Barú Rey

Barú Rey

Por Manuel Sorto

Homenaje a mejor mago revolucionario salvadoreño/ a Carlos Aragón “Tamba”, por salvarme la vida

BAYONA – Conocí a Barú en la Universidad Nacional, cuando yo trabajaba en El Taller de los Vagos. (Ya sé que parece un chiste. Pero era en serio. Ese era otro de los objetivos que perseguíamos. Desacralizar entre otras cosas, la aparente vaciedad del trabajo artístico. Luego, y siempre con Guillermo Escalón, seguimos haciéndolo, pero en cine. La primera y única película de ficción que realizamos juntos la produjimos como El Taller de los Vagos. Después, nos agarró la guerra. Y aún en la guerra, nuestros documentales fueron firmados y producidos por Cero a la Izquierda. Partíamos del hecho real de la nada casi absoluta de nuestro país en la producción cinematográfica. Éramos un cero, pero a la izquierda.)

Estábamos en el cafetín de AGEUS con Guillermo y Roberto “El Choco” Castellanos (o Robertico como le decía Horacio, que era su primo). El Choco hacía caminata en la ciudad universitaria y nos hacía reír a todos con su estilo acentuado en lo cómico, en short y camiseta y una banda en la frente para los sudores. Pero en el fondo lo hacía seriamente y a veces discutíamos sobre los juegos olímpicos. Cuento la anécdota del Choco y su serio trabajo en caminata olímpica, porque ahí es donde entra Barú, el Mago.

Apareció Barú sudado, más que El Choco (o Robertico); y Barú también andaba en short y también llevaba banda alrededor de la cabeza, pero a lo turbante indú. Una hilacha de colores anudada detrás de una oreja. Barú, como El Choco, entró trotandito, pero nada de cómico. En la mano cargaba una banderita de tela de El Salvador.

Se arrimó al mostrador y la encargada se apresuró a llenar un vaso de agua. Lo agarró y se plantó frente a nosotros a beberlo sin dejar de mirarnos a los ojos. Vaya como transpiraba, más que un macho cabreado o como si su hubiera metido un ácido que estaba de moda como experiencia. Su respiración todavía no se regularizada. Bebió despacio, pero sin pausas. Terminó de beber y alargó su tronco para depositar el vaso sobre el mostrador sin dejar de mirarnos. El Choco reía suavecito, pero casi histérico. O como. Con él no se sabía nunca cuando iba en serio o en mimo o a lo cabaret. Barú retractó de nuevo su cuerpo frente a nosotros, Estaba como nuevo, aparte de lo mojado. Su expresión era adusta, como un oficial en plena misión frente al alto mando. ¡Salú!, dijo, y salió trotando por la puerta de la salida hacia el estacionamiento. Sus piernas eran fuertes y musculosas y todo su cuerpo, robusto y sólido como un armario. Corría el año 69 del siglo pasado.

Entonces la chamaca que atendía nos contó. Barú ya llevaba tres vueltas con esa. Salía al parqueo, agarraba la senda a la izquierda hasta la entrada o salida principal de la U. y se enrumbaba por la Avenida Universitaria. Ella no sabía hasta donde daba la vuelta y regresaba. El Choco, ya descansado, propuso que si volvía lo siguiéramos.

No tuvimos que esperar mucho. Después de que Barú terminó su ya cuarto vaso según la cuenta de la chamaca, lo seguimos, a trotecito para ver en qué carajos andaba.

Salió del parqueo y agarró la senda de la izquierda como la chava había dicho. Ahí, ya trotandito en serio, enfiló hacia la salida principal de la U, para luego descolgarse por la Avenida Universitaria, ya acelerando el trote. Se mantenía corriendo pegado a la cuneta, no en la acera, pero en la calle, con un tráfico bastante respetable. Corría a pecho y torso erguidos, como muralla, diría Sandino; el brazo derecho levantado y la mano alzada empuñando la banderita salvadoreña, como portador de antorcha olímpica. No nos la creíamos.

Al llegar a la altura de la fuente luminosa, la de la escultura de la evolución de las especies (bien darwiniana la cipota), atravesó la calle abriendo un corredor entre los carros de manera eficaz y elegante y sin perder el ritmo de carrera y erguido más que nunca (el riesgo de que una nave mínimo lo despeinara y perdiera el turbante era más que posible). Llegó hasta la fuente y siguió corriendo sin perder la postura ni el aire de portador olímpico, y se mantuvo corriendo pegado a la base recipiente de la fuente. Aprendé, le dijo Guillermo al Choco (o Robertico). Guillermo hacía esgrima, sabía lo de la elegancia en las acciones.

Circundó casi por completo el recipiente de cemento y al nivel de la esquina de la embajada gringa, se detuvo, corriendo sin desplazarse, banderita salvadoreña alzada, hasta que vio el pasadizo que iba a abrir, y hasta uno de los carros disminuyó su velocidad entendiendo su tirada y ajustó el pasadizo. ¡Aprendé! repitió Guillermo. Nos habíamos quedado en la acera desde que Barú comenzó el cruce de la avenida.

Barú ganó la acera de la embajada y continuó por ella, siempre por la Av. Universitaria, hasta la entrada principal y allí se detuvo y continuó corriendo sobre el mismo sitio; pero su objetivo era otro. Trotando-corriendo sin desplazarse, mejor que el mejor mimo, levantada la bandera salvadoreña en su brazo como asta y elevó su brazo izquierdo con el puño cerrado. ¡No nos la creíamos!

Así se mantuvo algunos minutos, larguísimos, dos o tres o cinco, ¡a saber!, hasta que de repente soltó un grito que yo nunca había oído ni he vuelto a oír. Un grito profundo de bien adentro, de las tripas, de las vísceras, del pecho. Del alma. Y el grito duró eternidades, hasta irse apagando en un quejido y un canto.

Y aquí viene lo increíble: la fuente luminosa se accionó como por encanto y sus chorros se elevaron erectos con sus parábolas y los faros de colores se encendieron, pálidos por el casi mediodía en punto que nos reventaba sobre las cabezas, mientras los chorros empinados de la fuente se mantuvieron elevados en su danza de niveles por cosa de un par o más de minutos, ante nuestros ojos y la mirada sorprendida de los pasantes y candidatos a emigrantes. ¡No nos la creíamos!

Nos volvimos hacia Barú desde nuestro lado de la avenida. Barú nos miraba siempre directo a los ojos desde la otra acera, pero esta vez casi sonreía y hasta con cierta dulzura.

De golpe, Barú se volvió hacia la fuente, agitó la banderita con gesto de director de orquesta y con la precisión de un pase mágico ¡y los chorros y luces de la fuente desaparecieron!. Y ustedes los teatreros, ¿ya aprendieron algo? -nos dejó ir el Choco.

Desde la otra acera, enfrente de la entrada principal oficial de la embajada gringa, Barú nos observaba. Pero ahora sonreía con malicia extraña y la expresión en su mirada parecía más de brujo que de mago. Y andate a saber cuál es la diferencia.

Barú recomenzó su trotecito, verdadero aunque no se desplazara; recobró su postura de atleta olímpico portador de pendón patrio, resopló algo así como un ¡ Brrrr ! que salió de entre sus labios y bandera salvadoreña por delante y elevada, inició su regreso hacia la U.

La última vez que ví a Barú, fue en el año 5 de este milenio, cuando nos reunimos los cuatro donde Tere (la madre de Rabín y Manlio Armijo), en el hotel que administra. No La Banda de los 4, sino, Tere, Ricardo Humano, Barú y este su servilleta.

Ahí por entre el 20 y el 22 de marzo, Ricardo me avisó que Barú, nuestro amigo, había entregado a la tierra su humana cajita que la tierra le había dado. Y estoy segurísimo que se fue bien alegre: vivió suficiente para ver como su pueblo del cual fue porta-estandarte, por una vez ganaba en toditita su Historia. Antes, en la guerra sólo había logrado un empate (viniendo de cero, sin ejército bien maiciado y sin el respaldo gringo que no fue sólo técnico).

Me alegré por Barú y me entristecí por mí: él debía ser el protagonista de una película que cocinábamos con Ricardo. Ricardo me propuso le rindiéramos un pequeño homenaje, que inmediatamismo le propuse a Juanjo Dalton y ContraPunto. Honor pues, a quien honor merece: al mejor Mago revolucionario salvadoreño. Revolucionario a su manera, no por la verba, no por sus análisis de coyunturas, no por haber expuesto su vida (¡¿ y los carros!?). No, revolucionario por sus acciones mágiconcretas.

(*) M. Sorto es cineasta y columnista de ContraPunto/Imagen: Retrato de Francoise Beséme

En 1958 fui de la Asociación de la Juventud 5 de Noviembre…Entrevista con Mario Aguiñada

En 1958 fui de la Asociación de la Juventud 5 de Noviembre…Entrevista con Mario Aguiñada

SAN SALVADOR, 29 de octubre de 2009 (SIEP) “Llego a la Asociación de la Juventud 5 de Noviembre en 1958 por mi hermano Rafael (Aguiñada), ya estaban ahí Roque Dalton, Tomás Guerra (que vive en Costa Rica), Roberto Castellanos Calvo, Waldo Chávez Velasco…” nos comparte Mario Aguiñada Carranza, destacado dirigente revolucionario salvadoreño.

Agrega que “la 5 de Noviembre giraba alrededor de los festivales de la juventud que se realizaban cada cuatro años convocados por la FMJD, en cada país se formaba un comité nacional preparatorio…”

“Roque junto con Roberto castellanos estuvo en Moscú en 1957, y la segunda ida fue a Viena, Austria, donde fue Rafael, junto con un agricultor de Ahuachapan, Tono Magaña…la 5 de noviembre tuvo dos tareas: con los Festivales, con su organización y por otro lado, con el trabajo cultural y no fue casual que la 5 de Noviembre aglutinaba a poetas, Roque, Manlio, escritores, Tomas Guerra, pintores, Camilo Minero, escultores, etc.”

Se realizaban los Viernes Culturales, foros, conferencias, recitales, discusiones, en nuestro local que estaba ubicado por el Campo de Marte, al lado oriente, pegado al Club de Prensa de El Salvador, en la esquina entre la 9na. Calle y la 2da. Avenida…hacíamos excursiones a balnearios, sitios arqueológicos, al Tazumal…me atraían estas actividades. En la 5 de Noviembre había dos grupos, uno mayor de nivel universitario y los de mi generación, que estaban en secundaria…

El primer esfuerzo organizativo diferenciado de la 5 de Noviembre fue el de la UNEEM, la Unión Nacional de Estudiantes de Educación Media, yo estudiaba en el INSFRAMEN, también Américo (Araujo) y Lico (Baires), Armando Herrera en el Orantes, Pepe Rodríguez Ruiz…había gente en la ENCO; en el Instituto El Salvador, definimos una plataforma reivindicativa: luchábamos por que hubiera bibliotecas en los colegios, instalaciones deportivas, disminución de cuotas escolares, por la creación de gobiernos estudiantiles…

La UNEEM se destacó en esta lucha y contábamos con la presencia de Jorge Arias Gómez, que fue importante porque llegó a atendernos por la vía del Partido y previa consulta, formó con nosotros un círculo de estudios.

Pero lo que nos unificó fue la lucha intensa contra la dictadura de José María Lemus…esto atrajo la participación tanto de sectores estudiantiles universitarios como de secundaria…y Lemus que al principio de su gobierno había generado esperanzas de una apertura al final terminó reprimiendo al movimiento popular…

Y en septiembre de 1960 asaltó los diversos locales de la Universidad incluida su Rectoría. Química y Farmacia quedaba sobre la calle Arce y 19 Ave, esquina opuesta al Cine Deluxe, Odontología, frene a ANTEL, Economía por el Hotel…la agresión fue diseminada por toda la zona, golpearon en todos los locales de la U…nosotros estábamos en la Rectoría, allí llegábamos porque habían muchas actividades, reuniones, mítines, enfrentamientos, etc.…

Bueno, llegaron tanto guardias como tropa del ejercito, y nos capturaron, a todos, me tocó estar preso con el Consejo Universitario, al venir la tropa nos metimos a Economía y entraron, y golpearon, destruyeron… estrenaron el garrote Topeka, que había sido donado por los japoneses…incluso le cayeron a la Asociación de Odontología, que eran de derecha y los reprimieron…

Mi primer captura en 1960…

Nos llevaron a la Policía Nacional , llenamos las prisiones que están en la azotea…esa fue mi primer captura. En mi casa comprendieron. Tuve un tío que fue asesinado el año 1932 en Izalco…andaba metido en la insurrección, de apellido Chávez, hermano de mi abuela; mi mamá había sido romerista, y luego claramounista; mi hermano Oscar (Martínez Carranza) era dirigente obrero, el fue él que indujo a Rafael a organizarse…vivía por la iglesia de Don Rúa…mi papá era conservador, temeroso, de origen rural…de Armenia. Mi familia es originaria de Ilobasco, luego se desplazó a san Vicente, a San Sebastián, y luego a Armenia, al cantón Los mangos, mi madre era de Sonsonate.

Ella trabajo desde muy joven con la familia Regalado, conoció el capitalismo, y llegó a ser la encargada de la tienda de Doña Concha de Regalado, en la Costa , en San Isidro, era una tienda de rayas, en esa época existía dinero de la finca, y era el único que circulaba…esta fue la familia que en 1932 regalo los grilletes para encarcelar a los alzados, mis padres ya vivían en Sonsonate y presenciaron el levantamiento y la represión…

Continuando con la narración, como UNEEM luego nos transformamos en VJS, Vanguardia de la Juventud Salvadoreña, ya con orientación política, con mayor madurez, habíamos crecido políticamente…en ese tiempo, el Partido contaba con células en la Universidad, no permitió el concepto de Juventud Comunista universitaria, sino que el joven estudiante universitario ingresaba al Partido…eran como dos mundo separados ya que como VJS se generó política hacia un movimiento de juventud, pero orientado a jóvenes de educación media, al joven obrero y al joven campesino.

Por ejemplo tenemos el caso de Raúl Vargas, El Bachiller Campesino, que venía de la Finca Venecia de Soyapango, y se incorpora a la VJS…el papá era carpintero de la finca y para poder estudiar Raúl caminaba diariamente hasta San Salvador. Luego la VJS se transforma en la Columna Juvenil del FUAR…Posteriormente surge la Unión de la Juventud Patriota, ya con un concepto políticamente más elaborado…

Después de las jornadas de la lucha contra Lemus, que concluyen el 26 de octubre de 1960, Jorge se dedicó a trabajar con nosotros, y nos ayudo a pasar de ser candidatos “empíricos” a y a que se acortaran procesos para ingresar al PCS.

En diciembre de 1960 ingreso al Partido Comunista, junto con Armando Herrera y el Chiquitín García, fuimos una promoción de jóvenes que ya teníamos el derecho ganado, habíamos sido probados en la lucha y Jorge (Arias Gómez) nos prepara con los estatutos y el programa, con la historia del Partido y es el que nos juramenta…

En 1961 viaje a la Republica Popular China…

En febrero de 1961 viajó a la Republica Popular China para recibir un Curso de seis meses sobre la Experiencia del Frente Único así como recibir instrucción militar. Somos cinco los que viajamos: Miguel Ángel Sáenz Varela, de la célula de Medicina de la UES; Hugo González, dirigente obrero de la construcción, de Santa Ana; Alfonso Ramírez, sastre, conocido como El Maguito, y Julio Cesar Castro Belloso…

La experiencia en China fue enriquecedora. A principios del siglo XX realizaron una revolución democrática contra el régimen feudal, que había durado tres mil años encabezada por el líder Sun Yat Sen, con un ideario de libertades democráticas…que retomaba las banderas de la Revolución Francesa de 1789…esta fue una revolución democrática anti-feudal.

Nos enseñaron la sabiduría de los revolucionarios chinos en unir a sectores distintos de la sociedad alrededor de las banderas de la democracia, la libertad y la revolución anti-feudal. Éramos 25 latinoamericanos, de Colombia, Costa Rica, Ecuador, Perú, Honduras, etc. Todos formados en la cosmovisión del Comintern…estábamos entusiasmados por la revolución China que había triunfado en el 49…

Luego del triunfo de la revolución en el 49, el Kuomintang con Chiang Kai Shek, apoyados por los norteamericanos fueron llevados a Taiwán, y poco tiempo después se da la confrontación en Corea, y logran separarla….nos explicaban como en las diferentes fases de la revolución china el Partido tuvo la capacidad de impulsar una creativa política de alianzas que le permitió obtener victorias sobre sus enemigos y aprovechar la solidaridad internacional de la URSS, de la clase obrera europea.

Me resulto interesante que buena parte de la dirigencia del Partido Chino se había formado académicamente en Francia…al finalizar el curso nos tomamos una foto con Mao y con la dirección del partido en la entrada del Palacio de la Paz Celestial. Y saludamos a Mao, estaba sentado y pasamos a saludarlo y estrecharle la mano…

Iniciaba la disputa, la discrepancia entre la RPCh y la URSS y esta se manifestaba en conceptos diferentes, sobre la caracterización de la época, el rol del partido, el rol de las clases, etc. Como PCS a esa altura no teníamos ni posición ni conocíamos mucho acerca de estas diferencias. Incluso como Partido seguimos viajando a la RPCh hasta los años 66 y 67.

Durante nuestra permanencia en China los chinos fueron muy respetados y cuidados sobre sus diferencias con los soviéticos, nunca sentimos ninguna presión, pero si luego del Curso al regresar a Moscú, el aeropuerto notamos una escena no amigable entre los funcionarios chinos que nos “entregaban” y los soviéticos que nos recibían, nos resultó extraño.

Incluso nos pareció fría la actitud del entonces responsable del PCUS para América Latina, camarada Miguel Kudachkin, que hablaba español con acento argentino y había sido combatiente de la gran Guerra Patria, veterano de guerra…

La primera lección que como grupo sacamos fue la necesidad de contar con mayor información, de buscar documentarnos sobre estas diferencias…no sabemos y debemos de saber.

No obstante esto, nunca se desarrollo en nuestro Partido un sector simpatizante del maoísmo. El único maoísta que me acuerdo de esa época fue Domingo Mira, y un estudiante de derecho, conocido como el Bachiller Velásquez, y conocido también como “Vanguardia” por su afán de sobresalir…

Los Juveybinos (Hóng Wèi Bīng)de la Juventud.

Virgilio Guerra si nos bromeaba, nos decía a los jóvenes de esa época que éramos “Juveybinos” o sea “Guardias Rojos.”

El Partido era pequeño, modesto. Fíjate que cuando se compró el primer vehículo fue todo un acontecimiento. Solo Schafik tenía carro, un Fiat. Bueno, era un vehículo tipo Chevrolet, de color negro…y el chofer era un panadero que manejaba camiones, de nombre Chepe García y conocido como Cristales…como se era tacaño resultó que la primera vez que lo manejo la palanca de velocidades le quedo en la mano…y había confidencialidad, no todos sabían del vehículo…

Virgilio bromeaba que solo debían entrar al carro los que tuvieran licencia…y pudieran arrancar la palanca…una vez nos montamos y fuimos a una tarea y cuando pasamos por el casino Militar se quedó…y tuvimos que empujarlo…y le decía a Virgilio que no saliera a empujar que lo iban a reconocer, pero necio salió…

A Virgilio aunque era por lo general serio, le gustaba a veces bromear. me acuerdo que decía de Carpio: “este Choco esta loco, pero esta probado…no se va a vender al enemigo.” Reflejaba así la psicología de su generación: había que proteger las filas partidarias de cualquier infiltración.

Hacia el V Congreso de abril de 1964

A mediados del 63 nos estábamos preparando para el V Congreso del PCS, para nosotros como jóvenes era una gran oportunidad para renovar el Partido, para fortalecernos teórica, orgánica y políticamente.

Hay que decir que un rasgo que el Partido logró apreciar con imaginación es el desarrollo del capitalismo y el surgimiento de un proletariado industrial…y como esto influyó en la transformación de ser un partido de clase obrera artesanal a pasar a ser un partido de clase obrera industrial. La sociedad salvadoreña había cambiado y el Partido estaba cambiando…y los estudiantes, que tradicionalmente han dirigido la oposición a la dictadura, van dejando, van cediendo la conducción, la hegemonía a sectores obreros. El relevo se va produciendo y esto se refleja también en el Partido.

Fijate que hasta el V Congreso del 64, la dirección del partido era un Comité Central de diez personas, del cual surgía un secretariado de cinco personas. Bromeábamos que toda la dirección cabía en al carro que habíamos comprado…esto era así desde el IV Congreso, que había sido en 1950. En el secretariado estaban Daniel, Carpio, Schafik, Roberto y Raúl. Y los otros eran Virgilio, Jorge, Carlos (Marín) y me faltan dos. Luego me recuerdo.

Y el comité central pasa de diez a treinta miembros de “gente probada” en la expresión de Virgilio. Y de ser básicamente artesanal a una nueva composición. Me acuerdo de algunos nombres del CC elegido en el V Congreso: Julio Cesar Castro Belloso, Miguel Ángel Sáenz Varela, Américo Mauro Araujo, Ricardo Martínez, Edito Genovez, Dagoberto Sosa, Mario Aguiñada, Rafael Aguiñada, Adán Chicas, Víctor Rivera, Raúl Vargas, y otros. Hay que hacer la lista…

El V Congreso es un parteaguas en la historia del PCS, marca un hasta aquí y desde aquí…es un viraje histórico, marca el relevo hacia una hegemonía de la clase obrera industrial…y de sus luchas que estaban emergiendo, como la huelga de la CORINCA

El desarrollo del capitalismo se reflejó en el Partido y hace que este se convierta en un Partido de obreros industriales y ya no artesanales como se venía desde 1932…y esto se manifiesta en un desarrollo del movimiento obrero y de lucha por alcanzar el poder.

En El Salvador, desde la época del PAR, años 65, el PCS suspira por el poder…construimos el planteamiento de cinco grandes soluciones para cinco grandes problemas…y la respuesta de la dictadura militar fue ilegalizar al PAR, o sea golpearnos, capturarnos, tuvimos de esas jornadas 150 presos políticos.

Ya para esa época contábamos con nuestro brazo armado, siempre como PCS tuvimos brazo armado, me acuerdo como en marzo de 1972 desde el local del MNR en san jacinto impulsamos el transporte de gente hacia El Zapote, nuestro brazo armado detuvo vehículos y repartió gente…

Después del V Congreso y ya como miembro de la Comisión Política, a los 22 años, asumo la responsabilidad de la relación con la Juventud…

Hacia la verdad en torno al 5 de noviembre de 1811

Hacia la verdad en torno al 5 de noviembre de 1811
04.11.2009

No más leyendas, infundios, mitos y tradiciones orales. Hay que celebrar y festejar, pero con datos fidedignos y con una profunda reflexión
Carlos Cañas Dinarte
Diario El Mundo

Era la madrugada del martes 5 de noviembre de 1811. Hacía pocos momentos, los serenos habían terminado de cantar las salves a la Virgen María en casi todas las esquinas de aquella localidad colonial, aún envuelta en la niebla y el sueño. La ciudad de San Salvador fue despertada por las campanas de las iglesias que llamaban a la primera misa del día. Desde luego, la del templo de La Merced también repicó por esa causa, como lo había venido haciendo desde mucho tiempo atrás. Nada extraordinario. Nada inusual.

Pocas horas más tarde, otro sonido de bronce campanero invitaba a la población para una reunión en el Cabildo, al sur de la Plaza del Rey o de Armas, ahora llamada Plaza Libertad. A las ocho horas y subido en un taburete, el joven Manuel José Arce le resumió al pueblo sansalvadoreño el ideario de esa reunión y de los líderes emancipadores que la convocaban: “No hay Rey, ni Intendente, ni Capitán General: sólo debemos obedecer a nuestros alcaldes…”. El primer llamado por la Libertad Centroamericana fue lanzado con esas palabras y con las acciones de los patriotas sansalvadoreños, quienes invitaron a otros ayuntamientos de la Intendencia y del resto del Reino y Capitanía General de Guatemala a sumarse a este primer movimiento a favor de la emancipación.

Mientras pronunciaba estas palabras, al lado de Arce se encontraban otros de los implicados en este primer movimiento criollo de emancipación: su padre Bernardo José Arce y León, sus tíos maternos José Matías, Juan Miguel y Francisco Delgado, los presbíteros Manuel, Nicolás y Vicente Aguilar, Juan Manuel Rodríguez, los hermanos Domingo y Mariano Antonio de Lara, Leandro Fagoaga, Juan y Pedro Aranzamendi, Carlos Fajardo, Fulgencio Morales, Antonio Campos, Eusebio Mena, Pedro Pablo Castillo y muchos más.

Con el paso de las horas, el tumulto se acrecienta frente al antiguo Cabildo sansalvadoreño. El pueblo vocifera y amenaza a los españoles europeos, mientras aquel grupo patriota intenta calmar los ánimos exacerbados.

Por aclamación popular, Manuel José Arce es escogido como el negociador frente al gobernador intendente de San Salvador, Antonio Gutiérrez y Ulloa, a quien luego deponen de su cargo. Al mismo tiempo, son asaltadas las Cajas Reales y la Sala de Armas de la ciudad, donde los patriotas y el populacho enardecido se apoderan de los fusiles.

Al frente del gobierno fue designado Leandro Fagoaga, quien junto con Manuel José Arce y Juan Manuel Rodríguez establecieron su despacho en la casa de Bernardo Arce y León, desde donde dirigieron convocatorias por la libertad a varios ayuntamientos de la Intendencia, así como al de la ciudad de León (Nicaragua).

La presencia de algunas de estas personas en el gobierno de la ciudad puso en evidencia las características fundamentales del movimiento independentista: no solo eran parte de la dirigencia criolla vinculada con los alcaldes de los barrios sansalvadoreños, sino que también estaban vinculados por lazos de sangre.

De esta manera, el alcalde Leandro Fagoaga era cuñado de Bernardo Arce, de quien también eran primos Juan Delgado y Manuel Morales. Por su parte, otro de los conspiradores, Rafael de Aguilar, pertenecía no solo a la familia de los presbíteros Aguilar, sino que también era cuñado de Bernardo y tío de Fernando Palomo. Aunque nunca se han tenido claros sus vínculos familiares, por haber sido bautizado como hijo ilegítimo de Josefa Rodríguez, el prócer y secretario Juan Manuel Rodríguez también tenía relación de parentesco con los Delgado, aunque se afirmaba que era hijo de Pedro Delgado, progenitor de José Matías.

En el nuevo gobierno de San Salvador, el sector criollo más beneficiado fue el de los moderados. No se le concedió ningún cargo de relevancia a los líderes comunales o de barrios. Para fines de esa misma semana, el tono de los discursos y propuestas de gobierno de aquellos primeros patriotas ha cambiado algunos grados: de los afanes incendiarios ha pasado a esgrimir las armas de la tolerancia y el bienestar común, donde se solicita poder local, pero se le rinde vasallaje al rey Fernando VII, a las Cortes españolas y a las leyes municipales.

La acción iniciada en la madrugada del 5 de noviembre de 1811 era un movimiento enmarcado en una corriente autonomista americana que, en lo profundo de su ser criollo, aspiraba a seguir leal a la monarquía y guardaba la esperanza de que se le concedieran un sistema constitucional de gobierno y grandes cuotas de libertad comercial.

Con el paso de las horas y los días, aquel nuevo gobierno de San Salvador tuvo que enfrentarse a varios problemas que requerían urgentes respuestas: obtener legitimidad y apoyo político, no solo de sus ciudadanos, sino también de otros ayuntamientos de la Intendencia y del resto del Reino, Real Audiencia y Capitanía General; mantener el control pacífico de San Salvador y canalizar las demandas económicas de la población.

Los escribientes Juan Cisneros, Francisco Lozano, Joaquín Chávez, Atanasio Najarro y Bonifacio Paniagua se dieron a la tarea de copiar una misiva elaborada por Manuel José Arce y el escribiente Damián Cisneros. Esas comunicaciones fueron remitidas a varias poblaciones del interior de la intendencia de San Salvador, por medio de las cuales se les solicitaba se sumaran al movimiento insurreccional y a su nueva forma de gobierno local. Al mismo tiempo, los patriotas buscaron ganar adeptos en el ayuntamiento de la capital guatemalteca, con el fin de evitar alguna incursión armada.

Este último era un tema preocupante, por lo que se había dado orden de utilizar más de cuatro mil pesos de las Cajas Reales en armar y organizar a 300 hombres que vigilaran la ciudad alzada, a la vez que algunas patrullas se encargaban de desarmar a los españoles y de vigilar la frontera con Guatemala, por entonces ubicada más cerca de San Salvador, debido a que los actuales departamentos de Ahuachapán y Sonsonate no se incorporaron a El Salvador sino hasta 1823.

Ante la invitación hecha por los independientes de San Salvador, los partidos y ayuntamientos de San Miguel, Santa Ana, Metapán, Sonsonate, Zacatecoluca y San Vicente protestan contra dicho movimiento, por lo que algunos de ellos envían cartas de lealtad al capitán general José Bustamante y Guerra, enterado plenamente de la situación independentista desde el día jueves 7.

Sin embargo, los indígenas y ladinos de esos lugares opinaron de manera diferente, por lo que entre el 6 y el 30 de noviembre hubo violentos disturbios en Santiago Nonualco, Chalatenango, Tejutla, Usulután, Metapán, Santa Ana y Cojutepeque. Muchos de sus partícipes, hombres y mujeres, fueron capturados, procesados y encarcelados en el castillo hondureño de Omoa, en las cárceles citadinas de San Salvador o en las bartolinas de la Cárcel de Cadenas de la ciudad de Guatemala.

Como respuesta ante esos hechos, el alcalde primero de San Vicente, una compañía militar de Usulután, el escuadrón de San Miguel y el de Sonsonate ofrecieron enviar a San Salvador milicianos fieles a la corona española, para que atacaran la ciudad y ayudaran a aplastar los intentos emancipadores de “los americanos de San Salvador”, ya declarados bandidos, enemigos y herejes por el arzobispo guatemalteco, con jurisdicción salvadoreña, monseñor Ramón Casaus y Torres. Aunque estos despliegues de fuerza no fueron necesarios en su totalidad, en junio de 1812 y como agradecimiento a dichos gestos de lealtad y solidaridad, la regencia española concedió que la villa de San Vicente de Austria y Lorenzana fuera elevada a ciudad, que el pueblo de Santa Ana ascendiera a villa y que San Miguel fuera declarada como muy noble y muy leal ciudad.

Aunque la represión militar para las acciones insurrectas era sugerida por muchos españoles de toda la Capitanía General de Guatemala, Bustamante y Guerra se decidió mejor por una salida pacífica y negociada para la insurrección sansalvadoreña, mediante un “sistema de conciliación prudencial”. En acuerdo con el ayuntamiento guatemalteco, en la tarde del sábado 16 de noviembre nombró una comisión compuesta por los criollos, regidores y doctores José María Peinado y Pezonarte y José de Aycinena, este último investido como corregidor intendente de armas de la provincia de San Salvador.

Por la falta de apoyo externo para su causa libertaria, los patriotas sansalvadoreños se desmotivaron y comenzaron a descontrolarse y ceder. El alcalde Fagoaga renunció nueve días después de haber asumido el cargo ante los oficios del destituido intendente Gutiérrez y Ulloa –oculto con su familia en el convento de Santo Domingo (hoy Catedral de San Salvador)-, con quien se marchó a caballo hacia Santa Ana. El movimiento emancipador evidenciaba así sus grandes fracturas de pensamiento y acción.

Debido a lo crítico de su situación, Juan Manuel Rodríguez, los Arce, Nicolás Aguilar y otros más realizaron una junta cívica en la parroquia de la cercana población de Mejicanos. Tras el debate suscitado en ella, decidieron recibir en paz a los regidores enviados por las autoridades reales guatemaltecas, quizá para que la posición negociadora de los criollos frenara a las voces radicales que hablaban de emboscar a esos altos emisarios y reducirlos a prisión.

El coronel y doctor de Aycinena y su colega Peinado y Pezonarte ingresaron a San Salvador el 3 de diciembre, acompañados por tropas y frailes guatemaltecos encargados de poner orden en los aspectos materiales y espirituales de la población que secundó el primer alzamiento emancipador centroamericano.

Acudió a recibirlo a Nejapa una delegación encabezada por el presbítero y doctor José Matías Delgado. En la cercana Quezaltepeque, Manuel José Arce también formaba parte de una comitiva que vio frustrado su cometido de recibir a las nuevas autoridades. Para ese momento, Aycinena y Peinado habían enviado y recibido cartas desde su residencia temporal en Santa Ana, con el fin de informarse sobre los ánimos sansalvadoreños en cuanto a su inminente arribo a la ciudad y a las condiciones mínimas para su seguridad y para comenzar su mandato.

Mediante un bando hecho público el día 5 de diciembre, Aycinena planteó a la población que si se mostraba arrepentimiento y aceptaba al nuevo intendente no se tomaría represalias, se buscaría un indulto general y se trataría de gobernar en concordancia con los distinguidos vecinos criollos. A cambio, los líderes insurrectos y sus aliados del populacho debían prometer no efectuar juntas clandestinas, alborotos y demás desórdenes que afectaran la paz y la concordia.

Fieles a la palabra empeñada, el doctor Delgado y los demás patriotas se adhirieron a las disposiciones pacíficas del nuevo intendente. De la misma manera, el nuevo ayuntamiento de San Salvador fue encabezado otra vez por Leandro Fagoaga, acompañado como alcalde segundo por José Miguel Bustamante, un funcionario leal a la monarquía española.

Pese a que Aycinena cumplió su palabra y los cabecillas del movimiento no dieron con sus huesos en el castillo hondureño de Omoa, en las cárceles citadinas de San Salvador o en las bartolinas de la Cárcel de Cadenas de la ciudad de Guatemala, una gran cantidad de patriotas de otras ciudades de la Intendencia, como Metapán y San Vicente, sí fue reducida a prisión. Entre ellos cabe destacarse a Juan de Dios Jacobo Trigueros, Lucas Morán, Bruno Lorenzo Rosales, Francisco Román Reina, Juan de Dios Mayorga y Ramón Salazar, así como las “exaltadas mujeres” Juana de Dios Arriaga, Inés Anselma Ascencio de Román, Fabia Dominga Juárez de Reina, la viuda María Madrid, Francisca de la Cruz López, Úrsula Guzmán, Gertrudis Lemus –esposa de Pedro Ignacio Martínez- y las hermanas María Feliciana de los Angeles y Manuela Miranda.

Cien años después de esos acontecimientos, con ocasión del primer centenario del llamado grito de Independencia –nombre fácil que tan sólo imita al dado en México por el sacerdote Miguel Hidalgo y Costilla, en 1810-, el rector de la Universidad Nacional de El Salvador, Dr. Víctor Jerez, pronunció un discurso de estilo en el que señaló que aquella madrugada del 5 de noviembre de 1811 había sido José Matías Delgado y de León quien había tocado a rebato las campanas de la Iglesia de La Merced para llamar a la insurrección contra las autoridades de Guatemala y España. Fue tan sólo una mención, sin ningún apoyo documental ni ninguna prueba. Sin embargo, como suele pasar en El Salvador, predominó el principio de autoridad de la voz que pronunció aquellas palabras para que esa cita se quedara fija en el imaginario popular, lo que hasta provocó la creación de un “campanario histórico” en esa edificación católica alejada ayer y hoy de los puntos centrales de la ciudad donde pudo haberse concentrado la población capitalina de entonces.

Ahora, cuando nos enrumbamos hacia el bicentenario de esos sucesos decisivos en el proceso independentista, la sociedad salvadoreña debe exigir mejor y mayores investigaciones en torno a los hechos de su historia. Por favor, no más leyendas, infundios, mitos y tradiciones orales. Hay que celebrar y festejar, pero con datos fidedignos y con una profunda reflexión.

Cara o cruz, crisis de proyectos

Lunes, 02 de Noviembre de 2009
Cara o cruz, crisis de proyectos

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Dagoberto Gutiérrez

Durante 20 años la crisis se larvó en los capullos de las derechas, toda vez que su proyecto fue determinado por la filosofía neoliberal, la que sustituye al mercado por el estado, la que privatiza la vida, la que mata a la industria y fomenta el comercio, la que estrangula la agricultura y hace negocio con el alimento y la que, finalmente, levantó el cetro y el reino del capital financiero.

Todo este contenido ha sido derrotado en el planeta y especialmente, en los Estados Unidos; así las cosas, ARENA pierde su piso filosófico y luego, el 15 de marzo pasado, pierde su techo político. Este partido, sin darse cuenta, se introduce en un ciclo político que requiere, en todos los casos, de precisiones, correcciones, nuevo proyecto, nuevo rumbo y nuevo dirigentes y sin embargo, todo sigue, aparentemente, un curso normal como si el régimen político del país fuera el de una democracia burguesa en donde la alternancia engrana las ruedas del sistema.

En la nueva coyuntura del gobierno Funes ARENA pierde también, su discurso electoral que basado en el miedo, el anticomunismo, la figura de Hugo Chávez y el control partidario del nuevo gobierno, se desmorona en la medida en que el gobierno Funes rompe rápidamente con el FMLN y lo expulsa del gobierno, se gana la confianza de la cúpula empresarial, ejecuta proyectos antipopulares y en el ejercicio de la política no establece diferencias apreciables con la tradicional política de derechas y, ocurre que ARENA se queda sin discurso y en dificultades para ejercer el oficio alambicado de partido de oposición.

Todo estaba listo para que las antiguas lealtades, basadas en el control partidario del aparato y en el usufructo económico de su desempeño, saltaran hechas pedazos como las astillas de un árbol derrumbado.

ARENA sufre la crisis del agotamiento de su proyecto, la cúpula empresarial del país también carece de proyecto político y económico para la coyuntura y el gobierno Funes, de la misma manera no parece tener contenidos seguros para su proyecto de unidad nacional.

Las derechas del país están enfermas de crisis supervivientes porque su fiebre viene de la crisis global, de su falta total de prevención ante esa crisis, de su ausencia de respuestas para el país y, determinantemente, por la derrota de su proyecto económico, político, ideológico y cultural.

La sociedad salvadoreña es el escenario de este derrumbe y las comunidades son los ámbitos de elaboración de alternativas ante este incendio. La crisis arrastra a los partidos políticos que, formados en un ambiente de cúpulas intentan componer y recomponer, desde las cúpulas institucionales, como la Asamblea Legislativa y su junta directiva, el hundimiento de sus barcos; sin tomar en cuenta lo que significa la crisis partidaria como liberación ideológica de millones de personas en nuestro país.

En realidad ARENA es solo la muestra mas acabada del agotamiento de una democracia representativa que niega al pueblo, de manera constitucional, la participación en la toma de decisiones trascendentales, también es la agonía del modelo neoliberal, también adoptado por el nuevo gobierno, y es, desde luego, la postración de la antigua manera de hacer política basada en el clientelismo partidario, en la manipulación de las necesidades de la gente y en el uso amañado del voto como recurso único para hacer política.

Es la política oligárquica y neoliberal la que no puede levantarse de la cama y es, la necesidad de levantar al pueblo como sujeto político y a sus organizaciones, como los instrumentos de las actuales y futuras luchas lo que marca la hora del país. En la actual coyuntura estamos viendo actores y peleas que nadie podía imaginarse apreciar y conflictos ocultos que estallan en plena calle como heridas infectadas de mal olor y mal color.

Toda crisis puede resolverse de varias maneras y no necesariamente favorable a los intereses de los pueblos y, siempre está abierta la posibilidad de una solución antipopular, incluso dictatorial y por eso hemos de buscar el más favorable desenlace para las mayorías del país.

Ramiro Vázquez: Sábado 11 de noviembre de 1989, la Ofensiva ha comenzado…Por Godofredo Echeverría

Entrevista realizada al comandante Ramiro Vázquez en julio de 1992.
La señora peló los ojos y dijo: ¿De dónde han salido tantos?

No tenía ni idea que hubiera tanta gente detrás del movimiento y todos armados. Pasamos un día tensos y cabalmente, como nosotros lo habíamos diseñado, era necesario realizar al interior de la ciudad, algunas operaciones para que jalaran la atención del ejército hacia el interior de San Salvador. Ellos conocían el plan general, tenían idea de algunas áreas de acercamiento y habían tirado fuerzas a operar en esas zonas, y prácticamente los barrios que debíamos ocupar estaban ocupados durante el día. Se inició un avance de fuerzas enemigas hacia nuestros puntos de concentración y como a las once de la mañana, empezamos a abandonar los primeros charrales y a retirarnos para evitar los combates. Fue entonces cuando se dio el ataque a la Guardia Nacional. El avance se paraliza y el dispositivo del enemigo comienza a trasladarse al interior de la ciudad. La Ofensiva comenzó muchos meses antes de aquel 11 de noviembre. Comenzó con un largo proceso de acumulación de materiales logísticos, de planes, de esfuerzos de reconocimiento del terreno, de acumulación de material topográfico que nos permitiera conocer las áreas donde nos íbamos a mover , y comenzó también con una acumulación de esfuerzos logísticos bélicos y comestibles en las áreas donde supuestamente íbamos a operar cada una de las unidades , la preparación del personal, el traslado de las fuerzas desde distintos frentes, de distintos lugares, acercándonos a los teatros de operaciones. Por supuesto, el arranque fue la toma de decisiones de la Comandancia General en una serie de continuas y largas reuniones con las jefaturas militares de los frentes que motivaban distintos movimientos. Las últimas instrucciones las recibí sólo 24 horas antes de la Ofensiva, nos entrevistamos con el compañero Hugo, que había viajado desde donde se encontraba la Comandancia para transmitirnos las últimas indicaciones. Yo quisiera aprovechar para destacar un esfuerzo poco conocido. El esfuerzo del equipo de los compañeros de logística, los hombres que se encargaron de garantizar que quienes íbamos a participar en la Ofensiva tuviéramos las armas y las municiones necesarias para luchar. Este es un trabajo de hormigas y fue realizado durante más de 6 meses, adquiriendo el material y entregándolo a nosotros en los mismos lugares de operaciones. Recibimos el último cargamento de logística en Ciudad Delgado, Barrio San Sebastián, a las 7:45 pm. del viernes 10 de noviembre. La unidad que nos hizo la entrega se retiró con los primeros disparos a sus espaldas y eso fue lo que garantizó que pudiéramos mantenernos por más de diez días sin movernos de Ciudad Delgado. Teníamos una base de logística fuerte y firme que nos ayudaba a permanecer allí, aparte de la que ya habíamos acumulada en la periferia inmediata, en las zonas en disputa como la que llamamos, la Zona de Pinar, San Laureano, El Cortéz. Estos quipos fantasmas vivieron, existieron y desaparecieron sin dejar rastros, sólo en el corazón de cada combatiente que los recibía y esperaba con gran alegría cuando aparecían en la periferia de los frentes y a veces en los mismos teatros de combate. Nuestro equipo interno de logística jugó un papel importantísimo en el mismo desarrollo de las operaciones, de los combates, de las campañas de 1989. Ellos llegaron a dejarnos municiones a las propias líneas de fuego, burlando los dispositivos enemigos hasta donde nosotros estábamos combatiendo. A las 4 de la tarde del viernes 10 de noviembre de 1989 empezaron a salir las columnas del Cerro de Guazapa y comenzaron a llegar a la zona de concentración a las 6 o 7 de la mañana, prácticamente a los ojos de todo el mundo. Era impresionante escuchar los comentarios de la población cuando miraban a centenares de guerrilleros, pues en la zona sólo operaban pequeñas unidades, grupos de dos o tres compañeros o sea, grupos de expansión, y de repente veían nubes de guerrilleros que invadían lomas y barrancos. Yo recuerdo la expresión de una señora que llegó a dejarnos comida por supuesto que ella no tenía idea de para qué estaba haciendo tantos huevos con tomate acompañados de tantos panes franceses. Cuando llegó al lugar donde estábamos alrededor de trescientos guerrilleros estábamos tirados en un barranquito, nos habíamos quitado los zapatos y estábamos dormitando al sentir el olor de la comida todos revivimos. la señora peló los ojos y dijo: -¿Puta ,de dónde han salido tantos guerrilleros? La Ofensiva fue, en primer lugar, una gran acumulación de recursos para garantizar el esfuerzo por lo menos 6 meses antes, en que comenzamos a trabajar en esa dirección. la otra parte fue la exploración. Eso fue lo que nos tocó a nosotros. Nuestras jefaturas estuvieron bajando con frecuencia de la periferia de los frentes, a recorrer a pie todas las áreas en las que posiblemente íbamos a operar: Ciudad Delgado, Soyapango, que era el sector que inicialmente teníamos a nuestro cargo; Apopa y San Marcos, donde también tuvimos que actuar. Tuvimos que mover fuerzas de los frentes, de Chalatenango, de Jucuarán, además de mover todas sus armas hasta los lugares en que iban a operar. El FMLN hizo un estructuración de sus fuerzas, de tal manera que cada organización se ubicara en el punto en que pudiera garantizar mayor efectividad, donde fuera más necesaria la presencia de sus fuerzas. En el caso de los barrios de San Salvador, habían venido combatientes desde el norte de Morazán, desde el norte de San Miguel, de los últimos rincones de Chalatenango, naturalmente de Guazapa, del Volcán de San Salvador. Esto implicó un esfuerzo enorme y muchos sacrificios. Nosotros estábamos en Guazapa y nuestros campamentos sirvieron como punto de descanso y de paso, de reabastecimiento de las columnas que venían del interior del país. Allí descansaban, se reabastecían y continuaban el camino hasta sus lugares de operación. Guazapa implicó un gran esfuerzo y mucho sacrificio para garantizar los recursos, pues muchos compañeros llegaban a comer, a buscar zapatos que les sirvieran para la ofensiva, a curarse. Muchos compañeros llegaron con los pies infectados por el hongo al que le decían pie de trinchera. Eran decenas de compañeros que venían con los pies totalmente en carne viva, pues este hongo se come toda la piel que cubre la bota. Muchos compañeros se quedaban a recuperarse de los daños ocasionados por el famoso hongo y luego esperaban a que pasara otra columna con dirección al lugar que les había sido asignado. Nuestro sistema de radio intersección nos permitió darnos cuenta que las conclusiones del enemigo, producto del ataque al cuartel de la Guardia Nacional, eran que nuestros esfuerzos se iban a dirigir durante ese día, a realizar ataques con ramplas y armamento casero a otros cuarteles. Debido a esos análisis, el dispositivo del enemigo comenzó a regresar a la ciudad. El ejército había llegado como a 500 metros de donde se encontraban las concentraciones nuestras más adelantadas, que ya no podían echarse para atrás. en ese momento estábamos tomando medidas para entrar en combate. El plan de emergencia que habíamos decidido era enviar parte de la fuerza para que se amarrara al combate, mientras el resto, aprovechando la noche nos desplazábamos hasta los lugares acordados. Esto significaba un cambio del plan inicial, pero, en ese momento se dio el ataque a la Guardia Nacional, que es el que marca el inicio de la ofensiva General del sábado 11 de noviembre de 1989 y el ejército se retira a proteger los cuarteles, dejándonos libre el paso hacia nuestros lugares de combate previamente seleccionados. Después del almuerzo, el 10 de noviembre, quedamos sueltos y a las 4 de la tarde iniciamos las formaciones para dirigirnos a Soyapango y Ciudad Delgado, luego fueron los abrazos de despedida, pues sabíamos que muchos no volveríamos a vernos. Se escuchaban las voces adoloridas de los que no podrían marchar por encontrarse enfermos, heridos o porque tendrían que cuidar los campamentos. fue lamentable que se nos echaran a perder las fotos de esas concentraciones. Comenzó la marcha de la larga columna atravesando barrancos y vaguadas. Aún no habíamos llegado cuando comenzamos a oir los combates. Debíamos estar allí, pero como habíamos explorado la ruta a la perfección, sabíamos que el camino resultaría muy largo. Debido a ello tomamos la decisión de que nuestras fuerzas urbanas junto con una parte de las tropas especiales de Guazapa, se tomaran el barrio y le hicieran golfo* para mantener las posiciones. A las ocho de la noche los compañeros atacaron la Defensa Civil y la Guardia Nacional y se posesionaron de una parte de Ciudad Delgado, del Barrio San Sebastián. Nosotros entramos a la zona a las 2:30 de la madrugada. La situación había sido controlada por los comandos urbanos y por las fuerzas políticas, que ese día a las 6 de la tarde, habían entrado a la periferia de Ciudad Delgado y habían sido instruidas en la utilización de armamento de combate, Estas fuerzas le “hicieron huevo” desde las 8:00 de la noche hasta que nosotros llegamos. nuestra columna llegó a tomar el control de la situación, a meterse en las trincheras y a reforzar las posiciones. A las 4:30 de la madrugada me acosté a dormir, tenía tres noches de no pegar los ojos. Me acosté en el zaguancito de una tortillería y me dormí como una hora y media. Amanecimos el domingo 12 de noviembre con Ciudad Delgado tomada en dos direcciones: La zona del barrio San Sebastián y la zona de la Fundidora Tinetti, cercana al punto de la ruta 4 de autobuses. Teníamos dos agrupaciones de fuerzas. para ese día nuestro propósito era lograr el control total de nuestras fuerzas sobre el territorio. Ese día enfrentamos las mayores dificultades en cuanto a nuestra concepción de combate, pesar de que habíamos dado las instrucciones adecuadas y de que habíamos preparado políticamente a nuestros compañeros para que en el combate se utilizaran las casas. Nuestros hombres educados en el respeto a la persona y a los bienes de la población no se metían a las casas y estaban bajo una lluvia de balas atrincherados en las gradas que habían en las aceras altas, por eso fue que la mayor cantidad de bajas que sufrimos las tuvimos durante las primeras 24 horas de combate. El primer dia de nuestra permanencia en el lugar, se nos presentó el momento más crítico, cuando el sol se encontraba en su punto más alto. Entre las once de la mañana y las dos de la tarde, la Guardia Nacional y la Policía de Hacienda realizaron un gran esfuerzo por desalojarnos. Yo siento que esos fueron los momentos más críticos, pues las tanquetas llegaron como a 40 metros del puesto de mando. Éste se encontraba en una casa de tres pisos. En esos momentos angustiosos es cuando la gente te mira y si das un paso atrás, se da la desbandada. Desde ese puesto de mando dirigíamos a gritos a los compas que le estaban tirando a las tanquetas y casi los choyaban los cohetes Low a ras de suelo, que se lanzaban para tratar de detener a las tanquetas. Derrotamos ese intento de las fuerzas enemigas cuando destruimos una tanqueta y los sacamos de nuestra zona. Ese día tuvimos nuestro primer muerto, un compañero de las fuerzas urbanas que murió al lado de la tanqueta. A pesar de ello, quedamos más tranquilos, pues habíamos hecho retroceder a quienes querían desalojarnos. Después de ese combate se empezaron a sentir las manifestaciones públicas de apoyo de la población. Durante la noche anterior se escuchaban los megáfonos por todos los barrios de la ciudad anunciando que nos encontrábamos en disposición de permanecer en el lugar durante el tiempo que fuera necesario. Hasta antes del combate con la Guardia, la gente nos sonreía y se metía a sus casa, pero después de ver humeando la tanqueta y que sacamos a la Guardia, la gente empezó a expresar abiertamente su apoyo. Las calles de Ciudad Delgado se convirtieron en una feria. El miércoles 15 el ejército hizo otro esfuerzo grande por desalojarnos, pero ya estábamos más fuertes, dominábamos mejor el terreno, los detuvimos nuevamente. Ese día había entrado a combatir contra nosotros la Fuerza Aérea, la artillería nos atacaba y el Batallón Atlacatl había entrado por la Carretera Troncal del Norte, detrás de nuestros dispositivos. Esto hizo que nuestro agrupamiento que combatía en la zona de la Fundidora, comenzara a desplazarse hacia el centro. El Batallón Atlacatl fue tomando terreno a partir de la Troncal del Norte. En esa zona se dio un combate curioso, un combate contra las abejas. Se dio en una loma cercana al punto de buses de la ruta 4. Nosotros tomamos la posición, pero los disparos alborotaron a las abejas de un enjambre asentado en el lugar. La posición era cachimbona, pero ese montón de abejas infiltradas en el lomo de los combatientes hicieron que dejaran la posición, que fue tomada por el Atlacatl, quienes finalmente la abandonaron también. Esa misma noche colocamos nuestras fuerzas detrás de las posiciones enemigas, por lo que el enemigo amaneció con nuestra fuerza rodeándolo por el frente y por detrás. En Ciudad Delgado se dio una experiencia interesantísima, nuestra fuerza se graduó en el combate urbano. Ya a la altura del viernes y del sábado, la gente combatía con mucha tranquilidad y seguridad, los esfuerzos que realizaba el ejército terminaban siendo derrotados. Sin embargo, el viernes 17 empezamos a sentir los efectos de los bombardeos aéreos y los ataques artilleros sobre la población. Comenzaron a salir bastantes heridos entre la población civil, las tanquetas equipadas con altoparlantes llamaban a la población a abandonar la zona, amenazándolos con más bombardeos si no lo hacían. La gente empezó a abandonar sus casas, el éxodo se produjo. Muchos de nuestros amigos en la zona decidieron salir llevando consigo sus pocas pertenencias ante el temor de nuevos bombardeos. Nuestras provisiones empezaron a escasear. El día lunes tuvimos las primeras incorporaciones de la población a nuestras filas. Ese mismo día salió el primer pelotón de 40 hombres recién incorporados y preparados militarmente en el área que se había tomado. Después de incorporar tres nuevas unidades, mis provisiones de armas en la zona se habían agotado y los recién incorporados tenían que dirigirse a zonas más lejanas de la retaguardia para ir a traer su armamento. Debido a que habíamos reforzado nuestras posiciones, habíamos ampliado nuestra influencia en la zona, habíamos contenido los avances enemigos, le propuse a la Comandancia General fortalecer nuestra posición pasando a tomar la Dirección General de Cartografía y dirigirnos hacia los cuarteles de la Guardia Nacional y de la Policía de Hacienda, para ello les solicité el traslado de nuestra fuerza en Soyapango hacia Delgado. Esperando respuesta estaba cuando en vez de la respuesta esperada recibí la orden de la Comandancia General de dirigirme a la Colonia Escalón. En ese momento decidimos dividir la fuerza, dividimos el hospital, ya que algunos heridos se fueron con nosotros a la Escalón y otros debieron quedarse. La despedida fue muy triste para los que se quedaron, nuestras fuerzas estaban hasta tal punto moralizadas que nadie quería volver al cerro. Entre abrazos y lágrimas iniciamos la marcha. Salimos de Ciudad Delgado el domingo 19 de noviembre a las doce de la noche, pero en el camino hacia la Colonia Escalón sucedieron muchas cosas. Nos habíamos preparado con mapas, planes, abastecimiento para llegar a Delgado, pero a la zona a la que nos dirigíamos, no llevábamos nada. Ni reservas, ni mapas ni guías. Íbamos a la “zumba marumba”. Pusimos a la cabeza a los compañeros que sabíamos eran capaces de abrir ruta. Pusimos a René Armando a la cabeza y la columna detrás de él. Pasamos cerquita del penal de Mariona. Atravesamos la Troncal del Norte como a las 3 de la mañana y antes de que amaneciera logramos meternos en un pedacito de los cafetales del Volcán de San Salvador. Pasamos el día en el cafetal y por la noche empezamos a movernos hacia la zona que nos había sido asignada. Luego vendría el largo esfuerzo por la coordinación. El plan para la toma del Hotel El Salvador Sheraton fue diseñado para ser realizado por fuerzas del ERP, de las FPL y de las FAL, las nuestras. Nosotros habíamos comenzado a movernos por la tarde del domingo 19 de noviembre, día en que los compañeros se habían tomado el Hotel.

Cuando llegamos a las puertas del lugar, eran las cuatro de la mañana del lunes 20. Amanecimos pegado al área del hotel sin saber que los compañeros ya no se encontraban allí. La gente nos decía que ya no había nadie, que los compañeros se habían retirado la noche anterior. Los pequeños grupos armados que veíamos en las cercanías vistiendo uniforme negro eran tropas norteamericanas. Comenzamos a desplazarnos, afortunadamente, ya que por poco nos llevamos de loteríazo la respuesta de la tropa enemiga. Nos encaramamos al volcán y una columna que se quedó retrasada recogiendo a una compa que se había desbarrancado, se encontró con la cola de las FPL que iba subiendo al volcán. A las dos de la tarde nos reunimos con Chico y con Dimas para coordinar el nuevo esfuerzo. Ese día miércoles 29 de noviembre armamos nuevamente el plan, reubicamos la fuerza: una parte de las fuerzas de las FPL se trasladaría al sur poniente para penetrar en dirección al Estado Mayor de la Fuerza Armada. Otra parte se trasladaría a la zona de la finca El Espino, para penetrar por la colonia Campestre y nosotros nos preparamos para penetrar por la zona de la Colonia Lomas Verdes, en las cercanías de la residencia presidencial. En otros puntos del país se habían desarrollado grandes esfuerzos, heroicos, en San Vicente, San Miguel, Santa Ana, donde nuestras fuerzas habían lanzado acciones importantes. Lo que se sostenía a esas alturas era Zacatecoluca en el Departamento de La Paz, San Miguel, y la presión en la periferia de Usulutan. En los otros lugares, prácticamente, el esfuerzo se había diluido. El plan de penetrar a la Colonia Escalón estaba acompañado de un esfuerzo en Soyapango y un esfuerzo en ciudad Delgado. Atacamos el 29 de noviembre a las once de la noche, amanecimos con la colonia Escalón tomada y nos mantuvimos combatiendo todo el día. En esa oportunidad nos fallaron todos los medios para comunicarnos con la Comandancia General y tuvimos que hacer la consulta telefónicamente, así, a las ocho de la noche recibimos la confirmación por parte de la Comandancia General del FMLN, de abandonar las posiciones en las que nos encontrábamos en la colonia Lomas Verdes. Nos retiramos en secreto y al día siguiente, el Batallón Atlacatl combatió todo el día de las 5 de la mañana a las 6 de la tarde contra las posiciones que habíamos abandonado, incluso tuvieron heridos combatiendo contra posiciones vacías. Los combates en la colonia Escalón nos mostraron con crudeza la enorme desigualdad en la que vivimos. Veníamos de barrios pobres donde la gente sale por la mañana a comprar lo que va a comer al medio día y por la tarde sale a comprar lo que va a comer por la noche y entramos a casas donde habían bodegas repletas de enlatados y de comidas exóticas y exquisitas. Algunos compañeros salieron con dolor de estómago por probar comidas extrañas. Encontramos casas donde la noche anterior habían tenido fiesta, decenas de botellas de cerveza, botellas de whisky. Había otras casas donde se habían preparado para esperarnos, tenían escopetas con tiros y tenían todas las mesas llenas de armamento dispuesto para combatir. Fueron muchas las casas que encontramos con fusiles, escopetas, pistolas, carabinas, fusiles M-16 y salvo algunas que se dispararon, dejaron sin tocar las demás. Era curioso encontrar a los patrones encerrados en los cuartos donde duerme el personal de servicio, escondidos donde duermen las muchachas. Uno entraba y encontraba la cara de un perro gruñendo, dos carotas desencajadas y tres o cuatro caritas de niños asustados y temblando. También la muchacha estaba asustada, pero los patrones tenían la idea que por refugiarse en la condición social de la persona que dormía en ese cuarto iban a estar mejor protegidas. Habían fuerzas del ejército, pero a los primeros disparos se corrieron, nos desplazamos hacia la parte baja de la Escalón, al redondel Lucerna y al redondel Masferrer. Por la mañana combatimos contra las unidades del Batallón Belloso, contra unidades de Caballería, destruimos la primera tanqueta a las nueve de la mañana. Hicieron muchos esfuerzos en varias direcciones por parte de los blindados, pero cuando destruimos el primero, prácticamente se corrieron, se alejaron. Por ejemplo, las tanquetas que estaban frente a la casa del presidente Cristiani, las escondieron, las metieron dentro de la propiedad para que no pudiéramos dispararles. El comportamiento de la aviación fue completamente distinto. Allá, en Ciudad Delgado nos tiraban a las casas donde creían que estábamos y aquí sólo le tiraban a las calles. Los otros esfuerzos que se emprendieron duraron poco, La fuerza que enviamos a la colonia Campestre se mantuvo hasta las 6:30 de la mañana. Lo mismo sucedió con la fuerza que enviamos sobre la Autopista Sur, cerca de Saquiro y la Torre Democracia (en la actualidad Torre Cuscatlán), los compañeros se replegaron en las primeras horas de la mañana. Los compañeros que estaban cerca de la Ceiba de Guadalupe se replegaron porque era insostenible la posición. Posteriormente evaluamos que esa fuerza se abrió demasiado. Éramos agrupamientos similares y ellos cubrieron desde el redondel Masferrer, la Ceiba de Guadalupe hasta Montserrat. Era una extensión de terreno enorme, muy difícil de controlar y entonces, no se pudieron crear puntos fuertes de las posiciones. Nosotros ocupamos un tramo de un kilómetro de frente, pero cada esquina, cada trinchera era un baluarte impasable para el enemigo, eso nos permitió mantener tomada la Colonia Escalón. Le provocamos al ejército alrededor de 37 muertos en los combates directos. En la Colonia Escalón sufrimos la pérdida de compañeros muy valiosos. Perdimos a la compañera Manuela que era un símbolo de nuestras fuerzas urbanas. Esta compañera integrante de nuestros comandos urbanos había hecho historia, Se había especializado en el ataque a carros patrulla de la Policía Nacional. Había hecho pedazos 4 o 5 de estos vehículos. Se les acercaba, les tiraba las cargas explosivas en la cara y desaparecía. Había combatido valientemente en Ciudad Delgado y salió herida. Fue trasladada al hospital y luego se incorporó a la unidad en el transcurso de la ofensiva a la Escalón. Murió también el compañero Damián, un compañero de las tropas especiales de Guazapa, también, excelente. Estos compañeros fueron asesinados por agentes del Estado Mayor que se hicieron pasar por periodistas y se atrincheraron en una casa. A Manuela la capturaron cuando iba a dejar un cohete Low a una posición de fuego, la degollaron. Igual pasó con Damián, le dieron un balazo en medio de los ojos dentro de la casa. Combatimos con los ocupantes de esa casa hasta que quedó destruida, los tipos escaparon y la casa se incendió. Posteriormente nos enteramos que era una casa del Servicio de Inteligencia Militar (SIM) que estaba dirigiendo la cadena radial y quedó encerrada en el área.

Ese día jueves 30 por la noche, se nos ordena retirarnos. Salimos hasta el área del volcán y subimos por el Boquerón. Descansamos varios días y volvimos a bajar a San Salvador. Hicimos otra incursión con la intención de penetrar hasta Metrocentro y Metrosur. Los cálculos que hicimos no fueron los más apropiados en cuanto a la fuerza que comprometimos. Bajamos por la 75 Avenida norte y penetramos varias cuadras hacia el sur. Llegamos a pocas cuadras de Metrocentro, pero se nos presentaron dificultades y tuvimos que regresar. En esa operación perdimos al capitán Odir que era el jefe de las Tropas Especiales de Guazapa. La unidad que él dirigía atacó a una concentración de soldados. Los soldados se desparramaron y quedaron regados en el monte. Un soldado de estos le tiró una granada que le cayó en la espalda, en la mochila donde guardaba varias cargas explosivas que fueron activadas por la granada. La explosión lo destrozó. Odir era un compañero muy valiente. Había recibido el grado de capitán durante la ofensiva de Ciudad Delgado. Durante la última reunión, la Comandancia de las FAL le otorgó el grado de Comandante por su valentía y disposición. En estas circunstancias procedimos a hacer un movimiento en el área del Volcán: Tomamos la decisión de hacer un reagrupamiento de las fuerzas del FMLN que quedábamos operando en la zona. Nos propusimos hacer un nuevo esfuerzo militar con la modalidad de concentrar todas nuestras fuerzas y aplicarlas sobre un sólo punto. Yo personalmente considero que si ese esfuerzo que nos proponíamos se hubiera realizado, los resultados de la Ofensiva en su conjunto podrían haber sido diferentes. A partir de la proyección que tenía el esfuerzo, íbamos a actuar, en una sola dirección todas las fuerzas, desde Ciudad Satélite hasta la colonia Montebello, el redondel de la Chulona. íbamos a tomar posesión de la zona y desde allí penetrar hasta el interior de la capital todas las fuerzas juntas en un sólo eje. Esta modalidad no se había empleado, es más, las fuerzas grandes de algunas organizaciones del FMLN siempre habían conservado fuerzas de reserva con la idea de que podía presentarse la oportunidad de aniquilar unidades grandes del ejército. En esta oportunidad nos disponíamos a poner en combate todas las fuerzas, conservando, naturalmente, los recursos necesarios para en caso de complicaciones. Elaboramos el plan y se hicieron varias reuniones en las que participó todo el grupo de mando, todos los cuadros del FMLN que estaban destacados en la zona. Terminamos de hacer el plan como a la una de la madrugada del lunes 11 de diciembre, estamos hablando de treinta días de ofensiva. Al despedirnos, el comandante Dimas Rodríguez me solicitó que le prestara mi mapa, porque en el mapa que yo andaba habíamos dibujado toda la maniobra. Se lo di para que su equipo de topografía le sacara copia. Como a las cinco y media de la mañana, una fuerza enemiga que parecía perdida atacó el campamento de Dimas. El compañero que estaba haciendo la copia del mapa lo deja botado y como consecuencia, a las primeras horas del día el enemigo conoce el plan. El mapa expresaba las cantidades de fuerzas, dónde estaban y dónde se iban a concentrar y por supuesto, revelaba toda la intencionalidad del plan. Es en ese momento que el Alto Mando del ejército toma la decisión de bombardear el Volcán de San Salvador y se produce el bombardeo donde muere Dimas. Con la información obtenida del mapa, el enemigo procede a una recomposición de su plan. Nosotros hicimos otros movimientos en la zona para tratar de darle otra idea de maniobra. Es en ese momento que recibimos una nueva orden de la Comandancia: el retorno a los frentes. Fue una decisión que nos entristeció mucho porque habíamos bajado con el propósito de ir hasta el final, hasta el tope. Evidentemente. la Comandancia tenía en cuenta el desarrollo nacional del esfuerzo militar que ya en varios puntos estaba menguando o había sido reducido a cero. Así fue como el sábado 16 de diciembre regresamos al Cerro de Guazapa. Salimos del Volcán de San Salvador alrededor de las 4 de la tarde y llegamos a Guazapa el siguiente día como a las 7 de la mañana. En su conjunto, el esfuerzo militar a las Fuerzas Armadas de Liberación (FAL) le costó alrededor de 400 bajas. Aprendimos a combatir. contribuimos de manera exitosa a que la Ofensiva, aunque no terminó en victoria, terminó produciendo una conmoción político-diplomática muy grande que permitió abrir las puertas de la negociación. En este punto quiero detenerme y referirme al caso del Hotel El Salvador Sheraton, pues allí se estableció un contacto entre los oficiales norteamericanos, Joao Baena Soares, Secretario General de la OEA, y nosotros. También al caso de la Colonia Lomas Verdes, donde varios oficiales de graduación quedaron metidos dentro de nuestro dispositivo. Esta situación nos permitió, por primera vez, entrar en contacto tanto con los oficiales del ejército salvadoreño como con el Departamento de Estado de los Estados Unidos. Allí se abrieron las primeras resoluciones oficiales en que el Departamento de Estado buscaba la representación del FMLN. A esas alturas, nuestra gente ya se encontraba en las Naciones Unidas. en Washington, en Nueva York. había locales nuestros en los Estados Unidos, éramos invencibles de manera evidente. Cuando todavía nos encontrábamos en Lomas Verdes, el gobierno norteamericano gestionó con el gobierno salvadoreño, una tregua para sacar a su personal de la colonia Lomas Verdes. El FMLN respondió positivamente y el gobierno salvadoreño rechazó la petición y les dijo que les daría 15 minutos de tregua al día siguiente. Durante la ocupación de la colonia Lomas Verdes, nosotros estuvimos en la casa de los oficiales norteamericanos, conversamos con ellos y las opiniones que expresaron en los informes a sus superiores les dieron otra dimensión de lo que era el FMLN. Mientras estuvimos en la colonia Escalón pudimos conversar en directo con empresarios, por supuesto, con la superioridad que nos daba ser la fuerza militar que había sacado corriendo a los soldados que los cuidaban a ellos y mantener el control en la zona. Con respeto y garantizándoles su dignidad les dimos a conocer nuestras opiniones sobre lo que estaba pasando en el país. Posteriormente nos enteramos que estos empresarios contribuyeron de manera aislada a la idea de buscar la negociación. Durante la operación en la que murió el capitán Odir sucedió un hecho hasta cierto punto simpático, capturamos a un oficial norteamericano que se hacía acompañar de una salvadoreña con el cabello pintado de rubio y que cuando los compañeros le pidieron que se detuviera, creyó que se trataba de un retén del ejército y se bajó del carro hablando en inglés, pero cuando se dió cuenta que se trataba de guerrilleros, se puso a hablarles en guanaco, diciendo que era sobrina de una comandante del FMLN. Fue impresionante el cambio, resulta que al oficial lo liberamos allí mismo. El comandante Alex, quien estaba a cargo de la unidad que llevó a cabo la detención, le dijo que quedaba libre, pero que no tenía nada que andar haciendo en este país y que se fuera. El tipo era un mecánico de la Fuerza Aérea de los Estados Unidos y se había dado por muerto.

El comandante Alex se comunicó por teléfono con su jefe y le dijo que teníamos al mecánico, pero que en ese momento lo estábamos liberando y que lo único que le pedíamos era que se fuera, que no teníamos nada contra él. La Ofensiva de 1989 fue en primer lugar, una hazaña colectiva gigantesca. Sin toda la creatividad, la valentía y la iniciativa de cada una de las personas que participaron en la preparación y realización de la Ofensiva no hubiera sido posible. No sólo fue el ingenio de los mandos, sino que la gran capacidad de creación de nuestro pueblo lo que hizo posible la Ofensiva y abrió las puertas para la negociación que finalmente condujo a la firma de los Acuerdos de Paz de 1992.

Comunicado de la DRU del FMLN Sobre la Situación Nacional (Diciembre 1980)

En los últimos días se han sucedido acontecimientos que muestran ante el mundo la bancarrota de la Junta Militar
Demo-Cristiana y su siniestra fórmula “matanzas y reformas”. Los asesinatos colectivos de los dirigentes del FDR y de las monjas norteamericanas provocaron el repudio mundial y obligaron incluso al gobierno de los EE.UU. principal sostén de la Junta a anunciar una suspensión de su ayuda económica y militar a esta. El paro del transporte, la huelga de los obreros en numerosas fábricas, los enfrentamientos en los barrios de la capital, las acciones armadas revolucionarias en diferentes lugares del país, manifestaciones de descontento en las propias filas de la tropa,. clases y oficialidad del ejército, la condena de la Junta por la Asamblea General de las Naciones Unidas y también por el Congreso de la Internacional Socialista, recientemente celebrado en Madrid; todos estos han sido los detonadores que precipitaron el estallido de la actual crisis del gobierno, frente a la cual el mando sanguinario de la Fuerza Armada y la criminal dirigencia del PDC, se han lanzado desesperadamente a buscar una salida que les traiga una estabilidad que ya es imposible.

De común acuerdo, el mando militar fascista y el grupito
demócrata cristiano que encabeza Duarte, se lanzaron a un operativo de reestructuración e la Junta, cuyo primer paso ha sido la maniobra de desplazamiento del Coronel Adolfo Arnoldo Majano, después de fracasar dos veces en su intento de asesinarlo. Tras el desplazamiento de majano se proponen limpiar de las filas militares a todos los oficiales que no comparten el camino de la matanza pretenden dar de baja a unos y asesinar a otros, como ya lo hicieron con el Capitán Molina Panameño. para esta arremetida contra los oficiales honestos se valen de la remarcada acusación de que son “comunistas” la misma con la que llegarona a asesinar al Arzobispo oscar Arnulfo Romero y a tantos otros miles de patriotas, nueve mil, solo este año.

La verdad es que el “delito” de esos militares ha sido buscar una solución sin matanza a la crisis nacional, aunque el espíritu de cuerpo de la Institución les ha dificultado llegar a la conclusión ineludible de que la paz sólo puede alcanzarse derrocando a lo fascistas, lanzándolos fuera de las filas militares y del gobierno. Para los fascistas, en cambio, no existen escrúpulos ni siquiera para asesinar a sus compañeros.

Duarte, comprometido hasta la médula de los huesos con los fascistas y sus métodos sanguinarios, quiere a toda costa ser presidente de la República, aunque sea sentado
sobre un montón de cadáveres, por eso, contando con los consejos del ultra-reaccionario demócrata cristiano venezolano y agente de la CIA, Arístides Calvani, ha presentado propuestas para reestructurar a la Junta y recrudecer la ofensiva de opresión. Malvadamente tratará de presentar esta maniobra como “depuración’’ de la Fuerza Armada y reestructuración de la Junta.

El sentido de tales medidas es, sin embargo, claro: la depuración de los elementos opuestos a la represión y el apoyo a los fascistas.

En el curso de la reunión última de la Directiva Nacional del PDC (domingo 7 de diciembre), quedó en evidencia, por la propia confesión de Morales Ehrlich, pronunciada ante la estupefacción de los concurrentes, que Duarte y su camarilla se encuentran conciente y directamente comprometidos en la represión genocida, hundidos en el fango de la historia, chorreando sangre y lodo por todo su cuerpo, incluida la sangre de Mario Zamora y Melvin Orellana, sus propios compañeros de partido.

Los demócratas cristianos que sigan apoyando a Duarte y a la Junta después de esta confesión, pasan a ser cómplices concientes del genocidio, con todas las consecuencias que de ello se derivan. Los que ahora reaccionen y decidan desligarse de los asesinos, encontraran comprensión en las filas populares.

El FMIN hace un llamado a la Unión Mundial Demócrata Cristiana.

El FMLN hace un llamado a la UMDO y a la ODCA (Organización demócrata Cristiana de América) para que estudien e investiguen la situación salvadoreña por su cuenta y saquen sus propias conclusiones. Los llamamos a que no se dejen engañar por Duarte y Calvani. Las consecuencias de seguir apoyando a la Junta genocida y al sector fascista del ejército son imprevisibles para el prestigio del movimiento demócrata cristiano mundial, ya que lo pone ante la opinión internacional en una posición similar a los que cooperaron con Hitler.

Apoyamos la iniciativa del FDR y en particular del
MPSC de llevar adelante conversaciones con los partidos Demócrata Cristianos de Europa y América en busca de claridad y coincidencias constructivas.

El FMLN esta a favor de una salida democrática revolucionaria.

El FDR ha propuesto una serie de medidas tendientes a ampliar el conjunto de las fuerzas nacionales que legítimamente tratan de encontrar una auténtica solución a la crisis nacional basada en los intereses de las grandes mayorías. El FMLN apoya esta oportuna iniciativa, manifiesta su concordancia con la necesidad de dicha aplicación; es en efecto indispensable lograr mediante el diálogo un amplio acuerdo de todas las fuerzas nacionales patrióticas y progresistas, dispuestas a derrocar la dictadura genocida, nos dirigimos con este llamamiento sobre todos los sectores que no forman parte hoy de la alianza estratégica.

FMLN-FDR estamos a favor de un diálogo en que participen junto a nosotros la Iglesia católica y las iglesias protestantes, los empresarios privados con visión realista y patriótica, la Unión Popular Democrática (UPD) y cada una de sus organizaciones miembros, los sectores y elementos del ejército con conciencia antifascista y democrática, los profesionales y técnicos que trabajan con el Estado, con la empresa privada o independientemente, los sindicatos independientes, organizaciones culturales, etc.

El FMLN apoya la lucha por la formación de un gobierno que represente a todas las fuerzas progresistas de la nación.

Vivimos un momento político tal que ante la bancarrota
del proyecto imperialista, fascista y demócrata cristiano, no caben las vacilaciones, las indecisiones, o las posturas ilusoriamente neutrales. Es por ello necesario converger hacia la formación de un régimen que verdaderamente solucione la crisis nacional. Este no puede ser otro que el Gobierno Democrático Revolucionario postulado por el FDR, cuya plataforma programática puede sintetizarse en los siete puntos siguientes.

1. El GDR garantizará la soberanía y la independencia nacional, asegurará y defenderá la autodeterminación del pueblo salvadoreño.
2. El GDR garantizará al pueblo salvadoreño la paz, la libertad, el bienestar y el progreso; para lo cual realizará reformas políticas, económicas y sociales que aseguren una justa distribución de la riqueza, el disfrute de la cultura y la salud y el ejercicio efectivo de los derechos democráticos por las mayorías.
3. El GDR aplicará una política internacional de paz y no alineación.
4. En el GDR habrá representación democrática de todos los sectores populares, democráticos y revolucionarios que hayan contribuido activamente al derrocamiento de la dictadura fascista.
5. El GDR creará un ejército de nuevo tipo, integrado por el ejército popular revolucionario y por los agrupamientos, sectores e individuos sanos y patrióticos que hay en la tropa, clases y oficiales del ejército actual.
6. El GDR apoyará a todos aquellos empresarios privados que impulsen el desarrollo económico, aplicando su programa.
7. El GDR garantizará la libertad de creencias y el libre ejercicio de los cultos religiosos.

El gobierno de EE.UU. coopera con los fascistas del alto mando de la Fuerza Armada, dándoles ayuda militar y política; asesoría, entrenamiento en las bases yanquis de Panamá. Lamentablemente esta actitud aleja al gobierno de Estados Unidos de la posibilidad de abrir pláticas con las fuerzas representativas del pueblo salvadoreño. No se puede conversar con quines insisten en la fórmula de la intervención militar política en nuestro país. Solo la renuncia a tal procedimiento haría posible algún tipo de diálogo.

El pueblo prepara las batallas decisivas.

El FMLN ha girado instrucciones a todos sus unidades militares y milicianas, a las organizaciones de masas revolucionarias, para que preparen las acciones decisivas. Asimismo, ha ordenado incrementar las acciones armadas en todo el país.

El pueblo y el FMIN preparan la insurrección popular y el impulso de las ofensivas militares contra los sectores fascistas del ejército.

El FMLN llama a la clase obrera y a todos los trabajadores a intensificar los preparativos de la huelga general.

Los mandos militares coordinados, de todos los frentes, han recibido instrucciones para concentrar su potencial de fuego. Todas las unidades militares y milicias deben tomar sus posiciones de combate en los barrios, colonias, cantones, frentes guerrilleros, carreteras, pueblos, etc.

El FMLN esta en disposición de lucha con alta moral combativa y se prepara para las batallas decisivas: espera las ordenes de la DRU, su Comandancia General.

¡¡ Unidos para combatir hasta la victoria final!!

¡¡revolución o muerte!! ¡¡Venceremos!!

Salvador Cayetano Carpio Schafik Jorge Handal

Joaquín Villalobos Roberto Roca

Ferman Cienfuegos

Miembros del Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional

El Salvador, Centroamérica, 12 de diciembre de 1980

Comunicado del Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional, FMLN sobre asesinato de Comité Ejecutivo del FDR (Noviembre 1980)

El día jueves 27 de noviembre, fueron capturados y asesinados los compañeros Enrique Álvarez Córdova, Presidente del Frente Democrático Revolucionario, junto con Juan Chacón, Manuel Franco, Enrique Escobar Barrera, Humberto Mendoza y Doroteo Hernández, todos ellos miembros de su Comité Ejecutivo. La captura fue realizada tal como lo informaron la mayoría de medios de prensa, por fuerzas combinadas de los cuerpos de seguridad, que tendieron un dispositivo en toda la zona mientras agentes de la Policía de Hacienda los apresaban en el interior del Colegio Externado San José, de San Salvador. Cumpliendo un plan bien coordinado, la Junta Militar Democristiana se apresuró a desmentir la captura presentando el hecho como un “secuestro” y pidió cínicamente “respeto a las vidas e integridad física” de estas personas mientras ellas eran cobardemente asesinadas.

Esta es una agresión y una provocación canallesca contra el pueblo salvadoreño, fruto de la desesperación por el fracaso de una política criminal que no ha logrado, ni logrará doblegarlo, ni arrodillarlo.

Durante las últimas semanas la Fuerza Armada y sus bandas para-militares han acrecentado la matanza y destrucción de viviendas de la población civil en extensas zonas rurales y los sanguinarios cateos en las ciudades, poblaciones y caseríos enteros han sido asolados, decenas de miles de familias mutiladas de sus seres queridos y de sus propiedades, han sido obligadas a buscar refugio en otros lugares del país o del exterior.

Mientras tanto, la Junta Militar Democristiana, pretendiendo encubrir con un manto limpio sus fechorías fascistas, se proclama insistentemente partidaria de la “paz y el diálogo”. Es el mismo cinismo mafioso aprendido de sus amos los imperialistas yankis, que han empleado en todas sus brutales e inútiles guerras contra los pueblos como pudo verse en Viet Nam.

El “Frente Farabundo Marti para la Liberación Nacional” –FMLN-, integrado por las Fuerzas Populares de Liberación –FPL-, Ejército Revolucionario del Pueblo
ERP, el Partido Comunista Salvadoreño –PCS- y la Resistencia Nacional –RN-, se dirige al pueblo salvadoreño, especialmente a sus grandes mayorías trabajadoras de las ciudades y campo, para decirle: la paz únicamente puede alcanzarse derrocando a este régimen genocida, echando del poder a los asesinos armados, entrenados y sostenidos por los gobiernos de Estados Unidos y Venezuela y por los peores explotadores que han sembrado la miseria y el hambre en nuestro país.

Para eso combatimos encabezando y conduciendo la heroica rebeldía popular; decenas de miles de jóvenes, adultos, hombres y mujeres se han levantado para empuñar las armas, decenas de miles más colaboran activamente, apoyando en toda forma a estas filas delanteras y cientos de miles de patriotas nos respaldan moralmente, dispuestos también a alzarse en lucha.

La hora de las grandes batallas decisivas, en las que habrá un sitio de combate para cada uno y para todos los patriotas, se está acercando a pasos agigantados. Por eso se desesperan y se dividen los asesinos que están en el poder y se lanzan a cometer los más horrendos crímenes. Por eso preparan golpes de Estado de Vides Casanova contra Abdul Gutiérrez y de Carranza y García contra todos, mientras Duarte se dispone a acompañar al ganador.

En estos momentos nuestras fuerzas preparan y aumentan sus armas, estructuran sus unidades militares estratégicas en diferentes lugares del país, afinan sus planes de lucha, intensifican su comunicación con el pueblo, preparándolo a incorporarse a las acciones decisivas.

Todos los salvadoreños verdaderamente patriotas que aman la paz, la libertad y la independencia, que aspiramos a una sociedad justa debemos disponemos a ocupar un lugar de combate en esas batallas decisivas.

El brutal asesinato de los queridos, valientes y talentosos dirigentes del Frente Democrático Revolucionario aunque muy doloroso, no detiene, sino que hace más resuelta esta marcha hacia la victoria del pueblo salvadoreño.

La única alternativa de solución para la crisis nacional, es la instauración del Gobierno Democrático Revolucionario, postulado por estos dirigentes. Ese gobierno estará integrado y sustentado por las clases trabajadoras de la ciudad y del campo, las capas medias, los elementos y agrupamientos patrióticos del ejército, los religiosos católicos y protestantes comprometidos con el pueblo y los sectores de la empresa privada que estén dispuestos a contribuir a la reconstrucción del país y a la reorganización de la sociedad para hacerla justa y perdurablemente pacífica.

Estas son las fuerzas más valiosas de nuestra nación, las que representan verdaderamente su ser y su futuro. Las fuerzas que ahora oprimen al pueblo salvadoreño, son el futuro peor de la historia nacional y representan el pasado oprobioso de medio siglo de dictadura asesina que hay que dejar atrás definitivamente.

Nosotros que hemos tenido que recurrir a la guerra, para conquistar una paz duradera, estamos abiertos y plenamente dispuestos a escuchar las opiniones de todas las personas, organizaciones o instituciones que aspiran al logro de esta meta de paz, libertad, independencia y justicia social, aunque no estén ellas afiliadas al Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional o al Frente Democrático Revolucionario. Respetamos sus ideas y opiniones, la conducta política del Gobierno Democrático Revolucionario buscará ser la síntesis de las variadas ideas, opiniones e intereses de las fuerzas progresistas de la nación y las respetará a todas.

Enrique Álvarez Córdova, Enrique Escobar Barrera, Juan Chacón, Manuel Franco, Humberto Mendoza y Doroteo Hernández, eran elementos representativos destacados de estas fuerzas sociales valiosas a las que pertenece el futuro y no es casual que esta Junta genocida haya bautizado al grupo de agentes de la Policía de Hacienda que escogió para asesinarlos con el nombre de General Maximiliano Hernández Martínez, quien inauguró esta feroz dictadura militar derechista masacrando a más de 30,000 salvadoreños en enero de 1932 y abandonó el poder en 1944, después de imponer otro baño de sangre a nuestro pueblo.

La próxima instauración del Gobierno Democrático Revolucionario no sólo responde a los intereses y anhelos del pueblo salvadoreño, sino que también interpreta las preocupaciones de los gobiernos y fuerzas democráticas y populares de nuestro continente y el mundo entero; frente a los males de la Junta genocida, que se encuentra totalmente desacreditada, puesto que pertenece al grupo de gobiernos más asesinos, más cínicos y torturadores de este continente.

Durante muchos años hemos construido, con incontables sacrificios y sufrimientos, las columnas de combatientes de vanguardia, forjados en dura y heroica lucha que constituyen nuestras organizaciones y están listas hoy para encabezar, dar organización y eficacia a las batallas decisivas del pueblo salvadoreño por su definitiva y verdadera liberación.

Nuestra orden general para los militares revolucionarios y nuestro llamamiento a todo el pueblo es:

¡Todos a prepararnos para las batallas decisivas!

Enrique Álvarez Córdova, Enrique Escobar Barrera, Juan Chacón, Manuel Franco, Humberto Mendoza y Doroteo Hernández, ejemplares patriotas, demócratas y revolucionarios auténticos, vuestras vidas como las de tantos otros miles de heroicos luchadores no han sido en vano.

Todos puestos en pie, listos y unidos para combatir hasta la victoria final, les decimos:

¡Presentes!

¡Revolución o muerte! ¡venceremos!

Shafikc Jorge Handal Ferman Cienfuegos

Salvador Cayetano Carpio Joaquín Villalobos

El Salvador, 28 de noviembre de 1980.

CEM publica documentos del FMLN de noviembre y diciembre de 1980

SAN SALVADOR, 28 de octubre de 2009 (SIEP) “1980 junto con 1932 son los años claves del proceso revolucionario salvadoreño en el siglo XX, fueron momentos síntesis, impactantes…” explicó el Lic. Roberto Pineda, Coordinador del Centro de Estudios Marxistas “Sarbelio Navarrete.”

Indicó que “en esta oportunidad presentamos los dos últimos documentos públicos del FMLN del año 1980, el primero es la denuncia del horrendo asesinato de los dirigentes del Frente Democrático Revolucionario, FDR, ocurrido el 27 de noviembre de ese año. Son documentos fundantes de nuestro proceso revolucionario.”

“Es el primer documento donde aparecen los nombres de los primeros responsables de las organizaciones que integraban el FMLN, Schafik Handal (PCS), Salvador Cayetano Carpio (FPL), Ferman Cienfuegos(RN) y Joaquín Villalobos (ERP) . En el siguiente comunicado aparecería ya el nombre de Roberto Roca (PRTC).”

Señala el comunicado que “Enrique Álvarez Córdova, Enrique Escobar Barrera, Juan Chacón, Manuel Franco, Humberto Mendoza y Doroteo Hernández, eran elementos representativos destacados de estas fuerzas sociales valiosas a las que pertenece el futuro y no es casual que esta Junta genocida haya bautizado al grupo de agentes de la Policía de Hacienda que escogió para asesinarlos con el nombre de General Maximiliano Hernández Martínez, quien inauguró esta feroz dictadura militar derechista masacrando a más de 30,000 salvadoreños en enero de 1932 y abandonó el poder en 1944, después de imponer otro baño de sangre a nuestro pueblo.”

El segundo comunicado, con fecha 12 de diciembre de 1980, es un documento histórico programático, en el que por vez primera se hace un llamado al diálogo como vía para resolver a crisis, a la vez que se anuncia la llegada de los combates decisivos para la libración.

Dice este segundo comunicado: “El FMLN ha girado instrucciones a todos sus unidades militares y milicianas, a las organizaciones de masas revolucionarias, para que preparen las acciones decisivas. Asimismo, ha ordenado incrementar las acciones armadas en todo el país…El pueblo y el FMIN preparan la insurrección popular y el impulso de las ofensivas militares contra los sectores fascistas del ejército…El FMLN llama a la clase obrera y a todos los trabajadores a intensificar los preparativos de la huelga general.”

«La bruja mensajera» denuncia a machistas golpeadores

«La bruja mensajera» denuncia a machistas golpeadores

Por Sandra Chaher. Artemisa. | 27 octubre del 2009
radiolaprimerisima.com

Hace ocho años, en un pueblo campesino del centro de Nicaragua, una mujer empezó a despertar a los oyentes de radio denunciando con nombre y apellido a varones golpeadores.

El programa fue tan original que en el 2005 recibieron un premio de la One Worl Broadcasting Trust de Londres. Jamileth Chavarría Mendieta, la Bruja Mensajera, cambió la historia del pueblo y la suya propia.

Bocana de Paiwas es un pueblo muy pequeño, campesino, situado en el centro de Nicaragua. Hace 15 años fue fundada en ese lugar la Casa de la Mujer, que alberga a las mujeres organizadas por sus derechos. En el 2001, algunas de ellas decidieron dar un paso más y fundaron una radio, Palabra de Mujer, una de las pocas emisoras feministas del país y del continente.

La programación comienza cada día a las cinco con La Bruja Mensajera, una propuesta osada y valiente que está vigente hace ocho años y ya fue reconocida con un premio internacional, el One Worl Broadcasting Trust que se entrega en Londres.

Una mujer que no devela su nombre adivina en una bola de cristal qué mujeres del vecindario fueron, o están en riesgo de ser, víctimas de violencia de género. Adivina y no, porque a través de las imágenes que arrojaría la bola no se hace más que denunciar en voz alta lo que otras mujeres, calladas y anónimas la mayoría, hacen llegar a través de papelitos y mensajes rumorosos a las integrantes de la Casa de la Mujer.

‘Agresor, te estoy viendo’ dice la bruja al micrófono mientras acaricia la presunta bola. ‘Un hombre agresor es un peligro social, una plaga’ completa sin miedo en un pueblo alejado de uno de los países más pobres y menos desarrollados del continente, donde no existe todavía la tecnología digital e Internet es un lujo de ciudad.

‘Nosotras decimos que la radio es comunitaria, feminista y campesina. No somos campesinas, pero queremos que esa identidad no muera’ dice Jamileth Chavarría Mendieta, la inventora de La Bruja Mensajera.

‘Nuestra práctica es propia, es una búsqueda de la liberación de la mujer. No queremos estar desconectadas de la teoría feminista pero queremos que la práctica nos represente como mujeres del campo’.

– ¿Tiene efecto la denuncia de la bruja?

-Sí. Ahora nos llegan menos denuncias que hace 4 ó 5 años. Igual estamos haciendo vigilancia para ver exactamente qué está sucediendo. Y les pedimos a los vecinos que nadie calle frente a una situación de violencia.

– ¿Alguna vez las agredieron por hacer el programa?

-Yo creo que el secreto está en el poder del medio de comunicación. Me amenazan pero no se atreven a hacerme nada. Los varones machistas nos dicen que nos van a pegar o a desaparecer y nosotras denunciamos eso también en La Bruja.

El medio nos protege. Una vez escuchamos gritos en una casa y golpeamos la puerta, era un policía maltratando a su mujer que salió a la calle y tiro un tiro al aire, y después la policía me procesó a mí por desacato de autoridad hacia él. Esto fue lo más grave que me pasó.

– ¿Y cómo te trata la gente del pueblo?

-‘Me dicen ‘la Bruja’. Jamileth se ríe relajada, como quien ya contó la historia muchas veces y no le importa qué andan diciendo de ella.

– ¿Tenés compañero?

-Me divorcié de mi marido hace tres años y ahora volvimos. Me di cuenta que no tengo que encontrar en él todo lo bueno que quisiera, con lo que hay me basta.

– ¿La separación tuvo que ver con tu rol en La Bruja?

– En parte si. La presión más grande era que en el pueblo le decían que yo mandaba y entonces él empezó a tomar. Ahora dejó de ir a la cantina y estar con otros hombres que le llenaban la cabeza, entonces está mejor. Yo siento que el más perjudicado por todo esto es él, porque las mujeres estamos con amigas, en la Casa de la Mujer hay psicólogas, estamos más fortalecidas.

Pero eso te aleja del hogar. Ahora estamos viendo si podemos funcionar. Tratamos de compartir la teoría feminista, leemos juntos, y eso ayuda porque él tiene voluntad de trascender.

– ¿Tienen hijos?

-Dos varones, de 20 y 16 años. Al chiquito le decían ‘brujito’. Porque además mi casa está al lado de la radio y ellos siempre fueron parte de lo que yo hice. Esto también es bueno porque al estar incluida la familia se sensibiliza.

– ¿Vivís de tu trabajo en la radio?

-No. Yo trabajo en la Casa de la Mujer y gano 250 dólares, es muy poco, así que hago siempre algún extra.

Desde hace tres años, cada quince días viaja 8 horas en micro de ida y 8 de vuelta hasta la ciudad de Matagalpa, donde está estudiando Derecho. ‘Empecé pensando en ayudar a otras mujeres, porque siempre que quise hacerlo me sacaron de los juicios por no ser abogada’.

Dal golpe alla «pace», accordo Zelaya-Micheletti

INTERNAZIONALE
31.10.2009

* APERTURA | di Maurizio Matteuzzi

Dal golpe alla «pace», accordo Zelaya-Micheletti
Il golpista rinuncia alla presidenza, il 29 novembre si vota
Voleva dire che l’epoca dei golpe «naturali» non era morta ed era tornata. Nel dimenticato Honduras perso in Centramerica, forse fuggevolmente noto da noi solo perché in una delle sue bellissime spiagge sui Caraibi c’era la location dell’Isola dei famosi, in questi ultimi quattro mesi si giocava una partita importante, se non proprio decisiva, per il futuro. E, a quanto pare, fatti salvi colpi di coda che al momento appaiono del tutto improbabili, la partita si è conclusa nella notte fra giovedì e venerdì, con la vittoria (ai punti) della squadra della democrazia sulla squadra del golpe. È stato quando verso la mezzanotte le due delegazioni, una degli uomini del presidente Zelaya «ospite» dell’ambasciata brasiliana di qui dal 21 settembre e l’altra degli uomini del presidente golpista Roberto Micheletti, hanno firmato l’accordo in 14 punti che rimetta le cose al loro posto e
consenta di affermare che la democrazia formale è stata restaurata con il ritorno di Zelaya alla presidenza, sia pure un ritorno fugace fino alle elezioni del 29 novembre, e senza poteri reali se non quello di insediare il suo successore il 27 gennaio 2010.
Con George W. Bush alla Casa bianca questo non sarebbe mai successo, i golpisti honduregni – forse un po’ «figli di puttana»ma i tradizionali figli di puttana seminati dagli Stati uniti in giro per il Centramerica e per il mondo – alla fine sarebbero stati riconosciuti e il golpe in Honduras in nome della «democrazia» e dell’eterna lotta «contro il comunismo» – che in assenza del comunismo è identificato nel venezuelano Hugo Chávez – sarebbe passato. Ma nella «nuova» America latina, non solo quella «radicale» – Chávez, il boliviano Morales, l’ecuadoriano Correa – ma anche quella «moderata» – il brasiliano Lula, l’argentina Cristina Fernández – e perfino quella di destra – il colombiano Uribe, il peruviano García -, non è passato.
Perché tutti, radicali e moderati e ultra- destri filo-americani si sentivano ronzare nelle orecchie quel verso delle Satire del vecchio Orazio: «de te fabula narratur…». E non è passato con Obama alla presidenza (nonostante l’atteggiamento molto ambiguo degli Usa). Non poteva passare pena la perdita di ogni credibilità del suo impegno ad avviare un «new beginning» nei rapporti fra Stati uniti e America latina e a cambiare l’immagine deteriorata di cui specialmente qui e con tutte le ragioni del mondo, godono gli Usa. Così, per uno strano gioco del destino e della politica, la situazione si è sbloccata, in senso positivo, grazie agli Stati uniti.
L’arrivo martedì scorso qui Tegucigalpa del sottosegretario di stato Usa per l’emisfero occidentale, Thomas Shannon, suonava come il finale di partita per i golpisti. Le trattative, cominciate il 7 ottobre, erano rotte dal 22. Allora Shannon, Kelly, Restrepo e l’ambasciatore Usa a Tegucigalpa, Hugo Llorens – un cubanoamericano che, a quanto pare, aveva avuto un ruolo non trascurabile nella preparazione del golpe di giugno -, giovedì mattina si sono chiusi con le due delegazioni al dodicesimo piano dell’hotel Marriott e non sono usciti di lì se non dopo averle costrette, a tarda sera, a firmare l’accordo.
Un accordo di compromesso in cui Zelaya rinuncia al suo progetto più ambizioso (e necessario) di un’assemblea costituente per riformare una costituzione scritta nell’ 83, e fatta da e per l’oligarchia. A sua volta il golpista Micheletti, che sui muri di Tegucigalpa è diventato «Gorilletti», ha dovuto ingoiare il boccone più amaro: il ritorno alla presidenza di Zelaya – un liberale come lui – dopo un voto del Congresso – che dopo aver votato per la rimozione violenta del presidente costituzionale in giugno, tutti dicono sia ora pronto a votare, forse già oggi o domani, il suo ritorno – e non, come voleva Micheletti, dopo il giudizio di una Corte suprema iper-golpista.
L’accordo prevede la creazione di un governo «di unità e riconciliazione nazionale», l’insediamento di una «commissione per la verità» che deve fare luce sugli eventi precedenti al golpe di giugno – che per i golpisti era un atto dovuto e legale per via del «tradimento della patria» ad opera di Zelaya –ma anche su quelli successivi – repressione violenta, una ventina di morti, migliaia di arresti, chiusura dei pochi giornali e tv favorevoli a Zelaya, stato d’emergenza.
La carne che Shannon ha messo sul tavolo dei negoziati non lasciava scampo a Micheletti (e neanche, in minor misura, a Zelaya). L’annullamento delle sanzioni economiche e politiche, la ripresa degli aiuti internazionali vitali per un paese derelitto come l’Honduras, il riconoscimento delle elezioni fissate dai golpisti per il 29 novembre, che nessun paese e istanza internazionale avrebbe riconosciuto e che ora tutti si apprestano a riconoscere (non ci saranno né Zelaya né Micheletti). Shannon non ha voluto strafare, ha definito «eroi della democrazia» i firmatari dei due bandi e dopo l’accordo ha detto di «non essere qui per imporre niente, la crisi è honduregna e la soluzione deve essere honduregna, noi siamo qui per dare garanzie». Una volta, fino a non molto tempo fa, in molti speravano che gli americani – che qui vicino, a Palmarola, hanno la maggior base militare dell’America centrale – se ne andassero al più presto. Adesso, a conferma del peso che gli Usa continuano ad avere sull’Honduras (e non solo) anche se in questo caso si sia trattato di un peso benefico, sperano che rimangano, almeno per un po’, per garantire che i golpisti rispettino gli impegni. Non sarà facile. A cominciare dai tempi, «il cronogramma».
Poi, sullo sfondo, resta il discorso sulla democrazia. Zelaya, che non è comunista né castrista né chavista, aveva capito che con la democrazia solo formale un paese come l’Honduras non uscirà mai dalla sua condizione disperata. Ora tutto sembra tornato alla situazione «di prima», di sempre. Il 29 novembre si contenderanno la presidenza candidati dei partiti dell’oligarchia tradizionale, los liberales e los nacionales. In molti sono contenti, l’Onu, la Ue, l’Osa. Hillary ha telefonato per rallegrarsi per «lo storico accordo che pone fine alla crisi». Ci sarà tempo per vedere cosa succederà.
Ieri mattina la brutta Tegucigalpa sembrava perfino bella con «il popolo» che si è riversato per le strade e nella piazza del Congresso a festeggiare. Una cosa è certa: senza la resistenza popolare qui in Honduras e senza l’azzardo di Lula «ospitando» Zelaya nell’ambasciata, oggi qui qui non ci sarebbe niente da festeggiare. E non solo qui.