ANALISIS COMPARATIVO ENTRE LA MEMORIA HISTÓRICA ARGENTINA Y LA ESPAÑOLA

Uno lleva mucho tiempo meditando sobre el fenómeno de la “prepotencia occidental”. Dicho fenómeno se caracteriza a mi juicio, en ser muy propenso a desprestigiar y desacreditar los fenómenos políticos, sociales y culturales que se desarrollan en la periferia mundial y se olvida deliberadamente de las carencias e inmoralidades que esconde el modelo occidental y que esta crisis de tanta actualidad ha dejado sus vergüenzas al descubierto.

Lo anteriormente dicho, tiene su sentido al realizar un ejercicio de memoria comparada entre el ordenamiento jurídico argentino y el español para insuficiencia y precariedad de este último. El objetivo de esta reflexión es ampliar el marco de la memoria histórica, al que el Gobierno de Zapatero ha tratado, deliberadamente, de aguar.

1. CONSIDERACIONES PREVIAS

En primer lugar, la memoria histórica desde una visión político-administrativa ostenta un rango superior en la Administración argentina respecto de la española. Digo esto porque, en Argentina hay una Secretaria de Estado de Derechos Humanos (DD.HH.) mientras que en España nos tenemos que conformar con una Dirección General que se encuadra dentro del Ministerio de Asuntos Exteriores (M.A.E.). Las implicaciones que tiene esta diferenciación es que la Dirección General ocupa un lugar donde las cuestiones meramente técnicas y burocráticas empiezan a priorizarse en detrimento de las cuestiones de índole político.

Igualmente llama la atención que, en España, la Dirección General se encuadre en el M.A.E. lo que refleja la orientación de nuestro Gobierno de cara a los DD.HH.: Estos importan sólo de cara al exterior.

El Decreto 1259, de 16 de diciembre de 2003, es el encargado de regular la cuestión de la memoria histórica en Argentina. Si acudimos al Considerando de éste, comprobamos que se establece:

“(…) las experiencias repetidas de violaciones graves y flagrantes de los derechos humanos fundamentales sufridas en nuestro país en distintos períodos de su historia contemporánea, alcanzaron carácter masivo y sistemático durante las dictaduras militares de seguridad nacional, e inusitada gravedad durante el régimen de terrorismo de Estado instaurado el 24 de marzo de 1976”.

Seguimos en el Considerando del Decreto que regula “la Memoria” en la Argentina para comprobar como el Estado tiene como deber promover, respetar y garantizar los derechos humanos, los derechos a la verdad, la justicia y la reparación, rehabilitar a las víctimas y asegurar los beneficios del Estado democrático de derecho para las generaciones actuales y futuras.

Por su parte, si acudimos a nuestra legislación, la ley 52/2007 de la Memoria Histórica, no realiza este tipo de condena. En su Exposición de Motivos no va más allá de la mención de la represión de la Dictadura y de la tragedia de la Guerra Civil. Es más, encontraremos la manifestación expresa de que no es tarea del legislador: “(…) implantar una determinada memoria colectiva (…)”. La misma exposición de motivos de la ley reitera que el derecho a la memoria es personal y familiar.

En Argentina, el respeto y la reparación de los DD.HH. se basa en tres pilares: Memoria, Justicia y Verdad. Estos tres conceptos no están a modo de mera decoración o retórica, si no que están bien presentes, como comprobaremos a lo largo de este trabajo.

En la dictadura que duró de 1976 a 1983, funcionaron centros ilegales de detención (aproximadamente hubo unos 500 por todo el país). En este tipo de centros funciona un centro de memoria donde están recogidos los 3 pilares mediante una inscripción. El Espacio para la Memoria funciona en la antigua Escuela Mecánica de la Armada, centro recordado funestamente por los argentinos como el punto neurálgico de la tortura; hoy reside la sede de la Memoria y comprende entre otros:

Instituto de Espacio para la Memoria, Archivo Nacional de la Memoria, Instituto de Políticas de Derechos Humanos del MERCOSUR, Centro Mundial de los Derechos Humanos de la UNESCO, sede de las madres de la Plaza de Mayo, etc. También se van a crear cátedras en estos lugares. Se hacen visitas guiadas a estos centros en cuyo recorrido se hace hincapié en que el terror que se desplegó ante toda oposición política fue la manera de disciplinar a la sociedad y que el fin de este terrorismo fue la implantación de un modelo de país basado en la riqueza concentrada y la exclusión social.
Asimismo, en la Argentina funciona el Centro Cultural Haroldo Conti que era un escritor que se le hizo desaparecer que cuenta con una biblioteca pública especializada en Derechos Humanos, una filmoteca y un espacio de artes. Todas las actividades que se realizan en este centro son de acceso libre y gratuito.
En Argentina hay una construcción y una percepción distinta de los DD.HH. Allí tiene un contenido individual pero también colectivo y universal. No es posible, construir una sociedad de futuro sin justicia social.

En contraste a lo anterior, el artículo 2 de la Ley de la Memoria Histórica española, restringe el derecho de todos los ciudadanos a la reparación moral y a la recuperación de la memoria a un ámbito personal y familiar.

Argentina funciona sin ley, mediante Decretos y Resoluciones, lo que demuestra que hay voluntad política para tener un nivel de democracia y de respeto a los DD.HH. homologables con el derecho internacional.

Ahora mismo se está trabajando en un proyecto de ley que va a eliminar los nombres de los gobierno de facto, no sólo los de la dictadura.

En Argentina, la memoria no tiene límite temporal retroactivo, de hecho se considera vigente desde la entrada en vigor de su Constitución allá por el año 1853.

Se apuesta por un modelo de memoria como homenaje a las luchas populares contra la dictadura: Por ejemplo; se señalan tumbas colectivas, como una sublevación donde participaron anarquistas y no tiene que ver con la dictadura.

En la calle también se percibe ese espíritu de reparación, así; fábricas, escuelas facultades, y plazas tienen los nombres de desaparecidos.

El 24 de marzo, día del Golpe de Estado, es el día de la memoria y es fiesta en todo el país.

2. RELACIÓN CON EL DERECHO INTERNACIONAL

El Decreto que regula la Memoria Histórica y el respeto a los Derechos Humanos en Argentina tiene como punto central cumplir con las normas y principios del Derecho Internacional. Únicamente en el Considerando del Decreto que se ocupa de fijar los objetivos y fines del mismo establece que:

“(…) tiene vigencia en nuestro país un amplio plexo de normas constitucionales de derechos humanos y de instrumentos internacionales universales y regionales en la materia a la que la REPÚBLICA ARGENTINA ha reconocido jerarquía constitucional, que constituyen la base normativa del derecho a la verdad de las víctimas y la sociedad en su conjunto, y que conllevan el correlativo deber de memoria de Estado, ambos explícitamente desarrollados en el Proyecto de Conjunto de Principios para la Protección y la Promoción de los Derechos Humanos mediante la Lucha contra la Impunidad actualmente en curso de elaboración en la ONU”.

“(…) Es necesario contribuir a la lucha contra la impunidad, como lo reafirma (…) la Declaración Final y el Programa de Acción adoptados en la Segunda Conferencia Mundial de Derechos Humanos celebrada en Viena, Austria, en junio de 1993.”
“(…) es conveniente que el Estado Nacional pueda integrarse a tales fines al importante programa Memoria del Mundo de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) creado en 1992.”

Nuestra ley, en su exposición de Motivos recoge que asume la condena al franquismo contenida en el informe de la Asamblea Parlamentaria del Consejo de Europa firmada en París el 17 de marzo de 2006 y que denuncia las graves violaciones de Derechos Humanos sufridas en España entre los años 1939 y 1975.

Si acudimos a la Disposición Adicional segunda de la ley se establece lo siguiente:

“las previsiones contenidas en la presente ley son compatibles con el ejercicio de las acciones y el acceso a los procedimientos judiciales ordinarios y extraordinarios establecidos en las leyes o en los Tratados y convenios internacionales suscritos por España”

Contrastando ambas regulaciones es evidente que una, la primera, tiene el firme objetivo de luchar contra la impunidad y cumplir con el Derecho Internacional. En el segundo caso, la nuestra, tenemos una regulación que esquiva el Derecho Internacional y que entre lo escueto de la labor del legislador y la jurisprudencia restrictiva a la hora de mirar de puertas para dentro queda, como se diría coloquialmente, “la casa sin barrer”. Prueba de ello y de rabiosa actualidad (aunque no forma parte del estudio de este escrito), es la reforma (reducción) que se pactó por el PSOE y el PP a la jurisdicción universal, principio que es fundamental y eje vertebrador para la defensa de los Derechos Humanos. Igualmente, hay que destacar en esta misma línea, el proceso contra Garzón en lo que respecta a la causa general abierta contra el franquismo.

Los crímenes de lesa humanidad han sido recogidos en más de un instrumento jurídico firmado por el Estado Español:

La resolución de la Asamblea General de la ONU de 1946, la resolución 177 de 21 de noviembre de 1947 relativa a la Formulación de los principios reconocidos por el Estatuto y por las sentencias de Nuremberg y que posteriormente, la CDI (Comisión de Derecho Internacional) de la ONU elaboró dichos principios y crímenes adoptándolos en 1950. Añadir que España ha firmado el Estatuto de Roma por el que se crea el Tribunal Penal Internacional y donde se recoge como principio básico la imprescriptibilidad de los delitos.

Conviene resaltar y defender que los delitos a los que nos estamos refiriendo no han prescrito mientras no se garantice el derecho a la justicia que ampara a las víctimas y familiares, sus herederos y a las asociaciones que legítimamente representan a las víctimas del franquismo.

El artículo 6 del Estatuto de Nuremberg, establece los crímenes que comprenden este tipo de delitos:

Crímenes contra la Paz. Comprende todas aquellas acciones encaminadas a la preparación, planificación, el inicio o la conducción de una guerra de agresión o la conspiración cuyo objetivo sea la ejecución de cualquiera de los actos precedentes.
Crímenes de Guerra. Violaciones de las leyes o usos de la guerra: asesinatos, malos tratos, ejecución de rehenes, el robo de bienes públicos o privados, la destrucción arbitraria de ciudades, pueblos o aldeas, devastación no justificada por necesidades militares, sin que dichas violaciones queden limitadas a los actos enumerados.
Crímenes contra la Humanidad: asesinato, exterminio, esclavitud, deportación y otros actos inhumanos cometidos contra cualquier población civil antes de la guerra o durante la misma, la persecución por motivos políticos, raciales o religiosos en ejecución de los crímenes que sean competencia del Tribunal o en relación con los mismo, constituyan o no una vulneración de la legislación interna del país donde hubieran sido perpetrados.

3. ARCHIVO

3.1 ARCHIVO NACIONAL DE LA MEMORIA DE ARGENTINA

La finalidad típica y convencional de un archivo de estas características es la preservación de la documentación relacionada con la memoria histórica. Con respecto a lo anterior, el Archivo Nacional de la Memoria presenta una particularidad ya que el modelo que prevalece en el panorama internacional es aquel referido a países como Paraguay o Nicaragua que se centran en la represión vivida por las dictaduras en esos países. En Argentina, su archivo es posterior a la represión, haciéndose acopio de los testimonios de la 1ª Comisión de 1984 que se crea para la reparación de las víctimas de la dictadura y el recopilatorio de los juicios que se realizaron. Por consiguiente, el modelo argentino tiene una mayor amplitud temporal y temática. Diríamos que es dinámico y activo frente al modelo pasivo y estático que supone el modelo mayoritario y que es, dicho sea de paso, el modelo de Archivo que rige en el estado Español.

El “Handicap” con que cuenta este archivo es que la documentación, en su mayoría, es posterior a la última dictadura. Esto se debe a que la dictadura militar sacó del país por la vía del decreto, la información de las torturas y ejecuciones de aquellos años.

El Archivo tiene acceso a la documentación del Estado. Los archivos del Estado están abiertos, pero esa documentación no la tiene el Estado, sólo existe un sumario, ya que la dictadura, como hemos mencionado antes, mandó desaparecer el archivo de la represión. También se tiene acceso al archivo de la Policía de Buenos Aires, el problema es que es muy parcial. Insisto, en Argentina se tiene acceso a toda la documentación del Estado, incluida la de las Fuerzas Armandas.

Esta información mínima, de sumario, casándola con la de la CIA que está desclasificada, ha ayudado a identificar e imputar a determinados sujetos. Conviene resaltar el meritorio trabajo de los funcionarios argentinos a la hora de establecer las conexiones necesarias para poder imputar a aquellos sujetos que vulneraron los DD.HH.

El Archivo Nacional de la Memoria es activo en la búsqueda de información. Tiene la friolera de 1200 metros en papel y 2.500.000 documentos en material informático.

El Archivo de Argentina tiene información secreta de las FFAA. Recoge los juicios militares realizados contra civiles en el periodo de 1960-1962. El Archivo cuenta con investigadores activos en la búsqueda de nueva información.

Ostenta una competencia de gran relevancia y es que ante todo pedido de Ascenso en las FFAA se debe pedir al Archivo información sobre el sujeto que aspira al ascenso en concreto, si dicha información es referente a su conducta vulneradora de los DD.HH., éste no asciende (salvo que la información no sea significativa). El mismo mecanismo se sigue con el personal de seguridad privada y de policía. Conviene señalar que no se trata de una competencia vacía o retórica como se puede llegar a pensar, ya que un número importante de los funcionarios encargados de esta función sufrieron la represión de la Dictadura.

El Archivo Nacional tiene los siguientes objetivos:

Contribuir a mantener viva la historia contemporánea del país.
Proporcionar un instrumento necesario en la búsqueda de la verdad, la justicia y la reparación.
Fomentar el estudio, la investigación y difusión de la lucha contra la impunidad y por los DD.HH. (plano normativo, ético, político e institucional).
Preservar informaciones, testimonios y documentos necesarios para estudiar la represión ilegal y el terrorismo de Estado (Su implicación con el exterior).
Contribuir a la coordinación regional y subregional de los archivos de DD.HH.
Analizar, clasificar y archivar informaciones, testimonios y documentos, de manera que puedan ser consultados por los titulares de un interés legítimo.
Coadyuvar a la prevención de las violaciones de los DD.HH.
Crear un positivo instrumento pedagógico para hacer realidad el imperativo “NUNCA MÁS” como expresión de la ciudadanía ante las conductas aberrantes en que incurrió la Dictadura.

Además, el presidente del Archivo Nacional de la Memoria ostenta, las siguientes competencias:

Elaborar el plan de gestión del Archivo en consonancia con las pautas marcadas por la UNESCO para la salvaguardia del patrimonio documental.
Acceso directo para los fines y objetivos del Decreto a los archivos de la Administración incluyendo las FF.AA. y de Seguridad.
Requerir directamente a la Administración informaciones, testimonios y documentos.
Recibir nuevas informaciones, testimonios y documentos.
Centralizar los archivos existentes sobre esta materia.
Ofrecer su colaboración a la Comisión por la Memoria y demás instituciones existentes en el país.
Invitar a los Estados Provinciales a colaborar con el cumplimiento del Decreto en sus respectivas jurisdicciones.
Invitar al Poder Judicial, al Ministerio Público, a los Defensores del Pueblo y otros organismos al cumplimiento del Decreto.
Requerir por los canales correspondientes la información que pueda obrar en manos de la INTERPOL.
Dirigirse directamente a iglesias, asociaciones profesionales, académicas, estudiantiles, sindicatos y otros similares para el cumplimiento del Decreto.
Dirigirse a cementerios, hospitales, clínicas y establecimientos similares para que cumplan con el Decreto.
Ofrecer su colaboración a “Memoria Abierta. Acción Coordinada de Organizaciones de Derechos Humanos” (que es una alianza de 8 asociaciones por la memoria).
Celebrar Convenios con Universidades y otras entidades públicas o privadas.
Adoptar todas las medidas organizativas, técnicas y metodológicas necesarias para el cumplimiento de este Decreto.

El Archivo es un organismo descentralizado con un importante nivel de autonomía lo que le preserva de injerencias por el ejecutivo.

Todo lo que acabamos de analizar se busca sistematizar con la nueva ley que está en proyecto.

3.2 ARCHIVO GENERAL DE LA GUERRA CIVIL

El artículo 20 de la ley de la memoria histórica regula la Creación del Centro Documental de la Memoria Histórica y Archivo General de la Guerra Civil. Pasemos a comprobar cuales son sus funciones:

Mantener y desarrollar el Archivo General de la Guerra Civil Española.
Recuperar, reunir, organizar y poner a disposición de los interesados los fondos documentales y las fuentes secundarias relacionadas con la Guerra Civil, la Dictadura franquista, la resistencia guerrillera, el exilio y el internamiento de españoles en campos de concentración durante la 2ª Guerra Mundial y la transición.
Fomentar la investigación histórica sobre la Guerra Civil, el franquismo, el exilio y la Transición y contribuir a la difusión de sus resultados.
Impulsar la difusión de los fondos del Centro.
Otorgar ayudas a los investigadores, mediante premios y becas.
Reunir y poner a disposición de los interesados información y documentación sobre procesos similares en otros países.

Este Archivo cuya sede está en Salamanca se centra en sistematizar la información. En contraste con el Archivo Nacional Argentino tiene un funcionamiento más estático. También queda de manifiesto que tiene menor nivel de funciones y de desarrollo que el Archivo Nacional de la Memoria de Argentina.

4. CONCLUSIONES

En primer lugar, conviene resaltar que el papel que en ocasiones se le da a la ley, como fuente capaz de promover la justicia social no se cumple en nuestro país. En contraste con esto, Argentina ha venido a romper este dogma al mostrar por la vía de los hechos que su Memoria Histórica funciona de forma muy eficaz por el instrumento del Decreto. La conclusión a extraer de este contraste es la importancia de la voluntad política para colocar la Memoria Histórica en el sitio que se merece.

Si conviene resaltar que la Sociedad Civil argentina se movilizó muy pronto contra la dictadura. Así, las asociaciones de los DD.HH., familiares y víctimas comenzaron una larga lucha por la memoria desde el minuto después de la dictadura allá por el año 1983. En nuestro país la tan cacareada transición fue en realidad un trágala impuesto por los franquistas a las fuerzas progresivas y democráticas en el Estado Español. Citando al profesor de Derecho Constitucional, José Luis Pitarch: “(…) Lo dejaron bien claro los franquistas-militaristas-clericalistas-bonapartistas entre 1976 y 78: o tragan ustedes esto y esto y esto, o no hay democracia, y siguen los conesas y los ballesteros torturando, los partidos prohibidos, los políticos de izquierda en la cárcel o el exilio (…)”. En este sentido, no podemos olvidar que en muchos ayuntamientos donde gobernaron el PCE y el PSOE tras las elecciones municipales, allá por el año 1979, se lograron progresos nada desdeñables con la apertura de fosas, el nombramiento de calles a políticos y personajes de la cultura ilustres defenestrados por el franquismo, etc. pero luego vino el Golpe de Estado del 23-F de 1981 y parece que la Memoria Histórica se congeló durante muchos años no sin la aquiescencia de los respectivos gobiernos de Felipe González y José María Aznar.

La recuperación de la Memoria Histórica en Argentina no ha vivido un camino de rosas. Es importante mencionar que la mayoría de los gobiernos han intentado cerrar este asunto. Así, los gobiernos de Alfonsín, De La Rúa y Medem hicieron lo posible para debilitar la memoria. Con Alfonsín vinieron las leyes de Punto Final y de Obediencia Debida. Con Medem hubo indultos.

Igualmente hubo que enfrentarse al corporativismo de los jueces que se mostraban reacios a aplicar el Derecho Internacional en materia de DD.HH.

Ante todo este panorama, se hizo necesario una serie de políticas públicas como la derogación la Ley de Obediencia Debida y Punto Final, la Corte Suprema Argentina cambió su postura y falló contra el mal ejercicio del Derecho Internacional. Se forzó un cambio interpretativo más humanitario que abrió nuevas perspectivas a los abogados. Se modificó la perspectiva de los juicios. Ya no se afrontaban como mera reparación individual si no como de capacidad punitiva del Estado. Existe el GAF (Grupo Argentino de Forenses) especializados en la materia. El punto de inflexión se produjo en el año 2003 con la llegada al poder de Néstor Kirchner.

El trabajo que se ha repasado brevemente en este escrito ha hecho que Naciones Unidas reconozca a Argentina como líder, pionera y referente en el respeto a los DD.HH.

En al actualidad Argentina lleva un total de 1.243 procesados en materia de maltrato a los Derechos Humanos.

También es importante señalar que los sobrevivientes de aquellos terribles crímenes de la dictadura militar argentina integran actualmente el Consejo Asesor del Ente Público a cargo del “Espacio sobre la Memoria”, siendo su testimonio crucial a la hora de ensalzar su labor militante en aquellos años. Tristemente, en España, las víctimas siguen estando en un segundo plano para los poderes públicos mientras personajes siniestros que se rebelaron contra el orden constitucional que detentaba la II República mantienen estatuas y calles a lo largo y ancho de la geografía de nuestro país.

Los DD.HH. se perciben en Argentina como una triple dimensión: individual, colectiva y de los pueblos. Su enfoque es de cara al futuro, como la única manera de conseguir una sociedad ética.

En cuanto a las indemnizaciones se buscaba simplemente una reparación digna. Desde el año 1984 se empezaron a otorgar. Veamos alguno de sus supuestos:

1. Pensiones para viudas e hijos menores.

2. Indemnizaciones para presos políticos.

3. Los nacidos en la cárcel o en los campos ilegales también tienen derecho a la indemnización.

Conviene añadir que las cantidades de las indemnizaciones son muy altas.

La colaboración del Gobierno Vasco y de Asturias gracias a la presencia de Izquierda Unida en sendos gobiernos ha generado que se hayan identificado unos 600 españoles víctimas de la represión argentina.

Después de este breve repaso, conviene resaltar que el tratamiento de la Memoria Histórica en la Argentina debe ser fuente de inspiración para todos/as los que luchamos por la Memoria Histórica en nuestro País. La ley 52/2007 de Memoria Histórica es a estos efectos insuficiente, como ha quedado analizado en este texto. Lejos de conformarnos, extraemos la mejor enseñanza de nuestros compañeros/as argentinos y es que, independientemente del gobierno de turno, es imprescindible mantener a la sociedad civil tensa, movilizada y en defensa de su memoria y sus derechos como pueblo o de lo contrario, la ley se convertirá en papel mojado.

Autor: Miguel Ángel Garrido
(Abogado en ejercicio)

En 1962 fui de la Vanguardia de la Juventud Salvadoreña…Entrevista con Rolando Orellana (Segunda versión, aumentada y corregida

SAN SALVADOR, 2 de mayo de 1013 (SIEP) “Me incorpore a las luchas populares a principios de los años sesenta del siglo pasado, escondido de mi familia, yo estaba estudiando en el INFRAMEN…” nos comparte Rolando Orellana, de 68 años, militante revolucionario salvadoreño.

“Mi familia es profundamente religiosa, católica. Son personas de origen campesino. Mi papá, José Orellana, del cantón San Bartolo de Ilopango, y mi mamá, María del cantón Conacaste de Nejapa. Una vez mi hermano menor Freddy me comentaba que nuestros padres tenían el mismo nombre que los padres de Jesús. Desde muy pequeño me inculcaron la fe religiosa. Íbamos los domingos a la misa de San Antonio en la Iglesia de Concepción…”

“Corría el año 1962 y en el INFRAMEN mi maestro de Historia y de Urbanidad, Moral y Cívica era el profesor Humberto Perla Flores y por esos día hubo una manifestación de estudiantes universitarios que llegó al Parque Libertad y él se fue a meter, y llegó la policía y los reprimió, y a él lo golpearon, tanto que el siguiente día que llegó al instituto iba golpeado y con dificultades para caminar, eso me impactó…”

“Me gustaba mucho su clase, me agradaba, nos hablaba de valores para conducir nuestras vidas, de conductas frente a las adversidades, de nuestras actitudes con los demás y por esto me atreví a preguntarle: ¿y qué le pasó? Y me contó lo que había pasado, había sido reprimido por los militares. Y esto me llamó mucho la atención…”

“Y comencé a interesarme por las conversaciones que trataban de política, había un compañero de apellido Cano que tenía una posición en contra de los militares y lo escuchaba con atención…también una amiga de la familia, Ana del Rosario Luna ¿la conoces? que trabajaba en el Ministerio de Trabajo, me prestó un libro, Escucha yanqui! Y me cautivó ese libro, trataba sobre la Revolución Cubana y la gesta de Fidel Castro.

Conocimos a Rosario porque una vez ofrecieron unas becas para estudiar en el Colegio Santa Cecilia y como no teníamos dinero para que siguiera estudiando, mi mamá fue a averiguar y ahí la conoció y se hicieron amigas, aunque al final no me dieron la beca, pero la amistad queda. Es más, al saber que no había quedado Rosario le dijo a mi mamá: no se preocupe, matricule a su hijo y yo le voy a ayudar. Y así fue.

Me matriculó mi mamá en la Sección de Educación Media de Ciudad Delgado, la directora era la mamá de Norma Guirola, y Rosario pagaba la mensualidad. Después como que mejoró la situación económica en la casa y me pasaron a un colegio privado, al Instituto Orantes, donde estudie el segundo año de secundaria, y obtuve notas excelentes.

El siguiente año me sometí al examen de admisión del INFRAMEN y logre quedar. Eran mis compañeros estudiantes con un buen nivel académico, manejaban bastante el algebra. Ingrese al tercer año de Plan Básico. Ese año 62, las platicas con Perla, el libro de Rosario, y las conversaciones con Oscar Cano me van despertando la curiosidad por la política, y me empujan a ingresar en un círculo de estudio, en el que Oscar, que por cierto el año siguiente muere ahogado en las playas del Majagual me propone formalmente ingresar a una organización juvenil, a la Vanguardia de la Juventud Salvadoreña, VJS, y acepto. Era una organización cerrada, clandestina, con grupos de cinco personas.

Me encuentro en la VJS con una nueva red de amistades algunas de las cuales todavía perduran. Estaban Corina y Guadalupe Carpio (hijas de Salvador Cayetano Carpio) Liudmila Ortega, Mati (novia de Juan Landaverde) Alfonso García (Chiquitín, desaparecido en 1968, compañero de Blanca Lidia), Rubén Silva (desaparecido), Ricardo (novio de Guadalupe Carpio), Mario Castro Rivas, Armando Herrera, Norma Guirola, Eduardo Olmedo, Dagoberto Sosa, Juan Landaverde, Esperanza García (esposa de Dagoberto Sosa). Y estaba ya de dirigente de la VJS, Mario Aguiñada.

Vivía en la Calle Modelo, cerca de la Iglesia de Candelaria, mientras que el Chiquitín García y su hermana vivían en el barrio San Jacinto, cerca del Cine Capitol. Por ahí vivía también Victoria Cortez y su hermano Orlando. Y Rafael Jiménez (Piluya). Y Guadalupe, que era la esposa de José Dimas Alas, ella era hija de un obrero sindicalista y estudiaba en el Instituto Francisco Morazán. Todos de la VJS y relacionados con el partido Comunista de El Salvador.

Las actividades de la VJS

Entre las actividades que realizábamos se encontraban las pegas, las pintas en las paredes contra la dictadura militar, la capacitación política. Me acuerdo que comenzaba a destacar como artista Marlon Brando así que cuando me tocó ponerme pseudónimo escogí Marlo. Te estoy hablando de los primeros meses del año 62.

En la VJS había la orientación política que debíamos de ser los mejores estudiantes, los mejores hijos, y periódicamente se realizaban sesiones de crítica y autocrítica para ir superando debilidades, y para ir forjándonos en una nueva mentalidad, superior, con una conciencia revolucionaria elevada. Estábamos bastante vinculados con el movimiento sindical, y apoyábamos sus acciones reivindicativas y huelgas, asimismo apoyábamos las luchas de la Universidad de El Salvador.

La coordinación de la VJS la llevaba el Chiquitín García. Y también estaban Rubén Silva, Armando Herrera, y Américo Duran (Pelo Pincho). Me sentía muy cercano al Chiquitín. Era un excelente dirigente, nos proyectaba amistad, confianza, determinación. El había estado en la escuela de Cuadros del Komsomol en Moscú. Y le gustaba teorizar, analizar la realidad.

Era el mayor de todos nosotros, de unos 25 años y creo que pertenecía al Partido con tareas en la VJS, como a veces pasaba. Era el mayor de todos los hermanos García… Otro amigo, Rubén Silva, desapareció, de repente ya no lo vimos, y no pudimos encontrarlo, desaparecido, era un joven trabajador, casado, con un gran temple, firmeza…

Me acuerdo de campañas que como VJS realizamos para exigir la libertad de los presos políticos. Había un estudiante de derecho de apellido Ramírez Guatemala, chino, de gruesos anteojos que era muy buen orador y me gustaba escucharlo en los mítines del Parque Libertad en los que participaban también los hermanos Carías Delgado, del PRAM.

Me acuerdo que los capturados eran dirigentes sindicales de la CGTS, entre estos Roberto Sánchez del Cid, Antonio Iglesias…y posteriormente me integraron al equipo de seguridad de estos oradores del PRAM. La tarea consistía en sacarlos del parque por el edificio de La Cafetalera, y ahí aguardar hasta que los llegaban a recoger en un vehículo y se iban. Era para nosotros un honor cumplir con esta tarea de seguridad. Y así nos íbamos forjando en la lucha popular contra la dictadura militar.

Ya para el 63 comencé a conocer acerca del Partido Comunista y me involucre con la Columna Juvenil del Frente Unido de Acción Revolucionaria, el FUAR, que eran los jóvenes de la VJS. Ahí fue que conocí a Blas Escamilla, que era de la Columna Obrera, y ambos estábamos en la Comisión de Propaganda. Blas tenía como fachada una panadería cerca del cementerio La Bermeja, y ahí guardábamos la propaganda, escondida entre los canastos y los hornos de pan francés. La propaganda era repartida por los Grupos de Acción Revolucionaria, los GAR.

Ahí fue que conocí a Schafik. Él era el responsable e impartía charlas clandestinas en una casa de seguridad que estaba ubicada en La Campiña, y a la que le cayó la policía. Uno ingresaba a la casa tapado, cubierto del rostro, para no ubicarla. También por esa época conocí a Salvador Cayetano Carpio, por la amistad con sus dos hijas, conversábamos con él en su casa. Ambos eran muy perseguidos.

Me acuerdo que una vez nos informaron que habían matado a Schafik y que el cadáver estaba en Apopa en la alcaldía y nos fuimos tristes a buscarlo, al llegar preguntamos si el cadáver era de alguien gordo y de apariencia turca y la respuesta fue negativa. Sentimos un gran alivio, una gran alegría. A Schafik lo buscaban, era un perseguido por sus ideas. Lo respetábamos mucho.

Me marcó entrar en contacto con la lucha política, me marcó profundamente y transformó mi vida…era un adolescente queriendo ser independiente, buscando rutas para encontrar mi camino en la vida…Y en el PCS no me hablaron de ir en contra de la religión. El discurso que escuche y que me convenció fue el de luchar contra la dictadura militar y contra la pobreza; por una vida mejor y más libertades, de luchar por la justicia…por la revolución socialista.

Organice un grupo de amigos de mi barrio Candelaria para hablar sobre política, era un joven muy sociable, tenía muchos amigos. Después se convirtió en un Grupo de Acción Revolucionaria del FUAR. Hablábamos sobre la Revolución Cubana, que tenía tres años y estaba realizando grandes transformaciones revolucionarias que nos entusiasmaban. Escuchábamos clandestinamente en una radio de onda corta Radio Habana Cuba. Me acuerdo que comenzaban sus programas con esta poderosa frase: desde Cuba, primer territorio libre de América.

El impacto de la revolución Cubana

¡Nos estremecíamos al oír esto! Hablábamos mucho de Fidel, del Che, de Camilo Cienfuegos. Y repetíamos algunas consignas como: Fidel seguro, a los yanquis dales duro!¡Fidel Fidel…que tiene Fidel? Que los yanquis no pueden con él! Y me acuerdo que pudimos escuchar emocionados cuando Fidel Castro en un memorable discurso en la Plaza de la Revolución proclama el carácter socialista de la Revolución.

Esto nos pegó fuerte, en Cuba se luchaba por la igualdad. Todos eran iguales. No había privilegios. Esto me marcó fuertemente. Como GAR realizábamos actividades nocturnas de propaganda. Estas acciones fortalecían nuestra conciencia revolucionaria. Salíamos en la madrugada, a hacer pinta y pega, llevábamos seguridad por cualquier percance.

Y este percance ocurrió una vez. Andábamos pegando papeles de denuncia de la dictadura y nos descubrieron y nos dieron seguimiento. Y nos emboscaron en la calle frente al BCR, en la 1ra., por donde quedaba El Cochinito, en la zona cerca del 229. Nos rodearon con varias patrullas de la Policía Nacional, pero todos logramos escapar a excepción de José Luís Tovar, que fue capturado y se lo llevaron. ¿Qué hacíamos? Informamos de lo que había pasado y nos recomendaron esperar unos días.

Mientras tanto la familia preocupada me abordaba preguntándome por mi amigo: ¿No lo ha visto? Fíjese que no ha llegado a la casa. Esto me hacía sentirme muy mal. Contarles la verdad era complicado. A los 3 o 4 días lo liberaron. Fui a verlo y estaba desmoronado. Platicamos poco. Su familia le prohibió que mantuviera su amistad conmigo. El se retiró de nuestra compañía…

En esa época funcionaban los clubes juveniles en donde se organizaban bailes. Y a mí me encantaba bailar, amaba bailar. Amo bailar…Los sábados y los domingos había bailes, de merengue, de cumbia, y me iba a bailar. Había un club al lado poniente de la Cuesta del Palo Verde, de nombre Los Incógnitos, muy bueno. Me sabía pasos de baile, de merengue y rocanrol, se realizaban competencias de baile y participaba, me movía en ese medio como pez en el agua. Y mis papas me daban permiso de ir a bailar en las noches. El baile comenzaba en el club La Concordia a las 7 de la noche.

Como VJS realizábamos también caminatas, que siempre concluían con una charla política en el lugar de llegada. Caminábamos desde el Cuartel El Zapote hasta Panchimalco o hasta la Puerta del Diablo. Una vez fuimos a las cataratas de Panchimalco y al regreso al pasar por el pueblo vimos un chalet y entramos a tomarnos unas gaseosas, y entonces vi que había una cinquera y tome unas monedas y puse una canción de rocanrol y todos comenzamos a saltar alegres, y me puse a bailar al ritmo de la música pegajosa.

En la siguiente reunión de la VJS vi aparecer a toda la dirección y con rostros molestos. Me preguntaba que había pasado. Cuando escuché que el primer punto de la agenda se refería a mi persona. Me habían puesto el dedo por la bailada en Panchimalco. Me dieron el siguiente discurso: no es de revolucionarios permitir ser influenciado por la ideología burguesa. Me censuraron y hasta me sancionaron. Ya ni me acuerdo cual fue la sanción. Ya no volví a bailar… hasta unos meses después.

En una siguiente reunión la coordinación de la VJS planteó la necesidad de contar con fondos propios. Había que ser creativos para recaudar fondos. Algunos propusieron hacer rifas. Me preguntaron y propuse que hiciéramos bailes y cobráramos la entrada y vendiéramos gaseosas. Se vieron entre ellos y me preguntaron ¿Dónde? Les propuse en la azotea de la facultad de Economía que quedaba en el edificio Chahín sobre la Rubén Darío, abajo del Parque Cuscatlán. Aceptado. Así que comenzamos a realizar bailes y así conseguimos fondos para nuestras actividades. Y los que antes me habían criticado estaban hoy felices con estos bailes…

El año 63 estoy estudiando en el INFRAMEN y debido a mis actividades en la VJS había descuidado mis estudios, y había dejado dos materias por lo cual ya no me aceptaban, y mi papá estaba enojado, tanto que me prohibió seguir metido en actividades y me matriculó en el Instituto Manuel José Arce para concluir mi bachillerato. Para esa época la Policía puso sus ojos sobre mi persona.

Rumbo a la URSS

A principios del 64 me llaman a reunión, y Mario Aguiñada me informa que había sido seleccionado para ir a estudiar a la Unión Soviética y me pregunta que era lo que quería estudiar. Le digo que medicina. No hay para esa carrera me responde. Entonces le digo: derecho. Y me meto a estudiar derecho.

El grupo que viajamos es pequeño: Liudmila Ortega, que ya no regresó porque allá se casó con un chileno; Aquiles Montoya, economista que falleció el año pasado, Lucio Francisco Gudiel, Gustavo Rubio Umanzor, Miriam Medrano y Alba América Guirola. De El Salvador viajamos hacia México. Y de México hacia Moscú. Nos estaban esperando en el aeropuerto las autoridades de la Universidad Patricio Lumumba, la Universidad de la Amistad de los Pueblos.

Y nos enteramos que por estas latitudes ya habían otros salvadoreños. Ya estaban Américo Araujo estudiando Medicina, Olga Baires (hermana de Lico), Genoveva Martínez, ( que se casó con un tico que estudiaba Medicina), Victoria Cortez, Víctor René Marroquín, que estudiaba un Posgrado en Economía, Reginaldo Hernández ya fallecido, que fue el primer médico psiquiatra graduado en la URSS que regresó al país y puso su clínica.

Estuve en la URSS estudiando del 64 al 69. Todo fue nuevo al llegar. Yo pensaba que las mujeres rusas eran las más bonitas del mundo y habían muchas bonitas. Vivíamos en residencias estudiantiles, de 4 plantas, con apartamentos para tres personas. Me tocó quedar con un martiniqués, hijo del secretario general de los comunistas de ese país, y el otro compañero era ruso, para que pudiéramos aprender a hablar el ruso. Es un idioma difícil pero mi objetivo era estudiar e incluso de ser posible terminar antes del tiempo estipulado.

Había escuchado que en la URSS no había desigualdad, ni hambre, ni miseria y que el pueblo disfrutaba de todo. Y ya estaba en Moscú, en la patria del socialismo. Mis interrogantes iban a ser respondidas con la realidad. Iba a conocer el socialismo, el proletariado ruso Y esto marcó mi vida.

En Moscú funcionaba un grupo del PCS, pero nos manteníamos alejados por compartimentación. Estaba Víctor René Marroquín, Victoria Cortez, una pareja que conocíamos como Tuco y Tico, y un estudiante de medicina Salvador Pérez y Avilés. No nos tomaban mucho en cuenta y solo llegaban ocasionalmente para “dar línea.” Una vez los increpe que allá en El Salvador no observaba diferencias pero que aquí en Moscú notaba la separación.

Y les hice la siguiente reflexión: había leído en El Salvador de las maravillas del socialismo que todos eran iguales, pero aquí yo veo a Khruschov solo en televisión, no anda en la calle con la gente. Y dicen a atacarme… principalmente Marroquín y me acusa de estar opuesto al sistema. Pero también me explica que este es un estado y que los funcionarios por sus actividades necesitaban movilizarse en carros. Es que yo los quería ver literalmente igual que los demás.

En el Grupo de Danza Folklórica de la Universidad Patricio Lumumba

Durante el primer año aprendí a hablar y leer en ruso. Y el siguiente año, al ingresar a la facultad nos invitaron a participar en el Grupo de Danza Folklórica de la Universidad de la Amistad de los Pueblos. No lo pensé dos veces para aceptar. Se me salió el espíritu bailarín…La directora era una balletista de nombre Bárbara Petrovna. Había que concursar, lo hice y me seleccionaron.

Al verme bailar la directora se me acerco y me dijo: si vas a formar parte del grupo vas a tener que corregir tu postura. Yo era delgado, muy delgado y al bailar agachaba el hombro. Me dijo ella: te voy a enseñar. Y me ponía a ensayar y cuando agachaba el hombro, me pegaba con una varita para que lo enderezara. Y así me fui superando hasta que lo logre.

Me acuerdo que una vez hicimos una presentación de bailes folklóricos de América Latina. Los mexicanos presentaron una polca, los colombianos una cumbia y yo presente el suk. Me preguntaron sobre su origen y les explique que su creador era Lito Palaviccini y hasta escuchamos un disco que había traído. En nuestro grupo participaba Miriam Medrano. Nos pusimos a ensayar y luego de nuestra presentación la directora seleccionó al suk para un próximo concierto junto con música rusa.

El concierto duró dos horas y consistió en el suk y bailes de los cosacos. Aprendí estos bailes rusos y nos presentamos en dos teatros. El público se admiraba que extranjeros de otro color bailaran sus bailes típicos. Y en el concierto la primera parte se cerraba con la presentación del suk. La directora había preparado una coreografía que mesclaba el ballet, el suk y hasta un poco de merengue y la gente se paraba a aplaudir y gritaba: Hurra! Hurra! Hurra! Y hasta regresaban a vernos. Les gustaba mucho el suk.

Visitando iglesias en la URSS

Ya te he contado que tuve una formación religiosa y así llegue a la URSS. Y en mi tiempo libre me gustaba visitar las iglesias de Moscú, en su mayoría ortodoxas, con sus cúpulas doradas. Las iglesias estaban casi siempre vacías o con algunos ancianos. Pero una vez acerté a llegar en periodo de la Pascua, ya que ellos siguen el calendario antiguo, el juliano y no el gregoriano. Y me intrigó que regalaban huevos de colores, es parte de la tradición pascual.

Fíjate que en las iglesias no hay bancas porque las misas son de pie, esa vez entre y escuche la misa. Al salir, me colocaron algo en la palma de mi mano, al verlo se trataba de un huevo de colores. Era una ancianita sonriente que en ruso me agradeció que los estuviera acompañando. Seguí en mi búsqueda, visitando iglesias. Una vez entre a un templo luterano, era una festividad y estaba lleno de gente, eran personas de Lituania, Letonia y Estonia.

Me puse a leer sobre la religión en la URSS y descubrí que había un monasterio muy famoso, equivalente se decía al Vaticano en Europa. Averigüe donde quedaba. Estaba ubicado en Zagorsk. Quedaba lejos, pero pudo más mi curiosidad y me fui a conocerlo por bus, solo y sin permiso de salida. Llegue y penetre en sus recintos amurallados, y anduve viendo, explorando el lugar. No hable con nadie…Y vi por primera vez a los sacerdotes llamados popes, con sus vestidos largos, caminando y orando por los pasillos de este monasterio ancestral…quede impresionado, el viaje valió la pena.

Poco a poco fue conociendo a familias rusas. Una vez me sentía mal de salud, con un gran dolor de cuerpo y entonces fui al policlínico y la enfermera me tomo la temperatura y me dijo: siéntate, ya vengo. A los diez o quince minutos apareció una ambulancia, y me dijo: veni te vas ir conmigo porque estás enfermo. Era gripe lo que tenía y no dejaban que regresara a mis habitaciones y a clases por el contagio.

En el hospital donde me llevaron estaban otros enfermos de gripe: una señora, y un obrero municipal del tranvía. Nos hicimos amigos y me invito a su casa, me dio la dirección. Acepte la invitación y al salir del hospital lo visite. Los visite luego muchas veces. El y su esposa eran comunistas. Y tenían una hija adolescente del komsomol.

Y me dejo impresionado cuando empezó a hablarme e la solidaridad del pueblo soviético con los pueblos que luchan por su liberación. Le pregunte sobre sus estudios y me responde que no estaba estudiando. Y al indagar la razón me dice: no voy a estudiar, quiero ser más útil a mi patria en otra cosa. En que pregunto intrigado. Y me responde: quiero ser espía.

Una vez recibí una visita inesperada. Era Mati García, hermana de Esperanza García. Había llegado a la escuela del Komsomol y pidió permiso para verme y se lo concedieron. Como te explique antes lo político y los estudiantes estábamos separados. Me prepare para presentarle una familia rusa. Llego y nos fuimos. En el camino me pregunto sobre las relaciones entre hombre y mujer en la URSS, si había cambios, sobre el trato a las mujeres.

Le eche un discurso sobre la igualdad predominante y los avances realizados en esta nueva sociedad, en la que los hombres respetan a las mujeres. Al salir del metro estaba una pareja rusa discutiendo. Me pregunta ella que pasa. Le respondo no sé. Y Mati se queda observando cuando el hombre le propina una bofetada a la mujer y la obliga a subirse a un bus. Todo el discurso que había construido se me cayó…

Me asombraba la cultura rusa y las diversas oportunidades que los ciudadanos tienen de disfrutarla. Es un pueblo que devora libros, les gusta el deporte, el teatro, la opera. Para sumergirme en la sociedad rusa me hice partidario de un equipo de futbol y asistía a ver los partidos en los estadios. Me hice fanático del Spartak. El guardameta era Lev Yasin.

Una vez, allá por el 67 o 68 llegó Mario Aguiñada a la Escuela de Cuadros del PCUS y me llegó a buscar. Nos vimos fuera de la universidad, clandestinamente. El me preguntó sobre el arte, y la hable de la opera, ballet, teatro, circo, conciertos, orquestas, estadios, había una vida cultural intensa. Al final fuimos a un teatro a ver una obra que me pidió se la tradujera.

Era difícil conseguir boletos para el Teatro Mayakovski. Fuimos a ver una obra titulada Nosotros los Gitanos. Trata sobre la historia de este pueblo, sus sufrimientos, sus orígenes, sus rasgos característicos. Es un pueblo muy antiguo que ha experimentado a lo largo de su historia la opresión de otras naciones. Sus orígenes remotos se encuentran en la India. Y en la obra se retrata como fueron adquiriendo sus conocidas habilidades de la picardía para sobrevivir, de la magia, de tirar el tarot, sus propias vestimentas para timar.

Otra vez llego Rafael Jiménez, “Piluya” y lo lleve entonces a comer a un restaurante. Habían inaugurado unos restaurantes modernos con grandes vidrieras y luces y ahí lo lleve. Estaba llenísimo y entonces como teníamos mesa nos pidieron si podíamos acomodar a otras dos personas. Accedimos. Eran dos rusos: uno de ellos estaba feliz porque era padre por primera vez y de entrada pidió una botella de vodka y cuatro vasos. El pagaba. Piluya ya era avezado en esos menesteres y la alegró la ocasión, en mi caso yo no bebía.

Y los rusos luego que se vaciaban los vasos volvían a llenarlos. Trataba con disimulo de que un pan absorbiera el contenido etílico de mi vaso. Cuando escuche que el ruso dice: tráiganme otra botella. Y de nuevo a llenar los vasos. Le explique que yo no bebía, pero le daba risa. No me creía. Le dije a Piluya tomémonos este ultimo vaso y nos vamos. Así hicimos. Lleve a Piluya a la escuela del Komsomol y regrese a mi habitación. Llegue borracho, pegue una dormida hasta el día siguiente. Fue de las pocas veces que me he puesto borracho.

También aprendí a jugar ajedrez. Al principio me ayudo Reginaldo Hernández, que fue el primer esposo de Miriam Medrano. Luego me fui perfeccionando. Y practiqué también otros deportes como el bádminton, el ping-pong. En realidad fue una parte de mi vida extraordinaria, conocí el socialismo, la URSS estaba robusta, con muchos éxitos, realizando viajes al espacio y pude formarme intelectual y políticamente, estudiar el marxismo-leninismo, fórjame una concepción científica del mundo.

Tuve profesores excelentes. Me gustaba mucho el derecho penal. Y pude conocer las cárceles rusas. Resulta que en el primer año de la carrera de derecho, se realizan prácticas y me correspondió hacerlo en una oficina con el gobierno municipal de la ciudad de Moscú. Esto fue al fin del primer semestre. La primera clase versaba sobre leyes soviéticas y fui asistente de un juez de instrucción. Y los acompañaba cuando tenía turnos. Una vez le correspondió visitar una cárcel para notificar una decisión judicial y me pidió acompañarlo. Todos los presos estaban rapados…llamaron a dos presos, les notificó la sentencia y nos marchamos.

Conocí de otro caso, de un señor que había sido detenido por la Milicia (Policía) de unos 45 años, que había entrado borracho a la estación del metro, y que atravesó la franja amarilla antes que llegara el tren lo cual por razones de seguridad estaba prohibido , y se fue preso. No obedeció la orden de retroceder y fue capturado porque forcejeó con el miliciano.

El juez pidió información de donde trabajaba y vivía y resultó que era una persona con buena conducta; buen trabajador y buen vecino. El juez decidió liberarlo de la cárcel por sus antecedentes pero aplicarle otra pena menor, y te estoy hablando de los años 65 y 66, y a nuestro país esta concepción “novedosa” de sustitución de medidas, llegó como novedad hasta el año 98.

En la URSS me forme intelectualmente, en una cultura de estudio disciplinado, riguroso, analítico, optando por la búsqueda de la verdad desde el conocimiento científico. Y esa ha sido mi conducta desde que regrese a El Salvador como profesional formado en un país socialista.

Mi tesis de graduación

Se esperaba que la tesis de graduación tocara un tema novedoso por lo que escogí el tema siguiente: las doctrinas latinoamericanas sobre los gobiernos de facto. Se trataba de describir y contrastar las doctrinas de Tovar (ecuatoriano) y Wilson (presidente estadounidense). Hacer un resumen de las luchas políticas entre liberales y conservadores en el siglo XIX. Trata sobre el no reconocimiento a los gobiernos de facto, surgidos de golpes de estado, que incluso influyó en el caso del no reconocimiento inicial al General Martínez. Aprobé en mi facultad con la mayor nota. Incluso había entonces un doctor soviético especialista en derecho internacional y sostuvimos un debate.

Defendí mi tesis ante un tribunal nombrado por el estado, de tres especialistas, Y el presidente del tribunal era precisamente el académico con el que previamente había debatido. Mi asesor de tesis que iba a criticármela, era una académica armenia, Dra. Lidia Madyarian, que por cierto fue la primera mujer armenia islámica que se quitó el velo e ingresó al Partido Comunista de la Unión Soviética, al PCUS. En su tiempo esto fue un escándalo porque en la facultad de derecho no se aceptaban mujeres, pero ella se matriculó y logró graduarse. Ella calificó mi tesis como sobresaliente.

Ya tenía entonces ganada la nota de mi facultad y la de mi censora. El tribunal también me calificó con nota sobresaliente, lo que equivalía al Diploma Rojo, lo más alto. Esto fue en junio del 69. Otros salvadoreños que lo recibieron fueron Víctor René Marroquín en Economía y ya en un estudio de Posgrado, Raúl Flores Ayala, El Choco, que se quedo en Suecia, ya no regresó; Roberto Gochez, economista ya fallecido; y Ricardo Bogrand, que falleció en México.

Regreso a la Patria

En octubre del 69 abandone la URSS y emprendí el regreso a El Salvador. Me entregaron un boleto abierto porque decidí pasar a trabajar a Suecia para llevar algún dinero. Me estuve tres meses trabajando en diversos sitios. Uno llegaba y los latinoamericanos lo ubicaban a uno en hostales de estudiantes, baratos, una corona se pagaba. A mi me ayudaron unos bolivianos.

Estando en Estocolmo presencia un suceso singular: la llegada de Boris Spasski y su presentación en un parque llamado El Séptimo Siglo, y su enfrentamiento simultaneo con 20 ajedrecistas suecos, era una rueda y el iba caminando y moviendo piezas en cada uno de los tableros y logró ganarles a todos. Algo sensacional,

Fíjate que salí de la URSS con un pasaporte viejo, ya vencido. Y tenía necesidad de renovarlo y lo peor que me lo robaron en el lugar donde trabajaba, usaban estos pasaportes para traficar gente. Fui al consulado y el cónsul era un sueco que cuando supo que venía de estudiar de la URSS se puso histérico y me gritó que como era posible que a un súbdito del rey salvadoreño le permitieran estas libertades. Indignado le replique que en El Salvador no había rey porque era una república. Y no me dio el pasaporte.

Pero averigüe que en Italia había embajada y le escribí una carta al embajador explicándole mi situación. Le saque fotocopia a mi cédula y se la envié. Y para mi sorpresa en un servicio llamado Poste Restante que podías adquirir en el correo, a los diez días recibí un sobre que al abrirlo se trataba de un pasaporte salvadoreño y lo saludos del embajador. Fue un momento de gran alegría. Y arme viaje y me vine a este mi pequeño pero querido país, y lo sigo queriendo… regrese al país por suerte sin problemas para ingresar.

Primero fui emocionado a visitar a mi familia. Y después tome contacto con el Partido. Una de mis primeras sorpresas era que se contaba con un local abierto, el local del PR, que quedaba frente a donde está hoy el Cine Magestic. Entable una relación muy estrecha con Schafik. Le conté mi experiencia en la URSS. Regrese enamorado del socialismo. Lo compartí lo que había visto, vivido, y es por esto por lo que hay que luchar en El Salvador, le decía.

Me convertí en activista del Partido Revolucionario, el PR. Como traía dinero de lo trabajado en Suecia pude subsistir por algún tiempo. Luego Schafik me envió a trabajar a Usulután. Eran elecciones municipales y Farid, el hermano de Schafik iba de candidato para Alcalde por el PR. Y logramos ganar las elecciones pero como era costumbre en ese entonces vino el fraude y la represión y nos arrebataron el triunfo.

Pude conocer a Raúl Castellanos Figueroa y a Roberto Castellanos Calvo, ambos dirigentes comunistas. Luego me enviaron a realizar trabajo partidario en Sonsonate, a organizar el PR, ya a principios de 1970 y conocí a Roberto Manchan, líder comunista local. Una vez me acuerdo que Schafik llegó para realizar un mitin en el parque central pero al ingresar al parque, lo capturaron, creo junto con Roberto Marchand. Y se los llevaron presos, y a los días los soltaron. Lograron con su captura, impedir que el mitin se realizara.

Después que Schafik salió de la cárcel, nos reunimos y analizamos: tenemos que regresar a Sonsonate, porque si no regresamos, todo lo que hemos logrado lo vamos a perder, y la gente va pensar que tenemos miedo, y hay que educarlos en la lucha, en no desfallecer, en no rendirse…

Decidimos unas semanas después volver a convocar al parque central y esta vez sí realizamos el mitin. Habló Schafik. Serví de moderador y estuve arengando y esto me creo un problema de seguridad. La policía llego al parque y lo rodearon y volvieron a amenazar con capturar a Schafik. Los denuncie desde la tribuna. Y señale al jefe y lo responsabilice de lo que pudiera pasarle a Schafik. Los enfrente abiertamente.

Y cuando se iba Schafik después de haber hablado, hicimos una valla para protegerlo y entonces él me llamó y me dijo: ya no te podes quedar aquí, te tenés que venir conmigo… Vimos que los policías comenzaron a moverse. Decidieron esperar a Schafik a la salida del pueblo para ahí capturarlo. Y para evadir la policía decidimos tomar por el desvío a Los Naranjos. Se quedaron esperándonos.

Al regresar a San Salvador me fui para donde mi familia a la que había descuidado, y también empecé a buscar trabajo. Me acuerdo que apareció un anuncio en la Prensa Gráfica de una oficina regional de las Naciones Unidas, era una oferta de trabajo para un profesor en derecho internacional y que hablara una de los idiomas oficiales y de trabajo de la ONU. Aplicaba, hablaba ruso y español. Fui y me entrevistaron y me dijeron que era un buen prospecto, lo único que el trabajo era en la ciudad de Nueva York. Esto me hizo desistir, recién llegaba y no quería irme de nuevo. Decide quedarme en mi país y con mi familia.

Después me fui a entrevistar para vender la revista Reader Digest. ¿Habla inglés? Si y también ruso. ¿Ruso? Lo sentimos, usted tiene un nivel más alto que el que necesitamos. Y el que me entrevisto me dijo: mire aquí hay una ciudadana rusa con la que podía intentar buscar trabajo. Pero me dio temor. En Suecia tuve una vez una experiencia negativa con rusos blancos. Estaba en Estocolmo en una biblioteca y decidí ir a leer periódicos soviéticos, a leer el Pravda. Y se me acerco alguien europeo que me hablo en inglés y cuando le dije que había estudiado en Moscú casi le da un ataque…era un ruso reaccionario.

Finalmente me entere de un concurso por oposición en la U para plazas de profesor de filosofía y concurse. Y gane la plaza. Me convertí a principios de los años setenta en profesor de la UES.

Lecciones de El Salvador para las FARC

EL SALVADOR.- Lecciones de El Salvador para las FARC
www.elsoca.org

Por James Petras

Método de evaluación del Acuerdo de Paz

En referencia al análisis del Acuerdo de Paz es importante comenzar enfocándonos en la evolución del FMLN -los cambios políticos, organizativos e ideológicos que condujeron a las negociaciones, al pacto con el régimen de derecha y los resultados políticos y socioeconómicos.

La segunda parte del ensayo establece los parecidos y las diferencias entre los resultados políticos y socioeconómicos y las políticas posteriores al pacto, y el efecto que estas tuvieron en el pueblo. Esto nos permitirá ver quién se benefició y quién se perjudicó; qué clases socioeconómicas y estructuras políticas emergieron; qué políticas extranjeras fueron delineadas.

La tercera sección del ensayo se enfoca en extraer las lecciones que podamos aprender de la experiencia de El Salvador, que sean aplicables a las actuales negociaciones de paz entre las FARC y el régimen de (el presidente, Juan Manuel) Santos en Colombia.

El FMLN: De la revolución socialista al electoralismo capitalista

En 1980, cuatro grupos guerrilleros principales se unieron para formar el Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN). El componente fundamental, el FPL, postulaba la guerra prolongada, la unión de la guerrilla y de los movimientos de masa en la lucha revolucionaria y antiimperialista. Los aliados menores, encabezados por el Partido Comunista postulaban las dos etapas, “de la revolución democrática a la revolución social”.

Poco más de dos años después, los tres componentes minoritarios, el ERP, el Partido Comunista y el RN, transformaron la política del FMLN, eliminando la lucha por el socialismo basado en los obreros y en los campesinos a favor de la “revolución democrática”, que incluía a la “burguesía progresista moderna”. A medida que la lucha continuaba, los reacomodamientos internos del FMLN se inclinaron a favor de un giro al “centro”. Los líderes del FMLN pusieron el énfasis en la incorporación política al sistema electoral, la legalización del FMLN, la apertura de negociaciones sin ningún acuerdo previo y una disposición a trabajar dentro del marco electoral capitalista. Cuando comenzaron las negociaciones el FMLN abandonó las demandas de desmantelar las fuerzas armadas, de expropiar las principales empresas mineras, comerciales, banqueras y financieras. Aceptaron la formación de la “comisión de la verdad” que “examinaría” los crímenes de guerra -la matanza masiva de más de 75 mil civiles.

En 1992, cuando se firmó el acuerdo de paz, los ex guerrilleros, el régimen de El Salvador y el gobierno de EE.UU. lo calificaron de “un momento de inflexión histórico que iniciaba una nueva era de paz y prosperidad para el país y el pueblo”. La mayoría de los académicos y periodistas de izquierda se unieron al coro de elogios al “pragmatismo” y la “flexibilidad” de los líderes del FMLN. Los social demócratas europeos, especialmente el régimen socialista español, ofrecieron cursos de entrenamiento a los ex guerrilleros, para capacitarlos en asuntos municipales y gubernamentales.

Evaluación de las políticas del FMLN en la oposición y en el gobierno

Los líderes del FMLN se beneficiaron de manera directa con la transición de la lucha armada y la movilización de masas a la política electoralista: muchos fueron elegidos en puestos públicos, lo que les garantizó un estándar de vida de clase media. Como congresistas, asesores políticos, asistentes y alcaldes, la élite del FMLN recibió salarios sustanciales, adquirieron viviendas en barrios de clase media y nuevos automóviles y contrataron guardias privados para su protección.

La mayoría de los políticos del FMLN retuvieron una ideología social demócrata y una retórica radical en el discurso. Algunos, como el ex dirigente del ERP, Joaquín Villalobos, se alió con la derecha, denunció a los movimientos populares, recibió una beca de Oxford y se convirtió en un asesor de los escuadrones de la muerte en Colombia, Filipinas, Irlanda del Norte y otros países.

El FMLN prácticamente abandonó los movimientos de masa urbanos y rurales convirtiéndose en un partido electoral más. Durante las revueltas populares entre 1980 y 1990, los campesinos consiguieron una reforma agraria, los empleados públicos un incremento salarial, y las organizaciones populares proliferaron mientras que el gobierno y EE.UU. trataban de recortar el apoyo popular a la insurgencia. Una vez que los líderes del FMLN entraron al parlamento y priorizaron la política electoral, disminuyó la presión sobre la clase dominante, decreció la lucha popular y terminó la reforma agraria. Los gremios recibieron muy poco apoyo de los políticos del FMLN. El FMLN liderado por Shafik Handal buscó una alianza con la “burguesía moderna” para “aislar” a la oligarquía terrateniente “tradicional”, estabilizar la democracia y garantizarse una postura en el Congreso como “oposición leal”. En 2009, el FMLN ganó la presidencia con un candidato neoliberal, el demócrata cristiano Mauricio Funes, y obtuvo una mayoría del Congreso.

La sociedad salvadoreña después del acuerdo de paz

El FMLN firmó el llamado acuerdo de paz sin ningún diálogo democrático previo con los militantes, sin ninguna consultación con los movimientos sociales de base; declararon obsoletas las principales reformas estructurales por las que miles de militantes habían luchado y entregado su vida. En cambio, “consultaron” con sus propios intereses para conseguir una carrera legislativa. Dictaron los acuerdos a sus cuadros intermedios, expulsaron a los críticos y manipularon a las masas para que den su apoyo ofreciéndoles promesas falsas de “continuar con la lucha”. No cumplieron con las promesas de trabajo y redistribución de ingresos y tierras; nunca se materializó la promesa de “reformar” las fuerzas armadas ni entablar procesos judiciales en contra de los oficiales involucrados en violaciones masivas de derechos humanos.

De 1992 a 2013, El Salvador continúa siendo el segundo país en la lista de los más desiguales de América Latina. El desempleo, en especial de la gente joven, continúa superando el 50%. Más del 60% de la “población trabajadora” no tiene un empleo formal. Trabajan sin jubilación, seguro médico, vacaciones ni seguro social, mayoritariamente en el sector de servicios con los salarios más bajos, ya sea como vendedores ambulantes o empleadas domésticas. Más de 2,5 millones de salvadoreños se vieron forzados a dejar el país por falta de oportunidades. Los jóvenes guerrilleros fueron abandonados por sus líderes. Algunos recibieron terrenos pero sin capacitación, crédito, servicios, fracasaron y se convirtieron en pandilleros urbanos o rurales. Más de 25 mil jóvenes pertenecen a pandillas que trafican con drogas. El Salvador detenta el segundo porcentaje más alto de homicidios violentos en el continente americano. De hecho, son más los salvadoreños asesinados después del “Acuerdo de paz” (1992-2012) que los muertos durante la guerra civil (1980-1991). Desde marzo de 2012, cuando las dos pandillas principales firmaron una tregua han disminuido drásticamente los asesinatos.

El Acuerdo de paz estableció la formación de una “Comisión de la Verdad” para investigar los crímenes de guerra y las violaciones de derechos humanos. En lugar de cumplir con ese objetivo, se decretó una amnistía para los Generales y la élite militar. La Comisión carecía de apoyo financiero y político y ningún criminal de guerra, ni siquiera aquellos que cometieron los crímenes más violentos fueron enjuiciados ni mucho menos encarcelados.

Los principales beneficiarios del Acuerdo de paz fueron los “burgueses modernos” la élite bancaria, comercial, de la agroindustria, de las maquiladoras quienes hicieron grandes ganancias, pagaron muy pocos impuestos, recibieron subsidios estatales y explotaron la mano de obra barata de las maquiladoras. Las compañías de seguridad privada prosperaron como la clase de nuevos ricos -incluyendo la élite de “nuevos ricos” del FMLN que contrató un ejército de guardias privados armados con rifles automáticas y ametralladoras para proteger sus casas, negocios, clubes privados y balnearios de vacaciones.

El Salvador, antes y después del triunfo electoral del FMLN, puede ser caracterizado como un paraíso neoliberal: acuerdos de libre comercio, salarios bajos, trabajadores no sindicalizados, mano de obra barata de las maquiladoras, en síntesis, las zonas de libre comercio son la pieza fundamental de la política económica del FMLN.

La llamada “Revolución democrática” fue despojada de todo contenido socioeconómico. La distancia social entre los líderes del FMLN y sus contratistas de negocios aliados por un lado, y las masas por el otro, es abismal. Los líderes del FMLN habitan viviendas modernas, protegidas por muros de tres metros cubiertos con vidrio roto y alambre de púa, con calles pavimentadas y jardines con flores. La mayoría de los salvadoreños pobres vive en sitios hacinados, con calles sin asfaltar, controlados por pandillas armadas que trafican droga y policías corruptos.

El régimen del FMLN ha respaldado los acuerdos de libre comercio de EE.UU. y la Unión Europea en América Central al igual que las bases militares de EE.UU. Sus políticas de libre mercado perjudican a los pequeños y medianos productores. Sus vínculos militares con el Pentágono fortalecen la postura militar de EE.UU. contra Venezuela y Ecuador.

Consecuencias políticas del Acuerdo de paz

Durante la guerra civil, la lucha de clases incrementó la conciencia de clase, fortaleció la organización independiente de clase y forzó a la clase dominante y sus “mentores” estadounidenses a que hicieran concesiones, incluyendo una reforma agraria para los campesinos y un aumento salarial para los obreros. Posteriormente al pacto de paz, las organizaciones de base experimentaron una reducción de tamaño y actividad; los líderes fueron cooptados por la élite del FMLN. El control político centralizado de los movimientos sociales asegura el conformismo frente a las políticas neoliberales. El FMLN trata de legitimar el orden socioeconómico neoliberal escudándose en su “heroico y glorioso pasado guerrillero”. Los políticos corruptos del FMLN evocan su rol del pasado como “comandantes guerrilleros” para encubrir sus conexiones corruptas del presente con la élite económica. Cada vez que un sindicato va a la huelga por mejoras salariales o laborales, como los trabajadores municipales, de la salud y o de la educación, los líderes del FMLN los acusan de tener motivaciones “políticas” o de “ayudar” al enemigo. El FMLN se convirtió en un aparato burocrático manejado por facciones de las élites que pelean por posiciones de poder y privilegio dentro de la burocracia estatal neoliberal.

Frente al abyecto fracaso del FMLN y su gestión de gobierno para responder a las necesidades más básicas de los pobres de las ciudades y del campo, cientos de ONGs financiadas por los gobiernos de EE.UU. y Europa, en las que trabajan profesionales de clase media, establecieron proyectos de autoayuda, que enriquecieron a los líderes de las ONGs, perjudicaron a los movimientos sociales locales y no fueron eficaces para reducir la pobreza.

Sin paz, seguridad ni justicia social, y ante el debilitamiento de los movimientos sociales, ¿podemos sorprendernos de que anualmente decenas de miles de salvadoreños huyan de su país? Hay más de 2,5 millones de salvadoreños en el exterior, más del 90% de los cuales vive en EE.UU.

Conclusión: Causas del fracaso del Acuerdo de paz

Haciendo un análisis objetivo, queda claro que el acuerdo de paz firmado por el FMLN ha fracasado en el cumplimiento de las mínimas demandas políticas y socioeconómicas de sus bases. A pesar de los grandes sacrificios y los incontables ejemplos de heroísmo personal, las masas populares de El Salvador fueron despojadas de todo logro positivo. Los poderosos movimientos fueron desmantelados por decreto de los comandantes guerrilleros. Los principales líderes que dictaron dichas políticas lo hicieron ya sea porque eran colaboradores de las fuerzas militares de EE.UU. (Villalobos) o aliados de la llamada burguesía “progresista”.

Se pueden extraer varias lecciones:

1) El pasado combatiente no es una garantía de compromiso socioeconómico progresista después de la negociación de un acuerdo.

2) Un acuerdo de paz dictado por una élite suele implicar un sacrificio de los intereses socioeconómicos como garantía de ganar una imagen de “respetabilidad” política.

3) Aliados extranjeros “radicales”, como Cuba, tienen sus propios intereses políticos para asegurar la estabilidad regional y la paz, y tal vez dichos intereses no coinciden con las necesidades socioeconómicas de un movimiento revolucionario de masas.

4) Los acuerdos de paz deben incluir de manera directa a los representantes de los movimientos populares de masas e incorporar sus demandas.

5) Los acuerdos de paz que desarman a los insurgentes y mantienen a las fuerzas armadas, que son el sostén de la élite económica y de su control sobre los sectores estratégicos de la economía, dan como resultado una continuidad de las políticas neoliberales y de las bases militares de EE.UU. y producen la integración de los ex líderes guerrilleros en un sistema político corrupto y reaccionario.

6) Un pacto de paz que no genere inversiones públicas masivas en el sector laboral, obras públicas, reforma agraria y otras actividades productivas dará como resultado el desempleo de los ex guerrilleros jóvenes que se incorporarán a pandillas de tráfico de droga y otros delitos.

7) Los ex líderes guerrilleros promoverán sus carreras electorales y trabajarán dentro del sistema adoptando políticas neoliberales -como lo han demostrado numerosos casos. En Colombia, por ejemplo, Antonio Navarro Wolff, ex integrante del M-19 se convirtió en un aliado del entonces Presidente Álvaro Uribe y su régimen de escuadrones de la muerte cuando fue gobernador de Nariño. Teodoro Petkoff, ex guerrillero venezolano, devino en uno de los ideólogos del programa de austeridad del FMI durante el gobierno de Caldera. Joaquín Villalobos, el ex guerrillero salvadoreño del ERP, se convirtió en asesor de la CIA y de varios regímenes criminales que le pagaron cuantiosas sumas por su asesoramiento.

Los movimientos populares deben establecer sus propias prioridades socioeconómicas y estar presentes en cualquier proceso de paz.

La vasta mayoría de los obreros, campesinos y estudiantes quieren una paz que vaya acompañada de cambios en el sistema socioeconómico. Esto incluye expropiación de tierras irrigadas y fértiles; el fin de la represión sindical y el establecimiento de nuevas leyes laborales que protejan los sindicatos; la duplicación del salario y la formación de comités de trabajadores que supervisen a la administración.

Para que sea posible implementar un programa público a gran escala generador de empleo, se requiere un sistema impositivo progresivo, que use los impuestos a los ricos para financiar infraestructura y empresas productivas. Las agencias del medioambiente constituidas por ecologistas, indígenas y líderes campesinos deben tener el poder necesario para regular las actividades mineras y garantizar que exista una distribución equitativa de los ingresos impositivos y los pagos de royalty.

Por encima de todo, para que un acuerdo de paz funcione debe existir un estado democrático, en el que: se desmantelen las Fuerzas Especiales, los programas de contrainsurgencia, las bases militares y las misiones de asesoramiento extranjeras. El abyecto fracaso del FMLN para cambiar la sociedad de El Salvador y mejorar las condiciones de vida de las masas estuvo directamente relacionado con su inserción en el estado capitalista y su subordinación a la economía neoliberal.

La “teoría de las etapas” del gurú del FMLN, Shafik Handel sostenía que la “modernización capitalista y la democracia” en alianza con la burguesía moderna era el “objetivo inmediato” mientras que el socialismo era para el “futuro distante”. Esta “teoría de las etapas” dejaba de lado el hecho de que la “burguesía moderna” estaba estructuralmente atada a las élites de los terratenientes tradicionales, la banca y el imperio, y no estaba, de ninguna manera comprometida con una supuesta “revolución democrática”. El FMLN, descartó el socialismo, nunca logró concretar una revolución democrática y finalizó presidiendo un país empobrecido y desgarrado por delitos sangrientos en el que la élite política era socia de los mismos clubes sociales que su antiguo enemigo de clase.

Es necesario que las FARC estudien atentamente las lecciones negativas del pasado, de los desastrosos acuerdos de paz de América Central, del MR-19 que se rindió a un estado de narcos, para de esa manera proponer un acuerdo de paz en consulta con la mayoría del pueblo y en beneficio de ella, y no uno que simplemente les garantice puestos en el Congreso.

Carta de las FPL a los Cristianos Progresistas

¡EL PUEBLO ARMADO VENCERÁ!

EL COMANDO CENTRAL DE LASFUERZAS POPULARES DE LIBERACIÓN FPL FARABUNDO MARTI”.
El Salvador. Febrero 1975.

CARTA DE LAS FUERZAS POPULARES DE LIBERACIÓN–FPL- FARABUNDO MARTI A LOS CRISTIANOS PROGRESISTAS.

Las fuerzas populares de Liberación–FPL- Farabundo Martí consideran que el
incremento de la Guerra Prolongada del pueblo y, por consiguiente, la creciente
incidencia de la lucha armada revolucionaria en la vida política nacional, así como el creciente desarrollo de las luchas combativas de las masas por las necesidades vitales urgentes, pueden crear en algunos sectores progresistas del país, entre ellas en el sector progresista del clero, algunas reservas, interrogantes y preocupaciones sobre el quehacer militar y político de nuestra Organización que conlleva la creciente incorporación de sectores avanzados del pueblo a las distintos aspectos de la guerra revolucionaria.

Consideramos que nuestra Organización está en la obligación de realizar esfuerzos por despejar en el ánimo de las personas progresistas y avanzadas las reservas que surjan, a fin de que tales dudas y reservas puedan ser disipadas en la medida de lo posible, para que no se vayan convirtiendo en obstáculos adicionales en el desarrollo de las luchas revolucionarias
del pueblo.

Tal es la razón de esta carta.

Partimos del hecho histórico, clave y transcendental, de que el pueblo ira iniciando la guerra revolucionaria para su liberación contra las clases explotadoras que le oprimen; que este es un proceso irreversible que irá fortaleciéndose progresivamente a medida que la gradual incorporación de crecientes sectores avanzados y que indefectiblemente ha de conducir al pueblo salvadoreño y centroamericano al triunfo definitivo de la revolución popular. Sabemos también que es inevitable que, a medida que este proceso se va profundizando y avanza, se van polarizando las fuerzas de la so ciedad y se va configurando cada vez más nítidamente el cuadro de fuerzas: por un lado, las clases reaccionarias y todas las fuerzas contrarrevolucionarias que las apoyan,y, por otro lado, las clases revolucionarias y todos los sectores y personas que apoyan sinceramente transformaciones revolucionarias populares.

En este proceso, sectores o personas que en un momento determinado ocuparon
posiciones con ciertos tintes progresistas, pero que no alcanzan a comprender en su
plenitud el proceso de desarrollo revolucionario de la lucha de clases, pueden ir
derivando paulatinamente hacia el campo de las posiciones reaccionarias y
contrarrevolucionarias. La historia de las luchas de los pueblos ha mostrado que
quienes sincera y correctamente están por las aspiraciones revolucionarias del pueblo estarán al lado de éste en su lucha revolucionaria, y que, en cambio, quienes no tengan consecuencia con ese ideal se irán se irán colocando contra la lucha revolucionaria popular.

Tenemos la firme confianza de que los sectores avanzados del clero, que en forma
admirable, venciendo tantos obstáculos, defienden los principios de justicia e igualdad, y luchan contra los aspectos más agudos de la explotación de los poderosos contra los pobres, sabrán colocarse en todo momento junto a las clases trabajadoras en su lucha por terminar la explotación del hombre por el hombre y por crear una sociedad justa, de libertad y progreso para las inmensas mayorías hoy oprimidas.

Al enviar esta carta, las FPL desean explicar su pensamiento revolucionario, sin que eso signifique que nuestra Organización considere tener el monopolio de la verdad. Nos esforzamos por interpretar de manera científica la realidad con los elementos que proporciona el marxismo-leninismo como guía de interpretación y de acción, y estamos conscientes que debemos ser cada vez más acuciosos y estrictos en el conocimiento y aplicación de los métodos científicos del análisis social para evitar errores en las esferas del pensamiento y de la acción. Debido a ello recibiremos con ánimo abierto y modestia revolucionaria todo señalamiento sincero que nos ayude en la interpretación de la realidad de nuestra sociedad y de las proyecciones revolucionarias de la lucha de clases de nuestro pueblo.

1. Nuestra actitud ante la religión.

Nuestro trabajo revolucionario va dirigido contra los enemigos del pueblo y no va
encaminado a menoscabar la religión, ni el trabajo de masas religioso. La experiencia en este terreno indica que el quehacer religioso y la actividad revolucionaria pueden combinarse fecundamente en aras de los intereses del pueblo.

Las FPL aceptan en sus filas a todo revolucionario honesto que adopte
conscientemente su estrategia, su línea táctica y política, y sus lineamientos orgánicos y disciplinarios, y para ello, sus creencias y prácticas religiosas no constituyen un obstáculo.

Partimos del hecho de que ser cristiano no se opone al deber de luchar por la justa
causa del pueblo, por su liberación de la explotación y de la miseria. Consideramos
como una ofensa para un trabajador cristiano–hombre o mujer- suponer lo contrario.

Es más, consideramos absolutamente necesario–como una condición estratégica- la
incorporación de las grandes masas campesinas y obreras–que son fundamentalmente cristianas- a la revolución. Sin ello, el triunfo de la revolución no podría alcanzarse, y esto, no solo en nuestro país, sino a nivel continental como lo
reconoció el heroico comandante Che Guevara al decir que cuando los cristianos se
incorporen a la revolución ésta será invencible.

La FPL llevan a cabo este pensamiento en forma práctica: donde quiera que haya un
militante católico, que desee dar un salto en su práctica revolucionaria y que llene los requisitos exigidos por nuestra organización, no tenemos por qué rechazarlo, por qué cerrarle las puertas e impedirle que realice su aspiración de servir a la causa revolucionaria de su pueblo.

Al promoverlos a una más elevada calidad de su quehacer político como miembros
responsables de un pueblo que marcha hacia su liberación, procuramos al mism
o tiempo que no se menoscabe su actividad religiosa. Por otra parte, si bien nuestra
misión no es menoscabar sus creencias religiosas, es necesario decir que todo
revolucionario, a medida que va elevándose a un enfoque científico de la realidad
objetiva, va llenando sus lagunas, debilidades, deficiencias y errores en la esfera del conocimiento con una base científica que eleva integralmente su conciencia y acción en aras del interés colectivo.

El trabajo de la organización en crecientes sectores del campo es un trabajo
estratégico, encaminado a ganar activamente para la revolución a un sector
fundamental sin el cual ésta no podría triunfar. Es una tarea estratégica encaminada a forjar en la acción la alianza obrero-campesina, base de las fuerzas motoras de la revolución, y esta tarea la tratamos de realizar tanto en zonas o lugares donde haya algún tipo de organización, como donde no la haya; en zonas donde haya sacerdotes conservadores o sacerdotes progresistas; o donde no haya sacerdotes, etc.; y no solo en el campo, sino también en la ciudad; en fábricas, colonias, centros de enseñanza,etc.

Es posible que nuestra incidencia orgánica en algunos sectores del campo, dé la
impresión de que estamos ‘aprovechándonos’ el trabajo de otras personas. Tal idea la
consideramos incorrecta e inconsecuente con las necesidades de desarrollo
revolucionario de las masas. ¿Acaso el trabajo revolucionario de las masas es
aprovechado por alguien y no por el mismo pueblo que a través de esa actividad
marcha hacia su revolución?

Si tal idea surge, creemos que estaría basada en el deseo de mantener una influencia
exclusivista sobre un sector de masas a costa de impedirles a estos su promoción a un escalón de las luchas populares. Sería una concepción conservadora que perjudicaría la incorporación de sectores del pueblo a las tareas de la revolución.

Y denotaría en cierto modo una actitud de egoísmo político (no poner ‘su’ trabajo en dirección al avance revolucionario del pueblo) y de irrespeto al imperativo de conciencia de los cristianos. Entendemos que dentro de la estructura de la iglesia, un postulado por cuya aplicación luchan los sectores progresistas es por respetar la conciencia de una persona, y aplicado en ese caso, se vuelve un imperativo respetar la decisión de los que cristianos que a conciencia adopten, el camino revolucionario, el camino de la lucha armada, para contribuir a la liberación de sus hermanos trabajadores.

Podría suceder que algunos sacerdotes progresistas a estas altura todavía no vean conclaridad que va en marcha el proceso de la lucha armada revolucionaria, que éste es ya un proceso y que este es ya un proceso irreversible, y que a medida que se profundice,también el enemigo responde con sus acciones de creciente intensidad y crueldad, lo cual es una dinámica inevitable de la lucha cuando los pueblos han tomado la decisión de liberarse con las armas en la mano-

El desconocimiento de esta realidad, de la incidencia creciente de la lucha armada
revolucionaria en la vida del país conduce a la oposición a que las otras formas de
lucha popular se condicionen a la fundamental, y en algunos casos, no solo se rehúye
fortalecer las bases de la revolución sino que se adoptan posiciones conservadoras, y hasta reaccionarias y claudicantes, ante el poder de los ricos y ante los propios
explotadores. Algunos pasajes de la reciente declaración de la curia diocesana de SanVicente son una prueba de esto (numerales, 2º,3º4ºy 5º de sus considerandos).

2. El clero progresista en el proceso revolucionario.

Con el respeto que nos merecen los esfuerzos constantes que los sacerdotes
avanzados realizan por colocar a la iglesia en posiciones acordes a los intereses
sociales de las grandes mayorías oprimidas y desposeídas y por lograr el progreso
social del pueblo trabajador, hemos de decir que como Organización revolucionaria
admiramos esos esfuerzos y valoramos la entereza mostrada ante los riesgos
y amenazas que frente a los explotadores conlleva. Nos demos cuenta de las repetidas
amenazas represivas del régimen. Y creemos que el sector avanzado del clero está en
capacidad de ayudar en buena medida al avance de la combatividad de las masas y al
avance del proceso revolucionario.

Y es que tal convicción surge no solo de su aporte a la lucha popular en nuestro país y Centroamérica, sino de la valiosa contribución de sectores avanzados del clero en el avance de la revolución latinoamericana. Hemos visto con admiración la valiente actitud que en diversos países han tenido muchos sacerdotes y cristianos frente a tiranías reales tales como la del Brasil, en donde las torturas y asesinatos del régimen no se han detenido ni ante el crucifijo de un religioso.

Hemos sido testigos del compromiso de heroicos sacerdotes que han subido a la montaña y han tomado el fusil para luchar a la par de los obreros y campesinos del pueblo.

Sin embargo, creemos que para cumplir a cabalidad un creciente rol en el proceso de
desarrollo revolucionario es necesario vencer las dificultades que emanan no solo del medio concreto tradicionalmente conservador, sino incluso, los que plantean los
prejuicios y costumbres que han tenido su origen en la propia extracción de clase
(generalmente de sectores del campesinado con alguna comodidad o sectores de la
pequeña burguesía urbana) defectos que han de ser contrarrestados para alcanzar un
enfoque de acuerdo con los legítimos intereses del proletariado y del campesinado
pobre.

Por otra parte, entendemos que la contradicción fundamental de clase en el seno de la iglesia se expresa entre el sector avanzado del clero y la parte conservadora de la jerarquía. Entendemos que la jerarquía misma no es monolítica en la expresión del
conservadurismo y que en el seno de la iglesia se van abriendo paso corrientes
favorables a los intereses del pueblo. Esto se refleja no solo a nivel nacional sino
también en los concilios y conferencias eclesiásticas latinoamericanas y mundiales en donde hay fuerzas que pugnan por posiciones progresistas y renovadoras. Sin
embargo, consideramos que la lucha del sector avanzado es dura, difícil y esforzada y que requiere gran valentía moral y gran convicción de principios para sostenerla ya que los sectores conservadores tratan de hacer retroceder a los sectores progresistas de sus posiciones de avanzada.

En este sentido creemos que la aspiración irreal de que toda la jerarquía apoye los
pasos del sector avanzado puede conducir a compromisos mal entendidos que hagan
ceder al sector progresista en posiciones de avanzada y ponerse a la cola de posiciones conservadoras, retrocediendo en niveles ya alcanzados de comprensión de las necesidades del pueblo y de su proceso revolucionario.

Para concluir con la exposición de sus puntos de vista, las FPL desean recalcar su
respeto por el sector de sacerdotes de ideas y prácticas avanzadas, esperando que en
bien de la causa del pueblo, sus esfuerzos den cada día mayores frutos para la
revolución.
¡REVOLUCIÓN O MUERTE!

O Brasil não se aborrece

Metal Diário, São Paulo, 04/07/13.- Os franceses compreenderam, há 45 anos, que fatos aparentemente irrelevantes podem estar na origem de acontecimentos de grandes proporções históricas. Um episódio menor, em Nanterre, foi o estopim de uma das maiores explosões sociais e políticas da segunda metade do século passado – Maio 68. Claro está que não se trata de explicar a amplitude daquela “explosão” pelo “detonador”, ainda que a ligação entre ambos fenômenos seja evidente.

Em São Paulo, há pouco mais de duas semanas, o aumento de 20 centavos da passagem dos ônibus, foi o ponto de partida de uma onda de protestos que se alastrou com rapidez por centenas de cidades brasileiras, no que talvez seja a mais importante mobilização social que o país assistiu desde o fim ditadura militar.

O que, no início, aparecia como uma demanda particular, transformou-se rapidamente em um movimento onde convivem inúmeras – e não raro contraditórias – reivindicações.

Tudo indica que, a despeito da grande transformação econômica e social pela qual o Brasil passou nos dez últimos anos, como conseqüência das reformas implementadas pelos Governos Lula e Dilma Rousseff, o país estava “entediado”, como Pierre Viansson-Ponté acreditava ser o caso da França às vésperas de Maio-68.

O “tédio” brasileiro pode parecer paradoxal. Afinal, o país retomou o crescimento na última década, depois de mais de 20 anos de estancamento. Conseguiu combinar esse crescimento com a retirada da pobreza de mais de 40 milhões de homens e mulheres, sem sacrificar o equilíbrio macroeconômico. Vive-se hoje no Brasil uma situação de virtual pleno emprego, com significativo aumento da renda dos trabalhadores. A vulnerabilidade externa da economia foi enfrentada. De país devedor, o Brasil passou a credor internacional. Mesmo os problemas conjunturais com os quais a economia brasileira está hoje confrontada não abalam as perspectivas de seu desenvolvimento futuro. Pela primeira vez na história, um Governo enfrentou o principal problema de nossa formação social – a desigualdade. Toda essa mudança foi feita – o que não é pouco – com o aprofundamento das liberdades democráticas. A Presidenta Rousseff saudou a “voz das ruas”, condenou os excessos policiais e convocou à Brasília os principais porta-vozes dos movimentos para um debate franco. Não estamos, portanto, diante de movimento contra o autoritarismo.

Mas não há como negar a existência de um mal-estar na sociedade brasileira, que atinge a todas instituições em seus diferentes níveis. Esse sentimento resulta de duas ordens de problemas.

Primeiro, as difíceis condições de vida de milhões de brasileiros, que persistem a despeito dos grandes avanços dos dez últimos anos, sentidas, inclusive, pelos milhões que ascenderam econômica e socialmente. A democratização da educação não foi acompanhada em todo o país com correspondente qualidade. Nos serviços de saúde, convivem setores de excelência com áreas extremamente deficientes. A acelerada urbanização deste país de quase 200 milhões de habitantes pôs em evidência a precariedade do transporte em nossas cidades, onde um trabalhador perde horas de seu dia entre a casa e o trabalho.

A menção a esses três temas, evocados com freqüência nos cartazes das manifestações, é relevante. Aponta para problemas que afetam o cotidiano de milhões de brasileiros.

A segunda razão do mal-estar brasileiro está ligada à esfera política. As mudanças econômicas e sociais dos últimos anos não foram acompanhadas de transformações institucionais necessárias – nos poderes do Estado, nos partidos, mas também nos meios de comunicação, fortemente monopolizados no Brasil.

Os manifestantes clamam por serviços públicos decentes, se insurgem contra a burocracia e a corrupção. Mesmo no “país do futebol”, os gastos na preparação da Copa do Mundo e da Copa das Confederações foram alvo de manifestações. Critica-se sua pouca transparência.

Nos dois pronunciamentos que fez à nação, a Presidenta da República retomou a iniciativa política. Enfatizou a exigência de uma ampla reforma política, além de aprofundamento das atuais políticas públicas. Tal como em outras partes do mundo, inclusive na América do Sul, as instituições se revelaram acanhadas e inadequadas frente à ampliação do espaço público e à entrada nele de novos sujeitos políticos.

Uma reforma política é essencial, sobretudo, no combate à corrupção que, como normalmente acontece na história, é apontado, por alguns setores, como o mais importante problema a resolver. Essa posição centra suas críticas nas instituições indistintamente e nos partidos políticos, em particular.

Sabe-se que o ataque às instituições, especialmente aos partidos que estão em sua base, refletem duas tendências.

A primeira desemboca em uma regressão autoritária, articulada em torno de um “homem providencial”, capaz de dar curso a uma contrarreforma econômica e social.

Outra, de caráter democrático, que prega uma profunda e urgente reforma das instituições, inclusive dos partidos. Isso exige hoje mudanças na lei eleitoral, que corrijam as graves distorções dos mecanismos de representação, adotando um financiamento público dos partidos, para eliminar a influência do poder econômico nas eleições, mas também capaz de construir mecanismos que fortaleçam sua consistência programática e, ao mesmo tempo, de abrir espaço para maior e mais decisiva participação da sociedade na política. Ganham importância especial a multiplicidade de mecanismos de controle das políticas públicas pela sociedade, instrumentos como o “recall” dos eleitos, as consultas populares.

Não é só a economia que vive uma profunda crise no mundo de hoje. Os modelos políticos democráticos também estão confrontados com o desafio da mudança.

O Partido dos Trabalhadores – que esteve à frente das importantes transformações pelas quais o Brasil passou nos últimos – não está infenso a essa necessidade de mudança. Nascido há 33 anos das lutas sociais e comprometido com todos aqueles que viviam à margem da política no país, cabe-lhe hoje a necessidade de renovar-se e reencontrar aquele sentimento generoso que esteve em sua origem.

“Yo me quedo con la RN…” Entrevista con Oscar Fernández

SAN SALVADOR, 12 de marzo de 2013 (SIEP). “Estaba aquí en la U y ví que venía el Chino Quan con cara de preocupado, aquí mismo frente a la Escuela de Artes, y me pregunto: ¿y vos con quien te vas a quedar? ¿Con el ERP o con la RN? Le respondí sin dudar un momento: yo me quedo con la RN…eran los tiempos de la ruptura…año 1975” nos comparte Oscar Fernández, actual asesor en seguridad pública del FMLN en la Asamblea Legislativa.

“Era mi primer día de clases, iniciaba el primer ciclo de Medicina en la Universidad de El Salvador, el 19 de julio de 1972, y entre por el portón de Derecho y me dije: voy a ir al local de la SEBUS a comprarme un poster del Che Guevara, que era un poster a colores con la cara del Che y de fondo el mapa de Sudamérica…valía cincuenta centavos, un tostón como se decía antes.

Y cuando volteo a ver hacia el parque veo una tanqueta del ejército, ¡puta! que raro me digo, y al momento escucho: pac, pac, pac, pac…cuando oí los balazos retrocedí… cuando veo una fila de estudiantes que los conducen hacia el paraninfo…¿ qué estará pasando? pero decido siempre ir a la SEBUS, porque en las residencias era que vivía la mara, …y llego y ahí estaba Carlos Ascensio, el actual embajador en México, semi dormido, en calzoncillo todavía…ahí vivía también Alfonso Hernández. De pronto vi que en fila india lo soldados llevaban a otros estudiantes…

Decidí salirme de la U, enfrente estaba de la entrada si te acordás, una Pizza Boom en la esquina y salí y me fui caminando para mi casa. Desde entonces empecé a radicalízarme…ese fue el debut del presidente Molina, yo había salido de bachiller en el 71. Todavía no estaba organizado pero ya me reunía con algunos compañeros que había conocido como Rigoberto, por cierto ya no lo he visto. Es medico, progresista. También con cheros de la colonia para platicar sobre la situación del país. De Rigoberto me acuerdo que era de Santa Cruz Porrillo.

Vivía en la Colonia Médica, en el Boulevard María Cristina, cerca de la U. Antes no había ahí negocios ni oficinas sino casas, ahí estaba mi mara…En esa época conocí a Carlos Arias, nos reunimos con él. Para ese entonces solo había una sola organización, el ERP. No estaba la RN: Éramos del ERP. Era de la Resistencia Estudiantil Universitaria, la REU, que formaba parte entonces del ERP.

Y como la U estaba cerrada me puse a buscar trabajo y conseguí de vender Enciclopedias, la famosa Enciclopedias Rolher. Así que salía con mi respectivo maletín y un vergo de prospectos. No vendí ni una sola enciclopedia. Una vez iba a hacerlo con una señora pero a la hora del cierre me arrepentí. Ya la había convencido y le dije: mire, mejor no me la compre. Y ella sorprendida me dijo: bueno y Usted ¿anda vendiendo o no? Le explique que le iba a salir muy cara, casi 500 colones de aquella época. El gerente se enojaba porque no seguía sus recomendaciones: habla así y asa, hace así la voz…y me tocaba andar a puro bus, con mi attaché de vendedor. Pero ¡el que nace hijueputa rebelde, muere rebelde!

Fíjate que me servía el trabajo para reunirme, nos veíamos en el Skandia, en La Corona, hasta en el parque El Roble, nos confundíamos con los grupos de moteros, aunque en ese tiempo todavía le ponía… ¿y vos no fumaste marihuana? Era de rigor en esa época. El ritual de nuestra generación…

Bueno en el 74 abrieron de nuevo la U…y empecé a estudiar. Y llegaron también los de nuevo ingreso. Y me buscó Alba Amaya, la mujer de Víctor Amaya ¿lo conoces? Para que le ayudara a boicotear los exámenes de nuevo ingreso. Y formamos la Coordinadora Estudiantil de Nuevo Ingreso, CENI. Nuestro fuerte eran Medicina y Derecho. El día del examen ante la sorpresa de las autoridades y la rabia de los “verdes” los jóvenes rompieron los exámenes, los rompimos. Fue una actividad cachimbona, de ruptura ¿y qué?

En esa coyuntura conocí a Carlos Arias, nos reunimos con él. Para ese entonces solo había una sola organización, el ERP. También conocí a Raúl Hernández, que solo se pasaba riendo, incluso en los momentos de mayor peligro estaba riéndose. No estaba todavía la RN: éramos del ERP. La Resistencia Estudiantil Universitaria, la REU. La reunión fue en la Facultad de Derecho. Nos habló sobre la necesidad de impulsar la lucha por los estudiantes de nuevo ingreso. Era muy importante.

Y quizás por mi participación destacada en este esfuerzo con los de nuevo ingreso, a principios del 74, me invitaron también a una reunión clandestina nada menos que con la Lil Milagros Ramírez. Ahí fue que la conocí por primera vez…

Ingrese a un colectivo del Ejercito Revolucionario del Pueblo a principios de 1975. El responsable era Raúl Hernández. Lo integraba el Seco Villena, que hoy vive en Canadá; el León Peche que se me olvida el nombre pero era el presidente de la AED, chelito, originario de Atiquizaya.

Fíjate que Raúl aunque se reía como te conté, era bastante enérgico, estricto en alguna cuestiones: no seas burgués te decía si te veía con un cincho chivo, o con solo que anduvieras cincho; y quizás para forjar carácter nos convocaba a reuniones a las 5 de la mañana… ¿Y por qué a esa hora? Le preguntábamos inquietos. Esta célula posteriormente fue trasladada bajo la responsabilidad de Lil, que era mayor que nosotros, pero guapa, muy guapa, había sido compañera de Roque y luego lo fue de Carlos Arias.

Fíjate que una vez me encontré al Vaquerito (Vladimir Rogel) en un bus y se me acercó y me dijo: vos me caes bien. Y yo le respondí: vos también me caes bien. Y era verdad. Pero al nomás verlo metí la mano en la mariconera y agarre mi pistola. Los dos andábamos armados. Nos quedamos viendo, me miraba mi mariconera, estábamos midiendo nuestras reacciones. Al final decidió bajarse del bus. Nos vemos, cuídate. Pero ya no volvimos a vernos. Eran momentos difíciles, después de la ruptura, los que se quedaron en el ERP nos andaban buscando para cohetearnos, nos andaban cazando a los de la naciente RN.

Entonces en 1972 entro a las FPL…Entrevista con Eduardo Linares

SAN SALVADOR, 21 de septiembre de 2012 (SIEP) “Mi madre fue una obrera de la industria textil y trabajó en diversas fábricas como La Estrella y se relacionó con personas vinculadas al movimiento sindical del Partido Comunista…”nos comparte Eduardo Linares, de 60 años, destacado revolucionario salvadoreño.

“Incluso estuvo casada con un miembro del Partido de apellido Santamaría que en ese momento era estudiante universitario, tuvo un hijo con él, que es mi hermano mayor, de nombre José Vladimir Rivera, pero en una de esas frecuentes represiones de esos años, te estoy hablando de finales de los años cuarenta, este miembro del Partido se va para Venezuela y ya mi mamá nunca supo de él…”

“Él ya no se comunicó, después supimos que se había ido para México…pero mi mamá quedo vinculada al movimiento sindical, y luego se integró a Fraternidad de Mujeres, y entonces yo desde chiquito conocí a Marcial, a Tulita, mi mamá me llevaba a actividades sindicales, a excursiones, a fiestas en los sindicatos…”

Cuando llego a bachillerato en 1970 conozco a Vladimir Umaña y me comienza a reclutar. El fue fundador de las FPL… Luego pase a la Universidad y ahí mi hermano mayor también me hablo de ingresar a la organización. Ese año en marzo a Vladimir Umaña y otro compañero los detienen en un vehículo y no andaban papeles, y los asesinan…léete el numero de Opinión Estudiantil de esa época y ahí sale la condena al crimen.

Entonces en 1972 entro a las FPL…Pero había que pasar bastantes pruebas. Había que realizar acciones. Me acuerdo una vez por esa época que había una gran bulla que habían matado a un estudiante…aquí cerquita de donde estamos, y los estudiantes estaban hasta realizando una colecta, cuando se enteraron que se trataba de un “oreja” y entonces ahí dejaron el cadáver abandonado.

Había en esa época mucha solidaridad, la gente valoraba el sacrificio y la gente admiraba a los muchachos, a los revolucionarios…En el 72 estudiaba aquí en la U pero no participaba en el movimiento estudiantil, ya estaba organizado y realizaba otras tareas.

Una vez como resultado de una acción nos dieron tanta plata que no cabía en un cuarto y con toda esa plata decidimos fortalecer el movimiento popular y claro fortalecimos al Bloque Popular Revolucionario, al BPR…

Fíjate que nuestra primera acción pública ya como FPL fue en solidaridad con unos presos argentinos de la cárcel de Trelew, ahí nos dimos a conocer…y después vino lo de Salvador Allende, su victoria nos afectó…porque venía a validar las tesis del Partido Comunista sobre la vía pacífica al socialismo… cuando nuestra visión era de lucha armada, de guerra popular prolongada…

Sobre marcial era un obrero panadero, muy estudioso, con una amplia cultura general, había leído mucho, bueno él redactaba los primeros comunicados de las FPL…

Concluye la entrevista con una sonrisa cómplice” hay cuando surjan las nuevas vanguardias…ahí nos vamos a montar…”

Islandia: cuando «la izquierda» no respeta al movimiento social vuelve la derecha

Para muchas opciones de izquierdas, Islandia era un punto de referencia, mostrando el camino que las fuerzas progresistas debían seguir. Esta visión, ampliamente extendida, estaba basada en una lectura de lo que había ocurrido en aquel país durante el periodo entre 2008 y 2009, cuando la población se rebeló en contra de que el Estado salvara a los bancos que habían llevado el país a la ruina mediante sus actividades especulativas. En lugar de salvarlos, la población exigió que se llevara a los tribunales a los dirigentes de los bancos y al gobierno que los había supervisado y ayudado en sus especulaciones, demandando también que se estableciera una nueva Constitución basada en una amplia participación popular, eligiendo una coalición de un partido de izquierda, el Partido Socialdemócrata, con el Partido Verde, para que se constituyera en gobierno y dirigiera el país en el periodo de Transición.

Tal versión de los hechos permitía un optimismo a las fuerzas progresistas y
democráticas de otros países europeos que habían experimentado crisis financieras semejantes, consecuencia también del comportamiento especulativo de la banca, facilitado por la desregulación financiera, en boga durante el periodo neoliberal iniciado en los años ochenta. Es más, en esta versión se suponía que si un país tan pequeño como Islandia (320.000 habitantes) había hecho lo que había hecho, otros podrían también hacerlo.

Cinco años más tarde, sin embargo, la coalición de izquierdas fue masivamente
derrotada y salió vencedora la única coalición de partidos de derechas, la misma que había sido prácticamente expulsada del gobierno por considerársela responsable de la enorme crisis que llevó al país al desastre. ¿Por qué? ¿Qué había pasado?

La respuesta conservadora y liberal

La respuesta que han dado la mayoría de medios conservadores y liberales a esta pregunta es la de que considera la derrota de las izquierdas a su falta de realismo y experiencia de gobierno que, intentando aplicar medidas utópicas e irreales, antagonizaron a la población, votando de nuevo a aquellas fuerzas políticas más realistas, más pragmáticas y con mayor experiencia gubernamental, terminando con el periodo experimental iniciado en las revueltas bien intencionadas (las derechas siempre son muy condescendientes hacia las izquierdas y hacia los movimientos sociales) pero excesivamente ingenuas y poco realistas, del periodo 2008-2009. La votación en la
última elección, pues, traduciría una vuelta a la realidad.

Tal versión muy sesgada a favor de las derechas carece, sin embargo, de credibilidad. Lo que ha ocurrido es muy distinto a lo que se refleja en esta versión de los hechos. En realidad, es casi opuesto a lo que tales voces indican. Lo que pasó fue un indicador más del desfase entre los movimientos sociales que tuvieron un enorme impacto en lo acaecido en el periodo 2008-
2009 y los partidos políticos con representación parlamentaria, incluyendo los de izquierda, que intentaron canalizar tales movimientos.

Este desfase y distancia explica que, una vez elegidos, los partidos gobernantes de izquierda (el Partido Socialdemócrata y el Partido Verde), aunque sensibles a algunas de las demandas de los movimientos sociales y del enorme movimiento popular, siguieron políticas distintas, e incluso opuestas, a las que tales movilizaciones habían exigido, creando una gran frustración y decepción, que explica su merecida derrota en las últimas elecciones, las primeras en las que la población pudo expresar su desagrado.

Veamos los datos. El colapso de los tres bancos (que se dejaron colapsar por parte del Estado) –Glitnir, Kaupthing y Landsbanki-en 2008 era inevitable y hubiera sido imposible para el Estado poder absorber su deuda (que era diez veces mayor que su PIB). La exigencia del Fondo Monetario Internacional (FMI) de que Islandia pagara a los acreedores –principalmente bancos británicos y holandeses- era irrealizable. De ahí el enfado e indignación de la
mayoría de la población que salió a la calle. Tal exigencia del FMI era, además,
profundamente injusta, pues demandaba que fuera la población islandesa la que pagara a los acreedores por deudas contraídas por responsables bancarios islandeses en complicidad con personalidades políticas, que carecían de mandato popular para llevarlas a cabo (una situación idéntica a la ocurrida, por cierto, en España).

En respuesta a este enfado, la estructura de poder (banqueros, magnates de flotas pesqueras y grandes empresas) se vio en la necesidad de ceder, pues la situación había alcanzado niveles amenazantes para sus intereses. Pero su intento se basó en diluir la aplicación de tales exigencias. Un banquero, por ejemplo, fue llevado a los tribunales, pero muchos otros (la mayoría) salieron ilesos. Y la coalición elegida contribuyó en gran manera a esta dilución. Lo que los conservadores y liberales definieron como realismo era una moderación y practica pactista parlamentaria que frustró a los movimientos sociales que les votaron. Ni que decir tiene que tal coalición hizo reformasque paliaron algo la situación desastrosa que la crisis había creado entre la clase trabajadora.
(ver Laurie Penny “Iceland‟s elections: A shattered fairy tale”, New Stateman, 08/05/2013)

El desfase entre el Nuevo gobierno y los movimientos sociales
Pero el gran error de la coalición gobernante fue creer que el futuro de Islandia estaba en la Unión Europea. Tal creencia estaba reflejada en su programa
electoral, elemento no compartido por la mayoría de la población, que estaba en contra de la integración de Islandia en la UE. La coalición de izquierdas que se había opuesto a las exigencias del FMI (a que se pagara a los acreedores europeos) aceptaba ahora, en cambio, las políticas de austeridad que dictaba la Troika (el mismo FMI junto con el Banco Central Europeo y la Comisión
Europea) como condición para su entrada a la Unión Europea.

La aceptación de tales prácticas de austeridad fue la causa de la enorme frustración y desencanto de la población hacia el gobierno de coalición de izquierdas y su posterior derrota electoral. Fue este movimiento a la derecha del gobierno de izquierdas el que causó su fracaso electoral, tal como ha ocurrido en todos los gobiernos de izquierda que han seguido tales políticas de austeridad en la UE (ver José M. Tirado “Iceland‟s Crippling Elections”, CounterPunch, 29.04.13).

Este gran desfase entre los movimientos sociales (que exigían cambios más profundos, e incluso opuestos en algunos puntos importantes, a los que se estaban realizando) por una parte, y los partidos de izquierda (que se caracterizaron por su gran moderación y escasa vocación transformadora,
temerosos de enfrentarse con la estructura de poder del país) por la otra, originaron este debacle electoral. Contribuyó a ello la desmovilización de los movimientos sociales tras la elección del gobierno de coalición de izquierdas.
Fue esta derrota de las izquierdas la que causó la victoria de las derechas, las cuales no compartían el entusiasmo de las izquierdas por la Unión Europea. El partido mayoritario dentro de las derechas era el partido agrícola y de la pesca, temeroso de la integración en la UE.

Y un elemento central de sus campañas fue prometer reducir el enorme
endeudamiento familiar a base de concesiones públicas que, con carácter de
rentabilidad, tenían gran atractivo popular. Ahora bien, la mayor causa de la derrota de la coalición de izquierdas fue la enorme decepción que sus políticas crearon. País tras país, partidos gobernantes de izquierda han sido expulsados del poder por aplicar políticas de austeridad que carecían de apoyo y mandato popular. Así de claro

Primera Piedra

Privatización de la libertad

Zygmunt Bauman pone el dedo en la llaga al denunciar el límite de la libertad en la modernidad capitalista: todo se puede (aunque la mayoría no pueda casi nada), excepto imaginar un mundo mejor que este en que vivimos. Cuando mucho, se queda en la reparación de la casa, la reforma del tejado, la pintura de las paredes, sin que se cuestione la misma arquitectura de la casa ni, mucho menos, el modo de convivencia de quienes la habitan.

Los más progresistas admiten incluso que, en la reforma, el cuarto de la empleada sea cambiado del exterior al interior de la casa. Hasta aquí el límite de la lógica capitalista. Fuera de eso, se suprime la libertad de quien se atreva a proponer que no haya cuarto de la empleada, ni empleada. Como máximo, personas contratadas por hora, sindicalizadas y con todos sus derechos garantizados por la ley. Incluso el acceso a la misma casa.

Según Pierre Bourdieu, unos miran la sociedad con ojos cínicos y otros con ojos clínicos. Los primeros juzgan incuestionable el actual modelo de sociedad fundado en la apropiación privada de la riqueza y procuran obtener provecho de él, considerando justo lo que refuerce sus privilegios e injusto lo que los amenace. Los ’clínicos’ miran un palmo por debajo del suelo en que pisamos y reconocen las intrincadas relaciones sociales que producen, en la superficie, tamaña desigualdad entre los seis mil quinientos millones de habitantes de esta nave espacial llamada Tierra.

El neoliberalismo rompió el puente entre la esfera pública y la privada. Antes, una constelación de instituciones aseguraba la ampliación y defensa de los derechos sociales: asociaciones, sindicatos, partidos, etc. La privacidad, reducto sagrado, sólo era invadida en la medida en que se rompía el contrato social: abandono del hogar, homicidio, etc. Todo lo demás quedaba entre las cuatro paredes o, como mucho, caía en el ’dominio público’ sólo gracias a chismes interpersonales.

Ahora lo privado absorbe lo público, gracias a la teoría thatcheriana de que la sociedad se reduce al individuo y a la familia. De un lado se privatizan instituciones como el Estado (rehén de sus acreedores privados) y los sindicatos, confinados a la negociación directa entre empleados y empleadores, desarticulándose las categorías profesionales y la solidaridad de clase. De otro lado lo privado sobrepasa e inunda y vuelve inmundo lo público, como en el Gran Hermano.

Se rompen las cuatro paredes y se promueve la inversión de los factores: el ’cínico’ anula al ’clínico’, de modo que se deshistoriza el tiempo y se atomizan las relaciones sociales. Más importante que conocer las causas que impiden al Brasil crecer por encima del 2.3% al año (sólo supera a Haití en el continente americano), es saber si Mick Jagger conquistó una nueva novia en Rio de Janeiro o quién será el nuevo millonario de la casa del mironismo nacional.

Se rasga el tejido de las relaciones sociales. Niños y jóvenes, que debieran enfrentarse en el juego educativo de la sociabilidad propiciado por grupos de amigos, clubes, equipos deportivos, etc., ahora se refugian horas y horas ante el monólogo televisivo o informático. En los espacios virtuales de comunicación cibernética, en que no se exponen a los límites exigidos por la convivencia grupal, aprenden a disimular. Proyectan de sí mismos una imagen idealizada, fantasiosa, como si la vida se diera, de hecho, en dos planos: aquel en que los pies pisan y aquel en que la cabeza ’navega’. El real y el virtual.

La privatización de los bienes simbólicos (’se terminó la historia’ pregonaba Fukuyama) oculta a las nuevas generaciones el sentido histórico de la existencia. ’Consumo, luego existo’, afirman los neocartesianos. De ese modo, el proyecto de vida se reduce a las ambiciones de consumo (hacerse rico), de belleza (eternamente joven) y de fama (aunque sólo sea durante cinco minutos, como dijo Andy Warhol).

He ahí la libertad que nos ofrecen, la de escoger diferentes marcas del mismo producto en el estante del supermercado o en el escaparate de las tiendas. Nunca escoger un nuevo modelo de sociedad, en el que los privilegiados no necesiten refugiarse en centros comerciales para huir de la turba famélica que ataca el paisaje y las personas. Un modelo civilizatorio que permita, en fin, la adecuación de nuestra existencia a nuestra esencia. En palabras de Fernando Pessoa: ’Ah, quién diera la perfecta concordancia /de mí conmigo. /El silencio ulterior sin la distancia /entre mí y lo que yo digo’.

Recuperar el derecho político a la libertad, ése es el desafío si anhelamos que, en el futuro, la violencia no se extrapole del ámbito privado al público. E imprimir al ejercicio colectivo de la libertad un sentido, una dirección, un horizonte capaz de superar la gran antinomia del actual modelo de democracia: en nombre de la libertad, la mayoría es excluida del derecho a la justicia.

Una concepción del trabajo de masas: Bloque Popular Revolucionario

07/18/2013 Me incorporé a la lucha política militar en 1973, como culminación de un proceso de consciencia iniciado en el movimiento católico progresista de finales de los años 60 y principios de los 70. Cuando estaba en la secundaria con 15 años, yo militaba en la Juventud Estudiantil Católica, un movimiento orientado al servicios de las comunidades de escasos recurso, tanto de la cuidad como del campo. Ahí desarrollábamos procesos de alfabetización y concientización con el método de Paulo Freire.

En mi formación y toma de conciencia, tuve dos vertientes, basadas en el movimiento al que pertenecía, por un lado, el viraje de la iglesia católica hacia la Teología de la Liberación, y la influencia de Pablo Freire con su “Pedagogía del Oprimido”, y por otro, el conocimiento que adquiría durante el trabajo de concientización que realizaba en las comunidades. Mientras aún no estaba organizara tenía varios nichos, por un lado, era misionera del colegio Sagrado Corazón en donde estudiaba, y trabajaba con el padre Eliseo Bravo que aparentemente era muy reaccionario en San Luis del Carmen, Chalatenango. Por otra parte, desarrollaba trabajo de alfabetización en la colonia Tutunichapa de San Salvador, siempre con el método de Freire, y en vacaciones, como Juventud Estudiantil Católica, también tenía trabajo de alfabetización y concientización en el cantón Jirón de Quezaltepeque y en la colonia 22 de abril con el padre Leonel Cruz. De esta manera fui forjando mi conciencia de lucha.

Yo venía de una familia de clase media, pero en el contacto con la gente me fui dando cuenta que los problemas de pobreza y opresión no se resolvían con esas formas de educación con las que yo trabajaba, porque además en el cantón Jirón, la Guardia Nacional nos buscaba y perseguía. Todo eso me hizo pensar y reflexionar, que por un lado contribuíamos a la educación de la gente, pero por otro, los guardias perseguían a los que realizábamos esas labores educativas.

Pero ya en mi familia, mis hermanos estaban organizados en la Universidad y tenían un nivel de formación política avanzado, por lo que me miraban como a la hermana menor que andaba en todo. De repente, Felipe mi hermano mayor me dijo: “Tu educas a la gente ¿Y para que la educas?”. “Para que tomen conciencia” le dije. “¿Y para que toman conciencia?” Me preguntó de nuevo, “Para cambiar” le dije. “Pero ¿nunca has pensado que si ellos no tienen poder no van a cambiar nada? ¿No te has planteado el problema del poder?” Yo estaba asustada, porque realmente no había pensado en ello. Me fui corriendo a ver al padre Cruz y le dije: “Mirá, nosotros no estamos haciendo nada, no hemos pensado en el problema del poder”. Los dos nos quedamos como babosos, pensando en que no estábamos tocando el problema del poder. Ese fue un campanazo en mi cabeza para comenzar a estudiar el aparato de denominación y a reflexionar sobre que no bastaba la educación y la concientización, sino que también tenía que buscarse el empoderamiento de la gente mediante la organización, para derrotar a la dictadura militar y el poder de la oligarquía criolla y de esa manera cambiar el país.

Se fue configurando claramente en mi conciencia, que mi vocación de servicio cristiano para contribuir a una vida mejor de la gente, en los términos que planteaba la Conferencia Episcopal de Medellín del 68, pasaba por acercarme más a posiciones de mayor militancia revolucionaria. Ya no se trataba de ayudar a los pobres, sino también de ser sujeto comprometido, subordinada a una estructura de lucha para derrotar a la dictadura.

Mi desarrollo como el de muchos otros, no se podía ver al margen de mi familia y del ambiente político que estaba ocurriendo en el país, porque en el 68-72, se dio la primera huelga en la fábrica de acero de la Paz, la huelga de los maestros y la huelga de hambre de Salvador Cayetano Carpió.

Todo esto influyó mucho en todo el país, aunque fueron huelgas reprimidas, en las que cayeron obreros valiosos como Santiago Contreras. Pero aquel movimiento logró algunas victorias en sus reivindicaciones y desató una gran solidaridad obrero estudiantil. A la dictadura –después de 3 años- se le empezaba a escapar de las manos el control de la situación. Después vinieron las huelgas magisteriales, encabezadas por Mélida Anaya Montes, Mario López, Salvador Sánchez Cerén y muchos otros. Eran huelgas que reivindicaban la dignificación del trabajo en la educación y, al mismo tiempo, proponían una reforma educativa que quebrara el modelo educativo del capitalismo.
La Universidad y su Papel en la Formación de Jóvenes Revolucionarios

Diría que entre el 68 y el 72 se dio una gran primavera revolucionaria. La huelga de los maestros desató una alianza muy importante entre los estudiantes de secundaria de AES y los universitarios de AGEUS.

Se sumaron muchos movimientos a esas luchas y generaron un vastísimo y combativo movimiento artístico. Era un ambiente de mucha creatividad y cambio. Las consignas en los afiches eran: “Todo lo que existe merece perecer”, o “Abre tu mente, sácate los prejuicios”, “desabotónate el cerebro”.

Para esa época, la Universidad Nacional era muy elitista –no tan popular como ahora-.

Los estudiantes eran una élite pequeña burguesa, pero ya en ese tiempo estaban dispuestos a romper una serie de estereotipos. Entre esos jóvenes estudiantes estaban Rafael Arce Zablah, Paco Montes médico que cayó en combate, Sebastián Vaquerano, Eva, Francisco, Héctor Silba, Marina Avalos y otros compañeros. Toda esa gente venía del movimiento estudiantil, unos eran marxistas y otros no marxistas; todos eran personas muy buenas, positivas y con unas ganas terribles de asaltar el cielo. Algunos estaban vinculados a las comunidades cristianas o al Partido Comunista, por eso la lucha ideológica en el seno de la universidad era sumamente rica. Eran aires de transformación en todos los sentidos, incluso las mujeres comenzaron a fumar, pero no eran cosas superficiales, eran tiempos de una persistente búsqueda de libertad, de liberación. Además de la inspiración en los problemas propios de nuestro país, incidían en esa juventud otros fenómenos como la lucha de los países sudamericanos, la lucha de los norteamericanos contra la guerra en Vietnam, la gran revuelta de los estudiantes franceses durante el año 1968, en donde Sartre era todo un símbolo.

Los aires de compromiso y cambio de esa época, penetraban por todas las ventanas de mi casa, y en el caso de mi familia, nos afectó positivamente a todos. A esto debo sumarle, que mi papá era un ex militar – que lo de “ex” se lo ganó a mucha honra, por sus constantes luchas contra el tirano Martínez-. Mi papá era un hombre avanzado para su época, con ideas claras sobre la justicia y la dignidad de las personas y muy duro contra la corrupción. Tenían sus propios principios pedagógicos, con lo que nos ayudó a desplegar nuestros propios criterios. A sus amigos y demás personas les decía que no quería que sus hijos fueran copia de él en papel carbón.

Mis hermanos estaban incorporados a la universidad y yo era la menor que iba un poco a la saga de ellos, por lo que me miraban como la cipota que no iba muy al paso; sin embargo, a pesar de que Felipe, Ana Virginia y Margarita ya estaban mas organizados, siempre tuve un buen intercambio con ellos, llegando a ser un punto importante para mis decisiones posteriores como fue mi incorporación a la guerrilla en 1973.

A mi casa llegaban compañeros de muchas organizaciones, porque ahí era un punto de encuentro de jóvenes universitarios como Rafael Arce, Joaquín Villalobos, Montes, Sebastián Vaquerano, Roberto Cañas, Nidia Díaz y otros. Se pasaban horas discutiendo sobre la situación del país y sobre las posibilidades del futuro, sobre el materialismo histórico y dialéctico, sobre los documentos del Concilio Vaticano II y Medellín y leían los poemas de “Taberna y Otros Lugares” de Roque Dalton, etc.
Yo disfrutaba de esas discusiones y aprendía mucho de ellos.
Elecciones Fraudulentas de 1972 y mi Incorporación a la Lucha Político-Militar

Lo que me marcó más fuertemente para tomar conciencia, y sentir la necesidad de organizarme clandestinamente, fue el golpe de estado de 1972; porque Napoleón Duarte había ganado las elecciones y se las habían arrebatado con un descarado fraude, acompañado de una gran masacre. En mi casa nadie votaba, porque no creíamos en las elecciones, pero mi papá se incorporó militarmente junto a otros militares, para dar un golpe de estado que le permitiera a Duarte asumir la presidencia. El golpe de estado fracasó, y los demás militares se asilaron en las embajadas, pero mi papá fue el último militar que se quedó defendiendo el edificio de telecomunicaciones de ANTEL, y solo se rindió después de negociarla situación de los soldados que le acompañaban, para que no fueran encarcelados o represaliados; en cambio él fue encarcelado y torturado salvajemente.

Mi papá estuvo preso nueve meses, y cuando íbamos a visitarlo, pudimos darnos cuenta de las injusticias y de las torturas en la cárcel, porque en las horas de visita se escuchaban los gritos de las personas que estaban torturando, y a la par de uno el torturador pasaba riéndose, mientras arrastraba por el pasillo a sus víctimas casi muriéndose de las palizas recibidas. Todas esas cosas me iban forjando el carácter y las ganas de incorporarme a la guerrilla.

Como todos mis hermanos ya estaban clandestinos, me empecé a pegar más a mi hermano Felipe para hacerle preguntas, pero él desconfiaba un poco, porque decía que yo era algo indisciplinada. Para hablar de los temas que yo le preguntaba, me ponía contactos en el Parque Centenario. Vivíamos en la misma casa, pero él decía que así me iba a disciplinar. Me ponía las horas de contacto, y decía que si yo llegaba pasada tres minutos tarde, no me esperaría y ya no hablaríamos del asunto. Me daba folletos de estudio y yo le pedía permiso para dárselo a mi novio que era Dimas Rodríguez, con lo que estuvo de acuerdo; pero me dijo que no le dijera quien me los pasaba.

Yo estudiaba con mi hermano y después estudiaba en el jardín con Dimas, por lo que prácticamente nos reclutó en cadena. Mi hermano me ponía pequeñas pruebas, y yo se las ponía a Dimas. Primero me reclutó y yo le pasaba informes de Dimas, hasta que me dijo que lo reclutara.

Dimas y yo fuimos atendidos por separado.

Después de haberme preparado mi hermano Felipe, mi primer responsable de las FPL fue Rafael Avalos –de seudónimo Félix-, un compañero universitario muy linda gente cayó en el 77. Yo creo estar viva por Rafael, porque él era muy disciplinado y hasta cuadrado con las normas de seguridad; en cambio yo era más relajada y si él no me hubiera educado como me educó, ya me hubieran matado. Era curioso, porque Rafael, además de ser guitarrista, tenía una formación teórica muy buena. Fue un excelente guerrillero.

Así me incorpore a la guerrilla, lo que cambio en gran parte mi vida, ya que no tenía que andar en grupos y por otro lado, debía apartarme de ambientes revolucionarios públicos para poder sumergirme en la formación político militar. Eso fue en el primer momento, del 73 hasta el 75. Mi trabajo guerrillero comenzó como apoyo a los comandos urbanos, haciendo observaciones a objetivos militares, económicos, bancos, a policías y guardias, etc. De ahí es que conseguíamos las armas y todos los recursos para ir armando lo que después llegaría a ser un ejército guerrillero.
Concepción Política de las FPL Respecto al Movimiento de Masas

Las FPL desde sus inicios, tuvo la virtud de prever su línea de desarrollo, realizando en cada momento las transformaciones que fueran necesarias de acuerdo a la realidad que vivíamos. Las FPL era una guerrilla, pero se definía político-militar, con un eje principal que era la lucha armada, siempre manteniendo lo político como concepción central, porque nosotros no éramos un grupo guerrillero por ser guerrilleros. La lucha se miraba en el marco de la estrategia del pueblo, una guerra popular y prolongada.

El partido revolucionario y un amplio movimiento de masas revolucionario eran las herramientas. Ya en 1975 completamos el proceso con el ejército revolucionario, como instrumento del movimiento social, y el partido FPL en su misión de coordinar la estructura. El otro elemento era, que considerábamos que las fuerzas nutrientes de la revolución eran los obreros y los campesinos y que hacia ellos teníamos que ir, pero teníamos que empezar por los sectores medios, los estudiantes y maestros. Dijimos: “Primero organizamos a estos sectores y después vamos a los campesinos y a los obreros, a las clases populares”.

Esa proyección la cumplimos al centavo. Hubo una columna de un buen nivel intelectual y académico, de bachillerato y de las universidades, compañeros que después volcaron sus conocimientos aportando métodos, análisis, técnica y su contribución a la búsqueda de colaboradores para la organización. Lo de los colaboradores lo hacíamos despacio y con mucho cuidado, tratando de que su aporte o colaboración se diera con plena conciencia; porque como no éramos populistas, nos cuidábamos de las concepciones y enfoques populistas, ya que ellos se concebían como “la elite pensante”, con capacidad –de esos grupos- de conducir al movimiento. Esa deformación había que evitarla y si se daba, había que cortarla de raíz, porque podía matar la dinámica dialéctica del desarrollo colectivo, participativo e intercomunicativo del movimiento.

Ciertamente partimos con un trabajo hacia los niveles medios, pero luego nos volcarnos a la organización de los sectores populares, cediéndoles la conducción y el protagonismo; y eso lo cumplimos al pie de la letra, promoviendo cuadros obreros como Juan Chacón, José Guillermo Rivas, o cuadros campesinos como Polín, Facundo, Ticha, y muchos otros, compañeros que de inmediato llegaron a ser dirigentes que asumieron la conducción del movimiento revolucionario, pero siempre con la participación de los sectores medios. Esa fue una constante en el concepto global de la FPL respecto al papel de las clases en todo el proceso, no solo hacia movimiento de masas, sino hacia todos los sectores.

En los años 74 decidimos especializar a todas las células de la FPL, para lo que se creó una comisión que se especializaría en el trabajo de masas. Así surgen los colectivos o células especializadas en el trabajo obrero, campesino, estudiantil, en el trabajo magisterial, cristiano de base y de las zonas marginales a través de la UPT (Unión de Pobladores de los Tugurios). Creamos dentro de esos sectores, una red político-militar básica que permitiera ampliar el trabajo de las organizaciones sociales y crear nuevas organizaciones en donde no las hubiera. Nuestro propósito era siempre el mismo: luchar por las reivindicaciones de los trabajadores y del pueblo, y fortalecernos para la toma del poder.

La lucha de masas tenía una dinámica distinta, unas reglas de desarrollo diferentes y una política de participación también distinta. Como FPL teníamos que estar abiertos a que fuera de esa manera y a respetar la lógica propia de las masas, porque ellas habían ido adquiriendo sus propias formas de trabajar, de organizarse y luchar. Aunque la guerrilla y las masas éramos prácticamente lo mismo, no podíamos como organización guerrillera anteponernos a ellos. Nuestra estrategia político-militar era clara, pero algunos compañeros llegaron a plantear, que trabajar con las masas era un problema de seguridad, porque ellas trabajaban en lo abierto y nosotros en lo secreto. Esta situación estuvo a punto de llevarnos al traste, sin embargo logramos controlarla diciendo: “Bueno, la revolución es del pueblo y el pueblo no es elite y sin embargo el pueblo hace la revolución, así es que vamos a seguir trabajando con las masa”.

Para promover la participación protagónica de masas, fue necesario emprender un proceso, que por un lado implicara la preparación de la gente y, por otro, articular en un proyecto a todos los sectores sociales. Ahora se ve fácil, pero en ese tiempo había que establecer coordinaciones que a todos nos permitiera caminar juntos, y tener la claridad de lo que estábamos haciendo. Por otro lado, había que resolver todas las contradicciones secundarias que en el seno de esas organizaciones se daban. Porque a nadie se le ocurrió meter a todos en mismo saco, ya que cada una de esas organizaciones tenían sus propias proyecciones, actividades y también sus propios problemas, pero eran ellas mismas las que les daban su debida y oportuna solución. Nosotros como FPL lo que hacíamos era promover discusiones y motivar a la solución de esas contradicciones, por ejemplo entre los estudiantes y maestros, entre docentes y estudiantes universitarios, entre obreros y campesinos, entre jornaleros y cooperativistas.

Nuestra concepción política hacia el trabajo de masas era, que el movimiento social no se crea por orden o línea de un partido, o porque a alguien se le ocurrió, sino, generando la participación consciente, cediendo protagonismo para articular finalmente en un solo proyecto todo el esfuerzo.

Cuando hubo el acercamiento del movimiento estudiantil (MERS) y los maestros, Mélida fue clara con los estudiantes y les dijo: “Si ustedes vienen a ANDES, aquí no me ensucien, porque a los maestros no nos gusta lo sucio, y también quiero decirles que a mí no me pidan vacaciones; cada vez que quieran ir a hacer pintas, los maestros no les vamos a dar vacación. Ustedes tienen que ir a clases, y si quieren hacer pintas las hacen después de clases”. Los estudiantes le replicaron: “Eso no es revolucionario”. “Como no, esto es revolucionario –les decía Mélida- y si los estudiantes de secundaria y los maestros vamos a hacer alianza, pongamos claras las reglas”. “A estos autoritarios no los vamos a aceptar como aliados”, decían los estudiantes.

Esas contradicciones pequeñas se discutían hasta llegar a un entendimiento que nos permitiera estar juntos, trabajar juntos. Así era con todas las organizaciones, todo se discutía en el seno del pueblo.
Trabajo de las FPL con las Organizaciones Campesinas UTC y FECCAS

A nivel campesino comenzamos a trabajar con la Unión de Trabajadores del Campo (UTC). Partíamos del principio de no dividir el movimiento del pueblo, por lo que trabajábamos en donde no hubiera organización campesina, para no disputarle terreno a nadie. Por eso comenzamos a trabajar la UTC en Santa Ana, San Vicente, San Miguel y un poco en Usulután. Hacíamos nuestra actividad de organización en donde la Federación Cristina de Campesinos Salvadoreña (FECCAS) no tenía trabajo. FECCAS ya tenía su territorio en Aguilares, El Paisnal, Suchitoto, Cerro de Guazapa, y nosotros sabíamos que era una buena organización campesina, por lo que no debíamos debilitar y arruinar su labor; por eso íbamos a donde no estaban ellos. Con el tiempo vimos la necesidad de que tenía que haber una alianza entre la UTC y FECCAS.

Era chistoso, porque el padre David Rodríguez (Chele David) era uno de los fundadores de la UTC, y la UTC por definición no era cristiana, en cambio FECCAS si lo era definidamente. Uno de los debates que estuvo en la base de nuestra política hacia FECCAS era su populismo de esos tiempos, porque era una organización progresista que había dado pasos cualitativos, ya que venían de una posición demócrata cristiana y que luego pasaron a una posición demócrata social cristiana más avanzada. Luego supimos que la nueva FECCAS estaba siendo conducida por un grupo de estudiantes jesuitas y diocesanos que se llamaba MOVIMIENTO, y le decían “El Movi”, en donde estaban Jesús Rojas, Alberto Enríquez, Fernando, Azcoli, Ana María Castillo (de seudónimo Eugenia), Carlos Enríquez, Antonio Cardoza y, en cierto modo, otros curas como el padre Rafael Moreno. Estos compañeros estaban tratando de darle una perspectiva revolucionaria a FECCAS.

En el documento Estrella Roja número 2 de las FPL, definía su política hacia los sectores cristianos, y nos lo hacían estudiar a todos para que no metiéramos la pata en un tema tan sensible como ese. El documento planteaba que éramos marxistas, pero que la revolución es como el río Lempa que tiene muchas vertientes, y que el movimiento de cristianos comprometidos debía ser un afluente de la revolución; se planteaba también, que debíamos tener alianzas con todos los sectores que van a la revolución.

Así es como nos aliamos al “Movi”, llegando a tener un intercambio fraterno y muy interesante, porque discutíamos las estrategias, y precisamente, de acuerdo a la nuestra, les cuestionábamos que ellos eran populistas. Les hacíamos la observación de que ellos, a diferencia de nosotros, eran una élite pensante que dirigía a los campesinos, cuando en el MOVIMIENTO no había campesinos. Era una lucha ideológica muy fraterna y enriquecedora.

Lo cierto es que el “Movi” contribuyó con una buena metodología, que poco a poco se fue generalizando a todo el movimiento social; porque hay que reconocer que ellos tenían una metodología súper interesantes, ya que venían de una formación integral jesuita y de las experiencias metodológicas de Pablo Freire. Nosotros, al interior de la guerrilla no practicábamos esas teorías, porque éramos más cuadraditos, sin embargo valorábamos y aceptábamos su aporte en esas formas de educación.

El “Movi” tenía un buen trabajo con los campesinos, incluso ya habían contactado con Polín, Patricia Puertas, con Félix y otros compañeros. En relación a las FPL decían: “Los compañeros –refiriéndose a los campesinos- pueden estar con la guerrilla, pero lo nuestro es otra cosa”. Alberto Enríquez y compañía no estaban plenamente con las FPL, aún no habían sido reclutados. Después manifestaron su interés por incorporarse a las “F”, pero no era fácil, porque las FPL no aceptaban la incorporación de grupos o movimientos, ya que eso podía significar la negociación de cuotas o espacios de poder; por eso el reclutamiento era solo de personas o individuos. Cuando el “Movi” vio que como grupo no podían ingresar a las FPL, se disolvieron y se fueron incorporando poco a poco e individualmente.

Nunca hubo resquemores hacia ellos y la experiencia de su trabajo en el Partido fue satisfactoria cien por ciento, porque todos esos compañeros, compañeras y los que estaban a su alrededor, se sumaron a los esfuerzos de la organización, aceptando trabajar en donde les tocara o fuera necesario.

Las FPL, siempre dentro de su concepción de trabajo político-militar, supieron orientar a la mayoría de esos compañeros que venían del “Movi”, ubicándoles en las distintas tareas que requería el movimiento de masas. Su incorporación a las “F” vino a fortalecer con su experiencia organizacional y sus métodos, no solo al sector agrario, sino a los demás sectores como el obrero, el magisterial, el estudiantil y las demás áreas. Por otro lado, ese trabajo les permitía dibujar la idea original que ellos tenían respecto a ser un grupo que la craneaba para lograr sus propósitos de lucha integral para buscar los cambios en nuestro país.

De ese grupo del “Movi” y gente que trabajaba con ellos, Fernando Ascoli pasó al movimiento obrero yo trabajé con el, Alberto Enríquez y Antonio cardenal se quedaron en el movimiento campesino, Antonio Cardoza (Nelson) pasó a educación conmigo, Lorena Cuellar y Bernardo, pasaron al movimiento obrero, Jorge Palencia en el sector campesino, Carlos Aragón (Tamba), que venían de los sectores cristianos juveniles, también se quedó en el campo. Y así, todos ellos se ubicaron en las distintas organizaciones de masas, lo cual vino a fortalecer a todos esos sectores.
El Huevo o la Gallina: ¿FPL o Bloque Popular Revolucionario?

El Bloque Popular Revolucionario era como un abanico o entramado de organizaciones: Federación de campesinos, movimiento sindical obrero, movimiento magisterial, estudiantes de la Universidad Nacional y de la Universidad Católica, movimiento de pobladores de tugurios y movimiento de artistas y trabajadores de la cultura. El funcionamiento y coordinación de ese movimiento de masas no era mecánico ni vertical, sino que era una interacción natural de abajo hacia arriba y de arriba hacia abajo, un movimiento sumamente dinámico que enriquecía tanto al movimiento de masas como a las FPL que, al fin y al cabo, era una síntesis de todo ese caudal. La participación y accionar de los organizaciones de masa tenía un sentido fundamentalmente protagonista, pero no el protagonismo de ser yo el que está en una tarima y desde aquí controlo todo y a todos, sino un protagonismo de clase, de carácter de clase.

Eran los campesinos, los obreros, los maestros y los pobladores de Tugurios los que conscientes de su realidad y sus necesidades, asumían como sector y con responsabilidad su propia lucha.

Entre las FPL y el movimiento de masas pasaba como pasa como lo de quien fue primero, si el huevo o la gallina, porque ya no se sabía quién orientaba a quien, ya que los sectores, al asumir ese protagonismo, participaban más activamente en la solución de sus problemas, y participaban en todas las actividades del Bloque, lo cual les proporcionaba un rico conocimiento de todo el panorama y eso les permitía aportar ideas al esfuerzo de interacción e interlocución entre las dos partes, el sujeto organizaciones revolucionarias de masas y el sujeto FPL.

El movimiento revolucionario de masas tenía sus propias reglas y las FPL las suyas, por lo que no era el Partido que daba la línea mecánicamente, sino, que nuestros militantes informaban de su trabajo y proponían aspectos. La dirección de las FPL también opinaba y proponía. Por eso, cada acción que se hacía era sobre la base de una decisión colectiva, mancomunada. Discutíamos y a veces nos peleábamos porque una de las dos partes no estaba de acuerdo con el planteamiento o la propuesta del otro, pero esa era la dialéctica que nos hacía crecer y desarrollarnos. Sin embargo, el Partido orientaba y enmarcaba en un proyecto global para tratar de incidir en la táctica y casi siempre lográbamos una sintonía.

En medio de esa complejidad uno parecía hijo del otro, porque en el fondo éramos lo mismo, ya que los cuadros y militantes del las FPL estaban en el movimiento de masas y los del movimiento de masas estaban en las FPL. Este esquema permitía, que en situaciones difíciles las organizaciones de masas hicieran sus propias valoraciones y tomaran sus medidas. Recuerdo que en cierta ocasión, los cuerpos represivos realizaron una gran masacre, la respuesta inmediata de la gente fue tomarse un lugar que ahora no recuerdo. En esas situaciones no queda tiempo de hacer consultas ni pedir permiso al Partido.

A nosotros lo que nos tocaba era preguntarnos si esa actividad tenía armas y periféricas, que canal de negociación van a tener, cuando tiempo va a durar la toma, o si va a ser indefinida. Aquí llegaba nuestra parte, porque si esa toma no tenía milicia, mandábamos a nuestros guerrilleros.

Respecto a la toma de decisiones en esas situaciones de emergencia, yo no me atrevería preguntar quien dio la orden, porque siempre son valoraciones tomadas sobre la base de la realidad misma y por otro lado, ahí estaban nuestros dirigentes, inmersos en el movimiento de organización social y eran compañeros cuadros, con madurez y capacidad para tomar decisiones en el momento que fuera necesario. Así pudo haber pasado con la toma de catedral después de la masacre del 30 de julio de 1975. Con la formación del Bloque Popular Revolucionario si ya fue una decisión de las FPL, valoración que hicimos junto a los compañeros, llegando a concluir que ya era el momento de presentar un solo frente.
Concepción del Frente de Masas

En esos momentos ya estaba el debate de los frentes de masa, o sea que no fue a nosotros que se nos ocurrió eso de “Frentes de Masas”, porque además ya estaba el FAFU. Lo que si se discutía era, si nuestro frente iba a ser como el FAFU o como otros que habíamos leído. Después de las valoraciones los compañeros decidieron ponerle Bloque Popular Revolucionario. Para formalizar este proyecto, todas las organizaciones hicieron sus congresos nacionales, para que las bases opinaran si estaban de acuerdo con la formación del BPR. Finalmente, a principios del mes de agosto de 1975 nace el Bloque. Lo mismo pasaba cuando las organizaciones iban a establecer sus alianzas; siempre realizaban sus congresos.

Eso pasó con ANDES, MERS, UR-19. El FUR-30 hizo su congreso para consultar su ingreso al BPR y fue en el congreso del Bloque realizado en Cinquera que fueron aceptados.

Nadie se incorporaba al BPR porque se le ocurría al Secretario General o a un grupo de cualquiera de esos movimientos, los que llegaban era porque su congreso así lo había aprobado.

Para discutir la unificación de FECCAS y la UTC, cada una de esas organizaciones realizaron sus propios congresos, y después otro para fundar la Federación de Trabajadores del Campo (FTC) y de ellos salió un solo representante para el BPR.

En las FPL no emitíamos acuerdos desde arriba hacia las organizaciones.

Durante un tiempo el FAFU era el brazo político del ERP. Nosotros las FPL no compartíamos la concepción de brazo político, porque eso hacía suponer que uno era el cerebro y el otro el brazo.

Nosotros partíamos de la concepción de desarrollar, en el marco la guerra de todo un pueblo, el movimiento de masas como gran sujeto de la revolución, y no estrictamente como brazo político. Valga decir que el FAFU logró una gran incidencia en el movimiento obrero, en los sectores públicos y en las palancas de la economía del país; desarrolló mucha conciencia revolucionaria en el sector sindical obrero –de ahí sale Elizabeth Velázquez-. Ellos también trabajaron a un importante sector universitario y campesino, sobre todo en Sonsonate y algo en San Vicente, pero el fuerte de ellos era el sector obrero y estudiantil.

Posteriormente apareció la Liga para la Liberación, que tuvo un gran peso entre los estudiantes y en el sector campesino del PRTC. Las LP-28 que eran un trabajo del ERP, aparecieron en 1977 y tuvieron trabajo en Usulután, Morazán y San Salvador. La matriz de ese trabajo de masas eran las organizaciones político- militares.

Las organizaciones teníamos los territorios de trabajo muy bien delimitados, gracias a la madurez y sabiduría de respetarnos mutuamente y no meternos en las zonas en donde ya estaban las otras organizaciones. En la Universidad Nacional sí coincidíamos todos, porque esa era una batalla campal.