El viejo monje medieval

El viejo monje medieval
Sergio Ramírez
El Faro / Publicado el 15 de Diciembre de 2015

En la recién pasada Feria Internacional del Libro de Guadalajara, me tocó clausurar el Foro de Editores y profesionales del libro. Y empecé diciendo que siempre me ha apasionado saber cómo se sentirían aquellos monjes que copiaban los libros a mano, cuando uno de tantos días a mediados del siglo quince oyeron decir que allá afuera los libros empezaban a salir de las imprentas como bollos de los hornos de las panaderías, desde que un fabricante de espejos de Maguncia, perseguido por deudas, imprimía Biblias en una prensa de torniquete de las que servían para exprimir las uvas en los lagares.

Más que maravillados por las noticias, imagino que deben haberse sentido aterrados. De las prensas, además de Biblias empezaban a salir naipes de baraja y estampas de santos y salterios. Todo lo que los pacientes y dedicados monjes hacían antes, iluminando con sus pinceles las letras capitulares.

Es decir, aquella invención amenazaba con barrerlos. La mejor virtud de los copistas era la paciencia, y la paciencia dejaba de ser útil al conocimiento y pasaba a ser una de las reliquias del pasado. Ahora se imponía la velocidad, que nada tenía que ver con la paciencia, y mucho con la modernidad.

Nada sería lo mismo a partir de la imprenta. El conocimiento dejó de ser, como dice H. G. Wells, “un pequeño gotear de espíritu a espíritu, para convertirse en una ola inmensa de la que participarán miles de espíritus y, muy pronto, veintenas y centenas de millares”.

Aquella fue una revolución múltiple. Para la expansión del saber y para las comunicaciones. Si la Biblia iba a ser leída por muchos, debía dejar la cárcel del latín e imprimirse en los idiomas vulgares. Pero no sólo la Biblia. Los libros de caballería pasaron a ser best-sellers. Y El Quijote era leído por los criados en las antesalas de los caballeros.

Aquella revolución de la palabra impresa multiplicó sus consecuencias por los siglos venideros, y no hubo género de actividad humana que no llegara a afectar. La revolución cibernética, que es aún tan joven, empezó por afectar a la palabra impresa, y no hay tampoco género de actividad humana que no haya llegado a transformar, pero aún con mayor profundidad y dimensión, hasta hacer depender todo de la tecnología digital.

No existe nadie del oficio, o el vicio de la lectura, que no se haya sentido fascinado con el olor del papel y de la tinta. Oler los libros, pasar la mano por sus lomos, entrar por primera vez en sus páginas. Cuando los libros se vendían sin refilar, la tarea mecánica de abrir los cuadernillos las ejecutaba uno mismo, con un estilete. No hay, en cambio, ninguna sensualidad al acercar la palma de la mano a la fría superficie de la pantalla donde por arte de la ilusión virtual, están las letras que escribimos y que leemos.

No quiero, con mi nostalgia de monje medieval, despertar ninguna sospecha de que tenga horror frente al progreso que nos avienta hacia adelante. No hay duda que la civilización científica tiende siempre a la economía de medios y de esfuerzos, y agradezco ser su beneficiario. Como nunca, la tecnología está suprimiendo instrumentos mecánicos, aunque preserve por el momento el de la digitación. Ya el cerebro de la computadora, sin embargo, puede transformar nuestra voz en caracteres escritos, y los caracteres escritos en voz, y habrá un día en que podrá traspasar a la pantalla nuestros pensamientos.

Pero hoy en día, y otra vez tampoco me dejo llevar por el terror, es imposible recuperar un texto escrito en un sistema cuyo lenguaje electrónico ha dejado de existir. Los disquetes que guardan mi novela Castigo Divino, de hace un cuarto de siglo, no pueden ser leídos por ninguna computadora. Puedo leer un libro impreso en el siglo diecinueve, o antes, pero no puedo leer lo que escribí hace veinticinco años si no es en el papel, al estilo antiguo. Un argumento más para no dejar de creer en los libros de verdad.

Si es cierto que podremos leer de cualquier forma, mi previsión es que el libro impreso convivirá por largo tiempo con los formatos de libro electrónico. Ya lo estamos viendo; no es tan fácil sacar del mercado a los libros reales. La Feria del Libro de Guadalajara es un ejemplo más que palpable.

Pero en cambio, el acto mágico de escribir, de transformar la imaginación en palabras no tiene sustitutos mecánicos ni electrónicos. Ese acto de transferencia de la imaginación de una mente a otra, de la mente de quien escribe a la mente de quien lee, depende de la cifra única de la palabra. Sus variables son infinitas. Hay tantas imágenes transferidas a través de la palabra, como lectores existen. Una imagen diferente, propia, para cada lector, una imagen verbal construida por una mente y que puede ser descifrada por otra.

Para el monje con que he comenzado, sólo quedaban el olvido y la muerte; y cuando la polilla se comiera los pergaminos en los que había trabajado toda su vida, se lo comería también a él. Pero sólo tenía una manera de salvarse, y era salir a la calle, buscar los talleres donde se imprimían libros, meterse entre los tipógrafos, aprender a componer planas con los tipos móviles de madera, enterarse de cómo funcionaban las prensas manuales, de cómo trabajaban los encuadernadores. Es lo que hace don Quijote cuando ya al final de sus aventuras, visita una imprenta en Barcelona.

Y el monje de mi historia debe aceptar que el mundo tan antiguo en el que hasta entonces ha vivido se hunde para siempre en las tinieblas, y que en lugar de quedarse dando traspiés, debe asumir como propio el valiente mundo nuevo que se abre ante sus ojos dañados de tanto copiar.

Es lo que procuro hacer. Aunque siempre querré conmigo a los viejos libros con su aroma sin tiempo, para entrar cada vez en ellos con el asombro de la primera vez.

Arequipa, diciembre 2015

*Sergio Ramírez es escritor y político. Fue vicepresidente de Nicaragua entre 1986 y 1990, durante el gobierno de la revolución Sandinista. Sus novelas y cuentos le han hecho ganar numerosos premios internacionales, como el Alfaguara (1980), el Casa de las Américas (2000) o el Carlos Fuentes (2014).

Junto a las luchas del pueblo salvadoreño…Entrevista con Héctor Bernabé Recinos

Junto a las luchas del pueblo salvadoreño…Entrevista con Héctor Bernabé Recinos

SAN SALVADOR, 26 de noviembre de 2015 (SIEP) “Siempre he estado junto a las luchas del pueblo salvadoreño…”nos expresa Héctor Bernabé Recinos, destacado revolucionario y dirigente sindical de STECEL, FENASTRAS y el FAPU, a finales de los años setenta y principios de los ochenta del siglo pasado.
Una infancia entre fronteras

Agrega que su compromiso revolucionario “tiene que ver con la formación que recibí en mi familia, nací en 1946 en el barrio San Juan de Ahuachapán, de papá guatemalteco y mamá salvadoreña, por lo que viví mi infancia entre fronteras. Mi papá venía de una familia de hacendados. A finales de 1880 mis bisabuelos compran una hacienda en el municipio de Comapa departamento de Jutiapa, que tiene un obraje de añil y tenía un casco colonial, a esta edificación le reconstruyeron el techo con madera sacada de arboles que habían crecido dentro de la casa, según contaba mi abuelo y que a sus papas o sea a mis bisabuelos paternos, los habían asesinado unos salvadoreños porque sabían que ellos cada día sacaban el dinero a asolear en camas de dormir en el patio de la casa.
Estos fueron capturados en Turín Ahuachapán y después fueron fusilados. Mis bisabuelos con dos hijos varones y mi abuela eran originarios de San Ignacio, Chalatenango, quienes cruzaron la frontera a Guatemala al departamento de Jutiapa y llegaron a Jalpatagua, mi abuela que se llamaba Placida Rivera, quien se caso con mi abuelo Lorenzo Recinos, de este matrimonio nacieron doce hijos siete hombres y cinco mujeres y mi papa Juan Isidro Recinos fue el segundo quien se caso con mi mama Felina Aguirre quienes procrearon cinco hijos, tres hombres y dos mujeres, siendo yo el segundo después de mi hermana Agripina.
Fíjate que fue precisamente mi bisabuela Florencia quien tenía cerca de noventa años, la que me regalo mi primer libro, era un libro de poemas del cubano José Martí, pues yo aprendí a leer como a los cinco años y ella mantenía correspondencia con una amiga hondureña y me acuerdo que yo le llevaba las cartas al correo.
Empecé a estudiar en la escuela el pueblo de Comapa cuando tenía siete años de edad ya que no te recibían con menor edad, y me acuerdo que fue ahí que viví a esa corta edad la experiencia del derrocamiento de Arbenz en junio de 1954. Las reuniones de los terratenientes opuestos al gobierno progresista del Coronel Jacobo Arbenz, se realizaba en la casa de mi abuelo que era el cuartel de los terratenientes, que abarcaba casi media manzana en el pueblo. En esta casa circulaban revistas que narraban las supuestas atrocidades que cometían los “comunistas” así como propaganda a favor del Coronel Castillo Armas. Al final se llegó la hora del combate…
Era muy interesante las divisiones al interior de los sectores acomodados del pueblo, ya que mientras los comerciantes eran arbencistas los terratenientes eran castillistas. Y es que lo que se decía era que Arbenz iba a repartir las tierras, el gran lío era la reforma agraria. Me acuerdo que esa noche que inició la invasión nos metieron debajo de las camas para protegernos…
Mi familia era muy conocida en el pueblo, y como mi papá vio que no había luz decidió instalar una planta y puso la luz, a mi me tocaba andar cobrando en las casas, -bien pequeñito estaba-el quetzal por foco. Después se le ocurrió a mi papá instalar el agua potable, así como se postulo para alcalde pero no ganó. Esa vez que lo derrotaron fue la única vez que lo vi borracho, pero no llegó a la casa. Por cierto mi abuelo había sido alcaldesa del pueblo de Comapa y por eso creyó mi papa que lo elegirían como alcalde.
La hacienda se llamaba San Antonio El Tempisque. Con mis hermanos nos criamos entre caballos, vacas, cerdos y gallinas; sembrando, cultivando la tierra. Tanto mi abuelo como mi papá comían con los peones, con los mozos y claro la misma comida. Muchas veces por las noches me escapaba a la cuadra de los mozos para estar con ellos y escuchar sus historias y sus canciones, eran fascinantes las historias para mí ya que soñaba con ellas.
Todavía tengo muy presente el fuerte olor a sudor que despedían sus cuerpos al yacer tendidos en promontorios de ramas y basura de frijol. Esas vivencias únicas con estos trabajadores pienso que me ayudaron a forjar mi carácter y a definir el rumbo de mi vida. Y fue la educación en mi hogar la que me llevó a cultivar estas relaciones, a valorar lo que cuesta el trabajo y mi identidad con los trabajadores, y sin perder mi vida como niño. Por otra parte, mi mamá le enseñó a leer a mi papá y en la casa se leían Las Mil y una noche y se contaban cuentos mágicos…
Luego me fui a estudiar la primaria a Guatemala mientras que la secundaria la hice en Ahuachapán. Me acuerdo que perdí el cuarto grado porque me dio fiebre reumática. El quinto y sexto grado lo hice en Jalpatagua, en la escuela Dolores Bedoya. Para esa época aprendí a destazar chanchos y vacas, trabajo de carnicería de mi tío Mariano quien era alcohólico y su esposa me mandaba a cuidarlo en ancas de la mula, pero él me compró mis mejores zapatos de mi niñez, y me gustaba tanto que descuide mis estudios y saque malas notas y mi papá se enojo mucho.
En 1961 inicie en el Instituto Humboldt de Ahuachapán el primer curso de Plan Básico, mi papá me pagaba un pupilaje que valía quince colones al mes. Pero también comencé a trabajar en una ladrillera, de cargar el horno y descargarlo. Para las vacaciones regresaba a casa en la hacienda y a trabajar para tener dinero para el próximo año.
En 1964, cuando cumplí 18 años, saque mi cédula y ya para ese entonces yo me costeaba mis gastos. Y fui entonces parte de las primeras cuadrillas de trabajadores contratadas para un nuevo proyecto de Geotermia en Ahuachapán, en Los Ausoles. Entre a trabajar como peón ganado 41 centavos de colón la hora. Y por la noche estudiaba y así logre sacar el bachillerato y fui promovido a ordenanza. En 1967 el director del proyecto de Naciones Unidas, un inglés, Físico, de nombre Guy Darrell Bayle me propone que me vaya a ayudarle a San Salvador y acepto, porque era mi oportunidad de seguir estudiando..
En San Salvador las oficinas de este proyecto llamado estudios Geotérmicos, estaban en la Col. Flor Blanca. En los días libres Darrell me llevaba su taller ayudarle haciendo sondas para medir temperatura, en las cuadriculas de orificios de 1 metro para establecer la periferia del campo geotérmico en Ahuachapán. Por esta época quise empezar a estudiar en la Universidad Nacional pero la situación se iba poniendo complicada, además nace mi primer hijo, Alexander.
En 1968 se inaugura el Laboratorio Geotérmico y vienen especialistas y científicos de todo el mundo. Me quedo trabajando en este laboratorio como ayudante de laboratorio y llego a Analista Geoquímico. Incluso en esa época en la UES se tenía una unidad de Vitrioplástico y aprendí a soldar vidrio, y hacíamos estructuras de tubo de vidrio y balones para gases y así poder analizarlos en el espectrógrafo de gases.
Ya a esta altura estamos hablando de 1972, los proyectos y el Laboratorio formaban parte de CEL. En 1970 el programa de la ONU se retira y asume CEL la conducción del Proyecto Geotérmico. Algunos jefes maltrataban a los trabajadores y esto me causaba mucha molestia, lo rechazaba por mi formación democrática. A los que más maltrataban era a los trabajadores de construcción de líneas en Soyapango, que eran los más sacrificados en el trabajo. Eran obligados a trabajar sin horario definido, a veces las 24 horas continuas sin permitirles irse a sus casas, recibían castigos consistentes en suspensiones de 15 días a un mes sin goce de sueldo, insultos humillantes, etc.
Primeros esfuerzos por construir STECEL.
Y es en la Subestación de Soyapango que surgen los primeros esfuerzos por construir un sindicato. Entre los iniciadores se encontraban José Arnulfo Grande, Alfredo Represa, Raúl Santillana (que fue nuestro abogado asesor y por esto lo despiden) . Fíjate que los trabajadores de las dos primeras juntas directivas del sindicato, te hablo de los años 69-70 y 70-71, fueron despedidos en su totalidad porque la patronal se enteró del esfuerzo y reaccionó con todo, y por lo tanto no se pudo formar el sindicato. En este primer momento recibimos asesoría de SIES para formarnos pero descubrimos que había una clara voluntad de la empresa CEL para impedir que naciéramos, y no solo de la CEL sino también del Gobierno e incluso de la Oligarquía.
Y la única manera como pudo formarse fue de una manera nada tradicional, aprovechando hábilmente las contradicciones entre partidos de derecha, derivadas de la coyuntura electoral de 1972. Iniciamos una relación nada más y nada menos que con el Chele Medrano, Director de la temida Guardia Nacional, por medio del asesor jurídico, que tenía un hijo que trabajaba en la CEL y que era parte de este esfuerzo sindical.
Iniciamos pláticas y le ofrecimos nuestros votos para su partido a cambio de nuestra inscripción, ya que era candidato presidencial por el minúsculo partido FUDI, el del Gallo. En estas pláticas lo acompañaba un personaje nefasto, el abogado Salcedo Gallegos. Lo convencimos, no sin antes amenazarnos que si no sacaba su candidatura nuestros votos nos iba a “colgar en esos palos.” Y para cerciorarse de nuestro compromiso incluso envió fotógrafos de la GN para que nos retrataran de frente y de lado.
Y él mismo Medrano se encargó de llamar al Ministro de Trabajo para que nos inscribiera. Y a mí me toco andar buscando a trabajadores para sacarles la firma y completar el 50 más uno de trabajadores, requerido para obtener nuestra personería jurídica. Literalmente me tocó andar “jalando bolos” que encontraba en los bares que entonces había a lo largo del Bulevar Los Héroes, entre estos El Yate, etc. Los tenía que convencer y llevarlos a firmar a las oficinas de la CGS que estaban en el centro de San Salvador.
Para esa época estaba ya avanzada la decisión de 11 sindicatos para desafiliarse de la CGS y constituir la Federación Nacional de Trabajadores Salvadoreños, FENASTRAS. Y nosotros llegamos a sumarnos a este esfuerzo. Y los que más participaron fueron los jóvenes, los que tenían menor de cinco años de laborar en la empresa. Nuestro sindicato venía de pelear incluso sin personería jurídica porque estaba integrado per el sector más maltratado, más sufrido pero a la vez el más radical, el más combativo…los que construían las torres, los que se subían para revisarlas, los que iban a chapear las brechas, el que no llevaba agua ni comida se quedaba ayunando todo el día…
En lo personal no experimente maltratos en la CEL, pero los observaba. Y estaba comprometido con la causa sindical. No participe en la primera junta directiva de STECEL sino que entró en la segunda, que va del año 1973 a 1974. Nuestro sindicato se caracterizo desde su inicio por ser un sindicato con mucha autonomía y con mucha fuerza, teníamos la capacidad financiera para sostener huelgas, de pagar asesor jurídico, que por cierto era Raúl Santillana, que fue despedido ya para la segunda junta del sindicato, el papá de él era el motorista del director y también fue despedido.
Se fue para México a estudiar pero luego regreso y se convierte en nuestro asesor jurídico. Para esa época teníamos un 80 por ciento del personal afiliado al sindicato, incluyendo a ingenieros. Y la moral sindical era tan alta que nos permitía que además de la cuota sindical, los afiliados aportaban dos días de salario al año para mantener y fortalecer el sindicato.
En el año 75 y como parte de STECEL y de FENASTRAS participo en el Frente de Acción Popular Unificada, FAPU, que aglutina a amplios sectores populares. En el 75 con la constitución de la Resistencia Nacional, RN, una parte del FAPU se convierte en el Bloque Popular Revolucionario, BPR, bajo la dirección de las FPL, y otra parte, después de lo de Roque, junto con el nombre, queda bajo la conducción de la RN.
Ingreso a la Resistencia Nacional, RN
En el año 74 acostumbraba ir a visitar a compañeros del FAPU que tenían un local en la Col. Santa Lucía. Ahí conozco al profesor Mario López, que era un reconocido dirigente magisterial de ANDES 21 de Junio y además dirigente de la Organización Revolucionaria de los Trabajadores, ORT, que en esos momentos formaba parte de la RN. Es de aquí que vienen Carlos Arias, Saúl Villalta, el mismo Carlos Ascensio. Mario López, posteriormente el Comandante Venancio, que asesinan en diciembre de 1993, ya después de los Acuerdos de Paz, fue el primer contacto político que tuve, y ellos nos dieron escuela política.
Considero que la Resistencia Nacional es la única organización guerrillera que nace del movimiento de masas, como una necesidad para conducir el movimiento de masas, y de ahí todos tienen el partido y el movimiento de masas.
En los años 75-76 como FAPU iniciamos un proceso de planificación estratégica junto con los demás sectores, campesinos, estudiantes universitarios y de secundaria, etc., orientado al combate contra la dictadura militar. Y en este marco de lucha se desarrolla un intenso debate de ideas, porque debatíamos y luchábamos, luchábamos y debatíamos, las FPL-BPR nos pasamos varias reuniones debatiendo con el compañero secretario si era Dictadura Militar Fascista o Tiranía Militar Fascistoide, con todo el sectarismo que existía, avanzábamos en la lucha popular, coordinábamos, sacábamos acuerdos, incluso muchos se integraban a tareas comunes y actividades, la gente confiaba y se incorporaba a la lucha popular.
A esta altura poseía una mayor comprensión del proceso político, una mayor formación ideológica que me permitió asumir mayores responsabilidades en STECEL; primeramente en Finanzas, luego en relaciones, y por cierto conseguí pisto para el periodo, y finalmente en la secretaría general para el período 1977-1978. Ya para este periodo FENASTRAS tiene un fuerte peso sindical, aglutinábamos a los trabajadores de las ramas estratégicas de la economía del país: agua, transporte, puertos, energía, trenes etc. Y nos habíamos educado en la escuela de la solidaridad sindical.
En 1979 al enterarnos que los cuerpos de seguridad tenían sitiado a dirigentes sindicales en la fábrica de Bebidas y Gaseosas, decidimos como STECEL impulsar un “apagón” o sea suspender la electricidad, en solidaridad para así evitar que fueran reprimidos nuestros compañeros y compañeras. Por cierto cuando negociamos la reanudación de labores con el Ministerio de Trabajo, aprovechamos para impulsar que les fuera concedida la personería jurídica a la Federación Sindical Revolucionaria, FSR, el brazo sindical del BPR. Estas actividades estaban vinculadas al accionar de Vanguardia Proletaria, VP, el esfuerzo sindical del FAPU. En estos momentos me encontraba ya en la semi-clandestinidad debido a mis responsabilidades en la conducción de STECEL y FENASTRAS. Tuvimos varios locales de FENASTRAS, estuvimos en la Quinta Calle Oriente, cerca del Parque Centenario.
En 1979 paso a integrar la dirección de la Resistencia Nacional. Ese año nos asesinan a Oscar Interiano, dirigente sindical de Sacos Cuscatlán apareció en la Metapan enterrado y quemado del cuerpo con acido sulfúrico; en el marco de una huelga de los trabajadores de la fábrica DIANA, nos asesinaron otro compañero los policías que contrataba del Palacio Nacional y lo velamos precisamente ahí, en el portón principal de esta empresa.
Asimismo forme parte de otro agrupamiento amplio, el Foro Popular, y luego del golpe de estado del 15 de octubre de 1979, participen las negociaciones que condujeron a que el Dr. Guillermo Manuel Ungo fuera integrado a la primera Junta de Gobierno. Lo negociamos con el Coronel Abdul Gutiérrez, asimismo participaba en reuniones con integrantes de la llamada Juventud Militar, que habían dado el golpe pero fueron luego desplazados, y eran en su mayoría tenientes, capitanes y mayores. Supimos que cuando se integró en la segunda reunión el coronel Guillermo García en el cuartel San Carlos, como Ministro de defensa era la CIA la que se integraba al nuevo gobierno.
Debo señalar que la conformación de esta Primera Junta de Gobierno, nos permitió como movimiento popular retomar los contactos y lo más importante retomar la calle, la cual habíamos perdido por la represión. Y abrió el espacio para la unidad de la izquierda, y la creación de la Coordinadora Revolucionaria de Masas, de cuya dirección forme parte, en representación del FAPU, junto con Beto Ramos y el Dr. José Napoleón Rodríguez Ruiz. Y también estaba Saúl Villalta. La marcha del 22 de enero de 1980 convocada por la CRM fue una prueba de nuestra capacidad de organización y de movilización, para todos nosotros en el movimiento popular. Y como sabés fuimos golpeados, nos dispararon y disolvieron esta gigantesca marcha.
Nosotros como FAPU después de esta marcha seguimos en la calle, pero esta vez con la suficiente autodefensa para evitar y lamentar sorpresas, me acuerdo que hicimos una marcha muy combativa y numerosa que salió de Soyapango, era en contra de la represión y en contra de la creación del INPEP. Ya para esta época presenciábamos el asesinato de decenas de compañeros sindicalistas, que amanecían en las calles degollados, a mediados de ese año 1980 el movimiento de calle ya estaba cediendo, iba mermando.
El 22 de agosto nosotros como STECEL paralizamos el país quitando la electricidad, en protesta por la represión del régimen y somos luego encarcelados y el sindicato ilegalizado. Esta acción marca un antes y un después en la coyuntura., marca el fin de la lucha política de masas y el paso al proceso de lucha armada. Ya no podíamos seguir sacrificando a nuestras bases y cuadros sindicales y populares, los costos en vida eran altísimos. El 22 de agosto marca la ruptura con una etapa y el paso a otra.
Después de la acción a nosotros como directiva de STECEL nos captura la Guardia Nacional. Pasamos 71 días en el cuartel de la Guardia Nacional. Cuando estábamos capturados se produce un ataque militar guerrillero a estas instalaciones y pudimos presenciar el pánico de los guardias así como su odio hacia nosotros, nos querían matar. Luego nos trasladan al penal de Mariona, pasamos presos más de cuatro años y luego nos permiten exilarnos en Holanda. Continuara…

De revolucionarios, partidos y utopismos. Algunas reflexiones en torno a la izquierda mexicana

De revolucionarios, partidos y utopismos. Algunas reflexiones en torno a la izquierda mexicana
Alejandro González Gutiérrez*

Polít. cult. no.43 México mar./jun. 2015

Transformaciones culturales e ideológicas

De revolucionarios, partidos y utopismos. Algunas reflexiones en torno a la izquierda mexicana

Alejandro González Gutiérrez*

  • Licenciado en historia, Escuela Nacional de Antropología e Historia (ENAH), México. [erebo2403@gmail.com].

Resumen
En este ensayo se hace un análisis histórico sobre la política, la ideología y la postura de la izquierda comunista mexicana frente al Estado a lo largo del siglo XX. A partir de la experiencia del Partido Comunista Mexicano, el objetivo es arrojar una luz sobre la naturaleza histórica del sistema político mexicano a fin de comprender que la contención de las oposiciones políticas se logró mediante un complejo mecanismo de concesión y coerción.
Fue gracias al empleo de ese mecanismo dual que el régimen logró afianzar su proyecto político en detrimento de otras propuestas como fue el caso de la izquierda. Frente a la imposición del neoliberalismo, este ensayo busca abrir espacios de reflexión sobre los retos, límites y alcances de la izquierda en el pasado y el presente.
Palabras clave: izquierda mexicana, Partido Comunista Mexicano, Internacional Comunista, sistema político mexicano, régimen priista.

El objetivo de este trabajo es elaborar una serie de reflexiones que nos ayuden a comprender la naturaleza histórica del sistema político mexicano, al recorrer los caminos, en ocasiones fructuosos a veces sinuosos, de la izquierda comunista que se formó en este país en la segunda década del siglo XX. Dicha empresa no pretende realizarse sobre la ya conocida sentencia rankeana, donde “el historiador sólo debe mostrar lo que realmente ocurrió”,1 sin recurrir a sus afectaciones e intereses personales.
Invitación a la objetividad pura que se evidencia pronto en falacia, pues la no-postura es, por sí misma, una toma de partido que deviene de intenciones determinadas por la subjetividad de aquel que emite tal juicio. A lo largo del siglo XX no fueron pocos los historiadores que desdeñaron la identificación del historiador con un científico que, sin piel ni alma, se dedica a develar los misterios ocultos en los muchos hechos del pasado mediante la abstracción de su propio presente.
En la órbita de subvertir aquel posicionamiento erudito, el ya clásico Marc Bloch advertía que en una investigación “el conocimiento del presente es directamente más importante todavía que la compresión del pasado”.2 En la misma tónica, Lucien Febvre admitía que la realidad habla sólo mediante la existencia de un sujeto que está ahí para interrogarla, que actúa en función de volver la historia un problema que intenta resolver para después elaborar nuevos problemas.3 Historia problema que trata de fundamentar un discurso científico lleno de vida y de afectación constante, donde el historiador marca las pautas a descubrir a partir de recuperar los intereses de su propio tiempo.
Aún más allá de este escenario enfocado en el oficio mismo del historiador que surge de las aportaciones metodológicas de Annales, Jean Chesneaux recurría a la reflexión de la relación colectiva que los sujetos tienen con el pasado para recuperar la historia como necesidad praxiológica. En su perspectiva, el acceso al pasado cobra sentido no sólo si parte de un presente en marcha, sino que además de ayudarnos a “comprender mejor la sociedad en que vivimos hoy”, sirve para saber “qué defender y preservar, saber también qué derribar y destruir”.4
Difícil es sostener que la historia, incluso cualquier ciencia, puede gozar de neutralidad así sin más; sólo como mudas observadoras del cumplimiento teleológico de aquel progreso prometido por los próceres de la modernidad en la Europa decimonónica. Como bien decía Walter Benjamin, a propósito de su objeción al historicismo, el rostro oculto de la objetividad deviene en un procedimiento de empatía con el statu quo impuesto por los hombres que dominan hoy bajo la herencia de aquellos que vencieron alguna vez.5
Así pues, a decir también de Josep Fontana, el reto consistiría en recuperar la historia como interpretación de lo real, como proyecto “de arrancarla a la fosilización cientificista para volver a convertirla en una técnica: en una herramienta para la tarea del cambio social”.6
El referente inmediato para elaborar nuestro análisis sobre la izquierda mexicana y de ahí al sistema político en su conjunto, será la obra del historiador británico Barry Carr, La izquierda mexicana a través el siglo XX.7 Al igual que Carr, cuando hablamos de izquierda nos referimos principalmente a aquellos hombres y mujeres que se organizaron en torno al Partido Comunista Mexicano (PCM).
Con ello no queremos decir que el PCM fue el único espacio donde se aglutinaron todos aquellos que consideraban la igualdad económica de las clases populares como el leitmotiv de sus proyectos y expectativas sociales. A lo largo del siglo XX muchas agrupaciones volcadas a la zurda nacieron y desaparecieron: partidos (trotskistas, comunistas, marxistas, socialdemócratas, maoístas y otros tantos istas), guerrillas, confederaciones obreras, organizaciones campesinas, movimientos urbano-populares independientes, pintaron el gran mosaico político que, ya sea por dentro o por fuera del mito oficial de la Revolución de 1910, pusieron en entredicho la teleología del proyecto histórico hegemonizado por el Partido Revolucionario Institucional (PRI), y cuestionaron el absolutismo del régimen en la búsqueda de nuevos espacios democráticos que permitieron la transformación constante del sistema.
Sin embargo, la importancia del PCM es que, dentro de todos estos actores, fue el único que se mantuvo con vida la mayor parte del siglo pasado desempeñando un papel que, a veces de vanguardia, la mayoría de las veces marginal: “con sus propias particularidades y su aguerrida y persistente actividad, en muchos momentos incidió de manera importante en el curso político del país”.8
En su historia de la izquierda mexicana, Carr articula cinco ejes temáticos9 clave para comprender los límites y alcances de la tradición política comunista. En el presente trabajo sólo retomaré aquellos que conciernen a la ideología, a la política, al Estado y al poder, por ser éstos los que nos brindaran mayores elementos para arrojar una luz sobre la naturaleza histórica del sistema político mexicano.
Una hipótesis es que el régimen que nació de la Revolución Mexicana no puede catalogarse simplemente como autoritario en lo que a la “oposición“10 política se refiere. De acuerdo con Lorenzo Meyer, históricamente el sistema político mexicano debe ser descrito con base en la relación de términos antitéticos11 que dan como resultado un escenario de poder contradictorio donde represión/negociación, democracia/autoritarismo, conviven sin rechazarse mutuamente. En relación con ello conviene rescatar la idea de Estado que Herbert Marcuse retoma de Hegel para tratar de explicar que en México cierta racionalidad mantuvo intacta la hegemonía del PRI durante poco más de siete décadas.
Según Marcuse, en Hegel no puede rescatarse la idea de un Estado autoritario, porque si lo fuese negaría su cualidad racional al prescindir de la libertad individual y social para lograr legitimarse. El Estado es una unidad suprema que se encarga de efectuar una regulación consciente de “los antagonismos sociales, mediante una fuerza situada por encima de los intereses particulares y que no obstante los salvaguarda” para fundar una “ley universal y racional“12 que garantice la continuidad del todo. Para ello Hegel vislumbra un gobierno precedido por un cuerpo burocrático estable que, alejado lo más posible de la competencia que se da entre los negocios privados,13 es capaz de mantener la soberanía mediante la organización racional del cuerpo social bajo una teleología precedida por el absoluto.
En México tal recurso universalizarte surgió de la idealización de la Revolución Mexicana como una fuerza que daba razón de ser al proyecto de la sociedad en su conjunto, y cuyo cumplimiento dependía en mayor medida del Estado como heredero de aquel movimiento libertario. La hegemonía del régimen no se logró mediante simple manipulación ideológica: [sino que] se sustenta en los indudables logros de un sistema, sin duda autoritario pero que repartió tierras, proporcionó servicios básicos a la mayoría de la población y hasta los ochenta del siglo pasado logró un crecimiento sostenido, ciertamente disparejo en términos regionales y de clase, pero con cotas ascendentes y generalizadas de bienestar social.14
Así pues, el PCM fue una organización de izquierda que se enfrentó a un régimen que tenía amplia capacidad de mutar y moverse entre las diversas posturas del abanico político según la situación lo ameritara, a la vez que podía reprimir y dar cobijo a las demandas populares; siempre al amparo del nacionalismo revolucionario.
Tras recuperar algunos elementos de la experiencia histórica del Partido Comunista Mexicano, pretendemos abrir una serie de cuestionamientos sobre los horizontes de posibilidad de la izquierda frente a la plataforma ideológica que supone al neoliberalismo como el “fin de la historia”. En la sociedad contemporánea existe un marcado desencanto por los proyectos que recuperan la política desde un punto de vista trascendental.
Tras la caída del muro de Berlín, los grandes programas emancipadores sucumbieron víctimas de la visión estrecha y factualista de la sociedad contemporánea cuya principal característica “radica en mostrar nuestra total incapacidad para imaginar un futuro tal nuestro encarcelamiento en un presente no utópico sin historicidad ni futuralidad a fin de revelar el cierre ideológico del sistema en el que de algún modo nos encontramos atrapados y confinados”.15
Así, si “hoy es más fácil imaginar el fin del mundo que el fin del capitalismo“16 tal como sentencia el filósofo Slavoj Zizek, las izquierdas tienen el reto de volver a aparecer en el escenario político como alternativas viables al neoliberalismo. Es ante este escenario que pretendemos construir una serie de reflexiones sobre la izquierda comunista con la finalidad de abrir espacios de análisis que nos ayuden a dilucidar qué izquierda tenemos pero, sobre todo, qué izquierda queremos que haga frente a los problemas de la sociedad de hoy de cara a los que se abrirán en el porvenir.

LAS ANTINOMIAS DE LA IZQUIERDA COMUNISTA
En su introducción a La izquierda mexicana a través del siglo XX, Barry Carr advierte que para tener una comprensión más adecuada del comunismo mexicano, es necesario no dejarse caer en el embrujo de “presentar a la historia del PCM como una serie de incidentes en que éste responde pasivamente a los agentes del Comintern y al oro de Moscú”.17
Su llamamiento a la cautela tiene que ver con el hecho de que para él, el PCM fue una organización que si bien recibió influencia constante de la Internacional Comunista (COMINTERN), sus estrategias e ideas tienen un carácter más bien nacional, pues según Carr, “el papel jugado por los extranjeros no debe impedirnos ver el hecho central de que el nacimiento del Partido Comunista de México fue, en lo fundamental, una respuesta de los mexicanos a la situación del movimiento obrero local y de la sociedad y la política mexicana”.18
Con la anterior advertencia, Carr trata de establecer un contrapunto a la afirmación de Jean Meyer, quien presenta al PCM como “un partido totalmente artificial, inventado desde arriba y dirigido por extranjeros”.19 Si tomamos como comparativo la valoración de Meyer, Carr está en lo correcto en la medida que los comunistas mexicanos trataron de elaborar respuestas basadas en los conceptos ideológicos y políticos de la Internacional Comunista, a los conflictos locales que experimentaron en su relación con el movimiento sindical y agrario mexicano.
Sin embargo, el acento que Carr coloca en el plano nacional deja de lado el hecho de que para el Comintern la relación con los partidos comunistas no se remitía a una simple expresión de voluntades autónomas. Desde su fundación en 1919, pero sobre todo con Stalin, la vigilancia del Comintern con los partidos adheridos a ésta era activa.
La adopción de una línea táctica y estratégica no se hacía sobre el análisis de los problemas particulares de cada país; surgían de la perspectiva soviética del desarrollo del capitalismo europeo y de las ideas generales que los bolcheviques tenían del deber ser revolucionario. Las decisiones tomadas en los congresos de la Internacional Comunista eran el faro que iluminaba el camino que debían seguir todas las organizaciones comunistas.
Para el PCM, así como para el partido comunista de China, Alemania, España, Italia, Argentina o Estados Unidos, el seguimiento de las oscilantes consignas soviéticas era un imperativo que, de no llevarse a cabo, culminaba en la purga de sus direcciones para que fueran sustituidas por cuadros más abnegados. A propósito de esto, Revueltas comentaba que en la organización comunista “se estableció el sistema de las purgas, imitando también en esto al Partido Comunista Ruso […] cualquier compañero que tenía una ligera desviación, una ligera discrepancia, era expulsado del partido”.20
La característica más significativa del Comintern, en sus primeros dos años de existencia, fue su gran paroxismo revolucionario y la construcción sistemática del ser comunista forjado en la lealtad y la disciplina. El centralismo democrático fue la medida organizativa que imponía el carácter decisivo de toda organización comunista en sus órganos centrales.
El Partido comunista sólo podrá desempeñar su papel si está organizado del modo más centralizado posible, si es mantenida una disciplina de hierro quasi militar y si su organismo central está unido de amplios poderes, ejerce una autoridad incuestionable y cuenta con la confianza unánime de los militantes.21
Los partidos debían tener en su seno a verdaderos soldados proletarios; ser comunista implicaba devoción, compromiso, obediencia, convicción revolucionaria e internacionalismo férreo; el fraccionalismo y el divisionismo serían los elementos más nocivos y por ende reprochables en todo momento.
De esta manera se definían las características particulares de los adalides de la revolución mundial.
En investigaciones más recientes, Daniela Spenser encontró, a partir de la recuperación de documentos provenientes del Archivo Estatal Ruso de la Historia Social y Política (RGASPI),22 que la relación del Comintern con el PCM no fue de un “amplio margen de flexibilidad, sino de autonomía“23 como Carr sugiere.
La presencia de una buena cantidad de emisarios soviéticos como Mijail Borodin, Sen Katayama, Louis Fraina, Alfred Stirner, Vittorio Codovilla, Earl Browder, Ricardo Martínez, Bertram Wolfe o William Ford, nos habla más bien de una liga de subordinación del PCM hacia la Internacional Comunista. Existen múltiples ejemplos que ilustran que los comunistas mexicanos fueron conminados por estos agentes para virar su estrategia política e ideológica aun en contra de sus objeciones personales.
Por dar uno de ellos, en 1928 el PCM fue obligado por el enviado soviético Orestes a cambiar su rumbo táctico para sintonizarse con el radicalismo que inundó al Comintern a raíz de su VI congreso. Debido a la negativa del entonces secretario general Rafael Carrillo para adoptar la nueva estrategia, a finales de 1929 fue sustituido por Hernán Laborde, quien había sido afín al viraje de izquierda y quien junto con Siqueiros, Valentín Campa y Miguel Ángel Velasco, habían impulsado la creación de la Central Sindical Unitaria de México y el Bloque Obrero y Campesino para competir en los comicios de 1929, y así evitar la permanencia del régimen ahora considerado como fascistizante y claudicante ante el imperialismo.
El interés soviético sobre el país de Francisco Villa y Emiliano Zapata tiene su origen “cuando llegó a Rusia Soviética la noticia de que al sur de Estados Unidos ocurrió una explosión social agraria y antiimperialista, que despertó la curiosidad en los bolcheviques para averiguar si existían las condiciones para establecer nexos con México”.24
De acuerdo con la teoría de Lenin, el movimiento del proletariado no podía quedar confinado en los límites del antiguo imperio zarista; por el contrario, debía alcanzar una escala global si quería terminar con la sociedad burguesa. Ello explica por qué Lenin envió a Mijail Borodin al nuevo continente a formar partidos comunistas que dirigieran la revolución mundial.
Además, no sería aventurado sostener la hipótesis de que México tiene cierta relevancia estratégica debido a su cercanía con el entonces emergente coloso del capitalismo mundial: Estados Unidos. De acuerdo con la óptica de Spenser, el PCM nació estrechamente vinculado a Moscú como parte de su proyecto político planetario y no de la mera intención de los socialistas mexicanos por formar un partido comunista.
De hecho, si retomamos los trabajos de Carlos Illades podemos concluir que el movimiento obrero mexicano tenía una larga historia de lucha y organización bajo la influencia de corrientes como el mutualismo, el anarquismo, el anarcosindicalismo y el socialismo utópico,25 más que del marxismo que se inscribió tardíamente en México por el ecléctico entusiasmo que despertaron las pocas noticias que llegaron de la Revolución de octubre en 1917. El Congreso Socialista organizado por Adolfo Santibáñez en 1919 no tuvo el objetivo de formar un partido comunista como comúnmente se argumenta.26 Fue por influencia de Borodin quien tras bambalinas27 instruyó a Manabendra Nath Roy, Charles Phillips y José Allen que se fundó el PCM con la intención de adherirlo a la Internacional Comunista en su Segundo Congreso de 1920.
Las experiencias de los comunistas mexicanos en la década de 1920 fueron difíciles y no estuvieron exentas de un sinnúmero de contradicciones. Las primeras de ellas se relacionan con el complejo proceso de construir la identidad bolchevique en el seno de la organización que pronto llevó a la ruptura con los anarquistas de la Confederación General de Trabajadores (CGT) en 1921.
El conflicto se desató no por la política antiparlamentaria que ambas tendencias compartían, sino por el problema de la afiliación sindical a un partido político que si bien es la esencia del vanguardismo soviético, para los anarquistas es considerado como una medida para usurpar el poder obrero.28 Otro problema que los rojos mexicanos tuvieron que afrontar durante la mayor parte de la vida del PCM fue que México no correspondía a la clasificación bolchevique del capitalismo semicolonial, ni a la relación que el Estado tenía con el impulso de la sociedad burguesa mediante el apoyo de los grandes trusts y monopolios.
Los militantes del PCM históricamente tuvieron grandes dificultades para descubrir la naturaleza política y económica del régimen, pues difícilmente comprendieron cómo era que el gobierno hablaba de socialismo, establecía estrechas relaciones con el mundo sindical, brindaba seguridad social e impulsaba la reforma agraria, al mismo tiempo que desarrollaba el capitalismo como proyecto económico de fondo.
Al respecto, Carr señala que:
Durante sus primeros cincuenta años el comunismo mexicano tuvo grandes dificultades para elaborar una visión compleja y matizada de la Revolución Mexicana, los proyectos sociopolíticos que ésta articuló y su relación con los objetivos socialistas. En la práctica, el partido osciló violentamente entre dos posiciones extremas: una posición acrítica del potencial anticapitalista de la Revolución Mexicana y de los gobiernos asociados a ella y una tajante e indiferenciada de estos gobiernos como despóticos, burgueses, claudicantes frente al imperialismo, etcétera.29
Cuando hablamos de que la relación del Comintern con el PCM fue sumamente activa, no pretende aceptarse que el partido era simplemente una organización artificial ni que sus militantes eran actores pasivos de un proceso que se les imponía desde fuera. Tampoco resulta muy plausible sostener que los comunistas mexicanos actuaban con profunda autonomía para elaborar sus tácticas políticas y sus programas ideológicos con base en la sistemática observación fundamentada en la teoría marxista de la realidad mexicana.
Más provechoso resulta captar la esencia de la propuesta de Hobsbawm donde nos invita a entender que “cada partido comunista fue el producto del matrimonio de dos consortes de difícil avenencia, una izquierda nacional y la Revolución de octubre. Este matrimonio se fundaba a la vez en el amor y en el interés”.30 Así, no resultaría exagerado traer a cuento que la configuración ideológica del PCM debe entenderse como una constante antinómica que resulta de la relación de dos grandes proyectos históricos que provienen de dos revoluciones distantes entre sí: la mexicana por un lado y la bolchevique por el otro.
Dicha relación se revela como una constante contradicción en la ideología política de dicha organización. La revolución bolchevique se fundamentaba en una concepción universal donde la teleología histórica recaía en una utopía racionalmente dirigida sobre la base del materialismo dialéctico y la lucha de clases. La Revolución Mexicana fue más bien de carácter nacional, local y profundamente heterogénea, de donde más tarde surgiría un proyecto de modernización capitalista cuya base de legitimidad recayó en la recuperación estatal de las reivindicaciones de las masas populares.
Pero así como estas diferencias surgen profundas e insalvables, las semejanzas son también significativas. En su Marxismo soviético Herbert Marcuse sostiene que el marxismo-leninismo, como corriente oficial del comunismo de la entonces Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS), se configuró con base en dos factores fundamentales: “a) el intento de hacer entrar al campesinado en la órbita de la teoría y la estrategia marxistas, y b) el intento de definir de nuevo las perspectivas del desarrollo capitalista y revolucionario en la era imperialista”.31
Estas dos características coincidieron ampliamente con el espíritu del proyecto que el Estado utilizó para homologar a las distintas revoluciones mexicanas para lograr obtener su legitimidad social y mantener la soberanía nacionalista frente a Estados Unidos. Todo ello mediante el empuje de “una línea de masas cuyo objetivo esencial era conjurar la revolución social manipulando a las clases populares mediante la satisfacción de demandas limitadas (tierra para los campesinos, mejores niveles de vida para los trabajadores urbanos)”.32 Estas coincidencias resultaron en una configuración bastante contradictoria en lo que a la política del PCM se refiere, pues mientras que dentro de la tradición bolchevique es el partido de élite del proletariado el que guía a obreros y campesinos en el proceso histórico hacia la emancipación, en México ese camino había sido hegemonizado por el Estado sin que su objetivo fuese la anulación de las clases en una sociedad comunista.
En su análisis sobre la formación del Partido Comunista Mexicano, Paco Ignacio Taibo II parte de una aseveración que resulta bastante plausible para el presente análisis. En México los comunistas fueron un grupo de militantes que, con un marxismo precario pero con un fervor revolucionario arraigado, pretendieron crear una organización que pudiera servir como guía y vanguardia del movimiento obrero. La ironía capital, que Paco Ignacio reitera, es que a pesar de su sincero interés, salvo en efímeros momentos, jamás lo lograron.
Nunca pudieron convertirse en una tendencia de importancia que rescatara los intereses de la clase trabajadora mexicana. “Los comunistas mexicanos vivieron en crisis; la crisis fue su fiel compañera. Nunca se pudieron despegar de ella”.33 A partir de lo anterior considero útil retomar la categoría de contradicción como principio de inadecuación entre la forma y la sustancia para comprender la manera como se desenvolvió la ideología política del PCM frente al Estado mexicano.
Según Bolívar Echeverría, esta inadecuación genera una reiterada inestabilidad en un sistema ubicado por él en el seno de la modernidad capitalista que da como resultado una normatividad donde la forma y la sustancia nunca llegan a estabilizarse y por el contrario conviven en constante conflicto.34 En este proceso la forma es la figura que subsume constantemente a la sustancia mediante mecanismos cada vez más totalitarios y represivos a fin de que ésta responda correctamente a los requerimientos que aquélla emana.
En nuestra propuesta consideramos a los dirigentes del PCM como sujetos determinados por la experiencia de lucha sindical y agraria en el marco de la posrevolución mexicana. Esta condición cultural, histórica, ideológica y política ocupa el lugar de la sustancia. La forma viene de su nomenclatura: “comunistas” y, por ende, de la relación tan determinante que tejieron primero con la Internacional Comunista y, luego de su disolución de 1943, con el paradigma soviético marxista-leninista en su conjunto.
La Revolución Mexicana había politizado a los sectores populares e insertado su propia dinámica histórica en expectativas y referencias regionales diversas. El comunismo parecía una buena promesa pero, en realidad, alejado de las tradiciones y sentidos de los trabajadores mexicanos. En el contexto nacional las masas populares tenían ya una larga historia de lucha contra sus opresores. Estos sectores sociales no necesitaron que una postura política viniese a radicalizarlos con promesas de libertad; su propia historicidad lo había logrado. Para las masas populares, la Revolución Mexicana aún no terminaba de cumplir sus promesas; por ello, otra dinámica revolucionaria era ajena e innecesaria. Justo es esta contradicción constante por la que atravesó el partido; una confrontación irresoluta entre la forma (comunista) y la sustancia (su ser mexicano). Como bien dice Carlos Monsiváis:
De 1919 a 1988 la izquierda partidaria conoce triunfos, crecimiento, sectarismos atroces, generosidad, espíritu de sacrificios, dogmatismo, reducción numérica, influencia y pérdida de influencia, clandestinidades, persecución, climas de Guerra Fría, devoción irracional por la URSS, heroísmo, mezquindad doctrinaria. Acercarse a este proceso es importante por lo que revela de los aciertos y los extravíos de la mentalidad revolucionaria, por lo que exhibe de la fuerza y los poderes de asimilación del régimen de la Revolución Mexicana, y por el cúmulo de líderes, héroes, “comisarios del pueblo”, marxistas talmúdicos y arrepentidos, que la izquierda genera.35
La constante antinómica del PCM volvió difíciles las relaciones del partido con los sectores populares vinculados a lo que Friedrich Katz llamó “la revolución desde abajo”.36 Sin embargo, en el país este problema resulta más complejo si tomamos en cuenta las particularidades del oficialismo de la “revolución inspirada desde arriba -aunque con mucho apoyo de abajo”.37 En México las revoluciones mexicanas38 fueron expresión de una gran diversidad de sentidos, de proyectos gubernamentales, nacionales y de esfuerzos que realizaron diversas capas de la sociedad campesina, obrera y clases medias contra el régimen de privilegios del porfirismo.
Esta heterogeneidad bien pronto fue amalgamada por los regímenes posrevolucionarios en un discurso homogeneizante cuya intención era legitimar al Estado ante las masas. Convertida en mito, la mencionada pluralidad, en la Revolución Mexicana escrita así con mayúscula devino en discurso indistinto. Su curso parecía obedecer a la concreción de un plan mayor cimentado en el futurismo y el progresismo del gran Estado que se consolidaba, y cuyo resguardo fue acaparado por los epígonos del movimiento de 1910.
La intención primera y más importante de la tradición revolucionaria consistió en reforzar el poder de la élite y con ella la unidad política nacional, para establecer un fundamento histórico sólido sobre el cual unificar a todas las facciones revolucionarias pasadas y presentes.39
Dentro de este proceso, el cardenismo se levantó como el puntal de la organización de las demandas de las masas, fungiendo como fundamento para fortalecer el presidencialismo y el Estado.
Políticamente no puede haber duda de que consolidó el régimen revolucionario y, dentro de éste, el papel de la presidencia y del partido oficial. Lo hizo, en parte, al superar con audacia los retos el callista, el cedillista, pero también, y más decididamente, al fortalecer los lazos entre el Estado y la sociedad civil.40
Para el sistema político posrevolucionario, una de las claves ideológicas fue considerar a la revolución como un fenómeno abierto; sin embargo, a partir del sexenio de Manuel Ávila Camacho la revolución dejó de ser fuerza real para convertirse en recuso mítico de legitimidad mediante la “conversión del hecho revolucionario mismo en un presente continuo y un futuro simple promisorio”.41 La construcción del paradigma de la Revolución Mexicana fue un recurso sumamente poderoso ya que el Estado monopolizó su lugar como fiel guardián de un proceso que se suponía ininterrumpido, y cuya marcha constante traería paz y progreso para la nación en su conjunto. Al respecto, Armando Bartra asegura que:
México ingresó al siglo XX con una revolución campesina triunfante que a la postre benefició al pueblo llano pero le complicó la vida a la izquierda doctrinaria, y es que la de 1910 fue una insurrección justiciera y democrática cuyo liderazgo hecho gobierno no sólo impulsó la reforma agraria, también reconstruyó el Estado y desde ahí reordenó la sociedad. Así por más de setenta años los sucesivos gobiernos se proclamaron de izquierda, pues se consideraban herederos de la revolución. La revolución era patrimonio histórico que le daba identidad a las instituciones del Estado, al partido casi único, a las grandes corporaciones gremiales y al discurso político de la llamada familia revolucionaria, pero también el arte público, los rituales cívicos, los libros de texto, la parafernalia nacionalista y la cultura política de los mexicanos rasos.42
La consolidación de la hegemonía del Estado mexicano bajo el principio mesiánico de la revolución como un proceso abierto, coincidió con la edificación del stalinismo en la Unión Soviética, con la reestructuración de la Internacional Comunista, con el aumento del centralismo y la subordinación de las organizaciones comunistas internacionales a los designios del centro.
Las tácticas decretadas durante la dictadura de Stalin tuvieron fuertes repercusiones en la política y la ideología del PCM. Hacia 1935 los comunistas mexicanos fueron obligados a dejar de lado su radicalismo revolucionario, que correspondía a la línea “clase contra clase”, para sustituirlo por el “Frente Popular” como nueva postura de alianzas con otras fuerzas de izquierda y con el gobierno de Lázaro Cárdenas.
Así, en el caso de la dirección del PCM, luego de ser obligada por el secretario general del Partido Comunista de Estados Unidos, Earl Browder, a adoptar la línea “unidad a toda costa” como consecuencia de las desavenencias entre los comunistas, Vicente Lombardo Toledano, Fidel Velázquez y tras de él los cinco lobitos en el IV Consejo de la CTM de 1937, el partido entraría en una nueva etapa contradictoria al amalgamar su identidad política en el espectro revolucionario que se erigía en las manos del régimen.
A partir de este momento el PCM quedaría a la zaga del paradigma de la Revolución Mexicana, pues la unidad significaba asumir la defensa del Estado y, con él, el proyecto revolucionario. De este modo, “la política reformista del frente popular limitó el campo de acción del PCM a las premisas constitucionales de 1917 y lo subordinó a los intereses del Estado mexicano”.43
El PCM, en la voz de su dirección, comprendía que la característica fundamental de México era el atraso y la pobreza. La estructura económico-social permanecía estancada en una etapa semicolonial debido a las relaciones de dependencia respecto al imperialismo estadounidense. A su vez, la falta de desarrollo de las fuerzas productivas había logrado que el modo de producción nacional mantuviera relaciones sociales de corte semifeudal, en las que el campesinado aún prevalecía sobre el proletariado de una incipiente industria.
Esta forma de definir al país era consecuente con la lógica del materialismo ontológico o más propiamente de la concepción evolutiva del desarrollo histórico universal desarrollada por el estalinismo, donde “las sociedades humanas debían seguir fatalmente diferentes etapas (primitivismo, feudalismo, capitalismo, socialismo y comunismo)”.44 En este sentido, la misma teoría subordinaba la conciencia del partido. Se establecía, como premisa básica de sus objetivos, desarrollar el capitalismo a partir de concretar los objetivos de una revolución democrático burguesa. Como bien señaló Valentín Campa: “con su línea unidad a toda costa, descartó la posibilidad del desarrollo en un sentido no capitalista y, por lo tanto, todo desarrollo fue ya en sentido capitalista”.45 Ese era su paradigma; el escenario lo era ya la propia Revolución de 1910.
A partir de 1937 los dirigentes comunistas también consideraron a la Revolución Mexicana como un proceso no concluso. Su marcha se distinguía por llevar a cabo una lucha constante por la independencia nacional, contra el imperialismo, por la democracia y la mejoría de las condiciones de vida inmediatas del proletariado y el campesinado. Según Hernán Laborde, “todo esto es la Revolución Mexicana en marcha, que el pueblo mexicano está defendiendo ahora. Para defender su revolución […] tiene un arma invencible, la unidad del pueblo mismo”.46
El llamamiento a la cohesión de clases, como medida para fortificar el sentido progresista que el gobierno llevaba a cabo, se convirtió en la consigna central mediante la cual los dirigentes comunistas guiaban al partido. Ello resultaría en una postura acrítica para con el régimen y de a poco se convertiría en una contradicción de importantes dimensiones al evidenciarse que el PCM, en materia de vanguardia, se había vuelto débil y transigente. Al respecto conviene recordar la crítica de José Revueltas en su Ensayo sobre un proletariado sin cabeza:
Aquí es donde hacen su aparición, frotándose las manos de contento, los ideólogos mexicanos del demo-marxismo. Como la tarea del proletariado, en la presente etapa del desarrollo, no es la lucha por el socialismo, sus propósitos deben cifrarse, en consecuencia, en el impulso del desarrollo democrático-burgués, o para decirlo con su propia formulación, en el impulso de la Revolución Mexicana hacia delante. Dicho impulso deberá expresarse, desde el punto de vista práctico, en sus términos generales, a través de la lucha por la aplicación de la reforma agraria en gran escala; la industrialización del país y, por ende, la liberación de la economía nacional respecto al yugo imperialista. El instrumento para llevar a cabo este impulso es la formación de un frente único de las clases interesadas en el problema, un frente patriótico o un frente democrático de liberación nacional, donde esté incluida la burguesía progresista. Tal es, en resumen, la posición ideológica del demo-marxismo mexicano.47
La línea “unidad a toda costa” y con ella el reconocimiento del Partido de la Revolución Mexicana como un frente popular ya formado, fue dada a la dirección Laborde/Campa por Browder y el argentino Vittorio Codovilla.48
A pesar de ello, en febrero de 1940 ambos dirigentes fueron cesados de sus funciones en el Secretariado, y en marzo fueron expulsados del PCM por la Comisión Depuradora que se formó al mando de Codovilla y el comunista español Andrés García Salgado.49 El pretexto fue que aquella dirección, a la vez que permitió la penetración de elementos trotskistas en el partido, deformó la política del Frente Popular al subordinar acríticamente a la organización al gobierno de Cárdenas.50 La verdadera razón se debió a la negativa de ambos líderes a participar en el asesinato de Lev Trotsky51 que por entonces radicaba en México y quien, en agosto de 1940, fue asesinado por Ramón Mercader del Río en su casa de Coyoacán.
Por iniciativa de Diego Rivera, el gobierno mexicano decidió conceder el asilo político al perseguido Trotsky, quien arribo al país a inicios 1937. La decisión de Cárdenas para acoger al viejo líder del ejército rojo fue como un golpe certero de mangual que al azotar clavó todos sus pinchos con un solo movimiento de mano. Para Cárdenas y Francisco Múgica, traer a alguien de la talla de Trotsky tenía un significado político amplio. El Estado daba un mensaje sobre la fortaleza y la estabilidad del gobierno tanto hacia el interior como al exterior; de acuerdo con Olivia Gall, en el fondo se trató de un tema de soberanía nacional y de solidaridad internacional que se logró demostrar gracias al asilo político y el apoyo hacia los exiliados de la República española.52
Además, si el gobierno se congratulaba de ser emanado de un movimiento revolucionario, qué mejor muestra de ello que atraer a uno de los más connotados dirigentes de la revolución bolchevique para solidificar la imagen izquierdista que el régimen estaba construyendo.
Cuando Trotsky llegó a México, en la URSS el proceso de consolidación del estalinismo se tornó en una sombría cara de terror y muerte. La guerra contra el trotskismo se agudizaba, el gran hermano perseguía sin piedad a los disidentes; el imperio del Gulag se extendía como la más firme muestra de la represión. Los llamados procesos de Moscú de 1936, 1937 y 1938 arrebataron la vida a los antiguos líderes bolcheviques y oficiales del ejército rojo. Fue el adiós definitivo para Kamenev, Zinoviev, Radek, Piatakov y Bujarin; fue el saludo de la sentencia para un Trotsky que llegaba en enero de 1937 a un país cuya izquierda daba fe y resguardo total al estalinismo.
Si Vicente Lombardo Toledano y el PCM eran la izquierda estalinista por excelencia en México, no es de extrañar que a ambas les tocara desempeñar un papel en la persecución del veterano bolchevique. Desde el principio ninguno ocultó su desdén por la iniciativa cardenista: para ambos Trotsky era el enemigo a vencer. La diferencia fundamental en la estrategia que jugaron ambas izquierdas estalinistas radica en la ferocidad de las acusaciones y las calumnias. Mientras Lombardo esgrimía sus ataques tras bambalinas escudándose en la Central de Trabajadores de México y sin llegar a mostrar oposición contra Cárdenas, el PCM actuó abiertamente como el portavoz oficial y directo de Stalin contra Trotsky.
Sin embargo, para Stalin y el Comintern la guerra contra Trotsky iba más allá de la calumnia, pues para ellos era un asunto de vida o muerte y más temprano que tarde, utilizando el resguardo que el régimen cardenista daba a refugiados españoles, se comenzaron a colar agentes de la policía secreta soviética (GPU) que venían expresamente a consolidar la liquidación del viejo bolchevique. Es así como se jugaron las cartas:
En la guerra contra Trotsky, todo parece indicar que se utilizó al PCM sin miramientos y sin importar las graves consecuencias que esto tendría en su vida e influencia como partido, pero con el cuidado de no dañar la imagen ni el poder de Lombardo, ni tampoco el movimiento del Frente Popular en su conjunto. En síntesis, con Lombardo como instrumento operativo y con la GPU como instrumento policiaco, el Kremlin y la Comintern fueron montando progresivamente, desde diciembre de 1936, el andamiaje necesario para el asesinato de Trotsky.53
La ira de Stalin hacia Trotsky crecía en la medida que su estancia en México le permitía denunciar los horrores estalinistas. Además, el contra proceso que se llevó a cabo en 1937 había puesto sobre la mesa la farsa de las purgas y acusaciones que se efectuaban desde Moscú. Hacia finales de la década de 1930 las presiones hacia el PCM aumentaron considerablemente. Según el testimonio de Valentín Campa, el momento cumbre de la lucha del partido contra Trotsky ocurrió en 1938, cuando un enviado del Comintern dio la instrucción expresa a Laborde de matar a Trotsky.54 La respuesta negativa de los miembros del Comité Central del PCM y su secretario general llegaron a manos de Browder, quien dio comienzo a los movimientos depuracionistas del Partido Comunista Mexicano a fines de 1939.
Luego de la depuración, Dionisio Encina asumió la dirección del PCM y mediante un telegrama ratificó su “cariño inalterable URSS, gran Stalin continuador obra Lenin, constructor socialismo, guía pueblos oprimidos”.55 Más adelante Encina declaró que en la coyuntura electoral de 1940 la Revolución Mexicana se encontraba en una encrucijada: o tomaba un camino contrarrevolucionario o uno revolucionario. Aun después de clausurado el Congreso de 1940, el objetivo del PCM era ingresar al PRM con el fin de encaminarlo a la izquierda para no detener su potencial progresista, y así formar un gran frente popular antiimperialista que incluyera al PRM-PRI, la Central de Trabajadores de México y la Central Nacional Campesina,56 con la finalidad de participar en la modernización del país y lograr su independencia del imperialismo estadounidense.
Lo paradójico de tal estrategia es que a partir de 1940 el Estado dio un giro a la derecha en comparación con la línea de concesiones sociales inscrita en el sistema político desde el ascenso de los sonorenses al poder y potencializada durante el cardenismo. El gran proyecto del régimen fue convertir a aquel país todavía predominantemente agrario en una nación industrializada y moderna en el plano económico, sin que la modernidad llegara a realizarse mediante la alternancia democrática y pusiera en peligro la hegemonía del partido oficial.
[A pesar de ello los comunistas trataron de] convencer al proletariado para que se solidarizara con el desarrollo capitalista y democrático patrocinado por la revolución; el apoyo a la burguesía nacional y al Estado se originaba en el ideario de la Revolución Mexicana, el cual sintetizaba las aspiraciones del partido que en cierta forma se identificaba con la familia revolucionaria en los ámbitos de su ideología y de parte de su práctica política.57
Como bien puede apreciarse, el problema de la izquierda comunista es que yacía cautiva en un discurso dogmático que mezcló las categorías del stalinismo con el lenguaje oficial del régimen. De esta manera la Unidad Nacional y la Revolución Mexicana fueron el complemento idóneo a la concepción estalinista de la revolución por etapas.
Si la Revolución Mexicana era la fase democrático-burguesa etapa previa al socialismo cuya dinámica es impulsada por la burguesía progresista y el Estado representaba los intereses de dicha revolución, lo más lógico para la izquierda era brindar su apoyo al programa de modernización industrial del régimen. En su óptica, la alianza entre el gobierno, la burguesía nacional y la clase obrera era la mejor medida para profundizar el desarrollo del capitalismo; esa era la prioridad. De su avance dependía que México dejara atrás su configuración semifeudal y eliminara su condición semicolonial al suprimir su subordinación al imperialismo estadounidense.
No fue sino hasta 1960 que una nueva generación de jóvenes comunistas ganó terreno dentro del PCM para modificar la política oficialista y las prácticas stalinistas que habían caracterizado a la gestión de Encina. El proceso de desestalinización dado a conocer por Nikita Kruschev en el XX congreso del PCUS de 1956, el ascenso de la Revolución Cubana y la efervescencia de los movimientos obreros de finales de la década de 1950 en México, provocaron el desencanto de los comunistas hacia el régimen declarado por sí mismo heredero de la Revolución.
En el XIII Congreso del PCM, Encina fue relegado de sus funciones en la Secretaría General para pasar a manos de Arnoldo Martínez Verdugo en 1963. Tras el XIII congreso los comunistas dejaron de considerar al país como semifeudal, además de disolver la idea de que en México el régimen era progresista al servicio de una revolución aún en proceso. El viejo paroxismo de la Revolución Mexicana vinculada con el Estado dejó de ser un referente para la izquierda comunista.
Con ello el PCM pudo concebir su propia revolución; una nueva “revolución democrática de liberación nacional” que de igual forma recuperaba el espíritu nacionalista de la gesta de 1910 pero dirigida por la clase obrera y ya no mediante alianzas con el régimen.
Pese a los intentos del PCM por recomponer lo destruido para convertirse en un gran partido de masas, su influencia con los sectores populares, no obtuvo una considerable mejoría. Con una militancia oscilante entre los mil y mil quinientos miembros58 la organización comunista yacía en un estancamiento provocado por el anticomunismo difundido por el régimen tanto como por la creciente diversificación y radicalización que la izquierda experimentó a partir de 1957-1960. Las décadas de 1960 y 1970 fueron una buena época para lo grotesco, el aquelarre, la sátira y el carnaval,59 pero no para la ortodoxia casi religiosa de las doctrinas que movían a los partidos tradicionales de izquierda.
Influenciados por experiencias prácticas de las guerrillas latinoamericanas o por obras de filósofos iconoclastas como Marcuse, Jean-Paul Sartre, Michel Foucault o Gilles Deleuze, miles de jóvenes mexicanos salieron a las calles desafiando a las figuras tradicionales de autoridad en la búsqueda por democratizar a la sociedad. Este clima luciría idóneo para que el PCM tomara las riendas del descontento social; sin embargo, la paradoja es que la izquierda partidista parecía aislarse cada vez más de las expectativas de las masas mexicanas. De acuerdo con Bartra:
La historia de los grupos de izquierda en el periodo de 1961 a 1968 es la historia del movimiento de las ideas en lucha consigo mismas, es la historia de una corriente ideológica desarraigada que se mide y se juzga a partir de sí misma definiéndose por sus tesis y no por sus actos. La intelectualidad pequeño burguesa revolucionaria realiza un esfuerzo desesperado por encontrar dentro de sí misma los recursos que le permitan superar sus limitaciones y deformaciones de clase en un intento por salir de agua tirando de sus propios cabellos.60

El breve periodo de radicalismo que inundó al PCM luego de la masacre de Tlatelolco, terminaría por diluirse al sustituir la actividad militante semiclandestina por el parlamentarismo luego que obtuviera su registro oficial como partido tras la reforma política impulsada por José López Portillo en 1977.
Según Massimo Modonesi, el PCM fue el principal destinatario de la propuesta democrática impulsada por el régimen. Para los comunistas fue una oportunidad dorada, pues posibilitó ampliar la influencia del socialismo a la vez que permitió eliminar los resabios de dogmatismo y doctrinarismo.61 Tras la legalización, la izquierda comunista retomó el principio de unidad como estrategia de fortalecimiento a la vez que abandonó su anterior bagaje de ortodoxia comunista cuando “los delegados del XX Congreso del PCM votaron, por un estrecho margen, aceptar la propuesta de la dirección en el sentido de sustituir el término dictadura del proletariado por el de poder democrático obrero”.62
Tras la fusión de varias organizaciones de izquierda en 1981, el PCM dejó de existir para dar paso al Partido Socialista Unificado de México (PSUM), que más tarde se convertiría en el Partido Mexicano Socialista (PMS).
Los intentos de unificación llevados a cabo por la izquierda obedecieron a un conjunto de causas históricas objetivas en lo que se refiere a las constantes crisis internas de cada organización y en la posibilidad de desempeñar un papel importante en la política nacional.63 Sin embargo, los intentos de homologación no lograron dirimir los desacuerdos entre la vasta izquierda política y los movimientos urbanos populares que, por entonces, eran sumamente hostiles a la intervención de los partidos políticos en sus asuntos internos.64 Asimismo, los sectores más radicales de la izquierda criticaron la postura electoral adoptada por los comunistas, pues ello significaba subordinar “la lucha de clases a las luchas electorales y, por lo tanto, prolongar la agonía del capitalismo mexicano a costa de los sectores populares”.65
La reforma política de López Portillo logró mantener una constante en lo que al manejo político de la izquierda se refiere, como dice Jo Tuckman:
[…] durante varios años, dichos partidos sirvieron como una especie de válvula de escape para atajar la organización disidente; sus líderes fueron controlados mediante una hábil combinación de cooptación-represión que atizó sus propias batallas sectarias.66
A lo sumo, el proyecto de izquierda de los partidos políticos tradicionales terminaría por diluirse en el vasto movimiento que encabezó Cuauhtémoc Cárdenas en 1988 y que más tarde culminaría en la formación del Partido de la Revolución Democrática (PRD), cuya lógica estaría lejos de reincorporar el socialismo como proyecto político para concentrar sus esfuerzos en la búsqueda de un sistema democrático, en lo que a la alternancia política se refiere, y que aún es deuda pendiente para los mexicanos.
POR FUERA DEL LIBRETO. REFLEXIONES FINALES
En la segunda década del siglo XXI el objetivo de recuperar la historia de la izquierda como proyecto social, más que como reflexión meramente académica, cobra especial relevancia. La sociedad industrial avanzada67 de hoy es altamente tecnologizada. En ella el hombre parece depositar sus esperanzas; le cede el destino de su salud, de sus necesidades alimentarias, de su ámbito cognoscitivo e incluso de la satisfacción de sus pulsiones pasionales que parecen, ya cada vez menos, resolverse en las relaciones intersubjetivas para desplegarse en lo virtual y lo intangible.
En efecto, producimos más bienes de consumo que ninguna otra sociedad en la historia, tenemos amplia capacidad para curar enfermedades que antes culminaban indefectiblemente en la muerte, el acceso a la educación se ha ampliado de manera considerable, y las distancias espaciales, e incluso temporales, las hemos reducido a sólo unos cuantos clics. Sin embargo, las contradicciones se revelan como la norma dentro de las aparentes ventajas.
El tope del amplio acceso a la alimentación se encuentra en la masificación de la obesidad y la diabetes, la especialización de la educación no encuentra cauces para realizarse; el desempleo la detiene. Gracias al internet sabemos más de todo sin saber en realidad de casi nada. Las posibilidades de acuerdo y horizontalidad en la argumentación de los sujetos diversos, que Jürgen Habermas creía ver concertada en su teoría de la acción comunicativa,68 se topa con pared ante los juegos de la política hegemónica: ausencia de democracia efectiva, creciente polarización social, inoperancia estatal, intolerancia, elitismo político y afinidad privatizadora, son sólo algunos ejemplos de su desrealización objetiva; todas ellas auspiciadas por la política que da sostén al capital neoliberalizado.
En suma hablamos de una sociedad que tiene muchos motivos para temer pero de los cuales ignora su real procedencia, donde cunde el pánico cimentado en la sospecha y en la dificultad de hallar respuestas precisas.
Miedo es el nombre que damos a nuestra incertidumbre: a nuestra ignorancia con respecto a la amenaza y a lo que hay que hacer a lo que puede y no puede hacerse para detenerla en seco, o para combatirla, si pararla es algo que está ya más allá de nuestro alcance.69
Quizá la carencia de repuestas futuras que culminan en la aceptación del orden establecido, motivado por el espanto al porvenir, encuentre su fundamento en los muchos discursos desencantados que cobraron relevancia a partir del desgaste del comunismo como alternativa viable. En el contexto de la caída del bloque soviético -y el presente como resultado de ese colapso-teoría y praxis se unieron; el sistema capitalista en su etapa neoliberal se volvió la panacea de la política y de no pocas filosofías.
Francis Fukuyama reasumió la teoría de Hegel para fundamentar el triunfo de la racionalidad en la democracia estilo Wall Street; el progreso del absoluto diagnosticaba el fin de la historia. Pero como buen dialectico, Fukuyama no negó que existían contradicciones como es el caso de los fundamentalismos religiosos, el nacionalismo o las desigualdades sociales que aún tenían que resolverse; sin embargo, su respuesta no estaba fuera de los marcos de la democracia occidental.70 En la era del absoluto consumado, lo único que había de esperar era que el mismo sistema liberal terminara por resolver dichas antinomias. Con esta argumentación cerraba la puerta a otras propuestas sociales ajenas al neoliberalismo.
En otro escenario quizá menos apologético del neoliberalismo pero que de igual manera culmina en la imposibilidad de ir más allá de la facticidad, en este caso lingüística Jean-Francois Lyotard sostenía que, tras la muerte de las metanarrativas, las formas tradicionales de hacer política sustentadas en grandes proyectos nacionales fenecerían para dar paso a la hegemonía de los jefes de empresa: “la verdad argumenta es que los antiguos polos de atracción constituidos por los Estados-nacionales, los partidos, las profesiones y las tradiciones históricas pierden su atracción”.71
Ante el descenso de los grandes relatos “sigue eso que algunos analizan como la disolución del lazo social y el paso de las colectividades sociales al estado de una masa compuesta de átomos individuales lanzados a un absurdo movimiento browniano”.72 Como se ve, el discurso político que surge de la posmodernidad plantea que la gestión efectiva de libertades sólo puede realizarse si se hace abstracción del concepto de realidad relacionada con un sujeto histórico capaz de transformar la sociedad a partir de un conjunto de acciones dirigidas para hacer frente a los problemas objetivos mediante el despliegue de un proyecto social determinado.
Bajo la lógica de la atomización es inevitable que el posmodernismo mire de forma negativa no sólo cualquier posibilidad de organización revolucionaria, sino cualquier alternativa política fundamentada de manera racional. En su lugar, lo que surge de esta visión es un profundo nihilismo que, en algunos casos, llega a autodefinirse como verdaderamente libertario en la medida que entiende que la verdadera realización del ser humano radica en la carencia de todo sentido y verdad. De tal suerte que al no haber referentes, ni fundamentos, ni sentido en la historia, lo que en ésta se despliega es una “pluralidad de racionalidades locales“73 cuya finalidad recae sólo en el respeto y la tolerancia a la diferencia sin ir más allá. La lucha parecería desplegarse sólo en la medida de no subordinar lo inconmensurablemente diverso a una “forma de humanidad verdadera, digna de realizarse con menoscabo de todas las peculiaridades”;74 por tanto, la emancipación encontraría su concreción en la simple expresión de la diferencia, en “la oscilación, la pluralidad y, en definitiva, la erosión del mismo principio de realidad”.75
La anterior reflexión nos conecta a un problema concreto por resolver que surge de la relación que tiene la política neoliberal con el discurso filosófico o, más preciso, de la política como reflejo de esa filosofía y en mayor medida de la filosofía como reflejo de aquella política. De acuerdo con David Harvey, el neoliberalismo es una teoría que sustenta que el bien del ser humano es realizable mediante las ventajas que surgen de la no restricción “del libre desarrollo de las capacidades y de las libertades empresariales del individuo dentro de un marco institucional caracterizado por derechos de propiedad privada fuertes, mercados libres y libertad de comercio”.76
Así, los grandes proyectos nacionales terminaron por colapsar en la hegemonía de la ruleta del mercado privado. La producción desmedida y el consumo masivo y de ahí a la suma creciente de capitales se volvieron amalgama de la política al servicio del dinero. La búsqueda de beneficio se revela a lo sumo en lo inmediato; del futuro ya no nos queda casi nada. La dignidad y libertad individual, como piedras angulares de los altos valores civilizatorios,77 se resuelven en la mera contingencia del beneficio fáctico, en la carencia de seguridad y beneficios sociales a largo plazo. En resumen, hablamos aquí de un problema que surge a raíz de un sistema donde se conecta una concepción de la realidad desencantada de los grandes proyectos de sociedad con una política de Estado debilitado al servicio de los beneficios inmediatos de la individualidad mercantil y el gran capital.
En el caso de México este escenario no es para nada ajeno. De la mano de Miguel de la Madrid el Estado asumió el proyecto neoliberal que había llegado para quedarse. Con este volte face el régimen concluyó la apuesta por:
[…] un modelo económico que tenía como meta, a un plazo entre mediano y lejano, hacer de nuestro país una sociedad basada en su propio mercado interno, en su industria: una modernización que se nutrió de la visión nacionalista que tenía la clase política mexicana a partir de Lázaro Cárdenas y la segunda posguerra mundial.78
Tras el rompimiento del recurso estatista de corte keynesiano, el ogro filantrópico79 cayó ante la primicia de la modernización fundamentada en la privatización antes que en el recurso del bienestar social. Por otro lado, es en el sistema político donde podríamos encontrar el mayor síntoma de la afectación posmoderna. El gran proyecto de Estado, que surgió a raíz del movimiento revolucionario de 1910, concluyó para ver el nacimiento de una nueva política donde la incertidumbre y los proyectos parciales dominados por las iniciativas a corto plazo dominan el escenario que disputan los partidos políticos sin que se dibuje en el horizonte una verdadera democracia de donde asirse.
En el año 2000 el cambio presidencial del PRI al PAN y en el 2012 del PAN al PRI nuevamente, dejó un sabor de boca lo suficientemente amargo como para mantener la desconfianza que el mexicano expresa al hablar de democracia. Pues la permanencia de la apuesta neoliberal demostró que la alternancia se mantenía en mera apariencia. Como bien dice Carlos Fuentes: “estamos en un país que tiene una pluralidad real, social, política, económica, intelectual que no se refleja en la vida política”.80 Democracia interrumpida, atorada o fallida son sólo algunos de los adjetivos que tratarían de expresar las profundas dificultades a las que se enfrenta nuestro sistema que se mantiene estacionado en el vacío que deviene en la ausencia de una utopía.
A casi tres décadas de nuestro andar errante por la senda del neoliberalismo, los balances aparecen en el horizonte como poco prometedores, como señala Armando Bartra:
México tiene problemas enormes y apabullantes: sequías saharianas e inundaciones bíblicas, una economía pasmada cuyo estancamiento incuba pobreza y desempleo; crisis agrícola que ocasiona escasez y carestía de alimentos básicos; creciente exclusión social que se añade al sexismo, el racismo y el clasismo crónicos; las canalladas del narcotráfico; autoritarismo; represión; ejecuciones; desapariciones, desplazamientos forzados, mortandad, llanto, miedo […] Pero el problema mayor es la extendida creencia de que esos grandes quebrantos no tienen solución.81
De acuerdo con Héctor Aguilar Camín, uno de los principales retos de la izquierda contemporánea es elaborar un proyecto de cambio, de gobierno y de sociedad que sea cualitativamente distinto al programa neoliberal.82 Si la matriz histórico-ideológica que daba razón de ser a la izquierda, en su vertiente socialista y comunista, era la superación del capitalismo en favor de un nuevo sistema donde la libertad, la igualdad y la fraternidad pudieran cumplirse cabalmente, entonces es necesario repensar hoy la praxis política como posibilidad utópica.
Pero para ello es necesario que la izquierda reflexione de manera amplia sobre sus propias experiencias históricas. En este ensayo retomamos algunos problemas que el Partido Comunista Mexicano tuvo que sortear a lo largo del siglo XX y que, en buena medida, aún hoy son tendencias y dinámicas en proceso de resolverse.83 Si el actual modelo económico ya demostró sus irregularidades al acentuar la polarización social, las crisis económicas, la explotación, la inestabilidad social y el beneficio desmedido para unos cuantos,84 es importante que la izquierda retome su papel en la lucha por el bien de las masas populares.

Para ello es necesario volver a poner en el centro de la mesa temas como la relación entre el capital y el trabajo, la distribución de la riqueza, la relación entre mercado y Estado, así como buscar aperturar nuevos canales democráticos que impulsen la participación social de una manera más inclusiva.

Notas
1 Sonia Corcuera de Mancera, Voces y silencios en la historia. Siglos XIX y XX, México, Fondo de Cultura Económica, 2005, p. 124. [ Links ]
2 Marc Bloch, Introducción a la historia, México, Fondo de Cultura Económica, 1957, p. 39. [ Links ]
3 Cfr. Carlos Antonio Aguirre Rojas, La “escuela” de los Annales. Ayer, hoy, mañana, México, Contrahistorias, 2005, p. 81. [ Links ]
4 Jean Chesneaux, ¿Hacemos tabla rasa del pasado? A propósito de la historia y de los historiadores, México, Siglo XXI Editores, 2005, p. 22. [ Links ]
5 Walter Benjamin, Tesis sobre la historia y otros fragmentos, Tesis VII, México, Contrahistorias, 2005, p. 21. [ Links ]
6 Josep Fontana, Historia: análisis del pasado y proyecto social, Barcelona, Crítica, 1999, p. 261. [ Links ]
7 Barry Carr, La izquierda mexicana a través del siglo XX, México, ERA, 2000. [ Links ]
8 Elvira Concheiro, “Los comunistas mexicanos entre la marginalidad y la vanguardia”, en Elvira Concheiro, Massimo Modonesi y Horacio Crespo (coords.), El comunismo: otras miradas desde América Latina, México, UNAM, 2007, p. 530. [ Links ]
9 Los ejes temáticos que retoma Carr son: 1) ideología y política, 2) Estado y poder, 3) relaciones con organizaciones políticas, 4) internacionalismo y 5) sociología del PCM. Barry Carr, La izquierda mexicana a través del siglo XX, op. cit., pp. 17-28.
10 El término oposición política referida al PCM debe entrecomillarse pues históricamente los comunistas no siempre fueron una organización opositora al régimen.
11 Lorenzo Meyer, Nuestra tragedia persistente. La democracia autoritaria en México, México, Debate, 2013, p. 33. [ Links ]
12 Herbert Marcuse, Razón y revolución. Hegel y el surgimiento de la teoría social, Madrid, Altaya, 1995, p. 180. [ Links ]
13 Ibid., p. 174.
14 Armando Bartra, La utopía posible. México en vilo: de la crisis del autoritarismo a la crisis de la democracia (2000-2008), México, La jornada ediciones, 2011, p. 86. [ Links ]
15 Carlos Illades, Las otras ideas. El primer socialismo en México, México, ERA, 2008, p. 14. [ Links ]
16 Slavoj Zizek, “El espectro de la ideología”, Revista Observaciones Filosóficas [http://www.observacionesfilosoficas.net/elespectrodelaideologia.html].
17 Barry Carr, La izquierda mexicana a través del siglo XX, op. cit., p. 23.
18 Barry Carr, “Temas del comunismo mexicano”, Nexos [http://www.nexos.com.mx/?P=leerarticulo&Article=266511].
19 Idem.
20 Entrevista a José Revueltas, en Arturo Anguiano, Guadalupe Pacheco y Rogelio Vizcaíno, Cárdenas y la izquierda mexicana, México, Juan Pablos Editor, 1975, p. 190. [ Links ]
21 “Condiciones de admisión de los partidos en la Internacional Comunista”, en Los cuatro primeros congresos de la Internacional Comunista [http://www.marxismo.org/?q=node/1549], p. 132. [ Links ]
22 Cfr. Daniela Spenser, Los primeros tropiezos de la Internacional Comunista en México, México, CIESAS, 2009; [ Links ] Daniela Spenser y Rina Ortiz Peralta, La Internacional Comunista en México: los primeros tropiezos Documentos 1919-1922, México, INEHRM, 2006; [ Links ] Daniela Spenser, El triángulo imposible. México, Rusia Soviética y Estados Unidos en los años veinte, México, CIESAS, 1998; [ Links ] Daniela Spenser (coord.), Espejos de la guerra fría: México, América Central y el Caribe, México, CIESAS, 2004; [ Links ] Daniela Spenser, “Unidad a toda costa”: la Tercera Internacional en México durante la presidencia de Lázaro Cárdenas, México, CIESAS, 2007. [ Links ]
23 Barry Carr, “Temas del comunismo mexicano”, op. cit.
24 Daniela Spenser, Los primeros tropiezos, op. cit., p. 69.
25 Carlos Illades, Las otras ideas, op. cit., pp. 14-43.
26 Barry Carr, La izquierda mexicana, op. cit., p. 41; Arnoldo Martínez Verdugo (ed.), Historia del comunismo en México, México, ERA, 1985, pp. 24-27. [ Links ]
27 Daniela Spenser, Los primeros tropiezos, op. cit., p. 93.
28 Ibid., p. 189.
29 Barry Carr, La izquierda mexicana, op. cit., p. 52.
30 Eric Hobsbawm, Revolucionarios, Barcelona, Crítica, 2003, p. 13. [ Links ]
31 Herbert Marcuse, El marxismo soviético, Madrid, Alianza, 1984, p. 34. [ Links ]
32 Arnaldo Córdova, La ideología de la Revolución Mexicana, México, ERA, 2005, p. 34. [ Links ]
33 Paco Ignacio Taibo II, Bolcheviques. Una historia narrativa del origen del comunismo en México (1919-1925), México, Ediciones B, 2008, p. 13. [ Links ]
34 Bolívar Echeverría, “Prologo”, en Pedro López Díaz, Capitalismo y crisis la visión de Karl Marx, México, Ítaca, 2006, p. 13. [ Links ]
35 Carlos Monsiváis, “La izquierda mexicana: lo uno y lo diverso”, Fractal, núm. 5, abril-junio, 1997, año 2, volumen II, pp. 11-28. [ Links ]
36 Friedrich Katz, “El papel del terror en la Revolución Rusa y en la Revolución Mexicana [http://www.istor.cide.edu/archivos/num_13/dossier4.pdf] [ Links ].
37 Idem.
38 Cfr. Alan Knight, La Revolución Mexicana. Del porfiriato al nuevo régimen constitucional, México, Fondo de Cultura Económica, 2010; [ Links ] Jean Meyer, La Revolución Mexicana, México, Tusquets, 2010. [ Links ]
39 Thomas Benjamín, La Revolución Mexicana. Memoria, mito e historia, México, Taurus, 2010, p. 42. [ Links ]
40 Alan Knight, “Lázaro Cárdenas”, en Will Fowler (coord.), Gobernantes mexicanos, tomo II: 1911-2000, México, Fondo de Cultura Económica, 2008. [ Links ]
41 Héctor Aguilar Camín y Lorenzo Meyer, A la sombra de la Revolución Mexicana, México, Cal y Arena, 2010, p. 189. [ Links ]
42 Armando Bartra, La utopía posible, op. cit., p. 81.
43 “La izquierda y la política de Cárdenas”, en Arturo Anguiano, Guadalupe Pacheco y Rogelio Vizcaíno, Cárdenas y la izquierda mexicana. Ensayo, testimonios, documentos, México, Juan Pablos, 1975, p. 35. [ Links ]
44 Samuel Arriarán Cuellar, Marxismo más allá de Marx, México, UPN, 2004, p. 108. [ Links ]
45 “Entrevista a Valentín Campa”, en Arturo Anguiano et al., Cárdenas y la izquierda mexicana… , op. cit., p. 152.
46 Discurso de Hernán Laborde en la Convención del Partido Comunista de Estados Unidos, Nueva York, 31 de mayo de 1938, RGASPI, fondo. 495, reg. 108, exp. 203, en Daniela Spenser, “Unidad a toda costa”: la Tercera Internacional…, op. cit., p. 337.
47 José Revueltas, Ensayo sobre un proletariado sin cabeza, México, ERA, 1980, p. 183. [ Links ]
48 G. Pérez, probablemente Vittorio Codovilla, Moscú, 28 de marzo de 1938. RGASPI, fondo 495, reg. 108, exp. 202, en Daniela Spenser, “Unidad a toda costa”…, op. cit., p. 311.
49 Andrés Gracia Salgado, presidente de la Comisión Depuradora de Control del Partido Comunista Mexicano, Nueva York, 28 de febrero de 1940, RGASPI, fondo 495, reg, 17, exp. 234, Ibid., p. 498.
50 Vittorio Codovilla, intervención en los trabajos preparativos para organizar el Congreso Extraordinario del PCM, México, 14 de diciembre de 1939, enviado al Comintern, RGASPI, fondo 495, reg. 17, exp. 122.
51 Valentín Campa, Mi testimonio. Memorias de un comunista mexicano, México, Ediciones de cultura Popular, 1985, p. 161. [ Links ]
52 Cfr. Olivia Gall, “El papel del PCM y de Lombardo en la guerra del Kremlin, la Comintern y la GPU contra Trotsky. México 1936-1940”, en Elvira Concheiro, Massimo Modonesi y Horacio Crespo (coords.), El comunismo: otras miradas desde América Latina, op. cit., pp. 615-651.
53 Ibid., p. 644.
54 Cfr. Valentín Campa, Mi testimonio…, op. cit., p. 161.
55 Dionisio Encina, Respuesta del Partido Comunista Mexicano. ¡Fuera imperialismo y sus agentes!, México, Edición Popular, 1940, p. 150-151, [ Links ] citado por Gerardo Unzueta, “Crisis en el partido, crisis en el movimiento”, en Arnoldo Martínez Verdugo (ed.), Historia del comunismo en México, México, Grijalbo, 1985, p. 189-190. [ Links ]
56 Cfr. Encarnación Pérez, “En el sexenio de Cárdenas”, en Arnoldo Martínez Verdugo, (ed.), Historia del comunismo en México, México, Grijalbo, 1985, p. 187. [ Links ]
57 Antonio Rousset, La izquierda cercada. El partido comunista y el poder durante las coyunturas de 1955 a I960, México, Instituto de Investigaciones “Dr. José María Luis Mora”, 2000, p. 69. [ Links ]
58 Barry Carr, La izquierda mexicana, op. cit., p. 252.
59 Armando Bartra, Hambre/Carnaval. Dos miradas a la crisis de la modernidad, México, UAM-Xochimilco/MC Editores, 2013, p. 36-53. [ Links ]
60 Ibid., p. 282.
61 Massimo Modonesi, La crisis histórica Juan Pablos Editor, 2003, p. 29. [ Links ]
62 Barry Carr, La izquierda mexicana, op. de la izquierda socialista mexicana, México, cit., p. 285.
63 Max Ortega y Ana Alicia Solís de Alba, La izquierda mexicana, una historia inacabada, México, Ítaca, 2012, p. 31. [ Links ]
64 Barry Carr, La izquierda mexicana, op. cit., p. 283.
65 Massimo Modonesi, La crisis histórica de la izquierda socialista mexicana, op. cit., p. 30.
66 Jo Tuckman, México, democracia interrumpida, México, Debate, 2013, p. 355. [ Links ]
67 Cfr. Herbert Marcuse, El hombre unidimensional, Barcelona, Planeta De Agostini, 1993, p. 32. [ Links ]
68 Cfr. Jürgen Habermas, Teoría de la acción comunicativa. Racionalidad de la acción y racionalización social, Madrid, Taurus, 1999. [ Links ]
69 Zygmunt Bauman, Miedo líquido: la sociedad contemporánea y sus temores, Buenos Aires, Paidós, 2008, p. 10. [ Links ]
70 Francis Fukuyama, El fin de la historia y el último hombre, México, Planeta, 1992, p. 208. [ Links ]
71 Jean-François Lyotard, La condición posmoderna, Barcelona, Planeta-Agostini, 1993, p. 42. [ Links ]
72 Idem.
73 Gianni Vattimo et al., En torno a la posmodernidad, Barcelona, Anthropos, 2003, p. 17. [ Links ]
74 Idem.
75 Ibid., p. 15.
76 David Harvey, Breve historia del neoliberalismo, Madrid, Akal, 2007, p. 6. [ Links ]
77 Ibid., p. 11.
78 Carmen Aristegui y Ricardo Trabulsi, Transición. Conversaciones y retratos de lo que se hizo y se dejó de hacer por la democracia en México, México, Grijalbo-Proceso, 2013, p. 252. [ Links ]
79 Cfr. Octavio Paz, El ogro filantrópico [http://sistemapoliticomexico.files.wordpress.com/2012/11/el-ogro-filantrc3b3pico.pdf] [ Links ].
80 Carmen Aristegui y Ricardo Trabulsi, Transición…. , op. cit., p. 253.
81 Armando Bartra (coord.), Los grandes problemas nacionales. Diálogos por la regeneración de México, México, Ítaca, 2012, p. 9. [ Links ]
82 Héctor Aguilar Camín, “Caminos de la izquierda democrática”, Nexos, México, junio de 2014 [http://www.nexos.com.mx/?p=21291] [ Links ].
83 Me refiero particularmente al faccionalismo, al centralismo, la personalización del poder, la ausencia de democracia entre sus militantes y la importación acrítica de modelos políticos que no necesariamente responden a los problemas de la sociedad mexicana.
84 Cfr. José Woldenberg, “La izquierda que llegó para quedarse”, Nexos, México, junio de 2014 [http://www.nexos.com.mx/?p=21286] [ Links ].

Análisis arquitectónico del desarrollo del estilo Neo-colonial

Análisis arquitectónico del desarrollo del estilo Neo-colonial
Verónica Flores Espino

1
CAPITULO I ETAPA CONCEPTUAL

INTRODUCCION

El presente trabajo trata sobre la investigación y análisis arquitectónico del desarrollo del estilo Neo-colonial en la Zona Occidental de El Salvador. En el podremos conocer las principales características y generalidades de este estilo, así como también, todos los aspectos que influenciaron, desde su origen, su evolución y la situación actual en que se encuentra. La investigación y análisis se hará en base a una clasificación de arquitectura Neo-colonial de acuerdo a las características y generalidades del estilo, establecidas en dicho análisis.

El trabajo de investigación contiene seis capítulos los cuales se detallan así:
Capitulo I Etapa Conceptual: Primero se plantea el problema y el porqué la importancia de la investigación, a su vez se da a conocer los objetivos a alcanzar con sus límites y alcances.
Capitulo II Marco Conceptual: Este capítulo contienen los conceptos que ayudan a realizar el análisis de la arquitectura Neo-colonial.
Capitulo III Marco Teórico: Se dan a conocer los antecedentes históricos tanto de El Salvador como en la Zona Occidental, las características generales del estilo, el desarrollo, la evolución y el estilo en su actualidad.
Capitulo IV Métodos y Técnicas: Se Identifican las áreas geográficas a estudiar, la muestra que es la representación del área geográfica y el
procedimiento a seguir.
Capitulo V Sistematización y Análisis de Resultados: aquí se detallan los resultados obtenidos por medio de los instrumentos aplicados, que
consiste en un análisis cuantitativo, por medio de gráficos de barras; y luego un análisis cualitativo, de los resultados de los gráficos antes
mencionados.
Capítulo VI Lineamientos Generales para la Conservación del Patrimonio en la Zona Occidental de El Salvador: dándose a conocer toda la sustentación legal con que cuenta la difusión, el reconocimiento, el registro y la valorización de los inmuebles considerados como patrimonio Cultural.
Capitulo VII Conclusiones y Recomendaciones: Este es el capítulo de cierre en el cual se recogen los hallazgos principales y se elaboran las
recomendaciones y conclusiones generales.

PLANTEAMIENTO DEL PROBLEMA

La historia de una ciudad puede entreverse a través de su Arquitectura, ya que esta es el resultado del cambio y la evolución de las sociedades. La arquitectura y todas las formas del arte evolucionan, plasmando en ellas el desarrollo de las ciudades así como también su cultura, haciendo uso de los medios con los que cuentan en determinada época y recurriendo a sus propios elementos y los de otras culturas.

Después de la Colonia en El Salvador se desarrolló una economía basada en el café, que cambia la estructura de la tenencia de la tierra. Las familias terratenientes, impulsaron la creación de Gobiernos Nacionales para asegurarse su protección. Inmigrantes europeos y del Medio Oriente, buscaron sus fortunas en la producción del café en El Salvador, estos inmigrantes junto con la élite original constituyen la semilla de la oligarquía, surgiendo así las áreas de producción y los centros urbanos destacándose el de la Zona Occidental del país especialmente Santa Ana, ciudad de gran importancia en esta época, la cual tuvo mucho crecimiento debido a la producción del café, llegándose hasta disputar el título de capital del país en una época.

Surge en esta época un estilo nuevo, el estilo fue el Neo-colonial, que se veía como el camino necesario para el fortalecimiento del nacionalismo, que había sufrido un debilitamiento a finales del siglo XIX. Las manifestaciones arquitectónicas del estilo Neo-colonial se encuentran amenazadas por el acelerado desarrollo físico de las ciudades y las nuevas necesidades de la sociedad en los sectores donde se ubican, llegando a la eliminación de estos testimonios, al desconocer su valor.

JUSTIFICACIÓN DEL TEMA

En la zona occidental de El Salvador, existe arquitectura del estilo Neo-colonial, que es muy evidente sobre todo en la ciudad de Santa Ana,
pudiéndose observar principalmente en el Centro Histórico de cada ciudad, esta presencia denota el auge económico, cultural de la época.

En la actualidad se ha reflejado la poca valorización del Patrimonio Cultural Histórico, con el deterioro y la destrucción, de residencias que se vuelven comercio, con alteraciones arquitectónicas, debido al avance del desarrollo físico de la ciudad ya que la población no se da cuenta del valor de identidad con que se cuenta.

Sin embargo, no se ha estudiado y analizado lo suficiente la expresión Neo-colonial en la Zona Occidental en El Salvador. Al existir una amenaza de deterioro y pérdida de las obras realizadas en esta expresión, es necesario estudiarlas y documentarlas, conocer su desarrollo y particularidades en dicha zona.

Por tanto en la presente investigación se abarcará el análisis de los aspectos socio cultural, físico-espacial, legal y económico de la zona ya que esto permitirá dar a conocer su origen, su evolución y la situación actual de la arquitectura del estilo Neo-colonial en la Zona Occidental de El Salvador.

OBJETIVOS

Objetivo General:
• Colaborar en el estudio de la Arquitectura salvadoreña, por medio de la investigación y análisis arquitectónico del desarrollo del estilo Neo-colonial en la Zona Occidental de El Salvador.

Cuadro Explicativo de Objetivos Específicos, Alcances, Límites, Estrategias.
En el presente cuadro explicativo se han tomado los límites en forma de tiempo y espacio y no como limitantes.

OBJETIVO ESPECIFICO
LIMITE
ALCANCE
ESTRATEGIA

Definir el marco histórico general de referencia del estilo Neo-colonial.
Diversidad de Sucesos que se dieron en la época de 1860 a 1950.
Determinar las causas que originan el surgimiento del estilo Neo-colonial.
• Investigación bibliográfica.
• Entrevistas a personajes.
• Visitas de Campo, en el área de estudio.

Determinar el contexto arquitectónico salvadoreño, de la época en estudio.
Área geográfica a estudiar “la Zona Occidental de El Salvador”
Definir el valor histórico de este tipo de edificaciones; la época de
surgimiento, procedencia y ubicación.
• Visitas de Campo, en el área de estudio.
• Análisis de Planos de las ciudades.

Elaborar un registro de las obras del estilo Neo- colonial en la Zona Occidental de El Salvador.

El registro se hará únicamente de las obras edificadas, para ver su estado actual de conservación que permita un análisis del estilo Neo-colonial, realizadas dentro de los límites geográficos del área en estudio.

Elaboración de un inventario que contenga estos bienes inmuebles del estilo Neo-colonial,
• Visitas de campo
• Análisis de planos Arquitectónicos.

Hacer un estudio y análisis crítico en las obras del estilo Neo-colonial, determinando criterios, aspectos y lineamientos por los que se ven
influenciados.

Análisis espacial interno de las edificaciones, sólo la muestra de la
población, y a las que se pueda tener acceso. Analizar el espacio interior de una muestra representativa de las edificaciones realizadas dentro de
este estilo.
• Visitas a las obras arquitectónicas (visitas de campo).

Dar lineamientos generales para la conservación de los inmuebles identificados en el presente estudio. Sólo el área en estudio, “la Zona Occidental de El Salvador” Enfocar las principales vías de solución para la conservación de los inmuebles que resulten en el presente estudio.
• Estudio de la muestra identificada en estilo Neo-colonial.
• Estudio de leyes y reglamentos nacionales e internacionales para la conservación del patrimonio.

METODOLOGÍA

Está compuesta por la secuencia lógica de pasos a seguir, por medio de Etapas, en las cuales podremos cumplir los objetivos generales y
específicos.

Primero se planteó el problema y el porqué de la importancia de la investigación, a su vez se darán a conocer los objetivos a alcanzar con sus
límites y alcances, aquí es donde se observa bien la problemática del deterioro y de la poca valorización de las edificaciones Neo-coloniales en la zona Occidental de El Salvador.

Luego se tiene la etapa del Marco Teórico, en donde se abordan los antecedentes históricos en el periodo de (1860-1920), empezando por El
Salvador, hasta llegar a la zona occidental de El Salvador, todo esto en forma general en los cuatro aspectos; cultural, social, económico y arquitectónico para saber cómo es el contexto en que se desarrolló el estilo Neo-colonial en esa época. También se define el concepto de estilo Neo-colonial, además de cómo se desarrollo en Latinoamérica y en nuestro país y definir así sus características.

Además es necesario tener claro cuáles son los métodos y técnicas con los cuales se hará el análisis arquitectónico, definiendo claramente el área en estudio, así como la muestra de edificaciones que se estudiaran por medio de visitas de campo y levantamiento arquitectónico en las edificaciones en que se pueda acceder, hasta llegar al análisis y estudio de las muestras y observar el desarrollo y evolución del estilo Neo- colonial en los años (1920-1950), y concluir con el análisis en la actualidad, de cómo se encuentran las edificaciones actualmente, donde hubo mayor auge en el país, el estado de conservación actual de las edificaciones y la protección legal institucional con la que cuentan.

Finalmente se desarrolló la etapa de Conclusiones y Recomendaciones: Este es el capítulo de cierre en el cual se recogen los hallazgos principales y se elaboran las recomendaciones.

ESQUEMA METODOLOGICO

Etapa I Conceptualización del tema
Etapa II Definición de Conceptos
Etapa III Marco Teórico: Antecedentes Históricos, e identificación del Estilo Neo-colonial
Etapa IV Métodos y Técnicas.
Etapa V Sistematización y Análisis de Resultados
Etapa VI Conclusiones y recomendaciones.

R E T R O A L I M E N T A C I Ó N

Primero se hace un planteamiento del problema, y se da a conocer la importancia de la investigación, hasta llegar a conocer los objetivos.
Se seleccionan las obras más representativas del estilo Neo-colonial, y se realiza un análisis de las obras. Se estudiará, la muestra que es la
representación del área geográfica y las características más predominantes del
estilo Neo-colonial.

Recopilación de información histórica, sobre el surgimiento del estilo Neo-
colonial, tanto en América Latina como en El Salvador y especialmente en la
Zona Occidental en la época de primeras décadas del siglo XX.
Se da a conocer los antecedentes históricos, así como se identificará el
estilo Neo-colonial tanto en El Salvador como en la Zona Occidental de El
Salvador.

Etapa II Definición de Conceptos
Recopilación de los elementos importantes surgidos en la investigación, para, poder concluir y consolidar propuesta de conservación, a nivel de macro
zona

CAPITULO II: MARCO CONCEPTUAL.

2.1 Conceptos Básicos.
▪ Arquitectura
▪ Estilo
▪ Colonia
▪ Neo-colonial
▪ Latinoamérica o América Latina
▪ Zona Occidental de El Salvador

CAPITULO III: MARCO TEORÍCO

3.1 ESTILO NEOCOLONIAL SUS CARACTERÍSTICAS Y GENERALIDADES.
3.1.1 Neo-Colonial en América Latina.
3.1.1.1 Introducción.

Hacia fines de la segunda década del siglo XX algunos hechos de importancia habían removido la región. En general, se empezaban a percibir las tendencias a la urbanización, el resurgimiento del proletariado y de sectores medios, junto con otros cambios sociales.

Hacia fines de los años 20’ la arquitectura de la región presentaba un eclecticismo generalizado, subsistiendo un neoclasicismo afrancesado
junto con un neo-renacimiento italiano, a los cuales se les sumaban todo tipo de revivals románticos. Pero era por lo mismo un historicismo de la
historia ajena. Esta situación se complicó con el eco de algunos movimientos reformistas europeos, como el art noveau y el art déco de comienzos de siglo.

Se expresó en un “Neo-colonial” con variantes que iban desde un neo-barroco hispánico hasta un estilo californiano y en un “neoindigenismo” que incluía un “neo-azteca”. Este volver sobre lo propio tiene algunos paralelos con la reflexión sobre la identidad cultural1. Querían participar en
la aventura de una época que, aunque lejana, la hacían suya. Ir a Europa, algo que la mayoría hizo, no era viajar a otro continente, sino saltar a otro siglo. Al hacerlo, abrieron las ventanas a la evolución posterior de la arquitectura latinoamericana. 1 Vasconcelos José./1925./Pág. 38.

3.1.1.2 Perú.
3.1.1.3 Cuba.
3.1.1.4 México.
3.1.1.5 Bolivia
3.1.1.6 Costa Rica.
3.1.1.7 Venezuela.
3.1.1.8 Colombia.
3.1.1.9 Nicaragua.
3.1.1.10 Guatemala
3.1.1.11 Argentina.
3.1.1.12 Chile.

3.2 ANTECEDENTES HISTORICOS DE EL SALVADOR A FINALES DEL SIGLO XIX Y PRINCIPIOS DEL XX (1860-1920).

3.2.1 Aspecto Cultural (1860-1920)

En cuanto al arte, en un sentido más amplio, su concepto hace referencia tanto a la habilidad técnica como al talento creativo en un contexto, literario, visual o de puesta en escena. El arte procura a la persona o personas que lo practican y a quienes lo observan una experiencia que puede ser de orden estético, emocional, intelectual o bien combinar todas esas cualidades. Por esa razón es muy importante, conocer el arte dentro de la cultura de un país, para saber cómo eran las aspiraciones y pensamiento e ideologías en la época de ese momento histórico correspondiente a los años que se están estudiando.

El renacimiento cultural en El Salvador, se dio a finales del siglo XIX, donde hubo logros importantes para la cultura y el arte como es la fundación de la Universidad Nacional, institución que promueve el nivel cultural en los salvadoreños. Centroamérica tenía importantes publicaciones donde estaba reflejado el espectro cultural, artístico y científico. A pesar de no existir el periodismo como carrera universitaria, nuestros autores también sobresalían como periodistas de renombre.

Literatura

Para los años en que los liberales se apoderaron definitivamente del poder, ya existía un pequeño núcleo de intelectuales, que se ensanchó gracias a la bonanza cafetalera y —lo que es más significativo— encontró un ambiente propicio para su trabajo. Entre los más destacados intelectuales de esos años se pueden mencionar a: Darío González, Jorge Lardé, Santiago I. Barberena, Alberto Sánchez, David J. Guzmán, Pedro Fonseca, Rafael Reyes, Antonio Cevallos, Vicente Acosta y Francisco Gavidia.

Los trabajos de intelectuales como Miguel Ángel Espino, María de Baratta, Juan Ramón Uriarte, Jorge Lardé, Arturo Ambrogi y otros, muestran los cambios del discurso nacional en la década de 1920. Sus obras tienen como denominador común la revalorización del pasado indígena, de la vida en el campo y de los atributos culturales que podían definir al salvadoreño2. 2 Ministerio de Educación. /1994. / Pág. 105.

A diferencia de los liberales de finales del siglo XIX, que consideraron al indio como un obstáculo al progreso y vieron en el mestizaje la única opción para aceptarlo dentro de la sociedad, esta vez se hacía énfasis en la conservación de lo indígena. Y basándose en esta herencia se buscaron elementos que ayudaran a redefinir los atributos de la nación salvadoreña, que adquiría así los componentes culturales que los liberales habían rechazado.

Pintura.

La pintura en el siglo XIX, se inicia de forma casi legendaria, con el nombre de Juan Francisco Wenceslao (1823-188). “Con él se ha presentado
la mayoría de las veces el inicio, casi oficial de nuestro arte pictórico, es algo así como una leyenda que se desarrolla en el extranjero, en tiempos en que la comunicación no era nada fácil, y su historia es una secuela de anécdotas románticas”3. 3 Salazar Retana, Luis. / Op Cit. / Pág. 21.

“De fines de este siglo XIX son los pintores que de alguna manera afinan su oficio y creación en este país, esos son los casos de Pascasio González (1847-1916) y Marcelino Carballo (1874-1949)”4, quienes se especializaron en escenas bíblicas, reproducción de estampas católicas, rostros de santos y demás motivos religiosos. Carballo aprendió su artesanía pictórica en la vieja costumbre. Fue formador de pintores como Napoleón Noches Avendaño, Antonio Pineda Coto, José Godofredo Coto, Alfonso Catedral, Carlos Alberto Imery, entre otros.
4 Cea José Roberto ./1998. / Pág. 69.

Escultura.

En El Salvador la escultura ha sido poco explotada, un aspecto importante fueron las influencias de algunos acontecimientos de carácter internacional con los estilos que predominaban en la época, que fueron una influencia importante para la expresión escultórica, siendo muy importante la corriente Neoclásica, en donde se resaltan las deidades griegas, ante lo religioso que se venía dando desde hace tiempo atrás. Posteriormente existió un renacer de lo precolombino, y de la identidad cultural, reflejada en personajes, costumbres, tradiciones y hechos pasados.

3.2.2 Aspecto Social (1860-1920)

Entre los trabajadores del campo había diversos grupos étnicos que no compartían una cultura única. Ladinos e indígenas se diferenciaban en sus costumbres, en su concepto de comunidad y de familia y en general en su percepción del mundo. Los indígenas conservaron vestimenta e idioma, cuyas raíces se remontaban a los tiempos posteriores a la conquista española. Los ladinos no pertenecían ni a la cultura indígena, ni a la blanca, pero con esta última compartían más elementos culturales.

El desarrollo del Estado junto con el crecimiento económico generó importantes transformaciones en la vida urbana, lográndose con esto la
construcción de edificaciones. Simultáneamente, surgen los llamados sectores medios que son aquella parte de la población que se ocupa de actividades diversas en los centros urbanos, teniendo como denominador común su nivel de vida, siendo de término medio.

Por otra parte hay evidencias de que al iniciarse la década de 1910 la violencia en el campo y la ciudad había adquirido proporciones alarmantes, tal violencia se expresaba en las relaciones sociales. Pero fueron los continuos atentados campesinos a la propiedad e incluso a la misma vida de los terratenientes y sus ayudantes lo que más alarmó a los sectores dominantes, los pobres se encontraban en miseria y sumisión.

El Salvador continúo desarrollándose pero lastimosamente de una forma dependiente de los grandes países, favoreciendo siempre a una minoría que representaba el poder económico por ser dueña de los medios de producción, dando inicio a la transferencia cultural que formó la base a la cultura actual5.
5 Baloyra, Enrique. / 1999. / Pág. 17.

3.2.3 Aspecto Económico (1860-1920).

Desde el punto de vista económico, se busco la diversificación de la agricultura del país, con el objetivo fundamental de que la economía nacional no dependiera de forma absoluta, de un solo producto de exportación, cuestión que a la larga, no se consigue a pesar de haber intentado la cría de gusanos de seda, restablecer el cultivo de cacao, explotar de forma amplia los balsamares; lo único que se hizo fue cambiar un producto de exportación por otro, en éste caso el añil fue sustituido por el cultivo del café, que obligo a cambiar la estructura de tenencia de la tierra. Pero la introducción del café significó, además, una aceleración en el proceso de concentración de la propiedad de la tierra pues su cultivo requería terrenos grandes y apropiados.

El Salvador se convierte así en un país mono-productor y mono-exportador de café. La expoliación de la tierra a los indígenas, la concentración de la propiedad y los bajos salarios de los jornaleros del campo, constituyen la causa del conflicto social, que se extiende desde las primeras décadas del siglo XX hasta la actualidad. El cultivo y exportación de café aceleró la acumulación de capital en la economía salvadoreña.

3.2.4 Aspecto Arquitectónico (1860-1920).

La arquitectura en El Salvador, es una mezcla de estilos arquitectónicos que pueden ser mucho más notables en la capital, San Salvador. Por ser una ciudad en proceso de desarrollo exhibe una variedad de edificaciones que muestra un mosaico de materiales, procesos constructivos, estilos arquitectónicos y varias tendencias. Es así como al dar un recorrido por la ciudad, se pueden encontrar viviendas con una mezcla de Arquitectura Colonial, viviendas de tipo Europeo con acabados en madera y piedra. Se encuentra diversidad de estilos arquitectónicos en las Iglesias de la ciudad, desde manifestaciones eclécticas, hasta el estilo Neo-gótico.

3.2 NEO-COLONIAL EN EL SALVADOR. (1936-1950)

Hacia la mitad de la década de los treinta, llegan al país, el Arquitecto Ernesto de Sola y Armando Sol, uno con preparación norteamericana y el
otro con preparación belga. Ambos profesionales se dedicaron a diseñar residencias y casas bajo la influencia Neo-colonial.

Durante el período de 1918 a 1945, varios estilos arquitectónicos se ponen en boga en el país: el neo-clásico, el moderno y el colonial moderno o Neo-colonial, en los años de 1936 a 1950, establecido por Sol y de Sola.6 Se introducen con la llegada de estos arquitectos innovaciones en la arquitectura salvadoreña. 6 Monedero Oscar Manuel./ 1970/ Pág.64.

En cuanto a arquitectura siempre Neo-colonial, pero de uso religioso, los ejemplos más notorios que encontramos a nivel nacional tenemos la iglesia Guadalupe en San Salvador y la iglesia de Juayúa en la zona Occidental de El Salvador.

3.3.1 Conceptos y Características en El Salvador.

Características que determinan el Estilo:
• El término “neo” proviene del griego y significa “nuevo”. Y “colonial” es un término que se refiere a la época colonial.
• Se define el estilo Neo-colonial como “un retomar de elementos del pasado para ser adaptados e integrados a la arquitectura moderna”.
• El estilo Neo-colonial “es una respuesta al nacionalismo y conciencia cultural que busca inspirarse en el pasado colonial y prehispánico”.
• Utiliza la línea recta y la curva en las fachadas y estructuras interiores.
• El estilo Neo-colonial es semejante al estilo californiano.
• La diferencia con el californiano es su dimensión temporal y geográfica.7 7 Rivas, Victor Manuel. /2002. / Pág. 54
• La arquitectura Neo-colonial se caracteriza por el uso de la teja, el arco de medio punto, las columnas redondas y salomónicas, la utilización de madera como elemento estructural y de ornamentación.
• El uso del concreto armado y los pisos decorativos como baldosas de cemento.

3.4 ANTECEDENTES HISTÓRICOS ZONA OCCIDENTAL DE EL SALVADOR A FINALES DEL SIGLO XIX Y PRINCIPIOS DEL XX
(1900-1920).

3.4.1 Orígenes y Formación.

Durante la administración conservadora del Licenciado Francisco Dueñas y por Decreto Legislativo de 09 de febrero de 1869, se creó, con los
distritos de Ahuachapán y Atiquizaya, el Departamento de Ahuachapán; y se facultó al Supremo Poder Ejecutivo para que se designara los pueblos que debían formar esa nueva división político- administrativa de la República y para que lo proveyera de Gobernador y de todo lo necesario en el momento de su establecimiento.

Por tanto los departamentos occidentales de El Salvador, a través de la historia se ha comportado como una sola ciudad, como una sola región, ha sido hasta mediados del siglo XIX que fue declarada cabecera de Santa Ana, marcando con esto el hecho que la ciudad de Santa Ana ha sido la más importante en la zona occidental.

3.4.2 Aspecto Socio Cultural (1860-1920)

Muchos autores coinciden en apuntar que en el período comprendido entre 1870 a1900, como consecuencia del proceso de reforma agraria en el país se produjeron una serie de levantamientos populares en donde participaron no solamente los pueblos indígenas, sino también los ladinos pobres, la zona en que se dieron estos levantamientos se produjeron en la zona occidental del país, específicamente en Sonsonate, Ahuachapán y Santa Ana.

3.4.3 Aspecto Económico.
Como se sabe, a fines del siglo XIX y a principios del siglo XX, el capitalismo pasa a la etapa superior y última de su desarrollo, a la etapa del imperialismo. Estados Unidos de Norteamérica, Inglaterra y otras grandes potencias capitalistas se lanzan a la conquista de mercados y de bases de penetración para sus capitales. El Salvador no prestaba condiciones de extensión territorial, ni de clima para asegurar el rendimiento de las inversiones. De ahí que los imperialistas buscaran otras formas para explotar a este país peculiar.8
8 Dalton, Roque. /1963. / Pág. 102.

3.5 NEO-COLONIAL EN LA ZONA OCIDENTAL DE EL SALVADOR.

En todos los inmuebles de este orden, las casas encontradas en la Zona Occidental, demuestran una gran majestuosidad, provocando así una
sensación, que solo caminando por las calles donde están ubicadas se puede sentir. Este auge de inmuebles con las características anteriormente descritas, las representativas del estilo Neo-colonial, es lo que se analizara en el presente estudio.

Lo especial de este estilo arquitectónico, consiste en repetir las formas, detalles, figuras, materiales y más. Este estilo además, utiliza con mucha
frecuencia la integración de líneas rectas con las curvas, creando también una gran riqueza volumétrica y juego de techos a cuatro aguas, frecuentemente coronadas con linternas de concreto en juntas. Se acostumbra también, la utilización de salientes tipo chimeneas qué muchas veces cumplen fines netamente decorativos. Debido a que existía una mano de obra altamente calificada, la ornamentación que los inmuebles.

CAPITULO IV: MÉTODOS Y TÉCNICAS.

4.1 Área de estudio.

Los municipios en donde fueron encontradas obras de arquitectura Neo-colonial, en mayor o menor grado, tenemos Santa Ana, Metapàn,
Atiquizaya, Ahuachapán, Sonsonate, Acajutla, teniendo por lo menos en cada uno de ellos un solo ejemplo de arquitectura Neo-colonial.
4.1.1 Población Muestra.

Ya que la muestra comprende el total de la población, que este numeral desarrollará, comprendido por un inventario de 39 inmuebles a nivel de
fachada y exterior, y 14 inmuebles en el interior, debido a la accesibilidad así como también al tiempo con que se cuenta para dicha investigación.
Todos encontrados en un recorrido realizado como visita de campo,9 hallándose ubicados en los municipios anteriormente expuestos, haciendo
una identificación del estilo en base a fachadas así como a interiores de los inmuebles, teniendo por lo menos una muestra grafica de interiores, de acuerdo a las que se tuvo acceso; tanto en planos arquitectónicos como en fotografías.
9 A partir de una base de datos de inmuebles fotografiados y reconocidos por CONCULTURA

4.2.3 A MANERA DE CONCLUSION DE ESTA ETAPA:

A partir del trabajo realizado como fichas de inventario de Inmuebles construidos en estilo arquitectónico Neo-colonial en la Zona Occidental de
El Salvador se demuestra que el Neo-colonial, tomaba elementos tanto del estilo Barroco Español como del Barroco Americano, para cumplir de
esta manera con los requisitos impuestos por la sociedad del siglo XX, llegando a convertirse en un símbolo de la arquitectura nacional, durante
el recorrido a las ciudades de la Zona Occidental se detectaron interesantes ejemplos que reúnen todas las características de este movimiento y que merecen ser documentados como patrimonio histórico.

CAPITULO V: ANÁLISIS E INTERPRETACION DE RESULTADOS.

5.1 ANÁLISIS CUANTITATIVO.

Se hará un análisis referido a cuantificar los datos plasmados en las 39 fichas expuestas en el capítulo anterior, haciendo una representación grafica de cada uno de los componentes que posee. En primer lugar tenemos:
CANTIDAD
PORCENTAJE
MUNICIPIOS
31 79.49%
Santa Ana
3 7.69%
Sonsonate
1 2.56%
Ahuachapan
2 5.14%
Atiquizaya
1 2.56%
Acajutla
1 2.56%
Metapan
TOTAL 39 100%

En cuanto a la Descripción Física, se tomara en cuenta tanto el interior como el exterior de las edificaciones, teniendo como muestra de interior las 14 casas a las cuales se pudo acceder, de las 39 que son todas las contabilizadas, en estilo Neo-colonial.10

Las edificaciones en su totalidad fueron de uso habitacional, fueron creadas como viviendas para familias de estrato social media-alta.
CANTIDAD PORCENTAJE USO ACTUAL DE LA EDIFICACIÓN10
22 56.41%
Habitacional

4 10.25%
Comercial

10 25.65%
Institucional

0 0 Religioso

3 7.69%
Abandono

8 20.51%
Alquiler
TOTAL 39
100%

CANTIDAD
EDIFICACIONES INVENTARIADAS
Interior 14 Exterior 39

CANTIDAD
PORCENTAJE
NIVELES DEL
EDIFICIO
8 20.51%
1 Nivel
2 71.79%
2 Niveles
3 7.70%
3 Niveles

SISTEMA CONSTRUCTIVO
Adobe/Ladrillo de Barro

LINEA DE CONSTRUCCION
Original/Modificada

CANTIDAD PORCENTAJE
TIPOS DE CUBIERTAS
2 Aguas/3 o más Aguas

CANTIDAD PORCENTAJE
MATERIALES DE CUBIERTAS
Teja de Barro/ Fibrocemento/ Lamina Galvanizada

ALTURA DEL EDIFICIO
0-3 m/ 3-6 m/ 6-9 m

CIELO FALSO
Madera/ Dura panel/ Losa

RECUBRIMIENTO DE PAREDES
Tipo Interior PORCENTAJE Exterior PORCENTAJE
Texturizado y Pintado
1
7.15
33
84.62
Repellado, Afinado y Pintado
13
92.85
6
15.38
TOTAL
14
100%
39
100
Interior PORCENTAJE Exterior PORCENTAJE
HIERRO FORJADO
Tienen
5
35.72%
36
92.36%
No tienen
9
64.28%
3
7.69%
Total
14
100%
39
100%
Interior PORCENTAJE Exterior PORCENTAJE
PISOS Ladrillo de Cemento
14
100%
39
100%
Interior
Exterior
VENTANAS
Materiales Tipo Madera y Vidrio Metal y Vidrio Otros
Madera
y Vidrio
Metal y
Vidrio
Otros
Vano Corte Mudéjar – –
1 – –
5
Vano Recto
3
1 – 17
8
8
Vano con Arco
3
1 – 7
7
3
Circular – 1 – –
6 – Guillotina Cuadrifolio
Con Moldura o Cornisa
4
26
Interior
Exterior
PUERTAS
Materiales
Tipo
Madera
Metal
Otros
Madera
Metal
Otros
Vano Corte Mudéjar – –
1 – –
3
Vano Recto
5
3 – 10
22
8
Vano con Arco
2 – –
12
12
4
Tallada o Forjada
3 – –
13 – –
Tipo Mazorca
1 – –
2 – –
Con Moldura
1
18
Interior
Exterior
BALCONES
Materiales
Tipo
Madera
Hierro
Cemento
Madera
Hierro
Cemento
Curvos – – – –
1
4
Rectilíneos
1
1
1
1
7
9
Balaustrada – – – – – 4
ESTADO DE CONSERVACION
Rango
Interior porcentaje Exterior porcentaje
Muy alterada
25%-50%
2
14.30
2
5.15
Medianamente alterada
50%-75% – –
4
10.25
Sin mínima alteración
75%-100%
12
85.70
33
84.60
TOTAL
14
100
39
100
CANTIDAD PROCENTAJE

5.2 ANÁLISIS CUALITATIVO.

Se hará un análisis explicativo de las características de las edificaciones del estilo Neo-colonial como se comportaron, que detalles arquitectónicos sobresalieron más, en que Municipios se desarrolló, entre otros aspectos, en base al análisis cuantitativo expuesto anteriormente.

MUNICIPIOS.
De acuerdo a la localización de las edificaciones, los Municipios en que se encuentran ubicadas tenemos que el 79.5%, pertenecen a Santa Ana,
el 7.69% a Sonsonate, el 2.56% a Ahuachapán, el 5.14% a Atiquizaya, el 2.56% en Acajutla y el ultimo 2.56% a Metapán.

11 Este dato se basa en las edificaciones a las cuales se tuvo acceso y también las que se pudo observar desde el exterior.
12 Este dato en madera, se debe al caso del mezanine que se encuentra dentro del Casino Santaneco

ROTULOS
Pintado/Adherido/De Pie/No tienen

CANTIDAD PORCENTAJE
USO DEL COLOR
Monocromático 23 58..97%
Policromático
16
41.03%
TOTAL
39
100%
CANTIDAD PORCENTAJE
ENTREPISOS
Concreto11
21
53.85
Madera12
1
2.56
No se observó
9
23.08
No tienen
8
20.51
TOTAL
39
100%
CANTIDAD
PORCENTAJE
ESCALERAS
Forma de U
4
28.57
Forma de L
6
42.87
Rectilíneas
2
14.28
No tienen
2
14.28
TOTAL
14
100%
CANTIDAD PORCENTAJE
PLANTA ARQUITECTONICA
Forma de U
1
7.14%
Forma de L
2
14.28%
Patio Central
5
35.70%
Patio posterior
3
21.42%
Patio Lateral
4
28.56%
TOTAL
14
100%

Esto nos demuestra que el municipio de la Zona Occidental con mayor auge del estilo Neo-colonial es Santa Ana, y los municipios de
menor grado de aparición son Metapán, Acajutla y Ahuachapán.
No se sabe con exactitud, la razón por la cual el estilo arquitectónico Neo-colonial se desarrolló más en la ciudad de Santa Ana y no en las otras
ciudades de la zona Occidental, pero si es evidente en cuanto a su arquitectura que sobresalió de las demás, ya que se desarrolló hasta convertirse en el centro social, cultural y económico más importante de la zona occidental.

USO ACTUAL DE LA EDIFICACIÓN.
En la actualidad, el uso de las edificaciones, sigue siendo en su mayoría habitacional, luego institucional y por ultimo comercial, teniendo la mayoría de las edificaciones de uso institucional en régimen de alquiler.

EDIFICACIONES INVENTARIADAS.

Las edificaciones que se tienen inventariadas con el sistema de fichas, antes explicadas y vistas en este trabajo, han sido seleccionadas de acuerdo a las características del estilo Neo-colonial, siendo posible acceder a 14, de las 39, debido a factores, como el tiempo de la investigación, o por la colaboración que existe, por parte de los propietarios.

SISTEMA CONSTRUCTIVO.

El sistema constructivo que se dio predominantemente en las edificaciones neo-coloniales, fue el ladrillo de barro, en un 100% no se encontró ningún otro, ya que este sistema se desarrolló en la época en que tuvo el auge dicho estilo, ya que era un sistema práctico y de fácil manejo.
NIVELES Y ALTURA DEL EDIFICIO.
La altura de las edificaciones en su mayoría es de 2 niveles, siendo por lo tanto la altura predominante la del rango de 3.00 a 6.00 metros, sin
embargo se han identificado varios inmuebles que a pesar de tener un solo nivel, también su altura esta en el rango de 6-9 m, ya que son edificaciones que albergan todavía grandes alturas.
LINEA DE CONSTRUCCION.
La línea de construcción, de 6 edificaciones han sido modificadas, las restantes la mantienen, en Santa Ana, como ya se dijo anteriormente se tienen contabilizadas 31 edificaciones de estilo Neo-colonial, en cuanto a la línea de construcción se puede apreciar también que muchas de las edificaciones, fueron construidas en lugares en los cuales ya había una construcción anteriormente. Estamos hablando de 26 edificaciones, que se encuentran en lo que fue el centro histórico de 1877, corresponde a un 66% de todas las contabilizadas en general.
TIPOS Y MATERIALES DE CUBIERTAS.
El tipo de cubierta que predomina es el de 3 o más aguas, aunque es muy similar la cantidad a la de 2 aguas, siendo la primera del 51.28% y la
segunda del 48.72%, en cuanto al material más utilizado en la cubiertas se tiene que es la Teja de barro, aunque se encontró la presencia de laminas de Fibrocemento, esto es debido a las reparaciones totales o parciales de los techos de las edificaciones, que eran originalmente de teja
de Barro.

RECUBRIMIENTO DE PAREDES.

El recubrimiento de las paredes, en su exterior, de las edificaciones en un 85% es texturizado y pintado; y en su interior la mayoría, posee un recubrimiento de Repellado, Afinado y Pintado, en un 92%. El texturizado es típico de la edificación Neo-colonial, por el lado externo de la misma, dándole una característica particular.

A continuación se muestra un ejemplo de la textura al exterior de las edificaciones, este manejo se repite en las 33 que fueron contabilizadas,
variando de una a otra, por el diseño de la textura.

VENTANAS

En cuanto a las ventanas que predominan en las edificaciones al exterior son las de Vano Recto hechas con madera y vidrio, presentándose en 17 de las edificaciones, y en su interior las más representativas son las de Vano Recto y las de Vano con Arco, siempre de madera y vidrio, que se presentan en igual número.

La variedad de diseños varía de unas a otras, manteniendo el uso típico de la madera, conjugada con el vidrio, le da ese toque de elegancia al utilizar la madera de una forma muy decorativa.

Se maneja también otro tipo de ventanas, como son circulares, las de corte mudéjar, que se da sobre todo al exterior y los cuadrifolios que son más que todo con fines decorativos y para permitir la entrada de Luz.

PUERTAS.

Las puertas son muy importantes dentro del estilo Neo-colonial, ya que en la mayoría de las edificaciones la puerta principal es de Hierro, utilizada en un 87% más que todo como portón de acceso vehicular. Otro detalle muy importante es que existen varios ejemplos, en un 33%, en donde utilizan como puerta principal, una de madera tallada, de muy finos acabados y que denotaba que la familia ocupante tenía mayor solvencia económica o mayor estatus social.

Estas puertas talladas, se pueden encontrar tanto en vanos con arco como en vanos rectos, pero siempre manteniendo los distintos detalles y acabados de estas.

En las siguientes imágenes se pueden apreciar varios ejemplos de ellas, tanto en interior como en exterior.

HIERRO FORJADO.

Las ventanas y las puertas que se presentan en las edificaciones del estilo Neo-colonial, en un 92% van acompañadas de defensas hechas con hierro forjado, otro detalle que le da un toque de elegancia y de exclusividad a dichas edificaciones, los diseños son variados y en muchos de ellos aparece con frecuencia la línea curva; tal y como se puede apreciar en las siguientes imágenes.

PISOS.

Los pisos de las edificaciones, en su totalidad son de ladrillos de cemento, no se han cambiado, y aun siguen siendo utilizados como desde su construcción. En las siguientes imágenes se puede apreciar el piso, como es semejante entre una y otra edificación, repitiéndose hasta los colores, la forma y el tamaño, tanto en interiores como en exteriores. Se detectó cierta inclinación por los pisos de tonalidades oscuras, con divisiones de líneas claras, que fue el que más se repitió seguidamente de pisos claros con jaspeados oscuros.

BALCONES.

El balcón es un elemento, muy representativo para el estilo neo-colonial, que se utilizaba mucho para resaltar las edificaciones que eran en su mayoría de dos niveles, representando con estos un 64.1% de todas las edificaciones, utilizándose en formas curvas y rectilíneas, hechas de cemento o de hierro en exteriores

ROTULOS.
Los Rótulos son agentes que directamente modifican, estas edificaciones, degradándolas o quitándoles la belleza que se les fue dada desde el
momento de su construcción, existen varias clases de rótulos como son: los que más se utilizan, los adheridos con un 70.58% de toda la muestra; y los que menos se utilizan, los de pie, con un 11.58%. Siendo la razón principal de esta incidencia: que son pocas las edificaciones que presentan un uso de suelo permanente, que no tenga variaciones de los diversos comercios e instituciones que en estas albergan, debido a su régimen de alquiler. Los casos más notorios se muestran a continuación:

ESTADO DE CONSERVACION

En cuanto al estado de conservación de las edificaciones en general, se puede establecer que solo una edificación, la de Acajutla, está en un notorio mal estado de conservación, y un 20.5% de ellas, está en un rango de conservación de 50-75%, y que un 76.92% de las edificaciones aun se encuentra en un estado considerablemente bueno, en el rango de75%-100%; a pesar de ésto las edificaciones no tienen el tratamiento adecuado para ser preservadas como piezas arquitectónicas dentro del patrimonio cultural de El Salvador.

Vale mencionar que las edificaciones identificadas dentro de este estudio, se encuentran ubicadas la mayoría en el centro histórico de Santa Ana, y con un estado aceptable, a diferencia con las edificaciones ubicadas en San Salvador, que han tenido mayor grado de deterioro, hasta el punto de estar en completo estado de abandono y ruinas.

Se debe considerar lo anterior al hecho que la ciudad de Santa Ana ha tenido un crecimiento lento, a comparación con la capital, además las personas dueñas de las edificaciones, sienten un cierto orgullo de poseerlas, así como de ser santanecos.

PLANTA ARQUITECTONICA.

En la muestra de las edificaciones en que se pudo ingresar, la forma de las plantas arquitectónicas, presenta, un “Nuevo Planteamiento Espacial”

Primeramente que este planteamiento espacial del estilo Neo-colonial, difirió mucho de las construcciones hechas durante la colonia, siendo un diseño vanguardista, y no toda la gente cedía a este nuevo género. Es como un paso intermedio entre la Colonia y la modernidad, ya que retoma ciertos aspectos modernos, pero no totalmente.

Se crearon casas más abiertas hacia el exterior, el patio central aunque se presenta en su gran mayoría, desaparece en muchas de las edificaciones, y en las que permanece se visualiza más como un elemento de ventilación y decoración, ya no como el centro de una vivienda, en donde todo gire alrededor de éste.

Desaparecen los corredores anchos que cumplían la función de vestíbulos, al conducir hacia las diferentes áreas de la casa, y éstas pasaron a zonificarse, en área social, privada, de servicio y se interrelacionan a través de áreas vestibulares. Implementaron con esto el uso de un pasillo de servicio, descubierto por lo general, que va aislado del resto de la casa y que, conecta directamente con la calle.

La funcionalidad es ya muy importante en este tipo de edificaciones, separando el área de servicio, así como la social de la privada. Se observa el área de servicio, expresada en color celeste, y distribuida en forma de “L”, esta área también se comporta con un acceso independiente del que funciona como principal, en muchos de los casos, especialmente las diseñadas y construidas por el arquitecto Ernesto de Sola.

Las edificaciones que poseen segundo nivel, dejan el área privada en este piso, ocupando el primer nivel en su mayoría para el área social y servicio.

ESCALERAS.

En el presente análisis, se pudo observar, distintos tipos de escaleras siendo que las escaleras que más se utilizaron son de concreto y en forma
de L, seguidamente las de madera y en forma de U, hasta llegar a la que menos se utilizaron que son en forma rectilínea en menor porcentaje.
Las que son de madera se pueden observar en aquellas edificaciones que utilizan mucho este material como elementos de decoración y de
acabados finos.

CIELO FALSO.
En esta investigación se pudo observar que el cielo falso, en su mayoría en el 79.49% de las edificaciones en que se tuvo acceso que es de madera, conservándose en la actualidad en buen estado, en su mayoría con reparaciones y en otros casos como en el 7.69% de las edificaciones, ha tenido que ser cambiado por encontrarse ya inservible. Se observa también en las edificaciones que se pudo ingresar, que el cielo falso estaba combinado en unas áreas: unas con losa y en otras con madera.

ARCOS Y COLUMNAS

Los elementos que retomó de la Colonia, son el uso de la teja de barro en los techos, el uso de arcos; que se utilizaban como elementos estructurales, aquí son utilizados como elementos decorativos. Al igual con las columnas, se implementa el uso de éstas, ya no como estructura, sino puramente un elemento decorativo muy elegante. A continuación se muestran unas imágenes de columnas y arcos de ½ punto como elemento decorativo.

COMPARACIONES FOTOGRÁFICAS.

Tanto en las edificaciones del Occidente del país, San Salvador como en las de América Latina, existe mucha semejanza en cuando a la forma de las edificaciones, básicamente en cuanto a la volumétrica, es por eso que se ha hecho una representación fotográfica de las más representativas.

5.2.1 A manera de Conclusión de esta etapa.

Este estilo demostró que con sus detalles elaborados, con los finos materiales y sus múltiples volumetrías, representa costos elevados y que solo podían acceder a tener una edificación de estas, personas de un elevado estrato social.

El Neo-colonial se convirtió en una moda para las familias adineradas, especialmente las de Santa Ana, se expandía por zonas, ya sea en la misma manzana o en áreas circundantes, era un estilo nuevo y moderno, que además utilizaba nuevos materiales, más seguros que el adobe, como es el caso del ladrillo de barro.

En una época en donde no existían arquitectos graduados en El Salvador, Armando Sol y Ernesto de Sola, graduados en el extranjero, quienes vienen al país con esta nueva influencia. Se dedicaron a construir residencias de estilo Neo-colonial que era la moda de la época, que trataba de responder más a nuestra identidad, retomando influencias europeas, de estilos como barroco y mudéjar, sin dejar de lado lo nacional, fue una forma de expresión muy coherente con lo nacional.

Así fue como sucedió también en otros países de Latinoamérica, encontrándose en su arquitectura muchas semejanzas, con la arquitectura Neo-
colonial existente en El Salvador, teniendo en cuenta que esa semejanza es únicamente a nivel de fachada, y no en sus interiores, por no tener muestra de ello. Pero esto nos une con el resto de Latinoamérica, ya que con este estilo se demuestra que íbamos tras la misma búsqueda, tras los mismos sueños.

CAPITULO VI: LINEAMIENTOS GENERALES PARA LA CONSERVACIÓN DEL PATRIMONIO ARQUITÉCTONICO EN LA ZONA OCCIDENTAL

Con el fin de lograr este propósito se plantean cuatro fases o pasos a seguir: primero se debe hacer una “Difusión”, dando a conocer por medio de información, concienciación, y educación a la población en general de los inmuebles, y la riqueza cultural que poseen. Seguidamente es necesario “Reconocer” los inmuebles por medio de las instancias correspondientes con la finalidad de declarar un bien como patrimonio cultural y más específicamente como arquitectónico.

Posteriormente, se deberá proseguir con el “Registro” de los bienes, por medio de censos o inventario para contabilizar los inmuebles. Finalizando con la “Valorización y Preservación Física”, es decir, dar un mantenimiento adecuado a los inmuebles considerados como Patrimonio Cultural.

6.1 LINEAMIENTOS GENERALES

6.1.1 DIFUSION

El objetivo principal deberá ser el fomentar la información orientada a la protección del Patrimonio Cultural con especial atención a los mecanismos de participación ciudadana, información, concienciación y educación.

ACCIONES PROPUESTAS
• Dar información de los inmuebles en la Casa de la Cultura de las localidades con datos históricos de los inmuebles, resaltar con esto la
imagen urbana.
• Darse a conocer como un conjunto histórico.
• Hacer una campaña radial y televisiva, que invite a las personas a participar en el Registro del patrimonio.
• Publicar el catálogo del registro, resultado del censo realizado en las comunidades, con el propósito de poner nuestros valores al alcance de todos los ciudadanos.
• Publicitar mediante estudios, memorias, análisis críticos y boletines, los resultados de las intervenciones llevadas a cabo, tanto por parte de las administraciones como por personas privadas, a fin de difundir los ejemplos de actuaciones de éxito.
• Implementar el conocimiento y la conservación del Patrimonio Cultural, como parte de nuestra historia e Identidad Cultural, en los programas educativos, desde primaria hasta bachillerato.

6.1.2 RECONOCIMIENTO.
El primer paso para una gestión efectiva del patrimonio cultural se encuentra en el conocimiento, valoración y estimación de las potencialidades de los bienes culturales como base de las acciones dirigidas hacia su aprovechamiento.

Como parte de un Centro Histórico, vale la pena decir, que la entidad correspondiente para declarar un bien inmueble como Patrimonio Cultural de El Salvador, es CONCULTURA, esta entidad gubernamental, que asume su rol como organismo rector, ejecutor y de consulta en la defensa y conservación del patrimonio cultural de la nación, con la misión de convertir el sentimiento de apreciación por nuestro patrimonio cultural en un sentimiento colectivo, ya tiene identificados, los inmuebles de los Centros Históricos más importantes de El Salvador, como primera medida de protección, en el Proyecto de Inventario de los bienes culturales inmuebles de El Salvador, financiado por la Agencia Española de Cooperación Internacional, estando incluidos ahí, los municipios de la Zona Occidental, que es la región del presente estudio

ACCIONES PROPUESTAS
• Proponer una ruta turística, dentro de la ciudad de Santa Ana y Sonsonate, a fin de que la gente reconozca el valor del patrimonio
cultural.

6.1.3 REGISTRO.

A partir del reconocimiento de los inmuebles se deberá proseguir con el registro de los bienes, esto adquirirá mayor relevancia sí los protagonistas son las propias comunidades, quienes registren lo que es significativo para su identidad. Para a posteriori, presentar un catálogo o publicaciones del patrimonio Cultural de la Zona Occidental. La finalidad es la recopilación de manifestaciones que dan cuenta de la variada riqueza cultural de los municipios de la Zona y más aun con el propósito de poner los valores al alcance de todos los ciudadanos.

ACCIONES PROPUESTAS

• Hacer una campaña de Censos para determinar el Patrimonio Cultural, un registro de todo aquello característico y significativo para nuestra identidad, que sea protagonizado por las propias comunidades, quienes registren lo que es significativo para su identidad participando directamente como empadronadores, este será un trabajo conjunto con la Coordinación de Inventario y Registro de Bienes Culturales de CONCULTURA.
• Que las municipalidades se avoquen a CONCULTURA, para solicitar el reconocimiento de los inmuebles con valor arquitectónico, el cual debe ser una acción coordinada entre ambas instituciones.

6.1.4 VALORACIÓN Y PRESERVACIÓN FISICA.
• Debatir tanto sobre las propuestas de intervención a emprender como sobre las actuaciones realizadas en los diferentes ámbitos, desde la opinión pública hasta el de los especialistas y profesionales, por un derecho irrenunciable de ciudadanía.
• Conservar al máximo el Patrimonio Cultural, en particular el arquitectónico con:
a. Mínimas intervenciones, las estrictamente necesarias, en cuanto a la conformación especial.
b. Máxima documentación, tanto gráfica y fotográfica como histórica y técnica.
c. Reversibilidad verdadera de las intervenciones, con la asesoría de CONCULTURA.
d. Mantenimiento y Conservación, compatibilidad de los materiales, de técnicas y de la estética de las edificaciones, los detalles arquitectónicos, con el objetivo de evitar recreaciones desfiguradoras de la identidad y de la autenticidad del Patrimonio.
• Fomentar el rigor y la corrección en todas las intervenciones sobre el Patrimonio Cultural, exigencia de verdadera competencia profesional y de democrático trabajo interdisciplinario entre los diferentes especialistas que intervienen en ellas.
• La creación de Asociaciones Culturales que preserven el patrimonio cultural tal es el caso de APACULSA, conocida como “La Asociación Pro-Patrimonio Cultural de Santa Ana”. La labor de estas asociaciones debe de ser de rescate, conservación, protección, valoración, dar mantenimiento adecuado al Patrimonio Arquitectónico Construido en la Zona occidental, debiendo estar integradas por persona interesadas en el trabajo de rescate del Patrimonio en sus comunidades.
• Regulando los cambios del uso de las edificaciones con valor cultural, para que no se permitan formas de ocupación que dañen las mismas.

SUSTENTACIÓN LEGAL:
Dar a conocer los inmuebles en base a lo anterior, mediante:
LEY ESPECIAL DE PROTECCIÓN AL PATRIMONIO CULTURAL.
CAPITULO VII PROHIBICIONES, AUTORIZACIONES Y SANCIONES

• Art. 52. Podrán constituirse a nivel municipal, departamental, zonal o nacional, Asociaciones Culturales que tengan por finalidad contribuir a la protección, salvaguarda, enriquecimiento y comunicación del Patrimonio o de los Bienes Culturales Salvadoreños; hacer conciencia de la función social de la cultura; la capacitación cultural de sus miembros, el fomento de la cultura
nacional en todos sus aspectos; proyectar al exterior la cultura salvadoreña, promover las actividades culturales de los salvadoreños; colaborar con el Ministerio y realizar las demás actividades propias o fines, con la cultura salvadoreña.

Dichas Asociaciones tendrán derecho a personalidad jurídica que se las concederá el Ministerio del Interior y se regularán por la reglamentación respectiva.

Corresponde al Ministerio por medio de la Dirección correspondiente llevar el registro de las Asociaciones Culturales.

CAPITULO VII PROHIBICIONES, AUTORIZACIONES Y SANCIONES

Reconocimiento de los Bienes Culturales
• Art. 51 Los Bienes Culturales se reconocerán por medio de Decreto Legislativo, Decreto Ejecutivo o Resolución interna del Ministerio,
según sea el caso.

El Órgano Legislativo reconocerá por Decreto la calidad de Monumento Nacional; la de área, zona, sitio, lugar, conjunto cultural o
histórico. El Bien Cultural será reconocido en la forma prescrita en esta Ley y sus Reglamentos.

Definición de Bienes que conforman el Patrimonio Cultural.
• Art. 3 Para los efectos de esta ley los bienes que conforman el Patrimonio Cultural de El Salvador son los siguientes:
Se consideran además, como bienes culturales todos aquellos monumentos de carácter arquitectónico, escultórico, urbano, jardines históricos, plazas, conjuntos históricos, vernáculos y etnográficos, centros históricos, sitios históricos y zonas arqueológicas.

CAPITULO II DE LA PROPIEDAD, POSESIÓN Y TENENCIA DE LOS BIENES CULTURALES
Obligación de Informar
• Art. 11 El propietario o poseedor de un posible Bien Cultural, tiene la obligación de notificar su existencia al Ministerio para su reconocimiento, identificación y certificación, para legalizar su inscripción dentro de un plazo no mayor de un año contado desde la vigencia de esta ley o desde que tuviese conocimiento de ello. Dicha inscripción deberá legalizarse en el Registro de Bienes Culturales del Ministerio de Educación.
• Art. 15 El Registro de Bienes Culturales Muebles e Inmuebles, que en lo sucesivo se denominará el Registro, funcionará como dependencia del Ministerio. El Objeto del Registro es identificar, catalogar, valorar, acreditar, proteger y controlar los Bienes Culturales.
REGLAMENTO DE LA LEY ESPECIAL DE PROTECCIÓN AL PATRIMONIO CULTURAL DE EL SALVADOR

CAPITULO XX
DISPOSICIONES GENERALES
• Art. 115 de la Ley Especial, que dice que El Gobierno Central y los gobiernos municipales, colaborarán con el Ministerio de Educación,
para asegurar el fiel cumplimiento.
CAPITULO III
CONCEPTO DE BIENES CULTURALES
• Art. 10 Para los Bienes Inmuebles que conforman el Patrimonio Cultural de El Salvador, se consideran las siguientes categorías:
1 Monumentos: Bienes Inmuebles que constituyen la realización de obras de arquitectura o ingeniería, que ofrezcan el testimonio de una civilización, de una fase significativa de su evolución o de un suceso histórico y que tengan a la vez interés artístico, científico o social.
CONSTITUCION DE LA REPUBLICA DE EL SALVADOR
Decreto Número 38
EDUCACION, CIENCIA Y CULTURA
• Art. 53.- El derecho a la educación y a la cultura es inherente a la persona humana; en consecuencia, es obligación finalidad primordial del Estado su conservación, fomento y difusión. El Estado propiciará la investigación y el quehacer científico.
DIGO PENAL DE LA REPUBLICA DE EL SALVADOR (Decreto Nº 1030)
TITULO VIII. CAPITULO VI
DE LOS DELITOS RELATIVOS AL PATRIMONIO CULTURAL.
INFRACCION A LAS MEDIDAS DE REGISTRO, CONTROL, CIRCULACION Y PROTECCION DE BIENES CULTURALES
• Art. 223.- El que infringiere los preceptos legales relativos al cumplimiento de los requisitos de reconocimiento, identificación, registro, acreditación y circulación de los bienes que conforman el patrimonio cultural de la República, será sancionado con prisión de seis meses a un año. El que no acatare las medidas de protección de un bien cultural emitidas por el Ministerio de Educación, será sancionado con prisión de uno a dos años.

Legislación Internacional.

A nivel mundial, existen normas que regulan el uso de todo lo que es calificado como patrimonio, en un afán de protegerlo. A continuación se
mencionan algunos documentos que contribuyen a la protección y conservación del Patrimonio Cultural, los cuales pueden ser consultados:
• La Carta de Atenas sobre urbanismo, febrero 1933.
• Convención sobre la protección de los bienes culturales en caso de conflictos armados, La Haya, 1954.
• Carta de Venecia, mayo 1964.
• Normas de Quito, 1967.13
• Carta de Burra, Australia, 1979.
• Carta de Nairobi, 1976.
• Conferencia General de París, 1972.
• Convención Centroamericana para la protección del patrimonio, 1996.
• Convenio de Protección y Restitución de Monumentos, Arqueológicos, Artísticos de Historia de México, 1991.
CAPITULO VII
CONCLUSIONES Y RECOMENDACIONES
7.1 CONCLUSIONES.

• El Estilo Neo-colonial es una expresión latinoamericana, primero porque se dio en gran medida en los países que fueron antiguas colonias de España y Portugal, y segundo porque es una arquitectura que fue influenciada por esta fase histórica, siendo un paso intermedio entre la colonia y la modernidad.
• En Latinoamérica, después de vivir en una época de colonización, se dio la Independencia, esto trajo consigo una transculturación que influenció a los pueblos latinoamericanos; a partir de este estado de liberación, surge una etapa, en todos los sentidos, de búsqueda de identidad nacional, es aquí donde fluye en el campo arquitectónico unas edificaciones de un movimiento sin nombre, que expresa en esa búsqueda, algo mas propio, de pertenencia, desarrollándose así el Neo-colonial, nombre impuesto, en la actualidad, por ser un retomar de elementos surgidos en la colonia.

13 Internacional Council on Monuments and Sites/ 22.04.2005/ disponible en http://www.international.icomos.org/quito67.htm

• El Estilo Neo-colonial es una expresión que no solo es arquitectura, es algo mas, algo que identificó a un grupo de personas, que pertenecían a una familia, a una sociedad, a un estilo de vida, que puede ser observado, no solo en El Salvador, sino que a lo largo de América Latina, en los pueblos de estas ciudades se encuentran edificaciones que compartieron este mismo estilo de vida, expresada por esta arquitectura.

Compartieron una misma identidad cultural, deseaban lo mismo para sus residencias, los mismos acabados, el mismo refinamiento de materiales, la misma innovación en técnicas constructivas, esa búsqueda de una identidad más nacionalista, con un toque de elegancia, belleza y decoración, es los que nos expresa, el Neo-colonial.
• Se reconsidera en esta investigación que el estilo Neo-colonial se traspasó de un lugar a otro porque fue como una moda, que se fue dando como un símbolo de modernidad y de mejor estatus social, siendo encontradas en Costa Rica los inmuebles con mayor antigüedad, aunque no se sepa con exactitud en que país de Latinoamérica surgió esta expresión arquitectónica.
• En El Salvador, el estilo Neo-colonial se dio en una época en donde no existían arquitectos graduados en El Salvador, Armando Sol y Ernesto de Sola, graduados en el extranjero, vienen al país en aquel momento con una nueva influencia. Traían en sus mentes el Funcionalismo, arquitectura puesta en boga en Europa, en los primeros años del siglo XX, pero retomaron solamente algunos aspectos de este estilo, comenzaron a utilizar las áreas vestibulares y ya no los corredores alrededor del patio central, utilizaron también el acceso independiente al área de servicio, se dedicaron a construir residencias de estilo Neo-colonial que era la moda de la época, tratando de
responder más a nuestra identidad, retomando influencias europeas, de estilos como barroco y mudéjar, sin dejar de lado las raíces salvadoreñas, siendo así una forma de expresión que trataba de ser coherente con lo nacional, estos profesionales, así como otros Arquitectos y constructores, adoptaron y propagaron la obra que hoy día, es un legado a la historia de la arquitectura nacional, ayudando al obrero a destacar su calidad, en el tallado de la madera, en el trabajo de la herrería, con muchos detalles así como en cuanto a otros
elementos ornamentales.

• Las construcciones, de este estilo arquitectónico, poseen un gran valor cultural, ya que forman parte del desarrollo histórico de la Arquitectura en El Salvador, con innovación en aspectos como: técnicas constructivas, distribución espacial, detalles ornamentales, juego de volúmenes, y más, siendo una manifestación de transición hacia las tendencias arquitectónicas contemporáneas.
• El nivel social para el que estaba dirigido estas viviendas, es para la clase media- alta, a juzgar por la variabilidad de sus construcciones
y de los finos acabados que poseen los inmuebles, los cuales solo podían ser utilizados por personas que tuvieran la capacidad económica de comisionarlos y mantenerlos, ya que cabe mencionar que hoy en día la posesión de los mismo, suele ser prácticamente un lujo, por ser su preservación de alto costo. El estilo Neo-colonial en la Zona Occidental de El Salvador, al igual que en la capital, era para la clase media-alta, se convirtió en una expresión de moda, algo que todas las familias de la sociedad, de la zona querían tener, este fenómeno se observa con mayor abundancia en la ciudad de Santa Ana, generándose una reacción en cadena en cuanto a la construcción de las edificaciones identificadas en el presente estudio.

• La arquitectura Neo-colonial, es funcional respecto al uso del inmueble, ya que trató de mejorar la función del edificio, rompiendo con un esquema tradicional, en donde se trata de satisfacer necesidades tanto físicas como sociales, y la forma se vuelve expresión del individuo que la habita, imprimiendo en sus espacios en cierta medida un clara definición de los mismos.
• En el caso de Ernesto de Sola y Armando Sol, pudieron tender a desarrollar una arquitectura racionalista, sin embargo el estilo Neo-colonial no lo es, ya que según lo visto en el presente análisis, muchas de las edificaciones construidas y diseñadas por ellos, eran similares, siguiendo al mismo patrón de formas, en donde sobresalen las líneas rectas conjugadas con las curvas, los juegos de volúmenes y el énfasis en los detalles decorativos.
• Se puede decir que el estilo Neo-colonial tuvo su mayor auge en la Capital, San Salvador, pero también se extendió a la Zona Occidental con una fusión de características arquitectónicas, el concepto contemporáneo de la organización de los espacios y características que dieron vida al estilo Neo-colonia, como son los juegos de techos y volúmenes, detalles ornamentales e implementación de nuevas técnicas de construcción.
• Este estilo demostró, que con sus detalles elaborados, con los finos materiales y sus múltiples volumetrías, que es de costos elevados y
que solo podían acceder a tener una edificación de éstas, personas de un elevado estrato social, por esa razón es que tuvo auge en la
Zona Occidental de El Salvador y específicamente en Santa Ana, por el incremento de la economía en dicha ciudad debido al cultivo del café.
• En la actualidad el estado de conservación de algunos de los inmuebles estudiados están en un avanzado grado de deterioro, siendo más acelerado este proceso en la capital, en comparación con los de la Zona Occidental y especialmente en la ciudad de Santa Ana, que es donde se dio un mayor auge de esta expresión, debido a que las ciudades en la zona occidental no han tenido un crecimiento muy acelerado, como se ha visto en la capital, si no que se han mantenido en un estado de mas conservación, por encontrarse utilizadas, por distintas actividades, ya sea vivienda, institucional o comercio; también estas ciudades fueron afectadas en menor grado por la guerra civil que sufrió El Salvador en la década de los 80’s.
• Los materiales y técnicas constructivas que emplearon para las edificaciones en la Zona occidental son: paredes de ladrillo de de barro, concreto armado en soleras, columnas y vigas, vidrio traslúcido en ventanas, madera como elemento estructural y como detalle ornamental. Se hace uso de otros elementos como son, la piedra laja, celosías de barro, fachaletas y piedra en general, el hierro forjado en forma artística, y todos los tallados de madera en balcones, canecillos, vigas, remates, dinteles, puertas y ventanas.

7.2 RECOMENDACIONES.
• Profundizar más en otras investigaciones, sobre los arquitectos hacedores del estilo Neo-colonial en Latinoamérica, con la finalidad de encontrar el lugar en donde se originó dicho estilo.
• Extenderse en la investigación de las edificaciones inventariadas, a modo de tener una información más completa de cada uno de los inmuebles, no solo a nivel de fachada sino que también en sus interiores.
• Tomar en cuenta los Lineamientos Generales para la Conservación de Patrimonio en la Zona Occidental, expuestos en el Capítulo VI del presente estudio.
• Que CONCULTURA haga alianzas, con el Ministerio de Turismo y con el Ministerio del Interior, para crear programas que ayuden a la conservación del patrimonio edificado.
• A las municipalidades, que tomen en consideración al Reglamento y a la Ley Especial de Protección al Patrimonio Cultural de El Salvador, que sean agentes directos en velar por la protección, rescate y la valoración al patrimonio Arquitectónico en la municipalidad correspondiente.
• Realizar campañas educativas dirigidas a la población en general, orientadas a tomar conciencia sobre las obras arquitectónicas que tengan valor, ya sea en cuanto a su imagen dentro de la textura urbana de la ciudad, o como bienes que forman parte del Patrimonio Histórico Arquitectónico

El Centro Histórico como instrumento político

El Centro Histórico como instrumento político
Willian Marroquín, vicerrector académico adjunto
04/05/2009

Motivado por la valiosa publicación de la revista La Casa de Todos, editada por el Departamento de Organización del Espacio y dedicada al Centro Histórico de San Salvador (CHSS), y por la toma de posesión del nuevo alcalde de San Salvador, decidí escribir algunas notas al respecto. Por lo general, cuando los medios de comunicación masivos se refieren al Centro Histórico, lo hacen con la frase despectiva del “rescate del Centro Histórico”, en relación a que se encuentra tomado por vendedores ambulantes, ladrones, delincuentes o “chusmas y turbas enardecidas”, como les llama un periódico impreso del país. De manera similar, durante el período electoral, el Dr. Quijano invitó a los ciudadanos a votar por “rescatar San Salvador” tomado por el FMLN, algo que finalmente logró.

De manera inconsciente y natural, la revista La Casa de Todos se refiere al Centro Histórico con frases dignificantes e inspiradoras: “Revitalización del CHSS”, “Rehabilitando y construyendo espacios públicos”, “El rescate de la función habitacional del CHSS”, entre otras. Y es que en el fondo de todos los artículos de la revista se hace evidente el clamor por considerar como actor clave del desarrollo del CHSS a los habitantes empobrecidos de la zona que viven en los portales y mesones, y a los trabajadores informales que, excluidos por el sistema económico neoliberal, no les queda de otra que rebuscarse para sobrevivir, incluso cayendo en la ilegalidad de la piratería, vendiendo productos de contrabando y sometidos a una tensión permanente de desalojo y de cárcel.

Aun cuando en la revista se presentan diferentes dimensiones de la problemática del CHSS, en mi opinión, la politización del Centro Histórico, la oposición de Arena (conspiradora y sin crítica constructiva —más bien destructiva—) y la “guerra popular prolongada” contra el comunismo en que viven algunos medios minaron cualquier intento de desarrollar el CHSS durante todas las administraciones del FMLN. La nueva administración municipal de Arena tiene ahora la responsabilidad del CHSS, con la ventaja de que ya existe un trabajo importante desarrollado por los anteriores alcaldes del FMLN y tiene a los medios masivos a su favor. Es de esperar, entonces, que los logros de Arena sean magnificados; y sus errores, minimizados. En todo caso, lo que se desea es que, independiente del color político, el CHSS sea rehabilitado.

Es ingenuo pensar que, como lo han expresado sus dirigentes, Arena será una oposición constructiva para el nuevo Gobierno. ¿Cómo se comporta Arena en la oposición? Es bastante conocido. Lo mostró durante años ante las gestiones del FMLN en San Salvador. Por otro lado, siempre que Arena entra en crisis, se avoca a las famosas reestructuraciones del Coena, en las que recurre a los fundadores y ex presidentes, ahogando las posibilidades de su renovación. Parece que no confían en las caras nuevas o que se resisten a abandonar las viejas mañas del pasado, como lo acaban de demostrar sus legisladores con la pésima elección del nuevo presidente de la Asamblea Legislativa.

Antecedentes: los alcaldes y el CHSS. Hay que recordar que la primera vez el FMLN ganó las elecciones en el municipio de San Salvador con el Dr. Silva apoyado por un grupo de ciudadanos, no militantes del partido, quienes conformaron su concejo y se encargaron de algunas de las direcciones administrativas. Fue el período en el que se trabajó efectivamente en tres temas fundamentales: la rehabilitación del centro histórico, el manejo de los desechos sólidos y la división de la ciudad en distritos para administrar de mejor manera los servicios de la municipalidad. Los medios masivos, Arena y el Dr. Quijano atacaron todos estos logros, centrándose principalmente en el proyecto MIDES, creando las historias de la mafia canadiense, el faltante de dinero para completar el proyecto, las irregularidades en el contrato, etc. Al final lograron que el proyecto pasara a manos de un privado (un general reconocido) y que lo que pudo ser un proyecto de mucho beneficio para el país terminara como un proyecto exitoso a medias.

El siguiente alcalde, el Dr. Rivas Zamora, dio continuidad al trabajo del Dr. Silva, pero retrocedió en los avances del CHSS; y al no tener el apoyo del Viceministerio de Transporte, la PNC y el Gobierno, tuvo que fortalecer el CAM. Simultáneamente, empezó el deterioro de la recolección de basura. Esto llevó a que la Dra. Menjívar ganará su elección con pocos votos. Los logros en el CHSS habían retrocedido, el problema en el manejo de los desechos sólidos precipitó a esta última gestión a comprar vehículos de recolección baratos y sin robustez, y, además, no pudo hacer frente a la campaña de desprestigio de los medios masivos.

En su último período, la Dra. Menjívar se concentró en desarrollar proyectos sociales que tenía bajo control y que no ocasionaban conflictos y tensiones en el CHSS. Proyectos de bajo impacto mediático y que finalmente terminaron con su gestión. En la revista Séptimo sentido de La Prensa Gráfica del 3 de mayo, la Dra. Menjívar menciona que en relación al CHSS hubo avances: “Se inició la recuperación de la calle de la Amargura, se rehabilitaron casas en la colonia Bloom, la plaza San Esteban, la Plaza de la Salud, lo de los proyectos habitacionales en el centro, se hicieron 17 ordenamientos de ventas… No es que no hayamos hecho nada”.

La gestión del Dr. Quijano está por iniciar y no sabemos cómo va interactuar con el CHSS. Lo único que se conoce es la designación de un conocido ex guerrillero como jefe del CAM y su propuesta de desarmar y reducir dicho cuerpo “represivo”.

El CHSS y sus desequilibrios. Cualquier proceso de rehabilitación del Centro Histórico debe pasar por la formulación de un plan de desarrollo económico y social que incorpore la ordenación del territorio como elemento central. Entendiendo esto último como la eliminación de los desequilibrios existentes en el espacio concebido como el CHSS. Estos desequilibrios se manifiestan de diferentes formas: la lucha por desalojar a los vendedores ambulantes y la recuperación de los espacios públicos; la instrumentalización política del CHSS; el grave problema del transporte público; el deterioro en el manejo de los desechos sólidos; la priorización en la protección del patrimonio arquitectónico; la inseguridad; la contaminación ambiental, principalmente del aire, y el aumento de las zonas insalubres, etc. Todo indica que el CHSS como objeto de estudio se encuentra en un caos permanente, en el que cada vez se reducen las posibilidades de inversión económica para su recuperación. Estos desequilibrios no son propios del CHSS, sino una manifestación en pequeño de lo que sucede en el país como un todo.

El arquitecto Herbert Granillo, al describir la problemática del Centro Histórico de San Salvador en La Casa de Todos, presenta dos aspectos que me parece importante destacar: (1) “De manera sencilla podemos afirmar que el desarrollo económico generó ciudades. No se puede imaginar ciudades sin organización económica….” (Polese); (2) “La ciudad moderna es la ciudad del capital, según Lefebre, el capital construye sus propios espacios”.

El gran capital configura el territorio a su antojo; a través de proyectos de desarrollo urbano mueve a la gente de mayor poder adquisitivo hacia el sur-oeste de la ciudad; y a los pobres, hacia el norte. También irrespeta a los municipios pequeños, como sucede en el desarrollo de Ciudad Real en San Sebastián Salitrillo, o los proyectos como La Hacienda y Miramar en San José Villa Nueva. Situación similar se presentará en La Unión con el funcionamiento del nuevo puerto. Y también se presentará en los municipios de Zaragoza y el Puerto de la Libertad cuando se complete la ampliación de la carretera que pasa por ellos. ¿Qué surgirá de estas transformaciones territoriales? Pues surgirán desequilibrios sociales, económicos, políticos, tecnológicos y ambientales.

Este proceso no es exclusivo de El Salvador. En Nueva York, los ricos se movieron del sur del Bronx (pegado a Manhattan) para el norte de la ciudad, dejando en una situación de caos al Bronx. Además, el capital puede transformar tierras sin valor en zonas exclusivas, como ha sucedido en la Zona de Santa Fe, en la ciudad de México, que hace unas décadas era un botadero de basura y ahora se ha convertido en una zona de desarrollo para las grandes corporaciones empresariales.

Según algunas publicaciones, el negocio principal de una cadena de comida rápida a nivel global no es la venta de hamburguesas, sino los bienes y raíces, es decir, compran tierras a bajo precio y elevan su plusvalía instalando sus franquicias en esas zonas. Una vez que se establece la cadena de comida rápida en la zona, otras empresas quieren estar a su lado y deben pagar un precio alto por esas tierras. En nuestro país pasó algo similar con el traslado de la embajada de los Estados Unidos a la zona de Santa Elena, cuyas tierras incrementaron su plusvalía de manera exponencial.

Siguiendo esta lógica del capital, y dado que la inversión en el CHSS es baja, se tendrá que crear una política de incentivos para que el gran capital invierta nuevamente en el Centro Histórico. Cualquier plan de rehabilitación fracasará si no considera como componente fundamental la inversión pública y privada en esta zona de la ciudad.

Finalmente, quiero felicitar a todos los compañeros de la UCA y de otras instituciones amigas que contribuyeron con sus artículos para enriquecer el debate sobre qué hacer con el Centro Histórico de San Salvador. Ojalá la nueva administración de la ciudad retome a La Casa de Todos dedicada al CHSS como insumo para su gestión.

La delegación salvadoreña a la Primera Conferencia Comunista Latinoamericana (Buenos Aires, Argentina, junio de 1929)

La delegación salvadoreña a la Primera Conferencia Comunista Latinoamericana (Buenos Aires, Argentina, junio de 1929)
Roberto Pineda 4 de diciembre de 2015

En junio de 1929 tiene lugar en Buenos Aires, Argentina, la Primera Conferencia Comunista Latinoamericana y por parte de El Salvador asisten como delegados , en representación del “Partido Comunista” los dirigente sindicales que habían participado días antes en mayo, como Federación Regional de Trabajadores Salvadoreños, FRTS, en la Conferencia Constituyente de la Confederación Sindical Latinoamericana (CSLA), realizada en Montevideo, Uruguay.

Esta reunión de comunistas latinoamericanos se realiza del 1 al 12 de junio de 1929 y cuenta con la participación de 38 delegados en representación de partidos comunistas de catorce países, entre estos Argentina, Brasil, Bolivia, Colombia, Cuba, Ecuador, El Salvador, Guatemala, México, Panamá, Paraguay, Perú, Uruguay y Venezuela. Faltaron los partidos de Chile, Nicaragua, Costa Rica y Honduras.

En el caso salvadoreño es interesante que en el documento oficial de la reunión aparezca como partido constituido, cuando tanto los testimonios de Mármol (Dalton, 1972) y del mexicano Jorge Fernández Anaya (Memoria, 1980) señalen la fecha de fundación del PCS en marzo de 1930. Al respecto el historiador costarricense Rodolfo Cerdas Cruz también respalda la fecha de 1930 ya que al referirse al VII Congreso de la IC, realizado en 1935, señala que:

“entre los materiales que se suministraron a los delegados se encontraba una descripción de la situación de los Partidos Comunistas que integraban la organización mundial. Allí se presentaban a países donde se tenían organizaciones comunistas a El Salvador, que había sido organizado en 1930 (no existía propiamente hablando cuando estuvo presente en la Conferencia de Buenos Aires de 1929) y se describía su actitud durante la insurrección, que el documento, erróneamente, sitúa en 1930. Se afirmaba, que en 1933, cuando cesó la persecución, se había iniciado la reconstrucción del Partido”( Ver Cruz Cerdas, La hoz y el machete…San José, 1986).

En septiembre de 1930 Miguel Mármol y Modesto Ramírez en representación de la Federación Regional de Trabajadores Salvadoreños (FRTS) participaran en Moscú en el V Congreso de la Internacional Sindical Roja. Por otra parte, es un hecho que comunistas de El Salvador no habían participado en el VI Congreso de la Internacional Comunista, realizado del 17 de julio al 1 de septiembre de 1928, en Moscú, y para ese caso, en ningún congreso del llamado partido mundial del proletariado.

En el VI Congreso de la IC de 1928 se aprobó la consigna de “clase contra clase”, que oficializó el comienzo del llamado “Tercer Periodo” y esta consigna marcó fuertemente la fisonomía política de los comunistas salvadoreños de esta época inicial, bloqueando la posibilidad de establecer alianzas con sectores democráticos, como los aglutinados alrededor del presidente Arturo Araujo y facilitando así la consolidación del régimen dictatorial del General Martínez.
La participación salvadoreña

Por otra parte, las intervenciones de Diéguez (el carpintero Luis Díaz, luego primer secretario general del PCS) ) y de Márquez (el mecánico Serafín Martínez, asesinado en enero de 1932) en el encuentro nos permiten conocer de primera mano la visión de los obreros revolucionarios salvadoreños de esa época. (Ver El Movimiento Revolucionario Latino Americano, La Correspondencia Sudamericana, Buenos Aires, 1929)

Además participaron en este primer encuentro representantes de la Internacional Comunista, de la Internacional Juvenil Comunista, del Partido Comunista de Estados Unidos, del Partido Comunista de Francia, del Secretariado Sudamericano de la Internacional Comunista y del secretariado Sudamericano de la Internacional Juvenil Comunista.

Esta reunión aborda diez temáticas cruciales para el movimiento comunista latinoamericano de ese momento: la situación internacional de América Latina y los peligros de guerra; la lucha antiimperialista y los problemas de táctica de los Partidos Comunistas de América Latina; la cuestión sindical; la cuestión campesina; el problema de las razas en América Latina, el trabajo de la Liga Anti-Imperialista; el Movimiento de la Juventud Comunista; las cuestiones de organización; el trabajo del Secretariado Sudamericano; así como se presenta un Informe sobre la solución de la crisis en el Partido Comunista de la Argentina.

La conferencia fue inaugurada el 1 de junio por el representante de la Internacional Comunista, el estadounidense Manuel Gómez (Charles Shipman), quien expresa que “por primera vez nos hallamos reunidos en una Conferencia los Partidos Comunistas latinoamericanos. El hecho tiene importancia fundamental porque esta Conferencia permitirá trazar directivas que liguen la acción conjunta del comunismo en Latinoamérica.”

La primera temática ((situación internacional) estuvo a cargo del argentino Victorio Codovilla, responsable del Secretariado Sudamericano de la Internacional Comunista. La segunda temática (lucha antiimperialista y táctica) fue presentada por el miembro del Comité Ejecutivo de la Internacional Comunista, el suizo Jules Humbert Droz de pseudónimo Luis, al que se considera como simpatizante de Nikolai Bujarin.

“Basar toda nuestra acción sobre las masas obreras y campesinas.”

Es en el marco del debate de este tema que el delegado salvadoreño de pseudónimo Dieguez emite la siguiente opinión:

“Compañeros: he seguido con mucha atención el debate, y me interesa dejar constancia de mi solidaridad con los que afirman que hay que basar toda nuestra acción sobre las masas obreras y campesinas.”

“Los acontecimientos de Colombia nos demuestran claramente la labor nociva realizada desde Bogotá por los elementos intelectuales que estaban al frente del Partido. Creo yo, y lo repito, compañeros, que no debemos confiar nunca en esa clase de gente que viene a nuestro lado, para explotar el movimiento revolucionario, pero que no se dispone a hacer obra verdaderamente revolucionaria luchando a la par de los obreros y los campesinos.”

“Mi experiencia, aunque corta, aconseja no creer nunca en la bondad de los intelectuales. Ahí tenemos los resultados en el movimiento de la zona bananera de Colombia, Los reveses de ese movimiento y el fracaso de la revolución en todo el país, se debe, exclusivamente, a la pésima táctica del grupo de intelectuales que dirigía la huelga desde la oficina de Bogotá.”

“Para terminar, camaradas, yo creo que es necesario que la Internacional Comunista, se preocupe más del movimiento comunista de nuestros países; muchas veces nuestra falta de experiencia es la que permite a los aventureros, tomar la dirección de nuestro movimiento. Nada más.”

“Nuestro partido, fue organizado casi espontáneamente…”

Es este mismo Diéguez quien por segunda vez participa en el debate de la tercera temática relacionada con la cuestión sindical y en este reitera su posición obrerista y a la vez afirma la existencia ya del Partido Comunista, así como de los problemas que enfrentaron para impulsar la labor organizativa. Plantea que:

“Compañeros, intervenimos en este debate a los efectos de esbozar a grandes rasgos la situación sindical en nuestro país. La actual Federación Regional de El Salvador, nació sobre las bases de una sociedad amarilla. El Consejo de esta organización trabajó en el sentido de penetrar en las masas y organizar efectivamente a todos los trabajadores, pero al mismo tiempo, los trabajadores opusieron tenaz lucha contra nuestro trabajo. A este respecto cabe mencionar la labor meritoria desplegada por un compañero muy inteligente, llamado (Alejandro) González Aragón, que era de Nicaragua.”

González Aragón era un nicaragüense viviendo en El Salvador que pronunció el discurso oficial en el Cine Mundial el 17 de noviembre de 1924, en la constitución de la FRTS, en representación de la Liga de Carpinteros de Santa Tecla (Ver La Prensa, pág. 5, 17 de noviembre de 1924)

“El primer sindicato que trabajó bajo la dirección de la Federación fue el de carpinteros, y luego se unieron los de zapateros, peluqueros, etc. Advierto a los compañeros que tan pronto como nuestra labor tenía éxitos, muchos compañeros dirigentes se manifestaron “izquierdistas” y entonces fue cuando el gobierno puso en práctica toda su política de corrupción para atraer a esos compañeros y desorientar a las masas que estaban bajo nuestra influencia. Así vemos como algunos de ellos se burocratizaron, aceptando cargos en el gobierno como precio de su traición a la clase trabajadora.”

“Nuestro partido, fue organizado casi espontáneamente, puesto que no teníamos en cuenta ninguna experiencia de otros países. Y puede decirse que surgió en el seno de la organización sindical. Al principio, los elementos gubernamentales trataron a todos los compañeros que formaron el Partido, con “benevolencia” como elementos “exaltados”, pero cuando se dieron cuenta que se trataba de un Partido Comunista, desarrollaron toda una táctica tendiente a hundirnos ante el concepto de los trabajadores, para lo cual se valieron de todos los argumentos, pero sin conseguirlo.”

“El proceso que luego sigue nuestro movimiento sindical y con respecto a la adhesión a la CROM y a la presencia de los delegados en el Quinto Congreso de ese organismos, no vale la pena de enunciarlo y si solo tiene algún interés para nosotros es que eso fue obra de los intelectuales a los que jamás debemos dar al dirección de los sindicatos, que siempre traicionan nuestras aspiraciones…Para el caso de El Salvador, solo se puede citar el caso de un estudiante, una excepción, que ha sabido conservarse bajo nuestro criterio eminentemente revolucionario y no defeccionar, pero esto es un caso raro que no perjudica la regla general, que todos los intelectuales son nocivos para nuestro movimiento.”

“He notado, igualmente, que se nos repite por parte de muchos compañeros que han hablado de los asuntos sindicales, que debemos actuar con medios propios, yo me pregunto porqué, entonces, que las organizaciones que hasta la fecha no han pedido ayuda a las organizaciones hermanas de América Latina, no ha hecho la revolución. ¿Cotizar? Muy bien, compañeros, pero ¿por qué las organizaciones de la Argentina y Uruguay, cuyos sindicatos han podido establecer las cotizaciones, no están a la cabeza del movimiento sindical latinoamericano?”

“En mi concepto, se debe establecer a ayuda financiera de otra organización hermana hasta tanto se pueda combatir esa tradición tan arraigada en las masas trabajadoras de nuestros países, referente a las cotizaciones. Cuando las cotizaciones se establezcan, cesará inmediatamente toda ayuda de las organizaciones hermanas.”

“En El Salvador pasa el mismo fenómeno que apuntaba el compañero relator de Colombia, puesto que habiéndose efectuado más de un robo de los fondos sindicales, los obreros no quieren contribuir más, y además, hay que tener en cuenta que los salarios son tan bajos, que no puede exigírsele a un obrero que contribuya financieramente para el sostén de los sindicatos. Si queremos entonces que se desarrolle en América Latina el movimiento sindical, es preciso esa ayuda fraternal, sino, las organizaciones jóvenes no podrán desarrollarse. Piensen eso, los compañeros delegados a esta conferencia. He terminado.”

Le siguió en el uso de la palabra el delegado guatemalteco, de pseudónimo Villalba (Luis Villagran García), quien en una parte de su exposición indica que “en 1925 llegó una delegación de Méjico la cual nos manifestó que el Partido Comunista de Guatemala debía convertirse en Partido Comunista de Centro América, sección de la Internacional Comunista. El Partido envió, entonces, una delegación a El Salvador, que organizó el Partido de ese país.” (El subrayado en nuestro y estamos hablando de 1925).

No hay montañas donde pueda realizarse un movimiento de guerrillas.

En el debate sobre la cuestión campesina interviene Márquez y plantea:

“Compañeros, en El Salvador la cuestión campesina es distinta a la de los demás países de la América Latina. El Salvador tiene una superficie de 34,126 Km2, correspondiéndole entonces, 52 habitantes ´por Km2. No hay montañas donde pueda realizarse un movimiento de guerrillas. El país está dividido en 14 departamentos subdividido s en un sinnúmero de pequeñas fracciones. Para convencer a los campesinos es necesario dar cifras que demuestren que mientras ellos trabajan brutalmente, los terratenientes embolsan grandes sumas de dinero. Es necesario dejar la litetratura, como hacen los anarquistas, que formulan ciudades ideales, para ir directamente a la propaganda sobre hechos concretos, sobre manifestaciones reales. En El Salvador hemos cometido el error de no atenernos a datos concretos. La masa necesita de hechos concretos que la interesen a la acción. Solamente eso quería decir porque el aspecto campesino es igual que en casi todos los demás países.”

El problema de las razas solo podrá solucionarse de una manera perfecta cuando la dictadura del proletariado este en pie.

El mismo Márquez interviene brevemente en el debate sobre la cuestión racial revelando con claridad la visión existente en ese momento entre los comunistas salvadoreños al opinar que:

“El problema de las razas solo podrá solucionarse de una manera perfecta cuando la dictadura del proletariado este en pie. Solamente por medio de la revolución podremos llegar a esta cuestión. En Rusia vemos que después de la revolución se va hacia las tribus no civilizadas, no agitando la consigna de la autodeterminación, sino tratando de asimilarlas.”

“La revolución debe ir de la ciudad al campo. Es necesario aclarar porque se piensa que es necesario hacer antes un estudio concreto de la cuestión india. Lo importante es hacer la revolución en la ciudad y luego por la misma fuerza revolucionaria tiene que venir el indio. La minoría revolucionaria es la que siempre triunfa. Las capas indígenas tendrán que ser fatalmente arrastradas por el movimiento.”

El delegado peruano Saco, Informante de esta mesa, en sus conclusiones refiere que “coincido plenamente con esta afirmación del compañero Márquez (“la solución completa del problema indio sólo llegará con la dictadura del proletariado”) apuntando, sin embargo, que uno de los elementos fundamentales del problema indio, la reivindicación de la tierra, podrá ya ser solucionado dentro del proceso de una revolución democrática-burguesa. De aquí surge al necesidad imperiosa, de dar antes al indio una educación clasista para que luche para sus reivindicaciones en estrecha alianza con el proletariado mestizo o alógeno.”

Repensar a los comunistas en América Latina

Repensar a los comunistas en América Latina
Dra. Elvira Concheiro Bórquez
Introducción:

América Latina es una región que ha sufrido enormes cambios que han afectado de manera dramática las condiciones de vida de la mayoría de su población. Las políticas neoliberales seguidas durante los últimos decenios han profundizado la desigualdad y provocado un mayor atraso económico y social, de forma que hoy se está más alejado del desarrollo, de la equidad y de la inclusión política y social que en los años setenta del siglo pasado. Es éste el resultado de una profunda y persistente expoliación por parte de los países centrales del capitalismo globalizado y de las nuevas formas de explotación del trabajo que éste ha impuesto en el mundo entero.

Durante la última década, en respuesta a esta lacerante situación, se han producido importantes movimientos sociales que de diversas formas y a través de muy diversos medios, han cuestionado el rumbo seguido. Es por eso, también, que podemos decir que este es un momento en el que las izquierdas latinoamericanas, muchas de las cuales han triunfado y son hoy gobierno o han estado muy cerca de serlo, enfrentan grandes posibilidades, pero también enormes retos que merecen ser analizados.

No es el propósito de este trabajo adentrarnos en tan vasto e importante asunto. Tan sólo queremos señalar que las expectativas de retorno de las izquierdas que han provocado las multitudinarias movilizaciones realizadas en prácticamente todos los países de América Latina y el Caribe, y, sobre todo, los procesos de cambio iniciados, en particular, en Venezuela, Bolivia y Ecuador, reclaman el análisis de la crisis por la que las izquierdas han atravesado las últimas décadas así como la recuperación de lo mejor de su herencia, con el propósito de poder responder al urgente desafío de construir un proyecto de transformaciones de gran alcance.

Pese a esta apremiante necesidad de contar con perspectivas generales que den sentido a las múltiples luchas que brotan incesantemente ante el deterioro creciente de las grandes mayorías, lo cierto es que, en términos generales, los esfuerzos aún se pierde en múltiples e inconexas reivindicaciones y, con frecuencia, sus análisis y denuncias de la injusticia y la desigualdad que prevalece en el mundo se extravían en el laberinto de la pobreza y la falta de oportunidades. Se reivindica un mundo sin injusticia, sin miseria, sin desigualdades, sin exclusión, sin autoritarismo ni violencia, pero ¿cómo lograrlo?
Las miras, hasta ahora, se detienen en la exigencia de una distribución más equitativa y de creación o ampliación de espacios de participación. Aunque en el espacio latinoamericano lo mencionado resulta no ser de poca importancia, lo cierto es que las raíces que provocan tal desigualdad y regatean continuamente la democracia, permanecen incólumes.

En las limitaciones mencionadas se expresan tanto la desarticulación de las fuerzas de izquierda como las derrotas sufridas por los trabajadores a nivel mundial o, dicho en otras palabras, la pérdida de centralidad del conflicto entre el capital y el trabajo. Lo cual ha provocado que aparezca en la escena política y social “una conflictividad puntual y episódica, fuerte e impetuosa pero al mismo tiempo incapaz de unificar un movimiento social según el objetivo de una reforma del sistema.”

No obstante, en los últimos años el múltiple y disperso proceso de resistencia ha dado lugar a una terca búsqueda en la que han empezado a reconstruirse las izquierdas y a surgir algunos movimientos que, a falta de una pertinente denominación positiva, simplemente se reconocen como “anticapitalistas”. También se han producido un sinnúmero de movimientos y organizaciones que aunque no se designen de alguna forma específica, sus acciones empiezan a estar orientadas al cuestionamiento del régimen socioeconómico de nuestros días o, al menos, de aspectos importantes de este.

De forma simultánea, en Venezuela, Bolivia y, más recientemente, en Ecuador, han accedido al gobierno fuerzas que pugnan por un cambio de rumbo en forma más nítida y radical, abriendo paso a complejos procesos que están en curso y reclaman una nueva reformulación del proyecto anticapitalista. El reto que ha lanzado la revolución bolivariana de pensar el socialismo del siglo XXI; así como la exigencia de desplegar el proceso de descolonización que ha emanado de nuestros pueblos originarios y, en particular, tanto de la selva lacandona como de la cordillera de los Andes, nos obliga a repensar qué puede significar hoy el “anticapitalismo”, o más aún, nos impele a repensar el proyecto de sociedad que debiera superar a la actual.

Estos retos, sin embargo, se han topado con una profunda dificultad, perplejidad, confusión, ausencia de debate, desconcierto, que no permiten aún levantar realmente la mirada y ensanchar el cauce de la elaboración de alternativas emancipadoras. Y es que en esta resistencia, que también es incapacidad, hay historias con las que no se han ajustado cuentas, fenómenos que no han sido analizados y comprendidos, particularmente en relación con el comunismo del siglo XX, el más audaz intento de superar el capitalismo, pero también por ello, el más frustrante y malogrado.

Es, por tanto, nuestra convicción que analizar críticamente la experiencia comunista del siglo XX, su historia de victorias y fracasos, así como su final derrota, como parte medular de la crisis por la que han atravesado las izquierdas del mundo entero, se convierte día a día en una urgencia de la lucha emancipadora de nuestros pueblos.

Si en el terreno de la lucha política ha estado prácticamente ausente el análisis de esta y otras experiencias pasadas, en forma paradójica, en las últimas décadas en particular el fenómeno del comunismo del siglo XX ha suscitado gran interés en espacios académicos (sobre todo norteamericanos), que llevó a la realización de un gran número de estudios. Aunque hacia mediados de la década de los años noventa la mayor parte de esos estudios sobre el comunismo tuvieron un claro propósito político e ideológico, encaminado a presentarlo en forma simplificada como un fenómeno reducible y claramente identificable con las peores atrocidades cometidas en el siglo más violento y destructor de la historia humana, lo cierto es que el interés se ha mantenido, animado sobre todo por la enorme cantidad de documentación que salió a la luz tras la caída de los regímenes del este europeo.

En lo que se ha convertido en una amplia revisión de aspectos medulares de la historia del siglo XX, el esquema interpretativo dominante, cuyos términos no difieren sustancialmente de los utilizados durante la llamada Guerra Fría, ha marcado la pauta de gran parte de las publicaciones realizadas sobre el comunismo, de forma que se han generalizado una serie de estereotipos con los que siempre se denigró a los comunistas, en los que se presentan como hechos comprobados todo aquello que durante décadas no fue más que propaganda ideológica.
Ahora se exhiben documentos secretos con los que se recrea el carácter conspirativo y criminal de un complejo fenómeno que ha sido reducido, casi exclusivamente, a una obscura y totalitaria fuerza al servicio del estado soviético. De forma que estamos ante una situación en la que una rica experiencia histórica, acontecimientos extraordinariamente complejos y contradictorios, así como personajes con vivencias intensas, quedan reducidos a unas cuantas frases repetidas y a una trillada estigmatización.

Es pertinente considerar que hoy existen las condiciones para que el conflicto que subyace en toda sociedad contemporánea, y que en América Latina se ha hecho más visible en los procesos de la última década, pueda ser –tal como escribe Pietro Barcellona— “rediseñado sobre la cuestión fundamental de la actualidad del comunismo en términos absolutamente no reconducibles a las estructuras y a las instituciones de las experiencias de los países del Este (del socialismo estatista, economicista y burocrático –y autoritario, habría que agregar–) ni al paradigma economicista de la redistribución compensatoria de las políticas socialdemócratas”.

Pero para que esto sea posible, es ineludible el conocimiento y análisis de esas experiencias emancipadoras que produjo el siglo XX y que fracasaron.
Estudiar críticamente al comunismo desde y en América Latina

En primer lugar, es evidente que el fenómeno comunista plantea un conjunto de hechos e ideas extraordinariamente amplio y complejo, que no permite que se le reduzca –al menos sin distorsionarlo, como se ha hecho—en una sola de sus facetas. Por el contrario, se hace indispensable estudiarlo desde una mirada amplia y compleja que permita entender la intrincada interrelación del comunismo como una corriente de pensamiento de alcance universal, como un movimiento político revolucionario presente en todo el planeta a través de múltiples formas y acciones y como una expresión estatal que involucró por décadas a más de un tercio de la humanidad y fue componente esencial de la geopolítica mundial, sobre todo durante la segunda mitad del siglo XX.

En otras palabras, frente a la potente construcción ideológica dominante no sólo hace falta una rigurosa reconstrucción histórica de la experiencia comunista que hoy, como nunca antes, es posible gracias a la montaña inmensa de documentos resguardados en los archivos comunistas abiertos apenas en la última década del siglo pasado; sino también es necesario un serio replanteamiento metodológico que permita, entre otras cosas, el desmontaje de ese encadenamiento que comparten la derecha y la izquierda dogmática, que inicia con Marx, pasa por Lenin y llega a Stalin (y a Mao en el caso de China), en lo que se refiere a la emblemática personificación del comunismo; o el desmantelamiento de ese otro encadenamiento, tanto o más perverso, que identifica el comunismo con el bolchevismo, con el estalinismo, con el totalitarismo, en el que el terror y los asesinatos estalinistas son principio y fin que explica todo y hace desaparecer toda diferencia con el nazismo, arrimando hacia el olvido, entre otras muchas cosas, a los millones de muertos provenientes del bando comunista que dejó la Segunda Guerra Mundial.

Con un enfoque diverso podremos distinguir lo que de manera evidente es distinto, aunque mantenga vínculos y relaciones (por momentos acompasadas, por momentos tensas) que resultan en un enmarañado y complejo fenómeno de la mayor importancia. Distinguir, por ejemplo, lo que son numerosos actos de lucha justiciera por transformar las ominosas condiciones de vida y trabajo, de lo que es la lógica de Estado de una gran potencia, es decir, distinguir lo que fueron las luchas y revoluciones encabezadas por los comunistas de lo que representó el poder del Estado soviético.
Distinguir, también, lo que ha sido resultado de lo más avanzado del pensamiento social, como proyecto de transformación radical, de lo que fue su uso y encajonamiento ideológico con fines de dominio; es decir, diferenciar a Marx y los marxistas del llamado marxismo-leninismo; así como el pensamiento de Lenin del leninismo.

Con lo anterior, no pretendemos sugerir algún tipo de justificación, también frecuente en el campo de las izquierdas, o pretender relativizar o desdibujar lo que sin duda es también un componente sustancial del fenómeno comunista del siglo XX, es decir, su historia de crímenes y dictaduras. Por el contrario, de lo que se trata es de proponer simplemente el soporte de las condiciones mínimas para estar en posibilidades de analizar críticamente y comprender esa experiencia y su derrota, al margen de determinaciones ideológicas unilaterales que, particularmente en este tema, son tan frecuentes.

Es indispensable insistir en una visión que sea rigurosa en el análisis histórico, pues con demasiada frecuencia en los estudios que hemos mencionado se filtran imprecisiones o se desvanecen los datos, las fechas precisas que dan sentido a hechos, mismos que, como veremos, sacados de su contexto preciso adquieren un sentido muy diferente.

Ahora bien, lo dicho hasta aquí implica principalmente a los estudios que en el mundo, particularmente anglosajón pero también de los países que anteriormente conformaron el llamado “campo socialista”, se han realizado desde la caída de estos regímenes, pero ¿qué ha sucedido en América Latina? ¿Cómo se ha estudiado el comunismo latinoamericano? ¿Cómo se representan y caracteriza a los comunistas en los países de la región? ¿Cuáles son los rasgos que se destacan de su inserción en el movimiento mundial? En otras palabras: ¿tenemos en y desde esta parte del mundo otras miradas para entender esta expresión política que, a decir de muchos, marcó distintivamente la historia del siglo XX?

En nuestra América –como la nombró José Martí–, el comunismo ha sido pobremente estudiado en general y, especialmente, en los países en los que los comunistas tuvieron poca fuerza política. Más allá de ciertas historias oficiales de los partidos comunistas (algunas, por cierto, no tan malas) o varios libelos anticomunistas, hasta hace poco eran sumamente escasos los estudios serios sobre el tema (y son aún menos los que alcanzaron el nivel, la agudeza y lo bien escrito de los textos sobre el comunismo salvadoreño, y más precisamente sobre las memorias de Miguel Mármol, uno de sus fundadores, que nos dejó el poeta comunista Roque Dalton).
Con ello, no desmerezco en ningún sentido los serios trabajos que han realizado investigadores como Arturo Taracena o Ricardo Melgar, en lo referente al comunismo en Centro América; Carlos Mazzeo o Marcos del Roio, sobre el comunismo brasileño; Hernán Camarero, Horacio Tarkus o Daniel Campeone, del comunismo argentino; Barry Carr, Martínez Verdugo u Horacio Crespo acerca de los comunistas mexicanos, por señalar sólo algunos.

Ciertamente, junto a estos importantes esfuerzos, en las últimas décadas, no sólo por el acceso a mayor documentación sino –paradójicamente– por lo que aparece como ciclo conclusivo de su existencia, en América Latina, un poco más tarde que en otras partes, hemos visto aparecer, además de valiosas memorias de militantes y dirigentes comunistas, un número considerable de nuevos estudios sobre el comunismo que no reparan en la discusión conceptual señalada y que, en buena medida, reproducen elementos del esquema dominante.

Existe un primer implícito particularmente relevante en lo que se refiere al estudio del comunismo, dada la carga política e ideológica que siempre acarrea, pero que es muy cuestionable: los historiadores de hoy se presentan con la bandera de la “objetividad”. Ante lo cual, vale la pena señalar, con honestidad explícita, tal como atinadamente insiste Boaventura de Sousa, que nuestra objetividad, de cara a nuestras realidades, no puede ser neutralidad, porque –decimos nosotros– la injusticia, la miseria, el sufrimiento, la exclusión y violencia que viven y han vivido nuestras sociedades no nos puede ser indiferente. De forma que el compromiso con las luchas que por superar esa situación se han dado y se dan hoy en América Latina, nos debieran dotar de una mirada comprensiva y analítica que, sin dejar de ser crítica, tenga sentido de pertenencia.

Una pertenencia que no se ancla en el pasado, sino que se suma a la reinvención de la emancipación social a la que se refiere el sociólogo portugués. Esa es una de las primeras dificultades, y debiera ser, quizá, una de las primeras particularidades de las otras miradas que podemos tener quienes desde aquí estudiamos a los comunistas, lo mismo que a otras expresiones de las izquierdas.

El tema que abordamos reclama de los investigadores conocimiento y comprensión de lo que significa, por ejemplo, la militancia política, de lo que representan los símbolos y los ideales; de las construcciones teóricas que están detrás de las acciones; de los distintos significados que, en momentos diferentes, tienen los planteamientos políticos. Por lo mismo, la más rigurosa contextualización histórica, se hace aún más indispensable.

Y es eso lo que con harta frecuencia se elude, se omite o se manipula. Con los anteojos de un momento como el actual, en el que se enseñorea la desesperanza y la antipolítica, es sumamente difícil entender los lenguajes y las motivaciones con que se movían los comunistas. Si, además, no reflexionamos sobre los términos que han impuesto quienes, pilares de la guerra fría, se consideran vencedores, nuestras propias temáticas, y los instrumentos conceptuales con los que trabajamos estarán impregnados de una determinada ideología, aunque no seamos conscientes de ello.

Habría, por tanto, que empezar por preguntarnos, como decía Franz Wieacker, el fundamento de nuestras preguntas. Eso debiéramos intentar como cimiento de un análisis sustentadamente crítico y enclavado en nuestra historia y nuestras realidades.
Los estudios sobre la Internacional Comunista en América Latina

En particular, nos detendremos aquí en el tema, que ha renovado el interés de los estudios recientes, de la presencia de la Internacional Comunista en América Latina. En primer lugar, porque el mismo nos remite a los orígenes, al momento en que surgen –y las causas que lo permitieron– el conjunto de organizaciones que se adhirieron al movimiento comunista que emergió con fuerza tras la revolución rusa; asunto que desde siempre hubo quienes se empeñaron en presentarlo como una mera implantación de un fenómeno “externo”, ajeno a nuestra realidad, cargado en muchos sentidos de una connotación negativa (a lo cual contribuyó–con la exclusiva excepción del cardenismo mexicano–, sin duda, la fuerte afirmación nacionalista que se desarrolló en América Latina sobre todo en la primera mitad del siglo XX).
Pero no sólo, sino también porque nos refiere a uno de los aspectos más controvertidos y, quizá menos entendidos, que es la interrelación de la esfera nacional y la proyección internacional que caracterizó de manera más definida al comunismo del siglo XX. Asimismo, es –el de la Internacional Comunista en AL– un tema eludido siempre en las historias generales de la IC y en los que sólo encontramos un estudio más general realizado en la década de los ochenta por un historiador venezolano, junto a otro de un costarricense, pero sobre el que se ha reavivado un gran interés que, con la sola excepción del monumental trabajo del Diccionario Biográfico de la Internacional Comunista en América Latina (1919-1943), se ha canalizado en estudios muy específicos y locales.
De forma que, en estos últimos trabajos, se sigue citando como la obra principal y como referente central el trabajo de Manuel Caballero, escrito sin acceso a la información contenida en los archivos hoy abiertos y la cual adolece, no sólo por lo anterior, de enormes deficiencias.

Repensar a los comunistas desde estas nuestras tierras obliga, tal como señala Jaime Massardo, en primer lugar, a desentrañar las características de una recepción; las peculiaridades de una relación con un “otro”; las maneras de apropiación y recreación; o, parafraseando a Mariátegui, de “creación heroica”.

Sin duda, la corriente comunista tiene su origen en tierras muy lejanas y en un contexto de profunda y sangrienta crisis –la de la Primera Guerra Mundial–, que involucra fundamentalmente a Europa. Como resultado de la irreversible –hasta ahora– división del movimiento de los trabajadores del “viejo” continente, misma que termina por consumarse tras la segunda revolución rusa de 1917, el comunismo aparece como un poderoso movimiento sin fronteras.

Sin embargo, por la dimensión y alcance de la impronta revolucionaria rusa, ese potente movimiento tuvo desde sus inicios un localizado centro de irradiación, el cual, no obstante los lentos medios de comunicación de aquellos tiempos, no tardó tanto en llegar a todos los rincones de planeta.
No era, por cierto, la primera vez que los trabajadores de la “periferia” capitalista, tenían noticia y se sumaran a las luchas y organizaciones de sus pares europeos.
Habría que mencionar, así sea de paso, la influencia que tuvo la Comuna de París en los principales centros fabriles de Latinoamérica, a donde sus hazañas y desventuras llegaron las más de las veces, en el equipaje intangible de los emigrados que poblaron las fábricas de Argentina, Chile, Estados Unidos, y tantos otros lugares. Sin duda, también, la Segunda Internacional, la Internacional Socialista, tuvo aquí presencia no sólo por la continua emigración de fines del siglo XIX sino ya, también, a través de publicaciones y textos que se reprodujeron en nuestra América, de forma que los primeros marxistas latinoamericanos reprodujeron la interpretación dominante en aquella organización y crearon a imagen y semejanza del partido alemán, sus propios instrumentos partidistas. El Partido Socialista argentino de Juan B. Justo sería el más notable de aquellos partidos.

De forma que, cuando en Europa los poderosos partidos obreros se hundían en una profunda división, para dar surgimiento a una nueva corriente que exigía la paz y se disponía a propagar su grito insurrecto para acabar con el capitalismo, en América Latina llegaban los ecos de la proeza de los trabajadores de la ciudad y el campo rusos, en buena medida a través de la prensa que se escandalizaba por la intrepidez bolcheviki, llevando a los revolucionarios latinoamericanos también a transformar sus partidos socialistas en comunistas.

Es innegable, por tanto, que el surgimiento de las organizaciones que se adhirieron al comunismo estuvo bajo el influjo de los acontecimientos lejanos que ocurrían a fines de la segunda década del siglo pasado. Sin embargo, lo relevante es que en América Latina existían ya los receptores de tal experiencia y del entusiasmo que generaba.

Aunque en Argentina, los ecos de la división de los socialistas, haría que en 1918 surgiera el Partido Socialista Internacional, sería en México donde, en 1919, naciera el primer Partido Comunista de estas tierras.

Aunque el proceso de conformación de los partidos adheridos a la Internacional Comunista fue largo y complejo, acorde con las muy distintas condiciones políticas de cada país latinoamericano, en los primeros años de la década de los años veinte surgieron el Partido Comunista de Chile (1921), cuando el Partido Socialista fundado en 1912 por Luis Emilio Recabarren, a instancias de él mismo cambia de nombre, lo mismo que el Partido Socialista de Uruguay y el Partido Socialista Internacional de Argentina, que aquel año adoptan el nombre de Comunistas; en 1922 se organizan los Partidos Comunistas de Brasil, a la cabeza del cual estaba el exlibertario Astrojildo Pereira, el de Guatemala y el de Honduras; en 1925 el de Cuba, con Julio Antonio Mella y Martínez Villena entre sus promotores; en 1926, el de Ecuador, en el que jugó importante papel el comunista mexicano Rafael Ramos Pedrueza, en 1928, el de Paraguay. Entre 1930 y 1931, surgieron los PC de Colombia, Bolivia, Costa Rica, El Salvador y Panamá. Uno de los últimos en adoptar el nombre de Partido Comunista sería el Peruano, que hubo de esperar a la muerte de José Carlos Mariátegui para dejar su denominación de Partido Socialista, en el que el Amauta persistía con propias razones, aunque estuviera adherido a la IC.

En la investigación de los orígenes de cada uno de esos partidos, hay sin duda una diversidad enorme de situaciones, motivaciones, personajes legendarios, que borran de un plumazo toda simplificación o reduccionismo.

Sin embargo, se sigue sosteniendo la visión sobre el surgimiento de los partidos comunistas basada principalmente en la idea de una “importación”, que lo entiende como un proceso ajeno al país en cuestión, en el que la intervención de los “agentes” del Komintern es definitoria. Tal es el caso de México, el cual es relatado por algunos como resultado exclusivo de las acciones de espionaje y diplomacia del “agente” Mijail Gruzenberg, mejor conocido como Mijail Borodin.
Aún en el libro de Paco Ignacio Taibo sobre el origen del comunismo mexicano, que abunda en el relato de un proceso mucho más complejo (y por momentos novelesco), en el que la presencia de Borodin incide básicamente en el nombre del partido que venía conformándose y que, por tanto, no es sino uno de sus componentes junto a muchos otros, la actuación de aquél se explica por momentos como si se tratara ya de un espía ruso del tipo que mucha filmografía norteamericana propagó.
En realidad, sobre todo si hablamos del año 1919, momento en el que este personaje arriba a tierras mexicanas, se trata de un audaz revolucionario dispuesto a vivir una incierta tarea y sus riesgos. Personaje que mantenía lazos amistosos con la primera presidenta de la Internacional Comunista, la cual le pide, dado que Borodin había pasado varios años de exilio en Estados Unidos, cruce el Atlántico para difundir la recién fundación de la IC y busque conversaciones con el gobierno de Venustiano Carranza para abrir paso al establecimiento de relaciones oficiales de la joven República Soviética con México.

En este, como en otros casos, es fundamental tener presente que en aquel tiempo el Estado soviético no era aún más que un prospecto profundamente afectado por la cruenta guerra civil, bastante alejado del que sería bajo el mando de Stalin. De forma que la manera de actuar de sus dirigentes y, aún más de los militantes bolcheviques, distaba enormemente de lo que sería la de los agentes de la maquinaria aceitada de la potencia roja que surgió en la posguerra. Lo contrario permite, sin duda, escribir entretenidas historias de espías, pero no un análisis histórico.
¿Cultura comunista o cultura kominterniana?

Otro aspecto que llama la atención en las actuales investigaciones es el hecho de que cada vez con mayor frecuencia se pone énfasis en el término “kominterniano” que llega a sustituir el de comunista: “hombres del komintern”, “emisarios kominternianos”, “cultura kominterniana”. ¿Qué significado adquiere ese sutil cambio? Al parecer, se trata de enfatizar la pertenencia o sometimiento a un centro mundial, y más puntualmente, a un centro soviético.
Ciertamente, todo partido comunista se concibió desde sus orígenes como parte integrante de una organización mundial, como una sección de la IC (lo cual con frecuencia se exhibía en el propio nombre del partido). Sin embargo, como hemos señalado, ello no significó siempre simple ingerencia externa, o aún más, sometimiento a una determinada fuerza de Estado que define todo, lo somete, lo vigila y controla.

Tal como examina el estudio de Ricardo Melgar sobre los “cominternistas centroamericanos”, el proceso de inicio de una “cultura política cominternista” en América Latina no sólo debe ser fechado entre 1929 y 1933, sino que este debe ser entendido fundamentalmente como un proceso propio, es decir, inmerso en las luchas específicas de cada país o región, aunque tenga siempre el referente de Moscú. Sorprende, por lo mismo, que el autor no repare en la utilización excesiva del término cominterniano (aunque sea sin k).

El importante y, en muchos sentidos, impresionante trabajo realizado por Víctor y Lazar Jeifets y Meter Huber, pese a no utilizar el término señalado, deja, en este sentido, muchas dudas, sobre todo porque no hay precisión en lo que se entiende por los “colaboradores del aparato de la Comintern”. ¿Podría, entonces, considerarse kominterniano a todo aquel que mantuvo alguna relación (así sea fugaz) con los órganos de la IC? Cualquiera que haya participado en alguno de los congresos o reuniones de la IC? ¿Cualquier comunista o no que haya realizado en aquel tiempo un viaje a Moscú? Incluso: ¿Cualquier clase de vínculo con los comunistas lleva a tener relaciones con la IC? Así parece, tal como lo muestra el caso de Sandino, cuya biografía forma parte del mencionado libro sin que realmente se justifique.

No obstante lo señalado, es en otros estudios donde se revela de forma más nítida el sentido de la utilización del término que analizamos. Olga Ulianova, historiadora del comunismo chileno, entiende de la siguiente manera la “cultura kominterniana”:
“…mesiánica y eurocéntrica, la destinación de sus delegados a diversos países se consideraba primordial para asegurar el curso adecuado de la revolución mundial. Sin conocer muchas veces en detalle las más diversas realidades nacionales, pero convencidos de poseer la nueva revelación que salvaría el mundo, los delegados de la Internacional creían ser protagonistas de la Historia, con mayúscula, una especie de nuevos profetas.”
¿Cuándo surge y a través de qué medios esta “cultura”? ¿Quiénes constituyeron o fueron parte de ésta? ¿Todos los comunistas que mantuvieron relaciones con la IC? ¿Todos los extranjeros que participaron de acciones comunistas? ¿Eran parte de ella militantes como Julio Antonio Mella, Farabundo Martí o José Carlos Mariátegui, quienes sin duda participaban de la convicción revolucionaria comunista y, como en el caso de los primeros, estuvieron dispuestos a ofrendar su vida en una lucha que para ellos no tenía fronteras?

En realidad, muchos ejemplos podrían ponerse de militantes comunistas que habiendo, por ejemplo, viajado a Moscú a algún congreso; enviado informes de sus partidos, o incluso haber tenido alguna “misión” por encargo del Ejecutivo comunista, distan mucho del estereotipo del “hombre kominterniano”, del “agente” o “informante” en el que, como hace Ulianova, fácilmente se ubica a todo aquel que tuvo vínculos directos con la IC.
Justamente los casos de Mella, Martí y Mariátegui, no sólo por ser lo más conocidos, ponen en cuestión tal calificativo. Comunistas que nunca concibieron su militancia más que en plena libertad para expresar sus convicciones, al margen de que estuvieran o no en la “línea” de la IC o de sus partidos. En el caso de Mella, incluso, ocurrió, por el contrario, una intervención del agrupamiento internacional para revertir lo que era, sin duda, un exceso disciplinario, por decir lo menos, de la dirección de su partido.

Auspiciada por el acceso a nueva documentación, parte de la historiografía se ha centrado en una verdadera reconstrucción “arqueológica”, en la que momentos que se consideran “oscuros” o personajes que su actividad encubierta mantuvo ocultos o desconocidos para los historiadores, son indagados minuciosamente. En un mundo repleto de momentos de clandestinidad y duras represiones, hay, sin duda, un enorme trabajo de “investigación detectivesca” para averiguar a quién protegía un seudónimo, qué documento prueba tal o cual acción no reconocida por los comunistas, quiénes movían los hilos de una representación que no se sabe bien a qué respondía, etcétera.
Todo lo cual con frecuencia se realiza desde una óptica que, ajena a y desconocedora de los ámbitos de la militancia política y minimizando en los hechos las duras condiciones en las que actuaron los comunistas, muestra profundo desprecio por la voluntad, el coraje y la decisión de sencillos hombres y mujeres movidos exclusivamente por la convicción de poder construir sociedades sin desigualdad y opresión. Una perspectiva que de antemano parte de considerar absurdas las pretensiones revolucionarias (¡más aún si se trata de una revolución mundial!); descabellados sus propósitos; criminales sus métodos; ajeno a nuestra “tradición” que vendría siendo, en suma, el comunismo en América Latina.

En relación al asunto de la “revolución mundial” al que alude Ulianova al definir esa “cultura kominterniana”, no podemos dejar de señalar que se trata de un asunto destacado por más de un historiador del comunismo, pero muy pocas veces abordado con rigurosidad. Por lo demás, es muy cuestionable que se maneje sin distingos más allá de 1924 cuando la IC, tras el fallido y último intento insurreccional en Alemania, resuelve que la situación mundial es de “estabilización del capitalismo”.
Ciertamente, la IC se diferenció permanentemente de la socialdemocracia en su política revolucionaria, aunque pasó por diversas etapas en las que el tono insurreccional se modificó; pero lo que significó entre 1917 y 1924 la idea de la revolución mundial nunca volvió a ser la misma tras el debate encabezado por Stalin sobre la construcción del “socialismo en un solo país”.

En el caso de la lectura latinoamericana de lo que podría significar la dimensión mundial de la lucha comunista, por señalar otro ejemplo, ¿se recupera acaso el planteamiento de Julio Antonio Mella que la hacía empatar con la tradición bolivariana? Ciertamente no.

¿Medias verdades? ¿Énfasis en unos aspectos y rápida mención a otros? ¿Omisiones deliberadas? En estos términos, la falta de rigor analítico no resulta tan inocente. Cuando la mayor parte de los estudios no destacan, ni se detienen a desentrañar, los cambios operados en el seno de la Internacional Comunista, ciertamente a los pocos años de fundada, en el interregno que va de la enfermedad y muerte de Lenin al dominio pleno de Stalin, no sólo incurren en falta de precisión histórica, sino que con ello asumen uno de los sustentos del paradigma dominante que hace aparecer como un proceso continuo, sin rupturas ni resquebrajamientos, la historia del comunismo, la cual, por tanto, no tuvo ni podía tener otro sentido que el gulag.

Es necesario insistir en que al no diferenciar lo que fue el comunismo como movimiento revolucionario y lo que fue como fuerza de Estado (particularmente del Estado bajo el estalinismo que lo define todo, lo somete, lo vigila y controla), el análisis sobre la Internacional Comunista está incapacitado para comprender su complejidad y desentrañar su significado. En este sentido, es relevante analizar, por ejemplo, que se trata de un agrupamiento que, en un primer momento, expresa claramente al mencionado movimiento y, después, queda en el lidero y bajo la permanente tensión de no ser un órgano estatal, pero estar bajo control del partido-Estado soviético; una organización que representa una diversidad extraordinaria en permanente cambio, pero encorsetada pronto bajo rígidas directrices centralizadas.

Si recordamos, por ejemplo, la obra de Aldo Agosti, que investigó sobre los primeros y diversos componentes de la nueva Internacional, hecho que produjo acalorados y enriquecedores debates; si no olvidamos la defensa de los anarquistas perseguidos que, ante Lenin, hicieron varios delegados al tercer congreso de la IC; si tenemos presente la feroz disputa entre los líderes bolcheviques tras la muerte de su principal dirigente, de la que pudo dar cuenta Antonio Gramsci todavía en 1926; si rememoramos la lucha intensa y directa que, hacia fines de los años veinte, aún podía dar Trotsky contra el nuevo secretario general del Partido Obrero Socialdemócrata Ruso (b), nos daremos cuenta de lo diferente, pese a las 21 condiciones aprobadas en 1921, que esta organización será menos de una década después.

El rechazar el camino fácil que nos encajona en una sola de sus facetas, el estalinismo, no significa que se pretenda eludir el hecho contundente que éste representa en la historia del comunismo. Por el contrario. De lo que se trata con esta insistencia es de reclamar una historicidad precisa y una concepción abierta sobre el comunismo que permita comprenderlo en su devenir, en sus contradicciones, en su entramado problemático.
América Latina en la Internacional Comunista

Por último, es necesario abordar un aspecto sobre el cual existe una paradoja. Por un lado, se ha señalado con insistencia (de forma que más parece reproche), que la Internacional Comunista no le dio la misma relevancia a América Latina que la que dio a otras partes del mundo, primero especialmente a algunos países europeos (Alemania, sobre todo), luego a China. Pero, por otro lado, se sostiene la idea de un permanente intervencionismo marcado, además, por la incapacidad de los dirigentes de la IC de captar la realidad de nuestros países.
¿Distancia con la problemática latinoamericana? ¿Se trató siempre de simple traslado mecánico de una política elaborada en Moscú? ¿Fue siempre así? Veamos.

En relación a la primera interrogante, no deja de ser, en cierta forma, sorprendente. ¿Acaso podía ser de otra manera? Lo cierto es que la lucha política más intensa, en los momentos en los se derrumbaban los viejos imperios como resultado de la Primera Guerra Mundial y la revolución rusa se debatía entre la vida y la muerte amenazada por el “cerco sanitario” impuesto por todas las potencias europeas, se desplegaba en otras partes, no en América Latina.

Por otra parte, los comunistas –como todas las corrientes políticas de la primera mitad del siglo XX– no escapaban, ciertamente, de una visión eurocéntrica que dominaba el mundo. Si consideramos lo presente que aún está dicha visión, quizá podamos entender las profundas raíces que tiene y lo difícil que resulta su desmontaje. Con esto, no se quiere justificar una posición, sino tratar de entender en su momento, el complejo entramado cultural en el actuaron los comunistas y, a partir de ello, explicar su proceder, evaluar sus limitaciones y reconocer sus avances.

A partir de esta posición, más bien no deja de llamar la atención que, pese a la distancia y la carga eurocéntrica, en una declaración, publicada en enero de 1921 en L’ Internationale Communiste (num. 15), el Comité Ejecutivo de la Internacional Comunista tratase por primera vez el tema latinoamericano, con bastante conocimiento (que hace pensar en la intervención de algún comunista cercano a estas realidades) y acierto. En éste, ciertamente, no se deja ver ni traslación mecánica ni ignorancia alguna sobre la situación de nuestros países.
No sólo encontramos una vehemente denuncia del imperialismo norteamericano y la sujeción de AL a sus dictados, sino algunas puntualizaciones sumamente pertinentes. Por ejemplo, en relación al componente campesino de nuestras sociedades y, en particular, a México, leemos:
“El problema agrario es un problema capital. En América del Sur, la economía agrícola ocupa el primer lugar (aun Argentina, el país más desarrollado de América del Sur desde el punto de vista capitalista, cuenta con menos de cuatrocientos mil obreros industriales para una población total de más de ocho millones). Tremendamente explotado, el campesinado vive en una miseria negra, bajo un yugo aplastante, y solo sirve de carne de cañón para los aventureros militares. La experiencia de México es simultáneamente característica y trágica. Los obreros agrícolas se rebelan y hacen revoluciones para verse después despojados de los frutos de su victoria por los capitalistas, los explotadores, los aventureros políticos y los charlatanes socialistas…”
El citado texto que convoca a los comunistas a penetrar entre los campesinos “No con fórmulas y teorías abstractas”… sino con un programa que promueva la unidad de la clase campesina pobre con los obreros, hablaba entonces de dos revoluciones complementarias: la revolución proletaria y la revolución agraria.

El asunto de los sindicatos da pie al Ejecutivo comunista para volver a mencionar el caso de México:
“Los sindicatos que no agrupan a grandes masas industriales (como en Estados Unidos) son de tendencias revolucionarias. Pero ocurre frecuentemente que los líderes de los sindicatos sean traidores: es el caso de México donde Morones y sus semejantes explotan a los trabajadores y utilizan las organizaciones para su beneficio personal. Es importante expulsar a esos jefes y liberar a los sindicatos de los chantajistas y de su influencia reaccionaria.”

¿Será simplemente que se desconoce documentos como el arriba citado, o que de acuerdo a los lugares comunes que se difunden no encaja? Ahora bien, si lo que se busca señalar es la práctica de trasladar mecánicamente fórmulas políticas válidas para otras latitudes (asunto, sin duda, que fue instaurándose con fuerza en el movimiento comunista) y, aún más, develar los mecanismos de presión política para aceptarlas acríticamente, entonces digámoslo directamente y estudiémoslo en lo específico. En particular, ¿desde cuándo se produce?, ¿en qué términos se da?

No hay duda, en efecto, que el dogmatismo y el seguidismo acrítico fueron características instauradas bajo el estalinismo, que marcaron profundamente a los partidos comunistas de todo el planeta, incluso más allá de la muerte de Stalin. Sin embargo, no fue una práctica que no encontrara oposiciones y, en particular, en América Latina podemos destacar algunos casos de suma relevancia como los que hemos mencionado de Mella y Mariátegui, por hablar de personajes relevantes que se opusieron en diversas circunstancias a intentos de dictados impuestos. Pero también podemos señalar partidos que, en tanto tales, no siguieron esa conducta. En particular, el caso de los comunistas costarricenses o, en otros términos el del Partido Comunista Mexicano que, desde los años sesenta, inició un largo y consistente proceso de independencia política, son ejemplos que debemos señalar junto a otros de diferentes partes del mundo.

Con lo anterior estamos tratando de ilustrar que, en una evaluación general, nutrida, sin duda, de la reconstrucción histórica de cada uno de sus componentes, el comunismo latinoamericano no puede ser conceptualizado simplemente como “calco y copia”; como simple instrumento de la política estatal soviética, sin por ello omitir ni un ápice el análisis de la injerencia que por largas décadas y en determinadas circunstancias, el estalinismo y sus secuelas tuvieron en la vida y organización de los comunistas latinoamericanos. Así lo constatan las investigaciones críticas de múltiples acontecimientos y periodos de la vida de los comunistas en la región, en los que se deja ver la permanente tensión entre la dinámica propia de su actuación que define mucho del quehacer cotidiano de sus partidos, y las pretensiones y desplantes hegemónicos de los comunistas soviéticos.

Es en esa dirección que hago mías las palabras de Francisco Fernández Buey, en las que señala:
“Si sigue habiendo comunistas en este mundo es porque el comunismo de los siglos XIX y XX, el de los tatarabuelos, bisabuelos, abuelos y padres de los jóvenes de hoy, no ha sido sólo poder y despotismo. Ha sido también ideario y movimiento de liberación de los anónimos por antonomasia. Hay un Libro Blanco del comunismo que está por rescribirse.
Muchas de las páginas de ese Libro, hoy casi desconocido para los más jóvenes, las bosquejaron personas anónimas que dieron lo mejor de sus vidas en la lucha por la libertad en países en los que no había libertad; en la lucha por la universalización del sufragio en países en los que el sufragio era limitado; en la lucha en favor de la democracia en países donde no había democracia; en la lucha en favor de los derechos sociales de la mayoría donde los derechos sociales eran ignorados u otorgados sólo a una minoría. Muchas de esas personas anónimas, en España y en Grecia, en Italia y en Francia, en Inglaterra y en Portugal, y en tantas otras partes del mundo, no tuvieron nunca ningún poder ni tuvieron nada que ver con el estalinismo, ni oprimieron despóticamente a otros semejantes, ni justificaron la razón de Estado, ni se mancharon las manos con la apropiación privada del dinero público.

“Al decir que el Libro Blanco –sigue diciendo– del comunismo está por rescribirse, no estoy proponiendo la restauración de una vieja Leyenda para arrinconar o hacer olvidar otras verdades amargas contenidas en los Libros Negros. No es eso. Ni siquiera estoy hablando de inocencia. Como sugirió Brecht en un poema célebre, tampoco lo mejor del comunismo del siglo XX, el de aquellos que hubieran querido ser amistosos con el prójimo, pudo, en aquellas circunstancias, ser amable. La historia del comunismo del siglo XX tiene que ser vista como lo es, como una tragedia. El siglo XX ha aprendido demasiado sobre el fruto del árbol del Bien y del Mal como para que uno se atreva ahora a emplear la palabra “inocencia” sin más. Hablo, pues, de justicia. Y la justicia es también cosa de la historiografía.”
Francisco Fernández Buey*
En efecto, las mejores y más trágicas (por ello, también más interesantes) páginas de la historia del comunismo latinoamericano están, en muchos sentidos por rescribirse con una visión propia y enclavada en las luchas emancipadoras o, incluso, escribirse, pues se han ignorado. Todo con un ánimo de hacerle justicia.
Bibliografía

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——————, (2005 y 2009), Chile en los archivos soviéticos 1922-31 (primer tomo) y 1931-1935 (segundo tomo), Ed. LOM, Chile.
Waack, William, (1993), Camaradas. Nos arquivos de Moscou. A historia secreta da revolucao brasileira de 1935, Ed. Companhia das Letras, Sao Paulo. Pietro Barcellona, Posmodernidad y comunidad. El retorno de la vinculación social, Ed. Trotta, Madrid, 1992, p.132.

Este aspecto lo hemos desarrollado en el trabajo “El comunismo del siglo XX: una memoria en disputa”, publicado en el libro coordinado por Maya Aguiluz y Norma de los Ríos, Memorias (in)cógnitas en la historia.
Pietro Barcellona, op.cit., p. 135.
En esa categoría de “historias oficiales” podríamos incluir el libro coordinado por Arnoldo Martínez Verdugo, secretario general del Partido Comunista Mexicano (hasta la disolución de éste), Historia del Comunismo en México. Libro, en general, alejado de la simple apología.
Roque Dalton, Miguel Mármol. Los sucesos de 1932 en El Salvador, Ed. Cuicuilco, México, 1982.
A varios de estos autores los hemos reunido en nuestro libro El comunismo: otras miradas desde América Latina, Ed. CEIICH-UNAM, México, 2005.
Boaventura de Sousa Santos, Una epistemología del Sur, Ed. Siglo XXI y FLACSO, Buenos Aires, 2009.
La mayor parte de esas historias de la IC llegan incluso a no mencionar su presencia e intervención en AL. Otras, como la de Pierre Broué, no sólo lo aborda de manera muy sucinta, sino incurriendo en enormes falsedades. Cfe. P. Broué, Histoire de l’Internationale Communiste, 1919-1943, Ed. Fayard, 1997
Manuel Caballero, La Internacional Comunista y la revolución en América Latina, 1919-1943, Segunda Edición, Editorial Nueva Sociedad, caracas, 1987.
Anterior a la caída de la URSS, tenemos también el libro de Rodolfo Cerdas Cruz, La hoz y el machete: la IC, América Latina y la Revolución en Centro América, Ed. Universidad Estatal a Distancia (EUED) de Costa Rica, 1986.
Lazar y Víctor Jeifetz, Peter Huber, la Internacional Comunista en América Latina (1919-1943). Diccionario Biográfico, Ed. Instituto de Latinoamérica de la Academia de Ciencias de Moscú y Institut pour l’ histoire d communisme de Ginebra, 2004.
Entre ellos: Alberto Plá, La Internacional Comunista y América Latina: sindicatos y política en Venezuela (1924-1950), Ed. Homo Sapiens, Argentina, 1996; Olga Ulianova, “Levantamiento campesino de Lanquimay y la IC”, mimeo., 2003; de la misma autora Chile en los archivos soviéticos 1922-31 (primer tomo) y 1931-1935 (segundo tomo), Ed. LOM, Chile, 2005 y 2009; Hernán Camarero, A la conquista de la clase obrera. Los comunistas y el mundo del trabajo en la Argentina, 1920-1935, Ed. Siglo XXI, Argentina, 2007; Aníbal Toledo Casanova, Los comunistas y la historia uruguaya, Ed. Orbe, Uruguay, 2008. Al calor de la apertura de los archivos de la IC, aparecieron en Brasil libros como: Paulo Sérgio Pinneiro, Estratégias da illusao. A Revolucao Mundial e o Brasil, 1922-1935; Ed. Companhia das Letras, Sao Paulo, 1992; William Waack, Camaradas. Nos arquivos de Moscou. A historia secreta da revolucao brasileira de 1935, Ed. Companhia das Letras, Sao Paulo, 1993.
Jaime Massardo, “Apuntes para una relectura de la historia del marxismo en América Latina”, en El comunismo: otras miradas desde América Latina, op.cit.
Cfe. Paco Ignacio Taibo, Bolchevikis, op.cit.
Pese al enredo en el que cae con la clasificación de los tipos de agentes o emisarios soviéticos, Manuel Caballero también sostiene que “no se puede hablar de la formación del PC de México como algo ‘artificial’, sino, por el contrario, como algo muy natural en un contexto de crisis y revoluciones.” Op. cit., p. 90.
En referencia a la Komintern, que es la abreviatura en ruso de la Internacional Comunista. En ocasiones se prefiere utilizar la abreviatura en inglés de Comintern.
Ricardo Melgar Bao, “Una cultura política en formación: los cominternistas centroamericanos”, en El comunismo: otras miradas desde América Latina, op. cit., ps. 385-421.
Jeifets, Lazar, Jeifets, Víctor y Meter Huber, La Internacional Comunista y América Latina, 1919-1943. Diccionario Biográfico, Ed. Instituto de Latinoamérica de la Academia de Ciencias (Moscú) y el Institut pour l’ histoire du communisme (Ginebra), 2004.
Ibid, p. 297. Como es conocido, Augusto César Sandino mantuvo relaciones con el Partido Comunista Mexicano principalmente a través del comunista salvadoreño Farabundo Martí, quien fue cercano colaborador de él, hasta que éste consideró que Sandino había “traicionado” la causa antiimperialista. Aunque se acercó a la Liga Antiimperialista y a la organización Manos fuera de Nicaragua, ambas impulsadas por lo comunistas (entre ellos de forma destacada Julio Antonio Mella), hasta donde sabemos, el luchador nicaragüense nunca tuvo relación alguna con el aparato de la IC, ni viajó a Moscú.
Olga Ulianova, “Develando un mito: emisarios de la Internacional Comunista en Chile”, en Historia, num. 41, vol. 1, enero-junio de 2008, p. 103.
Comité Ejecutivo de la IC, “América del Sur, base colonial del imperialismo norteamericano”, reproducido en M. Löwy, El marxismo en América Latina, Ed. LOM, Santiago de Chile, 2007, p. 85.

La Hemerografía cominternista y América Latina, 1919-1935. Señas, giros y presencias

La Hemerografía cominternista y América Latina, 1919-1935. Señas, giros y presencias
Melgar Bao, Ricardo
Revista Izquierdas, núm. 9, abril, 2011, pp. 79-137
Universidad de Santiago de Chile
Santiago, Chile

A Antonio García de León

Se presenta un cuadro sumario de las principales iniciativas
hemerográficas desarrolladas por la Internacional Comunista en América
Latina entre 1919 y 1935, tanto de las de carácter oficial, como de varias
otras de idéntica filiación pero de significación puntual o particular a cada
uno de los países de la región. Junto con su mención, se señalan diversas
perspectivas acerca del renovado valor metodológico que estas fuentes
poseen para el estudio del comunismo en nuestros países.

Palabras clave: Internacional Comunista, Publicaciones, Propaganda,
espacio comunicacional

We present a summary of the major hemerographic initiatives developed
by the Communist International in Latin America between 1919 and
1935, both form the official character, as several others of the same
parentage but specific or particular meaning to each of the countries
region. Along with his words, we identify different perspectives on the
new methodological value that these sources have for the study of
communism in our countries.

Keywords: Communist International, Publications, Propaganda,
communication space

  • Resultado de investigación UNAM presentado en Segundo Congreso Internacional Ciencias, Culturas, Tecnologías, USACH, Santiago, 30 octubre, 1 y 2 noviembre 2010. Expreso mi reconocimiento a los historiadores Antonio García de León y Salvador Morales, quienes solidariamente me obsequiaron copias de valiosas publicaciones cominternistas. Agradezco también las fraternales críticas y sugerencias al texto brindadas por los historiadores Barry Carr, Arturo Taracena y Perla Jaimes.
    • Peruano, residente en México, antropólogo e historiador. Investigador del Instituto Nacional de Historia y Antropología, México, docente en la UNAM.

Las investigaciones acerca de la Comintern en América Latina durante la última década se han reiniciado, gracias a que los archivos de Moscú, sumados a algunos archivos policiales se abrieron a consulta. Estas fuentes abren nuevas posibilidades a los investigadores, en tiempos en que los lastres ideológicos de la guerra fría parecen haber quedado atrás. Nos interesa para efectos de este trabajo, dotar de visibilidad a la hemerografía cominternista, es
decir, la de los organismos internacionales y la de los organismos continentales.

Los periódicos y revistas de las secciones nacionales de la Internacional Comunista en nuestra región han tenido mejor suerte, no todos, pero sí varios de ellos. Un hecho aislado fue la reproducción digital de El Libertador (1925-1929), vocero de la Liga Antiimperialista de las Américas, a mi cargo. En cambio, la prensa cominternista mexicana ha tenido más continuidad. A la precoz reedición en facsímile de El Machete Ilegal (1929-1933) en 1975,
le siguió Frente a Frente (1933-1938) 19 años después, esfuerzo notable por bregar a contracorriente del desplome editorial sobre tópicos comunistas que acompañó el derrumbe del socialismo real en Europa. En la actualidad, nos encontramos en vísperas de la reedición en DVD de El Machete (1924-1938).

Pero no es nuestra intención presentar un cuadro sumario de los proyectos de
reedición logrados o fallidos en cada uno de nuestros países. Preferimos orientar nuestra mirada y nuestras reflexiones sobre la presencia de América Latina y cada uno de sus países en el principal órgano de prensa cominternista mundial, para luego aproximarnos a otras publicaciones regionales de la misma filiación.

La hemerografía roja: estigma y realidad

Existe una visión prejuiciada y anacrónica sobre el valor de las fuentes
hemerográficas cominternistas. Varios estudiosos las contraponen a las fuentes documentales partidarias y estatales. En ese contexto las fuentes hemerográficas son consideradas equívocamente como secundarias y subalternas frente a las documentales.

Sería más acertado ver su complementariedad. El documentalismo no puede ser celebrado acríticamente. Los documentos apócrifos o su velado sesgo faccional pueden confundir al investigador durante momentos de lucha interna y viraje. Una perspectiva crítica frente al formalismo ingenuo y la precaria axiología de las fuentes de los monocultores del documentalismo o el hemerografismo invita a nuevos enlaces entre sí, sin olvidar la utilidad y valor de los testimonios situados dentro o fuera de los llamados archivos de la palabra. Pero para tal fin debemos avanzar en el proceso de inventario.

En nuestro caso, presentaremos un primer índice de temas y autores, hacia la construcción de un inventario más pormenorizado de las colecciones de periódicos, revistas y boletines cominternistas editados entre 1919 y 1943.

Reiteramos que el juego de enlaces entre el texto extraído de una publicación
periódica o eventual con los de tipo documental, fotográfico, icónico, magnetofónico o fílmico es significativo, sus valores de complementaridad más allá de su asimetría, será pertinente y útil. En muchas ocasiones nos hemos encontrado en fuentes hemerográficas cominternistas: cartas, testimonios, manifiestos, comunicados, fotografías o actas políticamente significativas que no aparecen en los archivos por diversas razones (requisa,
destrucción, extravío).

Cierto es que las fuentes hemerográficas cominternistas no están exentas de riesgos: distorsiones intencionales o involuntarias, silenciamientos,
magnificación de eventos, sucesos o crecimiento orgánico. Pero a pesar de ello, son susceptibles de ser situadas y explicadas en la urdimbre de los procesos políticos vividos.

Las fuentes hemerográficas suelen proyectar un prejuicio ideológico, dada la baja confiabilidad que exhiben tanto los diarios nacionales como los periódicos que en el campo político expresan intereses particulares. A pesar de lo anterior, merecen ser tomados en cuenta. La posición faccional y la ideología ayudan a comprender a los actores en juego durante el periodo que se pretende estudiar. Además de lo anterior, nos brindan datos sobre
la presencia faccional en ciertos frentes de masas, así como sobre sus urgencias, dilemas, preocupaciones y prácticas, más allá de sus exageraciones y silencios.

Consideramos que el universo hemerográfico exhibe sus propias virtudes, a veces nos permiten rastrear en los artículos de modo explícito, sugerido o en lenguaje esópico la fundamentación ideológica y política de un nuevo viraje, o por lo menos sus indicios, sus tendencias en ciernes o en desarrollo. También nos permite escudriñar tanto a las facciones como a las redes existentes a partir de coordenadas discursivas, asistencias e intervenciones en eventos o en reportes de acciones políticas o armadas. Sus obituarios aún en las lindes de la hagiografía ilustran aspectos no conocidos acerca de los cuadros así como acerca del martirologio, arista relevante de su imaginario y ritual político.

Si el periódico expresa el punto de vista y/o los intereses del cuerpo editorial frente a un proceso político o de lucha social o partidaria en la que está participando o sobre el cual, decide brindar una defensa o un parecer disidente, la descripción de un evento, una carta o una imagen circunstanciada, puede ser considerada una fuente primaria. Nos debemos guiar por las siguientes preguntas: ¿qué ha dicho ese periódico o revista sobre esta
problemática, evento o praxis política o social? ¿Cómo lo han dicho o representado en la coyuntura?

Sería más apropiado evaluar cierta heterogeneidad de la prensa cominternista según su diseños, los contenidos de sus secciones y editoriales, así como por el sello que le imprimía su cuerpo de redactores, corresponsales y colaboradores eventuales. Y a partir de lo anterior determinar su relevancia como fuente, la cual bien puede ser considerada como complementaria o aleatoria a las fuentes documentales utilizadas por el investigador.

Incluso en el caso de que los colaboradores del periódico o la revista expresen puntos de vista discrepantes. Y si de estudiar se trata algún periódico o revista por el interés que reviste para el análisis de redes, no debe descuidarse la indagación sobre la propagación de sus ideas e imágenes fuerza, su circuito de irradiación, la pérdida o no de su periodicidad, la afectación de su distribución, así como las variantes de sus modos de recepción.

La inmensa mayoría de los autores son varones y un número apreciable de ellos son latinoamericanos, aunque los cuadros extranjeros parecen representar las visiones más oficiales u oficiosas de la Comintern. Excepcionales son las colaboraciones de mujeres cominternistas. Myra Page, la feminista norteamericana escribió acerca de la reforma agraria mexicana en 1925, país que conocería trece años más tarde. Por su lado, la mexicana María del Refugio García en 1929 ofreció su visión sobre la participación de las mujeres en la lucha de clases del país azteca.

Por todo lo anterior, debemos matizar nuestra manera tradicional de valorar la
utilidad y calidad de las fuentes hemerográficas. Estas últimas exhiben cierta
heterogeneidad la cual se traduce en sus respectivas cualidades informativas.
Evitemos la fetichización de las fuentes, en aras de la complementariedad que ellas poseen.

Los puntos de vista, las pasiones cotidianas o coyunturales, las imágenes que
contienen las revistas y periódicos cominternistas merecen nueva atención y trato por parte de los investigadores. Los tropos de la escritura, la retórica llana o barroca, incendiaria o fría expresan desde la forma muchos signos e indicios relevantes acerca de: los personajes, los frentes de masas, las tramas intrapartidarias, las proyecciones revolucionarias, las escisiones y los caminos accidentados de la negociación el propio seno de la Comintern o con los representantes gubernamentales y otras fuerzas políticas.

Las colecciones de periódicos cominternistas distan de ser accesibles o completas en las hemerotecas públicas en América Latina, mientras que algunos de los archivos reservados de los partidos comunistas, gradualmente han comenzado a abrirse a la consulta externa. Novedad fue la apertura de los “archivos secretos de Moscú” a partir de 1991, los cuales poseen un valor indiscutible, pero son poco accesibles a los investigadores latinoamericanos por falta de recursos. Lo que sabemos acerca de ellos se lo debemos
principalmente más a investigadores europeos que norteamericanos. En la actualidad, dichos fondos comienzan a revelar algunos vacíos de información, parcialmente atribuibles a su traslado de urgencia de Moscú durante la ofensiva militar nazi en 1942. El principal vacío de información acerca de América Latina en los archivos rusos corresponde a los años de la Segunda Guerra Mundial previos a la disolución de la Internacional Comunista el 15 de mayo de 1943.

Complica el análisis el uso de pseudónimos en varios de los colaboradores de la prensa cominternista, en parte explicable por la vida clandestina que vivían varios de ellos. Es difícil identificar en Pick al alemán Wilhelm Pieck, aunque el parecido fonético pueda ser considerado como un indicio. No así en el caso de SINAI, que indiscutiblemente es Sinani. Andrei Volski quien en 1929 escribe una nota necrológica a la muerte de Guadalupe Rodríguez en México, es Stanislav Stanilasvovich Petskovsy. Los firmantes como Gómez como bien lo han señalado Lazar y Víctor Jeifets pueden referir a más de una identidad: Vicente Uribe Galdeano, Jorge Abilio Vivó Escoto, aunque quizás ninguno de
los dos sea el autor del artículo sobre el Perú de 1932.1
1 Jeifets, Lazar et al, La Internacional Comunista y América Latina 1919-1934. Diccionario biográfico,
Moscú: Academia de Ciencias de Moscú, 2004, p.397
Cartografía: luces y contraluces
La cartografía de la prensa cominternista no puede dejar reconocer la primacía que tuvieron el periódico La Correspondencia Internacional y la revista La Internacional Comunista por encima de las demás publicaciones generadas por sus diversos organismos responsables de frentes específicos de su proyección política e ideológica en el mundo.

Mención aparte merecen los voceros de los secretariados y burós cominternistas para todo el continente, o para sus dos privilegiadas áreas: Caribe y Sudamérica. La Correspondencia Internacional cubre la mayor parte de nuestra atención en este trabajo, habiendo rescatado la versión castellana editada en Barcelona y que sometida a censura gubernamental y obligada a cambiar de nombre en diciembre de 1934 por el de Revista Universal.

En cambio, la revista teórica Internacional Comunista únicamente fue
consultada de manera parcial, sin que esto implique desdeñar su relevancia para América Latina. Considérese el hecho de su edición castellana y los varios artículos que salieron sobre problemáticas políticas diversas tanto nacionales como regionales a lo largo de sus páginas.

L’ Internationale Syndicale Rouge vocero de la Internacional Sindical Roja (ISR) posee en sus páginas registros que merecen ser consultados. Luis Fraina ilustra lo anterior en su versión francesa: “Mexique: La lutte pour l’ adhesión â L’Internationale Syndicale Rouge” (L’ISR Nº 1 (12), janvier 1922, París, pp. 70-74). Lo refrenda un artículo de L. Guerrero titulado: “Le muvement ouvrier â Cuba” (L’ISR Nºs ¾. 20 avril 1923, París, pp. 23-24). Independientemente de que la ISR auspiciase la edición de El Trabajador Latinoamericano como vocero de su ramal continental la Confederación de Trabajadores de América Latina (CTAL), el cotejamiento de L’ISR merece ser tomado en cuenta en sus
diversos idiomas.

La Internacional de Trabajadores de la Enseñanza (ITE) que fundó y animó Henri Barbusse desde París, editaba una publicación del mismo nombre. A partir de la constitución de su ramal continental la Internacional Magisterial Americana (IMA) en 1928, editó un Boletín de amplia circulación en los países del Cono Sur y algunos de América Central. La Internacional Juvenil Comunista (IJC) editó un vocero de igual nombre. En América Latina no se registra la existencia de un vocero regional, sí varios de alcance nacional.
El Secours Rouge Internacional (SRI) publicó un periódico del mismo nombre que contiene valiosa información sobre los cuadros comunistas o líderes sindicales o de movimientos sociales que fueron detenidos, deportados, heridos o muertos. En el continente circularon entre las décadas de los años veinte y treinta diversas ediciones nacionales o regionales. Es menos conocida la prensa de La Internacional Campesina fundada en 1923, más conocida como Krestintern.

El proyecto de Úrsulo Galván de organizar un ramal continental bajo el lema: “¡Campesinos de América Uníos!” fue acompañado de una publicación de vida breve y con una circulación limitada que al parecer no trascendió las fronteras mexicanas. Otros proyectos cominternistas dedicados al frente de los escritores revolucionarios o de las mujeres que tuvieron publicaciones periódicas de corta existencia no deben ser desdeñados como potenciales fuentes de consulta.

Hemos de destacar que la realización de esta guía tuvo un largo, discontinuo y
sinuoso camino entre los años 1978 y 2004. Implicó un periplo que contempló bibliotecas mexicanas (CEMOS y la ENAH), argentinas (CEDINCI y Universidad Nacional de Córdoba), francesas (Biblioteca Nacional de París), italianas (Instituto Antonio Gramsci) y holandesas (Instituto de Historia Social), además de muchas otras públicas y privadas, en las que se encontraron ejemplares aislados y faltantes, todos ellos útiles a nuestros
propósitos.

Razones ajenas a nuestra voluntad nos impidieron consultar el valioso acervo
del BDCIC de Nanterre entre otros. Por último, cabe señalar nuestra propia adquisición de ejemplares sueltos de publicaciones cominternistas en librerías de viejo en cinco países latinoamericanos: Chile, Costa Rica, México, Perú y Uruguay. No es un mapeo exhaustivo sin duda. Se trata más bien de una cartografía en desarrollo que demanda en perspectiva nuevos esfuerzos, recursos y acción colectiva. Con todo, creemos que, a pesar de sus
limitaciones, puede ser útil a los investigadores interesados en la problemática
cominternista o en asuntos vinculados a ella.

LA CORRESPONDENCIA INTERNACIONAL

Esta guía registró un total de 336 artículos sobre América Latina en tres colecciones de La Correspondencia Internacional editadas en lengua inglesa, francesa y española. Hay que señalar, sin embargo, que el cotejamiento de estas fuentes fue parcial, sea porque la versión española fue tardía con respecto a sus símiles europeas, sea porque en su conjunto las colecciones consultadas distaban de ser completas. Las guías hemerográficas de Manuel
Caballero2 y de Eugenia Scarzanella3 nos fueron de gran utilidad para la elaboración de la que venimos presentando.
2 Caballero, Manuel. La Internacional Comunista y América Latina: la sección venezolana, México, D.F.: Ediciones de Pasado y Presente, Siglo XXI Editores, 1978.
3 Scarzanella, Eugenia “L’ America latina nei dibattiti e nella stampa dell’Internazionale Comunista (1928-1935)”, 1967.

Uno de los resultados de esta confrontación parcial indica que el testimonio de Leo Zuckerman es correcto, en el sentido de afirmar que la edición simultánea de La Correspondencia Internacional que él y sus camaradas realizaron durante algún tiempo en París contenía algunas variaciones significativas a las realizadas en otros idiomas.4 Las políticas de lenguaje que subyacen carecen de asepsia política y están marcadas por diferenciadas huellas culturales. El idioma comunica ideología, postura política y marca cultural. Queda del investigador precisar sus alcances políticos según la región, el país y la
coyuntura internacional.
4 Comunicación personal de Leo Zuckerman, México, D.F. 18 de Octubre de 1979.

Queda igualmente pendiente el cotejamiento de estas versiones con aquellas que fueron impresas en lengua rusa y alemana. Fue infructuosa nuestra búsqueda de una reseña crítica del libro La Escena Contemporánea (1925) de José Carlos Mariátegui, presuntamente publicada en las páginas de este vocero cominternista, según la versión de Scarzanella. Quizás, la respuesta positiva se encuentre en algún ejemplar de las ediciones en inglés y ruso, del año de 1926.

La valoración de los 411 artículos registrados dista mucho de concentrar la
producción hemerográfica global sobre América Latina de filiación cominternista, ya que omite los muchos artículos consignados en sus paralelos y diversos órganos sectoriales y regionales. No obstante este elemental señalamiento, el inventario comparativo de este vocero privilegiado de la I.C, nos permitió realizar algunas constataciones.

En primer lugar, que la atención periodística de la I.C. acerca de América Latina precisa marcar un punto de viraje a partir del VI Pleno (Moscú, l7 de febrero al 15 de marzo de 1926), en los últimos meses de hegemonía zinovietista. Este cambio de rumbo ya se había manifestado en los debates y resoluciones del VI Pleno del CEIC realizados un año antes, pero los resultados se hicieron visibles durante este otro mandato. Reforzó esta orientación la aparición del más importante órgano regional: la revista La Correspondencia Sudamericana.

Arturo Taracena nos ha hecho notar que los tres artículos dedicados a Guatemala en 1922, argumentan a favor de considerar a la sección mexicana de la IC como plataforma de propaganda y organización en América Central.
A partir de entonces, independientemente de los cambios de línea política y
dirección, la tendencia en la producción periodística de la I.C. fue creciente, salvo algunas caídas durante los mandatos del VII y IX Plenos del CEIC, pero que no llegaron a alcanzar los niveles previos, salvo el II Pleno. En todos estos años pesó más la atención sobre México y los países del Caribe que la existente en torno a los países del Cono Sur, hecho que no coincide necesariamente con los ritmos y exigencias del desarrollo político y
orgánico de sus diversas secciones latinoamericanas. Entre unos y otros, los países andinos fueron casi virtualmente ignorados por este vocero cominternista.

Para un mejor seguimiento de la guía hemerográfica hemos creído de utilidad
elaborar un cuadro de concentración hemerográfica por congresos y plenos de la I.C., sin perder de vista las referencias nacionales. De su lectura se desprende que, de los diecinueve países aludidos en La Correspondencia Internacional, sólo dos de ellos registraron un tercio del total: México 27.08% y Cuba 15.17%. Sin embargo, estas estimaciones porcentuales cobran otras significaciones al hacer el seguimiento de las coyunturas. Así, por ejemplo, el caso chileno devino en centro de atención durante el mandato del IX Pleno
del CEIC.

En el caso del vocero oficial de la IC, La Correspondencia Internacional hemos decidido diferenciar el análisis de sus referencias en función de dos entradas. La primera evalúa la atención hemerográfica sobre América Latina consignada en el primer cuadro. La segunda, es un puntual inventario por países de los artículos cominternistas aparecidos en esta revista.

Miradas latinoamericanas en La Correspondencia Internacional, 1921-1934
Continentales
y nacionales
Número
de artículos
Eventos orgánicos de la IC
Fechas
III Congreso IC
Junio de 1921
Argentina 2
Chile 1
México 1
Uruguay 3
II Pleno del CEIC Junio de 1922
América Latina 1
Argentina 1
Brasil 1
Guatemala 1
Haití 1
México 2
Uruguay 5
IV Congreso IC
Noviembre de 1922
América Latina 1
Brasil 3
Chile 1
Guatemala 2
México 3
III Pleno del CEIC
Junio de 1923
América Latina 1
Argentina 5
Brasil 1
México 6
V Congreso IC
Junio y julio de 1924
América Latina 1
Argentina 2
México 1
IV Pleno del CEIC
Agosto de 1924
Brasil 1
Chile 2
México 2
V Pleno del CEIC
Marzo y abril de 1925
Argentina 2
Chile 1
México 4
VI Pleno del CEIC Febrero y marzo de
1926
América Latina 5
Brasil 3
México 2
Panamá 1
Perú 2
Uruguay 2
Venezuela 2
VII Pleno del CEIC Noviembre y diciembre
de 1926
América Latina 5
México 5
Nicaragua 6
VIII Pleno del CEIC
Agosto de 1927
América Latina 5
Bolivia 3
Cuba 1
México 2
Nicaragua 1
IX Pleno del CEIC
Febrero de 1928
América Latina 3
Argentina 1
Brasil 2
Cuba 1
México 1
VI Congreso del CEIC
Julio de 1928
América Latina 27
Argentina 1
Bolivia 1
Brasil 4
Colombia 2
Cuba 6
Ecuador 2
México 26
Paraguay 2
Uruguay 1
Venezuela 2
X Pleno del CEIC
Julio de 1929
América Latina 11
Cuba 3
Guatemala 1
Haití 4
México 8
XI Pleno del CEIC
Marzo y abril de 1930
América Latina 16
Argentina 6
Bolivia 1
Brasil 11
Chile 11
Colombia 4
Cuba 11
Dominicana 1
Ecuador 1
El Salvador5 1
México 18
Nicaragua 3
Panamá 1
Paraguay 4
Perú 3
Puerto Rico 1
Uruguay 3
Venezuela 2
XII Pleno del CEIC Agosto y septiembre de
1933
5 Véase la revista Mundo Obrero de Diciembre de 1931 a Abril de 1932.
Colombia 1
Cuba 12
Paraguay 1
Perú 1
Uruguay 1
XIII Pleno del CEIC Noviembre y diciembre
de 1933
América Latina 14
Argentina 9
Bolivia 4
Brasil 11
Chile 5
Colombia 2
Cuba 17
Ecuador 1
Honduras 1
México 10
Paraguay 3
Perú 2
Puerto Rico 2
Uruguay 1
Venezuela 4

FUENTE: La Correspondencia Internacional, Biblioteca Nacional (París), Instituto de Historia Social (Ámsterdam), Biblioteca del Dr. Antonio García de León.

En el mapa hemerográfico que presentamos a continuación, se puede observar que los autores europeos, norteamericanos y asiáticos, desplazaron a los propiamente latinoamericanos. En algunos casos, muy contados, será difícil reconocer la real autoría por el uso de pseudónimos. Esta transparencia de autoría contrasta con la seguida en los órganos regionales y nacionales. De las grandes figuras cominternistas podemos ubicar: al economista y orientalista Eugenio Varga (1926), a Willy Münzemberg el organizador de la Liga Antiimperialista Mundial (1927); a Manabendra Nath Roy (1928), uno de los
fundadores del primer Buró Latinoamericano de la IC y autor junto con Lenin del viraje cominternista hacia los pueblos coloniales y semicoloniales (1920), a Jules Humbert-Droz el principal responsable del Secretariado Latino de la IC bajo la hegemonía bujarinista. De todos ellos, sólo Roy y Humbert-Drotz estuvieron en países latinoamericanos: México (1918-1919) y Argentina (1929) respectivamente.
América Latina en La Correspondencia Internacional
Código
Fecha
Artículos
1
IPC, 19-9-1922, No. 80, p. 598
YAROSHEVSKY, M. “South America and Soviet
Russia”
2
LCI, 20-1-1923, No. 2, pp. 26-27
IPC, 26-1-1923, No. 3, p. 48
“To the workers and peasants of South America”
3
LCI, 29-6-1923, No. 52, p. 384
IPC, 21-6-1923, No. 44, pp. 430-
431
AMTER, I. “Pan-Americanism two Conferences”
4 IPC, 24-7-1924, No. 48, pp. 494,
501
WOLFE, Bertram D. “The struggle against
imperialism in Latin America”
5
LCI, 2-1926, No. 10/11, pp. 160-
162/112-115.
LE SECRÉTARIAT DU C. E. DE L´L. C. PUR
L´AMÉRIQUE LATINE “Projet de theses sur le
mouvement révolutionnaire de l´Amérique Latine”
6
IPC, 4-2-1926, No. 11, p. 155 GEORGE, Harrison. “Yankee imperialism shows its
teeth”
7
LCI, 13-3-1926, No. 32, pp. 287-
288
“L´affaire de Tacna-Arica et l´imperialisme
américain”. Déclaration de la Ligue anti-imperialiste
pour toute l´Amerique.
8
LCI, 25-5-1926, No. 66, p. 753
IPC, 24-5-1926, No. 43, pp. 753-
762
VARGA, E. “World Economic Report. Ist. Quarter of
1926, Point 3. Economic situation in Latin America”
9
IPC, 15-7-1926, No. 52, pp. 878-
879
“The United States and the breakdown of the Tacna-
Arica plebiscite in South America”
10
LCI, 28-11-1926, No. 128, pp.
1537-1539
WILENKIN, J. “La lutte du gouvernement et des
ouvriers contre l´Eglise catholique et l´imperialisme
américain”
11 IPC, 20-12-1926, No. 88, pp. 1539-
1540
VII ECCI: “comrade Codovilla (South America)”
12 LCI, 22-1-1927, No. 12 TANIN, M “L’offensive imperialiste des Etats-Unis.”
13
LCI, 26-1-1927, No. 13, p. 168 ICJ. (CEIC). “Pour l’Indépendence des peuples de
L’Amérique Latine”
14
LCI, 2-2-1927, No. 16, p. 214
IPC, 21-1-1927, No. 7, p. 141
“Le prestige de la diplomatie americaine”
15
IPC, 15-12-1927, No. 71, pp. 1622-
1623
“The Brussels Conference against imperialism”
16
IPC, 22-12-1927, No. 72, pp. 1633-
1635
NZENBERG, Willy. “Growing revolutionary
militancy among the colonial Peoples. The Second
Brussels Conference of the League against
Imperialism”
17 IPC, 22-12-1927, No. 72, pp. 1633-
1635
“Towards a Latin American trade union secretariat”
18
LCI,21-1-1928, No. 6
IPC, 19-1-1928, No. 3, pp. 73-74
ROY, M. N. “The Pan American Congress”
19
LCI, 26-1-1928, No. 8, p. 109
IPC, 25-1-1928, No. 4, pp. 106-107
GHIOLDI, R. “The influence of Leninism in Latin
America”
20
IPC, 16-2-1928, No. 8, pp. 174-175
ENGDAHL, Louis. “American Communist Party
develops defeatist campaign against US Imperialism”
21
LCI, 25-2-1928, No.17
IPC, 23-2-1928, No. 9, pp. 189-190
GEORGE, Harrison. “The Pan American
Conference”
22
LCI, 23-3-1928, No. 30, pp. 394-
395
IPC, 21-3-1928, No. 18, pp. 352-
354.
GHIOLDI, R. “The trade union movement in Latin
America”
23
IPC, 30-7-1928, No. 39, p. 708
“La Revolución en América Latina”
24
IPC, 13-8-1928, No. 49, p. 871
VI World Congress of the C.I. from the Bukharin
reply: “The importance of work in South America”
25
IPC, 31-8-1928, No. 57 MÜNZENBERG, Willy. “The Berlin meeting of the
League against Imperialism”
26
LCI, 24-9-1928, No. 108, p. 1192
IPC, 19-9-1928, No.64, pp. 1150-
1151
VI World Congress of the C. I. Methods of struggle
against imperialist war: “Peluffo (Latin America)”
27
LCI, 19-10-1928, No. 118
IPC, 17-10-1928, No. 72, pp. 1299-
1305
VI World Congress of the questions of the
revolutionary movement in the colonies: “Questions of
the Latin American Countries. Co-report of comrade
Humbert-Droz”
28
IPC, 17-10-1928, No. 72, pp. 1307-
1308
VI World Congress of the C.I. (Answer to Humbert-
Droz): “Comrade Banderas (communist Fraction of
the Peasant’s International)”
29 IPC, 17-10-1928, No. 72, pp. 1315-
1316
VI World Congress of the C.I. (Reply to H- Droz):
“Comrade Darcy (YCL)”
30 IPC, 17-10-1928, No. 72, pp. 1319-
1320
VI World Congress of the C.I. (Reply to H-Droz):
“Comrade Gómez (USA)”
31 LCI, 19-10-1928, No.139, pp.
1364-1367
VI World Congress of the C.I. (Reply to H-Droz):
“Comrade Travine”
32
IPC, 25-10-1928, No. 74, pp. 1354-
1355
VI World Congress of the C.I. (Reply to H- Droz):
“Traving (CPSU)”
33
IPC, 25-10-1928, No. 74, pp. 1361-
1363
VI World Congress of the C.I. Continuation of the
discussion on the reports on colonial questions:
Comrade Vasiliev”
34
LCI, 30-10-1928, No. 130, p. 1432
IPC, 30-10-1928, No. 76, pp.1405-
1407
VI World Congress of the C.I. (Reply to H- Droz):
Comrade Wolfe (USA)”
35
LCI, 30-11-1928, No. 145, p. 1664
IPC, 21-11-1928, No. 81, pp. 1545-
1546
VI World Congress of the C.I. Report of Comrade
Humbert Droz on the admittance of new sections”
36
IPC, 21-11-1928, No. 81, p. 1531 VI World Congress of the C.I. From the report
Pianitsky on credentials”
37 IPC, 12-12-1928, No. 88, pp. 1659-
1676
“Theses on the revolutionary movement in the
colonies and semi-colonies”
38
LCI, 19-12-1928, No. 152, pp.
1778-1779
IPC, 20-12-1928, No. 90, pp. 1710-
1711
FRANKLYN and HARVEY. “The United States and
Great Britain in Latin America”
39
LCI, 19-12-1928, No. 152, p. 1777
DUBOIS, George. “Le danger de guerre en Amerique
du Sud”
40 IPC, 27-12-1928, No. 91, pp. 1731-
1732
FRANKLIN and HARVEY. “The United States and
Great Britain in Latin America.” (Continued)
41
IPC, 3-1-1929, No. 1, p. 4
FRANKLIN and HARVEY. “The United States and
Great Britain in Latin America”
42
LCI, 9-1-1929, No. 2, p. 20
DUBOIS, George. “Le Conférence Panaméricaine”
43
IPC, 25-1-1929, No. 5, pp. 77-78 MÜNZENBERG, Willy. “The Cologne meeting of the
League against Imperialism”
44 LCI, 26-1-1929, No. 8, p. 85 “La situation en Amérique Latine”
45 LCI, 9-2-1929, No. 12, p. 128 « La commission Latino-Européen de l´ISR »
46
LCI, 9-2-1929, No. 12, p. 239 “Quatrième èchec des tentaives de ptsh de l´axe en
Amerique du sud”
47 LCI, 4-5-1929, No. 37, p. 522
IPC, 10-5-1929, pp. 491-492
CH., M. “Anti-war conference of the Latin American
trade unions”
48
LCI, 24-5-1929, No. 44, pp. 986-
987
MARTÍNEZ, R. A. “L´Amérique latine après le
VII Congrés mondial de l´I. C. ”
49 IPC, 21-6-1929, No. 29, pp. 636-
637
NZENBERG, Willy. “From Brussels to Paris. Two
years of the League against Imperialism”
50
IPC, 9-8-1929, No. 38, pp. 812-813 MÜNZENBERG, Willy. “The Frankfurt Congress of
the League against Imperialism”
51
IPC, 16-8-1929, No. 39, p. 834 LEIBRAND, R. “The first youth’s anti-imperialist
Congress”
52
IPC, 17-9-1929, No. 51, pp. 1094,
1095
X Plenum of the ECCI. Discussion report Kuusinen
and Manuilsky: “Comrade Americo Ledo (Latin
America)”
53
IPC, 17-9-1929, No. 51, pp. 1100-
1101
X Plenum of the ECCI. Discussion report Kuusinen
and Manuilsky: “Comrade Banderas (Communist
Fraction of the Peasant’s International)”
54
IPC, 27-9-1929, No. 54, p. 1171 PADMORE, G. “Revolutionary task in the West
Indies”
55 IPC, 15-10-1929, No. 59, pp. 1269-
1279
X Plenum of the ECCI. Discussion report Thalman
and Losovsky:“Comrade Ramírez (Latin America)”
56
IPC, 1-11-1929, No. 62, p. 1336
“Statement of the All-American League against
Imperialism on the new wave of terror in Latin
America”
57
LCI, 1929, No. 123, p. 1648 « Communication du Présidium du CE de l´IC sur
l´exclusion de Roy »
58 LCI, 4-1-1930, No. 1, p. 7 “PADMORE, George. “Le dévelopement
58economique des Antilles Britanniques”
59 LCI, 1-2-1930, No. 10-11, pp. 100-
103
« Project de thèses pur le mouvement révolutionnaire
de l´Amérique Latine »
60
LCI, 8-2-1930, No. 12, p. 124
KOGAN, M. “The economic crisis in Latin America”
61
LCI, 20-9-1930, No. 79, p. 1056
“Comité mondial contre la guerre imperialiste”
62
IPC, 2-7-1931, No. 35, p. 655
HUNSKY, C. “A new period of development in the
League against Imperialism”
63
IPC, 30-7-1931, No. 40, pp. 751-
752
BELL, John. “The significance of august 23 rd, Antiimperialist
Day”
64
IPC, 3-9-1931, No. 47, pp. 867-868
MOREAU, Albert. “The ‘debt moratorium’ for Latin
America”
65
IPC, 7-4-1932, No. 16, p. 310
RODRIGUEZ, O. “The dictatorship of the American
United Fruit Company”
66
LCI, 8-6-1932, No. 48, p. 519
MARCUCCI. “L’Amérique Latine dans la guerre
imperialiste”
67
LCI, 25-6-1932, No. 53, p. 1343
LOMBARDO TOLEDANO, Vicente. “Pour un
rassemblement des forces démocratiques de
l´Amérique latine ”
68
LCI, 1932, No. 56, p. 623 M., C. “Les investissements de capitaux des E.U. en
Amérique Latine.”
69
LCI, 13-8-1932, No. 67, p. 754
IPC, 11-8-1932, No. 35, pp. 723-
724
LCI, 19-8-1932, No.34, pp.423-
424
RODRÍGUEZ, José. “The new armed conflict in
South America”
70
LCI, 6-8-1932, No. 65, p. 738
IPC, 11-8-1932, No. 35, pp. 743-
744
LCI (e), 21-10-1932, No. 43, pp.
43-44
GOMEZ, J. “Party cadres in the communist parties of
South America and Caribbean America”
71
LCI, 5-10-1932, No. 83, p. 932
LCI (e), 7-10-1932, No.41, pp.
514-515
MARCUCCI, A. “la fascisation de la jeunesse en
Amérique du Sud et du Centre”
72
LCI, 14-10-1932, No. 42, p. 525 MARCUCCI, A. “Corrijamos las posiciones
oportunistas”
73
LCI, 5-11-1932, No. 93, p. 1073
BRANDAO, Octavio. “En Amérique du Sud comme
ailleurs le pacifismo masque la Preparation de la
guerre”
74
LCI, 14-1-1933, No. 4, p. 46 M, V. “Les social-reformistes et la menace de guerre
en Amérique du Sud”
75
LCI, 14-1-1933, No. 4, p. 46
“Aux peuples de L’Amérique Latine (Appel du
Comité Mundial de Lutte contre la Guerre
Imperialiste”
76
IPC, 26-5-1933, No. 23, p. 510
“May Day in South America”
77
LCI, 18-11-1933, No. 93-94 p.
1147
IPC, 17-11-1933, No.50, pp. 1125-
1126
LCI, 24-11-1933, No.50,
pp.810-811
AGOSTI, Hector. P. “Japan in Latin America”
78 IPC, 1-12-1933, No. 52, pp. 1189-
1190
“Increasing white terror in Latin America”
79
IPC, 15-12-1933, No. 55, p. 1245
YOUKELSON, R. “The Pan American Conference
and the aims of American Imperialism”
80
LCI, 13-1-1934, No. 3/4 p. 52
LCI (e), 26-1-1934, No. 5, pp. 83-
84
BYKLOVSKY, A. “Sur quelques journaux de
Syndicats et du parti en Amérique Centrale, aux
Antilles e en Amérique du Sud”
81
IPC, 19-1-1934, No. 3, p. 64
YOUKELSON, R. “The struggle between the USA
and Great Britain in Latin America”
82
LCI, 26-1-1934, No. 5, p. 82 “El terror blanco en los países de América del Sur y
del Caribe”
83
LCI, 14-3-1934, No. 26, p. 500
IPC, 7-5-1934, No. 28, pp. 719-720
LCI (e), 17-4-1934, No. 22, pp.
480-481
XIII Plenum of the ECCI. Discussion on the reports of
comrade Kuusinen, Pieck And Pollit: “Comrade
Morales (Latin America)”
84 LCI (e), 27-7-1934, No. 40, pp.
790-792
GHIOLDI, Rodolfo. “los congresos de Santa Fe y de la
“Democracia Iberoamericana”
85 RU, año II, No.6, 11-1-1935,
pp.12-13.
“El Congreso mundial de los estudiantes contra la
guerra y el fascismo” (representantes por América Latina)
“El Congreso mundial de los estudiantes contra la
guerra y el fascismo”
87 IPC, 25-5-1935, No. 22, p. 593 “Open letter to Haya de la Torre”
88 IPC, 24-8-1935, No. 39
Discussion report Ercoli “Oracia (South
America)”
89 IPC, 31-8-1935, No. 42
Reports on the applications for new members of the
CI “Comrade Wang Ming”
LCI, No. 95-96, p. 1399
90 IPC, 19-10-1935, No. 55, pp. 1364-
1365
MACHADO, Louis, “L’idée du front populaire
progresse en Amerique du Sud”
FUENTES: Se consultaron parcialmente las tres colecciones de La Correspondencia Internacional,
identificables por sus abreviaturas LCI (francesa), LCI e (española) e inglesa (IPC).
A continuación presentamos la relación de artículos por países enlistados en orden alfabético y cronológico publicados en La Correspondencia Internacional, la numeración sigue la asignada a los artículos de tenor regional y continental:
ARGENTINA
Código
Fecha
Artículos
91
LCI, 1-1922, No. 1, p. 15.
GHIOLDI, Rodolfo. “Le parti communiste Argentina”
92
LCI, 1-1922, No. 1, p. 22
IAROCHEUSKI. “En Argentine”
93
LCI, 22-10-1922, No. 81, pp.
624-625
PENELON, J.F. / GRECO, J. “Le parti Communiste
Argentine”
94
LCI, 8-6-1923, No. 46, pp.
342-343
NIN, Andrés. “Le fasciste en Argentine”
95
LCI, 6-7-1923, No. 54, pp.
402-403.
GHIOLDI, Rodolfo. “Le fascisme en Argentine”
96
LCI, 29-8-1923, No. 68, p.
514
NIN, Andrés. “En Argentine. La Dernière General”
97
IPC, 4-10-1923, No. 64, p.
718
NIN, Andrés. “The latest general strike in Argentina”
98
LCI, 16-10-1923, No. 82, pp.
626-627
GHIOLDI, Rodolfo. “La question syndicale en Argentine
99
LCI, 17-6-1924, No. 32, p.
370
NIN, Andrés. “La strategie des gréves des libertaires
Argentins”
100
IPC, 19-6-1924, No. 35, p.
356
GHIOLDI, Rodolfo. “The tactics of the Argentina trade
union leaders”
101
IPC, 7-1-1926, No. 1, p. 7
OLLOYER, R. “The Young Communist League of
Argentina and the Death of Comrade Muller”
102
IPC, 19-1-1928, No. 3, pp. 87-
88.
V.R. “The labor movement in Argentina”
103
IPC, 2-2-1928, No. 6, p. 139
FL. E. “The labor movement in Argentina”
104
IPC, 8-11-1928, No. 78, pp.
1462-1463.
VI World Congress of the C.I. (Reply to H- Droz):
“Comrade Ravetto (Argentina)”
105
LCI, 30-8-1930, No. 72, p.
961.
“V Congress ISR: Galves (Argentina)”
106
LCI, 17-9-1930, No. 78, pp.
1046-1047.
PALVE, Enrique. “Le coup d’état en Argentina”
107
LCI, 27-9-1930, No. 81, p.
1073
GANNES, Harry. “Le capital financier des Etats-Unis et
la ‘revolte’ en Argentine.”
108
LCI, 25-7-1931, No. 68, p.
851.
IPC, 30-7-1931, No. 40, p.
744.
GHIOLDI, Rodolfo. “Imperialist contradictions in
Argentina”
109
LCI, 12-8-1931, No. 73, p.
893
IPC, 13-8-1931, No. 42, pp.
781-782.
GHIOLDI, Rodolfo. “The raid on the Soviet Trade
Mission and the persecution of the proletariat in
Argentina”
110
LCI, 29-8-1931, No. 79, p.
948
IPC, 3-9-1931, No. 47, pp.
866-867.
ZEVINE, Z. “The world economic crisis: ‘Argentina
under the control of fish and. . .’ ”
111
LCI, 27-1-1934, No. 7/8, p.
100
“La cellule du frigorifique ‘Anglo’ (Parti Communiste
d’Argentine)”
112
LCI, 10-3-1934, No. 24/25, p.
453
IPC, 9-3-1934, No. 16, p. 402
LCI (e), 16-3-1934, No. 5, pp.
83-84
ALCARAZ, Aurelio. “Argentina’s neutrality in the war
between Bolivia and Paraguay”
113
LCI, 31-3-1934, No. 34/35, p.
639.
LCI (e), 30-3-1934, No. 18,
pp. 364-365.
SOTO, G. “La ‘conspiration communiste’ en Argentine”
114
LCI, 1-6-1935, No. 44-34,
p.655.
“Greve contre les fascistes en Argentina”
115
LCI, 6-7-1935, No. 54-55,
p.782
IPC, 6-7-1935, No. 28, p. 729
RU, año II No. 35, 26-6-1935,
p.7
“Contre le pacte antipopulaire et contre-révolutionaire
de Vargas-Justo”
116
IPC, 17-8-1935, No. 36, p.
947
The discussion of the report of the ECCI to the VII world
Congress “Torres (Argentina)”
117
LCI, No. 104-105, p. 1523
LUCIANO, “Gréve politique contre le gouvernement
fedéral d’Argentine”
118
IPC, 2-12-1935, No. 65, p.
1610-1611
Discussion report Ercoli “Comrade Torres (Argentina)”
119
IPC, 12-12-1935, No. 67, p.
1663
Discussion report Ercoli “Comrade Mora (Argentina)”
BOLIVIA
Código
Fecha
Artículos
120
LCI, 31-8-1927, No. 90, p. 1250
PRAVDA. “A propos de l’Insurrection en Bolivie”
121
IPC, 29-9-1927, No. 55, p. 1226.
S, A. “After the crushing of the revolt in Bolivia”
122
LCI, 5-10-1927, No. 101, p. 1422
GEORGE. “L’ Insurrection en Bolivie”
123
IPC, 20-12-1928, No. 90, pp.
1712-1713
DEUTSCH, G. “Danger of war in South America.
The conflict between Bolivia and Paraguay”
124
LCI, 20-8-1932, No. 69, p. 769
IPC, 18-8-1932, No. 36, pp. 745-
747
MAGGI. “The new war between Bolivia and
Paraguay”
125
LCI, 10-3-1934, No. 24/25, p. 453
IPC, 9-3-1934, No. 16, p. 402
LCI (e), 16-3-1934, No. 5, pp. 83-
84
ALCARAZ, Aurelio. “Argentina’s neutrality in the
war between Bolivia and Paraguay”
126 RU, año I, No. 2,14-12-1934, pp.
8-9
“La guerra entre Bolivia y Paraguay”
127
IPC, 9-2-1935 No.6, pp. 154-155
TORRES, A. “The Conflagration in Chaco”
128
LCI, No. 11/12, p.12.
RU, año II, No.11, 15-2-1935,
pp.13-14.
TORRES, “L’Incende du Chaco”
BRASIL
Código
Fecha
Artículos
129
LCI, 9-8-1922, No. 59, p. 458.
“Le P.C. Brésilien”
130
LCI, No. 36, 1923, pp. 72-73
“El encerrado. Un appel des communistes brésiliens”
131
LCI, 26-1-1923, No. 8, pp. 43-44.
PEREYRA, Astrojildo. “La situation financiere du
Brésil”
132
LCI, 11-4-1923, No. 29, p. 206.
PEREYRA, Astrojildo. “La concurrence Anglo-
Americaine au Brésil”
133
LCI, 28-12-1923, No. 95, p. 732.
LCI, 9-4-1924, No. 21, pp.
230-231.
BRANDAO, O. “Une lettre sur la presse au Brésil”
134 LCI, 19-11-1924, No. 77, pp.
855-856
“P.C. Brasilien. En Amérique medievale; au Brésil
(lettre)”
135
LCI, 3-4-1926, No. 43, pp. 417-
418.
IPC, 1-4-1926, No. 25, p. 394.
D, B. “Letter from Brazil”
136 LCI, 1-9-1926, No. 98, pp. 1093-
1094
“Les dificultés de la propagande communiste au
Brésil”
137
IPC, 9-9-1926, No. ?
BRANDAO, Octavio “…”
138
IPC, 10-5-1928, No. 23, pp. 492-
493
BRANDAO, Octavio. “Persecution of the
revolutionary movement in Brazil”
139
LCI, 30-6-1928, No. 62, p. 724
IPC, 28-6-1928, No. 35, pp. 640-
641.
BRANDAO, Octavio. “The fight between English and
American imperialism in Brazil”
140
LCI, 20-9-1928, No.106, pp.
1131-1132
IPC, 11-9-1928, No. 61, p. 1084-
1085
VI World Congress of the C.I. Continuation of the
discussion of war danger, Ramírez (México) and
González (Brazil)”
141
LCI, 19-10-1928, No. 125, p.
1358
IPC, 25-10-1928, No. 74, pp.
1347-1348
VI World Congress of the C.I. (Reply to H-Droz):
“Comrade Lacerda (Brazil)”
142
IPC, 30-10-1928, No. 76, pp.
1393-1395
VI World Congress of the C.I. (Reply to H- Droz):
“Comrade Cárdenas (México)”
143
LCI, 11-5-1929, No. 39, p. 558
IPC, 17-5-1929, No. 23, pp. 514-
515.
Comunist Party of Brazil. “To the working class of
Brazil”
144
LCI, 28-6-1930, No. 55, p. 636 “Le Parti Communiste du Brésil á propos du
Manifeste du Luis Carlos Prestes”
145
LCI, 28-6-1930, No. 55, p. 636. P.C. do Brésil. “A propos du manifeste du Luis A.
Prestes”
146
LCI, 13-8-1930, No. 68, p. 872
BORODINE, Saul. “La situation politique et le
mouvement ouvrier revolutionaire au Brásil”
147
LCI, 15-10-1930, No. 86, pp.
1110-1111
Latino-Americain. “A propos des évenements du
Brésil”
148
LCI, 15-11-1930, No. 95, p. 122
MAJORSKI, J. “La guerre civile au Brésil et la crise
économique”
149
LCI, 20-6-1931, No. 54, p. 711
IPC, 25-6-1931, No. 33, p. 599.
“Appeal from the Red Aid of Brazil”
150
LCI, 10-9-1932, No. 76, p. 854.
IPC, 1-9-1932, No. 39, pp. 818-
819.
LCI, 9-9-1932, No. 37, p. 461-
462
KOELNER, R. “Insurrection and Civil war in
Brazil”
151
LCI, 21-9-1932, No. 79, p. 889.
IPC, 22-9-1932, No. 42, pp. 883-
884.
LCI, 30-9-1932, No. 40, pp.
496-497
BRANDAO, Octavio. “Preparation for the
partitioning of Brazil”
152
LCI, 28-12-1932, No. 109, p.
1277.
BRANDAO, Octavio. “La vague de gréves au Brésil”
153
LCI, 15-2-1933, No. 13, p. 191.
LCI (e), 17-2-1933, No. 8, pp.
124-125
BRANDAO, Octavio. “Le P. C. du Brasil dans les
gréves”
154
LCI, 31-3-1934, No.34/35, p. 639.
IPC, 20-4-1934, No. 24, p. 624.
LCI, 20-4-1934, No. 20, p. 491
PRESTES, L.C. “The struggle of the peasants in
Brazil”
155
RU, año II, No. 7,18-1-1935, p.
11-12
“El Congreso mundial de los estudiantes contra la
guerra y el fascismo” ( reseña de intervenciones de los
delegados de Brasil y México)
156
LCI, 26-1-1935, No. 7/8, p.113
IPC, 26-1-1935 No. 4, p. 101
“L’assesino de jeune communiste Tobías Varchavski
au Brésil”
157
IPC, 4-5-1935 No. 19, p. 525
“Support the Fight of the Workers Masses of Brazil”
158
LCI, 25-5-1935, No. 42-43, p.
655
IPC, 25-5-1935, No. 22
ZENNEIRO, T.O, “La loi pour la protection de l’Etat
au Brésil”
159
LCI, 6-7-1935, No. 54-55, p. 782
IPC, 6-7-1935, No. 28, p. 729
RU, año II, No. 35, 26-6-1935,
p.7
“Contre le pacte antipopulaire et contrerévolutionaire
de Vargas-Justo”
160 RU, año II No. 35,26-7-1935,
p.5-7
“Manifiesto de la Alianza Nacional Libertadora del
Brasil”
161
IPC, 10-8-1935, No. 34-36
The discussion of the report of the ECCI to the VII
world Congress “Comrade Marques (Brazil)”
162
IPC, 17-8-1935, No. 36, p. 945
The discussion of the report of the ECCI to the VII
world Congress “Lacerda (Brasil)”
163
IPC, 28-8-1935, No. 41
Discussion of the report of the Activities of the ECCI
to the VII world Congress “Comrade Marques
(Brazil)”
164
IPC, 2-12-1935, No. 65, pp.
1601-1603
Discussion report Ercoli “Comrade Lacerda
(Brasil)”
165
LCI, No. 122-123, p.1817
IPC, 21-12-1935, No.70, pp.
1718-1720
“L’Insurrection nationale révolutionnaire au Brésil”
CHILE
Código
Fecha
Artículos
166
IPC, 3-3-1922, No. 17, p. 124
MITELBURG, R. J. “The labor and trade union
movement in Chile”
167
LCI, 21-2-1923, No. 15, pp. 102-
103
RECABARREN, L. “Le Mouvement ouvrier au Chili”
168 LCI, 22-10-1924, No. 72, pp.
796-797
GHIOLDI, Rodolfo. “The military coup d’état in
Chile”
IPC, 29-10-1924, No. 76, p. 847.
169
LCI, 28-2-1925, No. 15, pp. 128-
129
ALBERT, R. Nos. Morts1: “Luis Recabarren”
170
LCI, 19-12-1925, No. 123, p.
1047
IPC, 24-12-1925, No. 89, p.
1354.
“Appeal of the ECCI and the RILU against the mass
murders in Chile”
171
LCI, 26-8-1931, No. 77, p. 926
IPC, 27-8-1931, No. 46, pp. 847-
848.
MOREAU, Albert. “Chilean dictator Ibáñez is
overthrown”
172
LCI, 26-9-1931, No. 87, p. 1013
IPC, 24-9-1931, No. 50, pp. 910-
911.
SINANI, G. “The first lesson of the revolt in Chile”
173
LCI, 10-10-1931, No. 91, p.
1043
MONTEZ, J. L. “Insurrection chilienne”
174 LCI, 30-1-1932, No. 8, p. 87
IPC, 28-1-1932, No. 4, p. 63.
MOREAU, Albert. “The fascist regime of Montero in
Chile”
175 LCI, 11-5-1932, No. 39, p. 408
IPC, 5-5-1932, No. 20, p. 403.
LORENZ, E. “The bankruptcy of Chilean saltpeter
trust”
176
LCI, 15-6-1932, No. 50, p. 537
IPC, 16-6-1932, No. 27, pp. 541-
542.
GHIOLDI, R. “The recent upheaval in Chile”
177
LCI, 25-6-1932, No. 53, p. 583
IPC, 23-6-1932, No. 28, pp. 567-
568.
GHIOLDI, R. “The new dictatorship in Chile”
178
LCI, 13-7-1932, No. 58, p. 639.
LCI (e), 15-7-1932, No. 29, p.
364
CH, M. “Les soviets au Chili”
179
LCI, 23-11-1932, No. 98, p.
1124.
LCI, 25-11-1932, No. 59, p.
626
C, L. “Les résultat des élections presidentielles au
Chili”
180
IPC, 7-4-1933, No. 16, p. 368 GREENE, E. P. “The liquidation of the COSACH: a
blow at American imperialism in Chile”
181
LCI, 1-6-1933, No. 52, p. 656.
IPC, 30-6-1933, No. 29, p. 631.
LC I(e), 7-7-1933, No. 28, p. 444
GREENE, E. P. “Fascist methods in Chile”
182
LCI, 15-12-1933, No. 98-99
SINAI, G. “A Cuba se constituent les soviets”
183
LCI, 28-7-1934, No. 60/70, p.
1117.
IPC, 3-8-1934, No. 42, pp. 1078-
1079.
LCI (e), 3-8-1934, No. 41, pp.
801-802
GHIOLDI, Rodolfo. “The situation in Chile”
184
IPC, 17-8-1935, No. 36, p. 949 The discussion of the report of the ECCI to the VII
world Congress “Borges (Chile)”
185
LCI, 14-9-1935, No. 80-81, p.
1021
IPC, 7-9-1935, No.4 3, pp. 1115-
116
“La premiere victoire dans la lutte pour le front
unique au Chili”
186
IPC, 2-12-1935, No. 65, p. 1622
Discussion report Ercoli “Comrade Borges (Chile)”
COLOMBIA
Código
Fecha
Artículos
187 IPC, 8-11-1928, No. 78, pp.
1457-1458
VI World Congress of the C.I. (Reply to H- Droz):
“Comrade Cárdenas (Colombia”
188
IPC, 3-1-1929, No.1, pp. 5-6 MARTÍNEZ and HARVEY. “The background of the
struggle in Colombia”
189
LCI, 3-9-1930, No. 74, pp. 1017-
1018
V Congreso ISR: “Pérez (Uruguay), Ganot
(Colombia), Fernández (Cuba)”
190
IPC, 16-7-1931, No. 38, pp. 718-
719.
MOREAU, Albert. “The meaning of the Girardot
strike in Colombia”
191
IPC, 8-10-1931, No. 52, p. 947
MOREAU, Albert. “Unemployment demonstration in
the Colombian Congress”
192
LCI, 15-4-1933, No. 29/30, p. 395 GREENE, E. P. “Le conflict entre la Colombia et le
Pérou”
193
LCI, 19-8-1933, No. 66/67, p. 801 PEREZ, J. “L’armistice entre la Colombie et le
Pérou”
194
LCI, No. 15-16, p. 272
IPC, 23-2-1935, No. 8, p. 228-
229
“The Tension between Colombia and Venezuela”
195
LCI, 26-10-1935, No. 98-99, p.
1439
IPC, 24-9-1935, No. 36, p. 1217-
1818
OTT, Peter. “Lettre de Colombie”
CUBA
Código
Fecha
Artículos
196
LCI, 8-10-1927, No. 102, pp.
1440-1441
IPC, 13-10-1927, No. 57, p.
1273.
KORSUNSKY. “Persecution of the labor movement in
Cuba”
197
IPC, 24-5-1928, No. 28, p. 523
GORKIN. “White terror in Cuba”
198
IPC, 23-11-1928, No. 83, p.
1579
CEIC. “Resolution on the admittance of Communist
Parties of Cuba”
199
IPC, 25-1-1929, No. 5, p. 80
“Protested by League against Imperialism the murder
of Antonio Mella”
200
LCI, 23-1-1929, No. 7, p. 80
Nos Morts: “Julio Antonio Mella”
201
IPC, 1-2-1929, No. 6, p. 95
“Declaration of the CEC of the Workers (communist)
Party of America on the murder of Julio Antonio
Mella”
202
IPC, 1-2-1929, No. 6, p. 96
MARTINEZ, R. A. “Assassination of J. A. Mella by
agents of Yankee Imperialism”
203
LCI, 1-5-1929, No. 36, p. 50
IPC. 3-5-1929, No. 21, pp. 445-
446.
RAOUL. “The crisis of the Machado dictatorship in
Cuba”
204
LCI, 22-1-1930, No. 7, p. 155
FOSTER, William, Hernan “Le III Congrés du Parti
communiste cubain ”
205
LCI, 15-2-1930, No. 14, p. 142
FERRAGUT. “L’Impérialisme yankee á Cuba”
206
IPC, 27-2-1930, No. 11, pp. 194 GANNES, Harry. “The sugar lobby scandal and the
USA imperialist banker’s control of Cuba”
207
IPC, 6-3-1930, No. 12, p. 204 MOREAU, Albert. “Under the Wall Street Machado
regime in Cuba”
208
LCI, 28-6-1930, No. 55, p. 642
IPC, 3-7-1930, No. 31, pp. 562-
563.
FERRAGUT. “The Cuban nationalists as instruments
of yankee imperialism”
209
LCI, 3-4-1930, No. 74, p. 1018
V CONGRESS ISR: Fernandez (Cuba)
210 LCI, 3-9-1930, No. 74, p. 1017-
1018
V Congreso ISR: “Pérez (Uruguay), Ganot
(Colombia), Fernández (Cuba)”
211
IPC, 22-1-1931, No. 3, pp. 62-63 The second anniversary of the murder of Antonio
Mella”
212
LCI¸ 1931, No. 36, p. 508 RAOUL. “La crise de la dictadura de Machado a
Cuba”
213
IPC, 20-8-1931, No. 44, pp. 811-
815
MORALES, Pedro. “The events in Cuba”
214 IPC, 17-9-1931, No. 49, pp. 900-
902
MORALES, Pedro. “Chadbourne sugar plan increases
cuban workers misery”
215
LCI, 29-4-1933, No. 33/34, p.
450
IPC, 28-4-1933, No. 19, p. 433
“Against the persecution of revolutionaries in Cuba”
216
LCI, 27-5-1933, No. 41/42, p.
519
IPC, 12-5-1933, No. 21, p. 466.
GREENE, E. P. “The revolutionary upsurge in Cuba”
217
LCI, 3-6-1933, No. 43/44, p. 542
IPC, 2-6-1933, No. 24, p. 536.
FRANCISCO. “Welles: an outspoken Wall Street
emissary to Cuba”
218 IPC, 11-8-1933, No. 35, pp. 776-
777
FRANCISCO. “The fight for the unemployed in
Cuba”
219
LCI, 19-8-1933, No. 66/67, p.
798.
IPC, 18-8-1933, No. 36, pp. 782-
783.
LCI, 25-8-1933, No. 35, p.
552
PEREZ, J. “The revolutionary upheaval in Cuba”
220
IPC, 8-9-1933, No. 39, pp. 847-
849
GREENE, E. P. “Nine years of Machado in Cuba”
221
LCI, 2-9-1933, No. 70-71, p.
860.
IPC, 8-9-1933, No. 39, pp. 848-
849.
LCI (e), 8-9-1933, No. 38, pp.
610-611
“Manifesto of the CC of the CP of Cuba and the YCL
of Cuba”
222
LCI, 11-9-1933, No. 75-76
IPC, 15-9-1933, No. 41, pp. 884-
886.
LCI (e), 15-9-1933, No. 39, pp.
622-624
GOMEZ, J. “The revolutionary events in Cuba and
tasks of the CP”
223
LCI, 23-9-1933, No. 77/78, p. 9.
IPC, 22-9-1933, No. 42, p. 908.
LCI, 20-9-1933, No. 41, pp.
661-663
BOSSE, A. G. “Cuba’s second revolution”
224
LCI, 7-10-1933, No. 81/82, p.
1006
IPC, 6-10-1933, No. 44, pp. 961-
962
“Support the emancipation struggle of the toilers of
Cuba”
225
IPC, 6-10-1933, No. 44, p. 962
“Support the Cuban masses”
226
IPC, 6-10-1933, No. 44, p. 980
BOSSE, A. G. “The Cuban revolution”
227
LCI, 1933, No. 66/67, p. 798
SINANI, G. « A Cuba se constituent les soviets »
228
LCI, 1933, No. 72/73, p. 895
P.C. des E. U. “Une déclaration a popu des événements
de Cuba”
229
LCI, 28-10-1933, No. 87/88, p.
1064.
IPC, 27-10-1933, No. 47, p.
1036.
LCI, 3-11-1933, No. 47, p.
756
“The further development of the revolution in Cuba
and American Imperialism”
230
LCI, 11-11-1933, No. 91/92, p.
1131.
LCI (e), 17-11-1933, No. 49, p.
800.
“Appel du Secours Rouge du Cuba”
231
LCI, 18, 11, 1933, No. 93/94, p.
1148.
IPC, 17-11-1933, No. 50, p.
1113.
LCI (e), 3-11-1933, No. 47, p.
756
“The situation in Cuba”
232
LCI, 2-12-1933, No. 98/99, p.
1207
IPC, 8-12-1933, No. 54, p. 1218-
1219.
SINANI, G. “Soviet spring in Cuba”
233
LCI, 14-4-1934, No. 38/39.
IPC, 23-3-1934, No. 19, pp. 484-
485.
LCI, 20-4-1934, No. 23, p.
491
GREENE, P. “The bloody Mendieta government in
Cuba”
234 IPC, 4-5-1934, No. 27, pp. 707-
708
BYCHOVSKY. “On the weakness of the Communist Party press in Cuba”
235
LCI, 15-6-1934, No. 56/57
IPC, 15-6-1934, No. 34, pp. 909-
910.
VALENCIA, Manuel. “The second party congress of the CP of Cuba”
236
LCI, 6-7-1934, No. 36, pp.
729-730
“El primero de Mayo en Cuba”
237
IPC, 13-7-1934, No. 39, p. 1012 PATTERSON, William L. “The Convention of the
Cuban IRA”
238 LCI, 28-7-1934, No. 69/70, p.
1133
“Lettre au Comité Exécutive de L’Internationale
Communiste (PC de Cuba)”
239
LCI, 1-12-1934, No. 107-108, p.
1760
IPC, 24-11-1934, No. 59, p.
1572.
GREENE, E. P. “Shaky position of the Mendieta
Government in Cuba”
240 IPC, 30-3-1935, No. 14, p. 379-
481
“An Appeal of CP of Cuba ”
241
LCI, 30-3-1935, No. 26-27, p.
436
RU, año II, No. 19, 5-4-1935,
pp.13-14
BOSSE, A.G. “La grève générale á Cuba”
242
IPC, 10-8-1935, No. 34, p. 881
Discussion of the report of the ECCI “Comrade Marín
(Cuba)”
243
LCI, 17-8-1935, No. 67-68, p.
974
IPC, 31-8-1935, No. 42, p. 1090
KOMOROVSKI, Conrad,”Expulsé de Cuba”
244
IPC, 10-10-1935, No. 52, pp.
1301-1302
The discussion of the report of the ECCI to the VII world Congress “Marín (Cuba)”
245 IPC, 21-11-1935, No. 62, pp.
1540-1541
Discussion report Ercoli “Comrade Bueno (Cuba)”
246
LCI, , 14-12-1935, No. 119-120,
p. 174
IPC, 14-12-1935, No. 68, p.
1684-1685
KOMOROVSKI, Conrad, “La terreur á Cuba”
DOMINICANA
Código
Fecha
Artículos
247
LCI, 8-3-1930, No. 22, p. 249
IPC, 6-3-1930, No. 12, p. 202.
L, M. “The insurrectionary movement in Santo
Domingo”
ECUADOR
Código
Fecha
Artículos
248
LCI, 25-9-1928, No. 109, pp.
1181-1183
IPC, 25-9-1928, No. 66, pp.
1176-1178
VI World Congress of the C.I. Reply to Bujarin on
Draft Programme: “comrade Ricardo Paredes
(Ecuador)”
249 IPC, 25-10-1928, No.74, pp.
1349-1351
VI World Congress of the C.I. (Reply to H-Droz):
“Comrade Paredes (Ecuador)”
250
IPC, 8-9-1932, No. 40, p. 481
KOLNER, R. “The rising in Ecuador”
251
LCI, 15-9-1934, No. 83/84, p.
1332.
IPC, 14-9-1934, No. 48, pp.
1252-1253.
LCI, 21-9-1932, No. 48, p. 921
PAREDES, Ricardo A. “The revolutionary movement of the proletariat in Ecuador”
EL SALVADOR
Código
Fecha
Artículos
252
IPC, 17-3-1932, No. 13, pp. 255-256
RODRIGUEZ, O. “The uprising in Salvador and our immediate tasks”
GUATEMALA
Código
Fecha
Artículos
253
IPC, 9-6-1922, No. 46, p. 348
“The communists of Guatemala to the Communist
Party of Mexico”
254
IPC, 13-11-1922, No. 98, p. 783
STIRNER, Alfred. “From Guatemala”
112
Ricardo Melgar B., La Hemerografía cominternista y América Latina, 1919-1935. Señas, giros y
presencias; Revista www.izquierdas.cl, 9, abril 2011, 79-136
255
LCI, 18-11-1922, No. ? p. 675 STIRNER, Alfred. “Dans un coin perdu de
L’Amérique Centrale: au Guatemala”
256
LCI, 18-9-1929, No. 89, p. 1216
“Le mouvement ouvrier au Guatemala”
HAITÍ
Código
Fecha
Artículos
257
IPC, 30-6-1922, No. 56, p. 412
JONES, D. Ivan. “American Imperialism and the
Negro”
258
LCI, 18- 9-1929, No. 89, p. 1216.
IPC, 18-10-1929, No. 60, pp.
1306-1307.
ROSEMOND, Henry Ch. “USA Imperialism in
Haití”
258
LCI, 28-12-1929, No. 126, pp.
1674
IPC, 27-12-1929, No. 71, pp.
1487-1488.
WILSON, William. “The revolt in Haití”
259
LCI, 4-1-1930, No. 1, p. 5
“Les victimes du mouvement insurrectionnel á Haití”
260 IPC, 6-2-1930, No. 6, pp. 102-
103
GANNES, Harry. “Haití and the struggle against
USA Imperialism”
HONDURAS
Código
Fecha
Artículos
261
LCI, 9-12-1933, No.100-101 PEREZ I. “Le Honduras sous le jong de
l´Imperialisme ”
XICO
Código
Fecha
Artículos
262
LCI, 11-3-1922, No. 19, p. 146 STIRNER, Alfredo. “Le mouvement ouvrier au
Mexique”
263
IPC, 9-6-1922, No. 46, p. 348 “The Communist Party of Mexico to the workers and
peasants of Guatemala”
254
LCI, 1922, No. 84, pp. 926-927 STIRNER, H. “La situation au Mexique at la lutte
contre l´Eglise catholique”
265
IPC, 5-4-1923, No. 31, p. 250
“The trade union movement in Mexico”
266
IPC, 26-4-1923, No. 34, p. 293.
NIN, Andrés. “Labor movement in Mexico”6
267
LCI, 6-4-1923, No. 28, pp. 194-
200
ISR. “La lutte de classes au Mexique”
268
LCI, 8-6-1923, No. 46, pp. 1028-
1029
LABORDE, H. “Le fascisme menace le Mexique ”
269
LCI, 29-8-1923, No. 68, p. 870
PICK. “La situation au Mexique et le rôle des socialfascistes

270
IPC, 14-2-1924, No. 11. p. 78
PEPPER, John. “United Status war on Mexico looms
up”
271
LCI, 9-4-1924, No. 21, p. 438
LABORDE, H. “Le fascisme menace le Mexique ”
272
LCI, 9-4-1924, No. 21, pp. 228-
229
STIRNER, A. “Au Mexique”
273
LCI, 14-4-1924, No. 38, p. 488
H. LOEWEN “Le paix du pétrole entre les Etats-Unis
et le Mexique”
274
IPC, 24-7-1924, No. 48, p. 501
WOLFE, Bertrand. “V World Congress.
Continuation of discussion on report of the executive:
Comrade Wolfe (México)”
275
IPC, 5-8-1924, No. 55, p. 579
WOLFE, Bertrand. “V World Congress. Report of
comrade Kolarov on the agrarian question: Comrade
Wolfe (México)”
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International”
6 Reproducido en: Internacional Sindical Roja, No. 24, abril y mayo de 1923, pp. 54-56
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278 LCI, 6-1925, No. 64, pp. 1453-
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“México. . . (¿)”
285
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LCI, 10-9-1927, No. 94, p. 1327
WOLFE, Ella G. “La situation au Mexique”
7 ¿J.Vilenkin o Wilenkin es un pseudónimo o es la misma persona que bajo el nombre IA. Vilenkin publicó
¡Amerikanskii imperializm y revoliutsiia v Nikaragua” en Bol’shevik (Moscow) N°10: May 1929?
289
LCI, 5-11-1927, No. 111, pp.
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IPC, 27-10-1927, No. 60, p.
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293 IPC, 8-8-1928, No. 46, p. 819-
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VI World Congress of the C.I.: “Speeches of Lacerda
(Brazil), Carrillo (México) and Sala (Uruguay)”
294
LCI, 1928,No. 152, p. 1787 “Les différends entre la fédération syndicale et le
gouvernent au Mexique”
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CORK, Jane. “Class forces in México”
296
LCI, 20-9-1928, No.106, pp.
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IPC, 11-9-1928, No. 61, pp.
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VI World Congress of the C.I. Continuation of the
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González (Brazil)”
297
LCI, 20-11-1928, No. 139, p.
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IPC, 8-11-1928, No. 78, pp.
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VI World Congress of the C.I. (Reply to H- Droz):
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298
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“The Mexican trade unions and the Portes Gil
government”
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LCI, 6-2-1929, No. 11, p. 114
“Un village d’enfants du sol au Mexique”
300
LCI, 9-2-1929, No. 12, p. 128
“La conférence syndicale au Mexique”
301
LCI, 16-3-1929, No. 24, p. 313
WOLFE, B. D. “L’insurrection au Mexique”
302
IPC, 29-3-1929, No. 16, pp. 316-
317
“The creation of a Worker’s and Peasant’s Bloc in
México”
303
LCI, 10-4-1929, No. 30, p. 408
“Offensive contre le P.C. du Mexique”
304 LCI, 10-4-1929, No. 30, pp. 407-
408.
RAOUL. “La défaite de la réaction au Mexique”
305 IPC, 12-4-1929, No. 18, pp. 365-
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WOLFE, Bertrand D. “The Mexican Revolution
‘ends’ ”
306 LCI, 4-5-1929, No. 37, p. 524
IPC, 10-5-1929, No. 22, p. 478
DIAZ RAMIREZ, Manuel. “The Mexican Revolution
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LCI, 24-5-1929, No. 44, p. 629
“Les terreur contre les chefs paysans au Mexique”
308
LCI, 24-5-1929, No. 44, p. 629 LEE, Jack. “La lutte pour l´achèvement de la
révolution bourgeoise-nationale au Mexique ”
309
LCI, 15-5-1929, No. 40, p. 575
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GARCIA, María del Refugio. “The women in the
class fights in México”
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LCI, 1929, No. 47, p. 685
IPC, 7-6-1929, No. 27, p. 604
VOLSKI, Andrei. “Our martyrs: Guadalupe
Rodríguez”
311 LCI, 1929, No. 37, p. 524 « La Révolution Mexicaine et les paysans »
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LCI, 8-6-1929, No. 48, p. 1073
“D´importants congrès se terminent au Mexique ”
313
LCI, 8-6-1929, No. 48, p. 698
LOZOVSKI, A. “Le Congrès des Syndicats de
l’Amérique Latine”
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LCI, 15-6-1929, No. 50, p. 735 BANDERAS, Diego. “La persécution du mouvement
paysan au Mexique”
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LCI, 16-6-1929, No. 51, p. 749
“Persécutions féroces contre mouvement mexicain”
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LCI, 29-6-1929, No. 54, p. 795.
IPC, 5-7-1929, No. 32, pp. 704-
705
DIAZ RAMIREZ, Manuel. “The white terror in
México”
317
LCI, 17-7-1929, No. 60, pp. 855-
856
IPC, 19-7-1929, No. 34, pp. 732-
733.
“Against fascist reaction in México”. Appeal of the
C.I. to the workers and peasant of México and the
whole world.
318
LCI, 19-7-1929, No. 30
LABORDE, Hernán. ¿Por qué fui desaforado?
319
LCI, 16-9-1929, No. 89, p. 1217.
IPC, 20-9-1929, No. 52, p. 1133
“The presidium of the International Peasant Council
to the National Peasant League of México in
Veracruz”
320
LCI, 4-1-1930, No. 1, p. 5
“Les persécutions au Mexique”
321
LCI, 1930, No. 6, p. 127
“Le Congrès du Parti communiste mexicain ”
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IPC, 23-1-1930, No. 4, pp. 68-69
“Against terror, reaction and betrayal in México”
323 LCI, 1-2-1930, No. 10, pp. 112-
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PRAVDA. « La rupture des relations entre le
Mexique et l´Union Soviétique »
324
LCI, 15-2-1930, No. 14, p. 139.
IPC, 13-2-1930, No. 7, pp. 118-
119
“Against the fascist government in México which is
imprisoning and murdering the communist
functionaries”
“Contre le gouvernement fasciste du Mexique!”
325
LCI, 5-3-1930, No. 20, p. 425 “Il n´y a pas de place au Mexique pour l´espion
fasciste Trotski ”
326
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225.
IPC, 6-3-1930, No. 12, pp. 203-
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break with the Soviet Union”
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exproprie les magnats du pétrole”
328
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V Congreso ISR: “Roja (México), Urso (Paraguay)”
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WICKS, H. M. “Les progrès de la révolution
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LCI, 27-8,1930, No. 71, p. 94
V CONGRES ISR: Rojas (Mexique)
333
LCI, 30-8-1930, No. 72, pp. 951-
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IPC, 4-9-1930, No. 41, pp. 859-
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LABORDE, Hernán. “The political situation in
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ROJO, S. “Le carnage de Matamoros”
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IPC, 18-9-1930, No. 43, pp. 904-
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MOREAU, Albert. “War clouds in Mexican horizon”
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GOMEZ, J. “The Work in a factory nucleus and its
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IPC, 18-8-1932, No. 36, p. 764
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Código
Fecha
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Código
Fecha
Artículos
362
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LES nouveaux présidents de Panamá et du
Paraguay”
PARAGUAY
Código
Fecha
Artículos
364
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367
LCI, 27-8-1930, No. 71, pp. 946-
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V Congreso ISR: “Roja (México), Urso (Paraguay)”
368
LCI, 2-7-1932, No. 55, p. 614
LCI, 6-7-1932, No. 28, p. 358
LES nouveaux présidents de Panamá et du
Paraguay”
369
LCI, 20-8-1932, No. 69, p. 769
IPC, 18-8-1932, No. 36, pp. 745-
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Paraguay”
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LCI (e), 6-10-1933, No. 42, pp.
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d’Assomption)
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LCI, 10-3-1934, No. 24/25, p. 453
IPC, 9-3-1934, No. 16, p. 402
LCI (e), 16-3-1934, No. 5, pp. 83-
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RU, año I, No. 2,14-12-1934, pp.
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TORRES, A. “The Conflagration in Chaco”
PERÚ
Código
Fecha
Artículos
374
LCI, 13-3-1926, No. 32, pp. 287-
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LCI, 21-7-1926, No. 84, p. 927
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LCI, 11-6-1932, No. 49, p. 534
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LCI (e), 3-6-1932, No. 22, pp. 271-
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LCI, 15-4-1933, No. 29/30, p. 395
GREENE, E. P. “Le conflit entre la Colombie et le
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379
LCI, 19-8-1933, No. 66/67, p. 801
PEREZ, J. “L’armistice entre la Colombie et le
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IPC, 25-5-1935, No. 22, p. 593
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Código
Fecha
Artículos
382
IPC, 18-6-1931, No. 32, p. 579-588 BELL, John. “The tasks of the Communist in Porto
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384
LCI, 1-6-1935, No. 44-45, p. 658
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WEIENMMAN, Samuel, “Exploitation des
ouvrières de la confection a Porto Rico”
URUGUAY
Código
Fecha
Artículos
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PINTOS, F. R. “Le Parti Communiste de l’Uruguay”
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Ricardo Melgar B., La Hemerografía cominternista y América Latina, 1919-1935. Señas, giros y
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VI World Congress of the C.I.: “Speeches of Lacerda
(Brazil), Carrillo (México) and Sala (Uruguay)”
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“The communist struggle in trade unions of
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795
GEORGE, Harrison. “For the unity of the trade
union movement. The Western Marine Worker’s
Conference at Montevideo”
394
LCI, 1926, No. 84
GEORGE, Harrison, “La Conférence des marins et
dockers de Montevideo”
395
IPC, 30-10-1928, No. 76, pp.
1400-1401
VI World Congress of the C.I. (Reply to H- Droz):
“Comrade Sala (Uruguay)”
396
LCI, 1-9-1928, No. 96, p. 1034
IPC, 16-11-1928, No. 80, pp.
1505-1506.
SALA, L. “The communist movement in Uruguay”
397
LCI, 3-4-1930, No. 74, p. 1017
V Congres ISR: Pérez (Uruguay).
398
LCI, 3-9-1930, No. 74, pp. 1017-
1018
V Congreso ISR: “Pérez (Uruguay), Ganot
(Colombia), Fernández (Cuba)”
399
LCI, 15-8-1931, No. 74, p. 903
MORALES, Pedro. “L’accroissement de la misère
dans la Suisse Américaine”
124
Ricardo Melgar B., La Hemerografía cominternista y América Latina, 1919-1935. Señas, giros y
presencias; Revista www.izquierdas.cl, 9, abril 2011, 79-136
400
LCI, 29-9-1933, No. 41, pp.
663-664
GONZALEZ ALBERDI, Paulino. “El Partido
Comunista del Uruguay ha celebrado un importante
pleno”
401
IPC, 14-9-1934, No. 48, p. 1265
“Demonstration of behalf of Comrade Rakosi in
Montevideo”
VENEZUELA
Código
Fecha
Artículos
402
LCI, 20-10-1926, No. 113, p.
1274
IPC, 21-10-1926, No. 68, pp.
1180- 1181.
KORSUNSKY, George. “The white terror. The deeds
of horror in Venezuela”
403 IPC, 25-10-1928, No. 74, pp.
1367-1368
VI World Congress of the C.I. (Reply to H- Droz):
Comrade Martínez (Venezuela)”
404
LCI, 19-6-1929, No. 53, p. 749
IPC, 21-6-1929, No. 29, p. 640.
VRIES, A. de. “The incident of Curaçao ”
405
LCI, 26-6-1929, No. 53, p. 778
VANTER, Gerad. “Le conflit de Curaçao ”
406
IPC, 26-5-1933, No. 23, p. 514
“Act for the victims of terror in Venezuela”
407
LCI, 3-6-1933, No. 43/44, p. 542
IPC, 16-6-1933, No. 26, pp. 562-
563.
IMAR, Elisa. “The twenty-fifth year of the
dictatorship of Juan Vicente Gómez”
408
LCI, No. 15-16, p. 272
IPC, 23-2-1935, No. 8, p. 228-
229
“The Tension between Colombia and Venezuela”
409
LCI, 9-3-1935, No. 20-21
IPC, 9-3-1935, No. 10, p. 297
HARMAN, Luis, “La libération des emprisonnes
politique au Venezuela”
410
IPC, 12-12-1935, No. 67, p. 1668
Discussion report Ercoli “Comrade Rivas
(Venezuela)”
411
IPC, 12-12-1935, No. 67, p. 1668
Discussion report Ercoli “Comrade Rivas
(Venezuela)”

La Correspondencia Sudamericana (1926-1930), órgano del Secretariado
Sudamericano de la Internacional Comunista, editado en Buenos Aires. La influencia de Penelón, Codovilla, Gonzáles Alberdi, y los hermanos Ghioldi, es decisiva en la orientación de dicho órgano en sus dos épocas. El peso de la Sección Argentina no admite rival. Entre 1928-1930 hay manifestaciones evidentes de su confrontación con la Sección Mexicana que demandaba una mayor autonomía en sus decisiones políticas.

LCS comenzó a editarse el 15 de abril de 1926 como quincenario, periodicidad que mantuvo casi constante hasta la publicación de su número extraordinario de junio de 1930, con el cual cierra su ciclo de existencia. Su historia se divide en dos épocas: la primera se corresponde con el espíritu del V Congreso y de los VI, VII, VIII y IX Plenos del CEIC, expresando cierta flexibilidad con sus colaboradores (p. ej. Víctor Raúl Haya de la Torre) y los movimientos y reivindicaciones populares sin dirección comunista. La segunda época
traduce la línea izquierdista del VI Congreso, el X Pleno de la I.C., y las directivas de la Primera Conferencia Comunista Latinoamericana realizada en el curso del mes de junio de 1929.
Nombre de la
publicación
Número
Fecha
Editoriales
La correspondencia
Sudamericana
25 15-06-1927 “La Guerra que viene”
26 30-06-1927 “Nuestro Deber”
27 15-07-1927 “El Peligro Inminente”
28 31-07-1927 “La Lucha Antiimperialista”
29 15-08-1927 “Contra el Partido Comunista”
30-31 15-09-1927 “La Segunda Internacional y la guerra
imperialista”
II Época
1 01-08-1928 “Dos Palabras”
2 15-08-1928 “Sacco y Vanzetti”
3 31-08-1928 “La doctrina Monroe”
4 15-09-1928 “La pregunta de Costa Rica: Sociedad de
Naciones versus Unión Panamericana”
5 30-09-1928 “Los sucesos de Colombia: A las masas
trabajadoras de la América Latina”
6 15-12-1928 “¡Abajo el imperialismo! A propósito del viaje de Hoover”
7 19-01-1929 “Agentes de Machado. Ejecutores del imperialismo, asesinaron a Julio A. Mella”
8 30-01-1929 “Hoover-Irigoyen”
9 01-04-1929 “La Revolución Mejicana”; Convocatoria a la I Conferencia Comunista Latinoamericana”
10 30-04-1929 “La proposición de Sandino al Presidente argentino”
11 05-05-1929 “La situación chilena”
12-13-14 -05-1929 “Primera Conferencia Comunista Latinoamericana”
15 -08-1929 “La importancia de la Primera Conferencia Comunista Latinoamericana”
16 08-1929 “Jornada Internacional del 1ro. de Agosto”
17 23-08-1929 “Llamado del Secretariado Sudamericano
de la I.C. a las masas trabajadoras de
América Latina con motivo de la jornada
antiimperialista”
18 20-09-1929 “SSA de la IC. Carta abierta a los Partidos
Comunistas de la América Latina sobre los
peligros de derecha”
19 15-10-1929 “El X Plenum del C.E. de la I.C.”
20 01-11-1929 “El Plan Quinquenal de la URSS”
21 20-11-1929 “Bajo el signo de la Autocrítica”
22 01-12-1929 “La aplicación mundial de la nueva línea”
23 31-12-1929 “Plebiscitos Dictatoriales”
24 15-01-1930 “El Fascismo Mexicano”
25 15-02-1930 “Contra la Desocupación”. Instrucciones
del S.S.A. de la I.C.”
26 01-05-1930 “La situación política y los deberes de
nuestros partidos”
27 25-06-1930 “El Plenum Ampliado del Secretariado
Sudamericano de la Internacional
Comunista”
FUENTE: Colecciones de la Biblioteca “José Aricó” de la Universidad Nacional de Córdoba, Argentina; CEDINCI de
Buenos Aires, y CEMOS de México, D.F.

Revista Comunista (1930-1931), órgano del Secretariado Sudamericano de la
Internacional Comunista, editada en Montevideo. La influencia de Codovila, González Alberdi y los hermanos Ghioldi persiste y con ello la hegemonía de la Sección Argentina se consolida. Traduce la línea de la II Conferencia Comunista Latinoamericana de mediados de 1930 y el XI Pleno del CEIC.
El centralismo y la inflexibilidad política se expresaron número a número, artículo a artículo, en su corta existencia. Su primer número salió en Montevideo en septiembre de 1930; el No. 2 en enero-febrero de 1931; el No. 4-5 en mayo-junio de 1931, y el No. 6 y último a fines de 1931. Su irregular periodicidad y distribución contrastan con los atributos del órgano precedente.

La represión y clandestinidad de las secciones nacionales de la IC en la región, aunadas a la línea vanguardista a la que adherían, contribuyeron a su pronto
fracaso. Sus pretensiones de pasar de la prensa de información a la prensa teórica del movimiento comunista latinoamericano como parte del proceso de bolchevización anunciado el 1o. de mayo de 1930 en LCS, No. 26, no pasó de ser una lírica declaración de propósitos. En dicho texto afirmaban:
. . .el S.S.A. pasa a ser en los hechos el director del movimiento
comunista latinoamericano: es esto mismo lo que obliga a transformar
nuestro órgano. Pues si antes podía ser la expresión de una necesidad
revolucionaria manteniendo la información y la coordinación
simplemente, del movimiento continental, hoy no puede ayudar
realmente a dicho movimiento en su actual etapa de desarrollo sin
proceder al análisis leninista de cada problema suscitado por la
revolución.8
Nombre de la
publicación
Número
Fecha
Editoriales
Revista
Comunista
1 -09-1930
2-3 01 y 02-1931 “Por la formación de los partidos”
4-5 05 y 06-1931
6 -12-1931
FUENTES: Biblioteca del autor y del CEDINCI
8 La Correspondencia Sudamericana (Buenos Aires) Nº 26, 1º de Mayo de 1930

Mundo Obrero (1931-1933), dedicado al “Movimiento Proletario Revolucionario y a la Liberación Nacional”, especialmente de los países del Caribe. Se comenzó a editar en Nueva York como mensuario a partir de julio de 1931. Hemos podido consultar su publicación hasta el No. 27 que corresponde al mes de diciembre de 1933, lo que indica solvencia en su regularidad. Su publicación se corresponde parcialmente con las directivas
emanadas del XI y XII Plenos del CEIC. Nos revela una mayor flexibilidad aproximándola más a la primera época de LCS. En los hechos, reemplazó a la Revista Comunista como prensa oficial del movimiento comunista latinoamericano adherido a la IC.

Si bien en la revista hay un énfasis en las cuestiones del Caribe, queda claro que no descuidaron su atención sobre el curso de las luchas particulares emprendidas por las secciones sudamericanas de la IC.

Una lectura analítica de la línea editorial de MO podría dar mayores luces sobre el papel y posición del Buró del Caribe frente a los problemas de su área y de la región en su conjunto. En su primer consejo editorial figuran: Hernán Laborde (México); Leonardo Sánchez, Rubén Martínez Villena (Cuba); Michael Gold, John Dos Passos (EE.UU.); Gustavo Machado (Venezuela); Luis Vidales, Inés Martell (Colombia) y Farabundo Martí (Centro América).
Publicación
Número
Mundo Obrero
1 01-08-1931 “Arrojaremos al imperialismo de la región del Caribe.
¡Hagamos de Mundo Obrero un órgano de masas!
2 01-09-1931 “Rompamos el terror fascista en el Caribe”
3
01-10-1931
“De la vida en la Unión Soviética”
4
01-11-1931
A. Montero. “El terror en Santo Domingo contra el
naciente movimiento revolucionario”
5 -12-1931 E. Negro. “Las próximas luchas revolucionarias y las
tareas de los comunistas en El Salvador”
6 -01-1932 “El Golpe de Estado en El Salvador”
7
-02-1932 Leon Vivaldi. “Lucha contra el terror en el Caribe”
8
-03-1932
“Los levantamientos de masas en El Salvador”
9
-04-1932
“León Vivaldi. Se acentúa el terror en contra del
movimiento Revolucionario en el Caribe”
10
-05-1932
“La lucha contra la guerra en los países del Caribe”
11
-06-1932
Octavio López. “Bajo el régimen del terror en
Venezuela”
12
07-1932
Juan del Campo “Las masas campesinas de México en
la lucha”
13
08-1932
Pio Dávila. “Construyamos el movimiento de los
pioneros rojos en el Caribe”
14
09-1932
“L. Rojas. La Huelga de Inquilinos en Panamá”
15
10-1932
“Conflictos de Guerra imperialista en América del Sur”
16
11-1932
J. Marcel. “El Partido Comunista de Cuba y las
elecciones”
17
12-1932
Pierre Leiva. “Haití. La situación actual y las luchas de
las masas”
18
01-1933
F. Ibañez Miguelez. Las masas en Cuba en la lucha
contra el hambre y el terror
19
02-1933
Alberto Sánchez. “El Congreso Mundial del S.R. y las
secciones de los Países del Caribe”
20-21
03 y 04-1933
Pío Dávila. La traición de Sandino a la lucha
antiimperialista”
22
05-1933
La lucha Anglo-Yanqui en el Conflicto Colombo-
Peruano
23
06-1933
Pedro. A, Coloma. “Panamá: centro de preparativos
para la guerra imperialista”
24
07-1933
La intensificación del Terror en los Países del Caribe
25
08 y 09-1933
Dora Zucker. Costa Rica entra en la arena de las luchas
revolucionarias”
26
10 y 11-1933
Eduardo Viamonte. “La Revolución Cubana en
marcha”
27
12-1933
“Notas Editoriales”
FUENTES: Bibliotecas del CEMOS y del autor.
Luchador del Caribe (1934- ?), Revista Mensual. A pesar de su formal
autoadscrIPCión se trata más de un periódico que de una revista. Consta de 8 páginas y tiene el mismo formato que el de La Correspondencia Internacional. Su primer número fue editado en Nueva York en el mes de septiembre del año 1934. Sólo pudimos rastrear su edición hasta el No. 4, correspondiente a diciembre de 1934. Es de notar que la presencia del mismo administrador de MO. Nos referimos a Walt Carmon. Es probable que este
cambio al igual que los anteriores se corresponda con el XIII Pleno del CEIC y la II Conferencia Comunista Latinoamericana de 1934.

Entre los colaboradores de esta publicación figuraban: el ruso V. Mirochevsky
(Secretariado Latino del CEIC), Rafael Carrillo Azpeytia (México), Luz Díaz (Costa Rica), y Lino Álvarez (Cuba). El Luchador del Caribe al igual que LCS editaba folletos de personalidades cominternistas. Así podemos mencionar a La Crisis, la Depresión y el Movimiento Obrero en la América del Sur y el Caribe (1934) del conocido dirigente estalinista y dirigente de la IC, G. Sinani.

La presentación del Comité de Redacción del LDC traduce el clima de expectativas cifrado en dicha área político-cultural. Los criterios de homogenización fueron más ideológicos que producto de un diagnóstico, la línea y la intuición pretendían tener el monopolio de la traducción y significación de lo real caribeño. Así dice:

La serie de acontecimientos que se desarrollan en los países ribereños del
Mar Caribe; la identidad de propósitos de los movimientos de liberación
nacional y social, su identidad de problemas, urgían la publicación de un
periódico que sirviese de hilo conductor de las experiencias, de los éxitos,
de los errores y de las razones de los primeros y de las causas y formas de
enmendar los segundos, popularizando así la táctica y la estrategia de las
luchas de unos países a otros.9
9 Luchador del Caribe (Nueva York), Año 1, Nº 1, Septiembre de 1934.
Publicación
Número
Fecha
Editoriales
Luchador del Caribe
1
09-1934
“Nuestro Saludo”
2
10-1934
3
11-1934
4
12-1934
V. Mirochevskii. “Comunistas Criollos” de Manuel
Seoane, Indoamérica, Santiago de Chile, 1933”
FUENTE: Biblioteca del Autor.

LAS PRENSAS NACIONALES Y LA IC

A partir del VII Congreso de la IC (1935) desaparecieron las revistas y periódicos del Secretariado Latinoamericano y del Buró del Caribe. Los únicos órganos reconocidos a nivel continental como expresión de la línea de la IC para cada país y la región en su conjunto se inscribirán en los marcos de la lucha antifascista. Ellos fueron: La Correspondencia Internacional en su edición castellana, misma que se había iniciado en 1929 en Barcelona, y la revista La Internacional Comunista, cuya edición castellana fue tardía frente a las editadas en otros idiomas. Esta se inició en abril de 1932 para cubrir el
horizonte militante en España y América Latina. Es probable que este cambio, al igual que los anteriores, tenga correspondencia con las orientaciones del XIII Pleno del CEIC y de la II Conferencia Comunista Latinoamericana de 1934. En la presentación de LIC se resumió su carácter y proyección ideológica y política en los siguientes términos:
. . .elevar el nivel teórico de los Partidos Comunistas de España y
América Latina, para el desarrollo de la lucha de clases en estos países,
para difundir en un plano internacional las experiencias de la lucha de la
clase obrera, la aparición de la I.C. en español tiene una importancia
excepcional, teniendo en cuenta que el órgano del C.E. de la I.C. es un
guía seguro en todas las cuestiones del marxismo-leninismo en todas las
cuestiones actuales, concretas, estratégicas, tácticas, de principio y de
organización, ante los cuales puede encontrarse el movimiento
revolucionario.10
10 La Correspondencia Internacional (Barcelona), Año IV, Nº 17, 29 de Abril de 1932, p. 212.

Queda pendiente el levantamiento del índice contrastado sobre temas
latinoamericanos publicados en esta revista tanto en su edición en lengua castellana como en sus ediciones en lengua francesa e inglesa, lo que no resta relevancia a otras ediciones (ruso, alemán). Tres ejemplos extraídos de las ediciones que nos interesan por ahora, iluminarán su relevancia. Iulli Isakovich Rosovsky bajo el pseudónimo de Julio Gómez publicó “El reclutamiento y la fluctuación en los partidos comunistas de México y Cuba”
(LIC N° 14, 15 de septiembre de 1934). En la versión francesa destacaremos el texto de S.Travine intitulado “Deux mouvements révolutionnaires en Amérique Latine, La Internationale communiste, anne X, N°17, 15 août 1928, y en la edición inglesa el de Mijowsky titulado “Weaknesses and Mistakes of the Communist Press in Cuba”, Communist International, 5 april, 1934.

El Secretariado Sudamericano y el Buró del Caribe de la IC expresaron sus puntos de vista a través de la prensa intermedia. Nos referimos al Trabajador Latinoamericano, órgano de la Confederación Sindical Latinoamericana (CSLA), que se editaba en Montevideo desde el 15 de septiembre de 1928. Su relevo fue realizado por la Confederación de Trabajadores de América Latina (CTAL), que a partir de 1938 comenzó a editar un boletín propio. Las publicaciones de la CSLA y más tarde de la CTAL, aunque en distinto grado y estilo, tradujeron la línea del frente popular durante el último periodo de
existencia de la IC (1935-1943).

Hacia principios de 1942 se constata un esfuerzo del Secretariado Latino del CEIC en diferenciar una prensa central para el movimiento comunista latinoamericano que se distanció de la prensa intermedia y de las que expresaban los puntos de vista particulares de cada una de las secciones de la IC en el continente. Este proyecto fue la revista Dialéctica, que se publicó desde La Habana y en cuyo primer número colaboró Mirochevsky con su
controvertido ensayo sobre el presunto populismo pequeño burgués de José Carlos Mariátegui. La revista tuvo como director a Carlos Rafael Rodríguez y contó con el apoyo de la IC y de todas y cada una de las secciones nacionales de América Latina. Su primer editorial se encargó de ubicarla en función de su rango frente a las revistas marxistas existentes que editaban las secciones chilena, mexicana y cubana. Así sostuvo:
Revistas como Principios en Chile, Actualidades en México y
Fundamentos en Cuba, dan un impulso poderoso a la difusión del
marxismo. Pero, ceñidas esas publicaciones al marco de los problemas
más inmediatos del momento, quedan a veces, al margen de sus páginas,
innumerables cuestiones que necesitan debatirse y esclarecerse para
orientación de los trabajadores e intelectuales avanzados de nuestra
América.11
11 Dialéctica (La Habana), Revista continental de teoría y estudios marxistas, Año 1, Nº 1, Mayo-Junio de
1942, p.2.

Esta tarea de centralización ideológica se proponía cumplir Dialéctica. Además serviría de tribuna al desarrollo teórico del marxismo latinoamericano “interpretando críticamente la historia de sus países y del continente”. Tal pretensión quedó desvirtuada en el mismo número con la crítica metafísica de la obra de Mariátegui, lo más logrado de la creación marxista en el continente. Dialéctica sobrevivió a la disolución de la IC sin perder su hegemonía en el movimiento comunista latinoamericano.

OTRAS PUBLICACIONES PERIÓDICAS DE LA IC EN AMÉRICA LATINA

El Libertador, órgano de la Liga Antiimperialista de las Américas (1925-1929), editado en México, D. F., y más tarde en Nueva York, fue la publicación de mayor regularidad y audiencia en el concierto continental. A lo largo de sus 22 números mantuvo una flexibilidad política decreciente, pero notable frente a los otros órganos de la IC. Para una valoración crítica y pormenorizada, o para ver el índice de autores y temas véase la edición
facsimilar de 2006.

La Correspondencia Juvenil Sudamericana, que apareció eventual mente como órgano del Secretariado Sudamericano de la Internacional Juvenil Comunista. Sólo tenemos referencias de su publicación a fines de la década del veinte.

Boletín del Bureau Sudamericano de la IC comenzó a editarse semanalmente en Montevideo a fines de 1930. Sólo conocemos el índice de sus 12 primeros números. Dada su rareza, reproducimos a continuación su índice:
Publicación
Número
Sumario
Boletín del Bureau
Sudamericano de la IC
1 – El Reciente Pleno del Bureau Sudamericano de la IC. – Directivas del II Pleno del BSA. de la IC a los CC.CC.
de los Partidos.
2 – Carta del B.S.A. de la 1.0. al P.C. de la Argentina.
3 – El problema de la dirección de los partidos. – Cómo realizar las decisiones. – El trabajo de los partidos entre el semiproletariado y la
pequeña burguesía. – La proletarización de los partidos latinoamericanos y el
trabajo en las células (1ª parte) – Carta al movimiento comunista juvenil – La lucha interimperialista por la América Latina como
parte de la preparación de la guerra. – Los imperialistas preparan la intervención armada
contra la Unión Soviética.
4 – Abajo el gobierno masacrador de Sánchez Cerro. – Las lecciones de las últimas Luchas en el Perú. – Por las Repúblicas Keshwas y Aymarás.
5 – Hacia el frente único de los obreros, campesinos e
indígenas del Perú. – Boletín editado por la C.G.T.P. con motivo de la
masacre de Mal Paso. – Un relato de los crímenes y atropellos del agente
imperialista Sánchez Cerro. – El problema Indígena en Perú, Bolivia, Ecuador y el
Norte Argentino. – La reacción fascista en la Argentina.
6 – La proletarización de los partidos latinoamericanos y el
trabajo celular (II Parte) – Un viraje decisivo en la política de organización (1
Parte).
7 – Un viraje decisivo en la Política de organización
(Conclusión). – Dwight Morrow, embajador de Walt Street y ‘amigo’ de
México – ¿Donde está la Indochina?
8/9 – Tesis adoptada por el B.S.A. de la IC sobre la situación
P.C del Brasil. – Resoluciones del Pleno del B.S.A. de la IC ampliado con
representantes del B Bureau Político y de varios
Comités de Estados del Partido Comunista Brasileño.
10/11 – Tareas del PC del Brasil: frente a las próximas
insurrecciones contrarrevolucionarias; tareas en el
campo y en el movimiento sindical.
12 – Luc Campaña contra la desocupación (25 de febrero al
20 de marzo). – Luchemos por pan y trabajo – Las reivindicaciones en la lucha contra la desocupación. – Los social-fascistas una vez más, quieren salvar al
capitalismo en peligro.

FUENTE: Revista Comunista, Biblioteca del Autor.

Mella, órgano del Buró del Caribe del Socorro Rojo Internacional, editado en Nueva York a partir de 1930. Únicamente tenemos referencias de su publicación. El Obrero del Caribe, editado en Nueva York a partir de 1934 y que apareció como vocero de la línea auspiciada por la CSLA y la ISR en el área del Caribe. Sólo tenemos referencias de su orientación y edición.
La Lucha Obrera, periódico quincenal de información obrera, Montevideo (CSLA), publicado a partir de 1931.

El Trabajador del Mar, órgano mensual del Comité Continental Marítimo,
publicado en Montevideo a partir de 1931.
El Comunista, órgano del Buró del Caribe de la IC. Sólo tenemos referencias de su primer número, publicado en Nueva York en mayo de 1931. Trae los siguientes artículos:
“El papel y las Tareas del BC en Nicaragua, Honduras y El Salvador”; “Misión del PC en la Revolución Española”; “Tareas del Movimiento Revolucionario en Cuba y Venezuela”; “La lucha de los desocupados en Panamá”; “Periódicos y Correspondencia”.
Publicación
El Comunista
1
05-1931
“El papel y las tareas de B. Del Caribe”
136
En lo general, aunque está cartografía hemerográfica cominternista acerca de
América Latina dista de ser completa, dadas las limitaciones de una empresa individual, marcada por nuestras limitaciones económicas y la debilidad de no haber podido formar una red de investigadores interesada en estas fuentes y tópicos.

Más allá de todas las ausencias que puedan ser objeto de reclamo por parte de los especialistas, creemos que se justifica esta entrega. Nos avala el hecho de proponer un inventario más completo que los que en su momento presentasen Scarzanella y Caballero, fuera de aportar algunos elementos críticos. Destacamos en esa dirección, el haber trazado una correlación necesaria entre los hitos político-orgánicos de la IC, con los artículos publicados y sus temáticas o preferencias nacionales.

Julio Antonio Mella en los corazones de Nuestra América

Julio Antonio Mella en los corazones de Nuestra América.

Posted in historia de Cuba, tagged Julio Antonio Mella on enero 8, 2009 | Leave a Comment »

A 80 años de su vil asesinato en México.

Por Orlando Cruz Capote

Cada cierto tiempo la figura atlética de Julio Antonio Mella regresa a todos los cubanos y latinoamericano-caribeños. Sus fotos inmortales, tomadas muy artísticamente por su enamorada Tina Modotti, nos muestran su carisma y personalidad viril. Pero si hurgamos en su historia revolucionaria, martiana y marxista-leninista reafirmaremos que este hombre constituye, sin lugar a dudas, uno de los pilares de la nación cubana y que su pensamiento y acción se inscriben con letra de oro en las mejores tradiciones históricas de la Isla y de Nuestra América.

En el “re-despertar de la conciencia nacional” o la “década crítica” de los años de la tercera década del siglo XX, Mella es uno de los imprescindibles. Luego de la gran frustración de la República martiana, truncada y segada por la intervención y ocupación militar norteamericana de 1898 a 1902, hecho que se repetiría entre 1906 hasta 1909, Julio Antonio Mella significó la necesaria articulación entre la vieja generación mambisa y clasista-revolucionaria y la savia juvenil de la gran hornada que irrumpe y retoma las banderas de la lucha y les reimprime un nuevo accionar e ideario, muy acorde con la nueva situación histórica-concreta. Pero esa ruptura es continuidad, y por lo tanto, una superación dialéctica trascendental. Por eso se encuentra junto con Carlos Baliño, fundador del Partido Revolucionario Cubano de José Martí (1892), otros líderes y simples obreros en la creación del primer Partido Comunista de Cuba en agosto de 1925.

Pero su obra transformadora teórica y práctica no había comenzado en ese instante. Ya estuvo dirigiendo las sesiones de trabajo del Congreso de Estudiantes y es el inspirador máximo del surgimiento de la Federación Estudiantil Universitaria (FEU) en 1922, primera organización juvenil cubana. Además está involucrado en la Liga Anticlerical y la Liga Antiimperialista de Cuba, en la Universidad Popular José Martí y en la Agrupación Comunista de La Habana. Es amigo y camarada de lucha de Alfredo López, dirigente obrero que consolida la Federación Obrera de La Habana en 1921, de quien admira su valor y carácter clasista intransigente a pesar de que posee como corriente ideopolítica el anarcosindicalismo. El asesinato del dirigente proletario en 1926, por sicarios de la tiranía de Gerardo Machado (1925-1933) le hace escribir bellas palabras sobre el hombre que llamó su maestro, y le demuestra que el camino emprendido de unir en un solo haz a los estudiantes, los campesinos y otras clases y capas patrióticas de la sociedad cubana de entonces, con los obreros de la ciudad y el campo, eran de una urgencia vital para el triunfo de la Revolución Social en Cuba que, para él, únicamente era la socialista.. También es un hermano, real y de convicción marxista, de una gran parte de esa generación de vanguardia de los años álgidos años de los años 20 de la pasada centuria: Rubén Martínez Villena, Pablo de la Torriente Brau, Gabriel Barceló, Leonardo Fernández Sánchez, Raúl Roa García, Alejo Carpentier, Emilio Roy de Leuchsenring, y muchos otros no tan jóvenes, como Gustavo Aldereguía, Juan Marinello, Isidro Figueroa, etc.

La figura de Mella vuelve de tiempo en tiempo, tal como afirmamos al inicio de este artículo. Pero no sólo es motivo de recuerdo y enseñanza revolucionaria y comunista. Al lado de quienes lo enarbolamos como bandera de combate militante, existen otros que retoman a Mella para intentar denigrarlo, manipular su vida sentimental y, como una mentira reciclada, para hablar de fantasías de complots por parte de sus propios camaradas de lucha y llegar a la falaz conclusión que fue asesinado por estos marxistas, fueran cubanos o mexicanos o agentes de la KGB soviética enviados por J. Stalin. La relación amorosa de Mella con Tina y, después, de esta desprejuiciada, extraordinaria y militante mujer con Vittorio Vidali (Carlos Contreras), comunista italiano que vivió y luchó en nuestras tierras latinoamericana-caribeñas, han servido para escribir miles de páginas de conspiraciones y hasta de un posible crimen pasional. Sin embargo, nada más lejos de la verdad histórica, la cual tenemos que defender a capa y espada, porque el adversario trata, una y otra vez, de confundir, principalmente, a las nuevas generaciones.

¿Por qué Mella otra vez en el 80 aniversario de su asesinato?

Cuando ya se escuchan disímiles voces en foros científicos y se escriben variados artículos, ensayos y libros al interior y exterior de Cuba, acerca de la urgencia de restablecer constructivamente, aunque sin obviar errores e insuficiencias, la historia y la teoría del socialismo sus ideas y las prácticas ejercidas se hace necesario introducir en el debate y la polémica de las ciencias sociales y/o humanísticas otras visiones críticas, basadas en un novedoso material fáctico e interpretativo, que continúen esta tarea con el objetivo de mostrar en su dimensión adecuada ese difícil, complejo y contradictorio decursar histórico. Más que todo se debe participar en la discusión con el diáfano propósito de ayudar en la aproximación a la verdad y no al extravío de la memoria histórica. En este sentido es ineludible recuperar la historia de la etapa fundacional del marxismo y el leninismo en Cuba (1) en sus relaciones con el movimiento comunista internacional y latinoamericano.

Después del derrumbe del socialismo este-europeo y de la Unión Soviética, entre 1989 y 1991, (2) respectivamente, la clase burguesa transnacionalizada, neoconservadora y neoliberal, así como los sectores de la derecha de distinto espectro y sus tanques pensantes (Thins Tanks) desataron una campaña denigrante contra la praxis socialista con el fin supremo de enterrar y olvidar, junto al auto-llamado “socialismo real” término exclusivo y exclusivista, a la teoría marxista, a todos los pensadores de esta escuela y también a los partidarios del pensamiento social crítico. Sobre todo trataron de borrar de la mente de las personas, a escala global, las experiencias acometidas en los distintos países en que éste había triunfado y que se construía de disímiles formas y con diferentes contenidos, en las que sus éxitos y derrotas, principalmente estas últimas, fueron atribuidas completamente a todas las lecturas y elaboraciones de esta cosmovisión del mundo, concepción materialista de la historia, metodología científica, filosofía de la praxis y guía para la acción, lógica y dialéctica, sin realizar una distinción de las diversas corrientes y tendencias que no siempre la representaron dignamente, ni en su letra y mucho menos en su espíritu. La arremetida reaccionaria fue de tal envergadura que muchos se confundieron, otros desertaron y traicionaron, coincidiendo algunos con tales hipótesis y “tesis” cayendo en la trampa de desacralizar y desmitificar, aunque el objetivo era la desacreditación, a la teoría y la práctica más reflexiva, crítica-transformativa y revolucionaria de la historia, debido también a su carácter socioclasista, internacionalista y solidario, ético y humanista universal. (3)

Y esa propensión crítica también se hizo extensiva en América Latina y Cuba, cuando los estudios marxista-leninistas parecieron perder su hegemonía en la educación, en la cultura científica y política, aunque se continuara haciendo profesión de fe en los mismos. También en ese espacio-tiempo se manifestaron otras preferencias teóricas, incluyendo al denominado marxismo occidental bastante pudiente en su teoría pero muy pobre en su práctica y se asumieron acríticamente otras escuelas de pensamiento, corrientes y tendencias, en muchos casos eclécticas. El distanciamiento se hizo más evidente cuando algunas de las agendas de discusión teórica sobre muchas disciplinas de las ciencias sociales, incluida la filosofía, parecían impuestas desde el exterior por las modas postmodernistas, (4) el pensamiento único, el fin de la historia, de las ideologías y las utopías, (5) predominando los estudios y los pensares empíricos, positivistas en esencia, o en su reverso, una teoría abstracta y analítica muy alejada de los problemas sociales y políticos de las sociedades contemporáneas.

A la sazón, no se realizó una “revisión” muy seria y madura sobre ese movimiento comunista en el mundo, en Latinoamérica y en Cuba. Hubo además otras tendencias, como aquellas que se parapetaron tras las variadas asimilaciones y lecturas de un viejo marxismo denominado por algunos como pro-soviético y manualístico, pero que era y sigue siendo ante todo esquemático, reduccionista, sesgado y escolástico, sin lograr distinguir las obras que no eran precisamente de ese corte, elaboradas por una pléyade de importantes científicos sociales marxistas y leninistas de los ex-países socialistas y otros teóricos muy afines a las mismas en las más disímiles latitudes geográficas.

Parecía ser la hora de poner en la picota pública los desastres y los naufragios. Algunos historiadores, filósofos, sociólogos, sicólogos sociales, antropólogos y etnólogos del patio y de la región destacaron a otras figuras políticas y procesos socioeconómicos e ideopolíticos de la historia nacional y regional, objetivos legítimos y necesarios, pero también se ocultaron, se subestimaron y se criticaron fuertemente por otros estudiosos e investigadores a aquellas figuras y proyectos que pertenecían a las fuerzas de la izquierda más radical. Se contrapusieron personalidades y procesos, en los que algunos de ellos parecieron perder su verdadero lugar en la larga historia de las luchas emancipatorias nacional-antiimperialistas y socioclasistas.

Hoy no puede existir un Socialismo del Siglo XXI, en el Siglo XXI o para el Siglo XXI, sin una investigación seria de la historia de las ideas y las prácticas del socialismo del pasado que, inexorablemente, se reflejan en el presente y se proyectan hacia el futuro. Cualquier abandono, por desidia e ignorancia, de lo que ocurrió y de lo que ocurre en el plano de las ideas y las prácticas socialistas podría ser un terrible boomerang que nos golpee una y otra vez. ¿O es que acaso la experiencia socialista cubana, así como la China, la vietnamita, la coreana del norte y la laosiana, con todas los éxitos y limitaciones que podamos advertir en ellas, no provienen del siglo XX y se relanzan hacia el XXI?

Los procesos revolucionarios en América Latina, con sus diferentes matices, como la Venezuela Bolivariana de Hugo Rafael Chávez Frías, la Bolivia del líder social Evo Morales, el Ecuador del presidente Rafael Correa y la Nicaragua del sandinista Daniel Ortega, entre otros, son herederos por muchas rupturas definitorias que se pronuncien, quiéranlo o no, de las elaboraciones y la praxis socialistas de las dos centurias anteriores, desde la elaboración del Manifiesto Comunista en 1848, del primer ensayo obrero-revolucionario en el poder, la Comuna de París en 1871 y de la Revolución Socialista Rusa de octubre de 1917.

Las lecciones, enseñanzas y experiencias históricas no están para ser obviadas sino para ser aprendidas, aprehendidas y comprendidas, además de proceder a su revisión cuidadosa y rigurosa, con la pretensión de criticarlas constructivamente, así como para re-crear y re-inventar algunas de sus partes teórica-metodológicas, hasta reactualizar y eliminar aquello que ya no nos sirve porque el tiempo y las nuevas circunstancias rebasaron los conceptos y los accionares establecidos. Lo que sería contraproducente es que nos demos el lujo de que se repitan los decepcionantes acontecimientos socialistas euro-orientales del siglo XX, por no conocer lo que sucedió realmente en aquellas experiencias históricas.

Al unísono, hoy es necesario apoderarse, realistamente, del tan polémico debate sobre como asumir, respetar y desplegar, con toda la intensidad posible, la inevitable presencia de la emergencia de la diversidad sociocultural, nacional, étnica, racial, de género, etárea, de opciones sexuales, diferencias regionales y locales, etc., de los diferentes movimientos sociales y políticos. (6) Porque todos ellos son signos de la complejidad del sujeto social-popular múltiple contemporáneo. El reconocimiento de las diferencias deviene punto de partida para aceptar la diversidad, siendo la Identidad el punto inicial para reconocer la misma. Y estos ya no pueden ser dicotómicos o antagónicos, simple y llanamente, sino que la mayoría coexisten y urgen de la promoción de interacciones, relaciones sociales basadas en el respeto mutuo, el razonamiento, el fortalecimiento del tejido asociativo, la aportación constructiva y la coherencia ética. (7)

Esa ética de la articulación se construye sobre la base del aprendizaje y desarrollo de la capacidad dialógica, disposición a construir juntos desde saberles, cosmologías y experiencias de acumulación y confrontación distintas, de potenciar identidades y subjetividades hasta el infinito. Es un enfoque ético-político que reconoce la multiplicidad y diversidad del sujeto social alternativo, de sus diferentes conceptualizaciones teóricas y aquellas que se producen desde el sentido común, por la legitimidad de epistemes y de reconocer que nadie en absoluto tiene la verdad absoluta. Donde estén representados el conjunto de demandas emancipatorias y libertarias, independientemente de las tendencias cosmovisivas ensayadas y, hasta confrontadas.

Las alternativas prácticas-transformativas de los tradicionales y nuevos movimientos sociales y políticos, fracasarán si no existe un pensamiento teórico alternativo para ir construyendo, en paralelo, ese socialismo necesario e imprescindible. “Sin teoría revolucionaria tampoco puede haber movimiento revolucionario”, (8) continuaría expresando Vladimir Ilich Lenin si estuviera hoy con nosotros.

Si asumimos que esta es la situación actual del planeta, agravada por la crisis estructural del sistema capitalista que por primera vez es múltiple: económica-financiera, alimentaría, energética y ambiental-ecológica; del recién comenzado ataque genocida sionista contra los palestinos en a Franja de Gaza territorio ocupado por los israelíes; y asumimos que junto a estas serias calamidades los pueblos de Nuestra América han dado pasos positivos y extraordinarios en su integración complementaria y unidad: el ALBA, UNASUR, Petrocaribe; y que la Revolución Cubana, en su 50 aniversario de la victoria del primero de enero de 1959, ingresó al Grupo de Río y participó por derecho propio en la Primera Cumbre de los Países de América Latina y el Caribe, sin la presencia de extraños los Estados Unidos de América, ni ninguno de sus aliados europeos, tendremos los motivos y las claras sospechas de que los ataques diversionistas, maquiavélicos y manipuladores contra las conciencias de nuestros pueblos van a ir en aumento. Por eso, surge como “ave fénix”, la seudo-historia acerca de la muerte de Mella, ahora publicada en La Jornada de México, aunque el autor del artículo reconoce la verdad histórica. Pero, ¿por qué escribir de una historia pasada que ya está verificada por documentos de la época y otros más recientes?, ¿por qué se tiene que dedicar un artículo para desmentir otra historia violatoria de la realidad?

Algunos antecedentes necesarios del movimiento comunista cubano y latinoamericano.

Al escribir la historia del movimiento comunista latinoamericano y, específicamente, del cubano debemos analizar obligatoriamente la ascendencia real que tuvo sobre estos la III Internacional (Internacional Comunista, IC o KOMINTERN) fundada entre el 2 y el 6 de marzo de 1919, en Moscú, por los bolcheviques rusos y los comunistas de otros países -la mayoría de ellos ex-miembros de los partidos socialdemócratas que se separaron de la II Internacional, por su traición oportunista y socialchovinista-, (9) y por iniciativa del líder del primer Estado socialista del mundo, Vladimir Ilich Lenin que la dirigió hasta su muerte en 1924. A su vez, la Internacional Comunista se auto-disolvió en mayo de 1943. (10) Anteriormente, algunos importantes acontecimientos internacionales y regionales habían repercutido en las luchas nacionales del subcontinente latinoamericano, nos referimos a la Revolución Mexicana (1910-1917), el triunfo de la Revolución Socialista en la Rusia de los Zares, en 1917 y el Movimiento por la Reforma Universitaria de Córdova, Argentina, en 1918.

La influencia de la IC abarcó la mayoría de las soluciones teóricas y prácticas que elaboraron los primeros marxistas y comunistas de la región latinoamericana y caribeña, (11) así como los impactos ineludibles, directos e indirectos, sobre el amplio espectro de las fuerzas de izquierda del continente y, en especial, de Nuestra América. (12) La labor más positiva de la KOMINTERN fue la de darle forma organizativa y de acción definitiva a ese movimiento socialista y comunista en ciernes, de consolidarlo, relacionarlo y depurarlo de sus enemigos externos, encaminarlo e impulsarlo a mayores empeños y conquistas teóricas y prácticas. Pero, además, difundió el marxismo y el leninismo, así como la experiencia de la Gran Revolución Socialista de Octubre, profundizó en el pensamiento y el accionar antiimperialista e internacionalista en el seno del movimiento revolucionario mundial, denunció y desenmascaró las corrientes oportunistas y revisionistas, reformistas y anarquistas, anarcosindicalistas y trotskistas en el seno del movimiento obrero y comunista internacional, ayudó a la educación ideológica y política de la clase obrera, la campesina, las masas trabajadoras manuales e intelectuales, el estudiantado, etc. Esa fue su gran misión histórica. (13)

Sin embargo, no se deben ignorar las semejanzas y diferencias entre las historias de la IC y el movimiento comunista latinoamericano y caribeño que tienen como premisas, primero, el impulso inicial y vital que significó la presencia de la KOMINTERN en la organización, las estructuras, en la construcción de los primeros programas políticos mínimos y máximos de los destacamentos comunistas, en las implementaciones acertadas o no de la teoría y la práctica, de las consumaciones en la estrategia y la táctica, de los métodos y acciones para organizar, dirigir, convocar y movilizar a la clase obrera y las masas populares por los caminos de la Revolución proletaria y socialista; segundo, las maneras independientes de interpretar y resolver por cada partido comunista fundado en esos años, las distintas problemáticas histórico concretas de sus países; tercero, las formas en que aplicaron creadoramente o no el marxismo y el leninismo que se recepcionó, sus percepciones y traducciones incluidas, (14) en las distintas etapas históricas, aportando al enriquecimiento del marxismo o copiando de aquellas versiones que resultaron ser las más esquemáticas y escolásticas. Sin embargo, es correcto reconocer que Carlos Marx y Federico Engels se conocieron a través de Vladimir Ilich Lenin, el teórico y práctico más traducido aunque también tardíamente, (15) sin subestimar las obras de sus seguidores. Y, cuarto, la colaboración teórico práctica entre los comunistas latinoamericanos, los cubanos y la III Internacional se manifestó de diversos modos, con diferentes intensidades en la propia región, sus sub-regiones y en cada país en particular, confiriendo que todo este intercambio colaborativo estuvo contextualizado en los distintos momentos de la propia historia de la Internacional Comunista. (16)

En el transcurso del año 1925, la Internacional Comunista re-inicia una mirada diferente, diríamos más interesada, hacia la región latinoamericana (17) y se re-crea el Secretariado Latinoamericano, radicado en Moscú y, es fundado el Secretariado Sudamericano, con sede en Buenos Aires, Argentina. Más tarde, entre 1930-1931, surgió el Buró del Caribe, con su dirección en Nueva York, en los Estados Unidos de América, a instancia de las peticiones y necesidades de algunas delegaciones nacionales, en específico, las centroamericanas y caribeñas, en la Primera Conferencia de los Partidos Comunistas de América Latina realizada en Buenos Aires, Argentina, en 1929, cuando critican al Secretariado Sudamericano, por no atender de forma igual y adecuada a los destacamentos marxista-leninistas de los diferentes países y sus subregiones. (18)

El primer Partido Comunista de Cuba (PCC) se funda en agosto de 1925. (19) Sus máximos inspiradores fueron, como ya señalamos, Carlos Baliño (20) y Julio Antonio Mella. (21) Era, si se quiere apreciar de esta forma, una época de re-despertar político, pero con mayor pasión y voluntad revolucionaria que con conocimiento profundo de la teoría marxista y de las ideas socialistas. A pesar de las dificultades intrínsecas de una nueva organización que fue duramente golpeada desde sus inicios por la dictadura de Machado (1925-1933) -recordar los procesos anticomunistas de 1925 y 1927-1928, respectivamente-, de las represalias, persecuciones, expulsiones (exilio obligado) y asesinatos de algunos de sus miembros, de la ilegalidad extrema impuesta y de la gran campaña anticomunista en su contra, el partido marxista-leninista cubano ya estuvo en recomposición desde finales de 1927, organizando sus células clandestinas y creciendo en número, organización, capacidad movilizativa y también en influencia política e ideológica, clímax aun prematuro que alcanza desde 1929, (22) y que adquiere otra dimensión, luego de la primera huelga general de masas revolucionaria efectuada el 20 de marzo, las manifestaciones obreras por el Primero de Mayo y los acontecimientos estudiantiles del 30 de septiembre, todas en el año 1930. (23)

El inigualable joven Julio Antonio Mella, el primer marxista orgánico de la Isla, aunque algunos autores plantean que fue Carlos Baliño desplegó su actividad herética e irreverente ante los ojos insólitos de los comunistas de la también denominada Casa Matriz, en el Kremlin, y sus seguidores en la región. No es que no tuviera dificultades mayores, ni que no sufriera incomprensiones por su apreciación y percepción creadora del marxismo y el leninismo, pero su actividad práctica fue exuberante y de un albedrío increíble. Luego de su sanción en el PCC, en 1925, por haber sido indisciplinado y, más que todo por contactar, durante su histórica huelga de hambre, con sectores sociales y políticos de las más diversas afiliaciones ideológicas fue separado, provisionalmente, por dos años de las filas del partido comunista, (24) el propio Comité Ejecutivo de la Internacional Comunista (CEIC) de la III Internacional, le devolvía en 1927, la militancia que él había mantenido incólume, gracias en parte, por el apoyo de los comunistas latinoamericanos y mexicanos (hasta fue miembro y Secretario General del CC del Partido Comunista de México por un tiempo), pero más que todo porque no se sintió jamás castigado y no tuvo nunca una declaración pública suya de queja y de molestia para con sus compañeros de lucha. Su labor dirigente-fundacional durante esos años en la Liga Antiimperialista de las Américas (LADLA), la Asociación de Nuevos Emigrados Revolucionarios Cubanos (ANERC) y en el Comité Manos Fuera de Nicaragua (MANFUENIC); su paso como líder por varias organizaciones obreras y campesinas mexicanas; su presencia en el Congreso Mundial contra la Opresión Colonial y el Imperialismo, celebrado en Bruselas en 1927; su visita a la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS) en los primeros meses de ese año; su amistad inquebrantable con Rubén Martínez Villena y otros camaradas cubanos; sus escritos en el periódico de los comunistas mexicanos El Machete; sus mensajes y manifiestos de apoyo a la lucha de los estudiantes, obreros, intelectuales y comunistas cubanos que enviaba clandestinamente a la Isla, lo muestran como un comunista pleno de acción y sin limitaciones. Aunque debe subrayarse que sí padeció las desavenencias y las miradas recelosas de algunos dirigentes comunistas propios, regionales e internacionales que se regían por las orientaciones emanadas de la Internacional Comunista y el PCUS.

Un hombre como él, que ya en 1924 escribía que “(…) No pretendemos implantar en nuestro medio copias serviles de revoluciones hechas por otros hombres en otros climas, […] en algunos puntos no comprendemos ciertas transformaciones, en otros nuestro pensamiento es más avanzado, pero seríamos ciegos si negásemos el paso de avance dado por el hombre en el camino de su liberación […]” (25) y, que en ese propio año expresaba: “(…) La causa del socialismo en general, es la causa del momento, en Cuba, en Rusia, en la India, en los Estados Unidos y en la China. En todas partes. El solo obstáculo es saberlo adaptar a la realidad del medio […]”, (26) entre otras ideas creadoras y originales posteriores, no podía pasar inadvertido para los dogmas y esquemas que estaban tratando de imponerse en el panorama del movimiento comunista internacional.

Pero sin contradecirnos hay que exponer que Mella solo enfrentó los primeros embates y amenazas provocadas por las luchas internas del Partido Comunista de la Unión Soviética, la KOMINTERN y su repercusión en la arena internacional. Por ejemplo, la presencia en el mencionado Congreso de Bruselas, en 1927, del líder de la Alianza Popular Revolucionaria Americana (APRA), Víctor Raúl Haya de la Torre, (27) contrarió al comunista cubano y a otros latinoamericanos, incluyendo al Amauta peruano José Carlos Mariátegui, porque el representante del denominado “Koumintang latinoamericano” fue un invitado de última hora gracias a la iniciativa inconsulta de la IC, posiblemente de su Secretariado Latinoamericano, con sede en Moscú y del Secretariado Sudamericano (1925), con sede en Buenos Aires, bajo las égidas del comunista suizo Embert Droz (que estuvo en ese cargo hasta el año 1931) y del argentino Vittorio Codovilla, respectivamente. Sin embargo, el VI Congreso de la IC se celebra en junio de 1928 y es, en este conclave, en que se aprueba el Programa y los Estatutos de esa organización, consolidándose de una vez y para siempre la pretendida hegemonía y dominación del PCUS sobre el resto del movimiento comunista y obrero internacional. Asimismo también habría que recordar que León Trotsky es separado de las filas del PCUS en 1927 y expulsado de la URSS entre 1928-1929, por lo que estas y otras divergencias enconadas estaban aun, pudiera decirse, en sus inicios. Y Mella es asesinado en México, por sicarios del dictador Machado, el 10 de enero de 1929 (muriendo el 11 por la madrugada en el hospital), por lo que podemos apreciar que esa gran presión desde Moscú aun no era determinante.

Observando de forma analítica y profunda la época, es Rubén Martínez Villena (1898-1934), quien tiene ante sí la necesidad de conducir al PCC y confrontar, sin llegar a la escisión, a la KOMINTERN y sus órganos regionales, promoviendo un reacomodamiento y adecuación con sus lineamientos y directrices, porque este es el momento del enraizamiento del estalinismo en el movimiento comunista internacional y el inicio de los graves obstáculos para las iniciativas singulares y originales de los partidos comunistas y para el propio desarrollo creador de la teoría marxista y leninista. Y también porque es el instante histórico de un auge del movimiento revolucionario y social en Cuba que desencadenó en la Revolución del 33 coincidente, además, con los procesos revolucionarios de Nicaragua (1927-1933), El Salvador (1932) y Brasil (1924-1927-1930), entre otros.

El vil asesinato de Mella.

Es muy poco lo que hay que añadir con respecto al asesinato de Julio Antonio Mella. La pérdida de su vida un 10 de enero de 1929 en realidad muere en el hospital el 11 por la madrugada y es enterrado el 12 fue obra de los sicarios machadistas. Incluso el partido comunista cubano le había enviado algunos mensajes acerca de que en tierras aztecas se encontraban algunos individuos con órdenes muy precisas de matarlo. Ya se había montado un espectáculo propagandístico en su contra aduciendo que había profanado la bandera cubana al pisarla intencionalmente en una actividad y el propio Mella se defendió de esa calumniosa mentira.

Como hombre de acción, Mella no era cobarde, solo eso explica que saliera de noche con Tina y se expusiera a los revólveres de sus asesinos. Según Tina Modotti, sus últimas palabras fueron: “Muero por la Revolución”. Su amigo entrañable, Rubén Martínez Villena lloró de rabia al conocer su muerte y se propuso continuar su obra original y creativa a pesar de las directrices de la Internacional Comunista, y aun más, se comprometió a traer sus cenizas de regreso para Cuba.

Esta acción recayó en la figura de Juan Marinello y otros camaradas, quienes viajan a México en 1933, y logran cremar parte de sus restos mortales en el cementerio de la capital mexicana. Estos fueron traídos a La Habana en un buque y son multitudinariamente recibidos por una parte de la población citadina. Ya se había preparado un pequeño y humilde obelisco en el Parque de la Fraternidad donde, supuestamente, deberían ser depositados sus restos.

El 29 de septiembre fueron veladas sus cenizas en el edificio donde radicaba la Liga Antiimperialista de Cuba, en la calle Reina. Allí habló por última vez en público Rubén Martínez Villena, desde el balcón, con un estado febril muy alto y con su enfermedad la tuberculosis en estado terminal. Allí Villena expresó: “Camaradas, aquí está, pero no en ese montón de cenizas sino en este formidable despliegue de fuerzas […] Pero no estamos sólo aquí para rendir este tributo a sus merecimientos excepcionales. Estamos aquí, sobre todo, porque tenemos el deber de imitarlo, de seguir sus impulsos, de vibrar al calor de su generoso corazón revolucionario. Para eso estamos aquí, camaradas, para rendirle de esta manera a Mella, el único homenaje que le hubiera sido grato: el de hacer buena su caída por la redención de los oprimidos con nuestro propósito de caer también si fuera necesario […]”

Pero el régimen que había sustituido a Machado no iba a permitir que sus cenizas descansaran en paz en tierra cubana, porque ello significaba un símbolo subversivo y una reivindicación política para las masa populares que estaban transitando por un período revolucionario muy complejo. Aunque se había autorizado el entierro por parte del gobierno, la reacción burguesa, liderada por Fulgencio Batista -jefe del ejército-y en pleno contubernio con el embajador estadounidense Welles, comenzó una infernal balacera contra la manifestación popular que estaba en la calle esperando para escoltar las cenizas hasta su última morada. También grupos de derecha como Pro-Ley y Justicia y Ejército Caribe se apostaron y comenzaron a ametrallar al pueblo. Allí muere asesinado el niño pionero Paquito González, cuya organización había sido fundada en 1931 (La Liga de Pioneros de Cuba).

A pesar de la gran matanza y confusión, algunos hombres y mujeres del partido comunista logran sacar las cenizas de Mella y las llevan de forma azarosa hasta la imprenta clandestina del PCC, en la Calle Lamparilla, entre Compostela y Aguacate, en la Habana Vieja. Mella entonces no pudo ser enterrado en su patria.

Tendrían que pasar 26 años para que sus cenizas pudieran reposar en una patria libre y soberana, mientras permanecieron atravesando algunas brutales épocas de persecución y terror, en manos de fieles luchadores revolucionarios que la guardaron con celo y amor. El excelso intelectual y dirigente comunista cubano Juan Marinello Vidaurreta, se la entregó al Comandante en Jefe Fidel Castro después del triunfo revolucionario, y estas fueron depositadas en un mausoleo erigido, prácticamente, delante de la escalinata de su Universidad de La Habana, en ocasión del primer Congreso del Partido Comunista de Cuba en diciembre de 1975. En aquella trascendental ocasión Fidel afirmó: “La reacción persiguió a Mella en vida incansablemente, y lo persiguió también en muerte. Es increíble cómo el pueblo cubano no pudo siquiera dar sepultura a Mella, y cómo los restos mortales de Mella peregrinaron en el clandestinaje para preservarse de la persecución de los enemigos […] Hoy, detrás de las cenizas de Mella, escoltándolas están juntos a los soldados, marchaban también los pioneros. Los pioneros son el símbolo del porvenir, del mañana, de la marcha de la futura de la Revolución, de sus futuras victorias”.

Finalmente, como puede percatarse cualquier lector, esta es la historia real, la auténtica, no aquella que se deriva de lascivas especulaciones y manipulaciones dañinas, enfiladas a causar divisiones y escisiones entre las fuerzas revolucionarias y los pueblos. La Historia como verdad, o aproximación a la misma, es aquella que no miente, porque solo la verdad es revolucionaria. Julio Antonio Mella sigue hoy más que nunca en el corazón de todos los cubanos patriotas, revolucionarios y socialistas. No habrán campañas, artículos, libros y otros textos apócrifos que puedan torcer su estatura de gigante político y líder indiscutible latinoamericano-caribeño.

Notas bibliográficas y referencias:

(1) Angelina Rojas Blaquier Historia del Partido Comunista de Cuba, en Dos Tomos, Editorial Oriente, Santiago de Cuba, 2005 y 2006.

(2) Helio Gallardo La crisis del socialismo histórico. Ideología y desafíos, Editorial DEI, Costa Rica, 1991; Colectivo de Autores Cubanos El Derrumbe del Socialismo en Europa del Este. Causas y Consecuencias, Dirección política de las FAR, La Habana, 1992; Colectivo de Autores Cubanos El derrumbe del modelo eurosoviético: una visión desde Cuba, Editorial Félix Varela, La Habana, 1994; Vitali Vorotznikov Mi Verdad, Editora Abril, La Habana, 1995; Camilo Valqui Desde Cuba: el derrumbe del socialismo eurosoviético, Editorial Feijoo, Universidad Central de las Villas, Santa Clara, 1998; Ariel Dacal Díaz y Francisco Brown Infante Rusia. Del socialismo real al capitalismo real, Editorial de Ciencias Sociales y el Centro Memorial Dr. Martin Luther King, JR, La Habana, 2006; Orlando Cruz Capote Unas notas y dos visiones sobre la Perestroika y sus consecuencias, Revista Cubana de Ciencias Sociales, No. 36 – 37, Instituto de Filosofía, La Habana, 2006, pp. 108-126; y, del mismo autor, “Apuntes para un estudio del impacto ideopolítico de la Perestroika en Cuba. 1985-1991”, 2004. Inédito.

(3) Javier Amadeo Mapeando el marxismo; Ellen Meiksins Estado, Democracia y globalización; Pablo González Casanova Colonialismo interno (Una Redefinición); Francois Houtart Los movimientos sociales y la construcción de un nuevo sujeto histórico; John Bellamy El Redescubrimiento del Imperialismo; Terry Eagleton ¿Un futuro para el socialismo?, en La Teoría marxista hoy. Problemas y perspectivas, Atilio Borón, Javier Amadeo y Sabrina González (Compiladores), CLASO, Buenos Aires, 2006.

(4) Alfonso Ibáñez Modernidad y posmodernidad en la política, Memorias (CEMOS), México DF, febrero de 1992, pp. 53-57; Adolfo Sánchez Vázquez Liberalismo y socialismo, en revista Dialéctica, No. 22, primavera de 1992, Puebla, México, 1992; Néstor García Canclini Culturas hibridas: Estrategias para entrar y salir de la modernidad, Editorial Grijalbo, México, 1995; Frederic Jameson Ensayos sobre el Postmodernismo, Imago Mundi, Buenos Aires, 1995; Pablo Guadarrama Humanismo, Marxismo y Postmodernismo, Editorial de Ciencias Sociales, La Habana, 1998; El Postmoderno, el postmodernismo y su crítica en Criterios, Selección de Desiderio Navarro, Centro Teórico-cultural Criterios, La Habana, 2007.

(5) Ignacio Ramonet Un mundo sin rumbo, Debate, Madrid, 1997; Como nos venden la moto. Información, poder y concentración de medios, Editorial Paidos, Barcelona, 1998; y Propagandas Silenciosas, Editorial Arte y Literatura, La Habana, 2000; Francis Fukuyama ¿El final de la Historia?, The National Interest, No. 16, 1989, en Comentarios, Artículos y Editoriales, Departamento de Orientación Revolucionaria del CC del PCC, 21 de marzo de 1990, p. 1-7; The End of History and Last Man, Peguin Books, USA, 1992; Samuel Huntington El Choque de las Civilizaciones y la reconfiguración de un nuevo orden mundial, Ediciones Paídos, Ibérica, S.A., Barcelona, 1997; Daniel Bell El fin de las ideologías. Sobre el agotamiento de las ideas políticas en los años cincuenta, Ministerio de Trabajo y Seguridad Social, Madrid, 1992; Inmanuel Wallerstein Utopística o las opciones históricas del siglo XXI, Editorial Siglo XXI, México, 1998; Eric Hobsbawm Sobre la historia, Colección crítica, Editorial Grijalbo-Mondalori, Barcelona, 1998; Paul Ricoeur Ideología y utopía, Gedisa editorial, Barcelona, 1998; Yamandú Acosta Utopía y política en América Latina: entre el capitalismo utópico y el nihilista, en Utopía y Praxis Latinoamericana, Año 8, No. 23, oct.-nov., Universidad de Zulia, Venezuela, 2003; Franz Hinkelammert Crítica a la razón utópica, Editorial Desclée de Brouwer, S.A., 2002; Adolfo Sánchez Vázquez A tiempo y destiempo, Editorial de Ciencias Sociales, La Habana, 2004.

(6) Entre ellos podemos mencionar: los indigenistas, étnicos, raciales, ecologistas, alterglobalización capital transnacional neoliberal, los antibélicos, sindicales, comunitarios, barriales; los antideuda externa, feministas, homosexuales (gay); los campesinos (como el Movimiento Sin Tierra y la Vía Campesina del Brasil), los movimientos anti-Tratados de Libre Comercio (como el que se desarrolla en América Latina contra el NAFTA, el ALCA y los TLC), los religiosos (como la Teología de la Liberación, en el subcontinente Latinoamérica y caribeño), las Abuelas de la Plaza de Mayo y las Madres de la Plaza de Mayo, ambos en Argentina, los pro-derechos humanos, los piqueteros, los cocaleros, etc.

(7) Informe Final de Investigación del Grupo de Axiología y Filosofía Social en América Latina (GALFISA), Diversidad e Identidad en los Movimientos Sociales y Políticos en América Latina, Instituto de Filosofía, CITMA, 2006, en Archivo del Instituto de Filosofía.

(8) Vladimir Ilich Lenin ¿Qué hacer?, Obras Escogidas, en Doce Tomos, T. II, Editorial Progreso, Moscú, 1975, p. 22.

(9) Vladimir Ilich Lenin La Bancarrota de la II Internacional, Obras Escogidas (Ob. Cit.), T. V, Editorial Progreso, Moscú, 1976, pp. 219-275.

(10) En el propio 1919, bajo la égida de la KOMINTERN, se creó la Internacional Juvenil Comunista; la Internacional Sindical Roja se fundó en 1920 y la Organización Internacional de Ayuda a los Luchadores de la Revolución, más conocida como el Socorro Rojo Internacional, en 1922, entre otras organizaciones y organismos dirigidos por los comunistas desde su sede en Moscú. Ver: Vladimir Ilich Lenin Las tareas de la III Internacional, Obras Escogidas, T. X,. (OB. Cit), pp. 80-97; Instituto de Marxismo Leninismo La Internacional Comunista, Editorial Progreso, Moscú, s/f; Manuel Caballero La Internacional Comunista y la Revolución latinoamericana. 1919-1943, Editorial Nueva Sociedad, Caracas, 1987.

(11) Antes del surgimiento del Partido Comunista de Cuba (1925) se habían fundado: el Partido Comunista de Argentina, en 1918; México, en 1919; Uruguay, en 1920; Chile, en 1921; Brasil, en 1922; Guatemala, en 1922, y Honduras, en 1924. Mas tarde fueron creados el PC de Ecuador, en 1926; Paraguay, en 1928; Panamá, en 1930; Perú, en 1930; Colombia, en 1930; Venezuela, en 1931; Costa Rica, en 1931, etc.

(12) V. I. Lenin La Tercera Internacional y su lugar en la historia, Obras Escogidas, T. IX., (Ob. Cit.), pp. 403-411.

(13) El marxismo llega a tierras latinoamericanas y caribeñas a través de algunas traducciones de los textos originales de C. Marx, F. Engels y V. I. Lenin, en el siglo XIX y el XX, realizadas en México, Argentina, los Estados Unidos de América y en otros países europeos como España, Portugal y Francia; pero, principalmente, por el arribo de oleadas de inmigrantes europeos y de la prensa ibérica al subcontinente. Las traducciones de los clásicos fueron incompletas y confusas por el desconocimiento del idioma y porque estuvieron influenciadas, en parte, por otras escuelas, tendencias y corrientes de pensamiento. En, Arnulfo Martínez Verdugo Partido Comunista Mexicano. Trayectoria y Perspectivas, Fondo de Cultura Popular, México D.F., México, 1971; Boris N. Brodovich Las Obras de Marx en América Latina, Editorial de Ciencias Sociales, La Habana, 1977, y Astroghildo Pereira Formacao do PCB (Partido Comunista de Brasil), Lisboa, 1978.

(14) En este esfuerzo por conocer el marxismo-leninismo en América Latina-Caribe hay que destacar, a partir de la década del 20, a la Editorial Europa-América de España; la Anderlecht-Bruselas de Bélgica; de algunas editoriales mexicanas, estadounidenses, argentinas, etc. Asimismo, las publicaciones de las revistas “La Internacional” editada en Moscú y traducida a varios idiomas, en especial, en inglés, francés y alemán; “Venezuela Libre” y “América Libre”, ambas gracias a los esfuerzos de la Liga Antiimperialista de las Américas; “La Correspondencia Sudamericana”, del Secretariado Sudamericano (Argentina); “Mundo Obrero”, del Buró del Caribe, “Luchador del Caribe”; “El Machete” del PC de México, entre otros órganos de prensa comunistas de la región. En Cuba se destacaron los periódicos del primer Partido Comunista de Cuba (1925): “Lucha de Clases” (entre 1924 y 1925), “Justicia” (1925-1927), “El Trabajador” (1931-1933), “Bandera Roja” (1933-35) y “Hoy”, (desde 1938, conjuntamente con “Carta Semanal” (1953-1959), hasta 1965 cuando se funde con el periódico “Revolución” y, se crea, el diario “Granma”. También circularon el diario “Juventud Obrera” (órgano de la Liga Juvenil Comunista fundada entre 1928 y 1929), “Mella”El centinela” (dirigido a los soldados y marinos), “Línea” (del Ala Izquierda Estudiantil-1931), “Confederación” (de la CNOC- 1934), órgano de Defensa Obrera Internacional-1931), “ entre otros.

(15) Orlando Cruz, Ídem; El movimiento revolucionario latinoamericano. Primera Conferencia de los Partidos Comunistas de América Latina, junio de 1929; en Archivo del Instituto de Historia de Cuba.

(16) La historia de las distintas organizaciones socialistas y marxistas que antecedieron al PCC antes de 1925 es la siguiente: Partido Socialista Cubano (1899), Partido Popular (1900), Club de Propaganda Socialista (1903), Partido Obrero (1904), Partido Obrero Socialista (1904), Partido Socialista Internacional (1905), Partido Socialista de Cuba (1906), Agrupación Socialista de La Habana (1918), Agrupación Comunista de La Habana y otras, de ocho regiones del país, entre 1923 y 1925. En Instituto de Historia del Movimiento Comunista y de la Revolución Socialista de Cuba Historia del Movimiento Obrero Cubano. 1865-1958, en dos tomos, Editora Política, La Habana, 1985, y Angelina Rojas Historia del Primer Partido […], Tomo I, Ob. Cit.

(17) Instituto de Historia del Movimiento Comunista y de la Revolución Socialista de Cuba Carlos Baliño. Documentos y Artículos, Editado por el DOR del CC del PCC, La Habana, 1976.

(18) Erasmo Dumpierre Julio Antonio Mella: Biografía, Editorial Orbe, Instituto Cubano del Libro, La Habana, 1975; Pedro Luis Padrón Julio Antonio Mella y el movimiento obrero, Editorial de Ciencias Sociales, La Habana, 1980.

(19) Rubén Martínez Villena Las contradicciones internas del imperialismo yanqui en Cuba y el alza del movimiento revolucionario, en revista Mundo Obrero, órgano del Buró del Caribe de la IC, mayo 1933, Nueva York, EE.UU., en Archivo del Instituto de Historia de Cuba.

(20) Alfredo Martín Fadragas Mella. Nacimiento de un líder, Ediciones Extramuros, Centro Provincial del Libro y la Literatura, Ciudad de La Habana, 2001.

(21) Aunque, en el juicio interno al que lo sometió el CC del PCC, Mella si estuvo muy irritado y molesto con sus compañeros. En el Acta de dicha reunión Julio Antonio respondió acerca de sí había pedido autorización para la huelga de hambre: “[…] Sólo recibí un posible acuerdo del CC en carta sin firma y sin cuño y en forma tal de injusticia insultante que nunca creí pudiese ser acuerdo de un CC del PC a un moribundo, a los 17 días de huelga.” Y en carta posterior afirmó que “[…] Es una cobardía que se me esté acusando sin haberme juzgado. Solo a envidiosos y cobardes se les ocurre esto. […] sino me dejan defenderme son todos unos miserables” Ver: Acta de la discusión con Julio Antonio Mella, fondo 6, primer Partido Comunista de Cuba y Carta de Julio Antonio Mella al Comité Central, Ídem., en Archivo del Instituto de Historia de Cuba.

(22) Orlando Cruz Capote La Liga Antiimperialista de las Américas: el antiimperialismo y las primeras intenciones de articular el marxismo y el latinoamericanismo en la América Latina y el Caribe. (1925-1935-37). Pendiente de publicar en los Anuarios Martianos. Inédito.

(23) La Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS) se fundó en diciembre de 1922. Mella la visita desde el mes de febrero hasta aproximadamente abril de 1927. Allí participó en el IV Congreso de la Internacional Sindical Roja y se entrevistó con dirigentes del Socorro Rojo Internacional. Además que escribió y discutió diversas ponencias en la KOMINTERN, que fueron publicadas en ese país posteriormente. Ver: Erasmo Dumpierre Julio Antonio Mella. Biografía, Ob. Cit.

(24) Raquel Tibol Julio Antonio Mella en El Machete, Fondo de Cultura Popular, México, 1968.

(25)Julio Antonio Mella Lenine Coronado (febrero de 1924), en Mella. Documentos y Artículos, Instituto de Historia del Movimiento Comunista y de la Revolución Socialista de Cuba, Editorial de Ciencias Sociales, La Habana, 1975, pp. 87-88.

(26) Ídem., Los Nuevos Libertadores (noviembre de 1924), p. 124.

(27) La obra escrita, revisionista y oportunista, de Víctor Raúl Haya de la Torre fue prolifera, entre las que podemos citar: “El antiimperialismo y el APRA”; “Construyendo el Aprismo”, “Espacio-Tiempo Histórico”, “30 Años de Aprismo”, etc. En 1931, ya está proponiéndose para la presidencia del Perú, entre otros intentos frustrados que repetiría a lo largo de su vida. Además, mintió cuando creó una farsa al pretender enrolarse en las huestes del famoso “Pequeño Ejército Loco” del General de Hombres Libres Augusto César Sandino, en Nicaragua, hecho que nunca consumó. La visión aprista de que era el campesinado, los estudiantes y las capas de la pequeña y mediana burguesía quienes dirigirían los combates antiimperialistas, fue una revisión profunda del marxismo y el leninismo en América Latina y el Caribe.

(28) Ana Núñez Machín Rubén Martínez Villena, UNEAC, La Habana, 1970; Rubén Martínez Villena, Colección Órbita, Instituto Cubano del Libro, La Habana, diciembre de 1972; Testimonios de varios compañeros de lucha de Rubén Martínez Villena, en revista Santiago, No. 16, Universidad de Oriente, Santiago de Cuba, diciembre de 1974; Ana Núñez Machín El joven Rubén, Editorial Gente Nueva, Ciudad de La Habana, 1981; Raúl Roa García El fuego de la semilla en el surco, Editorial Letras Cubanas, La Habana, 1982; Rubén Martínez Villena Poesía y prosa. Antología, Editorial de Letras Cubanas, La Habana, 1983; Angelina Rojas y Ana Núñez Machín Asela mía, Editorial Oriente, Santiago de Cuba, 2000; Olivia Miranda Francisco Rubén Martínez Villena: ideario político, Sociedad Económica de Amigos del País (SEAP), La Habana, 2003; Carlos E. Reig Romero Correspondencia de Rubén Martínez Villena (mayo 1912-mayo 1933), Selección y Notas del Autor, Editorial Unicornio, La Habana, 2006; Mella, 100 años. Selección, prefacio y notas Ana Cairo, Editorial Oriente, Editorial La Memoria, Santiago de Cuba, La Habana, 2003; Caridad Massón Rubén: desde el recuerdo y la esperanza, Editorial Unicornio, La Habana, 2006.

(23) Podemos mencionar, la lucha del “General de Hombres Libres” Augusto César Sandino y su “Pequeño Ejército Loco” contra la intervención militar norteamericana (1927-1934); la insurrección campesina en El Salvador dirigida por el PC y su dirigente Farabundo Martí (1932) y, el “Movimiento Tenentista” en Brasil (1930-1935), encabezado por Luis Carlos Prestes; también la llamada República Socialista en Chile (1931-1932) y el ascenso del patriotismo militar pequeñoburgués en Bolivia y Paraguay.

Dr. Orlando Cruz Capote, Investigador Auxiliar, Instituto de Filosofía, Cuba

«Disculpanos Mario, te hemos engañado.»

« Discúlpanos, Mario: te hemos engañado », – eran las palabras del Ché. La entrevista con Mario Monje Molina
Víctor L. Jeifets1 y Lazar S. Jeifets2

Hace casi 47 años, el comandante Ramón, a quien el mundo conocía como Ernesto Che Guevara, fue asesinado en Bolivia. La personalidad del revolucionario argentino, uno de los dirigentes de la guerra rebelde en Cuba entre 1956 y 1959 hasta hoy día atrae la atención de los investigadores. El aventurero revolucionario, el Robin Hood rojo, el Saint-Juste marxista, el nuevo Garibaldi, el Don Quijote del comunismo, San Ernesto de La Higuera. Una imagen brillante de Guevara fue dada por el poeta soviético Yaroslav Smeliakov « El Comandante »: « Era la persona responsable de una patria no muy rica, el ministro con la cara de apóstol y una barba de pirata ». … La lista de epítetos es larga. Tras su muerte el 8 de octubre de 1967, docenas de libros y centenares de artículos fueron publicados sobre el ‘guerrillero heroico’, unos por sus partidarios y colegas, otros por académicos. Hasta sus asesinos no perdieron la oportunidad de contar sobre sus encuentros con el dirigente guerrillero.[3] El Che mismo fue historiador de su última epopeya al describirla en el « Diario de Bolivia ».[4]

Sin embargo, siguen en pie las discusiones sobre las razones para escoger a Bolivia como su foco guerrillero. A inicios de los años 1960’s muchos, sin ninguna duda, estaban esperando el suceso de la guerrilla latinoamericana. No obstante, para 1966 ya era obvio que el venezolano Douglas Bravo y sus « Fuerzas Armadas de Liberación Nacional » no podrían triunfar; el grupo de J. R. Masetti en Argentina fracasó, tampoco lograron su victoria Hugo Blanco y Héctor Béjar en el Perú. La situación de la guerrilla guatemalteca (de la Unidad Nacional Revolucionaria) y nicaragüense (del Frente Sandinista de Liberación Nacional) era catastrófica, el levantamiento de Francisco Caamaño en la República Dominicana sufrió una derrota, la guerrilla de FARC y ELN en Colombia estaba en deceso.

El Che actuó en contra de la lógica política y encabezó un grupo guerrillero, el Ejército de Liberación Nacional de Bolivia. Tras un año fue derrotado por las tropas gubernamentales apoyadas por la CIA estadounidense. ¿Qué motivos estuvieron detrás de la decisión tomada por el revolucionario? La cortina del misterio en algo está movida por las confesiones de una persona que conoció bien al Che Guevara. Hace años, Fidel Castro calificó a este hombre, Mario Monje Molina, como un ‘crítico seudo-revolucionario’ de la guerrilla del Che.

Mario Monje nació en 1929 en una familia campesina y era maestro de oficio. En 1950, junto a varias otras personas fundó el Partido Comunista de Bolivia. Luego logró graduarse de la Escuela Superior del Partido en Moscú y en 1954 ocupó el puesto del primer secretario del Comité Central del Partido Comunista de Bolivia. Desempeñaba un papel importante en los inicios de la guerrilla en su país.

Varias páginas del « Diario de Bolivia » están dedicadas a « Estanislao » (Mario Monje) y contienen información sobre las graves divergencias entre Monje y el Che acerca de la lucha guerrillera, sobre todo en Bolivia. Durante décadas la historia fue contada con base en las palabras del propio Che Guevara y los dirigentes cubanos. Monje fue tildado de « cobarde » y « traidor » sin darle siquiera oportunidad de explicar su actitud, que difería de los puntos de vista dominantes en la literatura sobre el tema. Él tampoco quería expresarse mucho para que no pareciera que estaba justificándose.

De acuerdo con lo previsto por Monje, el Che no pudo salir de Bolivia. Murió en aquel país y sus restos estuvieron ahí durante décadas. Sólo años después, los restos del Guerrillero Heroico y de sus compañeros fueron trasladados a Cuba y enterrados solemnemente.

Junto con el Che cayeron los bolivianos Coco (Peredo Leigue), Loro, Julio César Méndez; los cubanos Papi, Joaquín y Marcos; la alemana Tania (Tamara) Bunke; y los peruanos Chang y Negro. Tres años después, otro guerrillero, Inti (el mayor de los hermanos Peredo Leigue), murió durante la explosión de una granada. Otro intento fallido de reiniciar la guerrilla lo emprendió el tercero de los hermanos Peredo Leigue, Osvaldo (Chato). Mario Monje, a su vez, tuvo que abandonar Bolivia por el resto de su vida.

Imagen 1. Mario Monje Molina
http://memim.com/

Hoy día, Bolivia es un país muy diferente de lo que era hace medio siglo. Obviamente, los guerrilleros del Ejército de Liberación Nacional de Ernesto, el « Che » Guevara, contribuyeron a los cambios contemporáneos. Hace décadas fueron derrotados, y triunfaron ahora. Sin embargo, la nueva Bolivia tampoco encontró lugar para Mario Monje.

Ahora se presenta la oportunidad de escuchar otro punto de vista. La plática con Mario Monje en el Instituto de América Latina de Moscú (durante años trabajó como investigador en esa institución académica) duró más de cuatro horas en 1991 y parte de ella no fue autorizada para ser publicada. Sin embargo, lo que queda, cambia sustancialmente las percepciones sobre la historia de la guerrilla boliviana del Che. Varios fragmentos de esa entrevista (que era la primera confesión extensa de Monje),[5] fueron publicados por el periódico Sankt-Peterburgskiie Vedomostiel 9 de octubre de 1992. Más tarde, algunas frases sueltas de las dos entrevistas de Monje aparecieron en el libro de Jon Lee Anderson6 (el periodista se encontró dos veces con Monje en Moscú) aunque sólo se trataba de fragmentos de estas charlas. El texto de la entrevista publicada ahora, es la transcripción de la plática original en ruso y traducida al castellano.

P.- ¿Hoy día, cuál es su actitud hacia el Che como persona y revolucionario? ¿Qué piensa sobre el punto de vista de que él era un aventurero?

R. – Oh, era excelente. Cabe notar la diferencia entre el sentido ruso de la palabra «aventurero» (que es más negativa) y su sentido español. El aventurero busca peligros. El Che era un romántico que deseaba ansiosamente realizar transformaciones sociales. No se trataba de un arribista, ¡para nada! Le gustaba desafiar a cualquier peligro. Así era el Che Guevara.

P. – ¿Cómo se conocieron?

R. – Guevara vino a Bolivia por primera vez en 1954. En aquel entonces el país estaba lleno de extranjeros que querían conocer desde cerca de la revolución boliviana:[7] entre ellos se podía encontrar a comunistas, trotskistas, militantes de otros partidos o gente que había abandonado la militancia. Yo personalmente, en aquellos días estaba recopilando y elaborando materiales para la próxima reforma agraria.[8] Casualmente estába con el Che en el mismo edificio, sin embargo, nuestros caminos no se cruzaron. Éramos jóvenes y desconocidos.

Él buscaba trabajo y consiguió un puesto de doctor en una pequeña mina cerca de La Paz. Sin embargo, después de dos o tres meses prefirió continuar su viaje por América Latina. No tengo ni la menor idea de que lo que estaba pasando por su cabeza. Ya se encontraba en el epicentro de una revolución, pero no participaba en ella. La causa, sí, era importante –él no significaba nada en Bolivia. ¿Qué debe hacer un revolucionario? Pues, obviamente, su obligación es hacer una revolución, según el mismo Guevara escribiría más tarde. Pero acá, en Bolivia, no era nada ni nadie y decidió salir del país. Es un aspecto clave para entender su línea de conducta en los años posteriores.

Ya luego estuvo en Perú y Guatemala, y de nuevo intentó participar en la revolución. Más tarde llegó a México, donde conoció a Fidel Castro. En aquel momento Guevara ya entró en la lucha que entonces era patriótica y todavía no era socialista. En la epopeya cubana el Che ya se había convertido en una figura significativa y tenía la perspectiva de conservar esa relevancia. Por cierto, yo creo que el Che nunca habría podido convertirse en un auténtico marxista-leninista. Era más bien, un jacobino, lo mismo que Lenin y Stalin. Fidel y el Che eran jacobinos, y eran gente sincera. Las circunstancias los cambiaron.

El verdadero encuentro nuestro se ocurrió en Moscú en 1960. Asistí a la Reunión Internacional de los Partidos Comunistas u Obreros.[9] Guevara encabezaba la delegación gubernamental cubana en el dicho evento. Mientras estábamos en la recepción oficial en Kremlin, el joven dirigente del Partido Comunista Hondureño, Rigoberto Padilla10 se acercó a mí proponiéndome ir a conocer al Che. Ambos fuimos a verle: « Comandante, soy de Honduras. – Mucho gusto. – Y yo soy de Bolivia. – Sabes que yo estuve en Bolivia… ». Intercambiamos un par de frases, obviamente la recepción no dejó muchos chances para platicar. Pero en adelante nos encontramos varias veces y nos hicimos amigos.

P. – Algunos investigadores consideran la teoría de la guerra de guerrillas propuesta por Che Guevara como una réplica de las ideas de Mao Tse-Tung…

R. – Ciertamente, había similitudes. Sin embargo, no estaba copiando, el Che estaba experimentando y buscando lo suyo. Claro está que sus ideas eran originales.

P. – Sin embargo, el Che escribió en su diario de 1 de enero de 1967 lo que sigue: «La impresión es que al enterarse por Coco11 de mi decisión de no ceder en las cosas estratégicas, [Monje] se aferró a ese punto para forzar la ruptura, pues sus argumentos son inconsistentes». Según el Che, Usted estaba obstaculizando de todas maneras su proyecto respondiendo negativamente a cualquier propuesta. Entonces, ¿en aquel momento, Ud. no creía en el posible éxito de sus ideas? Hoy día, ¿su actitud es la misma?

R. – Esas palabras significan que apenas el 1 de enero comprendió que entre nosotros no podría hacerse nada. Les explico por qué yo estaba seguro sobre la derrota inevitable. Hay varias cosas claves para entender la historia de una América Latina llena de episodios de lucha política violenta. Desde su mera fundación, los golpes de estado ya acompañaban a los países independientes. Y el deseo de lograr su estabilidad, siempre culminaba en una revolución, sea en México, Guatemala o Bolivia. La revolución cubana fue el clímax de ese proceso. Inicialmente, el triunfo de Castro encendió varias chispas. Ahora me queda claro: el socialismo jamás fue construido en Cuba; Fidel solamente fundó un gran latifundio como el que había tenido su padre. No es socialismo, es despotismo patriarcal. A mi parecer, el Che tampoco podría haberse convertido en un auténtico marxista-leninista.

Segundo factor a destacar. Durante aquellos eventos no había lucha enfrentada entre las dos superpotencias y la lucha en América Latina no era su prioridad. Los acontecimientos cubanos en 1957-1959 no estaban en el epicentro de la confrontación, los intereses de las naciones socialistas ni siquiera eran visibles. Consecuentemente, los Estados Unidos percibieron el levantamiento como una típica revolución hecha por jóvenes latinoamericanos. La opinión pública favorecía a los cubanos rebeldes, la prensa y la televisión organizaban reportajes ‘amistosos’.

Mientras tanto, a los comunistas de Cuba12 les daba igual: según ellos, no era cosa suya, se trataba de trámites democráticos. Solamente el grupo dentro del Partido Socialista Popular, con una gran tradición oportunista (el grupo de Blas Roca, el secretario general del Partido)[13] intentó adaptarse a la situación y hacer un juego doble. Pero cuando la revolución triunfó finalmente con el apoyo general a Castro, todos los comunistas cubanos optaron por pasar a su lado para penetrar en el proceso y dirigir el tren hacia sus rieles. Aníbal Escalante,[14] el secretario del PSP quiso hacerlo. Lo mismo habíamos intentado nosotros en Bolivia en 1952, pero no lo logramos por la poca cantidad de militantes.

Los Estados Unidos a su vez, probaron desviar la revolución cubana como antes lo habían hecho con la boliviana; notemos que las dos revoluciones gozaban de amplio apoyo popular.

En ese momento [Anastas] Mikoyan llegó a Cuba.[15] ¡Era algo inimaginable! Vino para ayudar a profundizar el proceso y dijo a los comunistas: « ¡Tienen que apoyar a Castro, nosotros lo hacemos sin reservas! » Hablé con Mikoyan en Moscú en 1960, junto con otros comunistas latinoamericanos que habían asistido a la reunión internacional. Entonces exclamó: « ¡Cuba es un regalo de Dios! ¡Es un milagro, es nuestro deber apoyarlo! »

Imagen 2. Mario Monje y el Che en Ñancahuazú.
www.elmancebao.blogspot.com

Entonces el enfrentamiento de las superpotencias comienza. Y la imagen de Castro y la actividad de los comunistas cubanos crecen en la opinión pública mundial hasta hacerse enorme (y, de hecho, era en realidad, poco importante). La propaganda (incluyendo la soviética) les convirtió en figuras míticas, no su trayectoria. Fidel ya figuraba como un hombre en el epicentro de la confrontación y los comunistas de América Latina y la izquierda en general, estaban de su lado.

Tuve un amigo entre los dirigentes cubanos que estuvo con Fidel desde el principio. Una vez me dijo: «Sabes, cuando habíamos triunfado, no queríamos tener nada que ver con los comunistas porque no nos habían ayudado. Y nosotros decíamos que eran una mierda, porque querían cosechar maíz sembrado por nosotros. Si hubieras empezado a hablar conmigo sobre marxismo-leninismo en 1959, te hubiera quitado la cabeza. Pero ahora, en 1961, ¡te digo que soy camarada tuyo!».

Y una tercera cosa. El caudillismo y el liderazgo autoritario siempre fueron parte natural de los procesos latinoamericanos. Los viejos y nuevos jefes, las nuevas alternativas, las nuevas derrotas y los nuevos triunfos fueron una búsqueda permanente de una vía adecuada, como lo hemos visto en Guatemala y Bolivia.

P. – ¿Cree Usted que todo esto formó la base para la guerrilla latinoamericana y causó nuevas divergencias en el movimiento revolucionario en el continente?

R. – Pues, escuchen lo que se refiere a mi caso. Yo era militante activo del Partido Comunista. En 1961 Ramón Aja, el encargado ad interim cubano en Bolivia, se acercó a mí: « Hay que pensar cómo ayudar a los guerrilleros peruanos que ahora están entrenándose en Cuba.[16] Sería más fácil aprovechar la frontera boliviana con su país. Ya empezamos a sondear el suelo sobre la reacción del gobierno de Bolivia ». Le respondí inmediatamente: « No creo que la revolución cubana se repita. Además, estoy decididamente en contra del contacto entre los gobiernos de Cuba y Bolivia con el objeto de apoyar a la guerrilla. El gobierno de Bolivia jamás prestará su ayuda, pero aún peor, hablar con ellos es lo mismo que informar a la CIA y al gobierno de Washington. Tendré que informar al Partido Comunista Peruano ». « Entonces, dijo él ‘te explico que el Partido Comunista Peruano envió esa gente a Cuba, pero ahora no quiere asumir su responsabilidad’.

Intenté intervenir, pero sin éxito alguno. En 1962 Fidel me invitó a Cuba para tratar este asunto. Los cubanos y algunos bolivianos decían sobre mí: « Monje está maniobrando y busca compromisos ». Entonces el Partido [Comunista de Bolivia] decidió enviar también al otro miembro del Buró Político (Hilario Clauré), un enemigo acérrimo de los compromisos.

Tras llegar a Cuba, no logramos hacer una cita con Fidel. Nos dirigimos a los comunistas que ya habíamos conocido (Blas Roca y Ramón Calcines),[17] pero no fueron de mucha ayuda. Nos invitaron, pero no hablaban seriamente. Al mismo tiempo, el teniente del Ejército Rebelde organizó para nosotros el encuentro con el Comandante en Jefe. Fue una sorpresa absoluta. Vimos dos estructuras: una era formal /incluyendo a los dirigentes del Partido Comunista/ y otra que ejercía el verdadero poder /el Ministerio del Interior y el Ejército Rebelde/.

El comandante Piñeiro18 me dijo: « Los peruanos han enviado este grupo, lo hemos capacitado y vamos a ayudarles ». Le objeté: « ¿Para qué carajos lo están haciendo? Los rusos ya lo han intentado acá en los años treinta, impulsaron guerrillas por aquí, luchas armadas por allá, y siempre fracasaron ». Piñeiro respondió: « Esa fue su experiencia. Perdieron por ser europeos. Nosotros tomaremos nuestra propia experiencia. Crearemos una nueva sociedad, la sociedad de los espartanos. Será otra gente, totalmente diferente ».

Fidel, al encontrarse con nosotros, también nos convencía: « Queremos ayudar a esos jóvenes porque tienen la misma oportunidad que a nosotros se nos dio a su tiempo. No quiero que ustedes cambien su modo de pensar. Solo pido que nos ayuden a cumplir nuestra palabra. Ayúdenos para que podamos ayudar a estos chicos. Sus actividades nos soportarán ». Los cubanos usaban este argumento muy seguido. Un compañero cubano me dijo: « Mario, la guerra de guerrillas en América Latina es muy útil para nosotros, porque suaviza la presión ejercida sobre nosotros, y nos da más chances durante nuestro duelo verbal con el enemigo ».

Claure dijo: « Estamos de acuerdo ». Yo no tuve otra opción, porque de cualquier modo lo hubieran hecho, estuviera o no de acuerdo con Claure y los cubanos. Me dirigí a los camaradas peruanos: « Ya decidan el destino del grupo con los cubanos ». Pedí a Blas Roca durante el Congreso del Partido Comunista del Uruguay que discutiera el problema con los dirigentes comunistas peruanos, pero me dijo que no estaba enterado del asunto y no podría ayudar en nada.

Yo de cualquier modo seguí ocupándome del asunto, compré una granja y organicé el encuentro con esa gente.[19] Ustedes encontrarían una contradicción obvia: en teoría yo estaba en desacuerdo, pero no pude rechazar las propuestas de Fidel y del Che. No tuve tantos contactos con el PCUS como Codovilla20 y Arismendi,[21] los dirigentes de los Partidos Comunistas de Argentina y Uruguay. Me conocían poco y casi no confiaban en mí. Era demasiado joven, según ellos. Blas Roca se burlaba de mí: « Eres un mocoso ». Obviamente, no pude contar con su apoyo.

Luego me comunicaron el pedido de Fidel y del Che sobre la organización del regreso del grupo de Masetti (en Cuba encabezaba la Agencia de Información « Prensa Latina ») a su patria: « Ya tienes la experiencia, ayúdales. Son la gente del Che, no tienen que ver con el Partido Comunista de Argentina ».

¿Tenía yo otra opción? Era un político joven e inexperimentado. ¡El mismo Fidel me estaba solicitando ayuda! Sin embargo, luego se lo comuniqué a la dirigencia de mi partido; indignados, ellos informaron al PC de Argentina.

De nuevo me pueden decir que era una contradicción: estando en contra de las guerras civiles y la exportación de revolución, contribuía a que lo hicieran. ¿Por qué? El triunfo de la revolución cubana provocó una euforia. Muchos comunistas estaban dudando de la estrategia de sus propios partidos pensando que el éxito de los castristas podría ser interpretado como una equivocación nuestra.

En 1963, Fidel me dijo mientras ambos estábamos en la ciudad soviética de Volgogrado: « ¡Eres una buena persona! ». Al mismo tiempo, Codovilla me criticaba por oportunista y por tolerar a los ultraizquierdistas.

P. – Según se sabe, la guerrilla en el Perú y en la Argentina ha fracasado. ¿Qué sintió Usted al enterarse de eso?

R. – ¿Quieren saber mis emociones? Cuando regresé a la patria tras terminar los estudios en la Escuela Superior del Partido en Moscú, era como un gallo que sabía cuándo hay que lanzar quiquiriquíes y cómo deben ser. La realidad contradictoria me hizo sentir un burro. Al tropezar con las primeras dificultades quise huir como un conejo. Al encontrar a mi profesor de comunismo científico, le comenté mis sentimientos.

Las dificultades y obstáculos eran numerosos. Recuerdo como en 1963, en una reunión de varios partidos en La Paz estábamos discutiendo la lucha por la democracia. Expresé mi agradecimiento al arzobispo por estar listo de luchar a nuestro lado. Regis Rebray22 que también asistía al evento, estaba indignado y furioso: « ¡¿Cómo un dirigente comunista y un marxista tomaban la mano del arzobispo?! » Y lo dijo dirigiéndose a los comunistas jóvenes, desafiándome abiertamente. No tuvimos contactos personales, porque ni él, ni yo lo quisimos. Para aquel entonces, lo consideraba como uno de los maoístas. Un amigo cercano de Debray, Oscar Zamora,[23] recibía ayuda de parte del embajador chino en Praga.

En 1963, el PC de Bolivia ya estaba lleno de contradicciones y divergencias agudas y al borde de una división. El grupo maoísta de Zamora no estaba bien organizado, sin embargo, era muy influyente. Durante el congreso intenté evitar la ruptura y logré que mi informe fuese aprobado. El representante uruguayo luego me comentó: « Mario, tu partido va a dividirse, tienes que buscar una salida ». Yo intentaba defender la unidad del partido y consideraba que todos los grupos deberían estar representados en la dirigencia, para que la vida demostrara qué alternativa era más viable. Lo propuse a los delegados que estaban en mi contra durante el congreso. Los representantes de los PP.CC. de Chile y Argentina /Teitelboim24 y Piñera25 / estaban criticando fuertemente mi «conciliación». Sin embargo, de nuevo fui electo como secretario del PCB.

Imagen 3. Fidel Castro y Ernesto « Che » Guevara
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Piñera dijo a Kolle26 y Reyes, quienes estaban a cargo de las estructuras de organización del PCB: « ¿Cómo permitieron a Monje hacerlo? ¿Cómo se atrevieron tolerar tanto compromiso? Había que acabar con estos izquierdistas, con estos canallas. Ustedes tenían mayoría. Monje es un oportunista, tal persona no puede dirigir el partido. Es un reconciliador. Jorge, ¿porque no tomas la dirección en tus manos? Y Monje que se vaya ». Volodia Teitelboim estuvo de acuerdo con él.

Era prácticamente un veredicto para mí. Kolle confiaba en mí, pero también creía a lo que decían los viejos y experimentados dirigentes comunistas de otros partidos latinoamericanos. Tras ver cómo ellos me estaban condenando, al otro día declaró que los partidos hermanos del continente y el PCUS (y todos sabían perfectamente bien que el PCUS hablaba por conducto del PC de Argentina) no apoyaban a Monje. Kolle y Reyes comunicaron el contenido de la plática a los demás miembros del CC. Mis posiciones eran muy débiles. Estaba casi solo y planeaban retirarme de la dirección.

P. – ¿Pero Cuba en aquel entonces le apoyó?

R. – Poco tiempo después. Después de un mes recibí una invitación para visitar a Cuba. Le dije a Kolle: « ¿Crees que soy un oportunista? Está bien. Pero no entiendes que tu actitud testaruda llevará a nuestro partido a una ruptura. Yo mejor dejaré de ser parte de la dirigencia, por completo, no quiero verlo. Mejor me voy por mi propia iniciativa, sin esperar que me expulsen. Escribiré un artículo sobre tu actitud y me voy. Pues, será así: escribo el artículo, lo lees, luego me voy y habrá una ruptura ».

A inicios de julio de 1964 fui a Cuba vía Praga. Me encontré a Oscar Zamora y le dije que él tenía que regresar a Bolivia y que era la orden del Comité Central.

En la isla hablé con el Che y estuvimos discutiendo varias cosas fuertemente. Él declaró: « Que me corten mis huevos si [Salvador] Allende27 gana [en las elecciones chilenas de 1964]. Yo reaccioné de la misma manera: « Que me corten los míos si la guerrilla de Douglas Bravo28 gana en Venezuela». El Che me preguntó: « Entonces, ¿no crees en la revolución en Bolivia? » « Claro que no », -fue mi respuesta. « Tienes razón, la guerra de guerrillas es imposible en Bolivia ». « Lo mismo me dijo Fidel en 1963, –comenté– « los guerrilleros no podrían triunfar en Bolivia porque el gobierno estaba realizando la reforma agraria. Cuéntalo a la gente que vino conmigo. No creen que los cubanos están de acuerdo [con mi punto de vista] ». El Che no vaciló en reaccionar: « Por supuesto, les diré. Estuve en Bolivia y vi que el país carece de bosques, no hay donde realizar la guerrilla. Los campesinos tampoco nos apoyarán. Hay que apoyarse con otras fuerzas ». Obviamente, estuve seguro que pensábamos lo mismo.

Pero al mismo tiempo Zamora, el dirigente del grupo maoísta dentro del PCB estuvo en Cuba en agosto (de lo que yo no sabía) y convenció a Fidel y al Che sobre las buenas perspectivas en Bolivia, y de que Monje era culpable del fracaso de la guerrilla en Argentina (por haber informado al PCA la infiltración de los agentes policiacos). Según Zamora, habría que deponer a Monje y fundar un nuevo partido comunista; y los cubanos le dieron el dinero para realizar la ruptura dentro del PCB.

Cuando regresé a Bolivia, la ruptura ya era un hecho. Ante ese dilema tuve que reaccionar y me lancé en contra de los maoístas. Platiqué con Zamora y él declaró que habría que iniciar una nueva lucha usando el ejemplo cubano. Respondí a Zamora: « Oscar, eres un arribista dispuesto a engañar con tal de alcanzar un puesto directivo ». Kolle estaba furioso: « Para que carajos hablabas con este tipo, que vaya al diablo ».

En aquel entonces el Partido Comunista contaba con 5 o 6 mil militantes y ejercía una disciplina férrea, lo que nos permitía ocupar buenas posiciones en el campo político boliviano. Nos empezaban percibir con respeto.

En mi propuesta de convocar a una conferencia comunista continental para evitar una ruptura y unirnos sobre la base del apoyo a la revolución castrista, encontré oposición de ambos bandos. Busqué un encuentro con el representante de la embajada de la URSS y durante nuestra plática él me informó que [Rodney] Arismendi estaba a favor de la idea de convocar la conferencia.

Entonces nosotros, los bolivianos, enviamos en 1964 una delegación a Moscú y Beijing para solicitar ayuda y declarar que estábamos en contra de una ruptura. Moscú dijo que nos apoyaba de manera decidida. Sin embargo, Codovilla me dijo: « Ya me dijeron sobre tu idea y para que te quede claro, ¡estoy en contra! Como siempre tu actitud es oportunista. Voy a informar al PCUS que estoy en contra ». Arismendi y [Arnaldo Martínez] Verdugo29 me estaban apoyando, la actitud del PC de Chile no estaba clara, los cubanos dijeron « sí ».

Mientras Codovilla consideraba que yo quería subordinar los partidos comunistas a los cubanos, el Che estaba seguro de que Monje estaba tejiendo una telaraña para el PCUS y era agente de los rusos, consecuentemente, el Che se expresó en contra de mi plan.

Cuando la conferencia, por fin comenzó en la Habana, fue Codovilla quien la inauguró. Duró una tensa semana. Las reuniones siempre fueron muy difíciles. Enfrentamiento tras enfrentamiento. Entonces Codovilla otra vez se enojó conmigo: « ¿Era esto lo que deseabas? ¿Que todos nosotros nos peleemos? Has puesto una trampa. ¿Quieres llevar a la ruptura a todo el movimiento comunista latinoamericano? ». El penúltimo día planteé la necesidad de defender la unidad comunista sin actividad fraccionaria y sin orientaciones hacia el PCUS o China. Nosotros somos latinoamericanos. No debemos dividir los partidos en otros países. Fidel estaba reflexionando, luego dijo: « Nosotros votaremos a favor de esa resolución ». Todos estuvieron de acuerdo. Entonces propuse enviar de la delegación del PP.CC. grandes latinoamericanos a Moscú y Beijing para comunicar que estábamos en contra de la ruptura. La delegación fue encabezada por Carlos Rafael Rodríguez,[30] a mí también me incluyeron; por fin, era el autor de todo el plan.

Venimos a Moscú, donde el PCUS ya estaba bajo el mando de Leonid Brezhnev e informamos sobre las decisiones tomadas. Los rusos nos dijeron: « Votamos hasta con los pies » / Luego fuimos a Beijing donde nos recibieron con sospechas: « Ah, es la delegación revisionista ». Los chinos discutían enérgicamente. Mao Tse-Tung en Beijing se portaba de manera grosera ofendiendo a la revolución cubana. Kan Sheng31 y Liu Shaoqi32 intentaban provocar más disputas, a ellos les siguió Deng Xiao-Ping.[33] Carlos Rafael Rodríguez se enojó y dijo que los cubanos no continuarían las pláticas.

Rodney Arismendi encabezó una delegación que fue a Cuba para informar sobre los resultados del viaje a Beijing. Yo regresé a Bolivia donde me dijeron que me esperaban en Moscú. De nuevo tomé el camino. Sabía que el Che en aquel momento había ido a Beijing y África del Norte, sin embargo, no tenía una puta idea de qué se trataba.

En Praga me encontré accidentalmente con Emilio Aragonés,[34] quien acompañó al Che en Beijing. Me comunicó que el Che nos consideraba culpables por provocar todo el escándalo en Beijing. Preguntaba dónde se encontraba el Che para aclarar el asunto. Aragonés me dijo: « Fue brevemente a Tanzania ». Me dijo que fuera a La Habana para hablar con Fidel.

P. – Ahora hablaremos sobre los acontecimientos que tenían que ver con la lucha del Che en Bolivia. ¿Porque, a fin de cuentas, escogió a su país para realizar sus teorías?

R. – Los cubanos esperaban unos cinco años de lucha en África, querían crear el frente gigante guerrillero en el Congo /Leopoldville/.[35] Sin embargo, tropezaron con obstáculos invencibles: las creencias chamanistas, la conciencia tribal, falta de confianza a los blancos. A veces los cubanos tenían que combatir solos en contra de los mercenarios blancos que estaban peleando al lado del gobierno. Los dirigentes rebeldes estaban en desacuerdo entre sí, y la mayoría de ellos insistía en que el Che y los cubanos se retiraran.

Entonces propuso su ayuda a Samora Mashel36 en Mozambique, pero éste evitó tomar una decisión. Después el Che estuvo algún tiempo en Europa.

Él no quería, ni podía regresar a Cuba. El Che me dijo: « Marché con el paso de gala. Ahora no puedo volver ni tengo con qué ». Obviamente no quería parecer burlesco. No dudo que habría estado de nuevo designado a algún puesto alto, pero ¿acaso le daría el mismo respeto? El regreso tras el fracaso significaría destruir la leyenda sobre sí mismo.

Imagen 4. El Che Guevara en el Congo
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El tiempo se acabó rápidamente. La gente se reunió en Cuba y solamente esperaba la orden para iniciar la acción. Si hubiera podido ir a la Luna, el Che lo hubiera hecho. Sabía que yo algo estaba preparando en Bolivia y que disponía de estructuras y de contactos con otros países, estaba también enterado sobre algunos comunistas bolivianos listos para participar en una guerrilla. Además, éramos amigos. Cuando hablábamos en la noche del Año Nuevo de 1967, le dije: « Sí, estoy preparando una lucha, pero no es la que tu estas diseñando. No te voy a molestar, te dejaré un camino libre y me ocuparé de mis cosas. Lo único que te pido como amigo es que te vayas, porque acá te matarán ».

P. – ¿Y Fidel qué tuvo que ver con toda esa historia?

R. – Fidel fue el mayor responsable por todo lo ocurrido. Tres personas tienen la culpa: Fidel, el Che y yo mismo. Fidel, sin embargo, nunca quiso reconocer su grado de responsabilidad. Sabía perfectamente bien que no podríamos iniciar una guerra de guerrillas. En la introducción escrita por Fidel al « Diario de Bolivia » del Che Guevara hay muchas cosas inciertas. El dirigente cubano simplemente quería deshacerse de su culpa por el fracaso del Che en Bolivia.

¿Qué pensaba Fidel sobre lo que estaba pasando? Publicó la carta del Che escrita antes de la expedición africana (el 1 de abril de 1965) en octubre, cuando Guevara ya iba a abandonar el Congo. ¿Acaso Fidel no estaba enterado sobre el fracaso del Che al momento de publicar que éste había dejado sus altos puestos en la dirección cubana para ir « hacia nuevos campos de batalla »? Se me hace que lo hizo a propósito.

P. – Regis Debray dijo que el Che fue asesinado dos veces: la primera vez le fusilaron en Bolivia, y la segunda fue cuando su fotografía se convirtió en carteles. ¿El mito de Guevara cerró el camino a Guevara mismo?

R. – El Che no tenía donde regresar. Fidel le invitó venir a Cuba y los dos estaban buscando algún lugar para la expedición. ¿Podría ser Venezuela? Pero los guerrilleros ya estaban disparando sus últimos tiros. El movimiento en Guatemala era muy débil, lo mismo que el peruano. Estaba pensando en Brasil y Argentina. Brizola37 quería participar en todo esto.

Cuando el Che se enteró que yo no quería apoyar el plan de la guerrilla, se fue a Bolivia para tomarme a mí y al PCB por sorpresa y obligarnos a entrar a la acción. Estaba seguro de que yo quería ser líder y pensaba usarlo. Fidel (tras nuestra plática en Cuba) le envió el telegrama: « Monje va a Bolivia con la cabeza llena de fantasías ».

P. – En su diario el Che escribió que había pedido no comunicar nada a los dirigentes del Partido Comunista de Bolivia, pero en otra parte afirmaba: « Estamos internacionalizando la lucha a pesar de la actitud de Estanislao (Monje) ». ¿Significa, entonces, que Usted sabía los pormenores del proyecto y que contaba originalmente con su apoyo?

R. – Yo estaba preocupado porque no sabía dónde se encontraba el Che. El CC del PCUS tampoco disponía de información. El jefe del Departamento Internacional del Comité Central, Boris Ponomariov, me preguntó si yo sabía dónde se encontraba Ernesto Che Guevara. Le contesté que estaba enterado de que antes había ido a África, pero había salido ya y luego se perdió de vista.

Los cubanos nos participaron su asistencia a la Conferencia Tricontinental38 y enviaron una delegación de tres personas. Nos llegó la información de que Zamora recibió invitación también, pero no le limitaron en cuanto a la cantidad de delegados. No podía creerlo e intentaba averiguar si era cierto, no logré hacerlo.

De cualquier modo fui a la Tricontinental. Había que organizar un grupo de bolivianos para estudiar la experiencia cubana y quitarle la iniciativa a Zamora. Para que los cubanos vieran que nosotros, los dirigentes del PCB, también estábamos buscando varias opciones.

Durante la Conferencia Tricontinental Fidel me preguntó sobre mis planes. Le respondí que siempre había posibilidad para rebeliones cuando se agudizaban las divergencias. Yo mismo había participado en dos levantamientos exitosos. Le comuniqué a Fidel que ya disponía de un grupo para entrenamiento militar.

Manuel Piñeiro me dijo después que la actitud mía no le agradaba a Fidel: « ¿Porque no quieres una guerrilla? ¡Piénsalo bien! ». Sabía que los cubanos no me dejarían salir si no participaba en su juego y le dije a Manuel Piñeiro que iba a ver qué era posible hacer. Yo mismo solicité participar en la instrucción militar para demostrar que estaba dispuesto a la lucha.

Mientras tanto pedí que Ramiro Otero39 regresara de Praga y le envié al CC del PCB: « Avisa a la dirección que los cubanos están preparando una guerrilla en Bolivia ». El Buró Político no me creyó y pensó que era un pretexto para quedarme en Cuba. El CC del PCUS en Moscú tampoco confiaba a mis advertencias. ¿Qué tendría que hacer?

Fidel me invitó a emprender un viaje por el interior de Cuba, y mientras estábamos en el avión me contaba cómo habían combatido a las tropas de Batista y demostraba los lugares del combate desde arriba. Entendí que me estaba probando. Le recordé que Bolivia había tenido una larga tradición de insurrecciones populares y que dadas las condiciones de la dictadura militar, era posible que surgiera una nueva. Dije a Fidel: « Si hay algún levantamiento tendremos la posibilidad de tomar el control de la situación. No quiero una guerra civil, prefiero buscar una salida electoral. En ese caso nosotros saldríamos fortalecidos ».

Fidel de nuevo me preguntó: « ¿Qué piensas hacer? Te pido un favor. Sabes, siempre te conocí como un buen internacionalista. Francamente quiero agradecer toda tu ayuda, y ahora sale que un amigo común quiere regresar a su patria. Su carácter y calibre revolucionarios son indudables y nadie podría impedir que vuelva. Él piensa que el mejor lugar por donde pasar es Bolivia. Te pido ayudarle. Podrás hacerlo, siempre ayudabas a la gente ».

« Está bien, lo haré ».

« Escoge la gente, dijo Fidel que le acompañaría hasta la frontera. Si tú y el Partido no están en contra, le podrían acompañar también después de la frontera ».

Nunca pronunció el nombre del Che, sin embargo, entendí de quién se trataba.

Ya imaginaba, por cierto, dónde podría estar el Che. Recuerdo que uno de los dirigentes cubanos me preguntó, para averiguar qué tan informado estaba yo: « ¿Sabes dónde se encuentra ahora el Che?». Le respondí en seguida: « Supongo que debe estar en el país africano cuyo nombre empieza con « C ». Me dijo enojado: « ¡Cabrón! ». Y entendí que adiviné de manera correcta: el Che estaba en Congo.

Fidel confirmó otra vez: « No vamos intervenir en los asuntos interiores de tu país. Ocúpate de tus cosas, y te ayudaremos. Espero que me digas los nombre de la gente ahora y que me comuniques cuantos serían ». Le respondí: « No serían más que tres o cuatro personas. De los que están ahora conmigo: Coco Peredo, Loro Vásquez Viaña, Julio Méndez (El Ñato) y Rodolfo Saldaña ».[40] Fidel anotó los nombres y dijo: « Eso es todo ». Así, nuestra plática se terminó.

Le creí y dije a Humberto Ramírez (el secretario del CC del PCB):[41] « No hay de qué preocuparse, no habrá nada en Bolivia ».

Regresé a Bolivia en julio de 1966 algo enojado, porque mi posición en la dirección del PCB estaba debilitándose. Las elecciones en el PCB estaban aproximándose y empecé a prepararme. Los cubanos me solicitaron buscar un lugar para que se reuniera la gente, entonces decidí comprar una granja. Coco, Loro y Saldaña encontraron una « base » cerca de la frontera con Argentina. Era buena porque estaba en la frontera con Argentina, sin embargo, tras el fracaso de Masetti, la policía estaba vigilándola.

Imagen 5. Campamento en Ñancahuazú, Bolivia.
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Por accidente, encontré en la calle de La Paz un hombre de bigotes, a quien reconocí inmediatamente: era Regis Debray.[42] Comuniqué esto al Secretariado del PCB. Entendí que Debray estaba cumpliendo la tarea de los cubanos y que La Habana quería engañarnos. Envié algunas personas a diferentes regiones para averiguar si gentes extrañas aparecieron allá. A Debray le vieron en La Paz, en Santa Cruz no detectaron a nadie, en Cochabamba vieron a alguien parecido a Debray.

Llamé al cubano:[43] « ¿Que está haciendo Debray acá? ». – « No lo sé, estuvo en Cuba, pero no tengo ni puta idea de que está haciendo en Bolivia ». Le respondí: « Ustedes quieren violar nuestro acuerdo, ¡pero en Bolivia no habrá una guerrilla! Estoy en contra y comunicaré todo a los dirigentes del partido. La historia les condenará ». Todo eso ocurrió en septiembre de 1966.

Un poco antes, en el Pleno del CC del PCB, tomamos la decisión de participar en las elecciones; yo personalmente estaba en contra por considerar que de esa manera estábamos legitimando el régimen del general Barrientos,[44] al mismo tiempo entendía que abstenerse de las elecciones significaba acercarnos a la guerra de guerrillas. No podía, obviamente, decirlo abiertamente, por eso tuve que apoyar públicamente la idea de ir a las elecciones. Las circunstancias convierten a algunas personas en rehenes. A veces podemos hacer lo que queremos, pero no más que la mitad de lo que queremos. Lo demás lo determinan las circunstancias.

P. – Está bien, Ud. tenía sus razones para no apoyar la guerrilla en Bolivia, sin embargo era obvio que militantes jóvenes del PCB no compartían su punto de vista.

R. – Todo dependía fuertemente del factor personal. Inti (Guido Peredo, miembro del CC del PCB),[45] era una persona fuerte y seria y estaba siempre en contra de la idea de una guerra de guerrillas. Apenas le enviamos a La Habana, su hermano Roberto (« Coco ») me advirtió: « Inti es una persona de cierto temperamento, puede cambiar su punto de vista en cualquier momento, y, obviamente, en ese caso le apoyaré a él ».

Luego Coco me contó cómo Inti había sido convertido en un guerrillero: « Hemos encontrado en el hotel al hombre de quien nos había hablado Fidel. Nos preguntó: « ¿Saben quién soy? ». – « No. ¿Es usted uruguayo? ». Entonces él se quitó los dientes falsos y su peluca, tomó una pipa y ‘oscureció’ sus mejillas. « ¡Eres el Che! ». Guevara nos preguntó: « Inti, ¿irías conmigo? Pediré a Mario que te deje ir ». Así perdí a mi amigo. Coco me comunicó que el Che quería hablar conmigo: « Te espera. Te necesita. Piensa iniciar la lucha acá para formar un núcleo guerrillero y entrenar a la gente. El ejército guerrillero crecerá ». Me indigné fuertemente: « Estoy en contra de gente ajena a la cabeza de nuestra guerrilla. Aunque hubieran sido Lenin o Marx ». Coco también se enojó: « ¿Quién eres? ¿Qué has hecho? Y el Che ya ha triunfado en Cuba. Tiene su plan, su organización y dispone de gente ». – « Coco, imagínate que tienes problemas con tu esposa. Y yo, amigo tuyo, vengo a tu casa y te digo: ‘¿No sabes qué hacer?’ Y empiezo a enseñarte ocupando tu espacio en la cama. ¿Te gustaría? Pues es lo mismo ». Pero ya no me estaba escuchando. Cualquier joven haría lo mismo estando en su lugar.

P. – ¿No intentó Ud. esclarecer el asunto con Fidel Castro?

R. – Claro que sí. Enviamos a los hermanos Peredo a Cuba precisamente para eso. Luego fui yo acompañado por Simón Pérez.[46] Y Fidel estuvo de acuerdo en que la revolución boliviana debía ser dirigida por los bolivianos. Propuse convocar una nueva conferencia comunista continental para plantear todos los asuntos y discutirlos. « No lo voy a hacer, me dijo Fidel no seas fastidioso. Oye, ¿y porque no hablas de eso con tu amigo? Habla con el Che. Si él está de acuerdo, tampoco lo voy objetar ».

« ¿Y dónde está? ¿Cuándo podemos vernos? ». Fidel se alejó de mí para preguntar a otra persona (que yo también conocía): « ¿Dónde se encuentra Ramón? ». Esa otra persona en voz baja le respondió: « Cerca de Ñancahuazú ». Lo escuche y otra vez pregunté a Fidel: « ¿Cuál será el lugar del encuentro, dentro o fuera de Bolivia? » Fidel dijo: « Fuera de Bolivia, pero en la frontera ». Pero entendí que me estaba mintiendo.

En aquel momento creía que Fidel y el Che pensaban lo mismo. Pero cuando leí una noticia en « Granma » sobre una gran ayuda económica de la URSS a Cuba, dije: « El asunto está claro. Fidel es un político pragmático y necesita mucho esa ayuda. Estará al lado de la URSS ».

Regresé a Bolivia y me contaron que nuestra gente empezaba a desaparecer. Tras platicar con Kolle decidí convocar el Pleno del Comité Central del PCB en dos semanas, o sea entre el 8 y el 10 de enero. Y en ese momento Coco me comunicó la propuesta del Che sobre una plática.

P. – ¿Fue su último encuentro con el Che?

R. – Sí, este encuentro fue descrito en el Diario de Bolivia.

Tomé el pasaporte extranjero (por si la cita fuera en la frontera), una pistola y salí. Estuve operando de manera legal, entonces mi viaje no era oculto. A todos los dirigentes de las locales del PCB por el camino explicaba la dirección de mi viaje para que supieran dónde buscarme por si acaso. En Camiri dije al militante del partido para que vigilara a dónde me llevaba el coche, para que se comunicara a La Paz si no regresaba en 48 horas.

Cuando ya estuve en la Casa de Calamina vino Inti, y solo entonces apareció el Che. Habíamos cambiado un par de frases generales. Inti me advirtió: « Su plática será histórica. Él apuntará cualquier palabra en su libreta ».

Como a la diez fui a hablar con el Che. Él empezó la conversación: « Desde hace mucho quería hablar contigo. Pero antes que todo debo decir ciertas palabras. Discúlpanos, Mario: te hemos engañado. Yo había pedido a Fidel que hablara contigo. No tiene la culpa. La responsabilidad es mía, él te planteó lo que yo quería, pero ambos teníamos el criterio de no comunicarte ningún plan nuestro. El Papi, el cubano con quien habías hablado acá, es militar y no podía violar el orden recibido. Habíamos ayudado a Oscar Zamora, pero éste resultó ser un cacho de mierda incapaz de cumplir su palabra ». Me aseguró que no iban a enlazarse con los militantes y ex-militantes con simpatías pro-chinas.

Luego reflexioné mucho sobre todo lo que me dijo el Che. ¿Qué tenía que ver con el internacionalismo proletario y con el marxismo?

Coco me declaró: « Ramón no está cuestionando tu posición como líder del PCB. Sólo quiere ser dirigente militar ». Luego, cuando ya hablaba con el Che, entendí bien su plan. Y comprendí de manera perfecta que sería incapaz de dirigir a la gente fiel personalmente al Che.

El Che me propuso quedarse con ellos y encabezar la revolución, yo, por mi parte, exigí más información. Él me habló de la Revolución en América Latina, de preparar la gente en Bolivia. Afirmaba que el ejército boliviano era débil, que podían entrenarse allí los equipos que iban a hacer la revolución en el Perú, en la Argentina. Y el Partido Comunista nuestro podría ayudar en este sentido. Yo le comente: « el ejército puede ser débil, pero va a aprender. Uds. podrán darles golpes iniciales pero ellos les darán golpes después ». Me dijo: « Eres un cobarde ». Yo le dije: « ¿tú eres suicida? ».

« Tú debes ser el líder de la revolución en Bolivia, decía el Che yo sólo seré el dirigente militar. Tu proyecto del levantamiento urbano es lo mismo que acechar por las nubes, mientras yo dispongo del plan de actividades concretas. Tú solo estás perdiendo oportunidades y tiempo ».

Así inició la discusión: « Ahora bien, imaginemos que soy el líder de la revolución y tú solo te ocupas de cosas militares. Pero desde que empieza el combate, el comandante militar se convierte en un líder, mientras el líder político sólo se limita a ser consejero al modo del presidente cubano Dorticos47 en la presencia de Castro. Entonces, ¿quién seré? Efectivamente, ¡tú serías el mayor dirigente! Voy a retirarme de la dirigencia del PCB para ocuparme de toda esa cosa. Todo debe ser bajo el control del partido ». Habíamos hablado durante cuatro horas. Le dije finalmente: « No puedo estar de acuerdo con tu actitud. Te voy a decir francamente: debo ser el líder número uno. ¡Y punto! Te guste o no te guste ». El Che, a su vez, me dio de entender que no cedería en cuanto al mando militar. Le advertí que iba a transmitir todo a la dirección del partido y que sería el partido el que diera su última palabra.

Imagen 6. Coco (Peredo Leigue), Julio Méndez (El Ñato), Loyola Guzmán e Inti Peredo Leigue en Bolivia.
http://palavrastodaspalavras.wordpress.com/

Los cubanos no sacaron conclusiones correctas de lo ocurrido en Cuba. En la isla habían tenido una lucha en contra de la típica dictadura latinoamericana, era la lucha democrática y patriótica. No hablaban sobre el socialismo, porque no pensaban en el socialismo. América Latina e incluso los Estados Unidos eran solidarios con ellos, la reacción de la prensa y la televisión lo revelaba claramente. A fin de cuentas, toda la historia acabó con el triunfo castrista. Sin embargo, el foco guerrillero del Che era socialista y era muy obvio. Pero el socialismo requiere otras condiciones y otros modos de luchar. El Che no tenía ni un chance para ganar.

Cabe notar, que la lucha armada en Bolivia podría llegar al triunfo. Les daré dos ejemplos desconocidos por el Che.

El primer ejemplo tiene que ver con la Guerra de Independencia. Bolivia (el Alto Perú) era parte del virreinato español. Los rebeldes argentinos entraron a Bolivia para acabar con el dominio español. Una vez, en la noche, las dos tropas estuvieron frente a frente. Sin embargo, nadie combatía en la noche. Los argentinos vieron a los indígenas en las montañas y estaban seguros que eso significaba un triunfo eventual, porque los indígenas les ayudarían. No obstante, los aborígenes prefirieron solo observar. En la mañana los españoles derrotaron a los rebeldes argentinos. Cuando los españoles se fueron, los indígenas habían bajado de las montañas para juntar las armas. Y solamente después iniciaron su guerrilla en contra de los españoles.

El segundo ejemplo ya se refería a nuestra época. Una vez el Partido Comunista de Bolivia había enviado un militante de la ciudad al campo para distribuir volantes. La policía le sacó fuera del pueblo y los pobladores locales no lo objetaron. Entonces hemos buscado a otro comunista, originario de este pueblo. Era tímido y le daba miedo hacer su trabajo, estaba distribuyendo volantes de manera muy cuidadosa para que nadie lo viera. Y la gente local le dijo: « No tengas miedo, ¡hazlo de manera abierta! ». Cuando vino la policía, los pobladores rechazaron entregar al agitador diciendo: « Es de los nuestros ». Obviamente, no significaba que iban a votar por el PCB, pero por lo menos le escuchaban.

Le dije al Che: « Antes de intentar levantar a la gente, mira el color de sus manos. Solamente seguirán a alguien de los suyos. Si fuera contigo y les contara sobre transformaciones mágicas, me escucharían, porque soy como ellos, está bien, casi como ellos. Pero si viniera un indígena de su pueblo y me dijera « ¡Mientes! », ellos le creerán a él.

Cuando hablaba con los militantes bolivianos sentí que estaban bajo presión muy fuerte. Les dije: « Están actuando en contra de la línea del partido y de acuerdo con la línea de los cubanos. Pero si quieren, quédense. No habrá ninguna medida represiva, pero a nombre del partido no actúan. Es mi obligación comunicar todo a la dirigencia del partido ». Méndez48 levantó la mano y vi que quería decir que estaba con el partido. Le dije: « Cállate, que ellos hablen ». Los demás se expresaron por la guerrilla. Entonces dije: « Méndez, eres la única persona entre ellos que conoce el bosque. Debes quedarte para ayudarles. Pero toma en cuenta que es casi seguro que morirás ». Me contestó: « Esta bien, me quedo. Si lo dice Usted, si lo quiere el Partido, me quedo ».[49] En la mañana del 1 de enero Inti me preguntó: « ¿Cuál es tu decisión final? ». – « Mi opinión no ha cambiado. No permitiré reclutar a la gente de dentro del Partido ».

Me acerqué otra vez al Che: « Me voy ». Che: « ¿Te vas como amigo o como enemigo? » – « Depende de ti ». – « Mario, quédate con nosotros ». – « No quiero morir con tu grupo ». – « Podrías ir a Cuba con tu familia ». – « No, mi familia queda conmigo, en Bolivia ». « ¿Estás seguro que todo estará mal con nosotros y que nos van a matar? ». – « ¡Sí, estoy convencido! Lo único que te puedo recomendar como amigo es que te vayas, porque acá te matarán. No voy a ser un obstáculo en tu camino y me voy a alejar de la dirección [del PCB]. Como amigo, te deseo los mayores éxitos. Si triunfaras, puedes encontrarme y fusilar. Entonces diré: ‘¡Muera el marxismo-leninismo! ¡Viva el guevarismo o fidelismo!’ Pero ahora te digo que te vayas ».

Ellos comenzaron a discutir si me dejarían ir o no. Pero el Che dijo firmemente que me había garantizado la seguridad personal. Durante todo el día, mientras esperaba el carro, todavía estaba yo reflexionando. Pero luego fui y todo lo conté al Partido. Inicialmente no me creían, pero conté todo, sin decir los nombres. Que ellos, los guerrilleros, hablen por sí mismos.

P. – ¿El Che perdió porque escogió mal el momento y el país? ¿O tenía que ver con su teoría?

R. – Yo creo que toda su teoría era errónea, aunque vimos ejemplos brillantes de gente revolucionaria y honesta como Camilo Torres y Carlos Marighela. El canto final de la guerrilla lo hemos escuchado en el Perú cuando fue encarcelado el dirigente de « Sendero Luminoso », Guzmán.[50]

P. – ¿Hoy día, no se arrepiente de su rechazo a ayudar a Che Guevara?

R. – En el libro escrito por el periodista e historiador ruso Alexeev El condotiero humilde. El fenómeno de Che Guevara51 se afirma que rechacé la guerrilla por ser nacionalista. Pero no estoy de acuerdo, no tenía que ver ni con nacionalismo, ni con patriotismo. Era y soy hombre de hechos concretos. Y el plan guevarista estaba destinado a ser derrotado desde el inicio.

Notas:

[1] Víctor L. Jeifets, Dr. en Historia, Universidad Estatal de San Petersburgo.

[2] Lazar S. Jeifets, Dr. en Historia, Universidad Estatal de San Petersburgo.

[3] Rodríguez, Félix I. y John Weisman. Guerrero en la sombra. New York: Simon & Schuster, 1989.

[4] El Diario del Che en Bolivia. Noviembre 7, 1966 a Octubre 7, 1967. La Habana: 1968. Las fotocopias del diario del Che Guevara fueron entregadas de manera ilegal a La Habana por el ministro del interior de Bolivia Antonio Arguedas y luego fueron publicadas simultáneamente por una editorial cubana, la editorial Maspero en Francia, la editorial de Feltrinelli en Italia y la revista « Ramparts ». El « Diario de Bolivia » fue publicado también en ruso en el suplemento a la revista Novoie Vremia (18 de octubre de 1968).

[5] A finales de 1992, Monje Molina fue también entrevistado por el periodista ruso Leonard Kosichev y fragmentos de aquella entrevista fueron publicados en ruso en la revista académica Latinskaia Amerika, aunque tampoco recibió mayor difusión.

[6] Lee Anderson, Jon. Che Guevara. Una vida revolucionaria. Barcelona: Emece Editores, 1997.

[7] Se trata de la revolución de 1952, encabezada por el Movimiento Nacionalista Revolucionario de Víctor Paz Estenssoro.

[8] La ley sobre reforma agraria fue aprobada el 2 de agosto de 1953 y establecía la prohibición del peonaje. Al mismo tiempo, establecía la entrega de tierras a los campesinos (fueron los terrenos de grandes latifundios) y la fundación de cooperativas agrícolas. Durante 24 años los campesinos tuvieron que pagar esas tierras (con 2% de los intereses anuales). Según los datos oficiales, para 1964 el gobierno entregó 5.6 millones de hectáreas a 158 mil familias.

[9] La Reunión de representantes de 81 partidos comunistas y obreros fue convocado en Moscú con el objeto de discutir los asuntos clave de la situación internacional y de la lucha por la paz, democracia, la soberanía nacional y el socialismo (10 de noviembre – 1 de diciembre de 1960).

[10] Padilla Rush, Rigoberto (1929-1998). Participó en la huelga bananera de 1954. Fue tres veces detenido en Honduras y tuvo que pasar 17 años en el exilio en Cuba, Nicaragua, Bulgaria y la URSS. Durante más de 20 años fue secretario general del Partido Comunista de Honduras. Participó en las actividades de los grupos de la guerrilla hondureña en los 1980’s. Tras regresar a Honduras del exilio fue miembro de la Comisión Política del partido de la Unificación Democrática.

[11] Peredo Leigue, Roberto («Coco») (Cochabamba, 1938 – Quebrada de Batán, 1967). Político y guerrillero boliviano. Fue militante de la Liga de Jóvenes Comunistas de Bolivia, desde 1951 militaba en el PC de Bolivia. Visitó a Cuba en 1962 y 1966, en 1964 y 1965 estuvo dos veces en la URSS. Entre 1963 y 1964 participó en la red de apoyo al Ejército Guerrillero del Pueblo encabezado por Jorge Masetti en Argentina (en la frontera con Bolivia). Miembro del grupo guerrillero del Che en Ñancahuazu en 1966-1967. Nominalmente fue el comandante del Ejército de Liberación Nacional de Bolivia. Cayó en un combate con la tropa gubernamental.

[12] El Partido Socialista Popular de Cuba no participó en la preparación del asalto a Moncada el 26 de julio de 1953 y tampoco en la organización de guerrilla castrista. Sin embargo, varios miembros del PSP estuvieron entre los dirigentes del Movimiento 26 de julio (por ejemplo, Raúl Castro). Este hecho no frenó las represiones de la dictadura de Batista en contra de los militantes del PSP. El partido estaba organizando una lucha clandestina en contra del gobierno batistiano en las ciudades; más tarde envió sus representantes al Ejército Rebelde (Carlos Rafael Rodríguez y Jorge Risquet Valdéz y otros) y fundó su propio destacamento en Las Villas bajo el mando de Félix Torres, que estaba colaborando con la columna del Che Guevara.

[13] Roca Calderio, Blas (Francisco Wilfredo Calderio) (24.7.1908, Manzanillo-25.4.1987, La Habana). El Secretario General del CC del Partido Comunista de Cuba (1933-1940), de la Unión Revolucionaria Comunista (1939-1944), del Partido Socialista Popular (1944-1961)/ Miembro de la Dirección Nacional y del Secretariado de las Organizaciones Revolucionarias Integradas (del Partido Único de la Revolución Socialista de Cuba) (1962-1965). Miembro del Secretariado del CC del PCC (1965-1975), encargado por el Departamento de los órganos estatales y jurídicos. Miembro del Buró Político y del Secretariado del CC del PCC (1975-1980), del Buró Político del PCC (1980-1986), del CC del PCC (1986-1987). Presidente de la comisión para la elaboración del borrador de la Constitución de la República de Cuba. Presidente de la Asamblea Nacional del Poder Popular, vice-presidente del Consejo Estatal de Cuba desde diciembre de 1976 a 1987.

[14] Escalante Dellunde, Aníbal, «Antonio Escobedo», «José Cid», «Antonio», (1909 -11.8.1977). Cubano, hijo del capitán del Ejército Libertador Aníbal E. Beaton. Junto con su padre tomó parte en el Movimiento de los veteranos y patriotas (1924). Estudiante en la Facultad de derecho de la Universidad de la Habana, fue expulsado de la Universidad (05.1927). Abogado. Participó en la preparación del movimiento armado contra el gobierno de G. Machado (1931). Miembro del PCC (1932), del CC del PCC (1934) y del CC y BP del PCC (1935). Miembro del CE de la Liga Antiimperialista de Cuba. Trabajó como organizador de las secciones del PCC en la provincia de Santa Clara, después fue enviado al Oriente con el objetivo de organizar el trabajo sindical y del partido entre los obreros azucareros. Dirigente de la Sección de Agitación y Propaganda del CC del PCC. Instructor del CC del PCC en Guantánamo, desde 1934, instructor del CC en la Habana, miembro del Buró de organización del CC, maestro en la escuela del partido, secretario del Comité del PCC de La Habana. Representante del PCC ante el CEIC (1936-1937). Miembro del Presídium del I Congreso Nacional Extraordinario del PC de México (19-24.03.1940) en el cual H. Laborde y V. Campa fueron expulsados del PCM. Participó como informante sobre Cuba y el mundo en la II Asamblea Nacional del PSP (1944). Diputado del PSP en la Cámara de Representantes de Cuba (1948). Miembro del Consejo Editorial de la revista Fundamentos [1948]. Director del periódico Noticias de Hoy [1951, 1953]. Al mismo tiempo fue director de la Empresa «Noticias de Hoy, S.A.». Secretario general del PSP en funciones, en el tiempo de ausencia de B. Roca [1953]. Miembro del CE, vicesecretario de actas del CN del PSP (1952). Representante del PSP en el XIX Congreso del PCUS (1952). Miembro del CE del PSP, secretario ejecutivo del PSP (1960). Fue delegado del PSP a la conferencia de los 82 partidos comunistas y obreros (Moscú, 1960). Miembro de la dirección de Organizaciones Revolucionarias Integradas (ORI) y su secretario de organización (1962). Fue expulsado de la dirección de ORI por «sectarismo» (26.3.1962). Recibió permiso para salir a la URSS; en 1962-1964, vivía en Praga (Checoeslovaquia). Fue condenado a 15 años de cárcel por el Tribunal Revolucionario en el proceso de la «microfracción» (1968). Tras su liberación anticipada, fue director de una empresa ganadera en el Sur Este [1977]. Autor del folleto Un año de revolución (La Habana, 20 de enero de 1960) y En torno a la vida de Osvaldo Sánchez (La Habana, 1962).

[15] Miembro del Presídium del CC del PCUS, primer suplente del Consejo de Ministros de la URSS. Anastas Mikoyan visitó a Cuba en febrero de 1960 por la invitación de Fidel Castro para participar en la inauguración de la exposición soviética.

[16] El grupo de Héctor Béjar. En 1963, sus participantes fundaron el Movimiento del 15 de mayo que se fue transformado en el Ejército de Liberación Nacional del Perú.

[17] Calcines, Ramón. Dirigente de obreros azucareros en Las Villas, militante prominente del PSP. Tras la creación de las ORI, fue miembro del Secretariado de las Organizaciones Revolucionarias Integradas de Cuba.

[18] Piñeiro Lozada, Manuel («Barbaroja») (1934-1998). El comandante del Ejército Rebelde. El jefe del Departamento del personal de la Inspección de la Dirigencia del Segundo Frente, comandante del estado mayor del Segundo Frente. Ayudante de Raúl Castro (1959). Comandante de las Fuerzas Armadas Revolucionarias en Oriente, vice-ministro, y primer vice-ministro de gobernación de Cuba. Miembro del CC del PC de Cuba desde 1965, director del Departamento de Américas del CC del PCC que coordinaba los enlaces con los movimientos revolucionarios de América Latina. Murió en un accidente.

[19] El militante del PCB Julio César Méndez Korné (El Ñato) junto con sus compañeros Orlando Jiménez y Loyola Guzmán estaban organizando por encargo del PCB la red de puntos de apoyo al grupo de guerrilleros peruanos. Todo esto fue supervisado por el miembro del CC del PCB Luis Tellería. El Ñato en 1967 era parte del destacamento guerrillero del Che en Bolivia.

[20] Codovilla, Victorio (1894, Italia – 1970, Moscú). Comunista argentino de origen italiano. Miembro del Partido Socialista de Italia desde 1911, en 1912 emigró a Argentina donde ingresó en el PS local. Uno de los autores de la ruptura en el PSA y uno de los fundadores del Partido Socialista Internacional (desde 1920 – el Partido Comunista de Argentina). Miembro del CC y del Ejecutivo del CC del PCA desde su fundación. En 1926-1928 fue representante del PCA ante el Ejecutivo de la Comintern, en 1928-1930 encabezaba el Buró Sudamericano de la Comintern. En 1941-1963 era secretario del CC del PCA, desde 1963 fue presidente del partido. Le consideran uno de los promotores principales de la línea de Moscú dentro del comunismo latinoamericano.

[21] Arismendi, Rodney (1913, Río Branco, Uruguay – 1989, Uruguay). Prominente comunista uruguayo. Miembro del PCU desde 1931. En 1936—1939 fue secretario de la Federación de la Juventud Comunista del Uruguay, miembro del Comité Distrital del PCU en Montevideo. Desde 1937 fue miembro del CC del PCU. En 1940-1941 fue editor en jefe del periódico del PCU: Justicia, en 1941-1944 fue editor responsable del Diario Popular. Desde 1944 fue miembro del Ejecutivo del CC del PCU. En 1946—1950 fue secretario del Comité Departamental del PCU de Montevideo. En 1951—1955 fue secretario del Comité Nacional del PCU, desde julio de 1955 a octubre de 1955 fue secretario general del CN del PCU. Desde octubre de 1955, tras un golpe dentro del PCU, fue primer secretario del CC del PCU (siguió en ese puesto hasta 1987, cuando fue designado presidente del CC del PCU). En 1971 fue uno de los fundadores del Frente Amplio, una coalición de izquierda. Desde 1956 fue editor en jefe de la revista teórica del PCU Estudios. Desde 1946 fue diputado del parlamento uruguayo. Durante la dictadura encabezaba la dirección clandestina del PCU, en mayo de 1974 fue detenido y en enero de 1975 le expulsaron a la URSS. Vivió en la URSS hasta el fin de la dictadura y restablecimiento de democracia en su país. En 1989 fue electo senador por el Frente Amplio, sin embargo murió antes de asumir el cargo.

[22] Debray, Regis (nació en 1940 en Paris). Filósofo y político francés, discípulo del filósofo famoso Louis Althusser. En 1965 viajó a Cuba. Autor del libro ¿Revolución en revolución? donde sustentaba las tesis de la teoría guevarista del ‘foquismo’. En abril de 1967 fue detenido por las autoridades bolivianas junto con el argentino Ciro Roberto Bustos. Fue condenado a 30 años de la cárcel por entrada ilegal al país, organización de motín y asesinato, sin embargo, cuatro años después fue liberado bajo la presión de Francia y de la campaña de protesta internacional. Luego vivió en Chile y fue una persona cercana al presidente socialista Salvador Allende. En 1973 regresó a Francia y se ocupó de periodismo, literatura y política. Era cercano al socialista Francois Mitterand, quien, tras ser electo como presidente en 1981, designó a Debray al puesto del consejero en asuntos internacionales. En 1984—1985 fue secretario general del consejo gubernamental para el Sur del Pacífico. En 1992 abandonó el servicio estatal y reinició su actividad literaria. Desde 1999 es profesor de sociología en la Universidad de Lyon.

[23] Zamora Medinaceli, Oscar («Motete», «comandante Rolando» (nació el 20 de enero de 1934 en Tarija). Abogado y político boliviano. En su juventud fue militante estudiantil y comunista. En 1954-1958 fue secretario ejecutivo de la Federación Universitaria de Tarija, fue fundador y dirigente de la Unión de Juventud Comunista de Bolivia. Secretario ejecutivo de la Confederación Universitaria Boliviana. En 1961-1964 trabajaba en la Unión Internacional de Estudiantes en Praga. En aquel entonces estableció enlaces fuertes con los comunistas chinos. Tras regresar a Bolivia fundó junto con R. Ruiz González y L. Arratia la fracción pro-maoísta dentro del PCB. En agosto de 1964 junto con otros miembros de esa fracción fue expulsado del PCB y en 1965 fundó el Partido Comunista (marxista-leninista) de Bolivia. Fue parte de la delegación boliviana en la Organización Latinoamericana de Solidaridad en enero de 1966, sin embargo fue expulsado de Cuba. Pero los contactos entre Zamora y los cubanos no estaban rotos. En la introducción a la edición cubana del « Diario de Bolivia », Fidel Castro criticó severamente a Zamora por su incapacidad de apoyar a la guerrilla del Che en 1967. Zamora respondió públicamente a Fidel diciendo que el Che había acusado al mismo Castro de traición y que el plan de participación del PC(ML)B en la lucha armada había sido discutido previamente en Cuba, pero a ellos no les avisaron sobre la llegada del Che. Además, acusó a Castro de reunirse con los ‘revisionistas’ en la Conferencia Comunista Latinoamericana.

En los 1970 dirigió la guerrilla pro-maoísta « La Unión de Campesinos Pobres » (UCAPO) en Santa Cruz. Fue detenido y expulsado a Argentina. Tras regresar a Bolivia se declaró ser « social-demócrata » y partidario de la lucha parlamentaria. Fundador y presidente del Frente Revolucionario de Izquierdas. Varias veces fue electo senador, en 1986 fue presidente del Senado. Fue alcalde de Tarija (1987-1989, 1994-1997). En 1989-1992 fue ministro de trabajo de Bolivia. En 1993 fue candidato a la vice-presidencia (en la fórmula de Hugo Banzer que hace tiempo había acabado con el grupo guerrillero de Zamora). Fue designado embajador de Bolivia en China, pero pronto renunció para participar en las elecciones de 2002. A inicios del siglo XXI fue prefecto del departamento de Tarija. En 2002 fue electo de nuevo al Senado, en 2006 fue electo miembro de la Constituyente de Bolivia, pero renunció en 2007 por cuestiones de salud.

[24] Teitelboim Voloski, Valentin (seudónimo Volodia Teitelboim) (1916, Chillán – 2008, Santiago de Chile). Escritor y poeta, político chileno, secretario general del PC de Chile. Miembro de la Juventud Comunista desde 1932, miembro del PCCH desde 19356. Delegado al Congreso Mundial de Juventud para la defensa de la Paz (Vassar College, 1938). Durante las represiones anticomunistas en la presidencia de González Videla dirigía el periódico comunista El Siglo. En 1956 fue detenido y enviado al campo de concentración Pisagua. Desde 1961 fue diputado del parlamento chileno, desde 1965 fue senador. Tras el golpe de estado de Pinochet fue desaforado y tuvo que pasar a la clandestinidad, luego emigró a la URSS. Miembro de la dirección extranjera del PCCH. En 1987 regresó de manera clandestina a Chile, en 1989 encabezó el Partido Comunista. Autor de varias obras literarias. En 2002 fue galardonado con el Premio Nacional de Literatura.

[25] Piñera, Arnaldo. Miembro del PC de Argentina y de su Comité Central. Era responsable de las relaciones internacionales de su partido entre 1960 y 1976. En 1998 fue autor de Utopía inconclusa del Che Guevara.

[26] Kolle Cueto, Jorge (nació el 20 de abril de 1930 en Zudañes, depto. Chuquisaca, Bolivia- 2007). Maestro de oficio. Miembro del PC de Bolivia desde 1950. Desde 1954 fue miembro del CC del PCB. El segundo secretario del CC del PCB. En 1968 ocupó en vez de M. Monje el puesto del Primer Secretario del CC del PCB y siguió en este puesto hasta 1985. El hermano de Colle Cueto, León, era el general de brigada y comandante de la Fuerza Aérea, partidario del presidente Barrientos. En la reunión en la administración presidencial el 8 de octubre de 1968, León Colle fue la única persona que estuvo en contra del asesinato del Che.

[27] Allende Gossens, Salvador (26.7.1908, Valparaíso – 11.9.1973, Santiago de Chile). Político chileno. Uno de los fundadores del Partido Socialista en 1933, fue electo varias veces suplente del secretario general y secretario general del partido. En 1937 fue electo diputado del congreso chileno. En 1939-1942 fue ministro de salubridad en el gobierno del Frente Popular. En 1945-1970 fue senador, durante algún tiempo ocupaba puestos del vice-presidente y presidente del Senado. Candidato a la presidencia de Chile en 1952, 1958 y 1964 de la coalición de izquierdas. En 1970 fue electo presidente de Chile como candidato del Bloque Unidad Popular. Durante el golpe de estado de 11 de septiembre de 1973 rechazó la demanda de putchistas sobre su renuncia, resistía con armas en la mano y luego se suicidó.

[28] Bravo Mora, Douglas Ignacio (nació el 11 de marzo de 1932 en Cabure, Edo de Falcón, Venezuela). Miembro del PC de Venezuela desde 1946. En 1964 fue expulsado de las filas comunistas. En marzo de 1966 dirigió el Partido de la Revolución Venezolana cuyo brazo armado, las Fuerzas Armadas de Liberación Nacional se fusionó con el Movimiento de Izquierda Revolucionaria. Actuaba también en las filas del Frente Guerrillero « José Leonardo Chirinos » en su estado natal. A este frente pertenecieron, entre otros, Teodoro Petkoff y Alí Rodríguez Araque. Participó en los golpes fallidos de estado de 4 de febrero y 27 de noviembre de 1992, fue detenido y luego indultado. Entre los cuadros militares del PRV-FALN más famosos se puede nombrar a Hugo Chávez (formó parte del PRV hasta 1986). En la década de los noventa Douglas Bravo era organizador del Frente Patriótico, la fachada legal del PRV, que estaba en oposición al gobierno de Carlos Andrés Pérez. Tras la salida de Pérez, el FP se desintegró.

[29] Martínez Verdugo, Arnaldo (Pericos, Mocorito, Sinaloa, 12.01.1925-México, D.F., 24.05.2013). Político y líder de izquierda mexicano. Desde muy joven trabajaba de obrero. En 1946 ingresó en el Partido Comunista Mexicano en la Ciudad de México. En 1959 fue elegido miembro del Secretariado del PCM y en 1963 ascendió al puesto del Secretario General del CC del PCM siguiendo en ese cargo hasta 1981. Fue uno de los protagonistas de las negociaciones políticas que en 1978 desembocaron en la primera reforma electoral del régimen que permitió que el PCM obtuviera registro condicionado, pudiera participar en las elecciones de 1979, donde obtuvo 18 diputados de los cuales se desempeñó como coordinador parlamentario. En 1981 dirigió la disolución del PCM y su fusión con otras fuerzas de izquierda que constituyeron el Partido Socialista Unificado de México, el cual lo postuló a la presidencia en las Elecciones de 1982. Posteriormente se unió a las fuerzas que postulaban a Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano a la Presidencia en 1988 y luego al naciente Partido de la Revolución Democrática. Fue diputado federal en 1979-1982, 1985-1988 y 1994-1997. En la gestión de Cuauhtémoc Cárdenas como jefe de Gobierno del Distrito Federal, fungió como delegado en Coyoacán (1997-1999). Era autor de los libros: El PCM: Trayectoria y perspectivas, El Partido Comunista y la reforma política, Crisis política y alternativa comunista y fue coautor y coordinador de Historia del comunismo en México.

[30] Rodríguez, Carlos Rafael (Ciudad de Cienfuegos, Cuba, 23.05.1913-8.12.1997). Egresado de la Universidad de La Habana como Doctor en Derecho Civil y en Ciencias Políticas, Sociales y Económicas (1939). A los 17 años se incorporó a la lucha que libraba el Directorio Estudiantil Universitario en Cienfuegos contra la dictadura de Gerardo Machado, por lo cual sufrió prisión en 1931. En septiembre de 1933 fue miembro del triunvirato que estaba gobernando a Cienfuegos. En 1935 integró el Comité de Huelgas Universitario, que dirigió las luchas estudiantiles. Por estar en desacuerdo con la política ‘entreguista’ del Directorio, renunció a su cargo de Alcalde de Cienfuegos y pasó a formar parte del Ala Izquierda Estudiantil, bajo la dirección del Partido Comunista de Cuba, organización en la cual militaba desde 1936. Entre 1938 y 1940 codirigió la revista El Comunista. Desde 1939 fue miembro del Comité Nacional del Partido Unión Revolucionaria Comunista, que posteriormente se transformó en Partido Socialista Popular. Fue Ministro sin cartera en el gobierno constitucional de Fulgencio Batista (1943-1944). Ocupaba también cargos directivos en la Sociedad Cubana de Estudios Históricos e Internacionales y en la Asociación de Fomento de la Economía Cubana. Como miembro fundador del Partido Socialista Popular (PSP), formó parte de su Buró Ejecutivo Nacional, al que perteneció hasta su disolución en 1960, y de cuyo diario Noticias de Hoy, fue director; fue presidente de la comisión de propaganda del PSP. Vice-secretario del CN del PSP (electo en el VII congreso del partido en 1952). Fue dirigente de la lucha clandestina del PSP contra la dictadura batistiana y en junio de 1958, tras su viaje ilegal por Latinoamérica, el PSP le designó representante del partido ante M-26 y Fidel Castro en Sierra Maestra. En agosto de 1958 coordinaba en La Habana el apoyo a las columnas rebeldes del Che Guevara y Camilo Cienfuegos, tras lo cual regresó a Sierra Maestra. Tras el triunfo castrista fue director del periódico Noticias de Hoy, órgano del Comité Nacional del PSP (1959-1962), miembro de la Dirección Nacional de las Organizaciones Revolucionarias Integradas y después de la Dirección Nacional del Partido Unido de la Revolución Socialista de Cuba (1960-1965), miembro del Consejo de Dirección de Cuba Socialista (1961-1967). Encabezaba el Instituto Nacional de la Reforma Agraria entre 1963 y 1965, luego fue ministro–presidente de la Comisión Nacional de Colaboración Económica y Científico Técnica (1965-1976), entre 1972-1976 fue representante de Cuba en el Consejo de Ayuda Económica Mutua. Encabezaba la delegación del PCC a la Reunión Internacional de los partidos comunistas y obreros en Moscú (1967). Fue viceprimer ministro para el sector de Organismos Exteriores (noviembre de 1972 -diciembre de 1976). Formaba parte del CC del PCC desde su creación en 1965 y del Secretariado del CC (1965-1976), posteriormente fue incluido en el Buró Político del PCC. En 1976 fue electo diputado a la Asamblea Nacional del Poder Popular y ese mismo año fue electo vicepresidente del Consejo de Estado y vicepresidente del Consejo de Ministros. El hijo de Carlos Rafael, Bruno Rodríguez Parrilla, es el ministro del exterior de Cuba y miembro del Politburo del CC del PCC.

[31] Kan Cheng (1898-16.12.1975) – uno de los dirigentes del PC de China, era también jefe de los servicios secretos del país hasta su muerte. Uno de los principales organizadores de la Revolución Cultural.

Estudiaba sociología en la Universidad de Shanghai. En 1925 ingresó en el Partido Comunista y participaba en sus actividades clandestinas. Estuvo algún tiempo en Moscú como parte de la delegación del PC ante la Comintern o estudiando. Desde 1938 fue miembro del Secretariado del PCC, al mismo tiempo encabezó el servicio de inteligencia del Partido Comunista. Tras el triunfo de Mao en 1949 encabezó el servicio de seguridad estatal. Miembro del Buró Político del CC del PCC desde 1966. Uno de los promotores del personaje de Pol Pot en Cambodia y de su régimen de « Kjmeres Rojos ». En 1980 fue expulsado del PCC post-mortem.

[32] Liu Shaoqui (Hunan, 1898 – Beijing, 1969). Político chino. Presidente de la República Popular China (1959-1968), fue una figura clave en el ascenso al poder del Partido Comunista en aquel país y la consolidación del régimen de Mao, aunque también una de las más señaladas víctimas de la Revolución Cultural llevada a cabo por el líder chino. Recibió formación en la URSS. Tras regresar a China se afilió al PC Chino (1922), contribuyendo a la formación de sus cuadros y ascendiendo rápidamente gracias a su capacidad organizativa: en 1925 fue nombrado presidente de la Federación del Trabajo; en 1927 entró en el CC del partido, y en 1931 fue incluido en el Politburó. Participó en la legendaria Larga Marcha de 1934-1935 y durante esta época llegó a ser considerado el auténtico teórico del Partido, incluso por encima de Mao. Tras la constitución de la República Popular China en 1949, Liu se convirtió en una de las figuras clave del aparato del Partido por su experiencia y capacidad. En abril de 1959 fue nombrado sucesor de Mao al frente de la jefatura del Estado. Junto a Deng Xiaoping, Durante la Revolución Cultural maoísta, en agosto de 1966, perdió su privilegiado segundo puesto en el PC Chino, luego cayó víctima de una campaña de difamación, le calificaron de ser el « Jruschov chino ». En octubre de 1968 fue expulsado de todos los cargos partidarios y en 1969 fue encarcelado. Murió en la cárcel.

[33] Deng Xiaoping (Xiexing, Sichuán, 1904 – Beijing, 1997). Recibió una educación moderna, que completó con estancias en París y Moscú. Tras ingresar en el PC de China en 1924, realizó varias misiones políticas y militares durante la guerra civil en el Sur (1930-1934) hasta que los comunistas hubieron de huir, derrotados por Chang Kai-shek. Participó en la famosa Larga Marcha hasta el establecimiento de una nueva base comunista en Yenan (1934-1936). En ese período se hizo partidario de la línea de Mao Tse-tung. Al estallar la guerra con Japón, era comisario político en el ejército y estableció contactos sólidos con los militares. Miembro del Comité Central del PCC desde 1945, en 1954 fue designado como vice-presidente del gobierno de China comunista y en 1955 se convirtió en secretario general del PCC y miembro del Politburó. Durante la Revolución Cultural fue acusado de practicar política burguesa y fue destituido de altos cargos, obligado a hacer autocrítica de sus « errores ». En 1970 fue enviado a trabajar como obrero fabril. Los cambios políticos en China causados por las peleas entre los grupos en el poder llevaron a la rehabilitación de Deng: fue regresado al CC del PCC y designado viceprimer ministro en 1973. En 1977 se convirtió en el nuevo « hombre fuerte » de China y poco a poco liberalizó la economía china, abriendo espacio para la inversión extranjera y empresarios privados locales. Al mismo tiempo, mantuvo la dictadura política dentro de China y en 1990 reprimió cruelmente la manifestación estudiantil en Tiananmen.

[34] Aragonés Navarro, Emilio (1928-2007). Revolucionario y diplomático cubano. Fue uno de los primeros miembros del Movimiento 26 de Julio y amigo personal de Ernesto Che Guevara. En 1957 comandó el ataque a la base naval de Cienfuegos. Tras el triunfo de la Revolución, fue jefe de Organización y Movilización de las Fuerzas Armadas Revolucionarias, siendo clave en el episodio de la invasión de Playa Girón. En 1965 siendo Secretario de Organización del PC de Cuba, viajó al encuentro del Che Guevara que se encontraba desarrollando la guerrilla en solidaridad con los revolucionarios del Congo. Fue designado embajador de Cuba en Argentina en 1973, firmando con Juan Domingo Perón un importante convenio que le posibilitó a Cuba 1.300 millones de dólares. Tras la instauración del régimen militar en Argentina, estaba facilitando el escape de varios argentinos. En 1983 se retiró de la diplomacia.

[35] Los rebeldes congoleses en contra del régimen Joseph Casavubu y Moise Chombe (apoyado por mercenarios extranjeros) solicitaron a Cuba ayudarles, tras lo cual el Che con un gran destacamento de cubanos participó en la guerra en Congo en abril-noviembre de 1965. El núcleo del destacamento fue formado por los militares de las Fuerzas Armadas Revolucionarias que eran negros étnicos. El dirigente formal del grupo era el negro Víctor Dreke que antes había entrenado a los combatientes del grupo en Cuba. Entre los militantes del grupo estaban varios participantes famosos de la revolución castrista: José Ramón Machado Ventura (ministro de salud, ahora es el segundo secretario del CC del PC de Cuba), capitán Emilio Aragonés (miembro de la Dirección Nacional del Partido Único de la Revolución Socialista y secretario de organización de la DN del PURSC), el capitán Osmany Cienfuegos (también miembro de la Dirección Nacional del PURSC, ministro de la construcción), el capitán Jorge Risquet Valdés (secretario de organización del PURSC en provincia Oriente), el capitán Aldo Margolles (vice-ministro de interior), el comandante Oscar Fernández Mell (jefe de Estado mayor del Ejercito del Occidente), etc. La presencia de tres de los 16 miembros de la DN del PURSC (Che Guevara, Aragonés y Cienfuegos) es una prueba obvia de la importancia de la operación en Congo para Cuba.

Sin embargo, los voluntarios cubanos no encontraron entendimiento mutuo con los dirigentes locales, sobre todo con Laurent-Désiré Kabila. La operación estaba guardada en secreto absoluto. Más tarde fue publicado un libro de P. I. Taibo II, Félix Guerra y Froilán Escobar, El año que estuvimos en ninguna parte, donde por primera vez fue contada la historia de la epopeya congolesa del Che.

32 años después, en 1997, los rebeldes de Cabila lograron derrocar al régimen de Mobutu, y Cabila se autoproclamó como presidente de la República Democrática de Congo. En 2001 fue asesinado durante un intento del golpe de estado. Su hijo, Joseph Cabila, le siguió en la silla presidencial.

[36] Samora Mashel (1933, Changaan – 19.10.1986). Hijo de campesinos, trabajaba en un hospital de la ciudad de Maputu. En 1936 ingresó en el Frente de Liberación de Mozambique (FRELIMO). En 1963 fue enviado por FRELIMO a Tanzania y Algeria para aprender los métodos de lucha guerrillera. Tras regresar desde Algeria fundó en Tanzania el primer campamento de FRELIMO para capacitar a los rebeldes. En 1966 fue designado secretario de defensa de FRELIMO y en 1968 ocupó el puesto del comandante del ejército del frente. Tras la muerte de fundador de FRELIMO, Eduardo Mondlane, era uno de los dirigentes del frente, y desde 1970 era el único líder de FRELIMO. En 1975 ocupó el puesto del presidente de Mozambique. Murió en 1986 en un accidente de avión.

[37] Brizola, Leonel de Mura (Carazinho, Río Grande do Sul, 22 de enero de 1922 – Río de Janeiro, 21 de junio de 2004). Gobernador del estado de Río Grande do Sul en Brasil (1959-1962). Tras la destitución del presidente Janio Quadros organizó la resistencia a los militares y contribuyó al ascenso al poder del vice-presidente João Goulart. En 1964 intentó sin éxito resistir al golpe de estado. Estuvo en exilio durante casi veinte años. Al regresar a la patria dos veces fue electo gobernador del Río de Janeiro (1983–1987 y 1991–1994). Fue uno de los fundadores del Partido Democrático Trabalhista (1979). Vice-presidente de la Internacional Socialista.

[38] La conferencia de solidaridad de pueblos de tres continentes (Tricontinental) convocada en La Habana en enero de 1966. Los participantes de la conferencia fundaron la Organización de Solidaridad con los pueblos de Asia, África y América Latina (OSPAAL).

[39] Representante del PC de Bolivia en la revista internacional Problemas de la paz y del socialismo, que se editaba en Praga (la edición en castellano se llamaba Revista Internacional).

[40] Saldaña, Rodolfo. Miembro del PC de Bolivia, fue uno de los primeros militantes comunistas bolivianos que recibió capacitación militar en Cuba y formaba parte de los cuatro comunistas escogidos por Mario Monje Molina para mantener contactos con los enlaces cubanos. Participaba activamente en la preparación de la guerrilla del Che, el 20 de noviembre de 1967 se encontró con el Che en Ñancahuazu. A Saldaña le tocaba organizar los grupos clandestinos en la ciudad, pero en enero de 1968 el Che decidió incluirlo en el destacamento en el campo. Sin embargo, no logró reunirse con los demás guerrilleros, porque fue detenido por las autoridades. Fue liberado en 1970 tras la liberación de los rehenes alemanes por los guerrilleros bolivianos.

[41] Ramírez Cárdenas, Humberto. Miembro del Buró Político del PC de Bolivia hasta julio de 1987. Suplente del secretario general del CC del PCB. Director del periódico Unidad (1987). Primer secretario del CC del PCB desde julio de 1987. Encabezaba la delegación del PCB al XII Congreso del Partido Comunista rumano en 1979 y a la celebración del aniversario 70 de la Revolución Bolchevique. Representante del PCB en el XXIII congreso del PCUS.

[42] Según P. I. Taibo II, Debray vino a Bolivia con un encargo de Fidel Castro de establecer contactos con los grupos revolucionarios a la izquierda del PCB y averiguar si estarían dispuestos participar en la guerrilla. Al francés le tocaba también hacer análisis político sobre las condiciones en los territorios bolivianos Alto Beni y Chapare. Sin embargo, insiste Taibo II, Regis Debray no estaba enterado en aquel momento que trabajaba para el proyecto del Che. – Taibo II, P.I. Che Guevara. Moscú: Exmo, 2004, p. 606.

[43] Se trata de José María Martínez Tamayo (Ricardo, Papi) (31.3.1936-30.7.1967) que había participado en la lucha rebelde en Cuba, luego estuvo colaborando con la guerrilla en Guatemala y Argentina y era parte del destacamento del Che en Congo; fue el primer combatiente del grupo de Che que vino a Bolivia. Puede también ser que Monje en ese caso se refería a Andrés Barahona López («Renán Montero Corrales, Renán », « Iván », José Monleón) (nació en Cuba a inicios de los años 1930 y falleció en La Habana el 24 de julio de 2009). Fue miembro del Departamento de Américas del PC de Cuba y de los servicios de inteligencia del Ministerio del Interior de Cuba. Andrés Barahona López participó en la organización del Frente Sandinista de Liberación Nacional en Nicaragua en 1960-1961, en 1963-1964 se mudó a Argentina para apoyar al Ejército Guerrillero de los Pobres en Salta. Luego era residente de la red de espionaje cubano en Bolivia y se encargaba de enlaces entre Cuba y el grupo del Che. A inicio de los años setenta, desde Costa Rica apoyaba en la estructura organizativa del FSLN y sus incursiones en Nicaragua, algún tiempo después se integró a la guerrilla sandinista como jefe de las operaciones de inteligencia hasta culminar la ofensiva final en contra de la dictadura de Somoza. Al triunfo de la revolución en Nicaragua en 1979 junto al Comandante de la Revolución Tomás Borge y Comandante de Brigada Lenín Cerna fundan lo que será la Dirección de la Seguridad del Estado (DGSE). Regresó a Cuba al inicio de los años noventa siendo coronel y Comandante de Brigada.

[44] Barrientos Ortuño, René (30 de mayo de 1919 – 27 de abril de 1969). Piloto militar. General. Vice-presidente en la administración de V. Paz Estenssoro. Organizador del golpe de estado. Presidente de Bolivia en 1964-1969. Murió en accidente de avión

[45] Peredo Leiguee, Guido Álvaro /Inti/ (30.04.1938-9.9.1969). Fue dirigente de la Unión de Pioneros de Bolivia, luego trabajaba en la Liga de Jóvenes Comunistas. Fue secretario de la organización del PCB en La Paz y miembro del CC del PCB. Uno de los pocos miembros del destacamento del Che que logró sobrevivir durante la derrota. Luego reinició la actividad del ELN y cayó en un combate en La Paz.

[46] Reyes Rivera, Simón (5.1. 1933, Tarija- Santa Cruz, 1.11.2012). Zapatero de oficio. Miembro del PCB desde 1951. Dirigente de la Federación de Trabajadores Mineros de Bolivia. En el V Congreso del PCB en 1985, tras la ruptura, fue electo primer secretario del PCB y ocupaba ese puesto hasta 1987; los disidentes organizaron el Partido Comunista de Bolivia del V Congreso. En 1986 encabezó la delegación boliviana al XXVII congreso del PCUS. Secretario ejecutivo de la Central Obrera Boliviana (1987-1988). Diputado del parlamento boliviano por el PCB. En sus últimos años se había alejado de la vida política, mientras su partido se convirtió en aliado del gobierno de Evo Morales.

[47] Dorticos Torrado, Osvaldo (17 de abril de 1919, Cienfuegos – 23 de junio de 1983, La Habana). Dirigente del M-26 en Cienfuegos. Fue detenido por las autoridades batistianas, pero logró huir de la cárcel e ir a México en diciembre de 1958. Tras el triunfo de la revolución castrista fue ministro de justicia revolucionaria (1959). Presidente de Cuba de 18 de julio de 1959 a 2 de diciembre de 1976. Miembro de la Dirección Nacional y del Secretariado de las Organizaciones Revolucionarias Integradas (PURSC) (1962-1965). Miembro del Buró Político y del Secretariado del CC del PCC (1965-1983). Miembro del Consejo Estatal de Cuba (1976-1983), vice-primer-ministro desde diciembre de 1976. vice-presidente del Consejo de Ministros, ministro de justicia (1980-1983). Se suicidó en 1983.

[48] Méndez Korné, Julio César (El Ñato) (23.02.1937, Trinidad, Alto Beni, Bolivia – 15.11.1967, Mataral, Bolivia). Militante del PCB. Fue seleccionado por el PCB para recibir entrenamiento militar en Cuba y visitar la Unión Soviética. En 1966-1967 integró al grupo guerrillero del Che en Ñancahuazú. Junto con el destacamento del Che llegó hasta la Quebrada del Yuro, donde el dirigente guerrillero fue herido y capturado por las tropas bolivianas. Méndez formó parte del grupo que logró romper el cerco de las tropas del gobierno en la Quebrada del Yuro. Sin embargo, él también fue gravemente herido mientras escapaban, en Mataral, el 15 de noviembre de 1967. Impedido de caminar le pidió a sus compañeros que le ultimaran. Su fosa fue encontrada solamente el 13 de febrero de 1998 y los restos de Méndez pasaron a Cuba para enterrarlos en el Memorial de Ernesto Che Guevara en Santa Clara.

[49] Según P. I. Taibo II, Méndez no era tan leal a Monje y al enterarse que el dirigente del PCB no apoyaba la idea de la guerrilla, le calificó de «un cerdo ». – Taibo II, P.I. Op. cit., p. 578.

[50] Guzmán, Abimael («Gonzalo») (nació el 3 de diciembre de 1934 en Mollendo, Perú). Dirigente de la guerrilla maoísta « Sendero Luminoso » en Perú. Egresado de la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad Nacional en Arequipa, luego daba clases de filosofía. Bajo el mando de Guzmán el Sendero Luminoso se convirtió en una de las guerrillas más significativas de América Latina y no estuvo ajena a métodos terroristas. El 12 de septiembre de 1992 Guzmán fue detenido por las autoridades peruanas y luego condenado a cadena perpetua.

[51] Alexeev V. El condotiero humilde. El fenómeno del Che Guevara. Moscú: Politizdat, 1991.

Cómo citar este artículo:

JEIFETS, Víctor L.; JEIFETS, Lazar S., (2014) “« Discúlpanos, Mario: te hemos engañado », – eran las palabras del Ché. La entrevista con Mario Monje Molina”, Pacarina del Sur [En línea], año 5, núm. 21, octubre-diciembre, 2014. ISSN: 2007-2309.
Consultado el Jueves, 19 de Noviembre de 2015.

Disponible en Internet: www.pacarinadelsur.comindex.php?option=com_content&view=article&id=1031&catid=4&Itemid=2 Fuente: Pacarina del Sur – http://www.pacarinadelsur.com/home/figuras-e-ideas/1031-disculpanos-mario-te-hemos-enganado-eran-las-palabras-del-che-la-entrevista-con-mario-monje-molina – Prohibida su reproducción sin citar el origen.