Introducción al Sublime objeto de la ideología de Slavo Zizek

En el libro en que Habermas aborda específicamente el tema del denominado » posestructuralismo», hay un singular detalle en relación con el nombre de Lacan: se menciona únicamente cinco veces y cada una de ellas junto con otros nombres.

(Citemos los cinco ejemplos: p. 70 [«von Hegel und Marx bis Nietsche und Heidegger, von Bataille und Lacan bis Foucault und Derrida » p. 120 » Bataille, Lacan und Foucault»]; p. 311 [«mit Lévi-Strauss und Lacan»]; p. 313 [«den zeitgenossichen  Strukturalismus, die Ethnologie von Lévi-Strauss und die Lacanische Psychoanalyse»]; p. 359 [«von Freud oder C.C . Jung. von Lacan odcer Lévi-Strauss»I.)

No se percibe la teoría lacaniana como una entidad especifica, sino que se artícula siempre -para valerme del término de Laclau y Mouffe – en una serie de equivalencias. ¿ por qué este rechazo a abordar a Lacan directamente en un libro que abarca largos análisis de Bataille, de Derrida y sobre todo de Foucault, el verdadero socio de Habermas?

La respuesta de este enigma se encuentra en otra peculiaridad del libro de Habermas, en un extraño accidente relacionado con Althusser . Por supuesto que estamos usando el término “extraño” accidente» en un sentido sherlockhollmesiano: el nombre de Althusser ni siquiera se menciona en el libro de Habermas.

Y éste es el extraño accidente . Así pues, nuestra primera tesis será que el gran debate que ocupa el primer plano de la escena intelectual de nuestros días, el debate Habermas-Foucault, encubre otra oposición, otro debate que teóricamente tiene mayor alcance, el debate Althusser-Lacan.

Hay algo enigmático en el repentino eclipse de la escuela althusseriana y es que éste no se puede explicar en función de una derrota teórica. Es más bien como si hubiera habido en la teoría de Althusser un núcleo traumático que había que olvidar, » reprimir» rápidamente . Es un caso eficaz de amnesia teórica . ¿Por qué se sustituyó entonces la posición Althusser-Lacan, en una especie de remplazo metafórico, por la oposición Habermas-Foucault?

Están aquí en juego cuatro posiciones éticas diferentes y, a la vez, cuatro nociones diferentes de sujeto.

Con Habermas tenemos la ética de la comunicación intacta, el Ideal de la comunidad intersubjetiva universal, transparente. La noción de sujeto que hay tras ellos es, por supuesto, la versión filosófica del lenguaje del antiguo sujeto de la reflexión trascendental.

Con Foucault. hay un giro contra esa ética universalista cuyo resultado es una especie de estetización de la ética: cada sujeto, sin apoyo alguno de normas universales, ha de construir su propio modo de autodominio, ha de armonizar el antagonismo de poderes en su interior, inventarse, por así decirlo, producirse como sujeto, encontrar su propio y particular arte de vivir.

Ésta es la razón de que Foucault estuviese tan fascinado por estilos de vida marginales que construyen su particular modo de subjetividad (el universo sadomasoquista homosexual, por ejemplo. Véase Foucault, 1984),

No resulta difícil detectar cómo esta noción foucaultiana se inserta en la tradición humanista-elitista, La realización que más se le aproxima seria el ideal renacentista de la «personalidad acabada» que domina las pasiones interiores y hace de la vida una obra de arte.

La noción de sujeto que tiene Foucault es ante todo clásica : sujeto como el poder  de auto-mediación y de armonización de las fuerzas antagónicas, como vía para dominar el «uso de los placeres» a través de una restauración de la imagen del yo.

En este caso, Habermas y Foucault son las dos caras de una misma moneda. La verdadera ruptura la representa Althusser con su insistencia en el hecho de que es una cierta fisura, una hendidura, un reconocimiento falso, lo que caracteriza a la condición humana en cuanto tal, con la tesis de que la idea del posible fin de la ideología es una idea ideológica “par excellence»(‘ (Althusser,1965),

Aunque Althusser no escribió extensamente sobre problemas éticos, está claro que el conjunto de su obra encarna una actitud radical ética que podríamos denominar el heroísmo de la enajenación o de la destitución subjetiva (pese a que o precisamente porque Althusscr niega la noción misma de «enajenación» como ideológica) Se trata no sólo de que hemos de develar el mecanismo estructural que está produciendo el efecto de sujeto como un reconocimiento ideológico falso, sino de que, a la vez, hemos de reconocer este falso reconocimiento como inevitable, es decir, hemos de aceptar un cierto engaño coma una condición de nuestra actividad histórica, de asumir un papel como agentes del proceso histórico.

Según esta perspectiva, el sujeto como tal se constituye por medio de un reconocimiento falso: el proceso de interpelación ideológica por medio del cual el sujeto se «reconoce» como el destinatario del llamamiento de la causa ideológica implica necesariamente un cortocircuito, una ilusión del tipo «Yo ya estaba allí» la cual, como Michel Pecheux -quien nos ha dado la versión más elaborada de la teoría de la interpelación – indicó (Pecheux, 1975), no deja de tener efectos cómicos: el cortocircuito de «no es raro que te interpelaran como proletario cuando lo que eres es un proletario» .

Aquí, Pecheux complementa el marxismo con los hermanos Marx, cuyo famoso chiste va así: «Me recuerdas a Emmanuel Ravelli.” «Pero es que yo soy Emanuel Ravelli.» «Entonces no es nada raro que te parezcas a el.»

En contraste con esta ética althusseriana de la enajenación  en el simbólico «proceso sin sujeto», podríamos designar a la ética que implica el psicoanálisis lacaniano como la de la separación. El famoso tema lacaniano de no ceder al propio deseo (ne pas céder sur son desir) apunta a que no hemos de borrar la distancia que separa lo Real de su simbolización, puesto que es este plus de lo Real que hay en cada simbolización lo que funge como objeto-causa de deseo . Llegar a un acuerdo con este plus (o, con mayor precisión, esto) significa reconocer un desacuerdo fundamental («antagonismo»), un núcleo que resiste la integración -disolución simbólica.

La mejor manera de situar una posición ética de este tipo es a través de su oposición a la noción marxista tradicional de antagonismo social. Esta noción tradicional implica dos rasgos interconexos :     1) existe un cierto antagonismo fundamental que posee una prioridad ontológica para «mediar» todos los demás antagonismos, determinando el lugar de éstos y su peso especifico (antagonismo de clase, explotación económica); 2) el desarrollo histórico comporta, si bien no una necesidad, al menos una «posibilidad objetiva» de resolver este antagonismo fundamental y, así, de mediar todos los demás antagonismos -para recordar la conocida formulación marxista, la misma lógica que condujo a la humanidad a la enajenación y a la división de clases crea también las condiciones para la abolición de las mismas «die Wunde schliessl der Speer nur der sie SchilIg» (sólo puede sanar la herida la misma lanza que la produjo) -como dijo Wagner, contemporáneo de Marx, por boca de Parsifal.

En la unidad de estos dos rasgos se funda la noción marxista de la revolución, de la situación revolucionaria. Una situación de condensación metafórica en la que finalmente se vuelve claro para la conciencia cotidiana que no es posible resolver ninguna cuestión en particular sin resolver todas ellas, es decir, sin resolver la cuestión fundamental que plasma el carácter antagónico de la totalidad social.

En un estado de cosas «normal», prerrevolucionario, cada quien entabla sus propias y particulares batallas (los obreros luchan por mejores salarios, las feministas luchan por los derechos de la mujer, los demócratas por libertades políticas y sociales, los ecologistas contra la explotación de la naturaleza, los que participan en los movimientos pacifistas contra el peligro de la guerra, y así sucesivamente).

Los marxistas se valen de toda su habilidad y destreza de argumentación para convencer a los que participan en estas luchas particulares de que la única solución real a sus problemas se encuentra en la revolución mundial. Mientras las relaciones sociales estén dominadas por el Capital, siempre habrá sexismo en las relaciones entre los sexos, siempre habrá amenaza de guerra mundial. Siempre existirá el peligro de que las libertades políticas y sociales se suspendan, la naturaleza seguirá siendo objeto de despiadada explotación.

La revolución mundial abolirá entonces el antagonismo social básico y hará posible la formación de una sociedad transparente, gobernada racionalmente.

El rasgo básico del denominado «posmarxismo» es, claro está, la ruptura de esta lógica, la cual, incidentalmente, no tiene necesariamente una connotación marxista: casi cualquiera de los antagonismos que, a la luz del marxismo, parecen secundarios puede adueñarse de este papel esencial de mediador de todos los demás.

Tenemos, por ejemplo, el fundamentalismo feminista (no hay liberación mundial sin la emancipación de las mujeres, sin la abolición del sexismo); el fundamentalismo democrático (la democracia como el valor fundamental de la civilización occidental; todas las demás luchas -económica, feminista, de minorías y demás- son simplemente aplicaciones ulteriores del principio básico democrático e igualitario); el fundamentalismo ecológico (el estancamiento ecológico como el problema fundamental de la humanidad), y -¿ por qué no?- también el fundamentalismo psicoanalítico como está articulado en Eros y civilización (la clave de la liberación reside en el cambio de la estructura represiva libidinal. Véase Marcuse, 1955).

El «esencialismo» psicoanalítico es paradójico en la medida en que es precisamente el psicoanálisis -al menos en la lectura que de él hace Lacan- el que expone la ruptura real con la lógica esencialista. Es decir, el psicoanálisis lacaniano da un paso decisivo más allá del habitual antiesencialismo «posmarxista» al afirmar la irreductible pluralidad de las luchas particulares.  

En otras palabras, al demostrar como la articulación de estas luchas en una serie de equivalencias depende siempre de la contingencia radical del proceso histórico-social, y nos permite captar esta pluralidad como una multitud de respuestas al mismo núcleo imposible-real.

Tomemos la noción freudiana de la «pulsión de muerte”. Hemos de  abstraer por supuesto el biologismo de Freud: «pulsión de muerte» no es un hecho biológico, sino una noción que indica que el aparato psíquico humano está subordinado a un automatismo de repetición ciego más allá de la búsqueda de placer, de la autoconservación, de la conformidad del hombre con su medio.

El hombre es – Hegel dixit- «un animal enfermo de muerte», un animal extorsionado por un insaciable parásito (razón, logos, lenguaje). Según  esta perspectiva, la «pulsión de muerte», esta dimensión de radical negatividad, no puede ser reducida a una expresión de las condiciones sociales enajenadas, sino que define la condición humana en cuanto tal.

No hay solución ni escape, lo que hay que hacer no es «superarla», «abolirla», sino llegar a un acuerdo con ello, aprender a reconocerla en su dimensión aterradora y después, con base a este reconocimiento fundamental, tratar de articular un modus vivendi con ello.

Toda «cultura» es en cierto modo una formación-reacción, un intento de limitar , de canalizar, de cultivar este desequilibrio, este núcleo traumático, este antagonismo radical por medio del cual el hombre corta su cordón umbilical con la naturaleza, con la homeostasis animal. No es sólo que la meta ya no consista en abolir este antagonismo pulsional, sino que la aspiración de abolirlo es precisamente la fuente de la tentación totalitaria.

Los mayores asesinatos de masas y holocaustos siempre han sido perpetrados en nombre del hombre como ser armónico, de un Hombre Nuevo sin tensión antagónica.

La misma lógica es aplicable a la ecología. El hombre en cuanto tal es «la herida de la naturaleza”, no hay retorno al equilibrio natural. Para estar en conformidad con su entorno, lo único que el hombre puede hacer es aceptar plenamente esta fisura, esta hendidura, este estructural desarraigo, y tratar en la medida de lo posible de remendar después las cosas. Todas las demás soluciones -la ilusión de un posible regreso a la naturaleza, la idea de una socialización total de la naturaleza- son una senda directa al totalitarismo.

La misma lógica se aplica al feminismo: «no hay relación sexual», es decir, la relación entre los sexos es por definición «imposible», antagónica, no hay solución final y la única base para una relación en cierta manera soportable entre los sexos es el reconocimiento de este antagonismo básico, de esta imposibilidad básica.

La misma lógica es aplicable a la democracia: es -para recurrir a la desgastada frase de Churchill- el peor de todos los sistemas posibles, el único problema es que no hay ningún otro que sea mejor. Es decir la democracia siempre acarrea la posibilidad de corrupción , del gobierno de la obtusa mediocridad.

El único problema es que cada intento de eludir este riesgo inherente y de restaurar la democracia «real» acarrea necesariamente su opuesto, termina en la abolición de la democracia misma. Aquí se podría defender una tesis de que el primer posmarxista no fue otro sino el propio Hegel. Según Hegel, el antagonismo de la sociedad civil no se puede suprimir sin caer en el terrorismo totalitario.

Solo después puede el Estado poner límite a sus desastrosos efectos.

Ernesto Laclau v Chantal Mouffe tienen el mérito de haber desarrollado, en Hegemony and socialista strategy (Laclau-Mouffe, 1985), una teoría del campo social que se basa en esta noción de antagonismo – en el reconocimiento de un «trauma» original, un núcleo imposible que resiste a la simbolización, a la totalización, a la integración simbólica .

Todo intento de simbolización-totalización viene después y es un intento de suturar una hendidura original, intento que, en último término, está por definición condenado al fracaso.

Ellos hacen hincapié en que no debemos ser «radicales» en el sentido de apuntar a una solución radical. Vivimos en un interespacio y en tiempo prestado. Toda solución es provisional y temporal, una manera de posponer una imposibilidad fundamental.

Hay que tomar, así pues, el término que ellos usan de «democracia radical» de un modo algo paradójico. Es precisamente no «radical» en el sentido de democracia pura, verdadera. Su carácter radical implica, en cambio, que únicamente podemos salvar la democracia tomando en cuenta su propia imposibilidad radical,

Ahora podemos ver cómo hemos llegado al extremo opuesto del punto de vista marxista tradicional. En el marxismo tradicional, la revolución-solución mundial es la condición de la solución efectiva de todos los problemas particulares, mientras que aquí, toda solución fructífera, provisional y temporal, de un problema particular acarrea un reconocimiento del radical estancamiento mundial, de la imposibilidad, de la aceptación de un antagonismo fundamental.

Mi tesis (que desarrollo en Le plus sublime des hystériques: Hegel passe, París, 1988) es que el modelo más consistente de este reconocimiento es la dialéctica hegeliana. Lejos de ser una historia de su superación progresiva, la dialéctica es para Hegel una anotación sistemática del fracaso de todos los intentos de este tipo .

El «conocimiento absoluto» denota una posición subjetiva que finalmente acepta la «contradicción» como condición interna de toda identidad. En otras palabras, la «reconciliación» hegeliana no es una superación «pan lógica» de toda realidad en el Concepto, sino una anuencia final con el hecho de que el Concepto es «no-todo» (para usar este término lacaniano).

En este sentido, podemos repetir la tesis de Hegel como el primer posmarxista: él fue quien abrió el campo de una fisura «suturada» después por el marxismo.

Esta manera de entender a Hegel va inevitablemente en contra de la noción aceptada de «conocimiento absoluto» como un monstruo de totalidad conceptual que devora toda contingencia. Este lugar común de Hegel simplemente dispara demasiado rápido, como el soldado de la patrulla en el famoso chiste de la Polonia de Jaruzelski inmediatamente después del golpe militar. En aquel tiempo, las patrullas militares tenían derecho a disparar sin advertir a las personas que transitaban por las calles después del toque de queda (diez de la noche).

Uno de los dos soldados de una patrulla ve a alguien con prisa cuando faltaban diez minutos para las diez y le dispara de inmediato. Cuando su colega le pregunta por qué ha disparado si faltaban diez minutos para las diez, él responde: «Conocía al tipo. Vive lejos de aquí y no hubiera podido llegar a su casa en diez minutos, o sea que para simplificar las cosas, mejor he disparado de una vez … «

Así es como los críticos de Hegel suponían que procedía el «panlogicismo»: condenan el conocimiento absoluto «antes de las diez», sin lograrlo. Es decir, no refutan con sus críticas más que sus propios prejuicios acerca del conocimiento absoluto.

El objetivo de este libro es, así pues, triple : o servir de introducción a algunos de los conceptos fundamentales del psicoanálisis lacaniano: contra la imagen distorsionada de Lacan como perteneciente al campo «posestructuralista», el libro articula su radical ruptura con el «posestructuralismo»; contra la imagen distorsionada del oscurantismo de Lacan, ubica a éste en el linaje del racionalismo. La teoría lacaniana es tal vez la versión contemporánea más radical de la Ilustración; o efectuar una especie de «retorno a Hegel», reactualizar la dialéctica hegeliana haciendo de ella una nueva lectura con base en el psicoanálisis lacaniano .

La imagen actual de Hegel como «idealista-monista» es totalmente descarriada: lo que encontramos en Hegel es la más enérgica afirmación de diferencia y contingencia, y «conocimiento absoluto» no es sino un nombre para el reconocimiento de una cierta pérdida radical ; o contribuir a la teoría de la ideología a través de una nueva lectura de algunos conocidos temas clásicos (fetichismo de la mercancía y demás) y de algunos conceptos lacanianos cruciales que, a primera vista, nada tienen que ofrecer a la teoría de la ideología: el «punto de acolchado» (le poinf de capifon), el objeto sublime, el plus-de-goce y otros.

Creo que estos tres objetivos están profundamente conectados: la única manera de «salvar a Hegel» es a través de Lacan, y es tal lectura de Hegel y de la herencia hegeliana que hace Lacan abre una nueva manera dé abordar la ideología que nos permite captar fenómenos ideológicos contemporáneos (cinismo, «totalitarismo», el frágil estatus de la democracia) sin ser presas de cualquier tipo de trampas «pos-modernas» (como la de la ilusión de que vivimos en una condición «posideológica» )

Tendencias mundiales hacia 2030. Unión Europea. 2013

Donde no hay visión, el pueblo se extravía. Proverbios 29, 18

Introducción

Mientras el mundo está experimentando un cambio a una velocidad y con una intensidad que a menudo parecen no tener precedentes, el ritmo y la calidad de nuestros análisis colectivos de este cambio deberían hacer lo propio.

El proyecto del Sistema Europeo para el Análisis Estratégico y Político (ESPAS) tiene como objetivo ayudar a la Unión Europea (UE) a identificar las principales tendencias mundiales, evaluar sus implicaciones y revisar los retos y las opciones normativas resultantes a las que se enfrentan los responsables de tomar decisiones.

Al mismo tiempo, el proyecto señala también la disposición de la Unión Europea a colaborar con nuestros aliados estratégicos internacionales, homólogos y expertos de todo el mundo para intentar reflexionar sobre estas tendencias y retos mundiales comunes y abordarlos juntos.

Este texto se basa en gran medida en cuatro informes anteriores, más detallados, elaborados en el marco del proceso ESPAS hasta la fecha[1] (1), así como en los debates mantenidos en las conferencias anuales del ESPAS y en una revisión extensa de la bibliografía existente sobre las tendencias mundiales.

Pretende concentrar en un formato compacto las principales tendencias que configurarán los sistemas geopolíticos, económicos y sociales mundiales en las próximas décadas, prestando especial atención a sus consecuencias para la Unión en el futuro.

Esperamos que el informe sea del interés de los lectores y ayude a la Unión Europea, sus Estados miembros y sus ciudadanos, así como a los socios internacionales de Europa, proporcionando información útil sobre los grandes problemas mundiales de nuestro tiempo y sugiriendo posibles respuestas a ellos. Para ello, identifica cuestiones clave para que los responsables políticos las aborden en el futuro próximo.

Representantes de las cuatro instituciones y órganos que participan en la labor del ESPAS —la Comisión Europea, el Parlamento Europeo, la Secretaría General del Consejo (SGC) de la Unión Europea y el Servicio Europeo de Acción Exterior (SEAE)— seguirán cooperando activamente en los próximos años para que este tipo de análisis de las tendenciasmundiales siga profundizándose al servicio de una formulación de políticas fundamentadas.

El ESPAS se puso en marcha como proyecto piloto y posteriormente se convirtió en una acción preparatoria en el marco de los presupuestos de la Unión Europea para 2010 y 2012 respectivamente. Este proceso interinstitucional único tiene por objeto realizar y compartir un análisis sobre las tendencias mundiales a largo plazo a las que es probable que se enfrente la Unión Europea en las próximas décadas, así como las posibles dificultades políticas que pueden derivarse de ellas. El objetivo es tratar de desarrollar una nueva capacidad de previsión estratégica para la Unión Europea y dentro de ella.

Bajo la dirección de un grupo de estudio interinstitucional, el proceso ESPAS ha analizado hasta ahora de manera específica importantes tendencias mundiales que ya han surgido o que pueden desarrollarse en los próximos quince años, centrándose en tres ámbitos principales:

 i) la economía,

ii) la sociedad y

iii) la gobernanza y el poder.

En 2012 encargó un informe general al Instituto de Estudios de Seguridad de la Unión Europea (IESUE) sobre tendencias mundiales generales, posteriormente creó un grupo de trabajo para cada uno de los tres ámbitos específicos, encargó otros informes de investigación a destacados grupos de reflexión en cada ámbito en 2013 y sometió a debate y revisión todo el trabajo en evolución en sucesivas conferencias anuales (en 2011, 2012 y 2014).

Los textos de los distintos informes, los detalles de los debates del ESPAS y la composición del grupo de estudio y los grupos de trabajo del ESPAS pueden encontrarse en una página web específica: www.europa.eu/espas. También puede consultarse en internet un depósito paralelo de documentos de numerosas fuentes sobre tendencias mundiales en www.europa.eu/espas/orbis, una rama del proceso del ESPAS.

El contexto presupuestario prevé que «el sistema ESPAS debe diseñarse de forma que realice aportaciones periódicas a las instituciones de la Unión Europea para alimentar el pensamiento estratégico a medio y largo plazo. Estas aportaciones incluirían una valoración detallada de las tendencias a largo plazo y la presentación de informes a los presidentes entrantes de las instituciones de la Unión Europea que analicen las dificultades y las opciones para el período 2014-2019».

Por supuesto, debe añadirse una nota general de cautela a todo el trabajo sobre las futuras tendencias. Las previsiones rara vez resultan ser totalmente precisas, puesto que ninguna tendencia es inmutable, y pueden inmiscuirse drásticamente acontecimientos imprevisibles, y a menudo lo hacen, que alteran el curso de la historia.

Sin embargo, los ejercicios de previsión siguen siendo valiosos. Nos permiten ver el presente desde una perspectiva más amplia y entenderlo mejor. Esto nos facilita la adopción de medidas correctoras tempranas contra acontecimientos potencialmente negativos y moldear el entorno político de manera más positiva. Al exponer previsiones de lo que podría pasar, sacan a la luz cuestiones e invitan a los responsables políticos a abordarlas y encontrar soluciones que redunden en los intereses a largo plazo de la sociedad.

En la medida en que el futuro de Europa está en manos de los europeos, la previsión es una herramienta clave para ayudarnos a configurar este futuro de manera positiva.

Las poderosas fuerzas que gobiernan la transformación mundial que comenzó a principios de la década de 1990 están remodelando el mundo cada vez con mayor firmeza y rapidez. El mundo se está volviendo sistemáticamente más complejo, más desafiante y también más inseguro.

La parte uno de este informe establece cinco tendencias mundiales:

1. La raza humana está envejeciendo y enriqueciéndose, con una creciente clase media y desigualdades cada vez mayores.

2. El peso económico y el poder político están desplazándose hacia Asia. El desarrollo sostenido de la economía mundial se está volviendo más vulnerable a las dificultades y las debilidades en el proceso de globalización.

3. La revolución de la tecnología y sus aplicaciones está transformando las sociedades en casi todos los aspectos. La digitalización es el invasor, y el cambio radical y perturbador la consecuencia.

4. La gestión de la escasez de recursos supone una dificultad cada vez mayor, con un creciente consumo de energía y un cambio en los modelos de producción.

5. La interdependencia de los países, ahora un hecho de la vida mundial, no va unida al refuerzo de la gobernanza mundial. El orden mundial es más frágil e imprevisible.

La parte dos del informe analiza tres «revoluciones» estructurales que están forjando un mundo cada vez más complejo e inseguro —económica y tecnológica, social y democrática, y geopolítica— y que los autores creen que podrían producirestas tendencias, así como las dificultades que puedenentrañar para la Unión Europea.

1) Tres revoluciones que forjan un mundo más complejo e inseguro

■ Una revolución económica y tecnológica: la convergencia de las tecnologías y la proliferación de las herramientas a disposición de grandes multitudes transformarán las economías y las sociedades. Surgirán enormes oportunidades en cuanto a productividad, aumento del bienestar y empoderamiento individual.

Sin embargo, las perturbaciones sociales pueden incluir un mayor aumento del desempleo, crecientes desigualdades y empobrecimiento de las clases medias en los países desarrollados, incluida Europa.

La falta de previsión, la poca voluntad de actuar cuando la acción sería sencilla y eficaz, la falta de pensamiento claro, la confusión de las ideas hasta que surge una emergencia, hasta que la supervivencia toca el gong discordante: todo ello son características que constituyen la repetición sin fin de la historia. Winston Churchill, Cámara de los Comunes, Londres, 1935

■ Una revolución social y democrática: las personas más empoderadas y mejor conectadas serán más creativas, más dinámicas y estarán menos atadas a trabajos para toda la vida, pero también serán más exigentes y críticas.

Una evolución como esta podría permitir a los países rejuvenecer fundamentalmente sus «contratos sociales» e inventar nuevas formas de gobernanza, pero dificultará el diseño de acuerdos colectivos y la configuración de planteamientos comunes a través de las estructuras tradicionales, como los partidos políticos o los sindicatos.

El sentimiento antisistema puede seguir creciendo, así como el recurso a iniciativas menos tradicionales y más locales. Aumentará la presión por una mayor responsabilidad y transparencia a distintos niveles de gobernanza.

■ Una revolución geopolítica: parece que el auge de Asia continuará y los casi dos siglos de dominio mundial del continente europeo y los Estados Unidos están llegando a su fin. Junto con la aparición de otros poderes en África y América Latina, esto dará lugar a un mundo cada vez más multipolar. La globalización continuará, pero estará cada vez más impulsada por nuevos actores con distintos valores. Pueden surgir métodos más agresivos entre actores clave.

El marco multilateral posterior a la guerra puede sufrir una presión creciente, que ponga en riesgo la capacidad colectiva para gestionar la mayor interdependencia de manera eficiente. A la comunidad internacional le está costando defender y restablecer cada vez más Estados débiles y fallidos. Al mismo tiempo, agentes no estatales destructivos pueden aprovecharse cada vez más de las lagunas.

Como consecuencia de estas tres revoluciones, es probable que en las próximas décadas se produzcan mayores turbulencias e incluso un cambio radical. Los efectos de una posible aceleración del cambio climático pueden complicar aún más la situación y agravar las consecuencias negativas de las tendencias descritas.

El contexto global será desmoralizador, puesto que las dificultades estarán interconectadas y serán demasiado grandes para los Estados individuales o incluso las regiones. A escala mundial, es probable que se someta a una dura prueba la resistencia de casi todos los grandes Estados y organizaciones.

En este clima de incertidumbre, volatilidad y riesgo sistémico, el margen para elementos negativos de cambio es considerable. Entre las posibilidades se incluyen una enorme crisis monetaria y financiera, una gran pandemia, una crisis energética a gran escala o un conflicto en la región de Asia y el Pacífico.

También pueden aparecer elementos positivos de cambio,

a veces en respuesta a estos riesgos, como una revolución digital verdaderamente inclusiva, una gran revolución energética, una relación transatlántica reformada, un sistema multilateral reinventado y una Unión Europea renovada.

2) Implicaciones para la Unión Europea

Las tres «revoluciones» esbozadas tendrán importantes implicaciones para la Unión Europea y sus Estados miembros, de aquí a 2030 y más adelante, y para las decisiones políticas inmediatas en los próximos cinco años.

La Unión Europea se enfrenta a estas importantes tendencias y dificultades al inicio de un nuevo ciclo político y económico. Cuenta con activos considerables: diversidad cultural, capital humano muy formado, excelente capacidad de investigación, una infraestructura desarrollada, una sólida cohesión social y un sistema político descentralizado que funciona a muchos niveles y se basa en el Estado de Derecho y la libertad individual.

Sin embargo, todos estos activos necesitan un fomento activo para que Europa siga estando al frente del desarrollo humano. Mantener el statu quo en términos de gobernanza económica y social y resiliencia externa no bastará para que Europa no pierda terreno en un mundo que cambia con rapidez y es más exigente.

Inevitablemente, el futuro de la Unión Europea se enfrenta a riesgos y dificultades. Los principales son de carácter interno y se refieren a la necesidad de restablecer la confianza en la Unión Europea y generar resultados concretos y beneficiosos para sus ciudadanos.

Resolver la ecuación del crecimiento europeo en los próximos veinte años no será fácil. El apalancamiento financiero en Europa y en otros lugares del mundo estará limitado por los elevados niveles de deuda. El motor de los países emergentes puede que no sea lo suficientemente potente para impulsar a la economía mundial con rapidez y puede verse aún más debilitado por las dificultades internas significativas y el rápido envejecimiento demográfico. Por lo tanto, es peligroso esperar a que vuelva el crecimiento como un fenómeno cíclico.

El crecimiento ya no puede venir de una simple recuperación o de mero enfoque keynesiano. Tiene que lograrse sin deuda. La realización del mercado único de una verdadera unión económica y monetaria desempeña un importante papel en esta operación. El éxito dependerá también de la capacidad de la Unión Europea para prever y ser más flexible, más ágil y más inclusiva. Al mismo tiempo, tiene que actuar estratégicamente y fomentar una perspectiva a largo plazo entre los actores de los sectores público y privado.

El informe determina cinco «dificultades» políticas principales e interrelacionadas a las que deberá hacer frente la Unión en los próximos años. No establece iniciativas políticas prescriptivas, sino que más bien pretende definir varias dificultades estratégicas posibles a las que puede que se enfrenten los responsables decisorios.

Estas dificultades pueden superarse con un llamamiento a la reestructuración de la economía, el fomento de una sociedad de cambio e innovación, la lucha contra el aumento de la desigualdad y la creciente exclusión, la habilitación del empoderamiento individual y la democracia y el refuerzo del papel internacional de la Unión Europea.

Síntesis 9

i) Reestructuración de la economía

■ Europa necesita una nueva plataforma para el crecimiento económico sostenible y duradero. Existe un peligro real al considerar el crecimiento un fenómeno cíclico que está abocado a volver. Los elevados niveles de deuda constituyen un serio impedimento en Europa y otros lugares del mundo y los países emergentes no están necesariamente destinados a ser poderosos motores de la economía mundial. El objetivo del renacimiento europeo puede venir impulsado principalmente por la innovación, no solo digital y tecnológica, sino social y en el diseño y la práctica de la gobernanza.

■ Movilización de la inversión pública y privada para ayudar a impulsar la economía de Europa. Una mayor convergencia de la inversión pública y privada, entre otras cosas aprovechando los ahorros privados, estimularía la creación de empleo y ayudaría a sostener el modelo europeo de economía social de mercado.

Realización del mercado único. El mercado único de bienes y servicios está lejos de realizarse, principalmente debido a la resistencia de determinados actores con intereses creados en el statu quo. De hecho, aunque está más cerca de realizarse, por ejemplo en el sector industrial, necesita una actualización periódica para tener en cuenta las novedades del mercado. Las deficiencias incluso están aumentando en el sector servicios, donde el potencial crecimiento económico es mayor. Se necesitan iniciativas sólidas para invertir estas tendencias.

Refuerzo de la gobernanza en la zona del euro. La gestión y la reducción de la deuda pública en la zona del euro, así como la reparación definitiva del sistema bancario, requerirán unidad y resolución política. La coordinación y ejecución de importantes reformas económicas en las economías de los Estados miembros y la realización de la unión económica y monetaria (UEM) son los cometidos a corto y medio plazo.

La agenda a más largo plazo podría incluir la mejora de la coordinación de las políticas fiscales y laborales para igualar el aumento de la vigilancia presupuestaria y económica, avances hacia obligaciones para la financiación de proyectos y posiblemente una capacidad financiera central adecuada. Durante todo este proceso, será esencial mantener una cohesión suficiente entre los miembros de la zona del euro y los miembros no pertenecientes a ella.

■ Desarrollo de una verdadera «unión de la energía» y lucha contra el cambio climático. El fragmentado mercado de la energía y la transición hacia las energías renovables deben abordarse con rapidez y de manera integral mediante políticas que también reduzcan la actual dependencia de fuentes externas, que entraña un serio riesgo. Deberían aumentarse la seguridad del abastecimiento y la competitividad. El objetivo de una verdadera «unión de la energía» también debería contribuir a los esfuerzos de la Unión por reducir las emisiones en vista de los riesgos que plantea el cambio climático.

ii) Promover una sociedad de cambio e innovación

■ Una verdadera revolución digital. La Unión Europea y sus Estados miembros tienen que ponerse a la altura de los principales actores para recuperar liderazgo en la innovación técnica e industrial, especialmente en el sector digital de la economía en rápido crecimiento. Será esencial permitir que los operadores lleven a cabo una investigación de alto nivel y entren en el mercado con menores dificultades. Los individuos tendrán que asumir nuevos modelos de consumo, trabajo y telecomunicaciones.

A nivel de la Unión Europea, la realización del mercado único digital será esencial para que la Unión pueda lograr un mayor crecimiento sin deuda y reducir las actuales tasas de desempleo.

■ Construir un espacio europeo de investigación e innovación. A pesar de los programas de la Unión Europea, la fragmentación de la I+D tanto en el sector público como en el privado provoca ineficiencia, falta de masa crítica y múltiples normas para los productos. La movilidad de los científicos entre el mundo académico y la industria y las iniciativas audaces son las claves probables para unas inversiones más racionalizadas y máxima innovación.

■ Un nuevo concepto de educación. Debe volver a evaluarse meticulosamente en toda Europa la rentabilidad de la inversión en educación. En la actualidad, los elevados niveles de gasto no están evitando el creciente desequilibrio entre la oferta y la demanda de cualificaciones, el analfabetismo digital y el abandono escolar prematuro, lo que da lugar a la exclusión de muchos trabajadores jóvenes o incluso mayores del mercado laboral. La formación lingüística inadecuada actúa como freno a la movilidad laboral. Los primeros avances de Europa en importantes cualificaciones habilitadoras a veces se están perdiendo en comparación con otras economías destacadas o emergentes. Las nuevas políticas de educación y formación permanente deberían orientarse a una excelencia duradera y una mayor participación en la fuerza de trabajo.

iii) Lucha contra el aumento de la desigualdad y la creciente exclusión

■ Las crecientes desigualdades afectarán cada vez más a la cohesión de la Unión Europea y menoscabarán su fortaleza económica. Hasta ahora, la Unión Europea no ha logrado reintegrar a los trabajadores poco cualificados y otros grupos sociales que han sido los más afectados por la globalización. Incluso está menos preparada para la próxima revolución tecnológica, lo que podría ampliar drásticamente la diferencia entre «ganadores» y «perdedores». Para evitar mayores divisiones sociales, la Unión Europea y sus Estados miembros —cada uno dentro de sus respectivas competencias— deberían centrarse colectivamente en: mercados laborales menos rígidos, sistemas de educación más inclusivos, reducción de los obstáculos a la iniciativa y la competencia y mayor inversión en atención sanitaria.

En el caso de los ciudadanos en riesgo de exclusión total o afectados por ella, las medidas deberían dotarlos de las cualificaciones demandadas en el mercado laboral y, en general, promover su inserción en la vida comunitaria activa.

Redefinir el debate sobre la migración. Muchos Estados miembros de la Unión Europea se enfrentan a una creciente presión derivada de elevados niveles de migración que dificultan la cohesión de sus sociedades.

Esta presión, especialmente de la vecindad meridional, es probable que aumente en las próximas décadas por motivos demográficos y políticos. No existen soluciones fáciles a este problema. Al mismo tiempo, el envejecimiento en Europa implica que, a largo plazo, habrá menos personas en edad de trabajar para mantener en funcionamiento la economía. Antes de 2030, deben redefinirse las políticas de migración con vistas a una estrategia migratoria más sostenible desde el punto de vista económico, humana y cuidadosamente gestionada.

iv) Posibilitar el empoderamiento individual y la democracia

■ Mejorar la aplicación de las políticas y la responsabilidad política. La mayor complejidad de la gobernanza y la creciente multiplicidad de la información suponen que los ciudadanos a menudo pierden de vista los planes y las promesas hechas por las autoridades políticas a nivel nacional y europeo. Persiste una falta de confianza, que puede poner en peligro la cohesión política y social. Deben encontrarse formas inclusivas y eficientes de salvaguardar y profundizar la democracia a todos los niveles, sin socavar los valores y la equidad de los actuales sistemas de gobernanza. A nivel de la Unión Europea, se necesitan profundas reformas en su interacción con los Estados y los ciudadanos. Entre ellas podrían incluirse: un estable- cimiento más claro de las prioridades; el respeto sistemático de la subsidiariedad; una transparencia funcional; sistemas de comunicación más claros; y sistemas de gobernanza modernizados, que incluyan una mayor armonización entre las instituciones y una división más clara de las tareas entre ellas.

v) Reforzar el papel internacional de la Unión Europea

■ La Unión Europea se enfrentará a importantes dificultades externas derivadas de un mundo más inseguro a sus puertas, en forma de «regreso» de la geopolítica, intervención reducida de los Estados Unidos y vecindades cada vez más turbulentas. Los europeos tendrá que asumir una mayor responsabilidad colectiva por su seguridad y defensa. Sin embargo, la Unión Europea está lejos de dotarse plenamente de las políticas, instrumentos y enfoque estratégicos adecuados para hacer frente eficazmente a estas amenazas. Todavía tendrá que:

• Fomentar la estabilidad y el desarrollo en su gran vecindad estratégica, entre otras cosas colaborando más profundamente con los principales actores e invirtiendo al mismo tiempo la actual tendencia a la baja del gasto en defensa, con el fin de preservar la propia seguridad de la Unión Europea y poder actuar cuando sea necesario.

• Reforzar el sistema mundial, promoviendo de manera eficiente un marco multilateral que se adapte al nuevo mundo multipolar y siga basándose en valores universales.

• Desarrollar más sus alianzas y colaborar con potencias en alza. Deberían profundizarse las asociaciones estratégicas existentes, en concreto con los Estados Unidos como principal socio. Estas asociaciones deberían fomentar la integración económica, pero también reforzarse cuando proceda con dimensiones de seguridad y defensa, inversiones cruzadas y gestión de flujos humanos. No se debería aislar a las potencias mundiales en alza, sino que habría que colaborar con ellas y alentarlas a asumir mayores responsabilidades mundiales. El auge de China, como factor de cambio fundamental, exige una reevaluación de la relación de la Unión Europea con este país de una forma que concuerde con su futura importancia.

No puedes solucionar un problema al mismo nivel al que se creó. Tienes que sobrepasarlo hasta el siguiente nivel. Atribuida a Albert Einstein

Una nueva era

A principios de la década de 1990 comenzó una transformación mundial. Lo que antes parecía una progresión lineal hacia una mayor democracia, mercados más abiertos y una cooperación internacional pacífica parece estar debilitándose ahora. Es improbable que sea el paradigma dominante en 2030.

Se están produciendo simultáneamente tres revoluciones que van camino de alterar las dificultades estratégicas a las que tendrá que hacer frente Europa:

Una revolución económica y tecnológica: la convergencia de las tecnologías digitales, biológicas e industriales y la proliferación de las herramientas digitales a disposición y al alcance de grandes multitudes, en todas partes y para prácticamente cualquier finalidad, cambiarán fundamentalmente la forma en que funcionan las economías y las sociedades.

La nueva «sociedad del conocimiento» presenta enormes oportunidades en términos de productividad y aumento del bienestar medio y el empoderamiento del individuo, pero también puede provocar importantes perturbaciones sociales. Ya estamos presenciando un aumento del desempleo en trabajos poco cualificados repetitivos; un aumento de las desigualdades en las sociedades (más que entre países); y un empobrecimiento relativo de las clases medias en los países desarrollados, incluida Europa.

Una revolución social y democrática: unas personas más

empoderadas y mejor conectadas serán más creativas, más dinámicas y estarán menos atadas a trabajos para toda la vida, pero también serán más exigentes y críticas. Esto podría permitir a los países rejuvenecer fundamentalmente el contrato social e inventar nuevas formas de gobernanza, pero dificultará el diseño de acuerdos colectivos y la definición de planteamientos comunes a través de las estructuras tradicionales de los partidos políticos o los sindicatos.

Puede que sigan creciendo los sentimientos antisistema, así como el recurso a iniciativas menos tradicionales y más locales. En cualquier caso, aumentará la presión a favor de la responsabilidad y la transparencia a distintos niveles de gobernanza.

Una revolución geopolítica: parece que el auge de Asia continuará y los casi dos siglos de dominio mundial del continente europeo y los Estados Unidos están llegando a su fin. Junto con la aparición de otros poderes en América Latina y posiblemente África, esto dará lugar a un mundo cada vez más multipolar.

La globalización dejará de estar dirigida y dominada por las potencias occidentales que abogan por una mayor democracia, mercados más abiertos y una cooperación internacional pacífica. Este cambio de paradigma puede provocar una relación más agresiva entre actores.

Índice

INTRODUCCIÓN 5

Tendencias mundiales hasta 2030: ¿puede la Unión Europea hacer frente a los retos que tiene por delante?6

SÍNTESIS 7

RESUMEN — UN MUNDO DE CRECIENTE COMPLEJIDAD, INCERTIDUMBRE Y RÁPIDO CAMBIO 11

PRINCIPALES CINCO TENDENCIAS MUNDIALES HASTA 2030 15

PRINCIPAL TENDENCIA MUNDIAL 1 17   Una raza humana más rica y envejecida caracterizada por una clase media mundial en expansión y mayores desigualdades

PRINCIPAL TENDENCIA MUNDIAL 2 23 Un proceso más vulnerable de globalización dirigido por un «G3 económico»

PRINCIPAL TENDENCIA MUNDIAL 3 33 Una revolución industrial y tecnológica transformadora

PRINCIPAL TENDENCIA MUNDIAL 4 38 Un nexo creciente entre cambio climático, energía y competencia por los recursos

PRINCIPAL TENDENCIA MUNDIAL 5 43 Poder cambiante, interdependencia y multilateralismo frágil

TRES REVOLUCIONES MUNDIALES: LOS RETOS PARA EUROPA 53

La revolución económica y tecnológica mundial: los retos para Europa 54

1. Reestructuración de la economía

2. Hacia una sociedad de cambio e innovación

La revolución social y democrática mundial: los retos para Europa 65

1. Hacer frente a las desigualdades

2. Restablecer la confianza en la democracia

La revolución geopolítica mundial: los retos para Europa 71

Reforzar el papel internacional de la Unión Europea

CONCLUSIÓN


[1] Los cuatro informes encargados por el ESPAS son:

— Informe del IESUE para el ESPAS, Global Trends 2030 — Citizens in an Interconnected and Polycentric World, 2012;

— Informe del CEPS para el ESPAS, The Global Economy in 2030: Trends and Strategies for Europe, 2013; — Informe de RAND Europe para el ESPAS, Europe’s Societal Challenges: An analysis of global societal trends to 2030 and their impact on the European Union, 2013;

— Informe de FRIDE y Chatham House (RIIA) para el ESPAS, Empowering Europe’s Future: Governance, Power and Options for the European Union in a Changing World, 2013.

1. Lógicas del desencuentro: Marx y Martí [1] Crítica de la obsolescencia. Bruno Bosteels. 2013


[1] Extracto del libro “Marx and Freud in Latin America” (Londres: Verso, 2012). Bruno Bosteels

Hoy, lo menos que puede decirse sobre el marxismo es que, si no fuera por el uso atenuante de prefijos como “post” o “neo”, su simple mención se ha convertido en una prueba de obsolescencia.

Así, mientras que en las librerías de viejo, del DF hasta Tierra del Fuego, se siguen apilando los viejos manuales del materialismo histórico y dialéctico de la Academia de Ciencias de la Unión Soviética, ya nadie parece referirse al marxismo como a una doctrina viva de intervención política o histórica.

Más bien, el marxismo parecería haberse convertido definitivamente en una cosa del pasado. En el mejor de los casos, es un simple objeto de conmemoraciones nostálgicas o académicas y, en el peor, ocupa el banquillo del acusado en el tribunal de la historia para los crímenes en contra de la humanidad.

El actual Vicepresidente de Bolivia, Álvaro García Linera, en un importante texto de 1996 desde la cárcel, titulado “3 retos al marxismo para encarar el nuevo milenio” y recogido en el libro Las armas de la utopía. Marxismo: Provocaciones heréticas, describe la situación de la siguiente manera:

“Los rebeldes de ayer que cautivaban con la furia del lenguaje subversivo a empobrecidos campesinos, hoy se hallan al frente de deslumbrantes compañías privadas y ONGs que siguen cabalgando sobre las martirizadas espaldas de los mismos campesinos anteriormente convocados. […] Rusia, China, Polonia, El Salvador, Nicaragua, Partidos comunistas y socialistas, “vanguardias” armadas y desalmadas hoy en día no orientan ningún ímpetu de redención social, no emblematizan ningún compromiso de justa insatisfacción; simbolizan una descomunal estafa histórica.[1]

Sin embargo, si hablamos del destino del marxismo y la política del comunismo que suele asociársele, hay otra cosa que nos está pasando también. No sólo se trata de crímenes, estafas y traiciones. Es que las generaciones posteriores poco o nada saben de aquellos “rebeldes de ayer” y mucho menos entienden cómo es que pudieron “cautivar” a trabajadores o campesinos empobrecidos con la “furia” de su lenguaje.

Por un lado, la memoria está rota. Y muchos intelectuales y militantes radicales de los años 60 y 70, por una variedad de motivos que incluyen la culpa, el agotamiento, el riesgo de la infamia, o pura y simplemente el miedo a hacer el ridículo al reivindicar sus viejas fidelidades, son cómplices en la desmemoria porque se niegan a elaborar, en el sentido psicoanalítico del término, la genealogía interna de su experiencia.

Así, la furia subversiva se queda, sin trabajarse, en el cajón de las nostalgias, y casi nadie ha atravesado públicamente su autocrítica.

Y eso si bien por otro lado somos testigos también de la situación opuesta, con un cúmulo de testimonios y confesiones personales en los cuales la inflación de la memoria quizá no sea sino otra forma, más espectacular, del mismo olvido. Como en el caso de la polémica acerca de la militancia y la violencia en Argentina, desatada por la carta-confesión de Óscar del Barco, entonces sí hay debate, pero aún así queda todavía parcialmente escamoteado el archivo teórico y todo lo que éste puede contener de materiales relevantes para pensar el marxismo desde la actualidad.

¿Cómo ir en contra de la complacencia que apenas se esconde detrás de este consenso bipolar con sus silencios furtivos por un lado y sus clamorosas autoacusaciones por el otro?

En primer lugar, conviene insistir en algo que todos sabemos cuando se trata de máquinas electrodomésticas pero que preferimos olvidar cuando nos acercamos a las creaciones del intelecto, es decir, el hecho de que todo lo que se produce en este mundo lleva desde el inicio su fecha de caducidad o el sello de una obsolescencia planificada.

Las teorías, en este sentido, no presentan excepción alguna, por más que nos pese admitirlo. Ahora bien, un efecto indirecto de esta obsolescencia es que la novedad muchas veces no es más que el resultado secundario de un olvido. En este sentido, quizá valga la pena recordar el epígrafe de Francis Bacon que abre “El inmortal” de Jorge Luis Borges, un autor que por otro lado poco o nada puede enseñarnos acerca del marxismo, al que él prefería calificar con su nombre estalinista de materialismo dialéctico y que consideraba intercambiable con el nazismo.

El epígrafe en cuestión reza: “Solomon saith: There is no new thing upon the earth. So that as Plato had an imagination, that all knowledge was but remembrance; so Solomon giveth his sentence, that all novelty is but oblivion” [2] .

Esta grave sentencia salomónica puede aplicarse también al trabajo crítico y teórico. Aquí, también, toda novedad no es más que olvido.

De hecho, la historia de los conceptos que se manejan en estudios sobre política, arte o cultura hoy día parece agujereada por una serie de silencios, por un no-decir que en parte es el resultado de libres omisiones y en parte se debe a deslices inconscientes o fantasmales.

El olvido en otras palabras no es enteramente azaroso, pero tampoco puede atribuirse simplemente al gusto insaciable por lo nuevo de parte de disecados intelectuales en busca de fama o fortuna personal.

Guy Debord, al fin y al cabo, observaba ya hace más de quince años en sus Comentarios sobre la sociedad del espectáculo: “La primera intención de la dominación espectacular era hacer desaparecer el conocimiento histórico en general y, desde luego, la práctica totalidad de las informaciones y los comentarios razonables sobre el pasado más reciente.”

Y sobre el movimiento estudiantil de 1968, añadía Debord: “Lo más importante es lo más oculto. Después de veinte años no hay nada que haya sido recubierto con tantas mentiras como la historia de mayo de 1968.”[3]

Si hoy la vasta mayoría de los militantes de aquel radicalismo de los ’60 y los ’70 dedican meras elegías a la jubilación de sus ídolos rotos, los que apenas habíamos nacido en aquel entonces sólo podemos adivinar adónde se fueron a morir todos aquellos elefantes mientras que el pensamiento radical se ha ido disfrazando detrás de una fraseología cada vez más nueva que la nueva izquierda anterior.

Así, en vez de una verdadera polémica o, cuando menos, un trabajo genealógico de contramemoria, lo que predomina es un silencio parcial que, no menos que las ruidosas mea culpa, parece hacerse cómplice de la celebración del fin del comunismo como victoria del neoliberalismo mundial.

Lógicas del desencuentro

En América Latina, las razones para el olvido o la desmemoria son aún más complejas. No sólo hubo una obvia interrupción de la memoria debido a las dictaduras militares y la catástrofe del golpe neoliberal, sino que, además, la solución de la continuidad o el desencuentro con el continente es algo que encontramos ya en los textos mismos de Marx. De hecho, podríamos decir que la historia de la relación de Marx con América Latina es la historia de un triple desencuentro.

En primer lugar, se trata de un desencuentro al interior del pensamiento del coautor del Manifiesto comunista. Gracias al estudio ya clásico de José Aricó, Marx y América Latina, podemos descifrar las razones detrás de la incapacidad de Marx para acercarse con simpatía al mundo latinoamericano.

La archiconocida crítica a Bolívar (al que tilda de “el canalla más cobarde, brutal y miserable”[4]) así como su apoyo a la invasión de México por las fuerzas estadounidenses, según Aricó son coherentes con al menos tres prejuicios de Marx: la linealidad de la historia; el antibonapartismo generalizado; y la teoría del Estado-nación heredada (aunque en forma invertida) de Hegel, según la cual no puede haber formación duradera de un Estado sin la presencia de un sentido de identidad nacional—identidad cuya ausencia, por otra parte, suele provocar precisamente la intervención de figuras dictatoriales o bonapartistas al estilo de Bolívar según Marx.

En este sentido, los tres prejuicios están íntimamente relacionados: es únicamente porque se mantiene un concepto lineal de la historia que todos los países necesariamente tienen que pasar por el mismo proceso de desarrollo político y económico en la conformación de una sociedad civil lo suficientemente fuerte como para apuntalar de forma orgánica los aparatos del Estado.

Sin embargo, una paradoja a la que alude Aricó al final de su estudio todavía merece ser desarrollada en detalle. En sus últimos textos sobre Irlanda, Polonia, Rusia o la India, después de 1870, en efecto, Marx empieza a entrever la lógica del desarrollo desigual del capitalismo que le podría haber servido también para acercarse a la realidad postcolonial de América Latina.

“Desde fines de la década del setenta en adelante Marx ya no abandona su tesis de que el desarrollo desigual de la acumulación capitalista desplazaba el centro de la revolución de los países de Europa occidental hacia los países dependientes y coloniales”, escribe Aricó.

“Estamos pues frente a un verdadero ‘viraje’ en el pensamiento de Marx que abre toda una nueva perspectiva de análisis en el examen del conflictivo problema de las relaciones entre lucha de clases y lucha nacional, de ese verdadero punctum dolens de toda la historia del movimiento socialista”[5].

Si a pesar de este viraje, provocado por la reflexión sobre casos como el de Irlanda o Rusia, Marx no puede ajustar sus cuentas con América Latina a la luz de su reevaluación crítica del papel revolucionario de los países periféricos o atrasados, según Aricó es porque en este caso particular siguen siendo todavía más fuertes los prejuicios antibonapartistas y la herencia hegeliana en Marx.

En su importante libro De demonios escondidos y momentos de revolución: Marx y la revolución social en las extremidades del cuerpo capitalista, García Linera le pone dos “peros” importantes al libro de Aricó.

Por un lado, acusa al compañero argentino exiliado en México de proceder demasiado rápidamente al aceptar la ausencia de una capacidad masiva e incluso nacional-popular para la rebelión en América Latina. Por otro lado, el propio Marx no deja de insistir, más allá de su supuesto legado hegeliano regresista, en la importancia de la acción de masa.

La “ceguera” o la “incomprensión” de Marx hacia América Latina, en este sentido, se debería más bien a la escasez de fuentes históricas y estudios serios sobre las sublevaciones indígenas como las que sacudieron el continente en el siglo XVIII.

Esto es lo decisivo; en la característica de la masa en movimiento y como fuerza, su vitalidad, su espíritu nacional, etc. radican los otros componentes que Aricó no toma en cuenta pero que para Marx son los decisivos en la formación nacional de los pueblos”, afirma Linera: “No existe texto conocido de Marx que aborde este asunto, pero no es difícil suponer que él no lo halló al momento de fijarse en América” [6] . El desencuentro entre Marx y América latina, por lo tanto, no se debería a una posición hegeliana sino porque en realidad “esta energía de la masa no se dio como movimiento generalizado (al menos en Sudamérica); estaba en gran parte ausente en los años considerados por la reflexión de Marx.” [7]

De hecho, García Linera llega a sugerir que el supuesto “no-ver” de parte de Marx se debe más bien a un “querer-ver” de parte de su intérprete más famoso y energético en Argentina: “El terreno en el que Aricó nos coloca no es el de la realidad ni el de las herramientas de Marx para comprender esta realidad sino más bien el de la realidad que Aricó cree es y de las herramientas que Aricó cree son las de Marx”[8].

En última instancia, sin embargo, tampoco para García Linera puede ser cuestión de negar el desafortunado “desencuentro” entre Marx y América Latina. Es más, en su ensayo “Marxismo e indianismo”, también recopilada en una versión ligeramente diferente en la antología de textos La potencia plebeya, el propio García Linera a su vez habla de un “desencuentro” entre dos lógicas revolucionarias, la marxista y la indigenista, y pasa revista a las distintas razones que imposibilitaron su encuentro.[9]

Martí sobre Marx

Cabe añadir que la incomprensión en muchos casos parece ser recíproca. Éste sería el segundo sentido del desencuentro, el que

bloquea el entendimiento cabal de las teorías de Marx desde la otra orilla del Atlántico. Basta pensar en “Karl Marx ha muerto”, una crónica bien conocida pero pocas veces estudiada de José Martí, escrita cuando éste residía en Nueva York y era corresponsal para el periódico argentino La Nación.

En realidad, se trata, como recientemente ha podido confirmar Horacio Tarcus, del primer texto importante sobre Marx en toda América Latina. En él Martí describe, entre otras escenas neoyorquinas y norteamericanas, un acto conmemorativo que tuvo lugar en marzo de 1883, en ocasión de la muerte de Karl Marx.

De esta extraordinaria crónica, publicada en La Nación los días 13 y 16 de mayo de 1883, me interesa destacar ante todo la curiosa escenografía. Martí, como ya lo había hecho con Oscar Wilde, nos invita en efecto a convertirnos en los espectadores virtuales de la escena de la que él parece haber sido testigo ocular.

“Ved esta gran sala. Karl Marx ha muerto”, dice Martí, y más adelante repite la interpelación visual: “Ved esta sala”[10]. A lo que asistimos, sin embargo, es a lo que deberíamos llamar un velorio de cuerpo ausente. De aquel Karl Marx que en las resoluciones de la “ardiente asamblea” es proclamado “el héroe más noble y el pensador más poderoso del mundo del trabajo”, sólo tenemos la efigie, la figura, o el retrato: “Ved esta sala: la preside, rodeado de hojas verdes, el retrato de aquel reformador ardiente, reunidor de hombres de diversos pueblos y organizador incansable y pujante”.

Alrededor de este cuerpo ausente, por no llamarlo un espectro, Martí

describe cómo se va armando una escena colectiva e internacional de hombres y mujeres que se turnan para evocar algún aspecto de la figura de Marx. Nueva York se convierte así en el escenario de un ejemplo concreto de la verdadera obra del coautor del Manifiesto comunista, una obra de organización política que, por más invisible que sea, Martí nunca confunde con las ambiciones científicas del Capital, cuyo proyecto parece ignorar casi por completo.

“La Internacional fue su obra: vienen a honrarlo hombres de todas las naciones”, escribe Martí, no sin añadir el siguiente juicio en un tono ligeramente paternalista que regresará al final de la crónica: “La multitud que es de bravos braceros, cuya vista enternece y conforta, enseña más músculos que alhajas, y más caras honradas que paños sedosos”.

Todo esto, dicho sea de paso, va siendo inscrito en algo que podríamos llamar una moral estética, o una ética de la belleza del trabajo, basada en una idea trascendentalista y normativa de la Naturaleza, de profunda inspiración emersoniana.

“El trabajo embellece. Remoza ver a un labriego, a un herrador, o a un marinero. De manejar las fuerzas de la Naturaleza, les viene ser hermosos como ellas.”

A pesar de ese intento de estetización natural-organicista del mundo del trabajo, la crónica de Martí no deja de ser altamente adversa a la gran obra de Marx, es decir, no su obra crítica o científica sino su labor militante y política. Y es que Martí repite hasta media docena de veces el mismo reproche de que Marx o, cuando menos, sus seguidores en la primera Internacional intentan lograr su noble fin con medios equivocados:

Ved esta gran sala. Karl Marx ha muerto. Como se puso del lado de los débiles, merece honor. Pero no hace bien el que señala el daño, y arde en ansias generosas de ponerle remedio, sino el que enseña remedio blando al daño.

O, segunda formulación del mismo reproche:

Espanta la tarea de echar a los hombres sobre los hombres. Indigna el forzoso abestiamiento de unos hombres en provecho de otros. Mas se ha de hallar salida a la indignación, de modo que la bestia cese, sin que se desborde, y espante.

Y esta tercera formulación, absolutamente fundamental sobre todo si tenemos en cuenta no sólo el prejuicio hegeliano que según Aricó le hubiera impedido a Marx entender la realidad latinoamericana sino, también, cierta imagen ideológica de la mujer y su acotado papel como madre y proveedora, como veremos, en el proceso de transformación social según Martí:

Karl Marx estudió los modos de asentar al mundo sobre nuevas bases, y despertó a los dormidos, y les enseñó el modo de echar a tierra los puntales rotos. Pero anduvo de prisa, y un tanto en la sombra, sin ver que no nacen viables, ni de seno de pueblo en la historia, ni de seno de mujer en el hogar, los hijos que no han tenido gestación natural y laboriosa.

Martí luego reitera la misma crítica unas tres veces más, refiriéndose ya no sólo al propio Marx sino a sus acólitos, hombres políticos de la Internacional de trabajadores cuyos militantes se reúnen en aquella sala de Nueva York. Sobre los compatriotas de “un Lecovitch” que les habla babélicamente en inglés, alemán y ruso, dice: “Mas no, ¡no son aún estos hombres impacientes y generosos, manchados de ira, los que han de poner cimiento al mundo nuevo: ellos son la espuela, y vienen a punto, como la voz de la conciencia que pudiera dormirse; pero el acero del acicate no sirve bien para martillo fundador.”

Sobre el alemán John Most, dice “que no lleva en la mano diestra el bálsamo con que ha de curar las heridas que abra su mano siniestra”. Y, finalmente, sobre la reunión en general apunta: “Suenan músicas, resuenan coros, pero se nota que no son los de la paz”[11].

Las razones para el desencuentro entre Marx y Martí parecen suficientemente claras. Según el héroe de la independencia cubana, residente en “el vientre del monstruo” del Norte, Marx sería el apóstol de la religión del odio y no del amor, de la guerra y no de la producción de la paz.

De hecho, Martí enmarca su crónica sobre el velorio de Marx entre dos extrañas viñetas: la primera, en la que nos propone un retrato de la diferencia de estilo entre los movimientos obreros en América y en Europa, y la última, sobre la posible decisión de la Universidad de Columbia en Nueva York para abrir sus puertas a las mujeres o, alternativamente, para fundar un colegio separado, que es lo que finalmente se haría realidad en Barnard College.

Es evidente que hay una estrecha relación entre estas dos secciones que forman el marco de la crónica de Martí y la parte sobre la reunión conmemorativa en honor a Marx. En efecto, con el contraste entre los trabajadores del Nuevo y el Viejo Mundo, Martí no hace más que anticipar su reproche a Marx de haber fomentado el odio en vez del amor:

La conquista del porvenir ha de hacerse con las manos blancas.

Más cauto fuera el trabajador de los Estados Unidos, si no lo vertieran en el oído sus heces de odio los más apenados y coléricos de Europa. Alemanes, franceses y rusos guían estas jornadas. El americano tiende a resolver en sus reuniones el caso concreto; y los de allende, a subirlo al abstracto. En los de acá, el buen sentido, y el haber nacido en cuna libre, dificulta el paso a la cólera. En los de allá, la excita y mueve a estallar, porque la sofoca y la concentra, la esclavitud prolongada. Mas no ha de ser—¡aunque pudiera ser!— que la manzana podrida corrompa el cesto sano. ¡No han de ser tan poderosas las excrecencias de la monarquía, que pudran y roan como veneno, el seno de la Libertad!

Martí repetirá una y otra vez esta distinción entre los estilos de organización de las asociaciones obreras en Europa y en América.

Por ejemplo, en la primera de sus dos famosas crónicas sobre los siete anarquistas de Chicago, cuyo martirio conmemoramos— en todas partes del mundo salvo en la nación donde ocurrió el hecho—el 1 de mayo de cada año como día del trabajo, Martí habla de aquellos ideólogos que llegaron al Nuevo Mundo desde Europa,

“meras bocas por donde ha venido a vaciarse sobre América el odio febril acumulado durante siglos europeos en la gente obrera”, y los contrasta desfavorablemente con el estilo de asociación política en América:

“Aconsejaban los bárbaros remedios imaginados en los países donde los que padecen no tienen palabra ni voto, aquí, donde el más infeliz tiene en la boca la palabra libre que denuncia la maldad, y en la mano el voto que hace la ley que ha de volcarla: al favor de su lengua extranjera, y de las leyes mismas que desatendían ciegamente, llegaron a tener masas de afiliados en las ciudades que emplean mucha gente alemana: en New York, en Milwaukee, en Chicago”[12] .

No será hasta un año después, en una nueva crónica sobre el juicio de los siete anarquistas, que Martí cambiará dramáticamente de actitud en su juicio. Y es que mientras tanto la lucha social de esta gran nación, entre huelgas generales, vindicaciones sindicalistas y violentas represiones, ha acortado la distancia de estilo entre Europa y América. “Esta república, por el culto desmedido a la riqueza, ha caído, sin ninguna de las trabas de la tradición, en la desigualdad,  injusticia y violencia de los países monárquicos”, apunta esta vez Martí. Y luego, más tajante todavía: “¡América es, pues, lo mismo que Europa!”, de modo que ahora parece justificado, por inevitable, el recurso a la violencia: “Una vez reconocido el mal, el ánimo generoso sale a buscarle remedio: una vez agotado el recurso pacífico, el ánimo generoso, donde labra el dolor ajeno como el gusano en la llaga viva, acude al remedio violento.”[13]

Por otro lado, las dudas que expresa Martí en su crónica sobre la muerte de Marx acerca del mérito de darles entrada a las mujeres a la universidad norteamericana traduce hasta qué punto el ideal de un cambio social orgánico, armonioso y natural, nacido “de seno de pueblo en la historia” tanto como “de seno de mujer en el hogar”, presupone la colaboración del “alma femenil” en su aspecto más retrógrado y misógino.

Podríamos decir que hay primero un desplazamiento de la política hacia la ética—de los pobres a los débiles, este primer desplazamiento será borrado en la recolección imprecisa de Fidel Castro—y luego una reinscripción de la ética en el contexto sentimental del amor en el hogar. Todo lo contrario, en otras palabras, de lo que ocurre al principio del Manifiesto del partido comunista, donde la relación hombre-mujer—a diferencia de libres-siervos, patricios-plebeyos o maestros-oficiales, todos ellos opresores y oprimidos—justamente no figura entre las parejas enumeradas para ejemplificar el carácter de toda la historia de la sociedad humana hasta la actualidad como historia de luchas de clases.

“Vale más su encallecimiento que su envilecimiento”, dice Martí sobre el alma femenil: “Y hay tanta bondad en las almas de las mujeres que, aun luego de engañadas, de desesperanzadas, de encallecidas, dan perfume. Toda la vida está en eso: en dar con buena flor”.

Así, la imagen romántico-organicista de la reproducción del amor en el hogar reafirma su poder sobre la actitud de Martí acerca del problemático papel de la mujeres en la lucha social: “La impureza es tan terrible que no puede ser jamás voluntaria. La mujer instruida será mejor pura. Y ¡cuánto apena ver cómo se van trocando en flores de piedra, por los hábitos de la vida viril, estas hermosas flores! ¿Qué será de los hombres, el día en que no puedan apoyar su cabeza en un seno caliente de mujer?”

Marxismo y melodrama, o el problema para una solución

¿Acaso significa todo esto que no hay más que desencuentros negativos entre Marx y América Latina, entre Marx y Bolívar, entre Marx y Martí? Al contrario, quisiera plantear la hipótesis de que la lógica del desencuentro, ahora considerado como un nombre entre otros para el desarrollo desigual del capitalismo en su fase global, abre también el espacio para un encuentro—incluyendo en el sentido de la expresión que es central para alguien como el último Louis Althusser, para configurar lo que él denomina la “corriente subterránea” del “materialismo aleatorio”, a diferencia del supuesto determinismo del materialismo tradicional, dialéctico o hegelomarxista.

Es decir, ahora es el marxismo mismo el que sería en sí un pensamiento del desencuentro, entendido como un pensamiento de la desligazón o de la falta constitutiva en el centro del lazo social. Éste sería el tercer sentido de la lógica del desencuentro, el que nos permitiría asimismo imaginar un diálogo póstumo entre Marx y Martí.

Al fin y al cabo, como Aricó ha demostrado y en este aspecto García Linera parece estar de acuerdo, a partir de los años 1870, cuando empieza a estudiar los casos de Irlanda, Rusia, Polonia y la India, Marx formula una serie de hipótesis acerca del desarrollo desigual que le permiten generalizar su lógica coyuntural para todo el capitalismo y no sólo para los países periféricos o aquellos que se encuentran, como dice García Linera, “en las extremidades del cuerpo capitalista.” Marx nunca aprovechó estas hipótesis para acercarse nuevamente a América Latina.

Pero curiosamente hay unas cuantas indicaciones, en realidad meras pinceladas conceptuales, en la obra de Martí que parecen ir en la misma dirección.

El problema del que se trata en este caso no es ya el del cuerpo ausente de Marx sino el del corpus de Marx: ¿Cuánto o qué parte del corpus de Marx pudo haber leído Martí durante sus años en Nueva York? ¿Leyó alguna vez el Manifiesto comunista, tal vez en traducción inglesa? ¿Supo algo, aunque fuera de oídas o de segunda mano, de ese texto cuyos 160 años acabamos de celebrar?

Incluso el propio Fidel Castro, en su reciente entrevista autobiográfica con Ignacio Ramonet, confiesa cierta ignorancia al respecto, o por lo menos desplaza la ignorancia al atribuírsela también a los especialistas de Martí. “Aparentemente, había leído un poco de Marx porque en sus obras habla de él. Tiene dos o tres frases magníficas, cuando menciona a Marx, y una de ellas, ahora me acuerdo, es ‘Porque tomó partido por los pobres, merece nuestro honor.’ Así, hay otras frases de elogio a Marx”, dice Fidel, pero enseguida admite no estar demasiado seguro de si hubo o no influencia directa: “No estoy seguro si incluso los expertos en el pensamiento de Martí saben qué es lo que él conocía de Marx, pero sí supo que Marx era un luchador del lado de los pobres. Recordemos que Marx estaba luchando por la organización de los pobres, en la fundación de la Internacional Comunista. Y Martí ciertamente sabía todo eso, incluso si esos debates se centraban casi exclusivamente en Europa y Martí por supuesto estaba luchando por la independencia de un país colonizado, esclavizado [en otro hemisferio completamente]”[14].

En realidad, por más que les pese a los líderes e ideólogos de la Revolución cubana, no tenemos ninguna prueba de que Martí estuviera directamente familiarizado con los textos de Marx. En las obras completas de Martí , el nombre de Marx sólo aparece cuatro o cinco veces (dependiendo de la edición usada), todas ellas en un contexto de crítica abierta o solapada y refiriéndose a la obra de Marx como ideólogo y organizador de los trabajadores, pero sin mención de sus textos.

Hay, sin embargo, un lugar inesperado—esta vez en la literatura, más específicamente en la única novela escrita por Martí, Lucía Jerez, también conocida como Amistad funesta (título con el cual primero se publicó en 1885 por entregas en el periódico neoyorquino El Latino-americano)—donde el cubano parece estar resumiendo, casi palabra por palabra, la lógica de las grandes transformaciones sociales que encontramos en Marx.

El capitalismo, entonces, se revela como una gran máquina productora de desencuentros cuyo engranaje habría que estudiar de cerca. Como leemos también en la segunda crónica sobre el proceso de los anarquistas en Chicago, cuando se ve ya con más simpatía el trabajo ideológico de los seguidores de Bakunin o de Marx: “No comprenden que ellos son mera rueda del engrane social, y hay que cambiar, para que ellas cambien, todo el engranaje.”[15]

La lógica de este engranaje es lo que el propio Martí, en Lucía Jerez así como en muchas de sus crónicas más conocidas, llama la producción de desquiciamientos, desajustes o desmembramientos a todos los niveles de la vida social, desde el modo de vestir de los jóvenes que no se aviene con la distinción de su alma, hasta el trastocamiento, o el vuelco brutal, causado por la falta de correspondencia entre el nivel de la economía y las relaciones sociales, políticas y culturales que le correspondieran:

Estos tiempos nuestros están desquiciados, y con el derrumbe de las antiguas vallas sociales y las finezas de la educación, ha venido a crearse una nueva y vastísima clase de aristócratas de la inteligencia, con todas las necesidades de parecer y gustos ricos que de ella vienen, sin que haya habido tiempo aún, en lo rápido del vuelco, para que el cambio en la organización y repartimiento de las fortunas corresponda a la brusca alteración en las relaciones sociales, producidas por las libertades políticas y la vulgarización de los conocimientos.[16]

Veamos, por ejemplo, cómo la lógica del desencuentro en tanto lógica del desarrollo desigual afecta la vida de los intelectuales en América Latina según la misma novela de Martí:

Como con nuestras cabezas hispanoamericanas, cargadas de ideas

de Europa y Norteamérica, somos en nuestros países a manera de frutos sin mercado, cual las excrecencias de la tierra, que le pesan y estorban, y no como su natural florecimiento, sucede que los poseedores de la inteligencia, estéril entre nosotros por su mala dirección, y necesitados para subsistir de hacerla fecunda, la dedican con exceso exclusivo a los combates políticos, cuando más nobles, produciendo así un desequilibrio entre el país escaso y su política sobrada, o, apremiados por las urgencias de la vida, sirven al gobernante fuerte que les paga y corrompe, o trabajan por volcarle cuando, molestado aquél por nuevos menesterosos, les retira la paga abundante de sus funestos servicios.[17]

Estos fragmentos, pero sobre todo el primero, por supuesto recuerdan el famoso prólogo de 1859 a la Contribución a la crítica de la economía política donde Marx resume los presupuestos teóricos y metodológicos de su trabajo en preparación para El Capital:

En un estadio determinado de su desarrollo, las fuerzas productivas materiales de la sociedad entran en contradicción con las relaciones de producción existentes o—lo cual sólo constituye una expresión jurídica de lo mismo—con las relaciones de propiedad dentro de las cuales se había estado moviendo hasta ese momento. Esas relaciones se transforman de formas de desarrollo de las fuerzas productivas en ataduras de las mismas. Se inicia entonces una época de revolución social. Con la modificación del fundamento económico, todo ese edificio descomunal se trastoca con mayor o menor rapidez. Al considerar esta clase de trastocamientos, siempre es menester distinguir entre el trastocamiento material de las condiciones económicas de producción, fielmente comprobables desde el punto de vista de las ciencias naturales, y las formas jurídicas, políticas, religiosas, artísticas o filosóficas, en suma ideológicas, dentro de las cuales los hombres cobran conciencia de este conflicto y lo dirimen. Así como no se juzga a un individuo de acuerdo con lo que éste cree ser, tampoco es posible juzgar una época semejante de revolución a partir de su propia conciencia, sino que, por el contrario, se debe explicar esta conciencia a partir de las contradicciones de la vida material, a partir del conflicto existente entre fuerzas sociales productivas y relaciones de producción. Una formación social jamás perece hasta tanto no se hayan desarrollado todas las fuerzas productivas para las cuales resulta ampliamente suficiente, y jamás ocupan su lugar relaciones de producción nuevas y superiores antes de que las condiciones de existencia de las mismas no hayan sido incubadas en el seno de la propia antigua sociedad. De ahí que la humanidad siempre se plantee sólo tareas que puede resolver, pues considerándolo más profundamente siempre hallaremos que la propia tarea sólo surge cuando las condiciones materiales para su resolución ya existen o, cuando menos, se hallan en proceso de devenir.[18]

Nuevamente, lo que me interesa subrayar en relación a la novela de Martí, más que el hecho de su sorprendente cercanía a ciertos textos de Marx, es el marco de su presentación y la forma literaria que adopta. Y es que Lucía Jerez constituye un melodrama sentimental en el que presenciamos ni más ni menos que la violenta destrucción de todos los ideales de desarrollo natural o armonioso para el cual Martí, en su crónica sobre Marx, todavía pensaba poder contar con la ayuda del “alma femenil”.

La novela termina así en el violento asesinato de Sol, la adolescente cuya belleza encarna el ideal a la vez estética y moralmente hablando, a manos de su amiga y tal vez rival Lucía Jerez. Juan Jerez, mientras tanto, no puede nunca cumplir su papel histórico de intelectual orgánico, su sueño de convertirse en un letrado al servicio de los pobres campesinos indígenas. Más bien, su afán de hacer el bien y enderezar el mundo lleva a Juan a una actitud de “alma bella” cuya integridad moral es inversamente proporcional a la sordidez del mundo en el que se ve obligado a circular.

Gran repercusión tendrá esta orientación melodramática a lo largo del siglo veinte en la imaginación de la izquierda. De hecho, junto con la novela policial, me parece que el melodrama es una de las formas más recurrentes para pensar la política incluso (o con mayor razón) después de la crisis del ideal revolucionario. Como bien intuían Marx y Engels en sus comentarios sobre Eugène Sue en La sagrada familia y como confirma también Althusser en su artículo sobre el teatro de Bertolazzi y Brecht, el melodrama ofrece un espacio idóneo para elaborar las múltiples consecuencias del desarrollo desigual como lógica del desencuentro, es decir, el desencuentro ya no como un mero defecto del conocimiento de Marx sobre América Latina ni tampoco como el error estratégico que Martí le reprocha a Marx, sino más bien el desencuentro como la estructura misma del capitalismo en su fase global.

A través de un melodrama con desenlace violento, llegamos así a la negación de todos los ideales de desarrollo armonioso con su modelo en la hacienda o la familia—hasta el punto donde habría que concluir que para Martí, al menos en el terreno de la experimentación novelística, así como para una lectura radical de Marx que podría inspirarse en el psicoanálisis de Freud y Lacan, no hay ni puede haber nunca ninguna correspondencia entre la base y la superestructura, o entre las relaciones de producción y el desarrollo de las fuerzas productivas.

Ésta es también la conclusión a la que llega alguien como Slavoj Žižek en El objeto sublime de la ideología: “¿Cómo definimos exactamente el momento—si bien sólo ideal—en el que la relación capitalista de producción se convierte en un obstáculo para el ulterior desarrollo de las fuerzas productivas? O bien el anverso de la misma pregunta:

¿Cuándo podemos hablar de un acuerdo entre fuerzas productivas y relación de producción en el modo capitalista de producción? Un análisis estricto nos lleva a la única respuesta posible: nunca”[19] . Parecería entonces que en toda la historia de la sociedad humana, al menos hasta la actualidad, no habría acuerdo sino en el desacuerdo; no habría encuentro sino en el desencuentro.


[1] Álvaro García Linera, “3 retos al marxismo para encarar el nuevo milenio. Las virtudes de un siglo infame: el reencuentro con la incredulidad activa”, Las armas de la utopía. Marxismo: provocaciones heréticas (La Paz: Punto Cero, 1996), 77.

[2] Jorge Luis Borges, “El inmortal”, El Aleph (Madrid: Cátedra, 1995), 7.

[3] Guy Debord, Commentaires sur la société du spectacle (París: Gallimard, 1988), 24. Para el contexto de la ruptura en la continuidad del debate marxista en América Latina, véase también mi texto “Travesías del fantasma: Pequeña metapolítica del 68 en México”, Metapolítica: Revista Trimestral de Teoría y Ciencia de la Política 12 (1999): 733-768

[4] Karl Marx, carta a Engels del 14 de febrero de 1858, citada en José Aricó, Marx y América Latina (México, D.F.: Alianza, 1982), 116.

[5] Aricó, Marx y América Latina, 65 y 68.

[6] Álvaro García Linera, De demonios escondidos y momentos de revolución. Marx y la revolución social en las extremidades del cuerpo capitalista (La Paz: Ofensiva Roja, 1991), 252.

[7] Ibid.

[8] Ibid., 250.

[9] García Linera, “Indianismo y marxismo. El desencuentro de dos razones revolucionarias”, en La potencia plebeya: Acción colectiva e identidades indígenas, obreras y populares en Bolivia, ed. Pablo Stefanoni (Buenos Aires: Prometeo Libros/CLACSO, 2008), 373-392.

[10] José Martí, “Karl Marx ha muerto”, Obras completas, ed. Isidro Méndez (La Habana: Lex, 1948), vol 1, tomo II, 1516-1521. Todas las citas no marcadas en el texto de aquí en adelante provendrán de esta misma crónica. Para un comentario oficial desde la Cuba socialista, véase Armando Hart Dávalos, “Martí y Marx, raíces de la revolución socialista de Cuba”, Camino a lo alto: Aproximaciones marxistas a José Martí (La Habana: Editorial de Ciencias Sociales, 2006), 324-353. Véase también el breve comentario de Luis Alvarenga, “El humanismo de Marx desde la perspectiva de José Martí”, Estudios Centroamericanos 707 (2007): 849-853. Se trata de un número monográfico sobre El marxismo hoy: una lectura crítica a 140 años de El Capital.

[11] En otro texto del 29 de marzo de 1883, la misma fecha que lleva la carta-crónica sobre el evento conmemorativo por la muerte de Marx, Martí repite la noción de que son los europeos quienes llegan a Nueva York llenando la cabeza de los trabajadores con la moral del odio. De hecho, compara la desproporción en el número de asistentes en distintos eventos: “Un veintenar de miles fue al entierro del pugilado; al baile de un Vanderbilt, que es un Rotschild de esta parte de la América, un millar de galanes y de damas; y diez mil hombres de manos inquietas, burdos vestidos, sombreros irreverentes y corazones inflamados, a aplaudir a los fervorosos oradores multilingües que excitan a la guerra a los hijos del trabajo, en memoria de aquel alemán de alma sedosa y mano férrea, de Karl Marx famosísimo, cuya reciente muerte honran”, en Obras completas, ibid., vol. I, tomo II, 1201. En una carta a La Nación del 5 de septiembre de 1884, Martí escribe: “A barcadas viene el odio de Europa: a barcadas hay que echar sobre él el amor balsámico”, ibid., 1561

[12] Martí, “El proceso de los siete anarquistas de Chicago”, Obras completas, ibid., 1736-1737. Esta crónica, también para La Nación, lleva la fecha del 2 de septiembre de 1886.

[13] Martí, “Un drama terrible”, ibid., 1844-1845 y 1847. Esta segunda crónica sobre el trágico suceso del Haymarket en Chicago, lleva la fecha del 13 de noviembre de 1887

[14] Fidel Castro con Ignacio Ramonet, Fidel Castro. My Life: A Spoken Autobiography, trad. Andrew Hurley (Nueva York: Scribner, 2008), 153-154 (la traducción es mía).

[15] Martí, “Un drama terrible”, 1847.

[16] José Martí, Lucía Jerez, ed. Carlos Javier Morales (Madrid: Cátedra, 1994), 145.

[17] Martí, Lucía Jerez, 117.

[18] Karl Marx, “Prólogo a la Contribución a la crítica de la economía política”, Introducción general a la crítica de la economía política (México, D.F.: Ediciones de Pasado y Presente, 1982), 67.

[19] Slavoj Žižek, El sublime objeto de la ideología, trad. Isabel Vericat Núñez (México, D.F.:

Siglo Veintiuno, 1992), 83-84

«Postoccidentalismo: el argumento desde América latina». Walter D. Mignolo

Durante el último congreso de LASA (Guadalajara 1997), en varios paneles, en los pasillos y en el café, se puso en marcha un debate complejo, de varias caras. Estudios culturales, subalternidad y postcolonialidad se mencionaban con cierta sospecha, con la sospecha con la que en décadas anteriores se celebraba o se tomaba con pinzas el estructuralismo, el post-estructuralismo y la semiótica.

Sin embargo, entre el primero y el segundo trío, entre finales del 60 y mediados del 90 el escenario cambió, porque cambió el orden mundial. Del otro lado, aparentemente opuesto a estudios culturales y poscolonialidad, se articulaba un discurso que oscilaba entre la restitución de «Nuestra América» de Martí como alternativa teórica, con lo que el debate parecía dirigirse hacia una confrontación entre cierto fundamentalismo latinoamericanista frente al «imperialismo» de los estudios culturales, subalternos o postcoloniales.

En tercer lugar, a veces el debate aparecía como una conversación de sordos, puesto que se daba entre contendientes que aparentemente tendrían que estar de acuerdo, pero que el nuevo orden mundial, con la subsecuente redistribución de la labor académica, los ponía unos frente a otros. En última instancia, el debate podría rearticularse en las conflictivas relaciones existentes entre los «Estudios Latinoamericanos» (entendidos como Estudios de Areas: LASA fue creada en 1963, al comienzo de la Guerra Fría, como parte de las medidas tomadas por el gobierno de los Estados Unidos para la Seguridad Nacional) y el «Pensamiento Latinoamericano», un complejo de expresiones y manifestaciones teóricas desde las ciencias sociales a la filosofía, desde la literatura a los estudios literarios.

En lo que sigue intento contribuir a aclarar ciertos términos del debate trayendo a la memoria la noción de occidentalismo y post-occidentalismo, que es el lugar de enunciación construido a lo largo de la historia de América Latina para articular los cambiantes órdenes mundiales y el movimiento de las relaciones coloniales.

Desde el bautizo de las «Indias Occidentales» hasta «América Latina» (es decir, desde el momento de predominio del colonialismo hispánico hasta el momento de predominio del colonialismo francés), «occidentalización» y «occidentalismo» fueron los términos claves (como lo fue «colonialismo» para referirse al momento de predominio del imperio británico).

De modo que si «post-colonialismo» calza bien en el discurso de descolonización del «Commonwealth», «post-occidentalismo» sería la palabra clave para articular el discurso de descolonización intelectual desde los legados delpensamiento en Latinoamérica.

Digo «en Latinoamérica» y no «Latinoamericano» porque me es importante distinguir las historias locales (en Latinoamérica) de su esencialización geo-histórica (Latinoamericano) (cf. Castro-Gómez 1996).

I

1. Agregar un «pos» más a la pléyade ya existente quizás suene como una invitación al cansancio. Sin embargo, este aparente nuevo «pos» no es tan nuevo. Roberto Fernández-Retamar acudió a él en 1976 cuando publicó uno de sus artículos clásicos, «Nuestra América y Occidente» (Fernández Retamar 1976). La palabra-clave aparece, en el artículo de Retamar, como una consecuencia lógica de su revisión del pensamiento en América Latina desde el siglo XIX, en un intento de «definir el ámbito histórico de nuestra América» (Ibid. 1976: 36).

El esfuerzo, como veremos un poco más adelante, no es una mera cuestión de verdad histórica, sino de categorías geoculturales y sus relaciones con el conocimiento y el poder. Pues bien, el repaso histórico que hace Fernández Retamar del pensamiento en América Latina desde el siglo XIX hasta 1976, muestra que una de las preocupaciones fundamentales fueron las relaciones entre América Latina y Europa, al menos hasta 1898, y las relaciones entre América Latina y América Sajona desde y a partir de 1898, momento en el que los esfuerzos locales y los proyectos de independencia en Puerto Rico y Cuba se encontraron en un nuevo orden mundial y en una situación muy diferente a la de los movimientos de independencia al comienzo del siglo XIX.

El paulatino ingreso de Estados Unidos a la escena mundial, y el paulatino receso de España del orden imperial, se reorganizan precisamente hacia fin de siglo, cuando Cuba y Puerto Rico tienen que cambiar sus proyectos históricos, entrecruzados con nuevos conflictos imperiales.

A partir de ese momento ya no es posible hablar de la independencia de los países de América Latina como si ésta se definiera por los casos históricos, en América hispana y lusitana, de las primeras décadas del siglo XIX cuando la liberación de España implicaba, para muchos y al mismo tiempo, la celebración de lazos económicos y culturales con Francia e Inglaterra, muchas veces ignorando las implicaciones históricas de liberarse de un imperio decadente y entrar en negociaciones con imperios emergentes. A finales del siglo XIX nos encontramos con un escenario mundial en el que los imperios emergentes son testigos de una nueva fuerza imperial que llegará a su apogeo medio siglo más tarde, después de la segunda guerra mundial.

Para los pensadores en América Latina, el cruce y superposición de poderes imperiales se concibió no tanto en términos de colonización sino de occidentalización. Es por esta razón que «posoccidentalismo» (en vez de «posmodernismo» y «poscolonialismo») es una palabra que encuentra su lugar «natural» en la trayectoria del pensamiento en América Latina, así como «posmodernismo» y «poscolonialismo» lo encuentra en Europa, Estados Unidos y en las ex-colonias británicas, respectivamente (Mignolo 1996).

No se trata de reclamar autenticidades y lugares de origen, sino de meras trayectorias históricas y de derechos de ciudadanía: por ejemplo, la resistencia que «poscolonialismo» encontró y todavía encuentra en América Latina y en ciertos sectores de los estudios latinoamericanos en los Estados Unidos. «Posoccidentalismo» puede designar la reflexión crítica sobre la situación histórica de América Latina que emerge durante el siglo XIX, cuando se van redefiniendo las relaciones con Europa y gestando el discurso de la «identidad Latinoamericana», pasando por el ingreso de Estados Unidos, hasta la situación actual en que el término adquiere una nueva dimensión debido a la inserción del capitalismo en «oriente» (este y sureste de Asia).

Recordemos el contexto en el cual Fernández Retamar introdujo la palabra-clave «posoccidentalismo»:

“La idea de que los latinoamericanos verdaderos «no somos europeos», es decir, «occidentales», ya había encontrado en este siglo sostenedores enérgicos, sobre todo entre los voceros de comunidades tan visiblemente no «occidentales» como los descendientes de los aborígenes y de los africanos. Los grandes enclaves indígenas de nuestra América (que en algunos países son una «minoría nacional» que constituye una mayoría real) no requieren argumentar esa realidad obvia: herederos directos de las primeras víctimas de lo que Martí llamó «civilización devastadora», sobreviven a la destrucción de sus civilizaciones como pruebas vivientes de la bárbara irrupción de otra civilización en éstas tierras.” (Fernández Retamar 1976, 51).

Sin duda que en 1976 era menos problemático hablar de «latinoamericanos verdaderos». El hecho de que hoy lo sea es una consecuencia particular del proceso creciente de globalización (quizás no ya de occidentalización) planetaria y del incremento tanto de los capitales transnacionales como de la migraciones masivas que ponen en tela de juicio categorías que permitían afincar gente y entes abstractos, concebidos como «culturas», a determinados territorios.

La cosificación del concepto de cultura, y la gestación de entes como las culturas nacionales (continentales o subcontinentales) fue y es una parte integral de la idea misma de occidentalismo, de la construcción de occidente como el sí-mismo y del resto del planeta como la otredad.

El espacio entre el sí-mismo y el otro se construyó sobre la base de considerar las culturas como entes encerrados en territorios nacionales. La transnacionalización del capital y su desarraigo nacional, tanto como las migraciones motivadas por la transnacionalización económica, fracturan cada vez más la idea de que las culturas son entidades coherentes localizables en unidades geográficas discretas. La expresión común «conocer o comprender otras culturas» (sobre todo en los Estados Unidos) es cada vez más problemática. Pues bien, a pesar de que hoy nos sea difícil aceptar sin más la expresión de «latinoamericanos verdaderos», el párrafo citado pone de relieve, y en forma clara, el problema de América Latina como una entidad geocultural creada por los diseños imperiales, que se fue configurando conflictivamente en ese mismo proceso de occidentalización.

Es en esta encrucijada (o mejor, en esta zona fronteriza) que se produce la tensión entre lo que se considera «propio» y lo que se considera «ajeno», en la que los intelectuales en América Latina reflexionaron críticamente con posterioridad a las independencias de España y Portugal, cuando era necesario construir la nación y crear una política educativa que integrara los proyectos nacionales y continentales.

El hecho de que la palabra-clave fuera y todavía sea «occidentalización» u «occidentalismo» se debe a los legados del discurso imperial mismo, para el cual las posesiones ultramarinas de Castilla y Portugal se categorizaban como «Indias Occidentales» y no, claro está, como «América», concebida por letrados al norte de los Pirineos que no tenían influencia alguna en los proyectos imperiales de Castilla.

El párrafo citado más arriba prepara el terreno para la palabra-clave «posoccidentalismo», que Fernández Retamar introduce de la siguiente manera:

“Indios y negros, pues, lejos de constituir cuerpos extraños a nuestra América por no ser «occidentales», pertenecen a ella con pleno derecho: más que los extranjerizos y descastados «civilizadores». Y era natural que esto fuera plenamente revelado o enfatizado por pensadores marxistas, pues con la aparición en la Europa occidental del marxismo, en la segunda mitad del siglo XIX, y con su ulterior enriquecimiento leninista, ha surgido un pensamiento que sienta en el banquillo al capitalismo, es decir, al mundo occidental. Este pensamiento sólo podría brotar en el seno de aquel mundo, que en su desarrollo generó a su sepulturero, el proletariado y su consiguiente ideología: pero esta no es ya una ideología occidental, sino en todo caso posoccidental: por ello hace posible la plena comprensión, la plena superación de Occidente, y en consecuencia dota al mundo no occidental del instrumento idóneo para entender cabalmente su dramática realidad y sobrepasarla.

En el caso de la América Latina, ello se hace patente cuando el marxismo-leninismo es asumido y desarrollado por figuras heráldicas como el peruano José Carlos Mariátegui y los cubanos Julio Antonio Mella y Rubén Martínez Villena.” (Fernández Retamar 1976; 52).

Veinte años después de escrito este párrafo es difícil aceptar que el posoccidentalismo, como proyecto de trascender el occidentalismo, pueda concebirse sobre la base de una ideología «no occidental» del proletariado. El elemento faltante son las relaciones entre etnicidad y trabajo antes de la revolución industrial y la emergencia del proletariado. Las relaciones entre etnicidad y trabajo están presentes desde los primeros momentos de la expansión occidental, cuando la explotación de los amerindios en las minas es complementada por la importación de esclavos africanos a las nuevas tierras descubiertas.

Al integrar etnicidad y trabajo de esta forma, la reflexión crítica y la búsqueda de transcendencia del occidentalismo se enraíza en el momento mismo en que se funda el discurso imperial de la modernidad (expulsión de los árabes y judíos, explotación de los amerindios y tráfico de esclavos), y comienzan a formarse estructuras de poder sobre el principio de la «pureza de sangre» y de la»unidad del idioma».

Tanto algunas reflexiones del mismo Carlos Marx sobre el colonialismo en la India (en las cuales consideraba a Inglaterra la primera civilización superior que conquistara India, después de las sucesivas conquistas de los árabes, los turcos, los tártaros y los mongoles, la experiencia histórica en la práctica del socialismo, los genocidios perpetuados a lo largo de la modernidad e implementados en torno a cuestiones éticas, la creciente fuerza que ganan las ideologías forjadas en torno a cuestiones de género sexual y de sexualidad, mantienen sin duda la necesidad de un posoccidentalismo como horizonte, en donde las represiones forjadas y surgidas de las expansiones coloniales, justificadas en los ideales del renacimiento (cristianización), de la ilustración (civilización) o de la modernización (tecnología y consumismo), puedan ir trascendiéndose.

El pesimismo que puedan generar la globalización actual y el capitalismo sin fronteras, no es un argumento suficiente para pensar que el posoccidentalismo es una quimera intelectual. Los movimientos sociales siguen creciendo en número y diversidad, a tal punto de que ya no es posible pensar que sólo el proletariado sea un movimiento con fuerza de transformación social, y que la sociedad del futuro seguirá reproduciendo las estructuras de poder en la distinción occidente-oriente, con todas las implicaciones de convertir diferencias en valores, la cual fue una de las estrategias fundamentales de subalternización implementada por el occidentalismo, como discurso y práctica político-económica.

Cuatro años después de publicado el artículo de Retamar, Oscar del Barco, filósofo argentino, disidente del PC a comienzos de los sesenta y co-fundador de la importante revista Pasado y presente (Córdoba, 1963), publicó un libro sobre Lenin (del Barco, 1980) en el que esbozó una tendencia dominante de la teoría y práctica leninista conducente a Stalin y al Gulag.

La reflexión de del Barco, que se funda en el poder de control que Lenin otorgó a la teoría y al conocimiento para tomar decisiones de arriba hacia abajo, y en la inclinación de Lenin a tomar —sobre esa base—decisiones autoritarias, conduce a poner de relieve el hecho de que la teoría puede convertirse en una fuerza material de control y de justificación de decisiones, tal como ocurrió en la política bolchevique.

Esta crítica no le impidió a del Barco reconocer que no hay un socialismo bueno (el de Marx) y un socialismo malo (el soviético), o una esencia marxista que se cumple o se traiciona en distintas ocasiones.

Por el contrario, le permitió enfatizar que «lo que hay» son las luchas constantes de quienes están reprimidos u oprimidos y que, en ese contexto, Marx es el nombre que llevan esas luchas, ese «destino», y es el nombre que la clase le ha puesto a su propio pensamiento. No se trata, por lo tanto, ni de una persona ni de un dogma. Marx planteó la verdadera encrucijada de nuestra época cuando decía «socialismo o barbarie».

Los intelectuales pueden lamentarse creyendo que la barbarie ya ha triunfado; y efectivamente existen muchos signos de que la barbarie puede ser definitiva; pero las clases oprimidas, que convierten en teorías sus necesidades y esperanzas, no tienen otro horizonte que el de la lucha. Los intelectuales de hoy desaparecerán, pero los oprimidos seguirán elaborando teorías que les permitan orientarse en busca del triunfo (del Barco, 1980, 182).

El vocabulario de del Barco limita quizás el alcance de su propuesta. «Clases oprimidas» universaliza la opresión en términos de clase social solamente, cuando sabemos hoy que las personas, los grupos y las comunidades oprimidas atraviesan las clases hacia arriba y hacia abajo; como lo hace también cierta manera de entender la

«ideología» en los regímenes dictatoriales, que reprimen, torturan y asesinan sin distinción de clase, género, edad o etnicidad. Los regímenes dictatoriales en América Latina durante los años de la guerra fría, por ejemplo, hicieron poco caso a la distinción de clases, no reprimieron sólo a los proletarios, sino a todo aquel a quien se considerara comunista, montonero o guerrillero.

Finalmente, si los intelectuales de hoy pueden desaparecer, como lo sugiere del Barco, pueden hacerlo por dos razones: porque, por un lado, los intelectuales mismos nos vamos convirtiendo en un movimiento social más, y, por el otro, porque podemos pertenecer a otros movimientos sociales (de carácter étnico, sexual, ambiental, etc.) en donde, o bien nuestro rol de intelectual desaparece, o bien se minimiza en la medida en que, como bien lo dice del Barco, los movimientos sociales que trabajan contra las formas de opresión y en favor de condiciones satisfactorias de vida, teorizan a partir de su misma práctica sin necesidad ya de teorías desde arriba que guíen esa práctica.

La rearticulación de las relaciones entre prácticas sociales y prácticas teóricas es un aspecto fundamental del posoccidentalismo como condición histórica y horizonte intelectual.

El ejemplo de del Barco viene a cuento para contextualizar el artículo de Retamar en un momento de enorme energía y producción intelectual en América Latina que tiende a desdibujarse en la escena teórica internacional debido a la fuerza hegemónica del inglés, como idioma, y de la discusión en torno al posmodernismo y del poscolonialismo, fundamentalmente llevada adelante en inglés.

Si bien el libro de del Barco se publicó en el 80, es el resultado de discusiones y conflictos que atraviesan los años 60 y 70. En la transición entre las dos décadas, la teoría de la dependencia (en sociología y economía) y la teoría del colonialismo interno (en sociología y antropología), complementaron el escenario de la producción intelectual en América Latina.

Ambas, teoría de la dependencia y del colonialismo interno, son a su manera reflexiones «posoccidentales» en la medida en que buscan proyectos que trasciendan las dificultades y los límites del occidentalismo. Ambas son respuestas a nuevos proyectos de occidentalización que no llevan ya el nombre de «cristianización» o de «misión civilizadora», sino de «desarrollo».

Sin embargo, esta historia no se cuenta de este modo sino que, sobre todo con la teoría de la dependencia, tiende a integrarse a otra historia: la historia de los «Estudios de Área» (no del posoccidentalismo como trayectoria de pensamiento crítico en América Latina).

En esa operación, una dramática colonización intelectual se lleva adelante: América Latina deja de ser el lugar donde se producen teorías, para continuar siendo el lugar que se estudia. Al hacer de la obra de Gunder Frank el «token» de la teoría de la dependencia en Estados Unidos, ésta se convirtió, al mismo tiempo, en un cambio de mirada: la mirada desde el norte que convierte a América Latina en un área para ser estudiada, más que un espacio donde se produce pensamiento crítico.

Lamentablemente, esta imagen continúa vigente en esfuerzos recientes como el de Berger, en el cual la teoría de la dependencia pasa naturalmente a integrarse a la tradición de estudios latinoamericanos en Estados Unidos (Berger 1996, 106-122). Para que la teoría de la dependencia no se pierda en el concierto universal de las teorías apropiadas por los estudios latinoamericanos en U.S. y quede reducida a un simple sistema conceptual desencarnado, conviene no perder de vista su lugar (históricamente geográfico y

colonialmente epistemológico) de enunciación.

Fundamental en esta operación de desplazamiento y de descolonización intelectual y académica, a la que Berger no contribuye a pesar de sus buenas intenciones, son los argumentos de Fernando Enrique Cardoso sobre el consumo de la teoría de la dependencia en los Estados Unidos (Cardoso 1993).

En cuanto a la teoría del colonialismo interno, cabe recordar su importancia fundamental en la trayectoria del pensamiento crítico en América Latina, cualquiera sean las posiciones o críticas en cuanto a su formulación. A pesar de los treinta años transcurridos desde sus primeras formulaciones (González Casanova, Stavenhagen), hasta su continuidad en la actualidad (Rivera Cusicanqui), la teoría del colonialismo interno, a pesar de sus vinculaciones obvias con el «poscolonialismo» y el «posoccidentalismo», quedó oscurecida por el valor mercantil adquirido por proyectos semejantes surgidos de legados coloniales con más valor de cambio que los diferidos colonialismos Español y Portugués.

2. El argumento de Fernández Retamar se desarrolla en una tensión constante entre el proyecto ideológico del marxismo en el contexto de la revolución cubana, y la cuestión étnica en la historia de América Latina. En verdad, el mismo párrafo citado más arriba, donde se introduce la noción de «posoccidentalismo» ligada a la lucha de clases, comienza con una clara alusión a la cuestión étnica («Indios y negros, pues, lejos de constituir cuerpos extraños a nuestra América por no ser «occidentales», pertenecen a ella con pleno derecho: más que los extranjerizos y descastados «civilizadores»).

La cuestión étnica le permite a Retamar introducir una ruptura fundamental en el relato histórico de las Américas, cuyas consecuencias no se han explotado todavía, quizás debido a la hegemonía del legado colonial hispánico en la construcción de categorías geoculturales en América.

«Nuestra América», que Retamar elabora partiendo de Martí, se articula como palabra-clave y como categoría geocultural a partir de la primera independencia, la independencia haitiana.

Las consecuencias que no se han explotado son precisamente la de pensar «América» no sólo a partir de las independencias de los países hispánicos (o iberoamericanos, incluyendo a Brasil), sino de la independencia haitiana, lo cual muestra la importancia del colonialismo francés en la configuración geocultural de las Américas.

Pero aún antes, la independencia de Norteamérica (1776) es la que abre las puertas para la expansión de la categoría de «occidente» a «occidentales Americanos», que conducirá luego a la palabra-clave de «hemisferio occidental». Esto es, las «Indias Occidentales» de las colonias hispánicas van dando lugar, paulatinamente, al «Hemisferio Occidental»; una trayectoria ideológica y geocultural, si no opuesta, al menos significativamente diferente al «Orientalismo» (ver apartado 3).

De ahí que sea posible y coherente ligar el pensamiento poscolonial y concebirlo como su contrapartida crítica, aunque la poscolonialidad, como discurso, resulte ajeno y encuentre resistencia en América Latina. Por la misma lógica, «Posoccidentalismo» es la palabra clave que encuentra su razón en el «occidentalismo» de los acontecimientos y la discursividad del Atlántico (norte y sur), desde principios del siglo XVI.

Posoccidentalismo, repitamos, concebido como proyecto crítico y superador del occidentalismo, que fue el proyecto pragmático de las empresas colonizadoras en las Américas desde el siglo XVI, desde el colonialismo hispánico, al norteamericano y al soviético.

En el artículo citado, Fernández Retamar señala tres momentos de ruptura en los que se van construyendo etapas hacia una proyección posoccidental en las que, sinembargo, América como los márgenes de occidente, no tiene el mismo papel en elorden mundial que Asia, como la encarnación de lo oriental.

Esos tres momentos son, la independencia haitiana entre finales del siglo XVIII y comienzos del XIX; las independencias de los países iberoamericanos a partir de 1810, y la independencia de Cuba en 1898.

Mientras que los dos primeros momentos están caracterizados por la independencia frente a colonialismos territoriales, el tercer momento de ruptura secaracteriza por la tensión entre el desprendimiento de un colonialismo decadente y laemergencia de un nuevo tipo de colonialismo imperial, surgido del primer movimientode independencia en las Américas, que lleva a Martí a hablar de «nuestra América»(aquella de los tres momentos de ruptura), como distinta de la otra América (aquellaque consiguió su independencia en 1776).

Por eso es importante subrayar lo queFernández Retamar nos recuerda: que la revolución Haitiana es el inicio de la independencia de «nuestra América», lo cual pone en tensión la cuestión étnica con lacuestión de clase: el emergente grupo criollo, sobre todo en el Caribe y en la economía de plantaciones, no ve con buenos ojos la independencia ligada a la emancipación étnica.

La tensión entre clase y etnia, en la independencia haitiana,pone sobre el tapete el hecho de que el proyecto posoccidentalista no puede gestarsesólo sobre la base de la lucha de clases, sino que debe igualmente forjarse en lamemoria de los tres grandes genocidios de la modernidad, en los cuales las Américasestán implicadas: el genocidio indígena con la llegada de los españoles, el genocidio

de la diáspora africana, y el genocidio que comienza con la gestación misma de la modernidad (la expulsión de los judíos de España) y que marca la crisis del proyecto.

Una crisis que pone también en tela de juicio la idea habermasiana de que la modernidad es un proyecto «inconcluso».

La crisis de la modernidad, que se manifiesta en el corazón mismo de Europa, tiene como respuesta la emergencia de proyectos que la trasciendan: el proyecto posmodernista, en y desde la misma Europa (Arendt, Lyottard, Vattimo, Baudrillard) y los Estados Unidos (Jameson), el proyecto poscolonialista en y desde la India (Guha y los estudios subalternos, Bhabha, Spivak), el proyecto posorientalista (Said, Arkhun, Khatibi, Lisa Lowie) y el proyecto posoccidental desde América Latina (Retamar, Dussel, Kusch, Silvia Rivera).

En resumen, la crisis del proyecto de la modernidad generó su propia superación en los proyectos que se van gestando en el pensamiento posmoderno, poscolonial, posoriental y posoccidental. Cada uno de ellos se va articulando a la vez que van rearticulando nuevas localizaciones geográficas y epistemológicas que contribuyen al desplazamiento de las relaciones de poder arraigadas en categorías geoculturales e imperiales que, en los últimos cincuenta años, se vieron dominadas por los estudios de áreas concomitante con el ascenso a la hegemonía mundial de los Estados Unidos.

Es decir, lo que la etnología comparada fue para los proyectos coloniales tempranos (España, Portugal; Pagden 1982), y lo que los estudios comparados de las civilizaciones (Said 1978) y el surgimiento de la antropología moderna (Inglaterra, Francia; Fabian 1983) fueron para los proyectos coloniales modernos, lo fueron también los estudios (comparados) de áreas para el colonialismo posmoderno en la etapa actual de globalización.

En esta línea de razonamiento, el proyecto inconcluso de la modernidad es el proyecto inconcluso de los sucesivos colonialismos y de los legados coloniales activos en la etapa actual de un capitalismo sin fronteras. Entiendo, entonces, los cuatro «pos» como proyectos críticos de superación del proyecto de la modernidad y de una democracia global apoyada en un capitalismo sin fronteras.

Estos proyectos actualizan y activan, al mismo tiempo, la descentralización y la ruptura de la relación entre áreas culturales y producción de conocimientos. Es decir, contribuyen a la restitución de las historias locales como productoras de conocimientos que desafían, sustituyen y desplazan las historias y epistemologías globales, en un momento en que el sujeto desencarnado del conocimiento postulado por Descartes y articulado por la modernidad, es cada vez más difícil de sostener.

Volvamos ahora a las implicaciones del «posoccidentalismo» como respuesta crítica, desde los legados coloniales en América Latina, al proyecto de la modernidad, sobre todo en lo referente a la distribución de la labor intelectual y científica en la última etapa de occidentalización: aquella liderada por Estados Unidos desde 1945 y que dio lugar a la ruptura de la complicidad natural entre capitalismo y occidente, con la entrada del este Asiático en la escena mundial, situación que aprontó la pregunta paradójica de si es posible «la occidentalización del oriente».

II

Mientras que la primera parte de este artículo giró alrededor «Nuestra América y Occidente», esta segunda parte se desarrolla en dos partes: primera, en torno a las políticas culturales y de investigación que se implementaron en los Estados Unidos

después de la segunda guerra mundial y que, hacia mediados de 1970, habían creado ya una imagen creciente del Tercer Mundo (y de América Latina) como objeto de estudio de las ciencias sociales (Pletch 1981; Mignolo 1993); segunda, en torno a la emergencia de un nuevo tipo de trabajo, ligado a la creciente emigración de intelectuales desde América Latina a Estados Unidos, que inaugura una epistemología fronteriza entre las exigencias epistemológicas de las ciencias sociales y las expectativas políticas de la reflexión intelectual.

La situación es compleja puesto que, por un lado, nos encontramos con el trabajo de académicos motivados por un interés intelectualmente genuino por la situación histórico-social en América Latina y, por otro, con intereses estatales que compaginan las investigaciones de áreas con los diseños imperiales (Berger 1996, 1-24).

Se trata, pues, de la reduplicación y continuación del marco que ya encontrábamos en el siglo XVI: el genuino interés de los misioneros por cristianizar, y los intereses imperiales de las coronas de España y Portugal por anexar territorios y gentes a sus dominios.

Pero antes conviene recordar una larga trayectoria en la cual las «Indias Occidentales», el «Nuevo Mundo» y, finalmente, «América», son las sucesivas palabras claves de macrorelatos del Occidentalismo para expandirse.

Las diferencias radicales entre el Occidentalismo y el Orientalismo son, primero, que el Occidentalismo comienza a gestarse a fines del siglo XV con la emergencia de las «Indias Occidentales» en el panorama de la cristiandad europea»; segundo, que el «Occidentalismo», a diferencia del «Orientalismo», es el discurso de la anexión de la diferencia más que de la creación de un opuesto irreductible: el «Oriente».

Precisamente, «Indias Occidentales» es el nombre que anexa la diferencia al Estado y es el nombre que se mantiene en todo el discurso legal del imperio hasta su caída. «Nuevo Mundo» y «América» comienzan a articularse más tarde, como discurso de la «cultura», mas no como discurso del «Estado».

Lo que le da, finalmente, un lugar especial a «América» en el discurso del occidentalismo es que la reconversión de las «Indias Occidentales» a «América» en el discurso del segundo colonialismo (Francia, Inglaterra), que corresponde a la etapa de formación de los estados nacionales y de la distinción entre «América Latina» y «América Sajona», nunca hizo de «América» algo semejante a la «otredad».

La cuestión del «Otro» en este dominio parece ser, mas bien, un invento de la incomprensión de Tzvetan Todorov, a quien durante la traducción del Orientalism de Said al francés se le ocurrió una infeliz analogía que confundió el orientalismo con el occidentalismo y que cubrió con una noción psicoanalítica (construida sobre la cuestión del sujeto moderno) los genocidios históricos que se tejieron desde el siglo XVI mediante la articulación e implementación de la «limpieza de sangre» (para expurgar a judíos y moros) y del «derecho de gentes» (argumentado en la escuela de Salamanca).

Habría pues tres grandes momentos del «Occidentalismo«: el de los grandes relatos que legitiman la anexión y conversión de los indios, que son producidos durante y en complicidad con el imperio hispánico. A manera de ejemplos: Bartolomé de las Casas, Historia de las Indias (alrededor de 1545), Brevísima relación de la destrucción de las Indias (1542) y Apologética Historia Sumaria (1555), Juan López de Velazco, Geografía y descripción universal de las Indias (1571-74) y José de Acosta, Historia Natural y Moral de las Indias (1590).

Todos estos discursos, que configuran el macro-relato del primer momento del occidentalismo, continúan hasta finales del siglo XVIII donde nos encontramos, por ejemplo, con el Diccionario Geográfico de las Indias Occidentales (1786-1789) de Antonio Alcedo y Herrera. La fractura del macro-relato hispánico la notamos por esa fecha, cuando Juan Bautista Muñoz, el último gran historiador oficial del imperio y creador de los archivos de Simanca, escribe Historia del Nuevo Mundo (1793). Muñoz anuncia la quiebra y el fin del occidentalismo basado en «Indias Occidentales» para plegarse a la denominación que fue introducida por los nuevos imperios emergentes, constructores de nuevos relatos en torno a la noción de «América» y el «Nuevo Mundo».

Estos relatos, contrarios a los anteriores, desplazan la hegemonía del occidentalismo desde España hacia Francia y Alemania. Anthony Padgen (Padgen 1992) atribuyó esos dos nuevos macros-relatos a Lafitau, en un caso, y a Humboldt, en el otro. El primero ubicando los «americanos» en el concierto planetario; el segundo, ubicando al «Nuevo Mundo» en el concierto de la naturaleza y la historia.

El segundo relato del occidentalismo, anclado en Joseph Francois Lafitau, Mouers des sauvages ameriquains, comparees aux moeurs des premiers temps (1724), es el relato de la conversión de los «salvajes» y «caníbales» alejados en el espacio (Indias Occidentales) a «primitivos» alejados en el tiempo.

El paradigma al que contribuye Lafitau, es el gran paradigma de la modernidad en el cual el planeta y la historia universal se piensa en relación a un progreso temporal de la humanidad de lo primitivo a lo civilizado (Fabian 1983). Para Pagden, este relato encontró su momento de cierre después de 1950, con los sucesivos movimientos de descolonización en Africa, Asia y el Caribe.

En cambio, el relato que inaugura Humboldt (Cosmos: Sketch of a physical description of the universe, 1846-58), re-piensa el Nuevo Mundo en el momento del auge de las investigaciones científicas impulsadas por la revolución industrial hacia finales del XVIII y comienzos del XIX.

Este tercer relato, en el que la modernidad se piensa en torno al progreso de la investigación científica, lo considera Pagden todavía vivo en proyectos como los de T. Todorov, cuando considera que «todos descendemos de Colón» (1982).

Esto es, el relato de Humboldt tiene todavía vigencia en la construcción europea de su propia identidad, la cual depende mucho del viaje de Colón y su importancia en la construcción de los tres grandes relatos del occidentalismo.

Son precisamente esos grandes relatos los que Edmundo O’Gorman trató de desmontar en sus dos libros fundamentales, La idea del descubrimiento de América (1955) y La invención de América (1958).

Ahora bien, antes de llegar a este momento del anti-occidentalismo, como lo muestra el recorrido de Fernández Retamar, hay unos ciento y tantos años de anti-occidentalismo elaborado por la inteligencia criolla americana. El anti-occidentalismo establece una particular relación con los tres grandes relatos que mencioné más arriba: el gran relato de las Indias Occidentales es el pasado concluido; de otro lado, el gran relato de la conversión de los salvajes en el espacio en los salvajes en el tiempo, y el gran relato de la tecnología y la modernidad, le son contemporáneos.

El relato del anti-occidentalismo surge coetáneamente al de Humboldt, posterior a las mayoría de los movimientos de independencia, y se va gestando en torno a la transformación de

«Indias Occidentales» (palabra-clave del discurso del imperio hispánico) y «Nuevo Mundo» (palabra clave empleada en el «corazón» de Europa, según Hegel), en «Nuestra América».

Esta última es la palabra clave sobre la que se va articulando el discurso anti-occidental en América. Fernández Retamar, a partir de la experiencia de la revolución cubana, intenta desviar el discurso anti-occidental hacia uno posoccidental. Pero lo hace también en el momento en el que el discurso de Humboldt, quizás vigente todavía en Europa, ha perdido ya toda vigencia en los Estados Unidos con la emergencia de los estudios de área y la transformación de «América / Nuevo Mundo» en «América Latina» como objeto de estudio de las ciencias sociales.

¿Es esto posible? Y si lo es, ¿cuáles serían sus posibles configuraciones?

El punto de referencia a partir de aquí es el artículo de Fernando Coronil «Beyond Occidentalism: Toward Post-Imperial Geocultural Categories» (Coronil 1996). Quizás no es casualidad que, siendo Coronil educado en Venezuela y comprometido con la historia social y política de América Latina, sea precisamente «Occidentalismo» (y no «modernismo» o «colonialismo») la palabra clave que sugiere para pensar la superación de la modernidad.

Sin duda, el «más allá» no debería entenderse aquí en un sentido literal, e imaginar que el occidentalismo (como los estados-naciones) tiene fronteras geográficas o legales, y que «ir más allá» del occidentalismo es una figura similar a ir más allá de México y cruzar la frontera a los Estados Unidos. Interpreto «ir más allá», en el plano de las categorías geoculturales que invoca Coronil, como un trascender tales categorías manteniendo las de la epistemología moderna, y trascenderlas en la integración de lo que esas mismas categorías negaron.

La incorporación de la negación en lo que la categoría afirma, es al mismo tiempo su superación. Así, en la medida en que «civilización» sirvió como una categoría que negó poder de conocimiento a la «barbarie», la incorporación de la barbarie en los términos negados por la civilización es lo que permite trascenderla, no reivindicando su opuesto (la barbarie) sino reivindicando la fuerza de la frontera que crea la posibilidad de la barbarie de negarse a sí misma como barbarie-en-la-otredad; de revelar la barbarie-en-la-mismidad que la categoría de civilización ocultó; y de generar un nuevo espacio de reflexión que mantiene y trasciende el concepto moderno de razón, enquistado en la ideología de las ciencias sociales en complicidad con los diseños de la expansión colonial (Wallerstein et. al., 1996, 1-32).

Esto es, la generación de una epistemología de frontera desde varios espacios del Tercer Mundo configurado por diferentes legados coloniales, para el conocimiento y la civilización planetaria (no una epistemología sólo para los marginados, o «del Tercer Mundo para el Tercer Mundo», lo cual mantiene la hegemonía y universalidad del conocimiento producido en el no-lugar y en la objetividad de los proyectos imperiales) (Mignolo 1996a).

El artículo de Coronil destaca, en primer lugar, la persistencia de las estrategias del discurso colonial y de la modernidad para construir una mismidad (Occidente) que aparece como construcción de la otredad (Oriente, tercer mundo, barbarie, subdesarollo, etc.).

Partiendo de la construcción del orientalismo analizada por Said (1986), Coronil se plantea examinar no la construcción del oriente, sino la noción misma de Occidente en la creación occidental del orientalismo:

“Occidentalism, as I define it here, is thus not the reverse of Orientalism but its condition of possibility, its dark side (as in a mirror)…Given Western hegemony, however, opposing this notion of «Occidentalism» to «Orientalism» runs the risk of creating the illusion that the terms can be equalized and reversed, as if the complicity of power and knowledge entailed in Orientalism could be countered by an inversion. What is unique about Occidentalism as I define it here, is not that it mobilizes stereotypical representations of non-Western societies, for the ethnocentric hierarchization of cultural difference is certainly not a Western privilege, but that this privilege is intimately connected to the deployment of global power. Challenging Orientalism, I believe, requires that Occidentalism be unsettled as a style of representation that produces polarized and hierarchical concepts of the West and its Others and makes them central figures in accounts of global and local histories» (Coronil 1996, 56-57).

El Occidentalismo es, para Coronil, una serie de estrategias cognoscitivas, ligadas al poder, que dividen el mundo en unidades bien delimitadas, separan las conexiones entre sus historias, transforman las diferencias en valores, naturalizan tales representaciones e intervienen, a veces sin designios perversos (lo cual no es necesariamente justificable), en la reproducción de relaciones asimétricas de poder.

Para explicitar tal caracterización, Coronil analiza tres estrategias particulares en la auto-construcción del occidentalismo:

La disolución del Otro en el Mismo. En tal modalidad, se considera el Oeste y lo No-Occidental como entidades autónomas y opuestas, y la oposición se resuelve mediante la incorporación de las zonas y las comunidades no-Occidentales, en la marcha triunfal de la expansión occidental.

La incorporación del Otro en el sí mismo. En esta segunda modalidad, la atención que se presta al Oeste en la construcción de la modernidad oscurece, a veces sin proponérselo, el papel que las comunidades no Occidentales tuvieron y tienen en la construcción de la modernidad. Es precisamente esta modalidad la que oscurece y reprime el papel de los intelectuales no-Occidentales en la construcción de un conocimiento planetario.

La desestabilización del Mismo por el Otro. En esta modalidad, son los intelectuales y académicos de izquierda, críticos de la modernidad y del colonialismo, quienes mantienen y reproducen la idea del Otro, esta vez como un espejo crítico donde se pueden observar «nuestras» propias limitaciones.

¿Cuáles son las posibilidades de «trascender el occidentalismo» construyendo categorías geohistóricas que no sean imperiales? Coronil lo formula partiendo de la rearticulación de la historia y la geografía no sólo como categorías que organizan el mundo temporal y geográficamente, sino como prácticas disciplinarias que sostienen estructuras de poder.

La subordinación de la geografía a la historia, en la construcción misma de la modernidad, apagó la importancia de las historias locales y las subordinó a la historia universal de occidente. La etapa actual de globalización, no sólo por la creciente magnitud de las corporaciones transnacionales sino también por sus objetivos, restituyen la importancia del espacio y hacen cada vez más difícil pensar en términos de historias universales (de las historias del mundo, Hodgson 1993).

O, lo que es lo mismo, al restituir el espacio restituyen las historias locales y al restituir las historias locales disminuyen la idea de una dupla constante entre occidente y el resto del planeta. Las transnacionales van creando un mundo global que opera de arriba hacia abajo, más que desde el centro a la periferia.

En esta rearticulación, la cuestión de la «otredad» pierde relevancia y comienza a ser desplazada por estructuras económicas globales y políticas trans-estatales que hacen más visible la «subalternidad» que la otredad; subalternidad, claro está, que sobrepasa el marco de las clases sociales y crea las condiciones para la multiplicación de movimientos sociales y para la rearticulación de la sociedad civil.

La pregunta que subsiste, sin embargo, es si la rearticulación del orden mundial por la expansión cada vez mayor y transnacional del capital necesita, como justificación ideológica, de una distribución geo-cultural en las que se preserven las categorías forjadas por el occidentalismo.

La entrada en el concierto mundial del este asiático hace cada vez más difícil mantener la imagen de un mundo partido entre occidente y el resto. Las múltiples formas de teorización y conceptualización que se organizan en torno a palabras-claves como posmodernidad, poscolonialidad, posoccidentalismo están desarticulando las conceptualizaciones del discurso de la modernidad y poniendo de relieve un nuevo mapa en el que no se sostienen las categorías de pensamiento del occidentalismo. En palabras de Coronil:

The result of these changes (e.g., de la última etapa de globalización y la creciente polarización de las clases sociales a nivel mundial, de migraciones masivas, forzadas o voluntarias, de creciente tecnoglobalismo, etc.WM) familiar spatial categories are uprooted from their original sites and attached to new locations. As space becomes fluid, history can no longer be easily anchored in fixed territories. While deterritorialization entails reterritorialization, this process makes more visible the social constructedness of space, for this «melting» of space is met partly with the «freezing» of history…This spatialization of time serves as the location of new social movements, as well as of new targets of imperial control; it expands the realm of imperial subjection but also of political contestation. As a result of these transformations, contemporary empires must now confront subaltern subjects within reconfigured spaces at home and abroad, as the Other, once maintained on distant continents or confined to bounded locations at home, simultaneously multiplies and dissolve. Collective identities are being defined in fragmented places that cannot be mapped with antiquated categories (Coronil 1996: 79-80).

Cité por extenso a Coronil porque sus conclusiones no sólo desplazan categorías disciplinarias sino que reclaman nuevas categorías geo-históricas que reemplacen las construidas por la modernidad. En consecuencia, dos tareas se presentan con cierta urgencia en el pensamiento latinoamericano (Roig 1981) y en los estudios latinoamericanos (Berger 1993).

Una es la de repensar la conceptualización misma de América Latina que revisa y ordena Fernández Retamar en el momento en que las utopías socialistas han caído, el capital internacional comienza a construir nuevas regiones (MERCOSUR, TLC, Castañeda 1994: 198-326), el caribe gana terreno en los proyectos transnacionales hacia América del Sur, y las migraciones corroen los supuestos lazos entre territorio y cultura.

La otra, ligada a la anterior, es la de repensar las relaciones entre pensamiento latinoamericano y estudios latinoamericanos en el ámbito de la producción intelectual y académica. Las configuraciones actuales de ambas (conceptualización geo-histórica e intelectual/académica) se mantienen todavía en los marcos de la epistemología moderna. La necesaria contribución de proyectos posoccidentalistas, como continuación de lo esbozado hace veinte años por Fernández Retamar y retomado indirectamente por Coronil, será pues la de construir, por un lado, América Latina en la nueva escena global y, por el otro, construir el puente entre pensamiento en América Latina y estudio de América Latina.

El primero, en su constante reflexión sobre la occidentalización a partir de las independencias, contribuyó a forjar un pensamiento crítico derivado de las historias locales (Mignolo 1996b). El segundo, en su constante reflexión sobre América Latina a partir de 1900, consolidado en la creación de LASA durante los años sesenta en el contexto de la gestación de los estudios de área ligados al liderazgo mundial de Estados Unidos, contribuyó a forjar un conocimiento directa o indirectamente motivado por los diseños globales.

El informe de la Comisión Gulbenkian (Wallerstein et. al., 1996) es un buen ejemplo de los nuevos diseños globales urgidos por la situación crítica de las ciencias sociales y de los estudios de área, ambos ligados a las expansiones coloniales, en una etapa histórica que se construye autocríticamente en torno a los «pos» (modernismo, colonialismo, occidentalismo).

La respuesta al cuestionamiento por el tipo de ciencias sociales necesarias para el futuro no debería ser ofrecida, solamente, a partir de la experiencia de las ciencias sociales que el informe critica, desde su gestación en 1850 hasta 1945, y desde 1945 hasta la fecha (durante la hegemonía de Inglaterra, Francia y Alemania hasta 1945; de Estados Unidos a partir de 1945).

Por eso, en el caso particular de América Latina, la perspectiva posoccidentalista como perspectiva crítica de pensamiento tendrá un papel fundamental si no se quiere continuar reproduciendo la estructura de los estudios de área, en su formulación y práctica desde 1950 hasta 1990.

¿Y qué de las humanidades? Las prácticas literarias y filosóficas (el ensayo histórico, antropológico, literario, filosófico, etc.) en América Latina fueron y son todavía el espacio donde se gestó un «pensar» al margen de las disciplinas. La explicación del fenómeno la conocemos (Mignolo 1993). En la medida en que las prácticas académicas y científicas (ciencias sociales) se asientan en las regiones de gran desarrollo económico y tecnológico, las regiones de menor desarrollo económico y tecnológico no pueden competir o mantenerse al mismo nivel en la producción de conocimientos. La tarea intelectual académica se divide entonces entre zonas donde se produce «conocimiento» sobre ciertas regiones y zonas EN donde se produce «cultura» (sigo aquí la nomenclatura de Pletsch 1981; Mignolo 1993; 1996a).

Esta distinción no niega la posibilidad de la producción de «conocimientos» en zonas de potencialidades económicas y tecnológicas como América Latina, pero sí quiere destacar las desventajas materiales para el ejercicio de tales prácticas disciplinarias.

Paulin J. Houtjoundji (Hountondji 1992) llamó la atención de los científicos sociales en Africa con respecto a las limitaciones de sus propias prácticas:

In fact, it seems urgent to me that the scientist in Africa, and perhaps more generally in the Third World, question themselves on the meaning of their practices as scientists, its real function in the economy of the entirety of scholarships, its place in the process of production of knowledge o a world-wide basis…Scientific activity in the Third World seems to me to be characterized, globally, by its position of dependency. This dependency is of the same nature as that of the economic activity, which is to say that, put back in the context of its historical genesis, it obviously appears to be the result of the progressive integration of the Third World into the worldwide process of the production of knowledge, managed and controlled by the Northern countries (Hountondji 1992: 239-240).

Las ciencias sociales estuvieron, y en alguna medida todavía están, ligadas a las empresas colonizadoras. No es necesario buscar intelectuales de izquierda para apoyar tal enunciado; el informe de la Comisión Gulbenkian narra este proceso desde 1850 hasta 1990. Las ciencias sociales se gestaron en las lenguas imperiales del momento (inglés, francés y alemán) y en el presente se mantienen en inglés.

Quedaría por analizar la relación entre ciencias sociales y otras lenguas, no sólo de lenguas «menores» de la modernidad en relación a las ciencias sociales (italiano, español, francés), sino también de lenguas con un número elevado de hablantes y de larga data (chino, árabe, hebreo) y, más problemático aún, se las considera «lenguas nativas» en el concierto planetario de la modernidad.

En la organización del mundo promovida por el occidentalismo (la modernidad), las ciencias se articularon en determinadas lenguas y localizaciones geográfico-epistemológicas. Más allá de las ciencias sociales quedaron las prácticas de pensamiento. La reorganización de la producción del conocimiento, desde una perspectiva posoccidentalista, tendría que formularse en una epistemología fronteriza en la cual la reflexión (filosófica, literaria, ensayística), incorporada a las historias locales, encuentra su lugar en el conocimiento desincorporado de los diseños globales en ciencias sociales.

A manera de conclusión y apertura hacia una nueva dirección del argumento, mencionaré una vez más la contribución fundamental de Gloria Anzaldúa a lo que Coronil proyecta e imagina en términos de «nonimperial geohistorical categories».

El libro de Anzaldúa Borderland / La Frontera no sólo es un momento teórico fundamental para la construcción de categorías geo-culturales no imperiales, sino que lo es precisamente por indicar una dirección posible para la superación del occidentalismo.

Anzaldúa muestra la necesidad de una epistemología fronteriza, posoccidental, que permita pensar y construir pensamiento a partir de los intersticios y que pueda aceptar que los inmigrantes, refugiados, los homosexuales, etc., son categorías fuera de la ley desde una epistemología monotópica que normaliza determinados espacios (nacionales, imperiales), como espacios de contención y de marginación.

El giro brutal que propone Borderland / La frontera escrito con la fuerza y el sentimiento de Hargill, Texas (un espacio que es producto de sucesivos colonialismos y articulaciones imperiales) es quizás equivalente al que produjo Descartes con su Discours de la méthode, escrito en el seno de Amsterdam, Holanda, cuando un reacomodo de las fuerzas imperiales la convirtieron en centro del comercio planetario.

Esta es, en cierta manera, la lectura que hace Norma Alarcón, al comparar la contribución teórica de Anzaldúa con producciones teóricas más canónicas:

No se desea tanto producir un contradiscurso, sino aquel que tenga un propósito des-identificatorio, que dé un viraje drástico y comience la laboriosa construcción de un nuevo léxico y unas nuevas gramáticas. Anzaldúa entreteje auto-inscripciones de madre/hija/amante que a pesar de que no se simbolicen como una «metaforización primaria» del deseo, evitarán que las «mujeres tengan una identidad en el orden simbólico que sea distinta de la función maternal y por lo tanto les(nos) impiden constituir una verdadera amenaza para el orden de la metafísica occidental, o si se quiere, para el «romance familiar /nacional / etno-nacional». Anzaldúa está comprometida con la recuperación y reescritura de ese «origen» femenino/ista no sólo en los puntos de contacto de varias simbolizaciones, sino en la misma frontera geopolítica de El Valle … Un espacio externo que es presentado en la forma de la Texas de Estados Unidos, la frontera sudoeste con México…y una frontera psicológica, la frontera sexual y espiritual (Alarcón 1996: 144-145).

En Anzaldúa se cruzan los ciclos imperiales, desde el relato de las indias occidentales hasta el de América Latina como objeto en los estudios de áreas. El suyo, equivalente y continuación de los discursos anti-occidentales del siglo XIX y de los primeros años

del XX en América Latina, se proyecta hacia un pensar posoccidental en donde las categorías geohistóricas no-imperiales, que busca Coronil, encuentran su espacio de gestación en el cruce de las experiencias históricas imperiales con las categorías sexuales y la gestación de una epistemología fronteriza que va mas allá de las construcciones binarias del occidentalismo; es decir, la germinación del posoccidentalismo.

Mas recientemente, los últimos trabajos de José Saldívar (1997) contribuyeron a redefinir las categorías imperiales y a construir un espacio de alianza entre «Nuestra América» de Martí y la «otra América» de los chicanos y latinos en Estados Unidos. Y al hacerlo, Saldívar contribuyó también a rearticular las categorías imperiales implicadas en los estudios de áreas y, por ende, en los estudios subalternos, en tanto que éstos mantienen en silencio la distribución entre conocimiento basado en las disciplinas y conocimiento basado en las áreas.

Subalternidad y estudios culturales adquieren así una nueva dimensión en los trabajos de Saldívar, en la medida en que se desprenden de la distinción entre sujeto y objeto, entre disciplina y área. La diferencia entre, por ejemplo, los estudios culturales chicanos y subalternidad es un nuevo modelo para el impasse en que se cae al proponer la articulación entre estudios culturales latinoamericanos y subalternidad (Beverley 1997)

Bibliografía

Alarcón, Norma. «La frontera de Anzaldúa. La inscripción de una ginocrítica», en: B. González Stephan (ed.), Cultura y Tercer Mundo. Tomo 2. Nuevas Identidades y ciudadanías. Caracas: Nueva Sociedad, 1996. 121-146.

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Otros poemas de Rogelio Caceres

De iglesias y burdeles…

La oscuridad de los burdeles                                                                                    me recuerda a las iglesias;                                                                              hay imágenes sagradas                                                                                         y hay ritos inmemoriales;                                                                                 existen oraciones                                                                                                                que es prohibido                                                                                    pronunciarlas  en otros sitios;                                                                         el pecado y la gracia                                                                                         se besan  con pasión                                                                                                  en estos lugares  sagrados,                                                                               el órgano y la rocola                                                                                  alegran el ambiente ,                                                                                    hay sacerdotisas y monjes                                                                               que deletrean el brutal                                                                              abecedario  de la carne,                                                                                    hay confesiones explosivas                                                                          como granadas, el alcohol                                                                                    y el vino                                                                                                    refrescan el aliento,                                                                                                       se celebran   misas y orgías,                                                                              hay ratones que esperan                                                                                       la venida de la Gloria,                                                                                         y de la Paz y de la                                                                                                 misma Esperanza,                                                                                           del paraíso de la lotería                                                                                     o de ser honradas en una                                                                                 tierra prometida de la que                                                                           nadie da referencia pero                                                                                     donde no habrá castigos ni miserias.                                                              La Praviana , octubre de  1986

Un sueño llamado Yanira

Me despierto con la idea                                                                                      de tu cuerpo junto al mío                                                                                        de presenciar cuando abras                                                                            los ojos y me digas amor                                                                           buenos días y de compartir                                                                                               los sueños y levantarnos                                                                               de madrugada  a hacer                                                                                     el amor  y reírme de tus                                                                            ocurrencias  y desgastar tus labios                                                                      y escuchar que me digas:                                                                                  “te quiero” y la ternura                                                                                     de una caricia en el pelo                                                                             y la pasión y la dulzura                                                                                     de una mirada y el                                                                     estremecimiento de un roce                                                                                    y nuestros sexos gimiendo                                                                             de placer y la magia                                                                                               de una canción que escuchamos                                                                                   juntos; y la delicia de tocar                                                                                  tu cuerpo desnudo y                                                                                                   la música de tu respiración                                                                           anhelante y los murmullos                                                                          cuando nos amamos y                                                                                      la necesidad de meterme                                                                                 dentro de tu piel, de morder,                                                                       arañar, lamer, de inundarte                                                                              de besos y de escuchar “Rogelio”                                                                          a cada instante.

CELEBRACION

Para L.A.

Because you learn to love                                                                                          what I love most…                                                                                                       Were you real                                                                                                                or just a dream?

Primero fueron tus ojos verdes                                                          preguntando sobre los espejos                                                                        de esta tierra, tu alta figura                                                                   indagando el origen de una canción                                                       olvidada, tu pelo todavía                                                                        enredado en el bullicio                                                                                   de los himnos sandinistas                                                                                  tus sandalias recién mojadas                                                                         por la lluvia de la historia…

Compartí mi ciudad contigo                                                                       como se entrega un beso o                                                                              un fusil, con todo el amor                                                                                    del mundo, te entregue mi                                                                               voz desnuda como el viento;                                                                           abrí mi corazón y te                                                                                entregue mis sueños                                                                                            de ladrillos y justicia,                                                                             recibiste mi cuerpo                                                                              enloquecido                                                                                                        en la plenitud del tuyo.

¿Quién podría separar                                                                                   la tarde en nuestros labios                                                                                 y las madrugadas                                                                                 quemando nuestros cuerpos                                                                              y el bautismo de la lluvia                                                                                   en nuestros rostros?

Me duele tu ausencia                                                                               como una herida incurable,                                                                         como un vacío que se abre                                                                             y terminará por tragarme                                                                           porque me duele tu presencia.

Hoy recorro triste                                                                                         los oscuros callejones                                                                                    que juntos caminamos,                                                                         despojado ya                                                                                                   del sabor de tu sonrisa,                                                                          añorando el calor de                                                                                       tu piel de durazno… 

Y es que coincidimos                                                                                                   en la misma guitarra tantas veces                                                                           podíamos beber cerveza                                                                                                         toda la noche en un cementerio                                                                                 y hubo hombres que me ofrecieron                                                                    tres mujeres por tu cuerpo de diosa,                                                                   y hubo esposos afligidos de ser                                                                      fotografiados en la única madrugada                                                                del Ranchón,   y tu alma rebelde                                                                 orinando en el Parque Bolívar                                                                                 y el asombro por ver tantas putas                                                                      enrejadas en la calle Celis                                                                                     y la obscenidad de Metrocentro                                                                            y la Zona Rosa,   y la idea de trasladar                                                               el Museo Forma  al barrio La Vega,                                                                               y un cantante aficionado que ahuevó                                                                  a los músicos profesionales                                                              interpretando música de los años                                                                              sesenta en el bar La Palma                                                                              y el sol endulzando nuestros cuerpos                                                                  en el puerto de la Libertad,                                                                                 y nuestra desnudez inicial                                                                                    y el conductor ganadero que nos dio                                                                    ride  a este chicano y esta gringa                                                                       y nos  reveló en voz baja que de                                                                  fuentes confiables sabía que                                                                      Duarte y el mismo Reagan                                                                             eran comunistas,   y las zonas                                                                  marginales con sus niños tristes,                                                                         frente a lujosas mansiones  y tu                                                                sorpresa al saber que el sitio donde                                                         bebíamos era un burdel                                                                            disfrazado de cafetería y                                                                                   el sabor de los jocotes verdes                                                                                  en tu aliento y tus besos                                                                     californianos   y tus blue jeans                                                                 ajustados y  tanto momentos juntos                                                                   y solo fueron seis minutos  los que                                                                    nos conocimos fueron                                                                                 seis siglos de caminar por las calles                                                        y reírnos y platicar                                                                                                 y solo fueron seis besos que                                                                        nunca terminaron                                                                                                y solo seis caricias  y                                                                                         un hasta siempre…

HAY UN PANAL

Hay un panal                                                                                               entre tus piernas                                                                                                 y no lo sabes                                                                                               quizás lo intuyes                                                                                        porque si lo supieras…                                                                                    que tienes una semilla                                                                                  entre tus piernas                                                                                      dispuesta a florecer,                                                                                         que tienes un crepúsculo                                                                       goteando miel,                                                                                               que tienes una hostia                                                                                                     lista para consagrar.                                                                                           Si supiera esto…                                                                                          ¿quién sabe?

DESNUDA PARA SIEMPRE

Para mí siempre                                                                                       estarás desnuda                                                                                           aunque tus ojos o tu voz                                                                                     o tu ropa                                                                                                   señalen lo contrario;                                                                                              nunca podrás ocultarme                                                                                   el círculo de fuego                                                                                           y la piel estremecida                                                                                         y los labios adoloridos                                                                                  por tanto beso  y el tren                                                                                       de tus gemidos que salió                                                                                      de la estación del deseo                                                                                        y tus piernas aprisionando                                                                                   mi  despierta raíz,                                                                                             y tu cintura danzando                                                                                           al compás de mi música;                                                                              habrá tardes                                                                                                estoy seguro                                                                                                     que volveré a entrar en la                                                                              habitación  y te encontrare                                                                            dormida  y despertaras                                                                         preguntando:  quién es?                                                                                       Y la respuesta  será:  es el deseo                                                                        que toca la puerta  de tus labios                                                                               y tus pechos responden                                                                        ofreciéndose  a mis caricias                                                                                                         y mis labios encontrando                                                                                     la miel de tu caracol y mi cuerpo                                                           derramándose en el tuyo.

INQUIETUDES

¿Cómo lograr acelerar                                                                                  el paso del tiempo y                                                                                   hacer que las semanas                                                                                     se conviertan en minutos?                                                                             ¿Cómo lograr que desaparezcan                                                                      las barreras de montañas y                                                                                       ríos y enterrar las distancias?                                                                     ¿Cómo lograr besarte                                                                                         si te encuentras tan lejos?  

Voy empezar a caminar                                                                                   voy a cruzar los arroyos                                                                                voy  a gritar por las calles                                                                                que amo a una mujer                                                                                       de sonrisa deliciosa y                                                                                       que espero diciembre                                                                                                    para alcanzar la vida!                                                                                     

Voy empezar a reír                                                                                     al recordar la dicha                                                                                          de la entrega                                                                                                     de su cuerpo;                                                                                                         voy a recordar                                                                                                 la primera caricia                                                                                              y el primer beso                                                                                        apasionado                                                                                                             y mis manos buscándote                                                                                     el origen de la vida                                                                                            y mi aliento                                                                                               perdido en tus cabellos,                                                                                         y mi pene explorando                                                                                                          los pliegues de tu vientre,                                                                                  y el deseo de unirnos                                                                                     hasta el dolor  y luego                                                                                          el obligado silencio  de las                                                                                   ceremonias nocturnas                                                                                      y una sonrisa                                                                                                   que se transformó en beso,                                                                                 en amor y luego en ausencia. 

¿Cuándo terminar de morir?

MARIA Y LA LLUVIA

“El arte de leer la lluvia                                                                                                es una tarea política.” RPG2

I      Voy a consagrar tus pechos                                                                 para que besen las estrellas,                                                                            te voy a presentar con la luna                                                                   como mi novia terrenal;                                                                                 te voy a cubrir                                                                                              con una bandera azul y blanco                                                                      para que bailés desnuda                                                                                        en la fiesta de nuestra historia,                                                                             te voy a subir a los cerros                                                                              más agrestes, te voy a invocar                                                                       en la plaza de cada pueblo,                                                                              te voy  ahogar en el mar;                                                                            vamos a viajar                                                                                           hacia los  arco-iris  y las                                                                     madrugadas, te voy a ofrecer                                                                          una flor   y un martillo…                                                                               II                                                                                                                    Te designo como señora                                                                                    y dueña de mis sueños,                                                                           patrona de mi alegría,                                                                               mujer de mi corazón,                                                                          princesa de mis amores,                                                                           origen de mis tristezas,                                                                            interprete de mi violín,                                                                                administradora de mi                                                                                fantasía, y reina                                                                                                       de mi hormiguero y                                                                                      mis volcanes.

PARA TI  

Para Ti                                                                                                             aquí están estas raíces                                                                                    esta voz y estos sueños,                                                                              junto a estas piedras del                                                                            destino  y la ternura                                                                                     de los montes, el bullicio                                                                               de los niños,                                                                                                     la audacia de vencer,                                                                                tomalo todo                                                                                                         y vete  y no regreses                                                                                      hasta que vuelvas.

ACOMPAÑANDOME

María                                                                                                            vienes conmigo a San Miguel,                                                                disfrutas de los verdes  de las montañas,                                                          y del azul de cielo,  de este calor sabroso                                                           que nos quema por dentro,                                                                                  de la plática fraterna y de las bromas,                                                   observamos  los volcanes insurgentes,                                                             y el rostro moreno de nuestro pueblo;                                                    atravesamos los puentes                                                                                       recién destruidos   por la guerrilla                                                                       y vemos los canastos llenos de fruta                                                                   en los mercados,                                                                                           vienes conmigo,   y vemos pasar                                                           camionadas de soldados                                                                                que marchan a derramar su sangre                                                                   por la defensa de los ricos de este país,                                                         ves la miseria en los ranchos campesinos,                                                        y la esperanza de nuestra gente.

Nos besamos largamente                                                                       durante el camino,                                                                                         me preguntas por esta patria,                                                                          que sufre, te respondo                                                                                   que está luchando y                                                                                      que la victoria se acerca….

TERRITORIO MIO

(Al calor de una tormenta                                                                                                 y un par de cervezas a tu salud)

Fuiste                                                                                                                                 ciudad sitiada;                                                                                              territorio deseado,                                                                                             fui rodeando tus murallas                                                                                  con las trompetas listas                                                                                    para derribarlas;                                                                                                      fui explorando tu geografía                                                                          pulgada por pulgada,                                                                                       flanco derecho, flanco izquierdo,                                                             diámetro de labios,                                                                                 posicionamiento de torres y                                                                 pasadizos subterráneos,                                                                                        fui adivinando tus códigos                                                                                     y el santo y seña,                                                                                                  el dulce lenguaje                                                                                             de tus caricias,                                                                                                   la ternura                                                                                               explosiva de tu piel,                                                                                          fui descifrando                                                                                                  tus mensajes                                                                                                    con el temor de                                                                                      equivocarme  y perder,                                                                                           pero con la confianza                                                                                                           en la victoria y que                                       finalmente                                                                                             marcharíamos                                                                                                 por nuestros cuerpos.

Una chispa                                                                                            largamente anhelada                                                                                      y estalló la guerra,                                                                                       esta guerra que vamos                                                                                         a seguir   hasta apagar                                                                                     las torres                                                                                                 de este oficio terrestre                                                                                      de amar y ser amado.

Sin duda alguna estoy                                                                               herido de vida, con una                                                                              mochila cargada                                                                                              de recuerdos, con sabor                                                                                          a madrugadas,                                                                                      incontenible en tu territorio                                                                               hoy mío,                                                                                              respetuoso del misterio                                                                                   de tus ojos,                                                                                                     con una  estrategia  definida                                                                                    para enfrentar                                                                                                   tus caderas y besos,                                                                                           con la pretensión de                                                                                     invadir tus sueños.

EN EL INCENDIO DE TU CUERPO

En el incendio de tu cuerpo                                                                    habita una doncella que me                                                               corresponde  en las madrugadas                                                                olorosas  a selva,                                                                                                    y me invita siempre                                                                               a fornicar sin prisa                                                                                        pero sin pausa,                                                                                        agónico y terrenal.

En el incendio de tu cuerpo                                                                             se escuchan las vibraciones                                                                               y el traqueteo de los delgados                                                                    pétalos de tu vientre,                                                                                                         con sabor a níspero y a soledad.

En el incendio de tu cuerpo                                                                    es posible que fallezca,                                                                                        o que me duerma                                                                                                   en las vertientes  de tus labios,                                                                    o en las esquinas                                                                                             de tus ojos, o en las paredes                                                                              de tu cuello sin collares,                                                                              donde extravié mi brújula                                                                                    de viejo caminante                                                                                         sin sendero ni casa,                                                                                   fugitivo y mudo.

En el incendio de tu cuerpo                                                                            voy a devorar  tus nubes                                                                                hasta que quedés descalza                                                                                  y a oscuras, prisionera                                                                                           de mis rituales nocturnos;                                                                                   del fuego contra el fuego,                                                                              bajo la telaraña de mis extravíos,                                                eternamente inquieta a mis insomnios.

EL CALOR DE TU CUERPO ES EL CALOR DE SAN SALVADOR

Así de claro, sin vuelta de hoja                                                              proclamo:                                                                                                      que cada mediodía                                                                                        con el sol quemando                                                                                       sin compasión                                                                                                   los rostros y las camisas,                                                                                  es el calor de tu cuerpo                                                                                    el que percibo en cada poro.

Es tu respiración entrecortada                                                                              la que compite con el ruido                                                                               de los buses,  y el ajetreo de tanta                                                             gente que avanza,  retrocede,                                                                    sonríe, se detiene,                                                                                    enciende  un cigarrillo, lanza                                                                            un piropo, cierra una puerta,                                                                               lee un periódico, cruza una calle,                                                                    besa a una novia….

Son tus caricias                                                                                                  las que circulan por los                                                                          almacenes y se pierden                                                                                    en los mercados y las                                                                           farmacias…                                                                                                     

Es el calor de tu cuerpo                                                                       quemando mi ciudad.

CONJURO PARA OLVIDARSE DE MUCHACHAS VIETNAMITAS

Debes estar claro                                                                                            desde un principio que                                                                                     en sus ojos rasgados                                                                                                    se ocultan miles de                                                                                        rituales y ceremonias                                                                                        que te harán enloquecer                                                                                 de placer,  que guardan en                                                                                   su aliento semillas del árbol                                                                               del deseo, por eso es que                                                                             cuando besan  te hacen perder                                                                             la razón; principalmente                                                                                    aléjate  de la magia de su voz,                                                                        puede ser dulce o enérgica,                                                                              pero es siempre peligrosa,                                                                             poco a poco la irás                                                                              necesitando y llegarás                                                                                              a soñar por ella,                                                                                                 ni las sirenas occidentales                                                                      lograron este dominio                                                                                      del sonido que embriaga                                                                                más que el licor,                                                                                             huye también de su pechos,                                                                                    son pequeños pero agresivos,                                                                           de golpe te regresan a la niñez ,                                                                    pero sobre todo,                                                                                                    no las veas desnudas,                                                                                   quedaras ciego para siempre.

Presentan en radio 106.9 novela de Roberto Pineda titulada El viaje a Moscú

SAN SALVADOR, 4 de agosto de 2023 (SIEP). Esta es una novela ambientada entre diciembre de 1931 y enero de 1932, en un contrapunteo entre un joven revolucionario y un confidente gubernamental…” explicó Roberto Pineda, en la entrevista con Francisco Gómez, en la radio 106.9.

Agregó que “la novela es la historia de dos viajes, un viaje de San Salvado a  Moscú y otro viaje de San Salvador a Sonsonate, que se desarrollan simultáneamente, en tanto, uno de los protagonistas, Víctor Regalado se dirige a Moscú mientras el otro protagonista, Judas Pérez, sargento de la Policía Nacional, inicia su búsqueda para capturarlo.”

Indicó que “ a ambos personajes los unifica una relación amorosa, una bailarina llamada Josefina, que trabaja en uno d ellos bares de la Avenida Independencia, que era la zona rosa de esa época  y que se ubica al oriente de  la capital.”

Asimismo- agregó el autor- aparece otro personaje femenino, la Mariyita, que es una joven indígena, vendedora de comida, de la cual Judas se enamora, pero que a la vez es una joven organizada  en el Partido Comunista, y ambos muerte combatiendo en barricadas opuestas durante el asalto rebelde al cuartel de Sonsonate en enero de 1932.”

“En el caso de -concluyó- Víctor Regalado, este logra salir de El Salvador, pasa por Honduras, Cuba, Nueva Orleans, Madrid, Paris, Berlín y finalmente llega a Moscú, donde le informan que la insurrección dirigida por su partido ha fracasado y que por razones de seguridad no debe regresar a El Salvador.”

El libro puede ser adquirido en as librerías de la UCA.

30 Things That Happen When Walking Every Day

We’ve heard it all before; walking is good for you. And it is. However, what few people know is just how many benefits there are to including a 30-minute walk into your daily routine. Good walking habits can have a profound effect on your physical, mental, and emotional health. The human body is designed for walking. Unfortunately, most people do too little of it. The sedentary lifestyles we lead keep us sitting far too much and walking far too little. There’s no need to give up, though. Taking the time to walk for 30 minutes each day can reverse the adverse effects of spending too much time sitting.

The best part about walking as part of an exercise routine is that it’s free. You don’t need to join a fancy gym. Getting outdoors is one of the best parts of walking for exercise. Another great thing is that you can go walking with family, friends, or as part of a ‘club’ of walkers. There’s more time to talk and catch up with people which is something we do too little of these days. If you think walking is a waste of time, think again. Here are 30 benefits walking has for your body:

1. Walking is essential for the health of your heart

A brisk walk is an excellent way to give your heart muscles a workout. As walking is a form of cardio exercise, it raises your heart rate. This is the number of times your heart is beating per minute. Your resting heart rate and exercising heart rate will differ. A raised heart rate makes the heart pump faster. The muscles of the heart are like any other muscles in the body. They need exercise.

The best way to give your heart some exercise is to do activities that make your heart rate rise. Regular cardio exercise strengthens the heart muscles. This allows you to take on more intense cardio activities such as jogging or running. The stronger your heart, the more capable it is of dealing with situations that require it to work harder to supply your body with blood and oxygen.

2. Walking can help to improve your joint mobility

Stiff joints can cause a lot of discomforts. They eventually lead to immobility. Having stiff joints does not preclude you from walking every day. Initially, it may be a struggle as the joints are unable to flex. Walking may be a bit painful too. However, you should persevere knowing that in the long-term walking will provide you with much-needed relief.

If you have a condition that weakens your joints or makes them stiff, you should consult your doctor before starting to walk for daily exercise. In most cases, doctors will recommend walking, but caution patients not to overdo it. After a while, you’ll notice that your joints start to ache less and become more flexible. Regular exercise like walking eases joint stiffness. What makes walking perfect is that it is a low-impact form of exercise which makes it less harmful to the joints than running.

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3. Walking is important for keeping your bones strong

As we age, our bones might begin to lose their density. Bone density is the amount of bone mineral present in the bones. A depletion of bone density leads to conditions such as osteoporosis. Exercise helps to retain bone mass. For those who haven’t been exercising at all, the best way to start is by walking.

Walking is a great way to build up the bones and retain the bone mineral needed for healthy bones. The stronger your bones are, the less likely they are to break. People with low bone density are more prone to fractures and breaks. As exercise can help to stabilize or improve bone density, a person who exercises regularly is less likely to sustain an injury. Walking improves your overall fitness and flexibility which can help to prevent you from falling which could lead to a break or fracture.

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4. Walking can help to eliminate a backache

A lot of backaches are the result of poor posture and prolonged strain. Spending a lot of time sitting places a strain on your back muscles, especially if you’re not sitting on a chair that offers back support. The strain of keeping the back upright in a seated position for long periods can leave the muscles tired and aching.

One of the best ways to relieve a backache is to get out of your chair and stand up. When you’re working at your desk for hours on end, you’re advised to take a break, stand up, and take a quick walk around the office to get your back feeling more relaxed and less tense. So, imagine how a much a 30-minute walk can do to alleviate a backache. Regular exercise strengthens the core back muscles which reduces the frequency of backaches.

5. Walking can help to relieve high blood pressure

High blood pressure is the result of the strain placed on the body’s arteries and veins as the heart pumps blood through them. If the pressure on the veins and arteries is too great, the walls of these blood vessels might be weakened. Weakened blood vessels can lead to a heart attack or a stroke.

A stronger heart can pump the blood needed through the body with less effort. This means that the pressure on the arteries and veins gets reduced. As little as 10 minutes of walking a day can make a significant change to your blood pressure. The recommended 30 minutes can make the impact more meaningful. A person taking blood pressure medication might find themselves needing less or no medication if they make a habit of walking. No changes to medication should be contemplated without consulting your doctor.

6. Walking can help you manage your blood sugar

High blood sugar is the result of having high levels of unused glucose stored in the blood. This poses a potential threat to the body. The insulin from the pancreas helps to stabilize blood sugar levels. Sometimes, the insulin can’t manage on its own. When the body cannot process glucose and maintain healthy blood sugar levels, there is a risk of developing diabetes. Diabetes requires treatment with insulin.

Exercise can be the key to maintaining more healthy blood sugar levels. As the heart rate rises, the body starts to use more of the glucose in the blood. The glucose feeds the muscles which allow them to keep working. If you’re being treated for high blood sugar or diabetes, your doctor should be informed of your exercise plans. Regular testing of your blood sugar before and after exercise will give you an indication of its effectiveness.

7. Walking can speed up your metabolism

Our bodies as fuel use the food we eat. When you fill up the tank but don’t go anywhere, the fuel remains unused. In the body, unused fats and sugars are stored for future use. If they are never used, they can lead to a rise in blood sugar levels and an increase in weight. That’s why it’s important to put the food you put into your body to work for you.

Metabolism is the rate at which your body converts food into energy. A sluggish metabolic rate means that you’re likely to gain weight. You can speed up your metabolism with regular exercise such as walking. The minute you start walking, your muscles start working and demand fuel which the body metabolizes. This will minimize how many unconverted fats and sugars are retained in the body and help you to lose weight.

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8. Walking can improve your lung function and health

Your lungs supply your body with life-giving oxygen. Without healthy lungs, insufficient oxygen is transported around the body which can affect your well-being. Walking gives your lungs a workout together with the rest of the body. Using exercise to strengthen your lungs is a good idea for your long-term health. The action of walking requires the lungs to supply more oxygen to the body than they do when you’re at rest.

This increased activity makes the lungs work at their full capacity. A regular workout is as good for your lungs as it is for the rest of your body. The lungs are strengthened and less susceptible to lung disease. A lot of asthma patients benefit from exercise such as regular walking and how it strengthens the lungs. If you have a lung condition, always consult your doctor before you start an exercise program.

9. Walking can help to reduce stress levels

Stress is ubiquitous in the fast-paced lives we lead today. People get exposed to internal and external stress. Not staying on top of your stress levels can have very adverse effects on your physical health. Stress causes elevated blood pressure, sleep problems, and can have an impact on your weight.

One of the first things you should do when you’re feeling stressed is exercise. A 30-minute walk can help you manage your stress. Some people find that walking clears their heads and takes them away from their stress for a while. Others find that thinking about what’s going on while they’re walking helps them to sort their problems out and figure out what to do next. Exercise releases endorphins and hormones that make you feel positive and energized. Feeling this way helps you to deal with all the things that are stressing you out.

10. Walking can improve your balance and coordination

If you watch a baby learning to walk, you’ll see the intense concentration on their faces. Their full focus is on balancing on their feet and being able to put one foot in front of the other. Walking requires a combination of balance and coordination. As time passes, walking becomes second nature and not something you have to concentrate on.

However, as with most things, practice makes perfect. The more often you do something, the more proficient you are at it. You may have mastered the art of walking a long time ago. However, if you don’t do it frequently, you can start to experience reduced balance and coordination. Losing your sense of balance and coordination makes you clumsy and prone to falling. People who take up walking must put their balance and coordination skills to the test which keeps them sharp.

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11. Walking can help if you’re feeling down or depressed

Depression can leave you feeling lethargic and overwhelmed by feelings of sadness. A depressed person will struggle to start with an exercise program because it’s a challenge to get up and get going. However, as hard as it may be, walking can be one of the best things a depressed person can do.

Exercise like walking releases chemicals like serotonin and dopamine which are feel-good chemicals. They induce a feeling of well-being. Often, depression is caused by an imbalance of chemicals in the brain. Serotonin levels can bring on a bout of depression. Stimulating the brain to release these chemicals through an exercise like walking can help a depressed person get a handle on how they’re feeling. Using walking as a way of dealing with a bout of depression doesn’t mean you don’t need medication. However, it can help make your treatment regimen more effective.

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12. Walking may reduce your risk of Alzheimer’s and dementia

The causes of Alzheimer’s disease and dementia are still the subject of research. More studies into what causes these conditions are very much needed. Treatment is also the subject of research. There is no cure for either condition. Doctors and researchers believe that there is a link between diet and exercise and the onset of Alzheimer’s and vascular dementia. The reason that exercise such as walking may be beneficial is that it increases the flow of oxygen to the brain.

Doing exercise and increasing the flow of oxygen around the body and to the brain has many benefits. The additional oxygen supplied to the brain during exercise can stimulate your memory and make it easier to recall facts. Walking is a great way to clear your mind of all the distractions around you, allowing you to be more focused and able to concentrate.

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13. Walking can stimulate your brain and make you more creative

A lot of situations in life require you to come up with creative solutions. Stimulating your creativity does not come easily to everyone. However, if you need to get your creative juices flowing, consider going for a walk. While walking, you can clear your mind of all the cobwebs and let your creative streak come to the fore.

Doing something physical can take your mind off the issue at hand. This is the exact moment that the penny will drop and the solution you need will come to mind. Getting outdoors and communing with nature while taking a walk can give you many creative ideas. A lot of authors swear by walking as a way to get creative inspiration for their novels. On a physical level, walking probably stimulates your creativity because it allows for an increased flow of oxygen to the brain.

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14. Walking can boost your immune system’s ability to fight off infection

A person who makes a habit of walking is less likely to catch a cold than someone who doesn’t. The physical activity may flush bacteria out of the airways before they can take hold. Exercise can cause differences in antibodies and white blood cells. When antibodies and white blood cells detect a threat, they take action to fight it off. During a walk, the blood flow becomes more rapid. The antibodies and white blood cells are traveling around the body more quickly.

This increases their chances of detecting a threat earlier on. Early intervention by the immune system prevents infection from taking hold. The elevated body temperature a walk causes may also prevent the growth and spreading of bacteria which only thrive at a certain temperature. Walking also reduces the release of stress hormones which may make the body susceptible to illness.

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15. Walking can help to reduce allergies and their effects

Regular walking can decrease allergy symptoms. The improved blood flow around the body may help to remove allergens, especially those in the air around you. Environmental allergens such as pollen, grass, seeds, and smoke can be eliminated from the system by increased blood flow. Environmental allergens cause itchy eyes, a sore throat, pressure on the sinuses, and a runny nose. Allergens can also produce asthma attacks.

Take the allergic reaction of the sufferer into consideration. Walking cannot take the place of prescribed medications. Allergy sufferers should carry their medication with them when they go walking. This is important for acute allergy sufferers who need to use an Epipen or asthma pump. It’s unlikely that walking will eliminate an allergy. However, it can improve the body’s ability to respond to exposure to an allergen. Consult your doctor before embarking on an exercise program.

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16. Walking is an excellent way to improve your digestion

The body’s digestive system is essential for eliminating waste from the body. As soon as you eat something, it enters your digestive system. The digestive system’s job is to break what you have eaten down. The nutrients from the food are provided to the body for energy. However, not all the food is used. Some of it needs to expel from the body. Eating enough fiber is essential for a functional digestive system.

Fiber is an integral part of the digestive process. It helps to form the stool and moves the stool through the intestine so that it can be expelled. Another essential way to keep the digestive system working is exercise like walking. A brisk walk will keep your digestive system working. Walking may speed up the digestive process. The increase of blood flow as a result of walking stimulates the digestive system to work faster.

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17. Walking can help you trim down and show off your best assets

As the muscles in the body get stimulated by walking, they start to firm up. Firmer muscles have better definition and are toned. Within a few months of walking, you’ll start to notice certain groups of muscles are firming up. Most noticeable are the leg and buttock muscles. They become leaner and shapelier than they were before.

You might find yourself wanting to show off a bit of leg once your calves and thighs become more toned from walking. Tighter clothes may also be appealing where once you would have done just about anything to prevent people from seeing your butt. Enjoy the fruits of your labor by changing your look with some new clothes that accentuate your newly-toned muscles. Continue walking to get them even more toned and trim. Embrace the changes to your body and let them motivate you.

18. Walking can help to improve your sleeping patterns

A lot of people go through periods where they struggle to sleep. However, if the problem persists, you may have insomnia. A lot of people think the only treatment you can get for insomnia is sleeping medication. This is not necessarily true. One of the first things your doctor will ask if you complain about insomnia is how much you exercise.

That’s because an exercise program is closely related to good sleep patterns. An ideal way to get your sleep patterns under control is to start walking. A study conducted among people who have chronic insomnia found that walking reduced the time it took them to fall asleep. It also lengthened the time they spent sleeping. Walking decreases anxiety which is often a factor in insomnia. The increase in body temperature and the cooling afterward can also promote sleep.

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19. Walking can keep you looking young

A lot of people who take up walking say that they feel younger. This is attributed to the exercise program they’ve taken up. However, exercise won’t just leave you feeling more youthful. It can make you look younger as well. The increased blood flow throughout the body that walking triggers make no exception when it comes to the skin. Blood flow to the skin heals sores and helps to keep the skin moist. Well-hydrated skin is less likely to wrinkle.

Another effect that regular exercise has on the skin has to do with the chromosomes. Chromosomes age with the body. One of the things that happen to them is the shortening of the telomeres. The telomeres are at the end of each chromosome and influence the aging process. Longer telomeres get associated with being more youthful looking. Exercise may slow down the shortening of your telomeres.

20. Walking is low-impact and therefore less likely to result in injuries

Getting moving can pose its risks. The impact of exercise on the hip, knee, and ankle joints can cause injuries. For those prone to such injuries, the idea of taking up walking may be off-putting. The risk of getting a joint injury is quite low. In comparison with high-impact activities like running and playing other sports, the risk is minimal.

Walking is regarded as a low-impact activity. This means that it doesn’t cause the jarring pressure on the joints that high-impact activity does. Like any other exercise, there are precautions you should take before walking. Warm up activities like stretching reduce the risk of injury. Cooldown activities after the fact are equally important. Anyone with a history of joint injuries or conditions that make them prone to joint problems should consult their doctor before starting a walking program.

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21. Walking can improve your physical endurance

Are you tired of being the colleague that’s out of breath after climbing the stairs? Perhaps you’re sick of being a sweaty mess when trying to keep up with your friends as they walk outside to enjoy their lunch break. Being out of breath and perspiring at the littlest effort is a sign that you’re unfit. Precisely, you lack endurance. Endurance is the ability to carry on with a physical challenge for a more extended period.

Walking is the perfect way to build up endurance. You can start slowly and see how many miles you cover in your first walk. The more you walk, the further you’ll be able to go within the same 30-minute period. You’ll find yourself being able to up the pace at which you walk and keep going for longer. These are all signs that you’re building up physical endurance.

22. Walking can help you to alleviate restless leg syndrome

Restless leg syndrome can be challenging to live with. It causes sensations in the legs that the body reacts to by twitching or sudden movements to alleviate those feelings. A lot of people complain that their restless leg syndrome keeps them awake at night. The condition affects the quality of their sleep which, in turn, affects their quality of life. The causes of the disease are not yet fully understood. The treatments available address the symptoms but not the purpose.

Mild to moderate exercise is recommended for restless leg sufferers. Anything too strenuous may make the problem worse. No exercise at all will have the same effect. This is what makes walking the ideal solution. Walking offers the perfect combination of exercise without too much exertion. You can walk at your own pace for as long as possible to alleviate the symptoms of restless leg syndrome.

23. Walking is good for exercising your foot muscles

The feet take a lot of strain. When you stand up and walk, your feet carry your full weight. To manage this, the foot muscles need to be strong. A sedentary lifestyle will cause the weakening of the foot muscles. As soon as you spend a lot of time on your feet, they’ll start to feel sore. This is your feet’s way of telling you that the foot muscles are tired.

Like any other muscles, the way to strengthen your foot muscles is to exercise them. This means getting on your feet and moving around more often. Walking gives your feet a good workout and allows the muscles to strengthen. With stronger foot muscles, you’ll be able to spend more time on your feet without limping around afterward. Make sure you wear appropriate shoes when walking. They support the foot muscles and allow them to strengthen.

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24. Walking is good for boosting your Vitamin D intake

Vitamin D is vital for the absorption of calcium in the body. Calcium is essential for maintaining healthy bones that do not lose their density. Taking calcium supplements or eating foods rich in calcium is fruitless if not accompanied by the intake of Vitamin D.

You can get Vitamin D by eating liver and fatty fish. Your body does not produce its own Vitamin D, so your diet needs to include it. However, food is not the only way to get your recommended daily allowance of Vitamin D. Sun exposure also provides the body with Vitamin D. That doesn’t mean you need to lie in the hot sun and bake yourself to a crisp. All it takes is getting outside into the sunshine for a short period. Why not combine your need for the ‘sunshine vitamin’ with taking regular walks?

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25. Walking should increase your energy levels

Getting your heart rate up and speeding up the circulation of blood through your body is going to affect your energy levels. A common misconception about any exercise is that it saps the energy out of you due to the physical activity. People believe that exercise will leave them feeling exhausted and unable to do anything else. This isn’t true at all. While you might feel a bit tired after your walk, the physical exertion is going to create more energy in your body.

The increased blood flow strengthens the heart which also boosts your energy levels. The improvement in your mood will give you more energy to tackle tasks with renewed vigor. The fact that walking promotes better sleep quality means that your energy levels will rise. The mental focus and creativity walking facilitate also boosts energy levels. Recharge your battery for greater energy by taking up walking.

26. Walking can improve your love life

One of the ways you can channel your new-found energy is putting it to work in the bedroom by engaging in more intimacy with your partner. Increased energy levels may get you in the mood far more often than you were before. Another way that walking can improve your love life is the fact that it releases endorphins into the bloodstream. This leads to a sense of heightened satisfaction and a euphoric feeling.

The endorphins are called feel-good hormones. Let’s face it, when you’re feeling good about yourself, you’re far more likely to want to make love. Why not take up walking with your partner. Then both of you will feel that high at the same time, and both feel in the mood to hop into bed. The act itself is another workout altogether which leads to a further release of endorphins which will leave you wanting more!

27. Walking can make you live longer

A lack of physical activity can lead to an early death. Not exercising reduces your expected lifespan. Walking reduces your risk of many diseases that may shorten your life. These include type 2 diabetes, heart disease, pulmonary diseases, digestive disorders, memory loss, and hormone imbalances. Obesity can bring on the onset of such conditions. Walking can help an obese person lose weight and protect themselves from developing these life-threatening medical conditions. Walkers lose weight by partaking in this pleasurable exercise.

Several studies have been conducted that show a causal link between regular exercise and longer life. Exercise such as walking can prevent strokes and heart attacks which are among the leading causes of premature death. Even people who smoke can benefit from regular walking or some other exercise. However, their chances of prolonging their lives will improve even more if they stop smoking altogether.

28. Walking can raise your levels of good cholesterol

When people hear the word cholesterol, they immediately think of heart attacks and strokes. Cholesterol can contribute to such potentially fatal events. However, there are two types of cholesterol. Commonly known as good and bad cholesterol, it is the presence of bad cholesterol that can cause heart attacks and strokes. The medical term for bad cholesterol is LDL (low-density lipoprotein).

It accumulates as fatty deposits in the veins and arteries and restricts or blocks the flow of blood to and from the heart. The correct term for good cholesterol is HDL (high-density lipoprotein). HDL travels through the body removing LDL from the bloodstream. The HDL absorbs the LDL and takes it to the liver where it gets destroyed. Physical activity such as walking increases the flow of HDL around the body. The HDL is better able to find and absorb the LDL and get it to the liver.

29. Walking can reduce incidences of acid reflux

Acid reflux is very painful. The condition occurs when acid from the stomach travels up into the esophagus. The esophagus is not lined like the stomach to make it tolerant of the acid. Consequently, the acid burns the esophagus which is extremely uncomfortable. It’s normal to experience the odd instance of acid reflux, especially after you’ve overindulged at the dinner table. Taking a walk after overeating may settle the stomach and avoid the reflux episode.

Persistent acid reflux could be due to Gastroesophageal Reflux Disorder or GERD. One of the major causes of GERD is excess body weight. There is pressure on the stomach caused by being overweight. This forces the stomach acid up and into the esophagus. Losing that excess body weight alleviates the stress on the stomach and stops forcing the stomach acid upward. Walking is proven to result in weight loss.

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30. Walking may help to reduce the symptoms of PMS and menopause

PMS is a pre-menstrual syndrome. Menopause occurs when a woman reaches the end of her fertility cycle, and her reproductive system begins to shut down. Fluctuating hormone levels characterize both these conditions. The primary hormone that may be elevated or reduced is estrogen. Estrogen is the female hormone needed to keep the reproductive system stable. A fluctuation in estrogen before menstruation may lead to back pain, irritability, and headaches. For women experiencing menopause, hot flashes, night sweats, and vaginal dryness may occur.

For both conditions, low-impact mild to moderate activity is advocated to relieve some of the symptoms. Improved circulation can help to reduce pain associated with cramping. The mental benefits of walking may help with the emotional rollercoaster that accompanies PMS and menopause. Keeping your

Estos son los 10 bancos más grandes del mundo y sus ganancias en 2023. El Tiempo. Mayo 2023

El ranking está basado en el valor de todas las acciones de estas empresas en bolsa.  Estos son los 10 bancos más grandes del mundo y sus ganancias en 2023.

La subida de las tasas de interés y la situación de la banca durante este inicio de año han generado incertidumbre económica entre aquellos que buscan invertir, siendo la quiebra de algunos bancos el principal factor que genera zozobra.  Aunque todas las consideraciones son válidas y es un hecho que la situación económica mundial es delicada, lo cierto es que algunas entidades financieras han presentado buenos resultados en el primer trimestre de 2023.

Cada trimestre, los bancos presentan un informe financiero sobre las ganancias totales o netas que tuvieron y para este inicio de año los resultados son positivos en la mayoría de bancos de mayor capitalización bursátil, analizados en un informe de Economipedia, una escuela digital de educación económica y financiera. Aquí le contamos cómo quedó el ranking de los bancos más grandes del mundo y cuáles fueron sus ingresos.

1. JP Morgan Chase, Estados Unidos

JP Morgan Chase es el banco más grande de Estados Unidos y fue fundado en 1799.  En el primer lugar se encuentra el banco estadounidense JP Morgan Chase, con una capitalización bursátil, al 27 de febrero 2023, de US$ 414,81 miles de millones.  Según los informes financieros, la compañía cerró el primer trimestre de este año con un beneficio neto de 12,622 millones de dólares, lo que supone un incremento del 52,4 por ciento respecto de las ganancias del mismo periodo de 2022.

2. Bank of America, Estados Unidos

En segundo lugar se encuentra Bank of America, otro estadounidense que alcanzó una capitalización de US$ 273,81 miles de millones.

3. Banco Industrial y Comercial de China (ICBC)

Luego del dominio de EE.UU., en tercera posición está el Banco Industrial y Comercial de China (ICBC por sus siglas en inglés). Este tuvo un capital de US$ 210,71 miles de millones.

4. Wells Fargo, Estados Unidos

Nuevamente un banco estadounidense entra en la lista. El Wells Fargo & Co es el cuarto más grande con US$ 176,87 miles de millones de capital bursátil.  Durante el primer trimestre de año, el beneficio de la entidad ascendió a 4.991 millones de dólares frente a los 3.788 millones de dólares que consiguieron en el mismo período del año anterior, un incremento de alrededor del 24,1 por ciento.

5. Morgan Stanley, Estados Unidos

En el quinto lugar se encuentra el Morgan Stanley, con US$164,33 miles de millones de capital.

6. Banco de Construcción de China

El banco de Construcción de China (CCB por sus siglas en inglés) quedó en sexto lugar del ‘ranking’, con un capital de US$ 157,25 miles de millones.  

7. HSBC Holdings, Reino Unido

En el séptimo lugar se encuentra la multinacional británica, HSBC Holdings, con US$ 152,58 miles de millones de valor en bolsa.

En el primer trimestre de este año, el beneficio antes de impuestos se triplicó hasta los 12.890 millones dólares, superando las proyecciones que se tenían de 8.640 millones.

8. Charles Schwab, de EUA

En el octavo puesto está Charles Schwab, con una capitalización de US$ 148,49 miles de millones.

9. Banco Agrícola de China

Acercándonos al final del ‘ranking, en el noveno lugar se encuentra el Banco Agrícola de China, también conocido como ABC, con un valor de US$ 144,83, miles de millones.

Según los últimos reportes financieros, los ingresos totales de la compañía a marzo de 2023 ascendieron a 132.850 millones de yuanes, 0,39 por ciento más que en el año anterior, además los ingresos netos llegaron a 71.550 millones de yuanes, un incremento de 1,75 por ciento.

10. Royal Bank of Canada

Por último, está un banco canadiense, el Royal Bank of Canada, con una cifra de capitalización bursátil por US$ 140,16 miles de millones.  

Arrestos masivos para un problema criminal masivo. Joaquín Villalobos. Noviembre 2022

Las maras salvadoreñas se han caracterizado por una espantosa crueldad. Han decapitado personas para luego jugar fútbol con sus cabezas, descuartizado soldados y policías, forzado niños a integrarse a sus filas y volverlos homicidas, violado a miles de niñas y torturado y asesinado a las que los rechazan. Han ejecutado a miles de personas por no pagar extorsiones y a muchos otras solo por iniciación de nuevos pandilleros. Han mantenido control sobre las prisiones y los habitantes de un barrio se exponían a morir si entraban a un barrio vecino. Han sostenido retenes armados en colonias urbanas y caseríos rurales, creado cementerios clandestinos y se apoderaban de casas y negocios expulsando a sus dueños. Exhiben tatuajes específicos, que, como un uniforme, los identifica impunemente como criminales. Las maras crearon, mediante el terrorismo, un mundo donde ser pobre, bueno y honrado era un peligro mortal.

Durante la guerra murieron aproximadamente 80.000 salvadoreños. Esta cifra fue superada por la expansión criminal de posguerra. De 1994 a la fecha ha habido más de 100.000 homicidios, decenas de miles de desaparecidos, de violaciones, de mutilaciones y más refugiados que los que huyeron del país por la guerra. Las maras han estado en todo el país, han controlado barrios de la capital y han dominado más territorio que las guerrillas en los 80s. Todo esto ocurría por la debilidad del Estado y sobre todo por la indiferencia de las élites económicas y políticas, ya que el problema afectaba solo a los pobres. No se trata de narcotráfico, ni de grandes carteles, sino de un fenómeno delictivo fragmentado de caracter tribal a gran escala que se financia extorsionando a los pobres.

Humberto Rivera Luna fue capturado en Guatemala el 19 de abril de 2022Humberto Rivera Luna fue capturado en Guatemala el 19 de abril de 2022

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Cuando las maras eran un problema social se priorizó la represión con planes de mano dura y cuando ya eran un problema criminal masivo se hicieron treguas, pactos y hasta intentos de exterminio, pero todo con fines electorales. En el año 2018, durante el segundo gobierno de la izquierda del FMLN, fueron asesinados por grupos de exterminio más de 400 pandilleros, estos respondieron asesinando decenas de policías, soldados y también a sus padres, madres, hermanos o hijos. Los políticos, incapaces de pactar entre ellos las medidas excepcionales que se requerían para combatir al crimen, terminaron pactando electoralmente con este para mantenerse en el poder. Bajar o esconder homicidios a cambio de que las maras controlaran territorios y extorsionaran a los pobres era la esencia de los pactos.

En el orden económico El Salvador recibe 7.000 millones de dólares anuales en remesas que llegan a los pobres, pero, por un lado, las maras han impedido que esto se convierta en una explosión de pequeños negocios y, por otro, las élites empresariales construyeron centros comerciales modernos con seguridad privada al lado de barrios infectados de maras. Es decir, que, entre la crueldad de los criminales y la indiferencia de las élites, floreció una economía de rentas basada en la exportación de pobres y la extracción de remesas. El Salvador era así en un país inviable ubicado entre los más violentos y peligrosos del planeta.

El presidente de El Salvador, Nayib Bukele (AFP)El presidente de El Salvador, Nayib Bukele (AFP)

Cuando se abordan los temas de seguridad, la academia y la mayoría de los “especialistas” suelen concentrarse en las causas del problema, hablando de prevención y de lo que no se debe hacer. Poco dicen de lo que se debe hacer, sobre todo cuando el crimen ha arrebatado soberanía al Estado y es indispensable usar la fuerza para recuperar la paz de la gente. Alérgicos a la represión sugieren programas para prevenir una violencia brutal que ya está desatada matando a miles de personas. En El Salvador abundaron los cálculos de cuántos eran, si 60, 70 u 80 mil pandilleros, si estos resultaban de familias disfuncionales por la migración y las deportaciones, etc. Pocos ponían atención a los millones de personas que vivían bajo el terrorismo de las pandillas y lo que esto, para bien o para mal, podía implicar políticamente. Estar dispuestos a correr riesgos y pagar los costos que implicaba enfrentar el problema para resolverlo significaba transformar al país y cambiar los términos de la política nacional.

Terminada la guerra, la política estuvo dominada por una polarización extrema que impidió consensos para asumir y resolver la violencia criminal como el problema más grave del país. Esa polarización condujo al suicidio de los dos grandes partidos ARENA y el FMLN. Las pandillas utilizaban asesinatos masivos para forzar a los gobiernos a pactar. Con esa lógica, en marzo de 2022 mataron a 76 inocentes en solo dos días. Pero la realidad había cambiado porque, el suicidio de los partidos dejó una inusual concentración de poder y esto permitió alinear a los poderes Legislativo, Judicial y Ejecutivo junto a la Policía, las Fuerzas Armadas, la Fiscalía General y a un gran soporte popular, para decretar y aplicar un Estado de Excepción que ha permitido más de 60.000 arrestos en pocos meses. El resultado es que los homicidios, las extorsiones, las violaciones y el miedo de la gente han caído dramáticamente y millones de salvadoreños están recuperando la paz y la seguridad. Las deserciones de policías han disminuido, la migración empieza a reducirse, los pequeños negocios se están reabriendo, la gente recupera sus casas, los salvadoreños residentes en Estados Unidos están invirtiendo en su tierra y El Salvador salió de la lista de países más violentos del mundo. Ahora, guste o no, la popularidad del gobierno se ha disparado y la crisis de la oposición política se ha profundizado.

Vista de pandilleros de la Mara Salvatrucha (MS) capturados en El Salvador (EFE/Oscar Rivera)
Vista de pandilleros de la Mara Salvatrucha (MS) capturados en El Salvador (EFE/Oscar Rivera)

Algunos piensan que el gobierno fue solo reactivo, pero previo al Estado de Excepción tomó control de las prisiones, impuso el bloqueo a las señales de celular, demandó más presupuesto para seguridad, aumentó significativamente el número de militares y policías, mejoró las condiciones económicas de estos, compró tecnología y sostuvo siempre una narrativa dura contra el crimen.

Hay puntos de la estrategia del gobierno que vale la pena destacar. El primero es haber establecido la recuperación de la autoridad del Estado sobre el territorio como centro del plan, porque ningún programa social preventivo funciona si los criminales mandan en el terreno. Un segundo punto es que contaba con unas fuerzas militares y policiales que no son corruptas. En El Salvador, a principios de los 90s, la Policía y las Fuerzas Armadas fueron reformadas, depuradas e incorporaron los derechos humanos a su doctrina. Esto ni fue ni puede ser perfecto ni puro, pero esas reformas en El Salvador impidieron la infiltración del crimen organizado como sí ocurrió en Guatemala y Honduras. Tampoco los militares y policías salvadoreños harán una matanza contra quienes protestan, como ocurrió con los más de 300 muertos que asesinaron los policías en Nicaragua. Con policías y militares corruptos es imposible ganar la batalla al crimen.

Un tercer punto es el aumento del pie de fuerza de militares y policías y la mejora en sus condiciones sociales. Si los mareros son 80.000 no se podía recuperar el territorio con 20.000 hombres y peor si estos estaban desmoralizados. Un cuarto punto es el trabajo de inteligencia. Hay dos tipos de pactos con criminales, los de convivencia como las treguas que los fortalecieron; y los de estrategia que son para destruirlos. Los pactos más clásicos para destruir han ocurrido en Colombia. Primero fue “todos contra Pablo Escobar” y esto incluyó a los otros carteles, paramilitares, DEA y el Estado. Luego el Estado fue destruyendo cartel por cartel hasta desmantelarlos a todos, luego desmovilizó a los paramilitares para después derrotar militarmente a las FARC. Se puede citar como ejemplo concreto que mientras el presidente Pastrana le dejaba 44.000 Km2 a las FARC, las Fuerzas Armadas preparaban aceleradamente a las fuerzas especiales con las que iban a combatirlas. Los colombianos llaman a estos pactos “sometimiento a la justicia”. En El Salvador, mientras los políticos de gobiernos anteriores pactaban con las maras, policías, militares y fiscales actuaban profesionalmente fichando, haciendo trabajo de inteligencia y preparando procesos y evidencias. Cuando la estrategia cambió tenían el dominio de inteligencia y estaban listos para actuar con éxito.

Un quinto punto y el más polémico, pero al mismo tiempo el más efectivo, son los arrestos y procesos judiciales masivos. Las maras tienen poder de fuego limitado, pero suficiente para intimidar, aterrorizar y matar inocentes. En ese sentido, la complejidad de las maras no reside en su capacidad de combate, sino en su carácter tribal masivo y en su extrema violencia. La política de treguas implicó dejarlos hacer y por lo tanto dejarlos crecer. Cualquier fenómeno criminal, sino se combate se multiplica. Por miedo, oportunismo o maldad, con el tiempo, más gente se une a los criminales y se beneficia de los delitos. La estabilidad le permite al crimen construir una base social que los provee de reclutas, inteligencia, cobertura y soporte. A más tiempo corresponden más delincuentes y por lo tanto necesidad de más fuerza y mayor riesgo de violencia al enfrentarlo.

Diputados de El Salvador durante una sesión extraordinaria del Congreso (REUTERS/Jessica Orellana)Diputados de El Salvador durante una sesión extraordinaria del Congreso (REUTERS/Jessica Orellana)

En El Salvador la acción quirúrgica de capturar cabecillas la aplicaron otros gobiernos, pero no solo no funcionó, sino que generó matanzas de inocentes para presionar a los mismos gobiernos. Un problema masivo como las maras requería una respuesta masiva porque capturar cabecillas no sirve para recuperar el territorio. Sin sacar de circulación a decenas de miles de delincuentes era imposible devolverle la paz a la gente y restablecer la soberanía del Estado sobre el territorio. El indicador de victoria en el control territorial es cuando la gente pierde el miedo y empieza a denunciar al crimen y la fase superior es cuando comienza a exigir sus derechos al Estado. Un sexto punto, correspondiente con el anterior, es la necesidad de aumentar la capacidad de las prisiones. Es común decir que una escuela que se abre es una cárcel que se cierra, pero cuando el crimen mantiene a millones de personas aterrorizadas es necesario abrir más prisiones para que las escuelas puedan funcionar y esa era la realidad en El Salvador.

Hay que reconocer que una estrategia de arrestos masivos aumenta el riesgo de error. En esta estrategia la capacidad de discriminar y corregir es tan importante como el poder de combate, porque los excesos debilitan la autoridad y legitimidad de policías y militares para usar la fuerza frente a los ciudadanos. De lo que se trata es de ser temidos por los delincuentes y amados por los ciudadanos.

En El Salvador se presentaba el dilema de atender las causas del problema o atacar el problema. Muchos proponían lo primero, pero por sentido común no se podían atender las causas sin primero usar la fuerza para atacar el problema. Con la paz lograda se ha abierto el camino para estimular la microeconomía y aplicar programas sociales preventivos. Los creyentes suelen decir que los caminos del señor son inescrutables, los estudiosos de ciencias sociales dicen que la historia avanza por caminos complejos. Queda la duda si la estrategia actual hubiera sido posible mediante un consenso político nacional, pero casi 30 años de polarización dejaron claro que eso era imposible, por ello millones de salvadoreños le ha dado la bienvenida a una concentración de poderes que les está trayendo paz y seguridad.

No salve a Nicaragua, señor Villalobos. Ezequiel Molina.

El artículo 19 de la Declaración Universal de Derechos Humanos (DUDH), consigna taxativamente, “todos tenemos derecho a formar nuestras propias opiniones y a expresarlas y compartirlas libremente”, no existe argumento alguno que logre cuestionar tan prístina verdad, aunque es de todos conocido, que los gigantes de la comunicación construyen verdades a partir de mentiras, o medias verdades, también ocultan o tergiversan verdades, en beneficio de los poderes fácticos. Todo lo anterior deviene en la existencia de una muy frágil línea entre la verdad y la mentira, principalmente para los ciudadanos que no tenemos acceso a unas relativamente amplias fuentes de información. A ello se añade la existencia de un comportamiento globalmente aceptado, que da lugar preponderante a personajes, que por su pasado, experiencia o conocimiento, se sitúan en un lugar cimero, desde donde divulgan sus planteamientos, y dada la credibilidad del medio de comunicación usado, lo ahí publicado, aunque desde una columna de opinión, se convierte virtualmente en verdad, quizás no absoluta, pero mucha veces, creíble.

El diario El País de España, publicó este 24 de abril una columna de opinión titulada, “Salvar a Nicaragua”, del ex guerrillero salvadoreño Joaquín Villalobos. Dicha columna está cargada de interpretaciones y elucubraciones, que abonan un solapado apoyo a Ortega y sus cómplices, muy lejos de la hipócrita frase, “salvar a Nicaragua; dicho esto, debo aclarar que no se trata de desmentir al señor Villalobos, es más bien un intento de poner en perspectiva un conjunto de aseveraciones, que un nutrido grupo de izquierdistas o ex izquierdistas, -es más que difícil saber si son, dejaron de ser, se encubren, o simplemente mutan al vaivén de sus propios intereses, en la confusa maraña ideológica-, pretenden diseminar como verdades, y que no son más que, me atrevería a decir, el reflejo de intereses creados de los grupos de poder que han impedido la construcción de sociedades libres y democráticas por más de dos siglos en esta región. Para no convertir este artículo en un extenso y aburrido conjunto de argumentos, trataremos de ser lo más directo y breve posible, sobre algunos de los planteamientos expuestos por el señor ex guerrillero.

“…Ortega se vio forzado a convocar a un diálogo…”, falso, la jerarquía eclesiástica fue quien tendió ese puente, que ciertamente el propio Ortega fue el responsable de quemarlo y bañarlo en sangre.

“La oposición fue derrotada mediante una represión brutal”, de la frase anterior, lo único cierto es, “una represión brutal”; en primer lugar, la “oposición” como ente organizado, surgió de diversos grupos representativos, que agrupados apuradamente participaron en el fallido diálogo, y en segundo lugar, no hubo derrota alguna, ya que quienes cayeron en el desigual enfrentamiento contra los sicarios de Ortega, fueron ciudadanos que mayoritariamente no pertenecían a ningún movimiento político; y es más que evidente que Ortega, hasta la fecha, ha demostrado incapacidad absoluta de controlar el país. No existe, ni ha existido, tal derrota.

Nicaragua apunta ahora a permanecer sin solución por muchos años en un contexto mundial tan difícil, que puede terminar volviendo irrelevantes a los opositores”, ¿en quiénes pensará el señor Villalobos cuando se refiere a “los opositores”?, debo decir al señor Villalobos, que necesita visitar Nicaragua, -y apuesto a que sus pares ideológicos se lo permitirían-, y tener una idea más exacta de quienes son los opositores en este país; cada casa, comunidad, ciudad, y rincón de este país, está plagado de opositores. Sólo el exterminio o expulsión masiva de la población pudiera tornar “irrelevante” la oposición al régimen; ¿o será este el solapado consejo del señor Villalobos?

“En síntesis, no hay fuerza para lograr un cambio”, el desconocimiento de la fuerza del pueblo nicaragüense y su compromiso histórico con la libertad, es cercano a lo ofensivo; supongo que el señor Villalobos quiere hacer creer el cuento, vendido por décadas, de que fue el FSLN el que derrotó a Somoza, y a las pruebas me remito, el movimiento guerrillero del que fue miembro, -el FMLN de El Salvador-, no logró tomar el poder por la vía armada, porque no contó con el apoyo del pueblo salvadoreño.

“El papa Francisco, que intentaba ser un puente, cometió el absurdo error de comparar a Ortega con Hitler”, con dictadores como Ortega no hay puentes que valgan, su naturaleza despótica y criminal es lo que prima en su comportamiento; pudo ser un error diplomático compararlo con Hitler, pero un absurdo no lo es. La antigua (¿o vigente?) afinidad ideológica del señor Villalobos con el dictador sandinista, debe ser un impedimento para visualizar a Ortega en su real dimensión.

“Las sanciones económicas empobrecen países, pero no derrumban dictaduras, sino que las amarran más al poder. Esa es la experiencia de Zimbabue, Irán, Siria, Corea del Norte, Bielorrusia, Venezuela y Cuba”, el desconocimiento de la realidad histórica de Nicaragua, es una afirmación evidente al leer la aseveración anterior, ninguno de esos países, algunos dentro de la escala de Estado fallido, ha estado tan cerca, y repetidamente, de la libertad y la democracia; si hemos fallado, hemos sido los nicaragüenses.

“Sin embargo, Ortega liberó a 222 sin pedir nada a cambio. Obviamente no podía liberarlos sin una acción que lo justificara frente a las bases radicales que lo sostienen”, sólo un inocente, ignorante o cómplice, puede creer esa mal contada historia, de no “pedir nada a cambio”, la presión silenciosa, pero firme e irreversible, de la población nicaragüense, entre otras fuerzas, logró la liberación de esos reos de conciencia; y respecto a las “bases radicales” de Ortega, invitamos al señor Villalobos que visite Nicaragua, y compruebe in situ la fuerza y naturaleza real de esas bases.

El escrito del señor Villalobos continúa por la misma senda de complicidad, disfrazada de análisis pragmático de hechos; creo que los lectores de La Mesa Redonda podrán alcanzar mejores conclusiones, que las aquí expuestas, sobre el escrito del señor Villalobos, quien ciertamente carga un enorme lastre de acusaciones de crímenes de distinto rango, que siguen en la oscura impunidad. Hoy, navega entre la academia, asesorías y consultorías, cobijado con sus estudios en Oxford, Inglaterra y amparado como miembro del Diálogo Interamericano. Si el poeta salvadoreño Roque Dalton viviera, seguramente el señor Villalobos no gozara de tan falso prestigio.

Ezequiel Molina

Abril 25, 2023.