Discurso de Secretario General Saliente, Medardo González a XXXVII Convención del FMLN. San Salvador, 8 de julio de 2019

Compañeros y compañeras

Ustedes como nueva dirección del partido, el nuevo Consejo Nacional con la nueva Comisión política, el Secretario General Electo, la Secretaria General Adjunta electa, todos los nuevos directivos departamentales y municipales, la inmensa mayoría miembros de esta nueva Convención Nacional.

Todos, todos ustedes son herederos del sujeto político con las más profundas raíces históricas de nuestro país, El Salvador.

Son herederos de aquellas luchas de nuestro pueblo emprendidas hasta las últimas consecuencias, solo quiero recordar algunos:

    Desde los levantamientos insurreccionales de Anastasio Aquino;

    Las batallas independencistas por la unión de la Patria Centroamericana,

    La solidaridad revolucionaria de Farabundo Martí en la lucha antiimperialista de Augusto Cesar Sandino de Nicaragua;

    La insurrección de 1932, liderada por Feliciano Ama y la juventud revolucionaria del recién formado Partido Comunista de El Salvador, del compañero Farabundo Martí, Alfonso Luna y Mario Zapata;

    Las luchas de las organizaciones político militares y las organizaciones populares en los años 70, lanzadas durante toda una década en la profundización de los métodos e instrumentos de lucha en un ambiente de represión e intensa batalla ideológica al interior del movimiento revolucionario;

    Hasta la formación del instrumento de lucha de la unidad revolucionaria aquel 10 de octubre de 1980, con el cual libramos la larga guerra revolucionaria de 12 años, y que dio nombre al actual sujeto e instrumento político que les tocará conducir los próximos 5 años, el Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional.

Y esto que acabo de decir es histórico, no es letanía de cajón. Es recordar nuestra herencia, de donde venimos. Es reafirmar que ha sido el carácter profundamente revolucionario y socialista de la lucha de nuestro pueblo, que se expresó siempre en su orientación hacia la defensa de las necesidades y derechos de las mayorías populares, la que logró poner fin a la dictadura militar más sanguinaria del continente. 
Fue con ese carácter socialista y popular, siempre forjando la capacidad de unidad revolucionaria, que logramos abrir espacio a través de los Acuerdos de Paz, a nuestra democracia y a una lucha eminentemente política, pero no menos compleja.Y fue con ese carácter democrático, revolucionario y socialista que el FMLN logró estabilidad interna y en el 2009, con la candidatura de un ciudadano aliado, Mauricio Funes, por primera vez en la historia, arrebatar a la oligarquía el control sobre el aparato estatal del ejecutivo.

Y fue con ese carácter, con el que habíamos levantado las expectativas del pueblo de mantenernos consecuentes con nuestra historia de lucha revolucionaria, que logramos en el 2014 alcanzar el 50.22% de las mentes y de los corazones de nuestro pueblo, con nuestro camarada y compañero Leonel, Salvador Sánchez Cerén.

Hecho histórico, que alarmó profundamente a la oligarquía y al imperio y que el siguiente día de la victoria redoblaron, diversificaron y sofisticaron su arsenal de ataque: Desde los bloqueos económicos vía sentencias, la judicialización de la política, Hasta, por último dar nacimiento a un nuevo instrumento partidario (nuevas ideas con Bukele a la cabeza) ya que el de ARENA se había o se ha agotado porque ya no logra garantizar la expulsión del FMLN de las esferas de poder del estado. Cabe recordar, sobre todo para nuestros militantes jóvenes, que no vivieron esos años de postguerra hasta el 2009, que mantener esas posturas revolucionarias y socialistas provocó que compañeros y compañeras optaran por retirarse de las filas del FMLN, buscando otras opciones políticas y otros compañeros que se mantuvieron siempre en el FMLN, en posturas diferenciadas y minoritarias, pero adentro, pero siempre consecuentes con una de nuestras armas más importantes de la izquierda salvadoreña, que es la unidad revolucionaria, en minoría pero en unidad, esa es precisamente una gran práctica, una gran lección del porqué este FMLN.
La unidad revolucionaria, que es una de las conquistas más reconocidas de los revolucionarios salvadoreños y que a pesar de momentos trágicos y difíciles en nuestro largo camino, siempre la supimos mantener como una construcción permanente y estratégica y no como un ícono estático que corre peligro de echar mojo.

Es de recordar también que el segundo gobierno del FMLN, si bien fue encabezado y me van a permitir decir lo siguiente, es de recordar también que el segundo gobierno del FMLN, si bien fue encabezado por un representante más identificado con ese carácter revolucionario y socialista en la práctica demostró máxima apertura, inclusión y espíritu de alianza por el representante más identificado con ese carácter revolucionario y socialista, en la práctica demostró máxima apertura, inclusión y espíritu de alianzas. La gran mayoría de quienes se habían apartado del FMLN, y no habían optado por trabajar claramente en las filas de instrumentos políticos del enemigo de clase, asumieron la conducción de la mayoría de instancias del gobierno. Y un amplio espectro de personas progresistas y democráticas, que nunca pertenecieron al FMLN, fueron llamados a asumir altos cargos en el gabinete, incluyendo miembros del partido GANA y de otras corrientes políticas. Por ejemplo:

    En el ministerio de economía, todo el tema de la implementación de la focalización de subsidios, que tanto descontento creó contra nuestro gobierno, estuvo en manos de técnicos que provenían de los gobiernos de ARENA y del partido GANA;

    En la Secretaría Técnica de la Presidencia, los técnicos encargados de la planificación o priorización de tareas estratégicas, hoy se han reciclado en el Gobierno de Bukele, como es el caso del actual Viceministro de Hacienda (Oscar Anaya);

    En el ministerio de Hacienda, que nunca estuvo en manos de un militante del FMLN, el propio ministro actual de Bukele, asumió su cargo en nuestro gobierno cuando comenzó el plan 10 a ejecutarse por el vicepresidente de la República, por Oscar Ortiz.

    En el caso de instituciones autónomas como ANDA, CEPA, CONAMYPE, FISDL, que eran clave para la coordinación con los gobiernos locales, siempre estuvieron en mano de otros no estuvieron en manos de militantes del FMLN, a tal grado, que muchas medidas, a pesar de que en su diseño fueron bien planteadas, ya en su implementación, según mi parecer, concreta no encontraron el carácter, la energía, el fervor revolucionario, que esa mitad del pueblo salvadoreño que nos dio el voto en el 2014, había esperado de nosotros. 


Compañeras y compañeros Se produjo una situación a mi juicio paradójica: porque siendo la figura presidencial la cara más visible del carácter revolucionario y socialista del FMLN, al mismo tiempo la imagen que quedó del gobierno y de ciertas medidas tuvieron (a lo sumo) un carácter progresista. Además, por diversas razones no se logró divulgar aquellos resultados de su gestión que sí tenían carácter revolucionario, como por ejemplo haber reducido la pobreza 10 veces más que los gobiernos de derecha y haber reducido dos veces más la desigualdad entre ricos y pobres, convirtiendo a nuestro país, El Salvador en la actualidad en uno de los países con menos desigualdad en el continente. 
Resultados que para un gobierno de izquierda pueden ser parámetros de orgullo, pero, repito y ustedes lo saben, no los posicionamos. 
El pueblo esperaba que nosotros hiciéramos cambios más profundos, de más fervor revolucionario, y el pueblo no logró percibir, que los cambios reales que logramos, sí tuviesen efectos muy profundos. 
Es decir, pusimos la cara revolucionaria y socialista, pero nos excedimos en paciencia y condescendencia hacia las alianzas que nos arrastraban a un ritmo y estilos tradicionales de gobierno, a lo sumo progresistas, no está escrito aquí pero estoy diciendo esto no para señalar, estoy diciendo esto porque me considero parte de, todos somos parte de, principalmente los dirigentes. 
Además, no movilizamos al pueblo, esto lo dijimos en todas esas evaluaciones en todos los municipios cuando en el 18 perdimos diputados y alcaldías, lo dijimos también hoy después del 3 de febrero empezando por los beneficiarios, de manera visible y perceptible, ni para diseñar los cambios, ni para conquistarlos y tampoco para tomar consciencia sobre los avances y las dificultades, no hicimos parte a la gente de las dificultades para lograr los propósitos, así como la necesidad de organizarse para defender y profundizar lo logrado. Me refiero a nuestras iniciativas políticas o programas insignias como la alfabetización o los paquetes escolares, por una pizca compañeros no logramos declarar a nuestro país en un país libre de analfabetismo, no, le voy a echar la culpa yo al profe, a Leonel, al ministro, somos todos, no hicimos de ese programa un movimiento, no hicimos de ese programa nosotros una movilización y lo dejamos dentro de los marcos de las dinámicas burocráticas del gobierno, que hizo perdón, ahorita se me ocurre decirle pero es que es cierto, cuando veo a Pedro, ¿qué hizo el presidente Chávez en Venezuela, sabiendo que el Estado no estaba preparado para acelerar las cosas como la Revolución Bolivariana lo necesitaba?, pues creo un mecanismo, un by pass, creo mecanismos como las misiones, creo las misiones, nosotros compañeros lo digo, lo digo con autocrítica y con respeto a ustedes y a todos.

Similar con el tema de la corrupción: no logramos romper estructuras y mecanismos de funcionamiento de corruptela, incrustados desde décadas, que habían formado la idea generalizada que en todos los gobiernos hay corrupción.

Igual con los niveles salariales que técnicos y especialistas ajenos a nuestro partido e invitados aliados esperaban de una función pública, y no vimos como prioridad la necesidad de diferenciarnos públicamente con nuestros funcionarios miembros del partido político, no le pusimos atención y pagamos un precio por eso.

Son temas de abordaje que para un próximo gobierno y lo digo, que seguro un día volveremos a asumir porque el pueblo así lo querrá, debemos haber resuelto con anterioridad este tipo de asuntos.

Tildar al gobierno del FMLN como el más corrupto de la historia, es fundamental para el enemigo, para todos ellos y debemos encontrar una respuesta efectiva para abrirle los ojos al pueblo, hasta hoy cegado, a mi juicio.

Como partido debemos autocriticarnos que no nos dimos la estructuración orgánica, ya hablando del partido, necesaria para la tarea adicional, que era la conducción estratégica y operativa de un aparato estatal que había sido construido por y para la oligarquía. Nuestro partido seguía con la misma estructuración orgánica, seguimos, no seguía, eminentemente territorial, como la tuvimos en tiempos de oposición, ese es mi punto de vista pero pueden por supuesto discutirlo, esta debilidad la identificamos en nuestro primer Congreso como FMLN a los 35 años de nuestra existencia y a seis años de la primera experiencia en el gobierno, señalamos rutas en ese Congreso pero no con la suficiente profundidad que hubiese permitido incrementar medidas en lo inmediato.

En conclusión:

Las 2 victorias presidenciales y la derrota del 3F nos deja la lección que el pueblo salvadoreño quiere un partido que no solo se proponga cambios profundos y de impacto para las grandes mayorías populares, sino que movilice al pueblo para conquistar, implementar y defenderlos y que sepa comunicarlos.

Alrededor de esa tarea histórica debemos mantener y cultivar nuestra unidad, que yo llamo “unidad revolucionaria” porque es instrumento fundamental para realizar la tarea.

Estoy seguro que así como Oscar, Oscar Ortiz, fue llamado a ser el máximo acompañante y lo digo muy respetuosamente y en serio (activo y no de adorno) porque el primer vicepresidente de la República que no fue maceta, que fue vicepresidente de verdad está aquí con nosotros y se llama Oscar Ortiz, por ser Oscar y por ser FMLN, por ser Oscar y por ser Salvador Sánchez Cerén que teniendo un estilo, teniendo métodos propios que le podríamos enseñar al Estado para que funcione mejor y no la creación de esos órganos que no sirven para nada y que pueden ser andados. No, el vicepresidente de la República o la vicepresidenta de la República, o como sea, tiene que jugar un papel como lo jugó Oscar, entonces lo digo que estoy seguro que así como Oscar fue llamado a ser el máximo representante a bordo del Gobierno de Leonel, y supo abonar la unidad estratégica en nuestro gobierno, también hoy lo hará ciñéndose, este es mi punto de vista, al funcionamiento colectivo del partido, proponiendo medidas, que vayan encaminadas a volver más contundente nuestra ruta como partido democrático, revolucionario y socialista y no convertirnos en una masa amorfa de afiliados, experiencia que ya los veteranos, los Acuerdos de Paz hemos vivido de que el FMLN tuvo en sus primeros años de postguerra, cuando teníamos más de 100 mil afiliados.

Esta debilidad la identificamos en nuestro primer congreso como FMLN, a los 35 años de nuestra existencia y a 6 años de la primera experiencia en el Gobierno. Señalamos rutas, pero no con la suficiente profundidad que hubiese permitido implementar medidas en lo inmediato.

Las otras tareas que debemos encaminar son:

Las futuras victorias del FMLN en el imaginario del militante y del pueblo no deben ser percibidas solo por el hecho de obtener más diputaciones, alcaldías o concejales, digo: sólo por el hecho. Las victorias deben ser concebidas por las mayorías populares, como sus conquistas que podrán ser defendidas o profundizadas, gracias al accionar del FMLN a la par de ellos, del pueblo. Si así lo logramos, tendremos como consecuencia resultados electorales positivos.

Lo que estoy diciendo es que una estrategia fundamentalmente electoral no es el camino, a mi juicio hay que hacer una combinación adecuada, correcta.

Eso implica elevar nuestra capacidad de informar debidamente al pueblo.

Eso implica saber adecuar nuestros métodos de organización y mecanismos de relacionarnos con el pueblo, sus problemas y sus expresiones de organización popular.

Eso implica transformar nuestro sistema de educación política ideológica para pasar de un esquema eminente escolar a uno de formación y entrenamiento para la lucha: convertir la formación política e ideológica en requisito imprescindible y obligatorio para todo militante que pretende asumir candidaturas de elección popular como también para aquellos que asuman papeles de funcionarios de Estado o quieran ser dirigentes a todo nivel del partido; educación para métodos de lucha y de comunicación efectiva con el pueblo y para analizar adecuadamente los momentos de coyuntura que cada vez se vuelven más complejos.

Caracterización del momento y del enemigo.

Y para terminar, todo esto nos debe servir para ubicarnos correctamente ante el enemigo y sus instrumentos.

El actual gobierno con Bukele a la cabeza y su llamado partido político Nuevas Ideas son un instrumento que la oligarquía y el imperio han encontrado para concluir sus anhelos de dominación.

Que son: concluir las reformas neoliberales necesarias para adueñarse de los últimos bienes públicos que con los 10 años de gobierno de izquierda se habían podido detener y salvar.

Ubicar al actual gobierno correctamente como instrumento del enemigo fundamental, será clave para no dejarnos confundir.

Nuestro reto consistirá en no contentarnos en registrar frases o enunciados que emanen de la gran producción y presencia mediática del presidente actual (Bukele) y de sus emisarios ministeriales, sino detectar a tiempo lo que se está fraguando, posiblemente en la sombra del gran ruido mediático omnipresente y saber alertar de manera efectiva y sustentada, con información de calidad, al pueblo.

Por ejemplo: mientras en campaña Bukele hablaba del combate a la evasión y la corrupción, acuérdense ustedes, una de sus primeras acciones en el gobierno fue reinstalar en las aduanas al mismo titular que había administrado esos mecanismos justo antes de que llegara la izquierda al gobierno, es decir un funcionario del gobierno de Saca.

Ahora bien, acciones que obviamente beneficiarán a las mayorías populares, no importa qué intenciones políticas pueda haber detrás, jamás nos opondremos, siempre siendo acuciosos en el análisis de lo que se apruebe realmente sea lo que se ejecute.

Lo que desde el mero inicio jamás debemos dejar pasar son todas estas señales de autoritarismo, repito, no debemos dejar pasar, algunos lo llaman de carácter dictatorial gubernamental, otros hasta detectan primeros brotes de fascismo, que ya estamos observando y me disculpan salirme un poco pero me estaban comentando que el grupo de compañeras y compañeros admirables que van a montar la Tribuna Legislativa el viernes, es te viernes fueron acosados y agredido por matones mandados por Nuevas Ideas, fueron acosados y fueron agredidos, no golpeados, sino agredidos; son expresiones a las que nosotros no podemos dejar de señalar y dejar pasar. El fascismo siempre andaba de la mano de medidas populistas para contentar y arrastrar a las masas, para poder fraguar en su sombra las acciones estratégicas y hasta criminales, hay que decirlo.

Callarnos bajo el argumento de que “hay que dar tiempo, esperemos…” fueron errores que en otros momentos históricos otros movimientos de izquierda cometieron y lo pagaron muy caro.

En conclusión: este es un momento crucial, de grandes lecciones que nosotros aprendimos y de una victoria temporal para los enemigos de un sistema que favorezca a las mayorías populares.

Que esas mayorías vuelvan a depositar su confianza en nosotros dependerá de si en nuestro accionar reconocerán que del jalón de oreja electoral que nos han dado, que nos pegaron algo hemos aprendimos.

Termino diciendo, compañero Oscar: con estas palabras de cierre te entrego el timón de este barco. Que no es a mi juicio un velero que se maneja por una sola persona, sino un verdadero barco, que sin la mano de cientos y de miles de marineros no puede caminar.

Que viva el FMLN con su gloriosa historia de lucha. Que viva el pueblo salvadoreño en lucha. Que viva la revolución salvadoreña.

Gracias compañeros y compañeras

Criptocomunismo o ¿la ideología bitcoin? Javier Occhiuzzi. 2021

Publicado en el año 2020, el filósofo francés Mark Alizart nos presenta un trabajo donde analiza el origen y desarrollo de la más famosa de las criptomonedas, el bitcoin, con el fin de explicar y justificar por qué en el software libre blockchain se encontraría la clave para cumplir el objetivo político de Marx: destruir el Estado y crear una sociedad comunista, pero fundada en la criptografía y no en la lucha de clases.

Mark Alizart es un filósofo francés contemporáneo que desde hace aproximadamente una década viene publicando obras en las que discute temáticas contemporáneas desde su particular óptica filosófica: entre sus trabajos destacados está Teología Pop (2015), donde afirma que la sociedad del entretenimiento, el ocio y el consumo debe su forma a la religión, y más específicamente a la ética protestante que Max Weber y su interpretación del capitalismo; en Golpe de estado climático (2020) denuncia la voluntad política de que el clima esté en crisis debido a que vivimos en un golpe “carbofascista” contra la humanidad y la única salida es pensar las condiciones de una revolución en favor de un verdadero “ecosocialismo”. Finalmente llegamos a su último trabajo que vamos a analizar en este artículo Criptocomunismo, un libro donde abundan las tesis, afirmaciones y criticas al marxismo de toda forma y color (sin mucho fundamento) pensando en la tecnología blockchain como herramienta emancipadora y salvadora de la humanidad frente a las crisis económicas (pasadas y venideras).

Apropiación colectiva de los medios de producción monetaria

Corría el año 2008 cuando en los Estados Unidos de Norteamérica estalló la “burbuja inmobiliaria”, o la crisis más importante de la historia contemporánea del capitalismo; el gobierno norteamericano, para evitar la caída y posterior crack financiero de su país, decide socializar las pérdidas de la banca privada absorbiendo sus deudas con fondos públicos y generando una situación de crisis económica y social en la población trabajadora que se tradujo en la expropiación (lisa y llana) de ahorros particulares y viviendas hipotecadas.

El 1.° de noviembre del 2008 un usuario con el seudónimo de Satoshi Nakamoto subió a la red una publicación titulada: “Bitcoin: un sistema de efectivo electrónico de usuario a usuario”. En dicho texto se sientan las bases de los protocolos de programación que dan por resultado el modelo criptográfico que da nacimiento a la primera criptomoneda: el bitcoin. En respuesta al rescate financiero de la banca privada por parte de la Reserva Federal de los EE. UU., Satoshi propone la creación de una cyber-moneda que sirva de resguardo y protección de los ahorros particulares ante una nueva amenaza de rescate de los bancos privados por parte del gobierno federal usando fondos públicos.

Para Alizart, el “bitcoin fue concebido para proteger el ahorro privado, para salvarlo de la voracidad de los gobiernos, aún en el caso de que se tratara de participar en un esfuerzo colectivo, incluso sobre todo en el caso de que se tratara de ‘socializar’ las perdidas” [1].

Cripto la solución

Según Alizart, en el software libre bitcoin se encuentra la clave para destruir al Estado y lograr una representación individual lo más directa y menos mediada posible. Todo un programa político revolucionario en el código de un software: “Bitcoin es un algoritmo de fe. Al permitir librarse matemáticamente de los ‘terceros de confianza’, bitcoin es una máquina de producir fe y libertad” [2].

En ese sentido Alizart nos plantea que en la filosofía blockchain del bitcoin se encuentran elementos de corte político que permitirían lograr un nuevo tipo de organización social comunitaria nunca antes vista por la humanidad, “una nueva ley, una nueva Iglesia y un nuevo Estado”, pero no de cualquier tipo ni de cualquier forma: esta será una revolución histórica más austera que las “reformas de Lutero” y con una voluntad general más fuerte que la “república de Rousseau”.

Entonces llegamos así a la tesis principal del libro: “el régimen teológico-político que la Cripto finalmente establecerá no es el ‘criptoanarquismo’. Por el contrario, es un régimen conocido precisamente por hacer que las personas reconozcan que viven en comunidades y no como átomos separados” [3]; es a partir de este uso de las criptomonedas que nacerá el “Criptocomunismo”.

La batería de argumentos a favor del universo Cripto van desde la no existencia de mediadores, el refuerzo de los lazos comunitarios, la destrucción organizada del Estado, minando lo que Alizart identifica como el corazón del capitalismo en el monopolio de producir dinero fiduciario (se llama dinero fiduciario al que se basa en la fe o confianza de la comunidad, es decir, se respalda por una promesa de pago por parte del ente emisor). Alizart afirma (sin fundamentación histórica alguna) que la cripto-revolución socialista es posible y además pacífica, ya que a diferencia del modelo social marxista que exige cambios profundos y radicales, “el ambiente de la Cripto pretende ser pragmático. No cree más que en lo que funciona. Y pretende conducir una revolución pacífica, ya que solamente está hecha por ingenieros desprovistos de prejuicios filosóficos” [4].

Según Alizart, el bitcoin va a permitir todo un universo de reformas estructurales de tinte mesiánico y profético que van desde el debilitamiento progresivo del capitalismo internacional, que va a colapsar a partir del momento en que el bitcoin suplante al dólar como unidad de valor mundial [¡¿?!], hasta el fin de la guerras entre Estados, que será posible ya que no van a poder financiar sus conflictos bélicos debido a que al no tener el monopolio de la moneda no van a poder recaudar impuestos.

Qué es un blockchain y cómo funciona

Pero ¿qué es lo novedoso o vanguardista de todo este asunto de la criptografía y el blockchain? Para Mark Alizart la creación del software libre blockchain (cadena de bloques) representa un salto cualitativo, cuantitativo y evolutivo en la historia de la humanidad. Pero vamos por partes.

El blockchain o cadena de bloques es una teoría de encriptamiento que Satoshi Nakamoto subió a la red en el 2008, cuando se minó (programó) el primer bloque de bitcoins de la historia. Según Satoshi, el protocolo de programación del blockchain es la respuesta a una teoría de juegos llamada El problema de los generales Bizantinos en donde la solución que se busca encontrar es cómo manejar información de forma segura y descentralizada. La paradoja es la siguiente: el ejercito invasor amenazada la ciudad y el comandante defensor debe dar la orden de atacar, pero debe ser en simultáneo entre todos sus ejércitos, si no la defensa pierde efectividad. Hay varios generales apostados listos para atacar, pero sus ejércitos están en posiciones separadas e incomunicadas, el único nexo comunicador es el mensajero oficial que debe llevar la orden en forma y tiempo a cada general para que sepan a qué hora exacta atacar; y es aquí donde surgen los problemas: ¿cómo sabemos si llegó el mensaje? ¿Cómo sabemos si el mensaje fue capturado? Y ¿óomo sabemos que el mensaje no fue alterado por un general traidor? La solución que propone Satoshi a este dilema es el protocolo blockchain.

Podemos definir el blockchain como un protocolo de programación para compartir información en internet, un protocolo de interacciones virtuales descentralizadas que permite intercambio de información entre bloques de datos. O sea: es una sintaxis digital (como el “http://”), una forma de organizar la información que circula en la web.

El blockchain funcionaría como un tipo de libro contable online. La base de toda esta información no tiene un servidor central sino que es público. Los registros contables son distribuidos en miles de computadoras, llamadas nodos, conectadas a internet, que se actualizan con cada transacción. La cadena entera puede ser auditada por quien lo desee. Cada transacción es certificada mediante pruebas de trabajo y se encripta (no se pueden hackear), lo que significa que no se puede falsificar ni adulterar; la cadena se verifica constantemente en cada operación. Y funciona con un esquema de dos claves, una pública y una privada. La clave pública autoriza a recibir bitcoins, mientras que la privada autoriza a que uno mueva los propios. En definitiva, el uso de las claves autoriza que las transacciones queden registradas en la cadena de bloques, evidencia de que los bitcoins han pasado de mano y pertenecen a un determinado usuario.

Hablemos también con Satoshi

Como vimos, Alizar sostiene que el bitcoin es mucho más que una simple moneda, sino una manifestación social de valor, ya que según él los bitcoins son una relación social cuyo valor esta determinado por la energía/electricidad necesaria para crearlo: “Bitcoin es energía cautiva (la energía que se necesita para crackear el criptograma)” [5].

En ese sentido Alizart afirma que el bitcoin no puede caer en el fetichismo de las monedas debido a dos razones: la primera consiste en que su valor esta determinado por su costo energético, y por otro lado que no puede ser falsificado. Pero ¿cómo se estructura una cadena de bitcoins? Un bloque minado de toda una cadena, uno solo, contiene 50 bitcoins. Y de la misma manera en que 1 peso esta compuesto de 100 centavos, un bitcoin esta compuesto por 100 millones de satoshis –un satoshi es la unidad mínima de un bitcoin–. Y es acá donde está lo esencial del bitcoin, ya que cada satoshi es un hash o si se quiere: un código alfanumérico compuesto de 35 dígitos 1GZPvex89rBMtrvYfFiqWJBTp7WNU55Cs, y esto es lo infalsificable del criptograma del blockchain. El mismo Satoshi ilustra la cuestión de la siguiente manera:

La criptografía de clave pública depende del hecho de que es difícil factorizar números primos grandes. Todos saben eso. Si las transferencias de bitcoins se asignaron a una clave pública bien formada, y se requirió una firma de clave privada asociada para la futura transferencia, permitiría que las transferencias cifradas de bitcoins fueran completamente seguras.
Para validar una transacción, los nodos toman la clave pública de la firma y la usan para verificar la firma real. Si la firma es válida, habrá que ver luego los hashes de la clave pública para confirmar que coincide con la dirección de bitcoin asignada en la transacción. Actualmente el hash es de 35 caracteres de longitud, alfanumérico 26 (mayúscula) + 26 (minúscula) + 10 (números) = 62 posibles por carácter. Entonces tenemos 541,638,008,296,341,754,635,824,011,376,225,346,986,572,413,939,634,062,667,808,768 combinaciones posibles. Así que creo que no tenemos mucho trabajo por hacer en comparación con ir con fuerza bruta contra la clave privada/pública principal [6].

Cada hash es único e irrepetible dentro del universo Cripto, por lo tanto es ese el parámetro que sugiere Satoshi para determinar el valor de cada hash; no es el costo energético de su acuñación/programación/minado (contar hashes) lo que determina su valor (como sugiere Mark Alizart) sino su valor simbólico; para Satoshi Nakamoto, cada hash es una obra de arte criptográfica en sí misma, y por lo tanto su valor es socialmente determinable; no es inmune al fetiche tal como lo entiende Alizart, no son más que meras fichas intercambiables. El propio Satoshi lo definió así: “Los bitcoins no tienen dividendos o potenciales futuros dividendos, por lo que no son como una acción. Más como un coleccionable o producto” [7].

¿La tecnología logrará el comunismo?

Todas las tesis que plantea Alizart a lo largo del libro se fundamentan en dos críticas (muy superficialmente planteadas) a Marx y su visión económica, donde ataca la visión fetichista del dinero que tendría este, y un cruce mecánico y desprolijo entre el concepto de economía y termodinámica.

Según Alizart, “Marx pasó por alto el papel que juega el dinero en la economía porque pasó por alto el papel que juega la información en la termodinámica” [8]. Esta crítica de Alizart a Marx merece especial atención por dos razones: la primera es que solamente una persona que no leyó El capital (o lo miró muy superficialmente) puede sostener que Marx pasó por alto el papel que juega el dinero en la economía, ya que en todo caso Karl Marx mostró que el dinero es una relación social y no un signo, como sostenían exponentes de la economía política de su época o una “cadena de información”, como parece creer Alizart.

En segundo lugar estaría la cruza mecánica de los conceptos: economía y termodinámica. Alizart considera al bitcoin como algo más que una simple moneda digital de cambio. Él ve una “criptomoneda viviente” que como tal produce no solo un valor de uso sino también relaciones sociales y estructuras políticas nuevas. Algo similar a lo que fueron las primeras máquinas a vapor del siglo XIX, que no solamente daban ganancias increíbles (en comparación con el sistema agrícola-artesanal) sino que literalmente esas máquinas permitieron que surja una clase social nueva que posteriormente se organizó políticamente en un partido y tomó poder por medio de la revolución de 1789, dando nacimiento a una sociedad nueva. El estudio de las leyes de la termodinámica aparecen a la par de las revoluciones industriales del siglo XIX con la llegada de la máquina de vapor; el estudio de las máquinas térmicas fue fundamental para hacer más eficientes los procesos de producción lo que, desde el punto de vista capitalista, significaba una mayor eficiencia y una mayor ganancia. Para Alizart, el bitcoin es un nuevo tipo de máquina a vapor cuya producción se mide no solo por su valor de uso y su valor de cambio, sino además por el valor en sí de la información política y social que puede producir el blockchain. Resumidamente podemos decir: la criptomoneda no solo es una moneda, tampoco es solo una máquina, sino que es una “cripto-moneda viviente” que además funciona como “una máquina de producir fe y libertad”.

Alizart ve en el bitcoin un tecno-fenómeno inédito que por sí solo va a revolucionar el sistema productivo, pero en sus afirmaciones se refleja un optimismo técnico digno de los socialistas-utópicos del siglo XVIII como Saint-Simon. Y por otro lado una “tecno-ingenuidad” escandalosa, ya que sin sonrojarse Alizart afirma que la revolución bitcoin va a ser pacífica porque la impulsan “ingenieros desprovistos de prejuicios filosóficos”, cuando si hay una lección que nos dejó en claro el siglo XX y dos guerras mundiales es que la ciencia de ninguna forma es neutral y absolutamente toda técnica o máquina que fabrica el capitalismo destila ideología. El bitcoin no está exento a eso.

Sin ir muy lejos, el propio Satoshi Nakamoto (2010) expuso públicamente en la red sus intereses políticos y morales cuando se negó a permitir que WikiLeaks use bitcoin como forma de financiamiento, ya que los problemas legales de Julian Assange y su campaña contra los secretos diplomáticos burgueses e imperialistas de EE. UU. podían “destruir la pequeña comunidad beta que todavía está en su infancia” como es bitcoin [9].

Por último, una observación de tipo técnica política: como desarrollamos arriba, el plus sociopolítico del bitcoin Alizart lo ubica en el blockchain como algo en sí mismo (es el blockchain lo que hace posible el criptocomunismo). Pero ¿qué es concretamente un blockchain?: es una sintaxis digital que ordena la información en la web, por lo tanto podemos afirmar que no es un software ni un hardware; pero entonces, sin internet no podría existir el bitcoin, el blockchain y por elevación el criptocomunismo. En sus afirmaciones Alizart demuestra que termina siendo un fetichista del dinero y la información.

A modo de cierre

El manifiesto de Mark Alizart es un conjunto de tesis, afirmaciones y criticas tan abundantes como poco desarrolladas en profundidad; apunta sus armas de la crítica contra el marxismo y el comunismo, pero sus armas son de cotillón, ya que todas sus tesis son engendros conceptuales, violentamente unidos, que dan como resultado definiciones contradictorias que son más provocadoras que teóricamente útiles; lo podemos ver en conceptos como “comunismo de las cosas”, “criptomoneda viviente”, “ingenieros sin ideología”, “máquinas que producen fe y libertad”, “termodinámica de la economía”, etc., etc.

En ese sentido podemos definir al manifiesto de Alizart Criptocomunismo como un intento retórico de querer contrabandear el concepto de comunismo bajo la idea de que una moneda emitida de forma privada (sin control estatal) y con las cadenas de información como garantía (blockchain) bastaría para disolver las cadenas de producción del capital y planificar la economía. Alizart establece una relación mecánica y superficial entre la economía y la criptografía dejando en evidencia el extremo fetichismo de dinero o información que expresa acríticamente por el bitcoin.

Podemos afirmar que su libro es el exponente de un intento de conciliar (sin anestesia ni fundamento) corrientes como el neorreformismo y el postcapitalismo bajo el eufemismo de criptocomunismo con la idea de que se puede “superar” el capitalismo tan solo con la apropiación de los medios de producción monetarios.

Notas:

[1] Alizart, M., Criptocomunismo, Adrogué, Ed. La Cebra, 2020, p. 48.

[2] Ibídem, p. 13.

[3] Ibídem, p. 15.

[4] Ibídem, p. 89.

[5] Íbidem, p. 93.

[6] Champagne, P., El libro de Satoshi, Madrid, Ed. Blockchain, 2014, p. 176.

[7] Alizart, ob. cit., p. 272.

[8] Ibídem, p. 81.

[9] Champagne, P., ob. cit., p. 283.

Fuente: https://www.laizquierdadiario.com/Criptocomunismo-o-la-ideologia-bitcoin

La economía, la política y la última instancia. Jorge Gómez Barata. 8 de junio de 2021

Una vanguardia política no puede incurrir en una contradicción más flagrante que temerle al éxito.  Así ocurrió en los países ex socialistas con el sector privado.

Ante el caos que, sumado a la ruina dejada por la Primera Guerra Mundial, acompañó al auge de la contrarrevolución y al “comunismo de guerra”, un remedio peor que la enfermedad, Lenin percibió la necesidad de una corrección estratégica y, con la mitad del Buró Político en contra, auspició la Nueva Política Económica (NEP).

El plan no era restablecer el capitalismo sino utilizar sus recursos, entre otros, la necesidad de crecer constantemente, el mercado, el dinero, la competencia y la capacidad innovadora para, con criterio socialista, empleando las palancas del poder, entronizar el sector privado haciéndolo operar bajo nuevas reglas. La innovación consistía en servirse de las herramientas del capitalismo en función del socialismo, tal como hacen ahora China y Vietnam.

Aquellas políticas nunca se desplegaron completamente, entre otras cosas, porque Lenin sufrió un atentado, enfermó y luego falleció y sus sucesores y exegetas, no aprendieron a conciliar las dos mitades para formar una “masa crítica”. En 1928, al impulsar el Primer Plan Quinquenal, Stalin renunció definitivamente a la NEP, sin intentar armonizar lo uno con lo otro como quería Lenin.

A lo largo de setenta años de construcción socialista en la Unión Soviética, salvo en las etapas iniciales cuando, con los primeros planes quinquenales y el período de la II Guerra Mundial hubo un despliegue espectacular, la economía estatal del socialismo real nunca, en ninguna parte, respondió a las expectativas. El fracaso no fue de Stalin, Kruzchov o Brezhnev, sino del sistema, más exactamente del modelo económico.

Algo está probado, el socialismo real no colapsó por introducir la gestión privada sino probablemente por abstenerse de hacerlo. China y Vietnam lo comprendieron a tiempo, compartieron el espacio económico con sus emprendedores y ciudadanos de ultramar y con los capitalistas extranjeros, mostrando el inverso del dogmatismo soviético. Los resultados de unos y otros están a la vista. Entre tanto, Cuba deshoja margaritas.

El fondo del asunto puede radicar en la vulgarización del determinismo económico que constituye un error teórico capital del socialismo y que tan temprano como 1890 Engels intentó corregir: “…Según la concepción materialista de la historia, escribió, el factor que en última instancia determina es la producción… Ni Marx ni yo hemos afirmado nunca más que esto. Si alguien lo tergiversa diciendo que el factor económico es el único determinante, convertirá aquella tesis en una frase vacua, abstracta, absurda…”

Las aprensiones de Engels se confirmaron y las tesis marxistas acerca del papel determinante de la economía en la evolución histórica y el desarrollo social en su conjunto, sostén del materialismo histórico, dieron lugar a un determinismo económico a todo trance que condicionó el pensamiento y los programas políticos de los partidos marxistas.

El determinismo económico, un hallazgo científico de Marx, válido para la comprensión de la historia en su conjunto y para accionar sobre grandes períodos de tiempo, no opera solo ni es aplicable a escalas menores que el todo.

Los algoritmos* descubiertos y creados por Marx, sobre la dialéctica entre las relaciones de producción y las fuerzas productivas, la base y la superestructura así con el ser y la conciencia social, funcionales para comprender y modelar a escala de laboratorio el pasado y el futuro de la humanidad, fueron convertidos en recursos de la artesanía política.

El poder es un fenómeno político que permite accionar sobre la economía, en un entramado en el cual ambos fenómenos forman la cúpula de la arquitectura social. Pretender incidir sobre la economía y por medio de ella en el desarrollo social en su conjunto, soslayando la evolución política, cuya tendencia natural es a la democracia, constituye un error que varias veces se ha pagado caro. Obviamente, a la inversa ocurre lo mismo. Es de Perogrullo: el hombre es bípedo porque necesita ambos pies. Allá nos vemos.

La Habana, 06 de junio de 2021

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*Algoritmo, conjunto de regularidades u operaciones cuya repetición constituye un patrón que permite comprender un asunto o encontrar la solución de problemas específicos. Los algoritmos tienen principio y fin, funcionan en secuencias, son abstracciones, modelos o guías para ordenar procesos y sus pasos son siempre finitos.

Lucha social y popular en El Salvador en el trimestre junio, julio y agosto de 2019. Roberto Pineda. 9 de junio de 2021

El enfrentamiento social y popular en el gobierno Bukele 2019-2021

El enfrentamiento político-social en el gobierno Bukele[1] asume diversos rostros y escenarios: el principal es el enfrentamiento entre sectores de la oligarquía y de la burguesía emergente[2]  en sus dimensiones política, económica, social, mediática y cultural. En este enfrentamiento, el gobierno estadounidense de Biden se ha decantado por posicionarse a favor de la restauración oligárquica  y expresa también una de sus principales vertientes.

Pero también se encuentra, en un segundo plano, oculto pero vigente, el enfrentamiento de la burguesía emergente, representada por el gobierno autoritario y populista del presidente Bukele  y las debilitadas pero significativas luchas de las organizaciones populares y sociales, así como del FMLN.

A continuación hacemos una síntesis de este último enfrentamiento, en sus facetas de movimiento social y popular, y cubriendo exclusivamente el primer trimestre del gobierno de Bukele, de junio a agosto de 2019.

El fluir de la lucha social y popular (junio a agosto de 2019)

La debilidad del movimiento social y popular le permite al poder emergente de Nuevas Ideas, ejecutar su proceso de entronización del nuevo régimen político, sin ningún tipo de oposición social y popular sistemática y masiva. Es un momento de cansancio y confusión, la calle esta fría, y el régimen Bukele a dos años de gobierno, todavía goza de un impresionante respaldo popular[3].  

El conflicto principal transcurre en las veredas de las clases dominantes, y a nivel social y popular se resuelve fundamentalmente mediante peticiones  ante las autoridades más que movilizaciones, mediante la vía parlamentaria como forma de lucha principal, no solo en el plano político de los partidos sino también en el plano social de las organizaciones y redes, en un momento de claro adormecimiento de la movilización popular.

No obstante esto, como nos enseña la experiencia histórica, el nivel de conflictividad social aunque con bajo perfil, mantiene su ritmo y puede en determinado momento incrementarse y amenazar la estabilidad del régimen vigente, sin duda alguna. Y el presidente Bukele lo sabe y lo sabemos nosotros.  

A continuación, a partir de medios de prensa, en especial Colatino,  reseñamos las principales acciones de este  movimiento social -que se organiza por lo general en redes o mesas-  las cuales se reflejan en movilizaciones, conferencias de prensa, conmemoraciones, denuncias, conversatorios y peticiones ante el ejecutivo o legislativo. Asimismo registramos algunas acciones del movimiento popular, sindical, estudiantil y cooperativo.

En junio de 2019 se registran 10 acciones: 1 marcha ecológica (5 de junio) , 8 peticiones sobre medio ambiente, contra minería metálica, gestión de riesgo, contra impunidad,  y por los derechos de excombatientes, indígenas, desplazados internos y comunidad LGBTI, y 1 manifiesto  sobre derechos de la niñez.

En julio de 2019 se registran 35 acciones: 1 marcha estudiantil (30 de julio). 3 conmemoraciones: FAR-30, 27 aniversario de las Melidas y 10 aniversario del asesinato del ambientalista Marcelo Rivera. 3 foros: sobre seguridad, despenalización del aborto y migrantes. 10 denuncias: 2 sobre derechos laborales, 2 sobre derechos ambientales, sobre militarización de seguridad pública, bloqueo a Cuba, falta de agua, ley de servicio civil, desplazamientos forzados, y sesgos sexistas en administración de justicia. 17 peticiones ante GOES, CSJ, FGR y AL: 2 sobre derechos humanos, agua, 2 sobre prohibición de plásticos, ley para empleadas domésticas, derechos de comunidad LGBTI, policías, empleados despedidos, indígenas, mujeres, jóvenes, y adultos mayores, adhesión a protocolo sobre tortura, tratado de aguas transfronterizas, ley de reconciliación, antejuicio a Procuradora Caballero, reactivación de programas de INJUVE, y regulación de precios de insumos agrícolas.

En agosto de 2019 se registran 48 acciones: 1 marcha de trabajadores de centros penales para exigir renuncia de Osiris Luna. 1 propuesta: la agenda política, social y económica del movimiento popular y sindical. 1 fundación: nace el Movimiento Patria Ciudadana. 3 foros: sobre elecciones, candidatos para PDDH y desplazamientos forzados. 9 denuncias: dos sobre violencia contra mujeres, tres sobre acuerdo MAG-Bayer, apropiación ilegal de tierras, contra ley de servicio civil, dengue y despidos en Ciudad Mujer.21 peticiones ante GOES, CSJ, FGR y AL: tres exigiendo renuncia de Procuradora Caballero; dos sobre pensiones, dos sobre desaparecidos, tres sobre reanudar programas de INJUVE, legalizar trabajo sexual, matrimonio igualitario, renuncia voluntaria del magisterio, defensores de derechos humanos, migrantes, deuda agraria, excombatientes, elecciones, sobre CICIES, medio ambiente, y ley de reconciliación. 1 estudio sobre niñez migrante. 6 campañas, sobre niñez, gestión de riesgos, tratado transfronterizo, matrimonio igualitario, elecciones UES y defensores de derechos humanos.

Valoraciones

Los dos primeros meses del nuevo gobierno fueron para el movimiento social, hoy en su doble expresión de sociedad civil pro-oligárquica[4] y sociedad civil progresista[5], un periodo caracterizado por el desconcierto y la dispersión en planteamientos y acciones. En el caso del movimiento popular estuvo paralizado.

En agosto de 2019 se da un salto de calidad en el accionar popular al incorporar –desde el movimiento sindical y popular- la presentación el 13 de agosto, ante el nuevo gobierno del presidente Bukele, de un programa, de una plataforma reivindicativa, de una Agenda política, económica y social por parte de FEASIES, CONPHAS, FSS, FEDEAZUCAR y CSTS[6].

Este mismo mes reaparece también en la palestra pública, la principal coalición de movimientos sociales, la Alianza por la Gobernabilidad y la Justicia, ASGOGU, integrada inicialmente por UNES, Las Mélidas, AMR, AMSATI, PRODEPAZ, ARPAS, Oveja Negra, 5+, ACISAM, SITTOJ, APROCSAL, etc., surgida el 17 de agosto de 2015 para enfrentar entonces las maniobras de la oligarquía y defender los programas sociales del gobierno de Sánchez Ceren[7].

Anexo: Listado de Acciones del Movimiento Social y Popular

Junio 2019

Durante la primera quincena de junio de 2019 se perfilaron los rasgos principales del enfrentamiento social que caracterizará a este régimen. Por una parte, se tomaron medidas radicales en términos de supresión de cinco secretarias del Ejecutivo con sus respectivos despidos de trabajadores y por la otra, el movimiento social en sus diversos rostros (ambientalistas[8],  gestión de riesgo[9], contra la impunidad[10], contra la  minería metálica[11], etc.,)  iniciaron sus exigencias ante el nuevo gobierno.  

Este mismo movimiento social también se pronunció durante la segunda semana de junio en su rostro de defensa de derechos de la niñez[12]  excombatientes[13], movimiento indígena[14], desplazados internos[15]  y comunidad LGBTI[16].

Julio 2019

Durante la primera quincena de julio de 2019 el conflicto social siguió profundizándose. El gobierno Bukele hizo un llamado a los jóvenes a abandonar las pandillas[17] mientras el movimiento social se pronunció por sus reivindicaciones, entre estas actividades estuvo la celebración del primer aniversario del Frente Amplio de Resistencia 1932, FAR 32[18];  la exigencia de la Comunidad LGBTI[19] de continuidad de los programas en materia de Diversidad Sexual; el Movimiento de los Trabajadores de la Policía, MTP[20]  pidió a Bukele  anular expedientes de procesos disciplinarios.

Asimismo los empleados despedidos[21] de las cinco secretarias suprimidas presentaron una demanda de inconstitucionalidad ante la Corte Suprema de Justicia; el Movimiento Tacushcalco[22] exigió a las nuevas autoridades no permitir la impunidad en la destrucción de este sitio sagrado; CRIPDES[23] denunció la poca humedad en la estación lluviosa debido a la llegada “del polvo del Sahara”; COSEC[24] exige a gobierno aprobación de una Ley de Desarrollo y Protección Social; CESTA[25] denunció la falta de interés del presidente en el medio ambiente.

También el Movimiento de Solidaridad con Cuba condena bloqueo a la Isla; CONAPEJ[26] exigió debido proceso para nombrar autoridades de INJUVE; la Red de Solidaridad Operación y Misión Milagro[27] exigieron el regreso de la misión médica cubana; CEMUJER[28] exige elección de nuevo titular de PDDH; 42 comunidades del norte de Soyapango denunciaron servicio deficiente de agua; el MOVIAC[29] pidió a la Asamblea Legislativa una ley que prohíba los plásticos de un solo uso;  las MELIDAS[30] presentó proyecto de ley para empleadas domésticas; Pro-Busqueda[31] presenta proyecto de ley en pro de defensores de derechos humanos.

Mientras que Mujeres Transformando[32] espera no hayan retrocesos en derechos laborales; sindicalistas[33] preocupados por rumbo de Ministerio de Trabajo; AGEPYM[34] rechaza proyecto de Ley de Servicio Civil; Juntas de Agua de oriente y occidente del país solicitaron la exoneración del pago del IVA; Comisión de Trabajo en Derechos Humanos pro Memoria Histórica[35] piden adhesión de país a Protocolo contra la Tortura; REDCAT[36] solicita establecer un Tratado de Aguas Transfronterizas; CRISTOSAL[37] acusa a GOES y AL de no reconocer a víctimas de desplazamientos forzados;  las Dignas[38] consideran que sesgos sexistas impide  a las mujeres acceder a la justicia.

Durante la segunda quincena de julio el movimiento popular y social se pronunció por una Ley de Reconciliación[39] que haga justicia a las víctimas; CESTA  asiste a  AL a solicitar la prohibición del plástico; realizan foro[40] sobre políticas públicas de seguridad; sindicato de PDDH[41] solicita ante FGR antejuicio a Procuradora Caballero; ADES[42] conmemora décimo aniversario del asesinato del ambientalista Marcelo Rivera; estudiantes de UES anuncian actividades para conmemorar el 30 de julio; FESPAD[43] denuncia militarización de seguridad pública.

Asimismo la Agrupación Ciudadana para la Despenalización del Aborto[44] realizo un Conversatorios sobre las consecuencias para la mujer a penalización absoluta del aborto; la Red de Casas del Migrante[45] realizó conferencia de prensa sobre situación que atraviesan los migrantes; la Mesa de Juventud de CRIPDES[46] exigieron la reactivación de los programas de INJUVE; CONFRAS[47] presentó ante AL una propuesta de Ley Especial de Regulación de Precios para los Insumos Agrícolas; La Mesa contra la Impunidad en El Salvador[48] solicita a presidente Bukele tome acciones a favor de víctimas del conflicto armado; estudiantes universitarios[49]  conmemoraran el 30 de julio; Melidas celebraron su 27 aniversario de fundación; y estudiantes de la UES marchan el 30 de julio.

AGOSTO 2019

Durante la primera quincena de agosto el movimiento popular y social se pronunció por la Campaña Justicia Climática[50] de El Salvador; la organización World Vision El Salvador presentó un estudio[51] sobre niñez migrante; Mesa Permanente por la Justicia Laboral[52] exigió la renuncia de la Procuradora de Derechos Humanos; Colectiva Feminista[53] denuncia agresiones contra mujeres periodistas; Orquídeas del Mar[54] presenta borrador de ley especial para reconocimiento de Trabajo Sexual;  ORMUSA[55] denuncia hechos de violencia contra mujeres; Mesa por una Pensión Digna[56] exige consulta nacional, CESTA[57] denuncia apropiación ilegal de terrenos en lago de Coatepeque; Entre Amigos[58]  presenta demanda por matrimonio igualitario, ANDES 21 de Junio[59] solicita a diputados superar veto presidencial; Beneficiarios del Programa Misión Milagro[60] exigen reanudación de este programa; jóvenes de Plataforma Global[61] solicitan que fondos de militarización se transformen en programas de empleos;  Plataforma Ciudadana Electoral[62] propone ciudadanización de organismos electorales; movimiento sindical y popular[63] presenta agenda política, social  y económica; AGEPYM realizó concentración por aumento en pensiones en Asamblea Legislativa[64]; ANTA[65], CLOP y Vía Campesina rechazan acuerdo entre Bayer Centroamérica y MAG; impulsan en asamblea legislativa[66] ley para proteger a defensores de derechos humanos; beneficiarios del INJUVE [67]solicitaron en AL continuidad de programa “Jóvenes con todo.”; despedidos[68] solicitan interpelar a Procuradora Caballero; organizaciones de salvadoreños[69] pendientes de resolución sobre TPS; organizan[70] foro sobre próximas elecciones; 

Durante la segunda quincena de agosto el movimiento popular y social realizo las siguientes actividades: CNTS[71] se concentra en AL contra la Ley de Servicio Civil; CESTA[72] denuncia acuerdo entre Bayer y MAG, Somos UES[73] propone reelección de Roger Arias, organizaciones de mujeres[74] denuncian  a ANEP, CONFRAS[75] denuncia acuerdo entre Bayer y MAG, FESPAD[76] realiza conversatorio con candidatos a Procurador de Derechos Humanos, Foro Nacional de Salud[77] se pronuncia sobre dengue, ponen en libertad a Evelyn Hernández[78], FNS[79] presenta Campaña Niñas No Madres, Mujeres[80] impulsan en sus comunidades gestión de riesgos, GOES despide a decenas de empleadas[81] de Ciudad Mujer, Movimiento Social Agropecuario[82] expresa preocupación por Seguridad Alimenticia, Mesa Nacional frente a la Minería Metálica[83] en El Salvador propone tratado transfronterizo, UNES[84] denuncia presencia de arsénico en Barra de Santiago, organizaciones[85] se pronuncian pro matrimonio igualitario,

Asimismo CONFRAS[86] exige a AL definición sobre deuda agraria, SEPRODEHES[87]  exhorto a nombrar nuevo Procurador, desde la diáspora nace en Santiago de María, Movimiento Patria Ciudadana[88], Veteranos y excombatientes[89] protestan y exigen destitución; marchan para exigir[90] renuncia de director de centros penales Osiris Luna; FESPAD[91] lanza campaña pro defensores de derechos humanos; ASGOJU[92] pide al presidente Bukele claridad sobre CICIES; UNES[93] exige de GOES responsabilidad en temas ambientales; organizaciones[94] presentan propuesta de Ley de Reconciliación; CRISTOSAL[95]  realiza conversatorio sobre desplazamiento forzado; Probusqueda[96] exige a GOES mayor compromiso sobre desaparecidos del conflicto armado y exigen[97] al Estado búsqueda de desaparecidos.


[1] Ver Pineda, Roberto. El desafío urgente de la izquierda en El Salvador. https://www.alainet.org/es/articulo/198013

[2] Ver Pineda, Roberto. Clases y alianzas sociales en el gobierno Bukele. https://www.alainet.org/es/articulo/212403

[3] Ver encuestas LPG, UCA, UFG y UTEC. (LPGdatos: 86.5 de aprobación: https://www.laprensagrafica.com/lpgdatos/LPG-Datos–Bukele-con-86.5-de-aprobacion-20210531-0119.html. UCA El Salvador: mayoría aprueba gestión de Nayib Bukele: https://www.dw.com/es/uca-el-salvador-mayor%C3%ADa-aprueba-gesti%C3%B3n-de-nayib-bukele/a-57773641 Encuesta UFG: Gobierno mantiene calificación de 8.7 en sus dos años de presidencia  https://www.contrapunto.com.sv/encuesta-ufg-gobierno-mantiene-calificacion-de-8-7-en-dos-anos-de-gobierno/  y Encuesta UTEC coloca 8.8 de nota a gestión de Bukele: https://voces.org.sv/elsalvador/encuesta-utec-coloca-8-8-de-nota-a-gestion-de-bukele/)

[4] Organizaciones vinculadas a la ANEP y FUSADES o financiadas por la Embajada USA.

[5] Organizaciones vinculadas a la cooperación internacional de la Unión Europea o de agencias privadas.

[6] Ver https://ecumenico.org/agenda-politica-economica-y-social-del-movimiento-sindical-y-popular-por-la-justicia-social-san-salvador-13-de-agosto-de-2019

[7] https://ecumenico.org/organizaciones-sociales-conforman-alianza-por-la-gobernabilidad-y-justicia-colatino-joaquin-salazar-17-de-agosto-de-2015

[8] La Mesa por la Soberanía Alimentaria presentó un pliego de demandas medioambientales al nuevo gobierno que incluye la protección de la producción de alimentos estratégicos. El 5 de junio estas organizaciones realizaron la “Décimo Novena Caminata Ecológica” que llego  las puertas de Casa Presidencial, para entregar carta, en la que le piden al presidente revela su propuesta medioambiental. El lema de la marcha era: “Agua y territorio.” También La Unidad Ecológica Salvadoreña, UNES, calificó a Bukele como la principal amenaza al medio ambiente en ES.

[9] La Mesa Permanente de Gestión de Riesgo, MPGR, hicieron llamado a comprometerse en aplicar la Política Nacional de Protección Civil, Prevención d Riegos y Mitigación de Desastres.

[10] La Mesa contra la Impunidad que representa a organismos de derechos humanos y  colectivos de familiares de víctimas del conflicto armado hicieron llamado a AL a tomar en cuenta su propuesta de anteproyecto de Ley Especial para la Reparación Integral y Acceso a la Justicia paras Víctimas de Graves Violaciones a los Derechos Humanos.  Asimismo La Alianza Social contra la Impunidad y La Justicia, ASCOJU  (Leonel Herrera, ARPAS) hicieron un llamado al nuevo gobierno a implementar una reforma tributaria donde los ricos paguen más.

[11] La Mesa Nacional Frente a la Minería Metálica exigió al nuevo gobierno la urgente implementación de la Ley de Prohibición de la Minería Metálica.

[12] El 19 de junio se publica manifiesto de la Alianza por los Derechos de la Niñez/Adolescencia y Juventud         ( FESPAD, IMU, ORMUSA y Las Mélidas) , titulado Desafíos del Nuevo Gobierno en Materia de Derechos de la Niñez y Adolescencia, en el que realizan cinco recomendaciones. Ver Colatino, 19 de junio de 2019, Pag. 9

[13] El Comité Coordinador de Veteranos Militares de la Fuerza Armada, solicitaron al presidente Bukele el nombramiento del presidente del Instituto de Veteranos.

[14] El Movimiento por la Defensa de Tacushcalco protestó y se declaró en resistencia por la construcción de un complejo habitacional en el Centro Ceremonial de ese lugar, el cual es un lugar indígena sagrado e histórico, así como por el rescate del Río Ceniza. Que recibirá las aguas negras d esa urbanización llamada Acrópolis. 

[15] La Mesa de Sociedad Civil hizo un llamado al gobierno a combatir la crisis del desplazamiento forzado y la migración. Indicaron que 235,700 personas se han visto forzadas a desplazarse, la mayoría jóvenes debido principalmente a amenazas de pandillas.

[16] La Federación Salvadoreña LGBTI hizo un llamado al nuevo gobierno para aplicar justicia a los crímenes basados en el odio a la orientación sexual, identidad y expresión de género. Asimismo la Asociación de Mujeres por la Dignidad y la Vida ( Las Dignas) en el marco del Día Internacional del Orgullo LGBTI dieron a conocer un manifiesto, titulado: ”Lesbianas en resistencia y lucha por la libertad de decidir sobre nuestras vidas, cuerpos y afectos.”

[17] Dejen las pandillas, solo les queda la cárcel o la muerte” fue el mensaje que envió el presidente Bukele.

[18] EL FAR 32 surge de bases del FMLN y de consultas con movimientos populares, su principal dirigente es Luis Calderón. 

[19] William Hernández, de la organización Entre Amigos manifestó que exigen “el respeto a sus derechos y mayores oportunidades para construir una vida digna dentro de un Estado democrático.”  Ver Colatino 1 de julio de 2019, Pag. 6.

[20] Marvin Reyes, secretario general del MTP explicó que estos procesos disciplinarios vienen de 2015 y se originan en una acción de respaldo a miembros del exGRP. Por otra parte,  manifestó su respaldo al Plan de Control Territorial.

[21] Idalia Zuñiga, del Frente Social y Sindical Salvadoreño, FSS, se hizo presente para manifestar su solidaridad con estos empleados despedidos. Asimismo Francisco García, de la Concertación Popular por un País sin Hambre y Seguro, CONPHAS acompañó esta demanda.

[22] Salvador Recinos, de la Mesa por la Sustentabilidad de los Territorios de Sonsonate,  indicó que #desde 2018 se señalaron las anomalía de dicho proyecto urbanístico.” Ver Colatino, del 2 de julio de 2019. Pag. 7

[23] Bernardo Belloso, presidente de CRIPDES, explicó que “el país se ha convertido en un Estado vulnerable, por las sequias, inundaciones y los sismos.”

[24] Roxana Rodríguez, de ASMUJERES, integrante de la Coordinadora Social por la Economía del Cuidado, COSEC, denunció que“se han realizado despidos en el GOES sin ninguna evaluación previa o cumpliendo el debido proceso…y ha afectado a mujeres embarazadas o con licencia de maternidad.” Ver Colatino, 3 de julio de 2019

[25] Ricardo Navarro, presidente del Centro Salvadoreño de Tecnología Apropiada, CESTA denunció que Bukele en sus primeros treinta días “promueve un modelo económico, donde lo privado prevalece sobre lo público. Ver Colatino, 3 de julio de 2019.

[26] Néstor Ventura, consejero del  Consejo Nacional de la Persona Joven, CONAPEJ, indicó que deben de respetarse los procesos legales para el nombramiento de la dirección del Instituto de la Juventud, INJUVE.

[27] La misión médica cubana atendía a pacientes con problemas visuales de manera gratuita, en el Hospital Nacional de San Vicente. Alrededor de 900 personas quedaron pendientes de ser operadas.

[28] El Instituto de Estudios de la Mujer , CEMUJER, junto con la Agrupación Ciudadana para la Despenalización del Aborto, y COMCAVIS Trans, ante la finalización del mandato de la actual Procuradora, Raquel caballero, exigieron al órgano legislativo agilizar este proceso de selección y elección del nuevo titular de la PDDH. 

[29] Lindas Rubio, de CESTA  consideró “necesaria una ley que prohíba el uso del plástico y productos desechables de polietileno.”

[30] Azucena Ortiz, directora del Movimiento de Mujeres Melida Anaya Montes, las MELIDAS, explicó que “es en respuesta  la violación de los derechos laborales que sufren las trabajadoras del hogar.”La propuesta fue acompañada por ONU MUJERES.

[31] José Lazo, de Pro-Búsqueda explicó que piden la aprobación de una Ley de Protección Integral de las Personas Defensoras de Derechos Humanos.

[32] Montserrat Arevalo, de Mujeres Transformando, integrada por trabajadoras de maquila y bordadoras a domicilio, exigieron el respeto a sus derechos humanos y laborales.

[33] Rafael Méndez, secretario de la Coordinadora Sindical Salvadoreña, CSS  expresó que no ven con claridad el rumbo que el ministro Rolando castro le imprimirá al Ministerio de Trabajo.

[34] Mar Montes, presidente de la Asociación General de Empleados Públicos y Municipales, AGEPYM señaló que “esta ley únicamente vendría a invalidar beneficios de los empleados.”

[35] Miguel Montenegro, director de la Comisión de Derechos Humanos No Gubernamental (CDHES), sostuvo que el país “debe desde ya haber firmado su adhesión a este protocolo facultativo.”

[36] Edgardo Mira, de la red Centroamericana por la Defensa de las Aguas Transfronterizas, REDCAT, opinó que “esta acción presentada desde 2015 permitirá la conservación y rescate de las cuencas hidrográficas de  la región.”

[37] Celia Medrano, directora regional de CRISTOSAL opinó que “a un año de haber sido emitida la sentencia de la CSJ continúa sin reconocerse este problema.”

[38] América Romualdo, de la Asociación de Mujeres por la Dignidad y la Vida, Las Dignas, planteó que “en el país no se logra prevenir ni sancionar la violencia contra las mujeres de forma satisfactoria.”

[39] CEJIL, Tutela Legal “María Julia Hernández, Cristosal y Probusqueda se pronunciaron a un año de la sentencia de la CSJ que derogo la Ley de Amnistía.  Exigieron a  la AL una ley que responda  las exigencias de las víctimas.

[40] Diversas organizaciones, incluyendo a Cristosal y la Fundación para el Debido Proceso, realizaron el foro “Políticas Públicas de Seguridad para la garantía de los Derechos Humanos en El Salvador.”

[41] Carlos Solórzano, dirigente de SEPROHEDES informó que se hicieron presentes ante FGR para conocer los avances del antejuicio que se sigue contra Procuradora Raquel caballero,  quien ha sido ya sentenciada por el Tribunal de Ética Gubernamental.

[42] Alirio Hernández, de ADES recordó que “las cosas han cambiado un poco. Hace diez años los espacios para el movimiento social eran criminalizados…”

[43] Saúl Baños, director de FESPAD, denunció que el incremento de la participación del ejército en actividades de seguridad pública constituye una remilitarización de la seguridad y va en contra de la Constitución de la República.”

[44] Keyla Cáceres, de la ACDA, indicó que  la despenalización permitiría que “las adolescentes y niñas puedan decidir en ese momento.”

[45] Leonel Herrera, de ARPAS señaló que “el gobierno USA debería de asumir su responsabilidad ya aportar a una solución integral.”

[46] Leónidas Pérez, de la Mesa de Juventud de CRIPDES solicitó “que se retome la feria de juventudes denominada JUVENTOUR.”

[47] José Ángel Coto presidente de CONFRAS expuso que esto garantizaría  a los productores de granos básicos la estabilidad en los precios de los insumos agropecuarios.

[48] En una carta manifestaron su preocupación por las consecuencias que se derivarían de la supresión de secretarías que impulsaban procesos en beneficio de víctimas. Acompañaron también a la entrega de esta carta el Grupo Gestor para la Aprobación Integral para Víctimas del pasado Conflicto Armado y la Comisión de Trabajo pro Memoria Histórica.

[49] Fabio Aguilar, dirigente de la Asamblea Estudiantil de la UES llamó a participar en marcha de 30 de julio a la vez que opinó sobre la necesidad de “refundar la izquierda en el país.”

[50] Ernesto Beltrán, del colectivo ambientalista ACUA   dijo que “la agroecología es un modelo resiliente, incluyente y participativo para la adaptación de manera natural al cambio climático.”

[51] Laura del Valle, directora de World Vision El Salvador presentó el estudio titulado “Niñez migrante, un viaje sin retorno.”

[52] Ovidio Hernández, de la MPJL exigió que “lo ideal sería que Raquel caballero renunciara y no fuera reelegida para un nuevo periodo porque no ha cumplido su rol como Procuradora.”

[53] Morena Herrera, de la Colectiva Feminista expresó que “es posible con el acceso a la tecnología controlar el origen de las agresiones y amenazas contra algunas periodistas.”

[54] Zuleyma Molina, del Movimiento Orquídeas del Mar indico que “solo queremos que se reconozca el trabajo sexual, para que esto nos permita ser sujetos de derecho dentro de la sociedad.”

[55] Silvia Juárez, de ORMUSA demando del Estado no solo la protección de la vida, integridad física y psicológica sino también  garantías de acceso a pronta y cumplida justicia.

[56] Patricio Pineda, de la MPJ subrayo que sobre las pensiones debemos hacer una consulta nacional porque este es un tema de país.

[57] Ricardo Navarro, presidente del CESTA denuncio la apropiación ilegal de tierras públicas por parte de dueños de fincas aledañas, lo cual obstaculiza la vida de los lugareños que se dedican a la pesca artesanal.

[58] William Hernández, de Entre Amigos informó que la Sala de lo Constitucional admitió una demanda contra el Código de Familia ya que prohíbe el matrimonio civil entre personas del mismo sexo, lo que vulnera la Constitución de la Republica, sostienen.

[59] Israel Montano, secretario general de ANDES 21 de Junio explicó que es necesario superar el veto ´presidencial al decreto legislativo que permitía el retiro y la renuncia voluntaria del sector magisterial.

[60] Francisco Barillas, denunció que cierre de este programa de médicos cubanos en San Vicente, no le permite realizarse una operación para retirar una catarata.

[61] Ricardo salinas, de Plataforma Global critico el Plan de Control Territorial y solicito que estos recurso se utilicen en la creación de empleos para jóvenes.

[62] Ramón Villalta, de la Iniciativa Social por la Democracia, ISD explicó que presentaron un pliego de reformas tanto al Código Electoral como a Ley de Partidos Políticos orientadas a la ciudadanización de los organismos electorales.

[63] El Frente Social y Sindical Salvadoreño, la Concertación por un País sin Hambre y Seguro, la Federación de Asociaciones y Sindicatos Independientes, la Confederación Sindical de Trabajadores Salvadoreños y otras fuerzas populares, presentaron una agenda con propuestas de incremento al salario mínimo, Ley de Agua, nacionalización de la pensiones, respeto a la libertad sindical y combate a la evasión fiscal, entre otras medidas.

[64] Mario Montes, presidente de AGEPYM explicó que el  propósito fue exigir la modificación de la Ley del Sistema de Ahorro para Pensiones (SAP), reformada en 2017, para poder mejorar las condiciones de los jubilados.

[65] Carlos Rodríguez, dirigente de ANTA manifestó que “esta relación supone nuevamente la entrada de Monsanto con productos agroquímicos y transgénicos que dañan los suelos, contamina los ríos, reduce los mantos acuíferos, alteran el ecosistema y ponen en peligro la vida de las personas con enfermedades como cáncer, insuficiencia renal y el dengue, por mutaciones en los zancudos debido al uso desmedido de plaguicidas.”

[66] José Lazo, de Pro-búsqueda  indico que cabildean para que se apruebe propuesta presentada el 6 de septiembre pasado por organismos jurídicos, de memoria histórica ambientales y feministas para proteger a los defensores de derechos humanos.

[67] Andrea Hernández, a nombre de beneficiarios subrayó que “ha beneficiado a muchos en estado de vulnerabilidad; riesgo de violencia entre otros para que puedan educarse y capacitarse para la vida.”

[68] María Elías, a nombre de los desempleados dijo que exigen a  la Procuradora Caballero “que se pronuncie con respecto a las violaciones a nuestros derechos laborales.”

[69] Carlos Ardón, del Instituto de Políticas públicas para los Ángeles PIPIL, dijo que esperaban que la Corte de Pasadena, no se sometiera a la narrativa antiinmigrante de Trump y diera un voto favorable para los salvadoreños beneficiarios del TPS.

[70] Ricardo Córdoba, de FUNDAUNGO y del Asocio para el Monitoreo Electoral indicó que este foro “Tendencias recientes de reforma electoral en Latino América”  permitirá ampliar el horizonte sobre este tema.

[71] Roberto Gómez, de SITRAMHA y de la CNTS, explicó que este anteproyecto “atenta contra derechos laborales ya adquiridos.” Denunciaron que  está siendo financiado por la embajada de Estados Unidos, por medio de ANEP y FUSADES.

[72] Ricardo Navarro, de CESTA denuncio que esta decisión traerá impactos negativos al medio ambiente y a la salud de las personas por el uso de químicos y semillas transgénicos.

[73] Ronaldo Guevara, vocero de Somos UES, explico que la fórmula que llevan está integrada por Roger Arias como rector  lo es desde 2017 y como vicerrectores a Raúl Azcunaga académico y Juan Rosa Quintanilla administrativo

[74] Carmen Urquilla, de la Concertación para un Empleo Digno para las Mujeres , CEDM, explicaron que les preocupa la abstención del GOES y el voto en contra por parte de ANEP para aprobación de Convenio 190 en OIT, que busca erradicar la violencia y el caso en el mundo del trabajo. Luis Cardenal de la ANEP  justifica el voto de esta gremial, en un falso nacionalismo.

[75] José Coto, de la Confederación de federaciones de Cooperativas de la Reforma Agraria Salvadoreña, CONFRAS denuncio que la propuesta de ARENA de abrir nuevamente relaciones con la transnacional Bayer pone en riesgo las cooperativas y productores nacionales, quienes son proveedores de la semilla certificada que se usan para los paquetes agrícolas que distribuye el GOES.

[76] Saúl Baños, de FESPAD explico que la actividad se realizó con el propósito de conocer cuáles eran sus propuestas para fortalecer a la PDDH en su labor en la promoción y protección de derechos humanos.

[77] Margarita Posada, del FNS, lamento en entrevista que las estrategias que dieron buenos resultados para abordar ciertas enfermedades, no estén siendo implementadas por el gobierno entrante.

[78] Morena Herrera, feminista, opino sobre la liberación de Evelyn Hernández que el órgano judicial debería detener la criminalización de las mujeres pobres que sufren embarazos complicados. Hernández es parte de un grupo de 17 mujeres salvadoreñas encarceladas y acusadas de provocarse abortos.

[79] Gloria Cruz, del FNS explico que la campaña pretende generar conciencia acerca de los embarazos impuestos ademas evidenciaría los diversos tipos de violencia que enfrentan las jóvenes y niñas

[80] Morena de León, de la Mesa Permanente de Gestión de Riesgos explico que ante las recientes crisis hídricas, entre sequias e inundaciones, las mujeres desempeñan un papel estratégico en al protección de sus comunidades.

[81] Leily Martínez, trabajadora de Ciudad Mujer exigió que se les explicara la razón de esta decisión, ya que nosotras en ningún momento hemos dejado de laborar.

[82] Oscar Recinos, de MSA y de FECONASAN denuncio el posible acuerdo entre Bayer y MAG y lo califico de nocivo para la seguridad alimentaria de El Salvador.

[83] Rodolfo Calles, de la MNFM denuncio que al ejecutarse los proyectos mineros en la frontera de Guatemala tal cual están diseñados, contaminaran el Rio Lempa, que es el mayor afluente de agua en el país, por lo cual es importante negociar un tratado binacional.

[84] Mauricio Sermeño, presidente de UNES informó que en una investigación realizada por Dina Larios, de la  Universidad de Ohio, se determinó que los humedales de la Barra de Santiago poseen altos niveles de metales pesados como arsénico y cadmio.

[85] Herman Duarte, de Fundación Igualitos, presentaron una demanda ante CSJ para buscar la aprobación del matrimonio civil igualitario.

[86] José Coto, presidente de CONFRAS, acudió a AL para demandar una interpretación auténtica del decreto 348 que trata sobre la cancelación de la deuda agraria y agropecuaria.

[87] Carlos Solórzano, secretario general del Sindicato de Empleados de la PDDH, SEPROHEDES informo que están pendientes del nombramiento de un nuevo Procurador y que esperan que este sea una persona con capacidad y experiencia para dirigir la PDDH.

[88] Alex Nuñez, secretario general expreso en el acto de nacimiento, realizado en Santiago de María que “nació frente al vacío político, al desánimo de importantes sectores de la sociedad frente al fanatismo provocado por ese vacío, nos proclamamos como una opción que buscar generar solida esperanza.”

[89] José Palacios,  explicó que decidieron realizar acciones de protesta porque se está violentando la Ley de Veteranos. Además exigieron la destitución de Marcelo Cruz Cruz de la Comisión nacional Administradora de la Ley de Beneficios y Prestaciones Sociales para Veteranos y Excombatientes.

[90] Eduardo Bernal , vocero de los trabajadores  de las tiendas ubicadas al interior de los recintos carcelarios, denunció la incertidumbre con respecto a su futuro laboral y exigió se les aclare esta situación además de exigir la renuncia del actual director, Osiris Luna.

[91] Loyda Robles, de FESPAD explicó que desarrollan la campaña “Defendiendo Derechos Construimos Paz” por la defensa de los  derechos humanos de las personas defensoras, quienes no cuentan con un  marco jurídico que les garantice el libre ejercicio de abogar por sus demandas, individuales o colectivas.  

[92] Leonel Herrera, de la Alianza por la Gobernabilidad y la Justicia, ASGOJU y de ARPAS, manifestó que se necesita mayor claridad en la creación e implementación de una comisión que investigará posibles casos de corrupción que es conocida como CICIES.

[93] Luis González, de UNES expresó que “necesitamos funcionarios con compromiso, experiencia y voluntad para garantizar derechos en estos  tiempos de crisis, el llamado es a cuidar nuestras amazonías y gestionar nuestras crisis de manera responsable.”

[94] David Ortiz de FESPAD  indicó que esta propuesta persigue “presentar una metodología para construir una ley desde el sentir, la voy y lo que las víctimas y lo fundamental de esta propuesta es que es pública, proponemos una mesa técnica que permita dinamizar el proceso en la que participen organismos internacionales, organizaciones de derechos humanos y víctimas del conflicto y la Asamblea Legislativa.”

[95] Celia Medrano, directora de Cristosal informó que el Conversatorio titulado “Avances y desafíos en materia de desplazamiento forzado” pretende levantar este tema ante la opinión pública.

[96] Eduardo García, director de Probusqueda, denunció que “no hemos sido recibidos, ni siquiera se nos ha recibido la carta y esperamos que el presidente actual tenga la sensibilidad que han mostrado sus predecesores, par air caminando…en cuenta a la justicia, verdad y reparación a las víctimas.”

[97] Claudia Interiano, de la Fundación para la Justicia y el estado Democrático de Derecho exigió junto con otras organizaciones que “exista una colaboración a nivel transnacional, la búsqueda no puede quedarse solamente a nivel nacional, debe ser dentro y fuera de nuestras fronteras.”

Come e perchè il neoliberalismo ha inghiottito (e digerito) il feminismo. Carlo Formenti. 2021

Marxismo e liberalismo non sono solo due ideologie: sono anche ideologie[1], ma sono anche e soprattutto due paradigmi reciprocamente incompatibili, nella misura in cui incorporano visioni del mondo, principi e valori etici, metodi di analisi scientifica, bisogni umani e obiettivi politici fra loro antagonisti, così come sono antagonisti gli interessi di classe rappresentati dai partiti e movimenti che ad essi si inspirano.

La tesi che sosterrò in questo scritto è che il femminismo – termine con cui non intendo qui quel variegato insieme di correnti culturali che esiste da più di un secolo, bensì il movimento femminista politicamente organizzato, nato fra la fine dei Sessanta e l’inizio dei Settanta -, inizialmente sviluppatosi come articolazione interna del paradigma marxista (cui ha apportato il proprio contributo, allargando il concetto di sfruttamento ed evidenziando il ruolo del lavoro riproduttivo per la conservazione degli equilibri della società capitalistica), se ne è progressivamente separato, impegnandosi – senza successo – ad autodefinirsi come paradigma autonomo – e sotto vari aspetti concorrente – rispetto al marxismo, ottenendo quale unico risultato la propria integrazione nel paradigma liberale (nella forma neoliberale che quest’ultimo ha assunto a partire dagli anni Ottanta), del quale rappresenta oggi a tutti gli effetti una corrente ideologica (e qui il termine – diversamente da quanto chiarito in nota (1) – va inteso nel senso corrente di falsa coscienza).

Per sostenere quanto appena affermato, non mi avvarrò della produzione letteraria delle correnti mainstream del femminismo, anche perché, nel loro caso, la tesi di cui sopra suona scontata, ma prenderò in esame tre autrici – Silvia Federici, Nancy Fraser e Catherine Rottenberg – le quali, sia pure in diversa misura e con approcci differenti, rivendicano tuttora un punto di vista marxista, perlomeno su alcuni temi, e si pongono criticamente nei confronti del femminismo neoliberista.

Una scelta che consente di rendere ancora più evidente 1) che, nella misura in cui il femminismo si pone come paradigma autonomo e “alla pari” con il paradigma marxista, finisce per produrre discorsi eclettici che con il marxismo poco o nulla hanno a che fare; 2) che, malgrado l’atteggiamento critico nei confronti del femminismo neoliberale, anche un certo femminismo socialista finisce di fatto per convergere con quest’ultimo, subendone l’egemonia su una serie di questioni che hanno un peso strategico nei rapporti di forza fra capitale e lavoro.

Parto da Silvia Federici, autrice che in un saggio di qualche anno fa[2] avevo citato come un esempio, ancorché contraddittorio, di resistenza del femminismo marxista nei confronti dell’egemonia neoliberale, riferendomi soprattutto al libro Il punto zero della rivoluzione [3]. Con l’uscita di Genere e Capitale[4] mi pare che questo equivoco sia da considerarsi sciolto.

Infatti basta leggere il primo capitolo (“Marxismo, femminismo e patriarcato del salario”) per capire che la “lettura femminista di Marx” cui allude il sottotitolo ha poco a che fare con Marx. In primo luogo, perché marxismo e femminismo sono presentati come due “movimenti teorico politici” che vengono messi sullo stesso piano. Peccato che il marxismo abbia prodotto sconvolgimenti storici (dalla Rivoluzione d’Ottobre alla Rivoluzione Cinese, per citare solo i due casi più clamorosi) che hanno cambiato la vita di miliardi di esseri umani (uomini e donne) mentre il femminismo finora ha prodotto esclusivamente campagne di opinione che riguardano solo Stati Uniti ed Europa e solo una parte – appartenente alle classi medio elevate – della popolazione femminile di questa minoranza dell’umanità, la quale continua però a considerarsi la sola che conti; e ha contribuito a cambiare, non i rapporti di forza fra sfruttatori e sfruttati (che nei decenni del boom femminista sono drasticamente peggiorati a danno dei secondi, anche se di ciò non intendo attribuire la responsabilità al femminismo) ma la retorica del discorso politico dominante (retorica che, grazie alle reazioni di rigetto generate dai deliri del politicamente corretto, ha gettato milioni di proletari – uomini e donne – nelle braccia dei populisti di destra).

Di più: Federici parla della “difficoltà del femminismo socialista di integrare il marxismo nel femminismo”, dal che si deduce che femminismo e marxismo, in realtà, non vengono affatto messi sullo stesso piano, bensì si dà per scontata la superiorità del primo (altrimenti si parlerebbe semmai della difficoltà di integrare il femminismo nel marxismo).

Il che presuppone a sua volta la convinzione che la contraddizione capitale lavoro vada ricompresa, sussunta (aufhebung per dirla con Hegel) nella contraddizione di genere. Infatti Federici, partendo dalla giusta considerazione che le divisioni di genere e di razza svolgono un ruolo importante nella costruzione delle gerarchie del lavoro (questione che Marx aveva perfettamente presente) arriva a sostenere (contro David Harvey, il quale considera contingenti e non logicamente necessari questi fattori) che il capitalismo sarebbe strutturalmente sessista, razzista e coloniale. Un’affermazione che si regge esclusivamente se riferita al colonialismo, la cui necessità strutturale – in senso marxiano! – è stata ampiamente dimostrata[5].

Il punto è – questione cruciale su cui dovremo tornare – che qui il termine “strutturalmente” non è usato nella sua accezione marxiana (che Federici, al pari delle autrici di cui ci occuperemo fra poco, liquida come “economicista”) bensì nel significato che gli viene comunemente attribuito dopo la svolta “culturalista” delle scienze sociali.

In altre parole, i suoi riferimenti teorici sono – più che Marx – Foucault, Antonio Negri e gli altri maestri della contaminazione fra marxismo e filosofie postmoderne, come certificato dalla sua rivendicazione di appartenenza a quella corrente culturale antistatalista e “benecomunista” che assume come modello di società alternativa al capitalismo, non il socialismo, bensì quei rapporti comunitari “che ridefiniscono il concetto marxiano di socialismo”. Per farla breve: la “difficoltà” di integrare il marxismo nel femminismo di cui parla Federici rispecchia la assoluta impossibilità di integrare due ordini di discorso che c’entrano fra loro come i proverbiali cavoli a merenda.

Veniamo a Nancy Fraser. Il mio atteggiamento nei confronti di questa autrice ha subito una evoluzione simile a quella appena descritta a proposito di Silvia Federici. In diversi miei lavori[6] avevo descritto il suo discorso come il più solido e attendibile baluardo contro la marea neoliberista che il femminismo socialista sia ad oggi riuscito ad erigere. Tale giudizio si fondava in particolare su Fortune of Feminism[7], e su una serie di articoli in cui aveva condotto una critica serrata del femminismo mainstream e della sua piena integrazione nel fronte del “progressismo neoliberale”.

È per questo motivo che ho voluto ospitare la traduzione del suo dialogo con la sociologa svizzera Rahel Jaeggi – Capitalismo [8]– nella collana Meltemi “Visioni eretiche”, da me diretta. Rileggendo a distanza di un anno l’edizione italiana di quel testo (che avevo letto solo in parte nella versione inglese) ho avuto la sensazione che la sua posizione marxista – peraltro già ibridata con inserti post strutturalisti – si sia fatta meno chiara e salda di quanto non fosse in passato. Una sensazione corroborata dalla lunga e articolata recensione che Alessandro Visalli[9] ha dedicato al libro in questione sul suo blog.

Parto dalle ragioni per cui considero tuttora utile il contributo della Fraser. In primo luogo, perché, al contrario di Silvia Federici, non solo non condivide la critica femminista allo statalismo welfarista, ma anzi considera tale critica funzionale all’attacco neoliberista che, a partire dagli anni Ottanta, ha distrutto i rapporti di forza dei lavoratori (e delle lavoratrici), eliminando le protezioni e le garanzie – frutto di secolari lotte di classe – che consentivano di resistere alle pressioni padronali su livelli salariali e condizioni di vita, e creando condizioni favorevoli ai processi di precarizzazione e flessibilizzazione del lavoro.

Considera parimenti controproducente il modo in cui il femminismo ha criticato il cosiddetto “salario familiare” (cioè il reddito garantito dal solo componente maschile della coppia) nella misura in cui ha di fatto legittimato quel capitalismo flessibile che, attraverso l’arruolamento in massa di forza lavoro femminile nel processo produttivo, è riuscito a mettere in competizione lavoratori e lavoratrici abbassando il salario per tutti (invece di elevare quello femminile al livello di quello maschile) e facendo sì che ora si debba lavorare in due per guadagnare ciò che prima guadagnava uno.

Sostiene inoltre che la presa di distanza delle femministe dall’economismo marxista (che sostanzia le critiche alle politiche redistributive del movimento operaio di cui sopra) hanno buttato via il bambino con l’acqua sporca. Infine, oltre a esprimere scetticismo nei confronti della cultura della politicizzazione del personale, rovescia il punto di vista della Federici, parlando di integrazione del femminismo nel marxismo e non viceversa.

Tuttavia è esattamente quest’ultimo il nodo che fa problema: questa integrazione, infatti, dal suo punto di vista significa integrare nel paradigma marxista le “intuizioni” postcoloniali, post strutturaliste, ecologiste ecc. che stanno alla base del “femminismo della seconda ondata”.

In altre parole, si tratterebbe di conciliare “giustizia distributiva” e “giustizia del riconoscimento” [10], perché se è vero che i movimenti concentrati sul riconoscimento delle varie identità di gruppo hanno finito per trascurare la dimensione della distribuzione, è altrettanto vero, sostiene Fraser, che i movimenti dei lavoratori concentrati sulle rivendicazioni salariali hanno costantemente trascurato la dimensione del riconoscimento identitario.

Il punto è che questa aspirazione a “riequilibrare” i due ordini di discorso finisce – dal momento che essi non rispecchiano due approcci ideologici, bensì , come chiarito sopra, due paradigmi – per risolversi necessariamente nell’affermazione egemonica di uno dei due rispetto all’altro e, anche nel caso della Fraser, come cercherò di mostrare riprendendo le osservazioni di Visalli, il paradigma che finisce per prevalere è quello femminista, in barba alle sue professioni di marxismo.

La pietra d’inciampo, come per la Federici, sta nella stratificazione interna alla classe degli sfruttati secondo linee di genere e di razza (cui si sono aggiunte quelle evocate dalla cultura LGBTQ), stratificazione che giustificherebbe l’esigenza di integrare rivendicazioni di giustizia di riconoscimento e rivendicazioni di giustizia distributiva, in quanto si presume che questa stratificazione avrebbe motivi strutturali (vedi sopra le considerazioni in merito all’ambiguità di tale concetto), sarebbe cioè una necessità per la auto conservazione del modo di produzione capitalistico.

Ora a contestare questa affermazione è, nel dialogo sopra citato, Rahel Jaeggi – che marxista non è ma, in quanto allieva della scuola di Francoforte, possiede una raffinata padronanza del pensiero dialettico – la quale rinfaccia alla Fraser che, dalla sua argomentazione teorica, non si evince alcun motivo per cui gli sfruttati debbano essere categorizzati in base a confini di genere e/o di razza, e aggiunge che, ciò posto, l’ordine di genere e di razza descrive semplicemente i modi empirici in cui espropriazione e sfruttamento sono stati storicamente organizzati (che è poi esattamente quanto sostiene Harvey – vedi sopra). Cito letteralmente qui di seguito la sua argomentazione:

tu dici che il capitalismo separa la storia in primo piano, quella della produzione di merci, da quella sullo sfondo, quella dell’espropriazione e della riproduzione sociale. Dici anche che il sessismo ed il razzismo sono intrinseci al capitalismo fintanto che esso assegna le funzioni della storia sullo sfondo a popolazioni appositamente designate, che di conseguenza saranno razzializzate e femminilizzate.

Ma lasci aperta un’altra possibilità. E se il capitalismo non richiedesse questa seconda condizione? E se mirasse a espropriare e ‘riproduttivizzare’ quasi tutti, esigendo manodopera in quelle dimore nascoste dall’intera popolazione che non possiede capitale, oltre a ciò che esso già richiede loro attraverso lo sfruttamento del lavoro salariato? Non è uno scenario possibile? E se lo fosse, il risultato non sarebbe un capitalismo non razzista, non sessista?

Ebbene, come giustamente sottolinea Visalli nella sua recensione, di fronte a questa obiezione Fraser appare palesemente in difficoltà, nel senso che è indotta ad ammettere che l’ipotesi della Jaeggi è “logicamente possibile”, ma poi se la cava aggiungendo che la si può escludere “per tutti gli scopi pratici”. Ora è pur vero che la storia della cultura femminista è ricca di disinvolte alzate di spalle nei confronti delle pretese di rigore logico della filosofia “maschile” – do you remember Sputiamo su Hegel?[11] -, ma è altrettanto vero che, per un’autrice che si richiama al marxismo, doversi aggrappare ad un’argomentazione puramente empirica (argomentazione che, per inciso, appare sempre più debole anche sul piano fattuale, a fronte d’una cultura imprenditoriale che esalta le differenze di genere, età, razza e gusti sessuali [12] come vantaggi competitivi per la moderna forza lavoro, in particolare per i suoi strati medio elevati), non è certamente il massimo.

E tuttavia non ha alternative perché, se dovesse ammettere che sessismo e razzismo non sono necessità organiche per il modo di produzione capitalistico, ma sono derubricabili a permanenze residue, l’intera parabola femminista si ridurrebbe a una lotta di retroguardia contro tali arcaismi culturali e contro le forze politiche che li incarnano (che non sono certamente le élite dominanti liberal progressiste, le quali, al contrario, hanno fatto della retorica femminista uno dei loro tratti caratterizzanti).

Per dare un minimo di consistenza alle presunte radici strutturali su cui si fonderebbe la necessità capitalistica di mantenere l’oppressione di genere, Fraser deve imbarcarsi in un complicato ragionamento sul ruolo economico – deponendo quindi le armi del femminismo “culturalista” e recuperando quelle dell’economismo marxista – del processo riproduttivo. Ma anche qui, come vedremo più avanti, inciampa in difficoltà e contraddizioni irrisolvibili. Prima di occuparmene, tuttavia, discuterò le tesi che Catherine Rottenberg avanza nel suo L’ascesa del femminismo neoliberale[13].

Al libro della Rottenberg dedicherò più spazio perché, trattandosi di un’autrice che appartiene a una generazione successiva a quella di Federici e Fraser, e non collocandosi nel campo del femminismo marxista e socialista, ma piuttosto in quello della cultura post coloniale, post strutturalista e foucaultiana, è più vicina – benché lo critichi – al femminismo neoliberale e, almeno sotto certi aspetti, lo considera un fenomeno positivo con cui le femministe “ortodosse” dovrebbero confrontarsi, senza rinunciare al dialogo. Sono caratteristiche che ben si prestano a evidenziare come tutte queste varianti del femminismo – apparentemente in conflitto reciproco – siano in realtà strettamente interconnesse, e come il tanto vituperato femminismo neoliberale non abbia fatto altro che sviluppare – banalizzandoli e popolarizzandoli – tendenze e presupposti teorico politici già presenti nelle correnti più radicali e culturalmente “rigorose” del movimento.

Rottenberg descrive i tratti distintivi del neoliberalismo in modo non dissimile da quello di molti autori marxisti[14]. In particolare sottolinea che: 1) mentre il liberalismo classico si fondava sulla separazione fra sfera pubblica e sfera privata, il neoliberalismo tende a erodere il confine fra tali sfere nella misura in cui “esporta” la razionalità economica in tutti gli ambiti della vita, riducendo le persone a “capitale umano”; 2) il neoliberalismo produce soggetti imprenditorializzati (diventa imprenditore di te stesso!) orientati a “investire” su di sé e resi responsabili del proprio benessere (la cura di sé come terapeutizzazione del soggetto, che è chiamato a “imparare a essere felice” e a occuparsi del proprio stato emotivo); 3) il neoliberalismo produce soggetti radicalmente individualizzati che competono gli uni con gli altri per “ottimizzare” il proprio capitale umano e organizzare la propria vita in base al calcolo razionale del rapporto costi/benefici.

Dopodiché si passa a descrivere il modo in cui il neoliberalismo ha riconfigurato il femminismo a sua immagine a somiglianza. In primo luogo, la Rottenberg cerca di spiegare perché il neoliberalismo aveva “bisogno” del femminismo per risolvere le sue contraddizioni interne (il che ci riporta al tentativo di definire un rapporto di necessità strutturale fra capitale e funzione riproduttiva femminile).

Se è vero che per il neoliberalismo tutte le persone – donne e uomini – non sono altro che capitale umano, cioè unità produttive neutre, sembrerebbe trovare conferma l’obiezione critica della Jaeggi a Fraser (vedi sopra), ma Rottenberg se la cava dicendo che per riprodursi il capitalismo ha bisogno che le donne generino figli, cioè futuri lavoratori. Ora, posto che questa esigenza non è specifica del modo di produzione capitalistico, ma di tutte le forme sociali che lo precedono (e di quelle che auspicabilmente lo seguiranno), è evidente che il problema del processo riproduttivo non può essere appiattito sulla biologia (con la conseguenza, per inciso, di ri-naturalizzare la differenza di genere) ma implica tematiche più ampie (ci torneremo più avanti). Ma passiamo al modo in cui Rottenberg descrive l’uso capitalistico (neoliberale) del femminismo.

Analizzando una serie di esempi tratti dalla copiosa produzione letteraria di donne in carriera (di sinistra, ma anche di destra, compresa una certa Ivanka Trump!), Rottenberg evidenzia il filo rosso che le attraversa: il leitmotiv di questi scritti – che echeggiano la straboccante produzione editoriale di manuali di self help – è la descrizione del modo in cui si può conciliare successo personale e un’appagante vita familiare.

Ovviamente, a disturbare la sensibilità femminista “classica” dell’autrice, è il fatto che in questi testi si danno per scontati, oltre alle aspirazioni professionali, relazioni eterosessuali e desiderio di maternità (anche se le si potrebbe obiettare che la visione di un felice equilibrio lavoro- famiglia sarebbe perfettamente condivisibile anche da una coppia omosessuale con figli nati attraverso la pratica dell’utero in affitto). Un altro aspetto che viene messo in luce è l’enfasi sulla necessità di coltivare e cambiare se stesse (ma tutto questo non vi richiama alla mente le pratiche di autoscoscienza? Niente di nuovo sotto il sole, almeno da questo punto di vista…).

Dopodiché Rottenberg batte insistentemente su un altro tasto: il classico slogan il personale è politico, che mirava a riconfigurare il privato come parte del pubblico, viene rovesciato, nel senso che questo nuovo femminismo mira piuttosto a riconfigurare il pubblico in relazione alle esigenze e ai bisogni del privato (promuovendo condizioni che, in azienda come in società, siano più favorevoli all’equilibrio lavoro-famiglia di cui sopra).

L’annotazione è interessante, in quanto consente di evidenziare come questo “rovesciamento” era in realtà già immanente alla versione originaria dello slogan: affermare che il personale è politico vuol dire infatti dare il via a quell’erosione del confine fra le due sfere che verrà sfruttato dall’ideologia neoliberale per creare una dimensione dove tutto – a partire dalla politica – è personalizzato, dove la sfera pubblica – vedi in proposito quanto scritto da Richard Sennett[15] – è letteralmente neutralizzata. La politicizzazione del personale si rovescia così nella spoliticizzazione di tutti i rapporti sociali – pubblici e privati, sempre più reciprocamente confusi – che da ora in avanti potrà e dovrà essere combattuta solo riaffermando con decisione il principio secondo cui il politico non è personale.

Ma torniamo alla critiche al femminismo neoliberale. Rottenberg sottolinea giustamente come questa ideologia incarni le esigenze, gli interessi e i bisogni una minoranza privilegiata di donne bianche appartenenti alle classi medio elevate. Per raggiungere l’auspicato equilibrio lavoro-famiglia, questi soggetti decentrano il lavoro di cura a donne che appartengono a classi sociali – e a etnie – “inferiori” il che produce un curioso paradosso: in questo modo si realizza, sia pure con modalità impreviste e imprevedibili, la famosa rivendicazione del salario al lavoro domestico, e tuttavia ciò non coincide con il passaggio verso la liberazione, bensì rappresenta la via attraverso la quale si è prodotta una nuova discriminazione di classe e e di razza tutta interna al genere.

Rottenberg scrive, a tale proposito, che il privilegio dell’1% delle donne si basa sullo sfruttamento del 99%. Ma questa affermazione è contestabile da due distinti punti di vista: in primo luogo, non è per nulla vero che si tratta dell’1%, visto che quella minoranza di privilegiate non è fatta solo da manager, politiche, attrici, pop star, campionesse sportive, influencer, ecc. ma è fatta di milioni di appartenenti alle classi medio alte che, nei decenni scorsi, hanno potuto usufruire – grazie alla finanziarizzazione dell’economia – di parte dei sovraprofitti realizzati delle élite dominanti; secondariamente la maggioranza degli sfruttati non è fatta solo di donne, perché se è vero che il lavoro di cura mercenario è in larghissima misura femminile, è altrettanto vero che i soldi con cui viene pagato vengono dallo sfruttamento di milioni di proletari – donne e uomini, gente di colore e bianchi poveri.

Infine Rottenberg mette in luce come il femminismo neoliberista fornisca argomenti politici per sostenere la “superiorità” della civiltà occidentale, che viene contrapposta a tutte le altre nella misura in cui è la sola a riconoscere – e a garantire – la parità effettiva uomo-donna. E, ciò che è più grave, questo femminismo viene impugnato come arma propagandistica per giustificare gli interventi dell’imperialismo occidentale (americano in primis) nei Paesi a maggioranza musulmana, in quanto funzionali a tutelare i diritti delle donne di quei Paesi (poco male se migliaia di donne pagano con la vita quelle “ingerenze umanitarie”).

A conclusione di questa requisitoria ci si potrebbe aspettare la messa al bando del femminismo neoliberale in nome dei principi del “vero” femminismo. Invece no. Per Rottenberg occorre riconoscere che, malgrado i molti demeriti (che però non devono alimentare atteggiamenti “colpevolizzanti”, per cui critica la durezza della posizione assunta dalla Fraser su questo argomento), il femminismo neoliberale non è privo di meriti.

In primo luogo, scrive, dopo un’era “post femminista” in cui il femminismo sembrava essere sparito dall’orizzonte delle culture occidentali, nella misura in cui si dava per scontato che la parità di genere era stata sostanzialmente raggiunta, questa nuova ondata, malgrado la sua “arretratezza” culturale e politica, ha contribuito a diffondere la consapevolezza che le discriminazioni di genere esistono ancora, con il risultato che aumenta continuamente il numero delle giovani donne che si dichiarano femministe e, anche se esse non ne traggono le dovute conseguenze politiche, ciò fa sì che il femminismo sia divenuto accettabile (ma sarebbe meglio dire egemone, perlomeno negli Stati Uniti e non solo) in misura mai vista in precedenza.

Attribuisce qualche merito persino a Ivanka Trump, la quale, descrivendo la sua esperienza di lavoro di cura in termini asetticamente manageriali, avrebbe dato un contributo nello smontare l’idea dell’esistenza di un naturale istinto di cura femminile. Insomma: tracciare un confine [16] fra il “vero” femminismo e il femminismo neoliberale è impossibile, ma soprattutto sarebbe politicamente controproducente.

Questo atteggiamento “ecumenico” sembrerebbe estendersi oltre i confini di genere, nella misura in cui l’autrice di cui mi sto occupando sostiene di inspirare la propria visione politica al pensiero di Judith Butler, notoriamente in contrasto con quella ortodossia femminista che trascura le altre dimensioni del conflitto politico e sociale a favore del solo conflitto di genere [17].

In particolare, Rottenberg fa propria la categoria di precarietà, che, secondo Judith Butler [18], sarebbe il trait d’union che consentirebbe di aggregare in un blocco antisistema individui, gruppi e popolazioni che, di per sé, non solo avrebbero poco da spartire gli uni con gli altri, ma sarebbero portatori di interessi potenzialmente conflittuali.

In quanto portatori di un comune status precario – che la Butler, e Rottenberg con lei, non riconduce a fattori economici – donne, LGBTQ, poveri, minoranze etniche e religiose, ecc. potrebbero confluire in un fronte unitario, se non unito, di resistenza. Ritroviamo qui il rifiuto dell’economismo di matrice marxista, al quale si contrappone una visione culturalista del conflitto sociale, per cui le ragioni della giustizia di riconoscimento vengono inevitabilmente anteposte a quelle della giustizia distributiva (innescando radicali effetti di rigetto nei confronti delle sinistre liberal da parte delle classi subalterne). Troviamo, anche, un approccio che somiglia al concetto di “catena equivalenziale” elaborato da Ernesto Laclau e Chantal Mouffe [19], secondo cui un “popolo” si costruisce come sommatoria di rivendicazioni eterogenee che hanno come comun denominatore il fatto di non trovare risposta da parte delle élite dominanti (anche in questo caso le soggettività in gioco sono definite sul piano simbolico e non in relazione all’appartenenza di classe).

La differenza con il discorso populista di Laclau-Mouffe, sembrerebbe essere che, mentre quest’ultimo presuppone un momento di “verticalizzazione” della catena equivalenziale, si pone cioè il problema di quale soggetto individuale (leader) o collettivo (movimento) debba svolgere un ruolo egemonico all’interno della catena, la visione di Butler-Rottenberg parrebbe rigorosamente “orizzontalista” (il che lo accomuna ai discorsi di Federici e Fraser che assumono a loro volta quale modello il movimento Occupy Wall Street e la sua proiezione elettorale nella sinistra democratica di Bernie Sanders, Ocasio Cortez e altri).

Apparentemente, perché il ruolo egemonico, in questo “popolo” che si autoattribuisce l’estensione del 99%, laddove si riduce a una quota ideologizzata – e quindi minoritaria – di ceto medio riflessivo, spetta senza dubbio al movimento femminista, che può illudersi di esercitarlo proprio grazie al confluire nelle sue fila del femminismo neoliberale e delle sue propaggini ideologiche (MeTo, politicamente corretto, quote rosa, discorso mainstream di media e politici di regime, ecc.).

Un illusione maggioritaria che funziona, da un lato, rimuovendo il tema del conflitto di classe, che viene riformulato/neutralizzato come conflitto interno al genere (ricomponibile sulla base di una “sorellanza” universale che vede tutte le donne contrapposte in blocco a tutti i maschi – contrapposizione che è vista come la sola, “vera” contraddizione antagonista), dall’altro lato, alimentando il mito di una presunta superiorità morale del genere femminile – mito che una intellettuale femminista come Jessa Crispin [20] ha avuto il coraggio di sfatare.

Il grumo concettuale in cui tutti questi nodi vengono al pettine è quello della centralità del lavoro riproduttivo che, per tutte queste autrici, si fonderebbe sulla presunta necessità strutturale dell’oppressione di genere ai fini della riproduzione del modo di produzione capitalistico. Concludo quindi copiaincollando qui di seguito la riflessione critica che Alessandro Visalli ha dedicato a tale tema nella sopracitata recensione a un libro di Nancy Fraser:

E proprio in questo punto viene inserito il focus tematico femminista della riproduzione, intesa in modo molto largo come tutte quelle forme che “producono e mantengono legami sociali”, e consistono nella ‘tutela’, nel ‘lavoro affettivo’, nella formazione di soggetti umani come esseri incarnati e come esseri sociali.

Qualcosa che forma il loro habitus e la loro sostanza socio-etica nella quale si muovono. Si tratta, cioè, del lavoro di socializzazione dei giovani, della costruzione di comunità e di produzione e riproduzione di significati condivisi, di disposizioni affettive e orizzonti di valore che sostengono la cooperazione sociale. Il punto è che, parla la Fraser, “nelle società capitaliste molta (anche se non tutta) quest’attività continua al di fuori del mercato – nelle famiglie, nei quartieri, nelle associazioni della società civile e in una serie di istituzioni pubbliche, tra cui scuole e centri di assistenza all’infanzia e agli anziani”.

In questa formulazione così ampia si tratta di una presa di posizione indiscutibilmente corretta. Ma, se pure alcune di queste attività indispensabili e non mercatizzate (non mercatizzabili) sono comparativamente svolte in misura maggiore da donne, nessuna è specificamente ed esclusivamente femminile. Non solo le donne creano e mantengono i legami sociali, svolgono ‘lavoro affettivo’, formano esseri umani e li socializzano, costruiscono comunità e producono significati, disposizioni affettive e orizzonti di valore. Non solo le donne sostengono la cooperazione sociale.

Ma, e in questo ovviamente la mia distanza dal femminismo, io dico di più: non lo fanno principalmente le donne, e non lo fanno maggiormente le donne. Ovviamente lo fanno sia le donne sia gli uomini, e, naturalmente, lo fanno diversamente. Rivendico, in altre parole, anche come padre oltre che come essere sociale e buon amico, parte responsabile di una comunità umana, la mia capacità, pur non essendo donna, di produrre e mantenere legami sociali, di amare e essere capace di tutela dei più deboli e dei vicini e parenti, di contribuire per la mia parte a formare soggetti umani come esseri incarnati e come esseri sociali. Rivendico la mia capacità di comprendere e rispettare l’habitus nel quale viviamo e la sua sostanza socio-etica. Di essere parte della socializzazione dei giovani, della costruzione di comunità e di produzione e riproduzione di significati condivisi, di disposizioni affettive e orizzonti di valore che sostengono la cooperazione sociale.

Ma torniamo al testo. In genere il femminismo per “riproduzione” intende strettamente l’allevamento dei nuovi esseri umani come forza lavoro (per cui, schematicamente, se non ci fossero le madri a tutta evidenza non ci sarebbero i figli, non crescerebbero, e dunque non ci potrebbero essere lavoratori). Una funzione che nella prospettiva tradizionale del cosiddetto “salario familiare” è femminilizzata. Se fosse tutto qui il femminismo sarebbe una battaglia di retroguardia, in quanto le condizioni di riproduzione sociale per l’accumulazione lo hanno superato da tempo.

Come abbiamo visto è tramontato come modello normativo e socialmente dominante con l’insorgere dell’accumulazione flessibile nella quale si è passati ai due salari e quindi alla ripartizione del lavoro su entrambi i ruoli. La Fraser propone perciò una versione molto allargata del termine, quella sopra schematizzata, al fine di rendere ancora possibile la critica femminista in un mondo nel quale in linea di principio tutti lavorano (se pure male).

Un mondo nel quale sembra si sia riprodotta quella condizione denunciata da Angela Davis in Donne, razza e classe per la quale donne e uomini erano del tutto equivalenti, in tutti i lavori, perché visti dai padroni di schiavi dei paesi del sud solo come forza lavoro.

Da una parte la ‘riproduzione’ sociale comprende ora in senso larghissimo la creazione, socializzazione e soggettivazione degli esseri umani, in tutti i loro aspetti. Quindi “anche la realizzazione e il rifacimento della cultura, delle varie aree dell’intersoggettività in cui gli esseri umani sono inseriti – le solidarietà, i significati sociali e gli orizzonti di valore nei quali e attraverso i quali vivono e respirano”. Dall’altra resta appannaggio femminile. In pratica, detto in altro modo, per la visione sessista della nostra le donne sono esseri umani completi e gli uomini solo forza lavoro.

Che altro aggiungere? A mò di conclusione mi pare di poter dire che, se esiste ancora un femminismo socialista, l’unico modo che ha per “salvarsi l’anima”, e soprattutto per non affogare nella palude del femminismo neoliberale, consiste, per dirla con Marx, nel rimettere il mondo con i piedi in terra, vale a dire nel ristabilire l’ordine gerarchico fra conflitto di classe e conflitto di genere, restituendo al primo il carattere di contraddizione strutturale – in senso marxiano, che non vuol dire affatto economista, nella misura in cui incorpora fattori etici, antropologici e storici – di tipo antagonista, e al secondo il carattere di contraddizione interna alla classe degli sfruttati, da ricomporre ai fini della lotta contro il nemico comune.

Preciso infine che ricomporre non significa ignorare la radicalità dei problemi: affermare che sessismo, razzismo, omofobia sono elementi residuali, che giocano ormai un ruolo secondario – se non addirittura negativo – per la conservazione del dispositivo di dominio liberal liberista, non significa affermare che si tratta di questioni trascurabili, né che non vadano combattuti con la massima decisione, significa semplicemente che metterli in cima alla lista degli obiettivi politici – o peggio eleggerli a unici obiettivi – vuol dire consegnarsi nelle mani del nemico di classe.


[1] Come ho cercato di chiarire nelle Glosse alla Ontologia dell’essere sociale di Gyorgy Lukacs – pubblicate su questo blog – per una visione marxista lontana dal materialismo volgare, l’ideologia non è sinonimo di falsa coscienza, ma rappresenta piuttosto un fattore costitutivo dell’identità stessa – in senso materiale e non puramente ideale – di un soggetto sociale storicamente determinato.

[2] Cfr. C. Formenti, La variante populista, DeriveApprodi, Roma 2016.

[3] Cfr. S. Federici, Il punto zero della rivoluzione, ombre corte, Verona 2014.

[4] Cfr. S. Federici, Genere e Capitale. Per una rilettura femminista di Marx, DeriveApprodi, Roma 2020.

[5] Vedi, in particolare, A. Visalli, Dipendenza. Capitalismo e transizione multipolare, Meltemi, Milano 2020.

[6] Cfr. La variante…, op. cit.; vedi anche Il socialismo è morto. Viva il socialismo, Meltemi, Milano 2019.

[7] N. Fraser, Fortune of Feminism, Verso, London-New York 2015

[8] N. Fraser, R. Jaeggi, Capitalismo, Meltemi, Milano 2019.

[9] http://tempofertile.blogspot.com/2021/05/nancy-fraser-capitalismo-una.html

[10] Cfr. N. Fraser, a. Honneth, Redistribuzione o riconoscimento? Lotte di genere e disuguaglianze economiche, Meltemi, Milano 2020.

[11] Cfr. C. Lonzi, Sputiamo su Hegel, 1974.

[12] La promozione della diversità come fattore di vantaggio competitivo per la nuova forza lavoro, in particolare per i cosiddetti “lavoratori della conoscenza”, è un tratto distintivo dei settori capitalistici più avanzati, in particolare per l’industria high tech e le Internet Company. Vedi in proposito il concetto di “classe creativa” in R. Florida (L’ascesa della nuova classe creativa, Mondadori, Milano 2003.

[13] C. Rottenberg, L’ascesa del femminismo neoliberale, ombre corte, Verona 2021.

[14] La descrizione più approfondita della costruzione del nuovo soggetto lavorativo da parte del neoliberalismo si deve probabilmente a P. Dardot, C. Laval, La nuova ragione del mondo. Critica della razionalità neoliberista, DeriveApprodi, Roma 2013.

[15] R, Sennett, Il declino dell’uomo pubblico, Bruno Mondadori, Milano 2006.

[16] A proposito del rifiuto fobico di tracciare confini simbolici, tipico delle culture postmoderniste cfr. F. Furedi, I confini contano, Meltemi, Milano 2021.

[17] La Butler ingaggiò a tale proposito una durissima polemica con le femministe tedesche – che arrivò ad accusare senza mezzi termini di razzismo – in merito all’episodio di Colonia, allorché nella notta di Capodanno, migliaia di immigrati musulmani invasero il centro della città importunando le donne. Ho commentato quella polemica ne Il socialismo è morto, op. cit.

[18] Cfr. J. Butler, Vite precarie, Meltemi, Milano 2004; vedi anche L’alleanza dei corpi, nottetempo, Milano 2017.

[19] Cfr. E. Laclau, La ragione populista, Laterza, Roma-Bari 2008; vedi anche C. Mouffe, For a left Populism, Verso, London-New York 2018

[20] Cfr. J. Crispin, Why I’m nit a femminist. A femminist manifesto, Melville House, London 2017.

Sobre el ataque a Giordano, sionismo y limpieza étnica. Rolando Astarita. 2021

Días pasados se desató una feroz campaña contra el diputado Juan Carlos Giordano, de Izquierda Socialista – Frente de Izquierda. El “pecado” de Giordano fue criticar al sionismo y al Estado de Israel. Organizaciones sionistas, periodistas y políticos (en primera fila, los de Juntos por el Cambio) lo acusaron de antisemita y algunos hasta pidieron su expulsión del Congreso. Los acusadores sostienen que “estar en contra del sionismo equivale a ser antisemita”. En otros términos, según esta gente Giordano es un nazi, o poco menos que un nazi. Por supuesto, ninguna de las lumbreras de esta campaña puede explicar cómo es que un partido trotskista que ha luchado contra dictaduras militares, que siempre se opuso al nazismo y al fascismo, tenga ahora a diputados y dirigentes defendiendo a nazis y antisemitas. Menos todavía explican cuáles son las causas, históricas, políticas y sociales, que subyacen al enfrentamiento entre palestinos e israelitas. ¿Será que los palestinos tienen, por nacimiento, el gen del antisemitismo?   

A los efectos de proporcionar elementos para el análisis y debate de estas cuestiones, en esta nota resumo lo principal de The Ethnic Cleansing of Palestine, del historiador israelí Ilan Pappe. El libro de Pappe está enfocado en la limpieza étnica de Palestina, llevada a cabo en 1948 por las unidades militares judías. Un hecho que, como veremos, es revelador de la naturaleza del sionismo y del Estado de Israel.

La orden del 10 de marzo de 1948

Pappe comienza señalando que el 10 de marzo de 1948 veteranos líderes sionistas, acompañados de jóvenes oficiales judíos, dieron la orden a las unidades de combate de iniciar la limpieza étnica de Palestina. O sea, ejecutar el llamado plan D, o plan Dalet, consistente en la expulsión de palestinos de vastas áreas del país.

Con ese objetivo, la dirección sionista realizó una detallada descripción de los métodos que deberían emplearse para la expulsión forzada de los palestinos: intimidación en gran escala; cerco y bombardeo de poblados y centros de población; incendio de viviendas, propiedades y bienes; expulsiones; demoliciones; y finalmente, la colocación de minas entre los escombros para impedir que los expulsados retornaran. A cada unidad militar se le asignó su lista de objetivos, consistentes en poblados y barrios. Era el plan elaborado por la dirección sionista para lidiar con la presencia de tantos palestinos que vivían en la tierra que codiciaba el movimiento nacional judío.

Pappe plantea que el plan de limpieza fue tanto el producto inevitable del impulso ideológico sionista a tener una presencia exclusivamente judía en Palestina, como la respuesta a los desarrollos en el terreno una vez que el gabinete británico hubo decidido finalizar el mandato. Los choques con milicias palestinas locales proveyeron el contexto perfecto y el pretexto para implementar la visión ideológica de una Palestina étnicamente limpia. Pappe señala que la política sionista se basó primero en represalias contra los ataques palestinos de febrero de 1947, y se transformó, en marzo de 1948, en una iniciativa para limpiar étnicamente al  país de conjunto. Llevó seis meses completar la operación. Cuando terminó, más de la mitad de la población palestina nativa, cerca de 800.000 personas, había sido desarraigada; 531 villas o aldeas destruidas y 11 barrios urbanos vaciados de sus habitantes. O sea, la mitad de la población indígena que vivía en Palestina había sido expulsada; y la mitad de sus aldeas y ciudades destruidas. Muy pocos de los expulsados pudieron regresar. Solo unos 150.000 palestinos permanecieron dentro del nuevo Estado de Israel.

“El plan decidido el 10 de marzo de 1948, y sobretodo su sistemática implementación en los meses que siguieron, fue un caso claro de una operación de limpieza étnica, considerada bajo la actual ley internacional como un crimen contra la humanidad. Un crimen de esta magnitud, sin embargo, ha sido casi totalmente borrado de la memoria pública global: la desposesión, en 1948, de los palestinos por Israel. Este evento, el más formativo en la historia moderna de la tierra de Palestina, ha sido negado sistemáticamente, y todavía hoy no es reconocido como un hecho histórico. La limpieza étnica es un crimen contra la humanidad y las personas que la perpetran hoy son consideradas criminales de guerra que deben ser llevados delante de tribunales especiales. Sin embargo, muchos de los que decidieron y participaron de esa limpieza tuvieron roles principales en la política de Israel y en la sociedad hasta su muerte. Para los palestinos, eran criminales que nunca serían llevados a juicio” (énfasis agregados).

La historiografía oficial y la “nueva historia”

La versión historiográfica oficial israelí pretende que en 1948 miles de palestinos abandonaron sus hogares y poblados por voluntad propia, con el propósito de dar paso a un ejército invasor árabe que destruiría al Estado de Israel. Esta historia fue luego embellecida por los defensores del programa sionista de múltiples formas. Por caso, el libro Exodus, de León Uris, en el que se afirma que los líderes árabes querían que la población palestina abandonara el territorio. Este relato, una épica sionista, fue llevado al cine en 1960. Allí se ve al comandante israelí, encarnado por Paul Newman, intentando convencer a los palestinos que permanecieran en sus viviendas.

La historia oficial fue desmentida por historiadores palestinos, quienes utilizando transcripciones de transmisiones radiales demostraron que no fueron los líderes árabes quienes impulsaron la salida de los pobladores árabes palestinos, sino los dirigentes sionistas. La propaganda israelí intentó borrar esas denuncias, insistiendo con “el abandono voluntario de los árabes”. Sin embargo, en las décadas de 1980 y 1990 apareció la llamada “nueva historia”, que  comenzó a revisar el relato sionista. El contexto inmediato fue la invasión del Líbano, en 1982, y la intifada en 1987. Este último año se publicaron en inglés The Birth of Israel – Myths and realities de Simha Flapan, periodista e historiador israelí; The Birth of the Palestinian Refugee Problem, de Benny Morris, también israelí y dirigente del partido Mapam. Asimismo ese año se publicó The Palestinian Catastrophe del investigador estadounidense Michael Palumbo. Los israelíes Pappe, Tom Segev y Avi Shlaim son otros representantes de la historiografía revisionista.

Pappe sostiene que, si bien los nuevos historiadores israelíes pasaron a segundo plano la limpieza étnica, de todas maneras, utilizando principalmente archivos militares israelíes, demostraron cuán falsa y absurda es la afirmación israelí de que los palestinos abandonaron voluntariamente sus hogares y poblaciones. Pudieron confirmar muchos casos de expulsiones masivas de villas y ciudades y mostraron que las tropas israelíes habían cometido un considerable número de atrocidades, incluyendo masacres. Por ejemplo, aunque Morris se basó exclusivamente en documentos de los archivos militares israelíes y concluyó con una visión muy parcial de lo ocurrido, fue suficiente para que algunos de sus lectores israelíes se dieran cuenta de que “el vuelo voluntario” de los palestinos era un mito, y que la autoimagen israelí de haber librado una guerra “moral” en 1948 contra el mundo árabe “primitivo” y hostil estaba más bien en bancarrota. Pero por otra parte, sigue Pappe, Morris ignoró atrocidades tales como envenenar el suministro de agua de la ciudad de Acre con tifoidea; pasó por alto numerosos casos de violaciones; y docenas de masacres que perpetraron los judíos. Morris también continuó afirmando que antes del 15 de mayo de 1948 no hubo desalojos forzados. Sin embargo, observa Pappe, fuentes palestinas muestran cómo meses antes de la entrada de tropas árabes en Palestina, y mientras los británicos todavía eran responsables de la ley y el orden en el país, las fuerzas judías ya habían tenido éxito en expulsar por la fuerza casi a un cuarto de millón de palestinos. Por eso Pappe concluye que si Morris y otros hubieran utilizado fuentes árabes o se hubieran vuelto hacia la historia oral, podrían haber tenido una mejor comprensión de la planificación sistemática detrás de la expulsión de los palestinos en 1948 y brindar una descripción más ajustada a la verdad de la enormidad de crímenes cometidos por soldados israelíes. Agreguemos que Morris, como otros revisionistas, nunca cuestionó seriamente el proyecto sionista. Aun así, y como señala Pappe, contribuyeron a desacreditar el relato sionista (sobre los nuevos historiadores, así como las represalias y amenazas que recibieron, véase también Palumbo, 1990; Gijón Mendigutia, 2008; González, 2020).

Definición de limpieza étnica

A fin de despejar malentendidos o falsas críticas, Pappe define a la limpieza étnica como el esfuerzo para hacer homogéneo a un país étnicamente mezclado, expulsando a un grupo particular de gente y transformándolos en refugiados al demoler las viviendas de las que fueron sacados. Puede haber un plan maestro, pero la mayoría de las tropas empeñadas en la limpieza étnica no necesitan órdenes directas: saben de antemano qué se espera de ellas. Las masacres acompañan a las operaciones, pero no son parte de un plan genocida: son una táctica clave para acelerar la huida de la población destinada a la expulsión. Más tarde, los expulsados son borrados de la historia oficial y popular, y extirpados de su memoria colectiva. Pappe sostiene que desde el estadio de planeación a la ejecución final, lo que ocurrió en Palestina constituye un claro caso, según las definiciones académicas e informadas, de limpieza étnica. En los tratados internacionales la limpieza étnica es considerada un crimen contra la humanidad.

En Palestina la limpieza étnica fue planificada y dirigida por los próceres del Estado de Israel, empezando por el líder sin disputa del movimiento sionista, David Ben-Gurion, y por funcionarios de primera línea del futuro ejército israelí, como Yigael Yadin y Moshe Dayan. En el mismo sentido que Pappe, Gijón Mendigutia escribe: “Hay numerosas pruebas basadas en documentos de archivos israelíes que revelan que los principales políticos como Chaim Weitzman, primer presidente de Israel, David Ben Gurión, primer ministro, y Moshe Sharret, ministro de Asuntos Exteriores, habían aprobado previamente ‘el traslado’ entre 1937-1948 y previsto la ‘limpieza de la tierra’ en 1948. Además, intentaron por todos los medios influir en las propuestas de la Comisión Peel en 1937, en la cual se proponía una partición de Palestina entre árabes y judíos, algo que conllevaba de por sí la idea de la transferencia”.  

Desde los orígenes del movimiento sionista, la expulsión de los palestinos

La idea de “limpiar el territorio”, o “transferencia de población” fue considerada una opción válida para los fundadores del movimiento sionista. Pappe cita a uno de sus pensadores más liberales, Leo Motzkin, quien, en 1917, escribía: “Nuestro pensamiento es que la colonización de Palestina tiene que ir en dos direcciones: Judío en Eretz Israel [el nombre de Palestina en la religión judía] y reasentamiento de los árabes de Eretz Israel en áreas fuera del país. La transferencia de tantos árabes puede parecer en principio inaceptable económicamente, pero de todas maneras es práctica. No requiere mucho dinero reasentar una aldea palestina en otra tierra”. En la consideración del movimiento sionista, Palestina estaba ocupada por ‘extraños’, y debía ser recuperada. ‘Extraños’ significaba todo aquel no judío que había estado viviendo en Palestina desde el período romano.

Para muchos sionistas Palestina no era siquiera una tierra ‘ocupada’ cuando llegaron por primera vez, en 1882, sino una tierra ‘vacía’: los palestinos nativos eran en gran medida invisibles para ellos o, si no, eran parte de la adversidad de la naturaleza y como tal sería  conquistada y removida. Tengamos en cuenta que, en una versión apenas distinta, el mito sionista pasó por “una tierra sin pueblo para un pueblo sin tierra”. Pero en Palestina había un pueblo.

Gijón Mendigutia también destaca que la expulsión de los palestinos fue inherente al proyecto sionista. El plan de expulsiones “es el propio concepto sionista, su aplicación tiene su origen en el pensamiento estratégico del sionismo. Las pautas trazadas y los objetivos marcados llevaban a un mismo fin: la creación de un Estado judío. Y sabían que si querían alcanzarlo era preciso hacer desaparecer la comunidad que había previamente, destruyendo las bases que la sustentaban, expulsando a sus habitantes y cometiendo asesinatos para que ese éxodo fuera más rápido y eficaz”. La ejecución del plan “inició una interminable y dramática situación aún sin resolver y parte indispensable de la solución del conflicto, los refugiados”.

En el mismo sentido, González (2020) escribe: “…dada la demografía de Palestina en 1947, el establecimiento de un Estado judío requería inexorablemente retirar a los palestinos de sus aldeas y ciudades. La decisión crucial fue evitar a toda costa el regreso a sus hogares de los palestinos árabes, ignorando las circunstancias en las que los habían abandonado, y sin importar el hecho de que su salida se había previsto inicialmente de modo explícito como un traslado temporal hecho bajo coacción en el medio de la guerra. Hubo, por supuesto, expulsiones deliberadas y masivas. La Operación D, llevada a cabo entre el 10 y el 14 de julio de 1948, que acabó en una masacre en Lydda y con el traslado forzoso de toda la población de las ciudades de Ramla y Lydda -diez millas al sudeste de Tel Aviv- a Jordania, fue un ejemplo pertinente. Pero la decisión realmente crucial, plenamente consciente y explícita, fue asegurar que el hundimiento de la comunidad palestina, que se reveló bajo la presión de una guerra abierta entre Israel y los Estados árabes, fuera irreversible” (énfasis añadidos).

Para que no queden dudas: en diciembre de 1947 Ben Gurion decía: “Hay un 40% de no judíos en las áreas otorgadas al Estado judío. Esta composición no constituye una sólida base para un Estado judío. Y debemos enfrentar esta nueva realidad con toda su severidad y diferencia. Tal balance demográfico cuestiona nuestra capacidad para mantener la soberanía judía… Solo un Estado con al menos el 80% de judíos es un Estado viable y estable” (citado por Pappe).

Colonialismo y militarismo sionista bajo protección británica

Según Pappe, hasta la ocupación de Palestina por los británicos, en 1918, el sionismo fue una mezcla de ideología nacionalista y práctica colonialista. Era de dimensiones limitadas: los sionistas conformaban no más del cinco por ciento del total de la población del país en aquel momento. Vivían en colonias y no afectaban ni eran particularmente notables para los palestinos. Pero el movimiento apuntaba a formar un Estado judío en Palestina. En 1917 el Secretario de Exteriores británico, Lord Balfour, prometió al movimiento  sionista establecer un hogar nacional para los judíos en Palestina. En 1920 se crea la Haganah, la principal organización paramilitar de la comunidad judía.

En los años siguientes, y con ayuda de los británicos, los sionistas fueron avanzando en posiciones, aumentó la inmigración judía (la población judía de Palestina pasó a representar el 30% en 1947), y los palestinos perdieron territorios. Esta situación generó sublevaciones palestinas, algunas de gran envergadura: la rebelión popular de 1936 fue tan profunda que obligó al gobierno británico a estacionar más tropas en Palestina que las que tenía destinadas a India. Solo después de tres años de luchas, y brutal represión, el movimiento fue sofocado. En tanto, el sionismo había organizado más enclaves y colonias independientes. La defensa y ulteriores avances de esos enclaves – y el consiguiente desalojo de palestinos- exigían el respaldo de las armas, esto es, militarismo y ejército. Por lo tanto la Haganah fue fortalecida, y muchos de sus miembros recibieron entrenamiento militar británico. En 1947 la ONU decidió la partición de Palestina en dos Estados independientes, uno árabe palestino y el otro judío (Jaffa sería un enclave árabe en el Estado judío y Jerusalén quedaba sometida a un régimen internacional especial). Los palestinos rechazaron esta partición.

¿David contra Goliat?

El 14 de mayo de 1948 se proclamó Israel como Estado independiente. Según Pappe, en ese momento la fuerza militar judía consistía en unos 50.000 efectivos, de los cuales 30.000 eran de combate y el resto auxiliares que vivían en diversos asentamientos. Estas tropas podían contar con la asistencia de una pequeña fuerza aérea y naval, y unidades de tanques, vehículos acorazados y artillería pesada. Enfrente estaban las fuerzas irregulares palestinas, no más de 7000 efectivos, sin organización y pobremente equipada en comparación con las fuerzas judías. En febrero de 1948 llegaron unos 1000 voluntarios provenientes del mundo árabe, y en los meses siguientes alcanzaron los 3000 efectivos. Hasta mayo ambas fuerzas estaban pobremente equipadas. Pero entonces el ejército israelí recibió, con ayuda del Partido Comunista, grandes envíos de armas enviados por Checoslovaquia y la URSS. Los ejércitos árabes, por su parte, aportaron algo de artillería pesada a los palestinos. Ambos ejércitos aumentaron en número, pero los palestinos nunca superaron los 50.000 efectivos, en tanto el ejército israelí aumentó a 80.000, bien entrenados. En las siguientes etapas la fuerza judía casi duplicó el número de todas las fuerzas árabes combinadas. Además, en los márgenes de la fuerza militar judía operaban dos grupos, Irgun (un desprendimiento de Haganah)  y Stern Gang. Por otra parte, estaba Palmach, que eran unidades de comando. En las operaciones de limpieza étnica estas organizaciones fueron las que efectivamente ocuparon las aldeas y ciudades palestinas. Irgun y Stern  cometieron innumerables actos de terrorismo para amedrentar y expulsar a árabes palestinos de sus hogares.

Escribe Pappe: “Inmediatamente después de la adopción por la ONU de la Resolución 181 (partición de Palestina) los líderes árabes declararon oficialmente que enviarían tropas para defender Palestina. Sin embargo, ni una vez entre el final de noviembre de 1947 y mayo de 1948 Ben Gurion y el pequeño grupo de líderes sionistas que lo rodeaban sintieron que su futuro Estado corría algún peligro, o que la lista de operaciones militares fuera tan abrumadora que afectara la expulsión de los palestinos. En público los líderes de la comunidad judía retrataban escenarios apocalípticos, y alertaban a sus audiencias de la inminencia de un ‘segundo Holocausto’. De todas formas, en privado, nunca usaron ese discurso. Eran plenamente conscientes de que la retórica de guerra árabe de ninguna manera era emparejada por una preparación seria. (…) Los dirigentes sionistas confiaban en que militarmente tenían ventaja y que podrían llevar a cabo la mayor parte de su ambicioso plan. Y tenían razón”.

Estos datos desarman entonces el mito de un frágil Israel frente a un poderoso enemigo árabe. En este respecto, Gijón Mendigutia sostiene que con ese mito se busca presentar la fundación de Israel “como heroica al verse como una ‘victoria milagrosa’ de ‘personas desvalidas’, pues era común difundir la idea de que la comunidad judía estaba formada por un gran número de supervivientes del holocausto a duras penas capaces de combatir”. El viejo relato de David contra Goliat. “Pero nuevamente, la apertura de los archivos ha determinado esta línea de investigación con un nuevo enfoque y contrario al relato sionista predominante: el Yishuv y el resto de judíos en Palestina no estaban en inferioridad de condiciones y su poder no era menor que el de los ejércitos árabes”.  

Destacamos también que inmediatamente después de proclamado el nuevo Estado, Israel “amplió su control más allá de las fronteras que se le habían asignado, ocupando territorios que correspondían al Estado árabe en virtud de la resolución de partición. Jaffa fue ocupada, al igual que ciudades como Acre, Haifa, Tiberias y parte de la zona internacional de Jerusalén” (González, 2020).

¿Quién empezó la guerra de 1948?

Una de las cuestiones que más ha tratado de ocultar la historiografía israelí es la responsabilidad sionista en el origen de la guerra de 1948. Como afirma Palumbo (1990), la causa subyacente del conflicto fue la toma de conciencia de los sionistas de que no se podía formar el Estado de Israel sin desplazar a la gran población árabe. Cita a Flapan, quien recuerda que Ben-Gurion y la dirección sionista rechazó varias propuestas de paz. Sin embargo, observa Palumbo, la guerra no podía ser indefinidamente evitada. Es que el Estado judío creado por la resolución de la ONU de 1947 no era viable sin el desplazamiento de los palestinos. Por otra parte, Morris sostuvo que la principal responsabilidad por el inicio de la guerra es de los palestinos, que querían destruir el Estado de Israel. Pero Palumbo muestra que en 1947 las manifestaciones palestinas, contrarias a la partición, y armadas con palos y piedras, fueron represaliadas por las organizaciones terroristas judías Irgun y Stern, escalando el conflicto. Incluso en diciembre de 1947 el Alto Comisionado de la ONU reportó que la Agencia judía también era responsable por el terrorismo “disidente” de Irgun y Stern.

Por otra parte, y contra el discurso sionista, Palumbo señala que no hay razón para creer que los Estados árabes planearan el exterminio de los colonos judíos en 1948. No existe ningún elemento que permita sostener tal cosa. Con excepción de la represalia por la masacre de Deir Yassin (véase el siguiente apartado) los judíos capturados por los árabes en 1948 fueron bien tratados. Esto incluso fue reconocido por la radio de la Haganah.             

Una muestra de la crueldad en la “limpieza”

El libro de Pappe está lleno de datos y descripciones de la limpieza étnica de 1848. A fin de no hacer excesivamente larga esta nota, reproduzco algunos pasajes referidos a lo ocurrido en el poblado Deir Yassin. Pappe considera que es representativo del sentido de la operación.

El 9 de abril de 1948 tropas judías ocuparon Deir Yassin. A medida que irrumpían en ella, los soldados judíos rociaban las casas con fuego de ametralladoras, matando de esta manera a muchos de sus habitantes. Los aldeanos restantes fueron reunidos en un lugar y asesinados a sangre fría, y sus cuerpos fueron abusados. Un número de mujeres fueron violadas y posteriormente asesinadas. Fahim Zaydan, que en ese momento tenía 12 años, recordó cómo vio que asesinaban a su familia. “Nos llevaron de a uno; mataron a un hombre anciano y cuando una de sus hijas gritó, también fue asesinada. Luego llamaron a mi hermano Muhammad y lo mataron delante de nosotros, y cuando mi madre gritaba inclinándose hacia él, llevando a mi pequeña hermana Hudra en sus brazos, todavía amamantándola, también la mataron”. A Zaydam le dispararon estando en una fila con otros niños. Todos fueron baleados por soldados judíos, “solo por diversión”. Zaydam tuvo la suerte de sobrevivir a sus heridas.  

Pappe informa que investigaciones recientes llevaron el número de masacrados en Deir Yassin de 170 a 93. Por supuesto, además de las víctimas de la masacre, decenas de otros fueron muertos en la lucha y no fueron incluidos en la lista oficial de víctimas. Sin embargo, dado que las tropas judías consideraban a todo aldeano palestino como un enemigo militar, era tenue la distinción entre masacrar gente y matarla “en batalla”. Siempre según Pappe, 30 bebés fueron asesinados. Escribe: “En ese momento la dirección judía anunció con orgullo que había un alto número de víctimas, de manera de hacer de Deir Yassin el epicentro de la catástrofe, una advertencia a todos los palestinos de que les esperaba un destino similar si se negaban a dejar sus hogares y luchaban”. Palumbo cita a Morris, quien admite que las atrocidades de Deir Yassin tuvieron “el más duradero efecto de un solo evento de la guerra en precipitar la huida de los aldeanos árabes de Palestina”. Morris, de todas formas, trata de disminuir la responsabilidad del mando sionista en la masacre. En este respecto Palumbo cita el testimonio de un oficial de Irgun diciendo que el Stern Gang “propuso liquidar a los residentes de la aldea después de la conquista para mostrar a los árabes qué ocurre cuando Irgun y Stern Gang realizan juntos una operación”. 

Más en general, Pappe señala que fuentes palestinas, combinando archivos militares israelíes con historias orales, establecen 31 masacres confirmadas, comenzando por la de Tirat Haifa el 11 de diciembre de 1947, y terminando con Khirbat Ilin en el área de Hebron, el 19 de enero de 1947; y pude haber habido al menos otras seis matanzas.  

Nunca se puso fin

Las masacres israelíes no pararon en 1949. Escribe Pappe: “A 15 minutos con auto desde la Universidad de Tel-Aviv está la aldea de Kfar Oassim, donde, el 29 de octubre de 1956, las tropas israelíes masacraron 49 aldeanos que volvían de sus campos. Luego fue Qibya, en los 1950; Samoa, en los 1960; aldeas de Galilea, en 1976; Sabra y Shatila, en 1982; Kfar Qana en 1999; Wadi Ara, en 2000; y el Campo de Refugiados Lenin, en 2002. A esto hay que agregar  numerosos asesinatos que registra Belselem, la organización de derechos humanos de Israel. Nunca se puso fin a la matanza de Palestinos por Israel.  

El imperativo de luchar contra la negación del crimen

Pappe  sostiene que además de la necesidad de entender las raíces del conflicto contemporáneo israelí-palestino, existe, por sobre todas las cosas, un imperativo moral de continuar la lucha contra la negación del crimen: “Cuando creó su Estado-nación el movimiento sionista no libró una guerra “que trágica pero inevitablemente llevó a la expulsión de ‘partes’ de la población indígena”, sino que fue lo opuesto: el principal objetivo fue la limpieza étnica de toda Palestina que el movimiento codiciaba para su nuevo Estado. Unas pocas semanas después de que empezaran las operaciones de limpieza étnica, los Estados árabes vecinos enviaron un pequeño ejército –pequeño en comparación a su poder militar total- para intentar, en vano, impedir la limpieza étnica. La guerra con los ejércitos regulares árabes no detuvieron las operaciones de limpieza étnica hasta su terminación exitosa en el otoño de 1948”.

Luego: “Yo acuso, pero también soy parte de la sociedad que es condenada en este libro. Me siento tanto responsable como parte de la historia y, como otros en mi propia sociedad, estoy convencido, como muestro en las páginas finales, que un viaje tan penoso hacia el pasado es el único camino hacia adelante si queremos crear un futuro mejor para todos nosotros, palestinos e israelíes”. Por eso el libro es “la simple pero terrorífica historia de la limpieza étnica de Palestina, un crimen contra la humanidad que Israel ha querido negar y hacer que el mundo olvide. Recuperándolo del olvido es de nuestra incumbencia, no solo porque es un muy atrasado acto de reconstrucción historiográfica o deber profesional. Es, tal como lo veo, una decisión moral, el primer paso que debemos tomar si queremos que la reconciliación tenga una chance y enraíce la paz en las tierras desgarradas de Palestina e Israel”.  

Por último, Gijón Mendigutia señala que en Israel dirigentes políticos y académicos hicieron todo lo posible por boicotear y acallar los estudios históricos que cuestionan la “historia oficial”. Escribe: “en los departamentos de Estudios de Oriente Próximo de las universidades israelíes siguen ignorando e intentan ocultar la Nakba [expulsión por la fuerza] palestina como hecho histórico u objeto de estudio. Y para alcanzar este objetivo forman parte de las numerosas represalias que se han llevado a cabo contra los “nuevos historiadores” o todo aquel que vaya contra el establishment sionista”.  

Pues bien, sus émulos criollos no se quedan atrás. “Expulsemos a Giordano del Congreso”. Bonita prueba de respeto por la libertad de opinión y de investigación, y de amor por la verdad histórica. Giordano es el nazi y el antisemita. Los que encubren y defienden limpiezas étnicas y masacres, son los paladines de la libertad. A la vista de datos y testimonios de tantas voces silenciadas, ¿no les da un poco, aunque sea un poco, de asco?   

Textos utilizados:

Gijón Mendigutia, M. (2008): “Los ‘nuevos historiadores’ israelíes. Mitos fundacionales y desmitificación”, Revista de Estudios Internacionales Mediterráneos, N° 5, mayo-agosto, pp. 27-41.

González, D. F. (2020): “Aportes para la comprensión del conflicto palestino–israelí a partir del análisis del eurocentrismo en la ideología sionista”, Departamento de Historia, Facultad de  Humanidades y Ciencias de la Educación, Universidad Nacional de La Plata.

Palumbo, M. (1990): “What Happened to Palestine? The Revisionists Revisited”, Link, vol. 23, N° 4.

Pappe, I. (2011): The Ethnic Cleansing of Palestine, edición en ebook, Oneworld Publications.

Come il linguaggio modella il nostro pensiero e determina la nostra visione política. Giorgia Tolfo. 2021

Che la lingua definisca la nostra esperienza e dia forma alla realtà che ci circonda è un assunto abbastanza ovvio. Che ci siano parole che esprimono concetti o sensazioni che non trovano traduzione in un’altra lingua è cosa altrettanto chiara. Posso pensare di descrivere minuziosamente la saudade, l’unheimlichkeit o l’ostranenie ma nessuna descrizione catturerà mai l’essenza di queste parole che esistono appunto come significanti, involucri.

Non si tratta qui solo di intraducibilità, ma del fatto che certi termini nascono in una determinata condizione storica, emotiva o culturale, e poi si trasferiscono in un’altra lingua, a volte riadattandosi (calchi) a volte invadendo la lingua (prestiti). Non si tratta di mera intraducibilità, perchè altrimenti non si spiegherebbe come mai per un russo esistano venti parole per definire la neve e per un saudita altrettante per definire le sabbie del deserto. Si tratta piuttosto di esperienza: per ciò che non ho esperito non esiste parola.

Certo quando ci troviamo a definire condizioni meteorologiche o certi stati dell’animo la cosa può essere in qualche modo accettabile, una sorta di meraviglia di fronte alla vastità dell’esperienza del mondo possibile, purtroppo la questione però è molto più complessa e profondamente politica. Le parole non sono innocenti e tanto meno lo è la loro potenziale (in)esistenza ed uso.

Gli esempi abbondano.

Prendiamo la parola queer. L’esperienza puramente “linguistica” della parola per un anglofono è diversa da quella di un italofono. Innanzi tutto si tratta di una parola che pur avendo mutato uso e significato, pur avendo subito un cambiamento semantico, ha un’origine etimologica interna alla lingua inglese (anzi alle lingue germaniche). In altre parole, queer per un inglese non è necessariamente essenzialmente una parola legata all’identità di genere, quanto un aggettivo che potrebbe identificare anche qualcosa di strano o bizzarro. Che poi le pratiche sociali abbiano fatto prevalere il significato legato all’identità di genere e alla sessualità non toglie che si tratti di una parola che ha fatto la sua apparizione nella lingua all’inizio del XVI secolo.

In italiano queer è entrato come termine alieno negli ultimi decenni, un prestito per dare forma a un’identità che non trova altrimenti espressione nella lingua italiana (e qui sarebbe da notare che anche in inglese al momento c’è un po’ di confusione, dato che la parola si riferisce sia all’identità di genere che alla sessualità). Questo ha fatto sì che la percezione del termine sia spesso legata a un momento di esitazione e confusione che hanno sicuramente prodotto conseguenze importanti sulla percezione delle persone queer nella società italiana. L’”anomalia” linguistica riflette un disorientamento di fronte al concetto di queerness che può talvolta assumere dimensioni mostruose quando arriva ai banchi parlamentari.

Come queer anche le identità non-binarie non trovano facile inclusione nella lingua italiana, dove spesso si cercano soluzioni più o meno intrusive che a volte purtroppo portano a una dolorosa derisione o a infuocati dibattiti il cui risultato è un ancora maggior esclusione di queste persone. Ma qui siamo nel reame della sintassi e non più del vocabolario.

Un esempio diverso, ma ugualmente illuminante, è l’uso di migrant ed expat nella lingua inglese. I due termini identificano ugualmente una persona che ha lasciato un paese per entrare, in questo caso, nel Regno Unito, la differenza sta nella variabili economiche e sociali associate al paese di origine: Italia, Francia, Stati Uniti, Australia, expats.

Albania, Mozambico, Sri Lanka, migrant. Classe operaia: migrant, media-borghesia: expat. Perché è necessaria una distinzione simile per definire lo stesso soggetto? Soggetto che in molti casi ha, o è privato degli stessi diritti nel paese d’arrivo. Qual è l’impatto che l’uso di una o l’altra parola ha sulla percezione dei soggetti migranti? Ovviamente la demonizzazione di uno e la reverenza dell’altro e il protrarsi della colonizzazione dell’immaginario. E ci vuole poco a vedere i risultati di questo immaginario sul referendum del 2016.

La relazione tra lingua e identità non si limita però solamente al vocabolario (come anticipavo sopra). Come ricostruisce il breve e interessante Lingua ed essere di Kübra Gümüsay appena uscito per Fandango Editore, le vie attraverso cui l’uso della lingua determina e dà forma alla nostra identità e al nostro relazionarsi sono infinite e spesso molto subdole.

Partendo dalla sua esperienza personale di donna turca musulmana immigrata in Germania e portando ad esempio varie situazioni private o pubbliche in cui si è confrontata con l’Altro attraverso il linguaggio, Gümüsay dimostra come il modo di porre certe domande, la ripetizione costante di certi topoi associati ad alcune situazioni o identità portano ad una interiorizzazione di certi stereotipi e visioni e contribuiscono al loro rafforzamento e diffusione.

Se una donna musulmana viene costantemente interrogata da soggetti non-musulmani riguardo alla sua religione è possibile che si generi un’identificazione totale con la religione per cui la donna non è più considerata come soggetto “intersezionale” e “plurale”, ma solamente come musulmana. La sua alterità diventa totale identità, spingendo fuori dalla forma che la costituisce tutte le altre variabili che costituiscono la sua identità. Esemplare l’aneddoto per cui all’uscita da una conferenza, di fronte a un Berlinese che le chiede da dove venisse, Gümüsay si sente in dovere di spiegare la sua provenienza turca, quando il giovane invece voleva sapere se venisse dalla conferenza o meno.

Ma l’analisi di Gümüsay non si ferma a questo, si muove in più territori, va dall’analisi del discorso politico dei movimenti di destra a quella dell’hate speech che filtra dai media tedeschi per finire a mostrare come la scelta di cosa includere nel discorso e cosa omottere sia a sua volta veicolo di discriminazione. Sebbene a tratti didascalica nelle sue riflessioni, il punto importante di Gümüsay è quello di mostrare come il linguaggio sia uno strumento di influenza reciproco e che non si possa unicamente puntare il dito contro un soggetto dominante, ma che decolonizzare il pensiero (e dunque il linguaggio che lo esprime) sia un processo condiviso. Non una rivolta del dominato, bensì un comune sforzo di decostruire l’uso della e delle lingue.

Anche i nominati stessi conservano le proprie gabbie. Mentre si oppongono alle rappresentazioni che i nominanti danno di loro, disegnano loro stessi proprie rappresentazioni collettive meno demonizzanti, più positive – ma anche in queste rappresentazioni non compaiono nella loro individualità e umanità. Al collettivo viene dato un nome diverso, ma non si libera dalla denominazione in quanto tale.

E’ importante comprendere come certi vuoti linguistici siano più rumorosi ed escludenti delle parole, come il privilegio sia inscritto nella scelta di un termine piuttosto che di un altro, come le lingue in cui ci esprimiamo portino con sé la complessità e pluralità delle nostre identità, e come esse possano portare con sé una violenza epistemologica.

Emblematica a tal proposito è la bagarre scoppiata in seguito al caso della traduzione della poesia di Amanda Gorman da parte dell’olandese Marieke Lucas Rijneveld (di cui curiosamente Gümüsay sarà proprio una delle traduttrici tedesche).

Senza entrare nel merito di una questione spinosa e totalmente spuria, importante è infatti sottolineare come ha fatto Paul B. Preciado che “contro il parere di chi pensa che queste polemiche alimentino una sterile tensione identitaria (benché in effetti lo facciano) e malgrado la violenza che si abbatte ingiustamente sul/sulla traduttore/traduttrice (è assurdo uccidere il messaggero, soprattutto se è un autore di genere non binario la cui opera è in sé un atto di resistenza politica)” c’è un “carattere potenzialmente produttivo e non distruttivo in questi dibattiti. A condizione, però, di uscire dalla dialettica tra essenzialismo e universalismo e di considerare la questione come un’opportunità di de-patriarcalizzare e decolonizzare le industrie culturali.”

Il problema non è tanto l’identità di chi traduce (sarebbe ridicolo), ma il fatto che la traduzione è un processo di scelta continuo, più precisamente uno di esclusione. Come scrive Tiphaine Samoyault in Traduction et violence, la traduzione è un processo “agonista” (riprendendo la definizione di Chantal Mouffe che definisce agonismo la trasformazione di “una lotta tra nemici” in “confornto tra avversari”) costituito su una negatività di fondo impossibile da sradicare: “ogni ordine si instaura attraverso l’esclusione delle altre possibilità”.

C’è poi la questione di chi può usare le parole: per riprendere un esempio dalla comunità LGBTQ+, frocio è un termine sdoganato, addirittura talvolta ostentato con giocoso affetto, eppure se la stessa parola uscisse in un contesto professionale, da parte di una persona non appartenente alla comunità, difficilmente sarebbe accolto con lo stesso affetto. Codifica e decodifica di un messaggio linguistico dipendono largamente da variabili esterne al linguaggio stesso ed è per questo che benché sia la lingua a dare forma al nostro modo di relazionarci e di situarci nel mondo, è importante prima di tutto comprendere queste variabili.

Variabili che sono in larga parte storiche, culturali, etniche, religiose. Bisogna conoscere l’altro per comprendere il suo messaggio, bisogna smantellare le infrastrutture patriarcali e coloniali dominanti che reiterano la discriminazione e che sono iscritte profondamente nella lingua. Riprendendo ancora Samoyault, “ogni incontro con l’altro è un incontro con la lingua”.

A costo di risultare banale, penso che l’unico modo di decolonizzare la lingua e l’immaginario sia un’educazione capace di stimolare lo spirito critico, che insegni a decostruire i messaggi e a sospettarli, guardando oltre i contorni delle parole che vi sono incluse. Un’educazione che si basi largamente sull’ascolto degli altri e l’esercizio dell’empatia, un’educazione insomma che sia non solo basata su calcoli di profitto, ma che riporti al centro l’umano.

* Giorgia Tolfo (PhD in Letterature Moderne, Comparate e Postcoloniali, Università di Bologna) vive a Londra. Ha lavorato per Bloomsbury Publishing e collaborato con varie case editrici indipendenti italiane e inglesi. Lavora per British Library e Alan Turing Institute a Living with Machines, un progetto in digital humanities tra ricerca storica e intelligenza artificiale. Ha co-fondato e co-dirige il Festival di Letteratura Italiana di Londra (FILL) e collabora a progetti internazionali di promozione culturale.

ASGOJU: Exigimos una actitud presidencial seria y coherente frente a los problemas estructurales del país. 1 de octubre de 2019

Las organizaciones, redes y movimientos sociales integrantes de la Alianza por la Gobernabilidad y la Justicia (ASGOJU) vemos con profunda preocupación el desempeño del Presidente Nayib Bukele y su gobierno. Cuatro meses después de haber asumido, los problemas estructurales del país (pobreza, violencia, corrupción, deterioro ambiental) aún esperan propuestas serias y coherentes de solución. A continuación señalamos algunos hechos yaspectos relevantes:

Como coordinadora continental de medios comunitarios, alternativos y populares nos sumamos al reclamo global a los gobiernos y élites mundiales de cambiar radicalmente las lógicas del consumismo exacerbado, el crecimiento infinito y la explotación irracional de los bienes naturales. Exigimos, especialmente a los gobiernos de las potencias industrializadas -que son las principales causantes de calentamiento global-, que implementen políticas efectivas de reducción de las emisiones de gases de “efecto invernadero”.

1. Frágil avance en seguridad pública. Ciertamente hay una significativa reducción de asesinatos y una mejora en la percepción de seguridad, lo cual es positivo y representa el principal logro del gobierno. Sin embargo, esto no es resultado de una estrategia integral que combine eficazmente persecución del delito, prevención de la violencia, rehabilitación y reinserción de delincuentes, y atención a víctimas de la violencia. La disminución de homicidios se sostiene frágilmente con la presencia territorial de policías y soldados, campañas mediáticas que amenazan a los pandilleros con la cárcel o el cementerio, y la advertencia de declarar emergencia penitenciaria si las pandillas “no paran de matar”. Para acabar con la violencia es necesario atacar sus causas estructurales relacionadas con la exclusión, la marginación y la impunidad.

2. Retrocesos en transparencia y rendición de cuentas. El Presidente Bukele desmanteló la Secretaría de Transparencia y Anticorrupción de la Presidencia, pero no creó una nueva instancia que promueva el acceso a la información y los actos de rendición de cuentas. A esto se suma el hecho que muchos de sus funcionarios no declararon oportunamente su patrimonio en la Sección de Probidad de la Corte Suprema de Justicia y sigue utilizando la partida secreta como gastos reservados pasándolos al presupuesto del Organismo de Inteligencia del Estado (OIE). Para variar, Casa Presidencial asigna la pauta publicitaria en forma excluyente, concentrándola en los medios hegemónicos, principalmente Telecorporación Salvadoreña (TCS), según una publicación de ARPAS.

3. Desmantelamiento de programas sociales. El nuevo gobierno eliminó el programa de atención a víctimas del conflicto armado adscrito a la Cancillería y con la supresión de la Secretaría de Inclusión Social han quedado en el limbo otros programas de atención a sectores vulnerables, algunos de éstos financiados por la cooperación internacional.

4. Estilo autoritario de gobierno. Nayib Bukele tiene un estilo activo y dinámico de gobernar; pero violenta debidos procesos, actúa en forma arbitraria y exhibe cada vez más rasgos autoritarios. Es intolerante a la crítica y, en vez de dialogar y concertar, utiliza la presión pública para someter a otras instancias estatales, principalmente a la Asamblea Legislativa. Incluso, la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) y la Alta Comisionada de Derechos Humanos de la ONU lo han señalado de violentar la libertad de prensa, expresión e información. Particularmente cuestionable ha sido el despido de centenares de empleados públicos, irrespetando procedimientos legales y violentando derechos laborales.

5. Engañosa narrativa anticorrupción y sospechosa propuesta de CICIES. La principal apuesta de Bukele es instalar una Comisión Internacional contra la Impunidad en El Salvador (CICIES), según dice, para “meter en la cárcel a los corruptos y corruptores”. Sin embargo, tal comisión respalda por la Organización de Estados Americanos (OEA) no sería una comisión independiente, aprobada por la Asamblea Legislativa y con facultades de judicializar casos de corrupción; sino una instancia del Ejecutivo que no podrá actuar en todo el ámbito estatal y podría responder a los intereses políticos del Presidente, y no ser un esfuerzo genuino de combatir la corrupción.

6. Entrega de la soberanía y condescendencia con la política antiinmigrante de Trump. Siguiendo los pasos entreguistas de su par guatemalteco Jimmy Morales, el Presidente Bukele suscribió un convenio con el gobierno estadounidense en que el se compromete a asegurar las fronteras para impedir el paso de migrantes y recibir a solicitantes de asilo de cualquier país que Estados Unidos rechace alojar en su territorio. El acuerdo, firmado en total intransparencia y de espaldas a la población, constituye una clara sumisión y alineamiento con la racista y xenófoba política antiinmigrante de Donald Trump.

7. Riesgo de otorgar permisos ambientales a proyectos que dañen el ecosistema. El Presidente Bukele ha ordenado al Ministerio de Medioambiente y Recursos Naturales (MARN) “agilizar los permisos ambientales que están retrasando inversiones por más de 1,400 millones de dólares”. Entre éstas proyectos urbanísticos como Valle El Ángel que incrementaría la escasez de agua en San Salvador.

8. Utilización del respaldo popular para descalificar la crítica y arremeter contra sus adversarios políticos. A pesar de los errores cometidos, Bukele cuenta con el respaldo de la gran mayoría de la población en todas las encuestas publicadas; sin embargo, en vez de utilizar ese enorme aval social para enfrentar los problemas del país, como haría cualquier gobierno serio y democrático, el mandatario salvadoreño lo usa para descalificar la crítica ciudadana y atacar a sus adversarios políticos. Utilizando expresiones tan indignas de un mandatario, Bukele dijo recientemente que quienes lo reprueban “son un asco”.

Por todo lo anterior, ASGOJU exige al Presidente Nayib Bukele asumir una actitud seria y coherente frente a los problemas estructurales del país, abandonar su estilo demagógico y autoritario, y utilizar el significativo respaldo popular para hacer los cambios que el país necesita y que la población espera. El país requiere, entre otras medidas urgentes, una política fiscal progresiva donde “paguen más quienes tienen más”, renacionalizar la pensiones, combatir a los grandes evasores, prevenir la violencia, acabar con la corrupción, revertir el grave deterioro ambiental, entre otros. Ojalá que, por el bien del país, Bukele reflexione, cambie de actitud y asuma la responsabilidad que la población le delegó al elegirlo Presidente.

San Salvador, 1o. de octubre de 2019. Detalles

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Organizaciones sociales conforman alianza por la gobernabilidad y justicia. Colatino. Joaquín Salazar. 17 de agosto de 2015

Con el objetivo de garantizar la gobernabilidad y el pleno cumplimiento de la justicia en El Salvador, organizaciones sociales se unieron para conformar una alianza, desde donde representan el poder del soberano, que es el pueblo salvadoreño; que buscan impedir la injerencia de sectores oligarcas.

Con una amplia convocatoria de la población, 33 organizaciones se unieron para conformar la “Alianza Social por la Gobernabilidad y la Justicia”, que tendrá como principal objetivo la defensa de los derechos fundamentales de la población salvadoreña.

Para las organizaciones, desde el año 2009 que el Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN) asumió el poder, la oligarquía nacional a través de partidos políticos como ARENA y gremiales empresariales como ANEP, han impulsado una campaña desestabilizadora para que se crea que el país salvadoreño esta derrumbado.

Asimismo, consideran que existe un gran interés por ver un país fracasado por la presunta mala administración, “hacen ver que el país esta mal, que ha caído en la violencia y la desesperación del pueblo, pero las cosas siguen avanzando, el país no se detiene”, expresó Margarita Posada, representante del Foro Nacional de la Salud.

Posada agregó que como organizaciones sociales no van a permitir que exista injerencia en asuntos del país, por parte de países como Estados Unidos, que a través de la Embajador Mari Carmen Aponte “se mete en lo que no le importa”.

Y es que como organizaciones de la sociedad civil ven preocupante la injerencia en asuntos internos, por parte de Estados Unidos, como las presiones a modificaciones de ley, cuestionar las políticas de gobierno y emitiendo opiniones en campañas desestabilizadoras promovidas por la oligarquía salvadoreña.

Juan Carlos Sánchez, del Movimiento 5+ explicó que esta Alianza busca crear un espacio de articulación de la sociedad civil para movilizarse contra la impunidad, injusticia en el país.

“Este es un encuentro para que protestemos, propongamos y defendamos lo que tenemos que defender, a favor del pueblo”, comentó Sánchez.

Razón por la cual, la ahora Alianza Social por la Gobernabilidad exige respeto al clima de gobernabilidad y que si se busca un dialogo debe de ser con el pueblo, como primera instancia, en la que se busque un correcto abordaje de los problemas nacionales una búsqueda de soluciones.

“Se debe de garantizar el respeto y la defensa de los derechos del soberano, no de los intereses oligárquicos”, explicó Posada.

Dentro de las exigencias de la Alianza Social, es la democratización de los medios de comunicación, hecho que busca un real cumplimiento de la Libertad de Expresión.

En cuanto al órgano Judicial, las organizaciones exigen una depuración del sistema judicial “no se debe de seguir albergando jueces cuestionados, irrespetuosos del derecho que continúan siendo amparados impunemente por el sistema”, agregó Posada.

Además, exigen que el órgano  Judicial debe de transparentar su trabajo, donde las salas y las reuniones de corte plena sean debe ser de libre acceso a medios de comunicación, también a unirse a la iniciativa de rendir cuentas ante la población salvadoreña.

La Alianza social se comprometió a mantener una constante lucha contra los poderes hegemónicos y defenderán los proyectos sociales que impulse el gobierno de Salvador Sánchez Cerén, para beneficio del soberano.

La Alianza esta conformada por un total de 33 organizaciones, entre ellas asociaciones de mujeres, como Las Mélidas, AMSATI, AMR, como también organizaciones de otros sectores como UNES, PRODEPAZ, ARPAS, Oveja Negra, ACISAM, SITTOJ, APROCSAL, AELAM El Salvador y otras.

Las (pocas y vagas) propuestas culturales de los partidos políticos. Carlos Lara. Nexos. 6 de junio de 2021

En el actual proceso electoral, los diversos partidos políticos registraron sus plataformas para el periodo 2021-2024 ante el Instituto Nacional Electoral. De estas se desprenden sus propuestas: de ahí saldrán sus programas de gobierno, en el caso de las alcaldías, y sus agendas legislativas, en el caso de los diputados. Tras un análisis de las plataformas de cada partido, puedo afirmar que en materia de cultura tenemos dos propuestas: una muy pobre y otra robusta y coherente. A continuación presento un resumen de las plataformas de los diversos partidos, con la esperanza de que esta información sirva a los electores a la hora de decidir a quién darle su voto.

La alianza oficialista

Para decirlo sin miramientos: Morena no tiene propuesta cultural. La sección de su plataforma que en teoría se trata de la cultura consiste de un copy-paste del evangelio nacionalista de hace tres años. Habla de cultura para la paz y el bienestar; insiste en que somos poseedores y generadores de cultura, en que vivimos en sistemas culturales, en que nadie debe ser excluido de las actividades y circuitos culturales. Su única propuesta concreta es que los recintos consagrados a la difusión del arte dejen de estar centralizados y de monopolizar la actividad cultural.

La cultura, reza la plataforma morenista, “debe poblar los barrios y comunidades, hacerse presente allí en donde es más necesaria, porque [esos] son los entornos sociales más afectados por la pobreza, la desintegración social y familiar, las adicciones y la violencia delictiva”. Esto resulta incongruente, pues debemos recordar que el gobierno morenista ha destinado prácticamente la totalidad de los recursos del sector cultura al Proyecto Chapultepec — justo en el centro del país.

Las plataformas del resto de la coalición oficialista también dejan mucho que desear. El Partido del Trabajo no se molestó en presentar una sola propuesta en materia de cultura. Por su parte, el Partido Verde Ecologista de México planea entregar a los estudiantes universitarios tarjetas de descuento que podrán usarse para actividades culturales, pero también para comprar alimentos.

La alianza opositora

La plataforma de los partidos de la alianza Va Por México, compuesta del Partido Acción Nacional, el Partido Revolucionario Institucional y el Partido de la Revolución Democrática, es un poco más sustancial.

En primer lugar, el PAN propone volver obligatoria la enseñanza de música y artes en la educación básica, así como establecer talleres de formación para el trabajo en las escuelas, propuesta que los partidos de la colación vienen arrastrando sin resultados desde hace tres legislaturas. En segundo lugar, el partido conservador propone destinar una partida del Presupuesto de Egresos de la Federación específicamente al rescate del patrimonio cultural de los estados y municipios que no aparece catalogado en la Ley Federal de Monumentos. En tercer lugar, el PAN propone garantizar, a través de medidas legislativas, el derecho de los mexicanos al acceso a la cultura y a la manifestación de sus expresiones culturales sin la intervención del Estado.

(Aquí cabe mencionar que algunos de los gobiernos de este partido han tomado decisiones que contradicen directamente el contenido de su plataforma. Tal fue el caso de Claudia Patricia Santa-Ana Zaldívar, exdirectora del Instituto de Cultura de Aguascalientes, a quien el gobernador panista Martín Orozco Sandoval destituyó hace unos meses por presiones de un grupo católico). Finalmente, el PAN prevé la creación de espacios de preservación y divulgación de las lenguas indígenas, así como la promoción de convenios entre gobiernos y universidades para el mismo propósito.

Por su parte, el PRD —cuya plataforma cultural es quizá la más completa— plantea favorecer la transversalidad de los derechos culturales para la construcción de una cultura para la paz, el fortalecimiento del vínculo educación-cultura y la consolidación de instituciones culturales. Por otro lado, el PRD propone la creación de observatorios ciudadanos que den seguimiento a los programas y proyectos culturales.

La plataforma del partido también recupera la vieja propuesta de asignar el 1 % del PIB a la cultura dentro de la planeación presupuestal. Este dinero se gastaría, entre otras cosas, en estímulos e incentivos para la producción cultural y en canales de cooperación internacional para la difusión de la cultura. Las propuestas del PRD también incluyen democratizar la cultura mediante el acceso gratuito a servicios culturales y mediante la creación de programas de educación artística, ya sea de forma presencial o en colaboración con medios de comunicación.

De forma similar, el partido propone firmar convenios con instituciones privadas para promover el acceso gratuito a la cultura de adultos mayores y personas vulnerables o con discapacidad. El PRD también propone que el Estado forme alianzas con instituciones académicas públicas y privadas para impulsar la investigación científica y favorecer el acceso a las escuelas de artes y oficios culturales.

El partido plantea además fortalecer el Fonca y el Fondo de Apoyo para Pueblos Mágicos. Finalmente, el PRD propone refrendar el compromiso del Estado mexicano como firmante de la Convención sobre la Protección del Patrimonio Mundial, así como elaborar catálogos del patrimonio cultural mexicano, establecer programas que anticipen amenazas y garanticen la salvaguardia de dicho patrimonio y atender el llamado de la UNESCO a proteger a los artistas.

La contribución del PRI a la plataforma cultural de la alianza es bastante limitada. Luego de reconocer que México es una potencia cultural en el mundo, el tricolor se limita a proponer el fortalecimiento de la colaboración cultural con otros países.

Los partidos pequeños

Por su parte, el Movimiento Ciudadano plantea fortalecer los mecanismos de protección de los derechos culturales y ampliar las políticas de fomento y estímulo a la creación artística. MC también propone rescatar los fideicomisos destinados a la cultura que han sido eliminados por el gobierno actual. Adicionalmente, el partido busca impulsar reformas para garantizar los derechos laborales y de seguridad social para los trabajadores del sector cultural. Por otra parte, la plataforma de MC sugiere impulsar el reconocimiento constitucional del derecho a la personalidad jurídica de los pueblos indígenas, propuesta que cumpliría con una de las principales demandas planteadas en los Acuerdos de San Andrés que el gobierno federal firmó con el Ejército Zapatista de Liberación Nacional.

Asimismo, el partido quiere fortalecer el derecho a la consulta, propuesta que ya aparece en una recomendación de la Suprema Corte de Justicia de la Nación al Poder Legislativo. MC también propone fomentar la traducción de obras literarias en lenguas originarias y ofrecer estímulos fiscales a las radios indígenas. En general, el partido propone desarrollar un modelo de protección a las creaciones y al conocimiento de las culturas indígenas, así como la protección de la medicina tradicional.

Por último, las Redes Sociales Progresistas buscan defender el derecho a la cultura como política de Estado a través de fondos públicos y privados que impulsen las diferentes expresiones artísticas, así como ampliar la difusión de las actividades culturales organizadas por las instituciones públicas, colectivos de artistas y organizaciones de la sociedad civil. Suena bien, sin duda, pero no significa mucho.

Las opciones para el votante

Como vemos, hay en lo general dos agendas: la de Morena y sus aliados, que es vacía y contradictoria, y la de la oposición, que tiene un poco más de sustancia. El electorado tendrá que decidir entre ellas este domingo 6 de junio.