Diez días en Moscú Un reencuentro doloroso

¿Lo que sentiré en el reencuentro? La pregunta, mientras el avión corría por la pista del Aeropuerto Domodedevo, en Moscú, me incomodó por repetida. Desembocaba en un vacío.

Volvía a Moscú 15 años después de la última visita realizada como miembro de una delegación de la Asamblea Parlamentaria del Consejo de Europa. En esa época Rusia, en transición al capitalismo, vivía días caóticos.

Ahora, transcurridas 24 horas, aún tengo dificultad en organizar ideas e interpretar emociones, en insertar en una reflexión coherente lo que veo y siento.

Estoy en una explanada del Gum, en la Plaza Roja, enfrente del Mausoleo de Lenin. Sobre el Gran Palacio ondea la bandera actual de Rusia. En ella figura por decisión reciente el águila bicéfala de los Romanov. La guardia de honor que antes era permanente fue retirada.

Nada corresponde a lo esperado. Las sorpresas se encadenan en una cadena desordenada.

En la memoria lo que quedó grabado no fueron imágenes y sentimientos de pasajes por la ciudad en la agonía de la perestroika y en el inicio del consulado de Yeltsin. Lo que permanece como referencia, como punto de comparación, es la remembranza del Moscú que visite más de una docena de veces cuando era la capital de la URSS, un país que desapareció.

El día está luminoso, casi no hay nubes en cielo muy azul, y el sol caliente de la mañana incide sobre el cimborio de la catedral de San Basilio.

Hay poca gente aún circulando por la Plaza y en la lejanía adivino las cúpulas doradas de algunas de las blancas catedrales del Kremlin.

Pagamos, mi compañera y yo, 2500 rublos, el equivalente a 56 euros, por dos ensaladas, una cerveza –extranjera porque no servían rusa- un agua mineral y dos cafés.

Fue el primer alerta, para no olvidar que Moscú es hoy la ciudad más cara de Europa.

El Gum, que conocí como gigantesco centro comercial donde todo era barato, asumió la fisonomía de un shopping donde trasnacionales de la Unión Europea y de los EEUU venden productos de lujo.

En Arbat y la Nueva Arbat

Volví a Arbat en un domingo frío y con viento. Al entrar en la calle que aparecía a los forasteros como un ex libris de la vieja Moscú tuve inicialmente la sensación de que el tiempo había parado al visitar, viniendo del Metro Smolenskaya, el palacete verde donde Pushkin vivió tiempos de felicidad con su mujer, Natalia Goncharova.

La ilusión luego se deshizo.

Algunos artistas exponían, como antes, sus cuadros en medio de la calle y pintaban retratos de turistas. Pero la atmósfera de Arbat se modificó. La modernidad transformadora se exhibía en las terrazas de estilo francés de los cafés, de los restaurantes de cocina italiana, asiática, hasta norteamericana, en la decoración de establecimientos de souvenirs, pero también en la sequedad de los vendedores, en la frialdad de las empleadas de todas las tiendas.

Choque mayor fue el sentido después, al descender a la antigua avenida Kalinin. Cambió de nombre como muchas calles y ciudades. Ahora es Nueva Arbat. Reconocí ,inmutables, los enormes edificios de la época soviética. Pero caminando por los pasillos –tal vez los más largos del mundo- la sensación de que pisaba terreno desconocido fue inmediata. La publicidad antes inexistente, agrede hoy al forastero.

Los casinos de la avenida fueron cerrados recientemente por decisión de Medvedev en cumplimiento de una ley que no era respetada. El juego pasó a ser permitido solamente en cuatro ciudades del país. Pero las fachadas chillantes de los casinos aún no fueron modificadas. Allí se perdían y se ganaban millones en la ruleta, en el póker y las slot machines eran un sorbedero de dinero

Entré en dos centros comerciales lujosos donde las tiendas de los grandes costureros de París y de Roma y de perfumes famosos llaman la atención. Los precios son astronómicos. Vi expuesto abrigos de pieles cuyo costo excedía 500.000 rublos (11.200 euros). En una tienda de vinos –hay hoy decenas en Moscú- una garrafa de Bordeaux de nombre para mí desconocido era ofrecido por la bagatela de 45.000 rublos (1000 euros). Otras cuestan más de 20.000 rublos (445 euros). Algunos supermercados funcionan durante las 24 horas del día.

En un estacionamiento de la Nueva Arbat los carros top gama eran más numerosos que los comunes. Vi ahí Bentleys, Porsches, Mercedes, Jaguares, Ferraris, Volvos, BMW, Lexus e Infinitis japoneses, algunos de modelos inexistentes en Portugal. Me dijeron que en Moscú hay más Rolls Royce que en Inglaterra.

Para mi sorpresa hay hoy en circulación más carros importados que rusos. De las marcas tradicionales, según me informaron, solamente continúan en producción el Volga y el Lada.

Pero las contradicciones en la capital son de tal tamaño que en la Sodovaya, la primera circular, muy cerca de la Nova Arbat, otro supermercado vendía cerveza rusa barata, excelentes vinos chilenos a 200 rublos (4,4 euros) y legumbres, frutas a precios comparables a los portugueses.

¿Cómo fue posible?

No ocurrió en la historia contemporánea acontecimiento comparable al terremoto social que señaló la desaparición de la Unión Soviética.

La transición del capitalismo para el socialismo, difícil e imperfecta, se caracterizó por una exacerbada y prolongada lucha de clases. La transición del socialismo al capitalismo, esa fue rápida, caótica, salvaje.

Leí millares de páginas sobre ese periodo de barbarie. En dos visitas breves, en 1993 y 1994, testimonié el inicio de la transformación de la sociedad. Conocía los hechos, más no la herencia.

Con frecuencia veteranos comunistas preguntan en Portugal: “¿Cómo fue posible?”.

En reencuentro con amigos rusos –periodistas, ex-diplomáticos, traductores- escuché, en las respuestas a una infinidad de preguntas, versiones del sismo social no siempre coincidentes en los pormenores más que no diferían mucho en lo tocante a los efectos del vendaval contrarrevolucionario y al cuadro en que se desarrolló el capitalismo salvaje.

En la destrucción de las estructuras económicas del Estado Soviético fue todo tan rápido, absurdo y violento que la imaginación tiene dificultad en acompañar el proceso.

El Moscú de los billonarios y de los pobres, separados por una clase media anémica que sobrevive recorriendo al doble y triple empleo, nació en la atmósfera caótica de la barbarie social incentivada y tutelada por Yeltsin después del fin de la URSS.

La destrucción de la propiedad social, emprendida bajo la dirección de una burocracia que había renunciado a muchos principios y valores del socialismo, se concretó a través de mecanismos criminales concebidos para permitir la acumulación en tiempo brevísimo de fortunas colosales.

El sistema de vouchers fue presentado al Occidente como una opción democrática destinada a transformar a los trabajadores en propietarios de sus empresas. En la práctica funcionó como instrumento de creación de riqueza y poder en las manos de una clase dominante de tipo mafioso.

El desorden imperante, el desmoronamiento de la seguridad social, la desaparición de derechos y garantías, el desempleo galopante, el desabasto, carencias generalizadas contribuyeron para que en tiempo mínimo los trabajadores vendiesen por precio vil los vouchers recibidos, para ellos papeles sin valor.

Ex-directores de las empresas y ex–altos funcionarios del Estado fueron los principales beneficiarios del proceso de expoliación de los trabajadores. La venta de fabricas enteras al extranjero –muchas veces por menos de un décimo de su valor- en negociaciones escandalosas, auspiciadas por el Gobierno, facilitó también que apareciera una generación de millonarios. Los años 90 quedaron en la Historia como la década de las mafias, un periodo de caos social, durante el cual la criminalidad alcanzó el auge con los grupos mafiosos que controlaron el Poder Central en tanto se enfrentaban en el contexto del capitalismo salvaje. Casi todo en el fluir de la vida económica era ilegal. Pero la ilegalidad torrencial, por rutinaria y abarcante, era tolerada, aceptada como fenómeno casi natural.

Hombres y mujeres – Berezovsky, Abramovitch, la hija de Yeltsin Tatianja Diatchenko, entre muchos otros- que años antes vivían de modestos salarios tuvieron, de repente, sus nombres inscritos en la lista de las grandes fortunas del mundo. La nueva economía rusa se apoyaba en bases virtuales, tan desligadas de la producción que se desplomó casi instantáneamente.

En la crisis del año 98 vino todo para abajo. El rublo se tornó de un día para otro en un papel sin valor y la pobreza generalizada se agravó en todo el país, asumiendo proporciones alarmantes.

La ascensión de Putin a la Presidencia vino a señalar el inicio de una transformación del sistema. El sucesor de Yeltsin percibió que era urgente poner término a la fase del capitalismo salvaje, tutelado por las mafias, e instaurar en el país un capitalismo con reglas y otro rostro, inspirado en el modelo neoliberal occidental. ¿Que ocurrió?

La continuidad de una política antisocial, con la peculiaridad de ser aprobada y elogiada por los EEUU y por los gobiernos de la Unión Europea.

Se asistió, a partir del año 2001, a la legalización de aquello que fue robado. La corrupción en amplia escala no desapareció. Asumió nuevas formas. El Gobierno de Putin ganó la respetabilidad de que carecía el de Yeltsin.

Moscú, otro país

Moscú tiene oficialmente 10 millones y medio de habitantes. Es la más poblada ciudad de Europa después de la turca Estambul. Pero las estadísticas enmascaran la realidad. Pocos arriesgan números, pero se admite que en la capital vivan actualmente 13 millones de personas. ¿Por qué la diferencia?

Nadie puede habitar en las ciudades sin autorización de residencia y los ilegales no cuentan obviamente en el censo.

Oí repetidamente que Moscú es actualmente un país dentro de otro, diferente, que es Rusia. El comentario facilita el entendimiento de la contradicción: una prodigiosa concentración de la riqueza en la capital de un país empobrecido, tercerizado.

Moscú es un pulpo monstruoso que atrae y digiere la riqueza producida en la vastedad del mayor país del mundo. Allí se concentran en las manos de una clase de enemigos del pueblo los lucros del gas, del petróleo, de los diamantes, del oro, de gran parte de la plusvalía que el joven capitalismo ruso consigue acumular a costa del sudor y del sufrimiento de los pueblos del territorio del planeta más rico en recursos naturales.

Pero Moscú es una ciudad de desigualdades chocantes. La prosperidad arrogante de la urbe de nuevos ricos, que se exhibe como vitrina del Siglo XXI, es privilegio de una pequeña minoría. En la megalópolis la pobreza y la miseria coexisten con el mundo cerrado de la clase billonaria de raíces mafiosas.

En los estamentos más bajos de una clase media pauperizada son raros los que para sobrevivir no tienen que recurrir al doble empleo o a la chapuza. Casi todo lo que antes en los servicios públicos era gratuito o tenia un precio simbólico es ahora de pago.

La enseñanza en las Universidades del Estado –las privadas son por ahora inexpresivas- continua en teoría siendo gratuita. Pero el costo de las propinas alcanza niveles elevadísimos. En la Lomonossov, de Moscú, una escuela que gozaba de prestigio mundial, la anualidad de algunas Facultades anda por los 225 000 rublos (5000 euros).

La situación creada por la corrupción en la Enseñanza suscita tantas críticas que Medvédev, en una reunión con los líderes de los grupos parlamentarios representados en la Duma, sugirió hace días la constitución de una Comisión Especial con la tarea de estudiar el problema y proponer medidas que permitan el acceso a la universidad a los hijos de los trabajadores que hoy en ellas no pueden ingresar por falta de recursos. La enseñanza superior volvió a ser, como en la época imperial, privilegio de una elite.

En la salud el panorama no es muy diferente. El antiguo sistema se arruinó. Por ley los cuidados de salud son aún gratuitos. Pero los hospitales no la cumplen. Fuera de las urgencias casi todo es de pago. La corrupción envuelve a funcionarios administrativos, médicos, enfermeros, la totalidad de los servicios. Los medicamentos son carísimos.

¿Para qué sirve la Ley?

Una legislación abundantísima vino a señalar en Rusia la transición para el capitalismo. Fueron redactadas, aprobadas y promulgadas millares de leyes. La mayoría no se cumplen.

En lo que se refiere a los salarios, los trabajadores se encuentran en la práctica desarmados frente a la patronal. No existe un salario mínimo nacional. En su lugar el Poder Local, establece en cada región un mínimo de supervivencia que en la mayoría de las ciudades es inferior a los 3000 rublos mensuales (67 euros). Esa cantidad, no sirve ni para una mala alimentación.

La ley establece el 13° Salario. Pero en millares de empresas los trabajadores no lo reciben. Los lay off son frecuentes y muchos empresarios no pagan siquiera el salario del mes a los trabajadores que toman vacaciones.

Los despidos, colectivos o individuales, no son dificultados por mecanismos mínimamente eficaces. Los sindicatos son incapaces de de defender los derechos de los trabajadores. Fueron reducidos a condición de organizaciones de fachada que no cumplen una función social.

Intenté informarme con amigos sobre la escala de salarios en diferentes actividades profesionales. Pero no conseguí ir lejos. En primer lugar los salarios de Moscú son mucho más elevados de lo que en cualquier otra de las grandes ciudades, incluyendo Petersburgo, la antigua Leningrado.

Supe que la mayoría de las empresas, para evitar impuestos, paga una parte del vencimiento por fuera. Muchos patrones retienen porcentajes del salario estipulado con los trabajadores.

Las disparidades, entretanto, son enormes tanto en el sector público como en el privado. Un general de cuatro estrellas o un magistrado en el tope de la carrera pueden alcanzar unos 80 000 rublos (un poco más de 1800 euros). Un médico, un ingeniero o un profesor universitario ganan la mitad de eso.

De ahí la ampliación de la corrupción, una lava que escurre por el conjunto de la sociedad.

Hay control de precios en algunos productos. Pero es ficticio. Verifiqué que el mismo producto es vendido al público en cada supermercado por precios muy diferentes, en algunos casos por casi el doble o mitad de lo fijado en una tienda próxima.

Un amigo de Orel, ciudad a unos 360 kilómetros al sudoeste de Moscú, me mostró la hoja de los salarios pagados en el complejo azucarero local que emplea a cerca de 800 trabajadores. Allí el director tiene un salario de 35 000 rublos (780 euros); los cargadores de sacos de 50 kilos, en turnos de 12 horas , trabajo devastador para la salud, reciben 30 000 (unos 670 euros); el ingeniero-jefe gana 25 000 (550 euros); los economistas 17 000 (380 euros); los operarios de la refinería 8000 (180 euros); los capataces y los herreros también 8000, el mínimo es de 4000 (90 euros)

La disparidad con Moscú es considerable. Le pregunté como consiguen sobrevivir con salarios tan bajos, siendo tan alto el costo de la vida.

“Los que pueden –aclaró- tienen otro empleo; casi todos poseen allí casa propia. Mi hermano no tiene grandes problemas con la alimentación porque cría gallinas y cultiva hortalizas y frutas en un terreno que recibió cuando destruyeron el Sovjose local. Pero es casi unánime la convicción de que se vivía mucho mejor en la época de la Unión Soviética. Vea mi caso, tuve que emigrar para no caer en la miseria…”

La esperanza ausente en un presente sombrío

En mis diez intensos días moscovitas muchas horas fueron ocupadas por largos paseos por calles, plazas y lugares de la ciudad que yo conocía y había amado cuando era la capital de la Unión Soviética.

¿Qué procuraba al revisitar por la imaginación el pasado?

Es difícil responder. Intentaba tal vez comprender la Rusia actual, una sociedad atormentada, desconocida, resultante de aquello que me aparecía como una tragedia para la Humanidad.

Caminé mucho por la Plaza Roja, descendí y subí diariamente la Teverskaya, la gran avenida que fue para Moscú durante siglos lo que los Champs Elisées representan para Paris e a Avenida de la Liberdade para Lisboa.

Yo la descubrí cuando se llamaba Gorki en homenaje al autor de « La Madre». Físicamente poco en ella cambió. Son raros los nuevos edificios que sustituyeron a los derrumbados. Pero el rostro de la Tervskaya moldeado por el capitalismo no recuerda a Gorki.

Antes el ritmo de la vida era lento. Nadie parecía tener prisa. Ahora la multitud que la recorre, de la mañana al atardecer, en este Agosto azul poco difiere, hasta en el vestuario, de aquellas que en un flujo de contornos kafkianos se mueven en las grandes capitales de Occidente con miedo de perder cada minuto.

Entré en muchas tiendas. Me impresionó especialmente un supermercado que hace treinta años me llamó la atención por estar instalado en la planta baja de un antiguo palacio. La decoración de las paredes y techos, bellísima, fue mantenida. Pero hoy solamente se ofrecen al público productos de gran calidad, a precios prohibitivos. El establecimiento adquirió una marca de clase.

Consagre una tarde a revisitar hoteles donde me hospedé en mis frecuentes visitas a Moscú.

El viejo Minsk, en la Teverskaya, ya no existe. El Ucrania y el Leningrado remodelados, continúan siendo retoños en la ciudad, por haber surgido en torres de la época staliniana. El Movska, en Okthonyi Ryad, fue demolido para ser edificado uno igual en el antiguo espacio. El Metropol y el Nacional construidos en el inicio del Siglo XX, que conocí como confortables pero muy modestos, son hoy cinco estrellas muy solicitados por las personalidades del jet set internacional. El Oktiabrskaya II, que era el mayor de los hoteles del Comité Central, se llama hoy Presidente y es un cuatro estrellas muy solicitado por los hombres de negocios.

Volví a visitar, naturalmente, algunos museos.

En el de la Historia de Rusia, instalado en el gigantesco palacio rojo de estilo neogótico que cierra la Plaza Roja del lado opuesto a la Catedral de San Basilio, no cambió en la apariencia. Es un museo que siempre me encantó. Cada salón es en él una obra de arte, que envuelve a los visitantes en una atmósfera mágica en el paseo por la Historia de Rusia, desde el neolítico al fin de la autocracia zarista.

Dediqué también horas a recorrer el Museo de Historia Contemporánea de Rusia. Antes se llamaba Museo de la Revolución, pero un buen sentido elemental, excepcionalmente, impidió que los nuevos gobernantes osaran reescribir la Historia de las Revoluciones de 1905 y de 1917.

La tentativa de manipulación se limitó a algunos párrafos de pequeños textos en ingles colocados en la entrada de las salas.

En el Museo Pushkin tuve también la sensación de que el tiempo había parado. A la museología soviética le falta la tecnología y sofisticación de la francesa y británica. Pero aquel maravilloso museo, en las salas dedicadas a las antiguas civilizaciones, hace recordar al Louvre y al British Museum, empuja a los visitantes en cabalgata por el tiempo a Grecia, Roma, Egipto, a Asiria, a Persia de los Aqueménidas. La Pinacoteca es deslumbrante.

Estuve por primera vez en la Catedral del Salvador, un templo enorme, el mayor de Rusia. Fue resucitado en circunstancias que hacen de él una aberración. El zar Alejandro I, para conmemorar la victoria sobre Napoleón, decidió en 1814 edificar en Moscú una catedral gigantesca. Interrumpida varias veces su construcción, fue inaugurada en 1883. En 1931 fue demolida por decreto. En su lugar instalaron a cielo abierto una piscina de agua caliente en la cual se nadaba en pleno invierno. El último absurdo se consumó cuando Yeltsin decidió que la Catedral fuese reconstruida de acuerdo con el proyecto original. Rusia vivía entonces la fase del capitalismo salvaje con el pueblo sufriendo tremendas privaciones. La obra fue un derroche de dinero. Mármoles carísimos fueron importados de Italia y otros países; en el interior, un autentico museo con iconos antiquísimos, el oro de los altares y capillas es tanto que hiere la vista de los visitantes.

En la mañana que por allí pasé eran escasos los fieles. ¿Por qué reinventar una catedral como aquella, además sin tradición? ¿Para qué se derrocharon en aquel capricho de Yeltsin millones en una época de miseria?

Todas las personas con quien abordé la cuestión coincidieron en la conclusión de que la iniciativa confirma la irresponsabilidad que señaló el paso por el Poder del hombre que destruyó no solo la URSS, sino también Rusia, motor del Estado desaparecido.

Meditación en el Kremlin

Veinte años transcurrieron desde la última visita que hiciera al Mausoleo de Lenin, cuando la URSS estaba a punto de disgregarse.

Sentí el deseo de volver allí con mi compañera. La cola era enorme. Mientras esperábamos apareció una señora que se dirigió a nosotros y otros extranjeros para garantizar el acceso inmediato si le pagábamos cada uno diez euros. Algunos aceptaron.

En un cálculo sumario, evalué en un mínimo de 4000 euros mensuales lo que su actividad ilegal le puede proporcionar, cantidad colosal en un país de salarios muy bajos.

Cito el caso porque ilumina bien el funcionamiento de la máquina de corrupción en la Rusia contemporánea. La economía paralela garantiza hoy la supervivencia a muchos millones de personas. Sin ella, en el actual contexto, la mayoría de la población vegetaría hoy en la miseria. Mas el precio social de ese cáncer que corroe a la nación espanta.

Caminé durante una hora por el recinto del Kremlin, entre las viejas catedrales, y el Gran Palacio, el Palacio de los Congresos y otros edificios. Sentí más de una vez en aquel espacio, cercado por las murallas de ladrillo rojo de la fortaleza medieval, que el visitante atraviesa las paredes del tiempo en un viaje por la historia profunda de los pueblos de Rusia.

En mi caso, cada sector de la fortificación, cada torre, cada iglesia, cada palacio me confronta con épocas y personas cuyo paso por allí dejó marcas en la Historia de Rusia y de la humanidad. Pienso en Iván III, en el rey polaco invasor, en Pedro el Grande, en Catalina II, en Napoleón, en el último Zar, en Kerenski, Lenin y Stalin. Contemplando el reloj de la Torre del Salvador, tomo conciencia de que no volveré a Moscú, de que me despido en esta visita de la ciudad y de Rusia.

Fueron días intensos, en un reencuentro doloroso. Insuficientes para comprender la complejidad de la nueva vida en un país con una cultura sin similar en el mundo, muy diferente de cualquiera de las culturas de Europa Occidental.

Para sintetizar en un mínimo de palabras el sentimiento –balance de estos días moscovitas diré que regresé a Portugal con la convicción de que el pueblo de la gran ciudad perdió mucho de su antigua alegría de vivir. Es una impresión en apariencia absurda, pero muy fuerte.

Hablé con gente amiga y otra que conocí ahora. Esas conversaciones y lo que vi me llevan a la conclusión de que, exceptuada, en el vértice, la nueva clase de multimillonarios y los estamentos sociales de una burguesía en formación que lleva una existencia holgada, la aplastante mayoría de los moscovitas con más de 45 años siente ya la nostalgia de la vida antigua.

La gran ciudad se modernizó, adquirió la fisonomía de una megalópolis europea cosmopolita donde a lo largo del día, la circulación de autos y personas es permanente, alucinatoria a ciertas horas.

El Metro, que se degradara en los años de Yeltsin, recuperó la belleza y el aseo. Moscú volvió a ser una capital mucho más limpia que París o Roma. Mas sobre ella, invisible, se tiende un manto de tristeza.

La falta de perspectiva es real y evidente. Lo mismos –y son, repito, la mayoría- que en el paralelo entre el presente y el pasado esbozan un cuadro sombrío de la vida actual, no creen en un cambio en tiempo previsible. Recuerdan con agrado los años de seguridad en el trabajo, de la ausencia del desempleo, de las pensiones, salud y enseñanza garantizados, de las vacaciones pagadas. Pero no vislumbran siquiera la posibilidad de una humanización del capitalismo implantado en el país.

El deslumbramiento con el estilo de vida norteamericano, que en los años posteriores al fin de la URSS envolvió amplias capas de la juventud, cedió lugar a una visión realista de la cultura exportada por los EEUU. Sus efectos negativos continúan pesando mucho en la cotidianidad moscovita, pero la propia imagen del presidente Barack Obama, recibido con entusiasmo, perdió ya el poder de atracción inicial. Las guerras imperialistas de los EEUU inspiran hoy un repudio cada vez más generalizado.

En ese sentido, la política de recuperación de la dignidad nacional, transparente en el nuevo tipo de diálogo con Washington, contribuyó al prestigio de Putin y Medvédev.

No hablé, en cambio, con una sola persona que no manifestase desprecio y aversión por Yeltsin. Identifican en él no solo al enterrador de la Unión Soviética, sino a un político corrupto, sumiso frente a los EEUU, un aventurero ambicioso, un alcohólico degradado.

Con alguna sorpresa mía, poco se habla ya de Gorbachov y de Jruschov. Fueron casi olvidados, al contrario de Breznev recordado con afecto por mucha gente. ¿Se apagó totalmente la esperanza del pueblo ruso? No es esa mi convicción.

Más de una vez a viejos amigos y gentes jóvenes escuché, al comentar los males del presente, la afirmación de que la marcha del pueblo ruso por la Historia ha sido trágica, mas siempre, después de sufrimientos inenarrables, encontró la manera de salir de la obscuridad para la luz.

Pensé en la miserable, famélica y atrasada Rusia medieval, indefensa frente a las ininterrumpidas invasiones de los nómadas asiáticos, en el flagelo que fueron los tres siglos de ocupación de parte del país por las hordas de mongoles, en las invasiones de polacos y suecos, en la entrada de Napoleón en Moscú y sus posterior derrota, en los monstruosos crímenes cometidos por los alemanes en las dos guerras mundiales. Recordé los siglos de la servidumbre. Mas cuando nadie lo esperaba, fue también en Rusia donde surgió y venció la primera Revolución Socialista de la Historia.

Admito que el renacimiento de la nación rusa, inevitable, será dialécticamente facilitado por la decadencia del poder imperial de los EEUU. La actual crisis del capitalismo es estructural y no cíclica como las anteriores. Tiende a agravarse al contrario de lo que afirman Obama y los banqueros de Wall Street.

Ese naufragio, sin fecha en el calendario, creará condiciones favorables a la emergencia de un mundo multipolar. Y en el él pueblo ruso tendrá un papel insustituible que desempeñar.

Soy optimista. Al salir del túnel, Rusia, creo, reencontrara la luz y el calor del sol.

Traducido para La Haine por Pável Blanco Cabrera

Las izquierdas y Rafael Correa

Pablo Ospina Peralta
Las izquierdas y Rafael Correa
(lalineadefuego, 5 de diciembre 2012).

Hace pocos días, en el concierto de “todas las voces”, se produjo un incidente que dejó estupefactos a los artistas internacionales invitados. El grupo Quilapayún invitó al escenario a Rafael Correa. El auditorio quiteño, mayoritariamente formado por clases medias progresistas, se dividió fervorosamente entre quienes aplaudían y quienes chiflaban. Finalmente el presidente no se atrevió a subir. El viejo grupo musical ligado al Partido Comunista Chileno asumía, como muchos en la izquierda latinoamericana, que este presidente de discurso y acciones izquierdistas sería popular entre los adeptos a la vieja “nueva canción”.

En efecto, en toda América latina las izquierdas y los intelectuales progresistas siguen perplejos por la política ecuatoriana. ¿Cómo es posible que un gobierno que contó con el entusiasmo casi unánime de las izquierdas históricas del país, de prácticamente todas las organizaciones sociales y de la enorme mayoría de los intelectuales radicales, ahora lo haya perdido? La perplejidad aumenta cuando a la distancia y visto desde el prisma de otros gobiernos latinoamericanos, incluso progresistas, que se mantienen atados a la ortodoxia neoliberal, la revolución ciudadana parece herética en sus intervenciones internacionales y en muchas medidas económicas que levantan la santa indignación de Wall Street y de todos sus acólitos de la prensa económica del orden establecido.

No solo el discurso internacional de Rafael Correa, cuidadosamente radical, alienta la paradoja. Contribuye decisivamente el hecho de que no todas las izquierdas ecuatorianas se alejaron de Alianza País. Quedan todavía algunas dentro de la administración que siguen esgrimiendo la idea de que se trata de un “gobierno en disputa”. No importa que ellas sean cada vez menos orgánicas y hayan perdido su antigua influencia, como se refleja de manera tan elocuente en la selección del candidato a vicepresidente para las elecciones de 2012, donde Rafael Correa mostró un paladino desprecio por su ala izquierda.

En estas líneas quisiera exponer una hipótesis sobre las razones de esta diferencia que divide a las izquierdas ecuatorianas. Me alejo de razones puramente instrumentales que seguramente juegan su papel: algunos en el gobierno posiblemente disfrutan los privilegios del poder y la influencia lo suficiente como para minimizar políticas que en cualquier gobierno juzgarían inaceptables, como los ocho meses de prisión por terrorismo de diez jóvenes acusados de leer libros del Che Guevara. Otros, en el lado opuesto, hubieran querido privilegios de figuración que no alcanzaron y la frustración los habría llevado al sendero del resentimiento. Nadie vive, en la política de izquierdas o de derechas, en la edad de la inocencia. Sin duda la mezquindad tiene su peso en la actitud de algunos pero las conveniencias estrechas y el ansia de poder no son explicaciones satisfactorias.

Por supuesto, hay buenos argumentos para cada lado. Quienes se mantienen en el gobierno rescatan el discurso de soberanía, la política internacional, el crecimiento del peso del Estado, la prioridad a lo social, el enfrentamiento político con la banca y los medios. Quienes desde la izquierda lo cuestionan, resaltan su obsesión por la minería, su decepcionante política agraria, su desprecio por los ambientalistas, su persecución a las organizaciones indígenas, su arrogante y proverbial intolerancia, su enfrentamiento a los sindicatos, a los universitarios, y su militante fervor en contra de cualquier forma de democracia participativa. Mientras unos resaltan la importancia central de superar la agenda neoliberal centrada en las privatizaciones y en el imperio de la ley del mercado resaltando el fortalecimiento del Estado; los otros recuerdan que esa fase progresista llegó a su límite una vez que hay que definir qué educación pública se está construyendo, qué proyecto de salud para todos se impulsa, qué clase de calidad hablamos para la universidad, qué imagen de Estado radicalmente democrático tenemos en mente. Allí, en esas definiciones fundamentales, el caudillismo centralista y el tecnocratismo soberbio asfixia cualquier agenda emancipadora.

Como vemos, hay argumentos y evidencias para sostener ambos lados, tanto el costado progresista como el reaccionario del proyecto gubernamental. ¿Qué es lo decisivo para enfatizar una lectura o la otra? ¿Por qué una parte mira el vaso medio lleno mientras la otra lo mira medio vacío? ¿Qué hace que una parte de la izquierda y el progresismo ecuatorianos escogiera apoyar al binomio formado por Rafael Correa y Jorge Glas y otra parte muy significativa, en cambio, apoye a Alberto Acosta y Marcia Caicedo?

Mi hipótesis es que el factor fundamental que explica esa valoración final radicalmente distinta dentro de la izquierda y el progresismo ecuatorianos es la opinión que existe sobre quién es el sujeto y protagonista del cambio político y social.

Algunos de quienes se decantan a favor de la revolución ciudadana, especialmente quienes mantienen o mantuvieron algunos contactos y trabajos con organizaciones populares en el pasado, pueden objetar o incluso rechazar la política hacia las organizaciones populares o la forma torpe, humillante e impositiva con que se trata a los empleados públicos, a los universitarios, a los maestros o a los médicos; pero al final de cuentas esas actitudes pesan menos en su balance del sentido de la “revolución” o de las “tareas democráticas” de un gobierno progresista. Muchas otras personas, generalmente quienes no tienen la menor historia de compromiso con las organizaciones sociales, (el propio presidente Correa es el principal representante de esta opinión) creen sinceramente que el problema es la “cultura política” de la gente, su corporativismo y su estrechez de miras: los maestros y sus organizaciones no son un factor de cambio y revolución sino de conservadurismo y reacción.

Igual vale para los indígenas, los dirigentes barriales, los burócratas o los campesinos. La tradición jacobina de la izquierda militante se combina con la historia intelectual de unas clases medias ecuatorianas de origen aristocrático (o de pensamiento subordinado al de la aristocracia) que raras veces creyó sinceramente en el valor de la sabiduría popular. Aunque a veces pueda no gustarles el método pedagógico del látigo que tanto aprecia el presidente Correa, creen que, a fin de cuentas, es la única forma de hacer un cambio en un país de tradiciones cívicas endebles. El protagonista fundamental del cambio, al menos por hoy y por un tiempo indeterminado, es por lo tanto un conjunto de dirigentes comandados por un líder de suficiente vigor para enfrentarse a todo y a todos. En semejante panorama, los excesos de la lengua presidencial son apenas una cuestión de estilo y las medidas disciplinarias contra opositores en el campo popular, son el costo molesto pero pagable de un homenaje que el vicio de las masas rinde ante la virtud republicana de sus comandantes.

La izquierda en la oposición, en cambio, pone el acento en el protagonismo de los movimientos y organizaciones populares, con todas las debilidades y limitaciones que puedan exhibir. Es decir, las organizaciones sociales reales, tal como son en la actualidad. Esas organizaciones y movimientos resistieron al neoliberalismo y al neocolonialismo en el pasado, construyeron propuestas alternativas en la salud, en la educación, en la agricultura, en la administración pública y en temas ambientales. No esperan solamente que se acojan sus ideas sino que se respete su protagonismo y su autonomía. Durante los dos primeros años de gobierno mostraron su disposición a dialogar y a negociar posturas. Pero dejaron claro que no subordinarían sus aparatos organizativos ni aceptarían todas las políticas en paquete de todo o nada. La contra – ofensiva gubernamental fue implacable y dejó claro que no había disposición alguna a negociar ninguna política significativa, desde la plurinacionalidad hasta la evaluación docente pasando por la reforma universitaria o la política de salud.

Aunque algunos de los miembros de la izquierda opositora puedan ser acusados de románticos e idólatras de la bondad inmaculada del pueblo, la mayoría tiene la mejor vacuna contra semejantes espejismos: el trabajo organizativo concreto donde pueden juzgarse cotidianamente las potencialidades inmensas y las limitaciones obvias de cualquier política genuinamente popular. Una cosa es evitar la idealización romántica y otra muy diferente es aceptar el veredicto de mediocridad para calificar los saberes, los valores y las actitudes del pueblo ecuatoriano. No es raro, en tales condiciones, que las organizaciones populares más grandes y poderosas estén masivamente en la oposición de izquierdas mientras que junto al gobierno predominen los grupos organizados más pequeños y los intelectuales progresistas sueltos. Para la izquierda en la oposición el desprecio abierto y la política de destrucción militante que el gobierno emprende contra las organizaciones históricas y contra actores sociales que son aliados y protagonistas necesarios de cualquier proceso de cambio, no es una cuestión menor que pueda subsanarse con paños fríos sobre las heridas provocadas por el maltrato y el insulto. Constituye, por el contrario, una guerra contra los sujetos principales de cualquier cambio social verdadero y la destrucción abierta de cualquier posibilidad de avanzar más allá de lo que el gobierno decide que es el límite del cambio hoy en día. Debilitar a los protagonistas del cambio es asegurar un cambio más limitado.

Ante los mismos hechos las izquierdas ecuatorianas valoran el gobierno de Rafael Correa de maneras contrastantes. Despotismo ilustrado o movimientismo autonomista. Hubo momentos en el pasado en los que tal vez podría haberse encontrado una transacción. Pero el gobierno no estuvo dispuesto en su momento y quienes empujaban semejante opción ya no están allí y los que quedan ya no tienen poder de decisión sobre la estrategia general. El resultado es que se afirma un proyecto que realizó ya lo que tenía de progresista y que ahora se encuentra encaminado por la senda de la modernización conservadora del Estado y el disciplinamiento acelerado de la sociedad. Frente a semejante panorama solo nos queda resistir con todo lo que podamos y construir alternativas con la gente, no contra ella. Pero no podemos aceptar la idea de que nos enfrentamos a un gobierno totalitario o fascista como clama la derecha política y económica del Ecuador. Si ése fuera nuestro diagnóstico, se justificaría una alianza con la derecha democrática contra un peligro mayor. Pero no se justifica. Lo que está justificado es una política autónoma de una izquierda que recuperando lo mejor de sus tradiciones libertarias cree en la gente, en su sabiduría, en sus organizaciones y en la democracia radical como proyecto y como camino.

La deuxième étape de la révolution du peuple d’Egypte

Le régime des Frères musulmans est tombé Et les répercussions atteindront la région dans son ensemble La nouvelle étape de la révolution populaire en Egypte, à la suite du 30 juin, continue à soulever la controverse concernant son essence, son devenir et les différentes forces politiques qui y ont adhéré ou qui tournent dans son giron… à commencer par les forces de gauche, les salafistes et les différentes personnalités religieuses, pour aboutir au grand point d’interrogation sur le rôle des forces armées et les possibilités d’utiliser la nouvelle révolution afin de retourner au pouvoir après qu’elles en furent exclues par les « Frères musulmans ».

Cette controverse est compréhensible et légale, même si elle renferme parfois un peu d’exagération chez certains ou si d’autres se basent sur des réponses toutes faites et superficielles quant à l’analyse ou aux conclusions. N’a-t-on pas vu, durant les deux années passées et notamment à la suite de l’arrivée au pouvoir de Mohammad Morsi en tant représentant des « Frères musulmans », la majorité des analystes et des observateurs s’intéresser à l’étude des seuls phénomènes externes pour en tirer la conclusion suivante : « le printemps arabe » – nom donné aux révolutions – s’est transformé en son contraire puisque la bourgeoisie a pu reprendre les rennes du pouvoir, principalement en Egypte et en Tunisie, à travers les forces politiques religieuses qui sont partie intégrante de cette bourgeoisie ?

Il nous faut dire que ces observateurs sont allés très loin dans leur analyse des faits, à tel point qu’ils ont mis tous les mouvements révolutionnaires ainsi que les slogans qu’ils portent sous le manteau de la « théorie du complot » qui a pour base le projet du « Nouveau Moyen Orient » et le soutien direct des régimes réactionnaires implantés dans la région du Golfe. D’ailleurs, ils n’ont fait aucun cas du mouvement des masses ni de leurs revendications. Ils n’ont pas, non plus, pris en considération le fait que les Etats auxquels ils donnèrent le qualificatif d’ « opposants » aux politiques impérialistes, dont la République islamique en Iran, furent les premiers à accueillir positivement l’arrivée des « Frères musulmans » à la présidence en Egypte et en Tunisie, sous prétexte que cela signifiait le point de départ du « printemps islamique », et qu’ils stigmatisèrent le fait que le peuple égyptien se soit débarrassé de Mohammad Morsi.

Les répercussions de la chute des « Frères musulmans »

… de la Turquie et jusqu’en Israël

Ce qu’il est nécessaire de dire, aujourd’hui, c’est que les événements qui ont eu lieu le 30 juin 2013, même si toutes leurs répercussions ne sont pas encore bien connus, constituent un tournant important dans le processus révolutionnaire ininterrompu, non seulement pour l’Egypte mais aussi pour tout le Monde arabe et, même, pour la région tout entière… surtout si nous lions ce qui vient de se passer avec la révolte du peuple turc, qui s’étend et s’approfondit grâce à la rencontre des forces politiques progressistes autour d’un programme pour le changement démocratique laïc qui mettrait fin au gouvernement du « Parti de la justice et du développement » dirigé par Recep Erdogan. Et, n’oublions pas, non plus, que la « Révolution iranienne » fut obligée elle aussi à reconnaitre quelques concessions au mouvement revendicatif, surtout sur le plan de la mise à l’écart des « conservateurs » afin de reprendre les pourparlers avec les Etats-Unis et d’atténuer les conséquences négatives du blocus imposé à l’Iran.

Quel est ce tournant duquel nous parlons ?

Le coup porté par le peuple égyptien au régime des « Frères musulmans », après qu’ils aient pris le pouvoir dans son intégralité, montre que la tentative de remplacer les régimes dits « modérés », sur lesquels les Républicains US avaient misé, par des forces religieuses « modérées », promues par Barak Obama lors de son discours à l’Universités du Caire un an après sa première élection, ne fut pas un succès. Bien au contraire, cette tentative n’a pas empêché les forces populaires égyptiennes de poursuivre la voie qu’elle s’était tracée afin de réaliser son programme résumé dans quatre mots-d’ordre: pain, liberté, justice sociale, dignité humaine. Bien plus, et vu le recul du projet militaire ayant l’aval des forces religieuses au Pakistan, et à la lumière de ce qui se passe actuellement tant en Turquie qu’en Iran, ce coup ne concerne pas seulement les « Frères musulmans » de l’Egypte, mais il le dépasse pour toucher tous les modèles des régimes mixtes « religieux-militaires » que l’impérialisme étasunien tente de propager dans le Monde arabe et le Moyen Orient, Cela se traduirait sans doute par une remise en question de l’étape actuelle et des formes d’application du projet dit du « Nouveau Moyen Orient » élargi vers le Maghreb arabe et le Nord de l’Afrique… à commencer par la Tunisie, et le « Parti de la justice et du développement », et jusqu’en Israël et le projet d’en faire « l’Etat des juifs du monde ». Ce projet qui constitue la colonne vertébrale du projet du « Nouveau Moyen Orient », vu qu’il a pour but de transformer Israël en un noyau autour duquel tournent les mini Etats religieux et confessionnels qui seraient nés de l’effritement du Machreq et du Maghreb arabe et après avoir liquidé la cause palestinienne et mis fin au conflit israélo-arabe.

Cette vision de l’avenir, qui ne manquerait pas de naitre de la seconde étape de la révolution égyptienne, est liée sans aucun doute à la voie que cette révolution décidera de suivre, compte tenu de l’expérience des deux dernières années, en particulier des tentatives, mise en échec, de mettre l’Egypte sous la coupe des « Frères musulmans ». Parce qu’il faut prendre en considération qu’il y aura d’autres tentatives de la part des forces antirévolutionnaires, tant au sein de la bourgeoisie égyptienne, et de la bourgeoisie arabe en général, que parmi les groupes d’influence à la tête de l’armée, ou, encore, la possibilité d’user de l’arme « religieuse » (Musulmans-Coptes) et/ou « confessionnelle ». Ce qui nous mène à dire que les dangers sont nombreux devant la révolution, dont celui de l’usage de voitures piégées et même d’une guerre civile, que le président russe Vladimir Poutine a déjà prévue, afin de dérailler le changement. C’est dans cette perspective que nous lisons les combats sanglants dans les places du Caire, mais aussi d’Alexandrie et d’autres villes, en plus de l’explosion du gazoduc vers la Jordanie et de la mainmise des « Frères musulmans » sur certaines villes du Nord de Sinaï où les étendards noirs ont remplacé le drapeau national égyptien.

Comment poursuivre les tâches de la Révolution

A la lumière de ce qui précède, il est nécessaire de préciser que la victoire des forces qui avaient appelé, le 30 juin 2013, à la chute des « Frères musulmans » restera instable si elle n’est pas liée à la poursuite des tâches radicales que la Révolution du 25 janvier 2011 avait précisées à partir de ses quatre mots-d’ordre déjà cités (pain, liberté, justice sociale, dignité humaine). Parce que ces mots d’ordre constitue un programme qui précise le maillon central de l’étape qui vient, et que nous définissons comme suit : la liquidation de ce qui reste des institutions de l’ancien régime afin de pouvoir bâtir le régime nouveau et tant attendu. D’ailleurs ces deux processus vont de pair et se complètent.

Il est vrai que ce qui fut exécuté sur le plan de la destruction de l’ancien régime n’est pas peu, à commencer par la destitution de Hosni Moubarak et de son parti(le Parti national) et la saisie par la justice égyptienne des dossiers de Moubarak et des leaders essentiels. Nous n’oublions pas non plus les coups directs portés à l’appareil de l’Etat et aux organismes de la police… et, enfin, à la tentative de reproduire le régime à travers les « Frères musulmans ». Cependant tout cela reste fragile s’il n’est pas accompagné d’un projet politique et socio-économique à court et moyen termes. Un projet basé sur des plans de lutte et des priorités bien claires ; fait qui aiderait à faire émerger un leadership bien ancré dans l’alliance de classes qui fut à la base de la chute des régimes de Moubarak puis des « Frères musulmans ».

Les priorités telles que nous les voyons se résument ainsi :

Premièrement, refuser d’amender la Constitution de Moubarak avec les amendements introduits par les « Frères musulmans » et la remplacer par une nouvelle Constitution qui préciserait le régime politique et socio-économique à construire. Une commission de rédaction de la nouvelle Constitution doit être constituée par les représentants, élus, des forces sociales et politiques qui ont conduit à la révolution à travers des luttes cumulatives depuis plus de 10 ans ; à la tête de ces représentants les militants de la classe ouvrière, des paysans, des jeunes, des intellectuels démocrates et des femmes.

Dans ce domaine constitutionnel, et partant des deux slogans de la liberté et de la justice sociale prônés par les deux révolutions du 25 janvier 2011 et du 30 juin 2013, nous pensons que la suppression du régime présidentiel ainsi qu’une loi électorale démocratique et une nouvelle loi concernant la constitution des partis politiques et des syndicats ouvriers pourront constituer les bases d’un avenir meilleur. A cela devra s’ajouter une nouvelle vision économique, basée sur le développement des secteurs productifs… en plus de l’imposition des droits au travail, à l’instruction et à la santé.

Sobre situación en Egipto.

Entrevista con el camarada Salah Adli, Secretario General del Partido comunista de Egipto por “Nameh Mardom”, órgano central del Comité Central del Partido Tudeh (comunista) de Irán. 06 de julio 2013 Quisiera en primer lugar expresar mi saludo al Partido Tudeh de Irán y mis deseos de éxito en su lucha. También me gustaría saludar el periódico “Nameh Mardom” por la oportunidad de aclarar los grandes acontecimientos históricos que tienen lugar en Egipto.

Q1 – En las recientes declaraciones del Partido comunista de Egipto (03 de julio) Ustedes se han referido al hecho de que el movimiento de protesta de masas se compone de diversas clases y estratos sociales. ¿Cuales eran las clases y las capas sociales de la sociedad egipcia que se movilizaron en la segunda ola de la Revolución del 30 de junio?

Salah Adly: Desde el estallido de la revolución del 25 de enero del 2011, el movimiento de protestacion no se habia disminuido. Las manifestaciones de miliones de personas no se han detenido, el estado revolucionario de las masas estaba siempre allí, bajando de intensidad a veces y estallando en otras ocasiones. Las protestas obreras y las huelgas también se intensificaron. Tras el éxito de Morsi los Hermanos Musulmanes llegaron al poder. Las masas descubrieron su naturaleza autoritaria, su caracter fascista, su preferencia a los intereses de los sectores más reaccionarios y parasitarios del capitalismo, y su incapacidad para dirigir un estado de la envergadura de Egipto. Mas todavia, su traición a los intereses de la patria y su voluntad de actuar como el principal agente para mantener los intereses de Estados Unidos e Israel en la región fueron revelados. Lograron la confianza hacia Gaza y dieron a Estados Unidos e Israel lo que el cliente Mubarak no les había dado. Su proyecto sectario y oscurantista que es hostil a la democracia, a la ciencia, la cultura y la tolerancia, se hizo muy evidente. Más importante aún, las masas descubrieron la mentira de su uso de consignas religiosas para disfrazar sus planes al servicio del proyecto del Gran Medio Oriente y del “caos creativo”.

Es por eso, que el número de protestas sociales (huelgas, ocupaciones, manifestaciones y piquetes de huelgas) alcanzó la cifra de 7.400 – según admite el propio Mohamed Morsi – durante el año pasado. La tasa de desempleo alcanzó el 32%, con el record de desempleados en las cualificaciones altas y medias. La deuda externa pasó de 34 billones US$ a 45 billones US$. La deuda interna se incrementó en 365 mil millones de Libras Egipcias durante el reinado de Morsi el año pasado. La proporción de personas que viven por debajo del umbral de la pobreza aumentó a más del 50% de la población. En resumen, la mayoria de las clases y de los sectores sociales de la sociedad – sus fuerzas politicas liberales, nacionalistas y de izquierda, así como los movimientos de jóvenes, en su mayoría orientados por los nacionalistas y la izquierda, ademas de las principales instituciones del Estado, especialmente el ejército, el poder judicial, los medios de comunicación y la policia – sentían como un grave peligro el mantenimiento en el poder de los Hermanos Musulmanes debido a su intensa búsqueda de monopolizar el poder y excluir cualquiera que no está con ellos, salvo sus aliados entre los grupos terroristas que manipulan la religion como una cubierta.

Incluso amplios sectores de la mediana y grande burguesía Egipcia en los sectores del turismo, la industria, el comercio, la agricultura y de la construccion, se sintieron muy asustados por sus intereses como resultado de la continuidad del reino de los Hermanos Musulmanes quienes crearon una atmosfera de caos, de inseguridad e inestabilidad.

El Movimiento “Tamarrud” (Rebelión) logró recoger mas de 22 millones de firmas para la retirada de la confianza en Morsi y en apoyo de la convocatoria a elecciones presidenciales anticipadas. Todos los partidos, los sindicatos y las organizaciones han participaron en la recogida de firmas, y la campaña se extendió en las calles de las ciudades, en los centros de trabajo, escuelas y universidades, y en las aldeas de todas las provincias de Egipto. La gran importancia de esta campaña es que fue capaz de implicar activamente los ciudadanos Egipcios en el movimiento revolucionario para derrotar el reino de los Hermanos Musulmanes. Tambien restauró el carácter pacifico y democratico de la acción revolucionaria, y ha creado las bases para la negacion y el retiro de la supuesta cobertura sagrada en la legitimidad erronea del sufragio electoral como supuesto único criterio para la legitimidad del sistema democrático. La convocatoria para la recogida de firmas fue acompañada por el llamado a las manifestaciones en todas las plazas principales de Egipto el 30 de junio como prueba principal de la credibilidad de esta campaña y bases fundamentales para la legitimidad revolucionaria de las masas para derrocar a este régimen fascista y contrarestar el proyecto de un estado teocratico.

La respuesta de las masas populares Egipcias era enorme, las mas grandes manifestaciones de la historia de Egipto, e incluso en la historia del mundo, aparecieron. Esto fue comprobado por el índice de “Google Earth”. Más de 27 miliones de manifestantes salieron al mismo tiempo en todas las provincias de Egipto, en representación de diversas clases y capas de la sociedad Egipcia. Frente a las protestas que no excedan de 200 mil manifestantes de los Hermanos Musulmanes y sus aliados en una pequeña plaza del Cairo . Por lo tanto, los Egipcios estaban de un lado, y por el otro lado los Hermanos Musulmanes y sus aliados que estaban aislados. Es la realidad del escenario. Es la realidad sobre la cual toda evaluación de la situación o todo analisis politico cientifico debe estar basado.

Creemos que lo que pasó el 30 de junio es una segunda ola de la revolución Egipcia que es mas potente y más profunda que la primera ola de 2011. Se ha llevado a cabo para corregir la trayectoria de la revolucion y alejarla de las fuerzas de la extrema derecha religiosa quien ha conspirado para acapararse de la revolución y conducir su ola para servir a sus objetivos fascistas y reaccionarios y los complotes del imperialismo mundial.

Q2 – ¿Cual es el nivel de participación de las clases trabajadoras y obreras en estas protestas? ¿Por qué los obreros participan en la batalla con el Islam politico para los derechos democraticos?

Salah Adly: Las consignas básicas de la revolucion de enero eran: pan – libertad – justicia social – dignidad humana. Es una orientación esencial de la revolución nacional democrática. Es producto de un largo periodo historico que se había iniciado a mediados de los años setenta del siglo pasado, con el reino del gran capitalismo dependiente y un ciclo completo de regresión, de atraso y de tiranía. Durante ese período, las fuerzas reaccionarias, en alianza con el imperialismo mundial y la reacción árabe, han actuado para fortalecer un ambiante que permitia el actual Islam político – en especial los Hermanos Musulmanes – para su extensión y asenso. Las fuerzas de la izquierda estaban debilitadas, los obreros estaban desplazados y las grandes empresas industriales eran liquidadas con el fin de asestar un golpe a todas las posibilidades para lograr un desarrollo completo.

De hecho, los trabajadores son participes en la mayoría de las protestas que tomaron envergadura desde el 2006 y participan en todas las manifestaciones populares como una parte del pueblo y no en forma organizada sobre una base de clase. Esto se debe a la ausencia de organizaciones, federaciones y organizaciones sindicales fuertes por causa de un largo legado de la tirania y de la represion del gobierno para controlar las federaciones y las organizaciones sindicales. Es también debido a los grandes cambios en el mapa de clase y a la naturaleza de la composicion de la clase obrera quien se ha constituido en los distintos sectores durante el periodo pasado. Empresas pequeñas y medianas controladas que dependian del sector privado, donde los trabajadores no tenian derecho de formar sindicatos. La clase obrera no surgio de una manera clara como clase en la revolución. Como resultado de la falta de unidad efectiva dentro de las fuerzas de izquierda y su debilidad durante el periodo pasado por muchas razones, que no hay espacio aquí para detallarlo, el movimiento obrero no aparecio de manera eficaz e influyente proporcionalmente al tamaño de su participación y de los grandes sacrificios en la revolución.

Es importante aclararlo, los trabajadores del sector público se dieron cuenta que las prácticas y actitudes de los Hermanos Musulmanes no se diferenciaban de las orientaciones del régimen de Mubarak. Eran mas bien peores. Los Hermanos Musulmanes aplicaron las mismas orientaciones sobre la continuación del programa de privatización y liberalizacion de los precios. No aumentaron el salario mínimo a pesar de que era una de las primeras demandas de la revolución. Se redujeron los impuestos a los especuladores, siguieron con la privatización de los servicios y se negaron a implementar el programa social de la salud. Insistieron en la venta e hipoteca de los bienes de Egipto y de sus instituciones a través del proyecto de “obligaciones islámicas”, que se apresuraron a aprobar en el Consejo de la Shura (la cámara alta del parlamento) la cual es controlada por los Hermanos Musulmanes. La situación más peligrosa fue su negativa a aprobar la ley para garantizar la libertad de formar sindicatos, que habían acordado con todas las fuerzas politicas y los sindicatos antes de la revolución. Pusieron nuevamente los hombres de Mubarak al lado de sus hombres en la Unión General de los Trabajadores Egipcios controlada por el gobierno. Esta es la base social y democrática para el bien de la clase obrera y a favor de la revolución contra el dominio de los Hermanos Musulmanes y de las fuerzas del Islam político, además de las otras razones que habiamos mencionado antes.

Cualquier persona que se imagina que los trabajadores se rebelan solamente por cuestiones que tienen un carácter sectario o razones economicas se equivoca. Los trabajadores son más vigilantes respecto a los peligros del proyecto de la ala religiosa de derecha y a sus prácticas de derecha y fascistas en todos los campos, democratico, político, económico, social y nacional.

Q3 – En su declaracion, el Partido comunista de Egipto caracteriza los desarrollos actuales como una revolución.. ¿Cuáles son la naturaleza, las tareas y la reivindicaciones de la revolución?

Salah Adly: Sí, lo que está sucediendo ahora es una revolucion. Para ser preciso, es la segunda gran ola de la revolución de enero 2011, ya que su primera ola fue abortada debido a que fue robada por los Hermanos Musulmanes a pesar del hecho que no participaron en ella, ni la habian pedido ni la hicieron. Es una revolución democrática con una orientación social y patriótica clara. Se continua, y amplios estratos sociales y diversas fuerzas políticas (liberales, nacionalistas y de izquierda) han participado en ella. Con la continuación del fervor revolucionarias, la verdad acerca de las distintas posiciones se ha vuelto más clara, y las intenciones de estas fuerzas y su voluntad de continuar por el camino de la revolucion se revelan.

Las primeras tareas democráticas de la revolución son la promulgación de una nueva constitución civil democratica que confirma los derechos humanos, los derechos de las mujeres y los derechos economicos y sociales de las clases laboriosas, y que nadie puede negar al pueblo el derecho de elegir su sistema político y económico en el futuro de acuerdo a la relacion de fuerzas. Por lo tanto, la tarea de derrocar la sectaria Constitución, reaccionaria y distorsionada, en lugar de su modificación, es una tarea fundamental para las fuerzas democraticas y progresistas por el momento.

Una de las tareas de la revolución democrática es también la libertad para formar organizaciones sindicales, partidos políticos y asociaciones sin injerencia del gobierno, el rechazo a la formación de partidos políticos sobre una base religiosa y sectaria, la plena igualdad entre los hombres y las mujeres en términos de derechos y deberes, la igualdad ante la ley y la criminalización de las formas de discriminación religiosas y otras.

Entre las tareas sociales está la elaboración de un plan de desarrollo social independiente y completo que se basa en el fomento de los sectores productivos, con la necesidad de una distribución equitativa del producto del desarrollo y de la riqueza en beneficio de los pobres y los sectores laboriosos, la satisfacción de las demandas sociales urgentes. Una primera prioridad entre estas demandas es la determinación de un salario mínimo y máximo y su vinculación a los precios, la cancelación de las deudas a los pequeños campesinos, la redistribución de las partidas presupuestarias para incrementar el gasto en salud y educación, la provisión de viviendas para personas de bajos ingresos, aumentar los impuestos a los ricos, recuperar la posesión de las empresas que fueron saqueadas del sector público y la lucha contra la corrupción.

Las tareas nacionales son: oponerse a la dependencia hacia los Estados Unidos, negándose a sucumbir a la hegemonía sionista, que modifica el acuerdo de Camp David, la restauración del papel de Egipto en el ambito árabe, africano, regional y international, y la profundización de las relaciones con los países y los pueblos del Tercer Mundo.

Q4 – ¿Acaso los acontecimientos actuales en Egipto significan el rechazo del Islam politico o sólamente el rechazo de los “Hermanos Musulmanes” por el pueblo Egipcio?

Salah Adly: Los Hermanos Musulmanes son la organización más eficaz e influyente dentro de las fuerzas del Islam politico. Todas las demas organizaciones, incluyendo los grupos Salafistas y Jihadistas, se han aliado a los Hermanos Musulmanes y han marchado con ellos en la última batalla para defender su régimen porque saben que su derrota significaría una derrota mayor para el proyecto islamista sectario quien esta apoyado por la administración norte americana como alternative a los regimenes autoritarios derrotados. Solo el Partido islamista Al-Nour ha sido excluido de la alianza en la ultima batalla debido a consideraciones relacionadas a su asociación con Arabia Saudita. Pero somos conscientes de que es un partido reaccionario y sectario que es hostil a los derechos humanos y a los derechos de las mujeres y las minorías, como otras sectas islámicas. Eso es evidente con su incitación al crimen con el asesinato de los Shiites arrastrando sus cuerpos en el horrible masacre que tuvo lugar en un pueblo el mes pasado.

Creemos que la batalla no ha terminado y que es necesario que sea una batalla política, social y cultural para aplastar su resistencia y cambiar el clima general que se ha expandido durante décadas.

Pero lo que queremos es llamar la atención sobre lo que se produjo en Egipto. No es ahora solamente una confrontación de los Hermanos Musulmanes, y sus aliados en las fuerzas de la derecha religiosa, con las instituciones de la seguridad del Estado. De hecho se han enfrentado a los Egipcios de todas las sectas y de todas las corrientes así como a todas las instituciones del Estado, incluida la del poder judicial, de los medios de comunicación y la cultura. En los barrios de la periferia y los pueblos, los Hermanos Musulmánes estan ahora enfrentados a las masas Egipcias, ya que sin duda han perdido el apoyo de grandes segmentos del pueblo durante los últimos dos años. Pero el Ejercito y la Seguridad tienen un papel importante en la confrontación contra sus milicias terroristas armadas.

En resumen, lo que ha ocurrido, lo hemos visto, es una gran derrota para el proyecto de la derecha religiosa en general, y no solamente para el proyecto de los Hermanos Musulmanes. Esto tendrá repercusiones mayores en la región y el periodo que viene.

Q5: ¿Cuál es su opinión sobre los argumentos que dicen que el derrocamiento de Morsi es antidemocrático porque fue elegido legalmente y que la nueva Constitución fue ratificada en referéndum. ¿Acaso Morsi fue derrocado por el ejército Egipcio?

Salah Adly: Los que han derrocado Morsi son los mas de 22 millones de ciudadanos de Egipcios que firmaron un documento conteniendo sus nombres y firmas, número de identificación (Cedula Nacional de Identificacion) y el nombre de su provincia, escrito a mano, en lugar de a través de Internet. Es un referendum sin precedente que se culminó en las “grandes concentraciones” en las principales plazas con mas de 27 millones de manifestantes el 30 de junio, continuando por cuatro dias consecutivos. Es Morsi quien derrocó la legitimidad cuando emitió su declaración constitucional dictatorial en noviembre del 2011. Es Morsi quien liquido los derechos humanos cuando sus partidarios terroristas habian sitiado la Corte Constitucional, cuando sus milicias torturaron los manifestantes delante del Palacio al-Ittihadyah (el palacio presidencial) como se muestró por las investigaciones llevadas a cabo por la oficina del procurador publico, y cuando sus hombres mataron a manifestantes frente a la sede del Partido de la Justicia (el brazo político de los Hermanos Musulmanes), de conformidad con las órdenes explícitas del líder del grupo y su diputado, a como lo confesaron los mismos matones ante el fiscal publico. Es Morsi quien renegó las promesas que había anunciado el día en que logró a modificar la Constitucion y formar un gobierno de coalición. Él y su grupo habian apoyado la sumision a las condiciones del Fondo Monetario Internacional. Fue él quien declaró también la Jihad contra Syria en la Conferencia de las fuerzas terroristas yihadistas sin consultar previamente con el ejército y con el Consejo de la Defensa Nacional.

Es por eso, que todos los partidos políticos y todas las fuerzas, e incluso el Partido Salafista Al-Nour, quienes se agarraron del barco antes de que se hundiera, han apoyado las elecciones presidenciales anticipadas. Este llamado no es un golpe contra la democracia, surge mas bien del corazón de la democracia popular cuando cualquier presidente traiciona sus promesas al pueblo y su programa de base sobre lo cual el pueblo lo había elegido.

Limitar la causa de la democracia solamente al “escrutinio electoral” es un saqueo completo de la esencia de la democracia y un rechazo explicito del derecho de los pueblos a rebelarse contra sus dirigentes autoritarios y los regimenes fascistas que utilizan la religión para ocultar su naturaleza reaccionaria y su orientación de la ala derecha capitalista.

La defensa de Morsi por los Estados Unidos y los Estados capitalistas occidentales y la interpretación de la cuestion de solamente como un “golpe de Estado militar” contra la “legitimidad constitucional” es una posición formal que esconde el hecho de que el mundo del imperialismo está aterrorizada por las revoluciones populares y su capacidad de transcender los limites estrechos de la democracia burguesía que representa, en esencia, la forma óptima para satisfacer los intereses de los grandes empresarios y de los monopolios y sus agentes locales con el afán de controlar el porvenir de los pueblos de los países del Tercer-Mundo.

Lo que ha sucedido no es, en ningun caso, un golpe de Estado militar, sino mas bien un golpe revolucionario del pueblo Egipcio para liberarse del reino fascista. Lo que el Ejército ha hecho responde a la voluntad de los pobladores para protegerlos de los complotes de los Hermanos Musulmanes y de sus aliados terroristas armados que quieren encender conflictos sectarios y guerras civiles, dividir el ejército Egipcio y destruir las instituciones del Estado Egipcio para servir los intereses del imperialismo y del sionismo en la región.

¿Qué tipo de golpe de Estado militar es cuando decenas de millones de personas estan en las calles?!

¿Qué tipo de golpe de Estado es cuando el dirigente de la Corte Constitucional ya asumió el poder, que es lo que fue solicitado por el Frente de Salvación Nacional, que incluye a todas las fuerzas de oposición con sus diversas orientaciones y el movimiento juvenil “Tamarrud” (Rebelión), respaldado por las masas Egipcias ??!!

¿Qué tipo de golpe de Estado militar es cuando un gobierno integrado por civiles nacionales calificados por el pueblo sera formado y que tendrá los plenos poderes durante un periodo de transición no superior a un año y que concluira con la promulgación de una constitución civil democratica, elecciones presidenciales y parlamentarias que cada uno espera con entusiasmo??

¿Qué tipo de golpe de Estado militar es cuando se permite el derecho a las protestas pacificas incluso de sus oponentes y no imponer el Estado de emergencia??

La declaración de Al-Sisi, el Jefe del ejército Egipcio, quien presentaba la hoja de ruta para la etapa de transición, fue anunciada solamente después de un diálogo y el consenso de los representantes del pueblo Egipcio, incluyendo el movimiento de los jóvenes de la “Tamarrud” (Rebelión), el Representante del Frente de Salvación, el Jeque del Al-Azhar, el Pope Copto y una representante de las mujeres. El pueblo Egipcio ha celebrado en las plazas principales, en los barrios y las aldeas esta grande victoria para los Egipcios y con el Ejército Nacional quien les aprobaba.

Deberiamos, como lo enseña el Marxismo, proceder a partir de la realidad concreta y no encerrarnos en nuestra vision de ideas predeterminadas y formulas todas listas. ¿Acaso no es notable que los medios de comunicación occidentales se hacen la vista gorda a todo esto, se niegan a ver la realidad e insisten que era un golpe de Estado militar???!!!

Sin embargo, nos apegamos mucho a la necesidad de estar en alerta y estar atentos al curso de la próxima fase para garantizar que el papel militar en esta etapa sea limitado a la protección del pueblo y la Seguridad nacional de Egipto y que este apegado a las promesas de no interferir directamente en los asuntos políticos, y la necesidad para el pueblo a permanecer en las plazas para garantizar el cumplimiento de sus reivindicaciones en la fase de transición.

Q6 – ¿Cuál es su evaluación de la posición de los Estados Unidos en relacion a los desarrollos en Egipto?

Salah Adly : EE.UU. fue tomado de sorpresa por la revolucion de enero de 2011, pero se había estado preparando para los escenarios de cambio en Egipto desde antes que cuando sienten que el régimen de Mubarak había envejecido. Así que intervinieron inmediatamente después que fue derrocado para crear una alianza entre el antiguo Consejo Militar y los Hermanos Musulmanes para asentar el camino hacia la toma del poder por los Hermanos Musulmanes después de que se comprometieron a velar por los intereses de los Estados Unidos, garantizando la seguridad de Israel y continuando la política económica neoliberal que está en contra de los intereses de las masas populares.

Pero los Estados Unidos descubrieron después de un momento la amplitud de la incapacidad de los Hermanos Musulmanes para ejecutar los asuntos de gobierno, su falta de competencia hacia el pueblo y su insistencia por una alianza con los grupos yihadistas en lugar de una alianza con las fuerzas liberales y la unificación de los diversos sectores de la clase de los grandes capitalistas en un sistema estable basado sobre una transferencia de poder que gira en la órbita de esta clase y que asegura los intereses de los norte americanos. Estados Unidos, estaban al mismo tiempo también, atentos en asegurar los intereses y los privilegios de la institución militar con el objetivo de garantizar su lealtad.

Pero Estados Unidos fueron asustados por la continuación de la situación revolucionaria en Egipto, la progresión de la escala de las protestas y la escalada del rechazo popular hacia el reino de los Hermanos Musulmanes. Es por esa razón que ejercieron una presión sobre los Hermanos Musulmanes para llevar a cabo reformas, y ejercieron tambien presión sobre las fuerzas de la oposición liberal, especialmente sobre aquellos que representan los intereses del gran capital en el Partido Wafd, del Partido de los Egipcios libres y del Partido de la Constitución para acelerar la ida a elecciones parlamentarias, poner fin a su alianza con las fuerzas de la izquierda y rechazar las orientaciones de izquierda de los movimientos de la juventud que creen que los objetivos de la revolución y el desarraigo del régimen de los Hermanos Musulmanes sólo pueden lograrse con una grande revolución popular contra ellos y el boycot de las elecciones.

Cuando el “Tamarrud” (Rebelión) y sus geniales ideas para retirar la legitimidad a Morsi tuvieron éxito, puso cada uno en un dilemna cuando los amplios sectores del pueblo y las fuerzas políticas respondieron a su llamado. Esto puso fin a la indecisión de todos los partidos y de todas las fuerzas. Se agruparon todos detrás de la opción popular para el derrocamiento de Morsi, lo que condujo a las elecciones presidenciales anticipadas. Esta demanda se intensificó para llamar al derrocamiento del régimen de los Hermanos Musulmanes, para cambiar la Constitución y corregir el curso de la revolución a través de una nueva legitimidad revolucionaria y una nueva fase de transición sobre una base correcta.

Los Hermanos Musulmanes, los estadounidenses, el Ejército, e incluso las fuerzas de la oposición politica no habian imaginado que la respuesta de la gente sea de esta potente envergadura que obligó cada uno a aplicar la voluntad del pueblo.

Sabemos que los Estados Unidos ejercieron presión de manera flagrante sobre los dirigentes del Ejército y las fuerzas politicas liberales no por derrocar a Morsi sino solamente para presentar grandes reformas. Pero ya era demasiado tarde y cada uno se dio cuenta de que la gente habia hablado y que la alternativa sería la escalada hacia la guerra civil, la escalada hacia el terrorismo y el conflicto sectario, y la puerta abierta a la intervención extranjera.

La llegada a este punto critico ha conducido al derrocamiento de Morsi y a la intervención del ejército de una manera que sirve los objetivos de la revolución en esta etapa. Lo que es admirable es que ese es la primera vez que el ejército Egipcio ha desobeido las órdenes de EE.UU porque se ha dado cuenta de la naturaleza de los grandes peligros que atormentaban a la patria, si se negaba a apoyar la revolución.

Las fuerzas nacionales y democráticas han comprendido que los dirigentes del Ejército tienen intereses y privilegios que quieren preservar, y ellos también quieren tener un papel en el poder sin injerencia política directa. Creemos que esto tiene que ser tomado en cuenta en esta etapa haciendo énfasis sobre la corrección de las cosas gradualmente en la proxima fase.

Estamos en la espera que los Estados Unidos, en el período crítico que sigue, fomentarán los complotes para iniciar la sedición y el conflicto y para alentar a estos grupos para atizar el caos con el fin de lograr los esquemas del “cao creativo”, esquemas para transformar a Egipto en otro Irak. Esto es lo que ha pasado y que fue revelado en el complote del viernes 5 de julio. Este complote ha sido llamado por la juventud “La tripartita, EE.UU. – Israêl – los Hermanos Musulmanes, Agresión” contra el pueblo de Egipto. El plan tenía como objetivo abortar la revolución, reinstalar Morsi, expandiendo el caos y el terror a traves de las manifestaciones que ocuparian las plazas liberadas mediante el empleo de las armas y el terrorismo, el lanzamiento de una campaña de rumores y una guerra de disinformación que sería sin precedente en Egipto con el fin de crear divisiones entre el pueblo y el ejército y dentro de los militares mismos, y conspirar con los grupos jihadistas en el Sinaí para declararlo zona liberada en colusión con Israël y los grupos islámicos de Gaza.

Egipto vivió horas críticas después del discurso del terrorismo y de la intimidación pronunciado por el dirigente del grupo fascista, los Hermanos Musulmanes, a sus seguidores de la plaza Rabi’a al-Adawiyya en Nasr City, en El Cairo. Esa fue la señal para el arranque de esta grande conspiración con el fin de girarse contra la voluntad popular. CNN así como el servicio árabe de la BBC de los canales de TV desempeñaron un papel peligroso en este complot. Pero el pueblo y el ejercito estaban a la altura para frustrar este complot y el papel vergonzoso de EE.UU y de los Hermanos Musulmanes para traicionar el pueblo y la patria fueron expuestos. Este fue un duro golpe para los planes de los Estados Unidos y el imperialismo en la región. El triunfo de la revolución y de la voluntad popular fueron reafirmados sobre las fuerzas de la contrarrevolución.

Q7 – ¿Cuál es vuestra evaluación sobre el nuevo presidente designado, Adly Mansour, y lo que debe hacer de inmediato?

Salah Adly : Él es un juez que es bien conocido por su integridad y competencia, que no había ejercido ningun cargo político o adoptado ciertos prejuicios. El discurso que pronunció después que prestó juramento y tomó posesión de su cargo como presidente para el período transitorio fue un discurso bueno y positivo. Subrayó en que era “solo el pueblo” quien lo había designado, y que los poderes que le han sido confiados son honoríficos, pero que la autoridad real reside en el primer ministro quien escogera por el consenso de las fuerzas nacionales y los jóvenes, y que será encargado de la implementación de las tareas aceptadas por las fuerzas nacionales, democráticas y sociales. Una prioridad mayor del gobierno sería de parar el hundimiento de la economíá, aplicar las demandas urgentes de los sectores trabajadores y dar la seguridad.

Vemos la necesidad de continuar la presión popular en las plazas, que fue confirmada por la declaración presentada por Al-Sisi, de proteger el derecho a la manifestación pacifica. Esto para asegurar que el ejercito no intervendrá salvo en los limites aceptados para asegurar el éxito de esta etapa de transición difícil.

Q8 – ¿Cuáles son los principales retos de su partido, particularmente en relación a las otras fuerzas políticas y para la creación de una alianza unida?

Salah Adly: El principal reto es la necesidad de unir las fuerzas de la izquierda en primer lugar para enfrentar las enormes tareas a las cuales hacemos frente en esta etapa. Las más importantes son:

1) Asegurar el cumplimiento de los objetivos y las tareas de la fase de transición.

2) Cumplir con el consenso por un candidato unico de las fuerzas nacionales y democraticas en la batalla de las elecciones presidenciales.

3) Formar un frente de las fuerzas de izquierda, Nasseritas, movimientos juveniles y organizaciones sindicales ; preparar listas conjuntas para la batalla de las próximas elecciones parlamentarias y locales ; ejercer una presión para garantizar que no haya retroceso en la corrección de la marcha de la revolución en la fase de transición.

4) Tratar de completar y desarrollar la estructura del partido, a renovar el partido con sangre nueva, y a desarrollar su programa de manera en que podamos hacer frente a los grandes desafíos a los cuales estamos enfrentados.

Canción a una bala

En 1981 me encontraba realizando mis estudios en la URSS cuando tuve que regresar a mi país llamado por la guerra y por mi Partido. Me integré al frente y combatí con las FAL hasta el fin de la guerra con el nombre de Mauricio.

En enero del ‘87 fui enviado desde Guazapa, junto con un grupo de compañeros, a la provincia de Chalatenango, exactamente al lugar conocido como La Montañona, cerca de la frontera con Honduras, a unos 8 km al norte del municipio de Las Vueltas. Ahí, en la parte más alta de La Montañona, estaba ubicada la “Escuela político-militar Capitana Ileana de las FAL”.

La escuelita, como le decíamos, era la entrada de todo el mundo a la guerra. Las FAL habían echado a andar esa iniciativa con el objetivo de vincular la práctica diaria que significaba sostener la guerra, con la teoría revolucionaria. Allí se realizaban todo tipo de tareas y se estudiaba el por qué de la guerra, las razones para luchar, para sumar así a los esfuerzos militares la consolidación política e ideológica de los combatientes. Por tandas, los compañeros iban a pasar un tiempo ahí. No era tanto una obligación como una necesidad.

La escuelita, al momento de mi llegada tenía unos sesenta compañeros. Muchos de quienes se incorporaron a las filas guerrilleras iban a cero conocimiento de qué se trataba. A mí como salvadoreño me impactó mucho, cuando llegué al frente, la cantidad de compañeros internacionalistas que estaban participando del proceso revolucionario de mi país. Producto de la clandestinidad, llegábamos al frente desconociendo el inmenso contingente de personas de otros países que se encontraban en los distintos campamentos y en las diferentes organizaciones que componían el FMLN. El enemigo utilizaba este gesto para presentar en su campaña publicitaria que “esta guerra no es de salvadoreños” y justificar así la intervención de los EEUU. La verdad era la necesidad de estos compañeros de aportar su valor a nuestra lucha y conocer nuestra experiencia.

Ahí conocimos un grupo de combatientes argentinos: Cope, Víctor, Platini, Sergio y Rodolfo. Sergio estuvo un tiempo en la escuela hasta que después se fue a cumplir tareas con las unidades de las FPL y llegaba de visita cada dos semanas. Allí conocimos a Fernando, chileno, que cayó en 1989 en Ciudad Delgado; Ramón, de Costa Rica; dominicanos: el negro Javier, que ya se volvía para su patria y César, que era médico y sastre; Karim, otra chilena. Anteriormente habían estado otros dos compañeros argentinos, Anita y Roque. Fabricio, un estudiante de medicina venezolano que murió en el ‘88 en un enfrentamiento con el Batallón Atlacatl.

En los primeros años, el concepto que se tenía de la guerra era que allí sólo se tiraban tiros. Y no. Se cumplían las más diversas tareas que hacían posible el avance y la resistencia. Una tropa sin maíz, sin frijoles, sin arroz, cómo podía subsistir? De eso se encargaba Víctor, aunque renegara y se lamentara. A una tropa sin botas o con los uniformes descosidos le es difícil ir al combate. Ahí entraba la labor de César.

Como había compañeros que no sabían leer ni escribir, en los ratos libres se sacaban cuadernos y lápices. Ahí Rodolfo colaboró como maestro.

En la convivencia con la tropa, las diferencias culturales podían hacer que se encajara mejor o peor. Había que elegir con quién compartir la champa, con quién compartir los momentos de descanso. Rodolfo cuajó muy bien con los demás. El venir de la ciudad para internarse a la vida guerrillera en el campo no era fácil. Los que eran de la zona o estaban hacía tiempo ahí, a veces se comportaban como intentando probar a los recién llegados. A algunos les era más difícil que a otros, y a los internacionalistas siempre les costaba más. “Yo no me quiero dejar mandar por ningún extranjero”, era una expresión que después la convivencia se encargaba de romper.

A Víctor lo tenían por enojado los compañeros, que eran muy jóvenes, entre 15 y 17 años. A los 17 años eran considerados viejos. A nosotros nos decían viejitos. Cuando se daban cuenta que nos cansábamos en las caminatas nos decían “¿Qué vienen a hacer estos viejitos a la guerra? Nos cuesta mucho cuidarlos!”

A Víctor le gustaba mucho regañar a la tropa y entraba en conflictos de relación fácilmente.

Sergio era más calmado, más tranquilo, igual que Cope. Podían estar los combates ahí cerca y con mucha tranquilidad asumían sus tareas diarias. Rodolfo era aún más tranquilo.

En ese tiempo las operaciones del enemigo eran bastante seguidas y requerían de un nivel contundente de respuesta. La guerra había entrado en un nuevo período. Había comenzado la movilización permanente de las unidades guerrilleras para contrarrestar los ataques enemigos. A nivel nacional, pero sobre todo en la provincia de Chalatenango. Después de estar tres meses recibiendo instrucción en la escuela, Rodolfo fue directamente asignado con el grado de teniente a un pelotón de combate que se movilizaba por Las Vueltas y que acostumbraba andar por la zona de Las Bolsitas, cerca de La Ceiba, a una media hora de la escuelita. Los compañeros que salían con él comentaban que esa tranquilidad de Rodolfo nunca la perdía en los combates.

Cope también era excelente combatiente. Había un compañerito de 14 años de edad, Marvin, que después de haber sostenido un enfrentamiento prolongado con el enemigo, me decía “Me gustaría salir con Cope otras veces porque no se agüeva. Se mantuvo en la trinchera y nunca dio señales de querer retirarse”.

Sergio todavía estaba con las unidades de las FPL. Era un acuerdo de cooperación realizado con la idea de que los compañeros conocieran la experiencia política y militar de las otras organizaciones. El compartir esta experiencia rompía esquemas. Yo tuve la oportunidad de estar trabajando ocho meses con los compañeros de las FPL, en la producción de Radio Farabundo Martí, en el ‘84, ahí mismo en La Montañona, en una zona muy alta que se llama El Rótulo de los Monos, dos años antes de conocer a este grupo de compañeros internacionalistas.

Tuve la oportunidad de viajar a Chalatenango en el mes de marzo del año ‘98 pasado. Fui con cuatro compañeros que estuvieron para la misma época, en esas zonas donde se movían las FAL. Fuimos a Los Ramírez, al Cacao, a las Bolsitas. Aquella experiencia con los compañeros internacionalistas es imborrable. El respeto a su heroísmo, a su solidaridad. Fuimos a la Quebrada de la Cimarrona, donde tantas veces nos bañamos en el río, donde tantas veces tuvimos instalada la cocina.

Cuando uno dice Los Orellana, Los Ramírez, Los Beltrán, Los Guardado, habla de zonas bautizadas por los guerrilleros con el nombre de las familias que habían habitado esos lugares, familias muy numerosas y humildes que tuvieron que evacuar la zona ante la embestida del Ejército. A ésas zonas nos dirigíamos tres o cuatro veces por semana a buscar el frijol, el maíz, el arroz. En todos esos caseríos la gente cooperaba con nosotros. Nos vendían a precio preferencial para la guerrilla. Víctor tuvo que conocer personalmente a todos los tienderos, quién vendía mas barato esto y quién lo otro. Se conocía de memoria toda el área que nos rodeaba.

En la escuelita cada día se asignaba a un compañero para dar el matutino. A las cinco de la mañana nos levantábamos. Allí en La Montañona hace un frío tal que el agua amanece con escarchita. Echarse esa agua en la espalda que te hacía saltar, luego ayudarse con el jarro caliente de café y después a realizar los ejercicios físicos. Cada uno diariamente se turnaba para dirigirlos. Cuando algunos mandaban muchas pechadas o lagartijas, o muchos parachutes (caída de paracaidistas), al día siguiente andábamos bien yuca, bien duros todos.

La mayoría de los guerrilleros usaban gorra, pero Rodolfo andaba con un sombrerito color verde. Llegaba de una operación militar, dejaba el fusil pegado al poste y se ponía a moler el maíz en la cocina. Siempre que se regresaba de una misión, se continuaba con las diferentes tareas logísticas.

Una vez veníamos retirándonos de una ofensiva del enemigo y Rodolfo venía muy enfermo del estómago. Las comidas crudas muchas veces, o sin sal, y las diferentes costumbres alimenticias solían hacer estragos en los estómagos de alguna gente, en especial de los extranjeros. Veníamos escapando del enemigo y “Ya no aguanto”, dijo Rodolfo. Y ya no aguantó y ahí mismo se bajó los pantalones.

En el ‘87 el Ejército asentado en Chalatenango se propuso que no le daría paz a la guerrilla en esa zona. El Coronel Ochoa Pérez, comandante de la 4ª Brigada de El Paraíso, hacía declaraciones constantemente acerca de sacudir, de hacer trabajar más a la guerrilla. Los operativos sobre la zona de Las Vueltas se hicieron más continuos.

Nosotros por nuestra parte entendíamos que si ellos no acudían al combate, había que salir a buscarlos. Era una de las líneas de la Guerra Popular Revolucionaria.

Una guerra que se alargó. Y donde el enemigo recurrió entonces a la táctica de romper internamente a la guerrilla. De revertir guerrilleros. Con graves repercusiones.

Chalatenango no escapó a ese intento de infiltración. El Ejército reclutó a muchos pobladores que formaban redes para descubrir nuestras rutas, suministrar información de cuántos éramos, de por dónde solíamos aparecer.

En la propia tropa ya se empezaron a dar casos de unidades guerrilleras que salían de exploración y cuando se topaban con una patrulla enemiga, ponían el fusil boquilla abajo, como una señal preconvenida de no-combate. La táctica en ese caso era de convencer a los compañeros de permanecer en la guerra sin combatir. Poder sobrevivir a la guerra, sin cumplir las tareas revolucionarias.

Al igual que nosotros saboteábamos los puntos vitales de la economía nacional que solventaba al enemigo, ellos comenzaron a sabotear nuestra propia economía. Los compañeros llegaban a poner las cargas de explosivo en un poste del tendido eléctrico y se encontraban con que las cargas, sutilmente mojadas con una jeringa, no explotaban.

Hubo que preparar equipos ideológicamente muy sólidos para poder detectar ese trabajo. Trabajo enemigo que hizo mucho daño, en el sentido que se transformó en una lucha al interior de las unidades guerrilleras, lo que provocó en un momento mucha desconfianza. Cualquiera podía sentirse tocado.

Se formaron equipos de vigilancia que, por la delicadeza del asunto, recurrían a compañeros de una especial consistencia política e incluso física. Pues cuando se descubría una red de ésas, se convocaba a una reunión y a una señal del jefe los miembros del equipo desarmaban al infiltrado. Hubo casos en que al momento de la detención los tipos mataban a sus compañeros.

Rodolfo reunía las dos condiciones, por lo tanto le tocó participar de esos equipos. Él había llegado a principios ‘87 como un niño bonito y grandote que el Partido Comunista Argentino había mandado junto a los otros compañeros. Primer enflaqueció rápidamente. Pero mes a mes fue agarrando fuerza y terminó hecho un diablón que cargaba 50 libras en el lomo durante horas sin quejarse.

Todas las etapas de la guerra fueron difíciles, pero ésta, de la cual participaron aquellos compañeros internacionalistas, fue particularmente delicada pues se debía tener mucho tacto para no equivocarse.

Fue una época que requirió de muchas virtudes para atravesarla a salvo.

En este momento de transición aún de la guerra a la posguerra, a veces se me trata de que yo mucho hablo del conflicto. Me ha sucedido en mi lugar de trabajo, ámbito por cierto muy distinto al de la guerra, que me digan que mucho insisto yo en ese período. Y yo trato de reflexionar.

Eso ha sido parte nuestra. Si tratamos de quitar, de desvincular esa parte, estaremos olvidando nuestras propias vidas y la de nuestro país. Yo no puedo olvidar eso. Comprendo claramente que ese período nos permite valorar hoy qué es lo que debemos hacer, por donde debemos continuar. La lucha hoy quizás se ha vuelto más compleja, pero la complejidad no nos debe confundir en cuanto hay que seguir validando lo que siempre fue válido: la Guerra Popular Revolucionaria. Personalmente pienso que el FMLN atraviesa una situación bien difícil, que requiere de mucho esfuerzo por consolidar el perfil revolucionario conque le dio y debe seguir dándole esperanza a la gente. Validar su carácter revolucionario será validar los años que vivimos en guerra.

La muerte me sigue impactando. Yo tengo aquí metido lo del 16 de septiembre, el 3 de mayo cuando Italo, segundo jefe del Batallón Aguiñada Carranza, pierde su pierna en Guazapa. Que Juan Macarela cayó en mayo del ‘88 combatiento contra una unidad del BIRI (Batallón Irregular de Reacción Inmediata) Ramón Belloso.

Para agosto y septiembre del ‘87, las operaciones enemigas en la zona se habían incrementado fuertemente.
El 16 de septiembre Rodolfo estaba en una misión de combate sobre unos cercos de piedra que están rumbo a Los Orellana. Con 22 años, venido de Argentina igual que el Che Guevara, comandaba una escuadra de siete combatientes, entre los que estaban Marno y el Gato Douglas, que habían compartido ya muchas operaciones militares con él, Marvin, Carlitos, y Tobías. El día anterior habíamos tenido una larga conversación en la cocina del Caraito, en la que me contó algunas cosas sobre su vida en su país y algunas opiniones sobre esta experiencia con la guerrilla salvadoreña.Me contó que le iba al Independiente, donde jugaban varios de la selección campeona del mundo en México, con Maradona.

Como a las 11 de la mañana fueron emboscados por una unidad de la 4ª Brigada de Chalatenango, que asediaba la zona constantemente. A la vuelta los compañeros informaron que el teniente Rodolfo había muerto en la emboscada, alcanzado por una bala que le dio en medio de la frente.

Cerca del mediodía del 16 de septiembre de 1987, encabezando una unidad de las FAL en La Montañona, Chalatenango, cerca del caserío de Los Orellana, El Salvador.

A las pocas horas ya estabamos movilizándonos para otro campamento porque el enemigo se nos venía encima.

En los años ‘90, estando en Nicaragua, fue que supe su verdadero nombre: Marcelo Feito.

(Carlos Castaneda, Mauricio, fue elegido diputado por el departamento de Sonsonate en las elecciones de marzo del 2000. Reelegido en el 2003 y en el 2006, siguió integrando la bancada del FMLN en la Asamblea Legislativa de El Salvador. En 2009 el FMLN ganó las elecciones generales, y desde entonces Carlos es funcionario del Ministerio de Defensa)

No me arrepiento de la Revolución, más allá del desengaño

13/07/13 1959. Tenía dieciséis años cuando salí de mi pueblo natal, Masatepe, para matricularme en la Escuela de Derecho en León. Mi padre nunca dudó que yo sería abogado. Yo sí tenía esa duda. O una certeza, quería ser escritor. Pero de todas maneras fui el primero en obtener un título universitario entre mis 56 primos hermanos.

Acababa de triunfar la revolución cubana y había manifestaciones diarias de estudiantes. Yo también estuve pronto en las calles, otro mundo distinto de aquel de donde yo venía, porque mi familia era leal al partido liberal de los Somoza. Me veo subido a una balaustrada arengando a los estudiantes en imitación del discurso radical de mis compañeros. Levantábamos a la gente y se sumaban cientos de personas. Hasta que llegó aquel 23 de julio.

El cuartel de la Guardia Nacional estaba a dos cuadras de la Universidad, en una de las esquinas de la plaza central. Un pelotón de soldados nos cerraba el paso y pocos segundos después escuché el estallido de una bomba lacrimógena. Vi correr por el pavimento las latas rojas humeantes que estallaban y quedé cegado por el gas. Oí los primeros disparos de los fusiles Garand, luego el tableteo de una ametralladora y comencé a correr. A escasos metros me topé con la puerta de servicio de un restaurante. Empujé la puerta y cedió. Subí a un dormitorio de la segunda planta que daba a la calle, donde había dos niñas en una cama, acompañadas de una empleada.

“Estamos solas aquí”, me dijo la mujer con voz temblorosa.

Me asomé por el balcón y los soldados estaban colocados en tres posiciones: de pie, de rodillas y acostados, todos con los fusiles humeantes. Uno con una ametralladora de trípode se hallaba echado en la esquina, en la banda izquierda. En la banda derecha yacía un montón de cuerpos. Alguien gritaba: “¡Una ambulancia!, ¡una ambulancia!”.

La mujer me dijo que no había un teléfono. El aire se había vaciado de ruidos y todo me parecía en cámara lenta. Vi llegar a un cura que daba los sacramentos a los heridos, un cura norteamericano que de casualidad se hallaba en León, y luego supe se apellidaba Kaplan.

En ese momento estalló la banda de sonido en la película muda y escuché la sirena de las ambulancias y desde el balcón vi que la guardia no las dejaba pasar. Fernando Gordillo, con quien dirigí la revista Ventana donde él publicaba poemas y yo cuentos, envuelto en una bandera marchaba resuelto ofreciendo el pecho al pelotón de soldados.

Parecía, me parece un sueño. Bajé corriendo, le grité que se detuviera.

No me hizo caso, no me oía. El pelotón abrió sus filas en ese momento para darle paso a las ambulancias, y luego retrocedió hacia el cuartel. Olía pólvora. Erick Ramírez, mi compañero de banca, estaba tendido en el suelo. Tenía un orificio en la espalda. Me arrodillé a su lado para decirle que lo llevaríamos al hospital y cuando lo volteé vi que tenía el pecho desflorado por el balazo.

Subimos a los heridos y a los muertos en taxis y en vehículos particulares para trasladarlos al hospital. Era la primera vez que entraba a una morgue. Ahí descubrí sobre una de las losas a otro compañero de banca, Mauricio Martínez.

Erick y él tendidos sobre las losas esperando para ser lavados con una manguera. La cuenta total fue de setenta heridos y cuatro muertos. Ese fue el día que mi vida cambió para siempre.

1968.

La década de los sesenta, la que no se repetirá, y sin la que nada de lo que está por venir en mi vida sería posible, ni lo que me tocó vivir ni lo que me ha tocado escribir. Aprendí que la más lúcida de las compatibilidades es que podía ser un escritor y un revolucionario, alguien que piensa y que hace, y que encuentra que su sensibilidad para escribir es la misma que le sirve para pensar que otro mundo es posible en la realidad y en la narración, tierra y cielo, el yin y el yang. Entré en el Club de la Serpiente, fui cronopio de primera fila y no apretaba el tubo de pasta dentífrica desde abajo. Cortázar y Frantz Fanon, el Che y Janis Joplin, Martin Luther King y los Beatles, Ben Bella y los Rolling Stones, Lumumba y Bob Dylan, Woodstock el gran campo de batalla lo mismo que lo era la cordillera de los Andes, Argelia y el Congo, las calles de París en mayo y la plaza de Tlatelolco en octubre de 1968.

Ser joven por primera vez en la vida es una carga seria, la barricada cierra la calle pero abre el camino. Es necesario explorar sistemáticamente el azar, dicen también los grafitis, una frase que parece escrita por Cortázar. Sin los sesentas no habrá setentas, querido Perogrullo, sin esa explosión de locura y esperanzas no habrá revolución en Nicaragua, todos esos ríos azarosos y revueltos que van a dar a la mar, que es el vivir. Los guerrilleros en sus escondites leían Rayuela y leían La ciudad y los perros, el boom también era una rebelión armada; un primo mío comandante guerrillero se puso por seudónimo Aureliano, por Aureliano Buendía, y otro vino a llamarse directamente Macondo. A nadie hubiera extrañado ver a un Ixca Cienfuegos con el fusil en la mano en busca de la región más transparente del aire.

1979.

En el mismo Paraninfo de la Universidad de donde salimos en manifestación la tarde de la masacre veinte años atrás, en otro mes de julio, soy juramentado como miembro de la Junta Revolucionaria de Gobierno de cinco miembros. León liberado, capital provisional, una trinchera en cada bocacalle, bulle este 19 de julio de guerrilleros adolescentes que se pasan el santo y seña.

Somoza ha huido a Miami con su familia y sus secuaces y la Guardia Nacional se ha desbandado. En las pantallas de televisión Sandino se quita y se pone el sombrero en una vieja toma de archivo de Movietone de pocos segundos. Y al día siguiente estamos ya en Managua, un viaje bajo un cielo ardiente sin nubes a bordo de unos Mercedes negros quitados a jerarcas del régimen.

Y otra vez, la sordera. No hay sonidos en el aire cuando subidos a un camión de bomberos rojo encendido, avanzamos por las calles desiertas hacia la plaza donde está todo el mundo y de pronto estalla el bullicio y las campanas de la Catedral repican. La historia seguirá siendo escrita por los sobrevivientes porque quienes tejieron la urdimbre de este día quedaron en el camino, empezando por Erick y Mauricio, mis dos compañeros de banca, y Jorge Navarro, mi otro compañero de banca que dejó el aula para irse a la guerrilla y murió en las selvas de Bocay con los pies engusanados. Son miles atrás en el camino.

Esta es una revolución de los muertos que pesará sobre las espaldas de los vivos ahora que pretendemos un mundo que no se parezca a ningún otro del pasado. Improvisación y locura. Hay que alfabetizar en pocos meses, acabar con la poliomielitis, repartir la tierra hoy, no mañana. El futuro es concreto y lo imposible no existe: tomemos en serio la revolución pero no nos tomemos en serio a nosotros mismos, decían las paredes de la Sorbona, y esa fue una regla de oro que seguimos con alegría desde el nuevo poder hasta que llegamos a olvidarla. Cada vez que un ideal se convierte en decreto, algo de ese ideal se pierde, y cuando ese decreto se aplica, se pierde aún más, advertía Pasternak. Nadie estaba para oír advertencias pero l a burocracia es un animal sordo y ciego que se alimenta de papeles, leyes, decretos, reglamentos, circulares.

2013.

En una reunión de conspiradores en San José de Costa Rica se planeaba el ataque al cuartel de San Carlos en el río San Juan en 1977, y entre quienes iban a participar en la acción se hallaba el Chato Medrano, fugado del hospital donde convalecía después que le habían cortado medio intestino grueso, y mientras señalaba con una mano un mapa con la otra se sostenía la bolsa por la que defecaba y así se fue al combate donde lo mataron. Santidad, si es que no tiene otro nombre.

De él me acordé cuando perdimos las elecciones en 1990, aturdido entre la bruma de la derrota inesperada, porque cómo iba el pueblo a votar en contra de una revolución popular; y cuando la revolución se fue por el caño de otra derrota peor que fue la derrota ética, me acordé de Panchito Gutiérrez muerto mientras disparaba una ametralladora .50 contra el cuartel de Rivas en 1978 y dejó huérfanos a sus tres hijos; más muertos que recordar sólo que ahora no había remedio.

Cayó el muro de Berlín, la ciudad dividida donde yo viví en los setenta, y se acabó el fementido socialismo real. Esos noventa cuando mueren los sesenta, los sueños colectivos hechos trizas y el pensar en los demás se convierte en el pensar solamente en uno mismo que es la gran derrota de la aventura humanista, el futuro tan luminoso de los himnos de victoria que pervirtió el egoísmo.

He visto a los más valientes de mi generación destruidos por la codicia, guerrilleros heroicos convertidos en millonarios, protagonistas de la más grande de las tragedias éticas de esa historia. Envilecidos por el poder y por la idea de poder para siempre. Pero también he visto a otros que también estuvieron a la cabeza de la revolución y jamás tocaron un centavo ajeno y viven en digna pobreza: esos son los imprescindibles.

Si miro atrás me veo como fui entonces, y me digo que volvería a hacer lo mismo que entonces hice. Nunca podré arrepentirme de haber creído porque sería arrepentirme de haber vivido, ni tampoco cedo a la tentación de corregirme a mí mismo. Pero, ay, no puedo regresar a cobijarme bajo la sombra del lozano árbol dorado de la juventud, y las teorías, tan grises que fueron siempre y ya ni hablemos de las tétricas ideologías mamotréticas, ideologías redentoras que cuando terminan en maquinarias de poder transforman en bagazo los ideales.

Siempre rechazaré el poder malévolo que se disfraza de benefactor para oprimir, esa rueda que da siempre las mismas vueltas y muele las mismas palabras engañosas y numerosas porque la mentira es siempre exuberante. La verdad que no cambia en mi vida sigue siendo un compañero de aula tendido en una losa de la morgue esperando ser lavado por una manguera.

Entré en una revolución, no en la política, qué importante se vuelve a estas alturas la semántica, y lo hice abandonando mi oficio de escritor que luego recuperé cuando ya no hubo más revolución, mi territorio para siempre donde vivo a gusto y el más libre que uno pueda imaginar. Piensas, luego existes; existes, luego imaginas. Pero el viaje por el otro territorio de la revolución me trajo una experiencia de vida inolvidable, y recogí tantas cosas que aún no acabo de vaciar mi equipaje. Me haría falta otra vida para escribirlas y describirlas todas.

En 1981 fui de las FAL en Chalatenango (II) Entrevista con Mauricio El Sólido

SAN SALVADOR, 19 de mayo de 2013 (SIEP) “El campamento de las Fuerzas Armadas de Liberación, FAL, en Chalatenango estaba al lado de un talud, era una serie de casas. Y quedaba en alto, lo que permitía a la posta observar los movimiento tanto de Las Vueltas como de Las Minas…” comparte Mauricio El Sólido, militante revolucionario salvadoreño.

“Esto nos permitía observar cuando salían los guardias de la Comandancia en Las Vueltas, así como la calle hacia Los Ayalas y Los Alas. Y contiguo al campamento quedaba el Caserío El Caraguito, donde pasaba un río en el que nos bañábamos. Ahí vivía El Prautico o sea Rutilio, el jefe de nuestros Milicianos.
Cerca estaba la Iglesia Católica del Jícaro, que era una iglesia sin cura de planta, que estaba en medio de un territorio en disputa. Y muy cerca , a unos cinco minutos de distancia, estaba el campamento de las FPL, pero no tenía la visibilidad del nuestro.

Este campamento de las FAL se creo en 1980-81 para la “Ofensiva General” como un movimiento de repliegue. Su primer responsable fue Byron, guatemalteco, que luego cayó en esta primera Ofensiva en Chalatenango en enero de 1981. Luego llegó Moisés como Jefe, que había sido dirigente sindical en San Salvador y se había entrenado militarmente en Cuba, como la mayoría de mandos superiores de las FAL. Hablaba como militar, caminaba como militar, actuaba como militar.
Moisés había sido capturado por la Policía de Hacienda, y logró saltarse por la ventana de un tercer piso del edificio donde lo tenían incomunicado, y cayó en un arenal, se fracturó la pierna pero cojeando logró huir y se vino a refugiar a Chalatenango.

El campamento inicia también con Omar, el hermano del Prautico, con unas pocas carabinas, y dos M-16. Algunos dicen que se establecieron desde 1979. Y las FPL ya estaban ahí. Toma en cuenta que mucha de esta gente había ya sido trabajada políticamente por los compañeros de ATACES desde mucho antes. Pero luego llegaron catequistas de FECCAS y se jalaron a algunas gentes.

Pero el Prautico se mantuvo fiel al Partido Comunista y este le envió gente y armas. Y se armó una estructura interna de campamento. Moisés quedo de jefe de campamento. Héctor de segundo, aunque cayó poco después. De Logística, Toño, el hermano de Gerardo. Como Operativo el Chino Ramón, o sea el encargado de organizar exploraciones, definir misiones para cada unidad, colocar hombres en el terreno, y necesitas para este cargo tener un alto sentido de improvisación.

Teníamos una posta fija, de día y de noche, además de contar con un “impresionante” refugio anti-aéreo, que consistía en dos líneas de tablas de barillo, una consumada obra de ingeniería con su claraboya cubierta, que estaba ubicado enfrente de Las Vueltas.

Contábamos con un certero puesto de observación, desde el cual era cuidadosamente chequeado el movimiento de los Guardias Nacionales, que iniciaban sus actividades a las 5 de la mañana, ya que había entre 15 a 20 agentes. Los teníamos cuadriculados.

Y esta posta especial nos permitía conocer y reconocer a los “orejas”, y las rutinas: cuando habían combates recios salían a patrullar; y que solo entraban a nuestros campamentos si había invasión; así como que tenían un ancianito para a la vez observar nuestros movimientos. Los vigilábamos y nos vigilaban, sin atacarnos, así era esta guerra de curiosa.

Al ancianito que nos enviaron de espía logramos reclutarlo, y le pusimos de pseudónimo por su edad y sin animo de ofender, La Reliquia. Lo pusimos a trabajar en la cocina, y feliz con nosotros porque nos explicaba que aquí si le daban de comer…y lamentablemente murió con nosotros, cayó en un bombardeo…

Como Jefe de Disciplina del campamento en Chalate

Cuando me envían para Chalatenango, Luís Hernández me dice: “vos vas para algo especial.”Y entonces al llegar a Chalate y presentarme con Moisés, me pregunta: y ¿para que venís? Le respondo: me dijeron que vengo para algo especial. Y me dice: ¿Y que es? Y no logro responderle y terminó la guerra y no logre averiguarlo. Son los misterios de la lucha guerrillera.

Entonces Moisés –lo sentí sarcástico- decide nombrarme como Jefe de Disciplina. Y le pregunto sorprendido ya que es un cargo que no existe en la jerarquía militar: ¿y cual va ser mi función? Y me responde categórico: tu función va ser la de sancionar.

Para esos días llegó Jonathan y asumió el cargo de Jefe Segundo, sustituyendo a Héctor. Me advirtió: te van a odiar. Jonathan, que se llamaba Francisco, era todo un personaje: anteojos tipo Ray-Ban, flaquito, con una mentalidad de calidad humana profunda, y tomador de decisiones, alta preparación militar, eficiente, con muy buen trato con la gente, con visión estratégica y táctica, complementaba a Moisés, y cuando este sale herido del frente, Jonathan toma el mando. Fue el tercer jefe del campamento: Byron, Moisés y Jonathan.

Y efectivamente todo jefe de escuadra y de pelotón cuando tenía algún problema con algún combatiente, me lo enviaba. Pensé que iba convertirme en el hombre más odiado, pero no fue así. El primer caso que atendí fue el de gente dormida en la posta, se trataba de una muchachita, de nombre Silvia, indisciplinada. La sanción fue que hiciera pechadas.

Otras sanciones que eran comunes eran la de enviarlos a ayudar a moler el maíz en la cocina, como sanción leve. Por suerte no tuvimos casos de sanciones drásticas. Para esta época también llega al campamento Pedro, que había sido estudiante en Leningrado.

Contábamos con tres escuadras de 7 combatientes cada una. Luego tuvimos cuatro escuadras. El Chino Ramón era el jefe de la primera escuadra. Rolando, de la segunda. Roberto el hermano de Laura, de la tercera. Me meten a la de Rolando, y al salir este asumo la jefatura. Esta integrada por Laura, Gonzalo, Fredi, y Robertón, que después fue jefe de escuadra.

Y nuestra fuerza miliciana que oscilaba entre 25 y 30 hombres. Los milicianos eran muy activos, nos garantizaban la comida. Y cuando la Guardia nacional venía y se llevaba nuestro ganado, ellos iban al pueblo a recuperarlo. La táctica empleada nos contaban riéndose era apoderarse del toro y traérselo y luego las vacas se venían solas de regreso, a buscarlo…
Así pasó el año 81. Había poca relación con las FPL, aunque estábamos cerca. No estaba muy definido donde estaba el territorio de ellos y el nuestro. Ellos tenían bastante población. Nos coordinábamos cuando había invasión enemiga. Ante el primer choque ya se sabía por donde venía el operativo. Cuando entraba por el lado de ellos la invasión se profundizaba.
Y en esto no dejábamos de repetir que la posta es la seguridad del campamento, es la clave de la sobrevivencia. Por eso hay siempre posta de medio día y posta de una hora por la noche. Y como Jefe de Disciplina era el responsable de las postas. En el campamento teníamos tres postas. Y estábamos arriba de un cerro de donde controlábamos nuestro territorio. Desde una posta veíamos el río que va por toda la calle hasta la orilla de Chalate…
Una vez la posta nos informó que la GN estaba penetrando, y pasó un grupo de refuerzo. Me acuerdo que estábamos comiendo, habíamos matado a una vaca, era un festín…y lo interrumpimos para organizar una emboscada, para golpearlos cuando estuvieran en movimiento, cada quien se ubicó en su puesto. Había un puente de hamaca que atravesaba el río y como un farallón. Y la GN pasó la calle arriba del farallón…Venían con defensas civiles, incluyendo a mujeres en caballo, y la “famosa” mujer que combatía, eran paramilitares que les daban seguridad a la GN. Pero cayeron en la emboscada, aunque unos trataron de resistir.

Eran 15 Guardias y solo uno quedo herido…la mujer cayó combatiendo con su fusil, guerreadora, se enfrentó con uñas y dientes…Me acuerdo que como estábamos comiendo, salí del campamento todavía con una tortilla en la mano que deje colgada en un cerco para después al regreso buscarla, pero ya no la encontré, Moisés me contó que se la había hallado y se la había comido.
Durante el combate, Santiagón, moreno, alto, indión nonualco, muy listo en el combate, agarró el cuerpo de un Guardia y se lo puso de parapeto y así avanzó hasta lanzarles unas granadas y así cayeron. Y logramos capturar a un teniente, era nuestro trofeo de guerra, nuestro primer prisionero de guerra capturado en combate, un gran orgullo, tanto que lo anduvimos paseando y en varias ocasiones trató de escapársenos.
Otra vez logramos en un combate recuperar varios fusiles, y esto nos permitió que toda nuestra gente anduviera armada con sendos G-3 y M-16, y hasta con uniformes de Guardias, nuevitos. Estábamos felices. Lo que nos sorprendió fue que días después llegaron unos mensajeros del jefe del campamento El Jícaro de las FPL, o sea de Felipòn, exhortándonos para que les entregáramos las armas decomisadas. Les preguntamos: ¿Cuáles armas? Las que recogieron después del combate. Y ¿Por qué? Porque las recogieron en territorio nuestro, nos explicaron. Nos pusimos a reír: díganle a Felipón que si las quiere…que él venga a traerlas, que aquí lo esperamos.
La guinda de septiembre
En septiembre de ese año tuvimos una invasión militar. Y la gente tuvo que abandonar sus caseríos y salir en guinda con nosotros. Nos fuimos hacia El Pepeto, caminando cinco días, llegamos a La Montañona, me acuerdo de un rotulo que decía: prohibido cazar a los monos. Pero nunca vimos a ningún mono. Luego nos movimos a Los Naranjos, cruzamos la calle y salimos a Las Vueltas, hacia el lado de La Laguna.
Estábamos sitiados y había que romper el cerco. Y había mucha gente, calculo unas mil personas, con sus respectivos sacos de maíz, frijoles, colchas, un tunquito o perro, el gato, el perico, la tortuga, el espejo, con los canastos llenos de sus pertenencias… Cada quien cargando su cacaxtle. Y todo esto pesaba, lo que hacía la marcha lenta como dice la canción. Les exhortábamos a votar lo que pudieran para aligerar el paso, pero eran sus pertenencias y las cuidaban. Pero cuando ya no podían las abandonaban e iban quedando en el camino. Yo iba en la retaguardia y contemplaba lo dejado.
Había gente que se quedaba en el camino vencida por el cansancio y el hambre. Decían: hasta aquí llegamos, ya no podemos más. Y teníamos que convencerlas: sigan, sigan, hágalo por sus hijos, se los van a matar…Otras se imaginaban obstáculos: ahí hay un hoyo y no se puede pasar. Y había que comprobarles que ahí no había tal barranco y que podían pasar.
Era una marcha masiva nocturna, en plena oscuridad, y cuando salía el sol corríamos a encharralarnos para que el enemigo no nos ubicara. Y los aviones y los helicópteros rondándonos, tratando de ubicarnos para disparar. Se escuchaba a veces: aquí no hay nada, pasen y al momento plosh, la persona caía dentro del hoyo, si hay hoyo, sáquenme por favor…
Al sexto día se decide que vamos hacia El Conacaste. Y el hambre nos obligaba a buscar para comer cogollos de papillos y hojas de tomate crudas así como a cocinar el tallo del papayo, cocerlo y comerlo como yuca, y sopa de hojas de tomate con ucula, una flor blanca como campanilla, que era una delicia de la cocina guerrillera, al agregarle el sabrosador Maggi.
Fíjate que cuando te quitabas las botas para descansar todo era normal, lo trágico y doloroso era cuando te quitabas los calcetines porque la piel se te despegaba…y había que poner los pies al sol para que se orearan…y untarlos con sebo de vaca para que las moscas no te molestaran.
En una de esas identificamos la presencia cercana de las tropas enemigas. Era ya de tarde y el cielo estaba claro. Si nos descubrían nos aniquilaban porque éramos mucha gente y ellos contaban con una poderosa capacidad de fuego. Cuando estábamos esperando ya el golpe final, empiezan a soplar fuertes vientos y se viene una gran tormenta con truenos y rayos. Y la oscuridad se apodera de todo… ¡Y el enemigo abandona el terreno!
El Mando nos informa: que el enemigo ya no avanza, que ya podemos salir y también que ya la gente se fue. La gente en medio de la tormenta se fue caminando por el río y regresó a sus casas… ya no encontramos ni sus huellas. Decidimos avanzar acompañados de los últimos relámpagos. Y del arcoiris que surgía imponente en los cerros aledaños. En el camino de regreso nos encontramos con un palo de jocote cargado, la tormenta los había botado en el suelo, de donde los recogimos directo para nuestras bocas, hasta atragantarnos.
Al ir camino al campamento, me pidieron que le prestara mis botas a un combatiente para ir a cumplir una misión de exploración. Se las di. Pero pasaron las horas y las botas no regresaban. Y entonces mande al Checo, que era un cipote aventado, para que fuera a decirles que me enviaran mis botas. Y las botas me regresaron. El Checo después cayó como parte de las Fuerzas Especiales. Al llegar al campamento la comida ya estaba hecha solo para servir, porque aunque las cocineras llegaran de último, la unidad que ingresaba primero aseguraba la comida de los demás. Esas fueron las primeras guindas.
La caída de Héctor
Otra vez detectamos desde el Cerro de las Cebadillas, que permite ver hacia Las Vueltas, que venía un camión lleno de soldados dispuestos a invadir. Me mandan con Héctor a darles la bienvenida. Llevábamos el RPG-2 y yo iba a disparar. Pasábamos por un cerco de piedra y luego bajábamos para ubicarnos en posición de tiro. Tire pero falle y los soldados lograron esconderse.
Decidimos regresar y al ir subiendo para llegar al cerco de piedra, cuando solo faltaban unos quince metros, escuche atrás de nosotros un boooom, el proyectil picó atrás de Héctor y sus esquirlas me lograron herir. Estaban tirando con obuses desde 11 kilómetros de distancia. Pasamos el cerco de piedra. Y Héctor entonces se detiene y me dice: les voy ir a tirar y se regresa. Le digo: no, vamos, venite. Regresemos. No me escucha.
En eso cae otro papayazo y golpea el cerco de piedra y las esquirlas le caen en su cuerpo y veo que siembra el fusil en el lodo…estaba muerto. Fui y me le acerque y lo coloque para traerlo al campamento, en ese momento llegaron otros compas y les explico: acaba de caer. Me dicen: oímos el vergazo. Lo sacamos ya muerto, a velarlo y lo enterramos en el cementerio de El Jícaro. Hay que ir a ver, a visitar, porque le hicimos una cruz. Fue un fuerte golpe, fue muy llorado por las muchachas de las FAL porque las enamoraba. Era novio. Y también muy sentido por todos los combatientes. Me acuerdo que le hicimos posta en el cementerio.
En La Escopeta, el campamento de Leocadio
Después de Navidad de ese año 81 recibimos la orden de irnos para Guazapa. El Mando nos llamaba para concentrar fuerzas, se clausura el campamento provisionalmente mientras cumplimos esta tarea, luego sería reabierto. Yo me quedo en un nuevo campamento localizado al atravesar el lago Suchitlán. Era el campamento de Leocadio, que tenía como centro su propia casa y quedaba a tres kilómetros del lago. Me quedo para ayudarlo. Había aterrizado en La Escopeta. Ya estaba ahí Mafalda (Ángel o Benito Lara), pero días después lo trasladan.
Leocadio era un campesino de la localidad, muy hábil, responsable, inspiraba confianza, y rápidamente simpatizamos, hicimos amistad. Tenía dos hermanos, Miltón y El Cabo. Y dos primos, Ciriaco y otro que se me olvida el nombre. Leocadio se levantaba temprano para ir a sembrar y chapodar su milpa y luego se iba a combatir. Era jefe militar, campesino y combatiente. Se había adiestrado militarmente en Cuba. Era un militar nato. Me dijo una vez: yo doy órdenes, vos hablás.
Leocadio tenía don de mando: tómense ese cerro, suban allá, bajen aquí…observen esa posición…el iba personalmente a buscar al enemigo, a buscar combate, era tan loco, atrevido…audaz. Decía: que vaya fulano y zutano a esta misión, y preparaba emboscadas para el enemigo y los buscaba y los golpeaba y luego regresaba victorioso. Y había que ir a buscar combate porque el sitio estaba un tanto aislado. Todos los días se salía explorar, y explicaba que de esa manera se controla el territorio, por medio del movimiento de nuestra tropa. A veces me decía: yo me voy a quedar, vos llévate la tropa. Llevalos despegados, a cinco metros de distancia.
Cerca de ahí había también un campamento de las FPL. Y más allá, en Copapayo, un campamento de las RN, ya cercano a Suchitoto. Me acuerdo que una vez venía invadiendo el enemigo y les montemos una emboscada, con poca gente, pero nos resultó exitosa. Salieron huyendo y logramos requisar una ametralladora y quince fusiles. Schafik que estaba en Guazapa supo de esta acción y mandó a llamar a Leocadio para conocerlo. Llegó Leocadio y platicaron.¿Cómo esta la situación? ¿Hay movimiento de tropas enemigas? Le responde Leocadio: normal. Todos los días hay movilización, todos los días. Schafik sugirió después al Mando: ¡manden gente donde Leocadio a prepararse!
Leocadio tenía varias lanchas para atravesar el lago y esto lo convertía en el jefe indiscutido –bromeábamos- de la Marina de Guerra de las FAL. Y había momentos en que se usaban mucho estas lanchas.
En La Escopeta habían cuatro escuadras donde estaban los combatientes Juancho, un excelente tirador con su carabina; Chicas, que era un cipote colaborador, Gerber, Jefe de Escuadra, de nombre José y hermano de Avalos, Omar, Milton, El Obispo, El Sacristán, Giovanni, que era muy amigo de Gerber y que hoy vive en Suchitoto y trabaja de guía de turistas. Y también había organización de Partido, una célula, y lo mismo hubo allá en Chalatenango.
Nos pasábamos pendientes de movimientos del enemigo para salir a su encuentro y enfrentarlos. Era importante identificar su procedencia, si eran de Cinquera o de Jutiapa, o era una invasión desde el otro lado del Cerro, e iban a entrar por Palo Grande y se iban a mover hacia Cabañas. O iban a entrar por El Franco sin tocar Palo Grande. O por el cerro de Azacualpa, donde estaba otro campamento de las FPL. Dime por donde vienen y te diré por donde pasan.
En Palo Grande, en el campamento de Joel
Pase todo el 82 junto con Leocadio. A finales de año me mandan a llamar. Y me ubican en el campamento de Joel Sánchez en Palo Grande. Ahí estaba también Chepón como segundo al mando, y al salir este, quedó Jonathan. Mi función era de político de la unidad militar. Claro, si el militar caía el político asumía y la tropa tenía que estar preparada para aceptarlo como jefe. Y estar al mando de un político, que era el que daba la línea del Partido.
Por esos días de principios de 1983 las FAL en Guazapa tenía dos expresiones territoriales: el campamento de Palo Grande al mando de Joel y el campamento de La Fuente al mando de Chepón, con Adolfo (La Garroba) como su segundo al mando. Se trataba de Medardo París, hermano de Job. Aunque Joel en ese entonces era el jefe en el Cerro de toda la FAL, de lo militar, de lo logístico, del hospital, de todo. Me voy donde Joel y Jonathan es ahí el jefe de operaciones. Estaba también Mario, El Tigre, aguerrido jefe militar.
Como político era mi responsabilidad garantizar todas las mañanas la charla ideológica. Y no de conceptos abstractos sino hablar de asuntos terrenales tales como que a fulano de tal le sacaron tal cosa de la mochila, por favor entréguenlo, eso no debemos de hacerlo, no podemos dejarnos condicionar por el sistema, somos compañeros en una lucha por una nueva sociedad donde no caben estas actitudes y por ahí me iba…O que hay que respetar las relaciones de pareja establecidas. Hasta teníamos local del Partido, una sede con murales y posters. Ahí pasaba el Chele Douglas de responsable.
Fíjate que desde Chalate veníamos con problemas de indisciplina. Habían dos muchachas muy bonitas, que habían desertado de la RN y se habían cobijado en las FAL, eran de San Salvador. Y eran muy indisciplinadas, tanto que una vez me sacaron algo de mi mochila y lo negaron. Y les puse una sanción y no la hicieron. Las amenace con denunciarlas públicamente y la cumplieron. Eran muy hábiles para garantizar su comodidad en medio de la dureza de la vida guerrillera. Evitaban la fatiga. En el Campamento de Palo Grande lograron que las ubicaran en la sede del partido y ahí pasaban tomando cafecito con quesadilla junto con Douglas. Mira las chulas decían los combatientes.
Ese año 83 fue creciendo la unidad militar, llegaba gente desde San Salvador a integrarse y también incorporábamos a jóvenes lugareños. Fíjate que era frecuente la llegada al campamento de combatientes de las FPL o de la RN, que venían huyendo de sus respectivos mandos y pedían: denme protección. Y al rato llegaban a traerlos y se entablaba una fuerte discusión.
Cuando esto sucedía en los territorios liberados de Leocadio, me acuerdo que les decía a los que llegaban a reclamar para tranquilizarlos: no se preocupen, al rato les llega uno de los nuestros y quedamos a mano. Lo que nunca sucedía.
Hablando de Leocadio una vez le ordenaron del Mando que se moviera a ocupar una nueva posición en El Paso. Pero Leocadio no obedecía, se hacía el suizo. El peleaba y peleaba bien y casi todos los días pero en su terreno y desde su casa. Tenía una gran capacidad para combatir tanto que fue de los primeros que requisaron. Pero era localista. Me recordaba a Chepayev, un personaje que se les salió del huacal a los ruso en su guerra civil. Al final se terminó optando por convencerlo que cediera una escuadra y el encargado de esta tarea era Marco Tulio, que se lo habían enviado como político. Estaba difícil y no pudo lograrlo. Leocadio era toda una personalidad.
Contaban que una vez Leocadio subió al Cerro, y el Mando de las FAL le preguntó que como se hacía para requisar y él tranquilamente les respondió: con huevos ¡hay que hincharlos! En ese momento Guazapa estaba en pañales, era fuerza nueva, no tenían experiencia.
En El Campamento El Paso
Me mandan para convencer a Leocadio que cediera una escuadra. Y me toma como dos meses convencerlo. Por cierto antes que yo llegara como enviado diplomático Marco Tulio cae. Una vez ya por costumbre, le digo: hemos sido amigos, dame la escuadra, no te compliques la vida. Se me queda viendo a los ojos y me dice: está bien. Y me pregunta: ¿Y a quienes te llevas? Ingenuamente le digo: dame vos unos que respondan. Y el muy hábil selecciona cuidadosamente a la gente que antes le habían enviado de Guazapa, y que venían de las FPL y de la RN, me entrega seis, entre estos al Sargento Carlos y me dice que pida otros seis al Cerro. Te llevas estos y estos otros, me dice. El se deshizo de ellos. Y yo logre una escuadra de doce.
Y con estos doce nos retiramos hacia una nueva posición, cerca de Cinquera y Tenancingo. Era un lugar cerca de un río. Estábamos además cerca de un campamento de las F y teníamos buenas relaciones con su jefe de nombre Jesús. A veces bajábamos al río para recoger jutes y prepararnos una deliciosa sopa. Enfrente de nuestro campamento estaba también una casa paradisiaca con muchos árboles frutales que nos dejaban cortar: mangos, papayas, nances, nísperos, jocotes, etc.
El campamento El Paso era para que pasaran combatientes sea hacia Cerros de San Pedro o hacia Chalatenango. Era un punto de paso de tropa, alimentos y logística. Ahí pasaba la gente, descansaba, dormía, comía. Como un hotel de cinco estrellas en plena guerra, con servicio de restaurante aunque no de alojamiento. Nuestra misión era garantizar el paso.
Cada cierto tiempo teníamos que ir a abastecernos con dos mulas y traerlas cargadas de maíz y otros víveres. Y teníamos a las compañeras cocineras, que eran las que echaban las tortillas y preparaban las comidas. Eran tres: Aminta, Marlene, que era la mujer de Raimundo y la mamá de Lito. La molida del maíz la realizábamos nosotros. Las cocineras no combatían aunque algunas podían hacerlo y cuando había necesidad tenían que asumir.
Una vez estoy en mi campamento esperando que la Guardia Nacional venga a atacar ya que Cinquera quedaba al otro lado, y llega Lucano, el paramédico y me dice: yo no se que tiene Usted en la cabeza, como lo utilizan…le han dejado doce heridos, y cuatro de ellos de hamaca. Y yo no sabía. Me los habían dejado sin avisarme. Voy a verlos. Les explico a los de hamaca que en subida los vamos a cargar pero que en plan deben de caminar.
Horas antes había estado Joel Sánchez luego de fracasar en la toma de Cinquera. El me había dejado estos heridos…luego que le dije que me enviaban donde el enemigo no iba a llegar, donde no cae nada ni la siguanaba…sin decirme me los dejó. Le digo a Abraham el radista: llama a Joel. Sánchez y decile que la mercancía que me dejaron no la puedo asegurar. Me responde: ¿de que mercancía habla? Le digo: aquí no hay lugar seguro. Me dice: ahí téngala. Le digo: si, yo los voy a llevar de la mano y les tiro el radio. Me llama. Quiero hablar con él. No le respondo.
Al día siguiente íbamos en guinda con Lucano y los heridos. Y logramos llegar a orillas del Lago, y conseguimos las embarcaciones y los pasamos al otro lado, a Chalate. En el camino tuvimos un encuentro con el Diablo, pero con El Diablito( Carlos Ruiz). Le preguntamos: ¿Nos pueden ayudar? –Vamos a ver, lo más duro es subir en Chalate…nos dice. Que alivio, ellos se los llevaran, pensamos.
Y regresamos, y al llegar al campamento nos preguntan. ¿Y los heridos? Llama al Diablo. Resulta que solo los apartó del camino y había que irlos a traer. Me dan a Ulises y a Ochoa para irlos a traer. Y nos vamos, en el camino – que parecía ser muy transitado por diversas fuerzas- me encuentro al chapin Cesar Montes de la RN, era amigo de Jonathan. Al final encontramos a los heridos y resolvimos, pero me encolerice. Casi siempre me peleaba con los jefes por lo que fui creándome la fama de gruñón. Pero con la tropa era diferente, les levantaba la moral.
En una ocasión tuvimos la sorpresiva llegada de Chepón, acompañado por unos sesenta hombres a los que había que garantizarles servicio de comida. Y solo tenía en mis “bodegas” para doce raciones. Envié a mis ayudantes a rebuscarse: mejor no regresen si no traen nada. Marlene llega y me dice: solo tenemos 15 tomates. Le digo: ponelos a coser, y luego échalos en un tazón, y les agregás sal, cebolla, ajo, y harina para que queda como una masa para espesar. Y que chuponeen con tortilla…
Hablando estábamos cuando ella me dice: mire ahí esta el Comandante Chepón comiéndose los tomates. Voy y le reclamo: se tiene que asegurar el abastecimiento.-Mire yo soy jefe. Le respondí: usted es jefe de su unidad, pero en mi campamento mando yo. Se va enojado. Al día siguiente la tropa llega por la comida. Les decimos que no hay comida porque el Comandante Chepón se la comió anoche. Y se fueron y al rato escuchamos los fusiles disparando Le pregunto a Jacinto qué pasaba. Y me responde: cuando la mara se encachimba, los jefes no cuentan…
Como a las 10 de la mañana aparece Hilario, el Viejo Hilacha, que era el político de la unidad de Chepón, y me dice: vengo a hablar con vos. Le respondo: que vergón, te acordaste al fin. Me dice: vos te pasaste. Le respondo: Él (Chepón) tampoco trato de resolverlo. Me dice: vos no pensás en la guerra pensás en las batallas…Le respondo: sin los tomates la guerra no se gana. Al paso, ustedes van de paso. ¿Estamos perdiendo o ganando la guerra? Se retira el Viejo Hilacha enojado. En el fondo pasaba que Chepón estaba molesto porque siendo él comandante y yo teniente, me le había plantado.
La toma de Cinquera
Pero también de El Paso salíamos a cumplir misiones, como “darle riata” a Tenancingo o intentar tomarnos Cinquera. Tomarnos Cinquera nos costó mucha sangre, sudor, sacrificios. Hicimos dos intentos y tuvimos heridos, muertos. La moral de la Defensa Civil y de la Guardia Nacional ahí era elevada. Y estaba el Coronel Ochoa Pérez respaldándolos con sus soldados desde Sensuntepeque.
Hasta que finalmente logramos derrotar la estrategia enemiga: mortero contra mortero, les hicimos un tiro parabólico que hasta las esquirlas nos rebotaron, estábamos combatiendo muy cerca el uno del otro, a 150 metros de distancia. Metimos todo lo que teníamos: cañones, bazucas, fusiles, ametralladoras. Y logramos vencer pero con un costo elevadísimo.
Ahí perdimos a valiosos combatientes, a Gonzalo, Macarela, Santiagón, que habían venido de Chalatenango. Fogueados en decenas de batallas. Ahí cayó El Chamo, Fabricio, el papá creo de dos gemelas, de apellido Ochoa, ahí cayó, era internacionalista, comunista venezolano.
La batalla de Tenancingo había sido antes…y fue ahí que murió Gonzalo y no en Cinquera. Y no lo mató el enemigo sino un compa por accidente. Gonzalo se atravesó y él no alcanzó a distinguirlo y le disparó. Logramos tomar Tenancingo. Los paramilitares lograron salvarse, huyeron. Dejaron abandonadas sus economías, sus negocios. Y compramos entonces mucha comida, hasta para regalar, incluso les compramos a algunos orejas.
Después de Tenancingo y Cinquera me desmovilizan de El Paso, me sacan del campamento. Y me pasan a las afueras de Tenancingo, con la misión de garantizar la comida para nuestra gente. En esto Rolando aparece con dos tunquitos, y René Armando que requisa una vaca.
Y al estar disfrutando de comida que nos habían enviado me dicen: agarra tu fusil, tu mochila y las medicinas y te venís…me llevan de médico, junto con una muchachita, Carmencita, que iba de brigadista. Nos preguntábamos en el camino ¿adonde vamos? Formamos y nos despidieron. Nos dicen: van hacia una gran misión. Presumo que ha terminado mi etapa de El Paso. Esto fue después de la toma de Tenancingo. Íbamos para Cerros de San Pedro en San Vicente. O quizás incluso más allá, como que se estaba preparando algo grande y efectivamente así fue, estaba por nacer la BRAC.
Hacia Cerros de San Pedro en San Vicente
Por cierto en el camino íbamos todos con el estomago rugiendo debido a la gran comilona que nos habíamos pegado. Permiso para ir a hacer mis necesidades, ya no puedo… y salían de la columna y corrían hacia el monte bajándose los pantalones. Andá pues. Era generalizado.
Cuando íbamos caminando, nos sorprendió el grito orden de Federico: ¡que nadie se salga de la columna en la calle asfaltada¡ De una casa al lado de la calle comienzan a dispararnos y nos matan a un compañero. Nos hicimos al lado de un talud y en actitud defensiva. Estábamos en el Paso de los Conejos, un lugar entre San Rafael Cedros y Santo Domingo.
Nos indica Federico ( Schafik hijo) que el último pase primero la calle y que el primero pase de último. Me sonó un tanto bíblico pero obedecimos. Fuimos pasando la calle ante la segura mirada de francotiradores enemigos. Al pasar, veo tirado en el suelo al compañero caído y veo que no esta muerto, tiene solo un rozón en el pie. Lo reconozco. Lo levantamos y lo pasamos. Era Luís Gálvez Trejo, un esquimal. Y en memoria de este momento una vez le dijo a su hija señalándome: por vos es que esta tiene tata. Luís había llegado al frente como periodista y fotógrafo, pero sus peticiones de cámara y acceso a lugares donde se combatía no siempre se cumplían, lo que lo incomodaba.
Camilo (El Puma) era jefe ya para esa época, y ya usaba su eterno sombrero. Era un improvisador nato, nunca planificaba pero su ingenio militar, su creatividad ilimitada le permitía casi siempre sortear las dificultades del combate y salir invicto…
Una vez nos avisan que se acercaba el Batallón Atlacatl e íbamos a hacer contacto. Entonces Federico mueve una unidad y la coloca al frente para que choque con el enemigo, mientras que Pelsón, José (el Dominicano) y Reynaldo cuidaban la vaguada. La unidad adoptó la forma de una ele. Federico dispuso retirar a la gente.
Nosotros nos quedamos, junto con Wilfrido, hermano de Sigfrido Reyes, al que luego el enemigo le dispara y lo capturan. Por cierto tenía dos días de haber ingresado al frente. Antes del combate hay nerviosismo. Se oyen voces allá por la vaguada. Alguien grita: ¡hay vienen! Federico grita: ¡cálmense! Pero José dispara y comienza el combate…nunca había estado en un combate y entonces sentía miedo, no sabes que los otros se han ido, estas frente al enemigo, sentís miedo y disparás también, se te sube la adrenalina, sentís cólera, rabia, y se te pasa el miedo…
Les oímos que dicen los soldados: aquí esta uno. Pero ahí no hay nadie de los nuestros. Pero luego supimos que se referían a Wilfrido. Y escuchas el sonido fuerte y cadencioso de las ráfagas. Propongo: zafémonos. Y salimos en zigzag, corriendo por el campo pelado, que es plano, sin milpa, sin oportunidad de parapetarse, cuando veo a un grupo detrás de un cerco de alambres y paso ligero al otro lado por suerte sin quedar trabado. Y entonces nos dicen: ustedes dejaron a un compa nuestro allá atrás. Nos sorprende la información. Les respondemos: no sabíamos que estaba ahí…
Seguimos nuestro camino, íbamos en realidad hacia Jucuaran. Dejamos el campo vacío, no combatimos. Pasamos por La Carbonera, que es un lugar tan pero tan caliente que la hierba agarra fuego sola; Arcadio me comentaba alegre: ya va ver compa que ya vamos a llegar…El era el jefe del segundo pelotón de la segunda compañía de la BRAC. Era hermano de la Capitana Ileana, de Mirna y de Alejandra. Era un gran familión y todos de la FAL. Y la mayoría cayó, el mismo Arcadio murió después que le amputaron una pierna, porque le explotó una mina.
Íbamos a la fundación del Batallón Rafael Aguiñada Carranza, BRAC. Todo un acontecimiento. Era la época de las grandes concentraciones de tropa de las fuerzas que integraban el FMLN. EL ERP tenía la BRAZ. Y lo mismo las FPL, la RN y el PRTC.
Le dimos la vuelta al volcán…pasando por La Cajeta, por el Infiernillo y a caer al Chinchontepec. Esperando, descansando, buscando hacia el Chaparrastique…El Jiboa, San Carlos Lempa, San Marcos Lempa, y luego hacia arriba buscando el Chaparrastique, se pasa Las Placitas…
En el campamento de Jucuaran
Pasan los días y seguimos caminando, la mayoría va en estos momentos desarmada y después regresara con fusiles… y caminás hacia Usulutan, a un lugar como silla turca. Después pasamos El Taburete. Y después de atravesar una cordillera llegamos cerca de Jucuaran. Y aquí el jefe ya no era Federico sino el mando pasó a Ramón Suárez (Rafael Benavides o Barba Roja).
Ya cerca de Jucuaran nos envía Suárez a la primera misión: cuidado, van ir en grupos a sacar quesos que hemos encargado. Es gente simpatizante. Es un queso fresco sabroso en capas. Al llegar el queso era tanto que hubo que partirlo y cada quien guardo en sus mochilas una parte. Pero al llegar ya no lo querían ceder porque alegaban que ellos lo habían traído. Reacios, pero hubo que ceder.
Me gustaba el estilo de conducción de Suárez, había acumulado mucha experiencia y sabía trasmitirla. No era prepotente como otros. Lo admirábamos porque trataba de enseñarte, que aprendieras el rudo oficio de guerrillero. Una vez vimos unas milpas sembradas y entonces nos dijo:
Bueno, hoy van a aprender a hacer trabajo de expansión. Si quieren comer hay que hablar con la gente. Cada escuadra va recibir un colón y van ir a comprar. Dependiendo de como hablen así van a comer. Los que hablen mejor comerán mejor. Hicimos la experiencia, comimos elote cocido, atol, y hasta le pusimos un fresquitop al atol y ¡con el colón en la bolsa casi todos! Después me afligí cuando al orinar note que me salía un líquido rojo ¿y esto? Y me acorde aliviado que era el fresquitop.
Al fin llegamos al campamento que estaba entre manglares y una brisa marina, nos recibieron con los respectivos honores: tortillas tostadas y pescado frito con arroz. Una delicia, un banquete para nuestros estómagos guerrilleros. Ahí pasamos varios días descansando. Había bastante gente, de ahí y la que había llevado Chepón de Guazapa, de Cerros de San Pedro y nosotros. Calculo bien unos 350 combatientes. O sea un batallón.

En determinado momento la sorpresa fue revelada: fueron a abrir los tatus y trajeron las armas, algunas enlodadas. Se trataba del armamento entregado por los vietnamitas que ellos le habían arrebatado a los invasores yanquis, y que entregaron en solidaridad con nuestra lucha, con la lucha del pueblo salvadoreño. Y llega toda la fuerza a quitarles el lodo y a recibir las que iban a ocupar. Cada quien recibió un fusil y otro más para llevar, y municiones de servicio, 5,000 a 6,000 cartuchos, además una ametralladora punto cincuenta con su respectiva mula para llevarla.
Y ya armados y bien armados, comidos y bien comidos, alegres e invencibles, emprendimos el regreso hacia el volcán Chaparrastique… pasamos por el Infiernillo, donde antes estuvo un campamento de las FAL, dimos un golpe en San Cayetano Ixtepeque; pasamos por Guadalupe, y llegamos a La Quesera en Cabañas. En este lugar la Comandancia local tenía acaparados todos los quesos y los atacamos. Íbamos con suficiente munición y con una moral altísima. Ahí salió herido El Chele, pero le hizo huevo, caminó…se atacó también Ciudad Dolores.
Y llegamos al Chinchontepec. Al ir subiendo por el volcán, te perdías. Y los paramilitares nos agarraban para prácticas de puntería, con checos nos disparaban desde abajo. Hacia el lado de Guadalupe y Verapaz había ya pedazos de montaña que se habían desprendido, eran lugares donde te hundías en el lodo. La bajada era difícil, se bajaba por La Cayetana. Al fin llegamos a Cerros de San Pedro y ahí descansamos. Veníamos armados y cuidando la mula que traía nuestra Tostona, la punto cincuenta.
Al acercarnos al paso de Los Conejos decidimos cobrarles la factura por el ataque, por la emboscada que nos habían hecho anteriormente, cuando pasamos a la ida. Antes nos atacaron, hoy les vamos a caer, dijimos. Diseñamos una estratagema: nos íbamos a vestir de verde olivo y les íbamos a llegar fingiendo ser guardias. Rene Armando, que se había preparado militarmente en Cuba, iba como el jefe. Había estado al mando de la tropa en Guazapa, pero el jefe superior era Joel Sánchez.
En atrevido desfile militar atravesamos de día entre Santo Domingo y San Rafael Cedros. Todos los campesinos nos observaban, en especial los defensas civiles. René Armando les habló con voz de mando: llamamos a todos nuestros apoyos que se presenten a la Comandancia con sus respectivas armas. Y fueron llegando. Odir se encargó de ir revisando y requisando cada fusil que le entregaban. Y hasta se permitía hacerles observaciones: Mirá, en el lodo lo has tenido…mirá lo tenes arruinado…mirá no te da pena el estado del arma…No lo has cuidado.
Al final los paramilitares estaban todos desarmados y preocupados. Pongan todas las armas aquí y nadie se mueve le dijo René Armando. Y entonces una mujer le alcanzo a decir a su marido: Isidro, sos un tonto, estos no son soldados , que no ves que no tienen las jinetas en los hombros… Pero ya estaban desarmados… sin un solo disparo. Se decidió dejarlos libres para que explicaran al ejército la forma en que perdieron sus armas. Y finalmente llegamos a Guazapa, el lugar de donde habíamos salido unas semanas antes.
La creación del Batallón Rafael Aguiñada Carranza
Ya en Guazapa y en el marco de la constitución del Batallón Rafael Aguiñada Carranza, el BRAC, se formaron tres compañías: la primera integrada por personal de Guazapa, la segunda por personal de Cerros de San Pedro y la tercera revuelta: por un pelotón de Guazapa, un pelotón de Cerros de San Pedro y otro de Jucuaran. Esta última estaba dirigida por el Sargento Felipe, El Yuca, un indio nonualco entrenado en Cuba, malencarado, pero que formaba buenos combatientes y se interesaba por el bienestar de la tropa, era justo y por eso lo respetábamos.
Posteriormente, solo quedaron dos compañías: la primera y la segunda. Y en la segunda se integró el pelotón de Jucuaran. La primera compañía estaba bajo el mando de Oscar y era gente más fogueada en el combate, estaba en el puesto de mando y la integraban gente de la capital, de la zona central, de Chalate, y algunos antiguos de Cerros de San Pedro; la segunda bajo el mando de Manuelón, de gente de Cerros de San Pedro. Yo estuve en esta segunda.
Interesantemente ambos jefes de las compañías venían de la RN. El jefe máximo de la BRAC era Barba Roja. Al llegar a Guazapa se formaron los pelotones. Eran seis pelotones. La desintegración de la tercera compañía estuvo vinculada a que una escuadra de gente de Leocadio, desertaban y se regresaban a su lugar de origen, se iban para sus casas. Predominaba en ellos el localismo.
En el cerro de Guazapa, de La Fuente al Franco hay tres kilómetros en línea recta. Se hace en media hora con una columna y cargados, una sola vereda nos unía. Arriba y abajo del cerro estaba la Fuerza Armada. La primera compañía estaba en La Fuente y la segunda en El Franco. Eran movimientos de grandes concentraciones, que posteriormente se modificó.
Y empezamos a desconcentrarnos. Era un proceso que había que asimilar porque estábamos ya habituados a las grandes concentraciones de tropa. Entonces Manuel el responsable de la segunda compañía, sale con permiso. Yo estaba de segundo de Manuel, además de ser el responsable de salud. Y tenía la responsabilidad de formar brigadistas de primeros auxilios. Al salir Manuel quedo de responsable de la segunda compañía. Ítalo estaba de segundo de la primera compañía.
Tenía la responsabilidad de mantener a la gente activa en calidad de combatiente, de mantener la moral combativa. El Comisario Político era Ochoa (Santacruz). Y él me apoyaba para evitar el aburrimiento y que no nos faltaran acciones de emboscadas, golpes de mano, sabotaje a la energía. Me acuerdo que realizamos emboscadas en Calle Nueva, y en la Troncal. Y activábamos en Pinar, Nejapa, Santa Inez (Guayabal). Luego Darío (Orestes Ortez) fue asumiendo esta responsabilidad y yo la de Personal.
Al otro lado estaba la Columna Jacobo Campos Valle (Columna de La Fuente), que había venido de Chalate. Los otros trabajaban en expansión. Una vez realizamos una acción con Horacio (Jefe de escuadra) en el Pinar. La primera compañía en esos momentos se había trasladado hacia el Volcán, para realizar trabajo de expansión.
Activábamos bastante en la Troncal, dando golpes de mano, emboscadas, requisando. Una vez en un combate oíamos por radio que un oficial pedía ayuda para que lo sacaran. Y su jefe le decía: espérate. Y él explicaba: estoy herido pero tengo un cañón y la radio y no quiero que se pierdan. Y nuestros compas buscándolo afanosamente. Y tuvo suerte, se salvo el militar, porque no pudimos encontrarlo, no buscamos donde debíamos, en una cuneta al otro lado de la calle.
Y por otra parte, en este mismo combate, existía la presión de Orlando (Pajita) para actuar no obstante que el era contención. Orlando era un viejo amigo y camarada, originario de San Juan Chiquito, hijo de Porfirio. Orlando me presionaba para que lo dejara atacar. Le repetía que él era contención. Pero insistió tanto – ahí están agazapados y los tengo en la mira, tené confianza no te voy a defraudar-que no obstante la oposición de varios, le dije: dale, pero no me vayás a salir con un muerto.
Y efectivamente Orlando logró requisar cuatro fusiles, ante los reclamos de los demás compañeros que él era contención. Si requisabas cuatro fusiles podías quedarte con uno y entregar el tuyo. En el fondo estaba celoso que otros iban a requisar y no su grupo. Requisar –el botín de guerra- era uno de los deleites del combatiente, ancestral, insustituible, anhelado. Mira mis botas, mira este uniforme, mira este fusil.
La emboscada de la Panamericana
A veces la búsqueda de requisar provocaba tragedias. Como una vez que fuimos a Santa Elena, en Cerros de San Pedro, a poner una emboscada en la Panamericana. Yo era el responsable entonces de la medicina de la segunda compañía, que dirigía Manuelón. Y participaba Joaquín, que era jefe de medicina de la primera compañía.
Íbamos a golpear a un convoy de camiones con tropa de la III Brigada de Infantería que pasaba por el lugar. Era una actividad realizada en conjunto con el PRTC. El RPG-7 lo llevaba alguien del PRTC. La emboscada consistía en que al pasar, se le pegaba a un camión y luego se atacaba. Y el PRTC haría la contención. Dicho y hecho.
Pero al momento que nuestros compañeros se preparaban para atacar y requisar –me acuerdo de la Chele Mayra saliendo a requisar- los del PRTC comienzan a dispararnos y nos matan a Lico, a Edwin, y hieren a tres más incluyendo a Herbert, que le atravesaron el hígado y perdió la pierna.
Bajamos e íbamos caminando por la calle quemada y a los lados la hierba quemada también por la explosión, cuando llegan unos helicópteros y aviones que comienzan a dar vueltas sobre nosotros y a dispararnos. Se da la orden que nadie corra, que todo el mundo parado para que los aviones no nos detectaran. Pasamos así como una hora pero un miliciano corrió y se armó el despelote, empiezan a tirar y ametrallar. Dan la orden de guarecernos y seguir hacia los campamentos.
Una brigadista iba conmigo, de unos doce años, nunca había estado en un combate y bombardeo y temblaba descontrolada. Le dije: cálmese, mire no vamos a correr, vamos a aguantarlo. Me dice: mejor vamonos. Y comienza a llorar. Las bombas caen a 50 metros. El otro tiro iba para nosotros. Aquí quédese. Quiere salir corriendo. Al suelo, tírese al suelo, No lo hace y la agarro del pelo y nos lanzamos al suelo. Yo encima de ella y ella llorando.
Y pum atrás de nosotros a 30 metros. Y la explosión nos baña de tierra y piedras. Ya pasó, le digo para tranquilizarla. El otro será más lejos. Nos sentamos. Y veo que tiene la cara toda llena de tile. Y le digo: esta como un payaso. No comprende y más se llenaba de tile al tratar de limpiarse. Le digo: mirese en el espejo. Lo saca y al verse me grita: ¡por Usted! Se calma y podemos irnos.
Vemos que va herido otro compañero. En el camino de regreso al campamento, antes de pasar el puente Amatitan Abajo, viene un avión que pasa tirando y la bomba cae a 75 metros. De nuevo nos tiramos al suelo. Y me veo con sangre, una esquirla me había herido. Me venda y me dice: al llegar al hospital lo voy a curar. La esquirla e arrancó un pedacito de piel, un cholloncito, era la primera vez.
Sobre nuestros compañeros caídos y heridos en la emboscada, sucedió que un tal Cande, jefe de pelotón del PRTC, se creyó el mito que él siempre requisaba, y llegado el momento tenía que regresar con algo, fuera un fusil e incluso una cinta de zapato, cualquier cosa, pero algo del enemigo. Con su mente enfermiza dio la orden de disparar contra nuestros compañeros para evitar que requisaran. Y al final, dada su descomposición ideológica, terminó yéndose con el enemigo y anduvo poniendo dedos, ya totalmente vendido…
Las famosas minas
Una vez salí herido y decidieron enviarme a la capital para la curación. Y me metieron al Hospital de Diagnóstico y justifique que había caído en una mina de la guerrilla. Salí herido en el 84 y en el 85. Los médicos que me atendieron se portaron a la altura y pude recuperarme para regresar a Guazapa. Nunca se imagino la inteligencia enemiga que a veces nos curábamos en sus narices en los hospitales de San Salvador.
Fíjate que el Comandante Hugo hizo un estudio que un 72 por ciento de nuestras bajas eran causadas por minas nuestras, no por el enemigo. Una vez le pregunte a Gabino: ¿dónde pusiste las minas? Y me responde: por ahí. Creo que ni él sabía…Todas las noches se ponía una mina por seguridad cerca de donde dormíamos.
Y una vez se me olvida en la mañana quitar la mina. Se trataba nada más de quitar el separador, que hace contacto con un chuchito de ropa y si te pasas llevando el hilo eso hace explotar la mina. Me llegó por atrás sino me hubiera volado la pata, como les pasó a muchos.
Otra vez fue durante el Operativo Fénix, iba con Joaquín el medico, íbamos de retirada, cargando las cosas del hospital y pasamos por el campamento de la FES, que era totalmente compartimentado y ahí habían dejado una mina. Y pum. Joaquín se cae. La mina a mi me daña. Se ha roto la columna. Me recogen y me llevan en hamaca. No se salgan del camino ¡Cuidado!
Me llevan de El Franco, pasando por La Fuente, el campamento de las FES, la Aldea (donde el ERP tuvo su campamento) y fue de ahí de donde me enviaron para el Hospital de Diagnóstico para que me operaran. Antes había recibido la visita de Marcelo quien me había propuesta ante mi mirada de sorpresa, operarme en el campamento y realizarme una ¡laparostomía exploratoria! Fíjate que hasta los soldados en El Roblar oyeron la explosión y se comunican por radio. Entre a los cuatro meses de nuevo, ya recuperado.
Había sido el político de la segunda compañía además de responsable de la medicina, y trabaje también como sacamuelas, con los dientes. Llegaban a buscarme de la primera, y de la segunda compañía y también de las columnas. Hice rellenos, raspados, endodoncias. El año 86 la pase de dentista. Tenía mi maquinita, sentado en un tronco de árbol. Y hasta tenía ayudantes.
En el 87 salgo del frente. Salgo cuando se empezaba ya a preparar lo que fue la Ofensiva de Noviembre de 1989. Ya se estaba fabricando una variada fauna que incluía los famosos tepescuintles. Y se miraban caras nuevas, que entraban y salían del campamento. Salgo de nuevo herido, y se necesitaba operarme. En tres días me sacaron, con sonda en la nariz. Me llevaron esta vez al Hospital Bautista.
Me pregunta el medico: ¿Cómo estás? Le respondo: jodido. Me hacen cuatro operaciones en menos de un mes. Luego comencé a recuperarme, estuve por dos meses en casa de Any Castañeda. Mi agradecimiento dondequiera que se encuentre. A mediados del 87 salgo a cumplir una misión al exterior. Salgo del frente junto con Armelio, que todavía vive en la Ciudadela Ungo con la legendaria Abuela de las FAL, la gloriosa jefa de cocineras…una verdadera heroína.-

En 1972 fui del Partido Socialista Puertorriqueño

SAN SALVADOR, 1 de julio de 2013 (SIEP) A principios de 1971 junto con mi mamá (Adela) y mi sobrino (Carlos Ernesto) salimos rumbo a la ciudad de Nueva York. Abandonaba el tercer piso del edificio D de la Colonia Atlacatl, donde había vivido por tres años. Antes vivía en la Colonia La Rábida, en la 10 ma. Avenida Norte No. 1615, en el Taller de Mecánica Pineda.

Me acuerdo que me fui con un saco verde cuadriculado comprado para la ocasión en el almacén Schwartz del centro de San Salvador y con zapatos nuevos color tabaco de hebilla al lado. Salimos del viejo aeropuerto de Ilopango en un avión de TACA hacia Miami. Empezaba lo que fue la mayor aventura de mi vida. En Miami abordamos un avión de Eastern y ya la comida y el idioma eran diferentes. A mediodía de ese viernes estábamos en Estados Unidos. Y al comenzar la noche en el Aeropuerto Kennedy de la Ciudad de Nueva York.

Al llegar nos estaba esperando mi hermana junto con su compañero panameño de nombre Frank, que desayunaba con bananas. El frío invernal y el viento golpeador impactó sobre mi saquito verde tropical y también el sonido de una tonada de los Jackson Five, que se escuchaba en la radio del vehiculo que todavía no logro identificar. Y al salir de las grandes autopistas nos fuimos acercando a lo que sería por dos años mi hogar: el tercer piso del edificio 245 de la Avenida Cromwell y la Calle 167 de El Bronx.

Y lo interesante era que las piscinas y jardines imaginados se iban transformando en basureros y rincones oscuros cubiertos de graffiti. Esa primera noche compartí un camarote con mi sobrino Carlos Ernesto. Yo arriba con la amenaza de caerme. Y algunas veces me pasó pero caía parado No costó dormirnos porque frente a nuestra ventana pasaba el tren número 4 rumbo a Woodlawn y podía escucharse la voz del maquinista: one hundred sixty seven street. Al despertarnos descubrimos la nieve y abrimos la ventana para tocarla. Estábamos en otro mundo.

Ese sábado me entregaron un abrigo amarillo de corduroy y nos llevaron de paseo al Parque Central. Me impresiono la roca que competía con la tierra. Nueva York era de roca. Nos compraron los famosos hot dogs y soda de almuerzo. A la gaseosa se le llamaba soda. Y en el parque escuche por vez primera otros acentos, en especial los caribeños, puertorriqueños, cubanos, dominicanos. Y vi otras razas que no conocía: los afroamericanos, los europeoamericanos, los asiaticoamericanos. Descubrí que no éramos blancos, éramos latinos o hispanos. Y me sorprendió la prisa de la gente, la gente caminaba en un ritmo extraño, apresurada. Y es un ritmo que se le pega por toda la vida.

El lunes empecé la escuela, me pusieron en sexto grado. La clase era en inglés y no entendía absolutamente nada. La maestra blanca me preguntaba y los demás se reían. Pero había un puertorriqueño de nombre Jimmy que me traducía, es el boricua con el pelo más negro que jamás haya visto. Y luego otro puertorriqueño de nombre Junior que le decían Bacalao y vivía a la vuelta de mi casa, se hizo mi amigo. Ese lunes salí por la noche por primera vez solo, con mi pantalón acampanado y de rayas a colores, y recorrí un parque que quedaba frente a mi escuela y me fume un primer cigarro de dos cajetillas de Delta que había llevado escondidas.

Al regresar a la casa notaron que había fumado. Estuve poco tiempo en esa escuela porque luego me trasladaron a una que quedaba un poco más lejos, como a seis cuadras de distancia, pero que contaba con un Programa Bilingüe, y los maestros eran cubanos y puertorriqueños. El director se llamaba Franklin Irizarry, puertorriqueño, que estudiaba Leyes. Era muy serio, disciplinado. Había un maestro cubano de literatura, de nombre Jorge.

Y mis amigos y amigas venían de todos los rincones de América Latina y el Caribe. Jorge y Sergio eran argentinos, Pedro era cubano, Edelmiro era puertorriqueño, Iván era ecuatoriano. Mi primera novia fue una puertorriqueña de nombre Evelyn pero estuve enamorado de otra puertorriqueña de nombre Rosa Rodríguez y nunca pude ser su novio, ella me miraba muy intelectual y que no podía bailar y muy metido en política. El papá la llevaba a la escuela por las mañanas, pero a veces me le pegaba a platicar. Y la acompañaba a la salida cerca de donde vivía. Pero nunca me aceptó.

Tenía la costumbre de subir a las estaciones de los trenes subterráneos y pasarme leyendo periódicos de otros países latinoamericanos. Me gustaban los artículos históricos de la revista mexicana Alarma. Y si algún periódico me interesaba lo compraba, fuera colombiano, ecuatoriano, mexicano, dominicano o puertorriqueño. También me gustaba recorrer las bibliotecas públicas en búsqueda de la nueva novelística latinoamericana. Era un reto descubrir una nueva biblioteca y caminar hasta encontrarla.

Y a la par de mi apartamento vivía un poeta del Grupo Guajana y la vez que vi su biblioteca, un cuarto entero con las cuatro paredes tapizadas de libros y una mesa de trabajo al centro, quede impresionado, maravillado y soñé con tener una parecida y creo que lo logre en diversos momentos. Los libros siempre me han llamado la atención. El color y diseño de su portada, el tipo de letra, el olor, y me hubiera gustado trabajar en una biblioteca porque he sido conejo de bibliotecas. Me gusta leer los títulos de los estantes.

Durante el receso para el almuerzo que duraba dos horas siempre aprovechábamos para salir y viajar con nuestros pases estudiantiles por buses o trenes. Íbamos a veces hasta Manhatan. Una vez con Iván nos fuimos hasta el parque del Shea Stadium que queda al final de Queens. Un viaje como de hora y media por tren desde nuestro punto de salida. Hubo un maestro con el que nos hicimos amigos. Puertorriqueño, intelectual, olvido su nombre, déjame ver..Arnaldo Rodríguez, conversábamos y se admiraba que estuviera organizado en el PSP, él era simpatizante independentista, muy culto y desenvuelto, muy seguro de si mismo.

Una vez me propuse visitar el lugar que habíamos visitado un fin de semana, o sea el Parque Central. Quería ver de cerca de los hippies, conocerlos, intercambiar impresiones. Era un sábado y comence a caminar: pase el Yankee Stadium que quedaba en la calle 161 a unas cuadras de mi casa, luego llegue a las 149, cruce un puente que une el Bronx y Manhatan, llegue a la 125 en pleno Barrio puertorriqueño, y camine al oeste hacia el Harlem Negro, y luego hacia downtown, llegue a la 86 y descubri el Museo Metropolitano, y segui bajando estaba ya en la Quinta Avenida, en la 62 me interne al parque y logre llegar al lago y a la plaza donde estaban algunos fumando marihuana y disfrutando.

Pero comprendí que había una barrera cultural inmensa ya que la mayoría eran blancos, aunque había negros y latinos, estaba por medio el idioma y la edad. Era apenas un niñote doce años. Pero este viaje lo repetí algunas veces, llegando incluso hasta Washington Square, en pleno Village. Y también camine hasta Fordham Avenue en el Bronx.

Mi regalo de cumpleaños: la Obra Revolucionaria del Che Guevara

En el día de mi cumpleaños de ese año 1971 (doce años) fui con mi hermana Esther a comprar mi regalo ansiado a una librería de la calle 14 en Manhatan. Era la Obra Revolucionaria del Che Guevara y me lo empecé a devorar en el tren de regreso y no pare hasta concluirlo. Había encontrado muy temprano la lámpara que me daría las respuestas a mi vida. El prólogo era de Roberto Fernández Retamar. Y el primer libro los Pasajes de la Guerra Revolucionaria.

Y ahí comprendí los sacrificios realizados por el pueblo cubano para conquistar su liberación. El segundo libro La Guerra de Guerrillas. Y luego estaban sus discursos y escritos. El Socialismo y el hombre en Cuba. Y me impactó fuertemente El Mensaje a la Tricontinental. Hay que crear dos, tres Vietnam…y En cualquier lugar que la muerte nos sorprenda, bienvenida sea… Y me gustaron sus cartas, a sus hijos, a Fidel: Otros pueblos necesitan el concurso de mis modestos esfuerzos…Lo leí y lo releí. Me formó políticamente y definió mi vida.

En junio de 1971 y no en agosto como recordaba, leí en el semanario Claridad que compraba religiosamente en la estación del tren de la calle 125 una invitación para participar en el contingente independentista del Desfile Puertorriqueño. Lo hice y esto cambiaría mi vida por completo porque me permitió pasar de la lectura al activismo político
Mi primera experiencia política la viví con el Partido Socialista Puertorriqueño, el PSP. Los conocimientos que había adquirido con mi lectura del Che Guevara, los enriquecí con el ejemplo y las enseñanzas del Maestro puertorriqueño Pedro Albizu Campos: la Patria es valor y sacrificio. Y del Apóstol cubano José Martí: la carta a Manuel Mercado: ya estoy en peligro de dar mi vida… Fue una experiencia inolvidable, aprendí de cada uno de los compañeros y compañeras que integraban el comité del Barrio del PSP.
Me acuerdo que había sábados que los dedicábamos a visitar a simpatizantes y amigos, íbamos como misioneros del independentismo, a los edificios, platicar, a concientizar. Y los miércoles luego d elas reuniones pasábamos a tomar café con leche a un restaurante cubano. O vendiendo el periódico Claridad. Me acuerdo también de las marchas contra la guerra en Vietnam y mi curiosidad por la diversidad de la izquierda estadounidense. Nuestro corazón estaba en la Isla, en la Patria ocupada que había que liberar…pero otra Patria me esperaba.
El primer Primero de Mayo en el que participe fue en 1972, una marcha que salió de la calle 125 y Séptima Avenida. Me acuerdo que al salir de la estación del subway presencie ya los diversos destacamentos, estaba una afroamericano con un cartel: el pode rnace del cañón de un fusil y la foto clásica de Mao. Banderas puertorriqueñas. Banderas negras-verdes y rojas del Black Power. Y los veteranos de Vietnam con sus medallas y algunos en sillas de ruedas. Consignas en español e inglés. Me gustaba en las marchas hacer una recopilación de periódicos y boletines: Daily World, Palante, The Socialist, Workers World, el Comité MINP, Desafío/Challenge, etc.
Una vez llevaron al local del PSP una revista de la OCLAE con un artículo sobre las luchas estudiantiles en El Salvador y mi corazón se estremeció al ver en una foto a estudiantes salvadoreñas con los uniformes del Central de Señoritas y que se solidarizaban con los maestros en huelga y también al ver la actitud agresiva de los agentes de la Policía Nacional. Miles de ideas y recuerdos se agolparon en mi mente. Pensé como el Che que había otro pueblo –el mío- que demandaba el concurso de mis modestos esfuerzos. Y me fui preparando mentalmente para regresar a El Salvador a luchar. En mi familia no comprendieron pero respetaron mi decisión. Llame a mi hermano Carlos para pedirle que me recibiera. Lo note sorprendido pero accedió.

Siempre me llamó la atención el proceso de construcción del sentido de nacionalidad del puertorriqueño. Es más, pienso que adquirí conciencia de nacionalidad primero como puertorriqueño que como salvadoreño. En mi caso el nacionalismo era un pensamiento reaccionario, en su caso ser nacionalista era ser patriota, ser independentista. En su caso significaba despojarse de una poderosa argolla ideológica colonial.
En mi experiencia era diferente, nací salvadoreño, incluso había hasta un rechazo de los símbolos nacionales que habían sido expropiados por los militares como la bandera, el escudo y el himno. El azul y blanco eran los colores oficiales de la dictadura militar. Y las gestas independentistas del yugo español habían concluido hace mucho tiempo. En su caso, se trataba de construir la nacionalidad y el Maestro Albizu y el Partido Nacionalista y luego el Partido Socialista era símbolo de este proceso. El valor supremo del hombre es el valor, decía.
También me encantaba como habían logrado construir un poderoso movimiento cultural alternativo a la colonia, en pintura, teatro, literatura y en música. Estaba el Grupo Taoné. El Jíbaro de Orocovis, El Topo, Roy Brown. El rescate cultural de la plena y la música tradicional. En El Salvador no se había vivido esa experiencia.
El primer regreso a la Patria
Regreso un domingo de principios de 1973, había estado fuera por dos años, pero me parecían siglos. Todo había cambiado. Regreso de nuevo por Ilopango. Al salir del avión siento la bocanada de dragón, el golpe del típico calor de mediodía. Pero es un calor seco, diferente al de Nueva York. Regreso al mismo apartamento que había dejado. Mis compañeros de infancia han crecido. Entablo conversación. Reinicio con ellos el hábito de fumar y aprendo también con ellos a echarme los tragos. Puro Muñekof con boca de mango. También ellos han realizado su experiencia política. Y la mayoría de familias de este edificio D son progresistas, opositores al régimen militar.
Me cuentan de la huelga de los maestros de ANDES 21 de Junio en la que han participado, de la lucha por llevar a la presidencia al Ing. José Napoleón Duarte y el fraude descarado cometido por el ejército; del golpe de estado del 25 de marzo de 1972 y los combates entre la Guardia Nacional y los soldado de la 1ra. Brigada de Infantería. Y también de la llegada de Santana y el concierto entre nubes de humo de marihuana en el Cine Terraza. Entre los amigos más cercanos de esa época estaban Víctor Hugo Cruz, Alfonso Padilla (Foncho) y su hermano Alejandro; y Nelson Jovel. Era mi núcleo del barrio, la cherada.
Me matricule en el Instituto Cervantes en noveno grado. Era otro escenario. El director era de apellido Retana, y hablaba con acento español. El subdirector era Roque Castaneda, fumador empedernido. Y quizás por esto permitía que fumáramos en los recreos. Los reyes de la clase eran mis compañeros basketbolistas. Los profesores se esmeraban en pasarles las materias. Los nerds eran despreciados y humillados. Y yo estaba en la categoría de los políticos, los que sabían de historia y literatura. Había organizado el Consejo de Alumnos y en ese esfuerzo conocí a un amigo de toda la vida, Guillermo Campos y a un amigo que después fue camarada, a Nelson Guevara, que cayó en los años ochenta combatiendo en las filas de las FAL. Guillermo ya desde esa época se especializaba en conseguir novias soñadas y Nelson era un poeta social que le publicaban en El Mundo.
El 1ro. de mayo de 1973 asisto a la marcha. Tengo 14 años y es mi primer primero de mayo en El Salvador. La marcha sale del reloj de Flores de la Avenida Independencia. Todo me parece interesante y revelador. Están los sindicatos con siglas que desconozco, algunas parecen trabalenguas, como FESTIAVTCES, esta la FUSS, FENASTRAS, el SUEP. Están las mujeres costureras. Me llama mucho la atención el contingente del Bachillerato en Artes. Son muy llamativos por sus ropas negras de anarquistas. Y van cantando: cuando querrá Dios del Cielo, que la tortilla se vuelva, que la tortilla se vuelva, que los pobres coman pan y los ricos mierda, mierda! Y lo gritan apasionadamente:¡mierda! Son canciones de la Guerra Civil española. Increíble. Y también me impacto esta consigna combativa: ¡Gorilas Hijos de puta…los estudiantes somos vergones!
Voy emocionado tratando de leer cada manta y captar cada consigna. El pueblo unido, jamás será vencido. La marcha concluye en la Plaza Libertad. Me impresionan dos discursos, de alguien de tez blanca, que hace un análisis político de la dictadura militar y del gobierno de Molina, se trataba de Rafael Aguiñada Carranza del UDN y de alguien de tez morena, que sacó una Constitución y fue artículo por artículo leyéndolo y preguntándose: cual independencia? Cual democracia? Cual derecho a la salud? Cual derecho a la educación? Era Julio Cesar Castro Belloso, secretario general de la FUSS.
El contacto con AES
Al llegar a mi casa les comento a mis amigos que asistí a la marcha de los trabajadores y uno de ellos, Nelson Jovel me propone presentarme a una compañera de donde él estudia, del Nuevo Liceo Centroamericano, de nombre Vladimira Landaverde, que esta relacionada con los sindicatos. Acepto. Para esa época surgió la moda de quitarse el pelo rapado y Nelson lo hizo y yo también. Así que cuando llego a conocerla llego rapado y explicando que recién había llegado de Estados Unidos. Notó sus hermosos ojos verdes un poco sorprendidos por el aspecto, pero se atreve a invitarme a una reunión de la Asociación de Estudiantes de Secundaria, AES, que se iba a realizar por la tarde de un día de esa semana en el edificio del ACUS, cerca de la Embajada de Estados Unidos.
Voy a la reunión y soy el primero en llegar como ocurrirá a lo largo de mi vida. Poco a poco van apareciendo. Llega una joven delgada, de anteojos, blanca, pecosa, de nombre Dinora Aguiñada, que estudiaba en el Central de Señoritas y su prima Sonia, morena, gordita, colocha, que me acuerdo le pregunte indiscretamente si estaba mal de la garganta y me dijo: no, así hablo yo. Luego llegó Vladimira y me presentó. Me miraban intrigados y confundidos cuando les hable sobre la necesidad de integrarse a la lucha por la independencia de Puerto Rico. Llegó Guillermo Castro, del INSFRAMEN. Éramos la comisión de organización de AES y se estaba planificando una asamblea general para el próximo mes de julio. Reuniones: los miércoles a las 4 p.m.
La Asamblea General se realizó en un salón del Instituto Técnico Ricaldone. Rafael Aguiñada Deras, Lito, presentó un informe del trabajo realizado. Habíamos alrededor de 25 participantes. Ahí conocí a amigos y amigas de toda la vida y a amigos y amigas que cayeron luchando. Entre los asistentes me acuerdo de Agustín Najarro, Guillermo Castro, Rafael y Dinora Aguiñada, Vladimira Landaverde, Tito Bazán, Ramón Portillo, Schafik Jorge Handal . Se elige un nuevo comité ejecutivo, entrega su cargo como secretario general Rafael Aguiñada ( INSFRAMEN) y se elige en ausencia a Rogelio Cacerez (Instituto Orantes). De Organización queda Tito Bazán, de Propaganda, Agustín Najarro, de Finanzas Dinora Aguiñada, y de Conflictos Roberto Pineda. Cuando íbamos ya de salida apareció Rogelio y le contamos que había sido electo secretario general, pero no le sorprendió.
Supe entonces que AES fue formada en 1968 para apoyar la primera huelga de ANDES 21 de Junio y que su primer secretario general fue Ernesto Morales del INSFRAMEN. Me acuerdo que en esa época había mucha convivencia, una vez hicimos una excursión en tren a Amapulapa y otra vez fuimos a una atolada al cantón El Limón de Soyapango. Hacíamos rifas para obtener fondos y nos reuníamos en la iglesia de la Miramonte, en la cancha de fútbol de la Iglesia Episcopal, o en el Ricaldone, o atrás del edificio de ACUS.
Mi primera actividad como secretario de Conflictos la hice acompañado por Guillermo Campos. Es más, él fue el que me aviso que cerca de su casa, él vivía en Las Colinas en el Instituto República de Corea de la Zacamil, los estudiantes del tercer ciclo se habían tomado el edificio y se habían declarado en huelga exigiendo la destitución del director por represivo y corrupto. Decidimos ir a expresarles nuestro apoyo como AES. Llegamos, nos identificamos y solicitamos hablar con la conducción de la huelga.
Nos entraron al edificio y en la reunión cuando escuchaba hablar al líder del grupo le notaba un acento familiar y su rostro también me resultaba conocido. Y en el desarrollo de la reunión le pregunte como se llamaba y me dijo René Francisco Pineda. Era mi hermano. Hermano por parte de papá. Hubo un tiempo que incluso vivimos juntos. Fue una gran alegría encontrármelo luchando. Y dos años después volvimos a coincidir en el Nuevo Liceo Centroamericano pero estaba ya tranquilizado, indiferente a la política.
Una vez Rogelio me invita a su casa y vamos. Vive en la Colonia Santa Lucía. Pero ahí viven también Agustín, Guillermo, Ramón y Tito. Entonces una visita equivalía a un recorrido por las diversas casas, en especial la de Guillermo y Tito. Ramón vivía donde Tito, le habían dado posada junto con su perrita. Y Rogelio entraba en la sacristía de la Iglesia Católica como Juan por su casa. Y el recorrido completo incluía entonces también visitar la iglesia católica.
Y también ellos a su vez me visitaron en la Colonia Atlacatl. Se cultivaba una amistad muy fuerte. En especial en ese periodo fui amigo de Rogelio, de Guillermo y de Ramón. Rogelio era originario de La Unión y vivía junto con su hermana. Una vez un fin de semana viajamos a visitar a su familia a La Unión, nos fuimos en tren, salimos a las 6 de la mañana y llegamos a las 6 de la tarde. Fueron doce horas de pláticas, siestas, discusiones, lecturas, comidas típicas. En el puerto el calor era insoportable, muy parecido al de Nueva York en verano. Húmedo. Se dormía en tijera de lona sin abrigarse. Fuimos al muelle. Y visitamos a un viejo luchador comunista, zapatero, que orgullosos nos sacó un Estado y la Revolución de Lenin y conversó sobre la realidad internacional y los triunfos del socialismo. Rogelio murió en 1978 debido a complicaciones con el cerebro.
Ramón era un joven campesino y se enorgullecía de serlo. Y una vez nos invitó a Guillermo y a mi para visitar a su familia en Chalatenango, fuimos y cultivaban sandía dulcísimo a la orilla del río Lempa, que fue cruzado a nado por Guillermo. Otra vez me llevó a Cara Sucia, donde su papá era mandador de una finca de café, y me acuerdo de los campesinos en cuclillas conversando durante la noche, y de una tormenta que nos cayó y no pudimos guarecernos, y del local de ATACES y de los camaradas campesinos que también hablaban de Cuba y de socialismo. Y un día fuimos donde el Poeta Campesino, que se llamaba Manuel y que recitaba sus poemas largos y rurales. Por cierto luego me visitó en San Salvador y establecimos una cálida amistad. Ramón hoy vive en Canadá desafiando al frío con una finca salvadoreña.
Guillermo era un joven muy activo que después de bachillerato estudiaba Ingeniería en la UES, y fue el que nos involucró con el Movimiento Estudiantil Cristiano, MEC. Muchas veces me quede a dormir en su casa, que era posada también para muchos. En febrero de 1980 regresando de una actividad de la FUMEC en Panamá es detenido en la frontera y desaparecido. Guillermo siempre estaba invitando a actividades.
1974: AES y la marcha por la reducción del pasaje al transporte público
A principios del año 1974 se nos presentó en AES una coyuntura muy favorable como resultado de la decisión del gobierno de aumentar el pasaje al transporte público de 10 a 15 centavos. Esto generó un descontento generalizado. Y las reuniones se volvieron asambleas. Y a finales de febrero convocamos a una marcha en contra del aumento. La convocatoria fue para el Parque Cuscatlán. En ese año me había pasado a estudiar al Nuevo Liceo Centroamericano porque ya no me recibieron en el Cervantes por mis actividades “subversivas.”
Y para nuestra sorpresa fueron llegando grupos y grupos de estudiantes, del INSFRAMEN, de la ENCO, todo el Bachillerato en Artes, de los colegios del centro de San Salvador, incluso hasta de Mejicanos, Ciudad Delgado y Soyapango. Y realizamos una marcha como de cinco mil estudiantes que como un gigantesco gusano llegó al centro y primer se pasó al Ministerio de Economía y entró una comisión a reunirse, el ministro era y la marcha siguió hasta Educación donde entró otra comisión. Y se comprometieron a darnos carnets a los estudiantes para que pagáramos 10 centavos ¡Lo habíamos logrado! ¡El pueblo unido, jamás será vencido!
De esta coyuntura AES salió fortalecida con la incorporación de nuevos cuadros. Una nueva generación de líderes estudiantiles surgidos al fragor de esta batalla. Entre estos se encontraba Benito Lara , Mafalda, que venía del Instituto Obrero José Celestino Castro, Jorge Molina, el famoso Candelita, del Colegio David J. Guzmán; un fuerte contingente del Bachillerato en Artes incluyendo a líderes que después abrazaron el ERP y las FPL, como Oscar Arevalo y Denis Belloso .
La conducción de AES pasó a manos de Francisco Osorio, estudiante de teatro del Bachillerato en Artes, conocido como Bigote Chuco o Cicuta por su destreza en la ironía y sus comentarios ácidos, quizás aprendidos de sus maestros argentinos del grupo Once Al Sur. Los miembros del grupo de teatro Sol del Río 32: Saúl, Fidel, Leo Arguello, el Chele Fernando Umaña, Roberto Salinas. Y también Fernando Segura, teatrero pero no de los Soles. Llegaron Napoleón Rodríguez y Edgar Nuñez del Instituto José Manuel Arce. Llegaron Godofredo Echeverría y Francisco Astasio, músicos del bachillerato en Artes.
Llego Amilcar Estrada del Bachillerato Pedagógico, que luego fue un destacado agitador para el tiempo de la Coordinadora Revolucionaria de Masas y termino desaparecido. Llegó Darold Veliz del Colegio Simón Bolívar. Y su amigo Cesar, y las inseparables Maritsa y Blanca del Alberto Masferrer, la primera trigueña y la segunda casi albina, El Gordo Rodolfo “Fofo”, que después fue del MERS. Rodolfo Bazaglia, Víctor Ramos, Silvia “La Negra”, el Indio Rafael Aquino, también del Celestino. Toni Sosa del Liceo Cristiano, que después se integró al PRTC. Roberto Zepeda de Acción Cívica Militar. Víctor Quintanilla “Pucho” y Oscar “Media lata.”Víctor que también era teatrero y cantante, muere en 1980 en la toma por las LP-28 del local del PDC, habíamos ingresado juntos a la JCS.

Y desde entonces se asume el local de la FUSS, Avenida Cuscatlan No. 630, como local oficial de AES. Ahí vivíamos…nos reuníamos, hacíamos mantas, nos prestaban el mimeógrafo para imprimir nuestros boletines, nos quedábamos a dormir, fumábamos… Asistíamos a los cursos de marxismo que daba Raul Padilla Vela, me acuerdo de Roberto Salinas que era padillista; además ibamos religiosamente a las tomas de posesión de las juntas directivas de los sindicatos, en especial Benito Lara,en la antigua UTF o frente a la iglesia de Concepción, en el local del sindicato de Bebidas y Gaseosas. Y a veces hasta en la misma FUSS.

Nos habían prohibido hcer reuniones de base (cèlula) pero muchos ahi las hacíamos. Y conocimos y nos hicimos amigos de Matías, que se suponía era oreja pero muy fraternal, a Darío de los panificadores; a Constanza. Cristina Avilez, fallecida recientemente y diputada al PARLACEN, era la secretaria de la FUSS. Y estaban las costureras.Y frente a la FUSS el Comedor de la despues compañera Olimpia, y su hija Elida, que se casó luego con Candelita, y que en los ochenta a los dos los desaparecieron. Y ahi conocimos a Daniel Castaneda, que llegaba a visitar, era elegante.

Y cuando abrieron la UES a mediados de año también nos trasladamos como AES hacia los locales de la SECE con Julio Martínez, de la SECH con Toni Martínez, y del FAU, con Evelio Ruano, Roberto Ceballos, Gladis Méndez, Norma Guevara y luego llegó Carlos Ruiz.

Y durante ese año estuvimos en AGEUS ya que el presidente era Manuel Franco. El local de AGEUS quedaba la final de un pasillo que conduce a los laboratorios de Matemática. A veces conseguíamos vales para ir a almorzar en el Comedor Universitario. Las residencias estudiantiles ya habían desaparecido. El FAU tenía dos expresiones internas, evidentes pero negadas. El Ala –Cran, o sea los duros, los ortodoxos, que aglutinaban a Manuel Franco, Norma Guevara, Rolando Mata, y al que se incorporo por afinidad el Diablito Carlos Ruiz, en el 74, al regresar de la URSS. Y estaba el Ala Chevere, los fumadores y amantes de fiestas, los poetas donde estaba Abraham, Roberto Ceballos, el Chele Melcocha, Luis Castro (que sigue en la UES), etc. A estos últimos la dirección de la Jotace periódicamente los ponían a estudiar el útil folleto Contra el Liberalismo, del camarada Mao.

Una vez en AGEUS nos encontramos con Carlos Arias, del FUERSA, y era muy simpático, hiperactivo y ahí mismo sacó las tijeras para reclutarnos, nos estuvo enamorando, era muy atrevido, per amablemente le explicamos que nuestro corazón ya tenía dueño. Andaba sobre…buscando sangre joven para lo que se venía…

Un pasatiempo muy frecuente era la requisa de libros. La leyenda cuenta que fue Rogelio Cacerez el iniciador de esta tradición juvenil que se ejercitaba en las principales librerías del centro y de la cual no pude librarme, ya que fue luego fue aprendida por Guillermo Castro y elevada al rango de ciencia por los jóvenes de AES, en especial Jorge Molina, Darold Velis, y mi persona. Cada día como víctimas de una adicción incurable organizábamos safaris a las librerías Universal, San Pablo, incluso se rumoraba que ni el esmero de Domingo Santacruz para proteger las obras marxistas de la Librería Pablo Neruda resistió oso embates de esta tropa saqueadora de libros.

Al final nos ubicaron y ya no nos permitían ingresar, por lo que tuvimos que extender nuestras actividades hacia las librerías de las universidades entonces existentes, aunque aquí era más riesgoso porque revisaban a la salida. “Joven, levántese la camisa.” Incluso reclutamos a Mauricio Lizama, un estudiante del David J. Guzmán, de anteojos, de barba y de hablar acatarrado, que luego fue el líder máximo del MERS.

Luego de esta coyuntura nos invitaron a una reunión en Suchitoto, era para crear el Frente de Acción Popular Unificada, FAPU. Fuimos con compañeros de la FUSS. Era muy interesante. Estaban sacerdotes coordinando la reunión, estaba Chencho y su hermano Higinio Alas, y creo que también Tilo Sánchez, pero estaban vestidos de civil, no ensabanados. Y con un lenguaje radical. Venían de vivir o estaban viviendo la experiencia de enfrentarse junto con comunidades campesinas de Chalatenango a la inundación de sus propiedades para construir el lago artificial Cerrón Grande.

Primera vez que presenciábamos a curas progresistas en el movimiento popular y esto nos animaba mucho, en especial a los que en la JC estaban vinculados al MEC. Luego las reuniones fueron en la Basílica, creo que el cura de la iglesia era Monseñor Ricardo Urioste. Ya para el 1 de mayo del 1974 participó el FAPU, el primer FAPU que fue unitario, porque luego la Resistencia Nacional lo asumió como su frente de masas.

A finales del 73 Ramón Portillo me había entregado los estatutos de la Juventud Comunista para que los estudiara, “hay me decís si tenés alguna pregunta…” y me había hablado del Partido. Pero fue hasta mediados del 74 que Guillermo Castro me informó que nos iban a juramentar. El acto iba a tener lugar en la sacristía de la Iglesia de la Col. Santa Lucía. Llegó y me encuentro con Guillermo, Rogelio, que supongo militaban en la misma célula y el que nos iba a bautizar era un personaje salido de la clandestinidad, hijo nos contaban del mismísimo Miguel Mármol, era Guillermo Ramirios.

Hablaba, habla pausadamente y con voz modulada, y con mucha seguridad nos impuso el compromiso de luchar por el socialismo y defender los intereses de la clase obrera a Víctor Quintanilla, a Oscar y a mi persona. Éramos ya militantes de la Juventud Comunista. Asumo el pseudónimo de Renato por el Discurso del Método de Descartes. Era ya la segunda organización política a la que ingresaba: PSP y luego PCS.
Me enviaron a una célula de calle (había también de empresas) que estaba ubicada en Ciudad Delgado. El responsable se llamaba Luis García y era de una familia de sastres comunistas comenzando por su papá que era a la vez síndico de la alcaldía municipal por el UDN. Y el local de este partido se convirtió en nuestro lugar para reuniones ya que estaba ubicada frente a la farmacia La Salud, en plena calle Juan Bertis.

En la célula militaba también Carlos García, y Reyes Martínez, conocido luego en las FAL como Raiponi. Eran los miembros locales. Los García vivían en un hoyo cerca de la Escuela Juana López. Y eran sastres por lo que estudiaban en la noche. No fumaban ni tomaban. Pero doy testimonio que Luís – bajo de estatura, moreno, pelo liso y con anteojos culo de botella- era un gran bailarín de rock and roll. Me han contado que a Luís para la guerra lo desaparecieron mientras que a Carlos lo vi en los ochenta con las FAL en el Volcán. Y en un principio estuvo Carlos Luna, también sastre, del FAU, que vivía en Paleca, que después cayó combatiendo en las FAL, creo como Capitán Alex.

En aquellos tiempos tempestuosos había un inmenso esfuerzo por adquirir una cultura general y una formación política marxista sólida, y los diversos frentes universitarios y sociedades estudiantiles publicaban en grandes tirajes las obras principales del pensamiento marxista así como de la teoría de la dependencia.
En ese periodo leí mucho a Lenin. Había compañeros que iban a México a traer literatura revolucionaria marxista. Me devore El Estado y la Revolución, Tres fuentes y tres partes integrantes del marxismo, La enfermedad infantil del izquierdismo en el comunismo,. El imperialismo, fase superior del capitalismo, Dos tácticas de la socialdemocracia en la revolución democrática, las tesis de Abril, Cartas desde lejos, etc., etc. Y naturalmente Locs Conceptos elementales del Materialismo Histórico de la chilena Marta Harnecker, que era libro de cabecera. Ah y hay que agregar Acerca de la Contradicción del Presidente Mao, el amado por los camaradas.

Había un inusitado renacimiento cultural que luego desapareció y que se expresaba en la proliferación como hongos luego de una tormenta de grupos musicales y de teatro. Estaba en un inicio Mahu-Cutah, luego la banda Tepehuani, el Sol del Río 32, el grupo experimental de teatro, TEC., etc. En 1974 AGEUS presidida por Manuel Franco, que estudiaba simultáneamente derecho y relaciones Internacionales y vivía en San Jacinto, organizó el 1er. Festival Latinoamericano de Teatro y vinieron grupos de Guatemala, Costa Rica y de Colombia, incluyendo a La Candelaria, que presentó Ciudad Dorada, la historia de una familia campesina que emigra a la ciudad. Cada día del festival circuló un boletín de noticias muy bien elaborado, artístico. Ojala se conserven copias. También estuvo para esa época el grupo musical argentino Quinteto Tiempo. Se imaginan el Auditórium de Derecho repleto y escuchando:
“Por qué me preguntas compañera ¿Donde fue mi sangre si lo sabes?
Una sola esperanza nos decía adelante adelaaaaaaaaante!
Fue por vos mujer por nuestros sueños que cayó a mi pecho el estandarte
una sola esperanza Nos deciiiiiiiia adelante adelaaaaaaaante!
Pero ellos triunfaron sin pena ni gloria el sable silencia y huye a las sombras
del rio coral que inundó las calles su gloria llamaba dicieeeeeeeeeeeendo adelante adelaaaaaaaaaante! Dame tu ternura en estos dias que la calma huele a tempestades
si la lucha es larga si la lucha es larga el río está llamando y
sieeeeeeeempre adelante adelaaaaaaaaaante…
(RECITADO) ADELANTE COMPAÑERA SALGAMOS A LAS CALLES, NO NOS DETENGAMOS Y HAGAMOS QUE ESTO ANDE… Adelante Adelante Adelante Adelante…”

Me estremezco al recordar, eso nos daba una fuerza inmensa para entregar nuestras vidas. Y al final las entregamos, unos podemos contarlo y otros nos dejaron. También estuvo de moda: te recuerdo Amanda, la calle mojada…la cantaba tanto que estuve a punto de perder mí nombre oficial de El Chileno por el de Calle Mojada.

El teatro estaba en auge tanto que junto con Toni Sosa, que nos conocíamos desde pequeños ya que vivimos un tiempo en el mismo edificio D de la Colonia Atlacatl, nos integramos a las clases del teatro Universitario dirigido por el Maestro Edmundo Barbero. Los ensayos eran donde esta hoy la Escuela de Relaciones Internacionales. El nos platicaba de la España del Año 36 y como tuvo que exilarse. Era un republicano español al que admirábamos mucho por su consecuencia, por sus principios.

Olvidaba mencionar a Chile. El golpe contra Allende del 11 de septiembre de 1973 nos golpeó fuertemente. En el primer aniversario en 1974, salimos en manifestación para denunciar a los militares traidores y hablábamos de Chile pero pensábamos en El Salvador. La solidaridad con Chile fue mi segunda escuela de cariño hacia un pueblo en lucha, antes había sido por Vietnam. Incluso desde entonces la música chilena se impuso como el estilo dominante de las agrupaciones musicales progresistas. Y desde entonces cantamos como himno oficial de la izquierda salvadoreña: “De pie cantar que el pueblo va triunfar, avanzan ya canciones de unidad, y tu mujer vendrás junto a mí, y en tu cantar mil voces de combate se alzaran, dirán canción de libertad…”

En esa marcha del primer aniversario, que por cierto salió en la portada del primer número de Voz Popular, me acuerdo que marchamos desde el Parque Cuscatlan por la calle Arce, y a la altura del edificio de ANTEL, un vigilante disparó e hirió en una oreja a Víctor Quintanilla.No fue de gravedad y continuamos la marcha hacia el Parque Libertad donde realizamos un mitin de solidaridad con el pueblo chileno.

En AES la Junta Directiva se había modificado en 1974: Roberto Osorio era el secretario general, Tito Bazán, el de organización, yo seguí un tiempo en Conflictos y luego pase a Organización, Darold en propaganda, Benito en Finanzas, Amílcar Estrada en Educación, Jorge Molina en Relaciones. Estaban también del Celestino Castro pero he olvidado sus nombres. Y en 1975 se vuelve a modificar. Tito Bazán asume como secretario general, Roberto Pineda como secretario de organización, Jorge Molina de Conflictos, Víctor Ramos, de educación, Jorge Montalvo(a) Pato Baleado, de Cultura, Benito Lara, Finanzas. Hay ya una fuerte presencia del Celestino Castro.

Como AES marchamos el 1 de mayo de 1974. Incluso unos días antes fui capturado junto con otros compañeros porque habíamos tapizado de invitaciones a la marcha el Palacio Nacional. Fue una marcha convocada por FUSS, FESTIAVTCES y FENASTRAS.
En agosto del 74 experimente mi primer asesinato político. Se trataba de un joven sindicalista y militante del PCS, originario de Apopa, Jorge Alberto Moran Cornejo. Lo asesinaron en el arenal del río Acelhuate a una cuadra y media al sur del local de la FUSS, donde lo velamos y de donde salimos a enterrarlo al cementerio. Esa misma semana realizamos un reparto a medianoche en la Colonia Santa Lucía de un manifiesto del PCS condenando este asesinato.

A finales del 74 y principios del 75 AES dejó de ser la tienda común de las diversas expresiones de la izquierda en secundaria. Los primeros en irse fueron los del ERP y constituyeron el Frente Revolucionario de Estudiantes Luís Moreno, el FRELM. Luego se fueron los de la FPL para formar el Movimiento de Estudiantes Revolucionario de secundaria, MERS. Y la última escisión fue a finales del 75 con la salida de Darold Velis, Toni Sosa y Cesar que trabajaban ya con la Liga para la Liberación, núcleo abierto de lo que después fue el PRTC. Luego la RN crea ARDES.
De estas diversas expresiones organizativas que reflejaban diversos núcleos ideológicos, es el MERS, el que tiene un desarrollo extraordinario tanto en cantidad como en calidad, o sea en presencia territorial y en despliegue de creatividad y espíritu combativo. Su vinculación con el Bloque Popular Revolucionario y en particular con ANDES 21 de Junio, les permitió crecer y desarrollarse en todo el país. Sus núcleos básicos estaban en el Instituto Damián Villacorta de Santa Tecla y en el Instituto de San Sebastián, en San Vicente.
La lucha ideológica a partir de finales de 1974 fue intensa. Estaba en el equipo de “los revis” y los del PCS y JCS éramos acusados de electoreros y reformistas mientras a las otras fuerzas de izquierda (FPL, ERP, RN y PRTC) las acusábamos de “los ultras”: hegemonistas y aventureros pequeño burgueses. Durante un periodo se publico en nuestro semanario Voz Popular, que vendíamos religiosamente tipo Testigos de Jehová, Nuestra Polémica con la Ultra Izquierda, escrito me imagino por Schafik. Y por otra parte, en El Rebelde y Por la Causa Proletaria, nos llovían puteadas. Al final fue de este licuado cinco años después que surgió el FMLN.

Me acuerdo que estudiábamos bastante para poder debatir y defender nuestra línea política…pero a veces nos superaban. El caso de Darold fue ejemplar. Con el Evangelio según Lenin (el Que hacer?) en determinado momento nos acusó de reformistas, siendo miembro de la Comisión Nacional de Secundaria de la JCS. Con Tito Bazán y mi persona, nos ganó la discusión. Y llegó Lito Aguiñada al rescate, y nos ganó la discusión. Llegó José Luís Merino al rescate, y nos ganó la discusión. Y tuvo que llegar al cuarto round, el mismísimo Emilio (Schafik)- por cierto a reunión fue en mi casa en la Col. Atlacatl- y tampoco pudo rebatirle. A las semanas nos abandonó orgánicamente porque ideológicamente lo había hecho mucho antes. Algunos años después me lo encontré en una casa de seguridad, y le pregunte: ¿qué ondas? ¿Qué andas haciendo? A reunión. Reunión de la Comandancia General con Marcial y Simón incluidos.

Nosotros en AES seguimos creciendo, incluso llegamos a tener presencia en doce departamentos e impulsamos importantes huelgas estudiantiles en los institutos nacionales de Aguilares, Quezaltepeque. Nosotros teníamos base en el IBNSAFRAMEN, INSA, el Isidro Menéndez de San Miguel. Y en especial en Chalchuapa, Santa Ana y san Miguel , donde había JC y AES.

En 1975 conmemoramos “el 28 de marzo” el 45 aniversario de fundación del PCS. Hicimos pegas de un póster alusivo al aniversario. Y fui seleccionado por mi célula de la Jotace para participar en un acto solemne y clandestino que se desarrolló en la Colonia La Esperanza, con la presencia como invitada de honor de Rosita Castellanos, una camarada tica muy elegante que fue la esposa de Raúl Castellanos Figueroa, dirigente histórico del PCS que murió en Moscú en octubre de 1970. En la Mesa de Honor y como oradores estaban Emilio (Schafik Handal) Camilo (Dagoberto Gutiérrez) y Rosita. Y creo que también Miguelito Mármol, Daniel Castaneda y . El discurso de Schafik, al que llamábamos El Chafo, fue memorable, muy documentado.
Y como AES participamos en la marcha del 1 de mayo, que de nuevo salió del Reloj de Flores. Tengo entonces 16 años. Fue una marcha dedicada al triunfo del pueblo vietnamita y a su victoria y a la lucha de las trabajadoras en huelga de Texas Instruments. En el sector de la Juventud se adoptó el estilo universitario de detenerse, dejar que la marcha avanzara y luego salir corriendo gritando UUUUUUUUUU!

Seguimos como AES en la FUSS donde habitaban pintorescos personajes. Como Miguelito Cea, viejito enojado, fumador, alcohólico frustrado. Se dedicaba a empastar libros y había estado en la URSS, en la RPCh y exilado en la Argentina a principios de los años 50. Nos hablaba mucho sobre Europa y los sindicatos soviéticos. Como Raúl Padilla Vela, profesor de física en colegios de secundaria, conocedor y divulgador del marxismo en diversas generaciones de obreros. Padilla Vela tenía un club de fans, en su mayoría jóvenes, que se llamaba Círculo de Estudios Francisco Gavidia, entre los que estaban jóvenes de la JOS y Roberto salinas, del Bachillerato en Artes.

Como Chamba, que era mongolito pero publicaba un periódico mensual llamado La Semilla. Como Matías, simpático y amigable, que era el secretario general del Sindicato de Empleados Particulares, del cual se sospechaba públicamente que era “oreja” pero manejaba con destreza la línea política partidaria. Y muchos llegaban a preguntarle por el famoso “informe político.”Víctor (a) Dientefrío, el Conserje, que nos acompañaba en las desveladas antes de las marchas. Y que fue desaparecido en San Marcos. Como el Gordo Constanza, especialista in fieri de derecho sindical. Y compartíamos espacio con la Juventud Obrera Salvadoreña, dirigida por José Luís Merino, quien había regresado el 74 de la Escuela de Cuadros del PCUS, y creo que al regresar Chepe Luis le tocó el turno a Lito Aguiñada.

El 30 de julio de 1975

A finales de julio nos enteramos que el ejército había reprimido a los universitarios en Santa Ana, que en el marco de las fiestas patronales habían organizado un desfile bufo, incluso habían violentado la autonomía universitaria. Eran nuestros compañeros del FAU conducidos por El Cacho o sea Salvador Cárcamo.
El día siguiente nos convocaron como AES para una reunión por la tarde en el local de la Orquesta Filarmónica para consensuar una respuesta unificada. Por el FAU llegó Roberto “Esquizofrenia” y por AES mi persona. Estaba también compañeros de UR-19 y de FUERZA que habían ganado AGEUS; y de la Liga para la Liberación. El acuerdo básico fue convocar para una marcha el próximo miércoles 30 de julio conducida por AGEUS, de la UES hacia la Plaza Libertad para denunciar la intervención militar en el CUO. Cada quien se llevo el acuerdo para su respectiva organización. Por cierto era una época de intensa pugna política por la conducción del movimiento popular. Como AES nos reunimos el lunes para planificar nuestra participación en la marcha. A esta altura era ya el encargado de Organización de AES.

Ese miércoles me levante temprano y me dirigí hacia la Universidad, estuve ahí hasta cerca de las 11 de la mañana cuando salí para ir al Tercer Ciclo, que quedaba a la par de la U, arriba de Derecho. En cada local de las organizaciones estudiantiles había una actividad febril de impresión de boletines y elaboración de mantas condenando la intervención militar en el CUO. Al llegar al tercer Ciclo entre y busque a mi contacto, el presidente del Concejo de Alumnos, de nombre Rafael …. Lo ubique y empezamos a ir de salón en salón agitando para que salieran, logramos sacar un buen contingente y lo llevamos para el auditórium de Derecho.
Estaban bastante entretenidos porque en el auditórium había ensayo de la Danza Universitaria y el ensayo se convirtió en presentación. A mediodía hubo que comer churritos y los que podían gaseosa. Pero había mucho movimiento. Gente que iba y venía. Como a las 2 y media empezamos a movernos para el portón del IVU. La marcha la encabezaba AGEUS. Como AES íbamos en medio, después del FAU que iba después del UR-19, que por cierto a la salida hubo un conato de pelea. Salimos, el cielo estaba nublado con amenaza de tormenta. Al pasar por la Embajada gringa les dimos los respectivos saludos: ¿Qué le pasó a Superman? Le dieron verga en el Vietnam! Y ¡UUUUUUUUU!

Luego de la Embajada empezó una lluvia fina que refrescaba y empezaron a circular rumores que adelante estaban los animales. Nos pusimos nerviosos pero seguimos caminando, lo que si con nuestra manta de AES decidimos adelantarnos y nos fuimos detrás de la manta de AGEUS. Al llegar ya cerca del triangulo del paso a desnivel pudimos distinguir claramente las tanquetas. La autodefensa comenzó a funcionar. Y se inició la balacera.

Unos compañeros se tiraban por el paso a desnivel, otros corrían hacia la Tutunichapa, y en mi caso, decidí correr hacia el Central de Señoritas, pero luego al ver tropa del ejército en ese lado regrese y me salte el muro del Seguro. Unas enfermeras estaban ayudando a los que caíamos al otro lado y nos ingresaron al edifico, subimos al sexto piso. Estaban conmigo Francisco Osorio y Benito Lara. Pasamos como media hora y luego salimos con medicinas que nos regalaron para fingir que éramos pacientes.

Al salir vimos sangre en las calles. Nos fuimos caminando hacia la FUSS. Ahí nos estábamos reagrupando sin haberlo planificado. Empezamos a ver quienes faltaban. No estaba Candelita. Fuimos a buscarlo, y ya estaba en su casa. Faltaba Amílcar. Fimos a buscarlo. No estaba en su casa pero había llamado que estaba bien. Hasta el siguiente día nos enteramos que había caído Roberto Miranda, estudiante de arquitectura y militante de la JCS. Asimismo habían capturado a Efraín Mejía del Celestino Castro.

Nelson Domínguez: “ detrás de los cipotes del triciclo que iban adelante de la manifestacion íbamos los del inframen que también llegaron a sacarnos los compás de la u cuando aparecieron las tanquetas sobre la 25 de sur a norte yo logre meterme a uno de los chalets que estaban frente a la policlinica y me heche todo el rollo de una soberana taleguiada que les metieron unos gorilas a unas compas y me recuerdo de un compañero que andaba con un perro a ese compa lo masacraron los gorilas creo que eran de la primera brigada…”

Luego nos fuimos para la U, al local del FAU y ahí supimos que el siguiente día iba a ver una manifestación de mujeres, de luto por los caídos. Esta marcha concluyó en la Plaza Gerardo Barrios y al llegar ¡Catedral había sido tomada! Había integrantes de todas las fuerzas e izquierda. Por el FAU creo que estaba Antonio Martínez, que era estudiante de Sociología y el presidente de la SECH. Nos quedamos ahí. Llevamos aparatos de sonido y comenzó una inmensa jornada de educación y movilización popular.
Había una manta gigantesca que decía: GOBIERNO ASESINO. Había tribuna abierta y los integrantes de las diversas organizaciones populares se turnaban para dar sus mensajes. Fue una semana agitadísima. Como AES nos trasladamos afuera de Catedral. Ahí nos reuníamos y desde ahí activábamos. Hacíamos colectas populares y pedíamos sprays en las ventas de pintura para hacer pintas. La gente estaba en la calle y exigía juicio y castigo para los criminales, para el presidente Molina y el ministro de justicia Romero. ..
Continuara…

Brasil: Mensaje de las calles

Las manifestaciones en las calles del Brasil traen de cabeza a los analistas y cientistas políticos. Dirigentes partidarios y líderes políticos se preguntan perplejos: ¿quién lidera ese movimiento si nosotros no estamos en él?

Recuerdo cuando dejé la cárcel a fines de 1973. Al entrar en ella, cuatro años antes, predominaba el movimiento estudiantil en la contestación a la dictadura. Al salir encontré un movimiento social comunidades eclesiales de base, oposición sindical, grupos de madres, lucha contra la carestía que me sorprendió. Desde lo alto de mi vanguardismo elitista me hice la pregunta: ¿cómo es posible si nosotros los líderes estábamos encarcelados?

Con esa misma perplejidad encaró Marx la Comuna de París en 1871; la izquierda francesa el Mayo de 1968; y la izquierda mundial la caída del muro de Berlín y la desintegración de la Unión Soviética en 1989.

“La vida sobrepasa a la idea”, decía mi hermano de hábito santo Tomás de Aquino en el siglo 13. Ahora aquí, en el Brasil, todos los liderazgos políticos encaran confusos y despechados las recientes manifestaciones de la calle. Con el mismo interrogante envidioso con que la izquierda histórica del Brasil miró el surgimiento del PT en 1980: ¿qué historia es ésa de que ahora los proletarios quieren ser la vanguardia del proletariado?

Históricamente éramos los líderes de la izquierda brasileña hombres oriundos de la clase media (Astrogildo Pereira, Mario Aves y João Amazonas), de los círculos militares (Prestes, Gregorio Bezerra, Apolonio de Carvalho) y de la intelectualidad (Gorender y Cayo Prado Junior). Marighella fue uno de los pocos líderes de las clases populares.

El mensaje de las calles es sencillo: nuestros gobiernos se alejaron de la base social. Para usar una categoría marxista, la sociedad política se divorció de la sociedad civil, peligro al que ya aludí en el libro “La mosca azul. Reflexión sobre el poder”, en el año 2005.

La sociedad política ejecutivo, legislativo y judicial se convenció de que representaba de hecho al pueblo brasileño y mantenía bajo control a los movimientos representativos de la sociedad civil, como sucede hoy con la UNE y la CUT.

No sólo de pan vive el hombre, indicó Jesús. Aunque diez años de gobierno del PT hayan mejorado las condiciones sociales y económicas del país, el pueblo no vio saciada su hambre de belleza (educación, cultura y participación política).

El gobierno del PT optó por una gobernabilidad asegurada por el Congreso Nacional, en el que todavía perduran los “300 pícaros” denunciados por Lula. Se despreció la gobernabilidad apoyada en los movimientos sociales, como hizo Evo Morales, con éxito, en Bolivia.

De ese modo nuestro gobierno poco a poco perdió los anillos para conservar los dedos. Creyó que todo permanecería como antes en el cuartel de Abrantes. Sea porque la oposición está deteriorada por sus propios pleitos internos, sea porque considera a Eduardo Campos y a Marina Silva meros instrumentos de ensayo.

Lo que ni la Abin (ojos y oídos secretos del gobierno) previó fue el súbito tsunami popular invadiendo las calles del país en pleno período de la Copa de Confederaciones, cuando se esperaba que todos estuvieran con su atención puesta en los juegos.

Ahora el gobierno inventa el discurso de que sin partidos no hay política ni democracia. Pero basta con una hora de clase de enseñanza media para aprender que la democracia nació en Grecia muchos siglos antes de la era cristiana y mucho antes aún de la aparición de los partidos políticos.

Hoy la mayoría de los partidos niega la democracia al impedir un gobierno del pueblo con el pueblo. No basta con pretender gobernar para el pueblo y ya considerarse demócrata. El pueblo en las calles exige nuevos mecanismos de participación democrática, mientras manifiesta su desconfianza en los partidos. Éstos están obligados a renovar sus métodos políticos o serán atropellados por la sociedad civil.

He ahí el mensaje de las calles: democracia participativa, no sólo delegativa, o sea gobierno del pueblo con el pueblo y para el pueblo. Eso no es utopía, desde que no se considere modelo perpetuo el pluripartidismo y se admita que el régimen democrático puede y debe generar nuevos estilos de participación popular en las esferas del poder.

«Al FMLN le quedan camisetas del Che, pero las convicciones de izquierda las perdió»

Por David Ernesto Pérez SAN SALVADOR – Julia Evelyn Martínez, economista y catedrática de la Universidad Centroamericana (UCA) está muy pendiente de las protestas sociales en Brasil. Dice que los acontecimientos en el coloso del Sur deben ser un espejo para todos los partidos de izquierdas de América Latina.

La ex directora del Instituto Salvadoreño para el Desarrollo de la Mujer (ISDEMU), tiene su propia explicación del dicho malestar social: el modelo de desarrollo brasilero profundizó la brecha entre los más ricos y los más pobres.

Claro, la feminista admite que Brasil, durante la presidencia de Luiz Inácio Lula Da Silva, sacó de la pobreza a 23 millones de brasileños, empero, lo hizo ejecutando programas sociales que no son la solución real a los problemas de las sociedades latinoamericanas.

Además, señala que el Partido de los Trabajadores (PT) – el cual sirvió de plataforma a Lula y a la actual presidenta, Dilma Rousseff – ahora que está presente la efervescencia, lamenta dos cosas: haberse alejado de sus bases y empeñarse en ser una maquinaria electoral.

Martínez traslada ese lamento al oficialista Frente Farabundo Martí (FMLN), y cree que está en la misma ruta: lejos de los ideales de los partidos de izquierdas, pero cerca de ser un instituto político obsesionado con los periodos electorales, las encuestas y la sonrisa en la televisión.

“Esa cúpula (FMLN), de principios y valores de la izquierda le quedan muy pocos, creo que no le quedan más que discursos, alguna que otra camiseta del Che Guevara o de Farabundo Martí, que deben usar los fines de semana, pero la ideología, las ideas, las convicciones de izquierda, las han perdido, las han debilitado, porque han puesto, ante todo, el tema de ganar elecciones”, expresa la feminista.

En entrevista con Cruzcalle, Martínez hace una revisión a su salida del ISDEMU, los cambios en la garantía a los derechos de las mujeres de este gobierno y las perspectivas del Frente rumbo a la carrera presidencial.

¿Qué fue lo primero que pensó el día de su destitución?

A mí no me sorprendió, la destitución se venía manejando desde hace días atrás, a mí directamente nunca, de frente, me informaron que estaba en un proceso de destitución, ni siquiera me habían dicho que pusiera mi renuncia, al contrario, diez días antes de la destitución se me había ratificado en mi cargo, en el pleno de la junta del ISDEMU, inclusive, se habían hecho algunos señalamientos del buen trabajo que estaba realizando y como el ISDEMU había logrado elevar su perfil y sacarlo de la oscuridad y el anonimato.

Sin embargo, yo sabía que desde la situación del Consenso de Brasilia, donde tomé la decisión de no poner observaciones al Consenso, de aceptar la necesidad de hacer un debate en el país sobre las leyes restrictivas de interrupción del embarazo y las implicaciones en la salud de las mujeres…

¿Desde ahí comienzan las desavenencias?

Empezó una especie de problema entre algunas autoridades gubernamentales y mi persona, le doy un caso: en ese entonces se dijo que Cancillería había enviado una carta a CEPAL desdiciéndose y poniendo reservas al Consenso de Brasilia, yo me di cuenta, por información de la CEPAL, que tal carta nunca se envió, y si ustedes preguntan a CEPAL o Cancillería dónde está la carta que enviaron a CEPAL, les dirán que no existe tal carta, entonces yo reclamé: muéstrenme la carta, quiero saber cómo es que me han desautorizado, pero no había tal carta.

Luego hubo otro problema: cuando ratifiqué el Consenso de Brasilia, he señalado que lo hago amparada en que, El Salvador, ha quitado las reservas al Plan de Acción de la Conferencia del Cairo, que los gobiernos de ARENA habían puesto reservas en el tema de los derechos sexuales y reproductivos de la mujer.

Yo sabía que, un mes antes, también Cancillería había enviado una carta al Secretario General de Naciones Unidas solicitando que El Salvador retiraba esas reservas y adoptaba plenamente el Plan de Acción del Cairo en donde se reconocen los derechos sexuales y reproductivos, entonces me amparé a eso, y luego sale Cancillería desdiciéndose que no ha retirado tales reservas, cuando yo tenía la carta y se las mostré a las autoridades.

Ya la tensión estaba llegando al límite…

Había muchas, no sé si llamarlas diferencias, porque este Gobierno creo que sí tenía las buenas intenciones de trabajar en favor de los derechos de las mujeres, de avanzar en los temas de la igualdad, de equidad de género, y también creo que este Gobierno tenía las buenas intenciones de adoptar todos los instrumentos internacionales en materia de derechos humanos que, los gobiernos anteriores de ARENA, se habían opuesto a aplicar.

Estaba convencida de esto y por ello, cuando a mí me convocan a formar parte del ISDEMU, inmediatamente digo que sí, porque quería ser parte de este gran proceso de transformaciones que yo miraba, en el lado de la izquierda no le miraba, a las reformas económicas esperanzas, porque sabía quienes están en el Gabinete económico, de ese lado sabía que no habría avances.

Lamentablemente, esas buenas intenciones fueron rápidamente perdiéndose en la realidad y al chocar con los grupos de poder, aquí en El Salvador, quien define la agenda de género del Gobierno es el Arzobispo de San Salvador (José Luis Escobar Alas), es la Nunciatura Apostólica, los grupos provida, los editoriales del Diario de Hoy, de la Prensa Gráfica, son las cámaras empresariales, en otras palabras son los sondeos de opinión pública,

¿Pero desde la trinchera de los derechos de la mujer?

Sí estaba convencida que habría avance, de cambiar este modelo machista, patriarcal y avanzar en una sociedad en donde los derechos de hombres y mujeres fueran respetados, y en donde la erradicación a la violencia y los derechos contra las mujeres, no fuera solamente un discurso, sino una práctica.

Lamentablemente, esas buenas intenciones fueron rápidamente perdiéndose en la realidad y al chocar con los grupos de poder, aquí en El Salvador, quien define la agenda de género del Gobierno es el Arzobispo de San Salvador (José Luis Escobar Alas), es la Nunciatura Apostólica, los grupos provida, los editoriales del Diario de Hoy, de la Prensa Gráfica, son las cámaras empresariales, en otras palabras son los sondeos de opinión pública, y este Gobierno, desafortunadamente, así como está sucediendo a muchos gobiernos progresistas de Suramérica, gobierna y toma sus decisiones de políticas públicas, a partir de lo que son sus eh…

Su imagen, los sondeos de opinión pública…

Sí, su popularidad, entonces, cuando saben que un tema les va a quitar puntos, o una persona está restando esa popularidad, entonces hacen el cambio y adaptan su política pública esa cuestión, entonces lamentablemente, me tocó experimentar en carne propia esa realidad; yo no me arrepiento para nada haber pasado (administración Funes), fue una de las mejores experiencias que he tenido, eso equivale, yo digo, a una maestría en políticas públicas, porque logré ver, en vivo y en directo, lo que es el poder, y no en los libros de textos.

¿Qué destaca más en su gestión?

Se puede ver un antes y un después en mi gestión en el ISDEMU: antes era un instituto desconocido, irrespetado, no se le reconocía su labor, siempre se creyó que sólo atendía a las mujeres víctimas de violencia intrafamiliar y cosas como esas.

Con mi gestión, no digo con mi persona porque no creo en protagonismos, gracias a esa junta directiva y el plan quinquenal donde estaban definidas ciertas políticas públicas y la necesidad de una nueva política en favor de la mujer, se avanzó mucho

¿Cuáles son esos avances?

Fue haber una nueva política de la mujer con una perspectiva de género, más integral y se incluyeron temas anteriormente no considerados, por ejemplo la autonomía económica y de mujeres rurales, entre otros.

Adicionalmente, durante mi gestión se hizo todo un proceso de articulación del rol de rectoría de políticas públicas, con el resto de ministerios y otras instancias para asegurar y monitorear, que realmente en las agendas de las instituciones se incorporara el tema de la igualdad de género y la no discriminación.

Y mire, quiero decirle que esto no dejó de incomodar a muchos funcionarios; durante esta gestión fue que, por ejemplo, los señalamientos a dos expresidentes de la Lotería Nacional, a quienes se les abrió expedientes por acoso sexual; se logró, además, detener unas acciones de apoyo a acosadores y a hombres que ejercían violencia sexual contra mujeres en el Instituto Salvadoreño del Seguro Social (ISSS).

En tercer lugar fue que se le dio impulso a la Ley Especial Integral para una Vida Libre de Violencia contra las Mujeres, y a la Ley de Igualdad y no Discriminación contra las Mujeres; yo solamente pude vivir la primera, es decir, en mi gestión, pero en ambas me siento parte del proceso.

¿El Gobierno avanzó en el reconocimiento de los derechos sexuales y reproductivos de las mujeres?

No, para nada, ese es el gran… pero antes, quiero reconocer que se ha avanzado mucho, y cualquiera que diga que el tema de los derechos de las mujeres, en este Gobierno, y no digo en mi administración del ISDEMU, sino hasta el momento, no se ha avanzado, creo que no tiene una visión clara de la realidad, porque se han hecho grandes avances, y se sigue avanzando.

En este momento se está aplicando la nueva Política Nacional de la Mujer, yo también reconozco que hay un plan para la igualdad, que tiene medidas sustantivas e importantes, y bueno este modelo de Ciudad Mujer, que contribuye grandemente a llevar servicios a mujeres madres, y especialmente de los sectores más pobres de la población.

Pero, lamentablemente eso no basta, porque para transformar esta realidad de violencia y discriminación, no bastan leyes, políticas o servicios, se necesita transformar la cultura salvadoreña que implica cambiar estos estereotipos, cambiar los programas de televisión que ponen a la mujer en papeles, los anuncios publicitarios…

¿Qué implicaría cambiar eso?

Chocar con el sector privado, implica entrar con la Asociación de Medios Publicitarios y con las agencias de publicidad, no tanto con las empresas, sino que con estos dos sectores que son poderosísimos y que no están dispuestos a ceder.

Segundo: necesita cómo reducir embarazos adolescentes, en estos momentos, en el país son una tercera parte de todos los embarazos a nivel nacional.

De esos, un 40 por ciento, de acuerdo a un Estudio del Banco Mundial, no son embarazos consensuados, sino que son violaciones, ¿y quiénes las están agrediendo? Son personas en los entornos más próximos.

Viene el restante 60 por ciento, que es porque las niñas inician su vida sexual de manera temprana, pero no tienen información sobre el uso de métodos de planificación familiar, para no quedar embarazadas, y porque desconocen qué implicaciones puede tener una relación sexual y que pueden quedar embarazadas, entonces se necesita educación sexual.

Desde temprana edad…

Se necesita desde la primaria, y una educación explicita, que diga las cosas como son, y no ande hablando de las abejitas, las mariposas y las flores.

Pero eso provocará que la Iglesia se escandalice

Sí, también que las niñas tengan acceso a método anticonceptivos y, cuando queden embarazadas por una violaciones, darles acceso a la posibilidad de interrumpir ese embarazo, porque de lo contrario esas madres adolescentes tienen mayores dificultades de ingresar al mercado laboral en condiciones, digamos, adecuadas, y sus hijos e hijas tienen una alta probabilidad de crecer en la pobreza y la marginación.

Y se entra en el círculo vicioso de la pobreza…

Pero uno dice: si eso es así, ¿por qué no se hace? No se hace porque, si lo quiere hacer el Ministerio de Educación, el Ministerio de Salud, el presidente, entonces ya llama el Arzobispo de San Salvador, o el Nuncio Apostólico y empiezan a recordarles que eso no se hace, que eso no se debe y empiezan a atacar…

¿Y esto de la llamada es literal?

Literalmente, bueno… no sé si lo llama o se reúnen a almorzar, pero sí hace… la Iglesia Católica o la figura del Arzobispo, tiene una gran influencia sobre la Casa Presidencial.

¿Pierde el Gobierno una oportunidad histórica?

Sí, una gran oportunidad histórica, pero si me permite terminar, en el embarazo en adolescentes, solo si se reconoce el problema; yo he escuchado a la primera Dama (Vanda Pignato), a la directora del ISDEMU (Yanira Argueta) hablando que eso es un problema, ¡pero a nosotros no nos sirve que nos digan que eso es un problema, porque ya lo sabemos! La cuestión es ¿cómo se hará para solucionar ese problema? Eso implica entrar de frente a estos grupos de poder, y eso no se hace, entonces, se queda en discurso y se atienden a todas las niñas madres en Ciudad Mujer.

Entonces, el Gobierno está perdiendo la oportunidad, le queda todavía un año, pero creo que puede rectificar, todavía puede, yo espero cosas importantes y como va de salida, creo que las presiones de estos grupos de poder van a ir disminuyendo y debería enviar una propuesta de reformas al Código Penal que le haga cumplir con lo comprometido en el Consenso de Brasilia y las recomendaciones de los organismos de Naciones Unidas.

El Gobierno no llegó solo al poder, el FMLN también es parte de él. ¿Ve coherencia en el actuar del partido oficialista con el pensamiento de izquierdas?

Al FMLN, creo que le ha sucedido lo mismo que le pasó Partido de los Trabajadores (PT), de Brasil, que se ha separado en dos vertientes: una, las bases territoriales, las comunidades, organizaciones militando, que mantienen, en un gran porcentaje, esos valores, esos principios y esa coherencia de los valores de la izquierda, entre estos valores está la igualdad de género, y la no discriminación de género, entonces esa gente es la que pone los votos, la que pone la cara, la que moviliza, esa gente sí está.

La otra vertiente es la electoral, es la que tiene algunos cuadros medios, y la Comisión Política, y esa lamentablemente, a esa cúpula, de principios y valores de la izquierda le quedan muy pocos, creo que no le quedan más que discursos, alguna que otra camiseta del Che Guevara o de Farabundo Martí, que deben usar los fines de semana, pero la ideología, las ideas, las convicciones de izquierda, las han perdido, las han debilitado, porque han puesto, ante todo, el tema de ganar elecciones.

Entonces, es una cúpula que todas las decisiones las toman en base a una coyuntura: cuántos votos gana, cuántos votos pierde.

Lamentablemente, eso le puede funcionar ganando elecciones, pero no le sirve cuando está en el gobierno, porque estando ahí no se puede seguir, indefinidamente, con la popularidad o ganando votos, sino que se deben asumir los retos del país, la sociedad, y las demandas de los sectores sociales que han depositado la confianza, y esa confianza se traduce en votos.

Se ha vuelto pragmática…

Se ha moderado, dicen algunos, pero no creo eso, más bien se ha transformado, ahora es una cúpula con ideología y práctica de la socialdemocracia, y sabemos que ésta es una corriente de pensamiento que cree que es posible lograr el desarrollo de la sociedad, que se puede humanizar el capitalismo y, que se pueden lograr algunas concesiones, de tipo social sobre todo, y por eso hacen tanto énfasis en los zapatos, vasos de leche, etcétera.

Creo que esta vertiente electoral se ha transformado en una vertiente socialdemócrata, y en ese sentido, hace ya bastante tiempo dejó de ser izquierda; sin embargo, ahí hay un problema: usted tiene las bases que siguen siendo de izquierdas, porque son de izquierda, y mire, se lo digo porque, gracias a mi trabajo yo me reúno para dar charlas, seminarios, talleres, es decir, voy mucho a las comunidades, la gente que milita en el FMLN, realmente es gente de izquierda, por eso insisto, y no tienen absolutamente, o sea, están totalmente separadas de las cosas y las prioridades, entonces esa es una brecha, entre las bases de izquierda y una dirigencia socialdemócrata; más temprano que tarde, esa incoherencia tendrá que resolverse, yo esperaría, porque soy una optimista, ¿cómo se llama?

Persistente…

Irremediable, quiero ser así, creo que es posible que esa cúpula vuelva a reencontrarse con esas bases.

¿Estas bases le hacen comentarios sobre la cúpula?

Sí.

¿Qué le comentan?

Comentarios críticos, sin embargo, son bases disciplinadas, saben eso que se llama disciplina de partido; pueden expresar postura críticas, por ejemplo, hay un caso, no mencionaré la comunidad, pero estaba dando un taller sobre soberanía alimentaria, y entonces alguien me decía: “mire, el problema es que quien está afectando la soberanía alimentaria en el país es Alba Alimentos, porque nos está dando créditos, y los créditos nos los dan en insumos, y los insumos no son agroecológicos, sino que son insumos tradicionales (fertilizantes, insecticidas), todo derivado del petróleo. Por otra parte, los créditos los tenemos que pagar con la cosecha, y nos limita la disponibilidad que tenemos en las comunidades para nuestra alimentación”.

Se ha moderado, dicen algunos, pero no creo eso, más bien se ha transformado, ahora es una cúpula con ideología y práctica de la socialdemocracia, y sabemos que ésta es una corriente de pensamiento que cree que es posible lograr el desarrollo de la sociedad, que se puede humanizar el capitalismo

Tiene la gente la capacidad de decir: esto que queremos, la soberanía alimentaria, nos lo están afectando Alba Alimentos, o los Asocios Público – Privados, tienen esas reflexiones.

Cuando llega el momento, estas personas van con disciplina a votar por el FMLN; yo no las veo como personas domesticadas…

Aferradas al proyecto histórico…

Creen en el proyecto histórico, están convencidas que este es un proceso de transición, y que esto va a dar lugar a un cambio, a crear condiciones para que próximo gobierno ya liderado por el proyecto histórico revolucionario y socialista del FMLN, vaya a hacer este cambio.

Ojalá, yo espero que así sea, no por el bien de la dirigencia, sino porque estas personas se lo merecen, estas bases tan disciplinadas, tan coherentes, tan solidarias entre sí, pero también El Salvador se merece un partido de izquierda que pueda ser conductor de toda esta lucha, contra el neoliberalismo en primer lugar, y después contra el capitalismo y pueda promover en el país esa otra sociedad, por la cual tantas personas han ofrendado sus vidas.

Hagamos un ejercicio: ¿qué piensa Julia Evelyn cuando en un spot televisivo escucha la oferta electoral de Sánchez Cerén y Óscar Ortiz?

¡Ja, ja, ja! ¿Cómo así?

¿Qué interpreta de la oferta electoral?

Primero: no veo mayor diferencia de la oferta de la derecha, entre lo que ofrece Tony Saca y su partido UNIDAD, o lo que ofrece ARENA. Primero, creo que están partiendo de diagnósticos totalmente equivocados, que no son los correctos, todo lo reducen a… por ejemplo, en la economía, todo lo reducen a un problema de crecimiento económico. ¿Cuál es la oferta del FMLN?

Crecimiento económico…

Más que eso, ¿ARENA? Cómo lograr el crecimiento económico. ¿Saca? El crecimiento económico. Están ofreciendo lo mismo, poca claridad sobre cuáles son los problemas y los desafíos; sin embargo, en el caso del FMLN, creo que hay que tener un poco de comprensión porque todavía están haciendo las consultas, y todavía está en proceso de elaboración la propuesta económica y social.

Pero como usted me pregunta qué siento, siempre digo “¡que desperdicio de espacio, de esfuerzos, de dinero y que poca diferenciación con la oferta de la derecha!”

¿Está el país saliendo del neoliberalismo?

Al contrario, ahí es donde me vuelvo pesimista, porque si usted ve todo lo que ha hecho este gobierno en la parte económica, es profundizar el modelo neoliberal, no solo lo ha profundizado sino que lo modernizado, y eso no lo hace cualquiera, es decir, el neoliberalismo que tenemos en este momento no es el mismo que tenía Cristiani (Alfredo) o Calderón Sol (Armando), es diferente, por ejemplo, con esta figura de los asocios públicos, es uno de los mecanismos mediante los cuales el neoliberalismo trata de aumentar la tasa de ganancia del capital, posibilitando no privatizaciones, sino que las concesiones de 50 a cien años estando en manos privadas.

Ahora, al FMLN mantener esta separación con las bases, y solo utilizarlas en momentos electorales, o para apoyarse solo con los sectores de extrema pobreza, es peligroso porque se distancian de otros sectores que, tradicionalmente, son los apoyos de los partidos de izquierdas

Entonces, eso es parte del neoliberalismo superior, yo lo llamo el “neoliberalismo recargado”, y eso no solo lo digo yo, el Dr. Carlos Acevedo lo dijo con mayor claridad y mayor conocimiento.

Y uno dice, “bueno, pero ya vamos a terminar y va a venir un nuevo gobierno de izquierda, el gobierno del profesor Sánchez Cerén y Óscar Ortiz y no van a permitir más neoliberalismo”, pero mire apoyaron la ley de Asocios Públicos – Privados, están la próxima semana por aprobar el ADA (libre comercio con Europa), están creando una serie de condiciones que, después un gobierno de izquierda, un gobierno que quiera realmente cambiar este modelo neoliberal, no pueda hacer realmente estos cambios, porque ya van a estar hechas las concesiones, el FOMILENIO, el Asocio para el Crecimiento, vamos a estar con el CAFTA y el ADA, y a mí me preocupa que, en lugar de ver y de volcarnos a la integración del proyecto ALBA, nos acabamos de integrar como observadores a la Alianza del Pacífico.

¿Cree que si el FMLN llega al poder luchará, de verdad, contra la acumulación de la riqueza?

Es que depende de qué FMLN llegue al poder, porque si llega el FMLN socialdemócrata no va a hacer nada de eso, al contrario, promoverá una mayor concentración de la riqueza, a lo mejor va a tener menos gente pobre, porque en Brasil eso es lo que ha pasado, con políticas sociales como por ejemplo con la Bolsa de la Familia, han logrado sacar en diez años a 23 millones de brasileños de la pobreza, pero la desigualdad se ha incrementado: la brecha entre los que tienen mucho y tienen muy poco se incrementa, y eso polariza la sociedad, la desintegra, la fragmenta, entonces un gobierno del FMLN con el corte socialdemócrata va a seguir con el neoliberalismo, solamente que con mucho gasto social.

Pero si llega un FMLN realmente, yo no quiero decir que llegue a hacer la revolución socialista o instaurar la dictadura del proletariado, no soy ingenua, no es eso, pero si un gobierno del FMLN con una plataforma, con un proyecto histórico revolucionario, anticapitalista si puede, poco a poco, ir haciendo esos cambios que vayan desmontando, primero el neoliberalismo, y después, poco a poco, el capitalismo; yo sí creo que se pueda hacer, pero debe ser un FMLN que haya recobrado su mentalidad de izquierda y su práctica de izquierda, entonces todo dependerá de qué es lo que llegue.

¿Qué consecuencias le podrá traer al FMLN alejarse de su proyecto histórico?

Las mismas consecuencias que le están pasando al PT de Brasil, en este momento toda la izquierda latinoamericana debería enfocar la situación en Brasil.

El PT logró, con una amplia base popular, el gobierno de Lula (Luiz Inácio) y ahora de Dilma Rousseff, sin embargo lo que hizo el PT fue separarse de las bases, y lo reconoció Lula, que se volvieron casi una empresa electoral, entonces, ¿qué pasa en las calles? De pronto hay una cantidad de demandas, de movilizaciones, de gente que está expresando su descontento y a decirles a los partidos políticos, especialmente al PT, que no quiere nada más con los políticos.

Ahora, al FMLN mantener esta separación con las bases, y solo utilizarlas en momentos electorales, o para apoyarse solo con los sectores de extrema pobreza, es peligroso porque se distancian de otros sectores que, tradicionalmente, son los apoyos de los partidos de izquierdas; en un mediano plazo, las demandas de estos sectores que se sienten abandonados y no representados, simplemente explotan, pero sin ninguna dirección.

¿Cree que el resto de pequeños partidos de izquierda si representan esos ideales que supuestamente abandonó el FMLN?

Eh, no. ¿Dígame uno?

Por ejemplo, el Movimiento Nuevo País de Dagoberto Gutiérrez en próxima alianza con Jorge Meléndez del PSD…

Mire, en el momento que Dagoberto se alíe con ese Partido Socialdemócrata, de este señor Jonás, en ese momento dejo de ser de izquierda, porque se convertiría en un instrumento de la socialdemocracia.

No mire, es como que me dijera que CDU, o cómo se llama

Cambio Democrático…

Que ese es un partido de izquierda, es socialdemócrata, y ya dijimos que estos partidos lo que buscan es una cosa que, Antonio Gramsci llama la “revolución pasiva”, que es: que las masas no hagan la revolución, sino que los cambios que necesita el capitalismo para mejorar, los haga la burguesía con el apoyo de estos partidos.

En el momento (concrete pacto con Jonás), y ojalá que no lo haga Dagoberto, en ese momento dejo de ser de izquierdas. Pero usted puede decir que él tiene discurso, es más, yo a él lo admiro y le tengo mucho aprecio, pero aquí no se trata de buenas intenciones, sino que a la gente se le reconoce por sus frutos, y creo que ese partido no dará buenos frutos.

¿Cree que el FMLN pueda recibir el “voto de castigo” por estos años en el poder?

No, ¿cómo se le va castigar? ¿Qué haríamos? ¿Votar por la derecha? Yo jamás votaría por la derecha, y lo más cercano que tengo en el país es el FMLN, y se lo digo con esa sinceridad, cuando realmente una está interesada en mejorar, o en que las cosas no empeoren en el país, se lo voy a poner en esos términos, yo estoy interesada en que, para las próximas elecciones, las cosas no empeoren en el país, así se lo digo, y sé que para que no pase hay que evitar que ARENA regrese al gobierno y evitar que, el partido ese de UNIDAD, gane.

Si para evitar eso debemos buscar otras opciones, pues hagámoslo, pero que tristeza que debamos de pensar así en el FMLN, un partido que puede evitar que las cosas empeoren.