls queran ir a las FAR, pero Agustn y yo maniobramos y logramos, no sin manijeos que, tras algunas reuniones plenarias celebradas en la UB con dos combatientes de los Desca, El Sordo y Germn, ingresramos a los Desca.[25]

Por distintos motivos tanto el Ingls como el Alemn, sin embargo, terminaran yndose para el lado de las FAR… donde se encontraran con un problema: mi primo, el Oprobioso, se haba inventado otro MAS (el llamado MAS cruzado) y se haba ligado con ellas.

Complicado, no? Sin embargo las diferencias polticas no deban ser tantas, porque ambos MAS utilizbamos los mismos documentos, de la poca fundacional en la que el Ingls, el Oprobioso, mi hermano, yo y hasta un buen pibe llamado Marcelo Hiplito Leandro Rodrguez26 habamos alternado nuestras plumas hasta no poder establecer quin haba escrito qu.

Desde entonces fui ntimo amigo del Ingls Ocampo, un gran tipo.[27] Pero no se me ha pedido que hable de l sino del Alemn Gelman, otro gran tipo. Resulta que fui amigo de Marcelo cuando ya haba dejado el colegio. Para saber de Marcelo alumno, nada mejor que recurrir a quien era entonces su amigo inseparable, Churruca Rojzman.

Leo y yo nos reencontramos hace ms de una dcada en el funeral de Marcelo en la Unin de Trabajadores de Prensa de Buenos Aires (UTPBA).[28] Y hace dos, otra vez, reunidos por la inmensa e inesperada alegra de conocer a Macarena, la hija de Marcelo y de su mujer que haba sido mi novia Claudia Garca Iruretagoyena.

Macarena tena veinticuatro aos. Marcelo fue asesinado cuando tena veintiuno. Y Claudia despus de haber sido llevada al Uruguay y de parir en Montevideo cuando acababa de cumplir veinte. Si no la mataron antes.

Leo y Marcelo se hicieron amigos antes de terminara la primera semana que pasaron en el colegio. Pero dejemos que lo cuente l:

Entr al Buenos Aires en 1969 y no conoca absolutamente a nadie. En ese momento haba divisiones mixtas y no mixtas, y a nosotros nos haba tocado una divisin exclusivamente de varones, lo que ya me puso mal. Miraba para todos lados pensando de quien podra ser amigo y ah cruc la mirada con la de Marcelo. Nos echamos el ojo antes de que terminara la primera semana de colegio.

Lo que ms nos una entonces era que los dos nos queramos pasar a una divisin en la que hubiera chicas, por lo que tomamos contacto con la gente de las otras divisiones. Y fuimos los nicos de aquella divisin que desarrollamos en una militancia poltica.

La poltica era entonces algo muy fuerte. O estabas en el ambiente de la poltica o no lo estabas. Eran dos ambientes bien diferenciados. Algunos de nuestra divisin se fueron incorporando con el correr de los aos a la militancia. Pero en ese momento ramos los nicos, entonces ramos medio parias dentro de la divisin. Y como fuimos haciendo relaciones con la gente de otras divisiones, ramos medio un grupo separado.

En primer ao, que supiramos, no haba un solo peronista en el colegio. Estaba la Fede, los troskos divididos como en siete grupos, del que el ms activo era la Tendencia Estudiantil Revolucionaria Socialista (TERS).

Como ramos anti PC y no nos gustaban los troskos, con Marcelo decidimos formar en 1970 una agrupacin propia que tena un nombre muy cmico: Comisiones de Lucha de Primero y Segundo Ao porque los adeptos que tenamos eran todos de primero y segundo ao. ramos apetecidos por las agrupaciones grandes. En ese momento empezaba a formarse un grupo muy fuerte que era el Frente de Lucha Secundario (FLS), que tena una parte clandestina, una especie de brazo armado que era la Accin Revolucionaria Socialista 8 de Octubre (ARS-8) [29].

De esas comisiones, que ramos ocho gatos locos, Marcelo y yo nos fuimos al peronismo y todo el resto al FLS. Tanto ellos que eran ms como nosotros, solamos poner volanteras30 en los claustros. Nosotros pedamos “El retorno incondicional de Pern a la patria y al poder” y abogbamos por la construccin nacional de una sociedad socialista e igualitaria.

ramos un grupo en el que los ms viejos tenamos catorce aos. Marcelo y yo ramos dos tpicos amigos adolescentes y pasbamos todo el da juntos. bamos al colegio, despus hacamos las reuniones, bamos a estudiar marxismo… porque estudiar marxismo era una obligacin… como estudiar ingls.

Y habamos aprendido de la vieja jotap -que se reuna en Florida y frente a las pizarras de La Prensa a buscar debate, discusin e incluso, si cuadraba, un poco de accin-a provocar polmicas.

Lo hacamos a la salida, en la vereda, buscando polarizar posiciones entre los dems estudiantes. Se ponan un trotsko y uno de nosotros a discutir y enseguida se formaba un corro de cincuenta… Y uno deca una cosa y otro deca otra cosa, y todos escuchando a ver si se llegaba a una conclusin.

Las posiciones eran casi siempre irreconciliables… nosotros ramos mucho ms populistas. Y el viento de la historia soplaba a nuestro favor.

Marcelo tena algunas caractersticas muy marcadas. Una de ellas que es que -supongo-habra sido escritor. No s si tan brillante como el padre, pero tena la vena de escritor y era adems muy inteligente. Tena capacidad terica y de abstraccin. Y tambin muy buena memoria. Vale la pena contar una ancdota: habamos empezado primer ao en el colegio con idioma francs. Y l en ese momento estudiaba ruso, que era una cosa rara.

Y cuando termina primer ao se fue de vacaciones con la madre a Mar del Plata y, me cont despus, se aburra muchsimo, as que se compr los libros de francs de segundo, tercero y cuarto ao, y cuando volvi de las vacaciones… hablaba en francs de corrido y saba la gramtica. Haba aprendido francs en un mes.

Discutir con Marcelo no era fcil. Tena la formacin stalinista del padre. Cuando se le meta una idea en el bocho era tremendo. Recuerdo que discutimos porque haba habido un terremoto terrible en Per, con como veinte mil muertos. Un desastre gigantesco. Y l deca que no haba que ayudar a Per, porque era ayudar a la burguesa peruana.

Era rgido… Claro que era un discusin puramente terica, porque aunque lo convenciera no podamos hacer nada para ayudar a los peruanos. Pero me acuerdo que me cost toda una semana hacerle entender que el desastre natural era independiente de la burguesa.

En 1972 hicimos una pintada adentro del colegio. Entramos de noche y pintamos con aerosoles los pizarrones de prcticamente todas las aulas. En cada uno escribimos una consigna distinta, casi siempre una frase de Pern o de Evita. Tambin le ponamos nombre a cada aula: Chacho Pealoza, Felipe Varela, Evita y as. Y cuando llegamos a nuestra aula, l quera ponerle John William Cooke y yo Arturo Jauretche.

Y nos pusimos a discutir. Y estuvimos discutiendo acaloradamente un rato… te imagins si llambamos la atencin e bamos presos por eso? … Pero tuvimos suerte: nos escondimos en el SUM (Saln de Usos Mltiples) y pudimos salir a la calle sin que nadie nos viera.

Recuerdo que al otro da nos vinieron a felicitar los de la ARS-8 y les dijimos, hacindonos los otarios: No s de que pintadas nos hablan. Fueron el hecho ms resonante del ao… hasta que los de la ARS-8 volaron una garita de vigilancia que haba dentro del colegio. Se supona que los de la ARS-8 eran clandestinos y que nadie saba quines eran, pero nosotros sabamos. Algunos pasaron despus a la UES.

Marcelo era hijo de padres separados. l pasaba mucho ms tiempo en mi casa que yo en la suya y los sbados sola quedarse a dormir. Encontraba el ambiente que no tena en la suya: mi viejo lo apreciaba mucho y eso haca que se sintiera cmodo.

Como saba de nuestra profunda antipata por el Partido Comunista, lo llamaba Bronstein.[31] En las vacaciones de invierno de 1970 fuimos a un campamento de la Fede en Sierra de la Ventana. El responsable era un cuadro del PC. Recalcitrante, arrogante, muy desagradable.

Fuimos con la idea de armar quilombo y al final abandonamos el campamento. Nos fuimos Marcelo, yo y otro chico al que convencimos.

Al ao siguiente, cuando ya nos habamos declarado peronistas y estbamos en el MAS, organizamos nuestros propios campamentos. Marcelo tena un pariente que era de las FAR32 que tuvo mucha influencia sobre l. Al principio, a Marcelo no le gustaba nada el peronismo y discutamos mucho sobre el tema.

l me acusaba de populismo. Pero despus abraz el peronismo… de una manera ms dogmtica. Al final, gracias a la influencia de aquel pariente, nos pusimos de acuerdo. Acordamos en torno de la idea de que para qu discutir… si en el peronismo estaba la gente. Los que discutan mirando siempre todo de afuera eran los intelectuales de izquierda. Con ellos no queramos saber nada.

Marcelo y yo nos declaramos peronistas y nos pusimos a buscar afanosamente por todo el colegio a otros pibes o pibas, lo que hubiera sido un premio mayor peronistas. Despus de mucho buscar encontramos dos pibes. Los cuatro refundamos el MAS, pero los otros dos pibes despus se fueron a la Juventud Secundaria Peronista (JSP),[33] as que nos pusimos a buscar gente de nuestro mismo ao, y oh sorpresa aparecieron cinco o seis.

El peronismo empezaba a cobrar fuerza en la clase media y la agrupacin creca. Y en 1973 ramos ms peronistas que los de la Fede.

En cuarto ao Marcelo y yo nos fuimos del colegio. No nos gustaba estudiar en un lugar tan elitista. Nos pareca una paja intelectual. Y ya en 1972 todos los del MAS nos habamos puesto a militar en los barrios. Fue ese ao cuando Marcelo y yo nos empezamos a separar, tanto en lo poltico como en lo personal.

l, pasado el primer ao, tena una visin crtica del peronismo. Y despus le perd el rastro a su militancia. S, s, que haba tomado contacto con el Peronismo de Base.

Lo volv a ver despus de casi dos aos, a fines del verano de 1974. Para entonces yo estaba entre quienes habamos decidido irnos de la JP de los Montos y formar lo que se llamo JP Lealtad. Marcelo tambin tena ganas de irse, pero en su caso, ms a la izquierda.

Recuerdo que para el 11 de marzo34 se hicieron dos actos, uno de Lealtad y otro de Montoneros. No puedo recordar por qu, pero ese da fuimos juntos con Marcelo: el me acompa al acto de Lealtad y yo fui al de Montoneros, donde me trataron de traidor. Esa noche nos la pasamos hablando todo el da de minas, porque l se haba puesto de novio con una chica del Nacional.

Lo volv a encontrar poco antes de que lo secuestraran, en 1976. Yo ya haba dejado de militar, porque la Lealtad se extingui en s misma en una situacin en la que todo estaba muy polarizado.

Nos encontramos como viejos amigos. Me dijo que l tampoco tena una militancia activa. Nos vimos dos o tres veces. l ya se haba casado y me habl de Claudia y de que iba a tener un hijo.

Retomo yo, Juan, el que fui Beto, El Pajarraco. La poca en que ms vi a Marcelo fue cuando Leo lo haba dejado de ver. Resulta que en el MAS haba un grupo de chicas-chicas, de catorce aos, los que ms grandes llambamos las pollitas: Marina, Isabel, Gabriela. Y cuando pasamos a militar en territorio y abrimos la primera unidad bsica de la tendencia en la zona sur, Circunscripcin 13, las pollitas se vinieron a Montserrat35 y con ellas trajeron a una cuarta, Claudia, con lo que las Pollitas fueron cuatro, como los Tres mosqueteros.

Claudia ingres a la JP con la misma alegra de quien ingresa a una murga. Por entonces y al igual que Gabriela cursaba el secundario en el Lengitas36 y an se pareca ms a El Pibe de Chapln que a la bella mujer en que se habra convertido cuatro aos ms tarde.

Desde la 13 se abrieron otras unidades bsicas en San Telmo y La Boca.[37] A m me gustaba Gabriela mi mujer desde hace treinta aos pero entonces no me daba ni cinco de bola. Un da fui a esperarla a la salida del colegio, pero haba faltado y me qued charlando con Claudia… y me empez a gustar Claudia.

Fue Gabriela, que era muy amiguera, la que hizo que me viera ms seguido con Marcelo y otros pibes como Isaac Benjamn Dricas, El Pato Fellini.[38] Y nos vimos ms todava despus, porque, en parecida poca, tanto l como yo, con mucho dolor, nos fuimos de la JP de los Montos.

El Alemn era un muchacho de pelo ondulado rubio cobrizo, tena grandes ojos verdes. Tmido, pasaba largas temporadas enfundado en ropas oscuras, en especial en un sobretodo negro, al modo existencialista, lo que me recordaba a Jackaroe, un personaje de El Tony, una revista de historietas muy popular, que los militantes solamos leer para matar la ansiedad entre cita y cita.

En agosto de 1973 comenc a salir con Claudia. Yo tena veinte y ella diecisis. Era muy delgada, con un aire de Rita Hayworth. Vivaz, ingeniosa, pizpireta, de conversacin atropellada y pronunciada miopa.

Tena dos grandes incisivos lo que hara que sus futuros compaeros de la UES del Colegio Nacional N 1 Bernardino Rivadavia, de San Juan y San Jos, la apodaran Conejo y me tena rematadamente tarumba de lo muy mucho que me gustaba.

En enero de 1974 ambos fuimos detenidos y llevados a Coordinacin Federal, pero logr hacerla zafar. En marzo entr a hacer una larga colimba en el cuartel de La Tablada. La nuestra fue una relacin tormentosa, plagada de peleas y reconciliaciones, que se extendi durante un ao hasta mediados de 1974, cuando ni siquiera el casco poda disimular la cornamenta.

Claudia tuvo ese ao muchos novios y yo qued al final de la lista, lo que comprend cabalmente cuando fui a un baile y varios compaeros alcoholizados a los que tena echando vapor por los odos, so pretexto de mi pelo rapado a cero, supusieron que deba permanecer a alguna institucin policial y me molieron a golpes.

En esa poca me senta muy desgraciado por ste y por otros muchos motivos entre los que se contaba mis recurrentes crticas al militarismo montonero, que cursaba semanalmente a su direccin a travs de la responsable de la zona sur Capital sin haber obtenido jams alguna respuesta.

Comenc a ser un estorbo para la organizacin. Y a juntarme en los francos con Marcelo, un alma gemela que comparta mis aprensiones.

Marcelo era un gran lector y, preocupado por la miopa que crea advertir en las direcciones de las organizaciones armadas, frecuent los arrabales de varias. Era muy sensible y era evidente aunque no le gustaba hablar de ello que le pesaba ser el primognito y nico hijo varn de Juan Gelman, por entonces desterrado bajo amenazas de muerte de la Triple A en Roma, donde oficiaba de vocero montonero.

El propio Marcelo me dijo una vez que cuando a los doce y trece aos, edad en la que yo jugaba al ftbol y no me perda un partido de mi amado San Lorenzo, l sola pasar los domingos leyendo al Che Guevara.

En aquella poca, de vez en cuando y de puro masoca, segua viendo a Claudia. Y en una de esas oportunidades ella me pidi que le presentara a mi amigo de los grandes ojos verdes. Arm la cita en la pizzera Santa Mnica de Rodrguez Pea y Rivadavia.

Y tuve la oportunidad de observar durante algunos minutos hasta que prudentemente consegu escapar cmo ella lo atrapaba. Porque, tal como suele suceder, fue ella la que lo elegi. Sus vivaces ojos marrones, sustentados en pmulos rotundos, se clavaron en los ojos verdeamarillentos de l. Y ya no los soltaron.

Desde entonces, Claudia y Marcelo se la pasaron cuchicheando en los rincones. l, que tena gran facilidad para las matemticas, quera resolver la ecuacin que le permitiera quedarse en el pas y correr la suerte de su pueblo (porque entonces as se hablaba, se senta y se pensaba, y Marcelo era un hombre ntegro).

Ella lo haca rabiar proclamndose partidaria del amor libre y excitando sus celos. Y en eso estaban cuando ella qued embarazada.

Se casaron sin pompa ni boato, sin iglesia ni sinagoga, y ese da, en el registro civil, accedieron a lo que la militancia poltica tena estrictamente prohibido: algunas fotos, una de las cuales es la nica de ellos juntos que suele publicarse en los recordatorios de Pgina 12.

Durante 1976 nuestras relaciones se interrumpieron… aunque nos seguimos viendo. Resulta que yo haba comenzado a salir con Gabriela, y la mam de ella que no me quera ver ni en fotos nos prohibi pisar su casa… pero en cambio les dio alojamiento a Marcelo y Claudia. Marcelo me tena celos. Gabriela estaba furiosa con Claudia por su supuesta deslealtad, pero igual nos veamos.

Pas con Claudia y Marcelo gran parte del da del 24 de marzo, da del golpe que es adems mi cumpleaos. Los tanques pasaban de contramano por la avenida Crdoba hacia el centro cuando llegu a la casa de la madre de ella, la psiconalista Mara Eugenia Casinelli,[39] en Ecuador y San Luis.

Llevaba conmigo material de Poder Obrero,[40] esa organizacin que, a diferencia del Ejrcito Revolucionario del Pueblo (ERP) y Montoneros, haba intentado evitar el golpe militar y propona una Asamblea Constituyente y Soberana.

Claudia haba comenzado a sugerirle a Marcelo que pensara en la posibilidad de marcharse lejos, quiz a Roma, con su suegro al que no s si haba visto alguna vez. Pero Marcelo se resista a la idea de dejar el pas.

A mediados de 1976, los amigos caan como moscas. Fulanito se enferm, informaba una voz por telfono, y era como si se lo hubieran llevado los extraterrestres. Marcelo y Claudia saban, como sabamos todos, que ya nunca volveramos a verlos.

Comenzaron a dormir en cualquier lado. Muchas veces en lo de su madrina de casorio, mi suegra. A veces en lo de algn amigo. Ocasionalmente, cuando tenan dos pesos, en un hotel.

Aquella noche, desgraciadamente, lo hicieron en casa de una abuela de l. Tengo entendido que pensaban instalarse all.

Sedientos de sangre, los sicarios llegaron primero a lo de la madre de Marcelo, donde golpearon y secuestraron a la hermana de Marcelo y a un amigo boliviano. Y de ah fueron a buscarlos. Cuenta Leo:

Quedamos en encontrarnos a cenar un lunes y fue justo esa noche cuando lo secuestraron. Yo me haba ido con unos amigos a Mar del Plata y cuando regresbamos se nos rompi el auto, por lo que llegu recin el martes a la madrugada.

Como Marcelo viva en la casa de un abuelo y no tena telfono, no le haba podido avisar.

As que dorm un rato y fui a su casa a eso de las diez de la maana. Toqu el timbre y sali un vecino con cara de pavura y me dijo: Raj, raj.

Tuve, claro, ms amigos desaparecidos, pero esa fue la primera vez que me toc directamente, tan de cerca. As que me fui a ver a un amigo que Marcelo tena desde la primaria y los dos juntos fuimos a ver a su mam, Berta Schubaroff.

La patota que secuestr a Marcelo y Claudia a la que, como era muy flaca, haca rato que se le notaba la panza fue la de Anbal Gordon, un asaltante a mano armada y asesino que haba puesto sus armas al servicio de la Triple A primero, y despus del golpe, de la SIDE, dirigida por el general Ren Otto Paladino.

Formaban parte de ella represores tan famosos como Carlos Ernesto El Indio Castillo, Osvaldo Paqui Forese, Csar Pino Enciso, Eduardo Ruffo y Ral Guglielminetti. La patota de Gordon los secuestr esa fra noche y llev a los cuatro a golpes a una centro clandestino de detencin:

Un antiguo taller mecnico en el que para ingresar se permitieron la lgubre humorada de gritar como consigna brete, ssamo!.

Ese lugar era Automotores Orletti, al que los sicarios llamaban con humor vitrilico El Jardn.

Orletti fue una cueva internacional, adscripta a la Operacin Cndor. All eran conducidos los secuestrados uruguayos, chilenos, bolivianos y paraguayos requeridos por los dictadores de sus pases. Y algunos argentinos que haban tenido actividad en ellos.

No hay un motivo claro acerca de por qu Claudia y Marcelo fueron llevados a Orletti. Lo ms lgico es que haya sido a causa del deseo de Gordon de echarle el guante a Juan Gelman.

Roma, es bueno recordar, no estaba fuera del alcance de la Operacin Cndor: a fines de 1975, Bernardo Leighton un ex ministro del gobierno chileno de la Unidad Popular y su esposa Anita Fresno haban sido acribillados a balazos.

La hermana de Marcelo y el muchacho boliviano fueron liberados al da siguiente y pudieron dar algunos datos: Que el lugar quedaba cerca de un cruce de ferrocarril; que Marcelo estaba siendo brbaramente torturado. A golpes, con picana, colgndolo de una roldana y sumergindolo en un tanque de agua, orina y excrementos.

La banda de Gordon era muy antisemita, hasta el punto de que haba cruces svsticas en las paredes de Orletti y un retrato de Hitler en su despacho.

En cambio, a Claudia, al parecer, no la haban torturado y era evidente que no la cuidaban a ella sino al nio que llevaba en su vientre.

Ahora sabemos qu pas: en octubre Marcelo fue asesinado y Claudia trasladada a parir a Montevideo. Al parecer hizo el viaje con los nios Anatole y Victoria Julien, de cuatro aos y dieciocho meses (quienes tiempo despus seran abandonados en una plaza de Santiago de Chile), an no se sabe en un avin de lnea desde Aeroparque o uno de la Fuerza Area Uruguaya.[41]

El cadver de Marcelo apareci una dcada despus, irreconocible, dentro de un barril de petrleo rellenado con cemento y arrojado en un canal de San Fernando. Tena un tiro en la nuca.

Lo haban tirado con varios otros e increblemente haba una denuncia hecha ante la polica de alguien que haba visto como lo hacan los esbirros de Gordon, por lo visto sin pedir la preceptiva rea libre. Entre los cadveres haba una chica embarazada casi a trmino.

Marcelo haba trabajado en la revista Gente y cuando fue reconocido por el equipo de Antropologa Forense, en 1990, fue velado en enero de 1990 en la UTPBA en medio de una emocionante reunin de sus amigos, que en algunos casos, como Gabriel Gutirrez y Leo, vinieron desde San Luis para despedirlo.

Claudia nunca apareci. Si hay algo que siempre estuvo claro es que haba dado a luz: no slo porque un sobreviviente la vio en Orletti juntando ropitas para el beb sino porque as se lo confirmaron a Juan Gelman adustos voceros del Papa murallas adentro del Vaticano.

En noviembre de 1976, me fui a exilio con cuarenta dlares, una valija de cartn y algunos discos de mi amado Spinetta.

El vapor italiano Cristforo Colombo hizo escala en Montevideo, donde atraves la ciudad por la rambla para despedir en Malvn a mi madrina y ta abuela. Muchos aos despus supe que pas cerca de la sede del Servicio de Informacin y Defensa (SID), donde Claudia estaba secuestrada.

Supongo que todava no haba sido llevada al Hospital Militar a parir a Macarena, pero no tengo la certeza. En cualquier caso, parece que una vez que arrancaron la beba.

Claudia fue llevada a un chupadero llamado Valparaso y de all la sac un polica paradjicamente apodado como ella: Conejo y la asesin. Ello habra sucedido poco despus de el 6 de enero, da de reyes, cuando Claudia cumpli veinte aos.

Los restos de Claudia, al da de hoy, todava no aparecieron. Si aparecen tendrn una ceremonia fnebre como la tuvo Marcelo: todos los que lo quisimos y tuvimos la suerte de sobrevivirlo pudimos reencontrarnos, abrazarnos y moquear un poco, un poco bastante.

Est a la vista que cometimos muchos errores. Lo seguro es que sin el sacrificio de esa generacin (los asesinados y desaparecidos, los que se fueron para siempre, los que el miedo les hizo un clic en el bocho, los muchos que enfermaron y murieron) la devastacin de un cuarto de siglo largo de ignomias sin contrapeso no hubiera podido haberse ejecutado.

Vislumbramos lo que se vena y le pusimos el pecho. Y perdimos. Ahora, cuando hace tanto que el futuro lleg, y no deja de llegar con su carga de horror infinito; cuando est claro que el nuevo nos milenio nos encontr dominados y con la bandera de la patria flameando sobre sus ruinas, todava abrigamos la esperanza de que el asesinato de pibes como el Alemn, el Ingls, Claudia, Polo y tantos otros queridos compaeros no haya sido en vano.

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  • Juan Salinas: Periodista y escritor.

Autor de AMIA. El Atentado. Quienes son los autores y por qu no estn presos (Planeta, 1997) y coautor de Gorriarn, La Tablada y las guerras de inteligencia en Amrica Latina (con Julio Villalonga, Mangin, 1993) y Ultramar Sur.

La ltima operacin secreta del Tercer Reich: la cruenta fuga en submarino a la Argentina de decenas de jerarcas nazis (con Carlos De Npoli, Norma, 2002) .

Tambin compilador de Mi Mensaje. El testamento silenciado de Eva Pern (Futuro, 1994).

Fue corresponsal de Brecha y Mate Amargo (quincenario del MLN Tupamaros) en los aos 80, cuando consagraba sus mayores esfuerzos al semanario cooperativo El Porteo.

Notas

[1] La FJC hara lo imposible durante los aos 80 por rescribir la historia, pero lo cierto es que durante los 70 sus dirigentes hubieran denunciado sin hesitar ante la polica a cualquiera que reivindicara como hroe mximo a Guevara (para el Kremlim, un heterodoxo) y, por cierto, nadie poda soar con llevar un prendedor con la efigie del Che lo que hubiera supuesto una detencin instantnea y una paliza y mucho menos una remera con su efigie lo que probablemente condenara al usuario a pasar una temporada en el Borda.

[2] Dirigido por el ex mayor y ex edecn de Pern Bernardo Alberte e identificado de una ojeada porque su logotipo era el puo cerrado que Ricardo Carpani hara clebre.

[3] Pern y el peronismo estaban proscriptos desde 1955, cuando ramos bebs. Y crase o no, la pronunciacin del mero nombre de ese hoy casi olvidado general haba sido objeto de rigurosa prohibicin y saba todava a subversin.

[4] Liderado por Envar Cacho El Kadri, Oscar Verdinelli y Beatriz Amanda Peralta.

[5] Juan Leandro Hernndez, recientemente fallecido.

[6] Ambos permanecen desaparecidos.

[7] Quien despus se fue a la Juventud Revolucionaria Peronista (JRP), crtica con toda razn del foquismo armado.

[8] Nuestros autores predilectos eran John William Cooke, Arturo Jauretche, Juan Jos Hernndez Arregui y Rodolfo Puiggrs entre los argentinos, y Vladimir Ilich Lenin y Mao Tse Tung entre los extranjeros.

[9] La izquierda peronista y no peronista haba ganado democrticamente la conduccin de la CGT a travs de la candidatura a secretario general de Raimundo Ongaro. Pero la burocracia no quiso entregar la sede de la calle Azopardo, por lo que se constituy la CGT-A, tambin llamada Paseo Coln porque tuvo sede en la cercana Federacin Grfica Bonaerense.

[10] Corriente democristiana que abogaba por el sindicalismo de liberacin liderada por el futuro diputado nacional y montonero Armando Croatto (desaparecido), All Alfredo Carballeda un antiguo militante de la Alianza Libertadora Nacionalista que como Rodolfo Walsh haba virado hacia la izquierda nos ofreca cursos de historia nacional.

[11] Adems de volantes, era de rigor tirar algunas molos (ccteles Molotov) y miguelitos (clavos de tres puntas) en la calzada para interrumpir el trnsito.

[12] Aerosoles, que eran nicamente de esa marca. En una de las primeras salidas que hicimos, en Lans y en apoyo a la huelga de los obreros de la Fbrica Argentina de Engranajes (FAE), casi todos fuimos detenidos y nos tuvieron que ir a buscar nuestros padres.

[13] Que acaba de sufrir un atentado con bomba incendiaria reivindicado por el Movimiento Nacional Justicialista (alias Monja), banda parapolicial conformada por una mixtura de miembros de Coordinacin Federal y de la Guardia Restauradora Nacionalista, escisin ultraderechista de Tacuara.

[14] Esto, que parece una pavada, no lo es y marcara mucho para bien y para mal nuestra futura suerte: nada le debamos a Montoneros, que debutaron ese ao secuestrando y matando al ex dictador Pedro Eugenio Aramburu. El que Dios se apiade de su alma del comunicado heda incluso a quienes, como yo, haban sido catlicos practicantes hasta haca muy poco a sacrista, lo que nos causaba gran desconfianza. Cuando casi todos terminramos (va incorporacin de los restos de las FAP, de Descamisados y de las FAR) dentro de Montoneros o de las agrupaciones que Montoneros controlaba, se nos hara pagar el precio de no considerarnos soldados obedientes y subordinados ciegos de sus jefes sino, ms bien compaeros de ruta ms jvenes que libremente nos habamos unido a ellos y aliados poco confiables por contar con criterio propio.

[15] Por lo que mi gran amigo de entonces, Enrique Keny Berroeta me acompa a Lomas de Zamora donde rematamos con xito la ardua tarea de melonear a nuestra primera Lul; una linda chica de un colegio britnico de la avenida Meeks de nombre Gabriela que por lo que se, sobrevivi al exterminio.

[16] El nombre, deliberadamente plano lo que hoy se dira de bajo perfil apuntaba a la mxima amplitud y nuestra voluntad de sumar. No se trataba de proclamarse revolucionario sino de serlo. Este MAS precedi y nada tuvo que ver con el posterior partido trotskista: fue el tronco principal de lo que a partir de fines de 1972 se llamara Unin de Estudiantes Secundarios (UES), exhumando el viejo nombre de la federacin peronista de los 50 con la que, por cierto, muy poco tuvo que ver.

[17] Pasin proselitista por ganar nuevos adeptos, para lo que los documentos eran importantes pero todava ms importante era saber ganar amigos.

[18] Cesaris fue asesinado por un polica que le dispar una granada de gas en el estmago a quemarropa en una manifestacin que se realiz en William Morris al cumplirse un ao de la encerrona en la cual murieron dos ex alumnos del colegio, Fernando Abal Medina y Carlos Gustavo Ramus, ambos tambin fundadores de Montoneros. La muerte de Momma nos caus una especie de estupor. ramos tan jvenes que, de alguna manera, no nos caba en la cabeza que furamos mortales.

[19] El MAS se distingua por utilizar papeles de color y con grabados antiguos o de Carpani, en lo que constitua un tcito repudio esteticista a los ilegibles volantes de los troskos, rematados por cuatro, cinco o ms largusimas consignas. Las nuestras eran claras y concretas: Por el retorno incondicional del general Pern a la patria y al poder, Patria s, colonia no.

[20] Que estudiaba el tema petrolero, presidida por Adolfo Silenzi de Stagni y en la que participaba, entre otros, Risieri Frondizi. Habamos conseguido reunirnos all gracias a nuestra amistad con el matrimonio Pollese, dirigentes de la Corriente Estudiantil Nacionalista y Popular (CENAP).

[21] La expulsin se debi a que Guillermo Pags se haba arrogado la condicin de dirigente y obtenido algunas prebendas honorarias, siendo nuestra direccin colectiva. Y tambin, me temo, porque Guillermo quera monopolizar los favores de dos de las nicas tres chicas con las que contbamos por entonces.

[22] El alquiler lo pagaba FOETRA gracias a nuestra amistad con Eladio Tate Martnez (a quien le debo mi apodo de Beto) y su hermano Oscar. Quedaba en avenida San Martn y Campana.

[23] Conocido familiarmente como Keny, y como Polo y Tango en la militancia, Enrique tena veinticuatro aos y cuatro hijos cuando l y su esposa fueron secuestrados por la Fuerza Area y llevados a la Mansin Dor. Convenci a sus secuestradores de que pusieran en libertad a su mujer. Pero a l lo pidi la patota de la ESMA, donde se perdi su rastro.

[24] Este compaero, D.P., siempre tuvo especial cuidado en preservar su verdadero nombre. Y como no le he pedido permiso para revelarlo, sigo preservndolo.

[25] Obligbamos a ambos a entrar por una puerta trasera, pero El Sordo nos aclar que, como trabajaba de taxista, se haba dado cuenta donde estaba, por lo que destabicamos el local. El Sordo, lo supimos despus, era Oscar De Gregorio, a quienes sus captores de la ESMA dejaron morir de una septicemia provocada por la herida de bala que le infligieron al capturarlo, tal como se narra en Recuerdo de la muerte. Germn, R.M., es un conocido publicitario.

[26] De familia obviamente radical y que despus, creo, llev una vida normal… lo que no deja ser excepcional.

[27] El Ingls era trabajador telefnico y delegado de FOETRA. En el invierno de 1976 la casa donde viva junto a una pareja de compaeros, Soledad y el Cholo, en los lindes de la villa La Cava (San Isidro), fue rodeada por las fuerzas conjuntas. Hubo un tiroteo, Cholo y Soledad murieron ah mismo y Carlos, herido, fue secuestrado. Poco despus, su cadver apareci irreconocible flotando en el Ro de la Plata. Habra sido llevado herido al Batalln de Infantera Naval N 3, cerca del parque Pereyra Iraola, y muerto de neumona tras ser estaqueado desnudo durante toda una noche.

[28] Marcelo fue velado all porque hasta poco antes de ser secuestrado haba trabajado en la Editorial Atlntida.

[29] Por la fecha de la muerte del Che. Estaba vinculada a una de las columnas en las que se haban dividido las Fuerzas Argentinas o Armadas de Liberacin (FAL).

[30] Cajas de zapatos llenas de volantes con un petardo que, al estallar, los desparramaba.

[31] Por el apellido de Len Trotsky.

[32] Las FAR se conformaron aun sin ese nombre para secundar al Che en Bolivia en los aos 60; se declararon peronistas al comenzar los 70 cuando tomaron brevemente la localidad bonaerense de Garn. En 1974 se fusionaron con Montoneros bajo el nombre de stos.

[33] Rama de Guardia de Hierro y del Encuadramiento de la JP (alianza Guardia de Hierro- Frente Estudiantil Nacional).

[34] Primer aniversario de las elecciones que gan El To Hctor Pedro Cmpora, que haba sido expulsado de la presidencia por la derecha peronista luego de los incidentes del 20 de junio en Ezeiza.

[35] En San Jos y Mxico. Muchos aos despus me enter de que en ese mismo local haba funcionado durante los gobiernos peronistas de 1946-1955 la unidad bsica N 1. Y que all se haba afiliado Evita.

[36] La Escuela Normal para Maestras en Lenguas Vivas John Fitzgerald Kennedy, que se encuentra en la Plaza las Heras, donde hasta los 60 estuvo la Penitenciara Nacional y en el 1956 se fusil al general Juan Jos Valle.

[37] En este caso fue la unidad bsica Descamisados de La Boca, cuyo responsable era Enrique Berroeta y que aun sigue existiendo aunque en otro lugar con el mismo nombre.

[38] Tambin alumno del Nacional. Se suicid con una cpsula de cianuro en 1976 para no ser capturado vivo. Martn Caparrs le dedic su primera novela publicada, No velas a tus muertos.

[39] Fundadora de Madres y, creo, tambin de Abuelas. Nunca dej de buscar a Claudia. Muri hace unos aos en Barcelona.

[40] Organizacin Comunista Poder Obrero (OCPO).

[41] Noticias de ltimo momento parecen indicar que habra sido en el vuelo 511 del Transporte Areo Militar Uruguayo (TAMU) de la Fuerza Area Uruguaya (FAU) que a principios de octubre de 1976 arrib al Aeropuerto de Carrasco con entre 14 y 16 civiles encapuchados. Dicho vuelo habra sido coordinado por el coronel aviador Jos Uruguay Arajo Umpirrez subdirector del SID; su piloto habra sido el mayor Walter Pintos y el copiloto el mayor Jos Pedro Malaqun, actual comandante en jefe de la FAU.

Se define en Carcas la batalla contra las IFIS

La existencia de los organismos financieros de crdito no es ajena al funcionamiento de un mundo en el que el mercado es el que manda y los pases pobres se endeudan con la ilusin del progreso, quedando atrapados en un crculo que no logran romper ya que forma parte del modelo vigente que imponen sus acreedores.

El Fondo Monetario Internacional (FMI), el Banco Mundial (BM), el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y otras instituciones financieras generaron en Amrica Latina y el Caribe un mecanismo de dependencia que ha favorecido durante los ltimos veinte aos el incremento de la pobreza y las profundas crisis sociales y polticas.

El sometimiento a las exigencias de las instituciones financieras internacionales (IFIs) ha llevado a los diferentes pases a privatizar sus empresas y servicios, y a la vez destinar los recursos de cada nacin al pago de los intereses de la deuda externa en lugar de invertirlos en las reas de salud, educacin, vivienda y mejoras sociales para la poblacin.

La profundizacin del modelo neoliberal a partir de la dcada de los ochenta vino acompaada de un incremento en el otorgamiento de crditos de las IFIs a los pases del llamado tercer mundo, a la vez que imponan sus exigencias en la aplicacin de polticas econmicas a favor del sector privado y los capitales transnacionales.

Comunidades campesinas e indgenas y organizaciones sociales de Amrica Latina y el Caribe han denunciado en diversas oportunidades proyectos de las IFIs que atentan contra el medioambiente, el derecho a la tierra y la autodeterminacin a la vez que favorecen el incremento de la miseria con el pago de una deuda externa que se ha tornado inhumana.

Con el fin de contrarrestar el poder de las IFIs, las transnacionales y las polticas de libre comercio que ellas apoyan, fortalecer y vincular luchas contra las polticas neoliberales del BID, el BM, el FMI y las dems IFIs, y abrir espacios para modelos alternativos, surgi en el IV Foro Mesoamericano realizado en Honduras en el ao 2003, con el apoyo de 200 organizaciones de Amrica, la Campaa S a la Vida, No a las IFIs.

Establecer los criterios de la campaa y las estrategias que se utilizarn de manera continental para enfrentar a las instituciones financieras internacionales es uno de los desafos que las organizaciones que participan de esta iniciativa tienen por delante.

Para ello la red de miembros realizar en Caracas, Venezuela, la Primera Reunin de organizaciones miembro de la Campaa S a la vida, No a las IFIs, los das 13 y 14 de agosto del presente ao.

Participarn de este encuentro organizaciones de Argentina, Bolivia, Brasil, Colombia, Costa Rica, Cuba, El Salvador, Estados Unidos, Guatemala, Hait, Honduras, Mxico, Nicaragua, Paraguay, Per, Repblica Dominicana y Venezuela, en el marco del 16 Festival Mundial de la Juventud.

Los objetivos de la reunin consisten en analizar la coyuntura internacional en relacin a las IFIs, socializar conocimientos y experiencias, definir estrategias comunes y establecer los criterios de la Campaa.

S a la vida, No a las IFIs apunta a apoyar protestas y denuncias, a la vez que se articula como campaa masiva de informacin a travs de la cual se exponga el papel de recolonizacin que cumplen las IFIs en nuestros pases.

Caracas, 11 de agosto de 2005