Las izquierdas y Rafael Correa

Pablo Ospina Peralta
Las izquierdas y Rafael Correa
(lalineadefuego, 5 de diciembre 2012).

Hace pocos días, en el concierto de “todas las voces”, se produjo un incidente que dejó estupefactos a los artistas internacionales invitados. El grupo Quilapayún invitó al escenario a Rafael Correa. El auditorio quiteño, mayoritariamente formado por clases medias progresistas, se dividió fervorosamente entre quienes aplaudían y quienes chiflaban. Finalmente el presidente no se atrevió a subir. El viejo grupo musical ligado al Partido Comunista Chileno asumía, como muchos en la izquierda latinoamericana, que este presidente de discurso y acciones izquierdistas sería popular entre los adeptos a la vieja “nueva canción”.

En efecto, en toda América latina las izquierdas y los intelectuales progresistas siguen perplejos por la política ecuatoriana. ¿Cómo es posible que un gobierno que contó con el entusiasmo casi unánime de las izquierdas históricas del país, de prácticamente todas las organizaciones sociales y de la enorme mayoría de los intelectuales radicales, ahora lo haya perdido? La perplejidad aumenta cuando a la distancia y visto desde el prisma de otros gobiernos latinoamericanos, incluso progresistas, que se mantienen atados a la ortodoxia neoliberal, la revolución ciudadana parece herética en sus intervenciones internacionales y en muchas medidas económicas que levantan la santa indignación de Wall Street y de todos sus acólitos de la prensa económica del orden establecido.

No solo el discurso internacional de Rafael Correa, cuidadosamente radical, alienta la paradoja. Contribuye decisivamente el hecho de que no todas las izquierdas ecuatorianas se alejaron de Alianza País. Quedan todavía algunas dentro de la administración que siguen esgrimiendo la idea de que se trata de un “gobierno en disputa”. No importa que ellas sean cada vez menos orgánicas y hayan perdido su antigua influencia, como se refleja de manera tan elocuente en la selección del candidato a vicepresidente para las elecciones de 2012, donde Rafael Correa mostró un paladino desprecio por su ala izquierda.

En estas líneas quisiera exponer una hipótesis sobre las razones de esta diferencia que divide a las izquierdas ecuatorianas. Me alejo de razones puramente instrumentales que seguramente juegan su papel: algunos en el gobierno posiblemente disfrutan los privilegios del poder y la influencia lo suficiente como para minimizar políticas que en cualquier gobierno juzgarían inaceptables, como los ocho meses de prisión por terrorismo de diez jóvenes acusados de leer libros del Che Guevara. Otros, en el lado opuesto, hubieran querido privilegios de figuración que no alcanzaron y la frustración los habría llevado al sendero del resentimiento. Nadie vive, en la política de izquierdas o de derechas, en la edad de la inocencia. Sin duda la mezquindad tiene su peso en la actitud de algunos pero las conveniencias estrechas y el ansia de poder no son explicaciones satisfactorias.

Por supuesto, hay buenos argumentos para cada lado. Quienes se mantienen en el gobierno rescatan el discurso de soberanía, la política internacional, el crecimiento del peso del Estado, la prioridad a lo social, el enfrentamiento político con la banca y los medios. Quienes desde la izquierda lo cuestionan, resaltan su obsesión por la minería, su decepcionante política agraria, su desprecio por los ambientalistas, su persecución a las organizaciones indígenas, su arrogante y proverbial intolerancia, su enfrentamiento a los sindicatos, a los universitarios, y su militante fervor en contra de cualquier forma de democracia participativa. Mientras unos resaltan la importancia central de superar la agenda neoliberal centrada en las privatizaciones y en el imperio de la ley del mercado resaltando el fortalecimiento del Estado; los otros recuerdan que esa fase progresista llegó a su límite una vez que hay que definir qué educación pública se está construyendo, qué proyecto de salud para todos se impulsa, qué clase de calidad hablamos para la universidad, qué imagen de Estado radicalmente democrático tenemos en mente. Allí, en esas definiciones fundamentales, el caudillismo centralista y el tecnocratismo soberbio asfixia cualquier agenda emancipadora.

Como vemos, hay argumentos y evidencias para sostener ambos lados, tanto el costado progresista como el reaccionario del proyecto gubernamental. ¿Qué es lo decisivo para enfatizar una lectura o la otra? ¿Por qué una parte mira el vaso medio lleno mientras la otra lo mira medio vacío? ¿Qué hace que una parte de la izquierda y el progresismo ecuatorianos escogiera apoyar al binomio formado por Rafael Correa y Jorge Glas y otra parte muy significativa, en cambio, apoye a Alberto Acosta y Marcia Caicedo?

Mi hipótesis es que el factor fundamental que explica esa valoración final radicalmente distinta dentro de la izquierda y el progresismo ecuatorianos es la opinión que existe sobre quién es el sujeto y protagonista del cambio político y social.

Algunos de quienes se decantan a favor de la revolución ciudadana, especialmente quienes mantienen o mantuvieron algunos contactos y trabajos con organizaciones populares en el pasado, pueden objetar o incluso rechazar la política hacia las organizaciones populares o la forma torpe, humillante e impositiva con que se trata a los empleados públicos, a los universitarios, a los maestros o a los médicos; pero al final de cuentas esas actitudes pesan menos en su balance del sentido de la “revolución” o de las “tareas democráticas” de un gobierno progresista. Muchas otras personas, generalmente quienes no tienen la menor historia de compromiso con las organizaciones sociales, (el propio presidente Correa es el principal representante de esta opinión) creen sinceramente que el problema es la “cultura política” de la gente, su corporativismo y su estrechez de miras: los maestros y sus organizaciones no son un factor de cambio y revolución sino de conservadurismo y reacción.

Igual vale para los indígenas, los dirigentes barriales, los burócratas o los campesinos. La tradición jacobina de la izquierda militante se combina con la historia intelectual de unas clases medias ecuatorianas de origen aristocrático (o de pensamiento subordinado al de la aristocracia) que raras veces creyó sinceramente en el valor de la sabiduría popular. Aunque a veces pueda no gustarles el método pedagógico del látigo que tanto aprecia el presidente Correa, creen que, a fin de cuentas, es la única forma de hacer un cambio en un país de tradiciones cívicas endebles. El protagonista fundamental del cambio, al menos por hoy y por un tiempo indeterminado, es por lo tanto un conjunto de dirigentes comandados por un líder de suficiente vigor para enfrentarse a todo y a todos. En semejante panorama, los excesos de la lengua presidencial son apenas una cuestión de estilo y las medidas disciplinarias contra opositores en el campo popular, son el costo molesto pero pagable de un homenaje que el vicio de las masas rinde ante la virtud republicana de sus comandantes.

La izquierda en la oposición, en cambio, pone el acento en el protagonismo de los movimientos y organizaciones populares, con todas las debilidades y limitaciones que puedan exhibir. Es decir, las organizaciones sociales reales, tal como son en la actualidad. Esas organizaciones y movimientos resistieron al neoliberalismo y al neocolonialismo en el pasado, construyeron propuestas alternativas en la salud, en la educación, en la agricultura, en la administración pública y en temas ambientales. No esperan solamente que se acojan sus ideas sino que se respete su protagonismo y su autonomía. Durante los dos primeros años de gobierno mostraron su disposición a dialogar y a negociar posturas. Pero dejaron claro que no subordinarían sus aparatos organizativos ni aceptarían todas las políticas en paquete de todo o nada. La contra – ofensiva gubernamental fue implacable y dejó claro que no había disposición alguna a negociar ninguna política significativa, desde la plurinacionalidad hasta la evaluación docente pasando por la reforma universitaria o la política de salud.

Aunque algunos de los miembros de la izquierda opositora puedan ser acusados de románticos e idólatras de la bondad inmaculada del pueblo, la mayoría tiene la mejor vacuna contra semejantes espejismos: el trabajo organizativo concreto donde pueden juzgarse cotidianamente las potencialidades inmensas y las limitaciones obvias de cualquier política genuinamente popular. Una cosa es evitar la idealización romántica y otra muy diferente es aceptar el veredicto de mediocridad para calificar los saberes, los valores y las actitudes del pueblo ecuatoriano. No es raro, en tales condiciones, que las organizaciones populares más grandes y poderosas estén masivamente en la oposición de izquierdas mientras que junto al gobierno predominen los grupos organizados más pequeños y los intelectuales progresistas sueltos. Para la izquierda en la oposición el desprecio abierto y la política de destrucción militante que el gobierno emprende contra las organizaciones históricas y contra actores sociales que son aliados y protagonistas necesarios de cualquier proceso de cambio, no es una cuestión menor que pueda subsanarse con paños fríos sobre las heridas provocadas por el maltrato y el insulto. Constituye, por el contrario, una guerra contra los sujetos principales de cualquier cambio social verdadero y la destrucción abierta de cualquier posibilidad de avanzar más allá de lo que el gobierno decide que es el límite del cambio hoy en día. Debilitar a los protagonistas del cambio es asegurar un cambio más limitado.

Ante los mismos hechos las izquierdas ecuatorianas valoran el gobierno de Rafael Correa de maneras contrastantes. Despotismo ilustrado o movimientismo autonomista. Hubo momentos en el pasado en los que tal vez podría haberse encontrado una transacción. Pero el gobierno no estuvo dispuesto en su momento y quienes empujaban semejante opción ya no están allí y los que quedan ya no tienen poder de decisión sobre la estrategia general. El resultado es que se afirma un proyecto que realizó ya lo que tenía de progresista y que ahora se encuentra encaminado por la senda de la modernización conservadora del Estado y el disciplinamiento acelerado de la sociedad. Frente a semejante panorama solo nos queda resistir con todo lo que podamos y construir alternativas con la gente, no contra ella. Pero no podemos aceptar la idea de que nos enfrentamos a un gobierno totalitario o fascista como clama la derecha política y económica del Ecuador. Si ése fuera nuestro diagnóstico, se justificaría una alianza con la derecha democrática contra un peligro mayor. Pero no se justifica. Lo que está justificado es una política autónoma de una izquierda que recuperando lo mejor de sus tradiciones libertarias cree en la gente, en su sabiduría, en sus organizaciones y en la democracia radical como proyecto y como camino.

La deuxième étape de la révolution du peuple d’Egypte

Le régime des Frères musulmans est tombé Et les répercussions atteindront la région dans son ensemble La nouvelle étape de la révolution populaire en Egypte, à la suite du 30 juin, continue à soulever la controverse concernant son essence, son devenir et les différentes forces politiques qui y ont adhéré ou qui tournent dans son giron… à commencer par les forces de gauche, les salafistes et les différentes personnalités religieuses, pour aboutir au grand point d’interrogation sur le rôle des forces armées et les possibilités d’utiliser la nouvelle révolution afin de retourner au pouvoir après qu’elles en furent exclues par les « Frères musulmans ».

Cette controverse est compréhensible et légale, même si elle renferme parfois un peu d’exagération chez certains ou si d’autres se basent sur des réponses toutes faites et superficielles quant à l’analyse ou aux conclusions. N’a-t-on pas vu, durant les deux années passées et notamment à la suite de l’arrivée au pouvoir de Mohammad Morsi en tant représentant des « Frères musulmans », la majorité des analystes et des observateurs s’intéresser à l’étude des seuls phénomènes externes pour en tirer la conclusion suivante : « le printemps arabe » – nom donné aux révolutions – s’est transformé en son contraire puisque la bourgeoisie a pu reprendre les rennes du pouvoir, principalement en Egypte et en Tunisie, à travers les forces politiques religieuses qui sont partie intégrante de cette bourgeoisie ?

Il nous faut dire que ces observateurs sont allés très loin dans leur analyse des faits, à tel point qu’ils ont mis tous les mouvements révolutionnaires ainsi que les slogans qu’ils portent sous le manteau de la « théorie du complot » qui a pour base le projet du « Nouveau Moyen Orient » et le soutien direct des régimes réactionnaires implantés dans la région du Golfe. D’ailleurs, ils n’ont fait aucun cas du mouvement des masses ni de leurs revendications. Ils n’ont pas, non plus, pris en considération le fait que les Etats auxquels ils donnèrent le qualificatif d’ « opposants » aux politiques impérialistes, dont la République islamique en Iran, furent les premiers à accueillir positivement l’arrivée des « Frères musulmans » à la présidence en Egypte et en Tunisie, sous prétexte que cela signifiait le point de départ du « printemps islamique », et qu’ils stigmatisèrent le fait que le peuple égyptien se soit débarrassé de Mohammad Morsi.

Les répercussions de la chute des « Frères musulmans »

… de la Turquie et jusqu’en Israël

Ce qu’il est nécessaire de dire, aujourd’hui, c’est que les événements qui ont eu lieu le 30 juin 2013, même si toutes leurs répercussions ne sont pas encore bien connus, constituent un tournant important dans le processus révolutionnaire ininterrompu, non seulement pour l’Egypte mais aussi pour tout le Monde arabe et, même, pour la région tout entière… surtout si nous lions ce qui vient de se passer avec la révolte du peuple turc, qui s’étend et s’approfondit grâce à la rencontre des forces politiques progressistes autour d’un programme pour le changement démocratique laïc qui mettrait fin au gouvernement du « Parti de la justice et du développement » dirigé par Recep Erdogan. Et, n’oublions pas, non plus, que la « Révolution iranienne » fut obligée elle aussi à reconnaitre quelques concessions au mouvement revendicatif, surtout sur le plan de la mise à l’écart des « conservateurs » afin de reprendre les pourparlers avec les Etats-Unis et d’atténuer les conséquences négatives du blocus imposé à l’Iran.

Quel est ce tournant duquel nous parlons ?

Le coup porté par le peuple égyptien au régime des « Frères musulmans », après qu’ils aient pris le pouvoir dans son intégralité, montre que la tentative de remplacer les régimes dits « modérés », sur lesquels les Républicains US avaient misé, par des forces religieuses « modérées », promues par Barak Obama lors de son discours à l’Universités du Caire un an après sa première élection, ne fut pas un succès. Bien au contraire, cette tentative n’a pas empêché les forces populaires égyptiennes de poursuivre la voie qu’elle s’était tracée afin de réaliser son programme résumé dans quatre mots-d’ordre: pain, liberté, justice sociale, dignité humaine. Bien plus, et vu le recul du projet militaire ayant l’aval des forces religieuses au Pakistan, et à la lumière de ce qui se passe actuellement tant en Turquie qu’en Iran, ce coup ne concerne pas seulement les « Frères musulmans » de l’Egypte, mais il le dépasse pour toucher tous les modèles des régimes mixtes « religieux-militaires » que l’impérialisme étasunien tente de propager dans le Monde arabe et le Moyen Orient, Cela se traduirait sans doute par une remise en question de l’étape actuelle et des formes d’application du projet dit du « Nouveau Moyen Orient » élargi vers le Maghreb arabe et le Nord de l’Afrique… à commencer par la Tunisie, et le « Parti de la justice et du développement », et jusqu’en Israël et le projet d’en faire « l’Etat des juifs du monde ». Ce projet qui constitue la colonne vertébrale du projet du « Nouveau Moyen Orient », vu qu’il a pour but de transformer Israël en un noyau autour duquel tournent les mini Etats religieux et confessionnels qui seraient nés de l’effritement du Machreq et du Maghreb arabe et après avoir liquidé la cause palestinienne et mis fin au conflit israélo-arabe.

Cette vision de l’avenir, qui ne manquerait pas de naitre de la seconde étape de la révolution égyptienne, est liée sans aucun doute à la voie que cette révolution décidera de suivre, compte tenu de l’expérience des deux dernières années, en particulier des tentatives, mise en échec, de mettre l’Egypte sous la coupe des « Frères musulmans ». Parce qu’il faut prendre en considération qu’il y aura d’autres tentatives de la part des forces antirévolutionnaires, tant au sein de la bourgeoisie égyptienne, et de la bourgeoisie arabe en général, que parmi les groupes d’influence à la tête de l’armée, ou, encore, la possibilité d’user de l’arme « religieuse » (Musulmans-Coptes) et/ou « confessionnelle ». Ce qui nous mène à dire que les dangers sont nombreux devant la révolution, dont celui de l’usage de voitures piégées et même d’une guerre civile, que le président russe Vladimir Poutine a déjà prévue, afin de dérailler le changement. C’est dans cette perspective que nous lisons les combats sanglants dans les places du Caire, mais aussi d’Alexandrie et d’autres villes, en plus de l’explosion du gazoduc vers la Jordanie et de la mainmise des « Frères musulmans » sur certaines villes du Nord de Sinaï où les étendards noirs ont remplacé le drapeau national égyptien.

Comment poursuivre les tâches de la Révolution

A la lumière de ce qui précède, il est nécessaire de préciser que la victoire des forces qui avaient appelé, le 30 juin 2013, à la chute des « Frères musulmans » restera instable si elle n’est pas liée à la poursuite des tâches radicales que la Révolution du 25 janvier 2011 avait précisées à partir de ses quatre mots-d’ordre déjà cités (pain, liberté, justice sociale, dignité humaine). Parce que ces mots d’ordre constitue un programme qui précise le maillon central de l’étape qui vient, et que nous définissons comme suit : la liquidation de ce qui reste des institutions de l’ancien régime afin de pouvoir bâtir le régime nouveau et tant attendu. D’ailleurs ces deux processus vont de pair et se complètent.

Il est vrai que ce qui fut exécuté sur le plan de la destruction de l’ancien régime n’est pas peu, à commencer par la destitution de Hosni Moubarak et de son parti(le Parti national) et la saisie par la justice égyptienne des dossiers de Moubarak et des leaders essentiels. Nous n’oublions pas non plus les coups directs portés à l’appareil de l’Etat et aux organismes de la police… et, enfin, à la tentative de reproduire le régime à travers les « Frères musulmans ». Cependant tout cela reste fragile s’il n’est pas accompagné d’un projet politique et socio-économique à court et moyen termes. Un projet basé sur des plans de lutte et des priorités bien claires ; fait qui aiderait à faire émerger un leadership bien ancré dans l’alliance de classes qui fut à la base de la chute des régimes de Moubarak puis des « Frères musulmans ».

Les priorités telles que nous les voyons se résument ainsi :

Premièrement, refuser d’amender la Constitution de Moubarak avec les amendements introduits par les « Frères musulmans » et la remplacer par une nouvelle Constitution qui préciserait le régime politique et socio-économique à construire. Une commission de rédaction de la nouvelle Constitution doit être constituée par les représentants, élus, des forces sociales et politiques qui ont conduit à la révolution à travers des luttes cumulatives depuis plus de 10 ans ; à la tête de ces représentants les militants de la classe ouvrière, des paysans, des jeunes, des intellectuels démocrates et des femmes.

Dans ce domaine constitutionnel, et partant des deux slogans de la liberté et de la justice sociale prônés par les deux révolutions du 25 janvier 2011 et du 30 juin 2013, nous pensons que la suppression du régime présidentiel ainsi qu’une loi électorale démocratique et une nouvelle loi concernant la constitution des partis politiques et des syndicats ouvriers pourront constituer les bases d’un avenir meilleur. A cela devra s’ajouter une nouvelle vision économique, basée sur le développement des secteurs productifs… en plus de l’imposition des droits au travail, à l’instruction et à la santé.

La campaña electoral, fuerzas corrientes

Julio 15, 2013 Toda campaña electoral depende, en última instancia, de su contexto político, aunque el texto electoral pueda tener una relativa autonomía respecto a lo político; pero en pocas campañas aparece esta relación intensa como en la actual. En la coyuntura, es tan encendida la boda entre lo electoral y lo político, que lo prolongado de la misma no logra despegarse de la hondura y extensión de la crisis política e histórica que sacude al país.

Esta verdad aparece, casi gráficamente expuesta, en las tres fuerzas actuantes de manera fundamental. Hay que precisar antes que se trata de tres agrupamientos de derechas: uno, oligárquico, tradicional, que es ARENA, el otro, burgués oligárquico, que es el partido FMLN, y el agrupamiento de UNIDAD de Tony Saca, expresa una posición burguesa. Se trata de una campaña en la que no participan las izquierdas como partido político, pero sí en el contexto político.

La oligarquía tradicional expresada por ARENA es este sector que ha perdido el control del aparato del Estado; aunque una pequeña franja de esa oligarquía, donde se ubica gente como Ricardo Poma, los Simán, Murray, Callejas, integrantes del asocio para el crecimiento, son sectores con una cabeza política oligárquica muy atrasada, aunque con un capital vinculado a las poleas actuales del capital transnacional. Estos son los dueños de este partido. ARENA cuenta con el respaldo del gobierno estadounidense que prefiere a los más conocidos. Es cierto que este partido sufre una revuelta interna provocada, en primera instancia, por la resistencia al control partidario de estos sectores ya referidos, y además por visiones diferentes sobre la manera de construir alianzas y de hacer la economía en el país, es decir, la clase de país que se necesita.

El partido FMLN cuenta con una cúpula burguesa por el origen exógeno de su capital, por los nexos y sus vías de desarrollo. Por supuesto que los dos grandes sectores expresados por ALBA PETROLEOS y la empresa partidaria, son dos áreas que es necesario diferenciar para entender las correlaciones de fuerza volátiles y las alianzas inestables que el manejo requiere. Es evidente que estas empresas necesitan del control del aparato del Estado como cualquier empresa partidaria, porque la atención a su clientela electoral necesita repartir el botín de la cosa pública, pero sobre todo, usar el aparato del Estado en beneficio y al servicio de sus negocios e inversiones. Por cierto, esta es la historia inveterada del desarrollo del capitalismo. El control del Estado resulta ser un presupuesto del poder. Esta cúpula empresarial parece y aparece con un ejercicio del poder político oligárquico. Por un lado, por sus finanzas y su actividad económica puede entenderse como burguesía, pero en el terreno político se comporta como oligarquía, es decir, de manera primitiva y atrasada, muy atrás y muy lejos de lo que sería una democracia burguesa. Esto es lo que explica su confrontación inevitable con la Sala de lo Constitucional de la Corte Suprema de Justicia, porque su declarado propósito en el gobierno y con el aparato de Estado, todo lo que ARENA y la derecha hacen y han hecho, choca con la democracia constitucional – que es la posición de la Sala – que exige el sometimiento real a la Constitución.

Este es un puente que vincula a esta cúpula partidaria y empresarial con la cúpula de ARENA, que es también empresarial y partidaria. Por supuesto que el nexo entre estos dos sectores es la base para un eventual bipartidismo que resulta ser la mayor amenaza para el proceso político del país.

El agrupamiento de Tony Saca expresa una posición burguesa, no oligárquica, y su confrontación, hasta ahora no conciliable con ARENA, se alimenta de una historia de confrontación sobre la manera de relacionar el aparato del Estado con el mercado; así como sobre el sentido social, es decir, el compromiso público con la gente, y, en fin, con aspectos propios de la democracia burguesa.

La campaña electoral es el escenario en donde los sectores contendientes se enfrentan entre sí y con un pueblo lleno de dudas, temores y desconfianzas. En una atenta mirada, los tres sectores están diciendo lo mismo, evitando contaminar lo electoral con lo político, eludiendo hablar del país verdadero que vivimos, y evadiendo la presentación de proyectos políticos reales que determinen sus compromisos reales ante la gente real que decida votar. Las tres fuerzas han llegado a una meseta electoral cuya superación requerirá movimientos y alianzas más o menos audaces.

Sobre situación en Egipto.

Entrevista con el camarada Salah Adli, Secretario General del Partido comunista de Egipto por “Nameh Mardom”, órgano central del Comité Central del Partido Tudeh (comunista) de Irán. 06 de julio 2013 Quisiera en primer lugar expresar mi saludo al Partido Tudeh de Irán y mis deseos de éxito en su lucha. También me gustaría saludar el periódico “Nameh Mardom” por la oportunidad de aclarar los grandes acontecimientos históricos que tienen lugar en Egipto.

Q1 – En las recientes declaraciones del Partido comunista de Egipto (03 de julio) Ustedes se han referido al hecho de que el movimiento de protesta de masas se compone de diversas clases y estratos sociales. ¿Cuales eran las clases y las capas sociales de la sociedad egipcia que se movilizaron en la segunda ola de la Revolución del 30 de junio?

Salah Adly: Desde el estallido de la revolución del 25 de enero del 2011, el movimiento de protestacion no se habia disminuido. Las manifestaciones de miliones de personas no se han detenido, el estado revolucionario de las masas estaba siempre allí, bajando de intensidad a veces y estallando en otras ocasiones. Las protestas obreras y las huelgas también se intensificaron. Tras el éxito de Morsi los Hermanos Musulmanes llegaron al poder. Las masas descubrieron su naturaleza autoritaria, su caracter fascista, su preferencia a los intereses de los sectores más reaccionarios y parasitarios del capitalismo, y su incapacidad para dirigir un estado de la envergadura de Egipto. Mas todavia, su traición a los intereses de la patria y su voluntad de actuar como el principal agente para mantener los intereses de Estados Unidos e Israel en la región fueron revelados. Lograron la confianza hacia Gaza y dieron a Estados Unidos e Israel lo que el cliente Mubarak no les había dado. Su proyecto sectario y oscurantista que es hostil a la democracia, a la ciencia, la cultura y la tolerancia, se hizo muy evidente. Más importante aún, las masas descubrieron la mentira de su uso de consignas religiosas para disfrazar sus planes al servicio del proyecto del Gran Medio Oriente y del “caos creativo”.

Es por eso, que el número de protestas sociales (huelgas, ocupaciones, manifestaciones y piquetes de huelgas) alcanzó la cifra de 7.400 – según admite el propio Mohamed Morsi – durante el año pasado. La tasa de desempleo alcanzó el 32%, con el record de desempleados en las cualificaciones altas y medias. La deuda externa pasó de 34 billones US$ a 45 billones US$. La deuda interna se incrementó en 365 mil millones de Libras Egipcias durante el reinado de Morsi el año pasado. La proporción de personas que viven por debajo del umbral de la pobreza aumentó a más del 50% de la población. En resumen, la mayoria de las clases y de los sectores sociales de la sociedad – sus fuerzas politicas liberales, nacionalistas y de izquierda, así como los movimientos de jóvenes, en su mayoría orientados por los nacionalistas y la izquierda, ademas de las principales instituciones del Estado, especialmente el ejército, el poder judicial, los medios de comunicación y la policia – sentían como un grave peligro el mantenimiento en el poder de los Hermanos Musulmanes debido a su intensa búsqueda de monopolizar el poder y excluir cualquiera que no está con ellos, salvo sus aliados entre los grupos terroristas que manipulan la religion como una cubierta.

Incluso amplios sectores de la mediana y grande burguesía Egipcia en los sectores del turismo, la industria, el comercio, la agricultura y de la construccion, se sintieron muy asustados por sus intereses como resultado de la continuidad del reino de los Hermanos Musulmanes quienes crearon una atmosfera de caos, de inseguridad e inestabilidad.

El Movimiento “Tamarrud” (Rebelión) logró recoger mas de 22 millones de firmas para la retirada de la confianza en Morsi y en apoyo de la convocatoria a elecciones presidenciales anticipadas. Todos los partidos, los sindicatos y las organizaciones han participaron en la recogida de firmas, y la campaña se extendió en las calles de las ciudades, en los centros de trabajo, escuelas y universidades, y en las aldeas de todas las provincias de Egipto. La gran importancia de esta campaña es que fue capaz de implicar activamente los ciudadanos Egipcios en el movimiento revolucionario para derrotar el reino de los Hermanos Musulmanes. Tambien restauró el carácter pacifico y democratico de la acción revolucionaria, y ha creado las bases para la negacion y el retiro de la supuesta cobertura sagrada en la legitimidad erronea del sufragio electoral como supuesto único criterio para la legitimidad del sistema democrático. La convocatoria para la recogida de firmas fue acompañada por el llamado a las manifestaciones en todas las plazas principales de Egipto el 30 de junio como prueba principal de la credibilidad de esta campaña y bases fundamentales para la legitimidad revolucionaria de las masas para derrocar a este régimen fascista y contrarestar el proyecto de un estado teocratico.

La respuesta de las masas populares Egipcias era enorme, las mas grandes manifestaciones de la historia de Egipto, e incluso en la historia del mundo, aparecieron. Esto fue comprobado por el índice de “Google Earth”. Más de 27 miliones de manifestantes salieron al mismo tiempo en todas las provincias de Egipto, en representación de diversas clases y capas de la sociedad Egipcia. Frente a las protestas que no excedan de 200 mil manifestantes de los Hermanos Musulmanes y sus aliados en una pequeña plaza del Cairo . Por lo tanto, los Egipcios estaban de un lado, y por el otro lado los Hermanos Musulmanes y sus aliados que estaban aislados. Es la realidad del escenario. Es la realidad sobre la cual toda evaluación de la situación o todo analisis politico cientifico debe estar basado.

Creemos que lo que pasó el 30 de junio es una segunda ola de la revolución Egipcia que es mas potente y más profunda que la primera ola de 2011. Se ha llevado a cabo para corregir la trayectoria de la revolucion y alejarla de las fuerzas de la extrema derecha religiosa quien ha conspirado para acapararse de la revolución y conducir su ola para servir a sus objetivos fascistas y reaccionarios y los complotes del imperialismo mundial.

Q2 – ¿Cual es el nivel de participación de las clases trabajadoras y obreras en estas protestas? ¿Por qué los obreros participan en la batalla con el Islam politico para los derechos democraticos?

Salah Adly: Las consignas básicas de la revolucion de enero eran: pan – libertad – justicia social – dignidad humana. Es una orientación esencial de la revolución nacional democrática. Es producto de un largo periodo historico que se había iniciado a mediados de los años setenta del siglo pasado, con el reino del gran capitalismo dependiente y un ciclo completo de regresión, de atraso y de tiranía. Durante ese período, las fuerzas reaccionarias, en alianza con el imperialismo mundial y la reacción árabe, han actuado para fortalecer un ambiante que permitia el actual Islam político – en especial los Hermanos Musulmanes – para su extensión y asenso. Las fuerzas de la izquierda estaban debilitadas, los obreros estaban desplazados y las grandes empresas industriales eran liquidadas con el fin de asestar un golpe a todas las posibilidades para lograr un desarrollo completo.

De hecho, los trabajadores son participes en la mayoría de las protestas que tomaron envergadura desde el 2006 y participan en todas las manifestaciones populares como una parte del pueblo y no en forma organizada sobre una base de clase. Esto se debe a la ausencia de organizaciones, federaciones y organizaciones sindicales fuertes por causa de un largo legado de la tirania y de la represion del gobierno para controlar las federaciones y las organizaciones sindicales. Es también debido a los grandes cambios en el mapa de clase y a la naturaleza de la composicion de la clase obrera quien se ha constituido en los distintos sectores durante el periodo pasado. Empresas pequeñas y medianas controladas que dependian del sector privado, donde los trabajadores no tenian derecho de formar sindicatos. La clase obrera no surgio de una manera clara como clase en la revolución. Como resultado de la falta de unidad efectiva dentro de las fuerzas de izquierda y su debilidad durante el periodo pasado por muchas razones, que no hay espacio aquí para detallarlo, el movimiento obrero no aparecio de manera eficaz e influyente proporcionalmente al tamaño de su participación y de los grandes sacrificios en la revolución.

Es importante aclararlo, los trabajadores del sector público se dieron cuenta que las prácticas y actitudes de los Hermanos Musulmanes no se diferenciaban de las orientaciones del régimen de Mubarak. Eran mas bien peores. Los Hermanos Musulmanes aplicaron las mismas orientaciones sobre la continuación del programa de privatización y liberalizacion de los precios. No aumentaron el salario mínimo a pesar de que era una de las primeras demandas de la revolución. Se redujeron los impuestos a los especuladores, siguieron con la privatización de los servicios y se negaron a implementar el programa social de la salud. Insistieron en la venta e hipoteca de los bienes de Egipto y de sus instituciones a través del proyecto de “obligaciones islámicas”, que se apresuraron a aprobar en el Consejo de la Shura (la cámara alta del parlamento) la cual es controlada por los Hermanos Musulmanes. La situación más peligrosa fue su negativa a aprobar la ley para garantizar la libertad de formar sindicatos, que habían acordado con todas las fuerzas politicas y los sindicatos antes de la revolución. Pusieron nuevamente los hombres de Mubarak al lado de sus hombres en la Unión General de los Trabajadores Egipcios controlada por el gobierno. Esta es la base social y democrática para el bien de la clase obrera y a favor de la revolución contra el dominio de los Hermanos Musulmanes y de las fuerzas del Islam político, además de las otras razones que habiamos mencionado antes.

Cualquier persona que se imagina que los trabajadores se rebelan solamente por cuestiones que tienen un carácter sectario o razones economicas se equivoca. Los trabajadores son más vigilantes respecto a los peligros del proyecto de la ala religiosa de derecha y a sus prácticas de derecha y fascistas en todos los campos, democratico, político, económico, social y nacional.

Q3 – En su declaracion, el Partido comunista de Egipto caracteriza los desarrollos actuales como una revolución.. ¿Cuáles son la naturaleza, las tareas y la reivindicaciones de la revolución?

Salah Adly: Sí, lo que está sucediendo ahora es una revolucion. Para ser preciso, es la segunda gran ola de la revolución de enero 2011, ya que su primera ola fue abortada debido a que fue robada por los Hermanos Musulmanes a pesar del hecho que no participaron en ella, ni la habian pedido ni la hicieron. Es una revolución democrática con una orientación social y patriótica clara. Se continua, y amplios estratos sociales y diversas fuerzas políticas (liberales, nacionalistas y de izquierda) han participado en ella. Con la continuación del fervor revolucionarias, la verdad acerca de las distintas posiciones se ha vuelto más clara, y las intenciones de estas fuerzas y su voluntad de continuar por el camino de la revolucion se revelan.

Las primeras tareas democráticas de la revolución son la promulgación de una nueva constitución civil democratica que confirma los derechos humanos, los derechos de las mujeres y los derechos economicos y sociales de las clases laboriosas, y que nadie puede negar al pueblo el derecho de elegir su sistema político y económico en el futuro de acuerdo a la relacion de fuerzas. Por lo tanto, la tarea de derrocar la sectaria Constitución, reaccionaria y distorsionada, en lugar de su modificación, es una tarea fundamental para las fuerzas democraticas y progresistas por el momento.

Una de las tareas de la revolución democrática es también la libertad para formar organizaciones sindicales, partidos políticos y asociaciones sin injerencia del gobierno, el rechazo a la formación de partidos políticos sobre una base religiosa y sectaria, la plena igualdad entre los hombres y las mujeres en términos de derechos y deberes, la igualdad ante la ley y la criminalización de las formas de discriminación religiosas y otras.

Entre las tareas sociales está la elaboración de un plan de desarrollo social independiente y completo que se basa en el fomento de los sectores productivos, con la necesidad de una distribución equitativa del producto del desarrollo y de la riqueza en beneficio de los pobres y los sectores laboriosos, la satisfacción de las demandas sociales urgentes. Una primera prioridad entre estas demandas es la determinación de un salario mínimo y máximo y su vinculación a los precios, la cancelación de las deudas a los pequeños campesinos, la redistribución de las partidas presupuestarias para incrementar el gasto en salud y educación, la provisión de viviendas para personas de bajos ingresos, aumentar los impuestos a los ricos, recuperar la posesión de las empresas que fueron saqueadas del sector público y la lucha contra la corrupción.

Las tareas nacionales son: oponerse a la dependencia hacia los Estados Unidos, negándose a sucumbir a la hegemonía sionista, que modifica el acuerdo de Camp David, la restauración del papel de Egipto en el ambito árabe, africano, regional y international, y la profundización de las relaciones con los países y los pueblos del Tercer Mundo.

Q4 – ¿Acaso los acontecimientos actuales en Egipto significan el rechazo del Islam politico o sólamente el rechazo de los “Hermanos Musulmanes” por el pueblo Egipcio?

Salah Adly: Los Hermanos Musulmanes son la organización más eficaz e influyente dentro de las fuerzas del Islam politico. Todas las demas organizaciones, incluyendo los grupos Salafistas y Jihadistas, se han aliado a los Hermanos Musulmanes y han marchado con ellos en la última batalla para defender su régimen porque saben que su derrota significaría una derrota mayor para el proyecto islamista sectario quien esta apoyado por la administración norte americana como alternative a los regimenes autoritarios derrotados. Solo el Partido islamista Al-Nour ha sido excluido de la alianza en la ultima batalla debido a consideraciones relacionadas a su asociación con Arabia Saudita. Pero somos conscientes de que es un partido reaccionario y sectario que es hostil a los derechos humanos y a los derechos de las mujeres y las minorías, como otras sectas islámicas. Eso es evidente con su incitación al crimen con el asesinato de los Shiites arrastrando sus cuerpos en el horrible masacre que tuvo lugar en un pueblo el mes pasado.

Creemos que la batalla no ha terminado y que es necesario que sea una batalla política, social y cultural para aplastar su resistencia y cambiar el clima general que se ha expandido durante décadas.

Pero lo que queremos es llamar la atención sobre lo que se produjo en Egipto. No es ahora solamente una confrontación de los Hermanos Musulmanes, y sus aliados en las fuerzas de la derecha religiosa, con las instituciones de la seguridad del Estado. De hecho se han enfrentado a los Egipcios de todas las sectas y de todas las corrientes así como a todas las instituciones del Estado, incluida la del poder judicial, de los medios de comunicación y la cultura. En los barrios de la periferia y los pueblos, los Hermanos Musulmánes estan ahora enfrentados a las masas Egipcias, ya que sin duda han perdido el apoyo de grandes segmentos del pueblo durante los últimos dos años. Pero el Ejercito y la Seguridad tienen un papel importante en la confrontación contra sus milicias terroristas armadas.

En resumen, lo que ha ocurrido, lo hemos visto, es una gran derrota para el proyecto de la derecha religiosa en general, y no solamente para el proyecto de los Hermanos Musulmanes. Esto tendrá repercusiones mayores en la región y el periodo que viene.

Q5: ¿Cuál es su opinión sobre los argumentos que dicen que el derrocamiento de Morsi es antidemocrático porque fue elegido legalmente y que la nueva Constitución fue ratificada en referéndum. ¿Acaso Morsi fue derrocado por el ejército Egipcio?

Salah Adly: Los que han derrocado Morsi son los mas de 22 millones de ciudadanos de Egipcios que firmaron un documento conteniendo sus nombres y firmas, número de identificación (Cedula Nacional de Identificacion) y el nombre de su provincia, escrito a mano, en lugar de a través de Internet. Es un referendum sin precedente que se culminó en las “grandes concentraciones” en las principales plazas con mas de 27 millones de manifestantes el 30 de junio, continuando por cuatro dias consecutivos. Es Morsi quien derrocó la legitimidad cuando emitió su declaración constitucional dictatorial en noviembre del 2011. Es Morsi quien liquido los derechos humanos cuando sus partidarios terroristas habian sitiado la Corte Constitucional, cuando sus milicias torturaron los manifestantes delante del Palacio al-Ittihadyah (el palacio presidencial) como se muestró por las investigaciones llevadas a cabo por la oficina del procurador publico, y cuando sus hombres mataron a manifestantes frente a la sede del Partido de la Justicia (el brazo político de los Hermanos Musulmanes), de conformidad con las órdenes explícitas del líder del grupo y su diputado, a como lo confesaron los mismos matones ante el fiscal publico. Es Morsi quien renegó las promesas que había anunciado el día en que logró a modificar la Constitucion y formar un gobierno de coalición. Él y su grupo habian apoyado la sumision a las condiciones del Fondo Monetario Internacional. Fue él quien declaró también la Jihad contra Syria en la Conferencia de las fuerzas terroristas yihadistas sin consultar previamente con el ejército y con el Consejo de la Defensa Nacional.

Es por eso, que todos los partidos políticos y todas las fuerzas, e incluso el Partido Salafista Al-Nour, quienes se agarraron del barco antes de que se hundiera, han apoyado las elecciones presidenciales anticipadas. Este llamado no es un golpe contra la democracia, surge mas bien del corazón de la democracia popular cuando cualquier presidente traiciona sus promesas al pueblo y su programa de base sobre lo cual el pueblo lo había elegido.

Limitar la causa de la democracia solamente al “escrutinio electoral” es un saqueo completo de la esencia de la democracia y un rechazo explicito del derecho de los pueblos a rebelarse contra sus dirigentes autoritarios y los regimenes fascistas que utilizan la religión para ocultar su naturaleza reaccionaria y su orientación de la ala derecha capitalista.

La defensa de Morsi por los Estados Unidos y los Estados capitalistas occidentales y la interpretación de la cuestion de solamente como un “golpe de Estado militar” contra la “legitimidad constitucional” es una posición formal que esconde el hecho de que el mundo del imperialismo está aterrorizada por las revoluciones populares y su capacidad de transcender los limites estrechos de la democracia burguesía que representa, en esencia, la forma óptima para satisfacer los intereses de los grandes empresarios y de los monopolios y sus agentes locales con el afán de controlar el porvenir de los pueblos de los países del Tercer-Mundo.

Lo que ha sucedido no es, en ningun caso, un golpe de Estado militar, sino mas bien un golpe revolucionario del pueblo Egipcio para liberarse del reino fascista. Lo que el Ejército ha hecho responde a la voluntad de los pobladores para protegerlos de los complotes de los Hermanos Musulmanes y de sus aliados terroristas armados que quieren encender conflictos sectarios y guerras civiles, dividir el ejército Egipcio y destruir las instituciones del Estado Egipcio para servir los intereses del imperialismo y del sionismo en la región.

¿Qué tipo de golpe de Estado militar es cuando decenas de millones de personas estan en las calles?!

¿Qué tipo de golpe de Estado es cuando el dirigente de la Corte Constitucional ya asumió el poder, que es lo que fue solicitado por el Frente de Salvación Nacional, que incluye a todas las fuerzas de oposición con sus diversas orientaciones y el movimiento juvenil “Tamarrud” (Rebelión), respaldado por las masas Egipcias ??!!

¿Qué tipo de golpe de Estado militar es cuando un gobierno integrado por civiles nacionales calificados por el pueblo sera formado y que tendrá los plenos poderes durante un periodo de transición no superior a un año y que concluira con la promulgación de una constitución civil democratica, elecciones presidenciales y parlamentarias que cada uno espera con entusiasmo??

¿Qué tipo de golpe de Estado militar es cuando se permite el derecho a las protestas pacificas incluso de sus oponentes y no imponer el Estado de emergencia??

La declaración de Al-Sisi, el Jefe del ejército Egipcio, quien presentaba la hoja de ruta para la etapa de transición, fue anunciada solamente después de un diálogo y el consenso de los representantes del pueblo Egipcio, incluyendo el movimiento de los jóvenes de la “Tamarrud” (Rebelión), el Representante del Frente de Salvación, el Jeque del Al-Azhar, el Pope Copto y una representante de las mujeres. El pueblo Egipcio ha celebrado en las plazas principales, en los barrios y las aldeas esta grande victoria para los Egipcios y con el Ejército Nacional quien les aprobaba.

Deberiamos, como lo enseña el Marxismo, proceder a partir de la realidad concreta y no encerrarnos en nuestra vision de ideas predeterminadas y formulas todas listas. ¿Acaso no es notable que los medios de comunicación occidentales se hacen la vista gorda a todo esto, se niegan a ver la realidad e insisten que era un golpe de Estado militar???!!!

Sin embargo, nos apegamos mucho a la necesidad de estar en alerta y estar atentos al curso de la próxima fase para garantizar que el papel militar en esta etapa sea limitado a la protección del pueblo y la Seguridad nacional de Egipto y que este apegado a las promesas de no interferir directamente en los asuntos políticos, y la necesidad para el pueblo a permanecer en las plazas para garantizar el cumplimiento de sus reivindicaciones en la fase de transición.

Q6 – ¿Cuál es su evaluación de la posición de los Estados Unidos en relacion a los desarrollos en Egipto?

Salah Adly : EE.UU. fue tomado de sorpresa por la revolucion de enero de 2011, pero se había estado preparando para los escenarios de cambio en Egipto desde antes que cuando sienten que el régimen de Mubarak había envejecido. Así que intervinieron inmediatamente después que fue derrocado para crear una alianza entre el antiguo Consejo Militar y los Hermanos Musulmanes para asentar el camino hacia la toma del poder por los Hermanos Musulmanes después de que se comprometieron a velar por los intereses de los Estados Unidos, garantizando la seguridad de Israel y continuando la política económica neoliberal que está en contra de los intereses de las masas populares.

Pero los Estados Unidos descubrieron después de un momento la amplitud de la incapacidad de los Hermanos Musulmanes para ejecutar los asuntos de gobierno, su falta de competencia hacia el pueblo y su insistencia por una alianza con los grupos yihadistas en lugar de una alianza con las fuerzas liberales y la unificación de los diversos sectores de la clase de los grandes capitalistas en un sistema estable basado sobre una transferencia de poder que gira en la órbita de esta clase y que asegura los intereses de los norte americanos. Estados Unidos, estaban al mismo tiempo también, atentos en asegurar los intereses y los privilegios de la institución militar con el objetivo de garantizar su lealtad.

Pero Estados Unidos fueron asustados por la continuación de la situación revolucionaria en Egipto, la progresión de la escala de las protestas y la escalada del rechazo popular hacia el reino de los Hermanos Musulmanes. Es por esa razón que ejercieron una presión sobre los Hermanos Musulmanes para llevar a cabo reformas, y ejercieron tambien presión sobre las fuerzas de la oposición liberal, especialmente sobre aquellos que representan los intereses del gran capital en el Partido Wafd, del Partido de los Egipcios libres y del Partido de la Constitución para acelerar la ida a elecciones parlamentarias, poner fin a su alianza con las fuerzas de la izquierda y rechazar las orientaciones de izquierda de los movimientos de la juventud que creen que los objetivos de la revolución y el desarraigo del régimen de los Hermanos Musulmanes sólo pueden lograrse con una grande revolución popular contra ellos y el boycot de las elecciones.

Cuando el “Tamarrud” (Rebelión) y sus geniales ideas para retirar la legitimidad a Morsi tuvieron éxito, puso cada uno en un dilemna cuando los amplios sectores del pueblo y las fuerzas políticas respondieron a su llamado. Esto puso fin a la indecisión de todos los partidos y de todas las fuerzas. Se agruparon todos detrás de la opción popular para el derrocamiento de Morsi, lo que condujo a las elecciones presidenciales anticipadas. Esta demanda se intensificó para llamar al derrocamiento del régimen de los Hermanos Musulmanes, para cambiar la Constitución y corregir el curso de la revolución a través de una nueva legitimidad revolucionaria y una nueva fase de transición sobre una base correcta.

Los Hermanos Musulmanes, los estadounidenses, el Ejército, e incluso las fuerzas de la oposición politica no habian imaginado que la respuesta de la gente sea de esta potente envergadura que obligó cada uno a aplicar la voluntad del pueblo.

Sabemos que los Estados Unidos ejercieron presión de manera flagrante sobre los dirigentes del Ejército y las fuerzas politicas liberales no por derrocar a Morsi sino solamente para presentar grandes reformas. Pero ya era demasiado tarde y cada uno se dio cuenta de que la gente habia hablado y que la alternativa sería la escalada hacia la guerra civil, la escalada hacia el terrorismo y el conflicto sectario, y la puerta abierta a la intervención extranjera.

La llegada a este punto critico ha conducido al derrocamiento de Morsi y a la intervención del ejército de una manera que sirve los objetivos de la revolución en esta etapa. Lo que es admirable es que ese es la primera vez que el ejército Egipcio ha desobeido las órdenes de EE.UU porque se ha dado cuenta de la naturaleza de los grandes peligros que atormentaban a la patria, si se negaba a apoyar la revolución.

Las fuerzas nacionales y democráticas han comprendido que los dirigentes del Ejército tienen intereses y privilegios que quieren preservar, y ellos también quieren tener un papel en el poder sin injerencia política directa. Creemos que esto tiene que ser tomado en cuenta en esta etapa haciendo énfasis sobre la corrección de las cosas gradualmente en la proxima fase.

Estamos en la espera que los Estados Unidos, en el período crítico que sigue, fomentarán los complotes para iniciar la sedición y el conflicto y para alentar a estos grupos para atizar el caos con el fin de lograr los esquemas del “cao creativo”, esquemas para transformar a Egipto en otro Irak. Esto es lo que ha pasado y que fue revelado en el complote del viernes 5 de julio. Este complote ha sido llamado por la juventud “La tripartita, EE.UU. – Israêl – los Hermanos Musulmanes, Agresión” contra el pueblo de Egipto. El plan tenía como objetivo abortar la revolución, reinstalar Morsi, expandiendo el caos y el terror a traves de las manifestaciones que ocuparian las plazas liberadas mediante el empleo de las armas y el terrorismo, el lanzamiento de una campaña de rumores y una guerra de disinformación que sería sin precedente en Egipto con el fin de crear divisiones entre el pueblo y el ejército y dentro de los militares mismos, y conspirar con los grupos jihadistas en el Sinaí para declararlo zona liberada en colusión con Israël y los grupos islámicos de Gaza.

Egipto vivió horas críticas después del discurso del terrorismo y de la intimidación pronunciado por el dirigente del grupo fascista, los Hermanos Musulmanes, a sus seguidores de la plaza Rabi’a al-Adawiyya en Nasr City, en El Cairo. Esa fue la señal para el arranque de esta grande conspiración con el fin de girarse contra la voluntad popular. CNN así como el servicio árabe de la BBC de los canales de TV desempeñaron un papel peligroso en este complot. Pero el pueblo y el ejercito estaban a la altura para frustrar este complot y el papel vergonzoso de EE.UU y de los Hermanos Musulmanes para traicionar el pueblo y la patria fueron expuestos. Este fue un duro golpe para los planes de los Estados Unidos y el imperialismo en la región. El triunfo de la revolución y de la voluntad popular fueron reafirmados sobre las fuerzas de la contrarrevolución.

Q7 – ¿Cuál es vuestra evaluación sobre el nuevo presidente designado, Adly Mansour, y lo que debe hacer de inmediato?

Salah Adly : Él es un juez que es bien conocido por su integridad y competencia, que no había ejercido ningun cargo político o adoptado ciertos prejuicios. El discurso que pronunció después que prestó juramento y tomó posesión de su cargo como presidente para el período transitorio fue un discurso bueno y positivo. Subrayó en que era “solo el pueblo” quien lo había designado, y que los poderes que le han sido confiados son honoríficos, pero que la autoridad real reside en el primer ministro quien escogera por el consenso de las fuerzas nacionales y los jóvenes, y que será encargado de la implementación de las tareas aceptadas por las fuerzas nacionales, democráticas y sociales. Una prioridad mayor del gobierno sería de parar el hundimiento de la economíá, aplicar las demandas urgentes de los sectores trabajadores y dar la seguridad.

Vemos la necesidad de continuar la presión popular en las plazas, que fue confirmada por la declaración presentada por Al-Sisi, de proteger el derecho a la manifestación pacifica. Esto para asegurar que el ejercito no intervendrá salvo en los limites aceptados para asegurar el éxito de esta etapa de transición difícil.

Q8 – ¿Cuáles son los principales retos de su partido, particularmente en relación a las otras fuerzas políticas y para la creación de una alianza unida?

Salah Adly: El principal reto es la necesidad de unir las fuerzas de la izquierda en primer lugar para enfrentar las enormes tareas a las cuales hacemos frente en esta etapa. Las más importantes son:

1) Asegurar el cumplimiento de los objetivos y las tareas de la fase de transición.

2) Cumplir con el consenso por un candidato unico de las fuerzas nacionales y democraticas en la batalla de las elecciones presidenciales.

3) Formar un frente de las fuerzas de izquierda, Nasseritas, movimientos juveniles y organizaciones sindicales ; preparar listas conjuntas para la batalla de las próximas elecciones parlamentarias y locales ; ejercer una presión para garantizar que no haya retroceso en la corrección de la marcha de la revolución en la fase de transición.

4) Tratar de completar y desarrollar la estructura del partido, a renovar el partido con sangre nueva, y a desarrollar su programa de manera en que podamos hacer frente a los grandes desafíos a los cuales estamos enfrentados.

Egypt’s Sphinx casts eyes on Syria

Egypt’s Sphinx casts eyes on Syria
By M K Bhadrakumar

It looks increasingly that solving the Egyptian puzzle is going to take us all to Syria. How far the army’s coup in Egypt resets the geopolitics of the Middle East, or, conversely, whether the coup itself forms the commencement of a region-wide tectonic shift that is going to play out over time – this is the big question.

The cascading events this week indicate that the latter could well be the case. To be sure, even by the standards of the Middle East, the past week has been an extraordinary one.

There has been a strong expression of support from the United States and its Persian Gulf allies to the Egyptian military, which in turn is providing the political underpinning for a brutal crackdown

by the junta on the Muslim Brotherhood, which has implications for the “Arab Spring” as a whole.

Russia’s overture to the junta at such a point may come as quite a surprise but it is integral to the Russian strategy in Syria and the Russian skepticism of the “Arab Spring”.

The isolation of Qatar, Turkey and Iran on the regional chessboard has accentuated through the past week with the junta in Cairo ticking off these countries for their pretensions of being arbiters or opinion-makers in Egypt’s internal affairs. It so happens that these three countries have been deeply involved in the Syrian situation as well.

Meanwhile, Israel’s openness to accept Russian peacekeepers on the Golan Heights could not have surged to the surface this week without US acquiescence – or even approval – and the timing of the leadership changes both in Syria’s ruling Ba’ath Party and the Syrian National Coalition could be more than a coincidence.

There is a background to all this, lest it be forgotten amidst the cacophony of the coup in Egypt – Hassan Rouhani’s thumping victory in the Iranian presidential election and the promise of an impending thaw in the Saudi-Iranian relationship.

A seminal event
If a seminal event is to be identified in this torrential flow of events in regional politics, it must be the visit by the US Secretary of State John Kerry to Saudi Arabia on June 25, which was embedded within a regional tour of the Middle East and was a diplomatic initiative on Syria.

In hindsight it becomes apparent now that the slow-motion coup in Egypt was well under way by that time in end-June and the US was already in deep consultation with the military leadership in Cairo regarding a political transition in Egypt. Without doubt, Kerry’s talks with the Saudi leaders couldn’t have ignored the gathering storms in Egypt.

In the event, of course, Saudi Arabia’s King Abdullah became the first world leader to felicitate the overthrow of the Muslim Brotherhood government on July 2 – within hours of the coup unfolding – as if Riyadh had it all worked out in anticipation.

Again, the alacrity with which Saudi Arabia and the United Arab Emirates simultaneously announced on Wednesday a US$8 billion aid package for Egypt suggests that a blueprint was already prepared in consultation with the US.

Washington leaked to the press immediately thereafter that it too was going ahead with a planned supply of F-16 fighter aircraft to the Egyptian military, which means that despite the Obama administration’s posturing of prevarication, suspending military aid to Egypt is the last thing on its mind.

Curiously, another regional leader who promptly welcomed – alongside King Abdullah – the ouster of the Brotherhood from power in Egypt has been Syrian President Bashar al-Assad.

This wasn’t an isolated act, either. On Monday, Assad announced the replacement of the entire Ba’ath leadership, with all 16 members who have been in the high command since 2005, making way for new blood. A younger generation of leaders, including former diplomats, has been brought in as replacements. Parliament speaker Jihad al-Laham and Prime Minister Wael al-Halqi are among them.

In an interview with the Ba’ath party’s mouthpiece, Assad sought to explain that the leaders were removed from the high command because they made mistakes while in office. “When a leader does not solve a series of errors, this leader must be held accountable,” he said without elaborating. Of course, Assad continues as the party’s secretary-general, being the only top leader who didn’t make any mistakes.

In the same interview with the Ba’ath party’s organ, Assad also renewed his criticism of the Muslim Brotherhood, saying it “takes advantage of religion and uses it as a mask … and it thinks that if you don’t agree with it politically, that means you don’t stand by God.”

Assad strives to convey the message to the people that he is responsive to their grievances over social problems such as inflation and worsening public security. But the fact remains that he is strengthening his control of the ruling party at a time when the Syrian situation is evolving in political terms, given the military stalemate, and all protagonists – Syrian as well as outside powers – anticipate the inevitability of a political dialogue in the next several months.

Equally, what needs to be noted is that the Ba’ath Party purge coincides with a change of leadership of the opposition Syrian National Coalition (SNC). New SNC president Ahmad Jarba is a Saudi-US nominee and has the reputation of being a “secular-minded” tribal leader.

Following Jarba’s election, Ghassan Hitto, the prime minister and a businessman from America, who had enjoyed the backing of Qatar, Turkey and the US when he was appointed in last March, submitted his resignation.

In essence, the changes in the SNC signify – like in Egypt – an ascendancy of Saudi influence and the eclipse of the Qatari-Turkish axis. The Brotherhood’s clout within the SNC has also suffered a setback. Evidently, the US is backing the ascendancy of Saudi influence within the SNC – as is happening in Egypt.

Demise of Islamism
What is the Saudi-US game plan? Going by the Ramadan message by the Saudi King and the Crown Prince on Wednesday, Saudi Arabia “will not allow religion to be exploited by extremists who only work for their personal interests, and who harm the reputation of Islam.” The message said Saudi Arabia will “with God’s help, remain the defenders of Islam … and continue on our centrist, moderate approach.”

Evidently, these are barbs aimed at the Muslim Brotherhood in the prevailing context of both Egypt and Syria, and the movement’s principal backers in the region; namely, Qatar and Turkey.

On the other hand, Assad would find the Saudi King’s Ramadan message quite agreeable. He cannot but share the Saudi perspective (which the US and Russia also share) that the specter of radical Islamists haunting his country’s destiny is the core issue today.

Without doubt, these cross currents in regional politics have not gone unnoticed in Moscow, and they have prompted the Kremlin to lose no more time in making an overture to the Egyptian junta. Foreign Minister Sergey Lavrov said on Thursday,

We hope that all initiatives [by the junta], which are designed to launch the national dialogue, to stabilize the situation and hold free elections, will be successful.

Lavrov simply ignored that he was speaking while a violent crackdown on the Brotherhood by the Egyptian military was underway. He went on to propose that it could be business as usual between Russia and Egypt and, furthermore, that Russia’s priority lies in the impact of the developments in Egypt on regional stability and the politics of the Islamic world. Lavrov said,

As for cooperation projects [with Egypt], these projects are aimed at developing cooperation between the countries and peoples. Their implementation will benefit both the countries and the peoples.

We [Russia] want stability to be ensured in Egypt and in the entire region, which creates serious risks for international relations. Egypt is the region’s key country. The development of events in the region and in the Islamic world will depend on the situation in Egypt.

This is realpolitik at its best. Simply put, without drawing allegations of interfering in Egypt’s internal affairs, Lavrov has let it be known to the new leadership in Cairo, and an array of regional states – Saudi Arabia, Iran, Qatar, Turkey and Israel, in particular – and the “international community” as a whole that Russia is far from displeased with the turn of events in Egypt and its likely repercussions for regional security and stability.

Conceivably, Moscow, which never gave up its deep-rooted suspicions of the Muslim Brotherhood, may be feeling the winds of change to be quite conducive to the pursuit of its own interests and in harmony with its own assessments of the “Arab Spring”.

Meanwhile, the Saudi establishment daily Asarq Al-Awsat reported on Wednesday that there has been a meeting between Lavrov and Israel’s Justice Minister Tzipi Livni during which the latter indicated that Israel may allow Russian peacekeeping soldiers under the United Nations flag on the Golan Heights provided Moscow halted the transfer of advanced S-300 antiaircraft missiles to Syria.

President Vladimir Putin had proposed last month that Russia is ready to replace the 380-strong Austrian contingent in the 1,100-strong UN Disengagement Observer Force in Golan.

Neither Moscow nor Tel Aviv has contradicted the Saudi daily’s report. If it is true, as seems likely, it not only is in sync with the broad sweep of the above-mentioned developments but it unveils a tantalizingly new pattern of regional alignments involving Israel and Syria, with the US and Russia as the stakeholders – something unthinkable until now.

Clearly, the events in Egypt are increasingly finding the US, Saudi Arabia, Israel and Russia on the same page. All these four major protagonists are willing to wager that the controversial coup in Egypt might eventually stabilize the situation in that country and even strengthen democratic rule.

All these protagonists would agree that political Islam turned out to be the unwelcome beneficiary of the “Arab Spring.” Indeed, by the analogy of Egypt, as hinted in the Saudi King’s Ramadan message, big trouble seems to lie ahead for the Islamist movements in the region as whole, including the Syrian rebel groups.

As a former Israeli ambassador to the US, Zalman Shoval summed up in an article titled “New Dawn on the Nile” in Jerusalem Post,

All things considered, the possible demise of Islamism as the major political force in at least parts of the Arab world could eventually lead to a more secular, down-to-earth and less dogmatic and intolerant attitude on the part of our [Israel’s] neighbors.

All in all, the struggle that lies ahead in Egypt and the turns that the Syrian situation is poised to take in the coming months have not only some striking parallels, but could be inter-related.

Ambassador M K Bhadrakumar served as a career diplomat in the Indian Foreign Service for over 29 years, with postings including India’s ambassador to Uzbekistan (1995-1998) and to Turkey (1998-2001).

DECLARACIÓN CRISTIANA DE LA INICIATIVA PASTORAL POR LA VIDA Y LA PAZ, ANTE LA NACIÓN SALVADOREÑA, EN RELACIÓN AL PROCESO DE PACIFICCIÓN

DECLARACIÓN CRISTIANA DE LA INICIATIVA PASTORAL POR LA VIDA Y LA PAZ, ANTE LA NACIÓN SALVADOREÑA, EN RELACIÓN AL PROCESO DE PACIFICCIÓN.

Otro El Salvador es posible… desde Jesús de Nazareth

“Dios envió su mensaje, anunciando las Buenas Nuevas
de la paz por medio de Jesucristo que es Señor de todos,
cómo anduvo haciendo el bien y sanando a todos los que
estaban oprimidos por el diablo, porque Dios estaba con él ”
(Hechos 10,36. 38)

1. El Evangelio es el anuncio crucial que el Reino de Dios ha llegado en la persona de Jesús (Marcos 1, 14- 15), convocando a la conversión y a la fe. Conversión que supone una nueva condición espiritual ante Dios, ante el prójimo y ante la creación. Fe que se entiende como una nueva existencia que nace desde Dios a favor de la vida, la paz, la esperanza, la justicia y el amor. Todo esto fue encarnado en la persona de Jesús y se establece como criterio de genuinidad evangélica hoy, para los que afirmen ser sus discípulos.

2. El sueño de Dios en Cristo es la nueva humanidad, la nueva creación. Un mundo marcado por su gloria. Un mundo que refleje presencia de Dios. La presencia de Dios se manifiesta de diferentes maneras y trasciende nuestros dogmas, creencias y prácticas religiosas. La presencia de Dios se palpa cuando la vida se promueve, cuando la justicia corre como río, cuando la paz es plenitud de vida. En fin, cuando la vida abundante llena al ser humano. El Evangelio, pues, es caminar hacia una realidad nueva donde “según su promesa, esperamos un cielo nuevo y una tierra nueva, en los que more la justicia” (2 Pedro 3, 13)

3. Ante esta esperanza, nos consideramos deudores y, por tanto, empeñados en el arduo trabajo que significa encarnar el Evangelio en la realidad histórica concreta. Hemos trabajado y seguiremos trabajando en la transformación de nuestra nación de tal forma que vaya expresando el propósito divino de salvación, de sanidad y de reconciliación. Por lo cual, nos dirigimos a todo el pueblo salvadoreño para expresar nuestra fe, nuestro compromiso, nuestras preocupaciones y nuestro llamado vehemente a todos los sectores involucrados en que nuestro país pase de la muerte a la vida.

4. Estos últimos años han sido marcados por el derramamiento de sangre. Heridas profundas se han abierto en las familias salvadoreñas. En su gran mayoría –no toda- la violencia ha sido aportada por las diferentes pandillas y “maras” que operan en el territorio nacional. Este fenómeno pandilleril parece no ser entendido aún a plenitud. Esto ha conducido a un tratamiento parcial, ineficiente y generador de mayor violencia. Sus orígenes no se remontan a los Estados Unidos de América sino a las condiciones de pobreza, marginalidad, emigración, descomposición de la familia, que tienen agobiada durante décadas a la mayoría de la sociedad. La represión es sólo analgésico pero no cura la infección. “La violencia engendra violencia”. Nuestra estructuración social es generadora histórica de grupos que siempre buscan resolver sus necesidades por la vía de la expresión violenta, quizá por la crónica indiferencia que solo reacciona ante el golpe lastimero. Esto hace que las pandillas sean victimarios pero en un análisis más profundo también son víctimas. Siendo así, como victimarios deben ser procesados por sus delitos pero como víctimas deben ser parte de un proceso de humanización, de dignificación, de reinserción y de conversión.

5. La sola perspectiva represiva ha olvidado la justicia para las víctimas. La visibilización y la reparación del daño no están contempladas en los planes echados a andar hasta la fecha. Hay que sanar heridas, hay que reconciliar la sociedad, hay que abrir caminos a la verdad y al perdón. No solo las pandillas han herido a esta sociedad sino también la clase política, los gobiernos de turno y los sectores dominantes. Sin embargo, a las pandillas se les ha oído decir algo que no se ha escuchado en los otros sectores: “perdónennos y queremos cambiar”. Como cristianos, hemos partido de esta declaración que se ha dado en el marco del proceso de pacificación y que otros llamaron “Tregua entre pandillas” para trabajar esperanzadamente en un futuro más vivible para nuestros hijos. Mucho se ha criticado al gobierno por su rol pálido frente a este hecho, pero eso no deslegitima el valor que este acontecimiento puede significar como semilla de pacificación para toda la sociedad.

6. Hemos sido testigos, también, de un movimiento perverso de diferentes sectores que en común acuerdo han despotricado contra este esfuerzo que tiene enorme potencial de pacificación sin conocerlo a fondo y sin valorar sus aportes. No es la solución total pero es un comienzo muy significativo. A nuestro entender, este proceso revela la posibilidad que hasta los sectores que más se odian pueden sentarse a buscar entendimiento y crear nuevas condiciones de vida para la sociedad.

7. Pero también lamentamos la miopía electorera que ciega y turba a los partidos políticos que no ven este esfuerzo en profundidad sino simplemente en la lógica porcentual de estadísticas de encuestas. No es justo, no es ético, no es cristiano definir posturas ante esto a partir de intereses partidarios e ideológicos y no valorar la preservación de la vida humana.

8. La pacificación de la sociedad no es solo de consensos de sectores sino de rehacer el modo de ser sociedad, de abrir oportunidades, de aportar caminos para la generación joven que viene empujando y se encuentra que ante sí, tiene un vacío de futuro. Hay que repensar nuestra sociedad. Es necesario re-imaginar nuestros horizontes. Los gobiernos de turno deben aportar eficaz y estructuralmente a una nueva forma de distribuir los recursos y el poder.

9. Las pandillas tienen poder territorial, económico y social. Pero esto no se les reconoce para temerles ni para asegurarles poder político, sino para incluirlos como parte activa en el proceso de pacificación social. No se les puede ignorar, no se les debe marginar. Son interlocutores que han dado un paso en un rumbo esperanzador. Para desmovilizar este poder se deben crear alternativas de vida y producción. Pero no como formas folklóricas de sobrevivir y asistencialismo, sino como una reestructuración de medios de producción y de trabajo.

10. El gobierno debe asumir una definición explícita y comprometida frente a un esfuerzo que durante año y medio ha dado al país una tiempo de relativa calma. No debe temer, sino definir mejor su participación. Se debe abordar presupuestariamente este proyecto con seriedad. Los costos políticos no se comparan a los costos de pérdidas de vida humana.

11. Los partidos políticos no deben manipular este esfuerzo de paz para ganar porcentajes de aceptación ciudadana que no pueden ganar con capacidad propositiva y calidad humana.

12. Las iglesias no puede seguir siendo pueblo de Dios encerrado. Las calles se han vuelto violentas porque las iglesias han dejado las calles. Jesús no estaba en los templos, sino que andaba en ciudades, pueblos y aldeas. Jesús lanzó el anuncio de las buenas nuevas del Reino de Dios desde los excluidos: los pobres, los esclavos, las mujeres, los niños, los leprosos, las prostitutas, los publicanos y los gentiles. Se debe recuperar la radicalidad del compromiso evangelizador aún a costa de la vida misma.

13. La sociedad debe buscar justicia, no venganza. No nos centremos solo en el horror que las pandillas han provocado, sino también en los signos creíbles que muestran voluntad de dejar esos caminos y emprender nuevos. No nos concentremos solo en nuestro dolor por los daños irreparables que hemos padecido, caminemos hacia el perdón. Los que seguimos a Jesús de Nazaret, no podemos pasar por alto que en el momento más ignominioso de su sufrimiento, brotó de su boca las frases: “Padre, perdónalos, no saben lo que hacen”. La iglesia como comunidad perdonada por Dios debe trabajar duro por sanar la sociedad y enrumbarla en el sendero del perdón y la reconciliación. No debemos trabajar sobre la desinformación, el miedo o los intereses mezquinos de pequeños grupos de poder. El futuro se abre no temamos entrar allí.

14. Las pandillas deben mantener su acuerdo de no agresión a pesar de todo. Deben llevar el proceso a otro nivel para aumentar los signos de credibilidad ante la sociedad. Honrar su palabra. Sabemos que todo esto es un proceso pero queremos que ese proceso refleje progreso y no retroceso. No vuelvan atrás, busquen al Señor quien es fiel para perdonar y abrir nuevos caminos. Muéstrenle a la sociedad que su palabra va respaldada de hechos. Arrepiéntanse y crean en El Evangelio Mc 1:15.

15. Nosotros, los declarantes, afirmamos nuestro compromiso con la regeneración y la reconciliación de la vida humana. Creemos que todo esfuerzo de paz que busca la reconciliación, la defensa de la vida y evitar por todos los medios el derramamiento de sangre, es obra de Dios. En este sentido, queremos reafirmar nuestro decidido respaldo y acompañamiento al proceso de pacificación iniciado con el pacto de no agresión entre pandillas el nueve de marzo de 2012, con el humilde, pero valiente papel de mediación desempeñado por Monseñor Fabio Colindres y el Ciudadano Raul Mijango. Decidimos caminar en este espinoso sendero porque hemos visto señales valiosas que generan esperanza de una salida a esta vorágine de violencia. Al igual que los mediadores, no estamos aquí por enriquecimiento, ni por fama, ni por poder. Al contrario, ese proceso ha absorbido mucho de nosotros, pero estamos conscientes que no hay esperanza sin martirio, lo hacemos con gozo porque sabemos que Dios está en medio de todo esto. Sus caminos son imprevisibles pero resultan claros para quienes tiene ojos para ver y oídos para oír. Anhelamos y luchamos por ver un país que refleje los designios salvadores de Dios en Cristo Jesús.

San Salvador, 15 de julio de 2013

Canción a una bala

En 1981 me encontraba realizando mis estudios en la URSS cuando tuve que regresar a mi país llamado por la guerra y por mi Partido. Me integré al frente y combatí con las FAL hasta el fin de la guerra con el nombre de Mauricio.

En enero del ‘87 fui enviado desde Guazapa, junto con un grupo de compañeros, a la provincia de Chalatenango, exactamente al lugar conocido como La Montañona, cerca de la frontera con Honduras, a unos 8 km al norte del municipio de Las Vueltas. Ahí, en la parte más alta de La Montañona, estaba ubicada la “Escuela político-militar Capitana Ileana de las FAL”.

La escuelita, como le decíamos, era la entrada de todo el mundo a la guerra. Las FAL habían echado a andar esa iniciativa con el objetivo de vincular la práctica diaria que significaba sostener la guerra, con la teoría revolucionaria. Allí se realizaban todo tipo de tareas y se estudiaba el por qué de la guerra, las razones para luchar, para sumar así a los esfuerzos militares la consolidación política e ideológica de los combatientes. Por tandas, los compañeros iban a pasar un tiempo ahí. No era tanto una obligación como una necesidad.

La escuelita, al momento de mi llegada tenía unos sesenta compañeros. Muchos de quienes se incorporaron a las filas guerrilleras iban a cero conocimiento de qué se trataba. A mí como salvadoreño me impactó mucho, cuando llegué al frente, la cantidad de compañeros internacionalistas que estaban participando del proceso revolucionario de mi país. Producto de la clandestinidad, llegábamos al frente desconociendo el inmenso contingente de personas de otros países que se encontraban en los distintos campamentos y en las diferentes organizaciones que componían el FMLN. El enemigo utilizaba este gesto para presentar en su campaña publicitaria que “esta guerra no es de salvadoreños” y justificar así la intervención de los EEUU. La verdad era la necesidad de estos compañeros de aportar su valor a nuestra lucha y conocer nuestra experiencia.

Ahí conocimos un grupo de combatientes argentinos: Cope, Víctor, Platini, Sergio y Rodolfo. Sergio estuvo un tiempo en la escuela hasta que después se fue a cumplir tareas con las unidades de las FPL y llegaba de visita cada dos semanas. Allí conocimos a Fernando, chileno, que cayó en 1989 en Ciudad Delgado; Ramón, de Costa Rica; dominicanos: el negro Javier, que ya se volvía para su patria y César, que era médico y sastre; Karim, otra chilena. Anteriormente habían estado otros dos compañeros argentinos, Anita y Roque. Fabricio, un estudiante de medicina venezolano que murió en el ‘88 en un enfrentamiento con el Batallón Atlacatl.

En los primeros años, el concepto que se tenía de la guerra era que allí sólo se tiraban tiros. Y no. Se cumplían las más diversas tareas que hacían posible el avance y la resistencia. Una tropa sin maíz, sin frijoles, sin arroz, cómo podía subsistir? De eso se encargaba Víctor, aunque renegara y se lamentara. A una tropa sin botas o con los uniformes descosidos le es difícil ir al combate. Ahí entraba la labor de César.

Como había compañeros que no sabían leer ni escribir, en los ratos libres se sacaban cuadernos y lápices. Ahí Rodolfo colaboró como maestro.

En la convivencia con la tropa, las diferencias culturales podían hacer que se encajara mejor o peor. Había que elegir con quién compartir la champa, con quién compartir los momentos de descanso. Rodolfo cuajó muy bien con los demás. El venir de la ciudad para internarse a la vida guerrillera en el campo no era fácil. Los que eran de la zona o estaban hacía tiempo ahí, a veces se comportaban como intentando probar a los recién llegados. A algunos les era más difícil que a otros, y a los internacionalistas siempre les costaba más. “Yo no me quiero dejar mandar por ningún extranjero”, era una expresión que después la convivencia se encargaba de romper.

A Víctor lo tenían por enojado los compañeros, que eran muy jóvenes, entre 15 y 17 años. A los 17 años eran considerados viejos. A nosotros nos decían viejitos. Cuando se daban cuenta que nos cansábamos en las caminatas nos decían “¿Qué vienen a hacer estos viejitos a la guerra? Nos cuesta mucho cuidarlos!”

A Víctor le gustaba mucho regañar a la tropa y entraba en conflictos de relación fácilmente.

Sergio era más calmado, más tranquilo, igual que Cope. Podían estar los combates ahí cerca y con mucha tranquilidad asumían sus tareas diarias. Rodolfo era aún más tranquilo.

En ese tiempo las operaciones del enemigo eran bastante seguidas y requerían de un nivel contundente de respuesta. La guerra había entrado en un nuevo período. Había comenzado la movilización permanente de las unidades guerrilleras para contrarrestar los ataques enemigos. A nivel nacional, pero sobre todo en la provincia de Chalatenango. Después de estar tres meses recibiendo instrucción en la escuela, Rodolfo fue directamente asignado con el grado de teniente a un pelotón de combate que se movilizaba por Las Vueltas y que acostumbraba andar por la zona de Las Bolsitas, cerca de La Ceiba, a una media hora de la escuelita. Los compañeros que salían con él comentaban que esa tranquilidad de Rodolfo nunca la perdía en los combates.

Cope también era excelente combatiente. Había un compañerito de 14 años de edad, Marvin, que después de haber sostenido un enfrentamiento prolongado con el enemigo, me decía “Me gustaría salir con Cope otras veces porque no se agüeva. Se mantuvo en la trinchera y nunca dio señales de querer retirarse”.

Sergio todavía estaba con las unidades de las FPL. Era un acuerdo de cooperación realizado con la idea de que los compañeros conocieran la experiencia política y militar de las otras organizaciones. El compartir esta experiencia rompía esquemas. Yo tuve la oportunidad de estar trabajando ocho meses con los compañeros de las FPL, en la producción de Radio Farabundo Martí, en el ‘84, ahí mismo en La Montañona, en una zona muy alta que se llama El Rótulo de los Monos, dos años antes de conocer a este grupo de compañeros internacionalistas.

Tuve la oportunidad de viajar a Chalatenango en el mes de marzo del año ‘98 pasado. Fui con cuatro compañeros que estuvieron para la misma época, en esas zonas donde se movían las FAL. Fuimos a Los Ramírez, al Cacao, a las Bolsitas. Aquella experiencia con los compañeros internacionalistas es imborrable. El respeto a su heroísmo, a su solidaridad. Fuimos a la Quebrada de la Cimarrona, donde tantas veces nos bañamos en el río, donde tantas veces tuvimos instalada la cocina.

Cuando uno dice Los Orellana, Los Ramírez, Los Beltrán, Los Guardado, habla de zonas bautizadas por los guerrilleros con el nombre de las familias que habían habitado esos lugares, familias muy numerosas y humildes que tuvieron que evacuar la zona ante la embestida del Ejército. A ésas zonas nos dirigíamos tres o cuatro veces por semana a buscar el frijol, el maíz, el arroz. En todos esos caseríos la gente cooperaba con nosotros. Nos vendían a precio preferencial para la guerrilla. Víctor tuvo que conocer personalmente a todos los tienderos, quién vendía mas barato esto y quién lo otro. Se conocía de memoria toda el área que nos rodeaba.

En la escuelita cada día se asignaba a un compañero para dar el matutino. A las cinco de la mañana nos levantábamos. Allí en La Montañona hace un frío tal que el agua amanece con escarchita. Echarse esa agua en la espalda que te hacía saltar, luego ayudarse con el jarro caliente de café y después a realizar los ejercicios físicos. Cada uno diariamente se turnaba para dirigirlos. Cuando algunos mandaban muchas pechadas o lagartijas, o muchos parachutes (caída de paracaidistas), al día siguiente andábamos bien yuca, bien duros todos.

La mayoría de los guerrilleros usaban gorra, pero Rodolfo andaba con un sombrerito color verde. Llegaba de una operación militar, dejaba el fusil pegado al poste y se ponía a moler el maíz en la cocina. Siempre que se regresaba de una misión, se continuaba con las diferentes tareas logísticas.

Una vez veníamos retirándonos de una ofensiva del enemigo y Rodolfo venía muy enfermo del estómago. Las comidas crudas muchas veces, o sin sal, y las diferentes costumbres alimenticias solían hacer estragos en los estómagos de alguna gente, en especial de los extranjeros. Veníamos escapando del enemigo y “Ya no aguanto”, dijo Rodolfo. Y ya no aguantó y ahí mismo se bajó los pantalones.

En el ‘87 el Ejército asentado en Chalatenango se propuso que no le daría paz a la guerrilla en esa zona. El Coronel Ochoa Pérez, comandante de la 4ª Brigada de El Paraíso, hacía declaraciones constantemente acerca de sacudir, de hacer trabajar más a la guerrilla. Los operativos sobre la zona de Las Vueltas se hicieron más continuos.

Nosotros por nuestra parte entendíamos que si ellos no acudían al combate, había que salir a buscarlos. Era una de las líneas de la Guerra Popular Revolucionaria.

Una guerra que se alargó. Y donde el enemigo recurrió entonces a la táctica de romper internamente a la guerrilla. De revertir guerrilleros. Con graves repercusiones.

Chalatenango no escapó a ese intento de infiltración. El Ejército reclutó a muchos pobladores que formaban redes para descubrir nuestras rutas, suministrar información de cuántos éramos, de por dónde solíamos aparecer.

En la propia tropa ya se empezaron a dar casos de unidades guerrilleras que salían de exploración y cuando se topaban con una patrulla enemiga, ponían el fusil boquilla abajo, como una señal preconvenida de no-combate. La táctica en ese caso era de convencer a los compañeros de permanecer en la guerra sin combatir. Poder sobrevivir a la guerra, sin cumplir las tareas revolucionarias.

Al igual que nosotros saboteábamos los puntos vitales de la economía nacional que solventaba al enemigo, ellos comenzaron a sabotear nuestra propia economía. Los compañeros llegaban a poner las cargas de explosivo en un poste del tendido eléctrico y se encontraban con que las cargas, sutilmente mojadas con una jeringa, no explotaban.

Hubo que preparar equipos ideológicamente muy sólidos para poder detectar ese trabajo. Trabajo enemigo que hizo mucho daño, en el sentido que se transformó en una lucha al interior de las unidades guerrilleras, lo que provocó en un momento mucha desconfianza. Cualquiera podía sentirse tocado.

Se formaron equipos de vigilancia que, por la delicadeza del asunto, recurrían a compañeros de una especial consistencia política e incluso física. Pues cuando se descubría una red de ésas, se convocaba a una reunión y a una señal del jefe los miembros del equipo desarmaban al infiltrado. Hubo casos en que al momento de la detención los tipos mataban a sus compañeros.

Rodolfo reunía las dos condiciones, por lo tanto le tocó participar de esos equipos. Él había llegado a principios ‘87 como un niño bonito y grandote que el Partido Comunista Argentino había mandado junto a los otros compañeros. Primer enflaqueció rápidamente. Pero mes a mes fue agarrando fuerza y terminó hecho un diablón que cargaba 50 libras en el lomo durante horas sin quejarse.

Todas las etapas de la guerra fueron difíciles, pero ésta, de la cual participaron aquellos compañeros internacionalistas, fue particularmente delicada pues se debía tener mucho tacto para no equivocarse.

Fue una época que requirió de muchas virtudes para atravesarla a salvo.

En este momento de transición aún de la guerra a la posguerra, a veces se me trata de que yo mucho hablo del conflicto. Me ha sucedido en mi lugar de trabajo, ámbito por cierto muy distinto al de la guerra, que me digan que mucho insisto yo en ese período. Y yo trato de reflexionar.

Eso ha sido parte nuestra. Si tratamos de quitar, de desvincular esa parte, estaremos olvidando nuestras propias vidas y la de nuestro país. Yo no puedo olvidar eso. Comprendo claramente que ese período nos permite valorar hoy qué es lo que debemos hacer, por donde debemos continuar. La lucha hoy quizás se ha vuelto más compleja, pero la complejidad no nos debe confundir en cuanto hay que seguir validando lo que siempre fue válido: la Guerra Popular Revolucionaria. Personalmente pienso que el FMLN atraviesa una situación bien difícil, que requiere de mucho esfuerzo por consolidar el perfil revolucionario conque le dio y debe seguir dándole esperanza a la gente. Validar su carácter revolucionario será validar los años que vivimos en guerra.

La muerte me sigue impactando. Yo tengo aquí metido lo del 16 de septiembre, el 3 de mayo cuando Italo, segundo jefe del Batallón Aguiñada Carranza, pierde su pierna en Guazapa. Que Juan Macarela cayó en mayo del ‘88 combatiento contra una unidad del BIRI (Batallón Irregular de Reacción Inmediata) Ramón Belloso.

Para agosto y septiembre del ‘87, las operaciones enemigas en la zona se habían incrementado fuertemente.
El 16 de septiembre Rodolfo estaba en una misión de combate sobre unos cercos de piedra que están rumbo a Los Orellana. Con 22 años, venido de Argentina igual que el Che Guevara, comandaba una escuadra de siete combatientes, entre los que estaban Marno y el Gato Douglas, que habían compartido ya muchas operaciones militares con él, Marvin, Carlitos, y Tobías. El día anterior habíamos tenido una larga conversación en la cocina del Caraito, en la que me contó algunas cosas sobre su vida en su país y algunas opiniones sobre esta experiencia con la guerrilla salvadoreña.Me contó que le iba al Independiente, donde jugaban varios de la selección campeona del mundo en México, con Maradona.

Como a las 11 de la mañana fueron emboscados por una unidad de la 4ª Brigada de Chalatenango, que asediaba la zona constantemente. A la vuelta los compañeros informaron que el teniente Rodolfo había muerto en la emboscada, alcanzado por una bala que le dio en medio de la frente.

Cerca del mediodía del 16 de septiembre de 1987, encabezando una unidad de las FAL en La Montañona, Chalatenango, cerca del caserío de Los Orellana, El Salvador.

A las pocas horas ya estabamos movilizándonos para otro campamento porque el enemigo se nos venía encima.

En los años ‘90, estando en Nicaragua, fue que supe su verdadero nombre: Marcelo Feito.

(Carlos Castaneda, Mauricio, fue elegido diputado por el departamento de Sonsonate en las elecciones de marzo del 2000. Reelegido en el 2003 y en el 2006, siguió integrando la bancada del FMLN en la Asamblea Legislativa de El Salvador. En 2009 el FMLN ganó las elecciones generales, y desde entonces Carlos es funcionario del Ministerio de Defensa)

El choque de dos concepciones de modernidad: Modernización Neocolonial y Modernización Democrática

Apelando «a la fe de la inmensa mayoría» el presidente Alan García acaba de decir que los recientes conflictos, «en los mismos lugares en los que antes ganó el “antisistema”», son parte de un conflicto continental entre la democracia política y económica, por un lado, y el estatismo económico, por otro. Después de haber enunciado este embuste, dijo que en el 2006, el Perú escogió por 5 años el camino de la modernidad que gana terreno social, pero subsisten grupos “antisistema” que predican el estatismo y aprovechan cualquier queja o reclamo para impulsar la violencia y crear un “levantamiento general de los pueblos” aprovechando la crisis mundial, con el fin de acumular fuerzas en la primera mitad del gobierno y en la segunda precipitar la caída del sistema, elegir una Constituyente, establecer la reelección, proceder a la estatización de algunas empresas y luego estatizar el pensamiento y la vida social. Y, a estos, sus enemigos construidos, les ha dicho: «no pasarán, porque la mayoría demócrata y racional es inmensa».

Es la catilinaria de un demiurgo. La ciencia política y social no se basa en la realidad, ya no es una interpretación rigurosa de esta; pues, según el texto del presidente García, la realidad surge de sus propias construcciones imaginarias. Este abandono del método de construcción del conocimiento que practicó, según él, Haya de la Torre, es inaudito, es inconcebible.

La modernización neocolonial de Alan García
La argumentación del presidente no ayuda al entendimiento de los procesos sociales, políticos y económicos de las últimas décadas. La dicotomía democracia (defendida por Alan García) y estatismo (propugnado por los “antisistemas”), es sólo una invención manipuladora. Hay que recordar que Alan García no gobierna sobre la base del plan que utilizó en la campaña electoral sino del plan de la candidata que combatió acusándola de representar a los ricos. Uno podría decir que los que embozan sus ideologías para ganar una elección no son auténticos demócratas porque mienten al pueblo que los elige.

Empero, importa más señalar que Alan García es el seguidor más aplicado de la modernización neocolonial que empezó con Alberto Fujimori y que siguió durante el Toledismo por el camino de las concesiones gasíferas y mineras, y no precisamente por el camino de las nuevas políticas macroeconómicas aplicadas desde el año 2002. Apoyándose en la idea Hayista de que «todo progreso se debe al capital extranjero», Alan García ha construido un discurso que se ubica históricamente en las postrimerías del siglo XIX cuando nuestros países se incorporaron al mundo globalizado de esa época como enclaves o colonias exportadoras de productos primarios.

En su monografía «La revolución constructiva del aprismo, Teoría y práctica de la modernidad», dice que en la actualidad hay un nuevo modo de producción global que obliga a buscar «espacios de integración esencialmente económicos» y que «la integración ya no es hacia adentro, ahora es la complementación» económica y política para incorporarnos y actuar ante el mundo (p.115). Esta propuesta neocolonial, de subordinación al capital transnacional y contraria a los intereses de las mayorías, corresponde a la ideología neoliberal del consenso de Washington que considera a nuestros países un campo de inversión para el capital transnacional.

La propuesta de desarrollo de Alan García
En sus artículos sobre el «síndrome del perro del hortelano», Alan García es conmovedor como intelectual. Nos dice que hay recursos (forestales, agrícolas, mineros, marinos, etc.) que se pueden utilizar (poner en valor dice el presidente), pero hay perros del hortelano que se oponen. Propone, entonces, acabar con estos perros: reduciendo el control y evaluación de las inversiones públicas; privatizando las funciones reguladoras del Estado; subastando las tierras comunales ociosas; reduciendo los impuestos a las empresas mineras; exonerando tributos a los que quieren invertir en la maricultura; empaquetando deudas del Estado para venderlas en subasta pública; y, dando acceso progresivo a los derechos laborales de los trabajadores.

Escribas neoliberales y de derecha han dicho que estos artículos constituyen una nueva «propuesta teórica del desarrollo», porque identifican los obstáculos que enfrenta la inversión privada y, por lo tanto, el crecimiento y desarrollo. Pero se trata de una propuesta que no tiene rigor metodológico ni estatuto teórico. Desde el punto de vista del método de construcción del conocimiento, su propuesta modernizadora es la expresión del «inductivismo ingenuo del siglo XIX»: observa algunos hechos (recursos, posibilidades, y supuestos opositores a su utilización que reflejan las preferencias del propio autor) y cree así, por inducción, construir una propuesta que compite con las teorías del desarrollo. Su análisis, además, es lógicamente inconsistente.

Señala que hay recursos, lo que se puede hacer con estos recursos, por qué no se puede hacer lo que se puede, y quienes son los perros que se oponen. Sin embargo, cuando llega al recurso «trabajo» o «capital humano» el autor parece descubrir que su argumento se le convierte en un boomerang, del cual no logra salir porque se siente cómplice. Con el capital humano se puede hacer muchas cosas: aumentar la productividad, innovar técnicamente los procesos de producción, modernizar la producción, etc. Pero, lo que Alan García evade decir, es que los gobiernos neoliberales, incluyendo el suyo, han hecho todo lo posible para «aplastar al capital humano»; evade decir que estos gobiernos son los auténticos perros del hortelano del desarrollo, porque redujeron el gasto en salud y educación, bajaron los sueldos y salarios, y aumentaron el subempleo y la pobreza, generando así una manera de crecer que no crea empleo ni ingresos decentes, y que excluye a la inmensa mayoría de la población de la sierra y la selva del país.

El desarrollo neocolonial con cholo barato
La evidencia empírica revela que las políticas económicas de los ochentas, noventas y de la presente década, atrasaron el crecimiento económico de largo plazo, sacrificando bienestar porque influyeron directamente en la orientación de la inversión privada hacia áreas de complementación económica transnacional. El alto crecimiento económico de los últimos años, no es fruto del progreso tecnológico y del desarrollo industrial, sino de un modelo exportador basado en el cholo barato. Es el modelo del «perro del hortelano neocolonial» que no permite que los trabajadores y las poblaciones, rural y nativas, mejoren su calidad de vida: el salario promedio de los obreros en 2007 representó sólo el 4% del sueldo promedio de los ejecutivos de la minería y únicamente el 52.8% de su valor registrado en el año 1987. Alan García dice que la pobreza ha caído, pero no dice que su nivel actual es el mismo que generó su gobierno en los años 1985-1990 (45.1%) y que se mantiene con fluctuaciones.

No está en discusión, porque nadie lo niega, que la inversión es fundamental para el crecimiento: las tasas de crecimiento del PBI están estrechamente correlacionadas con las tasas de variación de la inversión. Pero la inversión privada de los últimos tiempos ya no expande la producción de aquellas actividades que generan más empleo e ingresos: el índice de empleo de la manufactura ya no sigue al comportamiento del PBI, justamente desde los años en que empiezan a aplicarse las políticas neoliberales. Esta manera de crecer ha hecho, además, que la inversión de estos tiempos sea básicamente de construcción más que de maquinaria y equipo para la agricultura y la manufactura.

La modernización democrática como alternativa
¿Puede ser democrático un gobierno que sólo después de forzado por la exigencia de los comuneros, ofrece un plan integral para las zonas del sur en conflicto? ¿Puede erigirse en defensor de la democracia un gobierno que incumple tratados internacionales como el de la OIT que le obliga a consultar con las poblaciones nativas para decidir sobre su territorio, pero sí garantiza la seguridad jurídica de la inversión extranjera en los tratados de libre comercio? ¿Defiende la democracia un gobierno que otorga concesiones forestales y petroleras en el mismo territorio donde habitan nativos cacataibo de Puerto Azul, ignorados por décadas? «Saber tratar con el capital extranjero es un difícil equilibrio, dice Alan García. Y más en un mundo de competencia en el que todo capital rechazado en un país irá a otro». (Monografía citada, p. 121). Hoy, nos dice, «ante la volatilidad de la inversión, el cambio tecnológico y el vaivén de las exportaciones no es posible pensar en una estabilidad laboral absoluta» (p. 99). Esta carrera desregulatoria hacia el fondo (Race to the Bottom) que nos propone Alan García para retener al capital extranjero y a su tecnología, es otro retorno al siglo XIX.

El presidente del «óbolo minero» no puede llamar antisistema, extremista y comunista, a todos los que apuestan por la ruta de la construcción de la nación, que es la ruta de la modernización democrática en el contexto de la globalización y de sus crisis. El verdadero demócrata es el que reinventa la ciudadanía a través de la historia; el que prioriza el desarrollo de la ciudadanía; el que, como lo señala Adam Smith (el mismo que acuñó la frase «la mano invisible del mercado»), debe estar dispuesto a sacrificar su propio interés privado en beneficio del interés público de su sociedad particular. Por el contrario, los que desean convertir a nuestras economías en una pieza del modo de producción global, despojan a la democracia de sus ciudadanos que siempre han vivido en comunidades concretas.

La historia demuestra que la democracia para ser tal no debe ser excluyente sino integradora, y para hacerla posible se necesitan cambios a nivel local y nacional, como la educación pública de calidad, la educación básica obligatoria, buenos sistemas de agua y desagüe, electrificación, redes viales, salarios y oportunidades de empleo decentes, prohibición al trabajo de los niños, etc. Esta es la manera democrática de equiparnos para un mundo globalizado. Adam Smith, en su Teoría de los Sentimientos Morales, publicado en 1759, decía que la «disposición de admirar y a casi reverenciar al rico y al poderoso, y a despreciar o por lo menos, a no prestar atención a las personas pobres y de condición media es, al mismo tiempo, la gran y más importante causa universal de la corrupción de nuestros sentimientos morales» (Parte I, Capítulo III, 3.1).

El problema de la modernización democrática es cómo asegurar que el desarrollo nacional —con la nacionalización (no la estatización) de la explotación de los recursos naturales y la no depredación del medio ambiente— sea basado en una comunidad política de ciudadanos libres. No hay democracia sin justicia e inclusión, cultural, social, política y económica. La modernización democrática supone, asimismo, en el área de la economía, la institucionalización de políticas macroeconómicas anticíclicas, el desarrollo de los mercados internos, con infraestructura y mercado de capitales en soles, para impulsar la inversión privada local, el cambio técnico endógeno y el desarrollo de la competitividad internacional sobre la base de la productividad y de salarios reales crecientes.

«Los verdaderos fundamentos de la vida moral en los tiempos modernos –decía John Stuart Mill, economista, político y filósofo del siglo XIX-, son o deben ser la justicia y la prudencia como medios que propician el respeto de cada uno al derecho de todos y el reconocimiento de la aptitud individual para decidir su futuro».

Publicado en La Primera, domingo 5 de julio de 2009

No me arrepiento de la Revolución, más allá del desengaño

13/07/13 1959. Tenía dieciséis años cuando salí de mi pueblo natal, Masatepe, para matricularme en la Escuela de Derecho en León. Mi padre nunca dudó que yo sería abogado. Yo sí tenía esa duda. O una certeza, quería ser escritor. Pero de todas maneras fui el primero en obtener un título universitario entre mis 56 primos hermanos.

Acababa de triunfar la revolución cubana y había manifestaciones diarias de estudiantes. Yo también estuve pronto en las calles, otro mundo distinto de aquel de donde yo venía, porque mi familia era leal al partido liberal de los Somoza. Me veo subido a una balaustrada arengando a los estudiantes en imitación del discurso radical de mis compañeros. Levantábamos a la gente y se sumaban cientos de personas. Hasta que llegó aquel 23 de julio.

El cuartel de la Guardia Nacional estaba a dos cuadras de la Universidad, en una de las esquinas de la plaza central. Un pelotón de soldados nos cerraba el paso y pocos segundos después escuché el estallido de una bomba lacrimógena. Vi correr por el pavimento las latas rojas humeantes que estallaban y quedé cegado por el gas. Oí los primeros disparos de los fusiles Garand, luego el tableteo de una ametralladora y comencé a correr. A escasos metros me topé con la puerta de servicio de un restaurante. Empujé la puerta y cedió. Subí a un dormitorio de la segunda planta que daba a la calle, donde había dos niñas en una cama, acompañadas de una empleada.

“Estamos solas aquí”, me dijo la mujer con voz temblorosa.

Me asomé por el balcón y los soldados estaban colocados en tres posiciones: de pie, de rodillas y acostados, todos con los fusiles humeantes. Uno con una ametralladora de trípode se hallaba echado en la esquina, en la banda izquierda. En la banda derecha yacía un montón de cuerpos. Alguien gritaba: “¡Una ambulancia!, ¡una ambulancia!”.

La mujer me dijo que no había un teléfono. El aire se había vaciado de ruidos y todo me parecía en cámara lenta. Vi llegar a un cura que daba los sacramentos a los heridos, un cura norteamericano que de casualidad se hallaba en León, y luego supe se apellidaba Kaplan.

En ese momento estalló la banda de sonido en la película muda y escuché la sirena de las ambulancias y desde el balcón vi que la guardia no las dejaba pasar. Fernando Gordillo, con quien dirigí la revista Ventana donde él publicaba poemas y yo cuentos, envuelto en una bandera marchaba resuelto ofreciendo el pecho al pelotón de soldados.

Parecía, me parece un sueño. Bajé corriendo, le grité que se detuviera.

No me hizo caso, no me oía. El pelotón abrió sus filas en ese momento para darle paso a las ambulancias, y luego retrocedió hacia el cuartel. Olía pólvora. Erick Ramírez, mi compañero de banca, estaba tendido en el suelo. Tenía un orificio en la espalda. Me arrodillé a su lado para decirle que lo llevaríamos al hospital y cuando lo volteé vi que tenía el pecho desflorado por el balazo.

Subimos a los heridos y a los muertos en taxis y en vehículos particulares para trasladarlos al hospital. Era la primera vez que entraba a una morgue. Ahí descubrí sobre una de las losas a otro compañero de banca, Mauricio Martínez.

Erick y él tendidos sobre las losas esperando para ser lavados con una manguera. La cuenta total fue de setenta heridos y cuatro muertos. Ese fue el día que mi vida cambió para siempre.

1968.

La década de los sesenta, la que no se repetirá, y sin la que nada de lo que está por venir en mi vida sería posible, ni lo que me tocó vivir ni lo que me ha tocado escribir. Aprendí que la más lúcida de las compatibilidades es que podía ser un escritor y un revolucionario, alguien que piensa y que hace, y que encuentra que su sensibilidad para escribir es la misma que le sirve para pensar que otro mundo es posible en la realidad y en la narración, tierra y cielo, el yin y el yang. Entré en el Club de la Serpiente, fui cronopio de primera fila y no apretaba el tubo de pasta dentífrica desde abajo. Cortázar y Frantz Fanon, el Che y Janis Joplin, Martin Luther King y los Beatles, Ben Bella y los Rolling Stones, Lumumba y Bob Dylan, Woodstock el gran campo de batalla lo mismo que lo era la cordillera de los Andes, Argelia y el Congo, las calles de París en mayo y la plaza de Tlatelolco en octubre de 1968.

Ser joven por primera vez en la vida es una carga seria, la barricada cierra la calle pero abre el camino. Es necesario explorar sistemáticamente el azar, dicen también los grafitis, una frase que parece escrita por Cortázar. Sin los sesentas no habrá setentas, querido Perogrullo, sin esa explosión de locura y esperanzas no habrá revolución en Nicaragua, todos esos ríos azarosos y revueltos que van a dar a la mar, que es el vivir. Los guerrilleros en sus escondites leían Rayuela y leían La ciudad y los perros, el boom también era una rebelión armada; un primo mío comandante guerrillero se puso por seudónimo Aureliano, por Aureliano Buendía, y otro vino a llamarse directamente Macondo. A nadie hubiera extrañado ver a un Ixca Cienfuegos con el fusil en la mano en busca de la región más transparente del aire.

1979.

En el mismo Paraninfo de la Universidad de donde salimos en manifestación la tarde de la masacre veinte años atrás, en otro mes de julio, soy juramentado como miembro de la Junta Revolucionaria de Gobierno de cinco miembros. León liberado, capital provisional, una trinchera en cada bocacalle, bulle este 19 de julio de guerrilleros adolescentes que se pasan el santo y seña.

Somoza ha huido a Miami con su familia y sus secuaces y la Guardia Nacional se ha desbandado. En las pantallas de televisión Sandino se quita y se pone el sombrero en una vieja toma de archivo de Movietone de pocos segundos. Y al día siguiente estamos ya en Managua, un viaje bajo un cielo ardiente sin nubes a bordo de unos Mercedes negros quitados a jerarcas del régimen.

Y otra vez, la sordera. No hay sonidos en el aire cuando subidos a un camión de bomberos rojo encendido, avanzamos por las calles desiertas hacia la plaza donde está todo el mundo y de pronto estalla el bullicio y las campanas de la Catedral repican. La historia seguirá siendo escrita por los sobrevivientes porque quienes tejieron la urdimbre de este día quedaron en el camino, empezando por Erick y Mauricio, mis dos compañeros de banca, y Jorge Navarro, mi otro compañero de banca que dejó el aula para irse a la guerrilla y murió en las selvas de Bocay con los pies engusanados. Son miles atrás en el camino.

Esta es una revolución de los muertos que pesará sobre las espaldas de los vivos ahora que pretendemos un mundo que no se parezca a ningún otro del pasado. Improvisación y locura. Hay que alfabetizar en pocos meses, acabar con la poliomielitis, repartir la tierra hoy, no mañana. El futuro es concreto y lo imposible no existe: tomemos en serio la revolución pero no nos tomemos en serio a nosotros mismos, decían las paredes de la Sorbona, y esa fue una regla de oro que seguimos con alegría desde el nuevo poder hasta que llegamos a olvidarla. Cada vez que un ideal se convierte en decreto, algo de ese ideal se pierde, y cuando ese decreto se aplica, se pierde aún más, advertía Pasternak. Nadie estaba para oír advertencias pero l a burocracia es un animal sordo y ciego que se alimenta de papeles, leyes, decretos, reglamentos, circulares.

2013.

En una reunión de conspiradores en San José de Costa Rica se planeaba el ataque al cuartel de San Carlos en el río San Juan en 1977, y entre quienes iban a participar en la acción se hallaba el Chato Medrano, fugado del hospital donde convalecía después que le habían cortado medio intestino grueso, y mientras señalaba con una mano un mapa con la otra se sostenía la bolsa por la que defecaba y así se fue al combate donde lo mataron. Santidad, si es que no tiene otro nombre.

De él me acordé cuando perdimos las elecciones en 1990, aturdido entre la bruma de la derrota inesperada, porque cómo iba el pueblo a votar en contra de una revolución popular; y cuando la revolución se fue por el caño de otra derrota peor que fue la derrota ética, me acordé de Panchito Gutiérrez muerto mientras disparaba una ametralladora .50 contra el cuartel de Rivas en 1978 y dejó huérfanos a sus tres hijos; más muertos que recordar sólo que ahora no había remedio.

Cayó el muro de Berlín, la ciudad dividida donde yo viví en los setenta, y se acabó el fementido socialismo real. Esos noventa cuando mueren los sesenta, los sueños colectivos hechos trizas y el pensar en los demás se convierte en el pensar solamente en uno mismo que es la gran derrota de la aventura humanista, el futuro tan luminoso de los himnos de victoria que pervirtió el egoísmo.

He visto a los más valientes de mi generación destruidos por la codicia, guerrilleros heroicos convertidos en millonarios, protagonistas de la más grande de las tragedias éticas de esa historia. Envilecidos por el poder y por la idea de poder para siempre. Pero también he visto a otros que también estuvieron a la cabeza de la revolución y jamás tocaron un centavo ajeno y viven en digna pobreza: esos son los imprescindibles.

Si miro atrás me veo como fui entonces, y me digo que volvería a hacer lo mismo que entonces hice. Nunca podré arrepentirme de haber creído porque sería arrepentirme de haber vivido, ni tampoco cedo a la tentación de corregirme a mí mismo. Pero, ay, no puedo regresar a cobijarme bajo la sombra del lozano árbol dorado de la juventud, y las teorías, tan grises que fueron siempre y ya ni hablemos de las tétricas ideologías mamotréticas, ideologías redentoras que cuando terminan en maquinarias de poder transforman en bagazo los ideales.

Siempre rechazaré el poder malévolo que se disfraza de benefactor para oprimir, esa rueda que da siempre las mismas vueltas y muele las mismas palabras engañosas y numerosas porque la mentira es siempre exuberante. La verdad que no cambia en mi vida sigue siendo un compañero de aula tendido en una losa de la morgue esperando ser lavado por una manguera.

Entré en una revolución, no en la política, qué importante se vuelve a estas alturas la semántica, y lo hice abandonando mi oficio de escritor que luego recuperé cuando ya no hubo más revolución, mi territorio para siempre donde vivo a gusto y el más libre que uno pueda imaginar. Piensas, luego existes; existes, luego imaginas. Pero el viaje por el otro territorio de la revolución me trajo una experiencia de vida inolvidable, y recogí tantas cosas que aún no acabo de vaciar mi equipaje. Me haría falta otra vida para escribirlas y describirlas todas.

En 1981 fui de las FAL en Chalatenango (II) Entrevista con Mauricio El Sólido

SAN SALVADOR, 19 de mayo de 2013 (SIEP) “El campamento de las Fuerzas Armadas de Liberación, FAL, en Chalatenango estaba al lado de un talud, era una serie de casas. Y quedaba en alto, lo que permitía a la posta observar los movimiento tanto de Las Vueltas como de Las Minas…” comparte Mauricio El Sólido, militante revolucionario salvadoreño.

“Esto nos permitía observar cuando salían los guardias de la Comandancia en Las Vueltas, así como la calle hacia Los Ayalas y Los Alas. Y contiguo al campamento quedaba el Caserío El Caraguito, donde pasaba un río en el que nos bañábamos. Ahí vivía El Prautico o sea Rutilio, el jefe de nuestros Milicianos.
Cerca estaba la Iglesia Católica del Jícaro, que era una iglesia sin cura de planta, que estaba en medio de un territorio en disputa. Y muy cerca , a unos cinco minutos de distancia, estaba el campamento de las FPL, pero no tenía la visibilidad del nuestro.

Este campamento de las FAL se creo en 1980-81 para la “Ofensiva General” como un movimiento de repliegue. Su primer responsable fue Byron, guatemalteco, que luego cayó en esta primera Ofensiva en Chalatenango en enero de 1981. Luego llegó Moisés como Jefe, que había sido dirigente sindical en San Salvador y se había entrenado militarmente en Cuba, como la mayoría de mandos superiores de las FAL. Hablaba como militar, caminaba como militar, actuaba como militar.
Moisés había sido capturado por la Policía de Hacienda, y logró saltarse por la ventana de un tercer piso del edificio donde lo tenían incomunicado, y cayó en un arenal, se fracturó la pierna pero cojeando logró huir y se vino a refugiar a Chalatenango.

El campamento inicia también con Omar, el hermano del Prautico, con unas pocas carabinas, y dos M-16. Algunos dicen que se establecieron desde 1979. Y las FPL ya estaban ahí. Toma en cuenta que mucha de esta gente había ya sido trabajada políticamente por los compañeros de ATACES desde mucho antes. Pero luego llegaron catequistas de FECCAS y se jalaron a algunas gentes.

Pero el Prautico se mantuvo fiel al Partido Comunista y este le envió gente y armas. Y se armó una estructura interna de campamento. Moisés quedo de jefe de campamento. Héctor de segundo, aunque cayó poco después. De Logística, Toño, el hermano de Gerardo. Como Operativo el Chino Ramón, o sea el encargado de organizar exploraciones, definir misiones para cada unidad, colocar hombres en el terreno, y necesitas para este cargo tener un alto sentido de improvisación.

Teníamos una posta fija, de día y de noche, además de contar con un “impresionante” refugio anti-aéreo, que consistía en dos líneas de tablas de barillo, una consumada obra de ingeniería con su claraboya cubierta, que estaba ubicado enfrente de Las Vueltas.

Contábamos con un certero puesto de observación, desde el cual era cuidadosamente chequeado el movimiento de los Guardias Nacionales, que iniciaban sus actividades a las 5 de la mañana, ya que había entre 15 a 20 agentes. Los teníamos cuadriculados.

Y esta posta especial nos permitía conocer y reconocer a los “orejas”, y las rutinas: cuando habían combates recios salían a patrullar; y que solo entraban a nuestros campamentos si había invasión; así como que tenían un ancianito para a la vez observar nuestros movimientos. Los vigilábamos y nos vigilaban, sin atacarnos, así era esta guerra de curiosa.

Al ancianito que nos enviaron de espía logramos reclutarlo, y le pusimos de pseudónimo por su edad y sin animo de ofender, La Reliquia. Lo pusimos a trabajar en la cocina, y feliz con nosotros porque nos explicaba que aquí si le daban de comer…y lamentablemente murió con nosotros, cayó en un bombardeo…

Como Jefe de Disciplina del campamento en Chalate

Cuando me envían para Chalatenango, Luís Hernández me dice: “vos vas para algo especial.”Y entonces al llegar a Chalate y presentarme con Moisés, me pregunta: y ¿para que venís? Le respondo: me dijeron que vengo para algo especial. Y me dice: ¿Y que es? Y no logro responderle y terminó la guerra y no logre averiguarlo. Son los misterios de la lucha guerrillera.

Entonces Moisés –lo sentí sarcástico- decide nombrarme como Jefe de Disciplina. Y le pregunto sorprendido ya que es un cargo que no existe en la jerarquía militar: ¿y cual va ser mi función? Y me responde categórico: tu función va ser la de sancionar.

Para esos días llegó Jonathan y asumió el cargo de Jefe Segundo, sustituyendo a Héctor. Me advirtió: te van a odiar. Jonathan, que se llamaba Francisco, era todo un personaje: anteojos tipo Ray-Ban, flaquito, con una mentalidad de calidad humana profunda, y tomador de decisiones, alta preparación militar, eficiente, con muy buen trato con la gente, con visión estratégica y táctica, complementaba a Moisés, y cuando este sale herido del frente, Jonathan toma el mando. Fue el tercer jefe del campamento: Byron, Moisés y Jonathan.

Y efectivamente todo jefe de escuadra y de pelotón cuando tenía algún problema con algún combatiente, me lo enviaba. Pensé que iba convertirme en el hombre más odiado, pero no fue así. El primer caso que atendí fue el de gente dormida en la posta, se trataba de una muchachita, de nombre Silvia, indisciplinada. La sanción fue que hiciera pechadas.

Otras sanciones que eran comunes eran la de enviarlos a ayudar a moler el maíz en la cocina, como sanción leve. Por suerte no tuvimos casos de sanciones drásticas. Para esta época también llega al campamento Pedro, que había sido estudiante en Leningrado.

Contábamos con tres escuadras de 7 combatientes cada una. Luego tuvimos cuatro escuadras. El Chino Ramón era el jefe de la primera escuadra. Rolando, de la segunda. Roberto el hermano de Laura, de la tercera. Me meten a la de Rolando, y al salir este asumo la jefatura. Esta integrada por Laura, Gonzalo, Fredi, y Robertón, que después fue jefe de escuadra.

Y nuestra fuerza miliciana que oscilaba entre 25 y 30 hombres. Los milicianos eran muy activos, nos garantizaban la comida. Y cuando la Guardia nacional venía y se llevaba nuestro ganado, ellos iban al pueblo a recuperarlo. La táctica empleada nos contaban riéndose era apoderarse del toro y traérselo y luego las vacas se venían solas de regreso, a buscarlo…
Así pasó el año 81. Había poca relación con las FPL, aunque estábamos cerca. No estaba muy definido donde estaba el territorio de ellos y el nuestro. Ellos tenían bastante población. Nos coordinábamos cuando había invasión enemiga. Ante el primer choque ya se sabía por donde venía el operativo. Cuando entraba por el lado de ellos la invasión se profundizaba.
Y en esto no dejábamos de repetir que la posta es la seguridad del campamento, es la clave de la sobrevivencia. Por eso hay siempre posta de medio día y posta de una hora por la noche. Y como Jefe de Disciplina era el responsable de las postas. En el campamento teníamos tres postas. Y estábamos arriba de un cerro de donde controlábamos nuestro territorio. Desde una posta veíamos el río que va por toda la calle hasta la orilla de Chalate…
Una vez la posta nos informó que la GN estaba penetrando, y pasó un grupo de refuerzo. Me acuerdo que estábamos comiendo, habíamos matado a una vaca, era un festín…y lo interrumpimos para organizar una emboscada, para golpearlos cuando estuvieran en movimiento, cada quien se ubicó en su puesto. Había un puente de hamaca que atravesaba el río y como un farallón. Y la GN pasó la calle arriba del farallón…Venían con defensas civiles, incluyendo a mujeres en caballo, y la “famosa” mujer que combatía, eran paramilitares que les daban seguridad a la GN. Pero cayeron en la emboscada, aunque unos trataron de resistir.

Eran 15 Guardias y solo uno quedo herido…la mujer cayó combatiendo con su fusil, guerreadora, se enfrentó con uñas y dientes…Me acuerdo que como estábamos comiendo, salí del campamento todavía con una tortilla en la mano que deje colgada en un cerco para después al regreso buscarla, pero ya no la encontré, Moisés me contó que se la había hallado y se la había comido.
Durante el combate, Santiagón, moreno, alto, indión nonualco, muy listo en el combate, agarró el cuerpo de un Guardia y se lo puso de parapeto y así avanzó hasta lanzarles unas granadas y así cayeron. Y logramos capturar a un teniente, era nuestro trofeo de guerra, nuestro primer prisionero de guerra capturado en combate, un gran orgullo, tanto que lo anduvimos paseando y en varias ocasiones trató de escapársenos.
Otra vez logramos en un combate recuperar varios fusiles, y esto nos permitió que toda nuestra gente anduviera armada con sendos G-3 y M-16, y hasta con uniformes de Guardias, nuevitos. Estábamos felices. Lo que nos sorprendió fue que días después llegaron unos mensajeros del jefe del campamento El Jícaro de las FPL, o sea de Felipòn, exhortándonos para que les entregáramos las armas decomisadas. Les preguntamos: ¿Cuáles armas? Las que recogieron después del combate. Y ¿Por qué? Porque las recogieron en territorio nuestro, nos explicaron. Nos pusimos a reír: díganle a Felipón que si las quiere…que él venga a traerlas, que aquí lo esperamos.
La guinda de septiembre
En septiembre de ese año tuvimos una invasión militar. Y la gente tuvo que abandonar sus caseríos y salir en guinda con nosotros. Nos fuimos hacia El Pepeto, caminando cinco días, llegamos a La Montañona, me acuerdo de un rotulo que decía: prohibido cazar a los monos. Pero nunca vimos a ningún mono. Luego nos movimos a Los Naranjos, cruzamos la calle y salimos a Las Vueltas, hacia el lado de La Laguna.
Estábamos sitiados y había que romper el cerco. Y había mucha gente, calculo unas mil personas, con sus respectivos sacos de maíz, frijoles, colchas, un tunquito o perro, el gato, el perico, la tortuga, el espejo, con los canastos llenos de sus pertenencias… Cada quien cargando su cacaxtle. Y todo esto pesaba, lo que hacía la marcha lenta como dice la canción. Les exhortábamos a votar lo que pudieran para aligerar el paso, pero eran sus pertenencias y las cuidaban. Pero cuando ya no podían las abandonaban e iban quedando en el camino. Yo iba en la retaguardia y contemplaba lo dejado.
Había gente que se quedaba en el camino vencida por el cansancio y el hambre. Decían: hasta aquí llegamos, ya no podemos más. Y teníamos que convencerlas: sigan, sigan, hágalo por sus hijos, se los van a matar…Otras se imaginaban obstáculos: ahí hay un hoyo y no se puede pasar. Y había que comprobarles que ahí no había tal barranco y que podían pasar.
Era una marcha masiva nocturna, en plena oscuridad, y cuando salía el sol corríamos a encharralarnos para que el enemigo no nos ubicara. Y los aviones y los helicópteros rondándonos, tratando de ubicarnos para disparar. Se escuchaba a veces: aquí no hay nada, pasen y al momento plosh, la persona caía dentro del hoyo, si hay hoyo, sáquenme por favor…
Al sexto día se decide que vamos hacia El Conacaste. Y el hambre nos obligaba a buscar para comer cogollos de papillos y hojas de tomate crudas así como a cocinar el tallo del papayo, cocerlo y comerlo como yuca, y sopa de hojas de tomate con ucula, una flor blanca como campanilla, que era una delicia de la cocina guerrillera, al agregarle el sabrosador Maggi.
Fíjate que cuando te quitabas las botas para descansar todo era normal, lo trágico y doloroso era cuando te quitabas los calcetines porque la piel se te despegaba…y había que poner los pies al sol para que se orearan…y untarlos con sebo de vaca para que las moscas no te molestaran.
En una de esas identificamos la presencia cercana de las tropas enemigas. Era ya de tarde y el cielo estaba claro. Si nos descubrían nos aniquilaban porque éramos mucha gente y ellos contaban con una poderosa capacidad de fuego. Cuando estábamos esperando ya el golpe final, empiezan a soplar fuertes vientos y se viene una gran tormenta con truenos y rayos. Y la oscuridad se apodera de todo… ¡Y el enemigo abandona el terreno!
El Mando nos informa: que el enemigo ya no avanza, que ya podemos salir y también que ya la gente se fue. La gente en medio de la tormenta se fue caminando por el río y regresó a sus casas… ya no encontramos ni sus huellas. Decidimos avanzar acompañados de los últimos relámpagos. Y del arcoiris que surgía imponente en los cerros aledaños. En el camino de regreso nos encontramos con un palo de jocote cargado, la tormenta los había botado en el suelo, de donde los recogimos directo para nuestras bocas, hasta atragantarnos.
Al ir camino al campamento, me pidieron que le prestara mis botas a un combatiente para ir a cumplir una misión de exploración. Se las di. Pero pasaron las horas y las botas no regresaban. Y entonces mande al Checo, que era un cipote aventado, para que fuera a decirles que me enviaran mis botas. Y las botas me regresaron. El Checo después cayó como parte de las Fuerzas Especiales. Al llegar al campamento la comida ya estaba hecha solo para servir, porque aunque las cocineras llegaran de último, la unidad que ingresaba primero aseguraba la comida de los demás. Esas fueron las primeras guindas.
La caída de Héctor
Otra vez detectamos desde el Cerro de las Cebadillas, que permite ver hacia Las Vueltas, que venía un camión lleno de soldados dispuestos a invadir. Me mandan con Héctor a darles la bienvenida. Llevábamos el RPG-2 y yo iba a disparar. Pasábamos por un cerco de piedra y luego bajábamos para ubicarnos en posición de tiro. Tire pero falle y los soldados lograron esconderse.
Decidimos regresar y al ir subiendo para llegar al cerco de piedra, cuando solo faltaban unos quince metros, escuche atrás de nosotros un boooom, el proyectil picó atrás de Héctor y sus esquirlas me lograron herir. Estaban tirando con obuses desde 11 kilómetros de distancia. Pasamos el cerco de piedra. Y Héctor entonces se detiene y me dice: les voy ir a tirar y se regresa. Le digo: no, vamos, venite. Regresemos. No me escucha.
En eso cae otro papayazo y golpea el cerco de piedra y las esquirlas le caen en su cuerpo y veo que siembra el fusil en el lodo…estaba muerto. Fui y me le acerque y lo coloque para traerlo al campamento, en ese momento llegaron otros compas y les explico: acaba de caer. Me dicen: oímos el vergazo. Lo sacamos ya muerto, a velarlo y lo enterramos en el cementerio de El Jícaro. Hay que ir a ver, a visitar, porque le hicimos una cruz. Fue un fuerte golpe, fue muy llorado por las muchachas de las FAL porque las enamoraba. Era novio. Y también muy sentido por todos los combatientes. Me acuerdo que le hicimos posta en el cementerio.
En La Escopeta, el campamento de Leocadio
Después de Navidad de ese año 81 recibimos la orden de irnos para Guazapa. El Mando nos llamaba para concentrar fuerzas, se clausura el campamento provisionalmente mientras cumplimos esta tarea, luego sería reabierto. Yo me quedo en un nuevo campamento localizado al atravesar el lago Suchitlán. Era el campamento de Leocadio, que tenía como centro su propia casa y quedaba a tres kilómetros del lago. Me quedo para ayudarlo. Había aterrizado en La Escopeta. Ya estaba ahí Mafalda (Ángel o Benito Lara), pero días después lo trasladan.
Leocadio era un campesino de la localidad, muy hábil, responsable, inspiraba confianza, y rápidamente simpatizamos, hicimos amistad. Tenía dos hermanos, Miltón y El Cabo. Y dos primos, Ciriaco y otro que se me olvida el nombre. Leocadio se levantaba temprano para ir a sembrar y chapodar su milpa y luego se iba a combatir. Era jefe militar, campesino y combatiente. Se había adiestrado militarmente en Cuba. Era un militar nato. Me dijo una vez: yo doy órdenes, vos hablás.
Leocadio tenía don de mando: tómense ese cerro, suban allá, bajen aquí…observen esa posición…el iba personalmente a buscar al enemigo, a buscar combate, era tan loco, atrevido…audaz. Decía: que vaya fulano y zutano a esta misión, y preparaba emboscadas para el enemigo y los buscaba y los golpeaba y luego regresaba victorioso. Y había que ir a buscar combate porque el sitio estaba un tanto aislado. Todos los días se salía explorar, y explicaba que de esa manera se controla el territorio, por medio del movimiento de nuestra tropa. A veces me decía: yo me voy a quedar, vos llévate la tropa. Llevalos despegados, a cinco metros de distancia.
Cerca de ahí había también un campamento de las FPL. Y más allá, en Copapayo, un campamento de las RN, ya cercano a Suchitoto. Me acuerdo que una vez venía invadiendo el enemigo y les montemos una emboscada, con poca gente, pero nos resultó exitosa. Salieron huyendo y logramos requisar una ametralladora y quince fusiles. Schafik que estaba en Guazapa supo de esta acción y mandó a llamar a Leocadio para conocerlo. Llegó Leocadio y platicaron.¿Cómo esta la situación? ¿Hay movimiento de tropas enemigas? Le responde Leocadio: normal. Todos los días hay movilización, todos los días. Schafik sugirió después al Mando: ¡manden gente donde Leocadio a prepararse!
Leocadio tenía varias lanchas para atravesar el lago y esto lo convertía en el jefe indiscutido –bromeábamos- de la Marina de Guerra de las FAL. Y había momentos en que se usaban mucho estas lanchas.
En La Escopeta habían cuatro escuadras donde estaban los combatientes Juancho, un excelente tirador con su carabina; Chicas, que era un cipote colaborador, Gerber, Jefe de Escuadra, de nombre José y hermano de Avalos, Omar, Milton, El Obispo, El Sacristán, Giovanni, que era muy amigo de Gerber y que hoy vive en Suchitoto y trabaja de guía de turistas. Y también había organización de Partido, una célula, y lo mismo hubo allá en Chalatenango.
Nos pasábamos pendientes de movimientos del enemigo para salir a su encuentro y enfrentarlos. Era importante identificar su procedencia, si eran de Cinquera o de Jutiapa, o era una invasión desde el otro lado del Cerro, e iban a entrar por Palo Grande y se iban a mover hacia Cabañas. O iban a entrar por El Franco sin tocar Palo Grande. O por el cerro de Azacualpa, donde estaba otro campamento de las FPL. Dime por donde vienen y te diré por donde pasan.
En Palo Grande, en el campamento de Joel
Pase todo el 82 junto con Leocadio. A finales de año me mandan a llamar. Y me ubican en el campamento de Joel Sánchez en Palo Grande. Ahí estaba también Chepón como segundo al mando, y al salir este, quedó Jonathan. Mi función era de político de la unidad militar. Claro, si el militar caía el político asumía y la tropa tenía que estar preparada para aceptarlo como jefe. Y estar al mando de un político, que era el que daba la línea del Partido.
Por esos días de principios de 1983 las FAL en Guazapa tenía dos expresiones territoriales: el campamento de Palo Grande al mando de Joel y el campamento de La Fuente al mando de Chepón, con Adolfo (La Garroba) como su segundo al mando. Se trataba de Medardo París, hermano de Job. Aunque Joel en ese entonces era el jefe en el Cerro de toda la FAL, de lo militar, de lo logístico, del hospital, de todo. Me voy donde Joel y Jonathan es ahí el jefe de operaciones. Estaba también Mario, El Tigre, aguerrido jefe militar.
Como político era mi responsabilidad garantizar todas las mañanas la charla ideológica. Y no de conceptos abstractos sino hablar de asuntos terrenales tales como que a fulano de tal le sacaron tal cosa de la mochila, por favor entréguenlo, eso no debemos de hacerlo, no podemos dejarnos condicionar por el sistema, somos compañeros en una lucha por una nueva sociedad donde no caben estas actitudes y por ahí me iba…O que hay que respetar las relaciones de pareja establecidas. Hasta teníamos local del Partido, una sede con murales y posters. Ahí pasaba el Chele Douglas de responsable.
Fíjate que desde Chalate veníamos con problemas de indisciplina. Habían dos muchachas muy bonitas, que habían desertado de la RN y se habían cobijado en las FAL, eran de San Salvador. Y eran muy indisciplinadas, tanto que una vez me sacaron algo de mi mochila y lo negaron. Y les puse una sanción y no la hicieron. Las amenace con denunciarlas públicamente y la cumplieron. Eran muy hábiles para garantizar su comodidad en medio de la dureza de la vida guerrillera. Evitaban la fatiga. En el Campamento de Palo Grande lograron que las ubicaran en la sede del partido y ahí pasaban tomando cafecito con quesadilla junto con Douglas. Mira las chulas decían los combatientes.
Ese año 83 fue creciendo la unidad militar, llegaba gente desde San Salvador a integrarse y también incorporábamos a jóvenes lugareños. Fíjate que era frecuente la llegada al campamento de combatientes de las FPL o de la RN, que venían huyendo de sus respectivos mandos y pedían: denme protección. Y al rato llegaban a traerlos y se entablaba una fuerte discusión.
Cuando esto sucedía en los territorios liberados de Leocadio, me acuerdo que les decía a los que llegaban a reclamar para tranquilizarlos: no se preocupen, al rato les llega uno de los nuestros y quedamos a mano. Lo que nunca sucedía.
Hablando de Leocadio una vez le ordenaron del Mando que se moviera a ocupar una nueva posición en El Paso. Pero Leocadio no obedecía, se hacía el suizo. El peleaba y peleaba bien y casi todos los días pero en su terreno y desde su casa. Tenía una gran capacidad para combatir tanto que fue de los primeros que requisaron. Pero era localista. Me recordaba a Chepayev, un personaje que se les salió del huacal a los ruso en su guerra civil. Al final se terminó optando por convencerlo que cediera una escuadra y el encargado de esta tarea era Marco Tulio, que se lo habían enviado como político. Estaba difícil y no pudo lograrlo. Leocadio era toda una personalidad.
Contaban que una vez Leocadio subió al Cerro, y el Mando de las FAL le preguntó que como se hacía para requisar y él tranquilamente les respondió: con huevos ¡hay que hincharlos! En ese momento Guazapa estaba en pañales, era fuerza nueva, no tenían experiencia.
En El Campamento El Paso
Me mandan para convencer a Leocadio que cediera una escuadra. Y me toma como dos meses convencerlo. Por cierto antes que yo llegara como enviado diplomático Marco Tulio cae. Una vez ya por costumbre, le digo: hemos sido amigos, dame la escuadra, no te compliques la vida. Se me queda viendo a los ojos y me dice: está bien. Y me pregunta: ¿Y a quienes te llevas? Ingenuamente le digo: dame vos unos que respondan. Y el muy hábil selecciona cuidadosamente a la gente que antes le habían enviado de Guazapa, y que venían de las FPL y de la RN, me entrega seis, entre estos al Sargento Carlos y me dice que pida otros seis al Cerro. Te llevas estos y estos otros, me dice. El se deshizo de ellos. Y yo logre una escuadra de doce.
Y con estos doce nos retiramos hacia una nueva posición, cerca de Cinquera y Tenancingo. Era un lugar cerca de un río. Estábamos además cerca de un campamento de las F y teníamos buenas relaciones con su jefe de nombre Jesús. A veces bajábamos al río para recoger jutes y prepararnos una deliciosa sopa. Enfrente de nuestro campamento estaba también una casa paradisiaca con muchos árboles frutales que nos dejaban cortar: mangos, papayas, nances, nísperos, jocotes, etc.
El campamento El Paso era para que pasaran combatientes sea hacia Cerros de San Pedro o hacia Chalatenango. Era un punto de paso de tropa, alimentos y logística. Ahí pasaba la gente, descansaba, dormía, comía. Como un hotel de cinco estrellas en plena guerra, con servicio de restaurante aunque no de alojamiento. Nuestra misión era garantizar el paso.
Cada cierto tiempo teníamos que ir a abastecernos con dos mulas y traerlas cargadas de maíz y otros víveres. Y teníamos a las compañeras cocineras, que eran las que echaban las tortillas y preparaban las comidas. Eran tres: Aminta, Marlene, que era la mujer de Raimundo y la mamá de Lito. La molida del maíz la realizábamos nosotros. Las cocineras no combatían aunque algunas podían hacerlo y cuando había necesidad tenían que asumir.
Una vez estoy en mi campamento esperando que la Guardia Nacional venga a atacar ya que Cinquera quedaba al otro lado, y llega Lucano, el paramédico y me dice: yo no se que tiene Usted en la cabeza, como lo utilizan…le han dejado doce heridos, y cuatro de ellos de hamaca. Y yo no sabía. Me los habían dejado sin avisarme. Voy a verlos. Les explico a los de hamaca que en subida los vamos a cargar pero que en plan deben de caminar.
Horas antes había estado Joel Sánchez luego de fracasar en la toma de Cinquera. El me había dejado estos heridos…luego que le dije que me enviaban donde el enemigo no iba a llegar, donde no cae nada ni la siguanaba…sin decirme me los dejó. Le digo a Abraham el radista: llama a Joel. Sánchez y decile que la mercancía que me dejaron no la puedo asegurar. Me responde: ¿de que mercancía habla? Le digo: aquí no hay lugar seguro. Me dice: ahí téngala. Le digo: si, yo los voy a llevar de la mano y les tiro el radio. Me llama. Quiero hablar con él. No le respondo.
Al día siguiente íbamos en guinda con Lucano y los heridos. Y logramos llegar a orillas del Lago, y conseguimos las embarcaciones y los pasamos al otro lado, a Chalate. En el camino tuvimos un encuentro con el Diablo, pero con El Diablito( Carlos Ruiz). Le preguntamos: ¿Nos pueden ayudar? –Vamos a ver, lo más duro es subir en Chalate…nos dice. Que alivio, ellos se los llevaran, pensamos.
Y regresamos, y al llegar al campamento nos preguntan. ¿Y los heridos? Llama al Diablo. Resulta que solo los apartó del camino y había que irlos a traer. Me dan a Ulises y a Ochoa para irlos a traer. Y nos vamos, en el camino – que parecía ser muy transitado por diversas fuerzas- me encuentro al chapin Cesar Montes de la RN, era amigo de Jonathan. Al final encontramos a los heridos y resolvimos, pero me encolerice. Casi siempre me peleaba con los jefes por lo que fui creándome la fama de gruñón. Pero con la tropa era diferente, les levantaba la moral.
En una ocasión tuvimos la sorpresiva llegada de Chepón, acompañado por unos sesenta hombres a los que había que garantizarles servicio de comida. Y solo tenía en mis “bodegas” para doce raciones. Envié a mis ayudantes a rebuscarse: mejor no regresen si no traen nada. Marlene llega y me dice: solo tenemos 15 tomates. Le digo: ponelos a coser, y luego échalos en un tazón, y les agregás sal, cebolla, ajo, y harina para que queda como una masa para espesar. Y que chuponeen con tortilla…
Hablando estábamos cuando ella me dice: mire ahí esta el Comandante Chepón comiéndose los tomates. Voy y le reclamo: se tiene que asegurar el abastecimiento.-Mire yo soy jefe. Le respondí: usted es jefe de su unidad, pero en mi campamento mando yo. Se va enojado. Al día siguiente la tropa llega por la comida. Les decimos que no hay comida porque el Comandante Chepón se la comió anoche. Y se fueron y al rato escuchamos los fusiles disparando Le pregunto a Jacinto qué pasaba. Y me responde: cuando la mara se encachimba, los jefes no cuentan…
Como a las 10 de la mañana aparece Hilario, el Viejo Hilacha, que era el político de la unidad de Chepón, y me dice: vengo a hablar con vos. Le respondo: que vergón, te acordaste al fin. Me dice: vos te pasaste. Le respondo: Él (Chepón) tampoco trato de resolverlo. Me dice: vos no pensás en la guerra pensás en las batallas…Le respondo: sin los tomates la guerra no se gana. Al paso, ustedes van de paso. ¿Estamos perdiendo o ganando la guerra? Se retira el Viejo Hilacha enojado. En el fondo pasaba que Chepón estaba molesto porque siendo él comandante y yo teniente, me le había plantado.
La toma de Cinquera
Pero también de El Paso salíamos a cumplir misiones, como “darle riata” a Tenancingo o intentar tomarnos Cinquera. Tomarnos Cinquera nos costó mucha sangre, sudor, sacrificios. Hicimos dos intentos y tuvimos heridos, muertos. La moral de la Defensa Civil y de la Guardia Nacional ahí era elevada. Y estaba el Coronel Ochoa Pérez respaldándolos con sus soldados desde Sensuntepeque.
Hasta que finalmente logramos derrotar la estrategia enemiga: mortero contra mortero, les hicimos un tiro parabólico que hasta las esquirlas nos rebotaron, estábamos combatiendo muy cerca el uno del otro, a 150 metros de distancia. Metimos todo lo que teníamos: cañones, bazucas, fusiles, ametralladoras. Y logramos vencer pero con un costo elevadísimo.
Ahí perdimos a valiosos combatientes, a Gonzalo, Macarela, Santiagón, que habían venido de Chalatenango. Fogueados en decenas de batallas. Ahí cayó El Chamo, Fabricio, el papá creo de dos gemelas, de apellido Ochoa, ahí cayó, era internacionalista, comunista venezolano.
La batalla de Tenancingo había sido antes…y fue ahí que murió Gonzalo y no en Cinquera. Y no lo mató el enemigo sino un compa por accidente. Gonzalo se atravesó y él no alcanzó a distinguirlo y le disparó. Logramos tomar Tenancingo. Los paramilitares lograron salvarse, huyeron. Dejaron abandonadas sus economías, sus negocios. Y compramos entonces mucha comida, hasta para regalar, incluso les compramos a algunos orejas.
Después de Tenancingo y Cinquera me desmovilizan de El Paso, me sacan del campamento. Y me pasan a las afueras de Tenancingo, con la misión de garantizar la comida para nuestra gente. En esto Rolando aparece con dos tunquitos, y René Armando que requisa una vaca.
Y al estar disfrutando de comida que nos habían enviado me dicen: agarra tu fusil, tu mochila y las medicinas y te venís…me llevan de médico, junto con una muchachita, Carmencita, que iba de brigadista. Nos preguntábamos en el camino ¿adonde vamos? Formamos y nos despidieron. Nos dicen: van hacia una gran misión. Presumo que ha terminado mi etapa de El Paso. Esto fue después de la toma de Tenancingo. Íbamos para Cerros de San Pedro en San Vicente. O quizás incluso más allá, como que se estaba preparando algo grande y efectivamente así fue, estaba por nacer la BRAC.
Hacia Cerros de San Pedro en San Vicente
Por cierto en el camino íbamos todos con el estomago rugiendo debido a la gran comilona que nos habíamos pegado. Permiso para ir a hacer mis necesidades, ya no puedo… y salían de la columna y corrían hacia el monte bajándose los pantalones. Andá pues. Era generalizado.
Cuando íbamos caminando, nos sorprendió el grito orden de Federico: ¡que nadie se salga de la columna en la calle asfaltada¡ De una casa al lado de la calle comienzan a dispararnos y nos matan a un compañero. Nos hicimos al lado de un talud y en actitud defensiva. Estábamos en el Paso de los Conejos, un lugar entre San Rafael Cedros y Santo Domingo.
Nos indica Federico ( Schafik hijo) que el último pase primero la calle y que el primero pase de último. Me sonó un tanto bíblico pero obedecimos. Fuimos pasando la calle ante la segura mirada de francotiradores enemigos. Al pasar, veo tirado en el suelo al compañero caído y veo que no esta muerto, tiene solo un rozón en el pie. Lo reconozco. Lo levantamos y lo pasamos. Era Luís Gálvez Trejo, un esquimal. Y en memoria de este momento una vez le dijo a su hija señalándome: por vos es que esta tiene tata. Luís había llegado al frente como periodista y fotógrafo, pero sus peticiones de cámara y acceso a lugares donde se combatía no siempre se cumplían, lo que lo incomodaba.
Camilo (El Puma) era jefe ya para esa época, y ya usaba su eterno sombrero. Era un improvisador nato, nunca planificaba pero su ingenio militar, su creatividad ilimitada le permitía casi siempre sortear las dificultades del combate y salir invicto…
Una vez nos avisan que se acercaba el Batallón Atlacatl e íbamos a hacer contacto. Entonces Federico mueve una unidad y la coloca al frente para que choque con el enemigo, mientras que Pelsón, José (el Dominicano) y Reynaldo cuidaban la vaguada. La unidad adoptó la forma de una ele. Federico dispuso retirar a la gente.
Nosotros nos quedamos, junto con Wilfrido, hermano de Sigfrido Reyes, al que luego el enemigo le dispara y lo capturan. Por cierto tenía dos días de haber ingresado al frente. Antes del combate hay nerviosismo. Se oyen voces allá por la vaguada. Alguien grita: ¡hay vienen! Federico grita: ¡cálmense! Pero José dispara y comienza el combate…nunca había estado en un combate y entonces sentía miedo, no sabes que los otros se han ido, estas frente al enemigo, sentís miedo y disparás también, se te sube la adrenalina, sentís cólera, rabia, y se te pasa el miedo…
Les oímos que dicen los soldados: aquí esta uno. Pero ahí no hay nadie de los nuestros. Pero luego supimos que se referían a Wilfrido. Y escuchas el sonido fuerte y cadencioso de las ráfagas. Propongo: zafémonos. Y salimos en zigzag, corriendo por el campo pelado, que es plano, sin milpa, sin oportunidad de parapetarse, cuando veo a un grupo detrás de un cerco de alambres y paso ligero al otro lado por suerte sin quedar trabado. Y entonces nos dicen: ustedes dejaron a un compa nuestro allá atrás. Nos sorprende la información. Les respondemos: no sabíamos que estaba ahí…
Seguimos nuestro camino, íbamos en realidad hacia Jucuaran. Dejamos el campo vacío, no combatimos. Pasamos por La Carbonera, que es un lugar tan pero tan caliente que la hierba agarra fuego sola; Arcadio me comentaba alegre: ya va ver compa que ya vamos a llegar…El era el jefe del segundo pelotón de la segunda compañía de la BRAC. Era hermano de la Capitana Ileana, de Mirna y de Alejandra. Era un gran familión y todos de la FAL. Y la mayoría cayó, el mismo Arcadio murió después que le amputaron una pierna, porque le explotó una mina.
Íbamos a la fundación del Batallón Rafael Aguiñada Carranza, BRAC. Todo un acontecimiento. Era la época de las grandes concentraciones de tropa de las fuerzas que integraban el FMLN. EL ERP tenía la BRAZ. Y lo mismo las FPL, la RN y el PRTC.
Le dimos la vuelta al volcán…pasando por La Cajeta, por el Infiernillo y a caer al Chinchontepec. Esperando, descansando, buscando hacia el Chaparrastique…El Jiboa, San Carlos Lempa, San Marcos Lempa, y luego hacia arriba buscando el Chaparrastique, se pasa Las Placitas…
En el campamento de Jucuaran
Pasan los días y seguimos caminando, la mayoría va en estos momentos desarmada y después regresara con fusiles… y caminás hacia Usulutan, a un lugar como silla turca. Después pasamos El Taburete. Y después de atravesar una cordillera llegamos cerca de Jucuaran. Y aquí el jefe ya no era Federico sino el mando pasó a Ramón Suárez (Rafael Benavides o Barba Roja).
Ya cerca de Jucuaran nos envía Suárez a la primera misión: cuidado, van ir en grupos a sacar quesos que hemos encargado. Es gente simpatizante. Es un queso fresco sabroso en capas. Al llegar el queso era tanto que hubo que partirlo y cada quien guardo en sus mochilas una parte. Pero al llegar ya no lo querían ceder porque alegaban que ellos lo habían traído. Reacios, pero hubo que ceder.
Me gustaba el estilo de conducción de Suárez, había acumulado mucha experiencia y sabía trasmitirla. No era prepotente como otros. Lo admirábamos porque trataba de enseñarte, que aprendieras el rudo oficio de guerrillero. Una vez vimos unas milpas sembradas y entonces nos dijo:
Bueno, hoy van a aprender a hacer trabajo de expansión. Si quieren comer hay que hablar con la gente. Cada escuadra va recibir un colón y van ir a comprar. Dependiendo de como hablen así van a comer. Los que hablen mejor comerán mejor. Hicimos la experiencia, comimos elote cocido, atol, y hasta le pusimos un fresquitop al atol y ¡con el colón en la bolsa casi todos! Después me afligí cuando al orinar note que me salía un líquido rojo ¿y esto? Y me acorde aliviado que era el fresquitop.
Al fin llegamos al campamento que estaba entre manglares y una brisa marina, nos recibieron con los respectivos honores: tortillas tostadas y pescado frito con arroz. Una delicia, un banquete para nuestros estómagos guerrilleros. Ahí pasamos varios días descansando. Había bastante gente, de ahí y la que había llevado Chepón de Guazapa, de Cerros de San Pedro y nosotros. Calculo bien unos 350 combatientes. O sea un batallón.

En determinado momento la sorpresa fue revelada: fueron a abrir los tatus y trajeron las armas, algunas enlodadas. Se trataba del armamento entregado por los vietnamitas que ellos le habían arrebatado a los invasores yanquis, y que entregaron en solidaridad con nuestra lucha, con la lucha del pueblo salvadoreño. Y llega toda la fuerza a quitarles el lodo y a recibir las que iban a ocupar. Cada quien recibió un fusil y otro más para llevar, y municiones de servicio, 5,000 a 6,000 cartuchos, además una ametralladora punto cincuenta con su respectiva mula para llevarla.
Y ya armados y bien armados, comidos y bien comidos, alegres e invencibles, emprendimos el regreso hacia el volcán Chaparrastique… pasamos por el Infiernillo, donde antes estuvo un campamento de las FAL, dimos un golpe en San Cayetano Ixtepeque; pasamos por Guadalupe, y llegamos a La Quesera en Cabañas. En este lugar la Comandancia local tenía acaparados todos los quesos y los atacamos. Íbamos con suficiente munición y con una moral altísima. Ahí salió herido El Chele, pero le hizo huevo, caminó…se atacó también Ciudad Dolores.
Y llegamos al Chinchontepec. Al ir subiendo por el volcán, te perdías. Y los paramilitares nos agarraban para prácticas de puntería, con checos nos disparaban desde abajo. Hacia el lado de Guadalupe y Verapaz había ya pedazos de montaña que se habían desprendido, eran lugares donde te hundías en el lodo. La bajada era difícil, se bajaba por La Cayetana. Al fin llegamos a Cerros de San Pedro y ahí descansamos. Veníamos armados y cuidando la mula que traía nuestra Tostona, la punto cincuenta.
Al acercarnos al paso de Los Conejos decidimos cobrarles la factura por el ataque, por la emboscada que nos habían hecho anteriormente, cuando pasamos a la ida. Antes nos atacaron, hoy les vamos a caer, dijimos. Diseñamos una estratagema: nos íbamos a vestir de verde olivo y les íbamos a llegar fingiendo ser guardias. Rene Armando, que se había preparado militarmente en Cuba, iba como el jefe. Había estado al mando de la tropa en Guazapa, pero el jefe superior era Joel Sánchez.
En atrevido desfile militar atravesamos de día entre Santo Domingo y San Rafael Cedros. Todos los campesinos nos observaban, en especial los defensas civiles. René Armando les habló con voz de mando: llamamos a todos nuestros apoyos que se presenten a la Comandancia con sus respectivas armas. Y fueron llegando. Odir se encargó de ir revisando y requisando cada fusil que le entregaban. Y hasta se permitía hacerles observaciones: Mirá, en el lodo lo has tenido…mirá lo tenes arruinado…mirá no te da pena el estado del arma…No lo has cuidado.
Al final los paramilitares estaban todos desarmados y preocupados. Pongan todas las armas aquí y nadie se mueve le dijo René Armando. Y entonces una mujer le alcanzo a decir a su marido: Isidro, sos un tonto, estos no son soldados , que no ves que no tienen las jinetas en los hombros… Pero ya estaban desarmados… sin un solo disparo. Se decidió dejarlos libres para que explicaran al ejército la forma en que perdieron sus armas. Y finalmente llegamos a Guazapa, el lugar de donde habíamos salido unas semanas antes.
La creación del Batallón Rafael Aguiñada Carranza
Ya en Guazapa y en el marco de la constitución del Batallón Rafael Aguiñada Carranza, el BRAC, se formaron tres compañías: la primera integrada por personal de Guazapa, la segunda por personal de Cerros de San Pedro y la tercera revuelta: por un pelotón de Guazapa, un pelotón de Cerros de San Pedro y otro de Jucuaran. Esta última estaba dirigida por el Sargento Felipe, El Yuca, un indio nonualco entrenado en Cuba, malencarado, pero que formaba buenos combatientes y se interesaba por el bienestar de la tropa, era justo y por eso lo respetábamos.
Posteriormente, solo quedaron dos compañías: la primera y la segunda. Y en la segunda se integró el pelotón de Jucuaran. La primera compañía estaba bajo el mando de Oscar y era gente más fogueada en el combate, estaba en el puesto de mando y la integraban gente de la capital, de la zona central, de Chalate, y algunos antiguos de Cerros de San Pedro; la segunda bajo el mando de Manuelón, de gente de Cerros de San Pedro. Yo estuve en esta segunda.
Interesantemente ambos jefes de las compañías venían de la RN. El jefe máximo de la BRAC era Barba Roja. Al llegar a Guazapa se formaron los pelotones. Eran seis pelotones. La desintegración de la tercera compañía estuvo vinculada a que una escuadra de gente de Leocadio, desertaban y se regresaban a su lugar de origen, se iban para sus casas. Predominaba en ellos el localismo.
En el cerro de Guazapa, de La Fuente al Franco hay tres kilómetros en línea recta. Se hace en media hora con una columna y cargados, una sola vereda nos unía. Arriba y abajo del cerro estaba la Fuerza Armada. La primera compañía estaba en La Fuente y la segunda en El Franco. Eran movimientos de grandes concentraciones, que posteriormente se modificó.
Y empezamos a desconcentrarnos. Era un proceso que había que asimilar porque estábamos ya habituados a las grandes concentraciones de tropa. Entonces Manuel el responsable de la segunda compañía, sale con permiso. Yo estaba de segundo de Manuel, además de ser el responsable de salud. Y tenía la responsabilidad de formar brigadistas de primeros auxilios. Al salir Manuel quedo de responsable de la segunda compañía. Ítalo estaba de segundo de la primera compañía.
Tenía la responsabilidad de mantener a la gente activa en calidad de combatiente, de mantener la moral combativa. El Comisario Político era Ochoa (Santacruz). Y él me apoyaba para evitar el aburrimiento y que no nos faltaran acciones de emboscadas, golpes de mano, sabotaje a la energía. Me acuerdo que realizamos emboscadas en Calle Nueva, y en la Troncal. Y activábamos en Pinar, Nejapa, Santa Inez (Guayabal). Luego Darío (Orestes Ortez) fue asumiendo esta responsabilidad y yo la de Personal.
Al otro lado estaba la Columna Jacobo Campos Valle (Columna de La Fuente), que había venido de Chalate. Los otros trabajaban en expansión. Una vez realizamos una acción con Horacio (Jefe de escuadra) en el Pinar. La primera compañía en esos momentos se había trasladado hacia el Volcán, para realizar trabajo de expansión.
Activábamos bastante en la Troncal, dando golpes de mano, emboscadas, requisando. Una vez en un combate oíamos por radio que un oficial pedía ayuda para que lo sacaran. Y su jefe le decía: espérate. Y él explicaba: estoy herido pero tengo un cañón y la radio y no quiero que se pierdan. Y nuestros compas buscándolo afanosamente. Y tuvo suerte, se salvo el militar, porque no pudimos encontrarlo, no buscamos donde debíamos, en una cuneta al otro lado de la calle.
Y por otra parte, en este mismo combate, existía la presión de Orlando (Pajita) para actuar no obstante que el era contención. Orlando era un viejo amigo y camarada, originario de San Juan Chiquito, hijo de Porfirio. Orlando me presionaba para que lo dejara atacar. Le repetía que él era contención. Pero insistió tanto – ahí están agazapados y los tengo en la mira, tené confianza no te voy a defraudar-que no obstante la oposición de varios, le dije: dale, pero no me vayás a salir con un muerto.
Y efectivamente Orlando logró requisar cuatro fusiles, ante los reclamos de los demás compañeros que él era contención. Si requisabas cuatro fusiles podías quedarte con uno y entregar el tuyo. En el fondo estaba celoso que otros iban a requisar y no su grupo. Requisar –el botín de guerra- era uno de los deleites del combatiente, ancestral, insustituible, anhelado. Mira mis botas, mira este uniforme, mira este fusil.
La emboscada de la Panamericana
A veces la búsqueda de requisar provocaba tragedias. Como una vez que fuimos a Santa Elena, en Cerros de San Pedro, a poner una emboscada en la Panamericana. Yo era el responsable entonces de la medicina de la segunda compañía, que dirigía Manuelón. Y participaba Joaquín, que era jefe de medicina de la primera compañía.
Íbamos a golpear a un convoy de camiones con tropa de la III Brigada de Infantería que pasaba por el lugar. Era una actividad realizada en conjunto con el PRTC. El RPG-7 lo llevaba alguien del PRTC. La emboscada consistía en que al pasar, se le pegaba a un camión y luego se atacaba. Y el PRTC haría la contención. Dicho y hecho.
Pero al momento que nuestros compañeros se preparaban para atacar y requisar –me acuerdo de la Chele Mayra saliendo a requisar- los del PRTC comienzan a dispararnos y nos matan a Lico, a Edwin, y hieren a tres más incluyendo a Herbert, que le atravesaron el hígado y perdió la pierna.
Bajamos e íbamos caminando por la calle quemada y a los lados la hierba quemada también por la explosión, cuando llegan unos helicópteros y aviones que comienzan a dar vueltas sobre nosotros y a dispararnos. Se da la orden que nadie corra, que todo el mundo parado para que los aviones no nos detectaran. Pasamos así como una hora pero un miliciano corrió y se armó el despelote, empiezan a tirar y ametrallar. Dan la orden de guarecernos y seguir hacia los campamentos.
Una brigadista iba conmigo, de unos doce años, nunca había estado en un combate y bombardeo y temblaba descontrolada. Le dije: cálmese, mire no vamos a correr, vamos a aguantarlo. Me dice: mejor vamonos. Y comienza a llorar. Las bombas caen a 50 metros. El otro tiro iba para nosotros. Aquí quédese. Quiere salir corriendo. Al suelo, tírese al suelo, No lo hace y la agarro del pelo y nos lanzamos al suelo. Yo encima de ella y ella llorando.
Y pum atrás de nosotros a 30 metros. Y la explosión nos baña de tierra y piedras. Ya pasó, le digo para tranquilizarla. El otro será más lejos. Nos sentamos. Y veo que tiene la cara toda llena de tile. Y le digo: esta como un payaso. No comprende y más se llenaba de tile al tratar de limpiarse. Le digo: mirese en el espejo. Lo saca y al verse me grita: ¡por Usted! Se calma y podemos irnos.
Vemos que va herido otro compañero. En el camino de regreso al campamento, antes de pasar el puente Amatitan Abajo, viene un avión que pasa tirando y la bomba cae a 75 metros. De nuevo nos tiramos al suelo. Y me veo con sangre, una esquirla me había herido. Me venda y me dice: al llegar al hospital lo voy a curar. La esquirla e arrancó un pedacito de piel, un cholloncito, era la primera vez.
Sobre nuestros compañeros caídos y heridos en la emboscada, sucedió que un tal Cande, jefe de pelotón del PRTC, se creyó el mito que él siempre requisaba, y llegado el momento tenía que regresar con algo, fuera un fusil e incluso una cinta de zapato, cualquier cosa, pero algo del enemigo. Con su mente enfermiza dio la orden de disparar contra nuestros compañeros para evitar que requisaran. Y al final, dada su descomposición ideológica, terminó yéndose con el enemigo y anduvo poniendo dedos, ya totalmente vendido…
Las famosas minas
Una vez salí herido y decidieron enviarme a la capital para la curación. Y me metieron al Hospital de Diagnóstico y justifique que había caído en una mina de la guerrilla. Salí herido en el 84 y en el 85. Los médicos que me atendieron se portaron a la altura y pude recuperarme para regresar a Guazapa. Nunca se imagino la inteligencia enemiga que a veces nos curábamos en sus narices en los hospitales de San Salvador.
Fíjate que el Comandante Hugo hizo un estudio que un 72 por ciento de nuestras bajas eran causadas por minas nuestras, no por el enemigo. Una vez le pregunte a Gabino: ¿dónde pusiste las minas? Y me responde: por ahí. Creo que ni él sabía…Todas las noches se ponía una mina por seguridad cerca de donde dormíamos.
Y una vez se me olvida en la mañana quitar la mina. Se trataba nada más de quitar el separador, que hace contacto con un chuchito de ropa y si te pasas llevando el hilo eso hace explotar la mina. Me llegó por atrás sino me hubiera volado la pata, como les pasó a muchos.
Otra vez fue durante el Operativo Fénix, iba con Joaquín el medico, íbamos de retirada, cargando las cosas del hospital y pasamos por el campamento de la FES, que era totalmente compartimentado y ahí habían dejado una mina. Y pum. Joaquín se cae. La mina a mi me daña. Se ha roto la columna. Me recogen y me llevan en hamaca. No se salgan del camino ¡Cuidado!
Me llevan de El Franco, pasando por La Fuente, el campamento de las FES, la Aldea (donde el ERP tuvo su campamento) y fue de ahí de donde me enviaron para el Hospital de Diagnóstico para que me operaran. Antes había recibido la visita de Marcelo quien me había propuesta ante mi mirada de sorpresa, operarme en el campamento y realizarme una ¡laparostomía exploratoria! Fíjate que hasta los soldados en El Roblar oyeron la explosión y se comunican por radio. Entre a los cuatro meses de nuevo, ya recuperado.
Había sido el político de la segunda compañía además de responsable de la medicina, y trabaje también como sacamuelas, con los dientes. Llegaban a buscarme de la primera, y de la segunda compañía y también de las columnas. Hice rellenos, raspados, endodoncias. El año 86 la pase de dentista. Tenía mi maquinita, sentado en un tronco de árbol. Y hasta tenía ayudantes.
En el 87 salgo del frente. Salgo cuando se empezaba ya a preparar lo que fue la Ofensiva de Noviembre de 1989. Ya se estaba fabricando una variada fauna que incluía los famosos tepescuintles. Y se miraban caras nuevas, que entraban y salían del campamento. Salgo de nuevo herido, y se necesitaba operarme. En tres días me sacaron, con sonda en la nariz. Me llevaron esta vez al Hospital Bautista.
Me pregunta el medico: ¿Cómo estás? Le respondo: jodido. Me hacen cuatro operaciones en menos de un mes. Luego comencé a recuperarme, estuve por dos meses en casa de Any Castañeda. Mi agradecimiento dondequiera que se encuentre. A mediados del 87 salgo a cumplir una misión al exterior. Salgo del frente junto con Armelio, que todavía vive en la Ciudadela Ungo con la legendaria Abuela de las FAL, la gloriosa jefa de cocineras…una verdadera heroína.-