Iglesia Luterana Popular participa en asamblea del FMLN en Sonsonate

SONSONATE, 21 de octubre de 2006 (SIEP) “Reciban un saludo combativo de la Iglesia Luterana Popular de El Salvador, es para nosotros un gran honor acompañar esta asamblea de luchadores populares por la democracia y la justicia social, de militantes del FMLN” dijo el Rev. Ricardo Cornejo durante asamblea de este partido político.

“Sonsonate es para nosotros un lugar sagrado. Un lugar de resistencia y de lucha. Aquí fue derrotado en Acajutla Pedro de Alvarado en 1524, aquí fue la insurrección campesina-indígena en Izalco en enero de 1932, aquí se han dado grandes luchas por la democracia y la justicia social.”

“Y el enemigo de la humanidad, el capitalismo voraz y depredador y sus sirvientes locales también nos han golpeado en este tierra. Rendimos homenaje a Ana Silvia Olan, asesinada en 1978 por la dictadura militar, y rendimos homenaje al sacerdote seguidor de Monseñor Romero, al padre Antonio Romero, asesinado el mes pasado esta vez por la dictadura financiera.”

“Nuestro hermano Antonio Romero organizó un marcha en homenaje a Monseñor Romero y el pueblo lo acompañó. Luego llegaron los areneros a pedirle que organizara una marcha en honor a Roberto DAubuisson y el respondió que trabajaba para Dios y su pueblo y no para el diablo. Y por eso lo trasladaron de Sonsonate.”

“Por otra parte, ha muerto otro soldado en Irak, el presidente Saca tiene las manos manchadas de sangre .Y la familia pobre de este soldado va recibir una bandera salvadoreña y siempre es bueno recibir banderas de nuestra patria. Pero esas banderas no se les entregan a las familias de los ricos. Ellos no van a Irak, solo los hijos de los pobres va a Irak.”

Por su parte el Profesor Carlos Magaña, sostuvo que “como Partido nos hemos fortalecido, estamos superando una crisis interna muy fuerte del periodo anterior, hay representación de 16 municipios, vamos hacia delante, el pueblo esta respondiendo a nuestro trabajo.”

En la actividad hicieron uso de la palabra el coordinador departamental el FMLN Profesor Carlos Magaña, Medardo González, el diputado Salvador Arias y Héctor Acevedo. La asamblea evaluó el trabajo realizado y aprobó nuevas líneas de trabajo.

Por su parte Medardo González afirmó que “debemos combinar la lucha política y la lucha electoral, no queremos campañas son luchas de clases, entre el FMLN y la Oligarquías nacionales y extranjeras, contra estos luchamos aquí y fuera de nuestras fronteras y debemos de ser lo mas responsables como militantes de nuestro gran partido y disciplinados para desarrollar donde nos responsabilice el partido para defender la organización y por ende la revolución que estamos desarrollando en cualquier trinchera y en cualquier lugar.”

Salvador Arias, diputado del FML por Sonsonate, enfatizó que “ solo vamos a cambiar esta realidad si nos organizamos. Es vital que en cada comunidad, en cada oficina, en cada finca, la gente se organice y luche por sus derechos, por sus reivindicaciones, por la seguridad ciudadana, por empleos, por la justicia social.”

Sobre el centralismo democrático

CUADERNO No. 6
SOBRE EL CENTRALISMO DEMOCRÁTICO
Lenin encontró que para el funcionamiento interno de este Partido proletario es el Centralismo
Democrático la base de su funcionamiento.
Estaba diciendo que la proletarización del Partido es una práctica integral. Se trata de dominar la teoría
del Marxismo-Leninismo que es la teoría del proletariado. Pero además ponerla en práctica y tomar conciencia y
practica de su proletarización. Para esto no basta con sólo el elemento del porcentaje del proletariado dentro del
Partido, sino que además este Partido debe asumir las características principales del proletariado. Asumir los
objetivos fundamentales del proletariado como su causa propia. Proletarización significa no sólo la teoría
Marxista, sino que su práctica y además los intereses del proletariado por parte del partido y tomar las cualidades
fundamentales del proletariado.
Con ese concepto Lenin concibió la base del funcionamiento de este partido proletario revolucionario
en el Centralismo Democrático. Fíjense que Centralismo Democrático está integrado por la combinación de dos
elementos: el elemento de la Centralización férrea Leninista del Partido y el elemento de su funcionamiento
democrático, ambos aspectos dialécticamente combinados.
El Partido del proletariado tiene que ser estrictamente centralizado en todos los aspectos; en primer
lugar, una centralización que parte de su ideología, una sola centralización en ideología. En su línea general
estratégica, político-militar, en la aplicación práctica política y militar de esta línea, tiene que venir de un sólo
centro, es decir debe haber una Unidad Ideológica, una Unidad Política, basada en una sola línea estratégica
político-militar revolucionaría y eso permite cohesionar a todos los miembros y organismos del Partido en una
sola voluntad y en una sola dirección de acción. En ese sentido, dentro del partido del proletariado no se permite
la formación de fracciones ni de grupos que estén al margen de la Dirección Centralizada y en eso el Partido del
Proletariado se distingue de todos los Partidos pequeño-burgueses que están formados por agrupamientos
diferentes dentro de si. En el Partido hay una sola ideología, una única línea, que cohesionan en una sola
voluntad y en una sola dirección de acción de todos sus miembros.
Firme Centralización
En el Partido no se permiten fracciones ni grupos que puedan conformar corrientes y eso es lo que le
diferencia a los partidos pequeño burgueses. El Partido de la Clase Obrera no permite corrientes en su seno.
Los partidos pequeño-burgueses tienen un montón de corrientes. Son conjuntos formados por
pensamientos diversos. El partido del proletariado no admite corrientes, no admite grupos internos, ni admite
fracciones. Hay diferentes escalones en un proceso para llegar a formar fracción: primero se forman
pensamientos diversos y luego se forman agrupamientos pequeños o grandes y finalmente se forma la fracción,
que es ya convertir una corriente y grupo que surja en otro centro paralelo. Dotarlo de otra dirección, paralela a
la Dirección Central. Al margen de la Dirección Central, el agrupamiento fraccional se va formando por
individuos que coinciden en una corriente diferente del pensamiento y de la línea estratégica o táctica y van
coincidiendo, van formando un círculo y finalmente adquieren una dirección reaccionaria paralela a la dirección
central.
Elementos básicos del Centralismo del Partido es que ningún miembro de dirección ni de base puede,
dentro la centralización proletaria de la organización, hacer propaganda a sus propios puntos de vista que no
estén expresando los acuerdos, la línea y los puntos de vista y decisiones tomadas por el Comando Central y el
Consejo.
Los acuerdos fundamentales de línea los toma el Consejo. Allí comienza la centralización. El Comando
Central los aplica, plasmándolos en las líneas políticas en cada momento determinado y la Comisión Política
ejecuta los acuerdos del Comando-Central. Ningún miembro de partido, ni de la Comisión Política, ni del
Comando Central, puede salirse de los acuerdos que toma en determinados momentos el Comando Central, ni
andar propagando su propio punto de vista que no esté de acuerdo con ellos. Sino que es el Comando Central en
su conjunto el que debe aprobar una línea y no cada miembro propagar su propio punto de vista: ya sea la
Comisión Política, ya sean Comisiones, o ya sean simples miembros, porque entonces esto conduce a una
fragmentación que debilita totalmente al Partido. La condición centralizada estrictamente del Partido es lo que le
da precisamente su potencia de fuerzas, porque une todas las voluntades en su torrente común de lucha contra el
Imperialismo y contra los enemigos internos. Eso es lo que hace precisamente que sea una organización de una
calidad superior, esta centralización, esta voluntad única: aún cuando algún compañero no esté convencido
totalmente digamos de la línea, de algún punto de esta línea. Eso es posible, pero lo que une es precisamente que
está comprometido a cumplir esa línea como los demás, con todo el entusiasmo. Por eso es importante el
conocimiento que se adquiere de la base, luego la discusión colectiva, luego la toma de determinaciones básicas
a través del CENTRALISMO DEMOCRÁTICO. Muchos acuerdos se toman por unanimidad, pero cuando no se
logra un acuerdo, se toma por votación y la minoría tiene que acatar ese acuerdo aunque no haya estado de
acuerdo con él. Por ejemplo, yo he sido el más abierto defensor de una propuesta y estoy seguro de que esa
propuesta es la correcta, entonces yo honestamente tengo la obligación de aportar todos los elementos necesarios
para que esa propuesta sea tomada como decisión y no haría bien si en forma liberal me plegara desde el
principio sin aportar los elementos que puedan ayudar a comprender que esa es la propuesta correcta. No haría
bien si me plegara en forma liberal para no contradecir a los compañeros. No haría bien en no defender con
argumentos, con análisis, con informes, la propuesta que yo considero honestamente correcta. Pero media vez se
tome la votación (y eso vale para todos los órganos del Partido), media vez se toma la votación, si mi propuesta
no ha sido aceptada, desde ese momento yo tengo que ser el más entusiasta aplicador de la decisión que ha sido
tomada. Esa es la condición de cohesión dentro del Partido, no importa que yo no esté convencido de que esa
propuesta ha sido correcta o no ha sido correcta, porque en el Partido del Proletariado se adopta el principio
dialéctico de que es la vida, la práctica la que demuestra cuáles cosas son correctas y cuáles cosas son
incorrectas. Desde ese momento que se ha tomado un acuerdo, los compañeros que tenían una propuesta que
quedó en minoría, tienen dos deberes fundamentales:
1. Aplicar aquella línea, con todo el entusiasmo; es decir no regatear la aplicación porque entonces sale
perjudicada la línea tomada, sino que aplicarla con entusiasmo como si yo hubiera estado convencido desde el
principio, como si yo hubiera hecho esa propuesta.
2. Ponerme “zipper” en la boca y no andar propagando mi propuesta anterior, sino dejar que sea la vida
la que demuestre que yo tenía la razón, o que no tenía razón y entonces el Partido sale ganado, ya sea en uno o
en otro caso.
Si yo tenía razón, es valioso que yo pueda precisamente en los balances exponer. Es decir, nuevamente
cuando se vuelva a hacer la síntesis; pero no estar fregando a cada momento, ni andar regando mi punto de vista
contrario a los acuerdos del Co-Cen o de los otros organismos, ni volviendo a pedir consideraciones en todas las
reuniones; sino que ya, cuando la vida ha demostrado la certeza o lo no justo. Entonces, cuando se llegan los
balances de la aplicación de las líneas, allí se ven las debilidades y los aciertos y entonces, allí les puedo decir yo
a los compañeros, “Miren, fíjense, que la propuesta que yo hice, era por esto y por esto y el acuerdo tomado no
ha marchado mucho y no es porque no hayamos puestos entusiasmo, sino que porque realmente lo que se acordó
tal vez no era lo más adecuado, sino que era esto y esto”. Entonces volver a exponer y eso es valioso, porque en
esa purificación de línea, como ya decíamos, de la masa hacia la dirección y luego, nuevamente de la dirección a
su aplicación en la masa, y en 1a vida, viene nuevamente su consideración, su balance, para poder sacar la línea
más depurada y luego otra vez se va a la práctica.
Entonces esa sabiduría que va adquiriendo la dirección, tiene como condición que se cumplan los
acuerdos y que no antojadizamente se anden propagando líneas que se consideran que para el futuro van a ser las
mejores, pero que en un momento determinado están vigentes los acuerdos del Comando Central en cuanto a la
aplicación de una línea determinada. Entonces el Centralismo-Democrático tiene ese elemento que es el de la
supeditación de la minoría a la mayoría.
Otro elemento que tiene el Centralismo es el que ya dije, que no permite direcciones paralelas. El que
abandera o fomenta una corriente o fracción dentro del Partido, está cometiendo traición. El Partido no permite
en lo absoluto que se formen direcciones paralelas, centros de dirección paralelo. El partido no puede permitir
dos direcciones. Debe realizarse la lucha ideológica que permita rescatar o hacer entrar el Centralismo
Democrático a aquellos que puedan inclinarse a formar una Fracción, y en último caso no se puede admitir que
funcione una fracción.
Y en un Partido en guerra, precisamente eso es un daño todavía mucho mayor que se le hace al Partido
y a la revolución.
Supeditación de los organismos inferiores a los superiores y de lo individual a lo colectivo
El otro elemento es la Supeditación de los organismos inferiores a los superiores. El Co-Cen, Comando
Central, está completamente supeditado a los acuerdos del Consejo, e incluso es el Consejo el que elige al
Comando Central. E1 Comando Central en el momento en que considere que es necesario.
Luego, la supeditación de la Comisión Política al Comando Central. La Comisión Política no puede
traspasar los acuerdos del Comando Central, sino que está supeditada a esos acuerdos. El Comando Central tiene
sus instrumentos de trabajo que son las Comisiones Nacionales. Las Comisiones Nacionales están supeditadas al
Comando Central y en su efecto, es decir cuando el Comando no está reunido, están supeditadas a la Comisión
Política. Luego; las direcciones de zonas, de subzonas, y los demás de localidad, etc. en su orden, y finalmente
las células, están supeditadas a sus direcciones inmediatas y a los órganos superiores.
Entonces la Centralización es una centralización que viene desde el órgano superior Consejo y Co-Cen,
que son la suprema dirección central; luego comisiones políticas, comisiones nacionales, que son instrumentos
de trabajo del Co-Cen, y luego direcciones zonales, direcciones subzonales y células. Dentro de las células a
veces se habla de formar células madres. Realmente las células no son órganos de dirección, son la base. A
veces, por necesidad, la célula comienza en un periodo provisional, tal vez como a crear otra célula, pero una
célula no es órgano de dirección interno de partido, sino que la célula o las células tienen que depender de sus
respectivos organismos, ya sea subzona, ya sea comisiones de población,
municipales, ya sea por dirección de Partido de barrio, o incluso una dirección de partido en una fábrica en
donde ya tengamos 5, 6, 7, 8 células. Entonces, si, pero una célula para otra no es órgano de dirección.
La Célula es la base del Partido. Así va la supeditación a los órganos superiores de los órganos
inferiores hacia los superiores y esto forma la centralización. Los acuerdos del Consejo, del Co-Cen, de la
Comisión Política en aplicaciones de los del Co-Cen, tienen que ser aplicados estricta mente por las direcciones
de zona, luego las direcciones de subzona tienen que acatar los acuerdos de las direcciones de zona y así
sucesivamente, y las células tienen que acatar los acuerdos de sus órganos de dirección central y de los órganos
de dirección intermedia.
Esa es la dinámica del funcionamiento del Centralismo en el aspecto orgánico. Luego viene otro
aspecto que es el siguiente: la supeditación del individuo al colectivo, ese es el otro aspecto del Centralismo
Democrático; es decir que no son los intereses del individuo los que tienen que primar sobre los intereses del
colectivo, sino que éste tiene que sujetarse a los intereses colectivos, los intereses personales tienen que
supeditarse a los intereses del Partido y a los intereses del colectivo. Es decir, el individuo está supeditado al
colectivo. Ese es otro aspecto del Centralismo Democrático.
El Partido del Proletariado tiene no sólo el carácter de Centralización estricta, de disciplina estricta, de
disciplina férrea conciente y voluntaria. A veces hay quienes no interpretan bien lo de voluntario; Es lo
siguiente: DESDE EL MOMENTO EN QUE ENTRA UNO AL PARTIDO, VOLUNTARIAMENTE TOMA
DETERMINADAS OBLIGACIONES, SUPEDITA SUS INTERESES AL COLECTIVO, LLEVA A CABO
ESTRICTAMENTE LA LÍNEA DE LA ORGANIZACIÓN, etc. Es decir toma todas esas obligaciones
voluntaria y conscientemente. De allí que la disciplina, aunque uno no está de acuerdo con algo, la disciplina
tiene que llevarla a cabo en forma estricta por conciencia, porque uno está conciente de que si no, se debilita el
partido. Si cada uno, cada persona dentro del Partido tuviera la posibilidad de llevar a cabo su propio punto de
vista, entonces aquí no hay partido. Por eso, la disciplina tiene que ser estricta, basada en la conciencia
revolucionaria, adquirida al entrar al Partido y en la voluntad que uno ha demostrado al entrar al Partido.
Disciplina basada en la conciencia, no significa que uno está escogiendo qué acuerdo aplicarla “porque no tengo
voluntad de aplicar esto o voluntad de aplicar este otro”. Eso seria prácticamente no tener partido, no haber
disciplina única para todos. Significaría tener tantas disciplinas cuantos individuos tiene el partido.
Disciplina Férrea y Única
Y hay otro elemento en cuanto a la conciencia y a la disposición: que esta disciplina es incondicional.
Incondicional, porque se basa en las normas de funcionamiento de los organismos. Eso es bien lógico, porque si
una persona pone condiciones, eso quiere decir que allí realmente no hay centralización, ni hay disciplina. Si yo
pongo condiciones, por ejemplo de que “este acuerdo lo voy a aplicar bien, pero éste otro lo voy a aplicar pero
con estas y estas condiciones o no lo voy a aplicar, o lo aplico si previamente se cumplen estas condiciones”,
realmente no habría centralización, ni habría partido verdadero. Por eso el Centralismo exige disciplina férrea,
incondicional, basada en la conciencia revolucionaria y en la voluntad revolucionaria y además se combinan
estas características de la centralización con el funcionamiento democrático.
Funcionamiento Democrático
¿Qué quiere decir funcionamiento democrático? Que los organismos y los miebbros así como tienen
deberes, tienen también determinados derechos democráticos. Por ejemplo, dentro de los estatutos se establece:
los miembros tienen derecho a ser electos para los distintos cargos, para los cuales muestran capacidad debida.
Según los estatutos, desde los dos años de ser miembro del Partido, puede ser electo para consejal y por
tanto, el Consejo puede elegirlo para miembro del Comando Central, Comisión Política, etc. Ese es un derecho
de los miembros, el derecho de que se le confía por parte del Partido los cargos de responsabilidad, de
comenzando por la célula y demás cargos de responsabilidad para los que hayan demostrado capacidad y
disposición efectiva en la práctica. Esto es una cosa de vital importancia para el Partido. El Partido sólo puede
tener una vida dinámica si se va vigorizando con los cuadros, con los miembros más concientes, activos y
entregados a los intereses de su pueblo; si se va vigorizando y fortaleciendo. Una de las características
principales de las FPL, por la cual el enemigo no la pudo destruir ni siquiera en sus primeros años, cuando era
apenas un pequeño grupo de compañeros, es que su Dirección se ha ido renovando con sangre extraída de la
propia lucha, con fuerzas nuevas con compañeros que se han ido forjando en el sacrificio de la guerra y se han
ido convirtiendo en jefes, en dirigentes.
Las FPL tuvo su gran vitalidad por eso, porque su núcleo inicial se fue renovando con los nuevos
compañeros, enriqueciéndose (no era un grupo cerrado), con los compañeros revolucionarios que se iban
forjando en la lucha. Así fue como el compañero Felipe Peña, compañera Eva, Chico, distintos compañeros,
fueron fortaleciendo los órganos, las comisiones de dirección, y de esa manera nuestra organización pudo
transpasar los ciclos más difíciles.
Ahora estamos en guerra, ahora ese proceso es bastante más difícil, porque la renovación tenemos que
hacerla a través de los estatutos que aún no preveen totalmente la situación en la cual el Consejo no pueda
reunirse. Pero esa situación si se prolonga mucho tiempo, puede conducir a aniquilar los órganos de dirección, a
que un pequeño número de compañeros tenga sobre si enormes responsabilidades e incluso que se vayan
desfazando de la situación, que se vayan burocratizando, sin tener el contacto vivificante de nuevos miembros
que la misma revolución ha ido dando.
Este es verdaderamente un peligro para nuestra organización: el aniquilamiento de su dirección, el no
renovamiento con los nuevos revolucionarios que se han distinguido en las FAPL, en las FPL y entre las masas.
Entonces una cosa importante es el problema de los cuadros para el desarrollo del Centralismo Democrático,
para la misma aplicación de la Democracia, porque cada compañero tiene el derecho, no sólo la obligación
propia, sino el derecho de que el Partido le dé las condiciones para ir ampliando sus conocimientos,
preparándose práctica y teóricamente más y también con mayores responsabilidades que le permitan irse
desarrollando como cuadro.
Por eso, la política de cuadros es una de las cosas fundamentales para llevar a cabo los derechos
democráticos de los mismos.
Otro es el derecho a que no se cometan injusticias contra un miembro. Por eso, por ejemplo, en la escala
de penas, de sanciones se establece que cada compañero tiene derecho a defenderse de los cargos graves, por
ejemplo la suspención, pero más todavía la expulsión o sea quitarle el grado de miembro a un compañero, se ha
previsto dentro de los estatutos (precisamente para garantía de los derechos democráticos de los miembros), que
la expulsión como miembro, es decir bajarlo de calidad de miembro a aspirante o a colaborador sólo puede ser
puesto en práctica después de haber sido estudiado por la Comisión Política.
El grado de miembro se lo puede dar la Comisión de Organización e incluso el órgano superior de las
células en consulta con la Comisión de Organización: pero la separación de un miembro o sea la expulsión
temporal o definitiva de un miembro de la organización, eso tiene que ser sobre la base de un juicio, más bien
dicho, que se estudie el caso en forma seria, que se lo dé oportunidad al compañero o compañera de exponer su
defensa y de que sólo puede ser últimamente aprobado por una última instancia que es la Comisión Política; de
manera que cuando una célula puede llegar a determinar y decir “bueno este compañero no merece ser
miembro”, debe pasar el caso con su opinión a un organismo superior, digamos su subzona o su zona o la
Comisión que la dirige y esta Comisión también podría llegar a la conclusión de que la opinión colectiva de los
compañeros es correcta y pasarlo entonces a la Comisión de Organización. Pero la expulsión tiene un último
término: hay una instancia que es la Comisión Política. Eso es parte de los derechos democráticos.
Interrelación entre Dirección y Base
Pero en lo democrático también está la siguiente: la necesidad de la fluidez de los acuerdos; es decir que
como ya vimos, esto va en dos sentidos: que las direcciones tienen que conocer, tienen que tratar de consultar, de
recoger desde las raízes, desde las bases y de direcciones intermedias, la situación, su opinión sobre las
cuestiones modulares, para poder recogerlas en la elaboración de las decisiones básicas y al mismo tiempo hacer
llega éstas a las direcciones intermedias y bases. Esto significa una fluidez en la comunicación y funcionamiento.
Es decir, esto no es un embudo de abajo para arriba, que la dirección sólo recibe, sino que también a su vez es
una obligación de la dirección de mantener informada de los acuerdos medulares y de la situación a la base y a
sus órganos, a todos los órganos. Muchas cosas naturalmente tienen que ser informadas compartimentadamente,
de acuerdo con las tareas y misiones que tenga cada escalón. Pero la Dirección Central, tiene la obligación de
estar manteniendo informado de la situación política, de la situación general, a las bases y a los organismos
intermedios, para que éstos pueden cumplir mejor sus tareas, porque por ejemplo: Aparece Radio Venceremos
diciendo que se van a hacer negociaciones dentro de 8 días o que estamos dispuestos a hacer una negociación,
inmediata sin condiciones, etc. Entonces, ¿Cómo van a aplicar la línea de nuestra organización o saber si nuestra
organización tiene exacta ese pensamiento como organización, cómo van a aplicar nuestra línea los miembros,
los cuadros, si no tienen la argumentación, los elementos que la organización tiene para toma determinada línea?
Allí está obligada la Dirección Nacional a dar aquellos elementos que no sean secretos, secretos de guerra, y sin
descompartimentar, para dar todos aquellos elementos para que los compañeros dinámicamente cumplan la línea
correcta de la organización, para que no se dejen confundir por determinados compañeros que vienen de otras
corrientes, que expresen puntos de vista que no son de nuestra organización.
Los órganos internos deben de tener el sello de la Organización y que deben tener los canales de orientación de
la Dirección, para mantener las propias características y la propia imagen y la orientación cómo organización,
como el Partido del Proletariado.
La Identidad de Partido
Es vital que la gente de nuestra Organización, cuando lea algo que es de la Organización, vea que es de
la Organización del Proletariado, de nosotros, que se está guiando por nuestra línea, de su dirección, porque
todavía no nos hemos fundido 5 direcciones en una sola, sino que todavía para nosotros el Centralismo es el
Consejo, el Comando Central, la Comisión Política de las FPL. No es la Comisión Política del PRTC, del ERP.
Ellos tienen su comisión política propia, su propia centralización y la obligación de acatar los acuerdos de “su”
dirección, mientras todavía tengan funcionamiento como Partido.
Mientras nosotros tengamos funcionamiento como Partido, y precisamente la tarea más grande es que
ese funcionamiento sea del verdadero Partido Marxista-Leninista, para nosotros la voz que vale es la voz de
nuestros órganos de dirección y entonces mal haríamos nosotros por ejemplo, si en un documento del Comando
Central o del Consejo o de la Comisión Política para nuestros miembros y como parte de nuestra vida interna,
mal haríamos con comenzar diciendo: “El FMLN-FDR ha acordado tal cosa y, por tanto,”etc., y solo referirse a
los argumentos y acuerdos del FMLN-FDR, eludiendo la obligación de orientar como Partido a su membresía.
Con tal método despersonalizaríamos totalmente por dentro a nuestra organización, disminuiríamos la mística de
nuestra organización y desacostumbraríamos la obligación de nuestros miembros de acatar sólo las órdenes de
nuestra Comisión Política y del Comando Central. La misma Comisión Política estaría despersonalizándose ante
sus miembros porque es Comisión Política de las FPL, no es un conducto político general. Todavía,
lamentablemente, no se ha podido, ni se podrá formar por ejemplo en pocos meses, el Partido Único de la
Revolución. Tenemos la situación de que hay cinco comisiones políticas diferentes, cinco direcciones nacionales
diferentes y no sabemos si también hay cinco consejos o congresos diferentes. Entonces tenemos que ser serios
en cuanto a dar la personalidad de nuestra propia dirección y de nuestra propia organización.
Y nuestros miembros lo que tienen que acatar son los acuerdos de nuestra Organización y no los
acuerdos genéricos que nos vengan por los distintos radios, sino que es nuestra Organización la que va a decir si
tales acuerdos del FMLN son correctos y si nosotros nos hemos comprometidos, y sólo cuando nuestra dirección
diga que esos acuerdos han sido ya tomados como propios por nuestro partido, por nuestra organización, sólo
entonces nuestros compañeros saben que están cumpliendo bien. Por esto debe de haber una interrelación, la
fluidez de las comunicaciones de abajo hacia arriba para capacitar a nuestra dirección de tomar buenas
decisiones y la fluidez también en sentido contrario: de que nuestra dirección tiene la obligación de mantener
informado de sus enfoques, de sus acuerdos y de sus razones a la base, a las direcciones intermedias, a las
comisiones, etc. Omitiendo, naturalmente lo secreto y compartimentado. Pero dotando a los organismos, cuadros
y miembros de los elementos y argumentos necesarios que les permitan aplicar, defender y llevar a las masas la
orientación del partido. Ese es parte del funcionamiento democrático.
Entonces como ven, ya vamos a agotar los elementos fundamentales de Centralización, ya vimos
también algunos elementos fundamentales de lo democrático. Faltaría aquí expresar lo siguiente: en lo
democrático el Partido debe funcionar de tal manera que dé la posibilidad de que todos los miembros participen
en la elaboración de los acuerdos fundamentales. Todavía, nosotros no hemos llegado a tener Congreso.
Congreso es diferente que Consejo. Nosotros tuvimos que formar Consejo porque no había posibilidad de
Congreso, además posiblemente ya va a ser posible en una reestructuración de Estatutos, porque el Congreso le
da un carácter más democrático a la voluntad, a la opinión de sus miembros.
Consejo Revolucionario y Congreso
El Consejo Revolucionario es electo por el mismo Consejo. ¿En que sentido? Al consejo todos los
consejales tienen derecho a presentar candidaturas para nuevos consejales y el mismo consejo elige a los
consejales, después de la valoración de los candidatos presentados.
El Congreso es diferente. En el Congreso las condiciones son más democráticas; el Consejo es más
centralizado, sus elecciones también. Pero el Congreso es centralizado con mayores elementos democráticos.
¿Qué quiere decir eso? Al Congreso tienen que asistir naturalmente los miembros del Comando Central con
derecho propio. Pero no es el Congreso el que elige, sino que son los órganos y las bases las que eligen sus
representantes al Congreso.
Por ejemplo cada número determinado de células eligen a un congresal. La elección es en la base. Este
Congreso está formado por congresistas electos en las bases y no electos allá arriba, sino que van enviados de
aquí.
Las Direcciones de Zona tiene derecho a elegir uno o dos y en la elección en la base tienen que
aquilatarse cuál es el mejor compañero que se va al Congreso. Así es como se forma el Congreso.
Nuestra organización posiblemente necesite ya, que los que tengan honor de ser congresales, sean
escogidos por sus propios compañeros en elección. Así los que pasen a ser miembros del Co-Cen (o Comité
Central), y de la Comisión Política han sido previamente aquilatados por los organismos y las bases.
Esto es una ampliación del elemento democrático dentro de lo que se llama Centralismo Democrático.
Como vemos, el Centralismo Democrático es una combinación que lleva dos elementos lo más dialécticamente
posible y armónicamente posible combinados: los elementos de centralización estricta y los elementos
democráticos que permiten a la membresía expresar también su voluntad a través de las decisiones tomadas por
los órganos supremos.
En este sistema, esa expresión de la voluntad de las bases es mucho más clara, mucho más fresca: pero
además deben de darse mecanismos para que las células y los organismos intermedios hagan propuestas, que
puedan hacer llegar sus opiniones, sus sugerencias y sus criticas hasta los órganos que correspondan. Eso no es
sólo un deber, sino también un derecho y por tanto deben de establecerse los mecanismos que puedan conducir la
opinión de las células y de los organismos a la Dirección. De lo contrario si no se lleva a cabo esta regla
democrática, la dirección se convierte en algo enquistado en sí mismo, en una dirección separada digamos del
pensamiento de la membresía y de los problemas reales que existen.
El Partido en Guerra Popular
Aquí es necesario tomar en cuenta un elemento que no es antojadizo, sino que es de la propia realidad
de la lucha y del propio proceso: nuestro Partido, las FPL, y en su conversión en el Partido Marxista-Leninista,
es un Partido en guerra, es un Partido que tiene que dirigir lo militar, lo político y lo externo, pero dentro de una
guerra popular, encarnizada, cruel. Que tiene que conducir hasta la victoria dentro de las situaciones sumamente
complejas de la zona y de nuestro proceso. Esto hace que algunos aspectos democráticos se vean limitados y no
es posible cumplirlos con toda amplitud, pero es que no es lo mismo en un momento en que hay bastante
posibilidad de moverse libremente de salir a plazas publicas, de organizarse en lo abierto bastante ampliamente,
que cuando los escuadrones fascistas andan tratando de adivinarlo hasta en los ojos a la gente, que si esta gente
es progresista para matarla. No es lo mismo.
En tales condiciones, algunos elementos básicos de la vida del Partido tienen que acentuarse más: la
clandestinidad tiene que ser muchísmo más estricta, la secretividad tiene que ser muchisimo más estricta, las
reglas de seguridad y compartimentación tienen que ser más estrictas que en tiempos que podría llamar
“normales”. No es la mismo como se manifiesta y se mueve un Partido abierto y legal.
No es lo mismo como se puede mover un Partido Marxista de la clase obrera en donde muchas de las
reglas de compartimentación no son tan necesarias, que lo que debe hacerse por ejemplo en El Salvador. Es una
distancia como de la luna a la tierra, o quizás mayor de la luna, la del sol, una distancia enorme.
La guerra obliga y la guerra es un hecho objetivo que no le estamos inventando. Ya no estamos en
teoría, por suerte, en la cuestión de la guerra; sino que es una verdadera guerra popular. Algunos aspectos
democráticos tienen que limitarse y al mismo tiempo tiene que ampliarse la COMPARTIMENTACION,
CLANDESTINIDAD, SECRETIVIDAD, REGLAS DE SEGURIDAD para todos los organismos, adentro y
fuera. Porque son organismos de este partido, de esta Organización en guerra; son células de un partido en
guerra. Esto hay que tomarlo en cuenta para su funcionamiento.
De lo contrario, este partido sin esas células de partido en guerra, no podría dirigir el proceso de la
guerra y no sólo las células, sino que todos los organismos tienen que considerarse organismos de un Partido en
guerra. No sólo las escuadras, las UV, las FES y todos estos miembros de un partido en guerra, sino que todos
los miembros del partido en las masas o en cualquier tarea que tienen y todos los organismos y sus bases, es
decir, sus células tienen que considerarse que son parte de un partido en Guerra, que tiene que dirigir el proceso
político de lo interno del país en condiciones de una guerra dura, que tiene que dirigir el proceso militar, que
tiene que organizar sus células en el Ejército, entre las milicias en la población en guerra y que tienen que dirigir
el trabajo de un Partido en guerra, en lo externo, en el exterior. Por tanto, las células y miembros de Partido que
se encuentran en el exterior no pueden considerarse en otra situación diferente, que la de un Partido en Guerra, y
por tanto aún cuando el ambiente no sea exactamente igual el de San Salvador sin embargo tienen la obligación
de llevar a cabo las normas estrictas de clandestinidad en su funcionamiento, de compartimentación, etc. Aunque
ellos sientan que actúan “más libremente”.
La compartimentación, las reglas de la clandestinidad, de seguridad, tienen que llevarse a cabo también
en el sector del Partido del exterior. Les voy a poner un ejemplo: Un “pequeño deslize” en cuanto a cuestiones de
seguridad puede costar vida a saber cuantos compañeros. Por ejemplo, uno sabe que un compañero va a salir
mañana de aquí, y le dice a un fulano, “mi compa va a salir mañana para allá”, y esto se riega donde no debe
regarse. ¿Quien garantiza que eso no llegue a los oidos de alguien que esté en infiltración, quién garantiza eso, y
que este compañero al llegar allá inmediatamente lo apartan, lo hagan a un lado y le comiencen un chequeo
mucho mayor, de sus papeles, de sus bolsillos, de todo, y luego lo hagan desaparecer?
Estas, aunque estén en el exterior, son células de un partido en guerra porque la guerra no es sólo contra
los títeres del Imperialismo y los servicios la CIA. Y estos están en todas partes y están bajo el seguimiento, es
espionaje de querer saber, de oír para poder darnos golpes adentro y afuera, donde más nos duela. Por eso es más
necesario que afuera y adentro se lleven a cabo bien las reglas de secretividad. No tenemos derecho a exponer la
vida de compañeros en lo interno y en lo externo y no tenemos derecho en circunscribir nuestra guerra
exclusivamente a los 21.000 km2. Estamos en guerra contra el imperialismo en todo el mundo.
La CIA nos sigue a nosotros en todas partes y el Imperialismo sabe quién es su principal enemigo, cuál
es la fuerza más consecuente, el Imperialismo fundamentalmente considera que las FPL es el enemigo principal
para él, dentro del pueblo.
Las FPL son la Organización a la que considera irreconciliable y como enemigo a muerte. Y lo dice a
cada rato. Porque saben que las FPL-Farabundo Martí están total e indisolublemente comprometidas con la clase
obrera y el campesinado pobre y con los intereses fundamentales del pueblo. Y que aspiran, luchan y lograrán el
honor de convertirse en el verdadero Partido Marxista-Leninista del Proletariado Salvadoreño.
¡REVOLUCIÓN 0 MUERTE!
¡EL PUEBLO ARMADO VENCERÁ!
MARCIAL
Primer Responsable del Comando Central de
las Fuerzas Populares de Liberación FPL – Farabundo Marti

Etnofagia y multiculturalismo

Etnofagia y multiculturalismo

Héctor Díaz-Polanco

Las izquierdas han dado un gran paso adelante en los últimos años conforme incluyen cada vez con más énfasis el horizonte sociocultural, la diversidad y particularmente los fenómenos identitarios como parte de su comprensión del mundo. Esto ha enriquecido sus perspectivas y sus dispositivos analíticos. Pero hace falta revisar y corregir constantemente los enfoques y las tesis básicas, en consonancia con el desarrollo del capitalismo, particularmente en su actual fase globalizadora, a fin de evitar lugares comunes que oscurecen la percepción de los procesos en marcha.

Uno de esos tópicos se refiere a la supuesta concordancia entre la globalización del capital y la disolución de la diversidad. Todavía persiste la idea de que el proceso globalizador conduce forzosamente a la homogeneización cultural. No obstante, la evidencia no avala esa visión. Todo indica que, por el contrario, la globalización no sólo no está provocando la mencionada uniformidad, sino que va acompañada de un notable florecimiento de las identidades. Esto, desde luego, tiene que ver con la resistencia de los grupos identitarios, pero también con la propia lógica globalizadora del capital. Para entenderlo, es preciso abandonar la perspectiva de una globalización que funcionaría de acuerdo con los patrones homogeneizadores de antaño y aceptar que la actual mundialización funciona con mecanismos más complejos, esto es, que sin abandonar los propósitos integrantes del capital la globalización procura ahora la inclusión universal de las identidades, sin que eso signifique en todos los casos la disolución de las diferencias. En síntesis, la globalización ha encontrado la manera de aprovechar la diversidad sociocultural en su favor (saciando el incontenible apetito del capital por la ganancia). En ese trance, el capital globalizante y etnófago “exalta” la diversidad, mediante la ideología multiculturalista y como nunca antes busca convertir la pluralidad de culturas en un puntal de su reproducción y expansión.

Para ello, el sistema ataca las bases comunitarias de las identidades, al tiempo que promueve todo género de “identificaciones” (como las ha denominado Zygmunt Bauman) que son especies de “identidades” individualizadas, sin sustento colectivo. La identificación funciona más bien cuando las comunidades han sucumbido bajo el influjo individualizador del sistema; opera como “sustituto” de éstas, para mal satisfacer el afán desesperado de los individuos de dar sentido a sus vidas. Estas seudoidentidades sin comunidad, cuya construcción promueve el sistema individualizador, no resultan contrarias a la globalización; antes bien, dice Bauman, “le engrasan las ruedas”. 2 Sin embargo, las identidades con sólido fundamento comunitario (como los pueblos indios latinoamericanos) siguen siendo un dolor de cabeza para el sistema globalizador: oponen una resistencia tenaz y hasta ahora resultan poco digeribles por el capital. En este terreno está dirimiéndose la actual “batalla de las identidades”.

En todo caso, lo que parece cierto es que el orden globalizador (o el “imperio”) busca integrar en su espacio no sólo la identificación, sino también la identidad. Todo debe ser ingerido y digerido por el sistema. Para entender esta fuerza succionadora del “imperio”, su voracidad insaciable y las estrategias de dominación para lograrlo, la obra de Hardt y Negri aporta elementos sugerentes. 3 A mi juicio, lo principal es que muestra la complejidad del aparato globalizante, cuya estrategia no se centra en la homogeneización cultural.

El libro citado ha sido sometido a fuertes críticas que son, a mi modo de ver, pertinentes en lo sustancial.4 Más adelante, en su nueva obra Multitud, los autores han intentado corregir o ajustar sus posiciones, aunque los puntos medulares que suscitaron las críticas se mantienen. 5 No es mi propósito detenerme aquí en este debate. Poniendo aparte construcciones delirantes sobre el “imperio”, propuestas que rayan en la metafísica (la inasible “multitud”) o el extraño misticismo del “amor” y la “comunidad”, me parece que un pasaje de Imperio nos da pistas sobre la compleja relación entre el capitalismo actual (por ahora, independientemente de que a esta fase la llamemos “imperialismo” o “imperio”) y la identidad (la “diferencia”, demarcada en tanto “modo de vida”, como lo sostiene Gray, y no sólo como la pluralidad de puntos de vistas o “pluralidad de doctrinas comprensivas” de los individuos en una sociedad liberal, como lo concibe Rawls). 6

Los autores parten de un planteamiento central, a saber, que el aparato de dominio imperial opera en tres etapas: “una inclusiva, otra diferencial y una tercera, administrativa”. En sentido estricto, no son fases de un proceso lineal; corresponden más bien a momentos o facetas de dicho dominio. Examinaré aquí las dos primeras.

La faceta inclusiva es la cara “magnánima, liberal, del imperio”, en la que éste se presenta como “ciego a las diferencias” e imparcial. Busca lograr “la inclusión universal dejando de lado las diferencias inflexibles o inmanejables que, por lo tanto, podrían dar lugar a conflictos sociales”. Para ello, es necesario que considere las diferencias como “no esenciales” o que ignore su existencia. “El velo de la ignorancia permite la aceptación universal” que, a su vez, hace posible el “consenso coincidente”. Así, se extirpa “el potencial (contestatario) de las diversas subjetividades” y el espacio público de “neutralidad del poder” que resulta “permite establecer y legitimar una noción universal de justicia que constituye la médula del imperio”. La lógica de la indiferencia, la neutralidad y la inclusión conforma “un fundamento universal” que se aplica a todos sin excepción. “En este primer momento, el imperio es pues una maquinaria de integración universal, una boca abierta con un apetito infinito que invita a todos a ingresar pacíficamente en sus dominios.” El imperio no busca excluir las diferencias; actuando “como un potente vórtice”, incita a los otros “a penetrar en su orden”. De este modo, el imperio busca convertirse “en una especie de espacio uniforme, a través del cual las subjetividades se deslizan sin oponer resistencia ni presentar conflictos sustanciales.” 7

Resulta evidente que los autores están utilizando los referentes rawlsianos para dibujar los contornos del imperio por lo que se refiere a su afán de inclusión, de construir consenso liberal. Para conseguir esto, nada como sostener que es posible establecer los principios universales de la organización sociopolítica con independencia de la diversidad básica de la sociedad. Es la contribución central de Rawls en sus dos obras seminales. Puesto que es esa misma diversidad la que impediría llegar a acuerdos que sean válidos para todos (universales), el procedimiento que propone Rawls, como es sabido, incluye el “velo de la ignorancia” en una “posición original” en la que las partes buscan definir los fundamentos del contrato social, que no es más que un intento radical de excluir la diversidad como un principio (o metaprincipio) esencial de la teoría de la justicia, 8 o dicho de otro modo, es como se logra que el sistema liberal se sustente en principios que no incluyen la pluralidad, mientras se garantiza que las identidades no opongan resistencia. Así se puede alcanzar el “consenso traslapado”, 9 prometiendo que, respecto a las distintas concepciones de la vida en competencia, el poder será neutral, es decir, “ciego” a la diferencia. Tal neutralidad (o indiferencia frente a la diferencia) es la clave de la nueva teoría de la justicia que aporta Rawls a la fase imperial del sistema. El imperio obtiene un “fundamento universal” que es la base de su carácter “inclusivo” y favorece su estabilidad.

El proceso etnofágico

La otra imagen fuerte de los autores es que, practicando la “indiferencia” que orilla a los diferentes a dejar de lado sus particularidades, el sistema funciona como una poderosa maquinaria de integración total, un “potente vórtice” cuya característica más notable es su apetito insaciable. La idea del imperio como voraz “boca abierta” es una figura inspiradora. A principio de los noventa, busqué entender este proceso a escala del Estado nación latinoamericano mediante el concepto de etnofagia, que en su formulación incluía imágenes similares: apetito de diversidad, digerir o asimilar lo comunitario, engullir o devorar lo “otro”, etcétera. Frente a las acciones brutales del pasado (genocidio, etnocidio), ahora la etnofagia tomaba cuerpo como un conjunto de “sutiles fuerzas disolventes” del sistema. Asumiendo como un norte la noción de etnofagia propuesta, se realizaron en años posteriores interesantes estudios de casos de tales procesos. 10

En efecto, en una obra de 1991, advertí que las prácticas crudamente etnocidas resultaban ya inconvenientes, por lo que se estaba pasando “a una compleja estrategia que propongo denominar etnófaga”, esto es, el abandono de los programas y las acciones explícitamente encaminados a destruir la cultura de los grupos étnicos y la adopción de un proyecto de más largo plazo que apuesta al efecto absorbente y asimilador de las múltiples fuerzas que pone en juego el sistema. No era el abandono de la meta integrante, sino su promoción por otros medios. “La etnofagia agregaba expresa entonces el proceso global mediante el cual la cultura de la dominación busca engullir o devorar a las múltiples culturas populares, principalmente en virtud de la fuerza de gravitación que los patrones “nacionales” ejercen sobre las comunidades étnicas”. No se busca la destrucción mediante la negación absoluta o el ataque violento de las otras identidades, sino su disolución gradual mediante la atracción, la seducción y la transformación. Por tanto, la nueva política es cada vez menos la suma de las acciones persecutorias y de los ataques directos a la diferencia y cada vez más el conjunto de los imanes socioculturales y económicos desplegados para atraer, desarticular y disolver a los grupos diferentes. En síntesis, “la etnofagia es una lógica de integración y absorción que corresponde a una fase específica de las relaciones interétnicas […] y que, en su globalidad, supone un método cualitativamente diferente para asimilar y devorar a las otras identidades étnicas”.

Al menos, la etnofagia implica dos cambios importantes. En primer lugar, el proyecto etnófago se lleva adelante mientras el poder “manifiesta respeto o ‘indiferencia’ frente a la diversidad, o incluso mientras ‘exalta’ los valores indígenas”. En esta circunstancia, el Estado puede presentarse como el garante o el “defensor” de los valores étnicos, especialmente cuando su política debe atenuar los efectos de los brutales procedimientos del capitalismo salvaje o tropieza con los toscos métodos etnocidas de sectores recalcitrantes que no comprenden las sutilezas de la etnofagia. Como sea, lo cierto es que, en el tiempo de la etnofagia, la “protección” estatal de las culturas indias alcanza su máximo carácter diversionista. En segundo término, se alienta la “participación” (las políticas “participativas” tan de moda a partir de los ochenta) de los miembros de los grupos étnicos, procurando que un número cada vez mayor de éstos se conviertan en promotores de la integración “por propia voluntad”. Los dirigentes indios no son preparados para ser intelectuales indígenas, sino ideólogos y agentes de las nuevas prácticas indigenistas. Es una estrategia que opera con la táctica de la quinta columna. 11

Desde luego, no se hablaba en aquel momento de exclusividad de los procedimientos etnófagos, sino de preponderancia de los mismos, como parte de una maniobra de envolvimiento y asimilación, con ritmos y grados de desarrollo diferentes según los países. Lo que en el debate latinoamericano se llamó “etnicismo” o “etnopopulismo”, que alcanzó su cenit en los ochenta del siglo XX, se ajustaba ya al ciclo de la etnofagia. El poder se sentía “cómodo” con el discurso etnicista (especie de precursor criollo del multiculturalismo en la región) que, al tiempo que ensalzaba la diversidad étnica, rechazaba la acción concertada de los indios con otras clases o sectores subordinados no indígenas y, apoyándose en una peculiar concepción del colonialismo, repudiaba la “revolución a la occidental” (justamante porque ésta ponía el énfasis en “la lucha de clases”, que supuestamente nada tenía que ver con los indígenas), lo que en la práctica terminaba siendo una renuncia a toda rebelión contra el sistema. 12

Años después, subrayamos que la etnofagia surgía en un marco de “notable ascenso político de los pueblos indios”, una de cuyas cimas fue el levantamiento zapatista de 1994, lo que inquietaba al poder. La razón de esto radicaba en que la articulación de las demandas indígenas mostraba aristas políticas cada vez más acusadas. La reducción culturalista de las identidades naufragaba. Ello explicaba que los gobiernos ensayaran iniciativas que, en apariencia, eran contradictorias: “por una parte decíamos, impulsan enmiendas legales para reconocer el carácter “pluricultural” de la sociedad; y por otra, adoptan modelos socioeconómicos que minan la identidad étnica de los pueblos indios. Es lo que puede llamarse la estrategia del indigenismo etnófago, esto es, mientras se reconoce la vigencia de las identidades, se busca engullirlas, socavarlas desde sus cimientos: desde la misma comunidad”. La idea era que ningún reconocimiento afectara el orden político (poder) o el modelo económico (neoliberal) que “imponía” la globalización. 13

Ya era claro que los pueblos estaban frente a desafíos nuevos en un contexto también novedoso. Las amenazas a las identidades se daban ahora en “la fase terminal de la “modernidad” (preludio de la anunciada posmodernidad)” y resultaban de “una globalización que, de hecho, pretende ignorar las particularidades, la pluralidad étnica y las maneras distintas de vivir”, pero merced a otros procedimientos. Los ataques no seguían patrones anteriores, a los que las comunidades “podrían sobreponerse con estrategias ya probadas”. No debía pasarse por alto que las fuerzas a las que se enfrenta la organización comunal son enormemente más poderosas y eficaces en la actualidad que en el pasado: la nueva estrategia “es más pertinaz y potente en la misma medida en que busca socavar la unidad comunal desde adentro, poniendo más activamente en juego las fuerzas individualistas del mercado y utilizando pautas y mecanismos de atracción y seducción que excluyen (o reducen al mínimo necesario) los brutales o burdos medios de otras épocas”. 14 Aunque observábamos todo esto desde el balcón de la experiencia mexicana, augurábamos que lo que se incubaba en este país trascendía sus fronteras, pues sólo anticipaba “el sentido de las nuevas políticas” que tendrían que enfrentar los pueblos indios en todas partes. 15

Existen notables similitudes entre el análisis de Hardt y Negri sobre este aspecto del aparato de control imperial y la etnofagia que proponíamos para entender las nuevas formas de dominio sobre las etnias latinoamericanas. También existe una diferencia crucial por lo que hace a su alcance respectivo. Aunque vislumbrábamos que la nueva estrategia estaba relacionada con la globalización y el modelo neoliberal y que trascendía los espacios nacionales, básicamente la etnofagia se proyectaba para interpretar los procesos atinentes a los grupos étnicos y el énfasis estaba puesto en una región determinada. Los autores de Imperio muestran que la etnofagia no alcanza sólo a los grupos étnicos indios, sino que atañe a todas las “diferencias” o identidades que son atraídas hacia el orden imperial; asimismo, que la etnofagia no se circunscribe a un ámbito restringido, lo que se corresponde con su idea de que en “la sociedad imperial, la producción de la subjetividad tiende a no estar limitada a ningún lugar específico” y su lógica de transformación “tiende a generalizarse, en diferentes grados, en todo el mundo”. 16

De esta suerte, el concepto adquiere mayor densidad, al “ampliar” el proceso etnofágico al ámbito global, como un imperativo sistémico. No se trata de una “faceta” o un “momento” del despliegue neoliberal en Latinoamérica, localizado y contingente, sino de un dispositivo clave del dominio imperial en su conjunto. La etnofagia no es local, sino global. O mejor: su forma de operación en lo local sólo puede comprenderse a cabalidad considerando su lógica global. Al “fundamento universal” que proporciona el llamado “liberalismo igualitario” rawlsiano (y su “justicia como equidad” o “imparcialidad”) corresponde la “maquinaria de integración universal”, la ávida “boca abierta” del imperio, la etnofagia universal.

Pero la etnofagia universal no puede operar sin un enfoque de afirmación de la diversidad, de exaltación de la diferencia, de “seducción” de lo Otro, y, particularmente, sin una teoría que precise las condiciones y prerrequisitos en que las identidades pueden ser aceptadas, es decir, los “límites de la tolerancia” neoliberal hacia lo diferente. Ambas cosas es lo que ofrece el multiculturalismo.

El momento multiculturalista

La etnofagia universal, en efecto, requiere una segunda fase: el momento diferencial. Sin éste, la etnofagia en tanto control imperial sería pura homogeneización sociocultural, de frente a una externalidad a “colonizar”, a la vieja usanza del colonialismo o del “colonialismo interno”. En la época de la etnofagia, las diferencias se quieren dentro del sistema y cada vez más son el propio capital globalizado (particularmente las grandes corporaciones) y los organismos globales los que se ocupan de las identidades y cada vez menos el Estado nación frente a colonias externas o “internas”. En este sentido apunta el enfoque de Žižek cuando habla de “autocolonización”, pues “ya no nos hallamos frente a la oposición estándar entre metrópolis y países colonizados” dado que, en un giro no exento de cierta justicia poética, la empresa global de hoy también “trata a su país de origen simplemente como otro territorio que debe ser colonizado”. Así, “el poder colonizador no proviene más del Estado nación, sino que surge directamente de las empresas globales.” 17

Esta perspectiva debe asumirse como una tendencia en desarrollo, que se expande mediante una nueva palpitación del sistema, lo que no implica aceptar que ya no operan los “países colonizadores” (como todavía puede advertirse en las recientes ocupaciones colonizadoras de Afganistán e Irak por parte de Estados Unidos), pues resulta evidente que aún las empresas y las instituciones “globales” tienen que recurrir a los servicios de los Estados para realizar sus propósitos de integración al capital universalizado. Tampoco la época etnofágica implica que desaparecen los mecanismos de “colonialismo interno”, ahora bajo formas actualizadas, precisamente allí donde las identidades se muestran renuentes a integrarse bajo las condiciones del capital globalizante o se resisten a las viejas y nuevas formas de asimilación. Como veremos, grupos identitarios (como es el caso notable de los pueblos indígenas latinoamericanos) obligan a que el poder del capital responda con amenazas y procedimientos represivos que configuran la nueva forma de un colonialismo interno adaptado a las condiciones de la actual fase globalizante. En este sentido, la noción de “intracolonialismo” empleada por González Casanova, ahora articulada con otras formas posmodernas de control internacional y trasnacional, sigue siendo útil para entender la complejidad de la situación actual. 18

De hecho, bien entendido, lo que manifiesta el multiculturalismo como ideología del capitalismo global es la propensión de éste a generalizar el colonialismo interno, de la misma manera que la globalización procura universalizar la etnofagia. Esto se desprende incluso de la formulación de Žižek, cuando afirma que el multiculturalismo expresa la “autocolonización capitalista global”, del mismo modo que en fases anteriores el “imperialismo cultural occidental” expresaba al “colonialismo imperialista”. Lo nuevo, pues, es que a diferencia del imperialismo cultural de antaño el multiculturalismo “trata a cada cultura local como el colonizador trata al pueblo colonizado: como “nativos”, cuya mayoría debe ser estudiada y “respetada” cuidadosamente”. 19 Este respeto, sin embargo, tiene un límite y, cuando la cultura de que se trata no acepta la “tolerancia” multiculturalista, entonces se ponen en práctica métodos que reciclan las viejas fórmulas del colonialismo interno.

Pero en todo caso, ahora el control imperial quiere ir más allá de etapas anteriores. Según Hardt y Negri, el momento diferencial “implica la afirmación de diferencias aceptadas dentro del espacio del imperio”. Mientras desde el punto de vista de la teoría de la justicia imperial el sistema debe mostrarse neutral e “indiferente” frente a las diferencias, en cambio “desde el punto de vista cultural, las diferencias se exaltan. Puesto que ahora se consideran culturales y contingentes, antes que biológicas y esenciales, se supone que tales diferencias no afectan la franja central de esa condición común o ese consenso coincidente que caracterizan el mecanismo inclusivo del imperio”, esto es, existen “diferencias no conflictivas, el tipo de diferencias que, cuando es necesario, pueden dejarse de lado […] Se imagina que tales diferencias son “culturales” antes que “políticas”, pues se supone que no habrán de conducir a conflictos incontrolables, sino que, en cambio, habrán de funcionar como una fuerza de pacífica identificación regional.” Los autores ejemplifican con la “(re)creación” de identidades étnicas en los países socialistas y ex socialistas, bendecida por Estados Unidos y los organismos globales, pues ciertas diferencias se consideran componentes valiosos de la transición al capitalismo. Igualmente, “en los Estados Unidos, muchas promociones oficiales del multiculturalismo implican la glorificación de las diferencias étnicas y culturales tradicionales bajo el paraguas de la inclusión universal”. No obstante, contrariamente a lo que piensan algunos autores, Hardt y Negri observan que, como norma, “el imperio no crea diferencia. Toma lo que ya existe y lo utiliza a su favor”. 20

El marketing multicultural

Antes de entrar al núcleo central de esta fase diferencial (el multiculturalismo), me detendré un momento para ilustrar este “tomar lo que existe” con un típico síntoma de la globalización: el marketing multicultural de las grandes corporaciones. Es probablemente una de las expresiones más visibles de la operación etnofágica. Con el marketing multicultural, la etnofagia (como prácticas de asimilación y engullimiento de las identidades, quizá sobre todo en la forma que Bauman denominó “identificación”) y el multiculturalismo (como visión “positiva” de la diversidad y exaltación de la “tolerancia” en la era neoliberal) se encuentran y abrazan en un reforzamiento mutuo.

El desiderátum de las grandes corporaciones no es crear diversidad, sino integrarla a sus metas en tanto maquinarias productoras de ganancias. Esto se refleja en la fogosa actividad para dar un toque multicultural a las empresas y añadir un enfoque pluricultural a sus estrategias de negocios. En los últimos años, un número creciente de grandes empresas se declaran multiculturales y ajustan su imagen, su organización y sus técnicas de mercado a los imperativos de la diversidad. Ninguna corporación quiere parecer una compañía desarraigada, sin vínculo con el medio cultural, por lo que, por ejemplo, el HSBC se anuncia como “el banco local del mundo”. Lo global parece descubrir la ventaja de lo “localizado” o, mejor, el verdadero mensaje es que, de más en más, todo lo positivamente local tendrá que ser global. A principios de 2005, el First Intercontinental Bank se declara un “banco multicultural”, preocupado por el “progreso” de una sociedad que es “cada vez más diversa”. En tanto “entidad multicultural” interesada en respetar “idioma y cultura” de sus clientes, integra una nómina de “varias nacionalidades y culturas”. En mayo, la Hilton Hotels Corporation “extiende su alcance multicultural”: crea “un consejo asesor multicultural” cuya tarea es recomendar “las prácticas y los estándares de negocios” dirigidos hacia “mercados multiculturales” (como el afroamericano y el hispano). Y así por el estilo. 21

Esta orientación sigue la tendencia observada en los últimos años por la Association of National Advertisers de Estados Unidos. En su segundo estudio sobre el tema, publicado a finales de 2004, la ANA registra que las empresas de marketing y publicidad son más conscientes sobre la urgencia de incluir una “política multicultural” en su gestión. La razón es que las firmas a las que sirven han entendido que deben “conseguir nuevos clientes e integrarse en nuevos mercados multiculturales”, puesto que la sociedad misma “se ha vuelto multicultural”. Esto ha dado origen a dos novedades en el marco de los grandes negocios globalizados: la creación de “nuevos departamentos de marketing multicultural” en las empresas (como lo hicieron Unilever y Kodak, entre las pioneras en ese campo) y la aparición de la llamada “publicidad multicultural”, cuya actividad principal será nada menos que la elaboración de “análisis transculturales del consumidor”.

Como parte de esta excitación multiculturalista de las corporaciones, por ejemplo, se han venido realizando diversas cumbres de “mercadeo étnico y multicultural”, organizadas como conferencias dirigidas a los “ejecutivos de alto nivel que desean desarrollar sus marcas en la ‘economía multicultural’”, según reza una de las convocatorias. Mientras escribo estas líneas, se cita a la 12th Annual Ethnic & Multicultural Marketing Summit, a celebrarse a mediados de octubre de 2005, en Chicago, con la participación de expertos de poderosas empresas que “están tratando de desentrañar los secretos del mercado basado en las creencias”. Para darse una idea del carácter de este cónclave, basta decir que entre los conferencistas que compartirán sus estrategias este año se encuentran expertos de empresas como Avon, Kraft, McDonald’s, Ford, Nike, Citibank NA, Comerica Bank, Nickelodeon, Lufthansa, MTV World y Oxford Health Plans. 22

En casos notorios, como la multinacional Verizon Communications, la atención a la diversidad se ha convertido en un factor clave para el desarrollo y el éxito comercial de la empresa. La diversidad, dice uno de sus líderes, es una prioridad por buenas razones: porque ella otorga ventaja competitiva en un mercado cada vez más reñido y redunda en mayores beneficios para los accionistas. 23 Verizon es una de las líderes mundiales en servicios de comunicaciones, con ingresos anuales que superan los 70 mil millones de dólares. Su fuerza laboral de 212 mil empleados se distribuye en cuatro unidades de negocios que abarcan los servicios de telefonía fija, red móvil (con 45 millones de clientes en Estados Unidos), publicación de directorios, así como comercio electrónico e inversiones principalmente en América y Europa. La empresa tiene su vista puesta en mercados en crecimiento que, en Estados Unidos, incluye a los “afro-estadounidenses”, los “asiático-estadounidenses” y los hispanos. Tan sólo este último “grupo minoritario” significa un poder adquisitivo de 686 mil millones de dólares anuales, según el cálculo de los expertos de la empresa.

Verizon aplica, desde luego, “una estrategia de marketing amplia, multicultural”. Pero un rasgo distintivo de esta corporación es que usa la diversidad como una energía no sólo para acrecentar su poder en el mercado, sino también para vigorizarse internamente. Ha creado una estructura organizacional con énfasis en la diversidad de sus propios empleados. Esta organización incluye una “comisión sobre diversidad” atenta a que las cúpulas de las distintas divisiones del negocio sean pluriculturales; equipos de dirección con la misma característica (incluyendo el vértice: la junta directiva de toda la corporación) y, en la base, grupos de empleados que trabajan como núcleos promotores del crecimiento personal y profesional de los empleados con intereses culturales comunes, los cuales además mediante el trabajo voluntario con organizaciones cívicas favorecen las relaciones de la empresa con el entorno social. Diez equipos de este tipo (employee resource groups) han sido constituidos dentro de la firma. El rango de su accionar comprende asiáticos y surasiáticos, minusválidos, con preferencias sexuales diferentes (gay, lesbiana, bisexual, transgender), hispánicos, judíos, nativos americanos, veteranos y mujeres.

Definitivamente, esta corporación no comulga con las aprehensiones de Sartori sobre los fines “antiliberales” y los efectos negativos del multiculturalismo. Por el contrario, en Verizon se advierte una visión perspicaz sobre las ventajas del multiculturalismo para los negocios globales. Lo dicen abiertamente sus voceros: “hemos hecho de la diversidad una parte integral de nuestro negocio”. Asimismo, la empresa no se coarta a la hora de definir lo que abarca la diversidad; más bien, está ansiosa por acercar la diferencia, en toda su exuberancia, a sus fauces. “Nuestra definición de la diversidad indica la propaganda de Verizon comprende la gama entera de diferencias humanas, incluyendo edad, pertenencia étnica, educación, orientación sexual, estilo del trabajo, raza, género y más”. 24

No hay que engañarse con esta devoción corporativa por las diferencias. Como lo ha recordado Bensaïd, lo que aquí se presenta como defensa de la diferencia se reduce “a una tolerancia liberal permisiva que es el reverso consumista de la homogeneización mercantil”. Las diferencias conflictivas “se diluyen entonces en lo que ya Hegel llamaba ‘una diversidad sin diferencia’: una constelación de singularidades indiferentes”. Cierto discurso posmoderno ha construido una “retórica del deseo” en la que el sujeto vive “una sucesión de identidades sin historia”, desconectada de la lógica de las necesidades sociales. “No es para nada sorprendente concluye el autor que este discurso haya tenido una buena acogida por parte de la industria cultural norteamericana, puesto que la fluidez reivindicada por el sujeto está perfectamente adaptada al flujo incesante de los intercambios y de las modas. Al mismo tiempo, la trasgresión (contenida en la diferencia) que representaba un desafío a las normas y anunciaba la conquista de nuevos derechos democráticos se banaliza como momento lúdico constitutivo de la subjetividad consumista”. 25

Naomi Klein escribió en Fences Windows (2002): “La economía neoliberal tiende en todos los niveles hacia la centralización, consolidación, homogeneización. Es una guerra contra la diversidad”. Refiriéndose a estas aseveraciones de la autora, Žižek se pregunta: “¿no está centrándose en una figura del capitalismo cuyos días están contados?; ¿no es, al contrario, la última tendencia del management corporativo, más bien, ‘diversificar, devolver el poder, movilizar la creatividad local y la auto-organización’?; ¿no es la anticentralización el tópico del ‘nuevo’ capitalismo digitalizado?”. 26 Es ciertamente un punto crucial: si bien el capital no deja de enfrentarse en contra de cualquier manifestación de diversidad que le sea adversa, los mecanismos mediante los cuales procura someter a las identidades no son ya las viejas formas centralizadoras y homogeneizadoras. Entender esto es crucial para las luchas actuales de la izquierda contra la forma neoliberal del capitalismo.

Con este telón de fondo, pasemos ahora una concisa revista al multiculturalismo como enfoque o tratamiento de la diversidad. El multiculturalismo se ha beneficiado de su propia polisemia, de sus múltiples máscaras. En efecto, lo que hoy se designa con ese término oculta diversos significados, entremezclados en un conveniente coctel ideológico. Hay un plano en que funciona como mero vocablo descriptivo, que remite a la diversidad sociocultural, a sus variadas manifestaciones identitarias, mixturas, etcétera. En muchos casos, cuando se habla del “multiculturalismo” de una sociedad, una ciudad o incluso de una empresa, simplemente se hace referencia a la diversidad que contiene o quiere expresar. Aquí en verdad se promueve una confusión elemental con lo que debería, en todo caso, designarse como “multiculturalidad”. No hay que llevar la ingenuidad hasta suponer que en todos los casos una confusión tan palmaria es, a su vez, ingenua. Lo que se busca es cargar el multiculturalismo con resonancias positivas, identificándolo en el imaginario con la diversidad misma. En ocasiones se va más allá, cuando se usa como una especie de categoría política para referirse a las luchas por la diversidad o a las propuestas alternativas de los que luchan, calificándolas de movimientos, demandas o proyectos “multiculturalistas”. Aquí se insinúa ambiguamente que tales movimientos y proyectos se enmarcan en un enfoque particular que se desea promover y que es el verdadero sentido contemporáneo del multiculturalismo. Es así como algunos han podido afirmar que, hoy, “todos somos multiculturalistas”. En rigor, esto está lejos de ser verdad.

El multiculturalismo aparece en su real carácter cuando prestamos atención a su médula, en tanto un peculiar enfoque teórico-político que contiene una concepción de qué es la diversidad y cómo debe insertarse en el sistema de dominación y que, consecuentemente, recomienda un conjunto de prácticas o “políticas públicas” que deben adoptarse respecto a las diferencias (“políticas de identidad”), especialmente por lo que hace a la mencionada “neutralidad” del Estado en combinación con las llamadas “acciones afirmativas” o “discriminación positiva”, etcétera. Entonces la idea de que todos somos o debemos ser multiculturalistas se cae por su propio peso. En los dos primeros sentidos, el multiculturalismo es un usurpador de realidades que deberían designarse con otros términos, por ejemplo multiculturalidad y resistencia. En realidad, el multiculturalismo que interesa aquí, y el único que existe, es el enfoque teórico-político y sus prácticas conexas.

Con sus múltiples rostros benévolos, el multiculturalismo se despliega por todo el mundo, incluyendo Latinoamérica, con el prestigio de su “defensa” de la diversidad y la promoción del “pluralismo”. Pero a decir verdad, el multiculturalismo que se mercadea con singular ímpetu en los últimos años es un producto netamente liberal, originalmente elaborado y empaquetado en los centros de pensamiento anglosajones (y cuyas fábricas intelectuales se ubican en algunos medios académicos de países como Estados Unidos, Canadá e Inglaterra); posteriormente, desde luego, ha encontrado sus ideólogos vicariales, epígonos y divulgadores en otras regiones, muchos de ellos ubicados en las maquiladoras intelectuales de la periferia. Para los grupos identitarios (v. gr., los pueblos indios de América Latina), es una mala mercancía. Ni su enfoque ni los arreglos que propone resuelven las cuestiones centrales (sociales, económicas y políticas) que plantea la diversidad en Latinoamérica y, seguramente, en otras regiones del mundo.

El multiculturalismo se ocupa de la diversidad en tanto diferencia “cultural”, mientras repudia o deja de lado las diferencias económicas y sociopolíticas que, de aparecer, tendrían como efecto marcar la disparidad respecto al liberalismo que está en su base. Pues el multiculturalismo querría ser una propuesta de validez universal, le espanta que su sentido liberal se ponga de manifiesto como una solución particular. Lo que quiere evitar no es tanto que se revele su contenido “eurocéntrico” o de alguna otra matriz cultural, sino que quede al descubierto que la decisiva particularidad de su “universalidad” es la globalización del capital. Finalmente, así examinado, uno de los más pregonados valores del multiculturalismo (su pretendida superioridad por lo que hace a la “tolerancia”) se trastoca en su contrario: la intolerancia. Pero estos diversos pilares del multiculturalismo deben ser examinados con el detalle que merecen, lo que haremos en una próxima entrega.

2 Zygmunt Bauman, La sociedad individualizada, Ediciones Cátedra, Madrid, 2001, pp. 174-175.
3 Michael Hardt y Antonio Negri, Imperio, Paidós, Buenos Aires, 2002.
4 Cf., Atilio Borón, Imperio & imperialismo. Una lectura crítica de Michael Hardt y Antonio Negri, CLACSO, Buenos Aires, 2002; Atilio Borón, “El imperio y la teoría marxista del imperialismo”, Memoria, CEMOS, No. 184, México, junio, 2004; James Petras, “Negri y Hardt: Teoría sin realidad”, Clarín, Buenos Aires, 2004 (trad: J. Ibarburu); Antonio Negri y Danilo Zolo, “El Imperio y la Multitud. Un diálogo sobre el nuevo orden de la globalización”, Red Voltaire y Rebelión (versión italiana: Da Reset, octubre del 2002; español: Eduardo Sadier, 2003).
5 M. Hardt y A. Negri, Multitud. Guerra y democracia en la era del Imperio, Debate, Barcelona, 2004. Bensaïd, por ejemplo, señala a propósito de esta obra: “Algunas extrapolaciones que aparecían en Imperio, pronto desmentidas por las expediciones imperialistas y por la hegemonía militar restaurada del Estado nacional estadounidense, han sido corregidas y matizadas en Multitud. Pero en la medida en que se mantiene la hipótesis de un mundo rizomático, acentrado y acéfalo, el poder efectivo (del capital, del Estado, de la fuerza) tiende a disolverse en los “efectos del poder” y en los juegos del antipoder. Una estrategia sin espacio propio, sin objetivo, sin dialéctica de fines y medios, resulta difícil de pensar”. Cf. Daniel Bensaïd, “Multitudes ventrílocuas”, Memoria, No. 197, CEMOS, México, julio, 2005, p. 14. Véanse también, en el mismo número de Memoria: Guillermo Almería, “La multitud y la varita mágica”; y Jorge Luis Cerletti, “Multitud: la emancipación según Antonio Negri y Michael Hardt”.
6 J. Rawls, El liberalismo político, Fondo de Cultura Económica, México, 1995, passim. Gray expresa: “En recientes escritos liberales, el hecho pluralista se refiere a una diversidad de ideales personales cuyo lugar está en el ámbito de la asociación voluntaria […] Pero el hecho pluralista no es la verdad trivial y banal de que los individuos mantienen diferentes ideales personales. Es la coexistencia de diferentes modos de vida. El pensamiento liberal convencional consigue confundir este hecho porque da por sentado que existe un consenso sobre los valores liberales.” John Gray, Las dos caras del liberalismo. Una nueva interpretación de la tolerancia liberal, Paidós, Barcelona, 2001, p. 21.
7 M. Hardt y A. Negri, Imperio, o. c., pp. 187-188. Cursivas nuestras.
8 John Rawls, Teoría de la justicia, Fondo de Cultura Económica, traducción: María Dolores González, México, 2a edición, 1995, pp. 17-26.
9 Sobre la idea de “consenso traslapado”, ver J. Rawls, El liberalismo político, o. c., cap. IV.
10 Cf., por ejemplo, sobre Ecuador, Víctor Bretón Solo de Zaldívar, “Capital social, etnicidad y desarrollo: algunas consideraciones críticas desde los andes ecuatorianos”, en revista Yachaikuna, No. 2, Instituto Científico de Culturas Indígenas (ICCI), Quito, diciembre del 2001 (una versión más concisa, “Capital social, etnicidad y desarrollo en los Andes ecuatorianos”, en Memoria, No. 166, cemos, México, diciembre, 2002); y sobre Bolivia, Félix Patzi P., “Etnofagia estatal. Modernas formas de violencia simbólica (una aproximación al análisis de la reforma educativa)”, en Bulletin de l’Institut Français d’Études Andines, 28 (3), Paris, 1999, pp. 535-559.
11 H. Díaz-Polanco, Autonomía regional. La autodeterminación de los pueblos indios, Siglo XXI Editores, México, 1991, pp. 96-98.
12 Recientemente, refiriéndose a esta corriente de pensamiento sobre las relaciones coloniales, Eagleton ha recordado que “parte de la nueva teoría entendía de sí misma que desplazaba su atención de la clase al colonialismo; ¡como si el colonialismo y el poscolonialismo no fueran en sí mismos cuestiones de clase! A su modo eurocéntrico, identificaba el conflicto de clase sólo con Occidente o lo entendía sólo en términos nacionales”. Terry Eagleton, Después de la teoría, Debate, Trad.: R. García Pérez, Barcelona, 2005, p. 23.
13 “En el marco de la estrategia en cuestión incluso cabe cierto reconocimiento de ‘derechos’, siempre que ello no implique transformaciones políticas por lo que hace a la distribución del poder y a la organización del Estado ni cambios en el modelo económico (neoliberal) que, según se alega, es ‘impuesto’ por los imperativos de la globalización. Mientras tanto, si la comunidad como sustento primario de la etnicidad puede ser debilitada, ninguna territorialidad podrá cargarse de contenidos culturales, socioeconómicos y políticos. En algunos casos, como lo ilustra el actual proceso mexicano […], se ataca directamente el fundamento de la cohesión comunal, guardando la debida reverencia a lo pluricultural”. H. Díaz-Polanco, La rebelión zapatista y la autonomía, Siglo XXI Editores, México, 1997, pp. 18-19.
14 Enseguida agregaba: “Los que corren no son los mejores tiempos para la comunidad. Toda forma de organización en la que se utilizan procedimientos colectivos para la toma de decisiones, se ejerce la autoridad como servicio, funcionan los controles internos de los recursos, se practica la reciprocidad, etcétera, es vista con sospecha y sobresalto por los profetas de la globalización neoliberal. Por ello, la comunidad comienza a ser atacada ferozmente en América Latina. No debe llamar a engaño el discurso que, simultáneamente, canta loas a la pluralidad y a las identidades étnicas: esto forma parte de las maniobras de diversión que son inherentes a la nueva estrategia etnófaga”. Ib., pp. 25 y 26.
15 Ib., p. 31.
16 Hardt y Negri, Imperio, o. c., pp. 186-187.
17 Slavoj Žižek, “Multiculturalismo o la lógica cultural del capitalismo multinacional”, en Fredric Jameson/Slavoj Žižek, Estudios culturales. Reflexiones sobre el multiculturalismo, introd.: Eduardo Grüner, Paidós, Buenos Aires, 1998, p. 171.
18 Dice González Casanova: “En medio de los grandes cambios ocurridos desde el triunfo global del capitalismo, el colonialismo interno, o intracolonialismo, y su relación con el colonialismo internacional, formal e informal, y con el trasnacional, es una categoría compleja que se reestructura en sus relaciones con las demás, y que reclama ser considerada en cualquier análisis crítico del mundo que se inicie desde lo local o lo global”. Concuerdo con la opinión del autor en el sentido de que “hoy resultaría del todo falso un análisis crítico y alternativo de la situación mundial o nacional que no incluya al colonialismo interno articulado al internacional y al transnacional”. Pablo González Casanova, “Colonialismo interno (Una redefinición)”, en revista Rebeldía, No. 12, México, octubre, 2003.
19 Žižek, “Multiculturalismo…”, loc. cit., p. 172.
20 Hardt y Negri, Imperio, o. c., p. 188. Cursivas nuestras. Sartori, exponente de un liberalismo anticuado, es ejemplo de una forma de ver el multiculturalismo como un proyecto de supuesta “promoción” de las diferencias culturales. Lo que causa repugnancia a este autor es el que se quiera “crear” diversidad. En su escasa comprensión del multiculturalismo, llega a conceptualizarlo como un plan “antiliberal” y una especie de intento de “izquierda” de socavar el liberalismo. En su opinión, las democracias liberales deben cerrarse a identidades peligrosas, como es el caso de las culturas de raigambre musulmana. Cf. Giovanni Sartori, La sociedad multiétnica. Pluralismo, multiculturalismo y extranjeros, Taurus, Madrid, 2001, passim. Sartori representa una crítica del multiculturalismo desde la derecha liberal, que no lo ve como un dispositivo de la globalización del capital, sino como una concesión innecesaria y riesgosa, como un error de Occidente. En la atmósfera de la histeria antiislámica provocada por los ataques terroristas del 11 de septiembre de 2001, el enfoque de Sartori ha cobrado notoriedad en la franja más conservadora de los países centrales. En 2005, el autor recibió el premio español Príncipe de Asturias. En un discurso pronunciado en Madrid (Europapress, 15 de julio de 2005), en el que combatió el “multiculturalismo”, José María Aznar dijo: “Giovanni Sartori describió a la perfección las diferencias entre el pluralismo y el multiculturalismo: El pluralismo es el respeto a la libertad individual, a las leyes de todos y a los valores compartidos. El multiculturalismo es un riesgo que puede dar paso con facilidad al enfrentamiento y que permite la desigualdad”.
21 Estimuladas por la nueva atmósfera, empresas más modestas no se quedan atrás y pregonan con gran prosopopeya su carácter “multicultural”: a mediados de 2005, un hotel de Madrid (el “Puerta América”), construido con la participación de diseñadores de varias nacionalidades, es presentado como “el primer hotel multicultural del mundo” y el negocio hispano-latino “Zócalo Mall” es anunciado como “el primer centro comercial multicultural de Arizona”.
22 Cf., PRNewswire (7 de septiembre de 2005); agencia International News y Strategic Research Institute http://www.srinstitute.com .
23 Ver la declaración de Eduardo Menascé, presidente de Verizon Enterprise Solutions Group, en Agencia PRNewswire (10 de junio de 2005).
24 Cf., http://multimedia.verizon.com/diversity/.
25 Daniel Bensaïd, “Teoremas de la resistencia a los tiempos que corren”, Viento Sur, revista de la izquierda alternativa, Buenos Aires, 2004.
26 Slavoj Žižek, La revolución blanda, Atuel/Parusía, trad.: S. Waingarten, Buenos Aires, 2004, pp. 14-15.

Etnopopulismo

Etnopopulismo

Por Segundo E. Moreno Yánez

En su afán de definir una estrategia política revolucionaria, Lenin explica que el “populismo”, como sistema de ideas, comprende tres rasgos: la concepción del capitalismo como una decadencia o regresión; la originalidad del régimen comunitario campesino bajo una visión armónica, donde la contradicción social brilla por su ausencia; y el desconocimiento de las relaciones existentes entre la intelectualidad populista y los intereses materiales de determinadas clases sociales, que buscan “arrastrar la historia por otra vía”. A estas reflexiones añade Lenin en su artículo “¿A qué herencia renunciamos?” (en: Obras escogidas, vol. I, Moscú, s.d.: 95): “He tenido ya la oportunidad de hacer notar antes (…) que nuestros adversarios revelan una miopía sorprendente al interpretar los términos reaccionario, pequeño burgués, como recursos polémicos, mientras que estas expresiones tienen un sentido filosófico- histórico absolutamente definido”. En los últimos años y gracias a la ausencia de un verdadero pensamiento marxista-leninista, el proyecto romántico del populismo ha devenido hacia una “utopía arcaica”, según la cual las comunidades indígenas (formaciones sociales precapitalistas), como “tipos ideales weberianos”, son modelos de redistribución permanente de la riqueza, ajenas a las contradicciones sociales, plenas de armonía con la “madre” naturaleza. (Cfr. Díaz- Polanco: Indigenismo, populismo y marxismo. México, 1978). Este “etnopopulismo”, debe recordar la advertencia de Lenin (op.cit.: 96) sobre la idealización utópica: “Luchando desde su punto de vista romántico y pequeño burgués contra el capitalismo, el populista (se podría calificar “indigenista”) arroja por la borda todo realismo histórico, al confrontar siempre la realidad del capitalismo con la ficción del orden precapitalista”.
Huérfana de ideología por la desmemoria o ignorancia de las propuestas marxistas, la izquierda latinoamericana ha olvidado al proletario y se ha deslumbrado con el folclor indígena que conlleva el convencimiento racista de una superioridad estética con pretensiones de superioridad moral. El indio, como símbolo de la pureza y del bien, enfrenta a la corrupción capitalista y al malvado neoliberalismo. No fue otro el anuncio de una “new age” nativista, teatralizado por Evo Morales en el escenario de Calasasaya, a los pies de la mal o bien llamada figura de “Huiracocha” que, entre genios alados, domina la “Puerta del Sol”, en Tiahuanaco. Bajo sus lágrimas ornitomorfas, un personaje corpulento del Collasuyo (“poquis colla, mapa colla”, diría el arrogante indio chinchay Guamán Poma), tocado con un gorro de cuatro puntas y vestido al estilo de los recipientes cerámicos Robles Moqo 1B, con solemnidad sacerdotal, y en castellano, anunció a sus oyentes de los “cuatro suyos” la panacea indígena. Recuerde la izquierda que le vivó que es más fácil unir a los pobres bajo el lema de “proletarios del mundo, uníos”, que “indios del mundo, uníos”.

«Que la sangre de Rafael Aguiñada Carranza no se haya derramado en vano…»

“Que la sangre de Rafael Aguiñada Carranza no se haya derramado en vano…”

Schafik Handal

SAN SALVADOR, 10 de octubre de 2006 (CEDEP) Recientemente como Iglesia Luterana Popular conmemoramos el 26 de septiembre con un Culto Ecuménico el 31 aniversario del asesinato del dirigente comunista y revolucionario salvadoreño Rafael Aguiñada Carranza. Estuvieron presentes su esposa Berta, su hija Dinora, sus nietas Itxchel y Citlali, amigos y compañeros de lucha.

A continuación presentamos fragmentos del discurso pronunciado por Schafik Jorge Handal como secretario general del Partido Comunista de El Salvador, PCS, durante el entierro en el Cementerio de los Ilustres en San Salvador de Rafael Aguiñada Carranza, en septiembre de 1975, ilustrado con fotografías del viaje que realizara a Cuba en abril de 1975, junto con parlamentarios del PDC y MNR, que son compartidas por su esposa Berta Deras.

“…Rafael Aguiñada Carranza, nuestro querido “Chele” cayó cobardemente abatido por la metralla de sus asesinos en medio de sus presurosos movimientos por cumplir sus obligaciones de dirigente obrero, celoso de no dejar para mañana las tareas de hoy…”

“El Chele Aguiñada estaba entregado con ardor y pasión a la tarea de construir la unidad sindical. Los trabajadores organizados de nuestro país saben bien que la unidad de su movimiento era el principal objetivo que él se había propuesto alcanzar, profundamente convencido como estaba de que solamente unido puede éste defender con eficacia los intereses actuales de los trabajadores, lograr su mejoramiento y aportar la contribución más decisiva a todo el pueblo salvadoreño en su histórica brega por instaurar un gobierno verdaderamente suyo…”

¡Solemnemente juramos aquí Rafael, que seguiremos tu empeño por unificar al movimiento obrero y por enlazarlo en una indisoluble alianza de hermanos con el movimiento campesino!

Ahora que hemos empezado a vivir tiempos muy difíciles en los que la lucha debe proseguir bajo el acecho de los asesinos ¡y proseguirá! bajo la amenaza constante de la represión contra las organizaciones populares y frente al peligro del zarpazo fascista contra la precaria vida constitucional del país y las endebles libertades democráticas, tenemos todos que aprender de la valentía, de la firmeza, de la indomable voluntad de lucha del compañero Rafael Aguiñada.

Uno de los mejores homenajes que podemos hacer a su memoria es precisamente este de asimilar su lección de valentía y firmeza, porque uno de los objetivos de sus asesinos es el de atemorizarnos, el de desmoralizarnos, el de atemorizar y desmoralizar a todo el movimiento obrero y popular.

¡Solemnemente juramos aquí, Rafael, que no nos dejaremos acobardar, que seremos indoblegables e implacables en la lucha contra los fascistas, que redoblaremos nuestra disciplina, nuestro trabajo y nuestra combatividad!

En marzo de 1974, Rafael Aguiñada Carranza fue electo diputado a la Asamblea Legislativa y allí cumplió sin estridencias, pero con firmeza, su cometido de insobornable político obrero revolucionario. Una y otra vez llegaron los trabajadores de la ciudad y el campo a la Asamblea Legislativa demandando solución a sus apremiantes problemas, buscando protección contra los desmanes patronales o gubernamentales y siempre encontraron en Rafael Aguiñada a uno de los más resueltos defensores suyos, siempre encontraron que su voz era la voz propia de ellos mismos.

El hecho de que Rafael fuera electo como diputado por la Unión Nacional Opositora (UNO) el agrupamiento más amplio de fuerzas populares en la historia del país, lo identificó desde un comienzo como un convencido partidario de la reunión de todas las fuerzas del progreso en un frente común de lucha, condición indispensable para alcanzar los objetivos democráticos, nacional liberadores y revolucionarios de la actual etapa de la historia de El Salvador.

Durante su desempeño en la Asamblea Legislativa, Rafael demostró en la práctica su fidelidad a esta orientación y supo distinguir encada momento, incluso dentro de las filas de los diputados del gobierno, a quienes están comprometidos hasta el tuétano con los fascistas y la reacción en general, de aquellos otros que, aunque obligados por su filiación política a sumar votos al lado de las peores causas, lo hacen contrariando sus propios deseos y sin agregar veneno de su parte; a aquellos que se muestran obcecados y empedernidos en el ataque a los interese de los trabajadores, de aquellos otros que están dispuestos a escuchar y dialogar, a condescender y coincidir; a aquellos que actúan por interés o encargo como reaccionarios recalcitrantes y malandrines, de los que en algo abren su mente a la consideración del pensamiento renovador cuyos aires soplan victoriosos sobre nuestro planeta.

Rafael Aguiñada Carranza insistió en la Asamblea Legislativa en distinguir entre los pocos militares comprometidos con la reacción y el imperialismo, que llevan adelante su misión entreguista y represiva, y aquellos otros que tienen en alta estima su profesión, que rechazan el que se les utilice como gendarmes y azotes contra su propio pueblo y aspiran a realizar junto a él una obra de liberación y transformación.

¡Nosotros juramos solemnemente aquí, Rafael, continuar files al empeño por dar una mayor contribución nuestra a la unidad más amplia de todas las fuerzas, organizaciones, grupos, y personas, civiles y militares, miembros o no de los partidos de oposición o del partido oficial, clérigos o laicos, cualquiera que sea el fundamento filosófico de sus ideas, que coincidamos en la necesidad de defender la libertad, los derechos políticos, sindicales e individuales y en la necesidad de cerrar el paso al fascismo!

Estamos convencidos, como lo estabas tu, Rafael, de que en el centro de esta amplia unidad democrática debe estar la unidad del movimiento obrero, su alianza con los campesinos y con los sectores más activos y organizados de las capas medias.

Los autores materiales de este crimen canallesco son integrantes de las bandas organizadas por los fascistas con la directa participación y apoyo de jefes de los cuerpos de seguridad, que les prestan sus agentes y recursos. Estas bandas asesinas están bajo la dirección de un organismo integrado por señores y señoritos que pertenecen a familias de grandes capitalistas, junto a militares enrolados por la CIA.

Un sector el gran capital de pensamiento político recalcitrante, la CIA, sus agentes extranjeros y los traidores nacidos en nuestro suelo que se han puesto a su servicio, son los promotores principales de esas bandas y de sus actividades terroristas. Ello son los autores verdaderos del cobarde y sucio asesinato de Rafael Aguiñada.

Las lamentaciones y condenas del coronel Molina contra la violencia “venga de donde venga” no se ven confirmadas en la práctica por el castigo de los asesinos “sean quienes sean.” Jorge Alberto Moran Cornejo, otro dirigente sindical, fue también asesinado el año pasado y las declaraciones de Molina fueron similares a la de hoy: se haría una investigación seria, se castigaría a los asesinos, etc. Un año más tarde esta claro que ni siquiera se intentó la prometida investigación y mucho menos el castigo de los asesinos. El coronel Molina sabe muy bien que nada hay que investigar, porque los asesinos están dentro de los mismos cuerpos de seguridad y que no se puede encargar la investigación de un crimen a quienes lo han cometido.

Todo el pueblo salvadoreño conoce a los asesinos: son los mismos que realizaron a sangre fría las atroces matanzas de La Cayetana, Tres Calles y el 30 de Julio, sin necesidad siquiera de esconderse y haciendo ostentación de sus uniformes y abuso de las armas de guerra… días muy duros ha comenzado a vivir El Salvador y debe saberse que los fascistas, responsables por esta situación, no entienden ni atienden llamamientos ni razonamientos y no desistirán por sí mimos de sus criminales propósitos. El único medio para detener a los fascistas es el de derrotarlos y establecer un gobierno democrático, genuinamente surgido del pueblo…

Serena, pero firme y resueltamente, emprendamos la batalla contra el fascismo, defendamos las organizaciones populares, a sus dirigentes y activistas, defendamos las precarias libertades y derechos constitucionales y preparémonos a conquistar el gobierno que anhela el pueblo salvadoreño.

¡Que la sangre de Rafael Aguiñada Carranza y la de los campesinos en La Cayetana y Tres calles y la de los estudiantes acribillados el 30 de julio no se haya derramado en vano!

Entregan carta en Embajada israelí abogando por Omri Evron

ENTREGAN CARTA EN EMBAJADA ISRAELI ABOGANDO POR EVRON

SAN SALVADOR; 20 de octubre de 2006 (SIEP) Integrantes de la Coordinación Nacional del Bloque Popular Social de El Salvador entregaron esta mañana una carta dirigida al Estado de Israel exigiendo la libertad del joven judío Omri Evron.

Omri Evron, de 19 años, fue condenado el pasado 15 de octubre a prisión en una base militar bajo el cargo de desacato a sus superiores jerárquicos y negarse a vestir el uniforme del ejército israelí. Evron explicó que rechazaba formar parte del ejército de ocupación de Palestina.

El Rev. Ricardo Cornejo, de la Iglesia Luterana Popular indicó que “con esta protesta nos manifestamos en solidaridad con este joven valiente que al igual que el Daniel bíblico, rechazó formar parte de los mecanismos de poder y de opresión.”

Agregó que “los gobernantes judíos desde 1948 practican una política de genocidio contra el pueblo palestino que ha provocado miles de refugiados en los países vecinos a Israel y a su interior practica una política de racismo y discriminación.”

Señaló que “como pueblo salvadoreño rechazamos estas políticas criminales del estado de Israel y denunciamos a aquellas iglesias que apoyan estas políticas como cómplices de este genocidio, como sirvientes de los intereses de la poderosa industria armamentista judía.”

Hizo un llamado a “que unamos nuestras voces en todo el mundo para exigir la libertad de Omri Evron, a quien le decimos, que este pueblo de Monseñor Romero se encuentra orando para que recobre su libertad pronto y que siga luchando por la paz y la justicia por muchos años más como nos manda nuestra fe abrahamica.”

ILPES conmemora 36 aniversario de muerte de Raúl Castellanos Figueroa

SAN SALVADOR; 20 de octubre de 2006 (SIEP) “Raúl Castellanos Figueroa fue uno de los más destacados revolucionarios salvadoreños del siglo XX y es justo honrar su memoria para que las nuevas generaciones conozcan de su vida y obra” dijo el Rev. Roberto Pineda, de la Iglesia Luterana Popular de El Salvador.

“Es por esto que los invitamos para que nos acompañen a un Culto Ecuménico en Homenaje a su Vida y Obra revolucionaria, que fue truncada el 29 de octubre de 1970, cuando murió en un hospital en la ciudad de Moscú, en la antigua Unión Soviética, víctima de una fatal enfermedad.”

“El Culto Ecuménico se realizara este próximo domingo 29 de octubre, en el Cementerio de los Ilustres a las 11 de la mañana. Hacemos un llamado para que nos acompañen a depositar una rosa roja en la tumba de este insigne revolucionario salvadoreño.”

Agregó que “Raúl formó parte del Comité Estudiantil Clandestino que planificó e hizo el llamado a la Huelga General de Brazos caídos que logró el 8 de mayo de 1944 el derrocamiento del dictador Maximiliano Hernández Martínez.”

“Fue dirigente estudiantil, patriota exilado del país por la dictadura militar de Salvador Castaneda Castro, líder del Partido Revolucionario Abril y Mayo, PRAM, fundador del Departamento de Periodismo de la Universidad de El Salvador; director del área internacional de Prensa Latina en los primeros años de la Revolución Cubana.”

“Desde los años cincuenta miembro de la dirección del Partido Comunista de El Salvador, PCS. Precisamente en octubre de 1970 se encontraba en Budapest, Hungría cumpliendo una tarea de este partido, cuando enfermó y fue traslado a Moscú donde murió.”

“Raúl pertenecía a una estirpe revolucionaria, su papá fue la última persona que conversó con Agustín Farabundo Martí, se llamaba Jacinto Castellanos Rivas, su hijo Roberto Castellanos Braña, fue asesinado por los escuadrones de la muerte en febrero de 1980; su hija Florencia Castellanos Braña, murió en el año 2000, su esposa murió en el año 2002 en San José, Costa Rica. Toda su familia perteneció al Partido Comunista de El Salvador.”

Iglesia Luterana Popular exige a Israel libertad para Omri Evron

IGLESIA LUTERANA POPULAR EXIGE A ISRAEL LIBERTAD PARA OMRI EVRON

SAN SALVADOR; 20 de octubre de 2006 (SIEP) “El pueblo de Israel es un pueblo amante de la paz que rechaza las políticas guerreristas de su gobierno” indico el Rev. Roberto Pineda, de la Iglesia Luterana Popular de El Salvador.

Informó que “este día nos haremos presentes a la Embajada de Israel y realizaremos una protesta para exigir la liberación del joven judío Omri Evron, encarcelado por negarse a servir en el ejercito de ocupación israelí que ocupa Palestina.

Enfatizó “esta acción de protesta es en solidaridad con nuestros hermanos y hermanos palestinos que desde 1948 sufren las agresiones del Estado de Israel, un estado racista y expansionista que constituye un peligro para la paz mundial.”

“Omri Evron es un joven de Tel-Aviv que fue sentenciado el pasado 15 de este mes a prisión preventiva mientras espera su sentencia definitiva que podrían ser largos años en prisión. Omri esta castigado porque valientemente se negó a portar el uniforme del ejercito invasor…”

Durante el juicio a Omri Evron, se realizó una demostración fuera de la base militar en la que se leyó una carta de este joven judío a sus jueces militares, que dice lo siguiente:

“Me niego a servir en el ejercito pues de esta manera protesto por la prolongada ocupación militar del pueblo palestino. Esta inhumana ocupación persiste sembrando el odio y el terror entre los dos pueblos. Me niego a servir una ideología que no reconoce el derecho de los pueblos a la autodeterminación y a la coexistencia pacifica. No estoy dispuesto a contribuir con la opresión sistemática de la población civil, a la implantación de un régimen de apartheid en los territorios palestinos.”
“Siento profunda vergüenza por la acción militar israelí en esos territorios y me repugna el hambre que se hace pasar a muchos y las humillaciones en los puestos de control. Me niego a servir de conejillo de indias de las industrias del armamento, las grandes corporaciones, los explotadores contratistas de todo tipo, que siembran el racismo y que se sirven de líderes cínicos para aumentar sus ganancias a costa del sufrimiento de los pueblos y la negación de los derechos humanos más básicos. ¡Me niego a matar! ¡Me niego a ocupar!”

“Son las palabras de un joven profeta, de un joven luchador popular, de un revolucionario. Este es el espíritu de los profetas del Antiguo Testamento, es el espíritu de nuestro Señor Jesucristo y es por esto que hoy entregaremos una carta al Embajador exigiendo su libertad”, concluyó el también presidente del Movimiento Salvadoreño por la Paz, del Consejo Mundial de la Paz.

La defensa del maíz

El maíz, este grano emblemático que ha configurado la mayor parte de la historia agraria y agrícola de nuestro país, es el nudo que entrelaza al sinnúmero de hilos que tejen la agricultura mexicana. Es la atadura histórica de la problemática coexistencia de un reducido número de agricultores industriales que trabajan con sofisticadas tecnologías semejantes a las de los países altamente desarrollados y millones de campesinos de subsistencias que en tierras de temporal siguen produciendo con técnicas y semillas criollas, cuidadosamente seleccionadas a través de generaciones. El maíz es el vínculo de complejas relaciones que trascienden el campo y enlazan conflictos entre consumidores y productores, entre consumidores y tomadores de decisiones en materia de políticas públicas

El maíz es la bisagra singular que entrelaza mundos antagónicos como son: la sabia obstinación campesina encaminada a preservar la diversidad frente a la impetuosa modernidad de los monocultivos; el valor del servicio ambiental prestado por los productores de maíz criollo como curadores de la rica variabilidad genética ante el espejismo de las ventajas comparativas resaltadas en el Tratado de Libre Comercio con Canadá y América del Norte (TLCAN); la cancelación del reparto agrario y la conversión de campesinos en excedentes urbano industriales que deambulan como nómadas modernos desde las tierras flacas hasta los oasis de riego presurizado dilapidadores de energía fósil; y la generosa emisión de bonos de deuda ecológica para subsidiar el consumo del norte frente a la frívola despreocupación oficial por el deterioro y la marginación de las comunidades indígenas y campesinas.

También es el gozne frágil del tejido social desgarrado por los muros que enfrentan hombres y mujeres al abandonar campos y ciudades para cruzar la frontera marcada por el río Bravo. Para México, el maíz está indisociablemente ligado a la soberanía alimentaria, violentada hace décadas por tecnologías y tratados que privilegian las ventajas comparativas, materializadas en desventajas sociales y ambientales. Las crecientes importaciones de maíz al amparo del TLCAN y de la razón oficial de insuficientes cosechas nacionales, no se justifican ante graneros de campesinos que se niegan a malbaratar su producto en un mercado nacional sometido a una competencia ilegal por precios inferiores a los costos de producción de los Estadios Unidos.

A dos sexenios bien marcados de políticas que apuestan al libre cambio y a la privatización, antecedidos por el ingreso al Acuerdo General sobre Aranceles y Comercio (GATT), el maíz nos inspira a reflexionar y proponer alternativas al modo en que se ha conducido la política agropecuaria de México. Bajo el color, olor y el sabor del maíz y aceptando que en su cultivo los dioses impusieron como condición que el maíz no podría sobrevivir sin la mano del campesino, y el campesino no podría sobrevivir sin el maíz, el Centro de Estudios Rurales al cumplir sus 25 años de existencia como parte de El Colegio de Michoacán A.C. invita a reflexionar: ¿Qué expectativas trazan los diferentes sujetos de la vida política y académica nacional en relación al campo mexicano?
Nuestro coloquio discutirá el papel que políticas deliberadas ha impuesto a la agricultura en condiciones desfavorables para la economía campesina; examinará la producción discursiva de la seguridad alimentaria y las especificidades observadas en renglones precisos de la política agropecuaria, todo ello teniendo como marco las distinciones de género y generación, ejes que cruzan la vida nacional en todos sus sentidos. Esta reunión académica prestará atención a las recientes deliberaciones de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) y al curso del Área de Libre Comercio de las Américas (ALCA) sin descuidar la comparación de los escenarios nacionales y regionales, espejo de lo que ocurre al interior de nuestras fronteras. El coloquio también examinará las desigualdades de las regiones y/o de los “sistemas producto” frente a políticas globales similares.

En el pasado reciente, colegas de otras instituciones han promovido la discusión de una amplia gama de asuntos de importancia capital para el presente y el futuro de la agricultura nacional.1 Las reflexiones acerca de las políticas agropecuarias han quedado plasmadas en ponencias, artículos y libros que son antecedentes inmediatos de este coloquio. En ese marco de la discusión rural hemos de situar las cuestiones que son relevantes en nuestros quehaceres académicos y de las cuales sería prioritario platicar, como son las anunciadas en este programa.

1 XXII y XXIII Seminarios de Economía Agrícola del Tercer Mundo (IIES, UNAM, octubre 2004 y 2005), I Congreso Nacional Perspectivas del Desarrollo Rural Regional (UACH, Morelia, octubre 2005), Congreso sobre Desarrollo Regional (AMECIDER, Morelia, octubre 2005), V Congreso de la Asociación Mexicana de Estudios Rurales (AMER, Oaxaca, mayo de 2005) y el VII Congreso Nacional de Ciencias Ambientales (Chetumal, mayo de 2005); XXIV Coloquio de Antropología e Historia Regionales, Colmich; Seminarios sobre Políticas Agropecuarias, UAM X.

La guerra del agua de Cochabamba

LA GUERRA DEL AGUA DE COCHABAMBA:
Carlos Crespo Flores (10/04/2003 17:08)
CINCO LECCIONES PARA LAS LUCHAS ANTI NEOLIBERALES EN BOLIVIA

En Abril del 2000, durante casi una semana el poder del Estado prácticamente desapareció en el valle de Cochabamba; la ciudad estaba tomada por la multitud y las carreteras totalmente bloqueadas, a pesar del estado de sitio decretado. El Estado estaba asustado con la impronta cochabambina, y tuvo que retroceder, accediendo a la demanda de anulación del contrato de concesión con el consorcio transnacional “Aguas del Tunari” y la modificación de la Ley de Agua Potable y Alcantarillado Sanitario. Luego de quince años de neoliberalismo, un movimiento social urbano rural había logrado detener la estrategia de disciplinamiento capitalista desplegada con el ajuste estructural.

El presente texto destaca algunos aspectos que pueden convertirse en referentes inspiradores a futuros movimientos sociales en la resistencia al neoliberalismo, y analiza sus potencialidades como dispositivos de resistencia. En la primera parte se realiza una breve reconstrucción de los principales hechos, desde los primeros movimientos contra la privatización del agua, hasta culminar en la salida del consorcio del país. En la segunda parte se presentan cinco lecciones que podemos aprender del movimiento de Cochabamba, para dotar a las luchas anti neoliberales de mayor eficacia y de contenidos anti autoritarios y autónomos.
1. “AGUAS DEL TUNARI, GO HOME”; UNA RESEÑA DEL CONFLICTO

Aunque el valle de Cochabamba, particularmente los campesinos regantes, posee una tradición de luchas regionales en la defensa de derechos de agua , las causas inmediatas para la “Guerra del Agua” fueron dos, la aprobación en el Parlamento de la Ley de Agua Potable y Alcantarillado Sanitario (septiembre 1999) y la concesión de la empresa municipal de agua (SEMAPA) y un megaproyecto de agua para usos múltiples (Misicuni), al consorcio transnacional “Aguas del Tunari” (octubre 1999).

En junio de ese año ya se había organizado el “Comité de Defensa del Agua y la Economía Familiar”, con participación de ecologistas, agrupaciones vecinales, colegios de profesionales, frente al anuncio de la Concesión. El mismo mes, el Banco Mundial publicó un reporte sobre el Gasto Publico en Bolivia, enfatizando la importancia de una Ley de Agua Potable para garantizar la transferencia de la administración del agua potable al sector privado y la necesidad de eliminar subsidios en el sector.

En septiembre la Superintendencia de Aguas otorgó la concesión al consorcio internacional “Aguas del Tunari”, compañía creada en las Islas Caiman, un paraíso fiscal, con un capital de apenas 2500 US$, compuesta por International Water UK, una filial de la compañía norteamericana Bechtel, con 55% de las acciones, Abengoa, de España con 30% y un grupo de empresas bolivianas, una de ellas ligada al gobierno actual. Pocas semanas después, en una sesión maratónica, el Parlamento aprobó la Ley de Agua Potable y Alcantarillado Sanitario No 2029. Inmediatamente, organizaciones populares, como la Federación Departamental de Regantes (FEDECOR), el Comité de Defensa del Agua y organizaciones ambientalistas hacen conocer sus observaciones:

– La Ley no respeta los sistemas tradicionales de manejo del agua, basados en Usos y Costumbres – Prohibición de funcionamiento a sistemas alternativos de distribución de agua, en áreas de concesión de las ciudades (asociaciones, comités, cooperativas de agua) – Monopolio a concesionarias en áreas de concesión – Reducción de competencias a municipios para fijar tarifas y otorgar concesiones – Concentración de poder en la Superintendencia de Aguas – No participación ciudadana en la fijación de tarifas, indexadas al dólar americano – Aplicación del principio de “full costs recovery” (recuperación total de costos) en la fijación de tarifas

En Noviembre de 1999 se llevó a cabo el primer bloqueo campesino y de regantes en las vías de acceso a la ciudad de Cochabamba. Posteriormente se organizó la “Coordinadora Departamental del Agua y la Vida”, con la participación de la FEDECOR, el Comité de Defensa del Agua, organizaciones de trabajadores, estudiantes, maestros, organizaciones vecinales barriales, ambientales, entre otros.

Luego del Año Nuevo, se organizó un nuevo bloqueo regional, esta vez convocado por la Coordinadora, contra la Ley 2029 y la Concesión, particularmente el incremento en las tarifas del agua potable, establecido por la concesionaria. La policía reprimió violentamente las movilizaciones urbanas, pero se logró un acuerdo para modificar ambos documentos. En febrero del 2000, la Coordinadora organizó la llamada “Toma Simbólica de la Ciudad de Cochabamba”, para demandar pacíficamente cinco puntos:

– Anulación de la Ley de Agua Potable y Alcantarillado Sanitario – Anulación de reglamentos que hicieron posible la Concesión – Anulación del Contrato con “Aguas del Tunari” – Renuncia del Superintendente de Aguas – Consenso con todos los sectores sociales en la Ley del Recurso Agua

El gobierno reprimió violentamente la movilización urbana, pero esta continuó, junto con los bloqueos de los regantes, con un saldo de 22 heridos, más de 100 detenidos, y un acuerdo, bajo mediación de la Iglesia y el Defensor del Pueblo, estableciendo la revisión del Contrato con “Aguas del Tunari”, la modificación de la Ley de Agua Potable y Alcantarillado con participación de campesinos, regantes y organizaciones urbanas distribuidoras de agua y la suspensión del incremento tarifario mientras continúen las negociaciones.

Durante las negociaciones de la Ley, la FEDECOR y la Coordinadora lograron hacer modificar casi la mitad de los artículos, hecho inédito en la historia judicial del país; pero en la negociación del Contrato de Concesión no hubo avances, pues el gobierno se empeñaba en mantener la Concesión, y luego de una semana, la Coordinadora decidió retirarse.

El mes de marzo la Coordinadora organizó un Referéndum, denominado “Consulta Popular” donde se preguntó a la población si estaba de acuerdo con rescindir el Contrato con “Aguas del Tunari” y la modificación de la Ley 2029. A pesar de la escasa difusión, la participación fue masiva; más del 90% de los votantes apoyaron las acciones de la Coordinadora. Con este respaldo, la Coordinadora convocó a la llamada “batalla final”, demandando que Aguas del Tunari abandone el país. Desde el 4 de abril la ciudad fue prácticamente tomada por la multitud durante una semana y el bloqueo de carreteras paralizó al departamento. Hubo enfrentamientos con la policía y el ejército, con un saldo de 1 muerto y 30 heridos. Se declaró el estado de sitio, pero las movilizaciones continuaban. El 10 de abril casi 50000 personas estaban en la Plaza Central de Cochabamba esperando la decisión del gobierno. El gobierno anunció la cancelación del contrato con “Aguas del Tunari”. La Coordinadora declaró la victoria, bajo el lema: “el agua es nuestra, carajo!”.

Actualmente la empresa ha vuelto a su condición original (empresa municipal descentralizada) y existe una discusión sobre la nueva forma de administración; el gobierno está empeñado en convocar a una nueva licitación para su concesión a una compañía privada. Por otro lado, la Coordinadora esta discutiendo con el gobierno los reglamentos de la nueva Ley de Agua Potable y Alcantarillado Sanitario, e intentando frenar la estrategia privatizadora.

II. LAS MORALEJAS DE LA GUERRA DEL AGUA
En el movimiento de Cochabamba encontramos cinco temas que deben ser considerados por futuros movimientos sociales en la resistencia al neoliberalismo en Bolivia; primero, la articulación entre la escala local y global de las resistencias; segundo, la importancia de introducir formas de protesta que permitan un acceso efectivo a los media; en tercer lugar, el valor de la información como dispositivo de resistencia; el cuarto aspecto se refiere a la necesidad de reivindicar una ética del bien común y el apoyo mutuo en la resistencia anti neoliberal; por último, la recuperación de la democracia como mecanismo para construir una sociedad autónoma.
Articulación Local y Global

Hoy, el capitalismo global no solo carece de centro, es móvil y flexible, sino que además el Estado está perdiendo muchas de sus características soberanas (Hardt y Negri 2000), por tanto la resistencias anti capitalistas deben imaginar dispositivos que tomen en cuenta estas nuevas condiciones; una de ellas es la necesidad de articular las luchas locales a las globales. Si la soberanía del Estado – nación está en crisis, pues las decisiones cada vez más son tomadas en una escala transnacional, los movimientos sociales, para que sus luchas sean eficaces frente al Poder, no pueden circunscribirse a la escala local.

En Abril del 2000, durante las protestas antiglobalización capitalista en Washington, Oscar Olivera, portavoz de la Coordinadora fue recibido como heroe, pués veían en el movimiento de Cochabamba un ejemplo de resistencia exitosa a las transnacionales y el gran capital, la evidencia de que es posible una lucha anti neoliberal victoriosa. Como fué posible que una lucha regional, en un área desconocida por gran parte del mundo, se convierta en un referente de las luchas anti globalización capitalista en el mundo?

A medida que se conocían mayores detalles del contrato y se radicalizaba el movimiento, la Coordinadora fue ligando la privatización del agua en Cochabamba con las tendencias mundiales de apropiación de los recursos hídricos por parte de las compañías transnacionales, con el apoyo de los organismos multilaterales. Asimismo, gracias a un manejo novedoso de las nuevas tecnologías de información, supo relacionarse con activistas de países del Norte, vinculados a luchas antiglobalización, particularmente en momentos de crisis y represión, buscando solidaridad con la causa cochabambina. Este hecho ha sido novedoso para las luchas sociales bolivianas, pues ha abierto nuevas posibilidades de resistencia articuladas a las luchas antiglobalización capitalista en el mundo.
Manejo de los Media y Formas Novedosas de Protesta y Resistencia

Las luchas sociales en Bolivia, desde la Revolución de 1952, han estado inspiradas por las formas de protesta y resistencia alrededor de la Central Obrera Boliviana (COB), organismo matriz de los trabajadores bolivianos, fundamentalmente la huelga general, y de la Confederación Única de Trabajadores Campesinos de Bolivia (CSTCB) y sus tácticas de bloqueo de caminos (García Linera 2000; Zavaleta Mercado, 1986). Estos dispositivos se enmarcaban en la tradición insurreccionalista de los movimientos sociales bolivianos (Cossio 2000).

El movimiento de la Coordinadora, si bien recupera estas formas “clásicas” de protesta, particularmente el bloqueo de caminos y la huelga general, estas fueron reinventadas dentro otros elementos novedosos de protesta y acción directa, caracterizados por su espectacularidad, de gran impacto en los medios de comunicación, característica de los movimientos sociales en las nuevas condiciones en las que se despliega el capitalismo global (Castells 1997:12) . Entre las más importantes se pueden citar: la convocatoria a la “toma simbólica de Cochabamba”, “quema pública de facturas de agua” en la plaza de Armas, “graffitis” en las paredes de la ciudad, “mítines de protesta” los días martes en la Plaza de Armas, la “Consulta Popular”, el “cerco de la Prefectura” por la multitud o la “concentración festiva de Carnaval”.

Al inicio del conflicto, la Coordinadora constituía un actor ignorado por el Estado, los medios de comunicación y el sistema político en general; pero estas acciones obligaron a los demás sectores a reconocer al movimiento, logrando que la Coordinadora tenga una gran presencia en los medios de comunicación, y mostrando un manejo diferente de los medios a los que están acostumbrados los movimientos sociales en Bolivia.

Vivimos en una época en la cual los medios de comunicación constituyen sujetos: “si no apareces en la televisión no existes”, parece ser el lema dominante; gracias a las acciones espectaculares desarrolladas por la Coordinadora, el movimiento de Cochabamba se convirtió en un sujeto apetecido por los medios, permitiendo difundir las demandas regionales no solo en el ámbito nacional sino también en escala global; fue de esta manera que los movimientos anti-globalización capitalista se enteraron de la resistencia de la población cochabambina a la privatización del agua.

Los medios de comunicación se vieron sorprendidos y seducidos ante las acciones espectaculares realizadas por el movimiento, e informaban a la población constantemente sobre los hechos.

Por otro lado, se observó una novedosa utilización de las nuevas tecnologías de información: fax y correo electrónico para enviar y recibir mensajes, celulares para comunicación entre los líderes del movimiento (urbano y rural) durante momentos de bloqueos y enfrentamientos con la policía, información en páginas web para denunciar la situación, recuperación de información de la web para argumentar en las negociaciones y contar con noticias actualizadas sobre la problemática y redes de solidaridad en la web. En fin, seguramente la guerra del Agua de Cochabamba constituye la primera revuelta en la era del Internet, en Bolivia.
Acceso a Información

A Noam Chomsky le preguntaron que tipo de acciones debe realizar la gente para reclamar mas democracia y espacio público frente al gobierno y las corporaciones; Chomsky respondió que lo primero es saber qué es lo que sucede, esto es información, sin ello no se puede hacer mucho, “es imposible oponerse…si no sabes si existe” (Chomsky s/f:4).

Otra lección de la guerra del Agua, fundamental para las luchas anti neoliberales es el gran conocimiento de la Ley de Aguas Potable y Alcantarillado Sanitario y el Contrato de Concesión, mostrado por la Coordinadora; los representantes y asesores de la Coordinadora habían estudiado en detalles ambos documentos , además que contaban con el conocimiento tradicional de los campesinos regantes en el manejo del agua, permitiéndoles desentrañar la lógica de la privatización del agua, desnudar sus contradicciones y alcances, visibilizar la escasa transparencia del proceso, y plantear propuestas alternativas.

Pero al mismo tiempo el conflicto emergió como demanda por mayor información y transparencia; gracias a la movilizaciones, la Coordinadora tuvo acceso a información, previamente considerada “confidencial”, y así pudo exponer con mayor claridad y firmeza sus argumentos. Asimismo la Coordinadora impugnó, tanto las cláusulas de confidencialidad del Contrato, que impedían el acceso público a información importante, como ser el modelo financiero y la estructura tarifaria, así como la centralización de información en la autoridad regulatoria del agua (la Superintendencia).

La Defensa del Bien Común

En el fondo el neoliberalismo es una estrategia política orientada a destruir las estructuras comunitarias, basadas en el bien común, la solidaridad y el apoyo mutuo, valores sociales opuestos a la disciplina individualista del mercado (Bourdieu, 1998). El Ajuste Estructural boliviano no solo debilitó a las organizaciones populares, particularmente a la otrora poderosa Central Obrera Boliviana, sino también está minando la existencia de los sistemas comunales y/o asociativos de acceso a los recursos naturales y sus servicios, promoviendo la lógica individualista del capital, considerando estos recursos como bienes económicos, susceptibles de ser comercializados en el mercado. Por su parte, la privatización de los servicios públicos está introduciendo principios de mercado en su administración, como la “recuperación total de costos”, y convirtiendo a los usuarios de los servicios en clientes.

La Guerra del Agua puso en tela de juicio esta estrategia de normalización neoliberal. La lucha contra la privatización del agua en Cochabamba estuvo basada en la defensa de lo comunal/asociativo en el uso y acceso al agua, y el carácter público, sin fines de lucro, de los servicios de agua potable y saneamiento. Los campesinos regantes defendían los diversos y complejos sistemas de manejo comunal del agua, en muchos casos con normas y rituales provenientes de épocas pre-republicanas (los “usos y costumbres” en el agua), basados en criterios de equidad en el acceso al recurso, y cuestionaban que una compañía transnacional lucre con un recurso considerado vital . En suma, el movimiento de Cochabamba enseñó la importancia del “bien común y el apoyo mutuo” como valores éticos en la lucha anti neoliberal.
Democracia

“El problema de fondo es quien decide sobre el presente y el destino de la población, los recursos, el trabajo y las condiciones de vida. En relación al agua, nosotros queremos decidir por nosotros mismos: a eso llamamos Democracia”, expresaba la Coordinadora en uno de sus documentos.

La idea de la democracia como capacidad de la sociedad para decidir por sí mismos, es otra lección de la Guerra del Agua cochabambina. Este hecho tiene mayor relevancia si se toma en cuenta que históricamente la recuperación de las libertades democráticas en Bolivia han sido producto de las luchas del pueblo boliviano contra las dictaduras militares, antes que concesiones del Estado y las clases dominantes.

En los 15 años de Ajuste Estructural, se implementó un proceso de normalización política, a través de la institucionalización de la democracia liberal representativa como procedimiento y referente de la cultura política boliviana, y excluyendo otras prácticas democráticas, comunalistas y/o asambleístas, vigentes en gran parte de la sociedad boliviana.

A su vez, la privatización de los servicios de agua potable en Bolivia constituye fundamentalmente un proceso político, en el cuál los poderes del Estado, las agencias de cooperación y las instituciones políticas nacionales han sido desplegadas, para alcanzar este objetivo, debilitando en el proceso determinados derechos democráticos relacionados con la participación ciudadana en la gestión del agua y sus servicios, el acceso público y la transparencia (“accountability”) en la información acerca de las empresas concesionarias, y el control social de sus actividades.

La Guerra del Agua escarbó la posibilidad de dotar a la democracia de su original sentido anti autoritario: como dispositivo y fuerza creativa de la multitud (Hardt y Negri 2000), para construir una sociedad autónoma (Castoriadis 1996). El movimiento de Cochabamba ha mostrado la voluntad ciudadana por tomar decisiones, particularmente en temas que están íntimamente relacionados con su vida diaria, su subsistencia, y el agua es uno de ellos; la gente desea ser protagonista en la definición de políticas y no solamente ser víctima de ellas; ellos quieren fiscalizar las acciones de sus gobernantes y las compañías privadas, hoy dueñas de los servicios públicos, y no sufrir solamente sus efectos perversos producto de medidas inconsultas: corrupción, autoritarismo y pobreza. Como decía otro representante de la Coordinadora en una concentración: “…no queremos que nos traigan planes prefabricados o que cuatro empresarios se reúnan para decidir qué vamos a hacer; son ustedes y nosotros, todos en conjunto que vamos a solucionar el problema de agua en Cochabamba…” (Saul Soria, discurso del 1ro mayo 00).

BIBLIOGRAFIA

BOURDIEU, Pierre (1998) Utopia of Endless Exploitation. The Essence of Neoliberalism, December, Le Monde Diplomatique.
CASTELLS, Manuel (1997) La sociedad de la Información, Vol I. Alianza: Madrid
CASTORIADIS, Cornelius (1996) La Democracia como Procedimiento y Como Regimen. Iniciativa Socialista, no 38.
COSSIO, Carlos (2000) La COB y la imagen del poder; Cochabamba: inédito.
CHOMSKY, Noam (s/f) A Corporate Watch Interview with Noam Chomsky. http://www.corpwatch.org/trac/feature/microsoft/chomsky.html
CRESPO, Carlos (1999). “El conflicto por la perforación de pozos en Vinto – Sipe Sipe”, en Crespo, C y Orellana, R. Conflictos Ambientales. Dos casos: agua y territorio. CERES: Cochabamba.
HARDT, M. y NEGRI, A (2000) Empire. Harvard University Press: Cambridge, London.
ZAVALETA MERCADO, Rene (1986) Bolivia hoy, Siglo XXI editores: México D.F.

NOTAS

1. Desde los 70´s, y agudizado en los 90´s, sectores rurales habían resistido a la perforación de pozos por parte de la entonces empresa municipal de agua, por los impactos ambientales que suponían, además de la reducción en el acceso a fuentes superficiales (Crespo 1999).

2. “[…] El vigoroso impacto de cada uno de estos movimientos ha obedecido, en buena medida, a su presencia en los medios de comunicación y a su uso efectivo de la tecnología de la información”, para ello se recurre a la experiencia anarquista francesa del 68, la “acción ejemplar”: “una acción espectacular que, por su atractivo, incluso mediante el sacrificio, atrae la atención de la gente hacia las demandas del movimiento y pretende en última distancia despertar a las masas, manipuladas por la propaganda y sometidas por la represión” (Castells 1997:129).

3. “El Contrato lo hemos revisado y hemos podido ver que es definitivamente un gran negocio entre los politiqueros de todos los partidos políticos […] por lo tanto, ese contrato debe ser anulado” (O. Olivera 3/03/00 concentración Coordinadora).

4. “El agua es vida, por tanto nadie puede hacerse rico con él” decía un campesino regante.