Conmemoraron en 1984 en Morazán 54 aniversario de Partido Comunista de El Salvador, PCS

Conmemoraron en 1984 en Morazán 54 aniversario de Partido Comunista de El Salvador, PCS
SAN SALVADOR, 15 de enero de 2019 (SIEP) El 28 de marzo de 1984 fue celebrado en el departamento de Morazán, en un lugar conocido como El Zapotal, al norte de Cacaopera, el 54 aniversario de lucha del Partido Comunista de El Salvador, así como el 4to. Aniversario del nacimiento de su brazo militar las Fuerzas Armadas de Liberación, FAL.
En esta foto histórica aparecen de izquierda a derecha: Héctor Acevedo, Oktavio; David Pereira, (Pedro); Raúl Granillo, (Marcelo); Dagoberto Sosa, (Lucio); Julio Cesar Castro (Alejandro); Domingo Santacruz (Eduardo); Adán Chicas (Ch…); Schafik (Simón). Invitados: Francisco Jovel (Roberto Roca); José Mario López (Venancio Salvatierra); Miguel Alvarado (José Juan) y Miguel, los 4 son del Partido Revolucionario de los Trabajadores Centroamericanos, PRTC.
Información y fotografía proporcionada por Domingo Santacruz, presente en esta conmemoración y actual Embajador de El Salvador en la Republica Bolivariana de Venezuela.

ACJ de El Salvador realiza Almuerzo Navideño 2018

ACJ de El Salvador realiza Almuerzo Navideño 2018

SAN SALVADOR, 8 de diciembre de 2018 (SIEP) “Nos sentimos muy alegres de poder reunirnos cuatro generaciones de socios de la Asociación Cristiana de Jóvenes, ACJ de El Salvador”…indicó Adela Pineda, Presidenta de esta institución.

Agregó que “además de la ya tradicional reunión navideña adelantada que celebramos cada año, en esta ocasión llegamos también a nuestro 28 aniversario, ya que nacimos en 1990, lo que nos convierte en quizás la más antigua organización de jóvenes del país.”

Opinó que “nos mantenemos firmes en promover la amistad entre los jóvenes de la ciudad y de las áreas rurales, en luchar por la equidad de género, por la defensa del medio ambiente, por nuestro derecho como jóvenes a vivir en un país justo y democrático…”

Por su parte, Rosita Abrego, de la Comunidad Monseñor Romero de Suchitoto, presente junto con sus nietos expresó que “siempre es una gran alegría poder venir y sentirnos familia, sentirnos unidos y saber que nuestra hermandad es más poderosa que las distancias.”

Realizan en UES-Santa Ana Foro sobre situación centroamericana

Realizan en UES-Santa Ana Foro sobre situación centroamericana

SANTA ANA, 5 de noviembre de 2018 (SIEP) “Es importante entender los procesos políticos y económicos que se desarrollan en nuestro entorno centroamericano” expresó el Lic. Carlos Fajardo al inaugurar el panel –fórum “Modelos de desarrollo y procesos de reacomodo político en Centro América” realizado esta mañana en esta sede occidental de la Universidad de El Salvador.

Por su parte, el ponente Lic. Alfonso Goita explicó cómo El Salvador “ha transitado de un modelo agroexportador basado en el café, a un modelo de sustitución de exportaciones a mediados del siglo pasado, y luego a este modelo neoliberal actual, basado en las privatizaciones.”

Posteriormente, el ponente Lic. Roberto Pineda, planteó como tendencias regionales de las clases dominantes centroamericanas “el predominio del discurso y la práctica neoliberal, el poder de las transnacionales, y la supeditación de los gobiernos ante el Banco Mundial, FMI y BID.”

Al final de las presentaciones se realizó un intenso diálogo entre estudiante y ponentes, vinculado a los desafíos que enfrentan los sectores populares en El Salvador, al respecto de las próximas elecciones presidenciales y de las tres principales alternativas políticas planteadas

Luego de los Acuerdos de Paz de 1992… Entrevista con Rolando Orellana (V)

Luego de los Acuerdos de Paz de 1992…Entrevista con Rolando Orellana (V)

SAN SALVADOR, Junio 30 de 2017 (SIEP). “En este periodo, me correspondió trabajar sobre la reinserción del FMLN a la vida política del país, y el proceso previo de ubicación en campamentos y desarme junto con ONUSAL. El desafío era lograr que luego de doce años de guerra nuestros combatientes lograran reinsertarse a la vida civil” explica Rolando Orellana, destacado revolucionario salvadoreño, dirigente del Partido Comunista de El Salvador, PCS.

Luego de los Acuerdos de Paz de 1992

Añade que “luego de los Acuerdos de Paz de 1992, regresé en enero a El Salvador, a tener vida pública y realizar actividades políticas abiertamente. Uno de los primos de mi esposa, Roberto, me alojo en su casa; él vivía con su familia en la Colonia América, caminando del cuartel El Zapote hacia San Marcos. Aunque se había firmado la paz, las cosas no estaban sencillas, el aparato clandestino represivo de la dictadura se mantenía intacto y yo tuve que tomar medidas para no poner en riesgo a la familia que me acogía.”

“Por ejemplo, para comunicarme con las estructuras del FMLN que se iban instalando abiertamente, utilizaba los teléfonos públicos, pues el aparato de inteligencia de la dictadura mantenía el control del sistema telefónico y escuchaba nuestras conversaciones. Ese aparato de la dictadura se mantenía al acecho y en otro entorno familiar muy cercano a mí, llamaron por teléfono más de una vez para amenazarme de muerte.”

Mantuve el trabajo por los derechos humanos más orientado a coordinar acciones con las instituciones que surgieron de los Acuerdos de Paz. A finales de enero se creó la Comisión Nacional para la Consolidación de la Paz COPAZ, institución que surgió del compromiso adoptado en Nueva York el 31 de diciembre, ante el Secretario General de las Naciones Unidas Javier Pérez de Cuellar, destinada a supervisar el cumplimiento de los Acuerdos de Paz.

En esa comisión estuvieron representados el FMLN, el gobierno y todos los partidos políticos activos en ese entonces. Yo pase a formar parte de la Sub-Comisión de Derechos Humanos de COPAZ. Además me correspondió ser el enlace por parte del FMLN con la Comisión de Observadores de las Naciones Unidas ONUSAL, y con la División de Derechos Humanos encargada de verificar el cumplimiento de los Acuerdos de Paz en el tema de los derechos humanos.

Participé también en la reinserción de los combatientes desmovilizados del FMLN a la sociedad salvadoreña, dando charlas sobre la nueva situación política del país y promocionando entre ellos los derechos humanos. En 1992 la Corte Suprema de Justicia estaba presidida por el Dr. Mauricio Gutiérrez Castro, hombre de derecha. Me di cuenta que en la Corte se había publicado una edición popular de la Constitución de la República, un libro pequeño de bolsillo, que me pareció que podría servir para que los desmovilizados del FMLN comprendieran el pase que estábamos dando del conflicto armado a la convivencia pacífica y política.

Y en un evento organizado por ONUSAL, que se celebró en un hotel de San Salvador, al cual fui invitado, asistió el Doctor Gutiérrez Castro. Hubo un receso y en esos minutos lo busque y lo encontré en uno de los pasillos del salón donde se desarrollaba el evento; le abordé y le dije: “Doctor soy Rolando Orellana del FMLN, me permite hablar unos minutos con usted”. Él muy extrañado me pregunto: “¿Tiene tarjeta de presentación del FMLN?” Tome una de las que andaba en la bolsa de mi camisa y se la entregue. Al verla, él me dijo: “vengase, vamos a hablar a otro lado”.

Mi intención era conseguir ejemplares de la edición de la Constitución y le dije durante la conversación: “quiero que nuestros desmovilizados conozcan la Constitución de la República, le pido que me regale copias para repartirlas entre ellos y que la estudien”. ¿Cuántas quiere? me preguntó, cinco mil le dije. Al final solo me mandó la mitad, pero fueron muy útiles, las distribuí por todos los campamentos donde están los excombatientes desmovilizados. Y con ese librito hicimos un esfuerzo educativo con nuestros excombatientes, dándoles a conocer sus derechos constitucionales y los fundamentos de la legalidad a la que nos íbamos a insertar. A la vez dábamos capacitaciones sobre los Derechos Humanos y explicábamos los objetivos y características de los Acuerdos de Paz.

La creación de la PNC y de la PDDH

Habían grandes desafíos como el de crear la Policía Nacional Civil, con una nueva filosofía civilista. Se fueron organizando grupos de personas procedentes tanto del FMLN como de la Fuerza Armada, para integrar los mandos ejecutivos de la nueva policía y nos correspondió capacitarlos. Un día me busca Carlos Ascensio, que después fue director de la PNC, para que capacitará en derechos humanos a un grupo de miembros del FMLN aspirantes a ingresar a la PNC. Fue una experiencia bonita, formar de esa manera los excombatientes, hoy ellos son Comisionados o Sub-Comisionados de la PNC.

En la Subcomisión de Derechos Humanos de COPAZ, participó también el camarada Pedro Guardado (Claudio). Realizamos en esta Subcomisión un buen trabajo. Desde ahí supervisamos la formación de la Procuraduría para la Defensa de los Derechos Humanos; acompañamos al Doctor Carlos Molina Fonseca, primer Procurador de Derechos Humanos, en sus actividades de fundación de esa institución.

Pero en esa Sub-Comisión conocí en toda su magnitud lo que era la corrupción del sistema. Resulta que en la Sub-Comisión había representantes de todos los partidos políticos y acordamos realizar una campaña nacional de divulgación de los Derechos Humanos, utilizando todos los medios de prensa, radial, escrita y televisiva. Uno de los integrantes de la Sub-Comisión miembro del PCN, se autopropuso para presentar una propuesta de difusión de los derechos humanos a nivel radial por todo el país.
Presentó el proyecto y nos pareció al resto de miembros de la Sub-Comisión y cuando entramos a discutir los costos, él presento una suma muy alta en miles de miles de colones y nos dijo que había fondos para financiar la campaña radial, que no nos preocupáramos por eso. Él se había contactado con una agencia publicitaria que le había elaborado el proyecto.

Nos explicó que solo necesitábamos autorizarlo, que él lo llevaría a COPAZ para que se aprobara y que al tener los fondos cada uno de nosotros recibiría de comisión 15, 000 colones. A mí me sorprendió el ofrecimiento y me hice aún lado y el proyecto no prosperó. Te imaginas, apenas teníamos los primeros intercambios con las personas que participaban del poder y ya recibíamos ofertas de esa índole.

Un hecho que me tocó vivir fue el de la intolerancia. Los Acuerdos de Paz en esencia plantearon la reconciliación y el reconocimiento y respeto de las diferencias. Yo entendí que con los Acuerdos de Paz teníamos los salvadoreños la oportunidad de entendernos por el bien del país, a pesar de las diferencias políticas y de pensamiento. Pretendimos con esos Acuerdos, vivir en paz a pesar de nuestras diferencias. Pero eso no fue percibido así por individuos que habían participado de la hegemonía de la dictadura militar; y sus remanentes, que se mantienen aún hoy a más de 25 años de la firma de la paz, y no permiten que vivamos una democracia plena.

Pues bien, en 1994 se realizaron las primeras elecciones con participación del FMLN, de las cuales salió favorecido con el voto popular obteniendo una importante cuota de poder político al lograr un buen número de diputados y alcaldes. El trabajo en la Asamblea Legislativa es acompañado por asesores de los diputados. Nidia Díaz fue electa Presidenta de la Comisión de Justicia y Derechos Humanos y asumí la responsabilidad de ser su asesor, y como tal la acompañaba a todas las sesiones de esa Comisión.

Elaboraba propuestas y borradores de documentos de trabajo sobre los derechos humanos que pasaban a la discusión de la Comisión. Fue ahí donde soporte en carne propia la intolerancia política por parte de los diputados de derecha. Yo no participaba en las discusiones y votaciones de la Comisión, pero estaba atento en los debates para hacerle comentarios y sugerencias a Nidia.

Se daban discusiones fuertes con los diputados de ARENA, dos de ellos eran viscerales; se presentaron momentos en que estos diputados pasaban a los ataques verbales personales y en más de una oportunidad recibí también esos ataques por ser el asesor de Nidia. Quien se pasó de la raya en esos ataques fue un representante del PCN, Marcos Valladares, este fue años después Procurador de los Derechos Humanos; se refería a mi persona con insultos y palabras soeces. No se percibía ningún esfuerzo por tolerar y respetar las diferentes formas de pensamiento y de propuesta política.

Esa actitud de los diputados de derecha se insertaba en un ambiente en que nos veían, a los del FMLN, como enemigos, no nos aceptaban. En esa atmosfera asesinan a Darold Velis, dirigente del FMLN, cuando iba a dejar a su hija al colegio, y asesinaron también a otros compañeros.

La vida familiar y personal luego de los Acuerdos de Paz

Mi participación como asesor en la Asamblea Legislativa fue ad honorem. Y se me planteo luego de los Acuerdos de Paz la necesidad de restablecer mi vida familiar y este fue un proceso muy complejo y difícil. Necesitaba un balance entre mi vida pública, mi participación política en la legalidad y el restablecimiento de los lazos familiares, de mis antiguas amistades, algunas de las cuales se alejaron al conocer mi militancia en el FMLN, ya que anteriormente esta militancia había sido clandestina. Lo más difícil fue mi reinserción profesional a partir de una carrera de derecho estudiada en la Unión Soviética.

Había regresado a El Salvador con mi esposa y dos hijos pequeños, sin ningún tipo de recursos. Por suerte tenía casa porque desde 1977 la saque con el INPEP cuando trabajaba en la UES y durante todo el conflicto se estuvo pagando, habíamos logrado alquilarla y la recuperamos. Teníamos casa pero no teníamos dinero, no tenía trabajo remunerable y había que empezar de cero. Comenzamos resolviendo nuestros problemas económicos de prestado, acudíamos mi esposa y yo con los familiares a que nos prestaran dinero y siempre nos dieron la mano. Matricule a mis dos hijos en una escuela pública cerca de la casa y comencé a buscar trabajo pero no encontraba.

Un día mi esposa al verme preocupado por la situación económica, me dice: no te preocupes voy a vender comida mexicana. Y los fines de semana en la acera de la casa puso una mesita con bancas y ofrecía tacos y tortas mexicanas. Nos fue tan bien que decidimos instalar un negocio móvil en las calles aledañas al Mercado Central. Llegábamos bien de mañana y nos instalábamos con una cocina portátil. Vendíamos tortas y tacos.

Y por la tarde vendíamos en las afueras del mercado de Mejicanos, pan dulce que nos daba una señora amiga de la familia en consignación; no nos íbamos del mercado hasta que no vendíamos el último pan. Y colaboraba siempre en la Asamblea Legislativa, en la lucha parlamentaria. Dejaba a mi esposa vendiendo la comida mexicana y luego me iba para la Asamblea Legislativa. Ahí permanecía en las mañanas y al mediodía pasaba por mi esposa y salíamos a traer a nuestros hijos a la escuela.

Por mi parte, en la rebusca, logre recuperar los libros de mi biblioteca personal, que eran bastante porque a mí siempre me ha gustado leer, libros que había adquirido por varios años antes del conflicto, pues bien, periódicamente visitaba un local de venta y compra de libros usados, que quedaba por la alcaldía de San Salvador, sobre la segunda avenida norte, ahí vendía mis libros, me quede sin biblioteca pero así conseguía algún dinero.

Además fíjate que en la casa donde vivía creció un palo de limones, y daba una gran cosecha. Así que también llenábamos costales de limones para irlos a vender al Mercado Central. Mi hijo Carlos Adrián se ponía a gritar: ¡limones, limones, baratos! Así pasamos unos días vendiendo también limones en la calle, hasta que de una cantina que estaba cerca de donde mi esposa vendía la comida mexicana, llegaron y nos dijeron ya no vendan los limones, nosotros se los vamos a comprar todos.

Me recuerdo que en los días difíciles, apareció una prima de mi esposa, Lupita, quien trabajaba en los restaurantes del Pollo Campero, y nos regaló varias cajas de pollo, con pan; creo que fueron los mejores pollos camperos que hemos comido. También llegaba Roberto, el primo que me alojó en su casa cuando regresé al país, nos dejaba bolsas con frijoles y arroz y aceite para cocinar. Dios nunca nos desamparó, a través de la familia nos proveyó.

Había nacido nuestra tercera hija y las necesidades eran mayores, entonces decidí regresar a la docencia universitaria. Pero lamentablemente no logre una plaza a tiempo completo sino horas clase. Y trabaje en varias universidades, primero en la Universidad Nacional, en la Facultad de Derecho, ahí me dieron un ciclo, luego en la Universidad Luterana, después en la Universidad Monseñor Romero, que está en Chalatenango, viajaba todos los sábados y domingos a dar clases, en la Universidad Modular Abierta y en la Universidad Francisco Gavidia daba clases en la noche. Me rebuscaba.

La toma de la Asamblea Legislativa

Y mantenía mi “trabajo” en la Asamblea Legislativa. Un día del mes de enero del año 1995, los veteranos de guerra de la fuerza armada en un afán de conseguir beneficios, se tomaron la Asamblea Legislativa y quedamos adentro de rehenes. El día que llegaron los desmovilizados de la Fuerza Armada había una reunión entre los diputados y el Doctor José María Méndez, quien era Magistrado de la Corte Suprema de Justicia para discutir proyectos de nuevas leyes penales. Don Chemita, así le decían cariñosamente, quedo también atrapado en la toma de la Asamblea Legislativa.

Se suspendió la reunión en la que estaba el Doctor Chema Méndez y él decidió salir del edificio, yo le dije lo voy a acompañar Don Chemita, pero al llegar a la puerta los desmovilizados se negaron a dejarlo salir, les explique que él no era diputado, que era Magistrado de la Corte, que tenía limitaciones para caminar, lo cual era cierto, y que él no tenía nada que ver con las demandas de los desmovilizados.

Continuaron negando la salida, insistí en hablar con uno de sus dirigentes, accedieron y apareció uno de ellos; le hable y le explique que quien era el Doctor Chema Méndez, esta persona luego de escucharme se dirigió a los que estaban en la puerta y les dijo déjenlo salir, el Doctor es el papá de nuestro abogado; resultó, que el hijo de Don Chemita, que llevaba su mismo nombre estaba representando a los desmovilizados en unas demandas. Abrieron las puertas para dejar salir al Don Chemita, pero yo me le pegue y les dije que él no podía caminar bien y que necesitaba ayuda y que yo lo iba acompañar, aceptaron y me dejaron salir.

Hice una buena negociación para salir y es que tenía una gran preocupación, después de estar en la Asamblea yo salía al mediodía al Mercado Central a traer a mi esposa y luego pasar por mis hijos a la escuela, si no salía de la Asamblea qué pasaría con mi esposa, yo no tenía manera de avisarle que estaba de rehén, me angustie y por eso hable mucho con los desmovilizados para que me dejarán salir acompañando a Don Chemita. La toma de la Asamblea Legislativa duro dos días.

Un año después, me entere que había una plaza para un jurídico en una dependencia de la Corte Suprema de Justicia. Y me decidí a ir a hablar con Don Chemita, fui a su casa allá en la colonia Flor Blanca. Al llegar, me recibió y le conté la razón de la visita. Me dijo: anóteme su nombre completo en esta libreta. Me fui agradeciéndole que me hubiera recibido. A los dos días recibí una llamada en la que me comunicaron que me presentara a trabajar. Fui contratado. Estoy trabajando en la Corte Suprema de Justicia, desde febrero de 1996.

Forman en San Salvador Red Centroamericana y del Caribe sobre Pensamiento Decolonizador

Forman en San Salvador Red Centroamericana y del Caribe sobre Pensamiento Decolonizador

SAN SALVADOR, 21 de septiembre de 2018 (SIEP) “Con mucha alegría y entusiasmo anunciamos ante el mundo la creación de la Red Centroamericana y del Caribe de Pensamiento Decolonizador…”indicó el académico de la Universidad de El Salvador, Guillermo Campos, uno de los organizadores del recién concluido Primer Foro Centroamericano y del Caribe de Pensamiento Decolonizador.

Por su parte, Roberto Pineda, de la Iglesia Luterana Popular, ILPES participante de esta nueva red académica y popular, señaló que “hacemos un llamado a personas interesadas, mujeres y hombres, de la academia, de los pueblos originarios o de los movimientos populares, a integrarse a este esfuerzo académico por la emancipación epistémica de nuestros pueblos y naciones.”

Como parte concluyente del foro se dio a conocer una Declaración en la que saluda “los avances en la teoría y en la práctica que hacen posible fortalecer la emancipación y la soberanía frente al actual orden hegemónico.”

Agrega que la creación de la Red “abre el propósito de mantener un contacto permanente y productivo para la coordinación de actividades conjuntas, y la articulación de investigaciones orientadas a enriquecer nuestros acervos culturales, nuestros lazos solidarios y nuestra capacidad de pensamiento y movilización.”

Entre los firmantes de la Declaración se encuentran Alberto Pérez Lara y Santiago Feliú por Cuba; Jorge Dimitrov Escalante y Tamara Pérez por Nicaragua, Xiomara Cacho por Honduras; Luis Mora por Costa Rica; Margot Pérez, Roberto Pérez, Guillermo Campos, Vicente Cuchillas, Leonel Zelaya, Oscar Ponce, Roberto Pineda, Hugo Figueroa, y Rafael Paz Narváez , por El Salvador.

Resistiendo los ataques de la dictadura y combatiendo sin armas…

Resistiendo los ataques de la dictadura y combatiendo sin armas…Entrevista a Rolando Orellana (IV)
La represión contra el PCS y FAL en San Salvador

SAN SALVADOR, 30 de junio de 2017 (SIEP). “Dejo de ejercer el papel de Comisario Político de las FAL en 1983 y regresó clandestinamente a San Salvador…nos relata Rolando Orellana, dirigente revolucionario salvadoreño.

Explica que “estando en Managua se reciben noticias que nuestras fuerzas partidarias y de las FAL estaban siendo golpeadas, y que nuestros equipos de conducción se encontraban asediados por las fuerzas de la dictadura, las capturas de militantes y combatientes los ponían en un grave peligro. Se evaluó la situación y se decidió hacer cambios en la conducción sacando cuadros estratégicos de San Salvador. Para darle continuidad a la dirección política se decide mi traslado a la capital, dejo de ejercer el papel de Comisario Político de las FAL y regresó clandestinamente a San Salvador haciendo varios movimientos en el exterior. “
“Estando ya en San Salvador, asumo la conducción del partido y la atención de una parte de la estructura de las FAL. El trabajo de masas era muy importante contactando inmediatamente con el equipo de conducción intermedia de ese trabajo político integrado por Norma Guevara (Celia), Víctor Quintanilla “Cantarito”, originario de Usulután; Arturo García (Emilio), conocido también por “El Bello”, que fue estudiante del Bachillerato en Artes y Dora Muñoz, Doctora en Química. Con este equipo manteníamos comunicación y reuniones constantes con el fin de orientar y mantener la lucha política de masas.”
“El frente político era estratégico en la lucha contra la dictadura, se daba en su retaguardia y en el corazón del país: San Salvador. Someter la lucha de masas era vital para la dictadura. Por eso este frente era una lucha de todos los días. La dictadura no tenía estrategia política hacia las masas. Su estrategia era aplastar, silenciar, dominar con la represión policial y sangrienta la lucha de masas; doblegarla, rendirla con asesinatos, secuestros y desapariciones abiertas y descaradas; con los escuadrones de la muerte que actuaban abiertamente protegidos por el aparato del Estado.”
Los Tribunales nunca enjuiciaron a nadie por ser miembro de los Escuadrones de la Muerte. Pero si enjuiciaron a los líderes y activistas políticos y sociales. Era una lucha férrea, agitada y tensa. Ese trabajo político comprendía la lucha sindical, la lucha estudiantil, el trabajo con profesionales y las actividades de derechos humanos.
En el trabajo con las FAL me apoyé mucho en Miguel Claros (Anselmo), quien era para entonces responsable de la estructura de personal, compañero hábil y creativo para mantener la organización de los contactos en San Salvador y cierta comunicación con los familiares de los combatientes de las FAL. Por aparte mantenía comunicación con ciertos compañeros de logística para resolver sus necesidades personales.
Yo no intervenía para nada en las actividades propias de las FAL. Atendía las necesidades personales de algunos compañeros y cuando me veía con ellos era para trasladarles valoraciones políticas, para informarles de la lucha social de la población.
Y como había que estructurar la conducción política del FMLN en San Salvador, tomé contacto con los compañeros de las organizaciones hermanas. Con quién fue complicado establecer contacto fue con Miguel Castellanos “El Ronco”, entonces dirigente de las FPL. Este fulano era arrogante desde su época como activista estudiantil en la Universidad Nacional, con una actitud visceral anti PC.
No acepto de primas a primeras reunirse y como para probarme me propuso una reunión en su campamento militar ubicado en una loma que quedaba entre Nejapa y Quezaltepeque, pero más cerca de Quezalte; era una zona fuertemente vigilada y controlada por la inteligencia enemiga. Me estaba poniendo a prueba, pensando que iba a desistir. Nos exponíamos a ser capturados. Pero me la jugué. Le acepte ir hasta ahí, pues era necesario restablecer el mando conjunto del FMLN en la capital. Fijamos con compañeros intermediarios un punto de encuentro cercano a Quezaltepeque para llegar hasta el campamento.
Me acompañó a esa reunión el compañero Tito Bazán “Rodrigo”. Llegamos en bus hasta el Ingenio El Ángel, que está en la carretera de Apopa a Quezaltepeque. Desde ahí comenzamos a caminar solos con Rodrigo por caminos rurales, luego de pasar por los alrededores del pueblo de Nejapa nos contactó René Canjura, “Mario” compañero de las FPL y él nos condujo hasta el campamento del “Ronco”.
Miguel Castellanos al verme llegar se mostró sorprendido pues nos habíamos conocido en la Universidad de El Salvador, él estudiante y yo profesor universitario, donde él vociferaba contra los comunistas. Él me citó a su campamento como condición previa para participar en el mando político del FMLN en San Salvador y si yo no iba, pues se atrasaba la integración de esa estructura.
La reunión la hicimos amigable. Estuvimos conversando mucho sobre la situación política del país y las posibles actividades de masas que podríamos impulsar de manera coordinada. Salimos del campamento al día siguiente, seguimos el mismo camino que tomamos para entrar e igual sin acompañamiento.
El trabajo en la metro era bien complicado, sumido en la clandestinidad había que mantener la comunicación y coordinación con muchos compañeros por separado. Las fuerzas represivas de la dictadura habían encontrado unos hilos en nuestras estructuras y nos estaban golpeando. Se actuaba con mucho cuidado. Con frecuencia cambiaba de casa para dormir, y se nos agotaban los lugares de reunión y de contacto, era estresante la situación.
Con Anselmo nos veíamos casi a diario, organizábamos encuentros a pie; nos encontrábamos en ciertas calles dentro de lugares de vivienda y caminando resolvíamos asuntos operativos, lo necesario. Para definir orientaciones del trabajo político, formalizábamos, con Norma o “Cantarito”, reuniones de su equipo de trabajo en casas de seguridad o lugares públicos como si fuéramos buenos amigos departiendo una agradable charla. No portábamos armas, ni siquiera una “gillette”, así es que si nos descubrían quedábamos a la “buena de Dios”. Esos eran los riesgos de la lucha.
1983 fue un año muy difícil, las fuerzas represivas nos buscaban a toda costa, eran persistentes. A inicios de marzo capturaron a un grupo de cuatro compañeros, a dos de ellos, Víctor Ordoñez “Lucas” y “Nestor”, que eran parte de un grupo de jóvenes que se fueron a estudiar a universidades de la ex Unión Soviética y que estando allá, decidieron dejar sus estudios e incorporarse a la lucha, a ese grupo se le conocía como “Los Esquimales”.
A “Lucas” y “Ernesto” los desaparecieron. Semanas después les cayeron a otros compañeros “El Chino” y “Hugo”. Capturaron a “Jonathan”, otro “Esquimal” y también lo desaparecieron. Todos ellos eran de las FAL. En junio capturaron a Alfredo Acosta “Nery”, miembro de la dirección del partido, junto a su esposa Rosa Ada y su hijo Ramón Ernesto.
Bueno, una vez le cayeron a una casa de simpatizantes donde había dormido unas semanas antes. La familia que me albergó colaboraba seguido alojando compañeros de las FAL por varios días, les cayó la policía una noche y se los llevaron a todos.
Con todos esos riesgos continuábamos en la lucha, tampoco nosotros descansábamos, éramos más persistentes que la dictadura. Cuando nos golpeaban, tomábamos inmediatamente medidas para cerrar los espacios vulnerados, movíamos a compañeros que quedaban al descubierto, reorganizábamos las estructuras y proseguíamos en la lucha.
Fíjate que, en esas circunstancias de persecución, sucedió una cosa interesante de relatar. Estábamos reunidos los miembros del mando conjunto del FMLN de la metro, analizando la situación política del país, cuando por la radio se transmitió la noticia de que habían asaltado la agencia del Banco Agrícola Comercial en Soyapango, que los asaltantes armados no pudieron escapar y se atrincheraron en el banco.
Le prestamos atención al suceso y nos preguntamos si alguien tenía conocimiento de eso. Nadie dijo saber algo. Continuamos nuestra reunión, pero más tarde se difundió la noticia de que los asaltantes del banco declararon ser del FMLN y pedían negociar su salida. Eso nos sorprendió y suspendimos la reunión para darle seguimiento al acontecimiento.
Resultó que una unidad de las fuerzas especiales de las FAL había bajado de Guazapa y había asaltado esa agencia bancaria, con tan mala suerte que al salir se le va un tiro a uno de los compañeros y en ese momento iba pasando un camión de soldados que se detuvieron, y se arma el desparpajo; los soldados se bajan del camión rodean la zona, y nuestros compañeros logran ingresar de nuevo al banco, se desarrolla entonces una negociación y llegan más fuerzas de la policía, luego de algunas horas de negociación los compañeros deciden entregarse, son capturados y se los llevan presos, todo esto saliendo en la televisión.
Al conocer el desenlace, “El Ronco” se mostró enardecido, nos miraba y decía: ¿cómo puede ser esto posible? Un revolucionario no se doblega frente al enemigo. ¿Y estas son las FAL? Me confronta echándome en cara que éramos unos débiles, que habíamos claudicado, que en esas circunstancias el revolucionario auténtico se muere con las armas en la mano, etc. etc.
Yo lo escuché, no le contradije su discurso moralista. Y me comprometí a obtener más información y compartirla con el mando conjunto. Bueno, decidimos terminar la reunión, coordinamos lo que había que coordinar y nos marchamos, yo con un sabor amargo por lo que habíamos pasado…
Con El Ronco seguimos trabajando, coordinando, porque éramos las fuerzas principales en la metro, teníamos frecuentemente reuniones bilaterales. Él prefería reunirse en restaurantes.
En este trajinar conspirativo un día de octubre el enemigo logra darnos un golpe estratégico. El compañero que trabajaba como motorista, en la estructura de conducción del trabajo político de masas, me contactó temprano de la mañana y me contó que habían capturado a “Cantarito” y a “Emilio El Bello”. Le di instrucciones para resguardar a Norma, que era quien coordinaba ese equipo y que utilizará otro vehículo para movilizarse. Después me di cuenta del secuestro también de la Doctora Muñoz.
Los compañeros fueron luego asesinados y sus cuerpos lanzados en una calle cerca del mercado “San Miguelito”. Junto a ellos también fue asesinado Guillermo Orellana Osorio, abogado que colaboraba con ellos. De ese hecho se responsabilizó un escuadrón de la muerte que hizo llegar a la televisión un video de ellos en el que confesaban su militancia en el PCS y esa fue la justificación de los criminales para quitarles la vida violentamente.
A nosotros en la ciudad nos tocó resistir fieramente los ataques de la dictadura. Como te decía, no teníamos armas para defendernos, solo Dios con nosotros. La Dictadura era despiadada, utilizaba todos los recursos del Estado sin piedad alguna; desata una persecución a muerte, pretendía agarrarnos a como diera lugar, nos aplicaba la cárcel, la tortura, el asesinato, el terror para doblegarnos. Cantarito, sabía que su seguridad era frágil porque trabajaba con líderes sindicales y sociales, pero continuaba luchando.
Yo me reunía con él muy frecuentemente, nos reuníamos fuera de San Salvador y en la ciudad, no acudíamos a los lugares públicos, tampoco utilizábamos casas de seguridad para reunirnos. Para evitar el seguimiento policial nos subíamos a un carro. Él me recogía en un lugar y nos sentábamos en el asiento trasero, conversábamos, analizábamos la situación y establecíamos directrices de trabajo. Así recorríamos la ciudad entera por una o dos horas. Dos días antes de su secuestro habíamos hecho una de esas reuniones rodantes”.
Al conocer del asesinato de los compañeros di instrucciones para sacar a Norma (Guevara) del país, pues estaba muy expuesta y toda comunicación con ella en las calles significaba un alto riesgo para el trabajo revolucionario. Norma que era claramente un objetivo importante que no pudieron capturar, fue sacada clandestinamente hacia Nicaragua.
De 1983 hasta mediados de 1985 el único miembro de la Comisión Política del PC dirigiendo la lucha en San Salvador era yo, me toco capear todas esas tormentas, que no fueron tan fáciles. Se sufre, duele cada muerte y desaparición de los compañeros con quienes te encariñas, pero se sigue en la lucha recordándolos y hasta hoy, yo los sigo recordando.
En esas circunstancias de asedio y pasando de casa en casa, logré un lugar seguro y estable para dormir. El compañero y viejo militante del PC Daniel Castaneda vivía con su hija en una colonia cerca de Montserrat. Ellos me alojaron en una habitación, eso me dio un poco de tranquilidad por lo menos en ese aspecto; me proporcionaron un ambiente acogedor y los sentí como mi familia, pues yo por seguridad de mis hermanos decidí no tener comunicación con ellos; con el único que esporádicamente conversaba brevemente era con mi hermano mayor Tito; no tenía ninguna comunicación con mis tías, hermanas de mi mamá, Rufina y Alicia, quienes me querían mucho y por quienes yo también sentía mucho amor. Me aislé de la familia por el peligro que representaba para ellos, pues ya en 1973 cuando me capturaron y estuve secuestrado por la Guardia Nacional mi familia fue vigilada y mi hermano Tito fue sacado de su casa sin orden judicial por la Policía y preso por varios días e incomunicado de la familia.
En abril de 1985, capturan al Ronco. Y para mi sorpresa, aquel revolucionario “probado” se doblega frente al enemigo a las primeras de cambio y se convierte en un vulgar delator. Y aparece en televisión en vísperas del 1 de mayo, denunciando al FMLN como manipulador de la marcha de los trabajadores.
Habíamos tenido reuniones para coordinar una movilización de masas populares para celebrar el día internacional de los trabajadores. El Ronco tenía conocimiento de eso. Solo me acorde de la vez que nos maltrató y nos dijo con arrogancia que era preferible morir, antes que ceder frente al enemigo.
En ese mismo mes de abril se da la captura de Nidia en un enfrentamiento con el ejército en San Vicente, después en agosto nos capturan a Hugo (Américo Araujo, subsecretario general del PCS). El venía de una reunión que había tenido con Ramiro en el restaurante Los Globos, que quedaba frente al Café de Don Pedro, en la Alameda Roosevelt.
Resulta que la dirección del partido valoró la necesidad que otros miembros de la Comisión Política se incorporaran al trabajo en San Salvador. Así a mediados del año aparecen, José Luis Merino “Ramiro”, Américo Araujo “Hugo”, “Eduardo” Domingo Santa Cruz y “Octavio” Héctor Acevedo , éramos ya un buen equipo.
La captura de Hugo no la conocimos inmediatamente, nos dimos cuenta porque él no apareció en unos contactos y días después de su desaparición se hizo presente un tipo que se identificó que era de la Cruz Roja Internacional al apartamento donde dormía Hugo, en la colonia Zacamil, y habló con la señora que le daba el alojamiento; este fulano le dijo a ella que Américo le enviada un recado, que estaba detenido en la Policía. Resulta que este tipo era un agente de la policía y la señora fue objeto de seguimiento para ubicar a otros compañeros o casas de seguridad, pero la señora no conocía nada de la estructura partidaria ni de las FAL, aun así se las ingenió para hacerme saber que Américo estaba preso; y es que esa casa era parte de mi seguridad, yo la abrí para que Américo se alojará ahí.
Tiempo después Américo me comentó que estando el preso en la policía se presentó un hombre diciéndole que era de la Cruz Roja Internacional y que llegaba para saber de su detención y de las condiciones en qué el estaba detenido y le propuso que él podría llevar un recado a su familia para que supieran que estaba bien. Me dijo Américo que el razonó que nosotros no sabíamos nada de él y que para que supiéramos que estaba capturado le dio a ese hombre el nombre y la dirección de la señora que colaboraba conmigo.
Al conocer la captura de Hugo decidimos reunirnos el equipo de dirección, como era apremiante la situación les propuse la casa donde yo dormía en la colonia Santa Ursula. Para mí era norma de seguridad, que el lugar de vivienda no se utilizara para reuniones, pero lo hicimos por la urgencia.
Cuando estábamos ya reunidos Ramiro, Domingo, Octavio y yo, le pedimos a Coni, hija de Daniel Castaneda, saliera de la casa y fuera a la tienda a comprar cualquier cosa para observar si no había personas extrañas alrededor de la casa. Luego de dos salidas llega Coni a avisarnos que hay movimientos raros de hombres con vehículos alrededor de la casa, por lo que decidimos parar la reunión que apenas había comenzado y se organizó la salida de los tres compañeros.
Domingo logra pasar y se va. Ramiro y Octavio salen juntos de la casa y unas dos cuadras después se separan. En ese momento le caen a Octavio y lo capturan, Ramiro logra ver la captura y se escapa corriendo. Después me contó Octavio que al momento de su captura los policías le preguntaban: ¿dónde está Cesar?, ¿dónde se esconde Cesar? Y él para despistarlos les dijo que César era el que salió corriendo para abajo. Digamos eso me salvó de la captura.
También me contó Octavio que durante los interrogatorios en la policía le mostraban una foto grande mía, como poster, donde yo estaba uniformado de combatiente con barba y cachucha, preguntándole que quien era el de la foto. Resulta que esa foto fue tomada por Mónica Zak, periodista sueca que había ingresado al cerro Guazapa y nos había tomado fotografías. Durante estuve en Guazapa en los primeros meses de 1983 me presente ante los combatientes de las FAL como Comisario Políticoy como “Mincho”, en las comunicaciones radiales que teníamos con los Mandos de los otros frentes siempre me identifique como “Mincho”.
Los rollos con las fotos sin revelar, que la sueca tomó, se sacaron de Guazapa por la logística que dirigía Orestes Ortez “Darío” y se depositaron en una casa de seguridad para luego trasladarlos al exterior. A esa casa de seguridad le cayó la policía capturando al “Chino” y en el cateo de la casa encontraron los rollos fotográficos, los revelaron y los analizaron, de las personas que aparecimos en las fotografías al que no lograban identificar era al tal “Mincho”. Y creo que no lo lograron.
En mi caso preferí quedarme en la casa, y así llegó la noche. Coni salió nuevamente a la tienda y observo de nuevo dos vehículos parqueados en las dos esquinas de la casa con hombres armados. La situación se puso nuevamente tensa. No salí de la casa y me quedé a observar los movimientos. Me dormí y desperté como a las cinco de la madrugada, notando que había amanecido un vehículo con hombres adentro.
Ellos se movían con el carro que hacía una gran bulla con el motor y el escape y pasaban frente a la casa bien despacio observando hacia la casa. Luego se paraban en la esquina de abajo permanecían ahí unos quince minutos y luego aceleraban para darle la vuelta a la manzana y apostarse en la esquina de arriba.
Hicieron así dos movimientos y entonces pensé que ese era un patrón de ellos para controlar la casa, que habría que aprovechar cuando ellos se movieran de la esquina de abajo y darle la vuelta a la manzana para yo escapar. En el siguiente movimiento de ellos salí de la casa y corrí hacia una calle que lleva a la colonia Montserrat. En ese preciso momento se acercaba un bus de la ruta 5, me subí y logré salir del lugar. Me había salvado.
Habíamos dejado con Ramiro un lugar de reunión y al llegar me contó que habían capturado a Octavio. Y entonces me dijo: chero, vámonos para Guazapa. Ramiro contacto con las unidades del cerro Guazapa con quienes nos encontramos en la carretera hacia Apopa e ingresamos al Frente protegidos por las FAL. Ya estando allá recibimos la noticia que Hugo ya había sido pasado para la cárcel de Mariona.
Y mandaba una carta al Mando en la que solicitaba que se le avisara a César que tuviera cuidado porque El Ronco había dado mucha información al enemigo, incluso sobre la identidad falsa pero legal con la que me manejaba, que era la de Ricardo Ortiz. En realidad, El Ronco sabía mucho sobre todos mis movimientos porque el trabajo conjunto nos había generado confianza. Lo que Hugo no sabía es que yo ya estaba en Guazapa y recibí directamente el aviso.
Días después se da el secuestro de la hija de Duarte para negociar la salida de Nidia, Hugo, Octavio y un grupo más de compañeros presos, así como la salida al exterior para curarse, de lisiados de guerra del FMLN. De esta acción me enteré hasta que estuve en Guazapa, que Ramiro me contó.
En el cerro paso el resto del año, no podía regresar a la capital. Llegó diciembre y con ello las celebraciones de fin de año. Los compañeros de las FAL organizaron justo el 24 y 31 diciembre dos fiestas, con radiograbadoras de fuerte sonido armaron una fiesta y se pusieron a bailar. Tal era lo confianza que se tenía del control de la zona del cerro Guazapa donde se ubicaba las FAL que hasta bailes musicales armaron. En enero de 1987 salí del país rumbo a Managua.
Luchando por los derechos humanos de mí pueblo

El año 87, la Comandancia General del FMLN decide crear un nuevo instrumento internacional. La Secretaría de Protección y Promoción de los Derechos Humanos (SPPDH), y se me asigna a esta nueva tarea. Integramos un equipo de tres personas: Nidia, que es la presidente, mi persona como director ejecutivo y el sacerdote jesuita Rafael Moreno. Retome mi legalidad y ya no use nombre ni documento falso. El siguiente año, en ese carácter asistí, en Ginebra, Suiza, a la reunión anual de la Comisión de Derechos Humanos de las Naciones Unidas. Ingresé como miembro de la Asociación Internacional contra la Tortura, que tenía su sede en Italia, y tomé la palabra cuando se conoció la situación de los derechos humanos en El Salvador.
Me presenté como miembro de dicha organización y luego dije que era miembro del FMLN, se dio una sorpresa total, se había infiltrado en la sesión de la Comisión de Derechos Humanos de la ONU un guerrillero. Fue llamada la seguridad que se posó prudencialmente detrás de mí mientras pronunciaba mi discurso.
Al terminar mi intervención se levantaron un buen número de embajadores y delegados de organizaciones internacionales participantes en la sesión dirigiéndose hacia mí para pedirme copia de mi discurso, pues yo había hecho una serie de denuncias sobre violaciones al derecho internacional humanitario y a los derechos humanos. Yo había sacado 10 copias de mi discurso por si me lo pedían, pero me quedé corto, muy corto y me comprometí a entregar más copias al día siguiente. Los agentes de seguridad al ver al grupo de personas que se acerco a mí, se retiraron.
En la presentación estuve muy emocionado en hacer la denuncia de los casos de masacres cometidas por el ejército salvadoreño, los asesinatos y desapariciones de líderes sociales y la existencia de números presos políticos. Como profesional del derecho internacional me sentí muy satisfecho al aplicar mis conocimientos del derecho internacional y experiencia académica en los terrenos de la lucha internacional contra la Dictadura Militar. Asistí a estas reuniones en Ginebra, hasta el 1991, un año antes de la firma de los Acuerdos de Paz, la mayor parte como delegado de la Federación Mundial de la Juventud Democrática que tenía su sede en Budapest, Hungría, para facilitar mi ingreso a las sesiones de la Comisión de Derechos Humanos de la ONU.
En la Universidad de Harvard

En octubre de 1988 recibí una carta invitación para hacer una ponencia sobre los derechos humanos en El Salvador en la Universidad de Harvard en Estados Unidos. Con esta carta de invitación me fui para México para intentar obtener en la embajada de Estados Unidos, una visa y para mi sorpresa me dieron visa múltiple.La invitación por parte de la Universidad de Harvard impresionó a las autoridades consulares. Estuve en esta prestigiosa universidad y di una charla que fue muy concurrida, después pase por la ciudad de Nueva York, donde también participe en diversos eventos. Estando ahí recibí una invitación por parte de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos de la OEA, para visitarlos en la ciudad de Washington.
Fue tal el entusiasmo de los compañeros de la solidaridad con El Salvado en Estados Unidos, que aprovechando que tenía visa múltiple por un año, me invitaron para regresar a los Estados Unidos para abril-mayo de 1989. Y en ese otro viaje, realice una gira que comprendió las ciudades de Nueva York, Boston, Washington, Los Ángeles, San Francisco, Santa Ana, Stanford, con visitas a diversas universidades. Fui a una universidad que es solo para mujeres, tuve reuniones con intelectuales y poetas, así como con la comunidad salvadoreña.
Estuve en Washington donde me reuní con el staff de la Oficina de Washington para América Latina (WOLA), visitando congresistas, a consejos municipales, me reuní con líderes afroamericanos de la Coalición Arcoiris dirigida por el Reverendo Jesse Jackson; en California con la Coalición La Raza; con el gremio nacional de abogados, el NLG.
En Nueva York me reuní con un millonario, explicándole la situación de los derechos humanos, quien al finalizar la conversación me dijo que entregaría al comité de solidaridad con El Salvador mil dólares, que el salía al día siguiente para África, pero que al regresar buscaría a 150 amigos suyos y les pediría que donaran la misma cantidad que él daría.Bueno, cada día era un desayuno con diversos grupos que expresaban su simpatía y solidaridad con el FMLN.
En Los Ángeles, con los contactos que tenía la comunidad de salvadoreños, fui alojado en una casa ubicada en el exclusivo barrio de Beverly Hill. Y ahí por vez primera, y última, dormí en cama de agua, muy agradable, por cierto. En esa ciudad se organizo una reunión interesante. Un millonario de origen griego interesado en la problemática salvadoreña, organizó una cena con 50 invitados, todos norteamericanos. Ante ellos, hable sobre la legitimidad de nuestra lucha armada para acabar con la dictadura militar que por más de 50 años dominaba en El Salvador.
En mi exposición me base en la película de Hollywood muy conocida, “El Puente sobre el Río Kwai”. La trama de la película se da durante la segunda guerra mundial, en el sureste asiático, donde prisioneros de los países aliados son obligados a construir un puente sobre el río Kwai para trasladar tropas japonesas, lo cual convierte en objetivo militar una construcción civil por servir a la guerra; derribar el puente significó evitar el transporte de las tropas japonesas y una derrota militar para los japoneses.
Así, con esa comparación, les explique porque se derribaban las torres eléctricas, porque servían para la comunicación militar del ejército gubernamental. Entendieron y acogieron positivamente mi punto de vista. Se mostraron más interesados en la situación de El Salvador y expresaron su propósito de contribuir económicamente a la lucha del pueblo salvadoreño. En realidad, la solidaridad del pueblo estadounidense fue crucial en nuestra lucha. Nosotros como FMLN efectuamos una exitosa labor diplomática y relaciones políticas, en Estados Unidos, Europa y América Latina.
Me acuerdo de que una vez me reuní en La Haya con un parlamentario holandés. Le hable de la situación de los derechos humanos en El Salvador, me hizo varias preguntas y luego me dijo: la semana pasada estuvo sentado en esa misma silla donde está usted el embajador de El Salvador y me contó cosas distintas a las que Usted me dice, pero le creo más a Usted.
Así era el trabajo que yo desarrollaba. Año con año nos preparábamos para viajar a Ginebra, documentando las violaciones al derecho internacional humanitario y los derechos humanos cometidas por el gobierno salvadoreño y sus fuerzas armadas, demostrando que se trataba de una política de Estado que se aplicaba para aniquilar a la oposición.
Llevamos a Ginebra a un lisiado de guerra para que diera su testimonio sobre las violaciones al derecho internacional humanitario; en otra oportunidad llevamos a la esposa de un militante del PRTC secuestrado por la policía a quien le negaban la captura de su marido, para con su testimonio demostrar también las violaciones a los derechos humanos. Cada sesión de la Comisión de Derechos Humanos de la ONU era una batalla con el gobierno salvadoreño. La Comisión debería de emitir una resolución sobre la situación de los derechos humanos en El Salvador y en todas las resoluciones que se aprobaron el gobierno salvadoreño salió mal.
La Comisión de Derechos Humanos nombró al español José Antonio Pastor Ruidrejo como Relator Especial para El Salvador, me reuní con él en 1988. Le explique la Secretaría de los Derechos Humanos del FMLN se había creado para contribuir al respeto al derecho internacional humanitario y a los derechos humanos, para informar a los organismos nacionales e internacionales de la situación de esos derechos durante el conflicto interno que vivía El Salvador, así como para conocer las denuncias que se hicieran a ese respecto contra el FMLN y procesar esas denuncias.
Pastor Ridruejo en su informe de 1989 a la Comisión de Derechos Humanos de la ONU valoró positivamente la iniciativa del FMLN de crear un organismo del FMLN para velar por el respeto a los derechos humanos. Ese informe nos creó mejores condiciones para desarrollar nuestro trabajo en las Naciones Unidos. Tuvimos acceso a los medios de prensa. El día que se aprobaba la resolución sobre El Salvador, acudíamos al Fax y desde la sede de la ONU en Ginebra, enviábamos el texto de la resolución a los periódicos de todo el mundo, especialmente a El Salvador.
Utilizamos el incipiente internet, que para entonces no tenía conexión intercontinental, solo funcionaba para Europa y en América únicamente en Estados Unidos y Canadá. El gobierno salía de cada sesión de la CDH ONU más debilitado y aislado.
Para hacer este trabajo nos apoyamos en la solidaridad internacional. Así conseguíamos los pasajes de avión a Ginebra y luego de Ginebra a otros países europeos viajando por tren. Los alojamientos y alimentación los facilitaba también la solidaridad europea. En una ocasión me aloje en Ginebra, en un apartamento de una enfermera suiza, ella dejaba la llave debajo de la alfombra colocada al pie de la puerta de entrada. Otro año me alojé con una familia española, con ellos conocí la comida del mediterráneo. El año que llevamos al lisiado de guerra, la solidaridad suiza alquilo un apartamento amueblado para nosotros por un mes.
Yo viajaba a Ginebra con 200 dólares, era todo lo que me daba el cajero del partido. En 1991 regresando de Ginebra a México, mi último viaje, el avión en que viajaba hizo escala en Houston, Estados Unidos, nos bajaron a los pasajeros en tránsito que previamente la línea aérea alemana Lufthansa nos había dicho que no pasaríamos por Migración y que seríamos acomodados en una sala de espera. Para mi sorpresa nos hicieron pasar por el control migratorio.
Al llegar ante el agente de Migración gringo le entrego mi pasaporte, lo revisa, pasan unos minutos y luego me dice: usted no puede ingresar a territorio de Estados Unidos porque no tiene visa, tendrá que regresar de donde viene y tramitar allá la visa. Me puso en aprietos. Los norteamericanos, después de mi viaje a Estados Unidos en 1989 ya no me renovaron la visa en represalia por ser del FMLN. ¿Me mandarán de regreso a Ginebra y yo sin dinero? ¿Cómo regresaré a México? ¿Qué pasará con mi familia?
A esa altura de la vida con Iliana, mi esposa y nuestros primeros dos hijos vivíamos en México y apareció la preocupación por mi propia familia. Le explique al agente de Migración que yo viajaba a México luego de haber participado en la Comisión de Derechos Humanos de la ONU en Ginebra, que mi intensión no era quedarme en los Estados Unidos, que era residente en México, que iba de paso, que la línea aérea me había asegurado que no haría ningún trámite migratorio porque iba de paso, apele a mis derechos de pasajero en tránsito. Llamaron a más personal de Migración y me pasaron a una sala, aislado de los demás pasajeros.
Me quitaron el atache que traía en mis manos, lo abrieron y vieron los documentos de la ONU que traía ahí; revisaron el maletín con el scanner de rayos x; me preguntaron. ¿Traes dinero? Si les contesté. ¿Cuánto traes? Bueno lo suficiente para terminar de llegar a México les respondí. Campas, les mentí, regresaba de Ginebra acabado. Paso un tiempo, que para mí fue largo, luego llegaron de la línea aérea y me invitaron a abordar el avión. Al llegar a mi asiento todos los pasajeros me veían con cara seria y ceños fruncidos porque, según interpreté, a causa mía el vuelo se había retrasado, más no sabían el problema que había tenido. Regresé a México, abracé a mi familia y me sentí feliz de estar de nuevo con ellos.
De esa manera contribuimos al proceso de negociación entre el FMLN y el Gobierno salvadoreño que termino con la firma del acuerdo de paz en la ciudad de México en 1992.
Luego vendrían otros retos, pero eso lo conversamos en otra ocasión.

Realizan en UES Primer Foro Centroamericano y del Caribe sobre Pensamiento Decolonizador

Realizan en UES Primer Foro Centroamericano y del Caribe sobre Pensamiento Decolonizador

SAN SALVADOR, 19 de septiembre de 2018 (SIEP) “Decolonizar nuestro pensamiento es uno de los grandes desafíos del presente…” indicó el Maestro Guillermo Campos, jefe del departamento de Filosofía de la Universidad de El Salvador y uno de los organizadores del Primer Foro Centroamericano y del Caribe sobre Pensamiento Decolonizador.

La actividad inicio por la mañana con el tema Epistemologías del Sur moderado por el Maestro Hugo Figueroa y que contó con la participación del cubano Alberto Pérez, con el tema Una mirada la epistemología del sur, comprometida con la emancipación múltiple del pueblo; del salvadoreño Roberto Pineda que habló sobre ¿Cómo pensar desde el sur? La construcción de nuevas epistemologías y del costarricense Luis Mora, que disertó sobre La descolonización de las humanidades.

En su intervención, el cubano Pérez planteo que debe existir claridad que el poder imperial “aplica para nuestra América Latina un sistema de dominación múltiple. No hay una sola forma de dominación, sino una multiplicidad de estas…”

Por su parte, el salvadoreño Pineda enfatizó que “debemos reconocer que hemos mimetizado el pensamiento del norte, sabemos cómo pensar desde el norte, hemos sido desde niños socializados a pensar desde el norte. Y no hablo del norte geográfico sino desde el norte histórico, epistémico, de relaciones de poder…”

Finalmente, el costarricense Mora argumentó que “la relación entre humanismo y colonialidad debe ser vista a través de una serie de acercamientos críticos que tengan en cuenta la realidad material de su propio desarrollo…”

He luchado por la justicia social desde 1960…Entrevista con Raúl Vargas

HE LUCHADO POR LA JUSTICIA SOCIAL EN EL SALVADOR DESDE 1960…
Entrevista con Raúl Vargas.

SAN SALVADOR, 23 de febrero de 2018 (SIEP) “He luchado por la justicia social en El Salvador desde 1960…” nos comparte Raúl Vargas, destacado militante revolucionario salvadoreño, conocido popularmente como el “Bachiller Campesino”.

“Me incorpore a las luchas populares por influencia de un tío, de nombre Salvador Vargas, que era tipógrafo y además militante del Partido Comunista; el me platicaba y me llevaba literatura revolucionaria; aprendí mucho de él sobre el compromiso revolucionario, el amor a nuestro pueblo y la defensa de sus intereses
Él vivía allá por la Isla, en la colonia San Judas en la zona conocida por La Isla en la capital San Salvador. Cuando él consideró que ya era el tiempo adecuado me contactó con otro camarada, con Bonifacio Ramirios, conocido como Chito, que era hermano de Julia, de Eva y de Juanita. Julia era la mujer del Oso Castro Belloso y Juanita, que llegó a ser posteriormente la señora de Miguel Mármol.
Con Chito nos reuníamos periódicamente, respondía a mis preguntas y dudas sobre el Partido, me llevaba materiales para estudiar. Y en 1960, a los 21 años cumplidos y recién salido de estudiar la secundaria, me dio ingreso y fui juramentado por él mismo como miembro del PCS en un lugar en las afuera de la ciudad, allá en Soyapango.
Miguel Mármol el legendario sobreviviente de la insurrección de 1932 frecuentaba la casa del compañero Chito y ahí lo conocí y nos poníamos a platicar sobre temas de la realidad del país. Él hablaba del 32 como si hubiera sido ayer y ya habían pasado casi treinta años. Era una riqueza de conocimientos los que adquiría, aprendí mucho con Miguelito. Forjamos una relación entrañable, de muchos años, de persecuciones y sacrificios, de alegrías y de trabajo conjunto, hasta que él murió ya después de los Acuerdos de Paz.
Luego de ingresar formalmente al Partido me asignaron a una célula, de nombre Rafael Bondanza, la integrábamos uno de los hijos de Modesto Ramírez, uno de los fundadores del Partido Comunista, dos compañeros más y mi persona. Una de las actividades que realizábamos era ir a repartir por las madrugadas propaganda del Partido, la metíamos por debajo de las puertas de las casas, para que los trabajadores la encontraran al despertarse. Esto se realizaba en los cantones del municipio como eran: El Limón, Buena Vista, Venecia, el Plan del Pino y otras comunidades. Otra actividad que era permanente era la capacitación política que era impartida por Miguelito Mármol, él fue mi maestro, nos hablaba acerca del socialismo y del viaje que realizó en 1930 a la Unión Soviética, nos hablaba de las ideas del marxismo, de los éxitos de Cuba, de las tesis de Lenin; de un viaje a una reunión sindical en Montevideo, Uruguay; de la historia de lucha y sacrificio del PCS, de su fundación en la playa de Asino en Ilopango…
Como no estaba trabajando y habiendo terminado mis estudios de secundaria, me dediqué a tiempo completo al trabajo partidario, incluso sin cobrar salario. Me dedicaba a recorrer los cantones rurales, a establecer nuevos contactos entre jóvenes y trabajadores, y ampliar nuestra área de influencia partidaria…y así fueron surgiendo nuevos grupos de simpatizantes, en otros lugares como en el cantón Asino del lago de Ilopango; y en un cantón perteneciente al municipio de Comasagua.
Como resultado de este trabajo Miguel Mármol en 1964 me incorpora a la Comisión Rural del Partido, y ahí conozco a Modesto Ramírez y Segundo Ramírez ambos sobrevivientes del 32; a Alfonso Martínez y a Fidel, hijo de Segundo Ramírez. Los cinco integrábamos la Comisión Rural bajo la dirección de Miguelito Mármol. La formación de este organismo era resultado de los acuerdos adoptados por el V Congreso: trabajar con fuerza políticamente el campo.
Todo este esfuerzo organizativo culmina con la creación en 1970 de la organización campesina ATACES, Asociación de Trabajadores Agrícolas y Campesinos ya con la participación de Víctor Rivera destacado militante del Partido en el Departamento de Sonsonate. Y nos distribuimos el trabajo para visitar a las bases rurales en todo el país. Teníamos trabajo campesino en la zona de los Nonualcos, en particular en Santiago Nonualco, donde vivía una familia de apellido Crespín, muy aguerrida, todos eran comunistas, sólidos, entusiastas . A un joven de esta familia me acuerdo que lo mataron los escuadrones de la muerte de ese tiempo, cuando se dedicaba a realizar propaganda de la Unión Nacional Opositora, UNO. Se llamaba el joven mártir del Partido, Lorgio Crespín. La organización también cobró auge en municipios del departamento de Santa Ana; en Sonsonate, había ahí un camarada sobreviviente de 1932, de nombre Bartolo.
El trabajo de organización campesina era mi responsabilidad partidaria principal por lo que con respecto al FUAR solo me acuerdo que asistí a principios de los años 60 a una asamblea general allá en la terraza del Edificio Chahín. Los asistentes en su gran mayoría eran militantes o por lo menos simpatizantes del Partido, ahí vi a tantos rostros de gente del PC, que posteriormente fui conociendo personalmente. Acordémonos que para esa época predominaba la clandestinidad, éramos un partido ilegal, prohibido. La asamblea la dirigía Schafik. Ahí conocí a Armando Herrera, con quien fuimos cheros, un gran camarada. También ahí me entere de la disputa existente entre Schafik y Cayetano.
Con Carpio tuve muy buena relación y me acostumbre a escucharle sus críticas a los que él llamaba los “pequeños burgueses” del Partido. Ya para ese tiempo iba tomando protagonismo al interior del Partido. En 1964 la dirección del Partido me ofrece la oportunidad de ir a estudiar una carrera técnica en la Unión Soviética y acepto la responsabilidad. Hice todos los trámites. Y ya para irme Cayetano me mandó a llamar para platicar. Me dijo con su típico estilo: “compañero, Usted tiene cualidades para ser un buen comunista, para ser un destacado revolucionario y le digo francamente que no quisiera que se fuera, porque vamos a perder a un cuadro, quiero que se quede y quiero pedirle que lo piense, que nuestro pueblo necesita luchadores como Usted…” La verdad, su discurso era muy sincero y me persuadió, me convenció, elogió mi persona y el trabajo que realizaba. Tuve que deshacer la maleta y no me arrepiento de haberlo hecho…
No obstante, todos nuestros planes y entusiasmo por desplegar el trabajo de organización campesina, y el siguiente año, el 65, nos vimos lanzados a una actividad nueva, la actividad electoral, realizada haciendo uso de un partido legal, el PAR Nueva Línea. Y abandonamos temporalmente el trabajo campesino. Nos involucramos en el trabajo electoral que nos permitió crecer partidariamente, acumular experiencia política, y lo más importante: establecer un fuerte contacto con la gente y sus necesidades y particularmente, llevar nuestra propaganda a las áreas rurales de nuestro país.
En el Oriente del país como resultado de esta nueva cancha de trabajo político que se abría en lo electoral, el Partido decide enviarme a San Miguel para abrir trabajo partidario. Llego y me encuentro al “Diablo”, es decir a Ernesto Alemán, un camarada del Partido que por su trabajo de motorista de una fábrica de dulces, viajaba seguido a San Miguel y ahí se quedaba por varios días y así decidimos buscar un cuarto de habitación y pagarlo entre los dos. A él lo conocí en el cantón Venecia siendo cipotes, los dos éramos colonos de la hacienda. Yo me encargue de politizarlo aunque por su modo de ser juguetón esto fue un poco difícil. En San Miguel nos encontramos con directivos del PAR que nos abrieron las puertas al trabajo político. Contábamos incluso con local que quedaba una cuadra al norte de la Alcaldía. Y entonces logramos desarrollar una campaña política “cachimbona”, con muchos mítines y pega de propaganda.
La vez que llegó nuestro candidato presidencial el Dr. Fabio Castillo, quedo asombrado del trabajo realizado y nos felicitó. Quedamos en segundo lugar a nivel de alcaldía. Nuestro candidato a Alcalde se llamaba Arístides Pineda, y era un verdadero líder. Arístides tenía mucho arraigo popular, era locutor de la YSKL, y siempre estaba rodeado de gente, su presencia fortaleció mucho al PAR. Después de la campaña lo echaron de la radio y logró irse para Estados Unidos, allá en Washington consiguió empleo en la Voz de las Américas.
Bueno ahí estuvimos con el PAR en San Miguel hasta que nos ilegalizaron después de la campaña de 1967. Incluso dimos la batalla en contra de la ilegalización, con jornadas de protesta ya que el grupo se mantuvo unido, fueron grandes jornadas de lucha popular. Logramos organizar una célula partidaria en la que militábamos. Estaba Alfonso Martínez, Armando Chacón, que era panadero y otro compañero que se me escapa el nombre…Todo el año 67 lo pase en San Miguel haciendo trabajo político.
1968 y 1969 fueron años dedicados a mi formación política en la Unión Soviética, allá me encontré con Mario Aguiñada, Berta Deras, la esposa de Rafael Aguiñada, Domingo Santacruz y también Guadalupe Carpio, maestra, hija de Cayetano Carpio. Cuando regrese al país a principios de 1970, la dirección del Partido me volvió a enviar a San Miguel. No obstante esto, Mario Aguiñada, a quien siempre le tuve mucho afecto, me contó sobre la disputa que existía al interior del Partido. Por su parte, Cayetano me invitó a una conferencia en la Universidad, y después supe de su renuncia a finales de marzo.
Asimismo asistí al VI Congreso, que se realizó en una casa en Los Planes de Renderos. Ahí fui elegido para integrar el Comité Central. En ese tiempo logramos ampliar el trabajo partidario en el oriente del país. Logramos contar con una célula en el puerto de La Unión, en la que estaba Don Lito, zapatero. Otra célula en Usulután en la que estaba Manuel Quintanillla, conocido por Cantarito, un abogado que olvido el nombre, Raúl Granillo, y Farid Handal. Otra en San Miguel con Armando Chacón, Alfonso Martínez, y un sastre de apellido Ortega. Y teníamos grupos de simpatizantes en Alegría y en Santa Elena.
En 1971 la dirección del Partido decide regresarme a San Salvador. Me asignan la tarea de apoyar el trabajo electoral alrededor de la candidatura presidencial de José Napoleón Duarte por las Unión Nacional Opositora, UNO, en la que participábamos como UDN junto con los democristianos, los pescados del PDC y los socialdemócratas del MNR. Pero además me nombran responsable de la Comisión Rural para impulsar el trabajo de organización campesina.

Participe en la campaña del PAR en 1967 Entrevista con Celia Pineda Dubon

Participe en la campaña del PAR en 1967 Entrevista con Celia Pineda Dubon

SANTA ANA, 21 de enero de 2018 (SIEP) “Desde muy pequeña me incorpore a la lucha revolucionaria por transformar a El Salvador, a la lucha por la justicia social y la paz…”nos comparte Celia Pineda Dubon, en la tranquilidad de su casa rodeada de sus pinturas y de su hermoso jardín lleno de orquídeas.

“Me influyeron principalmente las ideas y el sacrificio de mi hermana Eloísa, y también de mi hermano José Alfredo, dirigente magisterial, fundador de ANDES 21 de junio, de mi padre Pedro Pineda Alvarenga, que fue fundador del Partido Comunista y que falleció en 1976 a los 62 años….él fue transportista a nivel de Centroamérica, motorista y finalmente taxista del Parque Colón, casado con mi madre Teodora Dubon.”
“Y así pude conocer a muchos militantes y dirigentes comunistas como Virgilio Guerra y Daniel Castaneda, como Pedro Yan, como Eduardo Camporreales y Alfredo Acosta. Todos ellos fueron mis referentes de lucha. Mi papá iba a organizar a los pobladores de las comunidades de aquí del volcán de Santa Ana. Siempre fui muy apegada a él.”
Cuando tenía como siete años me acuerdo que iba con mi papá a los repartos de propaganda del Partido, las hojas volantes las llevábamos dentro de botes de leche Ceteco, mi papá nos llevaba al centro en el carro, y repartíamos en los mesones de ese entonces…
Cuando tenía como diez años viví una experiencia que me marcó profundamente, capturaron a mi hermana Eloísa. Ella falleció en Costa Rica en 1996. Bueno, la capturan y nos llegan a avisar a la casa que se la habían llevado. Esto fue allá por 1962 en las actividades del FUAR. Resulta que ella estaba asistiendo a una escuela de entrenamiento político-militar allá en San Salvador, en un lugar llamado La Campiña, y cayó la policía y capturaron a todos los participantes y a los maestros, incluyendo entre estos a Schafik (Handal) y Carlos Quijada, Nicolas Rivera, José Antonio…
Nomás supimos de la captura de Eloisa y de los demás compañeros iniciamos aquí en Santa Ana una campaña de denuncia para que fueran puestos en libertad. Había que sacarlos de la cárcel…y al final lo logramos, pero me golpeó fuertemente esta captura, estaba muy pequeña…
Estuve en la Vanguardia de la Juventud Salvadoreña
Ya siendo adolescente me organice en la Vanguardia de la Juventud Salvadoreña, la VJS. Venía Mario Aguiñada a atendernos políticamente. Y pasábamos tiempo con otros jóvenes en el local del PAR junto con Alfredo Acosta y Antonio Moran, al que mi papá le decía Morancito. Ya era para la campaña del doctor Fabio Castillo, finales del 66 y principios del 67.
Para ese tiempo estudiaba en el INSA, y me acuerdo que fui reina de los bachilleres de Occidente, pero eso no quitó el sueño.También jugué en el equipo de sofboll del INSA.
Me acuerdo también que nos llevaban a limpiar casas de seguridad para reuniones de la dirección política. Y había que tener un alto nivel de discrecionalidad, de compartimentación, esa fue mi escuela de clandestinidad…Virgilio nos contactaba por eso me afectó mucho cuando leí en los periódicos el “Yo renunció…” seguramente influenciado y presionado por su hijo, que siempre fue de derecha.
Esta también fue casa de seguridad, esta es la casa histórica donde siempre vivíamos con mi papá y mi mamá. Aquí estuvieron reunidos Schafik Handal, Raúl Castellanos Figueroa, Roberto Castellanos Calvo, Salvador Cayetano Carpio, Roque Dalton y muchos más…
Me acuerdo que una vez nos mantuvieron encerrados durante como tres días, en una bodega que antes teníamos donde este ese jardín, porque ellos estaban reunidos, y nosotros desde pequeños aprendimos a entender ese tipo de reuniones que eran importantes, y lo más interesante es que nadie nunca se enteraba, porque nos hubieran preguntado, ellos entraban y salían de la casa en horarios diferentes…
Como VJS hacíamos muchas actividades, mezclábamos la labor política con la labor cultural. Hacíamos bailes, yucadas, rifas, caminatas. Hacíamos pintas y poníamos mantas, en esa época una favorita era: “Cuba Sí, Yankees No.” Usábamos unas crayonas de esterina roja. Me acuerdo que una vez me equivoque y puse Cuba con ve pequeña, o sea Cuva, y me empezaron a bromear y de atrevida regrese al lugar que era público y discretamente, mi padre me mando a corregir el error.
Participamos en la campaña del PAR que llevaba de candidato al doctor Fabio Castillo. Fue una campaña muy agitada. A veces me ponía a vender bonos, otras veces iba repartiendo volantes en un carro Chevrolet descapotado que tenía Farid Handal, que era el orador estrella de la campaña, ya que con su oratoria levantaba a las masas populares…También estaba el Dr. Noyola y Quijada. Una vez fuimos al Cuco y era el día de mi cumpleaños. Y se lo dijeron al Dr. Castillo pero como no tenía los audífonos no entendió. Luego que se los puso le volvieron a decir y ordenó: Postre a Celia, por favor.
Me acuerdo que una vez fuimos a Chalatenango, con una amiga de nombre Rosa Melida, que era dirigente del sindicato de panaderos, del mismo que era Carpio…También fue esa vez una compañera de nombre Rosada, que era la compañera de Alfredo Acosta.
Allá en Chalatenango cuando llegamos me impactó que en el centro del parque estaba un cuadro de la tierra que prometíamos como PAR, porque nosotros fuimos los primeros que después de 1932 hablamos de reforma agraria, pero las tierras estaban cubiertas de cruces, ese era el mensaje que nos estaba mandando la derecha, los militares de ese entonces que nos iban a matar como efectivamente lo hicieron después…pero en ese momento, al terminar el mitin, la Guardia Nacional nos disparó, en las puertas de las casas quedaron los hoyos de los balazos que tiraron…
Pero antes de eso cuando estábamos iniciando el mitin el cura del pueblo empezó a repicar las campanas para que no se oyera en el pueblo lo que decíamos, nuestros mensajes antimilitaristas…y como esto no les funcionó llevaron los pecenistas a la banda de guerra, y entonces a Farid se le ocurrió mandarnos a comprar limones al mercado y nos pusimos a pelar y comer limones y entonces los de la Banda ya no pudieron seguir tocando, porque se les hizo agua la boca…
Farid era un excelente improvisador, se las inventaba en el momento…Y también bailamos para la audiencia, me acuerdo bailamos El Mar de Ray Coniff, que estaba muy de moda en ese tiempo…A mí me miraban y decía la gente : ahí está La Zarquita.
Lo que no le he contado es que mis papas se oponían a que fuera a Chalatenango, incluso mi hermano y mis hermanas se oponían, decía que iba a ser muy peligroso, porque Chalate era muy reaccionario, de derecha, pero yo en mis adentros me decía: “yo tengo que ir.” Era una cuestión de honor. Y siendo todavía una muchacha de 15 años desafié a mi familia y me fui a cumplir mi compromiso revolucionario… y ¿no ellos mismos me habían enseñado esas ideas? Me acuerdo que hable con Farid y me llegó a traer desde Usulután para que fuera.
Luego de la campaña del PAR, participe en el año 68 en la primera huelga de ANDES 21 de Junio, y luego en la campaña electoral de la Unión Nacional Opositora, UNO, que llevó como candidato al ingeniero José Napoleón Duarte. En el 72 intervienen a la U y capturan a mi hermano Alfredo y lo envían exilado a Costa Rica. Lo vinieron a capturar a esta casa, y se lo llevaron golpeándolo, sin zapatos…allá reside todavía.
El amor de mi vida fue Toño Sandoval
Me enamore del que fue candidato a Alcalde en 1963. Me llevaba 20 años pero me enamora locamente de él, fue el amor de mi vida, padre de mis tres hijas…progresista, simpatizante en esa época del PCS y ya para la guerra anduvo con el ERP. Yo no sabía que le gustaba a Toño desde los 13 años, él era amigo de mi hermano alfredo. Me ganó con sus atenciones, así me enamoro. Una vez me trajo una oveja bebe con un lazo rosado en el cuello, muy linda.
Lamentablemente nos separamos, luego que regresó de un exilio político en Guatemala 1973, ya regresó cambiado con una mujer de derecha. Ya tenía yo a Celia Ester. Pero fuimos novios eternos, no quisimos mucho, pero no pudimos vivir juntos. La última hija nació en Costa Rica en 1982. A sus hijas y mis hijas las eduque en el amor a la justicia, con los pies en el suelo, hoy son profesionales , las crie con amor a los pobres porque soy revolucionaria y moriré siendo revolucionaria, orgullosa de luchar por los demás sin nada a cambio. Ah y en 1971 hicimos con Toño un viaje maravilloso.
Un viaje en moto desde Nicaragua hasta Argentina. Y de ahí en moto de regreso de Argentina viajamos a Chile. Y en el transatlántico Donizzetti de Valparaíso a Panamá. Tres meses estuvimos viajando y amándonos.
En los años 80 me vi obligada a abandonar el país por la persecución política y porque intervinieron de nuevo la U, y ametrallan a mi hermano Manuel Pineda Dubon, que andaba con el FAPU y tenían tomada las instalaciones de la U. Le dio el tiro de gracia un militar de la segunda brigada de infantería de apellido Pineda, hermano de Aniceto Porsisoca. Entonces un militar nos avisó que nos iban a llegar a matar y me fui para Nicaragua, nos fuimos huyendo, dejamos abandonada esta casa.
Me incorpore allá a la solidaridad con las luchas del pueblo salvadoreño, me acuerdo trabaje con la esposa de Chanti Ruiz, una compañera chilena que ya murió, Blanqui… Recibíamos educación revolucionaria de Miguel Mármol que me acuerdo que siempre aconsejaba que “un revolucionario debe de andar siempre ordenado” porque la gente se fija como nos vestimos, como hablamos, como nos comportamos y debemos ser siempre ejemplo.
Hacíamos actividades, y vendíamos artesanías salvadoreña, me acuerdo que mi hija Celia Ester, bien chiquita, pero me ayudaba a vender…Una vez pasó Daniel Ortega a una de nuestras ferias y se interesó, se le quedo viendo a un pirograbado del Che, y con mi hija, pensamos y nos dijimos: ¿se lo damos? Y así lo hicimos y él lo agradeció. A ella le gustaba mucho como hablaba y como era Tomas Borge, el Ministro del Interior. También los sábados hacíamos y vendíamos pupusas en la UNAN.
También me incorpore en Nicaragua a las Milicias Populares Sandinistas y llegue a ser oficial. También pertenecí a los Comités de Defensa Sandinista. Cuando en 1981 llega Fidel Castro a Nicaragua, con mucho orgullo puedo contarte que participe de su seguridad como miliciana…
Luego de los Acuerdos de Paz regrese a mi patria, Santa Ana. Soy una apasionada de recuperar la memoria histórica de las luchas populares. Y rescatar la memoria histórica de héroes y heroínas, y mártires y martirezas de la guerra en El Salvador , incluso soy responsable aquí de la Memoria Histórica en el FMLN. Concluyo diciéndole que en mi vida siempre ha sido fundamental la revolución, la justicia social, la verdad, mi familia, la música, el arte.

Luche por los intereses de la clase obrera salvadoreña…

Luche por los intereses de la clase obrera salvadoreña…Entrevista con José Antonio Morán Mendoza

SAN JOSE, C.R. 28 de diciembre de 2017 (SIEP) “Luche por los intereses de la clase obrera salvadoreña, a eso dedique mi vida…” manifiesta con alegría el revolucionario José Antonio Morán Mendoza, de 75 años, originario de Santa Ana y experimentado dirigente sindical y comunista salvadoreño.

Nos comparte que “mi papá participó en el movimiento indígena de 1932, en el levantamiento, su nombre era Silvestre Antonio Morán, fue capturado y le quebraron las costillas de un balazo. Por eso mi papá siempre mantenía viva la memoria subversiva y nos contaba del levantamiento del 32, nos hablaba del revolucionario cubano José Martí, y que para la libertad solo había dos caminos: o pagar su precio o resignarse a vivir sin ella.”

“Nos hablaba que cuando uno se metía en el mundo de la lucha por la justicia en esta causa se empeñaba la palabra y la vida, se empeñaban los huevos y había que ser fiel hasta la muerte.”
“Nací el 1 de junio de 1943 en Santa Ana. Fuimos trece hermanos y hermanas. Siendo muy pequeños quedamos huérfanos y manteniéndonos por nuestra cuenta. Y hubo personas que nos ayudaron mientras otras se aprovecharon de nuestra situación, como fue el caso de un cura que violó a una hermana, y lo mismo le paso a otra hermana en una iglesia evangélica.
De aquí nace mi aversión a la religión y a las iglesias, por eso es que soy ateo. Mi esposa se llama Ana Luz Molina. Y tengo cuatro hijos: Boris Ulises, José Vladimir, Paul Iván y Tania Patricia. He sido carpintero, zapatero, técnico textil, oficinista, chofer de autos y taxista.
Desde niño trabaje en el campo
Desde muy niño tuve que trabajar en el campo para ayudar a mantener a mi numerosa familia. Desde los 7 años se me encomendó trabajar una tarea, que es un cuadrante de tierra, una superficie de 10 varas cuadradas para arar o limpiar. Y hay que meterle la cuma, el azadón, el machete, Y te enfrentás con las culebras y las hormigas bravas que se te suben al cuerpo. O se parecen las serpientes llamadas bejuquillos en los ríos.
Cerca de la casa de nosotros vivía un señor blanco, que se dedicaba a hacer muebles, y yo siempre me detenía ver cómo era que los hacía, y una vez me pregunto si no quería aprender el oficio, que si quería ser carpintero, y yo le dije que sí, entonces me explicó que él era profesor en una colegio técnico, que tenía me acuerdo en el logo un yunque y un martillo.
Para ese entonces estaba estudiando tercer grado y tenía nueve años. Cuando me vieron en el colegio técnico dijeron que estaba muy pequeño pero logre convencerlos que me hicieran una prueba. La prueba consistía en que les respondiera preguntas sobre reglas de matemáticas, geometría, tonelajes y tuercas. Pensaron que no la iba a pasar pero resulta que estudiaba en la escuela nocturna y precisamente tenía los apuntes de esas materias, los cuales estudié rigurosamente y logre pasar la prueba. Y me convertir en estudiante del Colegio Técnico INPI.
Por esos años hubo dos acontecimientos que influyeron fuertemente en mi vida. El primero fue el triunfo de la Revolución Cubana el 1 de enero de 1959. Ya para entonces era carpintero graduado, aunque joven, de 15 años. Me había graduado a los 14 años.
Me acuerdo cuando obtuve mi primer trabajo en una fábrica de muebles, de puertas y ventanas. Llegue y busque al dueño y le pedí trabajo y me respondió que él no necesitaba aprendices sino carpinteros. Le dije que yo era carpintero y soltó la carcajada y lo mismo se rieron los demás carpinteros, ya viejos, burlándose de este bicho. Y eont4omces el dueño del taller me preguntó que sabía hacer. Y le respondí: lo que Usted me ponga a hacer. Y me dice: no seas tan rajón. Y le respondo que ¿por qué dice eso? Vaya –me dice- haceme una silla de vano de pilarcillo.
Y los demás se secreteaban pensando que ni sabía de qué estaba hablando el maistro. Por cierto al taller le decían el “taller de los Micos”, mal apodo que tenían los dueños. Bueno, saque mi metro tranquilamente y empecé a tomar medidas y a hacer los cortes ante la mirada sorprendida de todos ahí. Hasta dibuje un plano en mi cuaderno de notas. Y efectivamente hice el mueble solicitado. Si yo era de escuela. Y ante la evidencia el dueño del taller no tuvo otra que contratarme.
Después pasé a otro taller, esta vez de muebles acolchados, otra experiencia laboral. Ahí éramos alrededor de 70 obreros, grande el taller, me acuerdo del lema publicitario: “Muebles Bonalco, Salvadoreños como el Izalco.” A mediodía, durante el almuerzo nos poníamos a escuchar las noticias trasmitidas por Radio Rebelde, éramos partidarios la mayoría de carpinteros del Ejército Rebelde y de su líder Fidel Castro.
Una vez despidieron injustamente a un compañero nuestro a un carpintero, y entonces a alguien se le ocurrió que buscáramos para asesorarnos a un carpintero que tenía experiencias en asuntos sindicales y que incluso había participado en el levantamiento del año 32. Y fue entonces que fui a buscar y conocí al legendario Virgilio Guerra, dirigente santaneco del Partido Comunista. Virgilio tenía una venta de madera y productos de carpintería. El me dio un papelito y me dijo: vaya este lugar ahí lo van ayudar. Me mandó para el local del Sindicato de la Industria de la Construcción.
Fui y les explique el problema que enfrentábamos y me propusieron que nos organizáramos para resistir los ataques de la patronal, que creáramos la seccional del Sindicato y así ellos podía llegar a asesorarnos y a explicarnos los beneficios de estar unidos, organizados. Esta fue mi primera charla de educación sindical. Te estoy hablando de los años 1959-1960, en esa época se vivía la euforia causada por el, lanzamiento del primer Soyuz, la nave espacial soviética, todo mundo decía con admiración: ¡Qué vergones esos cabrones rusos!
Conocí al Che cuando no era todavía el Che
Una vez fui a hacer mostradores en la finca Las Cruces, propiedad de Armando Tomás Monedero, esto fue en tiempos de cosecha de café, y estando ahí trabajando se apareció un muchacho y Don Armando me dijo: siéntase tranquilo que este muchacho es muy buena gente. Al preguntarle el nombre me dijo: soy argentino, me llamo Ernesto Guevara. Pero todavía no era el Che pero después iba a ser el Che. Se interesó por lo que estaba haciendo. Ese medico paliducho que entonces conocí llegaría a sr el Che que peleó al lado de Fidel en la Sierra Maestra y luego moriría en Bolivia.
Regresando a la historia, hicimos una asamblea y organizamos el sindicato en la fábrica. Y cuando cumplí los 18 años pude integrarme a la Junta Directiva del Sindicato de la Construcción. Fue toda una experiencia. Como directivo sindical atendía los departamentos de Santa Ana, Ahuachapán y Sonsonate, y así fue adquiriendo experiencia, destrezas que solo las dan el tiempo y la práctica. Y me dedique a formarme políticamente, leía La Verdad, órgano del PCS, y un boletín sindical de nombre Voz Obrera. Y así fui creciendo sindicalmente y políticamente, habituándome a la lectura. Y estudie hasta sexto grado en la escuela nocturna.
Fue por ese tiempo que me reclutaron para la Juventud Comunista. Me acuerdo que a la célula llegaba a atendernos Roque Dalton, que era muy chistoso. En mi célula estaba Diógenes, que era hijo de Antonio Gonzalez, fundador del PCS en Ilopango en marzo de 1930. Toda su familia era del PC. Carlos Solórzano, conocido en el mundo de los carpinteros como “El Rostro Impenetrable” por una famosa película de Marlon Brando de esa época. Y es que en realidad era bien feíto.
Por esa época como Vanguardia de la Juventud Salvadoreña contribuimos a la formación del FUAR sección Santa Ana, que la coordinábamos junto con Diogenes y Eduardo Camporreales; la Columna Campesina dirigida por Mariano Carranza; la Columna Estudiantil por Dagoberto Marroquín y Jorge Vargas. Hacíamos sesiones para aprender el manejo de armas, de diverso tipos de armas incluso una escuadra ametralladora.
A los 17 años, en octubre de 1960 soy juramentado por Eduardo Camporreales para ingresar al Partido. Ese mismo año caí preso. Sucede que le trabajábamos a la mueblería de Salvador Arce Zablah, que quedaba en Santa Tecla. Y fuimos a dejarle unos muebles y coincidió con el golpe de estado de ese año. Y nos detuvieron tropas del ejército y nos acusaron de revoltosos. Nos llevaron al cuartel y luego de una golpiza nos pusieron en libertad. Fue mi primera captura.
La siguiente captura fue cuando vino al país el presidente gringo Lindon Johnson. Le organizamos un recibimiento con pintas y mantas. Entonces la embajada gringa quedaba en el centro. Me acuerdo que participaba Mario Moreira, que era presidente de AGEUS. Participábamos en la protesta estudiantes y obreros. Nos capturan y nos llevan a un lugar aparatad allá por MOLSA y nos golpean y luego nos sueltan. En esa época los cuerpos de seguridad todavía no desaparecían a los opositores.
En 1964 participo en el V Congreso del PCS. Me acuerdo que en la comisión organizadora estaba Raúl Castellanos Figueroa y Rafael Aguiñada Carranza. Y por Santa Ana participamos Marianito (Carranza), Virgilio, Eduardo.
Entre los acuerdos tomados me acuerdo que estaba que el Partido debía convertirse en un aglutinador de las masas populares, desarrollarse en el seno de la clase obrera, crecer en el campo, potenciar a la Juventud, fortalecer el movimiento obrero y crecer, reclutar más comunistas. En la Comisión de Organización queda de responsable el Chele Aguiñada. Me acuerdo que uno de los debates era el de la necesidad de que los compañeros que estaban en la producción pasaran a formarse como cuadros militares.
Había en el Partido también profesionales. Me acuerdo de Luis Ernesto Acevedo, fiscal de la UES que era colaborador nuestro. De Gustavo Adolfo Noyola, que era camarada y fue secretario general de la UES.
Se hablaba también de influir en empresas y constituir grupos tácticos y grupos estratégicos. Por lo estratégico nos referíamos a organizar a las principales empresas del país, a los trabajadores de telecomunicaciones, energía, agua, el transporte, etc. Y por tácticos a empresas del sector textil, alimentos, bebidas, etc. La UTF era un sindicato clave, poderoso, los ferrocarrileros y era conducido por nosotros, por el Partido. Y había la visión etapista que después de la lucha de masas venía la lucha armada.
Reclute para el PCS a Dagoberto Gutiérrez
En determinado momento me volví funcionario sindical, abandone la producción para dedicarme al trabajo sindical y partidario. Me esmere en estudiar sobre Métodos y Sistemas Organizativos. Y ya pasaba bastante tiempo en san salvador, pero también hacía trabajo partidario en santa Ana, incluso reclute a varios cuadros del Partido, incluyendo a Dagoberto Gutiérrez, que era de Chalchuapa pero estudiaba en Santa Ana y después se volvió un destacado dirigente comunista.
El avanzó mucho porque se fue a estudiar a la Unión Soviética, allá lo formaron. También por esa época organizamos una Escuela de Educación Sindical y tuvimos la visita y participación de Salvador Cayetano Carpio, Schafik Handal, Raúl Castellanos Figueroa, Rafael Aguiñada Carrranza, Alfredo Acosta (constructor y carpintero) y otros. Para esa época bromeábamos mucho. A Delfino Perez lo jodíamos porque en su modo de hablar trataba de imitar a Schafik yle decimaos “Chafino.” Al viejo Edito Genovés le decíamos “Burro de Años” o “Tía Cabra.” A Carpio le decíamos Chambacú, como la canción.
En 1967, en mi calidad de secretario de organización de la Federación Unitaria Sindical, FUSS participe activamente en las jornadas huelguísticas de abril de 1967, que incluye la huelga de los trabajadores de Acero allá en Zacatecoluca, y lo hice junto con otros compañeros, entre estos Salvador Cayetano Carpio, que era el encargado de Educación.
Ya para ese entonces estaba el debate sobre si era adecuado o incorrecto la militarización del movimiento obrero y como resolver el problema de la formación de cuadros militares dentro del movimiento obrero. Me acuerdo que para esa época Salvador o Chamba como le llamábamos era muy enfático en la necesidad que como obreros comunistas rechazáramos la religión.
Me acuerdo que una vez que impulsamos la organización de los trabajadores de IMACASA, una fábrica de implementos agrícolas, fuimos con José Dimas Alas, que era secretario general de la FUSS, y al llegar allá, un obrero de IMACASA le grito emocionado: Hola Cutuyeya. Nos sorprendimos al descubrir que se trataba de su primo de nombre Secundino Ardón, y que se habían criado juntos allá en Chalatenango y Cutuyeya se refería a que cuando niño así decía por decir “costurera”. A Cutuyeya después Carpio se lo llevó para formar las FPL.
Por ese tiempo también participamos en la campaña del PAR que llevaba como candidato a la presidencia al Dr. Fabio Castillo. Anduvimos de pueblo en pueblo haciendo campaña de una plataforma de cinco puntos, en el que sobresalía el de realizar una reforma agraria, que en aquella época era un tema explosivo. Esta campaña política tuvo como base el movimiento huelguístico de ese año 1967, que fue muy intenso.
Y fue a partir de esta experiencia electoral que pudimos como Partido iniciar pláticas con los socialcristianos del PDC dirigidos por Duarte y los socialdemócratas del MNR dirigidos por Guillermo Manuel Ungo, para luego formar la Unión Nacional Opositora, UNO y derrotar en la urnas a la dictadura militar, en 1972 y 1977. Y en Santa Ana ganamos el consejo municipal e incluso fui regidor.
Y también fui candidato a diputado pero aunque la mayoría me apoyaba, la dirección del Partido nos impusieron a Alfredo Acosta, esa era la línea nos dijeron…Pero debo reconocer que esta experiencia electoral me ayudo a desenvolverme, aprendí a hablar en público en las concentraciones populares, “pico de oro” me decían por lo fogoso de mis discursos.
Con Carpio debatimos bastante sobre el rumbo del movimiento obrero y las formas de lucha. Él era dirigente de sindicato del pan. Era un poco egocéntrico y necio. Aunque también un gran luchador social, hay que reconocerlo, fue su mérito personal…
En este año 1967 soy capturado por la Guardia Nacional y paso encarcelado tres meses. Y soy víctima de torturas físicas y psicológicas. Me acusaban de comunista. El director de la “benemérita” era el Chato Casanova.
En San José, Costa Rica
En 1968 fui nombrado para representar al movimiento obrero salvadoreño en un Congreso de Unidad Sindical Centroamericana que se celebró en San José, Costa Rica. Y hable con mi estilo combativo, de choque, porque así hablábamos en El Salvador, y esto no le cayó en gracia a Manuel Mora, el dirigente de los comunistas ticos que me acusó de practicar un “discurso incendiario”, desde entonces no les caí bien a los del Partido Vanguardia Popular.
Ah y fíjate que cuando llegue a San José en el aeropuerto me detuvieron y me interrogaron y traía una carta de Raúl Castellanos Figueroa para Manuel Mora y me la tuve que comer, me la tuve que tragar, suerte que era de papel cebolla. Conocí a Elena Mora, que era hermana de Raúl y vivía en Costa Rica, esposa de Eduardo Mora. Este me llegó a saludar también peor lo sentí falso.
En 1969 se recibe una invitación para asistir a un Congreso de la Federación Sindical Mundial en Moscú. El Partido eligió a su candidato, se trataba de Dimas Alas, que era el “niño bonito” de Carpio. Carpio siempre se rodeaba de un grupo de seguidores. Dimas era linotipista. Pero nos plantamos como movimiento obrero y termine asistiendo. Yo había sido fundado de la FUSS en 1965. Como detalle te cuento que también asistieron a ese primer congreso representantes del Sindicato de Pilotos Aviadores de El Salvador.
Estuve en Moscú y ya ahí recibí una invitación de la CGT para visitar Francia y de los sindicatos británicos para viajar a Inglaterra. Los camaradas soviéticos admiraban el ardor con que defendía mis posiciones en favor de los derechos de la clase obrera. Ahí conocí al chileno Luis Corvalan que me increpo por mis actitudes antimilitaristas. No se imaginaba, en las vueltas que da la vida, lo que le tenían preparado los militares chilenos a su pueblo y su mismo partido.
Al regresar de la Unión Soviética volví a caer preso en la Guardia Nacional, esta vez por sindicalista. Pero logre fugarme, porque resultas que practicaba judo y me había adelgazado bastante, y logre pasar por los barrotes y salí normalmente…Ah, fíjate que en 1986 de nuevo invitado por los sindicatos soviéticos volví a visitar a la URSS. Esta vez por un camarada uruguayo, el líder sindicalista Marcelo Pineto, de la FSM, que incluso vino a visitarnos acá a El Salvador. Él me decía me acuerdo: “vos so esperanza para nuestros pueblos.”
En 1971 en un pleno del comité central del Partido me absorbieron para este organismo y pase a formar parte de la Comisión Nacional de Organización. Y me desplazaba a la zona oriental, organice a los pescadores de Cutuco, forme sindicatos en los algodonales, la base social del Partido se había ampliado y penetramos el oriente del país, en particular Usulután. En las discusiones al interior de la dirección del Partido impugne a dos compañeros lo que me trajo diversos niveles de aislamiento.
Impugne a Roberto Castellanos Calvo, “Boca de Trapo” , lo acuse de ser un borracho empedernido; y también a Mario Aguiñada, acusándolo de farsante y falso, irrespetuoso, esto me valió que su hermano, el Chele, Rafael Aguiñada dejara de estimarme. Y lo mande a comer mierda, a los dos. Pero así soy yo, de una sola pieza. Las verdades las digo a la cara y no reparo en consecuencias. Pienso que así debe de ser un revolucionario, un comunista, sincero, autocrítico, así fui educado políticamente.
Captura y expulsión a Guatemala en 1973
En 1973 después del 1 de mayo fuimos capturados 22 comunistas por la Guardia Nacional y fuimos torturados y luego expulsados hacia Guatemala, a las garras de la Mano Blanca, un escuadrón de la muerte chapín de los primeros. Te pintaban una mano blanca en tu puerta y era una condena de muerte. Cuando me capturan ando leyendo Los Condenados de la Tierra de Franz Fanon. Estuvimos presos en los sótanos más recónditos de la policía. Y al final tuvieron que liberarnos porque logamos comunicarnos con nuestros compañeros guatemaltecos.
En la capital chapina nos teníamos que reportar a las 6 de la mañana, 112 del mediodía y 6 de la tarde en el cuartel de la policía. Y logramos contactarnos con los camaradas del PGT y se levantó una campaña mundial para exigir nuestra libertad. Hubo una carta exigiendo nuestra libertad que fue firmada por Pablo casal, Pablo Picasso, la actriz Gina Lolobrigida y su esposo, el músico Mikis Teodorakis. Entre los capturados estaban Lito Sandoval Luna y su hermano; un obrero de apellido Polanco, Reginaldo Hernandez, el Flaco Quezada. Y nos pusimos a luchar luego porque el gobierno guatemalteco nos concediera el derecho de asilo.
Pero en realidad lo que queríamos era ganar tiempo para organizar nuestro regreso al país. Y así fue. Les solicitamos a los policías que queríamos ir a confesarnos a la iglesia y a diez de los 22 presos políticos nos permitieron ir. Pero ya nuestros compañeros guatemaltecos habían organizado la fuga y tenían listo el transporte que nos conduciría a la frontera y así fue efectivamente.
Regresamos a la patria, regresamos a la lucha. En mi caso me quede unos días en San Cristóbal, todavía en Guatemala, porque tenía unos conocidos ahí. Y luego me metí a El Salvador y me unos días estuve clandestino. Luego me reincorpore a mis actividades sindicales y políticas, volví a la legalidad. Nuestra fuga causó un gran alboroto en Guatemala.
Fíjate que a mí me mataron los escuadrones de la muerte a 13 familiares, por eso yo no perdono ni mierda a esos asesinos, tiene que haber justicia…
En 1986 fui representante del FMLN-FDR en Costa Rica. Ese mismo año, luego de 26 años de militancia partidaria, y con una visión crítica de su práctica política, presente mi renuncia irrevocable al Partido Comunista de El Salvador, PCS.-