La confusión de Estados Unidos en un mundo desordenado

La confusión de Estados Unidos en un mundo desordenado

MANUEL MUÑIZ

¿Cuál será la forma y el contenido del orden mundial en el siglo XXI? El recorrido de Kissinger por 2.000 años de relaciones internacionales resulta demasiado rígido a la hora de alumbrar un nuevo sistema.

La mayor parte de las reseñas que se han publicado sobre el último libro de Henry Kissinger, Orden mundial, coinciden en que resume con claridad sus ideas acerca de las relaciones internacionales. El profesor Karl Kaiser de la Universidad de Harvard, discípulo y amigo de Kissinger, está de acuerdo con esa interpretación y, al ser preguntado por su opinión sobre el libro, comenta que sería “el que recomendaría a quien quisiera ver el mundo a través de los ojos de Henry y en pocas páginas”.

Kissinger dejó su marca como académico en una generación de politólogos e internacionalistas. Fue el fundador, con Robert Bowie, del Centro de Relaciones Internacionales de la Uni­versidad de Harvard, lugar desde donde se escribe esta reseña. Asimismo, sus años en las administraciones de Nixon y Ford marcaron una época en la política exterior americana, con un legado de polémicas y éxitos.

Tal vez el éxito más significativo sea la restauración de las relaciones diplomáticas entre Estados Unidos y China, que culminó con la legendaria cumbre de 1972 entre Nixon, Zhou Enlai y Mao Zedong en Pekín. Entre sus decisiones polémicas, se encuentran el bombardeo de Camboya, en 1969, con la intención de debilitar a los Jemeres Rojos y a elementos del Viet Cong con presencia en el país, y el apoyo al golpe de Estado del general Augusto Pinochet en Chile en 1973.

Kissinger pretende con Orden mundial abordar la que él considera la cuestión central de nuestro tiempo: la forma y el contenido del orden mundial del siglo XXI. Para responder a esa pregunta, el autor mira al pasado y subraya los contornos de órdenes anteriores, ya que estos pueden ayudar a entender lo que deparan las próximas décadas. Los distintos casos de relevancia que destaca Kissinger tienen, a su parecer, una doble manifestación: un marco normativo que rige las relaciones internacionales y una distribución de fuerzas que lo sustenta. Ese binomio, que él denomina de legitimidad y poder, es la piedra angular de los distintos órdenes globales que han existido.

Con el objetivo de identificar los ejemplos históricos relevantes, y fiel a su estilo enciclopédico, Kissinger recorre 2.000 años de historia y cubre la práctica totalidad de la geografía mundial. Nos lleva desde los orígenes del islam hasta la fundación de Estados Unidos, pasando por la Europa de la Reforma y destila la esencia de dos milenios de política exterior china.

La conclusión fundamental de ese recorrido es que han existido, y en cierto sentido siguen existiendo, cuatro grandes modelos de orden global: el orden westfaliano europeo con los conceptos de soberanía nacional y equilibrio de poder como ejes centrales; el modelo islámico de régimen religioso global; el orden global chino que posiciona al “Reino del Medio” en el centro cultural y político de la comunidad internacional y; en último término, el orden global americano, basado en la creencia en ciertos valores y derechos inherentes al hombre y en la superioridad, práctica y moral, de la democracia como sistema de gobierno. Kissinger considera que estos cuatro modelos son globales porque tienen vocación de generalidad y se constituyen en auténticos códigos de conducta internacional.

Las cuatro cosmovisiones (término que no utiliza Kissinger pero que tiene un significado análogo al concepto de orden global), difieren en cuanto a aspectos básicos de la comprensión del mundo. Las diferencias son sustantivas, pues afectan a la forma en que los poseedores de cada una de ellas abordan la realidad que les rodea, bien a través del prisma de lo objetivo y empírico, o bien a través de lo subjetivo y teológico. Esas diferencias se manifiestan (esto es lo que realmente interesa a Kissinger) en la forma que han dado a las sociedades en las que son hegemónicas y en sus pretensiones a la hora de definir el orden internacional.

Orden europeo

Kissinger mantiene que el orden europeo tiene su origen en la caída del imperio Romano en el siglo V. Con el fin del poder central del emperador romano se inicia un fraccionamiento de la autoridad política, y emerge la que el autor considera característica central de la política europea de los siguientes 1.500 años: la imposibilidad de que una única unidad política imponga su voluntad sobre el resto. Nace así la necesidad de construir equilibrios de poder y de respetar la existencia, autonomía y preferencias de otros. Esta realidad se termina codificando en los tratados de Westfalia del siglo XVII que a ojos de Kissinger recogen el orden global europeo; un orden compuesto por Estados soberanos y en permanente búsqueda de equilibrios de poder que garanticen la paz.

Orden islámico

La cosmovisión islámica del orden internacional descrita por Kissinger es radicalmente distinta de la europea, al dividir el mundo en dos realidades: la Casa del Islam, dar-al Islam, y el resto o dar-al harb. En la primera rige la ley de Alá y se vive en paz bajo la autoridad del califa, el heredero del profeta Mahoma. Fuera de sus fronteras la Casa del Islam debe luchar contra los infieles y extender la ley de Dios a todos los rincones de la Tierra. Ese esfuerzo sostenido de expansión de las fronteras del islam se denomina yihad y, aunque no implica un estado constante de guerra con otras culturas, sí prohíbe (así lo interpreta Kissinger) acuerdos de paz duraderos entre regímenes musulmanes y terceros.

Según esta interpretación del mundo islámico, la creación de Estados en Oriente Próximo tras la caída del Imperio Otomano supuso una imposición del modelo europeo-westfaliano en una región donde el criterio definitorio de comunidad política había sido de corte estrictamente religioso. El islamismo moderno, e incluso la versión más radical del mismo que representa el Daesh, no se­rían pues más que intentos de recuperar una cosmovisión puramente islámica de la comunidad política, regida por un califa, y por principios religiosos y en constante conflicto con el infiel.

El régimen de los ayatolás en Irán y su política internacional son para Kissinger ejemplos del carácter revolucionario de la cosmovisión islámica y de su objetivo último de, a través de acciones subversivas y amparándose en las garantías que le ofrece el sistema westfaliano, suplantar ese orden por uno de corte religioso.

Orden chino

Kissinger describe la génesis de la China moderna en términos similares al caso del nacimiento de los Estados de Oriente Próximo. Existía en Asia hasta el siglo XIX un orden regional, con pretensiones de globalidad, del que China ocupaba el centro y que se vio alterado por la llegada de los poderes europeos y su imposición de un modelo westfaliano.

El emperador chino que gobernaba “Todo Bajo el Cielo” se vio obligado, después de repetidas derrotas militares a manos de los británicos, a aceptar el estatus de China de mero Estado en un orden internacional poblado por muchos otros. Tras las Guerras del Opio no volvería China a ser el centro de su propio orden global, ni a ocupar su cultura la centralidad que había creído ocupar durante más de 2.000 años. Kissinger alega que China no olvida el origen violento de su actual condición y deja la puerta abierta a que se convierta en un actor revisionista con deseos de recuperar la centralidad política.

Orden americano

El orden americano es descrito por Kissinger con clara pasión. Se refiere el libro a la importancia del concepto de la “ciudad que brilla en la cima de la colina”; la idea de que América es una sociedad excepcional, llamada a superar las limitaciones de anteriores comunidades políticas, sobre todo las europeas, y a guiar a otros pueblos hacia la libertad, la prosperidad y la democracia. Kissinger navega con inteligencia los matices en la historia de la política exterior de EEUU y dibuja dos grandes corrientes: una pragmática, encarnada por Theodore Roosevelt, que sin dejar de buscar la difusión de la democracia y los derechos individuales, entiende el equilibrio de poder y hasta cierto punto lo sostiene a través de una política exterior que busca no alterar el statu quo de forma acelerada, y otra, de tipo idealista, representada por Woodrow Wilson que desea transgredir y transformar el orden internacional a través de la creación de una comunidad de naciones con normas e instituciones internacionales.

La tensión entre esas dos formas de hacer política exterior dio origen a una disciplina del conocimiento, las relaciones internacionales, y a sus dos escuelas principales, el realismo y el liberalismo. Por sus orígenes, esas escuelas tienden a reflejar las tensiones dentro de la cosmovisión dominante en esa parte del mundo. Cabe pues preguntarse si la propia disciplina, el marco heurístico bajo el cual se estudia el orden internacional, no es más que un producto de un orden específico, de una forma de aproximarse a la realidad y que, por tanto, ignora otras formas de entender el mundo. El intento de Kissinger es por ello particularmente valiente, ya que busca desbordar la hegemonía occidental y mostrar otras formas de hacer política internacional.

La capacidad de síntesis de Kissinger es extraordinaria. Extrae de 2.000 años de historia cuatro grandes cosmovisiones que han dado forma a las relaciones internacionales.

El libro suscita, sin embargo, algunas dudas, entre las que destacaría dos. La primera es de tipo empírico, y es que obvia una cosmovisión central para la comprensión del orden internacional moderno: el orden postulado por Francia a finales del siglo XVIII. De hecho, muchas de las características que el autor atribuye a los órdenes westfaliano y americano son de claro corte francés. Los conceptos de Estado moderno, de libertad, dignidad humana, derechos universales o democracia representativa son desarrollados en gran medida por pensadores franceses como Montesquieu, Diderot, Rousseau o Voltaire. El origen mismo de la Ilustración, una de las referencias del orden global americano que Kissinger describe, tiene un claro carácter francés. Si bien es cierto que estos órdenes se gestan antes y que América ha sido desde principios del siglo XX el gran defensor de aspectos fundamentales de ambos, su gestación se produce en la Francia revolucionaria.

La segunda duda es de tipo conceptual, y se debe a la rigidez y falta de detalle en la definición de los órdenes globales. Kissinger enuncia grandes cismas entre culturas y los describe como hechos estáticos. Llega a decir que la historia es para los paí­ses lo que la personalidad es para los individuos: un corsé dentro del cual cada uno opera. No sorprende, por tanto, que su análisis histórico sirva para apuntalar la idea de que sus cuatro cosmovisiones han sobrevivido durante muchos siglos con cambios más bien superficiales.

Sin embargo, si algo parece enseñarnos la historia es la mutabilidad de las comunidades políticas, así como de sus objetivos en las interacciones con terceros. Hay momentos en los que la propia argumentación de Kissinger parece doblegarse a esta realidad, como cuando acepta que Europa vivió periodos prolongados en los que fue dominante una visión acerca del orden mundial nada westfaliana. Los ejemplos que cita el propio Kissinger son los reinados de Carlos I y Felipe II de España, líderes que en muchas ocasiones se autodefinieron como la cabeza de una monarquía cristiana global. Algo similar sucede cuando Kissinger describe la aceptación por parte de China del orden westfaliano impuesto por los imperios occidentales. De hecho, China es hoy uno de los grandes defensores en el orden internacional de los principios de soberanía nacional, y de no injerencia en los asuntos internos de otros Estados, el corazón mismo de ese modelo. Esto podría cuestionar la sabiduría de dedicar una porción tan extensa del libro a un orden global, el chino, que parece ser significativo tan solo en términos históricos y deja al lector con dudas acerca de la perdurabilidad de estos órdenes, su fortaleza o fragilidad.

El caso de la Europa contemporánea viene a ilustrar el problema de definición enunciado arriba. Es evidente que Europa, el lugar donde nace la cosmovisión westfaliana, lleva inmersa más de medio siglo en un proceso de construcción de un ente político, la Unión Europea, cuyo eje fundamental es la disolución de Estados soberanos en una unidad superior, que desactive cualquier fuente de conflicto entre ellos; es decir, en superar el modelo westfaliano. Es asimismo evidente que esa Unión tiene una clara cosmovisión, basada en la defensa de los derechos humanos, el Derecho Internacional y el libre mercado. Esto no solo demuestra la capacidad evolutiva de los órdenes globales promovidos por distintos actores políticos en distintos momentos de su historia, sino que además es una muestra de la interconexión, e incluso confusión, entre los órdenes sugeridos por Kissinger, ya que el orden europeo moderno tiene grandes similitudes con el orden americano. No es esto sorprendente, pues EEUU fue uno de los principales promotores del proceso de integración europea, sin duda una empresa que, a la vista de los hechos, debe entenderse como una gran victoria de la cosmovisión americana.

Orden mundial es una lectura fascinante, cargada de reflexiones sobre importantes cosmovisiones de nuestra historia y con un análisis riguroso de la política exterior de grandes actores internacionales. Podría marcar el inicio de un esfuerzo teórico de definición de los grandes ejes de política exterior y de los cimientos sobre los que se debe construir una verdadera gobernanza global. Este debate ganará en importancia en las próximas décadas y según avance el proceso de pérdida de poder de Occi­dente y el ascenso de nuevos actores en el orden internacional.

Mapa del poder en Irán

Mapa del poder en Irán

IRENE GARCÍA BENITO

Las últimas elecciones al Parlamento y a la Asamblea de Expertos presentan un nuevo panorama en Irán. Pero en un sistema político tan enrevesado, resulta complicado anticipar si la nueva tendencia moderada del electorado se traducirá en cambios significativos dentro de las instituciones. El iraní es un sistema donde conviven elementos propios de una democracia con otros de una teocracia islámica moderna. Es decir, existen instituciones elegidas mediante sufragio universal encargadas, a su vez, de elegir a los miembros de aquellos órganos que representan el poder religioso. En la práctica, esto se traduce en ocasiones en una falta de coordinación entre el presidente y el Parlamento –electos– y entre el Líder Supremo.

Repasamos las diferentes instituciones con el objetivo de trazar un mapa del poder en Irán.

Líder Supremo

Es la máxima autoridad política y religiosa en Irán, equivalente a jefe de Estado, y su poder deriva del principio velayat-e Faqih o juristocracia. Son los expertos en jurisprudencia islámica quienes deben designar y ratificar al máximo dirigente iraní, que debe ser igualmente un miembro del clero. Por tanto, el Líder Supremo no es elegido directamente por los ciudadanos, sino que es designado de forma vitalicia a través de un órgano electo, el Consejo de Expertos. Tras la Revolución Islámica de 1979, Ruholá Jomeini ocupó el cargo durante diez años. Su sucesor, Alí Jameini, sigue hoy al frente del país.

Su función principal es trazar la política general de Irán, tanto nacional como internacional. Tiene capacidad para declarar la paz o la guerra, para solucionar posibles disputas entre los tres poderes y para nombrar o destituir a altos cargos de otras instituciones, como el Consejo de Guardianes, líderes del poder judicial y miembros de las fuerzas armadas; incluso puede llegar a ejercer el veto sobre el presidente. Es comandante en jefe de las fuerzas armadas y controla las operaciones de inteligencia y seguridad.

El Líder Supremo tiene alrededor de dos mil representantes que le permiten crear una esfera de poder. Destaca el Consejo de Discernimiento, creado por Jomeini para resolver posibles disputas entre el Parlamento y el Consejo de Guardianes, pero que se ha convertido en un órgano consultivo del Líder Supremo y en uno de los grupos con más poder.

Presidente

El presidente es el jefe de gobierno y su principal función es asegurar el cumplimiento de la Constitución. Es el cargo público electo con mayor rango del país. Es elegido por cuatro años y puede cumplir un máximo de dos mandatos. El presidente elige a los ministros, que deben ser aprobados por el Parlamento –puede ser necesaria la aprobación del Líder Supremo en casos especiales–, se encarga de las políticas económicas y tiene capacidad para firmar tratados internacionales.

Aunque el presidente tiene un perfil público elevado, el poder ejecutivo se encuentra subordinado al Líder Supremo. Un ejemplo es que Irán es el único país donde las fuerzas armadas no están controladas por el gobierno. A pesar de que sobre el papel el presidente tiene poder sobre el Consejo Supremo de Seguridad Nacional y el ministerio de Inteligencia y Seguridad, en la práctica todos los asuntos de seguridad son gestionados por el Líder Supremo o por su círculo de poder.

Estructura de poder en Irán

Parlamento o Majles

El poder legislativo en Irán consiste en una única cámara con 290 miembros, elegidos cada cuatro años, con cinco escaños reservados para representantes de minorías religiosas. Presentan y aprueban borradores legislativos, ratifican tratados internacionales, votan a los ministros propuestos por el presidente, autorizan los presupuestos y pueden llevar a cabo un proceso de impeachment contra ministros y presidente. El Consejo de Guardianes ejerce un control directo sobre el Parlamento, ya que decide quiénes son los candidatos electorales y aprueba o rechaza las leyes propuestas por el Parlamento.

En Irán no existe tradición de partidos políticos. Los partidos políticos suelen formarse ad hoc para las propias elecciones y no están bien valorados por la opinión pública. Cuando los partidos consiguen sus objetivos, suelen disolverse o pasan a un segundo plano. A la hora de formar gobierno o coaliciones, no existe un respaldo por parte de partidos políticos, por lo que el presidente en Irán no depende de ningún partido. A pesar de que se presenten organizados en partidos políticos, las listas abiertas permiten a los ciudadanos votar a los candidatos que deseen.

Asamblea de Expertos

A pesar de que se reúne dos veces al año, la Asamblea de Expertos es uno de los órganos más poderosos (y opacos) de Irán. Sus 88 miembros son elegidos por sufragio universal cada ocho años, con el requisito indispensable de que todos ellos deben ser expertos juristas. Su principal función, y la que le otorga tanto poder, es elegir al Líder Supremo, además de supervisar el cumplimiento de sus funciones e incluso destituirle. Debido a esta función, se suele comparar la Asamblea de Expertos con el Colegio Cardenalicio del Vaticano.

Consejo de Guardianes

Es el organismo más influyente en Irán, pero no se somete a elección pública. De sus doce miembros, todos expertos en jurisprudencia islámica, seis son elegidos directamente por el Líder Supremo y los otros seis son propuestos por el poder judicial y aprobados por el Parlamento. Su mandato es de seis años, pero se produce la renovación de la mitad del Consejo cada tres años. Una de sus funciones es revisar y seleccionar a los candidatos a cualquiera de las elecciones populares: presidente, Parlamento y Asamblea de Expertos. Se ocupa, también, de salvaguardar los principios del islam y decidir si las leyes actúan en conformidad a la Constitución y la sharia. En la práctica, esto otorga al Consejo de Guardianes capacidad de veto.

Poder judicial

Está estrechamente controlado por el Líder Supremo, quien elige al jefe del poder judicial. Además de los tribunales encargados de los casos civiles y penales, existen tribunales que tratan casos que dañan a la imagen de la República, así como un Tribunal Eclesiástico Especial, encargado de los delitos religiosos, en especial los cometidos por clérigos. Este tribunal solo responde ante el Líder Supremo. En Irán, el poder judicial está muy ligado al poder político y sirve a los intereses del régimen. En los últimos años, los conservadores han conseguido frenar el ritmo de los cambios encarcelando a reformistas y periodistas.

La mujer en la política iraní

Estas elecciones muestran otro dato positivo, además del aumento de los moderados. El número de mujeres en el Parlamento pasa de nueve a 14, cuando todavía faltan escaños por repartir, por lo que el número podría llegar incluso a veinte. Sin embargo, más allá del Parlamento parece difícil que se pueda conseguir una mayor representación femenina. Entre los candidatos a la Asamblea de Expertos se encontraban solo dieciséis mujeres, todas ellas descalificadas por el Consejo de Guardianes. Ninguna ley impide que las mujeres sean miembros de los órganos oficiales, pero, en una sociedad tradicionalmente patriarcal, existe una gran oposición a ello.

Moderados vs conservadores

Todos estos órganos han estado históricamente liderados por los conservadores. Sin embargo, tras las últimas elecciones, los moderados han conseguido controlar casi la mitad del Parlamento, renovándose más del 60% del Majles, mientras que en la Asamblea de Expertos algunos de los conservadores más radicales se han quedado fuera. Por tanto, podríamos asistir a un cambio de rumbo en Irán, por dos razones. Por un lado, el actual presidente, Hasan Rohaní, va a encontrar menos obstáculos en un Parlamento que, hasta ahora, ha rechazado su agenda más pro-occidental. Por otro, es posible que la Asamblea de Expertos tenga que nombrar a un nuevo Líder Supremo en los próximos años, debido a los problemas de salud de Jameini: su nueva composición puede suponer un líder más moderado y progresista.

Pero en un país con un sistema tan complejo es difícil hacer predicciones y la historia nos da un ejemplo de ello. Irán ya ha vivido un periodo reformista con un líder, Mohamed Jatami, de tendencia moderada. A pesar de un Parlamento afín a sus principios, Jatami encontró multitud de obstáculos y el rumbo de Irán estuvo controlado por los conservadores.

Iron Maiden y la disputa política en El Salvador de 2016

Iron Maiden y la disputa política en El Salvador de 2016 Por Roberto Pineda
San Salvador, 9 de marzo de 2016

La visita de los integrantes del conjunto británico de rock pesado, Iron Maiden a la tumba de Monseñor Romero expresa en imágenes, en lenguaje simbólico, la profundidad del enfrentamiento ideológico en El Salvador y la existencia de un imaginario popular, progresista, reflejado en las figuras del mártir católico así como del líder de izquierda Schafik Handal. Monseñor Romero es una poderosa luz que ilumina las conciencias incluso de Iron Maiden y de los miles de personas, que vestidas de negro asistieron a su concierto en el estadio Mágico González.

Porque a Iron Maiden nunca…nunca se le hubiera ocurrido ir a visitar la tumba de Roberto DAubuisson. Y por otra parte, los también británicos Rolling Stones van a estar en La Habana el próximo 25 de marzo. Hay que ir…si se puede!

Un concierto que transcurre un año y nueve meses desde el inicio de este segundo gobierno de izquierda y en medio de la inevitable, y a veces hasta confusa confrontación diaria, sangrienta, cotidiana, entre revolución y contrarrevolución, es preciso a la vez orientar nuestra atención con una mirada de largo alcance, a la necesidad de reconstruir las fuerzas que permitirán afincar un proceso de transformación a mediano plazo en un sentido anticapitalista.

La disputa estratégica por el rumbo

La disputa por el rumbo del país fue modificada a partir de 2009 con el triunfo electoral del periodista Mauricio Funes y asume desde entonces condiciones ventajosas y novedosas a la vez que adversas y complejas. La derecha aspira a la paralización del gobierno mientras que el gobierno necesita comprobar su viabilidad, y para eso necesita estabilidad. La construcción del factor subjetivo forma parte de este enfrentamiento social y político, en el que la elusiva legitimidad electoral descansa sea en la ampliación del clientelismo o en la organización popular.

A esta altura de siete años muchos se preguntan ¿es posible evitar la catástrofe de un futuro triunfo de ARENA? ¿Es el gobierno una trinchera que no puede perderse? Y la respuesta no es unívoca. Pasa en principio por evadir la tentación autoritaria frente a la ofensiva de la derecha y entender que la lucha político-electoral define por su misma naturaleza la posibilidad de la alternancia, como los prueban las recientes experiencias de Argentina, Venezuela y hasta la Bolivia de Evo.

¿Podrá ARENA en el 2018 frenar el proceso de cambios iniciado en 2009 o incluso revertirlo en el 2019? No es seguro. Dependerá de la correlación de fuerzas que logremos construir en la relación entre táctica y estrategia, entre partido y movimiento popular, entre gobierno y aliados, entre gobierno y población. La gente ya en pleno clima electoral evalúa opciones y opta por el más fuerte, el que tiene más posibilidad de cumplir sus sueños y eso explica los golpes electorales del 2009 con Mauricio Funes y del 2014 con Salvador Sánchez Ceren.

La población recibe el bombardeo ideológico cotidiano desde los medios en general, pero en particular desde la televisión y desde las redes sociales, que golpea, destruye, erosiona…deja huellas. Y que resiente nuestra marginalidad, nuestra incapacidad como izquierda de construir medios alternativos que le disputen a la derecha en este terreno. Y son precisamente estos sectores populares, con los cuales debe construirse un poderoso movimiento, sujeto, polo popular que empuje hacia adelante el proceso político iniciado en 2009.

El FMLN en el gobierno, en el ejecutivo desde el 2009 es el resultado del poder construido desde las luchas sociales libradas desde abajo, de la acumulación de fuerzas durante décadas de esfuerzos contra la dictadura militar, que desembocó en una guerra de doce años que originó una gran reforma política, plasmada en los Acuerdos de Paz de 1992.

Es de señalar que si bien es cierto que esta victoria electoral del 2009 obedeció a una amplia movilización popular, sus raíces se encuentran en el repudio a la catástrofe social de veinte años de corrupción del proyecto neoliberal de ARENA y no en una sólida contextura orgánica e ideológica popular, son mayorías fluctuantes, temporales, siempre en disputa. Este es un dato relevante y plantea el desafío de llevar a esas mayorías a comprender la necesidad de asumir más que de acompañar la profundización del proceso. Y esta es una tarea política de la izquierda, no del gobierno. Es una tarea que refleja la relación entre política e ideología, entre espontaneidad y organización.

A partir de la llegada de la izquierda al gobierno en El Salvador se abre una nueva situación caracterizada, entre otros aspectos, por un alto nivel de polarización política y social, pero en el marco de bajos niveles de movilización social así como de la profundización de procesos masivos de delincuencia popular.
La combinación de estos tres elementos explica en parte la actual coyuntura política que vive el país y su posible desenlace. A continuación exploramos estas tres temáticas a la vez que sugerimos diversos escenarios futuros del enfrentamiento histórico entre proyecto popular y proyecto oligárquico.

La desmovilización social

Al concluir el conflicto armado en enero de 1992 y en el marco de las medidas para garantizar la compleja transición de convertir una fuerza político militar de cinco partidos de izquierda, diversos ideológicamente, en un partido político electoral, que trasladara la disputa que se había librado con balas en las montañas hacia la disputa con votos en las urnas. Y frente a una derecha que esperaba que el poderoso FMLN guerrillero se convirtiera ya en la legalidad burguesa abierta en 1992, en un raquítico partido político, sin recursos y sin el brillo de la lucha guerrillera, este toma la decisión de “liberar” al movimiento popular y social, el cual durante casi veinte años había respondido como una aceitada y efectiva maquinaria a las decisiones de la conducción insurgente.

Y el variado y masivo movimiento popular y social surgido al calor del conflicto político, social y militar de veinte años, acogió la decisión primero con sorpresa y confusión, pero luego vino el repliegue. Y la UNTS, último instrumento amplio y combativo de lucha popular, se fue extinguiendo. Y los mejores cuadros guerrilleros o del movimiento popular fueron convirtiéndose en alcaldes, concejales y diputados. Esto fue un grave error político pero quizás inevitable. El FMLN se fortaleció y el movimiento popular se debilitó.

Y a esto también contribuyó decisivamente en esa época, la crisis ideológica derivada de la desaparición del campo socialista. Hoy ha pasado más de un cuarto de siglo de esos acontecimientos y los procesos de despolitización han avanzado significativamente. No han logrado quebrar la voluntad de lucha, pero la han mediatizado. La derecha salvadoreña ha logrado reconstruir su andamiaje ideológico, su hegemonía cultural que fue puesta en crisis en los años setenta y ochenta del siglo pasado, y observamos en la actualidad sus avances a profundidad en el sentido común de los sectores populares.

La derecha ha penetrado fuertemente a nivel religioso, de educación en general y particularmente la superior, la universitaria; en la cultura del espectáculo (futbol y música principalmente) y como izquierda estamos en el gobierno pero muchas veces no estamos en la sociedad, hemos perdido la batalla cultural que es también madre y quizás hasta la abuela de las batallas. E incluso nuestra presencia en el gobierno –municipal, legislativo, ejecutivo, judicial- y por tanto en la administración del aparato de estado, en el poder por más de veinte años, también deja huellas. Al poder lo transformamos pero a la vez nos transforma, es inevitable.

Si la política es la madre, la cultura es la abuela y la derecha ha logrado impactar no solo en la política y la economía sino y fundamentalmente en el sentido común de los sectores populares. Eso es hegemonía, la creación de consensos sociales ¿verdad? Gramsci. Y la desmovilización social se explica también por la pérdida de estas batallas y su recuperación, ganar de nuevo la calle, pasa por recobrar presencia en estos sectores en disputa.

Y pasa a la vez por comprender la necesidad como izquierda de ajustar cuentas con el autoritarismo, que como ingrediente ideológico nos unifica a derecha e izquierda y bloquea la construcción de una nueva cultura política, profundamente democrática como expresión genuina del poder popular.

En estas luchas futuras, la figura y el pensamiento de Monseñor Romero constituye un importante elemento ideológico emancipador, que ha logrado enfrentar aunque no detener la ofensiva reaccionaria de la derecha religiosa y que hoy desde la santidad otorgada por Roma, continúa librando las urgentes batallas por el corazón y las mentes de los sectores populares salvadoreños.

La polarización política

El enfrentamiento con la derecha asume dos modalidades: el enfrentamiento social que caracterizó a los dos últimos periodos de gobiernos de ARENA (1999-2004 y 2004-2009), en particular las olas del movimiento popular de 2002, o sea la lucha contra la privatización del sistema de salud. En este periodo incluso la izquierda legislativamente aislada, se vio en la necesidad de reconstruir instrumentos de lucha social y surge el MPR-12 y el BPS y el enfrentamiento legislativo que caracteriza a la actual disputa y en la cual el FMLN ha privilegiado la alianza con la derecha no oligárquica, representada en GANA, sobre la lucha social. La movilización social es percibida como peligrosa porque debilita al gobierno.

Esta decisión de carácter estratégico, explica la actual debilidad del gobierno de Salvador Sánchez Ceren, ya que es un gobierno que se sostiene como resultado fundamentalmente de la alianza social y política alrededor de GANA y esto lo obliga a la moderación y a no tomar medidas que pudiesen poner en peligro esta delicada alianza.

El enfrentamiento se da desde los territorios legislativos y ejecutivos, desde las alturas del poder gubernamental e incluso municipal, en una guerra aérea y entonces la infantería popular se desmoviliza y se le obliga a observar el enfrentamiento por televisión, olvidando que hay que gobernar desde abajo y desde arriba, como dice la canción de Aniceto Molina.

Como gobierno de izquierda existe la obligación de garantizar servicios sociales de calidad, entre estos la seguridad pública, la salud, la educación, las pensiones, pero como izquierda existe la necesidad de organizar, concientizar y movilizar a los sectores populares hacia la realización de cambios estructurales anticapitalistas. Las tareas de la izquierda rebasan a las tareas del gobierno. La izquierda aspira a transformaciones en el modelo productivo y en el modelo de consumo.

Si confundimos ambas tareas o abandonamos la segunda para realizar la primera, nos quedaremos varados en el terreno de las reformas. Si solo nos dedicamos a realizar la segunda nos aislaremos y seremos fácilmente derrotados por la derecha. El quid del asunto reside en combinar ambas, reforma y revolución y no es sencillo, pesan fuertemente nuestras propias debilidades, ausencia de cuadros, visiones estrechas, tradiciones autoritarias, etc.

En este marco, la tentación del partido en el gobierno como protagonista del cambio social es muy fuerte y condiciona el enfrentamiento social ya que mediante la fuerza del estado logra inicialmente avances significativos, inéditos, pero estos terminan agotándose sino son asumidos por las siempre fluctuantes olas del movimiento popular, que revitalizan y elevan las demandas de cambio. Y es sabido que los gobiernos, incluidos los de izquierda necesitan de estabilidad y la lucha social es por su misma naturaleza subversiva, hace demandas, alza banderas, rompe con la tranquilidad y la rutina. La alianza con sectores de la burguesía no oligárquica y su presencia en el gobierno obliga a la izquierda a la moderación.

No existe en la actualidad un planteamiento desde la izquierda de construcción de movimiento social y popular como el núcleo catalizador de los cambios y el gobierno asume desde las alturas la pelea contra la oligarquía (ANEP) a la vez que asume la alianza con el gobierno de Obama (Fomilenio, etc.) sin renunciar a la amistad con el gobierno de Venezuela y de Cuba. Por su parte, la derecha política se esfuerza en arrebatar banderas como la de la lucha contra la corrupción y por la transparencia, e incluso se presenta hipócritamente como defensora de los intereses populares, como en el caso de las pensiones.

La seguridad pública

Y es precisamente este debilitamiento del proceso de organización y concientización popular el que explica el actual desbordamiento realizado por las pandillas juveniles o maras. En un principio, en los años ochenta, ya a mediados de la guerra se les miraba como fenómeno curioso, pero nadie se preocupaba; luego vino un periodo instrumental, tanto de la derecha como de la izquierda, hoy son una indiscutible fuerza social independiente.

Y la conducta como izquierda e incluso como gobierno de izquierda frente a este sector popular no puede ser la destrucción. Esta es una salida reaccionaria, martinista, militarista, además de inviable. Un gobierno de izquierda puede pero no debe utilizar la misma estrategia militarista que diseñó la derecha. No puede convertirse en enemigo de un sector de las comunidades. Y hay que saber que como en una guerra, cualquier decisión de escalar el conflicto lleva a la otra parte a tomar las medidas pertinentes para enfrentar el nuevo reto. Esto puede pasar con la declaración de emergencia. Pasaríamos a un nuevo nivel del conflicto.

La salida debe ser el diálogo y la integración. ¿Puede haber dialogo e integración entre víctimas y victimarios? ¿Puede haber dialogo cuando hay tanto dolor y sangre derramada? Sí, y es urgente realizarlo. Su viabilidad está garantizada por nuestra reciente experiencia histórica. Hay que identificar a las fuerzas que se oponen a esta salida y aislarlas. Y el movimiento popular debe jugar un papel protagónico en este esfuerzo estratégico. Hay que dialogar desde una óptica de organización popular y no desde una óptica de estado represivo.

Es un gran desafío teórico inaplazable para la izquierda salvadoreña el de desentrañar las relaciones entre pandillas juveniles y sociedad, entre pandillas juveniles e izquierda, y entre pandillas juveniles y estado, así como el de elaborar una estrategia que permita recuperar ideológicamente a ese gran sector juvenil que hoy se vuelve en un gran opresor y hasta explotador y hasta verdugo de su propia comunidad y provoca múltiples víctimas, dolor, sufrimiento.

La complejidad de este sujeto “maras” rebasa muchas veces nuestras visiones y nos bloquea… es un sujeto que ha estado oculto al análisis, debemos reconocerlo como sujeto plural y contradictorio: juvenil, comunitario urbano, comunitario rural, delincuente, opresor, organizador (reclutador por la fuerza de jóvenes y de niños), trasplantado (con raíces en USA), extorsionista, dedicado al narco-menudeo, marginal, con identidad propia (lenguaje, vestimenta, simbología, rituales). Son todas estas articulaciones las que lo identifican pero una es predominante según el momento, y esta es necesario ubicar y a partir de ahí trabajar.

Reversión, equilibrio o avance del proceso de cambios

Al evaluar el nivel de acumulación social y política logrado como gobierno observamos que este obedece en gran parte a la capacidad existente de promover programas sociales. Y esto es positivo pero limitado, porque puede variar. Y los que hoy nos aplauden mañana pueden denunciarnos. No es una acumulación que obedezca a la conciencia política y esto la hace depender de estímulos materiales que tienden a reducirse, la vuelve frágil, hoy esta y mañana puede no estar.

Y aunque actualmente la correlación de fuerzas entre derecha e izquierda continua favoreciéndonos, esto puede revertirse. ¿Cómo romper el actual equilibrio estratégico a favor del proyecto popular? Únicamente mediante la movilización social y popular. La construcción de una nueva cultura política no debe cimentarse exclusivamente en la entrega permanente de uniformes, zapatos y vasos de leche. Debe trascender a una educación política en la que los sectores populares comprendan que estas son conquistas y esto solo se logra mediante la lucha. Por ejemplo la lucha por el agua en las comunidades es un taller de lucha generalizado, la gente sale en cualquier parte del país y cierra las calles para conquistar el agua y al hacerlo se educa políticamente.

En esta compleja situación, planteamos tres escenarios a futuro.

El equilibrio.

No obstante las dificultades que atraviesa el gobierno, estas no logran ser aprovechadas por la derecha oligárquica como resultado de su crisis interna. Esta crisis tiene como base la pérdida del gobierno en 2009. Pero es una crisis que pueden superar. Para la derecha oligárquica unificarse como partido y mucho más si es como bloque, jalándose al PCN y al PDC, puede significar frenar o revertir el actual proceso de cambios.

Y cuando hablamos de proceso de cambios nos referimos básicamente al mantenimiento de los programas sociales. Para la izquierda en el gobierno superar el ahogamiento financiero, disminuir la delincuencia y mejorar la economía puede significar el reconocimiento electoral en el 2018 y el 2019. Lo más probable es que este equilibrio reflejado en una intensa disputa y polarización política se mantenga incluso después del 2018 y del 2019.

La reversión

La derecha oligárquica confía principalmente en –incluso dividida- tener la capacidad de romper la alianza entre FMLN y GANA y lograr la paralización del gobierno mediante el ahogamiento económico. El ahogamiento económico al profundizarse va generar el descontento social y este rápidamente se traducirá en protesta. Y en protesta contra el gobierno. Y esto hace crucial que el gobierno deslinde la protesta legítima de la protesta inducida políticamente. En su mayor parte, la protesta popular es legítima y por lo tanto no puede ni debe ser sometida a la represión. Hacerlo sería un grave error, en particular ante las demandas legítimas de los policías, o de las comunidades exigiendo agua a ANDA. ARENA confía en sembrar confusión y caos, para cosechar en el 2018 y el 2019.

El avance

La coordinación política entre izquierda, gobierno y movimiento popular y social alrededor de una plataforma de defensa de las conquistas sociales es un imperativo estratégico. Esto pasa por la necesidad de dedicarle pensamiento y recursos a esta tarea. El avance popular seguramente adoptara la figura de una tortuga más que de una liebre. Pero las tortugas cuando están organizadas y conscientes les ganan las carreras a las liebres.

“No es simplemente una crisis, estamos en un momento de reestructuración de la economía mundial”: Theotonio dos Santos

“No es simplemente una crisis, estamos en un momento de reestructuración de la economía mundial”: Theotonio dos Santos
24/02/2016

Ariel Noyola Rodríguez
Si hay alguien que ha dejado huella en el pensamiento económico de América Latina es Theotonio dos Santos: científico social brasileño, catedrático de la Universidad del Estado de Río de Janeiro, exponente de la Teoría Marxista de la Dependencia y galardonado con el Premio Economía Marxista 2013 de la Asociación Mundial de Economía Política. Dos Santos dictó a mediados de febrero una serie de conferencias sobre teorías del desarrollo como parte de la Cátedra Maestro Ricardo Torres Gaitán que le fue otorgada por el Instituto de Investigaciones Económicas de la UNAM por sus aportaciones en la materia.
Ariel Noyola Rodríguez, consiguió entrevistar a Theotonio dos Santos durante su estancia en la Ciudad de México y abordó, entre otros temas, las perspectivas de la economía y el sistema mundial, las contradicciones del desarrollo capitalista de China, el ascenso del yuan como divisa de reserva internacional, los desafíos de la integración latinoamericana, el atasco burocrático del Banco del Sur, el reposicionamiento regional de Estados Unidos, la crisis del pensamiento económico y los problemas que enfrenta la izquierda para construir alternativas.
Por su amplia extensión, la publicación de la entrevista se ha dividido en varias partes. En esta primera entrega Noyola Rodríguez explora con dos Santos la posibilidad de que se materialice una nueva recesión global, la reestructuración de la economía mundial comandada por los BRICS, las contradicciones del desarrollo capitalista de China y el ascenso del yuan como divisa de reserva internacional…
Ariel Noyola Rodríguez: Muchas gracias por haberme concedido esta entrevista. Quiero comenzar con la complicada situación por la que atraviesa la economía mundial en estos momentos, y cuál será, desde su punto de vista, el impacto sobre los países latinoamericanos. Durante el último mes se ha observado un desplome considerable de las principales bolsas de valores. Las acciones de los grandes bancos de inversiones (Goldman Sachs, JP Morgan Chase, Deutsche Bank, etc.) se han derrumbado en estos días, lo mismo ha sucedido con los precios de las materias primas (commodities) y los tipos de cambio de los países emergentes ¿Estamos a las puertas de una nueva recesión mundial? ¿En qué posición se encuentra América Latina ante ese posible escenario?
Theotonio dos Santos: La crisis de 2008-2009 fue muy fuerte para los países que formaban parte del centro de la economía mundial, pero al mismo tiempo, China se mantuvo con un fuerte crecimiento junto con los países de los BRICS (acrónimo de Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica), y también casi todos los países en desarrollo. De manera que la tasa de crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB) de la economía mundial no cayó. Esto muestra que hubo cambios muy significativos en los últimos años: el motor de la economía mundial se desplazó de la zona central, básicamente de la tríada (Estados Unidos, Europa y Japón), hacia otras regiones.
Esto ha dado origen a una serie de trabajos, de intentos de explicación de este fenómeno. Desde la década de 1970, incluso un poco antes, nosotros mostramos la tendencia a la decadencia de la economía norteamericana y europea, y hasta Japón, que en aquel momento estaba en un auge económico importante, aunque también se comenzó a revelar una cierta tendencia a una caída que operó a partir de la década de 1990. En ese sentido, Japón mostró un poco lo que iba a pasar con las economías industrializadas. La economía japonesa entró en una baja bastante significativa. Recordemos que Japón registró entre 8 y 10% de crecimiento del PIB durante gran parte del período de posguerra, pero en la década de 1990 bajó a cero, incluso obtuvo tasas de crecimiento negativo (-2%, -3%, etc.), y apenas alcanzó un ligero crecimiento en años muy aislados.
Ahora hay otro problema que está causando desesperación en el centro del sistema, y es que los países en desarrollo, los que han ganado una mayor participación en la economía mundial, ahora también empiezan a tener un menor crecimiento. Es que gran parte de la expansión desde los años 2000 hasta 2010-2012, estuvo basada en la demanda china. La demanda de China es un asunto poco estudiado, durante la década de 1990 cuando nosotros llamamos la atención sobre el crecimiento de la demanda china en la economía mundial, la reacción de muchos colegas fue que eso era absurdo, que China, un “país de pobres”, no iba a generar ninguna demanda importante.
Era un gran desconocimiento, China tiene todavía sí, una población bastante pobre, pero en la década de 1980 y 1990 se desarrolló mucho la economía del Sur de China sobre todo, y esa economía alcanzaba ya unos 500 millones de habitantes con un nivel de consumo próximo a todo el Sur de Europa. Es decir, en esos años se agregó a la economía mundial una “Europa del Sur”. Entonces, despreciar este fenómeno era un problema muy grave porque mostraba exactamente la crisis, esa sí bastante grave, del pensamiento económico.
¿Ahora bien, qué pasó con la caída del crecimiento chino? Frente a la crisis, la dirección política de China tomó posiciones que están alterando bastante su participación en la economía mundial en este momento. Una de esas decisiones fue volcarse más hacia su mercado interno. En 2008 China había adoptado ya la decisión de volcar 500,000 millones de dólares para ampliar la demanda de las zonas más pobres, y re-orientar su economía hacia sus propios mercados. Ese giro tuvo un efecto sobre todo para los países que estaban en ascenso, ya que ese ascenso estaba vinculado con el aumento de los productos de exportación hacia China.
Y a pesar de que se tomaron algunas decisiones para intentar aprovechar el auge de las exportaciones, no fueron suficientes, no se logró un cambio tan sustancial que nos permitiera colocarnos de lleno dentro de las nuevas tendencias de la economía china, para así disminuir un poco el efecto de la caída de la demanda mundial. Además hay otro problema, hay una caída de los precios de las materias primas (commodities), que componen el grueso de las exportaciones de nuestros países hacia China. Frente a eso, hemos tenido problemas graves, y en lo que respecta al petróleo sobre todo.
Hay un intento de manipular el mercado petrolero para servir a objetivos geopolíticos, sobre todo de Estados Unidos, país que para hacer frente al auge de China, favoreció el uso de la fractura hidráulica (fracking), que es un método de producción interesante en términos económicos para las empresas de Estados Unidos. El fracking tiene la ventaja de permitir un gran crecimiento de la producción petrolera sin destinar grandes montos de inversión, pero al costo de acabar con el agua. La crisis del agua se va a agravar en Estados Unidos, en unos 15 o 20 años más.
De cualquier forma, era una decisión estratégica para enfrentar a los enemigos que Estados Unidos definió en este período, básicamente Rusia, Irán y Venezuela, golpeando también a Brasil y otros países. Brasil está ingresando en un dominio petrolero muy grande, que afecta bastante el funcionamiento de la economía mundial. En busca de bajar el precio del petróleo, y así generar problemas en América Latina, Estados Unidos apostó por la acumulación de inventarios (stocks) y colocaron al mercado de materias primas (commodities) en una crisis bastante grave, y también profundizaron la crisis energética.
En este cuadro es posible entender que esa política tuvo efectos bastante negativos desde el punto de vista económico, pero desde el punto de vista político no funcionó. Rusia, en vez de aceptar las presiones de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) comandada por Estados Unidos, se convirtió entonces en una fuerza muy activa en Europa. Y Europa oriental depende hoy mucho de Rusia, que además se aproximó más a China, garantizando una nueva salida de sus productos de exportación, y además apoyó fuertemente la idea de los BRICS, que es la base de una nueva dinámica económica mundial.
El Oriente Medio también está cansado de Estados Unidos. Arabia Saudita se está reuniendo con Rusia en este momento. La idea es que la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) tenga una política común con los grandes productores de petróleo [Nota: en efecto, momentos después, la OPEP y Rusia acordaron congelar la producción petrolera a los niveles del mes de enero, una medida que busca apoyar el repunte de los precios]. Arabia Saudita siempre ha sido una fuerza fundamental de Estados Unidos en Oriente Medio, no se gustan mutuamente, pero son necesarios entre sí.
Por eso no es simplemente una crisis, estamos en un momento de reestructuración de la economía mundial. Claro que los más débiles, sobre todo Brasil y Venezuela, son los más afectados. Venezuela por su dependencia económica de las exportaciones de petróleo, por el hecho de que ya no esté presente Hugo Chávez, que tenía una calidad de pensamiento y de estrategia, muy por encima de la media. Entonces, todo esto claro, está afectando muy gravemente la situación económica de Venezuela. Y Brasil también está afectado muy fuertemente, lo mismo Argentina.
Todo esto está en el cuadro, más amplio, de que para enfrentar la crisis en Estados Unidos y Europa la fórmula principal fue una acción muy fuerte de parte de los Estados para proteger al sector financiero, que era el más directamente afectado por la crisis de 2008. Así se generó una transferencia masiva de los recursos del Estado hacia el sector financiero. Esto permitió que la crisis no se agravara tanto en un primer momento, pero creó las condiciones para que en un momento siguiente, que es lo que estamos viviendo ahora, no exista forma de pagar estas deudas.
Los Estados se convirtieron en grandes deudores, los países del Sur de Europa, Estados Unidos, etc. El caso de Estados Unidos es muy dramático. La deuda pública de Estados Unidos salta en estos años de 6 a más de 16 billones de dólares, que es igual al monto del resto de la deuda pública del mundo. Y no hay cómo pagar algo así. Deben buscar alguna forma, la deflación (caída precios) quizás sea una salida. La única forma es la quiebra, la deflación sería una quiebra colosal para Estados Unidos.
El otro problema que tiene Estados Unidos, y Europa también, es que no pueden tener una tasa de interés muy alta. Porque eso los llevaría a una baja de su crecimiento mucho más grave. Los bancos centrales de los países industrializados mantienen actualmente tasas de interés cercanas a cero, pero Japón ya lo hacía desde la década de 1990, eso no resuelve el problema en las economías centrales, eso digamos, permite que la crisis no se manifieste tan fuerte, pero se va generando otra crisis, de grandes excedentes de deuda.

En América Latina no estábamos preparados para enfrentar la crisis, a pesar de que algunos de nosotros lanzamos advertencias. La tendencia en nuestra región es de prejuicio, de no entender lo que pasa más allá de la dinámica del pensamiento que viene de Estados Unidos. La verdad es que no se dio importancia suficiente a lo que pasaba en China, India, etc. Nuestros países no se prepararon para hacer frente a una demanda que todo el tiempo se dijo que no existía. Cuando se llega al gobierno se tiene primero una situación de fantástico crecimiento. Por ejemplo, Brasil pasó de exportar mercancías por 60,000 millones de dólares a casi 200,000 millones de dólares. China que al principio no era tan importante, pasó a ser el primer país importador de productos brasileños.
Chávez sí entendió el contexto, hizo un gran esfuerzo junto con la OPEP, para reestructurar el mercado petrolero, para mejorar el papel de Venezuela como país exportador de petróleo. Chávez intentó forzar la industrialización en Venezuela, pero el problema de países como Venezuela, los que están en el Caribe, Cuba también, es que algunos sectores de la población están acostumbrados a utilizar los excedentes de dólares, que se consiguen en ciertos momentos históricos, para comprar bienes de consumo del exterior. No existe la percepción de que ese dinero que posees debe ser cuidado para utilizarlo después como un instrumento para el desarrollo. Tienes muchos dólares y los pierdes en el exterior, no permites que esos excedentes se utilicen en el desarrollo industrial del país.
La industrialización está basada en el avance de la productividad. Y el avance de la productividad no se da en escala nacional solamente. Desde la década de 1960 se va constituyendo una economía de una gran diferenciación de productos y el capital que dirige eso, el capital de las multinacionales va re-orientando su producción a los lugares donde paga menos impuestos, donde encuentra la mano de obra más barata, etc., la economía mundial se reestructura. Tu país se queda con una parte de eso, pero no cuentas con la capacidad tecnológica para que tú mismo dirijas el proceso, ni económica. Entonces se crea un nuevo tipo de dependencia, que incluso se ha profundizado.
Ariel Noyola Rodríguez: Hay una reforma capitalista que está en curso de dimensiones mundiales, promovida por China y otros países emergentes. En el ámbito de las finanzas internacionales, el gobierno chino consiguió que se incluyera el yuan en los Derechos Especiales de Giro (DEG). Y el Congreso estadounidense destrabó finalmente la reforma del sistema de cuotas de representación del Fondo Monetario Internacional (FMI), con lo cual, China y los BRICS vieron incrementados sus porcentajes de participación, si bien Estados Unidos todavía conserva su poder de veto.
Sin embargo, las concesiones otorgadas por el FMI comprometen a China a llevar a cabo una serie de reformas estructurales que profundizarían su vinculación con el mercado financiero mundial por la vía de la liberalización de las tasas de interés, los tipos de cambio y el mercado de capitales. Los chinos han construido su propio mercado de derivados para emitir títulos financieros respaldados en materias primas (commodities) pero denominados en yuanes, ya no en dólares. Asimismo, la banca en la sombra (shadow banking system), compuesta por las entidades financieras fuera del marco regulatorio, va cobrando una mayor relevancia en el sistema de crédito.
Por otra parte, si bien es cierto que China viene ganando terreno frente al antiguo Grupo de los 7 (G-7, integrado por Alemania, Canadá, Estados Unidos, Francia, Italia, Japón y Reino Unido) en la jerarquía de la economía mundial, al mismo tiempo se mantiene fuertemente ligada a las economías y los instrumentos de los países industrializados, bajo esta perspectiva, parece haber construido una relación de dependencia mutua, más que de autonomía. Por ejemplo, cuando Lehman Brothers quebró, China mantuvo sus adquisiciones de bonos del Tesoro de Estados Unidos. Asimismo, China es hoy el principal socio comercial de Estados Unidos, y uno de los principales destinos de inversión de Estados Unidos, Europa y Japón.
Algunos plantean incluso que el ascenso económico de China será puesto en cuestión en un tiempo breve. La deuda pública sí, todavía es baja, pero la deuda privada, la que incluye la de las familias y las empresas, ha aumentado de modo bastante significativo. La deuda total, esto, es, si sumamos la deuda pública y la privada, sería equivalente a más de 200% del PIB de China.
Entonces, ¿Cómo interpretar el avance económico de China frente al bloque occidental y la construcción de una nueva dinámica económica mundial, cuando en otros aspectos Pekín legitima las instituciones e instrumentos del orden mundial de la segunda posguerra, y reproduce al mismo tiempo muchas de las pautas seguidas por el capitalismo estadounidense?
Theotonio dos Santos: Bueno, estamos en un proceso de armar una nueva economía mundial. La posibilidad de influenciar fuertemente esta nueva economía en un cierto momento parecía muy difícil. Y en la actualidad sí, por supuesto, aún se piensa usar el FMI, digamos, abrir el FMI para lograr una presencia más fuerte, sobre todo de China, pero también de otros países, en términos de mejorar su posición en las cuotas del FMI.
Pero la reforma fue muy pequeña, y ahora finalmente se consiguió, porque Estados Unidos fue obligado a aparentar ayudar un poco la posición de los países en desarrollo. Sin embargo, el FMI actúa para Estados Unidos, también el Banco Mundial. La verdad es que a nuestros países no les interesa más el FMI. Nosotros no somos deudores del FMI, somos acreedores, incluso hemos ayudado con nuevos recursos. Lo que ellos están haciendo claro, es buscar captar nuestras reservas, y buscan mecanismos para lograr eso, muy ayudados por los bancos centrales de nuestros países.
En China existe una corriente, digamos, dentro del mismo gobierno, que defiende que China entre fuertemente al mercado financiero mundial. Y para hacer eso los chinos tendrían que aceptar gran parte de los instrumentos existentes. Pero hay otra corriente que está armando otro tipo de instrumentos. El banco de los BRICS por ejemplo, creo que se va a convertir, a pesar de que se han creado dificultades para impedir que se consolide, en un órgano más poderoso que el Banco Mundial.
Y lo mismo va a pasar con el Banco Asiático de Inversiones en Infraestructura (BAII). A Estados Unidos le correspondía contener el apoyo de los europeos y no lo consiguió, todos los europeos se fueron a financiarlo. Lo que revela que la influencia china en este momento es más poderosa que la de Estados Unidos, en una cuestión mercantil, no en una cuestión política propiamente, pero sin duda esto tiene desdoblamientos políticos. Es que el BAII no sólo garantiza el funcionamiento de Asia en general, con la entrada de estos países (Alemania, Francia, Reino Unido, etc.), se convierte en un instrumento de actuación muy amplio, incluso para Europa.
Son cambios que no implican simplemente meterse en el mercado financiero mundial, sino que se están estableciendo nuevas reglas para la economía mundial. El otro asunto es que en los próximos 10 años veremos el ascenso del yuan. De 4 años para acá, el yuan pasó de representar 2% a alcanzar más de 8% del total de las operaciones de financiamiento comercial, un crecimiento de 4 veces, según los datos de la Sociedad para las Comunicaciones Interbancarias y Financieras Mundiales (SWIFT, por sus siglas en inglés). Y esta dinámica va a continuar, porque el dólar está en plena caída en verdad, pende de un hilo.
A nadie le interesa que haya una caída tan brutal del dólar, pues se podría acentuar la deflación, por eso están haciendo todo lo posible para evitar su derrumbe. Tampoco la caída del dólar le interesa a los chinos, que tienen muchos dólares en este momento, y que necesitan al dólar para realizar muchas operaciones. Pero, en el contexto de la tendencia económica mundial actual, ¿Qué preferirías tú, dólar o yuan?
Ariel Noyola Rodríguez: El yuan, sin lugar a dudas…
Theotonio dos Santos: Evidentemente, es una moneda que se valoriza, cuyo rol en la economía tiende a crecer. El dólar en cambio, es una moneda en decadencia, no paga interés alguno por los títulos de deuda pública norteamericanos. Estados Unidos es un país deudor absoluto. La deuda pública es equivalente al tamaño de su PIB, la deuda misma que el gobierno acepta como tal.
Las deudas que tú mencionas son deudas emitidas por otros agentes sociales, económicos, que el gobierno puede claro, entrar a patrocinarlas, también en un cálculo de que si no lo hacen se haría más profunda la crisis del dólar. Y evitar el colapso del dólar sería mejor para China, pero también para casi todos los jugadores (players) mundiales. Sin embargo, si el yuan consigue mantener ese nivel de ascenso, en unos 10 años podría llegar a 30%, muy próximo a alcanzar 50%. Y cuando llegas a más de 50% entonces puedes emitir moneda, que es lo que hace Estados Unidos. Las previsiones actuales apuntan hacia esa dirección.
Ariel Noyola Rodríguez: Aunque bueno, quizás las contradicciones del desarrollo capitalista de China entorpezcan el ascenso del yuan como moneda de reserva mundial. El Banco Popular de China ha disminuido en varias ocasiones la tasa de interés de referencia, lo mismo el nivel de encaje de los bancos, precisamente para evitar una mayor desaceleración de la economía, apuntalar la provisión de crédito, e impedir a toda costa que la deflación contagie a su industria manufacturera.
Por otro lado, desde que China comenzó a devaluar el yuan, en agosto de 2014, su banco central se ha visto obligado a ocupar una tercera parte de sus reservas internacionales en la defensa de la estabilidad del tipo de cambio, como una consecuencia sí, en parte de los ataques de los especuladores, pero también por cierta desconfianza de los inversionistas en torno a su fortaleza financiera ¿Considera usted que hay riesgos de que estalle una crisis financiera en China por el agravamiento de las contradicciones de su desarrollo capitalista?
Theotonio dos Santos: No, no veo perspectivas de una crisis financiera en China. Ese tipo de problemas son cuestiones de política monetaria, una política que no busca apreciar el yuan fuertemente. El tipo de cambio yuan/dólar no tiene que ver tanto con la política china, es el resultado de las interacciones del mercado financiero mundial. Los chinos quieren que la apreciación de su moneda sea lenta. Y evitarían sin duda que la crisis del dólar fuera tan grande si ellos estuvieran en condiciones de comandar la política económica mundial. Estados Unidos necesita del apoyo chino para poder evitar la crisis del dólar.
La crisis del yuan no sería un problema grave porque no tendría que ver con la tendencia económica de China, que está invirtiendo en el mundo entero, creando mecanismos propios, de préstamos, de inversión, etc. Entonces para los chinos [la apreciación cambiaria] no es algo que ellos quieran apurar. Es un resultado de la mecánica de la economía mundial, derivada a su vez del rol histórico del capitalismo en su organización. Ahora bien, Estados Unidos puede tener más influencia en la economía mundial, y evitar una crisis más grave si teje alianzas con China, pero bajo una condición subordinada. Y es difícil pensar que los norteamericanos lo vayan a aceptar fácilmente.
Pero quizás sí lo hagan, en alguna medida. Por ejemplo, en cuanto a la renovación de la deuda de Estados Unidos, el presidente del Sistema de la Reserva Federal (FED) de ese momento fue semanalmente a China a discutir el asunto para evitar que China se deshiciera de sus bonos del Tesoro. Los chinos conservaron sus títulos, pero ya no compraron más. Pero para convencerlos de que los mantuvieran, Bernanke tuvo que ir semana tras semana a China, durante 1 mes, 2 meses.
Esto es una subordinación clara, tú depende más de ellos, que ellos de ti. Los chinos no fueron obligados a comprar más títulos respaldados en dólares, sino a renovar. Al renovar, China pide exigencias y condicionamientos. Los acreedores siempre imponen sus propias condiciones, sobre todo cuando la deuda es muy grande, porque hay un instrumento de poder muy importante, que es simplemente no pagar.
A nadie le conviene una caída muy fuerte de los títulos de la deuda pública norteamericana, que ya la hay de hecho, aunque no se habla mucho de eso. Nadie compra un título de deuda de Estados Unidos por lo que vale. Cómo vas tú a pagar 100% por un título que representa en realidad 60% de su valor original, menos aún. Para proteger el dólar es verdad que los norteamericanos necesitan a los chinos, sí.
Pero también hay que presentar esta situación desde el otro lado. Los norteamericanos también dependen de China, no es solamente que los chinos dependan de Estados Unidos. Sí, en cierta parte dependen. Es que los chinos no tienen interés en una depreciación masiva del dólar por la enorme cantidad de reservas que poseen, más de 3.3 billones de dólares. Ese es el gran problema.
Muchos sectores en Estados Unidos quieren una pelea con China porque aún piensan que son dueños del mundo. Piensan que hay que imponerse por la fuerza frente a los chinos. Pienso que sería un error muy grave. Y ese escenario no se desdoblaría solamente en el ámbito financiero.
¿Quién puede controlar esos fenómenos que tú citaste, y que obligarían a China a valorizar más el yuan? Bueno, China acepta que tiene que valorizar, pero no lo quieren hacer del todo, no quieren contribuir a eso. Excepto el sector financiero, ellos sí quieren que China entre rápidamente en el mercado financiero mundial en calidad de gran potencia. Cualquiera que sea la salida, creo que no beneficiará a Estados Unidos, en términos de recuperar su poder en el mundo, más bien será favorable para China…
Ariel Noyola Rodríguez es economista por la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM). Twitter: @noyola_ariel.
Fuente: http://www.rebelion.org

La evolución del ranking bancario salvadoreño (2004-2015)

La evolución del ranking bancario salvadoreño (2004-2015) Por Roberto Pineda 3 de marzo de 2016

La actual crisis en los niveles de rentabilidad de la banca salvadoreña está asociada, entre otros factores, al débil desempeño de la economía (crecimiento en 2015 del 2.5% del PIB, en el 2014 fue de 1.7%) que sigue estando maniatada por la imposición de un férreo e intocable modelo neoliberal, que incluye y mantiene la dolarización de su moneda, la privatización de sus recursos estratégicos (electricidad, telefonía), tratados de libre comercio, en especial el firmado con Estados Unidos en 2006 y la actual búsqueda afanada de un tratado con Corea del Sur.

A esto debemos agregar la venta de sus principales empresas al capital internacional (bancos, línea aérea, cemento, bebidas y gaseosas) bajos niveles de inversión, oferta exportable limitada (Estados Unidos, Guatemala y Honduras), elevados niveles de deuda (62% del PIB), desempleo, vulnerabilidad ambiental, y últimamente asocios público privados y titularizaciones. Y sin mencionar la delincuencia desbordada. Todo un envidiable paraíso neoliberal.

Esta crisis se manifiesta en el hecho que la banca salvadoreña refleja en 2015 los niveles más bajos de rentabilidad de los últimos cinco años, llega a niveles de 2011. A diciembre de 2015 según la Superintendencia del Sistema Financiero, SSF, la utilidad neta de los bancos ascendió a $156. 914 m., reduciéndose en un $27.501 con respecto al año anterior, o sea en un 14.9%. A diciembre de 2014 la cifra fue de $184.415 m, a diciembre de 2013 de 222.331 m, a diciembre de 2012 de $206.971 y a diciembre de 2011, de $195.657 m.

El antecedente de esta situación nos remite a la reprivatización de la banca que tuvo lugar en 1990 y que dio como resultado la emergencia de cinco grandes consorcios financieros salvadoreños, los cuales sobreviven durante casi quince años, incluso realizando fusiones y alianzas, hasta ser inevitablemente devorados por el dragón de la globalización neoliberal. Estos bancos eran el Agrícola Comercial, Cuscatlán, Salvadoreño, Comercio y de Desarrollo.

No obstante esto, el capital internacional en el sector bancario, particularmente el colombiano, canadiense y hoy también el hondureño, han continuado obteniendo márgenes de rentabilidad que les permiten seguir creciendo en ganancias, como lo demuestran los datos divulgados por la SSF, hasta diciembre de 2015. Los bancos colombianos pasan a formar la parte decisiva del grupo hegemónico de la banca salvadoreña, mientras que sintomáticamente los capitales bancarios inglés (HSBC) y estadounidense (Citibank) decidieron abandonar la cancha salvadoreña y centroamericana.

La banca colombiana controla nada más y nada menos que el 53% de los activos totales del sistema financiero. No sería extraño que pronto cantáramos en las escuelas: ¡Oh gloria inmarcesible!/ ¡Oh júbilo inmortal!/ En surcos de dolores /El bien germina ya…/ El bien germina ya.”

Niveles de rentabilidad de banca salvadoreña 2011-2015 (en millones de dólares)
2011 2012 2013 2014 2015
$195.657 $206.971 $222.331 $184.415 $156.914
Un novedoso elemento del panorama bancario salvadoreño es la reciente incorporación del hondureño Grupo Terra, que en octubre del 2015 compra las acciones de Citibank y de Seguros e Inversiones A.A. (SISA). Grupo Terra es una corporación que tiene presencia en nueve países de la región y fue fundada en 1978.

A continuación exploramos desde una óptica histórica la conducta de los activos así como la tasa de rentabilidad de los cinco principales bancos en el periodo 2004-2015.

El codiciado primer lugar del ranking

El grupo financiero antioqueño Bancolombia, dirigido por Carlos Raúl Yepes y que integra el poderoso Grupo Sura (en estrecha alianza con los grupos Argos y Nutresa), al apoderarse en el 2006 del Banco Agrícola, fundado en marzo de 1955 por Luís Escalante Arce obtuvo la supremacía indiscutida del sistema bancario salvadoreño, la cual se ha mantenido y difícilmente pueda ser arrebatada en el futuro cercano. En este sentido, el primer lugar le corresponde durante estos últimos once años al Banco Agrícola, que ostenta ya con orgullo los colores de la bandera colombiana en sus sucursales.

Los colombianos no conquistaron este primer lugar, únicamente lo compraron a las familias Baldocchi y Kriete, las cuales habían sido beneficiados del proceso de reprivatización de la banca, impulsado a partir de 1989 con la llegada del partido ARENA a la presidencia de la república. Incluso el mismo presidente de esa época, Félix Cristiani, resulto ser uno de los principales ganadores de estas medidas neoliberales, al recetarse un banco, el Cuscatlán.

A nivel de utilidades del Banco Agrícola estas alcanzaron a diciembre de 2015 la cifra de $72.2 m., mientras en el 2014 fue de $86.4m., en el 2013 de $91.1 m., en el 2012 de $89.2 m., y en el 2011 de $110.5 m. Es evidente un proceso de disminución de utilidades, no obstante que como dicen en Bancolombia, “le estamos poniendo el alma.”

Relación capital nacional y capital internacional

Banco Agrícola 2004-2015 Dos actores: El Salvador y Colombia

Niveles de rentabilidad del Banco Agrícola 2011-2015 (en millones de dólares)
2011 2012 2013 2014 2015
$110.5 $89.2 $91.1 $86.4 $72.2

El disputado segundo lugar
Lo que ha estado en intensa disputa han sido los siguientes lugares del ranking. En el año 2004 el Banco Cuscatlán, propiedad entonces del grupo Cristiani, incluso hace diez años en el 2006, se acercaba al primer lugar, la diferencia andaba alrededor de los $500 millones ( en cifras de marzo de ese año la diferencia en activos era la siguiente: $3,142 m. del Banco Agrícola contra $2,617 m. del Banco Cuscatlán).
El Banco Cuscatlán, luego Citibank, mantuvo el segundo lugar del 2006 al 2011. El Cuscatlán en 2006 pasa a ser propiedad del estadounidense Citibank. Durante el periodo 2006 al 2008 junto con el Agrícola representaban casi la mitad del sistema bancario nacional. En el 2012 el canadiense Scotiabank arrebata el segundo lugar y lo mantiene durante dos años hasta el 2013. El 2014 el colombiano Davivienda desplaza al canadiense Scotiabank, y mantiene la posición hasta diciembre de 2015.
El nivel de utilidades de Citibank durante el año 2011 fue de $17.6 m. Scotiabank anduvo durante los años 2012 y 2013 en los niveles de $32.0 y $25.7 m., respectivamente. El colombiano Davivienda durante los años 2014 y 2015 tuvo las siguientes tasas de rentabilidad: $23.3 y $23.6 m., respectivamente.
Niveles de rentabilidad de bancos que ocuparon segundo lugar del ranking 2011-2015 (en millones de dólares)
2011 2012 2013 2014 2015
Citibank $17.6 Scotiabank $32.0 Scotiabank $25.7 Davivienda $23.3 Davivienda $23.6
Relación capital nacional y capital internacional
Banco Cuscatlan 2004-2006 El Salvador Citibank (antes Banco Cuscatlán) 2007-2011 Estados Unidos Scotiabank 2012-2013 Canadá Davivienda 2014-2015 Colombia

El tercer lugar
En el año 2004 el Banco Salvadoreño, propiedad de la familia Simán, ocupaba el tercer lugar en el ranking bancario. Esta posición y ya transformado en el inglés HSBC se mantiene por cuatro años hasta el 2009. En el 2010 el canadiense Scotiabank lanza al inglés HSBC al cuarto lugar y se apodera de esta plaza. En el 2011 HSBC lograr recuperar este lugar, pero lo pierde el siguiente año 2012 ante el estadounidense Citibank. En el 2013 el inglés HSBC se transforma en el colombiano Davivienda y recupera esta posición. En el 2014 el canadiense Scotiabank pasa a ocupar este lugar, que mantiene hasta diciembre de 2015.
Relación capital nacional y capital internacional
Banco Salvadoreño 2004-2006 El Salvador HSBC (antes Banco Salvadoreño) 2007-2009 Reino Unido Scotiabank 2010 Canadá HSBC 2011 Reino Unido Citibank 2012 Estados Unidos Davivienda (antes HSBC) 2013 Colombia Scotiabank 2014-2015 Canadá

El cuarto lugar

En el año 2004 el canadiense Scotiabank ocupaba la cuarta plaza del ranking bancario. Esta posición la mantuvo durante cuatro años hasta el 2009. En el 2010 pasa a ocuparla el inglés HSBC. En el 2011 la recupera el canadiense Scotiabank. En el 2012 la ocupa de nuevo el inglés HSBC a punto de convertirse en el colombiano Davivienda. En el 2013 se instala el estadounidense Citibank. En el 2014 y hasta diciembre de 2015 ocupa esta plaza el colombiano Banco de América Central.

Relación capital nacional y capital internacional

Scotiabank (fusionado con Banco de Comercio) 2004-2009 El Salvador/Canadá HSBC 2010 Reino Unido Scotiabank 2011 Canadá HSBC (Davivienda) 2012 Reino Unido/Colombia Citibank 2013 Estados Unidos Banco de América Central 2014-2015 Colombia

El quinto lugar

En el año 2004 ocupaba esta última posición el Banco de América Central que la mantuvo hasta el 2013. El 2014 ocupa este lugar el estadounidense Citibank, que mantiene esta posición hasta diciembre de 2015, comprado en octubre de ese año por el grupo hondureño Terra.
Relación capital nacional y capital internacional
Banco de América Central 2004-2013 Nicaragua/ Colombia Citibank 2014-2015 Estados Unidos/ Honduras

La propuesta de Saúl de un partido marxista-leninista de nuevo tipo en El Salvador (octubre 1969)

La propuesta de Saúl de un partido marxista-leninista de nuevo tipo en El Salvador (octubre 1969) Por Roberto Pineda 2 de marzo de 2016

Inicialmente Saúl en su carácter de secretario general desde marzo de 1964 del Partido Comunista de EL Salvador, acarició en los últimos meses de 1969 la idea de una transformación interna, pero esta idea fue modificándose hasta llegar a la conclusión que era inevitable la ruptura dentro del PCS y la creación de una nueva fuerza de naturaleza político-militar.

A continuación reseñamos el breve documento DEBEMOS CONSTRUIR EL PARTIDO M.L. DE NUEVO TIPO EN EL SALVADOR, de octubre de 1969, que revela elementos de este nuevo proyecto político asumido por Saúl y por otros siete revolucionarios salvadoreños, entre estos cuatro estudiantes universitarios de Medicina y tres dirigente sindicales de la FUSS.

Inicia esta propuesta, preguntándose: “¿Cómo concibo orgánicamente un partido de nuevo tipo, marxista leninista, de la Clase Obrera en El Salvador, para que efectivamente este en capacidad de conducir al pueblo en sus luchas revolucionarias, dada la situación histórica del país y de Centroamérica y la etapa de desarrollo del movimiento revolucionario?”

Y responde que es “bien sabido es que las formas de organización deben estar supeditadas en cada periodo del desarrollo revolucionario, a la línea general, a la estrategia general y a las formas tácticas de la lucha; deben servir a la línea general, ayudar a aplicarla más eficazmente. En esta nueva época que está viviendo el país y el partido, rasgo fundamental del movimiento revolucionario es que atraviesa por un periodo de acumulación de fuerzas.”

Indica que “esta ha de efectuarse mediante el despliegue de las luchas del pueblo por sus reivindicaciones inmediatas con medios de lucha fundamentalmente pacíficas, ligándolas a su estrechamente preparación para la utilización de otras formas de lucha: de todas las formas de lucha. Pero no con una concepción estática, sino con vistas a transformar las luchas del pueblo, de luchas pacificas en luchas violentas y armadas y a convertirse estas en el medio fundamental de lucha.”

“Todo lo que indica la situación actual –subraya Saúl- de post-guerra, es que se necesita de un partido con nuevas formas de organización, que permitan hacer efectivo al partido frente a las situaciones futuras: a) Frente a una maduración mayor de las condiciones revolucionarias debido a la abrupta agudización de la crisis económica, política y estructural, etc. Y a otros factores pos-bélicos; b)

Frente a las posibilidades de nuevas aventuras militares; c) Frente a la posibilidad de un régimen de terror fascista que se llegue a implantar, a fin de destruir a las organizaciones revolucionarias e impedir el desenlace revolucionario de la grave situación actual; d) El aparecimiento de grupos organizados de revolucionarios , que frente a la inefectividad actual del partido presentan una imagen de mayor audacia y agilidad, y que incluso teniendo tácticas de lucha que en algunos aspectos pueden estar equivocados, pueden llegar a arrebatar la dirección de las masas al partido.”

Considera que “estas son cuestiones objetivas que en lo fundamental no dependen de nuestra voluntad, pues son creadas por la situación concreta, por la realidad a que ha entrado el país en particular dentro de un Marco centroamericano que está derivando visiblemente en la misma dirección, por la puesta en ejecución de futuros planes imperialistas, por las contradicciones entre las oligarquías; y por la fuerza del desarrollo histórico.”

Por otra parte, es de la opinión que en el caso que “ existieran perspectivas de un periodo de desarrollo más o menos suaves y pacíficos del país, si un partido ha de prepararse para un periodo de “tolerancia” democrática, de amplias posibilidades de juego parlamentario, debe de tomar en cuenta eso su desarrollo, y debe de amoldar sus formas de organización para aprovechar al máximo esa legalidad y amplitud parlamentaria y democrática y disponer su estructura y su aparato a esa situación de desarrollo sin sacudimientos.”

“Por lo contrario, si la situación que está por delante es un periodo en el que hay que prepararse para tempestades revolucionarias del pueblo, en que las perspectivas están plagadas de amenazas fascistoides, de amplio auge del militarismo, de posibilidades de criminales aventuras militares, etc., es urgente y VITAL para un partido revolucionario de la clase obrera, si realmente quiere cumplir con sus deberes históricos, cambiar radicalmente sus moldes de organización, para convertirse en una organización revolucionaria del proletariado cualitativamente superior…”

Que sea “capaz de funcionar y de dirigir al pueblo en todas las situaciones por difíciles o complejas que sean, capaz de emplear adecuadamente todo tipo de medios de lucha, tanto los de la movilización legal, y semi legal de masas, como los medios ilegales, la violencia de masas y la lucha armada en las escalas y amplitudes que sea necesario y que estén a la altura de su capacidad. El no hacerlo así aboca al partido a su destrucción, o bien bajo los golpes del enemigo, o bien por su marginación y aislamiento del pueblo. En la actualidad, de acuerdo a sus formas orgánicas internas, el partido esta desguarnecido frente a un amenazante enemigo.”

Plantea que “nuestro partido debe cambiar cualitativamente en su estructura, formas orgánicas y funcionamiento. EN CUANTO A LAS BASES DEL PARTIDO La organización deberá facilitar eficiencia, desempeño de sus funciones. 1º Las funciones fundamentales serán: a) Dirección política de las masas en el sector de su jurisdicción. b) Dirección M. del sector de su jurisdicción (correspondiéndole en su nivel, forma y dirigir las organizaciones A. al nivel más elemental: por ej. Grupos de Autodef. c) Dirigir la movilización y organización y la lucha inmediata de las masas en el sector de su jurisdicción. d) Tareas de funcionamiento interno del partido (reclutamiento, preparación ideológica de simpatizantes, propaganda, organización, educación, etc.).”

En segundo lugar “el FUNCIONAMIENTO de las organizaciones de base debe tener los siguientes rasgos: a. Funcionamiento MUY CLANDESTINO, que debe dominar las reglas de seguridad; pero hacia afuera estrechamente ligadas a una esfera de masas, y más estrechamente, a un círculo de colaboradores y actividades. b. Funcionamiento paralelo: que no se relacionen ni conozcan una células con otras. O que sean pequeñas. c. Que estén colocadas fundamentalmente en los centros de trabajo, estudio, etc. d. Operatividad: funcionamiento basado no en el reunionismo ni el burocratismo. e. Disciplina muy estricta (se podría calificar como una disciplina de tipo semi-militar).Todos los militantes que no se avinieren a estas normas estrictas de organización y disciplina, tendrían que ser colocados en la calidad de colaboradores activos; pero no como miembros de una organización de base.”

Con respecto a la “ORGANIZACIÓN DE DIRECCION INTERMEDIA Sus funciones tendrán que ser las de: a. Dirección política en su jurisdicción (Aplicación de la línea y acuerdos superiores). b. Dirección Mil en su jurisdicción. c. De movilización, organización y luchas inmediatas en las masas. d. Dirección de las cuestiones internas del partido en su jurisdicción. Con las mismas normas de clandestinidad estricta, de operatividad, gran espíritu de iniciativa, disciplina estricta, estará supeditados a la dirección de los organismos superiores.”

En relación a los “ORGANISMOS DE DIRECCION NACIONAL Congreso; organismo supremo de dirección C.C. elaborar en la línea, y controlador superior de su ejecución. C.P. efectivo dirigente permanente POLITICO-MILITAR del partido (no mayor de 7 miembros). Que funcione bajo efectivas normas de dirección colectiva, que se ayudara de todas las comisiones necesarias. SECRETARIADO (No más de tres miembros). Con carácter de comisión de control y de administración del partido, y de coordinación del trabajo de las distintas comisiones. Naturalmente esto es solo el esquema.”

Concluye que “a mi entender contiene las líneas generales de las transformaciones que deberíamos de realizar en organización y estructura, en el marco de cambios en la línea general, en estrategia y táctica que conviertan al P. en la org. Revolucionaria de tipo nuevo del proletariado en el país.”

Las preocupaciones de Saúl por la posición del PCS en el conflicto Honduras-El Salvador 1969

Las preocupaciones de Saúl por la posición del PCS en el conflicto Honduras-El Salvador 1969 Por Roberto Pineda 26 de febrero de 2016

Cuando Saúl (Salvador Cayetano Carpio), entonces secretario general del Partido Comunista de El Salvador, PCS, se enteró del agravamiento de las relaciones entre Honduras y El Salvador, decidió agilizar su regreso al país desde un lejano y caluroso verano moscovita y luego de brindar declaraciones en Radio Moscú, viajo primero a la ciudad de México y luego a San José, Costa Rica, a donde llegó a principios de julio de 1969.

Aprovechó la salida hacia San Salvador de una persona de confianza para enviar un mensaje a la dirección del PCS, con fecha 12 de julio, sobre estos graves acontecimientos, así como usando el seudónimo de Silvio del Pinal escribió un artículo para el semanario Libertad, de los comunistas costarricenses del Partido Vanguardia Popular, PVP, manifestando su visión sobre la guerra, que apareció el 26 de julio de ese mismo año.

A continuación hacemos una reseña de ambos documentos, que simbolizan ya elementos importantes en términos políticos e incluso ideológicos, de lo que sería meses después su renuncia como secretario general del PCS y su posterior decisión de construir las Fuerzas Populares de Liberación, FPL, que luego asumirían el legendario nombre de “Farabundo Martí.”

La carta de Saúl a la dirección del PCS del 12 de julio de 1969

Plantea la carta que “el pronunciamiento de la familia, 25 de junio, es muy comprensible, apegado a los principios M.L., claro y sin sinuosidades. En él podría haberse recalcado mas sobre el papel del Imperialismo, sin embargo todo su contenido estaba completamente en las posiciones justas del interno. Pro (letariado. Agregado de R. P.). Y en la lucha contra el enemigo común de nuestros pueblos, que ha sido siempre la invariable línea de nuestra familia…”

Pero luego agrega que “tal curso de orientación se ve violentamente desviado en la posición adoptada por estudiantes universitarios en acuerdos del 3 de julio, que se suman a la corriente de histeria belicista creada por el gobierno y clases dominante. El pronunciamiento familiar de 2 de julio, contiene en unas pocas líneas el reforzamiento de esa nueva orientación (cuando expone la orientación a seguir en caso de fracasar negociaciones pacificas).”

Y enfatiza Saúl que “ya el pronunciamiento no es claro ni recto, sino que esta “matizado” es decir, contiene muchas ideas buenas en la mayoría de sus puntos, pero desgraciadamente expresa la idea central para desempeñarse en una grave desviación de los principios del internac. Prol. Y de la lucha conjunta de los pueblos contra el imperialismo, sometiéndose al terror de la histeria bélica masiva y, por esa vía, reforzando objetivamente el curso de acción de los planes inconfesados del gobierno de S. H.; colocándonos así en evidente peligro de ponernos a la cola de los planes belicistas de las clases dominantes. (y de los planes de dominación y penetración del imperialismo en ambos países).”

Y sostiene que “contra este curso no tienen un valor efectivo las declaraciones de fidelidad a los verdaderos intereses del pueblo con lo que se acompaña dicho lineamiento. Los artículos, pronunciamientos aparecidos posteriormente (por ejemplo en el órgano “Juv” #3) ya son mas categóricos en esa desviación producida por el nuevo curso tomado.”

Reflexiona que “circunstancias como las presentes, en las que hay abundantes experiencia mundial, y por las que han pasado muchos en distintas épocas y lugares, exigen de los cs. ciertos deberes ineludibles de fidelidad absoluta al interno proletariado y al leninismo. Vacilaciones de tipo pequeño burgués en un momento así o desviaciones oportunistas, o equivocadas consideraciones tácticas o de coyuntura, que signifiquen desviaciones de los principios del internacionalismo proletariado, pues reforzando el respaldo “unitario” que la burguesía y el imperialismo necesitan para lanzar a la muerte a los obreros, estudiantes y campesinos de ambos lados.”

Y advierte que “una desviación del internacionalismo proletariado y de la consecuencia lucha contra los enemigos comunes en un momento así, puede llegar a convertirse en un gran crimen contra la clase obrera y el pueblo de ambos países. Es del calibre de tales errores y desviaciones que la historia y los pueblos no perdonan. La conducta de los Ps. De la II Intern. en vísperas de la I Guerra Mundial y su definitiva bancarrota por ese motivo, es un ejemplo aleccionador. Por eso, caminar en la cuerda floja al borde de ese precipicio, es muy peligroso, aunque se crea tener súper-habilidad para las matizaciones teóricas.”

Y expresa el entonces secretario general del PCS que “en este momento crucial, deseo expresar categóricamente mi desacuerdo con la orientación básica que se traza en el pronunciamiento familiar del 2 de julio para en caso de que fracasen las negociaciones pacificas (primeras nueve líneas y media del segundo párrafo vía al abandono de los principio del internacionalismo proletario, con todas sus trágicas consecuencias para nuestra organización y nuestros pueblos…”

“Creo – insiste Saúl-que la línea correcta, internacionalista, patriótica, proletaria, tendría que ser, dicho en su expresión más breve: “Lucha contra la guerra, y si esta llegare a estallar, orientarse a volver las armas contra los opresores de ambos países; es decir, la orientación hacia la revolución nacional-liberadora democrática y popular”, sin sinuosidades , ni bailes en la cuerda floja de la histeria belicista o de las “vivezas” tácticas pequeño burguesas, que terminan por despeñarse en el oportunismo y la traición a los verdaderos intereses de la clase obrera y de los pueblos.”

Reconoce que “puede ser que grandes masas, engañadas por la propaganda patriotera y chovinista no entiendan al principio nuestra posición patriótica, internacionalista y revolucionaria, y que vengan días duros para nosotros; pero si llegare a desatarse los planes criminales de las clases dominantes y del imperialismo y estalla el conflicto, cuando el pueblo comience a sentir duramente las consecuencias de la criminalidad política (cuando los muertos-obreros y campesinos comiencen a contarse por millares, no solo en los campos de batalla sino también en las ciudades bombardeadas) cuando la destrucción y el hambre de esa criminal política hunda sus garras en las entrañas del pueblo, los obreros y los campesinos comprenderán lo justo de una política de principios y estarán prestas a cambiar de hombro el fusil y acompañarnos en las acciones por el triunfo de la revolución.”

Finaliza enfatizando que “solo una política internacionalista firme y sin vacilaciones abrirá el campo a esa situación. Por otro lado comprendo las dificultades que ahora se presentan, pero sería absurdo pensar que tales dificultades se van a “capear” con una política de vacilaciones y de sumarse al coro de la histeria bélica y patriotera. Es todo, aunque dicho en la forma más breve, y parca en argumentación.”

El artículo de Saúl publicado en el semanario Libertad del PVP

El artículo publicado el 26 de julio en el semanario Libertad lleva por título ¿A QUIEN FAVORECE EL CONFLICTO ENTRE HONDURAS Y EL SALVADOR? y aparece con fecha 22 de julio y firmado por Silvio del Pinar (El salvador).

Establece de entrada que “los intereses económicos y políticos de las clases reaccionarias dominantes de Honduras y El Salvador, apoyados en sus perspectivas camarillas militares, han desembocado trágicamente en una criminal guerra que ensangrienta a dos pueblos hermanos.”

Indica que “con el fin de poner en ejecución los planes de sus respectivas clases dominantes, los gobiernos de Honduras y El Salvador, durante los últimos años, han utilizado cualquier pequeño incidente ocurrido entre los dos países, tratando de envenenar las relaciones mutuas, y encendiendo artificialmente el oído y la enemistad entre los pueblos que tradicionalmente han cultivado estrechos lazos de amistad y fraternidad.”
Explica que “en anteriores incidentes, no habían logrado encender en un nivel considerable el chovinismo y la histeria belicista entre las grandes masas de ambos y las mutuas provocaciones no alcanzaron tampoco dimensiones irreparables. Sin embargo continuaron perfeccionando sus planes y enfilando sus garras, para lanzar el zarpazo mutuo, que hundiría en el dolor, la sangre y el sufrimiento a sus pueblos.”

Subraya que “la guerra desatada el 14 de julio de este año entre El Salvador y Honduras no ha sido por la clase obrera, el campesinado, el estudiantado, demás sectores progresistas de la población de uno u otro país; no responde a los intereses económicos sociales y políticos inmediatos o de largo alcance de las clases progresistas y revolucionarias de ambos países. Estas se encuentran oprimidas por las oligarquías explotadoras y por las satrapías militares incondicionales servidoras del imperialismo, que desde años están manchadas con la sangre de sus pueblos, a quienes mantienen privados de elementales derechos humanos.”
Añade que “no es la defensa de los intereses de la clase obrera, del campesinado y demás clases progresistas, el objetivo de esta sucia y criminal guerra. Esta no es una guerra revolucionaria PARA NINGUNO DE LOS DOS LADOS; no es una guerra justa ni liberadora, como tampoco es una guerra de legítima defensa por parte de las dos agrupaciones militares reaccionaria que llevaron hasta el desenlace sus diferencias.
Los pasos que condujeron a la guerra fueron cuidadosamente planeados y ejecutados por las camarillas gobernantes de ambos países. Cualquier incidente (espontaneo o preparado) les daría el pretexto requerido para poner en marcha sus planes.”
Se pregunta Saúl: “¿Qué buscaba el gobierno de Honduras al llevar al problema hasta el borde de la guerra? Sus objetivos inmediatos podemos sintetizarlos así:
1º.) La burguesía industrial hondureña ha sido durante muchos, decenios ahogada por la penetración de los monopolios yanquis, y más recientemente, también por la expansión de la burguesía industrial salvadoreña. El Mercado Común Centroamericano, la ha colocado en mayor desventaja, frente a la invasión de las mercancías salvadoreñas. El gobierno Hondureño trataba de poner diques a la presión de la burguesía salvadoreña, mejorar los términos del mercado centroamericano para favorecer el desarrollo de su burguesía, sin necesidad de enfrentarse a los monopolios yanquis ni menoscabar sus intereses.”
En segundo lugar “distraer al pueblo hondureño de la lucha por sus objetivos revolucionarios y por sus reivindicaciones inmediatas de tipo político, económico y social que en las últimas semanas a través de fuertes movimientos como l huelga general nacional del magisterio, enfrentaban en grado creciente a las fuerzas populares con el gobierno. 3º.) Ante las justas demandas del campesinado que exige tierra y trabajo. Iniciar una llamada “Reforma agraria”, de tipo limitado que toca los intereses de los grandes latifundistas, ni de los monopolios yanquis (United Fruit Co.); pero que si despoja de las tierras a pequeños y medianos propietarios salvadoreños, para distribuirlas entre los campesinos hondureños.”
También el de “resolver” con mano militar, (con inhumanos métodos de persecución, expulsión y terror) el problema de la minoría salvadoreña, unas 300,000 personas, que a través de los años se ha establecido en Honduras. 5º.)Distraer al pueblo de sus aspiraciones de recobrar las tierras usurpadas por el imperialismo yanqui como las islas del Cisne, levantando reclamaciones territoriales contra El Salvador, reclamaciones que ascienden a unos 800 kilómetros cuadrados, en los departamentos de la Unión, Morazán, Cabañas, y Chalatenango. 6º.)Fortalecer su débil e impopular gobierno, formando la “unidad nacional” en torno al mismo, impulsando artificialmente una descomunal histeria belicista y nacionalista en las masas.”
Y a la vez se pregunta: “¿Qué objetivos se han planteado las clases dominantes y el gobierno de El Salvador al desatar la guerra? 1º.)Prolongar indefinidamente la situación de opresión económica y política sobre el pueblo salvadoreño. Prolongar el monopolio sobre la tierra y su negativa a realizar una reforma agraria democrática. El trabajador del campo no tiene ni siquiera el derecho a la organización sindical o gremial. Las inmensas mayorías de campesinos están sin tierras, mientras menos de 1000 grandes terratenientes tienen las dos terceras partes de la tierra. Los obreros industriales tienen un Código de Trabajo que es un verdadero látigo patronal.”
Plantea que “se trata de prolongar el régimen de tiranía militar que desde el 2 de diciembre de 1931 se sostiene a base de crimen y terror, iniciados con el asesinato de 30,000 obreros, campesinos y estudiantes en enero de 1932. En una palabra, las clases dominantes, alentadas por el imperialismo yanqui tratan de detener al movimiento revolucionario, impedir hasta donde sean posibles las transformaciones revolucionarias que el país necesita con urgencia.”
Así como “en esa dirección, el gobierno ha impulsado una gigantesca campaña inflamatoria de belicismo, chovinismo y ciego patrioterismo, para que al aprender en las masas, estas puedan ser distraídas de la lucha por sus objetivos revolucionarios y de carácter inmediato.
3º.)El gobierno de Sánchez Hernández, subió a base de imposición y fraude electoral, ha sufrido graves derrotas electorales el año pasado, y se enfrenta a próximas elecciones de asamblea y municipios, a través del agudizamiento de las dificultades con Honduras ha tratado de salir de su impopularidad y de su debilidad de sortear los golpes de estado que con frecuencia se intentan contra él y de consolidarse por medio de la formación de un frente de unidad nacional en torno al rebato de los ánimos belicistas masivos provocados contra el pueblo hondureño.”
Manifiesta Saúl que “el sector de agentes de la CIA en el ejercito, encabezado por el torvo criminal General José Alberto Medrano (que hace poco asesino a dos dirigentes revolucionarios: SAUL SANTIAGO CONTRERAS y OSCAR GILBERTO MARTINEZ, y que a través de la banda fascista: “LA MANO BLANCA” comete continuos atentados terroristas contra las organizaciones y Sánchez Hernández en la presidencia de la república de obtener el control absoluto del gobierno y del ejercito y salir de la difícil situación que ante la opinión pública lo habían colocado sus acciones vandálicas y su absoluta entrega a la agencia de espionaje norteamericano.”
Asimismo “los sectores del ejército, educados en el oído fascista al pueblo, y en la arrogancia de casta omnipotente, tratan de saciar a costas de vidas utilizadas como carne de cañón, sus apetitos expansionistas y aventureros. El ejemplo expansionista de Israel los enardece, como en un tiempo los fascinaba el ejemplo de la Alemania Hitleriana.
6º.)La burguesía industrial salvadoreña, en su lucha contra la hondureña, al no poder abrir nuevamente al normal mercado de Honduras por medio de las negociaciones y de los mecanismos corrientes del Mercado Común, se ha decidido a abrirlo con el pecho de los trabajadores salvadoreños a costa de la sangre y del sufrimiento de dos pueblos hermanos.”
Analiza el dirigente comunista salvadoreño que “junto a esto, es necesario tener en cuenta, sobre todo, que los intereses de los monopolios norteamericanos, que dominan en forma creciente la economía de ambos países reinan en el Mercado Común; que la turbia política del departamento del Estado yanqui influye en ambos gobiernos: que las misiones militares yanquis dirigen los ejércitos, la aviación y la policía de ambos países, y que, especialmente la CIA, están manejando los hilos de esta tenebrosa maniobra contra los países y contra toda la América Central para poner de rodillas en forma más eficaz a nuestros pueblos y detener a sus movimientos revolucionarios. Esos son los intereses que se mueven en el fondo de esta sucia guerra, los intereses económicos y políticos revolucionarios que salen ganando con este atroz derramamiento de sangre.”
Por lo que “no es casual que haya sido precisamente el criminal Medrano y sus pandillas fascistas de la “Mano Blanca” los que con sus ataques a los jugadores hondureños el 14 y 15 de junio en San Salvador, hayan dado el pretexto a López Orellana para lanzar a sus agentes secretos de la llamada “MANCHA BRAVA”, contra los residentes salvadoreños en Honduras; dando inicio a la aplicación de sus respectivos planes por parte de ambos gobiernos. La mano de la CIA aparece claramente, en estos acontecimientos encendiendo la mecha que habría de desencadenar los fatídicos sucesos.”
Evalúa que “a estas alturas, cuando cerca de cuatro mil muertos de ambos lados (campesinos, obreros y estudiantes) y mucho mas de miles de heridos, cuando el sufrimiento de la población civil y la destrucción material, atestiguan la criminal política de ambos gobiernos, estos siguen repitiendo los argumentos que se han lanzado a la masacre en “legítima defensa”, para salvaguardar “la patria”, la soberanía nacional, la integridad territorial, e incluso para hacer prevalecer la justicia y los valores morales de la humanidad, con lo cual piensan seguir inflamando aun más el ánimo belicista y nacionalista de las masas, con el fin de seguir profundizando mas el crimen contra los pueblo.”

Pero a estas alturas también, – reflexiona Saúl- los pueblos pueden comenzar a ver mucho más claro el abismo a donde los han conducido sus gobiernos, sus camarillas militares y sus oligarquías. Si grandes masas de los pueblos salvadoreños y hondureño se han visto confundidas e inflamadas por la malvada propaganda de chovinista, es tiempo de que comiencen a meditar sobre los resultados de la criminal política de ambos gobiernos.”
Dice que “es posible, incluso organizaciones revolucionarias y democráticas de ambos países se hubieran dejado arrastrar por las masiva presión de la histeria belicista, y que hubieren apoyado abierta o encubiertamente esa política, llamando al pueblo a la lucha por la “Defensa de la Integridad territorial”, a la alianza con sus tiranías, a la “paz social” y al abandono de las luchas de clases.”
Asegura que “si semejante posición no puede justificarse hasta ahora en este conflicto y significa el abandono de la brújula revolucionaria y del internacionalismo proletariado consecuente; mucho menos podrá justificarse de hoy en adelante, cuando el llanto y el dolor de miles de madres, esposas e hijos, muestren con claridad meridiana las consecuencias de los planes belicistas de ambas camarillas militares.”
Declara que “ambos pueblos tienen objetivos comunes: su enemigo común fundamental es el imperialismo yanqui, son sus enemigos, las tiranías militares y las oligarquías. Juntos han de luchar ambos pueblos por alcanzar su plena liberación nacional, por lograr su desarrollo independiente, la libertad y la democracia. Ambos pueblos deben unirse en la lucha por derrotar la política criminal de las clases dominantes.”
Concluye que “de allí que sea tan valioso y oportuno, paternal expresión de solidaridad y ayuda internacional, el llamamiento hecho por el “Partido Vanguardia Popular” a los pueblos de El Salvador y Honduras para que se nieguen a apoyar esta guerra y para que eleven más altos niveles de lucha heroica que vienen librando contra las oligarquías militares que los oprimen y contra el imperialismo yanqui, responsables de los grandes problemas sociales que sirven de escenario y de aparente motivación a la guerra actual”
Esa es una verdadera política de principios que está de acuerdo con los interese de nuestros pueblos. No podemos menos de expresar nuestro profundo reconocimiento por esta ayuda fraternal al proletariado de nuestro país.”

Algunas reflexiones, autocríticas y propuestas sobre el proceso de cambio en Bolivia

Algunas reflexiones, autocríticas y propuestas sobre el proceso de cambio en Bolivia

por Pablo Solón

¿Qué ha pasado? ¿Cómo llegamos hasta aquí? ¿Qué ocurrió con el proceso de cambio que hace más de quince años conquistó su primera victoria con la guerra del agua? ¿Por qué un conglomerado de movimientos que querían cambiar Bolivia acabaron atrapados en un referéndum para que dos personas puedan re-elegirse en el 2019?
Decir que todo esto es obra de la conspiración imperialista es un despropósito. La idea del referéndum para la reelección no partió de la Casa Blanca sino del Palacio Quemado. Ahora es obvio que el imperialismo y toda la ultra derecha se aprovechen de este gran error que fue la convocatoria a un referéndum para que dos personas puedan ser reelectas.

El referéndum no es la causa del problema sino uno más de sus trágicos episodios. El proceso de cambio anda por mal camino y es necesario reflexionar más allá de los escándalos de corrupción y las mentiras, que aunque son importantes, son sólo la punta del iceberg.

Hace cuatro años y medio deje el gobierno y durante este tiempo he buscado entender este devenir. Lo que pasa en Bolivia no es algo único. Desde principios del siglo pasado diferentes movimientos revolucionarios, de izquierda o progresistas llegaron al gobierno en diferentes países del mundo y, a pesar de que varios de ellos generaron importantes transformaciones, prácticamente todos terminaron cooptados por las lógicas del capitalismo y el poder.
De manera muy resumida comparto aquí algunas ideas, autocriticas y propuestas que espero contribuyan a recuperar los sueños de un proceso de cambio que es muy complejo y que no es propiedad de ningún partido o dirigente.

I
LA LOGICA DEL PODER CAPTURÓ AL PROCESO

Los activistas de izquierda en el gobierno generalmente hablamos del peligro de la derecha, del imperialismo y de la contra-revolución, pero casi nunca mencionamos el peligro que representa el poder en sí mismo. Los dirigentes de izquierda creen que estando en el poder podrán transformar la realidad del país y no son conscientes que ese poder los acabará también transformando a ellos mismos.
En los primeros momentos de un proceso de cambio generalmente el nuevo gobierno promueve por vía constitucional o insurreccional la reforma o transformación de las viejas estructuras de poder del Estado. Estos cambios, aunque radicales, nunca serán suficientes para evitar que los nuevos gobernantes sean cooptados por la lógica del poder que está presente tanto en estructuras de poder reaccionarias como en estructuras de poder revolucionarias. La única opción para evitar que un proceso de cambio sucumba está fuera del Estado: en la fortaleza, independencia del gobierno, autodeterminación y movilización creativa de las organizaciones sociales, de los movimientos y los diferentes actores sociales que dieron nacimiento a esas transformaciones.
En el caso boliviano, que comparativamente a otros procesos de cambio era muy privilegiado por la fuerte presencia de vigorosas organizaciones sociales, uno de nuestros errores más graves fue debilitar a las organizaciones sociales incorporando a las estructuras del Estado a una gran parte de sus dirigentes que terminaron expuestos a las tentaciones y la lógica del poder. Antes que cooptar a toda una generación de dirigentes había que formar verdaderos equipos para gestionar las reparticiones claves del Estado.
Entregar sedes sindicales, movilidades, pegas y beneficios a las organizaciones sociales que promovieron el proceso de cambio incentivo una lógica clientelar y prebendalista. Por el contrario, debíamos haber potenciado la independencia y capacidad de autodeterminación de las organizaciones sociales para que sean un verdadero contra-poder que proponga y controle a quienes habíamos pasado a ser burócratas estatales. El verdadero gobierno del pueblo no está, ni nunca estará en las estructuras del Estado.
Continuamos con una estructura jerárquica estatal del pasado y no impulsamos una estructura más horizontal. Sin duda el concepto de “El jefe” o “El jefazo” fue un gravísimo error desde un principio. El culto a la personalidad jamás debió ser alimentado.
En un principio, muchas de estas equivocaciones se cometieron presionados por las circunstancias y debido al propio desconocimiento de cómo administrar de manera diferente un aparato del Estado. A nuestra inexperiencia se sumo la conspiración y el sabotaje de la derecha y el imperialismo que obligo a cerrar filas muchas veces de manera acrítica (caso Porvenir, negociación de artículos de la Constitución Política del Estado, etc.). Los aciertos y triunfos contra la derecha, lejos de abrir una nueva etapa para reconducir el proceso e identificar nuestros errores, acentuaron las tendencias más caudillistas y centralistas.

La lógica del poder es muy similar a la lógica del capital. El capital no es una cosa sino un proceso que sólo existe en tanto genera más capital. Capital que no se invierte y no da ganancias es un capital que sale del mercado. El capital para existir debe estar en permanente crecimiento. De igual forma opera la lógica del poder. Sin darte cuenta, lo más importante en el gobierno pasa a ser como preservarte en el poder y como adquirir más poder para asegurar tu continuidad en el poder.

Los argumentos para esta lógica que antepone la permanencia en el poder y su expansión a toda costa son en extremo convincentes y nobles: “si no se tiene mayoría absoluta en el Congreso la derecha volverá a boicotear al gobierno”, “a mayor cantidad de gobernaciones y municipios que se controlan mejor se pueden ejecutar los planes y proyectos”, “la justicia y otras reparticiones del Estado deben estar al servicio del proceso de cambio”, “acaso quieres que vuelva la derecha”, “que será del pueblo si perdemos el poder…”.

Si el error primigenio del proceso de cambio fue creernos “el gobierno del Pueblo”, el momento de inflexión del proceso de cambio comenzó con el segundo mandato de gobierno. El 2010 se alcanzaron más de dos tercios en el parlamento y había energía suficiente para realmente avanzar hacia una transformación de fondo en la línea del Vivir Bien. Era el momento de fortalecer más que nunca el contrapoder de las organizaciones sociales y la sociedad civil para limitar el poder de quienes estábamos en el gobierno, el parlamento, las gobernaciones y los municipios. Era el momento de concentrar esfuerzos para promover nuevos liderazgos y activistas creativos que nos remplacen porque las dinámicas del poder nos iban a triturar.

Sin embargo lo que se hizo fue todo lo contrario. Se centralizó aún más el poder en manos de los jefes, se transformó al parlamento en un apéndice del ejecutivo, se continuo fomentando el clientelismo de las organizaciones sociales, se llegó al extremo de dividir a algunas organizaciones indígenas y se intentó controlar el poder judicial a través de burdas maniobras que acabaron frustrando el proyecto de contar con una Corte Suprema de Justicia idónea, independiente y electa por primera vez en la historia.

En vez de promover libre pensantes que incentivaran el debate en todos los espacios de la sociedad civil y el Estado se censuraron y persiguieron a quienes discrepaban con las posiciones oficiales. Se cayó en una terquedad absurda de querer justificar lo injustificable como Chaparina y de buscar revertir a toda costa la victoria de los indígenas y ciudadanos que habían hecho retroceder el proyecto de la carretera por el TIPNIS. Este contexto, donde la obsecuencia era premiada y la critica era tratada como la peste, incentivó el control de los medios de comunicación a través de diferentes vías, minó el surgimiento de nuevos dirigentes y fortaleció el engaño de que el proceso de cambio de millones de personas dependía de un par de personas.

La lógica del poder había capturado al proceso de cambio y lo más importante pasó a ser la segunda reelección y ahora la tercera reelección.

II
LAS ALIANZAS QUE MINARON EL PROCESO

Todo proceso de transformación social desplaza a ciertos sectores, catapulta a otros y engendra nuevos sectores sociales. En el caso boliviano el proceso de cambio significó en un principio el desplazamiento de una clase media tecnocrática y una burguesía parasitaria del Estado que durante décadas se había turnado en el gobierno y que siempre tenía familiares en las estructuras de poder para conseguir licitaciones, consultorías, concesiones, contratos, tierras y otros beneficios.

El 2006 este sector fue desplazado y aunque varios de sus miembros siguieron ocupando funciones estatales ya no tenían el poder de antes para hacer negocios y negociados con el Estado. En el país comenzó una lucha muy aguda entre, por un lado, sectores sociales antiguamente dominantes que habían sido desplazados o que tenían miedo de perder sus privilegios (terratenientes, agroindustriales y empresarios) y por otro lado, sectores sociales emergentes indígenas, campesinos, de trabajadores y una clase media popular muy diversa. Las oligarquías del oriente hábilmente desarrollaron un discurso de “autonomías” para ganar apoyo en sectores de la población y la confrontación nos llevo casi al borde de una guerra civil.

Al final, gracias a la movilización social y al referéndum revocatorio los sectores más reaccionarios quedaron arrinconados. Sin embargo, a pesar de su derrota, esa oligarquía logró ciertas victorias parciales con las modificaciones al texto constitucional que en esa entonces parecían pequeñas frente al hecho de que por fin se iba a contar con la Constitución del Estado Plurinacional de Bolivia. Ahí empezó una nefasta política de alianza que le fue drenando el espíritu al proceso cambio.

Los dirigentes en el gobierno que ya habían empezado a ser capturados por la lógica del poder optaron por una estrategia que fue pactar con los representantes económicos de la oposición mientras se perseguía a sus líderes políticos. ¡Zanahoria económica y palo político!

Así, poco a poco, las banderas de la revolución agraria fueron vaciadas de contenido. La gran mayoría de terratenientes de antes del 2006 no fueron afectados. Se enfatizó el saneamiento y la titulación de tierras que favoreció mayoritariamente a indígenas y campesinos pero no se procedió a desmantelar el poder de los latifundistas.
En este contexto se produjo una alianza con el sector más importante de los agro-empresarios: los exportadores de soya transgénica a los que se les permitió continuar e incrementar la producción de transgénicos. La soya transgénica que en el 2005 representaba sólo el 21% de la producción de soya en Bolivia alcanzó el 92% en el 2012. Se postergó la verificación del cumplimiento de la función económica social de las grandes propiedades que hubiera llevado a su expropiación y reversión, se perdonaron los desmontes ilegales de bosques y se llamó a ampliar la deforestación para beneficio fundamental de los agroexportadores.
Estas alianzas que antes del 2006 hubieran sido impensables se justificaron diciendo de que así se fracturaba a la oposición cruceña, se viabilizaba que el gobierno sea bien recibido en ciudades del oriente, y se evitaba una polarización como la de Venezuela, pues los sectores económicos de la oposición de derecha verían que era mejor no malograr la estabilidad del gobierno.
Esta política de alianzas para estabilizar y consolidar “el gobierno del pueblo” fue abarcando a casi todos los sectores de poder económico. La burguesía financiera que desde un principio fue tratada con guante blanco para evitar el riesgo de una corrida bancaria, como en los tiempos de la UDP, fue una de las más beneficiadas.
Las utilidades del sector financiero en Bolivia pasaron de 43 millones de dólares en el 2005 a 283 millones de dólares en el 2014. Algo similar paso con la minería privada transnacional, que pese a algunas nacionalizaciones, mantuvo a lo largo de los últimos diez años una participación del 70% en las exportaciones. Según el propio Ministro de Finanzas las utilidades del sector privado llegaron en el 2013 a los 4.111 millones de dólares.
El proceso de cambio no sólo había sido capturado por la lógica del poder sino que los intereses de sectores empresariales de derecha lo habían empezado a minar desde adentro.

III
LOS NUEVOS RICOS
Estas políticas de alianza con el enemigo no hubieran sido posibles si no se hubiera operado también una transformación en la base social del proceso de cambio. En casi todos los procesos revolucionarios que se han dado en este y el siglo pasado, después de un proceso de confrontación con los viejos sectores desplazados, surge desde adentro del mismo proceso revolucionario grupos de nuevos ricos y burócratas que quieren gozar de su nuevo estatus y que para ello se alían con sectores de los antiguos ricos.
La mejora de las condiciones de vida de algunos sectores y en particular de algunas dirigencias no lleva necesariamente a un mayor desarrollo de la conciencia, sino todo lo contrario. La única forma de contrarrestar a estos nuevos ricos y nuevas clases medias de origen popular es nuevamente la existencia de fuertes organizaciones sociales. Sin embargo, cuando estas son debilitadas y cooptadas por el Estado, no existe ningún contrapeso a estos nuevos sectores de poder económico que empiezan a incidir de manera determinante en la toma de decisiones.
Al comenzar el segundo mandato del gobierno en el 2010 quedaba claro que el gran peligro para el proceso de cambio no estaba afuera sino dentro de los dirigentes y nuevos grupos de poder que se estaban formando en los municipios, gobernaciones, empresas estatales, reparticiones públicas, las fuerzas armadas y los ministerios. La repartición de la renta del gas entre todas estas entidades abrió una oportunidad increíble de hacer negocios chicos y grandes de toda índole.
En las altas esferas se era consciente del peligro, pero no se adoptaron oportunamente mecanismos eficientes de control interno y externo al aparato del Estado. La lógica dominante pasó a ser la de obras y más obras para ganar más popularidad y así lograr la reelección. Así fueron surgiendo nuevos sectores de poder económico de dirigentes políticos, sindicales y contratistas que empezaron a escalar socialmente gracias al Estado. A ellos se sumaron sectores de comerciantes, contrabandistas, cooperativistas mineros, productores de hoja de coca, transportistas y otros que consiguieron una serie de concesiones y beneficios gracias a que representaban importantes masas electorales.

El problema del proceso de cambio es más profundo de lo que parece. No se trata solamente de graves desaciertos de individuos o de escándalos de corrupción de telenovela, sino de que ahora hay una emergente burguesía y clase media popular, chola, aymara y quechua que lo que busca es continuar con su proceso de acumulación económica.
Para reconducir el proceso de cambio es necesario revigorizar antiguas y crear nuevas organizaciones sociales. Hoy no es seguro que los que fueron los actores claves de hace una década sean los actores claves del mañana. Creer que con un cambio de personas es posible reconducir el proceso de cambio es engañarse a si mismos. El proceso de cambio es más complejo y requiere de la reconstitución del tejido social que le dio origen.

IV
DEL VIVIR BIEN AL EXTRACTIVISMO
Para revitalizar y reconducir el proceso de cambio es fundamental saber qué país estamos construyendo y ser muy sinceros y autocríticos. Los logros de estos 10 años son innegables en muchos aspectos y tienen su origen en el incremento de los ingresos del Estado por la renegociación de los contratos con las transnacionales petroleras en un momento de altos precios de los hidrocarburos. En términos estrictos no podemos decir que hubo una nacionalización ya que hoy día dos empresas trasnacionales (PETROBRAS y REPSOL) manejan el 75% de la producción de gas natural en Bolivia.
Lo que si hubo fue una renegociación de contratos que hizo que los beneficios de las empresas transnacionales por costos recuperables y ganancias bajaran de 43% en el 2005 a sólo 22% en el 2013. Es innegable que las transnacionales del petróleo siguen en Bolivia y ganan el triple de lo que ganaban hace diez años, pero el otro lado de la medalla es que el Estado tiene ocho veces más ingresos pasando de 673 millones en el 2005 a 5.459 millones de dólares en el 20131. Esta ingente cantidad de millones de dólares permitió un salto en la inversión pública, la aplicación de una serie de bonos sociales, el desarrollo de obras de infraestructura, la ampliación de servicios básicos, el incremento de las reservas internacionales y otras medidas. Es innegable que comparado con las décadas pasadas hubo una mejora en la situación de la población y esto explica el respaldo que aún tiene el gobierno.
Sin embargo la pregunta es ¿a dónde nos está llevando este modelo? ¿al Vivir Bien? ¿al socialismo comunitario? O por el contrario ¿hemos caído en la adicción al extractivismo y el rentismo de una economía capitalista básicamente exportadora?
La idea original era nacionalizar los hidrocarburos para redistribuir la riqueza y salir del extractivismo de materias primas avanzando en la diversificación de la economía. Hoy, diez años después, a pesar de algunos proyectos de diversificación económica, no hemos superado esa tendencia y por el contrario somos más dependientes de las exportaciones de materias primas (gas, minerales y soya).
¿Por qué nos hemos quedado a medio camino y nos hemos vuelto casi adictos al extractivismo y a las exportaciones? Porque esta era la forma más fácil de conseguir recursos para mantenerse y continuar en el poder. No es cierto que no había otras opciones, pero es evidente que todas ellas no iban a generar rápidamente ingresos de divisas para ampliar la popularidad del gobierno. Avanzar hacia una Bolivia agroecológica hubiera sido un camino mucho mas acorde con el Vivir Bien y el cuidado de la Madre Tierra, pero ello no hubiera garantizado en lo inmediato cuantiosos ingresos económicos y hubiera significado una confrontación con la gran agroindustria soyera transgénica.
Autocríticamente debemos decir que la visión de sustitución de importaciones que teníamos hace más de diez años no es factible en la escala en que nos imaginábamos por la competencia de mercancías internacionales mucho más baratas y por el tamaño reducido de nuestro mercado interno. Esto es aún mucho más difícil cuando no se establece una política de cierto monopolio del comercio exterior y de control del contrabando. Medidas acertadas como frenar los acuerdos de libre comercio de Bolivia, revertir el TLC con México y salirse del CIADI, no fueron acompañadas de medidas de control efectivo del comercio exterior.

El Vivir Bien y los derechos de la Madre Tierra cobraron notoriedad a nivel internacional pero a nivel nacional se fueron devaluando cada vez más porque sólo se limitaban a ser un discurso que no se ponía en práctica. El TIPNIS fue la gota que rebalso el vaso y mostró esa incongruencia entre el decir y el hacer.

V
OTRA BOLIVIA ES POSIBLE

Días antes del referéndum se difundió la noticia de que en Oruro se construiría una planta de energía solar que generará 50 MW y que cubriría LA MITAD de la demanda de energía eléctrica del departamento de Oruro, con un costo de inversión de casi 100 millones de dólares. La noticia apenas circulo a pesar de que es una pequeña muestra de que Otra Bolivia es Posible.
Bolivia puede ir dejando paulatinamente el extractivismo para colocarse a la vanguardia de una verdadera revolución energética solar comunitaria. Si Bolivia se lo propone con una inversión de 1.000 millones de dólares podría generar 500 MW de energía solar que representa casi un tercio de la demanda nacional actual. La transformación puede ser mucho más profunda si tomamos en cuenta que el gobierno anuncia una inversión total de 47.000 millones de dólares hasta el 2020.
Pero además, Bolivia podría apuntalar una energía solar comunitaria, municipal y familiar que convierta al consumidor de electricidad en productor de energía. En vez de subsidiar el diesel para los agroindustriales se podría invertir ese dinero para que los bolivianos de menores ingresos generen energía solar en sus tejados. De esta forma se democratizaría y descentralizaría la generación de energía eléctrica. El Vivir Bien empezará a ser una realidad cuando se empodere económicamente a la sociedad (como productores y no sólo como consumidores y receptores de bonos de ayuda social) y se promuevan actividades para recuperar el equilibrio perdido con la naturaleza.
La verdadera alternativa a la privatización no es la estatización sino la socialización de los medios de producción. Muchas veces las empresas estatales se comportan como empresas privadas cuando no existe la efectiva participación y control social. Apostar a la generación de energía solar comunitaria, municipal y familiar contribuiría a empoderar a la sociedad antes que al Estado y ayudaría a reducir las emisiones de gases de efecto invernadero que provocan el cambio climático.
El tema de la energía solar comunitaria y familiar es sólo una pequeña muestra para que pensemos fuera de los patrones tradicionales del “desarrollo”. Así mismo debemos recuperar la propuesta de una Bolivia agroecológica y agroforestal porque la verdadera riqueza de las naciones de aquí a unas décadas no estará en el extractivismo destructivo de materias primas sino en la preservación de su biodiversidad, en la producción de productos ecológicos y en la convivencia con la naturaleza, algo en lo cuál tenemos un gran legado por los pueblos indígenas.
Bolivia no debe cometer los mismos errores de los países llamados “desarrollados”. El país puede saltar etapas si sabe leer las verdaderas posibilidades y peligros del siglo XXI y dejar el viejo desarrollismo del siglo XX.
Nadie está pensando en dejar de extraer y exportar gas en lo inmediato. Pero definitivamente no es posible hacer planes para profundizar el extractivismo cuando existen otras alternativas que quizás en el corto plazo sean más complicadas pero en el mediano plazo son mucho más beneficiosas para la humanidad y la Madre Tierra.
En vez de promover referéndums sobre la reelección de dos personas deberíamos promover referéndums sobre los transgénicos, la energía nuclear, las mega represas hidráulicas, la deforestación, la inversión publica y tantos otros temas que son cruciales para el proceso de cambio. Sólo es posible reconducir el proceso de cambio con un mayor ejercicio de la democracia real.

Una lectura equivocada de lo ocurrido puede llevar a formas más autoritarias de gobierno y al surgimiento de una derecha neoliberal como ocurre en la Argentina. No hay duda que sectores de derecha operan tanto desde la oposición como desde el interior del gobierno. Tampoco podemos cerrar nuestros ojos y no reconocer que sectores de izquierda y de los movimientos sociales se dejaron cooptar por el poder o no fuimos capaces de articular una clara propuesta alternativa.
La reconducción del proceso de cambio pasa por: a) discutir critica y propositivamente los problemas de desarrollismo tardío capitalista inviable que subyace en la agenda patriótica para el 2025, b) evaluar, explicitar y asumir acciones dentro y fuera del Estado para hacer frente a los problemas y peligros que genera la lógica del poder (autoritarismo, clientelismo, continuismo, nuevos ricos, alianza pragmáticas espurias, corrupción, etc.) c) superar la contradicción entre el decir y el hacer, y hacer realidad la aplicación de los derechos de la Madre Tierra y la ejecución de proyectos que realmente contribuyan a la armonía con la naturaleza, y d) ser autocríticos con uno mismo y con las propias organizaciones y movimientos sociales que en algunos casos reproducen dañinas prácticas caudillistas y prebendalistas.

¡El Vivir Bien es posible!

Sobre el surgimiento de las Fuerzas Populares de Liberación “Farabundo Martí.”

Sobre el surgimiento de las Fuerzas Populares de Liberación “Farabundo Martí.” Por Roberto Pineda 22 de febrero de 2016
Introducción
No obstante su trágica y controversial muerte, la praxis y el pensamiento de Salvador Cayetano Carpio (1918-1983), primero Saúl y luego Marcial, es una de las expresiones más genuinas de la izquierda salvadoreña y recoge la experiencia del trabajo sindical y político de izquierda de los años cuarenta, cincuenta y sesenta del siglo pasado, así como es pionero – junto con el Dr. Fabio Castillo Figueroa- del impulso a la lucha armada contra la dictadura militar en los años setenta y principios de los ochenta.

La singular jornada emprendida por Saúl y su grupo de seguidores, para construir una organización política-militar, luego de su renuncia a la dirección del Partido Comunista de El Salvador, PCS, el 31 de marzo de 1970, estuvo acompañada durante los primeros meses por un alto grado de secretismo y esfuerzo por diseñar las primeras unidades militares, su adiestramiento, armamentización y el respectivo andamiaje clandestino de cobertura, transporte y vivienda.

El alto nivel de conciencia, disciplina y sacrificio presente en este momento inicial, supervisado y conducido por el mismo Saúl, garantizó a futuro la formación de una poderosa estructura político-militar, que luego permitió construir una ramificada expresión abierta de masas, inicialmente con presencia de maestros y estudiante universitarios, y posteriormente incorporando otros sectores, en particular, al sector campesino y de pobladores de tugurios.

El cumplimiento adecuado de este periodo inicial, de preparación militante para las futuras batallas, permitió que este agrupamiento de izquierda se desarrollara y pasara a jugar un papel destacado en el enfrentamiento contra la dictadura militar de derecha, generando el poderoso Bloque Popular Revolucionario, BPR, posteriormente en el desarrollo de la Guerra Popular Revolucionaria, particularmente desde las montañas de Chalatenango, en el cumplimiento de los Acuerdos de Paz de 1992 y finalmente ya como FMLN, en los desafíos de conducir un primero y segundo gobierno de izquierda en El Salvador, con un presidente y vicepresidente actuales procedentes de esta fuerza.

La actuación durante la guerra (septiembre de 1969)

A continuación y en un esfuerzo por rastrear el itinerario de 25 años de las FPL (1970-1995), lanzamos una hojeada a un documento fundamental en la historia de esta ruptura al interior del PCS, como lo es el escrito titulado La actuación durante la Guerra, escrito en septiembre de 1969, por el entonces todavía secretario general de los comunistas, el reconocido dirigente sindical Saúl.
Cuando estalla la guerra entre El Salvador y Honduras, en julio de 1969, Salvador Cayetano Carpio se encontraba en Moscú asistiendo en su calidad de secretario general del PCS a una reunión internacional de partidos comunistas, orientada a definir posición con respecto a la pugna existente entonces entre las posiciones del Partido Comunista de la Unión Soviética, el PCUS y las del Partido Comunista de China., el PCCh.
Al enterarse allá del conflicto en una entrevista en Radio Moscú hace un vehemente llamado a los ejércitos de ambos países para que voltearan sus fusiles en contra de sus respectivas clases dominantes. Posteriormente regresa y primero desde Costa Rica y luego ya en el país, desaprueba fuertemente algunas actitudes y posiciones asumidas por la dirección del PCS, en concreto por Schafik Handal, Roberto Castellanos Calvo y Raúl Castellanos Figueroa. Asimismo elabora este extenso documento, del cual realizaremos una síntesis.
En este escrito Saúl analiza en detalle y documenta la conducta seguida por la dirección del PCS, de la que él forma parte, con respecto al conflicto armado con Honduras y somete a una crítica demoledora a las actitudes chovinistas y patrioteras que caracterizaron en aquel momento a esta organización.
El documento también señala y anuncia una importante y audaz ruptura, política y teórica, ya que por vez primera desde la derrota de la insurrección en 1932, plantea la necesidad revolucionaria de abrirle espacio a la lucha armada y construir un nuevo partido comunista, tarea que sería cristalizada seis meses después con la constitución de las Fuerzas Populares de Liberación “Farabundo Martí”, organización de la cual celebramos el año pasado el 45 aniversario y que fue uno de los cinco pilares fundamentales para la creación del FMLN.
El escrito se divide en seis partes, a partir de un enfoque cronológico documental. La primera parte (14 al 24 de junio) describe los primeros incidentes, la segunda parte (última semana de junio) trata sobre el agravamiento de la situación, la tercera parte (primeras dos semanas de julio) aborda las posibilidades de un conflicto armado, la cuarta parte (del 19 al 29 de julio) analiza la agresión armada, la quinta parte (19 al 29 de julio) trata sobre la ocupación militar armada y finalmente la sexta parte (del 29 de julio al 6 de agosto) se refiere al conflicto diplomático de postguerra.
Los primeros incidentes
Considera Saúl que “al presentarse los primeros incidentes serios, la actuación de los organismos de dirección fue en lo fundamental correcta, clara y estaba enmarcada dentro de nuestra línea de principios: la lucha contra el régimen antidemocrático, contra sus provocaciones y planes antipopulares, contra sus represiones, contra la penetración y sojuzgamiento por el imperialismo; por la organización y movilización del pueblo contra tales acciones y planes, y por sus demandas y necesidades inmediatas, como medio para elevar su conciencia e incorporarlo a la lucha por los objetivos revolucionarios; la atención al problema de los compatriotas expulsados de Honduras y sobre el problema de los que quedaban en ese país.”
“Asimismo, sobra la necesidad de unir a los pueblos en la lucha contra el enemigo común: el imperialismo y contra los respectivos explotadores; las oligarquías y los gobiernos impopulares en que se sostienen. Podemos observar que fundamentalmente dentro de esta línea de conducta se desenvolvió la orientación y la actuación del partido desde el 14 de Junio, cuando comenzó a cobrar conciencia de la gravedad de los incidentes que estaban siendo organizados y atizados por la reacción en ambos países (en El Salvador, a través de MEDRANO, LA MANO BLANCA Y LA ORDEN; y en Honduras, a través de la mancha brava), hasta los días 23 o 24 más o menos, cuando fueron cobrando fuerza las vacilaciones.”
Considera que “el P. adoptó una actitud fundamentalmente correcta y valiente, guiado por su línea que ha estado basada en los principios Leninistas, e influyó positivamente en la actitud de las fuerzas de izquierda: denunció los planes de ambos gobiernos y camarillas militares, denunció a los provocadores, previno al pueblo contra el peligro de dejarnos arrastrar por la campaña chovinista, de odio y belicismo; llamó a ambos pueblos a unir sus fuerzas en la lucha contra sus enemigos comunes. He aquí muestras de las expresiones de la aplicación de una línea clara, correcta, comprensible y orientadora.”
Incluso cita parte de un discurso pronunciado por Schafik Handal el 20 de junio en la Plaza Libertad: “Aquí en El Salvador no ha sido tradicional el anti-hondureñismo. Todo lo contrario, la actitud general del pueblo siempre ha sido fraternal y sin discriminaciones hacia los hermanos hondureños, con los cuales nos unen lazos de sangre: sangre derramadas juntos bajo las órdenes del glorioso Morazán por la causa unionista y en lucha por las ideas liberales, contra el conservadurismo y el oscurantismo de la aristocracia dominante del siglo pasado; sangre y sudor gastados juntos, hondureños y salvadoreños, en las bananeras de la United Fruit Co. Etc. Por eso es que ahora resulta verdaderamente criminal que se haya aprovechado el fanatismo deportivo para envenenar con el odio a dos pueblos hermanos.”
Asimismo cita un pronunciamiento de Fraternidad de Mujeres Salvadoreñas: ¨Nosotros debemos de rechazar indignadas, el falso nacionalismo que trata de distraer a nuestros pueblos de sus problemas fundamentales, evitando así que se unan en una lucha común por una vida mejor, las mujeres, que somos creadoras de la vida, no debemos permitir en ningún momento se desate una guerra fratricida, en donde nuestros seres queridos vayan a morir en una lucha injusta que solo beneficiaría a los opresores de ambos países. Es por esta razón que les hacemos este fraternal llamado. ¡LUCHEMOS JUNTAS POR LA PAZ Y LA FELICIDAD DE NUESTROS PUEBLOS! ¡VIVA LA AMISTAD DE LOS PUEBLOS DE HONDURAS Y EL SALVADOR!!”
El agravamiento de la situación
Considera Saúl que “durante la última semana de Junio, a medida en que fue ascendiendo la campaña de prensa y radio, al incendiarla del odio y venganza nacionalista, en respuesta a los atropellos y crímenes que se cometían en Honduras ( como resultado de la campaña anti salvadoreña y de odio chovinista atizada allí por la reacción, situación que determinaba la llegada al país de millares de salvadoreños expulsados en masa del territorio hondureño) y a medida en que prendía en el ánimo de amplias masas la campaña de odio y chovinismo estimulados por la reacción y que prendía el oportunismo en los partidos de oposición burguesa y pequeño burguesa, fueron acrecentándose las vacilaciones en el seno de la dirección del partido y las presiones a fin de acomodar nuestra actuación a la ascendente marea que estaba convirtiendo en histeria nacionalista colectiva.”
Y ubica que “la última semana de Junio fue, en lo que respecta a la dirección, un periodo de profundas vacilaciones, en el que se crearon las condiciones para un viraje de nuestra línea, no solo en aspectos tácticos sino también en cuestiones estratégicas y para hacer a un lado principios irrenunciables que norman nuestra conducta revolucionaria interna o internacional proletaria, para acomodar nuestra línea a la corriente chovinista en auge.”
Informa que “del 23 al 30 de junio no pudo el partido como tal dar a conocer su posición al pueblo a través de ningún pronunciamiento escrito. Las dudas atenazaban a los miembros de la Dirección, uno tras otro eran aprobados, y luego desautorizadas ya cuando estaban en prensa, los pronunciamientos de la C.P. ( por qué “no reflejaban toda la situación”, o porque ¨la situación había cambiado porque se “metía en un solo saco a todos los sectores gobernantes”) y la culminación flamígera llegó, cuando se ordenó quemar toda la edición del manifiesto: ¨POR UNA SOLUCION JUSTA AL CONFLICTO ENTRE HONDURAS Y EL SALVADOR¨, que llevaba al pie, llamas que consumieron dicho manifiesto, simbolizaron al paso a una línea diferente, y bajo sus cenizas quedaban “por envejecimiento” algunos de los principios fundamentales del leninismo, para dar paso a su revisión “creadora” que permitiría proclamar la línea de la defensa de la patria y de la integridad territorial.”
Reconoce Saúl que “sin embargo, a pesar de las vacilaciones todavía en la plaza pública (en los mítines realizados en esos días) en las reuniones estudiantiles y sindicales los planteamientos correctos aparecían aun, aunque ya retorcidos por nuevos planteamientos que después preponderarían y que respondían mas de lleno a los “sentimientos” chovinistas que impulsados por la reacción, ganaban terreno rápidamente entre grandes masas. Ya en ese ambiente caldeado por el nacionalismo burgués la línea correcta pegaba poco entre las masas saturadas de propaganda reaccionaria.”

Hacia un conflicto armado
Analiza que “a principios de Julio, cuando el gobierno orienta sus planes y preparativos directos hacia la guerra de agresión contra Honduras, acompañando esos preparativos militares con pintas de encubrimiento en el terreno diplomático y con la preparación psicológica saturadora de la mente de la población basada en los lemas de “unidad nacional para la defensa de la patria”, es el momento que marca el viraje de nuestra línea para acomodarla a la “necesidad” que planteaba la campaña reaccionaria de defender la patria y la integridad territorial, cortina tras la que se mueven los preparativos de agresión. De esta manera, nuestra actuación se pone a tono con la situación interna, que las fuerzas reaccionarias necesitan crear para lanzarse a la guerra de agresión contra honduras.”
Señala que “el pronunciamiento del 2 de julio de 1969, firmado por la C. P. del C.C. expuso al pueblo la nueva orientación, radicalmente diferente en algunos de sus aspectos fundamentales de la línea que el Partido había venida sosteniendo. En él ya no se formulaba la critica a los partidos de oposición burguesa y pequeño burguesa por su apoyo al gobierno y por su seguidismo oportunista, sí no que, al contrario, el partido se sumaba también al apoyo “condicionado” al gobierno de Sánchez Hernández y daba por anticipado el apoyo categórico a la guerra en caso de que llegara a estallar. Entre una y otra posición había una distancia como del cielo a la tierra. El internacionalismo proletario quedaba arrinconado hasta otra ocasión más propicia, Pero el partido, probablemente ya no podría quedar aislado de las masas, ni a sus miembros podría colgarse el sambenito de “traidores a la patria.”
Denuncia que “el día tres de Julio, un incidente en ¨El Poy¨, que después se comprobó que había sido organizado por el ejército salvadoreño sirvió al gobierno y a la prensa para levantar un estruendoso clamoreo de que El Salvador había sido agredido por Honduras, sonaron las sirenas y los periódicos publicaron ediciones extraordinarias dando a conocer la agresión. El escandaloso truco gubernamental produjo su efecto, conmovió profundamente a diversos sectores de la población, y no bien se habían apagado los ecos de las sirenas, cuando centenares de estudiantes universitarios inflados por la predica belicista de los elementos reaccionarios de la universidad, exigían frenéticamente ir a derramar su sangre en defensa de la patria agredida.”
Agrega que “eso fue el momento culminante en que los revolucionarios se vieron ya definitivamente remolcados por el carro del nacionalismo burgués. La asamblea Universitaria de la AGEUS tomó acuerdos que enganchaban a los estudiantes al carro belicista del gobierno. He aquí los resultados del tremendo viraje: “Opinión Estudiantil” sacó una edición urgente al siguiente día con el escandaloso título a toda página “AGEUS LLAMA A FILAS” produciendo un daño tremendo en diversos sectores del pueblo.”
La agresión armada a Honduras
Señala que “el 14 de julio de 1969, a las seis y media de la tarde, el ejército de El Salvador, en un ataque por sorpresa, con acciones de aire y tierra, inicia la invasión del territorio de Honduras sin declarar la guerra, lanzándose a una agresión armada abierta. Toncontín, Tegucigalpa y ocho poblaciones más son bombardeadas por la aviación salvadoreña, y las tropas se lanzan a la invasión del territorio hondureño por dos frentes : por Goascorán rumbo a Nacaome a través de carretera Panamericana, y por el Poy, rumbo a nueva Ocotepeque y la Costa Norte, abriendo el Teatro Oriental de Operaciones y el Teatro de Operaciones Norte ….la sangre de campesinos, obreros y estudiantes, ambas partes, comienza a correr a raudales…”
Considera Saúl que “durante los cinco días de guerra, 14 al 19 de Julio, ese acomodamiento práctico a la acción bélica se puso de manifiesto con toda evidencia, al negarse la dirección a cumplir su deber de orientar al pueblo, negándose a señalar el carácter de la guerra concreta desatada por el gobierno y el ejército salvadoreño contra Honduras; a denunciar el carácter agresivo de esa guerra, a llamar al pueblo a la lucha contra dicha guerra. La negativa en un momento histórico decisivo, a orientar al pueblo respecto a la guerra de agresión, representó un inapreciable servicio a las acciones de los agresores; que vieron asegurada su retaguardia, al abstenerse la organización revolucionaria del proletariado de denunciar ante las masas el carácter criminal de sus acciones.”
Subraya que “la consigna de “inclusive denuncia” se quitó de la orden del día cuando las tropas invasoras cruzaron la frontera. La C.P. desobedeció los acuerdos tomados anteriormente por el C.C. a su iniciativa. En cambio se decidió NO CALIFICAR LA GUERRA QUE SE HABIA INICIADO NO ENJUICIARLA NI DENUNCIARLA PUBLICAMENTE, NO DENUNCIAR SU CONTENIDO. Eso equivalía a callar el crimen y los crímenes que le eran consubstanciales, y callarse en tales circunstancias significaba colaborar con el crimen, ayudar a que el pueblo fuera sacrificado por sus opresores. No calificar públicamente en ese momento la guerra como guerra de agresión era seguir engañando a ese mismo pueblo a quién ya se había engañado al llamarlo a la “defensa de la patria” y al tratar de convencerlo de que Honduras era el agresor y de que tal agresión ya se había consumado contra la patria salvadoreña (desde el incidente del Poy).”
Indica que “preocupado por el rumbo que iba tomando la línea del partido frente al conflicto bélico, envié desde el extranjero, con fecha 12 de julio de 1969, una carta a la C.P. en la que exponía mis puntos de vista críticos en ese momento tan crucial, con el objeto de que ayudaran en algo a evitar los errores que ya se estaban cometiendo. Dicha carta no fue ni siquiera dada a conocer al C.C. en su próxima reunión, con la observación de que como “no estaba aquí, no iba a poder defender mi punto de vista”, pero mientras los errores se siguieron incrementando).”
La ocupación militar armada de Honduras
Estima el entonces secretario general del PCS que “consecuencia directa de tal posición es la negativa a denunciar, durante el periodo del 19 al 29 de Julio, el carácter de la ocupación de una parte del territorio hondureño y de las acciones contra la población civil de esas regiones, realizadas por el ejército salvadoreño.”
Agrega que “eludiendo el problema fundamental en ese momento histórico del contenido de esa ocupación , se creyó encontrar el sesgo “revolucionario” a la situación, asiéndose a la ilusa posibilidad de transformar la guerra de agresión en guerra de toda la nación contra el imperialismo a través de la lucha anti OEA, orientando a las masas hacia una actitud firme de no retirada de las tropas de los territorios ocupados; posición que en el fondo hacía el juego a los sectores ultra reaccionarios del ejercito que deseaban continuar y profundizar la aventura militar haciéndose fuertes en los territorios ocupados. Con la justificación “revolucionaria” de la permanencia de tropas en dichos territorios, se justificaron, de hecho, las acciones que condujeron a tal ocupación: la guerra de agresión.”
El conflicto político-diplomático
En la última parte, Saúl indica que “del 1º. Al 6 de agosto, con el regreso de las tropas, se alimenta el descontento en las masas por el retiro, y se alimentan ilusiones en cambios ( sin contenido revolucionario) que este gobierno debe hacer para que la sangre derramada no haya sido en vano. Tales son los principales jalones de la actuación del P. en esta importante periodo.”
Conclusiones
Concluye Saúl que: I- En el conflicto Honduras El Salvador, el partido cayó en graves errores de derecha, habiendo arrastrado hacia ellos al movimiento democrático y revolucionario. II- Esto produjo mayor debilidad al movimiento revolucionario nacional, confusión, y dispersión ideológica en sus miembros; desprestigio del partido y especialmente de su dirección, y una desacumulacion general de fuerzas. III- Esto no es un episodio casual y aislado; sino que obedece a un proceso de deslizamiento hacia posiciones de derecha, impulsado sistemáticamente por una corriente derechista pequeño-burguesa en el partido. “
Agrega a esto que “IV- Tal corriente causo grave daño al partido en la década del 40. Ha ido apareciendo cada vez con mayor fuerza en este último periodo, desde 1967, cuando se inició poderoso movimiento huelguístico e impulsó sus puntos de vista al partido en marzo-abril de 1968. Frenó al movimiento de masas desde esa fecha hasta finales de año, hundiendo al partido en crisis. En agosto de 1968 intentó desviar al partido de su línea internacionalista proletaria y conducirlo al apoyo de las posiciones internacionales reaccionarias en el caso de la ayuda prestada por los países socialistas del pacto de Varsovia al proletariado checoslovaco. Y hundió al partido en posiciones chovinistas y oportunistas durante el conflicto Honduras El Salvador.”
Además que “V- Ha impedido a las bases y organismos intermedios el conocimiento de la realidad que cruza el partido y el movimiento revolucionario; negando el conocimiento y discusión de las opiniones críticas a las posiciones de derecha por parte de todo el P. VI- Sin la superación a fondo de tales errores de derecha, el partido no podrá incorporarse a su papel de vanguardia en la lucha revolucionaria; pues tales concepciones y prácticas de derecha son el principal obstáculo para su desarrollo y para que pueda ejercer su papel de dirección del pueblo.”
También que “VII- La corriente de derecha está impulsada desde la C.P. , y la abanderan………………….. Apoyados por otros compañeros más de la C.P. y del C.C. de similar ideología. VIII- La corriente de derecha tiene base y causas objetivas determinadas: a) Por las ideas pequeño burguesas generadas en una débil integración orgánica proletaria. b) En el desconocimiento de aspectos fundamentales de la realidad nacional. c) En la separación practica de la mayoría de miembros de la Dirección, respecto del contacto permanente y vivencia directa con la clase obrera y el resto del pueblo. IX- La tarea de salvar al partido del influjo de la corriente de derecha ha pasado a ser una tarea estratégica urgente, que tiene directa relación con la necesidad de formar el Estado Mayor de la revolución: bien organizado, sólidamente unido ideológicamente disciplinado, fuerte, ágil, capaz e ideológicamente bien colocado en las posiciones del marxismo leninismo en las condiciones del país y de Centro América.”
Algunas medidas de carácter inmediato frente a la situación actual
Considera Saúl que se debe “rescatar al partido de la situación a que lo han conducido las actuaciones de derecha en los terrenos ideológicos, orgánicos y de trabajo entre el pueblo. Unirlos ideológicamente sobre la base de la seria aplicación del marxismo leninismo a las condiciones concretas, en combate, en contra el oportunismo de derecha que se ha convertido en el obstáculo principal de su desarrollo; así como contra el izquierdismo. Reorganizar las células del partido para su mayor efectividad en las condiciones actuales.
Así como “reorganizar a crear las comisiones del C.C. con el mismo objetivo. Iniciar un serio esfuerzo de desarrollarlo en los aspectos orgánico e ideológico, y de hacerlo crecer especialmente entre la clase obrera. Realizar a prudencial plazo el VI congreso, a fin de dotar al partido de una línea leninista revolucionaria y de una dirección colectiva, homogénea y ágil. Abrir de inmediato en las bases del partido y en todos sus organismos una discusión sobre la actuación del partido durante la guerra, para facilitar el balance de la misma. Reorganizar el aparato Militar del partido y dotarlo de planes y métodos de trabajo adecuados a la actual situación.” Claramente todavía no contemplaba a esta altura su renuncia al Partido, sino trabajar para el VI Congreso del PCS.
Pero a la vez propone ya en septiembre de 1969 “hay que impulsar a ritmo más acelerado y con métodos más efectivos la preparación militar en distintos sectores del pueblo, organizar los grupos de autodefensa en fábricas, empresas, facultades, institutos, barrios, poblaciones, haciendas, cantones, etc. Y un organismo superior de la L.A. directamente dirigido por la C.P. del partido, que es su organismo de dirección político-militar. Estar dotado de un plan estratégico y táctico político-militar en dimensión nacional y centroamericana. Hay que ponerse en pie de preparación teórica-practica M. a todo el partido y hacer que cada Cel. Se convierta en el Estado Mayor de la lucha política, económica y M. en su respectiva jurisdicción. Hay que crear un organismo de liberación Nacional con los organismos revolucionarios afines.
Una tercera propuesta es la de “estudiar las formas y métodos de la violencia de masas, y dirigir a las masas en la aplicación de todas las formas asequibles que sean convenientes y necesarias en cada paso, así como las acciones de violencia organizada de grupos. Ello ayudara a forjar a las masas en las luchas callejeras contra las fuerzas del régimen reaccionario, en su experiencia práctica hacia el camino insurreccional y en su curación de las ilusiones políticas hacia el ejército reaccionario y el gobierno proimperialista.”
De la misma manera considera conveniente “establecer inmediatamente lazos serios a nivel político y M. con los partidos y demás fuerzas revolucionarias de América Central, y elaborar un programa conjunto de estrategia Militar a nivel Centroamericano. Hacer el mismo trabajo de coordinación a nivel democrático con las organizaciones democráticas, sindicales y civiles de Centroamérica.”

Por qué la guerra social es una guerra

Por qué la guerra social es una guerra
febrero 17, 2016 Voces Comentar

Dagoberto Gutiérrez

La figura de la guerra social recorre todavía un camino pedregoso hacia el punto de la comprensión general del fenómeno, en tanto una guerra diferente a todas las guerras que hemos tenido anteriormente. El hecho no es de fácil comprensión porque una vez terminada la anterior guerra civil, que fue una guerra de 20 años y que enfrentó a una parte de la sociedad con otra parte, entramos formalmente a un mundo de paz. Y los acuerdos que contienen los términos del fin de esa guerra se llaman, precisamente, acuerdos de paz. Estas circunstancias complican más la comprensión porque, entonces, ocurre que esta paz celebrada con alborozo por la población fue el escenario donde se generó la actual guerra.

¿Como entender la guerra social?

En primer lugar, constatamos que se da un enfrentamiento de dos agrupaciones armadas: una correspondiente al Estado –las fuerzas policiales y del ejército – y la otra corresponde a fuerzas de pandillas. Ambas buscan el aniquilamiento de la fuerza viva del enemigo. Ya no se trata de una acción policial que actúa como un cuerpo auxiliar de la fiscalía que captura para presentar al detenido ante un juez. Nada de esto se presenta porque se trata del aniquilamiento, en tanto que los policías también son aniquilados. Este es un fenómeno rigurosamente militar que corresponde a toda guerra.

En segundo lugar, se trata de una guerra, reconocida o no, por el control de un territorio, ya que el Estado ha perdido ese control, y éste ha sido ocupado y controlado por las diferentes pandillas. Ambas fuerzas pasan por un proceso de armamentización, de entrenamiento y de coordinación. Las pandillas, por su lado, son fuerzas diferentes, con sus propios intereses, y distintas capacidades militares, y el gobierno ha de coordinar el accionar de la PNC, el de las fuerzas armadas, y otros elementos eventuales que participen.

En el caso de las pandillas no conviene excluir la posibilidad de mayores e importantes entendimientos y acuerdos ante las exigencias de una guerra que busca la eliminación de todos los agrupamientos pandilleros. Y las fuerzas gubernamentales también han de prepararse ante la esperable y lógica reacción de las fuerzas que se perfilan cada vez más como la fuerza enemiga.

Estos son los contornos de una guerra que pasa, como ya hemos dicho, por un proceso de armamentización pero de manera diferente. El gobierno equipa a fuerzas gubernamentales y las pandillas simplemente se apoyan en el abundante mercado de armas o en previsibles hechos de corrupción gubernamentales para adquirir variados tipos de armamento. Cada día es más notorio el funcionamiento de campamentos de entrenamiento que, situados preferentemente en áreas rurales, aseguran el descanso, la concentración, el alimento y preparación de lo que cada día que pasa son más y más fuerzas combativas.

En el enfrentamiento están en primer plano los aspectos propiamente operativos del fenómeno, y tanto en las fuerzas gubernamentales como en las pandillas se destacarán los elementos más valiosos operativamente que, eventualmente, ocuparán posiciones de liderazgo en ambos agrupamientos.

En esta guerra se desarrollan varias guerras, al mismo tiempo, lo que aumenta su complejidad, porque el enfrentamiento entre la policía y la pandilla resulta ser la más evidente y conocida, pero hay otra confrontación entre la fuerza armada y las pandilla, y hay además una tercera que se da entre las pandillas mismas. Y una previsible cuarta guerra entre las pandillas y el narcotráfico. Cuando aparecen en una guerra la multiplicidad de enfrentamientos movidos por diferentes intereses, el fenómeno adquiere una dimensión que dificulta capturar todas sus significaciones.

En todo caso, hay que saber que el control del territorio es la presa perseguida, y no se trata solamente de un espacio físico que asegure el tránsito de mercancías de alto precio, sino el control de la población que ocupa esos territorios.

Esta población controlada es sometida, con o sin su voluntad, a un sistema de normas y criterios, que en algunos casos convierten a las fuerzas de pandillas hasta en factor de solución de problemas comunitarios como el del abastecimiento del agua potable, o el aseguramiento de la defensa y la seguridad. Poco a poco van asumiendo funciones que tendría que estar desempeñando el Estado, pero que han sido abandonadas porque así lo indica la filosofía neoliberal imperante.

Se trata, en realidad, de un enfrentamiento en el que en una primera mirada solo impera la necesidad de aniquilar a la contraparte, pero siguen estando presentes los objetivos políticos que mueven a los contendientes. Este hecho, como ocurre en otros fenómenos similares, resulta ser la base para probables y eventuales niveles útiles de solución no militar a esta confrontación.

Pero este camino aún no se perfila ni se vislumbra en la luz de los fogonazos. Aún falta un trecho que recorrer, la crisis de la sociedad que ha producido esta guerra sigue moviéndose y sigue agravándose, y siguen pendientes los cursos reales y definitivos de la actual conflictividad. Por ahora, es posible afirmar que esta guerra es el hecho político cuya solución puede abrir las compuertas para el abordaje de otras problemáticas pendientes.