Manifiesto a la Nación en el Bicentenario de la Independencia. BRP. 15 de septiembre de 2021

Al conmemorar el Bicentenario de la Independencia, este 15 d septiembre de 2021, enviamos un saludo patriótico y de lucha al pueblo salvadoreño. Hace 200 años nuestros pueblos centroamericanos conquistaron la independencia del imperio español, un paso trascendental en el largo camino por la autodeterminación y emancipación plena de toda forma de opresión.

Este día rendimos homenaje al legado de lucha de nuestras hermanas y hermanos patriotas, luchadores sociales, héroes y mártires, y les decimos PRESENTE en la defensa de los derechos conquistados para seguir construyendo un país libre y democrático, con justicia social y soberanía.

Al conmemorar el Bicentenario de la Independencia, el pueblo trabajador se enfrenta a un régimen autoritario, encabezado por el clan Bukele, que está desmantelando las instituciones democráticas surgidas con los Acuerdos de Paz y montando una estructura de corrupción, abuso de poder e impunidad, en alianza con el narcotráfico y el crimen organizado.

Hoy, a200 años de independencia, el pueblo salvadoreño y sus organizaciones reitramos nuestra declaratoria de RESISTENCIA POPULAR contra el régimen de Bukele, contra e sucio negocio del Bitcoin, contra el alto costo de la vida y los despidos masivos; contra la reelección presidencial y las reformas constitucionales regresivas. En RESITENCIA contra la persecución política ala oposición y por la libertad de las presas y presos políticos.

En RESISTENCIA POPULAR contra la destitución arbitraria y forzosa de juezas y jueces y la imposición ilegal de funcionarios usurpadores; contra el acoso a periodistas, la falta de transparencia y el ocultamiento de la información pública. En RESISTENCIA contra el abuso de poder y golpes de Estado; contra la instrumentalización de la Fuerza Armada y la Policía Nacional Civil.

El pueblo salvadoreño y sus organizaciones nos declaramos en RESISTENCIA POPULAR por una patria libre, soberana, democrática y justa. Sn preso políticos ni persecución política. Sin narco gobiernos delincuentes y corruptos. Sin dictaduras militares y civiles. Sin violaciones a los derechos humanos. Sin violencia ni discriminación hacia las mujeres.

Con la herencia de la valiente tradición de lucha del pueblo salvadoreño, a 200 años de la independencia nos declaramos en RESISTENCIA Y REBELDIA POPULAR, por seguir construyendo una republica democrática, con justicia y libertad. Por una patria con igualdad económica y social, con respeto al medio ambiente, a su gente, su historia, su memoria y su cultura.

BLOQUE DE RESISTENCIA Y REBELDIA POPULAR-BRP

El régimen de Bukele prepara las condiciones para un profundo conflicto social. BPJ. 8 de septiembre de 2021

El año pasado fue un año inédito para todas las economías del mundo, la economía mundial no se hubiera podido mantener en pie sino hubiese sido por la inyección exagerada de dinero público de los diferentes estados. De la noche a la mañana, pasamos de una economía donde se supone que el Estado no debía intervenir, a tener un Estado presente en todos los aspectos económicos, cuál salvador de las grandes empresas. Miles de millones de dólares fueron invertidos en incentivos empresariales para contener la catástrofe económica durante la pandemia.

La deuda mundial alcanzó límites inimaginables, supera el 355% del PIB global e incluso hoy no parece tener un tope, el FMI y el Banco Mundial tienen la perspectiva de inyectar todo el dinero que sea posible a las economías. El capitalismo senil es un enfermo que necesita la inyección de dinero de los contribuyentes para mantenerse en pie.

El gobierno de El Salvador, que bajo los argumentos de brindar salud a los ciudadanos se endeudó con más de 3 mil millones de dólares en el 2020, no pudo detener el colapso económico, la economía salvadoreña cayó en -7.9 puntos porcentuales del PIB, la peor caída desde hace 40 años.

Esta caída significó un tremendo sacrificio para la clase obrera: despidos, reducciones salariales, hambre y precariedad, fue lo único que las clases explotadas recibieron en todo el año pasado. Toda la inmensa fortuna acumulada por la burguesía nacional permaneció intacta mientras la devastación económica se desarrollaba en las familias obreras, que además tuvieron y tienen aún que soportar el padecimiento del virus o la partida física de sus seres queridos por no tener un sistema de salud integral.

El Estado de El Salvador lejos de tocar los intereses de los grandes capitalistas cargaron toda la crisis en la clase trabajadora a través de la reducción de presupuestos de instituciones dedicadas a la inversión social, así como también y principalmente recurriendo al endeudamiento, que pagará la clase obrera con creces en el futuro.

La legislatura de la Asamblea Legislativa del 2018-2021 se sumó al festín del endeudamiento, con muy poca y excepcional oposición logró situar el endeudamiento al 91% con respecto al PIB hasta abril. De por sí estos niveles de endeudamiento son problemáticos para las finanzas fiscales del Estado, sin embargo, esto no significó obstáculo alguno para que el gobierno de Bukele profundizará el endeudamiento a niveles nunca antes vistos. Después de la toma de posesión de la nueva legislatura 2021-2024 se han adquirido millones tras millones de dólares para resolver los problemas fiscales del gobierno, llegando a tener el 106 % de endeudamiento con respecto al PIB.

Esta situación profundiza la precariedad para la clase obrera, los niveles de endeudamiento hacen que el dinero que se podría destinar en inversión social sea destinado para el pago de la deuda, profundizando así la austeridad estatal en salud, educación, vivienda, etc. Administrar la crisis sin afectar a los grandes empresarios y mantener el sistema es la prioridad de los gobiernos capitalistas, por eso vemos como Bukele intenta mantenerse a través de la deuda y poco a poco con las privatizaciones de la infraestructura del Estado. En lo que va de su mandato, ha logrado aprobar algunos asocios público-privado; el más importante ha sido el de la terminal de carga del aeropuerto internacional de Comalapa, no es descartable que en un futuro privatice otros recursos de manera encubierta, como el agua o infraestructura estatal, con tal de conseguir financiamiento y salvar su gobierno. En otras palabras, él está maniobrando para no entrar en crisis, sin embargo, las medidas que toma solo preparan las condiciones para un colapso y un estallido mucho más profundo en el futuro.

Afortunadamente para ellos, el desarrollo de la economía les da algunos respiros a la crisis. El rebote económico que tendremos al final de año da cierto margen de maniobra al gobierno de Bukele, aunque quizá no por mucho tiempo. El Banco Central de Reserva actualizó sus proyecciones económicas a mediados de agosto, el boletín de Perspectivas Económicas de BCR, publicado el 16 de agosto, plantea que El Salvador será la segunda economía con mayor perspectiva de recuperación, solo superada por Panamá. Según el informe, el país tendrá un crecimiento económico del 9 % respecto al año pasado, mientras que la CEPAL ha dado una estimación de crecimiento de 7.5 %.

Esto se debe a que las exportaciones han empezado a recuperarse y a tener valores similares a años anteriores, así también otras actividades económicas como la construcción, la industria, el comercio, y las remesas que están teniendo también un crecimiento positivo.

Pero este fenómeno es temporal, no se sustenta en un crecimiento de la producción y el comercio, en realidad lo que se proyecta es una recuperación más que un crecimiento, si la economía cayó en un -7.9 % y este año crecerá en 9 % (según BCR) no es algo impresionante, la diferencia será de apenas un 1.1 %. La economía volverá a los niveles previos al desarrollo de la pandemia, para que podamos hablar de un crecimiento la economía debe superar el pico más alto de su desarrollo histórico, sino sólo podemos hablar de caídas, recuperación y estancamiento; claro que lo que los economistas burgueses a veces hacen para hablar de crecimiento es tomar periodos cortos de 4 o 5 años, o de año con año como hace el BCR.

Esta recuperación es el efecto de la baja en el consumo durante todo el tiempo de la cuarentena y otras medidas restrictivas, el consumo a partir del ahorro del 2020, la implementación y avance de la vacunación, la liberación de ciertas medidas por la Covid y la baja en los contagios en algunos países ha hecho que la economía se recupere a índices anteriores, esto es un efecto rebote. Tiempo después, cuando este fenómeno temporal haya culminado, se vendrán nuevos problemas. Una expresión más clara de que no estamos ante un crecimiento económico, es que no hay nuevos puestos de trabajo, al contrario, los datos afirman que durante la cuarentena del 2020 se perdieron alrededor de 74,000 empleos, de los cuales aún faltan recuperar más de 20,000, esto es realmente sintomático.

Como marxistas nos interesa que haya un crecimiento económico, no hay una relación mecánica entre crisis y revolución, no necesariamente para que haya revolución debe haber crisis. La historia ha demostrado que en los periodos de crecimiento económico también pueden desarrollarse estallidos revolucionarios. Suele suceder que cuando se experimenta crecimiento, los trabajadores quieren ajustar cuentas porque han aguantado la austeridad de la crisis, entonces cuando los empresarios se recuperan los trabajadores exigen mejores condiciones. Pero como decimos no hay una relación mecánica entre crisis del capital y revolución. Es necesario seguir de cerca la correlación de fuerzas y el estado de ánimo de las masas.

El bitcoin y la deuda

Aún no hay claridad qué efectos tendrá la implementación del Bitcoin (BTC) en el país, aunque hay algunas alarmas a nivel internacional. Ningún organismo internacional ha acompañado o ha dado buena referencia de la política monetaria de Bukele, incluso el FMI ha suspendido las negociaciones de un pacto agresivo que pretendía firmar con el gobierno. La fecha en que la Ley entró en vigencia sacó a relucir el enorme descontento de una buena parte de la población, hubo diferentes tipos de manifestaciones y una marcha principal bastante nutrida que se dirigió hacia la Asamblea Legislativa.

Es difícil pronosticar el escenario más probable de esta política monetaria, porque también puede pasar que se implemente y solo sea utilizado para grandes transacciones, sin embargo, después de dos años de gobierno es la primera medida en la que Bukele no goza del apoyo popular. Diferentes encuestas como la de la UCA que afirma que 7 de cada 10 personas piensa que la ley debe ser derogada, y sondeos de opinión por parte de diferentes medios de comunicación, revelan que la medida tiene un rechazo creciente. Una incertidumbre se cierne sobre la clase obrera, astutamente la gente sabe que esta política no le beneficiará en nada.

Esta política a implementar chocará con muchas realidades adversas, el Estado no ha preparado las condiciones para que el BTC sea accesible para la gente que no tiene educación digital, por tal la razón es probable que los primeros meses de su implementación tengamos ciertas anomalías, peores o similares a las que se han presentado desde el 7S, y esto desatará aún más el rechazo de esta ley.

Será la pequeña burguesía arruinada por el capitalismo, los comerciantes ambulantes y otros agentes económicos, los primeros en sentir las causas de esta política mal planificada; también los empleados públicos que corren el riesgo que sus salarios y pensiones pasen a ser pagadas en BTC. Lo cierto es que los únicos beneficiados de esta política serán los grandes ricos, el crimen organizado y otros estratos sociales vinculados a actividades ilícitas. Para la clase obrera y los sectores más vulnerables es una ley que no tiene mucho sentido, cuando la clase obrera apenas tiene para comer no podemos esperar que tengan recursos para invertir en un juego de casino sin garantías reales.

El descontento generado por esta política buscará de una u otra forma expresarse por algún canal, ya lo vimos en la marcha del 7S, que ha generado gran expectativa de lucha, pero también se pueden ver las pequeñas expresiones de esto en algunos sectores populares del comercio, donde usan la pegatina en rechazo al BTC. Acciones como estas pueden tomar fuerza en los próximos días y debemos ser audaces para participar en estas primeras manifestaciones de rechazo y ayudar a su profundización.

El costo de la vida y la nivelación salarial

Por otro lado, la reciente nivelación salarial no ha mejorado mucho las condiciones de vida de la clase trabajadora. Ha sido una nivelación salarial poco celebrada por los trabajadores, la mayor parte de este aumento salarial ya había sido absorbido por la inflación generalizada debido a la crisis de los precios de la gasolina. Meses antes de la entrada en vigencia de este aumento la clase obrera ha venido sufriendo un aumento constante de la canasta básica.

La crisis del petróleo ha tenido un efecto inflacionario en el mundo, en El Salvador algunos alimentos básicos experimentaron hasta un 40 % de encarecimiento, los precios de la energía experimentaron un alza del 8.64 %, esto a pesar que la mayor parte de la energía que se consume en el país es renovable, pero sigue siendo la producida con base de bunker (petróleo) la que determina los precios en los mercados, golpeando así directamente los bolsillos de la clase trabajadora.

La inflación no parece tener un tope hasta ahora, cada mes se incrementan los precios de los productos básicos, haciendo que los salarios se desvanezcan rápidamente de las manos de la clase obrera, el aumento salarial sino va acompañado de una política de topes a los precios de la canasta básica no ayuda en nada. El gobierno no puede proteger los intereses de la clase obrera. Si de verdad estuvieran interesados en velar por proteger los intereses de los trabajadores buscarían medidas que garanticen el valor real del salario. Sin embargo, esto entra en directa contradicción con los intereses de la clase empresarial, es un riesgo que Bukele no quiere correr, al final sigue siendo un gobierno empresarial autoritario.

Los marxistas debemos levantar la bandera por la exigencia de un aumento salarial a la altura de los precios de la canasta básica ampliada, que en El Salvador rondaría los 500 dólares como mínimo, e incluir la demanda por la congelación de los precios de la canasta básica, la clase obrera no debe pagar por las fluctuaciones de los precios generadas por la crisis del capital.

Los empresarios siempre se opondrán a cualquier tipo de política que aumente el salario de la clase obrera o medidas como la congelación de los precios de la canasta básica, pero es esto o el hambre de la clase obrera. Este coro ensordecedor que gritará en favor de la democracia y contra el autoritarismo por imponer medidas como estas, será acompañado por los economistas liberales, y en momentos de confusión y de retroceso, incluso voces de izquierda se suman a estas denuncias. En el caso de una política de aumento salarial argumentan que acciones que busquen el crecimiento de la masa salarial solo generará inflación, sin embargo, esta es una falacia de los economistas burgueses.

No es cierto que un aumento salarial tenga un efecto inflacionario, lo que sí puede ocurrir es que, ante el aumento de la demanda de los productos de primera necesidad, los precios suban temporalmente, pero se nivelarán al aumentar la producción, por lo tanto, lejos de ser un freno para la economía, una política salarial no hace más que estimular la producción económica. En tanto el salario va en razón proporcionalmente inversa a la tasa de ganancia, lo que quiere decir es que, a mayor masa salarial, menor es la ganancia para el empresario y viceversa, por eso los empresarios siempre se opondrán a la lucha por el aumento salarial.

En todo caso si los empresarios elevan los precios de los productos buscando recuperar dinero perdido de sus ganancias ante un aumento salarial, esta sería una artimaña que no se sostendría en el tiempo, no es la voluntad de los empresarios la que determina los precios de las mercancías, y tampoco únicamente están determinados por la oferta y la demanda (aunque para los economistas burgueses sí), ya Marx ha explicado cómo en concreto es el trabajo socialmente necesario el que determina los precios de las mercancías. En ese caso un aumento arbitrario sólo tendría efectos temporales. Si el gobierno de Bukele no implementa políticas para evitar la desvalorización de los salarios tendrá serios problemas, la gente puede tener mucha paciencia y saber esperar a los políticos que eligen, pero la realidad carcome poco a poco esa paciencia, la paciencia se transforma en incertidumbre y de la incertidumbre a la rabia y desesperación no hay mucha distancia.

El desarrollo de la conciencia

Si revisamos la historia de la clase obrera y su proceso de conciencia comprenderemos que a menudo los acontecimientos no se corresponden con el nivel de conciencia de la clase trabajadora. ¿Qué quiere decir esto? Los trabajadores una vez depositada su confianza en sus representantes tienden a esperar, a darle espacio y superar todos los obstáculos que los reformistas de derecha o izquierda pueden argumentar para no resolverles sus problemas. Es por eso que es común que previo a grandes acontecimientos los políticos puedan traicionar una y otra vez a sus electores; pero una vez los acontecimientos, como corrupción, leyes e impuestos draconianos, ataques a las condiciones de vida de los trabajadores, etc., se alinean o se ponen al mismo nivel con el proceso de toma de conciencia, no queda otra salida que el estallido social, este es el punto donde la clase obrera se cansa de esperar y entra en la arena de la acción en la política para tomar en sus manos las riendas de su destino.

Acontecimientos como estos los estamos viendo en todo el mundo, y muy cerca de nosotros, Colombia, Chile, Ecuador, Estado Unidos. El análisis de estos procesos es claro, los trabajadores de estos países están igual de asediados por la crisis del capital, por las leyes reaccionarias y por las mismas condiciones de vida miserables que la clase trabajadora salvadoreña sin que los políticos resuelvan.

Cada país lleva su propio proceso y ritmo, que está determinado por su acumulación histórica, la relación de fuerza de las clases en conflictos, las divisiones en facciones de la burguesía y el proletariado, la relación de los líderes con las masas y la clase, etc., esto no es tan fácil y sencillo como decir en Guatemala son más revolucionarios que en El Salvador o viceversa. Un análisis detallado de todas estas condiciones nos puede ayudar a entender en qué etapa de descontento está la clase obrera. Como marxistas sabemos con absoluta seguridad que tarde o temprano la clase obrera va a despertar de su letargo, y cuando lo haga no habrá fuerza sobre la tierra que detenga su energía.  Algunos se preguntan ¿cuándo se llegará ese día? A los marxistas no nos importa tanto el cuándo, como si nos importe mucho prepararnos en el aquí y ahora para cuando estos acontecimientos sucedan. Porque como ya dijimos, el estallido social se desarrollará como la noche sigue al día. A nosotros nos interesa saber cómo actuaremos, el movimiento por sí solo no podrá acabar con el régimen capitalista, estallidos sociales ha habido muchísimos y no todos han terminado con una victoria absoluta de la clase obrera, parte de esta falla ha sido la calidad de la dirección revolucionaria.

Esto último es lo que nos interesa, la construcción de la herramienta de la clase obrera, o sea la construcción del partido revolucionario, que sólo puede venir de la preparación previa de los cuadros más destacados de la clase obrera y la juventud. En ese sentido entre más tarden los grandes acontecimientos de lucha, mejor para nosotros porque eso significa que tenemos más tiempo para prepararnos, sin embargo, los acontecimientos no sucederán por nuestro decreto y por eso no debemos tener una actitud contemplativa y relajada, sino más bien debemos tener un sentido de urgencia, profesionalizar cada más nuestro trabajo revolucionario y comprometernos cada día más. El tiempo es valioso para la construcción de la herramienta que garantice la victoria del proletariado. Esta es nuestra tarea fundamental, formarnos políticamente mientras nos mezclamos en todas y cada una de las luchas de la clase obrera.

La juventud y la crisis del capital

El costo de la vida es una preocupación principal de un sector adulto de la clase obrera, pero la juventud tiene preocupaciones inmediatas, la crisis mundial del capitalismo que obliga cada vez más a la juventud a un mundo gris, sinsentido, está preparando convulsiones insurreccionales para el futuro. Algo de eso estamos viendo en el mundo. A medida que la concentración de capital se vuelve más obscena, millones de jóvenes no pueden optar por un futuro medianamente humano, lo único que ofrece el capitalismo es explotación, corrupción y miseria. No hay espacio para las artes, los deportes y mucho menos para una vida digna.

En el pasado la juventud podía aspirar al sueño de tener una casa, un automóvil, o incluso soñar con ser empresario, pero hoy en pleno 2021 ya casi nadie cree en esta falacia del sistema. Esto no es porque toda la juventud sea comunista, no, no es eso precisamente. Es que el capitalismo está incapacitado para poder asegurar un futuro como este y ahora no es algo creíble ni para sueños a futuro, el capitalismo no es ya el sistema que alimentaba estas esperanzas en el pasado. Esperanzas con las que creció toda una generación y que vio algunos “buenos tiempos” donde no había tanta inestabilidad y decadencia.

La juventud de hoy llegó a su adolescencia en medio de una crisis tan profunda como la del 2008, han tenido que soportar una pandemia y luego otra crisis del sistema. ¿Qué buenos tiempos puede recordar esta juventud, sino solo guerras, violencia y terror? Pero al contrario de lo que se cree, esta juventud está muy consciente de la miseria en la que vivimos, saben que en este país no se puede aspirar a cumplir sus sueños y metas, y también saben que el sueño americano es una falsedad del pasado. En la medida en que la juventud tiene claridad sobre esto, estamos hablando de una juventud más despierta a la lucha, la juventud es un caldo de cultivo para la revolución. Mientras que hay otra generación derrotada que espera aún volver a los viejos y buenos tiempos del capitalismo, pero eso no sucederá, esta es la retaguardia de la clase obrera, sin embargo, en una avanzada revolucionaria sea como sea no dudarán en depositar su confianza en la juventud obrera para decidir el futuro, necesitaran del espíritu de la juventud para fortalecer su espíritu de lucha.

Es cuestión de tiempo para que todo ese descontento y frustración de la juventud se transforme en rabia y lucha revolucionaria, el punto de nuevo es como orientar está energía hacia una revolución triunfante que acabe con el capitalismo, fuente de todos los males. Los políticos contribuyen cada vez más al descontento de la juventud, las cifras de desempleo superan el 10 % o más entre los jóvenes, y cada vez menos jóvenes profesionales encuentran un empleo de lo que han estudiado, la mayoría de puestos de trabajo para la juventud están en los callcenter, esto frustra las esperanzas de este sector.

Militarismo

La política de reclutamiento en las Fuerzas Armadas cae como golpe en el estómago para muchos jóvenes que aspiran a algo más que recibir un fusil para luchar contra su mismo pueblo en el futuro. El gobierno queda cada vez más desprestigiado entre la juventud al ofrecer un arma en lugar de empleos y educación.

Por otro lado, la política incorrecta de la militarización de la seguridad está profundizando la estigmatización de los jóvenes, hasta hace unos días había alrededor de 196 denuncias de abusos de poder por parte de las fuerzas armadas involucradas en tareas de seguridad, eso sin contar el asesinato de jóvenes por parte de las fuerzas represivas y las ejecuciones extrajudiciales contra la juventud.

Está visión de intentar solucionar los problemas de la seguridad a través de la militarización, es de sobra un fracaso y el régimen de Bukele lo sabe. En realidad, el objetivo de duplicar las fuerzas armadas y aumentar la presencia de estas en las tareas de seguridad, va más orientada a la defensa del régimen que a cualquier otra tarea de seguridad con los civiles. Lo que Bukele está construyendo es un régimen policiaco-militar, porque sabe que en el futuro las FFAA serán su última línea de defensa. Realmente está construyendo y proyectando el futuro de su régimen. Los problemas de la criminalidad y delincuencia, son estructurales y sus causas no son superficiales, no basta con poner 1 policía y un soldado por cada 3 personas.

Para solventar estos problemas debemos acabar con las condiciones que permiten su desarrollo, estas son las grandes tareas que quedaron pendiente desde el conflicto armado. Condiciones dignas de empleo, vivienda, educación, salud, recreación y otros derechos que el gobierno de Bukele no está garantizando para la juventud, en este preciso momento cada niño/a que no puede asistir a su escuela por falta de recursos, que no tiene acceso a salud integral, a recreación y vivienda digna, está siendo desde ya un potencial elemento para engrosar las filas de los grupos delincuenciales. Porque qué niño o niña podrá ser funcional en un mundo donde en su infancia y adolescencia no se le garantiza lo mínimo, como vivienda, alimentación, salud y educación. Y qué decir de las miles de niñas que se desarrollan en este ambiente, están condenadas a una violencia sistémica, miserable y patriarcal. Estas son las principales condiciones que crean la sociedad del futuro, ¿Se está resolviendo algo? Al contrario, la miseria y la degradación se está profundizando.

Reformas a la Constitución y el régimen de Bukele

La recién presentada reforma a la Constitución tiene el objetivo de mantener el control del clan Bukele en el Estado, aunque algunas de las reformas contengan pasos positivos y muchos negativos difícilmente este tema estará en los debates de la clase trabajadora, puede que la aprobación de una nueva Constitución se dé sin mayor atención entre la población. Lo que hay que entender es que la mayoría de la población le tiene sin cuidado, por ahora, los debates sobre constitución y democracia, lo único que buscan es la resolución de sus problemas inmediatos, y si Bukele argumenta que para resolver estos problemas tiene que hacerse una reforma a la Constitución pues se hará (por lo menos en este momento preciso del proceso) el problema no es tanto esto, sino, si esto realmente resolverá sus problemas, en unos años quienes estarán en problema serán los Bukele porque tendrán a la población exigiéndoles los cambios que prometieron.

La actual Constitución es una Constitución apegada a los intereses de la vieja oligarquía, por tal razón no hay motivo para defender ese documento, nuestra tarea es defender las conquistas democráticas, como la libertad de reunión y organización, de prensa, y otras conquistas de la guerra civil de los 70 y 80.

A diferencia de lo que se piensa, lo que determinará cuánto tiempo los Bukele estarán al control del Estado no es una Constitución sino la correlación de fuerzas entre las clases, la capacidad de estás para defender sus intereses, porque, por un lado, están los intereses de la clase obrera que claramente no está representados en el gobierno de Bukele y, por otro, están los de los sectores empresariales que en parte están representados en este gobierno, pero que corren un riesgo constante al no controlar directamente a Bukele.

Lo que sí es cierto es que la posibilidad de que Bukele se reelija cuando no ha resuelto ni un solo problema de los más necesitados, no caerá en gracia para muchos y puede ser un punto catalizador de descontento. La popularidad de Bukele sobre las masas puede caer en cualquier momento por sus ansias de poder.

La burguesía detrás de Bukele

Es bien sabido que detrás de Bukele está uno de los más grandes multimillonarios de Centroamérica, Roberto Kriete y a él se han sumado otros oligarcas como Callejas, Dueñas, Regalado, Salaverria, etc. Este es el sector detrás de Bukele, el que a buen árbol se arrima, buena sombra le cobija. Sin embargo, la particularidad de Bukele es que no es manejable, y estos empresarios están sabedores de eso, en el futuro el régimen de Bukele puede quedar aislado, por eso es necesario contar con el apoyo de las fuerzas armadas que serán los pilares sobre los cuales dependerá su gobierno.

La burguesía buscará cómo sacudirse a Bukele cuando ya no le sea útil, pero Bukele será un tipo difícil de domar. Sin embargo, les será útil para contener a las masas que buscarán soluciones y encontraran la represión en manos de Bukele, aunque en un proceso de revolución abierta gobiernos como el de Bukele que puede desarrollar un carácter bonapartista[1] no son cien por ciento seguros para la clase dominante. Los escenarios para el país son desoladores, si no construimos una alternativa con independencia de clase y con rumbo al socialismo es posible enfrentar décadas de reflujo revolucionario, este periodo es clave para definir el futuro de la clase obrera salvadoreña.

En el camino de la construcción de la herramienta y en la lucha contra un demagogo como Bukele no hay aliados cualquiera, ninguna de las facciones de la burguesía y sus organizaciones, ni sus partidos pueden jugar un papel progresista en esta lucha, solo la clase obrera y la juventud podrán forjar la espada que podrá romper las cadenas de la opresión y dominación burguesa y el imperialismo.

La política conciliacionista de clase, que presume unirnos con todo tipo de organizaciones independientes de nuestros intereses de clase, saldrá nuevamente a la palestra, olvidando toda la experiencia anterior, que fue justamente esta política la que hundió a la izquierda y nos trajo este escenario autoritario.

El movimiento de la clase obrera no puede dejarse arrastrar nuevamente a alianzas con partidos y organizaciones empresariales, de derechas o burguesas. Pondrán como excusa que el objetivo es sacar a Bukele y que luego se puede discutir con qué sustituirlo, pero lo que nos demuestra la experiencia histórica es que los grupos burgueses siempre se montan sobre este vacío, siendo la minoría en la sociedad, pero a la vez más acomodada y preparada con sus medios de comunicación, agentes plumas pagadas, etc, se posicionan en el movimiento para restablecer la democracia burguesa, que beneficia a la clase empresarial.

La única forma de acabar con este peligro es confiando solo en la fuerza de la clase más numerosa, poderosa y revolucionaria de la sociedad, la que mueve todos los hilos de la economía, pero que no es tomada en cuenta en las decisiones: la clase trabajadora.

Solo la clase obrera y demás clase oprimidas y explotadas, pueden construir una sociedad diferente, libre de opresión y miseria capitalista. Esta es la tarea central de toda la lucha, acabar con el dictador sí, pero sustituirlo por el régimen democratico de la clase obrera, el socialismo. Solo puede lograrse estudiando las lecciones de la historia, construyendo organización obrera, estudiantil y juvenil y defendiendo un punto de vista de clase abiertamente revolucionario.

EEUU y China

Todas las políticas lanzadas por Bukele, tales como la deuda, la militarización, y las privatizaciones en diferentes sectores encubiertas como Asocios Público Privado, el Bitcoin, etc., están siendo material incendiario para el futuro. Ninguna de estas políticas solucionará ninguno de los problemas reales de la clase obrera, al contrario, los profundizará. En estas políticas vemos cómo Bukele sigue siendo un gobierno al servicio de las transnacionales y de los grandes empresarios del país. A pesar de todas las disputas diplomáticas que Bukele ha tenido contra los EEUU ninguna de las empresas gringas que explotan a la clase obrera ha dejado de operar en el país. Esto es sintomático al final, ni a Bukele ni a los EEUU le conviene romper relaciones, aunque el país es pequeño, continúa siendo importante para la región y siempre ha sido un buen aliado de los gringos, con la posibilidad de un ascenso de la izquierda en Honduras y con la hostilidad de Ortega en la región, a los gringos no les conviene soltar del todo a Bukele.

El cambio de encargado de embajador de EEUU en El Salvador ha venido a calmar las aguas, desde la llegada de Janes Manes al país, Bukele no volvió a tener escenas de bravuconería con los EEUU, a parte de la estocada que les dieron a varios funcionarios públicos con la cancelación de Visas. Por ahora un conflicto que lleve al rompimiento de relaciones con los EEUU es poco probable, aunque como ya sabemos Bukele no es un tipo de fiar, él mantiene siempre una estrecha relación con Pekín y para China la región también es importante. En un posible escenario donde Bukele pierda popularidad y tenga que llegar a extremos, China puede darle su apoyo a cambio de negocios, como ha sucedido en otras regiones donde los regímenes opresivos se quedan aislados.

Estados Unidos está consciente de lo espinoso que es tratar con Bukele, por eso están ya moviendo piezas claves para crear un ambiente adverso que permita la sucesión del gobierno a otro personaje. Recientemente, los gringos desembolsaron 271 millones de dólares para la USAID en la lucha contra la corrupción y la democracia, con este dinero intentan salvar sus instituciones y su sistema, Bukele y otros gobernantes latinoamericanos no les son beneficiosos para sus propósitos, la mejor democracia es la que funciona con la independencia de los poderes del Estado, el llamado “Estado de derecho”.

Este tipo de democracia burguesa garantiza la explotación y la expoliación de la clase obrera, por eso invierten millones y millones de dólares por diferentes canales, desde la USAID, ONGs y fundaciones humanitaria y altruistas, el objetivo es preservar la imagen de las instituciones constitucionales y democráticas. Porque entre menos opresivo sea el régimen mejor es para esconder la explotación de la clase obrera. Pero en etapas de crisis, mantener estos regímenes de Estado de derecho es casi imposible, por lo tanto, los problemas para los capitalistas se multiplican, el peligro de la revolución se ve más cercano con dictaduras opresivas.

Bukele ha desarrollado una ofensiva contra las instituciones de la democracia burguesa. Prácticamente ha cooptado todas las instituciones, por muy negativo que parezca, hay algo positivo en todo esto, porque demostrará que estas instituciones han sido creadas para garantizar la explotación y la opresión y que no basta con un cambio de rostro, porque él terminará profundizando las condiciones miserables de vida de la clase obrera aun y con el control de todo el aparato del Estado y esta percepción por parte de las personas ya se está desarrollando. La gente concluirá que para cambiar se necesita barrer con todo este sistema podrido y crear instituciones realmente democráticas controladas por la clase trabajadora en su conjunto.

Eso quedará demostrado con el fracaso de Bukele, este camino está siendo una escuela para la clase obrera, los imperialistas darían lo que fuera por tener un gobierno diferente, en este sentido hasta el gobierno del FMLN les era más beneficioso. Por eso buscan constantemente sacudirse a Bukele, pero no lo pueden hacer mientras la clase obrera aún le tenga esperanzas, porque no hay otra alternativa y su farsa aún no ha quedado al descubierto para la mayoría, aunque ya hay avisos de esto, que seguramente los imperialistas aprovecharán para la imposición de un gobierno controlable con una política de hierro en favor de las transnacionales, para eso está trabajando la cooperación internacional en nombre de la democracia y la anticorrupción en la región.

En Nicaragua, por ejemplo, financiaron a la oposición en nombre de la democracia y la libertad, ideas que son palabras vacías para el imperio norteamericano. Durante el conflicto entre Nicaragua y EEUU por la construcción del canal interoceánico pagado por China, los Estados Unidos financiaron a través de la USAID, la agencia de la CIA, a grupos reaccionarios para derribar a Ortega. El dinero ha llegado al país a través de las ONG que se dicen luchar por la democracia, pero lo único que buscan es la sucesión del poder del Estado de un sector empresarial vinculado con Ortega y China a otro sector empresarial vinculado directamente a los EEUU.

En esta disputa interburguesa en Nicaragua quienes pagaron los platos rotos fue siempre la clase obrera, durante los conflictos cientos de jóvenes de ambos bandos han muerto en nombre de la libertad. El Salvador no está lejos de este escenario con el régimen de Bukele. La clase dominante luchará para volver a controlar de forma segura su aparato estatal. El Estado burgués es un arma imprescindible para garantizar los intereses de la clase dominante, la usurpación de advenedizos como los Bukele no puede durar mucho en momentos de crisis como la actual.

Conclusiones

La juventud debe tener claridad, el régimen de Bukele hay que derribarlo, pero en esa lucha es únicamente la clase obrera en su conjunto la única que puede hacerlo y garantizar un futuro diferente. Ninguna organización financiada por «cooperación internacional» o por la burguesía nacional puede sobrepasar los límites de la democracia burguesa. En un proceso revolucionario quien esté del lado del pueblo tendrá que abandonar a sus financistas externos, que tienen su propia agenda enfocada a convencer a la clase obrera que las revoluciones son autoritarias y antidemocráticas. Las organizaciones que no abandonen a sus financistas liberales y estas ideas por la lucha de la emancipación de la clase obrera estarán del otro lado de la barricada.

El gobierno no tiene mayor margen de maniobra para mantenerse por mucho tiempo en el poder sin desatar la represión y ataques a las condiciones de vida. Las privatizaciones que se están intensificando son las primeras señales que muestran que el gobierno de Bukele no tiene cómo resolver los problemas financieros, y no solo se pueden venir más privatizaciones, sino también nacionalizaciones de sectores entregados en el pasado a empresarios.

La vuelta de estas instituciones a manos del Estado será de alguna forma positiva, una vez nacionalizadas la clase obrera debe exigir el control obrero de estas instituciones y una contabilidad abierta para combatir la corrupción y la manipulación de dinero de carácter arbitrario. El control obrero de las instituciones del Estado es la salida para acabar con la corrupción, esta debe ser una consigna de la clase obrera y los sindicatos.

Los ataques y políticas reaccionarias están a la vuelta de la esquina, a la clase obrera y la juventud se le ataca por todos los frentes. La crisis del capital está generando una serie de sub crisis que afectan la vida de todos y todas, como la violencia machista y patriarcal, la crisis climática, la delincuencia, los desplazamientos forzados entre otras.

La clase obrera, la juventud y todos los grupos oprimidos de la sociedad tendremos que hacer resistencia a todos estos ataques y proponernos acabar con el régimen de Bukele y el capitalismo para construir nuestro propio régimen. Vivimos tiempos de grandes cambios, movimientos insurreccionales están a la orden del día alrededor del mundo, y para jugar un papel fundamental debemos prepararnos asiduamente con la teoría marxista que es la única herramienta que nos puede ayudar a liberarnos de la asfixiante opresión a la que nos somete el capitalismo. De nuestro nivel de entrega y sacrificio depende el futuro de las generaciones venideras, no hay tiempo para lamentarnos o para la pereza, la situación exige todas nuestras energías posibles para construir un mundo inmensamente diferente. Estamos seguros que podemos aportar a esta lucha revolucionaria, ¡a construir!

Comité Central BPJ, 8 septiembre, 2021

Bicentenario, identidad nacional y colonialidad.El Salvador 1524-1821/2021. Roberto Pineda. 13 de septiembre de 2021

Introducción

Acumulamos ya trescientos años de pasado colonial y doscientos años de vida republicana, y estas celebraciones del doscientos aniversario de nuestra independencia de España,  nos permiten reflexionar sobre el significado de la memoria y de la historia como componentes de nuestra identidad nacional.

Así como de los desafíos que continúan vigentes, – desde una visión histórica emancipadora-,  de seguir buscando en este siglo XXI, las  coordenadas de lucha de los sectores populares hoy salvadoreños.

No obstante esto, debemos reconocer que las clases dominantes a lo largo de este recorrido de quinientos años han logrado borrar de nuestra memoria tres grandes continentes que son esenciales para fortalecer nuestra identidad de lucha popular y nacional: las luchas populares antes de la conquista española, durante la época colonial y a lo largo de la era republicana.

Recuperar estas historias es un gran desafío estratégico como movimiento popular,  ya que nos permitirá arrebatar de manos de las clases dominantes la memoria de lucha de nuestros antepasados, y  a partir de esta comprensión, establecer los pilares de continuidad de los nuevos horizontes emancipatorios, de las nuevas luchas.  

Relación entre historia y memoria

La destrucción de nuestra memoria de lucha fue parte esencial de la estrategia  que realizaron los conquistadores españoles, luego de lograr la derrota militar de nuestras nacionalidades indígenas, y lo hicieron mediante la imposición  de la visión eurocéntrica, mediante la religión católica, el idioma español  y posteriormente de la educación colonial.

Nuestra memoria fue borrada con la espada y también con la cruz. Y la historia que conocemos es fundamentalmente la historia de los poderes dominantes. El peruano Aníbal Quíjano conceptualizó este complejo proceso con el término de colonialidad del poder[1].

Explica Quijano que fue un proceso mediante el cual se estableció “una dominación directa, política, social y cultural de los europeos sobre los conquistados de todos los continentes”. Añade que en su aspecto político, “la dominación colonial ha sido derrotada.” En nuestro caso, en septiembre de 1821. Y no el 15 sino hasta el 21 de septiembre que se conoció el Acta de Independencia.

Pero enfatiza que “la estructura colonial de poder produjo las discriminaciones sociales que luego fueron codificadas como “raciales”, étnicas, “antropológicas” o “nacionales.” “(…) Dicha estructura de poder fue y todavía es el marco  dentro del cual operan las otras relaciones sociales, de tipo clasista o estamental.”Quijano olvida mencionar que también  las de género.

Y subraya otra dimensión clara de este sistema de colonialidad del poder, la cultural. Explica que “no obstante que el colonialismo político fue eliminado, la relación entre la cultura europea…y las otras, sigue siendo una relación de dominación colonial.” Plantea que “existe una dominación del imaginario de los dominados. Es decir actúa en la interioridad de ese imaginario. ”

Indica que al inicio de la conquista “la represión recayó ante todo, sobre los modos de conocer, de producir conocimientos, de producir perspectivas, imágenes y sistemas de imágenes, símbolos, modos de significación.”

Y este proceso “fue seguido por la imposición del uso de los propios patrones de expresión de los dominantes, así, como de sus creencias e imágenes referidas a lo sobrenatural, las cuales sirvieron para impedir la producción cultural de los dominados,  y como medios muy eficaces de control social y cultural.”

Concluye que “la cultura europea pasó a ser un modelo cultural universal.” Y reflexiona que “El imaginario en las culturas no-europeas, hoy difícilmente podría existir y, sobre todo, reproducirse, fuera de esas relaciones.”

El transito del orden colonial monárquico al orden republicano independiente

Luego de trescientos años, el orden colonial fue desafiado y finalmente eliminado. Fue la misma sociedad colonial la que originó sus enterradores,  entre estos los sectores populares mulatos y mestizos que dirigidos por los sectores criollos, lograron la independencia. En nuestro caso, los sectores indígenas no participaron en este esfuerzo.

El esfuerzo por la independencia fue conducido principalmente por los sectores criollos añileros, e hizo uso de una gran variedad de formas de lucha, incluyendo la ideológica, la insurreccional,  y la parlamentaria.

“Existe una continuidad histórica entre las gestas emancipadoras impulsadas por las masas populares en el periodo comprendido entre 1810 y 1821, que culminó con la firma de la Declaración de Independencia de España el 15 de septiembre de 1821…”[2]  y las luchas del presente.

La  independencia patria estuvo precedida por una intensa lucha ideológica entre las corrientes procolonialista s y proindependentistas, representadas por los periódicos El amigo de la patria de corte conservador y El editor Constitucional de corte liberal. Esto explica que luego de asegurar la independencia en 1824, una de las primeras medidas de José Matías Delgado, fue publicar el Semanario Político Mercantil[3].

El proceso independentista fue caracterizado por Alejandro Dagoberto Marroquín en su obra clásica Apreciación sociológica de la independencia salvadoreña, de la siguiente manera:

“La independencia de España es para El Salvador, como para el resto de Centro América, un proceso revolucionario que se inicia en 1811 y culmina en 1821. Sus consecuencias, para los destinos de los pueblos centroamericanos fueron de extraordinaria importancia, pues de tal proceso revolucionario arrancan las características esenciales de nuestra nacionalidad.[4]

Por su parte, Sarbelio Navarrete caracterizó esta lucha, desde una óptica marxista ya desde 1913:

“La lucha de clases dentro del estado colonial se mantiene entre las autoridades de la colonia y los mismos colonizadores, quiere decir que las clases más altas de la colonia aspiran a la dirección suprema de sus propios negocios e intereses para lo cual tienen por necesidad que oponerse  a los representantes directos de España.”[5]

Por su parte, uno de los autores clásicos del marxismo centroamericano, el guatemalteco Severo Martínez Peláez,   caracteriza el proceso independentista de la siguiente forma:

“La independencia suprimió el gobierno representativo de las clases dominantes españolas, pero fue la implantación del gobierno de una clase colonial dominante a medias…”[6]

Cambios a nivel de estado

El estado republicano creado luego de la independencia era muy débil y estaba integrado por la tradicional  división  liberal de  ejecutivo, legislativo y  judicial, y asumió inicialmente un carácter federal centroamericano.  La primera Constitución del “Estado del Salvador” data de 1924, luego de derrotar el proyecto anexionista mexicano de Agustín de Iturbide.

En este texto en su artículo primero se consigna que “El Estado es y será siempre libre e independiente de España y de México y de cualquiera otra potencia o gobierno extranjero, y no será jamás el patrimonio de ninguna familia ni persona.” 

En su artículo segundo establece que “Será uno de los Estados federados de la República del Centro de América.” Y en su artículo tercero dispone que “El Estado es libre, soberano e independiente en su interior administración y gobierno.[7]” 

El artículo 13 sobre la soberanía es muy significativo: “El pueblo no puede ni por sí, ni por autoridad alguna, ser despojado de su Soberanía; ni podrá excederla sino únicamente en las elecciones primarias, y practicándolas conforme a las leyes. Mas tienen los salvadoreños el derecho de petición, y la libertad de imprenta para proponer medidas útiles, y censurar la conducta de los funcionarios públicos en el ejercicio de su cargo y el de velar sobre el cumplimiento de las leyes.”

En esa época existían únicamente cuatro departamentos: San Salvador, Sonsonate, San Vicente y San Miguel. Existía un Jefe Supremo del Estado, elegido por cuatro años, y el primero en ocupar este puesto fue Juan Manuel Rodríguez, del 22 de abril de 1824 al 1 de octubre de 1824. Y había un solo Ministro General. Además existía el Congreso del Estado, y una Corte Superior de Justicia.

A nivel de economía

La economía, de naturaleza extractivista,  estaba al momento de la independencia basada en el cultivo y exportación del añil pero se encontraba ya en crisis debido a múltiples factores, entre estos  la intermediación de los comerciantes guatemaltecos, los diversos impuestos, la falta de mano de obra, etc.

Esta crisis fue agravada con los gastos de las guerras entre conservadores y liberales, y dio lugar a que se buscaran nuevas fuentes de ingresos y es aquí que aparece el cultivo y exportación de café, que posteriormente desplazaría al añil y se convertiría por  muchos años en el eje de la economía nacional.

A nivel de sociedad

Opina Alejandro Dagoberto Marroquín en la obra ya citada que: “La sociedad colonial no era una sociedad coherente y armónica ajena a los conflictos, Desde el momento mismo de la conquista se plantea el antagonismo primario entre los conquistadores. La sociedad colonial surge de este antagonismo, se desarrolla dentro de ese antagonismo y sucumbe sin haber solucionado el referido antagonismo.

Del antagonismo primario: indios vs. conquistadores, surgirán las siguientes oposiciones: Oposición: indios vs. españoles peninsulares. Oposición: indios vs. españoles criollos. Oposición: indios vs. mestizos. Oposición: indios vs. mulatos y negros. Oposición: españoles peninsulares vs. criollos. Oposición: españoles peninsulares vs. mestizos. Oposición: españoles peninsulares vs. mulatos y negros. Oposición: españoles criollos vs. mestizos. Oposición: españoles criollos vs. mulatos y negros. Oposición: mestizos vs. mulatos y negros.

Estas oposiciones, agudizadas unas veces, atenuadas otras, pero siempre latentes, engendran cadenas de intereses que mantienen a la sociedad colonial en perenne estado de emergencia; las instituciones parecen proyectadas para prevenir conflictos y choques violentos. El régimen colonial se consolida y aparentemente controla las fuerzas en pugna. Pero las contradicciones apuntadas seguían minando el aparato político y las bases sociales de la Corona.”[8]

Eduardo Colindres en su obra clásica Fundamentos Económicos de la Burguesía Salvadoreña nos expresa que en la gesta independentista “los grandes productores de añil jugaron el papel más importante, ellos querían tener la independencia económica  de los comerciantes guatemaltecos.”[9]

El historiador Luna nos comenta que según el Informe de 1807 de Gutiérrez y Ulloa “la población de la Intendencia ( de San Salvador) en ese entonces “se calcula en 165,278 personas” distribuidas así “criollos o peninsulares 4,279, mestizos hay 89, 374 y 71,175 indios.”

Ya para esa época, trescientos años de coloniaje habían provocado que la población mestiza superase a la indígena. “La mayoría de los criollos y peninsulares vivían en Metapan, Chalatenango, San Miguel y San Salvador, mientras que los indios principalmente en Sonsonate, Ahuachapán, San Salvador, Cojutepeque y Olocuilta.”

De esta población global 2,913 eran artesanos, mientras que la dedicada a la agricultura era de 19, 619. Los empleados públicos eran 25. Había 4 médicos y 4 abogados. Los sacerdotes eran 88. Las haciendas eran 447 y estaban cultivadas de añil. Los criollos guatemaltecos tenían gran cantidad de haciendas en nuestro territorio.  Plantea Luna que se trataba de “una burguesía mercantil con raíces feudales.”[10]

Por su parte. Lindo-Fuentes considera que luego de lograda la  independencia, “la primera tarea fue la puesta en marcha de un programa liberal. Los molestos reglamentos fueron eliminados…”[11]

A nivel  cultural

En el artículo 5 de la Constitución Política de 1824 se consigna claramente que “La Religión del Estado es la misma que la de la República, a saber: la C. A. R., con exclusión del ejercicio público de cualquiera otra.” 

No podía haber competencia religiosa. Y es que los principales dirigentes del proceso de lucha independentista eran sacerdotes católicos, incluyendo a su dirigente principal José Matías Delgado.

Esto explica para los independentistas la necesidad de controlar a la institución eclesial, de contar con su propio Obispo Y es en este marco que se toma la decisión de nombrar en abril de 1824 a Delgado como obispo, y de declarar el templo parroquial como Catedral, para liberarse no solo en lo comercial de la hegemonía de los guatemaltecos sino también en lo ideológico, en lo religioso. Pero la reacción no se hizo esperar. Y ante la petición del arzobispo de Guatemala, el Papa León XII dictó sentencia inapelable en 1826, la cual fue aceptada por Delgado, desistiendo del obispado.

Conclusiones

Como ha sido tradición en diversos momentos de nuestra historia, el próximo 15 de septiembre será una celebración acompañada por la protesta popular, en este caso por la protesta contra diversas medidas del gobierno populista y autoritario de Nayib Bukele como la imposición del bitcoin, el despido obligado de jueces, y diversas medidas antidemocráticas.

La historia sigue marchando y las nuevas generaciones marchan por las calles de San Salvador en actitud de lucha, como lo hicieron hace doscientos años los sectores populares que conquistaron la independencia. La lucha continua.


[1] Ver Quijano, Anibal. Colonialiadad y Modernidad/Racionalidad. https://www.lavaca.org/wp-content/uploads/2016/04/quijano.pdf. Las citas siguientes de este apartado corresponden a este artículo de Quijano.

[2] Pineda. Roberto. Los ríos de la memoria del jaguar rebelde. San Salvador. Ediciones Prometeo Liberado, 2018. Pág. 25

[3] López Vallecillos, Ítalo.  El periodismo en El Salvador. San Salvador. Editorial Universitaria. 1978.

[4] Marroquín, Alejandro Dagoberto. Apreciación sociológica  de la independencia salvadoreña. San Salvador. Dirección de Publicaciones e Impresos. 2000

[5] Navarrete, Sarbelio. El estado centroamericano. En los jardines de Academo. San Salvador, Editorial Universitaria. 1977

[6] Martínez Peláez. Severo. La patria de criollo.  San Jose, C,R.,EDUCA,1972

[7] Constitución Política de la República del Salvador, 1824. http://www.cervantesvirtual.com/obra-visor/constitucion-politica-de-la-republica-de-el-salvador-de-1824/html/9215c899-4b99-40cf-8960-f18fb644c894_2.html

[8] Marroquín, Alejandro Dagoberto. Apreciación sociológica  de la independencia salvadoreña. San Salvador. Dirección de Publicaciones e Impresos. 2000

[9] Colindres, Eduardo. Fundamentos económicos de la burguesía salvadoreña. San salvador. UCA Editores. 1977

[10] Luna, David Alejandro. Manual de Historia Económica de El Salvador. San Salvador. Editorial Universitaria. 1971

[11] Lindo-Fuentes, Héctor. La economía de El Salvador en el siglo XIX. San Salvador, Dirección de Publicaciones.2006

¡ASI NO! Fespad, Fudecso, Acción Ciudadana, DTJ, CEJ, Fusades, IIDC Anep, Funde. 17 de agosto de 2021

El Equipo Ad Hoc para el estudio y propuestas de reformas a la Constitución de la República, creado a iniciativa del presidente  de la República, invitó a distintas organizaciones de sociedad civil a una presentación del proyecto para reformar casi toda la Constitución. Es válido actualizar la Constitución en debida forma, pero este proceso, y bajo el actual contexto, no otorga condiciones de legitimidad democrática.

Ester es un proyecto impuesto desde Casa Presidencial. Tras eventos como la ocupación militar de la Asamblea del 9F, el golpe de estado del 1M, y la imposición inconsulta del Bitcoin, es imposible confiar en quienes quieren reformar la Constitución.

El anteproyecto de reforma constitucional se preparó con poca transparencia, y sin una verdadera participación de la sociedad. Pero, además toda la reforma está sujeta  a la aprobación exclusiva del presidente,  ratificándose el origen vertical de esta iniciativa.

Las reformas constitucionales deberían estar sujetas al control de una Sala de lo Constitucional legítima e independiente. Tras el golpe de estado del 1M, los magistrados impuestos en el tribunal constitucional carecen de legitimidad y no dan garantías de una revisión independiente.

No es necesario reformar la Constitución para muchos de los  cambios propuestos. Algunos aspectos ya están recogidos en la jurisprudencia constitucional y otras soluciones pueden realizarse mediante reformas legislativas. Lo que se necesita es el respeto y garantía de los derechos reconocidos en la Constitución vigente.

La jurisprudencia constitucional ya estableció que el tiempo de espera para la reelección presidencial no puede reducirse de dos a un periodo después de terminar el primer periodo  para ejercer la presidencia. El Gobierno pretende modificar esa cláusula pétrea.

Antes de reformar la Constitución, deben existir condiciones democráticas, que garanticen efectivamente los derechos de las personas y debe restaurarse el orden constitucional roto por el golpe de Estado del 1M.

Estamos abiertos a participar y aportar en los proyectos de desarrollo y bienestar del país. Pero mientras no se generen condiciones democráticas, existe el riesgo de que nuestra participación se use solo para dar una apariencia de legitimidad a un proceso que no la tiene. Por ello no participaremos. ¡Así no!

San Salvador, 17 de agosto de 2021

Los doce rostros de la sociedad salvadoreña en el siglo XXI. Roberto Pineda. 29 de agosto de 2021

¿Cómo caracterizar a la sociedad salvadoreña actual? No existe una característica  única que la describa en su conjunto, sino que es un mosaico,    -incluso a veces caleidoscópico- de rasgos, de procesos internos y externos, que se entrecruzan y la engloban y determinan.

Entre estos rasgos de sociedad identificamos como principales los siguientes: capitalista, patriarcal, racista, globalizada, vulnerable, migrante, extractivista, informalizada, urbana, religiosa, autoritaria y violenta.

A continuación hacemos una breve aproximación a estos elementos, en el entendido que solo se puede asumir -de manera responsable-la transformación de una sociedad, conociendo sus rasgos fundamentales.

Una sociedad capitalista

El capitalismo como sistema económico, como modo de producción basado en la extracción de plusvalía mediante la explotación de la clase trabajadora,  se impone –Menjívar dixit[1]– a partir del último cuarto del siglo XIX a través de  la tradicional acumulación primitiva, realizada mediante el desplazamiento de los obrajes de añil por la producción, procesado y exportación  de café.

No obstante esto, desde la imposición del sistema de encomiendas[2] en el siglo XVI, y en el marco de nuestra inserción en el circuito comercial colonial, la exportación de cacao y de añil[3]  se hacía ya hacia el mercado mundial de esa época. En la actual sociedad globalizada la brecha social entre los trabajadores y el capital  se ha ensanchado.

Una sociedad patriarcal

La sociedad colonial (1524-1821) , -y seguramente la sociedad de las nacionalidades indígenas nahuat y lencas- descansaba sobre la  marginación y opresión de las mujeres, tanto de las pocas mujeres españolas como de las mujeres indígenas, mestizas y mulatas.

En la actualidad como resultado de las luchas emprendidas por los movimientos de mujeres[4] se ha logrado en el plano jurídico el establecimiento de un ordenamiento  garantista de derechos, pero que choca con el imaginario discriminatorio, que sigue reproduciéndose desde la familia, la escuela, la iglesia, el partido político, el sindicato, la cooperativa, y que trasmite un discurso basado en la “natural “y hasta “sagrada” superioridad del hombre sobre la mujer.

Una sociedad racista

Los altos niveles históricos de mestizaje de nuestra sociedad[5] y el hecho de no tener salida al Atlántico, han ocultado el carácter profundamente racista de nuestra sociedad, en la cual la clase dominante  está integrada fundamental- mente por familias blancas de origen europeo, mientras que los sectores mestizos, mulatos e indígenas son marginados[6] y componen el grueso de las clases trabajadoras, y capas medias.

En nuestra sociedad, la discriminación racial se ha internalizado en el imaginario social  y el predominio de lo blanco sobre las diversas tonalidades de lo  oscuro de la piel, se expresa en el lenguaje, las costumbres y los procesos de socialización, e influye en el empleo  y el ascenso social. Lo racial determina la exclusión y desigualdad de amplios sectores populares.

Una sociedad globalizada

El capital transnacional ocupa una posición predominante en la economía del país, desde principios de siglo y a partir de nuestra inserción en el CAFTA-RD, el tratado de libre comercio  entre Estados Unidos y Centro América, y República Dominicana. La antigua oligarquía financiera se vio obligada a vender sus bancos o perecer. Y vendió.

Los tres principales bancos privados son extranjeros, dos de capital colombiano y uno de capital hondureño. La trasmisión de la energía eléctrica la realizan dos compañías, una estadounidense y otra colombiana. Las telecomunicaciones son controladas por una compañía mexicana  y otra española. Las gasolineras son controladas por una compañía estadounidense, otra suiza y otra hondureña. La principal compañía de cemento es de capital suizo-francés.

Pero la globalización ha tocado también resortes internos del imaginario popular, y una muestra de ello es que los principales equipos de futbol son las transnacionales españolas Real Madrid y Barca.

Una sociedad vulnerable

Los niveles de vulnerabilidad son amplios y profundos y abarcan diversas aéreas, entre estas dos de las más agudas son la vulnerabilidad social y la vulnerabilidad ambiental.

En términos sociales la vulnerabilidad social se manifiesta como altos niveles de pobreza multidimensional[7], reflejados en cinco grandes “dimensiones esenciales de bienestar” deficientes  tales como  a) educación, b) vivienda, c) trabajo y seguridad social, d) salud, servicios básicos y seguridad alimentaria y e) calidad del hábitat.

En términos de vulnerabilidad ambiental se  expresa como crisis hídrica, contaminación, deforestación, pérdida de biodiversidad, degradación de los suelos,  y falta de medidas para enfrentar el cambio climático, entre otras situaciones críticas. 

Una sociedad migrante

Una de las medidas utilizadas por las clases dominantes históricamente para desactivar la presión social por transformaciones estructurales, ha sido mediante la expulsión forzada de los sectores populares hacia otros países. Durante casi todo el siglo XX hasta 1969 el destino principal fue Honduras. A  partir de 1980 y durante los últimos cuarenta años el destino principal ha sido los Estados Unidos.

En la actualidad una tercera parte de nuestra población radica en ese país y con sus remesas sostiene una economía débil y dolarizada[8]. Esta diáspora representa un sector esencial desde el sujeto social, en la tarea histórica  de transformar la sociedad salvadoreña. 

Una sociedad extractivista

El modelo neoliberal de economía, impuesto por los países globalizadores  e implementado por los gobierno de derecha desde  la década de los noventas, ha conducido a un país dolarizado y basado en el sector de servicios y el comercio, orientado a extraer los dólares enviados vía remesas desde la diáspora. 

La oligarquía pasa de ser financiera  a ser extractivista. Y la explotación principal de nuestra diáspora se realiza en Estados Unidos pero se extiende hacia  nuestros territorios, donde se realiza la extracción de las remesas.

Una sociedad informalizada

Este modelo capitalista neoliberal, que destruyó la agricultura y como país nos desindustrializó para fortalecer el comercio,  ha provocado  que en la actualidad  un 68.4 de las personas ocupadas tienen un empleo informal[9], o sea un empleo que no está cubierto por la seguridad social, es de bajos ingresos y de alta vulnerabilidad.

Este sector, del que forman parte también los excombatientes y ex veteranos de guerra, así como los carretilleros de fruta, oculta el desempleo real pero a la vez, por su número y combatividad,  constituye parte fundamental del nuevo sujeto social de cambio.

Una sociedad urbana

La imposición del modelo neoliberal en El Salvador en la década de los años noventa del siglo pasado, estuvo acompañado a la vez por profundos procesos de urbanización que acentuaron aún más la tendencia al crecimiento del área metropolitana de San Salvador[10] , que abarca ya 14 municipios, así como de la migración hacia Estados Unidos.

Este proceso de urbanización ha conducido a profundizar los ya críticos desequilibrios en términos de acceso a servicios públicos, y oportunidades de empleo concentrados en la zona central, particularmente en  los departamentos de San Salvador y La Libertad.

Una sociedad religiosa

La característica principal a nivel cultural es la religiosidad popular, que en la actualidad se expresa en la disputa entre la religión “oficial” de la Iglesia Católica Romana y la de las iglesias evangélicas. En ambas ramas del cristianismo  se desarrolla una profunda disputa entre visiones diferentes de comprender el papel de la fe y de la iglesia en la sociedad.

Hay un sector conservador que practica y promueve la teología de la prosperidad y otro sector que promueve el acompañamiento a las luchas populares, desde la teología de la liberación. A nivel nacional sobresale la figura de Monseñor Oscar Arnulfo Romero, el Obispo mártir asesinado por escuadrones de la muerte, el 24 de marzo de 1980.

Una sociedad autoritaria

El autoritarismo constituye quizás uno de los  rasgos más sobresalientes de nuestra cultura y política. Consiste en una relación social desigual de poder en la cual una parte impone su voluntad sobre la otra mediante mecanismos de sometimiento, de subordinación. El autoritarismo es una forma de ejercer el poder y la autoridad, pero no mediante el dialogo ni la persuasión, sino mediante la orden.[11]

En nuestra cultura el autoritarismo es una ideología que internalizamos desde la familia, la iglesia, la escuela, el noviazgo, el hospital, la fábrica u oficina,  el partido político, el equipo deportivo, etc. Se nos  socializa en la obediencia al superior, en el respeto a la jerarquía. Las ordenes no se discuten, se cumplen es la consigna que internalizamos desde la niñez.

Y esto se expresa en el campo de la política. El poder desde 1524 que inicia el orden colonial, hasta nuestros días se ha ejercido desde la imposición autoritaria, y desde la impunidad de ese poder. Pero podemos asegurar también como rasgo que donde existe la opresión, existe la resistencia.

Una sociedad violenta

El autoritarismo y la violencia son hermanos gemelos. Por lo general el autoritarismo va vinculado con la violencia, o sea con el uso intencional de la fuerza, para mediante su amenaza o uso, provocar el temor del adversario o enemigo e inmovilizarlo o destruirlo.

Existen diverso tipos de violencia: la autoinflingida, interpersonal (que comprende la juvenil) y colectiva[12]. La colectiva en la que más nos interesa en este esfuerzo. Y se manifiesta como social, política y económica. En nuestra experiencia histórica, el estado ha sido y es el principal responsable de  la violencia contra los sectores populares mediante la represión, que se manifiesta como amenazas, desapariciones, masacres, tortura, etc.

Pero a la vez siglos de violencia han provocado que mucha veces esta sea socialmente tolerada, como el maltrato cotidiano que se ejerce contra mujeres, niñez, jóvenes, indigentes,  adultos mayores y comunidad LGBTI+.

Conclusiones

La transformación de la sociedad salvadoreña requerirá la construcción de un sujeto social y político amplio, que logre aglutinar a las mayorías populares y las impulse a la lucha. Este sujeto necesitara una visión ideológica emancipadora, que en la actualidad rebasa ya los linderos del marxismo y va al encuentro de otras expresiones emancipadoras  que jalonan este esfuerzo.

Entre estas expresiones, además del marxismo  y su categoría clave de lucha de clases, encontramos diversas manifestaciones teóricas de pensamiento emancipador que hay que conocer y usar para discernir los complejos procesos que atravesamos como sociedad salvadoreña.

Entre estas manifestaciones teóricas emancipadoras rescato las siguientes: el anarquismo con las obras de Kropotkin y Bakunin; el feminismo y sus categorías de interseccionalidad, género, familia, la ternura, la cultura del cuidado, el cuerpo como territorio,  (ver Millet, Greer, María Galindo, etc.)

Las teorías decolonial y poscolonial y sus categorías de colonialidad del poder y orientalismo, -así como su crítica al eurocentrismo, incluyendo ahí al marxismo- con Enrique Dussel, Walter Mignolo, Anibal Quijano, Ramón Grosfoguel, Edward Said; Samir Amin y sus “tesis de la desconexión”; David Harvey la y la Geografía Crítica.  

La ecología política de Enrique Leff; la teología de la liberación con Gustavo Gutiérrez, Hugo Assman, Leonardo Boff; la pedagogía crítica de Paulo Freire;  la investigación-acción de Orlando Fals Borda; el posmodernismo emancipador de Boaventura Santos. 

Arrighi con sus ciclos largos de desarrollo capitalista; Wallerstein con su teoría de los sistema-mundo; Perry Anderson y el cambio histórico; Walden Bello y el capitalismo en Asia; y como dejar fuera a la extraordinaria saga de nuestros hermanos y hermanas zapatistas.

En definitiva el desafío a futuro es el de luchar por una sociedad productiva, educada, saludable y segura, en un El Salvador justo y democrático.


[1] Ver Menjívar,Rafael. Acumulación originaria y desarrollo del capitalismo. EDUCA, San José, C,R. 1980

[2] Ver Pineda, Roberto. Los ríos de la memoria del jaguar rebelde. Ediciones Prometeo Liberado. San Salvador. 2018

[3] Ver Colindres, Eduardo. Fundamentos económicos de la burguesía salvadoreña. Editores UCA. San Salvador.1977

[4] Ver Navas, Candelaria. Sufragismo y feminismo en El Salvador. Editorial Universitaria. San Salvador. 2014

[5] Ver Tilley,Virginia. Seeing Indians.  A study of race, nation and power in El Salvador.  UNM Press. 2005

[6] Ver Marion Young, Iris. La justicia y la política de la diferencia.

[7] Medición Multidimensional de la pobreza. GOES/UNDP. 2015 . file:///C:/Users/roberto/AppData/Local/Temp/Medici%C3%B3n%20Multidimensional%20de%20la%20Pobreza%20El%20Salvador.pdf

[8] Ver Carballo, Willian. PATRIA QUERIDA. Consumo cultural, identidad y nostalgia de los salvadoreños radicados en Estados Unidos. Monica herrera ediciones. 2019

[9] Ver COVID – 19 y el Mundo del Trabajo: Punto de partida, respuesta y desafíos en El Salvador. OIT. 1920

https://www.ilo.org/wcmsp5/groups/public/—americas/—ro-lima/—sro san_jose/documents/publication/wcms_755521.pdf

[10] Ver Baires, Sonia. Territorio y ambiente en  El Salvador del siglo XXI. https://ecumenico.org/territorio-y-ambiente-en-el-salvador-del-siglo-xxi-sonia-baires-2019

[11] Ver Brunner, José Joaquín América Latina entre la cultura autoritaria  y la cultura democrática: legados y desafíos.  1987. https://flacsochile.org/biblioteca/pub/memoria/1987/000313.pdf

[12] Ver Rivera, Ana María. Modulo II. Tipología de la violencia. FUNDE. 2017. http://www.repo.funde.org/id/eprint/1245/1/2-Tipo-Viol.pdf

Presidente Bukele enfrenta primera derrota política. Roberto Pineda. 26 de agosto de 2021

La cuña para que apriete ha de ser del mismo palo, dice la sabiduría popular y este dicho queda comprobado con el pánico  desatado en Nuevas Ideas ante la perspectiva de una nueva edición de marchas blancas de miles de personas recorriendo las calles de San Salvador  defendiendo el derecho a la salud.

Efectivamente, el presidente Bukele enfrenta su primera derrota política, y esta no viene de sus adversarios políticos, del FMLN o de ARENA,  sino precisamente del sector sindical de Nuevas Ideas.

Por azares del destino le correspondió al entonces militante del FMLN,  Ricardo Monge conducir en 2003, desde la dirección del STISSS la victoriosa lucha contra la privatización de la salud, y lograr, casi veinte años después, hoy en 2021, siempre desde el STISS, la primera derrota política de Nuevas Ideas y del presidente Bukele.

De que estamos hablando? Estamos hablando de la reforma a 23 artículos de la ley del Instituto Salvadoreño del Seguro Social, ISSS, que presentaron el 20 de agosto el Ministro de Salud, Salim Alabi y la directora del ISSS, Dra. Mónica Ayala y que fue recibida con beneplácito por los diputados de Nuevas Ideas. Pero que tres días después, el 23 a mediodía,  la Dra. Ayala se vio obligada por la protesta popular y sindical, a retirar.

El contenido de la reforma

La reforma llevaba como centro el fortalecimiento (art. 6) del poder administrativo, financiero y técnico de la dirección nacional (Dra. Ayala) sobre la Presidencia del ISSS, ocupada por el actual Ministro de Trabajo, Rolando Castro, anteriormente dirigente de ASTRAM.

Pero a la vez se excluía  del Consejo Directivo al Colegio Médico y a la Sociedad Dental, por lo general representantes dentro del ISSS, de la patronal, de la derecha oligárquica. Y se incorpora al Consejo a la Dirección Nacional de Medicamentos, DNM.

Asimismo en las 32 reformas propuestas se contemplaban situaciones que iban en contra de los intereses de los sectores populares, y que beneficiaban exclusivamente al actual bloque de poder. 

Entre estas está la eliminación de la  cobertura por vejez (art. 2) que afectaría a las personas adultas mayores;  la posibilidad de establecer convenios directamente con otras instancias del Estado (art.6), cuando en la actual ley esto se hace mediante el Ministerio de Trabajo, y lo que deja la posibilidad que las cotizaciones de los trabajadores puedan ser utilizadas en otras instituciones del Estado; asignarle (art. 17) a la Dirección (Dra. Ayala) voz y voto en el comité de inversiones, al cual se integraría el superintendente del sistema financiero y  el Ministro de Economía, y se dejarían fuera los presidentes del BCR y del BH; y aumento del cobro a pensionados, que pasaría del actual 6% para tener derecho a servicios de  salud a un 7.8% sobre el monto de la pensión.

Las fuerzas en pugna

Las fuerzas principales que se enfrentaron en este escenario, fueron  el sector de salud y el sector sindical de Nuevas Ideas.  El sector  de salud  lo integran el Ministro de Salud, la directora del ISSS y el  director de la DNM. El sector sindical lo integran diverso líderes sindicales que respaldan a Nuevas Ideas, entre estos Ricardo Monge, padre  e hijo, del STISSS y el actual Ministro, Rolando Castro, dirigente histórico de ASTRAM.

Pero también participaron fuerzas secundarias, entre estas los grandes empresarios de la ANEP,  que se pronunció planteando que estas reformas “atentaban contra convenios internacionales de la OIT”. Y se integraron a la protesta representantes del Colegio Médico y la Sociedad Dental, que era de los sectores afectados.

El STISSS tuvo la capacidad de convocar  a la unidad de acción a los otros sindicatos de trabajadores de la institución, los cuales conjuntamente realizaron una conferencia de prensa,  así como una movilización frente a la Asamblea Legislativa, en la que Monge amenazó que de no retirarse las propuestas lo que venía era la huelga.

Y la amenaza surtió efecto. Unas horas después se retiraba la propuesta de reformas. Los sindicatos del ISSS de nuevo defendieron el derecho a la salud de los sectores populares.

Perspectivas

El presidente Bukele no es invencible. No obstante su amplio respaldo popular que ha logrado sostener durante dos años en la presidencia ( ver última encuesta Gallup) , y no obstante el control que ejerce sobre las principales instituciones del Estado, incluyendo Presidencia, Asamblea Legislativa, Corte Suprema de Justicia, Fiscalía, PNC y Fuerzas Armadas, enfrenta, saborea su primera derrota política.  

Como movimiento popular y social debemos de analizar  esta experiencia y una de las lecciones principales es que Nuevas Ideas y el proyecto que encabeza Nayib Bukele no es un todo homogéneo, hay grietas, hay fisuras, que debemos de identificar y saber aprovechar para impulsar la lucha popular y evitar que sean los sectores conservadores al interior de Nuevas Ideas los que hegemonicen el proceso. 

Y todo esto en el marco de que presenciamos el nacimiento y consolidación de un nuevo sistema político, diferente al que predominó  a partir de los Acuerdos de Paz de 1992. No se basa en la tradicional negociación entre fuerzas políticas sino en el consenso nacido del monopolio de la representación democrática, que se manifiesta en este caso, en el régimen Bukele, desde una naturaleza populista y autoritaria. 

El Salvador: reforma constitucional y hegemonía política. Roberto Pineda. 16 de agosto de 2021

Introducción

La sedimentación de una nueva geografía política mediante una profunda reforma constitucional, es la última expresión del proceso iniciado en junio de 2019, con la llegada a la presidencia de Nayib Bukele por el partido cyan Nuevas Ideas, y que significa la consolidación de un nuevo sistema político, y de un nuevo bloque de poder.

Observamos como lo conquistado políticamente mediante elecciones (2019,2021)  la hegemonía política se transformará en normativa constitucional, y en una nueva institucionalidad: Consulta Ciudadana, Instituto Nacional Electoral, Tribunal Constitucional, Colegio de Abogados y Notarios, Consejo de Administración del Órgano Judicial, Sala de los Electoral, Sala de lo Social, Defensoría General de la República,  Contraloría General del Estado, etc. Esta será la nueva realidad política, sin duda alguna.      

Este bloque de poder, por una parte, mantiene altos niveles de popularidad, y por la otra, enfrenta una debilitada y dividida oposición política y social. Y no obstante las tendencias autoritarias y mesiánicas del nuevo régimen, este avanza en la implementación de su proyecto político, en el marco de una constante histórica, de una brecha evidente entre sus prácticas políticas y el nuevo ideario constitucional.

La reforma constitucional[1] –como históricamente ha sucedido- puede abrir una oportunidad para incidir en el diseño de una sociedad más democrática, en la construcción de imaginarios emancipadores, únicamente en la medida que el movimiento popular y social asuma el desafío de un mayor protagonismo y pueda superar su ya prolongada parálisis.

En el caso de las fuerzas oligárquicas, su rechazo es justificado, pero lo es también su creciente irrelevancia. Este proyecto estratégico, de hecho una nueva constitución, es conducido por el vicepresidente Félix Ulloa, y abre una nueva coyuntura política.

La propuesta de reformas será entregada el próximo 15 de septiembre al presidente de la  República. El pasado viernes 13 fue presentada la reforma al Cuerpo Diplomático, y la encargada de negocios de la Embajada USA, Jean Manes expresó su preocupación sobre la figura de la consulta ciudadana[2]. La próxima semana será presentada a universidades, sociedad civil, sistema de las Naciones Unidas y el sector privado.

Históricamente, la construcción de nuevas constituciones o sus reformas, es un acto de fuerza política. En 1939, el General Martínez, desde los intereses de la Fuerza Armada,  impuso su Constitución; en 1950, un sector modernista de la Fuerza Armada junto con sectores de la burguesía industrial y comercial, impusieron su Constitución; en 1983 los partidos políticos ARENA y PCN, en el marco de una estrategia de contrainsurgencia y con dedicatoria tanto hacia las fuerzas armada como hacia el FMLN, impusieron su constitución.

En 1991 y 1992 esta Constitución de 1983 fue reformada como resultado de la negociación entre FMLN y GOES, para concluir el conflicto armado. Y lo mismo sucede en la actualidad, con esta nueva constitución, digo con estas reformas constitucionales. 

A continuación evaluamos las principales medidas de reforma constitucional, de las 214 propuestas y sustituciones presentadas, y como estas modifican –algunos hablan entusiasmados de modernización y otros desde el ángulo oligárquico lo denuncian como totalitarismo- el funcionamiento del aparato de estado, y lo colocan al servicio de los nuevos intereses y nuevos grupos de poder dominantes.  

Las principales medidas  de orden político

Entre las principales medidas de naturaleza estrictamente política están las de la ampliación del sujeto político que rebasa al sistema de partidos; la  prolongación del periodo constitucional; las de nuevas instancias de orden judicial así como de participación ciudadana; y de las funciones electorales y de la Corte de Cuentas, entre otras.

El desplazamiento del sistema de partidos políticos

Seguramente uno de los principales debates va girar alrededor de la pérdida del monopolio, del  desplazamiento  del sistema de partidos políticos como el eje principal sobre el que gira el sistema político, que inaugura a partir de la contra-insurgente Constitución de 1983  (art. 85) que establece a los partidos políticos dentro de un sistema pluralista, como “que son el único instrumento para el ejercicio de la representación del pueblo dentro del Gobierno.[3]

Anteriormente, a partir del 2 de diciembre de 1931, durante la larga dictadura militar, y hasta 1992 fueron las Fuerzas Armadas las que gozaron de este exquisito privilegio, y uno de sus pilares era el rechazo del pluralismo político  e ideológico y a la alternabilidad en el ejercicio del poder político.

En la presente propuesta aparece como reforma al art. 72, además de los partidos políticos, la nueva figura de  “otras formas de participación política como mecanismos para las candidaturas no partidarias, a través de las asociaciones no partidarias  con fines políticos”  que deben cumplir “con el principio de equidad para su conformación e inscripción.” 

Esto queda reafirmado mediante el art. 84 que manifiesta que tanto partidos políticos como asociaciones no partidarias con fines políticos, “son los instrumentos para el ejercicio de la participación y representación del pueblo.”

Y por otra parte, al derecho de ejercer el sufragio se le agrega una nueva figura, “el derecho de votar en las consultas ciudadanas directas contempladas en esta Constitución.”  Y además, en el art. 151 de la propuesta de reforma, se elimina como requisito para optar a la Presidencia de la república, el de “estar afiliado a uno de los partidos políticos reconocidos legalmente.”(Constitución de 1983).

Opino que la aparición de nuevas modalidades para la participación política abre espacios para un mayor protagonismo del movimiento popular y social, en la medida que se participe en esta disputa política, en este debate constitucional, que tiene carácter estratégico y estructural, ya que sus consecuencias serán por un largo plazo, por lo que no debería de dejársele la cancha libre exclusivamente a la visión de  Nuevas Ideas.

La creación de un Tribunal Constitucional

La función de la Sala de los Constitucional de la Corte Suprema de Justicia, que surge con la Constitución de 1983, -ya que antes lo que existía era la Sala de Amparos-  pasa a ser desempeñada, según reforma de artículo 174, por un Tribunal Constitucional, integrado por siete magistraturas.

El Tribunal Constitucional, -que en Guatemala se conoce como Corte Constitucional- asume las funciones de “conocer y resolver las demandas de inconstitucionalidad de las leyes, decretos y reglamentos, los procesos de amparo, el habeas corpus, el habeas data, las controversias entre los tres órganos fundamentales del estado…Será el máximo intérprete de la Constitución y sus sentencias no admitirán recurso alguno.”

La prolongación del periodo presidencial

Seguramente uno de los principales debates va girar alrededor de la ampliación del sujeto político, así como la prolongación del periodo presidencial, que pasara de 5 a 6 años. Dice la propuesta de reforma, en su art.154, que “el periodo presidencial será de seis años.”

En este caso, se regresa al esquema de la Constitución de 1950, que pasó de 4 a 6 años[4], y que iniciaba y concluía entonces cada 14 de septiembre. Y que además en su art. 5 introduce el concepto de alternabilidad en el ejercicio de la presidencia, con la amenaza  que “la violación de esta norma obliga  a la insurrección.”

Y para ser más enfáticos, en el art.112 de la Constitución de 1950 se establece que la Fuerza Armada”velará especialmente por que (sic) no se viole la norma de la alternabilidad en la Presidencia de la República.”  En la Constitución de 1872 se amplió el periodo presidencial de 2 a 4 años. La Constitución de 1962 redujo el periodo presidencial de 6 a 5 años.[5]

Pero lo novedoso hoy es que además de mantener la alternabilidad, a la mitad del periodo aparece la significativa figura de la consulta ciudadana. En el caso de las diputaciones, se reduce a tres periodos consecutivos la reelección.

Nuevas figuras de participación ciudadana

En la propuesta de sustitución del art. 83 se agregan nuevas figuras de participación ciudadana mediante las consultas ciudadanas, que se expresan como plebiscito, referéndum, revocatorio de mandato e iniciativa ciudadana. En las atribuciones y obligaciones de la Presidencia se agrega la de “someter a plebiscito las consultas ciudadanas.” (Art. 168, numeral 20)

Y curándose en salud de las futuras críticas manifiesta que “en  ningún caso estos mecanismos servirán para prorrogar el mandato presidencial o para permitir la reelección inmediata de quien ejerza la presidencia.”

La separación en lo electoral de la función administrativa de la jurisdiccional.

En esta propuesta, desaparece el Tribunal Supremo Electoral, TSE,  surgido de las reformas del Acuerdo de Paz de 1992, y aparece como reforma al art.76 una nueva figura,  la del Instituto Nacional Electoral, INE,  el cual elaborará el Registro Electoral, que será utilizado para el ejercicio del sufragio. Más adelante en el art. 85 se indica que el INE “será el ente encargado de organizar los procesos electorales y las consultas ciudadanas, así como garantizar su legitimidad.”Es la parte administrativa. Por otra parte,  en la propuesta de reforma aparece la parte jurisdiccional, mediante una nueva sala del órgano judicial, la Sala Electoral.

La separación en lo judicial de la función administrativa de la jurisdiccional.

De acuerdo a  la propuesta, en su artículo 172, el órgano judicial pasará  a estar integrado en su parte jurisdiccional por el Tribunal Constitucional, la Corte Suprema de Justicia, las cámaras de segunda Instancia , los Juzgados de Primera Instancia y de Paz y el Consejo Nacional de la Judicatura.  A su vez, en la parte administrativa, se crea un Consejo de Administración, presidido por el presidente de la Corte Suprema de Justicia.

En el caso de la Corte Suprema de Justicia, según el nuevo artículo 173, se crean dos nuevas salas, la de lo Electoral y la de lo Social.

Una nueva función de la Fuerza Armada

A raíz de los  Acuerdos de Paz de 1992 a la Fuerza Armada se le asignaron constitucionalmente única y categóricamente  dos responsabilidades: la de la defensa de la soberanía del estado y la de la integridad del territorio. Anteriormente en la Constitución de 1983[6] la misión incluía la seguridad pública y otras responsabilidades.

En la actual propuesta y en un claro retroceso democrático, la misión se amplía a tres: la defensa de la independencia, la soberanía del estado  y de la integridad del territorio nacional. (Artículo 211)

Otros cambios institucionales

A nivel de ministerio público, según el artículo 191, este queda integrado por la Fiscalía General de la República, FGR,  y por la Defensoría General de la  República, DGR, separando  a la Procuraduría para la Defensa de los Derechos Humanos, PDDH, lo  cual constituye un retroceso democrático, dada la naturaleza de la institución, y no obstante que se le agregan nuevas funciones (ver artículo 198, numeral 1) así como eliminando la figura de Procuraduría General de la República, PGR, y el cumplimiento de sus funciones.  

Se propone que los titulares tanto de la FGR como de la nueva  DGR duraran no tres sino seis años en sus cargos, “sin posibilidad de reelección inmediata.” (Articulo 192).

En el caso de la nueva DGR, según artículo195, estará formada por cinco instituciones: Contraloría General del Estado, Procuraduría para la Defensa de los Derechos Humanos, Tribunal de Ética Gubernamental, Instituto de Acceso a la Información Pública, y Defensoría del Consumidor.

La Contraloría General del Estado se refiere a la Corte de Cuentas de la República, con algunas nuevas atribuciones como las de “recibir y custodiar las declaraciones patrimoniales de todo funcionario, empleado público y los familiares…” (Artículo195bis)

De orden social

Entre las medidas de naturaleza social se encuentran las vinculadas a garantizar y ampliar el derecho al trabajo, la educación, y la salud.

En la ampliación de derechos sindicales, y en un reconocimiento a sus luchas, según artículo 221, “las personas trabajadoras del estado tendrán derecho a  la huelga.” La Constitución de 1983, lo prohibía expresamente. 

En lo educativo (art.57) se agrega la categoría de laica a la educación, que anteriormente solo tenía la de democrática Art. 57). Además se agrega la colegiación profesional,  que anteriormente estaba prohibida

En el art.69 se reconoce el “derecho a una alimentación adecuada.”Y se agrega un 69bis que reconoce “el derecho al agua y al aire de calidad.”

De orden económico

En una visión de alejamiento del modelo neoliberal, a la categoría de justicia social  ya existente como principio desde la Constitución de 1983, en la propuesta de reforma del art. 101 se agregan las categorías de solidaridad y equidad.  Además se incorpora las nociones de desarrollo económico y social sostenible así como la de desarrollo humano  y de armonía con el medio ambiente.  

De la misma manera en el art. 103 al principio de propiedad privada en función social, se le agrega que también “en estricta armonía con el medio ambiente.”

Conclusiones

La existencia de mayores estándares constitucionales en términos de libertades democráticas y participación ciudadana  es un logro histórico, independientemente de quien lo realice, así como existe la responsabilidad de la denuncia de sus retrocesos.

Una oposición irracional a la reforma desde la izquierda y el movimiento popular sería políticamente equivocada, lo adecuado sería ir a su encuentro y exigir en el debate su profundización, así como  utilizar estas reformas constitucionales  como una gran oportunidad para la educación y participación política de los sectores populares.

Con respecto a la derecha oligárquica su rechazo es comprensible, porque el propósito básico es descarrilar este tren cyan para poder regresar a los privilegios del control del estado, perdidos  ya por doce años. Pero su campo de batalla es principalmente en el terreno mediático, ya que su nivel de convocatoria  popular y su gestión legislativa es irrelevante.

San Salvador, 16 de agosto de 2021


[1] Anteproyecto de Reformas a la Constitución de la Republica de El Salvador. 11 de agosto de 2021. https://www.presidencia.gob.sv/anteproyecto-de-reformas-a-la-constitucion-de-la-republica-de-el-salvador/

[2] Esto respondió Félix Ulloa a diplomáticos que cuestionan referendo y reformas a Constitución salvadoreña. Diario El Mundo. 16 de agosto de 2021 https://diario.elmundo.sv/esto-respondio-felix-ulloa-a-diplomaticos-que-cuestionan-referendo-y-reformas-a-constitucion-salvadorena/

[3] Ver Constitución de 1983. http://www.cervantesvirtual.com/obra-visor/constitucion-politica-de-la-republica-de-el-salvador-de-1883/html/af225698-35fb-4a20-bd10-eac8223baa5d_2.html

[4] Ver Constitución de 1950. Art. 62. https://www.jurisprudencia.gob.sv/DocumentosBoveda/D/2/1950-1959/1950/09/886F2.PDF

[5] Ver Balbino Guevara, Gilberto Portillo, Geremías Salazar. “EVOLUCION DEL DERECHO CONSTITUCIONAL SALVADOREÑO”.Tesis presentada para optar al grado de Licenciado en Ciencias Jurídicas. Diciembre de 1992. Facultad de Jurisprudencia y Ciencias Sociales. Universidad de El Salvador.  http://www.csj.gob.sv/BVirtual.nsf/1004b9f7434d5ff106256b3e006d8a6f/2bc259243d8b108a06256b3e00747b03?OpenDocument

[6] Constitución d 1983. Artículo 211.- La Fuerza Armada está instituida para defender la soberanía del Estado y la integridad de su territorio, mantener la paz, la tranquilidad y seguridad pública y el cumplimiento de la Constitución y demás leyes vigentes. Velará especialmente porque se mantenga la forma republicana de Gobierno y el régimen democrático representativo, no se viole la norma de la alternabilidad en la Presidencia de la República, y se garantice la libertad del sufragio y el respeto a los derechos humanos. Colaborará con las demás dependencias del Órgano Ejecutivo en los programas de desarrollo nacional, especialmente en situaciones de emergencia. http://www.cervantesvirtual.com/obra-visor/constitucion-de-la-republica-de-el-salvador-del-15-diciembre-1983/html/1ddcc23f-7349-4d35-a906-63903bfa055a_2.html#I_30_

Legitimidad de la nobleza tlaxcalteca (1520-1585). Enrique Florescano. 2021

Un tópico común en los libros de historia es la gran recepción para Hernán Cortés y su ejército en el señorío de Tlaxcala. Cuenta esta tradición que los cuatro señores de este sitio, comandados por el gran “senador” Mazihcatzin, quien era además Tianquiztlatoatzin (el Señor del Mercado), y por el capitán Xicoténcatl recibieron con honores a Cortés y pactaron con él una alianza contra sus enemigos, los gobernantes de México-Tenochtitlán. El mismo Hernán Cortés, su capellán e historiador Francisco López de Gómara y más tarde otros cronistas no limitaron su admiración por la forma de gobierno y la grandeza de Tlaxcala. En su Carta de relación de 1520 al emperador Carlos V, Cortés afirmó que “la orden que […] la gente de ella tiene en gobernarse, es casi como los señorías de Venecia, Génova o Pisa, porque no hay señor general de todos”.1 Los cuatro señores componían un “senado” electo por mayoría. En 1566 una Crónica de la Nueva España elevó esos elogios a un lugar más alto, pues decía que ahí se “pronunciaban piezas oratorias tan hermosas como ejemplares”.2

Se trataba, como explica Jaime Cuadriello, de la construcción de un “discurso legitimador” de los nobles tlaxcaltecas, cuyo episodio fundacional es la alianza temprana con Hernán Cortés.3 Se sabe que los de Tlaxcala enfrentaron inicialmente a los españoles y trabaron duras batallas con ellos. Más tarde convinieron aliarse con Cortés y borraron de sus registros históricos la memoria de esos enfrentamientos.4 Según sus relatos, la alianza con los españoles fue de los cuatro señoríos de Tlaxcala, distinguidos por las casas nobles de Tepetícpac, Quiauhixtlán, Tizatlán y Ocotelulco. Charles Gibson, el gran historiador estadunidense, escribió: “La idea de las cuatro cabeceras evolucionó después de la Conquista como elemento de la tradición tlaxcalteca. A mediados del siglo XVII había cobrado vida una creencia histórica en cuatro señoríos tlaxcaltecas independientes. En el siglo XVIII fue de buen tono hablar de una ‘república’ tlaxcalteca anterior a la Conquista, hostil a la tiranía y gobernada por un ‘senado’ representativo”.5

El pacto con los tlaxcaltecas que Cortés celebraba en su informe de 1520 a Carlos V provocó un viraje en la política y la percepción histórica de la nobleza tlaxcalteca. Sabemos que esa alianza fue recogida y propagada por los conductos indígenas tradicionales: el registro pictográfico y los anales escritos. Poco después del pacto que puso del lado español al señorío indígena más poderoso e independiente de la Triple Alianza encabezada por México-Tenochtitlán, apareció en la “sala y audiencia del cabildo de Tlaxcala” una interpretación en pinturas del arribo de Cortés a Tlaxcala, que relataba la magnífica recepción de que fueron objeto él y sus tropas.6

En estas pinturas aparece Cristóbal Colón, “primero descubridor de las Indias”, “Hernán Cortés con un crucifijo en las manos” (ver figura 1), y en las paredes de la “Audiencia ordinaria de esta ciudad”, “Cristóbal Colón graciosamente retratado, que está ofreciendo al emperador don Carlos […] un nuevo mundo” (ver figura 2), y en “la parte de mediodía [está] pintada la entrada y primera venida de Hernando Cortés y sus compañeros […] y del recibimiento y regalo que se les hizo [… y de] cómo se bautizaron los señores de las cuatro cabeceras de Tlaxcala” (ver figura 3), y “otras muchas particularidades de la conquista de esta tierra, lo cual va todo figurado por pinturas […] que esta ciudad lo tiene por memoria y antigualla y de las hazañas que ellos y los españoles hicieron en la pacificación de esta tierra”.7 Para los tlaxcaltecas estas pinturas afirmaban su participación en el proceso de conquista y sellaban un pacto con Hernán Cortés y el monarca español.

Figura 1. Retrato de los conquistadores Francisco Pizarro y Hernán Cortés, ofreciendo los reinos de Perú y Nueva España al monarca español. Dibujo de Raúl Velázquez, basado en Muñoz Camargo, Descripción de la ciudad y provincia de Tlaxcala, lámina 23.

Figura 2. Retrato de Cristóbal Colón que simboliza el descubrimiento de las islas de Santo Domingo y Cuba. Dibujo de Raúl Velázquez, basado en Muñoz Camargo, Descripción de la ciudad y provincia de Tlaxcala, lámina 21.

Figura 3. Bautizo de los señores de Tlaxcala, ante la presencia de Hernán Cortés y la Malinche. Dibujo de Raúl Velázquez, basado en Muñoz Camargo, Descripción de la ciudad y provincia de Tlaxcala, lám. 33.

Las imágenes 1 a 3 que presentamos aquí proceden de la Descripción de la ciudad y provincia de Tlaxcala que Diego Muñoz Camargo entregó manuscrita al rey de España en 1584-1585. Lo interesante es que estas imágenes se corresponden con las pinturas murales que Muñoz Camargo dice que existían pintadas en la Audiencia de Tlaxcala. Confirma la existencia de estas pinturas Francisco Cervantes de Salazar en su Crónica de la Nueva España escrita entre 1558 y 1567. Ahí dice que en la sala principal de la casa real de Tlaxcala, “alrededor de toda ella, está pintado como Cortés vino y lo demás que le subcedió hasta llegar a México”.8 Es decir, desde mediados del siglo en las salas de gobierno de Tlaxcala había una descripción pintada del periplo victorioso de Hernán Cortés con sus aliados tlaxcaltecas. Es probable que la existencia de estas pinturas alentara a Muñoz Camargo a incorporarlas a las 156 imágenes de la Descripción que escribió en 1584-1588 sobre la Conquista de México por Hernán Cortés y sus aliados tlaxcaltecas.

Las imágenes que Muñoz Camargo y Cervantes de Salazar dicen que estaban pintadas en el cabildo de Tlaxcala manifiestan el reconocimiento indígena de la expansión española en el Nuevo Mundo y exaltan su conversión al cristianismo. Fernando de Alva Ixtlilxóchitl, el historiador texcocano que escribió una Historia de la nación chichimeca, decía en 1625 “que aun el día de hoy guarda [la pintura] el cabildo de esta señoría” de Tlaxcala.9 Ixtlilxóchitl parece que se refiere aquí al Lienzo, no a las pinturas murales.

Las citas e imágenes anteriores muestran que la imagen, la antigua y privilegiada expresión de las culturas mesoamericanas, fue el instrumento elegido por la nobleza tlaxcalteca para difundir su alianza con Hernán Cortés y el poder español. No sorprende, pues Tlaxcala era uno de los principales herederos de la cultura náhuatl y Diego Muñoz Camargo, el autor que reprodujo esas pinturas en su Descripción, un conocedor de la historia antigua de esa región y un representante de los intereses pasados y presentes de la nobleza tlaxcalteca.10

Además de su Descripción de la ciudad y provincia de Tlaxcala, Muñoz Camargo es autor de la Suma y epílogo de toda la descripción de Tlaxcala11 y de una Historia de Tlaxcala, ya citada. Es decir, asumió el papel de escribano propagador de los orígenes y méritos de Tlaxcala. Era hijo de poblador español y de una indígena de abolengo, y casó más tarde con Leonor Vázquez de la noble casa de Mazihcatzin. Tuvo numerosos cargos como intérprete y apoderado del cabildo de Tlaxcala. Trazó la historia de las casas nobles tlaxcaltecas y sirvió a las demandas e intereses de los principales de la provincia. Su acceso a los manuscritos, pictografías y tradiciones orales de los señoríos tlaxcaltecas le dieron el nombramiento de intérprete y representante del cabildo de Tlaxcala.12 Hizo algo más, trasladó al alfabeto español las antiguas pictografías de la tradición náhuatl.

Disponemos de otro testimonio acerca de las pinturas en las casas de gobierno de Tlaxcala. Según las Actas de Cabildo de esa ciudad, el 17 de junio de 1552 los miembros del cabildo “acordaron, en relación al viaje a España ante el emperador”, precisar las demandas que el cabildo quería presentar al monarca. Luego dan cuenta de un “escrito de guerra: Lienzo de Tlaxcala original (Yaotlahcuiloli) de cuando vino el marqués y de las guerras que se hizo en todas partes, todo se reunirá para que se lleve a España, lo verá el emperador”.13 Así que en 1552 el gobierno indígena de Tlaxcala estaba preparando un memorial, que ya tenía avanzado, donde relataban sus campañas de guerra aliados con los españoles. Seis años más tarde, el 20 de mayo de 1558, se anotó en las mismas Actas: “[…] la parte lateral de arriba de la Casa de la ciudad, allí está pintada la primera llegada de los españoles que vino capitaneando Hernando Cortés”.14 Había pues, desde mediados del siglo XVI, un empeño tlaxcalteca por resaltar su colaboración en la campaña militar de Hernán Cortés y figurar como aliados conquistadores. Kevin Terraciano cita otras escenas del encuentro entre españoles y tlaxcaltecas pintadas en papel de maguey, con motivos muy semejantes a los del Lienzo de Tlaxcala y donde Xicoténcatl, el gran capitán tlaxcalteca, aparece como el principal interlocutor de Cortés.15

Las citas anteriores manifiestan la existencia de dos tipos de pinturas. Muñoz Camargo y Cervantes de Salazar hablan de pinturas murales en las paredes de las casas de cabildo, mientras que las Actas de Cabildo mencionan expresamente el Lienzo, la pintura en tela o en papel indígena, donde se relataron las guerras de conquista emprendidas por Cortés y sus aliados tlaxcaltecas, pero también mencionan la presencia de las pinturas murales. Quizá la existencia de los murales en las casas del cabildo antecede a la confección del Lienzo o Yaotlahcuiloli, pues presentan un retrato de Carlos V, quien gobernó entre 1516 y 1556, mientras que la Descripción de Diego Muñoz Camargo incluye la pintura de Felipe II (1556-1598), su sucesor. Sabemos que Muñoz Camargo viajó a España en 1584-1585, en calidad de intérprete de la delegación de nobles tlaxcaltecas que solicitaron nueva audiencia con el rey, a quien se entregó el extenso relato ilustrado de la Descripción de la ciudad y provincia de Tlaxcala.

El manuscrito con pinturas encontrado en la biblioteca de la Universidad de Glasgow y editado en facsimilar por René Acuña es el original de la Descripción, firmada por Diego Muñoz Camargo, quien terminó de redactarla entre 1584 y 1585.16 Sabemos que esta forma de recoger en imágenes los acontecimientos pasados era una de las tradiciones más antiguas de Mesoamérica, y fue aceptada y utilizada por los primeros conquistadores para sus propios fines. El mismo Hernán Cortés, Pedro Mártir, los frailes Diego Durán, Bernardino de Sahagún y otros más reconocieron que las pictografías indígenas eran equivalentes a sus libros.17

Lo que ha complicado el análisis de estos documentos es que tanto la Descripción como las copias existentes del llamado Lienzo de Tlaxcala contienen las mismas escenas y pinturas, pero no existe o no se conoce la pintura original del Lienzo de Tlaxcala. Carlos Martínez Marín, a quien debemos una edición crítica de esta obra, observó que de ella sólo “se conocen copias, ediciones y hasta falsificaciones pero no el original”.18

John B. Glass y Charles Gibson dieron cuenta de las distintas versiones del Lienzo de Tlaxcala existentes en el cabildo de Tlaxcala y de su posterior desaparición durante la Intervención francesa.19 Carlos Martínez Marín, en su introducción a las vicisitudes del Lienzo, considera que la publicación facsimilar de la Descripción de la ciudad y provincia de Tlaxcala puso en claro que las láminas y dibujos contenidos en ella eran las mismas, pero más numerosas, que las que ilustran el Lienzo de Tlaxcala publicado por Chavero en 1892.20 Las litografías a color de esta edición, la más famosa y citada, fueron hechas por Genaro López. En esta edición se incluyen sólo ochenta láminas, lo cual sugiere que las imágenes que Muñoz Camargo incorporó en la Descripción procedían del Lienzo original depositado en el cabildo de Tlaxcala.

Algunos autores, como René Acuña, autor de la edición facsimilar de la Descripción, afirmaron que el mismo Muñoz Camargo fue el creador, con la colaboración de un tlacuilo indígena, del Lienzo de Tlaxcala original.21 Alfredo Chavero, en su edición del Lienzo de Tlaxcala de 1892, afirmó que esa versión era copia fiel de la que se guardaba en el cabildo de Tlaxcala y estaba pintada en tela de algodón. En la nueva y excelente edición del Lienzo de Tlaxcala hecha por Juan Manuel Yllanes del Huerto en 177322 destaca la lámina principal, donde se despliega el escudo imperial de España y a los lados los símbolos de las cuatro casas gobernantes de Tlaxcala, una escena heráldica que celebra la alianza entre tlaxcaltecas y el Imperio español, pues ahí se pintan unidos el escudo imperial de los Habsburgo con la representación de las cuatro cabezas gobernantes de Tlaxcala. A ambos lados del cerro aparece el factor de la Primera Audiencia, Gonzalo de Salazar y Hernán Cortés. También aparecen Diego Delgadillo y Juan Ortiz de Matienzo, oidores; Nuño de Guzmán y el visitador Luis Ponce de León. Siguen Vasco de Quiroga, Francisco de Ceinos, Alonso Maldonado, Juan de Salmerón y Marcos de Aguilar de la Segunda Audiencia. Del lado derecho se ve a Sebastián Ramírez de Fuenleal, presidente de la Segunda Audiencia. Debajo de él están los dos primeros virreyes de la Nueva España, Antonio de Mendoza y Luis de Velasco (ver figura 4). Es decir, están presentes las más altas autoridades españolas, comenzando por Hernán Cortés, que le conferían validez plena al acto. Esta edición del Lienzo de Tlaxcala consta de 87 láminas.23

Figura 4. Lienzo de Tlaxcala, escena principal. Arriba a la derecha: Ocotelulco, signo topográfico, 48 señores, Mazihcatzin con seis nobles y un fiscal. Abajo a la derecha: Quiahuixtlán, signo tipográfico, 29 señores, Citlalpopoca y seis nobles. Arriba a la izquierda: Tizatlán, 52 señores, signo topográfico, fiscal, cinco nobles y Xicoténcatl. Abajo a la izquierda: Tepetícpac, 14 señores, signo topográfico, tres nobles, Tlehuexolotzin. Arriba al centro: armas reales. Abajo al centro: erección de la cruz. Figuras sentadas: Ramírez de Fuenleal, Antonio de Mendoza, Luis Velasco, Hernán Cortés, miembros de la primera y segunda Audiencia. Reproducción autorizada por el Instituto Nacional de Antropología e Historia.

La figura del virrey Velasco fue identificada “como la persona que ordenó hacer el lienzo”.24 Juan Manuel Yllanes afirmó que la pintura fue hecha a petición del virrey Luis de Velasco el Viejo (1550-1564).25 De las tres copias que se dice existían en la casa del cabildo de Tlaxcala, la de Yllanes, la descripción de Mazihcatzin y las ediciones de Chavero y Cahuantzi coinciden en las escenas, en la posición de éstas y en su secuencia.26 Lo cual reitera su identificación como copias fieles del original.

Sin embargo, no se conocen pruebas suficientes en favor de la hechura del Lienzo por mandato del virrey Velasco. Por el contrario, su manufactura, contenido e intención se inclinan por la intervención de manos tlaxcaltecas. Sabemos que la llegada de los españoles a la costa de Veracruz fue inmediatamente registrada en pinturas por los tlacuilos de Moctecuhzoma y de los otros señoríos indígenas. Hacia 1785 Antonio León y Gama solicitó a Nicolás Faustino Mazihcatzin,27 autor de una descripción del Lienzo de Tlaxcala que se presume se basaba en el original, una copia del mismo. Mazihcatzin respondió que no era posible porque el Lienzo era muy grande (4871 metros de largo por 2087 metros de ancho). Aducía “que ningún pintor del país podría copiarlo apropiadamente” y que el cabildo no quería renovarlo.28 El origen y el contenido del Lienzo apoyan asimismo la autoría tlaxcalteca. “Puede concluirse, dice Andrea Martínez Baracs, que son los dibujos de la Descripción [de Diego Muñoz Camargo] no sólo el único original conocido que se conserva [del Lienzo de Tlaxcala] sino, además, una versión ampliada que enriquece el acervo documental y artístico de la historia mexicana”.29

Como se ha visto, el Lienzo es una exaltación de la participación tlaxcalteca en la Conquista de México con las figuras de los nobles tlaxcaltecas, más el escudo, los personajes y los emblemas de las autoridades españolas. Sobresalen también los topónimos y singularidades de la tierra transcritos en lengua náhuatl. Ningún otro autor que no tuviera una relación íntima con los tlaxcaltecas podría haber hecho una representación tan exacta y minuciosa de todas las acciones, lugares y personajes representados en el Lienzo. Otros autores observan que “hay topónimos que no aparecen en ningún otro texto […] vemos por primera vez signos específicos del extremo oriente de Oaxaca y Tehuantepec […] Es más, con sus glosas en náhuatl, algunos de estos topónimos ofrecen las primeras lecturas seguras de signos enigmáticos o desconocidos”.30

Como lo demostró Florine Asselbergs en su análisis del Lienzo de Quauhquechollan,31 que registra en pinturas la participación estratégica de los indios de Quauhquechollan (Puebla) en la conquista de Guatemala, y, como lo ha escrito de manera puntual Andrea Martínez Baracs, los tlaxcaltecas desarrollaron una estrategia conquistadora que los llevó más allá del actual territorio mexicano: “Núcleos tlaxcaltecas se expandieron fuera de su provincia. La extensión llegó […] a Texas o Alta California en el norte, y Centroamérica en el sur, hasta por lo menos Honduras y El Salvador”.32 “Después de la toma de México, los tlaxcaltecas afirmaron en sus pinturas haber acompañado a Cortés en la expedición a la Huasteca, a fines de 1522 y en 1523; haber participado en la conquista de Guatemala con Pedro de

Alvarado (1524); en las expediciones de Nuño de Guzmán al occidente y al noroeste (1530-1531), y en la Guerra del Mixtón, contra la rebelión caxcana de Nueva Galicia”.33 A todo esto hay que sumar su participación en la gran empresa de pacificación y colonización de la Gran Chichimeca entre 1590 y 1591.34

Pintar y narrar en imágenes los sucesos acontecidos en la tierra propia era una tradición indígena bien documentada en Mesoamérica y en la provincia tlaxcalteca.35 Diego Muñoz Camargo, el autor de la Descripción, conoció las pinturas estampadas en las salas del cabildo de Tlaxcala y estaba muy enterado de la tradición indígena de narrar sus historias por medio de pictografías o por una combinación de pinturas y jeroglíficos. En su Descripción y en otros textos afirmó conocer personalmente a los frailes Andrés de Olmos, Toribio Motolinía, Bernardino de Sahagún y Jerónimo de Mendieta, primeros cronistas de las antigüedades indígenas y primeros relatores de la Conquista de México, los cuales, dice, “conocí y vi parte de sus obras escritas a mano”.36

La práctica general en las culturas de Mesoamérica era guardar en pinturas, glifos y cantos la historia de los orígenes de su altépetl o señorío, pueblo-ciudad (yucunduta en mixteco, batabil en maya) así como los principales acontecimientos que importaba consignar. Era ésta una memoria cambiante, pues se modificaba cuando sucesos trascendentes transformaban el presente y la visión que se tenía del pasado. También sabemos que cada señorío tenía memorias del pasado que se contraponían o divergían de las de otros altepeme. Si Muñoz Camargo tuvo acceso a las obras de fray Andrés de Olmos, Jerónimo de Mendieta, Bernardino de Sahagún y Francisco López de Gómara, tenía entonces el conocimiento de ambas formas de contar historias, tanto en el estilo de las pinturas y anales indígenas como en la forma letrada de un relato continuo, que es la forma como compuso la Descripción de la ciudad y provincia de Tlaxcala de las Indias del mar océano entre 1584 y 1585. En ese tiempo, Muñoz Camargo tenía 34 años de residir en Tlaxcala y conocer a los nobles y casas principales de esa ciudad, así como sus papeles e historias antiguas. Por su cercanía con los funcionarios del Cabildo es muy probable que tuviera acceso al original del Lienzo de Tlaxcala que entonces se guardaba en el cabildo de esa ciudad. El conocimiento de ambas maneras de componer y narrar la historia podría explicar que Muñoz Camargo estuviera en capacidad de fundir ambas tradiciones en una nueva forma de escribir el pasado del señorío de Tlaxcala, como es el caso de su Descripción.

El libro XII de la Conquista de México que Sahagún solicitó a los indígenas educados en el colegio de Tlatelolco, en el caso de que fuera conocido por Muñoz Camargo, pudo haber sido un modelo para la historia de la Conquista de México que él compuso en su Descripción.37 Lo cierto es que el llamado Lienzo de Tlaxcala y la Descripción de la Conquista de México escrita y acompañada de 156 láminas,38 incluidas las que constaban en el Lienzo de Tlaxcala, cambiaron la interpretación de la Conquista. Nos dieron a conocer, tres décadas después de la Conquista, la decisiva y omnipresente participación indígena en la empresa que cambió la historia de Mesoamérica.

En la cambiante realidad que introdujo la Conquista, la nobleza indígena de Tlaxcala emprendió una notable campaña de negociación ante las autoridades españolas para preservar su autonomía haciendo valer su calidad de aliados y los acuerdos pactados con Hernán Cortés. Para comprender la nueva realidad se hicieron letrados expertos en el sistema legal español y tan temprano como 1529 solicitaron al rey el rango de vasallos libres (no sujetos a encomienda), con jurisdicción plena sobre las personas y tierras de su territorio. En esa calidad se liberaron del yugo de la encomienda y tuvieron el derecho de colectar ellos mismos el tributo de su jurisdicción. En todo momento afirmaron y proclamaron su calidad de indios cristianos que apoyaron la evangelización en comarcas diversas y remotas sin escatimar sacrificios. En la década de 1530, bajo la dirección de don Diego Mazihcatzin (hijo del Mazihcatzin que recibió a Cortés), nombrado primer gobernador de Tlaxcala, una delegación solicitó al rey el rango de ciudad, directamente dependiente del soberano, y un escudo de armas con el título de la Leal Ciudad de Tlaxcala. En 1535 Carlos V otorgó a Tlaxcala su escudo y la puso bajo la jurisdicción real a perpetuidad.39 Con el autogobierno en sus manos los notables tlaxcaltecas decidieron en 1545 formar un cabildo para administrar su territorio. Este nuevo organismo político fue el sustento legal para la promoción y realización del Lienzo de Tlaxcala, y más tarde apoyó el programa de identidad y autogobierno que distinguió a Tlaxcala en el siglo XVI. Al celo del cabildo se deben las tres copias del Lienzo de Tlaxcala original, las únicas que han servido para reconstruir su historia. La combinatoria de pinturas, letras, viajes a la corte real y conocimiento de las leyes, ceremonias y prácticas cortesanas integraron el arsenal de la nobleza tlaxcalteca para defender sus prerrogativas. Este arte de la negociación y la diplomacia fue el que aprovecharon los nobles tlaxcaltecas cuando la corona española decidió trasladar la autoridad de los primeros conquistadores y encomenderos a los funcionarios y autoridades dependientes del Imperio español.40

El disenso, la competencia endémica, la fractura de la unidad social o política son casi connaturales a las antiguas sociedades indígenas y continuaron siéndolo después de la Conquista. Como lo han señalado numerosos historiadores, la pugna y división de muchos señoríos indígenas en la época de la Conquista fue clave para consolidar la victoria del ejército comandado por Hernán Cortés. De esas escisiones ninguna fue tan determinante como la que opuso a los señoríos de Tlaxcala contra la Triple Alianza dirigida por los mexicas. Como dice Charles Gibson, “por lo demás fue un camino que tomaron muchos otros pueblos indios de México. Sin embargo, ningún otro pueblo pudo capitalizar su alianza hasta el mismo grado. En tiempos precortesianos, los tlaxcaltecas habían sido casi los únicos en el centro de México en haber logrado resistir a los aztecas. Después de la Conquista conservaron este vigoroso sentimiento de patriotismo local, y establecieron una forma notable de vida colonial”.41 Lo que Gibson llama patriotismo local quizá pueda definirse como los lazos comunes de lengua (aun cuando había distintos grupos lingüísticos en el interior de cada pueblo o señorío), territorialidad, religión, parentesco, consanguinidad, enlaces matrimoniales y la existencia de un enemigo común, ante el cual se unían fuerzas antes dispersas.42 No es un azar que en Mesoamérica el señorío de Tlapa-Tlachinollan atravesara por una crisis dinástica cuando fue conquistado por las fuerzas de la Triple Alianza.43 Tampoco lo es que en el valle de Oaxaca otra crisis dinástica, que se extendió desde fines del siglo XIV hasta 1521, opusiera a los señoríos dominantes en facciones rivales que fueron derrotadas por la invasión española.44 O que un conflicto motivado por el enfrentamiento entre tlaxcaltecas y MéxicoTenochtitlán favoreciera la estrategia conquistadora de Hernán Cortés. Estos casos e innumerables más documentados en la historia antigua de Mesoamérica dieron paso a la supresión de los antiguos linajes gobernantes y a la instauración de nuevos poderes. En el México colonial los pueblos indígenas mantuvieron sus tradiciones y su sentido corporativo de la historia local para proteger su territorio, su identidad, su autonomía y su cultura. Acudieron al conocimiento de su pasado para actuar en su presente, y de esta manera recrearon y crearon nuevos instrumentos para fortalecer su memoria comunitaria.45

Enrique Florescano

Historiador. Entre sus libros recientes: Dioses y héroes del México antiguo, Atlas histórico de México (en colaboración con Francisco Eissa), Los orígenes del poder en Mesoamérica y Quetzalcóatl y los mitos fundadores de América.

1 Cortés, H. Cartas de relación [1520], México, Porrúa, 1960, p. 33.

2 Cervantes de Salazar, F. Crónica de la Nueva España [1566], Juan Miralles Ostos (pról.), México, Porrúa, 1985, p. 212. Cuadriello, J. Las glorias de la República de Tlaxcala o la conciencia como imagen sublime, México, IIE-UNAM/Museo Nacional de Arte-INBA, 2004, p. 65.

3 Cuadriello, ob. cit., p. 65.

4 Hernán Cortés no proporciona noticias sobre la guerra entre tlaxcaltecas y españoles, pero se sabe que en septiembre de 1519 se libraron combates. Xicoténcatl el Joven dirigió los ejércitos tlaxcaltecas. Finalmente Cortés entró en Tlaxcala el 18 o 23 de septiembre de 1519. La obra de Charles Gibson, Tlaxcala en el siglo XVI (Fondo de Cultura Económica, México, 1991), sigue siendo indispensable para conocer los primeros enfrentamientos de los tlaxcaltecas y posteriormente su alianza con Hernán Cortés. Véanse las páginas 29-39.

5 Gibson, ob. cit., pp. 26-27.

6 Muñoz Camargo, D. Descripción de la ciudad y provincia de Tlaxcala de las Indias del mar océano para el buen gobierno y ennoblecimiento dellas, edición facsímil del manuscrito de Glasgow, René Acuña (estudio preliminar), unam, México, 1981, estudio preliminar, p. 32. Véase también Kranz, T. B. “Sixteenth-Century Tlaxcalan Pictorial Documents on the Conquest of Mexico”, James Lockhart, Lisa Sousa y Stephanie Wood (eds.), Sources and Methods for the Study of Postconquest Mesoamerican Ethnohistory, Wired Humanities Projects-University of Oregon, Oregon, 2007, pp. 1-21, http://whp.uoregon.edu/Lockhart/Kranz.pdf

7 Muñoz Camargo, ob. cit., pp. 32-33. Aquí, Muñoz Camargo, cuando dice que “todo lo tenían figurado por pinturas”, se refiere concretamente a las “hazañas que ellos [los tlaxcaltecas] y los españoles hicieron en la pacificación de esta tierra”.

8 Cervantes de Salazar, F. Crónica de la Nueva España, t. I, Manuel Magallón (ed.), Agustín Millares Carlo (estudio preliminar), Atlas, Madrid, 1971, p. 281 (Biblioteca de Autores Españoles). “[…] y lo demás que le subcedió hasta llegar a México” supone un relato completo de la Conquista.

9 De Alva Ixtlilxóchitl, F. Obras históricas, t. II, Edmundo O’Gorman (ed., estudio introductorio y apéndice preliminar), México, unam, 1977, p. 215. “En la pintura que aún el día de hoy guarda el cabildo de esta señoría se halla que en esta sazón se bautizaron los señores de ella por Juan Díaz, clérigo, y fue su padrino el capitán Cortés: el primero fue Xicoténcatl que se llamó don Bartolomé; y tras de él Zitlalpopocatzin, que se llamó don Baltazar; y luego Tlehuexolotzin que se llamó don Gonzalo; y al postrero Maxixcatzin, que era mancebo, que se llamó don Juan”.

10 Gibson, C. “The Identity of Diego Muñoz Camargo”, The Hispanic American Historical Review, vol. 30, núm. 2, 1950, pp. 195-208. Otros datos sobre Muñoz Camargo pueden verse en Luis Reyes García y Javier Lira Toledo (Paleografía, intr., notas, apéndice e índice analítico), Historia de Tlaxcala, Gobierno del estado de Tlaxcala, Tlaxcala, 1998, pp. 17-23.

11 Muñoz Camargo, D. Suma y epílogo de toda la descripción de Tlaxcala, Andrea Martínez Baracs y Carlos Sempat Assadourian (paleografía, presentación y notas), Wayne Ruwet (pról.), Universidad Autónoma de Tlaxcala/ciesas, Tlaxcala, 1994.

12 Reyes García y Lira, Historia de Tlaxcala, ob. cit., pp. 10-22.

13 Actas de Cabildo de Tlaxcala 1547-1567, Eustaquio Celestino Solís, Armando Valencia R. y Constantino Medina (paleografía, trad. e intr.), agn/Instituto Tlaxcalteca de Cultura/ciesas, México, 1985, p. 324, párrafos 431 y 432. Véase también Martínez Baracs, A. “Las pinturas del Manuscrito de Glasgow y el Lienzo de Tlaxcala”, Estudios de Cultura Náhuatl, México, iih-unam, núm. 20, 1990, pp. 141-162.

14 Acta del 20 de mayo de 1558, pp. 171 y 370. Cita de Andrea Martínez Baracs, ob. cit., p. 144, nota 8.

15 Terraciano, K. “Competing Memories of the Conquest of Mexico”, Ilona Katzew (ed.), Contested Visions in the Spanish Colonial World, Yale University Press, New Haven, 2012, pp. 55-77, figuras 46-47.

16 Muñoz Camargo, D. Descripción de la ciudad y provincia de Tlaxcala, pp. 9-12. Acuña explica que el original o borrador quedó en manos de Muñoz Camargo, quien lo siguió trabajando hasta su muerte (ca. 1599-1600). Esta obra, como explica Acuña, era una respuesta a las relaciones geográficas que solicitó el monarca español. Como tal la publicó el doctor René Acuña en sus Relaciones geográficas del siglo XVI. Tlaxcala, unam, México, 1984. Tiene dos ruedas calendáricas coloreadas y 156 “pinturas”.

17 Hill Boone, E. Relatos en rojo y negro. Historias pictóricas de aztecas y mixtecos, fce, México, 2010. Véase también Elizabeth Hill Boone y Gary Urton, Their Way of Writing. Scripts, Signs, and Pictographies in Pre-Columbian America, Dumbarton Oaks Research Library and Collection, Washington D. C., 2011.

18 García Quintana, J., y Martínez Marín, C. (textos), “Historia del Lienzo de Tlaxcala”, El Lienzo de Tlaxcala, Cartón y Papel de México, México, 1983, p. 35.

19 Glass, J. B., y Robertson, D. “A Census of Native Middle American Pictorial Manuscripts”, Handbook of Middle American Indians, Robert Wauchope (ed.), University of Texas Press, Austin, vol. 14, 1975, pp. 81-252. Gibson, ob. cit.

20 Alfredo Chavero (ed.), Antigüedades mexicanas publicadas por la Junta Colombina de México en el cuarto centenario del descubrimiento de América, Oficina Tipográfica de la Secretaría de Fomento, México, 1892, pp. 39-40. Otra edición de este libro, con el título de La Conquista de México. Lienzo de Tlaxcala, la publicó la revista Artes de México, núm. 51-52, año XI, 1964.

21 Muñoz Camargo, D. Descripción de la ciudad y provincia de Tlaxcala, p. 26.

22 Lienzo de Tlaxcala. Códice histórico colonial del siglo XVI. Copia de 1773 de Juan Manuel Yllanes del Huerto. Su historia y su contexto, Gobierno del Estado de Tlaxcala, Tlaxcala, 2016. Ésta es a la fecha la mejor edición crítica y editorial del Lienzo de Tlaxcala. Además del estudio cuidadoso de la historia del Lienzo, contiene trabajos de José Eduardo Contreras (“La nación tlaxcalteca” y “La confrontación tlaxcalteca”); Armando Díaz de la Mora (“Tlaxcala en el siglo XVI”); Baltazar Brito Guadarrama (“Historia del Lienzo de Tlaxcala” y “Descripción de láminas”); Jaime Cuadriello (“El pincel como intérprete…“); Andrea Martínez Baracs (“Las pinturas del manuscrito de Glasgow y el Lienzo de Tlaxcala”); Isabel Bueno Bravo (“El armamento indígena en el Lienzo de Tlaxcala”); Rosalba Delgadillo López (“Elementos representados en el Lienzo de Tlaxcala”).

23 Véase el estudio de esta lámina por Baltazar Brito Guadarrama, ibid., p. 95, y el valioso estudio de las láminas en las pp. 97-178.

24 Gibson, C. Tlaxcala en el siglo XVI, pp. 238-239; Chavero, en la introducción de La conquista de México. Lienzo de Tlaxcala, menciona que “en la copia del Museo hay una inscripción que dice: El Exmo. Sor Don Luys de Velasco mando hazer este mapa”, p. 111 y IV. La copia publicada por Chavero se cree fue hecha con los calcos de Diódoro Serrano, basado en el original, poco antes de su pérdida.

25 El Lienzo de Tlaxcala, p. 35; Andrea Martínez Baracs, “Las pinturas del Manuscrito de Glasgow y el Lienzo de Tlaxcala”, p. 154. La copia de Yllanes “consta de una escena principal y de 87 pequeñas ilustraciones separadas por líneas que las enmarcan […] En la escena principal están los personajes españoles, sentados a lado de los emblemas principales”. Martínez Marín en El Lienzo de Tlaxcala, p. 39.

26 El Lienzo de Tlaxcala, pp. 36-37.

27 Según Travis Barton Kranz, Mazihcatzin hizo la copia más antigua del Lienzo de Tlaxcala en 1773; véase el estudio ya citado de Barton, “Sixteenth-Century Tlaxcalan Pictorial Documents on the Conquest of Mexico”. Genaro López, siguiendo una copia de Diódoro Serrano, hizo litografías que fueron más tarde publicadas en 1892 por Alfredo Chavero en sus Antigüedades mexicanas. Sobre las distintas copias del Lienzo véase también Gordon Brotherston, G., y Gallegos, A. “El Lienzo de Tlaxcala y el Manuscrito de Glasgow (Hunter 242)”, Estudios de Cultura Náhuatl, núm. 20, 1990, pp. 122-129.

28 Gibson, C. Tlaxcala en el siglo XVI, p. 237; Nicolás Faustino Mazihcatzin, “Descripción del Lienzo de Tlaxcala”, también citado como “Descripción del mapa historiográfico que se guarda en el Arca de Privilegios del mui Ilustre Ayuntamiento de la Novilísima Insigne, y siempre Leal Ciudad de Tlaxcala donde se cantó primero la Ley del Santo Evangelio Diocesano de la Christiandad, y las más principal de esta Nueva España”, Revista Mexicana de Estudios Históricos, 1927, vol. I, pp. 59-90.

29 Martínez Baracs, A. “Las pinturas del manuscrito de Glasgow y el Lienzo de Tlaxcala”, en Lienzo de Tlaxcala, p. 81.

30 Brotherston y Gallegos, ob. cit., p. 137.

31 Asselbergs, F. Conquered Conquistadors. The Lienzo de Quauhquechollan: A Nahua Vision of the Conquest of Guatemala, University of Colorado Press, Boulder, 2004.

32 Martínez Baracs, A. Un gobierno de indios: Tlaxcala, 1519-1750, fce, México, 2008, pp. 267-319. Véase también Díaz de la Mora, A. “Los colonizadores tlaxcaltecas, 1520-1598”, en Lienzo de Tlaxcala, pp. 53-54.

33 Martínez Baracs, A. Un gobierno de indios, p. 268.

34 Ibid., p. 277.

35 Muñoz Camargo, D. Descripción de la ciudad y provincia de Tlaxcala, pp. 38-39. Luis Reyes García (ed.), La escritura pictográfica en Tlaxcala. Dos mil años de experiencia mesoamericana, Universidad Autónoma de Tlaxcala/ciesas, México, 1993.

36 Muñoz Camargo, D., folio 18v., citado en Reyes García y Lira Toledo, ob. cit., pp. 38-39.

37 Sobre el tejido complejo de influencias europeas e indígenas que intervinieron en la composición del Libro XII, véase Diana Magaloni Kerpel, Albores de la conquista, Artes de México y del Mundo/Secretaría de Cultura, México, 2016.

38 El Lienzo de Tlaxcala, p. 45.

39 Barber, R. J. “Empire, Indians, and the Negotiation for the Status of City in Tlaxcala, 1521-1550”, en Ethelia Ruiz Medrano y Susan Kellogg (ed.), Negotiation within Domination: New Spain’s Indian Pueblos Confront the Spanish State, University Press of Colorado, Boulder, 2010, pp. 19-44.

40 Ibid., pp. 32-38.

41 Gibson, C. Tlaxcala en el siglo XVI, pp. 38-39.

42 Este tipo de identidad con los distintos factores que integran un señorío se presenta desde el periodo Formativo, con los olmecas y se continúa hasta los mexicas. Véase el estudio del señorío de Tlapa-Tlachinollan de Gerardo Gutiérrez Mendoza y Baltazar Brito Guadarrama, El Códice Azoyú 2. Política y territorio en el señorío de Tlapa-Tlachinollan, México, sep/Conaculta/inah/Raíz de Sol, 2014.

43 Gutiérrez Mendoza, G., y Brito Guadarrama, B. El Códice Azoyú 2.

44 Oudijk, M. “Una nueva historia zapoteca. La importancia de regresar a las fuentes primarias”, Sebastián van Doesburg (coord.), Pictografía y escritura alfabética en Oaxaca, Colegio Superior para la Educación Integral de Oaxaca, Oaxaca, 2011, pp. 89-116; y del mismo autor Historiography of the Bènizàa. The Postlclassic and Early Colonial Periods (1000-1600 A.D.), Research School of Asian, African, and Amerindian Studies-Universiteit Leiden, Leiden, 2000, pp. 181-183.

45 Ruiz Medrano, E. “History, Tradition, Myth and Territory in a Nahua village (Guerrero, Mexico)”, Daniel Graña-Behrens (ed.), Places of power and memory in Mesoamerica’s past and present, Gebr. Mann Verlag, Berlín, 2016, pp. 255-256, 272-273.

A revolução da língua: como bolcheviques viraram o russo de ponta-cabeça. Aleksandra Gúzeva. 2020

Eles não só mudaram a ordem política e derrubaram o tsar, mas também introduziram novas regras de ortografia e limaram uma porção de letras do alfabeto.

Antes mesmo da Revolução já existia a ideia de reformar a língua russa, mas a Academia Russa de Ciências demorou muito para dar o primeiro passo nesse sentido. Após a Revolução de 1917, o novo governo foi muito mais rápido: sua intenção era se livrar de tudo que era “velho”: o regime, a religião, a economia e as regras da escrita.

Em 1918, foi emitida uma resolução sobre novas regras de ortografia e todas as publicações impressas foram obrigadas a segui-las. A grafia pré-revolucionária foi destruída.

Para que reformar a língua?

A ortografia pré-revolucionária era bastante difícil, e os bolcheviques precisavam da reforma da língua, entre outras coisas, para facilitar o aprendizado. Afinal, uma de suas principais tarefas era a eliminação do analfabetismo.

Alguns anos antes da Revolução, só 40% da população russa sabia ler e escrever. Mas a nova classe dominante proclamada por Vladímir Lênin – ou seja, os proletários e camponeses – devia trabalhar ativamente em todas as esferas. Assim, o novo governo soviético ordenou que toda a população com idade entre 8 e 50 anos aprendesse a ler e escrever.

Um censo realizado em 1926 mostrou que, em poucos anos, subiu para 50% a porção alfabetizada da população em áreas rurais.

O alfabeto foi limado de algumas letras

Antes da Revolução, o alfabeto russo tinha 35 letras e não havia um conjunto fixo de regras de ortografia. O que havia era apenas uma escrita civil aprovada por Pedro, o Grande, que a estabeleceu buscando limitar o poder da Igreja. Para tanto, ele inventou um modo mais simples de usar as letras em decretos governamentais, em documentos seculares e nos primeiros jornais.

Os bolcheviques tiraram algumas letras do alfabeto e substituíram várias outras por formas simplificadas. Assim, logo após a Revolução, o alfabeto russo passou a ter 32 letras. Mais tarde, a letra «ё» foi aprovada como um caractere separado, então o número de letras aumentou para 33. E assim continuou desde então.

No decreto sobre a nova ortografia liam-se ordens de:

  1. Eliminar a letra «ѣ» (“iat”), substituindo-a por «е» (колѣно – колено, вѣра – вера, въ избѣ – в избе).
  2. Eliminar a letra «ѳ» (“fita”), substituindo-a por «ф» (Фома, Афанасий, фимиам, кафедра).
  3. Deixar de usar a letra «ъ» (“er”) no final das palavras e como parte de palavras complexas (въ избѣ – в избе, хлѣбъ – хлеб, контръ-адмиралъ – контр-адмирал). Essa regra era bastante complicada, pois era preciso memorizar as palavras que exigiam o «ъ» no final.

Mas a “limpeza” do alfabeto permitiu economizar até 4% de texto impresso. O linguista Lev Uspenski chegou a calcular que o “ъ” consumia 8,5 milhões de páginas desnecessárias ao ano.

No entanto, a letra «ъ» foi mantida no meio das palavras como um sinal de separação (o «sinal duro») (съемка, разъяснить, адъютант). E a letra ainda é usada dessa maneira hoje – você pode aprender mais sobre ela aqui.

  1. Eliminar a letra «і» (conhecida como “и decimal”), substituindo-a por «и» (ученіе – учение, Россія – Россия, Іоаннъ – Иоанн). Esta regra causou alguma dificuldade, pois na escrita cursiva, a letra “и” se mistura com as letras “ш” ou “м”. Faça este teste para descobrir o que está escrito aqui e você entenderá!
  2. Reconhecer como desejável, mas não obrigatório o uso da letra “ё” (пёс, вёл, всё).

Curiosamente, o decreto não fazia menção a outra letra do alfabeto antigo, o «ѵ» (“ijitsa”). Ela raramente era usada: era difundida nos textos religiosos, mas gradualmente se transformou na letra «и».

O que mais mudou?

Além do alfabeto, várias regras de ortografia também foram alteradas.

Por exemplo, prefixos que terminam em «з» (из, воз, раз, роз, низ, без, чрез, через) passaram a ser escritos de forma diferente, dependendo de qual letra os seguia: antes das vogais e consoantes sonoras, eles terminavam com «з», mas antes das consoantes surdas, o «з» foi substituído por «с» (escreve-se, portanto, a partir de então: разбить, разораться, MAS расступиться)

Ao mesmo tempo, o prefixo «c» permaneceu inalterado, independentemente da letra que o seguia.

Também foram alteradas regras complexas para terminações em algumas declinações:

– No genitivo de adjetivos, particípios e pronomes, passou a ser necessário declinar como “ого” e “его”, ao invés dos anteriores “аго”, “яго” (добраго – доброго, ранняго – раннего).

– Nos casos nominativo e acusativo em adjetivos femininos e neutros, particípios e pronomes, as desinências “ыя” e “ія” foram substituídas por “ые”, “ие” (добрыя – добрые, синія – синие).

– O pronome plural “они” costumava ter uma forma feminina (“онѣ”) e uma forma masculina (“они”). A partir de então, apenas uma forma, o «они», permaneceu. O mesmo aconteceu ao numeral “один” no feminino (Одне – одни, однехъ – одних e assim por diante).

– O pronome possessivo “ея” no genitivo singular transformou-se em “ее” (“её”).

Como a sociedade recebeu as mudanças?

Os emigrados partidários do exército branco que deixaram o país a depois da Revolução, recusaram-se a aceitar a nova ortografia: eles chegaram a acusar os bolcheviques de mutilar a língua russa. Até o período entre 1940 e 1950, as publicações de emigrantes russos no exterior eram impressas usando a grafia antiga. Os emigrantes de anos posteriores, porém, passaram a aplicar as novas regras e já haviam se acostumado a elas.

Outras pessoas que já eram alfabetizadas à época das reformas também tiveram dificuldades. Em correspondências pessoais, muitos continuaram a usar a grafia antiga, enquanto outros tiveram que aprender a nova com urgência. Foram principalmente os professores que tiveram que se apressar a descobrir a nova ortografia. 

Mas uma das maiores dificuldades esteve na necessidade de «traduzir» para o novo estilo toda a riqueza da literatura clássica russa dos séculos 18 e19. Devido às novas regras das terminações das palavras, por exemplo, algumas rimas de poesias foram afetadas.

Mas o colossal esforço também trouxe vantagens, mesmo a esses autores, já que as obras de muitos grandes escritores, que estavam espalhadas por várias revistas e coleções literárias, acabaram reunidas, “traduzidas” para a nova ortografia e publicadas em séries na época soviética.

Del “extractivismo económico” al “extractivismo epistémico” y al “extractivismo ontológico”: una forma destructiva de conocer, ser y estar en el mundo. Ramón Grosfoguel. 2016

Introducción

Este  artículo  intenta  establecer  un  diálogo  con  tres  intelectuales  activistas  de   las  Américas:  Alberto  Acosta,  Silvia  Rivera  Cusicanqui  y  Leanne  Betasamosake  Simpson.  La  idea  es  pensar  «junto  y  con»  intelectuales-activistas  que  han  producido un pensamiento crítico importante frente a diversas manifestaciones del «extractivismo». Pongo entre comillas el término, porque en este ensayo no  pretendo  abordar  ni  ofrecer  una  definición  acerca  del  «extractivismo». 

Estoy  consciente  de  definiciones  analíticamente  más  circunscritas  y  rigurosas  del  término.  Por  ejemplo,  la  definición  que  provee  Eduardo  Gudynas  contribuye  a  poner  límites  al  uso  indiscriminado  del  término  «extractivismo»:  «…el  extractivismo es aquí definido como un tipo de extracción de recursos naturales, en  gran  volumen  o  alta  intensidad,  y  que  están  orientados  esencialmente  a  ser  exportados como materias primas sin procesar, o con un procesamiento mínimo» (Gudynas, 2013: 4).

El  extractivismo  en  esta  definición  está  más  asociado  a  las  «economías  de  enclave», tal como Cardoso y Faletto (1969) las definieron en los años sesenta.

Una  consecuencia  de  la  definición  de  Gudynas  es  que  no  toda extracción  es  extractivista  y  no  todo  extractivismo  es  sinónimo  de  minería  o  agricultura,  lo  cual «no conlleva estar en contra de todo tipo de uso minero o agrícola, sino deuna forma específica de llevarlo adelante» (Gudynas, 2013), es decir, se trata de la extracción de materias primas y recursos naturales asociados a «los casos que están orientados y dependen de la globalización» (Gudynas, 2013).

El  autor  nos  propone  el  concepto  de  extrahección  dentro  de  los  procesos   extractivistas. La extrahección es cuando el proceso extractivista envuelve violación de derechos y violencia contra los seres humanos que habitan en las comunidades afectadas.  Se  «arranca»  los  recursos  naturales  imponiéndose  con  violencia,  quebrándose  el  marco  de  derechos,  y  violándose  los  derechos  humanos  y  de  la  naturaleza.  Por  supuesto  que,  dada  la  definición  analíticamente  más  restrictiva  que provee Gudynas, habría procesos de extrahección que no son extractivistas.

La definición de Gudynas y su propuesta de distinguir extracción, extractivismo y extrahección proveen un marco conceptual con el cual pensar las especificidades del «extractivismo» desde la experiencia latinoamericana.

Sin embargo, en este trabajo lo que intento hacer es ver cómo han usado el término otros  pensadores  y  pensadoras  activistas/intelectuales  críticos,  usando  conceptos  que me han parecido muy sugestivos para discutir y abrir un debate. Me refiero a los  conceptos de «extractivismo epistémico» y «extractivismo ontológico». No pretendo ofrecer definiciones finalizadas sobre estos términos.

Los pongo entre comillas para no presentar estos términos como conceptos ya elaborados y terminados, sino como parte de una investigación en proceso que busca abrir un debate. Estoy consciente del riesgo del uso del término «extractivismo» para hablar de apropiaciones epistémicas y ontológicas. No se pueden solapar los procesos «extractivistas económicos» con los procesos  de  apropiación  «extractivistas  epistémicos»  y  «extractivistas  ontológicos» como  si  fueran  equivalentes. 

Sin  embargo,  intuyo  que  hay  una  fuerte  relación  entre todos ellos. Quizás sería más adecuado ver el «extractivismo epistémico» y el «extractivismo ontológico» como las condiciones que hacen posible el «extractivismo económico».  Lo  que  todos  tienen  en  común  es  una  actitud  de  cosificación  y  destrucción  producida  en  nuestra  subjectividad  y  en  las  relaciones  de  poder  por  la civilización «capitalista/patriarcal occidentalocéntrica/cristianocéntrica moderna/colonial»  frente  al  mundo  de  la  vida  humana  y  no-humana. 

La  cosificación  es  el  proceso  de  transformar  los  conocimientos,  las  formas  de  existencia  humana,  las  formas de vida no-humana y lo que existe en nuestro entorno ecológico en «objetos»  por  instrumentalizar,  con  el  propósito  de  extraerlos  y  explotarlos  para  beneficio  propio sin importar las consecuencias destructivas que dicha actividad pueda tener sobre otros seres humanos y no-humanos.

«Extractivismo económico»

El   extractivismo   sigue   siendo   uno   de   los   procesos   de   explotación   más   problemáticos  hoy  día  no  solamente  en  América  Latina,  sino  también  en  el  mundo. En la división internacional del trabajo, el extractivismo es el mecanismo que vincula la explotación de recursos naturales y materias primas en la periferia, con todas sus consecuencias nefastas para la vida de los trabajadores mineros, sus comunidades y el medio ambiente, con proyectos científicos como el CERN en Suiza, los chips de las computadoras y los iphones.

 El «extractivismo económico» tiene consecuencias que no se remiten solamente a la pauperización económica de los trabajadores mineros, sino también a los procesos destructivos de la vida y la ecología planetarias.

A partir del colapso financiero de las bolsas de valores en el 2008 y del ascenso de  China  con  sus  necesidades  de  materias  primas  para  su  industrialización  occidentalo-céntrica  y  ecodestructiva  imitando  tecnologías  nordocéntricas,  los  precios de los metales se elevaron a niveles nunca antes vistos. Esto ha producido una  especulación  financiera  a  través  de  las  industrias  extractivistas  en  las  bolsas  de  valores  del  mundo  con  consecuencias  ecológicas  nefastas  a  nivel  planetario. 

Las consecuencias pasan no solamente por la destrucción ecológica, sino también por la violencia que usan para desplazar a seres humanos de sus territorios, cuya mayoría son sujetos racializados en las «zonas del no-ser» del sistema-mundo. Las víctimas de estos procesos en el mundo son  los  pueblos  clasificados  como  no-occidentales que en el caso de América Latina  son  fundamentalmente  poblaciones  indígenas  y  afros.  Dicha  violencia  ejercida  por  actores  armados,  tanto  públicos  como  privados  busca  limpiar  étnicamente los territorios para que las compañías mineras tomen posesión de la tierra y sus recursos, sobre todo cuando las comunidades no se venden por dinero y organizan resistencias a la destrucción extractivista.

Esta explotación extractivista no es nueva. Tiene una larga historia, a partir de la expansión colonial europea en 1492. Como muy bien lo explica el ecuatoriano Alberto Acosta:

El  extractivismo  es  una  modalidad  de  acumulación  que  comenzó  a  fraguarse masivamente hace 500 años. Con la conquista y la colonización de  América,  África  y  Asia  empezó  a  estructurarse  la  economía  mundial:  el sistema capitalista. Esta modalidad de acumulación extractivista estuvo determinada desde entonces por las demandas de los centros metropolitanos del  capitalismo  naciente.  Unas  regiones  fueron  especializadas  en  la  extracción y producción de materias primas, es decir, de bienes primarios, mientras que otras asumieron el papel de productoras de manufacturas. Las primeras exportan Naturaleza, las segundas la importan. (Acosta, 2012)

Como Europa era un gran mercado de productos provenientes de Asia hasta el siglo XIX, la plata y el oro que los europeos obtuvieron mediante las industrias extractivistas en las Américas terminaron en China y la India desde el siglo XVI hasta el siglo XVIII.

Este sistema capitalista mundial que comienza con la expansión colonial europea de  1492,  se  constituye  desde  el  comienzo  según  una  división  internacional  del  trabajo  en  centros  metropolitanos  y  países  periféricos,  donde  unos  exportan  materias primas y otros exportan productos manufactureros. Sin la conquista de África, Asia y América no habría capitalismo mundial. De manera que estamos hablando  de  un  sistema  que  es  capitalista  y  colonialista  desde  su  nacimiento

Sin colonialismo y dominación colonial, no hubiera mercado capitalista global.

El  colonialismo  es  constitutivo  del  capitalismo.  Uno  es  inherente  al  otro.  De  manera  que  no  habitamos  en  un  sistema  puramente  capitalista.  Habitamos  un  capitalismo  histórico  que  es  inherentemente  colonial  y,  por  tanto,  racial

Esto  último  está  implícito  en  el  texto  de  Alberto  Acosta.  Continuemos  con  su  definición de extractivismo:

Para  intentar  una  definición  comprensible  utilizaremos  el  término  de  extractivismo cuando nos referimos a aquellas actividades que remueven grandes volúmenes de recursos naturales que no son procesados (o que lo son limitadamente), sobre todo para la exportación. El extractivismo no  se  limita  a  los  minerales  o  al  petróleo.  Hay  también  extractivismo  agrario, forestal e inclusive pesquero.

En la práctica, el extractivismo, ha sido un mecanismo de saqueo y apropiación colonial y neocolonial. Este extractivismo,  que  ha  asumido  diversos  ropajes  a  lo  largo  del  tiempo,  se  ha  forjado  en  la  explotación  de  las  materias  primas  indispensables  para  el  desarrollo  industrial  y  el  bienestar  del  Norte  global.  Y  se  lo  ha  hecho sin importar la sustentabilidad de los proyectos extractivistas, así como  tampoco  el  agotamiento  de  los  recursos.  Lo  anterior,  sumado  a  que  la  mayor  parte  de  la  producción  de  las  empresas  extractivistas  no  es  para  consumo  en  el  mercado  interno,  sino  que  es  básicamente  para   exportación. (Acosta, 2012)

Aquí  vemos  cómo  el  extractivismo  significa  remover  volúmenes  de  recursos  naturales  que  no  son  procesados  (o  al  menos  procesados  limitadamente)  para  la  exportación, y es mucho más que simplemente extracción de minerales o petróleo.

El extractivismo se extiende a la agricultura, la pesca, y los bosques. El extractivismo es  un  saqueo  y  despojo  que  vemos  desarrollarse  desde  la  época  colonial  hasta  el  neocolonialismo neoliberal de nuestros días. Se trata del saqueo, despojo, robo, y apropiación de recursos del sur global (el sur del norte y el sur dentro del norte) para el  beneficio  de  unas  minorías  demográficas  del  planeta  consideradas  racialmente  superiores, que componen el norte global (el norte del sur y el norte dentro del sur) y que constituyen las elites capitalistas del sistema-mundo. Peor aún, el extractivismo es central a la destrucción de la vida en todas sus formas.

Aquí usamos «sur global» no como una geografía, sino como una posicionalidad en relaciones de poder y dominación de «occidente» sobre el mundo «no-occidental”.

El  extractivismo  sigue  al  pie  de  la  letra  el  concepto  occidentalocéntrico  de  «naturaleza».  El  problema  con  el  concepto  de  «naturaleza»  es  que  sigue  siendo  un concepto colonial, porque la palabra está inscrita en el proyecto civilizatorio de  la  modernidad.  Por  ejemplo,  en  otras  cosmogonías  la  palabra  «naturaleza»  no aparece, no existe, porque la llamada «naturaleza» no es objeto sino sujeto y forma parte de la vida en todas sus formas (humanas y no-humanas).

Entonces, la  noción  de  naturaleza  ya  es  de  suyo  euro-céntricaoccidentalo-céntrica,  y  antropocéntrica.  Es  un  concepto  muy  problemático  porque  implica  la  división  entre sujeto (humano) y objeto (naturaleza), donde el sujeto (humano) es el que tiene  vida,  y  todo  lo  demás  es  «naturaleza»  considerada  como  objetos  inertes. 

Por consiguiente, sus formas de vida son inferiores a la humana y están inscritas en la lógica instrumental de medios-fines de la racionalidad occidental donde la «naturaleza» se convierte en un medio para un fin. En resumen, en la cosmovisión dualista cartesiana occidentalo-céntrica, lo humano es concebido como exterior a la naturaleza y la naturaleza como un medio para un fin.

Cuando esa racionalidad es  aplicada  en  la  producción  de  tecnológica  como  ha  sido  el  caso  durante  los  últimos cinco siglos de modernidad, tienes la racionalidad de la destrucción de la  vida  porque  cualquier  tecnología  que  se  construya  a  partir  de  la  noción  de  «naturaleza»  entendida  de  esta  manera  dualista  occidental-céntrica  va  a  tener  inscrita dentro de sí-misma la racionalidad de la destrucción de la vida, ya que no tiene pensada la reproducción de la vida. Por tanto, es una noción problemática de la dominación ejercida por la colonialidad del poder, el saber y el ser.

Por el contrario, en las cosmovisiones «no-occidentales» de las epistemologías del sur (Sousa Santos, 2010) —que no participan de la visión dualista del mundo, sino que tienen dentro de sí la noción holística de diversidad dentro de la unicidad (por ejemplo, la «Pachamama» en los indígenas andinos, «Twaheed» en el Islam, «Ubundu» en África, etc.)— hay una visión completamente distinta.

En la visión holística no existe «naturaleza», sino el «cosmos» y todos estamos al interior del mismo  como  formas  de  vida  interdependientes  que  co-existen  entre  sí.  Esto  produce la racionalidad de que la vida humana no está fuera del sistema ecológico y  es  dependiente  de  las  otras  formas  de  vida.  La  vida  humana  es  concebida  al  interior  de  la  ecología  planetaria  y,  por  tanto,  si  destruyes  tu  eco-sistema  o  las  otras  formas  de  vida  a  tu  alrededor  te  destruyes  a  ti  mismo

De  manera  que  la  ecología  y  sus  diversas  formas  de  vida  y  existencia  no  son  un  medio  hacia  otro  fin sino un fin en sí mismo. Cualquier tecnología que se construye a partir de ese principio lleva dentro de sí la racionalidad de la reproducción de la vida.

Es importante señalar el cómo un principio cosmológico tan sencillo como éste tiene consecuencias enormes para la producción/reproducción de la vida (humana y no humana), para el cosmos y para la ecología planetaria.

La modernidad es un proyecto civilizatorio y, como dicen los(as) pensadores(as) críticos indígenas del planeta, constituye una civilización de muerte porque ha destruido más formas de vida (humana y no humana) que ninguna otra civilización en la historia de la humanidad

La  modernidad  es  una  civilización  «ecologicida»  al  punto  que  hoy  día no sabemos si la especie humana u otras especies sobrevivirán a la civilización occidental. La descolonización de la visión occidentalo-céntrica del cosmos hacia visiones más holísticas es fundamental para el futuro de la vida en el planeta.  El extractivismo es una de esas industrias destructoras de la vida que llevan dentro de sí la racionalidad destructiva de la civilización occidental.

Si  observamos  lo  que  ocurre  en  los  lugares  de  producción  extractivistas,  en  los  espacios  de  la  periferia  considerados  como  zonas  del  no-ser  planetario  por  considerárselos habitados por sujetos racialmente inferiores, por los condenados de la tierra  (Fanon, 1966), la materialidad de la dominación pasa por el despojo y la violencia (Sousa Santos, 2010).

En lugares de extracción de cobre, como Chile, o de extracción de oro, como Colombia, estas compañías extractivistas destruyen el equilibrio ecológico del lugar produciendo enfermedades a los habitantes de la zona  y  practican  formas  de  violencia  brutales  contra  los  trabajadores  o  pueblos  que  se  rebelan.  Mientras  tanto,  en  las  zonas  de  ser  donde  habitan  aquellos  que  son considerados racialmente superiores y, por tanto, los afortunados de la tierra, se  disfruta  de  los  objetos  finalizados  que  producen  muerte  en  los  lugares  de  extracción.

Los chips de cobre para las computadoras o iphones y los materiales de oro para las joyas y los conductores de información, son todos objetos cuyo disfrute  no  está  al  alcance  de  los  sujetos  humanos  que  producen  en  las  zonas  del no-ser mineras. En las zonas del ser el sistema administra los conflictos con mecanismos  de  regulación  y  emancipación,  mientras  que  los  conflictos  en  las  zonas  del  no  ser  se  deciden  mediante  mecanismos  de  violencia  y  desposesión[1].

Mientras  en  un  lado  se  produce  vida,  en  el  otro  lado  se  produce  muerte.  Las  formas de disfrute de la vida en un lado tienen como condición de posibilidad la  destrucción  de  la  vida  en  el  otro  lado.  Los  afortunados  de  la  tierra  viven  a  costa de los condenados de la tierra[2]. La muerte en un lado produce vida en el otro. Este sistema de injusticia global está en el centro de la discusión acerca del extractivismo. Como dice Acosta:

El  extractivismo  ha  sido  una  constante  en  la  vida  económica,  social  y  política  de  muchos  países  del  Sur  global.  Así,  con  diversos  grados  de  intensidad, todos los países de América Latina están atravesados por estas prácticas.  Esta  dependencia  de  las  metrópolis,  a  través  de  la  extracción  y  exportación  de  materias  primas,  se  mantiene  prácticamente  inalterada  hasta  la  actualidad….

Por  lo  tanto,  más  allá  de  algunas  diferenciaciones  más  o  menos  importantes,  la  modalidad  de  acumulación  extractivista  parece estar en la médula de la propuesta productiva tanto de los gobiernos neoliberales como de los gobiernos progresistas. (Acosta, 2012)

He  citado  extensamente  a  Alberto  Acosta,  porque  ha  sintetizado  de  manera  brillante  la  economía-política  del  extractivismo.  De  la  misma  forma  que  frente  al  racismo,  frente  al  extractivismo  no  hay  diferencias  entre  gobiernos  occidentalizados  de  izquierda  o  de  derecha.  La  explotación,  la  destrucción  y  la  violencia producidas por las transnacionales extractivistas reproducen las mismas prácticas sin importar el carácter del gobierno de turno. Y frente a sus víctimas, estos  gobiernos  también  se  comportan  en  algunos  casos  con  iguales  dosis  de  violencia.

Forma parte de la lógica occidentalocéntrica de izquierda o de derecha la ideología del desarrollismo, y frente a este fin todos los medios quedan justificados, incluida la destrucción y la violencia contra todas las formas de vida (humanas y  no-humanas)  como  resultado  del  extractivismo.  De  la  economía-política  del  extractivismo se ha escrito bastante.

Quizás haga falta más estudios acerca de cómo la izquierda occidentalizada —ver lo que han sido los gobiernos de izquierda en Bolivia, Venezuela y Ecuador— en su eurocentrismo epistemológico reproducen la  misma  visión  y  prácticas  desarrollistas  extractivistas  que  los  gobiernos  de  derecha, ya que comparten la misma visión eurocéntrica del universo.

Con esto no  niego  la  diferencia  cualitativa  que  representan  estos  gobiernos  de  izquierda  frente a las maquinarias neoliberales que existían en estos países en el pasado. El problema es que ser de izquierda no es garantía frente al tema de la destrucción de  la  vida  producida  por  las  lógicas  desarrollistas  occidentalocéntricas.  Pero  en  este ensayo lo que pretendo hacer es discutir otras dimensiones del extractivismo como el «extractivismo epistémico» y el «extractivismo ontológico» como formas destructivas de pensar, ser y estar en el mundo.

«Extractivismo epistémico»

El  «extractivismo  cognitivo»  es  un  concepto  lanzado  desde  principios  del  2013  por  Leanne  Betasamosake  Simpson,  intelectual  indígena  del  pueblo  Mississauga Nishnaabeg, en Canadá. Su pensamiento ha extendido el concepto de  «extractivismo  económico»  a  nuevas  zonas  de  las  prácticas  de  dominación  coloniales.   Comencemos   por   citar   lo   siguiente   acerca   de   lo   que   Lianne   Betasamosake Simpson[3] llama extractivismo cognitivo:

When there was a push to bring traditional knowledge into environmental thinking  after  Our  Common  Future,  [a  report  issued  by  the  United  Nations  World  Commission  on  Environment  and  Development]  in  the  late  1980s,  it  was  a  very  extractivist  approach:    ‘Let’s  take  whatever  teachings  you  might  have  that  would  help  us  right  out  of  your  context,  right away from your knowledge holders, right out of your language, and integrate them into this assimilatory mindset.’

It’s the idea that traditional knowledge  and  indigenous  peoples  have  some  sort  of  secret  of  how  to  live  on  the  land  in  a  non-exploitive  way  that  broader  society  needs  to  appropriate. But the extractivist mindset isn’t about having a conversation and  having  a  dialogue  and  bringing  in  indigenous  knowledge  on  the  terms  of  indigenous  peoples.  It  is  very  much  about  extracting  whatever  ideas  scientists  or  environmentalists  thought  were  good  and  assimilating  it…  put  it  onto  toilet  paper  and  sell  it  to  people.  There’s  an  intellectual  extraction, a cognitive extraction, as well as a physical one. The machine around  promoting  extractivism  is  huge  in  terms  of  TV,  movies,  and  popular culture (Klein, 2012).[4]

Aquí   vemos   cómo   Lianne   Betasamosake   Simpson   toma   el   concepto   de   «extractivismo» y lo extiende a nuevos territorios epistémicos para caracterizar una actitud frente al conocimiento. Ella usa aquí el ejemplo del proyecto de Naciones Unidas sobre Medio Ambiente y Desarrollo, donde se apropian las ideas de los pueblos  indígenas  del  mundo  para  colonizarlas  asimilándolas  al  conocimiento  occidental. 

Al asimilar, es decir, al subsumir estos conocimientos de los pueblos al  conocimiento  occidental  se  les  quita  la  radicalidad  política  y  la  cosmogonía  crítica  «alternativa»,  para  mercadearlos  mejor  o  simplemente  extraerlos  de  una  matriz epistémica más radical para despolitizarlos.

El «extractivismo» intelectual, cognitivo  o  epistémico  trata  de  una  mentalidad  que  no  busca  el  diálogo  que  conlleva  la  conversación  horizontal,  de  igual  a  igual  entre  los  pueblos  ni  el  entender  los  conocimientos  indígenas  en  sus  propios  términos,  sino  que  busca  extraer  ideas  como  se  extraen  materias  primas  para  colonizarlas  por  medio  de  subsumirlas al interior de los parámetros de la cultura y la episteme occidental.

El «extractivismo epistémico» expolia ideas (sean científicas o ambientalistas) de las comunidades indígenas, sacándolas de los contextos en que fueron producidos para   despolitizarlas   y   resignificarlas   desde   lógicas   occidentalo-céntricas.  

El   objetivo del «extractivismo epistémico» es el saqueo de ideas para mercadearlas y transformarlas en capital económico o para apropiárselas dentro de la maquinaria académica  occidental  con  el  fin  de  ganar  capital  simbólico.  En  ambos  casos,  se  los  descontextualiza  para  quitarles  contenidos  radicales  y  despolitizarlos  con  el  propósito de hacerlos más mercadeables. En la «mentalidad extractivista» se busca la  apropiación  de  los  conocimientos  tradicionales  para  que  las  corporaciones  transnacionales  tramiten  patentes  privadas  o  para  que  los  académicos  de  las  universidades occidentalizadas simulen haber producido ideas «originales» como si  tuvieran  los  «copyrights» de  la  idea. 

En  este  pillaje  y  saqueo  epistemológico  son  cómplices  la  maquinaria  económica/académica/política/militar  imperial  de  Occidente  y  sus  gobiernos  títeres  del  tercer  mundo  dirigidos  por  las  elites  occidentalizadas.

Sigue Lianne Betasamosake Simpson:

In this kind of thinking, every part of our culture that is seemingly useful to  the  extractivist  mindset  gets  extracted.  The  canoe,  the  kayak,  any  technology that we had that was useful was extracted and assimilated into the culture of the settlers without regard for the people and the knowledge that created it. (Klein, 2012)[5]

La  crítica  de  Silvia  Rivera  Cusicanqui  a  conocidos  pensadores  de  la  red  modernidad/colonialidad

Aunque no usa estos términos, podemos encontrar en la obra de la boliviana Silvia Rivera Cusicanqui planteamientos similares acerca del «extractivismo epistémico» y ontológico del que habla Lianne Betasamosake Simpson. Veamos lo que dice Silvia Rivera Cusicanqui en una entrevista que le hizo Boaventura de Sousa Santos:

«En   este   tipo   de   pensamiento,   cada   parte   de  nuestra  cultura  que  pueda  parecer  útil  a  la  mentalidad  extractivista  se  extrae.  La  canoa,  el  kayak,  cualquier  tecnología  que  tuviéramos  que  fuera  útil  fue  extraída  y  asimilada  a  la  cultura  de  los  colonizadores  sin  consideración  del  pueblo  y  del  conocimiento  que  la  crearon».  (Klein,  2012 traducción de María Luisa Valencia).

La palabra legítima le pertenece a los de arriba, los de abajo dan insumos. Lo  mismo  que  en  todo  sistema  de  conocimiento,  nosotros  producimos  materia prima y nos devuelven producto elaborado. [6]

Para   el   «extractivismo   epistémico»,   la   teoría   que   se   apropian   aparece   «produciéndola» en su «originalidad» el Norte global, mientras que los pueblos del  Sur  global  se  limitan  a  producir  insumos,  experiencias  que  luego  son  apropiadas   en   el   norte   y   devueltas   como  teorías  elaboradas.  Aunque  no  usa el término, este señalamiento de Silvia Rivera Cusicanqui describe el proceso que  la  indígena  Lianne  Betasamosake  Simpson  nombra  como  extractivismo  cognitivo.

Es muy interesante ver cómo alguien vinculado al pueblo Aymara en Bolivia  apunta  hacia  cosas  muy  similares  dichas  por  otra  persona  vinculada  al  pueblo Mississauga Nishnaabeg en Canada.

Pero, como bien nos alerta Silvia Rivera Cusicanqui, podemos ver cómo formas de  «extractivismo  epistémico»  vuelven  a  colonizar  de  manera  perversa  los  conocimientos del Sur, pero esta vez a nombre de una supuesta «descolonización epistémica».

Ella dice refiriéndose a Walter Mignolo:

Los  Mignolo  y  compañía  han  construído  un  pequeño  imperio  dentro  del  imperio,  recuperando  estratégicamente  los  aportes  de  la  escuela  de  los  estudios  de  la  subalternidad  de  la  India  y  de  múltiples  vertientes  latinoamericanas   de   reflexión   crítica   sobre   la   colonización   y   la   descolonización… Al Dr. Mignolo se le dio en una época por alabarme, quizás poniendo en práctica un dicho del sur de Bolivia que dice «alábenlo al tonto que lo verán trabajar». Retomaba ideas mías sobre el colonialismo interno  y  sobre  la  epistemología  de  la  historia  oral,  y  las  regurgitaba  enredadas  en  un  discurso  de  la  alteridad  profundamente  despolitizado  (Rivera Cusicanqui, 2010, pp. 58 y 64).

Estas  apropiaciones  extractivistas  descontextualizadas  y  despolitizadas  del  conocimiento  del  Sur  por  parte  de  los  académicos  del  Norte  global  forman  parte  de  las  jerarquías  de  producción  de  conocimiento  epistémicamente  racistas,  donde  de  manera  perversa  se  borra  la  autoría  de  los  pensadores  y  pensadoras del Sur y se la reemplaza por pensadores del Norte. Refiriéndose a una experiencia con una revista académica anglosajona, donde la obligaban a  citar  a  Quijano  y  a  Mignolo  sobre  teorías  que  ella  misma  y  otros  autores  latinoamericanos  habían  producido  décadas  antes  que  ellos,  nos  dice  lo  siguiente Silvia Rivera Cusicanqui:

través  del  juego  del  quién  cita  a  quién,  se  estructuran  jerarquías  y  acabamos teniendo que comer, regurgitado, el pensamiento descolonizador que  las  poblaciones  e  intelectuales  indígenas  de  Bolivia,  Perú  y  Ecuador  habíamos producido independientemente. Y este proceso se inició en los años 1970 —el trabajo de Pablo González Casanovas, casi nunca citado, sobre  «el  colonialismo  interno»  se  publicó  en  1969—,  cuando  Mignolo  y  Quijano  estaban  todavía  militando  en  el  marxismo  positivista  y  en  la   visión lineal de la historia. (Rivera Cusicanqui, 2010: 66)

Esta  llamada  a  la  precaución  que  hace  Silvia  Rivera  Cusicanqui  acerca  de  cómo  conocimientos  producidos  en  América  Latina  se  reciclan  ahora  como  algo  original  de  unos  pocos  autores  reconocidos  en  las  academias  del  Norte  aun cuando sean de origen latinoamericano, nos recuerda que el «extractivismo epistémico»  puede  ocurrir  incluso  con  autores  que  hablan  a  nombre  de  la  descolonización epistemológica. La crítica de Silvia Rivera Cusicanqui a Walter Mignolo  y  Aníbal  Quijano  es  muy  parecida  a  lo  que  Lianne  Betasamosake  Simpson llama «extractivismo cognitivo».  Hay dos problemas para destacar en la crítica de Cusicanqui. Por un lado, el problema de fondo de la crítica a Aníbal Quijano es su racismo epistémico, que inferioriza los conocimientos indígenas, mestizos y afros, mientras al mismo tiempo toma ideas de ellos sin nunca citar a los intelectuales mestizos, indígenas o afros que las produjeron. Por otro lado, el problema de fondo que le reprocha ella a alguien como Mignolo es cómo se apropia de ideas de pensadores(as) que provienen de los pueblos en lucha sin ningún compromiso político con los movimientos sociales ni las luchas de los pueblos  indígenas  y  afros.  Produce  conocimientos  sin  ligar  su  escritura  y  su  actividad a la lucha por la liberación de los pueblos, sino para adquirir capital simbólico, capital económico y crédito académico en las academias del Norte global. En eso consiste la descontextualización y la despolitización que ejerce el «extractivismo epistémico» en su versión racista epistémica de Quijano y en su versión populista epistémica de Mignolo.[7]

Para reafirmar la crítica de Silvia Rivera Cusicanqui, me pareció muy curioso que en un artículo reciente Walter Mignolo hiciera referencia a algunos postulados teóricos    de    Lianne    Betasamosake    Simpson, pero sin mencionar nunca la crítica  radical  de  ella  al«extractivismo  epistémico»  y  ontológico  (Mignolo,  2014:  21-52).  Hubiera  sido  interesante  si  Mignolo  se  hubiera  tomado  en  serio  este  concepto  para  hacer  una  reflexión  autocrítica  al  respecto.  Sin  embargo,  ni  siquiera  menciona  el  concepto.  Toma  de  Betasamosake  Simpson  ciertos  elementos  despolitizándolos,  y  deja  de  lado  la  radicalidad  de  su  pensamiento  ignorando  los  aspectos  que  atañen  a  una  crítica  radical  de  la  epistemología  extractivista  colonial  que  usan  los  «Mignolos  y  compañías»[8].

Si  el  extractivismo  es  una  manera  de  pensar  y  producir  conocimientos,  entonces  el  problema  puede  reproducirse  muy  fácilmente  por  autores blancos y mestizos latinoamericanos con conocimientos producidos por pueblos  indígenas  y  afros  en  las  Américas.  El  mismo  Quijano  en  un  artículo  reciente sobre el buen vivir (Quijano, 2012) se apropia del pensamiento crítico que  han  producido  intelectuales  indígenas  en  la  zona  andina  acerca  de  este   concepto sin citar a ninguno. De hecho, de veinte referencias bibliográficas que se hacen en el artículo de Aníbal Quijano sobre el buen vivir, unas diecisiete son a él mismo, una referencia es a un historiador británico especialista en historia de la Antigüedad y dos más son a dos de sus discípulos mestizos. Ningún pensador(a) indígena es mencionado(a) o referenciado(a) en dicho artículo. Si hay un tema en el que los intelectuales indígenas andinos han hecho una gran contribución es precisamente en el tema del buen vivir. Nuevamente, se extrae un concepto que ha sido producido por el mundo indígena y elaborado por sus intelectuales sin reconocer a ninguno. Incluso un intelectual indígena-amazónico en el Perú tan reconocido como Javier Lajo, que ha escrito extensamente sobre el tema del buen vivir[9], no es siquiera mencionado en el artículo del intelectual mestizo peruano Aníbal  Quijano,  reproduciendo  las  prácticas  más  nefastas  del  «extractivismo  epistémico».

Nos dice Lianne Betasamosake Simpson que la alternativa a esta forma colonial de saqueo epistémico que produce el extractivismo cognitivo es la siguiente:

…a shift in mindset from seeing indigenous people as a resource to extract  to  seeing  us  as  intelligent,  articulate,  relevant,  living,  breathing  peoples  and nations. I think that requires individuals and communities and people to  develop  fair  and  meaningful  and  authentic  relationships  with  us…We have a lot of ideas about how to live gently within our territory in a  way where we have separate jurisdictions and separate nations but over a  shared territory. I think there’s a responsibility on the part of mainstream community and society to figure out a way of living more sustainably and  extracting themselves from extractivist thinking. And taking on their own

work  and  own  responsibility  to  figure  out  how  to  live  responsibly  and   be  accountable  to  the  next  seven  generations  of  people.  To  me,  that’s  a   shift  that  Canadian  society  needs  to  take  on,  that’s  their  responsibility.  Our responsibility is to continue to recover that knowledge, recover those  practices,  recover  the  stories  and  philosophies,  and  rebuild  our  nations   from the inside out. (Klein, 2012)[10]

Dejar de ver a los indígenas como un recurso por extraer, y comenzar a verlos como  actores  sociales  que  piensan  y  producen  conocimiento  válido  para  todos  es  un  primer paso hacia la descolonización epistémica que propone Lianne Betasamosake Simpson. Y añade como segundo paso la necesidad de vivir responsablemente y de extraerse  del  pensamiento  extractivista.  Vivir  responsablemente  se  recoge  en  esta  frase de ella: «The alternative to extractivism is deep reciprocity»[11]. La reciprocidad profunda  como  forma  de  ser  y  estar  en  el  mundo  es  la  alternativa  descolonial  que  propone.  La  reciprocidad  implica  una  profunda  revolución  en  las  formas  de  vida. Vivir bajo el principio de la reciprocidad implica el intercambio justo en las relaciones entre seres humanos y en las relaciones entre humanos y no-humanos. Si la ecología planetaria nos da agua, alimentos, aire, etc., para la vida, el principio de reciprocidad implica devolverle al cosmos la reproducción de lo que tomamos de  ella. Extraer sin devolver es el principio de destrucción de la vida. Extraer tomando cuidado de reproducir la vida y devolver lo que se extrae es un principio cosmológico completamente distinto. Esto implica una conciencia ecológica planetaria que no existe bajo las estructuras de dominación de la civilización occidental que hoy día es planetaria y la única existente luego de destruir a todas las otras por medio de  una expansión colonial y neo-colonial de más de 500 años. De ahí que para Lianne Betasamosake Simpson la descolonización epistémica no es suficiente, se requiere de un cambio radical en las formas de ser, vivir y estar en el mundo.

«Extractivismo ontológico»

El extractivismo es una forma de ser y estar en el mundo, es decir, es una forma de  existencia, es una ontología.

Dice Lianne Betasamosake Simpson:

 Extracting  is  taking.  Actually, extracting  is  stealing.  It  is  taking  without   consent,  without  thought,  care  or  even  knowledge  of  the  impacts  on  the other living things in that environment. That’s always been a part of colonialism and conquest. Colonialism has always extracted the indigenous —extraction  of  indigenous  knowledge,  indigenous  women,  indigenous  peoples…  Our  elders  have  been  warning  us  about  this  for  generations  now—  they  saw  the  unsustainability  of  settler  society  immediately.  Societies based on conquest cannot be sustained, so yes, I do think we’re getting closer to that breaking point for sure. We’re running out of time. We’re losing the opportunity to turn this thing around. We don’t have time for this massive slow transformation into something that’s sustainable and alternative.  I  do  feel  like  I’m  getting  pushed  up  against  the  wall.  Maybe  my ancestors felt that 200 years ago or 400 years ago. But I don’t think it matters.[12] (Klein, 2012)

El «extractivismo» es un robo, un saqueo, un pillaje. Es una forma de ser y estar en el mundo, donde se apropia de los demás sin consentimiento y sin pensar ni preocuparse  en  el  impacto  negativo  que  genera  en  la  vida  de  otros  seres  vivos  (humanos y no humanos). La lógica de la actitud del extractivista ontológico es:  «Mientras me beneficie a mí, no me importa las consecuencias sobre los otros seres vivos (humanos o no humanos)». Estas actitudes egocéntricas, estas formas de ser y estar en el mundo, egolátricas, son propias de las sociedades formadas a través de  una  larga  historia  de  imperialismo,  capitalismo,  colonialismo  y  patriarcado,  es decir, formadas mediante el saqueo de riquezas, trabajo y conocimientos a los demás pueblos considerados racialmente inferiores y a las mujeres para el beneficio de unos pocos pueblos considerados racialmente superiores u hombres machistas considerados  meritorios  de  privilegios  sobre  las  mujeres  porque  las  ven  como  recursos por explotar. Las sociedadesimperiales /coloniales/ capitalistas/patriarcales son insostenibles, porque viven de robar y destruir a los demás (humanos y no humanos).  Las  sociedades  basadas  en  la  conquista  de  humanos  y  no  humanos  destruyen las formas de reproducción de la vida. El egocentrismo es propio de la subjetividad asociada al colonialismo y al patriarcado, porque lo que importa es el  interés  egoísta  del  hombre  masculino  colonizador  aunque  el  mismo  conlleve  destrucción planetaria de humanos y no-humanos. El irracionalismo predomina, porque en el largo plazo se afectan los mismos colonizadores ya que el mito de que los seres humanos existen fuera del cosmos y de la ecología planetaria es falso.

Si destruyes el cosmos y la ecología del planeta, te destruyes a ti mismo. Los sabios de las comunidades ancestrales han estado alertando sobre las consecuencias de esta destrucción occidentalo-céntrica por siglos. Y Lianne Betasamosake Simpson nos anuncia que el tiempo se está agotando porque la destrucción planetaria va acelerándose y estamos perdiendo la oportunidad de mantener la vida planetaria para las futuras generaciones. Continúa diciendo Lianne Betasamosake Simpson:

Extraction  and  assimilation  go  together.  Colonialism  and  capitalism  are  based  on  extracting  and  assimilating.  My  land  is  seen  as  a  resource.  My   relatives  in  the  plant  and  animal  worlds  are  seen  as  resources.  My  culture  and  knowledge  is  a  resource.  My  body  is  a  resource  and  my  children  are   a  resource  because  they  are  the  potential  to  grow,  maintain,  and  uphold   the extraction-assimilation system. The act of extraction removes all of the  relationships that give whatever is being extracted meaning.[13] (Klein, 2012)

El  «extractivismo»  y  el  asimilacionismo  van  juntos.  En  la  visión  del  mundo   «extractivista»  todo  se  transforma  en  recurso  extraíble  para  vender  como   mercancía  por  una  ganancia  en  el  mercado  mundial.  Esto  incluye  desde  las  formas  de  vida  (humanas  y  no  humanas)  hasta  los  artefactos  culturales  y  los  conocimientos.  Todo  es  visto  como  instrumental  al  sostenimiento  de  la  vida   extractivista  y  asimilacionista.  Esta  forma  de  ser  despolitiza,  descontextualiza  y  despoja  los  sentidos  lingüísticos  y  culturales  ligados  a  los  artefactos  y  «objetos»  extraídos. De manera que además de extraer de otros para beneficiarse a sí mismo, adicionalmente  el  «extractivismo»  como  forma  de  ser  y  existir  extrae/elimina/sustrae los sentidos a las culturas indígenas para re-significar/asimilar todo dentro de las formas de ser, sentir y pensar occidentalocéntricas. Los artefactos y «objetos»   que  se  extraen  tienen  sentidos  dentro  de  contextos  culturales  específicos. 

Una  canoa, una planta, un tambor, todos tienen sentidos éticos, políticos y espirituales para  los  pueblos  con  tradiciones  ancestrales.  Pero  cuando  son  transferidos  a  occidente, la canoa se convierte en mercancía, la planta en sustancia alucinógena, y el tambor en ritmo sin espiritualidad. Al sacarse de estos contextos y situarlos en nuevos contextos, se pierden los sentidos y los significados indígenas pasando a ser asimilados a la matriz cultural eurocéntrica de la modernidad. 

Este principio de  asimilación es epistemicida porque termina destruyendo los saberes y las prácticas  ancestrales.  Lo  que  era  un  principio  sagrado  de  respeto  a  todas  las  formas  de  vida,  se  convierte  en  un  principio  secularizado  de  destrucción  de  la  vida.  Los  mismos  artefactos,  objetos  y  saberes  ancestrales  son  inscritos/asimilados  dentro  de  otros  contextos  que  le  otorgan  un  sentido  y  significado  muy  diferente.  Si  el  «ecologicidio»  destruye  la  vida,  el  «epistemicidio»  y  «existencialicidio»  consiste  en destruir los conocimientos y formas de vida asociadas a los artefactos, saberes y  «objetos»  extraídos  para  asimilarlos  a  la  cultura  y  formas  de  ser  y  existencia  capitalistas  occidentales.  Lo  que  es  distinto  pierde  especificidad  al  asimilarse  a  lo  mismo.  La  máquina  de  la  modernidad  transforma  todo  en  un  mundo  desencantado sin alma ni espíritu destruyendo formas de pensar y existir Otras  para privilegiar las formas de pensar y existir occidentales. El problema no es que una cultura no tenga derecho a tomar de otras culturas. El problema es cuando una  cultura  destruye  a  otra  y  en  el  proceso  se  apropia  de  sus  aportaciones  sin  dejar  ningún  rastro  en  la  memoria  acerca  de  los  pueblos  que  las  produjeron. 

Pasamos del mundo encantado con rituales y respeto hacia otras formas de vida y existencia a un mundo desencantado donde toda forma cultural humana distinta y  todo  lo  clasificado  como  no-humano  pierden  su  especificidad  como  sujetos  transformándolos en objetos sin vida subsumidos a la destrucción de la vida para los fines ego-céntricos del colonialismo occidental. De manera que es inherente al  capitalismo  extractivista  privilegiar  las  formas  de  vida  occidentales  y  destruir  todas  las  otras  formas  de  vida  cultural  y  biológicamente  distintas.  Estas  formas  de vida occidentales privilegiadas luego se imponen como las formas ontológicas humanas  únicas  posibles  ontologizando  como  animalescas  e  inferiores  otras  formas de existencia humana cultural y cosmológicamente distintas.

Lianne  Betasamosake  Simpson  termina  asociando  de  manera  imbricada  esta  forma  de  «vida  extractivista»  o  el  «extractivismo  ontológico»  a  la  economía-política desarrollista extractivista:

Indigenous communities, particularly in places where there is significant  pressure to develop natural resources, face tremendous imposed economic  poverty. Billions of dollars of natural resources have been extracted from  their  territories,  without  their  permission  and  without  compensation.  That’s  the  reality.  We  have  not  had  the  right  to  say  no  to  development,  because ultimately those communities are not seen as people, they are seen as resources.[14] (Klein, 2012)

Sin permiso ni consentimiento, se extraen recursos naturales dejando en pobreza masiva a los pueblos del mundo. Pero estos pueblos no tienen el derecho a una verdadera consulta democrática acerca del desarrollo, porque son vistos en última instancia como no-humanos, es decir, como recursos, objetos que no merecen ser consultados.  En la lógica extractivista, no solamente se destruyen genocidamente otros  seres  vivos  humanos  y  no-humanos,  se  empobrecen  los  pueblos,  se  les  extrae,  despoja,  apropia  y  destruye  epistemicidamente  sus  conocimientos,  sino  que al transformar todo en objeto y recurso se elimina la agencia política de los actores  cosificados  y  se  elimina  toda  lógica  democrática.  El  «extractivismo»  es  una forma de fascismo descarado que va desde el cristianízate o te mato del siglo XVI hasta el civilízate o te mato del siglo XIX, al desarróllate o te mato del siglo XX y al democratízate o te mato del siglo XXI (Grosfoguel, 2011b).

Todos estos proyectos  globales  coloniales  han  estado  asociados  al  «extractivízate  o  te  mato»   que ha sido una constante desde el siglo XVI.

De ahí que hoy día en América Latina y en el mundo neocolonizado los procesos  de «consulta previa» a las comunidades no-occidentales sean una broma de mal  gusto.  Las  transnacionales  van  comprando  con  dinero  a  algunos  líderes  de  los  pueblos, y aquellos que resisten se les asesina con la violencia de la limpieza étnica (genocidio) de los aparatos militares o paramilitares. Por ejemplo, en Colombia cuando una comunidad colabora con el proyecto de la multinacional extractivista porque se les ha comprado con dinero, entonces se procede a la «consulta previa» reconocida  por  la  ley.  Pero  cuando  la  comunidad  resiste,  entonces  aparecen  los  grupos paramilitares y se limpia étnicamente el territorio. Luego de las masacres, al no quedar seres humanos en la zona, entonces de manera cínica y perversa se declara nula la consulta previa, porque no habitan seres humanos en la zona. Esta lógica de violencia, muerte y descaro genocida se ha intensificado a nivel planetario con la subida de precios de los metales y minerales producida por la especulación financiera pos-crisis 2008, pero que desde 1492 está con nosotros. Lo podemos  ver en otras partes de las Américas y el mundo (Brasil, Sudáfrica, México, etc.). En este saqueo los académicos están implicados al robar conocimientos sin consulta  previa  ni  reconocimiento  a  sus  creadores.  El  robo  epistemicida  forma  parte  del   extractivismo  global  occidentalocéntrico  desde  la  expansión  colonial  europea  hace ya más de quinientos años.

(In)conclusión: ciencia moderna y «extractivismo epistémico»

Parte de lo ocurrido históricamente es que la cristiandad obscurantista, que duró desde  el  siglo  IV  con  Constantino,  hasta  el  siglo  XVII  del  mundo  moderno/colonial,  no  permitía  el  desarrollo  de  la  ciencia  ni  del  pensamiento  crítico. 

Todo  lo  que  cuestionara  los  dogmas  de  la  iglesia  era  visto  como  sospechoso  de  estar  asociado  a  las  fuerzas  del  demonio.  De  ahí  que  Europa  se  viera  obligada  a  «secularizarse»  del  poder  de  la  iglesia  para  poder  hacer  ciencia  y  a  tomar  la  ciencia  de  otras  civilizaciones  que  sí  habían  desarrollado  considerablemente  los  conocimientos científicos. La más importante fuente de influencia científica por su proximidad fue la civilización islámica.

La  ciencia  moderna  tiene  sus  orígenes  en  un  acto  masivo  de  «extractivismo  epistemológico». Una buena porción de los orígenes de las ciencias y filosofías europeas modernas la toman de los científicos y filósofos musulmanes. Pero con la  colonización  y  la  consiguiente  destrucción  de  las  otras  civilizaciones  y  sus  infraestructuras de producción de conocimiento, la ciencia quedó monopolizada en manos de hombres europeos dejando en decadencia epistémica a los otros pueblos.[15]

Como  consecuencia  de  la  construcción  racial  moderna  que  hace  del hombre europeo un ser racialmente superior a los demás, se construyeron narrativas acerca de la historia de la ciencia donde se borraron las aportaciones de las civilizaciones no-occidentales de los que bebió occidente para producir ciencia y filosofía generándose así el mito racial moderno de que la ciencia tiene sus  orígenes  en  hombres  occidentales.  De  ahí  que  celebremos  a  Copérnico  y  olvidemos a Ibn al-Shatir el científico de Damasco que trescientos años antes desarrolló los teoremas matemáticos precisos que el mismo Copérnico usara o a Al-Biruni el astrónomo musulmán persa que 600 años antes ya había concebido la  idea  de  que  la  tierra  le  da  la  vuelta  al  sol  y  gira  sobre  su  eje[16].

Lo  mismo  ocurrió  con  la  imprenta,  la  cual  se  le  atribuye  a  Gutenberg  cuando  ya  existía  900 años antes inventada por los chinos. Lo mismo ocurre con la filosofía griega que llega a Europa vía los filósofos al-andaluces Averroes y Maimónedes. Esta apropiación  de  conocimientos  y  borradura  de  la  memoria  histórica  acerca  de  los  orígenes  de  la  filosofía  y  la  ciencia  moderna  fue  constitutivo  al  proyecto moderno/ colonial  de  «extractivismo  epistémico»  desde  sus  primeros  días  a  finales del siglo XV hasta nuestros días. Es un proceso extractivista colonial que se va a repetir a lo largo de los siguientes cinco siglos en su versión eurocéntrica de derecha o de izquierda y, más recientemente, en la versión más perversa que se hace  nombre de lo «descolonial».

Bibliografía

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Rivera Cusicanqui, Silvia. 2010. Ch’ixinakak utxiwa: una reflexión sobre prácticas y discursos descolonizadores. Buenos Aires: Tinta Limón Ediciones.

Saliba, George. 2007. Islamic Science and the Making of European Rennaissance. Boston, Massachussetts: MIT.

Sousa Santos, Boaventura de. 2010. Epistemologías del sur. México: Siglo XXI.


[1] Aquí estoy articulando la visión de Fanon (1966) con la de Sousa Santos (2010). Para una discusión más detallada de esta articulación, ver Grosfoguel (2011a).

[2] Es obvio que la noción de «condenados de la tierra» es de Fanon (1966). Añado la frase «afortunados de la  tierra»,  porque  aunque  Fanon  no  usa  este  término,  está  claramente  establecido  en  su  obra  que  no  hay  condenados sin afortunados en esta civilización destructiva de la vida que nombro como «sistema-mundo capitalista/patriarcal occidentalo-céntrico/cristiano-céntrico moderno/colonial» (Grosfoguel, 2011b)

[3] Todas  las  citas  de  la  intelectual  indígena  Lianne  Betasamosake  Simpson  en  este  artículo  se  refieren  a  la  siguiente entrevista dirigida por Naomi Klein, que salió publicada en la revista YES Magazine el 5 de marzo de 2013: “Dancing the World into Being: A Conversation with Idle-No-More’s Leanne Simpson” http://www.yesmagazine.org/peace-justice/dancing-the-world-into-being-a-conversation-with-idle-no-more-leanne-simpson

[4] «Cuando  hubo  una  iniciativa  para  incorporar  el  conocimiento  tradicional  en  el  pensamiento  ambiental  según Our  Common  Future  [informe  divulgado  por  la  Comisión  Mundial  de  las  Naciones  Unidas  para  el  Medio  Ambiente  y  el  Desarrollo]  a  finales  de  los  80,  el  enfoque  fue  muy  extractivista:  “Tomemos  cualquier enseñanza que ustedes puedan tener que nos sirva fuera de su contexto, lejos de sus sabedores, fuera  de  su  lengua,  e  integrémosla  a  esta  mentalidad  asimilacionista”.  Es  la  idea  de  que  el  conocimiento  tradicional y los pueblos indígenas tienen una especie de secreto de cómo vivir en la tierra de una manera no explotadora que la sociedad en general necesita apropiarse. Pero la actitud extractivista no tiene que ver con tener una conversación y un diálogo y en traer el conocimiento indígena en términos de los pueblos indígenas. Se trata en gran medida de extraer cualquier idea que científicos y ambientalistas pensaron que era buena y asimilarla… ponerla en papel higiénico y vendérsela a la gente. Existe una extracción intelectual, una  extracción  cognitiva,  además  de  una  extracción  física.  La  maquinaria  en  torno  a  la  promoción  del  extractivismo es inmensa en términos de la televisión, el cine y la cultura popular». (Klein, 2012

[5] En  la  «mentalidad  extractivista»  todo  objeto,  tecnología  o  idea  producida  por  las  culturas  indígenas  que  les  sea  útil  es  extraída  y  asimilada  a  las  cultura  de  los  colonizadores  sin  tomar  en  cuenta  a  los  pueblos  que  produjeron  dichos  conocimientos.    El    saqueo    se    hace    excluyendo  de  los  circuitos  de  capital  simbólico  y  económico  a  los  pueblos  productores de esos «objetos», tecnologías o conocimientos. De esa manera, se les extraen ideas, «objetos» y tecnologías para que otros se beneficien dejando a estos pueblos en la miseria absoluta. Además de ser pueblos expoliados de sus recursos y destruidos en su medio ambiente por el «extractivismo económico», son igualmente expoliados de sus conocimientos y tecnologías por el «extractivismo epistémico».

[6] Ver el minuto 27 con 27 segundos de  la entrevista «Conversa del Mundo, Silvia Rivera Cusicanqui y Boaventura de Sousa Santos», que constituye uno de  los  pilares  del  proyecto  ALICE,  dirigido  por  Boaventura  de  Sousa  Santos  en  la  Universidad  de    Coimbra,    en    https://www.youtube.com/watch?v=xjgHfSrLnpU

[7] Para  más  información  acerca  de  esta  crítica  a  Mignolo  y  Quijano,  ver  la  entrevista  a  Ramón  Grosfoguel  en  la  revista  mexicana  Metapolítica http://www.boaventuradesousasantos.pt/media/Grosfoguel%20METAPOLITICA_831.pdf

[8] Soy  testigo  de  haber  escuchado  a  Mignolo  decir  en  foros  públicos  que  el  pensamiento  indígena  en  América  Latina  es  una  «mina».  Esa  analogía  que  asocia  el  pensamiento  indígena  con  una  «mina»  es   sintomático  de  la  actitud  y  pensamiento  extractivista  del  cual  habla  Lianne  Betasamosake  Simpson.  El  uso del pensamiento indígena como «mina epistémica» para beneficio propio y hacer una carrera exitosa en las academias del Norte es lo que Silvia Rivera Cusicanqui en el fondo le reprocha a Mignolo. Pero esto ocurre en el caso de Mignolo de manera más perversa que en otros casos porque su discurso extractivista colonial se hace a nombre de la «decolonización epistemológica».

[9]  Ver  el  excelente  artículo  Lajo  (2010).  Ver  también  su  artículo:  ¿Imaninantataq  Suma  Kausay?  en: https://sites.google.com/site/machaqmara/imaninantataqsumaqkausay.  Ver  también  esta  entrevista  a  Javier Lajo en enero de 2010: http://www.permahabitante.com.ar/javier_lajo.php  Ver más artículos de Javier Lajo en: http://www.herbogeminis.com/IMG/pdf/Escritos_Javier_Lajo.pdf  Ver artículos mas recientes en: http://hawansuyo.com/category/javier-lajo/

[10] «…un  cambio  de  la  mentalidad  de  considerar  al  pueblo  indígena  como  un  recurso  por  extraer  a  considerarnos  pueblos  y  naciones  inteligentes,  articulados,  relevantes,  vivos,  respirando.  Creo  que  eso  requiere  que  las  personas  y  las  comunidades  y  la  gente  desarrolle  relaciones  justas  y  significativas  y  auténticas  con  nosotros…  Tenemos  muchas  ideas  sobre  cómo  vivir  amablemente  en  nuestro  territorio  de  manera  que  tengamos  jurisdicciones  separadas  y  naciones  separadas,  en  un  territorio  compartido.  Creo  que  hay  una  responsabilidad  por  parte  de  la  comunidad  y  la  sociedad  dominantes  de  idear  una  manera de vivir de manera más sostenible y de sustraernos al pensamiento extractivista. Y hacerse cargo  de  su  propio  trabajo  y  de  su  responsabilidad  de  idear  una  manera  de  vivir  con  responsabilidad  y  de  responder a las próximas generaciones. Para mí, ese es un cambio que la sociedad canadiense debe asumir, es  su  responsabilidad.  Nuestra  responsabilidad  es  seguir  recuperando  ese  conocimiento,  recuperar  esas  prácticas,  recobrar  las  historias  y  las  filosofías,  y  reconstruir  nuestros  países  desde  dentro  hacia  fuera».  (Klein, 2012 traducción de María Luisa Valencia)

[11]  «La alternativa al extractivismo es la reciprocidad profunda» (traducción de María Luisa Valencia).

[12] «Extraer es tomar. En realidad, extraer es robar. Es tomar sin consentimiento, sin pensar, sin cuidar y siquiera sin conocer los impactos en los demás seres vivos de ese entorno. Esa ha sido siempre parte del colonialismo y la conquista. El colonialismo siempre ha extraído lo indígena —extracción de conocimiento indígena, de mujeres indígenas, de pueblos indígenas… Nuestros mayores nos han estado alertando de esto por generaciones ya; ellos enseguida vieron la insostenibilidad de la sociedad colonizadora. Las sociedades fundadas en la conquista no pueden sostenerse, así que sí, pienso que nos estamos acercando más a ese punto de quiebre sin lugar a dudas. Se nos acaba el tiempo. Perdemos la oportunidad de cambiar esto. No tenemos tiempo para esta lenta transformación masiva en algo que sea sostenible y alternativo. Siento como si me empujaran contra la pared. Quizás mis ancestros sintieron lo mismo hace 200, 400 años. Pero no creo que importe». (Klein, 2012 traducción de María Luisa Valencia)

[13] «Extracción  y  asimilación  van  de  la  mano.  El  colonialismo  y  el  capitalismo  están  cimentados  en  la   extracción  y  la  asimilación.  Mi  tierra  es  vista  como  un  recurso.  Mis  parientes  en  los  mundos  animal  y  vegetal son vistos como recursos. Mi cultura y mi conocimiento es un recurso. Mi cuerpo es un recurso y  mis  hijos  son  un  recurso,  porque  son  la  posibilidad  de  expandir,  mantener  y  sostener  el  sistema  de  extracción-asimilación. El acto de la extracción suprime todas las relaciones que den sentido a lo que sea que es esté extrayendo». (Klein, 2012 traducción de María Luisa Valencia)

[14] Las comunidades indígenas, en particular en lugares en los que hay una presión importante por desarrollar los recursos naturales, enfrentan  una enorme pobreza económica impuesta. Miles de millones de dólares en recursos naturales se han extraído de sus territorios, sin su autorización y sin compensación. Esa es la realidad. No hemos tenido el derecho de decirle no al desarrollo, porque a fin de cuentas a esas comunidades no se las considera personas, se las considera recursos. (Klein, 2012 traducción de María Luisa Valencia)

[15] Grosfoguel (2013).

[16] Sobre la deuda de Copérnico con los astrónomos islámicos, ver Saliba (2007)