El Salvador: la derecha en la calle y la izquierda en el gobierno

El Salvador: la derecha en la calle y la izquierda en el gobierno Por Roberto Pineda San Salvador, 14 de marzo de 2014

“Cambia lo superficial, cambia también lo profundo, cambia el modo de pensar, cambia todo en este mundo…”
Mercedes Sosa

La segunda vuelta de las elecciones presidenciales en El Salvador, realizada el 9 de marzo ha creado una nueva situación política, en la cual la derecha al fracasar en su empeño electoral de una restauración oligárquica se lanza a las calles a protestar, mientras la izquierda hace llamados a la calma mientras se prepara para asumir un segundo gobierno. A continuación reflexionamos sobre este cambio a la luz del contexto latinoamericano así como de la necesidad de la labor ideológica y la nueva lucha contra el militarismo.

El contexto latinoamericano

A partir de 1999 con el triunfo en Venezuela de Hugo Chávez inicia un nuevo periodo histórico en nuestra región latinoamericana y caribeña, que le permite a la izquierda alcanzar gobiernos por medio de procesos electorales, derrotando a la derecha en su propia y tradicional cancha. La lucha electoral pasa a ser la forma principal de lucha. La izquierda latinoamericana logra así salirse de la camisa de fuerza del silencio y la derrota impuesta por el desmoronamiento del socialismo “realmente existente” de noviembre de 1989.

El pueblo de Venezuela tomaba la estafeta revolucionaria en 1999 de la mano del pueblo nicaragüense victorioso en 1979, que la había tomado a su vez del pueblo cubano victorioso en 1959. La lucha continuaba por nuevas avenidas y lo importante es que en esta nueva época de globalización no nos habían derrotado. Y gradualmente el sur se fue tiñendo de diversos matices de rojo, Brasil con Lula, Bolivia con Evo, Argentina con los Kirchner, Uruguay con Mujica, Nicaragua con Daniel, Ecuador con Correa, Chile con Bachelet. Incluso los procesos abortados de Honduras con Zelaya y de Paraguay con Lugo.

Han pasado ya quince años y existen frutos regionales de estos procesos iniciados por Chavez en 1999, como lo es la CELAC, UNASUR y ALBA. E incluso a nivel mundial el Brasil de Lula y de Dilma ha jugado un papel destacado en la construcción de una alternativa internacional a los imperios occidentales por medio del BRICS. Lo mismo el PT brasileño y Atacc con lo que fue el Foro Social Mundial iniciado en Porto Alegre en el 2001, heredero también en parte de las batallas de Seattle contra la OMC, a finales de 1999.
.
Frente a estos desarrollos progresistas en América Latina, hay un esfuerzo por parte de la ultima administración Bush y de la Administración Obama desde su primera gestión, para revertir este proyecto integracionista alternativo mediante la creación inicialmente del ALCA, y últimamente de la Alianza del Pacífico y por la otra, el respaldo a la derecha latinoamericana, a machete desenvainado en Honduras y mediante golpe parlamentario en Paraguay; abiertamente en Cuba, Venezuela, Ecuador, Nicaragua y Bolivia, y veladamente en El Salvador.

El esfuerzo principal de la estrategia intervencionista está focalizado en Europa en Ucrania y en Nuestra América en Venezuela, pretende golpear a uno de los procesos sociales y políticos más avanzados y pilar fundamental de este proyecto. Y todo esto incide, influye en El Salvador. La victoria del FMLN fortalece este proceso de integración regional alternativa y una victoria de ARENA hubiera conducido seguramente al fortalecimiento de la Alianza del Pacífico.

La izquierda derrota de nuevo a la derecha en El Salvador

En este contexto de vientos de cambio en el sur, en marzo de 2009 la izquierda salvadoreña a partir de una amplia coalición con fuerzas democráticas logra derrotar electoralmente a la derecha. Han pasado ya cinco años de esa fecha. Y ya en la búsqueda de un segundo gobierno de izquierda, en las elecciones presidenciales del 2 de febrero de 2014 el FMLN logra alcanzar una diferencia de alrededor de 300,000 votos que equivalen a una diferencia de 10 puntos sobre el partido ARENA, pero no logra como lo exige la ley electoral la mitad más uno de votos. Y se impone una segunda vuelta electoral el 9 de marzo en la cual sorpresivamente ARENA logra remontar esa diferencia, aunque el FMLN termina ganando la elección presidencial por un ajustado margen de 6,364 votos.

Estos resultados significan políticamente el surgimiento de una situación de equilibrio estratégico entre estas dos fuerzas, que vienen enfrentándose electoralmente desde hace veinte años, desde 1994. Será un equilibrio estratégico que será confirmado o modificado en las próximas elecciones municipales y legislativas de 2015.

En definitiva, se establece de nuevo un equilibrio estratégico entre el FMLN y ARENA, como ya había sucedido en el pasado durante el conflicto armado entre el FMLN y la Fuerza Armada. Esta nueva situación política ha provocado momentáneamente una situación de alegatos de fraude por parte de ARENA, mientras se define por parte la oligarquía los rumbos futuros de cara a un segundo gobierno de izquierda.

Frente a la actual situación de un segundo gobierno del FMLN, ARENA con el capital político logrado, tendrá que decidir si negocia aspectos de la política social y económica a cambio de aceptar la legitimidad de este gobierno o decide rechazar esta elección y mantener la ya iniciada estrategia dual de lucha de calle, llamando incluso a la desobediencia civil junto con el agotamiento de las diversas instancias jurídicas para anular el resultado electoral. La decisión, pronto lo sabremos, aunque la tendencia a corto plazo parece ser lanzarse hacia la desestabilización del régimen.

La lucha por la agenda política pasa a ocupar el primer plano. ARENA seguramente tratará de prolongar la situación de incertidumbre acerca de los resultados electorales. Posteriormente se dedicará a observar cuidadosamente y deslegitimar la conducta futura de este segundo gobierno del FMLN. El presidente Funes, por su parte, probablemente pase a ser lo que en Estados Unidos se llama un lame duck, un presidente de salida.

ARENA pasa de experimentar una derrota humillante el 2 de febrero, a buscar una derrota aceptable el 9 de marzo, a conseguir una amplia votación que le permite en un primer momento casi saborear la victoria de una restauración oligárquica y en un segundo momento, a pretender descarrilar el proceso electoral alegando fraude y finalmente a negarse a reconocer la victoria del FMLN, privando así a este de la tan ansiada y urgente legitimidad.

El FMLN de este segundo gobierno, de ser fuerza subversiva en el pasado ha pasado a convertirse en el principal defensor del orden establecido, de la ley y el orden, incluyendo la defensa de la fuerza armada y del régimen económico, el cual no puede ser quebrantado por “elementos al margen de la ley.” Los roles han cambiado aunque los personajes y los intereses son los mismos. Al FMLN le corresponde hoy defender y cobijarse en el marco constitucional heredado de la Constitución contrainsurgente de 1983. ARENA por su lado, opta momentáneamente por subirse al carro de la lucha de calle y la desobediencia civil.

Al final, se comprueba que las formas de lucha no son patrimonio de la izquierda, aunque en el caso de la lucha de calle, para los sectores populares salvadoreños si forma parte valiosa de su identidad histórica. Paradojas de la historia: la revolución para avanzar se ve obligada en 2014 a defender el orden constitucional impuesto por la contrarrevolución en 1983.

Y mientras el FMLN se convierte en el partido de la ley y el orden, ARENA deviene el partido de la subversión y la desobediencia civil. Todo cambia a excepción de la contradicción principal y de naturaleza antagónica que continúa siendo entre el proyecto oligárquico –dominante desde mediados del siglo XIX- y el proyecto popular, en el gobierno desde 2009.

La necesidad del trabajo ideológico

La izquierda salvadoreña experimenta en este 2014 un problema de correlación de fuerzas motivada por la desaparición súbita de una extraordinaria mayoría electoral, determinada en parte por la existencia en sus actuales proyecciones políticas de una clientela electoral y no una militancia social. En la vieja escuela leninista de la revolución, la fortaleza ideológica existente que incluso permitía estar dispuesto a entregar la vida en cualquier momento tenía como fundamento una ideología, el marxismo, con sus respectivos apellidos.

Alrededor de esta ideología de izquierda y de sus principios iniciada en nuestro país hace casi noventa años se encontraba la certeza en el triunfo del socialismo sobre el capitalismo, la lucha de clases y el esfuerzo de la vanguardia revolucionaria por la toma del poder; el orgullo de estar “organizado” de ser militante en una organización revolucionaria clandestina, la solidaridad con los pueblos que luchaban contra el imperialismo, la conciencia e identidad de clase proletaria opuesta a la clase burguesa, el rechazo a la ideología y explotación del capitalismo, la identificación de varios enemigos: la oligarquía, la dictadura militar, el imperialismo; las banderas eran muy claras: luchábamos por la democracia y contra la dictadura militar, y por el socialismo; por una sociedad sin opresores ni oprimidos y lo hacíamos de manera disciplinada, con una plena confianza en la dirección política que luego devino en comandancia general.

Cada quien cumplía su tarea en el campo que le correspondía, y se era parte de un colectivo. Un elemento clave, de principios, era el apoyo a las luchas populares. Cada huelga, cada demostración, estaba acompañada por la izquierda. Esa fue nuestra formación política, nuestra escuela. Y no estábamos equivocados ya que esa fortaleza ideológica permitió construir la fuerza militar que derrotó a la dictadura. Y es lo que únicamente permitirá a futuro construir la fuerza que derrote a la oligarquía desde lo político y lo ideológico pasando por lo electoral. Mientras tanto las victorias serán frágiles y hasta transitorias.

Mucho de estos elementos ideológicos se han perdido a partir de los Acuerdos de Paz y en particular luego de la disolución de las cinco fuerzas que constituyeron el FMLN en 1995 y reconstruirlo es esencial para seguir avanzando. Sin teoría revolucionaria, no puede haber movimiento revolucionario. Fue y es clave la formulación y divulgación de la teoría revolucionaria, del marxismo, hoy más que nunca. El Código Electoral y la Constitución de 1983 no pueden convertirse en los nuevos fundamentos ideológicos.

En la nueva escuela cada quien resuelve por sí mismo y lo más importante es lo electoral. Y aún así, partiendo de lo acumulado durante la guerra, como FMLN se ha logrado avanzar de manera impresionante, pero los límites están a la vista. La derecha nos disputa fuertemente el corazón de la gente, y de la gente más pobre.

La voz del amo de la finca cafetalera sigue fluyendo de los gramófonos ideológicos de la oligarquía y es escuchada y obedecida por miles de personas…aunque es una realidad que hemos empezado a cambiar, en particular durante estos últimos cinco años. Pero modificar esta situación requiere un aprendizaje a largo plazo que incluye lo político electoral pero que a la vez necesita otros componentes, como la disputa al interior de las iglesias y universidades, la creación de medios alternativos, y la reconstrucción del tejido organizativo popular y de la militancia de izquierda. Reducirlo a lo electoral es un grave error. Por otra parte, el problema de la disputa de la gente, además de ser político es un problema de naturaleza cultural.

Modificar la cultura política autoritaria heredada de la larguísima resistencia clandestina contra la dictadura militar y reforzada en la izquierda durante el conflicto armado es un proceso a largo plazo, pero es fundamental para este periodo de transición. La cultura política autoritaria en la que nacimos y crecimos permite que la opresión continúe internalizada en amplios sectores populares y explica incluso el desbordamiento de movimientos religiosos derechistas en nuestras mismas comunidades, en nuestros mismos territorios. Profundizar la democracia exige dar esta difícil batalla ideológica, que incluye también la batalla contra el machismo y contra el militarismo.

La nueva lucha contra el militarismo

Se observan peligrosas señales de un resurgimiento del militarismo. El presidente Funes informaba recientemente que 5 mil efectivos del ejército se sumaran a las labores contra la delincuencia aunque esto signifique la militarización de nuestras escuelas; el domingo 9 de marzo el candidato presidencial de la derecha invoca a la fuerza armada clamando por un golpe para “garantizar la democracia.”; el Alto Mando de la Fuerza Armada aparece en respuesta a esta llamado en una Conferencia de Prensa reivindicando su naturaleza “apolítica.”

Ya antes a los militares les había comprado el presidente Funes unos aviones chatarra. Ya antes a altos militares violadores de los derechos humanos los habían guardado en la exGuardia Nacional para que no los detuvieran y los juzgaran en España.. Este peligroso proceso de remilitarización del Estado y la sociedad, que lleva ya varios años, entra en conflicto con la letra y el espíritu de los Acuerdos de Paz de 1992 y lo curioso es que parece ser aceptado e incluso impulsado tanto por el FMLN como por ARENA.

Es parte de una cultura autoritaria que debemos de rechazar y que se manifiesta entre otros aspectos en la vigencia del silencio obligado, del ocultamiento de la verdad, de la secretividad y del culto a la decisión jerárquica. La claridad acerca de estos desafíos y la necesidad de enfrentarlos son los pilares para poder así construir una cultura democrática, tolerante, que exprese la pluralidad de nuestra sociedad. La lucha continúa.

El Salvador: la dialéctica entre lo electoral y lo político en las elecciones presidenciales del 2014

El Salvador: la dialéctica entre lo electoral y lo político en las elecciones presidenciales del 2014
Por Roberto Pineda San Salvador, 10 de marzo de 2014

“Gris es toda teoría
Y verde y dorado el árbol de la vida…”
Goethe

Ante nuestra mirada sorprendida, el panorama político salvadoreño se modificó profundamente durante el transcurso de este 9 de marzo, cambiando radicalmente la segura expectativa de una victoria demoledora sobre la derecha oligárquica representada por ARENA, por las cruda realidad de un claro desenlace en el cual la derecha recupera su caudal electoral y la izquierda pierde el margen de 10 puntos obtenidos en la votación del 2 de febrero.

Las cosas han cambiado. Aunque al final el FMLN gane la presidencia, será una victoria electoral frágil y comprometida ante una derecha que se ha fortalecido, se ha recuperado. Políticamente para la izquierda hay un retroceso y electoralmente en cinco semanas se pasa de 300,000 votos a una diferencia de 6,000 votos, que probablemente incluso al final sea menor. Y es preciso como izquierda asumirlo e indagar sobre sus causas para poder revertirlo, ya que pretender ocultarlo o maquillarlo, únicamente va contribuir a prolongarlo.

Ante este irreversible hecho político es importante revisar nuestras premisas e intentar una explicación. ¿Qué fue lo que pasó? Para enfocar la segunda vuelta de marzo partíamos de la premisa que era para la derecha altamente improbable aunque no imposible remontar una ventaja de 10 puntos, equivalentes a cerca de 300,000 votantes. Era una premisa que resulto falsa ya que ARENA logró remontar esas cifras y colocarse de nuevo a la par del FMLN.

El 9 de marzo señala un desplazamiento del electorado hacia la derecha como resultado de la debilidad del movimiento popular. Comprueba que necesitamos no solo una maquinaria electoral poderosa como lo es el FMLN sino también un movimiento popular amplio y ramificado. Amplios sectores que el 2 de febrero votaron por el FMLN cambiaron su voto el 9 de marzo y votaron por ARENA. Esto tiene que ver con que estos sectores populares carecen de organización y de conciencia acerca de luchar por sus intereses. Son sectores fácilmente manipulables por la derecha.

El 2 de febrero dieron su voto en agradecimiento a los programas sociales que desde el Gobierno los han beneficiado, pero no era un voto ideológico, era un voto político. El 9 de marzo votaron acorde a su ideología, que todavía esta condicionada por la derecha. Pensar que porque la gente recibe uniformes y zapatos para sus niños ya son de izquierda es una ingenuidad y un error. Y en política los errores se pagan caros. Este es el factor principal que explica lo que sucedió, además de otros aspectos que también abordaremos. Pero, repito, este es el factor principal.

Y mientras la izquierda no le dedique tiempo, recursos y pensamiento a reconstruir el movimiento popular y solo se dedique a pensar en los candidatos para la próxima elección, la derecha, que cuenta en lo ideológico, con medios de comunicación, iglesias y universidades, se verá fortalecida y seguirá desarrollándose y puede llegar a desplazarnos.

No todo lo político es electoral, pero todo lo electoral es político. La política cubre y abarca territorios que impactan y se reflejan en lo electoral. En los diversos momentos a partir del 2 de febrero las estrategias electorales tanto del FMLN como de ARENA hicieron uso de elementos tanto internos como externos para lograr la derrota política del adversario.

A nivel externo, la coincidencia en los tiempos entre la campaña electoral y los sucesos de Venezuela, fueron hábilmente manipulados por los medios de comunicación para construir la imagen que una victoria del FMLN iba a resultar en una situación de caos y violencia. La gente valora altamente el factor tranquilidad, le pudieron tocar una fibra sensible.

A nivel interno, la coincidencia en los tiempos entre el accidente de un Ferrari en la Plaza Masferrer y una lesión en la cintura agravada del Presidente Funes que requirió una operación, permitió a la derecha mediática vincular ambos hechos y construir una duda razonable sobre la participación presidencial en este incidente. La gente valora altamente el factor sinceridad, y parecía ser que el Presidente ocultaba algo.

El presidente Funes continuó durante estas cinco semanas jugando un papel protagónico en la denuncia política en contra de ARENA. Al final parece ser que diversos sectores de capas medias reaccionaron negativamente ante esta situación y se movilizaron a favor de ARENA, en particular sectores de la juventud. Hubo una sobresaturación de la imagen pública del Presidente Funes que al final resulto dañina.

Por otra parte, estas denuncias de corrupción de los gobiernos de ARENA realizadas por el presidente Funes permitieron sacar del escenario político al expresidente Francisco Flores, asesor del candidato presidencial Quijano, y quizás este fue el mejor favor que pudo hacerle a ARENA, ya que con su salida, se liberaron fuerzas al interior de este partido que estaban bloqueadas por Flores y esto al final fortaleció la campaña política de la derecha.

Por otra parte, hay un sector popular atrasado políticamente, que reaccionó positivamente al uso de un lenguaje agresivo por parte de la campaña de ARENA y que se ve estimulado por un feroz anticomunismo que responde claramente al marco ideológico de su formación: El Salvador será la tumba donde los rojos terminaran, salvándose así América.

Otro elemento es que en esta segunda vuelta las opciones eran claramente la derecha y la izquierda. Durante la primera vuelta en febrero la participación de dos opciones de derecha (ARENA y la Coalición Unidad del expresidente Saca) permitió que este voto de derecha se dividiera. En esta ocasión, la base de Unidad no siguió el consejo político de su líder, lo rebasó y voto ideológicamente por la derecha, por ARENA.

Independientemente del resultado electoral definitivo, que será conocido en algunos días, y que probablemente beneficiara al FMLN, es evidente que se abre un nuevo escenario político en el que la disputa por la mente y el corazón de los sectores populares de cara a las elecciones municipales y legislativas del próximo año, será una disputa cerrada, codo a codo, en el que recuperar la consistencia ideológica y la fortaleza organizativa como izquierda será clave para defender lo acumulado y poder avanzar.

Decidir ceder ante la derecha para garantizar la “institucionalidad” del nuevo gobierno del FMLN e invitarla a cogobernar será un grave error. Y es una posibilidad. Lo pertinente es posicionarse y defender el derecho popular de que lo conquistado no se entrega. La lucha continúa.

La época colonial en América Latina

La época colonia en América Latina

1. Los objetivos de la colonización
Para 1492, España se había consolidado como una de las primeras naciones europeas que, en la era moderna, se unificaron bajo un gobierno central. Esto se había logrado después de varios siglos de lucha armada contra la presencia musulmana en la Península Ibérica, la así llamada “Reconquista” desde el norte. Con la expulsión de los últimos moros del sur, en Granada, Isabel de Castilla y Fernando de Aragón –los Reyes Católicos– aseguraron su dominio del nuevo reino unificado que ahora era España. También en ese año se decretó la expulsión de los judíos (o su forzosa conversión al cristianismo), y se publicó la primera gramática del castellano (Antonio de Nebrija 1441-1552).

Estos datos revelan tres de las bases ideológicas y políticas con que se inició la expansión española en América. En primer lugar, había un ejército muy organizado y ansioso de nuevas conquistas heroicas en nombre del cristianismo. En segundo término, el Catolicismo, el idioma español y el absolutismo de la Corona eran los elementos unificadores de la nueva identidad nacional. Y un tercer factor, no menos importante, era la ambición expansiva, en busca de riquezas para premiar a los héroes de la Reconquista y sostener una economía basada en la guerra y en la posesión de tierras. Ya que el comercio comenzaba a florecer en Europa, la compra y venta de mercancías era una dinámica social fundamental que utilizaba el oro y la plata como monedas de cambio. Así lo afirma el historiador Peter Winn (Americas: The Changing Face of Latin America and the Caribbean. Berkeley: U of California P, 1999):

It was late medieval Castile that shaped Spanish America’s society and stamped its culture with a set of values that were the product of Spain’s long Reconquest of its territories from the Moors completed in 1492, the same year that Columbus “discovered” Hispaniola. They were crusader values, which stressed the role of the warrior and the Church, and assumed the inherent justice of European rule over people of darker hue, alien culture, and heathen beliefs (40).

Así pues, la colonización de América tenía, en la esfera ideológica, una misión evangelizadora: cristianizar heroicamente el mundo, por conversión o por miedo. A escala política, su papel era expandir el dominio de la Corona española, consagrada a la fe católica. En el campo económico, había que encontrar metales preciosos, competir comercialmente con el resto de Europa, y dar tierras a los héroes españoles y a la Iglesia. Por eso la conquista fue una operación fundamentalmente militar, pero también evangelizadora, que avanzó en busca de oro y de plata hasta el extremo sur del continente, con la esperanza de encontrar el legendario “dorado”. Son típicas las imágenes de los conquistadores españoles con sus armaduras y caballos, siempre acompañados de sacerdotes católicos, convirtiendo a los indígenas o luchando contra ellos, y fundando ciudades en nombre de Dios y del rey.

Una vez conquistado un vasto terreno, el esfuerzo militar pronto se concentró en neutralizar la intervención de otras potencias en la zona, tales como los bucaneros ingleses. Además, la Corona española estableció un fuerte monopolio comercial sobre sus territorios de ultramar, y una estructura autoritaria, burocrática y jerárquica que duró más de tres siglos y que hasta el presente continúa influenciando de muchas maneras la cultura, enconomía y política de la región.

2. Las estructuras políticas y sociales
Pocas décadas después de la llegada de Colón, la administración española ya tenía una jerarquía muy organizada en Las Indias, que se consideraban parte del territorio nacional. El rey delegaba directamente su autoridad a un noble español con el título de virrey. Durante el siglo XVI se establecieron dos virreinatos: el de Nueva España, creado en 1535 con capital en la ciudad de México, incluía todo el territorio del antiguo México (desde Nuevo México, Texas, California hasta lo que hoy es Guatemala); y el de Nueva Castilla, establecido en 1543, cuya capital era Lima, que reemplazó al Imperio Incaico (hoy Ecuador, Perú y Bolivia). Con menor jerarquía política, había territorios más militarizados, gobernados por capitanes: las capitanías de Guatemala (hasta lo que hoy es Panamá), de Cuba (que incluía La Española y Puerto Rico), de Venezuela y de Chile. En el siglo XVIII se crearon otros dos virreinatos: La Nueva Granada, con capital en Bogotá (1739), y Buenos Aires, con capital en La Plata (1776).

Además de los virreyes, existía en América una institución judicial llamada la Audiencia, constituida por unos ocho oidores que controlaban a las autoridades políticas. Los virreyes, además, eran visitados con frecuencia por representantes del rey para supervisar su fidelidad a la Corona. Este complicado aparato político respondía, en parte, a la preocupación constante de la Corona española por controlar sus territorios en América. Pero también reflejaba los debates internos del gobierno español, que por un lado fomentaba el afán de lucro y el trabajo forzado de indígenas y de africanos, pero por otro lado expedía leyes para proteger los derechos cristianos de los indígenas y prevenir los abusos. La autoridad era contradictoria y difusa. Un dicho común en las colonias era: “la ley se acata pero no se cumple”, es decir, se reconocía el mandato del rey, pero sus leyes tenían poco impacto en la práctica. Por ejemplo, por razones religiosas y políticas, en todos los territorios españoles estaba prohibido el tráfico de esclavos –los traficantes de esclavos eran ingleses, franceses, portugueses y holandeses, pero en realidad la compra y venta de esclavos africanos fue una parte fundamental de la economía colonial.

La pirámide social de las colonias ibéricas era bastante fija, y estaba basada en una clara distribución desigual de la riqueza, el trabajo y la raza. En la cima de la pirámide, con el mayor poder político y económico, estaban los españoles venidos de Europa. Junto a ellos, pero con menor influencia política, estaban los criollos: americanos de “pura sangre” española que generalmente eran latifundistas y tenían pleno acceso a la educación. En el estrato medio, casi siempre artesanos o pequeños propietarios de tierras, estaban los mestizos: estos eran una mezcla de indígena y español. En escala descendiente había un gran número de otras “castas” o mezclas raciales: mulatos (negro y español), zambos (negro e indígena), etc. Por fin, en la base de la pirámide y destinados a los trabajos más duros en las minas y la agricultura, estaban los indígenas y los esclavos africanos.

Estas estructuras políticas y sociales también se expresaban en el desarrollo urbanístico. Las ciudades se organizaban alrededor de una plaza mayor central, donde se hacía el mercado semanal, y donde se encontraba el palacio de gobierno y la iglesia principal o catedral. Cerca de la plaza vivían las personalidades más influyentes –autoridades, familias adineradas de españoles o de criollos–, y estaban los conventos y las universidades. En la periferia vivían los ciudadanos de menor categoría: mestizos, mulatos, indígenas. Así, las ciudades reflejaban la estratificación de la colonia, basada en la “pureza” de sangre española, y con muy pocas posibilidades para ascender en la escala social. Pero esta estructura expresa también el continuo contacto entre clases y grupos diferentes en la plaza mayor, para el mercado, las Audiencias, y las festividades religiosas que, además del contacto sexual entre las distintas castas, creó el sincretismo cultural y racial que hoy caracteriza a América Latina.
3. La vida económica y cultural
La economía colonial tenía tres bases: la agricultura, la minería y el comercio. La mayor riqueza venía de la explotación de minas de oro y de plata, como la de Potosí en Bolivia, o la de Zacatecas en México. Los cultivos de algodón y los ingenios de azúcar también fueron de gran importancia, especialmente en el Caribe y Brasil. Los españoles y los criollos eran los propietarios y administradores de las tierras, mientras que los indígenas y los esclavos africanos eran la mano de obra, tanto en las minas como en los cultivos agrícolas. Era típico de los colonos españoles considerar indigno el trabajo físico, como lo declaró Hernán Cortés al llegar a América: “No he venido a arar la tierra como si fuera un campesino”. Esta tradición de mantener una minoría privilegiada en el poder político y una mayoría pobre dedicada al trabajo agrícola y manual está todavía hoy arraigada en la organización social de la mayoría de los países latinoamericanos.

Los indígenas, que no eran esclavos sino ciudadanos, estaban obligados a trabajar mediante instituciones basadas en los impuestos o en la “protección” militar. Dichas instituciones eran la mita (impuestos que se pagaban con tiempo de trabajo) y la encomienda (tierras “protegidas” por un español que debía asegurarse del bienestar de los indígenas, quienes a cambio trabajaban gratuitamente para él). La metrópoli española tenía el monopolio del mercado, así que era prohibido el comercio de unas colonias con otras: todas enviaban sus mercancías directamente a España. Sin embargo, el contrabando y la piratería eran prácticas comunes. La industria nunca fue una parte muy significativa de este monopolio, y fundamentalmente se concentraba en la manufactura de algunos productos para el consumo doméstico (ropa, alimentos, ladrillos, etc.). Los criollos y los mestizos generalmente controlaban este tipo de industrias locales.

Pero no todo en la colonia era explotación económica o burocracia política. La vida cultural también se manifestó a través de instituciones educativas (controladas por la Iglesia), arte y festivales religiosos, periódicos, expediciones científicas, la creación de una dieta nueva y variada, la producción arquitectónica, una rica tradición de leyendas orales y una producción literaria basada en la crónica y en la poesía. En paralelo con la estructura social, los virreinatos españoles en América tenían pocas instituciones educativas para el pueblo en general, pero establecieron desde muy temprano prestigiosas universidades para los españoles y los criollos, los futuros administradores. En Lima, por ejemplo, se fundó la Universidad de San Marcos desde 1552, la cual ha continuado funcionando hasta hoy.

La censura de libros por parte de la Inquisición católica fue más estricta en América, donde estaban prohibidas todas las novelas, incluyendo la famosa obra de Miguel de Cervantes. Por lo tanto, el cultivo literario se concentró en las crónicas históricas y en la poesía. En la práctica, sin embargo, había un contrabando continuo de novelas europeas: se ha descubierto que en 1605, el mismo año en que se publicó El Quijote, había en Cartagena (Colombia) y en Lima numerosos volúmenes de esta obra (¡la ley se acata pero no se cumple!). Además, desde 1535, funcionaban muchas imprentas en las ciudades hispánicas de América. La escritora más famosa de la época colonial, y probablemente una de las mentes más brillantes que produjo el Nuevo Mundo, fue Sor Juana Inés de la Cruz (1651-1695), quien desde niña impresionó a la corte de la Nueva España por sus vastos conocimientos. Esta genial escritora, que se hizo monja para poder cultivar la actividad intelectual sin las restricciones del matrimonio, fue célebre por sus poemas barrocos, villancicos y obras teatrales, así como por su Respuesta a Sor Filotea de la Cruz (1691), que defiende el derecho de las mujeres a la educación.

Fue esta herencia múltiple y contradictoria, llena de posibilidades y limitaciones, la que dio forma a lo que hoy se llama América Latina. Su estética barroca, su diversidad étnica, sus paradojas económicas y sociales, encuentran sus raíces en la historia colonial, en la que las nuevas potencias europeas luchaban por la tierra y el trabajo de indígenas y africanos. En el proceso, tanto América como Europa se transformaron e influenciaron mutuamente, en relaciones verticales en cuanto al poder político y económico, pero horizontales u oblicuas respecto al patrimonio cultural.

Pensamiento y reflexión filosófica en Nicaragua

Pensamiento y reflexión filosófica en Nicaragua
Por Karlos Navarro | Opinión

Si realizamos un pequeño esquema de la trayectoria del pensamiento nicaragüense, podemos constatar que además de ser pocos los intelectuales que se han abocado a la tarea del pensar, son escasas las investigaciones serias que se han realizado entorno a nuestro pensamiento.

Constantin Lascaris, en su libro “Historia de las ideas en Centroamericana”, escribe sobre los pensadores nicaragüenses y menciona a Tomás Ruiz, Rafael Osejo, José Toribio Argüello y Máximo Jerez. A finales del siglo XIX encontramos un fascinante artículo de Rubén Darío sobre “Nietzche”, y el libro “Divino Platón”, del poeta Santiago Argüello”.

En la primera mitad del siglo XX encontramos dos obras que van a tener una gran influencia en el pensamiento nicaragüense: “Reflexiones sobre historia de Nicaragua”, de José Coronel Urtecho, y “El nicaragüense”, de Pablo Antonio Cuadra, quienes de manera separada se preguntan cuál es nuestra identidad, y cuál es nuestro destino como nación. De la primera obra partirá la vertiente filosófica histórica que será cultivada de manera sistemática, a través de múltiples ensayos, por el poeta Álvaro Urtecho y también por Alejandro Serrano.

Los libros “La cultura hispánica” y “Etica marxista”, de Santiago Anitua, y “Filosofía del hombre”, de Juan Bautista Arrien, van a constituir importantes aportes a la reflexión de nuestro país, desde diferentes corrientes filosóficas, en la segunda mitad del siglo XX.

Un importante período de debate y reflexión filosófica serán los años de 1975 a 1980, ya que por medio del suplemento cultural La Prensa Literaria se publican interesantes artículos de Carlos Miranda (“Penuria del pensamiento” y “Consideraciones sobre la filosofía en Nicaragua”), en donde afirma que “el pensamiento que existe en Nicaragua es casi exclusivamente un pensamiento aplicado, modelos importados sin propuesta a nuestra realidad, sin haber pasado por el tamiz de la reflexión crítica.

Una de las misiones del nicaragüense es pensar. En caso contrario, nuestras imitaciones seguirán ofreciendo el sello de lo mediocre y de lo inauténtico. “En un país económico, social y culturalmente subdesarrollado, como el nicaragüense, predomina un pensamiento acrítico, receptivo e inconstante”. Para Carlos Miranda, en Nicaragua se da una mentalidad prelógica, un pensar acrítico, y en este caso, el pensar representa un camino necesario hacia una cultura nuestra.

Otra reflexión importante sobre la filosofía nicaragüense la realiza José Emilio Balladares Cuadra en su ensayo “La filosofía en Nicaragua”, en donde expresa que la “filosofía en Nicaragua más que una ocupación es una preocupación. Otros ensayos filosóficos importantes serán los del Dr. Camilo Vigil Tardón y de Fernando Benavente.

A comienzos de los años noventa, en varias universidades de Nicaragua se instituyó la cátedra del pensamiento latinoamericano e incluso se publicó el libro antológico “Razón e historia del pensamiento latinoamericano”, recopilado por Erwin Silva y Karlos Navarro.

En esos mismos años en la Universidad Centroamericana de El Salvador y Nicaragua, se forma el seminario Zubirí-Ellacuria y se publican los libros “Voluntad de vida” y “Voluntad de arraigo”, en donde se recopilan artículos de algunos pensadores centroamericanos. Asimismo es importante destacar los aportes de Juan Bosco Cuadra en los últimos años.

La importancia del estudio del pensamiento latinoamericano en las universidades y colegios de secundaria radica principalmente en conocer la historia de nuestras ideas y preocupaciones filosóficas y profundizar en nuestras raíces históricas y culturales comunes y particulares. Y, asimismo, dejar de un lado y para siempre la actitud de menosprecio a nuestras propias reflexiones.

Además, el estudio del pensamiento latinoamericano permite conocer la interrelación entre lo general y lo particular, lo global y lo local, lo universal y lo nacional. Igualmente comprender cómo las ideas europeas han adquirido otras connotaciones prácticas a la hora de su aplicación en territorio americano, y cómo han ido evolucionando de manera particular.

Debatir sobre la originalidad y la autenticidad del pensar latinoamericano, al igual que conocer temáticamente los problemas sobre el mestizaje, la identidad, el mito, las cosmovisiones indígenas, el pensamiento colonial, la influencia de las ideas de la Ilustración, el positivismo, el nuevo idealismo y propiamente la filosofía latinoamericana; ayudaría a entender la intrincada y compleja historia de los países latinoamericanos y su particularidad en Centroamérica y propiamente en Nicaragua.

  • Abogado e historiador.

El Salvador 2014: la lucha por la democracia y el enfrentamiento entre el Presidente Funes y el poder oligárquico

El Salvador 2014: la lucha por la democracia y el enfrentamiento entre el Presidente Funes y el poder oligárquico Por Roberto Pineda

El actual e inédito enfrentamiento entre el presidente Funes y sectores del poder oligárquico, en su vertiente comercial importadora responde a la necesidad de las fuerzas democráticas de confirmar su presencia política, independientemente de los claramente previsibles resultados de la segunda ronda presidencial electoral del 9 de marzo, favorable al FMLN. Es el último capitulo de un relato que se extienda hasta las postrimerías del siglo XIX, y a la vez es un enfrentamiento que va a impactar hacia el futuro gobierno y sus políticas públicas.

Las fuerzas democráticas por más de un siglo se han enfrentado al poder oligárquico, y a sus diversas expresiones políticas de derecha, religiosas y laicas, civiles y militares, a la vez que han compartido con las fuerzas revolucionarias los desafíos de construir un país democrático, justo e independiente. Pero a la vez los sectores democráticos han disputado a las fuerzas revolucionarias la conducción del movimiento popular y social, y en la actualidad disputan la conducción de la administración del Estado.

Por lo general las fuerzas democráticas, que representan los intereses de sectores de capas medias, han gravitado alrededor de personalidades, mientras que las fuerzas revolucionarias, que representan los intereses de sectores populares, han girado alrededor de organizaciones. No siempre las relaciones entre fuerzas democráticas y fuerzas revolucionarias han sido armónicas, han existido momentos de tensión e incluso de ruptura.

En diversas ocasiones históricas, las conducciones políticas de uno o ambos sectores han expresado conductas sectarias y aislacionistas y esto ha favorecido por lo general al poder oligárquico y a la derecha. Otras veces se han logrado sellar importantes acuerdos políticos que han permitido avanzar en el proceso de avanzar en la construcción de un régimen político democrático. Estamos en uno de esos momentos, caminamos por el rumbo adecuado.

Las coincidencias programáticas básicas, históricas, actuales, entre fuerzas democráticas y revolucionarias han sido alrededor de la lucha contra el autoritarismo civil y militar y por la democracia, aunque casi siempre han existido diferencias sobre las temáticas vinculadas a la lucha contra la oligarquía, contra el imperialismo y fundamentalmente a la lucha por el socialismo. Hoy coincidimos en la lucha por la democracia y contra la oligarquía, aunque no en la visión antiimperialista y mucho menos en la visión socialista.

Pero es que precisamente las alianzas surgen entre actores sociales diferentes, pero con intereses momentáneos comunes. Hay unidad y hay lucha. Hay coincidencia temporal y diferencia permanente. El interés coyuntural común entre el FMLN y las fuerzas que rodean al presidente Funes y al expresidente Saca es la derrota de la oligarquía y el fortalecimiento de la democracia. Logrado este objetivo la alianza finaliza. Es un matrimonio con fecha de vencimiento.

1. La alianza del Presidente Funes y el FMLN

En el caso del Presidente Funes y el FMLN, es un matrimonio en el que han existido tres momentos claramente diferenciados. El primer momento, que va de principios del año 2007 al 15 de marzo de 2009 es el periodo del noviazgo. Es un momento en el cual se logró construir una gran alianza cívica que logró una amplia movilización popular que permitió derrotar a la derecha en su conjunto, incluyendo PDC, PCN y principalmente a su buque insignia, que había navegado invicto por veinte años, al partido oligárquico ARENA.

Un segundo momento es el de vivir juntos, o sea los primero cuatro años de gobierno en los que en diversas ocasiones se manifestaron diversas contradicciones, que respondían a intereses diversos. Al final el FMLN se dedicó principalmente a la gestión social (educación, salud, transporte) mientras que los Amigos de Mauricio se dedicaron principalmente a la gestión económica. Amplios sectores populares fueron beneficiados y a la vez se favoreció al capital transnacional.

Un tercer momento inicia en septiembre de 2013 cuando el presidente Funes, luego de comprobar el fracaso del proyecto político electoral de la coalición Unidad del expresidente Saca, decide comprometerse en respaldar un nuevo pacto político con el FMLN por la continuidad del proyecto iniciado en 2009. Es en este contexto que se lanza de cabeza a lograr causar el mayor daño y desgaste a sus adversarios políticos de ARENA, ANEP y FUSADES.

Y lo ha logrado, ha sido una campaña sui generis en la cual de nuevo el candidato ha sido el presidente Funes. Y esto tendrá necesariamente consecuencias a futuro. Ya no será esta vez, para este segundo gobierno, exclusivamente la alianza entre FMLN y el Movimiento El Salvador Cambia, sino será también con el partido GANA y el expresidente Saca.

Y no podía ser de otra forma, únicamente una acumulación política mayor a la lograda en 2009 podía garantizar la victoria sobre el poder oligárquico y su partido ARENA, y conste, que en segunda vuelta. No podemos subestimar la fuerza del poder oligárquico y su todavía poderosa influencia ideológica, mediante la iglesia, academia, espectáculos, deporte y medios de comunicación, entre otros. Hablar de la desaparición de ARENA es una ingenuidad que la realidad se encargara de refutar.

El FMLN por su parte, va necesitar de mucha madurez y habilidad para conducir este nuevo barco. Por una parte se va enfrentar a la oposición tenaz del poder oligárquico, el cual bloqueara cualquier esfuerzo que permita el fortalecimiento del proyecto de izquierda y por la otra, al manejo sutil pero contundente, privado pero tajante, tanto de los representantes de Fomilenio II como del Acuerdo de Asociación de la Unión Europea.

Son dos afiladas pinzas que trataran de hundirse en nuestra economía. La próxima definición legislativa acerca de reformas a la Ley de Asocio Público Privado, nos dará las coordenadas básicas acerca del rumbo que tomara este segundo gobierno: el de las concesiones al imperio o el de la defensa de los intereses populares. Acordémonos que el agua esta en la mira del imperio desde hace ya ratos.

El propósito de la derecha será convertir este segundo gobierno del FMLN en un gobierno paralizado e inútil. Y para lograrlo seguramente recurrirán al bloqueo económico y a incursionar en “la calle” como sus correligionarios venezolanos. El propósito de los viejos y nuevos aliados del FMLN e incluso de sectores a su interior, será convertirlo en un gobierno al servicio de las corporaciones y de la emergente burguesía no oligárquica.

El propósito del FMLN será el de administrar sus alianzas políticas para garantizar un crecimiento de la economía junto con el mantenimiento de los programas sociales, pero sin atreverse a impulsar transformaciones estructurales, en una clara visión socialdemócrata de reformas. Eso es lo que han prometido públicamente. Y cuentan para hacerlo con el respaldo de un sector importante de la población. Pero no es un problema de voluntad, sino que al final el resultado dependerá de la correlación de fuerzas, tanto interna como en el mundo. O sea de la influencia de diversos factores.

Entre estos el horizonte internacional. La reciente pérdida electoral por el presidente Correa de Guayaquil y Quito en Ecuador influye. E influye mucho más la continuidad y el desenlace de la situación en Venezuela, en donde la derecha esta en pie de lucha, desafiando en las calles el proyecto popular de Chávez hoy continuado por Maduro. Incluso influye la derrota sufrida por Rusia y particularmente por Putin y el avance de las fuerzas imperialistas y fascistas en Ucrania, lo cual podría incluso modificar las fronteras de Europa. Y seguramente influirán poderosamente los resultados de las próximas elecciones legislativas de otoño en “el Norte revuelto y brutal.”

Y puede, debería también influir el papel de movimiento popular y social en la medida que abandone su actitud conformista y plantee con fuerza en las calles, un claro programa antioligárquico y a la vez antiimperialista, que comprenda el ingreso al Alba, la desdolarización, una firme reforma tributaria, la desprivatización de los fondos de pensiones, de la electricidad y de la telefonía, la defensa del agua, la nacionalización del transporte público, en contra de la minería y a favor de un modelo de desarrollo independiente.

La debilidad y falta de autonomía del movimiento popular afecta fuertemente el rumbo del proceso, permite que sean los aliados de derecha del FMLN los que al final definan las reglas del juego. Pero de nuevo, es un problema no de voluntades, sino de realidades. Y la tarea sigue siendo la de organizar, politizar y movilizar a los sectores populares en al defensa de sus intereses inmediatos y de sus intereses mediatos, la lucha por el socialismo. Y en el cumplimiento de esta tareas, los sectores democráticos juegan un papel destacado, como se comprueba al revisar la historia, lo que hacemos a continuación.

2. Antecedentes históricos.

El conocimiento de los antecedentes históricos de las relaciones entre fuerzas democráticas y revolucionarias y su enfrentamiento con el poder oligárquico, nos permite evitar la desesperación, tan común en nuestras fuerzas influidas por el pensamiento pequeño burgués así como también el acomodamiento, orientado desde sectores de la anteriormente conocida como aristocracia obrera. A continuación haremos un breve recorrido por las diversas estaciones de este enfrentamiento tanto político como ideológico, así como de las diversas relaciones entre sectores democráticos y revolucionarios.

Las primeras décadas del siglo XX

La partida de nacimiento de la oligarquía cafetalera salvadoreña esta asentada en Santa Ana y en Santa Tecla. Surge a mediados del siglo XIX y asume la conducción del Estado a finales de esta centuria. Nace en 1881 con la Ley de extinción de Ejidos. En 1882 con la ley de extinción de Comunidades Indígenas. En 1886 aprueba su propia Constitución de la República. Ideológicamente es un liberalismo autoritario, surgido en las entrañas de las haciendas añileras y las fincas cafetaleras.

Durante la primera década (1900-1910) el enfrentamiento fue entre los sectores más avanzados del liberalismo, incluyendo a sectores de la masonería – la primera logia “Progreso” se funda en 1871-contra las fuerzas oscurantistas del clero y la oligarquía. Durante la segunda década (1910-1920) a nivel de historia de las ideas es un periodo muy fructífero, ya que registramos la aparición del pensamiento marxista,1913 con la publicación de El estado centroamericano del vicentino Sarbelio Navarrete, del pensamiento feminista, con la publicación en el Diario de Occidente de artículos de Prudencia Ayala, del pensamiento anarquista con la aparición del Centro Germinal, lo que motivó la realización de las primeras huelgas de sectores artesanales radicalizados, entre estas la de los sastres, así como del pensamiento unionista, heredero de los ideales de Morazán.

Ya para esta época, en julio de 1918, el pensador reformista Alberto Masferrer, autor de lo que después se llamó la doctrina del minimum-vitalismo, el docente universitario Dr. Salvador Ricardo Merlos y el político y cafetalero Arturo Araujo, fundador luego del Partido Laborista, realizan en Armenia un Congreso Obrero, para influir en este sector.

Presenciamos el aparecimiento de líderes de sectores democráticos, incluso de las filas oligárquicas, como el presidente Manuel Enrique Araujo (1911-1913), que incluso adoptó claras posiciones antiimperialistas, y que fue posteriormente asesinado. También surgen desde la academia los líderes populares, doctores Enrique Córdoba y Miguel Tomas Molina. Esto últimos se enfrentaron a la dictadura civil conocida como la “dinastía de los Meléndez.” Fueron maestros de los dirigentes estudiantiles José Luís Barrientos, Alfonso Luna y Mario Zapata.

En la tercera década (1920-1930) surgen ya sectores revolucionarios, diferenciados de los sectores democráticos, vinculados tanto al anarquismo como al marxismo. A partir de 1925, luego de un prolongado exilio de cinco años en Guatemala, Agustín Farabundo Martí se destaca como el líder de los sectores populares revolucionarios, vinculados a la Federación Regional de Trabajadores Salvadoreños, FRTS, formada en 1924, que aglutinaba a obreros artesanos, campesinos e indígenas y al Socorrro Rojo Internacional. En este periodo las relaciones entre estas dos fuerzas son tirantes. Y es precisamente esta división entre sectores revolucionarios, conducidos por Martí y sectores democráticos dirigidos por Araujo y Masferrer, lo que permite el posterior entronizamiento de una dictadura feroz.

En la cuarta década (1930-1940) surge en marzo de 1930 la organización política de la clase obrera, el Partido Comunista de El Salvador, PCS. En enero de 1931 los sectores democráticos dirigidos por Araujo y Masferrer ganan la presidencia y desplazan a los sectores oligárquicos del gobierno. Ya en el gobierno y en el marco de la crisis provocada por la crisis mundial de 1929, desatan una fuerte represión contra los sectores revolucionarios. En diciembre de 1931 los militares dan un golpe de estado, reprimen a los araujistas mientras los comunistas así como la oligarquía le dan al General Martínez el beneficio de la duda.

En enero de 1932 el PCS participa en elecciones municipales, las cuales son fraudulentas pero permitieron al gobierno identificar la militancia y simpatizantes comunistas. El régimen militar da inicio a una masiva represión en el campo, particularmente en el occidente del país, ante lo cual el PCS llama a la insurrección. Martí es capturado el 19 de enero. La insurrección se realiza el 22 de enero en localidades de Ahuachapan y Sonsonate, pero es rápidamente derrotada. Martí es fusilado, junto con los estudiantes Luna y Zapata.

El régimen militar se consolida mediante una gigantesca matanza de campesinos indígenas, con la participación ya de una agradecida oligarquía convertida en Guardia Cívica. La oligarquía entonces le permite a Martínez y a los militares gobernar el país y se retira a administrar sus negocios. Luego de enero de 1932 y durante toda esta década tanto sectores democráticos como revolucionarios vivieron en la clandestinidad de la derrota, mientras el General Martínez formó el partido Pro Patria para consolidarse en el poder.

En la quinta década (1940-1950) al calor de la lucha internacional contra el nazifascismo se reorganizaron tanto sectores democráticos como revolucionarios. Y también se organizaron bajo el visto favorable del General Martínez las comunidades alemanas e italianas, en movimientos locales de apoyo a los gobiernos del Duce y del Fuhrer. Pero el ataque en l941 a Pearl Harbor obligó a Martínez a alinearse con Estados Unidos y permitir expresiones populares de apoyo a los aliados, que rápidamente se convirtieron en expresiones contra la misma dictadura militar martinista.

Los sectores democráticos civiles en alianza con algunos sectores de la oligarquía se nuclearon en el movimiento político Acción Democrática, y establecieron relaciones con sectores universitarios, e incluso con sectores democráticos al interior del ejército. Los sectores revolucionarios eran muy débiles.

El 2 de abril de 1944 se produce un golpe de estado de estos sectores democráticos, que fracasa. Martínez desencadena una fuerte represión que incluye el fusilamiento de civiles y militares, lo que provoca el repudio popular. La represión martinista incluye el ametrallamiento del periodista Jorge Pinto padre, que se encontraba en una celda de la Policía Nacional mientras el Dr. Arturo Romero fue capturado en la frontera y macheteado en la cara. El 1 de mayo se convoca a una huelga general “de brazos caídos”. El 8 de mayo se logra el derrocamiento del dictador, pero no de la dictadura. Se abre un periodo de apertura democrática. Los comunistas salen a la calle y regresan líderes comunistas exilados.

Los sectores democráticos se aglutinan alrededor de la figura del Dr. Arturo Romero, el “hombre símbolo” y el Partido Unión Democrática, que logra un impresionante arrastre popular, sus colores eran el rojo y el blanco. Los comunistas alrededor del Dr. Alejandro Dagoberto Marroquín y la Unión Nacional de Trabajadores, UNT. Hay diversos niveles de cooperación, pero a la vez hay conflictos, recelos, disputas.

El 21 de octubre la dictadura da un contragolpe. De nuevo la represión tanto contra fuerzas democráticas como contra fuerzas revolucionarias, la cárcel, el exilio. Luego en diciembre de 1948 fuerzas democráticas civiles y militares dan un golpe de estado. Y para consolidarse y mostrar sus credenciales ante Estados Unidos y la oligarquía, despliegan un ataque represivo contra el movimiento obrero y los comunistas del PCS. Gradualmente se van derechizando hasta convertirse en nueva expresión de la vieja dictadura militar.

A mediados del siglo XX

En la sexta década (1950-1960) durante la primera mitad continúa la represión contra los sectores populares y revolucionarios y la alianza entre sectores democráticos y sectores del poder oligárquico. En 1950 al ser prohibido la entrada del Dr. Romero al país, la oposición selecciona al militar demócrata Coronel José Asensio Menéndez que se enfrenta electoralmente con el Partido Acción Renovadora, PAR, al coronel golpista Oscar Osorio y su partido PRUD, pero es derrotado.

En 1952 sectores democráticos logran conquistar la conducción de AGEUS con el entonces bachiller René Fortín Magaña. El 2 de abril de 1955 Jorge Pinto hijo funda el periódico de oposición El Independiente. En 1956 Roberto Edmundo Canessa, cafetalero de Santiago de María, forma el Partido de Acción Nacional, PAN, y se enfrenta al coronel José María Lemus del PRUD pero también es derrotado. Posteriormente en 1961 Canessa sería capturado y muere de la golpiza que recibió en la cárcel.

En 1956 la dictadura militar permitió el regreso de los exilados de 1952, en su mayoría comunistas. Esto vino a fortalecer al movimiento popular, el cual se expresaba en la CGTS, AGEUS y el Frente Nacional de Orientación Cívica. El dictador Lemus se lanza al camino de la represión y la respuesta popular crece. En 1959 asume la rectoría de la UES el Dr. Napoleón Rodríguez y juega papel destacado en el movimiento opositor a la dictadura. En octubre de 1960 sectores democráticos civiles y militares dan un golpe de estado. Se abre un periodo de apertura democrática. Los doctores René Fortín Magaña y Fabio Castillo forman parte de la Junta de Gobierno. En enero de 1961, igual que en 1944, viene el contragolpe derechista pro oligárquico.

En la séptima década (1960-1970) los sectores democráticos y revolucionarios se van consolidando y entran en disputa por los sectores populares. En 1960 el PAR con su candidato Dr. Gabriel Piloña Araujo le arrebatan la Alcaldía de San Salvador al PRUD. Se forma en 1960 el Partido Demócrata Cristiano, entre otros por los abogados Abraham Rodríguez y Roberto Lara Velado, y es conducido luego por el Ing. José Napoleón Duarte, que gana la Alcaldía de San Salvador, y que tiene un gran arrastre popular. A nivel de las fuerzas revolucionarias, el PCS impulsa la creación en 1961 del FUAR, con una visión de lucha armada insurreccionalista, influenciada por la Revolución Cubana.

En 1965 se fortalece el movimiento sindical con la fundación de la FUSS y FESTIAVTCES. En 1968 se realiza la primera huelga magisterial de ANDES 21 de Junio, arrebatando a este sector del control del PRUD y luego del PCN. Y a nivel político, se desarrolla en 1966-1967 la campaña presidencial del PAR Nueva Línea llevando como candidato al Dr. Fabio Castillo, exrector de la UES. Por primera vez desde el 32, el PCS –aunque de manera clandestina- participaba en una campaña electoral.

En la octava década (1970-1980) a nivel de fuerzas democráticas estas se unifican en una gran alianza conocida como Unión Nacional Opositora, UNO, integrada por democratacristianos (PDC), socialdemócratas (MNR) y comunistas(UDN), y se enfrentan en 1972 electoralmente a la dictadura militar llevando como candidato al Ing. José Napoleón Duarte. Logran derrotar al PCN y la dictadura militar recurre al fraude masivo. Frente a esto, sectores democráticos militares, dirigidos por el Coronel Benjamín Mejía, dan un golpe de estado que fracasa. Falto coordinación entre los sectores civiles y militares, y contactos con el movimiento popular.

En febrero de 1977 la UNO llevando como candidato al coronel Ernesto Claramount Roseville vuelve a derrotar electoralmente a la dictadura, la que responde con fraude y represión. En marzo de 1977 es nombrado en la Iglesia Católica un arzobispo, Monseñor Oscar Arnulfo Romero que se convertiría en una respetada personalidad democrática. En 1978 los sectores democráticos aglutinados en la UNO conforman una nueva alianza más amplia, el Foro Popular.

En 1979 sectores democráticos militares conducidos por el Coronal Adolfo Majano dan un nuevo golpe de estado, y se crea una Junta de Gobierno, con participación del Foro Popular, mediante la presencia del Dr. Guillermo Manuel Ungo. Pero la derecha logra apoderarse de este proyecto lo que provoca la renuncia de Ungo en enero de 1980 a la Junta de Gobierno y Majano es desplazado en agosto de ese mismo año.

A nivel de fuerzas revolucionarias se da otro desarrollo durante esta década que inicialmente es polarizante pero finalmente resulta convergente. Surgen las organizaciones político-militares, con una táctica de guerrilla urbana y luego vinculadas a estas, surgen las organizaciones populares de masas, que adquieren una gran capacidad de movilización y de resistencia frente a la dictadura militar.

En abril de 1970 el PCS se divide y surge lo que luego serían las FPL, dirigidas por Salvador Cayetano Carpio.En marzo de 1972 surge el ERP, dirigido por Alejandro Rivas Mira. En mayo de 1975 la RN, dirigida por Ernesto Jovel. En enero de 1976 surge el PRTC dirigido por el Dr. Fabio Castillo. En 1974 el sector de la RN todavía dentro del ERP impulsa la creación del primer frente de masas llamado FAPU, en 1975 las FPL forman el BPR, en 1978 el ERP forman las LP-28. En 1979 el PRTC creo el MLP. En diciembre de 1979 y fuertemente influenciados por el triunfo de la revolución sandinista en Nicaragua, se inicia un proceso de unidad entre dos de estas organizaciones, las FPL y la RN, y el Partido Comunista, dirigido por Schafik Handal.

A finales del siglo XX

En la novena década (1980-1990) en enero de 1980 se crea la Coordinadora Revolucionaria de Masas, CRM integrada por el FAPU, BPR, LP-28 y el partido UDN. Posteriormente se integra el MLP. El 22 de enero la CRM convoca a una gigantesca demostración popular, que es reprimida. En mayo de 1980 se integra el ERP al proceso unitario de la izquierda, y en diciembre el PRTC. En octubre de 1980 se constituye el Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional, FMLN y en los sectores populares se espera el llamado a la insurrección.

A nivel de sectores democráticos, en enero de 1980 se decide retirarse como Foro Popular de la Junta de Gobierno y se crea en febrero el Frente Democrático, el cual se unifica en abril de ese año con la CRM, creando el Frente Democrático Revolucionario, FDR. El PDC, que pertenecía al Foro Popular decide mantenerse en la Junta de Gobierno y posteriormente realizaría una fatídica alianza con la Fuerza Armada, y con el Gobierno Norteamericano, mediante la cual el Ing. José Napoleón Duarte asume la conducción del gobierno. En 1984 Duarte gana las elecciones presidenciales al partido oligárquico ARENA.

El régimen anuncia en marzo de 1980 la realización de la reforma agraria, nacionalización de la banca y del comercio exterior, puntos principales de la plataforma del Foro Popular. El propósito era quitarle banderas a la izquierda. Pero lo hace en el marco de una ofensiva represiva gubernamental y del poder oligárquico, que incluyó el asesinato de Monseñor Romero. Duarte presenta la tesis que se enfrenta a dos extremas: la ultraderecha dirigida por Roberto DAubuisson y la ultraizquierda.

No obstante lo anterior, estas reformas modifican, cambian radicalmente la estructura económica del país y golpean fuertemente a los sectores oligárquicos. Cien años después de las reformas de 1880 se realizan las reformas estructurales de 1980, y en un contexto de lucha de contra insurgencia. La oligarquía se debilita.

El FMLN por su parte logra hasta enero de 1981 desplegar su ofensiva “final” que no logra el objetivo de conquistar el poder, pero que si marca el inicio de una larga guerra que duraría doce años, durante la cual el FMLN se convierte en un ejército popular y logra mantenerse militarmente en el norte del país. Cincuenta años después de enero de 1932, la izquierda de nuevo hoy como FMLN estaba en pie de guerra y esta vez no sería derrotada aunque tampoco conquistaría la victoria.

En 1984 se inicia en la población de La Palma, Chalatenango, un proceso de dialogo y negociación entre el FMLN y el GOES que concluiría en 1992 con un acuerdo de paz. Se inicia dialogando con el presidente Duarte del PDC y se concluye negociando con el presidente Cristiani de ARENA. En 1989 el FMLN lanza una segunda ofensiva “final al tope” la cual de nuevo no logra su propósito de hacerse del poder pero si logra acercar la salida política al conflicto armado.

En el marco de esta ofensiva, es asesinado el pensador jesuita, rector de la UCA de origen español, Ignacio Ellacuría, quien desde algunos sectores democráticos planteaba la tesis de “una tercera vía.”Asimismo en marzo de 1989 el partido ARENA, representante del poder oligárquico, logra la presidencia. Habían pasado casi sesenta años desde la última vez que administraron directamente el estado.

En las elecciones presidenciales de 1989 participaron fuerzas democráticas por medio de la coalición Convergencia Democrática, formada en 1988 por los partidos MPSC, MNR, ambos fundadores del FDR en abril de 1980 y desde el que mantuvieron una alianza con el FMLN hasta 1988 y el recién creado PSD dirigido por el Dr. Reni Roldan. Posteriormente se sumó el UDN, expresión legal del PCS. Llevaron como candidato presidencial en esa ocasión al socialdemócrata Dr. Guillermo Manuel Ungo.

En 1999 la Convergencia Democrática se convirtió en Centro Democrático Unido, CDU y finalmente en 2005 en partido Cambio Democrático. Apoyaron al FMLN en 2009 y formaron parte del gobierno del presidente Funes. Pero para estas elecciones del 2014 no están apoyando a ningún partido.

En la décima década (1990-2000) en enero de 1992 se firman los Acuerdos de Paz entre el FMLN y el GOES que constituyen una profunda reforma política que resolvió el problema del militarismo y abrió las puertas para el inicio de un proceso democrático que lleva ya 22 años. Los Acuerdos de Paz desmilitarizaron y democratizaron la sociedad. Pero no resolvieron el problema de la pobreza y la injusticia estructural.

En 1994 el FMLN participa por primera vez en unas elecciones presidenciales llevando como candidato a la presidencia al democristiano Dr. Rubén Zamora, del ahora partido Convergencia Democrática. Y como candidato a la vicepresidencia al empresario Francisco Lima. Se enfrentaron a Armando Calderón Sol de ARENA y perdieron en segunda vuelta. Ese año el FMLN se divide y abandonan el partido sectores vinculados al ERP y la RN que crean el Partido Demócrata y se definen como socialdemócratas.

En 1997 las fuerzas democráticas aglutinadas en la CD, en alianza con el FMLN, llevan como candidato a Alcalde por San Salvador al democristiano Héctor Silva, gana y gobierna por dos periodos. En 1999 el FMLN lleva como candidato a la presidencia al excomandante guerrillero Facundo Guardado, quien es derrotado por el candidato de ARENA, Francisco Flores.

En la décimo primera década (2000-2010) en 2004 fuerzas democráticas y fuerzas revolucionarias coincidieron en apoyar la candidatura de Shafik Handal para la presidencia. No obstante que alcanzó los 800,000 votos fue derrotado por el candidato de ARENA, Antonio Saca. En el 2009 la candidatura del periodista Mauricio Funes logró por vez primera convocar a sectores democráticos y revolucionarios y desplazar a la derecha del ejecutivo. La izquierda, ochenta años después de su nacimiento en 1930, llegaba al gobierno. Como Vicepresidente asume el dirigente histórico del FMLN, Salvador Sánchez Ceren. Como Ministro de Economía asume el dirigente del CD, Héctor Dada Irezi. Esta victoria del 2009 provoca un crítico debilitamiento de ARENA.

En estos primeros cuatro años de la décimo segunda década (2010-2014) el FMLN en las elecciones presidenciales del 2014, llevando como candidato a la presidencia a Salvador Sánchez Ceren, logra imponerse en primera vuelta con una diferencia de diez puntos sobre ARENA. El Presidente Funes y su esposa Vanda juegan un papel destacado en la campaña, que es acompañada esta vez por sectores democráticos del Movimiento El Salvador Cambia. Y el FMLN ya para a segunda vuelta, hace un llamado a las fuerzas representadas por el expresidente Antonio Saca a incorporarse a este esfuerzo, por garantizar la continuidad del proyecto iniciado en marzo de 2009.

Concluimos este breve recorrido histórico confirmando el principio ampliamente comprobado que los principales avances han sido posibles en la medida que las fuerzas democráticas y revolucionarias han construido alianzas fuertes y por el contrario, el aislamiento y la derrota acompañan a las fuerzas revolucionarias cuando estas se separan de sus aliados. El Salvador vencerá.

San Salvador, 27 de febrero de 2014

Ante la primera victoria electoral, el FMLN debe confiar en la fuerza del pueblo salvadoreño y no entrar en alianzas con la burguesía

El gobierno de Funes y la necesidad de profundizar los cambios

Hace 5 años el pueblo se volcó a las urnas a dar el triunfo a un gobierno con el que aspiraban a acabar con la pesadilla arenera y a realizar los cambios para vivir en un mejor El Salvador, desterrando males como el hambre y la violencia. Pero el nuevo gobierno estableció una alianza entre empresarios y trabajadores. El gobierno de Funes se ha visto presionado tanto por unos como por otros.

Es verdad que la situación no era simple, Arena dejó al país y al Estado en la bancarrota y con una enorme deuda. En condiciones así, sino se aplicaban medidas revolucionarias se tenía que hacer concesiones. El gobierno ha tenido que recurrir al endeudamiento y con ello funcionar y realizar programas sociales. Durante el debate electoral que se trasmitió en vivo en los medios de comunicación, el presentador daba el dato de que la deuda actual es el triple que en el 2008, llegando a 14 mil millones de dólares. Claro que quienes prestan el dinero ponen condiciones que impiden que el cambio realmente acabe con la explotación y la desigualdad, pues eso significaría atentar contra los intereses de la oligarquía y el imperialismo.

El mismo gobierno de Funes, aunque ante la oposición del FMLN, mandó tropas a apoyar la guerra de EEUU en Afganistán. Pero también abrió relaciones formales con los gobiernos de izquierda de América Latina, por primera vez se ha instalado una embajada de Cuba en El Salvador desde el triunfo de la revolución de 1959. Esto demuestra las presiones de uno y otro lado.

Ha habido programas muy buenos como el de los uniformes y alimentos para los niños que cursan el nivel básico de estudio. Cuando se vive al día estas son grandes conquistas. En el sector salud mientras que antes se destinaba 350 millones de dólares del gasto social, este gobierno ahora destina 650 millones. Se han eliminado cuotas en salud y creado centros de atención integral para las mujeres en 5 departamentos. Sánchez Cerén plantea profundizar estos programas, llevar Ciudad Mujer a los departamentos que aún no cuentan con este servicio, aumentar el presupuesto a educación de 3.4 a 6%, aumentar los salarios, etc.

Es necesario un auténtico programa socialista

El gran problema que hay en El Salvador es que existe una oligarquía rapaz, fiel sirviente de los imperialistas, que mantiene al pueblo en la mayor miseria. Los niveles de explotación son enormes. Cuando la clase obrera y campesina ha despertado a la lucha siempre se le ha combatido con la violencia más brutal. Nuestra historia está plagada de masacres. Esta polarización de clases llevó a una Guerra Civil que se extendió por 12 años. Se consiguió acabar con la dictadura militar, pero no eliminar al sistema capitalista que ha provocado estas atrocidades. La tarea de llevar adelante la revolución socialista en El Salvador sigue pendiente. Mientras no se acabe con los privilegios de la oligarquía solo se conseguirán migajas para el pueblo.

La burguesía ni siquiera está dispuesta a pagar impuestos. Sánchez Cerén ha planteado que las reglas del juego no cambiarán y se esfuerza por mostrar que El Salvador presenta las suficientes garantías para que los capitalistas inviertan. Habla de la necesidad de aumentar la productividad, de que los trabajadores se esfuercen en trabajar más y exhorta a los empresarios a aumentarles sus salarios. Valdría la pena releer los textos básicos de Marx y recordar el ABC del funcionamiento de este sistema, que busca la mayor extracción de plusvalía, es decir que hay una lucha constante de los capitalistas por mantener en el más bajo nivel los salarios para aumentar sus ganancias. Lo que en realidad se debería de hacer es tener una posición clara a favor de la clase obrera y del resto del pueblo salvadoreño.

Se puede argumentar que no hay una correlación de fuerzas favorables, pero si el gobierno de izquierda toma medidas más sustanciales a favor de los trabajadores, estos lucharán por defenderlo de los ataques y por profundizar aún más el proceso. Decretar un aumento al salario mínimo de 300 dólares mensuales sin duda que levantaría gran apoyo, a la par se debería fortalecer las organizaciones de los trabajadores profundizando la sindicalización, pero esto solo debería ser el inicio. El nuevo gobierno debe apoyarse en la fuerza organizada de los trabajadores y con ello avanzar en leyes que nos favorezcan, imponer altos impuestos a los empresarios y expropiar las empresas de quienes evadan al fisco poniéndolas a funcionar bajo control obrero y propiedad estatal. Esto podría demostrar en la práctica que es posible el funcionamiento de la economía sin necesidad de los parásitos capitalistas.

A la larga solo si se consigue la expropiación de las grandes concentraciones de tierras, de las grandes industrias y la banca y el establecimiento de una economía planificada se podrá salir del actual caos, de lo contrario solo se administrará a un capitalismo en ruinas, incapaz de solucionar de fondo los problemas de las amplias masas empobrecidas.

Se puede argumentar que estas medidas llevarían a ataques de los imperialistas, quienes cortarán el apoyo económico. Esto es verdad, pero la clase trabajadora solo puede confiar en sus propias fuerzas y en las de sus hermanos de clase a nivel internacional. El establecimiento de una economía socialista eliminaría el desempleo y sentaría las bases para erradicar de una vez por todas las lacras del hambre, explotación y violencia. Esto sería un ejemplo a seguir y podría reanimar a la revolución venezolana y latinoamericana en un primer momento, quienes seguirían nuestro ejemplo, pero en la actual situación una revolución socialista triunfante, incluso en un pequeño país como El Salvador podría ser el ejemplo para la revolución a nivel internacional. Ahora la revolución no va de un país a otro sino de un continente a otro.

Se puede también argumentar que la revolución socialista no está a la orden del día ahora, porque primero se necesita el establecimiento de una democracia más plena y el desarrollo de la industria, que la etapa actual es el de la revolución democrática rumbo al socialismo. Pero la burguesía ya ha tenido 200 años para cumplir estas tareas y no lo han hecho. ¿Lo harán ahora? ¿Basta con exhortarlos para que inviertan en el desarrollo del país? Esto va en contra de la realidad histórica, en Rusia en 1917 o en Cuba en 1959, fueron los trabajadores en el poder quienes llevaron adelante estas tareas bajo el establecimiento de economías planificadas. La clase trabajadora solo puede confiar en su propia fuerza y en nadie más.

¿Gobierno de unidad nacional o gobierno de los trabajadores?

El FMLN tenía preparado un gran festejo en el redondel Masferrer en la noche del 2 de febrero, al final al no alcanzar más del 50% se desmovilizó a la militancia, aun así algunos miles se congregaron y varios dirigentes del FMLN tomaron la palabra. Finalmente llegó la fórmula presidencial. Las primeras palabras de Sánchez Cerén fueron. “Schafik, lo logramos”, luego para no dejar paso a dudas pregunto a los asistentes. “¿Quién ganó las elecciones? ¿Qué partido es el que ha triunfado? El FMLN”. Hace 5 años se dijo que fue gracias a la alianza con Mauricio Funes que se pudo ganar. Muchos militantes han esperado el tener un gobierno claramente efemelenista para ahora sí, llevar adelante cambios profundos.

Pero el ex comandante Leonel continuó su discurso diciendo que ese triunfo era también posible gracias a las fuerzas que lo apoyaron, como los empresarios. Un militante desde abajo lo interrumpió y después de tartamudear un poco, Cerén dijo también: Claro que es gracias al apoyo de los obreros y campesinos, ustedes han estado desde el principio, han estado siempre con nosotros.

Pero sin quitar el dedo del renglón dijo que su gobierno sería incluyente y sumaría a las distintas fuerzas políticas que lo apoyaron. Este será un gobierno de unidad nacional, dijo. Querer conciliar los intereses de la clase obrera y la burguesía es como querer mezclar el agua con el aceite. No necesitamos un nuevo gobierno de conciliación de clase, mucho menos cuando ha quedado claro que ha sido el partido de los trabajadores quien consiguió la victoria, lo que se requiere en un gobierno obrero a favor de las amplias masas de trabajadores, campesinos, desempleados, amas de casa, estudiantes, clase media…

Confiar en la fuerza del pueblo trabajador para ganar el 9 de marzo

En su discursó en el Masferrer dijo lo que minutos antes había revelado en conferencia de prensa, que el candidato de Unidad, Elías Antonio Saca, le había llamado para felicitarle. Dijo que pedirían su apoyo y que por supuesto que ellos también estarían incluidos en el nuevo gobierno. Todo mundo sabemos bien quien es Antonio Saca, ¿Lo queremos incluido en el gobierno? ¿La presencia de los partidos burgueses de Unidad en el gobierno beneficiará al pueblo salvadoreño o obstaculizará los cambios?

La dirección del FMLN debe confiar en la fuerza de los obreros y campesinos salvadoreños, ellos saben bien que este es un pueblo revolucionario que ha respondido favorablemente en los momentos más duros de la lucha. Después de unas elecciones tan victoriosas como las pasadas, donde además Arena está en crisis ¿Por qué no confiar en que se les puede volver a derrotar sin ayuda de nuestros viejos enemigos? Por supuesto que debemos buscar el apoyo de los electores de Unidad e incluso de aquellos trabajadores confundidos que han votado por Arena, pero eso se consigue no por acuerdos cupulares, sino demostrándoles a ellos que este gobierno va a realizar los cambios profundos que necesitan. Los discursos de conciliación con los empresarios en vez de ayudar confunden a los trabajadores. Lo que le falta a la campaña del FMLN es un auténtico programa socialista que explique cómo resolverá los problemas concretos y más sentidos del pueblo salvadoreño. Debe demostrar que está dispuesto a ir hasta el final y la clase obrera responderá en consecuencia.

Los partidos que conforman Unidad se venderán a quien les ofrezca más garantías, si se llegase a concretar la unidad de algunos de ellos con el FMLN solo pondrán más obstáculos en el futuro para profundizar los cambios. Por eso debemos oponernos firmemente a una alianza sin principios con ellos. Nuestra alianza debe ser con las organizaciones sindicales, con las organizaciones sociales, estudiantiles y campesinas.

El regreso de Arena sería una pesadilla para las masas y no debemos permitir que esto pase. La perspectiva más probable del 9 de marzo será un nuevo triunfo del FMLN. Debido a la actual política de la dirección, este gobierno seguirá bajo presiones de dos fuegos, es deber de los militantes del FMLN y del pueblo salvadoreño velar porque se aplique un programa claramente a favor de los trabajadores, un programa socialista. Estos enormes avances del FMLN son producto de una larga trayectoria de lucha, detrás de nosotros han quedado miles de compañeros caídos. Por estos caídos juramos vencer, pero vencer significa acabar de una vez por todas con el sistema capitalista de explotación y materializar la revolución socialista. El FMLN en el gobierno no debe olvidar estos ideales, no debe adaptarse al sistema sino seguir luchando por su derrocamiento.

Reflexiones de Fespad sobre prohibición a funcionarios sobre participar en política electoral

Reflexiones de Fespad sobre prohibición a funcionarios sobre participar en política electoral
febrero 14, 2014 Voces Comentar
Publicado en: Actualidad, Comunicados

ACTUALIDAD – POLÍTICASBLICAS

San Salvador, febrero 2014

El 24 de enero de 2014 la Sala de lo Constitucional emitió una resolución admitiendo la demanda de inconstitucionalidad1 presentada contra el Decreto Ejecutivo Nº 181 de 20 de noviembre de 2013 2, por el cual, bajo determinadas condiciones, se autorizó a los empleados y funcionarios públicos a participar en la campaña electoral. La admisión lleva consigo la medida cautelar de suspensión de la aplicación del artículo 1 inciso 2º del Decreto Ejecutivo impugnado, en el sentido de que: ningún funcionario público, sin excepción alguna podrá ampararse en tal disposición para participar en actividades relacionadas con la política partidista, PREVALIÉNDOSE DEL CARGOBLICO, especialmente en lo que se refiere a actividades de campaña proselitista; con base en esta decisión, todo funcionario debe abstenerse de realizar actividades político partidarias que tiendan a favorecer o perjudicar a cualquiera de los candidatos o partidos que participarán en las elecciones presidenciales del presente año.

Posteriormente, la Sala en uso de sus facultades constitucionales, por medio de la resolución 10-02-

2014, aclara el alcance de la medida cautelar aplicada en la resolución 24-01-14, lo que viene a ser el desarrollo de la resolución inicial, y resuelve:

“Por tanto, en forma preliminar y provisional, en ejercicio de su competencia y para garantizar la eficacia o prevenir el incumplimiento de la medida cautelar aplicada, esta Sala aclara que dicha medida consiste en una prohibición u orden de abstención, por cualquier funcionario o empleado público, sin excepción alguna, de conductas que impliquen aprovecharse del cargo para realizar política partidista, de manera directa o indirecta.” Y a continuación enumera las conductas que quedan comprendidas dentro del concepto.

De las resoluciones en comento se pueden extraer las conclusiones siguientes:

La medida cautelar ordenada por la Sala es de obligatorio cumplimiento para cualquier funcionario o empleado público, sin excepción alguna, quienes deberán abstenerse de conductas que impliquen aprovecharse del cargo para realizar política partidista, de manera directa o indirecta.

Es importante denotar que la médula de la medida cautelar, en apego a lo que manda la Constitución, es prevalerse del cargo en actividades relacionadas con la política partidista; es una prohibición u orden de abstención por cualquier funcionario o empleado público, sin excepción alguna, de conductas que impliquen aprovecharse del cargo para realizar política partidista, de manera directa o indirecta. Lo que a nuestro parecer es atinado, está resuelto en total apego a los mandatos constitucionales contenidos en el artículo 218 Cn. El respeto a este mandato constitucional ha sido una demanda ciudadana histórica3, siempre ignorada y hasta ahora resuelta, y es claro que muchos funcionarios, en especial los del primer nivel, quedan obligados por esta prohibición.

El inconveniente es que la resolución de la Sala, ha llegado a un extremo tal, que lo único que le ha faltado, es prohibir a los empleados y funcionarios públicos, su derecho a emitir el sufragio; parecería que les ha ubicado ante la disyuntiva de ser ciudadanos con derechos políticos o empleados- funcionarios públicos. Resulta muy grave que en ninguna parte de las resoluciones se hace relación a la colisión de derechos constitucionales que estas resoluciones plantean.

Por lo tanto, se está generando la posibilidad de sancionar a partir de pautas poco concretas y conceptos jurídicos indeterminados que podrían dar lugar a violación de derechos humanos de las y los funcionarios y empleados públicos, a partir de sanciones administrativas o judiciales, en aplicación del Código Electoral e incluso, se abre la posibilidad, de la aplicación del Código Penal.

Las actuaciones que quedan comprendidas en la prohibición según enumeración de la resolución aclaratoria de la Sala son:

a.- Vincular, directa o indirectamente, las acciones y los resultados de sus funciones, con los principios, la doctrina o la oferta electoral de un partido político o de un candidato determinado.

b.- Aprovechar la relevancia social y el tratamiento informativo de sus funciones públicas para expresar sus preferencias electorales o para producir, de manera objetiva, una ventaja o beneficio a alguna de las ofertas políticas en competencia durante un proceso electoral;

c.- Utilizar la autoridad, influencia o condición institucional de su cargo para favorecer a un partido político o a un candidato a un cargo político en contienda;

A nuestro juicio, a, b y c contienen prohibiciones que nada más pueden ser aplicables a funcionarios o empleados que por su jerarquía, su responsabilidad, acceso a la información institucional o su exposición mediática, “arrastran con ellos el cargo público”, no puede ser aplicable a todos los funcionarios y empleados públicos, en su mayoría los hay entre ellos, quienes por la propia naturaleza de su cargo no tienen la posibilidad de hacer la vinculación, ni el aprovechamiento, ni la utilización, sugeridas.

d.- Asistir, acompañar o participar, de cualquier modo, en actividades político-partidarias que constituyan objetivamente una forma de apoyo, vínculo o reconocimiento hacia un partido político, sus integrantes o sus propuestas electorales;

e.- Solicitar o requerir, directa o indirectamente, al personal a su cargo o a compañeros de trabajo, cualquier tipo de apoyo, reconocimiento o adhesión para un partido político o un candidato determinado;

Si bien en el texto de los literales d y e las prohibiciones están expresada de manera general, éstas deben entenderse que son aplicables a aquellos funcionarios y empleados públicos cuyas “conductas impliquen aprovecharse del cargo para realizar política partidista de manera directa o indirecta…” (el entrecomillado es copia textual de la resolución). Entendido de otra manera, esto trae consigo graves violaciones al núcleo de las libertades individuales, que tienen rango constitucional y están reconocidos en Tratados Internacionales que son leyes de la República.

f.- Aprovecharse de un permiso o licencia para hacer campaña política partidista, en fraude a la Constitución.

No obstante de tener certeza que el literal f tiene dedicatoria con nombre y apellido, nos parece que es válido el análisis, en cuanto y en tanto, la persona con permiso o licencia sea de esos funcionarios, que como antes se dijo “arrastran con su persona al cargo público y sus logros dentro del mismo”. Su sola presencia en una actividad partidaria hace presente su calidad de funcionario o empleado público.

Debe tomarse nota, que previo a la enumeración de las actuaciones comprendidas en la prohibición, la Sala dice: “… comprendiéndose dentro de tal concepto, actuaciones que enumera como las siguientes”. Ese como dice que la enumeración no está cerrada, está planteada nada más a manera de ejemplo, dejando a criterio del juzgador (en este caso del Tribunal Supremo Electoral, o la Fiscalía General de la República) el poder incorporar otras conductas. Lo cual es absolutamente gravoso, pues hay suficiente jurisprudencia y doctrina jurídica en el sentido que, regulaciones referidas a la imposición de sanciones no pueden dejar posibles tipos abiertos, como es el caso.

Por otro lado, existe una peligrosa autorización a los funcionarios que son aspirantes a un cargo de elección popular: en el número 3 de la resolución aclarativa, se lee textualmente: “con base en esa misma perspectiva de conjunto o de coherencia normativa antes referida, tomando en consideración lo dispuesto en los arts. 72 ord. 3º. y 81 Cn., se reconoce que la prohibición de prevalerse de la condición de funcionario o empleado público para hacer política partidista no se aplica a los propios candidatos o aspirantes a un cargo de elección popular, en el contexto específico de la campaña electoral respectiva, pues únicamente respecto de ellos, las disposiciones constitucionales antes citadas contienen un permiso o autorización específica que descarta o excluye el supuesto de infracción al art. 218 Cn.”

Es muy delicada la valoración de la Honorable Sala, pues autorizar a los funcionarios en las circunstancias dichas “a prevalerse de la condición de funcionarios para hacer política partidista” abre la puerta a autorizar incluso el uso de fondos y recursos públicos al servicio de las campañas electorales; esto ha sido así en la historia electoral de El Salvador, el gobernante de turno ha puesto al servicio de los candidatos oficialistas, todo el aparato de Estado al servicio de su campaña electoral, en total violación al art. 218 Cn.; con esta resolución se legitiman acciones arbitrarias de los funcionarios públicos. Nada más basta revisar los archivos históricos, narrativos, como financieros, para comprender la gravedad de esta autorización. En todo caso, la autorización debe ir a que estas personas en las circunstancias dichas, no tienen prohibición para hacer y participar en campañas electorales.

Sobre las resoluciones y la violación a derechos civiles, políticos y sociales.

No obstante reconocer que en principio la resolución es buena, en tanto limita la histórica arbitrariedad de los funcionarios públicos, prevaliéndose de sus cargos al servicio de un partido político determinado, es innegable que, los términos ambiguos, confusos y contradictorios en los que está redactada la resolución se ha prestado para que personas y entidades interesadas, estén abogando porque esta resolución sea de aplicación universal para todas y todos los funcionarios y empleados públicos; pero lo que es peor, se podría prestar para que sectores interesados magnifiquen los alcances de la resolución, y lo que es más grave, hasta podrían llevar a que en casos concretos, la entidad responsable de hacer valer la resolución, promueva situaciones de aplicaciones subjetivas orientadas a afectar casos particulares.

Es de tomar en cuenta, que esta aplicación universal a que podrían llevar interpretaciones interesadas de la resolución de la Sala, entra en colisión con derechos fundamentales de las personas, en materia de derechos civiles, políticos y sociales, consagrados en la Constitución nacional, en el Pacto de Derechos Civiles y Políticos4 así como en la Convención Americana de Derechos Humanos5

De acuerdo a valoraciones preliminares del señor Procurador para la Defensa de los Derechos Humanos, por lo menos se estarían violentando: Derechos políticos, laborales, derechos contenidos en el núcleo de las libertades individuales, así como garantías del debido proceso.

En consideración al análisis anterior, la Honorable Sala de lo Constitucional de la Corte Suprema de Justicia, en aras de su independencia, imparcialidad y del total respeto a los mandatos constitucionales y fundamentalmente a los derechos humanos de las y los funcionarios y empleados públicos, deberá tomar por lo menos las acciones siguientes:

No obstante, que la resolución es clara, pues en el cuerpo de la resolución explicativa y en el texto de la misma de forma reiterada se expresa que LA PROHIBICIÓN ES DE PREVALERSE DE LA CONDICIÓN DE FUNCIONARIO O EMPLEADOBLICO PARA HACER POLÍTICA PARTIDISTA; hay párrafos confusos que están permitiendo interpretaciones a conveniencia; esta realidad debe llevar a la Honorable Sala a insistir en aclarar que el universo de las y los funcionarios públicos y empleados a quienes afectan estas prohibiciones, son exclusivamente aquellos que por la naturaleza de sus cargos tengan la posibilidad de “conductas que impliquen aprovecharse del cargo para realizar política partidista de manera directa o indirecta”.

Explicar la colisión de derechos fundamentales que esta situación plantea y dejar a salvo el legítimo ejercicio de derechos políticos de miles de funcionarios y empleados públicos que no caen dentro de las prohibiciones planteadas por la Sala.

Debe proceder a dar pautas para legislar la prevalencia a que hace relación el art. 218 Cn. evitando así, restringir derechos constitucionales por medio de resoluciones judiciales.

Es un momento que demanda de todos los funcionarios, en especial de quienes tienen la potestad y la responsabilidad de tomar las grandes decisiones nacionales, de actuar con el máximo apego a los mandatos constitucionales, a los derechos de las y los salvadoreños; no es admisible que se tomen resoluciones que podrían dar lugar a que la población de nuevo interprete que el máximo tribunal de justicia está actuando por influencia de los grupos de poder político y económico, los mismos que son responsables que no se hiciera la profunda reforma política que se demandó con la firma de los Acuerdos de Paz.

San Salvador, 14 de febrero de 2014

Fundación de Estudios para la Aplicación del Derecho

F E S P A D

Votar nulo encierra apenas una esperanza

18 febrero 2014
Votar nulo encierra apenas una esperanza

Después de acumular tanto insulto, en su artículo en El Faro, de pintarnos como desposeídos de toda inteligencia, de invalidar sin más los argumentos, Ricardo Ribera se esfuerza por parecerse a los que llamamos al voto nulo. Digo esto en el sentido siguiente: pues si fuese tan inteligente, tan astuto, tan maravillosamente un hombre revolucionario, que aplica a la letra y en el espíritu el “marxismo-leninismo”, entonces en ese caso nos hubiese dado un solo argumento que nos obligara necesariamente a cambiar de postura. No vi ese argumento por ninguna parte.

El mal menor queda igual, su “izquierda” necesita a la derecha y a los patrones para ganar las elecciones. Pero ¿para qué quieren ganar las elecciones? El gran estratega del compromiso que es Ricardo Ribera no nos da como muestra ni un capullo, una sola medida que vaya en favor de los trabajadores y en detrimento de los explotadores. No creo que pueda encontrar un solo ejemplo en que el autor de “El izquierdismo, enfermedad infantil del comunismo” haya entrado en compromiso con el enemigo de clase.

Nosotros estamos ahora ante un situación grave, muy grave, estamos entrando en una nueva etapa de nuestra historia, el partido que ha representado hasta ahora la defensa de los intereses de los trabajadores, asume abiertamente su papel de conciliador entre las clases, su papel social-demócrata. Y al entrar a este nuevo período podemos simplemente caer en un sistema de alternancias en que los votantes conformarán mayorías en favor del que en ese año se les presente como el mal menor. Luego se darán cuenta que tal vez se equivocaron y decidirán sancionar a ese partido y optarán esta vez por el otro. Y la próxima vez votarán al revés. Y ese túnel puede ser largo, sin que aparezcan ventanas por donde vislumbrar algún horizonte.

Este sistema no es una ficción, es lo que pasa en muchos países desarrollados y menos desarrollados. Es lo que pasa en Francia, en España, en Portugal, en Grecia, en Alemania (con un pacto ahora entre todos los partidos, pues ya no se encuentran diferencias entre ellos), etc. Esto llega a una estabilización de votos “tradicionales” para cada partido (nuestros “votos duros”) y el paulatino, permanente crecimiento de la abstención. En esta situación los que al fin y al cabo tienen la opción de decidir es una pequeña franja de la población, la menos estable políticamente, la menos principista, la que se deja convencer por el desgaste que le produce en sus mentes el miedo.

Ricardo Ribera no ha tenido la suficiente inteligencia para rebatir los argumentos, apenas tuvo un tantico de ingenio, para acumular los substantivos que se inician en “in”. Pero no nos dice nada que tenga valor de argumento. ¿Qué obligación tengo de optar por un candidato que no me convence? ¿Qué obligación tengo de votar por un candidato que juzgo traidor a los intereses de la clase trabajadora? Porque en definitiva, para mí, un partido que desde el primer año de su gestión nos repite las mismas medidas sociales como los grandes logros del quinquenio, no puede pretender a cambiar la vida. Y asumen el Asocio público-privado como si también eso fuera una medida que incluyera su programa inicial. Se olvidan que es una imposición estadounidense, que es una condición para ofrecernos la “limosna” milenaria. Sin decirnos que ese Asocio viene a prolongar y profundizar la política arenera de las privatizaciones. Ricardo Ribera calla sobre todas las denegaciones de la simbólica promesa de devolverle al país su soberanía monetaria. En su alegato se olvida que votar por un candidato requiere un convencimiento, presupone comunidad de principios, de objetivos, de aspiraciones.

Lo sorprendente es que Ricardo Ribera no cuestiona a los partidos en lid electorera por su “in-capacidad” de movilizar al electorado, pues la abstención alcanza a más de dos millones de electores, entre los cuales hay más de los que le faltaron a su partido para ganar desde la primera vuelta o de perder…

Nada nos dice de la afanosa insistencia de Sánchez Cerén y con él de todos los miembros de la cúpula partidaria, de respetar la Constitución. Cuando Schafik Handal tomó su bastón de peregrino electoral iba repitiendo “respetaremos la Constitución, toda la Constitución”, el mensaje era más o menos este: “no vamos a comportarnos como revoltosos, no nos tengan miedo”. Ahora el mensaje es totalmente otro, “tienen que darse cuenta, señores patrones de la ANEP que hemos abrazado su ideología, vean, todo lo hemos abandonado, que lo que nos queda de izquierda es apenas una capita para que los electores no se nos vayan”. Y si aun así no les entienden, declaran que no van a reformar nada, sobre todo los artículos pétreos, concepto este totalmente antidemocrático, refiriéndose a uno solo: el que garantiza la propiedad privada.

Pero esta promesa echa al tarro todas las convicciones y cierra para siempre cualquier posibilidad de que nuestra sociedad se libere de la monstruosa tutela y dominación oligárquicas. Pues nadie puede negar que la vida que sufrimos viene justamente de esa dominación, viene también de la dominación extranjera. Es decir la clase trabajadora no puede dejar de tener como objetivo liberarse de la opresión social de la que es víctima en la sociedad capitalista. No es esta perspectiva la que le ofrece el FMLN a los trabajadores. Es por eso que el voto nulo tiene un significado de esperanza, pues es una señal fuerte de que debemos buscar una salida, que no podemos, no debemos conformarnos con que el destino de nuestro país se reduzca a elegir a cada tanto el mal menor.

El voto nulo encierra esto, aunque sea apenas de manera embrionaria y no se nos venga a exigir que les mostremos los frutos, pues esto apenas se está sembrando, aún no tiene raíces. Por el momento es apenas una esperanza.

La segunda vuelta

La segunda vuelta

Martes, 04 Febrero 2014

El FMLN debe darlo todo para que la política sea realmente una acción digna y ética. No le queda de otra.

Tal como se había pronosticado por muchos, en El Salvador hubo necesidad de ir a una segunda vuelta electoral porque ninguno de los candidatos alcanzó más de la mitad de los votos válidos para poder ganar en la primera ronda.

Esa situación dejó, tanto al FMLN como a ARENA, en una situación de necesidad de hacer alianzas, incluso hasta las “más odiosas” con tal de ganar las elecciones. Algo que es lógico por el pragmatismo poco ético y moral al que estamos acostumbrados en El Salvador.

Ese pragmatismo no trae a otra cosa sino a la degeneración de la política. Es una necesidad que la política en El Salvador recobre, si alguna vez tuvo, el cauce de la moralidad en la gestión pública, pero cuando los partidos tienen que aliarse con personeros descalificados moral y ética, o cuando tienen que contratar asesores o consultores inescrupulosos, entonces, ¿qué se puede esperar?

ARENA enemiga acérrima del “saquismo”, ahora persigue los votos de los seguidores de Saca. Los reclaman sin la menor vergüenza, cuando toda su campaña estuvo enmarcada en contra de Tony Saca.

El FMLN también le tiró el atarrayazo al “saquismo”. ¿Tiene necesidad el FMLN de Saca, como para integrarlo a su estrategia? Algunos consideran que no. Saca le dio la banda presidencial a Mauricio Funes, pero le entregó un país sumergido en la más grande crisis económica, social y moral, como consecuencia de su mal gobierno.

El fracaso de Tony Saca tiene que ver con el recuerdo que tiene la gente por el mal gobierno que hizo, por la “Súper mano dura”, por su exacerbado anticomunismo que mostró en el gobierno… Al salir del gobierno comenzó a hablar de derecha popular, pero antes en nada se diferenciaba del resto de líderes radicales de extrema derecha.

Para colmo, un nefasto ex guerrillero, acusado de crímenes de lesa humanidad, intentó vender la idea que Saca era un anti-oligarca. Por otra parte, el gobierno de Saca fue duramente cuestionado por su falta de transparencia y presunta corrupción.

¿Qué necesidad tendría una fuerza de izquierda, revolucionaria y ética, de aliarse con fuerzas oscuras de derecha, cuando tiene sectores populares con los que puede hacer compromisos para sacarlos de la exclusión en que están sumidos, y así atraer el voto de muchos de los que no acudieron a votar?

El FMLN debe darlo todo para que la política sea realmente una acción digna y ética. No le queda de otra.

Socialismo, temor o crítica (y 2)

Socialismo, temor o crítica (y 2)
18 de Febrero de 2014 a la(s) 6:0 – Geovani Galeas
El marxismo es en su origen un pensamiento crítico fundado en la universalidad de la razón. Pero también es susceptible a la petrificación dogmática cuando sus intérpretes menos inteligentes y más extremistas, pasando de la duda filosófica a la mera certeza burocrática, lo reducen a un rosario de recetas incuestionables y, según ellos, capaces de solucionar todos los problemas objetivos y subjetivos de la humanidad. Lo mismo ocurre con el socialismo.

La izquierda no es algo parecido a una erupción telúrica o a un misterio teológico. La izquierda es el resultado de un proceso histórico, social y político plenamente discernible. Quienes contra toda evidencia se empecinan en creer que es lo primero convocan el factor emocional y colocan el temor a lo desconocido en el centro de sus estériles conjuros de resistencia, cuando por el contario lo razonable sería el estudio crítico, es decir el entendimiento, del proceso formativo en cuestión.

En dependencia a sus limitaciones o a sus alcances intelectuales, al temple de sus principales liderazgos y a los niveles de hostilidad o de apertura experimentados, la izquierda salvadoreña ha pasado, en distintos momentos, de la radicalidad de la violencia insurreccional a la moderación de las estrategias pacíficas y legales concomitantes a los procesos electorales, los diálogos, las negociaciones y los pactos.

El de la izquierda salvadoreña ha sido pues un largo camino que comenzó en la proscripción y la marginalidad clandestina, pasó por la veleidosa dispersión grupuscular, y entre desvíos y rectificaciones fue madurando en diversos niveles de unidad, de acumulación y de flexibilidad ideológica, hasta ubicarse por ahora como la primera fuerza política del país, con responsabilidades de gobierno, y con grandes posibilidades de mantenerse en el poder por voluntad de las mayorías populares.

No creo que esta izquierda haya desterrado de su horizonte estratégico el ideal socialista. Pero su evidente crecimiento cualitativo y cuantitativo, su conquista por fin de la condición de elegible, no hubiese tenido lugar sin su gradual comprensión de que, efectivamente, el socialismo no es un método para alcanzar el desarrollo económico sino una consecuencia del mismo, y de que el socialismo y la democracia pueden y deben ser compatibles.

No tengo ninguna duda de que aún persisten elementos y aun sectores dogmáticos en el FMLN, aunque tampoco dudo de que la misma realidad social, política y electoral los ha venido neutralizando poco a poco, y terminará por relegarlos completamente. Las condiciones imperantes en el país no dan cabida a la nostalgia de los delirios sectarios que infamaron a la izquierda en el pasado.

Una señal simbólica pero elocuente de lo anterior es que no fue Óscar Ortiz el obligado a cambiar de discurso y a ponerse una camisa roja. Por el contrario, ha sido Salvador Sánchez Cerén quien ha tenido que hablar de apertura y moderación y se ha puesto camisa blanca. Pero más allá de lo simbólico, del discurso y los colores, está la realidad fáctica: no hay triunfo electoral ni posterior gobernabilidad sin diálogo, negociación y pacto con otras fuerzas, es decir, sin pluralismo democrático.

Como método de lucha política no es muy eficiente invocar el temor al socialismo en función de la ignorancia. Lo que se debe hacer es su revisión histórica y someterlo a la crítica a la luz de sus propios postulados. Es cierto que hay autoritarismo y retraso en Corea del norte y en Cuba, por ejemplo, ¿pero qué es lo que hay en Brasil, Chile y Uruguay sino más libertad y desarrollo? Hay otros casos intermedios que son discutibles, por supuesto, pero no es agitando fantasmas ni sustituyendo la razón por la superstición como se enfrenta la realidad.