SAN SALVADOR, 3 de enero de 2013 (SIEP) “Nos da una inmensa alegría que se castigue a los asesinos de nuestro hermano chileno Víctor Jara y nos da la esperanza que un día no muy lejano también aquí en nuestro país la justicia triunfará sobre la impunidad…” expresó el Rev. Roberto Pineda, de la Iglesia Luterana Popular de El Salvador.
Hace una semana un juez chileno ordenó la captura de siete exoficiales responsables del asesinato del cantautor Victor Jara, para ser juzgados por este crimen, acontecido hace ya cuarenta años, luego del golpe de estado del general Augusto Pinochet en septiembre de 1973.
Agregó el Rev. Pineda que “así como nuestros hermanos chilenos están logrando que se haga justicia y se conozca la verdad sobre los desaparecidos y asesinados por la dictadura militar, nos corresponde hacer lo mismo en El Salvador y eso pasa por luchar por la derogatoria de la Ley de Amnistía de 1993.”
“Y eso pasa –agregó- por levantar de nuevo la memoria de nuestros desaparecidos, de nuestros hermanos y hermanas que fueron secuestrados por la dictadura militar desde los años setenta, desde los años ochenta y que siguen desaparecidos. Que sepan que nos los hemos olvidado.”
“Hace poco un familiar de una persona desaparecida me comentaba que no pierde las esperanzas de ver a coroneles y generales sentados en el banquillo de los acusados y no por venganza, sino por justicia, me decía con lagrimas en sus ojos…”
“No podemos olvidar que los asesinos, los secuestradores, siguen libres, caminando y viviendo tranquilamente…debemos exigir juicio y castigo para estos asesinos del pueblo, que nos digan donde enterraron a nuestros muertos queridos, donde podemos ir a depositar una flor, una lagrima…es una deuda histórica de sangre…”
“Dentro de los miles de desaparecidos deseo rescatar la memoria del Ing. Mauricio Aquino Herrera, arrebatado de los brazos de su esposa un 16 de abril de 1981 por la Policía de Hacienda bajo el mando entonces del Coronel Francisco Moran, y de mis amigos de la Asociación de Estudiantes de Secundaria, Amílcar Mendoza, Jorge Molina y Jorge Ramos, secuestrados un año antes por ese mismo cuerpo represivo y criminal. Y la de los sindicalistas Salvador Sánchez Hidalgo y Gerardo, asesinados el 19 de diciembre de 1979 por los escuadrones de la muerte.”
Reconoció que “es triste que el tiempo va pasando y todavía el espíritu de complicidad prevalezca sobre el espíritu de solidaridad y no haya un solo testimonio de un torturador, de un secuestrador que nos indique donde están los cementerios clandestinos, para que podamos rendir tributo a nuestros muertos queridos.”
“Y si a esto le agregamos que ya existe una nueva generación de asesinados y desaparecidos, esto vez resultado de la violencia social, entonces concluimos que hemos construido una sociedad muy enferma, donde el poder de la riqueza se erige como el ídolo venerado y aceptado.”
“Pero por otra parte –subrayó- han avanzado procesos judiciales en Estados Unidos y en España para castigar a estos criminales. Y hoy los coroneles y generales Orlando Montano, Eugenio Vides Casanova, Guillermo García, Guillermo Benavides, Juan Orlando Zepeda saben que la justicia internacional los busca y que la justicia en El Salvador pronto también los buscara…”
Finalmente exhortó el Rev. Pineda “que sigamos luchando por conocer la verdad y que se haga justicia. El perdón solo puede surgir de conocer la verdad. Es lo que la sociedad chilena esta haciendo. Es un ejemplo a seguir. Que este 2013 sea el año en que logremos derogar la Ley de Amnistía y enjuiciar en nuestro suelo a tanto criminal que sigue en la impunidad.”