Proceso de desarrollo, fortalecimiento y compromiso revolucionario del ERP

07/19/2013 Causas que Motivan el Inicio de la Lucha Popular en El Salvador Nuestro país siempre ha sido un continuo país de pobres y con grandes desigualdades sociales. Antes y después de 1970, nuestra economía se caracterizaba por la producción y exportación de sus principales productos agrícolas como el café, la caña de azúcar, el algodón y una incipiente industria.

En lo político, nuestra historia estaba plagada de golpes de estado, lo que hacía imposible llegar al gobierno por la vía electoral dados los constantes fraudes; los regímenes de gobierno eran dictaduras militares, que en asambleas de oficiales elegían a un militar como su candidato para Presidente, y ya sabíamos que este sería el presidente de la república. Al tener ese predominio militar, la Guardia Nacional, la Policía de Hacienda y la Policía Nacional –que no eran respetados, sino odiados y muy temidos-, actuaban impunemente, asesinando, cometiendo fechorías, y por sus vínculos con los ladrones, defendían la corrupción a la que estaban muy ligados. Reprimían al movimiento popular y por tan solo una hoja volante de propaganda que le encontraran a una persona, o por pasar frente a una huelga, le detenían y propinaban una buena golpiza.

Como antecedentes de la lucha de masas y armada de 1970, tenemos la gran huelga de los panificadores del año 1966, la huelga general de los maestros en 1968, que implicó a la ciudad y al campo. En 1970 tuvimos unas elecciones fraudulentas, en las que participó un partido de izquierda llamado Partido Acción Renovadora (PAR) muy cercano al Partido comunista.

En 1971 hubo una nueva huelga general de ANDES, que adquirió un carácter nacional. En esta huelga reprimieron a muchos manifestantes y asesinaron a mucha gente, entre ellos a líderes del movimiento de masas.

En 1972 se realizan nuevamente unas elecciones presidenciales que fueron ganadas por el Partido Demócrata Cristiano, pero se repite el fraude, solo que ahora, con la respuesta de un golpe de estado de los mismos militares, que tiene como consecuencia la captura del triunfador Ingeniero Napoleón Duarte, a quien torturan y expulsan del país.

Esta situación genera un ambiente muy tenso de violencia social y represión institucionalizada. Hasta ese momento en el país existía un solo partido de izquierda, que era el Partido Comunista de El Salvador, pero era clandestino. La universidad de El Salvador era un foco de vida política, de ideas y circulaban todo tipo de materiales y literatura de carácter político; es ahí donde llegan las ideas maoístas, marxistas y libros de la guerrilla de Brasil, Paraguay, Uruguay, Guatemala, Nicaragua y de Cuba. Todo esto permitía un debate sobre la necesidad de que teníamos que enfrentamos a la dictadura militar con las armas, ya que no era posible lograr el cambio por la vía pacífica y electoral.

Mientras tanto, la situación económica y social era angustiosa.

En resumen, las causas que generaron el inicio de la lucha popular y la organización de un gigantesco movimiento de masas fueron básicamente, que teníamos un país subdesarrollado casi selvático, que vivía del café, de la caña de azúcar y del algodón, con el agravante de lo sacrificado que es el trabajo de esas cortas, y la gente pobre tenían muy poca tierra, o no tenía nada; por otro lado, nuestra economía era de subsistencia, y la gran contradicción era, que quienes trabajan la tierra no la poseían y vivían en condiciones de extrema pobreza.

En las ciudades, la gente venía del campo en busca de empleo, lo que vino a crear las comunidades marginales. Con esta situación, golpeaba el hecho de que en la Colonia Escalón vivían las “14 familias”, personas ricas o muy ricas que disfrutaban de flamantes mansiones, construidas en amplias tierras de varias manzanas de extensión, lo cual era insultante, si lo comparamos con la pobreza de los campesinos, jornaleros y los marginados de la capital.

En el plano político, teníamos un modelo que estaba en crisis y no generaba crecimiento económico, por tanto se incrementaba el alto costo de la vida y agudizaba la demanda de empleo.

La desigualdad social, la falta de oportunidades para la búsqueda de soluciones por la vía política, la represión al movimiento de masas, al sindicalismo, a los campesinos, los fraudes electorales y, en fin, la dictadura militar, es lo que da origen a los conflictos que vivimos durante todos esos años. La lucha de masas y la lucha armada son la consecuencia de todos esos atropellos.
Guerra Contra Honduras en 1969

En medio es esa situación crítica, económica y social, se da la guerra con Honduras en 1969, conflicto que le permitió ganar prestigio al ejército y convertir en héroe al General Medrano (“Chele Medrano”) un represor asesino, que siendo director de la Guardia Nacional, impulsó e institucionalizó la tortura a los presos políticos. Sin embargo, ante los ojos de la gente, el “Chele Medrano” era el gran héroe militar, que había ido a defender a nuestros compatriotas y a conquistar Honduras. Al regresar de la guerra, el ejército marchó por las calles vitoreado por muchísima gente.

El Partido Comunista no fue claro en condenar la guerra contra Honduras, por el contrario, nos hizo un llamado a participar directamente, planteándonos con un argumento simplista: “Tenemos que ir nosotros, y ustedes los jóvenes, a luchar y cuando caiga un compañero soldado díganle que esto es contra los ricos oligarcas, que nosotros no tenemos nada que ver en esta guerra, ya que esta guerra es injusta”. Por supuesto este planteamiento era para ganarse y organizar a los soldados hacia la causa de la izquierda, porque yo especulo que estaban pensando en lo que sucedió en la URSS cuando la Primera Guerra Mundial, que lograron organizar a los marineros.

Quiero destacar, que esa posición del Partido ante la guerra nos desencantó, porque pensábamos que ¿Cómo era posible que nos mandaran a una cosa que no era correcta? Este hecho determinó precisamente la separación de un importante grupo de la juventud comunista. En el sector de la juventud en que yo estaba, sacaron un comunicado en contra de la guerra, igual que lo hizo la AGEUS de la Universidad. Por ese comunicado, el PC convocó a los dirigentes de ese sector, para hacerles una reprimenda muy fuerte, diciendo que era muy grave lo que se había hecho. El único dirigente que nos respaldó, diciendo que teníamos la razón, fue Salvador Cayetano Carpio.

Ahora, con el tiempo puedo comprender, que lo que el PC buscaba era no quedarse aislado del sentimiento nacional, porque temía, posiblemente, a la represión y a la destrucción, ya que la dictadura había logrado manipular a la opinión pública, creando un espíritu chauvinista.
En Busca de Otras Formas de Lucha

Ante esta situación, se hacía necesario un cambio de modelo, sin embargo, la izquierda estaba inmersa en un debate político ideológico interno, que también era consecuencia del debate que se estaba dando a nivel mundial, relacionado con las propuestas de los dos modelos, el soviético y el chino. Por otro lado, en América Latina ya existía la experiencia de la revolución cubana y el llamado del Che Guevara en la reunión de Olas en 1966 a crear muchos Vietnam en todas partes.

La izquierda, con la existencia de una sola línea de pensamiento, a través de los partidos comunistas, estaba cuestionada, primero por Cuba, ya que quien hizo la revolución no fue el Partido Comunista, sino el Movimiento 26 de Julio; en Guatemala la lucha armada la realizaba las Fuerzas Armadas Rebeldes FAR Rebelde no el Partido Comunista. El “Che” ya había fallecido para esa época y se decía que fue a causa de la traición del Partido Comunista Boliviano.

Con ese panorama era lógico iniciar otras formas de lucha. Los que participábamos en la conformación de los primero núcleos de la lucha armada, veníamos del movimiento popular, unos del movimiento estudiantil y sindical y otros de las comunidades cristianas eclesiales de base. Cuando se plantea la lucha armada, no se hace con la idea de organizar un grupo de héroes que van a tomar el poder, sino con la concepción y necesidad de dar un salto de calidad hacia una lucha de clases más completa y con capacidad real de cuestionar el poder dictatorial.

En América Latina ya había guerrilla por todos lados, lo que agudizaba el debate de ideas sobre los dos planteamientos, que eran fundamentalmente los siguientes: primero, que no era posible cuestionar el poder político burgués sin una visión de poder y sin un aparato militar, y segundo, los partidos comunistas proponían la búsqueda de una acumulación de fuerzas por la vía electoral y reformista, para hacer la revolución democrática burguesa.

Para la toma de decisiones y definiciones políticas de los movimientos de los años 70, partíamos de un solo pensamiento: todo nos denominábamos marxistas leninistas o comunistas revolucionarios. Lo que nos separó a todos fue simplemente, la contradicción principal de si optar por la lucha armada o no.
Surgimiento del Ejército Revolucionario del Pueblo (ERP)

En ese momento las nuevas organizaciones eran básicamente dos, las FPL fundadas por Salvador Cayetano Carpio y el ERP. En su publicación oficial “El Rebelde”, las FPL planteaban su estrategia de “Guerra Popular Prolongada”, una concepción política militar lineal, que implicaba mantener la lucha de masas, y por otro lado, la formación de una guerrilla, que a largo plazo se convirtiera en un aparato militar, con la suficiente fuerza para derrotar al ejercito de la dictadura.

Nosotros como ERP, surgimos de tres grupos diferentes: un grupo que provenía de la juventud comunista, de la cual yo formaba parte.

En este grupo estábamos totalmente convencidos de que era necesaria la lucha armada para enfrentar la represión. El otro grupo venia de la Universidad de El Salvador y eran dirigentes del sector medio. El tercer grupo venía de comunidades cristianas de base, pero ligados al movimiento estudiantil universitario; es de este último que proviene Joaquín Villalobos y su grupo. El otro grupo de líderes de clase media, de donde viene Rivas Mira, el Tierno Sol y otra cantidad de personas de clase alta, ya tenía conformado un esfuerzo que se denomino “El grupo”, el cual fue responsable del el secuestro de Ernesto Regalado Dueñas. “El Grupo” tenía, a su vez, la participación de las FAR rebelde de Guatemala, pero después del secuestro de Ernesto Regalado Dueñas, esta incipiente organización casi se desbarata, porque la acción que realizaron era desproporcionada. Nunca antes en este país se había atentado contra la seguridad de un miembro de las familias más poderosas del país las llamadas “14 Grandes”, por lo que la represión y persecución fue implacable; sin embargo lograron recomponerse y continuar.

Nosotros los jóvenes vimos que ellos fueron capaces de atreverse a tocar el poder económico más fuerte, lo cual fue como un imán, hasta el punto que algunos de nosotros dijimos: “Esta es la guerrilla, esta gente sí sabe, son una real alternativa armada que puede derrocar a la dictadura”, y así fue como nos fuimos acercando y conectando con ellos. Digo esto, porque lo normal, al menos en el caso mío, era que hubiéramos sido atraídos al núcleo de Cayetano Carpio, ya que había sido Secretario General del Partido Comunista. Obviamente muchos compañeros fueron atraídos al “Grupo”, pero otros se acercaron más a la propuesta de Cayetano Carpio.

En el caso particular nuestro de la Juventud, no nos acercamos al grupo de Cayetano Carpio, simplemente porque no tuvimos tiempo de enlazarnos, en cambio, el acercamiento con “El Grupo” fue una mera casualidad y lo hicimos a través de que yo contacté con Mario Vigil y este me comunicó con Vladimir Rogel, quien ya estaba incorporado con dicha grupo armado. Era lógico que termináramos vinculados a ellos, ya que para cuando se conformó Acción Revolucionada Salvadoreña (ARS) – primera organización armada que surgió en el país-, ellos dos y yo éramos miembros de la “Unión de Jóvenes Patriotas” –la organización de juventud del partido comunista- y propugnábamos por la necesidad de organizar la lucha armada. Mario Vladimir Rogel era nuestro responsable en la “Juventud”. En el proyecto de la ARS se involucro Mario Vigil. Pero la ARS fue infiltrada por los órganos de inteligencia de la Policía de Hacienda (PH) y la mayor parte de los miembros de dirección fueron capturados. No obstante por esas mismas fechas, el compañero llamado el “Chele Raúl”, jefe de dicha organización, murió cerca de la antigua casa presidencial en San Jacinto; fue perseguido por tres guardias que murieron al intentar lanzarle una granada que les explotó. El “Chele” fue rodeado en una casa de la colonia Manzano para capturarlo, sin embargo, él optó por suicidarse. Este hecho que fue informado y descrito por los medios de comunicación nos impactó a todos, porque vimos un claro ejemplo de cómo no debíamos rendirnos nunca, ni dejarnos capturar. Quizás hoy eso no tenga gran impacto, pero en aquel entonces, que éramos un país que nunca había visto lucha armada de esa manera, los jóvenes teníamos miedo a usar las armas. Hoy se puede ver a tanto joven en actos de violencia, que tiran granadas y usan pistolas, pero en aquel entonces, las armas eran totalmente privativas y sólo las usaban los cuerpos policiales y la gente que tenía poder. De guerra solo habíamos visto la de El Salvador contra Honduras en 1969.

El ERP surgió por tanto, de los compañeros que se fueron articulando en torno a “El Grupo”. En su publicación “Prensa Comunista”, el ERP planteaba su estrategia de “Guerra Revolucionaria del Pueblo”, concepción que conllevaba el componente de lograr una acumulación política para la insurrección armada del pueblo, ya que solo de esa manera se podía derrotar al poder burgués. En fin, todos los discursos eran radicalizados y todas las estrategias consideraban el desarrollo de la “lucha de masas”.

En los primeros años creamos un movimiento estudiantil que se llamaba Asociación de Estudiantes Salvadoreños (AES), sector consciente –una réplica de AES, la organización tradicional que había sido respaldada por el Partido Comunista-. La AES, sector consciente, tuvo mucha capacidad de movilización, a partir de plataformas reivindicativas inmediatas, como forma de acercase a las necesidades más sentidas de la gente. No eran planteamientos muy lejanos al Partido Comunista, con la diferencia que la estrategia del PC se orientaba hacia la acumulación electoral, con menos audacia y énfasis en las movilizaciones y menos capacidad de enfrentar la represión. Nosotros creamos un movimiento sindical trabajando desde la clandestinidad; contactábamos a los líderes, sobre todo de la industria de la construcción, de la maquinaria pesada, del trasporte y otros. Por esos mismos años de 1970, 1971, 1972, también teníamos trabajo con las comunidades cristianas, sobre todo campesinas. Sin embargo, esas organizaciones no tuvieron carácter de frente político, sino de organizaciones de masa, pero cuando había necesidad, los líderes se enfrentaban a la represión.

El ERP era una mezcla de un sector de la Juventud Comunista, gente del sector cristiano, personas con ideas de izquierda, y por otro lado, con un líder un tanto anarquista Sebastián Urquilla. Más que líderes formados, fuimos una organización de compañeros que no teníamos una formación política terminada, y lo que aprendimos lo hicimos haciendo, es decir, aprendiendo en la práctica. No se puede decir quehabía una escuela de orden escolástico u ortodoxo. La primera propuesta con la que surge la educación en el ERP, fue el análisis de la realidad del país, en donde jugó un papel muy importante el compañero Rafael Arce Zablah, quien se metió de cabeza a estudiar la economía salvadoreña; de dicho esfuerzo se elaboró un documento fundamental para la interpretación de la realidad nacional que se llamó “El Grano de Oro”. Después hubo un segundo documento llamado “La Revolución Salvadoreña”. Los militantes del ERP se educaron con “El Grano de Oro” y algunos textos marxistas, sin embargo, el énfasis estaba más en los documentos propios que en los textos generales de la teoría marxista. La educación, desde el punto de vista marxista era menos sólida, menos ortodoxa, aunque los que proveníamos del sector de la Juventud Comunista, teníamos más formación de ese tipo y éramos más ideológicos. La gente de las FAR Rebelde, al menos la que conocí, también tenían formación marxista leninista.

Éramos una organización con virtudes y defectos; quizá una de esas virtudes era la capacidad del uso de la coyuntura, del manejo apegado a las situaciones políticas, pero en el plano ideológico. Otras organizaciones como el Partido Comunista y las FPL tuvieron una formación más ortodoxa y más conceptual desde el punto de vista marxista.
Concepción del Trabajo de Masas del ERP

La aspiración del ERP no era tener una estructura armada o ejército, sino una estructura político-militar –aspiración común de todas las organizaciones-, con visión de cambio hacia un sistema socialista y luego llegar a una sociedad comunista. La lucha de masas era el factor fundamental para avanzar hasta la lucha armada, ahora bien, como interpretaba la lucha armada cada quien, era otra cosa. Lo cierto es, que para nosotros la lucha armada era un instrumento político, que conjugado con la lucha social nos potenciaría para la toma del poder político. En esas tesis se afirmaba la existencia de un sector constitucionalista en el seno del ejército de nuestro país, y se avizoraba la posibilidad de construir alianzas con dicho sector, en la concepción hipotética de que podía tomar una posición en contra de la dictadura.

Pero sería mentir que había claridad sobre esta concepción, más bien existía la visión de una alianza fundamental de obreros y campesinos, con el componente de impulsar la lucha armada hacia la toma del poder. Con nuestras acciones militares también buscábamos, en cierta medida, un impacto publicitario para señalar un camino. Originalmente teníamos un planteamiento de desarrollo de la lucha política, combinando la lucha de masas y la lucha militar, la cual se manejaba de acuerdo a la coyuntura política.

Nosotros ya veníamos con la experiencia de las luchas políticas de los años 70.

En ese tiempo se crearon movimientos populares como el estudiantil de AES, el sindical, etc. y realizábamos actividadesreivindicativas inmediatas, como por ejemplo, ante el aumento de las cuotas en los colegios y el incrementó del pasaje del transporte público, nuestra respuesta fue la movilización estudiantil, y por parte de los comandos guerrilleros fue la quema de autobuses; eran actividades que además generaba una identificación de los estudiantes con la guerrilla. Otra de nuestras experiencias había sido la actividad con las organización campesinas en la que incidió mucho la Teología de la Liberación, ya que sus luchas reivindicativas contribuyeron grandemente al fortalecimiento del movimiento de masas, que con su accionar ayudaron a la toma de conciencia de clase y a la determinación de de luchar, aspectos fundamentales que incrementaron las actividades en las calles y en las fábricas.

Muy importante fue la huelga de maquinaria pesada en la construcción de la carretera de Santa Ana. Respecto a nuestra metodología de trabajo hacia las masas, a principios de los 70, de lo que se trataba era básicamente, de reclutar a los líderes de las comunidades y de los sectores, y con ellos estructurábamos una organización abierta, con el objetivo de luchar por las reivindicaciones más inmediatas, como el aumento del salario, la lucha contra el aumento de los pasajes de los autobuses, etc.

La convocatoria y reclutamiento a la lucha armada vino después, cuando la situación del país comenzó a agravarse con la represión. Entonces si comenzamos a utilizar un discurso político, con análisis e información sobre la dictadura y haciendo conciencia de la necesidad de que el pueblo se organizara para lograr un cambio que permitiera mejorar las condiciones de vida de la población, y para poder enfrentar la represión.
Este trabajo lo hacíamos acompañado de propaganda; distribuíamos comunicados, volantes, periódicos y hacíamos pintas en las paredes y muros, dando a conocer a nuestra organización armada.

En 1972 el gobierno de Arturo Armando Molina intervino la Universidad de El Salvador; las únicas marchas de protesta que se hicieron fueron realizadas por AES Sector consciente.

A partir de esta intervención se intensificó la represión, situación que nos llevó a ver la urgente necesidad de un cambio de gobierno y de modelo; pero para ello también se necesitaba otro tipo de concepto y de lucha. Para nosotros duro relativamente poco ese período, porque luego, en 1974, pasamos a formar el Frente de Acción Popular Unificado (FAPU), en el que participamos todas las fuerzas políticas de izquierda de ese momento, ya que necesitábamos unificar al movimiento popular.

Con la creación del FAPU, el movimiento estudiantil dejó de ser AES Sector consciente y se creó el Frente Revolucionario de Estudiantes “Luis Moreno”; también se crearon las Ligas si mal no recuerdo el 14 de Abril y el movimiento sindical.

En 1973, el ERP ya había tenido una escisión, que posteriormente se denominó PRTC, y más tarde, en 1975, se dio la separación de la RN, a causa del caso Roque Dalton, un episodio bastante duro y negativo en nuestra historia.

Con la escisión de la RN, Sebastián Urquílla (Rivas Mira) planteó a la dirección del ERP, su análisis sobre la situación política coyuntural, señalando, que de acuerdo a informes de inteligencia, se sabía que en el seno del ejército se estaban exacerbando las contradicciones, por lo que había que diseñar un plan estratégico y táctico, que permitiera incidir en la posibilidad de un golpe de estado, o al menos, en un hipotético enfrentamiento cruento entre los diferentes sectores del ejercito; para que ello fuera posible, teníamos que buscar algunos contactos con militares del sector constitucionalista. En todo caso, se planteó la estrategia de hacer el llamado a la insurrección, y a la creación de Comités Militares, de tal manera que ese contexto generara una reacción en el sector derechista del ejército, en el sentido de que interpretaran que el golpe de estado fuese una expresión de esa estrategia. Esa adecuación táctica tuvo sus implicaciones.
De la Concepción de Lucha de Masas al Militarismo

En 1975, el ERP valoró que la lucha de masas era algo que no tenía posibilidades, y que lo único que lograba era la represión y los asesinatos; por tanto, se orientó para que el movimiento de masas en su gran mayoría, pasara a formar parte de los Comités Militares. Así fue como el ERP se convirtió en una organización con mucha estructura y desarrollo militar, logrando una importante coordinación de acciones militares a nivel nacional; pero también se redujo enormemente nuestro movimiento organizativo de masas.

Pasamos un año con una línea francamente marcada por el militarismo y muchos conflictos internos. Los cuadros estábamos formados con la concepción de que la lucha de masas era lo más importante, y que la lucha armada era solo un instrumento, por tanto, no estábamos satisfechos con esa línea. No obstante se planteó que esa medida solo era un movimiento táctico en función de una estrategia de incidencia en una coyuntura; pero pasó todo el año 1975 y 1976 y lo táctico se estaba convirtiendo en una estrategia. Entonces, a finales del 1976 se toma la decisión de recuperar la concepción del movimiento social y político, con lo cual se retoma la organización de masas. Así es como se crean las Ligas Populares 28 de Febrero (LP-28), se fortalece de nuevo el FRELM y se recupera el trabajo con las Ligas Obreras, las Ligas Campesinas, la Liga Estudiantil y las Ligas Magisteriales. Recuperamos el movimiento de masas, no obstante, a esas alturas el movimiento popular masivo era el Bloque Popular Revolucionario –FPL-, y también existían, con menor desarrollo, el FAPU –RN-, las Ligas para la Liberación –PRTC- y el Partido Comunista con sus organizaciones tradicionales como la FUSS, la UDN, y en el campo ya habían creado ATACES.
Partido de la Revolución Salvadoreña (PRS)-Ejército Revolucionario del Pueblo (ERP)
Y su Inmersión en la Población

Nosotros como Partido de la Revolución Salvadoreña (PRS), teníamos una estructura de masas y una estructura militar que era el ERP; por otro lado teníamos una estructura de milicias y los milicianos se sentían parte de la estructura política, pero muchos de ellos eran guerrilleros, miembros de los Comités Militares, con lo cual hacían la doble función: como Comités Militares participaban en las operaciones del ERP y como milicianos participaban como instructores de las milicias. La milicia se capacitaba y aprendía a utilizar armas, no para realizar operaciones militares, sino para aprender tácticas que les cualificara mejor para la defensa de las movilizaciones, de tomas de iglesias, ministerios, tomas de tierra, etc.

El PRS era la fuente de orientación política al ejército o a los frentes políticos (organizaciones de masas) y a los milicianos y se fue convirtiendo en una estructura más compleja. También teníamos una estructura de masas que era nuestra base social de apoyo, tanto con sus viviendas, como en los aspectos de información e inteligencia; eran la garantía de la existencia de la estructura guerrillera urbana. Quizá esto explique algunas dudas y acusaciones que había sobre el ERP, como por ejemplo que éramos agentes de la CIA o infiltrados por la inteligencia enemiga. Una de las cosas por las que se nos acusaba era, porque durante los años de 1974 al 77, todas las organizaciones militares tuvieron “casas de seguridad” que eran lugares de vivienda de células guerrilleras. Una buena cantidad de esas casas cayeron a manos del enemigo, con el agravante de que ahí murieron varios compañeros dirigentes, entre ellos Felipe Peña Mendoza. El ERP también tuvo casas que fueron rodeadas y cayeron, al menos en la ciudad; yo estuve en dos de ellas (1972 y 1975).

Después de esas experiencias negativas de allanamientos y capturas en nuestras casas y de compañeros de otros partidos y organizaciones, planteamos que nosotros éramos un partido político y la lucha armada era un instrumento, por lo que ya no podíamos seguir funcionando con grandes y sofisticadas estructuras, sino que debíamos vivir en medio del pueblo. Por eso, en 1976, el ERP desarmó absolutamente toda su infraestructura de casas y solo se mantuvieron, en todo el país, aproximadamente cinco casas, una por cada región – en San Salvador teníamos dos con capacidad para hacer algunas reuniones-. Todo afiliado y combatiente tuvo como orientación, que debía reclutar a familias para vivir con ellas. Uno dormía el lunes en una casa, el martes en otra y así toda la semana hasta volver hacer el mismo recorrido. En la medida que se organizaron más redes, sí podíamos permanecer hasta una semana en la misma casa, o nos trasladábamos a otras zonas en donde teníamos base social. Se generó una organización de familias de todo tipo: casas en comunidades marginales, barrios, colonias de clase media y media alta. A estos colaboradores les llamábamos “bases de apoyo”, que eran compañeros muy comprometidos; sus casas eran prácticamente nuestros cuarteles.

Para ese tiempo, el ejército y la inteligencia del gobierno tenían una tipificación del guerrillero: gente joven que no se relacionaba con nadie, que no tenían hijos, que no estudiaban ni trabajaban y que eran muy reservados. Esta percepción les sirvió para detectar muchas casas, partiendo de la observación y el seguimiento. De esta manera cayeron muchas casas de las organizaciones guerrilleras y muchos compañeros fueron desaparecidos o asesinados.

Esta vinculación a la base social nos permitía tener como una antena, ya que estábamos en medio de la población, lo que además nos permitía saber lo que pensaba, opinaba y sentía la gente; con ello lográbamos también, reorientar el discurso y el análisis político. Para ese tiempo nuestra organización ya contemplaba a varios cientos de colaboradores. Las bases de apoyo y milicias si eran muchísimas. En ese ambiente que vivíamos era como tener un termómetro. Antes de esta experiencia, nosotros habíamos comenzado a combatir el uso fácil de la frase “El pueblo piensa”. Para comprobarlo dijimos: “Investiguemos que piensa la gente”, y es eso lo que hicimos.

Uno de los defectos que pudo haber tenido el ERP era, que la educación filosófica de su gente no era totalmente marxista, pero una de sus virtudes era, estar abiertos totalmente a la reflexión; funcionábamos con el hacer, reflexionar y sacar conclusiones. Eso permitió al ERP dar respuestas a una estructura que se diluyó y desapareció, una estructura profesional de “casas de seguridad” que desapareció y se diseminó en la población; creo que fue como el símil de lo que fue el Bloque Popular Revolucionario, solo que el BPR tuvo la visión de organizar a las masas en gran cantidad, y el ERP fue la guerrillera diseminada en la población. Estoy hablando de los años 1975, 1976. Afortunadamente recuperamos el movimiento político de masas, ya que haberlo descuidado fue uno de nuestros grandes errores, aunque por otro lado, eso permitió crear un aparato político militar que en la guerra fue muy importante, pero nos hizo quedar menos fuertes políticamente a nivel de masas.

Algunos periodistas decían: “En El Salvador no hay montañas ni selvas, las montañas son las masas, y la guerrilla se desarrolla en el contexto de esa lucha social”. Lo cierto era, que la identidad de la población con la lucha armada, legitimaba su existencia como ciudadanos.

Las FPL crearon un movimiento extraordinariamente enorme que fue el Bloque Popular Revolucionario militante, con una clara postura política, tanto que para destruir a las FPL, había que destruir al Bloque y eso era prácticamente destruir a la población. La RN, el FAPU y el PRTC tenían un movimiento de menor magnitud, pero significativo e importante para su existencia y aporte a la lucha. El Partido Comunista seguía teniendo su movimiento de masas y político. El ERP llegó a tener una base social de la guerrilla y un movimiento de masas. Destruir entonces a esa guerrilla, era destruir las casas, las viviendas y a la población misma.
Creación de ORDEN y la UCS por Parte del Gobierno y los EE.UU.
Como Respuesta al Movimiento Popular

Como contrapartida al movimiento de masas de esa época, el gobierno, bajo la orientación de la AID de Estados Unidos, creó la Unión Comunal Salvadoreña (UCS) impulsada por Viera Altamirano, que llegó a ser una organización campesina nacional muy poderosa, ya que con la iniciativa de la Reforma Agraria del gobierno de Arturo Armando Molina se potenció, a tal grado, que si hubiera llegado a consolidarse, pudo haberse convertido en la contra parte del Bloque Popular Revolucionario, y llegar a ser otra opción para los campesinos; hubiera hecho mucho daño a la organización campesina de base, pero sobre todo, la historia hubiera sido totalmente diferente para la guerrilla, porque le hubiera restado apoyo social en el campo.

También crearon la Organización Democrática Nacionalista (ORDEN), que era la estructura de poder social de dominio civil, al servicio de la dictadura; eran los famosos “orejas”. Las temibles patrullas militares eran civiles que tenían privilegios respecto la posibilidad de tener empleo en las instituciones públicas y acceso a la corrupción. Estamos hablando de más o menos 150,000 miembros, un verdadero y decisivo instrumento de la dictadura militar para ejercer el control civil y la represión, ya que ellos eran los ojos y oídos de la dictadura en el seno de la población. A principio, cuando eran patrullas cantonales no eran tan peligrosos, pero cuando se recrudeció la guerra, se apropiaban de los terrenos y negocios de los campesinos y eran los responsables de auténticas matanzas contra la población. Eran un verdadero terror.
“Anécdota de la Vaca de UCS”

Respecto a la UCS hay una “Anécdota de la Vaca”, que además de ser simpática es dramática, porque refleja la ideología de los poderosos y la mentalidad que se había generado en el país. Me cuenta un amigo Leonel Gómez, que durante una visita que hizo a su tío que era cafetalero, presenció una discusión entre cafetaleros terratenientes y campesinos miembros de UCS.

“Resulta que la Unión Comunal Salvadoreña cumplía dos años y los querían celebrar a lo grande, de manera que deseaban matar tres novillas para hacer una fiesta y repartir carne a la gente, pero ellos solo tenían dos novillas, por lo que decidieron ir a la cafetalera. Por primera vez en la historia, los campesinos entraban a la sala de reuniones de los patronos que eran miembros dueños de la cafetalera porque en el país, un campesino y un miembro prominente, no se daban la mano ni se sentaban juntos en la misma mesa; lo usual era que los peones y jornaleros se quedaban fuera de la casa principal de la hacienda. Pues ahí entraron los campesinos y se sentaron en la misma mesa junto a los patronos, para solicitarles la vaquita y así poder celebrar su segundo aniversario. Los cafetaleros los atendieron y los oyeron, pero luego los sacaron; cuando ya salieron los campesinos, los cafetaleros dijeron: Bueno ¿Qué es esto? ¿Cómo es que estos jinchos pelados se quieren sentar en la misma mesa con nosotros y a pedir una vaca? Eso es peligrosísimo. A esta gente le das la mano y te agarran el codo”.

La lectura de esa anécdota es, que si con esas pequeñas cosas, como la famosa vaca, y otras de mayor importancia, los campesinos de la UCS hubieran sido apoyados, probablemente se hubieran compactado y crecido mucho más, al grado de haber podido hacer un incalculable daño a nuestro movimiento de masas y a la guerrilla. Sin embargo, la mentalidad absurda y recalcitrante de los ricos poderosos no les permitía aprovechar esos espacios de diálogo y concordia con sus propios trabajadores, incluso en beneficio de sus propios intereses. Ellos tenían sus propios métodos: mandar, explotar, robar y reprimir, todo ello con un profundo menosprecio a los pobres. Son esta suma de aspectos los que fueron marcando poco a poco un rumbo inevitable en nuestra historia, porque la gente finalmente termina cansándose de humillaciones y sometimientos.
Determinación de la Oligarquía y la Dictadura De Acabar con el Movimiento Popular

Con la masacre del 30 de julio de 1975, en la que los militares usaron tanquetas y ametralladores 50 contra la marcha de estudiantes universitarios, ya vimos la determinación de la dictadura de querer parar al movimiento popular a sangre y fuego; sin embargo, a partir de ese doloroso episodio, las organizaciones de masas comenzaron a conformarse en frentes políticos. Además de la organización gremial, eran organizaciones masivas de militantes políticos, con una idea clara de luchar por la liberación. Todas las organizaciones teníamos milicias de autodefensa. Por supuesto el régimen sabía y conocía las intenciones liberadoras de nuestro pueblo, por lo que arremetía con mayor contundencia represiva cualquier movilización, tal es el caso de la masacre del 28 de febrero del 77 en Parque Libertad.

Luego, en octubre de 1979, vino el golpe de estado de la Juventud Militar y de nuevo se da otra masacre en el centro de la capital San Salvador. En 1980 asesinaron a casi toda la dirección del Frente Democrático Revolucionario, e incluso a Monseñor Romero. Durante el entierro de Monseñor cometieron otra masacre con ataque de francotiradores.

Pese a los propósitos de exterminio de la derecha, nuestro pueblo se fortalecía con un ánimo de lucha cada vez más combativo, de manera que de 1975 a 1980, en El Salvador tuvimos prácticamente una guerra civil de características impresionantes; éramos un pueblo organizado, con clara conciencia política y concepción de un proyecto político. Teníamos una lucha combinada de movilizaciones de masa y lucha armada.

Después de la masacre a los estudiantes en Julio de 1975, las movilizaciones de masas comenzaron ser acompañadas por los comités de autodefensa, porque las organizaciones populares, tanto a nivel nacional como regional y departamental, tenían paralelamente sus propias milicias y los milicianos eran entrenados por instructores que eran miembros de las organizaciones armadas. Los miembros de dirección de las organizaciones de masas, de los frentes políticos, eran miembros de organismos partidarios político-militares, y así uno podía pertenecer a un organismo de dirección nacional, dirección departamental, regional, municipal, célula de base, célula de apoyo, colaborador o simpatizante.

Nosotros en ese período excepcional volvimos, más que al movimiento gremial, al movimiento político, al frente político, pero la guerra desnaturalizó prácticamente al movimiento social. En 1980, la derecha asumió una estrategia de genocidio y comenzó a asesinar de manera masiva a los líderes del movimiento social.

Recuerdo uno de los hechos macabros. Un día en Santa Ana apareció un volcán de 60 cadáveres en uno de los cruces de las calles, más claramente, en el cruce de la calle que va de Santa Ana al volcán de Santa Ana y la calle que va para Ahuachapán. Luego en San Salvador amanecíamos contando 11, 12 o 13 cadáveres a lo largo de cualquier calle, con la característica de haber sido degollados. La tortura y la barbarie de todo tipo eran cosas espantosas.

El ejército tomó una línea de no tener presos políticos y como no les convenía, porque les traía problemas políticos por las movilizaciones populares, se deshacían de ellos. El Capitán Mena Sandoval – un ex militar del ejército que después se incorporó a la guerrilla- me contó que vinieron a El Salvador unos expertos uruguayos a través de los gringos, a enseñarles las últimas técnicas que consistían en capturar, torturar y matar, de esa manera no habría presos políticos. Comenzaron a haber muchísimos muertos a manos de las estructuras militares del estado, entre ellos los escuadrones de la muerte.

Después del asesinato de Monseñor Romero, el 24 de marzo de 1980, la gente decía: “Si los muchachos no hacen nada ahora ya fracasaron”, y nosotros seguíamos desunidos. Ese mismo año se comenzaron a hacer esfuerzos para lograr la unidad, creándose primero la Dirección Revolucionaria Unitaria (DRU), después la Coordinadora Revolucionaria de Masas (CRM) y luego el FMLN.

Para la Ofensiva del 10 de Enero de 1981, se incorporó a la lucha armada todo lo que se pudo del movimiento popular, y aunque esa medida fortaleció el esfuerzo militar, también tenemos que reconocer que eso debilitó enormemente al movimiento de las organizaciones sociales de masas.
Los Valores, el Sacrificio y la Determinación de Lucha del Pueblo

Durante el proceso de lucha de masas de la década del 70, hubo muchos desaparecidos y caídos, pero hablar de ellos, además de ser fuerte y doloroso, es casi imposible, porque uno empieza a ver desfilar por la mente a miles de personas: mujeres, hombres, ancianos, jovencitos y niños. La represión era terrible, pero la gente estaba decidida a continuar con la lucha; iban a las marchas o manifestaciones y los militares mataban a las personas, las comunidades las lloraban y las enterraban y ahí mismo organizaban en respuesta otra manifestación. Los que estábamos en la guerrilla con las armas en la mano, pensábamos que la lucha era difícil, pero ¿Cómo podía uno explicarse, que las personas que estaban desarmadas pudieran demandar sus reivindicaciones y hacer sus manifestaciones sin casi nada para defenderse? Solo se puede explicar por el cansancio de la dura situación que en ese tiempo se vivía, y al compromiso de sangre con la lucha por lograr un cambio estructural, con justicia y respeto a la dignidad humana. A esta actitud contribuyó mucho la iglesia popular que jugó un papel importante con el trabajo de muchos sacerdotes, catequistas, comunidades eclesiales de base e incluso, el mensaje profético de las homilías dominicales en la radio YSAX de Monseñor Romero. Todos los barrios y clases medias escuchaban sus homilías. Seguramente no lo hacían los habitantes de la Colonia Escalón.

La participación de los cristianos y del movimiento de comunidades eclesiales de base fue vital para el desarrollo de la lucha de masas. La Federación Cristiana de Campesinos Salvadoreños (FECCAS) fue la organización más grande del Bloque Popular Revolucionario.

Era una lucha popular con valores, que no buscaba logros ni intereses personales, por el contrario, uno daba, se entregaba y se sacrificaba. En el caso de la guerrilla, los compañeros pensaban que la guerra iba a durar 20, 30 o 40 años y que no íbamos a ver la victoria final, sin embargo nadie se rendía, y no temo a equivocarme, que no había un tan solo guerrillero que no pensara en la posibilidad de que en cualquier momento podía morir en la guerra.

Murieron muchos compañeros valiosos, entre ellos campesinos, obreros, maestros, estudiantes y en general, ciudadanos del pueblo. Una muerte sentida nacional e internacionalmente fue la de Monseñor Romero, asesinado por los Escuadrones de la Muerte. Monseñor Romero es una figura universal, con un mensaje claro y analítico sobre las causas de la pobreza y la injusticia de nuestro país y del mundo; no era un hombre de izquierda ni perseguía la revolución, sin embargo iluminaba la mente de los salvadoreños con su sabiduría profética y sus críticas a los ricos y al gobierno.

Monseñor Romero era y continúa siendo la cúspide del compromiso con los pobres y la justicia; fue y aún sigue siendo un baluarte de los derechos universales del hombre.

Hoy, después de los Acuerdos de Paz, mucha gente me pregunta “Mire, usted que estuvo en el conflicto armado y después negociaron la paz, ¿Cree que valió la pena la guerra?” La gente que pregunta eso es porque no conoció en qué tipo de país vivíamos en esos tiempos. Hoy es increíble, porque en las calles y en todos lados se siente una gran tención por la situación de inseguridad, a causa de las pandillas llamadas maras. La delincuencia es grave. Yo les respondo a esas personas: “Piensen en la tensión que vivimos ahora en nuestro país y multiplíquela por 10, o por 20, entonces van a entender lo que era vivir bajo una dictadura. Lo de las maras es un abuso; nosotros sufrimos el agravante y la situación indigna de que los cuerpos policiales represivos mataban a la gente por pensar”.

Clarita, Alejandro y Andrés: Fundadores del Alba

Clarita, Alejandro y Andrés

Fundadores del alba

Por Atilio Montalvo, 29 de marzo de 2010

Conocí a Clarita Elizabeth Ramírez “Eva” y al “Ejote” Alejandro Solano “Chico”, cuando entré a la U en 1972, en los círculos de estudio de marxismo que organizaban las sociedades estudiantiles AGEUS (Asociación General de Estudiantes Universitarios Salvadoreños), y la SES (Sociedad de Estudiantes de Sociología).

Foto: Clara Elizabeth Ramírez “Eva”. El 11 de octubre de 1976, en Santa Tecla, tres jóvenes se enfrentaron a un verdadero ejército, en un combate que estremeció al país entero.Eva

Eva, era una estudiante de Sociología muy dedicada, ordenada, inteligente y guapa; Chico el “Ejote” muy aplicado en los estudios, de critica aguda, excelente sentido del humor y de volada algo liberal en esa época, como muchos de nosotros; todos éramos muy amigos en la U con Felipe Peña “Nacho”.

A Andrés Torres “Toño”, lo conocí también en 1972, era instructor de Sociología, muy estudioso, originario de Apaneca, muy disciplinado y con una visión bastante optimista de la vida, era amigo de Bety y desde que lo conocí surgió entre nosotros una muy buena amistad. Él y Virginia Peña “Susana” me ayudaron mucho a entender el materialismo histórico y dialectico en mi época de estudiante.

Ese mismo año, en julio después del cierre de la U por la intervención militar, Nacho y yo pasamos a formar parte de los primeros Comandos Urbanos de las FPL y nos dieron la tarea de crecer y formar grupos de colaboradores llamados Grupos de Apoyo que cumplían las tareas de propaganda, trabajo político y apoyo logístico. Fue allí que Felipe incorporó a Clarita y Alejandro, luego a “la Chinita” Gloria Palacios “Úrsula” y yo por mi parte, incorporé a Andrés.

Con Nacho participamos en muchas operaciones armadas de los comandos armados de las FPL hasta septiembre de 1974 que fue donde iniciamos la discusión sobre la formación del Frente Revolucionario de Masas.

Foto: Alejandro Solano “Chico”, caído el 11 de octubre de 1976 en Santa Tecla.

ChicoPosteriormente en ese mismo año, cuando hicimos el viraje al trabajo de las organizaciones revolucionarias de masas las FPL, se separó el trabajo militar, del trabajo político de masas, formando la Comisión Militar bajo el mando de Nacho y la Comisión de Masas bajo el mando de Salvador Cayetano Carpio “Marcial”. Eva, Chico y Toño fueron los impulsores del trabajo campesino bajo la dirección de Nacho, y yo pasé a reconstruir el movimiento estudiantil de UR-19 (Universitarios Revolucionarios 19 de julio, fecha de la intervención militar a la UES en 1972), y la AGEUS.

A mediados de 1976 celebramos el Concejo Revolucionario de las FPL con la participación de 15 compañeros que veníamos del trabajo militar y de masas; allí se oficializó la formación de la Comisión Militar y la Comisión de Masas (CONAMAS) y se planteó la tarea de formar el Partido Revolucionario. Se eligió oficialmente al Comando Central, a su primer responsable Marcial y como segunda responsable a Eva.

Desde el núcleo inicial de las FPL, de hecho ya existía un segundo responsable que fue José Dimas Alas “Omar” desde 1970 a 1973, luego después que cae Omar asume como segundo responsable Nacho durante dos años hasta que cayó en agosto de 1975 y fue hasta el Consejo Revolucionario de 1975 y fue hasta el Consejo Revolucionario de 1976, que nombramos a Eva como segunda responsable a propuesta de Marcial.

En la naciente CONAMAS estábamos Marcial, Eva, Chico, Toño, Mélida Anaya Montes “Ana María”, Lorena Peña “Rebeca”, Orlando Quinteros “Gerson” y yo. Según lo que recordábamos hace poco con Lorena, Eva tomó la responsabilidad de la CONAMAS; Toño era responsable de la Subcomisión del Campo y Chico tomó la responsabilidad del trabajo de la Subcomisión de Maestros y también apoyaba la Comisión de Propaganda y la de Educación Política.

La Comisión de Masas ocupaba un local de trabajo en la Colonia Don Bosco de Santa Tecla, que era la casa donde se reunía inicialmente la Subcomisión del Campo que antes estuvo integrada por Eva, Toño, Chico, Antonio Cardenal “Jesús” y un campesino de San Pedro Perulapán.

Allí vivían Eva, Chico y Toño, quien nos apoyaba con el transporte en un microbús Volkswagen anaranjado, recogiendo a todos los compañeros de la CONAMAS, los días de reunión.

Ana María siempre ponía su contacto con Chico en dos puntos: uno en la parada de buses de una ferretería que se llamaba “el Maistro Prefa” donde vendían ladrillos de bloque, sobre la 1ª Calle Poniente cerca de donde hoy está la UTEC (Universidad Tecnológica), y otra en la parada de buses del Colegio Santa Cecilia en Santa Tecla. Después de la muerte de Eva, Chico y Toño ella escribió un poema precioso que se llama “La iglesia de 3 picos”.

TonoFoto: Andrés Torres Sánchez. (EL TERCERO DEL GRUPO. Nadie identificó ayer al otro terrorista que también se suicidó, dado el tatuaje de pólvora encontrado en su sien derecha. Este -según se informó -fue quien escribió con sangre las siglas de FPL en la pared, al pie de la cual se encontraba”. (Foto de Álvarez), el diario de hoy. Martes 12 de octubre de 1976)

El 10 de octubre estuvimos reunidos Marcial y yo en la casa de la Don Bosco, para preparar unos documentos que íbamos a discutir el siguiente día. Con Marcial estuvimos hasta cerca de las 11 de la noche, analizando la estrategia de trabajo de las Milicias Populares, Eva y Toño llegaron tarde pero no nos vimos por razones de compartimentación.

Luego Chico Salió a la puerta para ver cómo estaba la situación de seguridad en la calle, nos despedimos y comenzamos a caminar con Marcial en la calle principal que viene del centro de Santa Tecla sobre la acera norte frente a una pupusería, allí notamos que todavía habían unos clientes y comentamos que habían dos que se nos quedaron viendo y parecían sospechosos, tomamos el pasaje hacia la calle de Las Delicias, en la entrada poniente de la ciudad y allí abordamos un taxi hasta el Salvador del Mundo, donde cada quien abordó otro taxi para ir a los locales de seguridad que teníamos.

Al siguiente día, muy temprano me dirigí de nuevo a la reunión de CONAMAS que teníamos en la Don Bosco, a mi me tocaba entrar a las 7 a.m. ya que las llegadas de todos era de forma escalonada, allí iba a presentar la propuesta de trabajo de Milicias y una cuadra antes de llegar a la pupusería vi una trabazón de vehículos que estaba desviando la Policía Nacional hacia la otra calle, habían muchas personas aglomeradas y comencé a preguntar qué sucedía, la gente decía que había un enfrentamiento armado con la Guardia y la Policía Nacional.

Cuando llegue hasta el cordón policial, vi el humo saliendo de nuestro local dos tanquetas una metida en el portón de la casa y otra frente al muro derribado que estaba sobre la calle principal. Yo iba armado, con un montón de papeles en la mano y le pregunté a un policía que estaba en el cordón que si se podía pasar y me dijo que no, que había un enfrentamiento con guerrilleros en esa casa y me la señaló.

Yo no creía lo que estaba viendo, me vinieron muchas cosas a la mente, si los compañeros estaban vivos, había tiempo para ir a traer un comando de refuerzo y atacar el cordón policial… ir al re contacto con los demás compañeros de la CONAMAS y avisarles lo que estaba pasando… me inundó la impotencia, el coraje y fui a contactar a Rebeca para avisarle y me dijo que ya sabía lo ocurrido, que había que desalojar todos los locales y que nos viéramos a las 5 de la tarde, que ella tenía otro local para ir a pasar la noche.

Luego me reuní con Marcial para analizar la situación, la primera reacción de Marcial fue tirar un cuaderno que tenía en la mano contra la pared y con los ojos llorosos dijo unos insultos contra la dictadura.

Después busqué contacto con el compañero “Pepe” y otros compañeros que por su trabajo tenían información fresca de lo que realmente había sucedido.

Los compas nos dijeron lo siguiente, la versión de los oficiales al mando, es que la Guardia Nacional (GN) había capturado al compañero campesino de la Subcomisión del Campo y él había delatado la casa, que cuando llegó la GN después de las 11 pm rodearon la casa, se tomaron los techos vecinos y cuando un oficial tocó el timbre del garaje encendieron una luz adentro y salió un hombre a ver, que por todas las características que dieron, fue Toño.

Luego apagaron las luces y solo quedaron encendidas las del patio y la calle, después de algún tiempo, comenzó el enfrentamiento en la ventana que daba al pasaje y en el patio, luego comenzó una humazón dentro de la casa que se confundía con el fuego de los fusiles de la guardia y las bombas lacrimógenas.

Que los guardias del patio pidieron refuerzo porque tuvieron heridos y no pudieron entrar, que luego todo se calmó, que la policía pensó tirar granadas por el techo pero después que tiraron una, ellos mismos salieron heridos, luego de adentro les respondieron tirando mas granadas y disparos.

La GN al ver que había fuerte resistencia, entró con una tanqueta derribando el portón negro del garaje que estaba sobre el pasaje y derribaron el muro de la calle principal con explosivos abriendo un boquete que fue donde subió la otra tanqueta hacia el patio.

Lo mayor del combate se habría dado desde las 4 am porque la GN no había podido entrar a nuestro local y que fue hasta las 7 am que entraron y al ver a los tres compañeros dieron la versión de que eran más y que los otros habían escapado por los techos vecinos hacia los cafetales.

Al entrar, encontraron en un cuarto papeles quemados y en otro lugar Eva y Chico muertos juntos con las armas en la mano y otro lado sentado muerto con un arma en la mano Toño que habría pintado con su sangre y la de los compañeros, “Revolución o Muerte” y “Vivan las FPL”. Que los guardias y policías que participaron en el operativo estaban impresionados por la respuesta de los compañeros.

En la cartera Eva, tenía una foto de su hija, su cédula de identidad unos apuntes con listado de compras, maquillaje, treinta colones y un guineo. Chico, tenía en la cartera su cédula, veinte colones, unas monedas y un papel con dibujos de muñecos con unos nombres; Toño tenía su cédula, varios colones, monedas y unos apuntes con algunas consignas.

Dos años antes, el 9 de Agosto de 1974, a pocas cuadras de allí, había caído en combate “Juan Sebastián” (Alejandro David) hermano de Eva, cuando las FPL hicimos un operativo de recuperación económica en un banco en donde participamos Juan Sebastián, Nacho, Osmín, Alberto, Félix, Oscar, Julia, Úrsula y yo.

Desde esos días no me acostumbro a ver las fotos de mis compañeros, mis hermanos, en los periódicos nacionales y en El Rebelde; nunca me acostumbraré a sentirlos muertos, a ellos les debo mi vida, lo fresco de mis ideales y lo que actualmente soy; es por eso que desde esos días para acá, me cuesta ir a los funerales de mis compañeros… porque me cuesta enterrarlos y… sentirlos muertos.

(Fuente: Eva, Chico y Toño. Victoria Eugenia Ramírez Acosta, FundAbril, primera edición. Octubre 2010, San Salvador, El Salvador).

La filosofía de los derechos humanos

Quiero agradecer la invitación a participar en estas Jornadas en homenaje al Dr. Germán Bidart Campos, quien durante toda su vida se dedicó a estudiar el derecho, centralizando en el derecho constitucional, abordándolo desde la filosofía, sociología jurídica y en la última etapa analizó la importancia de los derechos humanos, realizando aportes significativos en la materia, siendo hoy cita permanente en el ámbito académico, judicial y doctrinario.

Para pensar acerca de la filosofía de los derechos humanos, debemos
preguntarnos ¿Cómo nace la idea de que los seres humanos tenemos derechos?, ¿Por qué se idearon y sostienen estructuras jurídicas en base a desigualdades?, ¿Cómo se construye ese conocimiento de derechos?, ¿Después de conocerlos, podemos transformarlos?, ¿Qué relación debe darse entre Estado Constitucional de Derecho y Derechos Humanos?, parecen pocas preguntas, pero cada una de ellas podría derivar en un tratado, por ello la importancia de seminarios, donde podamos debatir, preguntarnos, aportar, reconstruir, porque los estudiosos del derecho debemos dar en este campo respuestas, que sirvan a las necesidades de nuestro tiempo. No podemos sentirnos satisfechos con describir la realidad
o interpretarla, sino que debemos comprometernos para cambiarlo y fundamentalmente desde la Universidad Pública.

Por ello no podemos analizar los derechos en el siglo XXI que iniciamos, sin advertir que el nacimiento del Estado de Derecho se produce a partir de 1789 con la Revolución Francesa, donde se impone la práctica de que los Estados adoptan sus cartas constitucionales con un contenido formal de proclamación de derechos, libertades y garantías, con una organización y distribución del poder, emanados sus contenidos del poder constituyente.

Este es el nacimiento de los derechos subjetivos. Con el inicio del constitucionalismo, las ideas del aseguramiento de las libertades individuales e imposición de los límites al poder constituían la centralidad.

  • Doctora en Ciencias Jurídicas y Sociales, Facultad de Ciencias Jurídicas y Sociales UNL, Doctora en Derecho, Facultad de Derecho, UNR. Profesora titular ordinaria de Derecho Constitucional II –Derechos Humanos y Garantías Públicas–, en la Carrera de Abogacía. Profesora titular de Derechos Humanos en la Especialización en Magistratura de la Facultad de Derecho de la UNR.

En el devenir se incorporaron a los derechos civiles, los políticos, luego de la Revolución Rusa se generalizaron los derechos económicos, sociales y culturales. En el siglo XX con la Carta de Naciones Unidas –1945– y la “
Declaración Universal de los Derechos Humanos” –1948–, nacerá el nuevo paradigma jurídico de los derechos humanos, aunque recién en este siglo hayamos advertido su nueva construcción teórica. Las declaraciones, pactos, tratados que se elaboran a partir de esta etapa constituyen una nueva legalidad internacional y del derecho interno, a partir de la cual esta diferente mirada de la sociedad controlará a los gobernantes y al derecho, por medio de la cual ya no habrá ningún acto de poder que pueda ser admitido ni aceptado como legítimo, si no pasa el test de los estándares mínimos en derechos humanos.

En la década del ’70, se comprendió que la proclamación de las independencias de los nuevos Estados y del tercer mundo, eran insuficientes para autodeterminarse, se comenzaron a construir nuevos esquemas teóricos sobre los derechos de los pueblos, como mecanismos para hacer frente a las mayores concentraciones del poder.

Paralelamente en este período se instauraron los autoritarismos en el Cono Sur, donde sectores de la sociedad civil, ONG, las/os ciudadanas/os comprometidas/os con los derechos humanos, militantes, opositores a las diversas modalidades de las derechas, usamos del discurso jurídico y la llave del monitoreo supranacional que prevén los tratados, para hacer frente a la ilegitimidad de los estados terroristas. Lejos de servir sólo como mecanismo para esa etapa, lo fuimos profundizando con la instauración de las democracias, prácticas que cada vez tienen más fuerza en el contexto regional y global.

Llegamos al final del siglo XX, donde fue creciendo la idea del neoconstitucionalismo, que constituye la superación de la concepción decimonónica del Estado Liberal de Derecho, por la etapa del Estado
Constitucional de Derecho, en donde el contenido es significativo, al decir de Luigi Ferrajoli que corresponden a dos modelos normativos diferentes:
el modelo paleoHiuspositivista del Estado legislativo de Derecho
(o Estado legal), que surge con el nacimiento del Estado moderno como monopolio de la producción jurídica, y el modelo neoHiuspositivista del Estado constitucional de Derecho (o modelo constitucional)1.

Esta nueva concepción del neoconstitucionalismo, va ampliando la incidencia del DIDH en las normas internas, como así también que los actos estatales deben aprobar el estándar de los derechos humanos para su validez y legitimidad, incorporará a la organización interna de los Estados una nueva práctica, que traerá discusiones y desequilibrios si pretendemos abordarla con las viejas concepciones jurídicas. De ello resultará una síntesis que abre paso a la incorporación de tipologías que modificarán lo
actuado hasta ahora.

1 FERRAJOLI, Luigi “Neoconstitucionalismo”, Edición de Miguel Carbonell, 2ª Ed. Madrid, Trotta, 2005, págs. 13 4. ISSN 1851-2844
www.centrodefilosofia.org.ar / Investigación y Docencia Nº 40

II. Desarrollo

1. Globalismo jurídico y derechos humanos

Iniciamos el siglo XXI con el paradigma de la globalización, el poder de los medios de comunicación masivos e Internet y el discurso único instalado. Convivimos con un sistema de mundialización de bienes y servicios en un mundo interdependiente, con bolsas y mercados de valores
que funcionan los 365 días y las 24 horas del año, dado que siempre existe por las diferencias horarias alguna bolsa abierta donde juegan en el gran casino mundial los ciudadanos globales, que son un porcentaje muy pequeño de seres humanos, apuestan y deciden la suerte de los más de seis mil millones que habitamos el planeta.

El flujo de capitales, transacciones, bonos y valores se mueve en un propio
estado supranacional, independientemente de los estados nacionales, en donde cotiza la comunidad económica multinacional y tiene como objetivo la optimización de sus recursos a escala planetaria del capital financiero, divisas, acciones, con el aval del FMI, OMC, Banco Mundial,Organización para la Cooperación y Desarrollo Económico, entre otras. Es un supra estado multinacional, sin sociedad política y sin ciudadanos, donde no
existe la democracia liberal del ejercicio de los derechos políticos, sino las decisiones económicas que condicionan la política, se toman sólo por los que cotizan, especulan y juegan en las bolsas, pero sus consecuencias las su
frimos los miles de millones de seres humanos que nos encontramos excluidos de ella. Ante el acrecentamiento del poder económico, se van degradando los DH.

Debe agregarse que no existen mecanismos ideados por las democracias para hacerles frente a la especulación financiera organizada, habiendo ejemplos, aún en nuestro país, de finalización anticipada de mandatos legítimos de gobernantes, cuando lo impone el poder económico. Se puede analizar así la fragilidad del Estado de Derecho y de las democracias ante al poder económico concentrado. El derecho interno también resulta ineficaz para el control.

Frente al ejercicio del poder económico transnacional y violento, donde la minoría que lo detenta lo hace a costa de la mayoría de la población mundial; que se caracteriza por su pobreza, vulnerabilidad, insuficiencia de alimentos, bienes y servicios y omisión de derechos esenciales, va creciendo la fuerza del globalismo jurídico, en donde los derechos corresponden a los seres humanos, como sujetos de derecho internacional, que nacen libres e iguales, independientemente de su nacionalidad, raza, condición social, educación, linaje, etnia, ciudadanía, género y que no reconoce ningún tipo de fronteras.

Este globalismo jurídicose encuentra contenido en las declaraciones, pactos, tratados, convenciones, internacionales y regionales, que a su vez cada uno de ellos tienen sus propios organismos políticos, jurídicos,
contenciosos y cuasi contenciosos de control para el cumplimiento del contenido de esos instrumentos, ratificados voluntariamente por los Estados que los suscriben.

El contenido de las normas del DIDH, se encuentran basadas en un consenso universal, poseen un positivismo convencional regulado en el contenido de los artículos respectivos en cada instrumento, que tienen en el caso de Argentina jerarquía constitucional, si se trata de los instrumentos contenidos en el artículo 75 inciso 22 de la Constitución Nacional –once instrumentos reconocidos en la Convención Constituyente en 1994 y dos posteriormente, por el mecanismo que la propia CN determina–, o superior
a las leyes internas –artículo 75 inciso 24 CN–, de manera que todas las normas y actos de los poderes del Estado se deben adecuar a éstos, de lo contrario la CSJN deberá resolver su inconstitucionalidad en ejercicio del
“control de constitucionalidad y convencionalidad” de las leyes y actos de gobierno.

En este sentido la CSJN ha venido sosteniendo en los casos “Giroldi
”, “Bramajo”, “Alvarez” y más extensamente a partir de su nueva conformación en “Arancibia Clavel” –24/08/2004–; “Simón” –14/06/2005– y “Riveros” –13/07/2007– que es su obligación interpretar las normas del derecho interno tomando como guía a la Corte Interamericana sobre Derechos Humanos –CIDH–, ya sea en sus fallos como en las opiniones consultivas –OC–.

Es interesante analizar las citas y la validez asignada por la CSJN
a los decisorios de la CIDH, especialmente de los casos “Barrios
Altos vs. Perú” –14/03/2001– y “Almonacid Orellano y otros vs. Chile
” –26/09/2006–, cuando debieron decidir cuestiones semejantes a las ya resueltas por la Corte Interamericana en las planteados ante el Superior Tribunal de Argentina, sobre la inconstitucionalidad de las leyes de impunidad 23492 y 23521 y la validez de la ley 25779; como así también sobre la inconstitucionalidad del indulto 1002/1989.

2. El nuevo paradigma de los Derechos Humanos

Como lo anticipara en la introducción, los derechos contenidos en el sistema convencional no constituyen un plus a los derechos subjetivos del constitucionalismo decimonónico, por lo que para su mejor comprensión
realizaré la diferencia acerca de la construcción epistemológica entre derechos humanos y derechos subjetivos.

a. En primer lugar posen una construcción epistemológica distinta, el origen de los derechos humanos surgen a partir de la Carta de UN y la
“Declaración Universal de los Derechos Humanos”, son construcciones convencionales realizadas entre los Estados que las elaboran en las primeras instancias con formato de declaraciones, donde se discutía su exigibilidad, hasta perfeccionarlas en Pactos y Convenciones exigibles por
quienes las ratifiquen. En la actualidad los derechos humanos son aceptados por sus características de supralegalidad interna, de orden
público, indivisibilidad, exigibilidad, irrenunciabilidad, no regresividad y se aplica el principio pro homine.

Los derechos humanos surgen entre las dos guerras mundiales, se formalizan a partir de las declaraciones universales y regionales de derechos humanos en 1948. Los sujetos que violan los derechos humanos son los estados o grupos de estados, organismos internacionales, organizaciones internacionales –Fondo Monetario Internacional, la
Organización Mundial del Comercio, Banco Mundial–, por lo que se debe reconocer una antijuridicidad objetiva ante la situación de desposesión.

Mientras que los derechos subjetivos surgieron con
el Estado Liberal de Derecho en 1789, como consecuencia del abstencionismo estatal, son positivizados en constituciones, normas, que consagran los derechos y libertades del ciudadano. Los sujetos de los derechos subjetivos son las personas, podemos afirmar que estos derechos
son vulnerados por los particulares entre sí en diversas relaciones: civiles, comerciales, laborales; o por grupos económicos, teniendo una base contractual privada.

b. En segundo lugar se diferencian en cuanto a la formalidad, los derechos
humanos son construcciones normativas convencionales que se realizan entre Estados ya sean de una misma pertenencia internacional o regional –
UN, OEA, Unión Europea, Unión Africana, que a pesar de las diferencias culturales, étnicas, geopolíticas, poder, se consensúa estándares mínimos de derechos, de maneraque si un Estado en su derecho interno tiene mayores reconocimientos, funciona el principio “pro homine” y se aplica siempre lo más favorable al ser humano, pero a la vez los Estados que lo ratifican no
pueden alegar cuestiones domésticas para incumplirlo, siempre deben respetar el piso mínimo. Estos instrumentos luego de ser sometidos a
su aprobación en el organismo internacional o regional que corresponda, posee otro proceso igualmente formal por los poderes de cada Estado para su positivización en elderecho interno y una vez que se logra el voto positivo, nuevamente vuelve al trámite internacional hasta culminar con el
depósito del instrumento ratificado.

Los derechos subjetivos de cada Estado sólo poseen un trámite interno para la sanción de las leyes ya sean constitucionales u ordinarias, son formulaciones generales que conforman las constituciones, legislaciones internas, normas del sistema jurídico, que contemplan las particularidades de cada país, que pueden ser cambiadas con mayor frecuencia dado que depende únicamente del poder político de cada Estado.

Pero, cuando esos mismos derechos se encuentran en
el texto de un tratado que el Estado ha ratificado, estamos en la órbita de los derechos humanos y en consecuencia se está reconociendo estándares mínimos universales para aplicarlos en el país. De manera tal que, si no se cumplen los preceptos convencionales se incurre en responsabilidad internacional, que es mucho más grave que violar una norma interna,
porque el incumplimiento genera la intervención de órganos supra nacionales que pueden derivar en sentencias condenatorias, exigiendo el cese de la violación, reparaciones o modificaciones de actos estatales2.

Los mecanismos de control son diversos, desde la presentación de informes de los Estados para establecer el grado de cumplimiento a los pactos, los contra informes de las ONG, las denuncias que los particulares realizan a los incumplimientos, entre otras.

En consecuencia la violación de una norma interna, aún constitucional, implica responsabilidades al Estado en el orden interno frente a los ciudadanos, pero cuando el mismo contenido normativo se encuentra positivizado en un tratado, genera además responsabilidad estatal internacional.
c. En tercer lugar se diferencian en cuanto al sujeto, los derechos humanos son violados por acción u omisión por los Estados, de manera que no sólo se incumple una convención cuando en sus prácticas las vulnera o desconoce directamente, sino también cuando frente a una situación de desposesión generalizada, no adopta políticas públicas para que las/os ciudadanas/nos tengan acceso a los derechos, reconociéndose la antijuricidad objetiva.

2 La Convención para la Prevención y Sanción del Delito de Genocidio, determina que sus controversias serán sometidas a la Corte Internacional de Justicia a petición de parte, artículo 9; la Convención Americana sobre Derechos Humanos establece dos órganos para conocer de los asuntos relacionados con los compromisos de la CADH –artículo 33– que son la Comisión Interamericana de Derechos Humanos–artículos 34/51– y la
Corte Interamericana de Derechos Humanos–artículos 52/69–; la Convención sobre la Eliminación de todas las formas de Discriminación contra la Mujer su monitoreo lo realiza el Comité sobre la Eliminación de la Discriminación contra la Mujer–artículos 17/22–; el Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturalesestablece que su monitoreo estará a cargo del Consejo Económico y Social –artículos 16/22–; el
Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticoses controlado por el
Comité de Derechos Humanos –artículos 28/43–y su Protocolo Facultativo
que reconoce la competencia del Comité para recibir y considerar comunicaciones de individuos; la Convención contra la Tortura y otros Tratos o Penas Crueles, Inhumanos o Degradantes encomienda al Comité contra la Tortura la tarea de control –artículos 17/24– y la Convención sobre los Derechos del Niño deja en manos del Comité de los Derechos del Niño –Artículos 43/45–.

En cambio los derechos subjetivos son vulnerados por particulares, personas físicas o jurídicas, grupos, sociedades, que se encuentran
en el circuito económico y poseen una base contractual privada o efectivizan una conducta disvaliosa tipificada como ilícito.

d. En cuarto lugar se diferencian en cuanto al objeto, los derechos humanos son derechos y garantías que constituyen necesidades humanas internacionalmente objetivadas en los respectivos instrumentos convencionales, se parte de la concepción que todo ser humano es un sujeto de derecho internacional y cada Estado, como parte integrante de la comunidad internacional debe velar por ellos, independientemente de su
capacidad de adquirirlos frente al mercado. Deben ocuparse los Estados del acceso al derecho, remover los obstáculos cuando los seres humanos no pueden tener derechos.

Los derechos subjetivos tienen como objeto la defensa y protección del derecho de propiedad, las cosas, los objetos susceptibles de una apreciación patrimonial, reconocidos por las leyes del sistema jurídico interno.

e. En quinto lugar se diferencian en cuanto al sistema de garantías, los derechos humanos contenidos en el sistema convencional, cuando son violados las/os ciudadanas/os disponen de un accionar jurisdiccional ante los tribunales de justicia de su país, pero si el reclamo no es receptado y se sienten agraviadas/os,subsidiariamente pueden reclamar ante el organismo de control de cada instrumento convencional, como fue referido en el
punto b.

Cuando la vulneración es de derechos subjetivos se pone en funcionamiento el aparato jurisdiccional reclamando por incumplimientos contractuales, obligaciones insatisfechas, turbación ilegítima de un derecho o frente a la desposesión arbitraria, porque se demanda la reposición al estado anterior al litigio, o en caso de imposibilidad, como es la muerte de una persona por otro particular, ya sea ante delitos o cuasi delitos, se reclamarán los daños y perjuicios o sanciones punitivas o ambas.

f. En sexto lugar se diferencian en cuanto a la legitimación, frente a la
vulneración de derechos humanos el particular lesionado, las ONG, los grupos sociales, el Estado y la comunidad internacional tienen legitimación para accionar ante la justicia para el cumplimiento de derechos convencionales, máximo cuando las investigaciones, juzgamiento y sanciones se refieren a crímenes de lesa humanidad.

La legitimación frente a los derechos subjetivos generalmente está reservado al afectado, a quienes tiene un interés legítimo y a funcionarios específicamente designados por la ley para asumir dichos roles.

g. En séptimo lugar se diferencian en cuanto a la jurisdicción, los derechos
humanos son subsidiariamente internacionales o regionales, según del instrumento convencional del que se trate. Se aplica la subsidiaridad porque primero deben reclamarse en el propio Estado donde se ha producido la violacióny una vez que se agotó la vía dentro del sistema jurisdiccional de cada país, se habilita el reclamo o demanda internacional.

En los derechos subjetivos la jurisdicción es interna, se judicializan en los
tribunales competentes de cada país, el superior tribunal de justicia es el que resuelve en definitiva y la sentencia es inapelable. Sólo cuando el litigio versa sobre cuestiones de derechos humanos es posible someter el decisorio a análisis de otro organismo supranacional, pero éste no podrá revisar un fallo de los tribunales de otro país, ni las leyes internas de ese, sino que sólo analizará si el caso viola o no normas convencionales.

Esta construcción acerca de los derechos humanos trae consecuencias en la
teoría de los derechos subjetivos, porque frente a determinadas violaciones sobre los primeros, no podemos analizar únicamente los contenidos del derecho interno, sino que debemos efectuar el control de convencionalidad.

III. Conclusiones

Con la reforma de la Constitución Nacional en 1994 y la jerarquía asignada a los tratados sobre derechos humanos, internacionales y de integración, se asumía una nueva filosofía política e iniciaba la etapa del neoconstitucionalismo, o del estado Constitucional de Derecho siendo ésta la coalición de Democracia, Constitución y Derechos Humanos.

El neoconstitucionalismo implica asegurar: Que el contenido de la Constitución debe ajustarse a los estándares del DIDH; el control de constitucionalidad y convencionalidad de las leyes y actos de gobierno; la subordinación de todos los órganos del Estado a los derechos humanos.

Este paradigma de derechos humanos constituye la cara progresista de la
globalización, impone un globalismo jurídico en donde por un lado protege a los seres humanos como sujetos de derecho internacional y por la otra podrán los ciudadanos utilizar nuevas herramientas de resistencia al poder económico concentrado y a los Estados más poderosos.

Posibilita que el derecho sea usado como un espacio más de resistencia y
construcción, dado que la globalización también puede ser encaminada hacia la creencia de que un mundo mejor es posible, con vigencia plena de los derechos humanos.

Diez días en Moscú Un reencuentro doloroso

¿Lo que sentiré en el reencuentro? La pregunta, mientras el avión corría por la pista del Aeropuerto Domodedevo, en Moscú, me incomodó por repetida. Desembocaba en un vacío.

Volvía a Moscú 15 años después de la última visita realizada como miembro de una delegación de la Asamblea Parlamentaria del Consejo de Europa. En esa época Rusia, en transición al capitalismo, vivía días caóticos.

Ahora, transcurridas 24 horas, aún tengo dificultad en organizar ideas e interpretar emociones, en insertar en una reflexión coherente lo que veo y siento.

Estoy en una explanada del Gum, en la Plaza Roja, enfrente del Mausoleo de Lenin. Sobre el Gran Palacio ondea la bandera actual de Rusia. En ella figura por decisión reciente el águila bicéfala de los Romanov. La guardia de honor que antes era permanente fue retirada.

Nada corresponde a lo esperado. Las sorpresas se encadenan en una cadena desordenada.

En la memoria lo que quedó grabado no fueron imágenes y sentimientos de pasajes por la ciudad en la agonía de la perestroika y en el inicio del consulado de Yeltsin. Lo que permanece como referencia, como punto de comparación, es la remembranza del Moscú que visite más de una docena de veces cuando era la capital de la URSS, un país que desapareció.

El día está luminoso, casi no hay nubes en cielo muy azul, y el sol caliente de la mañana incide sobre el cimborio de la catedral de San Basilio.

Hay poca gente aún circulando por la Plaza y en la lejanía adivino las cúpulas doradas de algunas de las blancas catedrales del Kremlin.

Pagamos, mi compañera y yo, 2500 rublos, el equivalente a 56 euros, por dos ensaladas, una cerveza –extranjera porque no servían rusa- un agua mineral y dos cafés.

Fue el primer alerta, para no olvidar que Moscú es hoy la ciudad más cara de Europa.

El Gum, que conocí como gigantesco centro comercial donde todo era barato, asumió la fisonomía de un shopping donde trasnacionales de la Unión Europea y de los EEUU venden productos de lujo.

En Arbat y la Nueva Arbat

Volví a Arbat en un domingo frío y con viento. Al entrar en la calle que aparecía a los forasteros como un ex libris de la vieja Moscú tuve inicialmente la sensación de que el tiempo había parado al visitar, viniendo del Metro Smolenskaya, el palacete verde donde Pushkin vivió tiempos de felicidad con su mujer, Natalia Goncharova.

La ilusión luego se deshizo.

Algunos artistas exponían, como antes, sus cuadros en medio de la calle y pintaban retratos de turistas. Pero la atmósfera de Arbat se modificó. La modernidad transformadora se exhibía en las terrazas de estilo francés de los cafés, de los restaurantes de cocina italiana, asiática, hasta norteamericana, en la decoración de establecimientos de souvenirs, pero también en la sequedad de los vendedores, en la frialdad de las empleadas de todas las tiendas.

Choque mayor fue el sentido después, al descender a la antigua avenida Kalinin. Cambió de nombre como muchas calles y ciudades. Ahora es Nueva Arbat. Reconocí ,inmutables, los enormes edificios de la época soviética. Pero caminando por los pasillos –tal vez los más largos del mundo- la sensación de que pisaba terreno desconocido fue inmediata. La publicidad antes inexistente, agrede hoy al forastero.

Los casinos de la avenida fueron cerrados recientemente por decisión de Medvedev en cumplimiento de una ley que no era respetada. El juego pasó a ser permitido solamente en cuatro ciudades del país. Pero las fachadas chillantes de los casinos aún no fueron modificadas. Allí se perdían y se ganaban millones en la ruleta, en el póker y las slot machines eran un sorbedero de dinero

Entré en dos centros comerciales lujosos donde las tiendas de los grandes costureros de París y de Roma y de perfumes famosos llaman la atención. Los precios son astronómicos. Vi expuesto abrigos de pieles cuyo costo excedía 500.000 rublos (11.200 euros). En una tienda de vinos –hay hoy decenas en Moscú- una garrafa de Bordeaux de nombre para mí desconocido era ofrecido por la bagatela de 45.000 rublos (1000 euros). Otras cuestan más de 20.000 rublos (445 euros). Algunos supermercados funcionan durante las 24 horas del día.

En un estacionamiento de la Nueva Arbat los carros top gama eran más numerosos que los comunes. Vi ahí Bentleys, Porsches, Mercedes, Jaguares, Ferraris, Volvos, BMW, Lexus e Infinitis japoneses, algunos de modelos inexistentes en Portugal. Me dijeron que en Moscú hay más Rolls Royce que en Inglaterra.

Para mi sorpresa hay hoy en circulación más carros importados que rusos. De las marcas tradicionales, según me informaron, solamente continúan en producción el Volga y el Lada.

Pero las contradicciones en la capital son de tal tamaño que en la Sodovaya, la primera circular, muy cerca de la Nova Arbat, otro supermercado vendía cerveza rusa barata, excelentes vinos chilenos a 200 rublos (4,4 euros) y legumbres, frutas a precios comparables a los portugueses.

¿Cómo fue posible?

No ocurrió en la historia contemporánea acontecimiento comparable al terremoto social que señaló la desaparición de la Unión Soviética.

La transición del capitalismo para el socialismo, difícil e imperfecta, se caracterizó por una exacerbada y prolongada lucha de clases. La transición del socialismo al capitalismo, esa fue rápida, caótica, salvaje.

Leí millares de páginas sobre ese periodo de barbarie. En dos visitas breves, en 1993 y 1994, testimonié el inicio de la transformación de la sociedad. Conocía los hechos, más no la herencia.

Con frecuencia veteranos comunistas preguntan en Portugal: “¿Cómo fue posible?”.

En reencuentro con amigos rusos –periodistas, ex-diplomáticos, traductores- escuché, en las respuestas a una infinidad de preguntas, versiones del sismo social no siempre coincidentes en los pormenores más que no diferían mucho en lo tocante a los efectos del vendaval contrarrevolucionario y al cuadro en que se desarrolló el capitalismo salvaje.

En la destrucción de las estructuras económicas del Estado Soviético fue todo tan rápido, absurdo y violento que la imaginación tiene dificultad en acompañar el proceso.

El Moscú de los billonarios y de los pobres, separados por una clase media anémica que sobrevive recorriendo al doble y triple empleo, nació en la atmósfera caótica de la barbarie social incentivada y tutelada por Yeltsin después del fin de la URSS.

La destrucción de la propiedad social, emprendida bajo la dirección de una burocracia que había renunciado a muchos principios y valores del socialismo, se concretó a través de mecanismos criminales concebidos para permitir la acumulación en tiempo brevísimo de fortunas colosales.

El sistema de vouchers fue presentado al Occidente como una opción democrática destinada a transformar a los trabajadores en propietarios de sus empresas. En la práctica funcionó como instrumento de creación de riqueza y poder en las manos de una clase dominante de tipo mafioso.

El desorden imperante, el desmoronamiento de la seguridad social, la desaparición de derechos y garantías, el desempleo galopante, el desabasto, carencias generalizadas contribuyeron para que en tiempo mínimo los trabajadores vendiesen por precio vil los vouchers recibidos, para ellos papeles sin valor.

Ex-directores de las empresas y ex–altos funcionarios del Estado fueron los principales beneficiarios del proceso de expoliación de los trabajadores. La venta de fabricas enteras al extranjero –muchas veces por menos de un décimo de su valor- en negociaciones escandalosas, auspiciadas por el Gobierno, facilitó también que apareciera una generación de millonarios. Los años 90 quedaron en la Historia como la década de las mafias, un periodo de caos social, durante el cual la criminalidad alcanzó el auge con los grupos mafiosos que controlaron el Poder Central en tanto se enfrentaban en el contexto del capitalismo salvaje. Casi todo en el fluir de la vida económica era ilegal. Pero la ilegalidad torrencial, por rutinaria y abarcante, era tolerada, aceptada como fenómeno casi natural.

Hombres y mujeres – Berezovsky, Abramovitch, la hija de Yeltsin Tatianja Diatchenko, entre muchos otros- que años antes vivían de modestos salarios tuvieron, de repente, sus nombres inscritos en la lista de las grandes fortunas del mundo. La nueva economía rusa se apoyaba en bases virtuales, tan desligadas de la producción que se desplomó casi instantáneamente.

En la crisis del año 98 vino todo para abajo. El rublo se tornó de un día para otro en un papel sin valor y la pobreza generalizada se agravó en todo el país, asumiendo proporciones alarmantes.

La ascensión de Putin a la Presidencia vino a señalar el inicio de una transformación del sistema. El sucesor de Yeltsin percibió que era urgente poner término a la fase del capitalismo salvaje, tutelado por las mafias, e instaurar en el país un capitalismo con reglas y otro rostro, inspirado en el modelo neoliberal occidental. ¿Que ocurrió?

La continuidad de una política antisocial, con la peculiaridad de ser aprobada y elogiada por los EEUU y por los gobiernos de la Unión Europea.

Se asistió, a partir del año 2001, a la legalización de aquello que fue robado. La corrupción en amplia escala no desapareció. Asumió nuevas formas. El Gobierno de Putin ganó la respetabilidad de que carecía el de Yeltsin.

Moscú, otro país

Moscú tiene oficialmente 10 millones y medio de habitantes. Es la más poblada ciudad de Europa después de la turca Estambul. Pero las estadísticas enmascaran la realidad. Pocos arriesgan números, pero se admite que en la capital vivan actualmente 13 millones de personas. ¿Por qué la diferencia?

Nadie puede habitar en las ciudades sin autorización de residencia y los ilegales no cuentan obviamente en el censo.

Oí repetidamente que Moscú es actualmente un país dentro de otro, diferente, que es Rusia. El comentario facilita el entendimiento de la contradicción: una prodigiosa concentración de la riqueza en la capital de un país empobrecido, tercerizado.

Moscú es un pulpo monstruoso que atrae y digiere la riqueza producida en la vastedad del mayor país del mundo. Allí se concentran en las manos de una clase de enemigos del pueblo los lucros del gas, del petróleo, de los diamantes, del oro, de gran parte de la plusvalía que el joven capitalismo ruso consigue acumular a costa del sudor y del sufrimiento de los pueblos del territorio del planeta más rico en recursos naturales.

Pero Moscú es una ciudad de desigualdades chocantes. La prosperidad arrogante de la urbe de nuevos ricos, que se exhibe como vitrina del Siglo XXI, es privilegio de una pequeña minoría. En la megalópolis la pobreza y la miseria coexisten con el mundo cerrado de la clase billonaria de raíces mafiosas.

En los estamentos más bajos de una clase media pauperizada son raros los que para sobrevivir no tienen que recurrir al doble empleo o a la chapuza. Casi todo lo que antes en los servicios públicos era gratuito o tenia un precio simbólico es ahora de pago.

La enseñanza en las Universidades del Estado –las privadas son por ahora inexpresivas- continua en teoría siendo gratuita. Pero el costo de las propinas alcanza niveles elevadísimos. En la Lomonossov, de Moscú, una escuela que gozaba de prestigio mundial, la anualidad de algunas Facultades anda por los 225 000 rublos (5000 euros).

La situación creada por la corrupción en la Enseñanza suscita tantas críticas que Medvédev, en una reunión con los líderes de los grupos parlamentarios representados en la Duma, sugirió hace días la constitución de una Comisión Especial con la tarea de estudiar el problema y proponer medidas que permitan el acceso a la universidad a los hijos de los trabajadores que hoy en ellas no pueden ingresar por falta de recursos. La enseñanza superior volvió a ser, como en la época imperial, privilegio de una elite.

En la salud el panorama no es muy diferente. El antiguo sistema se arruinó. Por ley los cuidados de salud son aún gratuitos. Pero los hospitales no la cumplen. Fuera de las urgencias casi todo es de pago. La corrupción envuelve a funcionarios administrativos, médicos, enfermeros, la totalidad de los servicios. Los medicamentos son carísimos.

¿Para qué sirve la Ley?

Una legislación abundantísima vino a señalar en Rusia la transición para el capitalismo. Fueron redactadas, aprobadas y promulgadas millares de leyes. La mayoría no se cumplen.

En lo que se refiere a los salarios, los trabajadores se encuentran en la práctica desarmados frente a la patronal. No existe un salario mínimo nacional. En su lugar el Poder Local, establece en cada región un mínimo de supervivencia que en la mayoría de las ciudades es inferior a los 3000 rublos mensuales (67 euros). Esa cantidad, no sirve ni para una mala alimentación.

La ley establece el 13° Salario. Pero en millares de empresas los trabajadores no lo reciben. Los lay off son frecuentes y muchos empresarios no pagan siquiera el salario del mes a los trabajadores que toman vacaciones.

Los despidos, colectivos o individuales, no son dificultados por mecanismos mínimamente eficaces. Los sindicatos son incapaces de de defender los derechos de los trabajadores. Fueron reducidos a condición de organizaciones de fachada que no cumplen una función social.

Intenté informarme con amigos sobre la escala de salarios en diferentes actividades profesionales. Pero no conseguí ir lejos. En primer lugar los salarios de Moscú son mucho más elevados de lo que en cualquier otra de las grandes ciudades, incluyendo Petersburgo, la antigua Leningrado.

Supe que la mayoría de las empresas, para evitar impuestos, paga una parte del vencimiento por fuera. Muchos patrones retienen porcentajes del salario estipulado con los trabajadores.

Las disparidades, entretanto, son enormes tanto en el sector público como en el privado. Un general de cuatro estrellas o un magistrado en el tope de la carrera pueden alcanzar unos 80 000 rublos (un poco más de 1800 euros). Un médico, un ingeniero o un profesor universitario ganan la mitad de eso.

De ahí la ampliación de la corrupción, una lava que escurre por el conjunto de la sociedad.

Hay control de precios en algunos productos. Pero es ficticio. Verifiqué que el mismo producto es vendido al público en cada supermercado por precios muy diferentes, en algunos casos por casi el doble o mitad de lo fijado en una tienda próxima.

Un amigo de Orel, ciudad a unos 360 kilómetros al sudoeste de Moscú, me mostró la hoja de los salarios pagados en el complejo azucarero local que emplea a cerca de 800 trabajadores. Allí el director tiene un salario de 35 000 rublos (780 euros); los cargadores de sacos de 50 kilos, en turnos de 12 horas , trabajo devastador para la salud, reciben 30 000 (unos 670 euros); el ingeniero-jefe gana 25 000 (550 euros); los economistas 17 000 (380 euros); los operarios de la refinería 8000 (180 euros); los capataces y los herreros también 8000, el mínimo es de 4000 (90 euros)

La disparidad con Moscú es considerable. Le pregunté como consiguen sobrevivir con salarios tan bajos, siendo tan alto el costo de la vida.

“Los que pueden –aclaró- tienen otro empleo; casi todos poseen allí casa propia. Mi hermano no tiene grandes problemas con la alimentación porque cría gallinas y cultiva hortalizas y frutas en un terreno que recibió cuando destruyeron el Sovjose local. Pero es casi unánime la convicción de que se vivía mucho mejor en la época de la Unión Soviética. Vea mi caso, tuve que emigrar para no caer en la miseria…”

La esperanza ausente en un presente sombrío

En mis diez intensos días moscovitas muchas horas fueron ocupadas por largos paseos por calles, plazas y lugares de la ciudad que yo conocía y había amado cuando era la capital de la Unión Soviética.

¿Qué procuraba al revisitar por la imaginación el pasado?

Es difícil responder. Intentaba tal vez comprender la Rusia actual, una sociedad atormentada, desconocida, resultante de aquello que me aparecía como una tragedia para la Humanidad.

Caminé mucho por la Plaza Roja, descendí y subí diariamente la Teverskaya, la gran avenida que fue para Moscú durante siglos lo que los Champs Elisées representan para Paris e a Avenida de la Liberdade para Lisboa.

Yo la descubrí cuando se llamaba Gorki en homenaje al autor de « La Madre». Físicamente poco en ella cambió. Son raros los nuevos edificios que sustituyeron a los derrumbados. Pero el rostro de la Tervskaya moldeado por el capitalismo no recuerda a Gorki.

Antes el ritmo de la vida era lento. Nadie parecía tener prisa. Ahora la multitud que la recorre, de la mañana al atardecer, en este Agosto azul poco difiere, hasta en el vestuario, de aquellas que en un flujo de contornos kafkianos se mueven en las grandes capitales de Occidente con miedo de perder cada minuto.

Entré en muchas tiendas. Me impresionó especialmente un supermercado que hace treinta años me llamó la atención por estar instalado en la planta baja de un antiguo palacio. La decoración de las paredes y techos, bellísima, fue mantenida. Pero hoy solamente se ofrecen al público productos de gran calidad, a precios prohibitivos. El establecimiento adquirió una marca de clase.

Consagre una tarde a revisitar hoteles donde me hospedé en mis frecuentes visitas a Moscú.

El viejo Minsk, en la Teverskaya, ya no existe. El Ucrania y el Leningrado remodelados, continúan siendo retoños en la ciudad, por haber surgido en torres de la época staliniana. El Movska, en Okthonyi Ryad, fue demolido para ser edificado uno igual en el antiguo espacio. El Metropol y el Nacional construidos en el inicio del Siglo XX, que conocí como confortables pero muy modestos, son hoy cinco estrellas muy solicitados por las personalidades del jet set internacional. El Oktiabrskaya II, que era el mayor de los hoteles del Comité Central, se llama hoy Presidente y es un cuatro estrellas muy solicitado por los hombres de negocios.

Volví a visitar, naturalmente, algunos museos.

En el de la Historia de Rusia, instalado en el gigantesco palacio rojo de estilo neogótico que cierra la Plaza Roja del lado opuesto a la Catedral de San Basilio, no cambió en la apariencia. Es un museo que siempre me encantó. Cada salón es en él una obra de arte, que envuelve a los visitantes en una atmósfera mágica en el paseo por la Historia de Rusia, desde el neolítico al fin de la autocracia zarista.

Dediqué también horas a recorrer el Museo de Historia Contemporánea de Rusia. Antes se llamaba Museo de la Revolución, pero un buen sentido elemental, excepcionalmente, impidió que los nuevos gobernantes osaran reescribir la Historia de las Revoluciones de 1905 y de 1917.

La tentativa de manipulación se limitó a algunos párrafos de pequeños textos en ingles colocados en la entrada de las salas.

En el Museo Pushkin tuve también la sensación de que el tiempo había parado. A la museología soviética le falta la tecnología y sofisticación de la francesa y británica. Pero aquel maravilloso museo, en las salas dedicadas a las antiguas civilizaciones, hace recordar al Louvre y al British Museum, empuja a los visitantes en cabalgata por el tiempo a Grecia, Roma, Egipto, a Asiria, a Persia de los Aqueménidas. La Pinacoteca es deslumbrante.

Estuve por primera vez en la Catedral del Salvador, un templo enorme, el mayor de Rusia. Fue resucitado en circunstancias que hacen de él una aberración. El zar Alejandro I, para conmemorar la victoria sobre Napoleón, decidió en 1814 edificar en Moscú una catedral gigantesca. Interrumpida varias veces su construcción, fue inaugurada en 1883. En 1931 fue demolida por decreto. En su lugar instalaron a cielo abierto una piscina de agua caliente en la cual se nadaba en pleno invierno. El último absurdo se consumó cuando Yeltsin decidió que la Catedral fuese reconstruida de acuerdo con el proyecto original. Rusia vivía entonces la fase del capitalismo salvaje con el pueblo sufriendo tremendas privaciones. La obra fue un derroche de dinero. Mármoles carísimos fueron importados de Italia y otros países; en el interior, un autentico museo con iconos antiquísimos, el oro de los altares y capillas es tanto que hiere la vista de los visitantes.

En la mañana que por allí pasé eran escasos los fieles. ¿Por qué reinventar una catedral como aquella, además sin tradición? ¿Para qué se derrocharon en aquel capricho de Yeltsin millones en una época de miseria?

Todas las personas con quien abordé la cuestión coincidieron en la conclusión de que la iniciativa confirma la irresponsabilidad que señaló el paso por el Poder del hombre que destruyó no solo la URSS, sino también Rusia, motor del Estado desaparecido.

Meditación en el Kremlin

Veinte años transcurrieron desde la última visita que hiciera al Mausoleo de Lenin, cuando la URSS estaba a punto de disgregarse.

Sentí el deseo de volver allí con mi compañera. La cola era enorme. Mientras esperábamos apareció una señora que se dirigió a nosotros y otros extranjeros para garantizar el acceso inmediato si le pagábamos cada uno diez euros. Algunos aceptaron.

En un cálculo sumario, evalué en un mínimo de 4000 euros mensuales lo que su actividad ilegal le puede proporcionar, cantidad colosal en un país de salarios muy bajos.

Cito el caso porque ilumina bien el funcionamiento de la máquina de corrupción en la Rusia contemporánea. La economía paralela garantiza hoy la supervivencia a muchos millones de personas. Sin ella, en el actual contexto, la mayoría de la población vegetaría hoy en la miseria. Mas el precio social de ese cáncer que corroe a la nación espanta.

Caminé durante una hora por el recinto del Kremlin, entre las viejas catedrales, y el Gran Palacio, el Palacio de los Congresos y otros edificios. Sentí más de una vez en aquel espacio, cercado por las murallas de ladrillo rojo de la fortaleza medieval, que el visitante atraviesa las paredes del tiempo en un viaje por la historia profunda de los pueblos de Rusia.

En mi caso, cada sector de la fortificación, cada torre, cada iglesia, cada palacio me confronta con épocas y personas cuyo paso por allí dejó marcas en la Historia de Rusia y de la humanidad. Pienso en Iván III, en el rey polaco invasor, en Pedro el Grande, en Catalina II, en Napoleón, en el último Zar, en Kerenski, Lenin y Stalin. Contemplando el reloj de la Torre del Salvador, tomo conciencia de que no volveré a Moscú, de que me despido en esta visita de la ciudad y de Rusia.

Fueron días intensos, en un reencuentro doloroso. Insuficientes para comprender la complejidad de la nueva vida en un país con una cultura sin similar en el mundo, muy diferente de cualquiera de las culturas de Europa Occidental.

Para sintetizar en un mínimo de palabras el sentimiento –balance de estos días moscovitas diré que regresé a Portugal con la convicción de que el pueblo de la gran ciudad perdió mucho de su antigua alegría de vivir. Es una impresión en apariencia absurda, pero muy fuerte.

Hablé con gente amiga y otra que conocí ahora. Esas conversaciones y lo que vi me llevan a la conclusión de que, exceptuada, en el vértice, la nueva clase de multimillonarios y los estamentos sociales de una burguesía en formación que lleva una existencia holgada, la aplastante mayoría de los moscovitas con más de 45 años siente ya la nostalgia de la vida antigua.

La gran ciudad se modernizó, adquirió la fisonomía de una megalópolis europea cosmopolita donde a lo largo del día, la circulación de autos y personas es permanente, alucinatoria a ciertas horas.

El Metro, que se degradara en los años de Yeltsin, recuperó la belleza y el aseo. Moscú volvió a ser una capital mucho más limpia que París o Roma. Mas sobre ella, invisible, se tiende un manto de tristeza.

La falta de perspectiva es real y evidente. Lo mismos –y son, repito, la mayoría- que en el paralelo entre el presente y el pasado esbozan un cuadro sombrío de la vida actual, no creen en un cambio en tiempo previsible. Recuerdan con agrado los años de seguridad en el trabajo, de la ausencia del desempleo, de las pensiones, salud y enseñanza garantizados, de las vacaciones pagadas. Pero no vislumbran siquiera la posibilidad de una humanización del capitalismo implantado en el país.

El deslumbramiento con el estilo de vida norteamericano, que en los años posteriores al fin de la URSS envolvió amplias capas de la juventud, cedió lugar a una visión realista de la cultura exportada por los EEUU. Sus efectos negativos continúan pesando mucho en la cotidianidad moscovita, pero la propia imagen del presidente Barack Obama, recibido con entusiasmo, perdió ya el poder de atracción inicial. Las guerras imperialistas de los EEUU inspiran hoy un repudio cada vez más generalizado.

En ese sentido, la política de recuperación de la dignidad nacional, transparente en el nuevo tipo de diálogo con Washington, contribuyó al prestigio de Putin y Medvédev.

No hablé, en cambio, con una sola persona que no manifestase desprecio y aversión por Yeltsin. Identifican en él no solo al enterrador de la Unión Soviética, sino a un político corrupto, sumiso frente a los EEUU, un aventurero ambicioso, un alcohólico degradado.

Con alguna sorpresa mía, poco se habla ya de Gorbachov y de Jruschov. Fueron casi olvidados, al contrario de Breznev recordado con afecto por mucha gente. ¿Se apagó totalmente la esperanza del pueblo ruso? No es esa mi convicción.

Más de una vez a viejos amigos y gentes jóvenes escuché, al comentar los males del presente, la afirmación de que la marcha del pueblo ruso por la Historia ha sido trágica, mas siempre, después de sufrimientos inenarrables, encontró la manera de salir de la obscuridad para la luz.

Pensé en la miserable, famélica y atrasada Rusia medieval, indefensa frente a las ininterrumpidas invasiones de los nómadas asiáticos, en el flagelo que fueron los tres siglos de ocupación de parte del país por las hordas de mongoles, en las invasiones de polacos y suecos, en la entrada de Napoleón en Moscú y sus posterior derrota, en los monstruosos crímenes cometidos por los alemanes en las dos guerras mundiales. Recordé los siglos de la servidumbre. Mas cuando nadie lo esperaba, fue también en Rusia donde surgió y venció la primera Revolución Socialista de la Historia.

Admito que el renacimiento de la nación rusa, inevitable, será dialécticamente facilitado por la decadencia del poder imperial de los EEUU. La actual crisis del capitalismo es estructural y no cíclica como las anteriores. Tiende a agravarse al contrario de lo que afirman Obama y los banqueros de Wall Street.

Ese naufragio, sin fecha en el calendario, creará condiciones favorables a la emergencia de un mundo multipolar. Y en el él pueblo ruso tendrá un papel insustituible que desempeñar.

Soy optimista. Al salir del túnel, Rusia, creo, reencontrara la luz y el calor del sol.

Traducido para La Haine por Pável Blanco Cabrera

Las izquierdas y Rafael Correa

Pablo Ospina Peralta
Las izquierdas y Rafael Correa
(lalineadefuego, 5 de diciembre 2012).

Hace pocos días, en el concierto de “todas las voces”, se produjo un incidente que dejó estupefactos a los artistas internacionales invitados. El grupo Quilapayún invitó al escenario a Rafael Correa. El auditorio quiteño, mayoritariamente formado por clases medias progresistas, se dividió fervorosamente entre quienes aplaudían y quienes chiflaban. Finalmente el presidente no se atrevió a subir. El viejo grupo musical ligado al Partido Comunista Chileno asumía, como muchos en la izquierda latinoamericana, que este presidente de discurso y acciones izquierdistas sería popular entre los adeptos a la vieja “nueva canción”.

En efecto, en toda América latina las izquierdas y los intelectuales progresistas siguen perplejos por la política ecuatoriana. ¿Cómo es posible que un gobierno que contó con el entusiasmo casi unánime de las izquierdas históricas del país, de prácticamente todas las organizaciones sociales y de la enorme mayoría de los intelectuales radicales, ahora lo haya perdido? La perplejidad aumenta cuando a la distancia y visto desde el prisma de otros gobiernos latinoamericanos, incluso progresistas, que se mantienen atados a la ortodoxia neoliberal, la revolución ciudadana parece herética en sus intervenciones internacionales y en muchas medidas económicas que levantan la santa indignación de Wall Street y de todos sus acólitos de la prensa económica del orden establecido.

No solo el discurso internacional de Rafael Correa, cuidadosamente radical, alienta la paradoja. Contribuye decisivamente el hecho de que no todas las izquierdas ecuatorianas se alejaron de Alianza País. Quedan todavía algunas dentro de la administración que siguen esgrimiendo la idea de que se trata de un “gobierno en disputa”. No importa que ellas sean cada vez menos orgánicas y hayan perdido su antigua influencia, como se refleja de manera tan elocuente en la selección del candidato a vicepresidente para las elecciones de 2012, donde Rafael Correa mostró un paladino desprecio por su ala izquierda.

En estas líneas quisiera exponer una hipótesis sobre las razones de esta diferencia que divide a las izquierdas ecuatorianas. Me alejo de razones puramente instrumentales que seguramente juegan su papel: algunos en el gobierno posiblemente disfrutan los privilegios del poder y la influencia lo suficiente como para minimizar políticas que en cualquier gobierno juzgarían inaceptables, como los ocho meses de prisión por terrorismo de diez jóvenes acusados de leer libros del Che Guevara. Otros, en el lado opuesto, hubieran querido privilegios de figuración que no alcanzaron y la frustración los habría llevado al sendero del resentimiento. Nadie vive, en la política de izquierdas o de derechas, en la edad de la inocencia. Sin duda la mezquindad tiene su peso en la actitud de algunos pero las conveniencias estrechas y el ansia de poder no son explicaciones satisfactorias.

Por supuesto, hay buenos argumentos para cada lado. Quienes se mantienen en el gobierno rescatan el discurso de soberanía, la política internacional, el crecimiento del peso del Estado, la prioridad a lo social, el enfrentamiento político con la banca y los medios. Quienes desde la izquierda lo cuestionan, resaltan su obsesión por la minería, su decepcionante política agraria, su desprecio por los ambientalistas, su persecución a las organizaciones indígenas, su arrogante y proverbial intolerancia, su enfrentamiento a los sindicatos, a los universitarios, y su militante fervor en contra de cualquier forma de democracia participativa. Mientras unos resaltan la importancia central de superar la agenda neoliberal centrada en las privatizaciones y en el imperio de la ley del mercado resaltando el fortalecimiento del Estado; los otros recuerdan que esa fase progresista llegó a su límite una vez que hay que definir qué educación pública se está construyendo, qué proyecto de salud para todos se impulsa, qué clase de calidad hablamos para la universidad, qué imagen de Estado radicalmente democrático tenemos en mente. Allí, en esas definiciones fundamentales, el caudillismo centralista y el tecnocratismo soberbio asfixia cualquier agenda emancipadora.

Como vemos, hay argumentos y evidencias para sostener ambos lados, tanto el costado progresista como el reaccionario del proyecto gubernamental. ¿Qué es lo decisivo para enfatizar una lectura o la otra? ¿Por qué una parte mira el vaso medio lleno mientras la otra lo mira medio vacío? ¿Qué hace que una parte de la izquierda y el progresismo ecuatorianos escogiera apoyar al binomio formado por Rafael Correa y Jorge Glas y otra parte muy significativa, en cambio, apoye a Alberto Acosta y Marcia Caicedo?

Mi hipótesis es que el factor fundamental que explica esa valoración final radicalmente distinta dentro de la izquierda y el progresismo ecuatorianos es la opinión que existe sobre quién es el sujeto y protagonista del cambio político y social.

Algunos de quienes se decantan a favor de la revolución ciudadana, especialmente quienes mantienen o mantuvieron algunos contactos y trabajos con organizaciones populares en el pasado, pueden objetar o incluso rechazar la política hacia las organizaciones populares o la forma torpe, humillante e impositiva con que se trata a los empleados públicos, a los universitarios, a los maestros o a los médicos; pero al final de cuentas esas actitudes pesan menos en su balance del sentido de la “revolución” o de las “tareas democráticas” de un gobierno progresista. Muchas otras personas, generalmente quienes no tienen la menor historia de compromiso con las organizaciones sociales, (el propio presidente Correa es el principal representante de esta opinión) creen sinceramente que el problema es la “cultura política” de la gente, su corporativismo y su estrechez de miras: los maestros y sus organizaciones no son un factor de cambio y revolución sino de conservadurismo y reacción.

Igual vale para los indígenas, los dirigentes barriales, los burócratas o los campesinos. La tradición jacobina de la izquierda militante se combina con la historia intelectual de unas clases medias ecuatorianas de origen aristocrático (o de pensamiento subordinado al de la aristocracia) que raras veces creyó sinceramente en el valor de la sabiduría popular. Aunque a veces pueda no gustarles el método pedagógico del látigo que tanto aprecia el presidente Correa, creen que, a fin de cuentas, es la única forma de hacer un cambio en un país de tradiciones cívicas endebles. El protagonista fundamental del cambio, al menos por hoy y por un tiempo indeterminado, es por lo tanto un conjunto de dirigentes comandados por un líder de suficiente vigor para enfrentarse a todo y a todos. En semejante panorama, los excesos de la lengua presidencial son apenas una cuestión de estilo y las medidas disciplinarias contra opositores en el campo popular, son el costo molesto pero pagable de un homenaje que el vicio de las masas rinde ante la virtud republicana de sus comandantes.

La izquierda en la oposición, en cambio, pone el acento en el protagonismo de los movimientos y organizaciones populares, con todas las debilidades y limitaciones que puedan exhibir. Es decir, las organizaciones sociales reales, tal como son en la actualidad. Esas organizaciones y movimientos resistieron al neoliberalismo y al neocolonialismo en el pasado, construyeron propuestas alternativas en la salud, en la educación, en la agricultura, en la administración pública y en temas ambientales. No esperan solamente que se acojan sus ideas sino que se respete su protagonismo y su autonomía. Durante los dos primeros años de gobierno mostraron su disposición a dialogar y a negociar posturas. Pero dejaron claro que no subordinarían sus aparatos organizativos ni aceptarían todas las políticas en paquete de todo o nada. La contra – ofensiva gubernamental fue implacable y dejó claro que no había disposición alguna a negociar ninguna política significativa, desde la plurinacionalidad hasta la evaluación docente pasando por la reforma universitaria o la política de salud.

Aunque algunos de los miembros de la izquierda opositora puedan ser acusados de románticos e idólatras de la bondad inmaculada del pueblo, la mayoría tiene la mejor vacuna contra semejantes espejismos: el trabajo organizativo concreto donde pueden juzgarse cotidianamente las potencialidades inmensas y las limitaciones obvias de cualquier política genuinamente popular. Una cosa es evitar la idealización romántica y otra muy diferente es aceptar el veredicto de mediocridad para calificar los saberes, los valores y las actitudes del pueblo ecuatoriano. No es raro, en tales condiciones, que las organizaciones populares más grandes y poderosas estén masivamente en la oposición de izquierdas mientras que junto al gobierno predominen los grupos organizados más pequeños y los intelectuales progresistas sueltos. Para la izquierda en la oposición el desprecio abierto y la política de destrucción militante que el gobierno emprende contra las organizaciones históricas y contra actores sociales que son aliados y protagonistas necesarios de cualquier proceso de cambio, no es una cuestión menor que pueda subsanarse con paños fríos sobre las heridas provocadas por el maltrato y el insulto. Constituye, por el contrario, una guerra contra los sujetos principales de cualquier cambio social verdadero y la destrucción abierta de cualquier posibilidad de avanzar más allá de lo que el gobierno decide que es el límite del cambio hoy en día. Debilitar a los protagonistas del cambio es asegurar un cambio más limitado.

Ante los mismos hechos las izquierdas ecuatorianas valoran el gobierno de Rafael Correa de maneras contrastantes. Despotismo ilustrado o movimientismo autonomista. Hubo momentos en el pasado en los que tal vez podría haberse encontrado una transacción. Pero el gobierno no estuvo dispuesto en su momento y quienes empujaban semejante opción ya no están allí y los que quedan ya no tienen poder de decisión sobre la estrategia general. El resultado es que se afirma un proyecto que realizó ya lo que tenía de progresista y que ahora se encuentra encaminado por la senda de la modernización conservadora del Estado y el disciplinamiento acelerado de la sociedad. Frente a semejante panorama solo nos queda resistir con todo lo que podamos y construir alternativas con la gente, no contra ella. Pero no podemos aceptar la idea de que nos enfrentamos a un gobierno totalitario o fascista como clama la derecha política y económica del Ecuador. Si ése fuera nuestro diagnóstico, se justificaría una alianza con la derecha democrática contra un peligro mayor. Pero no se justifica. Lo que está justificado es una política autónoma de una izquierda que recuperando lo mejor de sus tradiciones libertarias cree en la gente, en su sabiduría, en sus organizaciones y en la democracia radical como proyecto y como camino.

La deuxième étape de la révolution du peuple d’Egypte

Le régime des Frères musulmans est tombé Et les répercussions atteindront la région dans son ensemble La nouvelle étape de la révolution populaire en Egypte, à la suite du 30 juin, continue à soulever la controverse concernant son essence, son devenir et les différentes forces politiques qui y ont adhéré ou qui tournent dans son giron… à commencer par les forces de gauche, les salafistes et les différentes personnalités religieuses, pour aboutir au grand point d’interrogation sur le rôle des forces armées et les possibilités d’utiliser la nouvelle révolution afin de retourner au pouvoir après qu’elles en furent exclues par les « Frères musulmans ».

Cette controverse est compréhensible et légale, même si elle renferme parfois un peu d’exagération chez certains ou si d’autres se basent sur des réponses toutes faites et superficielles quant à l’analyse ou aux conclusions. N’a-t-on pas vu, durant les deux années passées et notamment à la suite de l’arrivée au pouvoir de Mohammad Morsi en tant représentant des « Frères musulmans », la majorité des analystes et des observateurs s’intéresser à l’étude des seuls phénomènes externes pour en tirer la conclusion suivante : « le printemps arabe » – nom donné aux révolutions – s’est transformé en son contraire puisque la bourgeoisie a pu reprendre les rennes du pouvoir, principalement en Egypte et en Tunisie, à travers les forces politiques religieuses qui sont partie intégrante de cette bourgeoisie ?

Il nous faut dire que ces observateurs sont allés très loin dans leur analyse des faits, à tel point qu’ils ont mis tous les mouvements révolutionnaires ainsi que les slogans qu’ils portent sous le manteau de la « théorie du complot » qui a pour base le projet du « Nouveau Moyen Orient » et le soutien direct des régimes réactionnaires implantés dans la région du Golfe. D’ailleurs, ils n’ont fait aucun cas du mouvement des masses ni de leurs revendications. Ils n’ont pas, non plus, pris en considération le fait que les Etats auxquels ils donnèrent le qualificatif d’ « opposants » aux politiques impérialistes, dont la République islamique en Iran, furent les premiers à accueillir positivement l’arrivée des « Frères musulmans » à la présidence en Egypte et en Tunisie, sous prétexte que cela signifiait le point de départ du « printemps islamique », et qu’ils stigmatisèrent le fait que le peuple égyptien se soit débarrassé de Mohammad Morsi.

Les répercussions de la chute des « Frères musulmans »

… de la Turquie et jusqu’en Israël

Ce qu’il est nécessaire de dire, aujourd’hui, c’est que les événements qui ont eu lieu le 30 juin 2013, même si toutes leurs répercussions ne sont pas encore bien connus, constituent un tournant important dans le processus révolutionnaire ininterrompu, non seulement pour l’Egypte mais aussi pour tout le Monde arabe et, même, pour la région tout entière… surtout si nous lions ce qui vient de se passer avec la révolte du peuple turc, qui s’étend et s’approfondit grâce à la rencontre des forces politiques progressistes autour d’un programme pour le changement démocratique laïc qui mettrait fin au gouvernement du « Parti de la justice et du développement » dirigé par Recep Erdogan. Et, n’oublions pas, non plus, que la « Révolution iranienne » fut obligée elle aussi à reconnaitre quelques concessions au mouvement revendicatif, surtout sur le plan de la mise à l’écart des « conservateurs » afin de reprendre les pourparlers avec les Etats-Unis et d’atténuer les conséquences négatives du blocus imposé à l’Iran.

Quel est ce tournant duquel nous parlons ?

Le coup porté par le peuple égyptien au régime des « Frères musulmans », après qu’ils aient pris le pouvoir dans son intégralité, montre que la tentative de remplacer les régimes dits « modérés », sur lesquels les Républicains US avaient misé, par des forces religieuses « modérées », promues par Barak Obama lors de son discours à l’Universités du Caire un an après sa première élection, ne fut pas un succès. Bien au contraire, cette tentative n’a pas empêché les forces populaires égyptiennes de poursuivre la voie qu’elle s’était tracée afin de réaliser son programme résumé dans quatre mots-d’ordre: pain, liberté, justice sociale, dignité humaine. Bien plus, et vu le recul du projet militaire ayant l’aval des forces religieuses au Pakistan, et à la lumière de ce qui se passe actuellement tant en Turquie qu’en Iran, ce coup ne concerne pas seulement les « Frères musulmans » de l’Egypte, mais il le dépasse pour toucher tous les modèles des régimes mixtes « religieux-militaires » que l’impérialisme étasunien tente de propager dans le Monde arabe et le Moyen Orient, Cela se traduirait sans doute par une remise en question de l’étape actuelle et des formes d’application du projet dit du « Nouveau Moyen Orient » élargi vers le Maghreb arabe et le Nord de l’Afrique… à commencer par la Tunisie, et le « Parti de la justice et du développement », et jusqu’en Israël et le projet d’en faire « l’Etat des juifs du monde ». Ce projet qui constitue la colonne vertébrale du projet du « Nouveau Moyen Orient », vu qu’il a pour but de transformer Israël en un noyau autour duquel tournent les mini Etats religieux et confessionnels qui seraient nés de l’effritement du Machreq et du Maghreb arabe et après avoir liquidé la cause palestinienne et mis fin au conflit israélo-arabe.

Cette vision de l’avenir, qui ne manquerait pas de naitre de la seconde étape de la révolution égyptienne, est liée sans aucun doute à la voie que cette révolution décidera de suivre, compte tenu de l’expérience des deux dernières années, en particulier des tentatives, mise en échec, de mettre l’Egypte sous la coupe des « Frères musulmans ». Parce qu’il faut prendre en considération qu’il y aura d’autres tentatives de la part des forces antirévolutionnaires, tant au sein de la bourgeoisie égyptienne, et de la bourgeoisie arabe en général, que parmi les groupes d’influence à la tête de l’armée, ou, encore, la possibilité d’user de l’arme « religieuse » (Musulmans-Coptes) et/ou « confessionnelle ». Ce qui nous mène à dire que les dangers sont nombreux devant la révolution, dont celui de l’usage de voitures piégées et même d’une guerre civile, que le président russe Vladimir Poutine a déjà prévue, afin de dérailler le changement. C’est dans cette perspective que nous lisons les combats sanglants dans les places du Caire, mais aussi d’Alexandrie et d’autres villes, en plus de l’explosion du gazoduc vers la Jordanie et de la mainmise des « Frères musulmans » sur certaines villes du Nord de Sinaï où les étendards noirs ont remplacé le drapeau national égyptien.

Comment poursuivre les tâches de la Révolution

A la lumière de ce qui précède, il est nécessaire de préciser que la victoire des forces qui avaient appelé, le 30 juin 2013, à la chute des « Frères musulmans » restera instable si elle n’est pas liée à la poursuite des tâches radicales que la Révolution du 25 janvier 2011 avait précisées à partir de ses quatre mots-d’ordre déjà cités (pain, liberté, justice sociale, dignité humaine). Parce que ces mots d’ordre constitue un programme qui précise le maillon central de l’étape qui vient, et que nous définissons comme suit : la liquidation de ce qui reste des institutions de l’ancien régime afin de pouvoir bâtir le régime nouveau et tant attendu. D’ailleurs ces deux processus vont de pair et se complètent.

Il est vrai que ce qui fut exécuté sur le plan de la destruction de l’ancien régime n’est pas peu, à commencer par la destitution de Hosni Moubarak et de son parti(le Parti national) et la saisie par la justice égyptienne des dossiers de Moubarak et des leaders essentiels. Nous n’oublions pas non plus les coups directs portés à l’appareil de l’Etat et aux organismes de la police… et, enfin, à la tentative de reproduire le régime à travers les « Frères musulmans ». Cependant tout cela reste fragile s’il n’est pas accompagné d’un projet politique et socio-économique à court et moyen termes. Un projet basé sur des plans de lutte et des priorités bien claires ; fait qui aiderait à faire émerger un leadership bien ancré dans l’alliance de classes qui fut à la base de la chute des régimes de Moubarak puis des « Frères musulmans ».

Les priorités telles que nous les voyons se résument ainsi :

Premièrement, refuser d’amender la Constitution de Moubarak avec les amendements introduits par les « Frères musulmans » et la remplacer par une nouvelle Constitution qui préciserait le régime politique et socio-économique à construire. Une commission de rédaction de la nouvelle Constitution doit être constituée par les représentants, élus, des forces sociales et politiques qui ont conduit à la révolution à travers des luttes cumulatives depuis plus de 10 ans ; à la tête de ces représentants les militants de la classe ouvrière, des paysans, des jeunes, des intellectuels démocrates et des femmes.

Dans ce domaine constitutionnel, et partant des deux slogans de la liberté et de la justice sociale prônés par les deux révolutions du 25 janvier 2011 et du 30 juin 2013, nous pensons que la suppression du régime présidentiel ainsi qu’une loi électorale démocratique et une nouvelle loi concernant la constitution des partis politiques et des syndicats ouvriers pourront constituer les bases d’un avenir meilleur. A cela devra s’ajouter une nouvelle vision économique, basée sur le développement des secteurs productifs… en plus de l’imposition des droits au travail, à l’instruction et à la santé.

Sobre situación en Egipto.

Entrevista con el camarada Salah Adli, Secretario General del Partido comunista de Egipto por “Nameh Mardom”, órgano central del Comité Central del Partido Tudeh (comunista) de Irán. 06 de julio 2013 Quisiera en primer lugar expresar mi saludo al Partido Tudeh de Irán y mis deseos de éxito en su lucha. También me gustaría saludar el periódico “Nameh Mardom” por la oportunidad de aclarar los grandes acontecimientos históricos que tienen lugar en Egipto.

Q1 – En las recientes declaraciones del Partido comunista de Egipto (03 de julio) Ustedes se han referido al hecho de que el movimiento de protesta de masas se compone de diversas clases y estratos sociales. ¿Cuales eran las clases y las capas sociales de la sociedad egipcia que se movilizaron en la segunda ola de la Revolución del 30 de junio?

Salah Adly: Desde el estallido de la revolución del 25 de enero del 2011, el movimiento de protestacion no se habia disminuido. Las manifestaciones de miliones de personas no se han detenido, el estado revolucionario de las masas estaba siempre allí, bajando de intensidad a veces y estallando en otras ocasiones. Las protestas obreras y las huelgas también se intensificaron. Tras el éxito de Morsi los Hermanos Musulmanes llegaron al poder. Las masas descubrieron su naturaleza autoritaria, su caracter fascista, su preferencia a los intereses de los sectores más reaccionarios y parasitarios del capitalismo, y su incapacidad para dirigir un estado de la envergadura de Egipto. Mas todavia, su traición a los intereses de la patria y su voluntad de actuar como el principal agente para mantener los intereses de Estados Unidos e Israel en la región fueron revelados. Lograron la confianza hacia Gaza y dieron a Estados Unidos e Israel lo que el cliente Mubarak no les había dado. Su proyecto sectario y oscurantista que es hostil a la democracia, a la ciencia, la cultura y la tolerancia, se hizo muy evidente. Más importante aún, las masas descubrieron la mentira de su uso de consignas religiosas para disfrazar sus planes al servicio del proyecto del Gran Medio Oriente y del “caos creativo”.

Es por eso, que el número de protestas sociales (huelgas, ocupaciones, manifestaciones y piquetes de huelgas) alcanzó la cifra de 7.400 – según admite el propio Mohamed Morsi – durante el año pasado. La tasa de desempleo alcanzó el 32%, con el record de desempleados en las cualificaciones altas y medias. La deuda externa pasó de 34 billones US$ a 45 billones US$. La deuda interna se incrementó en 365 mil millones de Libras Egipcias durante el reinado de Morsi el año pasado. La proporción de personas que viven por debajo del umbral de la pobreza aumentó a más del 50% de la población. En resumen, la mayoria de las clases y de los sectores sociales de la sociedad – sus fuerzas politicas liberales, nacionalistas y de izquierda, así como los movimientos de jóvenes, en su mayoría orientados por los nacionalistas y la izquierda, ademas de las principales instituciones del Estado, especialmente el ejército, el poder judicial, los medios de comunicación y la policia – sentían como un grave peligro el mantenimiento en el poder de los Hermanos Musulmanes debido a su intensa búsqueda de monopolizar el poder y excluir cualquiera que no está con ellos, salvo sus aliados entre los grupos terroristas que manipulan la religion como una cubierta.

Incluso amplios sectores de la mediana y grande burguesía Egipcia en los sectores del turismo, la industria, el comercio, la agricultura y de la construccion, se sintieron muy asustados por sus intereses como resultado de la continuidad del reino de los Hermanos Musulmanes quienes crearon una atmosfera de caos, de inseguridad e inestabilidad.

El Movimiento “Tamarrud” (Rebelión) logró recoger mas de 22 millones de firmas para la retirada de la confianza en Morsi y en apoyo de la convocatoria a elecciones presidenciales anticipadas. Todos los partidos, los sindicatos y las organizaciones han participaron en la recogida de firmas, y la campaña se extendió en las calles de las ciudades, en los centros de trabajo, escuelas y universidades, y en las aldeas de todas las provincias de Egipto. La gran importancia de esta campaña es que fue capaz de implicar activamente los ciudadanos Egipcios en el movimiento revolucionario para derrotar el reino de los Hermanos Musulmanes. Tambien restauró el carácter pacifico y democratico de la acción revolucionaria, y ha creado las bases para la negacion y el retiro de la supuesta cobertura sagrada en la legitimidad erronea del sufragio electoral como supuesto único criterio para la legitimidad del sistema democrático. La convocatoria para la recogida de firmas fue acompañada por el llamado a las manifestaciones en todas las plazas principales de Egipto el 30 de junio como prueba principal de la credibilidad de esta campaña y bases fundamentales para la legitimidad revolucionaria de las masas para derrocar a este régimen fascista y contrarestar el proyecto de un estado teocratico.

La respuesta de las masas populares Egipcias era enorme, las mas grandes manifestaciones de la historia de Egipto, e incluso en la historia del mundo, aparecieron. Esto fue comprobado por el índice de “Google Earth”. Más de 27 miliones de manifestantes salieron al mismo tiempo en todas las provincias de Egipto, en representación de diversas clases y capas de la sociedad Egipcia. Frente a las protestas que no excedan de 200 mil manifestantes de los Hermanos Musulmanes y sus aliados en una pequeña plaza del Cairo . Por lo tanto, los Egipcios estaban de un lado, y por el otro lado los Hermanos Musulmanes y sus aliados que estaban aislados. Es la realidad del escenario. Es la realidad sobre la cual toda evaluación de la situación o todo analisis politico cientifico debe estar basado.

Creemos que lo que pasó el 30 de junio es una segunda ola de la revolución Egipcia que es mas potente y más profunda que la primera ola de 2011. Se ha llevado a cabo para corregir la trayectoria de la revolucion y alejarla de las fuerzas de la extrema derecha religiosa quien ha conspirado para acapararse de la revolución y conducir su ola para servir a sus objetivos fascistas y reaccionarios y los complotes del imperialismo mundial.

Q2 – ¿Cual es el nivel de participación de las clases trabajadoras y obreras en estas protestas? ¿Por qué los obreros participan en la batalla con el Islam politico para los derechos democraticos?

Salah Adly: Las consignas básicas de la revolucion de enero eran: pan – libertad – justicia social – dignidad humana. Es una orientación esencial de la revolución nacional democrática. Es producto de un largo periodo historico que se había iniciado a mediados de los años setenta del siglo pasado, con el reino del gran capitalismo dependiente y un ciclo completo de regresión, de atraso y de tiranía. Durante ese período, las fuerzas reaccionarias, en alianza con el imperialismo mundial y la reacción árabe, han actuado para fortalecer un ambiante que permitia el actual Islam político – en especial los Hermanos Musulmanes – para su extensión y asenso. Las fuerzas de la izquierda estaban debilitadas, los obreros estaban desplazados y las grandes empresas industriales eran liquidadas con el fin de asestar un golpe a todas las posibilidades para lograr un desarrollo completo.

De hecho, los trabajadores son participes en la mayoría de las protestas que tomaron envergadura desde el 2006 y participan en todas las manifestaciones populares como una parte del pueblo y no en forma organizada sobre una base de clase. Esto se debe a la ausencia de organizaciones, federaciones y organizaciones sindicales fuertes por causa de un largo legado de la tirania y de la represion del gobierno para controlar las federaciones y las organizaciones sindicales. Es también debido a los grandes cambios en el mapa de clase y a la naturaleza de la composicion de la clase obrera quien se ha constituido en los distintos sectores durante el periodo pasado. Empresas pequeñas y medianas controladas que dependian del sector privado, donde los trabajadores no tenian derecho de formar sindicatos. La clase obrera no surgio de una manera clara como clase en la revolución. Como resultado de la falta de unidad efectiva dentro de las fuerzas de izquierda y su debilidad durante el periodo pasado por muchas razones, que no hay espacio aquí para detallarlo, el movimiento obrero no aparecio de manera eficaz e influyente proporcionalmente al tamaño de su participación y de los grandes sacrificios en la revolución.

Es importante aclararlo, los trabajadores del sector público se dieron cuenta que las prácticas y actitudes de los Hermanos Musulmanes no se diferenciaban de las orientaciones del régimen de Mubarak. Eran mas bien peores. Los Hermanos Musulmanes aplicaron las mismas orientaciones sobre la continuación del programa de privatización y liberalizacion de los precios. No aumentaron el salario mínimo a pesar de que era una de las primeras demandas de la revolución. Se redujeron los impuestos a los especuladores, siguieron con la privatización de los servicios y se negaron a implementar el programa social de la salud. Insistieron en la venta e hipoteca de los bienes de Egipto y de sus instituciones a través del proyecto de “obligaciones islámicas”, que se apresuraron a aprobar en el Consejo de la Shura (la cámara alta del parlamento) la cual es controlada por los Hermanos Musulmanes. La situación más peligrosa fue su negativa a aprobar la ley para garantizar la libertad de formar sindicatos, que habían acordado con todas las fuerzas politicas y los sindicatos antes de la revolución. Pusieron nuevamente los hombres de Mubarak al lado de sus hombres en la Unión General de los Trabajadores Egipcios controlada por el gobierno. Esta es la base social y democrática para el bien de la clase obrera y a favor de la revolución contra el dominio de los Hermanos Musulmanes y de las fuerzas del Islam político, además de las otras razones que habiamos mencionado antes.

Cualquier persona que se imagina que los trabajadores se rebelan solamente por cuestiones que tienen un carácter sectario o razones economicas se equivoca. Los trabajadores son más vigilantes respecto a los peligros del proyecto de la ala religiosa de derecha y a sus prácticas de derecha y fascistas en todos los campos, democratico, político, económico, social y nacional.

Q3 – En su declaracion, el Partido comunista de Egipto caracteriza los desarrollos actuales como una revolución.. ¿Cuáles son la naturaleza, las tareas y la reivindicaciones de la revolución?

Salah Adly: Sí, lo que está sucediendo ahora es una revolucion. Para ser preciso, es la segunda gran ola de la revolución de enero 2011, ya que su primera ola fue abortada debido a que fue robada por los Hermanos Musulmanes a pesar del hecho que no participaron en ella, ni la habian pedido ni la hicieron. Es una revolución democrática con una orientación social y patriótica clara. Se continua, y amplios estratos sociales y diversas fuerzas políticas (liberales, nacionalistas y de izquierda) han participado en ella. Con la continuación del fervor revolucionarias, la verdad acerca de las distintas posiciones se ha vuelto más clara, y las intenciones de estas fuerzas y su voluntad de continuar por el camino de la revolucion se revelan.

Las primeras tareas democráticas de la revolución son la promulgación de una nueva constitución civil democratica que confirma los derechos humanos, los derechos de las mujeres y los derechos economicos y sociales de las clases laboriosas, y que nadie puede negar al pueblo el derecho de elegir su sistema político y económico en el futuro de acuerdo a la relacion de fuerzas. Por lo tanto, la tarea de derrocar la sectaria Constitución, reaccionaria y distorsionada, en lugar de su modificación, es una tarea fundamental para las fuerzas democraticas y progresistas por el momento.

Una de las tareas de la revolución democrática es también la libertad para formar organizaciones sindicales, partidos políticos y asociaciones sin injerencia del gobierno, el rechazo a la formación de partidos políticos sobre una base religiosa y sectaria, la plena igualdad entre los hombres y las mujeres en términos de derechos y deberes, la igualdad ante la ley y la criminalización de las formas de discriminación religiosas y otras.

Entre las tareas sociales está la elaboración de un plan de desarrollo social independiente y completo que se basa en el fomento de los sectores productivos, con la necesidad de una distribución equitativa del producto del desarrollo y de la riqueza en beneficio de los pobres y los sectores laboriosos, la satisfacción de las demandas sociales urgentes. Una primera prioridad entre estas demandas es la determinación de un salario mínimo y máximo y su vinculación a los precios, la cancelación de las deudas a los pequeños campesinos, la redistribución de las partidas presupuestarias para incrementar el gasto en salud y educación, la provisión de viviendas para personas de bajos ingresos, aumentar los impuestos a los ricos, recuperar la posesión de las empresas que fueron saqueadas del sector público y la lucha contra la corrupción.

Las tareas nacionales son: oponerse a la dependencia hacia los Estados Unidos, negándose a sucumbir a la hegemonía sionista, que modifica el acuerdo de Camp David, la restauración del papel de Egipto en el ambito árabe, africano, regional y international, y la profundización de las relaciones con los países y los pueblos del Tercer Mundo.

Q4 – ¿Acaso los acontecimientos actuales en Egipto significan el rechazo del Islam politico o sólamente el rechazo de los “Hermanos Musulmanes” por el pueblo Egipcio?

Salah Adly: Los Hermanos Musulmanes son la organización más eficaz e influyente dentro de las fuerzas del Islam politico. Todas las demas organizaciones, incluyendo los grupos Salafistas y Jihadistas, se han aliado a los Hermanos Musulmanes y han marchado con ellos en la última batalla para defender su régimen porque saben que su derrota significaría una derrota mayor para el proyecto islamista sectario quien esta apoyado por la administración norte americana como alternative a los regimenes autoritarios derrotados. Solo el Partido islamista Al-Nour ha sido excluido de la alianza en la ultima batalla debido a consideraciones relacionadas a su asociación con Arabia Saudita. Pero somos conscientes de que es un partido reaccionario y sectario que es hostil a los derechos humanos y a los derechos de las mujeres y las minorías, como otras sectas islámicas. Eso es evidente con su incitación al crimen con el asesinato de los Shiites arrastrando sus cuerpos en el horrible masacre que tuvo lugar en un pueblo el mes pasado.

Creemos que la batalla no ha terminado y que es necesario que sea una batalla política, social y cultural para aplastar su resistencia y cambiar el clima general que se ha expandido durante décadas.

Pero lo que queremos es llamar la atención sobre lo que se produjo en Egipto. No es ahora solamente una confrontación de los Hermanos Musulmanes, y sus aliados en las fuerzas de la derecha religiosa, con las instituciones de la seguridad del Estado. De hecho se han enfrentado a los Egipcios de todas las sectas y de todas las corrientes así como a todas las instituciones del Estado, incluida la del poder judicial, de los medios de comunicación y la cultura. En los barrios de la periferia y los pueblos, los Hermanos Musulmánes estan ahora enfrentados a las masas Egipcias, ya que sin duda han perdido el apoyo de grandes segmentos del pueblo durante los últimos dos años. Pero el Ejercito y la Seguridad tienen un papel importante en la confrontación contra sus milicias terroristas armadas.

En resumen, lo que ha ocurrido, lo hemos visto, es una gran derrota para el proyecto de la derecha religiosa en general, y no solamente para el proyecto de los Hermanos Musulmanes. Esto tendrá repercusiones mayores en la región y el periodo que viene.

Q5: ¿Cuál es su opinión sobre los argumentos que dicen que el derrocamiento de Morsi es antidemocrático porque fue elegido legalmente y que la nueva Constitución fue ratificada en referéndum. ¿Acaso Morsi fue derrocado por el ejército Egipcio?

Salah Adly: Los que han derrocado Morsi son los mas de 22 millones de ciudadanos de Egipcios que firmaron un documento conteniendo sus nombres y firmas, número de identificación (Cedula Nacional de Identificacion) y el nombre de su provincia, escrito a mano, en lugar de a través de Internet. Es un referendum sin precedente que se culminó en las “grandes concentraciones” en las principales plazas con mas de 27 millones de manifestantes el 30 de junio, continuando por cuatro dias consecutivos. Es Morsi quien derrocó la legitimidad cuando emitió su declaración constitucional dictatorial en noviembre del 2011. Es Morsi quien liquido los derechos humanos cuando sus partidarios terroristas habian sitiado la Corte Constitucional, cuando sus milicias torturaron los manifestantes delante del Palacio al-Ittihadyah (el palacio presidencial) como se muestró por las investigaciones llevadas a cabo por la oficina del procurador publico, y cuando sus hombres mataron a manifestantes frente a la sede del Partido de la Justicia (el brazo político de los Hermanos Musulmanes), de conformidad con las órdenes explícitas del líder del grupo y su diputado, a como lo confesaron los mismos matones ante el fiscal publico. Es Morsi quien renegó las promesas que había anunciado el día en que logró a modificar la Constitucion y formar un gobierno de coalición. Él y su grupo habian apoyado la sumision a las condiciones del Fondo Monetario Internacional. Fue él quien declaró también la Jihad contra Syria en la Conferencia de las fuerzas terroristas yihadistas sin consultar previamente con el ejército y con el Consejo de la Defensa Nacional.

Es por eso, que todos los partidos políticos y todas las fuerzas, e incluso el Partido Salafista Al-Nour, quienes se agarraron del barco antes de que se hundiera, han apoyado las elecciones presidenciales anticipadas. Este llamado no es un golpe contra la democracia, surge mas bien del corazón de la democracia popular cuando cualquier presidente traiciona sus promesas al pueblo y su programa de base sobre lo cual el pueblo lo había elegido.

Limitar la causa de la democracia solamente al “escrutinio electoral” es un saqueo completo de la esencia de la democracia y un rechazo explicito del derecho de los pueblos a rebelarse contra sus dirigentes autoritarios y los regimenes fascistas que utilizan la religión para ocultar su naturaleza reaccionaria y su orientación de la ala derecha capitalista.

La defensa de Morsi por los Estados Unidos y los Estados capitalistas occidentales y la interpretación de la cuestion de solamente como un “golpe de Estado militar” contra la “legitimidad constitucional” es una posición formal que esconde el hecho de que el mundo del imperialismo está aterrorizada por las revoluciones populares y su capacidad de transcender los limites estrechos de la democracia burguesía que representa, en esencia, la forma óptima para satisfacer los intereses de los grandes empresarios y de los monopolios y sus agentes locales con el afán de controlar el porvenir de los pueblos de los países del Tercer-Mundo.

Lo que ha sucedido no es, en ningun caso, un golpe de Estado militar, sino mas bien un golpe revolucionario del pueblo Egipcio para liberarse del reino fascista. Lo que el Ejército ha hecho responde a la voluntad de los pobladores para protegerlos de los complotes de los Hermanos Musulmanes y de sus aliados terroristas armados que quieren encender conflictos sectarios y guerras civiles, dividir el ejército Egipcio y destruir las instituciones del Estado Egipcio para servir los intereses del imperialismo y del sionismo en la región.

¿Qué tipo de golpe de Estado militar es cuando decenas de millones de personas estan en las calles?!

¿Qué tipo de golpe de Estado es cuando el dirigente de la Corte Constitucional ya asumió el poder, que es lo que fue solicitado por el Frente de Salvación Nacional, que incluye a todas las fuerzas de oposición con sus diversas orientaciones y el movimiento juvenil “Tamarrud” (Rebelión), respaldado por las masas Egipcias ??!!

¿Qué tipo de golpe de Estado militar es cuando un gobierno integrado por civiles nacionales calificados por el pueblo sera formado y que tendrá los plenos poderes durante un periodo de transición no superior a un año y que concluira con la promulgación de una constitución civil democratica, elecciones presidenciales y parlamentarias que cada uno espera con entusiasmo??

¿Qué tipo de golpe de Estado militar es cuando se permite el derecho a las protestas pacificas incluso de sus oponentes y no imponer el Estado de emergencia??

La declaración de Al-Sisi, el Jefe del ejército Egipcio, quien presentaba la hoja de ruta para la etapa de transición, fue anunciada solamente después de un diálogo y el consenso de los representantes del pueblo Egipcio, incluyendo el movimiento de los jóvenes de la “Tamarrud” (Rebelión), el Representante del Frente de Salvación, el Jeque del Al-Azhar, el Pope Copto y una representante de las mujeres. El pueblo Egipcio ha celebrado en las plazas principales, en los barrios y las aldeas esta grande victoria para los Egipcios y con el Ejército Nacional quien les aprobaba.

Deberiamos, como lo enseña el Marxismo, proceder a partir de la realidad concreta y no encerrarnos en nuestra vision de ideas predeterminadas y formulas todas listas. ¿Acaso no es notable que los medios de comunicación occidentales se hacen la vista gorda a todo esto, se niegan a ver la realidad e insisten que era un golpe de Estado militar???!!!

Sin embargo, nos apegamos mucho a la necesidad de estar en alerta y estar atentos al curso de la próxima fase para garantizar que el papel militar en esta etapa sea limitado a la protección del pueblo y la Seguridad nacional de Egipto y que este apegado a las promesas de no interferir directamente en los asuntos políticos, y la necesidad para el pueblo a permanecer en las plazas para garantizar el cumplimiento de sus reivindicaciones en la fase de transición.

Q6 – ¿Cuál es su evaluación de la posición de los Estados Unidos en relacion a los desarrollos en Egipto?

Salah Adly : EE.UU. fue tomado de sorpresa por la revolucion de enero de 2011, pero se había estado preparando para los escenarios de cambio en Egipto desde antes que cuando sienten que el régimen de Mubarak había envejecido. Así que intervinieron inmediatamente después que fue derrocado para crear una alianza entre el antiguo Consejo Militar y los Hermanos Musulmanes para asentar el camino hacia la toma del poder por los Hermanos Musulmanes después de que se comprometieron a velar por los intereses de los Estados Unidos, garantizando la seguridad de Israel y continuando la política económica neoliberal que está en contra de los intereses de las masas populares.

Pero los Estados Unidos descubrieron después de un momento la amplitud de la incapacidad de los Hermanos Musulmanes para ejecutar los asuntos de gobierno, su falta de competencia hacia el pueblo y su insistencia por una alianza con los grupos yihadistas en lugar de una alianza con las fuerzas liberales y la unificación de los diversos sectores de la clase de los grandes capitalistas en un sistema estable basado sobre una transferencia de poder que gira en la órbita de esta clase y que asegura los intereses de los norte americanos. Estados Unidos, estaban al mismo tiempo también, atentos en asegurar los intereses y los privilegios de la institución militar con el objetivo de garantizar su lealtad.

Pero Estados Unidos fueron asustados por la continuación de la situación revolucionaria en Egipto, la progresión de la escala de las protestas y la escalada del rechazo popular hacia el reino de los Hermanos Musulmanes. Es por esa razón que ejercieron una presión sobre los Hermanos Musulmanes para llevar a cabo reformas, y ejercieron tambien presión sobre las fuerzas de la oposición liberal, especialmente sobre aquellos que representan los intereses del gran capital en el Partido Wafd, del Partido de los Egipcios libres y del Partido de la Constitución para acelerar la ida a elecciones parlamentarias, poner fin a su alianza con las fuerzas de la izquierda y rechazar las orientaciones de izquierda de los movimientos de la juventud que creen que los objetivos de la revolución y el desarraigo del régimen de los Hermanos Musulmanes sólo pueden lograrse con una grande revolución popular contra ellos y el boycot de las elecciones.

Cuando el “Tamarrud” (Rebelión) y sus geniales ideas para retirar la legitimidad a Morsi tuvieron éxito, puso cada uno en un dilemna cuando los amplios sectores del pueblo y las fuerzas políticas respondieron a su llamado. Esto puso fin a la indecisión de todos los partidos y de todas las fuerzas. Se agruparon todos detrás de la opción popular para el derrocamiento de Morsi, lo que condujo a las elecciones presidenciales anticipadas. Esta demanda se intensificó para llamar al derrocamiento del régimen de los Hermanos Musulmanes, para cambiar la Constitución y corregir el curso de la revolución a través de una nueva legitimidad revolucionaria y una nueva fase de transición sobre una base correcta.

Los Hermanos Musulmanes, los estadounidenses, el Ejército, e incluso las fuerzas de la oposición politica no habian imaginado que la respuesta de la gente sea de esta potente envergadura que obligó cada uno a aplicar la voluntad del pueblo.

Sabemos que los Estados Unidos ejercieron presión de manera flagrante sobre los dirigentes del Ejército y las fuerzas politicas liberales no por derrocar a Morsi sino solamente para presentar grandes reformas. Pero ya era demasiado tarde y cada uno se dio cuenta de que la gente habia hablado y que la alternativa sería la escalada hacia la guerra civil, la escalada hacia el terrorismo y el conflicto sectario, y la puerta abierta a la intervención extranjera.

La llegada a este punto critico ha conducido al derrocamiento de Morsi y a la intervención del ejército de una manera que sirve los objetivos de la revolución en esta etapa. Lo que es admirable es que ese es la primera vez que el ejército Egipcio ha desobeido las órdenes de EE.UU porque se ha dado cuenta de la naturaleza de los grandes peligros que atormentaban a la patria, si se negaba a apoyar la revolución.

Las fuerzas nacionales y democráticas han comprendido que los dirigentes del Ejército tienen intereses y privilegios que quieren preservar, y ellos también quieren tener un papel en el poder sin injerencia política directa. Creemos que esto tiene que ser tomado en cuenta en esta etapa haciendo énfasis sobre la corrección de las cosas gradualmente en la proxima fase.

Estamos en la espera que los Estados Unidos, en el período crítico que sigue, fomentarán los complotes para iniciar la sedición y el conflicto y para alentar a estos grupos para atizar el caos con el fin de lograr los esquemas del “cao creativo”, esquemas para transformar a Egipto en otro Irak. Esto es lo que ha pasado y que fue revelado en el complote del viernes 5 de julio. Este complote ha sido llamado por la juventud “La tripartita, EE.UU. – Israêl – los Hermanos Musulmanes, Agresión” contra el pueblo de Egipto. El plan tenía como objetivo abortar la revolución, reinstalar Morsi, expandiendo el caos y el terror a traves de las manifestaciones que ocuparian las plazas liberadas mediante el empleo de las armas y el terrorismo, el lanzamiento de una campaña de rumores y una guerra de disinformación que sería sin precedente en Egipto con el fin de crear divisiones entre el pueblo y el ejército y dentro de los militares mismos, y conspirar con los grupos jihadistas en el Sinaí para declararlo zona liberada en colusión con Israël y los grupos islámicos de Gaza.

Egipto vivió horas críticas después del discurso del terrorismo y de la intimidación pronunciado por el dirigente del grupo fascista, los Hermanos Musulmanes, a sus seguidores de la plaza Rabi’a al-Adawiyya en Nasr City, en El Cairo. Esa fue la señal para el arranque de esta grande conspiración con el fin de girarse contra la voluntad popular. CNN así como el servicio árabe de la BBC de los canales de TV desempeñaron un papel peligroso en este complot. Pero el pueblo y el ejercito estaban a la altura para frustrar este complot y el papel vergonzoso de EE.UU y de los Hermanos Musulmanes para traicionar el pueblo y la patria fueron expuestos. Este fue un duro golpe para los planes de los Estados Unidos y el imperialismo en la región. El triunfo de la revolución y de la voluntad popular fueron reafirmados sobre las fuerzas de la contrarrevolución.

Q7 – ¿Cuál es vuestra evaluación sobre el nuevo presidente designado, Adly Mansour, y lo que debe hacer de inmediato?

Salah Adly : Él es un juez que es bien conocido por su integridad y competencia, que no había ejercido ningun cargo político o adoptado ciertos prejuicios. El discurso que pronunció después que prestó juramento y tomó posesión de su cargo como presidente para el período transitorio fue un discurso bueno y positivo. Subrayó en que era “solo el pueblo” quien lo había designado, y que los poderes que le han sido confiados son honoríficos, pero que la autoridad real reside en el primer ministro quien escogera por el consenso de las fuerzas nacionales y los jóvenes, y que será encargado de la implementación de las tareas aceptadas por las fuerzas nacionales, democráticas y sociales. Una prioridad mayor del gobierno sería de parar el hundimiento de la economíá, aplicar las demandas urgentes de los sectores trabajadores y dar la seguridad.

Vemos la necesidad de continuar la presión popular en las plazas, que fue confirmada por la declaración presentada por Al-Sisi, de proteger el derecho a la manifestación pacifica. Esto para asegurar que el ejercito no intervendrá salvo en los limites aceptados para asegurar el éxito de esta etapa de transición difícil.

Q8 – ¿Cuáles son los principales retos de su partido, particularmente en relación a las otras fuerzas políticas y para la creación de una alianza unida?

Salah Adly: El principal reto es la necesidad de unir las fuerzas de la izquierda en primer lugar para enfrentar las enormes tareas a las cuales hacemos frente en esta etapa. Las más importantes son:

1) Asegurar el cumplimiento de los objetivos y las tareas de la fase de transición.

2) Cumplir con el consenso por un candidato unico de las fuerzas nacionales y democraticas en la batalla de las elecciones presidenciales.

3) Formar un frente de las fuerzas de izquierda, Nasseritas, movimientos juveniles y organizaciones sindicales ; preparar listas conjuntas para la batalla de las próximas elecciones parlamentarias y locales ; ejercer una presión para garantizar que no haya retroceso en la corrección de la marcha de la revolución en la fase de transición.

4) Tratar de completar y desarrollar la estructura del partido, a renovar el partido con sangre nueva, y a desarrollar su programa de manera en que podamos hacer frente a los grandes desafíos a los cuales estamos enfrentados.

Canción a una bala

En 1981 me encontraba realizando mis estudios en la URSS cuando tuve que regresar a mi país llamado por la guerra y por mi Partido. Me integré al frente y combatí con las FAL hasta el fin de la guerra con el nombre de Mauricio.

En enero del ‘87 fui enviado desde Guazapa, junto con un grupo de compañeros, a la provincia de Chalatenango, exactamente al lugar conocido como La Montañona, cerca de la frontera con Honduras, a unos 8 km al norte del municipio de Las Vueltas. Ahí, en la parte más alta de La Montañona, estaba ubicada la “Escuela político-militar Capitana Ileana de las FAL”.

La escuelita, como le decíamos, era la entrada de todo el mundo a la guerra. Las FAL habían echado a andar esa iniciativa con el objetivo de vincular la práctica diaria que significaba sostener la guerra, con la teoría revolucionaria. Allí se realizaban todo tipo de tareas y se estudiaba el por qué de la guerra, las razones para luchar, para sumar así a los esfuerzos militares la consolidación política e ideológica de los combatientes. Por tandas, los compañeros iban a pasar un tiempo ahí. No era tanto una obligación como una necesidad.

La escuelita, al momento de mi llegada tenía unos sesenta compañeros. Muchos de quienes se incorporaron a las filas guerrilleras iban a cero conocimiento de qué se trataba. A mí como salvadoreño me impactó mucho, cuando llegué al frente, la cantidad de compañeros internacionalistas que estaban participando del proceso revolucionario de mi país. Producto de la clandestinidad, llegábamos al frente desconociendo el inmenso contingente de personas de otros países que se encontraban en los distintos campamentos y en las diferentes organizaciones que componían el FMLN. El enemigo utilizaba este gesto para presentar en su campaña publicitaria que “esta guerra no es de salvadoreños” y justificar así la intervención de los EEUU. La verdad era la necesidad de estos compañeros de aportar su valor a nuestra lucha y conocer nuestra experiencia.

Ahí conocimos un grupo de combatientes argentinos: Cope, Víctor, Platini, Sergio y Rodolfo. Sergio estuvo un tiempo en la escuela hasta que después se fue a cumplir tareas con las unidades de las FPL y llegaba de visita cada dos semanas. Allí conocimos a Fernando, chileno, que cayó en 1989 en Ciudad Delgado; Ramón, de Costa Rica; dominicanos: el negro Javier, que ya se volvía para su patria y César, que era médico y sastre; Karim, otra chilena. Anteriormente habían estado otros dos compañeros argentinos, Anita y Roque. Fabricio, un estudiante de medicina venezolano que murió en el ‘88 en un enfrentamiento con el Batallón Atlacatl.

En los primeros años, el concepto que se tenía de la guerra era que allí sólo se tiraban tiros. Y no. Se cumplían las más diversas tareas que hacían posible el avance y la resistencia. Una tropa sin maíz, sin frijoles, sin arroz, cómo podía subsistir? De eso se encargaba Víctor, aunque renegara y se lamentara. A una tropa sin botas o con los uniformes descosidos le es difícil ir al combate. Ahí entraba la labor de César.

Como había compañeros que no sabían leer ni escribir, en los ratos libres se sacaban cuadernos y lápices. Ahí Rodolfo colaboró como maestro.

En la convivencia con la tropa, las diferencias culturales podían hacer que se encajara mejor o peor. Había que elegir con quién compartir la champa, con quién compartir los momentos de descanso. Rodolfo cuajó muy bien con los demás. El venir de la ciudad para internarse a la vida guerrillera en el campo no era fácil. Los que eran de la zona o estaban hacía tiempo ahí, a veces se comportaban como intentando probar a los recién llegados. A algunos les era más difícil que a otros, y a los internacionalistas siempre les costaba más. “Yo no me quiero dejar mandar por ningún extranjero”, era una expresión que después la convivencia se encargaba de romper.

A Víctor lo tenían por enojado los compañeros, que eran muy jóvenes, entre 15 y 17 años. A los 17 años eran considerados viejos. A nosotros nos decían viejitos. Cuando se daban cuenta que nos cansábamos en las caminatas nos decían “¿Qué vienen a hacer estos viejitos a la guerra? Nos cuesta mucho cuidarlos!”

A Víctor le gustaba mucho regañar a la tropa y entraba en conflictos de relación fácilmente.

Sergio era más calmado, más tranquilo, igual que Cope. Podían estar los combates ahí cerca y con mucha tranquilidad asumían sus tareas diarias. Rodolfo era aún más tranquilo.

En ese tiempo las operaciones del enemigo eran bastante seguidas y requerían de un nivel contundente de respuesta. La guerra había entrado en un nuevo período. Había comenzado la movilización permanente de las unidades guerrilleras para contrarrestar los ataques enemigos. A nivel nacional, pero sobre todo en la provincia de Chalatenango. Después de estar tres meses recibiendo instrucción en la escuela, Rodolfo fue directamente asignado con el grado de teniente a un pelotón de combate que se movilizaba por Las Vueltas y que acostumbraba andar por la zona de Las Bolsitas, cerca de La Ceiba, a una media hora de la escuelita. Los compañeros que salían con él comentaban que esa tranquilidad de Rodolfo nunca la perdía en los combates.

Cope también era excelente combatiente. Había un compañerito de 14 años de edad, Marvin, que después de haber sostenido un enfrentamiento prolongado con el enemigo, me decía “Me gustaría salir con Cope otras veces porque no se agüeva. Se mantuvo en la trinchera y nunca dio señales de querer retirarse”.

Sergio todavía estaba con las unidades de las FPL. Era un acuerdo de cooperación realizado con la idea de que los compañeros conocieran la experiencia política y militar de las otras organizaciones. El compartir esta experiencia rompía esquemas. Yo tuve la oportunidad de estar trabajando ocho meses con los compañeros de las FPL, en la producción de Radio Farabundo Martí, en el ‘84, ahí mismo en La Montañona, en una zona muy alta que se llama El Rótulo de los Monos, dos años antes de conocer a este grupo de compañeros internacionalistas.

Tuve la oportunidad de viajar a Chalatenango en el mes de marzo del año ‘98 pasado. Fui con cuatro compañeros que estuvieron para la misma época, en esas zonas donde se movían las FAL. Fuimos a Los Ramírez, al Cacao, a las Bolsitas. Aquella experiencia con los compañeros internacionalistas es imborrable. El respeto a su heroísmo, a su solidaridad. Fuimos a la Quebrada de la Cimarrona, donde tantas veces nos bañamos en el río, donde tantas veces tuvimos instalada la cocina.

Cuando uno dice Los Orellana, Los Ramírez, Los Beltrán, Los Guardado, habla de zonas bautizadas por los guerrilleros con el nombre de las familias que habían habitado esos lugares, familias muy numerosas y humildes que tuvieron que evacuar la zona ante la embestida del Ejército. A ésas zonas nos dirigíamos tres o cuatro veces por semana a buscar el frijol, el maíz, el arroz. En todos esos caseríos la gente cooperaba con nosotros. Nos vendían a precio preferencial para la guerrilla. Víctor tuvo que conocer personalmente a todos los tienderos, quién vendía mas barato esto y quién lo otro. Se conocía de memoria toda el área que nos rodeaba.

En la escuelita cada día se asignaba a un compañero para dar el matutino. A las cinco de la mañana nos levantábamos. Allí en La Montañona hace un frío tal que el agua amanece con escarchita. Echarse esa agua en la espalda que te hacía saltar, luego ayudarse con el jarro caliente de café y después a realizar los ejercicios físicos. Cada uno diariamente se turnaba para dirigirlos. Cuando algunos mandaban muchas pechadas o lagartijas, o muchos parachutes (caída de paracaidistas), al día siguiente andábamos bien yuca, bien duros todos.

La mayoría de los guerrilleros usaban gorra, pero Rodolfo andaba con un sombrerito color verde. Llegaba de una operación militar, dejaba el fusil pegado al poste y se ponía a moler el maíz en la cocina. Siempre que se regresaba de una misión, se continuaba con las diferentes tareas logísticas.

Una vez veníamos retirándonos de una ofensiva del enemigo y Rodolfo venía muy enfermo del estómago. Las comidas crudas muchas veces, o sin sal, y las diferentes costumbres alimenticias solían hacer estragos en los estómagos de alguna gente, en especial de los extranjeros. Veníamos escapando del enemigo y “Ya no aguanto”, dijo Rodolfo. Y ya no aguantó y ahí mismo se bajó los pantalones.

En el ‘87 el Ejército asentado en Chalatenango se propuso que no le daría paz a la guerrilla en esa zona. El Coronel Ochoa Pérez, comandante de la 4ª Brigada de El Paraíso, hacía declaraciones constantemente acerca de sacudir, de hacer trabajar más a la guerrilla. Los operativos sobre la zona de Las Vueltas se hicieron más continuos.

Nosotros por nuestra parte entendíamos que si ellos no acudían al combate, había que salir a buscarlos. Era una de las líneas de la Guerra Popular Revolucionaria.

Una guerra que se alargó. Y donde el enemigo recurrió entonces a la táctica de romper internamente a la guerrilla. De revertir guerrilleros. Con graves repercusiones.

Chalatenango no escapó a ese intento de infiltración. El Ejército reclutó a muchos pobladores que formaban redes para descubrir nuestras rutas, suministrar información de cuántos éramos, de por dónde solíamos aparecer.

En la propia tropa ya se empezaron a dar casos de unidades guerrilleras que salían de exploración y cuando se topaban con una patrulla enemiga, ponían el fusil boquilla abajo, como una señal preconvenida de no-combate. La táctica en ese caso era de convencer a los compañeros de permanecer en la guerra sin combatir. Poder sobrevivir a la guerra, sin cumplir las tareas revolucionarias.

Al igual que nosotros saboteábamos los puntos vitales de la economía nacional que solventaba al enemigo, ellos comenzaron a sabotear nuestra propia economía. Los compañeros llegaban a poner las cargas de explosivo en un poste del tendido eléctrico y se encontraban con que las cargas, sutilmente mojadas con una jeringa, no explotaban.

Hubo que preparar equipos ideológicamente muy sólidos para poder detectar ese trabajo. Trabajo enemigo que hizo mucho daño, en el sentido que se transformó en una lucha al interior de las unidades guerrilleras, lo que provocó en un momento mucha desconfianza. Cualquiera podía sentirse tocado.

Se formaron equipos de vigilancia que, por la delicadeza del asunto, recurrían a compañeros de una especial consistencia política e incluso física. Pues cuando se descubría una red de ésas, se convocaba a una reunión y a una señal del jefe los miembros del equipo desarmaban al infiltrado. Hubo casos en que al momento de la detención los tipos mataban a sus compañeros.

Rodolfo reunía las dos condiciones, por lo tanto le tocó participar de esos equipos. Él había llegado a principios ‘87 como un niño bonito y grandote que el Partido Comunista Argentino había mandado junto a los otros compañeros. Primer enflaqueció rápidamente. Pero mes a mes fue agarrando fuerza y terminó hecho un diablón que cargaba 50 libras en el lomo durante horas sin quejarse.

Todas las etapas de la guerra fueron difíciles, pero ésta, de la cual participaron aquellos compañeros internacionalistas, fue particularmente delicada pues se debía tener mucho tacto para no equivocarse.

Fue una época que requirió de muchas virtudes para atravesarla a salvo.

En este momento de transición aún de la guerra a la posguerra, a veces se me trata de que yo mucho hablo del conflicto. Me ha sucedido en mi lugar de trabajo, ámbito por cierto muy distinto al de la guerra, que me digan que mucho insisto yo en ese período. Y yo trato de reflexionar.

Eso ha sido parte nuestra. Si tratamos de quitar, de desvincular esa parte, estaremos olvidando nuestras propias vidas y la de nuestro país. Yo no puedo olvidar eso. Comprendo claramente que ese período nos permite valorar hoy qué es lo que debemos hacer, por donde debemos continuar. La lucha hoy quizás se ha vuelto más compleja, pero la complejidad no nos debe confundir en cuanto hay que seguir validando lo que siempre fue válido: la Guerra Popular Revolucionaria. Personalmente pienso que el FMLN atraviesa una situación bien difícil, que requiere de mucho esfuerzo por consolidar el perfil revolucionario conque le dio y debe seguir dándole esperanza a la gente. Validar su carácter revolucionario será validar los años que vivimos en guerra.

La muerte me sigue impactando. Yo tengo aquí metido lo del 16 de septiembre, el 3 de mayo cuando Italo, segundo jefe del Batallón Aguiñada Carranza, pierde su pierna en Guazapa. Que Juan Macarela cayó en mayo del ‘88 combatiento contra una unidad del BIRI (Batallón Irregular de Reacción Inmediata) Ramón Belloso.

Para agosto y septiembre del ‘87, las operaciones enemigas en la zona se habían incrementado fuertemente.
El 16 de septiembre Rodolfo estaba en una misión de combate sobre unos cercos de piedra que están rumbo a Los Orellana. Con 22 años, venido de Argentina igual que el Che Guevara, comandaba una escuadra de siete combatientes, entre los que estaban Marno y el Gato Douglas, que habían compartido ya muchas operaciones militares con él, Marvin, Carlitos, y Tobías. El día anterior habíamos tenido una larga conversación en la cocina del Caraito, en la que me contó algunas cosas sobre su vida en su país y algunas opiniones sobre esta experiencia con la guerrilla salvadoreña.Me contó que le iba al Independiente, donde jugaban varios de la selección campeona del mundo en México, con Maradona.

Como a las 11 de la mañana fueron emboscados por una unidad de la 4ª Brigada de Chalatenango, que asediaba la zona constantemente. A la vuelta los compañeros informaron que el teniente Rodolfo había muerto en la emboscada, alcanzado por una bala que le dio en medio de la frente.

Cerca del mediodía del 16 de septiembre de 1987, encabezando una unidad de las FAL en La Montañona, Chalatenango, cerca del caserío de Los Orellana, El Salvador.

A las pocas horas ya estabamos movilizándonos para otro campamento porque el enemigo se nos venía encima.

En los años ‘90, estando en Nicaragua, fue que supe su verdadero nombre: Marcelo Feito.

(Carlos Castaneda, Mauricio, fue elegido diputado por el departamento de Sonsonate en las elecciones de marzo del 2000. Reelegido en el 2003 y en el 2006, siguió integrando la bancada del FMLN en la Asamblea Legislativa de El Salvador. En 2009 el FMLN ganó las elecciones generales, y desde entonces Carlos es funcionario del Ministerio de Defensa)

No me arrepiento de la Revolución, más allá del desengaño

13/07/13 1959. Tenía dieciséis años cuando salí de mi pueblo natal, Masatepe, para matricularme en la Escuela de Derecho en León. Mi padre nunca dudó que yo sería abogado. Yo sí tenía esa duda. O una certeza, quería ser escritor. Pero de todas maneras fui el primero en obtener un título universitario entre mis 56 primos hermanos.

Acababa de triunfar la revolución cubana y había manifestaciones diarias de estudiantes. Yo también estuve pronto en las calles, otro mundo distinto de aquel de donde yo venía, porque mi familia era leal al partido liberal de los Somoza. Me veo subido a una balaustrada arengando a los estudiantes en imitación del discurso radical de mis compañeros. Levantábamos a la gente y se sumaban cientos de personas. Hasta que llegó aquel 23 de julio.

El cuartel de la Guardia Nacional estaba a dos cuadras de la Universidad, en una de las esquinas de la plaza central. Un pelotón de soldados nos cerraba el paso y pocos segundos después escuché el estallido de una bomba lacrimógena. Vi correr por el pavimento las latas rojas humeantes que estallaban y quedé cegado por el gas. Oí los primeros disparos de los fusiles Garand, luego el tableteo de una ametralladora y comencé a correr. A escasos metros me topé con la puerta de servicio de un restaurante. Empujé la puerta y cedió. Subí a un dormitorio de la segunda planta que daba a la calle, donde había dos niñas en una cama, acompañadas de una empleada.

“Estamos solas aquí”, me dijo la mujer con voz temblorosa.

Me asomé por el balcón y los soldados estaban colocados en tres posiciones: de pie, de rodillas y acostados, todos con los fusiles humeantes. Uno con una ametralladora de trípode se hallaba echado en la esquina, en la banda izquierda. En la banda derecha yacía un montón de cuerpos. Alguien gritaba: “¡Una ambulancia!, ¡una ambulancia!”.

La mujer me dijo que no había un teléfono. El aire se había vaciado de ruidos y todo me parecía en cámara lenta. Vi llegar a un cura que daba los sacramentos a los heridos, un cura norteamericano que de casualidad se hallaba en León, y luego supe se apellidaba Kaplan.

En ese momento estalló la banda de sonido en la película muda y escuché la sirena de las ambulancias y desde el balcón vi que la guardia no las dejaba pasar. Fernando Gordillo, con quien dirigí la revista Ventana donde él publicaba poemas y yo cuentos, envuelto en una bandera marchaba resuelto ofreciendo el pecho al pelotón de soldados.

Parecía, me parece un sueño. Bajé corriendo, le grité que se detuviera.

No me hizo caso, no me oía. El pelotón abrió sus filas en ese momento para darle paso a las ambulancias, y luego retrocedió hacia el cuartel. Olía pólvora. Erick Ramírez, mi compañero de banca, estaba tendido en el suelo. Tenía un orificio en la espalda. Me arrodillé a su lado para decirle que lo llevaríamos al hospital y cuando lo volteé vi que tenía el pecho desflorado por el balazo.

Subimos a los heridos y a los muertos en taxis y en vehículos particulares para trasladarlos al hospital. Era la primera vez que entraba a una morgue. Ahí descubrí sobre una de las losas a otro compañero de banca, Mauricio Martínez.

Erick y él tendidos sobre las losas esperando para ser lavados con una manguera. La cuenta total fue de setenta heridos y cuatro muertos. Ese fue el día que mi vida cambió para siempre.

1968.

La década de los sesenta, la que no se repetirá, y sin la que nada de lo que está por venir en mi vida sería posible, ni lo que me tocó vivir ni lo que me ha tocado escribir. Aprendí que la más lúcida de las compatibilidades es que podía ser un escritor y un revolucionario, alguien que piensa y que hace, y que encuentra que su sensibilidad para escribir es la misma que le sirve para pensar que otro mundo es posible en la realidad y en la narración, tierra y cielo, el yin y el yang. Entré en el Club de la Serpiente, fui cronopio de primera fila y no apretaba el tubo de pasta dentífrica desde abajo. Cortázar y Frantz Fanon, el Che y Janis Joplin, Martin Luther King y los Beatles, Ben Bella y los Rolling Stones, Lumumba y Bob Dylan, Woodstock el gran campo de batalla lo mismo que lo era la cordillera de los Andes, Argelia y el Congo, las calles de París en mayo y la plaza de Tlatelolco en octubre de 1968.

Ser joven por primera vez en la vida es una carga seria, la barricada cierra la calle pero abre el camino. Es necesario explorar sistemáticamente el azar, dicen también los grafitis, una frase que parece escrita por Cortázar. Sin los sesentas no habrá setentas, querido Perogrullo, sin esa explosión de locura y esperanzas no habrá revolución en Nicaragua, todos esos ríos azarosos y revueltos que van a dar a la mar, que es el vivir. Los guerrilleros en sus escondites leían Rayuela y leían La ciudad y los perros, el boom también era una rebelión armada; un primo mío comandante guerrillero se puso por seudónimo Aureliano, por Aureliano Buendía, y otro vino a llamarse directamente Macondo. A nadie hubiera extrañado ver a un Ixca Cienfuegos con el fusil en la mano en busca de la región más transparente del aire.

1979.

En el mismo Paraninfo de la Universidad de donde salimos en manifestación la tarde de la masacre veinte años atrás, en otro mes de julio, soy juramentado como miembro de la Junta Revolucionaria de Gobierno de cinco miembros. León liberado, capital provisional, una trinchera en cada bocacalle, bulle este 19 de julio de guerrilleros adolescentes que se pasan el santo y seña.

Somoza ha huido a Miami con su familia y sus secuaces y la Guardia Nacional se ha desbandado. En las pantallas de televisión Sandino se quita y se pone el sombrero en una vieja toma de archivo de Movietone de pocos segundos. Y al día siguiente estamos ya en Managua, un viaje bajo un cielo ardiente sin nubes a bordo de unos Mercedes negros quitados a jerarcas del régimen.

Y otra vez, la sordera. No hay sonidos en el aire cuando subidos a un camión de bomberos rojo encendido, avanzamos por las calles desiertas hacia la plaza donde está todo el mundo y de pronto estalla el bullicio y las campanas de la Catedral repican. La historia seguirá siendo escrita por los sobrevivientes porque quienes tejieron la urdimbre de este día quedaron en el camino, empezando por Erick y Mauricio, mis dos compañeros de banca, y Jorge Navarro, mi otro compañero de banca que dejó el aula para irse a la guerrilla y murió en las selvas de Bocay con los pies engusanados. Son miles atrás en el camino.

Esta es una revolución de los muertos que pesará sobre las espaldas de los vivos ahora que pretendemos un mundo que no se parezca a ningún otro del pasado. Improvisación y locura. Hay que alfabetizar en pocos meses, acabar con la poliomielitis, repartir la tierra hoy, no mañana. El futuro es concreto y lo imposible no existe: tomemos en serio la revolución pero no nos tomemos en serio a nosotros mismos, decían las paredes de la Sorbona, y esa fue una regla de oro que seguimos con alegría desde el nuevo poder hasta que llegamos a olvidarla. Cada vez que un ideal se convierte en decreto, algo de ese ideal se pierde, y cuando ese decreto se aplica, se pierde aún más, advertía Pasternak. Nadie estaba para oír advertencias pero l a burocracia es un animal sordo y ciego que se alimenta de papeles, leyes, decretos, reglamentos, circulares.

2013.

En una reunión de conspiradores en San José de Costa Rica se planeaba el ataque al cuartel de San Carlos en el río San Juan en 1977, y entre quienes iban a participar en la acción se hallaba el Chato Medrano, fugado del hospital donde convalecía después que le habían cortado medio intestino grueso, y mientras señalaba con una mano un mapa con la otra se sostenía la bolsa por la que defecaba y así se fue al combate donde lo mataron. Santidad, si es que no tiene otro nombre.

De él me acordé cuando perdimos las elecciones en 1990, aturdido entre la bruma de la derrota inesperada, porque cómo iba el pueblo a votar en contra de una revolución popular; y cuando la revolución se fue por el caño de otra derrota peor que fue la derrota ética, me acordé de Panchito Gutiérrez muerto mientras disparaba una ametralladora .50 contra el cuartel de Rivas en 1978 y dejó huérfanos a sus tres hijos; más muertos que recordar sólo que ahora no había remedio.

Cayó el muro de Berlín, la ciudad dividida donde yo viví en los setenta, y se acabó el fementido socialismo real. Esos noventa cuando mueren los sesenta, los sueños colectivos hechos trizas y el pensar en los demás se convierte en el pensar solamente en uno mismo que es la gran derrota de la aventura humanista, el futuro tan luminoso de los himnos de victoria que pervirtió el egoísmo.

He visto a los más valientes de mi generación destruidos por la codicia, guerrilleros heroicos convertidos en millonarios, protagonistas de la más grande de las tragedias éticas de esa historia. Envilecidos por el poder y por la idea de poder para siempre. Pero también he visto a otros que también estuvieron a la cabeza de la revolución y jamás tocaron un centavo ajeno y viven en digna pobreza: esos son los imprescindibles.

Si miro atrás me veo como fui entonces, y me digo que volvería a hacer lo mismo que entonces hice. Nunca podré arrepentirme de haber creído porque sería arrepentirme de haber vivido, ni tampoco cedo a la tentación de corregirme a mí mismo. Pero, ay, no puedo regresar a cobijarme bajo la sombra del lozano árbol dorado de la juventud, y las teorías, tan grises que fueron siempre y ya ni hablemos de las tétricas ideologías mamotréticas, ideologías redentoras que cuando terminan en maquinarias de poder transforman en bagazo los ideales.

Siempre rechazaré el poder malévolo que se disfraza de benefactor para oprimir, esa rueda que da siempre las mismas vueltas y muele las mismas palabras engañosas y numerosas porque la mentira es siempre exuberante. La verdad que no cambia en mi vida sigue siendo un compañero de aula tendido en una losa de la morgue esperando ser lavado por una manguera.

Entré en una revolución, no en la política, qué importante se vuelve a estas alturas la semántica, y lo hice abandonando mi oficio de escritor que luego recuperé cuando ya no hubo más revolución, mi territorio para siempre donde vivo a gusto y el más libre que uno pueda imaginar. Piensas, luego existes; existes, luego imaginas. Pero el viaje por el otro territorio de la revolución me trajo una experiencia de vida inolvidable, y recogí tantas cosas que aún no acabo de vaciar mi equipaje. Me haría falta otra vida para escribirlas y describirlas todas.

En 1981 fui de las FAL en Chalatenango (II) Entrevista con Mauricio El Sólido

SAN SALVADOR, 19 de mayo de 2013 (SIEP) “El campamento de las Fuerzas Armadas de Liberación, FAL, en Chalatenango estaba al lado de un talud, era una serie de casas. Y quedaba en alto, lo que permitía a la posta observar los movimiento tanto de Las Vueltas como de Las Minas…” comparte Mauricio El Sólido, militante revolucionario salvadoreño.

“Esto nos permitía observar cuando salían los guardias de la Comandancia en Las Vueltas, así como la calle hacia Los Ayalas y Los Alas. Y contiguo al campamento quedaba el Caserío El Caraguito, donde pasaba un río en el que nos bañábamos. Ahí vivía El Prautico o sea Rutilio, el jefe de nuestros Milicianos.
Cerca estaba la Iglesia Católica del Jícaro, que era una iglesia sin cura de planta, que estaba en medio de un territorio en disputa. Y muy cerca , a unos cinco minutos de distancia, estaba el campamento de las FPL, pero no tenía la visibilidad del nuestro.

Este campamento de las FAL se creo en 1980-81 para la “Ofensiva General” como un movimiento de repliegue. Su primer responsable fue Byron, guatemalteco, que luego cayó en esta primera Ofensiva en Chalatenango en enero de 1981. Luego llegó Moisés como Jefe, que había sido dirigente sindical en San Salvador y se había entrenado militarmente en Cuba, como la mayoría de mandos superiores de las FAL. Hablaba como militar, caminaba como militar, actuaba como militar.
Moisés había sido capturado por la Policía de Hacienda, y logró saltarse por la ventana de un tercer piso del edificio donde lo tenían incomunicado, y cayó en un arenal, se fracturó la pierna pero cojeando logró huir y se vino a refugiar a Chalatenango.

El campamento inicia también con Omar, el hermano del Prautico, con unas pocas carabinas, y dos M-16. Algunos dicen que se establecieron desde 1979. Y las FPL ya estaban ahí. Toma en cuenta que mucha de esta gente había ya sido trabajada políticamente por los compañeros de ATACES desde mucho antes. Pero luego llegaron catequistas de FECCAS y se jalaron a algunas gentes.

Pero el Prautico se mantuvo fiel al Partido Comunista y este le envió gente y armas. Y se armó una estructura interna de campamento. Moisés quedo de jefe de campamento. Héctor de segundo, aunque cayó poco después. De Logística, Toño, el hermano de Gerardo. Como Operativo el Chino Ramón, o sea el encargado de organizar exploraciones, definir misiones para cada unidad, colocar hombres en el terreno, y necesitas para este cargo tener un alto sentido de improvisación.

Teníamos una posta fija, de día y de noche, además de contar con un “impresionante” refugio anti-aéreo, que consistía en dos líneas de tablas de barillo, una consumada obra de ingeniería con su claraboya cubierta, que estaba ubicado enfrente de Las Vueltas.

Contábamos con un certero puesto de observación, desde el cual era cuidadosamente chequeado el movimiento de los Guardias Nacionales, que iniciaban sus actividades a las 5 de la mañana, ya que había entre 15 a 20 agentes. Los teníamos cuadriculados.

Y esta posta especial nos permitía conocer y reconocer a los “orejas”, y las rutinas: cuando habían combates recios salían a patrullar; y que solo entraban a nuestros campamentos si había invasión; así como que tenían un ancianito para a la vez observar nuestros movimientos. Los vigilábamos y nos vigilaban, sin atacarnos, así era esta guerra de curiosa.

Al ancianito que nos enviaron de espía logramos reclutarlo, y le pusimos de pseudónimo por su edad y sin animo de ofender, La Reliquia. Lo pusimos a trabajar en la cocina, y feliz con nosotros porque nos explicaba que aquí si le daban de comer…y lamentablemente murió con nosotros, cayó en un bombardeo…

Como Jefe de Disciplina del campamento en Chalate

Cuando me envían para Chalatenango, Luís Hernández me dice: “vos vas para algo especial.”Y entonces al llegar a Chalate y presentarme con Moisés, me pregunta: y ¿para que venís? Le respondo: me dijeron que vengo para algo especial. Y me dice: ¿Y que es? Y no logro responderle y terminó la guerra y no logre averiguarlo. Son los misterios de la lucha guerrillera.

Entonces Moisés –lo sentí sarcástico- decide nombrarme como Jefe de Disciplina. Y le pregunto sorprendido ya que es un cargo que no existe en la jerarquía militar: ¿y cual va ser mi función? Y me responde categórico: tu función va ser la de sancionar.

Para esos días llegó Jonathan y asumió el cargo de Jefe Segundo, sustituyendo a Héctor. Me advirtió: te van a odiar. Jonathan, que se llamaba Francisco, era todo un personaje: anteojos tipo Ray-Ban, flaquito, con una mentalidad de calidad humana profunda, y tomador de decisiones, alta preparación militar, eficiente, con muy buen trato con la gente, con visión estratégica y táctica, complementaba a Moisés, y cuando este sale herido del frente, Jonathan toma el mando. Fue el tercer jefe del campamento: Byron, Moisés y Jonathan.

Y efectivamente todo jefe de escuadra y de pelotón cuando tenía algún problema con algún combatiente, me lo enviaba. Pensé que iba convertirme en el hombre más odiado, pero no fue así. El primer caso que atendí fue el de gente dormida en la posta, se trataba de una muchachita, de nombre Silvia, indisciplinada. La sanción fue que hiciera pechadas.

Otras sanciones que eran comunes eran la de enviarlos a ayudar a moler el maíz en la cocina, como sanción leve. Por suerte no tuvimos casos de sanciones drásticas. Para esta época también llega al campamento Pedro, que había sido estudiante en Leningrado.

Contábamos con tres escuadras de 7 combatientes cada una. Luego tuvimos cuatro escuadras. El Chino Ramón era el jefe de la primera escuadra. Rolando, de la segunda. Roberto el hermano de Laura, de la tercera. Me meten a la de Rolando, y al salir este asumo la jefatura. Esta integrada por Laura, Gonzalo, Fredi, y Robertón, que después fue jefe de escuadra.

Y nuestra fuerza miliciana que oscilaba entre 25 y 30 hombres. Los milicianos eran muy activos, nos garantizaban la comida. Y cuando la Guardia nacional venía y se llevaba nuestro ganado, ellos iban al pueblo a recuperarlo. La táctica empleada nos contaban riéndose era apoderarse del toro y traérselo y luego las vacas se venían solas de regreso, a buscarlo…
Así pasó el año 81. Había poca relación con las FPL, aunque estábamos cerca. No estaba muy definido donde estaba el territorio de ellos y el nuestro. Ellos tenían bastante población. Nos coordinábamos cuando había invasión enemiga. Ante el primer choque ya se sabía por donde venía el operativo. Cuando entraba por el lado de ellos la invasión se profundizaba.
Y en esto no dejábamos de repetir que la posta es la seguridad del campamento, es la clave de la sobrevivencia. Por eso hay siempre posta de medio día y posta de una hora por la noche. Y como Jefe de Disciplina era el responsable de las postas. En el campamento teníamos tres postas. Y estábamos arriba de un cerro de donde controlábamos nuestro territorio. Desde una posta veíamos el río que va por toda la calle hasta la orilla de Chalate…
Una vez la posta nos informó que la GN estaba penetrando, y pasó un grupo de refuerzo. Me acuerdo que estábamos comiendo, habíamos matado a una vaca, era un festín…y lo interrumpimos para organizar una emboscada, para golpearlos cuando estuvieran en movimiento, cada quien se ubicó en su puesto. Había un puente de hamaca que atravesaba el río y como un farallón. Y la GN pasó la calle arriba del farallón…Venían con defensas civiles, incluyendo a mujeres en caballo, y la “famosa” mujer que combatía, eran paramilitares que les daban seguridad a la GN. Pero cayeron en la emboscada, aunque unos trataron de resistir.

Eran 15 Guardias y solo uno quedo herido…la mujer cayó combatiendo con su fusil, guerreadora, se enfrentó con uñas y dientes…Me acuerdo que como estábamos comiendo, salí del campamento todavía con una tortilla en la mano que deje colgada en un cerco para después al regreso buscarla, pero ya no la encontré, Moisés me contó que se la había hallado y se la había comido.
Durante el combate, Santiagón, moreno, alto, indión nonualco, muy listo en el combate, agarró el cuerpo de un Guardia y se lo puso de parapeto y así avanzó hasta lanzarles unas granadas y así cayeron. Y logramos capturar a un teniente, era nuestro trofeo de guerra, nuestro primer prisionero de guerra capturado en combate, un gran orgullo, tanto que lo anduvimos paseando y en varias ocasiones trató de escapársenos.
Otra vez logramos en un combate recuperar varios fusiles, y esto nos permitió que toda nuestra gente anduviera armada con sendos G-3 y M-16, y hasta con uniformes de Guardias, nuevitos. Estábamos felices. Lo que nos sorprendió fue que días después llegaron unos mensajeros del jefe del campamento El Jícaro de las FPL, o sea de Felipòn, exhortándonos para que les entregáramos las armas decomisadas. Les preguntamos: ¿Cuáles armas? Las que recogieron después del combate. Y ¿Por qué? Porque las recogieron en territorio nuestro, nos explicaron. Nos pusimos a reír: díganle a Felipón que si las quiere…que él venga a traerlas, que aquí lo esperamos.
La guinda de septiembre
En septiembre de ese año tuvimos una invasión militar. Y la gente tuvo que abandonar sus caseríos y salir en guinda con nosotros. Nos fuimos hacia El Pepeto, caminando cinco días, llegamos a La Montañona, me acuerdo de un rotulo que decía: prohibido cazar a los monos. Pero nunca vimos a ningún mono. Luego nos movimos a Los Naranjos, cruzamos la calle y salimos a Las Vueltas, hacia el lado de La Laguna.
Estábamos sitiados y había que romper el cerco. Y había mucha gente, calculo unas mil personas, con sus respectivos sacos de maíz, frijoles, colchas, un tunquito o perro, el gato, el perico, la tortuga, el espejo, con los canastos llenos de sus pertenencias… Cada quien cargando su cacaxtle. Y todo esto pesaba, lo que hacía la marcha lenta como dice la canción. Les exhortábamos a votar lo que pudieran para aligerar el paso, pero eran sus pertenencias y las cuidaban. Pero cuando ya no podían las abandonaban e iban quedando en el camino. Yo iba en la retaguardia y contemplaba lo dejado.
Había gente que se quedaba en el camino vencida por el cansancio y el hambre. Decían: hasta aquí llegamos, ya no podemos más. Y teníamos que convencerlas: sigan, sigan, hágalo por sus hijos, se los van a matar…Otras se imaginaban obstáculos: ahí hay un hoyo y no se puede pasar. Y había que comprobarles que ahí no había tal barranco y que podían pasar.
Era una marcha masiva nocturna, en plena oscuridad, y cuando salía el sol corríamos a encharralarnos para que el enemigo no nos ubicara. Y los aviones y los helicópteros rondándonos, tratando de ubicarnos para disparar. Se escuchaba a veces: aquí no hay nada, pasen y al momento plosh, la persona caía dentro del hoyo, si hay hoyo, sáquenme por favor…
Al sexto día se decide que vamos hacia El Conacaste. Y el hambre nos obligaba a buscar para comer cogollos de papillos y hojas de tomate crudas así como a cocinar el tallo del papayo, cocerlo y comerlo como yuca, y sopa de hojas de tomate con ucula, una flor blanca como campanilla, que era una delicia de la cocina guerrillera, al agregarle el sabrosador Maggi.
Fíjate que cuando te quitabas las botas para descansar todo era normal, lo trágico y doloroso era cuando te quitabas los calcetines porque la piel se te despegaba…y había que poner los pies al sol para que se orearan…y untarlos con sebo de vaca para que las moscas no te molestaran.
En una de esas identificamos la presencia cercana de las tropas enemigas. Era ya de tarde y el cielo estaba claro. Si nos descubrían nos aniquilaban porque éramos mucha gente y ellos contaban con una poderosa capacidad de fuego. Cuando estábamos esperando ya el golpe final, empiezan a soplar fuertes vientos y se viene una gran tormenta con truenos y rayos. Y la oscuridad se apodera de todo… ¡Y el enemigo abandona el terreno!
El Mando nos informa: que el enemigo ya no avanza, que ya podemos salir y también que ya la gente se fue. La gente en medio de la tormenta se fue caminando por el río y regresó a sus casas… ya no encontramos ni sus huellas. Decidimos avanzar acompañados de los últimos relámpagos. Y del arcoiris que surgía imponente en los cerros aledaños. En el camino de regreso nos encontramos con un palo de jocote cargado, la tormenta los había botado en el suelo, de donde los recogimos directo para nuestras bocas, hasta atragantarnos.
Al ir camino al campamento, me pidieron que le prestara mis botas a un combatiente para ir a cumplir una misión de exploración. Se las di. Pero pasaron las horas y las botas no regresaban. Y entonces mande al Checo, que era un cipote aventado, para que fuera a decirles que me enviaran mis botas. Y las botas me regresaron. El Checo después cayó como parte de las Fuerzas Especiales. Al llegar al campamento la comida ya estaba hecha solo para servir, porque aunque las cocineras llegaran de último, la unidad que ingresaba primero aseguraba la comida de los demás. Esas fueron las primeras guindas.
La caída de Héctor
Otra vez detectamos desde el Cerro de las Cebadillas, que permite ver hacia Las Vueltas, que venía un camión lleno de soldados dispuestos a invadir. Me mandan con Héctor a darles la bienvenida. Llevábamos el RPG-2 y yo iba a disparar. Pasábamos por un cerco de piedra y luego bajábamos para ubicarnos en posición de tiro. Tire pero falle y los soldados lograron esconderse.
Decidimos regresar y al ir subiendo para llegar al cerco de piedra, cuando solo faltaban unos quince metros, escuche atrás de nosotros un boooom, el proyectil picó atrás de Héctor y sus esquirlas me lograron herir. Estaban tirando con obuses desde 11 kilómetros de distancia. Pasamos el cerco de piedra. Y Héctor entonces se detiene y me dice: les voy ir a tirar y se regresa. Le digo: no, vamos, venite. Regresemos. No me escucha.
En eso cae otro papayazo y golpea el cerco de piedra y las esquirlas le caen en su cuerpo y veo que siembra el fusil en el lodo…estaba muerto. Fui y me le acerque y lo coloque para traerlo al campamento, en ese momento llegaron otros compas y les explico: acaba de caer. Me dicen: oímos el vergazo. Lo sacamos ya muerto, a velarlo y lo enterramos en el cementerio de El Jícaro. Hay que ir a ver, a visitar, porque le hicimos una cruz. Fue un fuerte golpe, fue muy llorado por las muchachas de las FAL porque las enamoraba. Era novio. Y también muy sentido por todos los combatientes. Me acuerdo que le hicimos posta en el cementerio.
En La Escopeta, el campamento de Leocadio
Después de Navidad de ese año 81 recibimos la orden de irnos para Guazapa. El Mando nos llamaba para concentrar fuerzas, se clausura el campamento provisionalmente mientras cumplimos esta tarea, luego sería reabierto. Yo me quedo en un nuevo campamento localizado al atravesar el lago Suchitlán. Era el campamento de Leocadio, que tenía como centro su propia casa y quedaba a tres kilómetros del lago. Me quedo para ayudarlo. Había aterrizado en La Escopeta. Ya estaba ahí Mafalda (Ángel o Benito Lara), pero días después lo trasladan.
Leocadio era un campesino de la localidad, muy hábil, responsable, inspiraba confianza, y rápidamente simpatizamos, hicimos amistad. Tenía dos hermanos, Miltón y El Cabo. Y dos primos, Ciriaco y otro que se me olvida el nombre. Leocadio se levantaba temprano para ir a sembrar y chapodar su milpa y luego se iba a combatir. Era jefe militar, campesino y combatiente. Se había adiestrado militarmente en Cuba. Era un militar nato. Me dijo una vez: yo doy órdenes, vos hablás.
Leocadio tenía don de mando: tómense ese cerro, suban allá, bajen aquí…observen esa posición…el iba personalmente a buscar al enemigo, a buscar combate, era tan loco, atrevido…audaz. Decía: que vaya fulano y zutano a esta misión, y preparaba emboscadas para el enemigo y los buscaba y los golpeaba y luego regresaba victorioso. Y había que ir a buscar combate porque el sitio estaba un tanto aislado. Todos los días se salía explorar, y explicaba que de esa manera se controla el territorio, por medio del movimiento de nuestra tropa. A veces me decía: yo me voy a quedar, vos llévate la tropa. Llevalos despegados, a cinco metros de distancia.
Cerca de ahí había también un campamento de las FPL. Y más allá, en Copapayo, un campamento de las RN, ya cercano a Suchitoto. Me acuerdo que una vez venía invadiendo el enemigo y les montemos una emboscada, con poca gente, pero nos resultó exitosa. Salieron huyendo y logramos requisar una ametralladora y quince fusiles. Schafik que estaba en Guazapa supo de esta acción y mandó a llamar a Leocadio para conocerlo. Llegó Leocadio y platicaron.¿Cómo esta la situación? ¿Hay movimiento de tropas enemigas? Le responde Leocadio: normal. Todos los días hay movilización, todos los días. Schafik sugirió después al Mando: ¡manden gente donde Leocadio a prepararse!
Leocadio tenía varias lanchas para atravesar el lago y esto lo convertía en el jefe indiscutido –bromeábamos- de la Marina de Guerra de las FAL. Y había momentos en que se usaban mucho estas lanchas.
En La Escopeta habían cuatro escuadras donde estaban los combatientes Juancho, un excelente tirador con su carabina; Chicas, que era un cipote colaborador, Gerber, Jefe de Escuadra, de nombre José y hermano de Avalos, Omar, Milton, El Obispo, El Sacristán, Giovanni, que era muy amigo de Gerber y que hoy vive en Suchitoto y trabaja de guía de turistas. Y también había organización de Partido, una célula, y lo mismo hubo allá en Chalatenango.
Nos pasábamos pendientes de movimientos del enemigo para salir a su encuentro y enfrentarlos. Era importante identificar su procedencia, si eran de Cinquera o de Jutiapa, o era una invasión desde el otro lado del Cerro, e iban a entrar por Palo Grande y se iban a mover hacia Cabañas. O iban a entrar por El Franco sin tocar Palo Grande. O por el cerro de Azacualpa, donde estaba otro campamento de las FPL. Dime por donde vienen y te diré por donde pasan.
En Palo Grande, en el campamento de Joel
Pase todo el 82 junto con Leocadio. A finales de año me mandan a llamar. Y me ubican en el campamento de Joel Sánchez en Palo Grande. Ahí estaba también Chepón como segundo al mando, y al salir este, quedó Jonathan. Mi función era de político de la unidad militar. Claro, si el militar caía el político asumía y la tropa tenía que estar preparada para aceptarlo como jefe. Y estar al mando de un político, que era el que daba la línea del Partido.
Por esos días de principios de 1983 las FAL en Guazapa tenía dos expresiones territoriales: el campamento de Palo Grande al mando de Joel y el campamento de La Fuente al mando de Chepón, con Adolfo (La Garroba) como su segundo al mando. Se trataba de Medardo París, hermano de Job. Aunque Joel en ese entonces era el jefe en el Cerro de toda la FAL, de lo militar, de lo logístico, del hospital, de todo. Me voy donde Joel y Jonathan es ahí el jefe de operaciones. Estaba también Mario, El Tigre, aguerrido jefe militar.
Como político era mi responsabilidad garantizar todas las mañanas la charla ideológica. Y no de conceptos abstractos sino hablar de asuntos terrenales tales como que a fulano de tal le sacaron tal cosa de la mochila, por favor entréguenlo, eso no debemos de hacerlo, no podemos dejarnos condicionar por el sistema, somos compañeros en una lucha por una nueva sociedad donde no caben estas actitudes y por ahí me iba…O que hay que respetar las relaciones de pareja establecidas. Hasta teníamos local del Partido, una sede con murales y posters. Ahí pasaba el Chele Douglas de responsable.
Fíjate que desde Chalate veníamos con problemas de indisciplina. Habían dos muchachas muy bonitas, que habían desertado de la RN y se habían cobijado en las FAL, eran de San Salvador. Y eran muy indisciplinadas, tanto que una vez me sacaron algo de mi mochila y lo negaron. Y les puse una sanción y no la hicieron. Las amenace con denunciarlas públicamente y la cumplieron. Eran muy hábiles para garantizar su comodidad en medio de la dureza de la vida guerrillera. Evitaban la fatiga. En el Campamento de Palo Grande lograron que las ubicaran en la sede del partido y ahí pasaban tomando cafecito con quesadilla junto con Douglas. Mira las chulas decían los combatientes.
Ese año 83 fue creciendo la unidad militar, llegaba gente desde San Salvador a integrarse y también incorporábamos a jóvenes lugareños. Fíjate que era frecuente la llegada al campamento de combatientes de las FPL o de la RN, que venían huyendo de sus respectivos mandos y pedían: denme protección. Y al rato llegaban a traerlos y se entablaba una fuerte discusión.
Cuando esto sucedía en los territorios liberados de Leocadio, me acuerdo que les decía a los que llegaban a reclamar para tranquilizarlos: no se preocupen, al rato les llega uno de los nuestros y quedamos a mano. Lo que nunca sucedía.
Hablando de Leocadio una vez le ordenaron del Mando que se moviera a ocupar una nueva posición en El Paso. Pero Leocadio no obedecía, se hacía el suizo. El peleaba y peleaba bien y casi todos los días pero en su terreno y desde su casa. Tenía una gran capacidad para combatir tanto que fue de los primeros que requisaron. Pero era localista. Me recordaba a Chepayev, un personaje que se les salió del huacal a los ruso en su guerra civil. Al final se terminó optando por convencerlo que cediera una escuadra y el encargado de esta tarea era Marco Tulio, que se lo habían enviado como político. Estaba difícil y no pudo lograrlo. Leocadio era toda una personalidad.
Contaban que una vez Leocadio subió al Cerro, y el Mando de las FAL le preguntó que como se hacía para requisar y él tranquilamente les respondió: con huevos ¡hay que hincharlos! En ese momento Guazapa estaba en pañales, era fuerza nueva, no tenían experiencia.
En El Campamento El Paso
Me mandan para convencer a Leocadio que cediera una escuadra. Y me toma como dos meses convencerlo. Por cierto antes que yo llegara como enviado diplomático Marco Tulio cae. Una vez ya por costumbre, le digo: hemos sido amigos, dame la escuadra, no te compliques la vida. Se me queda viendo a los ojos y me dice: está bien. Y me pregunta: ¿Y a quienes te llevas? Ingenuamente le digo: dame vos unos que respondan. Y el muy hábil selecciona cuidadosamente a la gente que antes le habían enviado de Guazapa, y que venían de las FPL y de la RN, me entrega seis, entre estos al Sargento Carlos y me dice que pida otros seis al Cerro. Te llevas estos y estos otros, me dice. El se deshizo de ellos. Y yo logre una escuadra de doce.
Y con estos doce nos retiramos hacia una nueva posición, cerca de Cinquera y Tenancingo. Era un lugar cerca de un río. Estábamos además cerca de un campamento de las F y teníamos buenas relaciones con su jefe de nombre Jesús. A veces bajábamos al río para recoger jutes y prepararnos una deliciosa sopa. Enfrente de nuestro campamento estaba también una casa paradisiaca con muchos árboles frutales que nos dejaban cortar: mangos, papayas, nances, nísperos, jocotes, etc.
El campamento El Paso era para que pasaran combatientes sea hacia Cerros de San Pedro o hacia Chalatenango. Era un punto de paso de tropa, alimentos y logística. Ahí pasaba la gente, descansaba, dormía, comía. Como un hotel de cinco estrellas en plena guerra, con servicio de restaurante aunque no de alojamiento. Nuestra misión era garantizar el paso.
Cada cierto tiempo teníamos que ir a abastecernos con dos mulas y traerlas cargadas de maíz y otros víveres. Y teníamos a las compañeras cocineras, que eran las que echaban las tortillas y preparaban las comidas. Eran tres: Aminta, Marlene, que era la mujer de Raimundo y la mamá de Lito. La molida del maíz la realizábamos nosotros. Las cocineras no combatían aunque algunas podían hacerlo y cuando había necesidad tenían que asumir.
Una vez estoy en mi campamento esperando que la Guardia Nacional venga a atacar ya que Cinquera quedaba al otro lado, y llega Lucano, el paramédico y me dice: yo no se que tiene Usted en la cabeza, como lo utilizan…le han dejado doce heridos, y cuatro de ellos de hamaca. Y yo no sabía. Me los habían dejado sin avisarme. Voy a verlos. Les explico a los de hamaca que en subida los vamos a cargar pero que en plan deben de caminar.
Horas antes había estado Joel Sánchez luego de fracasar en la toma de Cinquera. El me había dejado estos heridos…luego que le dije que me enviaban donde el enemigo no iba a llegar, donde no cae nada ni la siguanaba…sin decirme me los dejó. Le digo a Abraham el radista: llama a Joel. Sánchez y decile que la mercancía que me dejaron no la puedo asegurar. Me responde: ¿de que mercancía habla? Le digo: aquí no hay lugar seguro. Me dice: ahí téngala. Le digo: si, yo los voy a llevar de la mano y les tiro el radio. Me llama. Quiero hablar con él. No le respondo.
Al día siguiente íbamos en guinda con Lucano y los heridos. Y logramos llegar a orillas del Lago, y conseguimos las embarcaciones y los pasamos al otro lado, a Chalate. En el camino tuvimos un encuentro con el Diablo, pero con El Diablito( Carlos Ruiz). Le preguntamos: ¿Nos pueden ayudar? –Vamos a ver, lo más duro es subir en Chalate…nos dice. Que alivio, ellos se los llevaran, pensamos.
Y regresamos, y al llegar al campamento nos preguntan. ¿Y los heridos? Llama al Diablo. Resulta que solo los apartó del camino y había que irlos a traer. Me dan a Ulises y a Ochoa para irlos a traer. Y nos vamos, en el camino – que parecía ser muy transitado por diversas fuerzas- me encuentro al chapin Cesar Montes de la RN, era amigo de Jonathan. Al final encontramos a los heridos y resolvimos, pero me encolerice. Casi siempre me peleaba con los jefes por lo que fui creándome la fama de gruñón. Pero con la tropa era diferente, les levantaba la moral.
En una ocasión tuvimos la sorpresiva llegada de Chepón, acompañado por unos sesenta hombres a los que había que garantizarles servicio de comida. Y solo tenía en mis “bodegas” para doce raciones. Envié a mis ayudantes a rebuscarse: mejor no regresen si no traen nada. Marlene llega y me dice: solo tenemos 15 tomates. Le digo: ponelos a coser, y luego échalos en un tazón, y les agregás sal, cebolla, ajo, y harina para que queda como una masa para espesar. Y que chuponeen con tortilla…
Hablando estábamos cuando ella me dice: mire ahí esta el Comandante Chepón comiéndose los tomates. Voy y le reclamo: se tiene que asegurar el abastecimiento.-Mire yo soy jefe. Le respondí: usted es jefe de su unidad, pero en mi campamento mando yo. Se va enojado. Al día siguiente la tropa llega por la comida. Les decimos que no hay comida porque el Comandante Chepón se la comió anoche. Y se fueron y al rato escuchamos los fusiles disparando Le pregunto a Jacinto qué pasaba. Y me responde: cuando la mara se encachimba, los jefes no cuentan…
Como a las 10 de la mañana aparece Hilario, el Viejo Hilacha, que era el político de la unidad de Chepón, y me dice: vengo a hablar con vos. Le respondo: que vergón, te acordaste al fin. Me dice: vos te pasaste. Le respondo: Él (Chepón) tampoco trato de resolverlo. Me dice: vos no pensás en la guerra pensás en las batallas…Le respondo: sin los tomates la guerra no se gana. Al paso, ustedes van de paso. ¿Estamos perdiendo o ganando la guerra? Se retira el Viejo Hilacha enojado. En el fondo pasaba que Chepón estaba molesto porque siendo él comandante y yo teniente, me le había plantado.
La toma de Cinquera
Pero también de El Paso salíamos a cumplir misiones, como “darle riata” a Tenancingo o intentar tomarnos Cinquera. Tomarnos Cinquera nos costó mucha sangre, sudor, sacrificios. Hicimos dos intentos y tuvimos heridos, muertos. La moral de la Defensa Civil y de la Guardia Nacional ahí era elevada. Y estaba el Coronel Ochoa Pérez respaldándolos con sus soldados desde Sensuntepeque.
Hasta que finalmente logramos derrotar la estrategia enemiga: mortero contra mortero, les hicimos un tiro parabólico que hasta las esquirlas nos rebotaron, estábamos combatiendo muy cerca el uno del otro, a 150 metros de distancia. Metimos todo lo que teníamos: cañones, bazucas, fusiles, ametralladoras. Y logramos vencer pero con un costo elevadísimo.
Ahí perdimos a valiosos combatientes, a Gonzalo, Macarela, Santiagón, que habían venido de Chalatenango. Fogueados en decenas de batallas. Ahí cayó El Chamo, Fabricio, el papá creo de dos gemelas, de apellido Ochoa, ahí cayó, era internacionalista, comunista venezolano.
La batalla de Tenancingo había sido antes…y fue ahí que murió Gonzalo y no en Cinquera. Y no lo mató el enemigo sino un compa por accidente. Gonzalo se atravesó y él no alcanzó a distinguirlo y le disparó. Logramos tomar Tenancingo. Los paramilitares lograron salvarse, huyeron. Dejaron abandonadas sus economías, sus negocios. Y compramos entonces mucha comida, hasta para regalar, incluso les compramos a algunos orejas.
Después de Tenancingo y Cinquera me desmovilizan de El Paso, me sacan del campamento. Y me pasan a las afueras de Tenancingo, con la misión de garantizar la comida para nuestra gente. En esto Rolando aparece con dos tunquitos, y René Armando que requisa una vaca.
Y al estar disfrutando de comida que nos habían enviado me dicen: agarra tu fusil, tu mochila y las medicinas y te venís…me llevan de médico, junto con una muchachita, Carmencita, que iba de brigadista. Nos preguntábamos en el camino ¿adonde vamos? Formamos y nos despidieron. Nos dicen: van hacia una gran misión. Presumo que ha terminado mi etapa de El Paso. Esto fue después de la toma de Tenancingo. Íbamos para Cerros de San Pedro en San Vicente. O quizás incluso más allá, como que se estaba preparando algo grande y efectivamente así fue, estaba por nacer la BRAC.
Hacia Cerros de San Pedro en San Vicente
Por cierto en el camino íbamos todos con el estomago rugiendo debido a la gran comilona que nos habíamos pegado. Permiso para ir a hacer mis necesidades, ya no puedo… y salían de la columna y corrían hacia el monte bajándose los pantalones. Andá pues. Era generalizado.
Cuando íbamos caminando, nos sorprendió el grito orden de Federico: ¡que nadie se salga de la columna en la calle asfaltada¡ De una casa al lado de la calle comienzan a dispararnos y nos matan a un compañero. Nos hicimos al lado de un talud y en actitud defensiva. Estábamos en el Paso de los Conejos, un lugar entre San Rafael Cedros y Santo Domingo.
Nos indica Federico ( Schafik hijo) que el último pase primero la calle y que el primero pase de último. Me sonó un tanto bíblico pero obedecimos. Fuimos pasando la calle ante la segura mirada de francotiradores enemigos. Al pasar, veo tirado en el suelo al compañero caído y veo que no esta muerto, tiene solo un rozón en el pie. Lo reconozco. Lo levantamos y lo pasamos. Era Luís Gálvez Trejo, un esquimal. Y en memoria de este momento una vez le dijo a su hija señalándome: por vos es que esta tiene tata. Luís había llegado al frente como periodista y fotógrafo, pero sus peticiones de cámara y acceso a lugares donde se combatía no siempre se cumplían, lo que lo incomodaba.
Camilo (El Puma) era jefe ya para esa época, y ya usaba su eterno sombrero. Era un improvisador nato, nunca planificaba pero su ingenio militar, su creatividad ilimitada le permitía casi siempre sortear las dificultades del combate y salir invicto…
Una vez nos avisan que se acercaba el Batallón Atlacatl e íbamos a hacer contacto. Entonces Federico mueve una unidad y la coloca al frente para que choque con el enemigo, mientras que Pelsón, José (el Dominicano) y Reynaldo cuidaban la vaguada. La unidad adoptó la forma de una ele. Federico dispuso retirar a la gente.
Nosotros nos quedamos, junto con Wilfrido, hermano de Sigfrido Reyes, al que luego el enemigo le dispara y lo capturan. Por cierto tenía dos días de haber ingresado al frente. Antes del combate hay nerviosismo. Se oyen voces allá por la vaguada. Alguien grita: ¡hay vienen! Federico grita: ¡cálmense! Pero José dispara y comienza el combate…nunca había estado en un combate y entonces sentía miedo, no sabes que los otros se han ido, estas frente al enemigo, sentís miedo y disparás también, se te sube la adrenalina, sentís cólera, rabia, y se te pasa el miedo…
Les oímos que dicen los soldados: aquí esta uno. Pero ahí no hay nadie de los nuestros. Pero luego supimos que se referían a Wilfrido. Y escuchas el sonido fuerte y cadencioso de las ráfagas. Propongo: zafémonos. Y salimos en zigzag, corriendo por el campo pelado, que es plano, sin milpa, sin oportunidad de parapetarse, cuando veo a un grupo detrás de un cerco de alambres y paso ligero al otro lado por suerte sin quedar trabado. Y entonces nos dicen: ustedes dejaron a un compa nuestro allá atrás. Nos sorprende la información. Les respondemos: no sabíamos que estaba ahí…
Seguimos nuestro camino, íbamos en realidad hacia Jucuaran. Dejamos el campo vacío, no combatimos. Pasamos por La Carbonera, que es un lugar tan pero tan caliente que la hierba agarra fuego sola; Arcadio me comentaba alegre: ya va ver compa que ya vamos a llegar…El era el jefe del segundo pelotón de la segunda compañía de la BRAC. Era hermano de la Capitana Ileana, de Mirna y de Alejandra. Era un gran familión y todos de la FAL. Y la mayoría cayó, el mismo Arcadio murió después que le amputaron una pierna, porque le explotó una mina.
Íbamos a la fundación del Batallón Rafael Aguiñada Carranza, BRAC. Todo un acontecimiento. Era la época de las grandes concentraciones de tropa de las fuerzas que integraban el FMLN. EL ERP tenía la BRAZ. Y lo mismo las FPL, la RN y el PRTC.
Le dimos la vuelta al volcán…pasando por La Cajeta, por el Infiernillo y a caer al Chinchontepec. Esperando, descansando, buscando hacia el Chaparrastique…El Jiboa, San Carlos Lempa, San Marcos Lempa, y luego hacia arriba buscando el Chaparrastique, se pasa Las Placitas…
En el campamento de Jucuaran
Pasan los días y seguimos caminando, la mayoría va en estos momentos desarmada y después regresara con fusiles… y caminás hacia Usulutan, a un lugar como silla turca. Después pasamos El Taburete. Y después de atravesar una cordillera llegamos cerca de Jucuaran. Y aquí el jefe ya no era Federico sino el mando pasó a Ramón Suárez (Rafael Benavides o Barba Roja).
Ya cerca de Jucuaran nos envía Suárez a la primera misión: cuidado, van ir en grupos a sacar quesos que hemos encargado. Es gente simpatizante. Es un queso fresco sabroso en capas. Al llegar el queso era tanto que hubo que partirlo y cada quien guardo en sus mochilas una parte. Pero al llegar ya no lo querían ceder porque alegaban que ellos lo habían traído. Reacios, pero hubo que ceder.
Me gustaba el estilo de conducción de Suárez, había acumulado mucha experiencia y sabía trasmitirla. No era prepotente como otros. Lo admirábamos porque trataba de enseñarte, que aprendieras el rudo oficio de guerrillero. Una vez vimos unas milpas sembradas y entonces nos dijo:
Bueno, hoy van a aprender a hacer trabajo de expansión. Si quieren comer hay que hablar con la gente. Cada escuadra va recibir un colón y van ir a comprar. Dependiendo de como hablen así van a comer. Los que hablen mejor comerán mejor. Hicimos la experiencia, comimos elote cocido, atol, y hasta le pusimos un fresquitop al atol y ¡con el colón en la bolsa casi todos! Después me afligí cuando al orinar note que me salía un líquido rojo ¿y esto? Y me acorde aliviado que era el fresquitop.
Al fin llegamos al campamento que estaba entre manglares y una brisa marina, nos recibieron con los respectivos honores: tortillas tostadas y pescado frito con arroz. Una delicia, un banquete para nuestros estómagos guerrilleros. Ahí pasamos varios días descansando. Había bastante gente, de ahí y la que había llevado Chepón de Guazapa, de Cerros de San Pedro y nosotros. Calculo bien unos 350 combatientes. O sea un batallón.

En determinado momento la sorpresa fue revelada: fueron a abrir los tatus y trajeron las armas, algunas enlodadas. Se trataba del armamento entregado por los vietnamitas que ellos le habían arrebatado a los invasores yanquis, y que entregaron en solidaridad con nuestra lucha, con la lucha del pueblo salvadoreño. Y llega toda la fuerza a quitarles el lodo y a recibir las que iban a ocupar. Cada quien recibió un fusil y otro más para llevar, y municiones de servicio, 5,000 a 6,000 cartuchos, además una ametralladora punto cincuenta con su respectiva mula para llevarla.
Y ya armados y bien armados, comidos y bien comidos, alegres e invencibles, emprendimos el regreso hacia el volcán Chaparrastique… pasamos por el Infiernillo, donde antes estuvo un campamento de las FAL, dimos un golpe en San Cayetano Ixtepeque; pasamos por Guadalupe, y llegamos a La Quesera en Cabañas. En este lugar la Comandancia local tenía acaparados todos los quesos y los atacamos. Íbamos con suficiente munición y con una moral altísima. Ahí salió herido El Chele, pero le hizo huevo, caminó…se atacó también Ciudad Dolores.
Y llegamos al Chinchontepec. Al ir subiendo por el volcán, te perdías. Y los paramilitares nos agarraban para prácticas de puntería, con checos nos disparaban desde abajo. Hacia el lado de Guadalupe y Verapaz había ya pedazos de montaña que se habían desprendido, eran lugares donde te hundías en el lodo. La bajada era difícil, se bajaba por La Cayetana. Al fin llegamos a Cerros de San Pedro y ahí descansamos. Veníamos armados y cuidando la mula que traía nuestra Tostona, la punto cincuenta.
Al acercarnos al paso de Los Conejos decidimos cobrarles la factura por el ataque, por la emboscada que nos habían hecho anteriormente, cuando pasamos a la ida. Antes nos atacaron, hoy les vamos a caer, dijimos. Diseñamos una estratagema: nos íbamos a vestir de verde olivo y les íbamos a llegar fingiendo ser guardias. Rene Armando, que se había preparado militarmente en Cuba, iba como el jefe. Había estado al mando de la tropa en Guazapa, pero el jefe superior era Joel Sánchez.
En atrevido desfile militar atravesamos de día entre Santo Domingo y San Rafael Cedros. Todos los campesinos nos observaban, en especial los defensas civiles. René Armando les habló con voz de mando: llamamos a todos nuestros apoyos que se presenten a la Comandancia con sus respectivas armas. Y fueron llegando. Odir se encargó de ir revisando y requisando cada fusil que le entregaban. Y hasta se permitía hacerles observaciones: Mirá, en el lodo lo has tenido…mirá lo tenes arruinado…mirá no te da pena el estado del arma…No lo has cuidado.
Al final los paramilitares estaban todos desarmados y preocupados. Pongan todas las armas aquí y nadie se mueve le dijo René Armando. Y entonces una mujer le alcanzo a decir a su marido: Isidro, sos un tonto, estos no son soldados , que no ves que no tienen las jinetas en los hombros… Pero ya estaban desarmados… sin un solo disparo. Se decidió dejarlos libres para que explicaran al ejército la forma en que perdieron sus armas. Y finalmente llegamos a Guazapa, el lugar de donde habíamos salido unas semanas antes.
La creación del Batallón Rafael Aguiñada Carranza
Ya en Guazapa y en el marco de la constitución del Batallón Rafael Aguiñada Carranza, el BRAC, se formaron tres compañías: la primera integrada por personal de Guazapa, la segunda por personal de Cerros de San Pedro y la tercera revuelta: por un pelotón de Guazapa, un pelotón de Cerros de San Pedro y otro de Jucuaran. Esta última estaba dirigida por el Sargento Felipe, El Yuca, un indio nonualco entrenado en Cuba, malencarado, pero que formaba buenos combatientes y se interesaba por el bienestar de la tropa, era justo y por eso lo respetábamos.
Posteriormente, solo quedaron dos compañías: la primera y la segunda. Y en la segunda se integró el pelotón de Jucuaran. La primera compañía estaba bajo el mando de Oscar y era gente más fogueada en el combate, estaba en el puesto de mando y la integraban gente de la capital, de la zona central, de Chalate, y algunos antiguos de Cerros de San Pedro; la segunda bajo el mando de Manuelón, de gente de Cerros de San Pedro. Yo estuve en esta segunda.
Interesantemente ambos jefes de las compañías venían de la RN. El jefe máximo de la BRAC era Barba Roja. Al llegar a Guazapa se formaron los pelotones. Eran seis pelotones. La desintegración de la tercera compañía estuvo vinculada a que una escuadra de gente de Leocadio, desertaban y se regresaban a su lugar de origen, se iban para sus casas. Predominaba en ellos el localismo.
En el cerro de Guazapa, de La Fuente al Franco hay tres kilómetros en línea recta. Se hace en media hora con una columna y cargados, una sola vereda nos unía. Arriba y abajo del cerro estaba la Fuerza Armada. La primera compañía estaba en La Fuente y la segunda en El Franco. Eran movimientos de grandes concentraciones, que posteriormente se modificó.
Y empezamos a desconcentrarnos. Era un proceso que había que asimilar porque estábamos ya habituados a las grandes concentraciones de tropa. Entonces Manuel el responsable de la segunda compañía, sale con permiso. Yo estaba de segundo de Manuel, además de ser el responsable de salud. Y tenía la responsabilidad de formar brigadistas de primeros auxilios. Al salir Manuel quedo de responsable de la segunda compañía. Ítalo estaba de segundo de la primera compañía.
Tenía la responsabilidad de mantener a la gente activa en calidad de combatiente, de mantener la moral combativa. El Comisario Político era Ochoa (Santacruz). Y él me apoyaba para evitar el aburrimiento y que no nos faltaran acciones de emboscadas, golpes de mano, sabotaje a la energía. Me acuerdo que realizamos emboscadas en Calle Nueva, y en la Troncal. Y activábamos en Pinar, Nejapa, Santa Inez (Guayabal). Luego Darío (Orestes Ortez) fue asumiendo esta responsabilidad y yo la de Personal.
Al otro lado estaba la Columna Jacobo Campos Valle (Columna de La Fuente), que había venido de Chalate. Los otros trabajaban en expansión. Una vez realizamos una acción con Horacio (Jefe de escuadra) en el Pinar. La primera compañía en esos momentos se había trasladado hacia el Volcán, para realizar trabajo de expansión.
Activábamos bastante en la Troncal, dando golpes de mano, emboscadas, requisando. Una vez en un combate oíamos por radio que un oficial pedía ayuda para que lo sacaran. Y su jefe le decía: espérate. Y él explicaba: estoy herido pero tengo un cañón y la radio y no quiero que se pierdan. Y nuestros compas buscándolo afanosamente. Y tuvo suerte, se salvo el militar, porque no pudimos encontrarlo, no buscamos donde debíamos, en una cuneta al otro lado de la calle.
Y por otra parte, en este mismo combate, existía la presión de Orlando (Pajita) para actuar no obstante que el era contención. Orlando era un viejo amigo y camarada, originario de San Juan Chiquito, hijo de Porfirio. Orlando me presionaba para que lo dejara atacar. Le repetía que él era contención. Pero insistió tanto – ahí están agazapados y los tengo en la mira, tené confianza no te voy a defraudar-que no obstante la oposición de varios, le dije: dale, pero no me vayás a salir con un muerto.
Y efectivamente Orlando logró requisar cuatro fusiles, ante los reclamos de los demás compañeros que él era contención. Si requisabas cuatro fusiles podías quedarte con uno y entregar el tuyo. En el fondo estaba celoso que otros iban a requisar y no su grupo. Requisar –el botín de guerra- era uno de los deleites del combatiente, ancestral, insustituible, anhelado. Mira mis botas, mira este uniforme, mira este fusil.
La emboscada de la Panamericana
A veces la búsqueda de requisar provocaba tragedias. Como una vez que fuimos a Santa Elena, en Cerros de San Pedro, a poner una emboscada en la Panamericana. Yo era el responsable entonces de la medicina de la segunda compañía, que dirigía Manuelón. Y participaba Joaquín, que era jefe de medicina de la primera compañía.
Íbamos a golpear a un convoy de camiones con tropa de la III Brigada de Infantería que pasaba por el lugar. Era una actividad realizada en conjunto con el PRTC. El RPG-7 lo llevaba alguien del PRTC. La emboscada consistía en que al pasar, se le pegaba a un camión y luego se atacaba. Y el PRTC haría la contención. Dicho y hecho.
Pero al momento que nuestros compañeros se preparaban para atacar y requisar –me acuerdo de la Chele Mayra saliendo a requisar- los del PRTC comienzan a dispararnos y nos matan a Lico, a Edwin, y hieren a tres más incluyendo a Herbert, que le atravesaron el hígado y perdió la pierna.
Bajamos e íbamos caminando por la calle quemada y a los lados la hierba quemada también por la explosión, cuando llegan unos helicópteros y aviones que comienzan a dar vueltas sobre nosotros y a dispararnos. Se da la orden que nadie corra, que todo el mundo parado para que los aviones no nos detectaran. Pasamos así como una hora pero un miliciano corrió y se armó el despelote, empiezan a tirar y ametrallar. Dan la orden de guarecernos y seguir hacia los campamentos.
Una brigadista iba conmigo, de unos doce años, nunca había estado en un combate y bombardeo y temblaba descontrolada. Le dije: cálmese, mire no vamos a correr, vamos a aguantarlo. Me dice: mejor vamonos. Y comienza a llorar. Las bombas caen a 50 metros. El otro tiro iba para nosotros. Aquí quédese. Quiere salir corriendo. Al suelo, tírese al suelo, No lo hace y la agarro del pelo y nos lanzamos al suelo. Yo encima de ella y ella llorando.
Y pum atrás de nosotros a 30 metros. Y la explosión nos baña de tierra y piedras. Ya pasó, le digo para tranquilizarla. El otro será más lejos. Nos sentamos. Y veo que tiene la cara toda llena de tile. Y le digo: esta como un payaso. No comprende y más se llenaba de tile al tratar de limpiarse. Le digo: mirese en el espejo. Lo saca y al verse me grita: ¡por Usted! Se calma y podemos irnos.
Vemos que va herido otro compañero. En el camino de regreso al campamento, antes de pasar el puente Amatitan Abajo, viene un avión que pasa tirando y la bomba cae a 75 metros. De nuevo nos tiramos al suelo. Y me veo con sangre, una esquirla me había herido. Me venda y me dice: al llegar al hospital lo voy a curar. La esquirla e arrancó un pedacito de piel, un cholloncito, era la primera vez.
Sobre nuestros compañeros caídos y heridos en la emboscada, sucedió que un tal Cande, jefe de pelotón del PRTC, se creyó el mito que él siempre requisaba, y llegado el momento tenía que regresar con algo, fuera un fusil e incluso una cinta de zapato, cualquier cosa, pero algo del enemigo. Con su mente enfermiza dio la orden de disparar contra nuestros compañeros para evitar que requisaran. Y al final, dada su descomposición ideológica, terminó yéndose con el enemigo y anduvo poniendo dedos, ya totalmente vendido…
Las famosas minas
Una vez salí herido y decidieron enviarme a la capital para la curación. Y me metieron al Hospital de Diagnóstico y justifique que había caído en una mina de la guerrilla. Salí herido en el 84 y en el 85. Los médicos que me atendieron se portaron a la altura y pude recuperarme para regresar a Guazapa. Nunca se imagino la inteligencia enemiga que a veces nos curábamos en sus narices en los hospitales de San Salvador.
Fíjate que el Comandante Hugo hizo un estudio que un 72 por ciento de nuestras bajas eran causadas por minas nuestras, no por el enemigo. Una vez le pregunte a Gabino: ¿dónde pusiste las minas? Y me responde: por ahí. Creo que ni él sabía…Todas las noches se ponía una mina por seguridad cerca de donde dormíamos.
Y una vez se me olvida en la mañana quitar la mina. Se trataba nada más de quitar el separador, que hace contacto con un chuchito de ropa y si te pasas llevando el hilo eso hace explotar la mina. Me llegó por atrás sino me hubiera volado la pata, como les pasó a muchos.
Otra vez fue durante el Operativo Fénix, iba con Joaquín el medico, íbamos de retirada, cargando las cosas del hospital y pasamos por el campamento de la FES, que era totalmente compartimentado y ahí habían dejado una mina. Y pum. Joaquín se cae. La mina a mi me daña. Se ha roto la columna. Me recogen y me llevan en hamaca. No se salgan del camino ¡Cuidado!
Me llevan de El Franco, pasando por La Fuente, el campamento de las FES, la Aldea (donde el ERP tuvo su campamento) y fue de ahí de donde me enviaron para el Hospital de Diagnóstico para que me operaran. Antes había recibido la visita de Marcelo quien me había propuesta ante mi mirada de sorpresa, operarme en el campamento y realizarme una ¡laparostomía exploratoria! Fíjate que hasta los soldados en El Roblar oyeron la explosión y se comunican por radio. Entre a los cuatro meses de nuevo, ya recuperado.
Había sido el político de la segunda compañía además de responsable de la medicina, y trabaje también como sacamuelas, con los dientes. Llegaban a buscarme de la primera, y de la segunda compañía y también de las columnas. Hice rellenos, raspados, endodoncias. El año 86 la pase de dentista. Tenía mi maquinita, sentado en un tronco de árbol. Y hasta tenía ayudantes.
En el 87 salgo del frente. Salgo cuando se empezaba ya a preparar lo que fue la Ofensiva de Noviembre de 1989. Ya se estaba fabricando una variada fauna que incluía los famosos tepescuintles. Y se miraban caras nuevas, que entraban y salían del campamento. Salgo de nuevo herido, y se necesitaba operarme. En tres días me sacaron, con sonda en la nariz. Me llevaron esta vez al Hospital Bautista.
Me pregunta el medico: ¿Cómo estás? Le respondo: jodido. Me hacen cuatro operaciones en menos de un mes. Luego comencé a recuperarme, estuve por dos meses en casa de Any Castañeda. Mi agradecimiento dondequiera que se encuentre. A mediados del 87 salgo a cumplir una misión al exterior. Salgo del frente junto con Armelio, que todavía vive en la Ciudadela Ungo con la legendaria Abuela de las FAL, la gloriosa jefa de cocineras…una verdadera heroína.-