De candidatos presidenciales y proyectos políticos del FMLN

16 Febrero 2010 GUATEMALA-No olvido una máxima que con frecuencia mencionaba uno de mis mejores profesores de ciencias políticas; él decía: en política es importante tener la razón, pero es más importante tenerla a tiempo. Esto implica que en política tener la razón en cualquier punto que sea, si esta llega a destiempo, es decir, si es prematura o tardía, no sirve para mucho, al contrario puede resultar contraproducente.

El mensaje del máximo dirigente del FMLN, Medardo González, que para la próxima elección presidencial llevarán un candidato propio, del partido, no es políticamente oportuno y más expresaría o bien un mensaje dirigido a “tranquilizar” los ánimos de sus bases más ideologizadas o radicales que no son la mayoría o bien un deseo insatisfecho de lo que siempre se quiso pero que la realidad les impuso de manera contundente en 20 años y tres elecciones presidenciales previas.

Hay lecciones de la historia que valdría la pena aprender. Si bien con la candidatura de Schafick Handal en el 2004 se consolidó el voto duro del frente y se logró aumentar el caudal electoral, se debiera recordar que las dos mejores competencias electorales presidenciales en que el FMLN fue más competitivo y en las que tuvo la capacidad de generar incertidumbre en los resultados y de constituirse en opción real de poder frente a la derecha fue en 1994 con un candidato que no era miembro del FMLN, Rubén Zamora, con quién obligó a la derecha a una segunda vuelta frente a Armando Calderón Sol, y la elección de 2009 con Mauricio Funes en la que al final se erigió con la victoria, y a fuerza de objetividad no por una abrumadora mayoría.

Consideramos que aquel mensaje ya aludido no es oportuno ni políticamente correcto por tres razones básicas. En primer lugar, a priori o de forma muy anticipada estarían poniendo obstáculos o en el peor de los casos, cerrando la posibilidad de abrirse a una amplia alianza de fuerzas sociales y políticas que garanticen la continuidad del cambio y de la construcción de un consenso político más amplio, más plural y más representativo, más estable y de mayor alcance. Adelantar criterios y posicionarse con el tema de las candidaturas no abona a la intención y necesidad de crear o consolidar esa amplia alianza con miras a profundizar el cambio.

En segundo lugar, puede conducir a la tentación y al error estratégico de confundir el gobierno con el poder. Estamos de acuerdo que en las condiciones actuales y dada la naturaleza del sistema político vigente, la construcción de poder demanda de las conquistas electorales y del control del gobierno y del aparato de Estado como medio y no como fin. Sin embargo, anteponer la lógica electoral como objetivo a la construcción de un sujeto social y político de cambio más plural y más democrático, no es lo más inteligente. La dirigencia del FMLN debiera orientar sus energías y sus discursos, cuidándose de no caer en los nocivos hegemonismos, a la construcción de un sujeto social y político que trascienda las fronteras partidarias y de izquierda revolucionaria, así como a la definición de una estrategia y un proyecto político viable o realizable en el contexto nacional, regional y mundial actual que presente claras orientaciones tácticas y estratégicas y líneas de orientación políticas, económicas, sociales e ideológicas que potencie la adhesión discursiva y activa de los más amplios sectores vivos del país, de forma que se lo apropien y lo hagan suyo pues es la única forma de volverlo realizable y sostenible y de continuar o profundizar el cambio.

Como bien lo intuyen algunos de sus dirigentes, aquel objetivo inmediato que se propuso el FMLN de sacar a ARENA del poder sigue siendo en cierto modo una tarea pendiente, pues si bien ya no controlan la dirección del Órgano Ejecutivo, siguen enquistados en las estructuras más internas y profundas del poder y el sistema político mismo y buena parte de su diseño institucional sigue estando hecho a la medida y conveniencia de aquellos poderes fácticos económica y políticamente muy influyentes que tal expresión partidaria representa. El logro pleno de aquel objetivo inmediato podría verse erosionado por una estrategia y un pensamiento político muy cortoplacista.

En este contexto la dirigencia del FMLN debiera cuidarse además de no caer en el error de sobrevalorar su capacidad política y su fuerza electoral y subestimar la capacidad de recomposición de la derecha y de su mostrada habilidad de adaptación a los nuevos entornos.

En tercer lugar, se sigue cayendo en el error de “poner la carreta delante de los bueyes”, lo que en las condiciones actuales del país y por la alta responsabilidad que un amplio sector de la población le ha delegado como partido para conducir el Órgano Ejecutivo ya no es aceptable. Antes de aventurarse con la idea de los “candidatos de hueso rojo”, deberían enarbolar la bandera y asumir el liderazgo para la construcción de un plan de nación de largo plazo que supere el cortoplacismo quinquenal, que perfile el tipo de sociedad deseable y que El Salvador necesita a 20 ó 25 años plazo, que sea coherente y viable, que responda a las presentes y futuras demandas económicas, políticas, sociales y culturales del país que apunten a darle viabilidad y sostenibilidad a un verdadero cambio estructural, de sociedad y de modelo de desarrollo y no sólo a introducir tímidos cambios al patrón de acumulación de capital en el marco del mismo modelo de sociedad imperante.

Este plan debiera ser el referente de cualquier candidato a la presidencia para las elecciones del 2014, independientemente de que sea de “hueso rojo” o de “corazón más plural y más democrático”. Es fácil entender que la construcción de este tipo de plan requiere de la construcción de consensos que vayan más allá de los consensos mínimos relativos a la formas de acceso y ejercicio del poder y la toma de decisiones, de los mecanismos para resolver los conflictos, y en su conjunto sobre el modelo de vida económica, social y política a la que aspiramos como salvadoreños. Este consenso mínimo sólo es el punto de partida que en cierto modo y con algunas limitaciones está contenido en los principios constitucionales y que también animaron y dieron sustento a los Acuerdos de Paz. Un plan de nación de largo alcance requiere de amplios consensos y del concurso de todos los sectores productivos y representativos del país y que no es posible ni viable que lo asuma una sola fuerza política, por muy fuerte, representativa y preclara que sea o que se considere. Esta será la única forma de abandonar la estrecha visión y práctica que nos ha llevado a lógica perversa e inmediatista de “refundar la democracia” cada cinco años, pues cada presidente que es elegido se erige como el Robin Hood o el que “ahora sí” hará las cosas diferentes.

Sería un error dejarse llevar nuevamente por el vanguardismo o el hegemonismo que si bien les rindió algún fruto en y durante la guerra como frente guerrillero, debiera entenderse que en el marco de la competencia electoral y la nueva experiencia democrática por la que atraviesa el país tales concepciones y prácticas políticas tienden a restar y no a sumar, a dividir y excluir pero no a unir o incluir.

Para el FMLN apostarle a capitalizar la popularidad de Funes, sobre todo si logra sostenerse con los mismos niveles de aceptación en la percepción ciudadana hasta el final de su mandato, sin introducir de fondo serios cambios en su democratización interna como partido y de su enraizamiento con los sectores sociales que supone representar, en la definición con mayor claridad de su proyecto político, así como en la formación de nuevos liderazgos tampoco sería una apuesta segura. Baste ver el ejemplo de La Concertación Democrática en Chile en la recién pasada elección presidencial, donde el candidato oficialista fue derrotado en la segunda vuelta o ballotage por la oposición de derecha, a pesar de la alta popularidad con la que termina su mandato la Presidenta Bachelet; la experiencia y el resultado del PT en Brasil en la próxima elección presidencial de octubre de 2010 podría ser para la dirigencia del FMLN un laboratorio a estudiar muy de cerca del que podría derivar importantes lecciones.

Si la lucha es por profundizar la democracia en El Salvador el FMLN tiene que trabajar no sólo por hacer un buen gobierno sino también por fortalecer su institucionalidad como partido de forma tal que cuando le corresponda de nuevo asumir el rol de oposición, muy previsible en un régimen democrático, lo encuentre preparado para hacerlo sin traumas tan profundos ni exorcismos políticos como le ha tocado a ARENA ni, tal como le sucedió a éste último, lo encuentre anclando su fuerza y potencial electoral en el control del aparato del Estado y en el manejo clientelar de los recursos públicos. Este desafío exige de la actual dirigencia del FMLN una visión más futurista y menos encerrada en lo electoral.

(*) Sociólogo y colaborador de ContraPunto

Ayer como hoy: en contra del AdA con la Unión Europea

Ayer como hoy: en contra del AdA con la Unión Europea

Publicado en Contrapunto, lunes, 08 de abril 2013
Julia Evelyn Martínez
SAN SALVADOR – Hace exactamente cuatro años, gracias a una invitación del Centro para la Defensa del Consumidor de El Salvador (CDC) tuve la oportunidad de participar como expositora en un encuentro de movimientos sociales centroamericanos en Tegucigalpa, reunidos para definir y coordinar estrategias de resistencia en contra de la aprobación del Acuerdo de Asociación con la Unión Europea (AdA).

Revisando mis anotaciones, encuentro que fueron tres razones principales en base a las
cuales justifiqué en ese encuentro, mi oposición al AdA. En primer lugar, el AdA es la versión europea del CAFTA. Esto significa que forma parte de la estrategia de expansión global del Capital que tiene como sus principales objetivos, el control transnacional de los sectores estratégicos de la región centroamericana (agua, energía, servicios públicos, servicios financieros, pensiones, tierra, recursos marinos, medicamentos, etc.) y obtener mejores condiciones de rentabilidad para las empresas europeas en las compras gubernamentales, concesiones de obras públicas y mayor protección de patentes.

Este es el espíritu de la AdA, el cual sin embargo, se mantiene oculto gracias al estéril debate que sobre el tema comercial impone tanto la agenda informativa de los medios de comunicación, como las oficinas de los Ministerios de Economía. En este falso debate, el análisis de este instrumento se reduce a la constatación de las obvias asimetrías existentes entre El Salvador y Europa, y la capacidad (o incapacidad) de las empresas nacionales de poder aprovechar “las oportunidades” para aumentar sus exportaciones hacia ese destino.

En segundo lugar, aun cuando el tema comercial no es el tema principal del AdA, es obvio que, pese a las asimetrías existentes, las exportaciones desde El Salvador a Europa aumentarán. Sin embargo, no serán exportaciones de pequeñas o medianas empresas nacionales, sino que serán exportaciones realizadas por empresas europeas radicadas en El Salvador (como la empresa atunera CALVO) que aprovecharán las ventajas del AdA para que sus mercancías entren a los mercados europeos sin pagar aranceles, o bien para que las grandes empresas comerciales salvadoreñas (como SIMAN o SUPERSELECTOS) y/o franquicias europeas (como ZARA o MNG) puedan importar mercancías libres de impuestos desde Europa, para ampliar sus ventas al mercado nacional y desplazar todavía más a la ya debilitada producción salvadoreña.

En tercer lugar, la denominada cooperación para el desarrollo que acompaña al AdA es el envoltorio de regalo que recubre la expoliación de recursos y bienes públicos. Este ofrecimiento cumple el mismo papel que en 1492 cumplieron los espejos y cristales de colores, que los conquistadores entregaron a los indígenas a cambio de sus riquezas. Adicionalmente, debe denunciarse el intenso lobby que la UE está realizando con las organizaciones no gubernamentales que dependen de su cooperación para el financiamiento de sus actividades y de sus planillas, que está logrando el efecto de cooptar sus posturas críticas y/o dividir al movimiento social frente al acuerdo. Cuatro años después, mis convicciones sobre este Acuerdo siguen siendo las mismas, pero el contexto en que se presenta la solicitud de ratificación a la Asamblea Legislativa es más desfavorable para los intereses del pueblo salvadoreño que hace 4 años.

La solicitud de ratificación proviene ahora de un gobierno que se autodefine de izquierda, que goza de un alto nivel de popularidad en las encuestas de opinión y está liderada por funcionarios que hace menos de cuatro años se oponían al AdA. Y esto, puede no solo confundir al movimiento popular sino que amenaza con desmovilizar las protestas de las organizaciones populares y laborales en contra del AdA, en especial, las de aquellas organizaciones que están identificadas con los programas sociales gubernamentales, y que no quieren “hacerle olas” a este gobierno, de cara al proceso electoral de 2014.

Esto es parte de la gran paradoja de la izquierda en América Latina: criticar a las políticas de derecha cuando las hacen los gobiernos y partidos de derecha; justificar y/o tolerar las políticas de derecha cuando las hacen gobiernos y partidos de izquierda. ¿Será aún tiempo que la izquierda salvadoreña tome conciencia del error
histórico de mantenerse en esta paradoja?

El Salvador: contienda social y contienda electoral

Las luchas sociales y populares Marzo estuvo marcado por la celebración de dos grandes acontecimientos: el día internacional de las mujeres y un nuevo aniversario del martirio de Monseñor Romero. En medio de estos acontecimientos transcurrió el 20 aniversario de la Ley de Amnistía, algunas acciones sindicales en contra de la Ley de Asocios Públicos-Privados y la Ley de la Función Pública así como el inicio de una nueva crisis entre la Asamblea Legislativa y la Corte Suprema de Justicia.

La celebración del día internacional de las mujeres tuvo dos vertientes: la convocada por Las Dignas que se concentró en el Parque Cuscatlan y la marcha caravana convocada por la Concertación Feminista Prudencia Ayala. Ambas concluyeron en la Asamblea Legislativa.

Reconocieron Las Dignas que con la entrada en vigor de la Ley de Igualdad, Equidad y Erradicación de la Discriminación contra las Mujeres y la Ley Especial Integral por una Vida Libre de Violencia para las Mujeres se han dado avances importantes a nivel institucional.

No obstante esto, denunciaron que “prevalece un sistema de justicia que promueve la impunidad; la violencia brutal contra mujeres jóvenes; la penalización absoluta del aborto, diversos hechos de violencia simbólica, la expropiación y saqueo de nuestros territorios y la falta de protección y el incumplimiento de los derechos laborales de las trabajadoras.”

Por su parte, la CFPA explicaron que “a partir del 2012, luego que entrarán en vigencia leyes que tienen el mandato de garantizar el ejercicio pleno de los derechos de las mujeres, se genera el reto al Estado de que estas leyes sean aplicadas de manera efectiva para la erradicación de la discriminación y violencia en que las mujeres vivimos cotidianamente.”
Por otra parte, el 10 de marzo el GOES inauguró la cuarta Ciudad Mujer en San Martín, al oriente de San Salvador.

En otro orden, diversas organizaciones defensoras de derechos humanos, incluyendo a IDHUCA y FESPAD, presentaron el 20 de marzo una solicitud para que la Corte Suprema de Justicia declare como inconstitucional la Ley de Amnistía, que fue aprobada hace 20 años y mediante la cual ha predominado la impunidad.

Asimismo el Frente Sindical salvadoreño marchó el 12 de marzo hacia la Embajada de Estados Unidos para exigir a la Embajadora Mari Carmen Aponte que cese sus presiones para aprobar la Ley de Asocio Público-Privado.

Finalmente, centenares de empleados públicos marcharon el 20 de marzo hacia la Asamblea Legislativa para repudiar el proyecto de Ley de la Función Publica, que coarta drásticamente conquistas sindicales y legaliza la flexibilización laboral. La Coordinadora Sindical de los Trabajadores se reveló con esta marcha como un espacio popular con capacidad de convocatoria y de lucha combativa.

Un nuevo round entre la Asamblea Legislativa y la Corte Suprema de Justicia

La decisión de la Asamblea Legislativa de elegir a los magistrados de la Corte de Cuentas sin tomar en cuenta y burlándose de las recomendaciones giradas por la Sala de lo Constitucionales es un nuevo round de una ya prolongada disputa entre estas dos instituciones. Es parte de la recomposición institucional provocada por la llegada al gobierno en 2009 de una alianza entre sectores democráticos y el FMLN.

No obstante que en la pelea anterior en el 2012, al final el FMLN-PDC-PCN y GANA tuvieron que ceder ante el creciente repudio popular, parece que en esta ocasión desean probar de nuevo suertes, a partir de contar entre otros cambios, con la presidencia de la Sala de lo Constitucional.

De esta nueva crisis provocada por el bloque mayoritario de partidos, parece ser que los más afectados serán por una parte, el presidente de la Republica, que de nuevo aparecerá sea como cómplice silencioso de un esfuerzo orientado a romper las reglas de juego del sistema lo que lo debilita frente a su aliado principal o como incapaz de imponer su voluntad y evitar una nueva crisis, y garantizar así un Fomilenio II en un país estable, lo que lo presenta como débil y confundido. Es una frágil posición de perder-perder.

El otro afectado será el candidato presidencial del FMLN, que tendrá de nuevo que separarse de su partido, como ocurrió en el reciente caso de las reformas a la LAIP, donde la presión social le obligo a cambiar discurso, o tendrá que acuerpar la decisión, cargando como candidato con el peso de un craso error político.

Y ya hay costos, ya que mientras Quijano e incluso Saca opinan que debe cumplirse con el fallo, Sánchez Ceren opta por no opinar. Pero tendrá que hacerlo, y en cualquier dirección que lo haga, pagará factura. Es una frágil posición de perder-perder.

Es interesante como la compleja dinámica legislativa, que debería de favorecer al candidato presidencial del FMLN por el peso legislativo de este partido, viene ya en repetidas ocasiones, a favorecer a los candidatos de la derecha Quijano y Saca. Y favorecerá seguramente al candidato de izquierda, Gutiérrez.

Por otra parte, las últimas encuestas revelan con claridad que una segunda vuelta es inevitable y segura, dado el congelamiento numérico de los candidatos del FMLN y de ARENA, lo cual queda ratificado con las últimas encuestas de marzo que ya agregan en un virtual empate triple al candidato del Movimiento de Unidad. Y que pronto posiblemente agregaran al candidato de la coalición CD-MNP-PSD. En este marco las alianzas antes, durante y después de la primera vuelta pasan a jugar un papel estratégico.

La decisiva batalla de Maduro en Venezuela

La historia ha colocado al movimiento revolucionario venezolano en una encrucijada. La perdida de su líder máximo le obliga a someter de nuevo a la consulta popular la continuidad del proyecto bolivariano gestado por Hugo Chávez. Seguramente se lograra la victoria electoral pero no puede negarse que estamos en una nueva etapa del proceso, con nuevos desafíos y nuevas amenazas.

El desenlace del 15 de abril afectará en cuatro escenarios: en primer lugar en el desarrollo del proceso interno de lucha de clases, pero a la vez impactará en la solidaridad con Cuba y los gobiernos vinculados al Alba como Bolivia, Ecuador y Nicaragua; en la cooperación e integración latinoamericana y caribeña, que nos involucra como país; y finalmente, en el papel a nivel internacional de oposición a los imperios y de alianza con Irán, China y Rusia.

No es poco lo que esta en juego y la derecha latinoamericana y los Estados Unidos lo saben. Y no escatimaran esfuerzos y recursos para inclinar la balanza a su favor. Capriles y la derecha venezolana están conscientes de esta situación. Y los revolucionarios venezolanos también.

Panorama electoral

Los cuatro candidatos presidenciales –Sánchez Ceren, Quijano, Saca y quizás Gutiérrez- tendrán que usar de toda su imaginación mediática, para lograr sobrevivir los largos meses de campaña 2013 que les esperan y en los cuales su principal habilidad será la de evitar convertirse en personajes aburridos y previsibles, como ya esta sucediendo.

Parece ser que mientras la obediente fracción proestadounidense de la Administración Funes se ha resignado a cumplir fielmente con la doctrina de neutralidad electoral, y dedicarse a implementar sus proyectos insignia como Fomilenio II, la influyente y audaz fracción probrasileña continua con sus preparativos para irrumpir en la escena electoral y esta vez respaldando a un conocido crítico de este gobierno.

Efectivamente, todo parece indicar que el Partido Social Demócrata (PSD) conducido por el actual Secretario de Vulnerabilidad, Jorge Meléndez, sea aprobado o desaprobado por el TSE, junto con el también socialdemócrata Centro Democrático (CD) van a probar suertes con la Tendencia Revolucionaria y llevar como candidato presidencial a su dirigente máximo, Dagoberto Gutiérrez.

Esta coalición PSD-CD-TR, a la cual podría sumarse la UNDPC, viene a debilitar al FMLN de la misma manera que la candidatura de Saca esta debilitando ya en las encuestas a ARENA. Parece ser que las gestiones realizadas a último minuto y con veinte años de atraso por la dirección del FMLN para atraer a la TR; no dieron los resultados esperados, por la existencia de compromisos previos de la TR con el Proyecto Socialdemócrata.

Con la candidatura de Dagoberto el proyecto socialdemócrata se fortalece ya que gana un político de altos quilates y ojala que el movimiento popular no pierda a uno de sus principales impulsores. El tiempo nos dirá si en esta alianza van a prevalecer los intereses de la socialdemocracia internacional o los de la revolución, que claramente no son los mismos.

Es de notar que Dagoberto llega debilitado a esta alianza ya que su proyecto de partido MNP no pudo lograr las firmas exigidas para su inscripción. Y tendrán que buscar posada con la franquicia del CD. Pero también es de reconocer que es actualmente el más brillante pensador de izquierda salvadoreño. Es también significativo que este esfuerzo es el cruce histórico de sectores con raíces en los antiguos ERP, PDC y PCS.

El presidente Funes por su parte, decidió resucitar este 15 de marzo al Movimiento Ciudadano por el Cambio, ente creado en mayo de 2010 en Apaneca, pero que nunca cuajó. Y parece marcar así su separación de la Unidad Nacional por la Defensa y Profundización de los Cambios, UNDPC.

Sánchez Ceren y Quijano, por su parte, continúan desarrollando una campaña electoral de corte tradicional y se encuentran empantanados con las benditas encuestas. Las aguas electorales están llegando a su nivel. Posiblemente este mes lleguen a su nivel.

Los dueños del país (la banca colombiana en El Salvador)

Los cinco principales bancos en (y no de) El Salvador han cosechado suculentas ganancias durante el 2012, seis años después de ser absorbidos por el capital internacional. Estamos hablando del Banco Agrícola; del Scotiabank, anteriormente Banco de Comercio; del Citibank, anteriormente Banco Cuscatlan; del Davivienda, anteriormente HSBC y originalmente Banco Salvadoreño; y del Banco de América Central.

El Banco Agrícola, que es el número uno y propiedad del Bancolombia, reportó a la Superintendencia del Sistema Financiero activos en el orden de $ 3,833 millones, con un patrimonio de $ 598.5 millones y una línea de crédito que ascendió a $2,574 millones. A noviembre de 2010 sus activos ascendían a $3,776 millones y a noviembre de 2011 bajó a $3,599 millones. En el 2012 logra recuperarse.

El Scotiabank, en el segundo lugar, y de capital canadiense, reportó activos por $1,951 millones, un patrimonio de $228.4 y créditos por $1,421. A noviembre de 2010 contaba con activos en el orden de $2,221 y a noviembre de 2011 bajó a 1,867 millones. Ocupaba entonces el tercer lugar en el ranking bancario.

El Citibank, en tercer lugar y de capital estadounidense reportó activos por $1,877 millones, un patrimonio de 317.7 y créditos por 1,119. A noviembre de 2010 poseía activos por $2,221 millones y a noviembre de 2011 bajó a 1,976 millones, y ocupaba el segundo lugar en el ranking bancario.

Davivienda, en cuarto lugar y de capital colombiano, reportó activos por $1,865 millones, un patrimonio de $283.6 y créditos por $1,236. A finales de 2010 como HSBC, de capital inglés, poseía activos en el orden de $1,885.6 millones.

El BAC, quinto lugar y propiedad del grupo financiero colombiano Aval reportó activos por $1,376 millones, un patrimonio de $160.2 y créditos por $909.2. A finales de 2010, como BAC-Credomatic poseía activos por $1,216 millones.

En el ranking bancario centroamericano, el hoy colombiano Banco Agrícola es el único que logra colarse en el listado de los primeros quince puestos. En el 2008 ocupó el puesto numero siete, con activos por $3,817 millones, en el 2009 se mantuvo en el puesto siete, en el 2010 en el puesto diez, mientras que el año 2012 se colocó en el puesto once, con $3,833 millones. El ranking esta casi monopolizado por instituciones bancarias panameñas, ocho de los quince puestos encabezados en el 2008 por el Banco General y en el 2012 por el HSBC Panamá.-

El Salvador: autoritarismo y lucha por la democracia, justicia, independencia y socialismo

“Volverán los heroes, cantan los poetas,
volverán los mártires, gritan los profetas…”
Ya vienen los segadores. J.R. Sotuela

La rueda del tiempo

La lucha por la democracia, la justicia, la independencia y el socialismo han sido las banderas principales que han enarbolado a lo largo de la historia los sectores populares salvadoreños, organizaciones representativas, y sus dirigentes, en contra de situaciones de autoritarismo, explotación de clase y opresión nacional, racial y de género.

Las raíces, piedras y semillas de estas luchas se pierden en las arenas misteriosas del tiempo. Pero hay un río profundo de rebeldía que corre a lo largo de los siglos, porque donde existe opresión, siempre surge la resistencia. No contamos con la información pero tenemos la certeza que hubo resistencia lenca a las invasiones de los guerreros pipiles; aunque al final derrotados fueron empujados a la orilla oriental del Lempa.

Las poblaciones insurgentes de Jayaque, Tamanique y Talnique, en La Libertad, sobrevivientes en territorio pipil, son evidencias de estas lejanas batallas perdidas pero peleadas de esta primera desconocida guerra.

Unos siglos después cuando ya las divinidades aztecas y la toponimia nahuat coloreaban nuestra geografía con el apan y el tepet, y el control del Estado pipil permitía el control del Mercado de la Obsidiana , el Jade y las Plumas, surge la invasión ibérica, derrotando con la espada y la cruz la resistencia pipil y lenca. Dos guerras de resistencia de las cuales sabemos muy poco. Pero son raíces.

Al final los europeos “pacifican” el territorio y se imponen por trescientos años. Nos impone religión, idioma, cultura, economía, clases sociales, sistema político y le dan continuidad al autoritarismo patriarcal y político indígena. Tampoco poseemos datos sobre los niveles de esta resistencia ya dentro de la colonia.

Seguramente hubo lucha por la tierra. Y los dioses del universo indígena lograron mimetizarse en la nueva extraña religión y en sus cerrados templos, para sobrevivir la tormenta conquistadora y mantener encendida la sagrada llama de la rebeldía. Había que esperar a los nuevos guerreros que estaban por nacer.

Es hasta principios del siglo XIX cuando surge un sector de criollos añileros que asume la conducción política de la lucha por la independencia. Inicia así una tercera guerra de resistencia, que se manifestaba por medio de una estrategia de movilización popular, incluyendo brotes insurreccionales, y aprovechamiento de los espacios políticos arrancados a la Corona Española, incluso con presencia de diputados en las Cortes de Cádiz. Surgen los Maestro Pedro Pablo Castillo y José Santiago Celis.

Y esta confrontación nación imperio concluye en esta ocasión con una victoria simbolizada en el Acta de Independencia de 1821. Los criollos conquistaban el Estado para conquistar el Mercado del Añil, acaparado por los comerciantes guatemaltecos. Pero al fin, un triunfo de los sectores progresistas.

Un año después de la independencia de España, el Maestro José Matías Delgado asume la conducción de la resistencia popular y nacional, que incluyó una ofensiva diplomática y una ofensiva militar, frente a la invasión de tropas anexionistas mexicanas. Otra gran victoria popular.

Los criollos logran movilizar a los sectores mestizos y mulatos de las ciudades principales. Y lo hacen desde una visión de región centroamericana. Se convierten en los padres de la patria oligárquica. Los indígenas observan intrigados el cambio de sectores dominantes.

Unos años después de la independencia, esta vez son los indígenas los que asumen la iniciativa histórica y surge en Santiago Nonualco la figura legendaria de Anastasio Aquino que desafía no solo a la recién nacida república sino también a la religión y el derecho de los invasores. Inaugura la lucha por la tierra y la lucha contra el militarismo. En definitiva la lucha por la justicia social.

Inicia la lucha por arrancarle el poder político a los sectores dominantes. Y lo hace por medio de la construcción de un ejército indígena. Es una fuente inagotable de enseñanzas sobre las luchas populares. Es el Maestro Aquino que ocupa un puesto especial único en la historia de las ideas de cambio social en nuestro país. Estamos hablando de 1833. Marx andaba encumbrando piscuchas o jugando chibolas con sus amigos.

Por esos mismos años, pero representando otro sector social, se encontraba Francisco Morazán. Criollo nacido en Honduras. Simbolizó el sector radical del liberalismo enfrentado contra las fuerzas de la reacción conservadora. Y nos heredó el sueño de una patria centroamericana, laica, independiente. Y como Aquino también construyó un ejército, y también fue derrotado. El uno ahorcado y el otro fusilado. Son dos semillas del árbol popular. Es el Maestro Morazán. Inaugura el ideal unionista. El morazanismo.

El principal continuador de las ideas unionistas y liberales de Morazán fue Gerardo Barrios, quien profundizó las reformas sociales y enfrentó altivamente a los sectores aristócratas y eclesiales reaccionarios. Separó el estado de la iglesia e impulso la educación laica y la salud.

Impuso el cultivo del café. Su base social se concentraba en los sectores artesanales, en especial los del céntrico Barrio El Calvario. Es el Maestro Barrios. Promotor de la lucha por la justicia social. Prócer en la lucha por expulsar al filibustero Walker de Nicaragua.

A mediados de los años veinte del siglo pasado surgen los primeros grupos marxistas entre los obreros artesanales de San Salvador. En 1919 surgen las primeras huelgas, entre estas la de los sastres. En 1924 se crea la Federación Regional de Trabajadores Salvadoreños. En 1928 la tradición solidaria se expresa con la incorporación de Farabundo Martí a la lucha de Augusto Cesar Sandino por expulsar a los marines de Nicaragua. Es el Maestro Farabundo.

Pero antes de eso, en 1920 en Guatemala, el estudiante salvadoreño Ricardo Chamorro se había distinguido como jefe militar de las Milicias Obreras que durante las jornadas de abril de ese año lograron el derrocamiento del dictador Manuel Estrada Cabrera. Es el Maestro Chamorro.

En marzo de 1930, a la orilla del lago de Ilopango, se crea el Partido Comunista de El Salvador. Y surge la lucha por la democracia vinculada a la lucha por el socialismo. Dos años después de su creación enfrenta los desafíos casi simultáneos de impulsar una ofensiva electoral y una ofensiva insurreccional.

Es derrotado en ambas y se entroniza a partir de enero de 1932 una sangrienta dictadura militar. El PCS sobrevive muy debilitado, casi extinguido. La oligarquía y la derecha imponen sobre los sectores indígenas una fuerte agresión cultural que logra invisibilizarlos, les despoja de su vestimenta y de su idioma. El país se hunde en una larga noche de terror blanco. La iglesia bendice el genocidio. Surge de esta gesta la Maestra Julia Mujica y los Maestros Feliciano Ama y Francisco Sánchez.

Es 1930 Prudencia Ayala lanza su candidatura para la presidencia. Es un acto revolucionario. Y pocas voces se alzan para apoyarla. Prudencia es unionista y luchadora contra las dictaduras e injusticias. La Maestra Prudencia inaugura la lucha por los derechos de las mujeres.

En abril de 1944 surge una luz desde los cuarteles. Es apagada violentamente. Hay fusilamientos. Cae el Maestro Víctor Manuel Marín. Pero en mayo de ese año los estudiantes universitarios encabezan la protesta contra la tiranía y logran con una huelga de corazones levantados hacer huir al déspota de las aguas azules. En octubre regresan las tinieblas. En diciembre florece la dignidad en los Llanos del Espino. Es una luz que es ahogada en sangre. Surgen los Maestros Fabio Castillo, Raúl Castellanos Figueroa y Jorge Arias Gómez. Continuadores de la lucha por la democracia. Y por el socialismo.

En 1956 surge una generación de artistas comprometidos con las luchas populares. Es un nuevo sector que se integra a las batallas por la democracia y el socialismo. Y ponen el pincel y la pluma al lado de los oprimidos. Sobresalen por su palabra los Maestros Oswaldo Escobar Velado, Roque Dalton y por sus lienzos el Maestro Camilo Minero. Y a nivel de lucha sindical la Maestra Fidelina Raimundo y el Maestro Miguel Angel Cea.

En 1970 se crea la primera organización político-militar, las Fuerzas Populares de Liberación Farabundo Martí, y su conductor principal es el Maestro Salvador Cayetano Carpio. Luego se incorpora la Maestra Melida Anaya Montes. Continuadores de la lucha por el socialismo. En 1972 surge el Ejercito Revolucionario del Pueblo, conducido inicialmente por Alejandro Rivas Mira y por la Maestra Lil Milagros Ramírez.

En 1980 se unifican cinco fuerzas revolucionarias y se crea un puño popular llamado Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional. Se libra una guerra de doce años. Los principales dirigentes y Maestros fueron Schafik Handal, Salvador Sánchez Ceren, Eduardo Sancho, Joaquín Villalobos y Francisco Jovel.

En 1992 se logra derrotar a la dictadura militar y conquistar la democracia. En 2009 se logra derrotar al partido ARENA y conquistar la presidencia. Y las banderas rojas siguen flameando. Y los mártires y héroes seguirán naciendo.

Las pálidas gotas de la lucha social

Febrero ha sido un mes tranquilo para las clases dominantes, mediatizado por la artillería electoral y por el ya prolongado control hegemónico. Los médicos y trabajadores del Hospital Zacamil fueron de los pocos que mantuvieron este mes de febrero levantadas las banderas de la lucha por una salud integral. Realizaron un paro parcial de labores. Es una lucha que merece todo nuestro apoyo. Es una lucha por una salud al servicio de los sectores populares. En contra de la burocracia de la salud.

También la Federación Sindical de Trabajadores Municipales denunció una nueva ola de despidos en las alcaldías de San Salvador, Panchimalco y Mejicanos. Y a final de mes se sumaron los maestros aglutinados en Bases Magisteriales que realizaron una marcha en protesta por el decreto 268 de retiro voluntario que contempla únicamente una indemnización de seis meses, cuando la demanda es por un año. Asimismo los vendedores de medicamentos en los mercados lograron que el GOES les reconociera ese derecho y agradecieron la aprobación de la Ley de Medicamentos.

Por otra parte diversas organizaciones sociales, entre estas ARPAS y FESPAD, exigieron una democratización del espectro radioeléctrico, por medio de su digitalización, lo que permitirá la apertura de nuevas frecuencias y canales digitales.

El panorama internacional

El enfrentamiento entre los diversos imperios y los pueblos y gobiernos en resistencia adopta diversas facetas. Entre estas se encuentran las siguientes.

Pese a los pronósticos adversos el gobierno sirio se mantiene en pie. Las fuerzas del capital internacional no han logrado derrocarlo. Por otra parte, presenciamos una nueva ofensiva israelí contra Palestina y el resurgimiento de una Francia buscando colocarse de nuevo como potencia colonial en el país africano de Mali, bajo la excusa de combatir a “rebeldes islámicos” pero con la vista puesta en el uranio y en el oro.

En Europa la crisis financiera provoca fuertes movilizaciones populares en España y Portugal. Y el gobierno de Obama también enfrenta la necesidad de recortar su presupuesto social ante la negativa de los republicanos de llegar a un acuerdo.

La muerte del Comandante Chávez

A lo largo de la historia latinoamericana y caribeña la perdida de un dirigente como el Comandante Hugo Chávez influye poderosamente. Se cierra un ciclo. Y así será en esta ocasión, hacia dentro de Venezuela y hacia fuera, en el continente y en el mundo.

Así fue cuando cayó el cubano José Martí en 1895, el también cubano Julio Antonio Mella en 1929, el mexicano Emiliano Zapata en 1919 , el nicaragûense Augusto Cesar Sandino en 1934, cuando el guatemalteco Jacobo Arbenz es derrocado en Guatemala en 1954; el latinoamericano Ernesto Che Guevara en Bolivia en 1967; y Salvador Allende en Chile en 1973. Son momentos de tiniebla hasta que vuelve a salir el sol.

Los procesos sociales avanzan, se estancan e incluso retroceden, en la medida que el enfrentamiento entre opresores y oprimidos se desarrolla. En América Latina y el Caribe durante el siglo XX el centro de la revolución gravitó inicialmente en México, luego en Nicaragua, luego en El Salvador, luego en Guatemala, luego en Cuba, República Dominicana, en Chile, luego en Nicaragua, de nuevo en El Salvador, Chiapas, Honduras y hoy en Venezuela, Ecuador, Bolivia y Nicaragua.

Hugo Chávez logró en un corto periodo despertar la conciencia de dignidad de un continente y colocar el potencial petrolero al servicio de la unidad latinoamericana, y plasmando los sueños del Libertador Simón Bolívar cristalizo en proyectos estratégicos de integración latinoamericana como lo son UNASUR, la CELAC y el ALBA.

La izquierda venezolana bolivariana, en particular el PSUV, tiene la responsabilidad histórica de garantizar la continuidad del proceso revolucionario venezolano, iniciado en 1999. Vienen desafíos inmensos en los que la derecha venezolana y el imperio trataran de revertir el proceso. Asimismo trataran de romper el vínculo internacional. Viene tiempos de prueba.

La reforma política y electoral

Pedir y agradecer es la relación histórica con el Estado. Comprar y consumir es la relación histórica con el Mercado. Votar y no preguntar es la relación histórica con la mayoría de Partidos Políticos. Creer y obedecer es la relación histórica con la Iglesia. Escuchar y creer es la relación histórica con los Medios de Comunicación. Pedir y obedecer es la relación histórica con el Consultorio Médico.

Memorizar y repetir es la relación histórica con la Escuela. Pedir y agradecer es la relación histórica con la Familia. En definitiva las principales relaciones sociales de nuestra cotidianidad, en lo público y en lo privado, están determinadas por la obediencia ciega a la autoridad constituida. El autoritarismo social, religioso, familiar, educativo, médico, partidario es la regla de oro.

Romper este círculo nefasto es una tarea de largo aliento, pero hay que iniciarla. De eso trata precisamente la reforma política en general y la reforma electoral en particular. El fin es la construcción de hombres y mujeres con una mentalidad creativa y crítica.

Luchadores sociales en las diversas áreas de la vida. El hombre y la mujer nueva, construidos con el barro de este sistema capitalista, pero con la capacidad de remontarse a los cielos de la solidaridad y el compromiso. La construcción de una nueva masculinidad liberada. Y no es una utopía, es parte de nuestra historia. Los conocemos y las conocemos.

El panorama electoral

Al final el peso político y la capacidad de forjar alianzas, de la candidatura de Saca, anuló, bloqueó, eliminó la tímida candidatura de Segovia, que no llegó ni a revelarse públicamente. Es claro hoy que el Presidente Funes inclinará su prestigio hacia su “consejero principal” y esto puede influir decisivamente, inclinar la balanza, en el desenlace electoral. Funes de esta manera desafía a su “aliado estratégico” del Norte y le impone una fría política de hechos consumados. Lo toman o lo toman. ¿Es un cálculo correcto?

Está por verse si la fracción pro-norteamericana y brasileña de la Administración Funes acepta sumisamente esta decisión presidencial de respaldar a Saca y se suma a la campaña azul y blanco; si opta por un boicot silencioso e inofensivo; o decide renunciar a sus puestos y jugárselas por el proyecto que enarbolan hoy exclusivamente desde el PSD. El CD, la TR y la misma UNDPC tendrán que buscar nuevos derroteros.

Por otra parte, parece ser que los candidatos tanto de ARENA como del FMLN se han congelado. Han pasado ya seis meses y continúan en sus mismas posiciones. Y no sería extraño que lo mismo le sucediera a Saca. Su lanzamiento no llenó las expectativas. Y hoy acompaña a los otros dos candidatos en sus visitas territoriales, de manera adelantada e ilegal, en visitas programadas con sus votos duros. Situación preocupante para todos y todas.-
Por Roberto Pineda San Salvador, 7 de marzo de 2013

El Salvador: Crisis del Bloque Histórico. (1ra y 2da.Parte)

Febrero 11, 2013. Nuestro país es estremecido por una crisis que se caracteriza por el derrumbe de un régimen antiguo sin que aparezca el nuevo que lo sustituya. Lo que llamamos crisis está constituida, precisamente, por esta relación entre lo antiguo y superado y lo nuevo que no termina de constituirse.

Esta es una crisis histórica porque expresa la descomposición de lo que se llama bloque histórico, para cuya comprensión resulta necesario usar una metodología que apela a cierta arquitectura. Según ésta, en toda sociedad capitalista hay un diseño que, sin ser visible a simple vista, se compone de una base o infraestructura y de un nivel superior o superestructura.

La base está constituida por la realidad económica, por la relación de las clases sociales con los medios de producción, por todo el fenómeno de la producción de bienes, de la plusvalía y la explotación.

Aquí se encuentra lo que caracteriza a una sociedad en términos económicos; pero, tratándose de sociedades como las realmente existentes, en donde una minoría poderosa oprime y explota a una mayoría sometida, resulta necesario otro nivel que contiene todo el aparataje ideológico que permite a los sectores dominantes, dominar a través del control ideológico de las grandes masas de subordinados. Esto es lo que se conoce como superestructura. Y aquí en esta franja se encuentra el Derecho, el Estado, las llamadas instituciones, las religiones e iglesias, el arte, la cultura y el folklore.

La estabilidad de una sociedad y la seguridad de un control ideológico eficiente dependen de la armonía y relación orgánica entre esta base económica y su superestructura ideológica. Esto quiere decir, por ejemplo, que las leyes que se aprueban han de corresponder a la estructura y a la naturaleza de la economía real y han de estar a su servicio. Que una Corte Suprema de Justicia ha de responder, de la manera más armónica, a esta misma base económica, y sus resoluciones han de asegurar la ideología del sector dominante sobre los dominados. Aquí se trata del dominio, es decir, de asegurar que las ideas que viven en la cabeza de los dominados sean las del sector que domina, o, en otras palabras, que los dominados miren al mundo y entiendan la realidad con los ojos de los dominantes.

Cuando todo este andamiaje funciona, este sector dominante es, al mismo tiempo, dirigente. Pero para eso, necesita usar la figura del consenso y este es todo un aparato ideológico en el que intervienen la educación, la religión, la filosofía y los recursos ideológicos más refinados. Es a través del consenso que los dominados asimilan, aplican, se identifican, con los intereses de los dominantes, y resultan incapaces de toda resistencia y, mucho menos, de toda rebelión.

Cuando empieza a debilitarse este control ideológico y se producen manifestaciones de rebeldía o rebeliones interviene el aparato represivo del Estado que solo actúa cuando falla la ideología, pero funciona siempre como una especie de mano dura de reserva. También se desencadena el mecanismo del Derecho, de los tribunales, de las cárceles y de todo lo que se conoce como fuerzas del orden público.

Es necesario darnos cuenta que en cada rebelión y levantamiento del pueblo hay una derrota ideológica de este aparato, que no logro domesticar a los esclavos, y resulta necesario acudir a la maquinaria represiva. Sin duda que la mayor rebelión de nuestra historia es la guerra de 20 años; pero ésta no es sino la continuidad de un hilo histórico que pasa por la guerra contra los invasores europeos. Pasa por el levantamiento de Anastasio Aquino, por el levantamiento de 1932, y finalmente culmina con la guerra. Como podemos ver se trata de un proceso histórico de acumulación de una capacidad de resistencia y de rebelión y de un proceso de debilitamiento del control ideológico.

Es comprensible que lo que llamamos Estado se corresponda, junto con su Constitución, con una base económica o infraestructura, y una clase dominante es la beneficiaria del orden establecido a sangre y fuego.

Desde finales del siglo XIX, justamente en el marco de las luchas contra la dictadura de los Hermanos Ezeta, una nueva clase social se constituye como una oligarquía cafetalera dominante, y durante más de 100 años, el país, la economía, el Estado, el Derecho y la política toda, fue un reflejo de esta clase dominante. Pero, en el marco de la guerra de 20 años, los cafetaleros pierden el control de la economía y también del aparato del Estado. Aquí resulta necesario explicar que estos dos tipos de control, el económico y el del aparato del Estado, se complementan y se requieren, porque ese control estatal le garantiza al sector dominante los mejores negocios, las mayores utilidades, una legislación adecuada a sus intereses, los gobernantes conveniente y la capacidad de sofocar cualquier intento de alterar este orden de cosas. Para todo esto, necesitan el control del aparato estatal, y muy especialmente de sus fuerzas armadas y sus policias. Pero, este control solo es posible en la medida en que la economía esté controlada por este sector. Así ocurrió por largas décadas con el café, como un exclusivo producto de exportación, y con los cafetaleros como amos y señores, en nuestro pequeño país.

Cuando los precios internacionales del café se derrumban, todo el control clasista también se derrumbó, y entonces, la necesaria armonía entre una base económica y una superestructura, se quiebra.

Bloque histórico es el nombre que se le da a esa relación orgánica, armónica y dialéctica entre base y superestructura. Muy vinculado a este bloque histórico funciona lo que se llama bloque de poder que contiene el sistema de alianzas y acuerdos necesarios para ejercer ese poder.

Al romperse el poder oligárquico cafetalero, la base económica entra a una situación de deriva porque una parte de éstos se hacen banqueros, solo una parte, y aquí estamos frente al capital financiero, que diseña un país a su imagen y semejanza; pero luego, los bancos son vendidos a la banca internacional, y llegamos a un momento como el actual, en donde la riqueza del país es controlada por empresas transnacionales, y en todo este proceso resulta que el mundo superestructural es el mismo que se correspondió por décadas con una base económica cafetalera. Al desaparecer esta base, desaparece el encuentro necesario entre esa superestructura y su base económica. Al mismo tiempo, no aparece una nueva clase dominante que sustituya a los cafetaleros, y el bloque de poder que aseguraba su dominio, también se descompone. Esto es lo que explica los desencuentros hasta escandalosos entre una parte del aparato institucional y otras instancia, como el conflicto entre la Sala de lo Constitucional dela Corte Suprema de Justicia y la Asamblea Legislativa.

II

Febrero 26. La situación de crisis histórica del país nos presenta un panorama en donde la base económica no se corresponde con el universo superestructural y todo esto carece, entonces, de sustentación, hasta que la evolución y el desarrollo de esta crisis permitan que en el sector dominante se perfile una fracción que sea la que domine el bloque. Esto está pendiente, pero no totalmente, como veremos.

Es aquí, en la superestructura, donde reside la sociedad civil y la sociedad política. La primera es todo el sistema de dominio ideológico que permite al sector dominante o al dirigente, imponerse efectivamente al sector dominado. Cuando además de dominante resulta ser dirigente, no necesita de la represión porque en esas circunstancias se asegura lo que se llama consenso y éste es el instrumento que permite al dominante que el dominado lo sea efectivamente, sin ningún riesgo ni posibilidad de producirse ninguna rebelión e inclusive ninguna protesta o reclamo, porque cuando hay consenso, los dominados están de acuerdo en ser dominados por esos dominantes, por eso es que se habla de sector dirigente y no solo dominante.

Esta precisión nos permite darnos cuenta que en la historia política de nuestro país, los sectores dominantes nunca han sido dirigentes porque siempre la sociedad civil, que es el ámbito donde se afianza la hegemonía, ha usado de la represión, es decir, de la sociedad política o Estado, para imponer su dominio, y esto explica el permanente Estado de rebelión que caracteriza nuestra historia.

A esta relación de sociedad civil y sociedad política es justamente a lo que llamamos Estado porque el dominio ideológico y el domino represivo se conjugan, imponiendo lo que se llama orden público, que es el conjunto de leyes, reglamentos, acuerdos, providencias y decisiones tomadas para asegurar que un determinado orden sea alterado ni mucho menos sustituido por otro.

No es difícil darse cuenta que la guerra de 20 años expresa una significativa derrota ideológica del sector dominante, aunque al finalizar esta guerra, el país haya entrado en un momento especial en donde el poder político alcanza un dominio y control sobre la subjetividad de la población que no se había alcanzado en otro momento histórico.

Los sectores dominantes usaron para eso dos recursos ideológicos: el primero fue el de la paz y el segundo fue el de la idea que el pueblo estaba en el poder. Veamos esto más despacio.

La idea de la paz sirvió para eliminar a la post guerra que, al ser sepultada, en una especie de asesinato histórico, fue sustituida por la bandera de la paz superviniente de manera automática por el fin de la guerra, que fue convertida en un bien cuasi sagrado al que había que proteger de toda lucha, de todo reclamo, de toda turbulencia social, de tal manera que el pueblo debía cuidar esa paz como se venera a los dioses, aun a costa de sus propios intereses.

La segunda idea resulta también decisiva porque cuando el pueblo aparece tomando el poder en la figura de alcaldes y de diputados, se está construyendo una maquinaria como la que efectivamente se construyó, que maniató la inteligencia política, el espíritu y las manos del pueblo, que al creer que efectivamente estaba en el poder, renunció a sus luchas, desmanteló sus organizaciones y pasó a confiar en que arriba, en los órganos de poder, y en el cielo político, el pueblo estaba garantizado en sus intereses y ya no era necesaria ni la lucha ni la protesta.

Este aparato logró desmontar la psicología y la voluntad de lucha de todo el pueblo, mientras en el país se montaba, efectivamente, una economía, una educación, una salud, una agricultura, neoliberal, y cuando en el planeta se derrumba esta lógica y hay un quiebre del capitalismo estadounidense y del europeo, toda esta política queda descubierta.

Es, en estos momentos, cuando el partido FMLN, en medio del derrumbe neoliberal planetario, llega al gobierno, luego de ganar las elecciones presidenciales con la candidatura de Mauricio Funes, y ocurre que este candidato, ya como presidente, no entrega al partido FMLN el control del aparato del Estado, tampoco acepta ningún sometimiento ni dirección, y mucho menos funcionar como aliado o amigo de ese partido.

Es, en esas circunstancias, que el partido FMLN se hace un simple partido gubernamental, así como ARENA, el PCN o el PDC; en tanto que Mauricio Funes hace un gobierno que no altera ni la política ni la manera de hacer política de los anteriores gobiernos areneros, sin alterar ni la economía, ni la educación, ni la salud.

Es aquí, en este marco histórico, en el que movido por factores externos, se produce una acumulación de capital dentro del proyecto Alba petróleos, que permite a la cúpula del partido FMLN transformarse en una clase social burguesa que consolida cada día su poder económico y su control de distintas áreas de la economía, con varias características que pasaremos a referir en un próximo artículo.

No hay democracia sin protesta

Entrevista a Roberto Gargarella por Esteban Rodríguez.Roberto Gargarella es abogado y sociólogo, profesor de “Derecho Constitucional” en las universidades Torcuato Di Tella y la Nacional de Buenos Aires. Es autor de una prolífica obra, que
abarca libros como “Nos los representantes. Crítica a los fundamentos del sistema representativo” (1995); “La justicia frente al gobierno” (1996) y “Crisis de la representación política” (1997); “Teorías de la justicia después de Rawls” (1999); “Razones para el socialismo” (2002); “Derecho y grupos desaventajados” (2003) y “Nuevas ideas republicanas” (2004). Este año publico tres libros: “Los fundamentos legales de la desigualdad. El constitucio nalismo en América”; “Crítica de la Constitución: su zonas oscuras” y “El derecho a la protesta. El primer derecho” (publicado por la editorial Ad Hoc).

Lo que sigue es la conversación que mantuvimos con Gargarella con motivo de la presentación del libro “El derecho a la protesta”, a fines de septiembre en la facultad de Ciencias Jurídicas y Sociales de la UNLP, en un encuentro organizado por el colectivo “De eso no se habla” que integran distintas organizaciones de DDHH y académicas de la ciudad, entre ellas el CIAJ (Colectivo de Investigación y
Acción Jurídica), PMI (Pensamiento Mínimo Indispensable), INIDES y la revista virtual derechopenalonline.

-Empecemos con una pregunta un tanto obvia, o mejor dicho, que no debería ser tan obvia, pregunta que creemos saber de memoria, pregunta que ya no cabe formularla como pregunta, pero que en las condiciones que nos toca nos vemos llevadas a formularla otra vez. ¿Qué es la democracia?
-Bueno, primero hay que decir que el de democracia no es un concepto obvio. Se trata de un concepto que merece ser enmarcado dentro de una idea más general, que es el principio de que todos somos moralmente iguales. Al respecto, tiene
sentido pensar a la democracia no como un fin en sí mismo sino como es un instrumento que sirve pa ra honrar ese ideal de que somos todos iguales
moralmente, de que todos valemos lo mismo. Este compromiso se traduce, políticamente, y ante todo, en el principio de un hombre-un voto. Económicamente, sin embargo, el mismo no ha encontrado traducción, ya que en dicha esfera la decisión de algunos pesa muchísimo más que la de otros. De modo que si la democracia quiere honrar este principio de igualdad hay que decir que
tenemos una democracia imperfecta. Imperfecta no solo desde la economía sino también desde la esfera política porque la igualdad no se agota en el voto periódico. Puede ser que el voto universal sea un excelente comienzo pero es sólo eso, un comienzo.
-¿Por qué dice usted que el rasgo constitutivo de la democracia no es el consenso sino el disenso?
-Claro, en un sistema institucional como el nuestro delegamos la toma de decisiones, delegamos el control de los recursos económicos, delegamos el uso de la violencia, el monopolio de la fuerza en el Estado, lo mínimo que podemos hacer es preservarnos el derecho de criticar a aquellos en los que hemos delegado todo. Mucho de lo más importante de nuestras vidas está en manos de otros. Por
eso es que me parece importante reclamar el derecho a la protesta como un derecho esencial. De allí que lo podamos llamar el “primer derecho”.

-¿Por qué el derecho a la protesta es el primer derecho?

-Porque es la base para la preservación de los demás derechos, si esto falta hay razones para pensar que todo lo demás puede caer. Si esto no falta, uno puede reclamar por todo lo demás. En el núcleo esencial de los derechos de la democracia está el derecho a protestar, el derecho a criticar al poder público y privado. No hay democracia sin protesta, sin posibilidad de disentir, de expresar las demandas. Sin protesta la democracia no puede subsistir.
-¿Qué es la criminalización de la protesta social?

-Es pensar la protesta a partir del derecho penal y además pensarla dando una cierta respuesta que apunta al hostigamiento, la hostilidad institucional
hacia la protesta. A mi me parece que los dos puntos son errados, primero porque la protesta merece ser pensada desde otro lado, sobre todo cuando hablamos de protestas vinculadas con derechos fundamentales sistemáticamente violados. Y
segundo, y para aquellos que quieren pensar la protesta desde el código penal, lo que ya de por sí es un error, porque el código penal también prevé much
as herramientas y la selección de herramientas que se hace también es indebida. – Otra cosa que discute en el libro es el lugar que la justicia en general tiene que asumir frente a la protesta social. ¿Por qué la misión principal de los jueces es proteger a la protesta social? – Nuestro sistema institucional, con todas las imperfecciones que tiene, fue organizado para representar a las mayorías y a las minorías. Nosotros delegamos en el poder político la posibilidad de representar a las mayorías y hemos separado al poder judicial del poder político y de la ciudadanía porque nos interesa preservar a las minorías. La primera misión del poder judicial es la de proteger a las minorías. De allí que los jueces no estén sujetos a la elección ni a la remoción populares. Por más que el humor mayoritario cambie, debe haber instituciones destinadas a garantizar los derechos de las minorías. Por eso si el poder judicial no toma partido por las minorías desaventajadas, no hay razones para pensar que los vaya a proteger algún otro grupo o sector.
¿Cuáles son las teorías que se pueden utilizar para fundamentar esta posición?
-Muchas. Creo que la defensa robusta de un derecho a la protesta puede fundamentarse tanto desde una teoría de la democracia como desde una teoría de la justicia, como vimos recién. Pero también puede fundamentarse desde una teoría de los derechos, una teoría acerca de la necesidad de preservar ciertos intereses fundamentales o una teoría acerca de la interpretación constitucional.
-Mucho se ha escrito sobre la protesta social, pero me parece que una de las novedades de tu libro a la hora de pensar la protesta, uno de los aportes, tienen que ver con que no se necesitaría salirse de las reglas de juego para discutir la criminalización. Quiero decir, las argumentaciones que puedan utilizarse para defender a la protesta no necesitan recalar en teorías inscriptas en un paradigma
crítico, en el socialismo por ejemplo, sino que bastaría con hacer hincapié en las instituciones que tenemos. Se propone, si se puede decir en estos té
rminos, desde una suerte de liberalismo radical,
una defensa republicana de la protesta social.
-Bueno, sí, sucede que hay una pobreza en las respuestas que se dan frente al problema de la criminalización, respuestas que además son contradictorias con muchas cosas que dice la Constitución. Y son tan obviamente contradictoria
s que uno no necesita montarse en un discurso de ultra izquierda, ni embanderarse con nada para discutir la respuesta de la criminalización. Basta con pensar simplemente a la Constitución como un pacto básico. Esto no quiere decir que uno no tenga su propia ideología, pero como todo lo que ocurre, todo lo que se dice es tan escandaloso –escandaloso desde un punto de vista muy modesto, común y compartido que es cómo pensamos el pacto mínimo que tenemos frente a nosotros, que es la Constitución- que para discutir la criminalización basta con apoyarse en ese pacto básico. Por supuesto, si queremos ir más allá, podemos ir mucho más allá y podemos ser muchísimo más exigentes y muchísimo más duros respecto de lo que se está haciendo y lo que están diciendo nuestros doctrinarios y jueces. Pero como están las cosas, es tan malo lo que tenemos enfrente que con lo elemental es más que
suficiente para ser críticos.
-Uno de los argumentos más escuchados, que se utilizan para criminalizar, que aportan el consentimiento social para que el gobierno decida la criminalización de la protesta es “el derecho de uno termina donde empiezan los de los demás.” ¿Qué diría al respecto?
-Sí, es una consigna ridícula, es una frase que no dice absolutamente nada. Es más, alguien que quiera defender la protesta podría decir lo mismo: “coincido, sus derechos terminan donde comienzan los míos, entonces por qué usted no respeta mis derechos sociales.” Por eso digo que es una frase que no dice nada, es una frase que se puede usar para lo que se quiera. Todo lo que importa es lo que debe venir después de pronunciarla. Sin embargo lo notable es que muchos jueces, inclusive en
las más altas instancias de la magistratura, se apoyan en ella para dar por terminada la discusión apenas la han comenzado.

-Justamente en tu libro señalas que hay cierta pereza intelectual, cierto tipo de modorra teórica en los jueces y en los fiscales a la hora de caracterizar la protesta social, pero digo ¿no habría también un
ensañamiento de clase en la discrecionalidad de estos jueces?
-La idea de pereza es una idea generosa, en realidad habría que ser más drásticos. En muchos casos lo que hay es clasismo, prejuicios, ignorancia. Y esto se nota en las decisiones que toman las más altas instancias judiciales, pienso por ejemplo en algunos de los fallos de la Cámara de Casación Penal, son fallos clasistas. Uno no quisiera usar este término, pero no creo que haya una buena alternativa al mismo. Basta leer esos fallos para darse cuenta de la ausencia de argumentos, de la falta de esfuerzo por ser claros, por ser persuasivos, para hacernos entender cómo es que piensan los derechos. Basta leer esos fallos, también, para darnos cuenta de la brutalidad con la que muchos jueces piensan la idea de democracia, la tosquedad con la que se acercan a la idea de Constitución.

Son problemas, a mi juicio, que parten entre otras razones, del pensar el derecho desde el punto de vista del derecho penal. Típicamente, cuando se piensa
la protesta social con el código penal en la mano la pregunta que uno comienza a hacerse (desde la derecha o desde el progresismo penal) es qué nivel de castigo es el nivel de castigo adecuado. Por el contrario, cuando se la piensa desde la Constitución la idea es exactamente la contraria, o sea, qué nivel de protección requieren ciertos derechos y ciertos sectores que carecen de ellos, qué derechos queremos priorizar, cómo queremos vivir juntos. Son preguntas totalmente distintas, por más que las respuestas que se dan, aún desde el derecho constitucional, puedan ser muchas veces malas respuestas. Pero, en general, si desde la Constitución se busca proteger la libertad de expresión, el derecho a protestar, la crítica de la minoría, desde el código penal por el contrario lo que se bu
sca es pensar sobre los niveles adecuados del reproche y la represión estatal.
-Sabido es que la justicia no es un terreno para resolver los conflictos sociales, sin embargo, puede la justicia transformarse en un mecanismo institucional para fomentar el diálogo entre el gobierno y estos sectores desaventajados.
-Bueno, como la interpretación de la Constitución da margen para todo, como la interpretación del código penal da margen para todo, como el poder de
los jueces es tan extraordinariamente amplio, hay márgenes de maniobra amplísimos. Hay espacio para que los jueces no razonen o que razonen brutalmente, como hay espacio para que digan algo in teresante. La justicia está en condiciones de
hacer cosas muy distintas pero no las hace, entre otras razones, por como está compuesta, no lo hace por los incentivos que tiene, no lo hace por
las tradiciones que la anteceden, por los precedentes por los que alega estar constreñida (lo que no es cierto, porque también hay precedentes para todo). O sea, la justicia tiene margen para situarse de una manera totalmente distinta, pero no lo hace. Si los jueces se preocuparan por estudiar teoría de la democracia, teoría de los derechos, teoría de la interpretación constitucional, teoría de la justicia, fácilmente llegarían a conclusiones opuestas a las que hoy llegan.
-Qué piensa de la actitud que está tomando el gobierno actualmente con los piqueteros? ¿Se puede hablar de una militarización o una tendencia a militarizar a la protesta social?
-Este gobierno no es un gobierno principista, como no lo ha sido casi ninguno. Es, como otross, oportunismo con desdén hacia los derechos fundamentales. Es preocupante, por no decir indignante, que el problema que se plantee tenga que ver con los niveles de queja que hay y no con las razones de la queja, con las formas de salir a rescatar a aquellos que tienen legítimas demandas en nombre de derechos constitucionales.

La protesta social: estado, genocidio económico y demanda de ciudadanía.
Por Esteban Rodríguez

La protesta social en la Argentina contemporánea,
en sus diferentes expresiones, se trate de un
piquete, de una toma de tierra, de la ocupación
y recuperación de fábricas
, de los escraches de
HIJOS, o las huelgas de los empleados estatales, puede ser percibida de tres maneras que no son
excluyentes.
En principio, puede ser entendida como una disputa
por el sentido que eventualmente puede llegar a
asumir el Estado en las relaciones sociales. Más allá de que tome o no tome el poder, siempre
estarán en juego el sentido que asume las relaciones sociales que componen eso que solemos llamar
Estado. Prohibir la protesta social, sea a través de la
cooptación, la criminalización o la judicialización,
sea a través de la represión (con la “saturación policia
l”), es excluir a la masa marginal de la disputa
por el “color” que puede asumir el Estado.
En segundo lugar, puede ser percibida como una denuncia del genocidio económico. En efecto, el
telón de fondo de la irrupción de la multitud es la
violencia que sistemáticamente ejerce el Estado
cuando gestiona la vida que no vale, esto es, cuando administra la muerte. De allí que la protesta
social pueda ser percibida, también, como una de
nuncia del genocidio económico llevado a cabo por
el Estado Malestar; una protesta que está para echa
r luz sobre la muerte en vida, para visualizar la
muerte que llega todos los días un poco. Porque como decía Michel Foucault, muerte no es
solamente la muerte directa sino todo aquello que estaría creando las condiciones para la muerte.
Muerte, también, es la muerte indirecta.
La muerte entonces, no es solamente
la muerte que llega con la desa
parición, el gatillo fácil, los
escuadrones de la muerte o la tortura, que sigue al orden del día en las comisarías y en las prisiones
argentinas. Muerte también, es todo aquello que está creando las condiciones para actualizar la
muerte. La falta de salud (de medicamentos, insumos o camas en los hospitales o de salitas
sanitarias o primeros auxilios, de médicos o enferm
eros), la falta de trabaj
o digno (el hambre, la
desnutrición), la falta de vivienda, de previsión soci
al (seguros de desempleos o jubilaciones dignas),
la falta de infraestructura urbana (agua potable, luz,
gas, red cloacal, desagües, etc.), la falta de
equipamiento (escuelas, espacios de recreación y es
parcimiento), todo eso es muerte porque está
creando y reproduciendo las condiciones para actualizar la muerte.
Cuando la muerte se vive en cámara lenta, va calando los huesos de a poco, la protesta social es la
manera de hacer visible lo que sucede de una manera invisible, o mejor dicho, lo que tiende a pasar
desapercibido tanto para los medios masivos de comuni
cación como para su interlocutor favorito, la
opinión pública que, entrenada por generaciones frente al televisor, sabrá tomar distancia hasta la
indolencia, o muñirse de prejuicios hasta la descalif
icación. Al fin y al cabo, la pobreza solo merece
televisarse cuando se muestra compungida, resignada; pero cuando muestra los dientes o se tapa el
rostro, cuando se mues
tra masiva, se organiza, entonces pa
sará a ser el enemigo número uno, una
clase peligrosa, y el periodismo nos invitará una vez más a prestar nuestro consentimiento para que
el Estado tome cartas sobre el asunto. Porque no habrá Estado malestar sin consenso social. El
consentimiento que la opinión pública presta diariamente ante la interpelación del periodismo
consensual que no deja de asediar con sus cobertu
ras desconstextualizadas, crea las condiciones
constitutivas para la gestión de la exclusión social y la disolución de la puesta en común.
Finalmente, en tercer lugar, la protesta social
puede ser percibida como una demanda de ciudadanía.
Esta es la opinión de Roberto Gargarella en su lib
ro “El derecho a la protesta”. Según Gargarella, la
protesta social constituye una demanda concreta de ciudadanía. Cuando la marginalización social,
esto es, la desindustrialización, la ruptura de la sociedad salarial, la desindicalización, sumada al
desmantelamiento del Estado Social, constituye un proceso de desafiliación o desenganche que se
materializa en una pérdida de derechos (que nosotros llamamos proceso de desciudadanización), la
protesta social puede ser percibida, antes que nada,
como el derecho a tener derechos, la posibilidad
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de volverse ciudadanos otra vez.
“El derecho a protestar aparece así, en un sentido importante al
menos, como el primer derecho: el derecho a exigir la recuperación de los demás derechos.”
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Se sabe que la democracia es el gobierno del pueblo, pero para que el pueblo pueda autogobernarse
es necesario, por un lado, el
activismo cívico, esto
es, la posibilidad de comprometerse en los
problemas que involucra en tanto ciudadano. En segundo lugar, esa ciudadanía para poder
comprometerse tiene que tener la posibilidad de expr
esarse concretamente, sea para manifestar sus
demandas, sea para controlar a las instituciones. Ah
ora bien, la pregunta que se hace Gargarella es
la siguiente: ¿cuáles son las cond
iciones institucionales que tiene el pueblo para expresarse? Está
claro que una posibilidad es a través del sufragio, las “piedras de papel”. Sin embargo, en una
sociedad con los problemas sociales y políticos que tiene no se puede acotar la democracia al
sufragio electoral. Sobredimensionar el lugar que tiene el voto en la democracia contemporánea,
implica clausurar o excluir de la discusión a
las minorías mayoritarias. En un contexto de
pauperización, de pobreza, se produciría un déficit de representación que redundaría en un
agravamiento de la actual crisis de
gobernabilidad. En ese sentido el si
stema electoral se vuelve torpe
para canalizar las demandas.
Otra manera que tiene el pueblo de expresarse es a través de los medios masivos de comunicación.
Sin embargo, en una sociedad donde los medios masivos de comunicación resultan prácticamente
inaccesibles para las grandes mayorías minorita
rias, la manera de hacer visible las demandas
sociales tampoco puede quedar circunscripta a la re
cepción por parte de los medios. Dice Gargarella:
“Aquellos que no controlan la televisión o la radio, aquellos que no tienen la capacidad económica
para expresar sus ideas a través de los periódicos o
hacer circular elaborados panfletos, puede llegar
a tener un acceso muy limitado a los funcionarios públicos.” “Es claro que quienes cuentan con
mayores recursos cuentan con mayores capacidades
expresivas y que ello influye necesariamente a
la hora de discutir cuestiones de interés común. Es claro que si la comunicación pública se organiza,
como hoy en la Argentina, a partir de la cantidad de dinero que tenemos o que somos capaces de
generar, entonces, las ideas populares, por definici
ón, van a tener problemas para circular (…)
Resulta claro que los políticos que tienen más chances de llevar sus mensajes más lejos y a más
personas son aquellos que cuentan con un mayor respaldo económico detrás, y no los que tienen
ideas potencialmente más activas.”
2
Ante esas circunstancias, según Gargarella, la manera de expresar la demanda de ciudadanía, de
reclamar los derechos que formalmente alguna vez prom
etió el Estado, es a través de la constitución
de foros públicos, que a veces podrán celebrarse en determinados recintos pero otras veces dicha
reunión se realizará en la calle o en una plaza pública. De hecho, estas formas de expresión, no son
una invención de los piqueteros. Hay una larga tradición de lucha en la Argentina que ha hecho de
estos lugares una caja de resonancia para canaliz
ar las demandas. Vaya por caso los trabajadores
organizados en la FORA a principios del siglo XX pero también los trabajadores movilizados por
Perón y la CGT o las movilizaciones de los estudi
antes en la década del 70. En definitiva, según
Roberto Gargarella, la protesta social contemporáne
a, sobre todo, el corte de rutas, la ocupación de
espacios públicos, constituye la posibilidad concreta que tienen los sectores desaventajados de
expresar sus demandas. De allí que el derecho a la
protesta sea el primer derecho, es el derecho que
llama a los otros derechos, la oportunidad que tienen las mayorías minoritarias de ser tomadas como
actores sociales otra vez, de recuperar una
voz que los vuelva a ser tenidos en cuenta.
1
Roberto Gargarella
;
El derecho a la protesta. El primer derecho
, Ad Hoc, Bs. As., 2005, p. 19.
2
Roberto Gargarella
,
El derecho…,
p. 31 y 142 respectivamente.

El Salvador: el reino de arena y la princesa desairada

25 de febrero de 2013 “La princesa está triste…Qué tendrá la princesa?
Los suspiros se escapan de su boca de fresa…” Rubén Darío

El propósito principal de la última convención de Arena del 14 de febrero fue el de legitimar hacia futuro una posible alianza de la derecha con el hasta hace poco nasciturus Antonio Saca. Esta es la condición sine qua non impuesta por los donantes areneros para respaldar la débil, complicada y hasta el momento desfinanciada campaña de Norman Quijano, a la que se suma René Portillo Cuadra.

Y esto obligó a una profunda recomposición de la cúpula partidaria, abriéndole la puerta a una mayor presencia de las fracciones vinculadas a Calderón Sol principalmente, pero también a Flores y al sector vinculado al holding Poma y reduciéndole el margen de maniobra a Cristiani.

Se equivocan los que piensan que ARENA ha quedado debilitada. Al contrario, se prepara hoy de manera unificada y con una clara visión estratégica a enfrentar el desafío de evitar a toda costa un segundo gobierno del FMLN, incluso negociando con Saca. Esto explica la telenovela.

La princesa desairada

¿Quién manda en ARENA? les gritó Ana Vilma indignada al conocer que Quijano finalmente cedió por presiones de Cristiani a colocarla en el nuevo COENA como se había comprometido a hacerlo. Lo mismo le pasó a Salguero Gross, una de las principales matronas areneras, que cuestionó acremente la presencia de los tres expresidentes en la nueva CP.

Ni su mismo paisano hoy ocupando la presidencia del COENA, pudo abrirle la puerta. Ni el mismo candidato Quijano. El veto era inamovible. Ana Vilma se ha convertido en una amenaza para la dirección arenera, y esta al borde del precipicio, por lo que es y por lo que representa. Fue el choque de dos planetas.

En los partidos y las iglesias, y en la sociedad en general, se prefiere la dulzura de las fieras domesticadas a la belleza de las fieras salvajes. Y de esto puede dar testimonio fiel el teólogo Ratzinger. Pero violinistas somos y en la orquesta tocamos. Y la derecha tendrá seguramente Ana Vilma para rato.

El monarca desplazado

Cristiani logró revivir a un muerto llamado Arena y es una gran hazaña. Históricamente los partidos de gobierno al fracasar, perecen. Esa fue la historia del PRUD, del PCN, del PDC, vinculados los dos primeros a la dictadura militar y el último a la guerra de contrainsurgencia. Pero en el caso de ARENA la savia oligárquica le permitió al fénix renacer de sus cenizas.

Pero se niega Cristiani a aparecer negociando con Saca, aunque aprueba el hacerlo. Aquí es donde entra Jorge Velado para jugar ese papel. Es un delicado rol que lo puede condenar a la gloria o al cadalso. Suerte tienen Cristiani y Velado que ya no está al frente el Mayor.

El dragón de dos cabezas

La solución encontrada en Arena para resolver la crisis de representatividad no parece ser la más feliz, pero es lo decidido: construir un dragón con dos cabezas que vomite fuego contra sus adversarios políticos y que tienda una mano amistosa hacia sectores de la sociedad civil.

Velado necesitara poner a prueba sus destrezas ejecutivas y sus seguros respaldos para garantizar que su espíritu de empleado se trasforme en espíritu de jefe, y que pueda enfrentarse de manera adecuada al “príncipe de la paz” y salir triunfante de esta lid. Esto es un reto para la derecha empresarial porque a contrario sensu el cambio sería meramente formal.

El peligro radica en que una cabeza del dragón “ en campaña” vomite fuego contra la otra y terminen enredados en una pugna intestina que termine hiriéndolos y desangrándolos hasta conquistar la derrota. Ojala que así sea pero no está asegurado.

El castillo del Mayor

Hay un reacomodamiento de fuerzas al interior de ARENA, que al igual que el FMLN, es una federación de diversas agrupaciones unidas por un origen histórico común, en este caso por orientación ideológica de derecha, por un acuerdo político de posiciones programáticas y por una línea de acción táctica y estratégica.

Las principales fracciones actuales al interior de ARENA se aglutinan alrededor de los tres primeros expresidentes y de una fracción vinculada a un sector oligárquico, el holding Poma. La fracción hegemónica hasta este mes fue la de Cristiani y continúa manteniendo una fuerte presencia, desafiada hoy por la alianza entre la fracción de Calderón Sol y la del Grupo Poma. En el periodo anterior a Cristiani, la fracción del expresidente Saca era la hegemónica.

En el caso del FMLN, su origen histórico se encuentra en las cinco fuerzas político-militares de principios de los años setenta que se unificaron en octubre de 1980. El 11 de noviembre de 2004 con la elección de Milton como Coordinador General se consolida como fuerza hegemónica la alianza entre sectores del PCS y de las FPL, aglutinados en la antigua Corriente Revolucionaria Socialista, con presencia simbólica de las otras tres fuerzas fundadoras del FMLN. Y pronto vienen elecciones.

Regresando a ARENA, sus orígenes mediatos se encuentran en la respuesta combativa de sectores terratenientes y de la oligarquía agro-exportadora al intento que realiza en 1976 el presidente Molina, del PCN, por impulsar una tímida “transformación agraria.”

Es en este momento que surge FARO y otras instancias de naturaleza reaccionaria. Es en estos espacios que hacen sus primeras experiencias los que después serían los fundadores de ARENA, ya bajo la conducción combativa del Mayor Roberto DAubuisson.

Estos sectores observaron preocupados en los siguientes años el surgimiento de un poderoso movimiento de masas que crecía y se radicalizaba. Y a partir del golpe de estado del 15 de octubre encontraron un líder que supo encausar la necesidad de enfrentar a las fuerzas de la revolución: DAubuisson.

Y lo hicieron a dos niveles: mediante el apoyo a fuerzas paramilitares desde los mismos cuerpos de seguridad (escuadrones de la muerte) y a través de la construcción de frentes políticos como el Frente Amplio Nacional, y finalmente ya en septiembre 30 de 1981con la creación de ARENA.

En ARENA como fuerza política podemos identificar seis grandes periodos: el periodo inicial desde su fundación (1980) hasta la conquista del gobierno en 1989; el periodo del primer gobierno presidido por Cristiani (1989-1994), el periodo del segundo gobierno presidido por Calderón Sol (1994-1999); el periodo del tercer gobierno presidido por Francisco Flores (1999-2004); el periodo del cuarto gobierno presidido por Antonio Saca (2004-2009); y este último periodo de regreso a la oposición (1989-1913).

El núcleo inicial de ARENA estuvo formado por terratenientes y militares, sometidos a la voluntad mesiánica de DAubuisson. En 1982 el Mayor logra el control de la Asamblea Legislativa pero luego es derrotado en 1984 en su intento de conquistar la presidencia, por el democristiano José Napoleón Duarte.

Ese mismo año de 1984 surge un nuevo sector aglutinado alrededor de Alfredo Cristiani, quien proviene del partido Acción Democrática. Este sector logra que DAubuisson se aparte y permita la candidatura presidencial de Cristiani en 1988. Ceder para sobrevivir. Y Cristiani se convierte en el primer presidente arenero en 1989 al derrotar al democristiano Fidel Chàvez Mena. Aunque le imponen en la vicepresidencia al “duro” Francisco Merino.

Hay un desplazamiento del grupo fundador y logra hegemonizar el Grupo Cristiani. Esto se fortalece en 1991 con la enfermedad terminal de DAubuisson que lo lleva a la tumba al año siguiente, a los 45 años. Cristiani proyecta una nueva imagen, moderada, modernizante.

Y en su presidencia logra cinco grandes proyectos con un profundo impacto sobre el rumbo del país: el principal fue firmar la paz en 1992 con el FMLN. El segundo sanear la banca estatal y luego privatizarla, y en el proceso apoderarse del Banco Cuscatlán. El tercero cerrar el IRA para favorecer a sus compadres de los supermercados. Cuarto, hundir la agricultura para propiciar la importación de granos básicos. Y por último vacunarnos con el IVA para favorecer a la oligarquía.

Pero también enfrentó el embate de los “duros” de su partido que intentaron a finales de julio del 89 darle un golpe, debido a que rechazo al general Bustillo como Ministro de Defensa y se decantó por su amigo el coronel Ponce. Así era “mi Mayor.”

Pero ya en 1993 el entonces alcalde de San Salvador, Armando Calderón Sol, nieto de un conocido militar genocida del 32, irrumpe con fuerza y se convierte en el segundo presidente de ARENA. Cristiani le declara una guerra silenciosa desde dentro del aparato gubernamental. Pero se crea un nuevo grupo de poder, en disputa con Cristiani y con los “hombres de DAubuisson” ahora llamados maneques.

Calderón Sol impone a Juan José Domenech, el entonces dueño de La Despensa de Don Juan como presidente del COENA y es asesorado por los economistas Juan José Daboub, hoy un funcionario del Banco Mundial y Manuel Enrique Hinds, columnista de La Prensa Gráfica.

Calderón Sol junto con estos “brillantes economistas” privatizaron servicios esenciales como son la telefonía, la distribución de la energía, y los fondos de pensiones, y mediante estas medidas debilitaron profundamente al estado, en sintonía con la doctrina neo-liberal.

En 1998 Calderón Sol se adelanta y sorprende al Grupo Cristiani al proponer a Francisco Flores como candidato. Flores luego se libera del yugo calderonista y forma su propia corriente. Gana la presidencia y durante su represivo gobierno se pretendió privatizar el sistema de salud, pero la actitud beligerante de los médicos y sectores populares le privaron de esta hazaña. Pero si logró imponernos la dolarización así como un lesivo tratado de libre comercio con los Estados Unidos.

En el 2003 Antonio Saca, locutor deportivo, lanza su candidatura en ARENA y logra derrotar en primarias incluso a Calderón Sol. Y también luego derrota en los comicios presidenciales de 2004 al líder histórico de la izquierda, a Schafik Handal. Es un gobierno que inicia un proceso profundo de endeudamiento del estado, el cual disfraza mediante programas de subsidios a sectores populares.

Saca impone en 2008 como candidato presidencial de ARENA al exdirector de la PNC, Rodrigo Ávila, que enfrenta al candidato del FMLN, el periodista Mauricio Funes, y es derrotado. ARENA pierde la presidencia y esto provoca un cisma que incluso comprende la expulsión de Saca de ARENA y la llegada de Alfredo Cristiani a tomar de nuevo el timón partidario. Saca se ve forzado a crear el partido GANA.

En septiembre de 2012 Norman Quijano, alcalde reelecto de San Salvador es proclamado como candidato presidencial de ARENA para las elecciones de 2014. En febrero de 2013 se proclama al secretario general de la UTEC, René Portillo Cuadra, como su compañero de fórmula.

Los bienaventurados bancos

Un antiguo proverbio oriental enseña que si conoces quienes son los dueños de tus bancos, sabrás en que país vives. Y en El Salvador los dueños de los bancos, al menos de tres de los cinco principales son de capital colombiano.
Representan el 53 % de los activos totales del sistema financiero.

El Banco Agrícola es desde el 2006 de Bancolombia. El BAC Credomatic Centroamérica es desde 2010 del Banco de Bogatá. Y en 2012 Davivienda compró el HSBC, que antes se llamó Banco Salvadoreño.Los otros dos son de capital canadiense ( Scotiabank) y estadounidense (Citibank). Los ingleses (HSBC) vendieron y se fueron.

Y la principal línea aérea es la colombiana Avianca. Y ASESUIZA fue comprada por el Grupo Sura. Y hasta Dipsa es hoy propiedad del Grupo Carvajal. Eso significa que como movimiento popular tendremos que empezar a pensar en planificar marchas hacia Bogotá.

Y es que como resultado de la visión “nacionalista” del expresidente Flores nos impusieron el TLC con Estados Unidos y desde entonces, la oligarquía se desprendió de sus bancos como en un barco que se hunde. Y sorpresivamente no vinieron al rescate los mexicanos, ni los brasileños, sino que fueron los bondadosos colombianos.

Horizonte electoral

Parece ser que el próximo derbi electoral no será de tres, sino de cuatro contendientes. Interesante. Es una apuesta a romper con el bipartidismo predominante desde 1994. Los dos nuevos personajes que se lanzan al ruedo son el expresidente Saca y el secretario técnico de la presidencia; Alex Segovia.

En el caso de Segovia parece que va respaldado por una coalición de tres partidos: el CD, el PSD y posiblemente la TR. En el caso de Saca va también respaldado por una coalición de tres partidos: GANA, PCN y PDC. Quijano de ARENA y Sánchez Ceren del FMLN prefirieron ir solos que bien acompañados. Competirán dos fuerzas de derecha y dos de izquierda.

Al presidente Funes se le plantea la disyuntiva de respaldar a su secretario técnico Segovia, a su aliado estratégico Saca, o a su aliado táctico Sánchez Ceren o ver el partido desde las alturas del Olimpo. Pronto sabremos que decide.

Este panorama determina a esta altura de doce meses que seguramente habrá segunda vuelta porque ninguno de los contendientes podrá superar la marca de millón y fichas de votantes. Esto hará que la carrera sea más reñida y las posibilidades de alianza luego de la primera vuelta imprescindibles. Ojala que la izquierda tenga la suficiente madurez para coaligarse y poder derrotar a la derecha. Ojala que la lluvia…

Lo más adecuado sería que esta alianza entre fuerzas revolucionarias y democráticas cuajara incluso antes de las elecciones de febrero 2014, pero seguramente esto no será posible ya que la primera vuelta mostrara en números el valor electoral de cada proyecto. Dime cuantos votos tienes y te diré cuanto vales.

Es muy interesante que en el campo de la izquierda se ubican las dos opciones de disputa latinoamericana, el ALBA y Asocio para el Crecimiento. Esto se explica por la existencia en Washington de un gobierno presidido por Obama. Venezuela por un lado y Estados Unidos por el otro, en el mismo campo. Desconcertante.

La derecha no cuenta con ningún aliado internacional importante, a excepción de Israel y Taiwán. Saca cuenta con el apoyo de algunos sectores del capital internacional. El enemigo principal a derrotar es ARENA que representa los intereses de la hoy oligarquía importadora y hotelera. Y lo adecuado es una gran alianza de fuerzas democráticas y revolucionarias mayor que la del 2007-2009, para derrotar a la derecha.

Ninguno de los cuatro padece de calvicie electoral. Al contrario, todos cuentan con sendas bases de apoyo. Pero para ganar en primera vuelta se necesitaría un poco más de un millón de votos, cantidad que no respaldan los “votos seguros” de ningún partido. Así que coaligarse o perecer será la canción de moda.

La historia de las ideas políticas en El salvador

En la historia de las ideas políticas en El Salvador hay épocas, situaciones y personajes que simbolizan las diversas corrientes ideológicas que se han disputado el rumbo histórico del país. Entre estas corrientes ideológicas se encuentran el liberalismo, el conservatismo, el marxismo, la socialdemocracia, el social cristianismo, el feminismo y la teología de la liberación.

En el siglo XIX las figuras de Francisco Morazán y Gerardo Barrios encarnan el liberalismo unionista radical, anticlerical, progresista; mientras que Francisco Dueñas las posiciones ideológicas conservadoras, reaccionarias de la naciente oligarquía.

En el siglo XX Alberto Masferrer con su doctrina vitalista se enmarca ya en el pensamiento socialdemócrata, después retomado por Arturo Romero y Guillermo Manuel Ungo. Farabundo Martí y Schafik Handal simbolizan la visión marxista; Prudencia Ayala y Norma Herrera fueron precursoras de la visión feminista; José Napoleón Duarte y Julio Adolfo Rey Prendes la visión democratacristiana; los militares General Maximiliano Martínez y Mayor Roberto DAubuisson la posición nacionalista anticomunista; y los sacerdotes Rutilio Grande y Monseñor Romero las ideas de la teología de la liberación.-

¿A qué viene la banca colombiana?

Gabriela Mayorga López. El buen precio y una necesidad apasionada de los grupos financieros colombianos de crecer, los hizo aterrizar en Centroamérica, una región que, por donde se mire, les es cercana y prometedora.

La morosidad que heredó el sistema financiero regional tras la crisis del 2008 abarató los activos financieros para las billeteras colombianas y esa fue una de las razones que atrajo al banco colombiano Davivienda y, anteriormente, al Banco de Bogotá y a Bancolombia.

Davivienda anunció el pasado 24 de enero la compra de la operación de HSBC en Honduras, El Salvador y Costa Rica, por la cual pagó 1,4 veces el valor en libros, un precio bajo si se compara con el costo de una adquisición de un banco en el mercado colombiano, según Juan Camilo Domínguez estratega de la firma de banca de inversión de ese país, Corredores Asociados.

En esa nación, que vive desde hace dos décadas un extendido proceso de fusiones y adquisiciones bancarias, se ha llegado a pagar hasta más de tres veces el valor en libros por una entidad.

Adicionado al buen precio, Centroamérica ofrece una oportunidad de negocio creciente para la industria financiera colombiana debido a la todavía limitada profundidad del mercado en la región –cantidad de productos financieros por persona–, además de una cultura muy similar.

Esta región es un plato apetitoso para una boca hambrienta como la del Grupo Bolívar, propietario de Davivienda, que genera ganancias por más de $5.000 millones anuales (unos ¢2,5 billones), cifra que es siete veces mayor que las ganancias anuales consolidadas de los 17 grupos financieros que operan en Costa Rica.

Grupo Bolívar era el único grande colombiano al que le faltaba extender su negocio bancario a la región.

Ya el Grupo Aval, el más grande de Colombia, con ganancias anuales por los $9.000 millones, había adquirido en julio del 2010 la operación de BAC Credomatic a través del Banco de Bogotá.

Bancolombia, con ganancias de $7.600 millones anuales, adquirió en el 2006 el Banco Agrícola de El Salvador.

Se trata entonces de los tres bancos más grandes de Colombia, los cuales figuran entre los de mayor tamaño por activos también en América Latina, solo por debajo de entidades bancarias de Brasil, México y Chile.

Todos tienen un enorme músculo financiero, pues solo los activos de Davivienda ($19.000 millones) representan cerca del 50% de toda la banca costarricense. Es un tamaño que les exige crecer.

Sin embargo, en Colombia expandirse más sería caro.

Desde 1999 se inició un proceso de fusiones y adquisiciones que ya ha reducido en un 50% el número de bancos. Quedan 23 y solo en el 2011 se registraron dos compras con precios que superaron el de tres veces su valor.

Ese fue el caso de Corpbanca y Scotiabank, que adquirieron por 3,07 y 3,57 veces el valor en libros a Santander y Colpartria, respectivamente, el año pasado.

A buen precio

La reciente compra de la operación de HSBC en el Istmo tuvo un costo de $801 millones, menos de la mitad de lo que pagó HSBC en el 2006 por llegar a operar en la región, incluyendo Panamá ($1.770 millones).

1,4

Veces del valor en libros en el que Davivienda compró la operación de HSBC en la región.

2,1

Veces del valor en libros que pagó grupo Aval por la operación de BAC Credomatic en la región.

3,5

Veces del valor en libros que pagó Scotiabank por el banco Colpatria de Colombia en el 2011.

El bajo precio pagado pudo estar relacionado a la morosidad de la cartera vencida en relación con la total, que en mayo del 2010 rondaba el 6% en El Salvador y el 5,4% en Honduras. Un año después, aun los niveles no lograban ser inferiores al 3%, considerado normal.

En Costa Rica, la morosidad no fue elevada pero el banco no logro crecer. HSBC registraba en junio del 2007 utilidades por ¢1.970 millones y en junio del 2011 ese dato se había reducido un 63%, en términos reales.

HSBC no despegó nunca”, dijo William Hayden, exgerente del Banco Nacional.

Él considera que, pese al buen precio logrado en la compra, ahora Davivienda tendrá que realizar esfuerzos realmente extraordinarios para lograr hacer crecer una operación que no superó nunca el 5% del mercado local.

Sin embargo, el apetito colombiano de expansión no se aplacará, pues consideran que el negocio financiero en la región tiene perspectivas de crecer aun por encima del PIB promedio de la región (4,3%), debido a que en el Ist- mo hay poca profundidad de mercado.

Al respecto, el presidente de Davivienda, Efraín Forero, afirma que avanzarán sin prisa sobre un plan de largo plazo.

Competencia

La estrategia de crecimiento de Davivienda en la región incluirá seguros, banca de empresa, hipotecas y crédito de consumo, principalmente, tarjetas de crédito. En estos dos campos donde son líderes en Colombia.

Actualmente, HSBC tiene el 6% del mercado hipotecario en Costa Rica y poco menos del 4% en el de consumo, algo que Forero asegura que aprovecharán.

En El Salvador, la operación de HSBC es más de banca empresa, un área que representa hoy el campo crecimiento de Davivienda en Colombia.

Sin embargo, este banco no se quedará solo en la región. El siguiente paso del Grupo Bolívar es llegar a Wall Street, algo que planea hacer a finales del 2012, según Forero.

Grupo Aval ya lo había hecho en marzo anterior, cuando se inscribió en el mercado estadounidense como ADR (American Depositary Receipts), y Bancolombia ha estado en ese mercado desde hace 17 años.

Entre tanto, la llegada de Davivienda tiene que poner a pensar a su competencia.

Para el banquero y exgerente de Bansol y del Banco de Costa Rica, Carlos Fernández, se trata de una entidad con una muy fuerte diversificación de productos y capacidad de llegar a todos los sectores del país con puntos de venta y tecnología.

Es un competidor que obligará a los bancos locales a repensar sus estrategias, especialmente a los más grandes, porque son ellos los que tendrán que defender su cuota de mercado.

El Banco Nacional, el de Costa Rica y el Banco Popular tienen el 60% del mercado en casi todas las líneas (activos, crédito, depósitos y utilidades), una posición que podría cambiar ante la llegada de nuevos protagonistas que, a juicio de Fernández, saben hacer banca y saben tropicalizar productos.

Hacerlo no será difícil porque la cercanía cultural y los niveles de bancarización, muy similares a los de Colombia (en Costa Rica del 40%), supone un nivel de alfabetización financiera que invita a la industria bancaria a dar el paso siguiente, es decir, la profundización del mercado bancario.

El Salvador: 2013 la larga espera electoral

19 de febrero de 2013. Estamos a un año de las próximas elecciones presidenciales. Y los truenos y los vientos de esta tormenta política empiezan a impactar. Cada fuerza social y política prepara, ordena sus escudos y espadas y a la vez afila sus pedernales y obsidianas. El movimiento popular realiza algunas acciones y se va configurando una nueva arquitectura legal.

Presenciamos un reacomodamiento histórico, las placas sociales se están moviendo. Y eso explica los diversos sismos y sus réplicas. Lo mismo sucedió a partir de marzo de 1980 con la reforma agraria, en 1948 con la llegada de Osorio, en 1932 luego de la insurrección. Se esta configurando una nueva correlación de fuerzas sociales. La sociedad avanza.

En este marco, como movimiento popular hay que esmerarse en buscar la chispa que encienda los sueños nuevamente. La chispa de la que hablaba Mao. A continuación exploramos brevemente algunos preparativos de esta larga espera de esta larga marcha.

La saga del Movimiento Popular

Enero de 2013 estuvo rodeado de varias movilizaciones sociales, de distinta naturaleza. La primera protesta del año arrancó con la paralización del transporte público y estuvo encabezada por empresarios y trabajadores de este vital sector, que exigen se les cancele la deuda pendiente por el subsidio gubernamental y se les permita aumentar el precio del pasaje para resarcir perdidas. Fue un paro al transporte que afectó fuertemente a los sectores populares ya que les hizo llegar tarde a sus lugares de trabajo. En febrero la marea de la protesta popular ha bajado.

La segunda protesta fue encabezada por veteranos del conflicto armado, procedentes de las fuerzas armadas, quienes exigieron por medio de altamente organizadas movilizaciones que paralizaron la capital, se les entregue un bono, como pago a los servicios que realizaron para el estado salvadoreño durante el conflicto armado. Posteriormente un sector de lisiados de guerra se sumó a estos esfuerzos, aumentando así los niveles de demandas y conflictividad.

Y también, fueron desalojados violentamente por policías municipales de San Salvador, un grupo de vendedores informales que se habían reinstalado en la céntrica Plaza Hula-Hula, de donde originalmente habían sido desplazados. Estos vendedores exigen una alternativa viable para ganarse la vida y que se les permita quedarse en ese lugar hasta que se construya el mercado prometido por el Alcalde Quijano. Es la disputa de territorio entre opresores y oprimidos.

Frente a este desalojo, los vendedores organizaron una combativa protesta y ante la firmeza de las y los vendedores, el Alcalde Quijano se vio obligado a ceder y a permitir que se instalaran en sus antiguos puestos hasta que se construya en el lugar un mercado municipal. Fue una importante victoria popular. La primera del año.

Por su parte, docentes aglutinados en Bases Magisteriales protestaron el 21 de enero, durante los actos oficiales de inicio del año lectivo 2013, realizados en el municipio de Zaragoza, exigiendo al Ministro de Educación, un retiro voluntario digno para los docentes así como acreditación profesional por cursos realizados.

Asimismo el 31 de enero empleados de la Procuraduría General de la República suspendieron labores y se apostaron en la calle para exigir que se les depositara un bono de 500 dólares, que fue ofrecido para este mes por la recién reelecta Procuradora Sonia Cortez de Madrid. A mediodía sostuvieron una reunión en el Ministerio de Hacienda en la que se les aseguro que el deposito ya había sido realizado, por lo que suspendieron la medida de fuerza.

También se han realizado actos religiosos y movilizaciones populares a favor de la salud del presidente venezolano Hugo Chávez, hospitalizado en Cuba. Y los empleados municipales despedidos el año pasado en Soyapango y Mejicanos han continuado exigiendo ante diversas instancias su reinstalación.

Una nueva arquitectura legal

A partir de la llegada al gobierno del presidente Funes en junio de 2009 se va configurando una nueva arquitectura legal que moderniza el sistema jurídico y a la vez crea condiciones para la contraloría social. Es un nuevo andamiaje jurídico avanzado, progresista.

Entre la nueva legislación sobresale por su relevancia la siguiente: Protección Integral de la Niñez y Adolescencia ( vigente desde enero de 2012)Igualdad, Equidad y Erradicación de la Discriminación contra las Mujeres (vigente desde abril de 2011) Especial Integral para Una Vida Libre de Violencia contra las Mujeres ( vigente desde enero de 2012) Ética Gubernamental, Medicamentos, Consumidor, Semillas, Usura y Acceso a la Información Pública, y por ultimo la reciente Ley de Partidos Políticos.

Una economía emboscada por la oligarquía

El panorama económico es sombrío. Los diversos indicadores señalan una situación de gravedad resultado tanto de la crisis internacional como las consecuencias del modelo neoliberal implementado desde 1989 y que no ha sido deshabilitado, por lo que continua golpeando a los sectores populares. En especial impacta el alto nivel de desempleo.

La lucha por el socialismo 1913-2013

Hace cien años el brillante intelectual marxista vicentino Sarbelio Navarrete escribió El Estado Centroamericano y aplicó las categorías del materialismo histórico al análisis de nuestra realidad. Unos años después, en 1919, y con influencia anarquista estallaba la primera huelga en el gremio de los sastres.

Todavía no cuajaba entonces la unión entre el pensamiento marxista y el movimiento obrero. Este matrimonio sucedió ya al interior de la Federación Regional de Trabajadores Salvadoreños a finales de los años veinte del siglo pasado. Y se consolidó con el nacimiento del Partido Comunista en marzo de 1930. Desde entonces venimos luchando por un nuevo sistema social, por el socialismo. Esa es nuestra herencia revolucionaria.

Y esta experiencia histórica, la lucha por el socialismo, estuvo vinculada desde 1932 a la lucha por la democracia. La larga lucha contra la dictadura militar permitió aglutinar a un amplio conjunto de fuerzas democráticas y justificar finalmente la vía armada para la toma del poder.

Y por un largo periodo la dictadura militar fue el obstáculo principal a nuestro progreso social. Para remover ese obstáculo se tuvo incluso que librar una larga guerra popular que concluyó en 1992 con una profunda reforma política.

Esta reforma política permitió que el enfrentamiento de clase se librara en el terreno electoral. La derecha política logró imponerse hasta el 2009 y establece una economía dolarizada. La izquierda política junto con sectores democráticos derrota a la derecha en 2009 y ha gobernado desde entonces. El país ha avanzado por la vía de las reformas sociales.

La antigua clase dominante se ha debilitado en lo económico aunque se ha fortalecido en lo ideológico. La derecha ha logrado cautivar las mentes y detener las luchas de amplios sectores populares. Determinar lo que piensan y como actúan. Y el país se encuentra ante la perspectiva electoral de una restauración oligárquica, de la profundización del proceso de cambios sociales o de la continuidad del proceso desde una óptica burguesa.

Todo esto en un marco de una profunda crisis mundial del sistema capitalista y de disputa en nuestra continente entre los gobiernos del Alba ( Venezuela, Ecuador, Bolivia y Nicaragua) y los gobiernos de la Alianza del Pacífico (México, Colombia, Perú y Chile) y sus respectivas influencias, que en nuestro caso es más hacia nuestro océano. Estas son las fronteras de la lucha actual por la democracia y el socialismo.

A diferencia de 1932 y de 1980, en la actualidad no existen las condiciones subjetivas ( organización, conciencia, movilización, unidad, alianzas) que nos permitan trazarnos como punto de agenda inmediata la lucha por el socialismo. Esta es una realidad. Aunque las condiciones objetivas (crisis económica y crisis política) estén presentes. No estamos en una situación revolucionaria.

La gente no esta pensando en revolución pero si esta dispuesta a apoyar las reformas dentro del sistema. Y este es un punto de partida crucial. La actual lucha contra la dictadura del capital es diferente a la lucha contra la dictadura militar. No tenemos la fuerza, el entusiasmo, la organización, las alianzas.

El desenlace dependerá de la correlación de fuerzas que podamos construir. La profundización de este proceso democrático es por lo tanto la visión y agenda táctica, el objetivo inmediato que dinamiza las condiciones para avanzar, mientras que la lucha por el socialismo es la visión y agenda estratégica.

El desafío estratégico que tenemos es el de hacer que estos amplios sectores populares pasen de una visión de reformas a una visión de revolución, de cambio estructural, de ruptura con el modelo capitalista. Y para esto necesitan realizar su propia experiencia política.

Y lo que nos corresponde es el de facilitarle los instrumentos organizativos para que desde sus comunidades y centros de trabajo impulsen las luchas que les permitirán acumular experiencia y crecer políticamente. Y que descubran en su práctica que solo un cambio de sistema les permitirá avanzar.

La debilidad del movimiento popular constituye el principal obstáculo a largo plazo para la lucha por el socialismo. Y además es un obstáculo a corto plazo para poder incidir en la Administración Funes y empujarla hacia posiciones progresistas y evitar que termine o continúe como el socio “estratégico” de los Estados Unidos. Asimismo es un obstáculo para evitar que el FMLN y otras fuerzas políticas de izquierda sean arrastradas hacia posiciones de derecha.

El mapa de la Administración Funes

Al interior de la Administración Funes, durante su gestión han coexistido en una compleja alianza política, diversas fracciones con sus respectivos intereses, que coinciden en el objetivo y además necesidad histórica de desplazar a la antigua oligarquía de los diversos corredores del poder.

La génesis de esta situación esta en las alianzas y compromisos forjados al calor de la campaña 2007-2009. Fácilmente se detectan cuatro agrupamientos que compiten por imponer sus visiones e intereses como los hegemónicos, y pueden existir otros.

Existe la fracción proestadounidense, que tiene como su centro básico la secretaría técnica de la presidencia. Su apuesta estratégica es fortalecer la alianza con Estados Unidos a través de entre otras cosas, el proyecto Asocio para el Crecimiento así como lograr la aprobación del segundo compacto del Fomilenio orientado hacia la zona costera.

Ya realizaron el primero en la franja norte. Se oponen al ALBA así como coquetean con la Unión Europea. Están en búsqueda casi desesperada de un instrumento político propio para canalizar sus intereses. En caso de no encontrarlo se decantaran por el proyecto Saca.

Existe la fracción pro-FMLN, que tiene como centro básico la secretaría de asuntos estratégicos y los ministerios del gabinete social. Su apuesta fundamental es la de acercar al gobierno Funes al proyecto de integración latinoamericana conocido como ALBA, así como consolidar la candidatura presidencial del FMLN por medio de los programas de asistencia social.

Existe la fracción pro-brasileña, que tiene como centro básico la secretaría de inclusión social y algunos ministerios, como el de Gobernación y Agricultura. Su apuesta estratégica es la de afianzar una relación política y económica con la potencia sureña, lo que parece va avanzando ya en las áreas de transporte y energía.

Comparte con la fracción proestadounidense la construcción y vínculos del diversificado movimiento social conocido como Unidad Nacional por la Defensa y Profundización de los Cambios. Su origen histórico esta en el ERP y sectores de los llamados renovadores procedentes de las FPL. Su proyecto político actualmente se bifurca en el relanzamiento del PSD y el fortalecimiento del CD. Pero no sería extraño que ambas agrupaciones políticas y este movimiento social decidan unificar fuerzas alrededor de un proyecto electoral único hacia el 2014.

Y también existe la fracción proburguesa, de sectores empresariales no oligárquicos, algunos vinculados al capital local árabe, otros a los antiguos Amigos de Mauricio. Su centro básico es el gabinete económico, en particular el Ministerio de Hacienda.

El presidente Funes administra las diferencia y promueve los consensos entre estas cuatro fracciones principales y a la vez define el rumbo político de su Administración en consulta con otros sectores, incluyendo al sector vinculado al Grupo Empresarial Saca, a la Embajada de Estados Unidos, al poderoso Consejo para el Crecimiento e incluso a la dirección del FMLN.

También cada una de estas fracciones tiene presencia a diversos niveles en los diferentes ministerios y autónomas. Es en estos espacios donde marcan su territorio, coexisten, se enfrentan, se complementan, se echan zancadillas y para variar, consolidan sus posiciones.

La ANEP en pie de guerra

La ANEP como expresión de la oligarquía, pudo aceptar a regañadientes que en 1992 se firmaran los Acuerdos de Paz y que se le otorgara al FMLN guerrillero el derecho a convertirse en partido político; pudo aceptar en 1994 que se tuviera presencia legislativa, pudo aceptar que en 1997 se ganara la alcaldía de San Salvador, e incluso con lagrimas en los ojos pudo aceptar que en el 2009 se ganara la presidencia, también pudo aceptar que se establecieran relaciones con Cuba Socialista.

Al final todo esto se trataba de administrar la hacienda. El mandador con camisa roja. Y hasta periodista. Pero lo que no aceptara jamás es que le disputen sus negocios. Que le disputen la propiedad de la hacienda. El sistema de la hacienda. Esto es ya otro terreno. Es inadmisible. Y como dice el refrán sabiamente: jueguen con el santo, pero no con la limosna.

Y esto significa guerra. Y las cosas hay que hablarlas claras. Significa la ruptura de los códigos del poder. Significa entrar a la cueva y tocarle los huevos al tigre oligárquico mientras el tigre imperial únicamente observa preocupado. Significa desafiar a los dioses del café y de los hoteles. Es una provocación. Y habrá respuesta. De ambos lados. Cest la vie.

Conclusiones

Al final de la jornada parece ser que las tres principales expresiones de la izquierda salvadoreña –dos de ellas participando en el gobierno- han optado finalmente por el camino de Joaquín, incluso para sorpresa del mismo personaje exilado en Oxford, que claramente no es el camino de Farabundo. Nunca lo fue.

Y es que las ideas tienen una fuerza tremenda. A nivel mundial presenciamos como las antiguamente derrotadas ideas del anarquismo irrumpen con fuerza en los combates populares contra la globalización neoliberal. E incluso resucitan en nuestro país con sus poéticos atuendos oscuros, luego de ser aniquiladas en 1932. No estaban muertas, solo hibernaban, esperando el momento oportuno para emerger ante la mirada confundida de las hoy menguadas corrientes leninistas, trotskistas y maoístas.

Hace veinte años, luego de la firma de la paz, la polémica al interior del FMLN sobre el rumbo estratégico desembocó en la derrota de las tesis reformistas socialdemócratas y la posterior expulsión de sus defensores. Habían triunfado las ideas de la revolución popular rumbo al socialismo.

Hoy esas mismas tesis condenadas antes como heréticas, adquieren derecho de ciudadanía y se convierten en la plataforma política principal. La idea básica es constituirse en una fuerza económica influyente con su respectiva expresión política, al mejor estilo socialdemócrata europeo o latinoamericano.

Y es por esto que resultan comprensibles las declaraciones de considerar al gobierno de Obama como “aliado estratégico” así como diversas y reiteradas actuaciones en apoyo de planteamientos de GANA. Ojala no vayamos a escuchar próximamente que también la ANEP es elevada al rango de “socio estratégico.”

En este entretenido carnaval ideológico, en el cual la rumba reformista es la pieza favorecida, lo más adecuado para el movimiento popular es fortalecer sus pilares doctrinarios basados en que solo mediante la lucha se avanza y que es la organización, la conciencia y la movilización popular la única garantía de la victoria. No hay de otra.-

El declive del Movimiento Social y sus perspectivas en El Salvador

20 Febrero 2011 Segunda Parte de la entrevista con Julio Flores, ex dirigente del BPR y del FDR, en la que analiza las causas del declive del Movimiento Social

SAN SALVADOR – El impresionante Movimiento Social salvadoreño, gestado en la década de 1970, declinó al comenzar la guerra civil, que inició en 1980. Julio Flores, uno de los líderes de aquella gesta, quien sobrevivió a la represión oficial y a intentos también de la izquierda por cobrarle las facturas disidentes, hoy analiza, sin pasión, aquellos días.

Atribulados acontecimientos. Rupturas, asesinatos y suicidios en el seno de la izquierda. Flores vivió aquel proceso que tuvo, por un lado, la represión más inaudita de la derecha, y por el otro, una izquierda que militarizó casi todas sus estructuras e impidió el diálogo y quedó blindada a la autocrítica.

Faltará más debate, más testimonio y más análisis de todas estas realidades.

ContraPunto, no obstante, se convierte en vehículo para la difusión de la historia y de los acontecimientos que llevaron a El Salvador a estar ante la mirada dramática del mundo.

¿Qué fue lo que provocó el declive de la efervescencia social, la estrategia represiva o el cambio de estrategia dentro de la izquierda de pasar su poder a la guerrilla?

Hay mucho que hablar del Movimiento Social; se vive un momento de flujo a lo largo de la década del 70; ese flujo tiene su mayor expresión con la gran Marcha de la Unidad, el 22 de enero de 1980 y la otra gran expresión se da en el entierro de Monseñor Romero, en marzo de 1980.

Ambas movilizaciones tienen una característica: las dos no se terminan de realizar por la intervención represiva. La Marcha de la Unidad no termina y el entierro de Monseñor fue destartalado con una acción represiva, al grado que Monseñor Romero termina enterrando en la cripta de Catedral porque no fue posible llevarlo al Cementerio de los Ilustres, como era plan inicial.

En el mundo recorren todas aquellas imágenes…

Después de la muerte de Monseñor y su entierro hubo tres paros laborales significativos, grandes, bajo la conducción del Frente Democrático Revolucionario (FDR): el primero en mayo, muy efectivo; paralizamos por un lapso de 4 días prácticamente toda la economía nacional. Con esos paros íbamos experimentando la acción de huelga, los paros estaban acompañados por facetas pre-insurreccionales e insurreccionales. El segundo paro fue en junio, pero la capacidad del movimiento comienza a disminuir y el tercer paro, la capacidad del movimiento quedaba muy cuestionada.

La siguiente fecha significativa es para el entierro de los dirigentes del Frente Democrático Revolucionario (FDR), que a pesar de que el hecho represivo era de mucha significación, el pueblo ya no alcanzó a reaccionar. El entierro no se logra ejecutar al grado que los compañeros fueron enterrados dentro de la iglesia donde se les veló. El movimiento ya no reaccionó.

La represión había impactado…

Para describir lo que causó aquella situación podemos decir lo siguiente: la represión era espantosa, la cantidad de muertos asciende a los 27.000 en el 80; alrededor de 23.000 ó 25.000 en el 81 y alrededor de 17.000 en el 82… si contamos sólo los muertos de esos tres años nos da una cifra muy grande. Es decir, la represión tiene que ver con el descenso del Movimiento Social.

¿Cómo se veía esto en lo interno del movimiento?

A mi juicio hay una situación más interna que lo explica también: el movimiento de izquierda llega a los años 80 con un desbalance profundo entre lo militar y el desarrollo político. El querer saldar esa diferencia repentinamente provocó no sé si en todas las organizaciones, pero en el caso de las FPL, un reclutamiento masivo de los cuadros que dirigían el movimiento social y el traslado de estos a las estructuras militares, bajo una metodología de sensación. Es decir, la asamblea universitaria y el enlistamiento masivo; la reunión de la comunidad eclesial de base, la reunión en la fábrica, en el instituto, en la comunidad y el enlistamiento masivo en todos lados.

Pasaban a engrosar las filas guerrilleras…

Los compañeros pasaban en centenares a la supuesta estructura militar. Pero allá, en la estructura militar, los recibía un dirigente guerrillero que por años había dirigido una escuadra de cinco, de seis combatientes, de siete si acaso; quizás un jefe militar que había conducido una operación militar en la que sólo habían participado unas 12 personas, pero de repente, tenía 100 ó 200 combatientes, con capacidad armada limitada.

¿Dónde se entrenaban?

El primer entrenamiento se empezó a dar en los jardines de la Universidad, en los atrios de la iglesia, en barrancos de la capital… Sin armas verdaderas, se usaban escobas, trapeadores o con cualquier cosa.

De inmediato hubo un desencanto, la gente se le desencuadró del movimiento social, a la gente se le puso en evidencia pública con el enlistamiento masivo, se le sacó de la estructura productiva (dejaron sus trabajos o escuelas) y la gente quedó en desbandada.

¿Hubo en ese entonces alguna posición crítica de parte de ustedes o estaba de acuerdo con aquel proceso de enlistamiento masivo?

Hubo posturas críticas, pero inmediatamente esas posturas eran vistas con gran recelo. Yo recuerdo todavía en el año 82, cuando nosotros hacíamos intentos en San Salvador por reactivar el Movimiento Social y había posibilidades de su reactivación. Si nos fuéramos a las hemerotecas se verá el registro de articulistas preocupados, porque había un movimiento social que no lo percibían, pero que pegaba calcomanías, hacía mítines relámpagos, que hacía pasos por pasajes de colonia y arengaba; eso se había empezado a multiplicar… Pero a nosotros nos habían descuajado con los presupuestos económicos y no teníamos con qué sostener aquello. Incluso, captaciones económicas que se hacían en función del Movimiento Social se les daba otro destino en las organizaciones de vanguardia.

Lo militar era la prioridad…

Claro, Inmediatamente vino un afán, no sólo de los verdaderos dirigentes guerrilleros sino de los dirigentes políticos, de ponerse el uniforme y adquirir el titulo de comandante. Claro, cuando hubo estas discusiones nunca quisieron reconocer que hubo una militarización como fenómeno de desviación al interior del movimiento, sino que dijeron que se trataba de cierta tendencia controlable, a lo sumo.

¿Cómo eran las acciones militares en ese entonces? Tampoco había entonces un verdadero ejército guerrillero.

En esos años recuerdo que parte del accionar militar que se promovía no encajaba con las posibilidades de reactivar el Movimiento Social. Por ejemplo, cuando en una comunidad, como Tonacatepeque, volaban un puente de acceso, era cierto que estabas destruyendo el andamiaje de la infraestructura circulatoria de la economía capitalista, pero también estabas dañando a una población. Ciertos derribos de los tendidos eléctricos se hicieron de una manera tan masiva, que terminaban dañando más a la población. Eso nos ponía más en dificultad para la activación del movimiento social.

Nosotros escribimos varias veces Líneas de Masas, que fueron documentos a los que no se les dio el debido valor; tuvimos reuniones específicas con una estructura que no se definía si era la estructura del partido o si era estructura militar, con todos los hombres de verdeolivo y con sus títulos de comandantes.

¿Recuerdas algunas de esas Líneas de Masas?

Recuerdo las del 82, en los albores de las elecciones de ese año… Fue después de una ofensiva sobre Chalatenango, en la que una de las cosas que nosotros les llevábamos era un documento sobre la percepción de la guerra en las zonas urbanas y el documento no gustó porque ellos estaban envalentonados con el triunfalismo militar y cuando uno hablaba de movimiento social te miraban como que este está loco, se desvió, está atrasado, está retrógrado; te miraban como un dinosaurio en su modernidad de izquierda.

Triste la inversión de cuadro. En ocasiones lográbamos que nos dieran ciertos cuadros para el sostenimiento del Movimiento Social, pero cuando al cuadro lo mandábamos a la zona, al mes ya nos hablaba para decir que no pertenecía a nuestra estructura y nos informaba que pertenecía a las estructuras partidarias o a las armadas. Afortunadamente para los planes militares la incidencia que el Movimiento Social alcanzó, dejó bien definidas ciertas aéreas territoriales. No de manera antojadiza la franja norte del país se definió como la franja de control guerrillero, no es antojadizo que Guazapa y sus alrededores, el volcán de San Vicente y sus alrededores, en Morazán, se convirtieran en los principales asentamientos del Movimiento Social; ahí hubo población que en el marco de la guerra quedó con la guerrilla.

¿Qué fue de Julio Flores durante la guerra civil?

Primero, yo regresé de México en marzo del 81; originalmente yo tenía que entrar al inicio de la ofensiva porque yo estaba destinado a hacer un llamado a la Huelga General a través de una toma de radios en el momento que se iniciaba la ofensiva, pero cuando yo quise entrar, no pude debido a que el ERP adelantó sus acciones fuera de la fecha acordada por el FMLN. Eso hizo que cuando yo quise entrar por la frontera de Guatemala ya había un cerco de militares que no me permitió hacerlo.

Aquello postergó mi entrada al país hasta marzo de ese año; cuando llegué ya no había Movimiento Social, las mismas estructuras partidarias en el área metropolitana estaban en desbandada, en clandestinidades y con el deseo de irse a los frentes de guerra.

¿Qué hiciste entonces?

Parte de mi labor fue reordenar un poco lo que existía como miembro de la Comisión Nacional de Masas. A partir de allí, comenzar a restablecer otros círculos pequeños de estructuras partidarias, para empezar de nuevo a incidir en el Movimiento Social. Logramos rehacer el Consejo Ejecutivo de ANDES, parte de la Federación Nacional Revolucionaria, una dirección metropolitana del bloque y ciertos comités de barrio, limitado todo aquello.

En ese momento era difícil vivir aquí; mirábamos a diario caer los locales que utilizábamos para trabajar, la muerte de los colaboradores. Yo sobrevivía porque combinaba las salidas a lo abierto con ciertas dinámicas de clandestinidad y porque teníamos recursos: vehículos, personal de seguridad y casas. Hubo momentos que nos quedábamos en los carros moviéndonos hacia diferentes puntos de las ciudades.

¿Cómo recibiste los sucesos de abril de 1983 en el seno de las FPL?

Aquellos momentos del 83, me refiero al asesinato de Mélida Anaya Montes y el suicidio de Cayetano Carpio, “Marcial”, dejaron una situación más crítica y más compleja. Yo ya no miraba mis aspiraciones políticas en el seno de las FPL, ni miraba en perspectiva que hubiese un ordenamiento claro en ese momento. Mi opción fue salirme.

¿Hubo mucha gente que se fue?

Los sectores que nos salimos no eran despreciables, había un andamiaje de la solidaridad internacional en desprendimiento; en San Salvador estaba el Frente “Clara Elizabeth Ramírez”; había una estructura de Movimiento Social bastante participativa, cuadros partidarios también. Entonces yo vi la posibilidad en ello, pero fue realmente difícil estructurar un proyecto. Hubo ideas buenas, había ideas que indicaban: el FMLN no está viendo a las masas y allí había todo un rubro por trabajar, pero ¿cómo lo sosteníamos? Era imposible. El FMLN ya era un proyecto con un gran prestigio, no era fácil crear un proyecto nuevo con un FMLN fortalecido y de gran reconocimiento popular e internacional. Hubo intentos, así que yo me mantuve amarrado a ciertas estructuras sindicales, ayudándoles, apoyándoles.

¿Y después?

En el 89 me aproximé de nuevo a ANDES y ellos tuvieron a bien permitirme trabajar en un proyecto de capacitación de maestros, un proyecto financiado por las Naciones Unidas y por un sindicato de maestros de Noruega. Lideré un poco ese proyecto durante el 89 y 90, desarrollamos cuatro proyectos pilotos en cuatro departamentos. Luego hubo proyectos de formación, llegamos a tener más de 70 maestros en formación política. Al final del trabajo, el PC le permitió quitarle la conducción de ANDES a las FPL. Fue mi desgracia, inmediatamente vino una serie de insultos y acusaciones y que el PC creyó que yo le hacía mucho problema y me dijeron: “realmente no podemos seguir soportándote” y eso me llevó a decir que ya no había manera: sufría represión, persecución, uno de mis hermanos había caído preso; yo tenia vigilancia sobre mi casa, yo ya no tenía el andamiaje ni los recursos para protegerme de la derecha. Y ahora los insultos y las acusaciones de nuestra propia gente sobre que yo colaboraba con el enemigo, que yo estaba sirviéndole al enemigo…

Contra la espada y la pared…

Eran un montón de cosas en contra: me asomé a una ONG a buscar empleo, a universidades y en todos lados estaba “cortado”; busqué refugiarme a través de ACNUR y otras instituciones, busqué salidas a Suecia, Australia y Canadá y me fue completamente imposible. Estaba “cortado” por todos lados.

Entonces lo único que me quedó fue emprender mi salida de “mojado” hacia los Estados Unidos en octubre del 91. Me fui en esa condición y afortunadamente allá encontré instituciones que al conocer de mi caso se interesaron y pensaron que podría ser un caso emblemático de asilo político en los EEUU y así fue como se me dio asilo en ese país.

¿Cómo ves tu retorno al país?

Afortunadamente he podido trabajar nueve meses en los EEUU y pasar tres meses en El Salvador y eso me ha permitido estar en contacto con gente del medio. Esa dinámica la estoy haciendo desde el 94; desde ese año yo he podido venir cada nueve meses. Ya con los años, con el Internet, los avances en la comunicación, es más fácil ir midiendo de manera más cercana el pulso a la realidad del país.

¿Ves el cambio que se ha dado?

Es obvio que el país ha cambiado; se ha modificado enormemente, hay un cambio político que es significativo, positivo. Están los cambios que dejan los Acuerdos de Paz, independientemente si lograron concretarse o no. Los procesos electorales han venido marcando cambios y el último más grande fue cuando se saca a ARENA del poder y deja sentado en el poder a una alianza de izquierda entre el FMLN, Funes y sus Amigos.

¿Tenés alguna preocupación sobre el cambio?

Lo que más me preocupa a mí de este momento es la carencia de un Movimiento Social con la debida comprensión del actual proceso que se está dando.

Ahora, ¿cómo me miro yo ante esa realidad? En mi caso y el de muchos, que vemos que afortunadamente la izquierda no está sintetizada en el FMLN -aunque es un proyecto de izquierda que merece todos los respetos y que está jugando un rol electoral; ojalá que lo sigan jugando y que sean cada vez más hábiles porque creo que fueron muy lentos; yo esperaba que el candidato fuera del partido, llegara por lo menos en una elección o dos antes, pero eso no se dio. La búsqueda del candidato afuera permitió el triunfo; sé que hay dirigentes el FMLN que a Funes no le reconocen porque dicen que sólo arrastró con el 10 por ciento del caudal electoral. Eso es absurdo, estamos hablando de un periodista de gran quilate y estamos hablando de una persona que de veras construyó en más de diez años una imagen y ha causado un gran impacto. Arrastró fuerza electoral y luego, acompañado con ese Movimiento de Amigos, creó la cuota electoral que arrastró a la ciudadanía.

¿Qué pasa con esa fuerza de izquierda que está fuera del FMLN?

Afortunadamente somos bastantes afuera; desafortunadamente la izquierda que está afuera del FMLN está como muy lejana de sentar cabeza y estructurar un proyecto.

¿Qué es lo que a mí me preocupa? Creo que en la coyuntura se ha creado una cantidad enorme de analistas de todo tipo, algunos con buenos análisis pero ninguno de ellos apunta en serio al restablecimiento de otros proyectos populares más allá del FMLN. Prácticamente el pueblo en términos de proyectos no tiene enfrente más que el del FMLN… Claro, hay proyectos pequeñitos, pero me refiero a los mega proyectos que el pueblo necesita en relación a la estructura del poder. De esto me preocupa el estado del movimiento social, de ahí es donde creo que el FMLN está haciendo algunas cosas, hay cosas que no está haciendo. Allí es donde está el espacio.

¿Qué es lo que no está haciendo?

Una de las grandes cosas que no está haciendo es un rol de orientador y potenciador del Movimiento Social y eso crea un filón enorme de dos sentidos. Uno, lo que existe actualmente como Movimiento Social al no tener claridad de la coyuntura ni sobre el gobierno, de cuáles son sus posibilidades, hasta dónde el actual gobierno es parte del proyecto este Movimiento Social.

Entonces el Movimiento Social le impone al gobierno un nivel de reivindicaciones que fácilmente le crea situaciones de ingobernabilidad. Afortunadamente para el FMLN y el gobierno, los sectores de derecha no tienen suficiente incidencia en los Movimientos Sociales, pero si la tuvieran, así sectores como el narcotráfico, que tuvieran incidencia, crearían situaciones de inestabilidad profunda. Creo que ése es uno de los riesgos.

¿Pero crees que hay que volver al concepto de Vanguardia y que la Vanguardia sea la que diseñe lo que el Movimiento Social debe ser y hacer?

A nosotros nos están acomodando a un montón de cosas del pasado y en el afán de las renovaciones, que son necesarias y son justas, también se han ido desechando algunos elementos de experiencia y quizás de la idiosincrasia propia de cómo ir haciendo las cosas en nuestro país. Hubo el concepto de Vanguardia y su relación con las masas; creo que hubo fallos, excesos en el pasado, pero el concepto se ha desechado de manera total, no sólo se le ha criticado y no solo se le ha corregido, sino que se ha desechado totalmente ese concepto.

Los partidos son elementos profesionales en el orden político, sus cuadros son hombres y mujeres de tiempo completo, ávidos en el análisis, en la discusión, en la información y, supuestamente, deberían ser hábiles en el pulso de los movimientos políticos. Exigir a asociaciones de vendedores ambulantes, a sindicatos de maquila o de empleados públicos que trabajan grandes jornadas – porque hoy no hay jornada laboral de ocho horas en el país-, es mentira, creo que es un imposible.

Yo estoy de acuerdo en que hay que discutir el concepto de la Vanguardia, pero a mí lo que si me queda claro es que el Movimiento Social necesita referentes de sostenimiento que le ayuden a adquirir la claridad política que necesita. Otra gran cuestión central es que los movimientos sociales debieron encuadrarse en los movimientos de poder en el país.

Ahorita hay un Movimiento Social que no se mira. A mi me parece que es importante hacer una diferenciación; el movimiento debería estar claro cuando tiene en frente un gobierno arenero y cómo hay que tratarlo y cómo hay que tratar a uno distinto, no debe ser lo mismo. Sin embargo, un Movimiento Social que no tiene claridad, le va a dar el mismo trato a unos y otros y se va a amparar en que “este es mi problema”, “es mi necesidad” y “yo se lo pido al que tengo en frente”, porque éste no se mira encuadrado en lo que tal vez para el gobierno es su mecanismo de solución a los grandes problemas del país.

¿Cómo ves al gobierno frente al Movimiento Social?

Lastimosamente el proyecto actual del gobierno, a mi juicio, tiene problemas de comunicación serios con la población. A la población le falta más conocimiento de cuáles son las posibilidades reales de este gobierno y cuál es el proyecto exacto que está ejecutando. Tenemos el ejemplo de lo que nos vendieron como plataforma de gobierno en el marco de campaña, pero esas son las plataformas de campaña, pero el proyecto real de gobierno se inicia cuando se toma posesión. Y el accionar o la pretensión de tu oferta ya no es sólo con lo que se va a conquistar sino que es lo que realmente podés ejecutar en el marco de todos los poderes que se dan, que no solo es el tuyo, sino la presencia de otros planes de poderes. En el país los sectores económico grandes tienen una presencia real, digamos en general, falta ese elemento social y ese elemento de conducción del Movimiento Social.

A mí me parece que exigirlo porque hay mucha gente exigiéndolo, que los sindicalistas se actualicen me parece que le estás pidiendo mucho; no es que lo considere incapaz pero no veo a los sindicatos como la estructura nata, propia para esa búsqueda.

Hagamos la lectura de los sindicatos nuestros, la claridad que alcanza ANDES 21 de junio en su momento dado, no es una claridad que nace estrictamente en el seno de los organismos de la asociación; la claridad que llega a alcanzar FECCAS, no nace estrictamente ahí. Ya te decía que el surgimiento de las grandes instituciones y la reorientación de viejas instituciones en los años 70 vienen con el influjo de estructuras que se estaban profesionalizando en el arte de la política y en la perspectiva revolucionaria.

Ahorita yo creo que el pueblo a ese nivel luce muy huérfano; es cierto que hay un montón de foros, pero los foros se han desmontado del seno del pueblo. Hoy ves un montón de eventos en el salón tal de tal hotel o en tal restaurante de montaña y no es aquel debate en el seno del aula de bachillerato, no es en el seno de las comunidades eclesiales de base, en la barriada, en los sindicatos. Ahí luce muy huérfano.

¿Y vos crees que El Salvador tiene las condiciones para reactivar un Movimiento Social?

La conformación actual de todo el país ha variado de toda la formación que teníamos en los años 70; toda esta terciarización de la economía ha creado un desorden o un nuevo orden social y estamos viviendo en un país, por ejemplo, en el que la clase obrera es difícil de identificar, los sectores campesinos trastornados por la migración, la vida a través de la remesa crea una desvinculación de la gente en la estructura del poder…

Claro, esta es una situación nueva, pero la gente sigue teniendo necesidades y la gente sigue siendo objeto de un proceso de acumulación que no se ha ampliado, sino que se ha estrechado y ese poder económico en la cúspide sigue teniendo una gran capacidad y sigue siendo el que define el rumbo y el quehacer del país.

Claro, no hay nadie ayudándole al pueblo a identificar eso. Hay balances que a veces al pueblo no llegan. Hoy son famosos los informes o balances sobre pobreza cada año, pero a la gente no llega esos elementos de comprensión y no le permite la articulación, es más, hay una manera justificativa de ver el Movimiento Social en dispersión.

En El Salvador sucede algo y es que se ha dado espacio a esas teorías light que tal vez explican la vida en Europa o en otras latitudes, pero no necesariamente la vida en nuestro país. Sobre nosotros se cierne todavía una dictadura económica completamente antidemocrática que no solo se queda en la esfera de lo económico, sino que hace incursiones profundas en el sistema político, pero eso no se quiere ver.

Los EEUU, que no son el mismo que en los años pasados, pero es claro que siguen teniendo un nivel de influencia, una presencia profunda y grandes intereses. Incluso, EEUU habla de esta región como la región de sus intereses y cuando viene, viene a solventar sus intereses. ¿La solución de los intereses de EEUU compagina con la discusión de los intereses de los más sufridos del pueblo? Yo creo que hay que volver a traer a cuenta esta realidad, pero cuando se habla de eso, te dicen que “no te has renovado, este sigue ideologizado”.

De acuerdo, hay que renovar, yo no creo que hay que reproducir el esquema aquel de las vanguardias, pero parte de ese concepto creo que hay que rescatarlo. Creo que hay darle sentido, la lucha reivindicativa no se ha renovado, no; en el país se ha ido hacia atrás en la lucha reivindicativa del Movimiento Social; se ha caído en un economicismo cruel, es decir, los sindicatos no miran más allá de sus demandas económicas.

Esto ha llevado a una fase en la que en el seno del mismo pueblo ciertas acciones reivindicativas quedan desprestigiadas, la huelga ya no es un elemento de prestigio, el sindicato no necesariamente lo es. A mí me parece que ahí es donde están los espacios.

El Movimiento Social necesita recuperar prestigio, pensando mejor su esquema de lucha reivindicativa y especialmente dándole la debida conexión con el proyecto político que este momento le corresponde al pueblo. Si los movimientos sociales fueran capaces de arribar a eso por su cuenta, qué bien. ¿Cuál era la virtud en aquel entonces de la Vanguardia o del partido? Que estaba próxima a sectores universitarios, intelectuales y trabajadores de donde se nutría de esa realidad.

¿Con que sueña actualmente Julio Flores?

Yo siempre he tenido el deseo de regresar al país y quisiera verme integrado en el proceso de cambio que el país está viviendo. Uno de mis grandes sueños sería encontrarme con el proyecto que sea capaz de crear o de reorientar el Movimiento Social y que le devuelva el rumbo político al pueblo, porque el pueblo ha venido quedando como marginado de los rumbos políticos, el pueblo es utilizado para los procesos electorales pero el pueblo no está encuadrado en el rumbo global.

Mi gran sueño, parte del sueño, es que el FMLN exista pero que cada vez se ciña más a esta realidad y que sea capaz de resolver a la altura. A mí me preocupa cuando los miro agotados en su capacidad de liderato y tienen que buscar candidatos de afuera. También uno de mis sueños es ver que además del FMLN, existan otros proyectos de izquierda que complemente ese accionar y que no dejemos tan desprotegido al pueblo. Lo que más me preocupa es eso: ver a un pueblo victimizado ya no por una represión cruel del pasado, sino con una fuerza mediática, por una cultura que no le pertenece y sin encontrar el rumbo. Nosotros necesitamos un dinámica social de movimientos que también sean capaces de apuntalar la institucionalidad que permita una mejor orientación ideológica; claro, que no vamos a crear otro Monseñor Romero, pero necesitamos iglesias, universidades, bachilleratos, periódicos mejores. Necesitamos romper con toda esa fuerza mediática con la que cuenta la derecha que se implanta como orientación ideológica y que nos despedaza.

Creo que hay todo un mundo por trabajar, no hay que hacer exclusiones, al contrario, creo que es el momento en el que hay que aprovechar lo bueno de todos.

Yo creo que necesitamos un proyecto de veras que esté lleno de pueblo, allí cifraría mis grandes ideales.