CEM publica epílogo del PCS al Diario del Che en Bolivia. Agosto de 1968

SAN SALVADOR, 7 de mayo de 2021 (SIEP). “La publicación en 1968 del Diario del Che en Bolivia provocó un gran debate en la izquierda latinoamericana acerca de la vía de la revolución, en la cual destaca el análisis realizado por la dirección del PCS, que reproducimos…” indico Roberto Pineda, coordinador del Centro de Estudios Marxistas “Sarbelio Navarrete.”

En este epilogo la dirección del PCS considera que “el Diario de Campaña del Che Guevara en Bolivia es un documento de un gran valor histórico y revolucionario. De cada una de sus páginas surge un noble aporte para la revolución latinoamericana; un altísimo ejemplo de moral revolucionaria y un caudal de datos para el análisis estratégico.”

Pero la vez, enfatiza en la necesidad de  identificarlo como “un documento de inestimable valor para el análisis estratégico, frío, racional ¿Cómo sale de la prueba la concepción estratégica del “foco guerrillero” como punto de partida de la revolución y como vía de la revolución?

Y ante esto considera que “vistos los hechos fría y racionalmente, como debe procederse en todo análisis revolucionario, la guerrilla del Che en Bolivia no fue parte de la lucha de clases interior en ese país, no surgió de esa lucha de clases como su forma superior, ni se desarrolló en combinación con las demás formas de esa lucha.”

Y agrega que “la vieja tesis marxista-leninista de que la lucha de clases es el motor de la historia en las sociedades divididas en clases, de que la revolución es un fruto de la lucha de clases, de que no puede por lo tanto exportarse ni importarse y que los revolucionarios solo pueden, como parteros, ayudarla a surgir del proceso interior de esa lucha de clases, ha demostrado una vez más ser una tesis rigurosamente válida a la luz de esta prueba de Bolivia, que es punto culminante de ocho años de pruebas parecidas en América Latina.”

Concluye el documento de agosto de 1968 que “Inspirándonos en el mismo Marx podemos asegurar, en esta hora de la América Latina, que la revolución no ha sucumbido ni sucumbirá, y que el camino que sigamos, capaz de asegurar que el movimiento de la subversión se convierta en un movimiento verdaderamente revolucionario, dependerá la derrota definitiva del imperialismo  y la reacción en nuestro continente.”

Amplia unidad de acción sindical y popular contra el bonapartismo de Bukele. PSOCA. 4 de mayo de 2021

La prolongada crisis económica y el descontento social en El Salvador generaron el aborrecimiento hacia los partidos ARENA-FMLN. La ausencia de una genuina opción electoral de izquierda, dejó el camino libre al demagogo Nayib Bukele, quien logró manipular el descontento general, ganando en primera vuelta con 1, 434, 856 votos de un total de 5 268 411 votantes.

El 9F fue la primera gran señal del bonapartismo  de Bukele

El 9 de febrero del 2019, las contradicciones entre el presidente Bukele y la Asamblea Legislativa se pusieron al rojo vivo, cuando Bukele convocó unilateralmente a una sesión plenaria extraordinaria de la Asamblea Legislativa para que los Diputados le aprobaran un préstamo de $109 millones de dólares, para financiar la fase tres del Plan Control Territorial, el cual era parte del programa central de combate contra las maras y pandillas. En señal de protesta, los partidos ARENA, FMLN, PDC no asistieron a la sesión.

Bukele ordenó el asalto militar al Palacio Legislativo, lo que hizo sonar las alarmas de la derecha tradicional, organismos internacionales. Esta acción se catalogó como un golpe de Estado fallido contra el órgano legislativo, pero aparte de los lamentos, nadie hizo absolutamente nada.

El manejo de la pandemia para ganar las elecciones legislativas y municipales

Bukele utilizo hábilmente la emergencia sanitaria para engañar a los pobres, como el subsidio de los $300 dólares y la ayuda alimentaria que mucha gente pobre realmente necesitaba, pero al mismo tiempo hizo grandes negocios desde el aparato del Estado.

Ante altos índices de desempleo y aumento de la pobreza, la “ayuda” que Bukele ofreció, fue bien vista por muchas personas. El conflicto entre Bukele y los diputados de la Asamblea Legislativa era visto como un obstáculo contra la generosa política asistencialista de Bukele. De esta manera, Bukele fue creando condiciones para una aplastante victoria en las elecciones legislativas y municipales del 28 de febrero del 2021. Fue el golpe final contra los decrépitos partidos del bipartidismo ARENA-FMLN. Nuevas Ideas (NI), el partido de Bukele,  ganó la mayoría de gobiernos municipales,  obteniendo 56 diputados de un total de 84 dentro de la Asamblea Legislativa. Pero la victoria de Bukele en realidad no fue aplastante, porque hubo una abstención de más del 50%, obteniendo solo 1,739,153 votos de un total de 5, 389, 017 del padrón electoral.

Golpe contra la Corte Suprema de Justicia y Fiscalía General

El 1 de mayo 2021 tomaron posesión los nuevos diputados de la Asamblea Legislativa para el periodo 2021-2024, quienes después de haberse repartidos los cargos de la Junta Directiva, realizaron su primera misión como fue la destitución “express”, sin procedimiento o juicio previo, de los magistrados de la Sala Constitucional: José Óscar Pineda Navas, Aldo Cáder, Carlos Avilés, Carlos Sánchez, Marina Marenco de Torrento. Con 64 votos de los diputados de Nuevas Ideas (NI), Gran Alianza por la Unidad Nacional (GANA), Partido Demócrata Cristiano (PDC) y Partido de Concertación Nacional (PCN), Bukele ha avanzado en la centralización del poder. Bajo amenaza de destitución, las presiones de Bukele y su mayoría legislativa obligó a renunciar a Raúl Melara, Fiscal General de la Republica, nombrando como sustituto al abogado Rodolfo Antonio Delgado

Suecy Callejas, vicepresidenta de la Asamblea Legislativa, justificó la destitución de magistrados, con argumentos netamente políticos, no relacionados con la supuesta corrupción: “Es concluyente que los magistrados erraron en sus resoluciones, en perjuicio de los artículos 1 y 2 de la Constitución”. Dichas resoluciones tienen que ver “…en su mayoría con las decisiones de la sala en el marco de la pandemia, por ejemplo, las declaraciones de inconstitucionalidad de varios decretos ejecutivos”. (LPG. 01/05/2021).

Inmediatamente de la destitución “express”, la mayoría parlamentaria bukelista nombró y juramentó a los nuevos magistrados, violando nuevamente los procedimientos constitucionales, procediendo, también con la ayuda de los cuerpos de seguridad, a la toma de las instalaciones del órgano judicial donde funciona la Sala de lo Constitucional

La centralización de poder por parte de Bukele, la ruptura del equilibrio entre los poderes del Estado, es un síntoma alarmante del desfallecimiento de la frágil democracia burguesa surgida con los Acuerdos de Paz de 1992, iniciando un periodo de inestabilidad y prolongada crisis política que terminará impactando negativamente a las masas trabajadoras.

Suenan las alarmas …

Inmediatamente después de que la Asamblea Legislativa acordó la destitución de los magistrados, diferentes organizaciones, ONGs, Universidades, algunos partidos políticos, cámaras empresariales, organismos internacionales y gobiernos del mundo, han reaccionado mostrando su rechazo.

La vicepresidenta de Estados Unidos, Kamala Harris, manifestó “Tenemos una profunda preocupación por la democracia de El Salvador, a la luz del voto de la Asamblea Nacional para destituir a los jueces de la corte constitucional. Un poder judicial independiente es fundamental para una democracia sana y para una economía fuerte” (EDH.02/05/2021). Por otra parte, Antony Blinken, secretario de Estado de los Estados Unidos, reafirmo “el compromiso de Estados Unidos para mejorar las condiciones en El Salvador, que incluye reforzar las instituciones democráticas y la división de poderes, defendiendo una prensa libre y una sociedad civil dinámica, y apoyando al sector privado, que depende del estado de derecho para fomentar un exitoso futuro para los salvadoreños”, (LPG. 02/05/2021).

Diego García-Sayán, Relator Especial de la ONU sobre la independencia de magistrados y abogados, “Condeno los pasos que viene dando el poder político para desmantelar y debilitar la independencia judicial de los magistrados destituyendo a los integrantes de la Sala Constitucional”. (LPG. 02/05/2021).

La Organización de Estados Americanos (OEA) emitió una declaración en la que señalo que “en la democracia las mayorías tienen la responsabilidad de ser garantes fundamentales para asegurar el respeto a los Derechos Humanos y las libertades fundamentales, el acceso al poder y su ejercicio con sujeción al Estado de Derecho, el régimen plural de partidos y organizaciones políticas y la separación e independencia de los poderes públicos”. (LPG. 02/05/2021).

La Fundación Salvadoreña para el Desarrollo Económico y Social (FUSADES), organismo empresarial, tildó la destitución de magistrados como un “atropello a la Constitución y al orden constitucional.(…) como  Golpe de Estado …contra la Sala haciendo un llamado a estar atentos ante esta actuación autoritaria, que conlleva a la destrucción del orden democrático, que elimina la separación de poderes en EL Salvador, y amenaza las libertades individuales de los salvadoreños”. Por su parte, la Universidad de El Salvador (UES) lo consideró un “golpe a la institucionalidad democrática”.

El desprestigio de los viejos partidos es tan grande, que mientras un sector de la población rechaza la acción de la Asamblea Legislativa, otra parte avala la medida por considerar que los magistrados destituidos fueron electos por los diputados corruptos de los anteriores partidos. Bukele ha logrado sembrar la idea que todo aquel que no lo apoya es corrupto, manipulando el rechazo popular hacia los viejos partidos. Federico Hernández, de la Cámara de Comercio e Industria de El Salvador (CAMARSAL), manifestó “…que el ciudadano de a pie todavía no ha comprendido el riesgo en que se encuentran sus libertades y derechos después del 1 de mayo…”

Amplia unidad de acción en la lucha contra el bonapartismo  de Bukele

El régimen bonapartista que Bukele está instaurando puede convertirse a corto plazo en una nueva dictadura, asentada en la Fuerza Armada de El Salvador (FAES) y la Policía Nacional Civil (PNC). La oligarquía y las cámaras empresariales, aunque se quejan de Bukele, no lucharán de manera consecuente por la defensa de las libertades democráticas. Esta lucha deberá librarla la izquierda revolucionaria y las masas trabajadoras, debemos prepararnos para ello.

Enarbolando la bandera de lucha contra la corrupción, en realidad Bukele está controlando el poder judicial para evitar investigaciones en su contra. Los nuevos magistrados defenderán los negocios del grupo cercano a Bukele. Para evitar que los magistrados sean utilizados por los actuales grupos en el poder, llamamos a luchar para que estos sean electos de manera directa por el pueblo, y no por medio de los diputados que representan los intereses de quienes les financiaron la campaña electoral.

Con mayoría parlamentaria que Bukele ha conquista continuara avanzado hasta controlar más instituciones del Estado. Alertamos al pueblo salvadoreño sobre lo que significa este proceso de concentración de poder.

Desde el Partido Socialista Centroamericano (PSOCA) llamamos a la más amplia unidad de acción entre la izquierda revolucionaria, los sindicatos y los organismos populares, incluso con aquellas fuerzas sociales que se reclaman democráticas, para enfrentar en los hechos, por medio de la movilización popular, el proyecto bonapartista de Bukele, que terminara en una nueva dictadura mas temprano que tarde, y que estamos a tiempo para detener.

Centroamérica, 3 de Mayo del 2021

Secretariado Ejecutivo Centroamericano (SECA)

Partido Socialista Centroamericano (PSOCA)

Build a mass fighting International Communist Party! Red Banner, february 2010

The  deepening  worldwide  capitalist  economic   crisis   and   the   world   imperialists’   unrelenting    drive to wider and more lethal oil wars have hundreds  of  millions  of  workers  questioning  capitalism.  This  crisis  will  deepen,  regional  wars  will   give way to World War III and billions of workers  unable  to  live  in  the  old  way,  will  not  only  question capitalism but will look for radical alternatives.  Will  they  choose  and  fight  for  communism   as   the   only   solution   to   the   capitalist-imperialist  inferno? 

No,  this  will  only  happen  if  revolutionary   communists   now   wage   a   protracted, patient but determined effort to put communism on the agenda of the international working  class.  In  order  to  do  this, we must inject our revolutionary  communist  ideas  in  every  piece  of  literature  and  every  class  struggle  in  which  we  participate.  Our  task  is  to  win  millions  of  workers to embrace communist ideas in order to guarantee  that  they  will  fight  for,  win  and  build  a  communist  society.  It  is  a  monumental  historical  challenge.  We  have  accepted  it  with  responsibility,  humility,  confidence  in  our  class  and  great  revolutionary optimism by founding the International Communist Workers Party (ICWP).

Members  and  friends  of  ICWP  in  the  US  and  other countries are determined to build our Party into  the  new  Communist  International.  We  are  determined to destroy forever the bosses’ poisonous  ideologies  of  racism,  sexism,  individualism,  patriotism  and  nationalism.  We  are  determined  to  fight  for  a  world  without  borders.  We  are  determined to win millions of workers, soldiers and students  worldwide  to  fight  for  communism  under the slogans of “one class, one flag, one political  line  and  one  Party.” 

We  are  committed  to  building  a  communist  world  –  a  world  without  bosses  where  nothing  will  be  bought  or  sold;  a  world  where  “from  each  according  to  his/her  commitment, to each according to his/her needs” will be the universal rule.

It  is  not  an  easy  task  and  it  won’t  happen  over-night.  However,  history  has  recorded  many  instances  in  which  our  class  has  overcome  overwhelming  odds  –  has  “dared  to  storm  heaven”  –  and  won.  The  Russian  Revolution  of  1917,  the  Chinese Revolution of 1949, the Defeat of Hitler’s Nazi  hordes  during  WWII  and  the  Chinese  Proletarian  Cultural  Revolution  in  the  1960s  will  stand as the last century’s greatest achievements.

Unfortunately,  the  old  international  communist  movement  lacked  the  confidence  that  the  working  class  could  be  won  to  fight  directly  for  communism. It fought for socialism – state capitalism administered by the working class – and inevitably turned into its opposite, that is, back to capitalism.  Now  Russia  and  China  are  imperialist  countries   rivaling   US   imperialism   for   world   domination.

Today,  standing  on  the  shoulders  of  the  giants  who preceded us, we can see farther and clearer. We  are  forever  grateful  to  the  founder  of  Progressive Labor Party under whose leadership the PLP made tremendous contributions to the international  communist  movement.  Nevertheless,  we  have  left  PLP  to  found  the  ICWP  because  we  consider  that  the  current  PLP  leadership  has  taken  the  revisionist  road.  We  take  with  us  the  great lessons and experiences of PLP and its fight  against revisionism, especially Road to Revolution published  in  1982  which  rejects  stages  and  socialism and calls for fighting directly for communism.

RR calls for a mass party and for winning masses of workers, soldiers  and  students  to  communism  before,  during  and  after  revolution.  We  take  with  us  the  PLP  document  Road  to  Revolution   which  confronted  one  of  the  main  unresolved weaknesses of the international communist movement:  understanding  the  contradictory  nature of reform and revolution. 

RR4.5 makes clear that it is not enough to say we fight for communism. It makes clear that communists  must  fight  daily,  shoulder  to  shoulder,  with  workers  who  are  struggling  against  the  bosses’  attacks. However, our main task in these struggles is  to  constantly  introduce  our  communist  ideas,  fully  confident  that  many  workers  can  be  won  to  see  that  communism,  not  reformism,  is  the  solution  to  their  problems.  We  undertake  this  task  seriously,  participating  in  class  struggle,  exposing  illusions  in  reformism  and  reformist  leaders,  agitating massively for our ideas in leaflets, building networks  to  distribute  our  newspaper,  organizing  action-study  groups  and  recruiting  to  our  party. 

Long term ties with our fellow workers are key to our  work,  especially  among  industrial  workers  and soldiers. Communists who see their main task as  winning  the  reform  will  inevitably  become  reformists and end up revisionists, fake communists who destroy the communist movement. This is the road  the  PLP  leadership  has  taken  and  they  refused  to  have  an  all out  party  discussion  of  their  reformist  and  revisionist  errors.  What’s  more,  they tried to silence the left.

We refused to commit the  same  error  as  the  Chinese  Red  Guards  who,  during the Great Proletarian Cultural Revolution, fought  for  communism  and  against  the  Chinese  Communist   Party’s   revisionism   but   failed   to    break with Mao and found their own party.

The  road  to  revolution  will  have  many  ups  and  downs but the final victory shall be ours. We face the most murderous fascist ruling class in history: the capitalists and imperialists of the world. They boast  the  most  lethal  and  destructive  weapons  ever  developed.  They  arrogantly  stride  the  world  as if they were all powerful and invincible. Nevertheless,   the   capitalists   are   strategically   weak.  

More  than  other  ruling  classes  in  history,  their  economic  and  military  might  are  dependent  on  their  gravediggers,  the  workers  of  the  world.  The  rulers’  ideology  among  our  ranks  is  the  main  obstacle  preventing  us  from  carrying  out  our  historic task. The sooner we in ICWP replace it with communist  ideology  the  sooner  the  international  working  class  will  be  on  the  road  to  communist  revolution   and   communism.  

Dare   to   struggle,   dare  to  win.  The  future  shall  be  ours.  Fight  reformism! Fight for Communism! Join Us! 

Join the  International Communist Workers’ Party (ICWP)

Manifiesto de Fundación del Movimiento Schafik Vive. 1 de mayo de 2021

Hoy que conmemoramos el 135 aniversario de la gesta de los mártires de Chicago, lo hacemos en un El Salvador que vive una profunda crisis que exige ser enfrentada. Esta crisis se manifiesta como postración económica con altos niveles de desempleo y emigración, desintegración social con cuadros críticos de delincuencia y marginación; así como la emergencia de un régimen autoritario y populista, que amenaza con coartar nuestras libertades públicas y  derechos democráticos conquistados en los  Acuerdos de Paz

Quienes somos

Somos hombres y mujeres que nos constituimos en un movimiento patriótico de izquierda, anticapitalista, antiimperialista y antipatriarcal, solidario y humanista, que orientado por las ideas de Schafik Hándal,  impulsa y acompaña las luchas de los sectores populares y progresistas por la democracia participativa y directa, y la justicia social rumbo al socialismo.

El legado de Schafik

La vigencia de las ideas y la autoridad moral de la larga trayectoria revolucionaria  de Schafik Hándal, su valor y firmeza, representan para nosotros una valiosa herencia de compromiso en este siglo XXI, y nos impulsan en la lucha por transformar El Salvador en una sociedad justa, democrática con rumbo al socialismo.

Nuestro llamado

Vienen momentos difíciles en los que únicamente la voluntad de lucha expresada como conciencia política, la organización, y movilización podrán  derrotar los planes de seguir oprimiendo y explotando a nuestro sufrido pueblo, sean estos originados en los intereses  imperialistas; en los esfuerzos de la oligarquía por restaurar su dominación o en las medidas demagógicas del régimen de Bukele. Llamamos a personas y organizaciones a sumarnos a esta lucha patriótica.

¡Schafik vive, la lucha sigue! ¡Todas y todos a luchar!

Coordinación Nacional

San Salvador, 1 de mayo de 2021

Esto es lo que realmente esta pasando. Tito Alfredo Jacinto Montoya. 1 de mayo de 2021

I. ¿Se ha roto la independencia judicial, la separación de poderes? Como si la hubiera, o la haya habido en algún momento de nuestra historia. Lo único que ha mutado paulatinamente es SU FORMA MOJIGATA E HIPÓCRITA DE EXISTIR, y se ha manifestado sin máscara. Lo único que se ha perdido es la máscara. EN EL BAILE DE DISFRACES DE LA SOCIEDAD CAPITALISTA SALVADOREÑA, A LA CLASE DOMINANTE SE LE ESTÁ CAYENDO SU MÁSCARA. PERO INDEPENDENCIA DE PODERES, INDEPENDENCIA JUDICIAL JAMÁS HA EXISTIDO. Ese es el problema de no saber identificar esencia/apariencia: a) En esencia la democracia burguesa NO HA PERDIDO NADA, SIGUE IGUAL RAMPANTE Y OPRESIVA; b) rasgarse las vestiduras por la defensa de algo que se supone que ha habido, cuando realmente no ha existido, es, primero una defensa solapada y eficiente del carácter opresivo y clasista del Estado burgués (República Democrática Burguesa le llama Lenin); y segundo, representa la declaración pública del desconocimiento, o del abandono, del marco teórico analítica del marxismo, y la adopción de un marco analítico REFORMISTA. LA CLASE TRABAJADORA NO HA PERDIDO NADA. ES LA CLASE DOMINANTE LA QUE ESTÁ PERDIENDO PAULATINAMENTE SU FORMA, SU MÁSCARA DE “DEMOCRACIA” CUYO EFECTO NARCOTIZANTE Y ENGAÑADOR HA DESVIADO Y DESACTIVADO A LA CLASE TRABAJADORA EN LA CONSTRUCCIÓN DE SUS AUTÉNTICOS INSTRUMENTOS DE LUCHA REVOLUCIONARIA. Además, son los REFORMISTAS, defensores, conscientes o inconscientes, del ordenamiento burgués, los que están preocupados, pues con la agudización de las contradicciones sociales el efecto encubridor de las relaciones de poder se pone de manifiesto, son LOS QUE NO TIENEN UNA VISIÓN CIENTÍFICA MARXISTA DE LOS FENÓMENOS SOCIALES EN EL CAPITALISMO Y SIGUEN ATRAPADOS EN LOS MARCOS ANALÍTICOS DEL LIBERALISMO BURGUÉS.

II. Algunos liberales, reformistas, desconocedores interesados del marxismo-leninismo, aseguran que con lo ocurrido ayer en la nueva asamblea legislativa el gobierno actual afianza su TOTALITARISMO DICTATORIAL. Y ADEMÁS ASEGURAN QUE ESO LE TIENE “MUY PREOCUPADOS” PORQUE, según ellos, “HEMOS PERDIDO LO QUE CON SANGRE HEMOS LOGRADO”.

¿A qué se refieren? ¿Qué es lo que la clase trabajadora ha perdido? ¿Cuál es el gran logro del proceso revolucionario político-militar TRAICIONADO? a) La clase trabajadora sí que ha perdido, y mucho. PERO NO CON LO OCURRIDO AYER EN LA NUEVA ASAMBLEA LEGISLATIVA. LO QUE LA CLASE TRABAJADORA HA PERDIDO OVEDECE AL TORCIMIENTO TRAIDOR DEL PROCESO REVOLUCIONARIO A MANOS DE UNA DIRIGENCIA QUE JAMÁS FUE REVOLUCIONARIA, Y NEGOCIÓ LA ESPERANZA Y LA SANGRE DEL PUEBLO ORGANIZADO. b) La clase trabajadora ha perdido esperanza, capacidad y estructuras organizativas, poder combativo popular político-militar, línea correcta de lucha marxista-leninista, ha perdido sus líderes… LO HA PERDIDO CASI TODO. Y TODO LO QUE HA PERDIDO LA CLASE TRABAJADORA, EL PUEBLO CON CONSCIENCIA DE CLASE, NADA TIENE QUE VER CON LO OCURRIDO AYER EN LA NUEVA ASAMBLEA LEGISLATIVA. c) El pueblo organizado como clase explotada y oprimida NO DEBE ESTAR PREOCUPADA POR LA PRESUNTA IDEPENDENCIA DE PODERES (porque nunca lo ha habido ni lo habrá en la democracia burguesa cínica y mojigata), POR EL TOTALITARISMO DICTATORIAL (porque sabe que el Estado capitalista es en esencia una dictadura totalitaria, aunque pretenda usar una máscara popular falsa), NO DEBE PREOCUPARSE PORQUE “SE HA ROTO EL ESTADO DE DERECHO” (porque sabe que tal estado de derecho sólo responde a los intereses estratégicos de la clase capitalista explotadora y dominadora, sabe que La Constitución es sólo el instrumento jurídico que afianza el sistema capitalista).

III. La clase trabajadora, con consciencia de clase, y organizada como clase sale ganando con LA AGUDIZACIÓN DE LAS CONTRADICCIONES DE CLASE INTERBURGUESAS; PORQUE ELLO LE CLARIFICA: A) QUE LA CLASE DOMINANTE HA ENTRADO EN CRÍSIS IRREVERSIBLE, PORQUE AHORA SE LES CAEN LAS MÁSCARAS DE DEMOCRACIA. EL PUEBLO PUEDE ENTENDER QUE TAL INDEPENDENCIA DE PODERES NO EXISTE, TAL ESTADO DE DERECHO SÓLO SE REFIERE A LAS FORMAS APARIENCIALES DE DEMOCRACIA DEL ESTADO CAPITALISTA. EL PUEBLO ESTÁ ENTENDIENDO QUE EL ORDENAMIENTO JURÍDICO BURGUÉS ES ALGO QUE SE USA SEGÚN LAS CONVENIENCIAS DE TAL O CUAL FACCIÓN DE LA CLASE DOMINANTE EN EL GOBIERNO. 😎 EL PUEBLO ESTÁ ENTENDIENDO QUE A LA CLASE DOMINANTE NO LE INTERESE REALMENTE LA DEMOCRACIA COMO PODER DEL PUEBLO, QUE LA UTILIZAN SEGÚN SUS CONVENIENCIAS. C) EL PUEBLO ESTÁ ENTENDIENDO QUE LA LUCHA POR LOS INTERESES REALES DE LA CLASE TRABAJADORA NADA TIENE QUE VER CON UN “ESTADO DE DERECHO” DISEÑADO PARA PROMOVER LOS INTERESES DE LOS CAPITALISTAS. Cuestión altamente demostrada por la manera cómo ha actuado el “ordenamiento jurídico” en el tratamiento de la lucha de las trabajadoras de la fábrica Florenzi. D) LA CLASE TRABAJADORA DEBE SABER QUE SU LUCHA NADA TIENE QUE VER CON ESOS CONFLICTOS INTERBURGUESES ENTRE DISTINTAS FACCIONES DE LA CLASE CAPITALISTA. QUE EN REALIDAD LO QUE ESTÁ HACIENDO BUKELE ES DESARROLLAR UN PROYECTO REFORMISTA POPULACHERO PARA DARLE UN RESPIRO A LAS CONTRADICCIONES SOCIALES, Y DARLE MÁS VIDA AL SISTEMA CAPITALISTA SALVADOREÑO; PERO QUE EN EL FONDO BUKELE NO REPRESENTA UNA ESPERANZA DE LIBERACIÓN REAL PARA LA CLASE TRABAJADORA.

Se afianza nuevo orden burgués en El Salvador. Roberto Pineda. 3 de mayo de 2021

Mientras  concluían los canticos y consignas de las diversas y raquíticas marchas del 1 de mayo, el partido Nuevas Ideas conducido por el presidente Nayib Bukele , aprovecha de manera audaz el factor sorpresa, y ya con el control del órgano legislativo, procede a la destitución de los integrantes de la Sala de lo Constitucional de la Corte Suprema de Justicia, así como del Fiscal General.

Con esta sorpresiva  jugada el presidente Bukele se coloca a la ofensiva,  afianza y aumenta  de manera drástica su control sobre el aparato de estado y golpea fuertemente a su adversario principal, el orden oligárquico, en un nuevo reacomodamiento de  la correlación de fuerzas políticas del país, producto de los resultados electorales del pasado 28 de febrero.

No obstante esto, el orden oligárquico no cederá, ya que continúa contando con el poderío económico  de sus empresas, incluyendo la de los principales medios de comunicación,  así como de la influencia que ejerce ANEP-FUSADES sobre múltiples actores de la “sociedad civil” que seguramente se movilizaran en la defensa del sistema de democracia representiva burguesa.  Y en particular cuenta con un poderoso y reciente aliado, la administración Biden.

A continuación evaluamos el significado político de estos cambios, las modificaciones en la actual correlación de fuerzas, los dilemas de la Administración Biden,  la situación de la izquierda y los desafíos para el movimiento popular.

 ¿Qué significan estos cambios?

Este nuevo capítulo en el enfrentamiento entre el poder emergente de un sector de la burguesía, representado por el presidente Bukele  y el viejo poder oligárquico neoliberal, que está siendo desafiado y derrotado significa históricamente, el inicio de un nuevo sistema político, de naturaleza populista y autoritaria.

Ha surgido un nuevo bloque de poder político legislativo, representado por los partidos Nuevas Ideas, GANA, PCN y PDC, y bajo la conducción del presidente Bukele.  A este conglomerado hay que agregar al CD, que aunque no alcanzó ningún curul legislativo, es un partido cercano a este nuevo proyecto político.

Y en el caso de ARENA y FMLN pierden su presencia en la Sala de lo Constitucional de la Corte Suprema de Justicia, -aunque mantienen influencia en las otras salas-, y en la Fiscalía General de la República.   Y forman un bloque político legislativo de oposición, conducido por ARENA (14 diputados) , e integrado por FMLN (4 diputados) , Nuestro Tiempo (1 diputado) y Vamos ( 1 diputado).

La actual correlación de fuerzas

La actual correlación de fuerzas beneficia ampliamente al proyecto cyan del presidente Bukele,  ya que cuenta hoy como elementos de apoyo, en primer lugar  un mayoritario respaldo popular, luego el control de la presidencia ( que incluye el control de las Fuerzas Armadas y PNC) , y desde el 1 de mayo el control de la asamblea legislativa (64 votos contra 20 de la oposición); el control de sala de lo Constitucional de CSJ y de la Fiscalía.

“Hizo lo que suponíamos. Lo advertimos. Quiere el control total de todos los Órganos e Instituciones de Estado. Esa ambición desmedida no resulta bien a ningún pueblo», escribió con amargura y tristeza el precandidato de ARENA  a la presidencia, Javier Simán, ante estos hechos que vienen políticamente a arrinconarlo aún más.  

Los dilemas de la Administración Biden frente a El Salvador

La Administración Biden frente al proyecto Bukele tiene tres opciones: una moderada , que incluye la condena verbal, una agresiva, que comprende condena verbal con medidas de castigo  y otra pragmática;  que  incluye coexistencia y negociación.

En los tres casos, se le entrega al presidente Bukele la bandera de la defensa de la soberanía como nuevo agregado a su plataforma programática, y acusar de violación al principio de no interferencia en sus asuntos internos.  

En el primer caso, la confrontación se mantendrá en un terreno mutuamente manejable y el tensionamiento de las relaciones será en un plano declarativo,  diplomático, sin rupturas. Es lo previsible, aunque la administración Biden sufrirá presiones del Congreso para  “endurecer” posición.

En el segundo caso habrán amenazas y quizás hasta medidas de presión. Incluso puede llegarse a un tensionamiento que incluya la llamada de sus embajadores, y amenazar con bloquear préstamos.

En el tercer escenario, se buscará la diplomacia “silenciosa” que buscara la  negociación, ya que  lo que esta en juego es el éxito o fracaso de sus políticas hacia la región.

En cada una de estos escenarios influyen fuertemente las diversas visiones existentes y planes en desarrollo originadas tanto  en el Departamento de Estado como en el Congreso sobre la política hacia el hoy llamado “triángulo norte”  incluyendo el de “fortalecer la seguridad y la prosperidad en colaboración con los pueblos de Centroamérica”.

La carnada para que muerda el pez son 4 mil millones en ayuda, pero no para los gobiernos, sino para la “sociedad civil.” Pero recientemente estuvo de visita en el país el flamante “enviado especial” Ricardo Zuñiga hablando de migración y de corrupción, y en un abierto desaire, no fue recibido por el presidente Bukele.

Otro elemento a tomar en cuenta son los salvadoreños viviendo en Estados Unidos- documentados e indocumentados- que se han convertido en un pilar importante en el apoyo al proyecto de Nuevas Ideas, al que ayudaron a constituirse y a derrotar electoralmente a  ARENA y al FMLN. Y seguramente no se quedaran callados en esta coyuntura.

Y también no podemos perder de vista que existe la disputa geopolítica global entre China y los Estados Unidos. No es casual que China se convierta en el principal donante/vendedor de las vacunas contra el coronavirus, garantizándole así al régimen Bukele una ventajosa posición en la lucha contra la pandemia. Esto para Estados Unidos se convierte en un problema de seguridad nacional, entre otras cosas, por la localización estratégica del puerto de La Unión.

La situación de la izquierda y del movimiento popular

En el caso de la izquierda, la abordaremos desde  una óptica dual: la que está dentro y la que esta fuera del FMLN.

En el caso de la que está dentro del  FMLN, en vísperas de las celebraciones del 1  de mayo quedo en evidencia una situación insólita: el FMLN marcharía y de hecho marchó de manera separada, e independientemente de las motivaciones y convocatorias respectivas, el hecho debe registrarse como expresión de profundas contradicciones quizás más políticas que ideológicas que hoy acompañan a esta -por su número y trayectoria histórica-  fuerza principal de la izquierda salvadoreña. Esto es un crítico factor de debilidad.

Y de la manera de cómo se resuelvan estas contradicciones, sea por el debate, o por la fragmentación, es evidente que mayores niveles de erosión y atomización, únicamente contribuirán a mayores niveles de irrelevancia política  de la izquierda salvadoreña.

En el caso de la izquierda fuera del FMLN, también se vio disminuida este 1 de mayo, y ojala que haya sido por la pandemia. Pero si es por mayores niveles de dispersión y agotamiento de sus proyectos, resulta lamentable dado que por ser organizaciones de cuadros políticos, pueden y deberían contribuir al debate vigente.

No obstante esto, registro cuatro hechos significativos de este pasado 1 de mayo.  En primer lugar, la presencia de la Coordinadora Sindical Salvadoreña, CSS y su acompañamiento a las trabajadoras del Colectivo Femenino Florenzi, que es la principal lucha sindical actual.

Asimismo la decisión del Bloque Popular Juvenil, BPJ de reiniciar el tiraje de su órgano de prensa, Militante. Por cierto, es muy interesante su posición al respecto de la destitución de los magistrados y el fiscal.

Plantean que  “Un sector de la burguesía ha perdido el último bastión que le quedaba para contrarrestar la ofensiva de la facción burguesa detrás de Bukele. Ese sector burgués ahora tiene en sus manos el poder total del aparato del Estado para administrar eficientemente sus propios negocios. (Planteamiento del BPJ sobre la destitución de los magistrados de la Sala y el Fiscal. 2 de mayo de 2021).

Por otra parte es también significativa la constitución este 1 de mayo  – en la tumba de Schafik Handal_ del Movimiento Schafik Vive, MSV, que se plantea como “un movimiento patriótico de izquierda, anticapitalista,  antiimperialista y antipatriarcal, solidario y humanista.”

Y es también muy importante la masiva y diversa presencia de organizaciones populares y sociales que se concentraron en la Plaza del Salvador del Mundo y marcharon hacia el Parque Cuscatlán.

Conclusiones

Las próximas semanas serán decisivas,  sea  para el afianzamiento del proyecto político de Nuevas Ideas  o para su paralización y la búsqueda de un equilibrio con el proyecto oligárquico, respaldado hoy por  el gobierno de Biden. Independientemente del desenlace de esta disputa, para estas fracciones burguesa y oligárquica, los intereses populares no son la prioridad.

Por lo que estos intereses populares únicamente pueden ser garantizados mediante el fortalecimiento de la unidad y coordinación de la izquierda, de la  organización, conciencia y movilización del movimiento popular alrededor de las banderas de la lucha por la defensa de las libertades democráticas, de la ley de agua y de alimentación, de la reforma del sistema de pensiones,  y de empleos dignos.

San Salvador, 3 de mayo de 2021

Planteamiento del BPJ sobre la destitución de los magistrados de la Sala y el Fiscal. BPJ. 2 de mayo de 2021

1.Un sector de la burguesía ha perdido el último bastión que le quedaba para contrarrestar la ofensiva de la facción burguesa detrás de Bukele. Ese sector burgués ahora tiene en sus manos el poder total del aparato del Estado para administrar eficientemente sus propios negocios

2. La forma en que se logró esta transición ha sido a partir de una maniobra inconstitucional por parte de los diputados que responden a los intereses del gobierno en turno. En tanto no se respetaron los procesos constitucionales para poder elegir un nuevo fiscal y una nueva Sala de lo constitucional. Esto deja entrever que este nuevo sector de la burguesía no respetará ni sus propias leyes para mantener la hegemonía del control del Estado y sus intereses

3. Entre sectores de la oposición se maneja esta maniobra como un golpe de Estado, sin embargo, esta opinión es un poco contradictoria, ya que los golpes de Estado son procesos donde se utiliza de forma ilegal la Fuerza Armada del Estado para destituir un gobierno democráticamente electo

4. Como revolucionarios y revolucionarias, no vamos a defender la democracia burguesa, ni las formas en cómo debería funcionar el Estado burgués, dicho sea de paso, que bajo esas formas -Estado de derecho, separación de poderes, independencia de las instituciones, etc.- la explotación es menos perceptible para las masas trabajadoras, porque creen que hay un equilibrio y «verdadera democracia», nos hacen creer que nuestra opinión se esta tomando en cuenta, cuando realmente no ocurre de esa manera

5. Cuando más perfecta y cuando más desarrollada es este tipo de democracia, mas escondidos parecen los intereses de los explotadores, por eso a la oligarquía y a los Estados Unidos le interesa restaurar este orden y perfeccionarlo, porque de esta forma sus intereses no corren peligro y solo en momentos de extremo peligro para el régimen, como movilizaciones y luchas insurreccionales, recurren a regañadientes al uso de los dictadores, mientras tanto prefieren que el Estado sea controlada de forma “democrática” para seguir engañando y explotando tras bambalinas

6. Nosotros luchamos por una democracia obrera donde sea la mayoría de la población a través de procesos de elección y representación los que tomen las decisiones fundamentales de la sociedad, donde la riqueza y las grandes palancas de la economía estén al servicio de los intereses de la inmensa mayoría de la sociedad y no al servicio de unos cuantos

7. La corrupción histórica del Estado

8. La ofensiva de Bukele contra el aparato burgués, es posible solo sobre la base de toda la corrupción, el irrespeto a las propias leyes y mecanismo de los antiguos políticos que controlaron el Estado en el pasado, esto le posibilita a Bukele controlar todo el aparato, saltarse procedimientos y controlarlo con el apoyo mayoritario de la población

9. En la sociedad de clases el Estado burgués no es más que una junta Ejecutiva para administrar los negocios de la burguesía. Bukele ahora controlará todo el aparato del Estado para beneficiar al sector burgués detrás de él, marginando a una parte de la vieja oligarquía que peleará y movilizará recursos por recuperar su instrumento a como dé lugar

10. Debemos advertir que esta disputa puede traer acontecimientos violentos en la sociedad, hay que entender que este conflicto no se basa en los estrechos limites nacionales, sino que también está enmarcada en la disputa que hay entre las potencias imperialistas China y Estados Unidos

11. La injerencia de Estados Unidos

12. China y Estados Unidos están muy expectantes de lo que pasa, no sabemos si ya está definido a qué lado jugará este nuevo sector burgués ¿seguirá siendo socio de Estados Unidos o girará hacia China?

13. Mantener una relación con Estados Unidos hará que las tensiones entre los EEUU y el gobierno entren en calma con el tiempo, en fin, el sistema político salvadoreño y sus instituciones necesitaban un lavado de rostro, y esto está siendo efectivo desde la percepción de la clase trabajadora, ellos concluyen que ahora las instituciones no están siendo controladas por los políticos corruptos responsables de su miseria actual. Esto le da un respiro al sistema, que es lo que quieren los estrategas de Estados Unidos, salvar su democracia

14. ¿Pero cuánto tiempo se podrá contener esto? El cambio de rostros o de explotadores entrará en contradicciones con las condiciones de vida de la gente tarde o temprano y nuevamente se cuestionarán la realidad. Esto no será una repetición idéntica al pasado, sino una continuación de un proceso largo de experiencia y aprendizaje

15. La experiencia amarga de probar todas las alternativas que les ha dado la democracia burguesa estallará. La acumulación de cambios cuantitativos, de probar y probar, conducirá necesariamente a un salto cualitativo, ya probamos con todo en la democracia burguesa ¿qué queda? Solo queda movilizarnos y luchar en contra de toda la miseria que el sistema nos impone

16. Sobre China

17. Si se decide girar hacia China se puede abrir un conflicto profundo donde los únicos que pagarán los platos rotos serán los trabajadores, la injerencia de Estados Unidos a través de la CICIES, la OEA para “restablecer” el orden financiando a grupos reaccionarios de la vieja oligarquía debe ser rechazada, los únicos que pueden decidir sobre el futuro del país somos la clase obrera. Conocemos la amarga experiencia cuando EEUU ha metido sus narices a través de sus organizaciones satélites, y lo único que han traído es muerte y miseria, hay que ver Honduras y Venezuela

18. Sobre las consignas y objetivos

19. Desde la izquierda no podemos repetir las mismas demandas y consignas de un sector de la vieja oligarquía que pierde su aparato de dominación, hacer discurso sobre la democracia, la división de poderes y la institucionalidad no nos conectará con la gente, que no le interesa tales propósitos, pues esa «democracia» es la causante de su miseria en décadas

20. La única forma que nos conectará con la gente es la lucha por sus demandas: aumento salarial, empleo digno y pensiones dignas, vivienda, acceso a la salud de calidad, en conclusión, la lucha por la calidad de vida

21. Solo a partir de estas consignas seremos capaces de reconstruir la izquierda

22. El futuro de la lucha es peligroso y convulsivo, pero no lo vamos a combatir en una alianza con sectores reaccionarios como la ANEP, Arena y otros, sino conectando con la clase trabajadora explotada y oprimida, esa es nuestra gran tarea en este momento, explicar pacientemente lo que ocurre y poner sobre la mesa las tareas inmediatas para acabar con nuestra miseria y opresión

23. Tenemos que guardar la calma y no caer en alarmismo, el alarmismo y la desesperación no ayudan en nada en el plano práctico; el movimiento policial y el reforzamiento de estos no es exclusivo de Bukele, lo hacen la mayoría de los gobiernos burgueses y seguramente si ARENA hubiera ganado en 2019 ya hubiera desatado la represión y persecución, a Bukele lo único que lo detiene para reprimir marchas como las del primero de mayo, es que eso lo hará impopular con la clase trabajadora que le apoya, por eso lo piensa, pero eso no significa que no lo hará en el futuro, la condición para que esto ocurra es que la gente empiece a comprender la traición y se empiece a movilizar, entonces se intentará sostener a partir de los militares y la policía.

24. No tenemos que tener confianza en las instituciones, debemos señalar siempre el objetivo por el que existen y plantear como podrían ser usadas en un futuro en nuestra contra

25. La continuación del conflicto dependerá del rumbo que tome en el plano internacional, si se hacen al lado de China o se mantienen con los EEUU eso lo decidirá todo

26. En el plano de la conciencia, esto acelerará el proceso de toma de conciencia de la gente que razonará ‘Bukele tiene todo, debe resolvernos. ¿Por qué no lo hace?’ A partir de ahí, lentamente y por debajo de la superficie, el viejo topo de la revolución ya ha empezado a hacer su trabajo

27. Estas disputas por arriba son la expresión de la tremenda presión que hay por abajo, a la burguesía se le hace cada vez más difícil gobernar sin cambios y disputas entre ellos, no es más que la antesala a grandes acontecimientos, violentos y convulsivos donde entrarán en escena otros actores sociales: la clase trabajadora y los oprimidos. Este será el momento decisivo, donde tendremos que jugar un papel importante para conseguir la victoria definitiva contra el capitalismo en favor de la revolución socialista

28. Únete a nuestra lucha por construir la alternativa de izquierda revolucionaria y socialista

En defensa de la democracia. 16 de enero de 2021

Desde la firma de los Acuerdos de Paz hemos sido testigos del fortalecimiento progresivo de nuestro sistema democrático. Una democracia que costó muchos años de lucha y la muerte de más de 70,000 hermanos salvadoreños durante el conflicto armado. Una democracia que, a lo largo de estos 29 años, se expresa en la celebración ininterrumpida de elecciones libres que han permitido el acceso al poder de personas y partidos con visiones distintas, incluyendo la llegada a la Presidencia de la República de Nayib Bukele.

Aunque siempre han existido desacuerdos, quienes han gobernado en nuestra era democrática han aceptado la separación de poderes y han reconocido la legitimidad de los adversarios políticos. Sin embargo, en la actualidad, El Salvador se encuentra ante un enorme riesgo de retroceso democrático debido a las actitudes, expresiones y decisiones manifiestamente autoritarias por parte del Órgano Ejecutivo, encabezado por el presidente Bukele.

Además, en los últimos meses, los casos de corrupción que han sido investigados y denunciados por diferentes medios de  comunicación están ejerciendo una presión adicional sobre la frágil situación fiscal del país. La corrupción se sustenta en falta de transparencia en el uso de los escasos recursos públicos durante la pandemia; la denuncia de esta ha provocado constantes ataques del Gobierno a la prensa y a la oposición política.

El autoritarismo y la corrupción contribuyen a profundizar la difícil situación económica, y están creando las condiciones para una mayor inestabilidad política, social y económica en los países del Triángulo Norte de Centroamérica. Esta realidad conduce a un escenario de mayores niveles de pobreza, migración y falta de oportunidades para las personas más vulnerables de nuestra sociedad.

Necesitamos unidad y armonía social para mitigar la crisis que enfrentamos. Por ello, hacemos un llamado a todos los salvadoreños y a la comunidad internacional a defender nuestra democracia, y a exigir:

    Al presidente Bukele que promueva la unidad nacional y cese sus ataques a los pilares de nuestra democracia, sobre todo considerando que el país enfrenta una crisis sanitaria y económica sin precedentes que afecta profundamente el bienestar de los salvadoreños.

    Al presidente Bukele que honre el espíritu de unidad y solidaridad de los Acuerdos de Paz, así como la memoria de los sacrificios que permitieron lograr la paz.

    Al gobierno del presidente Bukele que respete la libertad de prensa, la libertad de expresión y que evite cualquier interferencia que pueda menoscabar su papel central para una sana democracia.

    A la Fuerza Armada y a la Policía Nacional Civil que cumplan su papel de instituciones al servicio de la nación en forma profesional y apolítica, y que recuerden que su lealtad es a la Constitución y a las leyes de la República, no al Órgano Ejecutivo. No deben  involucrarse en actividades contra la democracia, ni deben tolerar actuaciones arbitrarias alejadas de la ley, en franco irrespeto a los derechos humanos.

    A los funcionarios de la administración del presidente Bukele que conduzcan sus actuaciones de acuerdo con las leyes y los mecanismos que salvaguardan la transparencia y el adecuado uso de los recursos públicos.

    A las instituciones cuyo mandato es hacer cumplir la Constitución que actúen con valentía en defensa de nuestro marco legal.

    A los diputados de la Asamblea Legislativa que defiendan la Constitución y desarrollen su labor en beneficio del pueblo salvadoreño, respondiendo prioritariamente a las urgentes necesidades de la nación.

Los firmantes somos salvadoreños que aspiramos a la armonía social y al bienestar de toda la sociedad, y compartimos la preocupación por los riesgos que enfrenta nuestra democracia. Nuestra intención es la defensa de su esencia: el imperio de la ley, y la existencia de pesos y contrapesos inherentes a la división de poderes del Estado.

Si las acciones y las expresiones del Órgano Ejecutivo o de cualquier estructura del Gobierno siguen erosionando nuestro orden democrático, enfrentarán la enérgica condena de quienes estamos dispuestos a defenderla.

Claudia Acosta

Jeannette Aguilar

Lucila Aguilar

Dora María Allwood

Francisco Altschul

Armando Álvarez

Iliana Álvarez Escobar

José Alejandro Álvarez Ramírez

René Francisco Amaya

Laura Regina Andrade Cruz

Marlen Argueta Díaz

Lilliam Arrieta de Carsana

Jorge Ávalos

Roberto Ricardo Ávila Avilez

Víctor Ayala

Mario Baires

José Antonio Barraza

Marco Antonio Barraza

Camila María Barraza López

Saira Barrera

Marlon Ezequiel Barrera Ramírez

Alfredo Barrillas Nova

Arnau Baulenas Bardia

Mario Emerson Beltrán Mejía

José Luis Benítez Álvarez

Rosa Beatriz Benítez Iraheta

Francisco Bertrand Galindo

Enrique Borgo Bustamante

Carlos Boza

María Eugenia Brizuela de Ávila

Eduardo Alfonso Cader Peña

Gral. José Edgar Campos

Orlando Carranza

Ricardo Guillermo Castaneda Cornejo

Rafael Castellanos

Javier Castro De León

Óscar Chacón

Nelly Chévez Reynosa

Sebastián El Torogoz

Marjorie Chorro de Trigueros

Marisol Clason Alfaro

Gral. Humberto Corado

Napoleón Cornejo

Alfredo Cristiani

Claudia Cristiani

Jorge J. Daboub

Héctor Dada Hirezi

Elena de Alfaro

Sandra de Barraza

Amelia de Catani

Ana Vilma de Escobar

Florence de Mathies

Roxana de Portillo

Francisco R.R. de Sola

Juan Francisco de Sola

Francisco Díaz Rodríguez

Francisco Antonio Duarte

Manuel E. Escalante Saracais

Carlos Patricio Escobar

María del Socorro Escobar Pérez

Elmer Escobar Sandoval

Vicente Flores

Emerson Dagoberto Flores

Juan Pablo Fontán

Antonio Funes

Herminia Funes Segovia

Michelle Gallardo de Gutiérrez

Elizabeth García Prieto

Federico García Prieto

Roberto Góchez

Rodolfo González

Ernesto González Zepeda

Tomás Guevara

María Silvia Guillén

Rafael Guillén Urrutia

Oscar Manuel Gutiérrez

Federico Hernández Aguilar

Javier Hernández Portillas

René Hernández Valiente

Morena Herrera Argueta

Sajid Herrera Mena

Manuel Enrique Hinds

María del Rosario Huntrods

Ingrid Landaverde

Carmen Aída Lazo

René A. León

Mirna Liévano de Marques

Héctor Lindo Fuentes

Tharsis Salomón López

Meraris López

Silvia Aída López de Barraza

Cristina López G.

Juan José López Rogel

Paolo Lüers

Óscar Luna

José Marinero Cortés

Francisco Marroquín

Willian Ernesto Marroquín

Amparo Marroquín Parducci

Ana Guadalupe Martínez

Jorge Martínez

José Agustín Martínez Morales

Alicia Yurina Melara Espino

Jorge Meléndez

Juan Meléndez Ramírez

David Mena

Alfredo Mena Lagos

José Domingo Méndez

Roque Antonio Mocán Quan

Gustavo Molina

Roberto Murray Meza

Juan Carlos Nieto

Daniel Olmedo

Luis Parada

Mariella Peña Pinto

Alberto Pocasangre

Ricardo Poma

Alejandro Poma

Fernando Poma

Pedro Portillo

Ricardo Quiñónez Ávila

Fidel Ramos

Walter Raudales

Luis Reyes

Clara Rico

María Alicia Rivas de Quirós

Misael Rivas, hijo

J. Everardo Rivera Bonilla

Germán Rivera

Mario Ernesto Rodríguez

Patricia Rodríguez

Roberto Rubio

Humberto Sáenz

Juan Carlos Safie Ghia

Arturo X. Sagrera

Ricardo Sagrera

Lidia Maritza Salamanca R.

Cristina Salaverría

Juan Federico Salaverría Prieto

Miguel Ángel Salaverría Prieto

Melissa Salgado

Margarita Salgado

Roberto Salomón

Joaquín Samayoa

Salvador Samayoa

Wilmer Cecilio Sánchez Molina

Alfonso Sandoval

Omar Serrano Crespín

Mauricio Silva

Javier Ernesto Simán

Miguel Ángel Simán

Ricardo F. Simán

José Jorge Simán J.

Paola Stefania Tinetti Pinto

Juan Antonio Tobar

Claudia Umaña Araujo

Jorge Valencia

Flavio Valiente Guzmán

Jaime Emmanuel Valle Torres

Brenda Vanegas

Carlos Vela

Benjamín Vides

Jorge Villacorta

Werner Wahn

Juan T. Wright Castro

Miriam Zablah de Bandes

Aída Margarita Zablah Simán

Jorge Zablah Touché

Rubén Zamora

Marcela Zamora Chamorro

Excmo. Cardenal Gregorio Rosa

Chávez

Mons. Oswaldo E. Escobar Aguilar,

Obispo de Chalatenango

Andreu Oliva de la Esperanza, SJ

José María Tojeira, SJ

Miguel Ángel Vásquez SJ,

Párroco de Arcatao

Alejandro Celso, Parroquia San

José de Quezaltepeque

Obpo. Medardo Gómez, Iglesia

Luterana Salvadoreña

Rev. Rafael Menjívar Saavedra,

Iglesia Luterana Salvadoreña

Rev. Santiago de Jesús Rodríguez,

Iglesia Luterana Salvadoreña

Obpo. David Alvarado, Iglesia

Anglicana de El Salvador

Pastor Mario Vega

Rvda. Concepción Marina Ángel,

Pastora Luterana

Rev. Carlos Ávalos Valencia,

Iglesia Bautista Emmanuel

Rev. Miguel Tomás Castro,

Pastor Bautista

Bukele divide a los millonarios para acumular más poder. Ricardo Vaquerano. Plaza Pública. 29 de Abril de 2021

El presidente de El Salvador ha logrado que entre el selecto club de los multimillonarios salvadoreños cundan la suspicacia y la discordia. Algunos ven en los silencios o en las acciones de otros señales claras de que han cometido un error capital en una democracia amenazada: se han aliado con un gobernante autoritario que los utiliza mientras conduce a El Salvador hacia un destino parecido al de Nicaragua, un presidente que lo controla todo.

Transcurrían las últimas horas del 18 de mayo de 2020 cuando, tras una cadena nacional de radio y televisión del presidente Nayib Bukele, estalló un enfrentamiento en un grupo de chat en el que participaban algunos de los multimillonarios de El Salvador.

«Un pariente mío reclamó fuerte», dice casi un año después Javier Simán, presidente de la Asociación Nacional de la Empresa Privada (ANEP), al recordar el efecto que causó Bukele al exhibir a algunas de las personas más ricas de Centroamérica como sus nuevos socios apenas tres meses después de su irrupción con los militares en la Asamblea Legislativa y solo seis días después de que lo «desconociera» a él como representante del sector privado.

El descontento fue tal que los reclamos escalaron hasta los insultos. «Les dijo que parecían prostitutas que habían llegado a venderse al presidente», recuerda una de las personas que integraban uno de esos grupos de conversación. «Después de decir eso, se salió del grupo».

El reclamo marcó el punto más tenso en el conflicto entre la élite económica salvadoreña sobre cuál debe ser su rol ante un presidente que, con menos de un año en el ejercicio, ya comenzaba a recordarles al nicaragüense Daniel Ortega. Cuatro opciones: enfrentarle abiertamente, resistirle con discreción, someterse a regañadientes o aliarse con él.

Bukele, que asumió el 1 de junio de 2019 tras ganar la carrera montado un partido prestado, ha dado hartas muestras de su desprecio por la legalidad y por la vigilancia ciudadana sobre sus actuaciones, de su divorcio con la probidad, con los derechos humanos y con la democracia. Durante sus 23 meses de mandato, ha renegado de los contrapesos en el Estado, ha declarado ilegalmente secretas las compras del Estado (incluidas las vinculadas al manejo de la pandemia por COVID19), ha montado campañas sistemáticas injuriosas y difamatorias contra académicos, intelectuales y empresarios que se han atrevido a criticar su gobierno, y lo mismo ha hecho contra periodistas y medios que han sacado a la luz la corrupción que se gestó a la sombra de la emergencia sanitaria. Asimismo, se ha dedicado a deslegitimar y humillar a la oposición política y, desde mayo de 2020, a una ANEP que hasta antes de que la presidiera Simán tenía una buena relación con el presidente.

Aquella noche de la cadena nacional de radio y televisión estalló, airado, Ricardo Simán, expresidente de la ANEP y cabeza prominente en el grupo comercial de esta familia de origen palestino. Simán estaba impactado porque representantes de las familias Poma, Meza Ayau, De Sola, Dueñas, Kriete y Calleja acababan de permitir al gobernante que usara su imagen para legitimar un nuevo ataque contra la Asamblea Legislativa, contra la Sala de lo Constitucional, contra la prensa independiente y también contra la ANEP.

La reunión del 18 de mayo y el uso que Bukele le dio aumentó la desconfianza con que se ven en este selecto club de millonarios cuyos nombres suelen aparecer en las listas de la revista Forbes de las personas más ricas de Centroamérica. Algunas de ellas, y que se sentaron a la mesa con el presidente, han sido citadas como «milmilonarios», y un par de ellas son sospechosas de ser las personas más acaudaladas de la región: Roberto Kriete, presidente de Avianca Holdings, y Ricardo Poma, del grupo Poma.

La duda es difícil de disipar porque, como se lo dijo en 2017 el periodista de Bloomberg Blake Schmidt a BBC, «Centroamérica es uno de los lugares más difíciles para hacer ese tipo de trabajo porque no hay mucha transparencia». Schmidt había sido contratado en 2015 para que hiciera el inventario de los milmillonarios de Centroamérica, y tanto El Salvador como Panamá fueron los peldaños más difíciles para llegar a la meta.

Aunque Kriete y Poma comparten la etiqueta de tal vez estar en la cima de las mayores fortunas personales de la región, en este dilema sobre cómo posicionarse ante Bukele están en bandos distintos.

Desde el 18 de mayo de 2020, este puñado de empresarios cuyas familias han sido blanco de varios estudios académicos sobre sus relaciones, su influencia en las políticas públicas y sobre la posible captura del Estado, son como hermanos que duermen en la misma habitación, pero con suspicacias tales que les inhiben de lograr un sueño profundo: duermen con un ojo abierto.

Aunque a lo largo de las décadas han encontrado la forma de armonizar sus intereses, durante los últimos seis años la relación se ha debilitado y este probablemente sea el momento de mayor distanciamiento que han tenido.

«Siempre hubo una especie de mesa permanente», dice Patrick Murray, hijo de Roberto Murray Meza, uno de los personajes con más peso en la élite económica salvadoreña y que por años estuvo muy vinculado al partido Arena, la organización política de extrema derecha que fundara el mayor Roberto d´Aubuisson y que durante cuatro décadas de evolución ha sabido representar en la institucionalidad del Estado los intereses de los sectores empresariales.

Patrick Murray gerencia uno de los negocios agrícolas de la familia y se preocupa por que se le reconozca como empresario por su trabajo, en lugar de que se le etiquete como tal solo por el hecho de ser hijo de Murray Meza. «Ser heredero no te hace empresario», dice.

Su padre fue uno de quienes participaron en la reunión con Nayib Bukele que tanto irritó a Ricardo Simán. Y Patrick entiende bien por qué causó esa reacción en algunas personas. «Es una trampa cazabobos», tuiteó esa noche. «Validar a un autoritario, más temprano que tarde, trae consecuencias irreparables».

Aquella era la segunda ocasión en que Roberto Murray Meza aparecía ante el público sentado a la diestra del presidente. Dos meses antes había sorprendido a medio El Salvador porque por primera vez alguien que representaba muy bien a la oligarquía a la que Bukele siempre se había referido despectivamente como parte de «los mismos de siempre», apareció sentado a la mesa presidencial.

La noche del 21 de marzo, cuando la penumbra de la peste de 2020 cubría medio mundo, Bukele anunció el inicio de una cuarentena estricta para tratar de contener el avance de la pandemia por Covid19. Una medida como esta era previsible, dado lo visto en otros países, y dadas las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud. Lo que no era previsible era que Murray Meza apareciera respaldando con su presencia una administración atemorizante como la de Bukele. Fue tan inesperada la aparición de Murray Meza en el show presidencial, que ni siquiera su hijo sabía que al sintonizar la cadena de radio y televisión vería el rostro de su progenitor en la pantalla. «Yo me enteré igual que todo El Salvador: cuando vi a mi papá en televisión».

Cuando tuvo oportunidad de preguntarle por qué hacía aquello, dice que le respondió: «A un presidente no se le dice que no». Y menos cuando Bukele había acudido a los empresarios en busca de auxilio ante una amenaza de magnitudes gigantescas que ya había postrado a los países de Europa.

Javier Simán, el presidente de la ANEP, tampoco se esperaba ver a Murray Meza sentado a la mesa presidencial, pero dice entender sus razones.

«Cuando un presidente invita a empresarios, por respeto van a ir». Y entonces, dos meses después, fueron varios. Y lo malo, dice, no fue que acudieran, sino lo que el presidente hizo con esa reunión. «Nayib Bukele invitó a algunos empresarios y hoy unos se sienten usados y se alejaron; otros se quedaron cerca porque se sienten bien cerca del poder o porque les beneficia en sus negocios».

¿Y quiénes son los que siguen acompañándolo porque se sienten bien cerca del presidente o porque esa proximidad beneficia sus negocios? Javier Simán sonríe y asegura que uno mismo puede responderse esa pregunta si echa una mirada a «la carta», un documento fechado 16 de enero de 2021 y suscrito por 184 personas. Los sospechosos de ser aliados de Bukele no son quienes firman, sino quienes no firmaron.

La trampa

El sector empresarial no es homogéneo. De hecho, el clan de los Simán puede diferenciarse de entrada respecto de la mayoría de los otros grandes capitales en que se trata de una fortuna relativamente reciente. La mayoría de las fortunas de las familias que enviaron representantes a reunirse con Bukele ante las cámaras el 18 de mayo de 2020 tienen su origen hace ya un siglo e incluso algunos casos se remontan a principios del siglo XX o a finales del siglo XIX.

«La vieja oligarquía», como en una ocasión le llamó Orlando de Sola, se fundó en el agro, en la tenencia de la tierra y en el acaparamiento de las exportaciones agrícolas. La dinámica de la economía, sin embargo, atada a los cismas políticos, obligó a ajustes importantes. Particularmente la década de la guerra civil, a partir de 1980, supuso cambios significativos con las expropiaciones de tierras para hacer la reforma agraria y con la nacionalización de la banca y de las exportaciones agrícolas del café y del azúcar.

Esta fue una oportunidad para que el capital buscara nuevos nichos y así El Salvador vio potenciado el comercio y, después de la firma de la paz, la economía hizo un traslado importante hacia el área de servicios. La reprivatización de la banca permitió a algunas familias volver a sus quehaceres de antaño, pero también facilitó el surgimiento de nuevas fortunas.

Los Simán, más conocidos por su cadena de Almacenes Simán presente en varios países de Centroamérica, también tienen inversiones en la industria textil y en la inmobiliaria, y constituyen un ejemplo de fortunas relativamente nuevas, a diferencia de las que algunos caracterizan como «de dinero viejo» que ha venido heredándose de generación en generación a lo largo de muchas décadas.

En el caso de la ANEP, fundada en la década de 1960, su poder estriba en su representatividad. La Asociación Nacional de la Empresa Privada es una federación que aglutina a más de 50 asociaciones de índole comercial, financiera, agropecuaria, de servicios e industrial. La ANEP, si se lo propusiera, podría paralizar al país desde la conducción de las empresas. Es un poder político por esa razón, y así se lo reconocía la Asamblea Legislativa cuando, en mayo de 2020, conversaban sobre cómo reabrir la economía.

Esa es la ANEP que ha estado en la mira del presidente Bukele desde días antes de aquella sesión con los millonarios. Ha intentado descalificarla porque, según él, representa los intereses del partido Arena y de la oligarquía. En la retórica de Bukele, el partido Alianza Republicana Nacionalista (Arena), que nació en 1981 como un instrumento de lucha política anticomunista, representa a «los mismos de siempre» a quienes se debe desterrar de la vida política de El Salvador.

«El rol de la ANEP es político porque estamos en la cancha política, pero no competimos con los partidos políticos: la ANEP no defiende intereses, sino principios», dice Javier Simán.

En «los mismos de siempre» Bukele incluye a su expartido, el Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN), que le abrió las puertas en 2012 para que iniciara su carrera política como alcalde de un pequeño pueblo al sur de San Salvador. Expulsado de la organización en 2017, Bukele incorporó al partido de la exguerrilla en el conjunto.

Cuando en mayo de 2020 la pandemia había provocado las primeras muertes en El Salvador, la cuarentena y el cierre de la economía cumplían dos meses, y centenares de miles de personas también estaban cumpliendo dos meses de sufrir hambre. En una economía en la que casi la mitad de la población en edad de trabajar sobrevive gracias a que se autoemplea, de un día para otro, centenares de miles habían perdido sus fuentes de ingresos. La presión para reabrir era insostenible, pero la ola más grande de la pandemia aún era solo una silueta ominosa en el horizonte. Esa era la situación del país cuando la Asamblea intentaba construir con la ANEP un plan de reapertura que tuviera suficientes medidas de prevención para aplanar la curva de contagios.

La ANEP históricamente ha tenido una muy cercana relación con el partido Arena. Dirigentes como Ricardo Simán han sido personas que han financiado al partido, pero a lo largo de los años han tenido mayor peso y mayor incidencia algunos de los empresarios que la noche del 18 de mayo de 2020 accedieron a tomarse fotos con el presidente Bukele.

De hecho, a finales de 2001, cuando el partido alcanzaba niveles bajísimos de popularidad y parecía estar perdiendo demasiada fuerza ante el creciente respaldo que obtenía el FMLN, fueron algunos de los invitados de Bukele a la reunión de mayo quienes dieron un golpe sobre la mesa y tomaron, ellos mismos, las riendas del partido. «Se privatizó Arena», reclamó en noviembre de 2001 Gloria Salguero Gross, fundadora y expresidenta de la organización política, ante la toma de la dirección nacional por personajes como Archie Baldocchi Dueñas, Ricardo Poma y Roberto Murray Meza.

Esos multimillonarios constituyen la oligarquía contra la que Bukele dijo que pelearía para acabar con un sistema que no vela por los intereses de las mayorías, sino esencialmente por los intereses de «los mismos de siempre». Cuando en 2014 El Salvador acababa de salir de la primera ronda para elegir presidente, el FMLN y Arena se aprestaban a definir la disputa en una segunda vuelta el 9 de marzo de ese año.

El día 21 de febrero, y ante la campaña que advertía que si el excomandante guerrillero Salvador Sánchez Cerén ganaba la presidencia El Salvador se volcaría hacia Cuba y Venezuela, Bukele escribió en su cuenta de Twitter: «No entreguemos El Salvador a Cuba ni a Venezuela, y mucho menos a la oligarquía que tanto daño le hizo a este país». Y fue con los mejores representantes de esa oligarquía con quienes se sentó a platicar aquella noche del 18 de mayo de 2020.

«Ellos se representan a sí mismos», dice Javier Simán, para marcar distancia respecto de lo que representa ANEP. Y la aparición de aquellas personas junto al presidente no le sorprendió, porque estaba al tanto de la reunión.

Y tampoco le sorprendió cómo Bukele manejó todo, porque lo había previsto. Y se lo había advertido. «Les dije: “Se va a tomar la foto con ustedes y los manipulará.”»

Esa noche, El Salvador tenía dos meses de sufrir una cuarentena tan extrema y tan mal diseñada que la Sala de lo Constitucional ya había resuelto que el gobierno violaba la Constitución al capturar a personas en las calles por violar unas reglas de encierro elaboradas sin seguir el procedimiento de ley. Y el presidente no solo había ignorado la resolución de los magistrados, sino que persistía en hacer capturas arbitrarias. Además, la Sala de lo Constitucional acababa de resolver que el presidente no podía declarar por su cuenta un estado de emergencia: esa atribución corresponde a la Asamblea Legislativa, que carecía de impedimento para sesionar.

El presidente se dirigió al país en dos momentos: primero, cuando permitió que El Salvador lo viera reunido «con los empresarios más grandes del país», con quienes, según dijo, «consensuó» un plan de reapertura de la economía. El segundo acto fue una conferencia de prensa en la que no solo amenazó con asfixiar financieramente a la Asamblea Legislativa y a la Sala de lo Constitucional porque mostraban «un deseo evidente de subir los contagios y la cantidad de muertes por COVID19», sino que también acusó a la legislatura de estar preparando «un decreto económico disfrazado de emergencia nacional y forzado por la ANEP» cuyo propósito era reabrir las empresas, no atenuar el impacto de la pandemia en contagios y muertes.

Así que Ricardo Simán reaccionó airado y, al igual que otros, entendió que la aparición de los millonarios junto al presidente iba a leerse como un respaldo a un gobernante que ya había puesto en la mira al apellido Simán.

Ricardo Simán expresó su disposición a conversar con Plaza Pública, aunque transparentó una inquietud. «Siempre he sido colaborador con la prensa… pero lo que pasa en estas circunstancias es cómo nos atacan como familia…» Accedió a responder preguntas por medio de un programa de conversación electrónica. Plaza Pública deseaba preguntarle sobre su reacción tras la cadena del presidente y sobre sus temores respecto del rumbo del país, y envió las primeras dos interrogantes, pero nunca las contestó.

En este enfrentamiento con el presidente, los Simán no están solos. Aunque de las decisiones de Bukele podría interpretarse que ha habido un afán por aislarles desde cuando Javier tomó las riendas de la ANEP en mayo de 2020, poco a poco ha ido consolidándose una especie de frente común que aún es un tanto difuso ante el público. Y en él están alineados algunos de quienes se tomaron la foto con el gobernante.

Por eso, Javier Simán habla de que tras aquella reunión algunos de los participantes se alejaron del gobernante, mientras que otros optaron por aprovechar las ventajas que pueda dar cobijarse bajo la sombra del poder del presidente.

Una persona cercana a Ricardo Poma cree que este aceptó la invitación porque vio una oportunidad de presentar el plan de reapertura que se había trabajado en la Escuela Superior de Economía y Negocios (ESEN, fundada por la familia Poma). «Esa propuesta se estaba presentando a diversos actores, y uno clave era el gobierno».

En esos días, además, había empresarios interesados en otra propuesta de reapertura, que era la elaborada y donada al país por el Instituto Centroamericano de Administración de Empresas (INCAE).

Aunque Bukele aludió a la reapertura cuando mostró a los empresarios, lo que no esperaban quienes acudieron a la reunión, y lo que había anticipado Javier Simán, fue lo que ocurrió después, en la conferencia de prensa.

«Este día, mientras los diputados se reunían con la ANEP, nosotros nos reunimos con los empresarios más grandes del país, y llegamos a un entendimiento», anunció Bukele, jactancioso.

Subrayaba el peso específico de los interlocutores que había tenido minutos antes. «Vamos a poner una propuesta ya consensuada con un grupo muy representativo del gran empresariado nacional», añadió.

Bukele, que inició su ocupación de adulto en la agencia de publicidad de su familia, es una persona muy preocupada por la grandilocuencia. A lo largo de sus primeros dos años de gobierno ha acuñado lemas como «estamos haciendo historia», se ha vanagloriado repetidas veces de que «por primera vez en la historia de El Salvador» su gobierno está haciendo algo, prometió el hospital más grande de Latinoamérica contra la COVID19, ha dicho que El Salvador ha dado al mundo lecciones de cómo manejar adecuadamente la pandemia, se ha jactado de ser el presidente más cool del mundo y ha destacado cómo, a pesar de tener supuestamente en su contra al Órgano Judicial, al Órgano Legislativo, a la ANEP, a George Soros, a Human Rights Watch y a «los periodistas» que según él defienden el sistema corrupto que él dice estar desmontando, logró reducir la tasa de homicidios a menos de la mitad y El Salvador será pronto un país próspero y justo.

Entonces, no podía desaprovechar la oportunidad para colgarse, como una nueva medalla, su pacto con «los empresarios más grandes del país». Agregó que el plan incluía, antes del inicio de la reapertura gradual de la economía, «una cuarentena absoluta de 15 días, según estudios que hemos recibido de la ESEN y del INCAE».

La conferencia fue caótica. Bukele iba y venía con su discurso para tratar de deslegitimar a la Sala de lo Constitucional, a la Asamblea Legislativa y a la ANEP, a quienes de antemano culpaba de un potencial escenario catastrófico ante la pandemia.

«Los mismos que nos critican por supuestamente invadir atribuciones del Órgano Judicial o del Órgano Legislativo, aplauden ahora la invasión que acaba de hacer la Sala de lo Constitucional al quitar a la Presidencia de la República la facultad de decretar estado de emergencia en medio de la emergencia más grande que ha enfrentado la humanidad. Somos el único país del mundo en el que por sentencia se declara que se acabó la covid-19», dijo.

Después recordó que, también en cadena nacional, el día anterior él había dicho que el gobierno echaría mano de todas las herramientas legales «para defender de este virus a la familia salvadoreña».

Entonces lanzó una advertencia: «Y si nos dejan solo con la ropa que andamos puesta y se nos acaba el dinero, vamos a suspender las transferencias de fondos a la Asamblea Legislativa y a la Sala de lo Constitucional».

Y Bukele cumplió su amenaza e intentó, durante los días posteriores, asfixiar financieramente a quienes perfilaba como sus enemigos políticos.

Los ataques contra la ANEP continuaron. El 8 de junio de 2020, el secretario jurídico de la Presidencia, Conan Castro, dio declaraciones a la prensa sobre cómo marchaba el plan de reapertura. «Hemos creado una mesa intersectorial, pero no con ANEP… con ese señor (Javier Simán) no nos vamos a reunir».

Javier Simán dice que habló con varios de los empresarios que se tomaron la foto con Nayib Bukele. «Se sintieron usados. Es mi interpretación tras platicar con algunos de ellos», dice. Y, particularmente, cree que Murray Meza fue el que más perdió porque reincidió. «El presidente estaba jugando con Murray Meza cuando este accedió a aparecer en la cadena nacional del 21 de marzo. Quería dar la impresión de que estaba apoyado por el sector privado. Y lo volvió a hacer en mayo, cuando salió rodeado de todos ellos».

Cuando inició la emergencia sanitaria, el gobernante se puso en contacto con algunos de estos empresarios. Algunas fuentes vinculadas a estas familias explican que Bukele quiso platicar sobre el eventual cierre de la economía, y también les fue franco respecto de la situación en extremo precaria del sistema de salud pública.

«Les dijo que apenas tenían unos 20 ventiladores mecánicos en todo el país y les pidió que le ayudaran a buscar recursos», comenta una persona que estuvo al tanto de los acercamientos. Precisa que fue uno de los hermanos del presidente, Yusef Bukele, quien sirvió de enlace, y que por el lado de los nombres de las listas Forbes, fue Roberto Kriete.

Y así se produjo la primera sorpresa, la del 21 de marzo, y luego la de la foto grupal, del 18 de mayo. Patrick Murray, en desacuerdo con que su padre apareciera en público con Bukele por temor a la interpretación que podría hacerse de ese acercamiento, cree haber identificado el anzuelo que lanzó el presidente cuando aún estaba fresco el intento de golpe contra la Asamblea. «En un momento en el que estos empresarios estaban relativamente alejados del poder político, creo que Nayib Bukele y sus hermanos calcularon que podían tenerlos contentos al darles un sentido de realidad e involucrarlos en los esfuerzos por enfrentar la pandemia», dice el hijo de Murray Meza.

En la ANEP, Javier Simán dice estar convencido de que algunos de los empresarios fueron timados por el presidente, y que otros sí están muy a gusto junto a él.

Si se le pregunta por qué los Simán no aparecieron en la foto grupal con el presidente, responde: «Porque somos gremialistas, somos institucionalistas. Otros prefieren levantar el teléfono… Mientras otros prefieren resolver sus propios problemas, nosotros preferimos resolver los problemas del sector y del país».

¿Y quiénes son los empresarios que, egoístamente, han optado por estar cerca del poder? Ahí es cuando Javier Simán pide que se revise «la carta» del 16 de enero de 2021.

Los millonarios sospechosos

Estos empresarios que se reunieron con Bukele y cuyas fortunas familiares o personales se cuentan por centenares o por miles de millones de dólares, son huidizos. Esquivos. Son pocos los que acceden a hablar abiertamente de política, de gobierno, del rumbo del país, a pesar de que sí desean tener incidencia. Baldocchi Dueñas, Murray Meza y Poma tomaron las riendas de Arena a finales de 2001, pero el partido no recuperó brillo. Aquella demostración de fuerza del poder económico sobre el partido resintió a algunos políticos profesionales históricos, que se sintieron humillados.

Dos años duró esa aventura, que desembocó en dos costosos episodios para la vida de Arena: el partido desvió para uso partidario millones de dólares de un donativo de Taiwán destinado a fortalecer el área de seguridad pública y llevar alivio a las víctimas de los terremotos de 2001, y terminó escogiendo como candidato presidencial a Antonio Saca, quien ahora está preso por haber desfalcado 300 millones de dólares durante su gobierno.

Tanto el desvío del donativo de Taiwán como la corrupción de Saca mancharon irremediablemente al partido y Nayib Bukele supo explotar esa información para su propio beneficio.

Los millonarios, sin embargo, siguieron manejando los hilos del partido desde afuera, y tras el bache de Saca, que terminó en la ruptura arenera que dio origen al nacimiento del partido Gana, apellidos como Regalado, Cristiani, Poma, Murray Meza o Calleja estuvieron tomando las decisiones sobre las próximas candidaturas presidenciales.

Discutieron y resolvieron la nominación de Norman Quijano para 2014 y, tras la derrota de este, también estuvieron al tanto del surgimiento de dos precandidaturas para la presidencial de 2019.

Esta última elección interna tensó aquella «mesa permanente» de la que habla Patrick Murray, pues los millonarios se dividieron entre quienes preferían que el candidato fuera Javier Simán y quienes preferían al heredero del Grupo Calleja, Carlos Calleja. Al final, tras una agria disputa interna, Calleja obtuvo la candidatura arenera. Aquella competencia estuvo marcada por alusiones personales que generaron algunos resentimientos entre las familias protagonistas y hasta la ridiculización en público apareció como síntoma de una rivalidad desbordada.

Ese empresariado élite fragmentado fue el que encontró Bukele al asumir la presidencia en junio de 2019.

Bukele no solo dice carecer de ideología, sino que se jacta de ello.

También se jactaba, en los primeros ocho meses de su gobierno y mientras exigía a la Asamblea Legislativa que le autorizara cientos de millones de dólares en nueva deuda para financiar su plan de seguridad, de que este es secreto.

Y luego, ya con la pandemia encima, declaró secretas las compras para la emergencia, pero también los datos sobre pruebas para detectar covid-19, las compras de insumos hospitalarios, la información sobre «el más grande hospital de Latinoamérica» que nunca terminó, los datos sobre incidencia de enfermedades comunes, los detalles sobre las gestiones de las vacunas contra el coronavirus, los costos y el plan de vacunación, y hasta ha declarado secreto el Plan Nacional de Salud y la Política Nacional para la Primera Infancia.

El presidente de lo secreto es el mismo que, en 2013, como alcalde de Nuevo Cuscatlán, avergonzó a su partido al emplazarlo en público cuando el FMLN intentaba modificar la Ley de Acceso a la Información Pública para quitar dientes a la institución garante: «¿Estamos en favor o en contra de la transparencia?», preguntó en Twitter y en Facebook.

Su habilidad para desdecirse quizás quedó registrada mejor que nunca en 2018, cuando aún no se inscribía como candidato presidencial, y andaba buscando a la desesperada el vehículo partidario necesario para competir. Su movimiento Nuevas Ideas no estaría listo a tiempo, y el debate público llegó a mencionar la posibilidad de que fuera candidato del partido Gana, ese al que el hoy vicepresidente Félix Ulloa había caracterizado como «el que representa lo más podrido de la política salvadoreña». Bukele salió al paso de los rumores para tranquilizar a sus simpatizantes y dijo que, «por principios», nunca se inscribiría en Gana.

Cinco días después se inscribió en Gana y obtuvo la nominación presidencial. En realidad tal vez podría concluirse que este presidente que desconcierta a los millonarios y que aún no cumple los 40 años sí tiene una ideología bien definida: es un auténtico marxista. Marxista no de la corriente de Karl Marx, sino de la de Groucho, a quien se le atribuye -aunque equivocadamente- la autoría de aquella famosa sentencia: «Estos son mis principios. Si no le gustan, tengo otros». Bukele a menudo parece tener principios alternativos.

Ese es el político que no deja dormir tranquilo al presidente de la ANEP, y que también preocupa a Patrick Murray y a Claudia Cristiani, hija del expresidente Alfredo Cristiani, quien negoció la paz con la guerrilla y firmó en 1992 los Acuerdos de Chapultepec que pusieron fin a la guerra civil de 12 años que provocó la muerte de unas 75,000 personas. Por eso El Salvador celebra, cada 16 de enero y desde 1993, el aniversario de la firma de los Acuerdos de Paz.

O, mejor dicho, celebraba.

A medida que se acercaba la fecha de un nuevo aniversario, este 2021, el presidente comenzó a hacer alusiones a la efeméride, pero para desacreditarla. El Salvador se encaminaba a celebrar 29 años de la firma de la paz, pero simultáneamente también estaba en curso una campaña para elegir una nueva Asamblea Legislativa en la que, ahora sí, el partido del presidente, Nuevas Ideas, iba a competir.

El presidente, acostumbrado a hacer proselitismo a partir de cualquier cosa, usó la firma de la paz y la guerra civil para tratar de potenciar más las posibilidades de Nuevas Ideas en la elección del 28 de febrero de 2021. A pesar de que él mismo había destacado en más de una ocasión en público el valor de la firma de la paz, esta vez, y en plena campaña proselitista, comenzó a proclamar que tanto la guerra como los Acuerdos de Paz habían sido una farsa, un montaje de «los mismos de siempre», una obra artificial construida por Arena y FMLN.

Todo desembocó en que al final, el presidente anunciara que el gobierno no iba a conmemorar nada el 16 de enero, porque hacerlo significaría hacer el juego a los partidos Arena y FMLN. Esos contra los que su nuevo partido, Nuevas Ideas, competiría el 28 de febrero.

El anuncio levantó una ola de indignación en la academia, entre la intelectualidad, entre las organizaciones defensoras de derechos humanos y entre el sector empresarial.

Para cuando Bukele hizo el desdén oficial a los Acuerdos de Paz, ya había hecho un desdén escandaloso a las víctimas de la guerra civil: a pesar de prometerles abrir los archivos de la Fuerza Armada para facilitar las investigaciones sobre las responsabilidades en masacres como la de El Mozote, cuando el juez de la causa acudió a las guarniciones militares con orden judicial formal para revisar los archivos, se le negó el acceso una y otra vez.

Una razón más para sospechar de un gobernante con claros tintes autoritarios y capaz de cualquier cosa en su afán de enterrar todo lo que represente un obstáculo en su ambición de acumular más poder.

Bukele siempre expresó su interés en que, a partir de mayo de 2021, El Salvador tuviera una Asamblea Legislativa en la que su nuevo partido tuviera control para facilitarle gobernar. Para gobernar sin el estorbo de «los mismos de siempre».

Llegado el día de conmemoración, apareció publicada la «carta» a la que alude Javier Simán: un pronunciamiento titulado «En defensa de la democracia», y que firmaron 184 personas. Esa «carta» es un llamado de atención y a la vez denuncia contra las actuaciones del presidente, y fue suscrita por académicos, intelectuales, líderes religiosos y empresarios, que señalan que el presidente Bukele ha puesto bajo riesgo la democracia salvadoreña y le exhortan a corregir el rumbo y a respetar la Constitución y las leyes.

El pronunciamiento subraya que, a diferencia del gobierno de Bukele, los anteriores aceptaron la separación de poderes y reconocieron la legitimidad de sus adversarios políticos.

«Ahora hay un enorme riesgo de retroceso democrático debido a las actitudes, expresiones y decisiones manifiestamente autoritarias por parte del Órgano Ejecutivo, encabezado por el presidente Bukele», expresaron los firmantes.

El pronunciamiento también advierte de cómo la prensa investigó y denunció numerosos casos de corrupción en el Órgano Ejecutivo amparados bajo la emergencia por la pandemia. «Esa corrupción se sustenta en la falta de transparencia del gobierno y pone presión adicional sobre las precarias finanzas públicas. El presidente ha respondido atacando a la prensa». Al final, la carta exhorta a la comunidad a exigir al presidente que respete la democracia y la libertad de expresión.

«De los Simán todos firmamos», dice el presidente de la ANEP, con una sonrisa de satisfacción. Y ese es el documento que, según Javier Simán, ayuda a responder la pregunta de quiénes han optado por estar cerca del poder para obtener beneficios particulares. «Leé esa carta y mirá quiénes no firmaron»…

Esa carta la rubricaron algunos de quienes en mayo de 2020 se habían tomado la foto con el presidente, como Murray Meza o Ricardo Poma, o miembros de las familias que estuvieron en aquella reunión, como Francisco de Sola. También la suscribieron cuatro miembros de la familia Simán, el expresidente Cristiani y la hija de este, Claudia Cristiani…

El pronunciamiento no lo suscribieron personas de las familias Regalado, ni Dueñas, ni Kriete…

«¡Ni Calleja! », interrumpe Javier Simán, como preocupado de que por un descuido no se mencione el nombre de quien, hace tres años, fue su contendiente en la lucha por la candidatura presidencial del partido Arena.

En efecto, ni Francisco Calleja ni su hijo Carlos, dueños de la cadena de supermercados Super Selectos estamparon su firma en el documento.

¿Ese silencio qué significa?

Para Javier Simán y otros, es un síntoma de una decisión de no incomodar al presidente. O, peor aún, de acompañarlo. Y esa es una opción que puede suponer enormes riesgos para El Salvador.

«En Nicaragua, los empresarios pactaron con Daniel Ortega y mirá dónde están hoy», dice Simán.

Patrick Murray coincide en que callar es peligroso: «Nadie ha calculado el daño real que le puede hacer al país el acompañamiento a Nayib Bukele. Los empresarios aún no han calculado el valor de su pronunciamiento para que el rumbo que lleva el país no se salga de control».

Ambos se inclinan a creer, con pocos matices, que algunos multimillonarios están a un paso de tomar el camino que siguieron los empresarios más acaudalados de Nicaragua con Ortega: en un afán de proteger sus intereses, dejar que el gobernante de turno haga lo que quiera. Una especie de armisticio perverso: si no te metés con mis millones, nosotros no nos metemos con tu forma de gobernar.

Murray lo viene diciendo desde cuando su padre y los otros se tomaron las fotografías con Bukele. En septiembre pasado, escribió uno de varios mensajes en Twitter con los que ha criticado a quienes guardan silencio. «Aquel silencio incómodo de los empresarios que callan ante la realidad… el país está peor que nunca y deberían pronunciarse, como les corresponde, denunciando el pésimo manejo que este lleva».

Tres de las personas consultadas para este reportaje y relacionadas muy de cerca con estas familias creen que el blanco y negro que Simán mira en la élite económica en realidad tiene algunos grises.

«Esto tiene que ver con la sensibilidad de sus inversiones ante decisiones del gobierno», explica una de las fuentes.

Se refiere a que, como algunos de los acompañantes del presidente en aquel diálogo televisado han expandido sus inversiones no solo a otros países de Centroamérica, sino incluso a Estados Unidos o Suramérica, están en una posición de más libertad de arriesgarse a un choque frontal con un gobernante muy de armas tomar, dispuesto incluso a propagar mentiras para atacar a sus críticos. Por el contrario, quienes tienen sus operaciones radicadas prácticamente solo en territorio salvadoreño, se vuelven más vulnerables ante posibles represalias.

Dos miembros de las familias de las listas de la revista Forbes coinciden en mencionar, en entrevistas por separado, el mismo hecho como un pretendido indicio de que algunos están durmiendo con el enemigo: «Ahí ves al presidente volando en el helicóptero de Kriete».

Se refieren a una aeronave de matrícula salvadoreña YS-1777-P que Bukele usó al menos dos veces en 2020: en julio, durante un viaje a San Vicente, y en diciembre, cuando visitó el caserío El Mozote, en Morazán. Aunque el presidente de la República tiene un helicóptero a su servicio, perteneciente a la Fuerza Aérea de El Salvador, en aquellas dos ocasiones optó por viajar en una aeronave privada, que algunos ven como razón para justificar las sospechas.

Plaza Pública intentó verificar la propiedad de la aeronave, un Eurocopter 130 B4, de siete plazas, pero fue imposible. El registro de las aeronaves con matrícula salvadoreña mantiene alejada de la vista pública la propiedad de los vehículos. Una carta dejada en el domicilio del empresario, al sur de San Salvador, a finales de marzo, no había recibido respuesta hasta el jueves 22 de abril. La persona que recibió la carta dijo que Kriete no se encontraba en el lugar en ese momento, pero que se la entregaría cuando volviera.

El pronunciamiento del 16 de enero fue redactado por un equipo multidisciplinario un tanto receloso sobre su labor. En él destacan nombres como el del exmagistrado constitucionalista Rodolfo González, el de la economista Carmen Aída Lazo y el del padre Andreu Oliva, rector de la Universidad Centroamericana José Simeón Cañas. Estas personas redactaron el documento y se encargaron de hacerlo circular para firmas.

«A mí una de esas personas me lo hizo llegar», dice Claudia Cristiani.

Ninguna de las fuentes consultadas fue categórica al responder si el equipo solicitó la firma del documento a los millonarios que no lo suscribieron. Sin embargo, Andreu Oliva y Rodolfo González dan a entender que el propósito era obtener la mayor cantidad de respaldo posible. «La idea era que no se excluiría a nadie», asegura el exmagistrado González. Pero ni él ni las demás personas del equipo redactor se atreven a asegurar que el documento se hizo llegar para firma a Kriete, a alguien de la familia Regalado, a alguien de la familia Dueñas o a Francisco o Carlos Calleja.

Plaza Pública buscó respuestas en la familia Calleja, de Roberto Kriete y de la familia Dueñas. En este último caso, Alejandro Dueñas respondió, por medio de una colaboradora, Fabiola Gutiérrez, que agradecía que se tomara en cuenta su opinión, pero que no podría conceder una entrevista o responder preguntas enviadas vía electrónica. «Porque tiene ocupada su agenda durante los próximos meses», escribió Gutiérrez por correo electrónico, el 24 de marzo pasado.

Seis días después, el martes 30 de marzo, un hombre esbelto de cabello ligeramente gris caminaba enmascarillado por los pasillos de una de las tiendas de la cadena Super Selectos, en Antiguo Cuscatlán, al suroccidente de San Salvador. Le seguían el paso dos hombres, con quienes de vez en vez intercambiaba palabras. El hombre larguirucho saludaba a un cliente por aquí, a una clienta por allá. Finalmente llegó al área de venta de mariscos.

«¡Hola, ¿cómo está?! », me preguntó, mientras prolongaba el codo de su brazo derecho para hacer más expresivo el saludo.

«Muy bien, don Carlos, muchas gracias. Lo vi aparecer y pensé que tenía que saludarlo. Me llamo Ricardo Vaquerano y soy periodista», le dije.

«¿Y cómo me lo están atendiendo?»

«Muy bien hasta ahora. Como le digo, soy periodista y estoy preparando un reportaje y quisiera hacerle un par de preguntas.»

«No, mire, Ricardo, yo he decidido no dar declaraciones. Yo estoy retirado a mi vida empresarial y…»

«Entiendo. No le quitaré mucho tiempo, solo son un par de cosas sobre las que quiero preguntarle y…»

«No, disculpe, como le digo, desde que salí de… yo no estoy dando declaraciones a los medios.»

«Lo lamento. Tendré que consignar que se rehusó a dar entrevista.»

«No, yo preferiría que no me mencione. Le deseo mucha suerte con su reportaje, espero que lo atiendan bien y que Dios lo bendiga.»

Se marchó. Algunas preguntas obligatorias a Carlos Calleja eran por qué no aparecía su nombre en el pronunciamiento del 16 de enero. También si tienen razón quienes lo consideran sospechoso de haber decidido llevar la fiesta en paz con Bukele. Y también era obligatorio preguntar por el monto de los ingresos de Super Selectos durante los tres meses del cierre de la economía, dado que la cadena de tiendas fue uno de los escasos negocios a los que se permitió mantenerse abiertos entre marzo y junio de 2020. El gobierno ordenó el cierre incluso de los mercados municipales en todo el país.

En el caso de Kriete, presidente de Avianca Holdings y con participación accionaria en Volaris, en Aeroman y en la banca salvadoreña, está tratando de salvar la aerolínea radicada en Colombia, que se declaró en bancarrota para intentar reestructurar sus deudas. Avianca heredó en buena parte el mercado centroamericano y particularmente los viajes desde y hacia Estados Unidos que dominaba Taca hasta la fusión de ambas compañías.

Los Regalado tienen sus intereses centrados en la agroindustria, y muy concentrados en la producción de azúcar de caña. Los Dueñas tienen mayor diversificación y con la empresa Urbánica están expandiéndose en sus proyectos inmobiliarios. El más reciente, y que ha generado las protestas de grupos ambientalistas, es el desarrollo de Ciudad Valle El Ángel, que contempla levantar una miniciudad de 6,500 viviendas al menos e incluye hospitales, escuelas, terminal de autobuses, hoteles y restaurantes. Ciudad Valle El Ángel es controversial porque se levanta sobre una zona de recarga acuífera vital para el Área Metropolitana de San Salvador, que ya sufre problemas graves de desabastecimiento de agua por cañería.

Este proyecto se destrabó en noviembre de 2020, según reveló la revista Gato Encerrado, después de dos años de gestiones para obtener luz verde. El presidente Bukele anunció que su gobierno va a agilizar los permisos necesarios para generar inversión.

Javier Simán admite que esto podría explicar, en parte, esos silencios. «Hay que reconocer que algunos sectores podrían estar actuando con prudencia por temor a represalias», dice. Pero cree que el costo del silencio es mayor que el de pronunciarse. «En realidad tienen claro que tarde o temprano les afectará. Lo que quizás no saben es si deben salir a decir algo o no».

En todo caso, para Simán las sospechas sobre relaciones parecidas a alianzas de algunos millonarios con Bukele están justificadas. Su interpretación sobre el significado de que algunos no firmaran el pronunciamiento del 16 de enero es compartida plenamente por Andreu Oliva, el rector de la jesuita Universidad Centroamericana José Simeón Cañas, que fue uno de los redactores del documento y que también lo firmó. Comienza con un paralelismo entre El Salvador y Nicaragua:

«El gran error de las fortunas nicaragüenses fue pactar con Ortega su continuidad en la presidencia a cambio de que les dejara seguir haciendo negocios.»

«¿Y usted cree que quienes no firmaron el pronunciamiento son sospechosos de estar trabajando de acuerdo con Nayib Bukele?»

«Sabemos de empresarios que están trabajando muy de cerca con el gobierno y que, de alguna manera, ya han pactado con el gobierno.»

«¿Me puede decir quiénes son esos empresarios que, según usted, ya pactaron con el gobierno de Nayib Bukele?»

«No puedo decirlo… no tengo evidencias, solo son sospechas…»

«¿Algo así como “no tengo pruebas, pero tampoco dudas”?»

«Sí, algo así. Creo que hay muchos empresarios que no firmaron esa carta y que no están trabajando con el gobierno de Nayib Bukele. Eso quizás podría decirse del empresariado más fuerte y más grande y que no firmaron porque probablemente ya tienen acuerdos con el gobierno de Nayib Bukele…»

«En una reunión del 18 de mayo de 2020, el presidente Bukele recibió a empresarios de familias como Regalado, Dueñas, Calleja y a Roberto Kriete, apellidos que no aparecen como firmantes del pronunciamiento del 16 de enero. ¿Estas personas son las sospechosas de estar trabajando con Nayib Bukele?»

«No lo sé… Yo, Ricardo, te pediría que, si queremos una entrevista amigable, no me obligues a…»

«No pretendo que nos enemistemos por esta entrevista…»

«Es que a veces ustedes los periodistas quieren mover el límite y…»

«Solo sigo el hilo de la conversación.»

«Tú saca tus conclusiones…»

Los recursos del presidente

Nayib Bukele tal vez no pueda probar que es el presidente más cool del mundo. Lo que sí puede mostrar es el título de gobernante con un gigantesco apoyo popular. En las vísperas de la elección de la nueva Asamblea Legislativa del 28 de febrero, sus niveles de apoyo ciudadano estaban por encima del 80 %, y el resultado de la elección fue, en esencia, una ratificación de respaldo a su gestión.

Su partido, Nuevas Ideas, ni siquiera tuvo necesidad de hacer una propuesta de trabajo legislativo, pues, confiado en el poder convocante del presidente, se dedicó a pedir al electorado que votara «por la N de Nayib». Y candidatos y candidatas a la legislatura no tuvieron inhibición alguna para decir que su única propuesta de trabajo para la Asamblea Legislativa que asume este 1 de mayo y que será reemplazada dentro de tres años, era ejecutar el Plan Cuscatlán, que es el plan de trabajo que Bukele ofreció para su quinquenio presidencial.

A partir del 1 de mayo, Bukele tendrá la posibilidad de acaparar casi todo el poder público. Con más de dos tercios de los escaños legislativos dispuestos a rendirle pleitesía, podrá tener una Fiscalía General a su gusto, elegir a un tercio de las magistraturas de la Corte Suprema de Justicia a su medida e impulsar reformas a la Constitución de la República que, por ejemplo, prohíbe la reelección consecutiva.

Bukele ha dicho que no tiene pretensiones de reelegirse. Como lo dijeron en su momento muchos que terminaron maniobrando para reelegirse. Bukele ha dicho que la comisión para proponer reformas constitucionales que él formó no tiene como misión allanar el camino para que él se perpetúe en la presidencia. Bukele ha dicho que quiere la Asamblea Legislativa al servicio del Ejecutivo para poder trabajar, finalmente, sin el estorbo de «los mismos de siempre» en beneficio del pueblo salvadoreño.

El partido del presidente arrasó el 28 de febrero a pesar de que Bukele había dado ya sobradas muestras de comportarse igual que «los mismos de siempre», pero con agravantes. Como los señalados por el pronunciamiento del 16 de enero respecto de su ataque a la independencia de poderes y a la deslegitimación de la oposición.

Bukele niega ser un dictador, como le señalan desde la oposición. «Si fuera un dictador ya habría fusilado a los magistrados de la Sala de lo Constitucional», se defendió una vez.

A pesar de la abundante evidencia de que durante la pandemia por COVID19 El Salvador fue azotado por una epidemia de corrupción en el gobierno, la gente decidió votar por el partido de un presidente que ha sabido utilizar el recurso de las emociones y ha sacrificado el de la razón.

Sus discursos vertidos muchas veces en Twitter sobre el sistema corrupto que dice querer cambiar, a menudo ha estado salpicado de mentiras o maquillajes de hechos o datos. Cuando El Salvador estaba preparándose para afrontar la embestida de la pandemia, hilvanó una serie de falsedades respecto de cómo el mundo la estaba pasando de mal. Por ejemplo, una vez aseguró que Estados Unidos había movilizado a sus fuerzas armadas para enfrentar la emergencia. «Esta es la tercera guerra mundial», anunció alarmista en otra ocasión, en referencia a la pandemia. También inventó que en un vuelo de Avianca procedente de México venían varios pasajeros portadores del nuevo coronavirus y había que cancelar el vuelo. Y en aquellos días de marzo de 2020 cuando apenas se sabía de la existencia de pruebas para detectar COVID19, Avianca le siguió el juego.

A pesar de todo eso, y de haber amagado con derrocar a la Asamblea Legislativa y de haber perpetrado decenas de detenciones arbitrarias por violaciones a la cuarentena, la ciudadanía le dio un respaldo inédito.

Quizás apelar a las emociones le haya sido útil. Y, sin duda, la gente le ha agradecido algunas cosas que han tenido un profundo significado en su vida cotidiana. La caída de los homicidios a menos de la mitad desde el inicio de este gobierno es algo que se le reconoce y que se refleja en encuestas. Las encuestas también evidencian el impacto de la ayuda monetaria directa de 300 dólares que se repartió en 2020. Y han mostrado el acierto (al menos en términos de imagen) de repartir una y otra vez canastas de víveres a centenares de miles de hogares, incluso en zonas de habitación caracterizadas por alto poder adquisitivo.

El reparto de alimentos, que comenzó en las primeras semanas de la cuarentena con la entrega de modestas bolsas valoradas en unos 10 dólares pero que el gobierno aseguraba valían 50 dólares, fue un mecanismo que llegó para quedarse. El gobierno dice seguir comprando alimentos en el extranjero para seguir repartiendo víveres.

Algunos medios han registrado la reacción agradecida de la gente, incluso cuando se le hace ver el medio centenar de investigaciones periodísticas que pusieron al descubierto cómo aprovecharon la emergencia para abusar de los recursos públicos o para entregar contratos millonarios a empresas de personajes del gobierno o vinculadas a familias de miembros del gabinete de gobierno.

«Todos roban, pero por primera vez un presidente nos está dando algo» es una respuesta que se repite cuando la prensa recoge la opinión de la gente.

Antes de los dos años de gobierno, el presidente ha logrado que la gente vea a la democracia como un bien no solo suntuario, sino superfluo. Y no es que la gente esté esperanzada en que la administración Bukele le deparará días mejores: está desesperada y rabiosa. Y las cifras de detenciones en Estados Unidos muestran que en los últimos meses la migración indocumentada desde Centroamérica, incluido El Salvador, se ha incrementado. La gente sigue sin ver razones para quedarse, pero sí para apoyar a su presidente.

Ese arrastre de opinión pública favorable hace a Nayib Bukele más temible. Javier Simán, el presidente de la ANEP, señala la amenaza para la democracia, pero también advierte que un régimen autoritario golpeará en la economía y eso supondrá la pérdida progresiva de empleos. «Ese 70 % de salvadoreñas y salvadoreños que tiene que salir cada día a buscar el sustento, será el último en enterarse de lo grave de la situación», dice.

EEUU o la vana esperanza

Patrick Murray lo viene anotando desde que se topó con el rostro de su papá en la cadena de televisión del 21 de marzo de 2020. «Validar a un autoritario trae consecuencias irreparables. Muestras hay de sobra en Nicaragua y Venezuela», tuiteó el 18 de mayo, tras la cadena del presidente. Cuatro meses después repitió su llamado de atención sobre el silencio: «Luego será muy tarde y el silencio incómodo de los empresarios les hará cómplices», escribió en Twitter el 18 de septiembre.

Este 23 de abril de 2021 los medios de comunicación advirtieron que una maniobra del presidente para destituir a una comisionada del Instituto de Acceso a la Información Pública supone, en la práctica, la muerte de la institución. Este 23 de abril, Murray volvió a tuitear sobre el silencio: «Y el empresariado… sigue callado».

Ha criticado a su papá y también a quienes guardan un silencio que a él se le antoja cómplice.

«¿Y por qué creés que guardan silencio: no les importa o no ven el peligro?»

«Han estado calculando que pueden influir indirectamente vía Estados Unidos, por medio de personas como las exembajadoras Mari Carmen Aponte o Jean Manes, o de senadores como McGovern», dice.

Dice no tener dudas de que el país se encamina al desastre.

«Hay cierta ingenuidad en no creer que la cosa se puede poner peor, pero la realidad nos muestra lo contrario: lo vemos con que el reparto de la ayuda de 300 dólares que se desvirtuó al entregarla varias veces a la misma persona porque los registros muestran que hay varios números de documento único de identidad que repetidas veces recibieron el bono; también nos lo muestra la irrupción militar en la Asamblea Legislativa y lo vemos cuando el Hospital El Salvador no está terminado.»

El Hospital El Salvador quizás sea otra de las claves para la popularidad de Bukele. El gobierno anunció el 26 de marzo de 2020 que construiría «el más grande hospital de Latinoamérica» para atender personas con COVID19 y dijo que estaría listo en tres meses. Los tres meses se cumplieron el 10 de junio de 2020 y nada. Un hospital secreto. El gobierno nunca puso a disposición de la ciudadanía información básica sobre la construcción del hospital, y solo aseguraba que tendría mil camas de unidades de cuidados intensivos. Cuando la prensa solicitaba autorización para ingresar a observar la construcción del hospital que, en dos de sus tres partes solo consistía en adaptar la infraestructura del Centro Internacional de Ferias y Convenciones y equiparla, Bukele decía que todo periodista que deseara ir a reportear al lugar de la construcción podía hacerlo. Pero nunca se permitió el ingreso de la prensa.

Pasaron los meses, el 10 de junio no había hospital.

La pandemia se intensificó y alcanzó las tasas más altas de muertes en julio, cuando la gente desesperada no encontraba dónde pudieran recibirle a su familiar enfermo. Muchas personas murieron sin haber tenido la oportunidad de recibir atención médica. Unos días después de cumplirse el plazo para entrega, Bukele lo que inauguró fue una «primera fase» en la que infló los datos sobre camas UCI. Pasó el pico de la pandemia y el hospital nunca estuvo listo. Cuando la prensa preguntaba al ministro de Obras Públicas, Romero Herrera, cuándo terminaría el hospital, se limitaba a decir que no tenían fecha. Terminó el año 2020, el gobierno ignoró el aniversario de la firma de la paz, vinieron las elecciones legislativas y el hospital prometido no existía.

Finalmente, el 12 de abril de 2021, el presidente hizo un anuncio: esa caja blanca de tres pisos que se suponía sería la fase tres del Hospital El Salvador, ya no lo será. En su lugar, se convirtió en «megacentro de vacunación» contra COVID19.

Y en materia de vacunación, Nayib Bukele tiene algo de lo cual jactarse. Cuando a finales de marzo llegó un lote de un millón de dosis de la Coronavac, que es la producida en China por Sinovac, El Salvador subió a la cima de Centroamérica en cantidad de vacunas adquiridas, al superar a Costa Rica y Panamá.

Y, salvo el caos del primer día de servicio del megacentro de vacunación, los testimonios de la gente vacunada coinciden en que aparte de que la atención es buena, el servicio es ágil. Y Bukele, el publicista, sabe aprovechar estos éxitos. Aunque todo lo relacionado con las compras de las vacunas y con el plan de vacunación sea secreto, y aunque una negra sombra de sospecha de corrupción se cierna sobre el nuevo hospital.

Los millonarios saben que una cosa es popularidad, y otra cosa es hacer un buen gobierno. Pero en general se mueven con enorme discreción. Y eso, ante los ojos de Javier Simán y Patrick Murray, es pecado, dadas las circunstancias. «Los empresarios deberían pronunciarse en público y pedir reunión con el presidente para hablar sobre el rumbo del país», dice.

Apelar a Estados Unidos puede ser una vana esperanza. Y Nayib Bukele ya dio a entender que puede tensar la relación con Washington, D.C., si lo juzga necesario.

Mientras Donald Trump fue el inquilino de la Casa Blanca, Bukele estaba feliz. El gobierno de Trump había mostrado una actitud de dejar hacer, dejar pasar ante su «socio confiable» de Centroamérica, y ni siquiera cuando el presidente tomó militarmente la Asamblea Legislativa, Estados Unidos expresó alguna objeción pública clara.

Bukele y el embajador Ronald Johnson divulgaban fotografías de encuentros familiares en los que compartían cangrejos o recorrían en yate la costa salvadoreña.

Sin embargo, a medida que se aproximaba la elección en Estados Unidos y cuando Joe Biden cobraba fuerza, las voces críticas comenzaron a llegar desde el norte. Y ganó Biden, y vino el desencuentro.

De repente, la embajada destacaba la importancia que para Estados Unidos tiene la prensa, blanco de las frecuentes diatribas de Bukele. Personas cercanas a Biden advirtieron que a Washington le preocupan las conductas autoritarias y que aprecia la independencia de poderes y el respeto a la legalidad. De repente, Estados Unidos parecía hostilizar a su socio confiable salvadoreño.

El presidente Bukele, entonces, sacó la chequera y contrató millonarios servicios de cabildeo para intentar recomponer un vínculo que estaba deteriorándose. Y luego intentó una maniobra arriesgada: a inicios de febrero viajó en secreto a Estados Unidos para tratar de reunirse con oficiales o funcionarios importantes de la administración Biden. Nadie lo recibió. Pero Nayib Bukele, que ha probado tener predilección por la venganza, tendría oportunidad de desquitarse. La ocasión se produjo a inicios de abril, cuando rehusó recibir al enviado especial de Biden para Centroamérica, Ricardo Zúñiga.

La visita de Zúñiga dejó dos imágenes elocuentes: una, en la que el enviado especial anunció que Estados Unidos aportará dos millones de dólares para financiar la Comisión internacional contra la impunidad en El Salvador (Cicies), un organismo que supuestamente iba a gozar de las fortalezas e independencia que la Cicig, pero edulcorada por la limitación de poder solo «asistir» a las instituciones que son parte del problema de impunidad. No obstante, un informe de la Cicies sirvió como insumo a la Fiscalía General para que esta iniciara una investigación por más de 150 millones de dólares en compras durante la emergencia sanitaria por sospechas de corrupción. La otra imagen relevante fue una que divulgó la misma embajada de Estados Unidos: Zúñiga se reunió con algunos de los empresarios que se tomaron la foto con Bukele el 18 de mayo de 2020. En la imagen aparecen Roberto Kriete y Roberto Murray Meza.

Murray Meza es uno de los millonarios que, según Javier Simán, se sintieron engañados por Bukele y poco a poco fueron alejándose del presidente hasta garantizar una distancia adecuada que disipe dudas sobre con quiénes se alinea.

En los días previos a la visita de Zúñiga, Bukele tuvo un enfrentamiento en redes sociales con la congresista de origen guatemalteco Norma Torres. La política estadounidense forma parte del Comité de Asignaciones y advirtió que ella nunca daría su voto para aprobar el envío de un solo dólar a un gobierno que no mostraba compromiso en la lucha contra la corrupción. El episodio duró una semana y Bukele terminó pidiendo por Twitter a la población votante en Estados Unidos que en la próxima elección se abstengan de votar por Norma Torres.

Esta declaración tuvo repercusiones: otro congresista que ha estado muy atento a lo que ocurre en El Salvador en los últimos años lanzó una advertencia a Bukele. Albio Sires, miembro de los comités para Asuntos Exteriores y para Presupuesto de la Cámara de Representantes, dijo que si el presidente salvadoreño continuaba con su interferencia en las elecciones de Estados Unidos, tendría que ser declarado como «una amenaza a la seguridad nacional».

Palabras mayores.

Y palabras mayores son las que tienen en El Salvador algunas de las personas que firmaron el pronunciamiento del 16 de enero, para referirse al gobierno de Bukele.

Cuando al rector de la UCA, Andreu Oliva, se le pregunta por qué si Bukele ya irrumpió con militares en la Asamblea, incurrió en desacato repetido ante la Sala de lo Constitucional, ha iniciado el desmontaje del Instituto de Acceso a la Información Pública y ataca sistemáticamente a la prensa independiente, el pronunciamiento «En defensa de la democracia» habla solo de «un riesgo de retroceso democrático», no de un retroceso democrático de hecho, su respuesta es aclaradora: «Es que es cierto, ya ha habido retroceso, pero no se ha institucionalizado, y hay grandes posibilidades de que sí se institucionalice a partir del 1 de mayo cuando tenga el control de la Asamblea Legislativa».

Oliva sí cree que Bukele es un dictador en ciernes, un presidente que desea gobernar sin que nadie le haga ruido.

Enumera como sustento «el hecho de querer disolver la Asamblea Legislativa el 9 de febrero de 2020; no ha negado su ambición por la reelección presidencial, un tema en el que ha sido muy ambiguo; ha buscado el apoyo de la Fuerza Armada a sus actuaciones abusivas y ha puesto en la dirección de la Policía Nacional Civil a alguien que proviene de los anteriores cuerpos de seguridad pública…»

Y si Oliva es pesimista, Claudia Cristiani lo supera con creces. Dice tener dudas del poder real que puedan tener los empresarios para intentar preservar la democracia salvadoreña. Entrevistada dos días después de las elecciones en las que el partido del presidente arrasó con los escaños de la próxima legislatura, estaba desolada. Sus primeras palabras fueron estas: «El proyecto democrático de El Salvador murió el domingo, con el resultado de las elecciones».

Encuentros y desencuentros entre Marx y Heidegger. Juan Marcos Acevedo. 2010

Hablar de la relación existente entre Marx y Heidegger, así como de sus radicales diferencias, no es un simple ejercicio que compete al espíritu académico que gusta de comparar autores y teorías. Si hemos de creer al juicio de los entendidos que afirma que Heidegger es el filósofo más importante del siglo XX, entonces, todas las restantes posturas filosóficas emanadas de éste turbulento siglo deben poder afirmarse a partir de o contra de Heidegger.

Como señala Slavoj Zizek en Visión de paralaje: «Todos los filósofos… tienen que definirse trazando una línea de demarcación, una distancia crítica respecto a él».[1]

Sin embargo, algo que soslaya tanto Zizek como los que entronan a Heidegger en el primer puesto del escenario filosófico es que también el siglo XX fue una época dominada por el marxismo, y no hablamos solamente de las diversas concepciones que surgieron como defensoras o continuadoras de Marx, sino al hecho incuestionable de que casi la mitad de la población del planeta vivió y organizó sus vidas bajo los postulados políticos planteados por Marx. Que esos regímenes hayan sido fieles al espíritu crítico-liberador de Marx o hayan terminado por desvirtuarlo y pervertirlo solamente podemos valorarlo a partir del fracaso y caída del socialismo realmente existente.

El sólo hecho de que una concepción del mundo haya tenido un impacto significativo a gran escala en la historia mundial deja apreciar su importancia. Aunque es cierto que no podemos valorar la eficacia de una filosofía por su aplicabilidad práctica, tampoco hay que olvidar que la filosofía heideggeriana es una reacción en contra del americanismo y el comunismo, los dos peligros esenciales de la modernidad en la interpretación de Heidegger.

Esto nos hace ver que si bien Heidegger tuvo un impacto profundo en el espectro filosófico del siglo XX fue en relación con el cuestionamiento y crítica al marxismo, uno de sus adversarios filosóficos, que en la teoría como en la organización política daba una respuesta global a la modernidad capitalista.

Recordemos que el proyecto heideggeriano se inscribe también en una crítica y superación, desde la metafísica, de la modernidad ya no capitalista, sino del empoderamiento de la subjetividad, de la cual la organización social capitalista sería una de sus manifestaciones.

Esta crítica preponderantemente metafísica no renunció tampoco a asumir una postura política y basta enunciar el reconocimiento de Heidegger al nazismo como un movimiento de grandeza y verdad en donde se daba un encuentro positivo entre la técnica planetaria y el hombre moderno. Todavía en su vejez Heidegger seguía reconociendo que el nacionalsocialismo iba en la dirección correcta pero que la falta de experiencia de sus líderes les impidió lograr lo que el espíritu de ese movimiento político afirmaba.[2]

Si hoy volvemos a plantear la cuestión de las relaciones entre Marx y Heidegger es precisamente por la coyuntura de los tiempos actuales en donde la crisis global del capitalismo hace urgente reelaborar un nuevo paradigma civilizatorio que dé una respuesta al marasmo político-económico en el que nos encontramos.

Las categorías de interpretación del marxismo resultan ahora insuficientes en una época donde el capitalismo ha logrado convertirse en el modo de producción dominante convirtiendo a todas las esferas políticas en meros centros de poder supeditados a la reproducción del capital a escala global. El impacto de la técnica en la nueva forma de estructurar a la economía escapa a todas las previsiones hechas por Marx, por lo que resulta necesario voltear la cara hacia otras interpretaciones y categorías de análisis.

Es desde ahí donde pensamos que puede darse el diálogo entre el marxismo y la filosofía de Heidegger. Las divergencias y posibles vasos comunicantes entre ellos nos pueden dar atisbos de una nueva forma de afrontar la crisis del modelo capitalista de acuerdo con Marx, o el americanismo según Heidegger. Esto también nos puede mostrar indicios sobre un posible resurgimiento del concepto de humanismo en una etapa histórica que se encuentra enmarcada por la muerte del hombre y del sujeto.

Los entrecruces entre Marx y Heidegger no son pocos. El mismo Heidegger a lo largo de su vida y sus cursos tuvo que enfrentarse en varias ocasiones con algunos de los postulados del marxismo. Para Heidegger no sólo el americanismo constituía una amenaza a la civilización europea, sino también el comunismo. En su consideración ambas posturas reflejan lo negativo de la metafísica de la subjetividad moderna.

Tanto el americanismo como el comunismo están animados por la voluntad de poder que reduce el ser a mera cosa manipulable, clasificable y capaz de sufrir alteraciones por mano del hombre. Del comunismo decía Heidegger que: «No es una mera forma estatal (blosse Staatsform), ni tampoco solo un tipo de visión del mundo política (politischen Weltanschauung), sino la constitución metafísica (metaphysische Verfassung) en la cual la humanidad moderna (Neuzeit Menschentum) no solo culmina y cumple lo Moderno (Neuzeit) sino que inicia su última fase».[3]

Este peligro que ve Heidegger en el comunismo es manifiesto en la entrevista que sostuvo con Adolf Lampe, uno de los integrantes del Comité de Depuración Francesa encargado de enjuiciar a criminales nazis. En aquélla entrevista, Heidegger declaró que: «Apoyar al nacionalsocialismo era la única y suprema posibilidad de evitar el avance del comunismo en Alemania».[4]

Con estas referencias lo que se trata de enfocar no es el probado anti-comunismo de Heidegger ni sus razones para apoyar el régimen nazi, sino poner al descubierto la existente relación de «demarcación y distancia crítica» de éste respecto a Marx. El anti-comunismo de Heidegger no puede resolverse en una simple postura política. Si Heidegger teme al comunismo es porque su pensamiento le ha permitido comprender, de acuerdo con su propia ontología, las raíces profundas que animan a ésta concepción del mundo, y esas raíces invariablemente apuntan a Marx.

Ya en Ser y el tiempo de 1927 encontramos varias referencias que señalan una toma de distancia y crítica respecto al marxismo. En la primera sección, capítulo primero, parágrafo 10, Heidegger analiza las diversas maneras de abordar la facticidad. Ahí señala las diferencias de su filosofía con las de Max Scheler, Dilthey, la tradición escolástica y aquella que reflexiona sobre la «cosificación de la conciencia»[5], sin señalar al autor. Es obvio que se refiere a Marx y su concepto de reificación elaborado en sus Escritos de juventud y el Capital y que fue ampliamente tematizado por Lukács en Historia y conciencia de clase.[6]

En el parágrafo 74 titulado «La constitución fundamental de la historicidad», Heidegger opone al universalismo proletario del marxismo la unidad existencial de la comunidad. El pueblo y su tradición tienen en Heidegger más fuerza y autenticidad que cualquier internacionalismo: «Si el Dasein destinal existe esencialmente, en cuanto estar-en-el-mundo, coexistiendo con otros, su acontecer es un co-acontecer, y queda determinado como destino común. Con este vocablo designamos el acontecer de la comunidad, del pueblo»[7]

Esto quiere decir que el pueblo (Volk) es una categoría que reúne el expectante ser-en-el-mundo del Dasein. En su existencia fáctica, el Dasein se resuelve en la autenticidad de su propia existencia en una existencia compartida con otros, los que se encuentran ligados por los nexos de la tradición y el conjunto de plexos representables e interpretables que definen a una comunidad.

El pueblo, como demarcación fáctica de la existencia resuelta del Dasein, se opone así a cualquier intento de universalización colectiva, sea de cuño capitalista o comunista. Finalmente, en la página con que concluye Ser y tiempo Heidegger vuelve a enfrentarse al concepto de «cosificación» sin mencionar nuevamente al autor del que procede dicha teoría.

Y qué decir del concepto de «Cura» (Sorge) que es central en Ser y tiempo y constituye una respuesta a la categoría de praxis.

En otros trabajos posteriores Heidegger vuelve a la carga contra Marx: en el curso del año de 1932 sobre el diálogo el Teeteto de Platón, traza una curiosa cronología que tiene como principio el tema central del olvido del ser. La revisión pasa por el cristianismo, el racionalismo de Descartes, la Ilustración, Hegel y concluye con Marx. Ahí se propone una verdadera superación del marxismo como sistema de pensamiento apoyándose en citas extraídas de la Miseria de la filosofía.[8]

En sus discursos claramente políticos Heidegger señala lo equívoco de los postulados políticos y económicos de Marx. Tomemos como ejemplo el discurso La universidad en el nuevo Reich, en donde se defiende que bajo el nazismo no existe más la producción de plusvalía, el trabajador no es más un objeto de explotación como lo quería el marxismo, sino la figura que une a los camaradas de raza. El socialismo nacionalista no abolía la lucha de clases, dejaba intacta la estructura social pues: «El socialismo quiere […] la jerarquía de acuerdo a la profesión y a la obra, él quiere la dignidad de cada trabajo y la intacta reputación de la existencia histórica del pueblo».[9]

Los ejemplos en los cuales se puede mostrar el permanente dialogo crítico de Heidegger respecto a Marx podrían multiplicarse. No obstante, nos interesa ofrecer un análisis más detallado de la convergencia y disonancia entre ambos pensadores. Y esto sólo podremos hacerlo con el llamado «segundo Heidegger».

* * * *

Reza el adagio que si no puedes vencer a tu enemigo atráelo hacia tu causa, y tal parece ser la postura de Heidegger tras la derrota del nazismo por parte de los aliados. El movimiento regenerador del nacionalsocialismo fracasó estrepitosamente y el americanismo y el comunismo tan fuertemente fustigados por él terminaron por instalarse y dividir al mundo. Todavía Heidegger en su comentario al poema «Ister» de Holderlin, tras la derrota de los ejércitos alemanes en Stalingrado, intenta asegurar una dignidad ontológica al movimiento al afirmar: «La esencia de la victoria nada tiene que ver con una victoria militar óntica; la esencia de la victoria es la victoria de la esencia misma».[10]

Pero ante las críticas y el enjuiciamiento del que fue objeto tras el fin de la Segunda Guerra Mundial, lo llevan a replantear toda su filosofía y establecer una postura más conciliadora con Marx y el marxismo europeo de la posguerra. Marx ya no sería el enemigo a vencer, sino un gran pensador que tuvo la perspicacia de poder atisbar lo que Heidegger venía planteando desde Ser y tiempo. Marx pasa de ser adversario a discípulo visionario.

En una de las partes centrales de la Carta sobre el humanismo[11], Heidegger hace una referencia a Marx bastante conocida. En ella, el filósofo de la Selva Negra sostiene que Marx ha sido el único pensador moderno que ha sabido «experimentar» el desterramiento (Heimatlosigkeit) que caracteriza al hombre en la modernidad. La clásica caracterización marxiana del extrañamiento (Entfremdung) del hombre bajo el capitalismo es reconsiderada por Heidegger como consecuencia de su propia noción del desterramiento o apatridad.

Por ello, para Heidegger la concepción marxista de la historia es superior a todas las planteadas en la época moderna debido a que ha podido adentrarse en una «dimensión esencial de la historia»[12].

Esta dimensión esencial a la que alude Heidegger no es otra que aquella que se articula con la historia del ser y su propio proceso de desocultamiento-ocultamiento.

Párrafos más atrás de esta declaración, Heidegger había explicado que el desterramiento (Heimatlosigkeit) del hombre moderno consiste en el olvido del ser a favor del ser del ente. De acuerdo con Heidegger, en su constitución esencial el hombre es una ex-sistencia, un Da-sein, un ser abierto al ser y por su misma apertura es el «ahí» o el claro (Lichtung) en donde el ser hace presencia o se muestra en su verdad.

Cuando el hombre asume su existencia como verdad del ser está en la proximidad con él, habita una casa, una patria (Heimat). Este asumir la verdad del ser como algo consustancial al ser del hombre es lo que lo define como un «pastor del ser» en donde el Dasein se adjudica su «ahí» con el ser bajo la figura del cuidado (Sorge).

Cuando al hombre olvida su relación esencial con el ser a favor del ente olvida también la verdad que le es propia al ser. El hombre entonces toma el lugar del ser como verdad del ente y pasa de ser pastor a productor de lo entitivo. La subjetividad moderna hace del hombre el ser de lo real. La relación esencial con el ser a partir de su ex-sistencia se pierde o se olvida. Es así como adviene lo que Heidegger llama el desterramiento.

Cuando Heidegger afirma que Marx logró «experimentar» mejor que nadie el desterramiento (Heimatlosigkeit) bajo la noción del extrañamiento (Entfremdung), lo que hace es trasponer su propia concepción histórica a la elaborada por Marx. Resulta bastante paradójico que una concepción preponderantemente ontológica de la historia como la planteada por Heidegger encuentre eco o empatía en otra que se sostiene a partir de una crítica radical a un sistema económico y apela más a cuestiones sociales y de producción, lo cual es siempre fuertemente rechazado por Heidegger mismo.

Esto nos lleva a reconsiderar y explicitar ambas concepciones históricas para poder establecer la validez y pertinencia de la afirmación heideggeriana y mostrar, entonces, esos posibles vínculos y diferencias entre Marx y Heidegger.

* * * *

Como sabemos, el término de extrañamiento (Entfremdung) es utilizado por Marx en los Manuscritos económico-filosóficos[13] para establecer una diferencia de matiz respecto al concepto de enajenación (Entäusserung). Mientras que éste último tiene una connotación jurídica-económica en cuanto se refiere a la pérdida o cesión de un objeto, bien o propiedad, el primero hace referencia al desarraigo y pérdida de comunicación con el ambiente y los otros hombres que es propio del sistema capitalista.[14]

La enajenación (Entäusserung) la entiende Marx en varios aspectos. En un primer sentido se refiere a la enajenación del obrero respecto al producto de su trabajo, el cual pasa a ser propiedad del capitalista una vez finalizado el proceso de producción. Un segundo sentido es precisamente la enajenación del acto de producción en donde el trabajador aparece como simple apéndice del proceso sin que éste sea el resultado de su propia voluntad ni la realización de sí mismo como individuo. Un tercer sentido es la enajenación del hombre respecto de su propia esencia al ser reducido el trabajo a un simple medio de existencia y no como el desarrollo pleno de las propias fuerzas físicas, intelectuales y del propio ser del trabajador.

Finalmente, se da la enajenación o extrañamiento del hombre respecto al hombre, pues al aparecer enfrentados en el proceso de producción, sea como propietarios o trabajadores, o entre trabajadores con funciones distintas y en competencia, el otro no se muestra como parte esencial de mi propio desarrollo, sino como obstáculo e impedimento. El extrañamiento se da también con la realidad, pues el hombre no concibe lo real como consecuencia de la transformación y adecuación que hace de la naturaleza mediante el trabajo, sino como resultado de fuerzas naturales independientes o de entidades supraterrenales que determinan a voluntad los eventos humanos.

Tanto la enajenación como el extrañamiento son disposiciones o modos de ser propios del sistema capitalista. No constituyen formas humanas esenciales o imprescindibles. Son el resultado de una organización social sustentada en la explotación del trabajo de aquellos que solamente cuentan con su integridad física para sobrevivir. Por ser el resultado de una determinada forma de organización social, estas formas de existencia son históricas, transitorias y superables. Para Marx la enajenación y el extrañamiento son superables en la medida en que la propiedad privada ligada al capitalismo sea abolida instaurando un nuevo sistema económico y político, una sociedad radicalmente distinta apoyada en las fuerzas sociales de la producción. Esta nueva organización social que supera las trabas y límites del capitalismo la ve Marx en el comunismo moderno:

El comunismo… es la verdadera solución del conflicto entre el hombre y la naturaleza y del hombre contra el hombre, la verdadera solución de la pugna entre la existencia y la esencia, entre la objetivación y la afirmación de sí mismo, entre la libertad y la necesidad, entre el individuo y el género. Es el secreto revelado de la historia y tiene conciencia de ser esta solución.[15]

La crítica al sistema capitalismo iniciada en los Manuscritos es ampliada en posteriores trabajos de Marx gracias a sus estudios históricos y económicos. El par de conceptos de enajenación y extrañamiento son abandonados[16] para introducir nuevas nociones que enriquecen una mejor elaborada concepción de la historia. Términos como el de lucha de clases, fuerza de trabajo, estructura económica y superestructura, plusvalía, etc, otorgan una mejor coherencia a la concepción materialista de la historia, nombre con que es acuñada la teoría histórica descubierta por Marx con ayuda de Engels.

En sus rasgos generales, la concepción materialista de la historia parte del principio de que la historia es un proceso histórico-natural, entendiéndose por ello que los hombres son los que hacen la historia, pero hasta el momento esta historia ha sido hecha al margen de la voluntad consciente de los hombres.[17]

Las formas de organización social que los hombres producen se han establecido como si se organizaran por leyes propias como las que rigen a la naturaleza; al mismo tiempo, cada organización social y modo de producción una vez que emergen se rigen por sus propias leyes de desarrollo. Estas leyes se establecen al margen de la voluntad humana pues responden a la dinámica propia de su desenvolvimiento y evolución.

Por eso la historia es un proceso tanto histórico, esto es, hecho por los hombres, como natural, debido a que posee leyes propias al margen de esos mismos hombres que no pueden determinarlas por no estar organizados socialmente, sino divididos en clases antagónicas de explotación de unas sobre otras.[18]

La historia para Marx es por consiguiente un proceso que los mismos hombres realizan al emplear su trabajo para transformar la naturaleza en su beneficio, pero que se torna inconsciente, enajenado, extraño, al escapar de su control por realizarse independientemente del interés social, por luchas entre clases que buscan su propio interés.

La historia se relaciona por tanto con procesos sociales, económicos, políticos, culturales, etc. Desligándose de los fatalismos, las teodiceas y las teorías que ven los procesos históricos un desarrollo de la conciencia o las ideas, Marx pone el acento en el aspecto material de la historia que a un mismo tiempo es producto de los hombres reales y por otro escapa a sus decisiones por encontrarse subsumidos en relaciones sociales que no controlan racionalmente.

Sólo desde este punto de vista puede considerarse que los hombres, organizados socialmente, puedan encauzar la historia hacía un modelo más igualitario y racional. Las condiciones las crea el hombre y son los hombres, los agentes de la historia, quienes pueden transformarlas a su favor una vez que toman conciencia de su papel en el decurso histórico.

* * * *

En Heidegger, por el contrario, la historia se encuentra estrechamente vinculada con la historia del ser; propiamente podemos entender que toda la historia para Heidegger no es sino historia del ser mismo. De hecho, la concepción histórica de Heidegger parte de una crítica radical al fundamento de lo moderno y que vemos claramente expresada en Marx: la subjetividad.

Si bien para Marx la historia la hacen los sujetos actuantes en sociedad aun cuando no tienen un control consciente de ella, es finalmente el hombre quien aparece como centro y fundamento de lo histórico. Heidegger se desliga de esa concepción que reduce el mundo, la realidad, el ser, a la visión antropológica y subjetiva del hombre.

La postura heideggeriana estará en las antípodas que buscan desempoderar al hombre de su visión antropocéntrica de la vida y la historia. En oposición al materialismo marxista, el ontologismo heideggeriano se concibe como una crítica que aborda el problema de la crisis civilizatoria que ha dejado a su paso el subjetivismo moderno. Sólo estableciendo estas diferenciaciones podemos entender la diferente radicalidad que separa a ambas posturas históricas y que muy difícilmente se pueden relacionar entre sí tal y como lo pretende Heidegger.

Para establecer su concepción histórica Heidegger señala una diferencia importante entre lo que comúnmente se suele entender por historia y lo que para él sería la historia verdadera, real. La historia (historie) en su sentido vulgar se diferencia de la historia en su sentido ontológico (Geschichte) debido a que la primera solamente informa lo que sucede esencialmente, ofrece una representación de lo que acontece por estar ya dispuesto por el ser:

La palabra historie (istorein) significa informar y hacer visible, y por eso nombra un modo del representar. Por el contrario, la palabra Geschichte significa lo que sucede en tanto está preparado y ordenado de tal modo, es decir, dispuesto (beschickt) y destinado (geschickt). La historiografía es la exploración informativa de la historia.[19]

La historia (Geschichte), como lo afirma Heidegger, es en sí algo dispuesto y conformado por el ser. El acontecimiento histórico determinado como época histórica ocurre cuando el ser se repliega en su verdad, se descubre o desvela iluminando al ente. El hombre no tiene nada que ver con este proceso, es algo que ocurre del ser por el ser mismo.[20] Las llamadas épocas históricas quedan configuradas como eventos propios del ser que al darse a sí mismo en su verdad, en la desocultación, abre y destina la historia:

El ser se sustrae en la medida en que se descubre en lo ente. El ser se repliega así en su verdad. Este replegarse es la forma temprana de su desencubrir. Podemos llamar a este replegarse iluminador propio la verdad de su esencia, la epojé del ser. De la época del ser viene la esencia en su destino, en la que se concentra la auténtica historia mundial. Cada vez que el ser se recoge en su destino, acontece de modo repentino e involuntario un mundo.[21]

El hombre entra en la historia o es histórico en la medida en que su existencia es un estado de apertura al ser. El ser del Dasein consiste en ser arrojado al modo peculiar de la época histórica destinada por el ser. En tanto arrojado el Dasein es ex-sistencia, el ente peculiar abierto en el «ahí» propio del destino iluminado por el ser. Sólo así el Dasein existe, tiene historia y entra en la dimensión temporal. Lo propio del hombre es ser por tanto el lugar privilegiado desde donde el ser se desvela. Su existencia queda determinada por el cómo y el para qué que el ser arroja en su mostrarse en el medio de los entes.

El ser-en-el-mundo como uno de los existenciarios fundamentales del Dasein es simplemente el modo adecuado en que el Dasein en su apertura al ser como el claro (Lichtung) en que el ser se desvela-oculta en su verdad entra en cercanía con él. El mundo y sus estructuras no es algo producido por el hombre, más bien el hombre es puesto, preparado o arrojado a un mundo ya predispuesto. La ex-sistencia del hombre se torna entonces auténtica si acude al encuentro del llamado del ser, esto es, si su existencia se relaciona en el modo del cuidado (Sorge) que el ser ha ya destinado; o será inauténtica si desoye la llamada y en lugar de correr al encuentro con la proximidad del ser «cae» en el mundo del ente, de lo cotidiano cuya perspectiva es considerarse como fundamento de sí mismo sin referencia al ser:

La esencia epocal del ser hace acontecer a la esencia estática del ser-ahí. La ex-sistencia del hombre soporta lo extático y, de ese modo, preserva lo epocal del ser, a cuya esencia pertenece el aquí y por lo mismo el ser-ahí.[22]

Si el ser es el que hace época y destina un mundo al desvelarse en su verdad la pregunta que se puede plantear es: ¿cómo se extravía el hombre? Si la existencia del hombre como ser-ahí es una simple apertura de lo destinado por el ser, ¿cómo se desvía o «cae» el Dasein fuera de ese destino? La respuesta de Heidegger es que el extravío o el error del Dasein respecto del ser es algo consustancial al desvelamiento del ser mismo. En su desvelamiento iluminador el ser también se oculta.

El ser ilumina a los entes estructurando un mundo y donando una época histórica, pero en el mismo proceso el ser se encubre. De ese modo se puede caer en el «error» de que los entes son por sí mismos y no por el ser. Este «error» constituye la errancia como aspecto fundamental del desvelo del ser:

De este modo, iluminando a lo ente, el ser lo extravía en el errar. Lo ente acontece en el errar, donde confunde al ser fundado de este modo el reino del error… se trata del espacio esencial de la historia. En él, lo históricamente esencial pasa errando al lado de su igual sin advertirlo. Por eso, todo aquello histórico que surge es necesariamente mal interpretado. A través de esa mala interpretación el destino aguarda a lo que se convertirá en su semilla. Sitúa a aquellos que les concierne ante la posibilidad de lo destinal o no destinal. El destino se prueba en el destino. Al confundirse del hombre corresponde el encubrirse del claro del ser… sin el errar no existiría ninguna relación de destino a destino, no habría historia.[23]

La caída, el absorberse en el ente, es un modo del ser determinado por el modo de lo útil en que se olvida la relación con el ser. Sin embargo, este modo inauténtico en donde el ente priva y el sujeto es colocado como fundamento del mundo no implica un desfase o un estar fuera del mundo. La impropiedad del Dasein respecto al ser es parte de la misma estructura del ser-en-el-mundo que resulta del desvelamiento que el ser hace. La caída y sus consiguientes interpretaciones son formas de ofrecerse el ente en el modo del replegarse del ser. Este proceso es necesario. En nada se puede atribuir como un error humano. Al ser le va tanto el iluminar como el oscurecer, el desvelarse y ocultarse.

El desterramiento (Heimatlosigkait) que Heidegger equipara con el extrañamiento (Entfremdung) marxista no puede resolverse por iniciativa del hombre. El olvido del ser y sus consecuencias no es algo que pueda ser modificado por el hombre, pues corresponde a la misma historia del ser. El olvido que se inicia con la filosofía griega y que marca toda la metafísica occidental solamente adquiere un alcance universal en la modernidad; el desterramiento era la forma propia de la metafísica que se vuelve ahora historia mundial. Es al ser mismo al que corresponde decidirse por una «salvación» o «regeneración» de la situación moderna. La historia en Heidegger se reduce a ser una historia ontológica: la simple historia del Ser.

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Al matizar las concepciones históricas de Marx y Heidegger observamos sus profundas diferencias. Mientras que para Marx lo que él entiende como enajenación (Entäusserung) y extrañamiento (Entfremdung) son procesos históricos dependiente de determinadas relaciones sociales de producción, en Heidegger son puestos como aspectos cualitativos de la historia del ser. Esa es precisamente la «dimensión esencial» de la que habla y en la que intenta colocar a Marx. Es una «dimensión esencial» porque constituye un proceso necesario al desvelamiento del ser. El extrañamiento y la apatridad no son «errores» históricos ni aspectos dependientes de las relaciones entre los hombres, sino momentos esenciales del ser.

Por ello, en Marx la enajenación y el extrañamiento son superables con la actividad consciente, revolucionaria, de los hombres en la historia. En Heidegger, por el contrario, es algo que se decide desde el interior del ser y de su verdad: en su desvelamiento en el claro del Dasein. Al hombre sólo le queda esperar que el ser se decida por sí mismo a destinar una nueva época que pueda salvar lo que el hombre ha hecho al querer asumirse como el fundamento de todo.

Por otra parte, para Marx el hombre no es una dimensión de la historia como lo fundamenta Heidegger. Si el ser es el que da, destina, dona, una época histórica al desvelarse en su verdad, el hombre queda reducido a un elemento, importante, sí, pero elemento finalmente, de todo el proceso del desvelarse del ser.

La historia hace al hombre al afirmarse el ser. El hombre entra a la historia arrojado «ahí» por esa entidad metafísica. Por ello el hombre es concebido en Heidegger como una dimensión de la historia, como un resultado pasivo más que como un agente activo de ella.

En Marx, por el contrario, la historia aparece como una dimensión del hombre. Es una muestra y resultado de la auto-objetivación del hombre en la naturaleza y la sociedad. El hombre hace, crea la historia al transformar la naturaleza, la realidad y al transformarse a sí mismo en ese proceso. Lo histórico no es así ni esencial ni fundamental.

La historia en la concepción marxiana es variable, relativa a la misma actividad conformadora y transformadora del hombre. Mientras que Heidegger ontologiza y absolutiza el proceso histórico, Marx lo reduce a la actividad humana y por eso mismo modificable y transformable en la actividad crítico-práctica. En Marx los acontecimientos históricos son superables. En Heidegger quedan dependientes de una instancia supra-histórica y sobre humana. La dependencia del hombre al ser se establece como necesaria. Si bien se entiende la crítica de Heidegger a la subjetividad moderna, no por ello podemos dejar de advertir el aspecto de desamparo en que deja al hombre al quitarle toda posible actitud de tomar por sí mismo las riendas de su destino.

Sabemos que Heidegger intentó superar el concepto de humanismo occidental por constituirse a partir de la subjetividad del hombre. El humanismo de Marx, heredero de la tradición ilustrada y el hegelianismo, incorpora una nueva dignidad al sujeto humano que quedaba encubierta, fetichizada, en el idealismo alemán y enajenado en el capitalismo.

En Marx, el sujeto no es un sujeto plenamente realizado, sino escindido, su objetivación se revuelve contra él como desrealización. Al sujeto marxiano se le escapa la realidad que él mismo crea. Heidegger, en cambio concibe al sujeto moderno como omniabarcador: controla, calcula, somete y explota a los entes. Entre los dos extremos reconocemos esa carencia de ser de la que habla Marx en un aspecto social y la de Heidegger en uno ontológico.

En ambas posturas el humanismo al que apelan es una forma de revertir lo que consideran un falso un humanismo. Este falso humanismo tiene como centro para ambos la desconexión con lo esencial, lo verdadero, lo que hace posible que el ser humano esté en su ser. Ya vimos que en Heidegger la apatridad es la consecuencia de esta desconexión, y en Marx es la enajenación o extrañamiento. Lo que en Heidegger es una fuerza depredadora que sigue la lógica de la voluntad de poder, en Marx es vaciamiento de poder que nulifica al sujeto, en términos hegelianos podemos decir que se vuelve pura sustancia sin ser sujeto.

Pensamos que ambas concepciones son diametralmente opuestas y que su posible convergencia es forzada por Heidegger para hacerla encuadrar en su ontología. Sin embargo, el posible encuentro entre ellas puede darse a partir de reconocer el hecho de que la época moderna, como ninguna otra, ha logrado enajenar o desterrar al hombre de su propio mundo humano. La crisis actual del capitalismo ya no se articula solamente a la destrucción de los procesos productivos, es decir, meramente económicos; por primera vez en la historia el capitalismo choca de frente con el límite de su propia reproductividad.

La eclosión ecológica pone de manifiesto que la técnica planetaria ha logrado inocularse en nuestras existencias poniendo en peligro la vida humana misma. El posible humanismo que surja e intente dar solución a esta crisis planetaria tiene necesariamente que tomar los extremos que hemos señalado respecto a Heidegger y Marx. Este humanismo debe reconocer la falta de subjetivación del sujeto en lo real, pero también de que lo real no puede reducirse al dominio del hombre, reconocer el propio status de sujeto a lo real. La dignidad ya no debe recaer solamente en el sujeto, sino también en lo real, la sustancia, el ser.

Si creemos a Heidegger, quien citando a Hölderlin, nos dice que donde abunda el peligro, crece también lo que salva, nuestra época actual está sumergida en el problema mismo de la salvación. Y esta vez, en contra de Heidegger, pensamos que la filosofía tiene y debe tener un papel fundamental. Si el status de la filosofía como aportadora de fuerzas y formas que susciten acciones históricas era repudiada por Heidegger, la simple pasividad en espera del llamado del ser puede condenarnos también a un suicidio colectivo.

En contra de Marx podemos decir que la simple acción de organización tecnificada de la economía no nos es ya tampoco suficiente. Repensar a la naturaleza como algo más que medio de explotación y producción es imperativo ante el agotamiento de los recursos.

Para un marxista actual la tarea debería ser la misma que Marx acometió con Hegel: buscar el núcleo racional de la filosofía de Heidegger, despejándolo de su misticismo e invirtiéndolo para hacerlo comprensible y apropiable. Igualmente, un heideggeriano actual preocupado por el fuerte impacto de la técnica en el mundo contemporáneo, debe reconocer que una simple relación libre con ella, como la postulada y querida por Heidegger, no es suficiente si esa misma técnica no es también «liberada» de la subsunción formal y real que hace de ella el capitalismo lo cual implica a la política. La cuestión de la técnica y la crisis planetaria no es ni simplemente ética u ontológica ni solamente político-económica.

Cómo sea el nuevo paradigma que nos dejé entrever la salida a esta crisis sólo es posible formularla si tomamos en cuenta lo mejor de ambos pensadores. El estado actual de las cosas en que el hombre se pierde a favor de los entes o del mundo material del consumismo depredador, es la base para articular la afinidad y posible síntesis. Desde el reconocimiento de esta condición humana es posible un diálogo entre el marxismo y el existencialismo heideggeriano. Sólo entonces podremos repensar en toda su profundidad el sentido de las proféticas preguntas de Heidegger: ¿para qué?, ¿hacia dónde?, ¿y luego qué?

Ponencia presentada en el marco de las mesas tituladas “Heidegger ante el humanismo: reflexiones en torno a la Carta sobre el humanismo”


[1] Zizek, Slavoj, Visión de paralaje, FCE, México, 2006, p. 419.

[2] Heidegger, Martín, «Entrevista del Spiegel», en Escritos sobre la universidad alemana, Editorial Tecnos, España, 1996, pp. 77-78.

[3] Puede consultarse el texto en línea en traducción de Nicolás Alberto González Varela en: http://www.scribd.com/doc/16730243/Heidegger-El-Comunismo-y-El-Destino-Del-Ser

[4] Cfr. Duque, Felix et al, Heidegger: Sendas que vienen, Círculo de Bellas Artes, Madrid, 2008. P. 44.

[5] Heidegger, Martín, Ser y tiempo, Editorial Universitaria, Chile, 2005, p. 75.

[6] Véase principalmente el apartado «La cosificación y la consciencia del proletariado».

[7] Heidegger, Martín, op. cit., p. 400.

[8] «Teoría de las Ideas, presupuesto para el Marxismo y la teoría de las ideologías. ‘Visión del Mundo’ como ideología, abstracción, superestructura o de relaciones sociales de producción. ¿Superar al Marxismo?» Heidegger, Martín, De la esencia de la verdad, Herder, España, 2007, pp. 304-305. Esta y muchas de las observaciones de las críticas de Heidegger a Marx se las debo al trabajo de Nicolas González Varela que puede ser consultado en: http://fliegecojonera.blogspot.com/2009/06/stalin-heidegger-marx.html

[9] Heidegger, Martín, La universidad alemana en el tercer Reich, consúltese el texto en línea en la dirección: http://www.heideggeriana.com.ar/textos/universidad_alemana.htm

[10] Cfr. Zizek, Slavoj, op. cit., pp. 423-424.

[11] Heidegger, Martín, «Carta sobre el humanismo», en Hitos, Alianza Editorial, España, 2007.

[12] La referencia completa dice: «El desterramiento deviene un destino universal. Por eso, es necesario pensar dicho destino desde la historia del ser. Eso que, partiendo de Hegel, Marx reconoció en un sentido esencial y significativo como extrañamiento del hombre hunde sus raíces en el desterramiento del hombre moderno. Tal desterramiento está provocado por el destino del ser bajo la forma de la metafísica, afianzado por ella y encubierto también por ella en cuanto desterramiento. Es precisamente porque al experimentar el extrañamiento Marx se adentra en una dimensión esencial de la historia por lo que la consideración marxista de la historia es superior al resto de las historias. Pero como ni Husserl ni hasta donde yo veo por ahora tampoco Sartre reconocen la esencialidad de lo histórico en el ser, por eso ni la fenomenología ni el existencialismo llegan a esa dimensión en la que resultaría posible por primera vez un diálogo productivo con el marxismo». Heidegger, Martín, op. cit., p. 279.

[13] Marx, Carlos, «Manuscritos económico-filosóficos de 1844», en Escritos de juventud, FCE, México, 1987.

[14] Cf. Sánchez Vázquez, Adolfo, Filosofía y economía en el joven Marx, Editorial Grijalbo, México, 1978, p. 72

[15] Marx, Carlos, op. cit., p. 617.

[16] Aunque cabe señalar que su sentido se conserva en otros conceptos importantes como el de «fetechismo de las mercancías» y siguen apareciendo en elaboraciones posteriores como en los Grundrisse.

[17] «El comunismo como superación positiva de la propiedad privada en cuanto enajenación humana y, por tanto, como real apropiación de la esencia humana por y para el hombre; por consiguiente, como total retorno del hombre a sí mismo, como hombre social, es decir, humano, retorno total, consciente y llevado a cabo dentro de toda la riqueza del desarrollo anterior». Marx, Carlos, op. cit., p. 617.

[18] «Quien como yo concibe el desarrollo de la formación económica de las sociedades como un proceso histórico-natural, no puede hacer responsable al individuo de la existencia de relaciones de que él es socialmente criatura, aunque subjetivamente se considere muy por encima de ellas». Marx, Carlos, «Prólogo a la primera edición», en El Capital, Tomo I, FCE, México, 1982

[19] Heidegger, Martín, «Ciencia y meditación», en Filosofía, ciencia y técnica, Editorial Universitaria, Chile, 2007, p. 178.

[20] «Si acaso y cómo aparece, si acaso y de qué modo el dios y los dioses, la historia y la naturaleza entran o no en el claro del ser, se presentan y se ausentan, eso es algo que no decide el hombre». Heidegger, Martín, «Carta sobre el humanismo», op. cit., p. 272

[21] Heidegger, Martín, «La sentencia de Anaximandro», en Caminos de Bosque, Alianza Editorial, España, 2008, p. 250.

[22] Heidegger, Martín, op. cit., p. 251.

[23] Heidegger, Martín, «La sentencia de Anaximandro», op. cit., Alianza Editorial, España, 2008, p. 250.