Reflexión sobre duras y evidentes realidades

Por su importancia doy prioridad a este tema, aunque hay otros.

No voy a negar que las prerrogativas del poder, sea real, relativo o ficticio, ejercen influencia sobre los seres humanos, porque todos fueron educados así desde los tiempos más remotos de la especie.

No arribé en un minuto a lo que hoy pienso con relación al poder, pero estimo que se trata de un pensamiento consecuente. El modesto aporte de nuestra Revolución lo atribuyo al hecho de que nuestras respuestas a las interrogantes nunca involucionaron, a pesar del crudo realismo que nos impuso el brutal bloqueo del imperio.

Hablaba en la reflexión del pasado 31 de julio sobre lo que significaba para mí haber dispuesto de un año para reunir información y meditar a fondo en torno a los problemas vitales que amenazan hoy más que nunca a nuestra especie.

El pasado 24 de julio, la agencia rusa Ria Novosti publicó la siguiente información:

“Leonid Ivashov, coronel general, experto en materia de defensa, expresó que la principal herramienta de la política estadounidense es el dictado económico, financiero, tecnológico y militar.

“Implantándolo, Estados Unidos procura asegurarse la hegemonía mundial. Su estrategia de seguridad nacional indica explícitamente la necesidad de garantizar el acceso sostenible, es decir, controlado, hacia las regiones clave del planeta, las comunicaciones estratégicas y los recursos globales. Se trata de una estrategia consagrada en forma de ley, lo cual nos lleva a la conclusión de que a Estados Unidos le esperan en el futuro conflictos todavía más fuertes con Rusia, China e India.

“Washington se empeña en construir un sistema capaz de neutralizar el potencial nuclear de sus rivales estratégicos, Moscú y Pekín, para lograr un monopolio en el terreno militar. Estados Unidos quiere desplegar su escudo antimisil no solamente en Europa sino también en otras partes del mundo, para ver cuanto está pasando en Rusia y China. Asimismo, procura incrementar su arsenal ofensivo a un ritmo que supera incluso al del período de la Guerra Fría.

“Después del colapso de la Unión Soviética, la OTAN perdió el carácter defensivo que había tenido a la hora de su fundación, en 1949, para transformarse en una herramienta poderosa y agresiva al servicio de la oligarquía mundial, afanosa de establecer su dominio a escala planetaria. El nuevo concepto estratégico de la Alianza, aprobado en abril de 1999 gracias al esfuerzo de Estados Unidos, contempla funciones novedosas y amplía su ámbito de responsabilidades al mundo entero, sin limitarse al Atlántico Norte. El actual secretario general de la OTAN, Jaap de Hoop Scheffer, visita con frecuencia Australia, Nueva Zelanda o Japón. La Alianza comenzó a pasar por encima del Derecho Internacional y del Consejo de Seguridad de la ONU. Estados Unidos, entretanto, promueve la expansión de la OTAN y se niega a ratificar el Tratado sobre las Fuerzas Armadas Convencionales en Europa (FACE), atribuyéndose el derecho de actuar al margen de limitaciones algunas y configurar las tropas a su antojo.

“Estados Unidos hace cualquier cosa por que Rusia no sea una jugadora autónoma. Los debates sobre defensa antimisil, Irán y Kosovo no han generado fórmulas de compromiso.

“Es importante que Rusia consolide sus posiciones y recupere su potencial geopolítico. A principios de la década del 70, cuando Moscú había logrado la paridad nuclear con Washington, este acabó por darse cuenta de que no podría ganarle en el ámbito militar y aceptó negociar de igual a igual. Como resultado, fueron firmados el Tratado de Defensa Antimisil (DAM), en 1972, y los posteriores Acuerdos sobre la Limitación de Armas Estratégicas Ofensivas (SALT). Lo único que respeta Estados Unidos es la fuerza. Si se siente en una posición más fuerte, jamás hace concesiones a nadie.

“Para neutralizar los planes de la hegemonía mundial, es preciso construir un polo alternativo, y existe ya un fundamento para hacerlo: la Organización de Cooperación de Shangai (OCSH).

“En realidad, parece un tanto incorrecto hablar de la fuerza estadounidense. Estados Unidos tiene poderío militar, economía vigorosa y cantidad enorme de moneda fuerte que puede imprimir de forma ilimitada, pero el rango geopolítico del país está por los suelos. Estados Unidos inspira muy poca confianza política al resto del mundo.

“En 1999, China y Rusia plantearon ante la Asamblea General de la ONU la necesidad de preservar el Tratado DAM de 1972. A favor de la propuesta votaron todos los países, con cuatro excepciones: Estados Unidos, Israel, Albania y Micronesia. El resultado testimonia el total aislamiento internacional de Estados Unidos.

“Será imposible resolver sin la participación de Rusia la situación configurada en el Medio Oriente, los Balcanes, la Península de Corea u otras regiones del planeta. Lo anterior se aplica en igual grado a China, que es capaz de hacer frente a la presión por parte de Estados Unidos. China goza de gran prestigio en el mundo, tiene una economía poderosa y una moneda fuerte.

“La OCSH debería reclutar a nuevos aliados y juntar el potencial de aquellos países que desean y son capaces de implementar una política autónoma. Primero, es necesario proclamar oficialmente el rechazo a la hegemonía mundial por parte de Estados Unidos. Segundo, China y Rusia deberían denunciar ante el Consejo de Seguridad de la ONU el despliegue del sistema DAM estadounidense, como acción que altera la arquitectura de seguridad global y amenaza a toda la comunidad internacional. China, India y Rusia podrían formar un frente único ante el dictado de Estados Unidos.

También es posible plantearse como tarea la estabilización del sistema financiero global. En el marco de la OCSH podría formularse una filosofía novedosa, basada en la armonía de civilizaciones y en el uso racional de los recursos naturales. La mayoría de los Estados seguramente apoyarán tales medidas, estoy convencido. Así se irá formando un nuevo polo político, el polo de la paz. La misión de la OCSH es crear un nuevo modelo del desarrollo para la civilización humana.”

“Al imperio estadounidense podría oponerse únicamente una alianza de civilizaciones: la rusa, cuya órbita incluye a la Comunidad de Estados Independientes (CEI); la china, la hindú, la islámica y la latinoamericana. Es un espacio inmenso en el que podríamos crear mercados más equitativos, nuestro propio sistema financiero de carácter estable, nuestro engranaje de seguridad colectiva y nuestra filosofía, basada en la prioridad del desarrollo intelectual del hombre frente a la moderna civilización occidental que apuesta por los bienes materiales y mide el éxito con mansiones, yates y restaurantes. Nuestra misión es reorientar al mundo hacia la justicia y el desarrollo intelectual y espiritual.”

Hasta aquí las ideas esenciales del pensamiento de Ivashov, transmitidas por Ria Novosti.

Hemos podido precisar que el General Leonid Ivashov es Vicepresidente de la Academia de Problemas Geopolíticos, fue Secretario del Consejo de Ministros de Defensa de la Comunidad de Estados Independientes y Jefe del Departamento de Cooperación Militar del Ministerio de Defensa de la Federación Rusa. El 11 de septiembre del 2001, día en que ocurrieron los hechos trágicos de Nueva York que sirvieron de pretexto para definir las bases de la política genocida de Estados Unidos hace casi 6 años, el general Ivashov era Jefe del Estado Mayor de las Fuerzas Armadas Rusas. Un hombre realmente bien informado. Vale la pena que nuestro pueblo conozca sus puntos de vista.

Es obvia la preocupación que siempre ha tenido la Revolución cubana por la educación del pueblo. Juzgando mi propia experiencia, llegué pronto a la idea de que únicamente la conciencia podía prevalecer sobre los instintos que nos rigen. Los avances tecnológicos hablan hoy de la posibilidad de manipular las funciones de las células del cerebro humano. ¿Para qué servirá todo eso en un mundo donde impera el valor comercial de los bienes y servicios? ¿Qué autoridad lo determinará? Por esa vía y a través del robo desvergonzado de cerebros, fenómeno en el que hay que insistir porfiadamente, podrían destrozar lo que más vale del ser humano, que es su educación a través de la conciencia.

De los laboratorios puede salir un medicamento que salve vidas, algo socialmente muy valioso si tal producto pudiera ponerse al alcance de todos.

Pero de los laboratorios están naciendo también todo tipo de armamentos que pueden poner fin a la vida humana.

La publicidad comercial y el consumismo son inconciliables con la supervivencia de la especie. Háganse todos los cálculos posibles y se verá que los recursos naturales, el espacio, el clima, el tiempo y el sistema, al paso y en la dirección que llevan, no pueden arrojar otro resultado.

El cuarto poder de la globalización

El cuarto poder de la globalización
Por Mónica Alvarez, IRW: Equipo de Investigaciones “Rodolfo Walsh”
La prensa oral y escrita, el cine, la televisión, y el último invento, internet, sin olvidarnos de las empresas de publicidad y mercado, son los factores más importantes para la dominación. Se utilizaron y se utilizan para apoyar el ejercicio del poder de los grandes grupos antaño políticos y hoy económicos
En los años 70 Armand Mattelart y Ariel Dorfman escriben ’”Para leer al Pato Donald”. Este libro fue concebido por sus autores como un manual de descolonización; marca como aquello que es aceptado como “entretenimiento infantil sano” por toda la sociedad está en realidad trasvasando formas de ser de una sociedad a otra directamente a los cimientos de la misma: niños y jóvenes. De esta manera se generan pautas conductuales naturales en la sociedad receptora, ajenas a la misma, que responden a necesidades concretas de la sociedad emisora.

Cuando se habla de globalización, se piensa en primer lugar en términos económicos y financieros, en políticas de vaciamiento y desplazamiento de industrias así como de las consecuencias lógicas que acarrea este proceso. Poco se piensa en otros factores que también conforman ese ámbito y que coadyuvan la inserción de esas ideas en la sociedad logrando una resistencia menor o nula a los cambios.

El cuarto poder

Haciendo un poco de historia vemos que quien maneja las ideas de una sociedad es quien determina el curso de la misma. Desde ideólogos como San Agustín para el cristianismo, pasando por Goebbels de la Alemania nazi hasta los Terminator en sus diferentes versiones, van induciendo a pensar de una determinada manera que pasa a ser considerada como deseada y aspirada de forma tal, que aquellos individuos que se oponen a la conducta generada por este patrón, son considerados como inadaptados; de allí, a peligrosos, hay tan sólo un leve matiz.

En su conferencia en Buenos Aires sobre “La estructura de dominación hoy y los límites de la democracia”, el pensador esloveno Slavoj Zizek demuestra como funciona la estructura de dominación en las sociedades “permisivas” posmodernas contemporáneas y su influencia en la llamada democracia. La clave está en la permisibidad y no en el silencio como se podría suponer; éste último haría sospechar que algo se oculta.

De otra forma, exponiendo la opinión del adversario en primer lugar, lo que se recuerda es la aseveración que se marca al final, ya sea como información o como cuestionamiento.

Los medios de comunicación, la prensa oral y escrita, cumplen la función básica y efímera de describir la realidad social. De esta manera los ciudadanos están informados en forma objetiva y rápida del acontecer nacional e internacional que afecta sus vidas. Su acción es eficaz e inmediata al entrar el individuo en una interacción de ideas y a la apelación que el medio hace a sus sentidos.

Es interesante notar que lo efímero y la objetividad juegan con la otra función de los medios que es la de atraer e influenciar la opinión individual y colectiva aún cuando ello signifique dejar de lado la veracidad.

Lo efímero se actualiza a través de matices o ampliando la información en días sucesivos. Para quienes tienen acceso al cable, las cadenas informativas bombardean con la misma noticia para influenciar simultáneamente determinada opinión en los rincones más diversos.

La objetividad es parcial ya que está condicionada por la línea de un grupo o del propio periodista. Las noticias que nos llegan ya sea por el medio escrito, oral o visual no presentan el hecho ocurrido sino que lo modifican/alteran para cumplir con un determinado objetivo, el político, no siempre claro para el receptor. Para ello apela a la sensibilidad del mismo.

Adoctrinamiento

La industria de Hollywood ha servido el “estilo de vida” norteamericano con valores universales como la libertad del ser humano, de los países, la posibilidad de riqueza y la disposición del norteamericano en acudir rápidamente en ayuda del necesitado/oprimido.

De esta forma se obtienen dos cosas: la apetencia por estos valores y la defensa de los mismos. En el inconsciente de la sociedad, esa defensa está íntimamente ligada a la idea de que es el yanqui el único que puede llevarla a cabo.

Mediante la presentación reiterada de situaciones tipo, se generan en nuestro inconsciente aseveraciones estereotipadas. Por ejemplo: el héroe de la película, si ha sido un rebelde social, muere al finalizar la misma; esto es válido para Humphrey Bogart como para Arnold Schwarzenegger.

Los malos de la historia han ido evolucionando a través de los tiempos según las necesidades; primero fueron los indios, luego los mexicanos; más tarde los mafiosos (léase italianos e irlandeses). En la esfera ideológica evolucionaron de los nazis alemanes y fascistas italianos a los japoneses; pasaron por Vietnam, manteniendo los soviéticos su papel estelar hasta el desmantelamiento la de URSS. Más tarde le llegó el turno a los colombianos y ahora a los árabes en general con claras alusiones a las conexiones con Al Qaeda.

En todos los casos aparece un norteamericano o varios que ayudan a los desvalidos locales a luchar contra los indeseables. De esta manera se marca la necesidad de dependencia del mundo de los aportes militares de los Estados Unidos.

Ellos detentan la verdad, la bondad y el poder de castigar cual Dios Todopoderoso. Este panorama se repite a diario en la televisión y en el cine potenciando el impacto de las noticias que llegan a través de la radio y de la prensa escrita.

Las corporaciones mediáticas y las de segunda línea controlan la mayoría de los medios del mundo. Buscan la uniformidad; compran el producto nacional cuando éste logra la preferencia de la audiencia para modificarlo o discontinuarlo de manera tal que se mantenga el molde.

Globalización y complicidad. La nueva fase del colonialismo

Los medios de comunicación pueden ser cómplices de los procesos políticos o aporte en la tarea de la transformación social.

”El poder de la prensa es primordial” escribe Theodore White en The Making of the President. “Establece la agenda de discusión pública. Es un avasallador poder político que no puede ser controlado por ninguna ley. Determina lo que la gente habla y piensa con una autoridad reservada en algunas partes del mundo sólo a los tiranos, sumos sacerdotes y mandarines.” La complicidad de los medios de comunicación con los procesos corruptos que quiebran económicamente a los países luego de colaborar con su desmantelamiento es parte de la estrategia para fortalecer sus negocios y extenderlos.

La dictadura de los Medios

Nueve empresas globales de la comunicación (ocho de ellas estadounidenses) controlan la mayor parte de los satélites, las telecomunicaciones, la televisión, la radio, Internet, el acceso a la información, la industria cultural y el entretenimiento en todo el orbe.

La Asociación Mundial de Comunicación Cristiana (WACC por sus siglas en inglés) señala que la economía del libre mercado y los medios de comunicación, las principales fuerzas de la globalización, imponen patrones de consumo y formas de vida en todo el mundo.

”El mensaje monocultural de los medios de comunicación globales le está haciendo a la diversidad cultural lo que la globalización económica y la explotación no sustentable le hizo a la biodiversidad del mundo. Hoy existen más de 5 mil lenguas y culturas en todo el planeta, la inmensa mayoría amenazadas con desaparecer”, se afirma en un informe de la WACC sobre la propiedad de los medios de comunicación difundido recientemente.

Las políticas neoliberales han abierto en casi todos los países la propiedad de los medios escritos, las estaciones de radio y televisión, así como el cable y la televisión digital y satelital, a los intereses trasnacionales.

El mercado mediático global ha acabado dominado por las ocho corporaciones trasnacionales que rigen en los medios de Estados Unidos: ATT/Liberty Media, Disney, Time Warner, Sony, News Corporation, Viacom y Seagram, además del gigante alemán Bertelsman’.

Existen unas 50 empresas que participan del mercado mediático global. La mitad de estas firmas son estadounidenses; el resto europeas y japonesas. Las estadunidenses: Dow Jones, Gannett, Knight-Ridder, Hearst and Advance Publications. Las europeas: Kirch Group, Havas, Mediaset, Hachette, Prisa, Canal Plus, Pearson, Reuters y Reed Elsevier. Las japonesas, aparte de Sony, son productoras locales.

Hay una segunda línea, compuesta aproximadamente por 60 empresas que controlan sus propios mercados y son fuertes a nivel nacional o regional. Su lema “expandirse o morir”. Entre unas y otras controlan la mayoría de los medios del mundo: libros, revistas y periódicos; música, producción de televisión; estaciones y canales de cable, televisión satelital, producción cinematográfica, telenovelas, etc.

Según Robert McChesney, “la hipercomercialización de todas las actividades y el crecimiento del control corporativo traen consigo un contenido político: consumismo, desigualdad de clase, individualismo, son tomados como valores naturales, mientras que el activismo político, los valores cívicos y las actividades no comerciales se ven marginadas”. (Rich Media, Poor Democracy, 1999).

La información desigual

La desigualdad crece. Mientras que las clases medias y altas son consumidores y/o emisores de los nuevos medios (cable, antenas parabólicas y tv digital, Internet, telefonía celular), las clases urbanas y rurales quedan excluidas de los medios en sus países, donde sólo son presentados como noticia (tragedias, conflictos), casi nunca son emisores. A esto se suma el hecho de la regionalización de las noticias.

El acontecer capitalino y el de las grandes ciudades, por banal que sea ocupa la agenda del día como sucesos del ámbito nacional en función de su rentabilidad económica; el interior sólo merece una líneas de acuerdo a la trascendencia del hecho o se excluyen.

Estos códigos coloniales son trasladados desde otras grandes urbes y se hacen carne en las capitales y alrededores y son reproducidas y enviadas hacia el interior, siendo de esta forma colonizado por estos códigos de vida que poco tienen que ver con las realidades, identidades y símbolos provinciales o regionales.

El colonialismo informativo es esencial para dominar, porque como bien decía John William Cooke: la politización de la clase dominante implica la despolitización de las clases dominadas. No pensar, no actuar, no vivir.

Muchos países han ajustado su legislación permitiendo el acceso a los medios a empresas extranjeras; en otros casos se ha permitido la privatización de los mismos. En algunos casos hay una corriente de pensamiento que sostiene la necesidad de medios no comerciales.

En los países pobres, la privatización y la apertura nacional a los capitales trasnacionales fueron directrices impuestas indirectamente por el Fondo Monetario Internacional, el Banco Mundial y la Organización Mundial de Comercio al condicionar la ayuda a la aplicación de recortes en gastos públicos y subsidios y a la comercialización de todas las actividades. Los servicios públicos de radio y televisión sólo merecen unas líneas de acuerdo a la trascendencia del hecho o se excluyen.

Sin embargo la desigualdad se mantiene; Bernstein parece olvidarla o, la deja de lado concientemente. El fenómeno de Internet tiene como requisito indispensable la posibilidad de acceso a ese medio, una posibilidad económica poco pensable en pueblos donde el acento primordial es el hambre, incluyendo poblaciones de los Estados Unidos.

Es esa diferencia económica de posibilidades lo que contribuye a la uniformidad. El cuadro del mundo que se presenta a la gente no tiene la más mínima relación con la realidad, ya que la verdad sobre cada asunto queda enterrada bajo montañas de mentiras.

Cuando éstas no funcionan y la permisibidad falla gana terreno la censura ya sea impuesta en forma vertical, gobiernos a los medios o la autocensura. En el primer caso, las noticias pasan por un cedazo que indica qué y cómo publicar; en el segundo existen sobreentendidos sobre lo que es conveniente dejar de lado.

Informar o formar

El periodista debe tener la capacidad de insertar los hechos de los que es testigo en su contexto histórico, social, cultural y político. Su responsabilidad es enorme.

Debe unir su capacidad de informar con veracidad con la formativa, destacando de la maraña informativa aquellas porciones indispensables para la comprensión de la realidad.

En las grandes rebeliones sociales de los últimos años, la comunicación entendida como coordinación del comportamiento jugó un papel decisivo. Los medios alternativos y lo que Umberto Eco define como “guerrilla semiológica” (serie de intervenciones y actuaciones producidas, no desde el sitio de partida del mensaje, sino en el lugar al que llega, induciendo a los usuarios a discutirlo, a criticarlo, a no recibirlo pasivamente) son las formas que se generan para combatir la potencialidad de controlar “el mensaje” y “ejercer influencia sobre la opinión de los usuarios y hasta directamente moldear su conciencia”.

De esta forma se puede explicar la reacción de los españoles a la campaña de Aznar para inculpar al ETA y la respuesta del pueblo venezolano a la justificación del golpe de estado por parte de la derecha dirigido a la clase media antichavista.

Este tipo de difusión de la información veraz por medios tradicionales e informales, internet y telefonía celular, modifica en casos puntuales, casos de España y Venezuela, los designios de las trasnacionales.

Y he ahí la importancia que reviste el desarrollo de los medios alternativos como trincheras de combate en una guerra de guerrillas semiológica contra la dictadura de los medios de comunicación masivos sobre el colectivo.

Schafik 14

– Lunes, 09 de Julio de 2007 hora 13:07

Dagoberto Gutiérrez

El asesinato de Monseñor Romero fue decidido luego que el Arzobispo, en su última homilía, llamara a los cuerpos de seguridad y al ejército a cesar la represión. Esta invocación fue entendida por la derecha como un llamado a la desobediencia y como una amenaza a la parte medular de su política que era el aniquilamiento, a sangre y fuego, de toda forma de oposición a la política gubernamental.
Monseñor Romero era en efecto una voz, una palabra y una conciencia que llenaba de esperanza y confianza al pueblo asesinado, era en una sola palabra, El Pastor y lo sigue siendo.
No resulta extraño que actualmente a más de veinticinco años de su asesinato El Vaticano romano tema a Monseñor Romero y lo desconozca porque este pastor es una señal inequívoca del paso de Dios por El Salvador, como diría Ignacio Ellacuría.
Estamos en los años ochenta y el acto de guerra del asesinato del pastor no menguó la convicción política sobre la resistencia inevitable y es más, llenó de indignación, es decir, de dignidad, a la resistencia popular y abrió, de par en par, los caminos turbulentos de la guerra incierta.
En ningún momento como éste la Iglesia Católica salvadoreña ha tenido mayor poder orientador y mayor luz convocadora y nunca, como en estos aciagos instantes, ha sido camino.
Es cierto que todo venía y todo llevaba hacia la violencia, pero el pensamiento de Monseñor Romero resolvió las encrucijadas y por eso, actualmente, su pensar es guía y además de pastor, que es su punto más alto, es pensador actual con una voz que suena y resuena adentro del tiempo.
En el proceso político salvadoreño, es necesario insistir una y otra vez, sin cansarse nunca en el papel de las iglesias porque esta es una de las características que se vincula, ya lo hemos dicho, al papel de las clases medias y a la sensibilidad eclesial ante la realidad de su feligresía y aunque es cierto que hay una distancia entre la jerarquía eclesiástica y su cuerpo sacerdotal, también es cierto que el pueblo creyente está más cerca de sus sacerdotes que de la jerarquía.
En general las iglesias protestantes tuvieron y tienen un papel esclarecedor, pero también juegan su papel político al servicio del capital y basta ver para eso el descollante crecimiento de iglesias pentecostales o de distinto credo protestante que convocan con la filosofía del progreso, del quietismo, la adoración y la reflexión fuera de la realidad real. En fin la realidad con todas sus polvaredas antagónicas es capaz de contaminar la fe religiosa y esta es muy buena noticia e inevitable además.
Esa noche, cuando llegamos a la Autopista Sur y tomamos distintas direcciones, nuestros espíritus estaban sobrecogidos por una sensación extraña, porque por un lado sabíamos racionalmente, con la cabeza política aguda, que la guerra estaba encima y adentro de todo el proceso, pero el asesinato de Monseñor Romero nos indicaba que sería una pelea a muerte y se trataba de pelear con todo lo que se tuviera a la mano y sin cuartel.
Este fue un momento contradictoriamente iluminado por la muerte más ominosa, pero fue esclarecedora, y la vida preciosa del pastor nos dio luz hasta para saber lo que venía. Esa noche dormí en un lugar lleno de rezos y velas encendidas, porque la familia de la casa inició esa misma noche sus oraciones para Monseñor, el humo de las candelas encendidas en la sala llegaba arrastrándose hasta mi cama, pasaba un pequeño corredor, subía dos gradas y entraba, llena de confianza en el cuarto donde yo dormía o más bien, donde velaba. A medianoche me incorporé a los que oraban como buscando una fe necesaria para lo que venía.
La patria amaneció partida, como cuando un cuchillo corta en dos partes un corazón y la sangre estalla en dos direcciones; y luego de la muerte, el entierro pasa a ser la actividad y la preocupación central, esa era la tarea religiosa y política más encendida del momento, y el pueblo era convocado de nuevo, por el pastor asesinado y por la voz de una iglesia herida, pero en pie.
El pueblo se congregó fervorosamente en torno a la Catedral y el funeral se transformó en un acto vivo y de vida y todo el país estaba presente y los ausentes también lo estaban, la tarde se rendía ante la noche, los pájaros volaban hacia sus nidos y las palomas de siempre hacían círculos permanentes sobre la multitud cuando, sonaron los primeros disparos y de todas las direcciones, de arriba hacia abajo, el ejército y los cuerpos de seguridad dispararon contra el pueblo desarmado, de nuevo un acto de muerte llenó de sangre la conciencia humana y el miedo de las derechas se convierte en asesinato en masa.
Corrió la sangre a borbollones, y los disparos desde el techo de los edificios circundantes a la Catedral Metropolitana, eran profesionales y certeros, calculados y con cadencia. El Palacio Nacional tuvo ese día fuego sangriento sobre su techo, y la muchedumbre congregada, corrió para salvar su vida, se refugió en la Catedral y se alejó, como pudo, de la línea de fuego.
La plaza quedó cubierta con carteras de todo color, tamaño y estilo; cubierta con zapatos y prendas de vestir, saturada de llanto y sangre, mientras, de nuevo, la indignación se arremolinaba, retinta en llanto.
Esa noche se supo que Monseñor Romero sería temido y odiado para siempre por la derecha salvadoreña; y sería amado, escuchado, asimilado y adorado para siempre por el pueblo salvadoreño y que estas dos aguas tumultuosas no se conciliarían jamás

Schafik 13

– Lunes, 18 de Junio de 2007 hora 11:31

Dagoberto Gutiérrez

El doctor Guillermo Ungo era pequeño de estatura y de una complexión fuerte, todo él parecía consolidado; pero su pensamiento político era lo más fuerte que él tenía, era armonioso y consecuente, tenía un permanente sentido del humor y con el matizaba las discusiones más espinosas.
Este fue un período muy intenso para todos y para Schafik parecía ser un momento vertiginoso, en realidad este vértigo correspondió a la dinámica de la década del 70 porque para el Partido Comunista se presentó la oportunidad de hacer avanzar el proyecto del Frente Popular cuyos fundamentos había delineado el Búlgaro George Dimitrov. La política de alianzas también fructificaba y en las Escuelas Políticas nuestras se enseñaba el establecimiento de aliados y alianzas.
Todos éramos muy jóvenes y Schafik no era el de más edad de todos nosotros; pero sí era, muy probablemente, el más estudioso y el de mayor reflexión, en todo caso era el que integraba las opiniones para construir una línea teórica y práctica, era una actividad febril con reuniones prolongadas; éstas empezaban en horas de la tarde y terminaban en la madrugada, es probable que en estas jornadas Schafik desarrollara su conocida capacidad para sufrir, con gozo, reuniones interminables sin agotarse aparentemente y es más, desarrolló la habilidad de celebrar, una vez terminada una reunión, otra reunión para comentar la reunión que había terminado en horas de la madrugada, tomaba café y como no siempre había pan, tomaba más y más café mientras desataba su inmensa capacidad e incontrolado afán de platicar, platicar y platicar de modo que todo parecía indicar que descansaba más cuando estaba platicando que cuando estaba durmiendo.
En estas jornadas de intensa lucha política se aprendió a establecer la relación entre la firmeza y la flexibilidad y sobretodo, aprendimos a no usar la rigidez porque ésta última sólo indica pobreza de propuestas y escasez de variantes.
Esta fue en definitiva una escuela de negociación que años después sería útil a la hora de negociar el fin político de la guerra y Schafik fue un alumno dedicado de esta escuela.
En realidad, Schafik era una mezcla intensa de flexibilidad y terquedad y en ocasiones predominaba una o la otra de estas cualidades, esto quiere decir que las discusiones políticas eran siempre intensas y casi encendidas, hay momentos de terquedad, algunos de los cuales resultaron justos y esto se expresaba en todos los aspectos de la vida política interna y llegaba hasta los textos.
Siempre defendía ferozmente su punto de vista y esto era sobre todos los temas porque en realidad cuando la lucha política cubre todos los espacios y esquinas de la conciencia se descubre que todo es político. Claro que resulta diferente Schafik en los primeros años de la década de los 70 que el mismo hombre que en la década del 80, en el 70 era más flexible aunque en el 80, por lo denso del período, discutíamos más y en todo caso siempre o casi siempre cuidó de tomar en cuenta las opiniones colectivas.
Es útil establecer varios momentos para encontrar aquél en donde la dirección partidaria estuvo más cohesionada, voy a establecer los siguientes momentos históricos:
a. El paso a la clandestinidad después del 28 de febrero de 1977.
b. El paso a la guerra en la década del 80.
c. El proceso de negociación.
En cada uno de estos momentos se dieron mayores y menores intensidades de acuerdo al peso de las coyunturas, veamos algunos aspectos de cada uno de estos instantes grandes.
El 28 de febrero de 1977, en altas horas de la noche el ejército masacró a la población reunida en la Plaza Libertad, se trataba de una ocupación popular de esa plaza en protesta por el fraude electoral de ese mes y año, sólo para recordar hay que decir que la Unión Nacional Opositora llevó a la presidencial al Coronel Ernesto Claramount y el Partido de Conciliación Nacional al General Carlos Humberto Romero.
En la plaza se hacía un mitin las 24 horas y tanto los dirigentes de la UNO como el pueblo expresaba sus opiniones políticas públicamente, ante todo el país y ante el mundo las derechas mataron a los que protestaban en la plaza y esta decisión produjo un corte decisivo en la psicología del pueblo porque fue la señal que indicó que la guerra era el único camino. De aquí en adelante todos los caminos conducían a la guerra y si esto era así terminaron también las condiciones para la lucha política legal. Aunque el Partido Comunista había conquistado espacios de legalidad no olvidábamos nunca que seguía siendo ilegal el aspirar y luchar por una sociedad no capitalista y por el comunismo.
El I de marzo de 1977 a las nueve de la mañana, en las cercanías de la Universidad de El Salvador, nos reunimos en comisión política con pleno conocimiento que se trataba de preparar lo necesario para la lucha armada generalizada, habíamos modificado nuestro aspecto físico y tomado las medidas necesarias para trabajar y vivir en las tuberías paralelas del clandestinaje, en realidad estábamos lejos de imaginar lo que vendría después y lo que duraría ese período y también lejos de imaginar que tres años después, el 24 de marzo de 1980 durante una reunión en la que le pusimos el nombre de Fuerzas Armadas de Liberación (FAL) a nuestro naciente ejército guerrillero, en esa misma hora, era asesinado Monseñor Oscar Arnulfo Romero en el hospitalito de la Divina Providencia, oímos la noticia en el radio de alguien que pasaba por la calle y luego de esto, terminó la reunión dándonos cuenta que aquella derecha que había sido capaz de matar a alguien como Monseñor Romero es y sería capaz siempre de hacer cualquier cosa a cualquier persona, en cualquier forma y en cualquier lugar y tiempo en nombre de sus intereses.

Schafik 12

– Lunes, 21 de Mayo de 2007 hora 11:38

Dagoberto Gutiérrez

El año 1969 funciona como una especie de bisagra, una bien aceitada, entre la década del 60 y la del 70, no es sólo el último año del 60 ni la puerta para el 70 sino que es compuerta entre ambas y comparte sus sabores y olores.
En la historia política del país es el año de la guerra con Honduras y en la historia del Partido Comunista de El Salvador es un año decisivo para su división, en la historia de la juventud comunista de El Salvador es el año de la creación de la Unión de Jóvenes Patriotas, la UJP culminó el esfuerzo organizativo que ya había pasado por otras organizaciones como la Juventud 5 de Noviembre, previo a la creación de la Juventud Comunista de El Salvador.
La posición frente a la guerra con Honduras es un tema espeso para seguir la pista del pensamiento político del PCS, esta guerra, como hemos visto, concitó realidades políticas de los dos países y en el caso de Honduras, permitió hablar de reforma agraria sin tocar a los terratenientes, y en el caso de El Salvador cerró una válvula de escape a la creciente presión social y elevó la temperatura de la caldera que condujo a la guerra.
Pienso que en esos momentos decisivos de nuestra historia el Partido Comunista no hizo la reflexión adecuada sobre el momento y yo no conozco, hasta ahora, una posición partidaria que examine la naturaleza de esa guerra, que establezca la posición política justa y determine una orientación necesaria para el pueblo. La Opinión Estudiantil, vocero de la Asociación General de Estudiantes Universitarios hizo un llamado a las armas, coincidiendo con el discurso gubernamental de la época, considero que sigue pendiente, una discusión sobre este aspecto puntual de nuestra historia, porque el llamado a la guerra ignoró en todo caso los orígenes de la misma, los intereses, no populares que se defendieron y que no se trataban de una guerra justa.
La guerra siguió su curso breve y fue interrumpida a las 100 horas; pero allí empezó a escribirse la historia de la guerra verdadera que menos de diez años después estallaría en nuestro país.
En estas dos décadas (60 y 70) se acentuó la presión de las clases medias sobre el Partido Comunista y cuando aparecen las nuevas organizaciones revolucionarias armadas también se produce una especie de cerco político e ideológico sobre el PCS, en realidad la carrera hacia la guerra ya había comenzado.
La Guerra Popular Revolucionaria duró más de doce años pero no es correcta esta figura usual que habla de doce años porque desde la guerra con Honduras, la Oligarquía Cafetalera perdió el recurso precioso de la migración hacia Honduras, se enciende el debate ideológico en el seno de las clases medias, y puede considerarse que toda la década del 70 es parte de la guerra popular.

Como se puede ver esta década resulta ser la antesala de la guerra y es la que contiene los mayores esfuerzos, teóricos y políticos, para construir la fuerza necesaria que enfrentó a la Oligarquía, en este escenario se construye una tendencia histórica que reduce la base social de la dictadura militar de derecha la que va quedando cada vez más sola con su Partido Oficial, el Partido de Conciliación Nacional. Aquí se produce la alquimia mágica que relacionó las izquierdas con las derechas enfrentadas ambas con fuerzas tradicionales de derecha, es cierto que el alambique que destiló los acuerdos alcanzados fue político y no ideológico, también es cierto que las derechas contribuyeron, contra su voluntad, por su torpeza y reducida mirada; pero lo cierto es que lentamente y en el mayor de los fuegos de las luchas de clases, y solo en ese horno de alta temperatura, se alcanzaron acuerdos que en frío jamás se podrán alcanzar en ninguna circunstancia histórica.
Los acuerdos entre las izquierdas no precedieron a este proceso, pero el Partido Comunista, de acuerdo a las condiciones históricas concretas trabajó, con juicio, justeza y oportunidad, el acuerdo histórico de creación de la Unión Nacional Opositora.
Era un entendimiento con la derecha y en contra de otra derecha y es una magnífica escuela, quizás la mejor, de construcción de alianzas políticas. Esto fue antes, insisto, de un acuerdo estratégico con las izquierdas y se da en medio del más encendido debate ideológico pero aquí, se tuvo la sabiduría suficiente para que la vida misma permitiera apreciar las fortalezas y debilidades de la política construida, demás está decir que toda la comisión política del Partido Comunista se empeñó afanosamente en construir este acuerdo y que la cúpula del PDC, Partido Demócrata Cristiano, siendo en su mayoría de derechas, no pudo impedir la creación de la UNO. De nuevo, y hay que insistir en esto, las huelgas magisteriales de 1968 y 1971, fueron el sustento político e ideológico que facilitaron estos acuerdos, ellos pusieron la temperatura social e histórica necesaria para los entendimientos, éstos sólo se logran, así como en el caso de los aceros, en determinados momentos de mayor calor social.
El Movimiento Nacional Revolucionario, junto al PDC y el UDN (Unión Democrática Nacionalista), fue el otro miembro de la UNO, este reunía a gente de izquierdas, socialdemócrata, con fuertes relaciones internacionales, algunos de sus miembros llegaban hasta las posiciones revolucionarias. El Dr. Guillermo Manuel Ungo fue su dirigente hasta la hora de la muerte de éste y la historia política del país cuenta con un político de estatura del Dr. Ungo, lúcido, honrado, leal al pueblo y valiente.

Schafik 11

– Lunes, 07 de Mayo de 2007 hora 10:48

Dagoberto Gutiérrez

Las Escuelas Políticas caracterizan a una organización verdaderamente política, aunque en realidad toda escuela, como centro de formación con capacitación e instrucción tiene un sentido político innegable.
Para todo Estado la Educación y la Salud constituyen dos Aparatos Ideológicos fundamen-tales y al descubrir cuánto se invierte en estos rubros también se está entendiendo cuán inteligente son los gobiernos y cuánto practica la dirección política y el consenso.
El Partido Comunista de El Salvador fundaba su trabajo en el Marxismo y éste, como teoría científica, requería de los militantes un cierto conocimiento de la teoría y junto a esto, una aproximación a la realidad de todo el país. Esta lógica operaba así: los militantes provenían de sectores trabajadores del país, de zonas rurales y urbanas y su conocimiento de la realidad debía contar con instrumentos teóricos para que pudieran separar la paja del grano y sobre todo se necesitaba tener claro el período histórico en que se luchaba, el enemigo contra el que se luchaba, los objetivos por los que se luchaba, la estrategia y la táctica, los métodos de lucha, la vía de la Revolución, la naturaleza de la Revolución y los aliados en toda esta lucha.
La reflexión era suficientemente flexible para distinguir entre un aliado permanente y otro temporal, uno confiable y otro no confiable y luego se trataba de encontrar a los amigos o personas cercanas al Partido, a su línea y a su táctica.
El Partido era, en fin toda una escuela que forjaba, en definitiva una actitud ante la vida y aquí, se construía un fuerte optimismo histórico; éste resultaba necesario para que un pequeño destacamento fuera capaz de enfrentarse, en solitario, a una sangrienta dictadura terrateniente militar, pero además el anticomunismo era el hilo de plata ideológico con el que se hilvanaba la estrategia y táctica de las derechas.
El Partido entabló relaciones fructíferas con sectores intelectuales de la sociedad, con iglesias de distinta denominación y el prestigio intelectual de Schafik y la capacidad política de todo el Partido le aseguró siempre la consideración de ser una Fuerza Política infaltable en toda la reflexión sobre la realidad, hay que destacar estos aspectos porque el ateísmo nunca fue una línea política partidaria y aunque la clase obrera era el motor decisivo de las fuerzas motrices, las clases medias siempre encontraron un lugar fluido en nuestras filas.
Estos elementos clasistas caracterizarían el proceso político del país y se acentuarían cuando las Fuerzas Revolucionarias se ensanchan y el Partido Comunista deja de ser el luchador solitario que siempre fue desde 1932.
La existencia del PCS se daba dentro del desorden y, más bien, era desorden y por eso, el orden se sentía amenazado y confrontaba a muerte a la organización.
Mantener la cohesión, la confianza y la esperanza en la victoria pasaba necesariamente por la formación política e ideológica y las escuelas cumplían ese papel, posiblemente las derechas subestimaron al Partido y sobreestimaron su capacidad real de control y de amenaza; lo cierto es que al crecer en extensión las organizaciones populares, el Régimen Político fue incapaz de construir una respuesta que no fuera represiva ni criminal.
La Universidad de El Salvador, desde su posición universitaria desempeñó un importante papel en la difusión y divulgación de trabajo científicos transformador y esto la convirtió, para bien o para mal, en una especie de trinchera y teatro de operaciones de una confrontación ideológica entre diferentes corrientes de izquierdas y en ningún momento, a partir de los años 60 las derechas gozaron de espacios importantes en el pensamiento político universitario, es cierto que la agitación y la conmoción teórica no reducía, por sí misma el nivel científico universitario y el Alma Mater, sin dejar de ser tal era, al mismo tiempo, ámbito y hábitat que expresaba la convulsión social de todo el país, así las cosas se puede decir que el país se reflejaba en la Universidad y ésta se reflejaba en el país, este encuentro era un momento de ebullición donde se buscaban los caminos y las rutas adecuadas para la confrontación que se avecinaba y la lucha interna en la Universidad no era lucha interna de la Universidad; pero ésta no era solamente escenario de un drama ajeno porque también era actora y parte de la lucha de toda ciencia por descubrir la verdad y éste era, precisamente, el papel subversivo, es decir, científico que la Universidad desempeñaba.
El Partido Comunista no era un partido de intelectuales; pero la formación teórica siempre fue para nosotros un importante afán y Schafik fue un acicate fundamental para que los cerebros políticos adquirieran maestría en el arte de descubrir los intereses menos visibles en las actitudes y conductas más visibles.
La Lucha Política fue la almendra de nuestro trabajo y esto nos permitió ganar la
comprensión necesaria frente al fenómeno de las nuevas organizaciones revolucionarias
armadas y así, en un trabajo de carpintería afanoso se abre la década decisiva de 1970.
Claro que un año antes, en 1969 había estallado la guerra contra Honduras, en el mes de julio y éste fue un episodio encendido en la historia del país y del Partido Comunista.

Schafik (10)

Schafik (10) – Lunes, 23 de Abril de 2007 hora 12:34

Dagoberto Gutiérrez

El intenso período de la década del setenta del siglo pasado preparó al Partido Comunista, teórica, ideológica y políticamente, para las luchas decisivas con las que cerraríamos el siglo. Y aunque los comunistas éramos pocos en relación con la población, desarrollamos un fortísimo sentido de pertenencia, una formación rigurosa de equipo y una calidad acentuada de destacamento.
Esta confrontación de las clases sociales era el enfoque decisivo de la formación teórica porque se insistía en que las sociedades no están formadas de individuos sino de clases sociales a las que pertenece cada persona. En la sociedad siempre hay, junto al Estado, y controlándolo, una clase dominante, ésta defenderá su poder frente a las otras clases dominadas. Este planteamiento científico aseguraba la comprensión de los acontecimientos que se sucedían en un tráfago, aparentemente caótico, pero realmente concatenado e hilvanado por esta lucha de clases cada vez más encendida. Cada militante tenía que entender los conceptos fundamentales de período histórico y coyuntura política, y en realidad, era la relación intensa entre un continente (periodo) y un contenido (coyuntura), y se trataba de que se supiera lo más posible sobre lo que estaba ocurriendo en el país en un momento determinado, para poder, así, situar esa actualidad en el curso general de los acontecimientos. Se abrían escuelas donde asistían militantes de todo el país que vivían clandestinamente durante 15 días, en casas de seguridad donde se les proporcionaba alimentación, alojamiento y estudio diario, y, con el mayor de los silencios y la prudencia, se estudiaba en la mañana, en la tarde y parte de la noche. Ningún alumno salía a la calle y la casa funcionaba normalmente durante dos semanas. Los profesores llegaban y durante todo el día trabajaban hasta salir en horas de la noche, y en ocasiones, permanecían varios días en la escuela.
Schafik fue de los profesores infaltables de estas escuelas, y aunque nunca llegaba a la hora establecida para el inicio de su clase, siempre fue un profesor cuya clase era esperada. Entraba con prisa, como si no disponía de tiempo y como si tenía conciencia de que había llegado tarde. Casi siempre llevaba un ataché lleno de papeles indescifrables que ordenaba y desordenaba. Lo primero que hacía era ubicar donde estaba el café, y luego de asegurar una taza grande y bastante café, platicaba con las y los compañeros, comentaba las actividades realizadas en los distintos lugares del país o alguna cosa destacada en ese momento, y sin falta, bromeaba con alguien y contaba algún chiste. En ocasiones, repetía sus chistes pero la magia de la narración era la gracia con que los contaba, aunque ya lo hubiera contado anteriormente. Y además, ya se sabía que él repetía los chistes. Siempre tuvo un buen apetito y se aseguraba una buena porción de pan, pero nunca se privilegió de nada.
Al fin, su clase, empezaba de la siguiente manera: se paseaba a uno y otro lado del salón, muy alto y con una cierta inclinación en sus hombros, generalmente con camisas de manga corta y más grueso de la cintura que de ninguna otra parte de su cuerpo, el cincho siempre apretado y sus zapatos pulcramente limpios, sus ojos brillaban como el sol de los desiertos de la tierra natal de sus ancestros, y empezaba a hablar. Su discurso era pausado, seguro y minucioso; en realidad, parecía no saber en qué momento terminar y las ideas iban hilvanándose sucesivamente. Solía usar el método inductivo y para esto describía los hechos con abundantes detalles buscando establecer criterios generales, de tal manera que, de repente, parecía estar contando una historia de la cual se tenía conocimiento previo, sus palabras caían en el auditorio de manera fluida como las aguas de un río que corren hacia abajo, rumbo al mar. Enfatizaba los puntos conflictivos más encendidos y trataba de demostrar el trabajo que el Partido estaba haciendo en esos nudos. Su voz era fuerte pero grave y de los profesores era el que más fuerte hablaba, como si no se tratara de una escuela ilegal y clandestina; pero cuando parecía reparar en esta circunstancia, bajaba la voz, y cuando era seducido por el afán del discurso, la elevaba sin aparente control. En ese momento, los estudiantes, comunistas e ilegales, se miraban unos a otros, y parecían mirar hacia la calle, hasta que la inquietud aparecía y el profesor bajaba el volumen. En los intermedios, se distribuía café y esto duraba hasta el medio día cuando se servía el almuerzo, y todos comíamos en silencio, sin dejar de comentar, en voz baja, las cosas más cotidianas de la vida cotidiana de las personas cotidianas que ahí estábamos reunidas.
En realidad, era una escuela de campesinos, obreros, estudiantes y profesores, la mayoría hombres y la mayoría jóvenes; en ocasiones, asistían también profesionales como médicos y abogados, y el grupo reunido tenía que aprender de las materias impartidas y también aprender a convivir. Al caer la tarde aparecían una gran cantidad de colchonetas que se extendían en el piso de los mismos salones donde durante el día se recibían las clases, las sillas se ordenaban en las orillas del salón, con mucho sigilo y cuidado, y también eran ocupados los corredores, de tal manera que a partir de las 8 de la noche, la escuela estaba durmiendo, aunque los habitantes normales de la casa seguían con su existencia cotidiana para que ningún vecino se percatara de que a su lado estaba funcionando toda una escuela política clandestina.
Todos los alumnos disponían del ánimo suficiente y esto aseguraba el entusiasmo de la escuela y las bromas y los chistes y las historias no faltaban en las conversaciones sigilosas que corrían en los dormitorios. Uno de esos alumnos era Braulio, de pequeña estatura y moreno fino, de rostro grande y cabello colocho, campesino del departamento de La Paz, dedicado a la corta de la caña y de algodón. Braulio usaba su ropa muy bien ajustada y era dueño de una gran inteligencia y de una palabra fácil, de modo que durante las clases siempre fue un alumno activo. Años después moriría degollado a manos de las fuerzas represivas.
El Partido proporcionaba material didáctico y textos y los militantes tenían que poner su voluntad y su inteligencia y así, la escuela funcionaba adentro de la clandestinidad e ilegalidad del régimen, mientras un orden nuevo se construía desde el desorden.

Schafik 9

Schafik 9 – Lunes, 26 de Marzo de 2007 hora 11:00

Dagoberto Gutiérrez

La primera huelga magisterial de 1968 rompió el fundamento de todo aparato ideológico para construir los consensos decisivos y la segunda huelga magisterial de 1971 sirvió para ratificar el divorcio total entre el régimen político y su aparato ideológico educativo.
No olvidemos que este era el régimen montado, como una joya en su anillo, en 1932 por la oligarquía asustada por el levantamiento campesino de ese año. El uso de la fuerza, del abuso y la ausencia de reglas de democracia burguesa caracterizo a este régimen; pero en las décadas del 60 al 70 del siglo pasado pierde la base clasista de los sectores medios e intelectuales y en 1967 es sacudido por la campaña electoral del Partido Acción Renovadora.
Mientras el enfrentamiento, aparente era entre Emilio y Marcial (Salvador Cayetano Carpio), la verdadera confrontación estaba situada en el seno mismo de la sociedad y se producía, ante nuestras narices, un ensanchamiento social e inevitable del campo de la revolución; en verdad estaba planteada la lucha contra la Dictadura Militar de Derecha montada en 1932, esta había agotado las condiciones políticas, económicas y clasistas pero, ningún régimen cae por si solo sino sobre la base de la actual político y este, no sería la excepción.
La fuerza antidictatorial recogió la pluralidad existente en ese momento y, más allá de la diversidad, casi natural, que funciona en toda sociedad fue el colorido político e ideológico el que condujo que este ensanchamiento determinará el aparecimiento de diferentes organizaciones político militares.
Cuando el Partido Comunista de El Salvador se divide se expresaba la relación intensa entre una sociedad que queriendo y necesitando luchar contra la dictadura, no querían, sin embargo, ser comunistas y sin que necesariamente fuera anticomunista estaban dispuestos a entregarlo todo para derrotar a la dictadura. Se trataba, en realidad, de un fenómeno positivo que ni debilitó al PC ni debilitó a la Lucha Popular; se trata de un fenómeno político muy especial porque no produjo desmoralización, ni dispersión pero sí produjo: Encendida lucha ideológica, multiplicación de la discusión política, incorporación a la política, producción de periódicos y revistas, intensa actividad de pensamiento político universitario, construcción de bandos en todo el cuerpo social, fortalecimiento de un pensamiento vinculado a la Teología de la Liberación, confrontación en el seno del Movimiento Popular y construcción diversificada de este movimiento. En fin, como en muy pocos momentos históricos se da, EL PUEBLO ESTABA HACIENDO POLÍTICA y esta era diferente a la que estaba haciendo la clase dominante, cafetalera, de la época.
El Partido Comunista no fue sacudido, incontroladamente, por esta división; pero hay que decir que el fondo de los fondos no era el tema de la forma de lucha sino que algo más profundo que años después se estableció con generosa claridad y se convirtió, en la argamasa teórica y política clave para producir las alianzas necesarias en el Movimiento Popular.
En Chalchuapa, el PC tenía pocos años de actuar políticamente y el estudio del Marxismo y la Utopía Comunista era mantenida viva por el mensaje y el trabajo paciente de tres o cuatro artesanos: Un relojero, Don Pedro Molina; un Sastre, Don Nicolás Ruano; un panadero notable, Don René Montufar Dueñas, de origen Guatemalteco, pero establecido en Chalchuapa. Era una ciudad controlada ideológicamente por la ideología conservadora de los cafetaleros; pero que siempre mantuvo una actividad cultural y educativa organizada desde abajo y en las escuelas públicas se fue formando, lentamente, un pensamiento distante de la filosofía oficial.
Al no ser zona industrial no había fábricas ni clase obrera; pero si campesinos y empleados públicos, clases medias empobrecidas y cuando se organizan las primeras células encontraron un ambiente propicio para su crecimiento, no olvidemos todo lo que estaba ocurriendo, o más bien hirviendo, en el interior de la sociedad y todo el historial de abuso y atropello, de humillación y ofensa pareció estar vivo en la consciencia de un pueblo que pareciendo sometido estaba a punto de escribir páginas de increíble heroísmo en la historia del país.
En la década de los años 70 del siglo pasado y en el marco del ensanchamiento al que ya me referí, aparecen nuevas organizaciones revolucionarias y en todo los casos, se trataba de clases medias insurreccionadas. Este resulta ser un dato antropológico relevante porque es un resultado esperable de toda la lucha anterior que había sido, aparentemente, aplastada a sangre y fuego, con muertes, asesinatos, desapariciones y secuestros; pero en realidad nada de eso había producido derrotas ni desencantos y una vez más el régimen se equivocó porque resulta ser la democracia burguesa la forma política más segura y confiable; pero esta requiere, por lo menos, jugar el juego de la democracia como juego.
La oligarquía cafetalera en ningún momento jugó este juego y presumiblemente, ni lo entendía, ni lo consideraba necesario ni beneficioso para sus intereses y al nacer las nuevas organizaciones nacieron con la bandera de la lucha armada como único camino para derrotar a la dictadura.
Se trataba de enfrentar al Estado disputándole el monopolio del uso de la fuerza para imponer su política y tenía la lógica de enfrentar a dos ejércitos: El del pueblo y el de la oligarquía. Por supuesto que la lucha armada estallante en la década del 70 no era todavía guerra porque esta vendría una vez la lucha armada se generalizará y aparecieran fuerzas acampadas en distintas partes del territorio pero; por primera vez en la historia del país estaban construidas las condiciones objetivas y subjetivas para una confrontación total, inevitable y de larga duración.

Schafik No. 8

Schafik No. 8 – Lunes, 05 de Marzo de 2007 hora 10:24

Dagoberto Gutiérrez

La huelga de los maestros sacudió todo el año de 1968 y contribuyó a quebrar el aparato educativo, no hay que olvidar que el consenso necesario para dirigir e imponer la voluntad de una clase dominante requiere del aparato educativo y esta huelga magisterial quebró, precisamente, este aparato; años después los médicos quebrarían la segunda pata de este mecanismo que es el aparato de salud.
Amanecíamos en los alrededores de la biblioteca nacional, luego de noche con sobresaltos, con muchas pláticas y mucho frío porque al fin y al cabo dormir en las calles de una ciudad resultara siempre muy aleccionador.
Éramos muy jóvenes porque apenas sobrepasábamos los 20 años pero fervorosamente convencidos que el bien requiere de lucha contra el mal y que los maestros tenían la razón y estaban construyendo la fuerza que le da a esta la posibilidad de ser atendida y entendida.
Yo no era miembro de ningún organismo de dirección del partido comunista pero si dirigente del PR y por allí tenia una relación muy encendida con Schafik, sabia muy bien que en estas acciones de masas se estaba jugando el futuro también encendido, de la dictadura militar.
Schafik vivía sus mejores momentos y su capacidad analítica vigorosa y descollante parecía crecer al mismo ritmo que las manifestaciones.
Una parte importante de los profesores era Demócrata Cristiano, pero solo una parte de ellos era anticomunista aunque todos eran huelguistas y opositores a la dictadura del PCN.
Fue en esta huelga memorable en la que se sentaron las bases políticas de la Unión Nacional Opositora. Que pelearía en 1972, cuatro años después por la presidencia de la república , en estas huelgas nos encontramos los comunistas y los demócratas cristianos y la represión no hizo distingos y a ambos nos trato por igual, la sangre corrió y el miedo se estableció pero la resistencia también descolló, aquí hubo una especie de acuerdo político desde abajo y mas allá de los logros inmediatos de la huelga se logro el conocimiento, la confianza y el acercamiento fundamental para poder pelear juntos, cuatro años después por la candidatura presidencial de José Napoleón Duarte
Schafik descollaba todo el entusiasmo imaginable y todo era energía , entusiasmo y construcción lejos estábamos de imaginarnos que 12 años después protagonizaríamos la tercera guerra de la historia política de nuestro país.
Esta huelga fue una escuela organizativa porque nos permitió pensar sobre la mejor forma de construir la mejor fuerza política, fue una escuela del miedo porque nunca, hasta ese momento, la represión se había soltado y desenfrenado de, manera tan perversa ; fue escuela de dignidad e indignación y permitió agrupar a dignos e indignos de manera cada vez mas definida y terminante, esta separación seria determinante varios años después; fue también escuela política porque enseño que mas allá de la ideología son los entendimientos políticos los que aseguran las unidades y los acuerdos, aunque la ideología siga siendo la savia fundamental de la conducta política.
Las derechas aplicaron el terror de manera masiva y años después lo harían de manera total; pero el terror gubernamental fracaso y no fue suficiente, se trataba de sectores intelectuales y de clases medias; es decir de una categoría social intelectual y de una clase social medial; pero en una relación estrecha con obreros (todavía existía esa clase en el país y eran estos los proletarios, porque hoy los proletarios son los médicos, los ingenieros los economistas, porque todos son asalariados).
La sociedad salvadoreña era diferente a la sociedad actual y ese ejercito de intelectuales que son los profesores estaba desconociendo al ministerio de educación y al poder ejecutivo como su estado mayor; y ese poder ejecutivo no entendía ni entiende todavía la soledad en que encontraba y se encuentra.
La huelga se introdujo en todos los corredores polvorientos de la sociedad y estremeció los púlpitos de las iglesias y los salones de los seminarios , porque no hay que olvidar que los sacerdotes y las monjas son intelectuales de la clase media y era esta clase la que estaba desafiando a la dictadura en las calles; también sacudió los patios de los cuarteles porque los militares también son profesionales y de la clase media ya que la oligarquía no propicia el que sus hijos sean militares como ocurre en otros países, estremeció los talleres de las fabricas y en realidad, conmovió a todos los hogares de la sociedad salvadoreña, la familia como aparato político ideológico no volvió a ser la misma a partir de esta huela.
Para los campesinos y campesinas el sobresalto fue trascendente porque nunca pensaron que los “ señores “ y las “ señoritas” como se llamaba a los profesores y profesoras en las escuelas tuvieran que reclamar sus derechos en las calles, porque si ellos tenían que hacer eso, que no tenían que hacer los campesinos a los que nadie miraba ni escuchaba, a los que eran olvidados de la mano de Dios .
Todos estos ingredientes que caminaban revueltos con el polvo de los caminos , la sangre de los asesinados, el miedo y la indignación, la protesta y la organización no fueron entendidos ni atendidos por las oligarquías cafetaleras del país.
En definitiva esta huelga memorable separo las aguas y ayudo a establecer las correctas fronteras políticas e ideológicas ; al desatar los nudos del poder permitió construir nuevos poderes, esta vez desde abajo y desde adentro de la vida .
El partido comunista era pequeño, ilegal , clandestino y perseguido como deben ser las cosas dignas en este mundo pero sus militantes estábamos en la hora y en el lugar donde debíamos estar y, verdaderamente estos hornos donde se cocinaba este pan estaba fabricando los panaderos adecuados para cocinar el pan necesario.
La huelga termino con mas desacuerdos que acuerdos y el único acuerdo fundamental fue la huelga misma aunque finalizarla se convirtió en una decisión necesaria e inevitable.
Las luchas sociales en su desarrollo deben transformarse en cada vez mas diferentes maneras de lucha y no estaban dadas todavía las condiciones para formas superiores de confrontación.
El año de 1969 fue la época de la guerra con Honduras y aquí es necesario capturar la existencia de un hilo conductor que va vinculando y amarrando amorosamente un acontecimiento con otro como quien construye un collar con los diamantes puros de las contradicciones mas reales porque la guerra con Honduras no fue, en realidad, una confrontación externa sino, verdaderamente, fue el desarrollo de conflictos internos no resueltos, y al mismo tiempo fue el agravamiento de esos conflictos. Veamos por qué.

Schafik (No. 7)

Schafik (No. 7) – Lunes, 26 de Febrero de 2007 hora 10:26

Siendo la educación un recurso clave para la construcción del consenso necesario para dominar y dirigir, el ejército político de maestros y maestras sustentaba desde las aulas la ideología dominante. Este edificio se empieza a romper lentamente, y el profesorado, así liberado, inicia un inédito proceso de organización gremial que rápidamente llegaría a ser organización política.
La Asociación Nacional de Educadores Salvadoreños, “ANDES 21 de Junio” nace en 1968, es decir, un año después de la fulgurante campaña electoral del Partido Acción Renovadora y fue fruto de la efervescente coyuntura socio política de la decisiva década de los años 60. Hay que decir que aquí se quiebra la posibilidad de la clase dominante salvadoreña de ser al mismo tiempo clase dirigente porque perdió el control de este ejército de educadores que decidieron enfrentarse a la dictadura militar de derecha desde sus propias reivindicaciones gremiales.
Schafik y otros miembros de la Comisión Política del Partido Comunista participaron activamente en la elaboración y el diseño de los fundamentos políticos de la nueva organización. Este fue un trabajo lento, semi clandestino y con muchos acercamientos. Siendo una actividad política de clases medias intelectuales se trabajaba con una categoría social muy propensa a altibajos en sus posiciones políticas; pero todo el ambiente político del país y la hirviente oposición social hacían ineludible los acuerdos fundamentales en y con el gremio magisterial.
Los fines del sesenta y los principios de la década del setenta del siglo pasado estuvieron poderosamente influidos por las luchas magisteriales y la historia de El Salvador no podrá ser contada jamás sin referirse al peso decisivo de ANDES 21 de Junio. Los profesores eran la gente de confianza del Partido Revolucionario de Unificación Democrática (PRUD) y los militares presidentes siempre contaban con ellos para sus gestiones, los festejaban, los homenajeaban, y en los momentos de mayor precio internacional del café, les construyeron grupos escolares en varias partes del país. Pero, las poderosas ganancias de la exportación del café engordaron los bolsillos de unos cuantos oligarcas y el PRUD se olvidó de los salarios de los profesores, de su atención médica, y de reformar el sistema educativo para enseñar a pensar a los estudiantes, y así, cuando los oligarcas pensaban que todo estaba bien, sus profesores estaban pensando que todo estaba mal.
El mismo año que se funda ANDES 21 de Junio, en 1968, estalla la primera huelga nacional magisterial y se realiza el notable ejercicio político de la solidaridad de la clase obrera con los profesores levantados. Este era un gigantesco paso adelante en la lucha política del país porque los obreros hicieron suyas las reivindicaciones de los profesores y éstos descubrieron que ellos eran también asalariados, al igual que los obreros.
Nunca antes las campanas de las escuelas habían enmudecido porque ningún maestro abandonaba sus aulas, pero ahora entendiendo que la educación es un poderoso instrumento político de dominación o de liberación, los profesores cerraron sus escuelas, contando con el apoyo de la mayor parte de los padres y madres de familia, y aquí tenemos ya una huelga de profesores que se convierte en una huelga popular. Y al paralizar el sistema educativo se cerró el funcionamiento de la más poderosa maquinaria de control ideológico. Miles de maestros, alumnos, padres y madres de familia, obreros y profesionales, fueron movidos y conmovidos por el poderoso movimiento huelguístico. Se trataba de abrir el camino para una negociación, tal como ocurriría veinte años después, durante la ofensiva militar de 1989.
El partido de gobierno era el Partido de Conciliación Nacional, que gobernaba desde el golpe de estado de 1960, y el gobierno del Gral. Fidel Sánchez Hernández, que entraría en guerra con Honduras al año siguiente, en 1969, desató una represión criminal, que no tenía hasta ese momento precedentes en la historia del país. Y los profesores, hasta hacía poco mimados por los gobiernos del PCN, se convirtieron en los mayores enemigos del régimen y se negó toda posibilidad de entendimiento a menos que los maestros rindieran su lucha y se declararan derrotados.
En los primeros días de la huelga fueron asesinados dos dirigentes obreros comunistas: Saúl Santiago Contreras y Oscar Gilberto Martínez Carranza.